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T1. LA OBLIGACIÓN
1. Concepto
Es un vínculo jurídico que liga a dos o más personas y en virtud del cual una de ellas, el
deudor, queda sujeta a realizar una prestación, es decir, un determinado comportamiento
a favor de la otra, el acreedor, que tiene el poder de exigírsela. La obligación:
- Es cualquier comportamiento, no solo intercambio de dinero. (Ej: la empresa de
transporte de llevarme).
- Es ante todo una relación jurídica, denominada relación jurídico-obligatoria que
esta compuesta por un poder jurídico o posición acreedora, que consiste en el
derecho a exigir la prestación, un deber jurídico o posición deudora que esta
constituida por ese deber de realizar la prestación.
- Se caracteriza por ser relativa, ya que se da entre dos o más sujetos
determinados.
El acreedor es el titular de un derecho, que se denomina derecho de crédito mientras que
el deudor es el titular de una deuda y un deber jurídico que se denomina deber de
prestación. Tanto el crédito como la deuda forman parte del patrimonio de cada uno de
los sujetos, la deuda forma parte del patrimonio del deudor y el crédito del patrimonio
del acreedor.
Si el deudor no cumple la obligación de realizar la prestación, o lo hace de forma
inexacta, responde de dicho cumplimiento con todos los bienes presentes y futuros. Es
lo que denominamos responsabilidad patrimonial universal (Art. 1911CC).
Artículo 1911.
Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes,
presentes y futuros.
a. Vínculo jurídico
Es aquel nexo que liga al deudor y al acreedor, éste vínculo engloba el débito y la
responsabilidad. El acreedor tiene un poder sobre determinada conducta del deudor y
para el caso de incumplimiento, el patrimonio del deudor quedaría sometido a la acción
del acreedor.
El débito es el deber del deudor de cumplir la prestación. Frente a él siempre tiene que
existir el derecho de la acreedor a exigir el cumplimiento, por lo tanto, no hay
obligación si el cumplimiento queda a la libre voluntad del deudor (Art. 1115 y 1256).
Artículo 1115.
Cuando el cumplimiento de la condición dependa de la exclusiva voluntad del deudor,
la obligación condicional será nula. Si dependiere de la suerte o de la voluntad de un
tercero, la obligación surtirá todos sus efectos con arreglo a las disposiciones de este
Código.
Artículo 1256.
La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al arbitrio de uno de los
contratantes.
Artículo 1258.
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no
sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las
consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
b. Sujetos
Son el sujeto activo o acreedor que tiene derecho a exigir y recibir la prestación y el
sujeto pasivo o deudor que es el que tiene el deber de realizarla. Para ser acreedor
basta la capacidad jurídica, puede ser cualquier persona pero para ejercitar el derecho
de crédito es necesaria la capacidad de obrar.
Para ser deudor también puede serlo cualquier persona, basta la capacidad jurídica.
(Ej: niño de tres meses que hereda una empresa) es posible por lo tanto que falte la
capacidad de obrar (incapacitado, menor) cosa distinta es la capacidad requerida para
llevar a cabo un cumplimiento liberatorio, depende de cada obligación.
Las personas jurídicas también pueden ser tanto acreedoras como deudoras.
Tanto en el lado activo como en el lado pasivo puede haber una o varias personas y
además en las obligaciones bilaterales o recíprocas cada sujeto es al mismo tiempo
deudor y acreedor. (4 vendedores que venden una finca a una sociedad).
Los sujetos de la obligación deben estar determinados, ahora bien también se admiten
que estén relativamente indeterminados, es decir, que sean determinables. (Ej:
promesa pública de recompensa, 500$ a quien encuentre mi perro) Lo que es
necesario en estos casos es que desde el momento en que se constituye la obligación
ya estén fijados los criterios para la determinación posterior.
c. Objeto
El objeto de la obligación es la prestación, que es la conducta que debe realizar el
deudor y que puede exigir el acreedor. En que consiste una obligación Art 1088, debe
consistir siempre en una conducta humana.
El deber de prestación puede corresponder a una de las partes y en este caso
hablamos de obligación unilateral (donación), o bien a cada una de ellas que está
obligada frente a la otra y en este caso hablamos de obligación bilateral
(compraventa).
La prestación debe tener una serie de condiciones o requisitos, se recogen en los Art.
1271-1273. Estos requisitos son: posibilidad, licitud y determinación.
I. Posibilidad:
Quiere decir que la prestación sea realizable, que se pueda llevar a cabo Art.
1272. Al requisito de la posibilidad se oponen aquellos supuestos en que la
obligación es irrealizable por causas materiales o jurídicas, ahora bien no basta la
mera dificultad para llevar a cabo la prestación.
Artículo 1272.
No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.
La imposibilidad de distintos tipos:
Total o parcial
Es total la que afecta a toda la prestación, mientras que la parcial solo afecta a una
parte de manera que la prestación se puede realizar pero no de modo íntegro. La
imposibilidad parcial hay veces que supone la imposibilidad total porque la
prestación se concibe como un todo, el hecho de que suponga o no la
imposibilidad total dependerá de la voluntad de las partes o de las disposiciones
que la regulen. Cuando no podamos acudir a estos criterios, la ley en principio
concede al acreedor (comprador) la facultad de decidir si acepta un cumplimiento
parcial con una reducción proporcional de la prestación de la otra parte, o por el
contrario si estima que acarrea una imposibilidad total (Art. 1460 solo para
compraventa y 1471).
Artículo 1460.
Si al tiempo de celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa
objeto de la misma, quedará sin efecto el contrato.
Pero si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar entre desistir
del contrato o reclamar la parte existente, abonando su precio en proporción al total
convenido.
Artículo 1471.
En la venta de un inmueble, hecha por precio alzado y no a razón de un tanto por
unidad de medida o número, no tendrá lugar el aumento o disminución del mismo,
aunque resulte mayor o menor cabida o número de los expresados en el contrato.
Esto mismo tendrá lugar cuando sean dos o más fincas las vendidas por un solo
precio, pero si, además de expresarse los linderos, indispensables en toda
enajenación de inmuebles, se designaren en el contrato su cabida o número, el
vendedor estará obligado a entregar todo lo que se comprenda dentro de los
mismos linderos, aun cuando exceda de la cabida o número expresados en el
contrato; y, si no pudiere, sufrirá una disminución en el precio, proporcional a lo que
falte de cabida o número, a no ser que el contrato quede anulado por no
conformarse el comprador con que se deje de entregar lo que se estipuló.
Originaria o sobrevenida
Originaria es la imposibilidad que existe desde el mismo momento de constitución
del vínculo jurídico (cuando yo compro la cosa ya no existe). En este caso la
obligación es nula, la sanción de la prestación es la nulidad.
La sobrevenida es la imposibilidad que tiene lugar después del nacimiento de la
obligación, es decir la prestación es realizable cuando se constituye la obligación
pero después no se puede cumplir porque ha resultado posteriormente imposible.
En este caso estaríamos ante una obligación existente pero que no puede ser
cumplida (Extinción de las obligaciones Art 1182). Por tanto la consecuencia es
diferente si es originaria o sobrevenida.
Artículo 1182.
Quedará extinguida la obligación que consista en entregar una cosa determinada
cuando esta se perdiere o destruyere sin culpa del deudor y antes de haberse este
constituido en mora.
II. Licitud
Se exige que la conducta que la conducta en que consiste la prestación sea
conforme a las leyes a la moral, al orden público y a las buenas costumbres
(Art.1271.3 y 1255). Si la prestación fuera ilícita en ese caso la obligación sería
nula, la sanción es la nulidad.
Artículo 1271.3
Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean
contrarios a las leyes o a las buenas costumbres.
Artículo 1255.
Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan
por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden
público.
III. Determinación
Según el Art. 1273 la prestación debe estar determinada y la sanción si no lo está
es la nulidad.
Que la prestación sea determinada significa que este concretada la conducta que
constituye el objeto de la obligación (Ej: entregar este coche). En principio es
necesaria la determinación inicial pero cabe la determinación posterior siempre
que en el momento ya de constituirse la obligación ya quedan fijadas las bases de
forma que pueda realizarse sin un nuevo acuerdo entre el deudor y el acreedor,
bien por referencia a una cosa o criterio cierto (ej: determinación del precio en
función del IPC) o bien por la decisión de un tercero distinto de los sujetos de la
obligación (ej: cuantía la fija un experto) o por referencia a una disposición legal
Art. 1477 y 1690. Lo que no admite nuestro Código es que se deje la
determinación al arbitrio de una de las partes, lo que si que se admite es que se le
deje a una de las partes un cierto margen de elección.
Artículo 1273.
El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie.
La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato,
siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los
contratantes.
Artículo 1477.
Cuando el comprador hubiese renunciado el derecho al saneamiento para el caso
de evicción, llegado que sea éste, deberá el vendedor entregar únicamente el
precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, a no ser que el
comprador hubiese hecho la renuncia con conocimiento de los riesgos de la
evicción y sometiéndose a sus consecuencias.
Artículo 1690.
Si los socios se han convenido en confiar a un tercero la designación de la parte
de cada uno en las ganancias y pérdidas, solamente podrá ser impugnada la
designación hecha por él cuando evidentemente haya faltado a la equidad.
En ningún caso podrá reclamar el socio que haya principiado a ejecutar la decisión
del tercero, o que no la haya impugnado en el término de tres meses, contados
desde que le fue conocida.
La designación de pérdidas y ganancias no puede ser encomendada a uno de los
socios.
Además la doctrina se plantea un requisito más: la patrimonialidad.
IV. Patrimonialidad
Es un requisito discutido, la mayoría de la doctrina moderna entiende que no es
necesario que la prestación tenga un contenido económico. (Ej: pactar con el
vecino no plantar una plantas alérgicas para otro vecino) En estos casos la
conducta del deudor carece de valor patrimonial en sí misma, ahora bien si el
deudor incumple esa obligación podrá procederse a la ejecución, que consiste en
deshacer lo que ha hecho y además procedería la indemnización por daños
perjuicios, esto supone que cuando se produce el incumplimiento siempre deberá atribuirse
un valor económico a la prestación que es lo que nos determinará el importe de la
indemnización. En conclusión el débito no tiene que ser siempre patrimonial pero la
obligación si lo es siempre. (En caso de que el vecino decida plantar dichas plantas en
consecuencia se arrancarán las plantas y además se producirá el pago de daños y
perjuicios).
d. La causa
La causa es el fin objetivo e inmediato al que se dirige la obligación
3. Fuentes de la obligación.
El Art. 1089!!! recoge la enumeración de las fuentes de las obligaciones.
Artículo 1089.
Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los
actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
Las obligaciones que nacen de la ley, Art. 1090. Se refiere a la ley como norma
jurídica, por tanto comprende la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho, además conforme a este precepto es preciso que las normas jurídicas
establezcan con claridad los supuestos en que son fuente de obligaciones, por eso
las obligaciones no se presumen y tienen carácter restrictivo. Por otra parte el Art
4.3 señala el valor supletorio del CC en materia de obligaciones.
Artículo 1090.
Las obligaciones derivadas de la ley no se presumen. Sólo son exigibles las
expresamente determinadas en este Código o en leyes especiales, y se regirán por
los preceptos de la ley que las hubiere establecido; y, en lo que ésta no hubiere
previsto, por las disposiciones del presente libro.
Artículo 4.
3. Las disposiciones de este Código se aplicarán como supletorias en las materias
regidas por otras leyes.
Con respecto a los contratos el Art. 1091 establece que los contratos tienen valor
de ley entre las partes contratantes. Los contratos son la fuente fundamental de
obligaciones.
Artículo 1091.
Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes, y deben cumplirse a tenor de los mismos.
A los cuasi contratos se refiere el Art. 1877. Los cuasi contratos se regulan en el Título 16
del Libro IV y son gestión de negocios ajenos sin mandato y el cobro de lo indebido.
Artículo 1877.
La hipoteca se extiende a las accesiones naturales, a las mejoras, a los frutos pendientes y
rentas no percibidas al vencer la obligación, y al importe de las indemnizaciones
concedidas o debidas al propietario por los aseguradores de los bienes hipotecados, o en
virtud de expropiación por causa de utilidad pública, con las declaraciones, ampliaciones y
limitaciones establecidas por la ley, así en el caso de permanecer la finca en poder del que
la hipotecó, como en el de pasar a manos de un tercero.
Respecto a la responsabilidad civil extracontractual se regula en los Art. 1092 y 1093. Si la
obligación civil nace de un delito (te causan daño en tu casa al entrar a robar),esa
obligación civil de reparar ese daño está regida en el C. Penal. Cuando la obligación civil
nace de un cuasi delito, es decir, un acto que proviene de una negligencia (niño que le
clava un tenedor a otro en el comedor en el colegio) Art. 1092 y siguientes. La doctrina
moderan entiende que la enumeración del Art. 1089 tiene carácter abierto, no es exhaustiva
se trata de una lista de fuentes de carácter ejemplificativo. Por ejemplo se señala que
también constituye fuente de obligaciones que la declaración unilateral de voluntad y el
enriquecimiento injusto.
Artículo 1092.
Las obligaciones civiles que nazcan de los delitos o faltas se regirán por las disposiciones
del Código Penal.
Artículo 1093.
Las que se deriven de actos u omisiones en que intervenga culpa o negligencia no penadas
por la ley, quedarán sometidas a las disposiciones del capítulo II del título XVI de este
libro.
1. Positivas y negativas
- Positivas: son las que consisten en una acción, ya sea dar o hacer.
- Negativas: consisten en una omisión.
ART. 1088 CC
Obligación de dar
Es la que consiste en entregar una cosa para transmitir una propiedad u otro derecho
real sobre ella o bien, entregar transmitiendo la posesión pero sin transmitir un
derecho real. Puede recaer sobre una cosa específica o sobre una cosa genérica.
- Obligación genérica: aquella cuya prestación se determina por el género o clase a que
pertenece
la cosa o servicio, por ejemplo, la obligación de entregar una tonelada de harina, o la
obligación de hacer una paella.
- Obligación de cosa específica conlleva las siguientes obligaciones para el deudor:
1. Está obligado a conservar la cosa que debe entregar con la diligencia de un buen
padre de familia. ART. 1094
2. El deudor está obligado a entregar la cosa en el tiempo, modo y lugar oportunos y con
todos sus accesorios aunque no hubieran sido mencionados. Art. 1097
3. Si la obligación de dar está dirigida a transmitir la propiedad o a transmitir un
derecho de disfrute, el deudor debe entregar todos los frutos que hubiere producido la
cosa desde que nació la obligación de entregarla. ART. 1095 CC
Obligación de hacer
Son las que tiene por objeto una prestación consistente en desarrollar cualquier
actividad distinta de la de dar.
1. Personalísimas o intuito-personal
2. No personalísimas.
Según si las cualidades personales del deudor han sido determinantes o no, al constituir
la obligación. En las personalísimas, la prestación es infungible, ya que solo satisface el
interés del acreedor la realización de la prestación por el deudor. El cumplimiento
siempre debe proceder del deudor, el acreedor no puede ser compelido a recibir la
prestación de un tercero. ART 1161
Además, la obligación de extingue por muerte o declaración de fallecimiento del
deudor. ART 1595 CC Esto no sucede en las obligaciones no personalísimas, en ellas es
indiferente que el cumplimiento lo realice el deudor o un tercero.
2. Transitorias y duraderas
- O. transitorias o de tracto único, son aquellas en las que la prestación se agota en un
sólo acto o en varios aislados.
- Las duraderas, que pueden ser de dos tipos:
● De tracto continuo. La prestación consiste en una conducta permanente.
● De tracto sucesivo. La prestación consiste en la realización de actos reiterados
durante cierto tiempo.
3. Alternativas
Una obligación alternativa debe entenderse al vínculo jurídico que obliga al deudor al
cumplimiento de una, de dos o más alternativas, donde al cumplirse una de ellas se
extingue la obligación. Hay mayor garantía para el acreedor, por lo que es más onerosa
para el deudor.
4. Facultativas
En una obligación facultativa el deudor solamente debe una prestación, sin embargo
puede liberarse de su cumplimiento entregando una prestación distinta. La
imposibilidad de la prestación extingue la obligación.
5. Específicas y genéricas
- Obligación genérica: aquella cuya prestación se determina por el género o clase a que
pertenece
la cosa o servicio, por ejemplo, la obligación de entregar una tonelada de harina, o la
obligación de hacer una paella.
- Obligación de cosa específica conlleva las siguientes obligaciones para el deudor:
1. Está obligado a conservar la cosa que debe entregar con la diligencia de un buen
padre de familia. ART. 1094
2. El deudor está obligado a entregar la cosa en el tiempo, modo y lugar oportunos
y con todos sus accesorios aunque no hubieran sido mencionados. Art. 1097
3. Si la obligación de dar está dirigida a transmitir la propiedad o a transmitir un
derecho de disfrute, el deudor debe entregar todos los frutos que hubiere
producido la cosa desde que nació la obligación de entregarla. ART. 1095 CC
6. Pecuniarias
Son aquellas en que la prestación consiste en entregar una suma de dinero. Su
cumplimiento se lleva a cabo mediante la entrega de la cantidad adeudada en dinero de
curso legal en España (art. 1170.1 CC)
Características:
1. Es una obligación genérica, informada por el principio genus nunquam perit. Su
cumplimiento nunca puede devenir imposible, ya que el dinero como tal existe
siempre. Por ello no se aplica a esta obligación el art. 1182 y ss relativos a la
extinción de las obligaciones por imposibilidad sobrevenida.
2. El dinero es un bien productivo, produce frutos, que son civiles, los intereses;
por eso el retraso o mora del deudor en el cumplimiento de la obligación
pecuniaria produce siempre un daño al acreedor, que este no precisa probar,
naciendo a su favor el derecho al pago de los intereses moratorios que pueden
valorarse automáticamente. El retraso en el cumplimiento origina el interés
moratorio, salvo pacto en contrario, sin necesidad de probar el perjuicio (art.
1108). La cuantía de los intereses será la legal, salvo que las partes hayan
pactado una cuantía diferente.
Clases:
1. Una obligación de cantidad de dinero. A debe a B una cantidad de dinero.
2. Deuda de especie monetaria. Una obligación de pagar una cantidad de dinero en
determinada especie de moneda. Se trata de una deuda de cantidad en la que se
ha señalado como circunstancia esencial las piezas monetarias en que debe
hacerse el pago. (ej: 10000 euros en billetes de 1000). Debe pagarse en la
especie pactada y si no es posible en la de curso legal (art. 1170). El caso más
habitual es la deuda en moneda extranjera. Si no es objetivamente posible (p.e.
la moneda ya no tiene curso legal: lira italiana) se pagará el equivalente en
euros. Tipo aplicable: el del día en que se haga efectivo el pago.
3. Que se pague en dinero determinado valor. Es una obligación de entregar una
suma de dinero que no se ha establecido directamente, sino que cuando se
cumpla la obligación se pagará en dinero el valor fijado (ej. pagar en dinero lo
que en diciembre valga 1 kg de oro). Es una obligación con prestación
determinable: debe determinarse sin necesidad de un nuevo acuerdo entre las
partes. Una vez que el valor se mide en dinero pasa a ser una obligación de
cantidad de dinero.
Deudas de valor y de dinero
- Deudas de dinero: deuda de suma de dinero. Entregar una suma de dinero en
monedas o billetes de cualquier valor facial.
- Deudas de valor: consiste en entregar una cantidad de dinero que tenga un
concreto valor adquisitivo. La doctrina está dividida en cuanto a si tiene valor
resarcitorio o no.
7. Obligación de intereses
Los intereses son los frutos civiles del dinero por eso la obligación de intereses es una
obligación pecuniaria que tiene por objeto el abono de esos frutos civiles que produce el
dinero.
Hay que distinguir entre:
1. La obligación de intereses no vencidos: es accesoria, ya que presupone una
obligación principal que es la obligación de capital. Esa oblogación no puede existir sin
la de capital y, por eso se extingue cuando se extingue la de capital. Además, salvo
pacto en contrario, la obligación de intereses se transmite con la oblogación de capital y
se asegura con la misma garantía que cubre la principal.
Atendiendo al origen:
3. Intereses legales: la obligación de pagarlos procede de la ley, el caso más importante
es el del caso moratorio, pero hay otros muchos, ej. ARTS. 1724, 1896, 282 (relativo a
la tutela) CC. Dentro de esos intereses, destacamos:
- Intereses de mora procesal o intereses ejecutorios: aquellos que se devengan
desde que se fija una prestación pecuniaria en sentencia dictada en primera
instancia hasta el momento en el que se paga. La cuantía es el interés legal del
dinero incrementado en dos puntos o bien, la cuantía pactada por las partes o, la
establecida en una disposición especial. ART. 576.1 LEC 2
4. Intereses convencionales: son los fijados por las partes. Distinta de la clase de
intereses es la cuantía de del interés. Se puede fijar por la ley o por las partes. Cuando la
fija la ley, hablamos de cuantía legal del interés (interés legal), lo encontramos en la Ley
General de Presupuestos del Estado. Una obligación puede generar intereses porque lo
han hablado las partes y la cuantía puede ser legal o convencional y también cabe que
unos intereses nacidos de una disposición legal sean de cuantía legal o convencional.
Ahora bien, cuando la ley ordena el pago de unos intereses y no señala la cuantía, esa
será la del interés legal y si los intereses son convenidos por las partes y tampoco fijan
la cuantía, esta también será la del interés legal.
- Cuantía convencional: las partes pueden fijar la cuantía de los intereses
remuneratorios, salvo que haya una norma especial que lo impida (intereses del
descubierto en cuenta corriente). Existen ciertos límites al interés retributibo en
la Ley de 23 de junio de 1908 Ley de Represión de la Usura o la Ley Azcárate.
De acuerdo con esta ley es nulo todo contrato de préstamo en el que se pacte un
interés usurario o un interés leonino. El primero, es aque interés notablemente
superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado a las
circunstancias del caso. Y el interés leonino es aquel que sin ser notablemente
superior al normal del dinero ha sido aceptado por el deudor a causa de su
situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades
mentales. La jurisprudencia tiene declarado que los mroatorios no están
sometidos a la ley de usura.
Por otra parte, en virtud del ART. 82.1 del Texto Refundido de la Ley General
de Consumidores y Usuarios (TRLGDCU/ LCU), arpobado mediante Real
Decreto legislativo 1/2007 de 16 de noviembre. De acuerdo con este artículo, se
puede considerar abusiva una determinada cláusula de intereses.
Si se declara abusiva una cláusula de intereses, esa cláusula es nula y, por lo
tanto, no se aplicarían intereses en ese contrato.
8. Líquidas o ilíquidas
Líquidas: aquellas en las que la cuantía de la prestación está fijada numéricamente. Si
no está fijada será ilíquida. También es líquida aquella que está fijada numéricamente su
cuantía pero no se ha expresado todavía el total porque falta únicamente una operación
aritmetica.
9. Divisibles e indivisibles
El criterio general consiste en comprobar si el cumplimiento o ejecución fraccionada de
la prestación satisface el interés del acreedor. Para considerar una obligación divisible
es necesario que la ejecución de la prestación pueda fragmentarse en partes y el
acreedor con ese cumplimiento reciba la misma satisfacción que si cobrase de una vez.
El carácter divisible o indivisible puede venir determinado por los pactos de las partes o
por la naturaleza de la obligación, así una obligación que en principio es indivisible
puede convertirse divisible y viceversa.
El art. 1138 presume iuris tatum que las obligaciones son por naturaleza divisibles. El
art. 1151 distingue entre obligaciones de dar, de hacer y de no hacer.
- De dar: Son indivisibles las obligaciones de dar cuerpos ciertos. Sin embargo
ALBALADEJO considera que no es exacto pues hay que ver qué tipo de cuerpo
cierto es: si la cosa admite división y las partes lo acuerdan, puede ser una
obligación divisible (ej. 100 kg de trigo).
- De hacer: son divisibles las que consistan en prestar un cierto número de días de
trabajo, las que implican la ejecución de obras por unidades métricas u otras
análogas que sean por su propia naturaleza susceptibles de cumplimiento parcial.
La doctrina considera que entran en este caso las actividades que sean fungibles
(ej. Servicios que se facturan por horas).
Ejemplo. Tres hermanos venden el coche que heredaron de su padre. Hay que plantearse a quien se debe
dirigir el comprador para exigirle la entrega, qué ocurre si uno de ellos se niega a cumplir... María y
Antonio adeudan 6.000 euros a María que se los ha prestado. Habrá que plantear qué importe puede exigir
María a cada uno, qué sucede si uno de los deudores es insolvente, etc1.
Se entiende dividido el importe de la deuda entre los dos obligados en nuestro ejemplo y
por ello el acreedor solo podría reclamar a cada uno de ellos la parte correspondiente.
Así Jorge podría reclamar a Ramón la mitad de lo adeudado y a Manuel la otra mitad,
esto es, 150.000 euros a cada uno.
Hay que determinar cuando habrá de atribuirse carácter mancomunado y cuándo
carácter solidario a la obligación en que concurren una pluralidad de acreedores o
deudores. Las reglas de los artículos 1.137 y 1.138 CC, sientan
la solidaridad como excepción y la mancomunidad como regla general.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la interpretación “correctora” por parte de la
jurisprudencia del Tribunal Supremo de los artículos 1.137 y 1.138 CC, de manera que
se ha invertido la consideración de la solidaria como excepción que ha pasado a ser la
regla general en las obligaciones con pluralidad de sujetos.
Cabe pues la solidaridad derivada de la voluntad tácita de las partes, el contexto de las
obligaciones, el comportamiento de los contratantes, o de la existencia de un vínculo de
unión entre los codeudores.
También hay supuestos en que la solidaridad viene impuesta legalmente: (Arts. 1731,
1748 y 1890. Fuera del CC art. 137 TRLGDCU daño ocasionado a consumidores y Art.
17 LOE)
Se viene imponiendo también por la jurisprudencia del Tribunal Supremo la solidaridad
en el ámbito de la culpa extracontractual, cuando los daños son imputables a más de un
sujeto y no sea posible individualizar los respectivos comportamientos, ni fijar las
distintas responsabilidades. Y en el caso de cobro de lo indebido y el enriquecimiento
injusto.
2.1.1 Obligaciones mancomunadas
Se caracterizan por tener una pluralidad de sujetos, determinación de partes en el crédito
o en la deuda (art. 1130) y un origen común: la mancomunidad nace para todos los
deudores y acreedores de un mismo acontecimiento. Hay una pluralidad de sujetos que
concurren a una misma obligación.
No existiría deuda mancomunada cuando en virtud de diferentes contratos Antonio
presta 6.000 euros a Carlos y otros 6.000 euros a María.
2.1.1.1.Mancomunadas divisibles:
Ejemplo: Tres constructores han adquirido una solar por 900.000 euros y se obligan
frente al vendedor a pagar la tercera parte cada uno. Antonio y María reciben un
préstamo de 6.000 euros y frente al prestamista se comprometen a devolver la mitad.
Art. 1138: “El crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes iguales como
acreedores o deudores haya, reputándose créditos o deudas distintos unos de otros”
Ejemplo: Luís y María son acreedores mancomunados de Alberto por 1000€. Cada uno
podrá exigir, condonar o aplazar el pago por valor de 500€.
Ejemplo. Si por la muerte de su padre y al fin de poder concluir sus estudios, los
hermanos Tomás y Claudio solicitaron de modo conjunto a su tío Ricardo un préstamo
por importe de 30.000 €, de los cuales 20.000 son para Tomás y 10.000 para Claudio, la
división a prorrata de la deuda significa que, llegado el vencimiento, el prestamista debe
reclamar la cantidad efectivamente percibida del préstamo: 20.000 Tomás y 10.000
Claudio.
Para los casos en que no puede deducirse otra cosa, se aplica la presunción de
distribución igualitaria del Art. 1138: presume iuris tantum que la obligación es
divisible y que la división lo es en partes iguales.
Ejemplo. Habiendo adquirido tres constructores un solar por importe de 900.000 €, cada
uno de ellos habría de pagar al vendedor 300.000. Habiendo prestado de modo conjunto
Luz y Lucas 2.000 euros a Marcos, cada uno de los prestamistas podrá exigir 1.000 € al
prestatario.
- Pluralidad de acreedores: Cada crédito es independiente de los demás, por lo que
la conducta de un acreedor concreto no puede beneficiar ni perjudicar a los
demás. Cada uno tiene plena disposición sobre su crédito (puede condonarlo,
cederlo...)
- Pluralidad de deudores: Cada deuda es independiente de las demás y por eso el
acreedor puede exigir el cobro a cada deudor. Las vicisitudes de cada deuda no
afectan al resto (p.e. insolvencia de un deudor, el acreedor si quiere puede
condonar la deuda a uno pero no a los demás). Si el acreedor reclama el pago de
uno de los deudores por la prescripción no se interrumpe respecto de los otros
codeudores (Art. 1974).
Pluralidad de acreedores:
Se exige la actuación conjunta de los acreedores en los actos que perjudiquen al derecho
de crédito, es decir, solamente perjudican al derecho de los acreedores los actos
colectivos de éstos, de forma que las actuaciones perjudiciales de un solo acreedor
(novar, condonar, ceder, compensar...) no dañan al resto.
Ningún acreedor puede con su conducta individual realizar actos que perjudiquen a los
demás acreedores (Art. 1139). No puede ceder el crédito, ni extinguirlo (condonarlo,
compensarlo...). Los actos individuales que sean beneficiosos para el colectivo
benefician a todos (intimar la mora, interrumpir la prescripción...)
Como destaca DÍEZ PICAZO, es cuestión discutida si la reclamación del crédito debe
ser efectuada por todos o cualquier acreedor puede hacerlo solo.
Pluralidad de deudores:
No se comunica a los demás la insolvencia ni la culpa de otro codeudor. Se impone al
acreedor que proceda de modo conjunto contra todos.
Ejemplo. Tres obligados deben entregar un coche, un ordenador, un cuadro.
El acreedor debe exigir el cumplimiento reclamando judicial o extrajudicialmente contra
todo el grupo de deudores, y éstos se liberan cumpliendo con la prestación de forma
conjunta. Si alguno de los deudores resulta insolvente, los demás no están obligados a
suplir su falta.
Desde el punto de vista procesal, el acreedor debe demandar conjuntamente a todos los
deudores para exigir el pago (litisconsorcio pasivo necesario), tanto para reclamar el
cumplimiento como para otros actos de defensa de su crédito (interrumpir la
prescripción art. 1974, intimar la mora, resolver el ct. ex art. 1124)
La prestación debe ser realizada por todos los deudores conjuntamente. Por eso, el
incumplimiento de uno solo de ellos determina el de todos, no siendo posible el
cumplimiento parcial in natura q ue da paso a la indemnización de daños y perjuicios.
La demanda debe ser interpuesta contra los tres deudores, y los tres serán condenados,
sin embargo esto no significa que los codeudores deban cubrir la culpa del deudor que
incumplió. Solamente deben contribuir con la parte que le corresponda en el precio de la
cosa o servicio objeto de la prestación debida. Los daños y perjuicios correrán a cargo
del que incumplió. Al igual que ocurría con la insolvencia la culpa de uno de los
deudores no se comunica a los demás.
b. Relación interna
1. Acción de reembolso o acción de regreso: el deudor o deudores que hayan
pagado tienen derecho a reclamar de los demás la parte o partes que les
corresponden, con los intereses del anticipo. Art 1145.2
Ejemplo. Del préstamo solidario que por importe de 120.000 euros concedió Ana a sus
sobrinos, 60.000 euros fueron para Gabriel, 30.000 para Teodoro y los 30.000 restantes
para Bonifacio. Entonces:
-En la relación externa cada uno de ellos debe 120.000 euros.
-En la relación interna entre los codeudores solidarios juega la división resultante de lo
que efectivamente percibieron cada uno de los deudores: 60.000 euros Gabriel, 30.000
Teodoro y 30.000 Bonifacio. Por ello, si Teodoro hubiera hecho el pago de los 120.000
euros, podrá reclamar 60.000 euros a Gabriel y 30.000 a Bonifacio con los intereses que
correspondan por razón del anticipo.
Para determinar el quantum exigible, si no resulta otra cosa de la relación interna, habrá
de recurrirse con carácter subsidiario a la regla de la división en partes iguales Art.
1138.
Obligaciones unilaterales: aquellas en que una persona está obligada frente a otra.
Existe por tanto una sola relación jurídica entre acreedor y deudor (Ej. Donación).
También cuando una persona está obligada frente a otra y esta frente a aquella, pero sin
conexión entre sus obligaciones (Ej. Te debo 100€ porque te los pedí y tu me debes un
libro que te he pedido de regalo por mi cumpleaños.). Las que eran consideradas como
obligaciones bilaterales imperfectas quedan englobadas en las unilaterales en cuanto a
efectos jurídicos se refiere (Ej. Depósito gratuito en el que solo existe la obligación del
depositario de conservar la cosa pero sí este hace gastos de conservación surge la
obligación del depositante de reembolsárselos).
B. Compensación de la mora.
Art. 1100: “En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora si el
otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe. Desde que uno
de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro”
En conclusión, el art. 1124, es una norma de alcance general que establece la facultad
resolutoria de las obligaciones bilaterales o sinalagmáticas para el supuesto de que una de
las partes no cumpla sus compromisos mientras que la otra sí lo haya realizado, en cuyo
caso, el perjudicado, podrá instar la resolución, aunque dicho remedio no este en el
contrato.
Dos formas de expresión de la facultad resolutoria:
Requisitos:
- Reciprocidad de las obligaciones.
- Obligaciones sean exigibles.
- Exacto cumplimiento por parte del reclamante de aquellos que a él le incumbía.
En caso contrario, el demandado podrá oponer la exceptio adimpleti contractus.
- Incumplimiento del otro contratante.
1. Las principales: son las que pueden existir por si solas, y las accesorias, son las que se
presuponen otra principal de la que depende y en función de la que se justifica, por
ejemplo, para asegurar la principal (una hipoteca sería la accesoria y la pricipal la
oblogación de devolver el dinero).
2. Las obligaciones accesorias: corren la suerte de la principal, se extingue con ella, se
trasmite con ella.
1.5.1. Sujeto activo del pago (acreedor). El pago a tercero o persona distina del
acreedor o acreedor aparente: Es el que paga, por lo tanto es el sujeto activo del pago,
que normalmente es el deudor que es el sujeto pasivo de la obligación.
Está obligado a pagar el deudor y una vez que fallece el deudor, sino se trata de una
obligación personalísima, quedan obligados sus herederos, tanto el deudor como los
herederos, sino es personalísima, pueden actúar tanto por sí como por sus representantes
legales o voluntarios. Estas son las personas que están obligadas.
Cualquier persona está facultada para pagar, por su puesto, siempre que no sea una o.
personalísima. (Art. 1158.1).
El pago realizado por tercero es válido, con independencia de la voluntad o
conocimiento del deudor (salvo o. personalísimas). STC 19 DIC 2018
Si se dan los requisitos del pago, el cumplimiento realizado por el tercero es un pago
válido, es más, si el acreedor se niega sin razón a recibir la prestación, incurre en mora.
El deudor cuando paga el tercero, queda liberado frente al acreedor y, el tercero, podrá
dirigirse contra el deudor para reclamar lo que ha pagado por él. Arts. 1156 y 1158.
El contenido de esa reclamación, depende del conocimiento y consentimiento del
deudor a ese pago por tercero. Distinguimos tres supuestos:
- Si el tercero ha pagado con conocimiento y sin oposición del deudor, podrá
reclamar del deudor lo que hubiese pagado, es decir, tiene una acción de
reembolso. Art. 1158.2. Además el tercero, podrá subrogarse en los derechos
que el acreedor tenía contra el deudor por quien ha pagado. Acción de
subrogación (Art. 1159). Las acciones de reembolso y subrogadas son
comulativas, y la subrogación de acuerdo con el Art. 1212, permite al tercero
servirse de las garantías y privilegios que tenía el acreedor.
- Si el tercero pagó ignorándolo el deudor, podrá reclamarle lo que hubiese
pagado, de manera que tiene una acción de reembolso pero sin subrogación. Art.
1158.2.
- Si el terceró pagó con oposición del deudor, sólo podrá repetir de este, aquello
en que le hubiera sido útil el pago, es decir, solo tiene derecho a reclamar
aquello que realmente el deudor hubiera tenido que pagar al acreedor. Es una
acción de enriquecimiento. Art. 1158.3.
La capacidad de pago.
Para realizar el pago, si se trata de una obligación de dar, el que paga debe tener la libre
disposición de la cosa y además capacidad para enajenarla Art. 1160. Este arículo añade
que sin embargo si el pago hubiese consistido en una cantidad de dinero o en una cosa
fungible, pero habrá repetición contra el acreedor que la hubiese gastado o consumido
de buena fe, independientemente de las acciones que procedan por enriquecimiento
injusto.
El pago hecho por quien no tiene capacidad legal es anulable, y la acción de
anulabilidad que conlleva la acción de repetición corresponderán al mismo incapaz
cuando obtenga o recobre la capacidad o bien, a sus representantes legales mientras dura
la incapacidad.
1.5.2. Sujeto pasivo del pago (deudor). El pago hecho a un tercero: el pago debe
hacerse al acreedor o a la persona autorizada por él (Art. 1162). Para recibir el pago no
es necesario el representante, sino basta con una persona autorizada por el mismo. El
deudor debe probar que el tercero que recibió el pago estaba autorizado para ello.
No obstante, hay casos en los que es válido el pago hecho a una persona que no está
autorizada:
1. Pago a tercero. De acuerdo con el Art. 1163.2, es válido el pago hecho a un
tercero si posteriormente el acreedor ratifica el pago o si prueba que el pago se
convirtió en utilidad del acreedor. Por utilidad entendemos ventaja patrimonial.
La utilidad debe ser probada por quien la alega.
2. El pago al acreedor aparente. De acuerdo con el Art. 1164, el pago hecho de
buena fe al que estuviese en posesión del crédito libera al deudor. La buena fe es
la creencia que se paga a quien se debe y la prueba corresponde al deudor.
Capacidad del que recibe el pago. Para recibir el pago, es necesario, que el acreedor
tenga la libre disponibilidad sobre el crédito, y no la tendrá, cuando se le hubiese
notificado la retención de la deuda por parte de la autoridad judicial. Art. 1165.
En segundo lugar, es necesaria la capacidad para administrar los bienes, por lo tanto,
será ineficaz el pago hecho a incapaz y por ello el deudor no se libera salvo en la parte
que hubiera repetido en su utilidad. Art. 1163.
Esto supone que aunque en principio el pago a un incapaz es anulable, ese pago será
válido y liberatorio si a pesar de no tener esa capacidad, le ha sido útil ese pago.
La consignación:
Consiste en la entrega y depósito de la cosa debida a disposición del Juzgado o del
Notario siguiendo estrictamente las disposiciones que regulan el pago (Art. 1177.2).
Está regulada en los Arts: 1177-1181 CC.
La consignación se inicia mediante el anuncio de la misma, con objeto de dar al
acreedor la posibilidad de comparecer y ser oído, alegando por ejemplo la ausencia de
identidad o integridad en el pago o cualquier otra justa causa para negarse a recibirlo.
En el caso de pluralidad de acreedores, el anuncio podría servir para que un acreedor,
distinto de aquel a quien se ha hecho el ofrecimiento de pago acepte este. Como se
establece en el art. 1177.1 “Para que la consignación de la cosa libere al obligado deberá
previamente ser anunciada a las personas interesadas en el cumplimiento de la
obligación”. Interesados son además de los acreedores: codeudores, fiadores, acreedores
del acreedor, representantes y herederos potenciales de ausentes o incapaces.
La consignación se hará por el deudor o por un tercero, poniendo las cosas debidas a
disposición del Juzgado o del Notario como se establece en el art. 1178.
Los gastos de la consignación serán de cuenta del acreedor (art. 1179).
La aceptación de la consignación por el acreedor o la declaración judicial de que está
bien hecha, extinguirá la obligación, sin embargo, el deudor podrá retirar la cosa o
cantidad consignada dejando la obligación subsistente (art. 1180).
En el art. 1181 se establece que si hecha consignación, el acreedor autorizase al deudor
para retirarla, perderá toda preferencia que tuviere sobre la cosa. Los codeudores y
fiadores quedarán libres. Sin embargo el artículo referido presenta una contradicción
pues como se ha visto antes, una vez hecha la consignación se extingue la obligación,
por consiguiente lo único posible sería constituir una nueva obligación con los mismos
sujetos y sobre la misma cosa.
La mora del acreedor es una de las lesiones de crédito que le pueden ser imputables al
acreedor.
Se produce en los casos en que el acreedor se niegue sin justa causa, a recibir una
prestación temporánea, íntegra e idéntica a la procedente, impidiendo que el deudor se
libere de su obligación.
Para poner en mora al acreedor, el deudor deberá hacerle el ofrecimiento del pago, y en
su caso, procederá consignar el objeto de la prestación extinguiendo así la obligación
(art. 1176.1).
Las consecuencias de la “mora credendi” son las siguientes:
1. “Compensatio morae”, excluye la mora del deudor.
2. Riesgo de la imposibilidad sobrevenida de la prestación a cuenta del acreedor.
3. Posibilidad de instar la resolución de contrato por parte del deudor que puede
librarse consignando la cosa debida.
2.1.1.Tipos de Incumplimiento
Cuando hablamos de incumplimiento nos referimos a todos aquellos casos en los que el
deudor contraviene el derecho del acreedor no realizando la prestación o realizándola
pero de forma inexacta. Por eso distinguimos dos tipos de incumplimiento:
- Incumplimiento total y definitivo: supone que la prestación no ha sido realizada
en absoluto o lo ha sido de una forma tan defectuosa que no satisface en
absoluto el interés del acreedor. Además no cabe un cumplimiento tardío.
- Incumplimiento parcial o impropio: en este caso hablamos de cumplimiento
inexacto o defectuoso. La prestación se ha ejecutado pero de forma incompleta o
defectuosa para satisfacer el interés del acreedor. El deudor ha realizado la
prestación pero no exactamente como estaba determinada.
En estos casos, podemos hablar de cumplimiento puntual inexacto cuando la
prestación se realiza a tiempo pero no es exactamente igual a la debida. Y el
cumplimiento moroso tiene lugar cuando se realiza un cumplimiento exacto pero
con retraso.
2.2.1 El dolo
El dolo equivale a la mala fe, es decir, la infracción intencionada y antijurídica de la
obligación (no es dolo vicio de consentimiento). En este caso, el deudor incumple
voluntaria y conscientemente la obligación pero no es necesario que tenga intención de
dañar al deudor. El dolo no se presume, por lo tanto, será el acreedor que alegue su
existencia quien deberá probarlo.
El incumplimiento por dolor tiene consecuencias más gravosas que el incumplimiento
por culpa.
1. EL deudor doloso de acuerdo con el art. 1107.2 asume el deber resarcimiento
integral de los daños, ya que responde de todos los daños y perjuicios que
conocidamente se deriven de su falta de cumplimiento.
2. No se permite a los tribunales moderar la responsabilidad procedente del dolo
art. 1103.
3. El acreedor no puede renunciar anticipadamente a exigir la responsabilidad
derivada del dolo art. 1102.
2.2.3 La culpa
Decimos que hay culpa cuando el deudor infringe la obliación sin intención deliberada
pero por falta de diligencia. Art. 1104.1
La esencia de la culpa está en la falta de diligencia (ej. un descuido y coger más trabajo
del posible).
La doctrina distingue tres grados de culpa:
1. La culpa lata o máxima: cuando se actúa sin la más mínima diligencia que
cualquiera observaría, decimos que hay una grave falta de diligencia.
2. Culpa levísima o mínima: cuando se actúa omitiendo la diligencia que pondría la
persona más cuidadosa. Hay una diligencia muy pequeña.
3. La culpa leve: se refiere a la omisión de una diligencia normal.
Esta distinción tiene importancia por la tendencia que existe a equiparar las
consecuencias del dolo con la culpa grave a efectos de responsabilidad en ciertos
supuestos. Arts. 168.2, 1366 y 1904.2
El Código Civil no distingue entre el caso fortuito y la fuerza mayor, una veces los
utiliza de forma conjunta, otra veces utiliza un término y otras el otro. La doctrina ha
apuntado diferentes criterios para distinguir uno y otro, pero lo cierto es que ninguno de
ellos es realmente decisivo por eso en principio vamos a considerarlos términos
intercambiables.
Efectos:
1. Cuando se producen estos hechos liberan al deudor del cumplimiento de la
obligación y de la responsabilidad por los daños y perjuicios que pueda sufrir el
acreedor.
2. Si a pesar del caso fortuito o la fuerza mayor todavía es posible el cumplimiento
en parte, habrá que llevarlo a cabo.
3. Corresponderá al acreedor obtener las ventajas ocasionales que se puedan
derivar del caso fortuito (Ej. Indemnización de un seguro, se dirigirá
directamente el acreedor a la compañía). Art. 1186.
4. La prueba del caso fortuito corresponde al deudor, pues es el que quiere liberarse
Art. 1183.
2. Es necesario que la obligación sea exigible, es decir, vencida y líquida por lo tanto
no cabe la mora mientras la obligación está pendiente de condición suspensiva o de
plazo inicial, además tradicionalmente el Tribunal Supremo ha venido exigiendo el
requisito de la liquidez de la deuda, sin embargo, en la jurisprudencia más reciente
este requisito se ha flexibilizado de manera que si la deuda no se ha liquidado por
culpa del deudor, la mora comenzará desde la reclamación, no desde la liquidación.
3. Es necesario que exista un retraso culpable. Art. 1101 y 1182. Este requisito no lo
exige el Código claramente aunque la jurisprudencia lo viene exigiendo por
deducirlo de esos preceptos. Esto tiene como consecuencia que no se incurre en
mora si el retraso se debe a caso fortuito o a fuerza mayor, sin embargo esto no se
aplica y por lo tanto no será relevante la culpa en las obligaciones genéricas y
sobretodo en las obligaciones pecuniarias.
Cesación de la mora
1. La mora termina cuando el deudor cumple
2. Si el acreedor o la ley le conceden un nuevo plazo
3. Por incurrir en mora el acreedor, es decir, el deudor ofrece el cumplimiento de la
obligación con el pago de la indemnización por mora y el acreedor se niega a
recibir esa prestación
4. Si se trata de una obligación recíproca cuando incurre en mora también la otra
parte, esto se denomina, compensación de la mora
1) Obligación de dar:
a) Si la prestación consiste en la entrega de una cosa determinada y
específica y esa cosa está dentro del patrimonio del deudor, el
acreedor puede compeler al deudor para su entrega (Art. 1096.1 CC y
701 LEC, este último señala que forzosamente se traspasará la
posesión al acreedor en su caso.)
b) Si la prestación consiste en entregar cosa genérica que se encuentra
en el patrimonio del deudor, el acreedor puede conseguir su entrega
coactivamente. Si no está en su patrimonio podrá el acreedor pedir
que se cumpla a expensas del deudor, el mismo acreedor la adquirirá
a costa del deudor mediante el embargo de bienes suficientes del
deudor (Art. 1096.2 CC y 703 LEC).
c) Si se trata de deuda pecuniaria, se embargarán y venderán en pública
subasta bienes del deudor suficientes para satisfacer el pago (arts. 571
y ss LEC).
2) Obligación de hacer:
a) Hechos no personalísimos, que pueden ser realizados por cualquiera
(Art. 1098):
▪ Se mandará hacerlo al obligado.
▪ Si no lo cumple se mandará hacerlo a su costa. (Arts. 705 y 706
LEC).
Si la conducta consiste en emitir una declaración de voluntad, el Art.
708 LEC admite que sea el propio tribunal quien resuelva el dar por
emitida la declaración de voluntad del obligado renuente (que se
negaba) al cumplimiento.
b) Si son hechos personalísimos, aquellos que solo el deudor puede
realizar con utilidad para el acreedor:
▪ Se puede compeler al deudor para que realice la prestación.
▪ Pero si no cumple, no se podrá ejecutar a su costa por un tercero.
Solo cabe el cumplimiento por equivalente, aunque también cabe
apremiar al deudor multas coercitivas (Art. 709 y 711 LEC).
3) Obligaciones de no hacer:
En este caso domina el mismo principio que las obligaciones de hacer, el
deudor no puede ser violentado o constreñido a cumplir. El acreedor no
podrá acudir a la autoridad judicial para que secuestre al deudor y le
prive de libertad de movimientos.
Art. 1099 establece que el acreedor puede pedir que se deshaga lo mal
hecho. Además el Art. 710 LEC dice que se entiende que
opta por la indemnización de daños y perjuicios.
2.5.1.2 Cumplimiento por equivalente
Cuando subsistiendo la obligación, el cumplimiento forzoso en forma específica resultare
irrealizable, o, aun siendo todavía materialmente factible, no fuera ya idóneo para
satisfacer el interés del acreedor, el ordenamiento concede al acreedor la facultad de
obtener su equivalente en dinero, lo cual supone la sustitución de la prestación debida
por su valor patrimonial.
Por ejemplo; si el fontanero que debe instalar una bañera de hidromasaje, instala
una bañera defectuosa y se nos inunda la casa, además de cumplir correctamente
(instalándonos una bañera de hidromasaje no defectuosa), resarcir esos daños; y si había
de colocar la bañera en una habitación de una hotel, tendrá que indemnizar la ganancia
perdida por no poder usarla.
Para poder obtener la indemnización es necesario que el deudor sea responsable del
incumplimiento, que el acreedor acredite la existencia de daños y perjuicios y que estos
sean consecuencia del mismo (nexo casual).
Se trata de una deuda pecuniaria, concretamente de una deuda de valor, su cuantía debe
reflejar el importe que debe resultar equivalente al daño sufrido.
Por ejemplo, si el grupo de rock no se presenta el día del concierto, habrá que
indemnizar al empresario que lo contrató como daño emergente, los gastos de
instalación y preparación de la actuación, impresión de programas y entradas, etc.
así como los desperfectos causados en el local por los enfurecidos asistentes; y
como lucro cesante, los beneficios que dejó de percibir a causa de la no celebración:
entradas no vendidas, ganancias derivadas de la explotación del bar ola venta de
bebidas, etc..
1. Concepto y clases
Cuando hablamos de las garantías de la obligación en sentido amplio son referimos a
todo aquello que asegura la satisfación del derecho del acreedor, desde este punto de
vista, la principal garantía es el patrimonio del deudor (Art. 1911). Decimos que es
patrimonial porque solo se responden con los bienes, ya no hay responsabilidad
personal, no hay prisión por deudas. Es universal porque comprende todos los bienes
presentes y futuros, no comprende los bienes pasados que son aquellos de los que fue
titular el deudor pero que ya no lo es. Sin embargo, a través de la acción revocatoria se
puede conseguir que vuelvan al patrimonio del deudor los bienes que no deberían haber
salido de él.
En senido estricto, sin embargo, la garantía es un nuevo derecho subjetivo o una nueva
facultad que se une al derecho de crédito para reforzar la posición del acreedor. Lo que
hacemos es reforzar de alguna manera el derecho del acreedor para conseguir que se
pueda satisfacer.
Desde este punto de vista, el patrimonio del deudor, que por principio ya está afecto al
cumplimiento de las deudas, no es una garantía.
Las garantías pueden ser de dos tipos:
- Personales: son todas aquellas que obligan a otra persona a cumplir junto con el
deudor (ej. una fianza) o bien aquellas que obligan a más de lo establecido
legalmente al propio deudor si incumple la obligación garantizada (ej. la pena
convencional).
- Reales: son todas aquellas que conceden al acreedor un poder sobre bienes
concretos del deudor o bien de un tercero que los grava en garantía de una deuda
ajena. Este poder lo podrá ejercitar el acreedor en caso de incumplimiento de la
obligación. En sentido estricto, sólo son garantías reales los derechos reales de
garantía, que son: hipoteca, prenda anticresis. Puesto que son derechos reales,
aportan al acreedor el ius distrahendi (d erecho de realización de valor del bien
gravado). Ese derecho de realización de valor lo tiene el acreedor cualquiera que
sea titular del bien, con el dinero que se obtenga de la ejecución de ese bien, se
aplica al pago de la deuda. También se pueden considerar garantías reales en
sentido amplio, las arras y el derecho de retención, ya que implican un poder del
acreedor sobre un bien concreto que refuerza la posición del acreedor en caso de
incumplimiento del deudor.
2. Los privilegios. Concurrencia y prelación de créditos
Cuando un sujeto tiene varias deudas la regla general es la igualdad de todos los
acreedores, de toda que cualquiera de aquellos se puede dirigir contra ese patrimonio
para obtener la satisfacción de su crédito, cada acreedor tiene el mismo derecho que el
resto a cobrar sobre esos bienes, esta es la regla “Par conditio creditorum” . Esta regla
supone que cuando hay varios acreedores, cada uno de ellos solicitará la ejecución de
los bienes del deudor para pagar la deuda, sin embargo, esta regla no se aplica cuando el
deudor es declarado en concurso y también cuando hay acreedores a los que la ley
concede preferencia, es decir, un derecho a cobrar antes que los otros. Además, hace
valer oportunamente esa preferencia.
Pues bien, el CC regula esta cuestión bajo la rúbrica de la concurrencia y la prelación de
céditos y en esa normativa señala los créditos privilegiados (Arts. 1911-1929). En esta
normativa, la regla ya no es la igualdad de todos los acreedores sino es la jerarquía entre
los créditos. El privilegio es la preferencia de que gozan ciertos créditos por disposición
de la ley por ser satisfechos antes que otros sobre algunos bienes concretos del deudor o
sobre todos ellos. El privilegio es una cualidad del crédito que conlleva que el valor de
uno o de todos los bienes del deudor debe destinarse al pago de ese crédito antes que a
otros.
3. La acción subrogatoria
Es el poder que la ley concede a aquel acreedor que no tenga otro medio de hacer
efectivo su crédito, para ejercitar los derechos y acciones no utilizados por el deudor,
cuando no sean inherentes a la persona de este.
Se regula en el Art. 1111. Su finalidad es hacer ingresar en el patrimonio del deudor los
bienes que este no recibe por su inactividad, de manera que lo que se trata es de evitar el
perjuicio que ocasiona a los acreedores la inacción del deudor.
Se dice que es una acción indirecta u oblicua, por que el acreedor se dirige contra
terceros por medio de su deudor, es indirecta porque el acreedor a través del ejercicio de
esta acción no consigue cobrar directamente su crédito, sino que lo que consigue es
incrementar el patrimonio del deudor para luego dirigirse contra el.
Es un recurso subsidiario ya que solo se puede ejercitar si en el patrimonio del deudor
no hay bienes para pagar su crédito.
Para poder ejercitar esta acción es necesario que el acreedor sea titular de un crédito
exigible, además es necesario que el derecho o acción que se pretende ejercitar se halle
descuidado por el deudor en perjuicio del acreedor.
Solo se pueden ejercitar derechos y acciones (se refiere a todo tipo de pretensiones del
deudor frente a terceros) del deudor que no sean inherentes a su persona.
Son derechos inherentes a la persona del deudor: los poderes no patrimoniales como son
los personales y familiares, y los poderes patrimoniales que requieren una apreciación
personalísima.
4. La acción directa
Es la acción que en ciertos casos tienen los acreedores para reclamar al deudor de su
deudor lo que necesitan para la satisfacción de su crédito, haciéndose pago directo de
dicho crédito con lo que se le debía a su deudor.
En este caso lo que se percibe a consecuencia de esta acción, no ingresa en el
patrimonio del deudor sino directamente en el del acreedor, la reclamación se puede
hacer judicial o extrajudicialmente.
El problema de esta acción reside en que no se reconoce con carácter general a todos los
acreedores sino solo en determinados momentos:
● Art. 1552 se reconoce el uso de la acción directa del arrendador frente al
subarrendatario por las cantidades que corresponden al precio del subarriendo si el
arrendatario no paga al arrendador.
● Art. 1597 CC se concede la acción directa a los que en un contrato de obra ponen su
trabajo y material frente al dueño de la obra, de manera, que los que ponen su
trabajo y material, son los acreedores del contratista, que es el deudor, frente al
dueño de la obra que es el deudor del contratista. El caso más importante en la
práctica es la acción que corresponde al acreedor de la obligación nacida de acto
ilícito, es decir, el perjudicado se puede dirigir contra la compañía de seguros de su
deudor en lugar de dirigirse contra este último que es el causante del daño.
a) Solo puede ser ejercitada cuando los acreedores no hayan encontrado bienes del
deudor ni otro modo de hacer efectivo su crédito, la insolvencia se puede
acreditar en el mismo proceso en el que se ejercita la acción pauliana .
c) El crédito de los acreedores que ejercitan la acción pauliana, debe ser anterior al
acto fraudulento, es decir, el acto al que se ataca lo tiene que haber realizado el
deudor después del nacimiento del derecho de crédito del acreedor que ejercita
la acción, esta regla tiene una excepción, que es la de que el deudor efectúe la
disposición en función del crédito que nacerá con toda probabilidad más
adelante y que ese acto dispositivo provoque su insolvencia en perjuicio de los
acreedores.
d) Es necesario que el acto sea fraudulento, es decir, que exista consilium fraudis
(Cómplices en el fraude) o que sea gratuito.
1º Supuesto: actos onerosos. Es necesario en primer lugar, que el deudor actúe con el
propósito de defraudar a los acreedores y además que el tercero con el que realiza el
acto también haya procedido de mala fe, es decir, que conozca el fraude del deudor, esto
solo se refiere en los actos a título oneroso.
El problema es la dificultad que existe en cuanto a la prueba de fraude, en este sentido,
tenemos que tener en cuenta la presunción iuris tantum (admite prueba en contrario) del
art. 1297.2 ( el que alega un hecho lo tiene que probar). Ej. se presume que hay fraude
cuando ya se ha dictado la sentencia condenatoria, el demandante no tiene que probar
nada, es el demandado quien tiene que demostrar que no ha cometido el fraude (por
regla general).
Es necesario que actúen de mala fe tanto el deudor como el tercero, esto supone que el
tercero tiene que conocer el fraude del deudor, bastará simplemente con que los dos
tengan conciencia de que con sus actos están causando un perjuicio a los acreedores.
El adquirente de mala fe si prospera la acción revocatoria tendrá que restituir la cosa
objeto de enajenación con sus frutos y si por cualquier motivo ya es imposible
devolverla, deberá indemnizar a los acreedores por los daños y perjuicios que les
hubiese causado la enajenación art. 1298.
EFECTOS
Es una acción personal que está dirigida a la ineficacia del acto fraudulento en la
medida en que perjudique al acreedor que ejercita esa acción, esto supone que la
ineficacia no es total, sino que se mantendrá la ineficacia de ese acto en la medida que
no perjudique al acreedor.
La mayoría de la doctrina entiende que los bienes sobre los que recayó la acción
quedarán sometidos al acción del acreedor que ejercitó la acción como si estuviese en el
patrimonio del deudor, pero en realidad, siguene en el patrimonio del adquirente, por
eso, los bienes o la parte que no es necesaria para la satisfacción del crédito quedan para
el adquirente sin que puedan aprovecharlos otros acreedores, de manera que la sentencia
sólo aprovecha al acreedor que ha ejercitado la acción. Hay autores que no comparten la
misma opinión.
La acción revocatoria caduca a los 4 años desde la perfección del acto fraudulento salvo
disposiciones especiales, que se aplicaría dicha disposición.
● Modificación de la obligación:
Implica que se introducen en ella variaciones y subsiste la obligación originaria con su
peculiar régimen jurídico, esto a efectos prácticos supone que subsisten las garantías
que la aseguraban, se mantienen los privilegios de los que disponía el acreedor ya
además sigue corriendo el plazo de prescripción.
1
Clases de imposibilidad
1. Imposibilidad parcial de la prestación
Según Albaladejo: “La imposibilidad parcial puede darse por afectar a una parte de la
prestación, siendo el resto posible; o bien porque toda la prestación sufra un menoscabo, de
modo que puede decirse que parcialmente se ha destruido la cosa”. Parte de la doctrina,
entiende que se produce la extinción parcial de la obligación; sin embargo, otro sector
defiende que habrá que estar a cada caso concreto pudiendo darse el caso de extinción total
de la prestación.
2. Imposibilidad transitoria de la prestación
La imposibilidad en este caso no es definitiva sino que es temporal, y, en este caso, no se
produce la extinción de la obligación sino que subsiste aunque con cumplimiento tardío que,
si es imputable al deudor, incurrirá en mora con las consecuencias de tener que sufragar al
acreedor por los daños y perjuicios; pero si no es culpable de esta imposibilidad transitoria,
correrá con los gastos del retraso el propio acreedor.
Acciones de protección del derecho. El Art. 1186 dice que: “Extinguida la obligación por
la pérdida de la cosa, corresponderán al acreedor todas las acciones que el deudor tuviere
contra terceros por razón de ésta”. Es decir, establece a favor del acreedor un mecanismo de
protección cuando un tercero perturbe su derecho causando pérdida de la cosa; este
mecanismo conlleva a la extinción de la obligación respecto del deudor, pero el acreedor
podrá ejercer las acciones que corresponderían al deudor frente a ese tercero.
2.5.1.Requisitos:
1) Homogeneidad de las deudas: quiere decir que las dos deudas consistan o bien en
una cantidad de dinero, o si las cosas debidas son fungibles que sean de la misma
especie y calidad si estas se hubieran designado. Art. 1196.2.
De acuerdo con el Art. 1199, la deudas pagaderas en diferentes lugares se pueden
compensar mediante la indemnización de los gastos de transporte.
2) Reciprocidad de las deudas, de manera que existan dos créditos cruzados, lo normal
es que sean relaciones jurídicas diversas.
Acreedores o deudores por derecho propio, lo que significa que sean titulares de los créditos
o deudas a compensar, de manera que no actúen por representación ya que no se
compensan deudas o créditos propios con créditos o deudas ajenos. No se puede pagar
una deuda ajena compensándola con un crédito propio, ni tampoco se puede cumplir
una deuda propia mediante la alegación de un crédito frente a una persona distinta del
acreedor.
Ej. (Carmen es acreedora de la pensión compensatoria que le debe pagar su marido, y a
su vez es deudora de la pensión alimenticia de sus hijos que viven con el marido, si el
marido deja de pagar la pensión compensatoria y la mujer en consecuencia deja de
pagar la pensión alimenticia por compensación esto es imposible puesto que no se
puede compensar crédito propio con una deuda ajena)
En algunos supuestos aunque se den todos estos requisitos no se produce la compensación, bien
porque la han excluido las partes o bien porque la ha prohibido la ley. La ley la prohíbe:
1. Cuando sobre alguna de las obligaciones exista retención o contienda promovida
por terceras personas y notificada oportunamente al deudor. Art. 1196.5.
2. Cuando alguna de las deudas provenga del depósito o de las obligaciones del
depositario o del comodatario. Art. 1201
3. Cuando alguna de las deudas sea por alimentos debidos a título gratuito Art.
1202.
La exclusión de la compensación en opinión de la mayoría de la doctrina se refiere al
crédito de alimentos fututos, por lo tanto si cabría la compensación de las pensiones
atrasadas y debidas. Art. 1151.
Efectos de la novación
1. La extinción de la obligación antigua
2. Extinción de las obligaciones accesorias, salvo (art. 1207) la extinción de estas
obligaciones accesorias perjudique a terceros que no hayan dado su consentimiento. Lo
que quiere decir es que la novación es irrelevante frente a terceros que sean titulares de
derechos accesorios y esos terceros, no hayan dado su consentimiento a la novación.
Art. 1143
Art. 1146
Requisios de eficacia
Cuando hablamos de los requisitos de eficacia nos referimos a determinadas
circunstancias que el propio ordenamiento tiene previsto que pueda afectar al
consentimiento, al objeto y a la causa. En estos casos, hasta la concurrencia del requisito
del que se trate, el contrato aunque es válido, no desenvuelve total o parcialmente su
eficacia (art. 1257.2).
2.1 Consentimiento
Arts. 1262 a 1270. El consentimiento es la concordancia de dos o más voluntades de las
partes que celebran el contrato (art. 1262.1). La formación del acuerdo contractual
supone la capacidad de los contratantes.
Para contratar es preciso tener la correspondiente la suficiente capacidad de obrar. Ésta
capacidad no es única, sino que varía de unos contratos a otros dependiendo de la clase
de contrato, de su objeto, del papel que juega el patrimonio del sujeto y todo ello, unido
a la posición que cada parte ocupa en el contrato. En general, podemos decir que tienen
capacidad para contratar los mayores de edad no incapacitados (arts. 322 y 1263). Los
contratantes deben emitir la declaración de voluntad de forma consciente y voluntaria,
es decir, sin vicio de consentimiento. Si falta la capacidad natural de entender y querer,
el contrato es nulo. En estos casos, se precisa esa falta de actitud en el momento de
contratar, ya que la capacidad natural se presume respecto a cualquier persona mayor de
edad cuya capacidad no se haya modificado judicialmente.
Las incapacidades arts. 1263 y 1264. Respecto a los menores no emancipados, pueden
contratar siempre que se trate de contratos que la ley les permita realizar por sí solos o
bien, con asistencia de su representante y también, pueden celebrar los contratos
relativos a bienes y servicios de la vida corriente, propios de su edad conforme a los
usos sociales, si celebra un contrato para el que carece de capacidad, ese contrato podrá
ser objeto de anulación a petición de las personas legitimadas para ello, que son, su
representante hasta el día que sea emancipado o alcance la mayoría de edad o bien, por
el propio menor en el plazo de cuatro años, desde la emancipación o mayoría de edad.
Esta anulabilidad no la puede hacer valer el mayor de edad que contrató con el menor
(arts. 1301 y 1302).
Los menores no mancipados, pueden ser donatarios si se trata de una donación pura. Las
personas con capacidad modificada juidicialmente. Estas personas pueden contratar de
acuerdo con lo establecido en la sentencia que modifique su capacidad, igual que en el
caso anterior, el contrato celebrado por un incapaz puede anularse, si es objeto de
impugnación y se puede interponer la acción por su representante, mientras dura la
incapacidad o bien con el propio incapaz durante 4 años, desde que adquiere la
capacidad (Arts. 1301 y 1302). También hay que tener en cuenta, que tienen una
capacidad restringida los emancipados que hayan obtenido el beneficio de la mayoría o
los que vivan con independencia. Estos pueden contratar por sí solos, únicamente
necesitarán el complemento de capacidad de sus padres o del curador para los contratos
a los que se refiere el art. 323.
Los pródigos. o podrán contratar por sí solos en el ámbito que señale la sentencia, para
los contratos señalados dentro de ese ámbito necesitarán el complemento de capacidad
del curador. La sanción prevista por la existencia de una falta de capacidad, que en este
caso sería una falta de complemento de capacidad cuando sea necesario, en general,
sería la anulabilidad.
Las prohibiciones. El sujeto al que afecta la prohibición es capaz para contratar, sin
embargo, la ley le impide realizar ciertos contratos por concurrir factores basados en
motivos éticos. Las prohiciones siempre son legales (art. 1264).
- Art. 1459 (prohibiciones para comprar);
- Art. 221.1, 221.3 (prohibiciones que se imponen a personas que ostentan cargos
tutelares en relación a los bienes del tutelado);
- Art. 1677 (impide contraer sociedad universal a las personas a quienes está
prohibido otorgarse recíprocamente alguna donación o ventaja.
La sanción en principio es la nulidad (art. 6.3).
El consentimiento contractual para que sea válido tiene que ser emitido por una persona
capaz, consciente y voluntariamente y, por tanto, tiene que estar libre de vicios del
consentimiento (arts. 1265 a 1270). La sanción en caso de vicios del consentimiento es
la anulabilidad.
2.2 Objeto
Al objeto como elemento esencial se refieren los Artículos 1271 y ss CC, y la doctrina
más tradicional ha entendido por objeto del contrato, la realidad social acotada como
base del contrato, y por ello puede tener un contenido muy variopinto. Debe reunir 3
requisitos:
1. Posible: A ello se refiere el art. 1272 CC, ya que el contrato solo será eficaz si
esas prestaciones son posibles. Esta imposibilidad debe ser tanto física como
jurídica y siempre originaria. Además ha de ser duradera, no imputable al deudor
y puede deberse a causas legales (licitud) o a causas naturales.
2. Lícito: La licitud de las cosas refleja que solo pueden ser objeto del contrato
aquellas cosas que no estén fuera del comercio de los hombres (las cosas en sí
no son ilícitas, lo es su comercio) y por otro lado la licitud de los servicios
conforme al art. 1271.3 CC (solo son lícitos aquellos que no sean contrarios a las
leyes a las buenas costumbres).
3. Determinable: Se recoge en el art.1273CC. El objeto tiene que estar
perfectamente identificado e individualizado en el momento de la perfección del
contrato o al menos que en ese momento se den datos suficientes. En cuanto a
las cosas futuras, sí que son posibles conforme al art.1271CC, estructurándolo
bien como una obligación que las partes están obligadas a cumplir con
independencia de que el objeto llegue a existir o bien como que las obligaciones
solo nacerán si la cosa objeto del contrato llega a existir (sometimiento a una
condición). Lo que no se admite es que el objeto sea una herencia futura
(prohibición de pactos sucesorios, salgo en determinados territorios forales)
2.3 Causa
La causa es el fin o resultado perseguido por las partes para la celebración del contrato,
es el fin objetivo y típico que persiguen todos los contratos de la misma clase y que es
independiente de los findes o de los motivos que llevan a las partes a celebrar un
contrato concreto. Nuestro ordenamiento reconoce tantas causas como tipos
contractuales regulados y además causas genéricas (art. 1274, referido a la causa
onerosa, gratuita y remuneradora). Nuestro CC, por tanto, acoge la concepción objetiva
de la causa).
ej. causa de compraventa es el intercambio de bienes por dinero; causa del
arrendamiento, es el intercambio del uso o disfrute de una cosa por dinero; la causa de
la donación es la transmisión de bienes a título gratuito). La causa determina la
naturaleza del contrato. Por lo tanto, los motivos quedan fuera de la causa, carecen de
relevancia.
Ahora bien, hay veces que la jurisprudencia interpreta la ley admitiendo la causa
subjetiva, ya que el art. 1274 no establece imperativamente que la causa sea solo el fin
objetivo, sino que la causa es el fin objetivo salvo que los interesados, en virtud del
principio de autonomía de la voluntad, hayan querido otra cosa y quieren otra cosa
cuando en el contrato concreto de que se trate causalizan los motivos que les llevan a
contrarar, de manera que ese motivo pasa a forma parte de la causa.
Por lo tanto, no es que la causa sea una veces objetiva y otras subjetiva, la causa
siempre es objetiva salvo voluntad contraria de las partes. Tiene que constar claramente.
Los motivos como propósito contractual concreto de las partes, sí tienen trascendencia
cuando son ilícitos, en este caso, integran la causa, se causaliza, la hacen ilícita y el
contrato es nulo. (ej. Contable de Cuétara).
Requisitos de la causa
- La causa debe existir (art. 1275). Los contratos sin causa o con causa ilícita no
produce ningún efecto, es nulo. Ej. una compraventa simulada (no hay
intercambio de cosa por precio).
- La causa se presume que existe aunque no se exprese cual es, siempre que no se
precise, siempre que no se pruebe lo contrario. (art. 1277)
- La causa ha de ser verdadera. La expresión de una causa falta dará lugar a la
nulidad del contrato. Si no se probase que el contrato está fundado en otra causa
verdadera y lícta (art. 1276).
- La causa ha de ser lícita. Lo que se presume mientras no se demuestre lo
contrario. Es ilícita la causa cuando se opone a las leyes o la moral. La sanción
sería la nulidad (art. 1275).
3. La autocontratación
El contrato requiere la intervención de varias partes y que en cada parte concurran
personas diferentes. La autocontratación se refiere al supuesto en que un sujeto actúa al
mismo tiempo como las dos o más partes de un contrato. Esto puede suceder cuando
actuando en representación de otro, un sujeto o una persona, contrata consigo mismo o
bien, contrata actuando en representación de las dos partes. Sobre esta cuestión,
tenemos que recordar en los contratos donde se hace uso de la representación con mayor
frecuencia, tal como admite el Art. 1259.
El ordenamiento, lógicamente, trata estos casos con desconfianza, ya que una persona
no puede defender adecuadamente los intereses contrapuestos de las partes de un
contrato, por eso, se prohíbe la autocontratación tanto en los casos de representación
legal como de representación voluntaria, así se deriva de los arts. 221.2, 221.3, 1429.1 y
1429.2. No obastante, la doctrina y la jurisprudencia señala algunos casos en los que no
debería aplicarse esta prohibición. Casos:
1. Cuando dadas las circunstancias del caso no hay oposición de intereses entre las
partes.
2. Cuando los riesgos derivados de la autocontratación han quedado claramente
eliminados.
3. En aquellos casos en los que el representante cuenta con autorización expresa
para autocontratar por parte de los representados.
Si se infringe la prohibición, la sanción es la nulidad del contrato (art. 6.3). Esta sanción
puede ser contraria al interés del representado que es lo que se persigue proteger.
Algunos autores, entienden que la sanción más conveniente es la anulabilidad, ya que de
esta manera se deja en manos del representado.
4. Clases de contratos
4.1 Típicos y atípicos
Los Contratos Típicos son los que poseen regulación legal en el Ordenamiento Jurídico
civil (CC y otras leyes especiales civiles). Por ejemplo, el contrato de compraventa
(Artículos 1.445 y ss CC) y el contrato de arrendamiento urbano (Ley de
arrendamientos urbanos de 1994).
Los Contratos Atípicos son aquellos que carecen de una especial regulación en el
Ordenamiento jurídico civil. Por ejemplo, el contrato de garaje, el contrato de
hospedaje. Habitualmente se suelen distinguir dentro de estos contratos, dos categorías:
- Los Propiamente Atípicos: Figuras cuya construcción ha sido por completo
creación de las partes.
- Los Mixtos o Complejos: contienen elementos de dos o más esquemas
contractuales típicos. Algunos autores defienden que esto sucede en mayor o
menor medida en prácticamente todos los contratos atípicos, ya que regulados en
la Ley, en general, los elementos del contrato, y, con ocasión de ser producidas
por contratos típicos las más diversas obligaciones de dar y de hacer, es
difícilmente pensable que las partes creen uno de nuevo.
• Onerosos: nacen ventajas o desventajas patrimoniales para ambas partes, es decir, los
sacrificios que realizan las partes están compensados o encuentran su equivalente en
el beneficio que obtienen. Por ejemplo, el contrato de compraventa. Así, el contrato de
compraventa de un bien puede ser sometido a “saneamiento”, ya que se trata de un
contrato oneroso, sino no cabe el saneamiento.
• Gratuitos: el beneficio de una de las partes no está acompañado de ningún sacrificio
que sea su contrapartida. Dicho de otra forma, nacen ventajas o desventajas sólo para
una de las partes. El prototipo del negocio jurídico gratuito es la donación, pero no el
único.
Los contratos normativos (contratos marco) tienen por función regular cómo deberán
comportarse las partes y cuáles serán sus derechos cuando, como consecuencia de su
participación en una actividad, tengan contactos que afecten a sus intereses. Pueden
prever total o parcialmente cuál será el contenido de los contratos que perfeccionen
como consecuencia de esa actividad (suministro de bienes o servicios).
Son los que reglamentan contratos que puedan concluirse en el futuro. Suelen celebrarse
entre empresas o grupos de intereses que quieren dejar convenidas las bases de acuerdos
futuros. No obligan, pues, a celebrar nuevos contratos; pero, caso de perfeccionarlos,
deberán éstos atenerse a las reglas básicas que se pactaron anteriormente. No cabe exigir
el cumplimiento específico; pero el incumplimiento de un contrato normativo puede dar
lugar a la indemnización de daños y perjuicios. Un caso de contrato normativo es el
denominado contrato de tarifa.
Los contratos normativos resultan especialmente útiles cuando las partes representan a
todos o parte de los sujetos que actúan en un sector del mercado, de manera que lo
convenido por ellos vincula a todos sus representados.
● Los contratos forzosos: son aquellos que son obligatorios para una de las partes, por
ley, norma, resolución administrativa o judicial. No hay autonomía de la voluntad en su
suscripción, que resulta obligatoria para las partes, imponiéndose una sanción en caso
de no hacerlo. Los contratos viene determinado por una norma jurídica.
● El contrato normativo es aquel que tiene por objeto establecer la disciplina de un
contrato eventual y futuro. Una variedad de Este es el que fija la forma que deber· tener
el posible futuro contrato.
El efecto del mismo no es la obligación de celebrar el futuro contrato, sino que, si
voluntariamente se celebra, deber contener aquella disciplina o cumplir esta forma. Así,
unos empresarios pueden pactar, como contrato normativo, que sus relaciones entre sí y
las que lleven con terceros sigan lo que han pactado (sobre precios, por ejemplo) o
cumplan la forma que ha previsto (determinada contratación electrónica, por ejemplo).
Precisamente, se llama normativo porque establece una norma a seguir en los contratos
(que se pueden denominar ́normados) que se celebren en lo futuro; lo que puede llevar
a una estandarización de los contratos futuros que serían verdaderos contratos tipo.
El contrato normativo obliga a las partes a que, si celebran los contratos previstos en el
mismo, tengan el contenido previsto: si no lo hacen, se les podrá· reclamar por
incumplimiento. Si se trata de contrato normativo en que se ha previsto la forma del
futuro contrato, si este no cumple tal forma, se considera que ser ineficaz. Es decir, no
constituyen pactos de contrahendo, sino pactos demodo contrahendi,en que la
obligación es la de contratar de cierto modo, caso de que efectivamente se quiera
contratar. Así, el contrato normativo no produce obligación de celebrar futuros
contratos, sino que, si se celebran determinados contratos, la obligación es de hacerlo
respetando las normas establecidas en aquel.
Introducción
El consentimiento contractual, al igual que cualquier otra declaración de voluntad,
siempre asume una forma, verbal o escrita.
La forma escrita puede realizarse a través de documento privado o documento público.
● El documento privado. Se lleva a cabo por los propios contratantes mediante la
plasmación escrita del acuerdo contractual. La existencia del documento privado, una
vez reconocido legalmente, acredita entre las partes la existencia del contrato
propiamente dicho, con el mismo valor que la escritura pública. Art. 1225. No obstante,
el documento privado, incluso legalmente reconocido, carece de eficacia para acreditar
su fecha frente a terceros que pudieran verse perjudicados por la existencia del contrato.
Art. 1227.
● El documento público. Es el extendido o autorizado por empleados o funcionarios
públicos dentro del ámbito de sus competecias, con la solemnidades requeridas por la
ley. Art. 1216. Tienen mejor condición probatoria que los privados ya que de acuerdo
con el art. 1218 hacen prueba, aún contra tercero del hecho que motiva su otorgamiento
y de la fecha de este. Entre los documentos oúblicos, los que tienen mayor relevancia y
profusión, son los notariales y, entre ellos, las escrituras públicas. El otorgamiento de
contratos en documento público, sirve para potenciar sus efectos frente a terceros, pero
eso no excluye la libertad de forma (art. 1278). Por otra parte, esto también tiene un
importante reflejo en el ámbito procesal, ya que el hecho de que un crédito conste en
documento público, concretamente en escritura pública, da al titular del crédito la
posibilidad de acudir directamente a reclamarlo a través de un procedimiento ejecutivo
(art. 517 LEC). El acceso al Registro de la Propiedad, únicamente lo tienen aquellos
derechos que constan en esritura pública y, el hecho de que conste en el Registro de la
Propiedad, garantiza la oponibilidad a terceros. En definitiva, la escritura pública otorga
mayor eficacia a los contratos, a través de la oponibilidad a terceros y de la inscripción
en el Registro de la Propiedad.
2. La oferta y la aceptación.
Son actos jurídicos, que al concurrir sobre un objeto y por una causa, determinan la
perfección de un contrato.
● La oferta es una declaración de voluntad, hecha con intención de obligarse, dirigida por
una persona a otra u otras, proponiéndoles la celebración de un contrato, debiendo
contener todos los elementos esenciales del mismo, de modo que, concurriendo la
aceptación, el negocio quede concluido. El que ha formulado la oferta, se llama oferente
La oferta, en sí misma, no es una declaración vinculante, por lo que no obliga a quien la
realiza, quien podrá revocarla libremente, a no ser que haya fijado un plazo de vigencia
de la misma, en cuyo caso deberá respetarlo.
3. El contrato de adhesión
Es el contrato cuyas cláusulas han sido establecidas por una de las partes, no admitiendo
que la otra las modifique o haga contraofertas, solo que las acepte pura y simplemente o
que no contrate (ej. contrato de suministro de agua, de electricidad, de transporte…).
En estos contratos, no hay tratos previos ni contraofertas, sólo hay una persona que
ofrece celebrar un contrato en determinadas condiciones inalterables, a otra persona o a
una gran masa de público. Por eso decimos que la especialidad de estos contratos radica
en la formación de la oferta.
En estos contratos, las partes se denominan: predisponentes y adherentes. Este tipo de
contratos responden a la necesidad de rapidez del tráfico moderno y también, a la
intervención de dependientes que no tienen ningún poder de decisión, por eso no cabe
ninguna negociación que modifique los modelos de contratos que ya se han redactado
previamente por los especialistas. Esta manera de contratar tiene muchas ventajas:
rapidez, simplicidad…, pero también, muchas desventajas para el público, pues se ve
obligado a aceptar esas cláusulas que se le imponen. Estas desventajas se tratan de
paliar mediante una legislación defensora de los consumidores y también, a través de la
regulación de las condiciones generales de la contratación.
Nos referimos a los supuesto en que el contrato de adhesión está destinado a estar
utilizado en masa. Se ha negado el carácter contractual de los contratos de adhesión,
según algunos autores, se tratan de actos uniletarales, de manera que hay un reglamento
emanado de la parte conceptualmente más fuerte, y un mero acto de sujeción del
adherente. Esta teoría se rechaza por la mayoría de la docrina que entiende que hay un
verdadero consentimiento sobre el contenido del contrato.
Es una directiva de mínimos, esto quiere decir, que la protección que en ella se otorga a
favor de los consumidores puede ser incrementada por los estados miembros al
trasponerla al derecho interno. El concepto de consumidor a los efectos que estamos
estudiando se recoge en el art. 3 TRLGDCU. Según este artículo, es consumidor quien
actúa con un propósito ajeno a su actividad profesional. Si el consumidor es una persona
jurídica además exige que actúen sin ánimo de lucro. Además, este artículo establece
que pueden ser también consumidores los entes sin personalidad que contraten sin
ánimo de lucro y al margen de su actividad comercial.
Las condiciones generales de la contratación se definen en el art. 1.1 LCGC. Aunque el
contrato esté integrado básicamente por condiciones generales, esto no impide que se
introduzcan cláusulas acordadas de forma particular para ese contrato, de forma, que al
resto del contrato sí se le aplica la Ley de Condiciones Generales de la Contratación
siempre que de la apropiación global de ese contrato se concluya que estamos ante un
contrato de adhesión (art. 1.2). Es indiferente que las cláusulas predispuestas hayan sido
o no por el empresario que las utiliza en sus contratos, lo determinante es que se utilicen
para una pluralidad de contratos.
Las condiciones generales de la contratación están sometidas a un doble control:
- Control de incorporación.
- Control de contenido (sólo en contratos con consumidores).
Control de contenido. Pretende evitar que el contenido del contrato sea abusivo en
perjuicio del adherente. Este control sólo se aplica a contratos con consumidores y se
refiere al control de las cláusulas abusivas. Su régimen se recoge en el TRLGDCU.
Ciertamente en las condiciones generales entre profesionales también puede existir
abuso de una posición dominante, pero en este caso, se aplican las normas generales
sobre nulidad contractual. Sólo cuando exista un consumidor frente a un profesional es
cuando se aplica la normativa sobre cláusulas abusivas del texto refundido. Lo primero
que tenemos que destacar es que este régimen de protección de los consumidores no
gira en torno al concepto de condiciones generales de la contratación, sino entorno al
del concepto más amplio de cláusulas no negociadas individualmente, art. 80 y
siguientes.
Aparentemente, el principio de libertad de forma queda muy limitado por el art. 1280,
este artículo, establece que deberán constar en documento público o en documento
privado, según los casos, una larga serie de contratos; concretamente dice que debe
contsra en documento público los actos y contratos que tengan por objeto la creación,
transmisión, modificación o extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles;
después establece que deberán constar por escrito aunque sea privado, los demás
contratos en que la cuantía de las prestaciones de uno o de los dos contratantes excesa
de 1500 pesetas (9€). Los contratos en el 1280, son válidos siempre entre los
contratantes, cuando concurra los requisitos esenciales para su validez entre los efectos
que dichos contratos producen, está la facultad de las partes de exigirse recíprocamente
el cumplimiento de la forma requerida por el art. 1280. Por lo tanto, la forma requerida
por este artículo, no es un requisito para la validez del contrato sino que, de acuerdo con
el art. 1279, una vez celebrado el contrato con los requisitos esenciales para su validez,
las partes pueden compelerse recíprocamente a llenar esa forma del art. 1280. Ahora
bien, es importante tener en cuenta que la posibilidad de hacer efectivas las obligaciones
nacidas del contrato, a pesar del tenor del art. 1280 no depende de que se llene esa
forma.
La función que el art. 1279 asigna a la forma, generalmente, se denomina como forma
“ad probationem” . Ahora bien, este término sólo es correcto cuando la ley contempla la
forma requerida, como el único medio de prueba admisible. Y lo cierto, es que la forma
del art. 1280 no restringe la prueba. En nuestro ordenamiento procesal admite el
principio de libertad de prueba, por eso solo se puede habalr de ad probationem en la
medida en que la forma escrita o documental, facilita la prueba del contrato, con
diferente alcance, según el documento sea público o privado.
Si una de las partes ejercita la facultad que le confiere el art. 1279 compele a la otra
parte para otorgar el contrato en la forma señalada en el art. 1280 si el tribunal le
condena a llenar esa forma y a pesar de eso, el demandado se niega, los tribunales
podrán sustituir su conducta y llevar a cabo la formalización del contrato en la forma
que corresponda.
Algunos contratos a los que se refiere el art. 1280 han de celebrarse para su validez en la
forma requerida por este artículo, sin embargo, esta forma no es ad solemnitatem porque
lo disponga el art. 1280, sino porque lo requiere otra norma. Por ejemplo, el art. 1327
para las capitulaciones matrimoniales.
Es importante destacar, que en los últimos tiempos se está produciendo un renacimiento
del formalisto en materia de derecho de consumo, como un medio de protección a los
consumidores: (art. 63.2 TRLGCU; art. 92-106 relativos a contratos a distancia; art.
107-113 relativos a los contratos fuera de establecimientos mercantiles). Se suele exigir
en materia de derecho de consumo, que los contratos para los que la ley fija un
contenido mínimo, se formalicen por escrito en tantos ejemplares como partes
intervengan, para que uno de los ejemplares se quede en poder del consumidor. La
tendencia es a considerar que estamos ante una forma “ad solemnitatem”. Si bien en
algunas ocasiones, como la forma se establece en beneficio del consumidor únicamente
este, estará legitimado para impugnar el contrato si no se ha cubierto esa forma.
T8. Interpretación, eficacia e ineficacia del contrato
Por ejemplo, en el siguiente supuesto: “A” compra a “B” una finca, pero, por error, en la
escritura de compraventa se hace constar el número y la descripción registral de otra, de
la que “B” también es propietario. Si, a pesar de ello, el comprador toma después
posesión material de la finca que realmente quería adquirir, sin oponerse a ello el
vendedor, el cual, por su parte, continúa en posesión de la finca que se ha hecho constar
en la escritura, cabe deducir que existe un error en la redacción de la misma, por lo que
debe rectificarse para ajustarla a lo realmente querido por las partes.
Conforme al art. 1285 CC, “Las cláusulas de los contratos deberán interpretarse las unas
por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas”
(art. 1285 CC). El precepto se refiere a la denominada interpretación sistemática, según
la cual ha de conjugarse “el tenor de cada cláusula para obtener el resultado del
conjunto”, pues la voluntad de las partes “no se puede encontrar en una cláusula aislada
de las demás, sino en el todo orgánico que constituye” el contrato.
1.2 Criterios objetivos de interpretación
El Código civil proporciona, además, unos criterios interpretativos de carácter objetivo,
basados en los principios de autorresponsabilidad y de protección de la confianza.
a. A tenor del art. 1284 CC, “Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos
sentidos, deberá entenderse en el más adecuado para que produzca efecto”, lo
que es una aplicación del principio de conservación del negocio jurídico.
b. Según el art. 1286 CC, “Las palabras que puedan tener distintas acepciones
serán entendidas en aquella que sea más conforme a la naturaleza y objeto del
contrato”, habiendo precisado la jurisprudencia que la interpretación ha de venir
referida “al sentido propio y ordinario de las palabras en el lenguaje utilizado en
la contratación mercantil, con preferencia a la significación semántica del
académico”; por ello, se ha entendido que la expresión “impuesto”, sin más
especificaciones, contenida en la escritura de compraventa de una finca, con el
pacto de que debía pagarlos el comprador, abarcaba también a los “impuestos
municipales”; y, entre ellos, el impuesto (o arbitrio) sobre incremento del valor
de los terrenos.
c. Dispone el art. 1287 CC, que “El uso o la costumbre del país se tendrán en
cuenta para interpretar las ambigüedades de los contratos, supliendo en éstos la
omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse”.
d. Conforme al art. 1288 CC, “La interpretación de las cláusulas oscuras de un
contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad”,
precepto éste que encuentra un especial campo de aplicación en los contratos de
adhesión.
e. El art. 1289 CC contiene dos criterios, para el caso de que “absolutamente fuere
imposible resolver las dudas por las reglas establecidas en los artículos
precedentes”. Si las dudas “recaen sobre circunstancias accidentales del
contrato, y éste fuere gratuito, se resolverán en favor de la menor transmisión
de derechos e intereses. Si el contrato fuere oneroso, la duda se resolverá en
favor de la mayor reciprocidad de intereses”.
Por el contrario, “Si las dudas de cuya resolución se trata en este artículo recayesen
sobre el objeto principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento
de cuál fue la intención o voluntad de los contratantes, el contrato será nulo”.
1.3 La integración.
Generalmente, hay que afirmar que la interpretación e integración del contrato, son
formas de reflejar la intención real de las partes en la celebración de cualquier acuerdo o
convención de naturaleza contractual, y que será una labor realizada por el juez.
Tiene por finalidad determinar los efectos totales del contrato, cuando estos no han sido
plenamente completados por las partes. Las partes incluyen las previsiones concretas en
el contrato, pero si con ellas no determinan todos los efectos del mismo, con la
integración se completan aquellas previsiones. Así, la integración se apoya en la
calificación y está en la interpretación, con su encadenamiento lógico y sucesivo. La
integración tiene su apoyo legal en el Art. 1258 y en el Art. 1289CC, ya que estos
artículos, señalan los medios de la integración: la buena fe, el uso y la ley.
2. Eficacia del contrato
2.1. Efectos del contrato
Cada contrato produce sus propios efectos particulares, pero además tenemos unos
efectos generales.
- Efecto obligatorio del contrato. Efecto fundamental del contrato es el que obliga
a las partes. “Principio pacta sunt servanda” . La obligatoriedad de los contratos
deriva de consentimiento de manera que no hace falta juramento, ni
formalidades como regla general. El efecto obligatorio se recoge en los arts.
1254, 1256, 1258, 1278, entre otros. El más importante es el art. 1091 que
establece que las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes contratantes y deben cumplirse a tenor de los mismos. Además,
deben cumplirse de acuerdo con todas las consecuencias que se derivan de lo
estipulado y que según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la
ley (art. 1258). El cumplimiento no puede quedar al arbitrio de uno solo de los
contratantes (art. 1256).
- Relatividad del contrato. Del contrato solo nacen efectos para las partes, solo
obligan a los contratantes (art. 1257.1). Salvo que conlleven obligaciones
personalísimas, ya que estas no son transmisibles. Esto tiene como consecuencia
que no obliga a quienes no son parte.
● Son parte: quienes otorgan el contrato, aunque sea mediante
representante (ej. un menor vende su casa pero con la representación de
su padre, el que queda sujeto al contrato es el propio menor); los
herederos cuando se trate de obligaciones transmisibles (art. 1257.1). Si
como consuencia de un negocio inter vivos el puesto de cualquiera de las
partes pasa a ocuparlo un tercero (ej. fusión de contrato), entonces el
cesionario queda oblidago igual que la persona a la que sustituye.
● Los terceros: todos los que no son parte contratante. Los que están
presentes en el acto pero sin ser parte, es decir, sin asumir personalmente
compromisos, sin estipular derechos a su favor: testigos, notario, los
representantes de las partes, los que asisen para dar su complemento de
capacidad o asentir en negocios que no son suyos y cualquier extraño.
Todo esto tiene como consecuencia que de un contrato no pueden nacer
obligaciones de una persona extraña a ese contrato, ya que nadie queda obligado
por un contrato del que nadie es aprte (art. 1259).
Únicamente cabe obligar contractualmente a otro si se cuenta con su
representación legal o voluntaria.
- La irrevocabilidad e inalterabilidad del contrato. Las partes del contrato quedan
vinculadas recíprocamente, de manera que ninguna de ellas puede
unilaterlamente romper ese contrato, en ese sentido decimos que el contrato es
irrevocable.
El contrato tampoco puede ser modificado por voluntad de una de las partes, por
eso decimos que el contrato en inalterable, si se puede revocar ni modificar
unilateralmente. No obstante, si cabe en aquellos casos en que lo dispone la ley o
lo pactaron las partes, asi sucederá en los casos en los que se prevé la
resolución, la rescisión, el desistimiento unilateral, y, también cabe la
modificación de la cláusula “Rebus sic stantibus” .
Sin embargo hay casos, en los que el cambio de circunstancias que se tuvieron en cuenta
en el momento de contratar, respecto a las que se dan en el momento de cumplimiento
excede de lo previsible, y no parece justo que deba cumplirse el contrato conforme a lo
pactado, incluso se cuestiona que persista el deber de cumplir, pues bien este problema
de dificultad de cumplimiento generalmente se da en los contratos de ejecución
continuada o sucesiva.