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DEFINICIONES
Con el DSM-5 (2013), versión más reciente del manual, todos los subtipos del autismo
quedaron en una sola categoría: trastornos del espectro autista, que reemplaza el
término trastornos generalizados del desarrollo y en la que se fusionan cuatro de los
cinco subtipos vigentes en el DSM-4-TR (trastorno autista, trastorno desintegrativo
infantil, trastorno de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo no especificado).
El trastorno de Rett ya no forma parte de este sistema de clasificación.
Sin embargo, actualmente hay autores que consideran que el espectro autista quedaría
definido por dos dimensiones en lugar de las tres que nombre anteriormente (es decir la
presencia de intereses restringidos y/o conductas repetitivas, y la afectación de la
comunicación e interacción social, que se fusionan en una sola, ya que creen que estas
dos alteraciones se solapan)
EPIDEMIOLOGÍA
ETIOLOGÍA
Las causas precisas de varios de los TEA son objeto de constante discusión, en donde
aún no se ha llegado a una causa concreta y común para todos los cuadros. Sin
embargo, las investigaciones de los últimos años sugieren que éstos tendrían un origen
neurobiológico multifactorial, genéticamente determinado y que afecta a los procesos de
diferenciación neuronal y sináptica, que tienen lugar en momentos muy tempranos de la
ontogénesis cerebral en donde además hay factores ambientales involucrados.
En cuanto a las asociaciones genéticas, los estudios de gemelos han sugerido que el
autismo tiene alta heredabilidad (más del 80%), en el contexto de asociación
epigenética y ambien- tal. La arquitectura genética del autismo ha demostrado ser
compleja y heterogénea, como se muestra en diferentes estudios. El alto grado de
heterogeneidad se evidencia en reportes que muestran hasta 1000 genes implicados.
Dentro de los factores genéticos que participan en la etiopatogenia del autismo se han
descrito al menos 10 genes que se multiplican e interactúan entre sí mostrando una
gran variación fenotípica. También se ha señalado la relación causal entre algunos
síndromes neurogenéticos y el autismo, como por ejemplo el síndrome del cromosoma
X frágil, esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, fenilcetonuria, síndrome de alcoholismo
fetal, síndrome de Rett, entre otros.
La evidencia en electrofisiología, neuroimágenes funcionales, neuroimágenes
estructurales, hallazgos moleculares y genética ha dado lugar a la idea de que el
autismo está caracterizado por una conectividad neuronal atípica, más que por una
alteración en áreas puntuales, aunque no se ha podido establecer claramente esta
asociación. Imágenes de resonancia magnética cerebral han mostrado un aumento
global del tamaño del cerebro en el autismo.
Se han evidenciado diferentes alteraciones neuroquímicas relacionadas con el autismo.
Uno de los hallazgos más frecuentemente citados es la elevación de los niveles
periféricos de serotonina, aunque la importancia de este continúa incierta. Así mismo,
se ha observado una reducción en la expresión del ácido gamma-aminobutírico (GABA).
Factores ambientales, todavía en gran parte desconocidos, como: alteraciones
perinatales (complicaciones del cordón umbilical, traumatismo al nacer, sufrimiento fetal,
talla reducida para la edad gestacional, bajo peso al nacer, baja puntuación de Apgar a
los 5 min, malformación congénita, incompatibilidad del sistema ABO o del factor Rh e
hiperbilirrubinemia), exposición a tóxicos (mercurio, el cadmio, el níquel, el tricloroetileno
y cloruro de vinilo) o medicamentos durante el embarazo, etc., interaccionan con
factores genéticos en el desarrollo del TEA.
MITO: Durante la última década, ha existido una creciente preocupación alrededor de
las vacunas, como una posible causa ambiental posnatal para el desarrollo de los TEA,
después de un estudio publicado en Lancet, en 1998, por Andrew Wakefield. La relación
que se estableció en su momento entre autismo y vacunas se atribuyó al timerosal, un
vehículo con cierto contenido de mercurio, cuya dosis no representaba en ningún
momento riesgo para ser administrado; no obstante, después del escándalo suscitado,
este compuesto fue retirado de las vacunas infantiles. Desde la alarma mundial de
1998, se han realizado múltiples estudios similares, sin lograr confirmar el hallazgo de
Wakefield.
FACTORES DE RIESGO:
Los factores de riesgo de trastornos del espectro autista que son clínicamente y
estadísticamente importantes son:
Sexo masculino.
Padres o hermanos con TEA.
Historia familiar de esquizofrenia, trastorno psicótico o trastorno afectivo.
Historial de los padres de otro trastorno mental o del comportamiento.
La edad materna mayor de 40 años.
La edad paterna entre 40 y 49.
Ingesta durante la gestación de fármacos como ácido valproico, etanol,
talidomida, misoprostol y tabaco.
CLÍNICA
Los síntomas se reconocen normalmente antes de los 3 años de edad: entre los 12 y 24
meses; Sin embargo dependiendo de lo marcado o no de ellos, se podrán observar
antes o después.
Las investigaciones actuales sugieren que los síntomas aparecen siguiendo tres
patrones diferentes:
1. La manera más común de presentar síntomas es en el primer año de vida.
2. El segundo modo de aparición, llamado regresión en el desarrollo o regresión
autística, se manifiesta por una pérdida en habilidades previamente adquiridas.
Puede ser definida generalmente como una pérdida de habilidades sociales, de
comunicación y/o motoras antes de los 36 meses.
3. En el último modo de aparición, el niño consigue avanzar a través de los
diferentes hitos del desarrollo, hasta aproximadamente los 2 años de edad,
seguido de un parón gradual y/o brusco en el mismo, que restringe la
adquisición de futuras habilidades.
Interacción Social:
En los niños más pequeños se manifiestan alteraciones del contacto visual y gestos
para saludar o despedirse, indicar goce, alegría, etc. En individuos ya de edades
mayores, desde la niñez, adolescencia e incluso adultez, puede existir una falta de
reciprocidad social, valoración inadecuada de los signos socio emocionales,
manifestado en falta de respuesta a las emociones del resto, iniciativa por interactuar
con otros, en contextos familiares, alteraciones en el juego social reglado, con tendencia
a un juego solitario (en la niñez), o para compartir espontáneamente sus intereses o
experiencias. Dificultad para relacionarse con gente de su misma edad y/o para tener
amigos. Dificultad para empatizar con el otro, y para funcionar en base a juicios sociales
(juventud, adultez).
Comunicación no verbal:
Alteraciones para la lectura de estados emocionales a través de la lectura del rostro.
Falta de actividad kinésica, representado en los niños más pequeños en una falta de
uso de expresiones para señalar (protodeclarativos) y pedir (protoimperativos), y
luego en falta de actividad comunicativa a nivel gestual o corporal para representar o
para ocultar sus estados, intensiones o deseos.
Comunicación verbal:
Dificultad en el lenguaje para un uso funcional o social adecuado, que puede fluctuar
desde alteraciones a nivel de expresión, comprensión, desde más leves hasta
ausencia de lenguaje verbal (Estos retrasos en el lenguaje o la falta del mismo, y las
peculiaridades en el habla son a menudo la preocupación inicial de los padres y
constituyen el motivo de consulta….. Las personas con trastornos del espectro
autista puede inventar sus propias palabras o frases y lenguaje puede ser repetitivo
(repetir las mismas frases en distintas situaciones, incluso cuando no son
apropiados para el contexto)).
Puede existir regresión en diversas áreas, luego de haber alcanzado cierto
desarrollo, entre ellas el lenguaje verbal, el cual luego puede no ser compensado
con actividad no verbal (gestual o física).
Alteraciones en la melodía del habla o prosodia (La velocidad, el volumen y la
entonación del habla también presentan alteraciones: puede ser anormalmente alto,
bajo, rápido, lento, desigual, monótono, etc.).
Pueden existir dificultades para iniciar conversaciones o para simplemente para
comunicar hechos, deseos o experiencias; presencia de ecolalias (repetición de
enunciados, normalmente el final de estos), de forma inmediata o diferida.
Habla en tercera o segunda persona cuando se refiere a sí mismo (inversión
pronominal).
Dificultad en la atribución y predicción de los pensamientos, sentimientos e
intenciones de los otros (Teoría de la mente o ToM).
En individuos con características de mayor funcionamiento, el lenguaje a
desarrollarse puede ser idiosincrásico, estereotipado y repetitivo, referido a
temáticas restringidas, y con vocabulario que incluso puede ser muy rebuscado para
la situación, el tema o la edad del niño que la usa.
A su vez, puede existir dificultad en el lenguaje figurado, representado en el humor,
la habilidad para mentir, el uso de modismos y proverbios, entre otros.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
C. Los síntomas deben de estar presentes en las primeras fases del período de
desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social
supera las capacidades limitadas, o pueden estar enmascarados por estrategias
aprendidas en fases posteriores de la vida).
Nota: a los pacientes con diagnóstico bien establecido según el DSM-IV de trastorno
autista, enfermedad de Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado
de otro modo, se les aplicara el diagnostico de trastorno del espectro autista, es
decir que en el DSM V desaparecen los diferentes subtipos de TGD.
Los pacientes con deficiencias notables de la comunicación social, pero cuyos síntomas
no cumplen los criterios de trastorno del espectro autista, deben ser evaluados para
diagnosticar el trastorno de la comunicación social (pragmática).
Especificar si:
Nota: Para el trastorno del espectro del autismo que está asociado a una afección
médica o genética conocida, a un factor ambiental o a otro trastorno del desarrollo
neurológico, mental, o del comportamiento, se registrará el trastorno del espectro del
autismo asociado a (nombre de la afección, trastorno o factor) (p. ej., trastorno del
espectro de autismo asociado al síndrome de Rett).
-Historia Clínica: esta fase implica el identificar y registrar, mediante la entrevista a los
padres, encargados o tutores del menor, diversos datos relevantes del desarrollo del
niño/a, tomando en cuenta distintos tópicos:
2. Datos pre y neonatales: revisión de las condiciones del embarazo, y del parto
(APGAR, prematuridad, peso y talla al nacer, entre otras), el perímetro craneal
(suele ser mayor en niño/as con autismo) además de otros como lactancia o
enfermedades durante esta etapa, tanto pre como peri y postnatales, tales
como rubéola, TORCH, hiperbilirrubinemia que necesite fototerapia, entre
otras.
1. Evaluación neuropediátrica
El objetivo en esta evaluación es descartar otras patologías neurológicas. La
evaluación se basa en una historia neurológica detallada, consultando por
antecedentes familiares de trastornos similares, antecedentes tanto prenatales,
como peri y posnatales, y de una exploración neurológica (datos obtenibles
mediante la historia clínica y la anamnesis guiada).
2. Evaluación Psicométrica
La capacidad intelectual es de importancia, ya que sirve como factor de
pronóstico. EL CI puede estar bajo la normalidad en casos severos del espectro,
así como puede ser normal e incluso más alto en casos más leves.
Independiente del CI, se describe que el rendimiento del niño con TEA es menor
a sus capacidades reales.
4. Evaluación Neuropsicológica
Esta evaluación revelará las funciones neuropsicológicas que estén afectadas,
por lo que podrá dar cuenta de déficits centrales en el TEA, tales como
dificultades en la comprensión, interpretación, funcionamiento ejecutivo y
capacidad de abstracción. Estos aspectos deficitarios contrastarían con otros
como la capacidad de percepción y la ejecución de tareas mecánicas, entre
otras.
5. Evaluación Comunicativo-lingüística
La evaluación de las habilidades lingüísticas y comunicativas del niño son
importantes para la confirmación diagnóstica y el diagnóstico diferencial, las
características formales y de uso del lenguaje, la construcción discursiva y su
relación con las habilidades mentalistas, son puntos a estimar. A su vez se
puede evaluar habilidades implicadas en el desarrollo del juego.
Tratamiento
Farmacológico
Una cosa que es importante saber sobre el autismo es que este no tiene cura,
así que los productos o tratamientos que afirman “curar” el autismo no funcionan como
dicen. Lo mismo es cierto para muchos productos que afirman “tratar” el autismo o los
síntomas relacionados. Algunos pueden conllevar riesgos significativos para la salud.
-Antipsicóticos:
Según la Food and Drug Administration de Estados Unidos, los productos para
la quelación conllevan problemas de seguridad graves. Aun cuando se usen bajo
vigilancia médica, estos productos pueden causar daños graves, entre ellos
deshidratación, insuficiencia renal y muerte. Las investigaciones no respaldan el uso de
la quelación para tratar el TEA.
Es posible que se remitan a las personas con estos trastornos a médicos que se
especializan en brindar intervenciones conductuales, psicológicas, educativas o para el
desarrollo de habilidades. Estos programas suelen ser altamente estructurados e
intensivos y pueden involucrar a los padres, madres, hermanos y otros miembros de la
familia. pueden ayudar a las personas con trastornos del espectro autista a:
Diagnóstico diferencial
TRASTORNO ASPERGER
Etiología
Teoría genética: Teoría que plantea que existe una vulnerabilidad genética que
se expresa en diferentes grados de severidad, considerando que el Asperger
forma parte del espectro autista, se puede considerar que el autismo es el
fenotipo más grave, seguidamente del asperger y por último estaría el fenotipo
amplio, con manifestaciones sutiles, que permiten un correcto funcionamiento en
los diferentes contextos.
Cuadro clinico:
Principales características:
Estas dificultades en la interacción social vienen dadas porque estos niños no son
capaces de entender el funcionamiento de las normas sociales que intervienen en cada
relación social, y esto hace que se creen situaciones como:
Los niños con Síndrome de Asperger tienen intereses por temas que no suelen ser
comunes al resto de compañeros, como puede ser la afición (y muchas veces rozando
la obsesión) por los aviones, trenes, dinosaurios, prehistoria, autos… Estos intereses
especiales y poco comunes no ayudan a que puedan desarrollar otras actividades que
faciliten la interacción social.
El Sd de Asperger se caracteriza por rituales que, cuando no son capaces de llevar a
cabo, llevan a una frustración que les cuesta gestionar tanto a ellos como a los que
están a su alrededor. Estos rituales aparecen en forma de conducta estereotipada:
rutinas repetitivas o una conducta repetida que resulta difícil de parar sin un objetivo de
per se.
Estas conductas repetitivas suelen ser autoestimuladoras, repetitivas, persistentes y
favorecen una retroalimentación sensorial (por ejemplo, sería llevar a cabo el
famoso aleteo de aquellos que padecen de Autismo). No se trata de un mal
comportamiento, sino de un comportamiento cualitativamente diferente del resto.
3. Lenguaje y discurso
Los niños/as se imponen a menudo rutinas rígidas a sí mismos y a quienes los rodean,
desde cómo desean que se hagan las cosas hasta lo que comerán, etc. Esto puede
frustrar a todos los involucrados. Habitualmente, dichas rutinas las irán cambiando con
el tiempo, a medida que maduren se hará más sencillo razonar con ellos. Esta
inflexibilidad se pone de manifiesto también de otras maneras, dando lugar a
dificultades con el pensamiento imaginativo y creativo. El niño tiende a gustar de la
misma cosa vieja, hecha de la misma vieja manera, repetidamente una y otra vez. No
pueden ver a menudo el foco de una historia o de la conexión entre comenzar una tarea
y cuál será el resultado. Sobresalen generalmente en las destrezas de la memoria
(aprender información sin entender). Se debe intentar explicar todo de manera que
puedan entenderlo. No se deben realizar presunciones ya que suelen "soltar"
información como un loro, pero sin saber su significado.
5. Cognición
Suelen ser comparativamente buenos en pruebas que requieren un conocimiento de los
significados de las palabras, información sobre hechos, aritmética y diseños de bloques.
los padres frecuentemente destacan la memoria a largo plazo del niño.
Mientras una característica del desarrollo normal de los niños es tener dificultades para
recordar hechos anteriores al desarrollo del lenguaje, los niños con SA pueden recordar
vivamente esa parte de su infancia. suelen tener cierta dificultad con la flexibilidad
cognitiva,
dicho de otra manera, tienen una mente de una sola pista. Su pensamiento tiende a ser
rígido y no adaptarse al cambio o a los errores. Puede ser que sólo tengan un enfoque
para un problema y necesiten que les enseñen a pensar en alternativas.
6. Torpeza Motriz
Uno de los primeros indicadores de la torpeza motriz es que algunos niños con el SA
aprenden a caminar unos meses después de lo que cabría esperar. De muy pequeños
puede haber una habilidad limitada en los juegos de pelota, dificultad para aprender a
atarse los cordones de los zapatos y una manera extraña de caminar o correr. Cuando
va a la escuela el profesor puede estar preocupado por su mala letra o la falta de
habilidad en los deportes. En la adolescencia, una pequeña minoría desarrolla tics
faciales, esto es, espasmos involuntarios de los músculos de la cara o parpadeo rápido
y
muecas ocasionales. Todas estas características indican torpeza y alteraciones
específicas del movimiento.
7. Sensibilidad Sensorial
Cerca de un 40% de niños con autismo tiene alguna anormalidad de la sensibilidad
sensorial. Ahora hay evidencias que sugieren que la incidencia puede ser la misma para
el síndrome de Asperger.
Uno o varios sistemas sensoriales están afectados de manera que las sensaciones
ordinarias son percibidas como insoportablemente intensas. Las sensibilidades
afectadas son normalmente el oído y el tacto, pero en algunos casos están relacionadas
con el sabor, la intensidad de la luz, los colores y los aromas.
La bibliografía y la observación clínica sugieren que hay tres
tipos de sonido que son percibidos como extremadamente intensos: 1) sonidos
repentinos o inesperados, tales como el ladrido de un perro, el timbre del teléfono... 2)
ruido continuo de tonos altos, especialmente pequeños motores eléctricos de la cocina,
baño o jardinería 3) sonidos complejos, confusos o múltiples que ocurren en centros
comerciales o reuniones sociales.
B. Alteraciones cualitativas en las relaciones sociales recíprocas (del estilo de las del
autismo).
C. Un interés inusualmente intenso y circunscrito o patrones de comportamiento,
intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados, con criterios parecidos
al autismo aunque en este cuadro son menos frecuentes los manierismos y las
preocupaciones inadecuadas con aspectos parciales de los objetos o con partes no
funcionales de los objetos de juego.
Tratamiento:
Terapias
TRASTORNOS RELACIONADOS.
El espectro autista cubre una serie de conductas que, antes se enumeraban por
separado. Sin embargo, su valor descriptivo sigue siendo importante, y quizá aun falte
tiempo para que los trastornos que vamos a describir a continuacion desaparezcan del
léxico psiquiátrico. Estos siguen utilizándose en Europa y en todo el mundo como
entidades diagnósticas, y se codifican como trastornos independientes en la 10.a
edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
1. SÍNDROME DE RETT
Epidemiología:
Los datos disponibles indican una prevalencia de 6 a 7 casos de síndrome de Rett por
cada 100.000 niñas. Otros datos indican que el síndrome de Rett afecta a 1 de cada
10.000 a 15.000 recién nacidas vivas en todos los grupos raciales y étnicos del mundo.
En un principio, se consideraba que afectaba exclusivamente a las niñas, pero se han
descrito casos con un trastorno o síndrome muy similar en niños.
Etiología.
Se desconoce cuál es la causa del síndrome de Rett, aunque la alteración progresiva
que se produce tras un período inicial normal es compatible con un trastorno
metabólico.
Clínica:
Aproximadamente el 80% de los pacientes con SR muestran características clínicas
típicas como una regresión neurológica temprana, seguida por la pérdida de habilidades
cognitivas, sociales y motoras adquiridas, junto con el desarrollo de un comportamiento
autista.
El sueño puede ser normal en los primeros meses de vida, pero pronto aparecen
despertares nocturnos frecuentes condicionados inicialmente por la hipofunción
de los sistemas de serotonina y noradrenalina del tronco del encéfalo y más
tarde por la alteración del sistema dopaminérgico.
Con frecuencia se observa una dificultad en la coordinación en la masticación-
deglución. Si bien muchas pacientes ingieren trocitos de comida, el movimiento
masticatorio suele ser de prensa vertical, sin componente lateral o rotatorio.
Escoliosis; Hasta un 70% de las niñas con RTT desa- rrollan escoliosis, con
frecuencia antes de la adolescencia. La incapacidad para caminar y el bajo tono
muscular son factores predispo- nentes
Tono muscular pasa de una hipotonía inicial a rigidez y espasticidad.
Evolución: Progresiva, Aunque las niñas con síndrome de Rett pueden sobrevivir hasta
una década después de que se inicie el cuadro, a los 10 años las pacientes suelen estar
en silla de ruedas, con atrofia muscular y rigidez; y virtualmente sin capacidad de
lenguaje; la comunicación y socialización queda estancada a la interacción de 1 año de
edad.
Tratamiento: Sintomático:
La fisioterapia es beneficiosa para la disfunción muscular, y suele ser necesario un
tratamiento anticonvulsivo para controlar las crisis epilépticas. La terapia conductual,
junto con la medicación, pueden ayudar a controlar la conducta autolesiva, como en el
trastorno autista, y a regular la desorganización respiratoria, melatonina para trastornos
de sueño.
Se puede realizar un trabajo en equipo de estimulación temprana, con fisioterapeutas,
psicólogos y neuropediatras ayuda a optimizar la motricidad amplia y el uso propositivo
de las manos, la comunicación y la interacción con el medio. Y asi se podría prolongar
el tiempo de deambulación autónoma y retrasar los problemas osteomusculares de
espasticidad, retracción articular y osteoporosis.
Afecta a 1 de cada 100.000 niños, y en relación al sexo una prevalencia de 4-8 niños
por cada niña afectada.
Etiologia.
Se desconoce su etiología; aunque se ha asociado con otros trastornos neurológicos,
como trastornos comiciales, esclerosis tuberosa y diversas enfermedades metabólicas.
No se ha identificado ningún marcador o causa neurobiológica específica. Se ha
informado acerca de estresores psicosociales o médicos significativos en asociación
con el inicio o empeoramiento del trastorno desintegrativo de la infancia, pero su
significación etiológica continua poco clara.
Clinica:
El trastorno desintegrativo de la infancia se establece sobre la base de síntomas que se
ajustan a una edad característica de aparición, cuadro clínico y curso. Tienen un inicio
que varía entre 1 y 9 años, pero en la inmensa mayoría se produce a los 3 o 4. Puede
ser insidioso a lo largo de varios meses o relativamente abrupto, y producir la
disminución de las capacidades en días o semanas.
En algunos casos el niño se muestra inquieto, hiperactivo y ansioso por la pérdida de
las funciones. Puede iniciarse con síntomas conductuales, como ansiedad, ira o
rabietas, pero en general la pérdida de funciones se hace extremadamente
generalizada y grave. El deterioro lleva a un síndrome que es sintomáticamente similar
al trastorno autista, excepto que el retraso mental (típicamente, de rango a profundo)
tiende a ser más frecuente y pronunciado.