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Nombre:

Abdonay José Maldonado Torres.

Número de cuenta:
201810040274.

Catedrático:
Abg. Celeste Michel Flores.

Clase:
Derecho Romano.

Tarea asignada:
Historia del derecho en Roma.

Fecha de entrega:
11 de febrero del 2023.

I PARCIAL
INTRODUCCION

En la historia del derecho en Roma se le llama Derecho Romano a la etapa del


derecho que comienza con la fundación de la ciudad de Roma en las colinas del
Tiber, por las etnias de los Latinos, los Sabinos y los Etruscos; y que culmina con la
muerte del Emperador Justiniano, en los últimos días del llamado Bajo Imperio.

El primer período comprende, desde la fundación de Roma hasta la promulgación


de la ley de las doce tablas, el segundo período comienza desde la promulgación
de estas tablas hasta el final de la República, el tercer período comienza con el
advenimiento del imperio hasta el reinado de Alejandro Severo y el cuarto y último
período termina con la caída del imperio a la muerte del emperador Justiniano.

El propósito del estudio del derecho romano es el de dotar a los jurisconsultos,


tratadistas, abogados y estudiantes de leyes de una estructura histórica que les
ayude a entender la fuente de donde nacieron las leyes y la jurisprudencia que rigen
a la mayoría de los países de Europa y de América; la cual es una de las fuentes
del derecho francés; de donde emana el derecho aplicado en la República
Dominicana.

En el presente informe se dará de una forma resumida la historia del derecho en la


antigua Roma, siendo de análisis como ha se originado la materia del estudio de
esta ciencia que conocemos hoy en día.
HISTORIA DEL DERECHO EN ROMA

Las normas de la Antigua Roma, que diferenciaban entre derecho público y privado,
son la base del ordenamiento jurídico actual de muchos países occidentales.

El Derecho Romano es el nombre que damos al conjunto de normas que rigieron la


vida de la Antigua Roma durante los catorce siglos que el Imperio se mantuvo en
pie. En este post analizamos en qué consiste el Derecho Romano, contando
brevemente su historia y fundamentos, para entender la importancia que tiene hoy
en día.

En la actualidad, entendemos por Derecho Romano el ordenamiento jurídico que


reguló las actividades de los ciudadanos del Imperio, desde su fundación —en el
año 753 a. C.— hasta su caída en el siglo V d. C., siendo un cuerpo legal vivo que
se adaptó para cubrir las necesidades sociales de cada momento histórico.

El compendio de normas de la Antigua Roma siguió vigente hasta la caída del


Imperio bizantino, en el año 1453, pero sus fundamentos se han mantenido vivos a
lo largo de los últimos siglos. Primero, a través de su inclusión en los textos jurídicos
germánicos y, después, como parte del ius commune y de los diversos derechos
nacionales, sirviendo de base no sólo para el desarrollo de la legislación civil de
gran parte de Europa y de toda América Latina, sino también para el desarrollo de
múltiples instituciones y principios de derecho público como la separación de
poderes, la regulación de los bienes públicos, crímenes, la organización
administrativa, la materia urbanística o el sistema impositivo, entre otros.

Las bases del Derecho en Roma.

Los más de mil años de legislación y formas de entender la ley del Imperio romano
abarcan desde el primer código de leyes de la Antigüedad, la Ley de las XII Tablas,
hasta la compilación jurídica que realizó el emperador Justiniano en el siglo VI d. C.,
conocida como Corpus Iuris Civilis y considerada como una de las obras jurídicas
más importantes de la historia.

Para construir el ordenamiento jurídico que forma el Derecho Romano se tomó


como base la costumbre, es decir, los actos socialmente aceptados y que a través
de la repetición quedaban validados como una forma de actuar legítima para
responder a una necesidad jurídica.

Por tanto, los romanos regulaban tanto la esfera pública del ciudadano —su relación
con el Estado—, como la privada —entre los propios ciudadanos—, apoyándose en
las soluciones similares que habían resuelto de forma exitosa: conflictos de
propiedad, compraventas viciadas, adquisición por posesión continuada en el
tiempo, hurtos, delitos violentos… Situaciones que hoy en día han quedado
reflejadas en nuestro ordenamiento en el Código Civil, Código Penal y en el Código
de Comercio, entre otras normas que constituyen la base del sistema jurídico.

Pero además de la costumbre, el Derecho Romano tenía otras fuentes: las


decisiones que tomaba el Senado —como representante del pueblo— sobre las
normas que debían regir a los ciudadanos; los pronunciamientos de los magistrados
romanos; las leyes aprobadas por los ciudadanos en los comicios; los plebiscitos,
que es la denominación de las decisiones que tomaba la plebe romana en sus
asambleas; los iura u opiniones de los jurisconsultos; y, a partir del Principado, las
‘constituciones imperiales’ o normas que emanaban de los propios emperadores.

Estas decisiones, tomadas por los distintos órganos en que se organizaba la


sociedad romana, sirvieron para dar forma a un cuerpo legal escrito que
complementaba las normas no escritas, un ordenamiento que establecía los
derechos y libertades de los ciudadanos y la forma de resolver los conflictos o de
castigar los incumplimientos.

A pesar de ser una legislación tan antigua, su influencia en diferentes factores


sociales, políticos y económicos ha trascendido en el tiempo. Esto se debe a que
los romanos supieron elaborar un cuerpo legislativo sencillo, capaz de dar respuesta
a los conflictos que surgían entre los ciudadanos de la manera más simple, sin
buscar grandes formulaciones teóricas, aunque con un espíritu formalista muy
sólido, tanto en la interpretación de su derecho como en su aplicación, buscando la
solución más justa a cada caso concreto y con una enorme capacidad de
adaptación a los cambios y necesidades imperantes en cada momento en la
sociedad.

De forma simplificada, el Derecho Romano distinguía entre varias formas de


comprender lo que era justo conforme a derecho:

 Ius: normas creadas por el hombre.


 Iniuria: lo contrario a esas normas.
 Fas: voluntad divina.
 Nefas: lo contrario a la voluntad divina.

Su ordenamiento distinguía también entre:

 Derecho público, que era la parte del ordenamiento jurídico que regulaba la
acción del Estado en áreas del interés general y velaba por su relación con
el ciudadano u otras comunidades independientes.
 Derecho privado, que era la esfera jurídica que regulaba las relaciones entre
los ciudadanos y sus intereses particulares.

Según el jurista Celso, el “derecho” era el arte de lo bueno y lo equitativo. Y de


acuerdo con Ulpiano, la justicia era definida como la voluntad constante de dar a
cada uno su derecho, apoyándose el Derecho Romano en tres preceptos:

 Honeste vivere o “vivir honestamente”.


 Alterum non laedere o “no dañar al otro”, porque quien ocasiona un daño a otra
persona lesiona sus derechos y queda expuesto a sanción.
 Suum cuique tribuere o “dar a cada cual lo suyo”, es decir, cumplir con las
leyes, los contratos, pactos y reconocer el derecho ajeno.

Sin embargo, una de las diferencias con la concepción actual del Derecho, es que
en el antiguo ordenamiento romano no todo ser humano era sujeto de derechos y,
por tanto, no reconocía derechos a toda la sociedad, dejando fuera a los
esclavos, que eran considerados cosas. Por su parte, se concedió a los latinos una
especie de semiciudadanía, pudiendo alguno de ellos llegar a convertirse en
ciudadanos romanos.

En cambio, los derechos del resto de extranjeros o peregrinos, dependían del


tratado que su comunidad hubiera firmado con Roma. Se concedió a algunos la
posibilidad de realizar actos jurídicos válidos regulados por el derecho de gentes.
Pero se podía dar muerte a los que se rendían sin condiciones. Asimismo, no todos
los ciudadanos romanos tuvieron los mismos derechos sufriendo algunas
importantes limitaciones por razón de sexo, condición social, profesión o religión,
entre otras causas.

Por ejemplo, las mujeres no pudieron formar parte del ejército o de las asambleas,
careciendo de derechos políticos y para actuar en el tráfico jurídico necesitaron
durante muchos siglos la asistencia de un tutor.

El Derecho Romano en la actualidad

Ni la caída del Imperio romano de Occidente, a finales del siglo V, ni del de Oriente,
en el siglo XV, supuso la pérdida de vigencia del Derecho Romano. Los Estados
europeos, a lo largo de los siglos posteriores, siguieron aplicando sus preceptos y
recuperaron su estudio e interpretación para adaptarlo a sus circunstancias
contemporáneas.

No es hasta los siglos XVIII y XIX cuando países como Francia, Alemania o España
impulsan el movimiento codificador de sus propios ordenamientos y dan forma
a nuevos cuerpos legislativos. En el caso de España, el Código de Comercio vigente
se promulgó en 1885 y el Código Civil en 1889. Ambos textos han sido modificados
en estos más de 130 años para adaptarse al cambio social español, pero la base y
la simplicidad de algunos preceptos ha permanecido en el tiempo.

El Derecho en Roma es la base de muchos de los ordenamientos legislativos


actuales. No solo desarrolló la división entre el derecho público y privado, sino que
también tuvo relevancia en el derecho internacional o a procedimientos de defensa
que siguen vigentes en la mayoría de países, como el concepto de “una persona es
inocente hasta que se demuestre lo contrario”.
CONCLUSIONES

Concluyo que el Derecho en Roma es el fundamento del cumplimiento de leyes en


sociedad para lograr así un desarrollo económico, social y político. Con esa
finalidad, teóricos del Derecho elaboraron un código escrito para dar a conocer a
cada quien sus derechos y deberes.

Como conclusión leer y estudiar en detalle todos los periodos históricos romanos,
podemos observar sus lentos cambios, ya que tomó muchos años el paso de un
período a otro, fue un proceso largo. Después de leer podemos saber que vimos las
luchas entre las clases sociales que estuvieron en la gran mayoría de los períodos,
pero los plebeyos obtuvieron lo que pedían, ya que en cualquier sociedad tarde o
temprano aparecerían nuevas clases sociales, pero para algunos las nuevas la
división era mejor que la había.

Y podemos centrarnos en un gran evento, el Corpus Iuris Civile, que el emperador


Justiniano decidió compilar toda la ley romana hasta ese día, para que fuera
ordenada y tuviera un mejor ejercicio. Esta compilación llegó a gran parte del
mundo, estudiando esta ley y siendo la base de muchos países. El desconocimiento
de esta materia puede llevar a una desinformación muy importante para los
estudiantes a la hora de formarse como abogados, ya que no es suficiente con solo
conocer las leyes, sino que también es necesario conocer en su totalidad el proceso
histórico jurídico.

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