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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL

PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


U.B.V ALDEA ARTURO SARCOS VILLENA
MARACAY ESTADO ARAGUA

Tema 1 Economía, economía social y economía popular. Similitudes, diferencias


y consideraciones críticas.

(ECONOMÍA SOCIAL Y DESARROLLO ENDOGÉNO SUSTENTABLE)

PROFESORA:
ALUMNA:
VIRGINIA RIVAS SUSANA
CAZORLA
V-32719071
ECONOMÍA SOCIAL:

A menudo, los términos economía social, tercer sector y economía solidaria se utilizan
como sinónimos. Sin embargo, estos términos se refieren a modelos de organización
que no son iguales y que realizan diferentes tipos de actividades.

 La economía social se refiere al conjunto de actividades económicas y


empresariales privadas que persiguen el beneficio económico y social de sus
miembros o de la comunidad en la que operan.
 El tercer sector lo conforman asociaciones o fundaciones privadas que se
ocupan de organizar servicios y prestaciones sobre todo de carácter social.
 La economía solidaria, por su parte, es un concepto según el cual la economía
debe funcionar en base a principios fundamentados en la solidaridad, la
confianza, la cooperación y el trabajo colectivo, dando prioridad a las personas
y su bienestar individual y colectivo.

ECONOMÍA POPULAR:

La economía popular surge cuando los sectores excluidos del mercado laboral crean
su propio trabajo. En algunos casos también crean sus propios circuitos de
comercialización, como ferias o venta ambulante. No se trata de casos aislados, sino de
un fenómeno que está presente en todos los países del mundo y abarca a una gran parte
de la población. Si bien es producto de la exclusión que genera el desarrollo actual del
capitalismo, la economía popular no está completamente separada de la economía
global de mercado. Los puntos de conexión son múltiples, tanto al nivel de la
producción como del consumo.

Trabajadores de la Economía Popular

Toda persona que de manera independiente, ya sea en forma individual y/o colectiva,
realiza una actividad creadora y productiva por cuenta propia. El concepto de
trabajador de la economía popular excluye expresamente cualquier individuo bajo
relación laboral de dependencia, sea ésta registrada o no registrada, del sector público
o privado. Sin embargo, es importante entender que muchas conquistas de este sector
laboral están vinculadas a programas sociales con financiamiento estatal, pero esto no
implica que sean trabajadores del estado, y por ende, siguen siendo trabajadores de la
economía popular.

Unidades económicas populares

Las unidades económicas son el conjunto de los medios de trabajo necesarios para
generar ingresos. En la economía popular encontramos unidades económicas con
características muy diferentes. Puede ser una empresa recuperada, con una gran
infraestructura y cientos de trabajadores agrupados, o un cuidacoches, que trabaja
solo y usa un trapo como herramienta.
Son unidades económicas populares las siguientes entidades: cooperativas de trabajo,
agrupaciones de microemprendedores, emprendimientos comunitarios, clubes del
trueque, ferias y mercados asociativos populares, redes de comercio justo,
organizaciones de microcrédito, empresas recuperadas, redes de consumo responsable,
grupos comunitarios de base, medios de comunicación comunitarios, núcleos de
agricultura familiar, comunidades de pueblos originarios u otras organizaciones libres
del pueblo sin fines de lucro, cuyas actividades se encuadren dentro de este marco y sus
trabajadores no revistan carácter dependiente.

Se diferencian según estos 4 puntos:

 Espacio de trabajo (rural, urbano, calle, domicilio, barrio, etcétera)


 Rama de actividad económica o sector (comercio, construcción, reciclado,
rural)
 Relaciones Laborales (familiar, comunitaria, patronal)
 Forma Legal (informal o formal)

ECONOMÍA NEOLIBERAL EN VENEZUELA:


SURGIMIENTO DE LA ECONOMIA MIXTA Y SU PASO A LA LIBERAL: SIGLO
XX:
Lo que quedó de los sueños optimistas de la belle epoque descuartizados por la
Primera Guerra Mundial y la crisis del capitalismo provocada por el crack de la bolsa de
Nueva York en 1929, terminó de sucumbir a consecuencia de la Segunda Guerra. La fe
en el progreso, la Razón, la tecnología y la democracia, en el carácter progresivo del
proceso civilizatorio, compartida desde los marxistas hasta los positivistas, se
desplomó. El sistema capitalista quedaba acusado de las más grandes devastaciones
realizados por el hombre, con pocos argumentos para defenderse. La economía del
laisser faire, el prestigio del liberalismo y las instituciones representativas reciben una
derrota cultural de tales proporciones, que provocaría un cambio en la marcha de las
principales tendencia social y cultural del siglo y pasarían muchas décadas para
comenzar a recuperarse. Europa estaba destruida y sus fuerzas económicas endógenas
eran incompetentes para enfrentar los problemas que generaban: desempleo, pobreza,
crisis, y violencia. La cultura general y la cultura política impugnan el orden social, tal
como ocurrió durante las últimas décadas del siglo XIX.

La flexibilización neoliberal en Venezuela:


En las relaciones de trabajo de los años 80, se generalizó la tendencia a la aplicación de
comportamientos patronales neoliberales, circunstancia que ha tenido profundas
repercusiones en la situación de los trabajadores organizados. Las respuestas
sindicales a estos desafíos han sido diversas. En algunos casos es posible percibir la
existencia de conductas derivadas de cierto oportunismo y clientelismo estatal, y en
otros una predisposición firme a la defensa de los derechos de los trabajadores sin
desconocer la necesidad de la reconversión económica. La ya dilatada discusión acerca
de la Ley Orgánica del Trabajo indica la importancia vital del sistema laboral
regimentado para la prosecución de las políticas neoliberales.
Hugo Chávez y los principios del socialismo del siglo XXI: una
indagación discursiva (2005-2013)

Diversos poderes hegemónicos sostienen que las sociedades, bajo el dominio de


políticas neoliberales, pueden ofrecer desarrollo humano para el conjunto de la
población. Sin embargo, después de la crisis económica del año 2008, comenzó a
expandirse una elaboración crítica, tanto desde el campo académico-intelectual como
desde el político-institucional y los movimientos sociales, para hacer frente a las
recomendaciones y orientaciones económicas impulsadas por organismos globales.
Previamente a esta crisis, desde fines de la década de los 90 y entrado los años dos
mil, procesos sociales, en algunos países latinoamericanos, mostraron indicios de una
crítica a la implementación de políticas neoliberales y comenzaron a construir una
nueva hegemonía. Este es el legado de Hugo Chávez y el proceso de constitución de
la república Bolivariana de Venezuela.

Para el año 2005, Hugo Chávez hablaba de “socialismo del siglo XXI” y situaba, en el
concierto de los países latinoamericanos, un concepto para reflexionar sobre sus
bases teóricas y su articulación con procesos sociales concretos. Como sabemos,
Marx no dejó un cuerpo teórico ni modelo acabado sobre la transición hacia el
socialismo y la sociedad comunista, es decir, dejó un campo abierto que le toca
construir a cada pueblo y sociedad. En este sentido, estudiar y comprender la
transición hacia la sociedad socialista y comunista, tanto en el plano teórico como lo
realizado en el proceso histórico concreto, cobra importancia para establecer
continuidades, rupturas, errores y aciertos hacia un horizonte de desarrollo pleno de
los seres humanos y los pueblos.

3Rescatar críticamente este legado e identificar las diversas modalidades y


expresiones que dan cuenta del socialismo, especialmente la denominación de
“socialismo del siglo XXI” a través de la visión de Hugo Chávez, es parte de las
reflexiones y aprendizajes que deben hacerse, no solo por la importancia y
protagonismo de su trayectoria política, sino también a la luz de la situación político-
económica y social que ha vivido la República Bolivariana de Venezuela después de
su muerte.

Desde el año 2014 a la fecha, se han agudizado contradicciones y conflictos que


tienen al país en un momento histórico de suma complejidad, donde se juega la
restauración de las fuerzas conservadoras y el orden neoliberal o la defensa y -de ser
posible- la profundización de las medidas impulsadas a favor de las demandas por
derechos sociales, políticos, económicos y culturales de los sectores subalternos. En
esta coyuntura, cabe resaltar dos aspectos fundamentales del proceso vivido y
construido por el pueblo venezolano:

Los logros y avances obtenidos para los sectores subalternos de la sociedad, en los
planos político y socioeconómico, en los gobiernos de Chávez, evidenciados por
organismos internacionales como la CEPAL o el PNUD.

Rescatar los principios e ideas declaradas como rectoras del socialismo del siglo XXI,
que ayuden a reflexionar sobre los fundamentos que lo rigen y las razones de su
defensa a la hora de emprender el camino de su construcción histórica en la sociedad.

CATEGORÍA DE ANALISIS DEL NEOLIBERALISMO:


CARLOS ANDRÉS PÉREZ Y EL PAQUETE NEOLIBERAL

En 1989, Carlos Andrés Pérez (CAP) ocupa su segundo periodo presidencial,


con el apoyo de un caudal de electores quienes recuerdan de su primer
periodo presidencial: la bonanza petrolera que permitió la política de pleno
empleo, aumentos salariales, subsidios, crecimientos del gasto social,
créditos agrícolas, nacionalismo económico, entre otros. Igualmente se
había ofrecido en la campaña su imagen de líder tercermundista y hombre
dispuesto a enfrentarse a los desmanes que a nuestros países había
causado la deuda externa y las respectivas imposiciones de los organismos
financieros internacionales.

Apenas logrado el triunfo y recién tomado el cargo el 2 de febrero de 1989


comenzó a implementarse un plan económico radicalmente opuesto a lo que
realmente se esperaba, más parecido al de su opositor, Eduardo Fernández
quien acusó a CAP de plagio. Los acuerdos con la banca internacional (2 de
febrero) y el anuncio de la aplicación del programa popularmente conocido
como "paquete económico", vinieron inmediatamente (16 de febrero), pero
igual de rápido fue el rechazo popular que en rebelión tomo las calles
durante el 27 y 28 de febrero, sin que las fuerzas armadas del Estado
pudieran controlarlos. Sólo la represión y la matanza indiscriminada
lograron poner fin a este suceso único en la historia contemporánea del
país. A decir de Aníbal Romero:

Ya para 1992, al momento de los intentos de golpe, el país se había


radicalizado en contra de las estructuras vigentes, adquiriendo de paso un
compromiso psicológico con cualquier opción, incluyendo la violencia, que
ofreciera alternativas a lo existente.

Las medidas económicas eran más o menos las mismas que, desde
principios de la década de 1980, se venían produciendo en México y Chile y
que a finales de la misma década se generaliza por todo el subcontinente:
privatización, reconversión industrial, disminución del gasto público,
eliminación de los aranceles de aduanas, liberación de los precios y de las
regulaciones cambiarias, son algunas de las principales medidas a tomar
para equilibrar la economía y hacerla más productiva y competitiva.

EL NEOLIBERALISMO EN VENEZUELA NACE CON PIERNAS CORTAS

El discurso neoliberal fue acogido en Venezuela por pocas instituciones.


Tanto Carlos Andrés Pérez como Rafael Caldera llegaron a sus segundos
periodos de gobierno no sólo con un discurso moderado sino claramente
antineoliberal, en contra del Fondo Monetario Internacional y de los
vejámenes de la deuda externa, y a favor de mantener el peso del Estado
Venezolano. Sin embargo, al poco tiempo de asumir el poder ambos
gobiernos cambian totalmente de discurso; en el caso de Pérez apenas en
días.

A Caldera le corresponde tomar el poder en un contexto aún más


complicado, ya que aunado a los sucesos de febrero de 1989, se producen
dos alzamientos militares en 1992 que con poco apoyo popular ponían de
manifiesto la debilidad del sistema, sobre todo de unas fuerzas armadas
que durante cuatro décadas habían demostrado su lealtad y subordinación
al ejecutivo nacional, sobre todo en la década de 1960, cuando se produce
la insurgencia guerrillera en Venezuela. Ante esta crisis política, Caldera
recibe también una crisis económica que estalla en el sector financiero al
iniciarse su gobierno, lo que condicionó la aplicación de las medidas
neoliberales hasta 1996, cuando —aparentemente dominada la presión
popular y la estructura militar— se inicia un nuevo periodo de este gobierno
marcadamente neoliberal.

En Venezuela, hay que decirlo claramente, el neoliberalismo nunca ganó


elección alguna, quienes propusieron abiertamente o por sutileza políticas
gubernamentales de libre mercado han sido históricamente rechazados por
la población venezolana. Los intentos de la burguesía nacional por llevar al
gobierno a hombres de pensamiento liberal como Uslar Pietri, Pedro Tinoco,
Diego Arrias, entre otros, han fracasado. Los gobiernos que aplicaron el
neoliberalismo en Venezuela —los segundos gobiernos de Carlos Andrés
Pérez y Rafael Caldera— lo hicieron bajo la manipulación, el primero
recordado por la nacionalización petrolera, el pleno empleo, la Venezuela
Saudita de la década de 1970; el segundo considerado como el pacificador,
el hombre equilibrado, que atacó a Pérez como traidor y en cierta forma
justificó los sucesos de 1989 y 1992 y, con ello, logró el apoyo popular.

Así lo expresa el politólogo Aníbal Romero:

La gente votó por Pérez buscando la reedición del espejismo Saudita de los
años setenta. De ahí que el experimento reformista haya naufragado tan
rápida y decisivamente en medio del tumulto del inolvidable 27–F.
¿Neoliberalismo? ¿Modernización? ¿Competitividad? ¿Productividad?
¿Globalización? ¡Jamás! Los venezolanos nunca hemos votado por eso ni
estamos dispuestos a hacerlo ahora

Esto no quiere decir que el modelo neoliberal no haya sido aplicado. Sólo
como referencia citemos un informe de la embajada estadounidense en
Venezuela, que con beneplácito reconocía como positivo que

En Venezuela no existen prácticamente restricciones cuantitativas para


productos industriales, excepto por la prohibición de carros, ropas y
cauchos usados. Como parte de adhesión al GATT Venezuela acordó
eliminar progresivamente todas las restricciones cuantitativas que colindan
con el GATT en diciembre de 1995.

¿TERMINA CHÁVEZ CON EL NEOLIBERALISMO?

El 6 de diciembre de 1998 el pueblo venezolano vota nuevamente en contra del


neoliberalismo y apoya a quien hasta entonces era un militar desconocido, el
protagonista del alzamiento militar de febrero de 1992, Hugo Rafael Chávez Frías,
quien estuvo preso por dos años y fue perdonado por el gobierno de Caldera;
posteriormente salió a la calle y en cuatro años pudo conquistar la mayoría del apoyo
popular y llegar al poder que no pudo obtener por la fuerza.

Chávez llega al poder con un discurso nacionalista enfrentado al neoliberalismo; sin


embargo, la muerte del neoliberalismo en Venezuela ha sido un proceso permanente
pero nada sencillo. Es fácil decir que se ponen fin al neoliberalismo de un país porque
a partir de un momento determinado se disminuye la preponderancias de las políticas
de libre mercado, pero poco se hace para revertir los malos hechos en los años
anteriores, desde privatizaciones de empresas, eliminación de protección arancelaria
hasta convenios de entrega de los recursos naturales y estratégicos del país. Cuando
ese mal estructural está hecho, si nada se hace para revertirlo radicalmente lo demás
es discurso manipulador, neopopulismo con disfraz de democracia y economía social.
Buena parte de esto es lo que ha sucedido en América Latina y de una supuesta crisis
del neoliberalismo.

Desde el inicio de su mandato, el actual gobierno ha establecido marcada diferencia


con el modelo económico neoliberal, y ha proclamado —tal como quedó expreso en la
Constitución de 1999— la construcción de una democracia social, no representativa
sino participativa, de una economía social, no de competencia sino de solidaridad. En
este sentido, el proceso revolucionario pacífico ha venido gestando cambios en la
estructura legal (leyes habilitantes), que garanticen la democratización del capital, de
la distribución de la riqueza, así como ha generado planes y proyecto en el sector
cultural y educativo para responder a la demanda de los excluidos.

El presidente Chávez ha plasmado cinco grandes ejes para la constitución de la nueva


República:

1. El equilibrio político que garantice la democracia participativa y protagónica.

2. El equilibrio económico para garantizar una economía solidaria, productiva y


autosostenida.

3. El equilibrio social mediante la educación, la cultura y la justicia, fundamentalmente.

4. El equilibrio territorial para la ocupación proporcionada del territorio nacional.

5. El equilibrio internacional para fortalecer la soberanía, desarrollar la integración no


sólo de América Latina sino también con el resto del tercer mundo.

En Venezuela, desde 1999 comienza el cerco al neoliberalismo, pero


fundamentalmente en el orden político. En la Constitución de ese año queda
establecida la defensa de la propiedad privada y, a pesar de los avances de la reforma
social, todavía es una Constitución para una sociedad capitalista. En más de diez
años que tiene el presidente Chávez en el poder, no es sino hasta abril de 2005
cuando por primera vez habló de la posibilidad de poner en curso a Venezuela por el
socialismo del siglo XXI. Hasta esa fecha era un discurso nacionalista con profunda
vocación humanística y cristiana, pero ecléctico. A pesar de unas reformas legales,
hasta ese momento el proyecto de gobierno no estaba claramente definido, había ya
un discurso anticapitalista pero no estaba constituido el proyecto de país.

CRECIMIENTO Y DISMINUCIÓN DE LA POBREZA

No tenemos la menor duda en afirmar que desde el golpe de Estado en abril de


2002, el paro petrolero de finales de ese año y principio del 2003 y el respaldo
popular que obtuvo el gobierno, fueron los condicionante que presionaron para
asumir una postura más radical. En 2003 surgen las misiones educativas y de
salud, para atacar los problemas de los excluidos; ahí comienza una verdadera
explosión social con la concientización y formación sociopolítica de la
población, que comienza a estimular la participación activa de esa sociedad
adormecida por el rentismo y manipulada por el populismo.

La crisis de 2002–2003 trajo profundas consecuencias en la economía


nacional; se perdieron por lo menos diez mil millones de dólares, pero
paradójicamente permitió desarticular la oposición de la vieja guardia de los
tradicionales partidos políticos y sindicatos, que dejaron claramente marcado
su irrespeto a la decisión del pueblo, su irresponsabilidad al no asumir su
compromiso con los sucesos del golpe de Estado de abril de 2002 y el paro
genocidio de 2003. El proyecto político de Chávez sale fortalecido, el apoyo
popular es evidente y éste se reafirmaría en agosto de 2004, cuando 60% de la
población, después de casi cinco años en el poder, lo legitiman como
presidente.

Una vez derrotado el sabotaje petrolero, Venezuela inició un proceso de


crecimiento sostenido, generalizado y significativo de mediados del 2003 al
cierre del 2008. En 2009, producto de la crisis mundial, la economía entra en
recesión por segunda vez durante el gobierno bolivariano —pese a que la
recesión de 2002–2003 obedeció a la estridencia política vinculada al golpe de
Estado y al sabotaje petrolero.

Aproximaciones Al Neoliberalismo Como Economía-mundo: Sus


Categorías De Análisis Y La Consolidación Crítica De Una Macro-
estructura:
La economía social y su vinculación con la transformación del sistema
socio-económico:
 
La política social del Estado venezolano, pasa a partir de 1999 a consagrar
normativamente en el texto constitucional, y de una manera más decidida en
términos políticos, el reconocimiento, fomento, y apoyo a las expresiones
organizativas, asociativas, individuales y familiares, de la denominada
economía popular. El término empleado para denominar estas expresiones y
manifestaciones socio-
económicas, fue el “economía popular” (Art. 118 de la
Constitución Nacional de Venezuela), y no el de economía informal, denotando
con ello, probablemente por parte de la clase dirigente en el poder, una postura
conceptual, política e ideológica, que privilegia la legitimidad, organización y
potencial político de dichas prácticas, y no su inserción o no en la esfera
regulatoria o legal.

 
LA ECONOMÍA SOCIAL Y SU VINCULACIÓN CON LA TRANSFORMACIÓN
DEL SISTEMA SOCIO ECONÓMICO DESDE UNA VISIÓN POPULAR Y
PARTICIPATIVA.
La política social del Estado venezolano, pasa a partir de 1999 a consagrar
normativamente en el texto constitucional, y de una manera más decidida en
términos políticos, el reconocimiento, fomento, y apoyo a las expresiones
organizativas, asociativas, individuales y familiares, de la denominada
economía popular. El término empleado para denominar estas expresiones y
manifestaciones socio-
económicas, fue el “economía popular” (Art. 118 de la
Constitución Nacional de Venezuela), y no el de economía informal, denotando
con ello, probablemente por parte de la clase dirigente en el poder, una postura
conceptual, política e ideológica, que privilegia la legitimidad, organización y
potencial político de dichas prácticas, y no su inserción o no en la esfera
regulatoria o legal. El término de economía social es incluido en el artículo 184
de la CRBV, según el cual, se promueve la participación en los procesos
económicos, mediante el estímulo de expresiones de la economía social, tales
como cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas;
además que se plantea la promoción de las organizaciones de la economía
social por medio de las políticas de Estado. Esto último ratificado en el artículo
Nº 300, teniendo como fin fortalecer el desarrollo económico del país,
sustentándolo en la iniciativa popular, asegurando la capacitación, asistencia
técnica y el financiamiento oportuno.

Importancia estratégica que tiene para el Estado, la consolidación de una


economía social, solidaria y participativa:
El desarrollo local es un proceso multidimensional orientado al mejoramiento
del bienestar de la población; a diferencia de otras propuestas, en las
estrategias locales tiene una importancia estratégica el territorio, el cual se
configura como factor de desarrollo, pues fundamenta el diseño y elaboración
de políticas adaptadas a las condiciones territoriales. En el marco de estos
programas, desde hace algunos años se promueve a nivel internacional la
economía solidaria, dentro de la cual se ubican algunas formas de
organización social como las cooperativas, las sociedades mutuales y las
empresas sociales, las cuales favorecen el alcance de los objetivos propuestos
dentro de las políticas de desarrollo local. Sobre la base de lo expuesto, en
este trabajo se analiza el papel de la economía solidaria en el marco de las
iniciativas de desarrollo local. La Economía Social y Solidaria, como eje
principal del sistema económico justo, democrático, productivo, solidario y
sostenible, crea proyectos y programas para mejorar las condiciones de vida
de las personas. En el presente proyecto propone que se realice un marco
metodológico que permitirá conocer a cada uno de los integrantes de las
asociaciones y la tarea que debe desempeñar en cada fase, con esta
implementación se tendrán claros los objetivos a ser alcanzados y la
responsabilidad que cada uno debe cumplir con la supervisión y monitoreo de
su líder para impulsar el desarrollo local. Entre las conclusiones de la
investigación, destaca la pertinencia de la economía solidaria en la promoción
del desarrollo local, pues a partir de estas organizaciones se promueve la
introducción de algunos servicios de apoyo para la transformación de los
sistemas productivos locales; así como la formación de líderes con
competencias para participar en la toma de decisiones relacionadas con el
desarrollo local.

En un contexto de sociedades desiguales, de ausencia de un Estado de


bienestar consolidado y de acceso segmentado a servicios públicos y
mercados de trabajo con altos niveles de informalidad, la Economía Social y
Solidaria ha desempeñado un rol históricamente importante, posicionándose
como espacio clave para la inclusión sociolaboral y el desarrollo de proyectos
basados en relaciones de cooperación, control democrático y solidaridad.

La Economía Social y Solidaria puede ofrecer ventajas importantes para la


política social. Permite adecuar las políticas sociales a las preferencias y
necesidades de los ciudadanos, posibilita acomodar la diversidad territorial,
mantener unidas a las comunidades y fortalecer los procesos de integración
social y productiva. La crisis del COVID-19 ha revelado la importancia de los
territorios, el espacio natural de la Economía Social y Solidaria. Sus principios y
prácticas aportan una propuesta de transformación que no sólo ayuda a
satisfacer las necesidades inmediatas frente a la emergencia, sino que pueden
contribuir a un mundo post pandemia más sostenible e igualitario.

Descripción del modelo económico venezolano

Según el artículo 299 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el


sistema socioeconómico del país "se fundamenta en los principios de justicia social,
democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y
solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia
digna y provechosa para la colectividad". En este sentido, el artículo 299 especifica
que "el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promoverá el desarrollo
armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor
agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía
económica del país."

Recaudación Tributaria

Desde la elección del presidente Hugo Chávez, el gobierno venezolano ha


hecho un especial esfuerzo por introducir nuevas tecnologías para maximizar
la eficiencia en los sistemas de recaudación tributaria. Esta política ha tenido
frutos muy positivos que han permitido que la recaudación tributaria no
petrolera sea una de las principales fuentes de ingresos del Estado, a parte de
la renta petrolera. El nivel de eficiencia logrado se demuestra en las metas
alcanzadas en la recaudación.

De acuerdo al Servicio Nacional de Administración Aduanera y Tributaria,


conocido como el SENIAT, el valor de los impuestos no petroleros recaudados
como porcentaje del PIB ha aumentado de 7-8% a principios de los años 2000
a 10-11% a finales de esa década.
El Seniat recaudó 192,3 millardos de bolívares en el ejercicio fiscal 2012, con
lo cual supera en 23 % la meta establecida para ese año, por un monto de
156,3 millardos de bolívares.

Política Social

Desde 2003 el Gobierno venezolano ha estado usando las ganancias del


petróleo para promover el desarrollo humano y luchar contra la pobreza y la
exclusión social. Esto ha sido posible gracias a una docena de programas
creados y finaciados por el estado venezolano llamados "Misiones Sociales".
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, el Gobierno ha hecho una
inversión total equivalente a los US $ 772 mil millones en el área social en los
últimos 12 años (hasta el 2012).

Estos programas, apoyados por la empresa petrolera nacional Petróleos de


Venezuela (PDVSA), están diseñados para atender las necesidades básicas
de la población a través de programas de acceso gratuito a los servicios en
áreas tales como la salud, la nutrición, la educación, la vivienda y capacitación
laboral. Una de las Misiones más conocidas es Barrio Adentro, la cual ha
puesto clínicas y médicos en comunidades que anteriormente carecían de
ellos.

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