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MÉTODOS Y TÉCNICAS DE MANEJO DE GRUPOS

UNIDAD Nº I
Fundamentos de las dinámicas grupales

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SEMANA 1

Introducción
En el presente documento, se presentan los primeros contenidos de la unidad 1,
fundamentos de las dinámicas grupales, en donde se desarrolla un recorrido histórico de la
comprensión del concepto grupo, además de la validación de su autonomía como objeto de
estudio.

Se realiza una distinción relevante sobre los conceptos de psicología de grupos y


dinámica de grupos, siendo la primera en esencia psicología social, la cual pretende explicar
el comportamiento de los seres humanos en grupos, considerando diversos factores,
mientras que la dinámica grupal se corresponde a las técnicas grupales que se aplican en
diversos ámbitos de la actividad humana.

Se destacan las características a considerar para la existencia de un grupo, y se


trabajan una serie de definiciones que hay sobre el mismo concepto, para el reconocimiento
de éste en la práctica y para la diferenciación de cada tipo de grupo.

También se desarrollan ciertos elementos a considerar sobre la motivación que lleva a


los individuos a formar parte de un grupo, atendiendo a los beneficios que esto le otorga,
como lo son: la seguridad; recompensas psicológicas y sociales; estatus; conocimiento o
información; consecución de metas; obtención de poder.

Finalmente, se hace un recorrido sobre las diversas tipologías de grupo que existen,
las cuales orientan al moderador de grupo a obtener una imagen clara de las características,
roles y motivación que posee cada integrante de un grupo.

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Ideas Fuerza
• Los individuos deciden pertenecer a un grupo por razones como la obtención de
seguridad, recompensas psicológicas y sociales, estatus; conseguir metas o
información, además de obtener poder, etc.

• En la situación de los grupos, en base a la experiencia cotidiana, se puede observar un


fenómeno que moviliza una serie de fuerzas que producen diversos efectos en los
miembros que componen el grupo.

• Existe una extensa variedad de tipologías de grupos, que se consideran en base a su


tamaño, composición, funciones u origen, atendiendo también a la existencia de grupos
grandes y pequeños, primarios y secundarios, heterogéneos u homogéneos ya sea por
su diversidad o las características de quienes los componen, a lo que se puede sumar
un propósito, donde se pueden observar grupos para formación, con fines académicos,
religiosos, militares, etc.

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Fundamentos de las dinámicas grupales

Recorrido histórico de la comprensión de grupos

Cuando se habla de grupos, se debe tener en cuenta que el concepto ha tenido diversas
variaciones a lo largo del tiempo, esto debido a que como fenómeno ha estado expuesto
constantemente a la revisión, elaboración e investigación de los profesionales interesados
en el asunto. A lo anterior, se le puede sumar que existe una estrecha relación entre el
conocimiento teórico y las ciencias aplicadas que de este fenómeno se ocupan, sin embargo,
es imprescindible distinguir el cuerpo de la disciplina y lo que son las técnicas que de ella
derivan.

En este sentido, se puede señalar que es común que muchos profesionales dispongan
de recursos y herramientas que les permiten saber “qué hacer” en situaciones grupales para
ser eficaces, pero no por ello entienden o saben por qué lo hacen, lo que deriva en una forma
de trabajo que no ha llegado a reunir teorías y prácticas de forma adecuada, lo que a su vez,
lleva a estas personas a tomar decisiones y cambiar sus métodos en base a sus éxitos y
fracasos, careciendo de una metodología adecuada que posea un sustento teórico-aplicado,
que permita acciones más creativas, arriesgadas y eficientes.

Todo lo que se ha señalado no debiese sorprender o considerarse como extraño, ya


que al observar el surgimiento y elaboración de las diferentes técnicas de trabajo en grupo,
es común notar que no nacieron precisamente de posiciones teóricas claras, destacando que
no se ha formulado en primera instancia lo que es un grupo humano, para luego deducir
lógicamente cómo debe ser tratado, más bien, las técnicas de trabajo han surgido desde la
constatación experimental de ciertos tipos de actuación en determinadas circunstancias.
Incluso, al repasar diversos documentos de la literatura sobre dinámica de grupos, es común
encontrarse con que los autores no indican de forma tajante: “Como conductor de un grupo
hay que hacer esto”, sino más bien, su postura es la del que afirma: “Si haces tal o cual
intervención, en tal momento, lo más probable es que se presente tal consecuencia”.

De todas formas, pese a la estructura que existe en la literatura sobre dinámicas de


grupos, no se puede evitar atender a una realidad en donde sí existen posiciones ideológicas
y posturas teóricas respecto de lo que un grupo debe ser, y que constantemente condicionan
al técnico a la hora de seleccionar los tipos de conducta a observar, o las consecuencias a
tener en cuenta para perseguir determinados objetivos.

Sobre lo anterior, no se puede negar que históricamente y, sobre todo en los últimos
años, se ha dado un ordenado desplazamiento en los objetivos perseguidos por los
profesionales de la dinámica de grupo. Desde acentuar los objetivos intelectuales y de

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aprendizaje, se ha pasado a subrayar un interés por los objetivos más irracionales y
afectivos; es decir, de pretender que los participantes “entiendan”, se ha pasado a intentar,
por diversos medios, a que “experimenten”, lo que no implica que se deje de hacer lo primero.

Comprensión del concepto grupo

Al adentrarse al concepto de grupo, es posible reflexionar sobre su existencia y


definición a lo largo de la historia, en este sentido, en la actualidad puede resultar difícil
afirmar que la vida en sociedad no está vinculada de forma casi indivisible a múltiples grupos.
De forma cotidiana se piensa en grupos, se habla en grupos, se trabaja en grupos, inclusive,
se hace más difícil encontrar facetas de la vida humana que no se vinculen a sistemas
organizativos en donde se integran los grupos, pero no siempre se ha pensado del mismo
modo, o al menos no todos los autores lo han planteado así.

En la segunda década del siglo XX, y de alguna forma como reacción al extremo
contrario, un grupo de psicólogos -los individualistas-, encabezado por Floyd Allport, negaba
la realidad de los grupos, asumiendo que lo único real es el individuo, ya que es él quien
piensa, siente, decide y actúa, asumiendo finalmente que el grupo es una falacia, una ficción.
(Sánchez, J. 2014, P. 1)

El autor (Ibid.) sostiene que afortunadamente para nosotros, hubo reacciones que
trataron de poner el punto de equilibrio entre individuo y grupo, a lo que se suman los aportes
de Lewin quien señaló de forma ejemplar el cómo superar la falacia que planteaban los
“individualistas” del grupo de Allport. Al respecto Lewin 1978, en Sánchez, J. (2014) señala:

El todo no sólo es “más” que la suma de las partes, sino que tiene diferentes
propiedades. El enunciado debiera ser: “El todo es diferente de la suma de sus
partes (…)”. Además, la psicología reconoce hoy que existen “todos” con
distintos grados de unidad dinámica: por un lado, agregados de objetos
independientes; otros, cuyo grado de unidad es muy pequeño; otros, de un grado
medio de unidad; otros, con un grado muy elevado de unidad; finalmente, en el
otro extremo, “todos” de tal grado de unidad que resulta inadecuado hablar de
partes. (p. 1)

Lo que se plantea anteriormente, sitúa la comprensión de los grupos como sistema o


como sistemas, los cuales poseen comportamientos que no se pueden prever en base a sus
elementos, debido a que las propiedades de los sistemas son resultado de las propiedades
de sus elementos integrantes, pero no son aumentativas o sustractivas de ellas.

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Al saber las propiedades del “todo”, del sistema, es posible atender y observar de qué
modo proceden de las propiedades de los elementos, pero no se puede predecir cuál sería
el comportamiento del todo, del sistema, del grupo, sólo en base de las propiedades de estas
partes, lo que pone de manifiesto el asunto de la dialéctica individuo-grupo. (p. 2)

Sobre lo anterior, el autor (ibid.) resalta una cita de los planteamientos de Asch que
resultan muy potentes en relación con lo planteado:

“Para formular de forma adecuada la relación individuo-grupo necesitamos


una manera de describir la acción de los grupos que no reduzca al individuo a la
calidad de simple blanco de las fuerzas de grupo de origen místico ni destruya el
carácter organizado de las fuerzas de grupo en la confusión de las actividades
individuales. Es menester que comprendamos los procesos de grupo de una
manera que conserve la realidad primaria del individuo y del grupo, los dos polos
permanentes de los procesos sociales. Debemos considerar que las fuerzas del
grupo surgen de las acciones de los individuos y observar a los individuos cuyas
acciones son una función de las fuerzas del grupo que ellos mismos (u otros)
generan. Debemos considerar que los fenómenos de los grupos son tanto el
producto como la condición de las acciones de los individuos”. (p. 2)

Esto pone de manifiesto el concepto implícito de interdependencia, el cual permite


obtener una respuesta sobre la realidad del grupo, ya que mientras revela lo característico
del grupo, también neutraliza las críticas de la tesis individualista y de los seguidores de la
mente grupal.

Diversos autores interesados en el fenómeno de los grupos, comenzaron a adoptar un


enfoque interaccionista, debido a una influencia de las teorías de la Gestalt, donde
comenzaron a coincidir en que lo esencial de la concepción de un grupo, radica en que es
un todo dinámico, que posee una realidad propia y que es producto de la interacción de las
partes que lo componen, por lo que se insiste en la reflexión de que no es simplemente la
suma de sus partes. Esto permitió legitimar la entidad de grupo, como un objeto de estudio
científico, a través de investigaciones de laboratorio, o bien en situaciones naturales, además
de limitar las discusiones y debates sobre la relación individuo y grupo. (Ibid.)
El autor (ibid.) señala que Newcomb en 1950 expresó la realidad del grupo en términos
sociales, objetivos y psicológicos, señalando que un grupo es real en tres sentidos de
importancia para los psicólogos sociales, en primer lugar, es “socialmente real” puesto que
está incluido en las normas compartidas que le permiten a la gente comunicarse de forma
recíproca, en segundo lugar, es “objetivamente real” ya que se le puede ver y, que diferentes
observadores pueden coincidir sobre lo que se observa, finalmente, es “psicológicamente

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real” debido a que los individuos lo perciben y están motivados en relación con él, y sus
conductas están determinadas por él.

Se puede agregar que autores de la época adoptaron diversos conceptos que trataban
de analizar la realidad de los grupos, Cattell en 1948 desarrolló el término de “sintalidad” para
referirse a la personalidad del grupo, es decir, que el grupo actúa como una totalidad, lo que
le otorga una entidad única.

Con respecto a la psicología de los grupos en el contexto de las ciencias sociales (ibid.),
-en base a los planteamientos iniciales del texto-, se puede destacar que ha sido objeto de
estudio de diversas disciplinas como la antropología, la sociología, la psicología y en especial
la psicología social, también posee una serie de contribuciones desde el ámbito de la
educación, estudios en organizaciones, etc. Por lo tanto, será útil determinar el lugar que
ocupa la disciplina para comprender de mejor forma los planteamientos de la psicología de
los grupos.

El autor (ibid.) plantea que Parsons en 1969 desarrolla un esquema donde se establece
que el sistema de la acción humana se forma por cuatro subsistemas, el biológico, el de
personalidad, el social y cultural, donde cada uno de estos subsistemas se corresponde con
un campo específico de estudio.

Fuente: Parsons (1969) en Sánchez, J. (2014). Psicología de los grupos, teorías, procesos y
aplicaciones. (p. 5)
Según Muñoz, F. (2016) no se puede negar que hasta la actualidad, la sociología y la
psicología social, han sido las disciplinas que más han contribuido al desarrollo teórico y
metodológico de la psicología de grupos, a lo que sería posible establecer los siguientes
puntos como sus principales aportes e influencias al asunto. (p. 26)

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• Dentro de los orígenes de la psicología de grupos se encuentran diversos aportes de
autores principalmente sociólogos, como Tarde, Ellwood, Ross y Bogardus, quienes a
fines del siglo XIX y principios del siglo XX proponen el desarrollo de la psicología social
como una rama de la sociología que se especializaría en el estudio del grupo social. De
lo anterior se desprende el concepto de Microsociología, la cual se entiende como la
rama de la sociología que se orienta al estudio de grupos sociales (pequeños) y a las
agrupaciones de dichos grupos, o también a los ámbitos inmediatos en que se
desenvuelven tales grupos.

• Se puede reconocer a la sociología como el punto de inicio histórico en el estudio de la


psicología de grupos, donde también se pueden atribuir diversos aportes teóricos y
metodológicos que tuvieron una indudable repercusión en el área, como lo fue el
estudio de grupos primarios y su incidencia en el comportamiento de individuos, la
formulación y desarrollo de conceptos básicos para la explicación de la estructura
grupal, organizacional y social, como lo son el estatus y rol.

Con los planteamientos recientes se puede comprender el origen y algunos elementos


del desarrollo de la psicología de los grupos, sin embargo, no es precisamente lo mismo que
las dinámicas de grupos, en este sentido, se le atribuye a Kurt Lewin el origen de la dinámica
de grupos, dicho autor en sus inicios se centraba en el análisis de la dinámica de la
personalidad, y posteriormente amplía esa comprensión a la realidad social y grupal, sus
planteamientos se basan en los aportes de Moreno, quien en 1936 utiliza la expresión
“dinámica de grupos” para referirse a la sociometría y que posteriormente, en 1939 utilizará
Lewin. (Ibid. p. 27)

Posteriormente en 1945 Lewin fundó el “Research center for group dynamics” en el


instituto tecnológico de Massachussets, en conjunto con una serie de importantes psicólogos
sociales. El objetivo de este centro era estudiar las relaciones humanas, donde luego en
1946, trabaja de forma colaborativa con el “National Training laboratory in group
development” recientemente fundado, que luego pasará a ser conocido como “National
training laboratories”, en donde se desarrollaban cursos de entrenamiento intensivo dirigidos
a profesionales que se interesaban especialmente en la dirección de grupos, desde donde
surgen los grupos de formación o de entrenamiento, los también conocidos “training groups”
o “T-groups”. (p. 28)
En 1947 fallece Lewin, lo que provoca un distanciamiento entre el “Research center for
group dynamics” y el “NTL” que culmina con la separación final de ambos a fines de los años
50´. El “NTL” comienza a cambiar su foco de estudio, abandonando el énfasis en las
propiedades y procesos grupales, para basarse en la psicología humanista, en el desarrollo
personal y el autoconocimiento, a lo que se le puede atribuir elementos como los grupos de

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encuentro, los grupos de sensibilización (que tienen por objetivo utilizarse como auxiliares
para reforzar la experiencia de grupos pequeños, proporcionando un nuevo punto de vista
para observar determinados sucesos o relaciones interpersonales, buscando que suceda
algo que resulte conveniente para la vida del grupo y debilitando bloqueos que puedan
entorpecer el grupo) o la psicoterapia de grupo (utilizada comúnmente en tratamiento de
sustancias u otras adicciones), que en definitiva se alejan de los intereses iniciales de Lewin.
(ibid.)

Todos estos movimientos y fenómenos mencionados sobre la dinámica de grupos,


promovieron una gran confusión sobre la terminología de la expresión de la dinámica de
grupos, la cual comenzó a tener múltiples denominaciones, en este sentido, Cartwright y
Zander 1971, en Muñoz, F. (2016) establece cuatro acepciones de dinámica de grupos a lo
largo de la literatura. (p. 28-29)

I. Una cierta filosofía o ideología de carácter político y social que pone el énfasis en la
organización de los grupos desde los valores democráticos: liderazgo participativo,
participación ciudadana, trabajo cooperativo... Estas connotaciones ideológicas han
acompañado a la Dinámica de Grupos desde sus orígenes.

II. Un campo de investigación sobre la naturaleza de los grupos, las leyes de su desarrollo
y sus interrelaciones con los individuos, otros grupos y organizaciones. Esta acepción
se correspondería bastante bien con la que en la actualidad suele dársele a la
Psicología de los Grupos y es la que adoptaron hace décadas muchos psicólogos
sociales y sociólogos centrados en el estudio de los grupos

III. Un variado conjunto de técnicas grupales que, desde distintos planteamientos teóricos,
buscan la mejora de las relaciones humanas en campos tan diversos como las
organizaciones, la Educación, la psicoterapia, la animación social y comunitaria, el
apoyo social, etc. Esta faceta más aplicada de la Dinámica de Grupos se ha
desarrollado en multitud de movimientos y “formatos”, no siempre fáciles de diferenciar:
los grupos de formación, “Training Groups” o “T-Groups”, los grupos “experienciales”,
de “despertar sensorial”, “maratón”, “bioenergéticos”.

IV. A estas tres acepciones de “dinámica de grupos” se les puede añadir, naturalmente, el
extendido uso de esta expresión para hacer referencia, en general, a los procesos y
cambios grupales , en contraste con los aspectos estructurales o propiedades estables
de los grupos.

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En síntesis sobre el desarrollo de los contenidos expuestos, es posible establecer que
“Psicología de los grupos” corresponde al campo que acumula y trata de integrar los
conocimientos científicos, -que proceden en su mayoría de la psicología social-, sobre las
estructuras y procesos grupales, mientras que el concepto de “dinámica de grupos” se refiere
a las técnicas grupales aplicadas a distintos ámbitos y problemas de la actividad humana. (p.
29)

Conceptualización y definiciones de grupos

Teniendo en cuenta la revisión -distinción- entre psicología de grupos y metodologías


de grupos, es posible adentrarse en una reflexión que de por sí es necesaria para
comprender la articulación entre ambos tópicos, por un lado, al saber que la psicología de
grupos es nuclearmente psicología social, y que por tanto pretende explicar el
comportamiento de los seres humanos en los grupos, considera el comportamiento de los
individuos como grupo, pero también los observa como individuos y como instituciones, por
lo que dicha psicología social no puede abordar ningún asunto grupal sin prestar atención a
la perspectiva de la psicología y la sociología, inclusive, considera fundamental esa relación
con otras ciencias sociales, ya que le sirven de orientación para obtener una comprensión
del fenómeno estudiado, es decir, el comportamiento grupal del ser humano. (Sánchez, J. p.
23)

De lo anterior se puede extraer que el estudio y comprensión del comportamiento grupal


del ser humano, motiva la posibilidad de generar estrategias, herramientas, instrumentos y
metodologías que sirvan para la promoción de interacciones grupales orientadas a objetivos,
metas, logros, experiencias, aprendizajes, etc. Lo que se ha denominado como dinámica de
grupos en su carácter de aplicación.

Con respecto a la definición de grupo, se sabe que diversos autores han postulado que
un grupo corresponde a 2 o más personas que interactúan y se comunican de forma regular,
también poseen metas y objetivos comunes, son interdependientes y se reconocen a sí
mismos como pertenecientes al grupo, por lo tanto, es importante reconocer que en el
desglose de la definición anterior, se desprenden diversos elementos que son centrales para
el surgimiento y continuidad de un grupo.

• Debe estar conformado por 2 o más personas: En un grupo existe interacción


social, lo cual no es posible de generar teniendo solo un individuo.

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• Interacción y comunicación constante: Para que un grupo se sustente, debe existir
comunicación entre sus miembros, con el fin de coordinar las acciones y dar a conocer las
creencias u opiniones personales.

• Existen metas y objetivos comunes: Quienes conformar un grupo, lo hacen porque


poseen metas u objetivos que son aceptados por los miembros del grupo. De cierta forma,
esta es una de las características definitorias y que sustentan la existencia del grupo.

• Interdependencia: Todos los miembros del grupo realizan aportes para cumplir con
los objetivos o metas comunes, por lo que cada persona depende de las otras para que tales
objetivos sean cumplidos. De esta manera, todo lo que afecte a un integrante del grupo,
repercutirá en los otros integrantes. Si una persona puede cumplir por sí sola la meta que
posee el grupo, no se justificaría la pertenencia a dicho grupo para ese fin.

• Reconocer la pertenencia al grupo: Cada uno de sus miembros debe reconocerse


como perteneciente a éste, lo que contribuye a conformar una identidad común. La
pertenencia grupal también tiene que ver con el compromiso asumido por cada uno de los
miembros en las acciones o tareas que el grupo realiza para cumplir con los objetivos.

Se puede señalar que a lo largo de la psicología social, han existido múltiples formas
de conceptualizar qué es un grupo, por ejemplo: para Newcomb, 1964 en Barra, E. (1998),
un grupo estará definido por dos o más personas que comparten normas con respecto a
ciertas cosas y cuyos roles sociales están estrechamente intervinculados.

Otra definición relevante es la de Sprott, 1964 en, (Ibid.), quien define a un grupo como
la pluralidad de personas que interactúan unas con otras en un contexto dado, más de lo que
interactuarían con cualquier otra persona. Por consiguiente, la noción básica es la interacción
relativamente exclusiva en cierto contexto.

También se puede destacar la definición de Shaw, 1986 en, (Ibid.), quien define un
grupo como un conjunto de personas (dos o más) que interactúan entre sí de modo que cada
persona recibe la influencia de cada una de las otras personas y, a su vez, ejerce influencia
en todas ellas.

Finalmente, están los planteamientos de Raven y Rubin, 1983 en, (Ibid.), quienes
conciben un grupo como un conjunto de individuos que tienen una relación psicosocial
explícita entre ellos, donde cada persona es influida e influye en otros. Es posible destacar
que pese a que existan muchas y variadas relaciones entre los miembros de un grupo, ellos

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proponen que las cinco dimensiones de estructura social que permiten analizar la
organización y funciones de casi cualquier grupo son (Barra, E. 1998. P. 118-119):

Evaluación Interdependencia Comunicación

Roles Influencia

Existen autores que han puesto énfasis en algunos de los elementos recién
mencionados, argumentando que unos son más importantes que otros a la hora de
considerar a un conjunto de personas como un grupo propiamente tal. Por ejemplo, Bar-Tal
(1990), establece que para conformar un grupo deben existir 3 elementos esenciales, los
cuales son:

Los integrantes Deben existir


del grupo deben creencias
definirse como grupales
miembros de compartidas
este (identidad)

Debe existir
coordinación de
actividades

En base a la referencia anterior, Bal-tar señala elementos centrales de la identidad


grupal como las creencias compartidas y la coordinación de tareas para cumplir con los
objetivos que posee el grupo. Sin embargo, para el autor la condición principal es que los
miembros del grupo compartan la premisa de que “somos un grupo”, siendo esta la base
para establecer objetivos comunes y coordinar los esfuerzos para su consecución.

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Una definición un poco más actual sobre los grupos, es la que plantea Baron y Byrne
1994, en (ibid.) donde se plantea que un grupo “consiste en dos o más personas
interactuantes que comparten algunas metas comunes, tienen una relación estable, son algo
interdependientes, y perciben que ellas son en realidad parte de un grupo”. De acuerdo con
estos postulados, se puede reconocer que el grupo no se aplica a cualquier colección de
individuos, sino que estaría restringido al conjunto de personas que cumplen con los
siguientes criterios:

1. Los individuos deben interactuar entre sí, ya sea directa o indirectamente.

2. Deben ser interdependientes en alguna forma, ya que lo que le sucede a uno afectará
a los otros.

3. Su relación debe ser relativamente estable, manteniéndose por periodos significativos.

4. Los individuos deben compartir metas que todos intenten lograr.

5. Sus interacciones deben estar estructuradas de alguna forma, de modo que cada uno
realice funciones similares o iguales cada vez que se reúnen

6. Los individuos involucrados deben percibirse a sí mismos como miembros de un grupo,


siendo conscientes de la relación entre ellos

Al analizar la definición del concepto “grupo”, es posible visualizar que un individuo no


pertenece a un grupo por el sólo hecho de estar ahí, sino que la pertenencia grupal otorga
beneficios al individuo, los cuales sustentan su permanencia en un determinado grupo, que
se relaciona con las necesidades psicosociales básicas del ser humano, que son en sí
mismas, una clave para la comprensión de la conducta humana, donde se puede considerar
la necesidad o motivación de pertenencia a un grupo, y la necesidad de generar una
identidad propia, como algunas de las motivaciones principales.

En este sentido, según Baumeister y Leary, 1995, en Ovejero, A. (2013) la necesidad


de pertenencia podría ser la principal necesidad psicosocial humana. Williams, 2001,2007
en (Ibid.) señala que las personas sufren ostracismo, es decir, cuando se sienten rechazadas
o excluidas viendo que su necesidad de pertenencia no se ve satisfecha empeora su salud
psíquica e incluso su salud física y aumenta su estrés y ansiedad con claros brotes de
depresión. (p. 46)

Cada individuo puede tener razones particulares para formar parte de un grupo, pero lo
que sí está claro es que la pertenencia grupal otorga a las personas algunos beneficios que
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no es posible obtener de manera individual. Dentro de estos beneficios, podemos encontrar
que los motivos más comunes que tienen las personas para pertenecer a un grupo, serán
los siguientes:

• Seguridad: Muchas veces el hecho de pertenecer a un grupo otorga el beneficio de la


seguridad de estar “protegidos” por otras personas. Este beneficio se asocia principalmente
a situaciones donde existen conflictos que llevan a enfrentamientos o amenazas externas.
Sin duda pertenecer a un grupo permite tener la sensación de mayor fortaleza para enfrentar
a los enemigos o situaciones adversas. Por ejemplo, en una cárcel los individuos que están
condenados por delitos menores pueden conformar un grupo con el fin de defenderse de los
ataques de aquellos reos más agresivos o peligrosos.

• Recompensas psicológicas y sociales: Uno de los motivos para pertenecer a un


grupo puede referirse a la necesidad de pertenencia, afecto, atención y ser valorados por
otras personas. Al integrar un grupo el individuo obtiene este tipo de beneficios que
contribuyen a su bienestar psicológico y a su desarrollo social. Algunos autores han
propuesto que el hombre por naturaleza busca agruparse, pues no es posible llevar una vida
en completo aislamiento. Uno de los ejemplos más comunes donde es posible obtener
recompensas psicológicas y sociales es en los grupos de amigos, donde la recompensa más
evidente es la obtención de afecto y la realización de actividades recreativas.

• Estatus: Pertenecer a un determinado grupo puede brindar a los individuos un mayor


reconocimiento o posición en algún ámbito de interacción. En este caso, se busca pertenecer
a un grupo porque éste puede otorgar elementos que se consideran socialmente importantes.
Por ejemplo, los “grupos populares” que se forman en las escuelas, donde pertenecer a ellos
genera una mayor admiración de parte del entorno estudiantil, otro ejemplo, es integrar
grupos de clases socioeconómicas altas, practicando alguna actividad que es socialmente
categorizada como de estatus, ya sea practicar esquí o jugar golf.

• Conocimiento o información: En este caso, el individuo decide pertenecer a un grupo,


ya que de este modo puede obtener cierta información o conocimientos que no son posibles
de adquirir por uno mismo. Por ejemplo, los grupos científicos que realizan investigaciones
o los grupos de estudio.

• Conseguir metas: Integrar un grupo permitirá conseguir metas que no son posibles de
cumplir de forma individual, ya que se requiere de un trabajo colectivo y de la cooperación
mutua para lograrlo. Por ejemplo, si un joven desea participar en un concurso de bandas
musicales, deberá integrarse a un grupo o invitar a más personas para ser partícipe del

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concurso. De este modo cada persona tendrá una función y así logrará la meta establecida
inicialmente.

• Obtención de poder: Se refiere a la capacidad de hacerse notar, de ser reconocido y


de dar a conocer con más fuerza las creencias. En este caso, pertenecer al grupo otorga
mayor poder, ya que la unión de los individuos aumenta la capacidad de actuación de sus
miembros. Por ejemplo, Las asociaciones o cooperativas que protestan por “x” razón tendrán
mayor repercusión que si protestaran de forma individual, obteniendo mayor notoriedad
como grupo.

Las fuerzas que operan en los grupos

Luego de una revisión conceptual, y un recorrido histórico de la comprensión de la


psicología de grupos, la dinámica de grupos y el concepto de grupo, además de la
comprensión de las motivaciones humanas para pertenecer al mismo, se puede destacar la
existencia de ciertos fenómenos característicos, que vienen siendo las fuerzas que operan
en los grupos, este fenómeno se explica de muy buena forma, desde el abordaje de los
planteamientos de Bórquez, S. (2013) quien señala que Cartwright plantea que como punto
de partida para todo dinamista de grupos, la situación de los grupos, del modo en que se
observa en la experiencia cotidiana, moviliza una serie de fuerzas que producen diversos
efectos en los miembros que componen el grupo. (p. 9)

En este sentido, el autor (ibid.) señala la importancia de localizar cuáles son las
fuerzas que están operando en el grupo, para que a través de la detección y la descripción,
se pueda tener un apoyo que permita elaborar planes de intervención.

Las fuerzas mencionadas corresponden a las siguientes (p. 9-10):

• Fuerzas interpersonales: Son aquellas que se originan debido a la proximidad


psicológica de varios individuos, y se refiere a que en cuanto nos sentimos próximos a
otros seres humanos, se establece una conexión de potencial importante, desde donde
surgen fuerzas de atracción y repulsión, que motivan a los sujetos a situarse en mayor
o menor cercanía a los otros miembros del grupo.

• Fuerzas de dominio o de sumisión: Son aquellas que sitúan a los sujetos por encima
o debajo de los otros miembros del grupo, desde donde podemos observar las fuerzas
centrífugas o centrípetas, que tienden a aglutinar al sujeto con otros, o bien pueden
segregarlo del resto de sus compañeros.

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• Fuerzas basadas en necesidades psicológicas personales: En esta fuerza, es
característico que desde que las personas pertenecen a un grupo, surgen en ellas
ciertas necesidades -no biológicas-, que empujan al sujeto con fuerza a asuntos como
la necesidad de ser aceptado, de seguridad, de comunicación profunda, de pertenencia
a alguien o algo, de ser algo más que un individuo. Dichas necesidades, son fuerzas
que el grupo motiva, resuelve o pone en tensión, y que se pueden llamar
intrapersonales, debido a que están en el interior porque existen otras personas, pero
que no se ligan directamente a ninguna de ellas.

• Fuerzas grupales generadas por la historia: En esta fuerza, es posible reconocer la


primacía del psicoanálisis, en el sentido de su descubrimiento sobre el poder dinámico
de las experiencias habidas en el primer grupo al que se pertenece -la familia-, dichas
experiencias se reservan en el inconsciente, donde se reconocen una serie de
dinámicas grupales que se activan en situaciones sociales, por lo tanto, es posible
asumir que cualquier relación de grupo que tengamos en la vida adulta, se parecerá en
realidad mucho a aquella primera relación grupal que todos hemos vivido. Por eso
podríamos decir que sobre los miembros de cualquier grupo, operan aquellas fuerzas,
que con su presencia, son capaces de despertar imaginativamente aquellas fantasías
y recuerdos.

El autor (ibid.) señala que el grupo es una especie de lugar donde se reviven antiguas
y profundas experiencias infantiles, donde es posible que se reproduzcan conflictos básicos
de la historia individual de los integrantes, donde también se puede agregar que es evidente
que en los individuos también operan fuerzas de carácter más intencional, como los valores,
o el sentido de la vida, sin embargo, estas fuerzas poseen un terreno poco explorado en el
ámbito de la dinámica de grupos. (p. 10)

Tipologías y clasificaciones de grupo

Con respecto al punto sobre las tipologías de grupo, en base a los planteamientos de
Coutiño, A. (2015) -quien es el autor principal en quien se basan los siguientes
planteamientos-, es posible destacar 3 enfoques esenciales para la comprensión de este
fenómeno, donde se abordan las tipologías propuestas por Vivas, Rojas y Torras (2009), las
de Anziu y Martín (1968), y finalmente las de Martín Baró (1991), de las cuales se hará una
síntesis final para aunar todos los elementos rescatados.

En este sentido, sobre los planteamientos de (ibid.) se puede expresar que existe una
extensa variedad de tipologías de grupos, que se consideran en base a su tamaño,
composición, funciones u origen, atendiendo también a la existencia de grupos grandes y

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pequeños, primarios y secundarios, heterogéneos u homogéneos ya sea por su diversidad o
las características de quienes los componen, a lo que se puede sumar un propósito, donde
se pueden observar grupos para formación, con fines académicos, religiosos, militares, etc.
Por lo tanto, al hablar de tipologías de grupos, se está en presencia de una serie de variables
que se presentan y que permiten servir de criterio para proponer cada vez más tipologías
emergentes. (p. 3)

Tipologías de Vivas, Rojas y Torras (2009)

Los autores señalan que las tipologías más importantes sobre los grupos serían las de
pertenencia y de referencia.

Grupo de pertenencia:

Se refiere al grupo al que un individuo pertenece. Aquí la persona forma


parte del mismo y, a su vez, es reconocida como integrante. De esta manera, las
normas y reglas establecidas en los grupos de pertenencia son adoptadas y
acatadas por sus miembros. (Vivas, Rojas y Torras, 2009 en Coutiño, A. 2015,
p. 4)

En este punto, se puede afirmar que se conforma por personas que pertenecen de
forma simultanea a diferentes grupos, como por ejemplo, en función del vínculo por la sangre,
por el vecindario, edad, ideología, etc. Es decir, por ser parte de un grupo con algún propósito
como la religión, la política, el deporte o trabajo. (ibid.)

Por lo expuesto anteriormente, se puede comprender que quienes integran el grupo,


poseen un sentido de ser parte de el mismo grupo, por lo que se sienten integrantes activos,
que son valorados por los otros miembros del grupo, que comprenden los fines y también los
medios para su consecución. Por lo tanto, integrar un grupo de pertenencia no depende de
la voluntad del individuo, sino de criterios objetivos como el parentesco, nivel matrimonial,
grado de poder, etc. (ibid.)

Grupo de referencia:

Se refiere a aquel grupo utilizado por un individuo a modo de comparación,


con el fin de establecer sus conductas como forma de comportamiento propio.
Es decir, es el grupo a través del cual una persona internaliza reglas o valores,
pero al cual no sólo pertenece, sino que tampoco es reconocido como parte del
mismo por sus integrantes. (Vivas, Rojas y Torras, 2009 en Coutiño, A. 2015, p.
4-5)
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Por ejemplo, alguien pertenece a una familia, sabe que es miembro de ella,
y el resto de los familiares también lo consideran como tal. Sin embargo, su forma
de dialogar, de establecer reglas, sus gustos, sus ideales no son los que esta
persona pretende para su vida, y toma como modelo, para identificarse y adoptar
sus modos de constitución y funcionamiento, la familia de un amigo. En
consecuencia, su familia es su grupo de pertenencia; la de su amigo, su grupo
de referencia. (Coutiño, A. 2015, P. 5)

Tipologías de Anziu y Martín (1986)

Otra tipología que se puede atender, es la propuesta por Anziu y Martín, quienes
establecieron una serie de criterios para plantear la distinción que se puede observar en
diferentes grupos, específicamente, plantearon siete variables que determinan y dan lugar a
diferentes formas de comprender un grupo. Lo que afirma que la tipología de grupos
propuesta por los autores, se constituye principalmente por el grado de estructuración que
puede llegar a tener un grupo. (ibid.)

Las tipologías que describen los autores (ibid.) corresponden a:

Grupo primario:

Se refiere a aquellos grupos compuestos por pocos miembros que buscan


en común los mismos fines y mantienen entre sí relaciones afectivas con una
gran dependencia mutua. (p. 6)

Por lo tanto, centran la existencia del grupo en las relaciones afectivas intensas, que se
producen en vivo, con un alto grado de cohesión interna y también un alto grado de intimidad
entre sus miembros, algunos ejemplos del grupo primario son: la familia, parejas, etc., donde
el carácter afectivo posee una gran relevancia. (ibid.)

Grupo secundario:

Se refiere a aquellos grupos que funcionan según instituciones jurídicas,


económicas, políticas, en un sector particular de la realidad social. Es decir, en
el mercado, administración, deporte, investigación científica. (p. 6)

En este caso, el fundamento se basa en las relaciones interpersonales, con criterios


institucionales que suelen ser independientes de los miembros del grupo. Aquí las posiciones
que ocupa cada integrante del grupo es lo importante, y no tanto el integrante por si mismo,
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por ejemplo: en las empresas les puede interesar el puesto de director, independientemente
de quien ejecuta el cargo, es decir, un ejemplo de grupo secundario puede corresponderse
con las organizaciones. (ibid.)

Multitud:

Se refiere a aquellos grupos que se forman cuando un buen número de


personas se reúne sin haberlo buscado explícitamente. (p. 7)

Por lo tanto, en la tipología de multitud, cada individuo busca la satisfacción personal,


pero está sometido a la posibilidad del contagio emocional repentino que emerge por los
otros miembros del grupo. De ese modo, los fenómenos afectan a un número mayor de
personas que no estén presentes. (ibid.)

Banda:

Se refiere a aquellos grupos de personas que se reúnen voluntariamente


por el placer de estar juntos, cada cual en la búsqueda de quienes son
semejantes a ellos. (p. 7)

En la tipología de banda, la satisfacción se produce debido a que se elimina la


necesidad de adaptarse a las reglas sociales establecidas, al mismo tiempo que proporciona
seguridad y apoyos afectivos, por lo tanto, cuando los miembros de la banda comienzan a
afirmar valores en común y se diferencian los roles y papeles, además de fijar metas, la
banda pasa paulatinamente a transformarse en un grupo primario. (ibid.)

Agrupación:

Se refiere a aquellos grupos de personas que su número oscila entre


pequeños y grande y con una frecuencia también variable, con unos objetivos
relativamente estables que corresponden a un interés común de los miembros.
(p. 7)

En este sentido, aparte de la intención de buscar objetivos comunes, no hay vínculos


entre las personas, por lo tanto, se pueden corresponder con agrupaciones intelectuales,
artísticas, religiosas o políticas.

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Tipologías de Martín Baró (1991)

Según el autor (ibid.) para Martín Baró, las tipologías se centran principalmente en que
un grupo se interpreta en relación con la estructura social en la que está inserto y que además
lo determina, por lo tanto, el grupo se refleja en la misma dimensión. (p. 8)

El autor sostiene que el grupo se conforma y describe en función de las estructuras


sociales con las que comparte, y no se limita únicamente a describir el grupo a partir de lo
que sucede en su interior, lo que sugiere que al grupo lo constituyen las personas, donde se
establecen normas y roles, además señala que es necesario que hayan estructuras y
organización, a lo que en algún momento de su vida, cada grupo tomará decisiones, para
lograr alcanzar un nivel óptimo de rendimiento. (p. 8-9)

En el mismo plano, se destaca que los grupos se relacionan con otros grupos, además
de establecer relaciones de poder, lo que necesariamente implica considerar factores como
el poder, identidad y el quehacer de cada grupo. Por lo tanto, el autor analiza los grupos en
función de las siguientes variables: Identidad del grupo; Poder grupal; actividad grupal. (p. 9)

Las tipologías que describe Baró (ibid.) corresponden a:

Primario:

Corresponde al grupo que se compone de pocos miembros, los que buscan los mismos
fines en común y poseen relaciones afectivas entre sí con una gran dependencia mutua, sin
embargo, no puede comprenderse fuera de su contexto social más amplio. Baró 1991, en
Coutiño, A. (2015) señala que “La naturaleza del grupo primario consiste en concretar y ser
portador de los determinismos de las macro estructuras sociales”. (p. 9) Lo que significa que
la familiar articula aquellos intereses sobre las clases sociales dominantes, de modo que
transmite valores y configura pautas de comportamiento que se rigen en el orden establecido.

El producto de las relaciones sociales en la tipología de grupo primario de Baró, tiene


lugar en los productos que se desarrollan de las relaciones sociales, donde se puede
observar la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y la formación de
identidad, ambos elementos se visualizan desde una perspectiva cercana, en el sentido que
están vinculadas -como subrayan la mayoría de las teorías psicológicas-, debido a que la
persona se va realizando como tal, a medida que va satisfaciendo sus necesidades de toda
índole, de acuerdo a patrones que le permiten dicha satisfacción. (ibid.)

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Funcional:

Es aquella tipología que incluye a los grupos funcionales, es decir, que corresponden a
la división del trabajo al interior de un determinado sistema social. Por tanto, aquí se trata de
individuos que poseen y cumplen la misma función con respecto al sistema -organización-,
junto con otros individuos que tienen roles y ocupan posiciones relevantes, lo que trae como
consecuencia, que el poder de los grupos funcionales dependa del valor o importancia que
su quehacer laboral tiene en una sociedad. (p. 10)

Estructural:

La tipología estructural de Baró, se refiere a aquellos grupos estructurales que derivan


de la propiedad sobre los medios de producción, por lo tanto, las relaciones que se
establecen en base al control total o parcial, mayor o menor, sobre los medios de producción,
van a determinar las estructuras de una sociedad. (ibid.)

En este sentido, cada individuo pertenece a una clase social, independientemente de


que sea consciente de esa pertenencia y de que incluso actúe de acuerdo con los intereses
de su clase o no. (ibid.)

Para el Baró, la pertenencia a grupos primarios, funcionales y estructurales no es


excluyente entre sí, aunque puede serlo en cada propio nivel, por lo tanto, toda persona
tendrá una pertenencia a un grupo estructural, y además a uno o diversos grupos funcionales
y primarios. Lo que se traduce en que un individuo, no puede pertenecer a dos clases
sociales opuestas, o sea, a dos grupos estructurales, pero si podrá formar parte de dos
familias y contar con varios grupos de amigos, además de ocupar múltiples puestos que le
hagan miembro de varios grupos funcionales. (p. 11)

De todos los autores expuestos y sus diversas tipologías, es posible extraer que cada
grupo posee sus propias características, rasgos y fenómenos, los que permiten al observador
generar una idea y análisis de cómo se compone y a qué tipología corresponde cada grupo,
permitiendo de ese modo plantear estrategias u orientaciones que sean eficientes para cada
dinámica en consideración con el grupo al que se enfrenta.

Tipos de grupos

Con respecto a los tipos de grupos, se debe tener en cuenta que al afirmar que cada
grupo cumple con diferentes funciones para cada individuo, se debe considerar que no todos
los grupos son iguales.

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En este sentido, Matos, C. (2017) propone que los grupos se pueden clasificar de la
siguiente forma:

Grupos

Formales Informales

Grupo de Grupo de Grupo de Grupo de


mando tareas interes amistad
Fuente: Matos, C. (2017). Tipos de grupos. Adaptación personal.

Existen dos tipos de grupos principales, los grupos formales y los grupos informales:

• Grupos formales: Este tipo de grupos generalmente están presentes en el ámbito


laboral o asociados a alguna organización. Se caracterizan por poseer una estructura formal
clara, la cual da origen a roles determinados, normas de conducta, asignación de tareas,
establecimiento de objetivos y metas y la designación de un líder formal. En los grupos
formales, el comportamiento de los individuos está regulado para la obtención de las metas
u objetivos que el grupo debe cumplir. Sub dividiéndose en grupos de mando y de tarea.

Grupos de mando: Son aquellos grupos en los que los miembros de éste deben
reportar a un líder o jefe, por lo tanto este tipo de grupos está presente especialmente en el
ámbito laboral. Por ejemplo, en una empresa los encargados de las diferentes áreas o
unidades conforman un grupo de mando pues al mismo tiempo que supervisan a un grupo
de funcionarios, deben reportar al líder o gerente general.

Grupos de tarea: Se refieren a los grupos que trabajan con el fin de realizar una
determinada tarea, donde se espera que sus miembros posean habilidades para lograr
aquello. Por ejemplo, los voluntarios de “Un techo para Chile” conforman grupos o “patrullas”
para realizar la reconstrucción de casas, donde cada miembro del grupo posee una función
para determinada para lograr la tarea.

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• Grupos informales: Son aquellos que se conforman de manera natural y espontánea,
es decir, no se crean con el fin de cumplir una determinada tarea, sino que surgen
generalmente a raíz de la interacción social de los individuos. En los grupos informales no
existen pautas de conducta o una estructura que regule a los integrantes, ya que el fin está
referido principalmente al contacto social. Dividiéndose en grupos de interés y de amigos.

Grupos de interés: Están compuestos por personas que poseen intereses comunes,
en los que la participación grupal está referida a la realización de actividades que interesan
a todos los miembros. Por ejemplo, un grupo de mujeres pueden conformar un grupo
artístico, con el fin de compartir sus intereses por la pintura. Otro ejemplo común de grupo
de interés es aquel grupo conformado por vecinos de un barrio, que se juntan los fines de
semana para practicar deporte o jugar fútbol.

Grupos de amigos: Son grupos que se conforman con fines sociales, es decir, para
interactuar, intercambiar experiencias, obtener estima y realizar actividades recreativas.
Estos grupos son más durables en el tiempo, ya que sus miembros desarrollan sentimientos
mutuos que fortalecen la existencia de un grupo. Generalmente este tipo de grupos surgen
en la etapa escolar y pueden perdurar por varios años.

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Conclusión
A modo de conclusión, se pueden extraer diversas ideas que son esenciales en relación
con el entendimiento de los fenómenos grupales, dentro de estas ideas, un elemento
importante a recalcar, es la realidad de la existencia de los grupos, con el respectivo
reconocimiento de las características que le dan vida a cada uno de estos en sus diferentes
planos.

Otro elemento relevante a considerar es sobre la distinción entre psicología de grupos


y dinámica de grupos, que permite orientar al profesional en cuanto a los elementos
conceptuales sobre la atención que se les otorga a los grupos, reconociendo que la
psicología de grupo es en esencia psicología social, la cual pretende explicar el
comportamiento de los seres humanos en los grupos, considerando el comportamiento de
los individuos como grupo, pero también los observa como individuos y como instituciones,
mientras que la dinámica grupal, se refiere a las técnicas grupales aplicadas a distintos
ámbitos y problemas de la actividad humana.

También es posible destacar el fenómeno de las fuerzas que operan en los grupos,
como una herramienta importante a considerar por parte del profesional a la hora de observar
y analizar un grupo, ya que un correcto diagnóstico de las fuerzas, además de una buena
detección y descripción, permite elaborar planes de intervención.

Finalmente, se puede hacer alusión a la importancia de las tipologías de grupo, las


cuales orientan al moderador de grupo, a obtener una imagen clara de las características,
roles y motivaciones que hay en los integrantes de cada grupo, para poder reflexionar cómo
hacer mas efectiva su labor, en consideración con las necesidades de los individuos y del
grupo mismo.

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Bibliografía
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Bar-Tal, D. (1990). Group beliefs: A conception for analyzing group structure, processes and behavior, Londres,
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Muñoz, F. (2016). Elementos básicos de psicología de los grupos. Universidad de Huelva. España. ISBN: 978-
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Universidad. Manuales y obras de referencia. Ed. Siglo veintiuno. Madrid. España.

Sánchez, J. (2014). Psicología de los grupos, teorías, procesos y aplicaciones. Ed. McGraw-Hill. España. ISBN:
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