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V, 448.
2
V, 440.
3
V, 441.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
saber: el saber es negado por éste. Fichte sostiene desde los tiempos de Jena que
el ser objetivo es la negación del saber; ahora, el ser puro es la negación del
saber, el no-ser del saber.
6. Sin embargo, el no-ser del saber no es un concepto negativo; en tanto que
negación de la inadecuada forma del yo, es la posición del ser absoluto. El ser
objetivo no es nada más que la manifestación, la imagen, del ser puro y
escondido en sí. En virtud de que el saber de la conciencia es puramente formal,
conceptual (la existencia del concepto es puramente formal, un ser-de-
reflexión), hay que afirmar el no-ser del saber: la afirmación de su mero carácter
formal es la negación de su ser como absoluto; o sea, por la negación de la
conciencia se revela el absoluto. La luz del absoluto adviene a través del
movimiento de la conciencia. La afirmación de la forma de la conciencia es
negación de su ser: la conciencia es en cuanto apariencia. La posición de la
ciencia, el saber o el concepto, es así necesaria para la patentización de la
verdad que la supera: es condición de realización del absoluto. La conciencia es
el factum del cual parte la filosofía; se ve puesta como dependiente del absoluto,
como surgiendo, en su contenido, de él. La conciencia, el concepto, el yo, es así
manifestación del absoluto. Sólo con la posición de la manifestación
(Erscheinung) comienza el saber y en ella se desarrolla.
De este modo, la existencia o el saber es el ser fuera del ser, en tanto que se
opone al ser y se divide o derrama en un mundo de conciencias, de libertades
finitas1. El saber es libertad; pero la salida que hace del ser no es libre, sino
necesaria. Esta tesis de la libertad interior de la existencia o del saber es una de
las más permanentes en el sistema de Fichte, en su lucha contra el dogmatismo
y el materialismo. El saber humano es mera imagen de un ser subsistente e
independiente de él. Por medio del saber, lo que en sí y en tanto que absoluto es
pura vida y actividad, queda transformado en un ser fijo, en un mundo en
general.
7. La diferencia ontológica
1
II, 703.
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1
II, 19.
2
II, 89.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
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G. Schulte, Die Wissenschaftslehre des späten Fichte, Frankfurt a. M., 62-78.
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JUAN CRUZ CRUZ
segundo y tercero de 1794, los cuales, aunque presuponen la tesis del primero,
no se derivan de éste. De aquí se desprenden –como observa X. León– dos
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
importantes consecuencias: una, concerniente a la forma del saber; otra,
referente a su materia.
2. El saber no se sigue por eficiencia ni por emanación del ser. El ser puro
encierra la pura posibilidad de que el saber se ponga: el primer principio
establecía la posibilidad del saber; el segundo principio establecía la existencia
misma del saber. El contenido absoluto no se realiza por propia actividad en la
DOCTRINA DE LA CIENCIA
forma real de la convicción en el tiempo: se halla con ésta en relación de pura EXPOSICION DE 1804
posibilidad. Sólo la libertad, lo absoluto formal, hace efectivo lo posible,
haciendo que el contenido eterno entre en el mundo sensible y se presente en la
forma del saber. La libertad del saber, del yo, del nosotros, es libertad
trascendental y formal, hacia arriba, hacia la posibilidad pura; pero libertad
también hacia abajo, hacia la posibilidad empírica, ofrecida en el curso
psicomecánico de los contenidos de conciencia. Tales contenidos no encierran
el fundamento de que en un caso sirvan al conocimiento y en otros no: “son
únicamente la condición de que se llegue en general a un saber, en su forma
vacía y desnuda”1. El saber se remite a un ser originario como a la posibilidad
desde la que se hace real, pero no se deriva inferencialmente de él. El yo es libre Introducción, traducción y notas de
en su esencia. Juan Cruz Cruz
3. El saber se crea absolutamente a sí mismo, “pero sólo según su forma,
pues en su materia lo hace conforme a una ley absoluta”2; la materia la recibe
del ser absoluto. Ya en 1798 distinguía Fichte3 entre la forma de la yoidad (de la
que parte la Doctrina de la Ciencia) y el yo como idea o la materia completa de
la yoidad, porque esta idea expresa el fin supremo de la aspiración de la razón.
Asimismo, hacia 1801 se repite esta relación: la materia o el contenido esencial
del saber no puede verse por el entendimiento categorial, puesto que es dada por
el ser absoluto. El entendimiento categorial, referido a los perfiles de lo real, nos
constriñe en sus propios límites, ofreciendo la mera forma en que se debe
expresar el contenido eterno. El dominio del entendimiento es puramente
formal, moviéndose en la relación y en la multiplicación indefinida de
relaciones. Ahora bien, la certeza del entendimiento está condicionada en su
contenido. Lo finito no sería si no estuviera soportado por lo infinito, y esto
infinito se expresa en la conciencia del deber. Las cosas con las que me
encuentro y sobre las que influyo son instrumentos del deber. En la convicción
del deber asgo la materia o la sustancia de la realidad, el ser al que se remite
significativamente todo saber.
1
II, 155.
2
II, 64. Pamplona
3
I, 516. 2005
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
en acto vital; somos, pues, el único ser indiviso mismo, en sí, de sí, por sí, que
no puede absolutamente salir para separarse en dos”1.
1
X, 206.
2
V, 508-509.
3
VII, 129-130.
4
II, 115.
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1
E incluso el pensamiento tiene con Dios la misma relación (negativa) que con el ser absoluto.
Como dice Fichte en los Hechos de la conciencia de 1813: “Dios no es por el pensamiento, sino
I . [Teoría de la razón o de la verdad] [Método ascendente]
que en él se anula el pensamiento”. IX, 563.
2
II, 696.
3
X, 206.
[Prolegómenos: el método de la verdad]
4
X, 223. Conferencia I: [El problema del comienzo y la verdad como unidad
5
V, 405. absoluta] .......................................................................... 41
6
II, 696. Conferencia II: [La unidad de ser y conciencia] ........................................ 50
7
I, 696. Conferencia III: [La evidencia genética del saber] ..................................... 57
8
V, 439.
9
Conferencia IV: [Síntesis fáctica y genética de la unidad absoluta] ........... 65
V, 404.
Conferencia V: [El talento de la perfecta atención y sus trabas] ............... 74
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
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X, 148.
2
X, 108.
3
X, 117.
4
X, 162.
5
X, 208.
6
X, 151.
7
X, 147.
8
VI, 361.
9
X, 147.
10
X, 208.
11
X, 172.
12
X, 149.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
1804 1794
1. Dios o absoluto = 1. Yo absoluto
2. Relación absoluta = 3. Divisibilidad
3. Manifestación reflexiva = 2. No-yo (como factum)
1
K. Schuhmann, Die Grundlage der Wissenschaftslehre in ihrem Umrisse, 1794-1810, 102-
104.
2
II, 66.
3
X, 114.
4
X, 118.
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1
Wissenschaftslehre 1804; Werke, X, p. 205. 1
2
Ib., p. 195. H. Radermacher, Fichtes Begriff des Absoluten, 93-102.
2
3
Ib., p. 237. W. H. Schrader, Empirisches und absolutes Ich, 127-140.
3
4
Ib., p. 222-223. Los puntos de este proceso son tratados en las conferencias I-XV de la Doctrina de la Ciencia
5
Ib., p. 198. de 1804.
4
Expresión de la Doctrina de la Ciencia de 1810.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
como forma del saber, pero de ningún modo como absoluto puramente en sí y
2. El fundamento y la conciencia
para sí”1. La superación del dogmatismo quedaría en un irremediable estado de
fluctuación si el sostén del saber se disolviera mediante el ejercicio mismo del
saber. 1. Tras la peripecia de haberse visto obligado a dejar la Universidad de Jena
2. Según Fichte, para un filósofo dogmático los seres mundanos forman una en 1799, acusado de ateísmo, Fichte siente dolorosamente que las demás
conexión real sometida a la ley mecánica de causalidad. Mas desde el punto de Universidades le cerraban sus puertas. Había nacido el año 1762 en Rammenau,
vista de la Doctrina de la Ciencia, el ser mundano descansa en las posiciones junto a Dresden; tenía ahora 37 años. Su periplo filosófico se había iniciado
del yo. Y si este yo no tuviera un apoyo ontológico firme, todo quedaría disuelto precisamente en Jena, teniendo como fondo inspirador la filosofía kantiana.
en un torrente de imágenes desvaídas. “No hay nada más que imágenes; estas También allí habían sido editadas, entre 1794 y 1799, sus obras principales
son lo único que existe, y ellas se conocen a sí mismas sólo como imágenes. (Fundamento de la Doctrina de la Ciencia, Fundamento de la Ciencia del
Imágenes que pasan, sin que haya algo que pase. Imágenes que dependen de Derecho y la Moral).
imágenes por medio de imágenes; imágenes sin nada reflejado en ellas ”2. Marcha a Berlín –cuya universidad tardaría todavía unos años en
El yo, aislado y encerrado en sí mismo, es insuficiente para fundamentar el inaugurarse–. Publica obras populares e imparte cursos privados, en la calle
sistema, pues se ve entregado a la dualidad de reflexión y vida, de forma y Commandantenstrasse 9, que le proporcionan holgados medios de vida. Asisten
realidad. Esto exige una penetración crítica de la apercepción trascendental en a ellos filósofos, ministros, altos funcionarios, damas, estudiantes y profesores.
su conexión profunda con el absoluto. El mero yo sapiente destruye –horizon- Se relaciona además con los círculos románticos de Fr. Schlegel y
talmente– todo ser fijo y también a sí mismo, si queda desamparado de algo real Schleiermacher. Pero de estas conferencias orales no pudo cuajar su ideal de
y “diferente” de las cosas que acaban de reducirse a la nada. “Tu esfuerzo será fundar una escuela de pensamiento.
vano si pretendes obtener ese algo de tu saber y por medio de tu saber. Si no En 1804 –cuando tenía ya muy segura la culminación de su Doctrina de la
posees otro órgano para captar la realidad, nunca la alcanzarás”3. Ese órgano es, Ciencia, como lo demuestran las exposiciones recogidas en el Nachlass de sus
en El destino del hombre, la fe moral, por la cual nos adherimos al absoluto Obras– es nombrado profesor en la Universidad de Erlangen, donde explica tan
como fin, como exigencia de una actividad moral. Justo por ello, la relatividad sólo durante un semestre de verano (1805). Allí pronuncia una serie de
de la Doctrina de la Ciencia involucra la firmeza absoluta del objeto de fe. conferencias sobre La naturaleza del intelectual. Rompe con Schelling tras una
Esta solución viene a confirmar que el saber, la forma de reflexión – dura polémica que llegó hasta el extremo del ataque personal.
recuérdese el segundo principio– no queda desamparada o puramente Vuelve a Berlín, donde ofrece una serie de conferencias, que llevan por
relativizada, puesto que se conoce como forma de lo que no es puramente título Advertencia a la vida bienaventurada, en las que coordina su ontología
formal, de un ser principial: se reconoce como forma pura de un ser puro o con la filosofía de la religión. Allí le sorprende la guerra contra Napoleón.
absoluto. Desde el punto de vista principial, el “ser absoluto” de 1801 es la Quiere tomar parte en la campaña, como embajador de la ciencia, “en forma de
transcripción del “contenido absoluto” de 1794. El comienzo del saber es ser orador profano”. A pesar de las adversas circunstancias, y después de la paz de
puro (no perceptible sensorialmente ni determinable categorialmente)4. Tilsit, analiza en fogosas conferencias (Discursos a la nación alemana, 1807),
ante un atento público, el momento histórico que se está viviendo, y la misión
cultural del pueblo alemán. Un año antes había publicado una crítica a la visión
romántica de la historia, con el título Los caracteres de la edad contemporánea.
Cae enfermo en 1808, con una dolencia que le mermaría sus robustas
facultades físicas, calificadas por su médico Hufeland como dotes de un
hiperesténico. Por fin, tras la apertura de la Universidad de Berlín, es nombrado
allí profesor de filosofía en 1910; de ella fue también Rector (1811), cargo que
ocupó por brevísimo tiempo. En 1810 publicó La Doctrina de la Ciencia en sus
1
II, 13. líneas generales; y en 1813 los Hechos de la Conciencia, obra concebida como
2
II, 245. introducción a su sistema.
3
II, 247.
4
II, 63.
En 1814, a raíz de la oposición de Berlín a la invasión napoleónica, se
declara una epidemia de tifus, enfermedad que contraería su mujer, a cuyo
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
cuidado se puso Fichte. A los pocos días quedó infectado también el filósofo; y
es dado a la conciencia. Y nada más. El fundamento es para nosotros una
es lo que le llevó rápidamente a la muerte. Esto ocurrió hacia las cinco de la
actualidad manifestada.
mañana del día 29 de enero de 1814. Tenía, pues, 52 años.
3. Desde esta perspectiva se entiende claramente el nuevo planteamiento de
2. Desde Berlín veía imponerse el pensamiento de Schelling, al principio
la teoría fichteana de los principios.
ligado al suyo, pero ahora en flagrante desacuerdo, y siente la necesidad de
reelaborar su exposición. En Jena, el concepto de ser había sido acuñado con el En el período de Jena la Doctrina de la Ciencia explicaba los modos
modelo del ser del mundo objetivo exterior, cuya insustantividad en el saber necesarios por los que funciona el entendimiento, el descubrimiento de sus
quedó de manifiesto. Pero también el saber mismo mostraba sus límites: el acciones necesarias; aunque indicaba también la tarea de penetrar ese saber del
saber es incapaz de asir la realidad, saber es no-vivir. Y si Kant veía preciso entendimiento hasta su verdadera raíz. En Berlín predomina esta última tarea.
limitar el saber para hacer sitio a la fe, Fichte quiere horadar el saber mismo, Asimismo subraya que saber y vida no están desligados, pues no habría saber si
inteligirlo en su necesaria condicionalidad y relatividad, desde su fundamento, no hubiera vida: el saber se remite a la vida originaria, sin la cual no sería
para encontrar la realidad viva. posible. Por eso, Fichte no tiene ahora inconveniente en hablar de ser puro o de
ser absoluto; “ser” no como categoría de la existencia perceptible; no algo
El fundamento fue declarado inicialmente por Fichte como “lo
objetivo, sino el origen del saber: no un objeto del saber, algo conscienciable,
absolutamente puesto por sí mismo”1 –el yo–. Sin embargo, su transcendencia
sino vida condicionante de todo saber efectivo.
respecto de la conciencia no era una transcendencia “objetivada”: su
transcendencia era inseparable del hecho mismo de la conciencia, tanto en el
comienzo como en el término de ésta. Se encuentra como autoposición
incondicionada que, de un lado, posibilita que en la conciencia misma se
produzca la escisión de sujeto y objeto en limitación recíproca y, de otro lado, 3. Consistencia y disolución del saber
posibilita también que el polo subjetivo de la conciencia no se agote en su
respecto al objeto, ni quede jamás empastado en el objeto, sino que lo
transcienda indefinidamente. El fundamento no funda simplemente la limitación 1. El saber necesita de un amparo para no perder su consistencia; tras
en la conciencia, sino también su superación indefinida. Por eso, el fundamento haberse absorbido en él la realidad de las cosas, hay que recurrir a una realidad
jamás está “hecho conciencia”, sino que “se hace conciencia”: es dado a la absoluta que lo apoye. El yo puro, de suyo inaprehensible, sólo es connotado a
conciencia como tarea infinita. través del dinamismo de la apercepción pura o reflexión originaria, unido a la
Sólo en la conciencia se da la posición limitante de sujeto y objeto2. El relatividad propia de toda acción de la conciencia, la cual envuelve
fundamento mismo no consiente semejante oposición limitante en su interior. Si inexorablemente la relación sujeto-objeto. El saber o la reflexión es lo que nos
conciencia y personalidad equivalen a oposición de términos (sujeto-objeto, yo- hace apuntar al yo puro; éste, de suyo, es lo que hace ser a la reflexión o al
tú), hay que decir que el fundamento carece de conciencia y de personalidad. saber. Por eso, Fichte tiene que determinar en profundidad la relación del saber
Por el fundamento hay conciencia en el mundo; y por la conciencia sale de sí el con el absoluto. Ya en 1794 el yo absoluto, inaprehensible, era distinguido del
fundamento, ex-siste (da-ist). La existencia es la salida que el fundamento hace yo sapiente, del yo que se capta a sí mismo en su relación con los objetos. En
de sí mismo para fundar. La existencia no es existencia de la conciencia, sino 1804 plantea con nitidez la necesidad de explicar cómo es posible un saber
del fundamento. La conciencia es la misma existencia del fundamento. filosófico sobre el absoluto.
Para la conciencia siempre hay fundamento, aunque ella no pueda conocer Por una parte, el saber filosófico se afirma con validez incondicional, de
de él otra cosa que no sea el acto de fundar: pero en sí mismo escapa a la suerte que no puede reconocer nada previamente dado o fuera del saber. Por
conciencia. Sabemos de un “fundar”, pero no de “un” fundamento. El saber que otra parte, si al ejercitar el pensar el saber filosófico se apoderase del absoluto,
del fundamento tenemos es consectario al acto mismo por el que el ser objetivo anularía con ello la supuesta realidad independiente del absoluto. Pero “el
absoluto no es ni saber, ni ser, ni identidad, ni indiferencia de ambos, sino que
es absolutamente única y exclusivamente el absoluto”1. ¿Cómo entra el absoluto
1
en nuestra conciencia? Entra “sólo en la conexión en la que es establecido,
I, 95.
2
I, 271. 1
II, 12.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
1
1
Historie. Acumulación de hechos empíricos. Aquí “Historie” se distingue de “Geschichte”, V, 443.
2
que es la coordinación ideal y justificativa de tales hechos. V, 440.
3
V, 452.
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)
1
V, 479. una afluencia sugestiva. Pero la “intelección” no surge antes de un esfuerzo, sino tras el empeño
2
VII, 130. por conocer la verdad; aunque no es el fruto de una conquista, sino un don que excede los denue-
3
VII, 132. dos –las “condiciones”– que el sujeto mismo ha tenido que anteponer.
1
4
II, 63. Gemeinschaftlich. Se trata de la “intersubjetividad” entendida como ejercitación universal de
la razón en todos los individuos que la poseen. Pero no es la “suma” de individuos.
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INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
acusación, que les haga, estará pronta la respuesta: “sí, eso vale sin duda
panteísmo rebaja a Dios a la mutación y a la finitud. Pero el mundo, para Fichte,
para los demás, pero no para nosotros”; y ellos tienen razón en la medida
es objeto de conciencia, es lo sabido; en cambio, la existencia de Dios no es
en que junto al modo de pensar censurado conocen históricamente
objeto de conciencia, no es lo sabido, sino el saber, la luz, el hacer vivo de la
también el que se le opone; y cuando se les atacara a propósito de ése,
conciencia misma. El mundo no es Dios, sino lo opuesto a él, ciertamente
buscarían refugio en el mismo que ahora recusan. Si se hablara así, por
opuesto por Dios mismo. Dios existe propiamente en el existir viviente, como
ejemplo, como yo acabo de hacerlo: si se censurara la superficialidad
activo exteriorizarse. El hombre no puede con sus propias fuerzas llegar a Dios;
histórica, la dispersión entre los más variados y contradictorios puntos de
más bien, Dios llega al hombre. Asimismo rechaza el panteísmo moral (que
vista, la irresolución acerca de todos ellos y la indiferencia absoluta ante
concibe el fin último como viniendo a ser constantemente, pero sin ser
la verdad, como yo los he censurado, entonces cada uno aseguraría que
realmente nunca), pues Dios no es un fin meramente ideal por encima de los yos
no se reconoce en esta imagen, que él sabe muy bien que solamente una
finitos. Su teísmo concibe a Dios como un esse in mero actu1, unidad perfecta y
cosa puede ser verdad, y que todo lo contrario es necesariamente falso; lo
actual en la que se compenetran ser y vida. Fuera de Dios no hay más que su
mismo aseguraría el que se jactara de su plurifacetismo1 escéptico si le
propia manifestación, la cual no es autodivisión del absoluto.
reprocháramos su estancamiento en esta verdad única por rigidez
dogmática y parcialidad. De un lado, Fichte afirma que el saber es “penetración” absoluta de sí. De
otro, sostiene que la condición del saber absoluto es el ser absoluto, el cual llega
En semejante estado de cosas, lo único que podemos hacer es explicar
a ser-para-sí solamente en el saber del individuo finito. Entonces, este ser-para-
brevemente, de una vez por todas, que aquí presuponemos muy
sí ¿es penetración absoluta de sí? No. Porque el fundamento absoluto no puede
seriamente que hay una verdad únicamente verdadera2; que todo, excepto
jamás ser captado por el espíritu finito: no hay posibilidad de expresión
ella, es incondicionalmente falso; que esta verdad puede ser realmente
conceptual del absoluto.
encontrada; y que ella se patentiza inmediatamente como pura y
simplemente verdadera; pero de la que ninguna chispa se deja atrapar y Por tanto, no es posible que en el espíritu pueda el absoluto penetrarse
comunicar históricamente, como determinación de un espíritu extraño; absolutamente; de hecho Fichte excluye la posición hegeliana, según la cual el
por tanto, el que deba poseerla, tiene que producirla a partir de sí mismo3. contenido integro del absoluto se reflexionaría en el espíritu finito y en su
El conferenciante sólo puede indicar las condiciones de la intelección 4; historia. Luego tampoco el espíritu finito logra una unidad perfecta de ser y
saber. Aunque el saber debe realizarse en el espíritu finito, éste no puede
comprender jamás a Dios, porque no llega jamás al ser: sólo proyecta un mundo
1
Vielseitigkeit. sensible objetivo como “copia” de Dios. De manera que la “unidad de ser y
2
Es gebe Wahrheit, die allein wahr sei. Es rotunda la posición antiescéptica de Fichte. saber” es un esfuerzo infinito que jamás termina, que nunca se alcanza: saber y
3
Wer sich besitzen solle, müsse sie durchaus selber aus sich erzeugen. Esta forma de argumen- ser están separados sin punto de unidad absoluta. En consecuencia, es
tar desde el sollen (deber ser) al müssen (tener que ser) es muy propia del idealista trascendental: irrealizable la esencia total del saber absoluto.
cuando se nos presenta la exigencia ideal-metafísica de algo, entonces tenemos que admitirlo o
realizarlo, si es que nosotros nos hemos entendido como seres espirituales. De no hacerlo o admi-
Pero con esto Fichte también excluye la tesis metafísica de que el ser
tirlo, establecemos un hiato ontológico en nuesto propio ser; o sea, negamos la validez metafísica absoluto se penetra a sí mismo de modo necesario y eterno, con anterioridad al
de nuestro propio ser. Es lo que le ocurre, por ejemplo, a la prueba kantiana de la inmortalidad del espíritu finito; tesis metafísica que explica asimismo que, según Fichte, tal ser
alma, partiendo de la exigencia ideal-metafísica de la libertad. En el caso de lo que Fichte dice en absoluto es la condición de todo saber finito y que el saber finito tiene
estas líneas, se trata de que el sujeto ha de realizar la más alta sobreactuación de sí mismo para absolutividad (firmeza, certeza) no por comprender el contenido del absoluto,
hacer que se produzca la verdad, aunque la verdad misma no sea fruto de la sobreactuación, sino sino por estar situado en el horizonte del carácter formal y real de la
que surge de suyo. absolutividad.
4
Einsicht. Este término, que traduzco aquí por “intelección”, es quizás el más señalado de
4. Se ha dicho antes que, durante el período de Berlín, Fichte indicó la
todos los que Fichte utiliza en este período de su filosofía: indica (con su verbo correspondiente
necesidad de utilizar una serie de categorías que respondieran con verdad al
“einsehen”) el acto de comprensión o visión intelectual que brota en un sujeto ante la evidencia de
una cosa, de un razonamiento, de una reflexión o de un principio; esta comprensión es de índole
objeto de sus consideraciones. Una de esas categorías es la de “vida”, con la
espiritual y moviliza además la vida interior del filósofo, la fija en una dirección y no la hace ya cual se podría calificar perfectamente al absoluto. Pero no sólo ésa: incluso la
vacilar en el camino emprendido. Podría decirse que la vida de un auténtico pensador está hecha
de “intelecciones”; y de hecho, no hay página en estas lecciones que no refleje ese término, con 1
X, 206.
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JUAN CRUZ CRUZ
En primer lugar, el comienzo absoluto y el portador de todo es la vida pura. En la tarea que ahora emprendemos juntos, nada es tan difícil como
En segundo lugar, el saber, o la existencia o la manifestación es imagen o comenzar; e incluso el sesgo que, como ven, estoy a punto de tomar,
intelección de esta vida pura. En tercer lugar, el producto de esta intelección es considerando la dificultad del comienzo1, tiene también sus dificultades.
el ser natural, el mundo objetivo y su forma. No queda otra solución que cortar con valentía el nudo, rogándoles
Todo saber lleva inseparablemente consigo la ley fundamental de la admitan que lo que en primer lugar voy a decir sólo se dirige casualmente
reflexión: la escisión o división. Por medio de la reflexión, ese mundo que es al vasto mundo: únicamente para él vale, pero de ningún modo para
simple para el puro saber recibe características y formas nuevas, o sea, se hace ustedes2.
un mundo particular, infinitamente diversificado, que se despliega en formas Pues a mi entender el rasgo fundamental de nuestra época es que la
renovadas1. La ley fundamental de toda reflexión opera una fragmentación del vida ha tomado un carácter histórico y simbólico, pero que muy
mundo fijo que la forma del saber hace surgir del ser, dando lugar a objetos raramente llega a ser una vida real. Un elemento importante en la vida es
diferentes. Con esta división se instituye el mundo con sus múltiples cosas. el pensamiento. Allí donde la vida entera toma el pálido color de una
El Dasein, la existencia, no puede comprender el ser absoluto; sólo lo capta historia que nos es extraña, también el pensamiento tiene que correr la
“en la imagen”, en la conciencia, donde queda transformado en un ser fijo y misma suerte3. Sin duda se ha oído decir y se ha subrayado que los
quieto. Esta presencia fija es el “mundo” (Welt). El mundo es “creado” así por hombres pueden, entre otras cosas, también pensar; que verdaderamente
el concepto, por la conciencia, al transformarse el ser puro y vivo en un ser fijo. ha habido muchos que han pensado cada cual a su modo: el primero así,
“Sólo por el concepto y en el concepto hay mundo como apariencia necesaria de el segundo de otra manera, el tercero y el cuarto también de modo
la vida en el concepto; pero más allá del concepto, o sea, en verdad y en sí, no distinto; y cuál ha sido el resultado. Pero no es fácil que uno tome la
hay nada más que la viviente vida divina”2. La existencia no es la facticidad de resolución de tratar a su vez de pensar por su propia cuenta. El que
las cosas fuera del saber, ya que el mundo de las cosas es proyectado por el emprende la tarea de incitar a semejante época a que tome esta
pensamiento en el concepto. La existencia es, pues, equivalente al espíritu resolución, siente, entre otras cosas, la incomodidad de no saber dónde
humano. debe buscar a los hombres y [90] llegar hasta ellos. Cualquiera que sea la
Como el saber es primigeniamente la “imagen” del absoluto, el saber del
mundo sensible fuera de nosotros no es sino “imagen de imagen” (Bild des 1
En filosofía el “comienzo” es un punto decisivo; y más si se trata del “primer comienzo”. En
el inicio de la Doctrina de la ciencia de 1794 se trataba de encontrar, desde el punto de vista obje-
1
V, 463. tivo o metafísico, “el primer principio incondicionado”. Ahora, en la exposición de 1804, se trata
2
“El saber, en tanto que acto de distinguir, consiste en caracterizar lo que es diferente; pero de hallar, empezando por un enfoque pedagógico o subjetivo, el comienzo metafísico, el primer
toda característica supone por sí misma el ser y la presencia fija y estable de lo que es principio objetivo, el cual vendrá al final de un largo recorrido explicativo.
2
caracterizado. Pues el concepto transforma en un ser fijo y presente lo que en sí es directamente la Los oyentes han de empezar el curso de lecciones dejando a un lado los sistemas filosóficos
vida divina en la vida [...]. Así pues, la vida viviente es la que se encuentra transformada; y un ser que conocen, procurando tener su mente limpia de ideas preconcebidas, como si no supiesen, en
fijo y quiescente es la forma que ella toma en el curso de esta transformación. O también: la ese momento, nada.
3
transformación de la vida inmediata en un ser fijo y muerto, tal es el carácter fundamental A partir de aquí, y a lo largo de cinco lecciones, Fichte inicia unas admirables reflexiones de
buscado de esta transformación que el concepto hace sufrir a la existencia. Esta presencia fija es “pedagogía psicológica” orientada a crear en sus oyentes una actitud metafísica ante la verdad,
el carácter de lo que llamamos mundo. Así, el concepto es propiamente el creador del mundo, al siendo el punto central de meditación la confluencia de “pensamiento” y “vida”. Esta “pedagogía
transformar, conforme a su carácter interno, la vida divina en un ser fijo”. V, 454. psicológica” orientada a la metafísica reaparece también en otras lecciones de este curso, en pá-
rrafos de sorprendente aliento filosófico.
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Bildes). Y dado que no hay sino un solo ser, puede distinguirse el ser, tal cual es
interiormente, y la forma que él toma por el hecho de existir. Lo que toma una
forma es el ser, tal como es en sí mismo, sin modificar su esencia interna. Por
tanto, en la “existencia” no hay nada más que el ser único, eterno e inmutable.
Este ser eterno, por otra parte, no podría “existir” de otro modo que bajo esta
forma: pues esta forma es la existencia misma; y decir que el ser podría existir
bajo una forma distinta sería tanto como afirmar que el ser puede existir sin
existir. El centro orgánico de la especulación metafísica no está, según Fichte,
ni en el ser puro ni en la forma aislada, sino en la determinación del ser por la
forma y de la forma por el ser. El pensamiento no debe partir de uno de los
extremos para pensar la existencia real, sino del punto central de
determinación1. Sólo por nuestra limitación se distingue el ser absoluto de su
existencia exterior.
5. Lo que el entendimiento abarca con sus categorías (ámbito del concepto)
pertenece al mundo, es objeto o fenómeno. El concepto, que caracteriza a algo
como algo y lo fija así, distinguiéndolo de lo demás, es el creador del mundo
concebible: pero esta creación no es nada más que transformación de la vida
pura. Pues “vida” es el carácter fundamental del absoluto, en la medida en que
éste es desde sí, mediante sí y por sí. La vida pura llega a diferenciaciones en la
conciencia sapiente. Pero importa no perder de vista el carácter de esta
transformación.
La realidad empírica es mero fenómeno, cuya elaboración por categorías del
entendimiento arroja un mero saber formal; mas el propio contenido de realidad
es inaccesible al entendimiento, el cual queda atado –como se dijo– a perfiles
superficiales. Lo conocido por el entendimiento se da en el espacio y en el
tiempo, y nada permite al entendimiento postular cosas en sí independientes de
las condiciones temporales: la categoría de causalidad sólo tiene sentido como
función sintética que abarca lo múltiple sucesivo en su correlación necesaria.
Todo lo que aparece en el tiempo tiene su causa en algo que igualmente aparece
en el tiempo. Pero la realidad absoluta tiene que estar por encima de las leyes
del tiempo, tiene que establecerse como inamovible “uno eterno”, más allá de lo
perecedero.
El entendimiento, por su carácter discursivo, recorre en el tiempo la serie de
fenómenos, de suerte que si el entendimiento es puesto, entonces es puesto a la
vez un múltiple y un tiempo. Pero la Doctrina de la Ciencia tiene que penetrar
el entendimiento, reconociendo en lo eternamente uno el fundamento necesario
de toda la multiplicidad. La tarea de la filosofía consiste en “reducir lo múltiple
a la unidad”2. Pero las leyes del entendimiento son así y no de otro modo: no
son azarosas o casuales, sino leyes necesarias del existir. Por eso, la realidad
1
V, 510.
2
X, 93.
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1
E. Hirsch, Die idealistische Philosophie und das Christentum, 291-298.
2
X, 200-204.
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1
VI, 361-362.
2
VI, 362.
3
VI, 363.
4
VI, 363.
33
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1
VI, 364.
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BIBLIOGRAFIA
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ANUNCIO DEL CURSO DE LECCIONES1
1
Aparecido en el Oberdeutsche allgemeine Litteraturzeitung el 14 de enero de 1804, y en el
Berlinische Nachrichten von Stadts- und gelehrtem Sachen”, el 5 de enero del mismo año.
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Primera posibilidad: “nosotros” construimos el saber (tesis idealista). Segunda posibilidad: “el
saber” se construye a sí mismo (tesis realista).
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Erschauung.
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Como, a juicio de Fichte, le ocurrió a Jacobi perdiéndose en una intuición mística; y a Erscheinung. Fichte opone “ser” a “manifestación”. Podría traducirse Erscheinung por “fenó-
Schelling, perdiéndose en una realidad suprasensible. meno”, dado que en tal sentido lo usa Kant. Mas para Fichte no hay una “cosa en sí” que le
proporcione la “materia” al fenómeno, y éste comparece como auténtica “manifestación” del ser:
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Estas “ciencias” diversas son, por un lado, las físicas y matemáticas; y, de otro lado, las Das absolute Begreifen. Esta “concepción absoluta” no es el “saber absoluto”; este último es
filosofías particulares, como la gnoseología y la moral; todas ellas se oponen a la Doctrina de la la realización del absoluto. En cambio, la “concepción absoluta” es un saber de las condiciones de
ciencia, que es una metafísica o filosofía general. nuestra realización del saber absoluto. La auténtica filosofía tiene como misión esclarecer en
nosotros un saber del absoluto.
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que ser patente o hacerse existente, y, por otra parte –en caso de ser así–,
que ella tiene entonces que construirse en imagen e imaginado, y que no Podemos indicar previamente y de manera aproximada cómo será
puede construirse de infinitas maneras distintas, por y bajo otras con- preciso concebir el fin de este conflicto. Todas las declaraciones
diciones. Por esta consideración, precisamente en un sistema de cono- anteriores de la Doctrina de la ciencia, indican una preferencia por el
cimiento genético, perdemos los términos inferiores y su fundamento de punto de vista realista; y la legitimidad de esta preferencia se apoya, entre
disyunción. Por otra parte, si se nos quiere conceder este punto, ¿quién otras cosas, en el hecho de que el idealismo hace imposible incluso el ser
nos autoriza a aceptar que el imaginado sólo puede ser la luz y que, por del opuesto <como ser>, y es por tanto resueltamente unilateral. En
consiguiente, la imagen que se dará en el concepto debe necesariamente cambio, el realismo deja intacto al menos el ser de su opuesto; hace de él
llevar la luz como su imaginado y, por la mediación de éste, el otro solamente un ser inconcebible, descubriendo así –a pesar de que antes lo
fundamento de división?: así, en un sistema que no se contenta con la considerara como mérito– su ineptitud para constituir el principio de la
evidencia fáctica y que suprime todo lo que no es inteligido ge- Doctrina de la ciencia, en la cual todo tiene que ser concebido de manera
néticamente como necesario, perdemos también la segunda mitad. genética. Es posible que la prueba desarrollada más arriba en nombre del
realismo –a saber, que “no se puede llegar a una intuición alienante de la
Este resultado se produce, como tenía que producirse seguramente, tan vida absoluta”– estribe simplemente en un malentendido, de suerte que
pronto como nos ponemos a pensar seriamente. Si ponemos el concepto, ella sólo debería decir y demostrar esto: “es imposible llegar a una
la absoluta intermediación, como una esencia sustantiva, existente para intuición semejante, válida por sí y fundada en sí misma”; esta
sí, entonces desaparece todo ante nosotros, excepto él, y no vemos proposición permitiría aún muy bien una proposición intermediaria:
ninguna posibilidad de salir de él; es exactamente lo que nos ha ocurrido “podría muy bien llegarse a esta intuición e incluso tendría que llegarse a
antes, cuando pusimos así la luz. Es natural. El ser sustantivo1 anula todo ella, bajo cierta condición, en tanto que simple [178] fenómeno no fundado
ser fuera de sí. Dondequiera que puedas poner un ser semejante, del en sí mismo”. Podría ser quizá que la intelección de esta proposición
mismo modo tendrá en todas partes este efecto fundado en su forma. intermediaria ofreciera el punto de vista propio de la Doctrina de la
Este procedimiento nos da exactamente la tarea de nuestro ulterior ciencia y reuniera verdaderamente el idealismo y el realismo; resultaría
procedimiento; yo deseo que aprendamos aquí anticipadamente a conocer de ahí entonces que la intuición, como pura intuición (lo que más arriba
este procedimiento en su unidad; sólo entonces [156] no nos llamábamos la raíz de nosotros mismos), sería la primera manifestación1
descarriaremos con las distintas formas y variaciones que pudiera tomar y el fundamento de todas las demás manifestaciones; esta proposición no
en la marcha; sólo entonces, en toda forma o variación posible sería, pues, en absoluto un error, sino una verdad correcta, al dejar a la
reconoceremos fácilmente tal o cual modificación particular del único y intuición valer a título de manifestación en todas sus modificaciones,
mismo procedimiento y también la naturaleza de esta modificación y su inteligidas también como necesarias. Mas, por el contrario, la apariencia
procedencia. La conexión genética2, cuya interrupción se ha patentizado, y el error llegan cuando se toma la manifestación por la esencia misma;
debe ser restablecida. Pero esto no puede hacerse por una introducción de esta apariencia y este error proceden necesariamente de la falta de verdad
nuevos miembros que llenaran así los vacíos. Porque, ¡de dónde y, por consiguiente, pueden ser incluso derivados como necesarios en sus
podríamos obtenerlos! Incluso no podemos añadir con el pensamiento grados y en sus formas a partir de la presuposición de esta falta. Yo no sé
algo allí donde no hay nada. Así pues, la conexión genética que falta si se han inventado o se ha pensado inventar dispositivos que midan la
ahora tiene que encontrarse en los mismos miembros presentes; frente de las personas para tomar, según su cabeza, la medida de sus
simplemente no los hemos considerado todavía como es preciso, o sea, capacidades intelectuales. Pero la Doctrina de la ciencia podría presumir
no los hemos considerado aún de una manera completamente genética, de poseer un patrón espiritual similar, si un patrón semejante pudiera
sino en parte sólo de una manera fáctica. He dicho: “en los miembros solamente aplicarse. La regla es siempre la siguiente: basta que me digas
presentes”; por tanto, si sólo quisiéramos por este camino alcanzar exactamente todo lo que no sabes y todo lo que no concibes, y yo podría
nuestro fin, importaría poco partir de tal o cual miembro presente. Si uno indicarte muy exactamente a priori todos los errores y quimeras en las
que crees; y esto se confirmaría seguramente.
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Alles selbständige Sein.
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Genetische Zusammenhang. 1
Erscheinung.
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Disjunktion. Einsicht.
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Lebendigen Lichte.
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de mediatez1 (de pasar del uno al otro, aunque solo se pueda poner en
movimiento una vez), está muerta en sí misma, precisamente porque no disyunción puede ser absoluta y simplemente fáctica, pues tiene que
tiene en sí un fundamento de movimiento? ¿Qué ocurriría si hacerse genética, por su mismo carácter de disyunción; porque abso-
precisamente la vida interior de la luz absoluta =O fuera su vida? Ello lutamente la disyunción es genética en su raíz. (Semejantes obser-
permitiría <(y les ruego atención)>, en primer lugar, derivar la mediación vaciones, como las que hemos hecho, no aportan nada más sobre la cosa,
misma <–y entonces perdería su absolutividad pretendida todavía aquí–> pero aumentan enormemente en ella la libertad de la autoposesión y de la
a partir de la luz, por el silogismo siguiente: si se debe llegar a una reproducción; y facilitan extraordinariamente la comprensión de lo que
exteriorización –a una existencia externa de la vida inmanente, como vida sigue). Resultado: puesto que lo que hemos aceptado en primer lugar se
inmanente–, ello sólo es posible en una mediación absolutamente exis- fundaba aún particularmente en la intelección fáctica, hemos tenido que
tente. ~Pero tiene que llegarse a semejante exteriorización nece- abandonarlo.
sariamente, porque la mediación absoluta, es decir, el concepto original, Por otra parte: ¿Cómo hemos llegado a esta intelección de abandonar
o la razón, existe absolutamente, tal como cada cual puede en verdad <la disyunción de A y punto> y cómo hemos llegado a aquello superior
encontrarlo sólo en sí mismo. Además, ¿qué ocurriría si justamente esta por el que la hemos abandonado? Si se acuerdan, se debe llegar por la
mediación viva (viva ciertamente en virtud de una vida extraña, pero no distinción –dada ciertamente sólo en la evidencia fáctica– entre dos
obstante viva), como unidad de la mediación, se escindiera precisamente modos de ser y de vivir la luz: el interno y el externo; y se debe llegar
en [169] pensamiento y ser, es decir, en sí misma, y en la fuente original de ciertamente por la intelección genética de este modo externo, o por la
su vida? Esta escisión, como escisión de la mediación persistente como cuestión de saber cómo podemos llegar a algo absolutamente interior,
mediación, sería radical, por idéntica razón, y sería inseparable de la como interior; así pues, elevando hasta el punto de vista genético aquello
mediación y de su vida. ¿Qué ocurriría si la mediación, como mediación, que precisamente sólo era pensado más arriba de una manera débil y
no estuviera ya inmediatamente obstaculizada en su esencia, sino que fáctica. De todos modos, se encontró antes –como es obvio y cada uno lo
fuera a su vez un poder de objetivación y de derivación de esta esencia?; recordará– que esta disyunción completa entre el interior y el exterior
como esto es lo que acabamos de hacer nosotros mismos, debemos estriba sólo en el punto de vista fáctico. <(De paso observaré que, incluso
saberlo bien. Esta objetivación y esta derivación podrían muy bien en la presente investigación, la facticidad eliminada en un lado se
producirse también según la ley de la mediación, puesto que en su raíz y encuentra en el otro, y que no la habremos extirpado de cuajo hasta que
fundamento no es más que una mediación. ¿Qué ocurriría, si en esta quede resuelta la tarea que traemos entre manos).> Para el oyente que
deducción y derivación, hubiera entonces una escisión conforme al repita la Doctrina de la ciencia añadiré aún que la diferencia hecha aquí
segundo modo indicado? <Además, ya que sólo puede ser una mediación entre la vida interna y la vida externa de la luz es la misma que, en el
por medio de una mediación, o sea, ya que su propio ser, como primer curso, fue tan importante y significativa, como diferencia entre la
mediación, sólo puede ser mediado, ¿qué ocurriría si la primera forma existencial inmanente y emanente.
modalidad de ser, con exclusión de un cierto modo de la segunda, no 2. C y L son sólo conceptos: el primero no es más que disyunción en
fuera en manera alguna posible, que por tanto la primera escisión no general, en lo uno; esta disyunción no puede en adelante justificarse por
fuera sin un cierto modo de la segunda, y viceversa? sí misma: es decir, sus miembros, desde el punto de vista en que estamos
Como esta mediación es nuestra propia esencia interna y como la aquí, son precisamente sólo dos miembros, sin ninguna otra diferencia. L
mediación se absorbe totalmente en una mediación, entonces en cambio no es una disyunción en general, sino una disyunción
absolutamente todo lo que está fundado en estos miembros se puede determinada en ser y <concepto,> al menos como principio de la
perfectamente concebir y derivar.> Ahora bien, en todos estos “¿qué disyunción en general, [166] tiene un contenido interior permanente, al
ocurriría?” que acabo de realizar, he considerado siempre O como vida; igual que S, como principio de la unidad. Sus miembros de disyunción no
pero no es meramente esto la naturaleza de O, el cual está son, pues, solamente dos miembros en general; tienen además una
inseparablemente unido a la vida, y ha sido considerado por nosotros por diferencia interna. Desde nuestro punto de vista, L no está, pues, aún
anulado, y a partir de este punto de vista no hay que anularlo. Si tuviera
no obstante que llegar a ser anulado, –como se comprende a priori
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Durchheit.
<porque además de no poder llegar a O, en donde a decir verdad ya no
hay disyunción alguna,> quedaríamos prendidos en una síntesis post
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decir y pensar, de todo decir y pensar e intuir, de todo lo que fuera del
en-sí puede llevar un nombre. Dirán entonces que tienen que explicarse a ésta en principio, lo que tendría por consecuencia que todo lo demás
así el en-sí, en caso de que quieran explicárselo, y ninguna otra fuera suprimido: lo último sería un realismo. Ambos se fundan en
explicación correspondería al en-sí. Resultado: sólo puede describirse el <máximas>: el primero en la de dejar valer el factum de la reflexión, y
en-sí como el anulador de toda acción de pensarlo. nada más; el segundo en la de dejar valer el contenido del principio
patentizado, y nada más; por eso mismo ambos son en el fondo fácticos,
Primera observación sorprendente. En la lección anterior realizamos puesto que hasta el contenido de la evidencia, que sólo debe valer para el
en nosotros el realismo al nivel de la evidencia fáctica, según sus realismo, no era más que un factum.
consecuencias; pero ahora acabamos de comprenderlo según su génesis.
Antes precisamente nos surgió y sobrecogió la intelección de que si ponía Ante la necesidad, resultante de esto, de elevarnos más y de penetrar
la vida en sí, entonces no podía existir en absoluto nada fuera de ella. Así los facta genéticamente, nos volvimos hacia lo que aquí prometía aún ser
lo vimos, y no era posible otra cosa. Ahora inteligimos aquí que el lo más significativo, hacia el en-sí, unido al principio realista, a la vida en
realismo, o nosotros –que estamos en su punto de vista– procedemos sí: y en esta ulterior consideración consistía nuestro primer paso, dado en
como el en-sí, anulando simplemente todo fuera de nosotros; inteligimos, esta semana. Ocurrió que el en-sí se patentizaba en relación consigo
pues, que de alguna manera, al menos quoad effectum, el realismo es el mismo, como una <anulación> absoluta de la validez de todo ver; él se
mismo en-sí, y coincide con él; por esta razón interna, en la ma- construye a sí mismo en la evidencia inmediata y a la vez rechaza
nifestación de la intelección que nos ha sobrecogido durante la última precisamente la evidencia inmediata o la luz con su autoconstrucción; lo
lección, esta intelección ha anulado todo fuera de él. Es, pues, cierto que cual daba entonces un realismo superior, que derivaba la intelección y la
hemos penetrado algo en el realismo, que antes era sólo fáctico, a partir luz misma, cosa que el primer punto de vista se contentaba simplemente
de su principio, o sea, de una manera genética. con ignorar. Contra este nuevo realismo intentaba imponerse un nuevo
idealismo. Precisamente habíamos tenido que exigirnos y esforzarnos
Despachado este aspecto de la cuestión, reflexionemos más enérgicamente a considerar la significación del en-sí, y creímos inteligir
profundamente sobre la propia intelección que acabamos de generar y que, sólo como consecuencia de esta consideración, se patentizaba ste
sobre su principio. Les rogaba que pensaran con rigor y energía en la como construyéndose a sí mismo [210] con evidencia inmediata a la vez en
significación del en-sí; esto es lo que llegaron a inteligir, etc. Convengan el seno de la luz; y que por consiguiente esta energía nuestra sería en
en que sin este pensamiento riguroso no se habría producido esta verdad el principio fundamental y el primer miembro de todo lo dado.
intelección semejante; quizá convengan en que este pensamiento del
en-sí se ha presentado frecuentemente a ustedes en el curso de su vida, Pero contra esto se levantaría muy audazmente el realismo, o nosotros
precisamente en su pálido reflejo; [184] y que sin embargo esta intelección mismos, –porque nosotros no éramos entonces más que este realismo–,
no se ha generado en ustedes. (Puede demostrarse que ha ocurrido lo así: ¿Piensas tú, pues, efectivamente? ¿Y a qué quieres referirte en
mismo en los filósofos sin excepción; porque si a alguien verda- verdad para confirmar tu afirmación presente? Sólo puedes alegar que
deramente se le hubiera abierto de un modo vivo esta intelección, no eres consciente de ello; pero no puedes derivar genéticamente de esta
habría habido necesidad de esperar tanto tiempo el hallazgo de la conciencia tuya, como debieras, el pensamiento en su realidad y en su
Doctrina de la ciencia ). De suerte que incluso la intelección que ustedes veracidad –en la que lo afirmas–; pero nosotros, por el contrario, hasta
han tenido de la anulación del pensamiento en el en-sí, presupone el podemos derivar genéticamente la conciencia, a la cual te refieres y
pensamiento positivo. Y así, puede enunciarse el principio siguiente: en eriges en principio tuyo; porque seguramente esto no puede ser más que
el pensamiento se anula el pensamiento en el en-sí. una determinación de la intelección y de la luz; pero mientras la luz se da
en sí misma, la evidencia se da en la evidencia inmediata surgiendo del
En seguida les ofreceré varias conclusiones, que desearía que en-sí. La máxima superior establecida por este razonamiento trataba <,
conocieran previamente: la anulación del pensamiento en el en-sí, pues,> de no dar crédito al testimonio de la mera conciencia inmediata en
siempre que el en-sí deba ser pensado por nosotros, no es pensada en una lo referente a la verdad en sí, y, aunque uno no pueda despegarse de ella
reflexión libre, sino que la anulación se patentiza inmediatamente. Esto fácticamente, de hacer no obstante abstracción de ella. ¿En qué consistía,
es, pues, lo que llamábamos intuición: e indudablemente, como se trata pues, propiamente el efecto de esta conciencia, en virtud del cual la
aquí del en-sí absoluto, es la intuición absoluta. El proiectum de la hemos rechazado? ¿Qué hay, pues, que despegar siempre de la verdad?
Respuesta: la proyección absoluta de un objeto, sobre cuyo surgimiento
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Sein und Leben.
2
In sich, von sich, durch sich.
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distinta, el complemento del en-sí, cuya nulidad hemos inteligido ya: por
tanto, ella jamás llegará a engañarme. Brevemente: todas las con- presentes: les aconsejo que trabajen más a fondo; porque esta apariencia
figuraciones de la forma existencial externa han sido anuladas, puesto de facilidad debería originar la sospecha de que han tomado la cosa más
que ella ha desaparecido bajo la más alta configuración en la que se daba: con la fantasía especulativa que con la razón pura, en su eterna
en el en-sí; <sólo> se trata aún de la esencia interna para penetrarla serenidad.)
correctamente; pero penetraremos hasta su fondo de modo verdadero si Volvamos al tema.
lo inteligimos como induciéndonos genéticamente a su manifestación en Se nos ha patentizado inmediatamente que el en-sí es radicalmente
la forma existencial externa, y sólo llegaremos allí justamente si no nos independiente <de la visión1,> del saber o del pensamiento en que se
dejamos ilusionar por esta forma. <Si nos llega a causar ilusión, entonces tiene; y por consiguiente, por el efecto esencial que le es propio –en el
nos convertimos en ella, nos absorbemos y nos perdemos en ella y jamás caso de que se le atribuya un efecto semejante–, los anula comple-
lograremos llegar a su génesis. tamente. En este concepto inmediatamente verdadero y claro, no éramos
He querido añadir aquí este último cuarto punto, siquiera para no nosotros, pues, quienes construíamos el en-sí; sino que éste se construía a
acabar la conferencia con la muerte y el naufragio, como antes parecía. sí mismo –como igualmente se nos patentizó– tal como era en la
Mañana seguiremos la discusión.> [205] construcción, en tanto que anulador del pensamiento; a este concepto
desde luego estaba inmediatamente unida la intelección inmediata, la luz
absoluta, como igualmente se patentizó. El en-sí absoluto se ha revelado,
pues, como la fuente de la luz, de suerte que la luz no es algo original;
éste sería ahora primero, y lleva claramente en sí la huella de un realismo
superior; <por cuanto que incluso la vida (la autoconstrucción: como vida
unida a ella) –que era lo absoluto del primer realismo– se patentiza como
síntesis inmediata derivada del en-sí.>
Contra este realismo trata de elevarse otro idealismo, procediendo a
partir del fundamento siguiente: para inteligir el en-sí como anulador de
la visión, deberíamos reflexionar en ello enérgicamente. Por consi-
guiente, aunque no pudiéramos negar que se construye a sí mismo y, con
él, la luz, todo esto estaba condicionado no obstante por nuestra reflexión
enérgica, y ésta era, por consiguiente, el miembro más elevado de todo.
Esto es claramente idealismo, puesto que se basa <fácticamente> en la
reflexión absoluta, y se distingue del precedente idealismo que se basaba
en la reflexión de un condicionado, en la realización efectiva de una
mediación para inteligir así su condición; pero ahora se basa en la
reflexión del en-sí incondicionado y constituye un idealismo superior.
Hemos abatido provisionalmente este idealismo, por la consideración
[189]
siguiente: tú, pues –le diríamos dirigéndonos a él como a una
persona–, tú, pues, piensas el en-sí; este pensar es tu principio. ¿De
dónde sabes esto? <Acompáñanos a tu principio.> No puedes respon-
derme otra cosa, nunca aportarás otra respuesta que ésta: precisamente lo
intelijo, tengo conciencia inmediata de él. Y de hecho, lo inteliges
intuyéndolo, como simplemente objetivo. (Este último punto es impor-
tante, y quiero explicarlo más: también en el realismo, la auto-
1
Sehen.
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de nuestro propio sistema deba ser colocado por debajo de <este sistema
nuestro>. Pero se revuelve diciendo: la razón es la [198] indiferencia porque es esto–, y prueba esta negación suya; sólo así es como ella
absoluta entre sujeto y objeto. Debe redargüírsele, en primer lugar, que la aquieta y unifica en sí a la razón. Sólo lo que es simplemente inteligible,
razón no puede ser un punto absoluto de indiferencia sin ser a la vez un la razón pura, queda como únicamente válida. Para que ninguno se
punto absoluto de diferencia, ella no es, pues, ninguno de los dos de extravíe en ningún momento siguiendo una ocurrencia que puede
manera absoluta, sino que es los dos sólo de manera relativa; por fácilmente imponerse aquí, añadiré en seguida una indicación, que
consiguiente, de la manera que se quiera comenzar, no se puede poner en próximamente será necesario explicar más. Podría uno, en efecto,
esta razón la menor chispa de absolutividad. Schelling añade: la razón es; preguntarse: ¿cómo puedo inteligir1 sin ser consciente precisamente en
comienza, pues, por deshacerse de ella y la coloca ante él objetivándola; este inteligir? Respondo: ciertamente eso es imposible; pero el
e incluso hay que felicitarle por no haber encontrado en su definición a la fundamento de la verdad, como verdad, no reside seguramente en la
razón verdadera. Esta objetivación de la razón no podría ser jamás el conciencia, sino radicalmente en la misma verdad; por tanto, hay que
camino recto. El objetivo de la filosofía no es hablar desde fuera sobre la sacar siempre la conciencia de la verdad, puesto que carece de autoridad
razón, sino poner en obra efectivamente y con toda seriedad el ser de la sobre la verdad. La conciencia es sólo la manifestación externa de la
razón. Y sin embargo, este escritor es el héroe de todas las cabezas verdad, de la que tú no puedes salir y cuyo fundamento se te debe indicar
ardientes y, al mismo tiempo, desordenadas y confusas; y aquellos también. Pero si crees que la razón de que la verdad es verdad reside en
mismos que no pueden negar los vicios que acabamos de denunciar esta conciencia, entonces caes en la apariencia; y en todas partes donde
acerca de su sistema –y tal vez existan aún más graves– piensan sin consideres tú que algo debe ser verdad porque eres consciente de ello,
embargo: o bien que las consecuencias son buenas aunque los principios eres radicalmente vana apariencia y error.
sean falsos; o bien que el conjunto es excelente aunque todo el detalle de Aquí se patentiza, pues:
las partes no valga nada; o bien, en fin, que el sistema es siempre muy 1. Que la Doctrina de la ciencia ha mantenido efectivamente su
interesante, aunque no sea ni verdadero, ni bueno, ni bello. Ahora bien, promesa, pues como teoría de la verdad y de la razón ha extirpado de sí
he dicho esto refiriéndolo a mi persona sólo para situarme en la historia toda facticidad. El factum original y la fuente de todo lo fáctico es la
de la filosofía y para explicar mi punto de vista, pero no en absoluto paya conciencia. Esta no puede autentificar nada –como lo prueba la Doctrina
debilitar en nadie la admiración que pueda suscitar su héroe, ni para de la ciencia–, y por tanto, es preciso rechazarla y hacer abstracción de
intentar atraerla hacia mí. Porque si hay gentes que tienden ella, allí donde debamos tratar de la verdad. Pero en la medida en que
completamente a condenarse en el error, yo no puedo nada contra ello. toda la segunda parte de la Doctrina de la ciencia –que sólo es posible a
<Pero volvamos al tema y prosigamos; el resultado principal fue él partir de la primera y basándose en ella– es una fenomenología, una
siguiente:> teoría de la manifestación y una teoría de la apariencia2, debe derivar a
Aunque nosotros hayamos concedido que no podemos salir de la las dos como existentes, pero tal como precisamente existen:
esfera de la conciencia, hemos rechazado el admitir su validez en sí. fácticamente.
<Nosotros absolute, o sea también aquí en la Doctrina de la ciencia >. 2. Está claro ahora que desde fuera es absolutamente imposible objetar
De aquí se sigue que: nada contra la Doctrina de la ciencia [196] y que es preciso, por el
1. Una vez que hemos inteligido esto, entonces a pesar de que no contrario, comenzar siempre por penetrar en ella. El punto de donde
podamos suprimir fácticamente la conciencia, no queremos creer en ella podría procederse para combatirla o es inteligido o no lo es. Si es
realiter juzgando sobre la verdad, sino que queremos hacer abstracción inteligido, o bien es inteligido inmediatamente y es el principio de la
de ella en el juicio; y esto lo tenemos que hacer bajo la condición de Doctrina de la ciencia misma, o bien es inteligido mediatamente y se
querer alcanzar la verdad; mas no incondicionalmente; porque no [199] estaría en derivaciones del fenómeno fundamental e incluso en
estamos necesariamente constreñidos a inteligir la verdad. Nos fenómenos derivados de él. Sólo se puede llegar a estos últimos a partir
encontramos aquí en primer lugar implicados nosotros mismos del primero. En este caso, pues, uno estaría de acuerdo en todas las
1
Einsehen.
2
Phänomenologie, Erscheinungs- und Scheinlehre.
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Verstandeseinheit.
2
Durch die Vernunft.
3
Ganze Durch.
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Vorconstruirt Fünffachheit.
5
Das blosse reine Sein, als absolute, in sich selber geschlossene Einheit.
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ha ocurrido siempre hasta aquí, en parte porque por ahí mismo aparece de
nuevo un tipo de punto de vista idealista del que me abstengo aquí de tan sólo concierne al modo de nuestro punto de vista, podría ser
rendirles cuenta), en esta intelección, digo, habíamos partido de la precisamente el principio del idealismo absoluto = de la manifestación; y
construcción de este ser, a la cual nos hemos aplicado expresamente. presuponiendo en todo nuestro razonamiento el principio de [232] una
Ahora no quiero –les ruego que anoten bien este punto que enseguida construcción ideal del ser, distinta de la autoconstrucción real, podríamos
puede aportarles gran claridad–, no quiero razonar aquí como lo han ser nosotros mismos inducidos a un idealismo superior y nuevo.
hecho todos los idealismos citados: “por consiguiente, el ser depende de El hecho de que esta intelección se encuentre ahora caracterís-
su construcción, y esta construcción es [214] su principio”; porque esta ticamente distinguida del ver originario presupuesto, y solamente ella se
proposición sólo podría ser verdadera y tener un sentido en relación a la presente con certeza, al contrario del ver originario que, con relación a su
existencia fáctica del ser en la forma existencial externa y objetivante; y contenido, sólo debe ser problemáticamente (es claro que para la
esta experiencia sería, pues, presupuesta absolutamente; por con- reflexión inmediata la cosa se presenta así y que nuestra certeza se
siguiente, no se tendría aún que abstraer en modo alguno de la manifiesta como una certeza generada y deducida), este hecho, digo,
proyección per hiatum, <según> nuestra máxima fundamental; esta estriba verosímilmente en la parcialidad del mismo idealismo, el cual, no
existencia fáctica, hecha problemática ya en general en su principio reconociendo aquí nada más, da testimonio de sí mismo. Es preciso que
originario, debe ser derivada ahora. Pero nosotros queremos concluir de examinemos en primer lugar esta pretensión.
manera puramente realista, fiándonos en la verdad del contenido de la 2. Recordaré la regla fundamental: contra todo idealismo, no es
intelección y siguiendo nuestros principios, de la manera siguiente: si el posible proceder de otro modo que partiendo del realismo. Por
ser no puede en absoluto salir de sí mismo, y si nada puede ser fuera de consiguiente, una vez que nuestro razonamiento ha sido reducido a su
él, resulta entonces que el ser mismo es el que se construye así en la unidad espiritual y que lo hemos inteligido como un idealismo, no nos es
medida en que esta construcción debe ser; o bien, lo que significa lo posible quedarnos más tiempo en él sin movernos en un círculo; por el
mismo: somos nosotros quienes realizamos esta construcción, pero en la contrario, tenemos que emplearnos en desarrollar el realismo opuesto y
medida en que –como igualmente lo hemos inteligido– somos el mismo profundizarlo más en su génesis.
ser y coincidimos con él; pero de ningún modo como podría manifestarse a) Recordemos que llegamos a entrar en este realismo a continuación
y como se manifiesta efectivamente cuando nos abandonamos a la de aquel último examen del en-sí y de la intelección, que nos reveló que,
apariencia: como un “nosotros” libre e independiente del ser. Breve- en nuestro saber, este en-sí es relación y multiplicidad, en cuanto que él
mente, si el ser es construido, como efectivamente se nos manifiesta, no es una unidad que sea preciso pensar como absoluta y sin ningún
entonces se construye simplemente por sí mismo; el fundamento de esta carácter complejo y analizable; sólo es, según nuestra expresión, una
construcción, tal como se nos manifiesta aquí inmediatarnente y es unidad del entendimiento. Hemos rechazado completamente este saber, y
<comprensible>, no puede residir fuera del ser, sino total y simplemente sin embargo nos ha quedado de más un saber, que era, por consiguiente,
en él, como ser; y justo simple y necesariamente, excluyendo cualquier una unidad interna absoluta, sin ninguna composición ni división: una
contingencia. unidad en sí. No queremos decir ciertamente que “nosotros” lo
Haré a este respecto las dos observaciones siguientes: 1. He dicho: “si hubiéramos generado en esta unidad; porque verdaderamente no
el ser es construido”; me he expresado de manera problemática, queríamos que después de abstraer de toda relación debiera aún quedar
reservándome así, quizás, poder disociar ulteriormente en mi afirmación algo de más; o si nosotros lo hubiéramos querido o podido querer –poder
una parte verdadera y una parte no verdadera. Desde luego, si alguien abarcar con nuestro querer todo lo que queda de más–, entonces ya habría
insistiera en que el ser ha sido construido, entonces –ustedes pensarían estado de más para nosotros: pero precisamente, lo que simplemente
bien–: ¿cómo podría desarrollar su prueba a partir de nuestro punto de había de más era una unidad por sí. Todo depende de este último punto,
vista actual? Yo sólo podría decirlo a partir de su conciencia. Pero ya se todos los sistemas lo han pasado por alto, [233] y sólo se revela claramente
ha renunciado al valor en sí de esta prueba; mas precisamente aquí hay si se procede con la más profunda concentración. Lo que llamamos
que decidir la cuestión de en qué medida y en qué sentido la expresión de “nosotros”, o nuestra libertad, y lo que aquí precisamente debemos
derivar por primera vez a partir de la ya mencionada nueva génesis
formal del ver intelectual –el cual es necesario absolutamente presu-
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intelectual, <que> como contenido del mero acto de ver intelectual <está
separado y subsiste para sí>, debe ser en primer lugar puesto en la conciencia1 podría ser aún válida a pesar de todo; y es necesario en
conexión, por medio de lo que llamas una intelección, con otro elemento particular decidir en qué medida puede valer la conciencia en su más alta
en el acto de ver intelectual, que sea a la vez su condición y su expresión, que consiste aquí precisamente en el factum [215] de la
condicionado. Así pues, indicaré de un modo exacto y preciso el construcción del ser. Conviene, pues, no anticiparse a los resultados de
verdadero resultado a que aspiras: para llegar verdaderamente a tu nuestra investigación; pues lo que yo establezco a título problemático
exigencia, tienes que presuponer de modo determinado un acto de ver sólo tiene el fin de hacerla posible. 2. El mero ser se ha patentizado ya en
intelectual ya completamente determinado en sí y para sí; ahora bien, este verdad inmediatamente en la investigación precedente como un esse que
acto de ver intelectual, en su permanente determinación objetiva [231], es inmediatamente por sí, desde sí, a través de sí, que se construye a sí
debe ser, <pues,> además determinado como acto de ver intelectual, de mismo y que sólo es inmediatamente en esta autoconstrucción2; tal era el
un modo cualitativamente distinto, en virtud de que permanece la contenido completo de nuestra intelección. Pero aquí se trata de una
determinación objetiva. Requieres, pues, –para decirlo brevemente–, una autoconstrucción que sólo establecemos de manera problemática, como
nueva génesis en el acto de ver intelectual, el cual presupones ya en acto expresión de la mera conciencia, y que sólo <añadimos> mediatamente,
de ser y permaneciendo objetivamente idéntico.” por un razonamiento, al ser para sí: pido, por tanto, a cada uno que
intelija inmediatamente en ella una autoconstrucción completamente
Llegamos así a una nueva génesis interior del acto de ver intelectual, diferente, simplemente figurativa o ideal3, y yo no puedo describirla más
como acto de ver formal, sin ninguna diferencia de contenido (lo hemos que con palabras; en cambio, aún la primera podría llegar a ser una
llamado también objetividad). Así pues, el material de esta génesis autoconstrucción real; obviamente este último predicado “real” lo llega a
formal, su resultado, es también de nuevo <una> génesis: el contenido obtener sólo por oposición al primero: por tanto, en ese predicado –que
dado debe ponerse en una conexión genética con otro miembro que él es sólo relativo y que se comprende por su contrario– llega incluso a
genera; y a su vez, debe ser generado por éste; se trata del conocido acto anular la absolutividad de la primera intelección. Desde luego, la tarea
completo de mediación, o de la relación, que debe entrar en su consiste precisamente en encontrar qué valor puede tener<, digo,> no
quintuplicidad sintética. Pero puede ocurrir muy bien que esta génesis tanto esta autoconstrucción ideal o real del ser, cuanto más bien el
material exterior, que suponía un contenido completamente inmutable en principio analítico-sintético que se encuentra en su base; y esta cuestión
su esencia interna –génesis que se daba <en> el contenido y que procedía de la validez solamente puede ser resuelta por una derivación genética de
de él– esté justamente fundamentada en la génesis formal del simple ver este mismo principio. Guardémonos, pues, de anticipar y dejemos valer
intelectual mismo: no estaría, pues, en la cosa, sino en el ojo intelectual toda diferencia sólo problemáticaniente.
modificado; y por esto, desde luego, todo lo múltiple que hemos
encontrado aquí sería reducido a la unidad del mismo principio, a la 2. Volvamos a nuestro propósito. Si el ser es construido idealiter,
unidad de la determinación formal ulterior. Esta determinación formal como suponemos, entonces esto ocurre simplemente en virtud de la
ulterior, o nueva génesis, es entonces requerida por una “exigencia”, la propia esencia inmanente del ser. Pero no se les debe escapar a ustedes
cual ha sido reconocida expresamente, en su esencia interna, como una que de hecho hemos obtenido <por esto> algo nuevo y relevante, a saber:
génesis, simplemente como tal; y así, esta génesis podría tener también que en esta intelección absoluta, lo ideal se encuentra puesto de manera
su fundamento en la “exigencia” misma, al igual que la relación y la orgánica y absoluta en el ser esencial mismo, simplemente puesto sin
síntesis quíntuple tendrían su fundamento en la génesis formal; de suerte ningún hiatus real en la esencia, así pues, sin ninguna disyunción en la
que la “exigencia” sería el principio fundamental de todo; y así lo hemos esencia; es necesario añadir que esta intelección es genética y pone una
considerado ya más arriba. Brevemente, el espíritu del razonamiento génesis absoluta: como simplemente necesaria, bajo la condición de que
completo que hemos llevado a cabo desde el principio de nuestra segunda el miembro exista y sea supuesto. Desde luego esta intelección arrastra
parte reside en la exigencia de una génesis interior en el ver en sí, el cual
se debe presuponer para la génesis misma: por esta génesis no se añadiría
nada al acto de ver en su verdadera significación; por tanto, ella tendría 1
Das Bewusstsein in seiner Aussage.
que carecer de todo valor, como siempre lo hemos pretendido, con 2
Von sich, aus sich, durch sich, unmittelbar ein esse, dass es daher sich selber construire, und
relación a esta significación. A la vez, esta génesis interior y formal, que nur unmittelbar in diesem Selberconstruiren sei.
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Bildliche und idealische.
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hay una diferencia, que he caracterizado y que les he hecho conocer [217]
<oscuramente>, estableciendo la fórmula siguiente: la “exigencia” es un sin poder desembarazarnos nunca de ella <y quedando siempre sin
por sí, etc., como tal. Los invito ahora a que pongan en claro esta explicación>.
distinción, juntamente conmigo. El ser fue construido como un absoluto (Les ruego que observen que una exposición filosófica puede muy a
por sí, etc. Y pregunto: fuera de este esse, que vive y se construye de menudo contar con la ayuda desapercibida del entendimiento1, sin indicar
manera absoluta, ¿debería haber o habría efectivamente en nuestra siempre las diferencias que hace en sus fundamentos de distinción; el
intelección –suponiendo que fuera correcta– todavía algún otro ser factum explica a menudo, por sí mismo y por sus consecuencias, su
consistente, sustantivo? En ningún caso; porque, por el contrario, ambos verdadero sentido. Pero siempre se cuenta así con una casualidad feliz,
desaparecerían absolutamente [229] el uno en el otro y en el singulum que perfectamente puede también no darse. Siempre será más exacto no
puramente encerrado en sí mismo; y la doble repetición sería entonces dejar sin explicar en absoluto cualquier fundamento de distinción; ni
totalmente ociosa, inválida y marginable. Esto <no> es lo que ocurre con debe engañarnos la circunstancia de que a menudo, para muchas personas
la “exigencia”, si todavía lo consideran una vez más con todo el rigor la explicación hace más oscuro lo que estaba más claro con la ayuda
requerido: se mantiene como punto central y soporte, fijos y sustantivos, desapercibida del entendimiento; porque no debe de ser así, ni el
del autocrear y del sostener absolutos; y esto último no es inteligido auténtico sentido filosófico tolera esta ayuda desapercibida. Se ha
inmediatamente, como antes, en el ser, sino sólo mediatamente, por la presentado un caso, durante la penúltima lección, a propósito de una
presuposición y la posición de una “exigencia”; brevemente, bajo la distinción entre dos maneras diferentes de considerar el en-sí, cuyo
presuposición de que debe ser él mismo de nuevo una “exigencia”, así fundamento de distinción indiqué muy especialmente, aunque sin duda la
pues, inteligido a través de su duplicación propia. Aquí no hay en distinción hubiera llegado a ser clara con el simple factum. Aquí
absoluto, como ocurría más arriba, una intelección racional inmediata, encontramos un caso parecido. Al hiatus irrationalis como tal, es decir, a
sino solamente una intelección mediata, condicionada a su vez por una la absoluta aprincipialidad como tal2, hay que demostrarle su principio. Y
superior proyección per hiatum de la “exigencia” precisamente; así es no, obviamente, en tanto que ella es aprincipialidad, porque entonces,
como nosotros hemos procedido de hecho. Ahora bien, hemos querido lejos de demostrarle un principio, sería suprimida y anulada ella misma.
caracterizar esta relación, añadiendo estas palabras: “como tal”, es decir, Por tanto, ¿en qué medida debe ser demostrado su principio, y en qué
él mismo en la unidad esencial objetivamente fáctica. medida no debe serlo?).
Ahora se tiene que encontrar la meta a donde va a conducirnos Contentémonos con explicar claramente su sentido: la autocons-
ulteriormente este nuevo descubrimiento. En primer lugar, y por lo que se trucción ideal del ser es proyectada absolutamente par hiatum, por lo
refiere al método, resulta que, lo mismo que una proyección per hiatum – tanto se convierte en un existente absolutamente fáctico y exterior. Pero
la proyección de la construcción del ser–, ha sido derivada esta existencia3 (me serviré provisionalmente de la palabra “existencia”
necesariamente a partir del deber ser de una cierta intelección <–y este para designar exclusivamente al ser exterior; por el contrario, reservo el
“deber” ha sido de nuevo inteligido en su esencia–>, de igual modo se término “ser” –y esta acepción sólo tiene siempre un sentido verbal– para
establece otra proyección, precisamente la del deber mismo, como el ser interior, establecido en el principio fundamental absoluto; quiero
condición de esta intelección y, bajo otro aspecto, condicionado a su vez que recuerden esto): como existencia absoluta no puede en modo alguno
por ella. Tendremos que introducirnos más en este camino; así pues, si recibir en la esfera de la existencia ningún principio superior; justamente
nuestra investigación presente, como la anterior, sólo se da en un proceso por ello es aprincipial. Su principio en esta aprincipialidad es entonces
ascendente en el seno del ámbito ya descrito minuciosamente, es porque precisamente la proyección misma. Por ello también (y esto es
ella busca aún su principio. importante y lleva otra vez a la duda [218] mencionada más arriba en el nº
<Haec hactenus> 1 en la primera observación): no se ha afirmado de ningún modo, ni se
puede afirmar, que el ser se construya en sí idealiter; solamente puede
decirse que es proyectado como construyéndose de este modo. Por tanto,
1
Verstand.
2
Der absoluten Principlosigkeit.
3
Diese Existenz.
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ruego desde ahora que dirijan su atención sobre este punto: si y dónde se
presenta un principio que reposa en sí mismo1). Conferencia XVII: [El acto de construcción especulativa originaria]
Si hay construcción del ser, entonces ella está absolutamente fundada
en él mismo; ya inteligimos esto entonces, y reflexionamos de nuevo Hemos dicho en la clase precedente cómo la parte de nuestra ciencia
sobre esta intelección y sobre su forma legal interna. Estaba entonces que estamos elaborando difiere de la que acaba de ser terminada y lo que
inmediatamente claro que partíamos suponiendo una construcción del ser tras próximas conferencias tenemos intención de hacer, a saber: ante
interior, la cual era falsamente atribuida al yo de la conciencia; mas ahora todo, aportar los materiales para la solución de nuestra segunda tarea, y
estamos sobre esto mejor instruidos y por tanto lo hemos dejado de lado. familiarizarlos con ellos. Hemos reconocido al mismo tiempo que estas
Y al menos es indudable que esta construcción del ser precisamente fue próximas conferencias no podrán quedar sin dificultad ni complicación.
proyectada como un factum absoluto. Pero, ¿hemos puesto quizás esta Es más fácil captar e inteligir lo que como tal reside en la razón de modo
proyección fáctica, en sí misma simple, en conexión con los demás puro y simple como unidad –y éste es el caso del principio fundamental
miembros, por el uso que hemos hecho de ella? Obviamente, hemos anterior, pues para esto sólo es necesario un acto de abstracción–, esto,
inteligido que si debe haber una construcción semejante, entonces tiene digo, es más fácil que reducir a <una> unidad lo que <nunca> es en sí y
que estar fundada en el ser. Ahora bien, libremente hemos asumido toda originalmente unidad; y que producir en sí un concepto radicalmente
esta especulación; nuestra investigación, de la que ahora podríamos muy nuevo e inaudito, lo que requiere seguramente otros artificios. Ahora,
bien haber prescindido, condiciona la intelección generada, la cual, por dispongamos en primer lugar lo múltiple en un orden que nos facilite al
consiguiente, habría podido muy bien no ser generada, y aquí no habría máximo la intelección: sólo se pueden ordenar e inteligir verdaderamente
en modo alguno un punto de vista fijo. No obstante, para obtener un tal estos miembros desde su principio, y este principio, a su vez, sólo puede
punto de vista fijo, nos hemos servido de un procedimiento que prueba su encontrarse <desde estos y> a partir de éstos; aquí, en la marcha de la
legitimidad por su mera posibilidad –en tanto que se requiera en este exposición en su aspecto externo hay, pues, un círculo inevitable que sólo
momento tal legitimidad–: si supones, decíamos, que debe llegarse a la podrá suprimirse acabándola. Pero es posible incluso aquí –y es lo que
intelección generada por nosotros, entonces llegarás a inteligir que la [225] barruntamos– captar esta marcha (que en verdad tiene su orden correcto)
proyección –anteriormente sólo posible– del ser fáctico de la cons- y sus miembros y darle en las circunstancias presentes la mayor claridad
trucción, se hace necesaria bajo esta condición. posible.
Así habríamos ganado mucho con relación a todo lo que precede, en la He dicho que se tiene que establecer un principio nuevo y hasta aquí
demostración de que estamos quizás en el buen camino –sin sentirnos <completamente> desconocido; observo incidentalmente al mismo
aún seguros en tierra firme–. La proyección absoluta per hiatum que en tiempo (en lo referente a la distinción que establecimos antes entre dos
todas nuestras investigaciones precedentes quedaba inconcebible, así partes principales de la Doctrina de la ciencia) que aquí no se trata
como toda forma existencial externa, se muestra como necesaria –siendo solamente de establecer nuestra segunda parte, sino de unirla al mismo
antes problemática– si se presupone que un miembro superior, la tiempo a la primera.
intelección, debe ser. La problematicidad abandona entonces los miem- <Quiero, que por el proceso ascendente estricto y categórico realizado
bros inferiores, arrojándose sobre los superiores. Pero al menos por eso hasta ahora podamos superar la deliberación fluctuante que aquí impera –
mismo se simplifica y nos descubre su verdadera sede, en donde pues así me lo ha parecido–.>
podemos esperar atacarla en su raíz. El proceso de la última lección era éste: nosotros mismos cons-
De cuanto he dicho referente a la necesidad que incluso nuestra truíamos el ser <interior>, inteligido como un <singulum>, comple-
investigación tiene de un principio <fijo> en sí mismo, resulta que tamente encerrado en sí mismo; desde luego, presupongo que podíamos
nuestra primera tarea es extirpar completamente esta problematicidad; y ser inmediatamente conscientes de ello, y que, como era exigido, fuimos
para esto, el medio más seguro es mirarla resueltamente de frente. Es en conscientes de ello: se trataba, pues, de la proyección, completamente
esta “exigencia” problemática donde se encuentra completamente con- simple y fácticamente objetivante, de un acto que hemos relacionado al
“nosotros”, [222] como a lo que es subsistente igualmente para sí mismo.
1
Y haciendo esto en nuestra investigación, habíamos podido estar tentados
Auf sich selberruhendes Princip. a derivar de manera unilateralmente idealista el ser mismo a partir de este
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digo: es, y basta: [242] ¿quién querría preguntar ahí acerca de un 'por'?”. A
ése podemos ciertamente replicar: “Si te concentras, entonces tienes Conferencia XXII: [La contingencia en la fuente del saber tras-
también una conciencia fuera de este “es”; no tienes, pues, una sola cosa, cendental]
sino dos, que nunca puedes reducir a una, y entre las cuales reside un
hiatus irrationalis; estás en la conocida muerte de la razón”. Pero Aunque pueda afirmar con todo derecho –y también, según espero,
siempre le queda un subterfugio, el que justamente toman todos <los con el asentimiento de todos aquellos que entre ustedes tienen una
no-filósofos>: “aquí tengo precisamente que quedarme y es imposible ir información histórica del estado en que hasta aquí se encuentra la
más allá”; y todo volvería en fin a que justificásemos el empleo de este Filosofía– que ahora nuestra especulación se mueve ya en una altura
“por” o “determinante”. Tal sería <entonces> nuestra más próxima tarea: jamás alcanzada antes, y que ha suscitado intelecciones que modifican
justificar este carácter, este “determinante” en general, como tal; desde el fondo el punto de vista sobre todo ser y sobre todo saber, sin
haciendo abstracción completa de todas sus aplicaciones. Ahora sólo les embargo todo esto no es más que la preparación de la solución efectiva
rogaría que recordaran que siempre se ha presentado con el único de la tarea de la especulación en general. Esta solución <efectiva>
carácter de una necesidad fáctica. pensamos acabarla esta semana; por esto, requerimos de nuevo toda su
Para encontrar esta justificación deberemos seguir rigurosamente el atención. El que hubiera comprendido perfectamente todo lo dicho hasta
análisis de la prueba precedente. En la primera parte han podido observar aquí y lo hubiera inteligido hasta el punto de tener una convicción
las expresiones siguientes, cuya clara y distinta significación perfectamente inextirpable e imposible de hacer vacilar jamás, pero sin
seguramente han visto de manera inmediata: “si no fuese por sí, entonces inteligir justamente lo que ahora queda por exponer y sin estar
sería por algún otro del que no se podría hacer abstracción en la ver- convencido de ello, éste se habría asegurado contra toda falsa filosofía;
dadera creación original, o que para esta creación no podría desaparecer”. de suerte que podría fácilmente echarla a pique; poseería también algunas
Y ayer, añadí aún que precisamente no debía desaparecer para la verdades importantes, aisladas y separadas las unas de las otras; pero no
“verdadera creación original”; porque <se comprende que> la insensatez por eso se habría hecho aún capaz de edificar en sí el sistema de la
y el desatino nos ponen en riesgo de hacernos olvidar el otro por el cual verdad, en su totalidad y de una sola pieza. Esta capacidad es la que
solamente el primero podría ser. ¿Cómo hay que entender entonces esta pienso yo ahora comunicarles; y después de esto se habrá alcanzado el
creación original, que constituía igualmente, de manera latente, el nervio fin principal de esta exposición de la Doctrina de la ciencia pura.
de la prueba? Obviamente, nuestro pensamiento (o la luz) si es auténtico, Aunque se le llame ser o luz, lo absoluto es ya perfectamente
debe acompañar a la verdadera creación real de la cosa y confundirse con conocido desde hace algunas semanas. Desde que hemos adquirido este
ella; así, si el uno es por medio del otro, el pensamiento tiene que acoger conocimiento, trabajamos en la derivación no del mismo absoluto –como
en sí mismo y expresar tal “por medio del otro”; por el contrario, un se comprende–, sino de su manifestación; ahora bien, la exigencia de esta
pensamiento que omitiera esta mediación no sería más que un <pálido> derivación no puede en el fondo significar más que [263] esto: en lo
pensamiento, no un pensamiento absoluto, y sólo podría establecer esta absoluto hay todavía algo que no hemos descubierto, en virtud de lo cual
creación verdadera de manera fáctica, como una simple existencia está en conexión con su manifestación.
muerta. <Este sería el primer punto.>
A partir de lo encontrado antes de una manera en verdad solo fáctica –
Parecería aquí –y es justamente lo que ha sido expresado– que la con lo que empero bastaría igualmente muy bien en una derivación
creación real, como real, puede ser para sí [243] y desplegarse por sí puramente genética–, sabemos que el principio de la manifestación es a
misma. El fundamento de esta ilusión está prendido aquí en el hecho. la vez, en la misma unidad indivisa, principio de disyunción, claro está,
Estriba efectivamente en la posibilidad de mirar también la creación en la manifestación. Pero en lo que concierne a la disyunción absoluta,
original pálida y fácticamente; esta posibilidad muestra precisamente a la ruego a ustedes que recuerden un razonamiento que he desarrollado no
creación como un ser que puede darse <separado> e independiente de la mucho después del comienzo de nuestras presentes conferencias: en él se
mirada. No obstante, hemos inteligido ya más arriba que la luz y el ser indicaba que si se debe captar la disyunción justamente en la unidad
interior (de ninguna manera la existencia exterior creada por el absoluta –tal como lo requiere inevitablemente la forma acabada de una
pensamiento empalidecido) son completamente una misma cosa. O si aún Doctrina de la ciencia, y tal como es aquí nuestra intención–, tiene que
no lo habíamos inteligido es ahora el lugar de dar una prueba inmediata ser captada no como una disyunción meramente simple, sino como una
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Vernunft.
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Dieses seiende... Wisen. 1
Erscheinung der Erscheinung.
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así tiene que serlo, porque en caso contrario no llegará jamás a ser sí
misma.) [CUARTA SECCIÓN: CONDICIONES EXISTENCIALES DE LA
VIDA ABSOLUTA]
4. Llevemos la prueba exigida recurriendo sin rodeos a una ley que ha
sido aplicada ya, de la manera siguiente: hemos podido generar esta
intelección, y la hemos generado efectivamente; somos el saber;
<sabemos, simplemente;> por tanto, esta intelección es posible en el Conferencia XXVI: [El principio particular de exteriorización en el
saber, y es efectiva en nuestro saber actual. seno de la vida]
Sólo añadiré algunas observaciones referentes a esta prueba.
a) La génesis que acabamos de realizar es una génesis absoluta, El saber absoluto está establecido objetivamente y en su contenido; y
encerrada en sí misma y de ningún modo de nuevo génesis de génesis; si este fuera nuestro único cometido, entonces nuestro trabajo estaría
porque se anula a sí misma, <tanto> internamente en el mismo saber, concluido. Pero se plantea aún la cuestión de saber cómo nosotros, que
según lo hemos indicado durante la última hora –a nosotros, hemos llegado a ser este saber, lo hemos llegado a ser; y en caso de que
considerando y reconstruyendo de nuevo el procedimiento conforme a su esto estuviera sometido a otras condiciones: ¿cuáles serían estas? El
ley, se nos ha patentizado como génesis, pero en el saber inmediato era primer saber, en todas sus determinaciones, es el saber trascendental; el
una mera intuición fija–, como externamente en su resultado: éste era segundo, el saber ordinario. Nuestro verdadero punto de vista es el del
expresamente no-génesis = ser. condicionamiento recíproco de ambos.
b) La génesis absoluta es probada simplemente por su posibilidad y Urgidos por la escasez de tiempo, pero –como supongo– sufi-
por su facticidad; la prueba es, pues, sólo <inmediatamente> fáctica; por cientemente ejercitados por lo hecho hasta aquí para captar con facilidad
consiguiente, facticidad y génesis coinciden aquí absolutamente entre sí. incluso lo difícil, entraremos inmediatamente hoy en este punto central
La facticidad inmediata del saber es génesis absoluta: y la génesis indicado. Será tanto más fácil llenar, durante las clases siguientes, los
absoluta es o existe como mero factum, sin ningún otro fundamento vacíos que hay aún entre este punto central y los dos polos del saber que
exterior posible. Y así es como tenía en verdad que ocurrir, si debíamos hemos establecido <previamente>. Advierto con antelación que esta
llegar efectivamente al fundamento. investigación es importante y trata de objetos completamente nuevos.
c) Tenemos aquí un ejemplo penetrante del importante papel que 1. ¿Cómo hemos llegado, digo, a éste? Es bien claro que no nos
juega en la Doctrina de la ciencia el hecho de tener siempre presente la proponemos conocer por otra parte de modo histórico, enumerándolas,
conexión del todo; porque las diferenciaciones pueden hacerse por lo las etapas que hemos recorrido; este [293] “cómo” completo no implica
pronto solamente a partir de esta conexión. Así acaba de probarse una cuestión histórica, sino la cuestión de iure. Es claro, sin más, que
fácticamente que el saber es una génesis. ¿Qué ocurrió, pues, hace varias nosotros tenemos en el saber establecido el saber absoluto y que somos
clases, cuando probamos fácticamente de la misma manera que el saber idénticos a él, sólo bajo la condición de que estemos ciertos del mismo o
es un “determinante”? ¿No es el “determinante” interiormente sólo una de que estemos ciertos formaliter en general, y de que expresemos en
génesis y no hemos dado nosotros mismos esta prueba? Sin embargo, la nosotros esta certeza formal en la realización del mismo saber. Si no,
génesis presente, de la que hemos dado una prueba fáctica, es una génesis podría ser <siempre> cierto para otro distinto, sin serlo por tanto para
completamente diferente de la establecida más arriba; y este carácter sólo nosotros, y no podríamos en sus palabras elevarnos a lo absoluto, aunque
puede ser captado por ustedes observando que la génesis de la que se nosotros pudiéramos bien <pronunciarlas> ordenadamente. <Este es el
habla aquí es la génesis del saber absoluto en su construcción primer punto que había que considerar.>
fundamental, puesto que es la génesis de su autogénesis absoluta; tengo Pero este mismo contenido que hemos establecido debe ser la
que marginar también ese carácter [269] y hacer abstracción de él en mis expresión del saber absoluto o de la certeza. Por tanto, a propósito de lo
conferencias teniendo sólo en perspectiva el nervio probatorio de la que precede, son posibles los dos tipos siguientes de conclusión: nosotros
nueva prueba –de otro modo, me sería completamente imposible llegar a estamos ciertos y por tanto lo que decimos en este estado de certeza es
una nueva prueba–, apoyándome por lo demás en la intelección que ya ha cierto, o sea, es expresión de la certeza interna; o: esto es cierto, lo
sido generada fijamente en ustedes; no obstante, ustedes tendrán que inteligimos; por tanto, estamos ciertos, o sea, estamos expresando la
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Uns unmittelbar ergreifende.
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por la negación absoluta del cambio; nosotros mismos nos vemos, pues –
tal como hemos descrito la certeza–, como aquello que permanece en la reconstrucción como tal (en la representación), ni en lo original (en
inmutablemente en este mismo qué uno de la construcción; somos lo que la cosa para sí), sino absolutamente en un punto de vista entre ambos; se
decimos y decimos lo que somos. encuentra en la imagen1 de la reconstrucción en cuanto imagen; en esta
imagen le surge absolutamente, por medio de una ley interna, la posición
6. La certeza está completa y absolutamente fundamentada en sí de una ley. <Esto>, esta penetración propia de la esencia de la imagen, es
misma. Pero, según su descripción, certeza es permanencia en el mismo la unidad original, absoluta, inmutable; esta unidad, en tanto que es
qué. En la descripción, pues, es preciso que el fundamento [274] de la precisamente interior al acto de proyección, al proyectarse se escinde en
unidad del qué sea puesto absolutamente en el interior, en la misma la imagen objetiva constante y en la ley objetiva constante.
certeza. La unidad del qué no reside en un fundamento exterior
cualquiera, sino en el hecho de que hay una certeza. Me gustaría ser comprendido perfectamente sobre este punto. La luz
vive en sí misma lo que ella es; ella vive su vida. Ahora bien, es una
7. Que la certeza esté fundamentada en sí misma significa, a la vez, imagen –y he añadido: en cuanto imagen, es decir, figuración
que es absoluta, inmanente, encerrada en sí misma, y que no puede nunca imaginativa2 viva, encerrada en sí misma. Les ruego que dirijan
salir de sí: es en sí misma yo; todo ocurre, pues, como antes, cuando preferentemente toda su atención sobre esto último; porque ¿cómo han
desarrollamos la misma prueba aplicada a la forma del ser. Por tanto, es podido ustedes llegar a lo primero, a la imagen, en tanto que unidad
claro que la certeza, objetivada y exteriorizada –establecida hasta aquí encerrada en sí misma, objetivada sin duda por ustedes? Este es un punto
por nosotros– no es, en su forma, la certeza absoluta, aunque puede muy que de todos modos no está claro. La luz es un acto de figuración
bien serlo en su contenido y en su esencia. Es claro, pues, que en la imaginativa3, formaliter <emanente>; ella se configura imaginativamente
búsqueda de lo absoluto tenemos que hacer abstracción de eso y buscar o se proyecta4, justo tal cual es ella misma internamente, como imagen <:
esta certeza absoluta únicamente en lo que se ha revelado como ella es intelligibiliter inmanente y cerrada en sí>. No obstante, la imagen
inmanencia, como yo o nosotros. pone una ley; proyecta, pues, una ley, y ella proyecta los dos términos
Ahora bien, en verdad hemos encontrado en este nosotros la certeza que se dan estando totalmente en la relación unilateral determinada, en la
como necesidad de estribar1 en la unidad cualitativa del procedimiento; y cual los hemos pensado.
la cosa queda así. (Esta enumeración requiere toda nuestra atención). En Además observen aquí esto: en la disyunción de ayer, los dos
primer lugar, la certeza absoluta, absolutamente en sí y por sí es = yo o términos, la imagen originaria y la imagen reproducida, debían estar
nosotros; completamente inaccesible a nosotros o a sí mismo –lo que es cualitativamente unidas; porque, de otro modo, no podrían en absoluto
exactamente igual–, puramente encerrado y escondido en sí mismo. estar en conexión. Ahora están los dos términos interna y esencialmente
Porque si fuera accesible a sí mismo o a nosotros –lo que es igual–, conectados, como imagen que pone una ley, y viceversa; y no puede en
entonces tendría que estar fuera de sí, lo cual es contradictorio. Nuestra absoluto presentarse una unidad cualitativa. Unidad cualitativa es
intelección precedente nos lleva a hacer abstracción precisamente del negación absoluta [286] de la mutación: por tanto, sólo hay que aplicarla
hecho de que ahora hablemos realmente de esto, y de que por tanto lo allí donde hay que poner mutabilidad. Pero la imagen como imagen es en
exterioricemos; y esta apariencia, que en tanto que contradice la verdad sí inmutable, es unidad esencial; y, por otra parte, la ley de una imagen es
es sólo apariencia y error, es lo que se precisa derivar en su posibilidad a unidad esencial: los dos términos se ponen, pues, el uno al otro
partir del sistema de la manifestación. absolutamente sólo en virtud de su esencia interna, sin ninguna otra
Ahora bien, esta certeza se exterioriza en sí misma = en nosotros –por añadidura. Aquí, en este alejamiento completo de la unidad material,
tanto, es inmanente en toda exteriorización– de una manera que no nos <cualitativa> que hasta ahora no nos <abandonó>, hay una nueva
resulta aún clara, por una razón que veremos en seguida–, como intuición garantía de que nos hemos elevado más.
de un procedimiento cierto y absolutamente inmutable. Esta
exteriorización todavía se revela aquí sólo como factum absoluto, y justo
por esto no hay aquí todavía claridad. (Procedimiento es vida, en tanto 1
Steht im Bilde.
2
Bilden.
3
1
Notwendigkeit des Beruhens. Bilden.
4
Es bildet oder projicirt sich.
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Puede verse ya muy bien cómo ahora esta dificultad se encuentra resuelta
y adónde va a parar nuestro camino a partir de aquí. Topábamos con la esencia; no en tanto que son la misma esencia, sino en tanto que son su
dificultad de que describíamos y construíamos la ley absoluta. Se tiene mera imagen e implican la anulación de ella ante la cosa.
que mostrar que nosotros no la podemos construir, si ella misma no se Luego el saber es un principiar, y por tanto tiene que intuirse
construye, [285] pues, <previamente a> nosotros y en nosotros. Breve- objetivamente y per hiatum. Aquí está claro entonces que este principiar,
mente, que es la misma ley la que nos pone y la que se pone en nosotros. <libre> procedimiento absolutamente por sí, desde sí y mediante sí1, tiene
Mañana trataré de esto. que manifestarse en la intuición inmanente en sí no como fundamentado
en ella, sino como realizándose en sí porque ella proyecta per hiatum;
está claro igualmente que <el que> ejerce la Doctrina de la ciencia, el
cual intelige la intuición misma en su origen, sabe bien que esta
sustantividad entera también, en tanto que es esta generación, no es
verdadera en sí, sino que sólo es la manifestación de una principiación
más alta, absolutamente inintuible. Está claro, por tanto, que la agilidad
completa que reside en la manifestación del procedimiento no está de
ningún modo fundamentada en la verdad, y por consiguiente fácilmente
se comprende también cómo la unidad cualitativa de la intuición no
desaparece en absoluto en ella.
Además el saber es una principiación de sí mismo absolutamente
inmanente, y más precisamente –como se acaba de explicar mejor– él es
una principiación realiter absolutamente, como intuición, sin la
mediación de ninguna otra luz ni de ningún otro acto de ver. Esta
intuición tiene también a su vez que ser intuida o proyectada per hiatum:
a partir de ahí precisamente surge ahora la intuición de un saber
originalmente acabado y subsistente, intuición de lo que <arriba> se ha
llamado el ser del saber; respecto de él, la principiación en la intuición –
que hemos descrito primeramente– se comporta solamente como
reconstrucción. Así hemos derivado, pues, los dos miembros
complementarios, que se daban sólo problemáticamente, a partir de la
más profunda intelección de la esencia de su conexión: de la certeza.
No hemos disimulado el punto donde queda todavía dificultad. [278] Se
trata precisamente de fundamentar la posibilidad y de justificar la verdad
y la validez de la presuposición de la Doctrina de la ciencia, a saber: de
que la certeza viva es un principiar real. Intencionadamente hablo de
principiar y no de autoprincipiar; pues basta que lo primero sea
demostrado para que lo segundo resulte completamente por sí mismo a
partir de la inmanencia absoluta y clausura en sí, la cual se ha
patentizado con un máximo de claridad. Ahora bien, este punto se tocará
mañana.
1
Von sich, aus sich, durch sich.
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relación a otro término, se anula por eso, y, en esta anulación, mira a este
otro término como ser interiormente encerrado en sí mismo. Esto da dos
miembros. Sería preciso entonces atenerse [297] a esta dualidad de
términos, si no hubiéramos añadido que, a pesar de esta anulación de sí
mismo, válida in tantum, el ver permanece ciertamente en la intelección
del surgimiento necesario (para él) de un ser, y permanece lo que él es de
modo inextirpable, un exteriorizar interno; y por consiguiente el ser debe
llevar en sí mismo su carácter, el de la vida y el de la exteriorización.
Consideren ustedes esto un poco más profundamente. En rigor hay aquí
un doble punto de vista sobre el ver, de donde resulta un doble punto de
vista sobre el ser, o también inversamente. Por una parte, el del ver como
intuición, es decir, él mismo intuido, de donde resulta el mero ser muerto;
por otra parte, el del ver considerado según su esencia interna como
exteriorizar absoluto, de donde resulta el vigor y la vida del ser.
Es claro que en el ser los dos puntos de vista absolutamente deben
coincidir en unidad, clausura viviente en sí, acto de encerrarse en sí; es
claro, por consiguiente, que en el saber, de donde el ser es, pues,
derivado, tienen que coincidir igualmente los dos puntos de vista: una
autoanulación que resulta de la construcción de su esencia en tanto que,
etc.; y una proyección de esta esencia en el ser que resulta de esta
anulación de sí mismo. El cuarto término, en fin, el principio de la salida
de sí mismo, cuyo ser, por la vivacidad y la energía de la clausura en sí,
es puesto al mismo tiempo que anulado absolutamente en su efecto, está
inmediatamente claro y no tiene necesidad de ninguna prueba ulterior.
No es difícil añadir el quinto término que, según la regla histó-
ricamente conocida, debería aún completar esta investigación, con el fin
de que surja aquí una síntesis completa. A saber: el que los cuatro
términos surjan y perduren en nuestra intelección depende de que se
conciba –tal como lo hemos realizado– el ver como exterioridad en su
esencia; depende igualmente de que se lo anule, justo en su pretensión de
valer en sí, ante el ser conocido como inmanencia absoluta; depende, en
fin, de que se observe que este ser, que trata sobre el ser y se refiere a él,
perdura fácticamente, lo cual se nos ha manifestado como una intelección
posible, y, si llega a tener lugar, es absolutamente evidente; esta
intelección fue generada en general por nosotros con libertad y a ella
fuimos llamados. Además, la perduración en general de estos cuatro
miembros que están puestos en relación (digo “en general”, porque basta
con que uno se ponga para que los [298] demás se den por sí mismos)
depende de que se conserve en esta intelección descrita, que es en rigor
aquí una descripción de la certeza –lo que parece igualmente depender de
nuestra libertad–.
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Vernunft der Vernunft. 1
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Vernunftlehre, durch sich, von sich, in sich. Realität.
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