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UNIDAD 4

APORTES DE LA TEORÍA PSICOANALÍTICA EN LA COMPRENSIÓN


DE LO INFANTIL. CONSTITUCIÓN DEL PSIQUISMO Y
DESARROLLO LIBIDINAL
Aparato psíquico hace referencia a una cierta disposición y organización libidinal. Aparato
sugiere la idea de una tarea, de un trabajo que tiene la finalidad de transmitir y transformar la
energía.

Freud partió de esta base, trató de edificar una teoría del funcionamiento del sistema nervioso
mostrando que el cerebro opera como un órgano amortiguador entre el hombre y la realidad,
como un órgano de homeostato; pero entonces se tropieza con el sueño. En el sueño
encuentra los mecanismos de condensación y desplazamiento, a través de los cuales se
pueden deseos que son icc. También se encuentra el mecanismo de la censura y todo lo que
dará lugar a la elaboración del concepto de represión.

Sobre estas nociones desarrolla su primera teoría del aparato psíquico, compuesto por
instancias o sistemas dispuestos en un orden que guardan relación entre sí. La idea de Freud es
que toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos y termina en inervaciones, asignando al
aparato un poco perceptivo (recibe percepciones tanto internas como externas) y un polo
motor (encargado de la descarga). La direccionalidad del aparato es progrediente, del polo
perceptivo al polo motor.

Existen dos tipos de funcionamientos que regulan la energía:

o Proceso primario: la energía fluye libremente, pasando si trabas de una


representación a otra, según los mecanismos de desplazamiento y condensación. Es
una energía móvil que tiende a descargarse sin tomar en consideración las normas del
pensamiento racional.
o Proceso secundario: la energía se encuentra ligada en forma lógica y adaptada a la
realidad exterior, fluye en forma controlada de acuerdo con el principio de realidad,
las representaciones son cargadas de una forma más estable, la satisfacción es
aplazada.

El principio de realidad forma un par con el principio de placer, al cual modifica cuando la
búsqueda de satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos
que aplazan su resultado en función de las exigencias impuestas por el mundo externo.

Inconsciente Preconsciente Conciencia


- Sede de pulsiones y - Entre icc y cc. - En la superficie.
recuerdos - Energía ligada. - Principio de realidad.
reprimidos. Proceso secundario. Proceso secundario.
- Principio de placer. - Principio de realidad. - Recibe información
Proceso primario. - Representación del mundo externo y
- Ausencia de palabra. del mundo interno.
negación, duda y - Es una cualidad
cronología. momentánea.
- Indiferencia de la
realidad.
Freud formuló el Principio de Constancia como una tendencia del aparato a reducir la cantidad
de excitación que ingresa. Lo postula como una defensa normal, que permitiría que se
mantenga el equilibrio del aparato y que se introduzca en la experiencia una regulación para la
satisfacción de las necesidades. La meta sería lograr la homeostasis, que se descargue la
tensión al mínimo posible. Para disminuir la energía se tiene que satisfacer la necesidad a
través de un objeto que sea el adecuado para esa necesidad.

La construcción teórica que permite a Freud formular el principio de placer es la primera


experiencia de satisfacción.

Nosotros debemos nacer como sujetos porque advenimos a un mundo simbólico. Nacemos
prematuramente desde el punto de vista biológico, no estamos en condiciones de subsistir por
nuestros propios medios, por lo cual estamos en una situación de desamparo. El ser humano al
nacer no puede procurarse la satisfacción de las necesidades por sí mismo, necesita del otro
auxiliador, por ejemplo la madre. El bebé recién nacido, para calmar sus necesidades y
disminuir las tensiones que éstas producen requiere del auxilio externo; pero en el encuentro
con ese otro que satisface la necesidad se produce un plus, que es la dimensión del amor.

Entonces, el desamparo originario posibilita que emerja la dimensión del amor, de lo humano,
que desnaturaliza el organismo, porque para ese ser ya no se tratará solo de satisfacer su
necesidad, sino del encuentro reiterado con la madre que lo alimenta de comida pero también
de amor, de símbolos, de palabras. A partir del encuentro con el otro auxiliar se produce una
experiencia de satisfacción que deja una huella; esa huella es lo que Freud llama la primera
experiencia de satisfacción, esa huella va a ser el motor del deseo que se inscribe en el icc. La
primera vivencia de satisfacción, entonces, deja como resto el deseo, el nacimiento del deseo.

La antigua tópica no es abandonada, sino que la enriquece superponiéndole otra distinción:


icc, prcc, cc dejan de ser instancias psíquicas y pasan a ser cualidades de lo psíquico.

Ello Yo Superyó
- Sede de las - Es la parte del Ello - Instancia
pulsiones. alterada por la observadora del Yo.
- Parte oscura, influencia del mundo Sus funciones:
inaccesible. externo. conciencia moral y
- Proceso primario. - Gobierna los accesos observación de sí.
- Mociones opuestas a la motilidad. - El papel que adopta,
coexisten sin - Principio de realidad es primero
cancelarse ni (identidad de desempeñado por
debilitarse entre sí. pensamiento). un poder externo,
- No hay nada que - Toma prestado del por la autoridad
pueda equipararse a Ello sus energías. parental. Es el
la negación, no hay - Tiene actividad cc, heredero del CdeE.
representación del prcc e icc. - Es el portador del
tiempo. ideal del Yo, con el
- No conoce que el Yo se mide, al
valorizaciones. que aspira alcanzar y
- El principio de placer cuya exigencia de
gobierna todos los perfección se
procesos. empeña por cumplir.
Freud plantea dos líneas del desarrollo, la que recorre el Yo en la trasmudación del Yo-placer al
Yo-realidad.

 Del Yo-placer al Yo-realidad.

El aparato psíquico está destinado al apartamiento de estímulos de acuerdo al principio de


constancia. La madre cumple el papel de asegurar la satisfacción de las necesidades y produce
un plus en ese encuentro, quien lo introduce en la dimensión del amor y el deseo, cuya
consecuencia es la pérdida de la naturaleza de la necesidad.

Estas primeras experiencias de satisfacción dejan sus huellas; estas primeras huellas inauguran
el polo del placer, son las primeras investiduras, y serán el punto de partida de la
representación del Yo y del objeto deseado. Se constituye el Yo real primitivo, que separa lo
evitable mediante la fuga de lo no evitable.

Se va constituyendo un incipiente aparato capaz de procesar la cantidad de excitación que


llega desde fuentes somáticas. En este momento el Yo aún no se diferencia de los objetos y se
origina la polaridad afectiva amor-indiferencia. El Yo es informado sólo por las sensaciones de
placer-displacer.

Surge así un nuevo nivel, el Yo placer purificado; este queda identificado con el polo de placer,
mientras que los displacentero es expulsado afuera. La polaridad afectiva es amor-odio, el
primer sentimiento destinado a un objeto reconocido como exterior es el odio. Este Yo se
satisface mediante el recurso del recuerdo alucinatorio apenas se produce la tensión por
aumento de excitación. El Yo es idéntico a todo lo que constituye placer y el no-Yo con lo
displacentero que es expulsado fuera del Yo.

Un nuevo nivel de complejidad se produce con el acceso a la palabra, que surge apoyándose
sobre el llanto que es interpretado por la madre como un llamado, como un mensaje dirigido a
ella. El pensamiento, hasta entonces icc, adquiere la posibilidad de cc dado el enlace de las
huellas mnémicas de las representaciones cosa con las representaciones palabra. Este nuevo
nivel de funcionamiento conduce a la acción específica por parte del Yo que permite obtener
satisfacciones.

Se instala el Juicio de realidad, que marca el final del Yo placer purificado. El Yo logra reprimir
la reproducción alucinatoria del objeto; se constituye el Yo real definitivo. Se produce el pasaje
de la identidad de percepción a la búsqueda de identidad de pensamiento. La experiencia de
satisfacción liga una descarga eminentemente satisfactoria a la representación de un objeto.

En “La Negación” Freud describe la prueba de realidad como algo que se halla en el principio
del juicio de existencia. Esta prueba es necesaria porque el pensamiento posee la capacidad de
traer de nuevo a presencia, por su reproducción en la representación, algo que ha sido
percibido en otro momento, sin necesidad de que el objeto exista todavía en el exterior.

El juzgar tiene dos funciones:

- La capacidad de decidir si algo tiene o no tal atributo, Juicio de atribución, que


corresponde al Yo placer purificado, si algo es bueno lo introyecto y si es malo lo
expulso.
- La existencia, decidir si lo representado puede ser reencontrado en el exterior,
independientemente del principio del placer; es decir, saber que se encuentra ahí para
cuando pueda necesitarlo.
En este tercer tiempo, el Yo se defiende de la sensación de displacer que sobreviene a la
frustración de la producción alucinatoria del objeto y se asegura algunas formas de actuar en
el mundo exterior para lograr la satisfacción. El Yo debe aprender a esperar, deberá aplazar los
movimientos de descarga hasta que haya comprobado los signos de realidad que aseguran que
se ha encontrado afuera el objeto deseado.

YO PLACER PURIFICADO YO REAL PRIMITIVO


 Identificado con el polo de placer.  Polo amor-odio.
 Se encuentran las huelas mnémicas de la  Acceso a la palabra.
primera vivencia de satisfacción.  Separa lo evitable de lo no evitable.
 Se satisface por el recuerdo alucinatorio.  Logra reprimir la satisfacción
 Placer-Displacer. El Yo es idéntico al alucinatoria. El juicio de realidad
placer y el No-Yo a lo displacentero. marca el fin del yo placer purificado.
 Identidad de percepción.  Identidad de pensamiento.

 El desarrollo libidinal:

Freud postula la existencia de una sexualidad infantil. Sexualidad referida a todas aquellas
actividades en las que intervienen zonas corporales a partir de las cuales se logra satisfacción o
placer. Entonces Freud muestra que desde la infancia hay sexualidad. Es en este sentido que va
a diferenciar el instinto de la pulsión; el instinto queda absolutamente limitado a los animales y
la pulsión para el ser humano.

El instinto se refiere al comportamiento animal fijado por la herencia, característico de la


especie, preformado en su desenvolvimiento y adaptado a su objeto. A diferencia de éste, el
bebé humano está expuesto a sus necesidades sin recursos biológicos suficientes para definir
ni con qué ni cómo satisfacerlas.

Un bebé llora y la mamá lo alimenta. Cuando siente el pezón o la tetina en su boca, siente
también como la leche va saciando su hambre y, al mismo tiempo, esta actividad del chupeteo
produce un placer más allá de la necesidad biológica. La pulsión nace apuntalada en las
necesidades orgánicas, pronto se separa de ella; es un empuje energético, motor que orienta
al organismo a una finalidad. Los elementos son: fuente, meta, objeto y esfuerzo.

Las fases del desarrollo libidinal son:

1- Fase oral: se organiza alrededor de la boca y su objeto privilegiado es el pecho. El


placer está ligado a la excitación de la cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la
alimentación. La fuente es la cavidad oral, el objeto se relaciona con la alimentación y
el fin es la incorporación.
 Primera fase oral: abarca el primer semestre de vida. El niño busca obtener
placer en la zona de la boca. El chupeteo de placer es un chupar rítmico de la
membrana de la boca en contacto con la lengua, un dedo, cualquier otra parte
de la piel o un objeto. Para que el niño pueda procurarse este tipo de
satisfacción, alguna vez tiene que haber experimentado el proceso de placer
que precede a este; el pecho materno brinda su primera satisfacción sexual.
 Segunda fase oral: aparición de los dientes, la nueva forma de satisfacción
consiste en el placer de masticar y devorar, el incorporar mordiendo
reemplaza a la succión. Junto con el deseo de comer un objeto, se encuentra la
fantasía de ser comido y devorado.
Dentro de la fase oral se distingue la fase del chupeteo, no ligada a un objeto y
auto-erótica, y una fase oral-sádica en la que existe una relación de naturaleza
ambivalente con los objetos.

2- Fase sádico-anal: entre los dos y los cuatro años. Se caracteriza por una organización
de la libido bajo la primacía de la zona erógena anal, la región del cuerpo que tiene a
su cargo la eliminación de los residuos alimentarios indigeribles. En ella la relación de
objeto está impregnada de significaciones ligadas a la función de defecación y al valor
simbólico de las heces.
 Primera fase anal: predomina el placer causado por el pasaje y la expulsión de
la materia fecal, esta expulsión significa la destrucción de la misma,
obedeciendo a un propósito placentero-hostil.
 Segunda fase anal: el placer se encuentra en la retención. La materia fecal ya
evacuada es considerada como un objeto muy importante y de gran valor, el
niño considera sus heces como una demostración de amor, de regalo.
Tendencia a retener el objeto, primero para atormentarlo, encerrarlo, privarlo
de libertad, y segundo, la tendencia amistosa de conservación y posesión de
los objetos.
3- Fase fálica: el interés y el quehacer con los genitales cobre significatividad dominante.
Las aspiraciones eróticas se dirigen a una persona única y en ella quieren alcanzar su
meta. Tanto el niño como la niña solo reconocen el genital masculino y la posición de
los sexos equivale a fálico-castrado.

Erick Erickson:

Ideas generales de la teoría de Erikson

La teoría de Erikson a diferencia de otras teorías evolutivas, abarca todas las edades
del hombre, desde el nacimiento hasta la muerte.
En cada etapa de la vida aparece un conflicto central, un núcleo básico de problemas
en el que inciden factores bio-psicosociales-culturales.
Cada conflicto es especifico de una edad determinada, pero evoluciona, reactivándose
con otros a lo largo de toda la vida
La adecuada resolución de un conflicto depende de una regulación mutua entre el
sujeto (niño o adulto) y su entorno (instituciones y personas significativas).
La exitosa resolución de un conflicto facilita la resolución de los siguientes, con los que
está estrechamente relacionado.
Sin desestimar la influencia de lo congénito, Erikson atribuye al medio ambiente el
papel preponderante en la resolución de los conflictos.
Su teoría tiene un carácter más psicoprofiláctico que terapéutico, en el sentido de que
subraya el valor de arbitrar todos los recursos necesarios para el establecimiento de
vínculos sanos, disminuyendo en lo posible de la curación de lo enfermo.

Erikson se aparta del modelo freudiano al destacar la importancia de estos tres aspectos

 Más que el ello, Erikson destaca al Yo y asigna una mayor importancia al estudio del
proceso de socialización.
 Introduce una nueva formulación básica: la relación del individuo con los padres
dentro del contexto familiar y con la realidad socio-cultural en la que esta inserta la
familia. Según Erikson no se puede separar el crecimiento personal del cambio
comunal, ni disociar las crisis de identidad en la vida individual de las crisis
contemporáneas del desarrollo histórico.
 Si la misión de Freud fue demostrar la existencia y el funcionamiento del inconsciente,
la misión de Erikson ha sido la de señalar las oportunidades de desarrollo del individuo
que le ayudan a triunfar sobre los riesgos psicológicos de la vida.

Para Erikson toda crisis personal y social aporta elementos que se orientan hacia el desarrollo,
se concentra en la solución exitosa de las crisis del desarrollo.

Logra articular el enfoque psicológico con el social (destinado a completar la teoría dominante
de la psicosexualidad, es decir de las etapas de la libido).

Epigenesis: término utilizado para la fundamentación somática del desarrollo psicosexual y


psicosocial. La epigenesis no significa una mera sucesión, sino que determina ciertas leyes que
rigen las relaciones fundamentales que las partes guardan entre si.

Crisis normativa.

Cada estadio está marcado por una crisis cuyo significado es “un momento crucial, un punto
crítico necesario en el que el desarrollo debe tomar una u otra dirección, acumulando recursos
de crecimiento, recuperación y diferenciación ulterior”. La existencia de dos fuerzas contrarias
exige una solución conjunta o síntesis.

Lo que el niño adquiere en un estadio es una cierta proporción entre lo positivo y lo negativo y
si el equilibrio se inclina hacia lo positivo, lo ayudara a enfrentar crisis posteriores.

Erikson dice que a medida que se amplía el radio de percepción y coordinación va enfrentando
los patrones educativos de su cultura y aprende así las modalidades básicas de la existencia
humana. Es así que la primera modalidad social que se aprende en la vida es la de obtener que
significa recibir y aceptar lo que nos es dado.

Erikson también establece para cada crisis una virtud, es decir, ciertas cualidades humanas de
la fortaleza, fuerzas básicas, y las relaciona con el proceso mediante el cual la fortaleza yoica
puede desarrollarse de una etapa a otra e impartirse de una generación a otra.
ZONAS Y
MODOS MODALIDADES CONFLICTOS RELACIONES
ESTADIOS ESTADIOS VIRTUDES
ORGANICOS SOCIALES PSICOSOCIALES SIGNIFICATIVAS
PSICOSEXUALES
INFANCIA ZONA: boca Incorporativo Obtener. Confianza Esperanza Persona
ETAPA: oral, Morder Tomar y vs. vs. maternante
respiratoria, aferrarse Desconfianza Retraimiento
sensorial Básica
NIÑEZ ZONA: anal Retentivo. Soltar. Autonomía Voluntad Personas
TEMPRANA ETAPA: anal, Eliminatorio Aferrar. vs. vs. parentales
uretral, Vergüenza y Inhibición
muscular duda
EDAD DE JUEGO ZONA: genital Intrusivo Conquistar. Iniciativa Propósito Familia básica
ETAPA: infantil, Inclusivo Atrapar vs. finalidad
locomotor Culpa vs.
Inhibición
EDAD ESCOLAR LATENCIA Ha dominado Industria- Eficacia o Familia-Escuela-
los modos Productividad competencia Vecindad
orgánicos vs. vs.
Inferioridad Inercia
Confianza básica versus desconfianza básica

El estado general de confianza implica no solo que uno ha aprendido a confiar en a mismidad y
la continuidad de los proveedores externos, sino también que uno puede confiar en uno
mismo y en la capacidad de los propios órganos para enfrentar las urgencias, y que uno es
capaz de considerarse suficientemente digno de confianza como para que los veedores no
necesiten estar en guardia para evitar un mordisco.

Las madres crean en sus hijos un sentimiento de confianza mediante ese tipo de manejo que
en su cualidad combina el cuidado sensible de las necesidades individuales del niño y un firme
sentido de confiabilidad personal dentro del marco seguro del estilo de vida de su cultura.

Autonomía versus vergüenza y duda

La maduración muscular prepara el escenario para la experimentación con dos series


simultáneas de modalidades sociales: aferrar y soltar.

La vergüenza supone que uno está completamente expuesto y consciente de ser mirado: en
una palabra, consiente de uno mismo. Uno es visible y no está preparado para ello. Vergüenza
se expresa desde muy temprano en un impulso a ocultar el rostro.

La duda es hermana de la vergüenza. Cuando la vergüenza depende de la conciencia de estar


vertical y expuesto, la duda tiene que ver con la conciencia de tener un reverso y un anverso, y
sobre todo un “detrás”. Pues esa área del cuerpo, con su foco agresivo y libidinal en los
esfínteres y en las nalgas, queda fuera del alcance de los ojos del niño, y en cambio puede
estar dominada por la voluntad de los otros. Encuentra su expresión adulta en temores
paranoicos concernientes a perseguidores ocultos y a persecuciones secretas que amenazan
desde atrás (y desde adentro de ese atrás).

Esta etapa se vuelve decisiva para la proporción de amor y odio, cooperación y terquedad,
libertad de autoexpresión y su supresión. Un sentimiento de autocontrol sin la pérdida del
autocontrol da origen a un sentimiento perdurable de buena voluntad y orgullo; un
sentimiento de pérdida de autocontrol y de un sobre control foráneo da origen a una
propensión perdurable a la duda y la vergüenza.

Iniciativa versus culpa

La iniciativa agrega a la autonomía la cualidad de la empresa, el planeamiento y el “ataque” de


una tarea por el mero hecho de estar activo y en movimiento. El peligro de esta etapa radica
en un sentimiento de culpa con respecto a las metas planeadas y los actos iniciados en el
propio placer exuberante experimentado ante el nuevo poder locomotor y mental.

Mientras que la autonomía tiene como fin mantener alejados a los rivales potenciales, por lo
tanto, puede llevar a una rabia llena de celos dirigida la mayoría de las veces contra los
hermanos menores, la iniciativa trae apareada la rivalidad anticipatoria con las que han llegado
primero y pueden, por lo tanto, ocupar con su equipo superior el campo hacia el que está
dirigida la propia iniciativa.

Industria versus inferioridad

Ahora aprende a obtener reconocimiento mediante la reproducción de cosas.

El principio del trabajo, le enseña el placer de completar el trabajo mediante una atención
sostenida y una diligencia perseverante.
El peligro del niño radica en un sentimiento de inadecuación e inferioridad. Si desespera de sus
herramientas y habilidades o de su status entre sus compañeros, puede renunciar a la
identificación con ellos y con un sector del mundo de la herramienta. El hecho de perder toda
esperanza de tal asociación “industrial “puede hacerlo regresar a la rivalidad familiar más
aislada, menos centrada en las herramientas de la época edípica.

Luisa Gonzales Pena: Génesis de las relaciones objetales hasta la constitución del objeto
libidinal.

Freud al conceptualizar lo que denominan series complementarias establece un criterio


referido a la causalidad tanto de la patología como del desarrollo de la salud. Propone tres
series de causas que no actúan independientemente. La primer serie son los factores
hereditarios y congénitos, la segunda está constituida por las experiencias infantiles y la
tercera, los factores desencadenantes o actuales. Las dos primeras constituyen la disposición
del sujeto.

Los factores hereditarios y congénitos son las capacidades contenidas en la matriz hereditaria
que se van a desplegar a partir de la interacción con los otros factores de la serie. En este
sentido es importante prestar atención a la segunda serie que está constituida por las
experiencias infantiles, que adquieren psiquismo y de formación de la personalidad.

Estas experiencias infantiles se van a dar en un determinado medio ambiente que puede
ofrecer al bebé los estímulos adecuados para que aproveche al máximo sus dotes innatas, así
como puede también dificultar su desarrollo.

El niño inicia su vida como parte del cuerpo como parte del cuerpo de la madre y por mucho
tiempo ella lo trata como si fuera su prolongación corporal. No hay clara diferenciación entre
psique y soma, impulso y objeto, entre mundo interno y mundo externo, entre yo y no yo.

La particular relación que se establece entre madre e hijo, genera un vínculo importante y
constitutivo del niño. Una relación armónica facilita el despliegue progresivo de una
personalidad sana, en tanto que una relación perturbada interfiere en este proceso y genera
diversas patologías.

La teoría de las relaciones objetales plantea la existencia de una necesidad primaria de


objetos, que no pueden reducirse a la búsqueda del placer. Nos estamos refiriendo siempre a
un “objeto humano”. No es el objeto de una pulsión, un mero requisito para la obtención del
placer, sino un objeto de amor o de odio, que el yo busca para encontrar respuesta a su
necesidad de relación. Solo a través de un duro y difícil trabajo de duelo podrá abandonarlo y
volver a colocarse en las condiciones que permitirían una nueva elección.

Definamos término a término el concepto “relación de objeto”:

o Relación: hace referencia a la forma en que el sujeto constituye los objetos así como a
la forma en que los objetos modelan la actividad del sujeto.
o De: señala la interrelación, pues el objeto no preexiste a la relación con el sujeto ni
éste está constituido cuando se inicia la relación.
o Objeto: debe entenderse en el sentido específico que tienen para el psicoanálisis. Hace
referencia al otro humano, persona.

Una forma de definir la teoría de las relaciones objetales es afirmar que esta pretende dar
cuenta de cómo la experiencia de la relación con los objetos genera organizaciones internas
perdurables de la mente. Esta teoría permitiría integrar, en forma armoniosa, los elementos
“internos” y “externos” de la experiencia humana, ya que investiga y conceptualiza la
influencia de las relaciones interpersonales “externas” sobre la organización de las estructuras
mentales “internas”.

La teoría se vincula con distintas posturas conceptuales dentro de la teoría psicoanalítica. La


primera de ellas enfatiza la determinación pulsional de la experiencia de la relación con el
objeto y concentra su atención en el objeto interno y su efecto determinante sobre la vida
posterior del sujeto.

La segunda postura teórica enfatiza el efecto estructuralmente que la relación real con el
objeto y con el entorno cultural tiene sobre el psiquismo.

Teoría de René Spitz

La mayor parte del primer año de vida el bebé se esfuerza por sobrevivir, formando y
elaborando dispositivos de adaptación que le permitan lograr esta meta. Surge una situación
complementaria que el autor denomina díada. En la medida en que las potencialidades propias
del infante se desarrollan en el transcurso del primer año de vida, se irá haciendo
independiente del medio que lo rodea.

El crecimiento y desarrollo psicológico, dependerá del establecimiento y despliegue progresivo


de las relaciones de objeto cada vez más significativas
Spitz afirma que no existe pensamiento en el momento de nacer ni la percepción ni la
voluntad. Las funciones, las estructuras y hasta los impulsos instintivos se irán diferenciando
progresivamente a través de la maduración y el desarrollo.

- Maduración: Es el desarrollo filogenéticamente establecido por la especie.


- Desarrollo: Se refiere a la emergencia de formas de funcionamiento y de conductas
resultantes de la interacción del organismo y el medio interno y externo.

Spitz mantiene la idea de que la libido es el material primitivo, la fuerza heredada que se
necesita y utiliza en el curso de la evolución, le adjudica un papel decisivo en el desarrollo a los
primeros contactos humanos. Recurre a la embriología para tomar el término de “organizador”
que denomina a ciertas estructuras que se desarrollan en un determinado punto donde se
juntan diversas líneas de desarrollo.

Spitz supone que en el desarrollo psíquico existen organizadores equivalentes, es decir,


estructuras de funcionamiento psíquico que resultan directrices en la integración incipiente, y
que él denomina organizadores de la psique. Durante los periodos críticos las corrientes del
desarrollo que operan en los diferentes sectores de la personalidad se integran unas con otras.
Lo que llama organizador es el resultado de la integración completa.

La relación bipersonal entre madre e hijo se desarrolla en tres etapas:

1) Estadio preobjetal (primeros 3 meses aprox.)


Es una etapa de diferenciación ya que la percepción, la actividad, las funciones del
recién nacido no están suficientemente organizadas, salvo aquellas zonas que son
indispensables para la supervivencia. El recién nacido no puede distinguir algo externo
de su propio cuerpo, este periodo carece de objeto.

Él bebe neonato está protegido por una barrera contra los estímulos, un umbral de
percepción que excluye al mundo exterior. En la percepción predominan los sistemas
propioceptivos e interoceptivos y las respuestas se producen según la percepción de
las necesidades comunicadas por estos sistemas.

Al final de la primera semana de vida, el niño comienza a responder señales lo que


evidencia situaciones ligadas a la conciencia de un contenido agradable. Pero aun en la
percepción del mundo exterior se produce en función de una necesidad interna.
Por ello, la madre tiene en la medida que sirve a la satisfacción la necesidad del bebé.
En este momento el ser humano no es percibido como tal, sino como una señal, que
anuncia, la satisfacción de la necesidad.

Spitz destaca que al final del segundo mes aparece una reacción en el niño que llama la
atención. Si el niño llora porque necesita ser higienizado y se le acerca una persona
adulta este se calma. Se observa entonces que el ser humano adquiere una posición
única entre las cosas que lo rodean y el niño desde este momento percibe visualmente
la aproximación del ser humano.

2) Estadio del objeto precursor (3er al 6to mes aprox.)

En el curso del tercer mes se observa la aparición de una conducta afectiva que para
Spitz resulta el indicador del nuevo estadio. Esta conducta es la respuesta de sonrisa al
rostro humano de frente y en movimiento, en donde se ven los ojos, la nariz y la boca.
El bebé no reconoce aun el rostro humano como un objeto, sino más bien como una
Gestalt (forma)-señal privilegiada. Esta señal-forma constituye un precursor del
reconocimiento del objeto, y por ello el estadio que ahora se inicia es definido como
del objeto precursor. Este estadio se extenderá hasta los seis u ocho meses de vida.

Esta conducta específica es el resultado de la maduración somática y del desarrollo


psíquico que han progresado y se han activado con ayuda de percepciones pasadas y
guardadas en la memoria.

La sonrisa es la primera manifestación activa, dirigida e intencionada, el primer


movimiento de pasaje de la pasividad a la actividad. Se han integrado diversos sectores
de la personalidad y han dado lugar a una nueva y más compleja estructura psíquica.
La sonrisa es una respuesta social de placer. Madre e hijo se comunican por la sonrisa.
Las consecuencias que Spitz atribuye al establecimiento del primer organizador son:

-Incipiente prueba de realidad


-Huellas mnémicas elementales
-Direccionalidad de la conducta hacia un objeto
-Precoz división cc-icc
-Posibilidad de la demora de la descarga pulsional
-Coordinación, interdependencia y dirección sistemática de los impulsos
-Experiencia y acción más diferenciadas y significativas

3) Estadio del objeto propiamente dicho (8tavo mes en adelante)


Entre el sexto y octavo mes la percepción del niño se hace diacrítica: no sonríe ya a
cualquier cara, sino sólo a la conocida. Se manifiesta una nueva conducta emocional
que Spitz denomino “angustia de los 8 meses”. Esta señala el establecimiento de un
segundo organizador de la psique.

El niño ya distingue a la madre de los demás y lo demuestra con su rechazo ante la


aparición de un extraño. Tal rechazo se expresa como el llanto, el mirar hacia otro
lado, o el cubrirse la cara.

Haber llamado a esta reacción con el término angustia se debe a que se la interpreto
como una consecuencia de la frustración provocada por no ser la madre esperada la
figura que se presenta. Esta angustia se produce ya que con la individualización de la
madre aparece la percepción que tanto los deseos amorosos como los agresivos, van
dirigidos a una misma persona. Antes el objeto bueno que daba el pecho y el otro que
frustraba eran objetos diferentes. Ahora al identificar a la madre, se fusionan y es una
misma persona a la que ama y odia. La ausencia de la madre provoca angustia por el
miedo de que la agresión dirigida hace ella la haya dañado. Esta es la primera angustia
verdadera.

Esta angustia es el segundo organizador por que el yo alcanza tal madurez que se
puede analizar en las siguientes funciones:
La percepción alcanza tal desarrollo que el objeto de amor se distingue
visualmente de los demás objetos.
La motricidad es controlada por el yo y le permite una actividad
intencional.
Se ejerce la actividad intencional del juicio.
El principio de realidad interviene cada vez con mayor frecuencia.
Se puede hablar de un Yo propiamente dicho, cuya función sintetizadora
conduce a una fusión pulsional e integración del objeto en la única persona
de la madre.
El niño comprende y responde a los gestos sociales.
Comprende las relaciones entre las cosas.
Aparecen nuevos matices en la expresión afectiva.
Con todo esto Spitz considera que al finalizar el primer año se construyen relaciones
objetales estables.

Comienzo de la comunicación humana

A partir del primer año pasa a primer plano la locomoción como un progreso madurativo
que implica peligros para el niño dificultades para su medio. La intervención de la madre se
hace más imperativa. Se transforman de manera radical los intercambios entre hijo y
madre.

Los intercambios entonces, se centran en torno a los arrebatos del niño y las órdenes y
prohibiciones de la madre. El niño comprende lo que la madre prohíbe a través de un
proceso de identificación.

El mecanismo que está en el fundamento es la identificación con el agresor. El dominio del


NO es un logro de consecuencias trascendentales para el desarrollo mental y emocional
del niño, pues presupone haber adquirido la capacidad de juicio y negación.

Con la adquisición del gesto de la negación la acción es remplazada por mensajes y se


inicia la comunicación a distancia

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