Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SINOPSIS .......................................................................... 4
CONTENIDO ...................................................................... 5
BRYCE
La puerta de mi oficina se abre. Miro hacia arriba y una visión se
presenta ante mí.
Levanto mi dedo hacia ella mientras trato de concentrarme en mi
llamada telefónica, sin éxito.
—Lo entiendo, pero te pago una gran suma de dinero y espero
que se haga.
Isla sonríe mientras camina hacia mí y se sienta en el borde de
mi escritorio. Ella abre las piernas. Sin bragas. Trago
audiblemente, preocupado de que mi voz se rompa.
Intento desesperadamente concentrarme en mi importante
llamada de negocios cuando veo a mi chica follándose el coño.
Coloco el teléfono entre mi oreja y mi hombro, la agarro por las
caderas y tiro de ella hasta el borde del escritorio, haciéndole un
gesto para que abra más las piernas. Abro el cajón de mi
escritorio, saco un puro cubano y lo enciendo.
Tomo una bocanada y soplo el humo hasta su coño mientras me
desabrocho los pantalones y desato mi polla.
—No me importa, Mikey. Nos jodió, y tiene que pagar. Si no
puedes hacer lo que necesito, tendré que llevar mi negocio a otra
parte.
Quitando el puro de mi boca, deslizo la punta en su coño y la
follo un par de veces. Sus ojos se agrandan cuando lo abandono
y pellizco su clítoris. Su cabeza cae hacia atrás y me río,
olvidándome de que estoy hablando con un socio en la otra línea.
—Sí, Mikey, todavía estoy aquí. Soy multitarea. Parece que hay
algo empapado y caliente en mi escritorio, y me distrae. —Saco el
cigarro de su coño, lo vuelvo a poner en mi boca y tomo una
calada.
Isla salta de mi escritorio y se arrodilla ante mí. Sus manos suben
por mi polla antes de cerrar la boca alrededor de la punta y
chupar. Una leve sonrisa tira de sus labios. Ella sabe que estoy
perdiendo todo el control mientras traga más de mi polla,
tomándome hasta que golpeo la parte posterior de su garganta.
—Me tengo que ir, Mikey. —No espero a que responda antes de
terminar la llamada y tirar mi teléfono sobre el escritorio.
—Eso es, cariño. Chupa la polla de papi como una piruleta.
Envuelvo mis manos alrededor del cabello de Isla y lo uso para
empujar y jalar su boca sobre mi pene—. Bájate el vestido. Quiero
ver esas tetas moverse mientras me follo la garganta de mi puta.
Isla tira de su vestido hacia abajo, derramando sus grandes
pechos ante mis ojos hambrientos. Jodidamente hermosa.
Pellizco sus pezones. A papá le gustas en el dolor.
Agarro su cabeza y ella agarra sus pezones. Mientras tira, golpeo
mi polla en su garganta y la mantengo quieta. Ella se atraganta,
pero eso solo me anima a ser más rudo. En los últimos tres años,
descubrí que a mi chica le gusta lo rudo; más duro que la primera
vez que follamos. Hace seis meses me pidió que la follara
mientras fingía que no quería que lo hiciera. Ella lo quería rudo,
y quería que yo la marcara.
—¿Necesitas respirar, puta?
Ella asiente, pero sigue pellizcando sus pezones.
Tiro de ella, y la saliva corre por su barbilla, cayendo sobre sus
tetas. Muevo mi mano a la hebilla de mi cinturón, tirando de él
para liberarlo.
—Mantén tus tetas en alto.
Le meto la polla en la boca mientras levanta los pechos y me los
presenta.
—Qué buena chica. Escupe en ellas. —Ella escupe, y aterriza
justo en su pezón—. Quédate quieta.
Envuelvo el cinturón alrededor de su cuello y abrocho la hebilla,
haciendo una correa improvisada. Tiro del cinturón y tiro de ella
por el cuello. Una vez que está frente a mí, sostengo el cinturón
con una mano y tiro de su cabello con la otra mano para darle la
vuelta.
Ella gime cuando la golpeo contra el escritorio. Isla hace un
sonido de asfixia cuando tiro del cinturón y alineo mi polla con
su culo.
—¿Seguiste las instrucciones que te dejé?
—Sí, papi —jadea, su voz restringida por el cinturón.
—Abre tu culo.
Sus bonitas uñas rojas separan sus nalgas, y sonrío cuando su
tapón anal aparece a la vista. Mi mano se mete en el bolsillo de
mi pantalón, y ella salta cuando el tapón anal vibra.
—Por favor, papi.
—¿Qué necesitas, bebé?
—Por favor, fóllame como una puta. Escupe en mí. Folla todos
mis agujeros. Márcame con tus dientes.
Provoco su coño con mi polla.
—Quieres ser usada por papá, ¿verdad?
—Sí papi.
Mi polla se desliza en su coño mojado. Estás empapada. ¿Has
estado jugando con mi coño sin mi permiso?
Ella duda, y le doy una palmada en el culo.
—Sí papi. Te extrañé mucho.
Doy un paso atrás y tiro del cinturón, obligándola a levantarse.
—Sobre tu espalda. Papi ahora tiene que castigarte.
Ella hace sobresalir su labio.
—Por favor, papá. Prometo ser una buena chica para ti.
Mierda. Se está volviendo buena en el juego de roles. La empujo
hacia atrás y ella abre las piernas. Sus manos se deslizan por su
cuerpo hasta llegar a su coño. Isla separa los labios, anticipando
lo que está a punto de suceder.
Recientemente hemos descubierto que le gusta que le den
bofetadas, correazos y latigazos en el coño. A veces se excita tanto
con eso que se corre en el acto. Tengo que admitir que a mí
también me pone en marcha.
Ella gime cuando bajo la punta del cinturón y la golpeo con él.
—¿Estás gimiendo, Conejita? Esto es un castigo, no una
recompensa.
El chasquido del cinturón golpeando su coño mojado resuena en
la habitación. Isla levanta el culo y yo lo vuelvo a hacer.
—He sido tan mala, papi. Me vine dos veces. Me dijiste que no
tocara tu coño y no te escuché.
Vuelvo a golpear su coño, y esta vez ella grita.
—Niña sucia. No esperaste a papá. Ahora voy a poner rojo este
clítoris antes de forzar una carga espesa y cremosa en tu bonito
coño.
—Sí papi. Por favor, pon tu polla en mí. Me siento tan vacía.
Agarro el cinturón y la empujo hacia adelante para que pueda
vernos unirnos.
—¿Ves tu coño codicioso, Conejita? Mira cómo estamos juntos,
cariño. Cuán perfectamente encajamos. No te retuerzas,
cariño. Eres mi perra reproductora ahora. —Se ve hermosa con
las tetas afuera y el rímel corriendo por su rostro con mi cinturón
alrededor de su cuello—. Te ves bien siendo follada. —Alcanzo mi
teléfono—. Ahora sonríe para la cámara. —tomo una foto.
Dejo caer la cámara y tiro de ella.
—Mírate, siendo usada. ¿Crees que estás lista para más?
Ella sonríe y agarra mi garganta mientras la follo.
—No lo sé, papi. ¿Estás listo para más?
—Ten cuidado, cariño. No quieres que te haga daño.
Su respiración se vuelve pesada.
—No me importa si duele. Solo lo quiero. Quiero que me llenes de
semen.
Mis embestidas se aceleran y me muelo contra ella.
—Joder, Isla. Pequeña zorra sucia.
—¡Bryce, me vengo! —ella grita mientras la bombeo llenándola de
mi semen.
Sonrío mientras salgo de ella.
—Quiero que camines todo el día con mi semen goteando por tus
piernas.
—Bryce, no puedes hablar en serio. Tengo clases esta tarde.
—Bien. Esos chicos de la fraternidad sabrán que estás tomada.
Ella sonríe y niega con la cabeza, levantando la mano.
—Estás loco. Ya te dejé ponerme un anillo.
Me encojo de hombros.
—Ya eso lo sabemos nosotros.
Le quito el cinturón alrededor del cuello y agarro su mano,
llevando mis labios al anillo de diamantes de cinco quilates en su
dedo anular.
—Eres perfecta. Isla. Todavía estoy sorprendido de que seas mía.
Ella lanza sus brazos alrededor de mi cuello.
—Te amo.
—No tanto como te amo yo. Eres mi todo, Isla.
FIN