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Lección 1. La obligación.
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4. El vínculo jurídico: débito y responsabilidad. Las posiciones jurídicas de crédito y
deuda.
El vínculo es el nexo que liga a una persona a la otra, y engloba:
- El débito (deuda o deber de prestación), frente al que existe el derecho (crédito) del
acreedor a exigir el cumplimiento.
- La responsabilidad del deudor en caso de incumplimiento, frente a la que existe el poder
del acreedor de dirigirse contra el patrimonio de aquél.
5. La llamada obligación natural. Concepto, naturaleza jurídica y efectos.
La obligación natural es aquella que, siendo lícita en conciencia, no es, sin embargo,
legalmente exigible por el acreedor. Sólo da lugar a la irrepetibilidad del pago.
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Lección 2. Las fuentes de las obligaciones
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Lección 3. Clasificación de las obligaciones por razón de los sujetos.
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- Relaciones internas (se aplica una regulación especial entre mancomunidad y
solidaridad, pues se debe parte y se responde de todo):
El acreedor que cobra debe dar a cada uno de sus coacreedores su parte
correspondiente, y éstos pueden reclamársela. Y lo mismo aunque no cobre, si la
obligación solidaria se extingue por otra causa en su beneficio o por razón suya.
El deudor que pagó puede reclamar a sus codeudores aquella parte con que deban
contribuir al cumplimiento de la obligación, así como los perjuicios que por su
causa haya habido que indemnizar a los acreedores (art. 1147 del C.c.). Si algún
codeudor resulta insolvente y no paga su parte de la deuda, será suplida su falta por
los demás a prorrata de sus respectivas partes (art. 1145, 3º del C.c.).
Cada deudor frente a los demás codeudores, y cada acreedor frente a los demás
coacreedores, responde de los actos suyos que les sean perjudiciales (arts. 1141 y
1147, 2º del C.c.).
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Lección 4: Clasificación de las obligaciones por razón de la prestación.
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3. La obligación de hacer. Las llamadas obligaciones personalísimas. La obligación de
medios y de resultados. La obligación de rendir cuentas.
La obligación de hacer es toda aquella cuya prestación consiste en una actividad diversa de
la de dar. Puede ser de uno de dos tipos:
- Obligación de medios: consistente en desarrollar una actividad a favor del acreedor pero
sin prometer la obtención con ella de resultado alguno.
- Obligación de resultado: consistente en prometer al acreedor un cierto resultado, con
independencia del trabajo o esfuerzo que ello cueste al obligado o del tiempo que lleve
la realización de lo prometido.
La obligación de rendir cuentas es aquella obligación accesoria (de la obligación de gestión
de cuyo resultado se rinden las cuentas) por la que una persona queda constreñida a exponer
y explicar las actividades de gestión (beneficios obtenidos, gastos realizados, pérdidas
sufridas, etc.) que en asunto de otra persona realizó, debiendo aportar los correspondientes
justificantes.
Las cuentas deben ser rendidas al titular de ese asunto.
4. La obligación de no hacer.
La obligación de no hacer es aquella cuya prestación consiste en una omisión: bien,
simplemente no hacer, bien tolerar que el acreedor haga algo, sin oponerse.
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Lección 5. Clasificación de las obligaciones por razón del vínculo.
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Lección 6. Otras clases de obligaciones.
1. La obligación alternativa.
Cuando el obligado debe ejecutar sólo una prestación a escoger de entre varias, la
obligación se llama alternativa. Puede ser establecida por negocio jurídico o por la ley.
La individualización de la prestación con que ha de cumplirse se llama concentración, y
puede tener lugar antes del cumplimiento o mediante éste (la ejecución de una prestación
supone concentración tácita de la obligación), sin que sea preciso que preceda notificación
del que cumple.
La concentración puede tener lugar de cualquier forma en que sea individualizable la
prestación: bien dejándola en manos del deudor o del acreedor o de un tercero; bien
confiándola al azar o al hacerse imposibles todas las prestaciones menos una.
A partir de la concentración la obligación se convierte en normal, cesando de ser alternativa.
2. La obligación facultativa.
Cuando el obligado debe una prestación, pero puede cumplir, no sólo ejecutando esa, sino
también ejecutando otra, la obligación se llama facultativa.
Se diferencia claramente de la alternativa, ya que, en ésta, se debe una prestación entre
varias, y en la facultativa se debe una prestación individualizada. En aquélla se paga con la
prestación que se debe (después de individualizarla), en ésta se puede pagar con la
prestación que se debe o con otra.
Puede renunciarse, bien de forma expresa o tácita, la facultad de cumplir con la otra
prestación, convirtiéndose la obligación en ordinaria.
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Lección 7. El cumplimiento de la obligación.
4. Los sujetos. Especial consideración del pago del tercero. El destinatario del pago: su
legitimación para cobrar.
En principio, debe pagar el deudor, por sí o ejecutando la prestación mediante otra persona;
pero puede pagar un tercero cualquiera (art. 1158, 1º del C.c.), cuyo pago deberá reunir los
requisitos antes enumerados. No obstante, cuando se tuvo en cuenta la persona que habría
de ejecutar la prestación, sólo puede realizarla ésta (art. 1161 del C.c.).
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El fundamento de que pueda pagar cualquier tercera persona ajena a la obligación, reside en
que tendiendo la prestación a satisfacer un interés del acreedor, a éste no debe importarle
quién la realice, con tal de que se quede satisfecho.
Sobra la capacidad del sujeto que paga, art. 1160 del C.c.: “En las obligaciones de dar no
será válido el pago hecho por quien no tenga la libre disposición de la cosa debida y
capacidad para enajenarla. Sin embargo, si el pago hubiere consistido en una cantidad de
dinero o cosa fungible, no habrá repetición contra el acreedor que la hubiese gastado o
consumido de buena fe.”
El pago debe hacerse, en principio, al acreedor (siéndolo todo sujeto capaz para administrar
sus bienes), en cuyo favor está constituida la obligación, o a otra persona autorizada para
recibirla en su nombre (art. 1162 del C.c.).
Aunque no se haya hecho a las personas anteriores, el pago es válido y libera al deudor
cuando:
- Hecho a un acreedor que no era capaz de recibirlo, le fue útil (art. 1163, 1º del C.c.).
- Hecho a una persona (no acreedora) en posesión del crédito, se le pagó de buena fe (art.
1164 del C.c.).
- Hecho a un tercero, le fue útil al acreedor (art. 1163, 2º del C.c.).
5. Los efectos jurídicos del pago. El pago puramente extintivo. El pago con subrogación.
La llamada subrogación convencional y sus figuras afines. Referencia a la subrogación
y modificación de préstamos hipotecarios.
Los principales efectos jurídicos del pago o cumplimiento son la extinción de la obligación
(art. 1156 del C.c.) y la liberación del deudor.
No obstante, los efectos del pago hecho por tercero son distintos, según los casos:
- En unos (cuando el deudor ignoró o se opuso al pago del tercero), extingue la
obligación y hace nacer otra a cargo del mismo deudor y a favor del tercero que pagó
por él, tendente a obtener el reembolso.
- En otros (cuando el tercero pagó con aprobación del deudor), no extingue la obligación,
sino que produce un cambio de acreedor en la misma, pasando a serlo el tercero que
pagó (pago con subrogación).
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7. La imputación del pago.
La imputación del pago se produce cuando, al existir varias obligaciones iguales, se fija a
cuál de ellas se refiere el pago que se hace.
La fijación de la deuda se apoya:
- En la voluntad del deudor, que puede atribuir el pago a la obligación que desee (art.
1172 del C.c.). Pero mientras que no estén cubiertos los intereses (si una deuda los
produce), el deudor no puede imputar el pago al capital (art. 1173 del C.c.)
- En defecto de la voluntad del deudor, la ley aplica el pago a la más onerosa para el
deudor, de entre las que estén vencidas y, si todas fueren igualmente gravosas, el pago
se imputará a todas a prorrata (arts. 1173 y 1174 del C.c.)
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Lección 8. Los llamados subrogados del pago.
1. La dación en pago.
Aunque el pago deba consistir en la realización exacta de la prestación debida, si el deudor
y el acreedor están de acuerdo, puede verificarse mediante una distinta. Esta figura es
denominada dación en pago.
La dación en pago no está recogida en el C.c., sin embargo, éste la da por supuesta (arts.
1521, 1636 y 1849 del C.c.), aparte de que su admisibilidad se deduce del principio de
autonomía de la voluntad (art. 1255 del C.c.).
El pagar con otra prestación se consigue mediante un contrato compuesto por el acuerdo de
acreedor y deudor, y por el cumplimiento de la prestación nueva.
Para celebrar la dación en pago hace falta que acreedor y deudor puedan contratar, que
aquél pueda disponer del crédito a la prestación que le es debida, y que éste pueda obligarse
y ejecutar la prestación nueva.
La dación está sometida a las reglas del pago, y produce sus efectos: la extinción de la
obligación y sus accesorios.
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Acaba la mora del acreedor:
- Cuando acepta la prestación o está dispuesto a poner de su parte lo necesario para que
pueda ser realizada.
- Cuando la obligación se extingue.
- Cuando se fija un momento posterior para el cumplimiento.
4. La consignación.
La consignación consiste en dejar la cosa debida bajo custodia de la autoridad judicial y a
disposición del acreedor (art. 1178 del C.c.).
La consignación debe ir precedida del ofrecimiento del pago, que debe ajustarse a las reglas
de éste, y ser anunciada previamente a las personas interesadas en el cumplimiento de la
obligación. Ambas cosas se acreditarán ante la autoridad judicial. (arts. 1176, 1177 y 1778
del C.c.).
Según el art. 1176 del C.c., el ofrecimiento de pago no es preciso, pudiendo el deudor
consignar directamente y liberarse sin que haya precedido mora del acreedor:
- Si el acreedor está ausente, cualquiera que sea la causa de dicha ausencia.
- Si está incapacitado para recibir el pago en el momento en que debe hacerse.
- Cuando varias personas pretendan tener derecho a cobrar, o se hay extraviado el título
de la obligación.
La consignación deberá ajustarse a las disposiciones que regulan el pago, de lo contrario,
será ineficaz (art. 1177 del C.c.).
Hecha la consignación, el acreedor puede aceptarla, o el juez declarar que está bien hecha.
En cualquiera de ambos casos, se cierra el ciclo consignativo, y, como sustituye al pago, la
obligación se extingue y el deudor queda liberado.
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Lección 9. El incumplimiento de la obligación.
1. Ideas generales.
La prestación debida puede, de forma voluntaria, ser realizada exactamente por el obligado;
pero también puede éste incumplir totalmente, o, aun cumpliendo, no realizar aquélla
exactamente como debía.
2. La mora del deudor. Concepto y clases. Efectos.
Se llama mora del deudor al retraso jurídicamente relevante en el cumplimiento de la
obligación del que es responsable aquél. No se incurre en ella si la causa del mismo procede
de caso fortuito o fuerza mayor.
Para que el deudor incurra en mora, no basta que por su culpa se retrase el cumplimiento,
sino que hace falta que el acreedor reclame la realización de aquél (art. 1100 del C.c.). Esta
figura se llama mora mediante reclamación.
Se incurre en mora automáticamente (sin necesidad de requerimiento del acreedor) en los
siguientes casos:
- Aquellos en los que la obligación o la ley lo determinen (art. 1100 del C.c.).
- Aquellos en los que la naturaleza y circunstancias de la obligación resulte que la
designación de la época en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio fue
motivo determinante para establecerla.
Cuando se trata de obligaciones recíprocas, para que uno de los deudores incurra en mora
no basta la llegada del momento del cumplimiento (si se trata de obligación en la que la
mora se produce automáticamente) o el requerimiento del acreedor (si éste es preciso para
constituir en mora el obligado), sino que hace falta además que la otra parte cumpla.
Efectos de la mora son:
- El deber de indemnizar el daño que cause al acreedor.
- El que a partir de la misma, el deudor pasa a responder no sólo de la imposibilidad de
cumplir la prestación por culpa suya, sino también de la que proceda de caso fortuito o
fuerza mayor.
Hechos que producen la cesación de la mora son:
- El cumplimiento o cualquier otra causa de extinción de la obligación.
- La concesión de una prórroga del momento del cumplimiento.
- El que incurra en mora el acreedor.
- El que, si se trata de obligaciones recíprocas, incurra en mora la otra parte.
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4. El incumplimiento definitivo. La imposibilidad sobrevenida y la frustración del fin del
negocio.
El incumplimiento total se da cuando falta por completo la realización de la prestación
debida.
Hay imposibilidad sobrevenida de la prestación cuando, sin responsabilidad para él, el
deudor no puede realizar la prestación por causas sobrevenidas, extinguiéndose así la
obligación (art. 1182 y 1184 del C.c.).
La obligación no se extingue si el deudor es responsable de la imposibilidad, y lo es:
- Si ésta procede de culpa suya (art. 1182 del C.c.); culpa que se presume si la prestación
se hubiese hecho imposible en su poder (art. 1183 del C.c.).
- Cuando así lo establece la ley o la obligación (art. 1105 del C.c.).
- Cuando se produce después de haberse constituido aquél en mora (art. 1182 del C.c.).
- Cuando se halla comprometido a entregar una cosa a dos o más personas diversas (art.
1096, 3º del C.c.).
- Cuando la deuda procedía de delito o falta (art. 1185 del C.c.).
Hay frustración del fin del negocio cuando, por causas sobrevenidas, se produce un
cambio en las circunstancias objetivas del mismo, que hace que las partes ya no tengan
interés en el cumplimiento del negocio, al haber perdido éste su sentido original por dicho
cambio.
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Lección 10. La responsabilidad del deudor.
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La ley concede al acreedor la facultad de pedir cumplimiento e indemnización cuando se
trata de obligaciones recíprocas y la otra parte no cumplió la suya (art. 1124 del C.c.).
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Lección 11. La protección legal del crédito.
1. Idea general.
Se llaman medios de tutela del derecho de crédito al conjunto de acciones que el O.J. pone
al alcance del acreedor para reclamar la satisfacción de su interés, cuando éste se ha visto
insatisfecho total o parcialmente (tutela defensiva) o existe el peligro de que la
insatisfacción pueda producirse (tutela preventiva).
De las consideraciones anteriores se deduce que el acreedor puede proteger su crédito antes
y después de ser exigible: en el primer caso, los citados medios de defensa actúan
preventivamente para evitar un posible incumplimiento, y en el segundo, actúan
represivamente con el fin de reparar el perjuicio creado por el incumplimiento.
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b) Cuando el deudor enajena bienes a título gratuito, pues no es justo que haga
liberalidades a terceros, en perjuicio de sus acreedores, quien carece de otros bienes
para pagar a éstos.
Si la acción revocatoria prospera, el acto atacado deviene ineficaz frente al acreedor que la
interpuso, y, por tanto, los bienes sobre que aquél recayó quedan sometidos a la acción del
acreedor como si estuviesen en el patrimonio del deudor. La parte no necesaria para la
satisfacción del derecho del acreedor, ni queda para el deudor ni pueden aprovecharla otros
posibles acreedores suyos.
Si la devolución de los bienes no es posible por cualquier causa, el que los adquirió de mala
fe deberá indemnizar al acreedor los perjuicios que la enajenación le hubiese ocasionado
(art. 1298 del C.c.).
La devolución no es posible cuando las cosas objeto del acto fraudulento se hallasen
legalmente en poder de terceras personas que no hubiesen procedido de mala fe (art. 1295
del C.c.).
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6. La prelación de créditos: los créditos privilegiados. Los principales supuestos previstos
por las leyes. Referencia al concurso de acreedores.
Privilegio es la preferencia de que, por disposición de la ley, gozan ciertos créditos para ser
cobrados antes que otros, sobre los bienes del deudor o sobre alguno de ellos en particular.
El C.c. principalmente se ocupa de los privilegios al regular el concurso de acreedores sobre
los bienes del deudor cuyo patrimonio es insuficiente para hacer frente a sus obligaciones
(arts. 1921 a 1925 del C.c.):
- Art. 1921 del C.c.:
“Los créditos se clasificarán, para su graduación y pago, por el orden y en los términos
que en este capítulo se establecen.
En caso de concurso, la clasificación y graduación de los créditos se regirá por lo
establecido en la Ley Concursal.”
- Art. 1922 del C.c.:
“Con relación a determinados bienes muebles del deudor, gozan de preferencia:
1. Los créditos por construcción, reparación, conservación o precio de venta de
bienes muebles que estén en poder del deudor, hasta donde alcance el valor de los
mismos.
2. Los garantizados con prenda que se halle en poder del acreedor, sobre la cosa
empeñada y hasta donde alcance su valor.
3. Los garantizados con fianza de efectos o valores, constituida en establecimiento
público o mercantil, sobre la fianza y por el valor de los efectos de la misma.
4. Los créditos por transporte, sobre los efectos transportados, por el precio del
mismo, gastos y derechos de conducción y conservación, hasta la entrega y durante
treinta días después de ésta.
5. Los de hospedaje, sobre los muebles del deudor existentes en la posada.
6. Los créditos por semillas y gastos de cultivo y recolección anticipados al deudor,
sobre los frutos de la cosecha para que sirvieron.
7. Los créditos por alquileres y rentas de un año, sobre los bienes muebles del
arrendatario existentes en la finca arrendada y sobre los frutos de la misma.
Si los bienes muebles sobre que recae la preferencia hubieren sido sustraídos, el
acreedor podrá reclamarlos de quien los tuviese, dentro del término de treinta días
contados desde que ocurrió la sustracción.”
- Art. 1923 del C.c.:
“Con relación a determinados bienes inmuebles y derechos reales del deudor, gozan de
preferencia:
1. Los créditos a favor del Estado, sobre los bienes de los contribuyentes, por el
importe de la última anualidad, vencida y no pagada, de los impuestos que graviten
sobre ellos.
2. Los créditos de los aseguradores, sobre los bienes asegurados, por los premios del
seguro de dos años; y, si fuere el seguro mutuo, por los dos últimos dividendos que
se hubiesen repartido.
3. Los créditos hipotecarios y los refaccionarios, anotados e inscritos en el Registro
de la Propiedad, sobre los bienes hipotecados o que hubiesen sido objeto de la
refacción.
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4. Los créditos preventivamente anotados en el Registro de la Propiedad, en virtud de
mandamiento judicial, por embargos, secuestros o ejecución de sentencias, sobre
los bienes anotados, y sólo en cuanto a créditos posteriores.
5. Los refaccionarios no anotados ni inscritos, sobre los inmuebles a que la refacción
se refiera, y sólo respecto a otros créditos distintos de los expresados en los cuatro
números anteriores.”
- Art. 1924 del C.c.:
“Con relación a los demás bienes muebles e inmuebles del deudor, gozan de
preferencia:
1. Los créditos a favor de la provincia o del Municipio, por los impuestos de la última
anualidad vencida y no pagada, no comprendidos en el artículo 1.923, número 1.
2. Los devengados:
a. Por los funerales del deudor, según el uso del lugar, y también los de su
cónyuge y los de sus hijos constituidos bajo su patria potestad, si no tuviesen
bienes propios.
b. Por gastos de la última enfermedad de las mismas personas, causados en el
último año, contado hasta el día del fallecimiento.
c. Por los salarios y sueldos de los trabajadores por cuenta ajena y del servicio
doméstico correspondientes al último año.
d. Por las cuotas correspondientes a los regímenes obligatorios de subsidios,
seguros sociales y mutualismo laboral por el mismo período de tiempo que
señala el apartado anterior, siempre que no tengan reconocida mayor
preferencia con arreglo al artículo precedente.
e. Por anticipaciones hechas al deudor, para sí y su familia constituida bajo su
autoridad, en comestibles, vestido o calzado, en el mismo período de tiempo.
3. Los créditos que sin privilegio especial consten:
a. En escritura pública.
b. Por sentencia firme, si hubiesen sido objeto de litigio.
Estos créditos tendrán preferencia entre sí por el orden de antigüedad de las fechas de
las escrituras y de las sentencias.”
- Art. 1925 del C.c.:
“No gozarán de preferencia los créditos de cualquiera otra clase, o por cualquiera otro
título, no comprendidos en los artículos anteriores.”
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Lección 12. Garantías convencionales de la obligación.
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Lección 13. La modificación de la relación obligatoria.
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3. La modificación subjetiva por cambio de deudor: la asunción de deuda, la delegación y
la expromisión.
El cambio de deudor puede realizarse mediante:
- Expromisión: consiste en un acuerdo entre el acreedor y el nuevo deudor, que toma
sobre sí la obligación, liberando al antiguo, para lo que no es necesario el
consentimiento de éste (art. 1205 del C.c.).
- Delegación: consiste en un acuerdo entre el deudor antiguo y el nuevo, por el que éste
se hace cargo de la deuda (art. 1206 del C.c.), requiriéndose para ello el consentimiento
del acreedor (art. 1205 del C.c.).
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Lección 14. Otras causas de extinción de la obligación.
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- El art. 1188 dispone que la entrega del documento justificativo de un crédito, hecha
voluntariamente por el acreedor al deudor, implica la renuncia de la acción que el
primero tenia contra el segundo.
- El art. 1189 dispone que siempre que el documento privado donde resulte la deuda se
hallare en poder del deudor, se presumirá que el acreedor lo entregó voluntariamente, a
no ser que se pruebe lo contrario.
- El art. 1191 dispone que se presumirá remitida la obligación accesoria de prenda,
cuando la cosa pignorada, después de entregada al acreedor, se hallare en poder del
deudor.
Artículo 1110 del C.c.: “El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna respecto a
los intereses, extingue la obligación del deudor en cuanto a éstos.”
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II. EL CONTRATO EN GENERAL
1. Los distintos puntos de vista: el contrato como acto, como norma y como fuente de
obligaciones.
El contrato como acto: aquel negocio jurídico bilateral o plurilateral, donde se emiten
dos o más declaraciones de voluntad de las partes que lo celebran.
Art. 1091 del C.c.: “Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos.”
Art. 1089 del C.c.: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi
contratos, y de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de
culpa o negligencia.”
Por ello, el término contrato puede entenderse desde este punto de vista, como un
acuerdo de voluntades de dos o mas partes por el que se generan obligaciones.
Art. 1254 C.c.: “El contrato existe desde que una o varias personas consienten en
obligarse, respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio.”
Definición: negocio jurídico inter vivos, que puede ser bilateral o plurilateral.
Consistente en dos o más declaraciones de voluntad entre dos o más partes, en virtud del
cual se crean, modifican o extinguen obligaciones.
Principio fundamental que rige las relaciones en materia contractual, por el cual el
sujeto tiene autonomía de la voluntad para decidir celebrar o no un contrato y regular
sus relaciones jurídicas como quiera si decide celebrarlo.
Art. 1255 del C.c.: “Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y
condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a
la moral ni al orden público.”
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3. Elementos del contrato: consentimiento, objeto y causa. La forma del contrato
Art. 1261 del C.c.: “No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes:
1º Consentimiento de los contratantes. 2º Objeto cierto que sea materia del contrato. 3º
Causa de la obligación que se establezca.”
3. La causa (o fin): se regula en los arts. 1274, 1275, 1276 y 1277 del C.c. En ellos se
establece que la causa del contrato deberá de ser siempre lícita y justa para garantizar su
validez. Además, el artículo 1274 del C.c. establece las distintas causas de las
obligaciones, en función del tipo de contrato.
El artículo 1279 del C.c. ilustra de manera clara esta idea de eficacia del contrato, ya
que cuando la Ley exija el otorgamiento de escritura u otro medio para hacer efectivas
las obligaciones será necesario cumplirlo para que el contrato sea eficaz en caso de
reclamación.
También existen los contratos de forma ad probationem, que no exigen una determinada
forma para su validez, sino que tienen como fin permitir que los contratos puedan ser
probados frente a terceros, en caso de que se produjese una reclamación ante los
Tribunal. El artículo 1280 del C.c. detalla que contratos deberán constar en documento
público para establecer los medios de prueba y dotarles de eficacia jurídica.
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Lección 16. La formación del contrato.
Art. 1262 del C.c.: “el consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la
aceptación sobre la cosa y la causa que han de constituir el contrato.”
Los tratos preliminares no implican nunca la celebración del contrato (no origina
derechos ni obligaciones para las partes), pero si obligan a indemnizar (responsabilidad
extracontractual) a la otra parte si le hubiese ocasionado daños (acto ilícito, aplicación
del art. 1902 del C.c.) y no existiera causas de justificación de la ruptura del trato.
La oferta:
Una vez emitida la oferta, si la otra parte acepta, el oferente quedara obligado y el
contrato quedaré celebrado una vez llegue a conocimiento del oferente tal aceptación.
Para que haya oferta es necesario que se incluyan todos los elementos que posibiliten
que el contrato pueda perfeccionarse mediante la aceptación pura.
También es posible que previamente se acuerde, dentro de unos limites establecidos por
el oferente, estar conforme con la cantidad que fije el aceptante.
La oferta puede ser revocada o retirada por el oferente mientras que la celebración del
contrato no tenga lugar.
La contraoferta:
Cuando la oferta no es aceptada totalmente por la persona a quien iba dirigida, sino que
ésta introduce modificaciones en la oferta original, se produce una contraoferta
(segunda oferta) que irá dirigida al antiguo oferente.
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3. La aceptación de la oferta.
Esta aceptación debe de consistir en una admisión pura de la oferta, y no debe introducir
modificaciones, ya que si lo hiciera se produciría, no una aceptación, sino una
contraoferta. No obstante, existen ciertas circunstancias que permiten al aceptante
introducir modificaciones una vez ha aceptado la oferta.
Como regla general para que la aceptación permita la perfección del contrato, ésta debe
llegar a conocimiento del oferente antes de la extinción de la oferta.
Art. 1262 del C.c.: “Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la
aceptó, hay consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que,
habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena fe. El
contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la oferta. En los
contratos celebrados mediante dispositivos automáticos hay consentimiento desde que
se manifiesta la aceptación.”
Art. 1258 del C.c.: “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde
entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a
todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso
y a la ley.”
A partir de este artículo es posible determinar que los contratos se perfeccionan por el
mero consentimiento. Aunque, existen determinado contratos (los reales) que requieren,
además, de otros elementos (entregar la cosa) para que se perfeccionen.
El lugar donde se produce la perfección del contrato es aquel donde se hizo la oferta
(art. 1262. 2º C.c.).
Si tan pronto como se perfecciona el contrato, éste no es eficaz, sus efectos (nacimiento,
modificación o extinción de obligaciones) quedarán suspendidos hasta que el contrato
resultara eficaz.
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5. El precontrato: concepto, construcción jurídica, contenido y efectos.
Los requisitos del precontrato no son otros que los del contrato al que precede.
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Lección 17. El contenido del contrato. Su interpretación.
La autocontratación:
Se trata del llamado contrato del representante consigo mismo (autocontrato), donde el
representante de las partes contratantes coincide, actuando éste en nombre y por cuenta
de ambos.
El contrato de adhesión:
Es aquel cuyas cláusulas han sido preestablecidas por una de las partes contratantes, que
no admite que la otra parte pueda introducir modificaciones de ningún tipo, sino que
simplemente se limite a aceptarlas tal y como estan o que no contrate si no está de
acuerdo.
Por ello, a todos los contratos en que una de las partes (el aceptante) se adhiere
totalmente a la oferta de la otra sin admitir discusión, negociación ni contraoferta sobre
las cláusulas ya preestablecidas, se les denomina contratos de adhesión.
Por lo general estos tipos de contratos son ofrecidos al público en general y tienen como
objetivo evitar largas negociaciones y dotar de uniformidad la redacción de modelos
establecidos para la contratación masiva.
Un ejemplo claro de contrato de adhesión son los que ofrecen las grandes empresas
de suministros energéticos (agua, gas, electricidad…) o del transporte colectivo
(billetes, abonos…) donde si previamente no se estableciesen las cláusulas y el
contenido del contrato, cada cliente podría modificarlas, lo que entorpecería
enormemente las cosas.
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Las condiciones generales del contrato (c.g.c) incluyen aquellas condiciones dirigidas
uniformemente a la celebración masiva de contratos.
Art. 1288 del C.c.: “La interpretación de las cláusulas oscuras de un contrato no
deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad.”
No fue hasta el año 1998 cuando el O.J. español dispuso de una regulación normativa
sobre las condiciones generales de contratación, con la Ley 7/1998, de Condiciones
Generales de Contratación (LCGC).
Art. 2.1 LCGC: La presente Ley será de aplicación a los contratos que contengan
condiciones generales celebrados entre un profesional -predisponente- y cualquier
persona física o jurídica -adherente-.
Se entiende que solo se aplicará la presente Ley a los contratos de adhesión integrados
por c.g.c.
Los artículos 2.2 y 2.3, definen lo que debe entenderse por profesional y por adherente,
respectivamente.
Una vez que una cláusula contractual es susceptible de ser calificada como una c.g.c.,
está sometida a un doble mecanismo de control:
a) El control de inclusión, que establece los requisitos donde las c.g.c quedan
incorporadas al contrato (art. 5 LCGC), con el fin de garantizar que la otra parte (el
adherente) pueda conocer el contenido del contrato al que se adhiere.
b) El control de contenido establece los criterios que determinaran la validez o nulidad
de una c.g.c. Arts. 8.1 y 8.2 LCGC.
Sobre las cláusulas abusivas la LCGC no recoge una lista de las c.g.c. que deben de ser
consideradas abusivas respecto al consumidor.
34
3. La interpretación del contrato.
Art. 1281 del C.c. Realiza una interpretación fundamentada en el principio in claris
non fit interpretatio.
Art. 1283 del C.c. Según esta interpretación no es posible realizar una interpretación
extensiva de los contratos, sino restrictiva.
Art. 1284 del C.c. Equivale a la interpretación más eficaz del contrato. Se busca el
que contrato produzca la mayor eficacia posible.
Art. 1286 del C.c. Realiza una interpretación coherente, conforme a la naturaleza y
objeto del contrato.
Art. 1288 del C.c. Realiza una interpretación contra profferentem. Una persona que
ha causado intencionadamente una oscuridad o ambigüedad en el contrato, con la
finalidad de verse favorecido, no lo hará según esta interpretación.
Art. 1289 del C.c. Actúa como cláusula de cierre y establece que cuando hay dudas
sobre el elemento accidental habrá que diferencias entre si es un tipo de contrato u otro,
pero cuando hay dudas sobre el elemento principal, el contrato resulta nulo a todos los
efectos.
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Lección 18. Las diversas clases de contratos.
1. Típicos y atípicos.
Atípicos: son aquellos contratos que carecen de una regulación legal específica.
Ejemplo: el contrato de hospedaje.
Dentro de los contratos atípicos, cabe diferenciar entre los propiamente atípicos, que
son aquellos cuya construcción ha sido obra de las partes, y los mixtos, que son
aquellos contratos realizados por la partes, sin ninguna regulación legal, pero que toman
obligaciones y elementos de los distintos contratos típicos existentes.
1- Todas las normas legales de carácter imperativo adecuadas a los contratos. Como las
relativas a la estructura de todo contrato del art. 1261.3º del C.c.. No por se un contrato
atípico, puede admitirse un contrato sin causa.
3- Las normas legales dirigidas a los contratos en general. El art. 1258 del C.c. establece
que es posible encontrar regulación para el contrato atípico de lo que se deduzca de la
buena fe o establezca el uso (además de la Ley).
Además existen tres teorías fundamentales aplicables cuando esta regulación resulte
insuficiente.
Partiendo de la premisa de que todos los contratos son negocios jurídicos bilaterales o
plurilaterales, hay que diferenciar que pueden o no generar obligaciones para las dos partes
contratantes.
Unilaterales: son aquellos contratos que sólo generan obligaciones para una de las
partes contratantes. Ejemplo: la donación o el mandato, aunque este ultimo es mas
correcto catalogarlo dentro de los bilaterales imperfectos, ya que puede ser unilateral o
bilateral, dependiendo de si hay o no remuneración a cambio de la prestación.
Bilaterales: son aquellos contratos que generan obligaciones para las dos partes
(recíprocas). Ejemplos: la compraventa, permuta, arrendamiento… la mayoría de
contratos son de este tipo.
En los contratos bilaterales imperfectos sólo una de las partes queda obligada
(obligación básica), y la otra, eventualmente, podría quedar obligada, pero no como una
contraprestación.
36
En referencia a esto el art. 1779 del C.c. especifica que el depositante (tiene la
obligación eventual) estará obligado a pagar (pese a ser un contrato gratuito) al
depositario (tiene la obligación básica de conservar la cosa) los gastos ocasionados por
conservar la cosa depositada.
Obligatorios: son aquellos contratos que una vez han sido perfeccionados, producen
inmediatamente la creación de obligaciones para las partes, pero que en ningún caso
transmiten derechos reales. Ejemplo: la compraventa, donde una vez celebrado el
contrato, nacerán obligaciones para ambas partes, pero el vendedor seguirá siendo el
propietario de la cosa vendida hasta que no se la entregue al comprador (tradición).
Oneroso: son aquellos contratos que requieren un esfuerzo por parte de ambas partes
contratantes.
Gratuitos: son aquellos contratos que se hacen sin esperar nada a cambio, la prestación
es gratuita. Ejemplos: tanto el mandato como el mutuo pueden ser contratos gratuitos.
Conmutativos: son aquellos contratos en los que su realización no depende del azar,
sino que todo esta perfectamente determinado. Ejemplo: el arrendamiento de la
vivienda X por la renta W.
Art. 1790 del C.c.: “Por el contrato aleatorio, una de las partes, o ambas
recíprocamente, se obligan a dar o hacer alguna cosa en equivalencia de lo que la otra
parte ha de dar o hacer para el caso de un acontecimiento incierto, o que ha de ocurrir
en tiempo indeterminado.”
Los particulares pueden celebrar los contratos conmutativos y los aleatorios que regula
la Ley o bien crear otros atípicos, o hacer aleatorios contratos regulados como
conmutativos.
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6. Contratos instantáneos, duraderos y de ejecución periódica.
De ejecución periódica: son aquellos contratos de los que nacen obligaciones que
deben cumplirse cada cierto periodo de tiempo, requiriendo realizar actos reiterados
(con regularidad). Ejemplo: el arrendamiento, donde se debe pagar una renta mensual
al arrendador.
7. Contratos normativos.
Normativos: son aquellos contratos que tienen como finalidad establecer una
reglamentación que las partes deberán respetar, cuando eventualmente celebren futuros
contratos entre sí o con terceros.
8. Contratos forzosos.
Forzosos: son aquellos contratos donde se impone (por ipso iure, fallo judicial o orden
de la Administración) el deber de celebrarlo y se obliga a una de las partes a aceptarlo,
siempre que tal aceptación se ampare en la Ley. Ejemplo: la expropiación pública
forzosa.
Comodato (cosas)
Préstamo
Contratos reales quoad constitutionem Mutuo (dinero)
Depósito
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Lección 19. La eficacia del contrato.
Como regla general la perfección del contrato se obtiene con el consentimiento, aunque
en ocasiones es necesaria la entrega de la cosa.
En referencia a esta regla general, el art. 1258 del C.c. establece que: “Los contratos se
perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al
cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que,
según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.”
El contrato en general, tiene efecto obligatorio (fuerza de obligar) para las partes
contratantes, desde que se emite y conoce el consentimiento de las partes (se generan
obligaciones, que son el efecto). Pacta sunt servanda.
El principio de inalterabilidad, recogido en los arts. 1256 y 1115 del C.c, establece
que el contrato no puede modificarse ni alterarse unilateralmente.
Art. 1256 del C.c.: “La validez y el cumplimiento de los contratos no pueden dejarse al
arbitrio de uno de los contratantes.”
El principio de irrevocabilidad (véase el art. 1256 del C.c. antes citado), establece que
el contrato no puede revocarse por voluntad de un contratante (unilateralmente).
El principio de relatividad, ilustrado en el art. 1257 del C.c., establece que el efecto
del contrato se da exclusivamente entre las partes contratantes (no afecta a una tercera
parte).
Art. 1257 del C.c.: “Los contratos sólo producen efecto entre las partes que los otorgan
(…).”
Estos casos son: los contratos a favor de un tercero, los contratos a cargo de un tercero y
los contratos en daño de tercero.
La estipulación a favor del tercero puede ser revocada siempre, antes de que el
obligado (promitente) conozca la aceptación del beneficiario. Aunque una vez conocida
la aceptación del tercero el contrato será irrevocable.
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Por su parte, el estipulante, antes de la aceptación del tercero, puede renunciar
voluntariamente a exigir la prestación pactada.
Beneficiario de la prestación
Se obliga a del promitente.
realizar la
obligación a
favor del tercero.
El contrato a cargo de tercero se da cuando una parte promete a la otra parte que un
tercero realizará la prestación (queda obligado).
Ejemplo:
Entrega cosa
Proveedor X X Supermercado
Compraventa de mercancías
Paga precio
X
Transportista (tercero): requiere el consentimiento del tercero, que puede
ser previo a la celebración del contrato anterior, en cuyo caso la obligación
nace con la celebración del contrato, o bien posterior, en cuyo caso la
obligación nace cuando consiente.
5.1. A veces a causa de la celebración de un contrato, a un tercero se le causa daño. Para que
haya un contrato en daño de tercero, el daño tiene que ser la causa (se da mucho en contratos
mercantiles). Puede que los dos sujetos quieran causar el daño o solamente uno:
- Cuando los dos contratantes quieren causar daño, hablamos de una causa ilícita. Estos
contratos son nulos.
- Cuando sólo una de las partes conoce la causa de causar daño, no hay causa ilícita, habría una
responsabilidad para quien causa daño.
Art. 1291 del C.c., sobre la rescisión del contrato por fraude de acreedores.
Anula el contrato fraudulento, aun siendo valido, porque sigue una finalidad dañina para los
acreedores (quietarse patrimonio para no pagarles). Despatrimonalización para no pagar a los
acreedores. Suele hacerse entre familiares.
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Lección 20. Los contratos celebrados por los consumidores y usuarios.
1. La pluralidad normativa.
1.1. Antes de la aprobación del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores
y Usuarios y otras leyes complementarias (LGDCU en adelante), existía una gran pluralidad
normativa sobre la materia. Algunos de estos textos refundidos son:
Ley 22/1994, de 6 de julio, de responsabilidad civil por los daños causados por productos
defectuosos.
A nivel autonómico existe el Codi de Consum de Catalunya, que refundió toda la legislación
autonómica existente sobre esta materia.
2.1. El artículo 3 del Real Decreto Legislativo 1/2007 establece el concepto general de
consumidor y de usuario de la siguiente manera:
“A efectos de esta norma y sin perjuicio de lo dispuesto expresamente en sus libros tercero y
cuarto, son consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que actúan en un ámbito
ajeno a una actividad empresarial o profesional.”
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3.2. El artículo 60 LGDCU trata sobre el deber de informar previamente al consumidor antes
de celebrar ningún contrato.
El primer punto del art. 60 establece que: Antes de contratar, el empresario deberá poner a
disposición del consumidor y usuario de forma clara, comprensible y adaptada a las
circunstancias la información relevante, veraz y suficiente sobre las características esenciales
del contrato, en particular sobre sus condiciones jurídicas y económicas, y de los bienes o
servicios objeto del mismo.
En el último punto se garantiza que toda esta información precontractual deberá ser facilitada de
forma gratuita al consumidor.
Además, de toda esta información, el art. 97 la complementa con más datos que el empresario
deberá de poner en conocimiento del consumidor antes de que contrate.
4.1. El presente Real Decreto Legislativo 1/2007 dedica todo el Título II a las cláusulas
abusivas de los contratos.
El artículo 82.1 LGDCU da una definición del concepto de cláusulas abusivas: “Se
considerarán cláusulas abusivas todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y
todas aquéllas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias de la
buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los
derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato.”
5. La facultad de desistimiento.
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6. Las garantías.
6.1. El artículo 114. LGDCU establece cuales son los principios generales de las garantías de
los consumidores y usuarios.
“El vendedor está obligado a entregar al consumidor y usuario productos que sean conformes
con el contrato, respondiendo frente a él de cualquier falta de conformidad que exista en el
momento de la entrega del producto.”
Además, en el artículo 125.1. LGDCU se fija la garantía comercial adicional, que sirve como
instrumento, para dar aun más seguridad a los consumidores y usuarios.
“La garantía comercial es aquella que puede ofrecerse adicionalmente con carácter voluntario
y obligará a quien figure como garante en las condiciones establecidas en el documento de
garantía y en la correspondiente publicidad.”
El artículo 123.1. LGDCU fija los plazos de garantía entre uno y dos años desde la entrega del
producto.
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Lección 21. La modificación y la extinción del contrato.
1.1. La modificación o extinción del contrato por alteraciones de las circunstancias básicas es
posible, en aquellos casos concretos que establezca la ley o por estipulación de ambas partes,
siempre que no contradiga a una norma imperativa.
Para poder revisar y modificar las circunstancias básicas de un contrato deben cumplirse una
serie de requisitos:
Cabe destacar que la revisión podrá obtenerse y así, ajustarse el contrato a las nuevas
circunstancias, siempre que la parte perjudicada lo pida.
2. La cesión del contrato. La posición de parte contractual como objeto del tráfico. El
negocio de transmisión. Supuestos concretos de cesión. Su distinción respecto del
subcontrato: concepto y supuestos.
2.1. La cesión o transmisión del contrato a favor de tercero se da cuando un tercero ocupa la
posición contractual de una de las partes. Se trata, pues, de una novación subjetiva de la relación
contractual.
Se trata de una excepción al principio de relatividad contractual que proclama el art. 1257 del
C.c., donde se establece que en los contratos solo se obligan las partes contratantes y es eficaz
entre estas.
Arrendador X X Arrendatario
cede uso de cosa paga precio
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Si el arrendador (cedente) vende su finca a otro (cesionario), el nuevo propietario se convertirá
en el arrendador del antiguo arrendatario, ya que el contrato de arrendamiento se mantendrá (no
se extingue), en tanto que solo se cede el contrato existente a otro.
2.2. Para que el negocio de transmisión del propio contrato trasmitido, sea eficaz es necesario
el consentimiento del contratante del primer contrato (negocio cedido) que no interviene en el
segundo (negocio de cesión).
A compraventa B -------------------- C
a) Cesión mortis causa: en los casos de sucesión por causa de muerte, las obligaciones del
causante son transmitidas al heredero, incluyendo las relaciones contractuales, salvo las
obligaciones de carácter personalísimo.
b) Cesión inter vivos: los contratos también son transmisibles inter vivos, ejemplo de ello es la
ya citada Ley de Arrendamientos Urbanos y Rústicos, de 1994 y 1980 respectivamente.
Además, como regla general, se admite que la cesión de los contratos debe basarse en el
principio de autonomía de la voluntad de las partes contratantes (véase art. 1255 del C.c.)
2.4. En el subcontrato el primer celebrado contrato subsiste entre las partes, pero una de las
partes, a su vez, otorga otro contrato con un tercero (subcontratista).
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3. La extinción del contrato: sus diversas causas.
El artículo 1156 del C.c. específica las causas que extinguen las obligaciones, causas que son
extrapolables a los contratos.
A
Ejemplo: Acreedor W B Pluralidad de deudores solidarios.
C Deben 9000€ a W
Por la compensación.
Ejemplo: A B
Debe 300€ a B B pide a A que le pague 200€
y la obligación quedara extinguida.
B A
Debe 100€ a A
Por la novación.
Puede ser simplemente modificativa, por lo que no provocará la extinción del contrato.
Como la invalidez del contrato por nulidad radical o por anulabilidad. En el primer supuesto
el contrato es nulo desde su origen (falta alguno de los requisitos del art. 1261 C.c. o va contra
una norma imperativa). En el segundo, existe un vicio en el contrato que lo hace anulable si es
impugnado.
46
III. LOS CONTRATOS EN PARTICULAR
El Código Civil estatal dedica casi 100 artículos (del 1445 a 1537) al contrato de compraventa,
esto se debe a su importancia y su frecuente uso.
El art. 1445 del C.c. establece que: Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se
obliga a entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o
signo que lo represente.
Entrega cosa
Genera pues, obligaciones reciprocas para ambas partes: comprador vendedor
Paga precio
Se trata, pues, de un contrato bilateral (obligaciones reciprocas para ambas partes), consensual
(se perfecciona por el mero consentimiento, art. 1450 del C.c.), obligatorio (no transmite el
derecho –real-vendido, sino que obliga a transmitirlo -transmisión solo mediante entrega-),
oneroso, típico, instantáneo y conmutativo (la suerte no suele intervenir).
Según el artículo 1450 del C.c., el contrato de compraventa se perfecciona por el mero
consentimiento, sin que sea necesario la entrega de la cosa y el precio convenido por ambas
partes previamente, existiendo, así un acuerdo de voluntades entre las partes.
Las partes intervinientes en el contrato son dos: la vendedora, que se obliga a transmitir la cosa
o derecho; y la compradora, que se compromete a pagar el precio. Ambas partes deben de
tener capacidad plena.
A este respecto, el artículo 1457 del C.c. establece que: Podrán celebrar el contrato de compra
y venta todas las personas a quienes este Código autoriza para obligarse, salvo las
modificaciones contenidas en los artículos siguientes.
A si mismo, el art. 1458 del C.c. permite la compraventa entre los cónyuges.
Por otra parte, el art. 1459 del C.c. establece una serie de prohibiciones a determinados sujetos,
que bajo ningún concepto podrán comprar determinados bienes. Algunos ejemplos son: tutores,
albaceas, jueces, y otros funcionarios públicos.
El art. 1271 del C.c. establece una generalidad sobre el objeto del contrato: “Pueden ser objeto
de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres, aun las futuras.
Sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos que aquéllos cuyo
objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal y otras disposiciones particionales,
conforme a lo dispuesto en el artículo 1056.”
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Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes
o a las buenas costumbres.
Respetando lo dispuesto en este articulo, es posible afirmar que pueden ser objeto de venta tanto
las cosas como los derechos. Estos últimos, los derechos vendibles, son los patrimoniales, ya
sean reales (p.e. un usufructo), sobre bienes inmateriales o de crédito, con una salvedad, que no
sean transmisibles.
La venta de derechos puede realizarse de dos formas distintas: transfiriendo los que ya existían
desde antes (A, usufructuario de una finca, vende a B su derecho de usufructo), o
constituyéndolos al venderlos (A, propietario de una finca, vende a B un derecho de usufructo
sobre la misma).
Lo vendido puede ser una cosa, una universalidad, ya sea de hecho, como un rebaño o una
biblioteca, o de derecho, como una herencia, o varias cosas independientes entre sí.
En general, el objeto del contrato, o sea la cosa o derecho vendido, han de:
El precio ha de ser cierto y consistir en dinero, fijado por las partes contratantes, salvo en
aquellos productos con precio tasado.
Aunque, el art. 1445 del C.c. establece que el precio cierto consistirá en dinero o signo que lo
represente. Por ello, el pago no ha de hacerse necesariamente entregando una suma de dinero,
sino que puede hacerse mediante otro método que represente dinero (p.e. un cheque).
El precio cierto se refiere a que no esté determinado, sino que sea determinable, bien por un
tercero, o con referencia a otra cosa o precio.
En principio, la cosa vendida no tiene que ser, obligatoriamente, del vendedor, ya que la validez
del contrato no depende de que lo vendido le pertenezca al vendedor en el momento del
consentimiento (perfección), basta con que le pertenezca en el momento de cumplir (de
entregar), no antes.
Sobre este asunto, tanto la doctrina como la jurisprudencia actual del TS admiten la validez de
la venta de cosa ajena, pese a que alguna vez ha sido rechazada.
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Lección 23. Efectos del contrato de compraventa.
Pueden coincidir
Entre y pago
(Si coinciden no se generan intereses)
Art. 1455 del C.c.: al comprador le corresponde la obligación de pagar los gastos redilados
de la primera copia de la escritura y demás posteriores.
3. La obligación de sanear.
El saneamiento: es una obligación complementaria a la de entregar la cosa vendida. Se
fundamenta en que dicha cosa se deba entregar tal y como se acordó, sin gravámenes ni
defectos ocultos.
Se está obligado a sanear cuando no se entregó una cosa o derecho como se debía, de forma
que el deber de sanear cubre el vació que hubiere en lo entregado. En virtud del
saneamiento el vendedor responderá al comprador (art. 1474 del C.c.):
1. De la posesión legal y pacífica de la cosa vendida.
2. De los vicios o defectos ocultos que tuviere.
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Requisitos:
1º- Que el comprador se vea privado de la posesión legal y pacifica por sentencia firme.
2º- Que el comprador se vea privado de la posesión en virtud de un Dº real anterior a la
compra que realizó.
3º- Que el comprador notifique al vendedor la demanda por evicción (art.1481 del C.c.).
En virtud del art. 1478 del C.c. el comprador podrá exigir, cuando se hubiese estipulado
el saneamiento o pactado, al vendedor:
1. La restitución del precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, ya sea
mayor o menor que el de la venta.
2. Los frutos o rendimientos, si se le hubiere condenado a entregarlos al que le haya
vencido en juicio.
3. Las costas del pleito que haya motivado la evicción, y, en su caso, las del seguido con
el vendedor para el saneamiento.
4. Los gastos del contrato, si los hubiese pagado el comprador.
5. Los daños e intereses y los gastos voluntarios o de puro recreo u ornato, si se vendió
de mala fe.
El art. 1479 del C.c. que si la evicción fue parcial, pero de tal importancia que sin la
parte perdida no se hubiese comprado la cosa, podrá el comprador exigir el saneamiento
parcial o rescindir el contrato y, además, ser indemnizado por los daños sufridos.
C X M
Impugna testamento Vendedor (Compraventa) Comprador
e impone una acción (poseedor no propietario)
reivindicatoria contra Heredó el piso.
la venta del piso hecha (X deberá indemnizar a M)
por X.
(propietario no poseedor)
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El saneamiento por gravámenes.
Se da cuando la cosa vendida está sujeta a alguna limitación o gravamen oculto.
El artículo 1483 del C.c. establece que si la finca vendida estuviese gravada, sin
mencionarlo en la escritura, con alguna carga o servidumbre no aparente, el comprador
podrá pedir la rescisión del contrato o una indemnización.
El comprador tiene derecho a optar por desistir del contrato o solicitar la indemnización
(durante un año, a contar desde el otorgamiento de la escritura). Transcurrido ese año
solo podrá reclamar la indemnización (durante un año, a contar desde el descubrimiento
de la limitación).
Perdida cosa
Celebración No culpa Cumplimiento contrato
contrato.
Extingue Obligación Obligación
obligaciones. entrega del pago del
(art. 1182 del C.c) vendedor. comprador.
51
6. La doble venta de una misma cosa.
Según el art. 1473 del C.c. (párrafo segundo), si una cosa es vendida a diferentes
compradores, la propiedad se transfiere:
1. Al que primero haya tomado posesión de ella de buena fe (si es mueble).
2. Si es inmueble:
a) Al que antes la haya inscrito en el Registro (el primero en el tiempo es el mejor en
Derecho).
b) No habiendo inscripción, al que primero haya tomado posesión de ella.
c) No habiéndola inscrito en el Registro ni tomado posesión de ella de buena fe
ninguno de los compradores, al que, siendo de buena fe, presente el título de fecha
más antigua.
52
Lección 24. Las compraventas especiales y los pactos y condiciones más frecuentes en el
contrato de compraventa.
Art. 1529 del C.c.: El vendedor (antiguo acreedor) debe garantizar la existencia del
crédito y su legitimidad, pero no responderá de la solvencia del deudor.
C (nuevo acreedor de B)
Cesionario: compra el Dº de crédito a A por 2.000.
Si lo vendido es un derecho de crédito litigioso, tal y como establece el art. 1535 del
C.c., el deudor tendrá derecho a extinguirlo, reembolsando al cesionario el precio que
pagó al cedente, así como las costas que se le hubiesen ocasionado y los intereses del
precio desde el día en que éste fue satisfecho.
Según el art. 1535 del C.c., se tendrá por litigioso un crédito desde que se conteste a la
demanda relativa al mismo.
El art. 1531 del C.c. determina: “el que venda una herencia sin enumerar las cosas de
que se compone, sólo estará obligado a responder de su cualidad de heredero.”
53
4. La compraventa de bienes muebles a plazos.
Sea la venta de la clase de muebles que sea, que el precio deba pagarse al contado o a
plazos, depende de lo acordado por las partes.
Ahora bien, hay cierta clase de bienes muebles cuya venta a plazos, siempre que en ella
concurran determinadas circunstancias, ha creído la ley conveniente regular con
disposiciones especiales (básicamente la Ley 28/1998 de Ordenanza del Registro de
venta de bienes muebles a plazos), a causa de las consecuencias económicas que la gran
masa de tales operaciones puede acarrear.
Paga
Vendedor Comprador
Entrega
Prestatario Prestamista
(necesita dinero) (pide una garantía de pago para dar el préstamo)
Si hay un pacto de retroventa, el vendedor podrá recuperar la vivienda en un plazo máximo, p.e. cuatro años.
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Lección 25. La permuta.
1. El concepto de permuta.
La permuta (definida en el art. 1538 del C.c.) es un contrato por el que cada uno de los
contratantes se obliga a entregar una cosa (o derecho) a cambio de recibir otra cosa.
Obligación entregar
Permutante Permutante
Obligación entregar
Cedente Cesionario
A Entrega construcción futura B
A cede los terrenos a B, que promueve la construcción, a cambio A recibirá una vivienda de las que se
construyan.
En caso de incumplimiento A puede exigir la resolución automática. Se pretende garantizar que B cumpla
su obligación futura.
55
Lección 26. El contrato de arrendamiento en general.
1. Concepto.
Es arrendamiento de cosa el contrato por el que una persona (arrendador) se obliga a
proporcionar a otra (arrendatario) durante cierto tiempo el uso o goce de una cosa o derecho
a cambio de una contraprestación cualquiera.
56
2. A usar de la cosa arrendada como un diligente padre de familia destinándola al uso
pactado; y, en defecto de pacto, al que se infiera de la naturaleza de la cosa arrendada
según la costumbre de la tierra (art. 1555, 2º del C.c.).
3. A pagar los gastos que ocasione la escritura del contrato (art. 1555, 3º del C.c.).
4. A poner en conocimiento del arrendador, en el más breve plazo posible, tanto toda
usurpación o novedad dañosa que otro haya realizado o abiertamente prepare en la cosa
arrendada, como la necesidad de todas las reparaciones necesarias a fin de conservarla
en estado de servir para el uso a que ha sido destinada (art. 1559 del C.c.).
5. A devolver la cosa al concluir el arriendo, tal como la recibió, salvo lo que hubiese
perecido o se hubiera menoscabado por el tiempo o por causa inevitable (art. 1561 del
C.c.).
Por incumplimiento de sus obligaciones, cada parte podrá pedir la rescisión del contrato y la
indemnización de daños y perjuicios, o bien sólo esto último (art. 1556 del C.c.).
6. El desahucio.
Al terminar el arrendamiento, el arrendatario debe devolver la cosa al arrendador. Si ésta es
un inmueble, tal devolución consiste en desalojarla y reintegrar a aquél la posesión.
Si esto no es hecho voluntariamente por el arrendatario, la ley concede siempre al
arrendador la posibilidad de acudir a los Tribunales para que tal desalojo sea impuesto a
aquél. Pero, en ciertos casos, le permite utilizar un procedimiento judicial de especial
brevedad, llamado desahucio.
7. El subarriendo.
La ley permite, salvo que el arrendador y arrendatario hubiesen pactado lo contrario, el
subarriendo (total o parcial) de la cosa arrendada (art. 1550 del C.c.).
Subsiste la relación arrendaticia entre arrendador y arrendatario, y se crea entre arrendatario
(subarrendador) y subarrendatario otra relación, que no es sino otro arrendamiento que se
superpone al primero, y que, en principio, se rige por las reglas del tipo de arrendamiento
que sea.
La ley establece el nacimiento de relaciones directas entre el arrendador y el
subarrendatario, para asegurar los derechos de aquél en el arrendamiento primero. Queda así
el subarrendatario obligado a favor del arrendador por todos los actos que se refieran al uso
y conservación de la cosa arrendada en la forma pactada entre el arrendador y el
arrendatario (art. 1551 del C.c.), y por el importe del precio convenido en el subarriendo que
se halle debiendo al tiempo del requerimiento (art. 1552 del C.c.).
57
Lección 27. El arrendamiento de fincas urbanas.
58
En caso de venta de la finca arrendada, el arrendatario tendrá derecho de adquisición
preferente sobre la misma (art. 25.1), pudiendo ejercer sobre ella un derecho de tanteo en
un plazo de treinta días a contar desde el siguiente en que se le notifique la decisión de
vender, el precio y las demás condiciones de la transmisión (art. 25.2).
El arrendatario podrá ejercitar el derecho de retracto cuando no se le hubiese hecho dicha
notificación o se hubiese omitido en ella cualquiera de los requisitos exigidos, así como
cuando resultase inferior el precio efectivo de la compraventa o menos onerosas sus
restantes condiciones (art. 25.3).
59
5. El arrendamiento para uso distinto del de vivienda.
Se considera arrendamiento para uso distinto del de vivienda cualquiera que recayendo
sobre una edificación no tenga como destino primordial el de vivienda permanente del
arrendatario (art. 3.2).
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Lección 28. El arrendamiento de fincas rústicas.
La Ley 49/2003 de Arrendamientos Rústicos (LAR) se dirige a lograr una flexibilización del
régimen aplicable a los arrendamientos rústicos en la línea abierta por la ley 19/1995 que
suprimió las prórrogas legales y estableció un nuevo plazo de duración mínima de cinco años,
frente a los 21 que recogía la anterior ley de 1980.
- Las personas físicas que sean ya titulares de una explotación agraria, o de varias, por
encima de unas dimensiones y con unas características que serán fijadas en las distintas
comarcas del país por los órganos competentes de las CCAA, limite que no será
aplicable a las entidades y organismos de las Administraciones Públicas debidamente
facultadas al efecto (art. 9.6 de la LAR).
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Las personas físicas que carezcan de la nacionalidad española, que hayan
accedido a la situación de residencia permanente, de acuerdo con lo previsto en
la legislación de extranjería.
Las personas jurídicas y otras entidades nacionales de los demás Estados que
apliquen a los españoles el principio de reciprocidad en esta materia.
A falta de pacto entre las partes y salvo prueba en contrario, se presumirá la existencia de
arrendamiento siempre que el arrendatario esté en posesión de la finca.
En toda transmisión ínter vivos de fincas rústicas arrendadas, el arrendatario tendrá derecho de
tanteo y retracto. A tal efecto, el transmitente notificará de forma fehaciente al arrendatario su
propósito de enajenar y le indicará los elementos esenciales del contrato y, a falta de precio, una
estimación del que se considere justo.
El arrendatario tendrá un plazo de 60 días hábiles desde que hubiera recibido la notificación
para ejercitar su derecho de adquirir la finca en el mismo precio y condiciones, y lo notificará al
enajenante de modo fehaciente. A falta de notificación del arrendador, el arrendatario tendrá
derecho de retracto durante 60 días hábiles a partir de la fecha en que, por cualquier medio, haya
tenido conocimiento de la transmisión.
62
El arrendatario no podrá ceder o subarrendar la finca sin el consentimiento del arrendador, salvo
que dicha cesión o subarriendo se efectúe a favor del cónyuge o de uno de los descendientes del
arrendatario (art. 23, 2º y 3º).
El contrato podrá resolverse en todo caso a instancia del arrendador por alguna de las causas
siguientes (art. 25):
Falta de pago de las rentas y de las cantidades asimiladas a la misma.
Incumplir gravemente la obligación de mejora o transformación de la finca, a las que
el arrendatario se hubiese comprometido en el contrato y a aquellas otras que vengan
impuestas por norma legal o resolución judicial o administrativa.
No explotar la finca, aun parcialmente, o destinarla, en todo o en parte, a fines o
aprovechamientos distintos a los previstos contractualmente.
Subarrendar o ceder el arriendo con incumplimiento de alguno de los requisitos.
Causar graves daños en la finca, con dolo o negligencia manifiesta.
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Lección 29. El arrendamiento de servicios y obras.
1. Consideraciones generales.
Cuando a cambio de una contraprestación cualquiera una parte se obliga hacia la otra a
ejecutar una obra, hay contrato de arrendamiento de obra; si a lo que se obliga es a
prestarle ciertos servicios, hay arrendamiento de servicios.
Diferencias entre ambos:
1. En el arrendamiento de obra se promete un resultado con independencia del trabajo
necesario para realizarlo.
2. En el arrendamiento de servicios se promete la prestación de los servicios en sí mismos
con independencia del resultado que con él se haya concluido.
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Aparte de las causas generales de extinción, establece el C.c. que:
- Si el contrato se celebró en atención a las cualidades personales del encargado a hacerla,
se extingue por su muerte o por imposibilidad de acabarla independientemente de su
voluntad (art. 1595, 1º y 3º del C.c.).
- El arrendatario puede desistir, por su sola voluntad, de la construcción de la obra,
aunque se haya empezado, indemnizando al arrendador de todos sus gastos, trabajo y
utilidad que pudiera obtener de ella (art. 1594 del C.c.).
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Lección 30. El contrato de sociedad.
2. Clases de sociedad.
Las sociedades que se crean pueden ser:
- Mercantiles o civiles: ambas persiguen un fin de ganancia, pero las primeras lo hacen
mediante la realización de actos de comercio, las segundas no.
- Particulares o universales: las primeras tienen únicamente por objeto cosas
determinadas, su uso o sus frutos, o una empresa señalada, o el ejercicio de una
profesión o arte; las segundas ponen en común todos los bienes que les pertenecen y
todas las ganancias que adquieren con ellos (sociedad universal de todos los bienes
presentes), o comprenden todo lo que adquieran los socios por su trabajo y lo que
produzcan sus bienes mientras dure la sociedad (sociedad universal de todas las
ganancias).
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5. Gestión y administración de la sociedad.
La gestión y administración de la sociedad se regula de la forma siguiente:
a) A falta de que el contrato diga otra cosa, todos los socios son administradores, pudiendo
actuar separadamente, servirse de las cosas sociales sin introducir novedades en ellas y
sin ir contra el interés social ni impedir su uso a los demás, y obligar a éstos a contribuir
a los gastos de conservación (art. 1695 del C.c.).
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Lección 31. El contrato de mandato.
Se trata de un contrato bilateral o unilateral (el bilateral imperfecto), gratuito (se presume),
aunque puede ser oneroso, general o específico.
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El mandatario puede nombrar un sustituto para que realice en todo o en parte, lo que éste
debía realizar, siempre y cuando el mandante no lo haya prohibido (art. 1721 del C.c.). El
mandatario (que no cesa de ser mandatario) responde de la gestión del sustituto:
- Cuando no se le dio la facultad de nombrarlo.
- Cuando se le dio esta facultad, pero el nombrado era incapaz o insolvente.
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Lección 32. Los llamados contratos reales.
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3. El mutuo. El contrato de mutuo y la relación de mutuo. La obligación de devolver
el "tantumdem". El pacto de intereses: su licitud. La represión de la usura.
El mutuo es el contrato por el cual una persona (mutuario) recibe de otra (mutuante) en
propiedad una cosa fungible para devolverle después otro tanto de la misma especie y
calidad (art. 1753 del C.c.).
(Prestamista) (Prestatario)
Mutuante Mutuatario
Entrega necesaria para la
formación del contrato.
El mutuante no se obliga a prestar nada, pues ya la entregó.
El mutuatario se obliga a devolver otro tanto en la misma especie y cantidad (tantundem).
Dicha obligación devolver otro tanto de la misma especie y calidad que lo recibido
(conocido como “tantundem”), es la única que necesariamente nace del mutuo.
Pueden pactarse intereses (arts. 1740, 3º y 1755 del C.c.) que, aparte de la devolución,
deberá pagar el mutuatario. Si aun sin estar estipulados, se pagan intereses, no se puede
reclamar su devolución ni imputarlos al capital (art. 1756 del C.c.).
El préstamo con interés que sea usurario (cuando es notablemente superior al normal y
manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso) o leonino (cuando, no
siendo superior al normal, ha sido aceptado por el que ha de pagarlo a causa de su situación
angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales), será nulo según
lo dispuesto en el art. 1 de la Ley, de 23 de julio de 1908, referente a los contratos de
préstamo.
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Lección 33. El contrato de depósito.
1. Concepto y clases.
Es contrato de depósito aquél por el que una persona (depositario) se obliga a favor de otra
(depositante) a guardar una cosa mueble y restituírsela (devolver) cuando se la pida (art.
1758 C.c.).
Entrega
Depositante Depositario
Guardar + restituir
(no uso, diferencia con el mandato)
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3. El depósito necesario. La introducción de efectos en locales de hostelería.
El C.c. distingue tres tipos de depósito necesario:
a. El que se hace en cumplimiento de una obligación legal (art. 1781, 1º del C.c.).
b. El que tiene lugar con ocasión de alguna calamidad (art. 1781, 2º del C.c.).
c. El de los efectos introducidos por los viajeros en las fondas y mesones (art. 1783 del
C.c.).
Éste último no es realmente un caso de depósito, pues, además de no haber ni acuerdo de
voluntades entre dos partes ni entrega de la cosa, tampoco se dan las obligaciones que
nacerían de éste (el hostelero, puesto que no se le entrega nada, no puede ni guardar ni
entregar la cosa).
Se precisa que la introducción de los efectos se haya realizado dando conocimiento al
hostelero o a sus dependientes y que el viajero observe las prevenciones que aquél o sus
dependientes le hubieran hecho sobre el cuidado y vigilancia de las cosas (art. 1783 del
C.c.)
La responsabilidad del hostelero (que acaba cuando son retirados los efectos) comprende los
daños hechos en esos efectos, tanto por el mismo, como por sus dependientes, como por
extraños, pero no los que provengan de robo a mano armada o sean ocasionados por otro
suceso de fuerza mayor (art. 1784 del C.c.).
5. El depósito irregular.
El depósito irregular es aquél en el que se transmite al depositario la propiedad de la cosa,
contrayendo éste la obligación de devolver, no lo mismo recibido, sino otro tanto, de la
misma especie y calidad. Se da en depósito una cosa fungible.
El depósito irregular tiene cabida en nuestro Derecho civil como contrato atípico.
6. El contrato de aparcamiento.
El contrato de aparcamiento, de acuerdo con el art. 1 de la Ley 40/2002 reguladora del
contrato de aparcamiento de vehículos, es aquel en que una persona cede, como actividad
mercantil, un espacio en un local o recinto del que es titular para el estacionamiento de
vehículos de motor, con los deberes de vigilancia y custodia durante el tiempo de
ocupación, a cambio de un precio determinado en función del tiempo real de prestación del
servicio.
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Lección 34. Idea general acerca de los contratos aleatorios y sus clases.
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La ley no concede efectos obligatorios a los contratos que se celebren sobre los juegos y
apuestas prohibidos, de modo que la parte que pierda no queda obligada a cumplir la
prestación prometida, y la que gana carece de acción para reclamarla (arts. 1789 y 1799.1º
del C.c.).
Los contratos celebrados sobre los juegos y apuestas permitidos sí tienen fuerza obligatoria
(art. 1801.1º del C.c.), aunque, en caso de haber una reclamación judicial con objeto de
obtener el pago de deudas nacidas de éstos, el juez puede desestimar la demanda o reducir la
cuantía a pagar (art. 1801.2º del C.c.).
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Lección 35. Los contratos de resolución de conflictos.
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Lección 36. El contrato de fianza.
1. Concepto.
El contrato de fianza es aquel por el que una persona (fiador) asume la obligación de
cumplir por otra, en el caso de no hacerlo ésta (art. 1822.1º del C.c.).
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4. El pago de la fianza. Sus efectos.
Por efecto del pago el fiador:
- Se subroga en el puesto del acreedor (art. 1839 del C.c.).
- Adquiere derecho a ser indemnizado por el deudor (art. 1838 del C.c.), salvo que,
habiendo pagado sin comunicárselo, éste, ignorándolo, repita el pago; en cuyo caso sólo
le cabe al fiador acción contra el acreedor por enriquecimiento injusto (art. 1842 del
C.c.).
El fiador no puede ejercitar por su totalidad ambas acciones cumulativamente, y sólo le es
factible utilizar una y después la otra si con la otra no cubrió todos los perjuicios que el
pago le ocasionó.
Aunque la deuda principal fuese mayor, el fiador no puede obtener del deudor más de lo que
realmente desembolsó (art. 1839, 2º del C.c.).
Si la deuda era a plazo y el fiador pagó antes de su vencimiento, no podrá exigir el
reembolso hasta la llegada del mismo (art. 1841 del C.c.), y si pagó sin conocimiento del
deudor éste podrá oponerle las excepciones que, al tiempo del pago, le correspondían contra
el acreedor (art. 1840 del C.c.).
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IV. OTRAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
Art. 1089 del C.c.: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y
de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.”
Cuasicontratos
Efectos:
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2. La gestión de negocios ajenos sin mandato. La objetiva desprotección de los intereses
como causa legitimadora de la intromisión de terceros. Las obligaciones y la
responsabilidad del gestor. La obligación de resarcimiento por parte del titular del
negocio.
Hay gestión de negocios ajenos, cuando una persona (gestor) se encarga de un asunto de
otra (dueña del negocio) en interés de ésta y lícitamente, pero sin obligación de hacerlo, y
sin que el interesado ni se oponga ni le haya dado poder para ello.
Dueño Gestor Tercero
(actua sin mandato)
Si el dueño ratifica (expresa o tácitamente) la gestión, se producen los efectos del mandato
(art. 1892 del C.c.). Entonces los derechos y obligaciones de los interesados son los que
habrían surgido si el gestor hubiese sido mandatario del dueño.
A falta de ratificación, la realización de la gestión hace que el gestor:
a) Quede obligado:
- A continuarla hasta el término del asunto y sus incidencias o requerir al interesado para
que le sustituya en la gestión, si se hallase en estado de poder hacerlo por sí (art. 1888
del C.c.). Obligación de continuidad.
- A dar cuentas de su gestión (art. 1720 del C.c.).
- A entregar al dueño, al terminar la gestión, todo lo recibido en virtud de la misma (art.
1720 del C.c.).
b) Responda:
- De los perjuicios que por su culpa (por no ser diligente) se irroguen al dueño (art.
1889.1º del C.c.).
- De los actos de aquel en quien delegue (art. 1890 del C.c.).
- Del caso fortuito, cuando acometa operaciones arriesgadas que el dueño no tuviese
costumbre de hacer, o cuando hubiese propuesto el interés de éste al suyo propio (art.
1891 del C.c.).
Según el art. 1890 del C.c. la responsabilidad de los gestores o del gestor y los actos del
delgado será solidaria.
El dueño es responsable de las obligaciones contraídas en su interés y deberá indemnizar al
gestor los gastos hechos en el desempeño del asunto (no hay retribución económica), así
como los perjuicios que hubiese sufrido con tal motivo cuando aproveche las ventajas de la
gestión ajena (art. 1893. 1º del C.c.) o ésta hubiese tenido por objeto evitar algún perjuicio
inminente y manifiesto, aunque de ella no resultase provecho alguno (art. 1893.2º del C.c.).
80
Obligaciones del que recibe el pago indebido:
a) Si obró de buena fe:
- Art. 1895 del C.c. Habiendo recibido una cosa genérica, debe restituir otro tanto de
igual especie y calidad
- Arts. 1895 y 1897 del C.c. Habiendo recibido una cosa cierta y determinada, debe
restituirla, respondiendo sólo de las desmejoras o pérdidas sufridas por la cosa, en
cuanto por ellas se hubiese enriquecido. De haber enajenado la cosa, debe restituir el
precio o ceder la acción para hacerlo efectivo.
Excepción: el gestor quedará exento de la obligación de restituir si actuaba de buena fe
(art. 1899 del C.c.)
b) Si obró de mala fe queda obligado a la restitución, y, además, a abonar el interés legal
cuando se trate de capitales, o los frutos percibidos o debidos percibir cuando la cosa los
produjese, y a responder de los menoscabos que la cosa haya sufrido por cualquier
causa y de los perjuicios que se irrogasen al que la entregó, hasta que la recobre (art.
1896 del C.c.).
Enriquecimiento injusto.
Hay ciertos hechos que pueden provocar el enriquecimiento injusto de una persona a costa
de otra. Entonces nace a cargo de la primera la obligación de, dentro de los límites en que se
enriqueció, reparar el perjuicio ocasionado a la segunda.
En ese sentido se habla de que es fuente de obligaciones el enriquecimiento injusto.
Para que haya enriquecimiento injusto se requiere:
- Un incremento patrimonial de cualquier clase experimentado por cualquier persona.
- Que tal incremento carezca de razón jurídica que lo fundamente.
- Que provoque un correlativo empobrecimiento de otro.
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Lección 38. La responsabilidad extracontractual.
Los actos ilícitos son fuente de obligaciones, ya que al causar un daño, hacen nacer la
obligación de repararlo.
Art. 1089 C.c.: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasi contratos, y de los
actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia”.
Art. 1902 C.c.: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”.
La responsabilidad extracontractual deriva de un acto ilícito que causa daño a otra persona o
a su esfera, sin ser necesario que exista relación alguna previa entre el agente dañoso y la
victima del daño.
Responsabilidad por culpa (subjetiva): la culpa del autor del acto, determina su
responsabilidad civil y la obligación de reparar el daño causado. Regla general.
Art. 1902 C.c.: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”.
Responsabilidad sin culpa (objetiva): no existe culpa, pero deberá responder por la relación
de causalidad entre la actuación del agente y el daño producido. Bastará que se produzca
cualquier daño, aun sin culpa, para ser responsable del daño causado por otro. Excepción.
Actos no propios: son aquellos actos ajenos, donde la responsabilidad es compartida entre
aquellos que causan un daño y los responsables de estos, es decir, el padre respecto hijos bajo su
guarda, el empresario de sus empleados, el tutor de su tutelado, entre otros.
Actos propios. Son aquellos en que el acto es imputable de forma clara a un sujeto
determinado, autor del acto.
La responsabilidad por daños causados por animales y cosas: son responsables (los
propietarios o dueños) quienes cargan con el deber de resarcir a las posibles victimas.
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4. Los presupuestos de la responsabilidad: el comportamiento dañoso, el daño y la
relación de causalidad entre comportamiento y daño.
Se entiende por daño el detrimento, perjuicio o menoscabo que una persona sufre a
consecuencia de la acción u omisión de otra, afectando a sus bienes, derechos o
intereses.
- Criterio del riesgo general de la vida: no hay imputación objetiva derivada de los actos
normales generados de la vida en sociedad.
- Criterio prohibición de regreso: cuando en el proceso causal iniciado por el agente se de una
interferencia producida por un tercero en la que concurran culpa o grave negligencia debe
negarse la imputación objetiva del agente.
- Criterio del fin de protección de la norma violada: si el acto dañoso queda fuera del ámbito
de protección de la norma violada, debe negarse la imputación objetiva.
-Criterio de adecuación: se niega la imputación objetiva al ser el curso causal muy improbable.
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6. La obligación de indemnizar el daño causado. La prevención de la responsabilidad: el
seguro de responsabilidad civil.
La obligación de reparar el daño causado (efecto) por actos propios, ajenos o los que causen
los animales y cosas, incluye tanto la reparación de los perjuicios ocasionados positivamente
(daño emergente), como los causados por haber impedido un beneficio al perjudicado (lucro
cesante).
El incremento del papel de los contratos de seguro en la sociedad actual, se debe principalmente
al proceso de objetivación de la responsabilidad extracontractual (de subjetiva a objetiva).
Por ello, la mayor parte de las disposiciones legislativas que configuran la responsabilidad
extracontractual con carácter objetivo regulan la existencia de seguros obligatorios, impuestos
ex lege.
Daños causados por las AA.PP. en su actuación fuera de relaciones de Derecho privado.
Regulación: art. 139 de la Ley de Régimen Jurídico de las AA.PP y el art. 106.2 de la CE.
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Bibliografía: Albaladejo, Manuel; Derecho civil II, Derecho de obligaciones, Edisofer. Año
2008.
Código Civil. Tecnos, Año 2009.
Lasarte, Carlos; Derecho de obligaciones (tomo segundo), Marcial Pons. Año 2007.
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