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El contrato Social es una de las obras que más influencia han ejercido en el terreno de
la teoría y la práctica política del mundo moderno.
En este aspecto para Rousseau, la primera sociedad está conformada por la familia,
siendo que los hijos solo se encuentran ligados al padre por el tiempo que aún no
puedan cubrir sus necesidades por si solos, teniendo la obligación de obedecerlos en
todo momento. Esta definición no se aleja mucho de nuestra de realidad, puesto dicha
concepción de la familia también es aplicable a la sociedad, la misma que se
encuentra divididas por gobernantes y gobernados, en la cual, el gobernante se
encuentra en la obligación de velar y proteger los intereses de todos los ciudadanos, y
estos se encuentran en la obligación de regular su conducta conforme a las normas
establecidas.
Hay que mirar por tanto, no asi es mayoritaria, sino a su contenido: ¡que es lo que
decide? ¿Decide algo del bien común o del bien particular? Es un matiz bastante
importante. Entonces ¿cómo se alcanza la voluntad general? Aunque Rousseau
considera que no hay ninguna forma de gobierno que sea ideal para todos los pueblos
y todas las circunstancias, lo que propone se parece bastante al funcionamiento de
una democracia directa de tipo refrendario. No puede ser una democracia
representativa porque, para Rouseasu la voluntad general no puede ser representada.
La voluntad general solo se alcanza de modo directo: por medio de la votación del
pueblo en referéndum. Para entendernos. Es como si la voluntad general ya existiera
de algún modo, fuera la voluntad del cuerpo social, pero nosotros tenemos que
averiguarla, descubrirla, alcanzarla. Y el modo de alcanzarla es mediante la votación
directa. Pero para que la votación del pueblo de como resultado, efectivamente, la
voluntad general, y no simplemente una voluntad de todos, una voluntad mayoritaria
que sea simplemente particular y que se imponga al resto, tiene que cumplirse una
serie de condiciones.
Primero, tiene que haber una deliberación publica en la que participen todos los
ciudadanos y en la que cada uno se comprometa a mirar solo el interés común y no
sus intereses particulares. Para que esto sea posible, el tamaño del pueblo tiene que
ser bastante reducido. Cuanto mayor sea el pueblo, más difícil va a ser cumplir este
requisito, y, por tanto, más difícil va a ser que la votación de como resultado la
voluntad general.
La segunda es que, en el momento de votar, el pueblo esté libre de pasiones
extremas o distorsionadoras que condicionarían el uso de su razón o perjudicarían el
resultado.
Tercero, después de la deliberación y hasta después votar, los ciudadanos no pueden
comunicarse entre sí. Y esto con la finalidad de evitar facciones. Lo que Roseau no
quiere es que se formen grupúsculos de personas que puedan acordar su voto, para
acabar imponiendo su voluntad particular. Por tanto, después de la deliberación, cada
uno tiene que formar su propia opinión en solitario, consultando con su conciencia. Si
esto se hace asi, la voluntad mayoritaria coincidirá, la mayoría de las veces, con la
voluntad general y su resultado alcanzara el bien común. Entonces, todos tendrán que
obedecer la decisión, incluso los que votaron en contra, porque esa es la decisión que
ellos mismo tendrían que haber tomado. De este modo surge la pregunta ¿los que
votaron distinto al resultado final se han equivocado? Se podría decir que sí, pero si
hemos votado sinceramente, mirando solo al interés común, no nos será difícil
reconocer nuestro error y obedecer a la voluntad general tal y como se ha revelado.
Todo esto, es compatible con cualquier forma de gobierno, sea una monarquía, una
república, una aristocracia, porque si la voluntad general decide uno de estos modos
de gobierno, es que esa es la decisión correcta para ese pueblo concreto. Lo único
que es invariable es que la soberanía última reside en el pueblo.
En nuestra realidad, hemos participado en las elecciones generales 2021, en la cual
la población ha votado por dos candidatos, Keyko Fujimori y Pedro Castillo, siendo que
a la fecha oficialmente no se ha declarado un ganador, pero en virtud del tema
expuesto para Rossou debería respetarse la voluntad general, esto es la elección de
Pedro castillo como nuevo presidente, a pesar de los intereses particulares que
pudieran existir para ciertos grupo sociales y algunos medios de comunicación que
tratan de demorar el pronunciamiento del Jurado Nacional de Elecciones, a través de
impugnaciones y nulidades a fin de variar el resultado
De todos modos, advierte Roseasu, hay que tener en cuenta que toda forma de
gobierno tiende a degenerar. La degeneración consiste en la imposición de quien
gobierna sobre la voluntad general, y empieza a suceder cuando los ciudadanos
pierden interés en los asuntos públicos. El famoso absentismo. Por culpa de esto, el
pueblo se va desentendiendo poco a poco de organizar su propia vida y deja su
libertad en manos de otros, que acabaran por aprovecharse de su poder.