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PRESENTANDO UN EVANGELIO ETERNO

A UN MUNDO TEMPORAL
Yonathan Lara
Año 1 | Módulo 2 | Lección 4
LECCIÓN 4: LA IRRUPCIÓN DEL EVANGELIO
EN EL ORDEN TEMPORAL – PARTE II

A. Ideologías, visiones e ilusiones políticas de este mundo y la propuesta del Evangelio


- Entiéndase como ideología cualquier teoría que parta de una premisa humanista; y,
como visión política, cualquier estrategia que se materialice únicamente en el bien
común y no reclame para sí un estatus salvífico.
- En su libro, David Koyzis1 hace cinco observaciones sobre las condiciones históricas que
contribuyeron a la aparición de las ideologías políticas, los expongo a continuación,
puntualmente, seguidos de mis comentarios: Requisitos previos para el surgimiento de
las ideologías:
1. Las ideologías modernas han recibido gran parte de su contenido de las teorías más
antiguas.
2. La predicación del Evangelio de Jesucristo (aunque el Evangelio se opone
implacablemente a los diversos pseudo-evangelios, en última instancia, allana el
camino a las ideologías y a la posibilidad de falsos mesías que prometen otra vía de
salvación).
3. La secularización de la fe cristiana y de las culturas que fueron históricamente
moldeadas por el cristianismo, empezando por Occidente. El Renacimiento y la
Ilustración sacaron a la luz el “dios deísta”.
4. Las ideologías presuponen la posibilidad de movimientos políticos de masas.
5. Una mejora drástica de las tecnologías a las que tienen acceso los gobiernos, los
movimientos y los partidos políticos.
- Así, para dicho autor, estos son los factores primordiales para el surgimiento de las
ideologías, en mi opinión la base principal de las ideologías políticas son las filosofías
humanistas maduradas en la Ilustración y el Renacimiento.
- A la luz de la historia, la proclamación de la Buena Nueva del Reino de Dios abrió
implícitamente el camino a los falsos cristos, tal realidad fue predicha por el propio
Señor: “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y engañarán a
muchos” 2. De hecho, ésta será la gran señal de la consumación de esta era 3.
- Bajo la comprobación histórica de que tales ideologías también son deudoras del
Evangelio, o, en otras palabras, han secuestrado las verdades cristianas para hacer
revoluciones “en su propia causa”, las Escrituras denuncian: “Salieron de nosotros, y no
eran de nosotros; porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero se han ido para que se manifieste que ninguno de ellos es de nosotros. 4
- Otro factor importante para el surgimiento de las ideologías fue la secularización de la
fe cristiana: la ausencia de teólogos públicos, el repliegue de los cristianos en la esfera

1 Political Visions & Illusions: A Survey & Christian Critique of Contemporary Ideologies. IVP Academic
2 Mateo 24:5 RV 1960
3 2 Tesalonicenses 2:7-12 RV 1960

4 1 Juan 2:19 RV 1960

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exclusivamente eclesiástica, motivado por el dualismo, y la absorción de una doctrina
de la especialización quizás resuman adecuadamente la expresión “secularización de
la fe cristiana”.
- Las ideologías en tiempos de posverdad, en los que la retórica y la narrativa ideológica
importan más que la realidad, tienen un amplio potencial para movilizar a las masas,
especialmente con la llegada del Internet y, sobre todo, de los medios sociales.
- Al desplegar sus argumentos, Koyzis también observa la naturaleza básica de la
ideología. Haciendo uso de un amplio material bibliográfico, afirma que el rasgo
característico de la ideología es atribuir un “estatus ontológico” al mal, así como la
salvación de este, lo que constituye una enorme incoherencia.
- Para aclarar el razonamiento, el estatus ontológico se refiere aquí a la supuesta idea de
que el mal es inherente a la materia, a la creación misma, al igual que significa esperar
que la salvación provenga de la creación misma.
- Es una especie de gnosticismo moderno. Pero si el mal es intrínseco a la creación,
¿cómo puede venir la salvación de la propia creación? Aquí, y una vez más, la
impermeabilidad humana a la redención y el sesgo idolátrico de las ideologías, ¡quedan
al descubierto de nuevo!
- Dicho esto, permítanme recordarles que es exactamente en oposición a esta
presuposición humanista (la religión de los hijos de Atenas), que la solución que
propone el libro del Apocalipsis es “abrir” el mundo a la trascendencia divina: ¡sólo un
Rey y un reino trascendental podrán curar las heridas de esta época!

B. Naturaleza básica de las ideologías


- Factores básicos para entender la naturaleza de una ideología:
1. ¡Las ideologías son inevitablemente religiosas! La ideología proviene del compromiso
religioso “idolátrico” de una persona o comunidad.
2. Si las ideologías deifican algo dentro de la creación de Dios, inevitablemente ven a
ese dios hecho por manos humanas como la fuente de la salvación. Así, cada una de
las ideologías se basa en una soteriología específica, es decir, una teoría elaborada
que promete a los seres humanos la liberación de algún mal fundamental, visto
como fuente de una amplia gama de problemas humanos.
3. Las ideologías tienden a localizar la fuente del mal en la propia creación. Así, las
ideologías erigen su propia antítesis entre el bien y el mal. De este modo, la ideología
parece comulgar con la antigua herejía gnóstica, para la que el mundo físico es
intrínsecamente pecaminoso y la salvación es una liberación de las limitaciones
físicas (“El mito de la cueva”).
4. Las ideologías tienen una visión distorsionada del mundo y, por ende, del gobierno
y la política. Esta visión distorsionada del mundo tiene enormes consecuencias para
la práctica política, porque la gente actúa inevitablemente según su visión religiosa
del mundo.
5. En las ideologías modernas, los objetivos sustituyen a los principios. “El adepto a una
ideología está poseído por un fin “.
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- ¡La ideología, en su aspecto básico, se presenta como “lo ideal”, el vehículo que
conducirá a la humanidad a su meta suprema, es decir, a su objetivo final!
- Por lo tanto, al basarse en filosofías humanistas y no en las Escrituras, es siempre
idólatra, es decir, religiosa. La idolatría consiste en “adorar y servir a la criatura antes
que al Creador”, lo que en última instancia equivale a servirse y amarse a sí mismo, en
detrimento del prójimo y también del Creador 5.
- Es intrínseco a la ideología divinizar algo en la creación: las riquezas, la raza, la libertad
sin restricciones y cosas similares son los objetivos de la devoción de los creyentes más
fervientes.
- El problema del mundo no es inherente a la naturaleza creada, sino a la naturaleza
caída. El pecado es el problema del cosmos, no el cosmos en sí. Y es esta cualidad
redentora la que el Evangelio reivindica como exclusivamente suya.6
- Toda acción de transformación deriva de una visión del mundo: lo que está en juego
no son sólo cuestiones políticas/partidistas, sino la base desde la que interpretamos el
universo que nos rodea.
- El telos (objetivo final) de una ideología determina lo que es virtuoso, es decir, los fines
santifican los medios.
• El liberalismo afirma la soberanía del individuo y, desde esta perspectiva, propone
una reforma orientada a la transformación.
• El conservadurismo tiene la tradición como aquello que debe permanecer intacto y,
a partir de ahí, propone una reforma que pretende la transformación.
• El nacionalismo ensalza las razas y las etnias, defendiendo el mantenimiento de su
pureza, a partir de la cual propone una reforma encaminada a la transformación.
• La democracia entiende que la voz de la mayoría siempre representa la sabiduría –
“Vox Populi Vox Dei” (la voz del pueblo es la voz de Dios) – y, tomando esto como
verdad absoluta, propone reformas encaminadas a la transformación.
• El socialismo ve al ser humano como “homo economicus”, es decir, su vida orbita en
torno a la economía, y por tanto la igualdad económica es la plenitud de la sociedad.

- La clave es conocer la visión del mundo que hay detrás de las ideologías o visiones
políticas. Así pues, echemos un rápido vistazo a las filosofías en desarrollo que
sustentan las ideologías políticas más comunes:
• El liberalismo ve a la comunidad o a cualquier autoridad heterónoma (aquella que
se somete a la voluntad de otra persona o está subordinada a leyes o preceptos
ajenos) como una grave amenaza para el bienestar del individuo autónomo y, por
tanto, como una fuente de maldad; por lo que el liberalismo se presenta como
salvífico.
• El conservadurismo tiende a ver el carácter dinámico de la creación – sus cambios y
desarrollos – como la fuente del mal.

5 Filipenses 3:19; 2 Timoteo 3:1-5 RV 1960


6 Efesios 1:7, 10 RV 1960
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• Los libertarios identifican al gobierno como esa fuente de maldad.
• Las ideologías colectivas – el socialismo y el nacionalismo – tienden a desconfiar de
la libertad individual y de las comunidades externas, identificando su existencia con
el mal.

- Las correlaciones de las ideologías con el gnosticismo son axiomáticas. El gnosticismo


tiende a despreciar una dimensión de la creación de Dios (la dimensión física) y a
atribuir un estatus ontológico al mal y a la salvación, que llegan a identificarse con algo
intrínseco a la estructura de la propia creación. Esto es exactamente lo que hacen las
ideologías.
- Incluso sin llegar a tal catástrofe, toda ideología tiende a presuponer que la consecución
de algún fin ya sea la libertad personal o nacional o la voluntad general, es razón
suficiente para defender políticas que pueden, aunque sea modestamente, tratar
injustamente a la gente corriente y a las minorías.
- A veces, cuando las ideologías carecen de sustancia y contenido coherente, la falta de
ésta se compensa con la fuerza coercitiva.
- Por último, respecto a la relación del cristiano con las ideologías, Koyzis señala: “El
partidismo ideológico, además de fragmentar el cuerpo de Cristo, revela en los cristianos
una comprensión problemática de lo que son realmente las ideologías. En lugar de
considerar que las ideologías son intrínsecamente religiosas, los cristianos que optan por el
enfoque partidista prefieren creer que las ideologías son simplemente discursos neutrales
sobre la realidad o, tal vez, sistemas o estructuras que pueden demostrarse que sirven más
o menos para la consecución de ciertos fines loables y que, por tanto, son dignos de ser
aplicados. Ninguna de estas cosas, por supuesto, es mala en sí misma. Sin embargo, la
concentración exclusiva en estos objetivos lleva a sus defensores a ignorar sus raíces
espirituales. Los creyentes que no comprenden los peligros de privilegiar los objetivos
ideológicos acaban “ontologizando e instrumentalizando” las ideologías. Ontologizar
significa ignorar su carácter espiritual y direccional, atribuyéndoles un estatus estructural,
de creación. Instrumentalizar, significa ver las ideologías como medios para los más diversos
fines – “pero, las ideologías están orientadas a los resultados, subordinando los principios y
los medios a la consecución de sus objetivos”. Así, el creyente que sigue una de estas
ideologías tiende a llevar esto aún más lejos: la propia ideología se convierte en un medio
para un fin mayor: ¡un escalón! La ideología, en lugar de ver la justicia como la norma que
rige la acción política en cada una de sus etapas, la ve sólo como el objetivo final de la acción
política.” 7
- Así, la búsqueda de la “justicia ideal” (determinada por un sesgo ideológico) sería
justificación suficiente para todo tipo de barbarie, racismo e incongruencias. ¡Dios nos
libre!

7 Political Visions & Illusions: A Survey & Christian Critique of Contemporary Ideologies. IVP Academic
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C. La actuación del Reino: Ya, pero todavía no
- Si el mal fue plenamente derrotado en el Calvario, ¿por qué sigue habiendo angustia y
sufrimiento en el mundo actual? Y, si tal afirmación es cierta, ¿cuál es el papel de la Iglesia
ante las atrocidades de esta época perversa?
- Podría afirmar que éstas, y sus derivadas, son las principales cuestiones que se
desprenden de nuestros hallazgos hasta ahora, y, creo, el Nuevo Testamento responde
satisfactoriamente a cada una de ellas.
- George Eldon Ladd, en su libro, El evangelio del Reino 8 se esfuerza por resolver la
tensión generada por la afirmación bíblica de la destrucción del mal, mediante la
llegada del Reino de Dios entre los hombres, y las innumerables tragedias inherentes
a esta época.
- Mediante la exégesis de textos como 1 Corintios 15:24-28, Hebreos 2:14, 15, Gálatas 1:4
y otros textos correspondientes, Ladd desvela con precisión la respuesta del Nuevo
Testamento a la tensión producida por lo que se dice en las Escrituras y la antítesis de
la realidad actual. El razonamiento que seguirá ha sido directamente influenciado por
el material en cuestión.
- Como ya hemos observado, para una interpretación completa del reino de Dios, la clave
residirá siempre en responder a la siguiente pregunta: ¿en qué sentido se utiliza la
palabra reino? En otras palabras, tendremos que reducir el término al ámbito de la
pregunta. Una vez definido esto, podremos interpretar adecuadamente la naturaleza y
el tiempo del reino en la supuesta pregunta. Cabe señalar que no toda reducción es
reduccionista. Una tesis es reduccionista cuando pretende explicar toda la complejidad
de un objeto y/o término recurriendo sólo a uno de sus aspectos. En nuestro caso,
seguiremos el camino contrario.
- Reduciremos el tema al ámbito de las preguntas iniciales para comprender sus
distintos aspectos que, unidos, traducen plenamente el tema en boga.
- Pasemos entonces al análisis de estos aspectos – que no son mutuamente excluyentes
– de la naturaleza y los tiempos del reino de Dios.
- El Nuevo Testamento revela algo fascinante sobre el misterio del reino:
• además de su silenciosa introducción entre los hombres, 9
• y su imprevisible cumplimiento 10,
• añadamos el hecho de que ahora, en Cristo, ¡el futuro se ha hecho presente!
• Lo que era esencialmente una esperanza futura se ha hecho accesible en el tiempo
presente, aunque no en su plenitud. Es bien sabido que Israel esperaba la llegada
del reino mediante un acontecimiento catastrófico que pondría fin a los demás
imperios del mundo.11

8 LADD, George Eldon. The Gospel of the Kingdom: Scriptural Studies in the Kingdom of God. Eerdmans
9 Lucas 1:20 RV 1960
10 Lucas 24:21-26 RV 1960

11 Daniel 2:44 RV 1960

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- Como hemos visto, esta esperanza se refería a un día específico, un tiempo
previamente determinado por Dios en la eternidad pasada, cuando su gobierno se
establecería en la tierra como en el cielo. Esa esperanza era tan vívida para los judíos
que, incluso después de la resurrección, seguía existiendo una aparente inquietud
entre los discípulos sobre si aquellos eran o no los días del cumplimiento de este
aspecto de la Promesa 12.
- Subrayo que el nacionalismo fue uno de los principales pecados de Israel, sin embargo,
esto no alteró en absoluto la literalidad de las promesas.
- El shock llega cuando nos damos cuenta de que el Nuevo Testamento afirma
numerosas veces y de diferentes maneras que sí, ¡el gran día había llegado! 13
- Entonces parece que aquí la cuestión recibe un nuevo aspecto; ¿cómo resolver la
antítesis entre la realidad descrita del reino de Dios y el sufrimiento de los demás?
¿Cómo puede el reino de Dios estar presente entre los hombres y, sin embargo,
permanecer el caos y el desorden? Y, ¿por qué sigue subsistiendo la tiranía de los
imperios humanos?
- George Eldon Ladd responde lo siguiente: ¡ya y todavía no! Anticipando nuestro
razonamiento futuro, lo que vemos aquí es que: la Promesa tiene dos tiempos de
cumplimiento, uno ahora, en la era actual, de forma parcial; y otro, en la era venidera,
en plenitud, que tendrá su comienzo marcado por la parusía de Cristo. Esta aparición
será corpórea, visible, literal y catastrófica 14.
- Vale la pena señalar de nuevo que los profetas vieron el cuadro completo y a partir de
él profetizaron, sin atenerse necesariamente a la cronología de estos acontecimientos
(Isaías 9:6, 7).
- En su investigación, George Ladd muestra cómo las traducciones simplistas y las
visiones erróneas del mundo han cooperado en la fragmentación de este tema. Bien,
antes de reajustar el enfoque a una visión holística, vayamos a un texto práctico para
dilucidar aún más adecuadamente qué dirección tomará nuestra discusión: En el
Monte de los Olivos, Jesús estaba sentado cuando los discípulos se le acercaron en
privado y le preguntaron: Dinos cuándo sucederán estas cosas y cuál será la señal de
tu venida y del fin de los tiempos.15
- De nuevo, vemos claramente que la esperanza de Israel se refería a un tiempo
específico, lo que Pablo llamó “la plenitud de los tiempos”. El hecho a analizar aquí es
la traducción que muchas versiones han hecho de la palabra siglo.
- Aquí, y en muchos otros casos, esas traducciones han elegido la palabra “mundo”. Sin
embargo, el término griego original es “aion”, un término que el respetado diccionario
hebreo/griego James Strong traduce así: “Una edad ininterrumpida, un tiempo perpetuo,
la eternidad, un período de tiempo”.

12 Hechos 1:6 RV 1960


13 Lucas 2:27-32; 36-38; 4:41 RV 1960
14 Lucas 21:25-28

15 Mateo 24:3

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- La oscuridad que rodea el tema se debe entonces, principalmente, a la forma en que
las versiones antiguas de las Escrituras concebían y, por tanto, traducían la palabra
mundo (en gran medida, estas versiones han sufrido revisiones, ¡menos mal!).
- No sólo hay que culpar a estas traducciones de producir una perspectiva escapista, sino
también de desalentar directamente el compromiso misionero del pueblo de Dios (¡o
la falta de él!). Ahora bien, si nuestra esperanza se refiere a “otro mundo”, ¿qué sentido
tiene trabajar para mejorar éste?
- Estas traducciones, aunque sea sin querer, sugerían que la creencia cristiana esperaba
el “fin del mundo” como orden creado, y que dejaríamos esta tierra para morar en el
cielo, ¡qué fatalismo platónico!
- Recuerdo las palabras de N. T. Wright:
“Arrebatar a las almas salvadas al cielo, ¡destruiría todo el plan de Dios! Al final, Dios reinará
sobre todo el mundo. Lo hará no declarando que la dinámica interna de la creación (el
hecho de que esté gobernada por seres humanos) fue un error, ni que la dinámica interna
de la alianza (el hecho de que Israel sea el medio de salvación para las naciones) fue un
fracaso, sino cumpliendo ambas.” (Romanos 8:9, 10, 11) 16

- Hay dos palabras en el Nuevo Testamento griego que suelen traducirse por la única
palabra “mundo”. La palabra aion, como ya he señalado – lo que provoca innumerables
malentendidos – y, en segundo lugar, la palabra griega: “kosmos”.
- Esta palabra, que el diccionario traduce así: “Organización o constitución apta y
armoniosa, orden, gobierno [...]”.
- La palabra kosmos suele referirse a algo que está bien dispuesto y organizado. Ya sea
la creación como algo ordenado 17, o lo que las Escrituras llaman en 1 Corintios 7:31 la
“apariencia de este mundo”, en una clara referencia a los malos esquemas de las
organizaciones y estructuras humanas posteriores a la caída.
- Lo que determinará el significado y el uso del término, será siempre el contexto en el
que aparezca. Lo anterior también es válido para la expresión aion. Como acabamos
de ver, la palabra alude a un período de tiempo, una época, no a un lugar geográfico,
sin embargo, ese tiempo estará marcado por la influencia divina o maligna que acabará
afectando a la forma en que una sociedad dispone y organiza sus estructuras y valores
en una región concreta. Esto es lo que afirman las Escrituras en Efesios 2:2, 3, siendo
también el factor impulsor de la ira de Dios, algo indisoluble de la manifestación de su
Reino: [...] en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, del espíritu que ahora obra en los hijos de la
desobediencia; entre los cuales también anduvimos todos en otro tiempo según las
inclinaciones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y
éramos por naturaleza hijos de la ira, lo mismo que los demás.

16 WRIGHT, N. T. Sorprendido por la Esperanza. Convivium Press


17 Hechos 17:24
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- La esperanza cristiana se refiere a un día en el que el pueblo de Dios, como, el orden
creado, disfrutará plenamente de las bienaventuranzas del reino de Dios.
- A esto lo llamamos: redención/consumación.
- La base de nuestra esperanza escatológica es el reino de los cielos, no un reino en
los cielos. El cielo y la tierra son lugares distintos, ¡no antagónicos!
- El malentendido se genera por la gran influencia del platonismo en la doctrina cristiana.
Aquí empezamos a dilucidar la frase de Ladd: “ya, pero todavía no”.
- A la luz del Nuevo Testamento, el propósito de Dios se desarrolla desde la perspectiva
de dos épocas, no de dos mundos, es decir, la época actual y la venidera, no la tierra o
el cielo como lugares antagónicos18.
- El reino de Dios, que tendrá su plena manifestación en la era venidera, ha sido
anticipado mediante la encarnación, haciéndose así accesible a todo aquel que lo reciba
con fe y auténtico arrepentimiento, ¡incluso en medio de esta era perversa!
- Aquí descubrimos algo intrigante: ¡somos el pueblo de la nueva era! ¡La gente del
futuro!
- Volviendo al texto de Mateo 24:3, descubrimos ahora que la encarnación y la misión de
Cristo, en este primer gran acto redentor, no era para poner fin a esta era malvada,
todavía no, sino que tenía como objetivo marcar el comienzo de la era venidera y traer
sus bendiciones y su poder al orden actual de las cosas.
- Dos porciones de las Escrituras ayudarán a nuestra afirmación de manera efectiva:
“pero cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido
bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción
de hijos”. 19
- Y: “para hacer que todas las cosas converjan en él (Cristo), en la dispensación de la plenitud
de los tiempos, tanto las cosas del cielo como las de la tierra.” 20
- Nótese la expresión: “plenitud de los tiempos” haciendo mención a los grandes actos
redentores de Dios en la historia. Aquí vemos explícitamente las distintas etapas y
propósitos, no exclusivos, de la manifestación del reino de Dios.
- De forma sencilla, se podría decir que Dios invadió la era actual en la persona del Hijo,
salvó al hombre y anunció la llegada de la nueva era: la salvación de toda la creación
(véase Colosenses 1:13-20). En Cristo, el reino eterno, que en su plenitud redentora
viene, se hizo presente.
- Este poder lo ejerció en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y haciéndolo sentar
a su derecha en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad,
poder y dominio, y de todo nombre que pueda mencionarse, no sólo en esta época
sino también en la venidera.

18 Marcos 10:29, 30; Lucas 20:34, 35


19 Gálatas 4:4 RV 1960
20 Efesios 1:10 RV 1960

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8 _______
- Dios ha puesto todas las cosas bajo sus pies y lo ha designado como cabeza de todas
las cosas para la iglesia, que es su cuerpo, la plenitud de aquel que llena todas las cosas,
en todas y cada una de las circunstancias.21 Esta escritura afirma categóricamente que
todas las cosas están bajo el dominio de Cristo. Cristo tiene la primacía absoluta en
ambas épocas.
- Sin embargo, y a pesar de ello, la misma escritura afirma que Satanás es el “dios de este
tiempo” 22, ¿cómo conciliamos las dos cosas? Esta gracia nos fue dada en Cristo Jesús desde
los tiempos eternos, y ahora es revelada por la manifestación de nuestro Salvador, Cristo
Jesús. Ha hecho inoperante la muerte y ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad a través
del evangelio.23
- La llegada del reino de Dios en la Persona de Cristo, “hizo inoperante la muerte”, siendo
ésta la gran fuerza opositora al sabio y único Dios y a su buena creación
- El término griego original para “inoperante” es “καταργεω”, transliterado como
“katargeo”, que tiene como significado básico: derrotar, privar de fuerza o influencia,
poner fuera de combate.
- La muerte ha sido conquistada, pero no desterrada, dicha obra se consumará en la
manifestación escatológica del reino de Dios 24.
- Por último, veamos tres textos en secuencia para concluir nuestro razonamiento lo más
claramente posible:
“Entonces vendrá el fin, cuando Él (Cristo) entregue el reino a Dios, el Padre, después de
haber destruido todo dominio, autoridad y poder. Porque debe reinar hasta que todos sus
enemigos sean puestos bajo sus pies. El último enemigo por destruir es la muerte.” 25

“Así pues, ya que los hijos tienen una participación común en la carne y la sangre, de éstas
también Él (Cristo) tomó parte, para destruir con su muerte al que tiene el poder de la
muerte, es decir, al diablo.” 26

“Porque sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él (Cristo), para que el
cuerpo del pecado sea destruido y ya no seamos esclavos del pecado.” 27

- A la luz de estas referencias podemos ver de nuevo las etapas del propósito divino y el
triunfo glorioso del reino de Dios.
- Según Pablo, el último enemigo a vencer es la muerte; y desde la perspectiva de la
narración bíblica, el diablo y el pecado, junto con la muerte, son los principales
enemigos de Dios, de sus criaturas y de su creación.
- La palabra “katargeo” aparece en los tres textos como “destruir” y enfatiza la realización
de la victoria sobre el mal, aunque espera el juicio completo en la consumación de esta
era.

21 Efesios 1:20-23 RV 1960 25 1 Corintios 15:24-26 NVI


22 2 Corintios 4:3, 4 26 Hebreos 2:14 RV 1960
23 2 Timoteo 1:9, 10 NVI 27 Romanos 6:6 NVI ver en concordancia Hebreos 9:26

24 Apocalipsis 20:10, 14

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- Así, los creyentes son liberados del miedo a la muerte 28, pueden disfrutar de la belleza
de la vida, tienen poder contra las fuerzas del mal 29 y ya no están esclavizados por el
pecado, ¡por lo que deben caminar en una vida nueva! 30.
- En palabras de George Eldon Ladd: La misión del Reino de Dios es la destrucción de la
muerte. Sin embargo, el Reino de Dios también debe destruir a todos los demás enemigos,
incluidos el pecado y Satanás [...]. Sólo cuando la muerte, el pecado y Satanás sean
totalmente destruidos, los hombres redimidos conocerán las bendiciones perfectas del Reino
de Dios.
- ¡Qué verdades tan gloriosas!
- Sin embargo, esto no agota el papel de la Iglesia; no estamos llamados a una esperanza
pasiva o innata, sino que se nos anima a acelerar la consumación de esta era. ¿Cómo?
• “esperando y acelerando la llegada del Día de Dios”.31
• “Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las
naciones. Entonces llegará el final.” 32

- Antes del último gran acto redentor de Dios en la historia, Él volverá a identificar, sacar
y juzgar el mal para el bien – “porque la maldad aumentará”. 33
- Esta fue la razón por la que Cristo comparó los últimos días con los “días de Noé”,
cuando el juicio de Dios tenía un aspecto global, no sólo local, resultado del ápice de la
maldad 34.
- Sin embargo, de ninguna manera debemos asumir una postura fatalista ante tales
hallazgos, es precisamente aquí donde recibimos el mayor estímulo que se encuentra
en las Sagradas Escrituras para cumplir nuestra misión.
- En ninguna otra parte de las Escrituras encontramos la expresión “entonces vendrá el
fin”; por lo tanto, aquí tenemos la clave para acelerar el gran y terrible día del Señor, el
día en el que llevará a cabo la expresión total y completa de Su Propósito Eterno 35.

D. Un Reino Para Este Mundo


Recordemos las palabras de Cristo a Pilato, mi Reino no es de este mundo 36. A la luz de
todo lo que se ha dicho aquí, es evidente que no hay lugar para el dualismo: ¡es
precisamente porque no es de este mundo, que el reino de Dios es para este mundo! Sólo
un reino trascendente puede curar las heridas de esta época perversa.

28 Hebreos 2:15 RV 1960 33 Mateo 24:13 RV 1960


29 Marcos 16:17, 18 RV 1960 34 Génesis 6:5; Mateo 24:37 RV 1960
30 Romanos 6:4 RV 1960 35 Efesios 3:11 RV 1960

31 2 Pedro 3:12 RV 1960 36 Juan 18:36 RV 1960

32 Mateo 24:14 RV 1960

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