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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRÍGUEZ
NÚCLEO PALO VERDE

ENSAYO TEORÍA DE LA MENTE I

Participante:
Dr. José Martín Marquez Vaamonde

Facilitador.
Dr. Rafael Perez

Caracas, septiembre 2022


La teoría de la mente (TOM) está estrechamente relacionada al denominado –
trastorno del espectro autista (TEA), ya que este último según “El Manual
Diagnostico y Estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición” (DSM-5)
lo considera como la “deficiencia persistente en la comunicación social y en la
interacción social en diversos contextos” (p.28) , en consecuencia la teoría de la
mente según sus formuladores Simón Baron-Cohen, Alan Leslie y Uta Frith en 1985,
se refiere a la facultad que nos ha permitido anticipar pensamientos, sentimientos,
emociones, creencias, intenciones, experiencias, consintiendo que el hombre se
conozca primeramente él para luego comprender la conducta del otro, por lo que para
comprender demos una mirada a lo que subyace al Trastorno del espectro del autismo
(TEA) .

El Trastorno del espectro del autismo (TEA) según "El Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales, 5 ª edición, American Psychiatric
Association, 2013 (DSM-5) lo considera como: “Deficiencias persistentes en la
comunicación social y en la interacción social en diversos contextos” (p. 28). Es
decir, un trastorno que afecta la comunicación y la interacción social. Por su parte
Kanner, padre del autismo, describió comportamientos autistas observados en once
casos clínicos en su consulta de Baltimore. Lo llamó autismo infantil precoz, sostenía
la idea del autismo como un tipo de esquizofrenia infantil (Kanner, 1943). Idea que
con el tiempo cambió luego de que otras corrientes a través de estudios empezaron a
buscar una causa biológica (Rutter, Greenfield, & Lockyer, 1967).

Es a partir de Michael Rutter donde las teorías sobre el autismo cambian el


rumbo ya no se responsabiliza a la familia y se inicia la búsqueda en las bases
genéticas (Folstein & Rutter, 1977; Rutter & Schopler, 1978). Por lo que el TEA es
un trastorno neurobioquímico y neurobiológico.
La causa exacta del TEA se desconoce. Es probable que exista una serie de
factores que lleven a que se presente el TEA. Las investigaciones muestran que los
genes pueden participar, ya que el TEA se da en algunas familias.
Las causas concretas son desconocidas. Se han barajado problemas en la
maduración cerebral, alteraciones de comunicación entre las diferentes neuronas del
cerebro, etc. Tan solo en 5 de cada 100 niños con autismo existe un claro componente
genético que se transmite de padres a hijos. La idea general de que el riesgo genético
transmitido provendría predominantemente de las madres se basa en su menor
vulnerabilidad al trastorno. Según el nuevo estudio, los efectos de la herencia paterna
o materna en el riesgo genético del autismo son más complejos de lo que se pensaba
cuando en (Eugen Bleuler 1912) utiliza por primera vez el término autismo ya
describe muchos de los síntomas ligados al trastorno, aunque no es hasta cuando,
(Leo Kanner 1943) realiza la primera definición completa que da lugar al origen
documentado del trastorno. Es obvio que entre 1912 y 1943 ni había el volumen de
tóxicos ambientales que hay hoy ni se daban los otros supuestos que nos llevan a las
nuevas teorías sobre sus causas. Por tanto, entenderemos que existe un factor
genético, al igual que puede suceder con el Síndrome de Down por ejemplo, ya sea
ligado a un factor puramente hereditario o a una mutación genética de novó. Es decir,
que en base a un mejor modelo diagnóstico podemos estimar que alrededor del 45%
de los casos estamos pues ante un modelo de autismo de base genética.
Los trastornos del espectro autista no tienen una única causa conocida.
Considerando la complejidad del trastorno y el hecho de que los síntomas y la
gravedad varían, probablemente haya muchas causas. La genética y el medio
ambiente pueden influir.
Genética. Varios genes diferentes parecen estar relacionados con los
trastornos del espectro autista. Para algunos niños, los trastornos del espectro autista
pueden estar asociados con un trastorno genético, como el síndrome de Rett o el
síndrome del cromosoma X frágil. Para otros, los cambios genéticos (mutaciones)
pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno del espectro autista. Más aún, otros
genes pueden afectar el desarrollo del cerebro o el modo en que se comunican las
neuronas cerebrales, o pueden determinar la gravedad de los síntomas. Algunas
mutaciones genéticas parecen ser hereditarias, mientras que otras suceden de manera
espontánea.
Factores ambientales. Actualmente, los investigadores estudian si factores,
como las infecciones virales, los medicamentos, las complicaciones durante el
embarazo o los contaminantes del aire, desempeñan un papel en el
desencadenamiento del trastorno del espectro autista.
Las causas exactas del TEA no son conocidas en este momento. Se cree que
puede estar causado por una combinación de factores, incluidos los genes que
heredamos de nuestros padres. No hay ninguna prueba científica para apoyar la teoría
de que existe una posible vinculación entre el autismo y la vacuna contra el
sarampión, las paperas y la rubéola.
En el resto de casos el componente genético también parece influir de forma
importante, pero modulado de forma compleja por factores del ambiente no bien
conocidos. Se han identificado algunas características que se asocian con un mayor
riesgo de tener hijos con autismo entre las que se encuentran:
La edad avanzada de los padres. Se desconoce si es un problema relacionado
con la edad avanzada de las células sexuales, o relacionado con que las personas con
ciertos rasgos autistas tardan más en encontrar pareja y tienen hijos a edades más
avanzadas y, por tanto, el factor realmente implicado es el genético.
Factores durante el embarazo. Las complicaciones durante el embarazo y la
exposición a tóxicos durante el mismo, se han asociado con el autismo.
La toma de suplementos de ácido fólico, antes y durante el embarazo, se ha
asociado con un menor riesgo de tener niños con autismo. No se ha demostrado que
exista ninguna asociación entre cualquier tipo de vacunación y el desarrollo de
autismo.
Tampoco existe ninguna asociación entre la actitud o la forma de educación
que hayan mantenido los padres y el desarrollo de esta enfermedad.
A continuación, se realizará un acercamiento que busca explicar por qué
resulta tan difícil poder determinar qué causa el autismo.
Causa autismo Menos del 10% de los niños con trastorno en el espectro del
autismo (TEA) padecen un autismo debido a un síndrome de Down, de X-frágil, a
una fenilcetonuria o muchas otras enfermedades. Es un autismo secundario, pero en
más del 90% de los que padecen TEA, la causa no es demostrable. Se trata de un
autismo primario, idiopático, cuyo origen se desconoce, aunque muy probablemente
sea multifactorial. Factores genéticos y ambientales que interactúan en el desarrollo
del autismo.

Por definición la edad de aparición es anterior a los 36 meses, aunque,


lamentablemente suele detectarse muy posteriormente. El diagnóstico del autismo
rara vez se da antes de la edad de 2 años y con frecuencia mucho más tarde a los 6
años.

Los signos del trastorno del espectro autista normalmente aparecen en las
primeras etapas del desarrollo cuando se observan retrasos evidentes en las
habilidades de lenguaje y las interacciones sociales.

Para poder dar un diagnostico los médicos o el equipo multidisciplinario


quienes son el Pediatra, Neurólogo Pediatra, Psicólogo Pediatra, Psicopedagogo, son
estos profesionales quienes evalúan el desarrollo del niño o niña en cuanto a su
conducta, a veces el TEA se puede detectar a los 18 meses o a los 2 años de edad, el
diagnostico que realiza el profesional se considera confiable.

En los niños de 1 a 3 años los padres o familiares directos pueden notar:

 Retraso en el habla
 Usar muy pocos gestos
 Saludar, dar palmas o señalar
 No responde cuando las personas lo llaman por su nombre
 Evita contacto ocular con las personas
 No comparte juegos o intereses con otras personas o niños

Los padres quieren que se diagnostique a tiempo o temprana edad, como hay
otros que se niegan a entender que su niña o niño pertenecen al espectro autismo, y
piensan que sus hijos se tardan un poco en desarrollarse, sabemos que no es fácil para
un padre o una madre que su hijo tenga TEA. Un diagnóstico certero no puede darse
antes de los 2 años, se puede decir ya que durante la etapa de antes de los 2 años es
difícil decir al 100% si es TEA o retraso propio.

Es importante fomentar los ejercicios para desarrollar un niño sano y feliz.


El concepto del autismo como un espectro de trastornos de diferente severidad y una
conceptualización más dimensional, similar a la que se va a establecer en el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 5, no es una observación actual
sino que tiene su origen prácticamente en los orígenes de la definición del autismo.

Los autores, Kanner (1943) y Asperger (1944), describieron la existencia del


autismo en personas de capacidad intelectual dentro de la normalidad. Lotter (1966),
en el primer estudio sistemático de prevalencia del autismo, observó una elevada
frecuencia de casos que tenían algunos, pero no todos, los síntomas del autismo.

Para Wing y Gould’s (1979), en su estudio epidemiológico en Londres,


también describieron que había casos que tenían síntomas autistas, pero se quedaban
fuera de los criterios diagnósticos.

Los autores más recientemente, Folstein, Piven (1991) y Bolton (1994),


describieron síntomas en los familiares de niños con autismo, de cualidad semejante a
los síntomas de sus hijos, pero con poca o ninguna incapacidad funcional y dichos
síntomas no se encontraban asociados a epilepsia o discapacidad intelectual,
denominándose estas alteraciones en familiares “fenotipo amplio” y apoyando el
concepto de dimensión autista.

Los distintos tipos de trastornos del espectro autista.


Dando inicio a la investigación existe 5 grandes tipos de autismo, por lo que
la personas que lo padecen pueden situarse en cualquier punto del espectro:
• Autismo.
• Síndrome de Rett
• Síndrome de Asperger
• Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Héller.
• Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
Para comenzar el primer aspecto tenemos el Autismo: Ahora bien, es un
trastorno que habitualmente comienza durante los tres primeros años siendo los
padres los primero que comienza a identificar en su hijo mayormente tiende a tener
comportamientos diferentes a los niños de su edad. Así mismo Algunos de estos
síntomas extraños son, nula o muy escasa comunicación verbal, el niño muy poco
sociable.
Así mismo el segundo aspecto tenemos el Síndrome de Rett: Cabe destacar,
que se presenta con exclusividad en las niñas y tiene carácter regresivo. Las
personas afectadas comienzan a sufrir un proceso degenerativo y progresivo del
sistema nervioso; que se manifiesta en forma de alteraciones en la comunicación, la
cognición y motricidad
Otro rasgo importante está el Síndrome de Asperger: Continuando con el
punto anterior, Es el tipo de autismo más difícil en ocasiones tardío de diagnosticar
porque la persona afectada no tiene ningún tipo de discapacidad intelectual, ni rasgo
físico que lo identifique. Solo en el tiempo es que se puede manifestar por su déficit
de algunos del aspecto cognitivo
Hay que mencionar el Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller:
En este caso, Suele aparecer a los 2 años, aunque en ocasione no se evidencia hasta
los 10 años. Coinciden con otros tipos de autismo en efecto a la misma área del
(leguaje, función social y motricidad). pero se diferencia en su carácter regresivo y
repentino.
Y por último Encontramos el Trastorno generalizado del desarrollo no
especificado: Finalmente en este punto se puede decir, que es una etiqueta cuando se
diagnostica se utilizan en aquellos casos en que los síntomas clínicos son demasiados
heterogéneos. Como para ser incluido en algunos de los otros tipos. También se
presenta como trastorno de reciprocidad social
El Autismo se podría definir como un trastorno profundo del desarrollo,
cuyos síntomas esenciales consisten en un gran deterioro de: a) La socialización,
evidenciado por una baja calidad de las interacciones recíprocas (Kanner, 1943) b) La
comunicación, manifestado, por un gran retraso en la adquisición lenguaje y en el
deficiente uso del mismo a nivel pragmático (Baron-Cohen, 1988); y c) La
imaginación, evidenciado por la falta del juego simbólico espontáneo (Baron-Cohen,
1988).

La constante diferenciación que se genera en la comunicación, como


resultado de las interacciones sociales en una variedad de contexto que se pone de
manifiesto en el contacto social catalogado como fuera de lo normal, fracaso de la
capacidad de realizar transacciones lingüísticas bidireccionales, reducción de la
motivación, emociones y/o afectos compartidos, inicio o respuestas frustradas en las
transacciones del dominio de lo social, (DSM-V, 2013).

Carencia de una conducta comunicativa no verbal en las transacciones


sociales como resultado de poca integración de la comunicación verbal y no verbal,
anomalía e irregularidad en el contacto visual y de las expresiones del lenguaje
corporal, disminuida manifestaciones faciales y de comunicación no verbal, (DSM-V,
2013).

Perdida en el desarrollo, mantenimiento y entendimiento de las relaciones


siento lo anterior resultado de la precaria capacidad de adaptar el comportamiento y
diferentes contextos sociales, diferentes problemas para hacerse coparticipe en juegos
donde la imaginación es la base que fundamenta las relaciones y complicaciones en
establecer amistades derivado del disminuido interés por las otras personas, (DSM-V,
2013).

En relación con los llamados patrones restrictivos y recurrentes de la


conducta, intereses o actividades que se ponen en evidencia en algunos de los
siguientes puntos, bien sea en la vida actual, como en sus antecedentes, los cuales
suelen ser en relación con la motricidad, verbalizaciones estereotipadas o recurrentes
entre las cuales esta: Estereotipias motrices simples, Alineación de juguetes, Cambio
de lugar de los objetos, Ecolalia, Frases idiosincráticas, (DSM-V, 2013).
La constante conducta de repitencia en la monotonía, persistente
inflexibilidad ante las rutinas o modelos de rituales de la expresión verbal y no verbal,
estas fijaciones llevan a tener experiencia de extrema angustia ante pequeños
cambios, conflictos para las transiciones, fijación en modelos de pensamiento rígido,
saludos modelados como rituales, temor y dificultad al cambio de rutas de traslado y
hábitos alimenticios, (DSM-V, 2013).

En relación a sus focos de interés, tiene a ser restrictivos y con una


peculiaridad muy marcada, como es la mínima variación en relación a su intensidad,
esta conducta se evidencia cuando generan intensos vínculos o alta preocupación por
objetos verdaderamente inusuales, (DSM-V, 2013).

En cuento a los síntomas tienden a manifestarse en el trayecto de desarrollo


temprano, aunque se ponen en mayor evidencia cuando el entorno y el contexto
inician un proceso de exigencia como individuo, es justo en ese momento cuando los
síntomas se desenmascaran. Esta sintomatología afecta sustancialmente las áreas
sociales, laborales y otras diferentes áreas de interés del individuo en su vida diaria,
(DSM-V, 2013).

Existen algunos otros diagnósticos que se están pasando por los test de TEA
dadas sus singularidades y semejanzas, pasando según algunos autores a estar dentro
del Trastorno del Espectro Autista, estos son: La Discapacidad Intelectual (DI),
Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado, en la última edición
del DSM-V, surge el denominado “trastorno de la comunicación (pragmático)
social” , lo que marca la diferenciación es que no se observan patrones restrictivos y
repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

A manera de ejemplo, tal como lo expone Fernandez Vera, (2018), pudieran


existir patrones o lineamientos que hacen mención a lo que más frecuentemente
evidencia el ser humano en su proceso de crecimiento y maduración; lo anterior de la
mano de lo filogenético, sumado a lo biológico conductual. Tal y como somos los
individuos de nuestra especie, una combinación bio-psico-afectivo- familiar-socio-
cultural-histórico; todo lo que nos conforma desde nuestra esencia como organismos
vivos y también de dónde venimos en la procedencia de la especie e igualmente lo
que ha hecho el entorno con ese material de entrada con el cual arribamos a este
tiempo y espacio.

De esta forma, todos somos la combinación de capacidades y discapacidades


en una misma persona determinada, por la disposición de nuestro sistema nervioso;
ese intrincado conjunto de conexiones, de sinapsis y más allá ese complicado
conjunto de operaciones realizadas por la mente. Actualmente, el término
“Neurodiversidad” se asocia a diagnósticos de trastornos neurológicos desde la
neurociencia y trastornos del desarrollo por la psicología evolutiva.

Retomando el eje central de lo que nos ocupa, los TEA, son un conjunto de
trastornos que se manifiesta antes de los tres años y por un tipo característico de
comportamiento anormal que afecta a la interacción social, a la comunicación y a la
presencia de actividades repetitivas y restrictivas. Luego cualquier conjunto de
actividades llevadas a cabo por un individuo que lo alejen del: ser asertivo en su
comunicación; efectivo y eficaz en la solución de situaciones; disruptivo en la
capacidad de comprensión y predicción de las conductas, conocimientos, intenciones,
emociones y creencias de otras personas; es decir no ser capaz de manera total o
parcial de aplicar Teoría de la Mente, pudiera considerarse un fenómeno producto de
una neurodiversidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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