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(Génesis 6.1-8)
A diferencia de esa historia, la del diluvio en tiempos de Noé solo ocupa 4 breves
capítulos de la Biblia. Dos están dedicados al pecado y la destrucción del mundo
antiguo, donde se dan muchos detalles del mal de entonces.
El diluvio no fue un mito o una parábola, sino un hecho real, como lo indicó el
mismo Jesús. Pedro escribió sobre el en 2 Pedro. Moisés lo narró para que quienes
vivieran después supieran de lo ocurrido entonces y hoy comprendemos que el
hecho nos brinda importantes lecciones, útiles para hoy y para siempre.
Eso no nos gusta, pero es la verdad. El v.5 dice que Dios vio la maldad de los
hombres. Lo mismo se puede decir hoy. El relato nos indica que el pecado era
grande. Hoy estamos en un diluvio de iniquidad. En muchas ciudades es peligroso
caminar por las calles y la delincuencia crece. No cabe duda de que el corazón del
hombre se inclina al pecado. Dios dijo que destruiría al hombre que había creado
como consecuencia de su depravación.
En 2 Pedro 2.5 se menciona a Noé como pregonero de justicia. Predicó desde que
tenía 480 años hasta los 600. Quizás fueron decenas de miles de sermones.
Demostró así la magnitud de las advertencias divinas. Nadie puede excusarse como
si no conociera el mensaje de Dios. En el Edén Dios anunció que llegaría la
redención (Génesis 3.15) y el mensaje continúa.
Las vidas limpias y el testimonio claro de las iglesias dan testimonio en todas
partes. Dios llama a hablar de El no solo a los Pastores, sino a todo cristiano. El
ejemplo de Noé es un desafío a testificar, a dar el mensaje de Dios.
En Génesis 6.3, Dios dijo que no lucharía para siempre con el hombre. No había
habido resultados en 120 años de predicación, pero Dios dijo a Su siervo que
insistiera hasta el último momento.
Dios quiere que seamos Sus testigos hoy, aunque los resultados sean pobres. Él fue
paciente con Faraón durante todas las plagas que cayeron sobre Egipto, pero
llegado el momento le cerró las puertas. Jesús lloró sobre Jerusalén, pero la ciudad
no aprovechó la oportunidad y fue destruida. Dios nos muestra Su paciencia hoy.
No tenemos por qué esperar al último momento, no siempre tendremos la
oportunidad del ladrón en la cruz. La paciencia de Dios tiene un límite.
En Génesis 7.1 Dios dijo a Noé que entrara al arca. Él ya estaba allí, esperándole.
En la Biblia hay muchas invitaciones. Por ejemplo, Moisés dijo a su suegro: Ven
con nosotros y te haremos bien. (Números 10.29) Venid luego… y estemos a
cuenta, dice Dios en Isaías 1.18. Y en Apocalipsis 22.17: El Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. Y el que oye diga: Ven. La palabra ven aparece 600 veces en la Biblia.
6.1.- Todos los que entraron en el arca lo hicieron por la misma puerta
Fue un gran trabajo, pero Dios gusta del orden y ha provisto una sola puerta, que es
Jesucristo. Si alguno quiere entrar por otro lado, es n ladrón y robador. Aunque
muchos pretendan encontrar otro camino, el evangelio nos dice que Cristo es el
único camino.
¿Nos podemos imaginar una enorme granja con todo el mal olor que producían
aquellos animales? Noé y su familia se cuidarían de limpiar lo más posible ¡porque
afuera estaba la muerte y nadie podía sobrevivir! De la misma manera, no es del
todo grato estar en el Templo. Algunos dicen que no quieren estar porque hay
hipócritas y a veces es verdad. Sin embargo, tenemos que recordar que la iglesia es
como un hospital con heridos y moribundos y no un refugio para santos con
aureola y demás.
Afuera estaba la muerte. Las aguas cayeron durante 40 días y los montes fueron
cubiertos. Todo fue ahogado. Dios dijo que nunca más mandaría un diluvio, pero
que un día El destruirá al mundo con fuego. Así preparará lugar para Su pueblo
regenerado (2 Pedro 3.10-13)
CONCLUSION: El mensaje es: Hoy es el día de salvación. Hoy la Palabra de
Dios ofrece Su gracia, Su amor, Su perdón y Su vida. Hoy podemos arrepentirnos
y vivir. ¿Quieres aprovechar esta oportunidad de salvación?