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INTRODUCCIÓN

El sindicado se define como toda asociación permanente de trabajadores o


patronos, cuyo objetivo es el mejoramiento y protección de sus respectivos
intereses económicos y sociales comunes.

El Estado de Guatemala en el marco del cumplimiento de sus obligaciones


contenidas en los tratados internacionales y normativa nacional aplicable en
materia de Libertad Sindical y Negociación Colectiva, busca facilitar el proceso de
constitución de las Organizaciones Sindicales, muestra de este compromiso,
constituye esta cartilla básica que será una herramienta de acceso público y
gratuito para cualquier interesado.

Se espera que con el presente documento las Organizaciones Sindicales cuenten


con una herramienta de sencilla comprensión, con el objeto de lograr su libre
constitución y de esta forma fomentar el libre ejercicio de los derechos sindicales.

El sindicalismo en Guatemala, fue, es y será un movimiento social que se


encuentra vigente y en curso con altibajos, obstáculos constantes e incluso hasta
ha existido persecución por parte del gobierno militar y el sector
político que implementan y promueven fuertes políticas antisindicales. Pero tal
como está ahora, el principal problema al que se enfrenta es la pobreza que
existe de sus miembros y el largo camino por recorrer para que se
pueda cambiarlo. El origen del movimiento sindical en Guatemala se debe a
consecuencia del surgimiento y accionar del mutualismo. así “durante el régimen
liberal se fueron gestando las primeras organizaciones de artesanos con un
carácter con un carácter fundamentalmente mutualista, manifestado a través
de programas de cajas de ahorro, asistencia sanitaria, tutoría, formación y
asistencia mutua entre socios, artesanos propietarios-minoristas y familiares de
sus empleados.
“Primera Etapa del Sindicalismo
en Guatemala 1920-1930”

Antes de esta etapa se dio la explotación a los trabajadores, ya que se encontraba


huérfana de toda legislación social. En este periodo de tiempo se constituye una
interesante etapa para el movimiento obrero guatemalteco. Así como también en
esta etapa nace el movimiento del sindicalismo guatemalteco manifestándose de
forma democrática para los trabajadores.

Se da la composición de las organizaciones en predomina la artesanal. Los fines


que se proponen son claramente reivindicativos, planteados con toda firmes. Sus
objetivos son estatuarios y sus programas de acción suelen relacionarse con las
reivindicaciones laborales con los planteamientos de la política radical, por lo
mismo dificulta o impide su reconocimiento legal y de sus actividades.

La espontaneidad en el planteamiento de conflictos, son características de esta


etapa, a pesar de la inexperiencia de los dirigentes y el afán de emular
movimientos del exterior.

Por tal motivo la organización sindical es predominantemente urbana y


concentrada en la capital. Para luego incursionarla en el campo.

El movimiento sindical guatemalteco realizo su contacto por primera vez con las
organizaciones y corrientes internacionales del sindicalismo y las acoge con
entusiasmo.

Se plantea mejoras para los trabajadores. Estalla la huelga, 45 dirigentes fueron


encarcelados, pero muchas de las pretensiones fueron acogidas y el gobierno
emitió un reglamento con las nuevas jornadas laborales, también en este periodo
de tiempo se dio las huelgas de las mujeres, así como también las huelgas de
otros gremios trabajadores.

Uno de los mayores logros fue el de la jornada de ocho horas laborales. Se


reconoce que, durante el lapso de este periodo histórico, se promulga una
legislación que, aunque no es decididamente favorable a los trabajadores y a las
organizaciones sindicales, por lo menos acusa cierto grado de preocupación por
los problemas laborales. Se dicta una legislación represiva impulsada por la
oligarquía y los monopolios extranjeros, aun así, siempre se mantuvo un grado de
relativa tolerancia que hizo posible el nacimiento del movimiento sindical
guatemalteco.

Así como también se crea el Departamento Nacional del Trabajo con las funciones
de inspectoría y de composición de conflictos individuales y colectivos. Se
constituye una ley completa. Se reconoce el derecho de huelga de los
trabajadores. Existieron reformas a la Constitución en donde ya se hacía mención
a temas de trabajo.
“Segunda Etapa del Sindicalismo
en Guatemala 1944-1954”

Esta arranca con la caída de la dictadura ubiquista, y se extiende hasta la caída


del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán. Así como también coincide con el
proceso de la Revolución inconclusa de carácter democrático burgués. El General
Federico Ponce Vaides se perpetua en el poder y se abre un poco permitiendo la
organización sindical, no obstante, no resiste la avalancha cívica a los ciento ocho
días es derrocado por un grupo de militares jóvenes y de universitarios. En esta
etapa el sindicalismo guatemalteco ha llegado a tomar un mayor auge en toda su
historia. Debido a la industrialización del país, esta composición social incide en
las asociaciones profesionales de la época. El sindicalismo sigue siendo
previamente urbano, ya que hubo prohibición para la sindicación en el área rural.
La organización masiva de los campesinos se dio a partir de la emisión de la Ley
de Reforma Agraria.

Por primera vez en la historia de Guatemala, los gobiernos que rigen al país
impulsan con sinceridad y entusiasmo una política nacional de las organizaciones
sindicales en defensa y desarrollo para las mismas. Sin embargo, esta favorable
actitud gubernativa alienta un movimiento sindical de arriba para abajo y atenido a
recibir la protección de las autoridades. Lo cual reanuda ciertas inconsistencias
que se hace sentir la resistencia inadecuada ante la represión y la maniobra,
evidenciando que no estaban preparadas par la lucha en condiciones adversas.
Las condiciones de miseria y de injusticia social prevalecen y se traducen en una
fiebre de organización profesional y de planteamientos de peticiones tanto en el
sector privado como en el público.

Los sindicatos se organizan al amparo del derecho genérico de asociación en el


país, la condición económica e intelectual de las clases laborales sigue siendo un
anhelo supremo, el postulado patriótico de lograr una Guatemala mejor, pugnara
porque el poder público se compenetre de la urgencia de dedicar todos sus
esfuerzos y todos sus recursos posibles, al mejoramiento integral de las masas
populares. Siendo evidente el abandono, menosprecio y opresión en que
regímenes incomprensivos y retardatarios han mantenido a la clase trabajadora
por medio de leyes, disposiciones y medidas atentatorias contra los derechos y la
dignidad de ese sector mayoritario de la nación, pugnará porque estas leyes y
disposiciones se deroguen y que se instituyan los organismos y se dicten las
reglas de derecho que realicen la justicia social en nuestro medio, restituyendo al
trabajador y los derechos de que ha sido despojado por la minoría capitalista.

Son muchísimos los conflictos y huelgas que se producen en la década


mencionada, impulsados por asociaciones profesionales o por simples coaliciones
de trabajadores. Muchos de ellos se solucionan por la vía de arreglo o mediante la
suscripción de pactos colectivos de condiciones de trabajo. Los trabajadores
tienen claro conocimiento de que es el proceso revolucionario de octubre el que ha
permitido su organización y la lucha por sus reivindicaciones económicas y
sociales y que, por lo tanto, se deben a dicho proceso.
“Tercera Etapa del Sindicalismo
en Guatemala 1954-1974”

La resistencia que oponen los sectores afectados desde la mera oposición


parlamentaria hasta con hechos delictivos, así como los ríos de dinero que están
siendo dirigidos hacia algunos miembros del ejército, con el propósito de tentarlos
y ganarlos a su campo. Se da la importancia del trabajo organizado en la industria,
el comercio y la agricultura, se destaca vivamente un factor importante en la
política guatemalteca, esto quiere decir que cualquier partido político puede
fácilmente triunfar en el ambiente actual si cuenta con el apoyo del trabajo
organizado. Los organizadores del trabajo por su parte sostienen que cuentan con
un número mayor de afiliados. Los sindicatos obreros se convirtieron en una
importante fuerza política y constituyeron la principal fuente de apoyo organizado
al gobierno. Era considerado más fuerte y unido que en el periodo previo. Estas
organizaciones aliadas comprendían por lo menos la cuarta parte de la población
masculina del país y su colaboración era esencial para el éxito de las políticas
económicas del Gobierno.

Después de la disolución de algunas organizaciones y de haber perdido casi


todas, a partir de 1955 las organizaciones sindicales se van rehaciendo con serias
restricciones y tropiezos. Represión en todas las gamas, desde el despido masivo
y la lista negra hasta el secuestro, la tortura y la muerte de dirigentes, por
organizaciones paramilitares, corrupción dirigida desde distintos niveles
gubernativos, patronales y de organizaciones internacionales. Así como el
divisionismo alentado por los mismos enemigos del sindicalismo guatemalteco,
propiciado en forma descarada o veladamente a través de sindicatos blancos.

Ser puede decir que posiblemente como consecuencia también por las
circunstancias anteriores, se advierte el fenómeno de muchos sindicatos que no
se encuentran afiliados a ninguna central y que no tienen relación alguna con otras
organizaciones sindicales. Son pequeños islotes que se preocupan únicamente de
los problemas de su empresa, con un miope egoísmo, inducidos y alentados por
los empresarios. Ya sea por el sectarismo ideológico, por la corrupción o por el
emotismo individualista de los dirigentes, no se ha podido superar la división
alentada desde dentro y desde afuera, pese al sentimiento unitario de las masas
obreras y campesinas y a los intentos que se vienen realizando en los últimos
años en ese sentido.

Sometidas a represión y corrupción y víctima del divisionismo, las organizaciones


sindicales resurgen y se van desarrollando lentamente durante los últimos veinte
años. Algunos grupos se reorganizan y otro desaparecen definitivamente, pero
también han surgido nuevos al crecer la industrialización del país. Un fenómeno
comprobado durante este periodo de tiempo fue la creciente ola de huelgas y
paros progresivos, huelgas de hambre y otros movimientos de hecho,
protagonizadas por servidores del Estado e instituciones estatales y paraestatales.

“Cuarta Etapa del Sindicalismo


en Guatemala 1975-1985”

Esta es la etapa de mayor represión en contra del movimiento sindical, pues la


lucha contrainsurgente del Ejército de Guatemala fija como objetivo la
desarticulación del movimiento sindical; al emplear como estrategia el aniquilar la
dirigencia sindical a través de las desapariciones forzadas y las ejecuciones
extrajudiciales; motivo por el cual, en esta etapa fueron asesinados cientos de
dirigentes sindicales. Esta cuarta etapa del sindicalismo guatemalteco, abarca
desde los gobiernos de los militares, Arana Osorio, Laugerud García, Lucas
García, Ríos Montt y Mejía Víctores.

Fue durante el gobierno del general Romeo Lucas García, el período durante el
cual se desata la mayor parte de la violencia, desapariciones forzadas y
ejecuciones extrajudiciales en contra de los dirigentes sindicales; al extremo que el
Doctor Laudelino Franco “estima que fueron más de quinientos dirigentes
sindicales que perdieron la vida durante este período”

Durante el gobierno del General Lucas García, solamente se reconoció la


existencia de un solo sindicato, el Sindicato de Voceadores de Periódicos; a pesar
de que hubo otras organizaciones en formación que solicitaron su reconocimiento,
mismo que nunca fuere otorgado por el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.

Durante el gobierno del General Efraín Ríos Montt, se implementó la represión


legal; ya que, durante su corto gobierno, se promulgó el Decreto Ley 55-83, que
transforma la corriente de sindicación única que acogía el Código de Trabajo al
sistema de sindicación plural y es a partir de aquel momento cuando pueden
coexistir en cada centro de trabajo dos o más sindicatos, pues la finalidad de Ríos
Montt, era la de atomizar el movimiento sindical para dividirlo y por consiguiente
debilitar el mismo.

Luego de que Ríos Montt fuere derrocado por el gobierno del General Humberto
Mejía Víctores; el mismo convoca a una Asamblea Nacional Constituyente para
introducir la democratización.

Durante el gobierno de Mejía Víctores, se mantienen las mismas políticas de Ríos


Montt.

La organización sindical decrece al extremo que un gran número de


organizaciones sindicales desaparecen de la vida jurídico-laboral.
Lo anterior, debido a la aniquilación de la casi totalidad de los dirigentes sindicales
de la época; perdiendo el movimiento sindical su consistencia ideológica, misma
que hasta hoy no ha podido recuperar.

“Quinta Etapa del Sindicalismo


en Guatemala (Gobierno Democrático)”

Durante esta etapa, se da el mayor crecimiento cuantitativo del movimiento


sindical; pues con la instauración del gobierno democrático de Vinicio Cerezo, se
promueve como punto de apoyo el fomento al reconocimiento de las
organizaciones sindicales, a tal extremo que, durante los primeros cinco años de
esta época, se reconocieron más de 900 organizaciones sindicales.

Este crecimiento cuantitativo produjo una falsa imagen de fortalecimiento de la


libertad sindical, pues, aunque crecieron en número los sindicatos, su consistencia
ideológica aún hoy es muy pobre.

Además, se mantuvo la vigencia del Decreto Ley 55-83; teniendo como


consecuencia la debilidad del movimiento sindical y perdiera un alto grado de
credibilidad ante la opinión pública y los propios trabajadores, deviniendo lo
anterior en la pérdida del contrapeso del poder patronal.

Se emite la Constitución Política de la República de 1985, en la cual se vuelve a


reconocer el derecho de libre sindicalización y huelga de los trabajadores del
Estado, mismo que se encontraba suprimido desde el año de 1956. A pesar del
crecimiento cuantitativo de las asociaciones profesionales; las mismas no
crecieron cualitativamente; lo cual lo mantiene dividida y debilitada.

Surgen muchas y pequeñas organizaciones sindicales en el mismo centro de


trabajo; lo cual genera poca consistencia ideológica; lo cual conlleva a la pérdida
de la credibilidad de la clase trabajadora, a tal punto de que los trabajadores ya no
se quieren afiliar a las organizaciones sindicales, debido a que los mismos ya no
responden a los intereses de los agremiados. “Se reforma a través del Decreto 35-
96, el Decreto 71-86 (Ley de Sindicalización y Regulación de la Huelga de los
Trabajadores del Estado); suprimiendo en gran medida la huelga de los mismos, al
convertir la casi totalidad de los servicios públicos en servicios de naturaleza
esencial”.
“Conclusiones”

El sindicalismo surge en las empresas de mayor industrialización, en países de


economía como en Guatemala, el desarrollo en los sindicados a sido significativo
alcanzando mejoras en el ambiente laboral, en las jornadas laborales y el salario
digno. El sindicalismo debe ser uno de los instrumentos que signan propiciando el
cambio, para no caer en un aprovechamiento de la mano laboral, en donde los
trabajadores cada día tengan más oportunidades a un mejor goce de salario que
corresponda su trabajo realizado, sin explotación laboral, que las horas laboradas
fuera de la jornada laboral sean renumeradas. El panorama ahora es distinto en la
actualidad ya que gracias a la lucha de los sindicalistas se tienen nuevas
oportunidades de trabajo.

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