Está en la página 1de 4

AGRAVIOS SOBRE LOS ACUERDOS

DE PAZ
ACTIVIDAD 4
Maria Paula Rojas Diaz - 20172025131

A finales de 2016, luego de extensas negociaciones y un referendo perdido, el Gobierno de


Colombia y la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) firmaron
un histórico acuerdo de paz bajo el mandato del expresidente Juan Manuel Santos, pero luego
de casi cuatro años el gobierno actual presenta algunas inconveniencias con varios artículos
de la ley estatutaria de la jurisdicción especial para la paz, en la medida en que el proyecto
puede conducir a situaciones de impunidad o injusticia. Finalmente, el presidente tomó la
decisión de realizar objeciones a seis de los 159 artículos de la Ley Estatutaria de la JEP:

• Reparación de las víctimas: Objeción al artículo 7 (inspirada en la posición del fiscal).


- La norma objetada: Reparar integralmente a las víctimas está en el centro del
‘Acuerdo Final para la terminación del conflicto y el establecimiento de una paz
estable y duradera´.

Sin embargo, como se aprecia, la norma no dice nada sobre si los victimarios deberán
contribuir con sus bienes para indemnizar a las víctimas. Es la sentencia de la Corte
Constitucional C–080 de 2017 la que al referirse al artículo 7 del proyecto de ley
estatutaria dice que el Acto Legislativo 01 de 2017 extinguió la obligación de los
victimarios de indemnizar los daños causados: parte general de esta sentencia, que el
Acto Legislativo 01 de 2017 extinguió la obligación de indemnizar los daños causados
por los combatientes, sin perjuicio de la obligación colectiva de las Farc de entregar
los bienes para la reparación, En consecuencia, indemnizaciones corresponderán al
Estado

• Falta de determinación de la suspensión de los procesos: objeción del inciso tercero


del literal j del artículo 79 (del fiscal).
- La norma objetada: Se trata de un artículo que señala que no podrán realizarse
una serie de actuaciones frente a personas cuyas conductas son competencia de
la JEP: “Atendiendo a la competencia exclusiva de la JEP sobre las conductas
cometidas con anterioridad al 1o de diciembre de 2016, conforme se establece en
el artículo transitorio 5 del Acto Legislativo 01 de 2017, los órganos y servidores
públicos que continúen las anteriores investigaciones solo podrán realizar actos
de indagación e investigación según el procedimiento que se trate absteniéndose
de proferir sentencias, imponer medidas de aseguramiento, ordenar capturas o
cumplir las que previamente se hayan ordenado, que involucren a personas cuyas
conductas son competencia de la JEP”.
objeta esta norma porque no determina las diligencias judiciales que la Fiscalía debe
abstenerse de realizar, lo cual –según él- produciría una situación que va en desmedro
de los intereses de las víctimas y desperdiciaría valiosos recursos investigativos de
autoridades con experiencia y capacidad.
En este caso, el Congreso se encuentra en una difícil situación, pues el propio fiscal
general ha reconocido que está de acuerdo con la forma como la norma quedó el
proyecto de ley estatutaria y lo que no comparte es la prohibición de la realización de
diligencias judiciales que realizó la Corte Constitucional.

• Máximos responsables: objeción al parágrafo 2 del artículo 19 (del fiscal y Uribe).


- La norma objetada: En ningún caso podrá renunciarse al ejercicio de la acción
penal cuando se trate de delitos no amnistiables.

El presidente desarrolla una crítica del fiscal general y objeta este parágrafo porque
permitiría la renuncia a la acción penal frente a los crímenes de lesa humanidad,
genocidio o crímenes de guerra en relación con quienes no son máximos responsables.
De hecho, lo que hace es señalar que no podrá renunciarse al ejercicio de la acción
penal de los delitos no amnistiables.

Fue la Corte Constitucional la que se refirió al término máximos responsables, al


condicionar la expresión “delitos no amnistiables” “en el sentido de que se refiere
exclusivamente a aquellos que adquieran la connotación de crímenes de lesa
humanidad, genocidio o crímenes de guerra cometidos de manera sistemática, los
cuales podrán ser atribuidos a los máximos responsables”.

• La extradición: objeción al artículo 150 (de Uribe).


- Norma objetada: La extradición de personas por conductas posteriores a la firma
del Acuerdo Final.

Esta objeción ha sido una de las más fuertes críticas del expresidente Uribe, quien
cuestiona que se puedan practicar pruebas en el trámite llevado por la JEP en relación
con la extradición.

la sección de revisión de la JEP debe determinar si el delito por el cual se pide en


extradición a una persona se cometió antes o después del 1º de diciembre de 2016. Si
se cometió con anterioridad a esta fecha la persona no puede ser extraditada.
Sin embargo, no fue proyecto de ley estatutaria, sino la Corte la que dijo de manera
expresa que la JEP sí se puede practicar pruebas en el trámite de extradición:
“Conforme a lo anterior, siempre que el Gobierno nacional reciba una solicitud de
extradición de un integrante de las Farc-EP o de una persona acusada de ser integrante
de dicha organización, respecto de conductas ocurridas con posterioridad a la firma
del acuerdo final y que no esté estrechamente vinculado al el proceso de dejación de
armas, deberá, una vez perfeccionado el expediente, remitirla a la sección de revisión

2
del Tribunal para la Paz, a efectos de que determine el momento de ejecución de la
conducta atribuida.

Incluso en el propio procedimiento de extradición de Santrich la Corte Constitucional


avaló que se practicarán pruebas en dicho trámite en el Artículo 401 de 2018:
Por lo anterior, en este punto la controversia sería directamente con la Corte
Constitucional y no con el texto del proyecto de ley estatutaria.

• Limitación de la competencia del alto comisionado para la paz: objeción al artículo 63


(de Duque).
- La norma objetada: “(…) La Sala de Amnistía e Indulto podrá excepcionalmente
estudiar e incorporar los nombres de las personas que por motivos de fuerza
mayor no fueron incluidos en el listado de acreditados por el Gobierno nacional
(…)”.

El presidente objetó el artículo 63 porque no determina el alcance de la competencia


del alto comisionado de paz para verificar la lista de quienes son reconocidos como
miembros de los grupos armados que se sometan a un proceso de paz.
El problema de esta objeción es que la competencia de la Sala de Amnistía e Indulto
para determinar el ingreso al Sistema de la JEP de miembros de los Grupos Armados
que se sometan a un proceso de paz se encuentra también en el artículo 5º del Acto
Legislativo 01 de 2017: “La pertenencia al grupo rebelde será determinada, previa
entrega de listados por dicho grupo tras la llegada a Ias Zonas Veredales Transitorias
de Normalización (ZVNT) y a los Puntos Transitorios de Normalización (PTN), a través
de un delegado expresamente designado para ello.

Por lo anterior, es claro que para aplicar totalmente esta objeción sería necesario
además presentar una reforma constitucional para modificar el Acto Legislativo 01 de
2017.

• No extradición de terceros. Objeción del Artículo 153 (de Uribe).


- La norma objetada: “No se concederá la extradición de otras personas que estén
ofreciendo verdad ante el Sistema Integral de Verdad Justicia Reparación y No
Repetición, antes de que terminen de ofrecer verdad”

El presidente critica esta norma porque produce un incentivo perverso para el ingreso
a la JEP de terceros bajo el ropaje de supuestos ofrecimientos de verdad
Sobre este artículo el presidente cuestiona que se condicione la extradición de otras
personas al ofrecimiento de la verdad sin establecer ningún tipo de término ni
oportunidad para hacerlo. En este punto el artículo 153 señala que: Finalmente, el
presidente anunció que las otras tres grandes críticas del fiscal general y del
expresidente Uribe a la ley estatutaria serán incluidas en un proyecto de reforma a la
Constitución, es decir: la posibilidad de que los delitos permanentes que se continúen
cometiendo después del 1º de enero de 2016 sean investigados por la JEP, la
3
competencia de este órgano para juzgar crímenes cometidos en el conflicto contra
menores de edad y la no pérdida de todos los beneficios para quienes reincidan en la
comisión de delitos.

Ahora bien, después de las objeciones del actual presidente Ivan Duque al pacto alcanzado,
es evidente que la violencia aumento nuevamente. Exintegrantes de la antigua guerrilla
acusan al mandatario de no respetar el acuerdo firmado por Juan Manuel Santos, su
predecesor, y lo responsabilizan de la muerte de unos 250 excombatientes que han sido
asesinados desde la firma del pacto.

"Durante la campaña (de Duque a la Presidencia), la promesa era destruir el acuerdo. Después
comenzó, hay que reconocer, una fase de implementación del acuerdo. Pero me parece que
el gran problema es que eso es una visión muy limitada", dice Humberto De la Calle, exjefe
negociador del proceso de paz.

Anteriormente, grupos de exguerilleros protestaron pacíficamente ante las autoridades para


exigir más protección, así como el cumplimiento de lo acordado a finales de 2016.

"El acuerdo tiene seis puntos que son de carácter integral. Reforma rural integral, reforma
política, nada de eso se ha hecho. Lo único que se está desarrollando a medias es lo que tiene
que ver con la reincorporación de los excombatientes y nos están asesinando", asegura Pablo
Atrato, exguerrillero de las FARC.

Conforme a lo que asegura Atrato, es evidente que algunas de las promesas hechas en los
acuerdos de paz sí se han cumplido pues más de 6804 combatientes de las Farc se desarmaron
inicialmente y más de 8994 armas fueron entregadas. Para 2017, las Farc se habían
desmovilizado completamente, excepto por un pequeño grupo.

Es innegable que el gobierno no ha cumplido sus promesas, ya sea la reincorporación de los


antiguos combatientes, el desarrollo agrario o las reformas políticas, pero hay una
incompetencia generalizada, pues tras casi siete años de estos acuerdos, el panorama general
Colombiano no es muy prometedor ya que en la actualidad al menos 3000 milicianos han
regresado a la lucha armada, un hecho que constituye una gran amenaza para las bases del
acuerdos, por otro lado, Desde que se firmó el acuerdo de paz, al menos 500 activistas y
líderes comunitarios han sido asesinados y más de 210.000 personas han sido desplazadas de
sus hogares debido a la violencia. Eso afecta uno de los principales objetivos del acuerdo:
brindarles seguridad y estabilidad a los ciudadanos. Finalmente, de los millones de
colombianos que vivían en territorios controlados por los rebeldes, muchos todavía esperan
la llegada de carreteras, escuelas y electricidad. La promesa del gobierno de apoyar al
desarrollo rural fue una de las grandes motivaciones para que la guerrilla se desarmara.

También podría gustarte