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INTRODUCCION

El Derecho Romano, es una materia fundamental para la formación del jurista moderno,
ya que trae las sabias enseñanzas del Derecho de la Roma clásica; es el Derecho que
fundamenta la legislación civil de gran parte de Europa y todo América Latina. Este
Derecho, aunque ya no se encuentra vigente, se sigue invocando en los juzgados, sobre
todo cuando el Derecho Positivo tiene lagunas y cuando se requiere reforzar el articulado
del Código Civil con las doctrinas de Ulpiano, Paulo, Modestino y demás jurisconsultos.
Los romanos elaboraron su derecho con gran sencillez, resolviendo los problemas que se
les presentaban, con la mayor simplicidad, no generalizaron ni intentaron formular
teorías generales o hipótesis, huían a las definiciones, aunque en algunos casos las hayan
hecho.
Por su duración y extensión, el Derecho Romano recoge y refleja en su evolución grandes
y profundas crisis que han cambiado el curso de la historia antigua, el Derecho Romano
es la conciencia del Derecho.
El estudio del Derecho Romano es importante por ser antecedente de nuestro Derecho
Civil. Su estudio acostumbra a la mente a ir adquiriendo un sentido jurídico que nos
ayudará a resolver los problemas que posteriormente se nos presenten en la vida
profesional. El Derecho Romano estructura a todo el Derecho Civil hispano-americano y a
gran parte del europeo. A pesar de los siglos transcurridos desde el apogeo del gran
imperio romano, hasta hoy en día la influencia de este en muchos aspectos culturales,
religiosos, académicos etc. siguen vigentes en la actualidad. En cuanto al derecho se
refiere roma fue la cuna de muchas ramas, una de ellas el derecho civil.
Esta influencia ha estado vigente desde hace muchos siglos hasta ahora. Con esto se
comprueba una vez más que roma es el origen de la gran mayoría del derecho que existe
y se ha desarrollado hasta llegar al actual derecho vigente.
En estos tiempos tuvieron lugar dos figuras jurídicas que a lo largo de este trabajo
trataremos de entender estudiando desde su etimología hasta sus orígenes, desarrollo y
su influencia en la actualidad. Estas dos figuras jurídicas a las que nos referimos son la
enfiteusis y el derecho de superficie, las cuales a pesar del tiempo transcurrido desde su
creación no han cambiado de una manera total su estructura, sino que todavía guardan
las características para las cuales fueron creadas en roma que son regular los derechos
reales.
Para el autor Rafael de Pina Vara la enfiteusis es el derecho real o contrato por virtud del
cual el propietario de una bien inmueble cede a otro, a perpetuidad o por largo tiempo,
el goce de la misma, con la obligación del concesionario llamado enfiteuta de cuidarla,
mejorarla y pagar en reconocimiento del dominio una pensión o un canon anual. Este
mismo autor más adelante en su obra establece que esta institución no tiene regulación
legal en el derecho mexicano vigente.
Pero hasta donde lo que el mismo autor, Rafael de Pina Vara establece es cierto si nos
quedáramos con esta sencilla definición no sería necesaria esta tesis que sustentamos y
que a través de ella veremos si la suposición que hace este autor es cierta o no o talvez
en parte verificaremos esta figura jurídica desde sus orígenes su desarrollo y lo que es en
realidad actualmente tanto en el ámbito internacional, así como en el ámbito nacional a
nivel federal y a nivel Estado de Puebla. Esto con el fin de comprobar que el derecho
romano está vigente en nuestras actuales legislaciones o no y de ser así buscar una
respuesta acerca del por qué desaparecieron estas instituciones o el por qué nuestras
leyes no las contemplan ya que como podremos darnos cuenta este tipo de contratos
todavía se llevan a cabo.
Por otra parte, el derecho de superficie lo entendemos como parte de uno de los
derechos reales pretorios que permite gozar a perpetuidad o a largo plazo una
construcción hecha sobre el terreno de otro, a cargo de pagar una retribución al
propietario. Aquí los intérpretes ven una propiedad distinta de la del suelo, por tanto, es
una derogación al principio superficies solo cedit (la construcción accede al suelo)
Aunque algunos autores suelen considerarla como una servidumbre de una naturaleza
particular que paraliza la aplicación, no debemos olvidar que si se tratara de una
servidumbre entonces sería una servidumbre no hubiese habido necesidad de crear la
figura de derecho de superficie si no que hubiera quedado como una servidumbre al
igual que la enfiteusis estudiaremos los orígenes y el desarrollo de esta figura y si
también actualmente ha desaparecido o sigue vigente o como se dijo anteriormente se
ha a adecuado a otro tipo de instituciones similares pero sin embargo y de ser así esta
adecuación originara tarde o temprano una laguna en el desarrollo de este contrato.
Después de esta breve introducción para empezar a conocer el tema lo que tratamos de
conseguir con este trabajo es demostrar la gran importancia del derecho romano a
través de estas dos instituciones jurídicas y el por qué desaparecerlas u omitirlas o a
adecuarlas si existen por sí mismas y son usadas no necesitan ni combinarse ni fusionarse
con otras figuras jurídicas que puedan parecer similares ya que al hacer esto ocasionara
un estado de indefensión en cualquier momento para alguna de las partes contratantes
por tal motivo propondremos una solución a esto después de estudiar el tema a fondo
para que las instituciones romanos no queden el olvido ya que son la base de nuestro
derecho y no necesitamos crear nuevas instituciones jurídicas si estas ya existieron
quizás solo adecuarlas al momento actual.
1. MARCO TEORICO

1.1. ORIGENES HISTORICOS

Roma tuvo susu origenes en un pueblo del grupo indoeuropeo: los Latinos,
señalaremos las instituciones romanas, desde sus origenes.

 ESTRUCTURA SOCIAL Y POLITICA: La primera estructura social y


politica de los Latinos fue la familia: el padre(pater familias), la esposa
(unidas al padre de familia por el rito sagrado de la torta), los hijos, las
esposaas de sus hijos, los hijos de los hijos, y las hijas no casadas. De
la agrupacion de algnas familias del mismo tronco, surgieron las gens,
y de un conjunto de familias surgieron las tribus.
 LA CIUDAD: La fundacion de Roma se atribuye a tres tribus: los
Ramnes, los Tricios y los Lùceres. Estos 3 grupos fundaron la llamada
Roma Quadrata en el Monte Palatino. Otra ciudad fundada por otro u
otros grupos en el Quirinal, se unio a la Roma Quadrata, surgiendo asi
la civitas llamada roma.
 EL REY: Gobierna Roma un rey, representante de las institucion
monarquica, al que corresponde todo el poder (imperium) y dicta las
ordenes (dictador), el cual era elegido entre el pueblo como jefe de
una gran politica (magister populi). Auxilian al rey los lictores,
alguaciles que le precedian en las actuaciones con el hacha y las varas.
En su ausencia los poderes administrativos correspondian a un
delegado (Praefectos urbis). Si el rey no designaba un sucesor los
ciudadanos designaban en el interregno, por un periodo de cinco dias,
a un Ìnter rex, y despues de eso se elegia un nuevo rey, o bien se
designaba un nuevo Inter rex por otros cinco dias con la facultad de
designar nuevo jefe.
 EL SENADO: Frente al rey se erige la institucion del consejop de
ancianos (Senatus) para contrabalancear a la institucion real.
Los primeros senadores son los representantes designados por cada
gens. Tienen carácter vitalicio. Como el numero de gens es invariable
(las sucesivas familias surgen siempre de un tronco comùn y por tanto
se integra en alguna de las gens existentes) tambien es invariable el
numero de senadores.
No obstante habia una excepcion: cuando un senador moria el rey
estaba facultado para nombrar un susutituto temporal (hasta la
designacion del sustituto designado por la gens). La costumbre del
nombramiento real, acabo concediendo a la institucion regia la
eleccion de los senadores.
 DIVISIONES DE LA POBLACION ROMANA (LAS GENS Y LAS CURIAS)
La divicion de la poblacion se hacia desde las gens.
 10 gens constituian una curia.
 10 curias constituian una civitas. (Tapia, 2003)

1.2. DERECHO CIVIL ROMANO

La historia del Derecho civil romano atraviesa dos etapas fundamentales. La


primera es la época del campesino. El ciudadano del Estado patricio-plebeyo
se halla arraigado todavía el terruño, del cual toma vida y fuerza. Sus deberes
y su valor se miden por sus tierras. La tierra manda. Los primeros
terratenientes –classici– llevan la dirección de los comicios centuriados.
Cuando el plebeyo conquista la propiedad privada sobre la cosa y la tierra, su
interés político y económico se mueve todo en pos de los derechos sobre
el ager publicus, sobre los terrenos comunes –que eran, en un principio,
terrenos de pastos–. Esta lucha por dilatar y conquistar el ager publicus
abarca casi todo el período de la República.

El terrateniente representa la típica ciudadanía romana de esta época. El


Derecho civil tiene todavía un sello romano –nacional, latino–. Es severo,
grávido, preciso en la forma y pobre todavía en negocios jurídicos. Es ya
Derecho civil, basado en el principio de la libre propiedad y del libre
comercio; más sobre él pesa aún el primitivo aire de mezquindad y angostura
aldeanas. Es la era del Derecho municipal, instrumento de una ciudad
deslindada y acotada celosamente; un Derecho de terratenientes cifrado en
el ius strictum, formado por normas rígidas propias de un tráfico todavía
tardo y embarazoso.

Con las conquistas políticas de Roma se ensanchan los horizontes del Estado.
A fines de la República, el Derecho civil de Roma se extiende por toda Italia, y
el suelo itálico se convierte en ager privatus romano. Roma empieza a ser
centro del mundo y del comercio mundial.

Las guerras púnicas deciden la supremacía universal. Se inicia aquí la segunda


época de la historia de Roma y del Derecho romano. Después de la campaña
de Aníbal, la clase campesina de Italia y los terratenientes romanos quedan
exhaustos. Al sucumbir, el gran cartaginés asesta el golpe de muerte a la
nacionalidad romana y siembra el germen de la ruina en el incipiente
Imperio. Los pequeños propietarios tienden a desaparecer. Quedan los
latifundistas y grandes comerciantes con sus legiones de esclavos, palanca
opresora del trabajo libre y, por consiguiente, de la libertad de las masas. Los
latifundios se extienden por todo el orbe romano, con su cortejo de
esclavitud. Los pequeños labradores que trabajan la tierra de los grandes
terratenientes se convierten, a fines del siglo III d.C., en siervos
hereditariamente adscritos a la gleba, en "colonos"; el trabajo libre queda
vinculado al servicio de los grandes propietarios. Roma, que debía su
florecimiento a la liberación de la clientela servil, ahora, degradados a
servidumbre los hombres libres, tenía por fuerza que perecer. El cristianismo
no pudo salvar de la ruina al Imperio romano agonizante; Roma cae en poder
de los bárbaros.

La instauración de su Imperio sobre el orbe conocido significa, para el Estado


romano, el principio del fin. Sin embargo, su Derecho, con las instituciones
del Derecho privado a la cabeza, alcanza precisamente en esta época el
punto culminante de su historia. Los grandes capitalistas y terratenientes
fomentan, en los tres primeros siglos del Imperio, un comercio mundial, cuya
pujanza –unida al predominio de la economía monetaria– hace pensar en la
Alemania anterior a la guerra. Roma no es ya aquella ciudad campesina de
tiempos remotos. A sus mercados afluyen los pueblos y riquezas del mundo y
la cultura helénica, que, por dondequiera se infiltra, contribuye al triunfo de
las tendencias niveladoras en el comercio. El campesino nacionalista
desaparece ante el nuevo ciudadano del universo; del antiguo Derecho
rústico sale un Derecho universal. El ius civile tradicional va adaptándose a las
orientaciones progresistas del ius gentium, regulador del tráfico
internacional, que, uniendo a la flexibilidad de las formas comerciales una
maravillosa riqueza de contenido, deja margen, en sus normas libres, a los
postulados de la equidad, a la idea de la buena fe, sin la cual no puede existir
comercio. A comienzos del siglo III, Caracalla concede la ciudadanía romana a
la gran masa de los súbditos del Imperio (infra, 17, 30). Formalmente, el
Derecho civil sigue siendo atributo privativo del ciudadano romano. Pero éste
se convierte en ciudadano de un vastísimo Imperio. Y el Derecho civil deja de
ser un Derecho privado, celosamente nacional, para transformarse en
Derecho privado del orbis terrarum, en que el ciudadano es una persona
privada abstracta e imperecedera; al par que el Derecho de gentes se
convierte en un ius gentium universal, destinado al comercio de todos los
tiempos y pueblos. Merced a esto, conquista el Derecho romano su
inmortalidad. El Estado romano tenía que sucumbir para que de sus ruinas se
alzase su conquista más fecunda y duradera: el Derecho privado universal.
Aunque éste siga llamándose Derecho civil, en realidad deja de serlo, al
trasponer los limites de la ciudad para su universalización.

Tales son, resumidos a grandes rasgos, los dos magnos períodos de la historia
del Derecho romano: el del Derecho de la ciudad –que llega hasta el último
siglo de la República– y el del Derecho universal de la época del Imperio. En el
primero prepondera el Derecho estricto, formal y nacionalista, de sello latino:
el ius civile, que refleja el pasado. En el segundo triunfa la equidad, forjando
un Derecho libre de formas, al calor del comercio universal –ius gentium,
informado por el intercambio de romanismo y helenismo: el ius civile del
porvenir. (Alvira, 2016)

1.3. El Derecho civil como Derecho nacional. El «ius civile» y el «ius gentium»

El ius civile se considera como el Derecho de la ciudad, propio de los


ciudadanos, caracterizándose por su nacionalidad. Se denomina Derecho civil
al Derecho que cada pueblo crea para sí, el Derecho que es propio y exclusivo
de cada lugar. Este Derecho es el que se aplica dentro de la ciudad a todos o a
la mayoría de los ciudadanos. Es el denominado ius proprium civitatis.
Aparece como Derecho de la ciudad y como Derecho exclusivo del pueblo
romano.

Este Derecho propio se diferencia del llamado ius gentium o Derecho de


gentes, entendido como un Derecho común a todas las naciones, pero no con
el sentido que lo podemos considerar en la actualidad, como un sistema de
Derecho común a todas las naciones.9 Se entiende como una obra del
praetor peregrinus, un sistema de normas romanas, derivadas de la razón
natural y que se aplican a todos los ciudadanos y extranjeros, a diferencia del
ius civile que se aplica solo a los ciudadanos. Es decir, el ius gentium no se
concibe como un Derecho internacional, sino un Derecho romano, pero no
exclusivo, ya que se entendía como una puesta a disposición de los demás
pueblos de aquellas normas jurídicas que los romanos consideraban
razonablemente aplicables a extraños. (HATTEHAUER, H.: Conceptos
fundamentales del Derecho civil. Introducción histórico- dogmática, trad. de
G. Hernández, Barcelona, 1987, págs. 195)

1.4. El Derecho civil como Derecho privado. El «ius civile» y el «ius civitatis»

Todo el Derecho de Roma se consideraba como Derecho civil. Si, Pero: Pero


esta amplitud en su concepto se enfrentaba con la existencia de otros
sistemas jurídicos que coexistían. Se diferenciaba el Derecho civil del Derecho
sagrado, que estaba constituido por las normas que regulaban los ritos y que
era propio de los pontífices. Se diferenciaban, de este modo, el ius civile y el
ius pontificium.
También se diferenciaba el denominado Derecho político. Éste se encargaba
de la administración de la República y la organización de la comunidad.

Esta diferenciación entre distintos cuerpos jurídicos propició que se


considerara al ius civile como el Derecho propio y exclusivo de la ciudad, pero
referido a la vida jurídica de los ciudadanos, es decir, al ámbito privado.

Con la evolución posterior se distinguirá el Derecho público y el Derecho


privado, comprendiendo algún texto justinianeo al ius civile dentro del ius
privatum. Esta postura no será unánime. Aunque el Derecho civil romano es
un Derecho mayoritariamente privado, también se incluirán materias que
consideramos de Derecho público. Ello induce a la doctrina a considerar que
la distinción entre el Derecho que regulaba la organización de la comunidad,
denominado como ius civitatis, y el Derecho de las instituciones privadas,
denominado como ius civile, no se conociera en Roma. Diez Picazo indica que
las razones por las cuales no se conoce son: «la ausencia de textos alusivos a
esta distinción, sobremanera significativa, si se tiene en cuenta la capacidad
de análisis y de abstracción del genio jurídico romano; la mínima importancia
que se concedió a la distinción entre jus publicum y jis privatum que, sobre
ser de dudosa raíz clásica, no representó nunca una separación del Derecho
en dos ramas o disciplinas distintas, sino dos posiciones para el estudio de
aquél; el hecho, por último, de que las instituciones públicas de más honda
raíz jurídica se encuentren analizadas y comprendidas dentro del ius civile».

El ius civile reguló principalmente instituciones privadas, aunque no se puede


considerar que sea puro Derecho privado (indica Diez-Picazo: «El sentido
histórico del Derecho civil», cit., pág. 611), nota 56, ello es así porque «querer
encontrar en el Derecho romano una distinción tajante entre un “ius civitatis”
que engloba las normas orgánicas de la constitución política y un “ius civile”
que recogiera la regulación de la vida jurídica de los ciudadanos, parece
contrario a los textos indicados. El Derecho civil no es en este sentido puro
Derecho privado, sino que comprende, junto a éste, normas de carácter
administrativo, normas de Derecho penal y normas de procedimiento».), y
durante este periodo sí que se produce un predominio del Derecho privado
sobre el público, influyendo en la trayectoria conceptual del Derecho civil
como tal.

1.5. El Derecho civil como Derecho común. El «ius civile» y el «ius honorarium»

Se distingue el ius civile no solo del ius sacrum, del ius gentium, sino también
del ius honorarium. La dificultad es superior para distinguirlos que la
existente entre los otros Derechos mencionados, y ello porque tanto el ius
praetorium como el ius civile son Derecho civil. Esta distinción, según la
doctrina, obedece a que las normas de uno y otro tienen fuentes de distinta
naturaleza, procediendo el Derecho civil de la ley y el Derecho pretorio del
edicto del pretor. Como pone de manifiesto GIL RODRÍGUEZ, J.: «Acotaciones
para un concepto del Derecho civil», cit., pág. 320, nota 13, citando a PETIT,
E.: Tratado elemental de Derecho romano, trad. de J. Ferrandez, Madrid,
1926, págs. 44 y 45, «felizmente, la obra del pretor fue ya considerable en la
época de Cicerón, y el edicto pretoriano continúa siendo para el Derecho
romano, hasta fin del siglo VIII, un incesante elemento de progreso. Se ha
informado mal sobre el contenido de los primeros edictos. Es probable que el
pretor se limitase, desde luego, a asegurar y facilitar la aplicación del ius
civile. Pero, poco a poco, a medida que las costumbres se modifican, inserta
en el edicto las nuevas disposiciones apropiadas a las necesidades sociales.
Así es como ayuda al Derecho civil y le completa. Más tarde, el mismo le
corrige: no abrogando directamente un principio del ius civile, puesto que no
tenía el derecho de hacer esto, pero sí proponiendo y sancionando, en virtud
de su autoridad, una regla más equitativa, que concluyó por prevalecer».

Junto a ello, se diferencian en la diversa posición que asumen frente a las


instituciones, pese a que el Derecho civil representa el antiguo Derecho de los
quirites (Así, IGLESIAS, J.: Derecho romano. Instituciones de Derecho privado,
Barcelona, 1962, págs. 80 y sigs., citado por GIL RODRÍGUEZ, J.: «Acotaciones
para un concepto del Derecho civil», cit., pág. 320, nota 13, «El ius civile
antiguo es un cuerpo de normas que parece surgido con la propia estirpe, y
con esa fuerza de razón que está en la razón misma de las cosas. Si,
Pero: Pero esa razón –natural, sencilla, geométrica- es metida en forma, y de
la forma queda prisionera. El rigor y la quietud formales prohigan fácilmente
las iniquitates». «La acomodación del ius a las nuevas exigencias –continúa
más adelante- fue llevada a cabo por el Pretor y los emperadores, bajo la guía
prudente de los juristas. Cuando se dice de una determinada cláusula del
Edicto habet in se aequitatem, se contrapone la aequitas del Magistrado a la
iniquitas de un ius civile rígido y fosilizado». «La interpretatio –explica y
concluye- entra en crisis en el momento mismo en que el jurista no puede
hacer “revoluciones”, aunque éstas sean reclamadas propter utilitatem
publicam (…). Y entonces, si ningún arte o habilidad de jurista puede subvenir
a la imperiosa necesidad de una regulación jurídica, lo único que procede es
un acto de imposición. (Tal vez sea de interés más investigación sobre el
concepto). Ahora bien, un acto de imposición, una “orden” solo puede partir
de persona que esté investida de imperium. El Pretor actúa el ius –y tal es su
misión, pero solo cuando lo considera conforme al boum et aequum. Entre
las Líneas En otro caso, una “orden” suya lo pone –indirectamente- fuera de
actuación, esto es, lo priva de vigencia (…). Por medio del Pretor llega la
jurisprudencia adonde no puede llegar ella misma».) y el Derecho pretorio el
moderno Derecho, no se convierten en Derechos incompatibles sino
complementarios. Es más, en un determinado momento histórico, el Derecho
pretorio se mantiene al margen del Derecho civil, pero adquirirá categoría de
Derecho común, pasando a ser Derecho civil, compilándose en el Corpus iuris.

En conclusión, durante la época romana el ius civile no es un concepto


unívoco, sino que adquiere distintos significados.
El antiguo ius civile convivirá con otros Derechos y acabará absorbiéndolos.
(HERNÁNDEZ GIL, A.: voz «Derecho civil», cit., págs. 163 y sigs., «el ius civile
en Derecho romano, ni representó la totalidad del ordenamiento, ni aun
dentro de la materia acotada por él, existió por sí solo, sino que coexistió con
otros ordenamientos jurídicos. Representó la concepción jurídica tradicional,
que en cierto modo era la de una determinada época, mantenida a ultranza.
Entre las Líneas En sí mismo fue conservador y reacio a los cambios. Si,
Pero: Pero convivió con normas de otra procedencia y fines que, sin
comprometer su supremacía, cumplieron las funciones para las que él no se
bastaba. Las mutaciones históricas, económicas, sociales y políticas
demandaban nuevas instituciones e incluso nuevos principios.

2. EL DERECHO CIVIL DEL ESTADO CIUDAD

2.1. LA TRADICION DE LAS XII TABLAS Y SU CRITICA

La Ley de las XII Tablas surge a mediados del siglo V A.C y constituye el
Fundamento del Derecho Romano. En gran parte es una recopilacion de los
usos y costumbres vigentes de la epoca y se crea con la intencion de superar
la falta de decision, de cohecion, la ambigüedad, etc. (Tapia, 2003)

 Al no estar escrito el derecho, para desarrollar los pleitos se servian


de las Acciones De Ley

ACCIONES DE LEY: Formula de procedimiento para


desarrolar un pleito. Si se distraian de esta formula, la
mayoria de las veces se perdia el caso.

Cuando las fuentes pasan a ser escritas toman el nombre de:

FUENTES DE CONOCIMIENTO

Se pretende una codificacion de normas. La ley surgio


como conseciuencias de las luchas entre patricios y
plebeyos. Los plebeyos pretendian la equiparacion de
todos los ciudadanos romanos en todas las ordenes.
(Tapia, 2003)
 Según la tradicion, en el 462 a.C. un tribuno de la plebe (CAYO
TRENTILIO ARZA), propuso una comision encargada de realizar un
proyecto de esa ley que reune los derechos consuetudinarios y las
reividicaciones principales y los plebeyos:

 Fin de la venta de deudores mas alla del tiber. (trans tiberim).


 Fin de la prohibicion de matrimonios mixtos (plebeyos y
patricios).
Surge una fuerte opocision por parte de los plebeyos y vetan todas las
deciciones de los patricios. A finales del 455 a.C. se consigue una
comision de tres personas a Atenas presidida por ERODOTO (Exiliado
en Roma). (Tapia, 2003)
En el 451 a.C. se nombra a 10 patricios (decenviros-10
hombres-)DECENVIRATO que van a gobernar Roma. Se suspenden
otras formas de Gobierno (magistraturas ordinarias) y se redactan
esas leyes. Según la tradicion fue un gobierno justo y democratico
demostrando justicia sin procatio ad populum y elaboraron la ly de las
10 tablas. (Tapia, 2003)

2.2. ¿COMO, CUANDO Y POR QUE SE CREO LA LEY DE LAS XII TABLAS?

 ¿Por qué? En el año 450 a.C. no estaba reconocido el TRIBUNO DE LA


PLEBE. La Leyenda da dos motivos para la creacion de las XII tablas:

1) La sublevacion de la plebe que reinvidicaba la venta TRANS TIBER.


2) La imposibilidad entre matrimonios de patricios con plebeyos.
Sin embargo la Ley de las XII Tablas no reconoce ninguna de estas
reglas y no logra nada de lo anteriormente expuesto.
Si se la rivindicacion del derecho escrito algo con lo que estan de
acuedrdfo de los patricios y como motivo principal pedian la
equiparacion de las dos clases (patricios y plebeyos).

 ¿Cómo? Primero hablando de los embajadores que fueron a Grecia.


Eugenio Petit, que existio tal embajada y se basa en que existe
semejanza entre las leyes griegas y latinas y que los testimonios de los
historiadores son muy precisos y no van a ser inventados e incluso
algun historiador dice que en Roma se levantó una estatua a quien
trajo los asuntos de Grecia.
Otros sin embargo, dicen que no, por que Roma no mantenia ninguna
relacion los paises limitrofes y que la semejanza es por la vivencia de
esa época.
En el segundo decenvirato parece ser que fue impiosible que los
plebeyos la integraran. Parece que la creacion de este segundo
decenvirato era para desprestigiar a la familia de los Claudios y esto
se le atribuye a FLAVIO PITOR.

 ¿Cuándo? La Leyenda que en el 451. Las Leyes recogen la venta del


deudor transtiber con lo cual se deduce que las tablas tuvieron que
surgir antes del 395 a.C. se castiga en las leyes, las artes magicas y se
reprime el flujo funerario.
La 1°,2° y 3° se refieren al procedimiento judicial. Son de derecho
procesal.

2.3. CONTENIDO DE LAS XII TABLAS PROGRESO DE LOS PLEBELLOS FUNCION


DOS ORDENES

 En las XII Tablas las normas estaban recogidas de la siguiente manera:

 EL DERECHO PROCESAL SE ENCONTRABA EN LA TABLA I,II Y III.


 EL DERECHO DE FAMILIA EN LA TABLA IV.
 EL DE SUCESIONES EN LA TABLA V.
 EL DERECHO DE PROPIEDAD O DE COSAS EN LAS TABLAS VI Y VII.
 EL DERECHO PENAL EN LAS TABLAS VIII,IX,X Y XI.
 EL DERCHO PUBLICO EN LA TABLA XII. (Tapia, 2003)

3. COMPARACION COMENTADA ENTRE EL DERECHO CIVIL


ROMANO Y EL CODIGO CIVIL PERUANO (LA LEY DE LAS XII
TABLAS CON EL CODIGO CIVIL DE 1984)

3.1. DERECHO DE FAMILIA Y HERENCIA

3.1.1. TABLA VI.- Una mujer conocida por su indiscutida honestidad dio a luz en
el undecimo mes de la muerte de su marido; y se origino cuestion
respecto la concepcion, que se reputo posterior a la muerte de aquel;
pues los decenviros establecieron que los partos legales debian tener
lugar dentro del decimo mes; no del undecimo.
ARTICULO 361°.- El hijo nacido durante el matrimonio o de los trecientos
dias siguientes a su disolucion tiene por padre al marido.

3.1.2. TABLA V.- Pues quisieron los antiguos que las mujeres aun despues de la
mayoria de edad queden en tutela, excepto las virgenes vestales a
quienes los antiguos declararon libres y asi tambien fue establecido por la
Ley de las XII tablas.
ARTICULO 424°.- Substiene la obligacion de proveer el sostenimiento de
los hijos e hijas solteros mayores de diciocho años que esten siguiendo
con éxito estudios de una profesion u oficio hasta los 28 años de edad; y
de los hijos e hijas solteros que no se encuentren en aptitud de atender a
su subcistencia por causas de incapacidad fisica o mental debidamente
comprobadas.

3.2. DERECHO REAL Y DERECHO DE LAS OBLIGACIONES

3.2.1. TABLA VII.- Si proceden a un juicio arbritral….(?) De la disputa verbal, ha


nacido la controvercia define que, según las XII Tablas, se resuelve por
tres arbitros.
ARTICULO 1906°.- Las partes pueden obligarse a un pacto principal o a
una estipulacion accesoria, a celebrarse en un futuro un compromiso
arbrital. En tal caso, no se requiere la designacion de árbitro. Es
obligatorio fijar la extension de la materia a que habra de referirse al
arbitraje.
ARTICULO 1909°.- Por el compromiso arbitral dos o mas partes convienen
que una controversia determinada, materia o no de un juicio, sea resuelta
por un tercero o terceros a quienes designan y a cuya jurisdiccion y
decision se somete.

4. LA PERSONA DE ACUERDO AL DERECHO ROMANO

En derecho, persona se designa a todo ser capaz de tener derecho y obligaciones, en el
lenguaje jurídico sirvió para nombrar al sujeto del derecho, al titular de derechos y
obligaciones. En derecho romano la persona puede ser de dos clases:
Persona Física y Persona Moral Jurídica.   
El " homo" hombre, es el ser dotado de inteligencia, con un lenguaje articulado, clasificado
entre los mamíferos del orden de los primates. En este aspecto, no interesó a los juristas
romanos; sino considerado en su aspecto social como sujeto de derechos políticos y civiles:
como persona. En el Derecho Romano existían dos clases de personas: las físicas y las
jurídicas o morales.
En el lenguaje jurídico, persona connota dos sentidos:
1. persona es todo ser real considerado como capaz de ser el sujeto activo o pasivo
de un derecho y será capaz de tener derechos y obligaciones; denominándosele
también " singulares personae, certi homines o singuli”. Los esclavos no se cuentan
dentro de las personas, el derecho los cataloga dentro de las cosas " mancipi”.
2. persona señala cierto papel que el individuo desempeña en sociedad, como padre
de familia, comerciante y magistrado.

4.1. ¿CÓMO SE CLASIFICAN A LAS PERSONAS DE ACUERDO AL DERECHO


ROMANO?

Se clasifican en personas libres y esclavos. La más grande división de las


personas es que todos los hombres o son libres o son esclavos. Esta división
tiene como base la posesión o pérdida de la libertad. La esclavitud es un
derecho de propiedad que la ley reconoce a un hombre sobre otro hombre,
por lo que la libertad consiste en no ser propiedad de nadie. La libertad es la
facultad natural de hacer todo aquello que queramos, salvo los obstáculos de
la fuerza o de la ley. Las personas libres se subdividen en ciudadanos romanos
y no ciudadanos y en ingenuos y libertinos. Son libertinos los que han sido
manumitidos de justa esclavitud. Ingenuas son las personas que han nacido
libres y que no han sido esclavas.
Otra división son las personas independientes (" sui iuris”) y las sometidas o
dependientes (" alieni iuris”). Las independientes son las que no dependen de
ninguna otra persona, las sometidas, las que están sujetas a la potestad de
otra persona. Las independientes pueden estar en tutela o curatela, o ser
completamente capaces. Las personas sometidas se subdividen en esclavos,
hijos de familia, personas libres " in mancipio" y mujeres " in manu”.
Estado de Libertad: La esclavitud es cuando un individuo se encontraba en
calidad de una cosa perteneciente a otro, quien podía disponer libremente de
él, como si se tratara de cualquier objeto de su patrimonio.

4.2. LAS PERSONAS DISICAS EN ROMA

Las personas se consideran como tales desde el momento de su nacimiento,


hasta el día de su muerte. El infante concebido se tiene por nacido, siempre
que sea en su beneficio. Esta regla es importante en derecho sucesorio.
Aunque la personalidad jurídica principia con el nacimiento y se extingue con
la muerte, en beneficio del infante se le considera en algunas ocasiones como
vivo, retrotrayendo su capacidad jurídica al tiempo de su concepción. Ser
libre, ser ciudadano, ser jefe de familia, ser romano:

 ESTATUS LIBERTATIS
 ESTATUS CIVITATIS
 ESTATUS FAMILIAE

4.3. EL ESTADO Y LA LIBERTAD DE LAS PERSONAS

En la antigua Roma, la política era acordada por el senado y era puesta en


práctica por los magistrados con imperium, una noción especialmente
romana. Los
antiguos reyes, y después la aristocracia, y después los magistrados, tenían
todos imperium, " un concepto clave que designa el derecho de ser
reconocido a dar órdenes a quienes tenían un estatus inferior y a esperar ser
obedecido. Este poder nunca estuvo bien definido y era demasiado amplio y
arbitrario. Desde el principio un modo fundamental de expresar este
imperium era imponer mediante guerra la autoridad de quien lo tenía y la de
Roma en las comunidades vecinas que, se consideraba, lo desafiaban”.
La conquista fue un elemento integral de la idea que los romanos tenían
sobre sí mismos. El sistema romano había empezado a existir hacia el año
510-509 a. C., cuando el rey fue expulsado y se lo reemplazó por un
funcionario elegido. Las principals características del consulado o
magistratura que sustituyó a la monarquía fueron las siguientes: el cargo
estaba limitado a un año, había dos magistrados con igual imperium – "
nunca más volvería a conferirse a un único individuo con poder supremo" – y
se establecía la idea de responsabilidad, de tal modo que al final del año se
podía pedir al magistrado que rindiera cuentas de sus actos. Las continuas
conquistas y las crisis recurrentes hicieron que el sistema fuese modificado:
durante dichas crisis se nombraba un único dictator, a la manera griega, se
permitía la existencia de más de un magistrado en el mismo territorio,
algunos con funciones militares, otros para las tareas administrativas civiles.
La maquinaria administrativa de la república fue adquiriendo así la forma que
nos resulta conocida, un cuerpo de magistrados, aconsejado por un senado
(un grupo de senes, o ancianos). Con el paso del tiempo, los magistrados se
dividieron entre aquellos que tenían imperium y aquellos que carecían de él.
Los dictadores y los cónsules tenían imperium y también los pretores, una
nueva clase de magistratura creada en el año 366 a. C. para aliviar a los
cónsules de la tarea de resolver litigios. Los magistrados sin imperium eran los
cuestores, encargados de investigar cuestiones jurídicas y financieras, los
tribunos de los plebeyos, encargados de administrar el consejo de la plebe, y
los ediles, responsables de las obras publicas en la ciudad, del
mantenimiento de las carreteras, las murallas, los acueductos, etc.
La forma de democracia representativa romana era bastante compleja. Y
tenía que serlo, porque para la época de Augusto, el primer emperador (63 a.
C.- 14 d. C.), Roma tenía ya un millón de habitantes y el imperio se extendía
casi cinco mil kilómetros de oeste a oriente (del Atlántico hasta el Caspio) y
cerca de tres mil de norte a sur (de Inglaterra hasta el Sahara). Ni siquiera un
hombre como Augusto, que sentía auténtica pasión por la eficacia, podía
administrar solo semejante territorio.
En la práctica había cuatro organismos políticos además de los magistrados. El
comitia centuriata comenzó siendo una asamblea para defender los intereses
del ejército, pero con el paso del tiempo abarcó toda la población y estaba
conformada por 193 centurias. Los censores distribuían a la gente en
centurias según la cantidad de propiedad que poseían. Había cinco clases: la
classis situada en lo más alto tenía setenta centurias y la situada en lo más
bajo, que ni siquiera estaba considerada como classis, solo una, que
representaba a quienes no tenían propiedad registrada en el censo. A estos
desgraciados se los denominaba los proletarii debido a que estaban fuera del
activo (y útil) sistema agrario y solo podían producir hijos (proles).
Toda persona que no era esclava era libre y había 3 clases de libres:
 CIUDADANOS ROMANOS
 INGENUOS
 LIBERTINOS

4.4. LA CIUDADANIA ROMANA

Toda persona que goza de todos los derechos que le confiere el derecho de la
ciudad. La ciudadanía Romana (ius civitatis) es un concepto fundamental en la
Historia de Roma, pero que conserva una serie de matices en sí mismo y
sobre todo en las adaptaciones que tuvo durante los más de doce siglos de
existencia.
Resumiendo, un poco, te diré que los ciudadanos (cives romani) tenían
derechos públicos:

 VOTO ACTIVO (IUS SUFFRAGII)


 VOTO PASIVO (IUS HONORUM) PARA SER ELEGIDO
 SAGRADO (IUS SACRORUM) PARA DESEMPEÑAR FUNCIONES
RELIGIOSAS
Derechos privados:
 DE PROPIEDAD
 DE MATRIMONIO
Había personas que no tenían ninguno de estos derechos: los esclavos (servi).
Podían ser hijos de otros esclavos (vernae) o prisioneros de guerra (mancipii).
Dependían totalmente de su amo, que tenía derecho de vida y muerte sobre
ellos. Había otro grupo, el de los libertos, que habían logrado los derechos
privados, no los públicos, por un decreto de libertad (manumissio), que se lo
podía dar el mismo amo por agradecimiento a algún servicio importante o a
su fidelidad, por ejemplo.
El " Ius Civitatis" se podía conseguir de varias maneras: Por nacimiento (hijo
legítimo de padre " civis"), por liberación de la esclavitud, como queda dicho,
comprándolo por una buena suma de dinero a algún magistrado competente,
o por conquista. En este caso dependía de la anexión de los pueblos
conquistados. Frecuentemente se convertían en Provincias Romanas y se les
concedía por tanto los mismos derechos que a la metrópoli. Era el caso de
Hispania. Pero hasta que no llegaban a eso, los pueblos conquistados tenían
que pagar el tributo (ius belli). Palestina no llegó nunca a tener esta
condición.

4.5. DEFINE LAS PERSONAS MORALES EN ROMA

Bajo la denominación de personas jurídicas o morales, de existencia paralela


a las personas físicas, el Derecho Romano creó seres carentes de existencia
material, meras abstracciones o sólo ficciones legales, susceptibles de tener
derechos o contraer obligaciones de forma similar a las personas naturales.
A esos entes ficticios se les llamaba universitatis personarum, collegia,
espora, piae causae (asilos, hospitales, legados para iglesias). Unos
respondían a un interés público o general, como el Estado, las ciudades, los
municipios, los colegios sacerdotales, las sociedades de publicanos
(arrendadores de los impuestos o rentas públicas y de las minas del Estado) y
las asociaciones de artesanos; en tanto que otros de esos entes estaban
dirigidos exclusivamente a satisfacer intereses de algunas personas, como los
relacionados con dioses, templos o iglesias, hospitales y establecimientos de
beneficencia en general.
En un principio, según parece, las personas morales podían constituirse por
ellas mismas sin que mediara intervención de autoridad pública que
impartiera autorización, pero hacia el fin del régimen republicano, al
advertirse que algunas asociaciones estaban inmiscuyéndose indebidamente
en cuestiones políticas,
se optó por prohibir el funcionamiento de parte de las mismas y, una vez
entrado el imperio, los emperadores determinaron que ninguna persona
moral podría existir en lo sucesivo como no fuera con autorización expresa de
la ley, de un senado-consulto o de una constitución imperial.
Dichas personas morales tenían existencia independiente de la de las
personas físicas que habían concurrido a su formación y contaban igualmente
con patrimonio propio. Su subsistencia duraba hasta tanto el objeto de su
formación no se hubiera agotado, o no se les hubiese retirado la autorización
de constitución.

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