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ISP N°4 ”Ángel Cárcano”

Lengua y Literatura

Seminario de la problemática de la literatura y las artes


contemporáneas

Adriana Goye

19/06/2019

Trabajo práctico N° 1: Modernidad-Posmodernidad

Fiorella Walker

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Introducción
En el presente escrito se abordará al eje central “modernidad-posmodernidad” bajo el
marco teórico de los siguientes textos con sus respectivos autores. ¿En qué sociedad
vivi(re)mos? Tipos societales y desarrollo en el cambio de siglo Manuel Antonio
Garretón (1998); “El avance de la insignificancia” C. Castoriadis; “Estamos en la era de
los nómades y las tribus” Maffesoli (2009); “La historia no terminó: las ideas siguen
levantando fronteras” Fernando Savater; “La globalización” Bauman (2001). Dichos
autores mantienen una postura frente esta cuestión y entablan relaciones en las dos
líneas de pensamiento bien definidas acerca de una modernidad continua
transformada y la culminación de la modernidad, cuyo reemplazo es la posmodernidad
con sus diferentes características. A continuación se hará una reconstrucción de los
aportes más importantes de los autores mencionados y posteriormente, a modo de
conclusión, las relaciones que existen relacionados al eje y las dos líneas de
pensamiento expuestas. En el caso del texto fuente, Garretón habla sobre un contexto
en el que la modernidad continúa, y tiene fuerte relación con la globalización de
Bauman, quien postula una sociedad post-industrializada globalizada. Por su parte,
Castoriadis menciona una crisis de la sociedad moderna, y Maffesoli introduce el
término de posmodernidad para referirse a la nueva sociedad que emergía
posteriormente a la modernidad.

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Capítulo 1: Continuidad sobre la división.
El artículo de Manuel Antonio Garretón ¿En qué sociedad vivi(re)mos? Tipos
societales y desarrollo en el cambio de siglo (1998) interioriza sobre las
trasformaciones de la modernidad y de los procesos de desarrollo o de constitución
de las diversas modernidades. Ello constituye el fenómeno principal del fin de siglo y
marcará el próximo. Menciona a la sociedad actual como una mezcla, entre dos
societales la sociedad industrializada, donde se tiene una correspondencia entre
economía, organización social, cultura y política en un espacio determinado, que se
llama sociedad y que, para ser más precisos, tiene una frontera y esa frontera está
definida por lo que llamamos polis, El principio de cambio, avance o transformación de
esta sociedad, era el concepto de desarrollo, entendido básicamente como el
crecimiento de la producción y la expansión de la distribución de beneficios y la
sociedad post-industrializada globalizada se organiza en torno a la comunicación y al
consumo. El lugar de encuentro de las personas se traslada de la fábrica a los «mail» y
a los espacios públicos creado por los medios de comunicación de masas.

Esta sociedad post-industrial globalizada, se origina en dos fenómenos


fundamentales. Uno, es la llamada globalización y que tiene una dimensión económica,
básicamente financiera; una dimensión cultural, básicamente comunicativa; y una
dimensión política de debilitamiento del Estado nacional en manos de las dos fuerzas
anteriores.

En este tipo societal no se han producido instituciones sólidas como las que
había en la sociedad industrial de Estado nacional, ya que en esta sociedad, las
instituciones no se corresponden con los principios, ni las éticas con las normas
morales o éstas con los comportamientos, pasando a predominar la ética de la
intersubjetividad por encima de la tradición, la religión o los principios absolutos
inamovibles. Todo esto demuestra que este tipo societal no constituye por sí mismo
una polis, un estado.

En la sociedad industrial de Estado nacional, las formas de exclusión


coincidieron con la dominación, la opresión, la explotación. En la sociedad post-
industrial globalizada, además de aquel tipo de exclusión, pueden ser excluidos

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quienes han terminado su educación media, es decir, las exclusiones se juegan,
además del nivel de acceso a las instituciones en el plano de la calidad de éstas.

El principio de transformación de este tipo societal ya no es el crecimiento


económico y distribución de sus beneficios, sino la calidad de la vida o la felicidad que
combina conceptos universales (la globalización de los Derechos Humanos) con las
propias percepciones y aspiraciones de los muy diversos grupos humanos.
El autor aclara: “llamar «post moderno» a este tipo societal post-industrial
globalizado, nos parece un error, porque la cuestión esencial de la modernidad, cual es
la constitución de sujetos, sigue vigente, sólo que ello se hace con una expansión de las
vertientes expresivas y de memoria colectiva más allá de la vertiente puramente
racionalizante de la sociedad industrial de estado nacional. Estamos frente a un tipo
societal enteramente moderno, donde incluso los elementos adscriptos, tradicionales
o religiosos tienden a desprenderse de su dimensión natural, atávica y meta social y a
constituir sujetos históricos. sólo que se trata de un tipo de modernidad distinta:
modernidad post-industrial globalizada y no modernidad industrial de estado nacional.
Más adecuado, sin embargo, es hablar en plural, porque estamos frente a la
sustitución de «la» modernidad por las modernidades o diversos modelos de
modernidad en diversos tiempos y espacios socio-históricos.” (pág. 6)

Es necesario esclarecer que la sociedad industrial de Estado Nacional no


desaparece, sino que se transforma al captar las problemáticas de algunos fenómenos
y temáticas emergente.

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Capítulo 2: Crisis sociales
Castoriadis presenta a la sociedad moderna en descomposición que manifiesta
diferentes crisis, en la que se confunden las clases, en la que se manifiestan los
fracasos duraderos de las políticas, y el único pilar que resiste en este tipo de sociedad
es la resiliencia de las instituciones capitalistas y liberales y de las enormes reservas de
todo tipo ya acumuladas. La economía luego de la guerra mundial fue desfavorable
para los trabajadores, puesto que la ineficiencia de los gobiernos de turno hizo que se
aplicaran políticas que generaron más desempleo y alza de precio, provocando
bolsones de pobreza y miseria relativa en países industriales.

El autor nos dice que en dicha sociedad, existe un movimiento de


despolitización y privatización., la política se convierte en un inmenso Aparto
burocrático que es el Estado moderno, enmarcado dentro de una sociedad que pierde
interés por sí misma.

Otra de las cuestiones relevantes que presenta el autor, es el quiebre entre las
relaciones sociopolítica, en la cual los partidos políticas decaen por el desfallecimiento
ideológico. Los sindicatos comienzan a defender intereses corporativos y no a sus
miembros.

Otra de las crisis que presenta, es la de enfrentar el desinterés por la educación


por parte de docentes y alumnos. Los jóvenes se encuentran en un presente en el cual
las normas y los valores son reemplazados por el nivel de vida, el bienestar, el confort
y el consumo. Y, en relación a la cultura opina:: “La cultura pasada ya no está viva en
una tradición, sino que es objeto de saber museístico o de curiosidades mundanas y
turísticas reguladas por las modas”.

La última manifestación que propone el autor de la crisis de las sociedades


contemporáneas es el derrumbe de la autorrepresentación de la sociedad, es decir, el
quiebre en las significaciones imaginarias sociales como las normas, los valores, los
mitos, proyectos, tradiciones, etc. debido a que estas ya no proveen a los individuos
las referencias y motivaciones para hacer funcionar a la sociedad y seguir siendo ellos
mismos. El autor sostiene: “La sociedad presente no se acepta como sociedad, se
sufre a sí misma. Y si no se acepta, es porque no puede mantener o forjarse una

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representación de sí misma que pueda afirmar o valorizar, ni puede generar un
proyecto de transformación social al que pueda adherir y por el cual quiera luchar”.

Menciona además, las diferentes características de las sociedades


contemporáneas que producen su deterioro, y son las siguientes:

- Sociedades vacías de significaciones, donde lo valorable es la


posesión de dinero, la exposición en medios de comunicación y el poder.
- Democracia como una oligarquía liberal. Existen libertades que
tienen relación directa con el disfrute provocando cierto individualismo que
también puede reproducir conductas determinadas por el campo histórico-
social.
- El hombre contemporáneo se refugia en la acumulación
laboriosa de sus ratos libres, en una rutina cada vez más repetitiva y cada vez
más acelerada.
- Privatización de los individuos, traducido en la apatía por la
política.
- El empresario del capitalismo es sustituido por una burocracia de
ejecutivos.
- La tecnociencia se ha vuelto autónoma, es decir, nadie controla
su evolución y su orientación. Se inventa todo lo que se pueda inventar, se
produce todo lo que pueda ser producido; las necesidades llegarán luego. Este
pseudo manejo de la tecnología otorga cierto poder absoluto en los individuos,
la cual hay que disipar.
- Vacío en la educación.

Para culminar, el autor considera la crisis de las sociedades modernas como


un avance a la insignificancia, es decir, una crisis de la crítica que se traduce en que
todo se transforma en insignificante. Por ejemplo, el sistema y los medios educan a
la gente de manera tal que no puedan interesarse finalmente por algo que supere
algún segundo o, en rigor, algunos minutos. Y menciona además, los factores que
producen la crisis como la desaparición del conflicto social y político, de las
significaciones, la pérdida casi total de los valores, y la resistencia de la valoración

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del dinero, la corrupción naturalizada en el sistema político-económico, se
transformó en un rasgo estructural, sistémico, lo que provoca un desconcierto en
la concepción de ciudadano. Los roles sexuales se disolvieron, el conformismo y su
estrecha relación con el consuma, la política, con las ideas en la cultura. Por otro
lado, rescata la autocrítica de occidente al responsabilizarse de los errores
cometidos a lo largo de la historia.

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Capítulo 3: Causas primordial del quiebre
Maffesoli sostiene que el modernismo culmina a causa de una saturación de los
grandes valores que lo compusieron (progreso y dominio de la razón). Y radica en el
momento que se produce una fatiga o hartazgo que vuelve a producir una
recomposición dando origen al posmodernismo.

El posmodernismo, tal como lo llama el autor, se caracteriza por la


acentuación en el presente, por el retorno del afecto, del sentimiento y de lo
festivo, es decir, lo que es importante es estar juntos por el simple hecho de estar
juntos. Es por esto que se produce un resurgimiento de las llamadas tribus, que
antes ya esxístian, pero ahora vuelven a resurgir, como pueden ser tribus sexuales,
musicales, artísticas, deportivas, culturales, religiosas, etc. Además, incorpora una
característica al individuo, denominándolo nómade, es decir, puede pertenecer a
diferentes tribus. Y de aquí la alusión a la anterior consideración del hombre,
entendido como un cuerpo social homogéneo (la Republica), que ahora es
fragmentario. Siguiendo con el concepto de tribu, el autor agrega la denominación
de cenestesia que consiste en que después de números aprendizajes, de errores y
de caídas, se producirá una cenestesia del cuerpo humano, es decir, que las
diferentes tribus sabrán organizarse según sus necesidades y las del resto hasta
alcanzar un equilibrio. Este ajuste que vendrá, según el autor, se producirá gracias
Internet.

Retomando el concepto de saturación, el autor lo relaciona con la política,


puesto que se ah convertido en algo demasiado abstracto que ha dejado de tener
sentido para el hombre, por lo que provoca un rechazo en la nueva sociedad.
Ahora, se reduce al localismo, es decir, se produce un interés por el barrio, la calle
en que se vive, la vida local.

Por último, menciona a Latinoamérica como el laboratorio del


posmodernismo debido a la importancia que se le otorga al cuerpo, la teatralidad
en todos los actos de la vida, la importancia del presente, del carpe diem, de la
relatividad de lo prometeico (progreso), de la importancia de lo dionisiaco (fiesta),
del mestizaje de nacionalidades, culturas y etnias diferentes.

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Capítulo 4: La Posmodernidad como fenómeno que renace luego
de un hecho histórico
Savater señala un hecho histórico como responsable de un vaivén ideológico
que provoca una nueva sociedad arraigada al consumo en la que todo fluye: de la
modernidad liquidada a la modernidad líquida.

Cuando cayó el muro de Berlín, que separaba a los adversarios de la Guerra


Fría, se caen también los perfiles más rocosos de las Ideas mayúsculas opuestas. Y da
comienzo a la posmodernidad.

En este período, el pensamiento se debilitaba y aprendía a coexistir. Las


creencias religiosas se hicieron compatibles con unas líneas de pensamiento científico
igualmente pragmáticas y avallasadoras.

Habla de una cuestión resonante como es la globalización y remonta su origen


muy atrás. La globalización es la consecuencia del aumento de los medios de
comunicación y los medios de transporte. El mundo funciona globalmente, pero cada
vez aumenta la idea de la identidad, de individualismo, de tener la ilusión de un
destino. Esto encamina moralmente lo que podemos hacer, lo que debemos prohibir y
las compañías que nos favorecen o nos perjudican.

Afirma que globalización, identidad, religión o internet son terrenos sobre los
que la sociedad libra hoy crudos combates ideológicos y, concluye que el vaivén de las
ideas no cesa ni se amortigua, sino que al contrario, la web y sus blog innumerables lo
han acelerado hasta lo vertiginoso. Como cualquiera puede colgar sus criterios en la
red, incluso sin fundamentarlos, hay una generación que supone que todos valen por
igual.

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Capítulo 5: GLOBALIZACIÓN
Z. Bauman, aborda la globalización como un fenómeno complejo que abarca de
manera global a las personas, y sus respectivas consecuencias del mundo globalizado.
Entiende que la "compresión tiempo/espacio" es uno de los procesos que permite
explicar más fielmente las continuas transformaciones que produce la globalización.
Dice que la distinción de ambos términos, es la que a su vez los unifica.

Dentro de un contexto donde emergen los negocios, las finanza, el comercio y


la información, se origina una división de estratos, característica de nuestra época
moderna tardía, donde la mercancía es escasa y distribuida de manera desigual. Esta
división se traslada a la denominación que presenta el autor como globales,
refiriéndose a las élites y, locales al resto de la población que se encuentra al margen
de depender de las decisiones de los globales. Ser local en un mundo global representa
una de las consecuencias de la globalización que parte de la degradación social, hasta
la propia marginación.
De aquí, la propiedad privada es el escenario de desigualdad, ya que se
compone de inversores, en el punto más alto, y por debajo los trabajadores y sus
referentes. También, es el desencadenante de la liberación de las delimitaciones
territoriales, denominada guerra de la independencia del espacio, lo que significa que
los dueños de la propiedad privada tienen cierta movilidad que los trabajadores
carecen. Esta cuestión desemboca en la nueva libertad del capital encarnada en los
propietarios ausentes que, al no estar sujetos al espacio ni a ninguna otra
determinación geográfica, se encuentran en libertad para trasladarse allí donde
anticipen la probabilidad de mejorar sus utilidades, despojándose al mismo tiempo de
todas sus obligaciones laborales, fiscales, contraídas tradicionalmente con la
comunidad, la nación o el lugar en donde se invertía.
Además, en una modernidad temprano capitalista, los recursos de la propiedad
terrateniente son líquidos, por lo que no tienen límites reales ni sólidos, los únicos
eran los que el poder administrativo impusiera sobre la libertad del movimiento del
capital y el dinero, por esta razón, la movilidad es un factor codiciado, ya que es el
factor que construye y reconstruye las jerarquías políticas, sociales y culturales

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En este nuevo mundo global, recae otra consecuencia, con la decadencia del
progreso. Antes, los empleos eran fijos, de tiempos prolongados que otorgaban
estabilidad, pero ahora, los empleos son temporales, ya que existe una mayor cantidad
de mano de obra capacitada para determinado puesto de trabajo. Por eso decimos,
que el progreso desciende por la presencia de un hombre líquido que vive el
momento, sin certeza laboral que perdure en el tiempo y sin planes a largo plazo.

Retomando la libertad de movimientos, y al volver la mirada hacia un la


historia, podemos ver que las nociones de “adentro y afuera” no eran delimitaciones
precisas, sino derivados conceptuales de “los límites de velocidad”, en términos más
generales, las restricción de tiempo impuestas a la libertad de movimiento. Éste es un
puntapié inicial para desarrollar lo que el autor denomina “fin de la geografía”. En el
mundo real, las distancias ya no importan, ya que lejos de ser objetiva, impersonal,
física, establecida, es un proceso social y su magnitud varía en función de la velocidad
empleada para superarla. Las oposiciones “interior-exterior”, “aquí, allá”, “cerca-lejos”
registran el grado de sumisión, domesticación y conocimiento de los diversos
fragmentos (humanos y no humanos) del mundo circundante. La denominada
comunidad locas nace de la oposición entre el “cerca” que denota familiaridad,
interacción diaria, la idea de cercano representa ausencia de problemas, todo se
resuelve en los usos adquiridos, puesto que son etéreos y no exigen de esfuerzo. Por
su parte, lo lejano es una experiencia perturbadora, es salir a lo desconocido, donde
suceden cosas que no se puede anticipar.

Una de las características de la historia moderna es el progreso constante de


los medios de transporte, en este campo se han producido cambios drásticos; el
progreso se da en la producción masiva de nuevos medios de transporte: trenes,
automóviles, aviones. La masiva producción fue el motivo principal que dio lugar al
típico proceso moderno en el que erosionan y socavan todas las “totalidades” sociales
y culturales arraigadas. Un factor técnico de la movilidad es el transporte de la
información, en el que la comunicación no requiere transportadores físicos, sino que
su traslado es independiente así como los objetos sobre los cuales se informaba, así el
movimiento de la información sufrió una gran aceleración en relación a los cuerpos o
los cambios de las situaciones sobra las cuales informaba.

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El espacio moderno, creado por la ingeniería, debía ser resistente, sólido,
permanente y no negociable, para los autores modernos, la clave para imponer orden
en una sociedad consistía en organizar el espacio. Para ellos, la totalidad de la sociedad
debía estar fragmentada mediante jerarquías pertenecientes a cada localidad, y
supervisadas por una autoridad supralocal del estado. Sobre este espacio artificial y
arquitectónico, el surgimiento de la red global de información, requiere de un tercer
espacio cibernético que supone una nueva velocidad, una nueva polarización que
emancipa a ciertos humanos de las restricciones territoriales a la vez que despoja del
territorio y por ende, de su valor e identidad, mientras que la élite móvil incorpora
poder a mayor velocidad volviéndose inalcanzable para los que están atados al mundo
físico. Esta vivencia del poder sin territorio, la ausencia del cuerpo físico se registra la
“nueva libertad” corporizada en el “ciberespacio”.

En este espacio, las normativas son inapelables y no existe algún


cuestionamiento a la autoridad, por ello, los poderosos no necesitan cuerpos ni armas
materiales, no necesitan vínculos con el medio terrenal para asegurar su poder, sino
que requiere es estar aislados de la localidad que al extraer el significado de lo social y
trasladarlo al ciberespacio no es más que un terreno físico, que también necesita ser
asilado para garantizar la inmunidad de las intromisiones locales en la “seguridad” de
las personas. Por consiguiente, la desterritorialización del poder va de la mano con la
delimitación cada vez más estricta del territorio. De aquí, una nueva categorización
para las áreas urbanas, la de los “espacios prohibitorios”. Los territorios urbanos son el
campo de batalla de una guerra por el espacio, y su estallido es la impotencia de los
habitantes de las áreas separadas, cada vez más marginadas, porque quedan “afuera”
y se les impide el acceso. Estos hechos se transmiten como violaciones de la ley y el
orden, pero que en realidad son reclamos territoriales. Cabe aclarar, que las
fortificaciones construidas por la élite y la autodefensa mediante la violencia por parte
de los excluidos se refuerzan mutuamente.

Bauman explica que, actualmente, todos estamos en movimiento, la distancia


ya no es un factor de gran relevancia, el espacio es rechazado y negado. La tecnología
hace que podemos entrar y salir de lugares hasta extranjeros y a gran velocidad. Así,
permanecemos quietos físicamente pero constantemente en movimiento.

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El autor denomina sociedad de consumo, a la sociedad que ya deja de centrarse
en la “producción”, para designar la tarea a los ciudadanos de ser consumidores. .
Por otro lado, Bauman explica que para el éxito de las industrias de consumo, la
satisfacción que siente el consumidor al adquirir algún objeto debe ser instantánea,
para que esta sensación rápidamente se desvanezca y el consumidor vuelva a
consumir. para lograr esa reducción, la clave es que los consumidores no fijen su
atención en un objeto durante mucho tiempo. De esta manera, la cultura de la
sociedad de consumo no es de aprendizaje, como la anterior, sino principalmente de
olvido.

En esta sociedad de consumo, no todos disponen de los medios para consumir.


Por ello, Bauman manifiesta que la sociedad posmoderna es una sociedad que se
agrupa en estratos sociales reconocibles de acuerdo a diferentes criterios de
categorización.

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Capítulo 6: Conclusión
Bajo la línea de pensamiento de una modernidad continua transformada se
inscriben los autores Garretón con la siguiente afirmación: ”(…) llamar «post
moderno» a este tipo societal post-industrial globalizado, nos parece un error, porque
la cuestión esencial de la modernidad, cual es la constitución de sujetos, sigue vigente,
sólo que ello se hace con una expansión de las vertientes expresivas y de memoria
colectiva más allá de la vertiente puramente racionalizante de la sociedad industrial de
estado nacional. Estamos frente a un tipo societal enteramente moderno, donde
incluso los elementos adscriptos, tradicionales o religiosos tienden a desprenderse de
su dimensión natural, atávica y meta social y a constituir sujetos históricos. Sólo se
trata de un tipo de modernidad distinta: modernidad post-industrial globalizada y no
modernidad industrial de estado nacional. Más adecuado, sin embargo, es hablar en
plural, porque estamos frente a la sustitución de «la» modernidad por las
modernidades o diversos modelos de modernidad en diversos tiempos y espacios
socio-históricos.”((pág. 6) Dicha afirmación constata la postura del autor en considerar
erróneo el cambio de término ya que siguen vigentes las cuestiones propias de la
modernidad, pero acompañada de cambios.

Bauman también menciona a una sociedad globalizada que sufre cambios y


consecuencias y describe el escenario de esta sociedad dentro de un contexto donde
emergen los negocios, las finanza, el comercio y la información, se origina una división
de estratos, característica de nuestra época moderna tardía, donde la mercancía es
escasa y distribuida de manera desigual. Esta división se traslada a la denominación
que presenta Bauman como globales, refiriéndose a las élites y, locales al resto de la
población que se encuentra al margen de depender de las decisiones de los globales.
Destacando que ser local en un mundo global representa una de las consecuencias de
la globalización que parte de la degradación social, hasta la propia marginación.

En oposición, y en límite de ambos pensamientos, la postura de Castoriadis


sostiene que la sociedad moderna sufre crisis, y emplea un término particular de
saturación como quiebre dicha sociedad. Las crisis que presenta y que se convierte en

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rasgos distintivo de esa sociedad, guardan relación con la falta de desinterés por la
política, el quiebre entre las relaciones sociopolítica, en la cual los partidos políticas
decaen por el desfallecimiento ideológico. Otra de las crisis que presenta, es la de
enfrentar el desinterés por la educación por parte de docentes y alumnos. Los jóvenes
se encuentran en un presente en el cual las normas y los valores son reemplazados por
el nivel de vida, el bienestar, el confort y el consumo. La última manifestación que
propone el autor de la crisis de las sociedades contemporáneas es el derrumbe de la
autorrepresentación de la sociedad, es decir, el quiebre en las significaciones
imaginarias sociales como las normas, los valores, los mitos, proyectos, tradiciones,
etc. debido a que estas ya no proveen a los individuos las referencias y motivaciones
para hacer funcionar a la sociedad y seguir siendo ellos mismos. Para culminar, el autor
considera la crisis de las sociedades modernas como un avance a la insignificancia, es
decir, una crisis de la crítica que se traduce en que todo se transforme en
insignificante.

Por otra parte, Maffesoli considera que la culminación de la modernidad y el


reemplazo de la posmodernidad, radica en la a saturación de los grandes valores que
lo compusieron (progreso y dominio de la razón). Y sucede en el momento que se
produce una fatiga o hartazgo que vuelve a producir una recomposición dando origen
al posmodernismo.

Así surge el postmodernismo con características como, la acentuación en el


presente, y la reivindicación de valores como la union, la unidad entre personas. Es
por esto que se produce un resurgimiento de las llamadas tribus, que antes ya
esxístian, pero ahora vuelven a resurgir, como pueden ser tribus sexuales, musicales,
artísticas, deportivas, culturales, religiosas, etc. Además, incorpora una característica al
individuo, denominándolo nómade, es decir, puede pertenecer a diferentes tribus. Y
de aquí la alusión a la anterior consideración del hombre, entendido como un cuerpo
social homogéneo (la Republica), que ahora es fragmentario

Retomando el concepto de saturación, el autor lo relaciona con la política,


puesto que se ah convertido en algo demasiado abstracto que ha dejado de tener
sentido para el hombre, por lo que provoca un rechazo en la nueva sociedad.

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Ahora, se reduce al localismo, es decir, se produce un interés por el barrio, la calle
en que se vive, la vida local.

Savater afirma que la sociedad se basa en los principios de globalización,


identidad, religión e internet. Nace una nueva sociedad arraigada al consumo en la que
todo fluye: de la modernidad liquidada a la modernidad líquida.

En este período, el pensamiento se debilitaba y aprendía a coexistir. Las


creencias religiosas se hicieron compatibles con unas líneas de pensamiento científico
igualmente pragmáticas y avallasadoras.

La idea más reproducida en las últimas décadas es la de globalización, aunque


pronto se vinculó a la maximización especulativa de beneficios y la deslocalización de
empresas su origen se remonta muy atrás. La globalización es la consecuencia general
de la hipertrofia (aumento) de los medios de comunicación y los medios de transporte.

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Bibliografía

Bauman, Z (2001) La globalización: consecuencias humanas. México: Fondo de cultura


económica.

Castoriadis, C. (s.f.) Capítulo 1: “La crisis de las sociedades occidentales”, capítulo V: “El
deterioro de Occidente” y, capítulo VI: “el avance de la insignificancia”.
Editorial: EUDEBA.

Corradini, L (25 de marzo de 2009) “Estamos en la era de los nómades y las tribus” dice
Maffesoli. La Nación. Pp 1-3

Garretón, M.A. (1998) En qué sociedad vivi(re)mos? Tipos societales y desarrollo en el


cambio de siglo. S.L.S.E

Savater, F. (s.f.) La historia no terminó: las ideas siguen levantando trincheras. Clarín.
pp 1-2

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