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JUAN CRUZ CRUZ

nosotros mismos en la medida en que nos atribuimos un ser autónomo e


independiente) no existe en absoluto verdaderamente en sí; pero existe sólo en
la conciencia y en el pensamiento, en tanto que sabido y pensado, pero no de
otra manera”1. El ser absoluto, pues, se manifiesta, existe; y su existencia
inmediata es saber. En esta existencia suya se presenta tal como es, sin sufrir
transformación alguna: en el paso del ser a la existencia no hay hiato ni
separación. Además este paso es necesario.
La existencia del ser es, pues, conciencia o representación del ser. Ello
quiere decir que nunca podemos saltar por encima de la existencia para llegar al
ser mismo: siempre quedamos en el atrio del ser, en la existencia2. La
conciencia del ser, o el “es” referido al ser, es la existencia del ser.
Podría suponerse que Fichte se está refiriendo a que la conciencia sería
plenamente una forma más de la existencia, junto con otras formas. De ninguna
manera. La conciencia del ser es la única forma de existencia del ser. El ser
puro y absoluto debe existir, aunque no se mezcle con la existencia. Así es
preciso que la existencia se distinga del ser y se oponga a él. Distinción y
oposición que sólo puede encontrarse en la existencia misma, ya que el ser
mismo no abandona jamás su carácter absoluto. Y como “existencia” es
“conciencia del ser”, resulta que la diferencia aludida acontece dentro del
“logos” mismo o del saber: es una diferencia onto-lógica: “La existencia debe
captarse, debe reconocerse y formarse como simple existencia, y poner y formar
frente a ella un ser absoluto, del cual es ella misma simple existencia: ella debe
por su propio ser anularse, en vez de afirmarse como una existencia absoluta; lo
cual da justamente el carácter de simple imagen, de representación o de
conciencia del ser; la existencia del ser debe mantenerse necesariamente como
una autoconciencia de sí misma (de existencia), como simple imagen del ser
que es absolutamente en sí mismo, y no puede mantenerse como otra cosa”3.
2. Mas esta diferencia ontológica es fáctica, no genética. Pues aunque el
saber puede concebir que la conciencia es la manifestación del ser en su única
forma posible, no puede en modo alguno concebir cómo surge o nace él mismo,
ni cómo del ser puro en sí se sigue una existencia o manifestación. La existencia
está fijada a sí misma: siempre se encuentra a sí misma: siempre se presupone a
su actividad; dicho de otra manera: la existencia implica su autocaptación. Por
el hecho de que la existencia está ligada a sí misma, no tiene posibilidad de
sobrepasarse o comprenderse desde más allá de sí misma. Por eso dice Fichte
que el saber es en sí, y para sí, sin poder explicarse cómo y por qué es tal. Este
reposar en sí misma, con antelación a todo concepto que tenga de sí misma, es
la vida misma de la existencia, su fondo esencial. Esta actualidad, previa a la

1
V, 448.
2
V, 440.
3
V, 441.

24
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

saber: el saber es negado por éste. Fichte sostiene desde los tiempos de Jena que
el ser objetivo es la negación del saber; ahora, el ser puro es la negación del
saber, el no-ser del saber.
6. Sin embargo, el no-ser del saber no es un concepto negativo; en tanto que
negación de la inadecuada forma del yo, es la posición del ser absoluto. El ser
objetivo no es nada más que la manifestación, la imagen, del ser puro y
escondido en sí. En virtud de que el saber de la conciencia es puramente formal,
conceptual (la existencia del concepto es puramente formal, un ser-de-
reflexión), hay que afirmar el no-ser del saber: la afirmación de su mero carácter
formal es la negación de su ser como absoluto; o sea, por la negación de la
conciencia se revela el absoluto. La luz del absoluto adviene a través del
movimiento de la conciencia. La afirmación de la forma de la conciencia es
negación de su ser: la conciencia es en cuanto apariencia. La posición de la
ciencia, el saber o el concepto, es así necesaria para la patentización de la
verdad que la supera: es condición de realización del absoluto. La conciencia es
el factum del cual parte la filosofía; se ve puesta como dependiente del absoluto,
como surgiendo, en su contenido, de él. La conciencia, el concepto, el yo, es así
manifestación del absoluto. Sólo con la posición de la manifestación
(Erscheinung) comienza el saber y en ella se desarrolla.
De este modo, la existencia o el saber es el ser fuera del ser, en tanto que se
opone al ser y se divide o derrama en un mundo de conciencias, de libertades
finitas1. El saber es libertad; pero la salida que hace del ser no es libre, sino
necesaria. Esta tesis de la libertad interior de la existencia o del saber es una de
las más permanentes en el sistema de Fichte, en su lucha contra el dogmatismo
y el materialismo. El saber humano es mera imagen de un ser subsistente e
independiente de él. Por medio del saber, lo que en sí y en tanto que absoluto es
pura vida y actividad, queda transformado en un ser fijo, en un mundo en
general.

7. La diferencia ontológica

1. Se ha indicado que el ser es absolutamente por sí y desde sí, uno e


inmutable en sí. El espíritu finito no es el ser, pero está religado a él en la raíz
de su existencia, pues fuera de él no le sería posible existir. Lo cual significa
que, en sentido propio, no existe fuera del ser absoluto nada más que el saber, y
ello porque este saber es la misma existencia del ser absoluto. “Todo lo demás
que se nos aparece aún como existencia (las cosas, los cuerpos, las almas,

1
II, 703.

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JUAN CRUZ CRUZ

como proviniendo del absoluto. La posición de la diferencia es a la vez la


prueba de la identidad o de la pertenencia del saber absoluto al absoluto.
No se puede considerar el saber como un ojo que, estando ya en acto de
saber, se orientase luego al absoluto. “Este ojo no está fuera de él, sino en él y
es precisamente la autopenetración viva de la absolutividad misma”1. Por medio
de esta penetración nace la yoidad. El saber es siempre egoico, como señalaba
Fichte en 1794. Pero este saber se remite al absoluto puro, desde el cual se
esclarece genéticamente. Con ello el ser-de-imagen se patentiza como una
relación reflexiva: en tanto que “imagen”, esta relación es libertad; en tanto que
“ser”, la relación se encuentra dada a sí misma. Precisamente esta relación es
vista por la intuición intelectual. Fichte puede así decir que la esencia de la
libertad estriba en este carácter reflexivo del saber: carácter formal que descansa
completamente en sí mismo, pero que en su quid o contenido está ligado a lo
otro.
5. La Doctrina de la Ciencia puede ser considerada desde dos perspectivas:
la de lo ideal o del principio que es postulado y exigido; y la de lo real o de la
libertad formal, la reflexión. “Considerada desde el punto de vista de lo ideal, la
Doctrina de la Ciencia es un monismo: porque reconoce el fundamento
absoluto de todo saber en lo Uno eterno (determinante), que se encuentra más
allá de todo saber. Considerada desde el punto de vista de lo real, o sea, en
cuanto concierne al saber mismo, en su actualidad propia, la Doctrina de la
Ciencia es un dualismo; porque bajo ese respecto tiene dos principios; la
libertad absoluta y el ser absoluto; y sabe que el Uno absoluto no puede lograrse
en ningún saber efectivo, sino sólo puramente pensando. En el punto de
oscilación pendular entre ambas perspectivas está, pues, precisamente el saber,
y sólo así es un saber; en la conciencia de este inalcanzable –que es en verdad
captado incesantemente, pero justo como inalcanzable– consiste su esencia
como saber, su eternidad, su infinitud, su carácter implenificable”2.
De este texto se desprenden cuatro conclusiones: 1ª. En la medida en que el
saber permanece inmanente a sí mismo, hay un dualismo de libertad y ser. 2ª.
Pensando se transciende a sí mismo, rebasa el dualismo y se restablece la
unidad en el orden ideal. 3ª. El absoluto es afirmado entonces no como realidad
conocida en sí, sino idealmente como exigencia principial y final. Sólo tenemos
la representación de una relación a lo absoluto, pero no la captación directa de
él. 4ª. El saber se constituye no en la univocidad pura (en la perspectiva del
monismo), sino “en el punto de oscilación pendular entre ambas perspectivas”
(situación similar a la analogía). Así, pues, el saber que se sabe a sí mismo, se
sabe a la vez como imagen del absoluto. Pero la intelección suprema consiste en
el saber del no-saber, ya que libera la mirada para la positividad de lo que es no-

1
II, 19.
2
II, 89.

22
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

Forma es todo lo que podemos ver, figurar, concebir categorialmente,


conectar en el ámbito de las manifestaciones (fenómenos), cuyo contenido es la
determinación eterna de la existencia. La relación del saber (la pura forma
reflexiva) a su principio (el ser de la misma) es la relación de la manifestación
(fenómeno) a la realidad en sí. La Doctrina de la Ciencia se ocupa
directamente de la manifestación del absoluto, de la imagen del ser. El punto
crucial es aquí la estructura reflexiva del yo: el yo como yo. Este “como” indica
la libertad del yo en la medida en que se encuentra dado a sí mismo.
Lo que el yo crea no es su “ser”, sino su ser-visivo. Aquí el segundo
principio fundamental de la Doctrina de la Ciencia, el de la absoluta reflexión1,
se despliega como principio de la imagen: el yo es autosaber que se sabe como
imagen del ser. Imagen no es ente junto a otros entes, sino la visibilidad del
original. Dicho de otro modo, el saber es absoluto porque no es mero saber de
algo –pues todo algo se funda ya en él–, sino más bien ser-de-imagen (Bildsein),
encerrado en sí: esse in se. Pero el yo, en cuanto saber absoluto, sería
inconsistente sin el absolutamente absoluto, esse a se. El saber absoluto,
encerrado en sí mismo, tiene una relación-de-imagen con el absoluto, y en
explicarla estriba la marcha de la Doctrina de la Ciencia. El saber absoluto
señala al absoluto como fundamento originario por encima de él mismo. El
absoluto sólo es en el saber (yo absoluto), pero en tanto que está sobre todo
saber. El saber oscila pendularmente entre su ser y su no-ser, pues él lleva en sí,
sabiendo, su origen absoluto. Sólo así queda garantizada su realidad: ésta es
para él, en la medida en que se le escapa. El yo es manifestación absoluta del
absoluto.
4. Dado que el absoluto no es el saber constitutivamente, el peligro que
acecha a la Doctrina de la Ciencia es hablar del absoluto y del saber absoluto
como si fueran dos objetos en relación extrínseca. Ello es superado por Fichte,
al afirmar que el saber se ve a sí mismo en su génesis del absoluto.
Un clásico medieval podría advertir que Fichte se mueve entre la univocidad
y la equivocidad, en un difícil pensar que no se tensa en la analogía; por una
parte, identifica en el ser –de ahí el momento de univocidad– el saber absoluto y
el absoluto; por otra parte, los separa –de ahí el momento de equivocidad–. Pero
ambos momentos son asumidos sintéticamente. Saber absoluto y absoluto tienen
que coincidir en el ser; porque el saber, si pretende captarse genéticamente
como saber absoluto, tiene que entenderse desde el absoluto que hay en él. En
su comienzo originario, el saber es un ser quiescente en sí, el absoluto puro. De
este estado originario brota el saber engendrándose a sí mismo. La distinción
entre el saber absoluto y el absoluto se da en el saber mismo: el saber se sabe

1
G. Schulte, Die Wissenschaftslehre des späten Fichte, Frankfurt a. M., 62-78.

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JUAN CRUZ CRUZ

segundo y tercero de 1794, los cuales, aunque presuponen la tesis del primero,
no se derivan de éste. De aquí se desprenden –como observa X. León– dos
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
importantes consecuencias: una, concerniente a la forma del saber; otra,
referente a su materia.
2. El saber no se sigue por eficiencia ni por emanación del ser. El ser puro
encierra la pura posibilidad de que el saber se ponga: el primer principio
establecía la posibilidad del saber; el segundo principio establecía la existencia
misma del saber. El contenido absoluto no se realiza por propia actividad en la
DOCTRINA DE LA CIENCIA
forma real de la convicción en el tiempo: se halla con ésta en relación de pura EXPOSICION DE 1804
posibilidad. Sólo la libertad, lo absoluto formal, hace efectivo lo posible,
haciendo que el contenido eterno entre en el mundo sensible y se presente en la
forma del saber. La libertad del saber, del yo, del nosotros, es libertad
trascendental y formal, hacia arriba, hacia la posibilidad pura; pero libertad
también hacia abajo, hacia la posibilidad empírica, ofrecida en el curso
psicomecánico de los contenidos de conciencia. Tales contenidos no encierran
el fundamento de que en un caso sirvan al conocimiento y en otros no: “son
únicamente la condición de que se llegue en general a un saber, en su forma
vacía y desnuda”1. El saber se remite a un ser originario como a la posibilidad
desde la que se hace real, pero no se deriva inferencialmente de él. El yo es libre Introducción, traducción y notas de
en su esencia. Juan Cruz Cruz
3. El saber se crea absolutamente a sí mismo, “pero sólo según su forma,
pues en su materia lo hace conforme a una ley absoluta”2; la materia la recibe
del ser absoluto. Ya en 1798 distinguía Fichte3 entre la forma de la yoidad (de la
que parte la Doctrina de la Ciencia) y el yo como idea o la materia completa de
la yoidad, porque esta idea expresa el fin supremo de la aspiración de la razón.
Asimismo, hacia 1801 se repite esta relación: la materia o el contenido esencial
del saber no puede verse por el entendimiento categorial, puesto que es dada por
el ser absoluto. El entendimiento categorial, referido a los perfiles de lo real, nos
constriñe en sus propios límites, ofreciendo la mera forma en que se debe
expresar el contenido eterno. El dominio del entendimiento es puramente
formal, moviéndose en la relación y en la multiplicación indefinida de
relaciones. Ahora bien, la certeza del entendimiento está condicionada en su
contenido. Lo finito no sería si no estuviera soportado por lo infinito, y esto
infinito se expresa en la conciencia del deber. Las cosas con las que me
encuentro y sobre las que influyo son instrumentos del deber. En la convicción
del deber asgo la materia o la sustancia de la realidad, el ser al que se remite
significativamente todo saber.

1
II, 155.
2
II, 64. Pamplona
3
I, 516. 2005

20
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

en acto vital; somos, pues, el único ser indiviso mismo, en sí, de sí, por sí, que
no puede absolutamente salir para separarse en dos”1.

6. Existencia como saber

1. El ser es absolutamente: no es algo devenido, ni nada en él deviene. Este


ser “existe” también exteriormente. Pero ni siquiera esta existencia (Dasein) es
algo que ha sido hecho, ya que “está fundada en la necesidad interna del ser y,
por ello, está puesta de manera absoluta. Ocurre que por medio de esta
existencia y en esta existencia, el ser se hace conciencia (Bewusst-sein), y
conciencia dividida de muchos modos”2. Esta existencia es llamada también por
© Juan Cruz Cruz: Traducción, introducción y notas de la obra de por Fichte “existencia de Dios”, o Dios fuera de sí. En tal sentido, no puede
Johann Gottlieb Fichte: “Doctrina de la Ciencia. Exposición de 1804”. decirse que “la existencia de Dios es el fundamento (Grund), la causa
Pamplona, 2005. (Ursache), o algo análogo, del saber, de modo que ambos pudieran separarse
uno de otro, sino que es absolutamente el saber mismo (das Wissen selber). Su
existencia o el saber es totalmente una y la misma cosa; en el saber existe él,
ISBN: 84-920753-5-X absolutamente como es en sí mismo. Y por tanto, decir que él existe
absolutamente (er ist da schlechthin) es lo mismo que decir que el saber existe
Depósito Legal: 74/2006 absolutamente (das Wissen ist schlechthin da)”3.
¿Cómo puede haber entonces algo fuera de Dios, si todo está en Dios?
¿Cómo puede haber un ser fuera de Dios, si Dios es el ser mismo o es todo el
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de repro-
ser? El ser fuera de Dios es solamente el saber (de Dios) como imagen o
ducción, distribución, comunicación pública y transformación, total o parcial,
esquema de Dios. La existencia como imagen es manifestación (Erscheinung) o
de esta obra sin contar con autorización escrita del titular del Copyright. La
expresión, sin que el original se pierda en la copia. Por tanto, la copia sólo posee
infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra
en el original su esencia de copia; o, dicho de otra manera, la copia es el ser del
la propiedad intelectual (Artículos 270 ss. del Código Penal).
original fuera de sí; y a esto llama Fichte “esquema”. El esquema no es un
efecto producido por Dios, sino una consecuencia inmediata del ser, una
irradiación no libre de Dios, una simple reproducción exterior que Dios pone
fuera de sí en “puntos de concentración” espirituales, en los seres finitos4.
Mas aunque el saber se funda en el ser, no por eso pierde su originalidad. El
saber sigue como expresión del obrar libre: el saber es absolutamente su propio
creador. El llegar o no llegar a un saber es un acto de libertad. Quiere esto decir
que el ser absoluto no es jamás la causa eficiente de que algo sea sabido: el
saber brota absolutamente sin causa. Es lo que dictaminan los principios

1
X, 206.
2
V, 508-509.
3
VII, 129-130.
4
II, 115.

2 19
JUAN CRUZ CRUZ

3. Llegado a este punto, se considera Fichte facultado para identificar “ser”


ÍNDICE
con “Dios”1. Pero tanto el ser como Dios –al igual que aconteciera con el yo
absoluto– son introducidos en la metafísica al filo del problema del
“fundamento del saber” e identificados con él. Si el saber debe ser, sin que sea
el ser absoluto, no puede “sin embargo sino ser Dios mismo fuera de sí; ser de
Dios fuera de su ser; su expresión en la que es totalmente tal como es,
permaneciendo por completo en sí mismo tal como es. Pero semejante
expresión es una imagen (Bild) o un esquema (Schema)”2.
INTRODUCCIÓN: SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
Si bien se mira, como sólo hay un fundamento, también solamente hay un Juan Cruz Cruz
ser: “El ser es total, como una unidad indivisible que no puede ser fuera de sí”3.
“El ser es uno, y allí donde es, es entero: es, pues, total y absolutamente 1. La cumbre de la exposición de Fichte ............................................................. 7
necesario”4. El ser es, pues, uno y único; es imposible una pluralidad en el ser, 2. El fundamento y la conciencia ....................................................................... 9
un devenir, una mutación en el ser. “Este ser es simple e igual a sí mismo; en él 3. Consistencia y disolución del saber ................................................................. 11
no hay ni cambio ni mutación, no hay en él nacimiento ni desaparición, no hay 4. Articulación definitiva de la Doctrina de la Ciencia ...................................... 12
juego cambiante de formas, sino que es y permanece siempre en un reposo 5. Ser y existencia. La eclosión de la luz ............................................................ 15
igual”5. O también: “sólo hay un ser que es absolutamente por sí mismo”6. 6. Existencia como saber .................................................................................... 19
Los espíritus finitos, en su manifiesta multiplicidad, guardan una relación de 7. La diferencia ontológica ................................................................................. 23
tipo eleático con el ser inmutable, pues el ser finito parece absorberse y 8. Doctrina de la Ciencia como idealismo trascendental ................................... 25
desaparecer totalmente en el único ser verdadero: “Es imposible que un nuevo 9. El origen del mundo y la creación .................................................................. 27
ser nazca bien en él, bien fuera de él”7. De este modo, el ser “debe pensarse
únicamente como uno, no como múltiple, y sólo como una unidad encerrada en Bibliografia ............................................................................................................ 34
sí misma, acabada y absolutamente inmutable”8. Los espíritus finitos serían
apariencias sin realidad: “Lo mismo que el ser y la vida son una sola y misma
cosa, así la muerte y la nada son una sola y misma cosa. No hay una pura
muerte y una pura nada [...] pero hay una apariencia y esta es la mezcla de la
vida y de la muerte, del ser y de la nada”9.
En cuanto los espíritus finitos se caracterizan como “existencia” (Dasein), no EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)
son el ser mismo; pero son absolutamente “del ser”: “Vivimos inmediatamente Johann Gottlieb Fichte

Anuncio del curso de lecciones .................................................................................. 37

1
E incluso el pensamiento tiene con Dios la misma relación (negativa) que con el ser absoluto.
Como dice Fichte en los Hechos de la conciencia de 1813: “Dios no es por el pensamiento, sino
I . [Teoría de la razón o de la verdad] [Método ascendente]
que en él se anula el pensamiento”. IX, 563.
2
II, 696.
3
X, 206.
[Prolegómenos: el método de la verdad]
4
X, 223. Conferencia I: [El problema del comienzo y la verdad como unidad
5
V, 405. absoluta] .......................................................................... 41
6
II, 696. Conferencia II: [La unidad de ser y conciencia] ........................................ 50
7
I, 696. Conferencia III: [La evidencia genética del saber] ..................................... 57
8
V, 439.
9
Conferencia IV: [Síntesis fáctica y genética de la unidad absoluta] ........... 65
V, 404.
Conferencia V: [El talento de la perfecta atención y sus trabas] ............... 74

18
3
JUAN CRUZ CRUZ
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

[La luz y el concepto]


Pero esta actualidad pura y viva se expresa, sale, aparece y se presenta, como
Conferencia VI: [Vida interna y externa de la luz; el concepto] .............. 84
tal, como vida absoluta; y esta presentación de sí, o su existencia exterior, es el
Conferencia VII: [La génesis del concepto original y de la realidad
mundo [...]. Ella se presenta tal como realmente ella es y vive interiormente, y
original] ......................................................................... 92
no puede presentarse de otra manera”1.
Conferencia VIII: [Génesis de la realidad originaria] ................................. 97
La existencia de la actualidad pura y viva es, en otros términos, el “género
[El elemento fundamental. Realismo e Idealismo] humano”, apariencia finita y limitada; mientras que la actualidad pura en sí es
Conferencia IX: [La síntesis suprema de realidad originaria y infinita e ilimitada. De manera que el ser exterior de la luz es llamado
concepto originario] ...................................................... 104 “existencia” (Dasein), es decir, el ser mismo del hombre como sede del saber.
Conferencia X: [Desde la realidad originaria a la unidad absoluta] ....... 112 El Dasein exterior de la luz es el hombre mismo2.
Conferencia XI: [La genetización idealista y realista de la verdad] ......... 120 Lo que al inicio de este capítulo se había llamado “fundamento” es, pues,
Conferencia XII: [El realismo superior y la génesis del en sí] .................. 128 fundamento de la existencia; y existencia es vida exterior de la luz, el espíritu
Conferencia XIII: [El idealismo superior y la superación de la finito como irradiación de la luz absoluta. “Nosotros no entramos
apariencia] ..................................................................... 136 inmediatamente en esta luz, sólo la poseemos en aquello que está en su lugar y
Conferencia XIV: [La génesis de la verdad] ............................................... 145 la representa, a saber, en una intelección (Einsicht) de la luz, de su propiedad de
Conferencia XV: [El ser como acto absoluto e incomprensible] ............... 153 ser origen y de su cualidad absoluta”3. Y “ser” (Sein) significa “ser interior”,
encerrado en su absolutividad; existencia significa “ser exterior”4. Ahora bien,
como el ser no puede salir de sí y multiplicarse en la exterioridad, Fichte dice
que se “proyecta” hacia el exterior, en “una proiectio per hiatum irrationalem”5.
II. [Teoría de la manifestación y de la apariencia] [Método descendente] irrationalem”5. Y dado que el ser es luz (Licht), su proyección es una
irradiación de la luz como apariencia exterior (Erscheinung). La aparición o
fenómeno tiene razón de luz, es Erscheinung des Lichtes6. Esta manifestación
[Primera sección: esencia de la necesidad hipotética en el saber] de la luz es precisamente existencia de la luz (Dasein des Lichtes) o,
Conferencia XVI: [Del ser absoluto a la conciencia como simplemente conciencia ordinaria (gewöhnliches Bewusstsein)7. La conciencia
construcción; el nuevo idealismo] .............................. 163 humana es la existencia de la luz, o, si se quiere, la existencia del ser (Dasein
Conferencia XVII: [El acto de construcción especulativa originaria] ....... 171 des Seins): el “ahí” (da) del ser (Sein).
En resumen: la representación de la luz absoluta en nosotros es el saber, la
[Segunda sección: lo autodeterminante como esencia original de lo exigitivo] intelección. Esta intelección, por su parte, no puede captar la luz absoluta
Conferencia XVIII: [Crítica al idealismo y paso al realismo superior] ...... 179 misma; sólo puede proyectar en la representación una imagen (Bild) del ser
Conferencia XIX: [Construcción ontológica y razonamiento lógico] ...... 187 absoluto. Si somos exsistencia del ser (Dasein des Seins), somos imagen (Bild)
Conferencia XX: [La construcción inmediata del ser por sí y del ser. Y en la conciencia que tenemos como simple “existencia del ser”, como
el idealismo] ............................................................... 194 simple Bild, nos diferenciamos del ser mismo.

[Tercera sección: la unificación del saber ordinario con su cumplimiento interior]


Conferencia XXI: [Disyunción entre saber subjetivo y saber racional] ... 203
Conferencia XXII: [La contingencia en la fuente del saber
trascendental] .............................................................. 211 1
VI, 361-362.
Conferencia XXIII: [Descripción de la certeza pura] ................................. 219 2
X, 217.
Conferencia XXIV: [Descripción de la ley del saber] ................................ 226 3
X, 131.
Conferencia XXV: [El saber absoluto como posición de la imagen 4
X, 217.
en tanto que imagen]................................................... 233 5
X, 218.
6
X, 246.
7
X, 245.

4
17
JUAN CRUZ CRUZ
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

Caracterizar el fundamento como “luz” es determinar la realidad como


[Cuarta sección: condiciones existenciales de la vida absoluta]
apariencia y exteriorización de la luz, irradiación (Erscheinung) de una luz
Conferencia XXVI: [El principio particular de exteriorización en
única, la cual se descompone en la dualidad de ser y pensamiento1. Mas el
el seno de la vida] .................................................... 241
fundamento mismo puede ser descrito “como unidad subsistente por sí,
Conferencia XXVII: [La unidad del saber absoluto radical y de las
independiente de toda mutabilidad, igual a sí mismo y cerrado en sí”2. Quiere
dos formas fundamentales del saber, el ordinario
esto decir que el concepto, irradiado a la luz del fundamento, fracasa ante el
y el trascendental] .................................................... 248
fundamento mismo. Indicar el fundamento puede hacerse a costa del concepto
Conferencia XXVIII: [Los hechos de la conciencia y la unidad de
mismo, del que hay que operar una negación o anulación3.
la filosofía primera] .......................................... 255
Si este fundamento toma ahora el nombre de “ser”, indudablemente el “ser”
queda “absolutamente inaccesible al entendimiento”4. Sólo hay que concebirlo
negativamente, nunca positivamente. Estamos, por tanto, en una tesis que
reiterará Fichte: el pensamiento presupone un fundamento absoluto, el cual
permanece para nosotros incomprensible e irrepresentable. Y sin reservas Fichte
lo llama “ser absoluto”, “ser uno y único”5, “ser viviente”6, “luz viviente”7. El
ser es “viviente y activo en sí, y no hay más ser que la vida”8.
2. Al caracterizar el fundamento como “luminoso” y “viviente”, se esfuerza
Fichte por superar la “sustancia muerta” de Spinoza9. El fundamento es así
descrito como esse in mero actu, ser en pura actualidad, luz absoluta. Este
fundamento, “para expresarnos de manera escolástica es esse in mero actu, de
suerte que uno y otro, el ser y la vida, la vida y el ser, se penetran
absolutamente, pasan el uno al otro y son la misma cosa”10. El fundamento es
así “principio absoluto de todo”, acto puro y absoluto de ser, luz y vida a la
vez11.
Esto da pie a Fichte para indicar “dos maneras diferentes, para la luz, de ser
y de vivir: una, mediatamente y exteriormente en el concepto; otra, de manera
absolutamente inmediata por sí misma”12. La única comprensible para nosotros
es la primera, la externa. La actualidad pura y viva “es en y para sí íntegramente
escondida en sí misma [...], ella es accesible a sí misma. Ella es el ser entero y
fuera de ella no hay ser [...]. Ella es enteramente sin cambio ni mutación [...].

1
X, 148.
2
X, 108.
3
X, 117.
4
X, 162.
5
X, 208.
6
X, 151.
7
X, 147.
8
VI, 361.
9
X, 147.
10
X, 208.
11
X, 172.
12
X, 149.

16
5
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

independiente de su manifestación: en estricto sentido, no cabe una dialéctica


(hegeliana) de absoluto y manifestación.
La Alethología, pues, mira el principio absoluto, el ser, que según la
Fenomenología precede y fundamenta a la conciencia y al yo. Este ser, de suyo
no se refiere a nada y, por ende, no puede figurar como miembro absolutizado
de una oposición del entendimiento. Si brevemente comparamos el orden
principial de 1804 con el de la exposición primera de 1794 (yo, no-yo,
divisibilidad), tenemos la siguiente equivalencia:

1804 1794
1. Dios o absoluto = 1. Yo absoluto
2. Relación absoluta = 3. Divisibilidad
3. Manifestación reflexiva = 2. No-yo (como factum)

Por manifestación reflexiva hay que entender la manera de ser que no es lo


absoluto, puesta en la facticidad de lo otro, enfrentada a Dios en tanto que
manifestado. O sea, el yo absoluto es ahora Dios; el no-yo, como magnitud
negativa opuesta, es la mera manifestación o la existencia muerta; el yo
cuantificable finito es ahora la existencia viviente. Fichte explica la
configuración de imágenes (representaciones), el brote de la evidencia y la
génesis del saber como un proceso único, al que enfáticamente califica de
esquema (en 1810) 1. Esquema es la exhibición imaginativa (figurativa) de algo
en sí mismo no exhibible; esquema no es el absoluto, sino su exhibición o
exteriorización.

5. Ser y existencia. La eclosión de la luz

1. La dualidad de ser (objetivo) y pensamiento presupone la unidad absoluta.


Tal unidad absoluta había sido caracterizada por Schelling como “indiferencia”
ante la dualidad de pensamiento y ser. Fichte replica que el absoluto
fundamento es “fuente absoluta de luz”2, nunca indiferencia absoluta. Puede
decirse que el fundamento es “luz absoluta”, absolutes Licht3, “pura luz, que es
el único punto central y el único principio tanto del ser como del concepto”4.

1
K. Schuhmann, Die Grundlage der Wissenschaftslehre in ihrem Umrisse, 1794-1810, 102-
104.
2
II, 66.
3
X, 114.
4
X, 118.

15
JUAN CRUZ CRUZ

Valga anotar de paso la enorme distancia que, en este planteamiento, separa


a Fichte de Hegel. Para Hegel, el sistema es el autodespliegue del concepto
INTRODUCCIÓN: SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO
absoluto; para Fichte, no hay tal autodespliegue o devenir del absoluto. La Juan Cruz Cruz
Doctrina de la Ciencia describe un círculo: un extremo es visto como necesario
in se (ser necesario); el otro extremo (el factum absoluto del ver que se sabe
como exteriorización del absoluto) es visto como fácticamente existente en
virtud del primero. No hay dualismo de principios, sino sólo un principio
absoluto y un factum concebido como relación al absoluto: factum que es ex- 1. La cumbre de la exposición de Fichte
sistencia, manifestación. El absoluto es conocido sólo en el factum de la
manifestación, pero la manifestación se conoce como tal en el acto de concebir
lo inconcebible1.
1. A principios de 1804 pensaba Fichte que su sistema de la Doctrina de la
El saber es esa exhibición (del absoluto): saber como autodistinción respecto ciencia estaba ya completo, no en su exposición detallada, pero sí en lo que
del mismo absoluto-fundamento y autoconcepción como imagen del absoluto. atañe a sus principios. Ese año dio tres cursos sobre la Doctrina de la ciencia
Ni la manifestación se deja deducir del absoluto –puesto que ella es un factum–, (enero-marzo, abril-junio, noviembre-diciembre). En lo referente al contenido,
ni el ser puro es tenido como objeto. Es más, el absoluto no debe ser los tres grupos de lecciones coinciden sustancialmente, incluso en los pasos de
comprendido en la relación-de-imagen, pues hay una irreductible dualidad de la exposición. Las lecciones del primer grupo (editadas por vez primera por H.
absoluto y manifestación. Fichte camina superando las formas más sutiles de Gliwitzky en Kohlhammer Verlag, Stuttgart, 1969) son algo más esquemáticas
idealismo (que fundamenta el en-sí en el para-nosotros) y de realismo (que que las del segundo grupo (editadas por primera vez por el hijo de Fichte en
fundamenta el para-nosotros en el en-sí)2. La solución comienza a entreverse Sämmtliche Werke, X, 89-314, tomando como base un manuscrito, hoy perdido,
con la autosuperación del yo que abdica del lenguaje vertido a la objetividad. Lo que adoleció de imprecisiones de monta); de las lecciones del tercer grupo sólo
que queda o subsiste no es la pura nada, pero tampoco el ser objetivo como un se conservan algunas páginas.
correlato suplementario de la conciencia, sino el ser puro: “El ser es
radicalmente un singulum, encerrado en sí, de vida y ser, que jamás puede salir El profesor Lauth cotejó el texto publicado en S.W. –de abril-junio, el mejor
de sí”3. La lógica carece de medios para explicar esta proposición; para concebir estructurado– con un manuscrito de las mismas lecciones conservado en la
lo inconcebible hay que aniquilar el concepto, aunque el ser puro y absoluto no Universidad de Halle; de ambos pudo recomponerse un texto fiable, el que me
es de suyo inconcebible, sino sólo por referencia al concepto objetivante. fue ofrecido por el profesor Lauth para realizar mi primera traducción al
3. Es, pues, la forma del concepto –establecida en el segundo principio de castellano de esta obra (Aguilar, Buenos Aires, 1975), revisada también por
1794– la que debe ser superada –y reinterpretada sistemáticamente– y, con ella, Lauth. Casi al mismo tiempo salió editado en 1975 el texto alemán, trabajado
toda apariencia de contenido que hubiera podido surgir por medio de esa forma. por Reinhard Lauth y Joachim Widmann (Meiner, Hamburg).
Al liberarnos, por abstracción completa, de toda objetivación plurificante,
Para la presente edición he vuelto a repasar aquella versión, elogiada en su
tenemos entonces ser y vida, no en el concepto –como objeto del pensar–,
momento por la crítica más competente, y he introducido pequeñas correcciones
porque somos ser en tanto que lo vivimos. Al mantenernos en el acto inmediato
allí donde me parecía que el texto podría mejorarse. Para orientar al lector que
de la vida, el nosotros es ser viviente y “el ser mismo es yo absoluto o
posea la edición del hijo de Fichte, he señalado entre signos convencionales
nosotros”4, desapareciendo la disyunción entre el nosotros y el ser. Fichte
<…> lo que se añade o corrige en virtud del manuscrito de Halle. La paginación
afirma, pues: 1º. Que la subsistencia del ser puro no puede confundirse con la
de Sämmtliche Werke X va entre corchetes [...].
sustancialidad de las cosas del mundo; 2º. Que el absoluto es internamente
2. Me he permitido hacer una división lógica de dos partes, poner título a las
1
Todos estos temas son tratados en las conferencias XV-XXVIII de la exposición de 1804.
conferencias, también entre corchetes, e introducir algunas notas.
2
I. Schüßler, Die Auseinandersetzung von Idealismus und Realismus in Fichtes Wis-
La mencionada división tiene su origen en las propias aclaraciones de Fichte
senschaftslehre, 53-85.
3 en esta obra: “Asigné dos partes principales a la Doctrina de la ciencia: en pri-
X, 212.
4
X, 207.
mer lugar dije que es una Teoría de la razón y de la verdad (Vernunft- und
Wahrheitslehre); en segundo lugar que es una Teoría de la manifestación y de
14
7
JUAN CRUZ CRUZ
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

la apariencia (Erscheinungs- und Scheinlehre), precisamente teoría verdadera y


4. Articulación definitiva de la Doctrina de la Ciencia
fundada en la verdad”1.
Toda la exposición de Fichte está presidida por la convicción, decididamente
antisubjetivista, de que el fundamento de la verdad, como verdad, no reside en 1. La cuestión fundamental, en torno a la cual se enhebran los temas de la
la conciencia, sino radicalmente en la misma verdad: “Por tanto, hay que sacar Doctrina de la Ciencia de 1804, consiste en concebir las diferencias del saber
siempre de la verdad la conciencia, puesto que carece de autoridad sobre la en relación a un fundamento sustraído a todo lo diferenciante. La diferencia
verdad. La conciencia es sólo la manifestación externa de la verdad”2. Creer que fundamental, ella misma inconcebible, es la del absoluto y su manifestación (el
la verdad es verdad porque reside en la conciencia, es caer en la apariencia y en saber); de esta diferenciación se siguen las demás diferenciaciones de la razón y
el error. de sus objetos. La Doctrina de la Ciencia de 1804 se articula así siguiendo dos
temas: el acceso al principio absoluto y la exposición del sistema de la
Esta convicción es la piedra de toque para entender el paso decisivo que
manifestación1.
Fichte da sobre su primera posición filosófica, aquella que en 1794 encontraba
el prinicipio fundamental en el yo: “Del yo no procede ninguna filosofía: sólo a) El primer cometido –proceso ascendente que reduce lo fáctico a su
hay filosofía por encima del yo. Resulta así que la cuestión referente a la génesis última– es abordado en la preparación de la Alethología o teoría de la
posibilidad de la filosofía depende de que el yo pueda desaparecer y la razón verdad, estableciendo una lógica de toda ontología posible y una exposición de
manifestarse en estado puro”3. Por lo tanto, el ser verdadero de la razón –no la las teorías inadecuadas. Parte de la incuestionable escisión sujeto-objeto de la
conciencia misma– es el norte del bastimento filosófico: “Si esta construcción conciencia y de todas las distinciones dadas con ella (sensibilidad,
que se nos ha manifestado está efectivamente y de hecho en relación con el ser entendimiento, etc.), buscando el punto de vista desde el cual sea posible darles
verdadero en la razón –y de ningún modo en relación con la existencia fáctica coherencia y encontrar una unidad. Fichte subraya que el absoluto no puede ser
en la conciencia, pues hasta que no esté mejor fundada esta conciencia no tiene miembro de una disyunción, sino que tiene que ser afirmado como unidad
ningún valor (circunstancia que no se debe omitir)–, si es conforme a este completa. No obstante, el punto de vista de la Doctrina de la Ciencia no puede
sentido, entonces ella no está de ningún modo fundada en un pretendido yo de la identificarse con el absoluto mismo; ni este es objeto del saber absoluto2,
conciencia, en un yo vacío de ser y objetivante; está por el contrario fundada en porque si así fuera, quedaría como mero miembro de una disyunción. El ser
el mismo ser; porque el ser es uno, y allí donde él es, es totalmente; está absoluto es indiferenciable y fuera de él no puede existir nada; entonces el saber
fundada en el ser como ser; por tanto, pura y simplemente necesario”4. tiene que ser manifestación, exteriorización o exhibición del ser absoluto3.
Y aunque, desde el punto de vista trascendental, no se pueda hablar “fuera de b) El segundo cometido –proceso descendente que justifica lo fáctico desde
la razón” ello no implica que haya arbitrariedad de enfoque y procedimiento: la génesis última– es abordado por la Fenomenología o crítica del saber
“El objetivo de la filosofía no es hablar desde fuera sobre la razón, sino poner absoluto desde la conciencia real: trata de cómo puede entenderse la conciencia
en obra efectivamente y con toda seriedad el ser de la razón”5. La filosofía a partir del saber absoluto. Las formas de esta conciencia pueden considerarse
consiste en el examen que la razón hace de sí misma: es lo que enseñó como condiciones de la “manifestación absoluta” del saber trascendental que se
reiteradamente Kant. A esclarecer este objetivo de Fichte se encaminan los sabe como ex-sistencia e imagen del absoluto. En la medida en que el absoluto
párrafos siguientes. En lo sustancial resumo aquí algunos puntos tratados en mi es el contenido mismo del saber y éste no es nada fuera de aquél, el saber se
libro: Fichte: La subjetividad como manifestación del absoluto (Eunsa, Pamplona, determina retroactivamente en su conexión y en su unidad con el absoluto como
2004). exsistencia, imagen, manifestación, esquema4. El yo puro, el ver, se califica
como verse, como exteriorización o manifestación. Pero lo finito, la
manifestación, no puede ser construida desde el absoluto, y su autoconcepción
remitida al absoluto no es una autoconcepción del absoluto mismo.

1
Wissenschaftslehre 1804; Werke, X, p. 205. 1
2
Ib., p. 195. H. Radermacher, Fichtes Begriff des Absoluten, 93-102.
2
3
Ib., p. 237. W. H. Schrader, Empirisches und absolutes Ich, 127-140.
3
4
Ib., p. 222-223. Los puntos de este proceso son tratados en las conferencias I-XV de la Doctrina de la Ciencia
5
Ib., p. 198. de 1804.
4
Expresión de la Doctrina de la Ciencia de 1810.

8
13
JUAN CRUZ CRUZ
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

como forma del saber, pero de ningún modo como absoluto puramente en sí y
2. El fundamento y la conciencia
para sí”1. La superación del dogmatismo quedaría en un irremediable estado de
fluctuación si el sostén del saber se disolviera mediante el ejercicio mismo del
saber. 1. Tras la peripecia de haberse visto obligado a dejar la Universidad de Jena
2. Según Fichte, para un filósofo dogmático los seres mundanos forman una en 1799, acusado de ateísmo, Fichte siente dolorosamente que las demás
conexión real sometida a la ley mecánica de causalidad. Mas desde el punto de Universidades le cerraban sus puertas. Había nacido el año 1762 en Rammenau,
vista de la Doctrina de la Ciencia, el ser mundano descansa en las posiciones junto a Dresden; tenía ahora 37 años. Su periplo filosófico se había iniciado
del yo. Y si este yo no tuviera un apoyo ontológico firme, todo quedaría disuelto precisamente en Jena, teniendo como fondo inspirador la filosofía kantiana.
en un torrente de imágenes desvaídas. “No hay nada más que imágenes; estas También allí habían sido editadas, entre 1794 y 1799, sus obras principales
son lo único que existe, y ellas se conocen a sí mismas sólo como imágenes. (Fundamento de la Doctrina de la Ciencia, Fundamento de la Ciencia del
Imágenes que pasan, sin que haya algo que pase. Imágenes que dependen de Derecho y la Moral).
imágenes por medio de imágenes; imágenes sin nada reflejado en ellas ”2. Marcha a Berlín –cuya universidad tardaría todavía unos años en
El yo, aislado y encerrado en sí mismo, es insuficiente para fundamentar el inaugurarse–. Publica obras populares e imparte cursos privados, en la calle
sistema, pues se ve entregado a la dualidad de reflexión y vida, de forma y Commandantenstrasse 9, que le proporcionan holgados medios de vida. Asisten
realidad. Esto exige una penetración crítica de la apercepción trascendental en a ellos filósofos, ministros, altos funcionarios, damas, estudiantes y profesores.
su conexión profunda con el absoluto. El mero yo sapiente destruye –horizon- Se relaciona además con los círculos románticos de Fr. Schlegel y
talmente– todo ser fijo y también a sí mismo, si queda desamparado de algo real Schleiermacher. Pero de estas conferencias orales no pudo cuajar su ideal de
y “diferente” de las cosas que acaban de reducirse a la nada. “Tu esfuerzo será fundar una escuela de pensamiento.
vano si pretendes obtener ese algo de tu saber y por medio de tu saber. Si no En 1804 –cuando tenía ya muy segura la culminación de su Doctrina de la
posees otro órgano para captar la realidad, nunca la alcanzarás”3. Ese órgano es, Ciencia, como lo demuestran las exposiciones recogidas en el Nachlass de sus
en El destino del hombre, la fe moral, por la cual nos adherimos al absoluto Obras– es nombrado profesor en la Universidad de Erlangen, donde explica tan
como fin, como exigencia de una actividad moral. Justo por ello, la relatividad sólo durante un semestre de verano (1805). Allí pronuncia una serie de
de la Doctrina de la Ciencia involucra la firmeza absoluta del objeto de fe. conferencias sobre La naturaleza del intelectual. Rompe con Schelling tras una
Esta solución viene a confirmar que el saber, la forma de reflexión – dura polémica que llegó hasta el extremo del ataque personal.
recuérdese el segundo principio– no queda desamparada o puramente Vuelve a Berlín, donde ofrece una serie de conferencias, que llevan por
relativizada, puesto que se conoce como forma de lo que no es puramente título Advertencia a la vida bienaventurada, en las que coordina su ontología
formal, de un ser principial: se reconoce como forma pura de un ser puro o con la filosofía de la religión. Allí le sorprende la guerra contra Napoleón.
absoluto. Desde el punto de vista principial, el “ser absoluto” de 1801 es la Quiere tomar parte en la campaña, como embajador de la ciencia, “en forma de
transcripción del “contenido absoluto” de 1794. El comienzo del saber es ser orador profano”. A pesar de las adversas circunstancias, y después de la paz de
puro (no perceptible sensorialmente ni determinable categorialmente)4. Tilsit, analiza en fogosas conferencias (Discursos a la nación alemana, 1807),
ante un atento público, el momento histórico que se está viviendo, y la misión
cultural del pueblo alemán. Un año antes había publicado una crítica a la visión
romántica de la historia, con el título Los caracteres de la edad contemporánea.
Cae enfermo en 1808, con una dolencia que le mermaría sus robustas
facultades físicas, calificadas por su médico Hufeland como dotes de un
hiperesténico. Por fin, tras la apertura de la Universidad de Berlín, es nombrado
allí profesor de filosofía en 1910; de ella fue también Rector (1811), cargo que
ocupó por brevísimo tiempo. En 1810 publicó La Doctrina de la Ciencia en sus
1
II, 13. líneas generales; y en 1813 los Hechos de la Conciencia, obra concebida como
2
II, 245. introducción a su sistema.
3
II, 247.
4
II, 63.
En 1814, a raíz de la oposición de Berlín a la invasión napoleónica, se
declara una epidemia de tifus, enfermedad que contraería su mujer, a cuyo
12
9
JUAN CRUZ CRUZ
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

cuidado se puso Fichte. A los pocos días quedó infectado también el filósofo; y
es dado a la conciencia. Y nada más. El fundamento es para nosotros una
es lo que le llevó rápidamente a la muerte. Esto ocurrió hacia las cinco de la
actualidad manifestada.
mañana del día 29 de enero de 1814. Tenía, pues, 52 años.
3. Desde esta perspectiva se entiende claramente el nuevo planteamiento de
2. Desde Berlín veía imponerse el pensamiento de Schelling, al principio
la teoría fichteana de los principios.
ligado al suyo, pero ahora en flagrante desacuerdo, y siente la necesidad de
reelaborar su exposición. En Jena, el concepto de ser había sido acuñado con el En el período de Jena la Doctrina de la Ciencia explicaba los modos
modelo del ser del mundo objetivo exterior, cuya insustantividad en el saber necesarios por los que funciona el entendimiento, el descubrimiento de sus
quedó de manifiesto. Pero también el saber mismo mostraba sus límites: el acciones necesarias; aunque indicaba también la tarea de penetrar ese saber del
saber es incapaz de asir la realidad, saber es no-vivir. Y si Kant veía preciso entendimiento hasta su verdadera raíz. En Berlín predomina esta última tarea.
limitar el saber para hacer sitio a la fe, Fichte quiere horadar el saber mismo, Asimismo subraya que saber y vida no están desligados, pues no habría saber si
inteligirlo en su necesaria condicionalidad y relatividad, desde su fundamento, no hubiera vida: el saber se remite a la vida originaria, sin la cual no sería
para encontrar la realidad viva. posible. Por eso, Fichte no tiene ahora inconveniente en hablar de ser puro o de
ser absoluto; “ser” no como categoría de la existencia perceptible; no algo
El fundamento fue declarado inicialmente por Fichte como “lo
objetivo, sino el origen del saber: no un objeto del saber, algo conscienciable,
absolutamente puesto por sí mismo”1 –el yo–. Sin embargo, su transcendencia
sino vida condicionante de todo saber efectivo.
respecto de la conciencia no era una transcendencia “objetivada”: su
transcendencia era inseparable del hecho mismo de la conciencia, tanto en el
comienzo como en el término de ésta. Se encuentra como autoposición
incondicionada que, de un lado, posibilita que en la conciencia misma se
produzca la escisión de sujeto y objeto en limitación recíproca y, de otro lado, 3. Consistencia y disolución del saber
posibilita también que el polo subjetivo de la conciencia no se agote en su
respecto al objeto, ni quede jamás empastado en el objeto, sino que lo
transcienda indefinidamente. El fundamento no funda simplemente la limitación 1. El saber necesita de un amparo para no perder su consistencia; tras
en la conciencia, sino también su superación indefinida. Por eso, el fundamento haberse absorbido en él la realidad de las cosas, hay que recurrir a una realidad
jamás está “hecho conciencia”, sino que “se hace conciencia”: es dado a la absoluta que lo apoye. El yo puro, de suyo inaprehensible, sólo es connotado a
conciencia como tarea infinita. través del dinamismo de la apercepción pura o reflexión originaria, unido a la
Sólo en la conciencia se da la posición limitante de sujeto y objeto2. El relatividad propia de toda acción de la conciencia, la cual envuelve
fundamento mismo no consiente semejante oposición limitante en su interior. Si inexorablemente la relación sujeto-objeto. El saber o la reflexión es lo que nos
conciencia y personalidad equivalen a oposición de términos (sujeto-objeto, yo- hace apuntar al yo puro; éste, de suyo, es lo que hace ser a la reflexión o al
tú), hay que decir que el fundamento carece de conciencia y de personalidad. saber. Por eso, Fichte tiene que determinar en profundidad la relación del saber
Por el fundamento hay conciencia en el mundo; y por la conciencia sale de sí el con el absoluto. Ya en 1794 el yo absoluto, inaprehensible, era distinguido del
fundamento, ex-siste (da-ist). La existencia es la salida que el fundamento hace yo sapiente, del yo que se capta a sí mismo en su relación con los objetos. En
de sí mismo para fundar. La existencia no es existencia de la conciencia, sino 1804 plantea con nitidez la necesidad de explicar cómo es posible un saber
del fundamento. La conciencia es la misma existencia del fundamento. filosófico sobre el absoluto.
Para la conciencia siempre hay fundamento, aunque ella no pueda conocer Por una parte, el saber filosófico se afirma con validez incondicional, de
de él otra cosa que no sea el acto de fundar: pero en sí mismo escapa a la suerte que no puede reconocer nada previamente dado o fuera del saber. Por
conciencia. Sabemos de un “fundar”, pero no de “un” fundamento. El saber que otra parte, si al ejercitar el pensar el saber filosófico se apoderase del absoluto,
del fundamento tenemos es consectario al acto mismo por el que el ser objetivo anularía con ello la supuesta realidad independiente del absoluto. Pero “el
absoluto no es ni saber, ni ser, ni identidad, ni indiferencia de ambos, sino que
es absolutamente única y exclusivamente el absoluto”1. ¿Cómo entra el absoluto
1
en nuestra conciencia? Entra “sólo en la conexión en la que es establecido,
I, 95.
2
I, 271. 1
II, 12.

10
11
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

aprehensión de lo múltiple como tal, en su facticidad, es historia1. Por


determinación que le viene de su concepto, es la existencia misma del absoluto,
consiguiente, el que sólo quiere absolutamente esta aprehensión, quiere
“el único que puede ser y existir y fuera del cual nada es ni existe
que no exista nada fuera de la historia. Pero si dice que existe algo fuera
verdaderamente. Pero el absoluto, lo mismo que sólo puede ser mediante sí
de la historia, y quiere caracterizarlo por la otra denominación, la de
mismo, sólo puede igualmente existir mediante sí mismo. Y como debe existir
filosofía, entonces se contradice a sí mismo, y todo lo que él dice queda
él mismo, nada extraño puede ser ni existir fuera de él: existe, pura y
por tanto anulado.
simplemente tal como es en sí mismo, todo entero, sin partición y sin reserva”1.
En este punto todos los sistemas filosóficos deben estar absolutamente La actualidad viva del saber es radicalmente el ser interior y la esencia del
de acuerdo; y esto es tan cierto como que aspiran a existir sólo fuera de la absoluto mismo. “No hay separación entre el absoluto (o Dios) y el saber en la
historia; por ello, si en el comienzo se considera la cosa superficial [94] e raíz de su vida más profunda, sino que ambos se confunden completamente”2.
históricamente, la diferencia entre ellos sólo podría consistir en aquello
El momento central de la vida espiritual es aquél en que el ser absoluto se
que cada uno pone como la unidad, lo uno, lo en-sí verdadero y cerrado
“descubre” expresamente a la conciencia, entrando en la existencia y en la
en sí mismo (= lo absoluto; de paso puede notarse que la tarea de la
conciencia en una imagen (Bild) y una reproducción (Abschilderung), o en un
filosofía puede expresarse así: presentación de lo absoluto).
concepto (Begriff) que se ofrece simplemente como concepto, sin hacerse pasar
Digo que las diversas filosofías podrían ser distinguidas así, si se las por la cosa misma. El ser absoluto está directamente con su ser real y sin
concibiera superficial e históricamente. Pero profundicemos esto. Afirmo imagen en la vida real del hombre sin que sea reconocido; y, una vez que es
que si es cierto que sólo puede haber un acuerdo posible –entre los que reconocido, sigue penetrando y además es reconocido en su imagen.
viven realmente– sobre una multiplicidad cualquiera, cierto es también
La esencia profunda del pensar es, a juicio de Fichte, esta bildliche Form,
que la unidad del principio sólo es, de hecho y en verdad, una; porque
forma representativa. Sólo en el pensamiento puede ser reconocida nuestra
principios diferentes darían principiados diferentes, por consiguiente,
unión con el ser absoluto.
mundos absolutamente diferentes y sin ninguna conexión interna; y no
sería posible entonces ningún acuerdo en nada. Pero si solamente es justo La diferencia entre ser y existencia, en conclusión, sólo es para nosotros,
y verdadero un solo principio, se sigue que sólo hay una filosofía como consecuencia de nuestra limitación; pero de ningún modo es en sí y
verdadera: aquella que hace suyo este principio verdadero; y todas las directamente en la existencia del absoluto: “porque su ser por sí y mediante sí
demás <fuera de ella son necesariamente falsas. Por tanto, en caso de comporta su existencia, y esta existencia no podría tener otra razón: y su
que> coexistieran <varias filosofías> proponiendo absolutos diferentes, o existencia a su vez comporta todo lo que él es interiormente y por esencia”3.
bien todas juntas, o bien todas salvo una solamente, serían falsas. Esto justifica la afirmación fichteana de que en la mera existencia (in dem
blossen Dasein) el ser no se confunde con la existencia, ya que en aquella el ser
Y lo que es muy importante: puesto que no hay más que un absoluto, surge “en tanto que ser” (als Sein), o sea, en tanto que fundamento de la
se sigue que una filosofía que no hace suyo el verdadero absoluto no existencia misma.
tiene ninguna posibilidad de poseer lo absoluto, sino solamente un
relativo, un producto de una disyunción de la que simplemente no se ha
percatado; y este producto debe tener por la misma razón su contrario. Se
sigue que ella reduce, conforme a su misión, no todo lo múltiple (sino
quizás una parte solamente) y lo reduce a una unidad no absoluta, sino 8. Doctrina de la Ciencia como idealismo trascendental
subordinada y relativa; por tanto, se sigue que no sólo se la debe refutar y
exponer en su insuficiencia a partir de la verdadera filosofía, sino incluso 1. Llegados a este punto, se puede afirmar que la Doctrina de la Ciencia no
a partir de sí misma, siempre que se esté al corriente de la verdadera tarea puede ser calificada de idealismo subjetivo, ni de idealismo absoluto, sino de
de la filosofía y que se haya reflexionado sobre ello más de lo que se ha idealismo trascendental.
hecho en este sistema; que, por consiguiente, toda distinción de

1
1
Historie. Acumulación de hechos empíricos. Aquí “Historie” se distingue de “Geschichte”, V, 443.
2
que es la coordinación ideal y justificativa de tales hechos. V, 440.
3
V, 452.

48
25
JUAN CRUZ CRUZ
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

No es idealismo subjetivo, porque la reflexión absoluta, la afirmación de ser


(Istsagen) o la forma de nuestra conciencia, no es algo arbitrariamente
considerarlo no de una manera superficial, sino enérgicamente, y como
individual, sino la forma necesaria de toda conciencia y la afirmación del
debiendo ser válido del modo más serio del mundo. Todo lo múltiple –lo
absoluto.
que sólo puede ser objeto de una distinción, lo que tiene su contrario y su
pendant–, absolutamente sin excepción1. Allí donde de una manera
Tampoco es idealismo absoluto, porque el absoluto está en ella sólo como cualquiera, expresa o tácita, se presenta todavía la posibilidad de una
fundamento de su posibilidad: la Doctrina de la Ciencia entra con un principio diferenciación, el problema no está resuelto. Quien esté en situación de
que se opone al absoluto puro, entra con la libertad formal de la reflexión, que demostrar la posibilidad de una distinción cualquiera en lo que un
hace relativo todo nuestro saber. sistema filosófico pone como su punto supremo, ese ha refutado tal
Es idealismo trascendental, porque afirma el mundo como obra del espíritu; sistema.
pero la acción espiritual que engendra el mundo es puramente formal: el mundo Unidad absoluta (que se explica precisamente por lo que precede, su
es fenómeno. El mundo, desde el punto de vista del conocimiento y de la
contrario): puramente cerrada en sí misma, lo verdadero, lo inmutable en
acción, es un conjunto de formas; pero también es verdadero, porque el
sí2.
principio del que surge es la forma misma del absoluto. El mundo se conecta al
absoluto por medio de su manifestación. Pero la manifestación, la reflexión, es Reducir: precisamente en la intelección continua del mismo filósofo; o
tal que el ser le es necesariamente exterior: entre la reflexión y el ser hay un sea, que él conciba lo múltiple a través de lo uno, y recíprocamente lo
hiato irracional. Para el saber, el ser puro es un no-ser. uno a través de lo múltiple. Esto significa que la unidad =A se le aparezca
con evidencia como principio de tales múltiples; e, inversamente, que los
A Fichte le había reprochado Schelling que esta relación del absoluto con el
múltiples no puedan ser comprendidos en su razón de ser más que como
saber absoluto es una reducción del absoluto mismo. “Me parece evidente –
principiados de A3.
responde Fichte– que el absoluto solamente puede tener una exteriorización
absoluta, es decir, por referencia a la multiplicidad, exteriorización tan sólo Entonces la Doctrina de la ciencia tiene esta tarea en común con
radicalmente una, idéntica a sí eternamente; y ésta es precisamente el saber todas las filosofías. Todas han querido esto oscura o claramente; y si se
absoluto. El absoluto mismo, empero, no es ser, ni es un saber, ni es identidad, pudiera probar históricamente que solamente una no lo ha querido, podría
o indiferencia de ambos: sino que es precisamente lo absoluto, y cualquier otra entonces oponérsele la prueba filosófica de que lo ha tenido que querer; y
denominación lo traiciona”1. esto es tan cierto como que ha querido existir. Porque la simple
2. La afirmación de que el entendimiento se comprende como imagen del
absoluto, es todo un programa. A partir de 1804 el absoluto es en sí y para sí,
con independencia incluso del acto de saber que se niega a sí mismo ante él. Así 1
Es en la esfera de la “representación” (sensaciones, imágenes, intuiciones, conceptos) donde
lo detectó Schelling –aunque refiriéndose sólo a los escritos populares
reina lo múltiple, lo que puede ser objeto de análisis: y se halla “al otro lado” de la unidad abso-
publicados–: “Un principio capital de la doctrina fichteana, y no sólo un
luta, la cual está más allá de la predicación y de las oposiciones.
pensamiento lanzado sólo de pasada, sino una doctrina fundamental, era, como 2
Que la verdad se oponga a la variedad de opiniones sólo es posible porque no se reduce al
es sabido, el siguiente: que el concepto de ser es meramente negativo, en tanto saber que nosotros tenemos de ella, sino que, más profundamente, existe como un don, a partir de
expresa solamente la negación absoluta de la actividad; asimismo, que tal sí misma, como algo absoluto.
concepto debe ser desterrado completamente de Dios y de las cosas divinas. 3
Indudablemente “A” es el absoluto. Propone aquí Fichte el mismo diseño de Descartes: la
Ahora el señor Fichte aparece resueltamente y dice: todo ser es viviente, y no aplicación de un método que asegure incontestablemente la rectitud del espíritu. Este método
hay más ser que la vida. El absoluto, o Dios, es de suyo la vida. Dios es todo debía proporcionar un “punto de partida” claro y distinto que resistiera la duda de los escépticos
ser, y fuera de él no hay ser”2. y, además, permitiera una reconstrucción sistemática de todo el saber humano, según el ideal de
rigor propio de las matemáticas (...de quo non possint habere certitudinem Arithmeticis et Geo-
metricis demostrationibus aequalem”, Regulae, II). Este ideal matemático hace que Fichte utilice,
casi en todas sus conferencias, signos convencionales (como “A”, “x, y, z”, “a-b”) para asimilar
1
Carta a Schelling, 5 enero 1802. su discurso a la exposición computada. Por otra parte, cuando Fichte habla de una “intelección
2
Darlegung des wahren Verhältnisses der Naturphilosophie zu der verbesserten Fichteschen continua” está recordando también a Descartes, una de cuyas “reglas” exigía que el curso del
Lehre, VII, 25. razonamiento, como deducción rigurosa, viniera a ser una “intuición sucesiva” (...per continuum
et nullibi interruptum cogitationis motum singula perspicue intuentis, Regulae, III).

26
47
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

máximas del pensamiento, que más tarde, en cada lección, tendrán de


Ser, existencia y mundo son los tres conceptos básicos que reclaman una
nuevo la ocasión de poner en práctica.
doble distinción: la de existencia y mundo, por un parte, y la de ser y existencia,
Espero que ahora cada uno comprenda fácilmente sin demasiada por otra. El mundo es, en su totalidad, manifestación del ser absoluto. Sólo una
atención los objetos que vamos a tratar en estos prolegómenos; pero parte determinada del contenido de esta manifestación es accesible y
precisamente, una experiencia pasada me obliga igualmente a añadir una comprensible al filósofo. Mas el ser, absolutamente en cuanto ser, vive y tiene
palabra acerca de esta comprensibilidad. En primer lugar, que no se en sí actividad propia: no hay otro ser que la vida, la actualidad móvil. A su vez,
saque de estos prolegómenos la medida de la simple [92] comprensibilidad la única vida, “la vida absolutamente por sí, desde sí, mediante sí, es lo
de la Doctrina de la ciencia; ni tampoco, la medida de la atención y del absoluto”. Vida y absoluto son, para Fichte, una y la misma cosa; de suerte que
estudio que exige; porque más tarde quedaría uno desagradablemente al decir vida de lo absoluto, se emplea tan sólo una forma de expresión: pues lo
decepcionado. En segundo lugar, el que ha escuchado y atendido estos absoluto es la vida. Pero la vida del absoluto “se oculta en sí y por sí dentro de
prolegómenos, ha llegado a un concepto de la Doctrina de la ciencia sí misma, tiene su asiento en sí misma, y permanece en sí misma, absorbiéndose
justo, conveniente, aprobado por el autor de ella; pero a través de él no en sí misma, y es accesible sólo a sí misma”. Esa vida constituye todo el ser, y
posee aún ni una chispa de la misma Doctrina de la ciencia. Y esta fuera de ella no hay ser posible. Aunque actual, de ningún modo hay en ella
diferencia entre el simple concepto y la cosa real y verdadera, que cambio ni variación.
siempre es de importancia, lo es particularmente en nuestro caso. Poseer
el concepto tiene su utilidad, por ejemplo la de evitarnos caer en el
ridículo de menospreciar y de juzgar torcidamente lo que nosotros no
poseemos; pero nadie crea convertirse en filósofo por esta posesión, que
de todos modos no es tan rara; es y queda razonador, aunque realmente 9. El origen del mundo y la creación
menos superficial que los que ni siquiera tienen el concepto.
Tras estos preliminares referentes a los preliminares, pongamos manos 1. Un problema grave que aparece en la metafísica fichteana es el modo en
a la obra. que el “ser absoluto” funda la “existencia” o el “saber absoluto”; o cómo el “sa-
He emprendido la exposición de la Doctrina de la ciencia. <Y es lo ber absoluto” se hace “accidente total del ser absoluto”1. Y dado que el saber
que ustedes esperan de mí.> ¿Qué es la Doctrina de la ciencia ? absoluto es para Fichte realización libre, se trata de pensar cómo el ser absoluto
En primer lugar, para empezar por lo que cada uno concederá, sale de sí por medio de la “realización absoluta de la libertad”. “Todo el
pongámonos a hablar de ella como lo hacen otros: es sin duda uno de los contenido del ser absoluto debe, mediatizado por el ejercicio de la libertad,
sistemas filosóficos posibles, una de las filosofías. He aquí el género que entrar en la forma de la luz y adquirir la forma absoluta del para-sí, y así el
conviene asignarle en primer lugar, según la regla de la definición. saber absoluto, por esta dependencia absoluta, depende del absoluto y lo
expresa”2. El saber absoluto se concentra en el individuo pensante y libre. Por
Ahora bien, ¿qué es la filosofía en general y por qué se la considera tanto, el fundamento común que sostiene a todos los individuos racionales y
universalmente? O dicho quizá más fácilmente: ¿Qué debe hacer la adquiere en ellos la forma del saber absoluto es el ser absoluto. La conciencia
filosofía, según lo que universalmente se exige de ella? individual es punto de reflexión y concentración en el que el fundamento
Sin duda alguna: exponer la verdad. Pero, ¿qué es la verdad y qué absoluto se mediatiza en saber por la realización de la libertad. En la conciencia
buscamos propiamente cuando la buscamos? Concentrémonos solamente individual adquiere el fundamento el carácter de ser-para-sí (Fürsichsein) y
sobre lo que no admitimos como verdad: lo que puede ser así o también estado-de-luz (Lichtzustand).
de otro modo; o sea, la multiplicidad y la mutabilidad del punto de vista. De lo dicho se comprenden las razones por las cuales Fichte rechaza tanto el
Por consiguiente, la verdad es unidad absoluta e inmutabilidad del punto creacionismo causal como el panteísmo y el monismo, admitiendo un dualismo
de vista. Si ahora (por la razón de que esto nos llevaría demasiado lejos) difícilmente asimilable al analógico.
[93]
omito el aditamento “del punto de vista”, la esencia de la filosofía
consistiría en esto: reducir a la unidad absoluta todo lo múltiple (que
ciertamente se impone a nosotros en el punto de vista ordinario de la
1
vida). He expresado en pocas palabras esto; y solamente importa 2
II, 109.
II, 62.

46
27
JUAN CRUZ CRUZ
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

2. Propiamente la noción de creación es remitida por Fichte a la de


causación. Pero Dios no es “causa”, sino fundamento de existencia. Si fuera
estas condiciones tienen que ser realizadas por cada uno en sí mismo,
causa, el absoluto quedaría introducido en el devenir; es el fundamento, o sea, el
poniendo su vida espiritual con todas sus potencias; y entonces la
quid, el ser de la existencia; Dios es el único contenido de nuestro saber. La
intelección se producirá por sí misma, sin que sea preciso añadir nada.
creación, desde la categoría de causalidad (kantiana), supondría cambio y
No se habla aquí en absoluto de un objeto ya conocido por otros
génesis en el absoluto mismo, y por ello no puede aplicarse a Dios, que existe
conductos, sino de algo completamente nuevo, insólito y, para todo el
siempre en la vida sin estar implicado e introducido en lo finito. El mundo es
que no ha estudiado todavía la Doctrina de la ciencia de una manera
creado por el mero concepto. La doctrina de la creación aparece así como “el
profunda, absolutamente desconocido; nadie puede llegar de otra manera
error fundamental absoluto de toda metafísica [...] Rechazar semejante creación
a esto desconocido si no se genera a sí mismo en él; pero sólo se genera a
es el primer criterio de la verdad de esta doctrina”1. Fichte mantiene el
sí mismo bajo la condición de que él mismo, la persona, genere algo, a
postulado del “idealismo fenoménico”, a saber: que el mundo es pura
saber: la condición [91] de esta autogeneración de la intelección. Quien no
representación de la conciencia.
hace esto, no alcanza en absoluto el objeto del que hablaremos aquí; y
como nuestro discurso sólo vale para este objeto, no alcanza ningún
Con esta argumentación zanja Fichte cuestiones metafísicas tan espinosas objeto. Todo lo que decimos sería, pues, para él solamente el decir de la
como la “libertad de la creación”. “Cuando alguien dice que el mundo puede pura y vacía nada; por tanto, eso mismo sería un sonido vacío, soplo
también no ser, que antes no era, que empezó a ser de la nada en otro tiempo, verbal, simple desplazamiento de aire, y nada más. Y entonces tomado
que empezó a ser por un acto libre que la divinidad hubiese podido omitir, es esto así, con todo rigor, y tal como suena, constituye, pues, el primer
enteramente lo mismo que si dijese: Dios puede no ser, y antes no era, y empezó prolegómeno.
a ser de la nada en otro tiempo, y se ha resuelto a existir por un acto de libre
arbitrio, que hubiera podido omitir. Ahora bien: este ser, del cual acabamos de Todavía tengo que añadir varias cosas que, no obstante, presuponen
hablar, es el ser absolutamente intemporal, y lo que en este ser está puesto, sólo este primer prolegómeno. Yo, estimada asamblea, quiero con esta palabra
es cognoscible a priori, en el mundo del pensamiento puro, y es inmutable en ser considerado como mudo y desaparecido; y son ustedes los que desde
todo tiempo”2. “Sobre el origen del mundo y de la especie humana, por ende, ni ahora tienen que ocupar mi lugar. Que en adelante, todo lo que se piense
el filósofo ni el historiador tienen nada que decir; pues no hay absolutamente en esta asamblea, no sea pensado y no sea verdadero sino cuando ustedes
ningún origen, sino sólo el ser uno, intemporal y necesario”3. mismos lo hayan pensado e inteligido como verdadero. He dicho que
tengo que añadir aún varios prolegómenos; y consagraré a este asunto las
De aquí se concluye también que el ser absoluto, pensado como Dios, carece
cuatro conferencias de esta semana. Experiencias pasadas me obligan a
de conciencia y conocimiento. El saber y la conciencia de Dios mismo es el
recordar expresamente que estos prolegómenos no deben ser
Dasein (ex-sistencia). Y el Dasein es Dasein de Dios. Deja, pues, Fichte claro
considerados –como muy a menudo lo son los prolegómenos– como un
que solamente en nosotros adquiere Dios conciencia y querer. En sí mismo es
simple impulso que tomara el conferenciante, y cuyo contenido no
un absoluto inconsciente e impersonal. En la medida en que la existencia de
debiera precisamente significar mucho. Los prolegómenos que se
Dios se hace autoconciencia sale de Dios mismo y se opone a él como imagen
expondrán aquí tienen una significación, y sin ellos se perdería
de Dios en el saber. Por tanto, Dios no es saber que se penetre en sí a sí mismo;
indudablemente todo lo que sigue. Están destinados a orientar el ojo
como pura copia de sí mismo tiene su saber “fuera de sí”: es en sí el “no ser del
espiritual de ustedes, desviándolo de los objetos en los que se entretenía
saber”4.
hasta ahora, hacia el punto que debemos considerar; e incluso a dar
3. Tampoco puede Fichte admitir el panteísmo. Si el mundo y las cosas primariamente su existencia a este punto; ellos deben iniciarlos en el arte
fueran lo divino, la esencia divina quedaría destruida por la división o que ejercitaremos en común1 más tarde, el arte de filosofar; ellos deben
multiplicidad de lo absolutamente uno. Aunque nosotros vivimos y actuamos en hacerles de una vez familiar y corriente un sistema de reglas y de
lo divino, eso no significa que Dios y lo finito sean una misma cosa. El

1
V, 479. una afluencia sugestiva. Pero la “intelección” no surge antes de un esfuerzo, sino tras el empeño
2
VII, 130. por conocer la verdad; aunque no es el fruto de una conquista, sino un don que excede los denue-
3
VII, 132. dos –las “condiciones”– que el sujeto mismo ha tenido que anteponer.
1
4
II, 63. Gemeinschaftlich. Se trata de la “intersubjetividad” entendida como ejercitación universal de
la razón en todos los individuos que la poseen. Pero no es la “suma” de individuos.

28
45
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

acusación, que les haga, estará pronta la respuesta: “sí, eso vale sin duda
panteísmo rebaja a Dios a la mutación y a la finitud. Pero el mundo, para Fichte,
para los demás, pero no para nosotros”; y ellos tienen razón en la medida
es objeto de conciencia, es lo sabido; en cambio, la existencia de Dios no es
en que junto al modo de pensar censurado conocen históricamente
objeto de conciencia, no es lo sabido, sino el saber, la luz, el hacer vivo de la
también el que se le opone; y cuando se les atacara a propósito de ése,
conciencia misma. El mundo no es Dios, sino lo opuesto a él, ciertamente
buscarían refugio en el mismo que ahora recusan. Si se hablara así, por
opuesto por Dios mismo. Dios existe propiamente en el existir viviente, como
ejemplo, como yo acabo de hacerlo: si se censurara la superficialidad
activo exteriorizarse. El hombre no puede con sus propias fuerzas llegar a Dios;
histórica, la dispersión entre los más variados y contradictorios puntos de
más bien, Dios llega al hombre. Asimismo rechaza el panteísmo moral (que
vista, la irresolución acerca de todos ellos y la indiferencia absoluta ante
concibe el fin último como viniendo a ser constantemente, pero sin ser
la verdad, como yo los he censurado, entonces cada uno aseguraría que
realmente nunca), pues Dios no es un fin meramente ideal por encima de los yos
no se reconoce en esta imagen, que él sabe muy bien que solamente una
finitos. Su teísmo concibe a Dios como un esse in mero actu1, unidad perfecta y
cosa puede ser verdad, y que todo lo contrario es necesariamente falso; lo
actual en la que se compenetran ser y vida. Fuera de Dios no hay más que su
mismo aseguraría el que se jactara de su plurifacetismo1 escéptico si le
propia manifestación, la cual no es autodivisión del absoluto.
reprocháramos su estancamiento en esta verdad única por rigidez
dogmática y parcialidad. De un lado, Fichte afirma que el saber es “penetración” absoluta de sí. De
otro, sostiene que la condición del saber absoluto es el ser absoluto, el cual llega
En semejante estado de cosas, lo único que podemos hacer es explicar
a ser-para-sí solamente en el saber del individuo finito. Entonces, este ser-para-
brevemente, de una vez por todas, que aquí presuponemos muy
sí ¿es penetración absoluta de sí? No. Porque el fundamento absoluto no puede
seriamente que hay una verdad únicamente verdadera2; que todo, excepto
jamás ser captado por el espíritu finito: no hay posibilidad de expresión
ella, es incondicionalmente falso; que esta verdad puede ser realmente
conceptual del absoluto.
encontrada; y que ella se patentiza inmediatamente como pura y
simplemente verdadera; pero de la que ninguna chispa se deja atrapar y Por tanto, no es posible que en el espíritu pueda el absoluto penetrarse
comunicar históricamente, como determinación de un espíritu extraño; absolutamente; de hecho Fichte excluye la posición hegeliana, según la cual el
por tanto, el que deba poseerla, tiene que producirla a partir de sí mismo3. contenido integro del absoluto se reflexionaría en el espíritu finito y en su
El conferenciante sólo puede indicar las condiciones de la intelección 4; historia. Luego tampoco el espíritu finito logra una unidad perfecta de ser y
saber. Aunque el saber debe realizarse en el espíritu finito, éste no puede
comprender jamás a Dios, porque no llega jamás al ser: sólo proyecta un mundo
1
Vielseitigkeit. sensible objetivo como “copia” de Dios. De manera que la “unidad de ser y
2
Es gebe Wahrheit, die allein wahr sei. Es rotunda la posición antiescéptica de Fichte. saber” es un esfuerzo infinito que jamás termina, que nunca se alcanza: saber y
3
Wer sich besitzen solle, müsse sie durchaus selber aus sich erzeugen. Esta forma de argumen- ser están separados sin punto de unidad absoluta. En consecuencia, es
tar desde el sollen (deber ser) al müssen (tener que ser) es muy propia del idealista trascendental: irrealizable la esencia total del saber absoluto.
cuando se nos presenta la exigencia ideal-metafísica de algo, entonces tenemos que admitirlo o
realizarlo, si es que nosotros nos hemos entendido como seres espirituales. De no hacerlo o admi-
Pero con esto Fichte también excluye la tesis metafísica de que el ser
tirlo, establecemos un hiato ontológico en nuesto propio ser; o sea, negamos la validez metafísica absoluto se penetra a sí mismo de modo necesario y eterno, con anterioridad al
de nuestro propio ser. Es lo que le ocurre, por ejemplo, a la prueba kantiana de la inmortalidad del espíritu finito; tesis metafísica que explica asimismo que, según Fichte, tal ser
alma, partiendo de la exigencia ideal-metafísica de la libertad. En el caso de lo que Fichte dice en absoluto es la condición de todo saber finito y que el saber finito tiene
estas líneas, se trata de que el sujeto ha de realizar la más alta sobreactuación de sí mismo para absolutividad (firmeza, certeza) no por comprender el contenido del absoluto,
hacer que se produzca la verdad, aunque la verdad misma no sea fruto de la sobreactuación, sino sino por estar situado en el horizonte del carácter formal y real de la
que surge de suyo. absolutividad.
4
Einsicht. Este término, que traduzco aquí por “intelección”, es quizás el más señalado de
4. Se ha dicho antes que, durante el período de Berlín, Fichte indicó la
todos los que Fichte utiliza en este período de su filosofía: indica (con su verbo correspondiente
necesidad de utilizar una serie de categorías que respondieran con verdad al
“einsehen”) el acto de comprensión o visión intelectual que brota en un sujeto ante la evidencia de
una cosa, de un razonamiento, de una reflexión o de un principio; esta comprensión es de índole
objeto de sus consideraciones. Una de esas categorías es la de “vida”, con la
espiritual y moviliza además la vida interior del filósofo, la fija en una dirección y no la hace ya cual se podría calificar perfectamente al absoluto. Pero no sólo ésa: incluso la
vacilar en el camino emprendido. Podría decirse que la vida de un auténtico pensador está hecha
de “intelecciones”; y de hecho, no hay página en estas lecciones que no refleje ese término, con 1
X, 206.

44
29
JUAN CRUZ CRUZ

categoría de “ser” tendría que aplicarse al absoluto y a las derivaciones que se


fundamentan en él. De ahí los tres niveles entitativos: [PROLEGÓMENOS: EL MÉTODO DE LA VERDAD]

ser: como vida oculta .......................... absoluto


ser: como vida abierta .......................... saber Conferencia I: [El problema del comienzo y la verdad como unidad
ser: como vida limitada ....................... mundo absoluta]

En primer lugar, el comienzo absoluto y el portador de todo es la vida pura. En la tarea que ahora emprendemos juntos, nada es tan difícil como
En segundo lugar, el saber, o la existencia o la manifestación es imagen o comenzar; e incluso el sesgo que, como ven, estoy a punto de tomar,
intelección de esta vida pura. En tercer lugar, el producto de esta intelección es considerando la dificultad del comienzo1, tiene también sus dificultades.
el ser natural, el mundo objetivo y su forma. No queda otra solución que cortar con valentía el nudo, rogándoles
Todo saber lleva inseparablemente consigo la ley fundamental de la admitan que lo que en primer lugar voy a decir sólo se dirige casualmente
reflexión: la escisión o división. Por medio de la reflexión, ese mundo que es al vasto mundo: únicamente para él vale, pero de ningún modo para
simple para el puro saber recibe características y formas nuevas, o sea, se hace ustedes2.
un mundo particular, infinitamente diversificado, que se despliega en formas Pues a mi entender el rasgo fundamental de nuestra época es que la
renovadas1. La ley fundamental de toda reflexión opera una fragmentación del vida ha tomado un carácter histórico y simbólico, pero que muy
mundo fijo que la forma del saber hace surgir del ser, dando lugar a objetos raramente llega a ser una vida real. Un elemento importante en la vida es
diferentes. Con esta división se instituye el mundo con sus múltiples cosas. el pensamiento. Allí donde la vida entera toma el pálido color de una
El Dasein, la existencia, no puede comprender el ser absoluto; sólo lo capta historia que nos es extraña, también el pensamiento tiene que correr la
“en la imagen”, en la conciencia, donde queda transformado en un ser fijo y misma suerte3. Sin duda se ha oído decir y se ha subrayado que los
quieto. Esta presencia fija es el “mundo” (Welt). El mundo es “creado” así por hombres pueden, entre otras cosas, también pensar; que verdaderamente
el concepto, por la conciencia, al transformarse el ser puro y vivo en un ser fijo. ha habido muchos que han pensado cada cual a su modo: el primero así,
“Sólo por el concepto y en el concepto hay mundo como apariencia necesaria de el segundo de otra manera, el tercero y el cuarto también de modo
la vida en el concepto; pero más allá del concepto, o sea, en verdad y en sí, no distinto; y cuál ha sido el resultado. Pero no es fácil que uno tome la
hay nada más que la viviente vida divina”2. La existencia no es la facticidad de resolución de tratar a su vez de pensar por su propia cuenta. El que
las cosas fuera del saber, ya que el mundo de las cosas es proyectado por el emprende la tarea de incitar a semejante época a que tome esta
pensamiento en el concepto. La existencia es, pues, equivalente al espíritu resolución, siente, entre otras cosas, la incomodidad de no saber dónde
humano. debe buscar a los hombres y [90] llegar hasta ellos. Cualquiera que sea la
Como el saber es primigeniamente la “imagen” del absoluto, el saber del
mundo sensible fuera de nosotros no es sino “imagen de imagen” (Bild des 1
En filosofía el “comienzo” es un punto decisivo; y más si se trata del “primer comienzo”. En
el inicio de la Doctrina de la ciencia de 1794 se trataba de encontrar, desde el punto de vista obje-
1
V, 463. tivo o metafísico, “el primer principio incondicionado”. Ahora, en la exposición de 1804, se trata
2
“El saber, en tanto que acto de distinguir, consiste en caracterizar lo que es diferente; pero de hallar, empezando por un enfoque pedagógico o subjetivo, el comienzo metafísico, el primer
toda característica supone por sí misma el ser y la presencia fija y estable de lo que es principio objetivo, el cual vendrá al final de un largo recorrido explicativo.
2
caracterizado. Pues el concepto transforma en un ser fijo y presente lo que en sí es directamente la Los oyentes han de empezar el curso de lecciones dejando a un lado los sistemas filosóficos
vida divina en la vida [...]. Así pues, la vida viviente es la que se encuentra transformada; y un ser que conocen, procurando tener su mente limpia de ideas preconcebidas, como si no supiesen, en
fijo y quiescente es la forma que ella toma en el curso de esta transformación. O también: la ese momento, nada.
3
transformación de la vida inmediata en un ser fijo y muerto, tal es el carácter fundamental A partir de aquí, y a lo largo de cinco lecciones, Fichte inicia unas admirables reflexiones de
buscado de esta transformación que el concepto hace sufrir a la existencia. Esta presencia fija es “pedagogía psicológica” orientada a crear en sus oyentes una actitud metafísica ante la verdad,
el carácter de lo que llamamos mundo. Así, el concepto es propiamente el creador del mundo, al siendo el punto central de meditación la confluencia de “pensamiento” y “vida”. Esta “pedagogía
transformar, conforme a su carácter interno, la vida divina en un ser fijo”. V, 454. psicológica” orientada a la metafísica reaparece también en otras lecciones de este curso, en pá-
rrafos de sorprendente aliento filosófico.

30
43
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

Bildes). Y dado que no hay sino un solo ser, puede distinguirse el ser, tal cual es
interiormente, y la forma que él toma por el hecho de existir. Lo que toma una
forma es el ser, tal como es en sí mismo, sin modificar su esencia interna. Por
tanto, en la “existencia” no hay nada más que el ser único, eterno e inmutable.
Este ser eterno, por otra parte, no podría “existir” de otro modo que bajo esta
forma: pues esta forma es la existencia misma; y decir que el ser podría existir
bajo una forma distinta sería tanto como afirmar que el ser puede existir sin
existir. El centro orgánico de la especulación metafísica no está, según Fichte,
ni en el ser puro ni en la forma aislada, sino en la determinación del ser por la
forma y de la forma por el ser. El pensamiento no debe partir de uno de los
extremos para pensar la existencia real, sino del punto central de
determinación1. Sólo por nuestra limitación se distingue el ser absoluto de su
existencia exterior.
5. Lo que el entendimiento abarca con sus categorías (ámbito del concepto)
pertenece al mundo, es objeto o fenómeno. El concepto, que caracteriza a algo
como algo y lo fija así, distinguiéndolo de lo demás, es el creador del mundo
concebible: pero esta creación no es nada más que transformación de la vida
pura. Pues “vida” es el carácter fundamental del absoluto, en la medida en que
éste es desde sí, mediante sí y por sí. La vida pura llega a diferenciaciones en la
conciencia sapiente. Pero importa no perder de vista el carácter de esta
transformación.
La realidad empírica es mero fenómeno, cuya elaboración por categorías del
entendimiento arroja un mero saber formal; mas el propio contenido de realidad
es inaccesible al entendimiento, el cual queda atado –como se dijo– a perfiles
superficiales. Lo conocido por el entendimiento se da en el espacio y en el
tiempo, y nada permite al entendimiento postular cosas en sí independientes de
las condiciones temporales: la categoría de causalidad sólo tiene sentido como
función sintética que abarca lo múltiple sucesivo en su correlación necesaria.
Todo lo que aparece en el tiempo tiene su causa en algo que igualmente aparece
en el tiempo. Pero la realidad absoluta tiene que estar por encima de las leyes
del tiempo, tiene que establecerse como inamovible “uno eterno”, más allá de lo
perecedero.
El entendimiento, por su carácter discursivo, recorre en el tiempo la serie de
fenómenos, de suerte que si el entendimiento es puesto, entonces es puesto a la
vez un múltiple y un tiempo. Pero la Doctrina de la Ciencia tiene que penetrar
el entendimiento, reconociendo en lo eternamente uno el fundamento necesario
de toda la multiplicidad. La tarea de la filosofía consiste en “reducir lo múltiple
a la unidad”2. Pero las leyes del entendimiento son así y no de otro modo: no
son azarosas o casuales, sino leyes necesarias del existir. Por eso, la realidad

1
V, 510.
2
X, 93.

31
JUAN CRUZ CRUZ

absoluta ex-siste comprendida sólo en la forma de la conciencia o de las


categorías del entendimiento. Si lo uno eterno inmutable es llamado Dios,
[TEORÍA DE LA RAZÓN O DE LA VERDAD]
entonces todo lo que se concibe existe para nuestras facultades cognoscitivas
porque Dios ex-siste.
6. Existir significa: ser para la conciencia. Fichte distingue así entre la [MÉTODO ASCENDENTE]
existencia de Dios y el ser de Dios; el ser divino es lo inmutable uno; la [89]
existencia divina es Dios en tanto que presentado a la conciencia
temporalizadora y multiplicadora. Dios no puede no ser; pero, ¿puede no
existir? Si así fuera, no habría mundo. La conciencia del saber no puede poner
contenidos (estricta realidad), no puede sobrepasar lo meramente formal si ella
misma no descansa en un ser eterno de absoluta plenitud de esencia.
El saber se distiende en el infinito porque es él mismo a la vez imagen
creadora que se expresa en imágenes e imagen de algo superior, pleno e
indiviso1. El saber no es mera reproducción de objetos exteriores, muertos, sino
retroversión, autopenetración espiritual que, por una parte, lleva en sí el mundo
de los objetos como contraimágenes suyas, y por otra parte, se remite a su vez a
algo superior, de lo cual es imagen y manifestación. Pero esto superior y
absoluto no está objetivamente enfrentado al saber, porque en verdad es lo que
en él aparece. El ser de Dios es el fundamento de la vida del saber y de la
libertad. Aunque la Doctrina de la Ciencia queda atenida a lo inmanente de la
existencia real, ve ahí el propio origen esencial, génesis que brota del no-ser del
saber. El contenido absoluto, el quid cualitativo en todo saber es anterior a toda
forma o relación del saber inmanente y remite a lo trascendente oculto e
incognoscible. La posibilidad absoluta precede a todo acto creador de la libertad
humana. Entre el saber y el ser se abre un abismo infranqueable, un hiatus
irrationalis2 que impide designar al absoluto por medio de cualquier predicado;
la única cualidad del ser absoluto es esta incomprensibilidad.
7. La existencia no es así “contingente” para el pensamiento metafísico, sino
una “consecuencia necesaria” de la esencia íntima del absoluto. En la “forma”
se transforma continuamente el ser al infinito y se caracteriza. De modo que el
ser absoluto se exterioriza necesariamente y, además, la exteriorización del ser
es total. “La vida divina se exterioriza (äussert sich), sale, se manifiesta y se
expresa como tal, como vida divina; y esta su manifestación [Darstellung], o
sea, su ser-ahí [Daseyn] y existencia [Existenz] exterior, es el mundo [Welt].
Tómese lo dicho con todo rigor; se expresa, ella misma, como es interiormente;
y no puede expresarse de otra manera; entre su verdadero ser íntimo y su
expresión exterior no hay en modo alguno una decisión libre, según la cual en
parte se oculte y en parte se manifieste; sino que su manifestación, es decir, el
mundo, es condicionado y determinado inmutablemente por dos elementos: su

1
E. Hirsch, Die idealistische Philosophie und das Christentum, 291-298.
2
X, 200-204.

32
41
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

propio ser interior en sí y la ley inmutable de su exteriorización y exposición


general. Dios se expresa como puede expresarse Dios. Su ser total,
incomprensible en sí, sale afuera indiviso y sin reserva, como puede darse en
una mera manifestación”1. Hacia dentro, la vida divina como tal es
absolutamente una unidad cerrada en sí, sin cambio ni variación alguna. Mas
hacia fuera –en el fenómeno o manifestación– es un principio de vida que se
desarrolla infinitamente y que se eleva sin cesar en un flujo temporal sin fin: en
la manifestación también es algo vivo; el ser es vida, y la existencia es vida. La
existencia viva en la manifestación [Darstellung] puede ser llamada, en cada
individuo, conciencia; y en el conjunto de los hombres, género humano
[menschliche Geschlecht]. Por eso, puede decirse que sólo el género humano
existe. La existencia –la manifestación [Darstellung] de la vida divina– se
absorbe en la totalidad de la vida humana y se desarrolla infinitamente en
grados cada vez más altos de vitalidad”2.
Siendo el ser actualidad pura y viva no se expresa como algo muerto; por
tanto, la existencia verdadera es vida. Y esta existenvia viva es el hombre, el
género humano. Sólo el género humano, el “nosotros” existe. El hombre, el
saber es inmediatamente la existencia divina; el mundo, en cambio, es
mediatamente, por medio del saber, esta misma existencia.
8. En definitiva, el concepto es el creador del mundo, al transformar la vida
inmediata, el ser actualísimo, en un ser fijo. Más allá del concepto, pues, nada
deviene; más allá está el ser puro y viviente. El mundo objetivo y material es la
“naturaleza”, la cual, por razón de lo expuesto, carece de vida y es incapaz de
un desarrollo indefinido; “es muerta y posee una existencia yerta y circunscrita
en sí misma. Mantiene a raya y reprime la vida dentro de sus límites; y somete a
la ley del tiempo lo que sin ella surgiría de golpe como una vida total y perfecta.
Está, además, sometida en su mismo desarrollo a la vida racional; por esto es el
objeto y la esfera de la actividad y de las manifestaciones de la vida humana en
su desarrollo infinito”3.
Fichte ofrece así el concepto de “naturaleza” expuesto por la filosofía
trascendental. En ésta, la naturaleza es el conjunto de leyes y categorías del
propio entendimiento en su uso objetivo. A diferencia de la filosofía clásica –
para la cual “naturaleza” (physis) significa el principio del movimiento de la
cosa–, “naturaleza” es aquí “medio y condición de otra existencia, la existencia
humana, y además algo que por el desarrollo progresivo de esta vida humana
debe dejar de ser paulatinamente”4. Fichte protesta también contra la Filosofía
de la Naturaleza de Schelling, la cual “se esfuerza en identificar lo absoluto con

1
VI, 361-362.
2
VI, 362.
3
VI, 363.
4
VI, 363.

33
JUAN CRUZ CRUZ

la naturaleza, divinizándola”1. Frente a ello, la tesis de Fichte es rotunda: el


carácter fundamental del “mundo” estriba en ser producido por el concepto.

1
VI, 364.

34
INTRODUCCIÓN, SUBJETIVIDAD Y ABSOLUTO

BIBLIOGRAFIA

1. Ediciones de las obras de Fichte

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dirigida por R. Lauth, H. Jacob y H. Gliwitzsky, Stuttgart/Bad Cannstadt,
Frommann (Holzboog), 1964 ss.
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en 11 tomos, Berlin, Walter de Gruyter, 1971.
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Jacob, Berlin, 1937.
Logik und Metaphysik (LM), ed. H. Jacob, Junker und Dünnhaupt, Berlin, 1937.
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2. Elencos bibliográficos

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3. Traducciones al castellano (de obras pertenecientes al período de Berlín)

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1805, traducción por E. Ovejero y Maury, Madrid, 1913.
1934 Los caracteres de la edad contemporánea, traducción por J. Gaos, Madrid.
1968 Discursos a la nación alemana, introducción de A. Diemer, traducción de A.
Juan Martín, Madrid.
1974 Doctrina de la Ciencia 1804, traducción e introducción de J. Cruz Cruz,
Buenos Aires.
1977 Discursos a la nación alemana, edición de Mª Jesús Varela, Luis Acosta,
Madrid.
1995 Exhortación a la vida bienaventurada o La Doctrina de la religión, estudio
preliminar de A. Ciria, traducción de A. Ciria y D. Inneraty, Madrid.
1998 Sobre la esencia del sabio y sus manifestaciones en el dominio de la libertad,
estudio preliminar, traducción y notas de A. Ciria, Madrid.
1999 Doctrina de la ciencia 1811, introducción de R. Lauth, traducción y apéndice
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35
JUAN CRUZ CRUZ

4. Bibliografía general sobre la obra de Fichte en Berlín

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1927.
Zimmer, F.: Fichtes Religionsphilosophie nach dem Grundzügen ihrer Entwicklung
dargestellt, Berlin, 1878.

37
ANUNCIO DEL CURSO DE LECCIONES1

El que suscribe se ofrece a dar, con evidencia matemática, una exposi-


ción oral continua de la Doctrina de la Ciencia, o sea, de la solución
completa del enigma del mundo y de la conciencia. Ha elegido preferen-
temente esta vía de información, por cuanto no piensa dar a conocer a
través de la imprenta el resultado de sus nuevas investigaciones madu-
radas durante muchos años, pues esta filosofía no se puede explicar his-
tóricamente; comprenderla supone, más bien, el arte de filosofar, el cual
se aprende y se ejercita del modo más seguro mediante la exposición oral
y el coloquio. Estas lecciones se darán desde el 16 del mes en curso hasta
la Pascua de Resurrección, los lunes, martes, jueves y viernes, de 12 a
13'30, en mi domicilio, Kommandantenstrasse nº 9. Se asignarán algunas
horas de la mañana de los sábados para conversar sobre lo expuesto. Los
honorarios son dos federicos de oro. Los que se hayan de abonar tendrán
la bondad de inscribirse en la librería del señor Sander, Kurstrasse nº 51 –
la cual se encarga de este asunto–, y de examinar allí mismo el plan
detallado de la organización externa.
Berlín, a 1 de enero de 1804.
FICHTE

1
Aparecido en el Oberdeutsche allgemeine Litteraturzeitung el 14 de enero de 1804, y en el
Berlinische Nachrichten von Stadts- und gelehrtem Sachen”, el 5 de enero del mismo año.

39
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia V: [El talento de la perfecta atención y sus trabas]


filosofías, fundada en sus principios unificadores, es sólo provisional e
histórica, pero de ningún modo posee valor en sí. [95]
El próximo miércoles conviene, en atención al día público de Volvamos no obstante a este principio de división, porque es aquí
rogativas, suprimir la clase. Por esta razón, también hoy me ocuparé sólo precisamente, en el conocimiento provisional e histórico, donde debemos
de prolegómenos, aun cuando ya en otra ocasión llegamos a iniciar nuestro impulso. La Doctrina de la ciencia podría ser,
convencernos de lo necesario que era ahorrarnos por el momento el plato repitámoslo, una de las filosofías posibles. Si pretende ahora, como lo
más fuerte. hace efectivamente, no ser absolutamente idéntica a las filosofías
Ciertamente ya les he expuesto y comunicado todo lo que conviene anteriores, sino completamente distinta de ellas, ser nueva y fundarse a sí
para comprender estas conferencias y les permita penetrar en su punto de misma, entonces debe tener un principio de unidad distinto del de todas
vista, salvo dos tipos de cosas: primero, lo que propiamente no puede las demás que la han precedido. ¿Qué tenían estas por principio de
comunicarse, el talento de captar estas conferencias1; luego, algunas unidad? Debo observar que no es mi intención exponer aquí una historia
observaciones que de ordinario no se escuchan con agrado y que esta vez de la filosofía e introducirme en todas las polémicas que pudieran hacerse
esperaba poder omitirlas completamente. al respecto, sino solamente desarrollar el concepto que tengo,
progresando poco a poco en mi reflexión. Por esto, lo que voy a decir
Por lo que al primer punto se refiere, el talento de captar estas
podría tener su utilidad, tanto si fuera históricamente falso y
lecciones, se trata del talento de la completa y perfecta atención. Se
arbitrariamente aceptado, como si fuera históricamente cierto; como
debería adquirir y ejercer antes de abordar el estudio de la Doctrina de la
podría demostrarse sin duda sobradamente, si fuera necesaria semejante
ciencia; y por esto, en el plan escrito que figura en la oficina de
demostración <y si hubiera hombres a quienes convencer de ello>.
inscripción, he puesto como única condición –pero muy importante para
Afirmo que, de todas las filosofías habidas hasta KANT, resulta muy
la comprensión de esta ciencia– que los participantes se hayan ocupado
claramente que lo absoluto ha sido puesto en el ser –en la cosa muerta–
ya en un estudio científico fundamental; no naturalmente en razón de los
como cosa; la cosa debía ser el en-sí. (De paso puedo añadir que también
conocimientos materiales así adquiridos, de los que nada <absolu-
desde KANT, por todas partes y sin excepción, salvo en la Doctrina de la
tamente> se ha supuesto aquí y nada ha sido aceptado de manera
ciencia, en todos los pretendidos kantianos1, al igual que en los supuestos
absoluta, sino sólo porque a través de este estudio se despierta y se ejerce
comentadores y continuadores de la Doctrina de la ciencia2, se ha
la completa y perfecta [123] atención, y accesoriamente se adquiere
permanecido en este mismo ser absoluto; KANT mismo no ha sido
también el conocimiento del lenguaje científico, que usamos aquí con la
comprendido en su verdadero principio –que ciertamente no ha ex-
mayor libertad. He dicho la completa y perfecta atención, la cual se
presado claramente en ninguna parte –: pues lo que importa no es cómo
proyecta con todo su poder espiritual en el objeto presentado, se aplica a
se nombra este ser, sino cómo se le capta y se le tiene interiormente.
él y se siente absorbida enteramente en él; hasta tal punto que ningún otro
Puede muy bien llamársele yo3. Si se le objetiva originalmente y se le
pensamiento u ocurrencia puede penetrar, porque no queda sitio para algo
enajena, entonces es justamente la vieja cosa en-sí.) Ahora bien, cada uno
puede, no obstante, por poco que se concentre, darse cuenta de que todo
1
Más de la mitad de esta lección (S.W. X, pp. 122-128) viene a ser como la culminación de lo
ser pone un pensamiento o una conciencia del ser mismo; que por lo
que, en una nota anterior, he llamado la “pedagogía psicológica” de Fichte para introducir a sus
tanto, el simple ser es sólo una mitad cuya otra mitad es el pensamiento
oyentes en la metafísica o Doctrina de la ciencia. Se ocupa en esa primera mitad de la necesidad del mismo; por consiguiente, es un miembro de una disyunción original y
de la atención; y tiene como dos partes. En la primera, subraya el “talento de la atención” que nos más elevada4, <la cual escapa solamente al que no se concentra, al que
permite adentrarnos en el concepto, en la necesidad de una “reflexión continua” y en la
subordinación del acto de construir a la necesidad de la evidencia. En la segunda, exige el “amor a 1
la ciencia” y proyecta una fenomenología de la “falta de ese amor”, que va desde la simple Por ejemplo, Reinhold.
2
“carencia” al “odio” explícito hacia la ciencia; acaba indicando que el “amor a Dios” es el Por ejemplo, Schelling.
3
verdadero elemento del espíritu racional. El “yo” es forma de la interioridad, pues cualquier intelección se hace a partir del “yo”; pero
La segunda parte de esta lección (S.W. X, pp.128-131) retoma el hilo de la exposición la filosofía del yo (Doctrina de la ciencia de 1794) deja paso a la filosofía del absoluto (Doctrina
metafísica, tematizando las leyes de las operaciones del pensamiento. de la ciencia de 1804).
4
La forma pura del saber en general es la unidad de “conciencia” y “ser”.

76
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JOHANN GOTTLIEB FICHTE
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

piensa superficialmente>. No hay razón, pues, para poner la unidad


absoluta en el ser o en [96] la conciencia que se opone a él; tampoco para la evidencia no reside ni en el uno ni en el otro, sino absolutamente entre
ponerla en la cosa o en la representación de la cosa. Hay que ponerla en los dos. Tenemos, pues, aquí el primer resultado importante y
el principio que acabamos de descubrir, principio de la unidad y de la significativo, el principio de la separación: no como apareció más arriba
inseparabilidad absolutas de ambos, que a la vez, como lo hemos visto –entre dos términos que debían ser en sí diferentes como A y el punto–,
también, es el principio de la disyunción de los dos, y que queremos sino en el interior de un término, absolutamente idéntico a sí mismo en
llamar saber puro, saber en sí; pero no en absoluto saber de un objeto, toda separación1; la construcción y la generación de estos conceptos
porque entonces no sería un saber en sí, puesto que su ser requeriría originarios, completamente idénticos, aparece la primera vez como
además un objeto; a diferencia de la conciencia, que pone siempre un ser, inmanente, en el ser último que simplemente se manifiesta, a saber: el yo;
y que por esto no es más que una mitad de las dos. KANT ha descubierto la segunda vez como emanente, en la razón que existe simplemente en sí
esto, convirtiéndose por tanto en el fundador de la filosofía trascendental. y que objetivamos necesariamente siempre. Es, pues, una separación que
La Doctrina de la ciencia es filosofía trascendental, como la kantiana; y se presenta puramente y en sí, sin ninguna consecuencia y sin ningún
en esto, por tanto, completamente semejante a ella: en cuanto que no cambio en el objeto.
pone lo absoluto en la cosa, como hasta ahora, ni en el saber subjetivo, lo Además, la evidencia oscila pendularmente entre los dos puntos de
que, propiamente hablando, no es posible –porque aquel que reflexionara vista: pero si se la debe construir realiter, entonces tiene que ser
sobre el segundo término tendría ciertamente también el primero –; más construida2, y construida precisamente como una oscilación de a a b, y de
bien, ella pone lo absoluto en la unidad de los dos. b a a, agotando absolutamente los dos términos, o sea, oscilando de
Veamos en primer lugar cómo la Doctrina de la ciencia se distingue nuevo entre la doble oscilación. Este sería el primer punto que da una
de la filosofía kantiana. Ahora yo sólo diría esto: al que efectivamente se síntesis triple o una síntesis quíntuple. [122]
le ha patentizado interiormente esta unidad superior, ése ha conseguido la Pero, ¿qué hay entonces de común en todas estas determinaciones? El
intelección desde esta primera hora de clase, el verdadero lugar del mismo sustituto de la luz, considerado en su cualidad interna –que ya
principio de la única filosofía posible, intelección que falta casi com- conocemos–. Ahí es donde mora este elemento común: todo es, pues, la
pletamente a nuestra época filosófica; ha obtenido al mismo tiempo un única y misma conciencia común de la luz. Esta conciencia común, que
concepto de la Doctrina de la ciencia y un hilo conductor para com- no puede nunca construirse realiter como tal, sino que únicamente puede
prenderla, que también falta totalmente. ser tomada en pura intelección por la Doctrina de la ciencia, es entonces
Después de oír que en efecto la Doctrina de la ciencia se presenta considerada, en las tres o cinco modificaciones, sólo bajo un punto de
como idealismo, se concluiría entonces que pone lo absoluto en lo que se vista diferente, en un sustituto diferente, y la Doctrina de la ciencia los
ha llamado más arriba el pensamiento o la conciencia –a la cual, <como abarca todos con una sola ojeada3.
primera mitad,> se opone el ser, como segunda mitad–, y que, por tanto, Y termino con este punto.
ni esta, ni su contrario pueden figurar en modo alguno como lo absoluto.
Sin embargo, todos –amigos y enemigos– reciben indiferentemente esta
opinión sobre la Doctrina de la ciencia, y no hay manera de disuadirlos.
Ahora bien, los “perfeccionadores” 1, para encontrar una base a su
superioridad reformadora, han sacado lo absoluto de la primera mitad en
que, según su opinión, la Doctrina de la ciencia lo coloca [97] y lo han
echado en la segunda mitad, conservando de todo ello la palabrita “yo”
1
Tanto el concepto como la luz son elementos del saber, donde forman unidad absoluta y no
1
En particular Schelling, quien en su Darstellung meines System (1800) indica que la Doctrina dos términos externos y separados. De suerte que el concepto, lejo de ser un mero producto
de la ciencia de Fichte, como idealismo trascendental, es sólo una parte de la filosofía que sólo exterior de la luz es la manifestación (Erscheinung) de la luz.
2
trata de la forma del saber, pero el verdadero absoluto reside en la naturaleza; frente a un idea- Soll... muss. De nuevo la articulación lógica del método fichteano: si “debe”..., entonces
lismo formal, Schelling proclama exigencias realistas, pero envueltas en un idealismo superior, “tiene que”: o sea, si hay una exigencia ideal-metafísica, entonces tiene que cumplirse.
3
donde la naturaleza es también sujeto o yo, sujeto-objeto. La Doctrina de la ciencia no hace existir el hecho absoluto del saber; pero lo hace existir para
nosotros.

50
75
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

cisamente porque queríamos generarlo, o sea, como consecuencia de un


conocimiento anterior, que sin duda habríamos generado igualmente que será probablemente, a fin de cuentas, el único botín de la vida de
porque queríamos, consecuencia esta, de un conocimiento anterior aún, y KANT y –si se me permite hablar de mí después– de la mía propia,
así al infinito, lo que no nos permitiría nunca remontarnos a una primera consagrada a la ciencia.
generación? Supongamos que sea generado el concepto; éste debe
entonces, en cualquier momento, generarse pura y simplemente por sí
mismo, sin ninguna ayuda y ninguna necesidad de un nosotros; también
se nos patentiza claramente que este “nosotros” supone ya siempre y en
todos los casos un saber preexistente y no puede en absoluto llegar a un
saber inmediato. No podíamos, pues, generar las condiciones, pero ellas
se generaban inmediatamente por sí mismas: la razón, absolutamente
independiente de toda arbitrariedad, de toda libertad y de todo yo, debía
generarlas a partir de sí y por sí misma; esta última proposición,
descubierta mediante un pensar atento, contradice a la primera, dada en
reflexión inmediata. ¿Cuál de los dos puntos de vista es cierto1? ¿Y sobre
cuál debemos apoyarnos?
Antes de comenzar a responder, volvamos al contenido de la
intelección, la cual ha llegado a ser un objeto de discusión con respecto a
su principio, para examinar en primer lugar con rigor su verdadero valor
y su verdadera significación. Hemos inteligido que si la luz debe ser,
entonces el concepto tiene que ser puesto y anulado. La luz no estaba,
pues, de ningún modo inmediatamente en esta intelección, y la
intelección no se absorbía en ella, [121] coincidiendo con ella; sino que
ella sólo era una intelección en relación con la luz, objetivando esta
misma luz y sólo penetrándola en su cualidad interna, y así (cualquiera
que haya podido ser el principio y el verdadero soporte de esta
intelección: o bien nosotros, como parecía, o bien la razón que se
produce puramente a sí misma a partir de sí misma, como parecía
igualmente), la luz no está inmediatamente en este soporte, sino sólo
mediatamente en un sustituto y en una copia2 de sí misma. En primer
lugar, quizá convendría atenerse a este ser simplemente mediato de la
luz, no solamente en la Doctrina de la ciencia, sino absolutamente en
toda conciencia posible que tenga que poner un concepto para posibilitar
su anulación; y la Doctrina de la ciencia podría situarse en un punto
distinto de aquel en que quizá varios la han colocado tras la clase de ayer,
por haber sin duda considerado el saber como demasiado simple.
Y ahora, respondamos a la cuestión: los dos se patentizan, los dos son
igualmente verdaderos y, tal como al principio tuvimos ocasión de decir,

1
Primera posibilidad: “nosotros” construimos el saber (tesis idealista). Segunda posibilidad: “el
saber” se construye a sí mismo (tesis realista).
2
Abbild.

74
51
JOHANN GOTTLIEB FICHTE
EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia II: [La unidad de ser y conciencia]


pura, pues ello multiplicaría evidentemente los absolutos. Al contrario, la
multiplicidad y el cambio de estos diversos caracteres deben derivarse
Comencemos nuestra lección de hoy con un breve repaso de la lección puramente de la acción recíproca de la luz consigo misma, en sus
precedente. Al ofrecerles esta visión de conjunto, me propongo todavía diferentes relaciones con el concepto y con el ser inconcebible.
un fin accesorio, a saber: enseñarles la manera de memorizar tales Para dar en seguida una indicación sobre esto último, para elevar todo
conferencias y de reproducirlas por sí mismos, indicándoles si es lo que se ha dicho hoy a un plano superior y dar a los nuevos asistentes
apropiado o no copiar lo que digo, lo que en general se puede enseñar. En un punto de vista de unidad a partir del cual se pueda considerar todo lo
general, digo; porque en lo que se refiere a la memoria y a la posibilidad que aún escucharán aquí, y para dar a los antiguos el mismo punto de
de dirigir la atención sobre varios objetos, hay gran diferencia entre los vista bajo el cual podrán hacer nuevamente la síntesis y reproducir por sí
hombres; y, yo en particular, soy uno de los menos favorecidos a este mismos todo lo que ya han escuchado aquí, les invito a considerar lo
respecto, porque no tengo en absoluto lo que generalmente se llama siguiente:
memoria, y sólo soy capaz de centrar mi atención sobre un objeto. Por El centro de todo era la luz pura1. Si efectivamente debe llegarse a
esta razón, mis consejos no pueden ser en modo alguno autoritarios, y ésta, entonces el concepto se tiene que poner y anular, y se tiene que
cada individuo debe decidir por sí mismo la medida en que le convienen poner un ser en sí, inconcebible: si se pone, la luz debe ser; entonces esta
y cómo debe emplearlos. proposición establece todo lo que se ha dicho. Esto ha sido ya inteligido
El buen oyente, el que prefiero, es para mí el que en su casa puede por nosotros, <y es verdad y seguirá siendo eternamente verdad>, y
reproducir, por sí mismo, la lección escuchada, no inmediatamente, expresa además la ley fundamental de todo saber; y podemos anotarlo
porque esto sería una memorización mecánica, sino pensando con este título.
atentamente y concentrándose en sí mismo, y precisamente con una Pero ahora quiero prescindir completamente del contenido de esta
libertad absoluta de movimiento: por una búsqueda regresiva podría intelección [120] y reflexionar simplemente sobre la forma, sobre nuestro
elevarse del resultado, al que se ha llegado, hasta sus premisas; por una estado efectivo de inteligir. Porque pienso que nosotros2, que estamos
búsqueda progresiva, derivar de las premisas, de donde se ha partido, los aquí presentes y que lo hemos inteligido efectivamente, éramos quienes
resultados; partir del centro para elevarse y derivar al mismo tiempo; el lo habíamos inteligido. Por lo que recuerdo –y pienso que todos lo
buen oyente sería el que llegara a realizar esta tarea, con absoluta recordarán– ha ocurrido así: construíamos libremente los conceptos y las
independencia de las expresiones empleadas. Y puesto que nos premisas de donde procedíamos, los yuxtaponíamos precisamente con la
proponemos en varias conferencias –separadas por horas y días– hacer misma libertad y, en esta yuxtaposición, teníamos la convicción de que
únicamente una sola exposición de la Doctrina de la ciencia, en un todo iban juntos y estaban en una unidad indisociable. Nosotros generábamos,
único, cuyas diferentes horas de clase formarán las partes integrantes, al pues, al menos las condiciones de la intelección que de ahí procede; y
igual que [98] los momentos singulares de una única y misma hora de nos manifestamos a nosotros mismos también simplemente así.
clase constituyen sus partes; digo que, si esto es así, en esta perspectiva Mas no comencemos a trabajar demasiado deprisa; pensemos un poco
mi oyente favorito sería el que de la misma manera pudiera reconstruir, a más profundamente. ¿Generábamos lo que hemos generado, pre-
partir de cada clase particular, el conjunto de clases, bien que comience
por la primera o por última que ha escuchado, o por una cualquiera del 1
medio. Este es mi primer punto. En todo saber hay un “elemento representativo”, que es el concepto, y un “elemento no
representativo”, que es el acto de poner el concepto. Ambos elementos han de ser pensados a la
En segundo lugar, lo que cada uno tiene por más digno de notar y vez de manera viva o genética, donde la anulación del concepto es la “luz”; y a su vez el concepto
retiene más seguramente en cada hora de clase es lo nuevo que ha mismo es la expresión o concreción objetiva del acto absoluto de la luz. Para Fichte, con la tesis
aprendido y claramente inteligido en ella. Lo que inteligimos ver- de que “la luz es el fundamento del concepto” se constituye el punto de vista del realismo; con la
daderamente llega a ser un elemento constitutivo de nosotros mismos1 y, tesis del “cumplimiento absoluto del concepto” se constituye el punto de vista del idealismo. La
unidad de “luz” y “concepto” constituyen un punto de vista más alto, la unidad del saber.
2
1
No resulta ocioso recordar que también para Aristóteles la ciencia era un hábito, una fuerza Wir. Varias veces nos asaltará este término, que indica la intersubjetividad en acto de pensar;
cualitativa que determinaba interiormente al sujeto, operando en él un cambio interior auténtico. no la suma de sujetos que están pensando juntos, sino la actualización de la razón pensante una en
quienes se ponen libre y enérgicamente a pensar la verdad.

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<en la intuición>; o sea, que ella es sólo el exponente y el correlato de la


luz pura: ésta es su principio genético; en primer lugar, a partir de este en el caso de que sea una intelección verdaderamente nueva, una
principio, como dijimos, a la evidencia se abre <la posibilidad de transformación de nosotros mismos; y es imposible no ser o dejar de ser
realizar> una evidencia genética, puesto que la luz pura se muestra en sí lo que verdaderamente se ha llegado a ser. Y justamente por ello, la
misma como una génesis; en segundo lugar, la relación establecida Doctrina de la ciencia, antes que cualquier otra concepción, puede
precedentemente entre el concepto y el ser, y viceversa, queda, pues, comprometerse a excitar de nuevo el impulso agotado del pensamiento, si
determinada más ampliamente: si se trata de llegar a expresar y a realizar uno entra en ella, pues ella suscita nuevos conceptos y puntos de vista.
la luz absoluta, entonces el concepto debe ponerse, para ser anulado por Lo que en la última lección se ha manifestado como completamente
la luz inmediata: porque en esto precisamente consiste la exteriorización nuevo al que no tiene aún ningún conocimiento de la Doctrina de la
de la luz interior. El ser en sí es el resultado, y, a la vez, el poso muerto ciencia –e incluso ha aparecido en una nueva luz al que ya la conoce–
de esta exteriorización; y dado que la luz pura es al mismo tiempo la ha sido la intelección de que, por poco que uno se concentre correc-
anulación del concepto, el ser en sí se convierte en algo inconcebible. Así tamente, todo ser presupone un pensamiento o una conciencia de sí mis-
pues, la luz pura se impone como el único centro y el único principio mo; y que por tanto el ser es el miembro de una disyunción: es sólo una
tanto del ser como del concepto. mitad para la cual el pensamiento es la otra mitad; así pues, la unidad no
4. De lo anterior resulta que este inconcebible, considerado como el debe ponerse ni en una mitad ni en otra, sino en el lazo absoluto de las
soporte de toda realidad en el saber –soporte comprendido por nosotros dos = saber puro en sí y para sí, por tanto saber de nada, o –si la ex-
en su principio–, ahora puede ser pensado como absoluto sólo en tanto presión siguiente puede fijarnos mejor las cosas en la memoria– tiene que
que inconcebible y nada más; pero no hay necesidad de concederle ponerse en la verdad y la certeza en sí y para sí, que no es certeza de
además una cierta cualidad oculta, como tampoco es necesario conceder cualquier cosa, porque en este caso se pondría la disyunción entre ser y
a la luz otra cualidad además de los caracteres que le hemos atribuido saber. Si alguno, –intentando ahora reproducir por sí mismo esta primera
precedentemente, a saber: que anula al concepto y que deposita como clase– hubiera encontrado en sí de manera clara y viva sólo este punto
resultado al ser absoluto. Porque entonces habríamos encontrado, como único, entonces podría ya, con un poco de pensamiento lógico atento,
precisamente se le ha reprochado a KANT, un dato inescrutado, quizá desarrollar el resto a partir de este punto. Se preguntaría, por ejemplo:
considerado como inescrutable. Para dar una prueba de esta afirmación ¿Cómo se nos ha ocurrido la idea de probar que el ser posee un miembro
diremos que solamente lo hemos inteligido como formalmente complementario? [99] ¿Acaso se ha hecho esto con una intención
inconcebible, pero nada más. Y no tenemos derecho a afirmarlo antes de polémica? ¿Se le ha considerado quizá, no como un miembro
haberlo [119] inteligido. Si pusiéramos una tal cualidad oculta, entonces o complementario, sino como la unidad absoluta? Cada uno se percataría
la habríamos inventado, o más bien –ya que una pura invención a partir de que, hasta KANT, esto ha ocurrido así1. Y se preguntaría: ¿Pero,
de la nada es completamente imposible–, la habríamos obtenido de una entonces, cómo llegamos siempre a investigar lo que bien puede ser o no
facticidad percibida empíricamente, con la intención de atribuirle un ser la unidad absoluta? Entonces cada uno recordaría –siendo
principio, como era el caso de KANT. Éste, en primer lugar, encontró simplemente consciente de la razón por la cual asiste a este curso– que se
fácticamente la diferencia entre lo suprasensible y lo sensible; y, en trataba de filosofar y que la esencia de la filosofía había sido puesta
seguida, introdujo en su absoluto, además de la absolutividad, en segundo precisamente en la tarea de establecer la unidad absoluta y de reducir a
lugar una cualidad inescrutable, a saber: que es el lazo de unión de los ella todo lo múltiple. Desde este instante, el razonamiento completo
dos mundos; con lo cual caeríamos de nuevo desde la evidencia genética podría reconstruirse sin dificultad de la manera siguiente: la Doctrina de
en la evidencia fáctica, lo que sería completamente contrario al espíritu la ciencia es... etc. Sólo se exige que esta reconstrucción no carezca de
interior de la Doctrina de la ciencia. Por consiguiente, sean cuales fueran profundidad y de autenticidad. Por ejemplo, reducir la multiplicidad a la
los caracteres –que convendrá definir mejor en lo sucesivo– que pueda unidad es una fórmula de pocas palabras, que se retiene fácilmente, y es
presentar en sí la realidad que se presenta en nuestro saber, fuera del cómodo considerarla como respuesta a la cuestión que aparece a menudo:
carácter fundamental y general de su inconcebibilidad, no hay en modo “¿Qué es la filosofía?”, y cuya respuesta ordinariamente nos pone en un
alguno necesidad (este punto es importante) de fundar esta característica aprieto. Pero es preciso preguntarse: ¿Comprendes bien lo que dices?
en un nuevo principio absoluto, distinto del principio único de la luz
1
Kant ha dado fin al antiguo “realismo” del ser o cosa-en-sí.

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¿Puedes explicártelo diáfanamente en el fondo de ti mismo, hasta llegar a


hacer la construcción clara y transparente? ¿Ha sido descrito? ¿Cómo ha concepto absoluto, el cual, justamente, tiene que ponerse para poder ser
sido descrito? Con tales y tales palabras. Pues bien, he aquí lo que ha anulado1; y así:
dicho el conferenciante; ¡y esto son palabras! Pero yo quiero construirlo. 1. La unión necesaria y la inseparabilidad del concepto y de lo
O bien, lo que absolutamente no es ni ser ni conciencia, sino el lazo de inconcebible ha sido claramente inteligida; el resultado puede resumirse
unión de los dos, lo que se ha designado como la unidad absoluta de toda en esta fórmula: si lo absolutamente inconcebible debe revelarse sólo
filosofía trascendental1, se puede retener con la ayuda de estas palabras. como existente para sí, entonces debe ser anulado el concepto, y para que
Esto no puede resultarles todavía completamente claro y transparente; pueda ser anulado, debe ser puesto; porque es solamente en la anulación
porque en la transparencia de esta unidad consiste toda la filosofía; y en del concepto donde se patentiza lo inconcebible. Corolario: ahora bien,
adelante no haremos nada más que trabajar por hacer más claro este inconcebible = inmutable, concepto = cambio. Por consiguiente, en lo
único concepto, a través del cual yo les he entregado de una vez toda la que precede se intelige al mismo tiempo que si lo inmutable debe
realidad. Si les resultara ya completamente claro, entonces no tendrían patentizarse, tiene que intervenir el cambio.
más necesidad de mí. Pero añado que al menos desde ahora cada uno 2. Pero la inconcebibilidad no es más que la negación del concepto, la
debe llevar en sí algo más que la simple fórmula muerta: debe poseer de expresión de su anulación; por consiguiente, una característica que
esta unidad una imagen viviente que esté en él de modo constante y fijo y proviene del concepto y del saber mismo, transferida <en él> por la
que nunca desaparezca de él. Mis conferencias se dirigen [100] a esta evidencia absoluta. Si consideramos esto, y prescindimos de esta
imagen constante en él; vamos a desarrollarla y a explicarla entre todos característica, sólo existe en la unidad la absolutividad, o el puro acto de
nosotros. Con quien no la poseyera, nada tendría que hacer; y mi discurso existir para sí.
entero se convertiría para él en un discurso sobre la pura nada, puesto que 3. Este punto llega a ser muy importante y de gran alcance, por la
de hecho de nada hablaré si no es de esta imagen. siguiente consideración: ¿Qué es el saber puro y sustantivo en sí? A esta
Expresándome, en fin, de manera precisa sobre el punto al cual se cuestión debía responder la Doctrina de la ciencia; o, expresado más
dirige todo lo que precede: sin esta libre reproducción personal de la rigurosamente: lo que la Doctrina de la ciencia debía construir es la
exposición de la Doctrina de la ciencia, en la pormenorización viva de la cualidad interna del saber, tal como la presuponemos. Esta construcción
que acabo de hablar, no se obtendrá en absoluto ningún provecho de acabamos de emprenderla; esta construcción viva de la cualidad interna
estas lecciones. Todo esto no puede quedar inmediatamente bajo la forma del saber consiste en la anulación del concepto por la evidencia, o sea, la
en que lo expreso aquí: aunque seguramente se lo pueda referir de nuevo autogeneración de la inconcebibilidad. Pero esta inconcebibilidad
por sí mismo y a partir de sí mismo, en esta misma forma. Brevemente, procede del concepto y de la evidencia pura inmediata; por consiguiente,
entre mi acto de exponer y la posesión en ustedes de lo expuesto tiene la cualidad de lo absoluto, y precisamente el hecho de que justo una
que aparecer como miembro intermedio el redescubrimiento por ustedes cualidad pueda serle atribuida, procede del saber. Lo absoluto, en sí
mismos; si no, todo se termina con el acto de exposición y ustedes no mismo, [118] no es en sí inconcebible porque esto no tiene ningún sentido;
llegan a poseerlo. En sí es inesencial que se emprenda esta reproducción sólo es inconcebible si se trata de aplicarle un concepto, y esta
utilizando la pluma, como, por ejemplo, lo haría yo mismo porque no inconcebibilidad es su única cualidad. Una vez reconocida esta
tengo memoria (tengo, por el contrario, una imaginación que sólo se deja inconcebibilidad como un carácter extraño, obtenido del saber –como
domeñar por los caracteres escritos); también es inesencial que aquel que decía más arriba– sólo queda en lo absoluto el puro acto de existir para sí
tenga más memoria y una imaginación mejor dotada lo realice dejando ir la sustancialidad; y es justo decir que ésta, al menos, no procede del
libremente su pensamiento. Sólo es esencial que cada uno lo haga como concepto, puesto que ella aparece solamente a continuación de su
convenga a su individualidad; y, en todo caso, el primer método de anulación. Pero es obvio que ella sólo aparece en la evidencia inmediata,
reproducción, por escrito, al menos no puede dañar. De todo lo que se ha
1
La “anulación del concepto” hace brotar la “conciencia de lo inconcebible”, la cual es
1
Una tesis central de la Doctrina de la ciencia es que el saber es la unidad de “conciencia y propiamente el fundamento del saber conceptual. No se refiere Fichte aquí a que haya algo así
ser”. A partir de esta unidad se explicarían las sucesivas polémicas entre el realismo y el idea- como una cosa en-sí inconcebible –para él, una cosa en-sí es algo más que inconcebible, es
lismo, sistemas que son visiones parciales de la verdad. contradictoria–; se refiere, pues, al acto original de la luz espiritual, el cual es, por su misma
constitución, inconcebible.

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entre ella y la multiplicidad; y si parte de lo múltiple, no puede, desde él,


llegar a la unidad). dicho se deduce que lo que ha sido anotado durante el curso no puede
sustituir a la reproducción personal; sino que solamente puede ayudar
Ahora bien, no salimos nunca interior y fácticamente de este principio como medio auxiliar de esta reproducción, la cual debe efectuarse
de la separación, es decir, en lo que hacemos y desarrollamos nosotros siempre, lo mismo con este auxilio que sin él. En virtud de la locución
incluso como Doctrina de la ciencia; pero llegamos efectivamente, en lenta, las amplias pausas después de los párrafos importantes, las
pura intelección, al enfoque de lo que tiene un valor en sí; y precisamente repeticiones de las expresiones sugestivas, que se observan aquí, tiene
el principio de la separación se abandona en este enfoque y se anula a sí que ser posible pescar al vuelo los nervios fundamentales del discurso,
mismo. según es mi deseo. Pero al menos, [101] en lo que a mí respecta, si yo
O para aclarar más aún, si es posible, el punto tratado, añadiría: debiera seguir un curso de este género no intentaría anotar más que estas
razonando como lo hacemos ahora, y si sólo somos rigurosos en la líneas fundamentales del discurso, por la razón de que cuando escribo no
concentración, ¿dónde se sitúa entonces nuestro razonamiento?; (digo: puedo escuchar con energía, y que,cuando escucho con energía no puedo
“si sólo somos rigurosos en la concentración”, porque podríamos escribir; y por esta razón, me importaría más el discurso viviente y
también perdernos en lo inteligible, e incluso hay, en su lugar, un arte de completo que las palabras muertas y aisladas; y muy particularmente la
perderse en él conscientemente1). Obviamente, en nuestra construcción, acción físico-espiritual –apenas notada sin duda, pero muy auténtica y
por el principio de la separación –de lo que de ninguna manera debe ser real– de un pensar riguroso realizado en mi presencia. Pero reconozco
válido en tanto que es construido, sino de lo que debe ser válido en sí–; plenamente que para otros puede ser de otra manera, y que espíritus muy
se encuentra, pues, muy propiamente, como acabamos de decir, entre los elásticos pueden realizar perfectamente dos cosas a la vez.
dos principios de la separación y de la unidad, anulándolos a los dos y ¡He terminado definitivamente con este asunto! Avancemos ahora en
poniéndolos al mismo tiempo. Y así, la situación de la Doctrina de la la investigación emprendida ayer, es decir, en la respuesta dada provisio-
ciencia en la interioridad de su concentración no es de ningún modo una nalmente a la cuestión: ¿Qué es la Doctrina de la ciencia? Si la filosofía
síntesis post factum, sino una síntesis a priori que no encuentra ni trascendental –y la filosofía kantiana es trascendental, y en este sentido
separación ni unidad sino que engendra las dos a la vez. Una vez más la Doctrina de la ciencia no se aparta de ella– pone lo absoluto no en el
preguntamos, para colocarnos en un punto de vista aún más elevado: ser, ni en la conciencia, sino en el lazo de ambos –verdad y certeza en sí
¿Qué es, pues, la unidad absoluta de la Doctrina de la ciencia ? Ni A, ni y para sí = A–, entonces resulta que para semejante filosofía la diferencia
el punto, sino la unidad orgánica interna de los dos. ¿Hay, además de la entre ser y pensamiento desaparece completamente, en tanto que diferen-
descripción que hemos efectuado de este punto de unidad, alguna otra cia válida en sí (este es <señores míos> otro punto por el cual mi lección
descripción? Ya hemos visto que no. Esta descripción es, pues, la de hoy se relaciona con la precedente, y gracias a este punto, en la repro-
descripción original y absolutamente auténtica. ¿Cuáles son sus ducción general de todas las lecciones, el punto precedente puede repro-
elementos constitutivos? La unidad orgánica de los dos es [117] ducirse a partir de él, y éste a partir del precedente). Ciertamente, todo lo
construcción o concepto; dicho de otro modo: es el concepto que puede darse en una filosofía semejante está en la visión1 que hemos
absolutamente uno, no obtenido de nada existente, puesto que es negada realizado en nosotros precisamente, durante la última clase, en la intelec-
su existencia en sí y, por tanto, la existencia de todo lo que es concebible. ción de que no puede haber ser sin pensamiento, y que inversamente ser
Además es negada entonces la construcción, como construcción, por la y pensamiento son absolutamente simultáneos, y que nada puede darse en
evidencia de lo que existe para sí. Así pues, por esta evidencia lo la esfera en que el ser se manifiesta sin darse al mismo tiempo en la esfe-
inconcebible es necesariamente puesto como inconcebible, pura y ra en que se manifiesta el pensamiento, y viceversa, <intelección que te-
simplemente como inconcebible, y nada más; puesto por la anulación del nemos> por poco que se reflexione como conviene y no se fantasee en
ello. Esto concierne a la manifestación2 –lo cual se puede conceder y ad-

1
Erschauung.
2
1
Como, a juicio de Fichte, le ocurrió a Jacobi perdiéndose en una intuición mística; y a Erscheinung. Fichte opone “ser” a “manifestación”. Podría traducirse Erscheinung por “fenó-
Schelling, perdiéndose en una realidad suprasensible. meno”, dado que en tal sentido lo usa Kant. Mas para Fichte no hay una “cosa en sí” que le
proporcione la “materia” al fenómeno, y éste comparece como auténtica “manifestación” del ser:

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mitir–, pero en tanto que filósofos trascendentales en principio ello no


nos concierne; al menos según nuestra intelección que trasciende toda puramente inmediata, perdiéndonos y disolviéndonos en él, y esta
manifestación, a saber: la intelección de que lo absoluto no es una mitad, realización es lo que somos interiormente como Doctrina de la ciencia
sino la unidad inseparable; absolute [102] y en sí no es ser ni pensamiento, (digo interiormente y escondidos a nosotros mismos). Pero este punto de
sino: unidad no se puede expresar o reconstruir en su inmediatez; porque [115]
toda expresión o reconstrucción (= concepción) es en sí mediata. Él es
A
reconstruido y expresado, precisamente como lo hemos expresado en este
P. S.
instante, a saber: se parte de A y, demostrando que no puede uno
Si se admite también (y con ello lo que se ha dicho hasta ahora quedarse ahí, se lo relaciona al punto; o bien, se parte del punto y
encontraría una nueva aplicación y una claridad todavía más grande) que demostrando que no se puede uno quedar ahí, se lo relaciona a A. De
A se escinde –además de su disyunción fundamental y absoluta en S y todos modos, sabemos –pero lo queremos decir y hacer valer– que ni A ni
P1– todavía en x, y, z2, entonces es claro que: 1) todo es a la vez, en sí y el punto son en sí, y que nuestro discurso completo no puede en absoluto
para sí, absolutamente A; en tanto que x, y, z, solamente es una expresarlo en sí; pero que lo que es imposible de reconstruir en sí,
modificación de A; de donde: 2) reconocemos en cualquier caso que pudiendo sólo figurar –en una imagen vacía y objetiva–, es la unidad
deben aparecer tanto en S como en P3. orgánica de los dos. Así pues, como la reconstrucción es una concepción
Supongamos además que haya un sistema filosófico que no dude de la y aquí esta concepción, como válida en sí, renuncia expresamente a sí
escisión de A en S y P, como pura manifestación, y que fuera así una misma, entonces aquí se realiza precisamente la concepción de lo
verdadera filosofía trascendental; pero que, por otra parte, quedase absolutamente inconcebible como inconcebible.
apresado en semejante escisión absoluta en x, y, z, tal como acabamos de Ocurre aquí –y añado esto a título de explicación– como con la
establecerlo; este sistema, sin embargo, con todo su trascendentalismo, escisión orgánica en “S y P” y en “x, y, z”, que hemos explicado al
no habría penetrado en la unidad pura y tampoco habría resuelto el principio de la clase precedente: aquí debo poner siempre una cosa
problema de la filosofía. Al salir de una disyunción, habría caído en otra: después de la otra. Pero ¿es de hecho así? No; todo es absolutamente al
y por el descubrimiento de esta disyunción, este sistema, a pesar de la mismo tiempo. Digamos en seguida que esta relación más baja podría
admiración que se le debería tener por haber sido el primero en descubrir ser muy bien una consecuencia y una expresión inferior de la relación
la vieja ilusión, sería, no obstante, rechazado en su pretensión de filosofía superior1 que acabo de describir. En fin, para dar inmediatamente todo
verdadera y completamente acabada. su valor a lo que acabo de decir y para elevar así su intelección de la
Doctrina de la ciencia y del saber en sí a un grado muy superior de
claridad, añadiría: en el principio de esta separación que acabamos de
señalar y mostrar –como simple separación y nada más– es donde reside
no del ser empírico (que es una manifestación de la manifestación), sino del ser absoluto que precisamente el saber secundario o la conciencia con todo el juego de sus
gravita en el seno del saber otorgándole consistencia y verdad absolutas. Erscheinung es así el leyes, a través del cambio fijado por ella, a través de lo múltiple (en ella y
campo del saber y de la conciencia.
1 fuera de ella), a través de lo sensible y de lo suprasensible, del tiempo y
A = Absoluto; P = Pensar; S = Ser.
2
Aquí x, y, z son los principios respectivos (cognostivo, moral, teleológico) de las tres Críticas
del espacio; en este principio reside lo que atribuimos al sujeto como
kantianas. De modo que cada Crítica supone un principio diferente que participa del absoluto.
resultante suyo. Porque es obvio sin más que, desde cierto punto de vista
Pero a su vez, en cada Crítica reaparece la dualidad general de “ser” y “pensamiento”, a saber: en –precisamente desde el punto de vista sintético de la Doctrina de la
la Crítica de la razón pura, la dualidad de “realidad empírica” y “entendimiento subjetivo”; en la ciencia–, la disyunción debe ser tan absoluta como la unidad; si no,
Crítica de la razón práctica, la dualidad de “objeto realizable” e “intención”; en la Crítica del quedaríamos en la unidad [116] y nunca llegaríamos a ningún cambio.
juicio, la dualidad de “finalidad natural” y “sentimiento subjetivo”; finalidad y sentimiento son (Anoto de paso que éste es un carácter importante de la Doctrina de la
meros signos del absoluto, fenómenos de la unidad del espíritu y la naturaleza; pero con ellos no ciencia, por el que se distingue, por ejemplo, del sistema de SPINOZA, que
se alcanza todavía la unidad del mundo sensible y del mundo inteligible. también quiere la unidad absoluta, pero no puede tender ningún puente
3
Ni el “ser” y ni el “pensamiento” poseen autonomía propia y sólo quedan separados por la
reflexión. La ocupación central de la Doctrina de la ciencia está en la unidad absoluta de “ser” y 1
“pensamiento”, unidad que es la forma general en que todo aparece. Al igual que la representación de una síntesis puede ser expresión de una síntesis que no entra
en la representación.

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Conferencia IV: [Síntesis fáctica y genética de la unidad absoluta]


Este sistema, caracterizado agudamente por el esquema que acabamos
de establecer, es precisamente el kantiano. Si se estudia a KANT, no como
Me parece que hemos llegado a obtener en los prolegómenos una lo han hecho todos los kantianos sin excepción –ciñéndose a su letra
intelección muy clara y profunda [114] referente a la forma científica de la frecuentemente clara como el cielo, pero a menudo, y en puntos
ciencia que queremos desarrollar aquí. Prosigamos el examen <con el importantes, muy torpe–, sino elevándose de lo que dice realmente a lo
que intentamos esta intelección>. que no dice –pero que lo debía presuponer para poder decir lo que ha
dicho–, no puede quedar ninguna duda sobre su trascendentalismo,
Pero antes, recapitulemos el resultado. Hemos visto que por encima entendiéndose la palabra exactamente como la hemos explicado. Concibe
de todo cambio y por encima de la sujeto-objetividad inseparable del A como lazo entre el inseparable “ser y pensar”.
cambio, existe el saber como inmutable, igual a sí, para sí. Pero esta
intelección no era aún la Doctrina de la ciencia en sí misma, sino Pero no lo concibe en su pura autonomía en sí y para sí, como lo
solamente su premisa. La Doctrina de la ciencia aún debía construir establece la Doctrina de la ciencia, sino solamente como común
efectivamente este ser interior, cualitativamente inmutable, y en la determinación fundamental o accidente de sus tres [103] modificaciones
medida en que lo hiciera, vería construirse al mismo tiempo el segundo originarias x, y, z (estas expresiones son importantes y no puede hablarse
miembro, el cambio. más rigurosamente): de aquí han surgido propiamente tres absolutos para
él, en tanto que ha empalidecido el verdadero y único absoluto en su
La propia y verdadera significación de esta doble construcción, de lo propiedad común1.
inmutable al mismo tiempo que de lo mutable, sólo se hará
completamente clara si efectivamente realizamos la construcción; esto Ha hecho tres intentos, tal como vemos en sus obras decisivas, las
pertenece al dominio de la Doctrina de la ciencia y de ningún modo a la únicas que verdaderamente son importantes, las tres Críticas. En la
información preliminar. Al comienzo son inevitables los malentendidos a Crítica de la razón pura, lo absoluto era para él la experiencia sensible
este respecto. Para que desde el principio nos aproximemos a la perfecta (x); y lo que dice de las ideas, del mundo superior y puramente espiritual,
precisión tanto como sea posible, examinaré una cuestión que ha sido ya es verdaderamente poco recomendable. De los escritos anteriores y de
suscitada. algunas indicaciones esbozadas en esta misma Crítica, podría concluirse
que, según su propia intención, no había motivo para darse por
Recordemos el esquema: satisfecho. Pero yo podría esforzarme en demostrar que estas
A
xyz . PS indicaciones únicamente son una inconsecuencia más; puesto que
desarrollando lógicamente los principios que allí se establecen, el mundo
Con ocasión de ese esquema decía yo que la Doctrina de la ciencia suprasensible debería absolutamente desaparecer, y quedaría solamente,
está en el punto. He sido interrogado sobre la cuestión de saber si no está como único noúmeno, el “es” realizable en lo empírico; de todos modos,
más bien en A. La respuesta más precisa, hablando propiamente y con él tenía de este “es” una noción completamente exacta; ahora bien, no
todo rigor, es que no está en ninguno de los dos, sino en el punto de tenía el concepto de Locke, que le han atribuido falsamente sus
unidad de ambos1. Considerado por sí, A es algo objetivo y, por tanto, discípulos.
interiormente muerto; no debe quedar así, sino llegar a ser genético. El
punto es simplemente genético. Una mera génesis no es nada en La alta moralidad interior del hombre corrigió al filósofo, y apareció
absoluto; también se ha exigido aquí no una mera génesis, sino la génesis la Crítica de la razón práctica. En ella el yo, considerado como un en sí,
determinada del A absolutamente cualitativo. <Digo>: punto de unidad. se manifestó a través del concepto categórico inmanente, lo que no podía
Este punto de unidad puede ciertamente ser realizado de una manera ocurrir nunca en la Crítica de la razón pura, donde <el yo> está
completamente sostenido y llevado por el “es” empírico; y obtenemos el
1 segundo absoluto, un mundo moral = z.
El movimiento de la reflexión filosófica no parte de algo ya constituido y luego pone
referencias externas hacia otro elemento también constituido. Fichte no parte de un absoluto en sí
y por sí, para luego acompañarlo en sus proyecciones particulares; si así fuera, operaría con
elementos muertos. Así, el absoluto no deviene o se hace; pero ha de ser visto en sus fenómenos 1
mediatos. Para Kant –según Fichte– el lazo entre “ser” y “pensamiento” ha sido visto en formas
particulares y heterogéneas, obteniendo tres absolutos diferentes.

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Pero no todos los fenómenos del espíritu humano, innegablemente


presentes en el examen de sí, estaban todavía explicados; quedaba aún espíritu y en su vida, de todas las formas anteriores del uso de la razón en
<el conocimiento> de lo bello, de lo sublime, de lo teleológico, que sin las ciencias; fuera de aquí, no es conocida por nadie que no la haya
embargo no son evidentemente ni conocimientos teóricos, ni conceptos estudiado en sí misma, y ninguna otra ciencia puede ocupar su lugar.
morales. Además, lo más importante era que más allá del mundo moral, También está claro que no se la puede en absoluto atacar o refutar a partir
erigido finalmente en el único mundo en sí, el mundo empírico había de un punto o de una proposición ya encontrados y considerados como
desaparecido, en compensación de que él había suprimido en primer ciertos en la vida anterior o en la ciencia anterior; porque una revelación
lugar el mundo moral: y apareció la Crítica del Juicio; su introducción, semejante, cualquiera que sea y por evidente que sea, no es, seguramente,
que es el pasaje más significativo de este libro tan importante, reconocía más que una evidencia fáctica, y la Doctrina de la ciencia no concede
que los [104] mundos suprasensible y sensible debían, a pesar de todo, nada de esta índole incondicionalmente, sino sólo bajo las condiciones
encontrarse unidos en una raíz común, pero completamente sustraída a la que ella misma determina en su génesis. Pero aquel que, partiendo de ahí
investigación; esta raíz sería el tercer absoluto = y. Digo un tercero, como de su principio, desee levantarse contra la Doctrina de la ciencia,
separado de los dos absolutos complementarios, y subsistente por sí ese desea el asentimiento incondicionado que por adelantado, y de una
mismo; no obstante, debiera significar la conexión de los dos términos vez por todas, hemos rechazado; discute, pues, ex non concessis y hace el
complementarios, y diciendo esto no le hago injusticia a KANT. Pero si ridículo. La Doctrina de la ciencia sólo puede ser juzgada en sí misma;
éste “y” es inescrutable, puede ocurrir que mantenga siempre la sólo podría ser atacada y refutada a partir de sí misma, por la prueba de
conexión: yo, al menos, no puedo penetrarlo como tal, ni concebir una contradicción interna, de una inconsecuencia o de una insuficiencia
mediatamente los dos términos complementarios como procedentes de él. interna. Antes de este juicio final se debería, pues, estudiar y entender la
Si debo tomarlos, debo precisamente tomarlos inmediatamente, como Doctrina de la ciencia; y por ahí sería necesario comenzar siempre.
absolutos, y quedo siempre dividido –antes y ahora– en tres absolutos Hasta aquí se ha intentado invertir el orden; comenzando por juzgar y
<(según mi propia concepción)>. Así pues, a pesar del último empuje refutar, para terminar, si Dios quiere, por entender. De aquí se ha seguido
dado a su sistema, KANT no ha mejorado de ningún modo el punto sobre que los golpes no han tocado de ningún modo a la Doctrina de la ciencia
el cual versa nuestra acusación, porque no ha hecho más que declararlo –la cual ha quedado escondida a sus ojos como un espíritu invisible–,
con franqueza y ponerlo al descubierto. sino a las quimeras que estos señores se han formado con sus propias
manos; y en seguida se han vuelto a perder en medio de estas quimeras,
Para caracterizar ahora la Doctrina de la ciencia, refiriéndola al punto aunque la confusión ha llegado hasta tal punto que esperamos pueda
histórico que ha sido otras veces el origen de mi especulación – verse pronto la magnitud de su alcance.
independiente, por cierto, de KANT completamente–, es preciso decir que
su esencia consiste justamente en la exploración de la raíz inescrutable
según KANT, en la cual se unen los mundos sensible y suprasensible;
luego, en la derivación real y conceptual de los dos mundos a partir de un
principio único. La máxima que KANT repite tan a menudo oralmente y
por escrito, y que sus partidarios han repetido después de él, citándolo, a
saber: que “es preciso detenerse en alguna parte y que no se puede ir más
lejos”, nosotros la rechazamos aquí como una máxima de debilidad o de
pereza; pues debería valer para cada uno, de suerte que los dogmáticos
prekantianos hubieran podido también responder a KANT que es preciso
justamente detenerse en el dogmatismo de ellos y que no se puede ir más
lejos. Su propia máxima consiste en no admitir absolutamente lo
inconcebible, y en no dejar nada inconcebido; igualmente, ella consiente
en no querer existir si se le muestra algo que no pueda concebir, puesto
que quiere o ser todo absolutamente o no ser nada. Incluso si ella
concediera –como quiero añadir yo para evitar cualquier malentendido–

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elevado por encima de toda facticidad, como de hecho la he descubierto


yo, por primera vez, después de haber descubierto el verdadero principio algo absolutamente inconcebible[105], concebirá éste como inconcebible y
interno de la Doctrina de la ciencia, y de la que he usado constantemente nada más; por tanto, lo concebirá. Sin duda es ahí precisamente donde
[112]
como lo hago aquí, para desde ella conducir a mis oyentes a la debería comenzar la concepción absoluta1. Esto basta para caracterizar
génesis. históricamente la Doctrina de la ciencia frente a la única filosofía que le
es muy próxima, la filosofía kantiana, a la cual puede oponerse
La evidencia de KANT es fáctica; también nosotros mismos por el inmediatamente, y en comparación con ella puede ser caracterizada. Con
momento nos mantenemos todavía en la facticidad, y añado que jamás en las pseudofilosofías anteriores o las que han surgido recientemente, no
el mundo de las ciencias1, salvo en la Doctrina de la ciencia, hay que puede hacerse ninguna comparación inmediata; porque no posee
esperar encontrar otra evidencia que no sea la evidencia fáctica, absolutamente nada que venga de ellas y se distingue de las mismas toto
precisamente en los primeros principios. En lo que se refiere a la genere. Solamente con la filosofía kantiana tiene el género común del
filosofía, después de la prueba desarrollada sobre el objetivo de KANT, trascendentalismo y, en este sentido, tiene que hacer, frente a ella, alguna
podemos muy bien dispensarnos de poner a prueba otros sistemas. rectificación de límites; sólo trata de definir su dominio con claridad,
En pos de la filosofía, la matemática tiene pretensiones de evidencia; pero no de vanagloriarse.
algunos de sus representantes hacen el ridículo pretendiendo elevarse por Desarrollemos esta característica desde un punto de vista superior,
encima de la filosofía, lo que sólo tiene justificación frente al independiente de la historia, al nivel del concepto puro, y de su esquema:
eclecticismo de nuestra época. Prescindamos ahora de que su situación A es conocido; se supone que se escinde en S y P y, al mismo tiempo, en
no es precisamente muy brillante, en virtud de lo que puede y debe ser; x, y, z; las dos escisiones son igualmente absolutas, y la una no se concibe
debe reconocer necesariamente que, aunque su desarrollo es ciertamente en absoluto sin la otra. Pero la intelección con la que comienza y en la
genético, sus principios son solamente susceptibles de una evidencia que consiste su esencia como Doctrina de la ciencia, en oposición al
fáctica. Que el aritmético me diga, pues, como simple aritmético, cómo kantismo, no consistirá de ninguna manera en la intelección de la
puede constituir una unidad sólida y permanente; o bien, que el geómetra escisión en S y P, puesta en juego anteayer; ni en la intelección de la
me diga lo que, desde su punto de vista, mantiene y sostiene su espacio escisión en x, y, z, aún no puesta en juego, pero supuesta solamente de
cuando traza en él su línea continua; que me diga si, desde su punto de manera problemática; sino en la intelección de la inseparabilidad
vista, esto y aun otros muchos ingredientes, que son necesarios para inmediata de estas dos clases de escisión. Así pues, no se toman
hacer posible sus génesis, puede obtenerlo si no es inmediatamente en la inmediatamente las dos escisiones, como hasta aquí parecería cierto de la
intuición fáctica. Esto no es un reproche a las matemáticas; ellas no primera, sino sólo mediatamente por medio de la intelección superior de
deben y no pueden, como matemáticas, querer ser diferentes; y nuestra su unidad.
tarea no es ciertamente embrollar los límites de las ciencias. Pero ha de
reconocerse solamente esto; y las matemáticas, como todas las demás Llamo la atención, en particular de aquellos que deben repetir la
ciencias, deben saber que ni son las ciencias primeras, ni son autónomas, lección en casa, sobre la gran importancia de este punto; ellos apre-
sino que los principios de su propia posibilidad residen en otra ciencia henden aquí inicialmente, en toda su simplicidad, un rasgo característico
superior a ellas. de nuestra especulación, presentado en la primera lección solamente en el
centro de nuestro trabajo.
Pero en realidad, si es cierto que en toda la extensión de las ciencias
reales no hay otros principios que los que son fácticamente evidentes; y (Este esquema es el momento de reproducción de toda esta lección.
si la Doctrina de la ciencia quiere introducir por el contrario una Más arriba hemos dicho cómo a partir de él puede reconstruirse todo).
[106]
evidencia radicalmente genética y derivar sólo de ella la evidencia
fáctica, es obvio que difiere intrínsecamente por completo, [113] en su

1
1
Estas “ciencias” diversas son, por un lado, las físicas y matemáticas; y, de otro lado, las Das absolute Begreifen. Esta “concepción absoluta” no es el “saber absoluto”; este último es
filosofías particulares, como la gnoseología y la moral; todas ellas se oponen a la Doctrina de la la realización del absoluto. En cambio, la “concepción absoluta” es un saber de las condiciones de
ciencia, que es una metafísica o filosofía general. nuestra realización del saber absoluto. La auténtica filosofía tiene como misión esclarecer en
nosotros un saber del absoluto.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia III: [La evidencia genética del saber]


exclusivamente como lo sustante absoluto, y de derivar de ella todo lo
mutable. Pero esta intelección es en él solamente fáctica y, por esto, el
Comencemos por determinar más rigurosamente el punto expuesto en objeto queda inescrutado, pues hacía actuar sobre él, de una manera
la conclusión, el cual podría ocasionar un malentendido. A se escinde puramente mecánica, esta ley fundamental de la unidad; ahora bien, no
absolutamente en “S y P” y en “x, y, z”1; y esto simultáneamente: una recogió esta acción y su ley en su saber, en virtud de lo cual se le habría
escisión no existe sin la otra. <Como en “x, y, z”, también en “S y P”; mostrado la pura luz [111] y habría llegado a la Doctrina de la ciencia. La
como en “S y P”, también en “x, y, z”>. ¿Cómo me he expresado evidencia fáctica de KANT no es la más alta: porque para él el objeto de
entonces? Partiendo una vez de x, otra de S. Esto no sería más que un ésta resulta de dos términos complementarios, y, además de no tomarlo –
aspecto, un embarazo en mi discurso. Lo sé bien y lo digo expresamente: al igual que el más alto objeto fáctico ha sido tomado por nosotros– como
en sí, más allá de la posibilidad de mi expresión y de mi construcción simple saber puro, lo concibe al mismo tiempo con la determinación
descriptiva, las dos son una sola y misma cosa, completamente e complementaria de ser el lazo de los mundos sensible y suprasensible;
internamente simultáneas. Construyo, pues, lo que es absolutamente incluso no lo toma intrínsecamente y en sí mismo como una unidad, sino
inconstructible, teniendo perfecta conciencia de que no se puede como dualidad. Su más alto principio es una síntesis post factum1; esto
construir2. significa, en efecto, que si a través de la autoobservación encontramos en
Continúo al instante caracterizando la Doctrina de la ciencia a partir la conciencia dos términos de una disyunción y que, entonces, forzados
de los rasgos encontrados en la comparación con el trascendentalismo por la razón, inteligimos que no obstante tienen que ser en sí una misma
kantiano. He dicho entre otras cosas que KANT concebía muy bien A cosa, a pesar de que no podamos indicar cómo, en esta unidad llegan a
como lazo de unión entre S y P; pero no lo concebía en su sustantividad ser al mismo tiempo una dualidad. Brevemente, se trata totalmente del
absoluta; hacía de él la propiedad fundamental común y el accidente de mismo procedimiento que nos ha permitido progresar, en nuestra primera
los tres absolutos; y la Doctrina de la ciencia se aparta en esto de KANT. lección, de la constatación de la dualidad entre el ser y el pensamiento
La afirmación de la Doctrina de la ciencia debe ser, pues, que el saber o hasta A como verdadero lazo necesariamente exigido entre ellos; así
la certeza, en la medida en que lo hemos caracterizado <como A> es podemos comenzar por construir el trascendentalismo que la Doctrina de
realmente lo sustantivo existente puramente para sí, que como tal puede la ciencia posee en común con KANT, sin que debamos quedar ahí. Pero
ser realizado por nosotros; y que justamente en esta realización consiste esto debía ser una síntesis a priori, que es al mismo tiempo un análisis,
la realización efectiva de la Doctrina de la ciencia (digo realización en cuanto que presenta al mismo tiempo el fundamento de la unidad y de
efectiva; de ella no nos ocupamos todavía, puesto que debemos establecer la dualidad. Dije que la más alta evidencia de KANT es una evidencia
aún su simple concepto, que no es la misma cosa). <Esta sería entonces la fáctica y no en absoluto la más alta evidencia fáctica. Hemos presentado
tesis de hoy>. hoy la más alta evidencia fáctica: la intelección de la existencia
En primer lugar, puede verse sobre la marcha que es realmente así, absolutamente para sí del saber, sin estar determinado por algo ajeno a él,
que patentemente el saber es algo que existe por sí mismo. Les invito a sin ninguna mutabilidad; al contrario de lo absoluto kantiano, que está
que se representen un término después de otro; así, tienen –si lo determinado por el cambio entre sensible y suprasensible. Pero, en virtud
de que lo llamado ahora fáctico llegará a ser genético en la misma
1
ciencia, será en él precisamente como en <una> génesis donde se
O sea, el “absoluto” se escinde no sólo en “ser” y “pensamiento” (o “conciencia”), sino
fundamente el cambio en general, absolutamente como tal, pero jamás se
también en el modo de lo “sensible”, lo “inteligible” y lo “estético” (o mejor, “teleológico”). De
suerte que la “conciencia” se opone al “ser” o a lo real siempre de una manera determinada, en
fundamentará en él de modo inmediato un cambio determinado. Parece
una región concreta, a saber, o en el ámbito sensible, o en el inteligible o en el teleológico.
que la facticidad absoluta sólo puede ser descubierta por aquel que se ha
2
El “contenido” de la Doctrina de la ciencia es “el hecho absoluto del saber”, el cual viene
acompañado en nosotros por una evidencia que se actualiza en toda conceptuación particular. 1
Pero la reflexión filosófica que realiza la Doctrina de la ciencia es una construcción artificial y Quiere decir Fichte que Kant, en la Crítica del juicio, piensa primero el “mundo sensible” y
estática de lo que es en sí mismo unidad absoluta: ella no opera una “génesis del absoluto”, sino el “mundo suprasensible” para después (post factum) indicarles algún tipo de unidad absoluta; por
una “génesis de nuestra conciencia del absoluto”, cuyo destino final es absorberse en una tanto, ésta es pensada indirectamente y como desde fuera. De esta unidad no puede deducir Kant,
intelección absoluta. en sentido auténtico, las disyunciones del saber ordinario. Fichte subraya la primacía de la
“síntesis a priori” respecto a la “síntesis post factum”.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

en esta unidad cualitativa? Lo esencial de la Doctrina de la ciencia


consiste en la respuesta a esta cuestión. Pero analicemos mejor este recuerdan– con estas determinaciones, que son las de ustedes, el objeto y
punto; está claro que en virtud de esto se debería construir interiormente su representación1. Pero ahora sigo preguntando: ¿Acaso no saben en
esta esencia del saber, o que debería construirse a sí misma, lo que en todas estas determinaciones? ¿Y no es el saber de ustedes, como saber, a
verdad pudiera ser aquí totalmente una misma cosa. Ahora bien, sin duda pesar de la diferencia de los objetos, el mismo saber, idéntico a sí
alguna consiste en esta construcción, es: y es lo que es como <siendo>, y mismo? Si han respondido afirmativamente a esta cuestión [107] –lo que
en tanto que <siendo> [110] lo que es. Está claro, pues, que la Doctrina de ciertamente habrán efectuado ustedes cuando hacían lo que les sugerí2–,
la ciencia y el saber que se presenta a sí mismo en su unidad esencial entonces ciertamente el saber se les patentizará y se presentará a ustedes
son absolutamente una misma cosa; ambos se absorben y se penetran a pesar de toda diferencia de los objetos: por lo tanto, en la abstracción
mutuamente: la Doctrina de la ciencia en el saber esencial originario y, total de la objetividad, quedando todavía <= A>; o sea, como algo
recíprocamente, el saber esencial originario en la Doctrina de la ciencia, sustante que siempre es idéntico a sí mismo en el cambio de los objetos;
pues en sí no son en modo alguno diferentes1; no obstante, la diferencia por tanto, como unidad cualitativa en sí absolutamente inmutable. <Éste
que hacemos aquí, es solamente nominal, como la que hemos indicado al era el primer punto.>
principio de nuestra lección. El saber esencial originario es constructor; Se les presenta así con una evidencia absoluta, o que los sobrecoge
así pues, genético en sí mismo; esto es, sería el saber originario o la irresistiblemente. Tan ciertamente lo comprenden, que dicen: “es
evidencia en sí misma: la evidencia en sí misma es, pues, genética. absolutamente así, y no puedo en absoluto comprenderlo de otro modo”,
Y por ahí hemos indicado la diferencia característica más profunda y cuando les pidan razones probatorias, no argumenten, pues
entre la Doctrina de la ciencia y todas las demás filosofías, y en renunciarían por ello a afirmarlo. Se les patentizará de modo
particular la más próxima a ella, la filosofía kantiana. Toda filosofía debe inmediatamente cierto. Han dicho que a pesar de todo cambio posible de
absorberse en el saber en sí y por sí. El saber o la evidencia en sí y por sí los objetos, siempre queda el saber idéntico a sí. Pero en realidad, ¿han
es genética2. La más alta manifestación del saber –que no expresa en penetrado y agotado ustedes toda variabilidad posible de los objetos, y
absoluto su esencia interna, sino solamente su existencia externa– es buscado en cada uno si el saber queda idéntico a sí mismo en él? Pienso
fáctica; entonces, como manifestación del saber, es evidencia fáctica. En que no; porque, ¿cómo habrían podido hacerlo? Así pues,
toda evidencia fáctica, incluida la evidencia fáctica absoluta, hay algo independientemente de esta búsqueda, y absolutamente a priori, este
objetivo, extraño, constructor de sí mismo, pero no construido por ella, saber se impone por la evidencia de sí mismo como existente por sí e
permaneciendo, pues, internamente inescrutable y al que la especulación idéntico a sí mismo, independiente de toda subjetividad y de toda
fatigada, desesperando de su fuerza, llama inescrutable. La especulación objetividad.
kantiana culmina con la evidencia fáctica de la intelección de que detrás 1. Observen bien, penetrando en lo más profundo de su
de los mundos sensible y suprasensible debe encontrarse un principio de autoconciencia, lo que hay en el saber sustancial, tal como acaban de
su conexión, o sea, un principio radicalmente genético, que puramente comprenderlo, para que no vuelva en ningún momento a nuestro círculo
habría de crear y determinar a los dos mundos. Esta intelección, que en sí la opinión errónea acerca de la Doctrina de la ciencia, censurada al final
es completamente justa, no podía presentarse en él más que como la de la primera lección, que ponía lo absoluto en el saber opuesto al objeto.
consecuencia de la ley, absolutamente –pero mecánicamente– activa en Es verdad que en nuestro experimento hemos partido de esta conciencia o
su razón, de detenerse solamente en la unidad absoluta, de reconocerla representación de un objeto <P.S. - P.S., etc.>. En esta parte del
experimento, S hace entonces a P absolutamente diferente en cada nuevo
momento; porque P verdaderamente no es absolutamente nada más que P
1
La Doctrina de la ciencia viene a ser un “saber del saber”: construcción reflexiva (un saber) para este S, y desaparece con él3. En virtud de que por la cuestión “¿no es
de un saber absoluto.
2
Genetisch, por oposición a faktisch. El término “Genesis” nos acompañará hasta el final de la 1
Doctrina de la ciencia; y podría caracterizarse como “justificación” lógica y ontológica. Lo que Das Objekt und seine Vorstellung. De un lado, el objeto: el absoluto o saber puro; de otro
se nos da de una manera bronca y aislada es, para Fichte, faktisch, “fáctico”, lo que exige lado, su representación: S y P + x-y-z.
2
justificación y unificación con sus principios. Que lo fáctico se haga genético significa que no sea O sea, que habrán efectuado la experiencia del saber.
3
construido arbitrariamente, sino necesariamente por la validez de unos principios. En el orden de la representación y de la conciencia, el “pensamiento” existe si hay “objeto”
representado: con la ausencia del objeto decae la presencia del pensamiento.

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el saber, en todas estas determinaciones, uno e idéntico a sí?” nos


elevamos a la segunda parte; y en virtud de que lo encontramos como tal, Ahora bien, esto es también sólo un parecer nuestro; y es una
nos elevamos de hecho por encima de toda diferencia tanto de P como de apariencia vacía. Inteligimos simplemente que es así; pero no inteligimos
S. Ahora podemos expresarnos con mucha más rectitud y [108] rigor: no lo que es propiamente, en tanto que es esta unidad cualitativa. [109]
sólo independientemente de toda variabilidad de lo objetivo, sino Precisamente, porque inteligimos solamente que es así, estamos
también de toda variabilidad de lo subjetivo –sin la cual la primera no enredados en una disyunción, o sea, en dos absolutos, el de la
existe–, el saber1: mutabilidad y el de la inmutabilidad, a los que podríamos añadir un
PS tercero, la raíz inescrutable1 de ambas; y de esta manera, desde un punto
Sb-PS de vista formal, se nos presentaría como algo propio de la filosofía
PS, etc. kantiana. La razón de esta dualidad –imposible de superar por esta vía–
es la siguiente: El “que” debe manifestarse como generador de sí mismo2,
Tal saber, precisamente por esta razón, no es subjetivo, es
como manifestó nuestra intelección precedente. Pero este manifestarse
absolutamente inmutable e igual a sí. <Para nosotros,> lo susceptible de
sólo es posible bajo la condición de que se manifieste un terminus a quo,
cambio no es entonces ni el objeto ni el sujeto, sino lo pura <y
y que se manifieste por oposición a esta autogeneración, como generado
meramente> mutable, y nada más; el cual, invariable en sí mismo a pesar
por nosotros; así es como se presentaba entonces, efectivamente y en
de todas sus demás variaciones, se escinde en sujeto y objeto, y a este
verdad, la primera parte de nuestro experimento establecido más arriba.
mutable se opone lo puramente inmutable, en el cual la separación en
Captamos bajo la misma palabra ambas cosas, tanto la variabilidad como
sujeto y objeto desaparece al mismo tiempo que el cambio.
la inmutabilidad, inmediatamente y estamos interiormente divididos entre
2. Aquí se nos ha dado ya un brillante ejemplo de una intelección que dos o tres inmediatos. ¿Cómo debe entonces concebirse esto?
no puede en absoluto venir de una prueba agotada y cerrada, o sea, de lo Obviamente, uno de los dos términos debería tomarse mediatamente; y
empírico, sino que es absolutamente a priori. Y ahora las experiencias está bien claro, sin más, que el término que hay que tomar mediatamente
pasadas me obligan a rogar a todos los asistentes en quienes sólo se ha no podría ser la inmutabilidad –que sólo puede ser realizada
presentado ya esta intelección efectivamente –y no dudo de que éste es absolutamente en tanto que absoluto–, sino la mutabilidad. No debería,
el caso de todos, vista la gran facilidad de la cosa– a retener bien este pues, bastar con considerar lo inmutable en su ser, como lo hemos hecho
ejemplo, mantenerse en él, y si el viejo demonio empírico viene a precedentemente, sino que sería preciso penetrarlo en su esencia, en su
atacarles, a rechazarlo provisionalmente por este medio hasta que cualidad única y absoluta, y penetrarlo de tal manera que la mutabilidad
lleguemos a liquidarlo del todo. Quisiera quedar dispensado de entrar en sea captada como resultando necesariamente de esta cualidad, y por
la eterna disputa sobre si hay también una evidencia o un a priori (porque consiguiente, mediatizada por ella3.
los dos términos son lo mismo). Sólo se puede llegar a la convicción de
Dicho con brevedad y claridad, y para facilitar su recuerdo: después
que existe esta evidencia si cada uno la genera en sí mismo en cualquier
de inteligir que el saber es una unidad cualitativa existente para sí (esta
parte2. Ahora es cosa hecha, y les ruego simplemente que no lo olviden.
intelección es simplemente provisional y su lugar está en el concepto de
Resultado: El saber, en el sentido indicado de A, se nos ha patentizado la Doctrina de la ciencia ) resulta la cuestión ¿Qué es, pues, lo que hay
efectivamente como existiendo para sí, independientemente de toda
mutabilidad, como unidad idéntica a sí misma y cerrada en sí misma; así 1
Unerforschliche Wurzel. Aunque Kant sostiene que hay una “raíz común” del espíritu y lo
se presupone en las exposiciones históricas hechas de la Doctrina de la real, no determina o explica su naturaleza propia, permaneciendo como inescrutable.
ciencia. Nos parece, pues, que hemos realizado en nosotros mismos el 2
Das Dass muss erscheinen als sich selbst erzeugend. La “existencia” del saber no es
principio de la Doctrina de la ciencia y penetrado en ella. producida “eficientemente” por el ser: tiene una idiosincrasia que pertenece a su propia condición
Segundo paso en nuestra investigación de hoy. principial, a su “forma”; pero en cuanto a su contenido depende de otro principio superior, el del
ser absoluto.
3
La tarea de la Doctrina de la ciencia, desde 1794, consistió en deducir de la unidad absoluta
1
Explicación de los signos: Sb = Saber; P = Pensar; S = Ser. del saber absoluto el ámbito plurifacético de la conciencia humana: siendo el saber la unidad de
2
An irgend einer Stelle. O sea, en cualquier forma particular del saber puede surgir la yo y no-yo, o sea, del espíritu y lo real objetivo, se había de explicitar el contenido de esta unidad.
intelección de la esencia universal del saber. Pero también se precisa dar un contenido a la noción formal de absoluto, tarea que cumple la
Doctrina de la ciencia de 1804.

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Entonces, ¿cómo llegas a esos predicados de lo que no puede ser


inteligido (es decir, de lo que no puede ser construido a partir de una extraño en el espíritu completamente acaparado por el objeto; la atención
disyunción de miembros complementarios, como es el caso del ser que completa y perfecta es, pues, diferente de esa semiatención que consiste
debe construirse a partir del pensamiento, y viceversa)? ¿cómo llegas a lo en escuchar a medias y en pensar con la mitad de la facultad pensante,
que hay de más en toda intelección, a lo que debe existir para sí mismo, y siendo interrumpida <y desbaratada> por multitud de pensamientos y
que por otra parte será seguramente el contenido o la realidad que ocurrencias que vuelan de aquí para allá, y que quizás acaban por
pretendes derivar aquí en su raíz? Evidentemente sólo por la negación de apoderarse completamente del espíritu, hasta el punto de que el hombre
la intelección. Así pues, todos estos predicados, y primeramente el más cae poco a poco en un estado de ensueño y embobamiento con los ojos
importante “lo absolutamente [151] substante”, son solamente caracteres abiertos; y si por casualidad vuelve en sí, queda extrañado del lugar en
negativos, en sí muertos y como inexistentes. ¿Hay que decir, pues, que que se halla y de lo que oye. Esta atención completa y perfecta en la que
tu sistema comienza con la negación y con la muerte? De ningún modo; yo pienso –y que sólo la conoce el que la posee– no tiene grados; entre
por el contrario, persigue a la muerte hasta en su último atrincheramiento, ella y la atención distraída, susceptible de una infinidad de grados, la
para llegar a la vida; esta reside en la luz, que sólo es una cosa con la diferencia no es de grado, sino toto genere <y contradictoriamente
realidad, y la realidad se absorbe en ella; y toda esta realidad como tal, en opuesta>. Ésta llena el espíritu por completo, mientras que la atención
su forma, no es más que la tumba del concepto que quiso aventurarse en imperfecta no lo llena completamente.
la luz). Para comprender estas lecciones es de máxima importancia poseer
Es claro que toda nuestra investigación ha adoptado un nuevo punto esta atención; todos los fenómenos que hacen difícil e imposible la
de vista y que hemos penetrado más profundamente en el núcleo. La luz, comprensión provienen de su falta; y en cuanto se remedia este defecto,
considerada hasta ahora sólo en su forma (como evidencia que se hace a quedan extirpados completamente tales fenómenos. Por ejemplo, si se
sí misma), poniendo sólo, por consiguiente, un ser formal, ha llegado a remedia este defecto, desaparece el fenómeno que <por el rápido
ser en sí el ser vivo unitario, sin ningún término de disyunción. Lo que atolondramiento> consiste en creer imposible la comprensión de los
considerábamos anteriormente como la luz originaria se ha transformado teoremas enunciados a lo largo de la conferencia. Sin duda es verdad –y
en simple intelección y en sustituto de la luz; y lo que ahora es anulado, me gusta decirlo a menudo para no desanimar a nadie– que, vista la
no es simplemente el concepto esclarecido por un concepto, sino incluso naturaleza de nuestra ciencia, siempre se repite lo mismo bajo formas y
L y S. Antes sólo debía ser anulado el ser vacío del concepto; ¿cómo usos muy variados1; y por ello, si en la primera vez falta una intelección,
habríamos podido llegar a este ser, en verdad vacío? Habría sido anulado puede en un segundo momento ser producida o reemplazada; pero para
por algo que no era nada. ¿Cómo sería posible esto? Ahora tenemos en la ser estricto, hay que exigir a cada uno, y lo exigimos, que comprenda
luz una realidad absoluta, a partir de la cual es posible que puedan ser cada teorema en el lugar en que se expone por primera vez; sin esto nadie
concebidos tanto el ser aparente como su no-ser respecto del ser obtendrá jamás [124] de estas conferencias el partido que debiera obtener
absoluto. <y en caso de que no adelantare, sólo tiene que acusarse a sí mismo, pues
no lo ha hecho tal como exigíamos>. Porque –para probar de manera
Quiero hacer notar expresamente algo obvio: esa realidad –tal como la decisiva la posibilidad de lo que exijo a condición de la atención
hemos descrito–, que aparece en la luz originaria, es completa y abso- completa– diría que, en lo que concierne a la Doctrina de la ciencia, no
lutamente una e idéntica a sí misma; y todavía no es posible inteligir existe esa diferencia entre un don de aprensión más rápida o más lenta, y
cómo, en el interior mismo de esta realidad, se deba llegar a una que todo lo expuesto sobre la Doctrina de la ciencia, no se dirige ni a la
disyunción y a una multiplicidad. Observen que la disyunción en S y P, y buena cabeza ni a la cabeza lenta, sino a la cabeza kat’exochvn, por
todo lo que podría aún depender de ello (según lo que hemos mencionado poca atención que pueda prestar.
más arriba), son caracteres del concepto que desaparece ante la realidad;
por consiguiente, la disyunción no concierne de ningún modo a la Tal es, en efecto, el método que hasta aquí hemos aplicado, y así
realidad y a la luz. Pero, según el testimonio de la manifestación en la seguirá: en primer lugar, se exige que construyamos interiormente cierto
vida (de la que nuestro sistema, entre otras cosas, ha concedido
1
provisionalmente la verdad fenomenológica), es preciso aún llegar a una Si el contenido de la Doctrina de la ciencia es único (el saber absoluto), su exposición toma
disyunción que [152] sea más elevada o que al menos esté sobre el mismo formas externas diversas en Fichte. Pero cada forma, a su vez, se atiene a un modo de proceder
único: el de avanzar por círculos concéntricos, cuyos polos son el realismo y el idealismo.

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concepto. Esto no ofrece dificultad; cualquiera puede hacerlo, con sólo


prestar atención a la descripción; y nosotros efectuamos ante él esta particular, se la intelija o no, puesto que tal intelección es sólo, por otra
construcción. En segundo lugar, se exige que mantengamos relacionados parte, la que es condicionada por la libertad-en-manifestación), por sí
los elementos construidos, en cuyo caso y sin poner nada de nuestra misma, única, eternamente idéntica a sí misma, absolutamente necesaria.
parte, se producirá como un relámpago por sí misma una intelección. Afirmamos, pues, –lo cual es importante y les pido lo observen bien–,
Nada tiene que ver, en esta última operación, la lentitud o la rapidez de la que hay dos maneras diferentes que la luz tiene de existir y de vivir: la
cabeza, porque la cabeza como tal nada tiene que ver en esto. Pues no primera, mediata y exteriormente en el concepto; la otra sólo
somos nosotros los que hacemos la verdad; y las cosas marcharían mal si inmediatamente por sí misma, aunque nadie la intelija –y para ser
fuéramos nosotros los que debiéramos hacerla; es la verdad la que se rigurosos nadie la intelige efectivamente, porque esta vida interior de la
hace a sí misma por su propia fuerza; y aunque encuentre la condición de luz se hace radicalmente inconcebible–. <Éste sería el segundo punto de
su producción, lo hace de la misma manera y con la misma rapidez. Si consideración.>
alguien hubiera realizado efectivamente la construcción que hemos La disyunción originaria de la luz se da entre el ser y el pensamiento.
postulado sin que se presentase al momento la evidencia consiguiente, Que “la luz simplemente vive” significa entonces que ella se escinde de
sería debido a que no habría fijado la construcción con toda claridad y en manera absolutamente originaria <y ulteriormente inescrutable> en el
toda su fuerza, y ésta se le habría debilitado como resultado de la concepto dado –pero precisamente anulado [150] como concepto– y en el
distracción surgida entretanto; brevemente, porque no habría llevado toda ser. Entonces la intelección puede seguir seguramente a esta escisión –
su atención sobre la operación proyectada. como la sigue ahora, por nuestra parte, a título de reconstrucción– a
Y si se remedia este defecto, queda radicalmente anulado otro fenó- partir justamente de la escisión en concepto como concepto y en ser
meno igualmente frecuente que tiene lugar cuando una apariencia, que como ser: pero teniendo que dejar intacta a la misma división interna,
hemos inteligido ya como apariencia, se reproduce, sin embargo, impenetrable por ella. Ahora resulta <mediante esa anulación del
engañándonos como si fuera verdad y tuviera sentido, o distrayéndonos y concepto>, además de la forma de la inconcebibilidad, encontrada ya
dejándonos inseguros en la marcha hacia la intelección de nuestros precedentemente, un contenido material de la luz, el cual queda, como
objetivos. Si, por ejemplo, has comprendido efectivamente que, en la pura unidad, eternamente inconcebible. <Este sería el tercer punto de
intelección del saber uno y eternamente igual a sí mismo, desaparece consideración.>
pura y simplemente toda diferencia entre subjetivo y objetivo [125] –en (Acabo de expresarme de nuevo sobre un punto principal de la
tanto que ésta se produce únicamente en la esfera del cambio–, entonces, Doctrina de la ciencia con más claridad de lo que nunca he conseguido
¿cómo puedes dejarte otra vez desorientar así por la apariencia –que hasta aquí. Obtendremos un gran provecho si comprendemos claramente
ciertamente puede volver como apariencia– de que eres tú mismo quien esta idea aquí, justamente en su sitio. Que “la luz simplemente vive por sí
objetivas este saber uno, de que tú eres entonces el sujeto y esto otro el misma” debería significar que ella se escinde absolutamente en S y P.
objeto?; puesto que ciertamente has inteligido de una vez por todas que Pero precisamente “simplemente por sí misma” significa también:
esta disyunción, de cualquier forma y en cualquier lugar que pueda independientemente de toda intelección y con negación absoluta de la
aparecer, es siempre sólo esta misma apariencia idéntica a sí misma, y de posibilidad de la intelección. Pero ciertamente hemos visto e inteligido,
ningún modo la verdad. Si has inteligido esto, entonces tú mismo has después de varias lecciones, que la luz se escinde en S y P: por
llegado a ser esta intelección y te has absorbido en ella. ¿Cómo podrías, consiguiente, esta escisión, como tal, no reside de ningún modo en la luz,
pues, de nuevo dejar de ser lo que eres, sino precisamente porque nunca como lo hemos creído hasta aquí, sino en la intelección de la luz. ¿Qué
lo has sido completamente, sino sólo en parte, porque no te has arrojado queda entonces? La vida interior de la luz misma, por sí misma, desde sí
con todo tu ser en esta intelección, ni te has arraigado en ella, que para ti misma, mediante sí misma, sin ninguna escisión, en una unidad pura; ella
ha quedado evanescente y vacilante? Por eso, a la primera ocasión te sólo existe y se posee en la vida inmediata, pero no en cualquier otra
vuelve la vieja apariencia; pero observa bien el orden: ¡la intelección no parte. Ella vive, y así precisamente vivirá y se manifestará, pues no hay
desaparece en ti porque se produzca la apariencia, sino que la apariencia más caminos que ése. Muy bien, pero ¿no puedes darme una descripción
llega porque la intelección ha desaparecido de ti! Y ya hemos dicho de esto? Claro está: e incluso ya te la he dado: la luz es justamente lo que
bastante sobre el talento que consiste en la perfecta atención, como no es en absoluto inteligible, lo que hay de más en toda intelección
acabada que penetra hasta la raíz; así pues, lo que debe existir para sí.
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soy autor, porque se hace a sí misma, es la imagen-en-manifiestación del


proceso de mi anulación y de mi absorción en la luz pura. medio infalible que no puede faltar para comprender bien la Doctrina de
la ciencia.
2. Afirmo ahora que tal es el resultado de la luz en sí, considerada en
su <interna> exteriorización viva; como consecuencia de esta intelección, En segundo lugar, quería mencionar aún diferentes obstáculos que
suponiendo que fuera la única determinante, sería necesario detenerse ahí impiden captar la Doctrina de la ciencia, porque ni siquiera permiten que
y no saldríamos nunca de ahí. Pero les digo que por poco que nos surja la verdadera atención. Y refiero todas estas cosas en su unidad,
concentremos rectamente, hemos salido ya; justamente hemos consi- como es mi costumbre y como tendrán que acostumbrarse todos los que
derado y objetivado la luz. La luz posee, por consiguiente, dos formas de se familiaricen con la Doctrina de la ciencia. Semejantes obstáculos
exteriorización y de existencia (el que no haya observado esta cir- proceden todos de una falta de amor a la ciencia, que o bien es simple
cunstancia en el curso de la explicación precedente, que la observe aquí): falta, amor frío, débil y distraído, o bien es su contrario, un odio secreto
posee, por una parte, vida y existencia interna, condicionada por la contra la ciencia, motivado por otro amor presente en el espíritu.
anulación del concepto, condicionando y poniendo el ser absoluto; por Ante todo, hablemos de este último; este otro amor, que se transforma
otra parte, vida exterior y objetiva, que sólo tiene sentido en y para en odio secreto contra la ciencia, es aquel mismo de donde brota el odio
nuestra intelección. contra cualquier forma de bien, un amor propio cerrado, no dirigido al yo
En primer lugar, hablaremos únicamente de lo que concierne a esta verdadero que se sumerge en la verdad, en la belleza y en la bondad, sino
última; aún recordamos muy bien que no teníamos inmediatamente ésta y al yo configurado empíricamente. Este amor es o bien el de la
todo lo que en ella hay; antes bien, desde el principio de nuestra autoestimación [126] –y viene a ser entonces el orgullo–, o bien el del
investigación nos elevábamos a ella comenzando por hacer abstracción autogoce –el cual da lugar a la voluptuosidad espiritual–.
de toda la multiplicidad del [149] saber objetivo, obteniendo así la El primer modo de pensar difícilmente concederá que en el ámbito del
intelección que se presenta de manera absoluta; sin embargo, el saber saber pueda existir algo que no haya descubierto él mismo y que no haya
propiamente dicho tenía que ser ahí siempre el mismo. Luego, sabido desde mucho tiempo; la pretensión de la Doctrina de la ciencia a
procedíamos a una explicación genética más profunda de esta misma la novedad absoluta le parece que es –lo admita explícitamente o no–
intelección. Tal ha sido hasta ahora nuestro procedimiento; sólo por este como un testimonio de desprecio contra él. La Doctrina de la ciencia
procedimiento hemos descubierto el nuevo y desconocido mundo tiene que parecerle arrogante; y querría humillarla. Y en lugar de
<verdadero> del espíritu, donde nos movemos; sin este procedimiento no entregarse primero francamente y con toda atención, está al acecho para
hablaríamos de nada. Ahora bien, se nos manifiesta además que ver si puede sorprender una debilidad en la Doctrina de la ciencia; está
habríamos podido muy bien omitir este procedimiento, como <indu- distraído por este doble fin y de ahí que no capte lo que debe; y
dablemente> lo hemos hecho durante nuestra vida antes de llegar a la encontrará sobradamente las pretendidas debilidades de su Doctrina de la
Doctrina de la ciencia. En esta manifestación, captada en toda su pureza ciencia no en la misma cosa, sino en el concepto erróneo que se hace de
–sin ulterior examen de su validez o de su no validez en sí– encontramos la cosa.
lo siguiente: la existencia exterior de la luz en una intelección de la luz El otro modo de pensar, el amor de gozar del yo empírico, hace que
como un absoluto, eternamente idéntica a sí, en su disyunción fun- sus correspondientes facultades espirituales se inclinen al libre juego con
damental en ser y pensamiento– está condicionada por una serie de los correspondientes objetos de conocimiento, los cuales se le dan
abstracciones y de reflexiones que hemos realizado libremente; también del mismo modo empírico. Creo que puedo caracterizarlo del
brevemente, condicionada por el procedimiento que indicamos como mejor modo posible por el rasgo fundamental siguiente: para él, pensar
Doctrina de la ciencia, llevada a cabo libre y laboriosamente solamente significa lo mismo que imaginarse algo; y pensarse a sí mismo, significa
en ella y por ella –y de ninguna manera fuera de ella– se llega a esta tanto como inventar una verdad destinada a su propia persona y cortada a
existencia exterior. <Y éste sería el primer punto que se debía la medida de su cuerpo. Una ciencia que coloca todo pensamiento sin
considerar.> excepción bajo la ley más estricta y anula toda libertad del espíritu en la
Pero en lo referente a la <interna> existencia y exteriorización de la verdad una, eterna, subsistente para sí, no puede caer de ningún modo en
luz, afirmamos de nuevo que ésta es sin ninguna condición (y, aquí en esta disposición; e incluso este modo de pensar tiene que provocar contra
sí mismo la misma secreta polémica que justamente tendrá la

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consecuencia que hemos mencionado. En general –y aprovecho esta


oportunidad para explicarlo claramente– si pongo a todos y a cada uno en absoluto –como erróneamente se ha entendido también la Doctrina de la
guardia contra esta polémica interna, secreta, no es por mí sino por ellos, ciencia– de ponerla en nosotros: cualquier sentido que se intente dar a
y con toda sinceridad, porque en presencia de una polémica semejante no esto, es absurdo. Tal era precisamente la dificultad de toda filosofía que
se logra una atención verdadera, y por lo mismo, aun menos la no quería ser un dualismo y procedía seriamente a la búsqueda de la
comprensión. Si después de haber comprendido y penetrado rectamente unidad: o nosotros o Dios; uno de ambos tenía que ser eliminado. Pero,
se experimentan ganas de polemizar contra ella, entonces ya no tendré ¡nosotros no queríamos y Dios no debía! El primer pensador audaz, el
[127]
que añadir nada más sobre este asunto. que vio la luz por encima de él, tuvo que comprender entonces que si
debía realizarse una anulación, nosotros teníamos que sufrirla. Este
Por otra parte, hay también un amor imperioso a la simple experiencia pensador fue SPINOZA: es claro e innegable que el valor y la existencia
y, con ello, el deseo se ve con una imposibilidad absoluta de sentir el propia de los seres particulares desaparecen en su sistema, y que éstos
propio espíritu de algún modo y gozarlo, a no ser por la memoria sólo conservan una existencia fenoménica. Sólo que mató a su absoluto o
aprendiz. Estas memorias personificadas son completamente incapaces a su Dios. De suerte que sustancia = ser sin vida, precisamente porque no
de aquél odio secreto; pero aquí no puedo por menos de perder en tenía conciencia de su propia intelección; la Doctrina de la ciencia, como
seguida el humor. Quieren solo resultados, es decir, aquello que se pueda filosofía trascendental, nos introduce justamente en esa vida. (Ateo y no
anotar y que en el momento oportuno pueda recitarse sin que nada ateo. Solamente el que quiera un Dios muerto puede acusar a la Doctrina
cambie; quieren “una fórmula importante, que ponga verdaderamente de la ciencia de ateísmo –aquí no me refiero en absoluto a datos reales,
algo”. Y cuando han creído que captaban algo semejante, viene la lección porque no se ha hablado nunca de estas cosas en lo que concierne a la
siguiente: ésta determina más, ordena de otro modo, cambia los signos y Doctrina de la ciencia, puesto que de hecho nadie ha sabido nunca nada
las expresiones, hasta el punto que apenas queda gran cosa de los tesoros de ella–: a saber, un Dios muerto en su raíz, aunque después se le dote de
que habían adquirido penosamente. ¡Qué cosa más extraña! El autor no una vida aparente, de existencia temporal, de voluntad y a menudo
habría, pues, podido decir a la primera, correcta y convenientemente lo incluso de ciego arbitrio; pero por eso, ni su vida ni la nuestra se hacen
que quería decir. Allí donde existe la unidad más pura y la más rigurosa concebibles, y no se obtiene otro resultado que el añadir a la multitud de
conexión, tales personas tienen ciertamente que encontrar en seguida la seres finitos –suficientes en exceso en el mundo de la manifiestación– un
mayor confusión e inconsecuencia, por razón de que se trata de la más ser más todavía, por lo demás tan limitado y tan finito como los otros y
alta conexión, de la conexión interna, pero de ningún modo de la [148]
de ningún modo diferente de ellos en su <género>. Observemos esto
conexión simplemente exterior, cuadriculada, la única que desean estas de paso, para indicar claramente y a tiempo un importante carácter
gentes. fundamental del contenido de la Doctrina de la ciencia).
Este amor frío y débil por la ciencia –que no es precisamente odio– es Uno de los miembros es el ser; el otro –el concepto anulado– es sin
el que he mencionado en primer lugar como un obstáculo para la duda el pensamiento subjetivo o conciencia. Aquí tendríamos, pues, una
atención. En efecto, quien en la ciencia busca, desea y quiere aún algo de las dos disyunciones fundamentales establecidas precedentemente: la
que no sea única y exclusivamente la misma ciencia, no la ama de ningún que tiene lugar entre S y P; y, tal como debíamos hacerlo, la habríamos
modo como debe ser amada; y, por su parte, él nunca encontrará todo su captado en su unidad como resultando pura y simplemente de su unidad
amor y todos sus favores. Incluso el más bello de los fines, el de L; y con ello –permitan que lo diga también de paso– tendríamos ya a la
ennoblecernos moralmente sería aquí demasiado pequeño; ¿qué es lo que vez el esquema de la anulación del yo en la luz pura, y esto
debo decir entonces de los otros fines, cuya naturaleza es evidentemente intuitivamente. Porque si se establece que el principio del concepto
más baja? El amor de lo absoluto, o el amor de Dios es el verdadero anulado es precisamente el yo –como cada uno debería admitir
elemento del espíritu racional, y es en él solamente donde encuentra fácilmente, puesto que soy yo quien se manifiesta como libre constructor
reposo y felicidad; pero la más pura expresión de lo absoluto es la atenido a exigencias y como proyectante del concepto–, entonces su
ciencia, y sólo puede ser amada por sí misma, como lo absoluto 1. Se anulación ante la validez en sí (en caso de que yo no sea nada más que su
1
principio) es al mismo tiempo mi anulación en esta misma relación; y
Muchos autores han visto, y con razón, resonancias de Spinoza en estas afirmaciones de este quedar sobrecogido y arrastrado por una evidencia de la que yo no
Fichte. Para Spinoza “la beatitud consiste en el amor a Dios, y este mismo amor nace del tercer

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que si el principio y la deducción son justos, convendrán perfectamente a


la explicación; sólo debemos observar a este respecto que, como el comprende y se ve claramente que en un espíritu abierto y absorto en este
principio es el que otorga <y abre> la verdadera intelección de la esencia amor no se encuentra nada vulgar y mezquino, y que su purificación y
del fenómeno como tal, podría muy bien ocurrir que muchos elementos, santificación vendrán completamente por sí mismas. Pero un amor
puestos a prueba por medio del principio, [146] si siquiera conserven el semejante, como también todo lo absoluto, [128] es reconocido sólo por
honor de ser un fenómeno digno de este nombre, y que, por el contrario, quien lo posee; y al que todavía no le ha llegado, no se le podría hacer
resulte ilusión y quimera lo que en todas las épocas se ha tomado por un otra cosa que darle el consejo negativo de matar en él todo amor falso y
fenómeno, o, con la gracia de Dios, incluso por una realidad existente en todo fin secundario, y no dejar crecer nada semejante; y desde luego, la
sí; de suerte que en esta intención, la ciencia, lejos de recibir una ley o buena disposición aparecerá por sí misma, sin su intervención. He aquí lo
una orientación de la percepción fáctica de los fenómenos, le impone a que queríamos recordar en general, y de una vez por todas, a este
ésta por el contrario ella misma la ley. Se puede, pues, expresar esta respecto.
relación de la manera siguiente: sólo es fenómeno lo que se puede derivar
del principio; lo que no puede derivarse de él llega a ser error –y de paso Pasemos ahora a nuestro fin preciso de hoy1. Cuando esbozaba mi
quizá convenga decir que llega a ser error o bien de manera inmediata, o última conferencia, tuve el presentimiento de que podría parecer
bien (si quiere uno dispensarse de esta prueba directa) de una manera demasiado sólida y demasiado profunda para una cuarta lección; y entre
mediata por la simple imposibilidad de una derivación–. otras cosas estaba destinada a enseñarme con la mayor precisión el modo
Como segunda observación diré que por la intelección que acabamos de llevar a cabo mis lecciones ante esta nueva asamblea. Quiero ahora
de repetir así, se nos ha suscitado acerca de todo nuestro saber <efectivo> volver a tomar esta misma lección, de una manera apropiada.
–sobre todo si consideramos lo que resultó hasta ahora y señalamos 1. Haré una observación, válida para todas las lecciones precedentes, y
antes– un mundo nuevo de luz; y por el contrario, ella ha suprimido un también para las que seguirán, y que será muy útil para <retenerlas>,
mundo de errores, donde se encuentran casi todos los mortales. Y esto reproducirlas y lograr una visión de conjunto; nuestro procedimiento es
puede estimular la atención y proyectar una luz <muy> beneficiosa sobre casi siempre éste:
lo que sigue, si consideramos ahora mismo estos resultados. a) Realizamos una operación, y esta realización está evidentemente
1. La luz, en tanto que es una y verdaderamente sustantiva, hace regida por una ley racional mecánicamente activa en nosotros. Lo que
resaltar, por la destrucción del concepto formal, aquello que es condición propiamente somos en este caso, en la cúspide suprema de nosotros
de su manifestación y de su vitalidad propias y reales, un ser existente mismos, y en lo que nos absorbemos, es ciertamente facticidad. A
para sí, no susceptible de otra determinación e inconcebible por el hecho continuación:
de la no-validez de su concepto. La luz es simplemente una, y el concepto b) Buscamos y descubrimos la misma ley que precisamente nos
que se desvanece ante ella es uno (la separación en lo que es uno en sí) y conducía de una manera mecánica en esta primera realización. Así pues,
el ser es uno: nunca se podría salir, pues, de estos tres términos; y la lo que fue primero inteligido inmediatamente, lo inteligimos
existencia unitaria se resolvería en la intuición de lo sustantivo y en la mediatamente a partir del principio y del fundamento de su modo de ser2;
anulación del concepto (se verá que en lo que concierne a la existencia <inteligimos por qué está así determinado lo que antes fue inteligido
verdadera, propiamente dicha, debe uno quedarse ahí). Si, como se suele fácticamente como así determinado:> por tanto lo penetramos en la
hacer, dan al ser uno y absolutamente sustantivo, al ser que se absorbe en génesis de su determinación.
sí mismo, el nombre de Dios, entonces la existencia verdadera y unitaria
es [147] la intuición de Dios. Observen, no obstante, a este propósito –y así
se elimina un mundo de errores– que este ser, aunque es puesto por la luz
como lo absolutamente sustantivo (ya que la luz se pierde a sí misma en género de conocimiento”, el del saber contemplativo, opuesto a la opinión y al discurso racional
su vida), no es de hecho justamente porque lleve en sí el predicado del (Ethica, V, prop. 42).
1
“es”, de la existencia y, por lo mismo, el de la muerte. Por el contrario, lo La conferencia deja ya explicados los presupuestos pedagógico-psicológicos de la buena
absoluto propiamente dicho no es más que la luz. Así pues, no se tiene comprensión metafísica y retoma el hilo conductor de las lecciones: la normatividad de las
que poner la divinidad en el ser muerto, sino en la luz viva. No se trata en operaciones del pensamiento.
2
Seines Soseins.

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De este modo, progresaremos de miembros fácticos a sus respectivos


miembros genéticos; pero lo genético aquí aludido puede ser de nuevo Conferencia VIII: [Génesis de la realidad originaria]
fáctico1 desde otro punto de vista; lo cual nos forzará por consiguiente a
subir, con relación a esta facticidad, hasta un término genético, <etc.,> y Creo que en lo expuesto hemos llegado a un punto central que, más
esto durante el tiempo que sea necesario hasta llegar a la génesis que cualquier otro, facilita una intelección clara y una panorámica; y por
absoluta, a la génesis de la Doctrina de la ciencia.
ello nos permite mayor concisión en lo siguiente. Así pues, no debemos
Observen ustedes esto; y graben en el espíritu lo siguiente: x no es aquí ahorrar tiempo en asegurarnos previamente. Volvamos hoy a
más que el miembro genético de y, y éste el de z2. hacerlo con lo expuesto durante la última hora.
Para el que no hubiera en modo alguno inteligido previamente z, o en No hemos afirmado <sólo> provisionalmente, sino que hemos
la ascensión volviera a perder esta intelección y la [129] olvidara, entonces inteligido real y efectivamente que una intelección fundada
ni y ni x existirían y la lección completa sería para él un discurso sobre absolutamente en sí misma [145] invalida toda separación hecha de
nada, sin que de ninguna manera tuviera culpa el conferenciante. Digo manera también absoluta, es decir, no fundada en la cosa, y que esta
que tal era –y tal será ininterrumpidamente durante cierto tiempo– intelección pone en el trasfondo una subsistencia para sí no analizable
nuestro procedimiento. Así procedíamos en la última lección. Pero, aquel ulteriormente. Diciendo esto, me parece en primer lugar –y ésta será la
que hubiera observado este procedimiento –manifiesto ya a nosotros, de primera observación de hoy– que todos los que estamos reunidos aquí
suerte que la diferenciación precedente entre evidencia fáctica y genética hemos inteligido real y efectivamente esta verdad, tal como se ha
debía haber conducido a hacer la observación–, ése habría podido establecido antes; en lo sucesivo, no olvidemos nunca esta
reproducir de nuevo la lección completa y comprenderla claramente autointelección, ni la dejemos debilitarse: enraicémonos más bien en ella
planteándose las cuestiones siguientes: ¿Estaba presente un miembro y hagámonos uno con ella. Así pues, lo dicho más arriba no ha sido
fáctico semejante? ¿Cuál era? ¿Qué podría ser en relación con lo antes afirmado sólo por mí o por cualquier otro filósofo, sino que es
dicho? ¿Llegó la investigación hasta el establecimiento del miembro absolutamente, y es y permanece eternamente verdadero, antes de que
genético correspondiente a este miembro fáctico? Suponiendo que he alguien lo intelija o aunque nadie lo haya inteligido nunca. Nosotros
olvidado completamente este segundo elemento o que no he oído nunca mismos hemos penetrado en la esencia, con nuestra propia persona, y
hablar de él, entonces debo poder encontrarlo por mí mismo pre- hemos visto la verdad con nuestros propios ojos. Y lo que ha sido dicho –
cisamente como ha sido encontrado en la Doctrina de la ciencia; porque tal como se comprende claramente por lo que precede– no ha sido
la ley de la razón es absolutamente una, y toda razón, por poco que se planteado como proposición hipotética, que sólo es probada como verdad
concentre, es idéntica a sí misma. cuando se muestra apta para explicar los fenómenos, como es el caso por
¿Dónde estaba, pues, lo fáctico? Ni en A ni en el punto, sino ejemplo en la filosofía de KANT y todas las demás; más bien, es una
simplemente en los dos3. Esto ha sido inteligido antes, se nos ha proposición independiente de todos los fenómenos y de la explicación de
patentizado, y así es. Si ahora hacen el análisis de esto como quieran, ellos: es inmediatamente verdadera. (Buena razón para que queda
entonces encontrarán A y el punto, y en el trasfondo la unidad de los dos. grabada en ustedes). Por tanto, lo que resulta efectivamente de esta
Encontrarán los dos primeros términos negados como verdadero punto de proposición, si se la determina suficientemente y bajo todos los aspectos,
es tan absolutamente verdadero como ella; y todo lo que la contradice –a
1
El método de la Doctrina de la ciencia es un proceso desde lo fáctico a lo genético, o sea,
ella o a la menor de sus consecuencias– es absolutamente falso: es
desde un hecho a su justificación racional; pero lo último justificado puede, a su vez, necesitar de preciso abandonarlo como un error y una ilusión. Esta decisión
una justificación más amplia o elevada: ha de hacerse, pues, genético. categórica sobre la verdad y el error –lejos de esa parálisis escéptica que
2
Ya quedó dicho que, ateniéndonos a las tres Críticas de Kant, x = el “mundo sensible”; y = el en nuestros días se hace llamar sabiduría y que consiste en dudar de la
“mundo inteligible”; z = la “unidad” de ambos. Un miembro nos remite a otro genéticamente, en evidencia absoluta y en quererla hacer más clara y más evidente a partir
la línea de la “justificación” racional. de lo más alejado– es la condición de nuestra ciencia y de toda ciencia, y
3
Recordemos que “A” es el absoluto; y que en el “punto” (.) se escinde el absoluto en “ser” y nosotros la presuponemos.
“pensamiento”, así como en los mundos “sensible”, “inteligible” y “teleológico”. La unidad de
En lo que concierne ahora más particularmente a la explicación de los
dos es una génesis (justificación) recíproca, no una identidad amorfa.
fenómenos a partir del principio evidente, se comprende inmediatamente
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todo el cambio? Claramente sólo la intermediación pura que mantiene


internamente ligadas a todas las consecuencias, cualesquiera que sean las unidad; y el otro término, puesto. En este camino nunca llegarán a otra
que se capten; y que, como intermediación, permite deducir las con- cosa. Es precisamente así. Fácticamente. Pero ahora planteo una cuestión
secuencias de manera tan absoluta, como justamente se han manifestado. más elevada. ¿Cómo hemos procedido, pues, para que esta intelección
surgiera en nosotros? No reflexionemos en absoluto sobre el contenido,
<Ya no nos queda hoy tiempo para desarrollar el profundo punto de que abandonamos completamente, sino sobre el procedimiento; y con
vista que ciertamente podía encontrarse aquí y que me reservo para la ello preguntémonos incluso por la génesis. Por eso, como decía antes, lo
próxima clase; por ello voy a resumirlo ahora todo provisionalmente. El que en primer lugar era inmediato, consistente precisamente en estas
punto central es el concepto: intermediación persistente y pura en partes materiales1, se llega a inteligir mediatamente: una vez puesta tal
manifestación viva: génesis, es puesta seguramente tal intelección fáctica, pero justamente
A por y desde la mediación de nuestra posición de la génesis.
| ¿Como lo hemos hecho, pues? Evidentemente hemos realizado una
M separación en el seno de lo que por otro lado debe, sin embargo, ser uno.
<Digo separación y disyunción en general, pues el hecho de que los
miembros separados deban ser justamente A y el punto, a nadie puede
I R
importar allí donde se trata de meros actos como actos>. Pero esta
B–A A–B separación se nos hizo patente como no válida, con una patencia
A–B B – A1 -Acto y Consecuencia
inmediata, la cual se ha generado no en virtud de que nosotros la
o idealiter o realiter. Digo “o... o”. La intermediación siempre está en queríamos [130], sino que se ha generado ella misma, y no a partir de
acto, el concepto siempre se da vivo, pero no de un modo completo y cualquier fundamento o premisa, sino absolutamente; o sea, en una
definitivo; <quien aceptara esto, ese tendría que hacer el paso A B, evidencia –o luz pura– que se genera y presenta por sí misma. Por
luego el paso B A, para acabar suprimiendo intelectivamente el carác- consiguiente, la separación, en el sentido de que debía ser válida en sí,
ter unilateral del tránsito.> fue anulada por la evidencia. Por el contrario, fue puesta por esta misma
Por otra parte, el concepto, como intuición, proyecta la luz una evidencia una unidad permanente <en sí>, consistente <en sí>, no
eternamente idéntica a sí misma, de la que procede: y esta es su esencia susceptible de ninguna disyunción interior. Principio de separación =
absoluta; lo que hay debajo son justamente partes de su expresión: o sea, principio de construcción, o sea, del concepto; este principio <es anulado
ulteriores modificaciones no de la luz, sino de su aprehensión en el en su absolutividad, o sea, es anulado como principio separador en el
concepto vivo. 1. Sólo por la vida llega ella al concepto y sólo por el seno de lo completamente uno en sí e inteligido como uno; como
concepto de la vida y a la manifestación de la luz en sí: pero lo primero principio separador total y absolutamente por sí mismo, sin fundamento
son modificaciones; por tanto, llega a la vida, pero nunca puramente, sino alguno en la verdad, sino más bien en contradicción con la verdad; es
en cualquier modificación. 2. La exhaustión en sus posibles anulado, en lo que respecta a la validez en sí, en esta su absolutividad,
modificaciones es Doctrina de la ciencia. como principio separador>: inteligido pura y simplemente como anulado,
o sea, anulado en la luz absoluta y por la luz absoluta. Así la esencia en
sí, en esta anulación del concepto absoluto, llega a ser inconcebible con
relación a este concepto. Sin esta relación ya no es inconcebible, sino que
es sólo absolutamente autónoma. Además este mismo predicado “es”
proviene de la evidencia. No es más que la luz pura, que subsiste como
fundamento y centro, etc. Tal es el contenido de la parte más importante
de la última lección. Ahora todo esto posee en sí una claridad y una
evidencia a la que nada puede compararse; y el que en general intelige
1
Explicación de los signos: A = Absoluto; M = Manifestación; I = Idealiter; R = Realiter; A = esto, lo intelige bien; y estoy persuadido también de que nadie puede
imagen; B = imaginado.
1
In diesen materialen Theilen. O sea, en el contenido fáctico.

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exponerlo con más orden, nitidez y precisión de lo que lo hemos hecho


nosotros. Así pues, el que no lo inteligiera carecería seguramente de la esencial; pues lo que sólo está construido intermediativa y orgánicamente
atención indivisa que se requiere aquí. –la imagen y el imaginado– se encuentra simplemente puesto en él, y, a
la vez, su manifestación indica y es el exponente de su ser interior, como
La parte añadida, que quiero repetir ahora, era todavía una de una unidad orgánica y consistente –que es necesario presuponer– de la
genetización de la intelección realizada: nosotros inteligimos per- intermediación: su ser para sí, consistente e inmutable, se identifica
fectamente que la luz es el único centro <subsistente>. Gracias a esta totalmente con la organización sólo interna y esencial –y de ningún modo
reflexión, el término en que al principio nos absorbíamos se ha externamente construida– de esta intermediación. Por consiguiente, la
convertido de nuevo en término fáctico. Ahora bien, puesto que de hecho unidad absoluta se funda y se explica aquí por sí misma.
no generamos nada en absoluto, sino que esta intelección se genera a sí
misma como intelección, no podemos propiamente plantear, como más Obtendremos un gran beneficio si inteligimos aquí, a fondo y en su
arriba, la cuestión: cómo la generábamos. Pero podemos elevarla [131] a sitio, qué se entiende por unidad orgánica e interior del concepto
una nitidez superior. <Esto es claro; y> si hemos inteligido que la luz es originario, arriba mencionado; porque esta unidad es precisamente aque-
lo que patentiza, debemos decir que no nos absorbemos inmediatamente llo de lo que tenemos constantemente necesidad. Desde esta perspectiva
en esta luz, ya que sólo la poseemos en el sustituto y en el representante planteo la cuestión siguiente: la imagen, en tanto que imagen, ¿supone,
de una intelección de la luz, intelección de su forma originaria y de su de manera orgánica, absolutamente necesaria, un imaginado? Y si lo
cualidad absoluta. Pero, independientemente del hecho de que en lo afirman, ¿no supone el imaginado como tal a su vez necesariamente una
referente a la luz en sí no se pueda preguntar sin contradicción cómo ha imagen? Les concedo que intelijan cada uno de los dos términos –como
sido engendrada, puesto que ha sido inteligida como el principio de la pura y simplemente puesto el uno por el otro–, siempre que pongan uno
producción absoluta –y así pues, nuestra pregunta anularía de nuevo esta de los dos en primer lugar. Pero les invito por mi parte a hacer
intelección–, puede uno plantear la cuestión radicalmente diferente de abstracción de su propia intelección; ello es posible de la manera en que
saber cómo se genera esa intelección de la luz que nos atribuimos no en lo voy a construir al instante ante ustedes y se produce constantemente en
tanto que somos la luz, sino en tanto que sólo somos sus representantes y la vida, precisamente donde no debiera producirse; y sin esta abstracción
sustitutos. Así pues, sólo debemos prestar total atención a la manera en no se penetra nunca en la Doctrina de la ciencia. La cuestión que planteo
que ha sido engendrada esta intelección. 1.- Nosotros nos hemos puesto se refiere en efecto a la verdad en sí misma, de la que reconocemos que
en la condición. 2.- ¿Cómo pudimos hacerlo? Los dos puntos de vista son es verdadera y que permanece verdadera aunque nadie la inteligiera; es la
ciertos. Lo que está entre los dos términos, entre la emanencia y la cuestión siguiente: ¿No es [144] en sí verdad que la imagen requiere un
inmanencia, no es, pues, la luz –ni tampoco la intelección de la luz– sino imaginado, e inversamente? ¿Qué es, pues, en esta proposición, lo
la intelección de la intelección de la luz1; y de esto tendríamos que tratar verdadero en sí? Comiencen por reducir a su mínima expresión lo que
ahora. queda en último recurso como <puramente> verdadero: ¿No será que b
pone a y a pone b? ¿No será que queremos dividir en dos partes lo
<Además de haber realizado la distinción completa entre la verdadero en sí y ligar simplemente estas partes por esta palabra de
inmanencia y la emanencia de la producción de la intelección de la luz, relleno “y” –por otra parte, sin sentido– que no comprendemos de ningún
no se debe olvidar que ella se extiende hasta la intelección y hasta la luz modo, que es la palabra más incomprensible de toda lengua y de la que
misma; la luz objetiva, en cuanto objetiva, tal como apareció antes, no es ninguna filosofía anterior ha dado una explicación (es precisamente la
la verdadera y auténtica luz una –no puede serla ni llegar a serla–, sino síntesis post factum)? ¡Cómo podríamos hacerlo! Pues sobre todo es
que en este punto de vista la luz pura se da en la intelección. Con ella claro que la determinación de un término sólo depende de su posición en
sacamos la conclusión de que el objeto supremo no es ya la sustancia la serie: la imagen es, por ejemplo, consequens porque el imaginado es
para sí, sino la luz. La sustancia es sólo la forma de la luz en cuanto antecedens y viceversa. Además, si se penetra más profundamente el
subsistente para sí. Por el contrario, la intelección (sujeto-objetividad), significado y el sentido de los dos miembros, se ve que esta significación
efectiva expresión interna y vida de la luz, se detendrá justamente con la suya se transforma en la simple expresión de antecedens y de
1
consequens, en la cual el imaginado sea realiter antecedens e idealiter
Por tanto, una cosa es la “intelección de la luz”, que equivale a una metafísica de la luz; y otra consequens, etc.; así pues, esto se resuelve de nuevo en la manifestación.
la “intelección de la intelección de la luz”, que equivale a una metafísica del conocimiento. Por consiguiente, ¿qué es ahora lo común que queda como condición de
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oculta, imposible de describir; más aún, sólo susceptible de ser inme-


diatamente vivida en esta consideración: esta unidad, como contenido del anulación del concepto y de la separación. ¿Acaso puedes de otro modo
concepto originario, se presenta como unidad absoluta; y, en la penetrar más profundamente en el verdadero punto central? ¿en este
realización viva, se presenta como disyunción absoluta. Ahora bien, el concepto tan apropiado que viene exigido aquí otra vez? 1) Es claro que
imaginado, en este contenido del concepto, debe ser la luz; por su ser sólo es inteligido en el hacer inmediato. 2) Debería hacerse claro
consiguiente, nuestro principio –es decir, nosotros mismos– no está en la que el hacer inmediato es disolución en la inmanencia (así se ha
luz ni en el representante de la luz, sino en la unidad que nuestro encontrado el primer hacer de su ser, como tal hacer). En primer lugar, el
pensamiento efectivamente realiza de ambos y está entre ambos; esta es hacer quita el ser, y el ser el hacer; o de otro modo: aquí estriba
también la razón por la que he llamado al concepto susodicho concepto justamente la inversión fundamental. Y esto tendría que ser concebido
originario: lo que antes se patentizaba como la fuente de lo abso- así: el hacer quita el ser efectivo. El ser que está allende todo ser (no
lutamente existente para sí –por consiguiente, como lo originario, que era efectivo, no material) quita el hacer. Y entonces justamente es
nuestro originario– procede, en el mismo modo de su patentización, en su sumamente claro que en el otro ser hay una autoanulación en el efecto de
objetividad, de este concepto como la unidad de sus miembros de su hacer, sin haber tenido lugar la posición de toda la efectividad
disyunción; este concepto originario es, pues, en este sentido más (justamente en la pura problematicidad, en el deber) y, por tanto, sin
originario que la luz misma. Así pues, el verdadero originario está tan haber tenido lugar la materialización y la derivación del hacer mismo, o
lejos como alcanza ahora nuestra vista. Y de este modo, hemos explicado sea, propiamente sin haber tenido lugar la intelección y la ideación de él.
más profundamente en su génesis una indicación esbozada sólo de Así volvemos otra vez a lo anterior y, justamente en esta autoanulación,
manera fáctica en la lección de hace ocho días, a propósito del reencontramos el anterior principio. Quizás sea esto entonces el concepto
representante de la luz originaria; y lo he hecho ciertamente para los fines de ser, en sí mismo muerto; es claro que en él hay precisamente una
particulares que pretendemos. separación del ser (fijo) y del obrar. Y justamente esta separación, como
tal, es interna; a partir de aquí se puede comenzar a construir la no-
Observen a este respecto que el concepto está mejor determinado y separación o la unidad. Conclusión: de este modo, esta anulación sería en
más profundamente considerado de lo que estaba hasta ahora. Éste sólo cierto modo verdadera y justa, en la medida en que no se da
era antes un principio de separación que, en tanto que válido en sí, estaba originariamente la separación en ser y hacer>.
anulado por la luz, y sólo guardaba una simple existencia fáctica, como
manifestación que condicionaba la manifestación de la luz originaria;
carecía de contenido y no llegaba a adquirir ninguno; el contenido
subsistente para sí que se daba –no en él sino en la unidad sintética
superior a él– era suscitado por la luz absoluta en la intuición inmediata.
Aquí, por el contrario, el concepto tiene en sí mismo un contenido que
subsiste para sí, absolutamente inmutable e imposible de anular. Y el
principio de la separación, que en verdad se da de nuevo en él y que se
encuentra, como antes, anulado en lo que se refiere a su validez en sí, no
constituye [143] ya esencialmente al concepto, sino que sólo condiciona su
vida, es decir, su manifestación. Digo que el contenido del concepto
subsiste para sí; es, pues, exactamente el mismo ser sustancial que había
sido antes proyectado por la intuición y que aquí se preludia en el
concepto como anterior a toda intuición y como principio de la misma
intuición objetiva y objetivante. Antes, el concepto condicionaba a la
vida y a la manifestación de la luz; y ésta a su vez condicionaba el ser del
concepto. Existía, pues, un condicionamiento recíproco y <el> acto de
pensar ambos miembros estaba condicionado desde fuera. Aquí, este
único y mismo concepto funda su manifestación por su propio ser

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[LA LUZ Y EL CONCEPTO]


guntémonos: ¿Dónde reside ahora la más alta unidad y el principio
verdadero? No está ya en la luz misma, como antes, cuando nos
Conferencia VI: [Vida interna y externa de la luz; el concepto] absorbíamos de manera viva [141] en la luz; no está tampoco en el
representante que vamos a mostrar ahora, en la imagen de la luz: porque
es indudable que un representante no es nada sin la representación de lo
En mis conferencias de hoy y de mañana, continuaré aún de- en él representado, una imagen sin reproducción del imaginado;
sarrollando lo expuesto hasta aquí. Con esto me propongo un fin que brevemente, una imagen como tal, por su naturaleza, no posee ninguna
ofrece, a mi parecer, las mismas ventajas a las dos clases de oyentes. sustantividad en sí y reenvía hacia lo originario fuera de ella. Aquí no
Puesto que la tarea de la Doctrina de la ciencia, como de toda filosofía, hay, pues, como antes, una simple evidencia fáctica, como a propósito de
es precisamente reducir lo múltiple a la unidad absoluta, o lo que es lo A y del punto; es más, ni siquiera es concebible una unidad sin
mismo, derivarlo de la unidad: entonces es claro que la Doctrina de la disyunción, e inversamente. Y digo que no es concebible porque un
ciencia no reside, con su punto de vista, ni en la unidad ni en la imaginado como lo es aquí la luz, es impensable sin una imagen, lo
multiplicidad, sino permanente y radicalmente entre las dos; nunca entra mismo que una imagen, en tanto que imagen, es impensable sin un
en la multiplicidad absoluta (una multiplicidad semejante tiene que imaginado. Observen bien esta circunstancia importante y que, bien
darse, y se da seguramente, como simple empiría), sino que la considera considerada, los introduce en el meollo de la cuestión. Están poniendo en
de arriba abajo, desde el punto de vista de su génesis. Por esto nos marcha un pensamiento que posee una esencia, un espíritu y una
tendremos que ocupar en la Doctrina de la ciencia bastante de la significación, y que por relación a esta esencia es total y absolutamente
multiplicidad y las disyunciones. idéntico a sí e inmutable. Es un pensamiento, empero, que yo no puedo
Pero estas disyunciones o diferenciaciones que la Doctrina de la comunicarles inmediatamente, y ustedes tampoco podrían comu-
ciencia se propone efectuar son nuevas y desconocidas hasta ahora. Por nicármelo; pero podernos construirlo, bien en el concepto del imaginado,
esto, [132] en la representación y en el lenguaje de donde partimos todos, que así pone a la imagen, bien en el concepto de la imagen, que así pone
estas diferencias son inconscientemente confundidas; y cuando solicito al imaginado. Y pregunto: en los dos conceptos que acabamos de
que se hagan estas distinciones, se las encuentra muy sutiles (se trataría efectuar –hecha abstracción de la situación respectiva de los miembros
de hender un cabello en el aire, como se dice entre los chupatintas). Y es que de ningún modo pertenece al tema– y en lo que concierne al
necesario que sea así; porque si a una ciencia que pretende reducir a la contenido interior propiamente dicho del pensamiento, ¿hemos pensado
unidad absoluta toda la multiplicidad (es decir, todas las cosas donde se dos cosas o más bien sólo hemos pensado una única y misma cosa en
puede pensar una diferencia), quedase oculta una disyunción cualquiera estos dos conceptos? Es preciso que el oyente pueda hacer aquí
que pudiera hacer la razón, entonces habría fracasado seguramente en su abstracción –ya que así se lo exigimos– de lo extraesencial de la posición
fin. Una dificultad de la Doctrina de la ciencia consistirá en hacer de los miembros y elevarse a lo esencial del contenido, del espíritu, de la
visibles y captables incluso estas sutiles diferenciaciones; y después, significación; y entonces llegará repentinamente a la intelección que
cuando esta dificultad sea a duras penas eliminada, en fijarlas y anclarlas queremos obtener aquí. Si ocurre así, entonces, por lo que concierne a la
en el espíritu del estudiante de tal manera que para él no vuelvan a unidad absoluta que pertenece al contenido, se revela aquí que sólo en la
confundirse. Pero cuento con aligerar bastante estas dos dificultades, realización viva del pensamiento es donde esa <unidad, permaneciendo
indicándoles ya (en la medida en que esto puede hacerse), aunque de inalterable,> se escinde en una disyunción extraesencial que no toca en
manera vacía y formal, el esquema general y la regla fundamental, nada al contenido y no procede de él de ningún modo; esto significa, o
conforme a las cuales se establecerán estas divisiones; hago esto con el bien que de manera objetiva ella se escinde en el imaginado y su imagen;
fin de que se comprenda bien este esquema, y que se realice o bien, si prefieren, que de manera subjetiva-objetiva, ella se escinde en
convenientemente, derivándolo en su unidad y a partir de su fundamento, una conceptuación del imaginado a partir de la imagen simplemente
en la medida máxima en que es posible hacerlo a partir de los puesta y en una conceptuación de la imagen a partir del imaginado
conocimientos hasta ahora adquiridos. simplemente puesto. [142] Les aconsejo esto último; es preferible, porque
En primer lugar haré las siguientes observaciones generales: les da la disyunción directamente. Por el momento resulta que, en la
consideración genetizada de la luz, nuestro principio sería la unidad

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia VII: [La génesis del concepto original y de la realidad


1. La naturaleza de nuestra ciencia exige que no nos mantengamos
original] absolutamente en la unidad o en la multiplicidad, sino entre las dos;
queda, pues, claro –e insisto particularmente en ello, porque me ha
parecido que algunos estaban errados sobre este punto– que ninguna
El fin de esta conferencia es indicar provisionalmente las reglas según unidad que hasta aquí se nos haya manifestado como mera unidad o que
las cuales se efectúa la disyunción que debemos hacer: se nos manifieste como tal en nuestras consideraciones ulteriores, puede
1. Indicar que se efectúa por principios, y que todo principio es a la en absoluto ser la unidad verdadera; la unidad estricta y verdadera no
vez principio de unidad y de disyunción. <La consecuencia de esto puede ser más que el principio común de la unidad-en-manifestación y de
remítase en general al esquema>. la disyunción-en-manifestación; y no sólo como principio exterior que
2. Indicar algo de lo primitivamente fáctico según la forma de su proyecte únicamente los dos, la unidad y el principio de la disyunción, y
principio genético (se trataría de una explicación completamente nueva, que los refiera objetivamente a la manifestación, sino como principio
porque observo con placer que se han dado cuenta de que hay todavía interior y orgánico; de manera que no pueda ser principio de la unidad
escondido algo más profundo, aunque su pensamiento no se baste a sí sin ser [133] al mismo tiempo y a la vez principio de la disyunción, e
mismo en esta tarea; de todos modos, nunca les he pedido esto). inversamente; y de manera que sea inteligido así, y que en esta
esencialidad absolutamente viva y dinámica –de ningún modo
<3. Con la observación de que nuestra investigación sobre este
desvitalizada– consista precisamente la unidad. En una palabra: la unidad
principio había llegado ya a otro más alto, y que ya había empezado a no puede residir absolutamente en lo que vemos y consideramos como la
deducir este mismo principio, repitióse esta intelección lograda. La
Doctrina de la ciencia (porque esto es algo objetivo), sino en lo que
unidad no está ni en A ni en el punto sino más allá; aunque la unidad sea
somos interiormente, en lo que hacemos y vivimos. Es así como quiero
puesta como un en-sí, no es para nosotros en sí, sino que es sólo por la
caracterizar de una vez por todas la unidad que buscamos, para cortar por
luz y en la luz; es su proyecto. Por una parte, la luz misma; por otra parte,
lo sano todos los extravíos sobre este punto fundamental; porque si se
la consideración de la luz.
mantienen, vendrían a confundirnos profundamente en el curso de
Volvamos a lo anterior:> nuestras consideraciones. No sólo he querido advertirles que no admitan
Dije además –y esto abre un aspecto completamente nuevo a nuestra como la unidad absoluta una unidad semejante –simplemente relativa y
búsqueda– que habíamos comenzado ya, más arriba, por desarrollar el comprendida unilateralmente–, sino también que sepan y afirmen
principio de la unidad y de la disyunción de los fundamentos de división, valientemente que el filósofo –aunque en estas lecciones se trate de mí
diferentes materialiter; pero sin reconocerlo como tal. Recuerden mismo o de cualquier otro filósofo– que se detiene en una unidad de este
conmigo –dejando de lado lo que precede hasta que lo vuelva a tomar de género, queda a mitad de camino y carece de claridad.
nuevo– y piensen esto: en la consideración de la luz, hemos objetivado la 2. De esto se desprende la siguiente consecuencia: como la verdadera
luz, la hemos alienado y matado como algo originario. Por lo que unidad es principio de la unidad-en-manifestación a la vez que de la
respecta a lo que en esta consideración de la luz hemos atribuido disyunción, y como ninguna es sin la otra, entonces da completamente lo
materialiter a la luz, precisamente acabamos de examinarlo y hemos mismo considerar como principio de unidad o como principio de
unido el esquema presente a este examen. Examinemos ahora la forma disyunción lo que, en el desarrollo de nuestra exposición, pongamos cada
interior propia de esta consideración; es decir, no nos preguntemos ya vez como principio más alto en ese momento. Los dos modos de ver
por lo que contiene y lo que aporta, sino por el modo como se produce a <según nuestro modo necesario de considerarlos> son parciales y no son
sí misma interiormente, elevándonos por consiguiente a su principio e ciertos en sí; en sí, el principio no es principio de lo uno, ni principio de
inteligiéndolo de una manera –por así decirlo– genética. Es lo otro, sino de los dos en tanto que son unidad orgánica, y él mismo es
inmediatamente claro que: 1. La luz no está inmediatamente en nosotros su unidad orgánica.
(es decir, en lo que somos <y hacemos> nosotros mismos cuando la
Para explicarlo aún más rigurosamente añadiré, en primer lugar, que
consideramos), sino por medio de un representante y de un sustituto que,
en el círculo de nuestra ciencia solo pueden entrar principios. Lo que
precisamente como tal, la objetiva y la mata. En primer lugar, pre-
desde ningún posible punto de vista es absolutamente un principio, sino
solamente un principiado y un fenómeno, desaparece en la empiría; ésta
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

es ciertamente concebida por nosotros en su principio y a partir de su


principio, pero de ningún modo científicamente construida, porque jamás añadir la vida a la luz hemos separado ciertamente la vida de la luz y, por
es susceptible de ello. En segundo lugar, cada principio que interviene en tanto, como decía antes, nuestra separación, es decir, el concepto, ha
nuestra ciencia, y en general todo principio, como principio, es a la vez matado efectivamente la vitalidad interna de la luz. Ahora bien, es cierto
principio de la unidad y de la multiplicidad; y no es verdaderamente que nos contradecimos ipso facto negando –lo que en verdad hemos
concebido hasta tanto que no es concebido así. [134] Nuestra propia vida y hecho– que la vida pueda ser separada de la luz; contradicción sin duda
nuestro propio trabajo científico, aunque consisten en una penetración y esencial y necesaria, por el hecho de que significa precisamente la
en una identificación con los principios, no llegan nunca a la unidad anulación inmediata del concepto en sí mismo; porque, según lo que
opuesta a la multiplicidad, ni a la multiplicidad; se mantienen entre las precede, es preciso llegar una vez a esta anulación. (Tomen lo que acabo
dos inmutablemente, como el mismo principio. En fin, todo principio en de decir como una observación incidental, cuyo uso aparecerá más tarde.
el que nos mantenemos (en todo momento nos mantenemos en un Es fácil realizar esta observación porque se liga a nuestra reflexión sobre
principio) da una unidad que se escinde absolutamente: la consideración objetivante de la luz; todo el mundo puede volverla a
x hacer por sí mismo y obtenerla de esta reflexión por poca atención que
A=D– y haya prestado a nuestro procedimiento general, incluso en el caso de que
z
hubiera olvidado por completo lo que he dicho).
Pero lo que importa es saber si esta unidad es la unidad más alta.
Podría ocurrir lo siguiente: Volvamos a lo que dije; en esta consideración de la luz, la luz misma
c se indica inmediata y absolutamente –por el simple carácter de su
a
b posición– como el fundamento de un ser subsistente para sí y, al mismo
a
a tiempo, como el fundamento del concepto; y de este último en un doble
a
aspecto: por una parte, en cuanto que es anulado en su validez en sí y,
Entonces D sería no solamente en la primera relación, sino también en la
por otra parte, en cuanto que es puesto absolutamente pero como no
segunda y en la tercera, un principio de disyunción entre unidades que
válido; existe, no obstante, a título de manifestación, y manifestación que
serían ciertamente una unidad con respecto de lo siguiente:
x condiciona la vida de la luz [140] mas de ningún modo su esencia interna.
y Sin embargo, mediante la posición del concepto, A y el punto se ponen
z como manifestación, claro está; pero no precisamente como
Pero de ningún modo entre ellas; y tendríamos necesidad para éstas de manifestación originaria, sino como condición de la manifestación y de la
un nuevo D; la regresión seguiría hasta que se encontrara la más alta vida interna de la manifestación originaria = C; se trata, pues, de una
unidad, que sería la disyunción absoluta, tal como precisamente lo hemos manifestación de la manifestación. <El punto en su vida interna debe, a
descrito al referimos a la unidad absoluta. Este sería el primer modelo su vez, manifestarse como unidad de los fundamentos de división arriba
general del procedimiento de la Doctrina de la ciencia. aducidos, concretándose su vida a partir de la vitalidad del concepto, éste
Corolario: La reciprocidad de dirección de D hacia x, y, z, e a partir de la vitalidad de la luz: por tanto, manifestación de la
inversamente, aparece claramente; lo cual favorece mucho su reunión. manifestación de la manifestación; toda esta concreción ocurre
3. Ahora voy a exponer de nuevo lo mismo, pero bajo otro aspecto y renovadamente en el acto. Este sería el esquema de una derivación fija
con más profundidad. En el curso de las lecciones precedentes hemos según una regla, y no como ayer una derivación con múltiples po-
tratado no del principio de la disyunción, porque estrictamente hablando sibilidades y por tanto sumamente expuesta al error.>
no existe nada semejante, sino de nuestro punto de vista acerca del
principio uno en sí, como principio de la disyunción. (Sin duda alguna
tuvimos que proceder a partir de este parcial punto de vista, porque la
Doctrina de la ciencia nos encuentra a todos cautivos de este punto de
vista parcial y nos arranca de él). Por lo que se refiere a este punto de
vista, nos encontramos en primer lugar embarazados por esa im-
posibilidad –ya conocida y a menudo mencionada– de expresar el hecho

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la separación, y se encuentra denunciado y anulado expresamente como


tal en la intelección de que <el principio no estriba ni en A ni en el punto, de que la unidad se escinde en S-P y en x, y, z absolutamente de una sola
sino en la absoluta unidad de ambos>. De ello resulta que al mismo vez. Estas dos escisiones son igualmente inmediatas. La necesidad de
tiempo que él –como raíz–, son evidentemente anulados y excluidos sus expresarlo y traducirlo en signos nos ha hecho poner uno de los dos
productos A y el punto, en tanto que válidos en sí. ¡Rechacemos, pues, el términos como dato mediato; pero mientras tanto nuestra intelección
signo y la palabra! Sólo queda nuestro pensamiento vivo y nuestra interior testimoniaba lo contrario; y fue suprimida la validez en sí de la
intelección, los cuales no pueden ser dibujados en la pizarra, ni construcción de nuestra expresión y de nuestra significación. [135] Si se
reemplazados de ninguna manera; es preciso que estén dados justamente lleva esta relación especial a la expresión lógica que pueda ayudarnos a
in natura. hablar con precisión, diremos que en la disyunción, propiamente
hablando, existen claramente dos fundamenta divisionis diferentes, y el
<He dicho que nosotros inteligimos que no estriba en A ni en el punto, uno no se da sin que se dé el otro <y viceversa>. Enunciada así, <como la
sino en la absoluta unidad de ambos; lo inteligimos simplemente, sin acabarnos de enunciar>, se trata de una expresión encontrada de modo
fuentes o premisas; por tanto se presenta la unidad absoluta por sí probablemente fáctico, como de hecho tuvimos ocasión de encontrarla
misma. Pura intelección, pura luz, por nada, de nada, para nada. Dando cuando disentíamos de la filosofía kantiana; y así, admitíamos una
lugar a la unidad, pero de ningún modo fundamentada por ella>. disyunción (que KANT no ha probado ni tampoco nosotros) no sólo entre
Pero todo depende aquí de que cada uno se identifique sólo con esta ser y pensamiento en general, sino entre el ser y el pensamiento sensible
intelección, con esta luz pura; y si lo consigue, no se le ocurrirá y suprasensible; y la afirmación de la absoluta inseparabilidad de los dos
<debilitar> y oscurecer de nuevo esta luz ni colocarla fuera de él mismo. fundamentos de división se fundaría, pues, únicamente en esto: si debe
Comprenderá que la luz sólo existe en la medida en que es ella quien explicarse lo que se da claramente en la observación fáctica de uno
intelige de manera viva en él y que intelige precisamente lo establecido. mismo, entonces se tiene que admitir esta inseparabilidad de los dos
La luz sólo existe en la presentación viviente de sí misma, como fundamentos de la división: este “entonces se tiene que” se fundaba
intelección absoluta, y por tanto aquel a quien la luz no sobrecoja y únicamente en una ley de la razón que actuaba mecánicamente en
abrace –en el nivel de consideración en que éstamos–, no llegará nunca a nosotros, sin ser propiamente el objeto de una intelección. En el fondo,
la luz viva, aunque pueda tener un sustituto <aparentemente vivo de no tendríamos más que un fundamento empírico, por el cual no haríamos
ella>. nada más que postular el fundamento supraempírico; <y tendríamos que
5. De esta absorción y desaparición en la luz viva es completamente declarar como inescrutable esa inseparabilidad de los fundamentos de la
distinta la consideración de la luz en su cualidad interna y en sus división>; o también: haríamos una synthesis post factum. Pero la
consecuencias; hemos pasado a tal consideración después de ese Doctrina de la ciencia no puede de ningún modo hacerse culpable de
[139]
eslabón. Precisamente mediante esta consideración como tal se esto, y ello es tan cierto como que es Doctrina de la ciencia; no
objetiva la luz y se la mata en su interioridad; es lo que queremos indicar solamente debe afirmar esta inseparabilidad de los fundamentos de
en seguida de manera más precisa. Hemos dicho en primer lugar que, división, sino que tiene que concebirlos como necesarios en su principio
como realidad eterna y absoluta, sólo nos queda la luz; por su esencia y a partir de su principio; tiene, pues, que poseer una intelección genética
propia, inmediata e interna, rechaza todo lo que subsiste para sí; esto y mediata de ellos. Que ella los concibe significa que intelige los
pierde desde luego la inmediatez que hasta ahora podía aún atribuírsele, y fundamentos de división –y de ningún modo las divisiones que se siguen
la pierde en la luz, como producto de ésta; pero sólo se llega a una vida, a real y fácticamente–; (quien se mantuviera aún en el punto de vista de las
una expresión de esta luz por la anulación del concepto, y divisiones fácticas no habría realizado con nosotros la progresión que
consiguientemente por su posición. <Decíamos que sin esto no se podría acabamos de realizar). Ella considera de nuevo los mismos fundamentos
llegar a ninguna expresión y vida de la luz>. Así, en primer lugar, de división como miembros de disyunción de una unidad más alta, donde
ponemos de manera absoluta y consideramos la vida como una precisamente son inseparablemente uno, y lo son en acto (de suerte que
determinación necesaria del ser de la luz (sin la vida la luz no podría éste se mantiene idéntico a sí mismo, según lo hemos afirmado); pero
incluso tener un ser), y separamos en la misma luz su esencia en sí y su sólo separables y distinguibles en el concepto. Distinguibles en el
ser que sólo puede ser vivo. Pero luego –y esto es lo que nos importó–, al concepto (lo que podemos pensar así provisionalmente, por pensar algo
sobre ello): son distinguibles siempre que uno de los dos, por ejemplo, el

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fundamento de división en S y P [136] se patentice como una


determinación nueva y como una modificación del fundamento de suponiendo que debiera haber semejante inseparabilidad y semejante
división en sensible y suprasensible; e inversamente, siempre que el otro, principio genético de la misma).
como una determinación nueva y como una modificación del primero, se Volvamos ahora a nuestro propósito. Debo decir también que nuestra
patentice en otro cualquier respecto que debe entonces igualmente intención no es de ninguna manera tener una intelección inmediata de
distinguirse en ella: esta disyunción en el seno de la unidad del simple esta inseparabilidad y de su principio, porque no puede tenerse una visión
concepto –como se ha dicho ya– se fusiona en el acto, en una unidad, que inmediata de ello. Y sigamos adelante.
no es ulteriormente analizable; y en esta fusión, toda mirada que se quede 4. Hemos saltado ya efectivamente, mediante la aplicación que hemos
en una visión fáctica se cierra totalmente a un más allá, al mundo hecho, por encima de este principio (solo hemos discutido aquí su forma
superior del concepto. para comprender lo que nos importa verdaderamente) con el fin de
(Voy a hacer aquí algunas observaciones accesorias; y les ruego que derivarlo en una deducción. Ya hemos preparado en buena parte esta
no se dejen distraer por ellas. 1. Acabo de indicar exactamente el punto derivación. Recordarán que, en efecto, hemos mostrado ya un centro de
límite entre toda intelección simplemente fáctica y la intelección unidad y de disyunción por encima de la unidad de estos momentos de
verdaderamente filosófica y genética, y he abierto fuentes de un mundo división: el que se encuentra entre A y el punto. Y en lo que se refiere al
absolutamente nuevo en el concepto, que sólo se despliega en la Doctrina punto más profundo de la unidad y de la disyunción de momentos de la
de la ciencia. La creación y la esencia de este nuevo mundo consiste en división, que son materialiter diferentes, hemos dicho que sin duda sólo
la anulación del acto originario de la disyunción, como acto inmediato; y es un punto de vista más profundo de este principio superior, aunque no
en la intelección del principio de este acto originario, como principio hayamos podido probar todavía esta afirmación.
material de sus determinaciones y como principio formal de su existencia Volveré a presentar por tercera vez esta unidad que ya hemos
en general. 2. Acabo de mostrar aquí, con más rigor que antes, y a partir construido dos veces ante ustedes. Por ello, sólo recordaré que ahí se ha
de un centro único, la esencia de la forma científica acabada de la revelado un principio absoluto de separación –que no es de ningún modo
Doctrina de la ciencia. Esta forma científica culmina finalmente en la A, ni el punto de disyunción indicado arriba, porque estos son los
intelección de la unidad de los fundamentos de división: en ser y principiados de la separación absoluta y desaparecen en cuanto se mira al
pensamiento como una sola y misma cosa y (como diré aún) en sensible principio; se trata del acto vivo y absoluto de separación tal como existe
y suprasensible como una sola y misma cosa. El que ha comprendido esto en nosotros. En este punto esencial, destinado a desviar para siempre
–como ha sido comprendido hasta ahora, es decir, simplemente como una nuestros ojos de la facticidad y a introducirlos en el mundo del concepto
forma vacía– y lo fija en su mente, éste apenas puede engañarse en el uso puro, insistiré en lo que dije, esperando hacerlo más claro. [138]
real que hará ulteriormente de esta forma. 3. Quisiera ahora ayudar su Esperamos que nadie admitirá que su acto de pensar la diferencia entre A
memoria y facilitar la reproducción ulterior y la repetición de mi y el punto se base en una diferencia original en estas cosas mismas e
enseñanza; dije en la lección precedente que nuestra exposición procede independiente del pensamiento; o si se ha dejado arrastrar a admitirlo por
y procederá durante mucho tiempo poniendo en primer lugar algo en una el hecho de que el proceso ascendente anterior tenía un carácter fáctico –
evidencia fáctica, para luego elevarnos hasta la intelección genética de por el cual hemos debido comenzar evidentemente–, abandonará
esta cosa a partir de su principio. Así precisamente hemos procedido en seguramente este pensamiento, si considera que por medio de A y el
la discusión que acabamos de cerrar. Desde la segunda lección habíamos punto sólo piensa la unidad que, según él mismo, debe ser absolutamente
desarrollado históricamente, partiendo de la propia afirmación [137] de una y excluir en sí misma cualquier separación. El mismo declarará,
KANT, la inseparabilidad de los dos fundamentos de división que pues, que la separación no está absolutamente fundada en la cosa misma,
conocemos, y habíamos admitido la verdad fáctica de esta afirmación. pero que no puede pensar ésta nada más que por medio de la separación.
Ahora vamos a elevarnos no precisamente a la intelección genética del Entonces erigirá expresamente su pensamiento, como pensamiento <en
principio de esta misma inseparabilidad (porque de hecho incluso no sí, por sí, mediante sí>, en principio de la separación; pero en lo que
conocemos todavía esta misma inseparabilidad, ni sus miembros, puesto concierne a la cosa misma, abandonará y anulará el valor y los efectos de
que todo lo hemos planteado y aceptado sólo provisionalmente), sino a la estos productos de su pensamiento. El pensamiento mismo, realizado de
intelección genética de lo que tendría que ser la forma de este principio, manera viva <en el pensamiento y como pensamiento>, es el principio de

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hemos elevado constantemente a una génesis superior hasta que nos


hemos perdido completamente en ella. plano que el ser y el pensamiento, puesto que se extiende a los dos, y que
se la considere como una distinción interior a la realidad misma. Sin duda
La caracterizamos de la siguiente forma: el modo de pensar idealista esto último contradice nuestra intelección anterior; es, pues, ciertamente
se puso por su mero ser en el punto de vista de la reflexión, lo erigió falso. Este nuevo fundamento de disyunción debería entonces residir sin
absolutamente justo por sí mismo en absoluto, y su desarrollo ulterior duda en una determinación del concepto, todavía desconocida hasta
consistió tan sólo en una génesis de lo que era ya sin ninguna otra ahora o no examinada aún suficientemente; y ese concepto, en cuanto tal,
génesis, a no ser su propia génesis absoluta. Este modo de pensar era, tiene también que ser concebible; no debe, pues, hacer creer aquí ninguna
pues, fáctico en su, raíz; y no por relación a algo situado fuera de él nueva inconcebibilidad. Pero si esta determinación del concepto es
(como lo es por ejemplo el principio supremo de KANT), sino por concebida, entonces podrá también derivarse de ella, de una manera
relación [181] a sí mismo. Con solo ponerse, todo lo demás se deriva también concebible, todo lo que hay en ella. Cualesquiera que sean las
naturalmente de él; y por encima de esta su <auto>posición absoluta no diferenciaciones que puedan sobrevenir a la realidad-en-manifestación,
admite justificación ulterior. Pues bien, lo mismo quiere hacer la forma ahora y siempre (D E J G H); es claro de una vez por todas y a priori que
de pensar realista. Esta hace plenamente abstracción de la facticidad de ellas son S – P + C + L; son diferenciaciones de una misma cosa,
su pensar y presupone el mero contenido de éste como lo único válido y eternamente idéntica a sí misma y diferenciada solamente en C; y por
absolutamente verdadero; y anula luego –en verdad de manera tanto, la realidad –a la cual pueda referirse una verdadera filosofía,
completamente consecuente– cualquier otra verdad que no esté ahí puesto que todo lo que es verdadero debe aparecer en ella, mientras que
comprendida o que –y este es el caso precisamente aquí– la contradiga. la falsedad y la ilusión deben ser rechazadas– no solamente será aquí
Pero este quedar en el contenido es un factum absoluto que se hace perfectamente derivada y hecha comprensible, sino que será también
absolutamente (precisamente sin intentar ya rendir cuenta de sí mismo), a descompuesta y analizada a priori en todas sus partes posibles. Y digo
la manera del factum del idealismo. Los dos puntos de vista son, pues, “en sus partes”, excluyendo de ahí L (=luz), porque ésta no es de hecho
fácticos en su raíz; e incluso abstrayendo completamente de que cada una parte, sino la esencia una y verdadera. También es ahora claro hasta
uno, tomado aisladamente, suprima al otro, llevan en sí mismos –en su dónde van la derivación y la reconstrucción del saber real en la Doctrina
facticidad precisamente– el signo de su ineptitud para ser el más alto de la ciencia : la intelección puede inteligirse, el concepto puede
principio de la Doctrina de la ciencia. Tal es el punto culminante del concebirse; éste va tan lejos como aquella. El concepto encuentra su
conflicto entre estos dos miembros que es preciso unificar absolutamente; límite; se concibe él mismo como limitado, y su perfecto concebirse es
y yo formularía aún la descripción siguiente: se trata del conflicto entre O precisamente la concepción de su límite. El límite que seguramente nadie
y C, o entre la forma y el contenido, o entre la forma existencial externa atravesará (sin necesidad de ruegos o de órdenes) se encuentra ahora
y la interna, o (en la conferencia anterior) entre la esencia y la existencia. reconocido; y más allá de él está la luz una, únicamente viva: nos envía,
Parece que tuviéramos la disyunción absoluta; su unificación promete pues, fuera de sí, a la vida o a la experiencia, pero de ningún modo al
traer la unidad absoluta y, con ello, la solución radical de nuestra tarea. miserable montón de manifestaciones fútiles y vanas, a las que nunca se
Hoy haremos todavía algunas consideraciones provisionales acerca de les ha participado el honor de existir, sino a aquella experiencia que
esta solución para prepararnos, de manera radical, a la unidad más alta; y contiene sólo lo nuevo, a una vida divina. [153]
son provisionales porque avanzaremos libremente en ellas sólo para
alcanzar el punto central.
En primer lugar debe estar claro <–solo recordémoslo aquí–> que la
solución de nuestra tarea no puede hallarse por combinación, por
desplazamiento, etc., de lo ya conocido. Con relación a nuestros fines
inmediatos, todo lo precedente sólo consiste en preparar y agudizar
nuestro espíritu para la intelección más alta; y si lo precedente debe
significar algo más, entonces esta significación sólo puede darse por
deducción a partir del principio más alto. Tenemos ahora que suscitar

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

[EL ELEMENTO FUNDAMENTAL. REALISMO E IDEALISMO]


energía de la reflexión y de que la erigía en principio, se pudo llamar
punto de vista idealista (conforme a la terminología que conocemos por
haberla provisionalmente elegido y explicado), en caso de que otro punto
Conferencia IX: [La síntesis suprema de realidad originaria y con- de vista fuera posible.
cepto originario] Este otro punto de vista de esta misma intelección básica era, sin
embargo, posible de la manera siguiente –lo que consituía nuestra tercera
parte–: la presupuesta vida en sí debe ser pura y simplemente en sí; así es
En las tres conferencias siguientes voy a emprender una investigación inteligida. En este “en sí” se reabsorbe todo ser y toda vida, y no puede
más profunda que en las conferencias precedentes. Por consiguiente, esta haber nada fuera de él. Hemos observado que la condición subjetiva de
investigación intenta montarse alrededor de un punto central fijo, y a este punto de vista y de esta intelección consistía en abandonar la
partir de él lograr para nuestra ciencia un hilo conductor permanente, y obstinación de atenerse solamente al principio del idealismo, a la energía
esto aún antes de que poseamos este hilo conductor. –Ahora bien, para de la reflexión, a su intuición, y de entregarse pacientemente, por el
evitar las desviaciones, importa mucho que nos atengamos a lo que ha contrario, a esta intelección opuesta. Tal es el punto de vista realista.
sido provisionalmente conseguido; por tanto: Añadiré aún que estén ustedes sobre aviso respecto de un [180]
1. Según la forma, es decir, en relación a las materias que malentendido del cual no he encontrado ciertamente huella en sus
investigamos y al modo como las tratamos, vemos que nos encontramos discusiones sobre el tema, pero que en general se cae en él muy
ya efectivamente en la Doctrina de la ciencia y más allá de los fácilmente, como es por otra parte el caso del público filosófico que, casi
prolegómenos: porque ya hemos generado en nosotros real y sin excepción, mantiene este malentendido respecto de la Doctrina de la
efectivamente intelecciones (tal como os lo recordé al principio de la ciencia impresa. No confundan en absoluto este idealismo y este
lección anterior), las cuales nos han introducido en el mundo realismo con los artificiales de los sistemas filosóficos, a los que la
completamente nuevo y propio de la Doctrina de la ciencia, el cual se Doctrina de la ciencia querría oponerse así: ahora que hemos entrado en
halla por encima de toda evidencia fáctica, en cuyo ámbito permanecen el ámbito de la ciencia misma, no se trata de hacer una crítica de los
siempre los prolegómenos. Sin darnos cuenta, hemos salido de los sistemas; sino que se trata del idealismo y del realismo naturales que se
prolegómenos y penetrado en la Doctrina de la ciencia; este paso se ha manifiestan, al menos en sus expresiones y en sus manifestaciones
producido de la manera siguiente: tuvimos que explicar con ejemplos el derivadas, al nivel de nuestro saber habitual y sin añadir nosotros nada
método de la Doctrina de la ciencia; y nos servimos nada menos que del conscientemente: y aunque los dos sean inteligidos ciertamente en este
ejemplo originario, de la cosa misma, pues considerando el estado de mi bajo nivel y a partir de sus principios, podrían muy bien no aparecer más
auditorio vi que ello era posible. Pero dejemos de lado su carácter de que en la filosofía y en particular en la Doctrina de la ciencia. La
simple ejemplo y tomémoslo en serio y por la cosa misma; estamos intención de esta última es precisamente derivarlos como disyunciones y
entonces en la ciencia. Este paso, que antes se operó tácitamente, se partes del saber ordinario, completamente naturales y espontáneas.
opera ahora con todo conocimiento de causa, declarado por nosotros. Nuestra cuarta parte consistía en determinar más exactamente la
2. De este modo, en la penúltima lección, nos manteníamos en: C - L - esencia y el carácter fundamental de estos dos puntos de vista. Como lo
S. a (a = nuestra intelección de ello). La imagen, poniendo un imaginado, habíamos hecho desde el principio, nos elevamos por encima de los dos
e inversamente. <Sucesión y consecuencia:> unidos ambos en la unidad puntos de vista –en los cuales no nos quedamos empalizados, porque
de la luz. podíamos ir del uno al otro–, arrancando de su facticidad hacia la génesis
Así pues, aquella relación de C –L –S constituye radicalmente lo esencial de ambos, partiendo de sus principios relativos y recíprocos. Puede
de toda luz, sin excepción; esta <relación constituye> la modificación concluirse que, en esta cuarta parte, vivimos y fuimos una intelección, la
sine qua non. Esto nos indica en general muy bien la dirección, pero no cual fue también su génesis, de la misma manera que estos mismos
nos permite aún conocer nada en especial. Se trataba sólo de los principios fueron la génesis de la primera intelección, en la que ambos se
prolegómenos de esta investigación. reunían. Así, conforme a la ley fundamental de nuestra ciencia, nos

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia XII: [El realismo superior y la génesis del en sí]


También se ha logrado ya aquí una preciosa indicación acerca de un
punto muy importante, tratado no sin dificultad más arriba en su forma
En el último Conversatorium se pudo ver que, entre los allí reunidos, vacía. [154] El saber debía separarse, de una sola vez, en dos fundamentos
los que se expresaron sobre el tema no solamente me han seguido muy diferentes de división: “unidad S –P” y “unidad x, y, z”. Veamos aquí que
bien hasta en las profundas investigaciones últimamente desarrolladas, la luz, en sí eternamente una e idéntica a sí misma, no se escinde en sí,
sino que también, y esto es muy importante, se ha generado en ellos un sino en su intelección; y en tanto que es inteligida se escinde en aquella
punto de vista abarcador del espíritu interno y del método externo de la multiplicidad que entonces podría ser x, y, z: la luz que, en sí y en su
ciencia en que estamos empeñados aquí. Presupongo consecuentemente eterna identidad independiente de su intelección (al menos en el sentido
que, con mayor razón, ocurre lo mismo con todos los demás que no se profundo en que la hemos establecido), se escinde en ser y pensamiento.
han expresado. Prescindo de todo lo que no se me ha comunicado en Como la luz es siempre sólo en su intelección <C~>, ésta opera, pues, la
público y no dudo en continuar la investigación con el rigor y la disyunción; y asimismo la luz no es nada en sí, sin dividirse en sí misma
profundidad que hemos desplegado ya desde el principio. [179] en ser y pensamiento; pero la disyunción en dos fundamentos de
disyunción es un acto absolutamente único e indisociable. Es necesario
Repetiré brevemente sus cuatro partes. quedarse ahí; y esta proposición, cualesquiera que sean las determi-
Primera parte: Generación de una intelección cuyo contenido podía naciones que debiera recibir aún, como es en sí verdadera y permanece
involucrar muchos elementos genéticos, pero que ciertamente en su raíz verdadera, es preciso no abandonarla nunca. (Si tenemos precisamente
sólo podía ser fáctica, porque si no fuera así no habríamos podido puntos últimos fijos en las variaciones de esta investigación, podremos
elevarnos más alto. “Si debe llegarse efectivamente a una mediación, seguir sin confundimos los rodeos más diversos de ésta, y orientarnos en
entonces se tiene que presuponer, como condición de posibilidad, una ella, puesto que existe fijo este punto al que todo se conecta; en el caso
vida interior, independiente en sí de la mediación y fundada en sí contrario, no tardaríamos en confundirnos).
misma”. Pero en lo que se refiere al concepto, que no reside ni en la luz (como
Segunda parte principal: Esta intelección generada en nosotros fue el imaginado para el concepto), ni en la intelección (como imagen), sino
objetivada por nosotros mismos de nuevo, con el fin de analizarla y de solamente entre las dos, hemos inteligido que su forma es en sí una
considerarla en su forma; nuestro inicial propósito <(todo esto en su simple intermediación1, sin ninguna consecuencia exterior, es decir, sin
conjunto era la segunda parte)> era, pues, inteligir que nuestro concepto antecedens ni consequens, pues ambas, al igual que todas las relaciones
de una mediación real1 <–concepto que parecía libremente generado–> o, variables que puedan tener, se dan sólo a partir de la realización viva de
más exactamente –puesto que todo dependía de que el concepto fuera este concepto. Presuponemos aquí esta intelección, presentada –si no me
enérgico y vivo–, la vida interior de este concepto, es el principio de la equivoco– en la claridad más alta, y nos contentamos con recordarla. Si
intelección enérgica en que estamos inmersos, de una vida que está más quisiera añadir ahora algo para clarificarla más, sólo podría decir esto: el
allá; y esta vida que subsiste en sí misma, ha sido intuida en esta concepto (en tanto que es relación absoluta del imaginado a la imagen2, e
intelección; por lo tanto, esta vida es el principio de la intuición y de la inversamente, y por el hecho de que sólo es esta relación) es indiferente
vida en la intuición; esta última vida no necesita darse en modo alguno a que el imaginado deba ser la luz que existe para sí, y a que la imagen
fuera de la intuición, y su determinación, como vida en sí y para sí deba ser imagen de ésta; [155] imaginado e imagen le bastan, simplemente
misma, carece de valor en sí: ella puede explicarse perfectamente a partir como tales; además, su esencia interna, presupuesta como existente
de la simple forma de la intuición, en la medida en que proyecta algo que absolutamente para sí, es indiferente incluso a imaginado e imagen; esta
subsiste para sí, es decir, en la forma existencial externa. <Sería en esencia interna obviamente es sólo una simple intermediación. Se ha
general intelección de la primera intelección a partir de su principio, o encontrado fácticamente que esta intermediación, precisamente como
sea, génesis de la misma; en ella, pues, nos absorberíamos de nuevo.> existente, se patentiza en el imaginado y en la imagen. Lo cual nos
Esta manera de considerar la intuición, en virtud de que procedía de la autoriza a decir entonces, por una parte, que esta intermediación tiene

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que ser patente o hacerse existente, y, por otra parte –en caso de ser así–,
que ella tiene entonces que construirse en imagen e imaginado, y que no Podemos indicar previamente y de manera aproximada cómo será
puede construirse de infinitas maneras distintas, por y bajo otras con- preciso concebir el fin de este conflicto. Todas las declaraciones
diciones. Por esta consideración, precisamente en un sistema de cono- anteriores de la Doctrina de la ciencia, indican una preferencia por el
cimiento genético, perdemos los términos inferiores y su fundamento de punto de vista realista; y la legitimidad de esta preferencia se apoya, entre
disyunción. Por otra parte, si se nos quiere conceder este punto, ¿quién otras cosas, en el hecho de que el idealismo hace imposible incluso el ser
nos autoriza a aceptar que el imaginado sólo puede ser la luz y que, por del opuesto <como ser>, y es por tanto resueltamente unilateral. En
consiguiente, la imagen que se dará en el concepto debe necesariamente cambio, el realismo deja intacto al menos el ser de su opuesto; hace de él
llevar la luz como su imaginado y, por la mediación de éste, el otro solamente un ser inconcebible, descubriendo así –a pesar de que antes lo
fundamento de división?: así, en un sistema que no se contenta con la considerara como mérito– su ineptitud para constituir el principio de la
evidencia fáctica y que suprime todo lo que no es inteligido ge- Doctrina de la ciencia, en la cual todo tiene que ser concebido de manera
néticamente como necesario, perdemos también la segunda mitad. genética. Es posible que la prueba desarrollada más arriba en nombre del
realismo –a saber, que “no se puede llegar a una intuición alienante de la
Este resultado se produce, como tenía que producirse seguramente, tan vida absoluta”– estribe simplemente en un malentendido, de suerte que
pronto como nos ponemos a pensar seriamente. Si ponemos el concepto, ella sólo debería decir y demostrar esto: “es imposible llegar a una
la absoluta intermediación, como una esencia sustantiva, existente para intuición semejante, válida por sí y fundada en sí misma”; esta
sí, entonces desaparece todo ante nosotros, excepto él, y no vemos proposición permitiría aún muy bien una proposición intermediaria:
ninguna posibilidad de salir de él; es exactamente lo que nos ha ocurrido “podría muy bien llegarse a esta intuición e incluso tendría que llegarse a
antes, cuando pusimos así la luz. Es natural. El ser sustantivo1 anula todo ella, bajo cierta condición, en tanto que simple [178] fenómeno no fundado
ser fuera de sí. Dondequiera que puedas poner un ser semejante, del en sí mismo”. Podría ser quizá que la intelección de esta proposición
mismo modo tendrá en todas partes este efecto fundado en su forma. intermediaria ofreciera el punto de vista propio de la Doctrina de la
Este procedimiento nos da exactamente la tarea de nuestro ulterior ciencia y reuniera verdaderamente el idealismo y el realismo; resultaría
procedimiento; yo deseo que aprendamos aquí anticipadamente a conocer de ahí entonces que la intuición, como pura intuición (lo que más arriba
este procedimiento en su unidad; sólo entonces [156] no nos llamábamos la raíz de nosotros mismos), sería la primera manifestación1
descarriaremos con las distintas formas y variaciones que pudiera tomar y el fundamento de todas las demás manifestaciones; esta proposición no
en la marcha; sólo entonces, en toda forma o variación posible sería, pues, en absoluto un error, sino una verdad correcta, al dejar a la
reconoceremos fácilmente tal o cual modificación particular del único y intuición valer a título de manifestación en todas sus modificaciones,
mismo procedimiento y también la naturaleza de esta modificación y su inteligidas también como necesarias. Mas, por el contrario, la apariencia
procedencia. La conexión genética2, cuya interrupción se ha patentizado, y el error llegan cuando se toma la manifestación por la esencia misma;
debe ser restablecida. Pero esto no puede hacerse por una introducción de esta apariencia y este error proceden necesariamente de la falta de verdad
nuevos miembros que llenaran así los vacíos. Porque, ¡de dónde y, por consiguiente, pueden ser incluso derivados como necesarios en sus
podríamos obtenerlos! Incluso no podemos añadir con el pensamiento grados y en sus formas a partir de la presuposición de esta falta. Yo no sé
algo allí donde no hay nada. Así pues, la conexión genética que falta si se han inventado o se ha pensado inventar dispositivos que midan la
ahora tiene que encontrarse en los mismos miembros presentes; frente de las personas para tomar, según su cabeza, la medida de sus
simplemente no los hemos considerado todavía como es preciso, o sea, capacidades intelectuales. Pero la Doctrina de la ciencia podría presumir
no los hemos considerado aún de una manera completamente genética, de poseer un patrón espiritual similar, si un patrón semejante pudiera
sino en parte sólo de una manera fáctica. He dicho: “en los miembros solamente aplicarse. La regla es siempre la siguiente: basta que me digas
presentes”; por tanto, si sólo quisiéramos por este camino alcanzar exactamente todo lo que no sabes y todo lo que no concibes, y yo podría
nuestro fin, importaría poco partir de tal o cual miembro presente. Si uno indicarte muy exactamente a priori todos los errores y quimeras en las
que crees; y esto se confirmaría seguramente.
1
Alles selbständige Sein.
2
Genetische Zusammenhang. 1
Erscheinung.

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verdad en sí se revelaba en la vida absoluta; y a la vez se puede inteligir


que sólo podía revelarse en ella. Porque la vida es, como ella, lo que se sólo de ellos fuera penetrado por nosotros hasta la vida generatriz1 que
funda en sí mismo, lo que se mantiene y se soporta a sí mismo; la verdad existe en él, tendría que aparecer en nosotros el raudal de luz que separa
es, pues, en sí y por sí misma sólo su imagen; e inversamente, sólo una y une al mismo tiempo todo. Pero nos importa además tomar el camino
imagen de la vida da la verdad tal como la hemos descrito. Desde luego, más corto; es, pues, muy natural que debamos atenernos a lo que se nos
la imagen1 sólo sobreviene por mediación de la verdad y como fundada ha manifestado anteriormente como lo más inmediato de todo y en lo
por ésta misma. –Nuestra situación es, pues, poco más o menos la misma cual hemos puesto alternativamente lo absoluto; a saber: en la luz y en el
de antes: estamos entre la imagen de la vida y la vida en sí, de las cuales concepto2; porque precisamente a propósito de ellos nos encontramos en
llegamos a inteligir que en su contenido –que el realismo considera como la duda de saber cuál de los dos es el verdadero absoluto. Si penetramos
lo único válido– son perfectamente idénticas, y sólo difieren en la forma los dos de manera tal que cada uno se revele como el principio del otro,
–que el realismo precisamente margina–. entonces está claro: a) Que captamos por tanto en cada miembro, pero de
manera mediata, el principio de disyunción que existe a la vez
V inmediatamente en el otro; <(observen la pizarra,)> b) Que, por el hecho
C I S2 de que generamos nuestra ciencia partiendo de los dos miembros,
Pero es notable que I –que se mantiene y soporta a sí mismo– debe ser obtenemos sin embargo un principio de unidad y de disyunción, común a
únicamente en la verdad como verdad: en I lo primero se manifiesta de los dos miembros y superior a ellos en su esencia. Por esto, ambos,
nuevo como perfectamente idéntico al pensamiento; y lo segundo como establecidos hasta ahora como absolutos, pierden su absolutividad en sí y
idéntico al ser, en virtud de su carácter interno. Podemos concluir que si guardan solamente una absolutividad relativa. Así, nuestro conocimiento
nos movemos en el realismo y partimos de él, bastaría obligarle a –es decir, el de la Doctrina de la ciencia en gestación– se eleva a partir
elucidar la suposición fundamental que le es propia para llegar a un punto de ellos, como presupuestos absolutos; y según su forma externa esto
de vista tan semejante al idealismo, que incluso podría muy bien serlo. sería una [157] síntesis post factum. Esta elevación es, en su misma esencia
Sin extendernos más sobre esta última indicación, que puede ser interior, de carácter genético; y no se trata simplemente –como decía
introducida solamente para llamar la atención sobre lo que ha de seguir, KANT, y como decimos provisionalmente nosotros mismos– de que tiene
me contentaré con dar un resumen completo de la lección de hoy con la que haber3 aún una unidad superior, sino de que esta misma unidad es
siguiente consideración: tanto el idealismo como el realismo se fundaban construida en su esencia interna; sólo así es esta elevación una síntesis
en [177] una presuposición; y estas dos presuposiciones, en su facticidad y genética4. Pero, por otra parte, la Doctrina de la ciencia que es genética
en virtud de que aquí se daba una y allí se daba otra, se fundaban en una en su principio, que penetra la unidad superior y que está penetrada por
máxima interna que era sin ninguna duda una máxima del sujeto ella, que es por tanto idéntica a ella, desciende hacia la multiplicidad.
pensante. Por tanto, ambas descansan en una raíz fáctica, lo que es menos <Entonces es unidad o Doctrina de la ciencia lo que es completamente lo
notable en el caso del idealismo –que establece la facticidad– que en el mismo>, lo que es al mismo tiempo sintético y analítico, o sea,
caso del realismo –cuyo efecto y contenido niega y refuta lo que él verdaderamente vivo y genético. Nuestra tarea estriba en encontrar la
mismo es en el fondo–. Ambos son igualmente posibles, tal como lo unidad de L y de C5, según el procedimiento que acabamos de indicar de
hemos visto, y si sólo se les concede su punto de partida, son igualmente modo breve y preciso; y este encuentro es la unidad a la que se reducirá
consecuentes en su desarrollo; uno niega al otro por el mismo todo nuestro procedimiento. <Las modificaciones y los múltiples giros de
procedimiento: el idealismo absoluto anula la posibilidad del ser del este procedimiento se basan en la previa necesidad que tenemos de
realismo; el realismo la posibilidad del ser conceptivo y de la derivación. penetrar genéticamente mediante L a C; y de nuevo, mediante C a L, y
Claramente este conflicto, que es un conflicto de máximas, sólo puede por lo tanto penetrarlos como deben ser penetrados; es decir, se basan en
ser suprimido por el establecimiento de una ley de las mismas máximas;
por tanto, debemos informarnos sobre esta ley. 1
Erzeugenden Leben.
2
Licht und Begriff.
3
1
Bild. Es müsse... sein.
4
2
Explicación de los signos: V = Vida; C = Concepto; I = Imagen; S = Ser. Genetische Synthesis.
5
Luz y Concepto (Licht und Begriff).

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

el cambio continuo del punto de vista y en el ser arrojados el uno en el


otro>. absoluto1; porque es ahí seguramente donde podría encontrarse nuestra
raíz y lo que hasta aquí ha sido considerado como tal. El que se anule en
No quiero aquí disimular que esto tiene dificultad y exige en particular este punto no debe esperar una regeneración desde algo relativo, finito y
gran atención; por el contrario, lo digo expresamente. Y no obstante, creo limitado. A esta anulación llegamos no por una falta de pensamiento y de
estar convencido de que no puede descarriarse el que sólo posea una energía, como ocurre habitualmente, sino por el pensamiento más alto, el
intelección1 efectiva de todo lo que hemos establecido hasta aquí, y que pensamiento de la vida inmanente y absoluta y por la apropiación de la
fije el esquema anterior y la unidad del procedimiento recién descubierto, máxima de la razón, de la génesis, o de la mediación absoluta; este
para orientarse de vez en cuando refiriéndose a él. Pero éste es el único pensamiento niega aquí su aplicabilidad y se anula así por sí mismo.
asunto verdaderamente difícil en nuestra ciencia. En cuanto a la otra <Todo queda absorbido en lo uno = O.>
parte de la derivación, que lleva a disyunciones mediatas y secundarias,
es –para el que ha triunfado en el primer asunto– una operación fácil y Este razonamiento que acabamos de desarrollar y de caracterizar
breve, aunque revista carácter monstruoso y absurdo a los ojos del que no detalladamente es el razonamiento realista. En él no hay en absoluto ni
sabe nada de la primera. Porque esta segunda parte –según se comprende serie ni multiplicidad, sino la pura unidad.
de lo anterior, pero lo digo también para abundar en ello– se ocupa ¡Es necesario que los sitúe de nuevo dentro del núcleo de conexiones
precisamente en derivar absolutamente todas las modificaciones posibles inteligibles! Aquí se contraponen entre sí los dos miembros más altos de
de la realidad-en-manifestación2. Sólo se extrañará sobre esto el que esté disyunción, la vida interna y externa de la vida y también la forma
aprisionado en la evidencia fáctica, porque es la única dificultad que le es existencial inmanente y emanente, separadas por un abismo infran-
accesible y visible. Pero esta derivación (de la multiplicidad que tiene la queable y por la contradicción que hemos inteligido efectivamente. Si
realidad-en-manifestación) sólo es lo que podría llamarse una ocurrencia queremos pensarlas unificadas, podemos entonces decir que están
genial, que sólo puede apelar a la genialidad y al sentimiento de la unificadas precisamente por este abismo y esta misma contradicción.
verdad, del lector o del oyente, pero que nunca puede justificarse ante la Permítasenos ahora destacar, como antes con el punto de vista
razón rigurosa, si no posee ni indica su propio principio. [158] Ahora el idealista, el espíritu interno y el carácter del punto de vista realista que
verdadero trabajo podría ser muy bien encontrar y explicitar este acabamos de realizar. Es obvio que el punto de vista completo parte de la
principio. Una vez que se llega a poseerlo, debe ser igual de fácil máxima siguiente: no reflexionar en modo alguno sobre el proceso
aplicarlo; y –como aquí se encuentran la claridad y la determinación más fáctico de nuestro pensar e inteligir y sobre la manifestación de la
perfectas– debe ser sin duda incluso más fácil hacer esta aplicación que intelección en el alma; sino dejar valer únicamente el contenido de esta
aplicar simplemente principios; y, llegado el caso, podría uno contentarse intelección, y sólo el contenido; así, en otros términos: no considerar la
con haber mostrado esta aplicación a propósito de algunos ejemplos. Yo forma existencial externa del pensamiento en nosotros, sino solamente su
arreglaría gustosamente esto de una vez para siempre y lo llevaría ahora forma existencial interna. Poníamos una verdad absoluta que se revelaba
incluso a casos determinados: la derivación del tiempo y del espacio como contenido del pensamiento, sólo la cual podía ser verdad. E igual
(donde se fatiga la filosofía kantiana y donde muchos kantianos quedan que antes, nos ocurrió [176] lo que suponíamos y deseábamos; puesto que
por toda su vida enzarzados como si se tratara de la verdadera sabiduría), únicamente el contenido interior debía valer, entonces era también el
o la derivación del mundo corpóreo y de sus diferentes grados de único que valía realmente, y anulaba todo lo que no residía en sí. Hecho
organización, o la del mundo del entendimiento, considerado en sus por nosotros de modo genético, é1 era genético. Basta de generalidades.
conceptos generales, o la del mundo de la razón, con sus ideas morales y Describamos ahora con mayor precisión esta verdad interior absoluta que
religiosas, o incluso la del mundo de las inteligencias; pero estas el realismo presupone en su espíritu interno propiamente dicho. No creo
derivaciones no presentan ninguna dificultad y no constituyen de ninguna que pueda darse a este respecto una descripción más precisa –que sin
manera la pieza maestra de la filosofía; porque todo esto y todo lo que embargo es indispensable– que la siguiente: esta verdad en sí se
podría aún añadirse, no posee de hecho y en verdad ninguna existencia; manifiesta como una imagen totalmente viva, determinada e inmutable,
que se mantiene y se soporta a sí misma en esta inmutabilidad. Pero esta
1
Alles selbständige Sein.
2
Erscheinenden Realität. 1
Intuition des Absoluten.

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y a no pensar en nada más, hallaremos entonces que esta vida es captada


por nosotros sólo en la intuición. esto es sencillamente una manifestación1, que se puede concebir con sólo
concebir primero su no-existencia: manifestación de lo único verda-
De paso les hablaré de la obstinación del idealismo: pues cuando eramente existente. Quizás haya alguno que hasta aquí inocentemente
alguien ha conseguido laboriosamente esa postura, no está dispuesto a creyera, por ejemplo, en la existencia de los cuerpos (o sea, en verdad la
salir de ella; y contra esta obstinación, como se trata de un absoluto, no de la nada que se presenta como nada); o en el mejor de los casos, en la
puede hacerse nada mediante una prueba racional, pues ésta sólo cede existencia de almas (es decir, en verdad de fantasmas); y que haya
ante la emergencia de lo absoluto originario. Entre otras cosas, también llevado a cabo quizás profundas investigaciones sobre la unión del
se ha creído que esta obstinación idealista pertenecía al fantasma de la cuerpo y del alma, o sobre la inmortalidad final. (Con el fin de que este
Doctrina de la ciencia que vaga entre el público alemán, aunque no se último punto no refuerce en nada la incredulidad y no ofenda a la
haya podido formular claramente esta acusación; REINHOLD, por creencia, añado en seguida que la Doctrina de la ciencia no puede
ejemplo, lo hace diariamente; y esto es así porque se desconoce la establecer nada sobre la inmortalidad del alma, porque para ella no hay ni
verdadera Doctrina de la ciencia. Las cosas ocurren de modo que el no alma, ni muerte o mortalidad y, por tanto, tampoco inmortalidad;
filósofo o el medio filósofo se olvida de sí mismo o de la intuición solamente hay vida, la cual eternamente es en sí misma, y lo que es en la
absoluta, o bien porque no la ha conocido nunca, o bien, si ha tenido vida es tan eterno como ésta; por tanto, la Doctrina de la ciencia
ocasión de conocerla, porque de vez en cuando la olvida de nuevo. El mantiene, pues, como Jesús, que: “el que cree en mí no muere jamás,
idealista parcial, que la conoce y se adhiere a ella firmemente, no la deja sino que le es dado tener la vida en sí mismo”). –Pero sigamos adelante:
nunca escapar, porque no conoce nada más alto. el que hasta aquí ha creído una cosa semejante y se ha habituado a tales
Y vuelvo a mi propósito inicial. Por el reconocimiento de la vida cuestiones filosóficas requiere [159] sin duda de una Doctrina de la ciencia
absolutamente inmanente <–tal como están las cosas y si se capta el otro que se exprese poco más o menos como la nuestra, que se comprometa
punto de vista de modo unilateral–>, la intuición se encuentra anulada en con él en este punto y que lo libere del error, aunque fuera por una simple
lo que se refiere a su explicabilidad genética, y dentro de un sistema de deducción de lo que él creía hasta aquí como la realidad. Así ha
puro conocimiento genético. Porque si la vida inmanente está encerrada procedido KANT, por ejemplo, pero de nada nos ha servido; y de hecho
en sí misma, y si absolutamente toda realidad está incluida en ella, no podía ayudarnos porque no es radical. La Doctrina de la ciencia, que
entonces no se puede inteligir cómo debe llegarse a una intuición que procede según un método riguroso y por el camino más corto, se
objetiva y aliena esta vida; pero se puede incluso inteligir que jamás comporta con ellos mejor de lo que desean. Ella no corta las ramas
puede llegarse a una intuición semejante. Y esta última intelección no se particulares del error –porque de un trabajo semejante fácilmente puede
puede inteligir de nuevo en su facticidad, sino que justamente sólo puede resultar, entre otras cosas, que mientras se corta por un lado crezcan las
ser de suyo realizada; es la intelección absoluta que se absorbe en sí ramas alegremente por otro–, sino que, por el contrario, desea cortar la
misma. Uno puede persistir, pues, en su obstinación de atenerse raíz principal de todas estas ramas. Sólo pide antes que se tenga paciencia
únicamente a la conciencia inmediata de esa intuición1, pero esto no nos y que no se preste demasiada atención a los fenómenos particulares de la
ayuda en nada; pues de ningún modo se discute esta conciencia en su enfermedad, porque no desea curar estos fenómenos; solamente cuando
facticidad. Se afirma solamente [175] y se prueba que esta conciencia es no el hombre entero sane desde su interior, desaparecerán por sí mismos
sólo inconcebible sino incluso concebible como imposible. Se niega que estos fenómenos particulares.
la expresión que se hace de sí misma sea la verdad, pero no se niega en Esta indicación del propio punto de vista y de la unidad de nuestro
absoluto que sea una apariencia vacía. próximo procedimiento, la conexión de nuestra próxima tarea –que debe
Indico de paso que ahí se encuentra el lugar donde la anulación2 de ser considerada como una primera parte– con tareas ulteriores –que se
nosotros mismos se realiza en su raíz, es decir, en la intuición de lo pueden considerar como la segunda parte–, todo esto era lo que debía ser
hoy elaborado en nosotros; y refiriéndose a esto, pueden ustedes
considerar todo lo anterior como la condición de una clara intelección de
1
lo de hoy. En lo que se refiere a la intelección material relativa al objeto
Unmittelbaren Bewusstsein jener Intuition.
2
Vernichtung. 1
Erscheinung.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

de nuestra investigación, no hemos obtenido aún nada por este camino;


incluso se ha dejado de lado un punto muy importante de esta intelección, manera siguiente: dada la intuición de una vida originaria y absoluta,
descubierto ayer incidentalmente y aliud agendo, puesto que no per- ¿cómo y en virtud de qué principio surge? Reconstruyo o concibo este
tenecía a nuestro fin; pero mañana volveremos sobre este punto, ser en su devenir; [173] así es efectivamente como ha ocurrido esto; y se
precisamente en la perspectiva que hoy hemos anunciado claramente. deriva correctamente la vida interna de la razón, que es una mediación
<(Esto sólo sea expuesto un poco)>. En lo que se refiere a la forma de viva, como el principio genético de este ser. Entonces, el carácter
nuestra investigación, hemos obtenido una panorámica general y una fundamental del punto de vista ideal estriba en presuponer un ser, y esta
orientación capaz de protegernos contra todo descarrío venidero. presuposición es sólo problemática, es decir, absolutamente fundada en sí
Provisionalmente el esquema sigue siendo válido; no debe sufrir ningún misma; <este ser es captado externamente y en la forma existencial
cambio arbitrario, [160] sino solamente un cambio justificado por la emanente:> y es muy natural que, en la derivación genética, este punto de
ampliación de nuestra intelección. vista vuelva a encontrar como absoluto este mismo ser del que presupone
su carácter absoluto; y esto, por el hecho mismo de que el punto de vista
Para indicar, a modo de conclusión, a los oyentes deseosos de repetir ideal no intenta de ningún modo anularse, sino sólo producirse
nuestras consideraciones, los lugares donde en nuestro recorrido anterior genéticamente. Así pues, la máxima de la forma existencial externa es el
volverán a encontrar todo esto, y así ponerlos en situación de examinar la principio y el espíritu característico del punto de vista idealista.
Doctrina de la ciencia en todas las facetas que un estudio repetido Realizando este punto de vista, la razón –de la que conocemos ya muy
permite ver, añadiré que lo que aquí significa concepto se expresaba, en bien su carácter de mediación viva– se hace absoluta; y digo que se hace
la primera conferencia, por la esencia interna del saber; si aquí se trata de en la génesis, puesto que lo es ya en la presuposición dada. La razón
la luz, allí del ser formal de la luz: la primera es puramente inteligible, el absoluta, como absoluta, es, pues, mediación = forma existencial externa.
segundo es intuitivo; porque es claro que la esencia interna del saber sólo Precisamente en esta mediación, en donde se permanece simplemente, se
puede ser expresada en el concepto, y precisamente en un concepto muestran el ser presupuesto y el ser absoluto como internamente fijos,
originario; a su vez, este concepto, como intelección en sí mismo, pone quietos, muertos; en la problematicidad de este ser se muestra la vida
de nuevo intelección o luz. Queda claro, pues, que esta tarea, cuya interior de la razón, por otra parte ya puesta. Sólo voy a añadir –y esto es
fórmula presente es “encontrar la unidad de C y L”, es la misma tarea que claro en sí mismo– que el punto de vista idealista, por el hecho de que
expresamos antes en la proposición siguiente: “la esencia del saber no es presupone un ser fáctico, no se absorbe puramente en la génesis: por
sin su ser, y viceversa”, o “no hay intelección sin intuición1, y viceversa”; tanto, no es el verdadero punto de vista de la Doctrina de la ciencia. Esto
una vez inteligido esto, entonces la disyunción existente entre los se aclararía también por medio de otra expresión: en el punto de vista
términos debía convertirse en una misma cosa en la unidad de la idealista, la razón es o vive como razón absoluta. Pero si ella vive sólo
intelección. Recuerden que nos hemos ocupado de esta intelección como razón absoluta (en la imagen de este “como”); entonces no vive
durante bastante tiempo, y que volvía bajo formas y relaciones diferentes, absolutamente; su vida o su absolutividad está justamente mediatizada
pero siempre según una regla sintética. Ciertamente es imposible que sea por una mediación superior y en este punto de vista aquélla no es más
aquí de otro modo; ya entonces se indicaba esto y yo lo tenía presente que el posterius de esta. Aquí hemos hecho una crítica rigurosa y
cuando hablaba antes de rodeos y modificaciones diversas de un único y penetrante del punto de vista idealista; y tiene tanta importancia hacerla
mismo procedimiento. La diferencia y, a mi parecer, la superioridad del porque los principiantes fácilmente tienden a quedar trabados en este
presente recorrido con relación al anterior consiste, pues, en que desde el punto de vista, ya que su facultad especulativa ha encontrado ahí por
principio e incluso antes de meternos en un aparente laberinto, tenemos primera vez la ocasión de desarrollarse.
conocimiento de la unidad espiritual de nuestras diferentes consi-
deraciones futuras. Esperemos –y esta esperanza no concierne pro- Invirtamos ahora la cuestión y mirémosla por su otra cara. Si se debe
piamente a mi saber particular, ni a mi aptitud para exponerlo, sino a la llegar a la existencia de la mediación, entonces se presupone una vida
capacidad de la asamblea para seguir esta exposición–, esperemos, digo, absoluta, fundada en sí misma. [174] Esta vida es, pues, el verdadero
que podamos exponer pronto un principio ordenador de estos diversos absoluto, y en ella se absorbe interiormente todo ser. Por ahí es
claramente anulada la intuición misma; no precisamente de modo fáctico;
1
porque si nos dedicamos simplemente a permanecer en estado de energía
Intelligiren nicht ohne Intuition.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

concepto es aquí antecedens, el prius absoluto respecto al ser-puesto


problemático de la existencia de la mediación: y esta última es sólo rodeos, lo que podría facilitar aún más nuestro trabajo. Y entonces no
expresión del concepto: es por el concepto; y por eso el concepto, como sería difícil a esta parte de nuestra asamblea reconocer en [161] lo que
concepto, se acredita como mediación interior1 y absoluta. Valga esto ahora expresamos así lo que ya hemos dicho más arriba de otra manera, e
para el primer punto. inversamente; y al liberarlos de estas dobles palabras mías se liberarán en
general de mis palabras, porque en sí mismas no significan nada en
En esta vitalidad que le es propia, [172] el concepto se transforma en absoluto, y sería preferible que no existieran, si pudiera una exposición
intelección que se hace a sí misma simplemente –intelección de la pasarse sin ellas; así podrán construir ustedes mismos la intelección1 en
presuposición necesaria de una vida en sí y por sí–. En el proceso su propio espíritu, libres de toda fórmula y ejerciendo su propia agilidad
ascendente puedo, pues, decir que el concepto absoluto es el principio de en todas direcciones.
la intelección o de la intuición y ésta de la vida en sí tal como es
precisamente en la intuición. <Digo ascendente; justamente se trata de la Como todavía nos queda tiempo, añadiré aún una observación, aunque
serie ideal en la perpendicularidad, conocida históricamente, la cual debe no pertenezca a lo esencial, pues concierne solamente a un pequeño
ser aquí conocida genéticamente. Es decir, cuando se considera más número de los aquí reunidos: sólo se puede exponer y comunicar de
profundamente la propia situación de esta serie.> Se manifiesta que es manera adecuada lo que se posee, bajo la única condición de poseerlo (y
muy posible pensar la existencia de una mediación de un modo débil y de poseerlo verdaderamente, como propiedad nuestra), con esa misma
superficial, sin que surja la intelección de una vida absoluta que es libertad que hay en la forma de recibirlo. Sólo el espíritu viviente
preciso suponer. Por esto hay que poner toda nuestra energía y nuestra encuentra espíritus vivientes, instantáneamente, en la proximidad del
vitalidad en pensar esta existencia. Pero debo decir (y por otra parte es encuentro; pero no la forma transmitida de mano en mano o la forma
claro sin más), que en esa debilidad la mediación no es en absoluto sofocada durante mucho tiempo. Si yo hubiera tenido que hacer esta
pensada tal como debe serlo aquí: como un principio genético; porque si exposición de la Doctrina de la ciencia, al igual que la precedente,
fuera pensada así, entonces lo que debe hacerse patente se habría delante de esta misma asamblea de personas, que desde hace mucho
patentizado. Por consiguiente, el verdadero centro, el prius propiamente tiempo conocerían la Doctrina de la ciencia (que no habrían requerido
ideal no es ya el concepto, sino la vida interna, cuyo posterius es sólo el sobre este asunto ninguna otra enseñanza y cuya intención al oír las
concepto. Y la “exigencia” no es, como se dijo más arriba, el exponente lecciones hubiera sido simplemente el formarse más con vistas a exponer
supremo de la sustantividad de la razón, sino que la manifestación de la ellos mismos oralmente esta filosofía), entonces, pienso que poco más o
energía interna es este exponente supremo (¡cuando os conmino a pensar menos hubiera tenido que tomar un camino tan diferente como el que
con energía, en el fondo os conmino a ser originariamente racionales!); y tomo ahora; y hubiera tenido que dar a estos futuros profesores de
la “exigencia” problemática es de nuevo exponente de este exponente: el filosofía aproximadamente los mismos consejos –acerca del sentido de
principio de la intuición no es el concepto <(y por medio de éste, etc.)>, esta diferencia– que acabo de dar a los que entre ustedes se encuentran en
como antes se dijo, sino la vida interna de la razón, que sólo es este caso.
inmediatamente, pero no se manifiesta; esta vida se manifiesta como
energía (y obviamente, esta energía es de nuevo la expresión de una
mediación inmanente en sí misma); y repito que sólo esta vida interior es
al mismo tiempo y de una vez el principio del concepto y de la intuición,
etc. –es, pues, el principio absoluto de todo–. Esta sería, digo, una
argumentación idealista.
Después de haber procedido de esta manera se nos permitirá elevarnos
más, con el fin de aprender a conocer el espíritu propio y la raíz de este
tipo de argumentación. Si pensamos atentamente, se hace sin más patente
que hubiéramos podido formular nuestro procedimiento completo de la
1
Inneres Durch. 1
Einsicht.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia X: [Desde la realidad originaria a la unidad absoluta]


Esto lo inteligimos1 nosotros, <como espero>. ¿Qué hay, pues, en esta
intelección2? Es claro que la intelección formada en la posición de una
Nuestra próxima tarea se encuentra ahora claramente definida: se trata existencia de la mediación, así como la cuestión de la posibilidad de esta
de inteligir L como el principio genético de C, e inversamente, o sea, de existencia, llevan consigo la vida, precisamente en una imagen3 y en el
encontrar la unidad y la disyunción de ambos. (Me permito hacer aún, a concepto4. En esta intelección, la misma vida es, pues, captada en la
este respecto, una observación incidental: ¿Quién de ustedes, antes de forma de una mediación5, es decir, solamente de manera mediata6. La
estudiar la Doctrina de la ciencia, conocía L o C, no en general y misma explicación de la mediación es también una mediación. La
confusamente <–pues incluso cualquier filosofía distingue entre una primera pone sus miembros a la vez; y ella es precisamente puesta en la
representación inmediata de un objeto real y un concepto que intelección, o sea, por la mediación explicativa en tanto que la pone de
ordinariamente se hace un concepto abstracto–>, sino verdaderamente L una vez <: serie horizontal
y C, [162] con la pureza y simplicidad con que se han presentado aquí? a
axb
Sobre éstos se va a ocupar nuestra tarea. Con la solución de esta tarea, se La primera en el mismo respecto –y en lo que se refiere a la
acaba en lo esencial la Doctrina de la ciencia. Esta responde, pues, a una significación interna, <al sentido y> al contenido– no pone sus miembros
cuestión que en primer lugar ella misma tiene que suscitar, resuelve una de una sola vez; pero la vida debe ser la condición, y la existencia de la
duda que ella misma tiene que plantear; nadie debería, pues, extrañarse mediación lo condicionado. Así pues, la primera mediación en el
de que entre el punto de vista ordinario y el de la Doctrina de la ciencia concepto en tanto que concepto, en verdad y en sí, debe ser el
no haya un puente, y que sea en la Doctrina de la ciencia donde deba antecedens, y la segunda el consequens <–serie perpendicular–>, las dos,
aprenderse por primera vez todo lo que ella es). Desde el lunes poseemos visibles solamente en su relación recíproca, y solamente puede
ya algunos elementos para solucionar esta tarea; los repetiremos aquí distinguírselas en esta relación.
brevemente, con el fin de asegurarnos de su posesión.
El centro de todo es el concepto. <Re-construir es aquí en cierto modo
Es claro que, tal como se patentizó en una evidencia fáctica, la luz se pre-construir.> El concepto construye una mediación viva, y esto de una
dio en una doble relación: por una parte, como luz interiormente viva en manera problemática. Si esta debe ser, entonces de ello resulta la
sí misma, y por esta vida interior que le es propia debía escindirse en existencia de la vida. Es inmediatamente claro <–y les conmino a
concepto y en ser; por otra parte, como una intelección exterior, reconocer e inteligir esto–> que una “exigencia”7 problemática no se
libremente generada, de modo que objetivaba esta luz con su vida funda en ninguna existencia; sólo es en el concepto y desaparece si éste
interior. Atengámonos al primer aspecto: ¿qué es lo que hace aquí que la desaparece. Y así, en esta “exigencia” el concepto se anuncia como
vida interior sea interior? Obviamente ella no es la vida exterior. Pero se existiendo puramente en sí, y como creador y conservador desde sí
hace exterior en la intelección. De aquí se sigue inmediatamente algo que mismo, por sí mismo, a través de sí mismo8. La “exigencia” es
significa lo mismo: la luz llega a ser vida interior estando fuera de toda precisamente la expresión inmediata de su sustantividad; pero si su forma
intelección1, inaccesible a la intelección y negando la intelecci en este y su esencia interiores son sustantivas, entonces también es sustantivo su
respecto. Por tanto, se da una vida interna absoluta de la luz, que está contenido. Así pues, la existencia de una mediación se anuncia aquí
sólo en esa misma vida, y no de otro modo; de aquí que sólo se la pueda como una existencia verdaderamente absoluta y a priori, de ningún modo
alcanzar <inmediatamente> en la vida misma, pero no en cualquier otra fundada a su vez en otra existencia real anterior a ella. Por tanto, el
parte. Dije que aquí reside lo que hay de propiamente real en el saber.
Aunque <–y esto nos lleva más adelante–> nosotros mismos hemos 1
Einsehen.
hablado de esta vida interior (entonces y ahora), ¿la hemos concebido en 2
Einsicht.
verdad? ¡Oh sí! ¿Y cómo? En tanto que absolutamente inaccesible a la 3
Bilde.
intelección; así pues, sólo la hemos concebido y determinado nega- 4
Begriffe.
tivamente. Es imposible concebirla de otro modo: el concepto que 5
Durch.
6
Mittelbar.
7
1
Einsicht. Soll.
8
Aus sich, von sich, durch sich.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia XI: [La genetización idealista y realista de la verdad]


obtuvimos de la realidad, el del contenido material e interior del saber,
etc., sólo es, pues, la negación de la intelección y procede solamente de
Ayer pude establecer, en algunos rasgos rápidos, la esencia y el ella. Y no basta con reconocerlo francamente; una filosofía que
contenido completo de la Doctrina de la ciencia. Perder el tiempo en un comprende su verdadero alcance debe también inculcarlo cuidado-
buen momento es ganarlo; por eso, hoy deseo consagrar mi conferencia – samente. En su verdad, no es ciertamente una [163] negación, sino la
al contrario de lo que proyectaba al principio– a añadir aún a esta breve posición más alta, y esta posición es también ciertamente un concepto;
descripción otras consideraciones. Porque es cierto que cuanto más pero tornada así, no la concebimos tampoco en su verdad, si no tenemos
seguros estemos previamente sobre la forma, tanto más fácil nos será y somos esta vida interior. Espero que este punto –al que sin duda alguna
elaborar realmente el contenido en esta forma. <Comencemos hoy la vamos a atenernos– se asegure y fije en nosotros. No dejemos escapar
discusión inmediatamente por el punto más difícil e intentemos penetrar tampoco el nervus probandi propiamente dicho: la luz vive
en su espíritu profundo.> absolutamente en dos modos, el interior y el exterior: el exterior en la
intelección, el interior de ningún modo en la intelección, ni para ella,
C = mediación1; es ahí donde se encuentra la disyunción2. Volvamos a sino rechazándola. Así, nuestro sistema está protegido del mayor defecto
nuestra expresión: “si C sólo puede ser llevado a la vida con esta que pueda reprocharse con toda razón a un sistema filosófico y a casi
mediación, entonces a pesar de toda esta disposición a la vida sólo tiene todos los sistemas sin excepción, a saber: la vacuidad.
en sí mismo la muerte”. Convendrá reflexionar más sobre esta expresión,
puesto que la mediación puede estar en ella y con ella más claramente Acaba de derivarse la realidad, como verdadera realidad efectiva. En
comprendida de lo que nunca lo ha estado. Como resulta de lo adelante nadie confundirá esta realidad con S (la objetividad); éste último
precedente, esta mediación constituye también el objeto fundamental de se encuentra encerrado en sí, muerto, y por esto, existe para sí, reposa en
toda nuestra investigación. sí; la primera sólo es con la vida, y la vida sólo es con ella, y así ella sólo
puede vivir. De este modo, nuestro sistema está preservado de la muerte
“Se produce efectivamente una mediación”, “se realiza una –la cual termina por pudrir siempre en algún punto las raíces de todos los
mediación”, “una mediación es existente”: lo que esto significa es sin sistemas sin excepción–, porque nuestro sistema ha hecho de la misma
duda inmediatamente claro. Creo además que a cualquiera que piense vida su propia raíz. Hemos inteligido e inculcado, en fin, que esta
atentamente sobre la posibilidad de esta existencia se le hará patente que, realidad –en virtud de que luz y vida son simplemente una misma cosa,
según su forma, implica además de esta simple mediación, algo distinto <y de que la intelección por cuya negación esa realidad se hace realidad,
todavía; <(esto es cosa de intuición) a saber:> en la mediación sólo se es también una>–: es también una unidad absoluta y eternamente idéntica
encuentra la dualidad formal de los miembros; si hay que llegar a una a sí misma. Nuestro sistema ha adquirido por esto una unidad fija, e
realización de la mediación, entonces es preciso que entre ambos incluso se ha asegurado contra el reproche de que aún quedaría en su raíz
miembros se realice un paso del uno al otro, o sea, se requiere una unidad una dualidad.
viva para esta dualidad. Es, por tanto, claro que la vida, como vida, no
puede consistir en la mediación, aunque la forma que la vida toma aquí Afirmo, pues, que la intelección1 se anula absolutamente en la luz
como paso de un miembro al otro consiste en la mediación: del mismo viva2. Pero nosotros consideramos e inteligimos la disyunción en C y S.
modo que en general la vida es simplemente por sí misma, y que no Por consiguiente, esta disyunción, que hasta ahora atribuíamos a la luz
puede tomarse de la muerte. Resultado: la existencia de una mediación interior en sí, no es preciso atribuírsela ya, sino solamente a la intelección
presupone una vida original que, en sí, [171] no está fundada en la que es su sustituto, o al concepto originario de la luz. El concepto se
mediación, sino radicalmente en sí misma. <Este sería el primer punto. eleva, la luz verdadera se retira = O. Negación absoluta del concepto, la
Quedará a x b más aclarado.> cual para la Doctrina de la ciencia –que tiene su esencia en el concepto–
podría muy bien quedar eternamente = O, y que llega a ser posición
solamente en la vida.

1
Durch. 1
2
Disjunktion. Einsicht.
2
Lebendigen Lichte.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

(Añadiré aquí dos observaciones, concernientes al arte y al método


filosófico. medio del concepto puramente negativo de la realidad1. Ahora bien, si es
inseparable de la vida y si la vida vive en mediación, entonces vive como
1. Aquí rechazamos, pues, un error en el que hemos fluctuado hasta realidad absoluta; pero, por el hecho de que es en mediación, vive
ahora. ¿Cómo hemos llegado a este error, es decir, [164] a la proposición justamente en la mediación y como mediación. Reflexionemos en las
que suprimimos ahora como errónea? Recordemos el proceso seguido. consecuencias que habría si la realidad una, absoluta y que sólo puede
La luz no puede residir en A (la unidad de S y de P), ni en el punto de vivirse inmediatamente, entrara en la forma de la mediación absoluta2.
disyunción, sino en la unidad de los dos; es lo que hemos inteligido Yo pensaría que esta realidad nunca puede ser captada de ninguna
inmediatamente bajo la acción mecánica de una ley racional, o sea, manera, sin que le surja un antecedens a lo que ha sido captado, y por el
fácticamente: éste era nuestro primer paso importante. En un segundo cual éste debe ser; y como él mismo es captado sólo como mediación, le
paso, nos elevábamos más, hasta captar la ley general de este dato; lo surgirá un consequens, que a su vez debe ser por ése; y se pensaría que
cual naturalmente sólo podía ser tomado así: en una intelección que se inevitablemente debe ser así en toda captación de la realidad.
impone inmediatamente, se anula una disyunción como disyunción Brevemente: la conocida divisibilidad infinita surge, en la absoluta
válida en sí, y se pone absolutamente una unidad no susceptible de continuidad, como el fenómeno fundamental de todo nuestro saber; en
ulterior descripción. Así pues, ¿qué haríamos en definitiva? Podíamos una palabra, lo que la Doctrina de la ciencia llama cuantitabilidad surge
renunciar al carácter determinado de los miembros de la disyunción (A y como una forma inseparable de la manifestación de la realidad3.
punto) y también al carácter determinado de la unidad y de la
disyunción, y poner pura y simplemente la unidad que existe para sí –la En este último y corto período de mi discurso, acabo de condensar el
posibilidad de este procedimiento podía ciertamente despertar extrañeza contenido total de la Doctrina de la ciencia. Quien lo ha captado y quien
y suscitar una cuestión–. Pero fuera de esto, no haríamos efectivamente lo ha inteligido como necesario –las premisas y condiciones de esta
nada nuevo, pues solo captaríamos históricamente la regla de este dato, evidencia están ya dadas completamente–, éste no tiene nada nuevo que
dejándonos siempre llevar por él, sin apoyarnos nunca en el enunciado aprender aquí; sólo puede mediante análisis aclarar más lo ya inteligido.
[170]
verbal, en caso de que este dato llegara a desaparecer. Por consiguiente, El que aún no lo ha inteligido, al menos se encuentra bien preparado
nuestra segunda intelección, a pesar del carácter genético que parece para una futura intelección. Tanto para el uno como para el otro reservo
darle el primer ingrediente señalado, tenía no obstante, en el segundo la continuación de mañana.
ingrediente, un carácter meramente fáctico. Y entonces ya tenemos ahí,
en el propio punto capital, una confirmación de lo que ayer indicábamos
como fundamento de la conexión interrumpida entre los dos términos de
la disyunción, a saber: que nuestra intelección completa aún no debía ser
una intelección puramente genética, sino también parcialmente fáctica.
<Y volviendo a lo dicho,> a esta intelección –dada en el caso concreto y
dirigida, mediante el segundo paso, por su regla general–, hemos
llamado, pues, la luz pura, absoluta1, atendiendo sólo a que se daba
inmediatamente en su contenido, sin ninguna premisa o condición;
mientras que en su forma quedaba fáctica y condicionada precisamente
por la realización en el caso concreto que precedía. Que no debía
detenerse aquí, podíamos concluirlo ya de lo que sigue: aunque la
disyunción del [165] concepto en A y punto fue marginada por carecer de
valor, sin embargo, quedó una nueva disyunción en lo que debía ser el
mismo absoluto, en cuanto que anula y pone al mismo tiempo, haciendo
lo primero por su ser formal y lo segundo por su esencia ~. Pero ninguna
1
Relatität.
2
1
Reines, absolutes Licht. Absoluten Durch.
3
Erscheinung der Realität.

116
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

de mediatez1 (de pasar del uno al otro, aunque solo se pueda poner en
movimiento una vez), está muerta en sí misma, precisamente porque no disyunción puede ser absoluta y simplemente fáctica, pues tiene que
tiene en sí un fundamento de movimiento? ¿Qué ocurriría si hacerse genética, por su mismo carácter de disyunción; porque abso-
precisamente la vida interior de la luz absoluta =O fuera su vida? Ello lutamente la disyunción es genética en su raíz. (Semejantes obser-
permitiría <(y les ruego atención)>, en primer lugar, derivar la mediación vaciones, como las que hemos hecho, no aportan nada más sobre la cosa,
misma <–y entonces perdería su absolutividad pretendida todavía aquí–> pero aumentan enormemente en ella la libertad de la autoposesión y de la
a partir de la luz, por el silogismo siguiente: si se debe llegar a una reproducción; y facilitan extraordinariamente la comprensión de lo que
exteriorización –a una existencia externa de la vida inmanente, como vida sigue). Resultado: puesto que lo que hemos aceptado en primer lugar se
inmanente–, ello sólo es posible en una mediación absolutamente exis- fundaba aún particularmente en la intelección fáctica, hemos tenido que
tente. ~Pero tiene que llegarse a semejante exteriorización nece- abandonarlo.
sariamente, porque la mediación absoluta, es decir, el concepto original, Por otra parte: ¿Cómo hemos llegado a esta intelección de abandonar
o la razón, existe absolutamente, tal como cada cual puede en verdad <la disyunción de A y punto> y cómo hemos llegado a aquello superior
encontrarlo sólo en sí mismo. Además, ¿qué ocurriría si justamente esta por el que la hemos abandonado? Si se acuerdan, se debe llegar por la
mediación viva (viva ciertamente en virtud de una vida extraña, pero no distinción –dada ciertamente sólo en la evidencia fáctica– entre dos
obstante viva), como unidad de la mediación, se escindiera precisamente modos de ser y de vivir la luz: el interno y el externo; y se debe llegar
en [169] pensamiento y ser, es decir, en sí misma, y en la fuente original de ciertamente por la intelección genética de este modo externo, o por la
su vida? Esta escisión, como escisión de la mediación persistente como cuestión de saber cómo podemos llegar a algo absolutamente interior,
mediación, sería radical, por idéntica razón, y sería inseparable de la como interior; así pues, elevando hasta el punto de vista genético aquello
mediación y de su vida. ¿Qué ocurriría si la mediación, como mediación, que precisamente sólo era pensado más arriba de una manera débil y
no estuviera ya inmediatamente obstaculizada en su esencia, sino que fáctica. De todos modos, se encontró antes –como es obvio y cada uno lo
fuera a su vez un poder de objetivación y de derivación de esta esencia?; recordará– que esta disyunción completa entre el interior y el exterior
como esto es lo que acabamos de hacer nosotros mismos, debemos estriba sólo en el punto de vista fáctico. <(De paso observaré que, incluso
saberlo bien. Esta objetivación y esta derivación podrían muy bien en la presente investigación, la facticidad eliminada en un lado se
producirse también según la ley de la mediación, puesto que en su raíz y encuentra en el otro, y que no la habremos extirpado de cuajo hasta que
fundamento no es más que una mediación. ¿Qué ocurriría, si en esta quede resuelta la tarea que traemos entre manos).> Para el oyente que
deducción y derivación, hubiera entonces una escisión conforme al repita la Doctrina de la ciencia añadiré aún que la diferencia hecha aquí
segundo modo indicado? <Además, ya que sólo puede ser una mediación entre la vida interna y la vida externa de la luz es la misma que, en el
por medio de una mediación, o sea, ya que su propio ser, como primer curso, fue tan importante y significativa, como diferencia entre la
mediación, sólo puede ser mediado, ¿qué ocurriría si la primera forma existencial inmanente y emanente.
modalidad de ser, con exclusión de un cierto modo de la segunda, no 2. C y L son sólo conceptos: el primero no es más que disyunción en
fuera en manera alguna posible, que por tanto la primera escisión no general, en lo uno; esta disyunción no puede en adelante justificarse por
fuera sin un cierto modo de la segunda, y viceversa? sí misma: es decir, sus miembros, desde el punto de vista en que estamos
Como esta mediación es nuestra propia esencia interna y como la aquí, son precisamente sólo dos miembros, sin ninguna otra diferencia. L
mediación se absorbe totalmente en una mediación, entonces en cambio no es una disyunción en general, sino una disyunción
absolutamente todo lo que está fundado en estos miembros se puede determinada en ser y <concepto,> al menos como principio de la
perfectamente concebir y derivar.> Ahora bien, en todos estos “¿qué disyunción en general, [166] tiene un contenido interior permanente, al
ocurriría?” que acabo de realizar, he considerado siempre O como vida; igual que S, como principio de la unidad. Sus miembros de disyunción no
pero no es meramente esto la naturaleza de O, el cual está son, pues, solamente dos miembros en general; tienen además una
inseparablemente unido a la vida, y ha sido considerado por nosotros por diferencia interna. Desde nuestro punto de vista, L no está, pues, aún
anulado, y a partir de este punto de vista no hay que anularlo. Si tuviera
no obstante que llegar a ser anulado, –como se comprende a priori
1
Durchheit.
<porque además de no poder llegar a O, en donde a decir verdad ya no
hay disyunción alguna,> quedaríamos prendidos en una síntesis post
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factum– entonces sería necesario emplear medios completamente di-


ferentes de los que disponemos actualmente. Este punto que acaba de ser concepto, que es su sustituto. Todas las disyunciones vienen ahora a un
repetido e integrado bajo todos sus aspectos en nuestro sistema, y del que único y mismo concepto, y este concepto debería, pues, dar muy
dije ayer que él mismo es una parte del procedimiento que tendremos que fácilmente el momento de la disyunción, como único e idéntico en sí
aplicar para resolver nuestra próxima e inmediata tarea, vamos a eternamente, que incluso no aparece en la manifestación original, sino
caracterizarlo igualmente con relación a esta tarea: es preciso reducir C y solamente en la manifestación inferior, en la manifestación como
L a la unidad, tal como eran antes de entrar en este punto. Esto deberá manifestación1 –en tanto que se presenta como un doble–).
hacerse penetrando C de una manera tan rigurosa que sea inteligido Pero retrocedamos. El espíritu de nuestra tarea, en el punto en donde
como principio genético de L, y viceversa. Se ha dejado, pues, a nuestro estábamos, consistía en inteligir L como el principio genético de C, y
arbitrio, o quizás a nuestro arte de filosofar –que no puede de todos viceversa. Lo hemos intentado partiendo de L; este ensayo ha tenido las
modos rendir cuentas de su máxima antes de haberla aplicado– el consecuencias descritas hace poco, y la cosa no está como antes, sino
cuidado de decidir por cuál de los dos miembros debemos comenzar. En como lo enseña nuestro esquema. El espíritu de nuestra tarea es el
el punto que acaba de explicarse, hemos comenzado por L, tal como se mismo, cualquiera que sea el cambio de punto de vista, precisamente
presentó entonces la cosa; y de este L ha surgido, de manera genética, el porque es espíritu. Consiste en inteligir L a través de C, y a la inversa.
concepto, puesto que el mismo L se ha transformado en el concepto, Nuestro verdadero L es ahora =O, y está claro que es inabordable ya de
<como parece.> ~O dicho con más precisión: nuestra propia manera inmediata, porque L anula toda intelección. Nuestra primera
consideración, no visible entonces –vivida por nosotros mismos, en tanto búsqueda habría, pues, agotado este primer camino. Sólo nos queda
que absorbidos en ella–, acerca de la antes válida L, se ha escindido en sí atenernos a C y buscar si, por ahí, podríamos determinar mejor no a O –
misma, y en esta escisión ha anulado L en lo siguiente: porque éste queda eternamente inmutable e indeterminable– sino <a L>
O como el dato más alto que somos y vivimos ahora. [168] Así pues, una
nueva distinción sistemática, la determinación a partir de C, sería la
C
segunda parte de nuestro procedimiento actual.
Ha generado, pues, a partir de sí misma los dos miembros, tal como se
presentan ahora. Observen bien aquí que este cambio de punto de vista Voy a darles en seguida indicaciones provisionales sobre esto y a
no es de ningún modo un simple cambio de la palabra y del signo, sino prepararlos así para la lección de mañana haciéndola preceder de una
un verdadero cambio real; porque lo que anteriormente había aquí, bien visión de conjunto aproximada.
sea llamado L o C, luz o concepto, debía ser lo absoluto [167] –lo que es Por nuestra investigación anterior hemos conocido que el concepto, en
un enunciado real– y debía escindirse en P y S –lo que igualmente es un su esencia interior y absolutamente inmutable, consiste en una
enunciado real– y ambos reunidos integraban una proposición sintética mediación2. De todos modos, aunque el contenido de esta intelección no
definidora de lo absoluto. En cuanto a la esencia de esta proposición –que había sido fácticamente, sino puramente inteligido, la intelección misma
es absolutamente independiente de los signos y de las expresiones en que poseía una base fáctica, a saber: la construcción de la imagen y del
se ha realizado y representado– está contradicha por la proposición que imaginado3, así como la indiferencia de consecuencia entre ambos. Pero
se opone a ella realiter: el principio de la disyunción en ser y permítasenos servirnos provisionalmente de este carácter fundamental
pensamiento no es el principio absoluto, sino un principio subordinado del concepto, si sólo por este uso llegamos a anular su origen fáctico.
(como se puede nombrar y caracterizar este principio subordinado); pero Aunque se tome con poca energía una mediación, se ve sin más que esta
estos dos términos no están separados en el absoluto. última se revela como un principio de disyunción. Pero sería preciso
De aquí se sigue inmediatamente otra rectificación, no tanto de repetir siempre la misma cuestión planteada más arriba en las mismas
nuestro punto de vista actual como de la manera en que nos expresarnos. circunstancias: ¿Cómo puede llegar a vivir esta mediación si, a pesar de
Debía haber dos fundamentos de disyunción diferentes, que ciertamente toda la aptitud para vivir de que está dotada, justamente por su carácter
debían unificarse de nuevo en una unidad, pero que siempre se han
mantenido muy lejos el uno del otro como dos principios fundamentales 1
tan diferentes como los dados hasta ahora, a saber: la luz en sí y el Erscheinung als Erscheinung.
2
Ein Durch.
3
Des Bildes und Abgebildetes.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

no cabe justificación alguna, donde por consiguiente hay vacío y


oscuridad en el punto medio entre la proiectio y el proiectum; es esto lo algo completamente nuevo, es decir, en relación al punto de vista arriba
que yo expresaba de manera un poco escolástica pero, pensaba yo, muy expuesto: en alguna parte de nosotros mismos ha quedado ciertamente
significativa, hablando de proiectio per hiatum irrationalem. algo [182] fáctico y concreto. Tenemos que buscarlo y penetrarlo
genéticamente. Nuestra regla es, pues, buscar este elemento fáctico. Los
Importa que una vez más llame la atención de ustedes sobre este dos puntos de vista en los que sucesivamente nos hemos ido absorbiendo
punto, tanto para ahora como para todos sus estudios y puntos de vista últimamente contienen sin duda lo más alto, o sea, lo que nosotros
futuros sobre la filosofía: <si> mi actual exposición de la Doctrina de la mismos (la Doctrina de la ciencia ) somos hasta ahora; hemos mostrado
ciencia ha sido hasta ahora más clara que todas mis anteriores sus principios fácticos. Uno de ambos tendría que hacerse genéticamente.
exposiciones sobre la misma Ciencia, y se debe de mantener plenamente Queda por saber cuál de los dos.
en este grado de claridad; y si esta exposición debe haber conseguido un
nuevo provecho para la clara intelección del sistema, la razón [211] de esto El principio del idealismo –si uno quiere establecerse en él– es
se encuentra únicamente en el establecimiento sin trabas de la máxima reconocido como absolutamente irrefutable. El realismo, empero,
siguiente: la conciencia inmediata no debe tener en general ningún valor, censura esto como una obstinación idealista y una máxima errónea, que
y, precisamente por ello, tampoco vale nunca en su forma original de él rechaza sin más. Niega, pues, el principio y así no puede en absoluto
proiectio per hiatum. Es cierto que la esencia de esta verdad ha dominado razonar con el idealismo. Por su parte, el idealismo hace imposible a su
todas las exposiciones posibles de la Doctrina de la ciencia, desde la vez toda entrada en escena del realismo; lo ignora completamente, de
primera indicación que hice sobre ella en una Recensión del Enesidemo suerte que no tiene nada contra él, como si no existiera para él. Pero
en Allgemeine Literatur-Zeitung (1794); porque esta máxima es obviamente el realismo se considera superior, precisamente por negar el
absolutamente idéntica a la de la génesis absoluta; si no se tolera nada principio idealista y por su propio nacimiento a partir de esta negación;
que no sea inteligido genéticamente, entonces tampoco se tolera además guarda aún, justamente por esta negación, una relación negativa
precisamente la proiectio per hiatum, puesto que su esencia consiste con el idealismo, mientras que éste, por el contrario, extirpa incluso la
justamente en la no-génesis. Pero si no se ha prestado expresamente posibilidad de esta relación. Tenemos, pues, que escuchar al realismo,
atención a que esta no-génesis –que es preciso mantener aparte por un haciendo por el momento abstracción completa del idealismo; y por el
acto de puro inteligir genético– permanece siempre fácticamente en ese hecho de que, como hemos dicho, no queremos reconocerle un valor
camino de la conciencia –conciencia inevitable precisamente en todas absoluto, sino rectificarlo; y como no podemos combatirlo a partir del
nuestras investigaciones, por tanto en la misma Doctrina de la ciencia –; idealismo, tenemos que combatirlo a partir de él mismo y sorprenderlo en
entonces uno se fatiga y se atormenta intentando eliminar esta apariencia, contradicción consigo mismo. Precisamente por esta contradicción, que
como si pudiera ser eliminada; y el único camino que queda aún para suscitaría en é1 una disyunción, su principio fáctico llegaría a ser
penetrar en todo caso en la verdad es el que consiste en dividir la genético, y por esta génesis llegaría quizás a ser principio simultáneo de
apariencia y en anularla, particularmente en la primera parte, en el acto un idealismo y de un realismo superiores. La primera exigencia, que
de puro inteligir genético; mientras tanto, en esta operación se desplaza consistía en encontrar el principio fáctico genetizable, quedaría resuelta.
fácticamente la apariencia a la otra parte que la anulación alcanzará Captemos, pues, el realismo en su fuerza. Su punctum probans era el
ulteriormente; luego, la primera parte servirá allí nuevamente de soporte en-sí e interior-a-sí de la vida; ahora nos atenemos solamente a este
de la apariencia. La Doctrina de la ciencia ha seguido este camino hasta carácter y, haciendo esto, podemos prescindir de la vida. Partiendo de
ahora, y obviamente es el mismo camino que conduce también al fin, este en-sí, el realismo concluía en la anulación de todo lo que está fuera
aunque con mayor dificultad. Pero si previamente se sabe de dónde del en-sí. [183]
proviene la no-génesis y que nunca es válida aunque no se pueda ¿Cómo realiza, pues, ahora el realismo este en-sí? Construyámoslo
<separar>, entonces no se la combatirá en modo alguno, sino que se la como él, pensando enérgicamente el en-sí. Les ruego insistentemente que
dejará establecerse tranquilamente: simplemente no será tomada en consideren esto por sí mismos y lo intelijan inmediatamente como
consideración y se la separará del resultado. Y solo así es posible lograr verdadero. Digo que la única significación del en-sí es <que él no es lo
el acceso a la unidad, no de manera meramente mediata, deduciendo el construido> y que niega todo lo construido, todo construir y toda
constructibilidad. Considérenlo bien; cuando dicen: así es en-sí,
simplemente en-sí; entonces dicen: es totalmente independiente de mi
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

decir y pensar, de todo decir y pensar e intuir, de todo lo que fuera del
en-sí puede llevar un nombre. Dirán entonces que tienen que explicarse a ésta en principio, lo que tendría por consecuencia que todo lo demás
así el en-sí, en caso de que quieran explicárselo, y ninguna otra fuera suprimido: lo último sería un realismo. Ambos se fundan en
explicación correspondería al en-sí. Resultado: sólo puede describirse el <máximas>: el primero en la de dejar valer el factum de la reflexión, y
en-sí como el anulador de toda acción de pensarlo. nada más; el segundo en la de dejar valer el contenido del principio
patentizado, y nada más; por eso mismo ambos son en el fondo fácticos,
Primera observación sorprendente. En la lección anterior realizamos puesto que hasta el contenido de la evidencia, que sólo debe valer para el
en nosotros el realismo al nivel de la evidencia fáctica, según sus realismo, no era más que un factum.
consecuencias; pero ahora acabamos de comprenderlo según su génesis.
Antes precisamente nos surgió y sobrecogió la intelección de que si ponía Ante la necesidad, resultante de esto, de elevarnos más y de penetrar
la vida en sí, entonces no podía existir en absoluto nada fuera de ella. Así los facta genéticamente, nos volvimos hacia lo que aquí prometía aún ser
lo vimos, y no era posible otra cosa. Ahora inteligimos aquí que el lo más significativo, hacia el en-sí, unido al principio realista, a la vida en
realismo, o nosotros –que estamos en su punto de vista– procedemos sí: y en esta ulterior consideración consistía nuestro primer paso, dado en
como el en-sí, anulando simplemente todo fuera de nosotros; inteligimos, esta semana. Ocurrió que el en-sí se patentizaba en relación consigo
pues, que de alguna manera, al menos quoad effectum, el realismo es el mismo, como una <anulación> absoluta de la validez de todo ver; él se
mismo en-sí, y coincide con él; por esta razón interna, en la ma- construye a sí mismo en la evidencia inmediata y a la vez rechaza
nifestación de la intelección que nos ha sobrecogido durante la última precisamente la evidencia inmediata o la luz con su autoconstrucción; lo
lección, esta intelección ha anulado todo fuera de él. Es, pues, cierto que cual daba entonces un realismo superior, que derivaba la intelección y la
hemos penetrado algo en el realismo, que antes era sólo fáctico, a partir luz misma, cosa que el primer punto de vista se contentaba simplemente
de su principio, o sea, de una manera genética. con ignorar. Contra este nuevo realismo intentaba imponerse un nuevo
idealismo. Precisamente habíamos tenido que exigirnos y esforzarnos
Despachado este aspecto de la cuestión, reflexionemos más enérgicamente a considerar la significación del en-sí, y creímos inteligir
profundamente sobre la propia intelección que acabamos de generar y que, sólo como consecuencia de esta consideración, se patentizaba ste
sobre su principio. Les rogaba que pensaran con rigor y energía en la como construyéndose a sí mismo [210] con evidencia inmediata a la vez en
significación del en-sí; esto es lo que llegaron a inteligir, etc. Convengan el seno de la luz; y que por consiguiente esta energía nuestra sería en
en que sin este pensamiento riguroso no se habría producido esta verdad el principio fundamental y el primer miembro de todo lo dado.
intelección semejante; quizá convengan en que este pensamiento del
en-sí se ha presentado frecuentemente a ustedes en el curso de su vida, Pero contra esto se levantaría muy audazmente el realismo, o nosotros
precisamente en su pálido reflejo; [184] y que sin embargo esta intelección mismos, –porque nosotros no éramos entonces más que este realismo–,
no se ha generado en ustedes. (Puede demostrarse que ha ocurrido lo así: ¿Piensas tú, pues, efectivamente? ¿Y a qué quieres referirte en
mismo en los filósofos sin excepción; porque si a alguien verda- verdad para confirmar tu afirmación presente? Sólo puedes alegar que
deramente se le hubiera abierto de un modo vivo esta intelección, no eres consciente de ello; pero no puedes derivar genéticamente de esta
habría habido necesidad de esperar tanto tiempo el hallazgo de la conciencia tuya, como debieras, el pensamiento en su realidad y en su
Doctrina de la ciencia ). De suerte que incluso la intelección que ustedes veracidad –en la que lo afirmas–; pero nosotros, por el contrario, hasta
han tenido de la anulación del pensamiento en el en-sí, presupone el podemos derivar genéticamente la conciencia, a la cual te refieres y
pensamiento positivo. Y así, puede enunciarse el principio siguiente: en eriges en principio tuyo; porque seguramente esto no puede ser más que
el pensamiento se anula el pensamiento en el en-sí. una determinación de la intelección y de la luz; pero mientras la luz se da
en sí misma, la evidencia se da en la evidencia inmediata surgiendo del
En seguida les ofreceré varias conclusiones, que desearía que en-sí. La máxima superior establecida por este razonamiento trataba <,
conocieran previamente: la anulación del pensamiento en el en-sí, pues,> de no dar crédito al testimonio de la mera conciencia inmediata en
siempre que el en-sí deba ser pensado por nosotros, no es pensada en una lo referente a la verdad en sí, y, aunque uno no pueda despegarse de ella
reflexión libre, sino que la anulación se patentiza inmediatamente. Esto fácticamente, de hacer no obstante abstracción de ella. ¿En qué consistía,
es, pues, lo que llamábamos intuición: e indudablemente, como se trata pues, propiamente el efecto de esta conciencia, en virtud del cual la
aquí del en-sí absoluto, es la intuición absoluta. El proiectum de la hemos rechazado? ¿Qué hay, pues, que despegar siempre de la verdad?
Respuesta: la proyección absoluta de un objeto, sobre cuyo surgimiento
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una máxima cuya prueba se fundara en miembros derivados; esta


máxima podría muy bien tener aquí de suyo necesidad de una nueva intuición absoluta sería, pues, la anulación, la nada absoluta y pura –
prueba. Como en la intelección generada llegamos a ser nosotros mismos entiéndase: frente al en-sí absoluto– y así el <más profundo> idealismo,
el ser, entonces, como consecuencia de esta intelección, no podemos salir que ponía una intuición absoluta de la vida, sería refutado en su raíz
más hacia el ser; porque nosotros somos el ser; y de ningún modo justamente por una fundamentación más profunda del realismo. Este
podemos absolutamente salir de nosotros mismos, pues el ser no puede idealismo podría muy bien reaparecer como manifestación; pero si se
salir de sí. La máxima precedente ha obtenido aquí su prueba, su ley y su toma como absoluto, tal como se ha presentado más arriba, sólo es una
realización inmediata en la intelección: porque de hecho esta intelección apariencia; y permanece enfrentado a lo absoluto en la anulación –
ya no objetiva más el ser. Desde luego inmediatamente con esta anunciada más arriba– de nosotros mismos en nuestra raíz.
intelección no brota <– digo–> fácticamente ninguna otra conciencia ob- La anulación ha sido intuida; el en-sí ha sido pensado. Yo pregunto:
jetivante, –porque para que así fuera, sería preciso aún una auto- ¿cómo y de qué manera ha sido pensado? Y aclararía esta cuestión, en sí
concentración como intermediario–, pero brota la posibilidad de una oscura, con la respuesta misma. ¿Hemos en efecto construido este en-sí a
conciencia objetivante <del> nosotros mismo. Ahora bien, en lo que base de partes, lo mismo que por ejemplo al principio de nuestra
concierne al contenido de esta nueva objetivación, está ya claro que ella investigación construíamos en el trasfondo la unidad, no como la unidad
no <es> una disyunción en la cosa misma, como la primera objetivación, que se manifiesta fácticamente, ni como la multiplicidad, sino
entre el ser real y el no-ser absoluto, <disyunción que nada vale sino que precisamente como la unidad de las dos? No lo creo; al contrario,
implica solamente la mera repetición y la posición redoblada de un único poníamos el en-sí absolutamente en toda su pura simplicidad; y su
y mismo yo o nosotros, plenamente encerrado en sí mismo, el cual abraza significación, como construcción auténtica (=anulación del pensa-
en sí toda la realidad, y por tanto es en sí completamente inmutable; ella miento), se nos patentizó simplemente, nos sobrecogió como proce-
no contradice, pues, la ley originaria de la no salida esencial de sí. Mas diendo del en-sí en su simplicidad. Así pues, nosotros –es este un punto
por cierto, ¿de dónde viene entonces esta repetición y este redoblamiento importante–, [185] nosotros, digo, no éramos quienes construíamos el
vacíos?; eso es precisamente lo que tendremos que indagar, como primer en-sí; era el en-sí el que se construía a sí mismo por sí mismo.
miembro de nuestro descenso a la Fenomenología1; hoy nos importa A esta construcción de sí mismo estaba entonces inmediatamente
solamente sentar en su carácter inmutable la intelección –expresiva de la unida la intuición, el brote absoluto de la luz y de la intelección. Decimos
razón pura– de que el ser o lo absoluto es un Yo encerrado en sí mismo. que nosotros no hemos generado este brote, puesto que es claro que se
Pasemos ahora a la segunda parte <:> a la repetición general. Hemos genera a sí mismo y que nos arrastra consigo. Así pues, la
procedido –como tiene la exposición de la Doctrina de la ciencia que autoconstrucción absoluta de lo absoluto y la luz originaria son total e
comenzar– de manera fáctica, [209] ejecutando interiormente algo que indisolublemente una misma cosa; y la luz misma procede de esta
ayudara hacia el fin, y prestando siempre atención a la manera como lo autoconstrucción, lo mismo que ésta a su vez procede de la luz absoluta.
hacíamos, empujados siempre, como se comprende, por una ley Se concluye entonces que no hay lugar para un Nosotros previo: y tal
<mecánica> de la razón, ley efectiva en nosotros. Por este camino, que sería el punto de vista del realismo superior. Pero insistimos, y con pleno
no quiero repetir ahora, nos habíamos elevado a una mediación pura2, derecho, sobre la exigencia según la cual hubiéramos tenido que pensar y
como esencia del concepto; y habíamos inteligido que la realización de pensar enérgicamente el en-sí, o sea que hubiéramos debido aban-
ella presupone una esencia subsistente para sí. Hemos establecido esta donarnos a la autoconstrucción viva, en la luz del en-sí; de suerte que a
intelección como factum y hemos pensado ulteriormente sobre su su vez esta energía hubiera sido la condición primera de todo. Ello daría
principio; y encontramos entonces que: o bien la energía de pensar una un nuevo y superior idealismo.
mediación realizable se puede poner como absoluto y, por tanto, como Sobre esto, no obstante, es preciso considerar aún dos cosas; en primer
fuente de la intuición y de la vida en sí en la intuición, lo que <sería> un lugar, somos conscientes, a pesar de todo, de este pensamiento o de esta
idealismo; o bien, considerando que la vida debe ser en sí, se puede erigir energía, y cuando apelamos al hecho de que son –porque sin este ser en
general, no podrían tampoco ser principio–, es evidente que nos
1
Absteigen zur Phänomenologie. fundamos únicamente en esta conciencia. Pero ésta presupone la luz. Mas
2
Reinen Durch. si la luz misma, al menos en su forma objetivante, no existiera en sí fuera

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de lo absoluto (y es imposible que lo sea, puesto que no hay nada fuera


de lo absoluto), si tuviera su manantial en el en-sí, no podríamos sólo puede ser caracterizado por medio de la misma vida inmediata,
entonces apelar a lo que en un análisis más riguroso testimoniaría contra actual.
nosotros mismos. Si se considera esta presuposición superior de la luz – Tal era, pues, la intelección sorprendente a la que yo quería elevarlos;
para todos los enunciados posibles de la autoconciencia– como la fuente en ella se absorben en su pureza la razón y la verdad. Por si fuera
de todas las afirmaciones idealistas, se ve entonces que el espíritu necesario a alguno, quiero mostrar esto más brevemente aún desde otro
constante del idealismo (considerado en su forma más alta), así como su lado distinto. Si el ser está contenido en la vida absoluta que le es propia
error fundamental (que nos es preciso refutar y extirpar), residiría en el y si no puede nunca salir de ella, entonces es precisamente un yo
hecho de que se detiene en una facticidad, de la que no se puede encerrado en sí mismo y no puede ser en absoluto nada distinto; y,
ciertamente salir nunca fácticamente, sino sólo intelectivamente: está asimismo, un yo encerrado en sí mismo es el ser; <y donde es el ser es el
detenido en la luz objetivante. [186] yo, y el yo es el ser;> pero a este yo, en virtud de que habrá una división
Después es preciso desconfiar –lo que ciertamente es otra vez lo en él, podemos también llamarlo nosotros. Y aquí, por consiguiente, no
mismo, pero desde otro punto de vista– de aquella objeción idealista, nos apoyamos en absoluto en una percepción empírica de nuestra vida,
respondiendo: tú no piensas originariamente el en-sí, construyéndolo; tú que sería necesario rechazar completamente como una modificación de la
no lo inventas; ¡cómo podrías hacerlo! Además, tú no lo conoces por algo conciencia, sino en la intelección genética de la vida y del yo, partiendo
diferente del en-sí, sino que lo conoces absolutamente. Así pues, tu saber, de la construcción del ser uno, e inversamente. Ya sabemos que esta
en sí, para sí y por sí mismo1 es el que lo inviscera, o para ser más intelección como tal, con su inversión, no cambia nada en la cosa, y que
exactos: él se inviscera a sí mismo en tu saber y como tu saber. Es lo que desaparece ante ella; haremos totalmente abstracción de la intelección; y
has hecho toda tu vida, sin ninguna intervención de tu saber y de tu solamente nos veremos obligados a considerarla de nuevo para la
voluntad, y sin la menor energía, cada vez que has expresado bajo las derivación de los fenómenos1.
formas más diversas el juicio: tal o cual cosa es. Y no sólo por el Tal como el ser se ha establecido ahora, no permite en y para sí una
procedimiento mismo, sino por la falta de pensamiento que lo aclaración por algo diferente; porque él mismo es la fuente original y el
acompañaba, la filosofía te ha combatido, y es la razón por la cual te ha fundamento de cualquier otra claridad. Pero sí se puede iluminar nuestro
introducido en su ámbito. En cuanto al acontecimiento mismo <de tu ojo subjetivo y hacerlo más apto para esta claridad por la explicación más
afirmación del ser>, no atribuirás, pues, el mérito a tu libertad y a tu profunda de los miembros inmediatamente circundantes; añadiré aún a
energía. No atribuyas a tu energía nada más que el solo hecho de haber este respecto una consideración que se encuentra, de todas maneras, en el
llegado a ser consciente de este procedimiento y de su significación; e camino del sistema. A poco que nos concentremos, nos daremos cuenta
igualmente atribúyelo al testimonio de lo que se te da sin ninguna de que tanto ayer como hoy –en el comienzo de nuestro examen–
energía, es decir, de la intuición. Y así, antes de que te escuchemos, teníamos el ser objetivamente delante de nosotros, aunque lo cons-
deberemos investigar más rigurosamente hasta dónde puede valer el truíamos según su esencia interna y aunque negábamos todo valor a esta
testimonio de esta intuición. objetividad, siguiendo sólo nuestra máxima. Porque el ser quedaba
Añadiré aún aquí para concluir: el desvaído en-sí –bien que se exterior a sí mismo; no inteligible, y en la razón; sino sólo en verdad de
presente en su unidad como el concepto muerto o jamás vivificado que una manera fáctica. Pero así como en esta consideración tuvimos la
pueda dar un sistema filosófico (como era nuestro caso antes de haber intelección de que el ser mismo sería yo absoluto o nosotros, de la misma
inteligido su significación), o bien que corresponda a una determinación manera [208] la disyunción que quedaba aún al comienzo entre el ser y el
especial (como el “es” de una cosa particular)– se da siempre en la nosotros se ha encontrado completamente anulada, incluso en su
intuición; y por esta razón, se trata de un “en-sí” muerto. Para nosotros el facticidad; y el primer tipo de forma existencial ha sido asimismo
“en-sí” se da en el concepto: está, pues, vivo; así, para nosotros no hay fácticamente anulado. Antes, al menos, nosotros salimos fácticamente de
nada en la intuición, porque todo está en el concepto. Tal es, pues, el nosotros mismos hacia el ser, en lo cual puede muy bien consistir el que
punto más agudo que caracteriza a la Doctrina de la ciencia frente a el ser no salga de sí mismo cuando precisamente no pretendamos ser el
ser; y no le reconocimos ningún valor únicamente estando en función de
1
An, für und durch sich. 1
Ableitung der Phänomene.

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escolástica– <como un actus essendi y a su vez> como un esse in mero


actu, de manera que los dos, ser y vida, y vida y ser se interpenetran todos los puntos de vista del saber, que no lo son. Ella concibe el en-sí:
totalmente, se absorben el uno en el otro y son una misma cosa; y esta ningún otro modo de pensamiento lo concibe, sino solamente lo intuye y
misma interioridad es el ser uno y único. Tal era el primer punto que por eso mismo lo mata de alguna manera. Cada uno de estos modos de
había que considerar. pensar son concebidos por ella, a partir de su propio modo de pensar,
como sus negaciones, no ciertamente absolutas sino privativas. Todo lo
Mas esta unidad de ser y vida1 no puede en modo alguno ser fuera de que en una investigación ascendente hemos descubierto como despojado
sí misma, ni puede aquí ser indagada; y no puede haber nada [187]
de valor absoluto –tanto el idealismo y el realismo unilaterales, como
absolutamente fuera de ella. Brevemente y en una sola palabra: pura y todo aquello que podríamos descubrir aún– volverá a ser tomado por
simplemente no hay dualidad ni pluralidad, sino solamente unidad; Doctrina de la ciencia en una investigación descendente, precisamente
porque por sí mismo el ser lleva precisamente consigo la unidad cerrada como una tal negación posible de la intelección absoluta.
en sí misma, y en esto reside la esencia de ésta. El ser que, no obstante,
es tomado en el lenguaje de modo sustantivo, no puede ser, verbaliter,
esse in actu, sin serlo inmediatamente en la vida misma; pero sólo es un
ser verbaliter; porque todo el ser sustantivado es objetividad, que no
tiene en absoluto ningún valor; y sólo se llega a la razón renunciando a
esta sustancialidad y a esta objetividad, no solamente pretendiendo
hacerlo, sino haciéndolo en la efectividad y en la verdad de nuestro punto
de vista.
Inversamente, lo que vive inmediatamente es el esse, porque sólo el
esse vive; y es totalmente vida sólo como unidad indivisible que no
puede ser fuera de sí, que no puede salir de sí en una dualidad; de la que
es válido inmediatamente, pues, todo lo que acabamos de probar.
Nosotros vivimos justo inmediatamente en el mismo acto de la vida;
por tanto, somos el ser mismo uno e indiviso, en sí mismo, por sí mismo,
mediante sí mismo2, que no puede salir absolutamente a la dualidad.
<Nosotros, digo;> entonces <–en la medida en que hablamos de él–>
objetivamos de nuevo este nosotros con su vida interior, de la que
ciertamente somos –si nos concentramos profundamente– inmedia-
tamente conscientes: <pero ya sabemos> que esta objetividad –pre-
cisamente como cualquier otra– no significa nada; y bien sabemos que no
se trata de hablar de este nosotros en sí, <–separado per hiatum
irrationalem del otro nosotros que debe ser consciente–> sino solamente
de un <puro> nosotros interior a sí, vivo en sí mismo, que sólo podemos
concebir por la propia anulación enérgica de este concebir, que se nos
imponía aquí <sólo> fácticamente. –Ese nosotros es en la misma vida
inmediata; ese nosotros no está determinado ni se puede caracterizar [207]
por cualquier cosa que pudiera aquí ocurrírsele a cualquiera; sino que

1
Sein und Leben.
2
In sich, von sich, durch sich.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia XIII: [El idealismo superior y la superación de la apa-


Conferencia XV: [El ser como acto absoluto e incomprensible]
riencia]

<N. B. Que contiene el principio fundamental>. Hoy me propongo, en


Todavía hoy, y quizás incluso más adelante continuaré mi libre
primer lugar, desarrollar total y completamente el punto fundamental que
proceso ascendente. Libre, digo, para ustedes, puesto que me es
descubrimos ayer; después, <añadir> una repetición general de todos los
imposible indicar el origen de los fundamentos internos de las
nuevos resultados adquiridos en esta semana y, asimismo, dar un balance
diferenciaciones que se manifestarán aquí, antes de ponerlos en obra; más
<de la semana>, porque con esta lección se termina nuestro trabajo
bien, primero se los tengo que hacer conocer poniéndolos en obra,
semanal y tenemos de por medio un Conversatorium.
aunque una regla fija bien podría regir en el fondo mi proceso
ascendente. Si por lo demás se comprende exactamente mi conferencia, Pasemos a nuestro primer asunto. Valga esto aquí como nota
no habrá, a pesar de la circunstancia que he mencionado en primer lugar, preliminar. –En primer lugar, el punto que debo establecer es en sí el más
ningún riesgo de desconcierto; porque en lugar de los dos puntos claro de todos y a la vez es el más escondido cuando falta la claridad.
neurálgicos L y C que establecimos al principio, tenemos dos puntos de No se pueden multiplicar las palabras sobre él, puesto que justamente
vista: el realismo = génesis de la vida; y el idealismo = génesis del tiene que ser concebido de un solo golpe; y es tanto más imposible
concepto. Éstos tienen que sernos ya conocidos por la clara exposición multiplicar las palabras sobre él o ayudar con palabras a que se entienda,
del viernes y por la repetición de anteayer; <en ellos hay que mantenerse, cuanto que en nuestra máxima se ha renunciado, hace ya mucho, al
no en general, sino en relación al punto –tal como eran ahí primer empleo fundamental de todo lenguaje, la objetividad, que debe
comprendidos–, a la vida en sí, la cual es necesaria para que la mediación anularse aquí en la intelección absoluta. En este punto sólo puedo, pues,
quedara vivificada; jamás, pues, nos alejaremos mucho de ellos, y contar con la claridad y vivacidad interiores del espíritu de ustedes,
posiblemente se facilitará el acto de reproducir a partir de ellos todo lo conseguidas por las investigaciones precedentes. –En segundo lugar, en
que debe establecerse, o el acto de reducir esto a ellos.> En una palabra, cierta ocasión asigné dos partes principales a la Doctrina de la ciencia:
estos puntos de vista constituyen actualmente nuestro norte y guía hasta en primer lugar dije que es una teoría de la razón y de la verdad 1; en
que lleguemos al principio que los unifica y entonces podamos prescindir segundo lugar que es una teoría de la manifestación y de la apariencia2,
de ellos inmediatamente. Haré aquí una llamada a sus facultades para que precisamente teoría verdadera y fundada en la verdad. La primera parte
mantengan fija e inmutablemente lo expuesto, y lo consideren consiste en una intelección única, y comienza y termina en un punto
separadamente, independientemente de todo lo que pudiera relacionársele único, que voy a exponer en seguida.
en la razón. Si no, se salta por encima y se anticipa nuestra investigación; Vayamos al asunto. Después de abandonar la relación absoluta que de
y la génesis entre lo que ya ha sido captado y su miembro superior –lo suyo se indicaba aún en el en-sí original, que remitía a un no-en-sí, no
que únicamente importa en verdad– no es aprehendida, y los dos puntos nos quedaba ya nada más que el puro y mero ser, y aquí, siguiendo
de vista fluyen fácticamente el uno en el otro. “Se anticipa”, digo; nuestra máxima, teníamos que rechazar, como no válida, nuestra
propiamente hablando, esto no compete al “se”, al “yo”, sino a la razón intuición objetivante. –¿Qué es, pues, este ser puro en esta abstracción de
especulativa que se despliega mecánicamente. la relación? ¿Podemos acaso hacerlo más preciso todavía y reconstruirlo?
(Y de paso, haré la observación siguiente: la especulación, una vez Yo digo que sí: incluso la abstracción que se nos ha impuesto nos ayuda.
que está animada y puesta en movimiento –y yo sé en parte que en Este ser es absolutamente por sí, en sí, mediante sí mismo3; en la
ustedes está puesta verdaderamente en movimiento–, es activa y viva, abstracción requerida no se ha tomado este “sí mismo” en absoluto como
tanto como puede serlo siempre una asociación empírica de ideas, porque opuesto, sino de manera puramente interior, como puede muy bien
está inmersa en un éter más libre, más ligero; y una vez llegados a este captársele y como yo, por ejemplo, tengo profundamente conciencia de
[188]
ámbito, es preciso estar prevenidos contra los saltos de la captarlo. Es, pues, construido –para expresarnos de una manera [206]
especulación, tanto como antes se estaba contra la obstinación del
empirismo. En particular pongo en guardia contra este peligro a aquellos 1
Vernunft- und Wahrheitslehre.
mismos que encuentran muy fácil el objeto de las investigaciones 2
Erscheinungs- und Scheinlehre.
3
Von sich, in sich, durch sich.

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distinta, el complemento del en-sí, cuya nulidad hemos inteligido ya: por
tanto, ella jamás llegará a engañarme. Brevemente: todas las con- presentes: les aconsejo que trabajen más a fondo; porque esta apariencia
figuraciones de la forma existencial externa han sido anuladas, puesto de facilidad debería originar la sospecha de que han tomado la cosa más
que ella ha desaparecido bajo la más alta configuración en la que se daba: con la fantasía especulativa que con la razón pura, en su eterna
en el en-sí; <sólo> se trata aún de la esencia interna para penetrarla serenidad.)
correctamente; pero penetraremos hasta su fondo de modo verdadero si Volvamos al tema.
lo inteligimos como induciéndonos genéticamente a su manifestación en Se nos ha patentizado inmediatamente que el en-sí es radicalmente
la forma existencial externa, y sólo llegaremos allí justamente si no nos independiente <de la visión1,> del saber o del pensamiento en que se
dejamos ilusionar por esta forma. <Si nos llega a causar ilusión, entonces tiene; y por consiguiente, por el efecto esencial que le es propio –en el
nos convertimos en ella, nos absorbemos y nos perdemos en ella y jamás caso de que se le atribuya un efecto semejante–, los anula comple-
lograremos llegar a su génesis. tamente. En este concepto inmediatamente verdadero y claro, no éramos
He querido añadir aquí este último cuarto punto, siquiera para no nosotros, pues, quienes construíamos el en-sí; sino que éste se construía a
acabar la conferencia con la muerte y el naufragio, como antes parecía. sí mismo –como igualmente se nos patentizó– tal como era en la
Mañana seguiremos la discusión.> [205] construcción, en tanto que anulador del pensamiento; a este concepto
desde luego estaba inmediatamente unida la intelección inmediata, la luz
absoluta, como igualmente se patentizó. El en-sí absoluto se ha revelado,
pues, como la fuente de la luz, de suerte que la luz no es algo original;
éste sería ahora primero, y lleva claramente en sí la huella de un realismo
superior; <por cuanto que incluso la vida (la autoconstrucción: como vida
unida a ella) –que era lo absoluto del primer realismo– se patentiza como
síntesis inmediata derivada del en-sí.>
Contra este realismo trata de elevarse otro idealismo, procediendo a
partir del fundamento siguiente: para inteligir el en-sí como anulador de
la visión, deberíamos reflexionar en ello enérgicamente. Por consi-
guiente, aunque no pudiéramos negar que se construye a sí mismo y, con
él, la luz, todo esto estaba condicionado no obstante por nuestra reflexión
enérgica, y ésta era, por consiguiente, el miembro más elevado de todo.
Esto es claramente idealismo, puesto que se basa <fácticamente> en la
reflexión absoluta, y se distingue del precedente idealismo que se basaba
en la reflexión de un condicionado, en la realización efectiva de una
mediación para inteligir así su condición; pero ahora se basa en la
reflexión del en-sí incondicionado y constituye un idealismo superior.
Hemos abatido provisionalmente este idealismo, por la consideración
[189]
siguiente: tú, pues –le diríamos dirigéndonos a él como a una
persona–, tú, pues, piensas el en-sí; este pensar es tu principio. ¿De
dónde sabes esto? <Acompáñanos a tu principio.> No puedes respon-
derme otra cosa, nunca aportarás otra respuesta que ésta: precisamente lo
intelijo, tengo conciencia inmediata de él. Y de hecho, lo inteliges
intuyéndolo, como simplemente objetivo. (Este último punto es impor-
tante, y quiero explicarlo más: también en el realismo, la auto-

1
Sehen.

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construcción del en-sí es simplemente inteligida; pero “es inteligida”


significa que el foco espiritual está dirigido al interior de algo vivo en sí entonces como nuestro principio último. Descubrimos, pues, aquí que
mismo y que esto vivo arrastra consigo la intelección, relación que hemos nuestro realismo supremo, es decir, el más alto punto de vista de nuestra
encontrado ya varias veces en cada evidencia establecida por nosotros propia especulación, se ha revelado como un idealismo cuya sola raíz nos
como evidencia genética. Y esto lo debe encontrar ahora cada uno en la ha quedado oculta hasta ahora; es, pues, fáctico en su fondo y proiectio
intuición. Aunque seguramente la intuición objetivante parece también per hiatum: no se resiste ante su propio tribunal; y la regla que instituye
oscilar por encima de la génesis, sin embargo es también arrastrada hacia él mismo nos conduce a abandonarlo.
la génesis y con la génesis. En esta intelección parece, pues, que se indica 4. ¿Por qué es preciso abandonarlo? ¿Cuál era la fuente del vicio que
simplemente una unificación de la forma existencial externa e interna, de hemos descubierto en él? Era su en-sí como negación y como miembro
la facticidad y de la génesis. No ocurre lo mismo con la intelección de su de una relación. Es necesario, pues, que abandonemos
pensamiento, a la cual se refiere el idealismo. Indudablemente no vamos incondicionalmente este en-sí, para que pueda existir <aquel realismo> o
a pretender aquí precisamente que observemos el pensamiento como nuestro sistema completo. ¿Nos queda todavía algo? Claro que sí, y les
pensamiento, o sea, como generador del en-sí, en el acto de generar, invito a encontrarlo conmigo: queda todavía el ser y existir y consistir
como en verdad lo hacemos real y efectivamente con el en-sí en el acto considerado enérgicamente y como absoluto. Y esto supuesto, añadiría:
de generar su construcción; más bien la intuición sólo se añade allí el ser y el consistir por sí; yo sabría entonces muy bien que esto último es
inmediatamente1 al pensamiento en sí opaco y establecido sólo de modo un simple complemento destinado a aclarar el en-sí y a [204] sensibilizarlo,
absolutamente fáctico. Por esto queda absolutamente indecisa la cuestión pero en sí y para sí no significa absolutamente nada y no añade nada a la
de saber si el pensamiento brota de esta intuición o si la intuición brota esencia interna del ser para completarla y hacerla sustantiva.
del pensamiento; o si más bien, en fin, los dos miembros serían Si quiero volver atrás para considerar esta expresión ya rechazada, ser
solamente las manifestaciones de una unidad escondida en su fondo que en-sí significa exactamente un ser que, para ser, no tiene necesidad de
sería su fundamento.) ningún otro ser. ¿Y por esta no-necesidad llega a ser más aún en sí
Si fuera preciso expresar esta idea con más claridad aún añadiría: mismo, y más real de lo que era entonces?; ¿y esta su no-necesidad
¿serías capaz de pensar alguna vez de una manera verdaderamente clara absoluta no implica a la vez la no-necesidad de la no-necesidad, ni de
y enérgica <(y de esto se trataba aquí, pues el pensamiento debilitado y nuevo la no-necesidad de esta no-necesidad de la no-necesidad? De
los ensueños no se toman en absoluto en serio,)> sin tener conciencia de manera que este complemento, en su repetibilidad infinita, queda siempre
ello?; e inversamente, ¿podrías ser consciente de un pensamiento idéntico y vacío de toda significación con relación a la esencia
semejante, sin admitir que pensabas real y efectivamente?; ¿te quedaría la considerada interiormente y en todo su alcance. Por consiguiente, llego a
menor duda sobre la verdad de la expresión de tu conciencia? [190] Yo inteligir que toda relación y comparación con el no-en-sí, de la que
pienso que no. Por tanto, es claro e inmediatamente fáctico que no procede en primer lugar la forma del en-sí como tal, considerada en sí y
puedes separar el pensamiento efectivo de su conciencia, e inversamente; en su centro, es decir, justamente como el punto de unidad que ha sido
y que, en esta facticidad, tu pensamiento pone su intuición, y esta antes examinado y rechazado, es, frente a la esencia, una pura nada, sin
intuición pone la verdad absoluta y la validez en sí de su expresión2; de significación y sin efecto. Y como llego a inteligir esto y como al mismo
todos modos, no te combatimos acerca de este punto. Pero eres incapaz tiempo me comporto con este complemento vacío de un modo casi tan
de indicar el miembro genético mediador de estos dos miembros anulador como la esencia misma, entonces es necesariamente preciso que
disyuntos. Quedas, pues, aprisionado en una facticidad. Pero esta génesis, yo, como intelección1, participe en la esencia de una manera que aún nos
que ha resultado del punto de vista realista opuesto, te es contraria; queda justamente por examinar.
porque ahí no conocemos en absoluto aquel miembro que en tu síntesis Ahora bien, yo puedo sin duda, si presto atención a lo que hago,
es tu pretendido pensamiento. En cuanto a lo que mencionas para percatarme siempre de que objetivo y proyecto este ser puro: pero ya sé
confirmar esto último, lo conocemos en su principio, aunque no muy bien que esto no <significa> nada y que no cambia nada en el ser ni
le añade nada. Esta proyección será efectivamente, bajo otra forma
1
Unmittelbar.
2
Aussage. 1
Ich als Einsicht.

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fácticamente, sea no obstante negada realiter; y en esta negación podría


muy bien consistir efectivamente la esencia verdadera de la razón. (O inmediatamente. Y digo “no inmediatamente”; no conocemos tampoco
más brevemente, si se me quiere comprender bien: en la primera una simple conciencia que enuncie absolutamente un factum, semejante a
construcción está la significación sensibilizada1 del en-sí; en la segunda la tuya, conforme a la explicación más precisa que acabo de hacer. Pero
debe estar la significación puramente intelectualizada2 <genéticamente> “en su principio”, decía: tu conciencia presupone en todos los casos luz,
del mismo). y no es más que una determinación de la misma; no obstante, se ha
inteligido que la luz procedía ella misma del en-sí y de su
Y ya hemos dicho bastante sobre la descripción formal y provisional autoconstrucción absoluta; pero si ella procede del en-sí, entonces éste no
de esta nueva reconstrucción del en-sí. Pasemos ahora a su solución. puede proceder a su vez, como lo pretendes, de la luz. Cuando afirmas
De cualquier manera que pueda comprenderse el en-sí, <éste es que piensas real y efectivamente porque eres consciente de ello, debieras
siempre un no no-en-sí3, o sea,> está siempre determinado por la poner tu conciencia como lo absoluto; pero incluso la fuente de esta
negación de su opuesto; él es, pues, como en-sí, un término relativo, la conciencia, la luz pura, no es mirada fácticamente –lo que nos llevaría a
unidad de una dualidad, e inversamente. En verdad es propiamente un tu mismo plano– sino que es inteligida (lo que significa más) incluso
principio a la vez sintético y analítico, tal como lo hemos buscado desde como no absoluta. Y así este nuevo idealismo se encuentra, en parte,
el comienzo: pero no se trata de la unidad <verdaderamente> sustantiva; mejor determinado: incluso no pone, como parecía al principio, una
porque la unidad sólo se puede captar mediante la dualidad (aunque sea reflexión que, según él, solamente recae en el pensamiento, sino que
cierto que la dualidad <sólo> se puede perfectamente captar y explicar pone como absoluto la intuición inmediata de esta reflexión; es, pues,
mediante la unidad). En una palabra, un examen más profundo revela que diferente del primer idealismo, incluso en su género. Y en parte es
el en-sí no es un en-sí, no es un absoluto; porque no es una verdadera refutado como válido en verdad, aunque no sea aún derivado como
unidad, y ni incluso nuestro realismo ha podido penetrar en lo absoluto. manifestación1. Suponiendo que han comprendido bien este punto de
Si se consideran las cosas rigurosamente, existe en [203] el trasfondo de la vista, traten de atenerse a él y dejar de lado el idealismo inferior. [191]
unidad una proyección del en-sí y del no-en-sí, que se ponen Añado que acabo de tocar aquí, de paso y aliud agendo, la diferencia
recíprocamente para la explicación y la comprensión, y que se anulan en tan importante que separa el simple punto de vista fáctico –como el de
la realidad; y, a su vez, la unidad es una proyección de ambos miembros. nuestro pensamiento del en-sí– y la intelección genética –como la de la
Además esta proyección acaece completa e inmediatamente, per hiatum, autoconstrucción del en-sí–. Según el testimonio inmediato de nuestra
sin poder rendir cuenta de sí de manera conveniente. Porque no se puede conciencia, nos es imposible observar nuestro pensamiento en cuanto es
explicar cómo un en-sí y un no-en-sí resultan de la unidad, como unidad pensar (verbaliter), como generación; no lo vemos más que en la medida
pura y simple; sólo puede hacerse bajo la condición de suponerla en que es o debe ser, y es ya o debe ser en la medida misma en que lo
previamente como la unidad del en-sí y del no-en-sí; pero entonces se da vemos; por el contrario, vemos el en-sí, como siendo y construyéndose a
la inconcebibilidad y la inexplicabilidad en esta determinación de la la vez, e inversamente. Este punto, que constituye un punto superior de
unidad, y ella misma sería entonces el proiectum per hiatum disyunción de una unidad aún más alta, tendrá naturalmente que
irrationalem. Esta determinación no tendría otro garante que la reaparecer y adquirir más importancia. Les pido entretanto que lo fijen
conciencia inmediata; y si queremos volver atrás recordando cómo bien en ustedes; y yo aportaré accesoriamente, para comentarlo, la
hemos llegado a decir todo lo que hemos dicho, no existe de hecho otro siguiente observación histórica, que como tal tendrá para los interesados
garante. Se ha comenzado diciendo: “Pensad un en-sí”, y este el valor que le puedan dar. Puede al mismo tiempo servir de prueba
pensamiento o esta conciencia era posible. Pero esta posibilidad ha extrínseca, para ver si <el que capte esta crítica> me ha comprendido
determinado toda la investigación que hemos llevado a cabo hasta ahora; verdaderamente.
así pues, nos hemos apoyado en la conciencia: si no en su efectividad, al
menos en su posibilidad, y en esta cualidad la hemos considerado REINHOLD o, como REINHOLD afirma, BARDILI quiere erigir el
pensamiento como pensamiento en principio del ser. Su sistema se podría
1
mantener quizá –si se sigue la explicación más liberal de todas– en el
Versinnlichte.
2 idealismo que acabamos de describir; y tendría que admitirse que se
Intelligirte.
3
Nicht-nicht an sich. 1
Erscheinung.

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refiere al pensamiento del en-sí, tal como lo hemos realizado anteayer.


Pero, por una parte, está muy lejos de comprender este en-sí, como lo de su reflejo de la conciencia, aunque además se haya reconocido ya más
hemos hecho, en tanto que anulador del ver; y por otra parte, lo que es arriba <y se tenga que reconocer> que nosotros no somos los que hemos
más grave, en lo que respecta a la existencia real de este en-sí –de la que construido este en-sí, sino que lo encontramos completa y rotundamente
no quiere oír hablar y de la que sin duda podría a fin de cuentas dar una construido y acabado, comprensible en sí mismo, o sea, construido en sí
prueba, aunque de manera fáctica, a partir de la existencia de las cosas y por sí mismo y donde no tenemos en ningún caso nada que hacer, no
particulares–, no se refiere en modo alguno a la conciencia, que acabo de obstante permítaseme examinar mejor, en su contenido constante, esta
recordar, que para él está perdida, porque ve bien que por esto se vería original construcción acabada.
envuelto en un idealismo, justamente cuando parece experimentar un He dicho que les invitaba a una concentración y a una abstracción más
espanto insuperable ante todo idealismo <y por eso dije “quizá”.> Por profundas. Pero la índole propiamente dicha de esta abstracción –que en
consiguiente, en primer lugar, su principio queda suspendido en el aire; y verdad acaba de ser verbalmente descrita lo mejor posible– se explicará
él se esfuerza por construir un realismo sobre la nada absoluta; sólo bien suficientemente atendiendo al resultado; mas en nada perjudica –y
podía estar impulsado [192] a ello por desesperación, conforme a la regla en todo caso es más seguro– que ya desde el comienzo quede claro que
siguiente: puesto que todo lo que he intentado hasta ahora ha fracasado, yo mismo me impongo el trabajo de captar en palabras lo supremo y que
entonces tiene que triunfar lo último que queda aún en mi horizonte. En les impongo a ustedes el de comprenderlo en su forma meramente pura.
segundo lugar –y especialmente a este respecto hice la observación–: Así pues –una vez más como hace poco–, se trata aquí del en-sí; y –como
como nos es completamente imposible inteligir, por medio de una ley hace poco también– henos aquí invitados a considerar su significación
racional absoluta, el pensamiento como pensamiento, generador, interna y a operar su reconstrucción. Sin embargo, no queremos volver a
entonces naturalmente REINHOLD tampoco puede inteligirlo, ni derivar ejecutar lo que ya hemos ejecutado, pues entraríamos en un círculo, y no
genéticamente de ello la menor cosa. Él sólo podría, pues, como lo hace adelantaríamos nada; pero si queremos hacer otra cosa diferente, ¿en qué
por ejemplo SPINOZA, decir: como todo lo que es reside en el pensar, sería diferente de lo que ya hemos hecho? Helo aquí: presuponíamos
entonces por el hecho de que tal o tal cosa es, esto tiene que residir en el hace poco el en-sí y considerábamos su significación en tanto que
pensamiento. Pero como ciertamente é1 ha sido formado por la escuela nosotros añadíamos la vida o [202] la protofantasía1, absorbiéndonos en
kantiana, y luego por la Doctrina de la ciencia, no puede decirlo. Se ella y encontrando allí nuestra raíz; sin duda esta vida no debía ser
esfuerza, pues, en derivar; pero como una empresa semejante, a poco que nuestra vida, sino la vida y la autoconstrucción del en-sí mismo: lo que se
se tenga un sólo concepto claro, aparece totalmente imposible, resulta daba inmediatamente en esta conexión era entonces una determinación
entonces en su sistema una oscuridad y tinieblas absolutas, hasta el punto interior de la misma vida originaria, la cual quedaba, no obstante, como
de que nadie puede comprender justamente lo que intenta propiamente; el elemento dominante. Esto es lo que hicimos antes.
pero si se considera este sistema a partir de la Doctrina de la ciencia y, Pero ahora nos elevamos por primera vez al en-sí que nuestro
precisamente, a partir del punto de vista que acabarnos de considerar, procedimiento anterior presuponía, y nos elevamos a él como pre-
entonces la oscuridad se nos hace clara en su principio. supuesto, como determinado de manera simplemente inmediata, in-
Volvamos a nuestro propósito y saquemos la conclusión. Porque de dependientemente de aquella reconstrucción viva, y así comprensible:
paso acabamos nuevamente de obtener una intelección muy clara de la ciertamente sin esta significación originaria, la reconstrucción como
esencia propia de la Doctrina de la ciencia, es decir, de lo que siempre simple acción de reconstruir y de significar carecería de fundamento y de
les debemos a ustedes establecer, a saber: el principio. El idealismo, que hilo conductor. Por esto, dije hace poco que la construcción
ha sido refutado, erigía <la intuición fáctica e inmediata,> la conciencia originalmente acabada, el contenido fijo, debía ser demostrado. En este
inmediata, en absoluto, en fuente original y en crisol de la verdad; y por trabajo es necesario precisamente proceder de tal manera que quede
este hecho, la conciencia absoluta se mostraba en él como la unidad de <presupuesto> el presupuesto absoluto, y que por tanto la vitalidad que
toda otra conciencia posible, como autoconciencia en la reflexión. Esta pongamos no tenga absolutamente ningún valor ni como vitalidad
constituirá primeramente uno de nuestros pilares fundamentales. Cada nuestra, ni como vitalidad en general; y que, por consiguiente, la validez
vez que decimos: “tengo conciencia de esto”, nuestro enunciado misma de la protofantasía, a pesar de que no se la puede aislar
inviscera formalmente este mismo carácter fundamental –que acabamos
1
Urphantasie.

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<esta conciencia> sería completamente incapaz de indicar su conexión


genética con él: se trata, pues, de una pura proyección, per hiatum ab- de describir– de una intuición absoluta cuyo contenido pretende valer en
solutum. Les pido que capten bien este carácter, justo tan <rigu- sí absolutamente. Tenemos, pues, que inteligir esta conciencia como
rosamente> como lo hemos indicado; y recuerden lo que expliqué ayer siendo en su raíz autoconciencia1, en la reflexión2. Por tanto, todas las
con este fin de manera detallada. No admitas, por ejemplo, que puedes disyunciones posibles y todos los modos posibles de la conciencia
pensar efectivamente, sin ser consciente de ello, y a la inversa, que tendrían que ser derivados de la [193] autoconciencia; y así nos habríamos
puedes ser consciente de pensar sin pensar efectivamente. ¡Como si esta elevado a una unidad englobante.
conciencia sólo te proporcionara ilusiones! Si te preguntan por un Claramente esta conciencia es completamente una en sí y no es
fundamento explicable y explicativo de la conexión entre estos dos susceptible de ninguna disyunción interna; así pues, el pensamiento que
miembros, te sería siempre imposible encontrar un fundamento surgía en ella, era el pensamiento del en-sí que, como en-sí, es
semejante. Supongamos que nos colocamos en el punto de donde parte tu radicalmente uno e idéntico a sí mismo; este pensamiento era, pues,
demostración: tu conciencia de pensar debe contener un pensar efectivo, también uno y la conciencia de este pensamiento no era más que la
verdadero y realiter presente, sin que puedas rendir cuenta de ello: por conciencia de este uno; por tanto, también una. El autós o el yo que
tanto, esta conciencia proyecta una <supuesta> realidad, per hiatum, de aparece aquí es, por consiguiente, el yo puro, eternamente idéntico a sí
una inconcebibilidad y de una inexplicabilidad absoluta. mismo, inmutable: no lo absoluto, como se verá mejor más tarde, sino el
Esta proyección per hiatum es obviamente la misma cosa que antes y yo absoluto. Si debieran en el pensamiento del en-sí uno descubrirse
después hemos nombrado: la forma existencial externa, que se revela en diversos puntos de vista de aquel yo, aunque en el trasfondo permanezca
todo “es” categórico. ¿Qué significa esto –sino una proyección de la que siempre el mismo en-sí uno o “es” categórico; por consiguiente, si se
no puede rendirse ulteriormente cuenta alguna, así pues, per hiatum? – debieran descubrir diferentes puntos de vista del pensamiento, por tanto
Esto es lo mismo que hemos llamado “la muerte en su raíz”; el hiatus, la de la reflexión, por tanto también del sujeto que reflexiona o del yo
ruptura del puro inteligir que implica, es precisamente el lecho de muerte. (todos los cuales tienen que quedar en el trasfondo, como el en-sí siempre
Desde luego a esta proyección o forma existencial externa –de la que uno y el mismo), entonces, para esto sería preciso en primer lugar
nunca podremos desembarazarnos fácticamente– no debemos reco- demostrar un principio particular de disyunción. Puede incluso ocurrir –y
nocerle, sin embargo, un valor de verdad, y debemos saber que no ocurrirá realmente– que no descubramos nunca este principio de
significa nada: allí donde se da debemos saber que sólo es un resultado y disyunción de una manera verdaderamente genética; por necesidad
un efecto de la mera conciencia, aunque esta conciencia nos quede por captaremos artificiosamente este principio sólo de modo fáctico si
ventura escondida en su raíz; de aquí que no debamos dejarnos extraviar quedamos obstaculizados en este yo absoluto y si no nos elevamos por
por esta proyección. Tal es el sentido de la máxima que hemos encima de él.
encontrado; y la haremos nuestra en todos los casos en que tengamos (Haré de paso una observación histórica: se ha considerado a la
necesidad de ella. El “es” justamente es la [201] manifestación originaria, Doctrina de la ciencia –en el mejor de los casos– como ese sistema
la cual es muy afín y quizás sea idéntica al yo establecido antes como la idealista que acabamos de describir, que pone justamente al yo absoluto
manifestación originaria. (caracterizado ahora con precisión), como absoluto, y deriva de él todo lo
3. Así hemos decretado contra el idealismo supremo, y esta máxima demás. Y no hay escritor que yo conozca, amigo o enemigo, que se haya
nos viene impuesta por el hasta ahora realismo supremo. Pero antes de ir elevado a un concepto superior de la Doctrina de la ciencia. Se
más lejos bajo su guía, sería aconsejable someterlo a la prueba de la ley comprende bien que la mayoría hayan quedado muy por debajo de este
que ha establecido él mismo, por consiguiente llevarlo ante su propio concepto. Si, prescindiendo del autor de esta ciencia, se diera además un
tribunal, con el fin de ver si es un realismo puro. concepto más alto de ella, este sólo podría encontrarse o entre los
antiguos oyentes –que no obstante no lo habrían escrito (porque todo lo
Él partía del en-sí y lo establecía como lo absoluto. Pero, ¿qué es este que se ha hecho conocer por escrito está sujeto a la regla anterior)– o
en-sí, como tal, en sí mismo? Les invito aquí a una concentración y a una bien entre ustedes. Esta observación quiere hacer ver que nadie debe
abstracción muy profundas. Aunque nuestras consideraciones prece-
dentes hayan agotado el pensamiento del en-sí que resultaba solamente 1
Selbstbewusstsein.
2
Reflexion.

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buscar información sobre la esencia de esta ciencia [194] en otra persona


que a la sazón no sea su autor. Pronto aparece lo errónea que es esta mediatamente en la ciencia1 y en el círculo de su evidencia; <y por lo que
interpretación con sólo atenerse uno simplemente a la letra clara y a nosotros respecta> esto ocurre sin nuestra cooperación <–al contrario
decisiva de lo que sobre ello ha sido tratado en obras publicadas). que antes–>, puesto que se trata de la conciencia y puesto que nosotros
mismos nos encontramos fácticamente como conciencia. Esto debe servir
Este idealismo es refutado en la medida en que pretende poseer un en gran medida para la deducción genética del yo, que es el fin de
valor en sí, aunque como manifestación1 y probablemente como nuestras consideraciones. Por otra parte, debemos formarnos una
fundamento originario de toda manifestación debiera obtener de nuevo máxima, una <libre> regla de juicio que sólo podemos apropiamos a
una existencia –según se verá–; es refutado en el fondo porque es fáctico priori por medio de la libertad; y esta máxima debe, <pues,> llegar a ser
y porque una génesis superior apunta aún a su origen. El término fáctico para nosotros el principio absoluto: no ciertamente de la verdad en sí,
caracteriza un hecho; y como aquí se trata de la conciencia, este hecho pero sí de la manifestación fáctica de esta verdad en nosotros y para
sería un hecho de la conciencia. O para expresarse aún más nosotros. Esto, por un lado, podría tener una importancia general y
rigurosamente: según este sistema idealista, la conciencia misma sería un suscitar un nuevo idealismo en una esfera donde podría valer únicamente
hecho, y puesto que la conciencia es, según él, lo absoluto, lo absoluto como principio de la manifestación; y, por otro lado, confirma la
sería un hecho. Pero la Doctrina de la ciencia ha explicado desde su afirmación que hicimos antes, cuando caracterizamos y refutamos los
primer momento que el SUw~WRQ yeu`do" de de los sistemas idealismos y realismos situados más por debajo, afirmación según la cual
anteriores consiste justamente en proceder de hechos y en poner lo los dos puntos de vista, que están fundados en máximas opuestas, sólo
absoluto en hechos; ha declarado que se funda en una Tathandlung – pueden ser unificados por una máxima superior. Podéis observar aquí, a
palabra muy alemana–, lo que he designado en estas conferencias con la vez, que la máxima del realismo descrito precedentemente, a saber:
una palabra griega, “génesis”, a menudo mejor comprendida que la que permitamos simplemente que la verdad se confirme, es muy diferente
palabra alemana. La Doctrina de la ciencia se ha encontrado, pues, de nuestra presente máxima, la cual está condicionada: “si la verdad debe
desde su nacimiento, más allá del idealismo que acabamos de describir. confirmarse en sí misma, entonces tiene que… etc.”; de todos modos,
Ella lo ha indicado aún de otra manera, nada equívoca, en particular hay que admitir que no se está necesariamente constreñido a hacer valer
cuando habla de su punto fundamental, del yo. Jamás ha reconocido que la verdad. En fin, la libertad se presenta aquí en una de sus formas más
el yo, como encontrado y percibido, fuera su principio; –porque como originales, si se considera su actuación real, tal como la hemos descrito
encontrado, no es nunca yo puro, sino solamente la persona individual de siempre: ella no es un poder de afirmación, creando la verdad, sino
cada uno; y el que piense haberlo encontrado como puro, se encuentra en solamente un poder de negación, que es el de alejar la apariencia. <
un estado de ilusión psicológica, la misma que incluso se le ha ¡Según la expresión que tanto antes como ahora hemos repetido a
reprochado a la Doctrina de la ciencia por ignorancia del mismo menudo!> Todas estas observaciones no son más que maneras,
principio. Asimismo, la Doctrina de la ciencia ha declarado ciertamente muy significativas, de exponer la intelección siguiente: si la
constantemente que sólo reconoce como puro al yo en tanto que es conciencia no tiene en sí ninguna validez ni relación con la verdad,
generado, y que lo pone en la cima de sus deducciones, y no de sí misma entonces la tarea misma de nuestra próxima investigación, la cual tiene
como ciencia, puesto que la generación debe estar más alta que lo precisamente que poner al descubierto la verdad y lo absoluto en su
generado. Nuestra tarea actual se refiere precisamente a esta generación pureza, es hacer abstracción de todo efecto de esta conciencia.
del yo, y, con él, de toda la conciencia. [195]
2. ¿De qué debemos propiamente hacer, pues, abstracción? ¿Cuál es
El idealismo que hemos recusado, mostrando que no tiene validez en este efecto inevitable de la conciencia? Se trata claramente de aquel
sí, es idéntico a la conciencia absoluta o inmediata; por consiguiente, punctum saliens, de aquel nervio en virtud del cual <la conciencia> ha
para expresar el tema con todo el rigor requerido, diríamos que la sido rechazada como no válida. [200] Pero este nervio consistía, según
Doctrina de la ciencia niega que la expresión2 de la conciencia in- nuestra investigación de ayer, en que la conciencia proyectaba
mediata tenga validez, simplemente como expresión –y precisamente fácticamente algo –precisamente en su más alta potencia <y> en nuestro
1
caso la energía que seguidamente se hizo pensamiento–; sin embargo
Erscheinung.
2
Aussage. 1
Wissenschaft.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

de nuestro propio sistema deba ser colocado por debajo de <este sistema
nuestro>. Pero se revuelve diciendo: la razón es la [198] indiferencia porque es esto–, y prueba esta negación suya; sólo así es como ella
absoluta entre sujeto y objeto. Debe redargüírsele, en primer lugar, que la aquieta y unifica en sí a la razón. Sólo lo que es simplemente inteligible,
razón no puede ser un punto absoluto de indiferencia sin ser a la vez un la razón pura, queda como únicamente válida. Para que ninguno se
punto absoluto de diferencia, ella no es, pues, ninguno de los dos de extravíe en ningún momento siguiendo una ocurrencia que puede
manera absoluta, sino que es los dos sólo de manera relativa; por fácilmente imponerse aquí, añadiré en seguida una indicación, que
consiguiente, de la manera que se quiera comenzar, no se puede poner en próximamente será necesario explicar más. Podría uno, en efecto,
esta razón la menor chispa de absolutividad. Schelling añade: la razón es; preguntarse: ¿cómo puedo inteligir1 sin ser consciente precisamente en
comienza, pues, por deshacerse de ella y la coloca ante él objetivándola; este inteligir? Respondo: ciertamente eso es imposible; pero el
e incluso hay que felicitarle por no haber encontrado en su definición a la fundamento de la verdad, como verdad, no reside seguramente en la
razón verdadera. Esta objetivación de la razón no podría ser jamás el conciencia, sino radicalmente en la misma verdad; por tanto, hay que
camino recto. El objetivo de la filosofía no es hablar desde fuera sobre la sacar siempre la conciencia de la verdad, puesto que carece de autoridad
razón, sino poner en obra efectivamente y con toda seriedad el ser de la sobre la verdad. La conciencia es sólo la manifestación externa de la
razón. Y sin embargo, este escritor es el héroe de todas las cabezas verdad, de la que tú no puedes salir y cuyo fundamento se te debe indicar
ardientes y, al mismo tiempo, desordenadas y confusas; y aquellos también. Pero si crees que la razón de que la verdad es verdad reside en
mismos que no pueden negar los vicios que acabamos de denunciar esta conciencia, entonces caes en la apariencia; y en todas partes donde
acerca de su sistema –y tal vez existan aún más graves– piensan sin consideres tú que algo debe ser verdad porque eres consciente de ello,
embargo: o bien que las consecuencias son buenas aunque los principios eres radicalmente vana apariencia y error.
sean falsos; o bien que el conjunto es excelente aunque todo el detalle de Aquí se patentiza, pues:
las partes no valga nada; o bien, en fin, que el sistema es siempre muy 1. Que la Doctrina de la ciencia ha mantenido efectivamente su
interesante, aunque no sea ni verdadero, ni bueno, ni bello. Ahora bien, promesa, pues como teoría de la verdad y de la razón ha extirpado de sí
he dicho esto refiriéndolo a mi persona sólo para situarme en la historia toda facticidad. El factum original y la fuente de todo lo fáctico es la
de la filosofía y para explicar mi punto de vista, pero no en absoluto paya conciencia. Esta no puede autentificar nada –como lo prueba la Doctrina
debilitar en nadie la admiración que pueda suscitar su héroe, ni para de la ciencia–, y por tanto, es preciso rechazarla y hacer abstracción de
intentar atraerla hacia mí. Porque si hay gentes que tienden ella, allí donde debamos tratar de la verdad. Pero en la medida en que
completamente a condenarse en el error, yo no puedo nada contra ello. toda la segunda parte de la Doctrina de la ciencia –que sólo es posible a
<Pero volvamos al tema y prosigamos; el resultado principal fue él partir de la primera y basándose en ella– es una fenomenología, una
siguiente:> teoría de la manifestación y una teoría de la apariencia2, debe derivar a
Aunque nosotros hayamos concedido que no podemos salir de la las dos como existentes, pero tal como precisamente existen:
esfera de la conciencia, hemos rechazado el admitir su validez en sí. fácticamente.
<Nosotros absolute, o sea también aquí en la Doctrina de la ciencia >. 2. Está claro ahora que desde fuera es absolutamente imposible objetar
De aquí se sigue que: nada contra la Doctrina de la ciencia [196] y que es preciso, por el
1. Una vez que hemos inteligido esto, entonces a pesar de que no contrario, comenzar siempre por penetrar en ella. El punto de donde
podamos suprimir fácticamente la conciencia, no queremos creer en ella podría procederse para combatirla o es inteligido o no lo es. Si es
realiter juzgando sobre la verdad, sino que queremos hacer abstracción inteligido, o bien es inteligido inmediatamente y es el principio de la
de ella en el juicio; y esto lo tenemos que hacer bajo la condición de Doctrina de la ciencia misma, o bien es inteligido mediatamente y se
querer alcanzar la verdad; mas no incondicionalmente; porque no [199] estaría en derivaciones del fenómeno fundamental e incluso en
estamos necesariamente constreñidos a inteligir la verdad. Nos fenómenos derivados de él. Sólo se puede llegar a estos últimos a partir
encontramos aquí en primer lugar implicados nosotros mismos del primero. En este caso, pues, uno estaría de acuerdo en todas las

1
Einsehen.
2
Phänomenologie, Erscheinungs- und Scheinlehre.

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condiciones con la Doctrina de la ciencia, sería la misma Doctrina de la


ciencia y no se entraría en conflicto de ningún modo con ella. Si no Conferencia XIV: [La génesis de la verdad]
fuera inteligido y debiera ser verdad, entonces la verificación tendría que
referirse al criterio de su conciencia inmediata; porque no hay un tercero <Ayer quedó establecido, caracterizado y refutado un idealismo que
para llegar a lo absoluto, o al menos a una apariencia de éste. Se rechaza erigía la conciencia absoluta, según su efectividad precisamente, en
de golpe este recurso, por el motivo siguiente: esto es falso y tú estás en
principio. (Digo ahora “en su efectividad” porque llegaremos a descubrir
el error precisamente porque eres consciente de ello y recurres a ello.
hoy aún otro idealismo en un lugar donde quizá no lo esperamos; este
De todos modos, la ausencia de pensamiento y la insensatez se han idealismo sólo erige la conciencia, según su mera posibilidad, en
creado un título de nobleza, el del “escepticismo”, y creen que nada es principio). Esta conciencia absoluta era, pues, la autoconciencia en la
tan alto que ambas no lo puedan conquistar gracias a este título. Pero ante energía (del pensar reflexivo, como se llegó a ver incluso). Aún quiero
la Doctrina de la ciencia tienen que pasar de largo. En la razón pura no añadir acerca de este punto una anotación en relación con la historia
tiene sitio la duda. La razón se mantiene y se sostiene de manera fija e externa de la Doctrina de la ciencia; con ello no intento naturalmente
inmutable, en cada uno que accede a su esfera. Pero aunque el traer ante ustedes mi lucha con esta época afilosófica, sino señalar a
escepticismo quiera dudar de la validez en sí de la conciencia –y poco quienes quieran repetir quizás algún día esta ciencia en mis escritos
más o menos es lo que querría hacer por la voz de algunos de sus impresos, y quieran reconocerla de nuevo en la forma allí utilizada, la
representantes, y es también lo que hace muy insuficientemente dirección en la que tienen que dirigir su mirada particularmente.>
empujando la duda en tal o cual recodo, sin haber podido nunca elaborar
Es obvio, añado, que si la forma existencial externa desaparece como
una duda generalizada y verdaderamente radical–, llega demasiado tarde
tal, su contrario desaparece a la vez como tal; así pues, con el idealismo,
a la Doctrina de la ciencia con esta duda generalizada; porque esta no
que <para libramos> de la ambigüedad de la palabra preferimos llamar
sólo duda provisionalmente sobre esta validez en sí, sino que afirma y
aquí subjetivismo, desaparece a la vez <su contrario> el realismo, o
prueba categóricamente la no-validez que la misma duda generalizada
mejor el objetivismo. La realidad permanece, como ser interior –y así
podría sólo poner en cuestión. Precisamente el que posee la Doctrina de
tenemos que expresarnos para poder aún hablar–; pero ella absolutamente
la ciencia abarca todas las disyunciones de la conciencia –y si se
no permanece como miembro de una relación cualquiera, puesto que es
presupone la validez en sí de la conciencia, estas disyunciones se hacen
preciso anular en ella un segundo miembro de relación y, en general, toda
contradicciones–, y éste podría establecer, desde el punto de vista de la
relación: la realidad no permanece objetiva; porque esta palabra sólo
conciencia absoluta, un escepticismo que anulara todo lo que se ha
tiene sentido frente a la subjetividad, la cual desde nuestro punto de vista
admitido hasta ahora y se pusiera firmemente en su lugar; un
no podría tener ningún sentido.
escepticismo tal [197] que bien podría asustar a todos los que hasta aquí
han perdido el tiempo jugando con toda clase de escepticismo: ¡y Un autor filosófico reciente, y pienso en SCHELLING, ha tenido algún
gritarían que la broma ha ido demasiado lejos! Quizá, no obstante, se barrunto de esta verdad en su llamado Sistema de la Identidad; y no es
podría con ello contribuir a despertar el interés filosófico, hoy que haya inteligido la <anulación> absoluta de sujeto y objeto, sino que
adormilado. con estos términos efectúa una síntesis post factum; y mediante esta
operación cree haber dejado atrás la Doctrina de la ciencia. Por ello, se
comporta así: esta sintetización la ha visto y notado en la Doctrina de la
ciencia, la cual la pone en obra; y él cree entonces ser más cuando dice lo
que ella hace. Tal es su primera desventura: “el decir” –que procede
siempre de la subjetividad y por su propia naturaleza deposita un objeto
muerto– no es de un nivel superior, sino muy inferior “al hacer” que se
sitúa entre los dos, en el centro del ser interior y vivo. Además no prueba
absolutamente esta proposición y es la Doctrina de la ciencia la que
debe hacerlo en su lugar (cfr. Zeitschrift für spekul. Physik, II, 2. § 6, pág.
5); parece aún extraño que un sistema que confiesa contener el
fundamento demostrativo de nuestro principio fundamental y el principio
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“nosotros”; su esencia es, pues, para él pre-construida1 [238] y de ningún


modo solamente reconstruye <la reconstrucción>; en este último caso no-ser que las dos mitades tienen, sino de manera inmediata tal como lo
tendría que resignarse a expresarse sólo de la manera siguiente: yo y hemos logrado decisivamente antes.
todos mis conocidos sólo hemos podido hasta hoy, por lo que recuerdo, Prosigo la repetición: el realismo que establece la máxima que
reconstruir; pero es de esperar que podamos algún día hacer algo acabamos de examinar nos resultaba sospechoso, y lo hemos llevado ante
diferente. En fin, que él me diga si entiende su concepto de recons- el tribunal de su propia máxima. Al examinar más precisamente el en-sí,
trucción sin presuponer justamente algo original, totalmente indepen- tal como lo hemos presupuesto en su sentido original, independiente de
diente de toda construcción: porque él ha tenido que acceder a ello, por toda construcción viva [212] –sentido que dirigía esa construcción–,
encima de toda reconstrucción, y esto es tan cierto como que él se encontramos entonces que este en-sí no se puede, sin embargo, entender
entiende a sí mismo. jamás sin un no-en-sí; por tanto, no era un en-sí en el entendimiento, es
Ésta es ahora la tarea de un sistema filosófico: captar ese original y decir, no se podía entender en sí, sino solamente por su miembro
derivar de él la reconstrucción, según los mismos términos de JACOBI, complementario. De aquí resulta que la unidad del entendimiento1
como una ley absolutamente esencial del “nosotros” en cuanto tal. presupuesta aquí por la razón2 no es en modo alguno una mera unidad
Hemos establecido su sentido, pero sólo la hemos resuelto en parte. pura, <determinada> por sí misma, sino una unidad de relación, que
carece de sentido sin los dos miembros que se dan además en ella misma
en dos referencias diferentes: por una parte, poniéndose recíprocamente
y, por otra, anulándose recíprocamente; esta unidad es así la completa
mediación3, ya conocida, y la íntegra quintuplicidad4, también conocida,
que se da en ella. Incluso si fuera necesario conceder ahora que una vez
admitida la unidad, en su integridad, los miembros se ponen
indiscutiblemente de manera genética, no obstante la misma unidad no
sería explicada genéticamente; por tanto, sólo se daría por medio de una
proiectio per hiatum irrationalem, que habría sido recorrida por nuestro
propio sistema –presentándose como un realismo– en contra de su propia
máxima.
Este descubrimiento nos llevaba a abandonar en el en-sí radicalmente
todo lo que apuntara a <una> relación; no quedaba entonces nada más
que el ser puro y simple, como unidad absoluta encerrada en sí misma5, la
cual sólo puede acontecer en el interior de sí misma, y más precisamente
en la inmediatez de su propio acontecer o vida; por tanto, esta unidad
sólo es posible que acontezca totalmente justo allí donde tiene lugar <un
acontecer>, una vida, y no acontece fuera de su mismo acontecer; ella
acontece, pues, como yo absoluto: éste es otro modo en que brevemente
ustedes pueden representarse igualmente la explicación de hoy. En
general, puede pensarse esta intelección, eminentemente simple, bajo
formas infinitamente diversas, una vez que la hemos comprendido
claramente. El espíritu de esta intelección consiste en que el ser sólo está

1
Verstandeseinheit.
2
Durch die Vernunft.
3
Ganze Durch.
4
1
Vorconstruirt Fünffachheit.
5
Das blosse reine Sein, als absolute, in sich selber geschlossene Einheit.

188
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inmediatamente en el ser o en la vida, y que sólo es a título de unidad total


e indivisible. tenido, se hace formaliter genético con su contenido inmutable, y por
eso, intelección de una conexión; y esta génesis sólo es, con relación al
Conversatorium. contenido verdaderamente original, una reconstrucción; pero con relación
a los miembros fácticamente añadidos es una verdadera construcción
original y una creación de la nada (y esta es la génesis que nos atribuímos
nosotros). En este último punto, en la creación absoluta de todo lo fáctico
a partir del yo, es donde Jacobi se separa ya mucho de nosotros; y es muy
presumible que reconozca también el ser a lo fáctico, es decir, a lo que se
encuentra fuera del ser uno de la razón, dejándonos por tanto sólo el acto
de la reconstrucción. 2. La filosofía debe revelar y descubrir el ser en sí
<y por sí>. Esto es correcto y es también precisamente [237] nuestro fin.
Afirmando constantemente estos dos principios, este autor ha adquirido
un gran mérito para nuestra época; y se ha distinguido mucho frente a
todos los filósofos que sólo reconstruyen de manera completamente
ingenua o imitan chapuceramente a la naturaleza y a la razón. 3. Por esto,
no podemos filosofar y no puede haber Filosofía. –En este último punto
está, como he dicho, su verdadera opinión. Porque el hecho de que añada
de ordinario: “filosofía de una sola pieza”, no nos dice nada. Porque, si
no hay filosofía de una sola pieza, entonces no hay filosofía en absoluto,
sino algo así como meditaciones piadosas para todos los días del año.
Concedo a JACOBI el <propósito> completo, como está establecido, pero
tomándolo con más rigor que su propio autor. Nosotros, “nosotros” que
sólo podemos reconstruir, no podemos filosofar; tampoco hay en general
“filosofar” que sea particular y personal; precisamente la filosofía tiene
que ser, pero ella sólo es posible en la medida en que el “nosotros”
desaparezca con todo su proceso de reconstrucción y suja la razón pura,
pura y única. Porque ésta, en su pureza, es la filosofía misma. Del
“nosotros” o del “yo” no procede ninguna filosofía: sólo hay filosofía por
encima del yo. Resulta así que la cuestión referente a la posibilidad de la
filosofía depende de que el yo pueda desaparecer y la razón manifestarse
en el estado puro.
Podría demostrarse a este autor, a partir de sus propias palabras, que
esto tiene que ser seguramente posible. Porque por el hecho de que él
dice: “Nosotros sólo podemos reconstruir”, realiza ipso facto algo más
que una mera reconstrucción, y al menos ha sido muy afortunado al
salirse de este “nosotros” del cual habla. Pero, si él sólo pudiera
reconstruir, justamente lo haría toda su vida, pero no hablaría de ello, y
no se elevaría tampoco a la reconstrucción de la reconstrucción misma,
que realiza justamente cuando habla de reconstrucción. O bien, si
quisiéramos perdonarle esto, podríamos preguntarle cómo llega a la
universalidad del enunciado por el cual prescribe una ley absoluta a su

162
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probar la existencia del ser absoluto, si esta prueba, digo, siguiera


justamente la vía idealista que conduce a una intelección mediata (con la II
que uno se contentaría a falta de una intelección inmediata)? Ciertamente [TEORÍA DE LA MANIFESTACIÓN Y DE LA APARIENCIA]
esto es en sí legítimo y útil en su lugar: justamente en el transcurso de la [FENOMENOLOGÍA DE LA CONCIENCIA]
educación progresiva, es decir, en la elevación a lo más alto; ¡pero no
resiste a las objeciones que precisamente apuntan a lo más alto! 2.- La
diferencia obtenida anteriormente entre la autoconstrucción real y la
autoconstrucción ideal del ser, sobre la cual se edificaba el idealismo, se [MÉTODO DESCENDENTE]
encuentra completamente superada. Ser o razón y luz son una misma
cosa; y de ninguna manera puede esta ponerse o ser sin construirse; esta
construcción está, pues, fundada en su esencia, y es radicalmente una,
como lo es su esencia. Por consiguiente, si debe volverse más tarde a una
distinción semejante, entonces se tiene que comenzar por derivarla. 3.-
Hemos inteligido que cuando se trata de la razón en sí, su autoposición y
su autoconstrucción <como por sí, etc.,> coinciden totalmente en unidad:
y tan cierto como que lo habíamos inteligido, éramos también en esta
intelección la misma unidad de la razón. Pero siempre se vuelve a
encontrar una dualidad, que no representa de ningún modo una parte
integrante de la unidad, como cuando se trataba de la unidad del
entendimiento, porque más bien aquí la unidad niega y anula totalmente
las partes; la unidad no se entiende por medio de sus [236] partes, sino que
se pone simplemente; esta dualidad representa, no obstante, un medio
para llegar a la unidad. Por tanto, pudiera ser quizás que aquí hubiera una
reconstrucción –puesta de nuevo en la parte del idealismo por una
“exigencia” absoluta–, de la que no podríamos salir <sólo> fácticamente,
aunque no se le haya reconocido ningún valor en sí; tal sería, pues,
justamente el punto de vista desde el cual podría ser resuelta nuestra
tarea. En la investigación próxima veremos cómo ocurre esto.
Añadiré ahora una observación complementaria, pues no quería antes
que ella interrumpiera el curso de la investigación. He tenido ocasión de
examinar los principios de estos nuevos sistemas filosóficos que hacen
tanto ruido, con el fin de dar mayor claridad a la Doctrina de la ciencia;
así, los sistemas de REINHOLD y de SCHELLING. Al lado de ellos, y casi
más que ellos, se recomienda el sistema de JACOBI, porque con gran
talento filosófico intenta hacer desaparecer la misma filosofía, mimando
así la pereza espiritual y la repugnancia que prevalecen actualmente con
respecto a la filosofía. Arriba quedó indicado el lugar propicio para
examinar los principios de su sistema. Procede de los principios
siguientes: 1. Sólo podemos reconstruir lo que es originalmente. –Ahora
bien, este principio, que sólo se encuentra en JACOBI casi como un
postulado, ha sido precisamente establecido y exactamente determinado
por nosotros mismos: el acto original de ver, determinado en su con-

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necesariamente como un “por-sí”; porque si él no fuera un “por-sí”,


entonces sería por un otro; y por consiguiente, en la posición absoluta, es
decir, en la creación original de su ser, no podría en absoluto abstraerse
de este otro término. (El hecho de que sólo el desatino y el
atolondramiento nos impidan considerar lo otro, es quizás una verdad
empírica, que precisamente debe ser explicada aquí; pero en la unidad
absolutamente una, que se abre y se absorbe en sí misma, esto no es
verdad). Y por otra parte, si está puesto de una manera absoluta,
creadoramente, como un “por-sí” –y se comprende que este “por-sí” es
expresado efectivamente y que no es simplemente inteligido–, entonces
está puesto como lo que queda de más y es absolutamente después de la
abstracción de todo. Queda, pues, claro que la luz, o la razón, o el ser
absoluto (todo esto es una misma cosa) no puede ponerse como tal sin
construirse, y a la inversa; por consiguiente, en su esencia, ambos, el ser
y la autoconstrucción, el ser y el saber por sí, coinciden y son
radicalmente uno.
Observen de paso: 1.- Aquí se halla la intelección de que el ser tiene
simplemente que construirse a sí mismo; el idealismo ha pretendido que
ella debía generarse de manera mediata, por un razonamiento fundado en
la presuposición fáctica de la presencia de una construcción; pero ella
surgió aquí de manera completamente inmediata y sin ninguna
presuposición fáctica, por la simple consideración de su esencia interna.
Aquí hemos rechazado completamente el idealismo que se fundaba –
como hemos establecido– en la presuposición necesaria para cierta
intelección, aunque sólo posible; pero esta intelección se produce
efectivamente sin esa presuposición idealista; de modo que el idealismo
así establecido [235] si aún quiere lograrse a sí mismo, tiene que avizorar
fundamentos superiores. Además, por aquí se presenta el principio que es
preciso evocar de paso: que es posible obtener esta misma intelección por
dos vías diferentes, la una que es mediata y arranca de presuposiciones, y
la otra que es simplemente inmediata. ¿Qué ocurriría si fuera justamente
en esta disyunción de caminos donde debiera encontrarse toda la
diferencia que buscamos entre el conocimiento filosófico y el común,
entre el punto de vista de la Doctrina de la ciencia y el del saber
ordinario, y –en caso de que en este último hubiera también grados de
mediatez– la diferencia entre los distintos puntos de vista de este saber
ordinario? Para responder a ello hay siempre sistemas filosóficos que nos
solicitan inmediatamente. La presuposición que el idealismo quería como
principio de la intelección <mediata> era una presuposición fáctica. ¿Qué
ocurriría si, por ejemplo, la prueba que han desarrollado casi todos los
sistemas filosóficos (y, a su zaga, también el conocimiento ordinario),
que consiste en partir de la existencia fáctica de los seres finitos para

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poner– (= reconstrucción), sólo puede abstraer, precisamente prescindir


de lo propio que ha creado, la reconstrucción, pero no puede construir e [PRIMERA SECCIÓN: ESENCIA DE LA NECESIDAD HIPOTÉTICA
introducir la razón original; aunque, una vez acabada la abstracción, la EN EL SABER]
razón original se presenta inmediatamente. Y si alguien, en la conciencia
<indivisible> de la simultaneidad de su abstracción acabada y de la
presentación de la razón pura, así como en la conciencia también Conferencia XVI: [Del ser absoluto a la conciencia como construc-
<indivisible> de que él mismo es el libre sujeto de la abstracción, ción; el nuevo idealismo]
transfiere al mismo tiempo esta libertad suya a la entrada en escena de la
razón: entonces, el que actúa así se engaña con una ilusión y queda
aprisionado en un idealismo. Esta última ilusión es aquí anulada, en una Hemos establecido ahora el principio fundamental siguiente: el ser es
evidencia inmediata, por una concentración profunda. Después de la radicalmente un singulum, encerrado en sí mismo, del ser <inmediato y
abstracción de la más alta unidad del entendimiento, queda de más un viviente>, y nunca puede salir de sí. Este principio, por una parte, es
saber, simplemente porque queda de más, sin ninguna intervención claro en sí mismo, y, por otra –como se [213] ha visto en el Con-
posible por nuestra parte. Luz pura o pura razón en sí. versatorium–, ha llegado a ser claro más especialmente para esta
b) Desde luego, esta razón pura es justo inmediatamente ser interior, asamblea. Por lo tanto, no tendremos que detenernos en modo alguno
totalmente una con él. Más arriba hemos llamado ser interior a lo que más en él.
queda de más después de toda abstracción; aquí lo hemos llamado luz Ya he dicho que englobaba y acababa lo que podría establecerse como
pura o razón. Y cualquiera que sea la manera con que lo nombremos, es una primera parte de la Doctrina de la ciencia, a saber: la pura doctrina
lo que queda de más simplemente por sí mismo después de toda de la verdad y de la razón. Pasemos ahora a la segunda parte que hemos
abstracción; singulum totalmente indivisible; y yo quisiera saber si mencionado, para derivar, sin embargo, de aquella, de la primera parte
podríamos efectuar aún una <distinción> en este concepto establecido precisamente, todo lo que hemos abandonado hasta ahora como fáctico y
ahora, y si la intelección de que es absolutamente un singulum encerrado <no> válido en sí, derivarlo como manifestación necesaria y verdadera.
en sí mismo no nos indicaría claramente que, a pesar de toda la diferencia Comenzaré por recordarles solamente a este respecto que la solución de
de palabras que sirven para nombrarlo, es siempre una única y misma esta tarea, en la unidad absoluta del principio, no carece de dificultad; en
esencia. particular –y les ruego se remitan a la franca observación metodológica
c) Lo hemos descrito otra veces y lo describimos ahora como un en sí, que hice al final de mi última lección, con ocasión de la repetición
por sí, a través de sí mismo1 = autoconstrucción real; y ha sido general– por el hecho de que el recurso a esta unidad absoluta es
completamente imposible describirlo de otro modo. Hagan ahora completamente nuevo y no se ha presentado bajo esta forma en las
totalmente abstracción de la facticidad de esta descripción, que muy bien exposiciones anteriores de la Doctrina de la ciencia. Añadiré que esta
puede ser la reconstrucción por la cual caemos en el idealismo solución no puede quedar sin alguna complicación.
mencionado al principio; y reflexionen acerca de su verdad interna [234] Ahora bien, para que alcancen ustedes el más alto grado de claridad
(llamo toda su atención sobre este punto), y acerca del resultado sobre este punto, seguiré el método que he practicado también en otros
sorprendente que pienso obtener. Pregunto: ¿Lo que puramente queda de casos, y que consiste en darles primeramente un conocimiento fáctico de
más después de toda abstracción –lo que puede ser llamado ser o razón– los miembros que se siguen inmediatamente, con el fin de prepararlos así
tiene el fundamento de que es simplemente por sí mismo? ¿Somos para la ensambladura y la unión ulteriores. Esta preparación es el fin
nosotros los que lo ponemos arbitrariamente como siendo por sí mismo? próximo de la conferencia de hoy.
¿Cómo podría hacerse esto? Habría una verdadera contradicción, ya que, <(Brevemente: lo anterior queda consolidado y seguro; sepan que
desde luego, no sería de hecho por sí mismo, sino puesto precisamente empiezan ahora una investigación aparte, y ello en la medida de lo
por nuestro arbitrio. Si se pone como lo que queda de más, después de la necesario, etc.)>
abstracción de todo lo que está fuera de él, entonces está puesto 1. En la intelección del ser interior, generada por nosotros y obtenida
1
por la completa abstracción de la objetivación que, como sabemos, no
Als ein in sich, von sich, durch sich.
tiene en sí ningún valor (ven que vuelvo a esta intelección, en parte como
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ha ocurrido siempre hasta aquí, en parte porque por ahí mismo aparece de
nuevo un tipo de punto de vista idealista del que me abstengo aquí de tan sólo concierne al modo de nuestro punto de vista, podría ser
rendirles cuenta), en esta intelección, digo, habíamos partido de la precisamente el principio del idealismo absoluto = de la manifestación; y
construcción de este ser, a la cual nos hemos aplicado expresamente. presuponiendo en todo nuestro razonamiento el principio de [232] una
Ahora no quiero –les ruego que anoten bien este punto que enseguida construcción ideal del ser, distinta de la autoconstrucción real, podríamos
puede aportarles gran claridad–, no quiero razonar aquí como lo han ser nosotros mismos inducidos a un idealismo superior y nuevo.
hecho todos los idealismos citados: “por consiguiente, el ser depende de El hecho de que esta intelección se encuentre ahora caracterís-
su construcción, y esta construcción es [214] su principio”; porque esta ticamente distinguida del ver originario presupuesto, y solamente ella se
proposición sólo podría ser verdadera y tener un sentido en relación a la presente con certeza, al contrario del ver originario que, con relación a su
existencia fáctica del ser en la forma existencial externa y objetivante; y contenido, sólo debe ser problemáticamente (es claro que para la
esta experiencia sería, pues, presupuesta absolutamente; por con- reflexión inmediata la cosa se presenta así y que nuestra certeza se
siguiente, no se tendría aún que abstraer en modo alguno de la manifiesta como una certeza generada y deducida), este hecho, digo,
proyección per hiatum, <según> nuestra máxima fundamental; esta estriba verosímilmente en la parcialidad del mismo idealismo, el cual, no
existencia fáctica, hecha problemática ya en general en su principio reconociendo aquí nada más, da testimonio de sí mismo. Es preciso que
originario, debe ser derivada ahora. Pero nosotros queremos concluir de examinemos en primer lugar esta pretensión.
manera puramente realista, fiándonos en la verdad del contenido de la 2. Recordaré la regla fundamental: contra todo idealismo, no es
intelección y siguiendo nuestros principios, de la manera siguiente: si el posible proceder de otro modo que partiendo del realismo. Por
ser no puede en absoluto salir de sí mismo, y si nada puede ser fuera de consiguiente, una vez que nuestro razonamiento ha sido reducido a su
él, resulta entonces que el ser mismo es el que se construye así en la unidad espiritual y que lo hemos inteligido como un idealismo, no nos es
medida en que esta construcción debe ser; o bien, lo que significa lo posible quedarnos más tiempo en él sin movernos en un círculo; por el
mismo: somos nosotros quienes realizamos esta construcción, pero en la contrario, tenemos que emplearnos en desarrollar el realismo opuesto y
medida en que –como igualmente lo hemos inteligido– somos el mismo profundizarlo más en su génesis.
ser y coincidimos con él; pero de ningún modo como podría manifestarse a) Recordemos que llegamos a entrar en este realismo a continuación
y como se manifiesta efectivamente cuando nos abandonamos a la de aquel último examen del en-sí y de la intelección, que nos reveló que,
apariencia: como un “nosotros” libre e independiente del ser. Breve- en nuestro saber, este en-sí es relación y multiplicidad, en cuanto que él
mente, si el ser es construido, como efectivamente se nos manifiesta, no es una unidad que sea preciso pensar como absoluta y sin ningún
entonces se construye simplemente por sí mismo; el fundamento de esta carácter complejo y analizable; sólo es, según nuestra expresión, una
construcción, tal como se nos manifiesta aquí inmediatarnente y es unidad del entendimiento. Hemos rechazado completamente este saber, y
<comprensible>, no puede residir fuera del ser, sino total y simplemente sin embargo nos ha quedado de más un saber, que era, por consiguiente,
en él, como ser; y justo simple y necesariamente, excluyendo cualquier una unidad interna absoluta, sin ninguna composición ni división: una
contingencia. unidad en sí. No queremos decir ciertamente que “nosotros” lo
Haré a este respecto las dos observaciones siguientes: 1. He dicho: “si hubiéramos generado en esta unidad; porque verdaderamente no
el ser es construido”; me he expresado de manera problemática, queríamos que después de abstraer de toda relación debiera aún quedar
reservándome así, quizás, poder disociar ulteriormente en mi afirmación algo de más; o si nosotros lo hubiéramos querido o podido querer –poder
una parte verdadera y una parte no verdadera. Desde luego, si alguien abarcar con nuestro querer todo lo que queda de más–, entonces ya habría
insistiera en que el ser ha sido construido, entonces –ustedes pensarían estado de más para nosotros: pero precisamente, lo que simplemente
bien–: ¿cómo podría desarrollar su prueba a partir de nuestro punto de había de más era una unidad por sí. Todo depende de este último punto,
vista actual? Yo sólo podría decirlo a partir de su conciencia. Pero ya se todos los sistemas lo han pasado por alto, [233] y sólo se revela claramente
ha renunciado al valor en sí de esta prueba; mas precisamente aquí hay si se procede con la más profunda concentración. Lo que llamamos
que decidir la cuestión de en qué medida y en qué sentido la expresión de “nosotros”, o nuestra libertad, y lo que aquí precisamente debemos
derivar por primera vez a partir de la ya mencionada nueva génesis
formal del ver intelectual –el cual es necesario absolutamente presu-

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intelectual, <que> como contenido del mero acto de ver intelectual <está
separado y subsiste para sí>, debe ser en primer lugar puesto en la conciencia1 podría ser aún válida a pesar de todo; y es necesario en
conexión, por medio de lo que llamas una intelección, con otro elemento particular decidir en qué medida puede valer la conciencia en su más alta
en el acto de ver intelectual, que sea a la vez su condición y su expresión, que consiste aquí precisamente en el factum [215] de la
condicionado. Así pues, indicaré de un modo exacto y preciso el construcción del ser. Conviene, pues, no anticiparse a los resultados de
verdadero resultado a que aspiras: para llegar verdaderamente a tu nuestra investigación; pues lo que yo establezco a título problemático
exigencia, tienes que presuponer de modo determinado un acto de ver sólo tiene el fin de hacerla posible. 2. El mero ser se ha patentizado ya en
intelectual ya completamente determinado en sí y para sí; ahora bien, este verdad inmediatamente en la investigación precedente como un esse que
acto de ver intelectual, en su permanente determinación objetiva [231], es inmediatamente por sí, desde sí, a través de sí, que se construye a sí
debe ser, <pues,> además determinado como acto de ver intelectual, de mismo y que sólo es inmediatamente en esta autoconstrucción2; tal era el
un modo cualitativamente distinto, en virtud de que permanece la contenido completo de nuestra intelección. Pero aquí se trata de una
determinación objetiva. Requieres, pues, –para decirlo brevemente–, una autoconstrucción que sólo establecemos de manera problemática, como
nueva génesis en el acto de ver intelectual, el cual presupones ya en acto expresión de la mera conciencia, y que sólo <añadimos> mediatamente,
de ser y permaneciendo objetivamente idéntico.” por un razonamiento, al ser para sí: pido, por tanto, a cada uno que
intelija inmediatamente en ella una autoconstrucción completamente
Llegamos así a una nueva génesis interior del acto de ver intelectual, diferente, simplemente figurativa o ideal3, y yo no puedo describirla más
como acto de ver formal, sin ninguna diferencia de contenido (lo hemos que con palabras; en cambio, aún la primera podría llegar a ser una
llamado también objetividad). Así pues, el material de esta génesis autoconstrucción real; obviamente este último predicado “real” lo llega a
formal, su resultado, es también de nuevo <una> génesis: el contenido obtener sólo por oposición al primero: por tanto, en ese predicado –que
dado debe ponerse en una conexión genética con otro miembro que él es sólo relativo y que se comprende por su contrario– llega incluso a
genera; y a su vez, debe ser generado por éste; se trata del conocido acto anular la absolutividad de la primera intelección. Desde luego, la tarea
completo de mediación, o de la relación, que debe entrar en su consiste precisamente en encontrar qué valor puede tener<, digo,> no
quintuplicidad sintética. Pero puede ocurrir muy bien que esta génesis tanto esta autoconstrucción ideal o real del ser, cuanto más bien el
material exterior, que suponía un contenido completamente inmutable en principio analítico-sintético que se encuentra en su base; y esta cuestión
su esencia interna –génesis que se daba <en> el contenido y que procedía de la validez solamente puede ser resuelta por una derivación genética de
de él– esté justamente fundamentada en la génesis formal del simple ver este mismo principio. Guardémonos, pues, de anticipar y dejemos valer
intelectual mismo: no estaría, pues, en la cosa, sino en el ojo intelectual toda diferencia sólo problemáticaniente.
modificado; y por esto, desde luego, todo lo múltiple que hemos
encontrado aquí sería reducido a la unidad del mismo principio, a la 2. Volvamos a nuestro propósito. Si el ser es construido idealiter,
unidad de la determinación formal ulterior. Esta determinación formal como suponemos, entonces esto ocurre simplemente en virtud de la
ulterior, o nueva génesis, es entonces requerida por una “exigencia”, la propia esencia inmanente del ser. Pero no se les debe escapar a ustedes
cual ha sido reconocida expresamente, en su esencia interna, como una que de hecho hemos obtenido <por esto> algo nuevo y relevante, a saber:
génesis, simplemente como tal; y así, esta génesis podría tener también que en esta intelección absoluta, lo ideal se encuentra puesto de manera
su fundamento en la “exigencia” misma, al igual que la relación y la orgánica y absoluta en el ser esencial mismo, simplemente puesto sin
síntesis quíntuple tendrían su fundamento en la génesis formal; de suerte ningún hiatus real en la esencia, así pues, sin ninguna disyunción en la
que la “exigencia” sería el principio fundamental de todo; y así lo hemos esencia; es necesario añadir que esta intelección es genética y pone una
considerado ya más arriba. Brevemente, el espíritu del razonamiento génesis absoluta: como simplemente necesaria, bajo la condición de que
completo que hemos llevado a cabo desde el principio de nuestra segunda el miembro exista y sea supuesto. Desde luego esta intelección arrastra
parte reside en la exigencia de una génesis interior en el ver en sí, el cual
se debe presuponer para la génesis misma: por esta génesis no se añadiría
nada al acto de ver en su verdadera significación; por tanto, ella tendría 1
Das Bewusstsein in seiner Aussage.
que carecer de todo valor, como siempre lo hemos pretendido, con 2
Von sich, aus sich, durch sich, unmittelbar ein esse, dass es daher sich selber construire, und
relación a esta significación. A la vez, esta génesis interior y formal, que nur unmittelbar in diesem Selberconstruiren sei.
3
Bildliche und idealische.

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únicamente un que1 absoluto, pero de ningún modo un cómo2. [216] En lo


que se refiere a la esencia absoluta, es imposible considerar de nuevo [SEGUNDA SECCIÓN: LO AUTODETERMINANTE COMO ESEN-
cómo ella se construye idealiter; y es imposible también construir de CIA ORIGINAL DE LO EXIGITIVO]
nuevo el fundamento interno de esta construcción; esto no tiene que
desconcertarnos de ningún modo, pues sólo por esto se confirma esta
intelección como intelección absoluta, por encima de la cual es imposible Conferencia XVIII: [Crítica al idealismo y paso al realismo su-
colocar cualquier otra, lo mismo que esta construcción se confirma como perior]
construcción absoluta, por encima de la cual es imposible colocar
ninguna otra. Era necesario llegar a una tal intelección y a una tal
construcción absoluta; y es obvio que a este punto sólo podía llegarse con Hasta ahora hemos dicho: “Se presupone una construcción del ser; a
la intelección y con la construcción que proceden inmediatamente de la partir del principio fundamental de que no puede haber nada fuera del
misma esencia. En virtud de la intelección absoluta el hiatus no se da en ser, se intelige que ella procede del mismo ser, y esto es en efecto tan
modo alguno en la esencia; sólo se da en relación al <nosotros>. Y si, cierto como que ella en general es; por tanto, supuesto que se debe, etc.,
por ejemplo, aquí la esencia de lo conciencia propiamente dicha debiera entonces se tiene que, etc. Pero el 'debe' es un en sí, por sí, desde sí, a
consistir no ya en la génesis pura y absoluta, sino en la génesis de la través de sí, como tal”. Les ruego que piensen que este punto es fijo, y en
génesis3, como se manifiesta aquí, entonces el hiatus se daría en la particular el “como” añadido al final: se trata de un [230] centro nuevo y
conciencia y podría muy bien quedar allí, sólo en el caso de que este sostén de la “exigencia” que se crea y se mantiene a sí misma.
<“nosotros”> o esta postgénesis4 de la génesis absoluta fuera previamente Hoy añadiré aún una observación fundamental sobre el verdadero
derivada. Sería, pues, muy posible y muy verosímil que de paso hayamos espíritu interior del razonamiento que hemos desarrollado anteriormente;
ya deshecho el nudo propiamente en su raíz, y que la nueva dificultad, y elaboraré después desde otro lado distinto nuestra permanente tarea.
que tampoco se oculta, desapareciera; ya que, por una consideración más 1. Entremos en el primer aspecto. Nuestra alta intelección, situándose
rigurosa del punto de vista que acabamos de descubrir, podría resolverse en el punto de vista de la “exigencia” problemática, tenía la forma
fácilmente. Sin embargo, como este punto no está aún puesto en las siguiente: “Si debe tener lugar una intelección de esto o de aquello” –y
condiciones de su más alta claridad, deseamos continuar nuestro aquí en particular <la intelección de> que la autoconstrucción ideal está
desarrollo sin insistir más sobre ello. fundada en el mismo ser–, “entonces se tiene que, etc.”. “Por el hecho
3. He aquí ahora lo que hemos inteligido. Procedamos según nuestro mismo, diría yo, de que enuncias efectivamente el contenido de esta
método habitual y, de nuevo, hagamos genética esta intelección. ¿Cuál es intelección –la cual, según tu afirmación, no se produce aún, sino que
su condición? Obviamente la que es presupuesta al menos de manera sólo buscas su condición– ya lo posees indudablemente en el acto de ver
problemática: una autoconstrucción ideal del ser. Que está presupuesta intelectual y en tu concepto; tú lo construyes efectivamente y de hecho
significa visiblemente y se explica ipso facto: es absolutamente (tal como aquí se da este caso con la autoconstrucción ideal del ser)”. El
proyectada, en la forma existencial externa, sin que de manera previa contenido de esta observación reina en la conciencia entera y puede
pueda darse ningún fundamento ni ningún principio de este proyectar, o explicarse a partir de cualquier ejemplo: no puedo pensar atentamente
sea, per hiatum irrationalem. sobre la manera y sobre la ley según las cuales se construye y se concibe
Pero una parte principal de nuestra tarea consiste justamente en algo, por ejemplo, un cuerpo en el espacio, el espacio mismo, la línea,
indicar el principio genético de esta proyección per hiatum, la cual se ha etc., sin haberlo ya comprendido precisamente sin pensamiento alguno y
establecido hasta ahora sólo fácticamente, y cuyo valor hemos negado según una ley general. Y aquí se construye, pues, la ley en uno de sus
más altos casos, que abarca en sí otros casos. Prosigamos: “Resulta de
aquí, o bien que tú buscas lo que ya tienes, o bien que buscas solamente,
1
Ein absolutes Dass: una posición absoluta de existencia. a propósito de este contenido, el mismo acto de ver intelectual y el
2
Ein Wie: una manera de hacerse. mismo concepto en otra determinación cualitativa. Que tú estás en el
3
Genesis der Genesis. segundo caso, es lo que resulta de un examen minucioso de la
4
Diese Nachgenesis. proposición que ha sido establecida. El contenido de tu acto de ver

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hay una diferencia, que he caracterizado y que les he hecho conocer [217]
<oscuramente>, estableciendo la fórmula siguiente: la “exigencia” es un sin poder desembarazarnos nunca de ella <y quedando siempre sin
por sí, etc., como tal. Los invito ahora a que pongan en claro esta explicación>.
distinción, juntamente conmigo. El ser fue construido como un absoluto (Les ruego que observen que una exposición filosófica puede muy a
por sí, etc. Y pregunto: fuera de este esse, que vive y se construye de menudo contar con la ayuda desapercibida del entendimiento1, sin indicar
manera absoluta, ¿debería haber o habría efectivamente en nuestra siempre las diferencias que hace en sus fundamentos de distinción; el
intelección –suponiendo que fuera correcta– todavía algún otro ser factum explica a menudo, por sí mismo y por sus consecuencias, su
consistente, sustantivo? En ningún caso; porque, por el contrario, ambos verdadero sentido. Pero siempre se cuenta así con una casualidad feliz,
desaparecerían absolutamente [229] el uno en el otro y en el singulum que perfectamente puede también no darse. Siempre será más exacto no
puramente encerrado en sí mismo; y la doble repetición sería entonces dejar sin explicar en absoluto cualquier fundamento de distinción; ni
totalmente ociosa, inválida y marginable. Esto <no> es lo que ocurre con debe engañarnos la circunstancia de que a menudo, para muchas personas
la “exigencia”, si todavía lo consideran una vez más con todo el rigor la explicación hace más oscuro lo que estaba más claro con la ayuda
requerido: se mantiene como punto central y soporte, fijos y sustantivos, desapercibida del entendimiento; porque no debe de ser así, ni el
del autocrear y del sostener absolutos; y esto último no es inteligido auténtico sentido filosófico tolera esta ayuda desapercibida. Se ha
inmediatamente, como antes, en el ser, sino sólo mediatamente, por la presentado un caso, durante la penúltima lección, a propósito de una
presuposición y la posición de una “exigencia”; brevemente, bajo la distinción entre dos maneras diferentes de considerar el en-sí, cuyo
presuposición de que debe ser él mismo de nuevo una “exigencia”, así fundamento de distinción indiqué muy especialmente, aunque sin duda la
pues, inteligido a través de su duplicación propia. Aquí no hay en distinción hubiera llegado a ser clara con el simple factum. Aquí
absoluto, como ocurría más arriba, una intelección racional inmediata, encontramos un caso parecido. Al hiatus irrationalis como tal, es decir, a
sino solamente una intelección mediata, condicionada a su vez por una la absoluta aprincipialidad como tal2, hay que demostrarle su principio. Y
superior proyección per hiatum de la “exigencia” precisamente; así es no, obviamente, en tanto que ella es aprincipialidad, porque entonces,
como nosotros hemos procedido de hecho. Ahora bien, hemos querido lejos de demostrarle un principio, sería suprimida y anulada ella misma.
caracterizar esta relación, añadiendo estas palabras: “como tal”, es decir, Por tanto, ¿en qué medida debe ser demostrado su principio, y en qué
él mismo en la unidad esencial objetivamente fáctica. medida no debe serlo?).
Ahora se tiene que encontrar la meta a donde va a conducirnos Contentémonos con explicar claramente su sentido: la autocons-
ulteriormente este nuevo descubrimiento. En primer lugar, y por lo que se trucción ideal del ser es proyectada absolutamente par hiatum, por lo
refiere al método, resulta que, lo mismo que una proyección per hiatum – tanto se convierte en un existente absolutamente fáctico y exterior. Pero
la proyección de la construcción del ser–, ha sido derivada esta existencia3 (me serviré provisionalmente de la palabra “existencia”
necesariamente a partir del deber ser de una cierta intelección <–y este para designar exclusivamente al ser exterior; por el contrario, reservo el
“deber” ha sido de nuevo inteligido en su esencia–>, de igual modo se término “ser” –y esta acepción sólo tiene siempre un sentido verbal– para
establece otra proyección, precisamente la del deber mismo, como el ser interior, establecido en el principio fundamental absoluto; quiero
condición de esta intelección y, bajo otro aspecto, condicionado a su vez que recuerden esto): como existencia absoluta no puede en modo alguno
por ella. Tendremos que introducirnos más en este camino; así pues, si recibir en la esfera de la existencia ningún principio superior; justamente
nuestra investigación presente, como la anterior, sólo se da en un proceso por ello es aprincipial. Su principio en esta aprincipialidad es entonces
ascendente en el seno del ámbito ya descrito minuciosamente, es porque precisamente la proyección misma. Por ello también (y esto es
ella busca aún su principio. importante y lleva otra vez a la duda [218] mencionada más arriba en el nº
<Haec hactenus> 1 en la primera observación): no se ha afirmado de ningún modo, ni se
puede afirmar, que el ser se construya en sí idealiter; solamente puede
decirse que es proyectado como construyéndose de este modo. Por tanto,

1
Verstand.
2
Der absoluten Principlosigkeit.
3
Diese Existenz.

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el ser fáctico es suprimido como absoluto al mostrarse la proyección


como su principio; sólo queda ya, pues, la proyección misma, la cual –y ahora bien, si esta suposición –y con ella verosímilmente el “entonces
ruego a todos que tomen conciencia de ello– queda como acto. “Es tiene que”1 completo que pende de ella– no debe dejarse de lado (porque
necesario darle un principio”, significa, pues: como acto en general, y dejándola perdemos verosímilmente todo saber y toda intelección),
como acto tal que pone en sí mismo algo aprincipial, es necesario darle entonces la “exigencia” tiene que ser soporte y sostén de sí misma. Pero,
un principio). con la misma certeza con que hemos inteligido esto, también se ha
patentizado la “exigencia” como un absoluto que –bajo la condición que
¿Cuál sería este principio? Por la suposición de aquella auto- sea– simplemente se soporta y sostiene a sí mismo, por sí mismo, a través
construcción ideal, sin ningún fundamento, es decir, por esa proyección de sí mismo, absolutamente como tal. Esto, digo, es una “exigencia”; y si
realizada por nosotros mismos –por la Doctrina de la ciencia– quedaba no fuera exactamente así, entonces no sería precisamente una “exi-
condicionada la intelección que se imponía absolutamente a nosotros (la gencia”; tenemos, pues, una intelección categórica de la esencia interna
intelección de que la autoconstrucción ideal tenía que estar fundada en la inmutable e invariable de la “exigencia”; no obstante, en esta intelección
esencia absoluta). Y así pues, el principio es encontrado en su con- podemos hacer completa abstracción de la existencia exterior de una tal
dicionado, y la nueva y superior intelección que resulta de esto puede ser “exigencia”. Digo que “podemos” hacer abstracción, porque yo me
captada en la proposición siguiente: si debe llegarse a la intelección guardo aquí a sabiendas de [228] sacar una consecuencia que en verdad se
absoluta, que <el ser se construye a sí mismo>, etc., entonces se tiene que ofrece fácilmente, pero que aún no está suficientemente preparada en el
poner de manera absolutamente fáctica una tal autoconstrucción ideal. La contexto. Nuestra tarea consistía simplemente en descubrir algo
explicación en una intelección inmediata está condicionada por la categórico en la misma “exigencia”; pero en virtud de lo que acabamos
presuposición absolutamente fáctica de lo que hay que explicar. de exponer ahora, se encuentra ya resuelta.
4. No pierdan ustedes de vista que aquí todo esto queda aún En la explicación de la “exigencia” no les he puesto en guardia contra
problemático. “Si debe ser inteligido, entonces se tiene que, etc.” ¿Debe la apariencia de que fuéramos “nosotros” quienes suponíamos aquí lo
esto último ser puesto de manera absoluta y categórica? Sin duda: sí, en problemático, y que lo lleváramos y sostuviéramos continuamente;
caso de que se ponga lo primero; y sin duda: no, en caso de que no se porque la regla es que este “nosotros” de la simple conciencia quede
ponga lo primero; porque no hay principio fuera de lo primero. Ahora también por el momento completamente fuera de juego, hasta que sea
bien, ¿debe ponerse esto primero de manera categórica? Absolute non deducido; y poderlo hacer es el arte sin el cual nadie podría acceder a la
liquet, porque se pone de manera absolutamente problemática. Yo región de la Doctrina de la ciencia. Si entretanto este “yo” se ha
añadiría, simplemente para estimular su atención, que en esta “exigencia” impuesto a alguien, ahora puede ser inmediatamente eliminado de aquí.
problemática1, como nuestra cumbre actual más alta, está todo En efecto, bien que ahora generes y sostengas la suposición, o bien que
concentrado, de cuya derivación tendremos que ocuparnos ahora: la no lo hagas, siempre estará claro que sólo hay “exigencia” bajo la
construcción ideal del ser, como autoconstrucción y como proiectio per condición de esta autogeneración y de este sostén continuo. <Así,>
hiatum. También es obvio que hay que permanecer en esta incluso cuando eres el generador, la “exigencia” impone siempre la regla
problematicidad establecida en la “exigencia”, y tal como ella ha sido y la ley de proceder así; fuera de esto, no hay “exigencia”: no hemos
establecida. Pero también [219] está claro que tenemos que llegar a una querido decir más aquí; hacemos completamente abstracción de la
categoricidad, sin la cual nuestra ciencia, en su <comienzo> y en su cuestión que has planteado aquí y que se nos resolverá en otro lugar
punto de partida, quedaría privada de base y de principio. Pero entonces distinto.
esta categoricidad tendría que encontrarse justo en la “exigencia”, como
“exigencia” problemática, de manera que así el principio capital de la Y ahora, para concluir, una distinción tajante: su importancia será
manifestación y –si se cree en ella– de la apariencia consistiría en que lo decisiva para lo siguiente, y nunca será demasiado pronto para inteligirla
absolutamente categórico, lo cierto y lo verdadero, con relación a la claramente. He llamado ya su atención sobre la gran semejanza entre el
intelección, se manifestaría como problemático, es decir, pudiendo ser o ser interno –encerrado en sí mismo, por sí mismo, desde sí mismo, a
no ser, pudiendo ser así o no. través de sí mismo, que se basta a sí mismo– y la “exigencia” que posee
justamente los mismos caracteres. No obstante, entre estos dos miembros
1
In diesen problematischen Soll. 1
So muss.

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puede realizar lo <ha> realizado ya en el proceso ascendente; más bien,


hay que explicarla y rectificarla internamente por sí misma; es preciso 5. Para preparar enseguida el terreno sobre este punto, y en la medida
que rechace por sí misma sus pretensiones infundadas, en tanto que son en que el tiempo lo permita, les ruego que reflexionen detenidamente
infundadas; procediendo poco más o menos como lo hicimos antes, conmigo sobre la esencia de una “exigencia”1. Es obvio que la “exi-
cuando refutamos al idealismo supremo de este contenido por medio de gencia” expresa una autoconstrucción interior: un autohacerse2, interior,
la ley que él mismo había establecido: contenido que en primer lugar se absoluto y puramente cualitativo, y un reposar sobre sí mismo. Se puede
daba como un realismo, y lo descubrimos como idealismo. ayudar para llegar a la intuición de esta verdad, que en rigor se haría a sí
misma. Cuando yo digo que se trata de una interna autoconstrucción,
En una palabra, para hacerles penetrar de manera más profunda simplemente como tal, esto significa que la “exigencia” problemática
todavía en la conexión sistemática: entre este miembro, que antes era el sólo consiste en que sea precisamente la suposición interna, fundada
más alto en la manifestación –la distinción y reunión del en-sí y del absolutamente en sí misma, y de ningún modo en un fundamento
no-en-sí, en la quíntuple síntesis completa–, y el ser interior absoluto, exterior, pues si tuviera un fundamento exterior no sería una “exigencia”
como miembro absolutamente real, interviene ahora un nuevo miembro problemática sino un “tiene que” categórico3. He hablado de una
medial, la “exigencia”; en él se tiene que descubrir la relación, a la vez de suposición interna fundada absolutamente en sí misma; se trata, pues, de
disyunción y de síntesis, ordenada a los dos miembros complementarios una creación a partir de nada, que se presenta simplemente como tal. He
mencionados. [227] Encontrar esta relación: he aquí el contenido dicho que ella reposa en sí misma –no hace al caso que yo me permita
propiamente dicho de nuestra tarea; encontrarla como principio fijo: tal aquí suponerla en la forma sensible–, pues sin la continuación constante
es la forma de ella. de la suposición interiormente viva y de la creación de la nada4, vuelve a
No obstante, examinaré en primer lugar la relación al ser interior. La caer en la nada: es, por tanto, autocreador de su ser y el propio soporte de
forma del ser es categoricidad: tendría, pues, que darse en la “exigencia” su duración5.
misma, por muy problemática que pareciese, un elemento categórico. Lo que hemos descrito es, pues, simplemente la “exigencia”, y
Para encontrarlo les he invitado a pensar detenidamente sobre la esencia supongo que lo han inteligido todos. Hay, pues, en toda problematicidad
interna de una “exigencia” problemática (conforme a nuestro constante que se manifiesta primeramente, y precisamente por ello en la
método de aclarar lo que antes fue oscuramente proyectado). Es lo que ya “exigencia”, algo categórico y absoluto, la determinación absoluta de su
hicimos ayer; pero en virtud de la importancia de la cosa, quiero repetir esencia. Antes de mostrar las consecuencias que resultan de ello,
hoy toda la operación. concluiremos hoy con las dos observaciones siguientes:
Cuando decía enérgicamente y con atenta consideración: “si debe ser 1. La “exigencia” implica completamente todas las características del
tal y cual cosa”, entonces está claro que ustedes expresan una suposición ser en sí inteligido en el principio fundamental, [220] es decir, las del yo
interna, sin ningún fundamento, simplemente por sí misma y desde sí puro, internamente viviente por sí mismo, a través de sí mismo, en sí
misma; se trata, pues, de una pura creación interna, que se da en estado mismo, creador y soporte de sí mismo, etc.; y justo internamente
totalmente puro, inmediatamente como tal; pues lo que expresa organizado y radicalmente manteniéndose como tal. En lo que concieme
precisamente esta “exigencia” –si sólo se la toma de manera puramente a este último punto (y en caso de que la claridad con la que él ha podido
problemática, como lo requiere nuestra actual tarea, sin cuya realización manifestarse antes a la intuición requiera aún otras explicaciones),
no se da la intelección buscada–, la “exigencia”, digo, expresa la añadiré que siempre hemos objetivado de manera fáctica el ser interior
completa afundamentalidad1 externa y la simple presencia de una del principio fundamental, aunque rechazando el valor de esta
fundamentación interna por sí mismo. Además yo intentaba aún captar y objetividad. Sin duda, antes objetivamos esta “exigencia”; pero en la
explicar exactamente lo mismo bajo otro aspecto distinto: en la descripción y la intelección interna que después dimos de él terminamos
“exigencia” se expresa que la suposición absoluta2 <ni> se deja
incondicionalmente de lado, <ni> se la supone incondicionalmente; – 1
Eines Soll.
2
Sich selber Machen.
3
1
Grundlossigkeit. Ein kategorisches Muss.
4
2
Die absolute Annahme. Schöpfung aus Nichts.
5
Selbstschöpfer seines Seins, und Selbstträger seiner Dauer.

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por perdernos y disolvernos fácticamente en él. Y justamente ahora en


nuestra reflexión sobre este punto –que muy bien podría explicarse centrada; este único punto basta para nuestra próxima tarea; dejamos,
precisamente como una proiectio per hiatum, según el método empleado pues, de lado el lugar donde se manifestó esta “exigencia”, la intelección,
precedentemente y que procedía a partir de la “exigencia” misma como etc. Quiero notar de paso que hay que mantenerse en definitiva en esta
de su principio– llegamos a separarnos de esta “exigencia” y ella a “exigencia” como en uno de los puntos fundamentales más profundos de
separarse de nosotros. Por consiguiente, esta “exigencia”considerada toda manifestación; esto puede verse incluso partiendo de toda la
pura y simplemente en su unidad y sin ningún complemento, podría ser la búsqueda precedente, independientemente del proceso que tomemos
autoconstrucción ideal del ser mismo, considerada en su inmediatez, es ahora. Todas nuestras investigaciones precedentes y todas las
decir, sin que de ningún modo pueda ser ulteriormente reconstruido, sino intelecciones generadas han comenzado con una “exigencia”
tal como da inmediatamente la cosa misma en la construcción: por el problemática, y de ella han procedido como de su terminus a quo: “si se
contrario, la construcción del ser –puesta más arriba problemáticamente a debe llegar efectivamente a una mediación, entonces se tiene que1, etc.”:
partir de la “exigencia” –y el ser interno conjuntamente deberían ser “si se debe llegar a esta intelección que acabamos de obtener, entonces se
solamente las proyecciones per hiatum <de la reflexión>; y así ten- tiene que, etc.”: el idealismo; “si esta vida debe ser una vida en sí,
dríamos la perspectiva de haber encontrado al fin en esta “exigencia” un entonces se tiene que, etc.”: el realismo; y así se eleva uno hasta la
principio “ideal” y “real”, que fuera a la vez en sí mismo construcción y relación más alta: “si un en-sí debe ser entendido, entonces se tiene que
cosa1, no pudiendo ser lo uno sin lo otro; pero ocurriría que esta dualidad pensar un no-en-sí, etc.”.
residiría precisamente <sólo> en nuestra consideración objetivante de la Solamente en la intelección del ser puro, y en el proceso en que nos
Doctrina de la ciencia, la cual, por lo tanto, renunciaría a sí misma como absorbíamos en ella, se perdía totalmente esta “exigencia”, y advenía una
[226]
válida en sí. categoricidad absoluta, sin ninguna presuposición problemática.
2. Resulta que esta “exigencia” ha desempeñado continuamente el Pero, desde que reflexionamos de nuevo sobre esta intelección –lo que
primer papel, sólo desapercibidamente, en todas nuestras investigaciones daba la génesis histórica de nuestra segunda parte <y> de toda nuestra
precedentes: “si debe” 2 llegarse a esto o aquello, a una realización de investigación actual–, esta intelección se representaba de nuevo con una
una mediación, etc., entonces “se tiene que” 3, etc.; nuestra intelección “exigencia” –así pues, como contingente, buscando la condición funda-
siempre se ha presentado en esta forma. No es, pues, de extrañar que en mental de este contingente– una autoconstrucción necesaria del ser.
el momento en que hemos hecho abstracción de todo lo demás, subsista Hasta aquí nos hemos atenido siempre, en el proceso ascendente, al
sólo aquel carácter que era, en todos estos casos, verdaderamente el contenido de las intelecciones generadas, y no hemos reflexionado sobre
primero.[221] la forma de la problematicidad en la cual se hallaban todas; esto estaba
por lo demás completamente justificado, en la medida en que queríamos
precisamente elevarnos al contenido originario de la verdad como tal.
(Anotemos de paso que encontramos aquí una respuesta decisiva y
fundamental a la cuestión que algunos me han planteado sobre el
fundamento verdadero de la predilección que nuestra primera parte tenía
por el realismo, y sobre el fundamento de la máxima que allí domina, la
cual prescribe que nos orientemos siempre según el realismo). Pero
ahora, en nuestro proceso descendente, tenemos precisamente que
unirnos a esta “exigencia” desatendida, que nos entregaba la perenne
alma interior de los idealismos, siempre eliminados durante el proceso
ascendente; y sólo han sido abatidos por otra alma superior y opuesta, en
lo que concierne a su contenido; mas como vemos, subsisten aún en lo
que concierne a la forma. Pero no hay por qué destruir inmediatamente
1
2
Construction und Sache. esta forma por el contenido original, porque todo lo que este contenido
Soll.
3
Muss. 1
Soll... Muss.

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ruego desde ahora que dirijan su atención sobre este punto: si y dónde se
presenta un principio que reposa en sí mismo1). Conferencia XVII: [El acto de construcción especulativa originaria]
Si hay construcción del ser, entonces ella está absolutamente fundada
en él mismo; ya inteligimos esto entonces, y reflexionamos de nuevo Hemos dicho en la clase precedente cómo la parte de nuestra ciencia
sobre esta intelección y sobre su forma legal interna. Estaba entonces que estamos elaborando difiere de la que acaba de ser terminada y lo que
inmediatamente claro que partíamos suponiendo una construcción del ser tras próximas conferencias tenemos intención de hacer, a saber: ante
interior, la cual era falsamente atribuida al yo de la conciencia; mas ahora todo, aportar los materiales para la solución de nuestra segunda tarea, y
estamos sobre esto mejor instruidos y por tanto lo hemos dejado de lado. familiarizarlos con ellos. Hemos reconocido al mismo tiempo que estas
Y al menos es indudable que esta construcción del ser precisamente fue próximas conferencias no podrán quedar sin dificultad ni complicación.
proyectada como un factum absoluto. Pero, ¿hemos puesto quizás esta Es más fácil captar e inteligir lo que como tal reside en la razón de modo
proyección fáctica, en sí misma simple, en conexión con los demás puro y simple como unidad –y éste es el caso del principio fundamental
miembros, por el uso que hemos hecho de ella? Obviamente, hemos anterior, pues para esto sólo es necesario un acto de abstracción–, esto,
inteligido que si debe haber una construcción semejante, entonces tiene digo, es más fácil que reducir a <una> unidad lo que <nunca> es en sí y
que estar fundada en el ser. Ahora bien, libremente hemos asumido toda originalmente unidad; y que producir en sí un concepto radicalmente
esta especulación; nuestra investigación, de la que ahora podríamos muy nuevo e inaudito, lo que requiere seguramente otros artificios. Ahora,
bien haber prescindido, condiciona la intelección generada, la cual, por dispongamos en primer lugar lo múltiple en un orden que nos facilite al
consiguiente, habría podido muy bien no ser generada, y aquí no habría máximo la intelección: sólo se pueden ordenar e inteligir verdaderamente
en modo alguno un punto de vista fijo. No obstante, para obtener un tal estos miembros desde su principio, y este principio, a su vez, sólo puede
punto de vista fijo, nos hemos servido de un procedimiento que prueba su encontrarse <desde estos y> a partir de éstos; aquí, en la marcha de la
legitimidad por su mera posibilidad –en tanto que se requiera en este exposición en su aspecto externo hay, pues, un círculo inevitable que sólo
momento tal legitimidad–: si supones, decíamos, que debe llegarse a la podrá suprimirse acabándola. Pero es posible incluso aquí –y es lo que
intelección generada por nosotros, entonces llegarás a inteligir que la [225] barruntamos– captar esta marcha (que en verdad tiene su orden correcto)
proyección –anteriormente sólo posible– del ser fáctico de la cons- y sus miembros y darle en las circunstancias presentes la mayor claridad
trucción, se hace necesaria bajo esta condición. posible.
Así habríamos ganado mucho con relación a todo lo que precede, en la He dicho que se tiene que establecer un principio nuevo y hasta aquí
demostración de que estamos quizás en el buen camino –sin sentirnos <completamente> desconocido; observo incidentalmente al mismo
aún seguros en tierra firme–. La proyección absoluta per hiatum que en tiempo (en lo referente a la distinción que establecimos antes entre dos
todas nuestras investigaciones precedentes quedaba inconcebible, así partes principales de la Doctrina de la ciencia) que aquí no se trata
como toda forma existencial externa, se muestra como necesaria –siendo solamente de establecer nuestra segunda parte, sino de unirla al mismo
antes problemática– si se presupone que un miembro superior, la tiempo a la primera.
intelección, debe ser. La problematicidad abandona entonces los miem- <Quiero, que por el proceso ascendente estricto y categórico realizado
bros inferiores, arrojándose sobre los superiores. Pero al menos por eso hasta ahora podamos superar la deliberación fluctuante que aquí impera –
mismo se simplifica y nos descubre su verdadera sede, en donde pues así me lo ha parecido–.>
podemos esperar atacarla en su raíz. El proceso de la última lección era éste: nosotros mismos cons-
De cuanto he dicho referente a la necesidad que incluso nuestra truíamos el ser <interior>, inteligido como un <singulum>, comple-
investigación tiene de un principio <fijo> en sí mismo, resulta que tamente encerrado en sí mismo; desde luego, presupongo que podíamos
nuestra primera tarea es extirpar completamente esta problematicidad; y ser inmediatamente conscientes de ello, y que, como era exigido, fuimos
para esto, el medio más seguro es mirarla resueltamente de frente. Es en conscientes de ello: se trataba, pues, de la proyección, completamente
esta “exigencia” problemática donde se encuentra completamente con- simple y fácticamente objetivante, de un acto que hemos relacionado al
“nosotros”, [222] como a lo que es subsistente igualmente para sí mismo.
1
Y haciendo esto en nuestra investigación, habíamos podido estar tentados
Auf sich selberruhendes Princip. a derivar de manera unilateralmente idealista el ser mismo a partir de este

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acto de construcción. Pero inteligiendo bien que por ahí volveríamos


precisamente al punto del cual nos acabamos de levantar y, por lo mismo, condición. Si ponen el ser1 puramente inmanente como lo absoluto, lo
que no avanzaríamos, nos guardamos de hacerlo. Pero procedimos bien sustante, Dios –lo cual será sienipre correcto–, y si ponen la mani-
así, y tuvimos que proceder necesariamente así, si queríamos alcanzar, festación2 (que aquí es tomada, en su más alto punto, como una
fuera del ser-uno, aún algo más, a saber: el fenómeno de éste1. construcción interiormente genética de lo absoluto), como la revelación y
la expresión de Dios, entonces podrán inteligir aquí que esta
“En lo que atañe a la verdad en sí de esta construcción, ella sólo puede manifestación es simplemente necesaria y fundada en la esencia de lo
<apelar> a una simple expresión de la conciencia2”. Esta expresión, absoluto. A esta intelección de la necesidad interna absoluta, sobre la que
rechazada más arriba de manera incondicionada, no puede ser rechazada nunca insistiré lo suficiente, se opone la absoluta oscuridad de la
ahora, pues nuestro fin actual se ha transformado completamente; intelección con toda su fuerza, por el hecho de que la libertad es siempre
precedentemente deseábamos lograr el ser puro, en sí mismo, pero hemos lo último que ella quiere abandonar, y si no puede salvarla por sí misma,
probado que, para este ser puro, la conciencia no podía tener ningún trata al menos de encontrarle un refugio en Dios. Esta intelección de la
valor; aquí no deseamos ya lograr el ser puro en sí mismo, puesto que ya necesidad interna, digo, es un carácter de la Doctrina de la ciencia, que
lo tenemos, y a este respecto nuestra investigación estaría ya terminada; la distingue absolutamente de todos los demás sistemas. Todos sin
sino que deseamos tomarlo en su manifestación originaria; y a este excepción admiten, al lado del absoluto sustante, una absoluta con-
respecto la conciencia, y aquí en particular la construcción, bien puede tingencia3. Aquí se intelige de antemano como simplemente necesario, en
ser actualmente el primer miembro que captemos de esta manifestación. la razón y en sí, lo que luego se nos aparecerá sin duda como contingente
No podemos ahora tampoco reconocerle un valor incondicional; porque –pero no en la razón ni en sí– en otra relación que aún queda por definir.
precisamente nuestra cuestión es saber con qué título y bajo que con- Sólo bajo esta condición puede esperar la Doctrina de la ciencia derivar
dición posee un valor. Por tanto, tenemos que establecer esta expresión el fenómeno de manera legítima y fundada, y no solamente de manera
de manera problemática, sin anticipar la investigación ulterior, pre- aparente; porque una derivación verdadera tiene que poseer un principio
sentándola del modo siguiente: si una construcción semejante es efec- fijo. De todos modos, como ya ha ocurrido, se intenta derivar a partir de
tivamente, y en la medida en que lo es, o sea, si participa en el ser, y no un término en sí contingente otro término contingente; y de este otro
sólo lo parece, sino que el ser se manifiesta efectivamente en ella, contingente, que sólo tiene fijeza bajo la condición de la fijeza del
entonces, etc. Por este “entonces” se impone la tarea de demostrar con primero, se intenta obtener de nuevo la fijeza del primero; como si de
una evidencia inmediata la condición del ser efectivo y verdadero de una este proceso, que consiste en colocar los dos términos en reciprocidad,
construcción semejante, en el caso de que se le pueda atribuir el ser y en aunque ninguno de ellos tenga [224] subsistencia para sí mismo, pudiera
la medida en que pueda serle atribuido. Pero hemos encontrado esta resultar un punto de vista justo, bueno y fijo.
condición, y se nos ha patentizado sin dificultad: si esta construcción que
se nos ha manifestado está efectivamente y de hecho en relación con el Añadiré aún la observación siguiente: dentro de nuestra investigación
ser verdadero en la razón –y de ningún modo en relación con la presente, el punto que nos ocupa aparece justamente aún, tal como se lo
existencia fáctica en la conciencia, pues hasta que no esté mejor fundada he descrito, defectuosamente; por tanto, es claro que ella busca su
esta conciencia no tiene ningún valor (circunstancia que no se debe principio, como se lo indiqué al comienzo sin ambigüedades, pero no lo
omitir)– [223] si es conforme a este sentido, entonces ella no está de posee aún, porque su primer miembro, la construcción del ser interior,
ningún modo fundada en un pretendido yo de la conciencia, en un yo todavía se da –con relación a la primera cuestión que se plantea aquí, la
vacío de ser y objetivante; está por el contrario fundada en el mismo ser; del ser verdadero en la razón– problemáticamente; por consiguiente, lo
porque el ser es uno, y allí donde él es, es totalmente; está fundada en el que se obtuvo bajo su condición, a saber, la autoconstrucción necesaria
ser como ser; por tanto, pura y simplemente necesario. del ser, sólo puede ser igualmente de modo problemático. Por esto les
(Añadiré aquí una observación accesoria, que no debe ser para ustedes
motivo de distracción; ella puede arrojar mucha luz acerca de esta
1
1
Dem Phänomene desselben. Sein.
2
2
Blosse Aussage des Bewusstseins. Erscheinung.
3
Eine absolute Zufälligkeit.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

evidencia, sin ninguna intervención por nuestra parte. Aquí la premisa


misma se da también sin nuestra intervención; por tanto, también en la Conferencia XIX: [Construcción ontológica y razonamiento lógico]
premisa coincidimos con la luz absolutamente activa en sí misma:
detengámonos en esta premisa. Es lo que hicimos hace poco, justo Como acabamos la semana, no quisiera dejarles sin que por lo menos
cuando pensé que ustedes estaban suficientemente preparados para el estén provistos de un resultado fijo. Este deseo me obliga a marginar
vuelo más alto, iniciado en la última hora de clase, al examinar este
algunos miembros intermedios –que una consideración más profunda
“determinante”. Es lo que pueden considerar como segunda sección de
encuentra entre la conclusión obtenida ayer y lo que hoy voy a añadir–
nuestra segunda parte.
para reencontrarlos durante el proceso descendente.
En nuestra última lección se establecía [266] de nuevo la mera conexión
1. Como introducción a nuestro asunto esencial de hoy, haré una
y con ella –tal como podemos presentirlo y como no obstante vamos a
observación explicativa, destinada a orientar desde ahora su atención;
indicarlo y probarlo en seguida más precisamente– se establecía la
añadiré también que ella repite al mismo tiempo, bajo una forma breve y
“exigencia” problemática de la que esperábamos habernos liberado ya.
fehaciente, la primera parte principal de nuestra conferencia de ayer.
¡Esto debería extrañarnos! Si se estableciera de nuevo esa “exigencia”
Digo que en todo saber derivado o en la manifestación hay simplemente,
exactamente con el mismo sentido en que fue suprimida ya más arriba,
entre el hacer y el decir, una contradicción pura y absoluta: propositio
entonces no progresaríamos y nos veríamos sacudidos sin brújula en las
facto contraria. (Sobre este punto –anotémoslo de paso– tendría que
olas de la especulación. Según las indicaciones que justamente hemos
fundarse precisamente un escepticismo rotundo, ya evocado más arriba
podido dar sobre la diferencia entre el saber ordinario –a partir del
en otra ocasión, y a este propósito tendría que ser discutida esta con-
principio del ser del saber– y el saber trascendental –en la intelección
tradicción ineliminable en el nivel de la mera conciencia. Precisamente
genética de este mismo principio–, es probable que la “exigencia” no
sobre este punto se funda esa refutación tan sencilla que consiste en
aparezca de la misma manera: más bien, la “exigencia” rechazada estaría
rechazar y presentar como incompletos –lo que muy a menudo ni siquiera
en el saber ordinario, cuya premisa quedaba tácitamente presupuesta; por
da lugar a que estos autores [239] se enmienden– todos los sisternas que no
el contrario, el que se establece ahora estaría en el saber trascendental,
se eleven hasta la pura razón: se les demuestra que hay una contradicción
que sondea genéticamente incluso la premisa –así pues, procediendo de
entre lo que dicen de su principio y lo que hacen. Así hemos procedido
una “exigencia”–; nuestra conferencia anterior, pues, habría inaugurado
con todos los sistemas que hemos examinado, incluso ayer con el sistema
la tercera sección de nuestra segunda parte y las dos secciones extremas
de JACOBI). Hemos descubierto esta contradicción en el mismo seno de lo
estarían reunidas en el centro de la premisa, a su vez separadas por una
que habíamos establecido hasta ahora como el más alto principio de la
duplicidad en la premisa: por eso ahora las dos partes extremas = el saber
manifestación, en la “exigencia”, incluso después de concebir su esencia
trascendental y el saber existente efectivamente, serían los dos diferentes
fija y completamente determinada como un “por-sí”, etc., como tal,
fundamentos de disyunción: ellas procederían del punto central de la
durante la primera parte de nuestra conferencia de ayer; por la “exi-
premisa que justo las reúne a la vez que las separa; tendríamos
gencia”, en efecto, una cierta intelección determinada –como lo era en
precisamente así el principio de disyunción que siempre hemos
nuestro caso la intelección de que el ser se construye a sí mismo– se pone
pretendido. Tal es la brújula que les puedo ofrecer a ustedes para la
no como existente, sino solamente como posible, y posible bajo cierta
travesía comenzada ya.
condición que hay que descubrir– pero si se debe llegar a considerar su
2. Decía: en la intelección que hemos realizado aparece de nuevo una posibilidad condicionada, ciertamente se la tiene que presuponer como
“exigencia” problemática. Y es ante todo claro esto: “si se pone un acto de ver determinado en su contenido y, en cuanto tal, inmutable. Por
principio de la autogénesis, entonces resulta”, etc. <¿debe, pues, ahora consiguiente, en lo que se refiere a esta “exigencia”, su hacer, su
haber (o no) un principio semejante? y como el segundo miembro, etc., verdadero efecto interno (que presupone un acto de ver inmutable en su
no valen ninguno de los dos>. Los dos miembros ciertamente han sido contenido) y su decir, que es otro hacer de este mismo ver (lo cual hace
encontrados más arriba fácticamente y, por lo tanto, como miembros que la intelección no deba ser efectiva, sino solamente posible bajo una
separados; y en la última hora de clase, siguiendo nuestra regla y nuestra condición que hay que precisar), se encuentran en completa contra-
máxima fundamental, los hemos unificado genéticamente. Ahora bien, dicción. La esencia exterior propia de esta “exigencia” se encontró como
después de que los tomamos conjuntamente a ellos mismos de modo el requerimiento de una determinación interna ulterior y simplemente

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formal de un ver que se presupone inmutable según su contenido; la


determinación ulterior de este ver presupuesto se daría en una conexión este mismo ser en su esencia interna –como lo ha hecho el nuestro,
genética con otro miembro puramente creado por esta determinación poniendo un principio superior de la génesis absoluta, por lo que un
ulterior. Sólo añado esto como medida de repetición; a continuación principio semejante ha sido entonces necesariamente una negación
formulo el razonamiento siguiente: la razón absoluta, pues, se distinguirá positiva de la génesis, o sea, un ser–; si además este ser no es el ser del
de este saber relativo, porque en ella está expresado lo que <es o lo que> objeto –por tanto, una doble muerte–, sino el ser del saber –por tanto,
ella hace, y hace lo que está expresado, en una mismidad absolutamente sólo muerte exterior de la vida interna y de la génesis, entonces un
cualitativa. sistema semejante parece haber realizado ya algo inaudito. Pero nos
vemos requeridos a inteligir aquí claramente que por eso no hemos
2. En la segunda parte de la investigación de ayer, intentamos acabado nada aún, pues incluso este ser de la vida, tal como él es
presentar la razón pura en nosotros. Observé al fin de esta exposición penetrado, viene a ser a su vez un ser mediato y derivado de lo que
que, por haber en ella una dualidad –que [240] es precisamente anulada únicamente nos queda ahora, a saber: de la intelección de la conexión.
intelectivamente, aunque fácticamente sea ineliminable– se revela así que
en ella quizás la razón pura no se presenta de manera inmediata, y que Ahora bien, para aplicar inmediatamente esto en la perspectiva de
quizás sólo es reconstruida. A esta misma determinación cualitativa nuestro propio fin, ya conocido desde hace mucho tiempo, diré que el ser
indicada en la “exigencia”, propia de un ver presupuesto como inmutable derivado, propio del saber, dará, pues, el saber ordinario, no el saber
en su contenido, la hemos llamado igualmente reconstrucción; en la trascendental. Por nuestra intelección actual [265] de la génesis del
misma reconstrucción, pues, residirá la contradicción entre el decir y el principio del mismo –precisamente del ser derivado ahora– y por la
hacer, descubierta hace un momento en todo saber derivado; esto puede reflexión sobre esta intelección nos elevamos al saber trascendental
también explicitarse inmediatamente de la manera siguiente: ciertamente propiamente dicho, a la Doctrina de la ciencia, y esto no simplemente de
la reconstrucción se da expresamente como reconstrucción, pone por un modo meramente fáctico –fáctico en nosotros mismos, de manera que
tanto muy justamente lo originario en su propio concepto, y en esto no seamos la raíz fáctica, porque esto lo somos ya desde el momento en que
hay contradicción alguna. Pero como deja inmutable al contenido –y de nos absorbemos en la luz pura–, sino por el contrario, de un modo
hecho no podría crear uno nuevo, sin que la conexión entre ella y lo objetivo e inteligible, de suerte que inteligiendo fácticamente, penetramos
absoluto fuera totalmente anulada–, entonces su acto de construcción a la vez la ley de esta intelección. En esta región superior que ahora se
queda sin fundamento, y el mismo factum contradice al postulado de la nos abre tendrá, pues, que desarrollarse nuestro trabajo; solamente en ella
necesidad absoluta en el puro <por-sí> positivo. se nos hará patente el principio que buscamos: principio de la
manifestación y de la disyunción, el cual sólo debe ser aplicado luego al
Debiera ahora acceder inmediatamente, de modo ascendente, a esta saber existente = al efectivo saber ordinario. Y ahora añadiré aún esto:
contradicción descubierta, es decir, la falta de fundamentación1 del desde la apertura de lo que hemos llamado provisionalmente “segunda
concepto de una reconstrucción, para resolverla. Pero como anuncié al parte” se ha revelado una “exigencia” problemática, cuya única función
principio de esta conferencia, me reservo suprimirla mediatamente en el es poner en conexión y unir un miembro condicionante y condicionado –
proceso descendente; indicaré ahora, volviendo inmediatamente a nuestro creado absolutamente por la misma “exigencia”– con un saber cuyo
razonamiento de ayer, el lugar de la reconstrucción absoluta <y examen correcto nos revela su independencia de esta “exigencia” y del
desarrollaré este asunto>. efecto completo de ésta, y su necesario carácter de subsistencia original.
La intelección absoluta, generada antes, se ha visto animada por las Es lo que ustedes pueden llamar ahora la primera sección de esta
consideraciones siguientes: a) Ella nos vino por abstracción de toda segunda parte. Desde que nos encontramos en la presuposición absoluta
relación sin excepción, y si quedó como unidad, no fue sin duda porque concerniente a la esencia del saber como un “determinante” absoluto, no
nosotros lo quisimos, sino simplemente por sí misma: luz pura o razón. quisimos saber nada más de esta “exigencia” problemática completa y de
b) Esto fue llamado por nosotros más arriba “ser interno”, aquí “luz o su efecto de unir y enlazar, en cuanto simple saber de la manifestación.
razón”; pero es obvio que en el singulum absoluto que permanece por sí En aquel lugar dijimos que hasta ahora nosotros –este “nosotros” del cual
no teníamos hasta aquí tingún concepto– nos encontrábamos poniendo
1
arbitrariamente la premisa, posición indicada mediante la reflexión
Grundlosigkeit. enérgica; y que solamente la conexión se daba por sí misma en la
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disyunción entre dos fundamentos diferentes de disyunción; no mera


división, sino división que se entrecruza, división de una división mismo como unidad no se da en absoluto ninguna distinción; que, por
presupuesta, que por otro lado se presupone; o –conforme a la expresión consiguiente, las dos denominaciones sólo son dos nombres diferentes
de la que nos hemos servido en la última mención para caracterizar esto– para la unidad, cuyo carácter radicalmente indivisible e inseparable
no como un simple “determinante”, sino como un “determinante” en el inteligimos. c) Así pues, antes habíamos inteligido esta unidad, y la
“determinante” y “determinante” del “determinante”. Ahora bien, la tarea inteligimos ahora precisamente de manera inmediata como un “por-sí”,
más difícil del arte filosófica consiste en no embrollarse en este etc., construyéndose a sí misma. Y pregunté: ¿No debe, pues, este
entrecruzamiento, en distinguir lo infinitamente semejante, distinguible “por-sí”, como verdad absoluta, estribar radicalmente en su [241] esencia?
sólo por el acto más libre y más espiritual de distinción. Si he recordado Aún profundicé más este punto con la reflexión siguiente: la
esto, es para que ustedes no comiencen a desconfiar cuando al proseguir autoconstrucción por sí resulta de su autoposición como tal, e
debamos llegar a regiones donde no comprendan nada de su método e inversamente; porque si la autoposición es puesta como tal, como lo que
incluso éste deba parecer extraño. Más tarde justificaremos también esto; queda después de abstraer de todo lo demás, entonces es puesta como lo
no podemos hacerlo antes de haberlo puesto en obra. permanente y subsistente por sí; porque si no fuera por sí, entonces sería
por algún otro término, del cual por consiguiente no podría hacerse
Quede esto como introducción general para esta semana. Volveré abstracción en su acto verdadero de creación original; o de otro modo,
ahora al punto en que quedamos al final de la <semana pasada:> este otro término no debería estar ausente de su acto de creación.
Si se supone que hay una autogénesis absoluta y que a ésta se le da un Inversamente, si la autoposición es un por sí verdadero, real, enérgico,
principio, obviamente en el saber –lo que precisamente es aquí un entonces ella no es por otro término; de no ser así, ella no sería
principiar–, entonces resulta en este saber una negación positiva y verdaderamente por sí; entonces necesariamente se tiene que poner como
absoluta de la génesis = un ser acabado y subsistente; y precisamente, se ha puesto.
como esta investigación completa concierne a la pura inmanencia de la Consideremos con más rigor este mismo razonamiento y el
luz y como hace ya mucho tiempo que mediante nuestras [264] procedimiento que implica –y recuerdo que éste es el punto más difícil y
investigaciones fue empero eliminado un presunto ser exterior al saber, el más importante de cuanto se nos ha aparecido hasta ahora–. En primer
entonces ese ser acabado y subsistente es el ser del saber. lugar, durante todo nuestro razonamiento y en todo el proceso anterior de
Ahora bien, somos nosotros quienes en la última lección llegamos a nuestra exposición, lo absoluto ha sido tratado sin excepción alguna
inteligir esta conexión y quienes la inteligimos ahora de nuevo; como es como lo que queda después de la abstracción de toda multiplicidad, <lo
obvio, la inteligimos mediante la intelección de esta conexión, como una cual es de suyo una relación>; y aunque hayamos podido expresar de
conexión así determinada, y en esa intelección inteligimos los dos manera bastante precisa el por-sí absoluto y la pura unidad en sí, a cada
miembros: estos son, pues, de suyo algo mediato, y solamente el nosotros palabra de esclarecimiento que añadíamos recurríamos de nuevo a esta
= nuestra intelección realizada ahora, es aquí lo absolutamente inmediato. misma relación; y esta es la mejor prueba de que incluso nosotros
A este respecto haré dos observaciones: 1. Acabo de recordar de mismos –es decir, la Doctrina de la ciencia–, y todo lo que propiamente
nuevo que el ser y el subsistir interiores designan aquí el ser del saber; hacíamos y ejercíamos, nos encontrábamos aún en la contradicción
éste es ya conocido precisamente como génesis absoluta y lo hemos descubierta más arriba entre el hecho de hablar del por-sí y el del hacerlo
hecho valer también, en la anterior hora de clase, como conocimiento –de explicarlo por lo que no es por sí–. En este punto la primera
racional a priori de un principio absoluto. Acerca de esto hay que dejar proposición de nuestra prueba decía así: <“si se pone como tal, o sea,
bien sentado que se trata del ser del saber, incluso cuando para abreviar como…”>, lo cual es entonces una prueba segura de reconstrucción. En
nuestro lenguaje debamos omitir esa oposición; pues si no, en vez de segundo lugar, en el nervio de nuestra prueba completa, <del “por algún
elevarnos más alto, recaeríamos de nuevo en lo que ya antes ha sido otro”>, hemos presupuesto absolutamente la génesis así como la validez
realizado. Por esto, aquí, aún más que en otra parte, tenemos que tener absoluta del enunciado del principio: “si no es por algún otro, entonces es
constantemente presente la cadena completa de nuestro razonamiento. 2. por sí, y si no es por sí, entonces es por algún otro”; éste era el nervio de
Ya he dicho que todos los sistemas filosóficos quedan en alguna parte la prueba. Si ahora alguien nos dice a este respecto: “Muy bien, pero una
fijos en un ser y en un subsistir muertos. Ahora bien, si un sistema deriva de dos: o por sí o por otro; y si es lo uno, no es lo otro: suponiendo, claro
está, que te conceda el empleo de tu 'por' en general. Pero si entonces
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digo: es, y basta: [242] ¿quién querría preguntar ahí acerca de un 'por'?”. A
ése podemos ciertamente replicar: “Si te concentras, entonces tienes Conferencia XXII: [La contingencia en la fuente del saber tras-
también una conciencia fuera de este “es”; no tienes, pues, una sola cosa, cendental]
sino dos, que nunca puedes reducir a una, y entre las cuales reside un
hiatus irrationalis; estás en la conocida muerte de la razón”. Pero Aunque pueda afirmar con todo derecho –y también, según espero,
siempre le queda un subterfugio, el que justamente toman todos <los con el asentimiento de todos aquellos que entre ustedes tienen una
no-filósofos>: “aquí tengo precisamente que quedarme y es imposible ir información histórica del estado en que hasta aquí se encuentra la
más allá”; y todo volvería en fin a que justificásemos el empleo de este Filosofía– que ahora nuestra especulación se mueve ya en una altura
“por” o “determinante”. Tal sería <entonces> nuestra más próxima tarea: jamás alcanzada antes, y que ha suscitado intelecciones que modifican
justificar este carácter, este “determinante” en general, como tal; desde el fondo el punto de vista sobre todo ser y sobre todo saber, sin
haciendo abstracción completa de todas sus aplicaciones. Ahora sólo les embargo todo esto no es más que la preparación de la solución efectiva
rogaría que recordaran que siempre se ha presentado con el único de la tarea de la especulación en general. Esta solución <efectiva>
carácter de una necesidad fáctica. pensamos acabarla esta semana; por esto, requerimos de nuevo toda su
Para encontrar esta justificación deberemos seguir rigurosamente el atención. El que hubiera comprendido perfectamente todo lo dicho hasta
análisis de la prueba precedente. En la primera parte han podido observar aquí y lo hubiera inteligido hasta el punto de tener una convicción
las expresiones siguientes, cuya clara y distinta significación perfectamente inextirpable e imposible de hacer vacilar jamás, pero sin
seguramente han visto de manera inmediata: “si no fuese por sí, entonces inteligir justamente lo que ahora queda por exponer y sin estar
sería por algún otro del que no se podría hacer abstracción en la ver- convencido de ello, éste se habría asegurado contra toda falsa filosofía;
dadera creación original, o que para esta creación no podría desaparecer”. de suerte que podría fácilmente echarla a pique; poseería también algunas
Y ayer, añadí aún que precisamente no debía desaparecer para la verdades importantes, aisladas y separadas las unas de las otras; pero no
“verdadera creación original”; porque <se comprende que> la insensatez por eso se habría hecho aún capaz de edificar en sí el sistema de la
y el desatino nos ponen en riesgo de hacernos olvidar el otro por el cual verdad, en su totalidad y de una sola pieza. Esta capacidad es la que
solamente el primero podría ser. ¿Cómo hay que entender entonces esta pienso yo ahora comunicarles; y después de esto se habrá alcanzado el
creación original, que constituía igualmente, de manera latente, el nervio fin principal de esta exposición de la Doctrina de la ciencia pura.
de la prueba? Obviamente, nuestro pensamiento (o la luz) si es auténtico, Aunque se le llame ser o luz, lo absoluto es ya perfectamente
debe acompañar a la verdadera creación real de la cosa y confundirse con conocido desde hace algunas semanas. Desde que hemos adquirido este
ella; así, si el uno es por medio del otro, el pensamiento tiene que acoger conocimiento, trabajamos en la derivación no del mismo absoluto –como
en sí mismo y expresar tal “por medio del otro”; por el contrario, un se comprende–, sino de su manifestación; ahora bien, la exigencia de esta
pensamiento que omitiera esta mediación no sería más que un <pálido> derivación no puede en el fondo significar más que [263] esto: en lo
pensamiento, no un pensamiento absoluto, y sólo podría establecer esta absoluto hay todavía algo que no hemos descubierto, en virtud de lo cual
creación verdadera de manera fáctica, como una simple existencia está en conexión con su manifestación.
muerta. <Este sería el primer punto.>
A partir de lo encontrado antes de una manera en verdad solo fáctica –
Parecería aquí –y es justamente lo que ha sido expresado– que la con lo que empero bastaría igualmente muy bien en una derivación
creación real, como real, puede ser para sí [243] y desplegarse por sí puramente genética–, sabemos que el principio de la manifestación es a
misma. El fundamento de esta ilusión está prendido aquí en el hecho. la vez, en la misma unidad indivisa, principio de disyunción, claro está,
Estriba efectivamente en la posibilidad de mirar también la creación en la manifestación. Pero en lo que concierne a la disyunción absoluta,
original pálida y fácticamente; esta posibilidad muestra precisamente a la ruego a ustedes que recuerden un razonamiento que he desarrollado no
creación como un ser que puede darse <separado> e independiente de la mucho después del comienzo de nuestras presentes conferencias: en él se
mirada. No obstante, hemos inteligido ya más arriba que la luz y el ser indicaba que si se debe captar la disyunción justamente en la unidad
interior (de ninguna manera la existencia exterior creada por el absoluta –tal como lo requiere inevitablemente la forma acabada de una
pensamiento empalidecido) son completamente una misma cosa. O si aún Doctrina de la ciencia, y tal como es aquí nuestra intención–, tiene que
no lo habíamos inteligido es ahora el lugar de dar una prueba inmediata ser captada no como una disyunción meramente simple, sino como una
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

<Entre otras cosas> [262] no se puede hablar libremente y sin


preparación sobre especulaciones tan elevadas, pues ya es bastante de ello; porque si la luz absoluta, inmutablemente e invariablemente
oneroso expresarse a este respecto en un discurso medido y preparado. idéntica a sí misma, tiene que acompañar a la creación, entonces no hay
Por esta razón, y para librarnos todos de la tentación de tratar aquí en absoluto luz sin creación y, a su vez, la creación es completamente
libremente este asunto, habrá un Conversatorium especial. inseparable de la luz: porque ella sólo es por la luz y en la luz. <Creación
= “determinante”, mediante el cual, etc.; así pues, la luz absoluta es de
suyo un absoluto “determinante”. Y este sería el segundo punto.>
Tal es, pues, lo que nosotros, la Doctrina de la ciencia, hemos
presupuesto como principio interno de la posibilidad de toda de-
mostración subordinada (que por el momento hay que dejar de lado); y lo
hemos presupuesto tácitamente, aunque –detalle importante– sin ningún
designio o propósito previos al hecho, sino inmediatamente a través del
hecho. Pero digo que la simple posibilidad de esta presuposición prueba
su verdad y legitimidad. Comenzaré probando esto de manera indirecta.
Nosotros mismos somos, en todo lo que hacemos y ejercemos, el saber,
el pensamiento, la luz, o como quieran llamarlo. Desde luego, si el saber
se encontrara absolutamente limitado, por ejemplo, al pálido pensamiento
de una existencia exterior al pensamiento, entonces ni incluso nosotros
habríamos podido salir de ahí para presuponer una creación absoluta. En
virtud de que la hemos puesto efectivamente y la hemos identificado
absolutamente con la luz, en virtud de que nosotros mismos éramos
inmediatamente luz, hemos confirmado, en nuestro ser inmediato y en lo
que hemos hecho, la verdad de lo que hemos dicho: porque en ese punto
ejercíamos lo que decíamos y decíamos lo que ejercíamos; lo uno no
podía en absoluto ir sin lo otro.
Resultado: 1.- La contradicción que hemos observado hasta aquí,
incluso lo mismo que éramos y ejercíamos nosotros mismos, entre el
hacer y el decir = entre lo real y lo ideal, se encuentra ahora superada
ipso facto en nosotros mismos, de la única manera como podía serlo; y
como esto es el criterio de la razón pura, somos ipso facto razón pura.
[244]
2.- La luz tiene un concepto original de su propia esencia, que se
confirma ipso facto en la realización inmediatamente visible de sí misma.
(Observen que aquí nos atenemos únicamente al contenido inme-
diatamente claro de nuestras proposiciones. En lo que se refiere a su
forma, por ejemplo, a las significaciones verdaderas de las diferencias
formales que hay aún en ellas, es obvio que aún pueden suscitarse
cuestiones. Estas cuestiones saldrán por sí mismas y sus respuestas
deberán precisamente darnos los principios fundamentales que permiten
derivar la relación a partir de lo absoluto). 3.- Dejemos de lado,
precisamente por la causa aducida, este nuestro concepto fáctico de la
esencia de la luz que justamente debería llevar en sí al “nosotros”
completo cuyo origen buscamos, y atengámonos exclusivamente al
contenido. En la luz está la génesis absoluta. Es obvio que la luz, como
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

luz, es una unidad cualitativa (que se produce in facto, precisamente en


el acto de ver absoluto, el cual no puede ser ulteriormente visto); esta también génesis, [261] como apareció ya más arriba. Así se explica, pues,
unidad penetra a toda la génesis interior, en cuanto génesis pura y simple la aprehensión interna absoluta (sin recurrir a percepción, saber o
(cuento aquí con la perspicacia de ustedes, porque con nuestras palabras intuición exterior –pues todos estos caracteres caen en la autogénésis–)
no está <en absoluto> aún acabada la cuestión). Aún puedo construir de un solo principio original y de un solo principiado original,
mejor todo esto de la manera siguiente: la unidad penetra a la dualidad en encontrándose estos dos términos implicados en una misma serie lineal y
el “determinante” a-b; no obstante, esta dualidad sólo está en el “de- no en absoluto en relación recíproca; se trata, pues, de la razón pura y a
terminante” absoluto y de ninguna manera fuera de él, pues no hay en priori, que es independiente de toda génesis y que anula toda génesis que
ella una sustantividad o una diferenciación sustantiva entre sus miem- se presenta como absoluta.
bros; el orden de estos miembros puede, pues, ser invertido de modo Vayamos más lejos: ocurre que, en lo que acabamos de vivir y de
completamente indiferente. –En todo esto se trata de construcciones que ejercer hace un momento, obviamente no hemos sido la razón pura, ni
intentan hacerse empíricas, por las cuales me anticipo: su fundamento de nos hemos confundido con ella, sino que sólo la hemos derivado <de> su
posibilidad tiene que encontrarse justamente en mí mismo, en tanto que intelección. No obstante, esto mismo sólo ha sido posible en la medida en
soy el concepto fáctico; y en particular tiene que ser derivado a partir de que presuponíamos –cómo lo hemos hecho– una autoconstrucción
mí. En rigor, sólo se puede decir ya que la luz es la unidad cualitativa que absoluta; porque solamente bajo la condición de ser anulada la
penetra al “determinante”. <Y este sería el primer punto.> autoconstrucción que es en sí, por sí, y a través de sí, ha resultado lo que
Pero este “determinante”, igualmente según el concepto que tenemos resultaba: tal ha sido el nervio de nuestra prueba. Y como hemos
de ello, y precisamente por esto, la penetración de la luz y, justo por ello, observado más arriba que el saber superior que proyecta la razón era
toda la unidad cualitativa de la luz (unidad que sólo puede ser pensada en también en el fondo una autogénesis, aunque no pueda manifestarse
un “determinante” y en su dualidad, para anular a ésta): –todo esto, digo, como tal, podemos designar esta autogénesis muy legítimamente como la
tiene su fundamento en la luz misma: reconstrucción de la génesis originaria que no se manifiesta, y, por
a–b consiguiente, como la conceptualización de los miembros de la génesis
o originaria, o sea, como entendimiento1. De aquí se sigue que no podemos
Pero no en la luz como una unidad cualitativa, sino precisamente inteligir la esencia de la razón sin presuponer la absolutividad del
como unidad inescrutable ulteriormente. De este modo, entre [245] la entendimiento; e inversamente, no podemos inteligir la esencia del
relación completa que hemos enunciado precedentemente y la luz en sí, entendimiento, sino por medio de su anulación absoluta por la razón.
hay un nuevo “determinante”, completamente unilateral: y este último Pero el punto de vista más alto, al que nos atenemos, corresponde a la
significa el efecto absoluto de la luz. Por el contrario, la primera relación intelección de los dos términos, y ella pone necesariamente a ambos,
completa sólo indica la manifestación de este efecto inmediatamente en aunque a uno lo pone para anularlo. Somos, en esta situación, el
la luz cualitativa, que justo se efectúa a sí misma. <Y este sería el entendimiento de la razón y la razón del entendimiento; y así somos
segundo punto.> propiamente los dos en unidad. La disyunción se encuentra, pues, ahí,
expuesta en la cumbre de su rigor. Sólo falta un principio para que quede
Todo “determinante”, como génesis, pone luz –lo mismo que antes la perfectamente explicada. Sobre ello hablaré el lunes próximo.
luz ponía génesis–: y precisamente aquí es donde reside el
“determinante” absoluto del principio puramente inaccesible; él pone Quiero añadir aún que yo mismo no considero fácil lo que acabo de
absolutamente luz sin que en modo alguno se haga visible la génesis, y exponerles. Pero la dificultad reside en la misma cosa, y tenemos que
sólo se pone a sí mismo en esta luz absolutamente fáctica y desde esta luz penetrarla <aquí>, si queremos ver un fundamento fijo.
fáctica. Puedo prometeros que con toda seguridad la intelección del principio
Si <hemos> inteligido esto, les pido ahora que se concentren sobre que aún buscamos aportará, sobre este punto, un poco más de luz, pero
ustedes mismos. “Nosotros” acabamos de inteligir este “determinante”, y entonces la dificultad residirá en el mismo principio.
por su mediación, el O, cuyo carácter inaccesible hemos admitido; y lo
hemos inteligido existiendo objetivamente de modo absoluto, teniendo
1
Verstand.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

materialiter no-<auto>génesis; ahora bien, no es una nada, sino que es


realmente y de hecho; es, pues, una no-autogénesis positiva; pero [260] es que existir así, si debía llegar a ser una manifestación. Tal es el factum.
inmanente, es de suyo <un> yo, porque ése es su carácter indestructible ¿Cómo lo hemos explicado? De la manera siguiente: hay un
como absoluto. ¿Qué es lo que está negado fuera de la génesis? Nada, y “determinante” absoluto e inmediato que, como tal, <absoluto, invisible
más precisamente, ella es negada positivamente; pero la negación ulteriormente de modo inmediato,> tiene que manifestarse en un acto de
positiva de la génesis “es” un ser subsistente; por tanto, en este saber ver. Por consiguiente, somos nosotros, con nuestro ver inmediato en su
superior se aclara el ser absolutamente objetivo y presupuesto del saber, contenido completo, la manifestación originaria de la luz inaccesible, en
justamente tal como acaba de manifestársenos fácticamente antes, de su efecto original; y a-b es la simple manifestación de la manifestación1.
manera genética, es decir –para repetir una vez más los términos de la Así se encuentra explicado de modo genético y en su propio ser lo fáctico
demostración–, a partir de la posición de un principio, de la autogénesis original, la objetivación absoluta de la razón, a partir de la ley original de
absoluta, en el mismo saber, o sea, declarando la génesis como no la misma luz; y nuestra tarea se encuentra resuelta en su principio
absoluta: por consiguiente, a partir de su amilación positiva en el saber; supremo.
por consiguiente, a partir de la posición de un ser absoluto del saber en el No dudo en dejarles por esta semana con este equipaje. El lunes habrá
saber. Conversatorium.
Si han considerado este punto con todo rigor, puedo añadir ahora
algunos comentarios.
Este saber, que sólo debe ser, es ciertamente una autogénesis del
saber, autoproyección del saber a partir de sí mismo: es lo que
inteligimos perfectamente, desde nuestro punto de vista elevado sobre él,
cuando reconstruimos en el saber el proceso y la ley de éste. No obstante,
subsiste aún esta eterna cuestión de saber cómo podemos llegar nosotros
mismos a esta intelección, saliendo así aparentemente fuera del saber.
Pero como se trata de un saber inmanente, que no sale absolutamente de
sí mismo –al contrario de la autogénesis absoluta que se ha anulado en su
pretensión de valer absolutamente, por la adjunción de un principio
exterior–, en este saber él no puede, por consiguiente, manifestarse en
modo alguno como una autogénesis, sino solamente como una anulación
de toda génesis. Hay, pues, aquí un hiatus necesario en la continuidad de
la génesis, y una proiectio per hiatum, aunque presumiblemente no sea
irrationalem, y esta proyección se realice por un hiatus tal que separe la
razón en su pura unidad de toda manifestación y que anule ante esta la
realidad de la manifestación.
Ante la razón1, digo, para hacernos la cosa más clara. Porque para
nosotros sólo se ha tratado de derivar la forma del ser puro y de la
subsistencia pura. Pero en nuestro caso, y con absoluta seguridad para
siempre y eternamente, esta subsistencia es una génesis; por consi-
guiente, este saber en acto de ser2, por tanto no genético en su forma
exterior, encerrado en sí mismo <en unidad inmutable>, es ciertamente

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Vernunft.
2
Dieses seiende... Wisen. 1
Erscheinung der Erscheinung.

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Conferencia XX: [La construcción inmediata del ser por sí y el idea-


entonces es que queremos aún continuar la ejercitación y la vida misma
lismo] del saber; tenemos, pues, precisamente que mantenernos continuamente
en la vida, y es obvio que no podemos hacer abstracción de ésta, de
El ser es absolutamente una unidad viviente encerrada en sí misma. El hecho y absolutamente; en otros términos, no podemos <no> vivir más y
ser y la luz son una misma cosa. En virtud de que se encuentra en ella, en no continuar nuestra investigación, y quedar continuamente en el punto
la ex-sistencia de la luz = en la conciencia habitual, una multiplicidad (en en que estamos; esto contradiría precisamente nuestro deseo de no quedar
estos términos tomados del lenguaje empírico acabamos de establecer estancados y de ir más adelante. <(> Observaré de paso que este aspecto
nuestra tarea, y así es como tendremos que continuar hablando, hasta que es el que siempre hemos llamado idealista. Nuestra ciencia, que hasta
sea resuelta), es preciso poder descubrir en la misma luz, como unidad aquí oscilaba entre un principio [259] idealista y un principio realista,
absoluta, así como en su manifestación, un fundamento de esta estaría necesariamente obligada, como lo hemos visto, a mantenerse en
multiplicidad, el cual explique todo lo múltiple, [246] tal como se da en la un principio idealista, y esto en contra de su predilección por el realismo,
experiencia. He dicho: “Tanto en la luz como en su manifestación1”; en que hemos indicado continuamente. No podríamos prometer que
primer lugar, sólo ha sido derivada de la luz la manifestación de la luz, quedemos en este principio, tal como se ve aquí y tal como lo habremos
porque es en esta última donde se dará lo múltiple. Tal es poco más o de establecer con más evidencia todavía. Pero no dudamos en prometer
menos el contenido principal del trabajo realizado hasta aquí y del que que no se acudirá más a la objetividad como principio; de lo que
aún nos queda por realizar. Les rogaré en particular que observen esto: resultaría la obligación de encontrar, si el principio idealista fuera
nuestra tarea es exponer la manifestación en general, y como tal. (Se invalidado, un tercer principio superior, que unifique los otros dos <)>.
comprende en efecto que desde que la manifestación y, a partir de ella, el 6. La “autogénesis” interior1 es ahora presupuesta como una “unidad”
principio de lo múltiple, se explican a priori a partir del principio, todo interior y viva; (comprendan de qué se trata); “como una unidad”: es
recurso a la experiencia desaparece, y lo recibido fácticamente antes será decir, como una luz cualitativa, interna, absoluta, sólo susceptible de una
tomado de manera genética). pura realización y de ningún modo de una nueva conceptuación; esta
Actualmente nos hemos aproximado ya muchísimo a nuestro principio unidad “como génesis”: es decir –tal como lo mostramos ayer en todos
más alto. Para la comprensión de las conferencias diré que, si su sentido los pasos que van desde el pensamiento debilitado al pensamiento
trascendental2 se nos ha aparecido, entonces nos basta con tener presentes enérgico–, como absorbiéndose en el brotar de un <“determinante”>
los últimos miembros de la cadena, y que si los miembros primeros por absoluto, y éste en ella, de suerte que el ver y este brote son radicalmente
los cuales hemos empezado a elevarnos a los miembros últimos no inseparables; <finalmente> está presupuesta como una génesis del
estuvieran en seguida presentes, nada está perdido por tanto; lo “autós” o del “yo”: de suerte que lo que brota a la luz inmediata es el yo
volveremos a encontrar todo en la investigación descendente. En estos (de lo cual resultaría que el “nosotros” o el “yo” y la luz se disolverían
últimos miembros es donde tengo que colocarlos de nuevo, repitiendo lo totalmente el uno en el otro, como lo ha requerido este principio del
que dije durante mi última lección y que al mismo tiempo deseo idealismo absoluto). Dicho en otros términos: que “la autogénesis interior
completar y aumentar. es presupuesta como una unidad viva”. Pero conviene además que el
punto de vista objetivo del saber sea igualmente mantenido y unido al
Hemos probado ya antes que lo absoluto, considerado simplemente primero, como solamente puede unirse en el saber, es decir: gracias al
como absoluto, aunque pueda ser de otros modos (antes se le ha llamado principio de la génesis. De aquí resultaría que debemos presuponer <un>
ser, luz, razón, pero todas estas determinaciones ni afectaban en nada a la principio a la autogénesis interior y viva; y esto último debe ser
prueba, ni le concernían), que lo absoluto, digo, es por sí; y esta prueba presupuesto en un saber superior, que unifique los otros dos, como se
se encontró a su vez conectada al postulado según el cual el ser interior comprende; este último representaría entonces el más alto saber y la
no puede ser construido desde fuera, sino que tiene que construirse a sí única mediación que haría existir los dos términos derivados.
mismo; este postulado abrió lo que nosotros hemos llamado la segunda
Que sea preciso presuponer en el saber superior un principio de la
1 autogénesis absoluta, significa que este saber superior es interiormente y
Im Lichte un seiner Erscheinung.
2
Der trasscendentale Sinn. 1
Die innere Sichgenesis.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

3. El nosotros o el saber, en virtud de la “exigencia” problemática,


refiriéndose a sí mismo, es absolutamente genético: pues actuábamos así parte de nuestra investigación. (De esta manera, todo pudo desembocar
porque éramos nosotros mismos el saber; “si el saber debe ser” –es decir, en la efectuación de la segunda parte y, por tanto, pudo así ser
precisamente nosotros mismos que somos el saber–, entonces se tiene reproducido lo que se realizó de la totalidad). En la última hora de clase,
que, etc. No se trata entonces de la génesis de otro término, sino de sí hemos buscado el nervio principal y el centro de donde brota la evidencia
mismo, de aquel que a la vez la produce; se trata, pues, precisamente de de la prueba; hemos descubierto en su fondo esta simple presuposición:
una génesis absoluta, que lleva en sí este carácter del ser o de la luz, el verdadero y propio acto de ver, o luz, tiene que acompañar a la
inteligido suficientemente más arriba, a saber: el carácter de estar creación real; y, como hemos podido inteligir precedentemente que el ser
absolutamente encerrado en el interior de sí mismo y de no <salir> de sí. y el ver son una misma cosa, hemos descubierto que la [247] verdadera luz,
la luz propiamente dicha, es ella misma una creación inmanente, o un
4. Aunque, en su fundamento, la génesis es absolutamente encerrada “determinante” absoluto.
en sí –consistiendo este fundamento en una génesis de la génesis misma–
, esto no impide que dos génesis o dos saberes aparezcan continuamente; Tal es, digo, la simple presuposición que hemos descubierto, y que
uno, que ejercemos nosotros mismos [258] cuando decimos: “si un saber – funda nuestra demostración referente a la esencia de lo absoluto, pero
o nosotros mismos– debe ser”; y otro, que debe ser precisamente con la ella misma no está fundada por nada. Una breve <consideración> nos
condición de que se encuentre su principio. indicó, no obstante, que esta presuposición prueba precisamente su
legitimidad por su simple posibilidad y facticidad; porque, llevando esta
La distinción operada aquí entre dos puntos de vista del saber es prueba y desarrollando la presuposición que hay en su fondo, referente a
solamente fáctica, y considero que su intelección es fácil; pero es tan la esencia interior del saber –la presuposición de que el saber es un
importante que no querría por ningún precio dejarla al azar; por esto “determinante”– nosotros mismos éramos el saber; observen bien que
añadiré aún algunas explicaciones. Nosotros mismos somos la luz podemos admitir, y en efecto vamos a admitir, que el saber no es algo en
absoluta, y la luz absoluta es nosotros mismos: ella se identifica aquí con y para sí, independiente de todo punto de vista sobre sí mismo, y que él
la génesis misma; no se puede renunciar a esto; no puede, pues, admitirse no es un “determinante”; sino que él posee estas dos cualidades
una distinción en la misma cosa sin contradecir nuestra primera solamente en el punto de vista. Bajo este aspecto él las posee efec-
intelección fundamental. Por consiguiente, la disyunción que queda aquí tivamente; y esto es lo que hemos probado en nosotros mismos de
no podría ser una disyunción entre dos términos originalmente diferentes, manera inmediata y fáctica por la efectividad de este punto de vista. Ella
sino una disyunción en el seno de una unidad que queda idéntica a sí es, y es tal; porque ella es precisamente, y precisamente tal como se ha
misma a pesar de toda disyunción, tal como la hemos visto ya descrito: nosotros mismos somos, en la Doctrina de la ciencia, este punto
precedentemente una vez. En términos populares, podría decir: no se de vista en cuanto tal. Esta prueba, inmediatamente demostrada por el
trata de una disyunción entre dos cosas, sino solamente entre dos puntos factum mismo y por su posibilidad, trata sobre la esencia del saber.
de vista sobre una sola y misma cosa. Ahora graben aún más en ustedes la idea que sólo tratamos ligeramente
5. Podemos dejar estar provisionalmente esta disyunción, tal como se en la última hora de clase como observación accesoria: nosotros no
nos ha aparecido fácticamente, con el deseo de continuar nuestro trabajo hemos hecho esta presuposición voluntariamente usando de una libertad
a partir de ella; entonces surge la pregunta: ¿cuál de los dos puntos de cualquiera; y si solamente puede ser llamado “nosotros” este elemento de
vista es preciso considerar provisionalmente como absoluto, con el fin de libertad (que precisamente debe ser sometido a cierta meditación como
explicar <ulteriormente> el otro punto de vista a partir de él? Atendiendo hasta aquí ha sido el caso en todas nuestras consideraciones), entonces no
a la intelección generada ayer, según la cual el ver y la luz sólo pueden somos nosotros los que hacíamos propiamente esta presuposición, sino
consistir en el ver inmediato –jamás en el ver visto–, es obvio que aquí el que ella misma se hacía, simplemente por sí misma. Todas nuestras
término absoluto primero es el ver que vivimos y ejercemos nosotros investigaciones anteriores procedían de que habíamos sido invitados a
mismos, y de ningún modo el ver objetivado que espera su ser de un pensar enérgicamente algo de lo que teníamos íntimamente conciencia de
principio y que correspondería al “es” verdaderamente muerto en sí poder omitir también; las dos eventualidades, pues, se producían
mismo. Podría también probarse la necesidad absoluta de esta elección solamente en la conciencia; obteníamos así la premisa de nuestra prueba,
por otra circunstancia; porque si queremos seguir nuestro trabajo, y lo que hemos pensado enérgicamente se ha visto siempre acompañado
del conocido complemento de una “exigencia” (“si eso debe ser”). A
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partir del pensamiento enérgico de esta premisa, nos sobrecogía la


evidencia y nos arrastraba entonces sin ninguna intervención por nuestra todo aquel en que el sentido trascendental se haya despertado no dejará
parte; ella conectaba la premisa problemática con otro término que la sin duda valer una génesis en sí y para sí, fuera de este postulado, él
debía condicionar, estando ella misma condicionada por él. Nuestro [248] mismo es inmediatamente génesis absoluta, y sólo mediatamente, según
saber desplegado aquí comportaba, pues, absolutamente el carácter una ley que tendremos que demostrar aún, génesis de la génesis
fundamental (que más arriba hemos indicado) de ser un simple saber de <objetiva>. Para robustecerlo, añadiré aun esto: yo decía que la
la manifestación, saber secundario y meramente reconstructor, que, en “exigencia” es el postulado <de> la génesis. Ahora está inmediatamente
esta reconstrucción, pone <un> contenido en sí incondicionado del saber claro que la “exigencia” es un postulado y que un postulado es una géne-
en una conexión condicionante. En este saber se detienen todos los sis al menos ideal, sin la cual éste sería completamente incomprensible
sistemas sin excepción: sus premisas sólo son, pues, para ellos (y no como tal y, por consiguiente, la adjunción “de la génesis” sería com-
absolutamente en la razón que los ejerce sin que lo sepan) premisas pletamente superflua. Es obvio, desde luego, que en nuestra “exigencia”
problemáticas; solamente su conexión es evidente, pero esto no cons- problemática se urge una génesis del ser. Pero la simple “exigencia”
tituye de ningún modo una evidencia última y fija, porque la conexión problemática se resigna a no poderla suscitar en cuanto génesis del ser,
misma depende de la realidad de los términos conectados. Estos sistemas mas cuenta con un principio exterior a sí mismo. No obstante, este
pretenden entonces suplir su falta de fijeza, reposando arbitrariamente en requerimiento1, que es de suyo una génesis (la hemos llamado génesis
las premisas y cerrando los ojos ante su problematicidad: sin ese reposo ideal, esperando que este término, más o menos claro, [257] pudiera
en un punto cualquiera, ellos se disolverían en el escepticismo absoluto. provisionalmente caracterizarla así), está en la “exigencia”, y la
“exigencia” es ella. Él mismo podría, pues, dar una disyunción <en> la
Esto es lo que se ha dado hasta ahora. Ahora la evidencia absoluta se génesis absoluta, y obtendría así un carácter a la vez real e ideal; nuestra
ha llevado hasta la premisa, hasta la misma presuposición absoluta; por tarea más importante podría ser encontrar el fundamento de esta
eso mismo, ella ha anulado toda libertad y todo “nosotros”, puestos como disyunción completa; lográndolo, llegarían a ser claros estos términos (de
premisa en la evidencia secundaria de la conexión, y nos encontramos los que sólo nos hemos servido hasta ahora a título provisional, guiados
transportados a una región completamente distinta del saber, que no está por un instinto oscuro, en la esperanza de una aclaración futura); esta
puesta simplemente como un puro por-sí, sino imnediatamente e ipso disyunción debería producirse <entonces> en la génesis o en la
actu por sí. En lo que concierne particularmente a la premisa como “exigencia”. Yo quería darles a ustedes esta indicación simplemente,
premisa, diré que, en esta cualidad, implica sin duda la posición de un referente a una parte de nuestro sistema que necesariamente tiene que
consequens, y ambos implican la posición de una conexión; la premisa en quedar aún oscura.
esta cualidad les permite a ustedes, pues, explicar perfectamente el saber
secundario, y como esta premisa es absoluta, permite explicarlo a partir Pero lo que acabamos de decir aclara completamente lo que sigue:
de lo absoluto; lo que define precisamente nuestra tarea. En cuanto probamos ayer que la génesis = el “determinante” en su unidad cua-
premisa, es sin duda el buscado principio de la manifestación. Pero como litativa. Nosotros mismos, o el saber y la luz en sí (a la altura en que se
la manifestación misma no es lo absoluto, lo puramente encerrado en sí sitúa nuestra presente especulación estos términos designan comple-
mismo (este punto se patentiza también por el carácter mismo de la tamente la misma cosa), somos inmediatamente, en lo que nosotros
premisa, puesto que el hecho de requerir un consequens y una conexión mismos realizamos y vivimos, este “determinante”: no hay, pues,
indica bien que la manifestación no se basta a sí misma), entonces tiene ninguna necesidad de este “determinante” como puesto y presupuesto por
que haber aún un punto de vista superior del saber. Esta observación un acto particular de nosotros mismos o de la luz, ni de todo lo que
puede lanzar una viva luz sobre todo [249] lo que aún tenemos que hemos derivado por el análisis: y, por tanto, lo dejamos de lado como un
examinar: por eso he querido analizarla con más detalle. simple medio de la investigación ascendente, hasta que lo encontremos
de nuevo en el camino descendente. Yo decía: “en lo que nosotros
Este punto, que consiste en que presuponíamos el ser por sí o, más mismos realizamos y vivimos”: justamente esta realización y esta vida,
exactamente, que él se ponía a sí mismo presuponiéndose, y que cons- en tanto que son realización y vida, resultan precisamente de nuestra
tituye la forma de la <posición>, lo hemos marginado por razones disolución en la génesis.
concernientes al método y nos hemos atenido exclusivamente al con-
1
Forderung.

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mento de disyunción, que nosotros buscamos, entre el saber inferior,


habitual y fáctico, y el saber superior, científico y genético. tenido de la proposición: “la luz es un 'por' absoluto”, –analizando lo que
entendíamos propiamente por eso.
Decíamos que la luz es presupuesta. Pero toda presuposición lleva
consigo una “exigencia” problemática, y puede ser expresada por esto 1. La luz es siempre, y obviamente también en esta proposición,
mismo; de hecho, nuestra argumentación no ha procedido de otro modo, primeramente puesta como una unidad esencial, cualitativa y material, la
durante las dos lecciones precedentes, cuando analizamos el contenido de cual no es susceptible ya de ulterior conceptuación, sino sólo de
este “determinante”; procedíamos de la manera siguiente: “si la luz es inmediata realización, como precisamente la realizamos en todo nuestro
(=si la luz debe ser) y si ella es un 'determinante' absoluto (= si en general saber, del que nunca podemos salir. Deseo ser comprendido en este
<un> 'determinante' absoluto debe ser), entonces se tiene que, etc.”. Sólo punto, fácil en sí, que sólo requiere atención rigurosa. Pregunto: saber,
la unidad absoluta de la luz no ha sido presupuesta problemáticamente, ¿es, pues, el saber? Si lo haces, lo haces; no puedes saber a su vez el
sino inteligida absolutamente; pero precisamente sólo como unidad saber en su absolutividad cualitativa; porque si lo supieras, y si ahora
cualitativa –carácter que resultaba precisamente, como recordarán, del tuvieras un saber objetivo, entonces lo absoluto no estaría a su vez en el
'determinante'– al igual que la génesis absoluta, encontrada ayer en el saber del cual sabes, sino justamente en tu saber de este hecho, y siempre
saber, como penetrando este 'determinante', <en> su unidad cualitativa, será así, incluso si repitieras mil veces esta investigación. Siempre es lo
entonces estos dos caracteres resultan de la problematicidad; de este mismo: en el saber absoluto precisamente, repites la unidad
modo queda solamente la mera unidad pura, establecida desde ahora esencialmente cualitativa del saber. En primer lugar, sólo hay que
como inconcebible, inteligida como categórica. De pasada he establecido realizar aquí esta intelección; en cuanto a una consideración ulterior
esta demarcación rigurosa, y les ruego la anoten. <–Pero volvamos.> sobre la ley de su realización, es esta una tarea que estamos a punto de
Nuestro razonamiento proseguía en la forma problemática de la emprender. La luz es ahora absolutamente presupuesta como un
“exigencia”; y en verdad lo ha hecho puramente en cuanto que ella “determinante”, sin perjuicio de su unidad cualitativa; porque <si la luz
misma es el saber y el saber original; y en tanto que el saber mismo ha no mantuviera esta unidad> entonces la luz no sería un “determinante”, ni
puesto [256] este 'determinante', él supera este 'determinante' puesto y la penetración constante de este “determinante”. En primer lugar, les
objetivado, el cual, estando en lo bajo, ha sido analizado y tomado como ruego que observen este punto nuevo e importante; así está presupuesta,
punto de partida por nosotros. simplemente; y así se ha presupuesto a sí misma en un acto particular; y
esta presuposición se prueba entonces por su facticidad y por su
(Haré una observación sobre el método: es claro que estamos ahora posibilidad; queda probada, además, la posibilidad de una determinación
reflexionando sobre lo que éramos y lo que hacíamos nosotros mismos en más baja del saber: el detenerse en el simple “es” muerto, en la simple
la presuposición anterior y en el análisis de ella; de igual modo, hemos forma existencial opuesta. Esta presuposición no resulta de ningún modo
procedido durante nuestra investigación ascendente, y habría podido <en nuestra intelección> a partir de nuestra intelección de la luz esencial
presentar nuestro propósito bajo esta forma. Por la simple razón de que en sí, que después debiera ser enérgicamente captada con libertad por
nuestro propio trabajo nos ha hecho salir del libre arbitrio para nosotros; [250] porque entonces la evidencia vendría a situarse entre la luz
conducirnos con nuestro propio ejercicio a la región de la ley orgánica, en sí y el “determinante”, y volveríamos a caer en el saber secundario, en
he preferido, recordándoles que todo se funda solamente con la el saber de la mera manifestación que tiene finalmente que marcar su
presuposición, obligarles a la reflexión presente, mejor que incitar término, término que buscamos apasionadamente desde el comienzo. No
simplemente su libertad). resulta, digo, porque hemos visto que no existe en absoluto una
2. Una “exigencia”, en su más íntima esencia, es ella misma génesis, y intelección semejante de la luz en sí; por esto, dije que la luz se pone
requiere una génesis. Dirán ustedes que es fácil de inteligir. <Se ha dicho absolutamente como un “determinante”, en una génesis o en un acto
antes:> si esto o aquello debe ser. Pero, ¿es o no es? Sobre este punto la particular y absoluto; este acto precisamente en esta génesis, <a saber>
“exigencia” de ustedes no dice nada. ¿Qué dice, pues? Busca un como génesis de génesis, no es inmediatamente penetrable, porque de lo
principio: declara de manera categórica no dejar valer el ser más que bajo contrario la génesis no sería una génesis absoluta. (En el decurso de
la condición de un principio; de suerte que sólo deja valer un ser nuestra explicación indicaré lo que este último punto significa y lo que
genético, génesis del ser. Es así postulado absoluto de la génesis; y como no significa, porque aquí reside aún otra disyunción). Así como lo he
observado precedentemente, digo que “se pone, pues, absolutamente”; el
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acto por el cual se pone es un acto cerrado, que se basta a sí mismo;


nosotros sólo lo ponemos en el desarrollo de nuestra prueba sobre lo [TERCERA SECCIÓN: LA UNIFICACIÓN DEL SABER ORDINA-
absoluto objetivado; y como esta prueba era el simple medio por el cual RIO CON SU CUMPLIMIENTO INTERIOR]
nos hemos elevado a la intelección presente, ahora vamos a abandonarla
totalmente, hasta que volvamos a encontrarla en el proceso descendente.
Tal es la primera observación importante que queríamos hacer. Conferencia XXI: [Disyunción entre saber subjetivo y saber ra-
La luz, en su unidad cualitativa inmutable, es un “determinante”; esto cional]
significa, pues, que es una penetración cualitativamente inmutable de este
“determinante”. De esto hemos hecho en la lección anterior esta primera
(Vamos a servirnos enseguida de lo que hemos comprendido hasta
aplicación: en el “determinante” estriba completamente una disyunción
aquí, y, sin repetir más, sin destacar ni determinar más los términos
fundada absolutamente desde y por el “determinante”, la cual no
inferiores, queremos tomar un atajo. Que la Doctrina de la ciencia pueda
presupone de ningún modo una diversidad de miembros, originalmente
proceder así y por qué puede, ya lo saben: su razón es precisamente que
diferentes e independientes del “determinante”; se trata, por el contrario,
los términos inferiores reaparecen en toda su claridad genética durante
de miembros absolutamente creados que, en cuanto tales, no son
nuestra reflexión descendente, pues la reflexión ascendente no es
absolutamente separados más que por un “determinante” y por nada más:
emprendida por referencia a la cosa misma, sino para iluminar nuestra
por encima de estos miembros, la luz una, cualitativa, eternamente
mirada y abrirla a lo absoluto, gracias a la abstracción de todo lo
idéntica a sí misma tiene que extenderse, gracias a su identidad con el
<relativo>.)
“determinante”, en esta unidad cualitativa, a toda diferencia de los
miembros. <l.> Comenzaré por demostrar la relación con lo que precede: la luz
era presupuesta como un “determinante” absoluto. Inmediatamente
Intento poner en obra en seguida y vivificar esta intelección, con el fin
después probábamos la legitimidad de esta presuposición por su simple
de hacérsela a ustedes inolvidable. Por la luz queda simplemente puesto
posibilidad y facticidad, puesto que nosotros mismos éramos la luz y el
un “determinante”:
saber. Tal es el último nervio de nuestra prueba, y nos permite decir que
L la presuposición es verdadera y legítima en nosotros; ciertamente no se
a-b
trata, como antes, del “nosotros” que pone libremente la premisa, porque
Así pues, si la luz es, hay necesariamente un “determinante”. Pero, la es el mismo saber el que se pone aquí a sí mismo, como ayer [255]
luz es idéntica al “determinante”; en su unidad cualitativarnente explicamos rigurosamente; más bien, se trata del “nosotros” que se
inmutable ella se extiende, pues, a todo “determinante” y lo engloba: y resuelve en la luz y que es idéntico a ella: y esta presuposición es
esto es tan cierto como que es ella misma. Ahora bien, si a partir de este verdadera, exactamente de la misma manera que ella adviene; pero
“determinante” [251] se ponen de nuevo otros “determinantes”, que adviene como presuposición. Entonces, si se toma rigurosamente –lo que
puedan ser derivados y concebidos a partir de la síntesis original de la luz por buenas razones no hemos hecho hasta aquí–, es verdad y está
y del “determinante”, de la siguiente manera: fácticamente probado que la luz puede presuponerse y que efectivamente
actúa así en nosotros como un “determinante”. En nosotros, en cuanto
que nos resolvemos y desaparecemos por identificación en la luz (= en la
a – b Doctrina de la ciencia). Es cierto que esta presuposición se ha hecho a sí
| | misma sin notarlo nosotros, y sobre esto hemos levantado nuestra
a–b a.b construcción: pero esto, en la circunstancia de que la presuposición se
Entonces es sumamente obvio que esta misma luz una y hacía a sí misma, no se ha hecho a sí mismo, en este sentido, sin más ni
cualitativamente inmutable tiene a la vez que acompañar –en virtud de su más, sino también nosotros lo hemos hecho por nuestra libre actividad de
identidad con el “determinante” original– a todas las escisiones abstracción y de reflexión. Este “nosotros” podría así significar esto:
<inferiores del “determinante” original> operadas por el “determinante”, solamente en la Doctrina de la ciencia, como saber superior y absoluto,
y está claro que el que posee el principio de esta escisión secundaria del la luz se constituye en un “determinante”; ya hay indicado un funda-

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“determinante” original puede considerar este despliegue de la luz como


completamente necesario y de un solo golpe; y puede después re-
construir, conforme a él, de manera absolutamente pura, a priori, sin
ninguna presuposición empírica, lo que constituye precisamente la tarea
secundaria y accesoria de la Doctrina de la ciencia <y el hallazgo de este
principio constituye precisamente su segunda tarea> porque aquí
perseguimos, con una mira mucho más alta, establecer el principio de
este principio mismo. Este “determinante”, en cuanto que se presenta en
una <unidad pura, absoluta e inmediata> y sin ninguna disyunción, como
pura autoposición de la luz originaria, es la creación primera y absoluta
que resulta de la luz: el fundamento y la fuente original del “es” y de todo
“lo que” es <en el “es”>. Y la disyunción de este “determinante”, en la
que desaparece la vida verdadera, entregada a la intuición de un “es”
muerto, es la segunda recreación, precisamente en la intuición, es decir,
en la luz original ya escindida. De este modo, la Doctrina de la ciencia
puede presentarse con todo derecho como una solución completa del
enigma del mundo y de la conciencia.
Ésta era, digo, la primera aplicación del contenido, hecha en mi última
lección: “la luz es un 'por'”, teniendo presente la disyunción en el
“determinante”. Sin duda es todavía más importante ver la unidad
absolutamente esencial y cualitativa de este “determinante”; y, a este
propósito, les ruego que recuerden los términos que he empleado más
arriba referentes a la creación original. El “determinante” en su unidad
puramente cualitativa, es una génesis: la luz es idéntica a él y lo penetra
en su esencia; esto significa precisamente que, en esta su segunda
potencia, o sea, en su manifestación, es ella misma una génesis; la
génesis y el ver intelectual se identifican, pues, de manera absoluta. Si los
términos que empleo son fáciles de comprender, no es tan fácil
revelarles, por una intuición viva, el profundo sentido al que apuntan, y
apenas puedo guiarlos con un ejemplo. Lo que intento que intuyan
interviene en todos los pasos [252] que hay desde el debilitamiento a la
energía; para nuestro propósito viene como anillo al dedo el caso
anterior, en el que habíamos supuesto implícitamente el saber absoluto
como un “determinante” y, atacados por la legitimidad de esta
suposición, nos acordamos de que, en esta suposición, nosotros mismos
estábamos sabiendo y éramos el saber.
Pregunto ahora: ¿No apareció esta nueva conciencia –que no existía
antes, según nuestra suposición– como un brote y como una producción
nueva? Les ruego ahora encarecidamente que abstraigan –y lo pueden–
de que esta conciencia es una conciencia del saber, y además una
conciencia del saber como “determinante”. ¿Qué les queda entonces
después de esta abstracción? Es obvio que les queda precisamente un

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

saber, un ver, una luz cualitativos y absolutos, como lo hemos descrito


más arriba; y esto, porque hicieron abstracción absolutamente de todo Esto es el primer aspecto de nuestro examen anterior, relativo al
contenido, como han podido hacerlo en virtud de lo que presuponíamos, contenido de la proposición: “la luz = determinante”, que hoy hemos
y porque siendo ustedes mismos luz, llevaban fácticamente la prueba de repetido y enriquecido. Hay todavía un segundo aspecto; y equipados
su legitimidad; queda además la conciencia de una génesis absoluta. como estamos de los nuevos descubrimientos de hoy, reservo su estudio
Entonces –observen bien esta adjunción, porque hace la prueba más para mañana.
apremiante y la intelección más pura–: pueden poner más propiamente Para concluir, aún haré una observación adicional sobre la totalidad de
esta génesis o esta libertad en la exigida abstracción de todo contenido de la ciencia; no se la comunico a ustedes ciertamente para su propio
la conciencia establecida. Desde luego, les resulta inmediatamente claro gobierno, porque espero que no tengan necesidad de ello, sino más bien
que la conciencia no puede llegar a la luz pura, como lo hemos descrito, para darles un arma defensiva contra los profanos. Ya precedentemente,
sin hacer abstracción de todo contenido, <porque si hay contenido, la luz y hoy también de paso, la prueba ha versado sobre los caracteres
no adviene puramente y, por tanto, no adviene sin la manifestación de la esenciales del saber a partir de nuestra facultad de captarlos; el nervio de
génesis; y a la inversa: ni adviene a esta génesis absoluta– o sea la prueba es claro: nosotros mismos somos el saber; como podemos saber
puramente anuladora y, por tanto, génesis que se patentiza como génesis así y como ahora sabemos efectivamente: tal es la naturaleza del saber.
pura y absoluta– ni puede manifestarla,> sin que la luz pura advenga; Es claro también que el que no descubre este nervio de la prueba o el que
resulta de ello que sus manifestaciones son completamente inseparables lo pierde de vista después de haberlo descubierto, funda su investigación
y que se interpenetran; y que entonces la luz pura se manifiesta como en la máxima verdaderamente insensata de encontrar el saber fuera del
penetrando la génesis, es decir, autogenerándose. saber. Sobre este punto es inútil dar más explicaciones. Quisiera
Esta prueba casi ha probado más de lo que debía, y se ha anticipado solamente hacerles notar esto: el que es incapaz de hacer lo que podría
sobre la investigación futura; puedo prepararlos a ello por la anotación ser claro e intuitivo a su facultad, éste no puede en absoluto captar la [254]
siguiente: la posición del “determinante” por la luz y la posición de la luz prueba; su incapacidad lo excluye de la misma cosa, y lo hace inepto para
como un “determinante” es un hecho que ya hemos visto inme- pronunciar un juicio cualquiera sobre este mundo que le está
diatamente. Vamos a mostrar ahora <lo que> nos interesa en primer completamente oculto. Lo mismo le ocurre al que puede pero no quiere,
lugar, con dos clases de ejemplos, sin rodearnos de tantas precauciones: porque no quiere someterse a la condición previa del pensamiento
cuando les pido que reflexionen con energía, y <una> nueva conciencia riguroso y de la atención sostenida. En efecto, cada uno que lo puede lo
brota en ustedes, esta nueva conciencia, como nueva, [253] no debe ser sin quiere también, puede hacerlo cada uno que es capaz de quererlo. Esto
la energía; por tanto, esta conciencia y la energía deben confundirse sólo tiene valor en la medida en que la Doctrina de la ciencia no ha
indisolublemente la una en la otra. Es, pues, cierto que deben situar aquí llegado aún a su punto más alto. No hay que extrañarse, por tanto, de que
la génesis, por una parte, en ustedes mismos, en la energía de su muchos hombres piensen que es imposible hacer claro y cierto lo que
reflexión, y, por otra parte, en la esencia de la razón en sí, puesto que la posee en sí la claridad y la evidencia más alta: conviene más bien
evidencia debe brotar sin ninguna intervención ulterior por parte de exponerles, de manera comprensible, las razones de esta imposibilidad, si
ustedes; pero esta distinción completa no tiene ningún valor en sí misma; sólo se dignan reconocer como premisa esto: que puede existir algo que
y debe hacerse abstracción de ella; lo que queda entonces –sin que se ellos no saben actualmente; ellos se encuentran actualmente en esta
haya decidido si el principio particular de la génesis reside en mí o en la situación de no poder comprender nada de manera inmediata, sin una
razón en sí– es siempre un saber que se genera absolutamente y que, sin gran preparación y una estricta disciplina.
la génesis, no podría advenir de ningún modo.
Esto significa entonces, como dijimos más arriba, que la luz penetra el
“determinante” en la unidad cualitativa de su esencia (la del “deter-
minante”); las intuiciones aducidas de esta penetración, no eran más que
medios de explicación. Pero hemos inteligido de una manera a priori,
independientemente de toda facticidad, que si la luz es, tiene que darse
una penetración semejante.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

certeza. Cualquiera de las dos premisas por la que uno se decida


presupone como conocida la esencia de la certeza. Sin duda nos mediato en la intelección de esta conexión suya, entonces, una vez puesta
decidimos a realizar una de las dos conclusiones. Tenemos, pues, que esta intelección, no se ha requerido en modo alguno presuponerlos en
presuponer como conocida la esencia del saber. adelante fácticamente: están a priori en la intelección, y la aprehensión
fáctica [267] es rechazada hasta que deba volverse a presentar quizá
2. Es conocida. La hemos caracterizado más arriba como reposo en lo mediante una deducción.
mismo1, es decir, como unidad en la cualidad. Pero no podemos aquí
presuponerla bajo esta forma, porque en lo que precede hemos perdido 3. Tomemos ahora esta problematicidad aquí justo en su punto central.
absolutamente esta unidad. Y de hecho la hemos perdido por referencia a Siguiendo la máxima y la regla que hemos adoptado libremente al
la cualidad interior y esencial, –como en la imagen o en la ley de un comienzo de toda la Doctrina de la ciencia, nos hemos manifestado ante
configurar imaginativo2–, <la cual> excluye toda mutabilidad y por eso nosotros mismos –así era y así hay que reconocerlo también
mismo toda mismidad o cualidad en la segunda potencia. Ahora abiertamente– como quienes unifican los dos miembros, por tanto
tendríamos que caracterizar aquí la certeza con este concepto superior. asimismo de una manera libre, genética. Aquí estaba, pues –ahora que se
Así: ella es una clausura esencialmente inmanente en sí (como arriba el ha hecho también total abstracción de la problematicidad de los
ser absoluto). miembros complementarios–, la raíz interior de la problematicidad,
precisamente la conocida autocreación interior de la “exigencia”, su acto
3. Ahora bien, para el juicio que queremos emitir: “estamos ciertos”, de mantener y soportar, en tanto que es idéntico con el nosotros libre, es
presuponemos un concepto original o una descripción de esta clausura decir, con la Doctrina de la ciencia; y es muy posible que esta
inmanente en sí. ¿Pero cómo es posible originalmente este concepto o problematicidad interna sea, pues, la que se muestra y refracta en la
esta descripción? En otros términos: la ley de una descripción semejante problematicidad de los miembros complementarios. Lo que únicamente
debe ser instituida, [294] o esta misma descripción debe ser originalmente importa entonces es que se anule esta problematicidad interna, en virtud
descrita, es decir, realizada por nosotros precisamente de modo absoluto de que en ella misma se revele la categoricidad; y por este hecho, que se
como descripción originaria. justifique nuestra intelección en su verdad, en su necesidad y en su
Como de hecho asciendo aquí hasta un miembro superior a todos los prioridad absoluta. Solamente entonces la conclusión que hemos
demás precedentes, por eso no puedo conectar con estos lo que hay que <sacado> aquí a título provisional toma un valor categórico: se trata de la
exponer aquí, ni servirme de ellos para hacerme comprender; sino que conclusión según la cual los dos miembros –la autogénesis del saber y el
sólo puedo contar puramente con la intuición creadora de ustedes, a la ser del saber– no se presentan de ningún modo inmediatamente, sino sólo
que meramente puedo orientar. Todo vendrá a ser perfectamente claro en mediatamente, en la intelección genética de la unidad de ambos.
el encadenamiento, si él comienza sólo interiormente a devenir claro a (Haré unas observaciones referentes al método. Con sólo no dejarse
partir de las partes. distraer por ellas, como lo puedo razonablemente suponer, estas
Digo que la descripción como tal es una proyección interiormente observaciones se mostrarán aquí con más necesidad que nunca, pues el
inmanente de lo descrito, como tal; es decir, ante todo no se trata en mismo método llega a ser aquí absolutamente creador; e incluso para
absoluto de una proyección objetiva per hiatum, sino de una proyección explicar lo que ocurre aquí, no se puede presentar nada más que
que en sí misma se reconoce inmediatamente como proyección, es decir semejantes observaciones.
como exterioridad, y se anula como tal; y únicamente así, por esta Nuestra intelección se ha producido aplicando la máxima fundamental
<auto->anulación, pone una interioridad, lo descrito. En una palabra, se de nuestra ciencia: aplicando exhaustivamente y sin excepción el
trata precisamente del ver puramente ideal o intuir que se penetra a sí principio de la génesis. Esta máxima es puesta en entredicho, y debe
mismo absolutamente como tal; aunque no digo <que> esta penetración3 aportar su propia prueba; de este modo, la misma máxima de la Doctrina
esté en sí misma, pues soy del parecer de que está en ustedes, que sois el de la ciencia, y, con ella, la ciencia toda, se encuentran puestas en
entredicho y deben aportar su propia prueba. En ella debe la misma
1
Beruhen in demselben.
ciencia justificarse y probarse antes de comenzar verdaderamente. La
2
Gesetze eines Bildens. Doctrina de la ciencia, liberada así absolutamente de la libertad, de lo
3
Durchdringung. arbitrario [268] y de la contingencia, se convierte en saber absoluto; pues

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así tiene que serlo, porque en caso contrario no llegará jamás a ser sí
misma.) [CUARTA SECCIÓN: CONDICIONES EXISTENCIALES DE LA
VIDA ABSOLUTA]
4. Llevemos la prueba exigida recurriendo sin rodeos a una ley que ha
sido aplicada ya, de la manera siguiente: hemos podido generar esta
intelección, y la hemos generado efectivamente; somos el saber;
<sabemos, simplemente;> por tanto, esta intelección es posible en el Conferencia XXVI: [El principio particular de exteriorización en el
saber, y es efectiva en nuestro saber actual. seno de la vida]
Sólo añadiré algunas observaciones referentes a esta prueba.
a) La génesis que acabamos de realizar es una génesis absoluta, El saber absoluto está establecido objetivamente y en su contenido; y
encerrada en sí misma y de ningún modo de nuevo génesis de génesis; si este fuera nuestro único cometido, entonces nuestro trabajo estaría
porque se anula a sí misma, <tanto> internamente en el mismo saber, concluido. Pero se plantea aún la cuestión de saber cómo nosotros, que
según lo hemos indicado durante la última hora –a nosotros, hemos llegado a ser este saber, lo hemos llegado a ser; y en caso de que
considerando y reconstruyendo de nuevo el procedimiento conforme a su esto estuviera sometido a otras condiciones: ¿cuáles serían estas? El
ley, se nos ha patentizado como génesis, pero en el saber inmediato era primer saber, en todas sus determinaciones, es el saber trascendental; el
una mera intuición fija–, como externamente en su resultado: éste era segundo, el saber ordinario. Nuestro verdadero punto de vista es el del
expresamente no-génesis = ser. condicionamiento recíproco de ambos.
b) La génesis absoluta es probada simplemente por su posibilidad y Urgidos por la escasez de tiempo, pero –como supongo– sufi-
por su facticidad; la prueba es, pues, sólo <inmediatamente> fáctica; por cientemente ejercitados por lo hecho hasta aquí para captar con facilidad
consiguiente, facticidad y génesis coinciden aquí absolutamente entre sí. incluso lo difícil, entraremos inmediatamente hoy en este punto central
La facticidad inmediata del saber es génesis absoluta: y la génesis indicado. Será tanto más fácil llenar, durante las clases siguientes, los
absoluta es o existe como mero factum, sin ningún otro fundamento vacíos que hay aún entre este punto central y los dos polos del saber que
exterior posible. Y así es como tenía en verdad que ocurrir, si debíamos hemos establecido <previamente>. Advierto con antelación que esta
llegar efectivamente al fundamento. investigación es importante y trata de objetos completamente nuevos.
c) Tenemos aquí un ejemplo penetrante del importante papel que 1. ¿Cómo hemos llegado, digo, a éste? Es bien claro que no nos
juega en la Doctrina de la ciencia el hecho de tener siempre presente la proponemos conocer por otra parte de modo histórico, enumerándolas,
conexión del todo; porque las diferenciaciones pueden hacerse por lo las etapas que hemos recorrido; este [293] “cómo” completo no implica
pronto solamente a partir de esta conexión. Así acaba de probarse una cuestión histórica, sino la cuestión de iure. Es claro, sin más, que
fácticamente que el saber es una génesis. ¿Qué ocurrió, pues, hace varias nosotros tenemos en el saber establecido el saber absoluto y que somos
clases, cuando probamos fácticamente de la misma manera que el saber idénticos a él, sólo bajo la condición de que estemos ciertos del mismo o
es un “determinante”? ¿No es el “determinante” interiormente sólo una de que estemos ciertos formaliter en general, y de que expresemos en
génesis y no hemos dado nosotros mismos esta prueba? Sin embargo, la nosotros esta certeza formal en la realización del mismo saber. Si no,
génesis presente, de la que hemos dado una prueba fáctica, es una génesis podría ser <siempre> cierto para otro distinto, sin serlo por tanto para
completamente diferente de la establecida más arriba; y este carácter sólo nosotros, y no podríamos en sus palabras elevarnos a lo absoluto, aunque
puede ser captado por ustedes observando que la génesis de la que se nosotros pudiéramos bien <pronunciarlas> ordenadamente. <Este es el
habla aquí es la génesis del saber absoluto en su construcción primer punto que había que considerar.>
fundamental, puesto que es la génesis de su autogénesis absoluta; tengo Pero este mismo contenido que hemos establecido debe ser la
que marginar también ese carácter [269] y hacer abstracción de él en mis expresión del saber absoluto o de la certeza. Por tanto, a propósito de lo
conferencias teniendo sólo en perspectiva el nervio probatorio de la que precede, son posibles los dos tipos siguientes de conclusión: nosotros
nueva prueba –de otro modo, me sería completamente imposible llegar a estamos ciertos y por tanto lo que decimos en este estado de certeza es
una nueva prueba–, apoyándome por lo demás en la intelección que ya ha cierto, o sea, es expresión de la certeza interna; o: esto es cierto, lo
sido generada fijamente en ustedes; no obstante, ustedes tendrán que inteligimos; por tanto, estamos ciertos, o sea, estamos expresando la

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añadir de nuevo este carácter y sobre él edificar y asegurar su intelección


en caso de que ésta comience a vacilar. Ciertamente en seguida les daré
los caracteres internos que permiten distinguir por ejemplo estas dos
génesis, distinguirlas en sí mismas e independientemente de la conexión;
pero estos caracteres interiores no pueden existir ni ser entendidos antes
de que esta distinción sea establecida fácticamente siguiendo el hilo de la
conexión, porque esas diferencias internas no son nada más que la ley
genética del acto fáctico de distinción, que justamente se encuentra sólo
en el factum. Y precisamente también por esto, la Doctrina de la ciencia
no es una lección que hay que aprender de memoria, sino un arte; y su
exposición tampoco carece de arte.
d) Les ruego aún que presten atención a esto: todavía en el contenido
de la prueba aducida en último lugar, facticidad y génesis debían
resolverse una en otra sin residuo; mas en su forma, aún se encontraba el
mismo elernento que se había presentado también antes: un miembro
meramente fáctico, de ningún modo penetrado aún genéticamente,
elemento localizado en la “menor” de la deducción racional: “nosotros
sabemos, o nosotros somos el saber”: esto es en verdad inmediatamente
claro y patente, pero su principio no está de ningún modo claro. De ello
deberían ocuparse ahora nuestras investigaciones, y ahí reside quizá la
parte más importante de lo que nos queda por solucionar.
En seguida indicaré la marcha ulterior de nuestra investigación:
buenas razones –propias del arte filosófico– me llevan a no tocar
directamente el punto de esta solución, sino a esperar el momento
propicio en que se presente por sí mismo; sin embargo, debo añadir que
en la intelección que realizamos se produjo indudablemente una
intelección objetiva, clara y determinada en sí misma, que nos
sobrecogió1 inmediatamente. ¿Cuál es esta intelección, si hacemos
abstracción de los miembros complementarios, como problemáticos, que
son solamente la exteriorización de la problematicidad interna de nuestra
realización –problematicidad de la que ciertamente tenemos que
abstraer–? Así pues, como lo hemos hecho a menudo [270] –y en rigor esto
es un viraje realista–, pensamos volvernos desde la forma de nuestra
intelección hacia su contenido y aclarar la forma a partir de él.
Repetiré brevemente lo dicho: es preciso que tengan ustedes presente
y claro el contenido de la intelección generada últimamente, a saber: si
un principio es de nuevo dado a la autogénesis absoluta, hay una
no-génesis absoluta = un ser. Ahora bien, hoy, tal como habíamos
comenzado a hacerlo últimamente, hemos abstraído totalmente de los dos

1
Uns unmittelbar ergreifende.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

miembros complementarios, y sólo hemos prestado aquí atención a


nuestra intelección misma y al procedimiento de su generación: la Esa doctrina no ha olvidado en absoluto enseñar que la recta conducta
aplicación absoluta de la máxima de la autogénesis: hemos justificado se da ya espontáneamente en el conocimiento recto y verdaderamente
este procedimiento, lo que sólo era posible de manera fáctica. Tal es el vivo, y de aquel a quien la luz le ha brotado <sólo> interiormente no
contenido esencial de unos pocos elementos, fáciles de retener, que puede impedir de ningún modo –aunque pudiera quererlo– que brille
hemos aportado al tema mismo. exteriormente; [292] y justamente tampoco nuestra filosofía lo olvida.
Solamente hay una gran diferencia en la acción recta según que proceda
Además, refiriéndonos al método, hemos hecho de varios modos de fuentes tan diferentes: lo que ha nacido de la prudencia egoísta, o del
observaciones de gran alcance; pido a ustedes encarecidamente las respeto a uno mismo conforme a un imperativo categórico, da frutos
tengan presentes para el futuro, porque solamente ellas les permitirán muertos y fríos, sin ninguna acción benéfica ni para el que lo hace ni para
encontrar su camino en las complicaciones ante las cuales nos movemos. el que lo recibe. El primero continúa odiando la ley y preferiría con
mucho que ella no existiera; nunca llega a una alegría ni en sí mismo ni
en su acción; y el segundo no puede ser inspirado ni vivificado por lo que
no tiene, en su raíz, vida alguna. La acción recta puede producirse con
amor y alegría solamente allí donde procede de una intelección clara; y la
acción encuentra su recompensa en sí misma, bastándose a sí misma, sin
que necesite recurrir a algo extraño.
Conversatorium

220
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

punto, que es el punto de vista propio de la Doctrina de la ciencia in


specie; y creo que así les he dado a ustedes un concepto muy claro de Conferencia XXIII: [Descripción de la certeza pura]
todo nuestro quehacer pasado y venidero.
El resultado completo de nuestra doctrina es, pues, el siguiente: la Hemos descrito la luz como una autogénesis absoluta: si a esta
existencia, cualesquiera que sean los nombres que se den, desde el más autogénesis se le da un principio, surge una no-génesis o un ser, el ser del
bajo al más encumbrado –a la existencia del saber absoluto–, no tiene su saber, claro está Esto lo hemos inteligido, nuevamente hemos
fundamento en sí misma, sino en un fin absoluto y este es: que el saber reflexionado sobre el procedimiento a seguir en la generación de esta
absoluto debe ser. Todo está puesto y determinado por éste fin; y intelección <lo hemos inteligido>, y lo hemos justificado fácticamente.
solamente en el logro de este fin la existencia alcanza y presenta su En el saber es él mismo <posible> y efectivo; pues es posible y efectivo
propia destinación. Solamente en el saber, y más precisamente en el saber en nosotros, <que> somos el saber; sólo que aquí, sobre este último
absoluto, hay valor, y todo lo demás está sin valor. Intencionadamente he punto, no se ha encontrado aún ninguna prueba genética
dicho “en el saber absoluto” y no en la Doctrina de la ciencia [291] in Aún podemos justificar este procedimiento de manera más profunda, y
specie porque también ella es solamente el camino y sólo tiene el valor desde otro lado. Nos ha surgido efectivamente una intelección <objetiva>
de camino y de ningún modo un valor en sí. Quien ha llegado arriba no que nos ha sobrecogido1 de manera absoluta; también por aquí se muestra
se ocupa más de la escalera. este procedimiento como conectándose con la luz absolutamente
Este resultado: sólo tiene valor el auténtico saber o la sabiduría, es generadora de sí misma. Nuestra tarea será, pues, la que anunciamos al
muy chocante en nuestra época, la cual se interesa únicamente por la final de la clase precedente como nuestra tarea más inmediata: investigar
actividad laboral externa; y se le aparecerá sin duda como una gran esta intelección objetiva, considerando su [271] puro contenido, lo que nos
innovación. Es notable que sea esta doctrina la vetusta, mientras que la servirá para justificar aún más profundamente nuestro primer
contemporánea constituya una innovación; y éste es casi por completo el procedimiento y quizá también para hacer genético el punto que hasta
caso en todas las obras y cosas que la caracterizan. Si quiero mostrar ahora ha quedado solamente fáctico.
esto, no es para fundar en la antigüedad y la autoridad lo que en sí mismo Se trata, pues, “del contenido de la intelección objetiva que se ha
lleva su prueba, sino para darles a ustedes incidentalmente ocasión de dado”. <l.> Es obviamente la conexión absoluta de los dos miembros
hacer una comparación. En el cristianismo, que podría ser en su esencia complementarios. Ahora bien, estos son problemáticamente; pero sin
todavía mucho más antiguo de lo que suponemos, y respecto del cual he ellos no hay conexión; entonces la misma conexión, como resultado de
manifestado varias veces que en sus fuentes concuerda plenamente con la partes problemáticas, es problemática; y de esto debemos hacer
filosofía desarrollada, en particular en el documento escrito del mismo, abstracción. ¿Qué queda entonces? Obviamente nada más que la certeza2
que yo tengo por lo más puro, el último fin consiste en que el hombre interior de la intelección; y como incluso la intelección, en cuanto tal,
llegue en sí mismo y desde el interior de sí mismo a la vida eterna, a la depende de los miembros, nada más que la pura y simple certeza interior.
posesión de esta vida y a su alegría y beatitud. Pero ¿en qué consiste,
pues, la vida eterna? Ha dicho: la vida eterna es “que te conozcan, a ti y La primera exigencia que se impone a ustedes es considerar la certeza
al que tú has enviado”; es decir, en nuestro lenguaje: la ley originaria y su con rigor y en toda su pureza. No se trata de la certeza de una cosa
imagen eterna; meramente que conozcan; y en verdad este conocimiento cualquiera, como era el caso de la conexión de los miembros
no sólo conduce a la vida, sino que es la vida. Así también en lo complementarios, porque precisamente se ha hecho abstracción de esta;
sucesivo, de manera completamente conforme a este principio, en todos más bien, se trata de la certeza pura y en sí, con total abstracción de toda
los siglos y en todas las formas del cristianismo, se ha insistido en la fe, cosa.
es decir, en la doctrina, en el conocimiento verdadero de lo supra- En primer lugar es inmediatamente claro que la certeza tiene, pues,
sensible, como lo principal y lo más esencial: sólo desde hace medio que pensarse de esta manera absolutamente pura. Sin duda el fundamento
siglo, después de la decadencia casi total de la verdadera erudición y del
pensamiento profundo, se ha transformado el cristianismo en una
doctrina de la prudencia y en una moral de la prudencia. 1
Uns ergreifende.
2
Gewissheit.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

de su quididad material1 reside en aquello que, además de ser y ser lo que


es, es cierto también; pero el fundamento de la certeza nunca podrá como un saber especial. Ahora sabemos muy bien que no hemos sido
residir en esto, porque la certeza no pertenece al qué. Por consiguiente, la siempre la intelección una que somos y que vivimos actualmente; sólo
certeza, tomada absoluta y puramente como tal, reposa absolutamente en mediante todas las consideraciones que hemos hecho hasta aquí nos
sí misma y es absolutamente por sí misma y mediante sí misma2; y así es hemos elevado a ella; este nuestro hacernos saber absoluto tendríamos
como hay que pensarla, pues de otro modo nunca sería pensada la certeza que realizarlo no como hasta aquí, de manera precisamente fáctica y
como certeza. artificial, sino que tendríamos que explicarlo; brevemente: lo que somos
al término de nuestra investigación de hoy tendríamos que inteligirlo de
Añadiré de paso que el ser no es una realidad obtenida de la suma de nuevo en su génesis. Esta intelección de la génesis –no del saber absoluto
realidades posibles, es decir, de determinaciones posibles de un qué, sino en sí, pues éste no conoce ninguna génesis, sino de la existencia efectiva
que está completamente encerrado en sí mismo, y solamente hacia fuera y de la manifestación de este saber absoluto en nosotros– sería entonces
es la condición y el soporte de todo qué <y de> sus determinaciones: esta la Doctrina de la ciencia in specie, en la medida en que es un saber
proposición, que la filosofía anterior ha desconocido casi por completo, especial cuyo no ser es precisamente tan posible como su ser.
la ha hecho valer KANT por vez primera. Lo concerniente a su primera
parte: “el ser es algo absolutamente encerrado en sí mismo, que no sale Ahora bien, podría ocurrir que la condición original de la posibilidad
en absoluto de sí, que vive por sí, desde sí y mediante sí mismo”, lo genética de la existencia del saber absoluto, o de la Doctrina de la cien-
llegamos a inteligir claramente más arriba, al final de lo que llamamos cia, sea el saber ordinario; así pues, que las determinaciones de este saber
nuestra primera parte principal. La segunda parte de la proposición: solamente puedan explicarse si se presupone que debe llegarse a la Doc-
“condición y soporte [272] del qué”, ha sido añadida por KANT sólo trina de la ciencia; y que la suma de nuestro sistema completo se resuel-
empíricamente; de ningún modo la ha probado. Nosotros queremos ve ahora en el raciocinio siguiente: si se debe llegar a la manifestación
añadirla genéticamente. Brevemente: la tarea de derivar la del saber absoluto, entonces se tiene que, etc.; pero el saber está así
manifestación3, <–tal como hasta aquí hemos llamado a la tarea de determinado, por tanto se tiene que deber llegar ahí absolutamente.
nuestra segunda parte– o la tarea de derivar la quididad, la cualidad,> o la He dicho que solamente a partir de esta presuposición: [290] “se debe
tarea de probar totalmente en sus dos determinaciones la proposición absolutamente, etc.” <se pueden> explicar y comprender todas las deter-
establecida referente al esse, es una sola y misma tarea. Ahora bien, hasta minaciones; y ruego que esto se tome en todo su rigor. Por tanto, sobre
aquí hemos concluido y demostrado in tantum que luz y ser son esto añadiré como aclaración lo siguiente: ya hemos inteligido que el
completamente lo mismo, pues nosotros somos y somos luz, todo lo cual saber es en sí absolutamente uno, sin cualidad material y cantidad alguna.
aún está rodeado de facticidad. La luz ha implicado siempre también, en Ahora bien, ¿cómo desciende entonces este saber en sí a la <unidad> y a
nuestro punto de vista, un carácter cualitativo, como “determinante”, y la diferencia cualitativas y a toda la infinidad de la cantidad y de sus
finalmente también como autogénesis absoluta. En el punto más elevado formas: el tiempo, el espacio, etc., en las cuales lo encontramos <en la
de nuestra especulación dijimos que la luz es unidad cualitativa absoluta vida>? Tenemos que probar esto: únicamente porque el ser del saber
que no puede ser penetrada más, brevemente: <una> cualidad oculta. absoluto es generable sólo genéticamente, y porque es esto únicamente
Ahora, por primera vez, hemos descubierto un carácter de la luz mediante bajo la condición precisa de semejantes determinaciones del saber, tal
el cual ella se muestra de manera inmediata como formando unidad con como las encontramos originalmente en la vida: por esto, la vida está
el ser inteligido más arriba: este carácter es la certeza pura y para sí y inseparablemente conectada a la Doctrina de la ciencia y a lo que ella
como tal. genera. Y cada uno tiene que reconocer que toda su vida es nada, es sin
2. Si ahora les pidiera a ustedes que describieran mejor esta certeza valor ni significación, y propiamente carece en absoluto de existencia, si
pura, y la hicieran más precisa, ¿cómo procederían? No creo que lo él no se eleva al saber absoluto.
hicieran de otro modo que pensando esta certeza como imperturbable Brevemente: la posición absoluta de la génesis de la existencia del
saber absoluto (ninguna palabra de esta descripción es superflua, según
1
Seiner materialen Washeit.
nos enseña lo que precede) es lo que reúne los dos polos del saber, el
2
Beruht schlechthin auf sich selber, und ist schlechthin von, und durch sich selbst. saber ordinario y el saber absoluto y trascendental, y los explica
3
Die Erscheinung. recíprocamente el uno por el otro; y hemos de transformarnos en este

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Puesto que hoy termínamos la semana, no quiero comenzar una nueva


investigación; pero quiero, en cambio, hacer un balance aproximado de quiescencia y descanso en la misma unidad inmutable; en la misma,
lo que deberemos hacer durante la próxima semana, en la que pienso digo; o sea, en el qué <inalterable> o la cualidad. No pueden, pues,
acabar, en la medida de lo posible, esta exposición completa. describir la certeza pura sino como una pura inmutabilidad, y la
inmutabilidad no de otro modo que como unidad persistente del qué o de
En primer lugar, por poco que nos afirmemos rectamente en lo que la cualidad.
acaba de exponerse ahora, se patentiza bien, sin más, que es comple-
tamente imposible prever cómo podríamos salir de aquí y llegar a algo 3. Sigo preguntando: en esta descripción de la certeza pura y simple,
ulterior. Aquí somos inmediatamente el saber absoluto. Éste es un figurar ¿les importa a ustedes algo que el qué sea algo determinado? ¿o no hay
imaginativo1, el cual se pone como imagen, poniendo para <explicar> la más bien expresamente en la descripción que han hecho la indiferencia
imagen una ley <del figurar imaginativo>. Mediante esto, todo se ha absoluta acerca de toda determinación más precisa del qué? Querrían
resuelto y todo es en sí mismo perfectamente explicado y comprensible: decir, y sin duda lo admitirán, que lo único que aquí importa es que el
los miembros figuran imaginativamente <un período sintético> en <el qué se mantenga como unidad; pero no importa entonces lo que sea
cual> no puede entrar algo distinto. además. Por tanto, aquí, en la descripción, se aplica la pura forma del
qué, o de la cualidad en general; la exigida descripción de la certeza pura
Se patentizó muy claramente más arriba cuál fue el punto que nos se da solamente bajo la condición de esta pureza de la forma. [273]
impidió en particular continuar; mediante la anulación total del concepto
de unidad cualitativa, por medio de la cual fue puesta al mismo tiempo – 4. Con esto queda en primer lugar perfectamente explicado y derivado
como nos lo enseñan los desarrollos precedentes– la cuantitabilidad, un concepto que hasta ahora ha sido aún oscuro, tanto en su contenido
quedó así abierto un camino cómodo para descender a la vida y a su como en su génesis fáctica: el concepto del qué o de la cualidad. La
multiplicidad. Ahora bien, esta unidad cualitativa fue anulada por la cualidad es la negación absoluta del cambio y de la multiplicación,
unidad esencial en sí de la imagen y de su ley, unidad que incluso puramente como tal; en otros términos: el concepto queda así cerrado, sin
rechaza completamente la mera posición problemática de una muta- que sea posible añadirle nada ulteriormente. Es claro –y sólo dire aquí
bilidad; con esta unidad tiene que bastar sin duda, puesto que ella se ha esto como observación complementaria– que, mediante esta negación, se
patentizado absolutamente: y quizás por eso no podamos salir de apuros encuentra lo negado, el cambio, a la vez puesto justo igualmente en
introduciendo sin más aquella cualidad. Acerca de esto desearía ahora cuanto cambio puro y como tal, sin ninguna otra determinación: es la
particularmente que anotasen en sí mismos que precisamente nosotros, cuantitabilidad, puesta por la cualidad, e inversamente. He dicho:
sólo por medio de un miembro regular de la conexión necesaria – genéticamente derivado. La certeza como tal no es susceptible de ser
miembro que hay que mostrar– tenemos que descender de nuevo a esa descrita de otro modo sino por medio de cualidad absoluta; “si debe ser
cualidad. (La cualidad oculta está completamente desterrada). descrita, entonces tiene que, etc.”. Acaba, pues, de darse un paso muy
importante para la derivación original del qué = de la manifestación.
Es de notar también que ahora el concepto de la Doctrina de la Ahora bien, todavía depende todo únicamente de saber cómo se llega a la
ciencia, como concepto de un saber especial, ha desaparecido totalmente descripción, es decir, a la reconstrucción de la certeza.
de nuestra vista. El saber derivado es el saber puro y uno en su dis-
yunción absoluta, explicada a partir de la unidad esencial del saber. 5. Argumentemos de la manera siguiente: hemos inteligido y descrito
Actualmente nosotros somos este saber; puro y uno; ahora bien, si somos así la corteza. ¿Pero es entonces cierta, verdadera y legítima nuestra
nosotros ciertamente Doctrina de la ciencia, y si esperamos llegarlo a ser descripción de la certeza misma?
de nuevo, entonces la Doctrina de la ciencia es el mismo saber absoluto Prestemos atención solamente a nuestro modo de proceder –tal como
y nosotros lo somos actualmente, en la medida en que lo es la Doctrina hemos procedido siempre en cuestiones semejantes–. Hemos construido
de la ciencia. un qué en general, y lo hemos puesto como inmutable, y ahí se nos ha
La última consideración nos lleva ahora al camino que nos permite manifestado la esencia de la certeza. Si repetimos este procedimiento al
proseguir; la Doctrina de la ciencia tendría que presentarse de nuevo infinito, como nos es manifiesto que podemos hacerlo, pregunto
entonces: ¿es alguna vez posible que lo establezcamos de otra manera?
La construcción del qué es completamente inmutable y, en toda la
1
Bilden. infinidad de sus repeticiones, sólo es posible de la única manera descrita:

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por la negación absoluta del cambio; nosotros mismos nos vemos, pues –
tal como hemos descrito la certeza–, como aquello que permanece en la reconstrucción como tal (en la representación), ni en lo original (en
inmutablemente en este mismo qué uno de la construcción; somos lo que la cosa para sí), sino absolutamente en un punto de vista entre ambos; se
decimos y decimos lo que somos. encuentra en la imagen1 de la reconstrucción en cuanto imagen; en esta
imagen le surge absolutamente, por medio de una ley interna, la posición
6. La certeza está completa y absolutamente fundamentada en sí de una ley. <Esto>, esta penetración propia de la esencia de la imagen, es
misma. Pero, según su descripción, certeza es permanencia en el mismo la unidad original, absoluta, inmutable; esta unidad, en tanto que es
qué. En la descripción, pues, es preciso que el fundamento [274] de la precisamente interior al acto de proyección, al proyectarse se escinde en
unidad del qué sea puesto absolutamente en el interior, en la misma la imagen objetiva constante y en la ley objetiva constante.
certeza. La unidad del qué no reside en un fundamento exterior
cualquiera, sino en el hecho de que hay una certeza. Me gustaría ser comprendido perfectamente sobre este punto. La luz
vive en sí misma lo que ella es; ella vive su vida. Ahora bien, es una
7. Que la certeza esté fundamentada en sí misma significa, a la vez, imagen –y he añadido: en cuanto imagen, es decir, figuración
que es absoluta, inmanente, encerrada en sí misma, y que no puede nunca imaginativa2 viva, encerrada en sí misma. Les ruego que dirijan
salir de sí: es en sí misma yo; todo ocurre, pues, como antes, cuando preferentemente toda su atención sobre esto último; porque ¿cómo han
desarrollamos la misma prueba aplicada a la forma del ser. Por tanto, es podido ustedes llegar a lo primero, a la imagen, en tanto que unidad
claro que la certeza, objetivada y exteriorizada –establecida hasta aquí encerrada en sí misma, objetivada sin duda por ustedes? Este es un punto
por nosotros– no es, en su forma, la certeza absoluta, aunque puede muy que de todos modos no está claro. La luz es un acto de figuración
bien serlo en su contenido y en su esencia. Es claro, pues, que en la imaginativa3, formaliter <emanente>; ella se configura imaginativamente
búsqueda de lo absoluto tenemos que hacer abstracción de eso y buscar o se proyecta4, justo tal cual es ella misma internamente, como imagen <:
esta certeza absoluta únicamente en lo que se ha revelado como ella es intelligibiliter inmanente y cerrada en sí>. No obstante, la imagen
inmanencia, como yo o nosotros. pone una ley; proyecta, pues, una ley, y ella proyecta los dos términos
Ahora bien, en verdad hemos encontrado en este nosotros la certeza que se dan estando totalmente en la relación unilateral determinada, en la
como necesidad de estribar1 en la unidad cualitativa del procedimiento; y cual los hemos pensado.
la cosa queda así. (Esta enumeración requiere toda nuestra atención). En Además observen aquí esto: en la disyunción de ayer, los dos
primer lugar, la certeza absoluta, absolutamente en sí y por sí es = yo o términos, la imagen originaria y la imagen reproducida, debían estar
nosotros; completamente inaccesible a nosotros o a sí mismo –lo que es cualitativamente unidas; porque, de otro modo, no podrían en absoluto
exactamente igual–, puramente encerrado y escondido en sí mismo. estar en conexión. Ahora están los dos términos interna y esencialmente
Porque si fuera accesible a sí mismo o a nosotros –lo que es igual–, conectados, como imagen que pone una ley, y viceversa; y no puede en
entonces tendría que estar fuera de sí, lo cual es contradictorio. Nuestra absoluto presentarse una unidad cualitativa. Unidad cualitativa es
intelección precedente nos lleva a hacer abstracción precisamente del negación absoluta [286] de la mutación: por tanto, sólo hay que aplicarla
hecho de que ahora hablemos realmente de esto, y de que por tanto lo allí donde hay que poner mutabilidad. Pero la imagen como imagen es en
exterioricemos; y esta apariencia, que en tanto que contradice la verdad sí inmutable, es unidad esencial; y, por otra parte, la ley de una imagen es
es sólo apariencia y error, es lo que se precisa derivar en su posibilidad a unidad esencial: los dos términos se ponen, pues, el uno al otro
partir del sistema de la manifestación. absolutamente sólo en virtud de su esencia interna, sin ninguna otra
Ahora bien, esta certeza se exterioriza en sí misma = en nosotros –por añadidura. Aquí, en este alejamiento completo de la unidad material,
tanto, es inmanente en toda exteriorización– de una manera que no nos <cualitativa> que hasta ahora no nos <abandonó>, hay una nueva
resulta aún clara, por una razón que veremos en seguida–, como intuición garantía de que nos hemos elevado más.
de un procedimiento cierto y absolutamente inmutable. Esta
exteriorización todavía se revela aquí sólo como factum absoluto, y justo
por esto no hay aquí todavía claridad. (Procedimiento es vida, en tanto 1
Steht im Bilde.
2
Bilden.
3
1
Notwendigkeit des Beruhens. Bilden.
4
Es bildet oder projicirt sich.

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1. En primer lugar, ¿en qué estriba propiamente el que no queramos


fiarnos de esta reconstrucción de la ley? Porque ella se manifiesta como que vida; unidad cualitativa e inmutable del procedimiento es inmanencia
arbitraria. Si se patentizara como necesaria, entonces precisamente ella se y fundamentación de la vida en sí misma, inmediatamente [275] expresada
manifestaría como legítima y como misma expresión inmediatamente en <una> vida misma). Tratemos aquí de lograr la mayor claridad
interna y causalidad de la ley. Obtendríamos una ley inmediatamente posible. El ser-principio inmediatamente vivo e inmanente es luz, y es
fáctica que penetra el factum: la ley de poner la ley. Pero si la ley intuición con interna necesidad. Digo: “ser-principio”, por tanto
proyectada puede siempre ser resultado de una reconstrucción, precisamente proyectar e intuir. Digo: “inmediatamente vivo e
justamente porque ella es proyectada, al menos el construir interior de inmanente”, o sea que el proiectum es absolutamente en el intuir, por el
esta ley objetiva no es una reconstrucción, sino la construcción original intuir y a partir del intuir; y el proyectar es precisamente la vida de la luz
misma. como principiar. Digo: “con interna necesidad”, de suerte que esta
necesidad tiene que expresarse absolutamente; porque precisamente se
2. Ahora bien, ¿puede aducirse esta prueba de la reconstrucción de una trata del principiar como principiar. <Este era el primer punto que había
ley? Digo: fácilmente, según me parece, de la manera siguiente: la que considerar>.
primera proyección original constante lleva en sí el carácter de la
imagen1, de la reconstrucción, etc. Pero la imagen en cuanto tal remite a El ser-principio es un proyectar absolutamente inmanente; no es, por
la cosa, la reconstrucción, en cuanto tal, a la construcción original. Por tanto, proyección de otro, sino solamente de sí mismo, completa y
consiguiente, la tarea de comprender este concepto de la intuición radicalmente, tal como es interiormente. –Observen ustedes: como es lo
implica, absoluta y legítimamente, la tarea de poner esta primera cosa, es en acto de proyectar, ante todo de proyectarse a sí mismo
original reconstrucción. –Pero pregunto: ¿Cómo la imagen es imagen y la interiormente, y tomado cualitativamente, pero de ningún modo
reconstrucción es reconstrucción? Hemos dicho que lo son porque objetivamente; así, pues: haciéndose intuición formal, inmediatamente en
suponen una ley superior de la que ellas resultan, y por tanto en la virtud del ser-principio interior y vivo, en tanto que está en acto de
imagen en cuanto imagen indicamos la ley, la cual está ya en ella al inteligir genético y de intuir, absolutamente de un golpe; pero lo último
menos virtualiter y en su efecto. Desde luego nosotros, la Doctrina de la resulta de hecho y en verdad de lo primero. Luego, en esta
ciencia, estamos justamente ahora en la imagen en cuanto imagen; por autoproyección cualitativa e interna (et in virtute eius, minime per actum
consiguiente, la ley implícita y virtual en nosotros mismos se construye o specialem), é1 se proyecta ahora necesariamente a sí mismo
se pone idealiter; y lo que ayer nos encargamos de probar se encuentra objetivamente; no aún ciertamente como yo existente objetivamente, sino
completamente probado: la ley misma se pone en nosotros mismos. La tal como es internamente, considerado en primer lugar como vida
imagen en cuanto imagen constituye el nervus probandi. <inmanente>, como unidad, fundamentado en sí mismo según su forma;
y que corresponde al procedimiento basado en la unidad puramente
Noten ustedes a este propósito: 1) Para desarrollar la prueba que cualitativa. Esta era, pues, la intuición de la certeza interna y de la unidad
acabamos de realizar, tuvimos que comenzar por presuponer la ley como del procedimiento que antes fue considerada por nosotros. Esta unidad se
el fundamento originario de la imagen, realiter y en sí, sin rendir cuenta expresa con necesidad porque es el resultado del acto absolutamente vivo
[287]
alguna de la manera en que hemos llegado a su concepto y a su de principiar. Llamábamos a este procedimiento “descripción de la
proyección. Ahora hemos explicado perfectamente cómo hemos llegado certeza” y buscábamos el fundamento de esta descripción. Se encontró.
a ello; pero aún no hemos explicado la diferencia que caracteriza a la Pregunto lo siguiente: ¿tiene lugar, pues, ahora efectivamente una
forma de este concepto. Me contentaré aquí con indicar sólo desde un descripción semejante de la certeza en sí? ¿Y cómo podría en verdad
punto de vista histórico esta parte que queda aún oscura, añadiendo que tener lugar? Esta descripción no es más que la expresión necesaria –que
su <esclarecimiento> se encuentra en la respuesta a la cuestión de la hemos derivado y comprendido perfectamente– y el resultado de la vida
posibilidad de la Doctrina de la ciencia como doctrina de la ciencia; y de la certeza, vida como puro acto de autoprincipiar. Pero en el ser o en
esta respuesta, aunque <ahora> se ponga en obra continuamente, no está, la certeza esta vida es absolutamente necesaria. <Este era el segundo
sin embargo, completa hasta el final. 2) En la descripción del saber que punto de consideración>.
dimos ayer, se encuentra ahora cambiado lo siguiente: el saber se halla no
Además ella se proyecta tal como es interiormente; pero no es
1
Charakter des Bildes.
meramente [276] vida sino que es vida de sí misma, y, como tal, es
autoproyección. La vida que se acaba de derivar así como un
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procedimiento constructor es, pues, una construcción de sí misma, en la


proyección, por tanto precisamente en la certeza tomada objetivamente, Conferencia XXV: [El saber absoluto como posición de la imagen en
la cual, al ignorar nosotros los miembros superiores, encontramos al tanto que imagen]
comienzo de nuestra investigación como nuestro primer miembro. La
certeza es más original en la descripción viva en nosotros, que cuando Si el saber debe predicar algo de sí mismo, entonces tiene abso-
ella es objetivamente en y para sí misma y sin descripción. Sólo es esto lutamente que proyectarse en general: hemos inteligido que tal es la
último después de la construcción, la cual es a la vez proyectante. condición. En lo concerniente únicamente a la forma de esta intelección,
Consideremos otra vez, de manera más clara y más precisa, las tres había en ella un factum libre cualquiera y una ley absoluta que debería
modificaciones capitales de la luz original, descubiertas hoy. inmediatamente sobrecoger este factum, una vez que llega a ser efectivo.
Certeza o luz es principio inmediatamente vivo; así pues, absoluta Y esto era el primer punto que debíamos considerar.
unidad pura, justo de la luz; es absolutamente imposible describirla más Ahora bien, nosotros –la Doctrina de la ciencia– somos en esta
y solamente se la puede realizar; si quisiéramos describirla, tendríamos intelección igualmente saber, y un libre saber fáctico; así pues, estamos
entonces que describirla como una unidad cualitativa, lo que aquí no nos nosotros mismos en el caso que hemos mencionado. Por tanto, nosotros
ayuda nada. Ella es siempre y a perpetuidad inmediatamente yo. Por esto, mismos, con este factum nuestro, recaemos en la ley que consiste en
en lo que decimos, y mientras decíamos lo anterior, nos contradecíamos proyectar en general el saber, y en proyectarlo tal como es interiormente
ya. < –Vida interior que tiene que vivir en la vida inmediata.> En tanto en sí o según la ley. Así, en nuestra intelección el saber también se ha
decíamos que es un principio vivo, comenzábamos ya a describirla, pero encontrado efectivamente como unidad objetiva <e> inmutable, y con la
originalmente. El principiar es ya su efecto, pero su efecto original en evidencia absoluta de que se comporta tal como lo enunciamos; y
nosotros mismos, pues somos nosotros el principiar. Es, pues, este añadimos <como nuevo>: que esto ocurre así en virtud de una ley
principiar mismo el que se describe (o nosotros –lo que es equivalente–). invisible.
Con que sólo piensen ustedes rigurosa y agudamente este principiar, Sobre esto se ha continuado la argumentación. Esta proyección
verán que es proyectar; autoproyección inmanente; y, a decir verdad, acontece, al menos en lo tocante a la materia –al contenido del saber
como esta proyección reside absoluta e inmediatamente en la misma expresado allí–, conforme a una ley absoluta que ni puede no ser una ley
vida, no per hiatum y objetivamente, sino interior y esencialmente, per ni puede no tener causalidad; la proyección es, pues, una proyección
transubstantiationem, la principiación se hace proyección e intuición. absolutamente inmanente y no puede zafarse ella de esto; y, como
Observen: como esto reside en la vida de la luz misma entonces añadíamos aclarando <mucho>: la luz en la proyección no puede
absolutamente toda luz se hace así inmediatamente a sí misma, así ella es absolutamente ser tal como sería interiormente, o según la ley, sin
tal: así ella es absolutamente intuyente; e incluso <el que> ejerce la ninguna proyección. ¿Qué significa esto? Que la luz tiene que llevar en
Doctrina de la ciencia no puede, con todo su esfuerzo vivo, eludir esta sí, continuamente, el signo del principiar vivo, tiene que manifestarse en
determinación (y tampoco nosotros la hemos eludido); aunque, según una su forma completamente como producto de un principiar semejante; por
ley que aún no está explicada, él penetra en el principio, y lo que por otra esto, como infinitamente repetible y, en relación con la proyección
parte <es> absolutamente un ser se <le> convierte en un <hacerse>. Esta original por medio de la ley, tiene que manifestarse como reconstrucción
intelección completa del principiar real <y originario> es <solamente> <–aquella construcción original>; esto suscitó entonces la disyunción
cosa de la Doctrina de la ciencia. –Y tal es el primer momento. [277] fundamental en el saber. A este propósito, nos hicimos entonces la
Ahora bien, el saber vivo se intuye, absolutamente tal como es objeción siguiente: ¿No es, pues, la ley misma reconstruida por nosotros?
interiormente, precisamente porque se proyecta realiter. Pero en primer Claro que sí; por tanto, no llegamos nunca a una construcción originaria
lugar es absolutamente por sí; tiene, pues, que intuirse, y aquí in specie, y a la ley, [286] sino que, si se consideran rectamente las cosas, sólo
como no originado de la intuición. Aquí, pues, <entre la intuición y la poseemos <dos> reconstrucciones: la una se da por lo que ella es,
esencia> surge el hiatus absoluto y la proiectio per hiatum como mientras que la otra es la negación de eso –pero esto último es de una
expresión puramente racional de la verdadera relación de la cosa: es el apariencia que puede descubrirse–. Y así aún nos quedamos allí siempre
punto de vista de la intuición o del concepto en su separación de la en lo arbitrario, no entramos jamás en lo necesario. Ahora hay que
resolver esto.
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Puede verse ya muy bien cómo ahora esta dificultad se encuentra resuelta
y adónde va a parar nuestro camino a partir de aquí. Topábamos con la esencia; no en tanto que son la misma esencia, sino en tanto que son su
dificultad de que describíamos y construíamos la ley absoluta. Se tiene mera imagen e implican la anulación de ella ante la cosa.
que mostrar que nosotros no la podemos construir, si ella misma no se Luego el saber es un principiar, y por tanto tiene que intuirse
construye, [285] pues, <previamente a> nosotros y en nosotros. Breve- objetivamente y per hiatum. Aquí está claro entonces que este principiar,
mente, que es la misma ley la que nos pone y la que se pone en nosotros. <libre> procedimiento absolutamente por sí, desde sí y mediante sí1, tiene
Mañana trataré de esto. que manifestarse en la intuición inmanente en sí no como fundamentado
en ella, sino como realizándose en sí porque ella proyecta per hiatum;
está claro igualmente que <el que> ejerce la Doctrina de la ciencia, el
cual intelige la intuición misma en su origen, sabe bien que esta
sustantividad entera también, en tanto que es esta generación, no es
verdadera en sí, sino que sólo es la manifestación de una principiación
más alta, absolutamente inintuible. Está claro, por tanto, que la agilidad
completa que reside en la manifestación del procedimiento no está de
ningún modo fundamentada en la verdad, y por consiguiente fácilmente
se comprende también cómo la unidad cualitativa de la intuición no
desaparece en absoluto en ella.
Además el saber es una principiación de sí mismo absolutamente
inmanente, y más precisamente –como se acaba de explicar mejor– él es
una principiación realiter absolutamente, como intuición, sin la
mediación de ninguna otra luz ni de ningún otro acto de ver. Esta
intuición tiene también a su vez que ser intuida o proyectada per hiatum:
a partir de ahí precisamente surge ahora la intuición de un saber
originalmente acabado y subsistente, intuición de lo que <arriba> se ha
llamado el ser del saber; respecto de él, la principiación en la intuición –
que hemos descrito primeramente– se comporta solamente como
reconstrucción. Así hemos derivado, pues, los dos miembros
complementarios, que se daban sólo problemáticamente, a partir de la
más profunda intelección de la esencia de su conexión: de la certeza.
No hemos disimulado el punto donde queda todavía dificultad. [278] Se
trata precisamente de fundamentar la posibilidad y de justificar la verdad
y la validez de la presuposición de la Doctrina de la ciencia, a saber: de
que la certeza viva es un principiar real. Intencionadamente hablo de
principiar y no de autoprincipiar; pues basta que lo primero sea
demostrado para que lo segundo resulte completamente por sí mismo a
partir de la inmanencia absoluta y clausura en sí, la cual se ha
patentizado con un máximo de claridad. Ahora bien, este punto se tocará
mañana.

1
Von sich, aus sich, durch sich.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia XXIV: [Descripción de la ley del saber]


Así pues, para aplicar en seguida esto, diré que con el saber acontece
actualmente lo siguiente. La forma íntegra de la objetividad, o forma
Hemos puesto la luz original como una principiación inmediatamente existencial para sí, no tiene en absoluto relación con la verdad; pero el
viva en sí, y de ello hemos derivado tres determinaciones fundamentales mismo saber, y <por tanto> también todo lo que debe darse en él, se
en la luz, las cuales resultan necesariamente. En primer lugar, sólo se escinde absolutamente en una dualidad de la que un miembro debe ser lo
trataba de comprender esta proposición y las consecuencias que originario y el otro la reconstrucción de lo originario, sin que en absoluto
resultaban de ella, y para eso se ha requerido la más alta energía del haya diferencia de contenido, y por ahí de nuevo absolutamente uno; sólo
pensar y una interna vivacidad de la facultad aprehensiva. No obstante, es distinto en la forma mencionada, la cual acusa claramente una relación
creo que he conseguido hacerme comprender. Una vez concluida esta recíproca entre los dos términos. (Así es, pues, también efectivo en toda
tarea, habíamos suscitado la cuestión siguiente: ¿qué nos autoriza a conciencia posible de ustedes, si quieren examinar ahí la proposición.
nosotros mismos, a la Doctrina de la ciencia, a hacer esta Objeto, representación). [284]
presuposición?; y nos reservábamos la respuesta hasta hoy. Pero llevemos más adelante este razonamiento. Al comienzo de
a) Reflexionen ustedes en primer lugar en qué sentido <suscitamos> nuestra investigación, cuando la deseada unidad absoluta se generaba en
esta cuestión. Ya conocemos que la Doctrina de la ciencia es idéntica al nosotros, estábamos, como después descubrimos, bajo la ley, sin saber
yo, que la luz es completamente yo y que <sólo> el yo es luz; además nada de ella ni de <nuestro> acto como tal. Unicamente reflexionando
alguno podría intentar probarlo precisamente aquí, tal como lo hemos sobre este acto, le pudimos aplicar –en tanto que es el medius terminus
hecho más arriba: la Doctrina de la ciencia, en cuanto yo, y por de nuestro raciocinio– el contenido de la misma intelección descubierta,
consiguiente luz, lo puede y lo hace. Por consiguiente, la luz lo puede y y llegar a la intelección de la ley que precedentemente nos estaba oculta.
lo hace. Pero esta forma de prueba tiene que desaparecer alguna vez, y Ahora bien, en esta intelección nosotros mismos construíamos y
obtener su premisa superior, al mostrar el punto donde coinciden describíamos sin duda la ley; y ahora mismo podemos captarnos en acto.
completamente el poder del yo y el poder de la luz; y donde desaparece Estábamos, pues, verdaderamente sujetos a la ley, solamente allí donde
toda arbitrariedad, aunque nuestra presuposición tenga aún la apariencia ninguna ley se daba en el saber; y si se da en el saber, estamos por
de ello. encima de ella, construyendo esa misma ley. Pero nuestro raciocinio
completo se funda en un solo factum, sin ley, el que por tanto no hay que
Esto vale en general. Ahora les ruego que apliquen conmigo la
justificar; y el mismo raciocinio sólo dice de una ley, sin serla o tenerla.
consideración siguiente:
Así pues, incluso este razonamiento, en tanto de suyo acarrea apariencia,
1. Si la arbitrariedad debe desaparecer, entonces en la Doctrina de la se disuelve en la nada.
ciencia se tiene que revelar una necesidad inmediatamente fáctica del
Apliquemos esto a lo precedente: la pretendida reconstrucción
autoproyectar inmediato. Digo: “una necesidad inmediata”; la Doctrina
original, la cual debe justificar la reconstrucción que se da francamente
de la ciencia tiene que hacer efectivamente este autoproyectar, o mejor,
como tal, sólo es a su vez también reconstrucción que simplemente no se
eso tiene que acaecerle sin su intervención. Digo: “necesidad”,
da como tal. Pero en una reflexión más rigurosa, la apariencia completa
“necesidad fáctica”; la autoproyección tiene que ser intuida [279]
se desvanece.
mediatamente, como necesaria, pero sin que se le añada ningún
fundamento superior. Por tanto, por ejemplo, la observación que hemos El que ahora las cosas hayan tomado este giro y el punto de vista
hecho de vez en cuando, e incluso en la clase precedente, observación adoptado no haya sido el más elevado nos tiene que resultar agradable.
según la cual no podemos en verdad salir de la proyección y de la Porque en este punto hay todavía una disyunción –cuyo principio
objetivación del saber, no sirve para nuestro fin. Pero no hemos indicado genético no está todavía claro en su raíz– en la que no nos podemos
aún bajo qué condición y en qué relación no podemos salir; propiamente ahora detener. No se trata ya seguramente de la disyunción externa entre
sólo en el pensar atento no podemos salir; por el contrario, en el pensar un sujeto y un objeto, la cual desapareció por la anulación completa de la
debilitado tenemos la ilusión de haber salido; y precisamente se debe forma fija de la proyección y de la objetividad, sino más exactamente de
poner en claro lo que ocurre con estos dos fenómenos contradictorios. la <interna> diferencia viva entre ambos; se trata de dos formas de la
vida.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

(no hablo de su forma exterior, que se manifiesta como libre), de manera


que la ley y el acto mismo, –y más precisamente el acto con la unidad En la intelección de ustedes debe estar presente algo que sirve al fin
<de> todas sus determinaciones distinguibles–, se penetran íntimamente, propuesto y conduce a él, y que voy a exponer, aunque sólo sea
absolutamente sin hiatus entre los dos. La proyección es: bien formaliter brevemente, sin ninguna derivación ulterior, a saber: no puedo predicar
objetivamente, bien materialiter expresiva de la esencia del saber. <Ella> nada de la luz <o de mí> sin en general proyectarla y objetivarla
no es lo último sin ser lo primero: ella es los dos a la vez, porque es <inmediatamente>, precisamente como sujeto de un predicado. Non nisi
ambos en virtud de una ley absolutamente efectiva. La expresión material formaliter obiecti sunt praedicata. La proposición –con sólo considerarla
tiene, pues, que expresar a la vez la forma de la proyección; o dicho de convenientemente– es inmediatamente patente, sin que se pueda alegar
manera completamente precisa: en la proyección, el saber no puede ser otra razón; y justamente así es como tiene que ser, según lo hemos
absolutamente, al menos en su forma –prescindiendo de las pruebas señalado más arriba, si es que debe tener su sitio en este lugar1. Lo que
precedentes de lo contrario–, tal como él es en sí o según la ley, sin más nos importa es comprender rectamente el contenido de esta misma
ninguna proyección. ¿Qué es, pues, lo que la proyección puede haber proposición. “Yo predico de la luz”, o –lo que es lo mismo– “la luz
cambiado en él? Precisamente no olviden que sólo hablamos aquí de lo predica de sí misma”, significa: se proyecta a sí misma per hiatum, por
material interno, hecha abstracción de la forma exteriorizante del medio de la intuición fija, caracterizada ayer suficientemente. “No puedo
proyectar, la cual ha sido sólo la fuente de nuestra argumentación y ahora reconocerla sin proyectarla” significa: sin proyectarla en la proyección
dejamos de lado. –La esencia interna de la proyección es un principiar original, real, interior y esencial –también descrita ayer suficientemente–,
vivo; este principiar, [283] radical y absolutamente como tal, tendría que sólo la cual la convierte en intuición.
permanecer en él y nunca debería aniquilarse: <, cesar>. ¿Qué es esto? Miremos atrás hacia nuestra tarea. Justamente la proposición, de la
Respuesta: precisamente descripción absoluta, en tanto que descripción, cual hemos admitido que absolutamente ningún saber fáctico –el cual
muy visible entre lo demás en la conexión <como tal>, conexión que se está siempre circunscrito a una intuición ya completa– sino solamente la
daba de manera admirable entre los dos miembros; porque, ¿en qué Doctrina de la ciencia tenía derecho a afirmarla precisamente, la
consiste entonces la conexión sino en la descripción de un miembro a proposición de la conversión absolutamente original de la luz en intuir,
partir del otro? Este principiar vivo <tiene> que permanecer <inma- justamente esta proposición es <debatida>. Esta afirmación debía ser
nentemente> en la conexión y no <debe> desaparecer nunca, justo en demostrada en la intelección y en la evidencia inmediatamente
tanto que es una principiación viva en sí misma; por tanto, ella <tiene> generadora de sí <misma>. Éste es ahora el caso en la intelección que
que poderse renovar continuamente como tal, aunque el contenido, acabamos de generar; hemos inteligido, por tanto, la necesidad absoluta,
determinado por la ley absoluta, permanezca el mismo; y por ahí etc. [280]
deberían ahora explicarse bien justo la manifestación de la reflexión Pero ¿cómo ha sido inteligida? No incondicionalmente, sino bajo una
enérgica y la repetición al infinito del contenido que permanece condición; nuestra intelección la pone en conexión con algo diferente. Si
cualitativamente idéntico, las cuales, con gran sorpresa por nuestra parte, de ella debe haber predicación = si debe haber una intuición, entonces
no nos han querido abandonar todavía. He dicho que el contenido interior tiene que2, etc. <¿Debe, pues, ahora ser lo primero? Si no, entonces, no
debe ser determinado por la ley; ahora bien, si, mientras se considera debe ser tampoco lo otro: la primera –que la luz se proyecte a sí misma–
esto, se piensa la descripción como una principiación absolutamente viva es genéticamente inteligible sólo bajo una condición –por tanto, es
en sí misma, entonces es igualmente claro que ella tiene que manifestarse condicionalidad inteligible–; en caso de que tuviera lugar la otra –sería
como reconstrucción de una preconstrucción original, precisamente por por tanto condicionalidad real–. Todo es poco más o menos tal como
medio de la ley: así pues, en una palabra, como imagen, o como el simple queríamos; pero no tenemos aún la incondicionalidad y la unidad a que
acto, a menudo mencionado, de enunciar, de pronunciar o de expresar lo aspirábamos.>
que justo así debe ser ciertamente en sí: en una palabra: lo meramente (a) Explicación a partir de la lógica: Predicado = minor; objetivación
ideal, bajo la especie del cual estamos obligados a considerar todo absoluta del sujeto lógico = maior. Los dos términos se ponen
nuestro inteligir, en caso de que nos coloquemos en el punto de vista de la
reflexión, <o sea> de la principiación viva.
1
Al margen de la copia, sin nota: <(La intelección puede, según esto, hacerse más clara)>.
2
Soll... muss.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

recíprocamente de modo absoluto: y así el raciocinio está fundado en


algo diferente y más profundo que la maior, hacia cuyo descubrimiento soy un saber en la intelección que acabamos de generar y realizar; y
acabamos de partir. Todos los sistemas filosóficos sin excepción que precisamente tal como me manifiesto a mí mismo, un saber libre y
ignoran esto no pueden llegar a una maior absoluta; ellos tendrían, pues, fáctico, ya que podía incluso haber omitido muy bien las reflexiones que
que hundirse –a menos que se detuvieran en cualquier parte a pensar han sido emprendidas; un saber que predica del saber y describe su
arbitrariamente– en un escepticismo insondable. esencia completa. –Según mi propia expresión, la facticidad es
sobrecogida siempre y constantemente por la ley del proyectar original.
b) En la aparición reiterada de la “exigencia”, de la problematicidad y Por tanto, este proyectar tiene que haberme sobrecogido a mí también en
de la conexión, nadie tema que hayamos retrocedido e incluso llegado a mi propio factum, aunque siempre de manera invisible. En la ley reside la
parar al viejo punto que habíamos rechazado; porque está claro que los proyección formal en general, y esta es fácticamente lo suficientemente
miembros que <ahora> están conectados son más elevados que los visible; sólo añadiré aquí que ella resulta de la ley. En la ley reside,
miembros empleados allí; allí estaba la autoconstrucción = el además, el que ella sea proyectada, tal como es interiormente o bien –
procedimiento que apareció ayer en la intuición ya fija; y, tomado el ser como podemos decirlo ahora mucho mejor y libres de cualquier
del saber en su sentido más alto, estaba la intuición fija. Pero aquí, no malentendido–<notadlo>: tal como tiene que ser proyectada conforme a
digo que esta misma intuición fija es puesta en conexión con una la ley. Pero no conocemos en absoluto, en la altura de nuestra
<autoproyección> aún superior, con la autoproyección real e <interna>, especulación, ninguna otra ley que la ley de la misma legalidad, a saber:
sino digo que simplemente se ha encontrado ahí). que la ley es proyectada según la ley; así es precisamente como más
2. Ahora bien, en cuanto yo, Doctrina de la ciencia, llego a inteligir arriba también se nos ha expresado fácticamente, <y> por tanto, acerca
esta relación como una relación absolutamente necesaria e inmutable, yo de este punto material no hemos hecho nada más que añadir que esta
mismo proyecto y objetivo el saber en tanto que él es precisamente esta proyección <conforme a la ley misma> ocurría conforme a la ley
relación, en tanto que él es una unidad determinada por sí misma, sin absoluta. Así pues, hemos derivado a su vez genéticamente la intelección
ninguna intervención posible de un miembro exterior cualquiera: yo que más arriba ha sido generada fácticamente, y de la que hemos partido
penetro y construyo a la vez la esencia y el contenido interior de esta hoy, aplicando su propio enunciado material a su forma; lo cual
unidad. ¿Cuál es, pues, su contenido? –En primer lugar, es absolutamente proporciona el primer resultado importante: 1. Sin duda lograremos
cualquier cosa y depende únicamente de la libertad y del factum; luego hablar aún más acerca de <esta> aplicación del enunciado de una
algo absolutamente necesario que sobrecoge y determina, sin más, la proposición a ella misma. La proposición es notable; parece ser
facticidad, en caso de que ella fuera llamada a la vida. Estos dos precisamente la determinación de la maior por la minor que hemos
elementos mantienen entre sí una relación tal que el uno es, ciertamente, observado ya más arriba; [282] y justo por eso parece que la verdad
el principio radicalmente propio de su ser; pero no [281] puede serlo sin comienza a refluir sobre sí misma, mientras que en todos los demás
llegar a ser ahí de una sola y misma vez el principiado del otro; sistemas, si fueran consecuentes, ella no tendría ni comienzo ni fin. 2. En
recíprocamente el otro no podrá ser efectivamente principio sin que el cada ocasión hemos establecido como lo absoluto en su género aquello
primero se ponga. La mejor designación que daremos al primer término que se pone a sí mismo; y teníamos así, en nuestra investigación que
es la de ley1, es decir, de principio que para su principiar fáctico acaba de culminar, una ley de la ley o de la legalidad misma. No hay
presupone aún otro principio que se genera absolutamente a sí mismo; el ninguna duda de que esta ley será la ley absoluta, al igual, pues, que el
segundo término será llamado un factum puro y original, que solamente acto que realizamos según ella es también el más alto inmediatamente
es posible según una ley. legítimo, de la Doctrina de la ciencia. (A su debido tiempo se verá el
3. Así es el saber, absoluta e inmutablemente sin excepción, y así es significado de la restricción añadida).
como lo hemos inteligido. Pero yo, la Doctrina de la ciencia, yo mismo 4. Pasemos ahora a otra investigación, extremadamente importante y,
si logro hacerme comprender por ustedes perfectamente, interesante e
incluso agradable.
1
Gesetz (de setzen = poner) que aquí justo significa tanto puesto como ley, pues como
En la intelección realizada hoy y que acaba de ser analizada, la ley
sustantivo significa ley.
absoluta, según la cual proyectábamos el saber en su esencia, tenía
seguramente una causalidad absolutamente real sobre el interior del acto
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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

nosotros de la Doctrina de la ciencia, porque solamente por esta


penetración podrán llegar a ser este nosotros: no obstante ustedes
penetrarán este ver, si lo consideran como anulándose, pero poniendo en
esta anulación algo descrito, poniéndonos y poniéndose como lo externo,
<justamente> como lo negado. “Ver X” significa: no tomar por X el acto
de ver; así pues, anularlo; en esta anulación el ver se hace precisamente
ver; y surge lo absolutamente visto en cuanto ustedes hacen abstracción
de X. Esto es lo que yo quería indicar, lo cual tiene que ser captado ahora
en la intuición mucho más profundamente de lo que puedo expresar con
palabras; se trata de la esencia más interna del puro ver como tal, que por
tanto hemos realizado aquí efectivamente en su esencia, en la medida en
que ustedes han seguido mi intuición. <Tal era el primer punto de
consideración.>
Ahora bien, aquí debía ser descripción de la certeza, como absoluta
clausura en sí misma. Si nos mantenemos solamente en la intuición del
puro ver que ha sido generada, o en la mera descripción formal, entonces
podrá derivarse de ello tan sólo este contenido, a saber: que ella es
descripción de <una clausura> en sí misma. –Lo que el ver proyecta
intuyendo, –en esta anulación de sí mismo, en la que sin embargo es–, se
llama ser; y como [295] lo proyecta en su esencia y en virtud de su propia
esencia indestructible, pero esta esencia es exteriorización, se trata de un
ser que se exterioriza interiormente, es decir, de un ser en sí mismo vivo
y vigoroso.
(Haré las <observaciones> siguientes, porque creo que puedo verter la
mayor claridad sobre la totalidad: 1. El acto de ver que se descubre en sí
mismo como exterioridad y emanencia material <y> cualitativa –como
cada uno puede también descubrirlo en si mismo, si presta atención a lo
que significa ver–, se anula por eso en sí mismo <ante> el ser
absolutamente inmanente. No he dicho y tampoco he probado que él lo
haga por una razón cualquiera; sino que más bien, según nuestra
presuposición, en nuestra persona él ha hecho <esto> precisamente
<así>. 2. A pesar de todo, en este autodescubrimiento en su esencia, y en
esta auto-anulación, el ver “es” <–pues continuamos siempre en el saber–
> y es con su determinación fundamental inmutable, como
exteriorización. Por tanto, el ser ante el cual él se anula no es otro que su
propio ser superior, ante el cual se desvanece el ser inferior que
precisamente se debe objetivar como acto de ver; por eso, este su ser
lleva su cuño originario, el exteriorizar, el cual en virtud de que ahora ha
llegado absolutamente a ser, se exterioriza. 3. El ver se convierte, pues,
en un ver real interior y verdaderamente efectivo, o mejor aquí, luz pura,
en la medida en que el ver se anula en cuanto ver: y así pues, la luz pura,
como autoexteriorización interior absoluta, vigor y vida, no llega a ser de

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JOHANN GOTTLIEB FICHTE

ningún modo, sino que es. Llega a ser solamente en la intelección, y en


esta llega a ser por la auto-anulación absoluta del ver mismo ante el ser.
4. Entonces, ¿en qué medida y por qué razón se anula el ver? Respuesta:
porque él es exteriorización de otro término y frente a otro término; este
otro estriba entonces en él mismo, pero en virtud de su auto-anulación;
como lo intuido; por tanto, la intuición absoluta simplemente como tal es
la que se anula. 5. Esta intuición está también presente en la intelección
que ahora hemos generado de la luz absoluta como un vivo
autoexteriorizarse, y tiene que ser anulada con relación a la esencia
interior y a la verdad, aunque fácticamente ella pueda subsistir siempre.
Podemos mostrar su origen, y [296] lo hemos mostrado en nuestra tercera
observación; él reside en la génesis de esta intelección por la anulación
del otro término. 6. Lancemos ahora de nuevo una mirada retrospectiva
sobre lo precedente: la intelección que fue tan notable al cierre de nuestra
primera parte, según la cual el ser sería un esse absolutamente encerrado
en sí <mismo>, vivo y vigoroso, no era otra cosa que la intelección
absoluta realizada de modo meramente fáctico, cuya génesis hemos
inteligido aquí; y ciertamente ella había tenido lugar fácticamente, justo
tal como habíamos inteligido que tenía que tener lugar, por abstracción
de toda intuición o por anulación fáctica de toda intuición. También
aquella exigencia nuestra de hacer abstracción, en relación a la validez
efectiva, de la objetividad, en tanto que ésta es resultado de la intuición –
aun cuando no se puede suprimir fácticamente esta objetividad–, era
completamente acertada y se encuentra precisamente demostrada).
Continuemos ahora nuestra investigación y permanezcamos, por
buenas razones, en el punto de vista que se acaba de adoptar. Lo que el
ver, en esta anulación de sí mismo, proyecta intuyendo, y lo que ha sido
inteligido genéticamente por nosotros, en tanto que proyectamos
<intuyendo>, es ser y precisamente un ser vigoroso. Pero el ser como tal
o la objetividad es una clausura en sí: y una clausura en sí viviente = un
clausurarse en sí viviente <–pone –> (tal es la intelección nueva que
exigía de ustedes), un principio del acto de salir de sí mismo, el cual es
anulado por la primera clausura; por tanto, este principio tiene más bien
que ser llamado un impulso.
Y así pues, habríamos realizado lo que intentábamos: la descripción,
es decir, una vivacidad y una construcción de la certeza como una
clausura en sí misma, a partir de la mera descripción más profunda y
exacta del ver, de la idealidad y de la intuición como tales.
En esta descripción se descubre una cuadruplicidad de miembros, y
esta enumeración puede aclararles a ustedes lo expuesto. En primer
lugar, el ver considerado en su esencia, como exterioridad absoluta en

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

relación a otro término, se anula por eso, y, en esta anulación, mira a este
otro término como ser interiormente encerrado en sí mismo. Esto da dos
miembros. Sería preciso entonces atenerse [297] a esta dualidad de
términos, si no hubiéramos añadido que, a pesar de esta anulación de sí
mismo, válida in tantum, el ver permanece ciertamente en la intelección
del surgimiento necesario (para él) de un ser, y permanece lo que él es de
modo inextirpable, un exteriorizar interno; y por consiguiente el ser debe
llevar en sí mismo su carácter, el de la vida y el de la exteriorización.
Consideren ustedes esto un poco más profundamente. En rigor hay aquí
un doble punto de vista sobre el ver, de donde resulta un doble punto de
vista sobre el ser, o también inversamente. Por una parte, el del ver como
intuición, es decir, él mismo intuido, de donde resulta el mero ser muerto;
por otra parte, el del ver considerado según su esencia interna como
exteriorizar absoluto, de donde resulta el vigor y la vida del ser.
Es claro que en el ser los dos puntos de vista absolutamente deben
coincidir en unidad, clausura viviente en sí, acto de encerrarse en sí; es
claro, por consiguiente, que en el saber, de donde el ser es, pues,
derivado, tienen que coincidir igualmente los dos puntos de vista: una
autoanulación que resulta de la construcción de su esencia en tanto que,
etc.; y una proyección de esta esencia en el ser que resulta de esta
anulación de sí mismo. El cuarto término, en fin, el principio de la salida
de sí mismo, cuyo ser, por la vivacidad y la energía de la clausura en sí,
es puesto al mismo tiempo que anulado absolutamente en su efecto, está
inmediatamente claro y no tiene necesidad de ninguna prueba ulterior.
No es difícil añadir el quinto término que, según la regla histó-
ricamente conocida, debería aún completar esta investigación, con el fin
de que surja aquí una síntesis completa. A saber: el que los cuatro
términos surjan y perduren en nuestra intelección depende de que se
conciba –tal como lo hemos realizado– el ver como exterioridad en su
esencia; depende igualmente de que se lo anule, justo en su pretensión de
valer en sí, ante el ser conocido como inmanencia absoluta; depende, en
fin, de que se observe que este ser, que trata sobre el ser y se refiere a él,
perdura fácticamente, lo cual se nos ha manifestado como una intelección
posible, y, si llega a tener lugar, es absolutamente evidente; esta
intelección fue generada en general por nosotros con libertad y a ella
fuimos llamados. Además, la perduración en general de estos cuatro
miembros que están puestos en relación (digo “en general”, porque basta
con que uno se ponga para que los [298] demás se den por sí mismos)
depende de que se conserve en esta intelección descrita, que es en rigor
aquí una descripción de la certeza –lo que parece igualmente depender de
nuestra libertad–.

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JOHANN GOTTLIEB FICHTE

He dicho ya bastante sobre este punto; les recomiendo a ustedes que lo


recuerden para utilizarlo en el futuro.
1. Como el tiempo no me permite emprender nuevas síntesis, quiero
simplemente prepararlos para ellas. El acto vivo, del que hemos hecho
mención, por el que el ser se encierra en sí mismo, pone –si debe ser
efectivamente, un clausurar viviente, verbaliter, tal como expresamos la
cosa, o sea, acto y acto absoluto en tanto que acto– un efecto del impulso
de salir de sí; ahora bien, el mismo clausurar debe también anular este
efecto sin resistencia. Ambas cosas son perfectamente compatibles si
consideramos que toda esta vivacidad es sólo el resultado de la
exteriorización interna y de la proyección del ver como tal y como
intuición, la cual, aunque no pueda ser suprimida fácticamente, queda
rechazada en su pretensión de valer en sí. Por tanto, lo primero puede ser
y permanecer siempre en la manifestación fáctica, si lo segundo no tiene
lugar en absoluto en la verdad: y así, la unificación de la verdad en sí y
de la manifestación dará de nuevo un fundamento verdadero de la unidad
cualitativa que hemos establecido antes sólo fácticamente, y que hemos
perdido luego ante la verdad superior; nuestro quehacer está en
restablecerla. Lo mismo ocurre con el impulso de salir de sí mismo, que
constantemente surge en la manifestación y es sofocado, impulso que
debía sin duda configurar la manifestación de la libertad y de la génesis,
pero sin entrar de ningún modo en la verdad: él indicará el verdadero
fundamento de la realidad de la <cantidad>, a cuya unificación con el
principio de la cualidad esperamos llegar para derivar las formas
originarias de los fenómenos del saber ordinario.
3. Pero este ser, <tanto> según la verdad que, en su unidad, debería
ciertamente quedar inconcebible e indescriptible –no como si ella se
encontrara fuera del saber, lo cual constituye el antiguo error
fundamental, sino porque el saber absoluto es inconcebible para sí
mismo, y el concebir absoluto no es [299] de ningún modo el saber
absoluto– como según la manifestación, este ser, digo, consiste
únicamente en el mismo ver absoluto, y solamente en él hay que
buscarlo. Y ahora, conforme al punto de vista en que nos
mantenemos, ¿dónde habríamos de buscarlo certeramente? El se ha
confirmado claramente en la intelección que hemos realizado más
arriba. El acto de ver es justo una exterioridad, y esto se nos ha
patentizado de una manera completamente inmediata, no a partir de
una razón, sino en virtud de la misma cosa; y hemos inteligido
igualmente de una manera inmediata, que esto se nos ha patentizado,
o que nosotros mismos vemos en este ver del ver y en la intelección
del mismo: para nosotros esto era cierto. Pero es preciso describir la
certeza y ha sido descrita como un autoclausuramiento interno en

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

contra del principio de un exclaustramiento. <Aquí había un acto de


salir; el acto de ver se vio a sí mismo como un salir en tanto que salir;
se vio a sí mismo justamente como exterioridad. Había clausura;>
todo era uno en la misma unidad, no susceptible en absoluto de
ulterior descripción, sino <sólo> de tenerlo inmediatamente, justo en
la misma intelección vital. Se trataba, pues, en realidad, no de una
redescripción, como la que acabamos de establecer, sino de la
descripción originaria, de la auténtica realización de la certeza una o
del saber; después pudimos por otro lado añadir a <esto>, por las
razones antes alegadas, el ser que proviene de la anulación –
anulación que está por cierto en el mismo saber, como una parte de su
descripción originaria–, junto con lo que resultaba también de ello en
la síntesis precedente. Pero lo último que de ello resultaba era la
necesidad de que el saber se mantuviera y se sostuviera a sí mismo en
este su punto de vista uno e inmutable, lo cual indica entonces
perfectamente por primera vez la sustantividad del saber –que no nos
es extraña–. De aquí resulta que el saber uno estaría clausurado por
esta síntesis completa, en su unidad formal y en la multiplicidad que
proviene de su esencia, si –como también fue notado <precisamente y
como se nos manifiesta constantemente>– no se manifestara esta
reflexión completa como generada por la libertad; y si queremos
prestar atención a nosotros mismos, se manifiesta como objetivada
por nosotros mismos. Objetividad y génesis son completamente
idénticas, como hemos inteligido más arriba. Pero la génesis es una
enajenación interna y un principio de enajenación. Si nuestra
manifestación1 es justa –y de todos modos ella debe ser valorada y
explicada como manifestación– aún tiene que hallarse aquí un
principio especial de enajenación2, al cual –y concluyo con esta
reflexión englobante– [300] se referiría todo lo recapitulado ahora,
como la unidad que lo fusiona; y este principio sólo podría ser
derivado de lo recapitulado, considerado como unidad clausurante; y
esta, en tanto que unidad clausurante, solo podría ser a su vez
derivada a partir de él.

1
Erscheinung.
2
Entäusserung.

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EXPOSICIÓN DE LA DOCTRINA DE LA CIENCIA (1804)

Conferencia XXVII: [La unidad del saber absoluto radical y de las


dos formas fundamentales del saber, el ordinario y el trascendental] Ahora bien, precedentemente hemos explicado de paso, e incluso de
manera inmediata y fáctica, que esta conciencia completa es puesta y
determinada únicamente por la génesis de la Doctrina de la ciencia. Si
Nuestra tarea constante estriba en indicar que si debe llegarse al saber hiciéramos abstracción de nuestra intelección racional, como estado que
trascendental = a la existencia del saber absoluto, entonces se tiene que se objetiva inmediatamente en nosotros, entonces se mantendría así, y no
presuponer otro saber, el saber ordinario. iríamos más lejos. Sólo en tanto que hemos reflexionado sobre ello, así
El resultado <fijo> de la lección anterior es el siguiente: el ver que se pues, en tanto que hemos puesto la Doctrina de la ciencia como génesis,
penetra a sí mismo como ver renuncia <necesariamente> a sí mismo como algo a lo que precisamente debíamos llegar en virtud de nuestro
como un ver sustantivo, y pone un ser absoluto que entra entonces en una <decreto> absoluto, nace en nosotros la intelección de las leyes de toda la
síntesis más amplia; de esto resultó una descripción de la certeza, como conciencia.
una clausura en sí misma. La tarea que hemos emprendido se encuentra, pues, perfectamente
Tal es el punto central que he establecido; y no he dejado de recordar resuelta y nuestra ciencia está terminada. Los principios quedan
que desde este centro hasta los dos polos no hemos conquistado todavía establecidos con la claridad y la determinación más altas posibles; todos
la continuidad de conexión, sino que se dan aún vacíos. Nuestro proyecto los que verdaderamente han comprendido y penetrado estos principios
de hoy consiste en llenar los vacíos, partiendo de este punto central hacia pueden realizar el esquema por sí mismos. El acopio de palabras no
el saber absoluto en su unidad. Está claro que de aquí obtenemos contribuye a la claridad; incluso puede oscurecer las cosas en las mejores
miembros nuevos, que no pueden ser desplegados a partir de lo dado cabezas. Mas en cuanto a la aplicación de estos principios a puntos de
hasta ahora. Entretanto, podemos conectar esta nueva investigación con vista particulares, por ejemplo, al de la religión –que nunca debería
la precedente, de la siguiente manera. Sin duda alguna somos nosotros quedar en la parcialidad y simplificación figurativa con que la hemos
mismos, la Doctrina de la ciencia, quienes hemos generado esta considerado precedentemente, sino afirmarse, según el espíritu que anima
intelección de la esencia del ver, <y> por tanto también esta otra: que el la Doctrina de la ciencia, como lo más alto–, y, a partir de la religión, al
ver es necesariamente intuición, etc.; añadiré que en esta misma de la teoría de la moral y al del derecho, espero encontrar en el invierno
operación de la penetración de la esencia del ver, se halla aún una próximo el tiempo y la ocasión de hablar de ello. Hasta entonces,
intelección completamente diferente, que tan sólo hemos pasado por alto encomiendo mi persona y la ciencia al afectuoso recuerdo de ustedes, y
y que ahora queremos producir. les expreso mi agradecimiento por el nuevo ánimo y por las nuevas y
1. En efecto, digo: ver puesto como ver, resulta que hay efectivamente felices perspectivas para la ciencia que me han prodigado ustedes tan
acto de ver; en otros términos: el ver ve necesariamente. Para no pasar abundantemente también en el transcurso de estas clases.
por alto la importancia de esta proposición como consecuencia de su
aparente facilidad, me dedicaré convenientemente a exponer su
dificultad, y, con este fin, haré las siguientes observaciones provisionales.
Obviamente esta proposición es la realización de lo que en la prueba
escolástica [301] de la existencia de Dios como ens realissimum –que
todos ustedes conocen– se exige pero no se realiza, y que consiste en
concluir del mero ser pensado de algo a su existencia. –El ver, puesto
como ver, significa que es pensado, es decir, configurado y construido en
su esencia interna, tal como precisamente acabamos de hacerlo durante la
última lección, y por cierto de manera problemática, tal como se sigue sin
más de esta construcción de modo absolutamente <inmediato>; pues en
virtud de que se pone lo que es el ver, no se pone absolutamente nada
sobre su ser o sobre su no ser, sino que por el contrario estos quedan
problemáticos; y tampoco se puede decidir nada sobre esto, a saber: si lo

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encuentra también ciertamente la moralidad, pero no a título de obra


propia, como se da en el hombre que la posee como principio, sino a último sólo es con seguridad puesto y si incluye en sí la intelección y la
título de obra divina en él, que actualiza en él entonces el querer y la certeza. Pero en tanto se concluye que el ver ve necesariamente, entonces
realización, así como la dicha y la alegría en ello; y así para él hay se pone y se expresa positivamente la existencia de éste. <Y éste era el
también otros hombres fuera de él, y un mundo sensible, pero siempre primer punto.>
sólo a título de emanación de la vida divina única. Del mismo modo, en Así, aquí la existencia, la esencia interna y verdadera de la existencia
la moralidad, como principio, hay también un Dios, que sin embargo no es genéticamente derivada; en torno a esta derivación giraba
es considerado por sí mismo, sino porque él vigila la ley moral; y si los precisamente nuestro quehacer; y en verdad la única existencia que puede
hombres no tuvieran ninguna ley moral, no tendrían necesidad de ningún ser inmediatamente derivada es la del ver. <Y éste era el segundo punto.>
Dios; y para ellos hay fuera de sí mismos hombres, pero sólo y 2. Para lograr que la prueba surja en toda su necesidad y que nazca la
exclusivamente porque estos son o llegan a ser morales; hay también un intelección pretendida aquí, se requiere una intensa atención. Podría
mundo sensible, únicamente como esfera de la acción conforme al deber. quererse decir, por ejemplo, que la vida vive, lo cual es perfectamente
Justo del mismo modo, para la simple legalidad hay presente un Dios, justo; pero aquí se trata de saber si la vida está en el ver absolutamente
pero sólo como el que dispone la policía superior que está más allá de las como tal, y tal como la hemos intuido en lo más profundo de nosotros
fuerzas de la policía humana; y hay una moralidad, la cual coincide no mismos. –Llevo, pues, esta prueba de la manera siguiente: la
obstante con la juridicidad externa, y en las relaciones con los demás autopenetración1 del ver es una autoanulación absoluta, en tanto que algo
hombres, y se disuelve en ella; en fin, hay también un mundo sensible, sustantivo, y es un relacionarse con algo fuera de él; sólo consiste en esta
puesto para el fin de la industria civil. Finalmente en el principio de la autoanulación y en este relacionarse, y en nada más que esto. Pero este
sensibilidad –a condición de que se la deje entregada a sí misma y no se anular y relacionar es un acto que sólo es justamente en sí mismo y en su
la pervierta desnaturalizándola por una torcida especulación–, puede realización inmediata; así pues, es un acto necesario, inmediato y
haber muy bien un Dios, precisamente para darnos nuestro alimento efectivo, y tiene que ser y existir en caso de que todo esto deba ser. El ver
cotidiano; y una cierta moralidad, que consiste en repartir prudentemente no puede ponerse más que como existiendo de modo inmediatamente
sus goces, de manera que haya siempre ante nosotros algo de qué gozar y vivo, vigoroso y activo.
sobre todo que esto no nos malquiste con este Dios alimentador; en fin, 3. Esta intelección que acabamos de realizar es, pues, la absoluta
hay igualmente un cierto análogon de la razón y de la espiritualidad, lo intelección de la razón = la misma razón absoluta; en esta intelección
cual nos permite justamente gozar nuevamente del placer mismo hemos llegado a ser inmediatamente la razón absoluta, y nos hemos
ordenada y consideradamente. En cada punto de vista se vuelven a absorbido en ella. Analicemos esta intelección y, con ella, [302]
encontrar, pues, cuatro e incluso, si por otra parte ustedes añaden a ello el analicemos aún más de cerca la razón. Comencemos por reflexionar
principio unificador, cinco momentos fundamentales; lo que con todo puramente sobre esto último, sobre la misma intelección, haciendo
resultan <20>, y si ustedes añaden la síntesis de la Doctrina de la ciencia abstracción del camino que hemos recorrido para llegar a ello: ella es de
que acabamos de realizar en la quintuplicidad mostrada en ella, suyo acto de ver, intelección, por tanto una exterioridad; ella es ver del
veinticinco momentos principales y determinaciones fundamentales ver, por tanto, acto de ver de sí misma en tanto que está siendo absolute y
originales [314] del saber. <Y esto era el segundo punto.> substantialiter un ver fundado en sí mismo y que se expresa en cuanto
Hemos demostrado ya que esta escisión en 25 formas se hunde con la tal, en virtud de la interna necesidad, certeza y clausura en sí misma. Es,
dispersión absoluta de lo real o del efecto de la razón inaccesible en su pues, la luz, tal como se fija y se decreta a sí misma en virtud de su
unidad inmediata, se hunde digo en la multiplicidad absoluta misma; <absoluta> esencia interna, y tal que en virtud de su misma naturaleza
porque la multiplicidad en general nace de la naturaleza genética de la absolutamente no puede no ser, y absolutamente no puede no ser lo que
reflexión sobre la unidad, pero esta reflexión sobre la unidad se divide es, a saber: autoposición. Digo que es posición de “sí misma”, pero no
inmediatamente en la quintuplicidad; y por esto la multiplicidad, de la digo que se ponga en tanto que “sí misma”; añadimos esto último de una
que hay que hacer abstracción, tiene que dividirse, en virtud de esta manera que todavía es necesario explicar, porque la absoluta intelección
misma ley de la razón, en la forma de la quintuplicidad.
1
Das Sichdurchdringen.

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de la razón ve precisamente el “ver” de que se trata, pero no


inmediatamente otra vez su “ver” ya mencionado, porque éste es través de una multiplicidad infinita: expresamente como inconcebible, es
precisamente un inteligir absoluto. Proposición: la absoluta intelección de decir, en tanto que real. Realidad1 en la manifestación = en el efecto
la razón lleva consigo la existencia absoluta (del ver, precisamente), de original de la razón <–en lo uno eternamente idéntico a sí mismo–>.
manera inmediata, en tanto que está en acto de llevarla consigo y en tanto 6. El yo de la conciencia es efecto de la razón, en la forma concebible,
que expresa este llevarla consigo. Dicho de otro modo: la razón absoluta y concebida muy bien más arriba por nosotros, de este efecto, en los
se penetra a sí misma, en tanto que es razón justamente en el efecto cuatro miembros establecidos. Ahora bien, hemos establecido estos
absoluto que hemos indicado. Esta proposición es significativa; y creo cuatro miembros conjuntamente sólo en la medida en que penetramos la
que es inmediatamente clara; si no lo fuera aún para éste o aquél, yo razón como unidad interna, lo cual, como proceso de abstracción gené-
podría ayudarle de la manera siguiente: en la conferencia precedente, el tica, justo al igual que antes la unidad externa, presupone la multiplicidad
ver formal se penetró a sí mismo como una <exterioridad> absoluta, se interna como efecto original de la razón en la manifestación. –Pero la
anuló en ella y puso por eso ser; por tanto, no inmediatamente, sino multiplicidad y la separación internas absolutas tendrían necesariamente
mediatamente, etc. Aquí, en la razón absoluta, es de otro modo: acontece que consistir <precisamente> en el defecto de conexión en la intelección
sin ninguna mediación. –Así, en esta penetración de sí misma y en este de estos cuatro miembros, o sea, en su aprehensión como principios
ser penetrada por sí misma se caracteriza desde luego la razón en separados; y aquí, en la diferenciación posible y absolutamente necesaria
nosotros como razón de la razón1, o sea, como razón absoluta–. Doctrina entre los principios, tendríamos ahora cuatro principios fundamentales:
de la razón, mediante sí misma, por sí misma, en sí misma2, según 1. En el objeto fijo, y por cierto absolutamente variable: principio de
pueden ustedes expresar esta duplicidad. “Doctrina de la razón” como la la sensibilidad, creencia en la naturaleza, materialismo. 2. En el sujeto
parte primera y más alta de la Doctrina de la ciencia, la cual no está aquí fijo: creencia en la personalidad, y, dada la multiplicidad de ella, creencia
llegando a ser, sino que es absolutamente <en> sí misma y es lo que ella en la unidad y en la igualdad de la personalidad, principio de la
es. legalidad. 3. Mantenerse en el <configurar imaginativo2> absoluto y real,
Pasemos a la otra cara de esta intelección, a saber: su cara genética. del sujeto; este configurar imaginativo, en virtud de que está referido al
Bajo la condición [203] de que el ver sea penetrado en su esencia interna, sujeto fijo, hace conceptualmente de lo segundo una unidad, y deja la
la razón pone absolutamente la existencia y se penetra como ponente, etc. multiplicidad sólo al primero. Punto de vista de la moralidad, <en tanto
<...> y pregunto: ¿seríamos de la opinión de admitir un ver y una que> es el punto de vista de un actuar que procede puramente del yo fijo
penetración de este ver fuera de lo que tenemos aquí en la razón misma y de la conciencia y se continúa por tiempo infinito. 4. Mantenerse en el
a partir de la razón? Espero que no, porque entonces obtendríamos dos configurar imaginativo y el vivir absolutos del objeto absoluto, el cual
absolutos que nunca podrían entrar en relación entre sí. Así pues, esto llega ahora a la unidad por el mismo fundamento alegado en 3. Punto de
mismo es la expresión de la razón, fundada en la misma razón, para vista de la religión, como creencia en un Dios únicamente verdadero en
llegar a su efecto que es poner la existencia y penetrarse en este poner. La toda vida temporal, y únicamente vivo interiormente. <Y esto era el
razón es, pues, en sí misma genética; absolutamente unida en sí misma, y primer punto.>
se mantiene necesaria y legítimamente en una unidad inquebrantable. Ahora bien, puesto que todos estos puntos de vista son en verdad
Pero es genética en la medida en que ella es <expresándose> de manera igualmente efectos de la razón, únicamente no inteligidos en su principio,
efectiva y verdaderamente viva y activa: pero ella es necesariamente y no pero la razón, donde quiera que esté tan sólo, es totalmente tal como es,
puede no ser; porque lleva absolutamente consigo existencia, y existencia entonces se comprende [313] que en cada uno de estos cuatro puntos de
propia; ella misma es, pues, de manera interior y escondida lo que ella vista, se pongan los otros tres precisamente como meros efectos de la
dice <externamente> del ver exterior, y precisamente en este decir acerca razón, y de una manera <mecánica>, sin ninguna libertad de abstracción
del ver consiste su existencia y su vida interiormente fundadas. Pero hay que se manifieste; pero se ponen con el matiz y el espíritu del principio
más: fundamental que domina. Así es como, en el hombre religioso, se

1
Vernunft der Vernunft. 1
2
Vernunftlehre, durch sich, von sich, in sich. Realität.
2
Bilden.

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elevo haciendo libremente abstracción precisamente de mi primera razón


<objetivante>. Yo quiero entregarme, digo: hay, pues, para mí en la 4. Que la razón misma es el fundamento de su propia existencia, aquí
manifestación un yo objetivamente terminado, en tanto que fundamento como internamente viva y activa, significa: que ella pone su vida y su
original y condición original de este estado. (Conciencia y autocon- existencia de modo absoluto e inseparable de ella; fuera de esto no puede
ciencia, como factum original, que están en la base de cualquier otra haber en absoluto ni vida ni existencia; no hay que salir en absoluto de
facticidad. De nuevo se ve derivado y justificado aquello cuya validez ahí. Pero he aquí que nosotros mismos, manifiestamente, en cuanto
hasta ahora hemos negado totalmente.) Lo que es el yo en sí, lo sé muy decimos que aquí no hay que salir, hemos salido sin embargo. Por
bien a partir del conocimiento racional precedentemente adquirido; no consiguiente, la vida genética de la razón, que hemos descrito, no es aún
tengo necesidad de experimentarlo a partir de la manifestación, la cual la vida absoluta y original de la razón en la posición de la existencia
tampoco podría jamás darme indicación alguna sobre la esencia del absoluta del ver, si esta es solamente pensada. –Que ella no lo es, resulta
mismo. Es resultado del autohacerse de la razón. Por consiguiente –esta también de otra razón: al ser nosotros mismos la intelección que
conclusión tiene una enorme importancia y es la única conclusión acabamos de realizar, nos manifestamos a nosotros mismos como
posible, incluso si se reduce de nuevo la manifestación a la razón–, la habiéndola realizado libremente. Ciertamente somos la razón; porque la
misma manifestación es un autohacerse de la razón, el cual es inaccesible razón es simplemente yo y no puede ser nada más que yo, según quedó
a mí, al “yo” proyectado absolutamente por la manifestación, es un efecto probado hace ya tiempo; así pues, es completamente lo mismo decir que
original de la razón, y precisamente en cuanto “yo”. (En el yo como tal nosotros nos manifestamos o que la razón se manifiesta. Ahora bien, aquí
únicamente reside la huella del efecto de la razón.) nos manifestamos efectivamente como fundamento de la existencia de la
intelección; no como fundamento absoluto de su efectividad, sino
Precisamente en la manifestación = en el efecto de la razón, el cual tan simplemente de su posibilidad [304] = como su libre fundamento; y así,
sólo me es inaccesible en su principio, hallamos: 1) que tengo abso- somos sólo mediatamente manifestación fáctica e intelección, por lo
lutamente que abstraer si se debe llegar a esta conciencia; 2) que puedo tanto no somos la razón absoluta. –También se muestra de otra manera
hacerlo o no; por consiguiente, que soy libre. distinta esta simple posibilidad: es obvio que esta intelección íntegra se
4. ¿Qué me nace, según el enunciado de la manifestación, por la manifiesta como reconstrucción de una construcción original de la razón
abstracción? La razón en tanto que absolutamente una: esto es lo que y que objetivamos entonces esta razón original y su construcción. Nos
nace y se manifiesta como naciendo. Pero todo nacer se manifiesta como manifestamos a nosotros mismos como entregándonos por nuestro acto
tal sólo con respecto a su contrario: el contrario de la unidad absoluta, libre a la ley original de la razón, y por tanto como sobrecogidos por esta
que en esta oposición viene a ser precisamente otra vez unidad ley y transformados en evidencia = certeza; nos manifestamos a nosotros
cualitativa, es multiplicidad y variabilidad absolutas. Si por consiguiente mismos como pudiendo repetir al infinito esta entrega y esta evidencia. –
esta unidad debe manifestarse genéticamente, entonces la conciencia, de Además, aún hay que anotar y grabar particularmente el punto siguiente:
la que se ha partido al hacer abstracción, tiene que manifestarse en la aunque la premisa de la intelección racional absolutamente realizada,
manifestación, y manifestarse ahí como algo absolutamente mutable y según la cual la esencia interna del ver es una exterioridad absoluta, no
múltiple; tal sería nuestra primera ley fundamental; y la primera haya sido nunca valorada ciertamente por nosotros como premisa
aplicación de nuestro principio fundamental: si debe llegarse a la Doc- absoluta, sino que la hemos derivado de la misma razón pura, es sin
trina de la ciencia, es decir, si la Doctrina de la ciencia debe ser embargo en sí una potencia genética respecto de la realizada intelección
precisamente un autohacerse a sí misma, una génesis, entonces se tiene racional de la existencia y, en esta medida, la condiciona, pues, de igual
que1 poner tal y cual conciencia. manera que ella misma es condicionada por esta; por consiguiente,
5. El yo de la conciencia en la manifestación es un efecto inconcebible permanece siempre el círculo entre el mutuo condicionamiento, y así
de la razón –en primer lugar, según su materia–. Esta [312] incon- permanece la vieja problematicidad, y la condición absoluta no se ha
cebibilidad como tal entra en la conciencia original, la cual tiene que ser mostrado aún de ningún modo. Que permanezca la problematicidad
presupuesta para la génesis, y es absolutamente variable y transcurre a puede aún demostrarse de otra manera; y es interesante e instructivo dar
esta demostración. –Si el ver es, entonces él es tal y cual, y de ello
resulta, etc. Por consiguiente, lo que se halla en la proposición de la
1
Soll... muss. conclusión está presupuesto en la premisa a título simplemente

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problemático; vale, pues, sólo bajo la condición de lo primero. Pero


decimos bien que la razón absoluta lo pone: mas también somos de disyunción –expresada tal como la acabamos de expresar– es la
nuevo solamente nosotros quienes lo decimos; “nosotros”, es decir, el disyunción absolutamente originaria. [310]
arbitrio y la libertad. La razón habla en la conexión; pero previamente le 2. No obstante, en el trabajo que acabamos de realizar, nosotros
hemos prestado en verdad la palabra, y a nosotros no se nos debe hemos objetivado e intuido en verdad la razón una, como el autohacerse
conceder crédito. La misma razón tendría inmediatamente que tomar la intuyente interiormente: pero inteligimos que tenemos que hacer
palabra. abstracción de ello si queremos reconocer la razón como lo uno1; somos
5. ¿Dónde puede reconocerse este hecho? Este es un punto que al también conscientes de que podemos seguramente hacer abstracción de
menos hemos ganado con lo que se acaba de desarrollar. Que la razón ello, es decir, que aun cuando no podemos desembarazarnos fácticamente
misma sea inmediata y absolutamente el fundamento de una existencia y de esto, podemos muy bien pensar que no tiene en sí ningún valor. Pero,
de su existencia –puesto que ella no puede serlo de ninguna otra– en este camino, la razón es inteligida efectivamente, o sea, ella se absorbe
significa que de [305] ningún modo hay que fundamentar ulteriormente completamente, como acto original de hacerse, en nuestra imagen
esta existencia; es completamente imposible indicar, como antes, una reproductora2; la misma relación que hemos establecido en primer lugar
premisa genética a partir de la cual se pudiera explicar <ulteriormente>, objetivamente está, pues, inmediatamente en nosotros mismos; nosotros,
puesto que si de otro modo fuera, la existencia no estaría en absoluto o la razón, no estamos ya ni en aquella razón objetivada, ni en la razón
fundamentada por la razón absoluta, sino por una razón que por su parte subjetivada –pues hay que hacer abstracción de ello–, sino puramente en
tendría que ser inteligida: pero sólo puede decirse sencillamente que ella el punto medio del autohacerse absolutamente efectivo; la razón se
está fundamentada por la razón. Un factum puro y absoluto. absorbe en sí misma de manera totalmente <inmediata y> viva, y, tal
como <tenía que resultar>, ha llegado a ser, en la Doctrina de la ciencia,
Ahora bien, ¿cuál es, pues, este factum? Constantemente nos ha –porque aquí es la Doctrina de la ciencia–, un yo interior, circunferencia
acompañado, y así también en esta última investigación; lo hemos y punto medio; y ha ocurrido esto completamente en virtud de la
expresado por la fórmula: la razón es el fundamento absoluto de su abstracción. La razón absoluta es el absoluto inteligir genético
propia existencia; si alguien aún no lo viera, ello se debería meramente a (realizado) de sí misma, <y esto era el primer punto;> y el autointeligir
que está demasiado próximo a él. Por cierto, nosotros mismos hemos genético, como tal, es razón.
objetivado continuamente la razón; por tanto, hemos puesto su existencia
como existencia, en la forma existencial externa. Ahora somos la razón. Esta absolutividad, acabada de generar, de la razón, o Doctrina de la
Por consiguiente, en nosotros mismos = en sí misma, la razón absoluta es ciencia, puede ser ahora o bien objetivada por mí mismo de nuevo, o bien
el fundamento <absoluto> de su existencia, es decir, de su existencia puede no ser objetivada por mí, en tanto que hago abstracción de esta
como tal: <un> factum del que nunca hemos logrado salir y que de objetividad que se establece fácticamente sin mi intervención. Si hago lo
ninguna manera puede ser ya explicado o comprendido a partir de una último, entonces todo está terminado aquí, y la razón queda encerrada en
premisa genética cualquiera; y así tiene que ocurrir justamente si el sí misma. Si me abandono a lo primero, entonces me abandono a un mero
factum debe ser una expresión de la razón absoluta. (Alguien ha chocado factum, que está puramente desgajado y sin ningún principio. Él no
con la permanente objetivación de lo absoluto, pensando que, por este procede de la razón, porque de ella sólo procede lo que aquí está
camino, no hay ningún acceso a lo absoluto. ¿Qué ocurriría si la derivado; y justo tampoco procede de otra cosa, porque precisamente es
verdadera absolutividad no consistiera precisamente en lo objetivado, ni absoluto sólo fácticamente. Es, pues, completamente inconcebible, o sea,
en lo objetivante, sino por el contrario en el objetivar inmediato, tal como aprincipial, y una vez que me he entregado a él, no me queda otra cosa
se encuentra aquí? Que el absoluto no tenga que ser buscado fuera de lo que hacer que abandonarme a él. Es una mera manifestación pura y
absoluto y, especialmente, que jamás captemos nosotros bien lo absoluto, simple.
siquiera lo vivimos y lo ejercemos, es lo que a menudo hemos recordado 3. Yo quiero entregarme a él. Pero, si objetivo esta absolutividad,
explicado suficientemente.) entonces ella se me manifiesta como un estado objetivo al [311] que yo me
6. Pero aquí no somos el mero factum, sino a la vez intelección de que
este factum es la exteriorización pura original y la vida de la razón, y de 1
Als das Eine.
2
In unserm nachmachenden Bilde.

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desde luego colma completamente [309] el hiatus entre el objeto y el


sujeto; por consiguiente, él anula a los dos. que el factum es génesis y la génesis factum: y únicamente en esta
génesis consiste el distintivo característico de la Doctrina de la ciencia;
Hay más: –Este autohacerse es precisamente <efectivamente>, vida y mientras que el mero factum, como factum, da el saber ordinario. Mas
actividad internas; y más precisamente actividad del autohacerse, o sea, ante todo, esta misma autoinstitución1 de la razón acontece por la razón;
un hacerse a sí mismo actividad. Nace aquí a la vez una actividad pero ¿cómo es entonces –decimos– para [306] nosotros esta última razón?
originaria y un movimiento absolutos, en tanto que son el en-sí; y un Si miramos bien esto, pienso que se trata igualmente de una razón
hacer y una reproducción de esta actividad originaria, en tanto que son objetivada, como lo era la primera, y sin duda se trata de la misma razón
su imagen. (El primero explica originalmente la evidencia que se hace y una, como lo era la primera. Así pues, nuestra vida o la vida de la razón
se produce por sí misma, la cual nos ha sobrecogido constantemente en no sale precisamente de su misma objetivación, y en la intelección de la
todas las investigaciones; el segundo explica la reconstrucción que hemos Doctrina de la ciencia se escinde en una doble manifestación de lo que es
dado de esta evidencia, tal como esto se nos ha manifestado también uno en sí y probablemente es uno también para el saber ordinario. Y
constantemente.) Pero ahora, no debemos quedarnos aquí, ni en el uno ni precisamente esta escisión resulta enteramente sólo por la intelección o
en el otro, sino entre los dos, en el punto medio, precisamente en el génesis de lo que es en sí absolutamente un factum <Y este era el primer
absoluto e <internamente> efectivo autohacerse <realiter por sí mismo>, punto que había que tratar.> Pero además –y esto es lo más importante–
sin cualquier otro hacer o intuición. Hay que hacer abstracción del hecho esta intelección, que es lo único que nos convierte en Doctrina de la
de que incluso esto lo volvemos a objetivar, y de ningún modo debemos ciencia, y según la cual la razón es por antonomasia y absolutamente el
conceder valor a esta intuición, porque si de otro modo fuera no fundamento de su existencia, no la hemos encontrado en modo alguno
explicaríamos en absoluto originalmente lo subjetivo y lo objetivo, sino <mediatamente> en nuestra proposición, ni podríamos encontrarla;
que tan sólo lo añadiríamos fácticamente. Éste era el primer punto. porque entonces el factum más alto habría requerido una nueva premisa
Esto es la razón, tan cierto como que ella es: pero es absolutamente; genética por encima de él, y esta a su vez otra, y así hasta el infinito; y
ahora bien, ella es un <absoluto e> inmediato autohacerse; ella da, pues, nuestro sistema tendría entonces el destino de otros sistemas: el de no
–“obiective” siéndose y “obiective” haciéndose –: el objeto fijo y el encontrar ningún comienzo; pero nosotros lo hemos encontrado en una
sujeto fijo, que estaban primeramente en cuestión: ninguno de los dos es intelección más honda, en la intelección realizada al comienzo de la
por el otro, como lo pensamos al principio, sino que los dos son por este lección de hoy, y que aquí se aplica sólo como una proposición general y
mismo efecto esencial original en el punto medio. <Y éste era el segundo absolutamente válida. Por consiguiente, la intelección absoluta, de la que
punto>. todo depende aquí, y nuestra ciencia, sólo es posible por la intelección
Ahora bien, el efecto por el cual el autohacerse proyecta un objeto más honda, que a su vez sólo podría ser posible por otra, etc., y así se nos
fijo, es el mismo por el que también dicho acto proyectó la vida objetiva; abre y se nos hace accesible, pues, el propio fundamento de la conexión
por consiguiente, esta vida objetiva, la construcción originaria, recae en entre las diferentes determinaciones fundamentales del saber. La
la razón objetiva; y el efecto por el cual ese acto proyectó el sujeto fijo es deducción puede partir del principio siguiente: si la intelección que
el mismo por el cual ese acto proyectó el “configurar imaginativo” en acabamos de obtener, es decir, la Doctrina de la ciencia, debe ser posible
cuanto “configurar imaginativo”; este “configurar imaginativo” recae, en su principio, entonces se tiene que, etc. <Y este era el segundo punto
pues, en el sujeto. <Y éste era el tercer punto>. de tratamiento.> En fin, la razón es el fundamento de su existencia como
Resultado: la razón, en tanto que es un interno autohacerse intuyente razón; ruego a ustedes, pues, anoten bien que éste y no otro era el factum
de modo inmediato –y, en esa medida, unidad absoluta de su efecto–, se absoluto donde nos habíamos enzarzado; pero la razón es esto solamente
escinde, en la vida de este hacer, en el ser y en el hacer: hacer del ser en la intelección que hemos generado; porque solamente en esta
como hecho y no-hecho, y hacer del hacer como igualmente originario intelección ella se desdobla, es decir, es razón en tanto que razón. Esta
<,en acto de ser1,> y no originario, es decir, reproducido: y esta misma intelección, o la Doctrina de la ciencia, es, pues, exteriorización
inmediata y vida de la razón: la vida racional una que inmediatamente se
absorbe en sí misma y se penetra a sí misma. Justo, pues, así como en
1
Seyenden. 1
Sichhinstellen.

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ella acontece la vida, el ver o la manifestación, también vive y [307] se


manifiesta la razón misma. La intelección se manifiesta en su existencia Conferencia XXVIII: [Los hechos de la conciencia y la unidad de la
como posible sólo por la libertad; así es como ocurre efectivamente y de filosofía primera]
hecho, o sea, la razón se exterioriza como exteriorización libre en acto;
que la libertad se manifieste es justo su ley y su esencia interna. Ella se Estábamos así: la razón es absolutamente fundamento de su propia
manifiesta como condicionada; así acontece, pues, efectivamente, o sea, existencia, <y de> su propia objetividad, para sí misma, y en esto
la manifestación tiene que darse como condicionada de tal y cual manera, precisamente consiste su vida original. –Supongo que las clases
etc. Absolutamente todo es verdadero y cierto, pero precisamente precedentes y en particular la última les han hecho conocer a ustedes toda
verdadero y cierto tal como se halla en la razón, en tanto que esta es la importancia de esta proposición, en sí de poca apariencia.
manifestación y exteriorización necesaria, de ningún modo en tanto que
razón en sí que de todo punto nos es imposible alcanzar, salvo en su La inteligimos ahora sin duda alguna intuyendo y objetivando
exteriorización. La tarea de la que depende la veracidad y la certeza de nosotros mismos la razón –como el sujeto lógico de la proposición–; la
nuestra intelección es <sólo> esta: ver el todo en su conexión y declararlo razón debe ahora, en conformidad con lo que mantenemos, objetivarse
en esta conexión. Es verdad que hay manifestación, si es pensada como ulteriormente a si misma –como su predicado–. La razón se desdobla
el absoluto manifestarse y exteriorizarse de la razón absoluta, y no es aquí numéricamente: una vez en nosotros, otra vez fuera de nosotros.
verdad sin lo último que ha sido añadido. Es verdad que la razón se Pregunto: ¿cuál es entonces la razón una absolutamente? En otros
manifiesta de tal o cual manera, por ejemplo, como interiormente libre, términos: ¿es acaso nuestro proyectar el resultado del proyectar original
sólo en la medida en que ella se manifiesta igualmente como de la razón exterior, de la que hablamos, de suerte que nosotros mismos
interiormente necesaria y como existiendo efectivamente; y si no se diríamos lo que somos; o bien es la razón proyectada exteriormente el
añade esto, no es verdad, etc. resultado de su puro e inmediato autoproyectar en nosotros? En una
palabra, se trata de la razón en duplicidad, como sujeto y como objeto;
Queda establecida la manifestación o la génesis absoluta; queda pero ambos de manera absoluta, y esta duplicidad tiene que ser
establecida igualmente la ley que permite derivarla y operar una rechazada.
derivación a partir de ella, y ahora puede procederse a esta derivación.
Llegados a este punto, me mantendré a todo trance en los límites de una 1. Podemos caracterizar óptimamente esta íntegra fundamentación de
philosophia prima, porque como tal quiero que se considere esta existencia con la fórmula que hemos empleado y mostrado ya más arriba:
exposición de la Doctrina de la ciencia: estableciendo tan sólo las la razón se hace a sí misma absolutamente intuyente. Digo que ella se
primeras distinciones fundamentales de la manifestación, las cuales, en hace, no digo en manera alguna que es intuyente; de ningún modo hay
su unidad, constituyen el concepto de la manifestación <pura> como tal, que comenzar en el ser <de la intuición>; y en la medida en que pareció
sin dar de ellas ninguna determinación suplementaria. En este trabajo que se comenzaba en él, se tiene que abstraer de ello. Digo que la razón
puedo ahora o bien proceder exhaustivamente –y en este caso no podría se hace absolutamente, o sea –para expresarnos entretanto así–, en ella
terminar en esta semana–, o bien penetrar breve y rigurosamente, en una este hacer no es de ningún modo contingente, sino radical y
sola conferencia, los puntos principales; y entonces tengo necesidad de absolutamente necesario; una vez puesto su ser, es esto, y en esto es
más tiempo para preparar esta conferencia. Prefiero seguir este último donde se disuelve su ser. Esto es enteramente su propio efecto inmediato
camino, y les pido a ustedes que me permitan suspender mi clase de e inseparable. (Se comprenderán fácilmente todas estas proposiciones, si
mañana, pues <tras esto> terminaré el viernes. [308] son consideradas tan solo con el rigor del pensamiento enérgico; pero
consideradas con un pensamiento vacilante y desvanecido hacen que nos
embrollemos y no nos conduzcan a nada.)
Nótese bien: en este acto de hacerse absolutamente intuyente en
vivacidad efectiva y existencia consiste, pues, el puro <inteligir
genético>, en sí mismo claro y transparente, elevado por encima de toda
intuición objetivante, en tanto que él mismo es el fundamento de esta, y

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