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La Corte Constitucional decide declarar exequible la Ley 610 del 2000 y el numeral
4°, parágrafo 1° del art. 38 de la Ley 734 del 2002, el cual establece:
“Artículo 38. Otras inhabilidades. También constituyen
inhabilidades para desempeñar cargos públicos, a partir de la
ejecutoria del fallo, las siguientes:
4. Haber sido declarado responsable fiscalmente.
Parágrafo 1º. Quien haya sido declarado responsable fiscalmente
será inhábil para el ejercicio de cargos públicos y para contratar con
el Estado durante los cinco (5) años siguientes a la ejecutoria del
fallo correspondiente. Esta inhabilidad cesará cuando la
Contraloría competente declare haber recibido el pago o, si este no
fuere procedente, cuando la Contraloría General de la
República excluya al responsable del boletín de responsables
fiscales”
La Corte manifiesta que estos apartados son constitucionales, toda
vez, que estos permiten un a lucha contra la corrupción y la mala
administración pública. Adicionalmente, que mantener la
exequibilidad es de gran importancia, debido a que salvaguardan
principios constitucionales, que son de gran importancia en este
momento en el país.
También señala la Corte Constitucional, que las personas que incurran
en una sanción por responsabilidad fiscal tienen derecho a demandar
esta ante lo contencioso administrativo, por ello, no se vulnera el
derecho al debido proceso y los sancionados tienen la oportunidad de
controvertir, las decisiones adoptadas por las autoridades
administrativas.
Frente al control de convencionalidad, es evidente que la Corte
Constitucional, esta contrariando a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, ya que, el 1 de septiembre de 2011 en el caso de
Leopoldo López Vs. Venezuela, la CIDH señaló que los Estados parte
deben dar cumplimiento a lo establecido en el art. 23 de la
Convención de Derechos Humanos, el cual establece que solo se
puede limitar el ejercicio de derechos políticos, cuando exista una
condena de un proceso penal. Lo anterior, debido que los procesos
sancionatorios administrativos no brindan las mismas garantías que
un proceso penal.
Como primera medida el senador Gustavo Petro, tiene que esperar que
el Consejo de Estado y el Tribunal Administrativo, se pronuncie
acerca de las sanciones por responsabilidad fiscal que se
interpusieron al senador.
Art. 8., que trata de las garantías judiciales que deben brindar
los Estados partes;
Art. 23., donde se establece expresamente que el derecho
político solo podrá ser limitado por una condena de carácter
penal;