Está en la página 1de 2

Max Weber.

Las clases y el poder


En sus escritos Max Weber clasificó teóricamente los distintos agrupamientos sociales modernos, y los
distinguió de los antiguos, pero advirtió sobre su supervivencia o adaptación a las condiciones sociales
actuales. Weber también ideó un sistema de clasificación social, que pusiera el acento en la distribución
del poder en los grupos sociales, opuesto al que atendía solo a la posición económica de los actores,
En primer lugar distinguió la ´situación de clase’ de la ´situación estamental’. La situación estamental de un
individuo hace referencia a las evaluaciones que otros hacen de él, atribuyéndole prestigio social. Las
personas que conforman un estamento comparten ´un modo de vivir’ específico y son conscientes de su
situación común.
El estamento se caracteriza por otorgar a sus integrantes: protección de privilegios (positivos y negativos)
en la consideración social; modo de vida; educación; prestigio hereditario o profesional. La situación
estamental es comunitaria. El estamento se convierte en una casta cuando, además de poseer privilegios
jurídicos, incluye ciertos rituales secretos para ingresar en él, como modo de lograr una separación mayor
de los otros miembros de la sociedad.
La situación de clase deriva del poder de disposición (posesión) de bienes y servicios en el mercado, y de su
utilización para la obtención de rentas o ingresos. Para Weber compartían una situación de clase todas
aquellas personas que valorizan los mismos bienes en el mercado, sean sus propiedades o la venta de su
capacidad de trabajo. La lucha de los que venden este ´bien’ en el mercado los lleva a asociarse para
defender su precio.
Weber entendía a los grupos humanos en igual ´situación de clase’ como los que podían, potencialmente,
emprender una acción comunitaria y transformarse en clase social. Distinguía entre ellas:
● Clase propietaria que podía ser positivamente privilegiada en el caso de tener privilegios
monopólicos en el acceso al mercado como rentistas y acreedores; clase propietaria negativamente
privilegiada si se tratara de deudores o pobres en general.
● Clase lucrativa (o comercial) positivamente privilegiada como comerciantes, industriales, banqueros
o clase lucrativa negativamente privilegiada si son trabajadores, funcionarios públicos y privados,
artesanos independientes, campesinos, profesionales sin propiedad.
● Clase social: se transformaban estas clases en ‘sociales’ si se hacían conscientes de sus intereses
comunes.
Una clase que devenía en clase social transformaba su situación de clase en una situación estamental,
debido a que su organización para defender sus bienes en el mercado supone que ha desarrollado formas
comunitarias de asociación. Es decir que se ha reunido, comparte problemas comunes y ha creado y
conseguido, a través de su lucha, ciertos privilegios para quienes pertenecen a ella, como el acceso a la
educación o la defensa del precio de su trabajo (salario). O sea que ha creado modos de vida compartidos e
instaurado criterios de pertenencia a su grupo.
Por ˙último, como Weber estaba preocupado por la distribución del poder en la sociedad, incluye en su
clasificación al partido. Con este término designa a los asociados voluntariamente, que pretenden
conseguir el control de una organización con el fin de dirigirla políticamente. Partidos pueden existir en
cualquier asociación, sea un club de deportes, un sindicato o el Estado.

La sociedad posindustrial
El concepto de sociedad posindustrial intentó dar cuenta de las transformaciones operadas en la
estructura social en la segunda mitad del siglo XX. El investigador norteamericano Daniel Bell presentó en
1973 el libro El advenimiento de la sociedad posindustrial. En este texto se definen algunas de las
características centrales que identifican actualmente las sociedades de los países occidentales.
La sociedad posindustrial se distingue por las siguientes características:
● Un cambio en la economía, ya que aumenta la producción de servicios (finanzas, turismo,
transporte, educación, comercio, sanidad) como principal actividad.
● En consonancia con lo anterior, la mayoría de las personas se dedica a trabajar en servicios. Se
incrementa la cantidad de profesionales o técnicos en áreas específicas.
● Los conocimientos (el know how) se transforman en la principal fuente de innovación.
La emergencia de este nuevo tipo de estructura social pone en cuestión, para el autor, la distribución de la
riqueza, el poder y el estatus. Ahora estas variables no son dimensiones pertenecientes o adheridas a las
diferentes clases, en base a las cuales definen su identidad y se diferencian de las otras (permitiendo su
estratificación), sino que las diferentes clases (sin distinción) comparten los mismos valores y aspiraciones.
Para Daniel Bell, la utopía de Saint-Simón de organizar una sociedad gobernada por los portadores del
conocimiento científico y las habilidades para su aplicación técnica en la industria, no se había realizado en
el siglo XIX; pero ahora se volvía posible, gracias a transformaciones operadas en la tecnología, en los
medios de comunicación y su influencia en la cultura.

André Gorz: ‘Adiós al proletariado’


En su libro Adiós al proletariado (1980) André Gorz concluyó que mientras en el mundo el trabajo
asalariado se destruye, seguimos sosteniendo conceptos naturalizados en el siglo XIX y principios del siglo
XX que ya no se corresponden con nuestra experiencia. Entonces es necesario redefinir el concepto de
trabajo como actividad constitutiva del hombre en sociedad. La crisis del trabajo asalariado implica la
destrucción de la vieja sociedad y de este concepto de trabajo.
Para ejercer su crítica a la noción moderna de trabajo, André Gorz revisó las características centrales que
Marx le había otorgado. Según sus cualidades, el trabajo asalariado se ejerce: por cuenta de terceros; a
cambio de un salario; según formas y horarios fijados por el que paga, y orientado a fines que el asalariado
no ha elegido por sí mismo. Esta forma de trabajo supone una determinada división del trabajo social, un
sistema de precios, una moneda convencionalmente aceptada para los intercambios y una forma de
producción, distribución y consumo.
Para esta definición, el trabajo no es algo que ´se hace’ sino algo que ´se tiene’.
Cuando las transformaciones operadas en la estructura social hacen que la población de los países
occidentales soporten una desocupación permanente del 15 al 30%, Gorz plantea que pese a las penurias
económicas que esto produce, nos ofrece la posibilidad de recuperar al trabajo como una actividad en que
podemos despertar nuestra creatividad, que no depende del capitalista para que la tengamos, sino de
nuestras propias iniciativas autónomas.

Jeremy Rifkin: ‘El fin del trabajo’


En el texto El fin del trabajo Jeremy Rifkin afirma que actualmente estamos presenciando una Tercera
Revolución Industrial, que se caracteriza por el reemplazo de la mano de obra por tecnologías informáticas.
La consecuencia de esta revolución es que cada vez se necesita un n˙mero menor de trabajadores para
producir lo necesario para la sociedad.
La innovación tecnológica siempre fue una característica del capitalismo, pero mientras en el pasado
siempre alguna otra rama de la industria absorbía a los trabajadores despedidos, ahora éstos se
encuentran definitivamente afuera del mercado laboral. El único sector productivo emergente de esta
nueva revolución es una élite de empresarios, científicos, técnicos, programadores y profesionales
altamente calificados.
Una de las consecuencias de esta nueva revolución es la polarización de la sociedad en dos sectores: una
minoría incluida en la élite de profesionales altamente calificados y los empleos producidos alrededor de
los servicios consumidos por ellos y, por otro lado, una inmensa mayoría que se encuentra virtualmente
´fuera del sistema’, ya que las posibilidades que tiene de integrarse a la nueva sociedad son insignificantes.

También podría gustarte