#2 11 Scenes

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11 escenas
octavia jensen
Publicado por CeliKetch Publishing, 2022.

Esta es una obra de ficción. Las similitudes con personas, lugares o eventos reales son
pura coincidencia.
11 ESCENAS
Primera edición. 8 de junio de 2022.
Copyright © 2022 Octavia Jensen.
Escrito por Octavia Jensen.

Tabla de contenido
Pagina del titulo
La página de derechos de autor
Dedicación
La advertencia de contenido
La discusión
Cenefa
orgasmos forzados
Bofetadas/Esclavitud/Juego de impacto
Voyeurismo
Adoración anal/cuerpo
Check In/Exhibicionismo
El juego
Castigo
Vainilla
Calentamiento de gallos
La máquina
El cuidado posterior
También por Octavia Jensen

Sobre el Autor
¿Gráfico? ¿Qué trama?

La advertencia de contenido
Solo en caso de que no hayas leído la dedicatoria, aquí no hay trama. Ninguna.
j Nada. Si buscas uno, te decepcionará. En cambio,
encontrará buena comunicación y mucho sexo pervertido y caliente, que incluye D / s,
bondage, edging, orgasmos forzados, degradación, un montón de elogios, bofetadas,
azotes, flagelaciones, vendar los ojos, voyeurismo, exhibicionismo, sexo anal. jugar
(jugar, comer, tocar con los dedos, follar), adoración del cuerpo, calentamiento de pollas,
vibraciones portátiles, consoladores y una máquina de follar. También hay un problema
de reproducción, pero no hay embarazo (todavía), y un poco de juego público en la
oficina.
Todo lo que sucede aquí es consensuado. Todo ello.
Le animo a que consulte 11 horas antes de leer esto, ya que establece
su historia de fondo y cómo llegaron a estar en su sofá revisando listas de
verificación, pero si solo está buscando una lectura con una sola mano, puede disfrutar
esto de forma independiente.
La discusión
H
arrison maldito ciervo.
Si alguien me hubiera dicho hace tres semanas que iría caminando a su casa
para revisar nuestras listas de BDSM, lo habría llamado loco. Fuera de este mundo loco. Pero algo
en nuestro tiempo en el ascensor lo cambió.
Ya no era el abogado frío e inaccesible. Era alguien en quien sabía que podía confiar. Alguien
que había demostrado ser digno de mi confianza.
Fue difícil no caer en todo eso en el momento en que salimos del ascensor, pero Harrison fue
profesional, minucioso, no alguien que empujara algo antes de tiempo. Me había llevado a citas para
conocernos más, se aseguró de que estuviéramos completamente cómodos el uno con el otro antes
de decidir realmente viajar por ese camino.
El cuidado posterior que me brindó después de esa noche que pasamos atrapados todavía vivía
en mi cabeza sin pagar alquiler, y ahora que finalmente estábamos dando ese gran paso hacia
nuestra dinámica preferida, estaba nerviosa como el infierno.
Especialmente después de que me mostró su cuarto de sexo.
Llamé a su puerta con nerviosismo y abracé mi carpeta, luego forcé una sonrisa en el
momento en que la abrió. "Esta lista de verificación fue muy detallada, señor".
"¿Esperabas algo menos, gatita?" Levantó una sola ceja y me dejó entrar, luego cerró la puerta
detrás de mí con un poco de fuerza. “Tuve cuidado de no olvidar nada”.
“Lo sé, y lo aprecio. Siento que esta es una charla destinada a su oficina, pero ¿podemos
hacerlo en el sofá? ¿Con una bebida tal vez? Sabía que no me juzgaría por estar nervioso,
pero aun así intenté jugar mientras me quitaba los zapatos.
Sin una palabra, trajo dos vasos y una botella de mi bebida favorita.
vino, luego se sentó a mi lado y me tocó la pierna. “Esta no es la única conversación que
tendremos sobre esto, así que relájate. No es una prueba, no es algo que puedas aprobar o reprobar”.
Asentí, tomando la comodidad ofrecida y absorbiéndola. "Gracias. Así que dijiste que había
pasado un tiempo desde que dominaste. ¿Cuánto tiempo?"
“Pocos años”, admitió. “Cuatro años y siete meses, para ser exactos.
Sin embargo, he tenido socios desde entonces”.
"¿Puedo preguntar por qué ninguno de ellos se convirtió en tus sumisos?" Tomé un sorbo y
Presioné mis anteojos en el puente de mi nariz, mirándolo de cerca.
—Tramposo —susurró, sonriendo tan levemente que casi me lo pierdo. “Sabes que eso de
las gafas me debilita. Para responder a su pregunta, no soy una buena opción para todos los submarinos,
y viceversa. Es tan simple como eso.
Hoy, quiero saber si encajamos bien”.
Estaba nervioso de nuevo. “Y si no estamos ... eso significa que nosotros
¿No podemos vernos más, o simplemente que no podemos entrar en una relación BDSM
específicamente?
Harrison tomó mi vaso con delicadeza y lo dejó, luego me miró de frente y me tomó las manos.
Significa lo que queramos que signifique, Briella. He esperado una década por ti. Si crees que te dejo ir
porque tus problemas no son los míos y los míos no son los tuyos, estás delirando. Dime que lo entiendes.
Asentí, sintiendo la verdad detrás de sus palabras mientras me miraba a los ojos.
"Entiendo, señor".
"Buena niña. Entonces empecemos con algo que ya sabemos. Descubrimos en el ascensor
que tienes un gusto particular por una mezcla de degradación y alabanza. Necesito líneas, gatita.
Límites.”
“No creo que tenga muchas líneas en lo que respecta a la degradación, siempre y cuando
Siéntete seguro, que es donde entran los elogios. Normalmente necesito más cuidados
posteriores después de una cierta degradación, pero por lo demás me gusta que me lo tiren aquí y
allá dentro y fuera de la cama. ¿Es eso lo que quieres decir, o me gustan los nombres que me gustan?
Miró mis papeles y sacudió la cabeza. “Eso es todo aquí. Hiciste un buen trabajo, Briella. Los míos
están detrás de ti, deberías tomarte un tiempo para revisarlos y hacerme cualquier pregunta que tengas.
Luego revisaremos el tuyo.
Me tomé mi tiempo para leer el suyo, disfruté del ridículamente asombroso masaje en los pies
que me estaba dando y cuando me di cuenta de lo alineados que realmente estábamos, tuve que
reprimir una sonrisa. “No he probado algunas de las cosas que tienes, pero estoy absolutamente
abierto a todas. ¿Ya los has probado todos?”
"La mayoría." Detuvo lo que estaba haciendo para concentrarse en mí de nuevo, luego dejó
exhala un suspiro lento. "¿Tomaste la píldora del Plan B la última vez?"
“Saltando justo ahí, ¿eh? Iba a facilitar mi camino allí. yo ... yo
hizo. Pero había asumido que era una escena. ¿Podemos profundizar más en eso?
Él asintió, pero no me perdí la forma en que sus hombros se tensaron.

“Necesito que entiendas algo por encima de todo lo demás, Briella. Tú siempre...
siempre serás quien tenga el verdadero control de tu cuerpo. Nunca intentaría
quitarte eso. Entonces sí, cuando te digo que no tomes la píldora o que dejes el
control de la natalidad, es lo que quiero, pero nunca soñaría con obligarte.
Puede parecer que lo soy cuando estamos en una escena, pero tú siempre
serás quien tenga el verdadero control. Una palabra tuya me detendrá en seco.
Asentí, dejándome observar las líneas de su fuerte mandíbula y lo
perfectos que eran sus labios. No podría elegir a alguien mejor para procrear si lo
intentara. "Esta bien señor. Entonces, fuera de una escena, ¿no te molestaría si
termino embarazada?
“Como dije, ese es mi mejor escenario. Pero, ¿qué clase de hombre sería si te
obligara a hacer eso? preguntó. “Me preguntaste por qué algunos de mis socios
anteriores no eran mis sumisos. Es porque habría tenido que tomar el control de
ellos, y no lo haré. Necesito que te entregues voluntariamente a mí.
Algo en él me decía que podía, que podía confiar plenamente en él y

aunque nunca antes me había entregado a alguien así, en el fondo quería hacerlo.
Estaba harto de tener que tener el control todo el tiempo, harto de tener que
pretender que podía cargar todo sobre mis hombros sin cojear, porque no podía. A
veces solo necesitaba respirar. “¿Cómo llegamos a ese punto?”
"Con cuidado", dijo con una risa suave. “Primero, terminamos de pasar por
nuestras listas, luego nos hacemos la prueba. Lo que pasó en el ascensor
pasó porque pensábamos que nos moríamos, pero ya no nos morimos, gatita.
Es hora de vivir.”
Mordí mi labio, queriendo montarlo allí mismo en su sofá, pero sabía que
Harrison no escatimaría esfuerzos aquí. Ese no era el tipo de hombre que era,
y por eso realmente sabía que estaba lista.
Cenefa
Me desperté con su lengua deslizándose por mi área más preciada, haciéndome jadear y
yo
extenderme por más. Me encantó esto, me encantó la atención y el cuidado que él
me dio cada vez que estábamos juntos, y cuando recordé que íbamos a jugar hoy, mis ojos se
abrieron de golpe. Finalmente iba a ver cuán mandón podía ser realmente este hombre. “La
mejor manera de despertar jamás.”
“Vamos a ver cómo te sientes en cinco minutos. No tienes permitido venir,
gatito. No hasta esta noche.
Abrió mis piernas y chupó mi clítoris, haciéndome gemir en voz alta.
"¿Esta noche? ¿Qué hora es?" Por favor, dime que es muy tarde.
"Las siete menos cuarto", dijo, alejándose lo suficiente como para abofetear mi coño.
“El sol acaba de salir. Ahora deja de hacer preguntas, estaba ocupado”.
Esos dedos se deslizaron dentro de mí con más fuerza que antes, y me arqueé fuera
de la cama. Podría hacer esto, lo había superado antes, pero ¿todo el día con él haciendo
cosas así?
Iba a ser un desafío.
Sin embargo, dejé de hacer preguntas y tomé lo que me dio hasta que
Estaba temblando con la necesidad de dejarlo ir.
"Buena chica", susurró, besando mis muslos y subiendo por mi cuerpo hasta mi
labios. “Usa una falda hoy. A las once y media, te llamaré a mi oficina.
Asegúrate de que nadie te vea.
Gruñí de frustración mientras asentía. "Sí. Falda cómoda, a las once y media. Me dejó
calmarme antes de ayudarme a ponerme de pie y luego lo besé. "¿Qué bragas debo usar,
señor?"
"Esa parte depende de ti." Me besó de nuevo, sosteniendo mi barbilla para mantener
allí hasta que estuvo satisfecho. “Empieza a pensar en cómo le gustaría venir a mi niña
buena esta noche”.
Por un tiempo, fue todo en lo que pensé. Me ayudó a tomar el nuevo ascensor más
rápido que antes, me hizo pensar en una reunión y cuando llegaron las once, todavía no me
había decidido. ¿Quería correrme en su cara, en su polla, en su muslo en su traje antes de que
tuviera que cambiarse?
Quería todo lo anterior.
"Tierra a Briella", una voz fuerte interrumpió mis pensamientos, haciéndome jadear y
romper el lápiz que estaba usando.
"¿Qué diablos, Grant?"
“Estabas desconcentrándote y mordiéndote el labio. Hacía un poco de calor, sinceramente”.
dijo, acercándose un poco más. "¿Qué estabas pensando?"
"Tu hermana. Por cierto, ¿cómo está? Sonreí, completamente desvergonzada de mi
bisexualidad y al mismo tiempo amaba lo incómodo que lo ponía.
Grant se burló. “Bien, Bri. Verdadero profesional.” Me hizo una mueca y se alejó, e intenté
y fallé en concentrarme en la noche que tendría con Harrison cuando llegáramos a casa.
Con mi excitación amortiguada, pude obtener unos sólidos veinte minutos de

trabajo real realizado. Estaba tan concentrada que perdí la noción del tiempo, y cuando
recordé dónde tenía que estar, salté y corrí hacia el ascensor.
Entrar esta vez fue más difícil, pero saber que Harrison estaba en su oficina esperándome
me dio el empujón que necesitaba para entrar.
Vamos, ascensor. Sé amable y llévame a él en los próximos dos minutos o
Llegaré tarde.
Por suerte para mí, funcionó bien y estaba corriendo a su oficina y
cerrando la puerta detrás de mí con cinco segundos de sobra. "Hola."
"Justo a tiempo." Dio un paso detrás de mí y tiró de mi falda por encima de mi trasero. “¿Sin
bragas, Bri? Hermosa putita. ¿Estabas mojada por mí ahí abajo en tu oficina?
"Joder, sí", jadeé, abriendo las piernas y extendiendo la mano para apoyarme contra
la puerta. “He estado pensando en ti todo el día. He estado tan mojada por usted, señor.
"Bueno. Ya conoces las reglas, gatita. No vengas. Se arrodilló detrás de mí, agarrando mi
trasero para abrir mis mejillas y lamer mi coño, haciendo que mis dedos se curvaran dolorosamente
cuando mis uñas no tenían nada a lo que agarrarse.
El hecho de que esto había sido una fantasía mía durante años no se me pasó por alto, y
saber que no se me permitía correrme hizo que fuera aún más difícil no hacerlo.
Harrison Stag estaba de rodillas detrás de mí y no se me permitió hacer una jodidamente
... estimulante.
particularmente experto "S-Señor",
de su lengua.
jadeé
"Vas
unos
a matarme,
momentos déjame
después,
chuparte,
el ruidopor
después
favor". de un golpe
Se apartó bruscamente. Métete debajo de mi escritorio. Puedes tocarte a ti mismo

mientras me pruebas, y luego te daré un descanso hasta después del trabajo.
Apenas tuve tiempo de darme la vuelta antes de que él se pusiera de pie y se arreglara la
chaqueta del traje de camino a su silla, y no estaba seguro de lo que me pasó, pero me arrodillé y me
arrastré hacia él. "Sí señor."
"Maldito infierno, gatita". Agarró su entrepierna, esperando hasta que yo estaba justo en
frente a él para soltarlo. “¿Tienes idea de lo bien que te ves de rodillas así? Saca mi polla. Hoy
también estoy bordeando por ti, así que solo la propina”.
Extendí la mano para sacarlo, solo un poco decepcionado por el hecho de que no podía hacer
que se corriera, pero sabía que lo conseguiría antes de que terminara la noche. Él sabía cuánto
significaba eso para mí. Me arrodillé más para chupar la punta, dejando que mis ojos se cerraran
mientras succionaba y permitía que mi cuerpo se relajara.
“Tan hermosa, Briella. Me encanta la forma en que tu boca se siente ... tocar tu
como un coño por mí.

Vibré su polla con mi gemido en el segundo en que mis dedos tocaron mi clítoris. Estaba
tan hinchado y enojado que tuve que moverme en círculos lentos y suaves para asegurarme de
que no me correría, y la forma en que agarraba mi cabello y tiraba solo lo empeoró.
“Mi buena putita. Siempre más feliz con una polla en la boca, ¿no? gruñó. "Más. Tomar más."
Lo chupé más profundamente felizmente, esta vez haciendo que mis caderas se contrajeran y
moler contra mi mano como si mi coño tuviera mente propia. Me hizo gemir y quedarme
quieta, tambaleándome por casi perder el control por completo.
"Detente", respiró, tirando de mí y apretando la base de su polla.
“Dos más, gatita. Uno antes de que nos vayamos y otro en el momento en que llegues a mi casa
esta noche.
Asentí, mirándolo a los ojos mientras recuperaba el aliento. "Dos más ... yo
Quiero correrme contigo dentro de mí.

"Buena elección. Ahora ven aquí. Él mantuvo los brazos abiertos mientras subía
en su regazo y dejar que me bese, dejar que sus labios y su lengua me vuelvan a juntar.
Fue una tortura dejarlo, una tortura tratar de trabajar hasta que llegara su próxima
llamada, y una tortura verlo entrar a mi oficina en lugar de hacerme volver a la suya.
"Aquí." Metió la mano en el bolsillo interior de la chaqueta de su traje negro y sacó una de
las vibraciones portátiles que habíamos comprado el día después de que llenamos
nuestras listas de verificación. "Ponlo adentro, gatita".
"Sí señor." Me moví alrededor de mi escritorio para agarrarlo, pero en un

rápido movimiento me levantó la falda y me puso encima. Guió mi mano mientras la deslizaba
dentro de mí y luego esperé más tortura. "¿Ya descargaste la aplicación?"
"Sí." Me dejó ir solo para probarlo, y en el momento en que sentí que cobró vida
dentro de mí, tiró de mí hasta el borde de mi escritorio y me rodeó con sus brazos. Sus
muslos, esos muslos musculosos y poderosos mantenían mis piernas separadas para que
no pudiera apretarlas, no podía hacer nada más que tomarlo y contener los gemidos que
amenazaban con escapar.
"Oh, mierda", susurré, mis ojos se posaron en la puerta que Harrison olvidó cerrar.
"¡Señor!"
“Agárrate fuerte, gatita. Puedo oírlo vibrar dentro de ti... ¿se siente bien? ¿Te está
tocando en todos los lugares correctos, haciéndote empapar los registros que estabas
revisando? Pasó su lengua por el lóbulo de mi oreja. "Apuesto a que será difícil para mi
hermosa y pequeña zorra explicarlo, ¿no?"
“Sí, joder. ¡Dios, se siente tan bien!” Perdí mi batalla y gemí, mi cabeza cayendo
hacia atrás de placer cuando comencé a moler. “Quiero que me folles tan fuerte. Morir por
tu polla.
Sentí la forma en que sus dedos se clavaron en mi espalda y cadera como si él
también se estuviera muriendo, escuché el gruñido que dejó escapar, morí por el bulto que
me golpeaba. “Lo haré, gatita. Esta noche, eres mía. Finalmente verás lo que puedo hacer
cuando no me contengo”.
Aumentó al máximo la intensidad de esa vibración hasta que grité, luego
lo apagó por completo y dio un paso atrás. En dos movimientos rápidos, me puso de pie
y me arregló la falda, justo a tiempo para que alguien llamara a la puerta.
“Diles que viste una araña”, susurró. Ahora, Briella.

“Sí, yo…” Mi voz temblaba antes de aclararla. “Vi una araña. Ahora está muerto.
Quienquiera que haya seguido adelante, y Harrison me besó desde la mandíbula

hasta las mejillas y los labios. "Buena niña." Me puso de nuevo en mi escritorio el tiempo
suficiente para eliminar la vibración, luego la chupó con un gemido bajo antes de volver a
guardarla en su bolsillo. Directamente a mi casa después del trabajo. Te golpearé una
vez más con mi lengua y luego te daré lo que quieres.
“No puedo esperar. ¿Me volverá a criar, señor? Extendí la mano hacia él, deseando
más su toque cada vez que me golpeaba.
"Sí", dijo honestamente, deslizando su mano justo debajo de mi camisa para tocar mi
piel. “Respira por mí ahora, gatita. Dime una cosa que amas de ti mismo”.
Sabía que solo estaba revisando mi espacio mental, así que me concentré en su pregunta.
por un momento antes de responder. “Me gusta lo dedicada que estoy a las cosas que son
importantes para mí”.
Esa es mi niña buena. Ahora termina tu trabajo y te veré luego, ¿eh?
Casi estámos allí."
Asentí y me paré un poco más alto. “Directo a tu casa, tómalo con calma
ellos allá arriba. Sé cómo eres cuando estás reprimido.
Me mordisqueó la barbilla con un murmullo de satisfacción. “Esa es la mitad del punto. tengo
corte en una hora, y no estoy de humor para perder. Te veré luego, hermosa.”
Eso me excitó más de lo que nunca admitiría, y cuando salió de mi oficina, me desplomé
contra mi escritorio.
Solo unas pocas horas más.
CAMINAR A SU CASA fue aún más difícil que la última vez.

Mis piernas se sentían débiles y temblorosas hasta que estuve desnuda y colapsé sobre su
cama, y cuando entró pensé que mi piel estaba en llamas. "Señor..."
"Ahí está ella", canturreó. “Mi hermoso y pequeño juguete sexual. ¿Cuánto me necesitas,
gatita?
Tan malo que ya estoy goteando. Quiero que me uses, nena. Úsame y mátame”.
Se veía tan jodidamente hermoso con su sombra de cinco en punto y la corbata

floja que quería que me desarmara en ese mismo momento, pero sabía que era demasiado
paciente para eso.
No, me hizo mirar mientras se desnudaba lentamente, doblando cada prenda que se
quitaba. Tuve que quedarme allí, quieta como una piedra, mientras él se acariciaba
mirando mi cuerpo y trepaba entre mis piernas, y la orden de no correrse todavía estaba clara
cuando escupió en mi coño y lo lamió de nuevo.
"Maldita sea", jadeé, arqueándome una vez más para perseguir su lengua. "Es tuyo."
"Lo sé." Me desarmó hasta que estaba temblando y rogándole que follara.
luego me dio la vuelta y me empujó contra el colchón mientras juntaba mis piernas y
alineaba la punta de su polla. “Lo hiciste, gatita. Sobreviviste hoy... ahora ven por mí.
Grité de alivio cuando empujó dentro de mí, y aún más fuerte cuando él
agarró mis muñecas por detrás y comenzó a golpearme. Era todo lo que
necesitaba y más, todo lo que me había estado perdiendo en mi vida, y dejé que mis
ojos rodaran y disfruté el viaje.
“¿Escuchas lo jodidamente mojado que estás? Dios, te morías por mi polla,
¿eh? Movió sus caderas con más fuerza, tirando de mí hacia atrás con cada embestida
hasta que ya no pude respirar.
"¡Señor!" Grité, segundos antes de correrme sobre su pene y clavar mis uñas en su
muñeca. Sentí que mi orgasmo nunca terminaría, no cuando me elogió por apretarlo tan
fuerte, cuando se movió para inclinarse hacia adelante y follarme contra el colchón,
cuando me susurró al oído que me iba a reclamar.
yo.
Mis pensamientos eran tan erráticos como los latidos de mi corazón, impidiéndome preguntar
qué significaba eso hasta que se derramó dentro de mí y se mantuvo allí, asegurándose de que
no se derramara ni una gota.
Eres mía, Briella Lewis. Todo mío."
Yo era suyo, y con lo bueno que era conmigo estos días, no escucharía ni una sola
queja de mí.
No podía esperar a ver qué haríamos a continuación.
orgasmos forzados
¿Estás listo? preguntó Harrison, su voz profunda y ronca en mi
"A oído.
Hoy fueron orgasmos forzados, algo que en realidad nunca había probado, y para
Decir que estaba nervioso otra vez sería redundante. Lo estaba, pero también estaba tan
emocionada que esos sentimientos de duda fueron silenciados. “Estoy listo, señor. Mi cuerpo es tuyo."
"Bueno." Trazó sus dedos por mi costado y sobre mi estómago expuesto, deteniéndose
justo antes de donde lo quería. “Y todavía estás de acuerdo con el final del juego que discutimos,
¿verdad? ¿Hago que mi buena chica venga hasta que se duerma y luego procreo su cuerpo
durmiente?
"Joder, sí", jadeé, porque esa pregunta no tenía derecho a ser tan candente.
"Críala profundamente, por favor".
Me hizo rodar sobre mi estómago y arrastró su lengua por mi columna mientras me abría.
“Entonces no te contengas. Muéstrame cómo te ves cuando estás saciado y débil, gatita. Lo quiero
todo."
Su lengua, esa lengua, bailó sobre mi culo y bajó hasta mi coño, deslizándose dentro de mí
mientras levantaba mis caderas para tener un mejor acceso.
Tiré de sus sábanas, desesperada por aferrarme a cualquier sonido para evitar alejarme
flotando. Me sentí completamente a su merced, completamente abierta y expuesta, y fue asombroso.
"¡Señor!" Gemí, estremeciéndome cuando su lengua me desgarró por las costuras, y no aflojó ni un
segundo hasta que me volqué por primera vez.
"Buena chica", gruñó, dejándome caer de nuevo sobre mi estómago y deslizándose

dos dedos dentro de mí. "Otra vez."
"Sí señor. ¡Mierda!" Empujé sus dedos gruesos y hábiles y luego
rodé mis caderas. "Me encanta tu polla, pero incluso tus dedos se sienten tan bien".
"Lo tendrás pronto", prometió, curvando los dedos y mordiendo la parte superior de mi muslo.
"O tal vez solo usemos tu consolador".
Mi cuerpo se contrajo de placer cuando me sentí acercándome a ese borde glorioso. ¿Tu zorra ha
una vez más. "Por favor ... sido una buena chica?
"Déjame ver." Me dejó vacío por un momento mientras se chupaba los dedos,
algo que solo tuve la oportunidad de escuchar. "Sí", murmuró, azotándome dos
veces y tocándome de nuevo. Siempre tan húmeda para mí, Briella. ¿Cuántos años me
ocultaste esto? ¿Cuántas veces al verme te mojaste? ¿Sabías entonces que un día serías
poco más que una muñeca usada para mi placer?
"¡Maldita mierda!" Me vine, gimiendo fuerte con mi liberación mientras apretaba

sus gruesos dedos. "Sí señor. Siempre mojada por ti, te quería por toda nuestra oficina.
Él tarareó, curvando sus dedos y deslizándolos para obligarlos a entrar.

mi boca. Chupa, Briella. Pruébate, déjame sentir tu lengua.
Los chupé como si fueran su polla, la baba goteaba por mi barbilla mientras los
movía dentro y fuera de mi boca, y estaba tan cerca de rogar por su polla que era
doloroso.
"Buena niña. Mi preciosa Briella... mi zorrita perfecta. Dime tu color y una cosa que
amas de ti mismo”.
"Green", grité, tratando de chupar sus dedos de nuevo, pero lo conocía, y él no
dejaría pasar esto hasta que me registré, así que solté lo primero que se me ocurrió.
"Amo mi cabello."
"No te culpo, es precioso". Se inclinó para besarme, luego sonrió casi
diabólicamente mientras sacaba su polla. “A cuatro patas, gatita. Si quieres follar como
una puta, te follaré como una puta”.
“Sí, señor. Soy tu putita sucia. Me puse de rodillas y manos y
Moví mi trasero hacia él, ganándome una fuerte bofetada y luego cinco besos
salpicados sobre mi piel.
"Dilo otra vez."
Empujó dentro de mí, tocando fondo en un solo movimiento, y sus embestidas
eran tan agudos y ásperos que hablar era casi imposible.
“Soy tu putita sucia, toda tuya para usar un— oh, joder, eso se siente tan
¡bueno!" Dejé que mi cara cayera contra el colchón mientras tomaba lo que
necesitaba de mí, y me arrastró no uno sino dos orgasmos antes de sacar mis rodillas
debajo de mí y follarme contra el colchón.
“Tan jodidamente húmedo para mí, gatita. Nunca quiero dejar este coño”.
Envolvió una mano alrededor de mi garganta y apretó, forzando mi espalda a arquearse
y el flujo de sangre a mi cabeza más lento, y la forma en que sus caderas me picaban la piel.
mientras me golpeaba y me criaba, me hizo murmurar gracias incoherentes. y él no había

terminado conmigo todavía.
Yo estaba perdido...
Me tensé cuando mi consolador se deslizó dentro de mi coño abusado, pero el sonido de él
usando su gas como lubricante tenía mi cuerpo completamente a bordo.
“¿Escuchas eso, Briella? ¿Oyes mi llegada? Mi pequeña zorra ama
eso, ¿no es así? Una chica tan buena, tan necesitada de ser llenada.
No estaba en ningún lugar para discutir. Nunca me habían usado tan crudamente antes y
Ya era adicto a eso. Me folló con mi consolador hasta que me chorreé por todas partes,
pero era obvio que aún no había terminado. En el momento en que dejó mi cuerpo, me giré a
tiempo para verlo succionarlo al suelo, y luego me levantaron y me llevaron hacia él.
Deslizarme sobre él me hizo gemir, e instantáneamente lo miré a los ojos.

y empezó a moverse. "Nunca se comparará con su polla, señor".
"Yo sé eso. No pares, gatita. Móntalo como si me montaras a mí. te deseo
correrme sobre él y luego lamerlo mientras tomas mi polla de nuevo.
Seguir sus instrucciones fue fácil a pesar de que mis músculos estaban
gritando. Confié en él más de lo que jamás creí posible.
Cuando llegué, dejé que mis ojos se cerraran y monté esas deliciosas olas hasta que mis
piernas no pudieron moverse más. Salí con un gemido, moviéndome para chupar ese consolador
aún succionado, y en el segundo que estaba en mi garganta, la polla de Harrison estaba
empujando dentro de mí. Me sentí tan llena, tan usada, y solo eso me hizo correrme de nuevo con
un sollozo ahogado.
Me folló brutalmente hasta que no pude soportarlo más, las lágrimas nublaron mi visión, y
estaba tan fuera de sí que apenas me registré desplomándome contra el suelo.
"Buena niña. Lo hiciste muy bien, cariño. Mírate... ven aquí. Me besó y me levantó, luego me
limpió y me dio un poco de agua antes de finalmente acostarme. Con sus fuertes brazos a mi
alrededor, sentí que casi instantáneamente me sumergía en un sueño sin sueños. Todo en mí sabía
que estaba a salvo, Harrison se aseguraría de ello.
HARRISON
Ella era todo lo que había soñado que sería y más. Con cuidado, le quité las gafas y
giré su cuerpo dormido y hermoso de lado, luego me tomé mi tiempo para tocarla. Por
mucho que ansiaba tenerla despierta y respondiéndome, algo acerca de tenerla
completamente dócil e indefensa debajo de mí me excitó a un nivel casi preocupante, y me
sorprendió saber que la somnofilia ocupaba un lugar tan alto en nuestras listas. .
Le encantaba la idea de que yo la usara así tanto como yo.

Lentamente, toqué sus caderas, sus costados, la suave piel de su coño, admirando
cada centímetro de su cuerpo. "Tan hermosa, Briella", susurré, levantando con cuidado
una de sus piernas para empujarla hacia adelante. Me dio el espacio suficiente para
alinear mi dolorida polla y deslizarme hacia ella, y esta vez, fui gentil. No quería despertarla,
todavía no. Quería que se despertara sola con mi semen goteando por sus muslos y
recordándole que me pertenecía, que era mía y que supiera que no podía escapar de mí ni
siquiera dormida.
Una y otra vez, me relajé y arrastré mi polla hacia atrás lentamente mientras me inclinaba para
besar su piel. Provoqué sus pezones con mis dientes y pasé mi lengua por su labio
inferior, e incluso mientras dormía, ella se abrió para mí. Ese único y pequeño acto de
completa sumisión me hizo estallar: lamí su boca y sostuve su barbilla mientras la follaba
más rápido, y no podía respirar mientras me derramaba dentro de su cuerpo fláccido y
flexible.
Una parte de mí pensó que ella se despertó durante eso y simplemente no me lo
dijo, y la mayoría de mí esperaba que no lo hubiera hecho, pero de cualquier manera,
cuando me acosté detrás de ella y toqué mi semen un poco más adentro de ella, susurré.
alabanzas en su oído por si acaso.
...
“Tan perfecto para mí, gatita. Así que vale la pena la espera y cuando te despiertes, te
voy a consentir. Un baño de burbujas, comida, un masaje... te lo has ganado todo y algo
más. Mi hermosa pequeña Bri. Nunca tendré suficiente. alguna vez tener suficiente.
yo nunca ...
Bofetadas/Esclavitud/Juego de impacto
Hoy iba a ser enorme. Había pasado una semana desde nuestra última jugada.
T sesión, y después de una extensa discusión sobre lo que íbamos a

hacer, no podría haber estado más emocionada. Harrison se estaba convirtiendo en un
Dom aún mejor de lo que jamás podría haber imaginado. Me dio exactamente lo que
necesitaba cuando lo necesitaba, y no me había caído ni una sola vez en su presencia. El
cuidado posterior que brindó fue algo con lo que la gente como yo solo soñaba, y estaba
emocionado de dar este gran paso.
Esclavitud.
Cuando entré en su casa, me entregó un vaso de agua, y como hombre de negocios,
se puso a discutir lo que estábamos a punto de hacer por tercera vez.
"¿Estás listo?" preguntó, señalando el vaso para incitarme a beber un poco más.
“Estoy listo para esto, señor. Realmente confío en ti.

"Buena niña. Entonces estírate para mí. Brazos y piernas, luego desnudarse por completo.
y elige tu flogger.”
¿Cómo me olvidé de esa parte? Todo mi cuerpo se estremeció ante su orden
mientras me quitaba la ropa, y luego me agaché para estirar mis piernas antes que mis
brazos. "¿Así, señor?"
Sabía que verme desnudándome lo mataría, y no me decepcionó cuando
vi crecer el bulto en su sudadera gris claro. "Si cariño. Así. Asegúrate de estar bien y
suelto. Podría tenerte atado por un tiempo y no quiero que te lastimes.
"¿Promesa?" susurré, abriendo mis piernas para mostrarle lo flexible que realmente
era.
Él se rió en voz baja. "¿Qué parte? ¿Que no quiero que te hagas daño o que
te voy a tener encadenado a mi techo durante horas?
"La segunda parte. Me encanta esforzarme por usted, señor. Soy mucho más fuerte
de lo que jamás pensé que era”.
"Lo eres", confirmó, estirando la mano para tocar las esposas de cuero que colgaban
desde el techo. “Dime tu palabra segura y dos cosas que te encantan de
tú mismo."
"Tormenta de nieve. Me encanta mi nueva fuerza y lo flexible que soy, ... yo
también te amo con esos pantalones de chándal”. Me puse de pie para estirar los brazos
y mantuve mis ojos en él, absorbiendo la forma en que me miraba como si fuera algo
precioso.
"Buena niña. Eres hermosa, Briella. ¿Me dejarás las gafas puestas?
Asenti. “Si comienzan a empañarse, ¿puedes quitármelos?”

"Por supuesto." Harrison asintió, interviniendo para ayudarme a estirarme un
poco más. "Esa es mi chica. ¿Estás listo?"
"Sí señor. ¿Quieres que me lleve el pelo suelto o que me lo recoja? Me derretí
Me metí en él y me puse de puntillas para inhalar su cuello, relajándome en sus fuertes
brazos mientras aún podía.
“Abajo está bien, sin embargo te sientes cómodo. Pero es hora, gatita. Elige tu
azotador y yo conseguiré el esparcidor.
"Dios, eso suena tan caliente". Me mordí el labio y me dirigí a sus colecciones,
deslizando mis dedos a lo largo de las colas de un flogger de cuero negro antes de
agarrarlo por el asa tejida. "Éste. ¿Duele?
Nunca he usado uno con tantos mechones. Sólo un gato, una vez.
Me estudió por un momento. “Pruébelo usted mismo. Muéstrame cómo mi
A la buena putita le gusta que la azoten.
Con una suave sonrisa, apoyé una mano en la pared y la bajé sobre mi muslo. Dolía,
pero no tanto como un látigo, y sabía que sería capaz de manejarlo durante un buen
período de tiempo. Lo hice de nuevo con mi otro, esta vez gimiendo y disfrutando del dolor
mientras me imaginaba completamente a merced de Harrison. "Por favor, señor. Estoy
listo."
"Besame primero." Me quitó el azotador y envolvió un brazo alrededor de mi
cintura desnuda, tirando de mí y besándome completamente mientras me apoyaba bajo
esas cadenas. Sabía, lo dijera alguna vez o no, que valoraba mi toque tanto como yo
valoraba el suyo, así que deslicé mis manos a lo largo de su torso desnudo y le di a ese
beso toda mi atención hasta que se llenó.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho cuando tomó mis manos y trajo
las puso sobre mi cabeza, y él no rompió ese beso por un segundo mientras
aseguraba mis muñecas en las esposas de cuero. Solo entonces dio un paso atrás
para agarrar las esposas de los tobillos y la barra separadora, y me controló en cada paso
del camino mientras me separaba las piernas y sujetaba la barra entre las esposas.
“¿Cómodo, cariño? ¿Tienes suficiente para rendirte allí?

Tiré de él para estar seguro antes de responder. "Sí señor. Es perfecto. Gracias."
Nunca me había sentido más en exhibición en toda mi vida, pero la venda de los ojos que él
envuelto alrededor de mí ayudó. Era solo yo, la oscuridad, el aire fresco que entraba por el
...
respiradero no muy lejos de mí y las manos de Harrison explorando mi cuerpo.
“Hermosa muñequita,” susurró, golpeando el interior de mi muslo. "YO

quiero que te veas como yo. Así que escucha atentamente, Briella. Te voy a decir lo que veo”.
Resoplé y asentí rápidamente, dejando escapar un gemido bajo cuando me abofeteó.

otro muslo. "Sí señor. Estoy escuchando."
"Veo que se me pone la piel de gallina sobre una piel perfecta", murmuró, golpeando mi
estómago un poco más ligero. “Veo a una pequeña zorra hermosa, desesperada por complacerme”.
Su palma encontró mi trasero, mis pechos, mi cadera.
“Veo piel enrojecida que se está calentando para lo que realmente necesitas. Veo
músculos tensos y... "los dientes rozaron mi pezón justo antes de que comenzara a chupar, y
apenas tuve tiempo de acostumbrarme a la sensación antes de que abofeteara mi coño empapado y
me hiciera gemir" un punto de pulso en el que quiero hincar mis putos dientes. dentro. Veo a una
pequeña esclava receptiva, perfectamente sumisa, hermosa y hermosa”.
Cada palabra fue acentuada por otra bofetada, otra sacudida de placer que me hizo temblar las
rodillas.
"¿Mi hermosa putita lo quiere aquí?" preguntó, rozando ligeramente mi mejilla, y asentí
rápidamente con una respiración aguda.
"Sí señor. ¡Por favor!"
Me golpeó, lo suficientemente fuerte como para hacerme tratar de apretar mis muslos incluso
aunque no pude. Sabía que la evidencia de mi excitación, de cuánto amaba esto, corría por
mis muslos, y él también cuando me abofeteó el coño de nuevo.
"Veo algo que es mío" , continuó. “Mía para romper, mía para arreglar, mía para amar. Mía
para magullar y besar y alabar y degradar y poseer.”
El leve sonido de raspado de él recogiendo ese flogger llegó a mis oídos.
justo a tiempo para prepararme, pero el primer crujido hizo que mi cuerpo se inclinara y un gemido
escapó de mis labios.
“¡Más duro, señor! ¡Por favor!"
Me golpeó de nuevo.
"Veo las marcas en tu piel, marcándote como mía", gruñó, frotando mi culo
caliente antes de arrastrar ese flogger entre mis piernas para hacerme cosquillas en el coño.
"Todo de mí es suyo, señor". Me sorprendió que el hecho de no poder verlo no

amortiguara mi atadura a él. En todo caso, lo aumentó. Su excitación era palpable, no
necesitaba ver cuánto estaba hinchando y goteando en esos sudores, podía sentirlo.
Y todo de mí es tuyo, Briella. Dejó caer ese flogger, deslizando dos dedos dentro de
mí mientras envolvía su brazo alrededor de mi cintura por detrás y besaba mi hombro.
“Suéltame, preciosa. Sé mi niña buena y dámelo.
"¡Oh, gracias carajo!" Jadeé, mi cabeza cayendo hacia atrás y exponiendo mi cuello.
para él. Voy a venir. ¡Joder, eso se siente tan jodidamente bien!
Besó todo mi cuello, hombro, mi brazo levantado, moviendo sus dedos
dentro de mí más rápido y retrocediendo en el momento exacto para hacerme correr.
Y con lo mucho que anhelaba su polla, me tomó completamente por sorpresa lo
increíble que se sentía. Escuché la salpicadura que golpeó el piso de madera, sentí que
mi cuerpo se convulsionaba mientras más salía a borbotones y luego finalmente encontré
mis palabras. "G-gracias, señor".
Manos expertas me desataron las muñequeras y luego me ayudaron a estabilizarme
antes de quitarme la venda de los ojos y se arrodilló para liberar mis piernas. Un momento
después, me levantó para llevarme a la cama.
“Conoces mis reglas, gatita. Voy a besar cada lugar que abofeteé cinco
veces mientras me dices cinco cosas que te gustan de ti. Empezar."
Mi espalda golpeó el suave colchón mientras sus labios bailaban sobre mi piel,
haciendo que mi mente regresara lentamente a mí mientras cada beso me conectaba a tierra.
“Yo—” Tomé aire y comencé de nuevo. “Amo mi mente, mi habilidad para luchar contra
cualquier cosa, mi... fuerte tolerancia al dolor. Um, mi adaptabilidad. ¿Son cinco, señor?
¿Cuenta el anterior?
“Puede contar”. Besó todo el camino hasta mi cuerpo hasta mi mejilla y luego mis
labios, y ese beso lento y dulce casi me hizo llorar. “La próxima vez, usaremos el flogger un
poco más. Lo hiciste increíble por primera vez, gatita.
... pero ahora necesito que vengas conmigo. Necesito revisar los puntos de
impacto para poder tratarlos si es necesario”.
Asentí, dejando que me levantara y me llevara a su baño bien iluminado.

y verlo cuidar de mí y adorarme se sentía mejor que casi todo lo
demás.
Casi.
Voyeurismo
respira, me recordé, pero era más fácil decirlo que hacerlo.
B Estaba de rodillas entre las piernas de Harrison, él completamente vestido con un

delicioso traje azul marino, yo completamente desnuda aparte de mis lentes y el vibrador
púrpura que estaba sosteniendo contra mi clítoris. Estábamos viendo el trío más caliente
que jamás había visto, un hombre sentado en un sofá, una hermosa rubia clavándose en su
gorda polla con otro hombre en su boca. Podría haberme corrido solo de verla acostumbrarse,
pero como aún no me habían dado permiso, estaba colgando de un hilo.
“Hermosos, ¿verdad? ¿Te imaginas cuántas veces ha tomado

a sus pollas les gusta esto, ¿y ahora lo está haciendo solo para ti? Harrison
susurró, aligerando un poco la presión. "Apuesto a que mi buena chica los tomaría aún mejor,
pero nunca lo sabremos".
"¿No?" Pregunté, incapaz de ayudarme a mí mismo. "¿Por qué no, señor?"
Su mano libre se envolvió alrededor de mi cuello y su voz bajó.
“Porque eres mía, gatita. Te dije en ese ascensor que nadie te volvería a tocar nunca más,
y lo decía en serio —gruñó—. "¿Me estás diciendo que los quieres?"
"No", salí corriendo. “Ni siquiera un poco, quería oírte d-decir

que." No podía mentirle, ni siquiera si eso significaba que podría ser castigado.
"Bueno. Deberías estar agradecido de que haya accedido a dejarte estar tan
cerca. Pueden verte, lo sabes. Ver tus piernas abiertas y tu linda boquita abierta. Derek me
ofreció dinero para poder follarte la garganta, ¿lo sabías? preguntó, aumentando la intensidad
de ese vibrador y presionándolo un poco más contra mí. “Quería comprarte, dijo que para
eso están las putas”.
Gemí, el cuerpo temblando con la necesidad de liberarme ante sus palabras. "Señor",
jadeé. "¿Qué harías si lo intentara?"
"No creo que quieras que responda eso".
La malicia y la promesa en su voz casi me hicieron correrme sin permiso, pero me
contuve y clavé mis uñas en mis muslos. También me ayudó cuando vi al hombre sacar
su polla y golpearla con ella, pero luego él
se movió detrás de ella para deslizarse en su culo. Hacía tanto calor que perdí el aliento.
"Señor, señor, estoy cerca".
“Entonces ruega, gatita. Ruego más fuerte de lo que gime Ashlyn y tal vez lo deje
vienes.” Chupó una marca en mi cuello mientras tocaba mi clítoris con el vibrador, haciendo que mis
muslos temblaran y suplicara casi imposible, pero logré encontrar mi voz después de un momento.
"¡Por favor! Por favor, déjame ir, seré tu niña buena”.

“Sé que lo harás, chica perfecta. Ven por mí."
Dejó caer el juguete y enganchó dos dedos dentro de mí, dándome exactamente lo que
necesitaba para correrme con un gemido ahogado, haciendo que los tres montando un espectáculo se
volvieran a mirar. Fue emocionante... y me di cuenta de que no había terminado. "Gracias Señor."
“De nada, gatita. Ahora hazlo de nuevo —ordenó, moviéndome para que me sentara sobre mi trasero
con las piernas abiertas, y colocó ese vibrador de nuevo en mi clítoris palpitante. Dile a Derek y a Gabriel
lo que quieres que le hagan a ella.
Ambos hombres se giraron para mirarme mientras Ashlyn trataba de recuperar el aliento, y el
poder que sentí irradiando a través de mi cuerpo hizo que mi confianza creciera.
“Sigue haciéndola gritar. Está tan jodidamente caliente cuando grita, pero no dejes que termine. No
hasta que su cara esté pintada con la eyaculación de ambos.
Harrison comenzó a tocar mi clítoris nuevamente cuando Derek se deslizó hacia atrás en el culo
de Ashlyn y Gabriel comenzó a follar su garganta, y no le tomó mucho tiempo retirarse y cubrir sus mejillas
mientras Derek la follaba más fuerte.
Se puso tan ruidosa y desesperada que casi me compadecí de ella, pero la voz de Harrison
en mi oído me distrajo. “Tu olor me está volviendo loco, gatita. Mi mano está empapada y puedo olerte
desde aquí arriba vas a hacer que me arruine el traje. ...
“Dios, espero que lo hagas. Estoy tan jodidamente cerca otra vez, yo—” Gemí junto con Ashlyn
cuando Derek salió de su trasero y se movió para correrse sobre su cara, y al verla de esa manera me
hizo seguirla instantáneamente.
Con los dedos de Gabriel dentro de Ashlyn ahora, nos corrimos juntos, llenando el espacio con
gemidos desesperados y el sonido pecaminoso de lo mojados que estábamos.
fueron.
"Buena chica", gruñó Harrison, besándome por encima del hombro cuando finalmente
dejame descansar. "Tan hermosa, Briella".
"Gracias Señor. ¿Puedo chuparte? Pregunté, mis ojos revoloteando cerrados mientras
Dejo que el agotamiento se apodere de mi cuerpo. Pero incluso esto agotado, quería
complacerlo.
“¿Te quedarás despierto el tiempo suficiente para limpiarte y beber
tu agua? preguntó.
"Mmhm", tarareé. "Promesa. Pero primero, quiero que uses mi garganta.
Muéstrame que fui una buena chica.
Miró a los demás. "Afuera. Asegúrate de que Ashlyn reciba el cuidado posterior que necesita
o los noquearé a ambos”.
Gabriel la cargó mientras Harrison me dejaba dar la vuelta y asentía con la cabeza hacia
su entrepierna, diciéndome en silencio que lo sacara.

Con el labio inferior entre los dientes, levanté la mano para desabrochar lentamente la
cremallera, sin romper nunca el contacto visual, sin importar lo mucho que quisiera ver cómo se
liberaba esa hermosa polla.
“Dime dos cosas que amas de ti y luego chúpame, gatita”.
La jodida moderación que debió tomarle para hacer esto primero me hizo ronronear y
aferrarme a sus pantalones. No importa la situación, él siempre me puso primero. “Amo mi coño, y
cuánto ama complacerte, y amo mis senos”. Los tomé y apreté, luego lentamente me incliné hacia
adelante para absorberlo y evitar que más palabras salieran de mis labios, porque casi le confesé
mi amor.
"Buena niña." Me soltó por un rato, susurrando alabanzas mientras lo chupaba, luego
acarició mi rostro una vez que estuvo cerca. “Ahora voy a decirte tres cosas que amo de ti, y luego
voy a correrme por tu pequeña garganta apretada.
¿Comprendido?" En el momento en que asentí y lo deslicé más profundo, puso una mano en
mi cabello y tomó el control. "Me encanta la forma en que tus lentes se empañan cuando uso tu
... Me encanta
garganta, me encanta el hechocómo
de que
nunca
me perteneces
tienes miedo
". de poner a prueba tus límites, y yo
Se estrelló profundamente, haciendo que me escociera la nariz con el impacto mientras pulsaba
y vació por mi garganta, y me quedé allí por un tiempo después de solo respirar con él.
Me vio por lo que era, me vio y todavía me quería, y ninguna parte de mí se quejaba.
Yo le pertenecía.
Adoración anal/cuerpo
Eso se siente tan bien, señor. Solté un pesado suspiro mientras todo el tiempo
“T los músculos comenzaron a relajarse verdaderamente. Fue una larga semana en la oficina para
los dos, y este era exactamente el contacto que necesitábamos.
Sus pulgares se clavaron suavemente en los nudos justo debajo de mis omóplatos mientras
él tarareó. “Te mereces esto, hermosa. Mi hermosa y fuerte Briella”.
“Me vas a consentir… por favor, no te detengas”. Sonreí, moviendo mi trasero un poco para
frotarme contra su entrepierna y probar su moderación.
—No puedes tentarme, mujer diabólica. En unas pocas horas, tendré un día entero con
este trasero para mí solo. Por ahora, solo quiero que te relajes. Estás a salvo aquí conmigo y tu
teléfono está apagado, lo que significa que ninguno de mis idiotas compañeros de trabajo te
llamará para pedirte favores nocturnos. Solo respira por mí, Briella.
Tenía que admitirlo, se sentía jodidamente increíble. Lo había estado anhelando

durante un par de días, anhelando su polla tanto como sus hermosas manos y sabiendo que
estaba haciendo esto solo para mí, me relajaba por completo. Dejé que mis ojos se cerraran para
respirar con él, concentrándome en nada más que en la forma en que sus manos hacían
... yo no estaba
desaparecer mi tensión. Estaba hablando, sabía que lo estaba, pero por una vez escuchando.
Al menos no hasta que pronunció mi nombre dos veces. "¿Bri?"

"¿Mmm?" Tarareé rápidamente, sacudiéndome ligeramente por la sorpresa. "¿Sí señor?
Estoy aquí."
"¿Cuántas veces viniste hoy?"

“Las dos veces que usted permitió, señor. Nunca vendría sin tu permiso. Me moví
un poco de nuevo, queriendo ver su rostro pero aún estaba encima de mí.
Suavemente me sujetó y chasqueó la lengua para decirme que me quedara. "Que

No era por eso que estaba preguntando, gatita. ¿Bebiste tu agua?
Me quedé donde estaba, a pesar de que el chasquido de su lengua me hizo cosas. "Sí,
Señor. Todas las dieciséis onzas. ¿Has venido hoy?
"Una vez. Y sí, también bebí mis ocho onzas —murmuró en broma.
“Ahora relájate, puedes dormir todo el tiempo que necesites. Prepárate en el
mañana cuando estés listo y ven a buscarme. Estaré en mi oficina.

Frotó un poco más abajo y cerré los ojos para escuchar. Lo deseaba, deseaba mucho más,
pero mi señor sabía lo que necesitaba y no estaba en condiciones de discutir. Mañana sería perfecto.
EN LA MAÑANA DESPUÉS del desayuno, hice exactamente lo que me dijeron. Me

duché y me limpié bien, me preparé el trasero con los juguetes que me dispuso y cuando estuve
lista para acercarme a él, me puse una bata de seda y dejé un tapón dentro de mí.
Lo encontré en su oficina como dijo, luciendo como una maldita comida completa en
sus sudaderas, y me hizo desear que pudiera usarlas para trabajar a veces.
En el momento en que ese pensamiento cruzó por mi mente, lo descarté, porque algo
sobre esto siendo solo para mis ojos me hizo sentir especial. "Buenos días señor."
"Gatito." Me miró, inclinando lentamente la pantalla de su computadora portátil hacia

abajo para verme mejor. "¿Dormiste bien?"
"Por supuesto. Siempre lo hago cuando me quedo aquí contigo. ¿Acaso tú?" Me mudé
más cerca, pasando un dedo por las solapas de mi bata hacia la corbata.
Asintió una vez, deslizando su silla un poco hacia atrás. “Yo también duermo mejor
cuando estás aquí. Ven aquí, cariño.
Mantuve mi ritmo agonizantemente lento mientras me desataba el vestido y lo dejaba caer
en el suelo, luego me senté a horcajadas sobre su muslo con mis ojos fijos en los suyos.
"Cada centímetro de ti fue hecho para mí", susurró, inclinándose para besar
mi piel desnuda mientras sus brazos me envolvían. “Mi irritante, obstinada e increíble Briella”.
Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás con un grito ahogado, esperando que él siempre se
sintiera así por mí. "Tuya."
Froté mi clítoris a lo largo de su muslo con un gemido cuando sus dientes atraparon mi
pezón, pero solo me dejó así un momento antes de levantarme y llevarme escaleras abajo.
La cama ya estaba cubierta con toallas afelpadas de color gris oscuro, había agua y
lubricante en la mesita de noche, y los reflectores allí abajo se habían vuelto de un rojo
carmesí intenso.
"No tomes esto como algo personal, gatita, pero no planeo correrme hasta que me ruegues
que deje de tocarte".
"Sí señor." Mi piel comenzó a zumbar de una manera que me había vinculado a él, solo a él.
“Las luces se sienten familiares”. De repente estaba de vuelta en ese ascensor infernal y no
podía respirar, pero no era aire lo que anhelaba. Fue el. "Por favor, tócame".
Se tomó su tiempo, besando cada centímetro de mi cuerpo y susurrando alabanzas.

contra mi piel hasta que me arqueé para perseguir sus labios. Solo entonces me dio la vuelta,
azotándome ligeramente y besando el lugar mientras jugaba con ese tapón.
"¿Cómo se siente?"
Ese azote hizo que mi atención volviera firmemente a él, el él en ese momento, no el
que una vez pensé que me odiaba antes del terremoto. “Se siente bien, señor. Solo que no tan
bien como lo hacen tus dedos.
"Los tendrás pronto". Besó sobre mi trasero y movió su lengua alrededor del borde
acampanado del tapón que me llenaba, y luché contra la dolorosa necesidad de moverme y
frotarme contra su rostro.
"Oh, Dios", respiré, estremeciéndome cuando lo hizo de nuevo.
“Quédate quieto, gatita. Voy a sacarlo, ¿de acuerdo? En el momento en que dije que sí,
me lo quitó y lo arrojó al suelo, luego palmeó mi trasero para abrirme. "¿Mi hermosa y pequeña
zorra quiere más?"
"Sí", gemí. "Por favor, señor. Más." Volvió a sumergirse, girando su lengua a lo largo
de la entrada con sus dedos clavándose en mi piel. Me comió el culo durante tanto tiempo que
empecé a sentir entumecimiento donde estaban sus manos, y cuando no pude soportarlo más,
gemí. “S-señor, por favor. Por favor, necesito más, necesito tus dedos”.
Se echó hacia atrás, abofeteándome el trasero dos veces antes de agarrar el lubricante
y cubrirse los dedos. “¿Cuántos, gatita? Tu eliges."
"Tres", supliqué. “Tres de ellos, por favor. ¿Una nalgada más?
Esta vez, levantó su mano con más fuerza e hizo temblar mi trasero, luego deslizó tres
dedos dentro de mí. "Mi hermosa Briella quiere que le llenen el culo, ¿eh?"
"¡Sí señor!" Gemí, empujando hacia atrás sus dedos y saboreando la quemadura.
Siempre había amado el dolor, recordé los tiempos en que me azotaba los muslos con mi
propio cinturón antes de tocarme y gemir de nuevo. “Tan jodidamente bueno. Otra vez por
favor."
Una y otra vez, alternaba azotarme y tocarme con los dedos hasta que estaba
tan desesperada por sentir su polla que no podía soportarlo. Ruego, Briella. Puedo sentir
que estás ahí, así que ruégame.
"¡Por favor!" Mi cuerpo comenzó a temblar mientras flotaba en algún lugar entre el dolor y el
placer, y para mí, esas líneas siempre habían estado entrelazadas. "Necesito tu polla".
"Buena niña. Ven aquí."

Harrison se echó hacia atrás, tirando de mí hasta su regazo y sosteniéndome de espaldas a él.
pecho mientras se acomodaba dentro de mí. Constantemente, movió sus caderas y abofeteó mi
coño, tirando de mis muslos más separados hasta que me separé y me atravesé en su polla. "¿Qué
tan dolorida estás, hermosa?"
“Se siente como si me estuvieras estirando más que nunca, es tan doloroso. Me encanta." Mi
mano voló hacia atrás para agarrar su cabello, lo que solo hizo que esos empujones fueran más
agudos, más duros, más rápidos.
"Tan jodidamente apretada, Bri", jadeó. “Jodidamente estrangulando mi polla.
Aprieta para mí... tira más fuerte.
Saber que se estaba desmoronando como yo me sentía increíble, como si tal vez él se sintiera
exactamente como yo me sentía con respecto a todo eso y tal vez estábamos completamente en la
misma página. Apreté tan fuerte como pude, tirando más fuerte de su cabello con un tirón.
Sus dedos frotaron mi clítoris más rápido, golpeando cada pocos segundos mientras giraba sus
caderas y besaba febrilmente mi cuello. “Ven, Briella. Ven por mí para que pueda desarmarte.
"Sí, sí, ya voy". El aire abandonó mis pulmones una vez más, y esta vez,
me hizo chorrear por toda su mano.
Lo escuché chasquear detrás de mí.
Mi cara golpeó la almohada cuando él me volteó hacia adelante y se deslizó fuera, luego
empujó de nuevo dentro de mi culo dolorido y maltratado y me folló contra el colchón. Estaba
gritando, gritando por más, que se detuviera, que continuara hasta que yo llorara, pero por primera
vez, el gran Harrison Stag encontró su límite antes que yo encontrara el mío.
"¡Maldita sea, Briella!" Se corrió con un gruñido, follándolo más profundamente y sujetándome
por la nuca mientras me azotaba tan fuerte que grité de dolor.
“Señor,” supliqué, pero por qué, no estaba seguro. "Señor ..."

Salió con cuidado y me volteó de nuevo y metiendo su brazo
debajo de mí para sostenerme. “Estuviste increíble, Bri. Mejor que... joder. Eres mi mejor chica, mi
hermosa Bri”.
El elogio me mantuvo conectado a tierra, mantuvo mi atadura delgada y transparente a él, está
fuerte. "Gracias Señor. Puedo sentir tu venida ... tan profundamente dentro de mí”.
“Por supuesto que lo es, porque me tomas muy bien. ¿Puedes pararte? Quiero besarte
desesperadamente, pero teniendo en cuenta dónde he tenido mi boca recientemente... —Sonrió
mientras retrocedía y me ayudaba a llegar al borde de la cama, haciéndome pararme sobre mis rodillas
tambaleantes e inseguras.
“Mis piernas se sienten pesadas,” murmuré, y cuando me levantó de mi
pies, estaba de vuelta en ese ascensor una vez más, solo que esta vez, era el recuerdo de él
llevándome a un lugar seguro. "Gracias", repetí, lo que significaba mucho más que solo sexo.
Y de alguna manera, sabía que él lo sabía.

Check In/Exhibicionismo
harrison
Dejé que mi mente divagara mientras limpiaba los platos de la cena que
yo compartimos. Habíamos llegado tan lejos en tan poco tiempo. Sabía que ella confiaba en mí,
y más allá de eso, me confié a ella. Lo que ella me estaba dando era algo precioso.
Y no estaba dispuesto a darlo por sentado.

“Entonces,” dije, volviendo a sentarme y deslizándole una copa de su vino favorito.
“Es hora de otra de esas conversaciones que te hacen sonrojar tan hermosamente. Sé que
nos hemos puesto de acuerdo antes, durante y después de cada escena, pero me gustaría
hablar de ellas ahora que han tenido tiempo para digerirlas”. ...
Tomó un largo sorbo mientras me miraba por encima del vaso y consideraba sus
palabras. "De acuerdo. Sí, eso es probablemente algo bueno. Gracias por… ayudarme
ya sabes, a
comunicarme”.
"Gracias por seguir las reglas", respondí. “Ahora, ¿hay algo que quieras decir?
¿Cosas que disfrutaste, cosas que necesitas pero que no obtienes de mí, cosas que no
necesariamente quieres volver a intentar?
Aprecié la cantidad de pensamiento que le dio antes de responder.
“Estás haciendo más de lo que esperaba o de lo que he experimentado en mi vida.
Por eso, es fácil disfrutar de todo contigo hasta ahora. Causas la cantidad perfecta de dolor
y cuidado, no puedo pensar en nada que quisiera que se hiciera de manera diferente, pero
continuaré pensando en eso si alguna vez sucede”.
"Gracias." Me tomé un momento para mirarla, para asimilar la forma en que se

mordía el labio inferior. "¿Estás seguro de que estás listo para lo que haremos a
continuación?"
Al mirarla, no me perdí el más mínimo movimiento de esos labios. "Sí. Voluntad
¿Seré castigado por estar emocionado?
"No. No voy a castigarte por divertirte, Briella, especialmente porque solo ...
estamos haciendo esto por ti. ¿Crees que estoy emocionado de
ver a otros hombres venir a marcarte? murmuré. "Esta fue una gran laguna que encontraste,
y supongo que puedo culpar a tu elección de carrera".
Parecía demasiado orgullosa de sí misma. Todavía soy tuyo. Todo de mí, señor.
"Lo sé. Y me reservo el derecho de golpear en la garganta a cualquiera que me
desobedezca durante esto. Si alguno de ellos te quita el pelo de la cara, serás testigo de una
masacre”. Dejé escapar un suspiro lento, pero la mantuve clavada en mi mirada, esperando
que entendiera lo bien que lo decía en un sentido hipotético. “Y si tocas a uno de ellos...”
No lo haré. No quiero tocar a nadie más que a ti, Harrison. Quiero tocarte todo el
tiempo, incluso en el trabajo ...
cuando tienes tu cara de enojo”.
Quería fingir que no sabía de qué estaba hablando, pero incluso en ese momento, podía
sentirlo : mis cejas estaban fruncidas, los labios hacia abajo, los ojos entrecerrados. Incluso la
idea de que otros la miraran de nuevo estaba haciendo hervir mi sangre. "Me alegro de que te
sientas así, gatita, porque me verán reproducirte antes de que se les permita acercarse a ti".
Hice una pausa. "Juego de palabras".
Ella resopló, luego terminó su vino y se movió para montarse a horcajadas sobre mí.
"Los juegos de palabras son menos divertidos cuando pareces enojado, ¿sabes?" Sus
dedos se cerraron en la parte delantera de mi camisa mientras me miraba a los ojos. “Me
encanta cuando me crías
... cuando meEntonces,
reclamas¿por
comoqué no soy suficiente? Tomé una respiración lenta
tuyo.
y profunda mientras tocaba sus caderas y me recordé que esto era un proceso. Habíamos
pasado una década en la garganta del otro, castigándonos mutuamente por la atracción que
solo ahora empezábamos a explorar, y había cosas en ella que no podía hacer que se rindiera.
“Así que bésame, luego sube y espérame en la ducha. Prepárate para tomar dos hoy, por
cierto. Una vez ahora y una vez en el momento en que se van. Te limpiaré yo mismo las dos
veces. ¿Está eso bien?"
"Absolutamente. Gracias Señor. Me cuidas tan bien. Briella me besó mucho más
profundo de lo que esperaba antes de seguir su camino, e incliné la cabeza hacia atrás en el
momento en que la perdí de vista.
Puedo hacer esto por ella, puedo ser esto por ella. No matarás, no le sacarás los ojos a
alguien por mirarla, no... a la mierda. Haré lo que el momento demande.
Llegamos tarde a reunirnos con los demás en la planta baja, ya que no me atrevía a
dejar de tocarla en esa ducha, y cuando estaba
asintiendo a Derek, Gabriel y Ryan, estaba listo para arruinarla.

"Todos conocen las reglas básicas, ¿verdad?"
“Absolutamente, jefe. Sin tocar —confirmó Derek, pero no me perdí la
la forma en que ya la estaba mirando y lo duro que estaba con sus pantalones cortos
de baloncesto, y Ryan no estaba mejor.
“No esperaba que fuera tan hermosa. ¿Mantendrá las gafas puestas?
Cada jodida pulgada de sangre roja de mí quería decir que no, pero todo el maldito
objetivo de esto era que Briella se divirtiera. Como no podría depender del tacto para eso,
necesitaría poder ver. "Sí", gruñí. “Tóquense todo lo que quieran, pero no a ella. No. Su."
Gabriel levantó las manos. “Oye, sabíamos para qué nos inscribimos. ¿Podemos
hablar con ella?
Una vez más, quise decir que no, pero controlé mi respiración por un momento y
luego asentí a Bri. “Dejaré eso en tus manos. No es mi idea favorita, pero no te culparé
ni te castigaré si dices que sí”.
“Quiero que hablen de mí pero no a mí. Quiero escuchar todas las cositas sucias que
dirían sobre la zorra que tienen delante, pero solo tú puedes hablarme directamente.
Una pequeña parte de mí quería adorarla por eso, pero ella había marcado el tono.
con esa petición. Ella estaba aquí para ser degradada, así que a pesar de mi instinto
de elogiarla por encima de todo, le daría lo que pedía.
“Entonces ponte de rodillas, pequeña puta. Muéstrales exactamente lo que se
perderán mientras usan sus propias manos para hacer lo que tu boca está a punto de
hacerme. Hazme agradable y húmedo.
Su mirada cayó un segundo antes de que su cuerpo lo hiciera, las rodillas golpeando suavemente
contra la madera fría e implacable, y luego deslizó sus manos por mis muslos hacia
mi polla.
Cuando me chupó, hice lo mejor que pude para ignorar a los demás y solo
concentrarme en su lengua. Ninguno de ellos importaba, y en lo que a mí respecta, ninguno
de ellos estaba allí, pero el flujo constante de "Ella realmente es una zorra" y "Mírala tomar
esa polla como si hubiera nacido para eso", había yo tensándome.
"¿Es esto lo que querías, hermosa?" Susurré. “¿Son tus dedos

¿Con ganas de tocar, de tener dos pollas gordas en tu mano mientras te follo la
garganta?
Sentí su gemido tanto como lo escuché, y pude ver sus dedos retorciéndose contra
sus muslos mientras luchaba contra el impulso de decir que sí. Fue la conversación lo que la atrapó,
no el acto en sí, sino la idea y la degradación que lo acompañaban. Eso es lo que ella ansiaba.
Al menos eso es lo que me dije a mí mismo.

“Apuesto a que eso no sería suficiente, ¿eh? No cuando tienes dos pequeños agujeros
codiciosos entre tus muslos. Apuesto a que mi pequeña zorra no sería feliz hasta que no pudiera
tomar otro, ¿eh? Agarré su cabello y lo saqué, golpeando su cara con mi polla. "Dilo, gatita".
Briella gimió por el impacto. "Sí señor. Soy tu zorra codiciosa.

Ella se movió para succionarme con avidez, y la dejé ir hasta que no pude
contenerse más. La saqué y caí de rodillas, luego envolví mis manos alrededor de sus
muslos para voltearla hacia atrás en el suelo. Sabía que se estaban masturbando encima de
nosotros, susurrando entre ellos y fantaseando con realmente tocarla, tocar a mi Briella,
preguntándome si se saldrían con la suya si me desobedecían y simplemente arrastraban la punta
de un dedo por su piel hasta su maldito coño mojado. y yo... estallé.
"Mío", gruñí, golpeando profundamente demasiado rápido, inmovilizando sus hombros contra el suelo.
suelo frío mientras me metía en su cuerpo una y otra vez, gruñendo por la tensión mientras trataba
de borrarlos y lo que estaban haciendo de mi mente. Sólo estaba ella, sólo yo, sólo esto.
Y era sólo mi título honorífico lo que ella gemía.

“Señor, he sido una chica tan mala. Una zorra tan mala que anhela la atención de
otros hombres. Quieren follarme tanto que están temblando... muéstrales a quién pertenezco”.
La abofeteé tan fuerte que me ardió la palma de la mano y le metí dos dedos en la boca,
abriéndole la mandíbula mientras la follaba con más fuerza. Ellos saben que eres mía. Tres de ellos
y uno de mí, podrían llevarte si realmente quisieran, no es como si dijeras que no, pero eres mía,
... el borde,
gatita. Mi hermosa putita, y todo el mundo lo sabe. Me incliné
y la para
formaescupir
en queen
sesu
apretó
bocaacuando
mi alrededor
golpeé
mientras se corría me hizo vaciar completamente dentro de ella, pero no me estaba retirando.
“Tienen treinta segundos,” espeté a los demás. Briella, cierra tu maldita boca.
Gabriel y Derek se dejaron caer, apoyándose el uno en el otro.

los hombros del otro mientras se masturbaban sobre su cuerpo, pero Ryan se quedó
de pie. Bri se arqueó en el suelo y se estiró para frotarse las tetas.

"Joder", jadeó, luego cerró la boca cuando Derek comenzó a
venir con un gemido largo y prolongado.
"Puta de mierda", gruñó, acariciándose hasta que se agotó y su barbilla y cuello quedaron
cubiertos.
Apenas registré a los demás cubriendo su estómago. Todo lo que vi fue rojo mientras una
furia candente me recorría, y casi rompí mi propia regla. "Fuera", espeté. “Pídele disculpas por
hablar con ella y luego vete”.
“Mierda, lo siento. Lo siento, Harrison. El hecho de que pensara en disculparse conmigo
podría haber ayudado si todavía no estuviera tan jodidamente enojado.
Salieron corriendo de la habitación mientras Briella me miraba fijamente a los ojos y
jugaba con el desorden de su piel, y me tomó varios momentos angustiosos controlar mi
respiración y recordar que esto era para ella, no para mí, y yo había accedido a hacerlo. eso.
“Cinco cosas que… amas de ti misma, Briella. Ahora."
“Señor…” susurró ella, sus manos deteniéndose por completo mientras se sentaba.
“Mis caderas, labios, fuerza, sentido del humor y mis pezones”. Era obvio que soltó esas
cosas solo para mí, pero luego dijo algo que me sorprendió muchísimo. “Señor, ¿puede
decirme cinco cosas que le gustan de usted? Por favor."
La miré a los ojos y lamí mis labios lentamente, dibujando nada más que espacios en
Estoy ... blanco. excelente en mi trabajo, yo..." Resoplé, sentándome sobre mis rodillas y
alcanzando para darle una botella de agua. "Mierda. Dame un minuto."

Se lo bebió y me lo devolvió para que yo también lo bebiera, observándome muy de
cerca, y con una sola mirada me di cuenta de que no iba a aflojar.
“Soy excelente en mi trabajo, soy un buen hermano, soy excelente administrando el
dinero, pongo el cuidado posterior por encima del placer y soy un padre de perros
sorprendentemente bueno, aunque no he tenido uno desde mi última murió." Los conté en mi
cabeza y luego asentí, un poco orgulloso de mí mismo. “Tráeme tu cara, te debo cinco besos en
la mejilla por haberte abofeteado”.
"Gracias Señor." Se inclinó y cerró los ojos mientras depositaba suaves besos en su
barbilla, luego sostuve su rostro para darle uno adecuado. “Dúchate conmigo, ¿puedo limpiarte
también esta vez? Ahora solo somos tú y yo. Solo tu y yo."
El jodido recordatorio de que estaba cubierta por el semen de otras personas me hizo
gruñir sin siquiera darme cuenta, y abruptamente la dejé ir cuando me golpeó.
me dijo que estaba clavando mis dedos en sus caderas. "Si, eso estaría bien." ...
La recogí y la llevé allí rápidamente, metiéndonos a ambos bajo el agua antes de

que se calentara. Tenía su piel limpia y su cabello lavado antes de que todo mi cuerpo
estuviera mojado, y solo entonces me relajé lo suficiente para dejar que me tocara.
“Mi palabra segura es 'Caterpillar'”, murmuré. “Yo no lo hubiera usado

hoy, pero creo que eso fue lo más cerca que he estado de necesitar uno”.
"Gracias por compartirlo conmigo. Iba a preguntar una vez que estuviéramos en
cama. Lo siento señor. Me encanta cuando te vuelves territorial y posesivo,
no debería haber presionado tanto”. Se movió detrás de mí y comenzó en mi espalda
con círculos lentos y relajantes. "Soy tuya", me recordó suavemente.
“No hay nadie más para mí”.
Negué con la cabeza. —No te disculpes, Briella. Yo soy el que dijo que sí.
El día que te castigue por una de mis decisiones, debes huir. Debería haberme
comunicado más abiertamente cuando discutimos esto para empezar, pero una parte
de mí sabe que mis sentimientos no son justos contigo aquí. Te he deseado durante
diez años, y finalmente te tengo para mí. Creo que tal vez lo intentamos demasiado pronto”.
"Entiendo. fue muy pronto Podemos poner esa experiencia en un estante por
ahora y discutirla más tarde. Yo también te he anhelado durante diez años, Harrison. Y
no es justo porque hubiera abofeteado una azada.
Me giré para mirarla y besarla profundamente. “Lo haremos mejor mañana, y
pasado mañana, y pasado mañana. Y tal vez algún día esté listo para intentarlo de
nuevo, pero... probablemente
bajo el agua,
no”. Sonreí
amando contra
la forma
sus en
labios
queysu
luego
pequeño
la sostuve
cuerpocontra
encajaba
mí
contra el mío. Eres hermosa, Briella. Sigue siendo mi buena chica.
Sus dedos se cerraron contra mi espalda mientras se relajaba contra mí. "Eres el
el mejor Dom del que he oído hablar, e incluyo novelas románticas.
“No lo estoy, ni por asomo, pero aceptaré el cumplido y te daré las gracias.
Entonces,...dejar
gracias."
que terminara
Levanté su
de barbilla
limpiarme,
paray besarla
cada toque
de nuevo
me ayudó
y luego
a volver
me arrodillé.
a ponerme
a tierra.
Todo iba a estar bien.
Ella todavía era mía.
El juego
Buenos días, Harrison. Besé su hombro y me dejé caer sobre el mostrador

"GRAMO para verlo preparar el desayuno. “Uno de estos días voy a
Vencerte aquí y prepararte el desayuno.
"Lo dudo, pero eres bienvenido a intentarlo". Sonrió levemente mientras volteaba
los panqueques. "¿Te despertaste en un estado de ánimo competitivo hoy, gatita?"
"Quizás." Me mordí el labio y lo miré, sabiendo muy bien que nunca me despertaría.
levantarse primero y perderse su cocina. "¿Qué vas a hacer al respecto si lo estoy?"
Él tarareó, lamiendo la masa de la cuchara. "Probablemente te jodan esa

actitud".
No pude evitar la estúpida y vertiginosa sonrisa que se extendió por mi rostro. "Cómo
¿Se supone que no debo aceptar ese desafío?
"No dije que no deberías tomarlo". Apagó la estufa y me enjauló en ese mostrador.
“Ahora solo tenemos que elegir un juego”. debe ser sexual? ¿O juvenil? Besé su cuello
“Hmm ... para balancearse
él en la dirección que yo quería.
El gruñido que dejó escapar respondió por él. "Sexual."
Fue tan... fácil... para despertar a la bestia.
Pasé mi lengua a lo largo de su piel para mantenerlo despierto, luego alcancé
hacia abajo para palmearlo. "¿Qué tienes en mente, Harrison?"
“Es difícil concentrarse contigo haciendo eso,” murmuró. "Pero tu
Parece que piensas que hoy tienes algo de autocontrol, ¿verdad?
"Con seguridad. ¿Estás pensando en el borde? Seguí adelante, seguí empujándolo hasta que
deslizó su mano hacia arriba para agarrar los lados de mi garganta.
Eso es demasiado fácil. A mi buena zorrita le encanta follar, así que, ¿dónde
está el desafío? Yo digo que trates de no correrte en absoluto, y hago todo lo que está
en mi poder para que te corras hasta que llores”.
Era un desafío que no podía esperar a perder. “Juego encendido, Sr. Ciervo.
Veamos quién llora al final”.
“Toma tu desayuno primero, Briella. Tal vez tomar una taza de café. Por mucho que
ame follarte mientras duermes, quiero que despiertes para esto”, dijo.
voz espesa con una promesa pecaminosa. “Tienes que estar alerta para decir 'tío'”.
"¿Qué pasa si dices 'tío' primero?" Lo desafié, saltando del mostrador y moviéndome
hacia la comida para servir nuestros platos.
Me miró con un poco de cautela. "No estoy seguro. Serías el vencedor en ese pequeño
y loco escenario, así que dime.
"Lo pensare." Puse jarabe extra en mis panqueques y lamí algunos
de mi dedo. “¿Y cuándo llegas a venir?”
"Eso depende", dijo Harrison con cuidado. “¿Quién eres hoy, Briella?
Mi niña hermosa, fuerte, buena... ¿o eres una putita mala que merece ser utilizada?
Eso fue complicado. Me encantaba ser su zorra que él podía usar, pero me encantaba
ser su chica buena más que nada. “¿Puedo ser ambos? ¿Tu hermosa y fuerte zorra?
Siempre lo eres. No me correré hasta que lo hagas, ¿de acuerdo?

"Okay trato hecho. No sería capaz de contenerme si te viera venir, así que es justo”. Una
parte de mí había esperado que me hiciera sufrir al venir, pero sabía con certeza que perdería
si lo hacía.
Inclinó la cabeza mientras tomaba un bocado. “Lindo que asumes que venir es el
única forma en que puedo romperte”, reflexionó. “Voy a divertirme desarmandote, Briella.
Ahora come tus panqueques y quiero que juegues con tu clítoris mientras lo haces”.
"¿Empezando ya?" Me desnudé para él y me senté, alcanzando entre mis piernas para
tocar mi clítoris mientras tomaba mi siguiente bocado. “¿Así de bueno, señor?
"Sí." Su intensa mirada nunca me dejó mientras comíamos, y en el momento en que

Cuando terminaron, empujó cada uno de esos platos al suelo y dio la vuelta para poner
mi trasero sobre la mesa. "¿Estás listo?"
"Joder, sí". Y lo estaba, mi clítoris ya estaba tan hinchado que consideré decir a la
mierda el juego y fóllame, pero me aferré fuerte y me abrí para él. "Listo para ti."
"Ahí está mi niña buena", susurró, bailando sus dedos sobre mi

muslos, pasando por encima de mi coño y subiendo por mi estómago. "Cierra tus ojos."
Mi cabeza cayó hacia atrás mientras obedecía, las rodillas temblaban ligeramente cuando su toque se fue.
marcas de quemaduras en mi piel y me obligué a pensar en cualquier cosa menos eso, pero
en cuestión de minutos, estaba fallando.
Harrison no se detuvo. “Mantén esos ojos cerrados, gatita. Piérdete en cómo se

siente esto, en lo difícil que me hace tocar tu piel. ¿Sientes eso? ¿Sientes mi polla dura
deslizándose dentro de ti?
No lo hice, pero eso no significaba que las palabras no me hicieran apretar.
"Eso es todo, hermosa", continuó. “Me vuelves loco cuando aprietas así, cuando
todo lo que siento es tu coño mojado envolviéndome mientras empujo más fuerte,
necesitando estar más profundo dentro de ti”.
Sus dedos se arrastraron más abajo, de vuelta a mis muslos, y pensé que
finalmente me iba a dar lo que necesitaba, pero los mantuvo allí, dando vueltas y
provocando todos los lugares correctos para mantenerme tensa y desesperada. "Señor ..."
“Shh… solo tómalo, gatita. Toma mi polla, así. me dio una bofetada
coño tan bruscamente que me hizo gritar en una mezcla de placer y dolor, y luché
contra un impulso abrumador de inclinarme hacia adelante y morderlo. “Tan jodidamente
receptivo. Apriétate para mí otra vez, cariño, déjame sentir cómo aprietas mi polla hasta
que te críe de nuevo. ¿Crees que tomará esta vez? ¿Crees que este será finalmente el
momento en que realmente te reproduzca?
Su voz, esa voz baja y destrozada me facilitó imaginármelo,
Imagínalo bombeándome hasta llenarme hasta que mi barriga se hinchó con nuestro
amor y creó algo completamente nuevo. Casi lloré por eso. "¡Por favor!"
“Eso es, gatita, ruego. Mi buena putita suena tan bonita cuando suplica. ¿Quieres
venir? Pregúntame malditamente bien.
Gruñí levemente, un ruido pequeño y desesperado que salió de lo más profundo de
mi pecho. "Por favor, señor. Por favor, fóllate hasta el fondo de mí hasta que lleve a tu
bebé”.
Me tiró de la mesa y me sujetó al piso de la cocina tan rápido que casi
me dejó sin aliento, pero sentirlo finalmente deslizándose dentro de mí de verdad valió la
pena. "Esa es una buena chica", gruñó. “Mi buena putita. ¿Vas a venir por mí ahora?
"No", jadeé, no tan convincente como esperaba. "No voy a venir, señor".
Ahora eres una chica mala. Clavó sus dedos en mis caderas y me abrazó.
hacia abajo, moliendo profundo. "Tal vez no te dejaré venir en absoluto entonces".
iba a perder
En cuestión de segundos, quería retractarme de todo y ceder a la liberación que
había estado anhelando, pero tenía que mantenerme firme. Espeleología era lo que él
querido. En cambio, abracé a la chica mala, acepté lo nervioso que lo estaba poniendo cada
vez que lo negaba, y luego lo abofeteé.
Apenas se estremeció, pero la sonrisa maliciosa que se extendió por su rostro me prendió
fuego. “Felicitaciones, Briella. Cambio de planes. Ahora vas a venir por mí, te guste o no. Esas
embestidas se volvieron más y más duras cuando envolvió una mano alrededor de mi garganta y
me estranguló. “Tan jodidamente mojado. Te sientes tan bien envuelta a mi alrededor, Briella.
Apretando y tan jodidamente húmedo. ¿Color?"
"¡Verde!"
"Buena niña. Entonces tus opciones son venir por mí o desmayarte. No me importa cuál,
te llenaré pronto de cualquier manera”.
La implicación de que se había corrido dentro de mí a pesar de todo me hizo precipitarme
hacia el borde, y después del gruñido más débil que pude reunir, mi cuerpo comenzó a temblar. Se
acabó, me había perdido de los mejores...orgasmos de mi ganado,
o tal vez había vida. porque era verdaderamente uno
Floté en algún lugar entre la conciencia y la inconsciencia, aferrándome a él con un

agarre que perforaba la piel mientras fallaba en llamarlo por su nombre y empapaba su pene.
"Dios, nunca superaré lo jodidamente bien que se siente", siseó sin aliento, dejándose
caer para inmovilizarme completamente mientras sus caderas perdían el ritmo y dejaba ir mi
garganta. “Gracias, Briella. Siempre mi niña buena. Así que joder, oh, Dios”.
Me besó ferozmente mientras su polla latía dentro de mí tan profundamente que apenas
podía respirar, y sonreí cuando mis pies se plantaron firmemente en el lado de las cosas que
decía "Yo gané".
Porque lo hice.
Y él era mi premio.
Castigo
Es, Grant, lo tengo. Colgué el teléfono con demasiada fuerza y me agarré el
“Y pelo con ambas manos. De todos los largos días de ser asistente legal, ese
día fue el más largo.
No vi a Harrison ni una sola vez, lo cual era inusual desde que comenzamos
nuestra relación, y Grant estaba tan metido en mi culo por un caso que casi llamo a
Harrison para salir de él. No. Nunca ha llamado a Harrison ni a ningún miembro de la
alta gerencia para pelear sus batallas antes, no comenzará eso hoy.
Respirar. De alguna manera, la voz en mi cabeza de repente era la de Harrison, tomé
aire y luego fui a nuestro hilo de mensajes de texto para hablar con él. Ya me había
disuadido por mensaje de texto tres veces ese día, y debido a esos orgasmos, me las
arreglé para no matar a nadie. Necesitaba decir gracias.
Yo: ¿Puedo verte esta noche? Necesito sentir que me crías.
Señor: Tengo una declaración tardía esta noche, así que será un tiempo, pero dejaré mi
llave en mi escritorio. Solo ven a agarrarlo y vete a casa a esperarme.
Me desplomé en mi silla antes de responder.
Yo: Sí, señor. Yo me encargo de la cena.
Señor: Gracias, hermosa. ¿Estás bien?
Yo: Sí. Día largo, pero sé que el tuyo es igual de largo.
Yo: Pregunta para un amigo. Si le pego a Grant, ¿me despedirán?
Un momento después, llegó una nota de voz en lugar de un texto. Él dijo: "Pensé que
era mejor no enviar un mensaje de texto con esto por una negación plausible, pero si vas a
golpearlo, ve a la sala de descanso y asegúrate de envolver tu puño en algo primero para no
romperte el nudillos o mancharte de sangre. Nadie lo sabrá excepto yo.
Sonreí, escuchándolo tres veces antes de responder.

Yo: Tu voz me hace cosas. Gracias, ya veo por qué eres tan
increíble abogado defensor.
Señor: ¿Sí?
Envió otro clip de voz, esta vez de él gruñendo en voz baja. “Tan hermosa,
Briella. A mi niña buena no se le permite tener un mal día, así que anímate y cuídate hasta
que yo pueda cuidarte esta noche”.
Señor: Tienes que correr, gatita. Ven a buscar la llave, está bajo el "peor abogado"
Ever” que me conseguiste en el intercambio secreto de Santa hace unos años.
Me reí entre dientes, genuinamente sorprendida de que todavía lo tuviera.
Yo: No sé por qué asumiste que era de mí, pero lo era. :) Hasta luego, señor.
Me sentí mejor al saber de él e instantáneamente comencé a empacar mis cosas.

El papeleo del testigo que dejó en mi escritorio podía esperar, Grant podía esperar. Ya
estaba poniendo mi propio trabajo en un segundo plano para él, no iba a dejar que
arruinara mi noche por más tiempo.
Antes de salir de la oficina, agarré la llave de Harrison, le dejé una marca de lápiz
labial en una servilleta, luego pedí comida china para llevar y me dirigí hacia el ascensor.
Subirme siempre fue un proceso para mí.

Respiré hondo, contemplando todas esas escaleras como de costumbre y me
convencí de que probablemente me desmayaría si intentaba bajar casi setenta pisos.
Me moría de hambre y Harrison me dijo que me cuidara; algo me dijo que desmayarme
habría sido lo contrario.
Dejé de respirar por completo cuando comenzó a moverse, luego me derrumbé
en la esquina en un intento por estabilizar mi corazón. Odiaba esa jodida caja infernal,
pero cambiar de trabajo no era una opción para mí. No dejaría todo por lo que había
trabajado debido a un nuevo miedo a los ascensores... independientemente de lo pesado
que fuera ese miedo ahora.
Veinte pisos más.

Eché un vistazo al lugar donde me había follado a Harrison por primera vez y
centrado en eso en su lugar. Objetivamente, sabía que se trataba de un ascensor
completamente nuevo, no había más candelabros pintados, ni espejos ridículos
que reflejaran el miedo, solo un mural de San Francisco y una alfombra naranja
internacional a juego con el puente Golden Gate. No fue el lugar donde tuve sexo con
Harrison por primera vez, pero mi necesidad desesperada de una distracción me hizo
pensar en eso de todos modos.
Era la única forma en que lo hacía todos los días sin tener un ataque de pánico.
Mis piernas se tambalearon cuando llegué al piso de abajo, y no fue hasta que
Fue fuera de eso que inspiré una verdadera bocanada de aire y me relajé.
Lo hice.
Me sentí mejor cuando entré en la casa de Harrison, especialmente después de
cenar y tomar una ducha, pero en ese momento estaba más que lista para estar en casa.
sus brazos.
Debe haber sentido lo mucho que lo necesitaba porque no me hizo esperar mucho: entró
justo después de las nueve y me abrazó, besándome por toda la parte superior de la cabeza.
"Me gusta volver a casa contigo".
"¿Sí?" Las mariposas estallaron dentro de mí, porque realmente me gustaba
Eso también. "¿No te importa que usé tu ducha y robé tu camisa?" Sonreí, mordiendo mi
elevador suavemente mientras lo levantaba y le mostraba la nada que llevaba debajo.
"De nada." Dejó su maletín y se aflojó la corbata, luego se arrodilló y tiró de mí

para besarme el coño. Agarró la camiseta juguetonamente y se la sacó por la cabeza
con un tarareo feliz, frotando su nariz contra mi clítoris para hacerme reír. "Solo déjame aquí
para morir".
"Ese tipo de día, ¿eh?" Pasé mi mano por su cabeza suavemente y miré el bulto con una
sonrisa. "Te extrañé."
Volvió a salir a la superficie con un suspiro dramático. “Siempre es ese tipo de día,
pero es mejor ahora. ¿Cuántos vasos de agua has bebido hoy?
Mierda. El agua. Entré en pánico, mis ojos recorrieron la habitación mientras
pretendía que estaba bien. "Um, dos, creo". No era suficiente, sabía que no era suficiente.
"Puedo tener más ahora". Aunque mi último orgasmo fue hace horas.
“¿Y cuántas veces te has bajado en las últimas veinticuatro horas?” preguntó,
desinflándose ligeramente.
"Tres, señor". Ya me perdí dónde estaba, dónde habríamos estado si hubiera seguido las
instrucciones. "Merezco mi castigo".
Mis reglas son simples, Briella. Un vaso de agua por cada vez que vengas para
asegurarte de mantenerte hidratado, me permites cinco besos en cualquier punto de tu
hermoso cuerpo que doy palmadas para asegurarte de que recuerdes que siempre te cuidaré, y
la degradación se paga con elogios de mí y elogios de ti mismo para garantizar que permanezcas
en el espacio mental correcto y siempre recuerdes lo especial que eres. ¿Por qué lo olvidaste?
preguntó, agarrando mi camisa y tirando de mí más cerca. "Explique."
"Estaba ocupado. También me salté un almuerzo y me olvidé por completo de mi

salud. Lo siento señor."
Me envolvió en otro abrazo y besó la parte superior de mi cabeza. “Cenaste, ¿sí? Bebe
otro vaso de agua para mí ahora mismo y mantendré el castigo ligero”.
Un castigo leve sonaba como menos de lo que merecía, porque sus instrucciones y
reglas eran muy simples, pero no estaba en ningún lugar para discutir. Me dirigí a la cocina por
un vaso de agua y le di otro, luego lo bebí en su totalidad antes de responder. "¿Puedo preguntar
qué es?"
“Uno de los que hemos acordado previamente,” dijo simplemente. “Sabes lo difícil que
es castigar a alguien a quien le encanta que le den nalgadas, que la insulten y que la degraden,
así que voy a hacer que te corras y luego me verás correrme sin ti. Pero ahí es donde terminará.
Nos limpiaremos después y beberás tu agua y te dormirás en mis brazos como siempre.
Bajé mis ojos a su entrepierna mientras luchaba contra el impulso de extender la mano y
tocarla. No ser parte de su orgasmo se sentía como una pérdida, una que me ayudaría a recordar
mi maldita agua en el futuro. "Sí señor. ¿Puedo tenerte antes del trabajo mañana?
"Sí. Mi niña buena no lo olvidará de nuevo, lo sé. Me levantó, me llevó a la habitación y me

acostó en el borde de la cama y me besó por todos los muslos para ayudarme a entrar en el estado
de ánimo. “Dime dos cosas que amas de ti mismo. No te degradaré esta noche, pero se aplica el
mismo concepto. Incluso en el castigo, necesito que estés bien”.
Levantó esa camisa y me obligó a separar las piernas antes de que pudiera responder.
moviendo la lengua casi con enojo.
“Yo—” luché esta vez, no porque no quisiera darle lo que deseaba, sino porque estaba
luchando por pensar en las cosas que amaba de mí misma. "Me encanta mi... ingenio y mi
capacidad para mantener una cara de póquer en el trabajo cuando lo necesito".
"Buena niña." Retrocedió un poco, chupando mi clítoris lo suficiente para hacer

mi obstinado cuerpo se contrajo, luego deslizó dos dedos dentro de mí. “Roca, hermosa”.
Hice lo que me dijo, gimiendo y permitiéndome disfrutar del placer que no

merecen, incluso si Harrison dijera lo contrario. Era tan jodidamente bueno con su lengua que
no tardó mucho en llevarme a donde quería, y cuando llegué, detuve mis caderas y agarré su
cabello.
Se quedó allí, salpicando besos entre mis muslos hasta que me estremecí y lo dejé
levantarse, pero chasqueó la lengua para decirme que no me moviera. Te deseo, Briella. Tener
que tocarme cuando tengo tu boca, tus manos, tu coño y tu culo aquí mismo y rogar que me
tomen es una mierda.
tortura. Estoy casi tentado a no desperdiciar el semen si no puedo criarte o llenarte la garganta,
pero lo hecho, hecho está. Ahora siéntate y observa.
Cuando Harrison se acomodó en la silla frente a la cama y salió, me estremecí con la
necesidad de acercarme. Esta será la máxima tortura, ¿es así como lo hice sentir en ese ascensor?
¿Antes de que cediera y cayera de rodillas para probarme? “Tan guapo, señor. Todos ustedes."
Esa lengua pecaminosa se arrastró lentamente sobre su palma un momento antes de que
comenzara a acariciarse, cerrando sus ojos frustrados y encapuchados conmigo. "¿Estás de
acuerdo en que me perteneces, Briella?"
"Sí señor. Soy tuyo." Acerqué mis rodillas a mi pecho y mantuve nuestras miradas juntas.
"Todo de mí."
"Entonces cuida de lo que es mío", murmuró, moviendo su mano más rápido y girando
hasta que pude ver sus caderas inclinadas. "¿Lo entiendes?"
"Sí", jadeé, mis manos se tensaron mientras lo veía acercarse más y más al borde. “Yo
me ocuparé de lo que es suyo, señor. Seré tu niña buena.
Caminó de puntillas por esa línea durante lo que parecieron horas: pude ver la lucha, ver lo
difícil que era volcarse ahora que lo que realmente quería estaba a su alcance, y escuché el gruñido
de frustración que dejó escapar cuando finalmente se corrió. Se desplomó, con el pecho agitado y
se corrió arruinando ese traje abierto. “Entonces ve a prepararte para ir a la cama. Nuestro castigo
ha terminado.
Nuestro.
Con un asentimiento, fui a hacer lo que me dijo, y luego esa noche lo sostuve más cerca
que nunca. Estábamos juntos en esto, en lo bueno y en lo malo, y saber que yo era olvidadizo
también lo castigaba a él fue suficiente para que pusiera un recordatorio de agua en mi teléfono a
la mañana siguiente.
Lo desperté besando su pecho hacia la polla que había anhelado toda la noche, y en el
momento en que abrió los ojos, estaba empujando su polla por mi garganta. Diez segundos,
Briella. Entonces móntame.
Conté en mi cabeza y lo chupé desesperadamente hasta que estuvo duro como una
roca, luego lo arranqué y me senté a horcajadas sobre su regazo, hundiéndome con un fuerte gemido.
"Gracias Señor."
"Esperar." Agarró mi cadera para detenerme, luego rodó ligeramente y se estiró.
agarrar mis anteojos y entregármelos. "Ahora."
Se animó, haciendo que mis manos cayeran sobre su tonificado pecho para aguantar. Lo
monté lenta y profundamente hasta que su doloroso agarre me dijo que no podía soportarlo.
más, y luego aceleré moviendo mis caderas de una manera que lo volvía loco.
En cuestión de minutos se estaba muriendo, ordenándome que me acercara con
una mano agarrando mi garganta. Le di las gracias con un gemido ronco cuando
me corrí sobre su hermosa polla y sonreí cuando me siguió al instante.
"Mi hermosa Briella", ronroneó, deslizando su mano sobre mi
estómago. "¿Crees que tal vez tomará esta vez?"
No pude detener el grito ahogado que se escapó, ni la vida que brilló ante mis
ojos, una vida junto a él. "Eso espero, señor".
“Todavía no quiero que me digas si estás usando anticonceptivos o no”,
admitió, trazando un círculo sobre mi ombligo. “Preferiría poder seguir soñando”.
Sonreí, inclinándome para besar su mandíbula y enterrarme en su cuello. "Algún

día bebe. Un día."
Vainilla
Me di cuenta de que había sido una buena chica. Harrison me ha estado mimando
yo más que nunca, y cuando me dijo que fuera a su casa de la nada, uno
El domingo por la tarde, sabía que me esperaba una sorpresa.
Nada estaba fuera de lo común cuando entré, no había indicios de lo que había
planeado, y cuando abrí la puerta de su dormitorio, no encontré juguetes.
Solo él, apoyado en un par de almohadas con un libro en la mano, el pecho
desnudo y mis pantalones de chándal favoritos. “No hay escenas hoy, Bri. Solo te
quiero a ti." Dejó ese libro y extendió los brazos, y me subí a ellos sin quejarme.
Podría haberme acostado allí con él para siempre. Me sentí segura, cálida,
querida, todas las cosas que había anhelado durante años, y Harrison me las estaba
dando. “Eres cómoda... y hueles bien”.
Moví mi cabeza hacia su axila e inhalé, haciéndolo reír. "A
al menos es más cierto ahora que la última vez que me dijiste eso —comentó.
"Estaba empezando a cuestionar tu sentido del olfato".
“Mi sentido del olfato funciona bien. Simplemente me gusta tu ... no importa
olor, qué, aparentemente. Me moví para verlo mejor y sonreí. "¿Me extrañaste hoy?"
Él asintió, inclinándose para besar mi nariz. "Sí. El juicio de Maduro comienza

mañana, así que no sé cuánto te veré en las próximas semanas, y pasé un poco de
tiempo antes pensando con nostalgia en cómo solía descargarte todo el trabajo”.
Resoplé, poniendo los ojos en blanco juguetonamente. “Eras un imbécil. tu no

hacer eso más, pero Grant lo hace ahora. No me importaría ayudarte a ti más a
menudo en lugar de a él.
"Le patearé el trasero algún día", me aseguró. “Casi lo hice el jueves pasado, yo
Lo escuché hablando con Matt sobre el vestido que llevabas puesto.
"Bruto." Pero sonreí de todos modos, no pude evitarlo. “Te hizo querer patearle
el trasero, ¿eh? ¿Ayuda que él nunca haya visto debajo de mi vestido y tú sí?
“Totalmente, sí. Pero todavía quería aplastarle la cara contra el cristal. Es difícil para mí no ...
tomar represalias, aunque respeto tu habilidad para pelear tus propias batallas y defender tu propio
honor. Estoy siendo un buen chico”.
La idea de que Harrison alguna vez fuera un buen chico me hizo contener la risa. "¿Es eso
así? ¿Puedo llamarte uno?
“Si valoras tu vida, te aconsejo que no lo hagas”, murmuró. "Tal vez eso
será mi castigo un día.”
"Quizás." Me incliné para besarlo, permaneciendo ahí por un largo momento antes de
romperlo. "Yo también te extrañé, por cierto".
Vi sus ojos cerrarse y su pecho desinflarse mientras se relajaba, y reconocí los signos
de los nervios de prueba. Incluso el gran Harrison Stag no fue inmune. "Me alegro de que hayas
venido", susurró, deslizando su mano por debajo de mi camisa a mi piel. "¿Estás bien si no hacemos
una escena hoy?"
"Sí", respiré, inclinándome para otro beso mientras su toque encendía mi piel en llamas.
"Todavía puedes tenerme".
"Bueno." Nos volteó a los dos, tomándose su tiempo para desvestirme y besarme.
Todo sobre mi cuerpo. Podía sentir el afecto con cada presión de esos labios diabólicos,
cada golpe de sus dedos sobre mi piel, y cuando finalmente se hartó de probarme y se deslizó
dentro de mí, también se tomó su tiempo allí.
"Mía", susurró, la voz sin su habitual gruñido cuando decía cosas como esa. "Mi hermosa Bri".
Envolví mis piernas alrededor de él, no queriendo que su posición cambiara.

“Tuyo,” estuve de acuerdo. “Todo de mí, todos los días si quisieras”.
Se condujo más profundo mientras besaba mi cuello, meciéndose perezosamente en
conmigo hasta que estaba clavando mis uñas en su piel. “Todos los días, ¿eh? ¿Me está
diciendo que quiere mudarse, señorita Lewis?
No podía mentirle, no mientras él estaba dentro de mí y yo estaba en carne viva y
abierto para él. "Sí señor."
"Así que hazlo. Ya tienes una llave, un cajón aquí, y yo estoy en posesión
de cada juguete sexual que posees. Me encantaría volver a casa contigo todos los días”.
Esas embestidas se hicieron más agudas, pero no más rápidas, y sabiendo que le encantaría como
por mucho que me hiciera sentir cosas en las que había estado tratando de no pensar.
Enamorarse de Harrison fue aterrador. “A mí también me encantaría. Me encanta estar aquí, me
encantaría ser tu muñeca sexual interna”.
Sus dientes atraparon mi labio. "No. En este momento, no eres mi muñeca sexual. Estás
no mi putita, mi puta, o cualquier otra cosa. Eres Briella Lewis, una
hermosa mujer a la que admiro y respeto, y no puedes quitarme eso ahora mismo.
Jadeé, el cuerpo temblando con sus palabras y la idea de que estaba cayendo tan fuerte como
yo. Lo besé lentamente, sintiendo la verdad detrás de sus palabras con cada golpe de su lengua, y
estaba perdida.
El tiempo se volvió borroso después de eso, mientras rodábamos y nos besábamos
más de lo que en realidad nos movíamos. Nunca antes había sentido tanta atención, tanto
afecto, tanta intensidad de un hombre, y no podía negarlo más, estaba enamorada de él. “Oh
dios, voy a correrme. ¡Harrison!
Esta vez no me contuve, no esperé el permiso porque ese no era el tipo de sexo que
estábamos teniendo. Estábamos haciendo el amor, así que le mostré exactamente lo bien que me
hacía sentir cuando me bañaba en todo su cuerpo.
Me corrí con un grito ahogado, apretándome con fuerza alrededor de él, y él me siguió casi al
instante como si me hubiera estado esperando.
"Bri", susurró, enterrándolo más profundo y moviendo sus caderas con fuerza. "Mi Bri".
“Tuya, sólo tuya... Soy tuyo desde aquella noche en el ascensor, Harrison. No
ha habido nadie más, no quiero a nadie más. Solo te quiero a ti, todo el tiempo.
Se deslizó lentamente y se acostó a mi lado, pero sus dedos instantáneamente encontraron

mi piel otra vez. Hablaba en serio, Briella. Múdate. No te deshagas de tu apartamento
todavía, no quiero dejarte sin opciones... pero empieza a quedarte aquí todos los
veremos
días y cómo te va.
Puede que haya estado con otras personas, pero he sido tuyo desde el día que empezaste en
Brannigan Blake. ¿Significa esto que tenemos que revelar nuestra relación a Recursos Humanos o
"Está bien", dije con una sonrisa. “Me mudaré ... algo así? Nunca he salido con
alguien en el trabajo, y mucho menos vivido con uno”.
Nunca había visto una sonrisa aparecer y desaparecer tan rápido. "Probablemente. Sé que
hay líneas que tendríamos que pisar, particularmente si trabajamos juntos en los casos y cuando
lo hagamos. Sin embargo, solo hay dos personas en nuestro departamento de recursos humanos
y juego al póquer todos los jueves con una de ellas. Veré qué puedo averiguar antes de tomar
cualquier decisión.
Asentí, deseando desesperadamente que volviera esa sonrisa. No tenemos que decirle
nada a nadie todavía, ¿de acuerdo? Me encanta tener que colarme en tu oficina a veces.
"Bueno. Entonces tocaremos eso de oído”, estuvo de acuerdo. “Ve a tu casa después
trabaja mañana y empaca lo que necesitas para la semana, y luego el próximo fin
de semana conseguiremos el resto”.
Ya te estás volviendo mandón, ¿verdad? Me mordí el labio y me incliné para
muerde su barbilla. "¿Me echarás si muevo tu mierda en la cocina?" Lo mordí de
nuevo, luego jadeé cuando él volteó y sujetó mis manos sobre mi cabeza.
“A menos que vayas a empezar a cocinar para mí todos los días, sí, voy a estar de mal
humor”.
Él sujetando mis brazos por encima de mi cabeza definitivamente estaba en mi lista
de las diez cosas favoritas del mundo. “Pero eres tan sexy cuando estás de mal humor”.
"¿Es por eso que me pusiste a prueba durante años?" gruñó, mordiendo la punta de
mi nariz. "Chica mala."
No pude luchar contra la risa culpable que se me escapó. "Fue para mi banco de azotes
... ahora tengo el trato real".
“Mhm. Sólo tu."
De alguna manera, sabía que este momento viviría en mi cabeza para siempre.
La idea de poder despertarme con él todas las mañanas tenía una sonrisa permanente
en mi rostro, y saber que era todo mío me hacía más feliz que nunca. Me encantaba este
lado tierno de Harrison, un lado que sabía que casi nadie en el mundo llegaba a ver. También
sabía que no vería este lado a menudo, pero eso era lo que lo hacía tan especial.
Volvería a azotarme de nuevo en poco tiempo.

Calentamiento de gallos
l primer día oficial de vivir con Harrison, me despertó con besos en toda la
METRO cara y el cuello, y cuando mis ojos se centraron en su
cara, supe al instante que quería jugar. "Buenos días, señor."
"Buenos días hermoso. ¿Cómo has dormido?" Esos besos continuaron, dificultando
las palabras mientras descubría mi cuello.
“Dormí perfecto. ¿Tú?" Pregunté, pasando mis uñas por su espalda suavemente.
"Fantástico. Y ahora quiero desayunar con mi polla enterrada en tu garganta. Me

mordió allí, luego se apartó con una sonrisa diabólica. "¿Cuánto tiempo crees que podrías
calentarme si te estuviera elogiando?"
"Hasta el final de los tiempos", dije sin rastro de duda. “¿Puedo mantenerlo caliente
todo el día, señor? Desayunar, ver la tele, trabajar en tu oficina. Déjame mostrarte cuánto
lo digo en serio”.
Sus labios bailaron sobre mi mandíbula mientras pensaba en eso, luego asintió.
“No hasta el final de los tiempos, pero sí. Veremos cuánto aguantas. Tienes media hora
para hacer lo que tengas que hacer, y cuando termines, ven a verme abajo. ¿Acuerdo?"
"Acuerdo." Le di un beso en la mejilla y fui a cepillarme los dientes ya recogerme

el pelo. Fui sin ropa y sin gafas y me engullí un poco de desayuno antes de girarme
para mirarlo. "Estoy listo, señor".
Él ya tenía su desayuno listo cuando deslizó su silla hacia atrás y se sentó.
hacia abajo, palmeando su muslo. "Buena niña. Te ves impresionante así ...
de rodillas”.
Me dejé caer como la buena zorra que era y esperé más instrucciones.
Amaba esto, amaba la emoción de que él me pusiera de rodillas como si no fuera la mujer
fuerte e independiente que era, porque con él no tenía por qué serlo. ... yo
"Esa es mi chica", canturreó. “Ponte duro primero mientras me dices uno

cosa que te encanta de ser un sumiso.
Levanté la mano para acariciarlo con los ojos cerrados. “Estaba pensando en
eso, señor. Me encanta lo ligera que me hace sentir, como si no tuviera que ser
Briella Lewis, asistente legal que luchó con uñas y dientes por todo en su vida.
Solo puedo respirar. Me quitas todo el peso de los hombros y me llamas buena chica por ello. Me
encanta todo acerca de ser un sub. Todo sobre ser tuyo para romper y hacer nuevo, porque cada
vez que me vuelves a armar, me siento más fuerte que antes”.
"Bueno. Entonces déjame romperte, gatita. Abierto."

Su pulgar enganchó la base de su longitud y empujó hacia adelante, rozando
mis labios hasta que los abrí por completo y lo dejé entrar. El siseo, los muslos apretados, el
agarre que tenía en mi cabello valieron la pena el estiramiento inmediato de mi mandíbula, pero
nada se sintió tan bien como el elogio que dejó gotear libremente. de sus labios
“La boca se siente como el cielo, Briella. Te ves tan bien de rodillas para mí. Chupa un poco y
luego quédate quieto —ordenó. "Sé mi niña buena".
Quería ser su niña buena, lo necesitaba como necesitaba aire, así que amamanté solo
lo suficiente como para hacerlo temblar y luego relajar mis músculos, los ojos parpadeando
cerrados mientras me sentaba allí a su merced.
Su tenedor resonó contra su plato cuando comenzó a comer y susurrar alabanzas
entre bocado y bocado. Sabía que no podía verme desde mi lugar debajo de la mesa, pero sus
dedos se enroscaron sin pensar en mi cabello mientras se sentaba caliente y pesado en mi boca,
y me adentré más en ese espacio mental cómodo e ingrávido que tanto anhelaba.
"Buena chica", susurró. “Mi perfecta y hermosa Briella. ¿Ya te duele la mandíbula?
Suavemente negué con la cabeza, succioné una vez solo para mostrarle que estaba bien y
luego me dejé deslizar de regreso al subespacio. El tiempo pasó más lento allí, como si solo
Harrison y yo estuviéramos en el mundo y nada malo nos pasaría a ninguno de los dos.
Hasta que sonó su teléfono, de todos modos.
“Ethan,” dijo Harrison, todo ronco e incomodado. "Este no es realmente un buen momento".
Su hermano. Oh diablos.
No podía escuchar la voz del otro lado, pero lo que sea que dijo hizo
Harrison resopló, y algo me dijo que adivinó exactamente lo que estaba pasando. Me
quedé quieta como la buena zorra que era y me concentré de nuevo en la polla de mi marido
dentro de mi garganta.
“Entonces dile a uno de los gemelos. No soy el único hermano que tienes, y ya es
hora de que uno de ellos se ofrezca como tributo. Estoy en medio de un juicio de todos
modos, no puedo. Su mano libre se apretó en mi cabello y comenzó a mover mi cabeza,
solo lentamente al principio. "Excelente. Ve a hacer tus trucos mentales con otra persona,
mi cabeza está ocupada de otra manera”.
Escuché su teléfono caer sobre la mesa mientras dejaba escapar un suspiro y
comenzaba a follarme la cara. Mantuve mi garganta relajada mientras tomaba lo que
necesitaba de mí, con la esperanza de que, si venía, todavía me haría quedarme aquí unida
a él cuando terminara, y no me decepcionó: apenas me soltó por un momento. el tiempo
que le tomó correrse por todas mis mejillas, y estaba justo donde comencé.
El resto del día transcurrió más o menos igual, con pequeños descansos para ir al
baño, comer y beber. Aparte de eso, tenía la polla de Harrison Stag en mi boca, ya sea
que estuviera dura o no, y en su tercer orgasmo, estaba adolorido como el infierno y
luchando por mantener los ojos abiertos, incluso con lo húmeda que estaba entre mis
piernas. Me las arreglé para abrir los ojos para encontrarme con los suyos, con la esperanza
de que viera cómo me había ido sin tener que rendirme, y lo hizo.
"Arriba, hermosa". Me ayudó a subir a su regazo y me abrazó, besando suavemente

toda mi mejilla. “Estuviste increíble. Siempre tan bueno para mí, Briella. Mi pequeña y
buena zorra toma mi polla muy bien en todos sus agujeros”.
Me derretí en él, absorbiendo todos sus elogios y atención. "Soy tuyo,
Señor. Fui hecho para ti." Me dolía la mandíbula, las rodillas gritaban, pero todo
lo demás en mí estaba perfectamente contento de ser su pequeña zorra para siempre.
“Entonces dime cómo quieres correrte, hermosa. Es tu elección, te lo has ganado”.
Cambié mi peso ligeramente para estar a horcajadas sobre su muslo y luego

rodé mis caderas. “Así, señor. Por favor, sigue besándome la cara y el cuello, se siente
tan bien”.
“Lo tienes, gatita. Ven cuando estés listo. Esos fuertes brazos me sostuvieron y me
ayudaron a moverme mientras sus labios y lengua exploraban mi piel, y sabiendo que
tenía toda su atención, mi cabeza cayó hacia atrás con un grito ahogado cuando
encontramos un ritmo. Mi clítoris estaba palpitando en minutos, su sudor empapaba donde
estaba apretando con fuerza, y cuando llegué, dejé que su nombre cayera de mis labios
segundos antes de atraparlo en un profundo beso.
Él me levantó y me metió en la ducha arriba como si nada, y el flujo constante de besos

y validaciones me tenía débil. En el momento en que estábamos envueltos en nuestra cama
de nuevo con su pierna sobre la mía para inmovilizarme allí, estaba agotada, pero él aún no
había terminado conmigo.
“Dime un juguete por el que siempre hayas sentido curiosidad pero que nunca pudiste
probar”, susurró, salpicando besos sobre mi rostro de nuevo. "Nada en absoluto. yo
querer ... míralo este fin de semana”.
"Um ..." Me tomé mi tiempo para considerar su pregunta, no queriendo apresurarme y
dejar escapar algo que me gustaría recuperar después, y cuando pensé en el porno que
disfruté, en realidad me sonrojé. “Bueno, siempre quise probar una máquina sexual, pero eso
fue antes que tú. Sé que ninguna máquina podría follarme tan bien como tú.
“Ninguna máquina te follará tan bien como lo haría un humano, pero admiro tu elección.
Duerme ahora, hermosa. Hablaremos más de eso mañana y discutiremos cómo irá”.
"Gracias Señor. Buenas noches." Tuve algunos juegos bastante tontos cuando era más
joven, pero no estaba en condiciones de discutir con él.
De todos modos, nos enteraríamos ese fin de semana.
La máquina
Harrison un
sábado por la tarde, la mimé. No estaba seguro de si esa palabra realmente
S significaba algo ya que hacía todo lo posible para tratarla como una reina todos
los días, pero mejor que eso, ya que nunca la castigué por tener una mente propia. Sin
embargo, esta escena era diferente y requería un poco más de delicadeza para llevarla
a cabo, así que me encantó.
Desayuno en la cama, un baño de burbujas temprano en la mañana, un masaje de cuerpo
completo mientras se secaba en una toalla gigante y esponjosa. Tocarla era un regalo que me
estaba tomando en serio, especialmente cuando consideraba la escena que habíamos planeado.
No sería capaz de tocarla en absoluto hasta que ella preguntara por mí.
Que puta tortura.
En las horas previas a nuestra escena, la mantuve a mi alcance. Siempre lo suficientemente
cerca para tocar, oler, siempre a la vista. Todavía se sentía surrealista tenerla aquí, y aunque no
estaba manejando nuestra transición en el trabajo tan bien como podría haberlo hecho, estaba
condenadamente agradecido de tenerla finalmente. Haría cualquier cosa por conservarla.
Cualquier cosa.
"¿Estás listo?" Pregunté, besando su nariz y llevándola escaleras abajo cuando finalmente
llegó el momento. “Aún usarás 'Blizzard' como tu palabra de seguridad, pero recuerda que elegiste
'Más frío' como tu palabra clave cuando termines con esa máquina y estés listo para mí. Podré oírte
desde la otra habitación, y la cámara apunta directamente a la cama. Yo también te veré. Nunca
estarás en peligro, Briella. Todo lo que tienes que hacer es decir la palabra y estaré aquí.
"Confío en usted, señor".

"Buena niña. Entonces comencemos.
La llevé al pie de la cama y la acosté, luego le robé algunos besos más mientras colocaba
sus piernas en los estribos y aseguraba sus brazos sobre su cabeza. Ya se veía tan pecaminosamente
sexy que casi cancelé todo para tomarla así, abierta para mí y
completamente incapaz de evitar que la reclamara, toda ella, hasta que finalmente me
saciara.
En cambio, me recordé a mí mismo que la tendría antes de que terminara la
noche y verifiqué dos veces que estuviera cómoda. Mi visión era jodidamente borrosa
por lo excitado que estaba cuando encendí esa máquina solo para verla temblar con el
sonido, y jugué con los botones del control remoto para probar las velocidades y cuán lejos
empujaba. Lo último que quería hacer era lastimarla, así que me aseguré de colocarlo lo
suficientemente lejos para que no la arruinara.
No completamente, de todos modos.

Lubriqué esa polla de silicona de la que estaba tratando de no estar celoso y dejé que
me escuchara acariciarla por un minuto solo para ponerla de humor. “¿Escuchas esto, gatita?
Ese seré yo muy pronto, mirándote en una cámara mientras esta cosa te destroza. ¿Quieres
esto dentro de ti ahora? Dime. Necesito escuchar a mi putita buena decir que quiere que una
máquina le rompa el coño.
“Lo quiero, señor. Quiero que esa polla falsa me destroce y te vuelva loco.
"Buena niña. Ventisca y Colder. Recuérdalos, y te veré pronto. Estaré bordeando

por ti, pero tienes todo mi permiso para venir tantas veces como necesites. Solo llámame
cuando estés listo. La besé de nuevo, luego empujé esa polla dentro de ella con la
máquina apagada. No habría ninguna posibilidad en el infierno de que pudiera mantenerme
alejado si empezábamos ahora, así que salí rápidamente de la habitación con el control
remoto en la mano y me acomodé frente al pequeño monitor que había configurado para
esto.
Una vez que probé el audio bidireccional para asegurarme de que no tendríamos
problemas para escucharnos, respiré hondo y encendí la máquina.
"Oh, mierda", respiró ella, moviendo las caderas un poco mientras se acostumbraba a
movimienot. "Ese es ... eso no está mal. Definitivamente no eres tú.
“Por supuesto que no lo es. Pero no dejes que eso te detenga, gatita. mi buena putita
No le importa lo que la llena, ¿verdad? A ella le encanta que la llenen”.
"¡Joder, sí!"
La observé por lo que pareció una hora, tomando esa cosa y tirando de las
cuerdas que ataban sus muñecas a la cabecera. No podía manejar lo hermosa que era,
lo ansiosa que estaba tomando esa polla larga y gruesa que era fácilmente el doble de mi
tamaño. Jugué con la velocidad y la intensidad hasta que ella
estaba jadeando, retorciéndose en esos estribos y retorciéndose en la cama, y casi

me mata.
Gruñí, sacando mi dolorida y tensa polla de mis sudores y buscando a
tientas el lubricante. Verla así, abierta y tomando esa cosa era mejor que cualquier porno
... que hubiera visto, mejor que cualquier espectáculo en cualquier club en el que hubiera
estado. —Maldita sea, Briella. Eres una chica tan buena, una chica tan jodidamente
buena ... cabalga. Móntalo
no sería
comorealmente
si me montaras
posibleagracias
mí —me a apresuré,
su posición,
sabiendo
pero meque eso
sorprendió como siempre. Usó el apalancamiento que proporcionaban los estribos y
movió sus hermosas caderas, así que reduje la velocidad para ayudarla y agarré la base
de mi propia polla para no golpear el borde demasiado rápido.
Ella jadeó. “Santa mierda, ... Creo que voy a venir.

tanto por eso.
“Hazlo, gatita. Venir. Una y otra vez hasta que tus piernas ya no quieren trabajar
y no puedes ver bien. Muéstrame cuánto te gusta que te use una puta máquina.
“Fóllame corriendo, eso se siente tan jodidamente bien, fas—¡más fuerte, por favor! ¡Señor!"
Subí la velocidad y la vi follarla durante ese primer orgasmo,
luego el segundo también. Mi respiración salía en ráfagas irregulares, desesperadas
y ridículas mientras estaba de pie, prácticamente presionando mi nariz contra ese
monitor y solo tocándome lo suficiente para seguir caminando en esa línea entre el
placer y la tortura.
“¡Oh, Dios, c— Harrison!”
“Muy bien, Briella, mi hermosa niña. ¿Tienes alguna puta idea de lo que me estás
haciendo ahora mismo? ¿Qué tan dura soy para ti, qué tantas ganas tengo de entrar y
follarte hasta que sangres?
Su hermoso cuerpo se inclinó con esas palabras mientras gemía en voz alta,
corriéndose por tercera vez en esa polla de silicona, y estaba tan jodidamente húmeda
que se le escapó y estaba frotando su clítoris ahora en lugar de follar su coño empapado.
—¡Harrison!
"Maldita sea", siseé, agarrando el control remoto de nuevo y apretando el
infierno fuera de mi polla mientras pateaba mis sudores el resto del camino y corría de
regreso allí. Por mucho que la deseara entonces, ella todavía no había dicho la palabra,
así que dejé caer el control remoto junto a su trasero y guié el consolador dentro de ella.
“Sigue tomándolo, gatita. Verlo en persona es mucho mejor que verlo y ahora puedo
una pantalla ... tocarte”.
Golpeé su clítoris y el interior de sus muslos, una y otra vez, más fuerte y
más fuerte hasta que ella estaba gritando y chorreando y forzando el consolador fuera de
ella otra vez. Era, con mucho, la cosa más caliente que había visto en mi vida, y luché por
mantenerme erguido cuando finalmente lo dijo.
“Har—Señor ... Más frío."
Mi pie se conectó al soporte en el que estaba la máquina antes de que pudiera pensar
dos veces y lo pateé fuera del camino, dejando espacio para que me deslizara
completamente entre sus piernas separadas. “Una cosa que amas de ti misma, Briella.
Ahora."
Besé febrilmente los lugares donde había abofeteado mientras ella recitaba tres cosas
para mí, y solo entonces me permití empujar dentro de ella. “Dios, Briella.
Nunca antes había estado dentro de una jodida zorra tan caliente y húmeda. Voy a
... dime que
engendrar tu pequeño coño destrozado llenalotu
quieres,
s-fu-” dime que necesitas sentirme
Me golpeó más fuerte de lo que esperaba. Agarré sus caderas con fuerza, levantando
su culo de la cama para inclinarlo lo más profundo que pude, para hacer que tomara cada
puto centímetro de mi palpitante y palpitante polla mientras me corría dentro de ella, y el
sonido, el calor y la apretada contracción de su orgasmo. me hizo follar más profundo y
gruñendo mientras deseaba que finalmente tomara, maldita sea el control de la natalidad.
Un maldito día... La vería cargando a mi hijo.
"Señor ..."
El sonido de su voz tan débil me hizo salir al instante y soltarla, y si pensaba que lo que
había hecho por ella esa mañana se estaba echando a perder, no era nada comparado con
la forma en que la traté después.
Ella no era solo una reina, era una diosa, mi propio regalo personal de lo que sea que el
Cielo favoreciera a los bastardos como yo, nunca dejaría... que lo olvidara.
y si estuviera en mi poder
Jamas.
El cuidado posterior
dejé que mi cabeza cayera hacia atrás contra su hombro con un suspiro. Ya estaba
yo hecho, tan hecho, y él era lo único que me mantenía atado a la Tierra. lo necesitaba
sentir tanto de él como pudiera para permanecer despierto. Harrison rara vez entraba al
baño conmigo, pero después de esa última sesión de juego era como si supiera que necesitaba
esos toques. "Gracias", susurré, esperando que él supiera que me refería a todo.
—Debería ser yo quien te dé las gracias, Briella. Nunca pienses que no entiendo el regalo
que eres. Dejó una palma llena de agua y burbujeó en mi piel, luego inclinó mi cara hacia la
suya para besarlo. "Porque lo hago."
Sonreí antes de que nuestros labios se encontraran, luego miré sus hermosos ojos azules.
“Un regalo destinado solo para ti. Como lo fuiste tú para mí.
“Necesito que me digas cinco cosas que amas de ti mismo. Te conozco
me dijo uno durante la escena, pero sé lo intenso que fue. Por favor, sígueme la corriente.
“Me estás matando con eso,” dije con una suave sonrisa, porque realmente amaba lo
mucho que le importaba. “Los dedos de mis pies son muy lindos, los pómulos son agradables,
mi letra, mi incapacidad para dejar ir las cosas que quiero, mi amor por ti”.
Fue lo más cerca que estuve de decir las palabras, y la forma en que su
la mano se detuvo y su respiración entrecortada me dijo que entendía.
Dilo, Briella.
Esas tres pequeñas palabras salieron de mí como si le pertenecieran a él y no a mí. "Te
amo. Te amo, Harrison, y no tienes que decirlo todavía porque sé que, en el esquema de las
cosas, no hemos estado juntos tanto tiempo y apenas hemos tenido citas como otras parejas.
Pero sé lo que siento, y por lo que compartimos, sé que es real y crudo y todo lo que debería
tener miedo de sentir, pero lo hago. Te amo."
“A la mierda eso. Yo también te amo. Han pasado meses, Bri. No es demasiado pronto, y
De todos modos, 'demasiado pronto' no existe —susurró—. "Esto es real."
Me di la vuelta para sentarme a horcajadas sobre su cintura y besarlo, con los dedos cubiertos de burbujas.
recorriendo su cabello. Era real, todo con él era real, y yo
Sentí la verdad de sus palabras en cada centímetro de mi cuerpo.

Me besó hasta que me sentí mareada y casi mareada, luego lo rompió el tiempo
suficiente para hacerme girar de nuevo y realmente limpiarme. Cada toque, cada fantasma
de sus labios, cada suave y tierno roce de sus dedos me hizo caer más profundamente, y
me encontré agradecida de vivir con él ahora. Nunca tendría que irme a dormir sin él.
"¿Tienes hambre? Necesitas agua, al menos, pero probablemente también comida.

“Sí, pero quiero un rollo de canela gigante con glaseado extra”. Miré hacia atrás para
sonreírle. "¿Podemos pedir y simplemente abrazarnos?"
“Absolutamente, e incluso me esforzaré mucho en no señalar que en este momento, eres
el rollo de canela con glaseado extra. Y no lo siento. Se rió entre dientes, ayudándome a salir
de la bañera y envolviéndome con una toalla. “Esta noche y mañana, sin embargo, puedes tener
lo que quieras. Te lo has ganado.
"Lo que yo quiera, ¿eh?" Me puse de puntillas para besar su mandíbula desaliñada. "Y si
solo te quiero a ti y a la comida chatarra, ¿está bien?"
Él asintió mientras me ayudaba a secarme. “Alentado, en realidad. Asombrosamente,
Me resulta atractivo cuando devoras un paquete completo de Oreos de una sola vez.
Solo mantén esas gafas puestas y podrías salirte con la tuya durante las próximas veinticuatro
horas.
“Anotado, Sr. Ciervo. Todo lo que necesito son mis anteojos. Mis besos cambiaron a uno
mordisco rápido y luego me di la vuelta para peinarme. "Me mimas, bebé".
“Es gracioso que uses esa palabra. Yo también lo pensé, pero me di cuenta de que
fue falso de mi parte. Realmente no te estropeo. Te trato exactamente de la misma manera
que todo hombre debe tratar a su pareja, especialmente cuando su pareja es una chica tan
buena”.
Ni siquiera el tono burlón que adoptó al final pudo embotar las palabras, y dejé que mis
ojos se cerraran y permití que mi cuerpo las sintiera. "Gracias Señor.
Glaseado extra para que pueda lamer un poco de tu polla más tarde.
Se retorció, duro. "Una chica muy, muy buena".
Cumplió con su palabra. Harrison se aseguró de que comiera una buena comida,
bebiera una tonelada de agua y luego pusiera unas diez almohadas alrededor de nosotros
cuando finalmente nos acomodamos en nuestro sofá. Me acarició con el rollo de canela más
grande que jamás había visto, y aunque dijo que no estaba muy...consentido. Y me
definitivamente encantó
me estaba "Me
sintiendo
alegro de que te guste tanto cuando no estoy maquillada y con tacones".

"Me gustas en todas tus formas y, para ser honesto, me siento un poco aliviado cuando
te quitas el maquillaje y no me pones base en las camisas cuando intentas oler mis axilas de la
nada". bromeó. Ojalá hubiera sabido hace tres años que te gustaban ese tipo de cosas.
Habría hecho que torturarte sea más fácil.

“Eso es un secreto, firmaste un contrato para no revelar esa información a
cualquiera en el momento en que me criaste. Esas son las reglas. Me sonrojé de todos
modos, sintiéndome atrapado y llamado pero no juzgado en lo más mínimo.
“Tus secretos están a salvo conmigo, gatita. Para que conste, creo que eres hermosa con o
sin maquillaje. El esfuerzo que pones no se me escapa”.
Le tendí un bocado y luego tomé uno para mí, obteniendo glaseado
en mi barbilla en el proceso. No pude evitar reírme por el hecho de que este hombre apuesto
y poderoso me estaba llamando hermosa mientras estaba sentada frente a él con el cabello
desordenado y la barbilla cubierta de escarcha, pero le creí con todo mi ser. “Entonces, cuando
comenzamos, ¿dijiste algo sobre una prueba que pasaría ahora? ¿Crees que somos estamos
... compatibles?
"Sí, lo hago", admitió. “Nunca he estado con alguien con quien sea más compatible.
Claro, todavía tenemos nuestras diferencias, pero creo que eso lo hace aún mejor. Sin embargo,
diré que es importante para mí tener días en los que rompamos con nuestra dinámica típica. No me
refiero a cambiar, me refiero a días en los que simplemente no caemos en esa dinámica de poder.
Todavía necesito que seas la mujer luchadora y fogosa que me volvió loco durante una década.
Quiero días en los que pueda ser suave contigo y dejarte ser un mocoso sin sentir la necesidad de
castigarte. Y a veces, solo quiero tener sexo regular y aburrido contigo porque no puedo mantener
mis malditas manos lejos de ti. Y también me he dado cuenta de que no estoy de acuerdo con
degradarte fuera del dormitorio, en lo que mencionaste estar interesado en algún momento”.
“No, no creo que me interese más eso. Ahora que sé cómo

bien se siente en un ambiente cerrado, no creo que lo manejaría tan bien afuera. Creo que
estamos más en la misma página de lo que nunca pensamos que estaríamos. Me encantaba
el sexo vainilla contigo, Harrison.
"Entonces sí. Creo que somos perfectamente compatibles. Supongo que es bueno que
ya te haya dado una llave. Besó mi nariz y me abrazó más cerca.
Mía, Briella. Mi hermosa Bri”.
“Todo tuyo, todo mío”. Cuando nuestros labios se encontraron sentí toda la promesa en el
mundo detrás de él, y no podía esperar a ver qué nos deparaba el futuro.
Harrison Fucking Stag era mío.
¿Echas de menos el romanticismo? ¡Mira la conclusión de la historia

de Harrison y Briella, 11 fechas!
También por Octavia Jensen
CHICOS DE BRISLEY:
caza del rey
Rey expuesto
11 HORAS:
11 horas
11 escenas
11 fechas
CRESTA BLANCA:
Placer de negocios
Los ojos en mí
no puedes ver
sobre un acantilado
Motocross mi corazón
Chico color de rosa
RÍO ARDIENTE:
Endecha de Papá Noel
por todas partes

tacones sobre la cabeza
Justo como esto
INDEPENDIENTES:
no te vayas
Sobre el Autor
Octavia Jensen es una adicta al café, una cuentista y una romántica empedernida.
generalmente en ese orden. Pasa su tiempo libre persiguiendo subidón de adrenalina o
escribir novelas románticas apasionantes y queer y, a veces, esas se sienten como las
la misma cosa.
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Octavia Jensen
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Publicado por CeliKetch Publishing, 2022.

Primera edición. 8 de junio de 2022.

Copyright © 2022 Octavia Jensen.

Escrito por Octavia Jensen.

La página de derechos de autor

También por Octavia Jensen

¿Gráfico? ¿Qué trama?

Él asintió, pero no me perdí la forma en que sus hombros se tensaron.

Algo en él me decía que podía, que podía confiar plenamente en él y

Con mi excitación amortiguada, pude obtener unos sólidos veinte minutos de

Se apartó bruscamente. Métete debajo de mi escritorio. Puedes tocarte a ti mismo

como un coño por mí.

Quiero correrme contigo dentro de mí.

nuestras listas de verificación. "Ponlo adentro, gatita".

"Sí señor." Me moví alrededor de mi escritorio para agarrarlo, pero en un

“Diles que viste una araña”, susurró. Ahora, Briella.

Quienquiera que haya seguido adelante, y Harrison me besó desde la mandíbula

CAMINAR A SU CASA fue aún más difícil que la última vez.

Se veía tan jodidamente hermoso con su sombra de cinco en punto y la corbata

¿Estás listo? preguntó Harrison, su voz profunda y ronca en mi

"Buena chica", gruñó, dejándome caer de nuevo sobre mi estómago y deslizándose

"¡Maldita mierda!" Me vine, gimiendo fuerte con mi liberación mientras apretaba

Él tarareó, curvando sus dedos y deslizándolos para obligarlos a entrar.

mientras me golpeaba y me criaba, me hizo murmurar gracias incoherentes. y él no había

Deslizarme sobre él me hizo gemir, e instantáneamente lo miré a los ojos.

Le encantaba la idea de que yo la usara así tanto como yo.

T sesión, y después de una extensa discusión sobre lo que íbamos a

“Estoy listo para esto, señor. Realmente confío en ti.

Asenti. “Si comienzan a empañarse, ¿puedes quitármelos?”

“¿Cómodo, cariño? ¿Tienes suficiente para rendirte allí?

“Hermosa muñequita,” susurró, golpeando el interior de mi muslo. "YO

Resoplé y asentí rápidamente, dejando escapar un gemido bajo cuando me abofeteó.

"Todo de mí es suyo, señor". Me sorprendió que el hecho de no poder verlo no

Asentí, dejando que me levantara y me llevara a su baño bien iluminado.

respira, me recordé, pero era más fácil decirlo que hacerlo.

B Estaba de rodillas entre las piernas de Harrison, él completamente vestido con un

“Hermosos, ¿verdad? ¿Te imaginas cuántas veces ha tomado

"No", salí corriendo. “Ni siquiera un poco, quería oírte d-decir

"¡Por favor! Por favor, déjame ir, seré tu niña buena”.

su entrepierna, diciéndome en silencio que lo sacara.

Tenía que admitirlo, se sentía jodidamente increíble. Lo había estado anhelando

Al menos no hasta que pronunció mi nombre dos veces. "¿Bri?"

"¿Cuántas veces viniste hoy?"

Suavemente me sujetó y chasqueó la lengua para decirme que me quedara. "Que

mañana cuando estés listo y ven a buscarme. Estaré en mi oficina.

EN LA MAÑANA DESPUÉS del desayuno, hice exactamente lo que me dijeron. Me

"Gatito." Me miró, inclinando lentamente la pantalla de su computadora portátil hacia

Se tomó su tiempo, besando cada centímetro de mi cuerpo y susurrando alabanzas.

"Buena niña. Ven aquí."

“Señor,” supliqué, pero por qué, no estaba seguro. "Señor ..."

Y de alguna manera, sabía que él lo sabía.

Y no estaba dispuesto a darlo por sentado.

"Gracias." Me tomé un momento para mirarla, para asimilar la forma en que se

asintiendo a Derek, Gabriel y Ryan, estaba listo para arruinarla.

"¿Es esto lo que querías, hermosa?" Susurré. “¿Son tus dedos

Al menos eso es lo que me dije a mí mismo.

Briella gimió por el impacto. "Sí señor. Soy tu zorra codiciosa.

Y era sólo mi título honorífico lo que ella gemía.

Gabriel y Derek se dejaron caer, apoyándose el uno en el otro.

de pie. Bri se arqueó en el suelo y se estiró para frotarse las tetas.

alcanzando para darle una botella de agua. "Mierda. Dame un minuto."

La recogí y la llevé allí rápidamente, metiéndonos a ambos bajo el agua antes de