Está en la página 1de 36

J A I M E V E R A LA V E R D A D

S O C I A L Y LA A C C I Ó N

E S C U E L A N U E V A : M A D R I D
BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA

1103232424
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN,
POR EL D O C T O R J A I M E V E R A

..••Trie ir-,.

BIBLIOTECA SOCIALISTA DE LA

E S C U E L A N U E V A - M A D R I D
Publicado en 1912
Reimpreso en 1918

EMILIANO L. B A R R E R A
INFANTE, t . - M A D R I D
Jaime Vera ha muerto.
Hace unos años, van para nueve, un grupo de mu-
chachos, casi todos universitarios, se aproximó al
Partido Obrero fundando la E s c u e l a Nueva, y al co-
menzar su labor socialista, quiso que las primeras
palabras de aquel curso fueran de Jaime Vera. Con
ello pretendió signiñcar que le consideraba como el
único maestro.
Y así fué siempre. Constantemente, en los Congre-
sos del Partido Socialista representó a la E s c u e l a
Nueva. A la cabeza de las publicaciones de la E s c u e l a
apareció este folleto, rápidamente agotado: L A VER-
DAD SOCIAL Y LA ACCIÓN. Como muestra de cariño y
admiración, sólo a él, se le nombró profesor hono-
rario.
En todo momento se hizo pública nuestra absoluta
adhesión. Siempre quisimos reconocerle como él
más alto ejemplo que seguir, porque supo en su vida
y en sus obras representar el más elevado tipo de
bondad y de inteligencia.
Entregado a sus estudios técnicos, en los que al-
canzó enorme prestigio, cumplió el deber socialista
de amar la profesión.
En su intervención política acertó a dar en los al-
bores de su Partido un programa acabado de teoría
marxista con su informe ante la Comisión de Re-
formas Sociales; más tarde, con sus artículos, con
este folleto, con sus cartas, supo abarcar los grandes
problemas modernos del Socialismo y afirmar como
eje de todo, ¡a fé en la ciencia y en la acción.
Por la fuerza y la finura de su inteligencia, por su
enorme cultura, por su amplia tolerancia, por su
pasión de la justicia y su enorme amor a los des-
amparados, quedará como una de las más nobles
figuras del socialismo universal.
Por el cariño conlque siguió todos los esfuerzos
de la E s c u e l a Nueva, por la emoción con que nos
acogió al ir a buscarle en su aislamiento, por el
deseo'de^que nuestra labor fuera fecunda y por su
confianza en nosotros, el grupo aquel de muchachos
que fundó la E s c u e l a y que se acerca ya a la mitad
del camino de la vida, no podrá olvidarle, y en todo
momento, su recuerdo será guía espiritual, que no
sólo indique [el sendero, sino que preste fortaleza
para seguirle hasta el fin.
LA VERDAD SOCIAL

Y LA ACCIÓN

S e me ha honrado invitándome a concurrir a e s t e acto


y a dictar a l g u n a s líneas que sirvan c o m o de prefacio
al c u r s o que s e i n a u g u r a .
Yo he o b e d e c i d o . Y he obedecido, porque en el pen-
s a r nunca he admitido m á s férula que el método cientí-
fico. E s t a libertad e s condición indispensable para que
la inteligencia dé s u s frutos. Y a s í , s e r s o c i a l i s t a no
me o b l i g a intelectualmente m á s que a pensar bien. Y o
entiendo que por p e n s a r bien (aunque s e a inmodestia),
s o y s o c i a l i s t a y buen s o c i a l i s t a .
Pero s i en cuestión de p e n s a r el hombre no debe s u -
jetarse a lo que o t r o s hayan p e n s a d o , s i no e s por vía
de convencimiento, en cuestión de obrar e s distinto. La
disciplina e s útil y necesaria. L a acción individual, b u s -
c a n d o lo perfecto, resultaría estéril, c o m o una pequeña
corriente que s e pierde en la arena, mientras q u e la m á s
7
LA VERDADJSOCIAL Y LA ACCIÓN

pequeña corriente puede aumentar el caudal de la gran


corriente, en la m i s m a dirección. El pensamiento de un
hombre s o l o , puede mover el m u n d o . L a acción indivi-
dual m á s p o d e r o s a nada puede contra l a s g r a n d e s co-
rrientes h u m a n a s , que siempre s o n g r a n d e s movimien-
tos naturales.
P o r e s o y o s o y s o l d a d o de fila disciplinado; practico
la disciplina, y c o m o viejo a m i g o o s la recomiendo. Y
pidiéndoseme a l g u n a s cuartillas para el acto de hoy,
cumplo obedeciendo y dictándolas, aunque s e a impro-
v i s a n d o , porque n o hay tiempo para otra c o s a .
P r o f e s i o n a l e s de la cátedra, hombres competentes en
e s t u d i o s s o c i a l e s , van a exponeros el desarrollo ideal
del s o c i a l i s m o . La primera conferencia tendrá por tema
« L o s o r í g e n e s » . L a s d e m á s llevan por título c a d a una
el nombre de una celebridad s o c i a l i s t a . Al nombre
de Owen s i g u e n Fourier, S a i n t - S i m o n , Luis Blanc,
Proudhon, L a s s a l l e y C a r l o s Marx.
Y o creo que el primer acierto de e s t a s conferencias
e s s u denominación por un nombre célebre. E s t o deno-
ta clarísimamenfe el propósito de l o s conferenciantes
de s u a v i z a r la aridez de l a s doctrinas con l a s g a l a s y
atractivos de la historia.
M a s c o m o a l g o he de deciros, y no e s esta o c a s i ó n
oportuna para dirigiros una proclama s i n o para hablar
a l g o a l a s inteligencias que lo necesiten, me voy a per-
8
JAIME VERA

muir h a c e r o s una indicación. La m i s m a que haría par-


ticularmente a l o s trabajadores no enterados y que e s -
tuvieran alrededor mío, si y o me encontrara, no aquí en
esta tribuna, s i n o entre v o s o t r o s , haciendo comentarios
s o b r e l a s conferencias en proyecto.
L o s que o s hablarán c o m o m a e s t r o s disertarán a m -
pliamente s o b r e la idea contenida en la indicación que
voy a h a c e r o s ; y v o s o t r o s m i s m o s la deduciréis, al fin
de l a s conferencias, c o m o consecuencia de interés.
L a indicación, e s , sencillamente, é s t a : aparte de s u
diversa significación personal, histórica y teórica, l o s
nombres de Owen, Fourier, S a i n t - S i m o n , L u i s B l a n c ,
Proudhon, L a s s a l l e y C a r l o s Marx pueden ser una serie
histórica, pero no s o n ni representan una serie ideal o
científica.
Aunque a l g u n o s compartieron el m i s m o tiempo, s u
acción fué s u c e s i v a en el tiempo. S u c e d i é n d o s e en el
tiempo, e s o s nombres s u c e s i v o s no representan una
continuidad científica ideal. N o representan un p r o c e s o
teórico o doctrinal que p a s a de uno en otro creciendo,
d e s a r r o l l á n d o s e , perfeccionándose, c o m o un s e r vi-
viente en s u s diferentes e d a d e s . N a d a de e s o . C a d a
autor no presupone la existencia del precedente, ni im-
plica la del que le ha de s e g u i r . P u d i é r a s e decir que
c a d a uno pudo existir independiente, o no existir, sin
que por e s o q u e d a s e rota cadena a l g u n a ; porque no
9
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

s e e s l a b o n a n , s i n o que sencillamente vienen u n o s d e s -


pués de o t r o s sin conexión doctrinal, no obstante tales
o cuales s e m e j a n z a s de contenido, explicables entera-
mente fuera de t o d a relación recíproca.
Importa mucho m á s todavía marcar una heteroge-
neidad esencial. Owen, Fourier, S a i n t - S i m o n , L u i s
B l á n c , Proudhon, aunque desemejantes, forman un g r u -
p o . C a r l o s Marx, y el m i s m o L a s s a l l e , aunque de je-
r a r q u í a s muy diferentes, corresponden a otro g r u p o . Y
la filiación del primer g r u p o y la del s e g u n d o , a d e m á s
de diferentes, s o n o p u e s t a s .
Owen, filántropo práctico; Fourier, filántropo teórico;
S a i n t - S i m o n , economista aristócrata; L u i s B l a n c , lite-
rato, historiador y político; Proudhon, ingenio embro-
llista y brillante p a r a d ó g i c o , c o r r o s i v o y terrorista de
la frase (¿Qué e s la p r o p i e d a d ? E s el robo), n o son
serie científica, pero s o n grupo, familia natural. Aunque
no s e a n h o m ó l o g o s , de m o d o que puedan superponer-
s e , coinciden en el procedimiento y en el propósito. L a
familia a que pertenecen e s numerosísima. A lo l a r g o de
la historia tienen s u s s i m i l a r e s , u n o s anteriores, o t r o s
m á s m o d e r n o s ; u n o s , p e r s o n a l i d a d e s relevantes c u y o s
nombres s e c o n s e r v a n ; otros, a n ó n i m o s u o l v i d a d o s .
Por otra parte, C a r l o s Marx, aunque singular o ex-
cepcional, no e s único. Tiene s u filiación histórica y
científica. Pertenece a la familia de investigadores, tan
lo
JAIME VEBA

antigua c o m o el mundo, y que no s e extinguirá. L a s -


s a l l e c o r r e s p o n d e m á s bien a esta filiación que a la an-
terior. S u arma teórica la tomó en l a s ideas de Marx. S u
acción política fué p e r s o n a l í s i m a . A r r a s t r a b a , encanta-
ba, f a s c i n a b a . S u trágica muerte no cortó esta deriva-
ción marxista que le sobrevivió algún tiempo.
Y ahora v o y a llamar vuestra atención s o b r e a l g o
que a primera vista puede parecer la c o s a m á s natural
del m u n d o .
Mientras s e han estudiado l o s m a l e s s o c i a l e s con
sentido práctico, l o s e m p e ñ o s m á s inteligentes y gene-
r o s o s de l o s hombres c o n s a g r a d o s a fin tan útil y tan
alto c o m o remediarlos, han f r a c a s a d o siempre. Resalta
el contraste, entre el ingenio m o s t r a d o en el a n á l i s i s de
la organización social y de s u movimiento de donde l o s
m a l e s s o c i a l e s derivan, el vigor certero de la crítica, con
la esterilidad del esfuerzo cuando llega el momento de
p a s a r del d i a g n ó s t i c o al tratamiento, y la misérrima in-
ventiva al imaginar l o s efectos del remedio y el m o d o
social resultante de s u aplicación.
¿ Y c ó m o explicar este f r a c a s o , constantemente repe-
tido? ¿ N o parecía natural garantía del acierto el sentido
práctico del esfuerzo y s u c o n s a g r a c i ó n al fin útil, apar-
t a n d o toda lucubración teórica que n o s d e s v i a s e del te-
rreno positivo en el que el problema s e planteaba?
P u e s precisamente esta e s la c a u s a del f r a c a s o eter-
U
LA VZBDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

n o . E l problema e s í á mal planteado. El propósito utili-


tario, por noble que s e a , imprime orientaciones f o r z a d a s
a la investigación y reduce s u c a m p o , porque s e d e s d e -
ña cuanto s e aleja del fin práctico, que es inmediato.
Al contrario; cuando el conocimiento de la fenome-
nología social s e ha b u s c a d o desinteresadamente, cien-
tíficamente, c o m o problema intelectual puro, con el
m i s m o desinterés y espíritu científico con que s e estu-
dian hoy l o s movimientos celestes, el conocimiento por
el conocimiento, la verdad por la verdad m i s m a , sin
p r e o c u p a r s e de l a s c o n s e c u e n c i a s ni de l a s actitudes
prácticas ulteriores, cuando a s í s e ha procedido, sin
detenerse por ninguna limitación extracientífica, al tér-
mino de la investigación la verdad social ha s i d o en-
contrada y el provecho ha sobrevenido por añadidura.
E n cierto punto del d e s a r r o l l o de la humanidad,
cuando ha empezado a p o s e e r s e , ha necesitado el c o -
nocimiento de s í misma e indagar y conocer, colocán-
d o s e la investigación humana frente al mundo social
en la m i s m a posición que respecto de la naturaleza. Na-
turaleza y s o c i e d a d resisten al hombre mecánicamente,
pero también c o m o misterio. Roto el misterio, domina-
d o el m e c a n i s m o . B u s c á b a m o s s ó l o la verdad; dentro
de ella ha encontrado siempre el hombre la pepita de
o r o de la utilidad.
Y a s í c o m o la verdad física n o s da un creciente poder
12
JAIMB VECA

d e transformación s o b r e l a s s u b s t a n c i a s y l a s energías
naturales, que mirando al porvenir parece ilimitado, la
verdad s o c i a l pone en n u e s t r a s m a n o s el m á x i m o poder
d e propulsión y de coordinación accesible a la actua-
ción deliberada.
C o n o c e r s e e s p o s e e r s e . S a b e d o r a de s í m i s m a la s o -
ciedad, s e r á dueña de s í m i s m a L a posibilidad de c o -
n o c e r s e e s la que da a la humanidad la posibilidad de
d o m i n a r s e dejando de s e r d o m i n a d a .
T o d a v í a m á s . Dentro de la verdad social ha encon-
trado el hombre lo que en v a n o b u s c ó dentro de s u r a -
zón y fuera de ella: la ley moral, el principio universal
de acción para la voluntad. T e s i s m á s alta que otra al-
g u n a y que y a s e tratará entre n o s o t r o s .
Resumiendo e s t a s c o n s i d e r a c i o n e s : con d o s s e n t i d o s
y con d o s p r o p ó s i t o s s e ha e s t u d i a d o el desenvolvi-
miento s o c i a l .
Primero. C o n sentido práctico y con p r o p ó s i t o hu-
manitario.
S e g u n d o . C o n espíritu científico y con propósito
neutral de conocer, resulte humanitario o inhumano el
conocimiento.
A la indagación analítica de la realidad social empí-
rica o sistemática y metódica, fecunda conforme a l a s
circunstancias, d e b e m o s : la verdad general, e s t o e s , la
doctrina científica del desenvolvimiento humano; y la
13
LA VBRDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

verdad concreía o particular, e s t o e s , el conocimiento


de la necesidad s o c i a l presente que implica el p a s o de
la s o c i e d a d humana de dominación a solidaridad, de
g a n a d o humano a comunidad dueña de s í . E n este c o -
nocimiento va implícita la norma intelectual de nuestra
conducta, y la clara noción de l o s límites del poder coor-
dinador de nuestra acción s o b r e el movimiento s o c i a l .
En cambio, l o s esfuerzos de inteligencias p o d e r o s a s
y a l m a s henchidas de a m o r a la humanidad, directa-
mente e n c a m i n a d o s a remediar l o s m a l e s s o c i a l e s por
a c c i o n e s directas de nuestra voluntad, a modelar por
nuestra acción voluntaria un s i s t e m a s o c i a l m á s perfec-
to, nunca dieron e n g e n d r o s v i a b l e s .
H a y m u c h o s c a m i n o s por donde la inteligencia del
hombre, b u s c a n d o remedio para l o s m a l e s que el movi-
miento s o c i a l engendra, no lo encuentra j a m á s .
H a y un camino en el cual s e b u s c a n a d a m á s que la
v e r d a d . La verdad s e encuentra, y en ella la revelación
de l o s procedimientos naturales por l o s que la s o c i e d a d
humana elimina l o s m a l e s de origen, que, bajo f o r m a s
n u e v a s , parecen nuevos m a l e s e n g e n d r a d o s por la pro-
g r e s i ó n s o c i a l , y el conocimiento de nuestra actuación
posible.
Recordad ahora la diferencia y h a s t a la o p o s i c i ó n
entre la filiación histórica y científica de Owen, Fourier
S a i n t - S i m o n , L u i s B l a n c y Proudhon, por una parte, y
14
JAIME VEBft

la de C a r l o s Marx y L a s s a l l e (dependencia marxista),


por otra.
L o s primeros, c u y a s excelencias p e r s o n a l e s quedan
a s a l v o por el sentido práctico de s u s esfuerzos, por el
fin utilitario—aunque altamente h u m a n o — p e r s e g u i d o ,
descuellan c o m o celebridades entre aquellos h o m b r e s
que b u s c a r o n y b u s c a r á n crear una s o c i e d a d nueva,
a s e g u r a d a contra el mal s o c i a l , mediante un artificio
accesible a la voluntad h u m a n a . T o d o s clamaron con
elocuencia g e n e r o s a por la fraternidad humana y la ar-
monía s o c i a l , o cerraron incisivos o a i r a d o s contra l o s
e g o í s m o s h u m a n o s . A l g u n o s de ellos s o n l o s héroes
típicos del S o c i a l i s m o utópico.
¡Cuan impotente s e muestra el hombre, aun el m á s
genial, cuando trata de s a c a r de s u cabeza un mundo
social nuevo y el medio de l o g r a r l o ! ¿Quién triunfaría
en el propósito de imaginar un hombre perfeccionado
y distinto del que han l a b r a d o l a s fuerzas naturales en
s i g l o s incontables? ¿Quién podría imaginar un orden
universal diferente y superior al que n o s envuelve?
Y, no obstante e s t o , ¡cuántos h o m b r e s tuvieron aquel
ensueño! ¡Cuántos tuvieron la visión (y la tendrán), de
un S o c i a l i s m o o C o m u n i s m o que libertara a la huma-
nidad de l a s d o l o r o s a s c o n s e c u e n c i a s que siempre dio
h a s t a aquí la propiedad privada! ¿ C ó m o suprimir o
neutralizar el e g o í s m o h u m a n o ?
16
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

S o ñ ó Platón hace veinticuatro s i g l o s . Con puros s i g -


n o s de c a m b i o , Law intentó resolver el problema del
incremento y de la distribución de l a s riquezas, c o m o
s i el crédito fuera un valor potencial ilimitado. S o ñ a r o n
C a m p a n e l l a y M o r o . P e n s a r o n l o s fisiócratas haber
hallado el s i s t e m a económico natural de l a s s o c i e d a d e s
con el impuesto único s o b r e la renta de la fierra. S o -
ñaron Morelly y Mably; y ¡cuántos s o ñ a r o n y s o ñ a r o n !
C a y o O r a c o Babeuf, p a s a n d o de la idea comunista a
la acción, entrega la cabeza. Y ahora mismo, ¿ n o s e
hace intensa y c o s t o s a p r o p a g a n d a del heroico e s p e -
cífico de Enrique G e o r g e , hombre con el corazón colo-
c a d o m á s alto que la c a b e z a , que, remozando i d e a s de
Quesnay y s u s d i s c í p u l o s , promete a l o s que sufren un
mundo de armonía y bienestar por medio de simplicí-
s i m o artificio, del impuesto s o b r e el valor del suelo?
La idea comunista parece encarnada en lo íntimo de
la naturaleza humana, c o m o reminiscencia de f o r m a s
s o c i a l e s primitivas, y r e s u r g e siempre en el c u r s o de la
historia, en el pensamiento y en l o s h e c h o s . También
parece natural, aunque s e a v i c i o s a , la tendencia a s a l -
tar, s e a c o m o quiera, de lo que es a lo que en la idea
de c a d a u n o debe ser.
L o s que o s hablarán c o m o m a e s t r o s , o s mostrarán
que s ó l o h a y un m o d o de bien pensar, y que l o s m o d o s
de errar s o n infinitos. De aquí la diversidad y, m u c h a s
16
JAIME VERA

veces, la originalidad de l o s u t o p i s t a s . E s propio de


c a d a m o d o particular de errar, formar escuela. L a s
i d e a s científicas, aunque s e c o n s e r v e el nombre de
quienes l a s enunciaron, no forman e s c u e l a ; p a s a n al
acervo común c o m o i d e a s u n i v e r s a l e s .
L a filiación de Marx e s esta evolución científica uni-
versal de t o d o s l o s tiempos y de t o d o s l o s p a í s e s . S u s
p r e d e c e s o r e s s o n c u a n t o s o c a s i o n a l m e n t e o d e conti-
nuo, con m á s o m e n o s fortuna, s e c o n s a g r a r o n a l a
o b s e r v a c i ó n , al a n á l i s i s , al conocimiento de la realidad
social, prolongación del m u n d o físico, envoltura de la
que el hombre no puede s a l i r s e , c o m o no puede s a l i r s e
de s u piel ni de la envoltura física o mundo natural.
L o s h o m b r e s s e cobijaron, antes de tener arquitectos;
hablaron con elocuencia, antes de e n s e ñ a r s e la Retó-
rica. Y a s í c o m o digirieron perfectamente sin conocer
la fisiología de la digestión, a s i m i s m o p e n s a r o n , y pen-
s a r o n bien, sin s a b e r lo que era L ó g i c a . Del m i s m o
m o d o , s e gobernaron y s e administraron e hicieron im-
perios y civilizaciones antes de que existiese la E c o n o -
mía política y la S o c i o l o g í a .
¿Qué de conocimientos e c o n ó m i c o s n o p o s e y e r o n
l o s j u d í o s , en lo antiguo y en lo moderno, l o s primeros
e c o n o m i s t a s del m u n d o ? El estudio de l a s relaciones
e c o n ó m i c a s n o tuvo nombre h a s t a Saint-Crestien de
Waíeville, que creó la expresión Economía política, en
17
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

1615. El c o m u n i s m o moderno s e llamó Socialismo


d e s d e Pedro Leroux (1852), y Owen (1835). Dio nombre
a la Sociología A u g u s t o Comte.
L a s c o s a s , viejas c o m o l o s hombres: l o s nombres,
puntos m e n o s que c o n t e m p o r á n e o s . Y e s que por l a s
conexiones de la evolución s o c i a l con la evolución
ideal, la sistematización de l o s conocimientos relativos
a la economía s o c i a l habría de s e r cronológicamente
la última construcción científica.
¡Con qué afición, con qué e n t u s i a s m o g e n e r o s o s e e s -
tudiaban l a s relaciones e c o n ó m i c a s en l o s s i g l o s xvn y
xvm, b u s c a n d o la verdad con el m i s m o espíritu que en
l a s C i e n c i a s naturales, para hacer d e s p u é s ¡ a s aplica-
c i o n e s a que s e prestan l o s conocimientos útiles, en con-
t r a p o s i c i ó n a l a s d i v a g a c i o n e s t e o l ó g i c a s o metafísicas!
N o v i é n d o s e d e s d e luego el enlace entre l o s hechos
e c o n ó m i c o s y l a s f o r m a s políticas, no s ó l o l o s hom-
bres d e estudio, l o s hombres de n e g o c i o s , l o s hacen-
d i s t a s profesionales, s i n o también a r i s t ó c r a t a s y hom-
b r e s de mundo investigaban, disertaban s o b r e t e m a s
de E c o n o m í a política. P a r e c e que Luis XV corrigió
p r u e b a s de imprenta de escritos de Quesnay, médico de
la P o m p a d o u r . ¡Tan ajena estaba la opinión, en g r a n d e s
y en p e q u e ñ o s , a la s o s p e c h a de la fuerza explosiva de
l a s v e r d a d e s e c o n ó m i c a s ! T o d o s e analizaba, todo s e
discutía, ninguna opinión nacida de la investigación s e
18
JAIME VEDA

tachaba de heterodoxa. C o m o l a s ventajas del fomento


del comercio, de la agricultura y de la industria eran
visibles y l o s o b s t á c u l o s no m e n o s p a l p a b l e s , bien
pronto el grifo universal de: « ¡ A b a j o l a s restricciones,
a b a j o l a s t r a b a s , a b a j o l o s m o n o p o l i o s ! » , fué universal.
L a t e s i s fundamental del informe de Jovellanos s o b r e la
ley A g r a r i a , e s esta: «¿Qué e s necesario para fomentar
la agricultura? Destruir l o s o b s t á c u l o s . El interés de
l o s propietarios hará lo d e m á s » .
T o d o prepara el triunfo de la libertad de l o s c a m b i o s .
De la libre concurrencia deriva rápido el c a p i t a l i s m o ,
con s u s g r a n d e z a s y s u s m i s e r i a s , con s u s e s p l e n d o r e s
y hediondeces, con la libertad en la superficie, con la
tiranía m á s cruel, d e v a s t a d o r a y corruptora del género
humano, en el fondo.
Y ¿ q u é hizo la E c o n o m í a c l á s i c a , construcción cien-
tífica muy adelantada en comparación con s u s primeros
e s b o z o s , cuando advirtió que la relación elemental del
s i s t e m a económico j u z g a d o natural y definitivo, era el
d e s p o j o del productor inmediato y s u s r e s u l t a d o s de
conjunto, la prolongación y a g r a v a c i ó n de l o s v i c i o s
radicales y de l o s m a l e s inveterados de l a s civilizacio-
nes anteriores? P u e s lo que hizo la ciencia económico
universitaria, a c a d é m i c a , oficial, la libre de e x a g e r a -
ciones, c u a n d o hubo de e s c a l d a r s e con la verdad, que
en s u inocencia infantil j u z g a r a inofensiva, fué p a r a r s e
ís
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

en firme; y, en vez de continuar s u dirección científica


primitiva hacia la verdad, comenzó a dar vueltas alre-
dedor de s í m i s m a , c o m o animal de noria que anda y
anda, pero no p r o g r e s a .
V a n o empeño detener el movimiento de l a s ideas
cuando l o s hechos s e precipitaban con velocidad cre-
ciente j a m á s conocida; cuando la propulsión irresistible
d e la libre concurrencia desenvolvía furiosamente el c a -
pitalismo y empezaba ya s u acción reactiva s o b r e la
muchedumbre t r a b a j a d o r a .
E l m o d o social anterior había tenido s u s investiga-
d o r e s que procuraron describir la realidad social tal
c o m o s e la m o s t r a b a el a n á l i s i s científico, tan penetrante
c o m o pudieron hacerlo. El g i g a n t e s c o automatismo ca-
pitalista necesitaba un investigador de proporcionada
grandeza. E n la historia del pensamiento humano, Marx
e s el continuador de la ciencia económica desinteresada
de todo otro fin que no s e a la verdad por la verdad. La
ciencia no e s proletaria ni b u r g u e s a . E s profundamente
revolucionaria, porque e s c r e a d o r a . T r a n s f o r m a , revo-
luciona la realidad social, cualquiera que s e a , porque
crea n u e v a s condiciones de existencia que la s o c i e d a d
con la libertad de movimientos d e q u e d i s p o n g a , s e e s -
fuerza por aprovechar.
Marx tomó la construcción científica y la construc-
ción s o c i a l donde estaba y restableció s u p a r a l e l i s m o .
20
JAIME VERA

N o d e g r a d ó a la ciencia haciéndola instrumento defen-


s i v o u ofensivo de un e s t a d o s o c i a l determinado. F u é ,
en Marx, la ciencia social lo que la ciencia e s , ha s i d o
y s e r á : la percepción, tan penetrante c o m o s e a d a b l e ,
de la realidad s o c i a l , c ó m o e s , c ó m o s e mueve, c ó m o
s e transforma y hasta dónde s e alcanza, la previsión
de l o s términos n e c e s a r i o s de s u d e s a r r o l l o .
La inteligencia h u m a n a , en s u labor científica, e s crí-
tica y constructiva. A s í , Marx empezó por la revisión
de la economía c l á s i c a , analizando de nuevo l a s cate-
g o r í a s e c o n ó m i c a s fundamentales, primarias, sin cuyo
conocimiento s ó l o e s perceptible la realidad económica
en s u s g r u e s a s manifestaciones, sin descifrarlas j a m á s .
E l poder de abstracción de Marx, trabajando en el
a n á l i s i s del valor s o b r e la obra de s u s p r e d e c e s o r e s ,
dióle el triunfo, porque lo interno, lo invisible en l a s
relaciones e c o n ó m i c a s , e s relación de valor. Bien d e -
finido lo que hay dentro del concepto de valor, s e tiene
la clave de l o s fenómenos económicos. T o d o lo d e m á s
e s externo, m á s fácilmente accesible; p u d i é r a m o s decir
que e s la economía política descriptiva, en tanto que l a s
relaciones elementales forman la textura m i c r o s c ó p i c a ,
s ó l o visible para la a b s t r a c i ó n , medio de a n á l i s i s , mi-
c r o s c o p i o , pudiéramos decir, para la trama de l a s re-
laciones e c o n ó m i c a s .
Marx, p u e s , hizo crítica y construyó ciencia. S u doc-
21
VEHDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

trina del valor e s ciencia definitiva, aunque s e a ampli-


ficable en a l g u n a s direcciones de s u realidad. Y el que
había s a b i d o sorprender el misterio del concepto de
valor, de cuya indefinición o definición imperfecta s e
resentía toda la ciencia económica, ¿ c ó m o no había de
advertir todo lo d e m á s del m o d o económico visible y
tangible que le envolvía?
L o s e c o n o m i s t a s del s i g l o xvm percibieron la tenden-
cia p r o g r e s i v a del movimiento económico. E r r a r o n al
creer que, destruidos l o s o b s t á c u l o s , el movimiento
a b o c a b a ipso facto al m o d o económico natural y defi-
nitivo. T . Godwin no c a y ó en e s t e error. E n el s i g l o s i -
guiente ¿ c ó m o l o s o b s e r v a d o r e s y c ó m o un Marx ha-
bían de desconocer que e s e m o d o económico era una
f a s e nada m á s del desenvolvimiento h u m a n o ? Marx,
como, ninguno, comprendió y describió la realidad eco-
nómica contemporánea, no s ó l o en s u s movimientos
de conjunto, s i n o en l o s íntimos, moleculares, que en-
gendran y explican l o s visibles para t o d o s y la manera
c ó m o un automatismo que contiene dentro de s í s i s t e -
m a s de fuerzas a n t a g ó n i c o s , s e transforma a s í m i s m o ,
desecha de s í lo que estorba a s u desarrollo y eleva
cuanto le favorece a l a s condiciones a p r o p i a d a s a for-
m a s funcionales a r m ó n i c a s .
E l genio de Marx fructificó por el método; porque
b u s c ó la verdad con espíritu científico en a q u e l l o s te-
22
JAIME VBHA

rriíorios al parecer m á s a p a r t a d o s de todo aprovecha-


miento práctico; elaborando ciencia por medio de la
a b s t r a c i ó n . P o r q u e c o m o operaba por la abstración
sobre realidades, sorprendió la verdad donde la o b s e r -
vación de lo puramente externo no ve nada. ¿ N o hubie-
ra resultado estéril todo s u genio si s e diera a la inven-
ción de un mundo nuevo y de un e s c a m o t e o , giro, arti-
ficio o procedimiento para transformar en él este viejo,
imperfecto y averiado mundo en que v i v i m o s ? C a r l o s
Marx e s de otra c e p a , de otra filiación, d e otra c a s t a .
Al entrar en el c a m p o donde s e hace ciencia, deja fuera
s u inmenso amor al pueblo, s u espíritu revolucionario
y toda tendencia utilitaria inmediata. N o v a a s a l v a r a
la humanidad prácticamente, inmediatamente, c o m o un
Owen o un Fourier, o a suprimir la c u e s t a arriba de la
historia con un g o l p e revolucionario c o m o un B l a n q u i ,
en quien el espíritu revolucionario c o n t r a p e s a b a al e c o -
nomista y al hombre de ciencia. Marx revisó la evolu-
ción ideal d e s d e el principio; revisó l a s afirmaciones
científicas y l u e g o , operando s o b r e la realidad viva, en
el p a í s m á s adelantado económicamente en s u tiempo,
en Inglaterra, b u s c ó y encontró la verdad s o c i a l de
nuestro tiempo. Le interesan m á s Aristóteles, el viejo
B a r b ó n del s i g l o XVII, Adán S m i t h , David Ricardo, S i s -
m o n d i . . . que Fourier, L u i s B l a n c y l o s de esta filia-
ción. S e ocupa de Proudhon para oponer al libro de
23
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

éste Filosofía de la Miseria, la Miseria de la Filosofía,


porque el error con pretensiones de verdad superior s u -
blevaba a Marx.
P o s e í d o del sentido de la evolución que en s u tiempo
lo dominaba todo: de igual m o d o l o s hechos, que el
c a m p o filosófico con Hegel, que el campo de l a s ciencias
naturales con Darwin y Wallace, había de encontrarlo
en la realidad económica. Marx fué un evolucionista
científico. A c a s o , primero un hegeliano; d e s p u é s , por
la derrota definitiva del llamado método filosófico y el
triunfo definitivo de la inducción y del cálculo, fué Marx
un hegeliano al revés, un evolucionista científico, c o m o
decimos; él s e complacía en l l a m a r s e materialista, y a
la construcción científica, materialismo e c o n ó m i c o .
Ciertamente en cuanto a realidad; pero no hay idea-
l i s m o m á s alto para el hombre que el evolucionismo
científico, c o m o no s e a un idealismo a b s u r d o .
Marx s e n o s presenta, pues, en la historia, ante todo,
c o m o un inmenso colaborador de la ciencia. La ciencia
no empieza en él ni termina en él. N o hay cabeza hu-
mana, por g r a n d e que s e a , donde toda la verdad s o c i a l
quepa; porque la verdad social e s la proyección de todo
el desenvolvimiento social s o b r e la mente h u m a n a . La
verdad total s e construye con la superposición de t o d a s
l a s proyecciones individuales de valor científico, u n a s
m á s e x t e n s a s , o t r a s m á s penetrantes, pero t o d a s coin-
24
JAIME VERA

cideníes en s u zona central. El contingente aportado


por Marx a la verdad total, e s t o e s , la proyección de la
realidad social s o b r e la mente de Marx, c o m o penetra-
ción y c o m o amplitud en un momento d a d o , pudiera de-
cirse que ocupa todo el c a m p o de l o s conocimientos
económicos.
P e r o ya h e m o s dicho que b u s c á n d o s e s ó l o la verdad,
la utilidad había sobrevenido c o m o añadidura. L a ver-
d a d , obligatoria para la inteligencia, resultó el conti-
nente de la norma de conducta obligatoria moralmente
para la voluntad.
La ciencia s o c i a l dice a quien quiera oiría: he ahí el
evolucionismo s o c i a l ; ved c ó m o el automatismo e c o n ó -
mico s e transforma a s í m i s m o formando parte de este
a u t o m a t i s m o l a s acciones y reacciones a u t o m á t i c a s del
elemento humano. E s t e evolucionismo e s inaccesible
inmediatamente a nuestra voluntad; pero resulta de
nuestra actividad que voluntariamente, dentro de cier-
t o s límites, p o d e m o s orientar: s e a en el sentido de fa-
vorecer el desenvolvimiento humano, bien en el sentido
de contrariarlo. L a ciencia dice m á s . Dice que el d e s -
envolvimiento s o c i a l conduce al bien social. Y e s t o lo
dice con la máxima evidencia científica. A s í , p u e s , quien
contraría el desenvolvimiento humano sacrifica el in-
terés general a intereses particulares h i s t ó r i c o s .
P i e n s e c o m o quiera c a d a c u a l . P r o c e d a c a d a cual
25
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

c o m o le convenga. Niegue quien quiera la verdad social


y c r é e s e a s u g u s t o una norma de conducta, N o s e r á n
m e n o s ciertas d o s c o s a s : primera, que hay una verdad
s o c i a l que e s obligafario i n d a g a r y conocer, y que, c o -
nocida; m a r c a a la voluntad concretamente la orienta-
ción moral; s e g u n d a , que t o d a s l a s fuerzas activas de
construcción s o c i a l , de perfeccionamiento s o c i a l , aun
l a s que aparecen c o m o m á s a d v e r s a s , el capital en s u s
movimientos, por ejemplo, s o n acciones p r o p u l s o r a s
naturales, incoercibles, de la evolución progresiva.
Marx completó s u obra de c o l o s o en la colaboración
científica con una colaboración proporcionada en el
movimiento social. C o m o hombre de ciencia, contribuyó
a formar la conciencia s o c i a l . C o m o hombre de senti-
miento y de acción, s e s u m ó a l a s fuerzas de transfor-
mación s o c i a l para hacerlas conscientes del fin s o c i a l ,
de s u reacción automática contra el capitalismo y para
a c o m o d a r l a s directamente con s u p o d e r o s a acción per-
s o n a l a e s t e fin. A c o m o d ó s u voluntad a s u pensamien-
to; y la conmoción que s u v i g o r o s o empuje imprimió
a la evolución ideal y a la evolución de la realidad de s u
tiempo fué tan intensa, que s u s vibraciones perduran en
l a s ideas y en l o s h e c h o s .
N o caben í d o l o s entre n o s o t r o s . De la enseñanza de
Marx lo primero que s e s a c a e s que no d e b e m o s s e r
m a r x i s t a s . P o r q u e la producción científica e s produc-
86
JAIME VERA

ci<5n social. L a doctrina científica no e s obra de un hom-


bre ni de un tiempo. S e elabora en una evolución ideal
paralela a la evolución s o c i a l , y s ó l o tendrá fin cuando,
a g o t a d o el impulso evolutivo natural en el cerebro del
hombre, la evolución social termine.
Y s i la verdad j a m á s s e desmiente a s í m i s m a , no
permanece estacionaria, s e simplifica, crece, ofrece
n u e v o s a s p e c t o s a la inteligencia del hombre por un
trabajo constante de elaboración interior, t o d a s l a s in-
teligencias, l a s eminentes c o m o l a s de talla común,
pueden contribuir a la obra de la construcción científica;
y quien quiera que a ñ a d a la o b s e r v a c i ó n de un hecho
nuevo, quien s o r p r e n d a una relación nueva entre l o s
h e c h o s , quien quiera q u e analice y que medite, puede
contribuir a e n s a n c h a r el cimiento inductivo s o b r e el
cual s e levantan l a s doctrinas que tienen derecho al
asentimiento de la inteligencia humana; no, claro e s t á ,
por coacción externa, s i n o por la fuerza irresistible del
convencimiento interior.
Mi d e s e o de complaceros, mi propósito de indicaros
la diferente filiación de Owen, Fourier, S a i n t - S i m o n ,
L u i s Blanc, Proudhon, de un l a d o , y C a r l o s Marx,
de otro, del cual la saliente personalidad de L a s s a l l e
e s una derivación política, me ha llevado m á s allá de
l o s límites a que y o hubiera querido reducirme; no he
s a b i d o vencer el poder de a s o c i a c i ó n de l a s i d e a s .
27
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

E r a imposible que al establecer aquella diferencia y


oposición de l a s d o s filiaciones de aquellas g r a n d e s fi-
g u r a s de la historia del S o c i a l i s m o que b u s c a r o n la
verdad por c a m i n o s diferentes; no fuera conducido por
la necesidad lógica a l a s naturales c o n s e c u e n c i a s , q u e ,
en resumen, s o n :
1. a L o s c a m i n o s de errar s o n infinitos. E l camino
de la v e r d a d , el método, el bien pensar e s s ó l o u n o .
2 . a G r a n d e e s el valor de la verdad; pero vale m á s
el conocimiento del método que a ella c o n d u c e . P o r el
método p o d e m o s encontrarla n o s o t r o s m i s m o s . Por el
método s e amplifica, s e legitima y s e comprueba. P o r el
método s e establece la concordia entre l a s inteligencias
que, s i g u i e n d o el mismo camino, han de llegar al mismo
punto.
5 . a L a verdad e s contraria al régimen económico a c -
tual y está con v o s o t r o s . P o s e í d a la verdad, lo^ d e m á s
vendrá por a ñ a d i d u r a .
Ahora o s voy a decir lo que de ninguna manera pue-
de s a c a r s e de lo que o s he dicho. Entendería al revés,
tomaría el r á b a n o por l a s h o j a s ; como vulgarmente s e
dice, quien dedujese de lo precedente que mi c o n s e j o y mi
propósito s o n convertiros a v o s o t r o s , trabajadores, en
u n o s muchachos j u i c i o s o s y c o n s a g r a d o s al estudio, en
e s p e r a de que la cultura del proletariado aporte c o m o don
llovido del cielo vuestra redención. T o d o lo contrario.
28
JAIME VERA

Yo me atrevo, entre v o s o t r o s , a proferir lo que pare-


cerá una blasfemia dicho d e s d e esta cátedra. La civili-
zación y la transformación s o c i a l , que e s s u continui-
dad, no s e engendra por la cultura. ¡Cultura! ¡Cultura!
E s e e s el clamor general, y y o o s d i g o : La transfor-
mación social no s e engendra directamente por !a cul-
tura. Se engendra por la aplicación de la cultura. Y la
aplicación de la cultura e s acción, acción inteligente,
pero a c c i ó n . Y e s a acción e s , t r a b a j a d o r e s , vuestra
función específica y el objeto de n u e s t r o s afane3.
¿Qué importa la cultura que s e tiene y no s e a p l i c a ?
En E s p a ñ a abundan l o s hombres inteligentes; no e s -
c a s e a n l o s hombres cultos y c u ' í í s i m o s , y cultura de
mejor o peor ley han tenido y tienen m u c h o s de n u e s -
t r o s políticos y g o b e r n a n t e s . P e r o , ¿ q u é aprovecha al
pueblo, a la muchedumbre que trabaja y sufre, toda la
sabiduría de l o s intelectuales, de l a s políticos y d é l o s
g o b e r n a n t e s , si les v e m o s transigir cobardemente con
l o s errores comunes m á s d e s a c r e d i t a d o s , con poderes
que toda inteligencia noble debe rechazar y no aplicar
j a m á s una molécula de e s a sabiduría en pro de la por-
ción de humanidad que e s la patria, y de l o s intereses
universales de la h u m a n i d a d ? ¿Qué importa que l a s
frentes toquen el porvenir, s i l o s c o r a z o n e s , l o s e s t ó -
m a g o s y l a s m a n o s están dentro del presente misera-
ble, e s c l a v o de un p a s a d o muerto?
29
LA VERDAD SOCIAL Y LA ACCIÓN

El hombre no e s s ó l o inteligencia. E s s e n s a c i ó n e
impulso. La inteligencia c o n v i é r t e l o s i m p u l s o s natura-
les en p r o p ó s i t o s racionales y guía la acción para h a -
cerlos triunfar.
O s he dicho que la verdad está con v o s o t r o s . Y
como la verdad tiene por equivalente externo la rea-
lidad, y o o s dije que la realidad está con v o s o t r o s ,
que el desenvolvimiento social que la marcha na-
tural efe las cosas o s e s favorab'e. Pero vuestra mi
s i ó n y vuestro deber no s e \l< itan al papel de especta-
d o r e s y de p e r s o n a paciente. Debemos conocer la mar-
cha natural de l a s c o s a s para propulsarla con la acción.
L a verdad, expresión mental d é l a realidad, fué a d -
v e r s a a l o s e s c l a v o s y a l o s s i e r v o s , a toda vuestra a s -
cendencia histórica. Hoy, la verdad e s la punta de dia-
mante de la fuerza obrera. Por el'a penetrará hasta l a s
entrañas del o r g a n i s m o capitalista para transformar-
l a s , p a s a n d o , invulnerable, entre fusiles y c a ñ o n e s .
P o r ella (y l o s hechos y a lo demuestran), el proletaria-
d o g a n a r á l a s g r a n d e s b a t a l l a s incruentas que en n u e s -
tra edad van a decidir del porvenir del mundo. L a fuerza
n o e s siempre violencia material; sirve p a r a evitarla.
Triunfaréis por la unión, por la a s o c i a c i ó n siem-
pre creciente, por la organización, por la disciplina.
E s menester que el espíritu de asociación cunda por la
c l a s e trabajadora e s p a ñ o l a c o m o un benéfico contagio.
30
JAIME VERA

Mi c o n s e j o de viejo a m i g o e s la acción inteligente,


pero siempre y en t o d o s l o s momentos la acción. In-
cumbe a vuestra acción acelerar el advenimiento, y a
próximo, del régimen propicio a l a s s a t i s f a c c i o n e s del
espíritu: al cumplimiento de la ley moral.
Y aquí he concluido. M a e s t r o s van a h a b l a r o s . E l l o s
van a p r e s e n t a r o s el e s c e n a r i o de la historia; y en él
veréis revividas m o v e r s e figuras c a d a una de l a s c u a l e s
contiene un mundo de e n s e ñ a n z a s .
M i s p a l a b r a s no tienen m á s valor que una sencilla
advertencia pre'itninar.
Mejor hubiera querido h a b l a r o s . A s í hubiera p o d i d o
apreciar por mí m i s m o el momento en que empezaba a
m o l e s t a r o s p a r a no s e g u i r a b u s a n d o de v u e s t r a bene-
volencia c o n m i g o .
Pero y o e s t o y s e g u r o de q u e t o d o me lo p e r d o n a r é i s ,
porque o s he m o l e s t a d o s ó l o por el g u s t o de compla-
ceros.
ESCUELA NUEVA
Los ladrazo, 14 y Casa del Pueblo.-Madrid
Fundada en 1010 por un grupo de profesores, Hteraios y uni-
versitarios», la E s c u e l a Ñ u t í a , no ha deiado ni un momento d e
r e s p o n d e r á l a s d o s ¡ d e a s principales que movieron a Sos inicia-
dores. F u é la primera, la d e dotar al Partido S o c i a l i s t a d e un
centro de estudios, teóricos y p r á c t i c o s , en donde s e e l a b o r a s e n
soluciones para los problemas nacionales, dentro d e ¡ a s normas
d« la internacional obrera, y en donde s e e d u c a s e a las genera-
ciones jóvenes para que adquiriesen mayor conocimiento de i o s
principios s o c i a l i s t a s y clara percepción de que e s e! gran deber
revolucionario, la competencia profesional, Sa aptitud en c a d a
oficio. F u é la segunda, la de llamar a colaboración en la obra d e
enseñanza y de acercamiento de una s o c i e d a d más (usía, a aque-
llos elementos intelectuales, que en su labor científica, literaria,
artística, s e hubieran impregnado de generosidad humana, y s e
bailaran dispuestos a t r a b a j a r en ayuda d e loa m á s humildes.

Son profesares de la Escuela Nueva los que hallándose confoC"


mes con los principios de ta E s c u e l a , abonen l a s u a t a mínima
mensual d e t p e s e t a .
Son Amigos de la Escuela Nueva los que considerando titi! la
labor de la Escuela, contribuyan a su sostenimiento c o a una
cuota d e s i g n a d a por ellos mismos,

' P U B L I C A C I O N E S

L o s o r í g e n e s del S o c i a l i s m o moderno, por Fer-


nando de los Ríos. —Saint-Simón, por Adolfo
A . B u y l l a . — R o b e r t o O w e n , por R a m ó n J a é n . —
P r o u d h o n , por L e o p o l d o A l a s . — L u i s B l a n c y s u
t i e m p o , p o r Julián B e s í e i r o ; a 0 , 1 5 p e s e t a s c a d a
u n a . — M a r x , por F r a n c i s c o B e r n i a , 0 , 3 0 p e s e t a s .
G'25

También podría gustarte