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I.

TEORÍA GENERAL DE OBLIGACIONES Y CONTRATOS

T1. LA OBLIGACIÓN
1. Concepto

Las obligaciones nacen:


- Ley
- Contratos
- Cuasi contratos
- Actos ilícitos

Obligación jurídico privada

Es un vínculo jurídico que liga a dos o más personas y en virtud del cual una de ellas, el
deudor, queda sujeta a realizar una prestación, es decir, un determinado comportamiento
a favor de la otra, el acreedor, que tiene el poder de exigírsela. La obligación:
- Es cualquier comportamiento, no solo intercambio de dinero. (Ej: la empresa de
transporte de llevarme).
- Es ante todo una relación jurídica, denominada relación jurídico-obligatoria que
esta compuesta por un poder jurídico o posición acreedora, que consiste en el
derecho a exigir la prestación, un deber jurídico o posición deudora que esta
constituida por ese deber de realizar la prestación.
- Se caracteriza por ser relativa, ya que se da entre dos o más sujetos
determinados.
El acreedor es el titular de un derecho, que se denomina derecho de crédito mientras que
el deudor es el titular de una deuda y un deber jurídico que se denomina deber de
prestación. Tanto el crédito como la deuda forman parte del patrimonio de cada uno de
los sujetos, la deuda forma parte del patrimonio del deudor y el crédito del patrimonio
del acreedor.
Si el deudor no cumple la obligación de realizar la prestación, o lo hace de forma
inexacta, responde de dicho cumplimiento con todos los bienes presentes y futuros. Es
lo que denominamos responsabilidad patrimonial universal (​Art. 1911CC​).

Artículo 1911.
Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes,
presentes y futuros.

Cuando hablamos de obligación, nos referimos a la relación entre deudor y acreedor,


pero también utilizamos este término para referirnos a la parte pasiva, es decir, a la
deuda que pesa sobre el sujeto pasivo.
Nuestro código civil regula las obligaciones en el Título I del Libro IV, referido a las
obligaciones y contratos (​Arts: 1088-1253​) y el Libro IV: ​Arts 1088-1975​.
En estos preceptos no se nos da una definición de la obligación, el primero de ellos el
Art. 1088​, se refiere al contenido de la misma. por tanto se refiere solo a la parte pasiva
de la obligación, mientras que el ​Art. 1911 se refiere solo a la parte activa. Con estos
dos artículos tenemos los dos elementos indisociables de la obligación: la deuda y la
responsabilidad patrimonial.
Artículo 1088
Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Distinción entre los derechos de crédito y los derechos reales:
Son las dos grandes categoría de los derechos patrimoniales.
- ​Derechos reales: sería por ejemplo el derecho de propiedad, son derechos de carácter
absoluto, su titular tiene un poder directo e inmediato sobre el objeto de ese derecho, ese
objeto es un bien y ese derecho se ostenta frente a todos, es lo que se llama oponible
erga omes (frente a todos).
- ​Derechos de crédito: son derechos de carácter relativo, que ostenta su titular frente al
deudor, su objeto es una determinada conducta del deudor, por lo tanto su titular no
tiene un poder directo sobre su objeto que es la prestación, sino solo la posibilidad de
exigir su cumplimiento al deudor.

2. Los elementos de la obligación

Son: el vínculo jurídico, sujetos, objeto y causa.

a. Vínculo jurídico
Es aquel nexo que liga al deudor y al acreedor, éste vínculo engloba el débito y la
responsabilidad. El acreedor tiene un poder sobre determinada conducta del deudor y
para el caso de incumplimiento, el patrimonio del deudor quedaría sometido a la acción
del acreedor.
El débito es el deber del deudor de cumplir la prestación. Frente a él siempre tiene que
existir el derecho de la acreedor a exigir el cumplimiento, por lo tanto, no hay
obligación si el cumplimiento queda a la libre voluntad del deudor ​(Art. 1115 y 1256).

Artículo 1115​.
Cuando el cumplimiento de la condición dependa de la exclusiva voluntad del deudor,
la obligación condicional será nula. Si dependiere de la suerte o de la voluntad de un
tercero, la obligación surtirá todos sus efectos con arreglo a las disposiciones de este
Código.
Artículo 1256.
La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los
contratantes.

La responsabilidad es la sujeción del patrimonio del deudor al cumplimiento de la


prestación y supone además correlativamente el derecho del acreedor a dirigirse contra
este patrimonio si el deudor incumple. Por lo tanto no hay obligación si se excluye toda
responsabilidad, pero lo que si se admite es limitar la responsabilidad del deudor solo a
algunos bienes. (Ej: cabe perfectamente limitar la responsabilidad patrimonial solo a
algunos bienes, puedes limitar la responsabilidad patrimonial solo a esa casa).
El vínculo tiene como contenido; una prestación principal que es la conducta de dar,
hacer o no hacer en que consiste la prestación (es lo que denominamos deber de
prestación) pero también el contenido está formado por los deberes accesorios o
secundarios a los que se refieren entre otros preceptos el ​Art. 1258CC​, ​de acuerdo con
este precepto el deudor debe ejecutar la prestación con buena fe y con todos los
complimientos y circunstancias que exige su naturaleza y el fin que persigue o que
establece la ley.
(Tienes derecho a exigir un determinado comportamiento pero no a coger el
determinado objeto).

Artículo 1258.
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no
sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las
consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
b.​ ​Sujetos
Son el sujeto activo o acreedor que tiene derecho a exigir y recibir la prestación y el
sujeto pasivo o deudor que es el que tiene el deber de realizarla. Para ser acreedor
basta la capacidad jurídica, puede ser cualquier persona pero para ejercitar el derecho
de crédito es necesaria la capacidad de obrar.
Para ser deudor también puede serlo cualquier persona, basta la capacidad jurídica.
(Ej: niño de tres meses que hereda una empresa) es posible por lo tanto que falte la
capacidad de obrar (incapacitado, menor) cosa distinta es la capacidad requerida para
llevar a cabo un cumplimiento liberatorio, depende de cada obligación.
Las personas jurídicas también pueden ser tanto acreedoras como deudoras.
Tanto en el lado activo como en el lado pasivo puede haber una o varias personas y
además en las obligaciones bilaterales o recíprocas cada sujeto es al mismo tiempo
deudor y acreedor. (4 vendedores que venden una finca a una sociedad).
Los sujetos de la obligación deben estar determinados, ahora bien también se admiten
que estén relativamente indeterminados, es decir, que sean determinables. (Ej:
promesa pública de recompensa, 500$ a quien encuentre mi perro) Lo que es
necesario en estos casos es que desde el momento en que se constituye la obligación
ya estén fijados los criterios para la determinación posterior.

c. Objeto
El objeto de la obligación es la prestación, que es la conducta que debe realizar el
deudor y que puede exigir el acreedor. En que consiste una obligación ​Art 1088​, debe
consistir siempre en una conducta humana.
El deber de prestación puede corresponder a una de las partes y en este caso
hablamos de obligación unilateral (donación), o bien a cada una de ellas que está
obligada frente a la otra y en este caso hablamos de obligación bilateral
(compraventa).
La prestación debe tener una serie de condiciones o requisitos, se recogen en los ​Art.
1271-1273.​ Estos requisitos son: posibilidad, licitud y determinación.

I. ​Posibilidad:
Quiere decir que la prestación sea realizable, que se pueda llevar a cabo ​Art.
1272.​ Al requisito de la posibilidad se oponen aquellos supuestos en que la
obligación es irrealizable por causas materiales o jurídicas, ahora bien no basta la
mera dificultad para llevar a cabo la prestación.

Artículo 1272.
No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.
La imposibilidad de distintos tipos:
Total o parcial
Es total la que afecta a toda la prestación, mientras que la parcial solo afecta a una
parte de manera que la prestación se puede realizar pero no de modo íntegro. La
imposibilidad parcial hay veces que supone la imposibilidad total porque la
prestación se concibe como un todo, el hecho de que suponga o no la
imposibilidad total dependerá de la voluntad de las partes o de las disposiciones
que la regulen. Cuando no podamos acudir a estos criterios, la ley en principio
concede al acreedor (comprador) la facultad de decidir si acepta un cumplimiento
parcial con una reducción proporcional de la prestación de la otra parte, o por el
contrario si estima que acarrea una imposibilidad total​ (Art. 1460​ ​solo para
compraventa​ ​y 1471).

Artículo 1460.
Si al tiempo de celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa
objeto de la misma, quedará sin efecto el contrato.
Pero si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar entre desistir
del contrato o reclamar la parte existente, abonando su precio en proporción al total
convenido.

Artículo 1471.
En la venta de un inmueble, hecha por precio alzado y no a razón de un tanto por
unidad de medida o número, no tendrá lugar el aumento o disminución del mismo,
aunque resulte mayor o menor cabida o número de los expresados en el contrato.
Esto mismo tendrá lugar cuando sean dos o más fincas las vendidas por un solo
precio, pero si, además de expresarse los linderos, indispensables en toda
enajenación de inmuebles, se designaren en el contrato su cabida o número, el
vendedor estará obligado a entregar todo lo que se comprenda dentro de los
mismos linderos, aun cuando exceda de la cabida o número expresados en el
contrato; y, si no pudiere, sufrirá una disminución en el precio, proporcional a lo que
falte de cabida o número, a no ser que el contrato quede anulado por no
conformarse el comprador con que se deje de entregar lo que se estipuló.

Originaria o sobrevenida
Originaria es la imposibilidad que existe desde el mismo momento de constitución
del vínculo jurídico (cuando yo compro la cosa ya no existe). En este caso la
obligación es nula, la sanción de la prestación es la nulidad.
La sobrevenida es la imposibilidad que tiene lugar después del nacimiento de la
obligación, es decir la prestación es realizable cuando se constituye la obligación
pero después no se puede cumplir porque ha resultado posteriormente imposible.
En este caso estaríamos ante una obligación existente pero que no puede ser
cumplida (Extinción de las obligaciones ​Art 1182​). Por tanto la consecuencia es
diferente si es originaria o sobrevenida.

Artículo 1182.
Quedará extinguida la obligación que consista en entregar una cosa determinada
cuando esta se perdiere o destruyere sin culpa del deudor y antes de haberse este
constituido en mora.

II. Licitud
Se exige que la conducta que la conducta en que consiste la prestación sea
conforme a las leyes a la moral, al orden público y a las buenas costumbres
(Art.1271.3 y 1255).​ ​Si la prestación fuera ilícita en ese caso la obligación sería
nula, la sanción es la nulidad.

Artículo 1271.3
Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean
contrarios a las leyes o a las buenas costumbres.

Artículo 1255.
Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan
por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden
público.

III. Determinación
Según el ​Art. 1273​ la prestación debe estar determinada y la sanción si no lo está
es la nulidad.
Que la prestación sea determinada significa que este concretada la conducta que
constituye el objeto de la obligación (Ej: entregar este coche). En principio es
necesaria la determinación inicial pero cabe la determinación posterior siempre
que en el momento ya de constituirse la obligación ya quedan fijadas las bases de
forma que pueda realizarse sin un nuevo acuerdo entre el deudor y el acreedor,
bien por referencia a una cosa o criterio cierto (ej: determinación del precio en
función del IPC) o bien por la decisión de un tercero distinto de los sujetos de la
obligación (ej: cuantía la fija un experto) o por referencia a una disposición legal
Art. 1477 y 1690. ​Lo que no admite nuestro Código es que se deje la
determinación al arbitrio de una de las partes, lo que si que se admite es que se le
deje a una de las partes un cierto margen de elección.

Artículo 1273.
El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie.
La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato,
siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los
contratantes.

Artículo 1477.
Cuando el comprador hubiese renunciado el derecho al saneamiento para el caso
de evicción, llegado que sea éste, deberá el vendedor entregar únicamente el
precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, a no ser que el
comprador hubiese hecho la renuncia con conocimiento de los riesgos de la
evicción y sometiéndose a sus consecuencias.

Artículo 1690.
Si los socios se han convenido en confiar a un tercero la designación de la parte
de cada uno en las ganancias y pérdidas, solamente podrá ser impugnada la
designación hecha por él cuando evidentemente haya faltado a la equidad.

En ningún caso podrá reclamar el socio que haya principiado a ejecutar la decisión
del tercero, o que no la haya impugnado en el término de tres meses, contados
desde que le fue conocida.
La designación de pérdidas y ganancias no puede ser encomendada a uno de los
socios.
Además la doctrina se plantea un requisito más: la patrimonialidad.
IV.​ ​Patrimonialidad
Es un requisito discutido, la mayoría de la doctrina moderna entiende que no es
necesario que la prestación tenga un contenido económico. (Ej: pactar con el
vecino no plantar una plantas alérgicas para otro vecino) En estos casos la
conducta del deudor carece de valor patrimonial en sí misma, ahora bien si el
deudor incumple esa obligación podrá procederse a la ejecución, que consiste en
deshacer lo que ha hecho y además procedería la indemnización por daños
perjuicios, esto supone que cuando se produce el incumplimiento siempre deberá atribuirse
un valor económico a la prestación que es lo que nos determinará el importe de la
indemnización. En conclusión el débito no tiene que ser siempre patrimonial pero la
obligación si lo es siempre. (En caso de que el vecino decida plantar dichas plantas en
consecuencia se arrancarán las plantas y además se producirá el pago de daños y
perjuicios).
d. La causa
La causa es el fin objetivo e inmediato al que se dirige la obligación

3. Fuentes de la obligación​.
El ​Art. 1089!!!​ recoge la enumeración de las fuentes de las obligaciones.
Artículo 1089.
Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los
actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
Las obligaciones que nacen de la ley, ​Art. 1090​. Se refiere a la ley como norma
jurídica, por tanto comprende la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho, además conforme a este precepto es preciso que las normas jurídicas
establezcan con claridad los supuestos en que son fuente de obligaciones, por eso
las obligaciones no se presumen y tienen carácter restrictivo. Por otra parte el ​Art
4.3​ señala el valor supletorio del CC en materia de obligaciones.
Artículo 1090.
Las obligaciones derivadas de la ley no se presumen. Sólo son exigibles las
expresamente determinadas en este Código o en leyes especiales, y se regirán por
los preceptos de la ley que las hubiere establecido; y, en lo que ésta no hubiere
previsto, por las disposiciones del presente libro.
Artículo 4.
3. Las disposiciones de este Código se aplicarán como supletorias en las materias
regidas por otras leyes.
Con respecto a los contratos el ​Art. 1091​ establece que los contratos tienen valor
de ley entre las partes contratantes. Los contratos son la fuente fundamental de
obligaciones.
Artículo 1091.
Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes, y deben cumplirse a tenor de los mismos.

A los cuasi contratos se refiere el ​Art. 1877. ​Los cuasi contratos se regulan en el Título 16
del Libro IV y son gestión de negocios ajenos sin mandato y el cobro de lo indebido.
Artículo 1877.
La hipoteca se extiende a las accesiones naturales, a las mejoras, a los frutos pendientes y
rentas no percibidas al vencer la obligación, y al importe de las indemnizaciones
concedidas o debidas al propietario por los aseguradores de los bienes hipotecados, o en
virtud de expropiación por causa de utilidad pública, con las declaraciones, ampliaciones y
limitaciones establecidas por la ley, así en el caso de permanecer la finca en poder del que
la hipotecó, como en el de pasar a manos de un tercero.

Respecto a la responsabilidad civil extracontractual se regula en los ​Art. 1092 y 1093. ​Si la
obligación civil nace de un delito (te causan daño en tu casa al entrar a robar),esa
obligación civil de reparar ese daño está regida en el C. Penal. Cuando la obligación civil
nace de un cuasi delito, es decir, un acto que proviene de una negligencia (niño que le
clava un tenedor a otro en el comedor en el colegio) ​Art. 1092 y siguientes. ​La doctrina
moderan entiende que la enumeración del Art. 1089 tiene carácter abierto, no es exhaustiva
se trata de una lista de fuentes de carácter ejemplificativo. Por ejemplo se señala que
también constituye fuente de obligaciones que la declaración unilateral de voluntad y el
enriquecimiento injusto.

Artículo 1092.
Las obligaciones civiles que nazcan de los delitos o faltas se regirán por las disposiciones
del Código Penal.

Artículo 1093.
Las que se deriven de actos u omisiones en que intervenga culpa o negligencia no penadas
por la ley, quedarán sometidas a las disposiciones del capítulo II del título XVI de este
libro.

- ​Declaración unilateral de voluntad


Lo que nos planteamos es si una persona puede obligarse jurídicamente, solo porque ella
quiere y sin aceptación de otro (ej: hacer un concurso, está obligado a dar el premio o no).
No hay unanimidad en la doctrina pero tampoco en la jurisprudencia, la doctrina
mayoritaria Lacruz Berdejo, Díez Picazo ,Guillén o Castán admite que en casos
excepcionales la voluntad unilateral si produce efectos obligatorios, el problema es que no
hay acuerdo a la hora de señalar cuales son esos supuestos excepcionales. En cuanto a la
jurisprudencia es vacilante, no tiene una posición uniforme, las sentencias conducen a
confusión. Lo cierto es que la excepción más comúnmente admitida es la promesa pública
de recompensa, en este caso su autor mediante una promesa ofrece públicamente pagar
una recompensa a quien reúna las condiciones que el mismo ha fijado, en estos casos la
promesa obliga desde que se publica suficientemente, de todas formas se discute si el
fundamento de
la obligación es contractual o unilateral. También se cuestiona en relación a los
concursos con premios, pero lo cierto es que generalmente responde a un
esquema contractual.
No está regulado en el CC, pero sí lo hace la Ley 521 de la Compilación
Navarra.
4. La obligación natural
La obligación natural, se encuentra en una posición intermedia entre el simple deber
moral y la obligación jurídica, concretamente se trata de ciertos deberes morales o
sociales no exigibles jurídicamente por lo tanto no se puede reclamar su cumplimiento,
pero si se llegan a cumplir se producen ciertas consecuencias, principalmente: la
imposibilidad de recuperar lo entregado o de revocar el acto jurídico de cumplimiento.
(Si pagas una deuda con Hacienda que ha prescrito y la pagas no puedes exigir que
te retribuyan lo pagado pues aunque haya prescrito tenías una obligación natural).
T2. CLASES DE OBLIGACIONES
I. CLASES DE OBLIGACIONES POR RAZÓN DE LA PRESTACIÓN

1. Positivas y negativas
- ​Positivas​: son las que consisten en una acción, ya sea dar o hacer.
- ​Negativas​: consisten en una omisión.
​ART. 1088 CC
Obligación de dar
Es la que consiste en entregar una cosa para transmitir una propiedad u otro derecho
real sobre ella o bien, entregar transmitiendo la posesión pero sin transmitir un
derecho real. Puede recaer sobre una cosa específica o sobre una cosa genérica.
- ​Obligación genérica​: ​aquella cuya prestación se determina por el género o clase a que
pertenece
la cosa o servicio, por ejemplo, la obligación de entregar una tonelada de harina, o la
obligación de hacer una paella.
- ​Obligación de cosa específica​ conlleva las siguientes obligaciones para el deudor:
1. Está obligado a conservar la cosa que debe entregar con la diligencia de un buen
padre de familia. ​ART. 1094
2. El deudor está obligado a entregar la cosa en el tiempo, modo y lugar oportunos y con
todos sus accesorios aunque no hubieran sido mencionados. ​Art. 1097
3. Si la obligación de dar está dirigida a transmitir la propiedad o a transmitir un
derecho de disfrute, el deudor debe entregar todos los frutos que hubiere producido la
cosa desde que nació la obligación de entregarla.​ ART. 1095 CC

Obligación de hacer
Son las que tiene por objeto una prestación consistente en desarrollar cualquier
actividad distinta de la de dar.
1. Personalísimas o intuito-personal
2. No personalísimas​.
Según si las cualidades personales del deudor han sido determinantes o no, al constituir
la obligación. En las personalísimas, la prestación es infungible, ya que solo satisface el
interés del acreedor la realización de la prestación por el deudor. El cumplimiento
siempre debe proceder del deudor, el acreedor no puede ser compelido a recibir la
prestación de un tercero. ​ART 1161
Además, la obligación de extingue por muerte o declaración de fallecimiento del
deudor. ​ART 1595 CC​ Esto no sucede en las obligaciones no personalísimas, en ellas es
indiferente que el cumplimiento lo realice el deudor o un tercero.

- Obligaciones de medio​: en este caso la prestación consiste en desarrollar una


actividad sin prometer un resultado, por eso, el deudor queda obligado a llevar a
cabo con la debida diligencia una actividad con independencia de que alcance o
no la finalidad perseguida. La diligencia viene determinada por la lex artis, que
es el empleo de los conocimientos propios de la profesión de que se trate. Por
eso, si no se obtiene el resultado que se perseguía, el deudor no tendrá ninguna
responsabilidad si ha actuado con diligencia, por eso, para que sea declarado
responsable, habrá que probar su negligencia. Ej. médico o abogado.
- Obligación de resultado:​ en este caso el deudor se compromete a un resultado
con independencia del trabajo o del tiempo que le lleve. Ej. Arquitecto que se
compromete a llevar a cabo un proyecto. En este tipo de obligaciones si no se
produce el resultado hay un incumplimiento y si el deudor quiere liberarse de
responsabilidad debe probar el caso fortuito.
Obligaciones de no hacer​: Son aquellas en las que el deudor se obliga a no hacer o a
tolerar que el acreedor haga algo sin oponerse. Son muy frecuentes, como en el caso de
los pactos y cláusulas de exclusiva (pacto de confidencialidad).

2. Transitorias y duraderas
- ​O. transitorias o de tracto único​, son aquellas en las que la prestación se agota en un
sólo acto o en varios aislados.
- ​Las duraderas​, que pueden ser de dos tipos:
● De tracto continuo​. La prestación consiste en una conducta permanente.
● De tracto sucesivo.​ La prestación consiste en la realización de actos reiterados
durante cierto tiempo.

3. Alternativas
Una o​bligación alternativa debe entenderse al vínculo jurídico que obliga al deudor al
cumplimiento de una, de dos o más alternativas, donde al cumplirse una de ellas se
extingue la obligación.​ ​Hay mayor garantía para el acreedor, por lo que es más onerosa
para el deudor.

4.​ ​Facultativas
En una obligación facultativa ​el deudor solamente debe una prestación, sin embargo
puede liberarse de su cumplimiento entregando una prestación distinta.​ La
imposibilidad de la prestación extingue la obligación.

5. Específicas y genéricas
- ​Obligación genérica​: ​aquella cuya prestación se determina por el género o clase a que
pertenece
la cosa o servicio, por ejemplo, la obligación de entregar una tonelada de harina, o la
obligación de hacer una paella.
- ​Obligación de cosa específica​ conlleva las siguientes obligaciones para el deudor:
1. Está obligado a conservar la cosa que debe entregar con la diligencia de un buen
padre de familia. ​ART. 1094
2. El deudor está obligado a entregar la cosa en el tiempo, modo y lugar oportunos
y con todos sus accesorios aunque no hubieran sido mencionados. ​Art. 1097
3. Si la obligación de dar está dirigida a transmitir la propiedad o a transmitir un
derecho de disfrute, el deudor debe entregar todos los frutos que hubiere
producido la cosa desde que nació la obligación de entregarla.​ ART. 1095 CC

6. Pecuniarias
Son aquellas en que la prestación consiste en entregar una suma de dinero. Su
cumplimiento se lleva a cabo mediante la entrega de la cantidad adeudada en dinero de
curso legal en España (​art. 1170.1 CC​)

Características:
1. Es una obligación genérica, informada por el principio ​genus nunquam perit​. Su
cumplimiento nunca puede devenir imposible, ya que el dinero como tal existe
siempre. Por ello no se aplica a esta obligación el ​art. 1182 y ss ​relativos a la
extinción de las obligaciones por imposibilidad sobrevenida.
2. El dinero es un bien productivo, produce frutos, que son civiles, los intereses;
por eso el retraso o mora del deudor en el cumplimiento de la obligación
pecuniaria produce siempre un daño al acreedor, que este no precisa probar,
naciendo a su favor el derecho al pago de los intereses moratorios que pueden
valorarse automáticamente. El retraso en el cumplimiento origina el interés
moratorio, salvo pacto en contrario, sin necesidad de probar el perjuicio (​art.
1108​). La cuantía de los intereses será la legal, salvo que las partes hayan
pactado una cuantía diferente.
Clases:
1. Una obligación de cantidad de dinero​. A debe a B una cantidad de dinero.
2. Deuda de especie monetaria​. Una obligación de pagar una cantidad de dinero en
determinada especie de moneda. Se trata de una deuda de cantidad en la que se
ha señalado como circunstancia esencial las piezas monetarias en que debe
hacerse el pago. (ej: 10000 euros en billetes de 1000). Debe pagarse en la
especie pactada y si no es posible en la de curso legal ​(​art. 1170​). El caso más
habitual es la deuda en moneda extranjera. Si no es objetivamente posible (p.e.
la moneda ya no tiene curso legal: lira italiana) se pagará el equivalente en
euros. Tipo aplicable: el del día en que se haga efectivo el pago.
3. Que se pague en dinero determinado valor​. Es una obligación de entregar una
suma de dinero que no se ha establecido directamente, sino que cuando se
cumpla la obligación se pagará en dinero el valor fijado (ej. pagar en dinero lo
que en diciembre valga 1 kg de oro). Es una obligación con prestación
determinable: debe determinarse sin necesidad de un nuevo acuerdo entre las
partes. Una vez que el valor se mide en dinero pasa a ser una obligación de
cantidad de dinero.
Deudas de valor y de dinero
- Deudas de dinero: deuda de suma de dinero. Entregar una suma de dinero en
monedas o billetes de cualquier valor facial.
- Deudas de valor: ​consiste en entregar una cantidad de dinero que tenga un
concreto valor adquisitivo. La doctrina está dividida en cuanto a si tiene valor
resarcitorio o no.

El problema de la obligación de cantidad es que, debido a que el valor adquisitivo del


dinero tiende a bajar, el acreedor corre el riesgo de que, al cobrar, la suma recibida
tenga un poder adquisitivo muy inferior al que tenia cuando nació la obligación.
Al respecto nos encontramos con dos principios:
1. Principio nominalista: el deudor ha de entregar la misma suma de unidades
monetarias que ha quedado determinada al nacer la obligación pecuniaria,
cualquiera que sea su valor adquisitivo o valor real. El nominalismo hace
insensible la deuda de dinero a las alteraciones de los valores reales de a moneda
2. Principio valoralista o valorista: el deudor al realizar la prestación ha de
entregar una cantidad que permita al acreedor tener, en el momento de cobrar, el
mismo poder adquisitivo que tenia la suma convenida en el momento de
constituirse la obligación.
Ejemplo: “Imaginemos que Andrés presta a su amigo Juan 30.000 euros que este
habrá de devolverle el día primero del mes de enero de 2020. El ordenamiento
jurídico asumirá́ un sistema nominalista si, en la fecha pactada, Juan debiera
entregar a Andrés 30.000 euros. Y el ordenamiento jurídico adoptaría un sistema
valorista si, llegado el vencimiento, Juan tuviera que devolver la cantidad
resultante de estimar el poder adquisitivo de los 30.000 euros en enero del año
2020( pues 10 euros de 2001 no valen lo mismo en 2020, pues en 2001 con 10
euros podías comprar más cosas que en la actualidad). Si se tiene en cuenta que
lo normal es que la moneda pierda poder adquisitivo, se comprende que el
sistema nominalista beneficia al deudor, mientras que el sistema valorista aviene
mejor con los intereses del acreedor”

Medidas correctoras del principio nominalista:


En nuestro Derecho rige el principio nominalista. Para establecer una deuda de valor a
pagar en dinero es preciso no fijar, una suma a entregar de forma nominal, sino fijar otra
cosa cuya relación con el valor nominal del dinero nos dé la cantidad que de este se
debe entregar.

Esto se realiza estableciendo las cláusulas de estabilización consistentes en determinar


la suma nominal de dinero a entregar, según el precio que tengan ciertas cosas en el
momento del pago. Vienen a convertir las deudas de dinero en deudas de valor. Son
admitidas por la jurisprudencia moderna siempre que comprendan también las
variaciones a la baja del valor real del dinero y respeten los límites de autonomía de la
voluntad. Si no están dispuestas en la ley, deben pactarse necesariamente, pero no es
preciso acuerdo expreso.
Cláusulas a destacar:
- La cláusula de escala móvil o de índice variable​: en la que la suma de dinero
se determina por el valor que marquen ciertos índices económicos resultantes del
precio que tengan en el mercado algunos productos o actividades (el IPC)
- Cláusula valor-oro o valor-plata​: se obliga al deudor a pagar en monedas de
curso legal, pero determinándose su cuantía por el valor que alcance la suma de
oro o plata que se fijó en el contrato. Si lo que establece es la entrega de oro o
plata no estamos ante la cláusula valor, sino ante una cláusula oro o de pago en
oro, que no es una obligación pecuniaria.
- Cláusula valor especie o mercancía:​ utilizan como referente el precio que en
un momento determinado tenga la mercancía señalada (ej. barril de petróleo).

7. Obligación de intereses
Los intereses son los frutos civiles del dinero por eso la obligación de intereses es una
obligación pecuniaria que tiene por objeto el abono de esos frutos civiles que produce el
dinero.
Hay que distinguir entre:
1. La obligación de intereses no vencidos​: es accesoria, ya que presupone una
obligación principal que es la obligación de capital. Esa oblogación no puede existir sin
la de capital y, por eso se extingue cuando se extingue la de capital. Además, salvo
pacto en contrario, la obligación de intereses se transmite con la oblogación de capital y
se asegura con la misma garantía que cubre la principal.

2. ​La deuda de intereses ya vencidos: ​es autónoma de la principal. Puede transmitirse y


extinguirse de forma autónoma, incluso puede sobrevivir a la principal, sin embargo,
esto no es lo más frecuente, por eso el código establece que en la extinción de la
obligación principal hace presumir la de los intereses. (ARTS. 1110, 1173CC)
- En virtud del ​ART. 1173CC​, salvo pacto en contrario se deben pagar los
intereses antes que el principal, por eso si el deudor entrega al acreedor una
cantidad que no es suficiente para pagar capital e intereses, ese pago se imputa a
los intereses.
- ART. 1110CC​: si el acreedor recibe el capital sin reserva de los intereses se
presume iuris tantum la extinción de la obligación en cuanto a estos.
Clases de intereses
Atendiendo a su​ finalidad​:

1. ​Intereses moratorios​: su finalidad es resarcir al acreedor por el retraso culposo del


deudor en la entrega de la cantidad debida. ​ART. 1108 CC​. Estos intereses tienen
carácter indemnizatorio y se devengan en la fase de incumplimiento contractual.
2. ​Intereses compensatorios, retributivos o remuneratorios​: su finalidad es retribuir o
compensar al acreedor por encontrarse privado del dinero debido, es decir, retribuyen
por el disfrute de una cantidad de dinero ajeno durante un cierto tiempo. Por lo tanto, se
pagan o se deben durante la fase de cumplimiento contractual. Tienen carácter
retributivo. Sólo se deben cuando se estipulan, ahora bien, si se pagan a pesar de no ser
debidos, no podrán repetirse. (​ARTS 1755 y 1756 CC​).

Atendiendo al ​origen​:

3.​ Intereses legales​: la obligación de pagarlos procede de la ley, el caso más importante
es el del caso moratorio, pero hay otros muchos, ej. ​ARTS. 1724, 1896, 282​ (relativo a
la tutela) CC. Dentro de esos intereses, destacamos:
- Intereses de mora procesal o intereses ejecutorios:​ aquellos que se devengan
desde que se fija una prestación pecuniaria en sentencia dictada en primera
instancia hasta el momento en el que se paga. La cuantía es el interés legal del
dinero incrementado en dos puntos o bien, la cuantía pactada por las partes o, la
establecida en una disposición especial.​ ART. 576.1 LEC 2

4.​ Intereses convencionales​: son los fijados por las partes. Distinta de la clase de
intereses es la cuantía de del interés. Se puede fijar por la ley o por las partes. Cuando la
fija la ley, hablamos de cuantía legal del interés (interés legal), lo encontramos en la Ley
General de Presupuestos del Estado. Una obligación puede generar intereses porque lo
han hablado las partes y la cuantía puede ser legal o convencional y también cabe que
unos intereses nacidos de una disposición legal sean de cuantía legal o convencional.
Ahora bien, cuando la ley ordena el pago de unos intereses y no señala la cuantía, esa
será la del interés legal y si los intereses son convenidos por las partes y tampoco fijan
la cuantía, esta también será la del interés legal.
- Cuantía convencional: las partes pueden fijar la cuantía de los intereses
remuneratorios, salvo que haya una norma especial que lo impida (intereses del
descubierto en cuenta corriente). Existen ciertos límites al interés retributibo en
la ​Ley de 23 de junio de 1908 Ley de Represión de la Usura o la Ley Azcárate​.
De acuerdo con esta ley es nulo todo contrato de préstamo en el que se pacte un
interés usurario o un interés leonino. El primero, es aque interés notablemente
superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado a las
circunstancias del caso. Y el interés leonino es aquel que sin ser notablemente
superior al normal del dinero ha sido aceptado por el deudor a causa de su
situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades
mentales. La jurisprudencia tiene declarado que los mroatorios no están
sometidos a la ley de usura.
Por otra parte, en virtud del ​ART. 82.1 del Texto Refundido de la Ley General
de Consumidores y Usuario​s (TRLGDCU/ LCU), arpobado mediante Real
Decreto legislativo 1/2007 de 16 de noviembre. De acuerdo con este artículo, se
puede considerar abusiva una determinada cláusula de intereses.
Si se declara abusiva una cláusula de intereses, esa cláusula es nula y, por lo
tanto, no se aplicarían intereses en ese contrato.

Además, es posible que la legislación aplicable a operaciones concretas


establezca un tipo máximo para un contrato concreto.

5.​ Intereses de anatocismo​: es el interés compuesto. Los intereses de los intereses.


Consiste en que los intereses se capitalizan y producen nuevos intereses. Algunas
legislaciones no los admiten pero en la nuestra no se dice nada y por ende, se pueden
pactar respetando los límites del ​ART. 1255CC
Nuestro código admite un caso de anatocismo legal ​ART 1109.1 CC​ que se refiere a la
reclamación judicial de la obligación de intereses.

8. Líquidas o ilíquidas
Líquidas​: aquellas en las que la cuantía de la prestación está fijada numéricamente. Si
no está fijada será ilíquida. También es líquida aquella que está fijada numéricamente su
cuantía pero no se ha expresado todavía el total porque falta únicamente una operación
aritmetica.

9. Divisibles e indivisibles
El criterio general consiste en comprobar si el cumplimiento o ejecución fraccionada de
la prestación satisface el interés del acreedor. Para considerar una obligación divisible
es necesario que la ejecución de la prestación pueda fragmentarse en partes y el
acreedor con ese cumplimiento reciba la misma satisfacción que si cobrase de una vez.
El carácter divisible o indivisible puede venir determinado por los pactos de las partes o
por la naturaleza de la obligación, así una obligación que en principio es indivisible
puede convertirse divisible y viceversa.
El ​art. 1138 presume ​iuris tatum que las obligaciones son por naturaleza divisibles. El
art. 1151​ distingue entre obligaciones de dar, de hacer y de no hacer.
- De dar​: Son indivisibles las obligaciones de dar cuerpos ciertos. Sin embargo
ALBALADEJO considera que no es exacto pues hay que ver qué tipo de cuerpo
cierto es: si la cosa admite división y las partes lo acuerdan, puede ser una
obligación divisible (ej. 100 kg de trigo).
- De hacer​: son divisibles las que consistan en prestar un cierto número de días de
trabajo, las que implican la ejecución de obras por unidades métricas u otras
análogas que sean por su propia naturaleza susceptibles de cumplimiento parcial.
La doctrina considera que entran en este caso las actividades que sean fungibles
(ej. Servicios que se facturan por horas).

- De no hacer​: el código no da un criterio. La doctrina suele considerarlas


indivisibles pues la abstención prometida no suele estimarse cumplida sino
cuando es íntegramente respetada.

Divisibilidad y cumplimiento parcial:


La divisibilidad de la obligación es la aptitud de la prestación para poder ser cumplida
por partes cualitativamente iguales. Supone el fraccionamiento de la obligación en otras
menores. Es distinta del cumplimiento parcial, que es la ejecución fraccionada de la
prestación de una obligación cuya unidad se mantiene.
Si existe un solo deudor y un solo acreedor, el ​art. 1169 establece que el acreedor no
puede ser obligado a recibir parcialmente las prestaciones en que consiste la obligación,
ni el deudor cumplir de este modo, salvo pacto en contrario.

II. POR RAZÓN DE LOS SUJETOS


1. Mancomunadas y Solidarias
Por razón del sujeto las obligaciones pueden ser unipersonales, cuando existe un solo
deudor y un solo acreedor, y pluripersonales, cuando existen varios deudores o varios
acreedores o varios deudores y acreedores.

Ejemplo. Tres hermanos venden el coche que heredaron de su padre. Hay que plantearse a quien se debe
dirigir el comprador para exigirle la entrega, qué ocurre si uno de ellos se niega a cumplir... María y
Antonio adeudan 6.000 euros a María que se los ha prestado. Habrá que plantear qué importe puede exigir
María a cada uno, qué sucede si uno de los deudores es insolvente, etc1.

Obligaciones mancomunadas y obligaciones solidarias:


Obligaciones Mancomunadas: Son aquellas en que cada deudor debe y cada acreedor
tiene derecho a una parte de la prestación total (​Art. 1137​).
Según Albaladejo Cada acreedor solamente puede exigir su parte de la prestación y
a cada deudor solo se le puede exigir la suya, con independencia de las demás.
Son aquellas obligaciones pluripersonales en que cada acreedor tiene derecho a pedir y
cada deudor debe prestar íntegramente las cosas objeto de la obligación, sin perjuicio de
las relaciones internas entre codeudores y entre coacreedores, ya que el deudor que haya
cumplido podrá exigir la parte que le corresponde a cada uno de los demás deudores o el
acreedor que ha recibido la prestación o ha extinguido la obligación deberá satisfacer a
cada uno de los demás acreedores la parte que le corresponde.
Tanto la mancomunidad como la solidaridad pueden ser activa o de créditos (varios
acreedores) y pasiva o de deudas (varios deudores) o mixta.
Ejemplos de solidaridad y mancomunidad pasivas​:
Ramón y Manuel deben 300.000 euros porque pidieron a su amigo Jorge un préstamo
para montar un negocio. Sin embargo, no ganan lo suficiente para devolver la cantidad
que Jorge les ha prestado. Habrá que determinar como y cuánto puede reclamar Jorge a
Ramón y Manuel.
Una primera respuesta viene dada por la solidaridad:

Jorge podría reclamar a Ramón o Manuel, es decir, a cualquiera de ellos, normalmente


será al más solvente, la totalidad de la deuda. Una vez cumplida por uno de ellos, por
ejemplo, Ramón, podría dirigirse contra Manuel y exigir de este la parte
correspondiente, en principio 150.000 euros. En este caso, la obligación se configuraría
como solidaria y sería aplicable el régimen jurídico propio de estas obligaciones.

Una segunda respuesta viene dada por la mancomunidad:

Se entiende dividido el importe de la deuda entre los dos obligados en nuestro ejemplo y
por ello el acreedor solo podría reclamar a cada uno de ellos la parte correspondiente.
Así Jorge podría reclamar a Ramón la mitad de lo adeudado y a Manuel la otra mitad,
esto es, 150.000 euros a cada uno.
Hay que determinar cuando habrá de atribuirse carácter mancomunado y cuándo
carácter solidario a la obligación en que concurren una pluralidad de acreedores o
deudores. Las reglas de los artículos 1.137 y 1.138 CC, sientan
la solidaridad como excepción y la mancomunidad como regla general.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la interpretación “correctora” por parte de la
jurisprudencia del Tribunal Supremo de los artículos 1.137 y 1.138 CC, de manera que
se ha invertido la consideración de la solidaria como excepción que ha pasado a ser la
regla general en las obligaciones con pluralidad de sujetos.
Cabe pues la solidaridad derivada de la voluntad tácita de las partes, el contexto de las
obligaciones, el comportamiento de los contratantes, o de la existencia de un vínculo de
unión entre los codeudores.
También hay supuestos en que la solidaridad viene impuesta legalmente: (Arts. 1731,
1748 y 1890. Fuera del CC art. 137 TRLGDCU daño ocasionado a consumidores y Art.
17 LOE)
Se viene imponiendo también por la jurisprudencia del Tribunal Supremo la solidaridad
en el ámbito de la culpa extracontractual, cuando los daños son imputables a más de un
sujeto y no sea posible individualizar los respectivos comportamientos, ni fijar las
distintas responsabilidades. Y en el caso de cobro de lo indebido y el enriquecimiento
injusto.
2.1.1 Obligaciones mancomunadas
Se caracterizan por tener una pluralidad de sujetos, determinación de partes en el crédito
o en la deuda (​art. 1130​) y un origen común: la mancomunidad nace para todos los
deudores y acreedores de un mismo acontecimiento. Hay una pluralidad de sujetos que
concurren a una misma obligación.
No existiría deuda mancomunada cuando en virtud de diferentes contratos Antonio
presta 6.000 euros a Carlos y otros 6.000 euros a María.
2.1.1.1.Mancomunadas divisibles​:
Ejemplo: Tres constructores han adquirido una solar por 900.000 euros y se obligan
frente al vendedor a pagar la tercera parte cada uno. Antonio y María reciben un
préstamo de 6.000 euros y frente al prestamista se comprometen a devolver la mitad.
Art. 1138​: ​“El crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes iguales como
acreedores o deudores haya, reputándose créditos o deudas distintos unos de otros”

En este tipo de obligación el crédito o la deuda se dividen en tantos créditos o deudas


independientes como sujetos haya en la relación. Dichas obligaciones individuales
siguen cada una su propia suerte. Cada crédito recae sobre una parte de la prestación.

Ejemplo​: Luís y María son acreedores mancomunados de Alberto por 1000€. Cada uno
podrá exigir, condonar o aplazar el pago por valor de 500€.

En principio la división del objeto de la prestación se llevará a cabo en atención a lo


convenido por las partes. En este caso, generalmente se contempla la división a prorrata,
es decir, de modo proporcionado a lo percibido por cada uno de los deudores.

Ejemplo​. Si por la muerte de su padre y al fin de poder concluir sus estudios, los
hermanos Tomás y Claudio solicitaron de modo conjunto a su tío Ricardo un préstamo
por importe de 30.000 €, de los cuales 20.000 son para Tomás y 10.000 para Claudio, la
división a prorrata de la deuda significa que, llegado el vencimiento, el prestamista debe
reclamar la cantidad efectivamente percibida del préstamo: 20.000 Tomás y 10.000
Claudio.

Para los casos en que no puede deducirse otra cosa, se aplica la presunción de
distribución igualitaria del ​Art. 1138​: presume ​iuris tantum ​que la obligación es
divisible y que la división lo es en partes iguales.

Ejemplo. Habiendo adquirido tres constructores un solar por importe de 900.000 €, cada
uno de ellos habría de pagar al vendedor 300.000. Habiendo prestado de modo conjunto
Luz y Lucas 2.000 euros a Marcos, cada uno de los prestamistas podrá exigir 1.000 € al
prestatario.
- Pluralidad de acreedores​: Cada crédito es independiente de los demás, por lo que
la conducta de un acreedor concreto no puede beneficiar ni perjudicar a los
demás. Cada uno tiene plena disposición sobre su crédito (puede condonarlo,
cederlo...)
- Pluralidad de deudores​: Cada deuda es independiente de las demás y por eso el
acreedor puede exigir el cobro a cada deudor. Las vicisitudes de cada deuda no
afectan al resto (p.e. insolvencia de un deudor, el acreedor si quiere puede
condonar la deuda a uno pero no a los demás). Si el acreedor reclama el pago de
uno de los deudores por la prescripción no se interrumpe respecto de los otros
codeudores (​Art. 1974​).

2.1.2. Mancomunadas indivisibles


Art. 1139​: “Si la división fuere imposible, solo perjudicarán al derecho de los
acreedores los actos colectivos de éstos, y solo podrá hacerse efectiva la deuda
procediendo contra todos los deudores.
Si alguno de éstos resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir su falta”
El crédito o la deuda es atribuida en común a todos los deudores o acreedores. Todos
deben actuar al unísono, y por tanto, la prestación debe ser cumplida o exigida por todos
los deudores o acreedores simultáneamente, salvo que por incumplimiento de la
prestación debida se sustituya por una indemnización en metálico. Entonces la
prestación se hace divisible y cada acreedor solamente puede exigir y a cada deudor
solo se le puede pedir la parte que corresponda.

Pluralidad de acreedores​:
Se exige la actuación conjunta de los acreedores en los actos que perjudiquen al derecho
de crédito, es decir, solamente perjudican al derecho de los acreedores los actos
colectivos de éstos, de forma que las actuaciones perjudiciales de un solo acreedor
(novar, condonar, ceder, compensar...) no dañan al resto.
Ningún acreedor puede con su conducta individual realizar actos que perjudiquen a los
demás acreedores (​Art. 1139​). No puede ceder el crédito, ni extinguirlo (condonarlo,
compensarlo...). Los actos individuales que sean beneficiosos para el colectivo
benefician a todos (intimar la mora, interrumpir la prescripción...)
Como destaca DÍEZ PICAZO, es cuestión discutida si la reclamación del crédito debe
ser efectuada por todos o cualquier acreedor puede hacerlo solo.

Pluralidad de deudores​:
No se comunica a los demás la insolvencia ni la culpa de otro codeudor. Se impone al
acreedor que proceda de modo conjunto contra todos.
Ejemplo​. Tres obligados deben entregar un coche, un ordenador, un cuadro.
El acreedor debe exigir el cumplimiento reclamando judicial o extrajudicialmente contra
todo el grupo de deudores, y éstos se liberan cumpliendo con la prestación de forma
conjunta. Si alguno de los deudores resulta insolvente, los demás no están obligados a
suplir su falta.
Desde el punto de vista procesal, el acreedor debe demandar conjuntamente a todos los
deudores para exigir el pago (litisconsorcio pasivo necesario), tanto para reclamar el
cumplimiento como para otros actos de defensa de su crédito (interrumpir la
prescripción art. 1974, intimar la mora, resolver el ct. ex art. 1124)
La prestación debe ser realizada por todos los deudores conjuntamente. Por eso, el
incumplimiento de uno solo de ellos determina el de todos, no siendo posible el
cumplimiento parcial ​in natura q​ ue da paso a la indemnización de daños y perjuicios.
La demanda debe ser interpuesta contra los tres deudores, y los tres serán condenados,
sin embargo esto no significa que los codeudores deban cubrir la culpa del deudor que
incumplió. Solamente deben contribuir con la parte que le corresponda en el precio de la
cosa o servicio objeto de la prestación debida. Los daños y perjuicios correrán a cargo
del que incumplió. Al igual que ocurría con la insolvencia la culpa de uno de los
deudores no se comunica a los demás.

2.1.2 Obligaciones solidarias.


Características​:
- Pluralidad de sujetos
- Unidad de objeto: no hay división de deudas o de créditos; se debe la totalidad o
se es acreedor del todo.
- Origen común: la solidaridad nace para todos los partícipes en el crédito o la
deuda de un mismo acontecimiento.
- Existencia de una relación interna entre los acreedores o entre los deudores: el
deudor que paga debe reclamar al resto su parte y el acreedor que cobra debe
pagar al resto de los acreedores lo que les corresponda.
Clases:
- Por razón de la persona: activa, pasiva y mixta.
- Por su origen: voluntaria o legal, según sea establecida por los particulares o por
la ley.
- Por su modalidad: uniforme o no uniforme.
● Uniforme​: las circunstancias de las diversas obligaciones son las mismas.
● No uniformes​: son distintas. El Art. 1140, es posible por tanto que el
lugar de pago no sea el mismo para todas las obligaciones, solo puede
pedirse el cumplimiento de aquellos deudores cuya obligación esté
vencida y sea exigible. Ha de tratarse de variaciones accidentales.
- Total y parcial
● Total​: cuando cualquier acreedor puede exigir la prestación íntegra a
todo deudor y todo deudor debe prestarla íntegramente frente a cualquier
acreedor.
● Parcial​: el derecho del acreedor sobre uno de los deudores es solo
parcial, es decir, no pueden reclamarle la totalidad.

2.1.2.1. Solidaridad activa: pluralidad de acreedores


El deudor se libera cumpliendo la prestación con un acreedor ​Art. 1142.
La práctica es muy reducida pues su utilidad es escasa, en los depósitos bancarios son
de aplicación las reglas de la solidaridad activa de los depositantes.

a. Relación externa: acreedores con el deudor


1. Cada uno de los acreedores tiene derecho a reclamar al deudor el cumplimiento
íntegro de la obligación (​Arts. 1137 y 1141​) pero si uno de los acreedores
reclama judicialmente el cumplimiento al deudor, no podrán los demás
acreedores reclamarlo porque el deudor está obligado frente al primer acreedor
que reclamó, es decir, al que interpuso la demanda ​Art. 1142​, mientras no sea
demandado, el deudor puede pagar al acreedor que elija y si este se niega a
cobrar incurre en ​mora accipendi.
2. Cada acreedor puede extinguir la obligación entera por cualquiera de los medios
de extinción de las obligaciones ​Art. 1143.1​.
3. Interrupción de la prescripción: ​Art. 1974​.

b. Relación interna: acreedores entre sí.


1. Derecho de reembolso: el acreedor que extingue la deuda, deberá responder
frente a los demás de la parte que les corresponde en la obligación. ​Art. 1143.2
las relaciones internas son de mancomunidad.
2. Cada uno de los acreedores puede realizar actos de conservación y defensa de
crédito y estos actos aprovechan a los demás (​Art. 1441.1​)

2.1.2.2. Solidaridad pasiva


Todos los deudores deben la totalidad al acreedor.
El acreedor puede dirigirse indistintamente contra cualquiera de los deudores sin
necesidad de fraccionar su reclamación. A veces la dispone la ley pero generalmente
deriva de la voluntad del acreedor.
a. ​Relación externa​.
1. El acreedor puede exigir el pago íntegro a cualquiera de los deudores dirigiéndose
contra uno de ellos, varios o todos, simultánea o sucesivamente y una vez realizado
el pago por uno de los deudores se extingue la deuda. Art 1144.
Por tanto no es obligatorio demandar a todos los deudores solidarios, sin embargo, es
conveniente pues como se establece en el Art. 542.1 LEC: “​Las sentencias, laudos y
otros títulos ejecutivos judiciales obtenidos sólo frente a uno o varios deudores
solidarios no servirán de título ejecutivo frente a los deudores solidarios que no
hubiesen sido parte en el proceso.”
Por tanto, solo puede hacerse efectiva la condena frente al deudor solidario que fue
demandado y condenado y no frente a los no demandados.
Art 542.3 LEC: ​“Cuando en el título ejecutivo aparezcan varios deudores solidarios,
podrá pedirse que se despache ejecución, por el importe total de la deuda, más
intereses y costas, frente a uno o algunos de esos
deudores o frente a todos ello”
El TS considera que la reclamación a prorrata (a cada uno su parte) de una deuda
solidaria se habrá de colegir que el acreedor renuncia a la solidaridad.

2. ​Propagación de efectos en las obligaciones solidarias​: los actos que son


perjudiciales para uno solo de los deudores lo son también para los demás.
- Constitución en mora de uno de los deudores. Basta la interpelación a un
deudor para que se produzca la mora para todos, salvo que las
condiciones puestas a los deudores sean distintas (​Arts. 1140, 1141.2 y
1100​).
- Cualquier acto de reconocimiento de la deuda hecho por cualquier
deudor solidario interrumpe la prescripción frente a todos (​Art. 1974​).

3. Cualquiera de los deudores solidaria puede realizar actos que conllevan la


extinción de la obligación solidaria (​Art. 1143​)

4. Si la prestación deviene imposible sin culpa de ninguno de los codeudores, la


obligación se extingue. Pero su existe culpa de alguno de los codeudores todos
están obligados para con el acreedor a responder del precio, de la indemnización
de daños y el abono de intereses, sin perjuicio de la acción de los codeudores
contra el culpable (​Art. 1147​), que en la relación interna es el único que debe
resarcir.

5. Cada deudor cuando se le reclama el cumplimiento de la obligación, puede


utilizar las excepciones que se derivan de la naturaleza de las obligación ​Art.
1148.
Excepciones:
- Reales u objetivas​: son comunes a todos los deudores se derivan de la naturaleza
o de la circunstancias de la relación obligatoria. Todos pueden ejercerlas por el
total adecuado frente al acreedor cuando son demandados individualmente ​Art.
1148.
Ejemplo: Ana presta a sus sobrinos, Gabriel, Teodoro y Bonifacio la cantidad de
120.000 euros, cantidad que éstos se obligan solidariamente a devolver al cabo
de un año. Si por novación de la obligación Gabriel entrega una finca de su
propiedad a Ana en sustitución de los 120.000 euros debidos, y posteriormente
Ana reclama a Teodoro los 120.000 euros, este podrá oponer a Ana por el total
adeudado, esto es, los 120.000 euros, la excepción derivada de la extinción de la
obligación por la novación convenida entre acreedora y deudor.

- Personales​: son defensas que se deducen de los hechos constitutivos de la


relación personal entre el deudor y el acreedor (vicios de consentimiento, falta
de capacidad…)
-Esta excepción puede ser ejercida sin límite cualitativo frente al acreedor por el
deudor al que corresponda para eximirse totalmente del pago.
-Los demás deudores solamente puede oponerla para excluir frente al acreedor la
parte que le corresponde al deudor favorecido por la excepción.
El Código civil las asigna una trascendencia diferente según el sujeto que las haga valer
(​Art. 1148.2​).
Ejemplo. En razón de un préstamo solidario, Gabriel Teodoro y Bonifacio adeudan a
Ana la cantidad de 120.000 euros. Pensemos que de los 120.000 euros prestados cada
uno de los prestatarios percibió 40.000 euros. E imaginemos que cuando se concertó el
contrato de préstamo Bonifacio estaba incapacitado por enfermedad mental. Pues bien,
si Ana reclama a Bonifacio la devolución de los 120.000 euros, el deudor podrá
oponerle la excepción derivada de la incapacidad por el total de lo que se le pide. Si, por
el contrario, Ana reclama a Gabriel o Teodoro la devolución de los 120.000 euros,
cualquiera de ellos podrían oponer la excepción derivada de la incapacidad de
Bonifacio, pero solamente por la cuantía de 40.000 euros, no por 120.000.

b. Relación interna
1. Acción de reembolso o acción de regreso: el deudor o deudores que hayan
pagado tienen derecho a reclamar de los demás la parte o partes que les
corresponden, con los intereses del anticipo.​ Art 1145.2

Esta obligación interna ya no es solidaria sino mancomunada. Los deudores han de


satisfacer al compañero que pagó por la cuota que cada uno debe. Si uno falla, el
descubierto no recae solamente sobre el compañero que pagó, sino que se reparte entre
todos Art.1145 en caso de falta de cumplimiento de la obligación por insolvencia de un
deudor solidario, será suplida por sus codeudores a prorrata de la deuda de cada uno.

Ejemplo​. Del préstamo solidario que por importe de 120.000 euros concedió Ana a sus
sobrinos, 60.000 euros fueron para Gabriel, 30.000 para Teodoro y los 30.000 restantes
para Bonifacio. Entonces:
-En la relación externa cada uno de ellos debe 120.000 euros.
-En la relación interna entre los codeudores solidarios juega la división resultante de lo
que efectivamente percibieron cada uno de los deudores: 60.000 euros Gabriel, 30.000
Teodoro y 30.000 Bonifacio. Por ello, si Teodoro hubiera hecho el pago de los 120.000
euros, podrá reclamar 60.000 euros a Gabriel y 30.000 a Bonifacio con los intereses que
correspondan por razón del anticipo.
Para determinar el ​quantum exigible,​ si no resulta otra cosa de la relación interna, habrá
de recurrirse con carácter subsidiario a la regla de la división en partes iguales ​Art.
1138.

2. Los deudores que hayan respondido del precio e indemnización por el


perecimiento o imposibilidad debidos a culpa de uno de ellos tiene acción contra el
culpable (Art. 1147.2)

III. POR RAZÓN DE SU CONEXIÓN


1. Unilaterales y bilaterales

Obligaciones unilaterales​: aquellas en que una persona está obligada frente a otra.
Existe por tanto una sola relación jurídica entre acreedor y deudor (Ej. Donación).
También cuando una persona está obligada frente a otra y esta frente a aquella, pero sin
conexión entre sus obligaciones (Ej. Te debo 100€ porque te los pedí y tu me debes un
libro que te he pedido de regalo por mi cumpleaños.). Las que eran consideradas como
obligaciones bilaterales imperfectas quedan englobadas en las unilaterales en cuanto a
efectos jurídicos se refiere (Ej. Depósito gratuito en el que solo existe la obligación del
depositario de conservar la cosa pero sí este hace gastos de conservación surge la
obligación del depositante de reembolsárselos).

Obligaciones bilaterales recíprocas o sinalagmáticas: aquellas en que hay pluralidad


de vínculos, las partes se obligan recíprocamente una respecto de la otra: el acreedor de
la obligación está a su vez obligado hacia su deudor (doy para que me des).

3.1.1.Efectos de las obligaciones bilaterales

A. ​Necesidad de cumplimiento simultáneo​:


Si no se establece otra cosa en la ley o en el contrato, las prestaciones de una y otra parte
deben realizarse simultáneamente. Una parte puede cumplir antes si quiere, pero ninguna
de las partes puede exigir a la otra el cumplimiento de la prestación sin ofrecer la
realización de la suya.

Exceptio non adimpleti contractus:


Si una parte exige el cumplimiento a la otra sin ofrecer la realización de la prestación o sin
realizarla, el demandado puede oponer la excepción del contrato no cumplido. Consiste en
rehusar cumplir hasta que la otra parte cumpla. Su ejercicio puede ser extrajudicial.
Arts. 1466 y 1502, la doctrina y la jurisprudencia la acogen con carácter general.

Exceptio non rite adimpleti contractus:


Si una parte incumplió parcialmente o lo hizo con defectos que privan del fin perseguido y
exige a la otra parte el cumplimiento, puede alegar la excepción del contrato no bien
cumplido.
Debe tratarse de una inexactitud relevante, en otro caso sería contrario a la buena fe
negarse a cumplir la prestación correlativa.
La excepción del incumplimiento y la del cumplimiento defectuoso constituyen medios de
defensa del demandado contra la reclamación del demandante, son lo que se neutraliza
temporalmente, pero no se destruye. Desde el punto de vista procesal la excepción supone
una desestimación de la demanda, pero el actor puede iniciar una nueva reclamación.

B. ​Compensación de la mora.
Art. 1100:​ “En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora si el
otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe. Desde que uno
de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro”

C. ​Resolución del contrato por incumplimiento de una de las partes.


​Art 1124:​ “​La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas,
para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación,
con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. También podrá pedir la
resolución, aun después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare
imposible.
El Tribunal decretará la resolución que se reclame, a no haber causas justificadas que le
autoricen para señalar plazo.
Esto se entiende sin perjuicio de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a los
artículos 1.295 y 1.298​ y a las disposiciones de la Ley Hipotecaria.”
El ​art. 1124​ es un medio de protección de la parte que ha cumplido y sufre la inejecución de
la contraprestación de la otra parte.
La doctrina más moderna estima que lo expuesto en el ​Art. 1124​, no se trata de una
condición pues:

1. La condición es un elemento accesorio establecido accidentalmente para un


concreto negocio de voluntad expresa del declarante mientras que la facultad
de resolver viene atribuida por la ley en cualquier supuesto de obligaciones
recíprocas.

2. La condición resolutoria despliega sus efectos automáticamente, mientras


que la facultad resolutoria se ejercita por un acto de la voluntad.

En conclusión, el​ art. 1124​, es una norma de alcance general que establece la facultad
resolutoria de las obligaciones bilaterales o sinalagmáticas para el supuesto de que una de
las partes no cumpla sus compromisos mientras que la otra sí lo haya realizado, en cuyo
caso, el perjudicado, podrá instar la resolución, aunque dicho remedio no este en el
contrato.
Dos formas de expresión de la facultad resolutoria:

● Implícita: ​ es inherente a toda obligación recíproca, se atribuye la facultad de


pedir la resolución a la parte perjudicada por el incumplimiento.

● Explícita:​ puede pactarse expresamente entre las partes y a la que llamaremos


condición resolutoria explícita.
Las partes pactan expresamente la facultad de resolver para el caso de que alguna de ellas
incumpla sus obligaciones. En este caso no sería necesario pedir la resolución sino que,
producido el incumplimiento, se resolvería automáticamente la obligación ​(art. 1123)​.
Este precepto solo se aplica si no hay pacto en contrario de las partes (salvo dolo) y si no
hay normas jurídicas especiales (arrendamientos urbanos, muebles, inmuebles y venta de
productos a consumidores regulada). Producido el incumplimiento, el perjudicado puede
exigir el cumplimiento o la resolución y en ambos casos la indemnización de daños y
perjuicios.

Requisitos:
- Reciprocidad de las obligaciones.
- Obligaciones sean exigibles.
- Exacto cumplimiento por parte del reclamante de aquellos que a él le incumbía.
En caso contrario, el demandado podrá oponer la ​exceptio adimpleti contractus.
- Incumplimiento del otro contratante.

Para pedir la resolución es necesario que se haya producido un verdadero incumplimiento


que impida obtener el fin perseguido con el negocio, no bastando un mero retraso en el
pago, siempre que a pesar del retraso la prestación siga siendo útil al acreedor.
Según la tendencia jurisprudencial más reciente no se requiere una actitud dolosa del
incumplidor, sino que es suficiente que se frustre el fin del contrato para la otra parte, que
haya un incumplimiento inequívoco y objetivo.
Podemos afirmar que actualmente se considera que la acción de resolución es aplicable en
general a los casos de incumplimiento por imposibilidad sobrevenida. Para poder ejercitar
la acción resolutoria el incumplimiento no necesariamente ha de ser persistente y
prolongado en el tiempo, sino que basta el hecho mismo de que se produzca este.
Si el incumplimiento es parcia puede dar lugar a la resolución si es suficientemente grave.
Los incumplimientos de obligaciones accesorias, complementarias y secundarias no
permiten pedir la resolución.

D. ​Quien puede pedir la resolución


Solo el sujeto cumplidor, que es el que cumplió su obligación, está dispuesto a cumplirla o
incumplió a consecuencia del incumplimiento de la otra parte o que habiendo empezado a
cumplir dejó de hacerlo porque la otra parte no cumple.
No puede pedir la resolución quien incumplió, ni tampoco aquel que recibió la prestación
de la otra parte sin hacer ninguna reclamación, salvo porque descubra después que el
cumplimiento no era como debía.
Si una obligación vence antes que la otra, el acreedor de la obligación que vence más tarde
puede pedir la resolución sin haber cumplido él todavía, si el otro incumplió.
La parte que cumplió o está dispuesta a hacerlo puede pedir la resolución o el
cumplimiento de la otra parte, pero no ambas cosas a la vez.
Podrá pedirse la resolución, aún después de haber optado por el cumplimiento, cuando este
resultare imposible. Aunque sea imposible la prestación por culpa del deudor, se puede
pedir el cumplimiento, ahora por equivalente (indemnización por el valor del equivalente
de la prestación. La reclamación podrá hacerse judicial o extrajudicialmente.
El Tribunal ante el cual se solicite la reclamación contractual, la decretará, salvo que haya
causas justificadas que le autoricen para señalar plazo (​art. 1124.3​), no se decretará la
resolución de la obligación cuando los intereses de las partes puedan quedar satisfechos
concediendo un nuevo plazo para cumplir.
Contratos de tracto único (ej. Compraventa, permuta):
La resolución tiene efecto retroactivo (​ex tunc​), es decir, produce sus efectos no desde el
momento de extinción de la relación contractual, sino retroactivamente desde la perfección
del contrato, sin perjuicio de los derechos de terceros adquirientes de buena fe. ​Arts.
1295.2 y .3 y 1298​ y las disposiciones de la LH.
El efecto resolutorio no perjudica al adquiriente de buena fe, y que el de mala fe ha de
devolver y si por cualquier causa le es imposible, deberá indemnizar daños y perjuicios.
El efecto retroactivo implica que cada parte debe entregar a la otra las prestaciones que
hubiere recibido por razón del contrato.
En los contratos de tracto sucesivo (ej. Arrendamiento) los efectos de la resolución son ​ex
nune.​ No afecta pues a las prestaciones ya consumadas con anterioridad (Ej. Un contrato
de arrendamiento con renta satisfecha mensualmente. No tiene sentido exigir al
arrendatario la devolución de las rentas percibidas cuando el arrendatario durante la
vigencia del contrato ha disfrutado de los bienes arrendados.
La restitución debe hacerse in natura, si no fuera posible habrá de entregarse su equivalente
en dinero.
Tanto si se solicita la resolución como si es el cumplimiento, el perjudicado podrá pedir el
resarcimiento de daños. La concesión de tal indemnización requiere que se demuestre un
perjuicio efectivamente sufrido pues el incumplimiento por sí solo no basta para estimar
que se han producido daños.
Las acciones del ​Art. 1124​ prescriben a los 5 años desde el incumplimiento.

IV. OTRAS CLASES DE OBLIGACIONES


1. Principales y accesorias

1.​ Las principales​: son las que pueden existir por si solas, y las accesorias, son las que se
presuponen otra principal de la que depende y en función de la que se justifica, por
ejemplo, para asegurar la principal (una hipoteca sería la accesoria y la pricipal la
oblogación de devolver el dinero).
2. ​Las obligaciones accesorias​: corren la suerte de la principal, se extingue con ella, se
trasmite con ella.

2. Puras, condicionales y a plazos


1. ​Las obligaciones son puras​ cuando no están sujetas a ninguna circunstancia que limite
sus efectos, es decir, ni a condición ni a plazos. Son exigibles inmediatamente, desde
que se constituyen. ​Art. 1113.1 CC
Aunque el acreedor puede exigir la obligación inmediatamente, al deudor se le debe
conceder un tiempo prudencial y este tiempo vendrá determinado por la buena fe, por
las buenas costumbres y por los usos sociales. que
2. ​Las obligaciones a plazo​ son aquellas que están influidas por el señalamiento de una
fecha que determina el momento en el que debe comenzar o cesar los efectos de la
obligación, a diferencia de la condición, en el término o plazo, no hay incertidumbre, ya
que seguro que va a llegar.
Hay que distinguir dos casos:
- Cuando el plazo se fija señalando un día concreto. (Certus an y certus quando).
- Cuando el plazo se fija por referencia a un hecho que seguro que va a llegar. (La
muerte).
El término es inicial o suspensivo cuando determina el momento en el que han de
comenzar los efectos de la obligación y es resolutorio cuando indica el momento en que
cesan esos efectos. El término resolutorio no produce efectos retroactivos (​Art. 1125​).
Conjunto de los plazos: ​Art. 1130 CC​. Si se ha querido establecer un plazo pero su
duración no está claramente determinada o bien, la fijación del plazo ha quedado a la
voluntad del deudor (​Art. 1128CC​).
Normalmente, el señalamiento del plazo beneficia al deudor porque tiene más tiempo
para cumplir, pero lo cierto, es que también beneficia al acreedor, especialmente cuando
se trata de una deuda pecuniaria y se ha pactado el abono de intereses. Por eso, el ​art.
1127 CC​ considera el plazo como un beneficio común. Esto significa que el acreedor no
puede exigir la prestación hasta que llegue el término, pero el deudo, tampoco puede
pagar anticipadamente, por eso si el deudor quiere pagar anticipadamente, el acreedor se
puede negar a recibir ese pago, salvo pacto en contrario o, que haya una disposición
legal que establezca otra cosa o que así se derive de las circunstancias concurrentes. ​Ley
16/ 20111 de 24 de junio de contratos de créditos al consumo.
Aunque el acreedor no está obligado a recibir el pago anticipado, el​ art. 1126 CC​ regula
los efectos que se producen si el acreedor ha recibido ese pago.
Hay casos en que siempre que al acreedor le interese puede dar por vencido el crédito
anticipadamente y el deudor pierde el beneficio del plazo, esto tiene lugar, en los casos
dispuestos en el ​art. 1129CC​ que conlleva la inmediata exigibilidad del cumplimiento
de la obligación por parte del acreedor. Además, cabe el vencimiento anticipado por
pacto de las partes.
Es muy frecuente el pacto de vencimiento anticipado en los préstamos cuando el deudor
no pague uno o varios plazos, concretamente en los últimos años, se han considerado
abusivas y, por lo tanto, nulas, determinadas cláusulas de vencimiento anticipado de
contratos de préstamo hipotecario con consumidores.
Por otra parte, el ​art. 693 CC apartado 2​, ha sido modificado recientemente, exige para
inciciar la ejecución hipotecaria que se hayan impagado por lo menos 3 cuotas.
(Si dejo de pagar alguno de los plazos incurro en mora, pero de momento no pasa
nada. El problema es que normalmente en el contrato hay una cláusula, que dice que si
dejo de pagar un plazo, automáticamente vende anticipadamente el plazo y esto quiere
decir, que a partir de ahí se interpone una demana ejecutiva. Los tribunales han
declarado que esa cláusula es abusiva y, por lo tanto, nula. Ahora solo se puede
interponer esa demanda ejecutiva si has impagado mínimo 3 plazos). Por caso fortuito
se puede dar por vencido el plazo.
Las obligaciones condicionales​ cuya eficacia o ineficacia depende de la realización o no
de un hecho futuro e incierto, por lo tanto, la condición, igual que el plazo, afecta a la
eficacia de la obligación, no a la validez. Sobre el hecho en que consiste la condición se
refiere al ​art. 1113 CC
Son los sujetos de la obligación los que la introducen en el negocio constitutivos, por
eso no son conditio iuris. La voluntad de someter la obligación a una condición ha de
ser probada, ya que las oblogaciones se presumen puras. Además, el cumplimiento de la
condición ha de ser probado por aquel a quien beneficia.
La condición puede ser suspensiva o resolutoria.
- Suspensiva​: los efectos de la resolución no se producen hasta que se cumple la
condición. Por lo tanto, el acreedor no la puede exigir hasta entonces y el deudor
hasta entonces no está obligado a realizarla.
1. Durante la fase de pendencia de la obligación, los efectos todavía no se
producen pero el acreedor ya tiene reconocidos ciertos derechos para
conservar sus expectativas. ​Art 1121.1 CC. ​Además, su párrafo segundo,
establece que el deudor puede repetir lo que en el mismo tiempo hubiese
pagado. Esto quiere decir que si el deudor que tiene una obligación de
pago, que está sometida a condición suspensiva paga antes de que se
cumpla esa condición, podrá exigir al acreedor que le devuelva lo
pagado, es decir, tiene derecho de repetición, lo ​contrario del art. 1126
CC​. El​ art. 1122​ se refiere a la pérdida, deterioro o mejora de la cosa
mientras está pendiente la condición.
2. La segunda fase es el cumplimiento de la condición que es el
acontecimiento en que consiste dicha condición, si es positiva, o la no
realización, si es negativa. Se puede fijar un plazo para el cumplimiento,
si no se ha fijado plazo, acudiremos a los ​arts. 1117 y 1118 CC.​ No
siempre es necesario que se ejecute de forma específica el hecho en que
consiste la condición, sino que basta el cumplimiento por equivalente
para determinar cuando hay ese cumplimiento tendremos que interpretar
la voluntad del sujeto que estableció la condición. (Ej. herencia: tercio de
libre disposición a mi marido cuando mantiene la viudedad, en el
momento que se vuelva a casar, lo pierde y pasa a los hijos). Si se
cumple la condición, los efectos de la obligación se producen
automáticamente “ipso iure”. Estos efectos, además, son retroactivos, de
manera que los efectos de la obligación se retrotraen al día de
constitución de la obligación ​art. 1120CC​.
3. La última posibilidad que tenemos en una condición que tenemos, es el
incumplimiento de la condición. En este caso, hay certeza de que no se
va a cumplir, esto tiene como consecuencia que esa obligación nunca va
a llegar a producir efecto.
- ​Resolutoria​: en este caso, los efectos de la obligación se producen desde que nace y
cesan cuando se cumple la condición.
1. En este supuesto, mientras la condición está pendiente de cumplimiento se
producen los efectos de las obligaciones puras (​art. 1113.1​).
2. Cumplimiento de la condición. Cuando se cumple el hecho en que consiste esa
condición, automáticamente cesan los efectos con carácter retroactivo, de
manera, que se considera que esa obligación ha sido ineficaz desde que se
celebró (​art. 1123 CC​). Hay que matizar estos efectos retroactivos, si se trata se
obligación de dar de tracto único, procede la restitución de lo percibido. Pero si
son obligaciones de dar de tracto sucesivo, generalmente, carece de sentido
proceder a la restitución de las prestaciones, en este caso, la condición
resolutoria, únicamente tiene como efecto resolver esa obligación.
3. El incumplimiento de la condición. En este supuesto, la obligación pasa a ser
pura con carácter definitivo y la provisional que tenía el acreedor se convierte ya
en definitiva.
Las condiciones resolutorias cuando se refieren a inmuebles.
Modo
No se debe confundir la condición suspensiva, con el llamado modo relevante en materia
de atribuciones y donaciones, modo en virtud del cual se impone al donatario un
gravamen, se le constriñe a adoptar una conducta determinada o incluso a dar un
determinado destino a todos o algunos de los bienes recibidos. El modo obliga, pero no
suspende, mientras que la condición por el contrario suspende pero no obliga.
(Donaciones modales​,​ arts. 626 y 638​).
T3. EFECTOS DE LA OBLIGACIÓN

1. Pago o cumplimiento de la obligación.


1.1 Concepto de pago. El pago de lo indebido.
EL pago es la realización exacta de la prestación debida que extingue la obligación.
Arts. 1156.1, 1157CC​. En sentido amplio, el término pago nos sirve para determinar la
extención de la obligación pero, es algo más, ya que es su efecto normal. Además en
sentido estricto, al hablar de pago, se hace referencia al cumplimiento de la prestación
pecuniaria, pero en realidad es el cumplimiento de cualquier prestación.
Para que exista pago, es necesario que exista una obligación previa, sino existiese tal
obligación previa, estaríamos ante un pago de lo indebido.
Para que exista pago es necesario realizar el cumplimiento con solvendi animo, es decir,
con intención de extinguir la deuda. Son necesarios además los que denominamos los
requisitos de pago, que se traducen en la necesidad de que la prestación se ejecute
exactamente. Esto supone la identidad, integridad y la indivisibilidad.
1.​ Identidad.​ Quiere decir que debe cumplirse la prestación convenida y no otra, este
requisito se establece en tres normas:
- Obligaciones específicas (​Art. 1166​).
- Obligaciones genéricas (​Art. 1167​).
- Obligaciones pecuniarias (​Art. 1170​).

1.2 Requisitos objetivos del pago.


1. ​Identidad​. No significa únicamente identidad en la cosa o en la prestación, sino
también en el lugar y en el tiempo pactados.
2. ​Integridad​. Quiere decir que el pago debe de ser completo, ha de pagarse todo lo
debido (Art. 1157). Si la prestación consiste en la entrega de una cosa y esta produce
frutos o intereses, sólo se produce el pago cuando se entregan estos.
3. ​Indivisibilidad​ (​Art. 1169​).

1.3 Tiempo y lugar del pago


a. El lugar del pago​.​ Art. 1171
b. Tiempo del pago​: tenemos que distinguir el momento de nacimiento de la
olbigación, del momento de cumplimiento.
- Nacimiento​: momento que se constituye la obligación, y desde ese momento, ya
existe un vínculo entre deudor y acreedor.
- Cumplimiento​: distinto es el momento de cumplimiento, que es aquel en que
tenemos que realizar la prestación, en principio, el momento de cumplimiento
coincide con el de nacimiento. Esto tiene como salvedad los casos en que la
obligación está sometida a condición suspensiva o a término incial.
1.4 Gastos y prueba del pago​ me gusta el queso por las mañanas
a.​ ​Prueba del pago​: en esta materia, a falta de una regla específica, y por aplicación de
las reglas generales sobre la carga y los medios de prueba que se regulan en los ​Arts.
217 y 299 LEC​. Debemos señalar que es el deudor, que alega la extinción de la
obligación mediante el pago, el que debe probar que se ha producido este. La carga de la
prueba corresponde al deudor que es al que le interesa demostrar que ha pagado, para
ello puede utilizar cualquier medio de prueba: confesión, testigos…
Ahora bien, la prueba más importante es el recibo (justificante de pago), mediante él, se
acredita el cumplimiento, ya que en él, el destinatario del pago que normalmente es el
acreedor, reconoce que ha recibido la prestación. El problema es que el deudor tiene
derecho a exigirlo y el acreedor tiene la obligación de entregar el recibo, pero el CC no
establece esta obligación del acreedor, a diferencia, la ​Ley de Arrendamientos Urbanos​,
y también, se establece en los ​contratos con consumidores​. A pesar de todo, sí existe
obligación de dar recibo o conforme a la buena fe y a los cursos del tráfico.
Por último, si el deudor ofrece el pago y el acreedor se niega a darle recibo, este podrá
negarse a pagar y podrá acudir a la consignación para liberarse de la deuda, por su parte,
el acreedor, incurriría en mora.

b. Los gatos del pago​ ​(Art. 1168):


- Gastos judiciales​ son los que se derivan de un procedimiento judicial dirigidos a
obtener el pago (Costas).
- Gastos extrajudiciales​ corresponden al deudor, son los gastos necesarios para
cumplir la prestación.

1.5 Sujetos del pago


a. ​Solvens​. Es el que paga. Es el sujeto activo del pago, que normalmente, es el deudor,
el sujeto pasivo de la obligación.
b. ​Accipiens.​ Es el que recibe el pago, es el sujeto pasivo, es el acreedor, es el sujeto
ativo de la obligación.

1.5.1. Sujeto activo del pago (acreedor). El pago a tercero o persona distina del
acreedor o acreedor aparente​: Es el que paga, por lo tanto es el sujeto activo del pago,
que normalmente es el deudor que es el sujeto pasivo de la obligación.
Está obligado a pagar el deudor y una vez que fallece el deudor, sino se trata de una
obligación personalísima, quedan obligados sus herederos, tanto el deudor como los
herederos, sino es personalísima, pueden actúar tanto por sí como por sus representantes
legales o voluntarios. Estas son las personas que están obligadas.
Cualquier persona está facultada para pagar, por su puesto, siempre que no sea una o.
personalísima. (​Art. 1158.1​).
El pago realizado por tercero es válido, con independencia de la voluntad o
conocimiento del deudor (salvo o. personalísimas). ​STC 19 DIC 2018
Si se dan los requisitos del pago, el cumplimiento realizado por el tercero es un pago
válido, es más, si el acreedor se niega sin razón a recibir la prestación, incurre en mora.
El deudor cuando paga el tercero, queda liberado frente al acreedor y, el tercero, podrá
dirigirse contra el deudor para reclamar lo que ha pagado por él. ​Arts. 1156 y 1158​.
El contenido de esa reclamación, depende del conocimiento y consentimiento del
deudor a ese pago por tercero. Distinguimos tres supuestos:
- Si el tercero ha pagado​ con conocimiento y sin oposición​ del deudor, podrá
reclamar del deudor lo que hubiese pagado, es decir, tiene una acción de
reembolso. ​Art. 1158.2​. Además el tercero, podrá subrogarse en los derechos
que el acreedor tenía contra el deudor por quien ha pagado. ​Acción de
subrogación​ (​Art. 1159​). Las acciones de reembolso y subrogadas son
comulativas, y la subrogación de acuerdo con el ​Art. 1212​, permite al tercero
servirse de las garantías y privilegios que tenía el acreedor.
- Si el tercero ​pagó ignorándolo el deudor​, podrá reclamarle lo que hubiese
pagado, de manera que tiene una acción de reembolso pero sin subrogación. ​Art.
1158.2​.
- Si el terceró ​pagó con oposición del deudor​, sólo podrá repetir de este, aquello
en que le hubiera sido útil el pago, es decir, solo tiene derecho a reclamar
aquello que realmente el deudor hubiera tenido que pagar al acreedor. Es una
acción de enriquecimiento.​ ​ Art. 1158.3.

La capacidad de pago.
Para realizar el pago, si se trata de una obligación de dar, el que paga debe tener la libre
disposición de la cosa y además capacidad para enajenarla ​Art. 1160. ​Este arículo añade
que sin embargo si el pago hubiese consistido en una cantidad de dinero o en una cosa
fungible, pero habrá repetición contra el acreedor que la hubiese gastado o consumido
de buena fe, independientemente de las acciones que procedan por enriquecimiento
injusto.
El pago hecho por quien no tiene capacidad legal es anulable, y la acción de
anulabilidad que conlleva la acción de repetición corresponderán al mismo incapaz
cuando obtenga o recobre la capacidad o bien, a sus representantes legales mientras dura
la incapacidad.

1.5.2. Sujeto pasivo del pago (deudor). El pago hecho a un tercero​: el pago debe
hacerse al acreedor o a la persona autorizada por él (​Art. 1162​). Para recibir el pago no
es necesario el representante, sino basta con una persona autorizada por el mismo. El
deudor debe probar que el tercero que recibió el pago estaba autorizado para ello.
No obstante, hay casos en los que es válido el pago hecho a una persona que no está
autorizada:
1. Pago a tercero​. De acuerdo con el ​Art. 1163.2​, es válido el pago hecho a un
tercero si posteriormente el acreedor ratifica el pago o si prueba que el pago se
convirtió en utilidad del acreedor. Por ​utilidad ​entendemos ventaja patrimonial.
La utilidad debe ser probada por quien la alega.
2. El pago al acreedor aparente​. De acuerdo con el ​Art. 1164​, el pago hecho de
buena fe al que estuviese en posesión del crédito libera al deudor. La ​buena fe​ es
la creencia que se paga a quien se debe y la prueba corresponde al deudor.

Capacidad del que recibe el pago​. Para recibir el pago, es necesario, que el acreedor
tenga la libre disponibilidad sobre el crédito, y no la tendrá, cuando se le hubiese
notificado la retención de la deuda por parte de la autoridad judicial. ​Art. 1165​.
En segundo lugar, es necesaria la capacidad para administrar los bienes, por lo tanto,
será ineficaz el pago hecho a incapaz y por ello el deudor no se libera salvo en la parte
que hubiera repetido en su utilidad. ​Art. 1163​.
Esto supone que aunque en principio el pago a un incapaz es anulable, ese pago será
válido y liberatorio si a pesar de no tener esa capacidad, le ha sido útil ese pago.

1. 6 Imputación del pago


Se regula en los ​Arts. 1172- 1174.
Es la determinación legal de la aplicación de un pago a una deuda cuando sería posible
aplicarlo a varias. Es importante saber a que deuda se imputa el pago, porque el impago
de unas tiene efectos más perjudiciales que el impago de otras.
Para que se de la imputación es necesario:
1. Que existan varias deudas al cargo de un sólo deudor, estas deudas pueden nacer
de relaciones jurídicas, autónomas e independientes o bien, de una misma
relación obligatoria.
2. Es necesario que todas las deudas sean de la misma especie, concretamente
serán de obligaciones pecuniarias.
3. Es necesario que exista un sólo deudor y un sólo acreedor.
4. Que las deudas estén vencidas.
5. Que no exista convenio entre deudor y acreedor, ya que si existe, habrá que
atenerse a él.

De esta regulación se deduce que la imputación la hace el deudor al tiempo de realizar


el pago, ahora bien, si la deuda que desea pagar el deudor produce intereses, salvo que
lo acuerde con el acreedor, el deudor no puede imputar el pago al capital hasta que no
estén cubiertos los intereses.
Si el deudor realiza el pago y el acreedor le entrega un recibo en que hace la aplicación
del pago, el deudor no podrá reclamar salvo que exista una causa que invalide el
contrato.
Si el deudor no hace la imputación ni el acreedor le da un recibo, cuando no hay
voluntad del deudor el pago se imputará a la deuda más onerosa, que es aquella cuyo
pago produce más beneficios al deudor. Si todas son igualmente onerosas, el pago se
imputará a todas a prorrata (partes proporcionales a la deuda).
Efectos
Si se dan estos requisitos, el que recibió el pago deberá restituir lo recibido. ​Art. 1895​.
Si actuó de mala fe además debe indemnizar.

1.7 El ofrecimiento de pago y la consignación.


Ofrecimiento de pago:
El ofrecimiento de pago es una declaración de voluntad, unilateral y recepticia, dirigida
al acreedor por el deudor y de la que este debe preconstituir prueba suficiente (carta por
conducto notarial), pues en ocasiones es paso previo obligado para la consiguiente
consignación,​ art. 1176.
Artículo 1176​.
Si el acreedor a quien se hiciere el ofrecimiento de pago conforme a las disposiciones
que regulan éste, se negare, de manera expresa o de hecho, sin razón a admitirlo, a
otorgar el documento justificativo de haberse efectuado o a la cancelación de la
garantía, si la hubiere, el deudor quedará libre de responsabilidad mediante la
consignación de la cosa debida.
La consignación por sí sola producirá el mismo efecto cuando se haga estando el
acreedor ausente en el lugar en donde el pago deba realizarse, o cuando esté impedido
para recibirlo en el momento en que deba hacerse, y cuando varias personas pretendan
tener derecho a cobrar, sea el acreedor desconocido, o se haya extraviado el título que
lleve incorporada la obligación.
En todo caso, procederá la consignación en todos aquellos supuestos en que el
cumplimiento de la obligación se haga más gravoso al deudor por causas no imputables
al mismo.

La consignación:
Consiste en la entrega y depósito de la cosa debida a disposición del Juzgado o del
Notario siguiendo estrictamente las disposiciones que regulan el pago (​Art. 1177.2​)​.
Está regulada en los ​Arts: 1177-1181 CC.
La consignación se inicia mediante el anuncio de la misma, con objeto de dar al
acreedor la posibilidad de comparecer y ser oído, alegando por ejemplo la ausencia de
identidad o integridad en el pago o cualquier otra justa causa para negarse a recibirlo.
En el caso de pluralidad de acreedores, el anuncio podría servir para que un acreedor,
distinto de aquel a quien se ha hecho el ofrecimiento de pago acepte este. Como se
establece en el ​art. 1177.1 “Para que la consignación de la cosa libere al obligado deberá
previamente ser anunciada a las personas interesadas en el cumplimiento de la
obligación”. Interesados son además de los acreedores: codeudores, fiadores, acreedores
del acreedor, representantes y herederos potenciales de ausentes o incapaces.
La consignación se hará por el deudor o por un tercero, poniendo las cosas debidas a
disposición del Juzgado o del Notario como se establece en el ​art. 1178.
Los gastos de la consignación serán de cuenta del acreedor ​(art. 1179).
La aceptación de la consignación por el acreedor o la declaración judicial de que está
bien hecha, extinguirá la obligación, sin embargo, el deudor podrá retirar la cosa o
cantidad consignada dejando la obligación subsistente ​(art. 1180).
En el ​art. 1181 se establece que si hecha consignación, el acreedor autorizase al deudor
para retirarla, perderá toda preferencia que tuviere sobre la cosa. Los codeudores y
fiadores quedarán libres. Sin embargo el artículo referido presenta una contradicción
pues como se ha visto antes, una vez hecha la consignación se extingue la obligación,
por consiguiente lo único posible sería constituir una nueva obligación con los mismos
sujetos y sobre la misma cosa.
La mora del acreedor es una de las lesiones de crédito que le pueden ser imputables al
acreedor.
Se produce en los casos en que el acreedor se niegue sin justa causa, a recibir una
prestación temporánea, íntegra e idéntica a la procedente, impidiendo que el deudor se
libere de su obligación.
Para poner en mora al acreedor, el deudor deberá hacerle el ofrecimiento del pago, y en
su caso, procederá consignar el objeto de la prestación extinguiendo así la obligación
(art. 1176.1)​.
Las consecuencias de la “mora credendi” son las siguientes:
1. “Compensatio morae”, excluye la mora del deudor.
2. Riesgo de la imposibilidad sobrevenida de la prestación a cuenta del acreedor.
3. Posibilidad de instar la resolución de contrato por parte del deudor que puede
librarse consignando la cosa debida.

1.8 Dación en pago


Tiene lugar cuando el acreedor acepta recibir como cumplimiento de una obligación
persistente, una obligación distinta de la debida y se producen los mismos efectos del
pago. ​Art. 1166​ no permite al deudor de una cosa obligar al acreedor a que acepte el
pago, una cosa distinta aunque sea de igual o mayor valor que esa prestación. Sin
embargo, si el acreedor lo acepta, estamos ante una dación en pago (efecto pro soluto)
extingue la obligación principal y todos los derechos accesorios. Es decir, produce los
mismos efectos del pago. Nuestro código no lo regula pero alude a ella en los ​Arts. 1521
y 1536​ relativos a los retrcactos. Y también en el ​Art. 1849 ​relativo a la fianza.
La dación de pago no es un caso de novación extintinva por cambio de objeto sino que
es un acuerdo atípico (no es anulable) entre deudor y acreedor para sustituir la primitiva
prestación por otra distinta. La dación en pago se perfecciona por la realización por
parte del deudor de la prestación que sustituye a la anterior. La dación tiene lugar
cuando se entrega a cosa. ​Datio pro soluto​. Te transmiten la propiedad a diferencia de
el pago por cesión de bienes, que te entregan la cosa para que la vendas y utilices la
cantidad que obtengas.
1.9 Pago por cesión de bienes
Es el abandono hecho por el deudor de sus bienes en favor de los acreedores para que
estos los vendan y con el líquido que obtengan, lo apliquen al pago de su derecho de
crédito.
Puede ser de dos tipos:
- Convencional o extrajudicial :​ es un negocio jurídico por el cual el deudor cede
sus bienes al acreedor/es para el pago de sus deudas. Estamos ante una ​datio pro
solvendo. ​Se trata de una cesión de bienes para la venta, que va unida a un
mandato irrevocable que autoriza al/los acreedor/es para vender y con el dinero
que obtenga/n de esa enajenación aplicarlo al pago de las deudas, esto quiere
decir, que con la entrega de los bienes a los acreedores no se transmite la
propiedad, no es una prestación que sustituye a la pactada incialmente. Por eso,
los efectos existintivos y liberatorios no se producen por la entrega, sino una vez
enajenados los bienes, los acreedores resultan satisfechos. Si de la venta no se
obtiene suficiente para cubrir todos los créditos, las deudas subsistirán por esa
cantidad. Si por el contrario, el importe de la enajenación excede el importe de la
deuda, ese importe será para el deudor. Lo habitual es el consentimiento
unánime de todos los acreedores. Ahora bien, si no intervienen todos los
acreedores, aquellos que no hayan formado parte del acuerdo, mantienen íntegro
su crédito y además puede impugnar la cesión si se ha hecho un fraude de
acreedores.
- Judicial​: es la que se produce con la intervención de los órganos jurisdiccionales
y en el ámbito de un proceso concursal, se regulan en la ​Ley 22/2003 de 9 de
Julio que es la Ley Concursal​. Esta ley es bastante restrictiva a la hora de
permitir que la propuesta de convenio incluya la cesión en pago de bienes a los
acreedores.

2. INCUMPLIMIENTO Y CUMPLIMIENTO INEXACTO


2.1. El incumplimiento de la obligación. Tipos. Causas y efectos. Convenios
modificativos de la responsabilidad.

2.1.1.Tipos de Incumplimiento
Cuando hablamos de incumplimiento nos referimos a todos aquellos casos en los que el
deudor contraviene el derecho del acreedor no realizando la prestación o realizándola
pero de forma inexacta. Por eso distinguimos dos tipos de incumplimiento:
- Incumplimiento total y definitivo:​ supone que la prestación no ha sido realizada
en absoluto o lo ha sido de una forma tan defectuosa que no satisface en
absoluto el interés del acreedor. Además no cabe un cumplimiento tardío.
- Incumplimiento parcial o impropio​: en este caso hablamos de cumplimiento
inexacto o defectuoso. La prestación se ha ejecutado pero de forma incompleta o
defectuosa para satisfacer el interés del acreedor. El deudor ha realizado la
prestación pero no exactamente como estaba determinada.
En estos casos, podemos hablar de ​cumplimiento puntual inexacto​ cuando la
prestación se realiza a tiempo pero no es exactamente igual a la debida. Y el
cumplimiento moroso​ tiene lugar cuando se realiza un cumplimiento exacto pero
con retraso.

2.1.2 Causas del incumplimiento


1. Incumplimiento imputable al deudor
En este caso, el incumplimiento no extingue la obligación y tiene lugar cuando el
incumplimiento se debe a dolo o culpa. También se considera responsable al deudor en
algunos casos en los que realmente no es culpable pero la ley lo considera imputable,
esto tiene lugar:
- Cuando lo determine la obligación. ​Art. 1105.
- Cuando lo determine la ley.
- Cuando en la causa motivadora del incumplimiento concurren ciertas
circunstancias:
● Incumplimiento se produce después de estar constituido el deudor en
mora.
● Cuando se ha comprometido a entregar la misma cosa a dos o más
personas.
● Cuando la deuda proceda de delito salvo que ofrecida la cosa a quien
debía percibirla éste se hubiese negado sin razón a aceparla. ​Arts.
1096.3, 1182 y 1185.
En estos supuestos en los que la falta de cumplimiento se debe a causas dependientes de
la voluntad del deudor, el acreedor tiene derecho a pedir la ejecución forzosa en forma
específica, más la indemninzación de daños y perjucicios. Si ya no es posible la
ejecución forzosa en forma específica, habrá que acudir al cumplimiento por
equivalente, más la indemnización si así procede.
2. Cumplimiento no imputable
Es el debido a caso fortuito o fuerza mayor, también procede cuando en la obligación se
establece que el deudor queda exonerado de responsabilidad aunque incumpla por
culpa, siempre y cuando admita la licitud de este pacto. Este incumplimiento extingue la
obligación y no genera ningún derecho a favor del acreedor, sino que el deudor queda
liberado de toda responsabilidad.

2.1.3 Convenios modificativos de responsabilidad


Es muy frecuente añadir a los contratos ciertas cláusulas en virtud de las cuales se
imponen a una de las partes una responsabilidad mayor o menor a la prevista
legalmente. Estos pactos se basan en la libertad contractual.
Los pactos de agravación de la responsabilidad​ son un medio para reforzar la posición
del acreedor, en definiditiva, son una garantía para éste (ej. establecer cierta cuantía
como valor de la indemnización para el caso de incumplimiento a través de la cláusula
penal o también se puede establecer un grado de diligencia superior al normal para el
deudor o se puede establecer que el deudor asuma la responsabilidad por caso fortuito o
fuerza mayor).
Las cláusulas exoneratorias o limititativas de la responsabilidad ​ plantean muchas dudas
porque en ocasiones encierran el abuso de una de las partes contractuales (la parte más
poderosa). Con estas cláusulas hay veces que se trata de excluir la responsabilidad
establecida por la ley o bien, reducirla. Y otras veces lo que hacen, es que reducen la
cuantía de la indemnización debida (ej. limitando los bienes del deudor sobre los que
recae esa responsabilidad).
Los pactos limitativos tienen ciertos límites: el ​art. 1102​ declara expresamente que no se
puede eximir de responsabilidad para el caso de incumplimiento por dolo. La mayoría
de la doctrina también lo extiende a la culpa grave. Respecto a las estipulaciones sobre
la culpa y sus consecuencias, en principio serían válidas y eficaces siempre que
respeten los límites de los ​arts. 1255 y 1256​. Por otra parte, tenemos que tener en cuenta
ciertos límites específicos que se contienen en otras leyes, como es el caso de
TRLGDCU (Texto Refundido de la Ley General de Defensa de Consumidores y
Usuarios), concretamente hay que tener en cuenta el ​art. 86.2.

2.2 El dolo y la culpa


En sentido amplio se entiende que hay culpa cuando el incumplimiento de la obligación
es imputable al deudor, ahora bien, en sentido estricto tenemos que distinguir entre el
dolo y la culpa.

2.2.1 El dolo
El dolo equivale a la mala fe, es decir, la infracción intencionada y antijurídica de la
obligación (no es dolo vicio de consentimiento). En este caso, el deudor incumple
voluntaria y conscientemente la obligación pero no es necesario que tenga intención de
dañar al deudor. El dolo no se presume, por lo tanto, será el acreedor que alegue su
existencia quien deberá probarlo.
El incumplimiento por dolor tiene consecuencias más gravosas que el incumplimiento
por culpa.
1. EL deudor doloso de acuerdo con el ​art. 1107.2​ asume el deber resarcimiento
integral de los daños, ya que responde de todos los daños y perjuicios que
conocidamente se deriven de su falta de cumplimiento.
2. No se permite a los tribunales moderar la responsabilidad procedente del dolo
art. 1103.
3. El acreedor no puede renunciar anticipadamente a exigir la responsabilidad
derivada del dolo ​art. 1102​.
2.2.3 La culpa
Decimos que hay culpa cuando el deudor infringe la obliación sin intención deliberada
pero por falta de diligencia. ​Art. 1104.1
La esencia de la culpa está en la falta de diligencia (ej. un descuido y coger más trabajo
del posible).
La doctrina distingue tres grados de culpa:
1. La culpa lata o máxima​: cuando se actúa sin la más mínima diligencia que
cualquiera observaría, decimos que hay una grave falta de diligencia.
2. Culpa levísima o mínima​: cuando se actúa omitiendo la diligencia que pondría la
persona más cuidadosa. Hay una diligencia muy pequeña.
3. La culpa leve​: se refiere a la omisión de una diligencia normal.
Esta distinción tiene importancia por la tendencia que existe a equiparar las
consecuencias del dolo con la culpa grave a efectos de responsabilidad en ciertos
supuestos.​ Arts. 168.2, 1366 y 1904.2

También podemos distinguir:


- Culpa en abstracto u objetiva​: toma como baremo la diligencia de un hombre
medio.
- Culpa subjetiva​: la diligencia de que el propio interesado pone en sus asuntos.
Para los casos en los que no se exprese otra cosa ha de exigirse la
responsabilidad que correspondería a un buen padre de familia. Es decir, una
diligencia media, la de una persona sensata y coherente, de acuerdo con la
naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, del tiempo y del
lugar.

2.3. El caso fortuito y la fuerza mayor


Estamos ante estos hechos cuando se da un acontecimiento no imputable al deudor
imprevisto o previsto pero inevitable y que imposibilita el exacto cumplimiento de la
obligación. ​Art. 1105.
Para que se de el caso fortuito o fuerza mayor:
1) Debe ser un hecho independiente de la voluntad del deudor, de manera que la
falta de cumplimiento, se ha debido a un hecho ajeno al ámbito de control del
deudor.
2) Ha de ser imprevisto o previsto pero inevitable, adoptando la diligencia debida.
Debe tratarse de un suceso cuyo acaecimiento durante la vida de la relación
contractual no fuera razonablemente previsible al tiempo de contratar.

Esto supone que aunque se produzcan acontecimientos que objetivamente podrían


considerarse constitutivos de caso fortuito o fuerza mayor no exoneran de
responsabilidad si pudiera haberse evitado su colisión con la prestación o bien si
se trata de acontecimientos que realmente son inevitables pero que teniendo en
cuenta las circunstancias concretas se entienden previstos en el contrato y
además a cargo del deudor.
3) Es necesario que este acontecimiento imposibilite al deudor para el exacto
cumplimiento de la obligación ​arts.1182 y 1184​ ​(imposibilidad sobrevenida).
4) Es necesario que entre el acontecimiento, la imposibilidad de cumplimiento y el
consiguiente daño exista relación de causalidad.

El Código Civil no distingue entre el caso fortuito y la fuerza mayor, una veces los
utiliza de forma conjunta, otra veces utiliza un término y otras el otro. La doctrina ha
apuntado diferentes criterios para distinguir uno y otro, pero lo cierto es que ninguno de
ellos es realmente decisivo por eso en principio vamos a considerarlos términos
intercambiables.
Efectos:
1. Cuando se producen estos hechos liberan al deudor del cumplimiento de la
obligación y de la responsabilidad por los daños y perjuicios que pueda sufrir el
acreedor.
2. Si a pesar del caso fortuito o la fuerza mayor todavía es posible el cumplimiento
en parte, habrá que llevarlo a cabo.
3. Corresponderá al acreedor obtener las ventajas ocasionales que se puedan
derivar del caso fortuito (Ej. Indemnización de un seguro, se dirigirá
directamente el acreedor a la compañía). ​Art. 1186.
4. La prueba del caso fortuito corresponde al deudor, pues es el que quiere liberarse
Art. 1183.

2.4.La mora del deudor:


Es un retraso cualificado, concretamente es el retraso culpable en el cumplimiento de la
obligación del deudor, que no impide el cumplimiento tardío. ​Art. 1100​!!​.
Si como consecuencia del retraso en el cumplimiento de la obligación por parte del
deudor ya no cabe la posibilidad de cumplir o el acreedor ya ha perdido todo interés en
la prestación, no hay mora si no que hay un incumplimiento total, sería el caso de las
obligaciones sometidas a término esencial. (Ej. Traje de novia entregado tarde).
Esto supone que para que haya mora siempre es necesario que todavía sea posible un
cumplimiento con interés para el acreedor. Esto no quiere decir que siempre que hay
mora después se vaya a llevar a cabo un cumplimiento exacto, ya que es posible que el
cumplimiento no llegue a realizarse, en este caso se aplicarían las normas del
incumplimiento total.

Requisitos para que haya mora:


1. La obligación ha de ser positiva ya sea de dar o hacer, no cabe la mora en las
obligaciones negativas.

2. Es necesario que la obligación sea exigible, es decir, vencida y líquida por lo tanto
no cabe la mora mientras la obligación está pendiente de condición suspensiva o de
plazo inicial, además tradicionalmente el Tribunal Supremo ha venido exigiendo el
requisito de la liquidez de la deuda, sin embargo, en la jurisprudencia más reciente
este requisito se ha flexibilizado de manera que si la deuda no se ha liquidado por
culpa del deudor, la mora comenzará desde la reclamación, no desde la liquidación.
3. Es necesario que exista un retraso culpable. ​Art. 1101 y 1182​. Este requisito no lo
exige el Código claramente aunque la jurisprudencia lo viene exigiendo por
deducirlo de esos preceptos. Esto tiene como consecuencia que no se incurre en
mora si el retraso se debe a caso fortuito o a fuerza mayor, sin embargo esto no se
aplica y por lo tanto no será relevante la culpa en las obligaciones genéricas y
sobretodo en las obligaciones pecuniarias.

4. Es necesario que el retraso no excluya la posibilidad de un cumplimiento relevante


para el acreedor, de manera que la prestación aunque se realice tardíamente va a
satisfacer el interés del acreedor.

5. La intimación del acreedor, es la reclamación judicial o extrajudicial del acreedor al


deudor para que cumpla su obligación, eso quiere decir que un retraso sin más en el
cumplimiento carece de trascendencia jurídica si no se realiza esta intimación. Se
trata de una reclamación de voluntad recepticia, esto supone que no surte efecto
hasta que no llega a conocimiento del deudor.
El contenido de esta interpelación es un requerimiento de cumplimiento, es decir, se
exige el pago por eso la reclamación debe hacerse después del vencimiento de la
obligación, no vale el requerimiento que se haga antes aunque se diga que ya se
tiene reclamada la deuda después del vencimiento. No está sujeta a forma pero es
conveniente que se realice en una forma de la que quede constancia a efectos de
prueba.
No será precisa la interpelación en los llamados casos de mora automática, que tienen
lugar en los supuestos previstos en el ​art.1100.2.

En opinión de Lacruz Berdejo, este supuesto se refiere a aquellos casos en que la


prestación aunque es urgente en la mente de los contratantes y según su propia
naturaleza y circunstancias, no deja de tener utilidad aunque se ejecute más tarde. Otros
autores, por el contrario, entiende que se refiere a casos en los que el término es esencial
pero no se declara expresamente sino que se deduce de su naturaleza.

En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora si el otro no


cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe, desde que uno de los
obligados cumple comienza la mora para el otro.
Para la mayoría de la doctrina, considera de acuerdo con este precepto, que en las
obligaciones recíprocas la mora es automática, es decir, sin necesidad de reclamación,
basta que uno no cumpla, para que el otro incurra en mora, son necesarios todos los
requisitos menos la interpelación. Sin embargo, Albaladejo dice que no estamos ante un
caso de mora automática, sino que en las obligaciones recíprocas, para que una de las
partes incurra en mora no bastan los requisitos normales (todos ellos), sino que además
es preciso que el otro obligado cumpla o que esté dispuesto a cumplir.
Efectos que produce la mora
1. La mora no elimina la obligación de cumplir de manera que el deudor sigue
obligado al cumplimiento
2. El deudor moroso está obligado a indemnizar al acreedor los daños y perjuicios
causados por la mora, el acreedor tiene que aprobar esos daños y perjuicios. ​Art
1101​ , con una excepción, que son las obligaciones pecuniarias (​Art. 1108​).
3. La perpetuatio obligationis, quiere decir que a partir de la constitución en mora,
el deudor responde de la pérdida de la cosa debida o de la imposibilidad de la
prestación por caso fortuito. ​Arts. 1096.3 y 1182

Cesación de la mora
1. La mora termina cuando el deudor cumple
2. Si el acreedor o la ley le conceden un nuevo plazo
3. Por incurrir en mora el acreedor, es decir, el deudor ofrece el cumplimiento de la
obligación con el pago de la indemnización por mora y el acreedor se niega a
recibir esa prestación
4. Si se trata de una obligación recíproca cuando incurre en mora también la otra
parte, esto se denomina, compensación de la mora

​ a mora del acreedor


L
Es la injustificada negativa a recibir el pago o a colaborar para recibirlo, si no se
produce la consignación y el acreedor se niega a colaborar, los riesgos de pérdida de la
cosa debida o cualquier imposibilidad de la prestación se desplazan al acreedor y si el
deudor ya estaba en mora, se compensan las dos moras.

2.5. Efectos del incumplimiento


Conjunto de acciones que le atribuye el ordenamiento jurídico al acreedor para realizar
su interés en la relación obligatoria.

2.5.1. La acción de cumplimiento de la obligación:


Consiste en exigirle al deudor el cumplimiento. Si no cumple voluntariamente, el
tribunal podrá decretar la ejecución forzosa en forma específica, ​in natura ​por el propio
deudor o a su costa, según los casos.
Si no es posible por tratarse de una obligación personalísima, procederá el
cumplimiento por equivalente, es decir, recibir el valor de la prestación.
2.5.1.1 Cumplimiento forzoso en la forma específica:
Consiste en proporcionar al acreedor la misma prestación constituida como objeto de la
obligación. ​Art. 699 y 700 LEC

1) Obligación de dar:
a) Si la prestación consiste en la entrega de una cosa determinada y
específica y esa cosa está dentro del patrimonio del deudor, el
acreedor puede compeler al deudor para su entrega ​(Art. 1096.1 CC y
701 LEC​, este último señala que forzosamente se traspasará la
posesión al acreedor en su caso.)
b) Si la prestación consiste en entregar cosa genérica que se encuentra
en el patrimonio del deudor, el acreedor puede conseguir su entrega
coactivamente. Si no está en su patrimonio podrá el acreedor pedir
que se cumpla a expensas del deudor, el mismo acreedor la adquirirá
a costa del deudor mediante el embargo de bienes suficientes del
deudor ​(Art. 1096.2 CC y 703 LEC).
c) Si se trata de deuda pecuniaria, se embargarán y venderán en pública
subasta bienes del deudor suficientes para satisfacer el pago ​(arts. 571
y ss LEC).

2) Obligación de hacer:
a) Hechos no personalísimos, que pueden ser realizados por cualquiera
(​Art. 1098​):
▪ Se mandará hacerlo al obligado.
▪ Si no lo cumple se mandará hacerlo a su costa. ​(Arts. 705 y 706
LEC).
Si la conducta consiste en emitir una declaración de voluntad, el ​Art.
708 LEC admite que sea el propio tribunal quien resuelva el dar por
emitida la declaración de voluntad del obligado renuente (que se
negaba) al cumplimiento.
b) Si son hechos personalísimos, aquellos que solo el deudor puede
realizar con utilidad para el acreedor:
▪ Se puede compeler al deudor para que realice la prestación.
▪ Pero si no cumple, no se podrá ejecutar a su costa por un tercero.
Solo cabe el cumplimiento por equivalente, aunque también cabe
apremiar al deudor multas coercitivas ​(Art. 709 y 711 LEC).

3) Obligaciones de no hacer:
En este caso domina el mismo principio que las obligaciones de hacer, el
deudor no puede ser violentado o constreñido a cumplir. El acreedor no
podrá acudir a la autoridad judicial para que secuestre al deudor y le
prive de libertad de movimientos.
​Art. 1099 ​establece que el acreedor puede pedir que se deshaga lo mal
hecho. Además el ​Art. 710 LEC​ ​dice que se entiende que
opta por la indemnización de daños y perjuicios.
2.5.1.2 Cumplimiento por equivalente
Cuando subsistiendo la obligación, el cumplimiento forzoso en forma específica resultare
irrealizable, o, aun siendo todavía materialmente factible, no fuera ya idóneo para
satisfacer el interés del acreedor, el ordenamiento concede al acreedor la facultad de
obtener su equivalente en dinero, lo cual supone la sustitución de la prestación debida
por su valor patrimonial.

2.5.2.El resarcimiento de daños y perjuicios


Mediante ella se pretende restablecer el desequilibrio producido en el patrimonio del
acreedor por el incumplimiento de la obligación o por el cumplimiento inexacto ​(Art.
1101) ​esta acción es compatible con la de cumplimiento y con la resolutoria en las
recíprocas.

Por ejemplo; si el fontanero que debe instalar una bañera de hidromasaje, instala
una bañera defectuosa y se nos inunda la casa, además de cumplir correctamente
(instalándonos una bañera de hidromasaje no defectuosa), resarcir esos daños; y si había
de colocar la bañera en una habitación de una hotel, tendrá que indemnizar la ganancia
perdida por no poder usarla​.

Para poder obtener la indemnización es necesario que el deudor sea responsable del
incumplimiento, que el acreedor acredite la existencia de daños y perjuicios y que estos
sean consecuencia del mismo (nexo casual).
Se trata de una deuda pecuniaria, concretamente de una deuda de valor, su cuantía debe
reflejar el importe que debe resultar equivalente al daño sufrido.

La indemnización (​Art 1106 CC​):


● Daño emergente: pérdida sufrida por el acreedor.
● Perjuicio o lucro cesante: ganancia que ha dejado de obtener el acreedor con motivo
del incumplimiento.

Por ejemplo, si el grupo de rock no se presenta el día del concierto, habrá que
indemnizar al empresario que lo contrató como daño emergente, los gastos de
instalación y preparación de la actuación, impresión de programas y entradas, etc.
así como los desperfectos causados en el local por los enfurecidos asistentes; y
como lucro cesante, los beneficios que dejó de percibir a causa de la no celebración:
entradas no vendidas, ganancias derivadas de la explotación del bar ola venta de
bebidas, etc..

Es necesario probar los dalos, no hay obligación de indemnizar si no se ha producido


daño. La jurisprudencia reconoce ahora que en cualquier caso de incumplimiento
definitivo (excepto mora) se produce ineludiblemente el daño, que consiste en la falta de
ingreso de la prestación en el patrimonio del acreedor. Solo se reparan los daños
efectivamente sufridos, nuestro Derecho no conoce daños punitivos.
Si el cumplimiento ha provocado alguna ventaja al acreedor, esta ventaja debe deducirse
del daño sufrido (pe. STS 17 febrero 1925: a pesar de que el comprador incumplió el ct.,
no se apreció daño para el vendedor, que encontró después otro comprador por mayor
precio).
Prueba del lucro cesante, en principio se presume que el acreedor habría obtenido el
lucro normal de acuerdo con las circunstancias del caso y derivado del curso normal de
las cosas, debiéndose probar de forma directa todo lucro que exceda del normal. El
deudor puede probar que en el caso concreto no se habría obtenido ni siquiera el lucro
normal. El TS tiene declarada que ha de probarse rigurosamente.
Es necesario probar que existe tal nexo causal y queda a la apreciación de los tribunales
determinar qué daños se deben o no al incumplimiento.
Los daños se deben conjuntamente al incumplimiento y a otra u otras causas. El deudor
solo debe indemnizar por la parte que corresponde a su incumplimiento, el caso más
importante es el de la concurrencia de culpas.

3.5.2.1.Efectos Art. 1107


Si se trata de deudor de buena fe el incumplimiento se debe a culpa o a caso fortuito del
que excepcionalmente deba responder al deudor, deberá indemnizar los daños previstos
o que hubieran podido preverse al constituir la obligación y que sean consecuencia
necesaria de su falta de cumplimiento. La indemnización en caso de culpa es maderable
por los tribunales:
● El deudor doloso responderá de todos los daños y perjuicios que conocidamente
se deriven de su falta de cumplimiento, se hayan podido o no prever. La prueba
de los daños y perjuicios corresponde al acreedor.
● La acción para exigir el cumplimiento o la indemnización dura 15 años (​Art
1964​).
T4. GARANTÍAS DE LA OBLIGACIÓN

1. Concepto y clases
Cuando hablamos de las garantías de la obligación en sentido amplio son referimos a
todo aquello que asegura la satisfación del derecho del acreedor, desde este punto de
vista, la principal garantía es el patrimonio del deudor (​Art. 1911​). Decimos que es
patrimonial porque solo se responden con los bienes, ya no hay responsabilidad
personal, no hay prisión por deudas. Es universal porque comprende todos los bienes
presentes y futuros, no comprende los bienes pasados que son aquellos de los que fue
titular el deudor pero que ya no lo es. Sin embargo, a través de la acción revocatoria se
puede conseguir que vuelvan al patrimonio del deudor los bienes que no deberían haber
salido de él.

En senido estricto, sin embargo, la garantía es un nuevo derecho subjetivo o una nueva
facultad que se une al derecho de crédito para reforzar la posición del acreedor. Lo que
hacemos es reforzar de alguna manera el derecho del acreedor para conseguir que se
pueda satisfacer.
Desde este punto de vista, el patrimonio del deudor, que por principio ya está afecto al
cumplimiento de las deudas, no es una garantía.
Las garantías pueden ser de dos tipos:
- Personales​: son todas aquellas que obligan a otra persona a cumplir junto con el
deudor (ej. una fianza) o bien aquellas que obligan a más de lo establecido
legalmente al propio deudor si incumple la obligación garantizada (ej. la pena
convencional).
- Reales​: son todas aquellas que conceden al acreedor un poder sobre bienes
concretos del deudor o bien de un tercero que los grava en garantía de una deuda
ajena. Este poder lo podrá ejercitar el acreedor en caso de incumplimiento de la
obligación. En sentido estricto, sólo son garantías reales los derechos reales de
garantía, que son: hipoteca, prenda anticresis. Puesto que son derechos reales,
aportan al acreedor el ​ius distrahendi (d​ erecho de realización de valor del bien
gravado). Ese derecho de realización de valor lo tiene el acreedor cualquiera que
sea titular del bien, con el dinero que se obtenga de la ejecución de ese bien, se
aplica al pago de la deuda. También se pueden considerar garantías reales en
sentido amplio, las arras y el derecho de retención, ya que implican un poder del
acreedor sobre un bien concreto que refuerza la posición del acreedor en caso de
incumplimiento del deudor.
2. Los privilegios. Concurrencia y prelación de créditos
Cuando un sujeto tiene varias deudas la regla general es la igualdad de todos los
acreedores, de toda que cualquiera de aquellos se puede dirigir contra ese patrimonio
para obtener la satisfacción de su crédito, cada acreedor tiene el mismo derecho que el
resto a cobrar sobre esos bienes, esta es la regla “​Par conditio creditorum”​ . Esta regla
supone que cuando hay varios acreedores, cada uno de ellos solicitará la ejecución de
los bienes del deudor para pagar la deuda, sin embargo, esta regla no se aplica cuando el
deudor es declarado en concurso y también cuando hay acreedores a los que la ley
concede preferencia, es decir, un derecho a cobrar antes que los otros. Además, hace
valer oportunamente esa preferencia.
Pues bien, el CC regula esta cuestión bajo la rúbrica de la concurrencia y la prelación de
céditos y en esa normativa señala los créditos privilegiados (​Arts. 1911-1929​). En esta
normativa, la regla ya no es la igualdad de todos los acreedores sino es la jerarquía entre
los créditos. El privilegio es la preferencia de que gozan ciertos créditos por disposición
de la ley por ser satisfechos antes que otros sobre algunos bienes concretos del deudor o
sobre todos ellos. El privilegio es una cualidad del crédito que conlleva que el valor de
uno o de todos los bienes del deudor debe destinarse al pago de ese crédito antes que a
otros.

2.1 Características de los privilegios


- Sólo se crean por ley, la ley los determina taxativamente, las partes no pueden
crearlo, además, la graduación tampoco puede ser alterada por los interesados
(​Arts. 1921 y 1925​).
- Son excepcionales, son de estricta interpretación y no son aplicables por vía de
analogía.
- Son accesorios del derecho de crédito, por eso en realidad no existen los
privilegios, sino los créditos privilegiados.

2.2 Clases de privilegios


- P​rivilegios especiales​: son los que recaen sobre determinados bienes,
distinguiendo sobre muebles e inmuebles
- Privilegios generales​: son los que recaen sobre el patrimonio entero del deudor
(​Art. 1922- 1924​).
Los privilegios más importantes no se recogen en el Código Civil, sino fuera de él,
concretamente en el Estatuto de los Trabajadores, en la Ley General Tributaria, en la
Ley de Régimen Local, en la Ley General de la SS.
2.3 Prelación de créditos
El orden de cobro es el siguiente:
1. Los acreedores privilegiados tienen derecho a cobrar sus créditos antes que los
acreedores ordinarios (no tienen privilegio), dentro de los privilegiados cobran
antes los que tienen privilegios especial que los que tienen privilegio general
- Acreedores ordinarios: no tienen privilegio.
- Acreedores subordinados:
● Créditos contra la masa, que son los que nacen con posterioridad a la
declaraciónn de concurso.
● Créditos salariales en una cuantía limitada.
● Créditos con privilegio especial
● Créditos con privilegio general
● Créditos ordinarios
● Finalmente los créditos subordinados.

3. La acción subrogatoria
Es el poder que la ley concede a aquel acreedor que no tenga otro medio de hacer
efectivo su crédito, para ejercitar los derechos y acciones no utilizados por el deudor,
cuando no sean inherentes a la persona de este.
Se regula en el ​Art. 1111​. Su finalidad es hacer ingresar en el patrimonio del deudor los
bienes que este no recibe por su inactividad, de manera que lo que se trata es de evitar el
perjuicio que ocasiona a los acreedores la inacción del deudor.
Se dice que es una acción indirecta u oblicua, por que el acreedor se dirige contra
terceros por medio de su deudor, es indirecta porque el acreedor a través del ejercicio de
esta acción no consigue cobrar directamente su crédito, sino que lo que consigue es
incrementar el patrimonio del deudor para luego dirigirse contra el.
Es un recurso subsidiario ya que solo se puede ejercitar si en el patrimonio del deudor
no hay bienes para pagar su crédito.
Para poder ejercitar esta acción es necesario que el acreedor sea titular de un crédito
exigible, además es necesario que el derecho o acción que se pretende ejercitar se halle
descuidado por el deudor en perjuicio del acreedor.
Solo se pueden ejercitar derechos y acciones (se refiere a todo tipo de pretensiones del
deudor frente a terceros) del deudor que no sean inherentes a su persona.
Son derechos inherentes a la persona del deudor: los poderes no patrimoniales como son
los personales y familiares, y los poderes patrimoniales que requieren una apreciación
personalísima.

Es necesario que antes del ejercicio de la acción subrogatoria el acreedor haya


perseguido los bienes que supuestamente estén en posesión el deudor y que a pesar de
eso, se acredite que carece absolutamente de bienes (es necesario probar que es
insolvente), lo que no es necesario es que esto sea acreditado en un juicio previo, de
forma que basta probar la insolvencia del deudor en el propio proceso en el que se
ejercita la acción subrogatoria.
En la acción subrogatoria no procede de forma directa el pago al acreedor que la
ejercita, sino que una vez que se ejercita la acción, sí se estima que se incrementa el
patrimonio del deudor para que el acreedor actuante pueda cobrar.
Ese acreedor actuante por el mero hecho de haber ejercitado la acción no goza de
preferencia a la hora de cobrar sobre lo que se ha ingresado en el patrimonio del deudor
respecto de otros acreedores, ya que si hay varios acreedores, se aplican las normas
sobre concurrencia y prelación de créditos.

Es posible que un acreedor preferente cobre sobre lo que ha conseguido el acreedor


actuante , en este caso, los acreedores que se benefician con la actividad del acreedor
actuante deberán contribuir a las costas del proceso en que se ejercitó la acción
subrogatoria.

4. La acción directa
Es la acción que en ciertos casos tienen los acreedores para reclamar al deudor de su
deudor lo que necesitan para la satisfacción de su crédito, haciéndose pago directo de
dicho crédito con lo que se le debía a su deudor.
En este caso lo que se percibe a consecuencia de esta acción, no ingresa en el
patrimonio del deudor sino directamente en el del acreedor, la reclamación se puede
hacer judicial o extrajudicialmente.
El problema de esta acción reside en que no se reconoce con carácter general a todos los
acreedores sino solo en determinados momentos:
● Art. 1552 ​se reconoce el uso de la acción directa del arrendador frente al
subarrendatario por las cantidades que corresponden al precio del subarriendo si el
arrendatario no paga al arrendador.
● Art. 1597 CC se concede la acción directa a los que en un contrato de obra ponen su
trabajo y material frente al dueño de la obra, de manera, que los que ponen su
trabajo y material, son los acreedores del contratista, que es el deudor, frente al
dueño de la obra que es el deudor del contratista. El caso más importante en la
práctica es la acción que corresponde al acreedor de la obligación nacida de acto
ilícito, es decir, el perjudicado se puede dirigir contra la compañía de seguros de su
deudor en lugar de dirigirse contra este último que es el causante del daño.

5. La acción revocatoria o pauliana


Es la acción que corresponde a los acreedores para impugnar los actos que el deudor
haya realizado en fraude de los derechos de aquellos ​Art. 1111​. Su regulación se
contempla también en los ​artículos 1290-1299 CC que se refieren a la rescisión de los
contratos.
Su finalidad es que vuelvan al patrimonio del deudor los bienes de los que este ha
dispuesto de modo fraudulento para perjudicar los derechos de los acreedores.
Tiene carácter subsidiario, ya que solo pueden acudir a ella los acreedores cuando no
puedan cobrar de otro modo lo que se les debe, además no persigue directamente los
bienes, sino que va contra el acto que los hizo salir del patrimonio del deudor, se trata
de una acción rescisoria de los actos del deudor, los contratos rescindibles son varios,
pero pueden devenir ineficaces por los resultados que producen, en este caso, el fraude
de acreedores.
La acción rescisoria se dirige a destruir la eficacia del acto impugnado, salvo que las
cosas hayan sido adquiridas por un tercero de buena fe a título oneroso (que sea de
buena fe, quiere decir que desconoce el fraude).
En este caso, como ya no es posible restablecer la situación anterior, se impone la
obligación de indemnizar, por eso se trata de una acción fundamentalmente rescisoria,
aunque puede ser subsidiariamente indemnizatoria ​Art. 1295 .

La acción revocatoria es distinta de la acción de la simulación, donde para defraudar al


acreedor, el deudor y el tercero adquirente simulan un acto para fingir que los bienes
salen del patrimonio del deudor, en este caso lo que procede no es la acción revocatoria
sino la acción de simulación que produce la nulidad absoluta.
A través de la acción revocatoria se puede atacar todo acto de naturaleza patrimonial
que perjudique el derecho del acreedor, (por ejemplo la condonación de deudas, una
venta bajo precio, asunción de obligaciones… ) la pueden ejercitar los acreedores ya sea
de forma conjunta o individual contra el deudor y sus posibles cómplices.
Los presupuestos necesarios para el desarrollo de esta opción, como tiene carácter
subsidiario serán los siguientes:

a) Solo puede ser ejercitada cuando los acreedores no hayan encontrado bienes del
deudor ni otro modo de hacer efectivo su crédito, la insolvencia se puede
acreditar en el mismo proceso en el que se ejercita la acción pauliana .

b) Es necesario que el acto que se impugna produzca un perjuicio al acreedor, que


es lo que se denomina el ​eventus damni , ​este perjuicio tiene que consistir en una
disminución de una garantía patrimonial del deudor hasta provocar una
insatisfacción

c) El crédito de los acreedores que ejercitan la acción pauliana, debe ser anterior al
acto fraudulento, es decir, el acto al que se ataca lo tiene que haber realizado el
deudor después del nacimiento del derecho de crédito del acreedor que ejercita
la acción, esta regla tiene una excepción, que es la de que el deudor efectúe la
disposición en función del crédito que nacerá con toda probabilidad más
adelante y que ese acto dispositivo provoque su insolvencia en perjuicio de los
acreedores.

d) Es necesario que el acto sea fraudulento, es decir, que exista ​consilium fraudis
(Cómplices en el fraude) ​o que sea gratuito.

1º Supuesto: actos onerosos.​ Es necesario en primer lugar, que el deudor actúe con el
propósito de defraudar a los acreedores y además que el tercero con el que realiza el
acto también haya procedido de mala fe, es decir, que conozca el fraude del deudor, esto
solo se refiere en los actos a título oneroso.
El problema es la dificultad que existe en cuanto a la prueba de fraude, en este sentido,
tenemos que tener en cuenta la presunción iuris tantum (admite prueba en contrario) del
art. 1297.2 ( el que alega un hecho lo tiene que probar). Ej. se presume que hay fraude
cuando ya se ha dictado la sentencia condenatoria, el demandante no tiene que probar
nada, es el demandado quien tiene que demostrar que no ha cometido el fraude (por
regla general).
Es necesario que actúen de mala fe tanto el deudor como el tercero, esto supone que el
tercero tiene que conocer el fraude del deudor, bastará simplemente con que los dos
tengan conciencia de que con sus actos están causando un perjuicio a los acreedores.
El adquirente de mala fe si prospera la acción revocatoria tendrá que restituir la cosa
objeto de enajenación con sus frutos y si por cualquier motivo ya es imposible
devolverla, deberá indemnizar a los acreedores por los daños y perjuicios que les
hubiese causado la enajenación ​art. 1298​.

2º Supuesto. Actos a título gratuíto


De acuerdo con el ​art. 1297.1 ​se presume iuris et de iure (que no admite prueba en
contrario) fraudulentos los actos a título gratuíto realizados por el deudor. (Ej. el deudor
transmite una donación en favor de un tercero, aunque sea de buena fe, se podrá atacar).
El donatorio en este caso tendrá la obligación de restituir a los acreedores la cosa
donada, pero si actuó de buena de, deberá restituir la cosa en el estado en que se halle,
ahora bien, si ya no se puede restituir la cosa, deberá indemnizar por el importe del
enriquecimiento.

EFECTOS
Es una acción personal que está dirigida a la ineficacia del acto fraudulento en la
medida en que perjudique al acreedor que ejercita esa acción, esto supone que la
ineficacia no es total, sino que se mantendrá la ineficacia de ese acto en la medida que
no perjudique al acreedor.
La mayoría de la doctrina entiende que los bienes sobre los que recayó la acción
quedarán sometidos al acción del acreedor que ejercitó la acción como si estuviese en el
patrimonio del deudor, pero en realidad, siguene en el patrimonio del adquirente, por
eso, los bienes o la parte que no es necesaria para la satisfacción del crédito quedan para
el adquirente sin que puedan aprovecharlos otros acreedores, de manera que la sentencia
sólo aprovecha al acreedor que ha ejercitado la acción. Hay autores que no comparten la
misma opinión.
La acción revocatoria caduca a los 4 años desde la perfección del acto fraudulento salvo
disposiciones especiales, que se aplicaría dicha disposición.

* Título oneroso (mala fe) y título gratuíto (buena fe).


6. El derecho de retención

Es el derecho que se concede al acreedor de mantener la posesión de una cosa que no le


pertenece y que debe entregar al deudor hasta que el acreedor cumpla la obligación
relacionada con esa cosa, por lo tanto, el titular de derecho de crédito es un acreedor que
tiene la posesión de una cosa del deudor o de un tercero, que dicha posesión la ha
adquirido en virtud del negocio jurídico del que ha nacido el derecho de crédito y la ley
le permite prorrogar esa psoesión hasta que el deudor cumpla (ej. si llevo un vestido a la
tintorería y no pago, la tintorería se lo puede quedar hasta que no cobre).
El código no regula el derecho de retención con carácter general sino que lo establece
para casos concretos, concretamente ​arts. 453, 464.2, 464.3, 502, 522, 1600, 1730,
1780, 1866.
Art. 1600 otorga el derecho de retención al ejecutor de una obra en cosa mueble hasta
que se le pague esa obra.
Art. 1730 otorga derecho de retención al mandatario sobre las cosas objeto del mandato
mientras el mandante no le resarza los daños sufridos al cumplir el mandato ni le
reembolse las cantidades anticipadas por el mandatario.
Art. 1780 también atribuye derecho de retención al depositario sobre la cosa mueble
depositada mientras el depositante no le pague todo lo que le debe por razón del
depósito.

La mayoría de la doctrina establece que no cabe admitir el derecho de retencion es más


supuestos de los establecidos expresamente, ya que se trata de una garantía excepcional
prevista para casos muy concretos, por lo tanto, no cabría ampliar por vía de analogía
los supuestos en los que procede este derecho.
Aunque en algunos artículos se habla de retener “en prenda”, el derecho de retención no
atribuye un derecho real de prenda, por lo tanto, no otorga un derecho de realización de
valor, solo otorga dos facultades:
- La prolongación de la posesión (de la cosa que sea)
- La eficacia erga omnes
El titular puede mantener la posesión de la cosa cuando el título que permitía esa
tenencia así lo permite, con el fin de presionar al deudor para que cumpla (esto lo puede
oponer incluso frente al propietario).
Lo que ​no puede​ hacer el acreedor mientras ejercita su derecho de retención:
- Usar y disfrutar de la cosa retenida, es más, tiene que cuidarla con la diligencia
de un buen padre de familia.
- No puede enajenarla para imputar el precio obtenido al crédito impagado (Lo
que sí que puede es dirigirse contra esa cosa pero como integrante del
patrimonio del deudor en virtud del ​art. 1911 con la ventaja de que ya tiene ese
bien localizado)
- Tampoco puede el acreedor que ejercita este derecho cobrar con preferencia a
otros acreedores salvo que su crédito sea privilegiado porque así lo establezca
otra norma. (ej. ​art. 1922.1 otorga privilegio al que ha realizado una obra en una
cosa mueble, sobre esa cosa mueble; esto se denomina, privilegio
refraccionario).
Además de este derecho de retención que está regulado por la ley, cabe el derecho de
retención convencional, amparado en el ​art. 1255 del principio de autonomía de la
voluntad. En este caso, los efectos quedarán limitados a lo que se haya pactado.

7. Las arras (remisión al contrato de compraventa).

8. La pena convencional​ (​Arts. 1152- 1155​)


Es una obligación que generalmente consiste en entregar una suma de dinero y que las
partes agregan a una obligación principal, a través de esa obligación, se impone al
deudor una prestación especial para el caso de que el deudor no cumpla o no lo haga de
modo adecuado, normalmente ésta pena, se establece mediante una clausula en el
contrato,se la denomina “​cláusula penal​” (ej. por cada día de retraso en entregar una
obra, se establecería una pena). Se trata de una obligación accesoria que garantiza una
principal, de acuerdo con el ​art. 1155​, la ineficacia o la extinción de la obligación
principal acarrea la de la pena convencional pero no al contrario.
Toda pena convencional desarrolla una función coercitiva ya que trata de presionar al
deudor para que cumpla. Además, dependiendo con su relación de daños y perjuicios la
pena puede desempeñar dos funciones:
1. Función sustitutiva​: en este caso, cuando la pena desempeña esta función,
sustituye a la indemnización de daños y perjuicios (​Art. 1152.1​). Cuando es
sustitutiva desempeña una función liquidadora, ya que sirve para liquidar o
cuantificar previamente la indemnización que producirá el incumplimiento o el
cumplimiento defectuoso (según lo previsto), con una grandísima ventaja para el
acreedor y es que tiene derecho a la pena sin tener que probar los daños y
perjuicios, ni la existencia, ni su cuantía.
2. Función cumulativa​: es este caso, la pena se puede exigir junto con la
indemnización de daños y perjuicios que proceda. En este supuesto decimos que
la pena cumple una función punitiva (de castigo) ​Arts. 1152 y 1153​. Si no se
pacta otra cosa, la pena será sustitutiva (​Art. 1152.1​).

Si el deudor incumple la obligación principal, el acreedor puede exigir el cumplimiento


de la obligación y la pena o bien, el cumplimiento de la cláusula penal cuando así se
haya pactado, pero lo que no puede hacer el deudor, es optar por el cumplimiento de la
pena en lugar de cumplir la obligación principal, salvo que así se hubiera pactado. Si se
ha pactado, esa pena se denomina “​pena de arrepentimiento​” y se trata de una
obligación facultativa.
Si la pena únicamente se ha previsto para sancionar el retraso en el cumplimiento o
bien, otro tipo de cumplimiento defectuoso, el acreedor no podrá exigir la pena para un
incumplimiento distinto del previsto.
La cuantía de la pena puede o no coincidir con el importe de la indemnización de daños
y perjuicios:
- Si es mayor, estamos ante un pacto de agravación de la responsabilidad, es
admisible salvo que estemos ante un deudor consumidor y que la cáusula se
considere abusiva por desproporcionada (​Art. 85.6 TRLCU​).
- Si es menor, y además es una pena sustitutiva, el deudor únicamente estaría
obligado a pagar la pena, salvo si existe responsabilidad por dolo (​Art. 1102CC​).
T5. MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN

1. Modificación de las obligaciones


Para estudiar la modificación de las obligaciones debemos partir del ​Art. 1203​. De
acuerdo con este artículo podemos decir que las obligaciones se pueden modificar y
esas obligaciones pueden ser objetivas cuando afectan al objeto de la obligación,
concretamente se puede producir un cambio, un aumento o una reducción de la
prestación debida. También esas modificaciones pueden referirse a circunstancias
espaciales o temporales. También puede referirse al contenido de la obligación,
modificando otro tipo de pactos entre las partes o también caben las modificaciones
subjetivas a través de la sustitución o de la adición de nuevos sujetos.
Lo primero es distinguir entre: modificación y extinción de las obligaciones mediante
novación.

● Modificación de la obligación:
Implica que se introducen en ella variaciones y subsiste la obligación originaria con su
peculiar régimen jurídico, esto a efectos prácticos supone que subsisten las garantías
que la aseguraban, se mantienen los privilegios de los que disponía el acreedor ya
además sigue corriendo el plazo de prescripción.

● Extinción de las obligaciones mediante novación:


Cuando en una obligación se introducen variaciones que suponen la extinción de la
obligación originaria por novación, esto supone que la obligación anterior se extingue y
nace otra nueva que sustituye a la anterior.
Esto supone que desaparecen las garantías que aseguraban la obligación originaria,
desaparecen también los privilegios y preferencias de las que disponía el acreedor y
además comienza a correr el plazo de prescripción.
El problema esta en determinar en algunos casos conflictivos, si ante la variación de uno
o varios elementos de la obligación lo que ha tenido lugar es una modificación de la
obligación, o si más bien lo que ha ocurrido es que la obligación originaria se ha
extinguido y en su lugar ha aparecido otra que es parcialmente coincidente con la
anterior.

La jurisprudencia y la doctrina mayoritaria distinguen entre:


● Novación propia o extintiva: consiste en la alteración de alguno de los
elementos de la obligación que provoca la extinción de la obligación preexistente y su
sustitución por otra nueva.

● Modificación impropia o modificativa: que tiene lugar cuando la alteración de


alguno de los elementos de la obligación no la extingue, sino que subsiste pero
modificada. ​Art. 1204.

Hay extinción cuando se declare terminantemente, es decir, exista ​animus novandi o


bien cuando la obligación antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles.
En los demás siempre que se pruebe que ha existido el ánimo o intención de introducir
una variación en la obligación hay que entender que estamos meramente ante una
modificación de la obligación, además entiende el TS que lo habitual es que el efecto
pretendido sea el más débil, de manera que en los casos dudosos hay que entender que
la novación es modificativa, no extintiva.
La novación nunca se presume, sino que debe constar inequívocamente la voluntad de
novar y esto vale tanto si es extintiva como si es modificativa.
De acuerdo con el ​Art. 1208​, tenemos que tener en cuenta que la novación es nula, si lo
fuese también la obligación primitiva.

1.1. La modificación de la relación obligatoria


1.1.1.Modificaciones objetivas:
Tiene lugar cuando cambian los elementos objetivos de la obligaciones, se requiere el
acuerdo entre deudor y acreedor

1.1.2.Modificación subjetiva por cambio de deudor


1.1.2.1 La transmisión o asunción de deuda ​Arts. 1203.2, 1205 y 1206.
Consiste en la sustitución de la persona del deudor por otro respecto a la misma relación
obligatoria y por tanto sin extinción de esta. El deudor inicial queda desligado de la
obligación que recaía sobre él y es sustituido por uno nuevo, que es el único al que a
partir de ahora podrá reclamar la deuda el acreedor por ello hablamos de asunción
liberatoria de deuda.
El sujeto inicial se sustituye por otro pera la obligación se mantiene igual.
Para que sea eficaz la asunción de deuda, se requiere siempre el consentimiento del
acreedor, ya que evidentemente para él es importantísimo quien es la persona del
deudor.
(ej. Un comprador de un piso tiene que pagar una cantidad X al constructor que tiene un
crédito con el construyó el edificio completo, a la hora de que el comprador pague la
deuda, puede subrogarse en el crédito del constructor con el banco, que es el acreedor
quedando el constructor liberado de la deuda con este último.)
La asunción de deuda puede tener lugar de dos formas: por expromisión o por
delegación:

1.1.2.1.1 Expromisión: asunción de deuda producida por acuerdo entre el


acreedor y el nuevo deudor, en virtud del cual este asume la obligación y libera
al anterior. ​Art. 1205​. No necesita el consentimiento ni el conocimiento del
deudor anterior que queda liberado.

1.1.2.1.2 Delegación: es la asunción de deuda acordada por el deudor antiguo y


el deudor nuevo, aceptado por el acreedor. En este caso, si posteriormente
resulta que el nuevo deudor es insolvente, el acreedor no se puede dirigir contra
el deudor antiguo. Salvo que la insolvencia fuese anterior a la delegación y
pública, o bien esa insolvencia era conocida por el deudor inicial al delegar su
deuda. ​Art. 1206​.

Como sucede en toda modificación, se mantiene el mismo contenido de la obligación y


persisten las obligaciones accesorias, ahora bien las garantía contraídas por terceros, sin
embargo, se extinguen si los garantes no consienten el cambio (ej. Fiadores del primer
deudor).
De esto tenemos que concluir que persistirán las obligaciones accesorias en beneficio,
pero nunca en perjuicio de terceros interesados que no hayan dado su consentimiento.

Asunción cumulativa de deuda


Es diferente la asunción liberatoria de deuda.
En esta asunción el antiguo deudor no queda liberado, sino que tanto él como el nuevo
deudor quedan obligados frente al acreedor y responden solidariamente.

1.1.3 Modificación subjetiva por cambio de acreedor. Transmisibilidad de créditos


El ​art. 1112 consagra la regla de la transmisibilidad de los créditos, esto supone como
excepción que caben los créditos intransmisibles, ya sea por disposición legal (ej. ​art.
1151 ​ no se puede ceder el crédito de alimentos) o por pacto o, por su propia naturaleza.
La transmisión del crédito puede ser a título universal (ej. sucesión hereditaria) o bien a
título particular, que puede ser mediante subrogación (​art. 1203.3 y 1209 y ss​) o bien
mediante la cesión de créditos ​(art. 1526 y ss​).
El cambio de acreedor es la sustitución de un acreedor por otro, respecto al mismo
crédito, en principio, al deudor le resulta indiferente quien es el acreedor, por eso se
puede cambiar de acreedor sin consentimiento del deudor, salvo que haya un pacto de
no cesión.
1.1.3.1 Subrogación en el crédito​. Se prevee en el ​art. 1203.3​. Consiste en la
colocación de un nuevo acreedor en el lugar del anterior por obra de la ley. La
subrogación viene establecida expresamente en la ley en el ​art. 1839 para el caso del
fiador que paga y en el ​art. 1210 para ciertos supuestos de pago por tercero,
concretamente de acuerdo con este artículo, se presume que hay subrogación cuando:
- Un acreedor paga a otro preferente.
- Un tercero paga con consentimiento del deudor.
- El tercero que paga tiene interés en la obligación.

1.1.3.1.1Subrogación legal. La subrogación, dice el art. ​1212​, transfiere al subrogado el


crédito con los derechos anexos a él , ya contra el deudor, ya contra terceros, sean
fiadores o poseedores de las hipotecas. Esta es la subrogación legal.
1.1.3.1.2 Subrogación convencional. Por acuerdo entre el acreedor subrogado y el
acreedor que paga (art. 1209). Para que tenga lugar, es necesario que se establezca
claramente, sería el caso de la subrogación por pago de origen convencional, es decir,
un pago por tercero no incluido en el ​art. 1210​.
El ​art. 1210 contempla una excepción a la regla general de la subrogación, ya que regula
un supuesto en que la subrogación se produce por voluntad del deudor.
Según el ​art. 1211 el deudor puede hacer la subrogación sin consentimiento del acreedor
cuando para pagar la deuda haya tomado a préstamo el dinero en escritura pública,
haciendo constar su propósito en ella y expresando en carta de pago, la procedencia de
la cantidad pagada. Este precepto establece un régimen semilar al que se regula en la
Ley 2/1994 de 30 de Marzo de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios.
1.1.4 La transmisión o cesión del crédito
La cesión de crédito es un negocio jurídico a través del cual el acreedor cedente
transmite a un tercero, el cesionario, la titularidad de crédito. Es un negocio jurídico
bilateral, entre el cedente y el cesonario, por lo tanto, tiene lugar por acuerdo entre el
acreedor antiguo y el acreedor nuevo y no requiere el consentimiento del deudor.
Ahora bien, esa cesión de créditos solo va a producir efectos respecto al deudor cuando
éste la conozca, por eso aunque la ley no exige la notificación al deudor de la cesión
debe hacerse tal notificación para que produzca efectos frente el deudor, no obstante,
también producirá efectos frente al deudor en otros supuestos en los que llegue a
conocerla. Esto supone que el deudor que antes de tener conocimiento de la cesión,
satisfaga al acreedor, quedará libre de la obligación (​art. 1527​).
La cesión de créitos se regulan en los ​arts. 1526 y ss en “sede de compraventa”, esto no
quiere decir que solo se pueda hacer por compraventa, se puede realizar una cesión de
créditos tanto a título gratuíto (a través de una donación), como a título oneroso (ej.
mediante una permuta).

En la cesión de créditos, aparece un nuevo acreedor que sustituye al anterior, pero la


obligación se mantiene y las garantías que acompañaban al primer acreedor, acompañan
ahora al segundo. Por lo tanto, no se extinguen los derechos accesorios (​art. 1528​).
Nuestro Código Civil en el ​art. 1535 admite la cesión de créditos litigiosos, de acuerdo
con este artículo, si la cesión se produce por venta, tendrá lugar una reducción de ese
crédito, esto quiere decir que, el deudor podrá liberarse de la deuda pagando el precio
que ha pagado el cesionario por ese crédito más los gastos e intereses y no su importe
nominal (esta figura también se denomina “​retracto de crédito litigioso”​ ).
- Un crédito litigioso es un crédito que da lugar a la incoación de un proceso. Un
crédito lo tenemos por litigioso desde que se contesta a la demanda relativa al
mismo.
Efectos de la cesión:
Según si el cedente (el que cede su posición acreedora a favor de un nuevo acreedor
cesionario) haya actuado o no de buena fe:
Si el acreedor cedente ha actuado de buena fe, responde frente al cesionario de la
existencia y legitimidad del crédito, salvo que ese crédito se hay vendido como dudoso
Art. 1529​. El acreedor cedente de buena fe no responde de la solvencia del deudor,
salvo que se hay estipulado expresamente que sí responde, o bien que la insolvencia del
deudor fuese anterior a la cesión y pública.
Si el acreedor cedente actúo de mala fe responderá frente al cesionario de la existencia y
legitimidad del crédito y también de la solvencia del deudor.
2. Extinción de las obligaciones
2.1. La extinción de la relación obligatoria.
La obligación por su propio concepto, tiene una duración limitada en el tiempo y el
modo normal de extinción es el pago. El ​Art. 1156​, establece las causas de extinción de
las obligaciones.
La doctrina y la jurisprudencia con unanimidad, consideran que este artículo no recoge
una enumeración exhaustiva, sino únicamente un carácter sistematizador, además de
estas causas recogidas en el 1156 hay otros casos de extinción como es: el ​mutuo
disenso​ en los contratos, o la muerte en las obligaciones personalísimas.
Este precepto se refiere en primer lugar a la imposibilidad sobrevenida, en segundo
lugar condonación (Quita: perdón parcial, hay mucho debate respecto a si es unilateral o
bilateral pues requiere la aceptación de la otra parte) y por último a la confusión (se
funden en una misma persona la condición de acreedor y deudor, ej. Le debo dinero a
1
mi madre y soy su único heredero).

2.2. La imposibilidad sobrevenida o pérdida de la cosa debida.


Este tipo de extinción se encuentra en el ​Art. 1156​ en el que se establece como causa de
extinción de las obligaciones la pérdida de la cosa debida, y en los ​Art. ​1182​-​1184​.
El ​Art. 112​2.2 ​establece que "si la cosa se perdió por culpa del deudor, éste queda obligado
al resarcimiento de daños y perjuicios. Entiéndese que la cosa se pierde cuando perece,
queda fuera del comercio o desaparece de modo que se ignora su existencia, o no se puede
recobrar". Éste artículo engloba en la pérdida de la cosa debida tanto la pérdida entendida en
el sentido de que la cosa ya no está en la posesión del deudor y no la puede recobrar bien
sea por hurto u otra circunstancia que le impida recuperarla; el perecimiento o destrucción,
y, tercera opción, que esté fuera del comercio y, por tanto, existe una imposibilidad de
entregarla legal o jurídica que impide también recuperarla.
Requisitos
1. Que la imposibilidad sea sobrevenida
Ya que el ​Art. 1272​, prohíbe que se constituya la obligación sobre algo que originariamente
era imposible: “No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.”, pues, de
otro modo, la obligación sería nula; se deduce que la imposibilidad que se sustrae del ​Art.
1122​ ​debe surgir después de haber pactado la obligación, no puede ser originaria.
2. Que la imposibilidad no sea imputable al deudor
Ello se extrae de lo apuntado claramente en el ​Art. 1182​. Pero si la imposibilidad es culpa
del deudor, no se extingue la obligación, sino que deberá responder igualmente de ella y se
entenderá culpa del deudor cuando se cumpla lo establecido en el ​Art. 1183 “Siempre que la
cosa se hubiese perdido en poder del deudor, se presumirá que la pérdida ocurrió por su
culpa y no por caso fortuito, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 1096​.” Y además, tampoco se extinguirá la obligación si la pérdida o destrucción
ocurre cuando el deudor incurre en mora.

1
Clases de imposibilidad
1.​ ​Imposibilidad parcial de la prestación
Según Albaladejo: “La imposibilidad parcial puede darse por afectar a una parte de la
prestación, siendo el resto posible; o bien porque toda la prestación sufra un menoscabo, de
modo que puede decirse que parcialmente se ha destruido la cosa”. Parte de la doctrina,
entiende que se produce la extinción parcial de la obligación; sin embargo, otro sector
defiende que habrá que estar a cada caso concreto pudiendo darse el caso de extinción total
de la prestación.
2. Imposibilidad transitoria de la prestación
La imposibilidad en este caso no es definitiva sino que es temporal, y, en este caso, no se
produce la extinción de la obligación sino que subsiste aunque con cumplimiento tardío que,
si es imputable al deudor, incurrirá en mora con las consecuencias de tener que sufragar al
acreedor por los daños y perjuicios; pero si no es culpable de esta imposibilidad transitoria,
correrá con los gastos del retraso el propio acreedor.
Acciones de protección del derecho. ​El ​Art. 1186 dice que: “Extinguida la obligación por
la pérdida de la cosa, corresponderán al acreedor todas las acciones que el deudor tuviere
contra terceros por razón de ésta”. Es decir, establece a favor del acreedor un mecanismo de
protección cuando un tercero perturbe su derecho causando pérdida de la cosa; este
mecanismo conlleva a la extinción de la obligación respecto del deudor, pero el acreedor
podrá ejercer las acciones que corresponderían al deudor frente a ese tercero.

2.3. La condonación o remisión de la deuda.


La condonación consiste en que el acreedor extingue total o parcialmente el derecho de
crédito sin recibir nada a cambio, aunque hay doctrina que afirma que puede existir una
condonación onerosa. La condonación se puede clasificar:
2.3.1 Según su objeto y, sus efectos
● Condonación total.​ El acreedor acepta que se extinga por completo la deuda.
Esta condonación produce el efecto liberatorio del deudor de su obligación de
pagar, y por otro lado, extingue el derecho de cumplimiento del acreedor
causado directamente por su perdón.
● Condonación parcial. ​La condonación parcial surge cuando el perdón del
acreedor no es total sino que parte de la obligación subsiste.
Merecen especial atención los supuestos previstos en el ​Art. 1190​ “La condonación de
la deuda principal extinguirá las obligaciones accesorias; pero la de éstas dejará
subsistente la primera.” En el primer caso (extinción de deuda principal y por tanto de
las accesorias), estamos ante una condonación total; sin embargo en el segundo caso
(extinción de deudas accesorias pero subsiste la principal), estaríamos ante un supuesto
de condonación parcial.
2.3.2 Según su forma
● Condonación expresa.​ Será expresa cuando se manifieste la voluntad de
condonar la deuda, ésta ha de reunir las formas de la donación inoficiosa, es
decir, ha de existir aceptación del deudor (​Art. 618​ y ​ 629​. La forma de esta
condonación se establece en el ​Art. 1280​).
● Condonación tácita.​ Será tácita la condonación cuando se deduzca o se
sobreentienda de las actuaciones del acreedor.
2.4. La confusión.
La confusión de derechos es una forma de extinción de la obligación; se regula en los
Art. ​1192​-​119​4 CC​.
La definición de esta figura se ofrece en el ​Art. 1192​.1​, que dice :“Quedará extinguida
la obligación desde que se reúnan en una misma persona los conceptos de acreedor y de
deudor.” También en el ​art. 1192.2 establece la excepción de no considerarse como
confusión la que se derive de un título de herencia, si se ha aceptado a beneficio de
inventario.
Especial atención merece el ​Art. 1193​, pues en coherencia con el ​Art. 1190 establece
que si la confusión recae sobre el deudor o el acreedor principal, aprovecha a los
fiadores, diciendo por tanto que, si se extingue la deuda principal también se extinguen
las accesorias. Sin embargo, si quienes coinciden son acreedor y fiador, se extinguiría la
deuda accesoria, es decir, la fianza, pero subsistiría la principal entre acreedor y deudor
principal. La confusión puede ser:
- Total​. Cuando se extingue la obligación por completo.
- Parcial​. Cuando subsiste una parte, como ocurre en el caso del ​Art. 1194 pues en
la deuda mancomunada sólo se extingue la porción correspondiente al acreedor
o al deudor en quien concurren los dos conceptos; la deuda restante subsiste.

2.5. La compensación​ (​Arts. 1195-1202​)


Es el modo de extinguir en la cantidad concurrente, las obligaciones de aquellas
personas que por derecho propio sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de
la otra. ​Art. 1195​.

2.5.1.Requisitos:
1) Homogeneidad de las deudas: quiere decir que las dos deudas consistan o bien en
una cantidad de dinero, o si las cosas debidas son fungibles que sean de la misma
especie y calidad si estas se hubieran designado. ​Art. 1196.2​.
De acuerdo con el ​Art. 1199​, la deudas pagaderas en diferentes lugares se pueden
compensar mediante la indemnización de los gastos de transporte.

2) Reciprocidad de las deudas​, de manera que existan dos créditos cruzados, lo normal
es que sean relaciones jurídicas diversas.

3) Exigibilidad y liquidez​ ​Art. 1196. 3 y 1196.4


Requisitos subjetivos:
Acreedores y deudores principales​. ​Art. 1196.1. Que sean principales quiere decir que
no tengan carácter subsidiario, por ejemplo el fiador en principio tiene carácter
subsidiario. Ahora bien, el ​Art. 1197 admite que el fiador pueda oponer al acreedor la
compensación de lo que este deba al deudor principal. Por el contrario el deudor
principal, no puede oponer al acreedor lo que este deba al fiador.
Ej. (Si el deudor le debe 60 al acreedor, el acreedor se dirige contra el fiador del deudor por
60, pero al ser el fiador un deudor subsidiario, se permite que el fiador oponga la deuda de
100 que le debe el acreedor al deudor para no tener que pagar nada. Lo que no cabe es que
el deudor oponga al acreedor la excepción de compensación, en caso de que el acreedor le
deba 100 al fiador, tendrá que pagar su deuda).

Acreedores o deudores por derecho propio​, lo que significa que sean titulares de los créditos
o deudas a compensar, de manera que no actúen por representación ya que no se
compensan deudas o créditos propios con créditos o deudas ajenos. No se puede pagar
una deuda ajena compensándola con un crédito propio, ni tampoco se puede cumplir
una deuda propia mediante la alegación de un crédito frente a una persona distinta del
acreedor.
Ej. (Carmen es acreedora de la pensión compensatoria que le debe pagar su marido, y a
su vez es deudora de la pensión alimenticia de sus hijos que viven con el marido, si el
marido deja de pagar la pensión compensatoria y la mujer en consecuencia deja de
pagar la pensión alimenticia por compensación esto es imposible puesto que no se
puede compensar crédito propio con una deuda ajena)

En algunos supuestos aunque se den todos estos requisitos no se produce la compensación, bien
porque la han excluido las partes o bien porque la ha prohibido la ley. La ley la prohíbe:
1. Cuando sobre alguna de las obligaciones exista retención o contienda promovida
por terceras personas y notificada oportunamente al deudor. ​Art. 1196.5.
2. Cuando alguna de las deudas provenga del depósito o de las obligaciones del
depositario o del comodatario. ​Art. 1201
3. Cuando alguna de las deudas sea por alimentos debidos a título gratuito ​Art.
1202.
La exclusión de la compensación en opinión de la mayoría de la doctrina se refiere al
crédito de alimentos fututos, por lo tanto si cabría la compensación de las pensiones
atrasadas y debidas. ​Art. 1151​.

2.5.2.Efecto de la compensación. ​Art. 1202


La mayoría de la doctrina y la jurisprudencia entiende que la compensación opera
automáticamente desde que concurren los requisitos legales, no obstante el juez no la
puede estimar de oficio, sino que debe ser alegada por quien quiera beneficiarse de ella
y una vez que se alega, si se estima, los efectos se retrotraen hasta el día en que se
dieron los requisitos legales.
Ejercicio de la compensación
La compensación se puede ejercitar tanto en la vía judicial como en la extrajudicial,
generalmente se alega por vía excepcional.
Si una persona tuviera contra sí varias deudas compensables se aplica el orden de la
imputación de pagos.
Clases de compensación
1. ​Compensación legal
2.​Compensación convenciona​l: no concurre algunos de los requisitos de la
compensación legal, pero las partes acuerdan que, a pesar de eso, se extingan sus
obligaciones.
3. ​Compensación facultativa​: en este caso, no concurren algunos de los requisitos, pero
a pesar de eso, la parte a la que favorece la compensación, la acepta.
4. ​Compensación judicial​: en este caso, también falta algún requisito, pero el juez
ordena la compensación en sentencia y como resultado de un proceso.

2.6 Novación extintiva. Requisitos y efectos


Extinción de una obligación, mediante la creación de una nueva destinada a
reemplazarla. Estamos ante un acto jurídico de doble función, porque a la vez que
extingue una obligación, hace nacer una nueva obligación que viene a sustituir a la
anterior.
Cuando se utiliza sólo el término de novación, es solo la extintiva.
La novación extintiva, de acuerdo con la jurisprudencia, tendrá lugar cuando así lo han
acordado las partes, o bien, en caso de incompatibilidad entre la obligación antigua y la
obligación nueva (​art. 1204​). Es necesario para que la novación sea válida, que la
obligación antigua sea válida y subsistente, esto quiere decir que no se peude extinguir
por novación una obligación nula, porque también sería nula la novación. Lo que sí que
vale es la novación de la obligación anulable y la obligación constituida por
representante sin poder de representación, siempre que existiese ratificación de dicha
obligación (​art. 1208​).

Efectos de la novación
1. La extinción de la obligación antigua
2. Extinción de las obligaciones accesorias, salvo (art. 1207) la extinción de estas
obligaciones accesorias perjudique a terceros que no hayan dado su consentimiento. Lo
que quiere decir es que la novación es irrelevante frente a terceros que sean titulares de
derechos accesorios y esos terceros, no hayan dado su consentimiento a la novación.
Art. 1143
Art. 1146

Clases de novación extintiva


- ​Objetiva​: sería la que afecta a condiciones objetivas de la obligación. Acuerdo entre el
deudor y el acreedor.
- ​Subjetiva​: por cambio de deudor (​Arts. 1205 y 1206​). Puede tener lugar por delegación
(acuerdo entre el deudor originario, el que viene a sustutuirlo afectado por el deudor) y
la expromisión (acuerdo entre el acreedor y el nuevo deudor).
- ​Por cambio de acreedor​: en este caso, a diferencia de la modificativa, se precisa la
concurrencia de voluntades del acreedor de la obligación antigua, del acreedor de la
obligación nueva (que sustituye al anterior), y también la concurrencia de la voluntad
del deudor. En esta es preciso el consentimiento del deudor, porque como la obligación
antigua se ha extinguido, nace una nueva que va a comenzar a computar nuevamente el
plazo se prescripción.
Por otra parte. el deudor no puede oponer al nuevo acreedor las excepciones que tendría
frente al primer acreedor.
Art. 1143
II. TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO

T6. EL CONTRATO, SUS CLASES Y SUS REQUISITOS. LA CAUSA DE LAS


ATRIBUCIONES PATRIMONIALES Y EL ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA.

1. El contrato. Concepto. Prinicpios inspiradores del sistema contractual español.


Según el profesor Rogel, el contrato es el acuerdo de dos voluntades de dos personas
dirigidos a crear obligaciones entre ellas. El contrato es fuente de obligaciones, tal como
se dispone en el art. 1089, concretamente, es la fuente normal de las obligaciones. Su
importancia es trascendental en la vida social y económica, ya que constituye el
principal medio de intercambio de bienes y servicios. Nuestro código se ocupa de los
contratos con carácter general en el título II del Libro IV (​art. 1254 a 1314​).
El contrato es un negocio jurídico bilateral o plurilateral.
Nuestro código no da una verdadera definición de contrato, pero nos tenemos que refirir
en primer lugar al ​art. 1254​. De este artículo se deriva que el código circunscribe el
concepto de contrato a las relaciones patrimoniales.
Los contratos obligan al cumplimiento de lo expresamente pactado y a todas las
consecuencias que según su naturaleza sean conformes a la buena fe, al uso y a a ley
(​art. 1258​). Por eso, son muy importantes las normas imperativas que marcan los límites
de lo que pueden acordar las partes, pero también las dispositivas, que se aplican en
todo lo que no esté pactado por las partes. Esto supone, que esas normas dispositivas
tienen una gran trascendencia, ya que en muchas ocasiones la regulación de las partes es
muy escasa y, por eso, hay que acudir a ellas.

1.2 Los prinipios inspiradores del sistema contractual español


a. Principio de autonomía de la voluntad
Este principio rige en el negocio jurídico y supone que los sujetos pueden celebrarlo o
no, y si lo hacen pueden regular su relación como quieran, de los diversos campos del
Derecho Civil donde se manifiesta con mayor amplitud es en el campo contractual (​art.
1255​). Este principio, sin embargo, no es ilimitado. En primer lugar, el propio ​art. 1255
ya establece que sólo es válido y eficaz el pacto que respete las leyes imperativas, la
moral y el orden público. El propio Código Civil contiene normas limitativas de la
libertad de contratación, por ej. el ​art. 1275 o el 1116​. También, tenemos que tener en
cuenta las leyes especiales que han ido limitando la autonomía de la voluntad, ej. la
legislación arrendaticia (ley de arrendamientos urbanos LAU, ley arrendamientos
rústicos LAR). Por otra parte, también hay que tener en cuenta que frente a la
concepción individualista imperaba cuando ser edactó el Código Civil, hoy impera una
concepción social, que ha hecho que aparezcan limitaciones generales que afectan a la
contratación, como son las contenidas en el TRLGCU).
Todo esto ha llevado a que nos encontramos con contratos que solo se permiten a ciertas
personas o en ciertas circunstancias o cuando lo autorice el poder público, son los
denominados ​contratos restringidos​, en cuya virtud se limita la libertad de celebración.
Además, hay contratos cuya celebración se impone, son los llamados ​contratos forzosos
(empresa de transporte, luz, agua.. no eligen a quien quieren contratar, están obligados).
También tenemos contrato cuyo contenido se impone de manera que ha desaparecido la
libertad de regulación aunque el hecho de contratar todavía sea libre, son los ​contratos
de adhesión​.

b. ​Principio de buena fe.


El contrato descansa en la fidelidad o confianza a la palabra dada. Actualmente todos
los Códigos Civiles contienen este principio, el nuestro lo hace en el ​art. 7.1 que ordena
que los derechos deben ejercitarse de buena fe. Este principio impera en todo el
Derecho Civil y en materia de contratos se consagra la anulación de contrato por mala
fe o dolo (​art. 1269​).

c. ​Principio de protección al llamado contratante débil


Es una característica casi general de las leyes modernas en materia de contratos, ya que
dan respuesta a un principio social que se concreta en la regla de protección del
d. ​Principio de conservación de la eficacia de los contratos
La doctrina generalmente habla de un principio jurídico en virtud del cual el contrato es
contratante débil, porque se considera que tiene menos poder, está en una situación de
inferioridad frente a la otra parte. Este principio se manifiesta fundamentalmente en los
contratos de arrentamiento protegiendo al arrendatario, fundamentalmente de vivienda y
también, a través de la defensa de consumidores y usuarios.
eficaz, salvo que se pruebe la existencia de una causa de ineficacia, concretamente en
los ​arts. 1256, 1258, 1278​, se parte del principio de eficacia de los contratos, y aunque
es cierto que si adolecen de algún vicio pueden ser anulados (​art. 1300 y ss​) es preciso
que esa nulidad se declare por los tribunales, pues de acuerdo con el art. 1256, la validez
y por lo tarnto, la eficacia de los contratos no puede dejarse al arbitrio de uno de los
contratantes.
Manifestaciones de este principio
- El principio de interpretación eficaz​ art. 1284​.
- Preferencia de la eficacia sobre la ineficacia en caso de dudam lo que lleva a la
preferencia de la anulabilidad sobre la nulidad.
- La posibilidad de confirmación de los contratos anulables( ​arts. 1310 y ss)​.
- Preferencia de la nulidad parcial del contrato sobre la nulidad total.
- Conversión en válidos de los contratos nulos con fundamento en el ​artículo 6.3.
2. Requisitos del contrato
Tradicionalmente se vienen distinguiendo entre elementos esenciales, naturales y
accidentales.
1. Elementos esenciales son aquellos en los cuales sin el contrato no puede existir
(​art. 1261​).
2. Elementos naturales​: son aquellos que se consideran más conformes con los
intereses de las partes y por eso la ley los inserta en el contrato a falta de pacto
de los contratantes sobre esa materia ej. la gratuidad en el mandato, en el mutuo
o en el depósito. (La donación es un contrato esencialmente gratuito, si deja de
serlo pasa a ser otra cosa o el contrato de préstamo).
3. Elementos accidentales​: son aquellos que la voluntad de los contratantes puede
introducir en el contrato por voluntad de los contratantes. Ej. condición, término
y modo. Esta clasificación presenta ciertas deficiencias, y por eso, la doctrina
moderna prefiere hablar de requisitos. Además, esta es la terminología que usa el
CC.
Para determinar los requisitos que usa el contrato, tenemos que partir de los ​arts.
1261, 1278 y 1279​. Partiendo de estos preceptos, podemos concluir que en el CC
el consentimiento, el objeto y la causa son los requisitos necesarios para que el
contrato de constituya válidamente. A ellos hay que sumar, la forma ​ad
solemnitatem​ en los casos que así se disponga.

Requisios de eficacia
Cuando hablamos de los requisitos de eficacia nos referimos a determinadas
circunstancias que el propio ordenamiento tiene previsto que pueda afectar al
consentimiento, al objeto y a la causa. En estos casos, hasta la concurrencia del requisito
del que se trate, el contrato aunque es válido, no desenvuelve total o parcialmente su
eficacia (​art. 1257.2​).
2.1 Consentimiento
Arts. 1262 a 1270​. El consentimiento es la concordancia de dos o más voluntades de las
partes que celebran el contrato (​art. 1262.1​). La formación del acuerdo contractual
supone la capacidad de los contratantes.
Para contratar es preciso tener la correspondiente la suficiente ​capacidad de obrar​. Ésta
capacidad no es única, sino que varía de unos contratos a otros dependiendo de la clase
de contrato, de su objeto, del papel que juega el patrimonio del sujeto y todo ello, unido
a la posición que cada parte ocupa en el contrato. En general, podemos decir que tienen
capacidad para contratar los mayores de edad no incapacitados (​arts. 322 y 1263​). Los
contratantes deben emitir la declaración de voluntad de forma consciente y voluntaria,
es decir, sin vicio de consentimiento. Si falta la capacidad natural de entender y querer,
el contrato es nulo. En estos casos, se precisa esa falta de actitud en el momento de
contratar, ya que la capacidad natural se presume respecto a cualquier persona mayor de
edad cuya capacidad no se haya modificado judicialmente.
Las incapacidades ​arts. 1263 y 1264​. Respecto a los menores no emancipados, pueden
contratar siempre que se trate de contratos que la ley les permita realizar por sí solos o
bien, con asistencia de su representante y también, pueden celebrar los contratos
relativos a bienes y servicios de la vida corriente, propios de su edad conforme a los
usos sociales, si celebra un contrato para el que carece de capacidad, ese contrato podrá
ser objeto de anulación a petición de las personas legitimadas para ello, que son, su
representante hasta el día que sea emancipado o alcance la mayoría de edad o bien, por
el propio menor en el plazo de cuatro años, desde la emancipación o mayoría de edad.
Esta anulabilidad no la puede hacer valer el mayor de edad que contrató con el menor
(​arts. 1301 y 1302​).

Los menores no mancipados​, pueden ser donatarios si se trata de una donación pura. Las
personas con capacidad modificada juidicialmente. Estas personas pueden contratar de
acuerdo con lo establecido en la sentencia que modifique su capacidad, igual que en el
caso anterior, el contrato celebrado por un incapaz puede anularse, si es objeto de
impugnación y se puede interponer la acción por su representante, mientras dura la
incapacidad o bien con el propio incapaz durante 4 años, desde que adquiere la
capacidad (​Arts. 1301 y 1302​). También hay que tener en cuenta, que tienen una
capacidad restringida los emancipados que hayan obtenido el beneficio de la mayoría o
los que vivan con independencia. Estos pueden contratar por sí solos, únicamente
necesitarán el complemento de capacidad de sus padres o del curador para los contratos
a los que se refiere el ​art. 323​.

Los pródigos​. o podrán contratar por sí solos en el ámbito que señale la sentencia, para
los contratos señalados dentro de ese ámbito necesitarán el complemento de capacidad
del curador. La sanción prevista por la existencia de una falta de capacidad, que en este
caso sería una falta de complemento de capacidad cuando sea necesario, en general,
sería la anulabilidad.

Las prohibiciones​. El sujeto al que afecta la prohibición es capaz para contratar, sin
embargo, la ley le impide realizar ciertos contratos por concurrir factores basados en
motivos éticos. Las prohiciones siempre son legales (​art. 1264​).
- ​Art. 1459​ (prohibiciones para comprar);
- Art. 221.1, 221.3 (prohibiciones que se imponen a personas que ostentan cargos
tutelares en relación a los bienes del tutelado);
- Art. 1677 (impide contraer sociedad universal a las personas a quienes está
prohibido otorgarse recíprocamente alguna donación o ventaja.
La sanción en principio es la nulidad (​art. 6.3​).
El consentimiento contractual para que sea válido tiene que ser emitido por una persona
capaz, consciente y voluntariamente y, por tanto, tiene que estar libre de vicios del
consentimiento (​arts. 1265 a 1270​). La sanción en caso de vicios del consentimiento es
la anulabilidad.
2.2 Objeto
Al objeto como elemento esencial se refieren los ​Artículos 1271 y ss CC​, y la doctrina
más tradicional ha entendido por objeto del contrato, la realidad social acotada como
base del contrato, y por ello puede tener un contenido muy variopinto. Debe reunir 3
requisitos:
1. Posible​: A ello se refiere el ​art. 1272 CC​, ya que el contrato solo será eficaz si
esas prestaciones son posibles. Esta imposibilidad debe ser tanto física como
jurídica y siempre originaria. Además ha de ser duradera, no imputable al deudor
y puede deberse a causas legales (licitud) o a causas naturales.
2. Lícito​: La licitud de las cosas refleja que solo pueden ser objeto del contrato
aquellas cosas que no estén fuera del comercio de los hombres (las cosas en sí
no son ilícitas, lo es su comercio) y por otro lado la licitud de los servicios
conforme al ​art. 1271.3 CC (solo son lícitos aquellos que no sean contrarios a las
leyes a las buenas costumbres).
3. Determinable​: Se recoge en el ​art.1273CC​. El objeto tiene que estar
perfectamente identificado e individualizado en el momento de la perfección del
contrato o al menos que en ese momento se den datos suficientes. En cuanto a
las cosas futuras, sí que son posibles conforme al art.1271CC​, estructurándolo
bien como una obligación que las partes están obligadas a cumplir con
independencia de que el objeto llegue a existir o bien como que las obligaciones
solo nacerán si la cosa objeto del contrato llega a existir (sometimiento a una
condición). Lo que no se admite es que el objeto sea una herencia futura
(prohibición de pactos sucesorios, salgo en determinados territorios forales)

2.3 Causa
La causa es el fin o resultado perseguido por las partes para la celebración del contrato,
es el fin objetivo y típico que persiguen todos los contratos de la misma clase y que es
independiente de los findes o de los motivos que llevan a las partes a celebrar un
contrato concreto. Nuestro ordenamiento reconoce tantas causas como tipos
contractuales regulados y además causas genéricas (​art. 1274​, referido a la causa
onerosa, gratuita y remuneradora). Nuestro CC, por tanto, acoge la concepción objetiva
de la causa).
ej. causa de compraventa es el intercambio de bienes por dinero; causa del
arrendamiento, es el intercambio del uso o disfrute de una cosa por dinero; la causa de
la donación es la transmisión de bienes a título gratuito). La causa determina la
naturaleza del contrato. Por lo tanto, los motivos quedan fuera de la causa, carecen de
relevancia.
Ahora bien, hay veces que la jurisprudencia interpreta la ley admitiendo la causa
subjetiva, ya que el art. 1274 no establece imperativamente que la causa sea solo el fin
objetivo, sino que la causa es el fin objetivo salvo que los interesados, en virtud del
principio de autonomía de la voluntad, hayan querido otra cosa y quieren otra cosa
cuando en el contrato concreto de que se trate causalizan los motivos que les llevan a
contrarar, de manera que ese motivo pasa a forma parte de la causa.
Por lo tanto, no es que la causa sea una veces objetiva y otras subjetiva, la causa
siempre es objetiva salvo voluntad contraria de las partes. Tiene que constar claramente.
Los motivos como propósito contractual concreto de las partes, sí tienen trascendencia
cuando son ilícitos, en este caso, integran la causa, se causaliza, la hacen ilícita y el
contrato es nulo. (ej. Contable de Cuétara).
Requisitos de la causa
- La causa debe existir (​art. 1275​). Los contratos sin causa o con causa ilícita no
produce ningún efecto, es nulo. Ej. una compraventa simulada (no hay
intercambio de cosa por precio).
- La causa se presume que existe aunque no se exprese cual es, siempre que no se
precise, siempre que no se pruebe lo contrario. (​art. 1277​)
- La causa ha de ser verdadera. La expresión de una causa falta dará lugar a la
nulidad del contrato. Si no se probase que el contrato está fundado en otra causa
verdadera y lícta (​art. 1276​).
- La causa ha de ser lícita. Lo que se presume mientras no se demuestre lo
contrario. Es ilícita la causa cuando se opone a las leyes o la moral. La sanción
sería la nulidad (​art. 1275​).

3. La autocontratación
El contrato requiere la intervención de varias partes y que en cada parte concurran
personas diferentes. La autocontratación se refiere al supuesto en que un sujeto actúa al
mismo tiempo como las dos o más partes de un contrato. Esto puede suceder cuando
actuando en representación de otro, un sujeto o una persona, contrata consigo mismo o
bien, contrata actuando en representación de las dos partes. Sobre esta cuestión,
tenemos que recordar en los contratos donde se hace uso de la representación con mayor
frecuencia, tal como admite el ​Art. 1259​.
El ordenamiento, lógicamente, trata estos casos con desconfianza, ya que una persona
no puede defender adecuadamente los intereses contrapuestos de las partes de un
contrato, por eso, se prohíbe la autocontratación tanto en los casos de representación
legal como de representación voluntaria, así se deriva de los ​arts. 221.2, 221.3, 1429.1 y
1429.2​. No obastante, la doctrina y la jurisprudencia señala algunos casos en los que no
debería aplicarse esta prohibición. Casos:
1. Cuando dadas las circunstancias del caso no hay oposición de intereses entre las
partes.
2. Cuando los riesgos derivados de la autocontratación han quedado claramente
eliminados.
3. En aquellos casos en los que el representante cuenta con autorización expresa
para autocontratar por parte de los representados.
Si se infringe la prohibición, la sanción es la nulidad del contrato (​art. 6.3​). Esta sanción
puede ser contraria al interés del representado que es lo que se persigue proteger.
Algunos autores, entienden que la sanción más conveniente es la anulabilidad, ya que de
esta manera se deja en manos del representado.
4. Clases de contratos
4.1 Típicos y atípicos
Los Contratos Típicos son los que poseen regulación legal en el Ordenamiento Jurídico
civil (CC y otras leyes especiales civiles). Por ejemplo, el contrato de compraventa
(​Artículos 1.445 y ss CC​) y el contrato de arrendamiento urbano (Ley de
arrendamientos urbanos de 1994).
Los Contratos Atípicos son aquellos que carecen de una especial regulación en el
Ordenamiento jurídico civil. Por ejemplo, el contrato de garaje, el contrato de
hospedaje. Habitualmente se suelen distinguir dentro de estos contratos, dos categorías:
- Los Propiamente Atípicos​: Figuras cuya construcción ha sido por completo
creación de las partes.
- Los Mixtos o Complejos​: contienen elementos de dos o más esquemas
contractuales típicos. Algunos autores defienden que esto sucede en mayor o
menor medida en prácticamente todos los contratos atípicos, ya que regulados en
la Ley, en general, los elementos del contrato, y, con ocasión de ser producidas
por contratos típicos las más diversas obligaciones de dar y de hacer, es
difícilmente pensable que las partes creen uno de nuevo.

La autonomía de la voluntad, reconocida y a su vez limitada en el ​art.1255CC​, permite


indudablemente que los contratantes pacten una reglamentación negocial distinta de la
prevista en la Ley para el contrato que han celebrado, siempre y cuando su
desplazamiento no suponga la de las normas imperativas que lo rigen.
No se da pues en este caso un abandono del esquema legal de un contrato típico. Es
decir, no por el simple hecho de que las partes introduzcan algunas modificaciones en
un tipo legal, se da lugar a un contrato atípico, pues hace falta que realmente se pase a
otro tipo – no regulado -. Siendo de estimar que hay otro tipo contractual cuando, con el
cambio introducido se varía la función económica del contrato típico.
 
Sin embargo, en ocasiones las partes no se limitan a emplear para sus fines aquel
esquema, sino que crean uno nuevo, dando lugar al contrato innominado o atípico,
caracterizado así por la circunstancia que no posee regulación legal. La labor de
creación de nuevas figuras contractuales no puede, en verdad, ir muy lejos en los
ordenamientos jurídicos desarrollados.
De hecho, lo que sucede es que se aprovechan al máximo los tipos o esquemas legales
existentes, introduciendo en ellos nuevas prestaciones o nuevos pactos que los
desnaturalizan o desfiguran para servir a fines distintos total o parcialmente de los
previstos por el legislador, o combinan dos o más tipos de los conocidos con ese mismo
objetivo.
4.2 Unilaterales y bilaterales
El ​negocio jurídico​, según sea celebrado por una o dos partes, es unilateral o bilateral.
En este sentido, el contrato es siempre negocio jurídico bilateral.

Pero cuando se habla de contrato unilateral o bilateral, no se alude al número de partes


que intervienen en el mismo, sino a que sea productor de obligaciones bien a cargo de
una sola de las partes, o bien a cargo de ambas, como contrapartida la una de la otra. Es
decir, el contrato bilateral es el que produce obligaciones recíprocas o bilaterales. Hay
contratos que son necesariamente:
• Unilaterales: (como el préstamo), ya que en ellos es de esencia que sólo una parte
quede obligada a favor de la otra. El préstamo, sólo hace nacer la obligación de
devolver la cosa o suma prestada una vez perfeccionado con la entrega de la misma.
• Bilaterales: (como la compraventa), ya que en ellos lo que es de esencia es dar algo,
recibiendo algo a cambio. Son peculiaridades de los bilaterales:

1. Que teniendo, en principio, que cumplirse simultáneamente el contrato por


ambas partes, ninguna puede exigir a la otra que cumpla, sin que ella, a su vez,
cumpla u ofrezca el cumplimiento cuando lo haga la requerida
2. Que cuando una de las partes no cumple el contrato y la otra sí lo ha cumplido,
puede según el ​Artículo 1.124 CC​ resolver el contrato.
3. Contratos Bilaterales Imperfectos: Cabe que sólo una parte quede obligada
básicamente frente a la otra, aunque a cargo de ésta pueda surgir eventualmente
alguna obligación a favor de aquélla, pero sin que tal obligación tenga el carácter
de contrapartida de la primera. Por ejemplo, aunque el mandato o el depósito
sean gratuitos, el mandante o el depositante están obligados a abonar a los
mandatarios o depositarios, los gastos que se les hubiesen ocasionado por
cumplir el mandato o conservar la cosa depositada. Estos contratos son
unilaterales, ya que la bilateralidad ni se basa sólo en que ambas partes queden
obligadas la una frente a la otra, sino que tales obligaciones sean contrapartida la
una de la otra.

4.3 Onerosos y gratuitos


Hacen referencia a la existencia de ventajas o desventajas patrimoniales que nacen a
raíz de un contrato:

• Onerosos​: nacen ventajas o desventajas patrimoniales para ambas partes, es decir, los
sacrificios que realizan las partes están compensados o encuentran su equivalente en
el beneficio que obtienen. Por ejemplo, el contrato de compraventa. Así, el contrato de
compraventa de un bien puede ser sometido a “saneamiento”, ya que se trata de un
contrato oneroso, sino no cabe el saneamiento.
• Gratuitos: el beneficio de una de las partes no está acompañado de ningún sacrificio
que sea su contrapartida. Dicho de otra forma, nacen ventajas o desventajas sólo para
una de las partes. El prototipo del negocio jurídico gratuito es la donación, pero no el
único.

4.4 Conmutativos y aleatorios


Los contratos bilaterales son aleatorios o conmutativos, según que las partes,
celebrándolos, asuman o no riesgo de pérdida o ganancia:
• Aleatorios​: las partes al celebrarlos asumen riesgo de pérdida o ganancia. Por
ejemplo, el juego, la apuesta, el seguro… La eficacia del contrato tiene lugar de todas
maneras, y del suceso incierto depende – de la suerte –, no tal eficacia, sino que la
prestación la realice una u otra parte, o que tal prestación se realice.
• Conmutativos: las partes al celebrarlos no asumen riesgo de pérdida o ganancia. Por
ejemplo, la compraventa de una cosa totalmente determinada.

El riesgo de perder o ganar se asume mediante el establecimiento:


- Al menos, de una prestación no determinada concretamente.
- Mediante el establecimiento, al menos, de una prestación que se realizará o no
eventualmente (por ejemplo, el asegurador sólo pagará al asegurado si la cosa
asegurada se destruye).
- Mediante el establecimiento de una prestación que se realizará eventualmente, bien
por una, bien por la otra parte (por ejemplo, en el juego pagará sólo el que pierda),
según decida el azar.

4.5 Consensuales, reales y formales


• Consensuales: ​Son consensuales aquellos contratos que se perfeccionan con el mero
consentimiento de las partes. En nuestro Derecho esa es la regla general (​Artículos
1254 y 1258 del CC​). Tal es el caso del arrendamiento, de la sociedad, del mandato…
La idea de que, por regla general, los contratos son consensuales, no queda
desvirtuada por el ​art.1280CC​, conforme al cual los contratos que en él se mencionan,
por ejemplo, los que recaigan sobre bienes inmuebles, deben constar en documento
público. Tal exigencia hay que interpretarla a la luz del ​art. 1279 CC​, lo que significa
que las partes podrán compelerse recíprocamente a que un contrato, existente y válido,
celebrado de palabra o que consta en un simple documento privado, sea
posteriormente elevado a escritura pública.
• Reales: Son los que, para su perfección, exigen, además del consentimiento, la
entrega de una cosa. En nuestro Derecho son escasos este tipo de negocios. Es, por
ejemplo, el caso del préstamo (​Artículo 1740 CC​), del depósito (​Artículo 1758 CC​) o
de la prenda (​Artículo 1863 CC​), que se perfeccionan mediante la entrega de la cosa
prestada, depositada o pignorada al prestatario, depositario o acreedor pignoraticio (o
tercero designado de común acuerdo), respectivamente.

• Formales o Solemnes​: Son formales aquellos contratos en los que, excepcionalmente


el consentimiento debe prestarse en determinada forma, que condiciona su perfección
o validez, son aquellos en los que la Ley ordena que el consentimiento se manifieste
por determinado medio para que el contrato sea válido. Puede, además, ser solemne,
es decir que el consentimiento debe manifestarse por un medio específico, o requiere
de determinados ritos estipulados por la ley para producir sus efectos propios. Son
contratos formales los previstos en el ​Artículo 1.280 CC​, como las capitulaciones
matrimoniales o el poder para pleitos.

4.6 Contratos normados, normativos y forzosos


● Contratos normativos
El Contrato Normativo es aquel que tiene por objeto establecer la disciplina de un
contrato eventual y futuro.

Los contratos normativos (contratos marco) tienen por función regular cómo deberán
comportarse las partes y cuáles serán sus derechos cuando, como consecuencia de su
participación en una actividad, tengan contactos que afecten a sus intereses. Pueden
prever total o parcialmente cuál será el contenido de los contratos que perfeccionen
como consecuencia de esa actividad (suministro de bienes o servicios).

Son los que reglamentan contratos que puedan concluirse en el futuro. Suelen celebrarse
entre empresas o grupos de intereses que quieren dejar convenidas las bases de acuerdos
futuros. No obligan, pues, a celebrar nuevos contratos; pero, caso de perfeccionarlos,
deberán éstos atenerse a las reglas básicas que se pactaron anteriormente. No cabe exigir
el cumplimiento específico; pero el incumplimiento de un contrato normativo puede dar
lugar a la indemnización de daños y perjuicios. Un caso de contrato normativo es el
denominado contrato de tarifa.
Los contratos normativos resultan especialmente útiles cuando las partes representan a
todos o parte de los sujetos que actúan en un sector del mercado, de manera que lo
convenido por ellos vincula a todos sus representados.

● Los contratos forzosos: son aquellos que son obligatorios para una de las partes, por
ley, norma, resolución administrativa o judicial. No hay autonomía de la voluntad en su
suscripción, que resulta obligatoria para las partes, imponiéndose una sanción en caso
de no hacerlo. Los contratos viene determinado por una norma jurídica.
● El contrato normativo es aquel que tiene por objeto establecer la disciplina de un
contrato eventual y futuro. Una variedad de Este es el que fija la forma que deber· tener
el posible futuro contrato.
El efecto del mismo no es la obligación de celebrar el futuro contrato, sino que, si
voluntariamente se celebra, deber contener aquella disciplina o cumplir esta forma. Así,
unos empresarios pueden pactar, como contrato normativo, que sus relaciones entre sí y
las que lleven con terceros sigan lo que han pactado (sobre precios, por ejemplo) o
cumplan la forma que ha previsto (determinada contratación electrónica, por ejemplo).
Precisamente, se llama normativo porque establece una norma a seguir en los contratos
(que se pueden denominar ́normados) que se celebren en lo futuro; lo que puede llevar
a una estandarización de los contratos futuros que serían verdaderos contratos tipo.
El contrato normativo obliga a las partes a que, si celebran los contratos previstos en el
mismo, tengan el contenido previsto: si no lo hacen, se les podrá· reclamar por
incumplimiento. Si se trata de contrato normativo en que se ha previsto la forma del
futuro contrato, si este no cumple tal forma, se considera que ser ineficaz. Es decir, no
constituyen pactos de contrahendo, sino pactos demodo contrahendi,en que la
obligación es la de contratar de cierto modo, caso de que efectivamente se quiera
contratar. Así, el contrato normativo no produce obligación de celebrar futuros
contratos, sino que, si se celebran determinados contratos, la obligación es de hacerlo
respetando las normas establecidas en aquel.

5. Enriquecimiento sin causa


Se dice que existe un principio general que prohíbe el enriquecimiento injunto.
Debemos partir de que existan ciertos hechos que aun no siendo ilícitos provocan el
enriquecimiento de una persona a costa de otra.
Decimos que el enriquecimiento injusto es fuente de obligaciones, el CC no lo regula,
pero doctrina y jurisprudencia coindicen en que es uno de los principios que inspiran
nuestro ordenamiento. (ej. si me voy a casar y reformo la casa de mi suegro porque será
mi futura vivienda y, al final, no me caso y mi suegro se queda con la casa, sería un caso
de enriquecimiento injusto).
5.1 Requisitos exigidos por la jurisprudencia
- Incremento patrimonial del enriquecido, ese incremento patrimonial puede
consistir en la obtención de un lucro, pero también puede consistir en la
evitación de un gasto, por lo tanto, habrá enriquecimiento injusto, no solo
cuando hay un aumento del patrimonio sino que hay una no disminución de éste.
- El incremento sea injusto o sin causa.
- Que se provoque un correlativo empobrecimiento del otro.
- Inexistencia de un precepto legal que excluya la aplicación de este principio.
5.2 Efectos
El que se enriquece injustamente a costa de otro, deberá restituir al que se empobreció
con lo mismo (prestación de la misma naturaleza), en última instancia, si esto no es
posible, deberá resarcir el valor del enriquecimiento.
T7. FORMA, DOCUMENTACIÓN Y PERFECCIÓN DEL CONTRATO

Introducción
El consentimiento contractual, al igual que cualquier otra declaración de voluntad,
siempre asume una forma, verbal o escrita.
La forma escrita puede realizarse a través de documento privado o documento público.
● El documento privado​. Se lleva a cabo por los propios contratantes mediante la
plasmación escrita del acuerdo contractual. La existencia del documento privado, una
vez reconocido legalmente, acredita entre las partes la existencia del contrato
propiamente dicho, con el mismo valor que la escritura pública. ​Art. 1225​. No obstante,
el documento privado, incluso legalmente reconocido, carece de eficacia para acreditar
su fecha frente a terceros que pudieran verse perjudicados por la existencia del contrato.
Art. 1227​.
● El documento público​. Es el extendido o autorizado por empleados o funcionarios
públicos dentro del ámbito de sus competecias, con la solemnidades requeridas por la
ley. ​Art. 1216​. Tienen mejor condición probatoria que los privados ya que de acuerdo
con el ​art. 1218 hacen prueba, aún contra tercero del hecho que motiva su otorgamiento
y de la fecha de este. Entre los documentos oúblicos, los que tienen mayor relevancia y
profusión, son los notariales y, entre ellos, las escrituras públicas. El otorgamiento de
contratos en documento público, sirve para potenciar sus efectos frente a terceros, pero
eso no excluye la libertad de forma (​art. 1278​). Por otra parte, esto también tiene un
importante reflejo en el ámbito procesal, ya que el hecho de que un crédito conste en
documento público, concretamente en escritura pública, da al titular del crédito la
posibilidad de acudir directamente a reclamarlo a través de un procedimiento ejecutivo
(​art. 517 LEC​). El acceso al Registro de la Propiedad, únicamente lo tienen aquellos
derechos que constan en esritura pública y, el hecho de que conste en el Registro de la
Propiedad, garantiza la oponibilidad a terceros. En definitiva, la escritura pública otorga
mayor eficacia a los contratos, a través de la oponibilidad a terceros y de la inscripción
en el Registro de la Propiedad.

1. Formación del contrato


1.1 Tratos previos.
Consiste en que las partes interesadas en llegar a un contrato intercambian posturas,
posiciones e información relevante. Estos tratos previos están impregnados del principio
de buena fe, que antedece a la celebración de los contratos y permea a todo acto
jurídico.
Los tratos preliminares se sitúan en el período de formación del contrato, que es previo
a la perfección del mismo, momento, este último, en el que surgirán las obligaciones de
las partes (no antes).
En efecto, “en ocasiones es frecuente que el proceso formativo del contrato se inicie con
manifestaciones de voluntad, o mejor exploraciones, contenidas en tratos preliminares o
conversaciones previas que los interesados mantienen sin fuerza vinculante antes de
decidirse a la celebración del negocio y mediante las cuales se comunican sus
respectivas aspiraciones”.
Estos tratos preliminares o actos previos a la celebración del contrato (por ejemplo, las
conversaciones, las discusiones sobre las condiciones del negocio, los simples
documentos de intenciones o el encargo de estudios a expertos), no vinculan a quienes
participan en ellos, teniéndose libertad para apartarse de los mismos. De otro modo,
nadie se atrevería a entrar en negociaciones para preparar una futura contratación.
Sin embargo, excepcionalmente, su ruptura arbitraria (contraria a la buena fe) puede dar
lugar a responsabilidad, no contractual (porque no hay ningún contrato), sino
extracontractual, en cuyo caso deberán indemnizarse los gastos hechos por quien
hubiera confiado razonablemente en la seriedad de su interlocutor, los cuales pierden su
utilidad como consecuencia de la ruptura (es el denominado interés contractual
negativo).

2. La oferta y la aceptació​n.
Son actos jurídicos, que al concurrir sobre un objeto y por una causa, determinan la
perfección de un contrato.

● La oferta es una declaración de voluntad, hecha con intención de obligarse, dirigida por
una persona a otra u otras, proponiéndoles la celebración de un contrato, debiendo
contener todos los elementos esenciales del mismo, de modo que, concurriendo la
aceptación, el negocio quede concluido. El que ha formulado la oferta, se llama oferente
La oferta, en sí misma, no es una declaración vinculante, por lo que no obliga a quien la
realiza, quien podrá revocarla libremente, a no ser que haya fijado un plazo de vigencia
de la misma, en cuyo caso deberá respetarlo.

● La aceptación es una declaración de voluntad, por la que el destinatario de la oferta


manifiesta su conformidad con ella, en todos sus extremos y siempre que todavía esté
vigente, momento en el que se perfecciona el contrato celebrado entre personas
presentes. El que expresa la aceptación se llama aceptante. La aceptación debe ser clara
y expresa.
Si el destinario acepta parcialmente la oferta o la modifica en algún punto, el contrato
no se perfecciona, sino que la jurisprudencia interpreta que existe una contraoferta,
pendiente de ser aceptada por el oferente.
La aceptación puede ser realizada de manera expresa o tácita, es decir, a través de
hechos concluyentes, de los que claramente resulte la voluntad de aceptar la oferta (por
ejemplo, se paga el precio del bien que se ha ofrecido en venta).
3. Momento y lugar de perfección del contrato.
La determinación del momento y lugar del perfeccionamiento del contrato tiene especial
importancia cuando la oferta y la aceptación se emiten en distintos momentos y en
distintos lugares.
Se entiende que el contrato es perfecto, desde el momento en que existe y obliga a las
partes contratantes, salvo existencia de un término o condición, que aplace o suspenda
sus efectos.
Hay que tener en cuenta que el momento de perfección del contrato determina, en
principio, el momento hasta que el oferente y el aceptante pueden revocar
unilateralmente sus respectivas declaraciones de voluntad, esto es el momento hasta que
cualquiera de ellos puede arrepentirse o echarse atrás del contrato.
En nuestro Derecho, según dijimos, los contratos, por regla general, son consensuales,
es decir, se perfeccionan por el mero consentimiento, el cual, según el ​art. 1262.1CC​,
tiene lugar, desde que media el consentimiento de las partes, manifestándose éste “por
el concurso de la oferta y de la aceptación sobre la cosa y la causa que han de constituir
el contrato”.
La perfección del contrato requiere, pues, la concurrencia de dos declaraciones de
voluntad, recíprocas y sucesivas (la oferta y la aceptación).

Contratación entre personas ausentes​: En el contrato celebrado entre personas


ausentes (por carta o fax) no existe una manifestación simultánea de la oferta y de la
aceptación, por lo que surge el problema de determinar el instante en que se
perfecciona.
El art. 1262.II CC, tras la redacción dada por la Ley 34/2002, de 11 de julio, afirma que
el contrato entre ausentes se perfecciona desde que el oferente conoce la aceptación o
“desde que habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena
fe” (por ejemplo, por haber llegado a su domicilio o establecimiento mercantil y haber
recogido el documento en que se contiene la persona encargada de estos menesteres).

1.4 Los contratos electrónicos


Para esta cuestión tenemos que partir de la Ley de Servicios de la Sociedad de la
Información y de Comercio Electrónico (Ley 34/2002 de 11 de Julio). Esta ley
incorpora a nuestro derecho, la directiva 2000/31/CG de 8 de Junio relativa a
determinados aspectos de la sociedad de la información en particular, del comercio
electrónico en el mercado interior.
La contratación electrónica es la que tiene lugar por la utilización de medios
electrónicos por ambas partes contratantes. En esta ley se dispone que de acuerdo con el
principio espiritualista que rige la perfección de los contratos que es válido y eficaz, el
consentimiento prestado por vía electrónica (​art. 23.1.1​ LSSI).
El art. 23.1.2 estalece las fuentes que deben regir estos contratos:
- La propia LSSI.
- Los códigos civil y de comercio.
- Las restantes normas civiles y mercantiles sobre contratos.
- Las normas sobre protección de consumidores y de ordenación de la actividad
comercial.
De acuerdo con el ​art. 23.2 no es necesaria la admisión expresa de la celebración del
contrato por vía electrónica para que este surta efecto entre las partes.
El ​art. 23.3 asegura la equivalencia entre los documentos en soporte papel y los
documentos electrónicos a efectos del cumplimiento del requisito de forma escrita que
figura en las diversas leyes. Esta equivalencia entre el documento electrónico y el
escrito, también es a efectos probatorios ​art. 24.2​.
El ​art. 27 señala ciertas obligaciones previas a la contratación, concretamente el
prestador de servicios de la sociedad de la información debe poner a disposición del
destinatario antes de iniciar el procedimiento de contratación, información clara,
comprensible e inequívoca de ciertos extremos recogidos en dicho artículo. Se entiende
cumplida esta obligación si el prestador la incluye en su página web.
El oferente, una vez que ha recibido la aceptación de la otra parte del contrato, está
obligado a confirmar la recepción de la aceptación (​art. 28.1​).
De acuerdo con el ​art. 27.3 establece que sin perjuicio de la legislación específica, la
oferta o propuesta de contrato realizadas por vía electrónicas serán válidas durante el
período que se fije por el oferente o en su defecto, durante todo el tiempo que
permanezcan accesibles a los destinatarios del servicio.
Con carácter previo al inicio de la contratación, el prestador del servicio debe poner a
disposición destinatatorio las condiciones generales a que en su caso deba sujetarse el
contrato, de manera que estas puedan ser almacenadas y reproducidas por el destinatario
art. 27.2 LSSI​.
Las contratos electrónicos se perfeccionan desde la emisión de aceptación (​art. 1262.3
CC​).
En lugar de celebración se desvincula del momento y del lugar de la perfección,
concretamente los contratos electrónicos que intervenga como parte un consumidor. se
presumen celebrados en el lugar donde este tenga su residencia habitual; y, los contratos
electrónicos profesionales o entre empresarios, en defecto de pacto entre las partes, se
entienden celebrados en el lugar en que esté establecido el prestador del servicio (​art. 29
LSSI​).

2. El precontrato. El contrato de opción​.


Con esta denominación hacemos referencia a dos figuras:
1. En primer lugar, algunos autores se refieren al recontrato para referirse a aquel
que precisa para su perfección que las partes alcancen un nuevo acuerdo sobre
los aspectos que faltan por determinar, por lo tanto, estamos en una fase de tratos
previos. Este tipo de precontrato no asegura a ninguna de las partes la
celebración del contrato futuro. Por eso la mayoría de la doctrina considera que
no estamos delante de un verdadero precontrato.
2. En segundo lugar, estamos ante un verdadero precontrato, que es aquel en la que
la determinación de los elementos esenciales del contrato programado ya se ha
llevado a cabo, pero solo queda pendiente alguna cuestión secundaria. En este
supuesto la celebración del contrato solo depende de la decisión de una de las
partes o de las dos, que adquieren como consecuencia de ese precontrato un
derecho a celebrar el futuro contrato.
El precontrato, por lo tanto, debe atribuir todos los requisitos objetivos, subjetivos y
formales al contrato al que tiende. Si una de las partes no cumple el precontrato, la otra
puede exigir el cumplimiento del contrato proyectado, incluso cabe que los tribunales
sustituyan mediante la resolución correspondiente la declaración de voluntad de la parte
del precontrato que se niega a la celebración de ese contrato definitivo (​art. 708 LEC​).
Como precontrato debemos estudiar el precontrato de opción, que es aquel que confiere
a uno de los contratantes frente al otro la facultad de adquirir una cosa o derecho por
cierto precio o contraprestación durante un tiempo determinado. Para que efectivamente
se produzca esa adquisición de esa cosa o derecho, basta con que una de las partes o las
dos según los supuestos declare su voluntad en tal sentido. El caso más frecuente es la
opción de compra, que sirve para permitir al contratante, asegurarse de modo inmediato
la posible adquisición de una cosa. Además, en muchos casos, puesto que tiene esa
seguridad, le permite negociar, como futuros socios o subadquirentes.
El contrato tiene dos partes:
- El concedente​, está vinculado por el pacto y obligado al cumplimiento del
contrato definitivo si la parte contraria lo reclama, a su vez, tiene también la
obligación de no vender a nadie la cosa prometida en el plazo pactado y además,
realizar la venta al optante si ejercita la opción.
- El optante​, es aquel del que depende la celebración o no del contrato definitivo,
pero esta decisión, para él es un derecho, no una obligación. En cuanto al plazo,
tenemos que partir de que siempre ha de fijarse un tiempo en el que se deba
ejercitar la opción, si no se ha señalado plazo en el contrato, se determinará
según el ​art. 1128​, ya que el concedente no puede quedar obligado
indefinidamente.

3. El contrato de adhesión
Es el contrato cuyas cláusulas han sido establecidas por una de las partes, no admitiendo
que la otra las modifique o haga contraofertas, solo que las acepte pura y simplemente o
que no contrate (ej. contrato de suministro de agua, de electricidad, de transporte…).
En estos contratos, no hay tratos previos ni contraofertas, sólo hay una persona que
ofrece celebrar un contrato en determinadas condiciones inalterables, a otra persona o a
una gran masa de público. Por eso decimos que la especialidad de estos contratos radica
en la formación de la oferta.
En estos contratos, las partes se denominan: predisponentes y adherentes. Este tipo de
contratos responden a la necesidad de rapidez del tráfico moderno y también, a la
intervención de dependientes que no tienen ningún poder de decisión, por eso no cabe
ninguna negociación que modifique los modelos de contratos que ya se han redactado
previamente por los especialistas. Esta manera de contratar tiene muchas ventajas:
rapidez, simplicidad…, pero también, muchas desventajas para el público, pues se ve
obligado a aceptar esas cláusulas que se le imponen. Estas desventajas se tratan de
paliar mediante una legislación defensora de los consumidores y también, a través de la
regulación de las condiciones generales de la contratación.
Nos referimos a los supuesto en que el contrato de adhesión está destinado a estar
utilizado en masa. Se ha negado el carácter contractual de los contratos de adhesión,
según algunos autores, se tratan de actos uniletarales, de manera que hay un reglamento
emanado de la parte conceptualmente más fuerte, y un mero acto de sujeción del
adherente. Esta teoría se rechaza por la mayoría de la docrina que entiende que hay un
verdadero consentimiento sobre el contenido del contrato.

Condiciones generales de la contratación


Las cláusulas del contrato de adhesión se denominan condiciones generales de la
contratación cuando se han redactado para ser incorporadas a una pluralidad de
contratos, por lo tanto, concurren cuatro rewuisitos:
- Contractualidad.
- Predisposición (se han redactado previamente, se han incorporado al contrato
por uno de los contratantes).
- Imposición (inexistencia de una negociación individual).
- Generalidad (están destinadas a ser incorporadas a una pluralidad de contratos).

Se regulan en la ​ley 7/1998 del 13 de Abril sobre Condiciones Generales de la


Contratación​, que tiene por objeto la trasposición de la ​directiva 93/13/CEE del
consejo de 5 de abril de 1993 sobre claúsulas abusivas en los contratos con
consumidores.
Esta ley (​LCGC​) se aplican a contratos con condiciones generales celebrados entre
profesionales y consumidores, pero también, entre profesionales y otra cualquier otra
persona física o jurídica (​art. 2 LCGC​). Por lo tanto, el TRLGCDCU se aplica a todo
contrato que intervenga un consumidor, si además ese contrato contiene condiciones
generales de la contratación quedará sometido a la LCGC en todo lo no regulado por el
Texto Refundido. En definitiva, las condiicones generales de la contratación, en
contratos de consumo están sometidas a la LCGC y al TRLGDCU (​art. 59 TRLGDCU​).
En las condiciones generales entre profesionales, también puede haber abuso de una
posición dominante, pero en este caso no se aplica las normas sobre cláusulas abusivas
del TRLGDCU sino que se acudirá a las normas generales sobre nulidad contractual.

Es una directiva de mínimos, esto quiere decir, que la protección que en ella se otorga a
favor de los consumidores puede ser incrementada por los estados miembros al
trasponerla al derecho interno. El concepto de consumidor a los efectos que estamos
estudiando se recoge en el ​art. 3 TRLGDCU​. Según este artículo, es consumidor quien
actúa con un propósito ajeno a su actividad profesional. Si el consumidor es una persona
jurídica además exige que actúen sin ánimo de lucro. Además, este artículo establece
que pueden ser también consumidores los entes sin personalidad que contraten sin
ánimo de lucro y al margen de su actividad comercial.
Las condiciones generales de la contratación se definen en el ​art. 1.1 LCGC​. Aunque el
contrato esté integrado básicamente por condiciones generales, esto no impide que se
introduzcan cláusulas acordadas de forma particular para ese contrato, de forma, que al
resto del contrato sí se le aplica la Ley de Condiciones Generales de la Contratación
siempre que de la apropiación global de ese contrato se concluya que estamos ante un
contrato de adhesión (​art. 1.2​). Es indiferente que las cláusulas predispuestas hayan sido
o no por el empresario que las utiliza en sus contratos, lo determinante es que se utilicen
para una pluralidad de contratos.
Las condiciones generales de la contratación están sometidas a un doble control:
- Control de incorporación.
- Control de contenido (sólo en contratos con consumidores).

Control de incorporación o inclusión​: ​arts. 5 y 7 LCGC​ y ​arts. 80.1 TRLGDCU​. Este


control se aplica a todo adherente, sea consumidor o profesional. Persigue garantizar
que efectivamente las condiciones generales se han incorporado al contrato con
consentimiento del adherente, para que haya un verdadero consentimiento contractual es
necesario que previamente hayan podido ser conocidas y entendidas por el adherente.
Es lo que se denomina la accesibilidad y cognoscibilidad. Esto supone que serán nulas
o ineficaces por no incorporación aquellas cláusulas que el adherente, primero, no haya
podido conocer porque no figuraba en el contrato contractual o porque no ha podido
acceder a ellas por cualquier razón que no le sea imputable. Y en segundo lugar,
aquellas que no haya podido entender por su redacción compleja o bien por requerir
conocimientos técnicos o jurídicos de un determinado nivel no exigible y menos aún
presumible. Esto supone que deben ser redactadas para que sean válidas de acuerdo con
los criterios de transparencia, claridad, concreción y sencillez. Una vez superado el
control de incorporación se procede al control de contenido.

Control de contenido​. Pretende evitar que el contenido del contrato sea abusivo en
perjuicio del adherente. Este control sólo se aplica a contratos con consumidores y se
refiere al control de las cláusulas abusivas. Su régimen se recoge en el TRLGDCU.
Ciertamente en las condiciones generales entre profesionales también puede existir
abuso de una posición dominante, pero en este caso, se aplican las normas generales
sobre nulidad contractual. Sólo cuando exista un consumidor frente a un profesional es
cuando se aplica la normativa sobre cláusulas abusivas del texto refundido. Lo primero
que tenemos que destacar es que este régimen de protección de los consumidores no
gira en torno al concepto de condiciones generales de la contratación, sino entorno al
del concepto más amplio de cláusulas no negociadas individualmente, ​art. 80 y
siguientes​.

Las diferencias están en que las condiciones generales de la contratación están


destinadas a regir una pluralidad de contratos, mientras que, en estas cláusulas no
negociadas individualmente, no es necesaria esa generalidad, esto quiere decir, que este
concepto comprende a las condiciones generales de la contratación, pero también, los
contratos que hayan sido redactados en todo o en parte por uno solo de los contratantes,
pero de forma particular para ese supuesto. Con ese control lo que se pretende es
garantizar el equilibrio de los derechos y obligaciones contractuales de las partes, no el
equilibrio de las prestaciones.
Por eso las cláusulas que contienen elementos esenciales del contrato no son
susceptibles del control de contenido, la directiva 93/13 prevé dos exclusiones al control
de contenido que son:
- La definición del objeto principal del contrato
- La adecuación entre precio y bien o servicio.
Nuestra ley de consumidores y usuarios contra el control de cláusulas abusivas adopta
que existe un sistema de cláusula general y, un listado de cláusulas abusivas.
1. La cláusula general se recoge en el ​art. 82.1​ en virtud de la cual es cláusula
abusiva aquella que en contra de las exigencias de la buena fe causa en
detrimento del consumidor un desequilibrio injustificado de las obligaciones
contractuales. Además, en los ​arts. 85 a 90​ se recogen una lista negra de
cláusulas que tienen carácter abusivo, esto supone que una cláusula que está en
esta lista automáticamente sería abusiva. Sin embrago la directiva de cláusulas
abusivas recogía una lista gris, que son cláusulas que se presumen ​iuris tamtum
abusivas. La sanción de las cláusulas abusivas en la nulidad de la cláusula, pero
el resto del contrato persiste. La parte del contrato no afectada por la nulidad se
integrará según lo dispuesto en el ​art. 1258 CC​ y las normas de interpretación
aplicables tanto a los contratos con consumidores como a los contratos con
condiciones generales de la contratación, ​art. 10 LCGC​. No cabe la modificación
de la propia clausula abusiva para salvarla de la nulidad. De acuerdo con el ​art.
6.1LCGC​, cuando exista contradicción entre condiciones generales de la
condición y las condiciones particulares, es decir, las previstas expresamente
para un contrato particular, prevalecerán estas sobre aquellas, salvo que las
generales sean más beneficiosas para el adherente. De acuerdo con el ​art. 6.2​ las
dudas con la interpretación de las condiciones generales oscuras se resolverán
siempre a favor del adherente, esta regla intuye una aplicación del ​art. 1288 CC.
Además de la acción de nulidad que pueden ejercitar de forma individual, el adherente
afectado por condiciones generales no ajustadas a la ley, se regulan ciertas acciones
colectivas ​art. 12 y ss LCGC​. Estas acciones solo las pueden interponer ciertas
entidades y corporaciones (​art. 16 LCGC y art.54 TRLGDCU​).
- Acción de cesación: aquella que se dirige a obtener una sentencia que condene al
demandado a eliminar de sus condiciones generales las que se reputen nulas y,
además, abstenerse de utilizarlas en un futuro.
- Acción de retractación: ​art. 12.3
- Acción declarativa: ​art. 12.4
Finalmente, existe un registro de condiciones generales de la contratación para
favorecer su conocimiento y dar publicidad a las condiciones generales que se hayan
declarado abusivas, art.11. se inscriben las sentencias donde se declara la nulidad o la
no incorporación de condiciones generales y además de forma potestativa se pueden
inscribir las condiciones generales de contratación.
4. La forma
Nuestro derecho no incluye la forma entre los requisitos esenciales del contrato, se
abandona el formalismo que acogían sus preferentes inmediatos y se adopta el principio
espiritualista, es decir, que la palabra dada vincula. Rige el principio de libertad de
forma (​Art. 1278!!!​). Este principio general tiene excepciones, ya que en algunos
supuestos, para la validez de un contrato concreto, la ley impone una forma. En estos
casos, decimos que se trata de un contrato solemne forma “​ad solemnitatem”​ (ej.
donación de inmuebles, si no se hace en escritura pública no sirve para nada). Por tanto,
la ley impone hacer esos contratos por escritura pública.
También será necesaria la forma como requisito de validez cuando las partes lo hayan
pactado así, entonces, el contrato solo será válido, cuando se celebren en la forma
pactada por las partes.

Aparentemente, el principio de libertad de forma queda muy limitado por el ​art. 1280,
este artículo, establece que deberán constar en documento público o en documento
privado, según los casos, una larga serie de contratos; concretamente dice que debe
contsra en documento público los actos y contratos que tengan por objeto la creación,
transmisión, modificación o extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles;
después establece que deberán constar por escrito aunque sea privado, los demás
contratos en que la cuantía de las prestaciones de uno o de los dos contratantes excesa
de 1500 pesetas (9€). Los contratos en el 1280, son válidos siempre entre los
contratantes, cuando concurra los requisitos esenciales para su validez entre los efectos
que dichos contratos producen, está la facultad de las partes de exigirse recíprocamente
el cumplimiento de la forma requerida por el ​art. 1280​. Por lo tanto, la forma requerida
por este artículo, no es un requisito para la validez del contrato sino que, de acuerdo con
el ​art. 1279​, una vez celebrado el contrato con los requisitos esenciales para su validez,
las partes pueden compelerse recíprocamente a llenar esa forma del art. 1280. Ahora
bien, es importante tener en cuenta que la posibilidad de hacer efectivas las obligaciones
nacidas del contrato, a pesar del tenor del ​art. 1280 no depende de que se llene esa
forma.
La función que el ​art. 1279 asigna a la forma, generalmente, se denomina como forma
“​ad probationem”​ . Ahora bien, este término sólo es correcto cuando la ley contempla la
forma requerida, como el único medio de prueba admisible. Y lo cierto, es que la forma
del ​art. 1280 no restringe la prueba. En nuestro ordenamiento procesal admite el
principio de libertad de prueba, por eso solo se puede habalr de ad probationem en la
medida en que la forma escrita o documental, facilita la prueba del contrato, con
diferente alcance, según el documento sea público o privado.
Si una de las partes ejercita la facultad que le confiere el ​art. 1279 compele a la otra
parte para otorgar el contrato en la forma señalada en el ​art. 1280 ​si el tribunal le
condena a llenar esa forma y a pesar de eso, el demandado se niega, los tribunales
podrán sustituir su conducta y llevar a cabo la formalización del contrato en la forma
que corresponda.
Algunos contratos a los que se refiere el ​art. 1280 han de celebrarse para su validez en la
forma requerida por este artículo, sin embargo, esta forma no es ad solemnitatem porque
lo disponga el ​art. 1280​, sino porque lo requiere otra norma. Por ejemplo, el ​art. 1327
para las capitulaciones matrimoniales.
Es importante destacar, que en los últimos tiempos se está produciendo un renacimiento
del formalisto en materia de derecho de consumo, como un medio de protección a los
consumidores: (​art. 63.2 TRLGCU; ​art. 92-106 relativos a contratos a distancia; ​art.
107-113 relativos a los contratos fuera de establecimientos mercantiles). Se suele exigir
en materia de derecho de consumo, que los contratos para los que la ley fija un
contenido mínimo, se formalicen por escrito en tantos ejemplares como partes
intervengan, para que uno de los ejemplares se quede en poder del consumidor. La
tendencia es a considerar que estamos ante una forma “ad solemnitatem”. Si bien en
algunas ocasiones, como la forma se establece en beneficio del consumidor únicamente
este, estará legitimado para impugnar el contrato si no se ha cubierto esa forma.
T8. Interpretación, eficacia e ineficacia del contrato

1. La interpretación del contrato. La integración.


La interpretación “tiene como finalidad la investigación de la verdadera y real voluntad
de los contratantes para establecer el alcance y contenido de lo pactado, fijando las
obligaciones asumidas por cada uno de ellos en la relación contractual”.

1.1 La búsqueda de la intención común de las partes


Por lo tanto, la interpretación pretende averiguar la “verdadera y común voluntad” de
las partes, ya que dicha intención común “constituye la ley del contrato”.
Ello explica que, conforme a lo dispuesto, en el ​art. 1281 CC​, “Si los términos de un
contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes se estará al
sentido literal de sus cláusulas​”. ​Ahora bien, “Si las palabras parecieren contrarias a la
intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas”. Por ejemplo, si
las partes denominaron al contrato celebrado como una compraventa, pero, a pesar de
ello, resulta evidente que quisieron concluir un contrato de arrendamiento con opción de
compra, el negocio será calificado como tal y producirá los efectos consiguientes.
Según el ​art. 1282 CC​,​ “Para juzgar de la intención de los contratantes, deberá atenderse
principalmente a los actos de éstos, coetáneos y posteriores al contrato” (es decir los
actos de ejecución del mismo), aunque también a los anteriores a su celebración.

Por ejemplo​, en el siguiente supuesto: “A” compra a “B” una finca, pero, por error, en la
escritura de compraventa se hace constar el número y la descripción registral de otra, de
la que “B” también es propietario. Si, a pesar de ello, el comprador toma después
posesión material de la finca que realmente quería adquirir, sin oponerse a ello el
vendedor, el cual, por su parte, continúa en posesión de la finca que se ha hecho constar
en la escritura, cabe deducir que existe un error en la redacción de la misma, por lo que
debe rectificarse para ajustarla a lo realmente querido por las partes.
Conforme al art. 1285 CC, “Las cláusulas de los contratos deberán interpretarse las unas
por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas”
(art. 1285 CC). El precepto se refiere a la denominada interpretación sistemática, según
la cual ha de conjugarse “el tenor de cada cláusula para obtener el resultado del
conjunto”, pues la voluntad de las partes “no se puede encontrar en una cláusula aislada
de las demás, sino en el todo orgánico que constituye” el contrato.
1.2 Criterios objetivos de interpretación
El Código civil proporciona, además, unos criterios interpretativos de carácter objetivo,
basados en los principios de autorresponsabilidad y de protección de la confianza.

a. A tenor del ​art. 1284 CC​, “Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos
sentidos, deberá entenderse en el más adecuado para que produzca efecto”, lo
que es una aplicación del principio de conservación del negocio jurídico.
b. Según el ​art. 1286 CC, “Las palabras que puedan tener distintas acepciones
serán entendidas en aquella que sea más conforme a la naturaleza y objeto del
contrato”, habiendo precisado la jurisprudencia que la interpretación ha de venir
referida “al sentido propio y ordinario de las palabras en el lenguaje utilizado en
la contratación mercantil, con preferencia a la significación semántica del
académico”; por ello, se ha entendido que la expresión “impuesto”, sin más
especificaciones, contenida en la escritura de compraventa de una finca, con el
pacto de que debía pagarlos el comprador, abarcaba también a los “impuestos
municipales”; y, entre ellos, el impuesto (o arbitrio) sobre incremento del valor
de los terrenos.
c. Dispone el ​art. 1287 CC​, que “El uso o la costumbre del país se tendrán en
cuenta para interpretar las ambigüedades de los contratos, supliendo en éstos la
omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse”.
d. Conforme al ​art. 1288 CC​, “La interpretación de las cláusulas oscuras de un
contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad”,
precepto éste que encuentra un especial campo de aplicación en los contratos de
adhesión.
e. El ​art. 1289 CC contiene dos criterios, para el caso de que “absolutamente fuere
imposible resolver las dudas por las reglas establecidas en los artículos
precedentes”. Si las dudas “recaen sobre circunstancias accidentales del
contrato, y éste fuere gratuito, se resolverán en favor de la menor transmisión
de derechos e intereses. Si el contrato fuere oneroso, la duda se resolverá en
favor de la mayor reciprocidad de intereses”.
Por el contrario, “Si las dudas de cuya resolución se trata en este artículo recayesen
sobre el objeto principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento
de cuál fue la intención o voluntad de los contratantes, el contrato será nulo”.

1.3 La integración.
Generalmente, hay que afirmar que la interpretación e integración del contrato, son
formas de reflejar la intención real de las partes en la celebración de cualquier acuerdo o
convención de naturaleza contractual, y que será una labor realizada por el juez.
Tiene por finalidad determinar los efectos totales del contrato, cuando estos no han sido
plenamente completados por las partes. Las partes incluyen las previsiones concretas en
el contrato, pero si con ellas no determinan todos los efectos del mismo, con la
integración se completan aquellas previsiones. Así, la integración se apoya en la
calificación y está en la interpretación, con su encadenamiento lógico y sucesivo. La
integración tiene su apoyo legal en el Art. 1258 y en el Art. 1289CC, ya que estos
artículos, señalan los medios de la integración: la buena fe, el uso y la ley.
2. Eficacia del contrato
2.1. Efectos del contrato
Cada contrato produce sus propios efectos particulares, pero además tenemos unos
efectos generales.
- Efecto obligatorio del contrato​. Efecto fundamental del contrato es el que obliga
a las partes. “​Principio pacta sunt servanda”​ . La obligatoriedad de los contratos
deriva de consentimiento de manera que no hace falta juramento, ni
formalidades como regla general. El efecto obligatorio se recoge en los ​arts.
1254, 1256, 1258, 1278​, entre otros. El más importante es el ​art. 1091 que
establece que las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes contratantes y deben cumplirse a tenor de los mismos. Además,
deben cumplirse de acuerdo con todas las consecuencias que se derivan de lo
estipulado y que según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la
ley (​art. 1258​). El cumplimiento no puede quedar al arbitrio de uno solo de los
contratantes (​art. 1256​).
- Relatividad del contrato​. Del contrato solo nacen efectos para las partes, solo
obligan a los contratantes (​art. 1257.1​). Salvo que conlleven obligaciones
personalísimas, ya que estas no son transmisibles. Esto tiene como consecuencia
que no obliga a quienes no son parte.
● Son parte​: quienes otorgan el contrato, aunque sea mediante
representante (ej. un menor vende su casa pero con la representación de
su padre, el que queda sujeto al contrato es el propio menor); los
herederos cuando se trate de obligaciones transmisibles (​art. 1257.1​). Si
como consuencia de un negocio inter vivos el puesto de cualquiera de las
partes pasa a ocuparlo un tercero (ej. fusión de contrato), entonces el
cesionario queda oblidago igual que la persona a la que sustituye.
● Los terceros​: todos los que no son parte contratante. Los que están
presentes en el acto pero sin ser parte, es decir, sin asumir personalmente
compromisos, sin estipular derechos a su favor: testigos, notario, los
representantes de las partes, los que asisen para dar su complemento de
capacidad o asentir en negocios que no son suyos y cualquier extraño.
Todo esto tiene como consecuencia que de un contrato no pueden nacer
obligaciones de una persona extraña a ese contrato, ya que nadie queda obligado
por un contrato del que nadie es aprte (​art. 1259​).
Únicamente cabe obligar contractualmente a otro si se cuenta con su
representación legal o voluntaria.
- La irrevocabilidad e inalterabilidad del contrato​. Las partes del contrato quedan
vinculadas recíprocamente, de manera que ninguna de ellas puede
unilaterlamente romper ese contrato, en ese sentido decimos que el contrato es
irrevocable.
El contrato tampoco puede ser modificado por voluntad de una de las partes, por
eso decimos que el contrato en inalterable, si se puede revocar ni modificar
unilateralmente. No obstante, si cabe en aquellos casos en que lo dispone la ley o
lo pactaron las partes, asi sucederá en los casos en los que se prevé la
resolución, la rescisión, el desistimiento unilateral, y, también cabe la
modificación de la cláusula “​Rebus sic stantibus”​ .

2.2 Efectos del contrato respecto terceros


Aunque el contrato limita los efectos a las partes, hay una excepción que es el caso del
contrato a favor de terceros, en este caso, el tercero adquiere en virtud de ese contrato en
el que no ha sido parte, adquiere un derecho de crédito a exigir el cumplimiento de una
prestación . Art. 1257.2 CC. Ejemplo: seguro de vida para caso de muerte, caso de la
renta vitalicia en favor de una persona distinta de la que contrata Art. 1803 CC.
Lo característico es que ese tercero puede reclamar el cumplimiento, es diferente de
aquellos supuestos en los que de un contrato nace a favor de un tercero una estipulación,
pero ese tercero no puede exigir el cumplimiento. Para que se produzcan los efectos a
favor del tercero, es preciso que este lo consienta declarando su voluntad de aceptarlos,
la aceptación hay que comunicarla al obligado, que es el promitente, y una vez
comunicada esa aceptación, ya no cabe en la revocación del beneficio por el estipulante.
En definitiva, el beneficio a favor del tercero, es irrevocable desde que ese tercero
comunica al promitente la aceptación.
Los sujetos de este contrato, son el promitente que es el contratante que se obliga a
realizar la prestación a favor del tercero. El estipulante es el que se hace prometer la
realización de esa prestación a un tercero, y el beneficiario es el tercero en cuya utilidad
se promete la prestación.

Contrato para persona que se designará


Nadie puede obligar contractualmente a otro si no tiene su representación (​art. 1259​),
esto es distinto de aquel supuesto en el que una de las partes en el contrato se reserva la
facultad de designar a un tercero, inicialmente indeterminado, en un plazo de tiempo,
para que se subrogue en su posición contractual, generalmente se utiliza en contratos de
compraventa y en opción de compra. Nos encontramos por tanto con un único contrato,
con dos sujetos alternativos, de los que uno es el contratante y el otro es la persona a
designar. Este tercero, una vez designado, se subroga en la posición contractual de una
de las partes, una vez que se ha comunicado su designación y su sustitución a la otra
parte en el plazo convenido. ​STS 623/2003 de 27 de Junio (Aranzadi RJ 2003/4266).
Ej. ​Un comprador compra una casa en documento privado en 2016 como inversión por
100, cuando llega el momento de otorgar la escritura pública la escritura se efectuará
entre el vendedor y un sujeto designado por el comprador inicial que designará al nuevo
comprador.
Contrato en perjuicio o daño de tercero
Dentro de estos contratos, se encuentran aquellos en que una de las partes de un contrato
celebra un contrato con un tercero incumpliendo con ello una previa obligación
contractual, por ej. un contrato donde se incumple una opción de compra; contrato
donde se incumple una cláusula de exclusiva anterior (ej. contrato con una marca y
vender de otra); incumplimiento de obligación de confidiencialidad. Si en ese contrato,
solo está implicada la parte que cumple la obligación contractual anterior, solo él es el
que debe responder y , el perjudicado, le podrá exigir responsabilidad contractual,
reclamando el cumplimiento, resolución y en ambos casos, la indemnización de daños y
perjuicios. Si también está implicada la otra parte, se le podrá exigir responsabilidad
extracontractual. Ahora bien, en este caso, el conocimiento del incumplimiento
contractual a través del acuerdo con el incumplidor, puede determinar la ilicitud de la
causa del contato y con ello, su nulidad, con las consecuencias de los ​arts. 1305 y 1306​.
STS 11 octubre de 2013 (RJ 2013/7805).
Dentro del derecho de la competencia, tenemos que destacar la venta a pérdida, se
regula en el ​art. 14 Ley 7/1996 de 15 de enero de Ordenación del Comercio
Minorista.

Estipulación a cargo de un tercero


También denominada contrato de promesa de hecho de tercero de hecho ajeno.
Es un contrato en el que una persona en nombre propio, promete a otra la prestación de
un tercero. Evidentemente, el contrato no queda obligado a cumplir y el promitente,
quedará obligado a indemnizar si el tercero no cumple la prestación pactada. (​ej​. siendo
el manager de un artista y prometiendo la asistencia de éste a un concierto, el manager
no responde como su representación y el artista no tiene ninguna obligación).

3. La ineficacia del contrato


La ineficacia procede de una causa externa, como la rescisión, la revocación, el
desestimiento, la resolución.
Invalidez (nulidad y anulabilidad) e ineficacia

3.1 Contrato a favor de un tercero


Aunque el contrato limita los efectos de las partes, hay una excepción, que es el contrato
a favor de un tercero, donde, en este caso, el tercero adquiere en virtud de ese contrato
en el que no ha sido parte, un derecho de crédito a exigir el cumplimiento de una
prestación que nace de ese contrato (​art. 1257.2​).
Ejemplo:
- Contrato de seguro de vida en caso de muerte a favor de un tercero, la obligación
es el pago de la prima en vida, pero la prestación se produce en el momento del
fallecimiento, ya que la compañía queda obligada a correr con los gastos que
sean).
- Renta vitalicia, en favor de una persona distinta de la que contrata (​art. 1803​)
- Una donación modal que favorece a un tercero.
- Una donación con cláusula de reversión en favor de una persona distinta del
donante (​art. 641​).
El contrato a favor de un tercero es diferente de aquellos supuestos de los que un
contrato, nace a favor de un tercero, una estipulación, pero este tercero no puede exigir
el cumplimiento. Para que se produzcan los efectos en favor del tercero, es preciso que
este lo consienta declarando su voluntad de aceptarlos. La aceptación hay que
comunicarla al obligado, que es el ​promitente​. Una vez comunicada esa aceptación, ya
no cabe la revocación del beneficio por el ​estipulante​. En definitiva, el beneficio a
favor del tercero, es irrevocable desde que ese tercero, comunica al promitente la
aceptación. El promitente es el que se obliga a realizar la prestación en favor del tercero.
El estipulante es el que se hace prometer la realización de esa prestación a un tercero, y
el beneficiario es el tercero en cuya utilidad se prometa la prestación.

3.2 Rescisión por lesión


Es una forma de ineficacia que está motivada por la lesión o perjuicio que el contrato
causa a los contratantes o a terceras personas. Las causas de rescisión se recogen en el
art. 1291.
La rescisión por lesión se refiere a ciertos supuestos en que la ley permite a una de las
partes pedir la extinción del contrato válidamente celebrado, no por su mera voluntad,
sino cuando concurre las circunstancias del ​art. 1291.1 y 1291.2​.
Fuera de los casos del ​art. 1293​ , ningún contrato se rescindirá por lesión.
La rescisión es una acción subsidiaria ​art. 1294​. Además, solo corresponde al
perjudicado. Esta acción puede ser enervada si atenta contra quien se dirige, resarce
voluntariamente la lesión a aquel que la padeció.
El plazo para interponer la acción es de 4 años, plazo de caducidad, desde que haya
cesado la incapacidad del sometido a tutela o sea conocido el domicilio del ausente (art.
1299).
Efectos que produce la acción
Si prospera la acción rescisoria, habrá que devolver las cosas que fuero objeto del
contrato con sus frutos y el precio con sus intereses. Por lo tanto, sólo podrá llevarse a
cab la rescisión, cuando el que la haya pretendido hpueda devolver aquello a que por su
parte estuviera obligado (​art. 1295.1​).
4. La modificación del contrato por alteración de las circunstancias básicas
El contrato produce obligaciones que deben cumplirse según lo pactado, y de acuerdo
con el ​art. 1258, por lo tanto, no cabe su modificación unilateral. Esto supone, que el
cumplimiento hay que llevarlo a cabo, aunque después de celebrado, se produzca una
alteración de las circunstancias que implique, una ejecución más difícil u onerosa de lo
pactado, para alguno de los contratantes. El cambio de circunstancias, no basta sin más
para dejar sin vigencia las estipulaciones pactadas, ya que cada contratante al
consentirlas, ha asumido el riesgo de que se modifiquen.
Por otra parte, el contratante afectado, debe ser responsable de no haber previsto a
través de las cláusulas oportunas, la posibilidad de que concurra posteriormente de las
circunstancias que pueden ocasionar una mayor onerosidad, ej. condiciones resolutorias,
cláusulas de adaptación de la prestación a las nuevas circunstancias. Esto quiere decir
que solo excusa de cumplir el contrato, la imposibilidad sobrevenida de la prestación
siempre que no haya culpa del deudor (​arts. 1182 y ss​).

Sin embargo hay casos, en los que el cambio de circunstancias que se tuvieron en cuenta
en el momento de contratar, respecto a las que se dan en el momento de cumplimiento
excede de lo previsible, y no parece justo que deba cumplirse el contrato conforme a lo
pactado, incluso se cuestiona que persista el deber de cumplir, pues bien este problema
de dificultad de cumplimiento generalmente se da en los contratos de ejecución
continuada o sucesiva.

La doctrina y la jurisprudencia considera que es posible la modificación o resolución del


contrato por alteración de circunstancias básicas alegando diversos argumentos, entre
las muchas teorías que se mantienen cabe destacar en primer lugar la que se refiere a la
causa del contrato, ya que se entiende que si se da un importante desequilibrio de las
prestaciones por alteración de las circunstancias básicas, la obligación que resulta
perjudicada queda sin causa, ya que no existe una verdadera contraprestación de la otra
parte.
En segundo lugar, la doctrina que fundamenta la modificación, en estos casos
generalmente, es la llamada doctrina de la cláusula “​Rebus sic Srantibun​”. Cuando se
celebra un contrato cuyo desarrollo se prolonga en un largo tiempo, se entiende
implícita esta cláusula, en virtud de la cual se supone que las partes celebran el contrato
teniendo en cuenta las circunstancias presentes y las que se pueden prever normalmente.
Por eso si sobreviene un cambio importante en el estado de hecho existente en el
momento de contratar, y que las partes tuvieran en cuenta, el obligado que resulta
perjudica podrá modificar el contrato que le resulta demasiado oneroso.
La cláusula no se regula en el Código Civil, pero la Jurisprudencia lo admite con
carácter restrictivo.
Requisitos
1. Alteración extraordinaria de las circunstancias en el momento de cumplimiento
del contrato respecto a las concurrentes al tiempo de su celebración. Es preciso
además que esta alteración no se deba a culpa del perjudicado y además que sea
objetiva.
No tendrán efectos la alteración de circunstancias individuales.
2. Desproporción exorbitante y fuera de todo cálculo entre las prestaciones de las
partes contratantes que verdaderamente derrumba el contrato porque desaparece
el equilibrio de las prestaciones.
3. Todo ello que acontezca por una sobrevenida aparición de circunstancias
radicalmente imprevisibles.
4. Que se carezca de otro medio para remediar y salvar el perjuicio.

Si se dan estos requisitos, la estimación de la cláusula tiene los siguientes efectos.


Hay autores que consideran la resolución del contrato, pero la Jurisprudencia solo lo
aplica para su modificación.

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