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Psicoterapia Psicoanalítica

UNIDAD 1
Sobre la iniciación al tratamiento – Freud (1913)
Al principio del tratamiento suelen dirigir los enfermos al médico una pregunta poco grata: ¿Cuánto habrá de durar el
tratamiento? ¿Qué tiempo necesita usted para curarme de mi enfermedad?
Podemos eludir una respuesta directa a estas interrogaciones, prometiendo al sujeto que, una vez cumplido el
periodo es más fácil indicar la duración aproximada de la cura. El neurótico puede cambiar frecuentemente de
paso y no avanzar. En realidad, resulta imposible fijar de antemano la duración del tratamiento.
Por otra parte, rehusamos comprometer a los pacientes a seguir el tratamiento durante un periodo
determinado y les permitimos abandonarlo cuando quieran, aunque sin ocultar que la interrupción de la cura
iniciada excluye todo posible resultado positivo y puede provocar un estado insatisfactorio.
Otra de las cuestiones que deben ser resueltas al iniciar un tratamiento es la referente al dinero (honorarios). El
analista no niega que el dinero debe ser considerado como medio para la conservación individual y la adquisición de
poderío, pero afirma que en su valoración participan poderosos factores sexuales. Por su parte, el analista no está
dispuesto a incurrir en iguales vicios, sino a tratar ante el paciente las cuestiones de dinero con la misma sinceridad
natural que quiere inculcarle en cuanto a los hechos de la vida sexual, y de este modo le demostrará ya desde un
principio haber renunciado él mismo a un falso pudor, comunicándose espontáneamente en cuánto su tiempo y su
trabajo.
El tratamiento gratuito intensifica enormemente alguna de las resistencias del neurótico. La ausencia de la
compensación que supone el pago de honorarios hace que la relación entre ambos pierda todo carácter real y el
paciente queda privado de uno de los motivos principales para atender a la terminación de la cura.
Lo único de que debemos cuidarnos es de empezar dejando hablar enfermo sobre sí mismo, sin entrar a determinar
su elección del punto de partida. Nos limitaremos a decirle “. Antes que yo indicarle nada, tengo que saber mucho
sobre usted. Le ruego que me cuente lo que usted sepa de sí mismo.”
Desde un principio hacemos una excepción en cuanto a la regla psicoanalítica fundamental: -Durante su relato
acudirán a su pensamiento diversas ideas, que usted se inclinará a rechazar con ciertas objeciones críticas. Usted
guárdese de ceder a tales críticas y decirlo. Diga todo lo que acude a su pensamiento. Por último, no olviden nunca
que ha prometido ser absolutamente sincero y no calle nunca algo porque le resulte desagradable comunicarlo.
Volvamos ahora a la iniciación del tratamiento. Algunas veces encontraremos pacientes que comenzarán la cura
objetando que no se les ocurre nada que contar, por eso nunca debemos ceder a su demanda no marcar el tema
sobre el cuál hablar. Se trata de una intensa resistencia que ha avanzado hasta la primera línea, y lo mejor será
aceptar el acto de desafío y atacarla animosamente.
Todo lo que se enlaza a la situación del tratamiento corresponde a una transferencia sobre la persona del médico,
transferencia muy adecuada para constituirse una resistencia. Nos vemos obligados a comenzar con el
descubrimiento de esta transferencia, y partiendo de ella, encontramos pronto el camino de acceso al material
patógeno del enfermo.
Como la primera resistencia, también los primeros síntomas y actos casuales de los pacientes presentan singular
interés y delatan uno de los complejos que dominan su neurosis. Muchos pacientes se rebelan contra la indicación
de acomodarse en el diván de espaldas a nosotros, y solicitan nuestro permiso para adoptar otra posición. Desde
luego, no accedemos jamás a ello. El médico no se acomoda por mucho tiempo a esta división; retiene también
todo lo que el paciente le cuenta antes o después de la sesión, y utilizándolo analíticamente, da al traste con la
separación que el sujeto intentaba establecer, Y que basa también en una resistencia de transferencia.
Freud, S. (1905). Sobre psicoterapia, en O. C., vol. VII
Siempre que se inicia el tratamiento, van a ver dos factores uno dependiente a la disposición psíquica y este es
independiente al método y a veces favorece y otras no. El médico se apodera de este factor, se sirve de él
intencionadamente, lo guía e intensifica.
Técnica sugestiva: No se preocupa del origen, la fuerza y el sentido de los síntomas patológicos sin que les
sobrepone la sugestión, la cual es lo bastante fuerte para impedir la exteriorización de la idea patógena. Va poniendo
colores sobre el blanco lienzo. Le importa que se exteriorice la idea patógena, no el origen del síntoma.
Técnica analítica: No quiere agregar nada nuevo sino que quitar y extraer algo y con este fin se preocupa de la
génesis de los síntomas patológicos y de las conexiones de la idea que propone hacer desaparecer. Quitando la

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masa que encubre la superficie (separar la idea del afecto).
Indicaciones y contraindicaciones del tratamiento:
 Rechazar a enfermos que no poseen cierto nivel cultural. Es aplicable a personas que se sometan
espontáneamente y no por imposición.
 Está indicada en personas capaces de un estado normal. No en psicosis, estados de confusión mental y
melancolía profunda.
 La edad no es aplicable a personas cerca de los 50 (por carencia de plasticidad de los procesos anímicos)
 Tampoco es aplicable cuando se trata de la rápida supresión de fenómenos amenazadores.
Segunda educación: Encaminada al vencimiento de las resistencias.
Psicoterapia: dimensión afectiva de cualquier relación terapéutica. Es quien acude y quien coloca un saber. “todo
encuentro entre dos personas y una que dirija la demanda implica una dimensión psicoterapéutica”, porque el
paciente le supone a Otro sobre el padecimiento.
El diagnóstico es una operación simbólica que permite tener a raya eso que aparece desde lo real como sin ley.
Transferencia: uno de los aspectos técnicos que caracteriza la psicoterapia psicoanalítica, es uno de los pilares de la
psicoterapia, es el motor del tratamiento, porque el analista se entrena para la misma.
¿Cómo se aprende la técnica psicoanalítica? Con el análisis, la práctica junto a alguien que conozca la técnica. EL
MÉTODO NO SE GARANTIZA, LA TÉCNICA SI.
Quejarse: es un modo de negar la falta del otro, es creer que el otro es culpable.
De la contratransferencia al deseo del analista - De la angustia al duelo (Gerardo García)
En el seminario La angustia Lacan va a extraer el concepto deseo del analista. Donde los post-freudianos ubicaban la
contratransferencia, allí desplegará el deseo del analista.
Contratransferencia alude a grandes rasgos a la participación del analista y al compromiso del mismo.
Lacan destaca que la dificultad del abordaje del análisis en estos autores está dada por la no reflexión sobre el deseo
del analista y por lo tanto, la imposibilidad de darle su lugar y su función en la estructura del dispositivo.
Lacan destaca a la contratransferencia, cualquier intención en el discurso del analizante. Cualquier hecho de
hostilidad que el sujeto relatara iba a ser situado dentro de las coordenadas de las contratransferencia.
CASO: Un paciente, cuya madre acaba de morir, debe dar una conferencia en la radio sobre un tema que sabe que
es del interés de su analista. Le ha dado el texto de la conferencia para que lo lea y el psicoanalista tiene la
posibilidad de escuchar la emisión. Debido a la reciente muerte de su madre, la verdad es que el paciente se siente
poco dispuesto en ese momento para pronunciar esa conferencia; sin embargo, no puede anular su colaboración. El
día siguiente a la emisión, llega a la sesión en un estado de angustia y confusión extremo. El analista (que es un
analista con experiencia) interpreta este sufrimiento como el temor del paciente de que él, el analista, tenga
envidia de su indudable éxito y de las consecuencias del mismo y quiera arrebatárselo.
La interpretación es “Usted está en este estado porque piensa que estoy muy resentida por el éxito que acaba de
obtener en la radio hablando de ese tema, que como usted sabe me interesa más a mí en primer término a mi”.
Luego de esta interpretación el paciente se recompone rápidamente y sale exultante de la sesión. Lacan desliza una
diferencia entre efecto y eficacia. Hay un efecto instantáneo que devolvió al sujeto a su unidad yoica, a su unidad
narcisistica. El resultado es inmediato, pero al cabo de un año el sujeto se da cuenta que no ha realizado el duelo por
la muerte de su madre en función del efecto súbito de esa intervención.
Lacan cuestiona esta interpretación de la analista. Y dice que a pesar de que la madre estuviese muerta, en la
disertación algo estaba destinado a ella. Ese algo es lo que 10 años después va a rematizar como objeto a y su
relación con la posibilidad de duelo.
La analista se cree aquí autorizada a hacer una interpretación de ego a ego o de igual a igual, cuyo fundamento y
mecanismo en nada pueden distinguirse de la proyección.
Dice luego: “A Margaret Little, que tomó a este paciente tras ese análisis anterior le impresionó que la analista, en su
interpretación, se hubiera limitado a interpretar lo que ocurría en su propio incc, el de la analista, o sea, que
efectivamente estaba muy pesaroso por el éxito de su paciente”.
Apreciemos el testimonio de Margaret “mis padres enfermaron repentinamente. Mi padre deliraba y se volvió
inmejorable. Le diagnosticaron un accidente cerebro vascular”.
La confusión está allí desde un inicio “mis padres enfermaron repentinamente” cuando quien había enfermado en
realidad era su padre. La muerte del padre desata una crisis familiar y la madre ordena que no haya flores en el

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funeral y decide después no asistir al mismo. Pocos días después- agrega Little- lei mi trabajo y disfrute del debate
que se diera en la sociedad británica de psicoanálisis”. Sharpe (su analista) insistió en que presentará su trabajo y
Margaret no pudo rechazar la intimación. Después agregó que su analista estaba encantada con su éxito.
Las distorsiones son varias: no se trata de otro analizante, sino del análisis que Margaret realizará con Sharpe, no
acontece la muerte de su madre, sino la de su padre y constatamos que el analizante no es un hombre sino una
mujer. No deja de sorprendernos el grado de confusión por el uso que hace de la transferencia y la
contratransferencia de manera indiscriminada.
Lacan remarca que es necesario llevar las cosas un poco más lejos que considerar el duelo como identificación con
el objeto perdido.
Nos señala que es posible ir más allá del plano de la identificación porque el deseo del analista va en un sentido
complemento opuesto dado que tiende a la separación. Tenemos que destacar que el deseo del analista se enlaza
con la pulsión, que existe una solidaridad estructural entre ambos más allá de lo imaginario se articula lo real,
localizando su acto en la topología del objeto a, de lo cual se deduce que opera por no pensar.
El deseo del analista impone como búsqueda una diferencia absoluta que el amor rechaza. Un duelo por el amor que
posibilitará que el sujeto vaya a vivir su pulsión. Un nuevo amor, real es aquel que podría emerger, donde la renuncia
al objeto podría instituir una relación vivible de un sexo al otro.
La dirección de la cura-Lacan y los principios de su poder
El psicoanalista sin duda dirige la cura, no debe dirigir al paciente. No se le dice que tiene que hacer o no. En esto
radica la importancia del propio tratamiento del psicoanalista, puesto que la moral propia no tiene que influir en la
dirección de la cura.
La dirección de la cura consiste en primer lugar, hacer aplicar por el sujeto la regla analítica.
El analista debe pagar:
-Con sus palabras: Interpretación.
-Con su persona: Transferencia.
-Con su juicio íntimo: Deja fuera lo que uno es.
Pone al analista en el banquillo, esto es ponerlo en un lugar donde va ser cuestionado en su práctica: ¿Qué hace?
¿Por qué lo hace?
Partiendo de la base de que el paciente no nos habla a nosotros, nuestros sentimientos quedan de lado. Los
sentimientos del analista sólo tienen un lugar posible en este juego, el del muerto, porque si se reaniman el juego
prosigue sin que se sepa quien lo conduce.
El analista no se tiene que poner en lugar del Yo a Yo sino en el lugar de la dirección de la cura.
Por eso el analista es menos libre en su estrategia (transferencia) que en su táctica (interpretación).
El analista va a un lugar que no elige, por eso es menos libre, es ese lugar en el que se mueve. Si se sale de ese
lugar también tendrá efectos en la dirección de la cura y probablemente el tratamiento termine. En la interpretación
es más libre pero advertido, puede elegir sus palabras, pero está advertido que con eso paga también porque esas
palabras se espera que tengan consecuencias. No puede decir cualquier cosa. La intención es lograr algo en el
orden del inconsciente.
Es menos libre aún en su política (deseo), en la cual haría bien en ubicarse en su carencia de ser. El deseo que se
pone en el lado del analista es el deseo del analista, pero no de la persona. El deseo es aquello que representa la
falta, el analista tiene que ponerse en ese lugar de carencia, de que no lo tiene todo, pero desde la posición deseo
del analista no de la persona; tiene que ponerse en falta para generar la falta en el otro.
INTERPRETACIÓN:
Subordinación al significante y soborno del significante: para poder pensar una interpretación, primero el analista
tuvo que haber escuchado cuál es la relación que el sujeto tiene con el significante. En el relato hay significantes que
se destacan y repiten sobre otros.
Comprensión- contratransferencia-“Cuídense de comprender”. En el análisis no necesitamos comprender el por qué.
Se sigue el relato y se escucha la relación con el significante que se va hablando.
Cuando comprendemos nos estamos saliendo de la función del analista para ubicarnos en una conversación lógica
como una persona más. A partir de que uno ubica la transferencia sabe que se está poniendo en juego algo del
orden de lo real, de la pulsión (del exceso). Mi persona queda reducida a la relación con uno o varios objetos.
La dirección de la cura se ordena según un proceso que va de la rectificación de las relaciones del sujeto con lo real,

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hasta el desarrollo de la transferencia y luego a la interpretación.
Debilidad: Por el efecto de las pasiones del analista. Son las consecuencias de la relación tal que el analista no
supera y hace de ella el ideal de su acción. La interpretación se vuelve subordinada a la reducción de la
transferencia.
La transferencia de la posición de poder, pero usado, supone caer en una sugestión, en cambio, el no utilizarlo le da
la salida del problema.
Es en una dirección de la cura que le ordena según un proceso que va de la rectificación de las relaciones del sujeto
con la Real, hasta el desarrollo de la transferencia y luego la interpretación.
Propio ser: En la relación con el ser es donde el analista debe tomar su nivel operatorio y las oportunidades que le
ofrece el psicoanálisis didáctico.
Demanda: Radical. Todo el pasado se abre hasta el fondo de la primera infancia. Es por esa vía por donde puede
realizarse la regresión analítica y como se presenta: retorno al presente de significantes usuales.
Transferencia primaria de amor Resiste a la demanda para que reaparezcan los significantes en que su frustración
está retenida. Debe responder a ella desde la posición de la transferencia.
Deseo: No hace más que sostener lo que el análisis subjetiviza. Se capta en la interpretación. Se manifiesta en la
medida en que el sujeto al articular la cadena de significantes trae a la luz la carencia del ser …Con el llamado a
recibir el complemento del Otro, lugar de la palabra, lugar de esa carencia. El otro tampoco tiene a él también le falta
el ser (odio, amor, ignorancia). “no se puede poner en palabras por que esta en relacion con lo reprimido primordial.”
Está en el sujeto por la imposición del discurso de hacer pasar su necesidad por los desfiladeros del significante. El
Otro, como lugar del despliegue de la palabra. El deseo del hombre es el deseo del Otro. El fin es la función del
significante como tal en la búsqueda del deseo. Los significantes de la demanda han sostenido las frustraciones
donde el deseo se ha fijado y es solo en su lugar donde el deseo es sujetador.
Toda respuesta a la demanda reduce en la transferencia de sugestión. La transferencia como sugestión es aquella
que responde a una demanda de amor y no de necesidad. Que no se constituya como tal, sino que el sujeto es sujeto
del significante, es lo que permite hacer mal uso de ella.
“En (p. 90, El sinsentido y el paso al sentido) dice Lacan: “la demanda es aquello que “pasa” desde la necesidad, por
medio de un significante dirigido al Otro”. El deseo surge en un tercer tiempo lógico, en el más allá de la demanda,
en una operación mediada por la significación fálica”
Intervención sobre la transferencia (Lacan) – 1951
Los hechos de resistencia en la experiencia psicotécnica. Su alcance consiste en poner en valor la primacía de la
relación de sujeto a sujeto en todas las reacciones del individuo en cuanto que son humanas, y la dominancia de esta
relación en toda puesta a prueba de las disposiciones individuales, ya se trate de una prueba definida por las
condiciones de una tarea o de una situación.
En un psicoanálisis, en efecto, el sujeto, se construye por un discurso donde la mera presencia del psicoanalista
aporta, la dimensión del diálogo. El psicoanálisis es una experiencia dialéctica, y esta noción debe prevalecer cuando
se plantea la cuestión de la naturaleza de la transferencia.
¿Qué es entonces interpretar la transferencia? toma su sentido en función del momento dialéctico en que se
produce, el psicoanálisis es una experiencia dialéctica a través de la cual se establece la transferencia, en el mejor de
los casos. Creemos sin embargo que la transferencia tiene siempre el mismo sentido de indicar los momentos de
errancia y también de orientación del analista.
El dinero y el psicoanálisis (Lacan) seminario 11
Es un debate oral transcrito de tres psicoanalistas, se paran en el texto “La iniciación al tratamiento” El psicoanalista
cobra caro porque es sincero como el cirujano y dispone de los tratamientos capaces de remediar. Freud considera al
dinero como un producto psíquico, rápidamente lo saca del sentido común. Tiene valor clínico, entra en la misma
estima que el tiempo.
En la Viena de Freud las cuestiones del dinero son tratadas como las cuestiones sexuales. Lacan cuestiona el tiempo
fijo de una sesión que plantea Freud (50 min.) e introduce las sesiones de duración variable y los cortes de sesión
para resignificar lo que se está trabajando.
Esto no es algo sencillo de hacer ni tampoco algo para abusar. La función del corte tiene que ver con la puntuación,
como de un texto, lo que resignifica la oración. Al ser un significante, el dinero entra en juego en la transferencia y se
puede trabajar sobre ello. “El amor es dar nada por nada” También es “dar lo que no se tiene a quien no lo es”, lo

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habíamos pensado en cómo muchos lo traducen en llenar de objetos; pero la nada es la falta y la falta en el ser
estará siempre presente.
En el análisis no estamos dando nada, puesto que no hay un objeto sino sólo nuestra presencia. Pero no es que da
nada por nada sino que da nada por plata, eso corta esa suposición del amor. No hay amor porque se le está
pagando.
A muchos les cuesta aceptar que el analista no los ama, cuando pago eso hace una marca en lo real de que eso no
es por amor. Pagar por nada (en el sentido de lo útil o productivo en relación a los objetos) es lo que instaura la
cuestión del deseo. El que no se le tape la demanda con objetos hace que se quiera volver. El deseo tiene que ver
con la presencia y con la ausencia y con el dinero se puede generar esta lógica para que el paciente vuelva. Si hay
algo que terminó de satisfacer (“que se comprendió”), el paciente no vuelve más. Si se llevó todas las respuestas y
ahora está bien para qué va a venir. Por eso se dice que la angustia es el motor de la cura, algo tiene que seguir
pulsando para que el sujeto hable de eso. El paciente no solo paga con dinero sino también con sus dificultades, esto
se puede pensar en el pasaje de paciente a analizante, en esto de ¿qué tienes que ver tú en esto que te quejas?
Los ricos son in-analizables, no pagan por saber porque siempre acumulan y no lo ponen a circular. La circulación del
dinero hay que pensarlo en relación al control de esfínteres, puesto lo que se logra es la introducción a la cultura,
consintiendo esos acuerdos culturales que hay lugares donde se hace caca y lugares en los que no. Esto sentará las
bases en relación a cómo se responde a la demanda del Otro (la caca se hace en el baño).
Proposición del 9 de octubre: Lacan 1967 Empieza con la pregunta por la formación. Lacan dice que tenemos que
estar advertidos de los fenómenos de grupo, por eso deshacía sus grupos cada 2 años.
Ninguna enseñanza puede decir lo que es el psicoanálisis, esto refiere a lo real, a lo que se puede bordear pero no
completar, es en relación a la falta.
El psicoanálisis didáctico es un intento de liquidar lo competitivo, que pueda trabajar con lo imaginario. Esto tiene que
ver con los fenómenos imaginarios (competencia, rivalidad, espejos que se producen y que están del lado del
narcisismo), que al fin y al cabo es el registro de lo diferente y algunas personas se sienten amenazadas por la
diferencia y la solución que encuentran es hacerla desaparecer. Otros que no se sienten amenazados por esa
diferencia pueden incorporarla en sus vínculos, en lo cotidiano, pueden hacer algo con eso.
La falta atraviesa a todos por igual y no hay ninguno que haya hecho mejor o peor con la falta, por eso el tema de la
autoridad no funciona en psicoanálisis, en eso hay una igualdad.
Entonces, ¿quiénes son los psicoanalistas didácticos y quienes no? Esas críticas, entre otras, hicieron que el
psicoanálisis didáctico no perdurará en el tiempo.
Se retoma lo del Sujeto Supuesto Saber. Lo conocido está en el inicio y en el final como el ajedrez. En el principio
está la transferencia. SSS, es el pivote desde donde se articula. Un sujeto no supone nada, es supuesto. Está claro
que nada sabe del saber supuesto. La insistencia de Freud en recomendar en abordar cada sesión como si fuera
nueva, como si no se hubiera escuchado antes a ese paciente para no ir cerrando sentidos.
Esto porque el ser humano tiende a entender, a comprender y para ello tengo que encajar lo que dice el sujeto en mis
propios esquemas.
La propuesta del psicoanálisis es que no se trata de hacer equivalencias entre lo que el paciente dice y mis propias
estructuras.
El último dispositivo que Lacan intenta armar en esto de la formación del psicoanalista es el dispositivo del pase, que
también tiene muchos cuestionamientos. Es el paso de psicoanalizante a psicoanalista; es el momento donde se
puede autorizar como psicoanalista. Hay un dispositivo de jurado frente a los que un analizante presentaría su propio
análisis, estos pasadores lo escuchan y lo que se intenta es ubicar ahí esos momentos de análisis (atravesamiento
del fantasma, rectificación subjetiva, etc.) para poder decir que un analista ha llegado al fin de análisis o está cerca.
Uno de los problemas son los fenómenos imaginarios, sobre todo los de rivalidad y competencia. Esto el psicoanálisis
no los desconoce, no les teme ni los niega, más bien, los trae sobre el tapete. Los jurados tienen que tener muy bien
trabajado su narcisismo para no temer a ese “nuevo” psicoanalista, la ilusión de poder que puede generar el ser
pasador o juez quien decide quien entra o no, etc. Es estar lo más advertidos posibles del propio narcisismo,
tendiendo claro que es una fantasía para tapar la falta y es algo que nos afecta a todos.
“Por eso nunca atacaré las formas instituidas, ellas me aseguran sin problemas una rutina que es mi confort”
(psicoanalista de USA). Lacan cierra con esta frase porque justamente es todo lo contrario a lo que está planteando.
Lo acababan de echar de la IPA, y hay que leerlo en clave de lo instituido y lo instituyente. Hay lo instituido (es lo que

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está) pero eso no quiere decir que no se pueda cambiar ni cuestionar. Plantea estos tres dispositivos pero los
cuestiona todo el tiempo. Por eso armaba la escuela y la desarmaba cada dos años. El no cuestionar no permite el
movimiento y se corre el riesgo de caer en una religión y tener esos puntos incuestionables. La clínica es la que
valida o no la teoría.
Seminario 11: los cuatro conceptos fundamentales. Clase XVIII: Del sujeto al que supone saber, de la primera
díada y del bien.
Hace referencia a la formación del analista y dice que es un trabajo inacabable. También refiere al trípode freudiano,
el cual es la supervisión, el análisis propio y la formación teórica.
El paciente se presenta con una confianza en el analista, esto tiene dos riesgos, que el analista se crea Dios y el otro
es que abuse del poder que esa confianza le da.
La transferencia es un fenómeno que incluye al sujeto y al psicoanalista, y está ligada al deseo. Hay transferencia en
cuanto hay un SS.
Ningún psicoanalista tiene un saber absoluto. El analista ocupa el lugar de objeto en la transferencia y el sujeto
cuando entra en análisis no se lo concede, le concede otro que es el de SSS.
El deseo es el eje gracias al cual surge la demanda, o sea la transferencia.
El eje es el deseo del analista.
Para Freud la pulsión es el límite entre lo psíquico y lo somático, nunca va a ser satisfecha por estar mediada por el
lenguaje.
El objeto A es el objeto de la pulsión para Lacan.
Luego explica el esquema:
1º El yo se relaciona con objetos y los incorpora.
2º El objeto comienza a generar displacer y el sujeto lo rechaza.
3º Construcción del objeto A (displacentero).
Clase XIX: De la interpretación a la transferencia La interpretación no está abierta a todos los sentidos. El efecto
de la interpretación es el surgimiento de un significante irreductible. Esto lleva su tiempo, no es algo que se logre en
una sola sesión.
Se busca lograr vaciar de sentido el significado de esos significantes que tanto le pesan al sujeto (ej. “todos me
miran”). Son esas palabras que pesan e inhabilitan.
En la interpretación es esencial que el sujeto vea, más allá de esta significación a qué significante, sin sentido,
irreductible, traumático está sujeto como sujeto.
No es hacerla desaparecer sino darle forma. Un significante irreductible es que ya no se puede vaciar más (limar
más) pero no es que desaparece. Siguiendo el ejemplo, no es que de repente no le importe más la mirada del otro
sino que ya no importa tanto. En consecuencia, podemos decir que detrás del amor llamado transferencia está la
afirmación del vínculo del deseo del analista con el deseo del paciente. Es lo que Freud presentó cuando dijo, a fin de
reconfortar a los colegas: después de todo, no es más que el deseo del paciente.
Sí, es el deseo del paciente, pero en su encuentro con el deseo del analista. Esta referencia al amor, que es lo que
hemos trabajado en la mesa redonda, el de nada por nada, el encuentro del deseo del paciente con el deseo del
analista que recordemos se trata de una función.
Es importante que estén estos dos términos, si una de las dos falta, hay algo en orden del análisis que no se puede
dar. Que el deseo del paciente falte, hace referencia a que no siempre está el deseo de análisis. Es decir, el tener
que pasar por la rectificación subjetiva, que da lugar a la entrada al análisis, no es algo que todos los sujetos estén
dispuestos, a hacerse una pregunta, a cambiar de posición, en el sentido de que eso de lo que tanto me quejo, que
tanto me molesta, tiene una parte mía. Que el objeto a sea éxtimo, implica que hay lo propio en eso y tiene que haber
un posicionamiento de disposición a ceder ese goce (permitiendo el deseo).

La conferencia en Ginebra sobre el síntoma- Lacan (1975) En el encuentro entre analista y cliente nace la
necesidad de no comprender en la clínica porque el fenómeno observado es lo creado por efecto de la comprensión.
Un acontecimiento tiene un efecto singular. Lo traumático es la interrupción, el quiebre que impone el acontecimiento,
esta exigencia de trabajo que implica encontrar un significante nuevo porque aquello con lo cual podríamos cifrar la
realidad ya no sirve, ya no es útil, no alcanza para significar lo que ha acontecido.

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Hay un cierto apuro por cifrar. La propuesta desde el psicoanálisis es dar un tiempo de espera, un soportar la
incertidumbre para poder significar. El apuro obedece muchas veces a un trabajo de defensa de volver familiar o
conocido lo radicalmente extraño. Esto último puede funcionar o fracasar, pero no necesariamente orienta.
(118) El hombre tiene un cuerpo y luego (o en relación a eso) está capturado por la imagen de ese cuerpo.
Que tengamos un cuerpo significa que no lo somos. Ese cuerpo que tenemos no lo tenemos en calidad de propiedad,
que es como se nos dice que debiéramos ocuparnos del cuerpo que tenemos (cuídalo, no fumes, hace ejercicio,
etc.). Lacan hace referencia a la incidencia significante a la relación que a cada uno de nosotros tiene con eso que
decimos que es el cuerpo que tenemos.
El complejo de Edipo es el recurso al que recurre Freud para explicar la metaforización de la naturaleza por la cultura.
A esa sustancia viviente que es cada uno de nosotros cuando es arrojada al mundo, será hablado por Otro y de ese
modo humanizada. La madre es quien hace hablar a ese ser, a ese resto.
De acá la imagen de la mujer como la mejor o peor psicoanalista: es un modo similar a quien desempeña la función
materna, es hacer hablar a esa sustancia que al comienzo de la vida es un pedazo de carne.
Según la operación significante que se produzca o no para hacer hablar a ese que chilla es que se es sujeto o
desecho/resto. Las mamás conversan con los bebés, es el un gesto de hospitalidad. El primer gesto es alojar al
viviente en el vientre. Ergo, alojar no puede ser una obligación. La hospitalidad es originaria y es originariamente
voluntaria. Lo característico de la hospitalidad es que quien aloja no aloja cuando quiere y a quien conoce, sino a otro
en calidad de desconocido, de extraño. Es un gesto de apertura a lo otro, ese gesto el que la mujer aloja al feto y
luego la madre aloja al bebé. Se hospeda en la medida en que es un absoluto desconocido y llega cuando quiere
(concepción antigua de hospedar).
Esto juega la hostilidad, puesto que el otro, en tanto que otro también representa una amenaza.
Para que la madre haga hablar al recién nacido tienen que darse dos cuestiones opuestas. Una es la familiarización
del extraño recién nacido. Lo primero que se suele hacer es buscar semejanzas con lo familiar (se parece al papá,
tiene los ojos de mamá, la nariz del hermano, etc.) ese tramado imaginario que se hace sobre la imagen del recién
nacido es un trabajo que apunta a familiarizarnos con lo completamente otro del recién nacido. Pero esa familiaridad
tiene un límite, sino se lo puede reconocer como extraño y darle la posibilidad de aparecer como otro, lo que se
produce son los fenómenos de captura del niño en el fantasma materno. Uno de los destinos posibles para un niño es
quedar capturado en el fantasma materno, siendo eso equivalente al objeto del fantasma de la madre. En esos casos,
el niño nunca llega a ser algo distinto a la mamá, es parte de su discurso.
El no, suele ser una de las primeras palabras que el niño aprende a usar, es una de las primeras barreras de
distinción yo no-yo.
La función materna, entre otras cosas, asume la tarea fundamental de suponer, en ese pedazo de carne que chilla,
un sujeto. Una vez abandonado el vientre femenino cada uno es alojado en un nombre, que es el otro gesto de
hospitalidad.
La función paterna es aquella que articula lo simbólico y lo real en el nombre. Más allá de quien ocupe la función, lo
que cuenta es el recorte que hace el padre del niño del objeto de la madre, es otra cosa que el fantasma materno.
El nombre es un significante que no tiene significado, no predica nada del sujeto excepto que es distinto de aquella
que lo parió.
Entonces,nosotros tenemos un cuerpo. La posibilidad de hacerse de un cuerpo, para nuestra especie, en parte
también se debe en esta pre-maturación que demanda un cuidado intensivo de Otro durante años.
Lacan interroga esta sensación de familiaridad y de extrañeza de quienes hablamos de nuestro cuerpo. El hombre es
capturado por la imagen de su cuerpo y el mundo en el que vivimos está hecho a la imagen del propio cuerpo. Esa
imagen adquiere su peso por la vía de la mirada.
La fragmentación biológica que caracteriza la experiencia de cuerpo al comienzo de la vida, el niño se precipita a una
imagen de sí completa que le proporciona el Otro. La cría humana, al comienzo de la vida, es un manojo de impulsos
que no tiene una organización si no es con el auxilio de los cuidados pero también de la palabra de otros. Y ese
auxilio que presta el otro, es también mediando la palabra, puesto que a la hembra humana no la guía el instinto, ella
también necesita del auxilio de otras que le ayuden a entender eso sin ley que le acontece.
La madre va nombrando, hace del llanto una demanda articulada en significantes.
Mediando el nombre, o en torno a eso, es que un niño pequeño se apropia de sí siendo él, es el estadio del espejo,
haya espejo o no. El reflejo de sí lo puede reconocer en las palabras de otro. Esa imagen elaborada en el discurso

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del Otro que lo habla como siendo “pepito” se constituirá en cuerpo por efecto del lenguaje. El nombre posibilita
localizarse en el discurso, no es que predique algo de lo que somos puesto que nadie puede dar cuenta de lo que es
a propósito de su nombre.
El cuerpo que tenemos adquiere su peso vía la mirada. Eso es lo que llamamos identificación y está mediada por la
palabra.
La mayoría de lo que piensa el hombre se arraiga en esa imagen de sí que corporeifica su mundo. Cada uno habita
un mundo a imagen y semejanza de sí. Advierte, entonces, que el analista tiene que tener cuidado por esa cosa que
lo capta narcisísticamente en el discurso del analizado.
De hecho, la demanda de amor es, entre otras cosas, de que se le confirme esa imagen con la que cada uno se
localiza en el Otro. Se demanda que se le confirme el lugar desde el que se presenta y a esa demanda no hay que
ceder. ej: “su queja es de ser cagado pero goza de que lo caguen ese pedazo de carne chillante que paga por nada.“
Como partimos de la premisa que el efecto de hablar es la falta en ser, la imposibilidad de localizar.
El poder cuestionar esa identificación, como ser al que siempre cagan, le permite correrse de ese lugar. Haciendo
caer esas identificaciones es soportar, justamente, el vacío, esa verdad particular que se desprende del hecho de que
no somos más que aquello que creemos significar para otros.
En el análisis, de la articulación significante se desprenden sentidos que son singulares. Por eso decimos que
podemos curar con la palabra o tiene efecto terapéutico, porque somos efectos del lenguaje. No hay clínica sin
palabra, ni siquiera clínica médica.
Ese cuerpo es también el lugar del Otro en tanto que recibe una marca. El cuerpo, marcado, atravesado por los
afectos que le vienen de eso que siente, es decir, por los afectos que son efectos de un decir que lo atraviesa.
El cuerpo, como lugar de los afectos, está atravesado por ese decir que al mismo tiempo nos permite apropiarnos y
decir que lo tenemos y también nos aliena o nos hace extraño simultáneamente. No hay sentimientos si no es por el
lazo o con la mediación del otro: cuando decimos que estamos triste, esa sensación es atravesada y nombrada
desde lo Otro.
La mayor parte de lo que pensamos es imaginario, no hay necesariamente allí un sujeto implicado.
A partir del seminario 19 dirá que el inconsciente es el discurso del cuerpo, el lugar donde antes estaba el Otro ahora
está el cuerpo.
Quien trabaja en un análisis es quien puede dar forma a una demanda y advierte que la queja o pedido inicial tiene
que adquirir una demanda antes de que se formule la regla fundamental y pasar al diván. Si nos apresuramos a
acostarlo en el diván puede que el tratamiento fracase si no se ha establecido la demanda de análisis.
Se pone a prueba eso que dice que lo hace sufrir. La demanda de análisis es el producto de la aparición del sujeto,
cuando se vincula con lo que dice, antes de eso no hay demanda sino queja.
Cuando la persona que habla toma posición, se vincula respecto a lo que dice, ahí aparece el sujeto que no es lo
mismo que la persona quien consulta. Es en ese punto donde empieza un análisis.
La función del analista es ocupar el lugar que corresponde para que sea formulada la demanda de análisis. La
demanda implica al otro porque se trata primero de establecer qué se demanda es lo que se pide, es decir, la
demanda es demanda de interpretación.
Se tiene que articular con los significantes que le son familiares a esa persona.
Para poder considerar que se ha establecido una demanda de análisis, tenemos que precisar por qué viene la
persona y qué lectura hace respecto de aquello que le pasa.
Lo segundo, es que es necesario poder discernir qué quiere en relación al asunto del que consulta. La condición es
que quien habla quiera saber por qué le pasa aquello que le pasa. Tiene que haber pregunta.
Lo tercero, es que es preciso al menos tener una hipótesis respecto a qué figura del Otro se dirige la demanda. Es
preciso, no identificar la persona del analista a la figura de Otro. No estamos, como analistas, en calidad de sujeto, es
decir, que el lugar que ocupamos depende de la articulación de la demanda de esa persona en particular.
Constituir un amo en el lugar del Otro, en el caso de la Histeria, es para después poder constituir un esclavo. Si nos
las creemos (esto de que todo lo sabemos, podemos resolverlo todo) terminaremos construyendo nosotros la
demanda. En el caso del Obsesivo, como en el caso solo Una, si nos creemos esa posición, no va a permitir que
surja la demanda. En el caso solo una, la movida del analista que permite que haya demanda de análisis consiste
justamente en no responder desde el supuesto saber.

8
La angustia del analista es un obstáculo en el punto de que cuando encasilla no permite que algo pase, se evita que
acontezca algo del orden de lo inesperado. La neurosis tiene la fantasía de que nada va a pasar. Sintomatizar eso
que no cesa de reescribirse es la posibilidad de interrogarlo.
La diferencia es que el analista lee donde escucha. Es decir, puntuamos lo que escuchamos para poder leerlo. Según
donde se pone el punto es lo que se interpreta por aprés coup. La interpretación siempre viene del lado del paciente,
puesto que si no lo interpreta él no tiene valor de resto inconsciente.
Si en un primer momento uno tenía que evocar al sujeto, cuando esa persona entró al análisis es esa misma persona
la que va a decir “Mirá lo que acabo de decir”, es la que se sorprende escuchándose hablar desde otro lugar.
¿Qué son los sueños sino sueños relatados? Sólo en el proceso de su relato se lee su sentido. El relato de la propia
historia no es lo periodístico sino cómo se cuenta, qué lugar se asigna o no y cómo se relata a sí mismo en esa
historia. Por eso no vamos a verificar tal o cual cosa.
-¿Qué son los sueños sino relatados? Solo en el proceso de su relato se lee lo que Freud llama su sentido. Cómo
sostener una hipótesis como la del inconsciente, si no se ve que es la manera que tuvo el sujeto, si es que hay algún
otro sujeto que aquel que está dividido, de estar impregnado, por el lenguaje.
Sabemos muy bien en el análisis la importancia que tuvo para un sujeto, aquello que en ese entonces no era
absolutamente nada, la manera en que fue deseado.
-Freud aportó que los síntomas tienen un sentido y que solo se interpretan correctamente, correctamente quiere decir
que el sujeto deje caer alguno de sus cabos en función de sus primeras experiencias, a saber, en la medida en que
encuentre lo que hoy llamare, por no poder decir al respecto nada más ni nada mejor la realidad sexual.
Freud se percató de que había cosas que nadie podía decir que el sujeto hablante no las supiese sin saberlas.
- El significante es algo que está encarnado en el lenguaje
Lombardi, G. “Mesa redonda: Tiempo y dinero en Psicoanálisis”
Freud: Es notorio que no se vea en el enfermo, la estima por el tratamiento primándoselo demasiado para sí. Se
sabe que es esta la practica usual en nuestra sociedad europea para el neurólogo o el medico internista, pero el
psicoanalista tiene derecho a gozar de la posición del cirujano, que es sincero y cobra caro porque dispone de
tratamientos capaces de remediar.
¿Se paga con el dinero? ¿O hay otras formas de pago?
Honorarios: retribución fija percibida de una vez por un trabajo. (el analista no cobra honorarios)
Sinónimo de honorario seria emolumentos: cualquier cantidad que se recibe como pago en un cargo o empleo
(tampoco cobramos emolumentos).
Efectivo: algo real y verdadero, y al mismo tiempo numerario, lo contrario de efectivo lo aparente y lo ilusorio. El
efectivo se opone a como interviene el dinero en la práctica psicoanalítica.
La iniciación del tratamiento, allí Freud realiza una serie de consideraciones respecto del dinero, es un medio de
sustento y de obtención de poder. Y que, en la estima del dinero, intervienen poderosos factores sexuales. La
relación del sujeto con esa representación (dinero) los asuntos de dinero son tratados de manera idéntica que las
cosas sexuales, esto es duplicidad mojigatería e hipocresía.
Lacan rompe con la equivalencia tiempo-dinero, para la IPA el dinero es condición para el psicoanálisis, intercambio
dinero por tiempo de interpretación. En lacan no sucede esta reciprocidad entre el tiempo que el analista dedica a
cada uno de sus pacientes y el dinero que cobra por ello.
El dinero en tanto significante supone considerarlo no como resultado de un proceso natural, sino como creación
introducida en lo real por la organización significante.
Primero: el dinero a partir de la intervención de Lacan entra en cruz en oposición con el anhelo neurótico del don de
amor. El analista no está en la posición de donar el amor por el contrario de trata de hacer estallar la significación
amorosa a partir de la intervención respecto del dinero. Si el sujeto paga por nada, específicamente nada en el
sentido de lo útil o lo productivo en términos de mercado, ya implica la consideración del lugar del deseo.
Solo una (Sinatra)
El joven le hace un pedido, una exigencia de que solamente sea una entrevista.La decisión fue una apuesta. “Sólo se
trata de una pregunta”, que debía contestarse en una sola entrevista. Se esforzó por preparar toda la intriga para la
pregunta, esforzándose para no tener equívocos y tener un discurso bien lógico. Estaba entre la dificultad de no
responder puntualmente a una demanda y la intriga respecto a la pregunta. La barra de la división que conviene a la
posición del entrevistado,

9
estaba más bien del lado del psicoanalista. Hay por un lado demanda, por otro lado saber absoluto. ¿Qué es una
demanda? ¿Qué estatuto tiene en el psicoanálisis el saber? Cuando Lacan propone que toda demanda es demanda
de amor, implica la presencia del Otro. En el seminario 5 trabaja en la distinción entre necesidad, demanda y deseo.
No podemos, entonces, ubicar en el mismo estatuto a estos tres elementos. Cuando Lacan
trabaja la idea de necesidad lo hace para distinguir el lugar de la demanda, es decir, pensar como un momento lógico
o mítico la transformación por el significante de una necesidad por una demanda. Allí aparece este famoso ejemplo
de que se transforma el grito en un pedido.
El deseo es el deseo del Otro. Cuando hablamos de demanda, hacemos intervenir necesariamente este lugar del
Gran Otro y ya entramos al estatuto que el significante inaugura en la realidad. No hay que comprender sino
interpretar. La pregunta es recortar un S1 y propone articular otro saber (S2) para ver qué articulación aparece ahí.
Cuando empezamos a entender un poco más qué es la ley del significante podemos comprender un poco más por
dónde pasa la clave clínica. A medida en que uno va estatuyendo “este es un significante” es posible seguir con la
lógica de metáfora y la metonimia.
La demanda no es solamente un pedido. Cuando señalamos demanda decimos intervención del significante y
presencia del Gran Otro. Si alguien demanda algo, ¿se lo está demandando a alguien?
En lo cotidiano vemos que una persona demanda a otra, pero en el psicoanálisis, la persona que llamó quien llama es
un posible analizante y a quien ese está escogiendo (este analista entre millones) también se le supone algo.
Cuando decimos “división” ¿qué es lo que está dividido? El sujeto de la conciencia, el sujeto cartesiano está dividido
del sujeto del inconsciente: “soy donde no pienso”. El centro de la cuestión no está en el Yo, sino en otro lugar.
Cuando el analista experimenta esa cuestión de querer saber la pregunta, está apareciendo el Yo del analista. Esa
escena está siendo leída desde el fantasma del analista, donde a él se le siembra esa inquietud, esa ansiedad. Ahora
bien, ¿qué hace el analista con eso? “Ella no quiere tener sexo conmigo; ¿podría decirme por qué?” Esa era la
pregunta. Él demandaba al analista una respuesta.
La respuesta que obtuvo en su consulta con el analista anterior fue “bueno hombre, pero ¡usted la eligió!” Respuesta
que indica la responsabilidad que el sujeto tiene respecto de aquello que lo aqueja.
Pero obtuvo una respuesta inmediata a la demanda de esa pregunta. Pero esa respuesta no hizo efecto, puesto que
el sujeto no ve que tenga que ver con él. A pesar de la lógica, de la verdad de la respuesta que dio el analista
anterior. Pero estamos hablando de la verdad en términos de adecuación del intelecto a la cosa, de objetividad, de
consenso; en lugar del estatuto de verdad en relación al sujeto del inconsciente.
La verdad en el psicoanálisis tiene estructura de ficción, por tanto, si vamos a estar utilizando un concepto en relación
a la verdad va de la mano de la ficción; por eso hablamos
del mito del neurótico, la novela familiar. No hablamos del factum, del hecho indudable y despojado de interpretación
(algo que no existe).
El significante es algo vacío, cuando entra en relación con otros significantes es que puede empezar a articularse
algo del sentido, del significado. Ningún significante significa sino que es en relación a otro. En La estructura es la
relación entre los elementos.
Escritos 2, La dirección de la cura, s. XXI. Pág. 561: Volveré a poner al analista al banquillo (…) sobre todo de esto
advertido.
La posición que ocupa el analista es de la advertencia de conocer cómo funcionan las leyes del significante. La
intervención que había hecho el analista anterior no pudo dividirlo: situarlo en posición de analizante.
¿Qué hacer con esa demanda? Demanda una respuesta pero no quiere una respuesta: esa es la encrucijada.
Aparece el concepto del algoritmo sujeto-supuesto-saber. Siempre hay un motivo en la elección del
analista/terapeuta: la confianza que da el nombre, un enfoque, una recomendación, etc. Lo que se pone en juego en
el sujeto supuesto saber es la convicción de que el saber está y que alguien puede poseerlo en relación a algo. El
saber es la presencia y la convicción de que el saber en relación al amor, la familia, sexualidad, etc., existe y está
ubicado en una persona. La trasferencia se está poniendo en juego desde el primer contacto y que tienen que ver
más con lo que el consultante supone del lugar que puede ser ocupado por el analista.
Hay un elemento fundamental que le va a permitir tener margen y salir de esa encrucijada y es la transferencia.
El fin del análisis está en pensar qué pasa con ese lugar de sujeto supuesto saber. Lacan en el seminario 8 trabaja el
concepto de agalma en referencia al Banquete de Platón.
Eso valioso que supongo en el analista permite que se trabaje la transferencia, lo que permitirá maniobrar.

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Acting out (572 dirección de la cura, para relacionarlo con el caso de Little)
Si seguimos pensando la transferencia como sugestión no estamos hablando de psicoanálisis, esto es, hay algún
elemento del lado del analista que provoca o causa una suerte de estado de confianza absoluta en el analizante, es
como si tuviera una fuerza tal que cautivara al analizante.Esto sería quedarnos en la primera etapa de Freud en
relación a la hipnosis.
Para encontrar una pista del sujeto supuesto saber o transferencia hay que buscarla en el lenguaje, en las leyes del
significante.
Con el lenguaje tratamos de hacer sentido.Una forma de pensar el sujeto supuesto saber es la confianza en el
sentido, hay una convicción de que el saber “es”. Y ese saber tiene que tener un lugar, por tanto, hay una convicción
de que el saber es, está constituido y por tanto reside en un lugar. Ese lugar puede tratarse, entonces, de un sujeto.
La relación con el analista es en relación a un sentido, que si no estuviese no podría considerarse el lugar de la
transferencia.
Una posible lectura dentro del psicoanálisis es que el gran otro está barrado y que el saber es inconsistente pero está
y otra es que el gran otro no existe sino que lo hacemos existir y el saber es simplemente una ficción.
Cuando consideramos cómo trabaja un analista, estamos considerando que hay dos pisos en el grafo del deseo, y
que si basa su trabajo solo en interpretaciones estará trabajando en el primer piso pero no con el inconsciente.
Si nos quedamos atrapados en el juego imaginario, es decir, que efectivamente hay alguien que puede nombrar lo
que busco y responder si es cierto o no, qué es lo que quiero, pero nadie es capaz de ensamblar lo que
efectivamente se busca y no hay un analista tan impresionante que pueda dar en la tecla.
El fallo en una intervención no es equivocarse en unas palabras sino que queda al desnudo la inconsistencia que
tiene el saber. Todo tiene que ver con la estructura del lenguaje, no tiene que ver por dónde lo “engancho” a este tipo,
si le “caigo mejor o peor”, etc. No se le puede asignar al pensar un lugar absoluto, esto de que el analizado tiene que
pensar y darle sentido a todo.
La idea de “neutralidad” no es psicoanalista,la idea de neutralidad terminó cuando terminó la física clásica, esto es,
hoy hablamos desde el paradigma del observador, que es quien determina si este elemento se comporta de tal o cual
forma. Cuando hablamos de psicoanálisis hablamos del deseo del analista y el discurso del analista ubicado como
semblante de pequeño objeto a (objeto de deseo).
Para que el sujeto del inconsciente aparezca, el analista se cansa de intervenir.
Si hay un saber del que el analista está advertido es el del efecto del significante, y seguirá la lógica del significante
en el modo de intervenir. Puede dar cuenta de su intervención (por qué funcionó y por qué no), eso se llama
formalización.
Todos los padecimientos parecían venir de la novia, está angustiado porque la novia no quiere tener sexo con él. Se
hace una conceptualización sobre el estatuto del síntoma, porque en este caso no se ve una cuestión psicodinámica
de conflicto entre Ello-Yo-Superyó.
Lo primero a considerar es quién determina qué es un síntoma y qué no: ¿el analista o el
analizante como algo de lo que se viene a quejar?
Dice que puede con muchas o con todas pero con ella no, es decir, hay algo que tropieza y eso es algo a considerar
en el síntoma. Si podía con todas, menos con esa ¿por qué no se busca a otra con la que puede en lugar de elegir a
esa con la que no puede? Eso es sintomático, la denegación está del lado de él, en el seguir eligiéndola entre otras
que le dirían que sí, puesto que si lo que él desea es la satisfacción buscaría a otra; pero si lo que en verdad desea
es la privación ahí entra esta mujer. Acá tendríamos un concepto más del último Freud: no se trata solamente de un
deseo que busca satisfacción en términos de placer, sino que hay algo más allá.
Ella lo humilla y él quiere saber por qué lo hace. Él supone que ella se satisface en eso y no sabe por qué. El Gran
Otro es un lugar, un espacio. el otro, el semejante puede ocupar ese lugar
“La sensibilidad respecto a la significación”Unidad 2: Psicoanálisis con niños/as y adolescentes

Trabaja de dar estatuto de significante a “Solo Una” como S1 y “Humilla” como S2, esto quiere decir que no toda
palabra es significante ni todo significante es palabra, acá hay algo que referencia el sujeto en torno a su satisfacción
en relación al discurso, esto nos los da la puntuación que el sujeto haga de su discurso.
Pasa de hablar de la dama al padre (acto fallido), ese desplazamiento nos advierte, pero decidió no intervenir y
esperar a que el material reprimido aparezca más accesible, porque tal vez aparezca una instancia del sujeto del

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inconsciente. Pero el sujeto no está preparado para advertir sus propios dichos, no es que ante cada acto fallido se
hace una sanción, una devolución por parte del analista.
La intervención del otro analista había sido tan certera como salvaje. No alcanza con el estatuto de verdad objetiva
(“tuvo un fallido”) sino el lugar del tiempo del sujeto. Cuando hablamos de tiempo lógico hablamos de estructura y
hacemos referencia a la transmutación de los elementos que permite un ordenamiento diverso, donde es fundamental
la relación entre los elementos, eso es lo que nos permite pensar los distintos tiempo, en relación a la permutación de
lugares en una estructura y no en relación al paso del tiempo.
Dirección de la Cura. Apartado 3 punto 6.
El lugar que ocupa el analista es el de semblante del objeto a. Quien hace las “veces de”, representando (tanto a la
novia, al padre, etc.) es el analista. ¿El analista siempre opera del
mismo modo? Claramente no, puesto que las fantasmática son siempre distintas aunque puedan tener ciertos bordes
“comunes” de preferencia. El invernadero es el análisis. Al final de caso Solo Una aparece un lapsus en la forma de
cómo nombrar a la novia y en relación al padre y aparece una intervención y un efecto. No hay posibilidad de conocer
una estructura si no se realiza una operación sobre esa estructura, si no se la prueba. Si un analista no interviene no
puede conocer la estructura, si se queda solamente en la escucha, en la toma de nota “La estructura se define por el
corte”, por el efecto que resulta de esa intervención. La intervención del analista es medida, diseñada, sigue una
lógica, una estrategia que luego tiene que revisarse sus efectos, sus alcances.
Es que en el Caso Solo 1 se toma una entrevista preliminar, porque se trata de un posicionamiento ético y la idea es
que se pueda transformar la queja en interrogante.
El fin y las finalidades del análisis- Soler, C.:
Lo que no cesará: Síntoma y castración como consecuencia del lenguaje. No es que
al atravesar el análisis no hay más síntoma ni malestar. ¿Qué podemos esperar? Infelicidad
admisible Vs. Felicidad obligatoria; Existencia miserable Vs. Variación; Dolor vs. Sufrimiento
(le Breton).
Actualmente se le propone a la cultura la posibilidad de evitar la muerte, la enfermedad, el sufrimiento. Hay una
promoción de la voluntad del mejoramiento de la especie, algo que estuvo a la base de la propaganda Nazi; algo que
empuja a la segregación.
En algún punto nos vemos obligados a decidir y nos vemos autorizados a decidir cuáles son
las vidas que merecen vivir y cuales suprimir en relación a las dificultades que acechan.
La propuesta de análisis, por el contrario, es hacer un recorrido singular al término del
cual cada quien encuentra, inventa una solución singular para arreglárselas con lo que es la
fuente del malestar. El malestar es cultural, pero la interpretación de eso siempre es singular.
La infelicidad admisible está opuesta a la existencia miserable.
La existencia miserable hace referencia: A lo que del deseo se sacrifica en la decisión de banalizar la existencia como
un tiempo entre la vida y la muerte , que consistiría tener más o mejor.
Las variaciones, entonces, que son lo que hace lugar a la singularidad.
La variación hace alusión a la invención de soluciones singulares se las arregla con el límite de lo que eso
representa.
Es el límite como causa para la reinvención. Puede pensarse como finalidad de análisis es un cambio en la posición
subjetiva en donde se encuentra en ese límite la causa para una significación singular. Esta propuesta está en lugar
de la felicidad obligatoria y para todos iguales.
El dolor y el sufrimiento se distinguen con respecto a la autonomía, a la capacidad de
decidir. El dolor, no necesariamente tiene que traducirse en sufrimiento, que es la
interpretación que cada uno hace del dolor. En la interpretación está la posibilidad de
maniobra de cada sujeto, para que el dolor sea tolerable o intolerable. No se trata de
desconocer el dolor.
Salida de la tropa del discurso capitalista: Es la posibilidad de abandonar ese lugar de
obediencia. Esta posibilidad de salirse del discurso capitalista, que consiste si se quiere en
cierta austeridad del goce que posibilita la circulación del deseo, es facilitada por la autoridad del sujeto de decir que
no.
Atravesar el horror a su propio saber: coraje de saber. Solo los que han sabido

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confrontarse con la castración, saben ser deshechos. Cuando la rectificación subjetiva se
produce y quien habla puede localizarse respecto de lo que dice, se encuentra con ese saber no sabido donde están
las pistas del goce que tiene, de la forma en las que se las arregla siempre para ir a parar al mismo lugar. Suele
suceder que cuando se pesca esa posición que se asume respecto a la demanda del Otro, suele generarse
vergüenza, expresiones que dan cuenta del horror de saber de qué modo, es con su complicidad, que esto que ha
sido una fuente de enorme sufrimiento se ha prolongado en el tiempo como algo que parecía una fatalidad sin
solución.
Ya no es un angustiado. No es que ya no haya dolor, sino que ya no tiene que ver con el servilismo de intentar ser lo
que le falta al Otro. (por que vos haces una interpretación propia, remite a lo que dice el chabon de la diferencia entre
el dolor y el sufrimiento, el malestar en la cultura y la interpretación) (ya no se intenta satisfacer al Otro por que hay
una interpretación subjetiva)
Soler agrupa,los efectos del fin de análisis en relación al amor y a los afectos o lazos sociales:
En el amor:
La neurosis empuja al amor, por un lado hacia la similitud, (lado macho de la fórmula) que es la manifestación del
ideal del Uno, que subyace a esta ilusión de hacer de dos uno, lo que vuelve al otro insoportable en su otredad. El
trabajo, el esfuerzo de amar es no condicionarlo al cambio del otro, a la transformación del otro. El amor del lado
femenino atenta contra la masa porque recorta al amado del grupo, de ahí la queja (él no quiere resignar la juntada
de los viernes y ella exige que la prueba de amor es esa renuncia). Del lado hembra de la fórmula del amor neurótico
hay la exigencia de sumisión. Una mujer en el amor puede cederlo todo para ser amada, el estrago que el amor
puede significar para una mujer es sobre todo lo que ella sacrifica y está dispuesta a sacrificar y la ingratitud de él
(novio, jefes, hijos, etc.) que no valora ese sacrificio.
En la medida de que no teniendo que ser eso que se suponía que tenía que ser para el otro en el amor, es posible un
cierto margen de elección más en torno al deseo que al goce.
Causa del deseo: ceñida como proveniente del fantasma (defenderse de la castración).El deseo para cada uno no
cambia, lo que puede modificar es lo que puede saberse de eso. En la medida en que se algo de eso, puedo,
hacerme cargo de eso que en el encuentro con el Otro siempre me encuentra más allá del Otro. Se trata entonces de
anoticiarse del destino de exilio.
Destino de exilio: En la medida en que nos anoticiamos de este exilio que es la vida porque hablamos, de la
imposibilidad de dar con otro que cubra satisfactoriamente nuestra falta y la imposibilidad de ser lo que
complementaría al otro, posibilita dar con un compañero/a de exilio. Esto posibilita un amor más digno.
Amor más digno. Ya no se vive desde la violencia de transformar al otro o transformarse en base a lo que el otro
quiere. Sino que se da al trabajo de convivir con eso que hace al otro, otro. La gente se separa por lo mismo por lo
que se enamora: eso que al comienzo de la relación produce un flechazo imposible de desconocer, al final del
enamoramiento es lo que no se soporta del otro. Se busca un amor donde haya lugar para dos.
Los afectos sociales:
Cuando se trata de producir bienes, la forma de circular entre los bienes comunes, es en calidad de bien o de
desecho, vendiendo nuestra fuerza de trabajo al mejor postor y siendo expulsados en calidad de desechos cuando ya
no somos capaces de hacernos lugar en lo que se propone como valor en la época. El retorno en calidad de desecho
del sujeto analizado, tiene que ver con la capacidad des-oír esta regulación que le propone un lugar o nada.
Un análisis no es algo pensado para cambiar a la gente, aunque se escuche esa demanda, que no es más que una
ilusión, un espejismo que cada tanto retorna en la medida en que alguien puede localizarse o saberse en relación a
cierta posición con la castración, es decir, puede ilusionarse con ser otro/a, hay una ilusión de cambiar, un
prometerse cambiar esa posición. Pero a medida que avanza el análisis eso cae solo. Pero el análisis no promete un
cambio sino que posibilita un lugar a propósito del cual cada quien se arregla desde su lugar.El síntoma, al final del
análisis, recupera su lugar de solución como encuentro de la castración.. Una vez reconocida la solución del síntoma,
se torna valioso y es una posibilidad de fin de análisis: la identificación al síntoma.
Efectos políticos del análisis Apuesta a la diferencia absoluta Adaptación paradójica “El guerrero aplicado…”
Respecto de los efectos sociales, tiene que ver que quien atraviesa el análisis puede salirse de la tropa sin quedar
exceptuado, pudiendo hacer excepciones de quien no está alienado a la coalición que fuerza la unión a la masa.
La producción del incrédulo y la identificación al síntoma en el análisis. Una iluminación orientada por lo real-
Araceli Fuentes

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Ahora bien, cuando se trata de lo real fuera de lo simbólico lo que sucede es distinto.
Lacan habló de la creencia en el síntoma. El analizante cree en su síntoma, cree que este puede decir algo de él,
siendo ésta una fórmula de la transferencia. Es decir, no puede haber transferencia hasta que no hay esa posibilidad
de ver lo propio en eso que lo angustia.Se deja a la espera de la eficacia personal del terapeuta y aceptar lo que diga
el terapeuta.
El postulado del SsS implica que se pueda creer que las formaciones del inconsciente dicen algo, que tiene un
sentido. Y la caída del SsS, al contrario, implica que ya no se cree más que el síntoma pueda decir nada. Entonces
dejamos de esperar y de creer en los espejismos de la verdad como al principio. En ese sentido, el análisis,
confrontando al sujeto
a su real, produce un incrédulo de la verdad y del sentido a ella asociado.
Cuando el SsS cae, se evidencia la ficción que tenía el sujeto sobre ese saber supuesto y en ese punto ya no hay
más trabajo de desciframiento del síntoma porque ya no dice nada, no es algo a descifrar porque se ha producido el
atravesamiento del fantasma y entonces no hay necesidad de que el síntoma diga, deja de ser imperioso el extraer
sentido del síntoma.
El identificarse a su síntoma consiste en reconocerse allí. Me identifico a mi síntoma cuando me reconozco en mi
modalidad de goce y no sufro más por eso.
No hay una ganancia narcisística en esta identificación, sino que, identificar, en este sentido, se trata de aislar,
identificar aquello que tiene que ver con uno en la modalidad de goce propio. En eso que me complica la vida hay una
satisfacción pulsional. No es seguro que eso se pueda curar, lo que sí se alcanza es el no sufrir más por eso.
En definitiva esta identificación tiene que ver en cómo uno se las arregla con la castración. El síntoma causa angustia
en la medida en que uno no quiere saber nada con la castración, en cambio, cuando se atraviesa el análisis uno
puede reconocer en el síntoma las propias modalidades de hacer con la falta.
UNIDAD 2
Fernández, A. “La diferencia desquiciada…”
Este libro parte de la preocupación por el desconocimiento y los prejuicios frente a la visibilización que en los últimos
años han logrado las diversidades eróticas y amatorias. No sólo en el público en general; también en la academia y
en los ámbitos profesionales como los juzgados, las fuerzas de seguridad, los hospitales, las escuelas, la medicina,
la psicología, la psiquiatría, el psicoanálisis, los medios de comunicación, etc., donde operan a diario
desconocimientos cuando no animosidades, desamparos, revictimizaciones y violencias de todo tipo en su labor
cotidiana.
Las transformaciones de las modalidades eróticas y estéticas de los existenciarios homosexuales, heterosexuales,
travestis, transexuales, transgéneros, intersexos, etc., han desbordado ampliamente los estereotipos modernos de la
sexualidad. Han entrado en acelerada mutación desde sus demarcaciones de lo íntimo y lo privado hasta las
estéticas de la seducción. El desacople de sexo biológico-deseo-género-prácticas eróticas y amatorias interpela el
disciplinamiento de dos sexos y la categoría misma de la diferencia sexual. La lógica que estableció el paradigma de
la sexualidad -identitaria, binaria, jerárquica- pareciera estar siendo desarticulada, dislocada, desquiciada, con el
paso de la sexualidad a las sexualidades, de la diferencia a las diversidades. Estos tránsitos imponen la construcción
de nuevas categorías y conceptos.
Para esta publicación, Ana María Fernández por Argentina y Wiliam Siqueira Peres por Brasil han convocado tanto a
especialistas del mundo académico en la temática como a activistas de las minorías sexuales, desde la convicción
política de que la producción de conocimientos que la problemática impone ya ha vuelto imprescindible la conjunción
de estos ámbitos. Nos advierten que se trata de pensar en el límite de lo que no se sabe. Los desafíos son enormes,
pero éste es el ambicioso objetivo de las y los autores de este libro, situados frente a las actuales reconfiguraciones
de patriarcado, Estado y capitalismo.
Análisis de la fobia de un niño de 5 años - Freud
Freud nos indica como es el nacimiento de la fobia de Juanito a través de la representación simbólica que él hace
entre el caballo y el padre y como este caso sería una manifestación viva de lo que sería el complejo de Edipo y la
ansiedad de castración, todo esto mismo a partir del discurso de Hans.
A partir d experiencias que vivió Hans como el nacimiento de su hermana y la permanente pregunta sobre los
mecanismos biológicos del nacimiento, Freud deduce los principales orígenes de la fobia de Hans y como el caballo,

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más que generar miedo por la experiencia traumática de su niñez esconde un gran sentido simbólico hacia el padre y
la madre.
El motivo de consulta se relaciona con un temor generalizado a ser mordido por un caballo.
¿Cómo se construye el síntoma fóbico en el caso Juanito?
En un primer momento Juanito se encuentra atraído por su propio pene una situación perfectamente normal si se
toma en cuenta que su edad está relacionada con la fase genital en la que la carga libidinal se puede localizar
claramente en los órganos genitales. Esta atracción hace que Juanito desarrollo una conducta dirigida hacia el placer
que encuentra en el tocarse. Este placer es rápidamente reprimido y lo traslada al interés por investigar la naturaleza
de los órganos genitales de las personas que lo rodean. En esta situación se encuentra Juanito cuando su madre
instaura en Juanito la angustia de castración pues lo reprende al verlo tocándose su pene y le amenaza con
cortárselo o llevarlo a donde un médico que se lo cortará. Esta angustia de castración se logra instaurar en Juanito
como un mecanismo generador de mayor angustia cuando descubre que su madre no tiene pene y que su hermana
tampoco y esto lo lleva a la fantasía de que su propia castración es posible. Esta angustia de castración se instaura
en Juanito para defenderlo del deseo incestuoso que a la vez ha desarrollado hacia su madre y esta viene a ser
entonces la idea inconciliable de la que habla la estructura de la neurosis fóbica.
Ante esta idea inconciliable Juanito genera un enlace falso con otra idea y que Juanito reconoce como la posibilidad
de ser mordido por un caballo. A partir de allí relaciona esa idea con el temor, sentimiento éste que surge además de
la angustia de castración. Este temor hacia los caballos es el que funda en Juanito el traslado de su libido interna (su
deseo por la madre) hacia un objeto externo (los caballos)
instaurado como un sentimiento de temor, o sea, como una fobia la cual, cada vez más se iba generalizando hacia
otros objetos del entorno de Juanito.
La metamorfosis del objeto. Gerardo García (2004) Cap. V. Juanito y la trama imaginaria.
Es un análisis con una lógica muy distinta a los demás, puesto que es conducido por el padre de Juanito y las
intervenciones de Freud son como recetadas al padre, el cual era su discípulo. Esto es algo que nos llama la
atención. Utiliza el mito de Narciso. Se narra entre 2 relatos referidos a Tiresias articulados a la culpa de haber visto
algo. Narciso se muere por haberse fascinado por su imagen (ahogado o por inanición dependiendo la versión); lo
que tenemos que escuchar es por un lado la culpa de haber visto algo, lo que se empieza a bordear en relación a la
mirada y cómo eso que tiene que ver en relación al exceso de lo pulsional es mortífero. Lo primero que nos
encontramos en el historial, es este niño que se llama Juanito y que está ubicado en el falo imaginario de la madre.
Tiene 4 años y un miedo excesivo, a tal punto que en algún momento del historial no puede salir ni de la casa. Es
importante también darle ese lugar, es decir, Juanito la estaba pasando muy mal a raíz de la fobia que había
desarrollado. Lo primero que va a destacar Gerardo García tomando a Lacan es que el progreso del análisis está en
relación a los significantes, a las palabras, puesto que este historial está lleno de imágenes pero no tenemos que
caer en esa trampa, el progreso que podemos ver está en el orden de las palabras. Lo primero que vemos es esta
dualidad que Juanito tiene con su mamá, está en ese momento donde son ellos dos y se da esta cuestión de ver y
ser visto entre ellos, . Por eso el objeto de la pulsión que se destaca en lo imaginario es la mirada. La mamá de
Juanito dice que le cuesta mucho sacarlo del baño cuando ella está ahí o se está cambiando. Él quiere ver el cuerpo
desnudo de su mamá (en el baño o cuando se está cambiando).Juanito ya puede quedarse afuera, sin embargo, hay
algo de ver la desnudez, en relación a las preguntas sobre la sexualidad que se está comenzando a hacer. Se
destaca que la madre no relata que convoque al padre: expresa no poder pero tampoco se le ocurre dar intervención
a otro. Cuando vimos el cap. 7 de Morales, dijimos que lo importante ahí es la instancia tercera. La función paterna
tiene que ser habilitada por la materna, entonces, en este historial: a la mamá no se le ocurre habilitar al padre y al
padre no se le ocurre intervenir. Se va dando la conmoción de esta dualidad y eso se comienza a conmover. Hay un
pasaje de la angustia al miedo. El miedo es la eclosión de la neurosis: miedo a los caballos. Hay momentos previos
con relación a la angustia. Hay tres momentos que van a conmover esa dualidad, esa relación de ver y ser visto: 1-
El nacimiento de la hermanita (la mamá ya no puede mirarlo como antes, 2- Emergencia del pene real
(masturbación, registra que su propio pene tiene vida propia, hay algo de su cuerpo que no controla, pasa de ser una
totalidad a registrar a su cuerpo como en partes), 3- Descompensación: pasaje de lo imaginario a lo simbólico.
Pasaje del 2 al 3 requiere intervención paterna. Este momento es muy importante, Juanito necesita salir de esta
cuestión imaginaria que tiene con su mamá para pasar a lo simbólico, a darle lugar a lo tercero como lo que va a ir
dando el registro de lo simbólico. Padre real: el que empieza a intervenir. Esto es, ese padre que empieza a advertir

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que a Juanito le pasa algo. Intenta hacer algo, por eso pide ayuda a Freud. Padre imaginario: es Freud. Padre
simbólico: caballos, Juanito siente miedo a los caballos. Aparece el animal como tótem que se va a unir al padre
simbólico. La fobia organiza esta suplencia del padre simbólico. De lo pre-edípico a lo edípico a través del mito. El
caballo lo tomamos como significante, no como imagen. Freud, en tótem y tabú, destaca la figura de tótem (figura de
un animal) que representa a un padre gozador (él es la ley, encarna la ley/lo que lleva a la arbitrariedad). El padre
simbólico es quien está sujeto a la ley, pero es necesaria la construcción de ese tótem, para poder pasar al padre
simbólico. Entre los 3 y los 5 años hay un interés muy grande de los niños con los animales, por saber de ellos, por
verlos. Esto no es casualidad, tiene que ver con este momento del desarrollo psíquico, donde el animal da al inicio de
la representación de lo que después se convertirá en el padre simbólico, es encontrar una imagen para después dar
lugar a lo simbólico, a la ley del significante. El animal es la aparición de lo tercero. Es un momento importante y
necesario, la complicación en este caso es el exceso de sufrimiento que tiene, lo que nos ayuda a conceptualizar la
neurosis infantil como la instancia necesaria para la constitución subjetiva. La fobia organiza la suplencia del padre
simbólico, porque empieza a temerle a algo y esto rompe con la dualidad imaginaria que tenía con la mamá. El
pasaje es a través de la construcción de un mito, de una historia la cual es con significantes. Juanito está muy
tomado por el registro imaginario y para salir de esa toma tiene que darle lugar al registro simbólico. Los tres
registros están anudados, esto quiere decir que no hay uno más importante que otro; el tema es que cuando uno
está más prevaliendo más que los otros, empieza a generar angustia. La mamá de Juanito era una mujer muy
cercana lo que hoy podríamos decir feminista (andaba en bicicleta, sola y en calzas, algo muy distinto al rol de la
mujer impuesto a la época). Intenta ser flexible en propiciar el diálogo entre padres e hijos: le da lugar a la palabra
del hijo y descubre que se masturba (toca su hace-pipí) lo que le causa horror y rechazo. Hay una angustia ante la
emergencia del pene real de Juanito. La mamá desde este lugar intelectual, propiciando estas cosas nuevas para la
época, no se lo banca a nivel real. Juanito es la metonimia del falo de la madre como un todo y l emergencia de una
parte del cuerpo cuestiona el todo de la dualidad.
Esa reacción por parte de la madre también angustia a Juanito, porque además de que no sabe qué pasa con su
cuerpo (pequeñas erecciones), ahora no sabe qué pasa: él es una parte, ya no es un todo completo, entonces, ya no
puede ocupar ese lugar que antes ocupaba ante su madre. Juanito siente un desplazamiento del lugar de falo
imaginario de ser todo para su mamá con el nacimiento de la hermanita. Efectivamente, empieza a caer de ese lugar.
Por último es la pregunta ¿qué me quieres? Si ya no soy todo lo que llenaba a mi mamá, si mi ilusión del todo está
rota porque hay algo que no controlo, entonces, ¿cómo me presento? Juanito percibe un más allá en relación al
deseo de su madre y con lo que él puede responder en ese momento le resulta insignificante: antes respondía con
su totalidad, con el falo imaginario, pero tiene que pasar a lo simbólico porque la madre está en ese registro. El
pasaje a lo simbólico es el pasaje por la castración, puesto que el mundo simbólico es ese en el que un elemento
falta, donde no-todo puede ser nombrado. Los dos grandes significantes faltantes son la muerte y la sexualidad. Si
sale de ese mundo imaginario de él y su madre mirándose, tiene que pasar por la castración. Y esto se le dificulta a
Juanito porque los padres no saben cómo acompañarlo (aunque haya toda la intención y voluntad). Lo que se
muestra en este historial es que no alcanza solo con la voluntad, hay algo de la singularidad de los padres que están
entorpeciendo el pasaje, haciendo que cueste más de lo esperable. El pasaje a ser el falo simbólico implica ubicarse
en el lugar de la falta en la madre. Los caballos son los elementos que permiten el pasaje de la angustia al miedo,
pero no es todo del caballo sino la mancha negra que Juanito ve en ese caballo. Habla de algo negro, es decir, hay
un punto de ese caballo que no se puede terminar de representar, algo que queda por fuera. El miedo es en relación
al caballo y la angustia hacia la mancha. Tiene miedo de que los caballos lo muerdan (nos habla de lo oral), esto está
en relación a la madre, que lo devore. Hay un primer momento en relación a lo oral. Después aparece el miedo de
que los caballos se caigan, ese caer tiene que ver con él porque él se está cayendo de ese lugar. Cuando Juanito
logre la construcción mítica de la castración no necesitará el andamiaje de la fobia en relación con el caballo, pasará
a lo movible, a lo que puede cambiarse, desatornillarse. El pasaje de la fobia a la construcción mítica tiene que ver
con dos intervenciones que hace Freud. La primera es que Freud dice: “decile que el Falo no existe, que nadie lo
tiene”. Cuando Juanito le preguntó a la madre si tenía hace-pipí, ella le dijo que si Frente a esta intervención, Juanito
lo rechaza, le dice que su madre sí tiene hace-pipí, hay una desmentida de la castración. La segunda intervención
Freudiana que permite la construcción del mito es que él sabía que desde hace mucho tiempo un niño él lo iba a ver
porque por el gran amor que sentía por su madre iba a odiar a su padre. Eso le dice Freud a Juanito, esa misma
noche se levanta y aparece en la puerta de los padres mirando. El levantarse a mirar es ¿dónde está mi padre (eso

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que hay que odiar, temer)? Quiere constatar si su papá está o no está. Esas dos intervenciones son las que permiten
que aparezca el personaje nuevo que es el fontanero. Que el falo no exista no quiere decir que el padre no ocupe su
lugar de separar al hijo de su madre, el poner límites. El padre está pero no está, no está actuando como instancia
tercera. La pregunta del padre de Juanito es ¿cómo ser un padre? Pero esto no se termina de formular porque no
tiene su propio espacio para hablar de ello. Juanito, en la tarde va a ver a Freud y éste le dice que sabía que iba a ir
a verlo porque de tanto amor por su madre iba a odiar a su padre. Juanito ya tenía una suerte de transferencia, había
una suposición de sujeto supuesto saber. Entonces, las palabras de Freud generan algo en él: es misma noche
Juanito va mirar y le dice a su papá “quería ver si estaban acá”. Va a constatar esto de que si un papá es alguien que
tengo que odiar (a partir de lo que dijo Freud), entonces yo no lo estoy viendo. A partir de este momento comienza a
disminuir el miedo a los caballos y comienza construir esta escena de movilidad con el personaje nuevo que es el
fontanero. Esa intervención genera duda y eso permite construir a su padre simbólico, por eso no queda pegado y
puede pasar a una escena que es la castración. La primera intervención no surtió efectos porque reniega de la
castración de la madre pero en la segunda ya podemos ver efectos.
Capítulo VI Llovió después en la alta fantasía
Como en todo trabajo de análisis con niños, tenemos que considerar que generalmente el niño habla de lo pensado y
lo pensado es el registro de la imaginación. Lacan lee caballo como significante tiene un papel polarizador.
Dos elementos fundamentales del historial: Los calzones de la madre y carencia paterna.
Función excrementicia-objeto anal: Lumpf con relación a Strumpf (calcetín). Su función excrementicia está en
relación a la de la madre: Juanito no deja tranquila a su mamá en el baño, ver-ser visto, calzones camisón velos del
fantasma de la madre fálica.
Juanito siente asco frente a las bombachas de su madre, no hay que tomar el asco frente al objeto excrementicio si
no que la bombacha sostiene la posibilidad de una madre fálica. Los excrementos y las bombachas son algo que
puede caer (castración), algo que Juanito teme y desea a la vez.
Aparece el fontanero que desatornilla y clava en la barriga, Juanito asume el agujero
El fontanero le cambia el trasero por otro y le ha pedido que le muestre la cosita. Lacan expresa que algo de la
castración en torno al goce corporal se ha jugado pero que no sucede lo mismo en torno a la masculinidad.
Queda un resto de la enfermedad y es que Juanito se rompe la cabeza pensando qué tiene que ver el padre con el
hijo si es la madre la que lo trae al mundo.
Tenemos entonces un punto crucial en este historial que es la asunción del agujero en relación al enigma de la
muerte y el misterio de la vida.
No son homólogos el significante caballo con la temática de la muerte (conversación en el cementerio p. 108)
Capitulo VII Otra Lógica de Castración
El método de retorno a Freud es repensar a Freud. No es volver al punto de partida, hacer una segunda vuelta. La
banda de moebius. Implica la valoración de la temática de la castración en una cara que Freud no tomó.
La temática de la muerte se hace presente en Juanito en la caída, lo perecedero (Lumpf, la fantasía de caída de la
hermanita y la pregunta en el cementerio) El objeto en juego en relación con la castración es el objeto excrementicio.
Dar en lugar del falo el objeto anal, el don, el regalo. El objeto es aquello que vale como símbolo de la falta, decir, del
falo.
Explicación objeto oral-objeto anal, su lugar en la neurosis con relación a la demanda.}
De otra naturaleza son los objetos mirada y voz que despeja Lacan. En el campo de la mirada hablamos del deseo
dirigido al Otro y en el campo de lo invocante, es el deseo del Otro, el campo más cercano a lo icc
Ningún elemento puede tener la función de objeto a si no es asociable a otros objetos (sueño del hombre de las
ratas)
La lógica de la castración es diferente a la amenaza sobre el pene, se trata de una definición estructural que implica
la combinatoria del objeto, dimensión que conduce al deseo.
Movimiento de Lacan que va del objeto a la demanda y la transferencia arribando al deseo del analista. El drama de
Edipo tiene 2 caras: una es el asesinato del padre y que Edipo gozó de la madre quedando la ley en suspenso en
una interrogación eterna. El drama toma otra forma y es la de la ceguera. Eso que cae está en relación con el duelo
Metamorfosis del Objeto:Veremos, entonces, cómo entrar en análisis, el síntoma analítico (que es algo a construir)
y las intervenciones del analista (a partir de algo que sucedió en análisis, cuáles son los efectos, no es lo que dice
sino los efectos que puedan verificarse).

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En el caso Juanito, desde Freud, vemos que hay un conjunto de elementos que permite considerar cuál es la función
de la fobia. Desde Lacan, vemos que hay una estructura donde hay un mismo discurso que tiene una ley que es
caprichosa, no hay un elemento que diga no se puede, sino que todo se puede.
Toda estructura implica en sí una imposibilidad, entonces ese Deseo de la Madre lo que no hace es legalizar, poner
en evidencia el elemento de la imposibilidad; lo que puede impulsar ese elemento es la metaforización de otro
discurso que señale que estructuralmente hay algo que no se puede.
Hacerle lugar para poder inscribir esa imposibilidad tiene que ver con el significante NP. El llamado de la fobia es al
significante NP, porque hay algo que no está pudiendo ubicarse en relación a ese imposible.
La verdadera función de la fobia está en sustituir al objeto de la angustia por un significante que provoca temor, a la
vista del enigma de la angustia el miedo es tranquilizador.
El Deseo de la Madre en la fobia es tan opaco que no hay posibilidad de una referencia, eso genera una angustia
que no tiene localización. En la fobia aparece un significante (caballo en el caso de Juanito) que permite que se
metaforice esa angustia deslocalizada en un miedo localizado (en el caballo), lo que estaba en cualquier lado y podía
irrumpir el cualquier momento, ahora queda circunscrito a un objeto puntual. Caballo y ese miedo viene a decir que
esto no se puede, viene a traer una ley que es clara, hace las veces y toma el lugar de lo que no está funcionando
que es el significante NP.
La función del significante NP viene a ser reemplazada, momentáneamente, por el significante caballo. No tenemos
que pensar la fobia como una entidad clínica sino más bien como una plataforma giratoria, es decir, una posibilidad
de viraje. Esto es, si lo que está en suspenso es la inscripción y el efecto que trae el significante NP, cuando se
pueda inscribir podemos pensar en una neurosis o perversión, la fobia es una solución momentánea. Frente a la
angustia, quien tiene el significante del NP, tiene una posibilidad distinta que quien tiene que responder a esa
angustia con una fobia.
Lo que nosotros entendemos como estructura clínica, son modos de hacerle frente a esa falta, a ese imposible
estructural: la falla en el Otro está en todas las estructuras clínicas y cada una responde a esa falta de forma distinta.
La fobia es una manera de hacerle frente cuando todavía no podíamos ubicar si hablamos de una perversión o
neurosis.
La fobia, en psicoanálisis, es una solución momentánea. Si es una solución, ¿tiene sentido romperla? Si está
cumpliendo una función, no se busca disolver esa solución. Se busca qué está fallando y por qué se ha construido
esa solución y una vez que se soluciona la causa, la fobia cesa porque ya no cumple ninguna función. Si es una
solución momentánea es porque hay algo en otro lugar que está fallando, que hay algo que no puede inscribirse
Iammateo, M. “Otra marca posible…” (2014)
Es una adolescente de 15 años qe en repetidas ocaciones se realiza cortes. Tiene un cuadro de anorexia.
Sufrio un intento de abuso, le va mal en el colegio, cree que no le importa a nadie.
Se corta cuando aparece la angustia la cual va ligada a su cuerpo.
Cáp. La escritura: Otro tipo de marca
En análisis plantea que necesitas de las marcas para recordar y mostrar a los otros, su sufrimiento.
Se le propone dejar otro tipo de marca, como la escritura de una novela.
Dos notas sobre el niño- Jaques Lacan:
Sintomatología infantil:
Lacan plantea dos lugares posibles para el niño que podemos descifrar. /BUSCAR EL OTRO LUGAR
-Como verdad de la estructura familiar:
En posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar.
Traduce la articulación sintomática de la pareja. Este síntoma está articulado a la Metáfora Paterna, atrapado en una
serie de sustituciones que lo hace más sensible a la dialéctica que pueda introducir el analista.
ANALISTA: Hay que hacer ese trabajo de ir del síntoma del niño al síntoma de la pareja. El analista se las arregla
para hacer ver a los padres de qué modo el síntoma del hijo preocupa más a los padres que las dificultades que le
genera a niño.
Atrapado en la relación con la madre:
Es la otra fuente o causa de la sintomatología infantil, que es la más compleja de trabajar. El síntoma es más simple
en su presentación pero en tanto que bloquea, se presenta como un real indiferente al esfuerzo por movilizarlo
mediante a lo simbólico. Por ejemplo el asma, las variantes de las dermatitis suelen ser síntomas que dan cuenta del

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compromiso subjetivo del niño atrapado en la relación dual con la madre. La relación dual entendida como este
binomio que no registra un tercero, aunque esté el padre no está autorizado en el discurso de la madre como un
tercero. Un adolescente que le cuenta todo a la madre representa más trabajo que un adolescente enojado con la
madre.
Un niño que nace: Es para su madre (mujer) la aparición en lo real del objeto. La mujer pone en el parto esto de ver
realizarse afuera el objeto causa de su deseo. Un bebé que nace es algo que se desprende del propio cuerpo y una
vez que nace es extraño. Fue algo tan casi propio pero una vez nacido es real y en tanto real es extraño. Los
recursos, las posibilidad que tenga una mujer para funcionar respecto a la extrañeza que supone ese recién nacido
depende de su estructura, depende de su historia. Hay una diferencia fundamental en la cualidad del bebé como
objeto de la madre y es que este objeto está animado (a diferencia del a) tiene vida propia. Según la estructura del
deseo materno, el niño ocupará función como síntoma (neurótico), falo (perversión) u objeto del fantasma materno
(psicosis). Hay que resistir el tentarse a la romantización del vínculo materno con su hijo. Sutura, sustituyéndose al
Objeto, el modo de falta en el que se especifica el deseo materno. Niño como síntoma Niño como falo: Niño como
objeto del fantasma materno.
Un deseo que no sea anónimo:Lo que caracteriza la función materna para Lacan es lo irreductible a un deseo que
no sea anónimo, caracteriza a la función materna en relación a los cuidados signados por un interés particularizado,
así sea por la vía de sus propias carencias.
La Función Paterna es el vector de una encarnación de la Ley en el deseo.
Es necesario haber sido en algún momento de la vida lo fundamental para alguien, luego es necesario dejar de serlo.
El ser la falta del otro es lo que nos otorga un lugar en el mundo, de lo contrario estamos de más. En el melancólico
se escucha el dolor de estar de más. De este objeto de desecho, de este resto que el recién nacido es al comienzo
de la vida, a ese trozo de carne, la madre lo viste con una ficción. Ser el falo para la madre es una ficción, es
importante que conserve el estatuto de ficción, pero es una ficción indispensable.
La falicización del niño es lo que se opone o lo que rescata al recién nacido de un destino de desecho. El tener un
valor fálico para alguien tiene que ser con el estatuto de ficción puesto que de lo contrario se caería en una
perversión.
Laurent, E. “El niño y su familia”
Hasta finales del siglo 18, el rito que conllevaba la unión matrimonial heterosexual incluía a la comunidad de la que
formaba parte. El auge de la burguesía como clase social alternativa a las clases aristocrática, la constitución de la
pareja comienza a estar en torno a los arreglos, en pos de una mayor prosperidad. Y el rito en el que sociabilizaba en
esa unión se restringe a la familia extensa. El estado de derecho se hace garante de ese lazo amoroso, le da un
estatuto jurídico, lo que responde en su origen el interés de conservar los bienes en común y poder heredarlo a
generaciones futuras.
Es con la modernidad en donde las uniones entre hombres y mujeres empiezan a festejarse o disfrutarse la
invención de la luna de miel. Entre la fiesta y la luna de miel que incluye solo a los dos que se unen, da cuenta de
una trasformación social donde se restringe, se achica el círculo de lo que se incluye en lo que llamamos familia.
La ilusión que en algún momento hubo y que todavía persiste de la familia como un lazo social que pudiera ser
naturalizado, es desmentida y cuestionada con cualquier trayecto histórico que alguien interesado en el tema haga.
En la modernidad tardía en donde comenzó a incidir de manera ineludible lo que llamamos el mito del origen de cada
quien, es la creciente importancia de la ciencia en validar la filiación biológica de cada quien: antes padre es el que
cree, era la mujer quien decía de quién es ese hijo y no había forma de tener certeza. Pero hoy con el análisis
genético el padre biológico es cierto y la madre se vuelve incierta, puesto que los hijos pueden ser gestados en un
vientre distinto de donde se sacan los óvulos y distinto de la mujer que lo cría.
Si antes era la familia la que transmitía el nombre y el apellido por derecho a los niños, hoy es el niño el que hace la
familia, sea cual fuese el lazo social (biológico o no) que determina el tipo de asociación familiar. Hasta hace unas
décadas había una serie de alianzas de parejas y comunitarias que posibilitaban un nuevo nacido, quien se instala
en un linaje, en una serie de alianzas. En la actualidad, es en torno al nacimiento de ese niño o niña que se
empiezan a formar alianzas.
La idea de que madre era la que daba a luz, estaba estipulado en el código civil, lo que daba derechos y obligaciones
que en muchos lugares sigue estando; lo que dificultaba la adopción homosexual, puesto que había todo un proceso

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legal para eximir a esa mujer de la maternidad. A esto Lacan ya se había adelantado a su época diciendo: todos los
padres son adoptivos y todos los hijos son adoptados.
Bonnaud, H. “El incc del niño”
El síntoma es un decir...
La patologización de la infancia es un fenómeno creciente, hay un abanico cada vez más amplio de síndromes y
diagnóstico que rotulan para siempre el síntoma, acallando para siempre la posibilidad de ser alojado en un lugar
donde se le dé la palabra.
El psicoanalista y la subjetividad de la época (Algunos comentarios sobre el ciberacoso sexual (grooming) y
los derechos de niñas, niños y adolescentes. López, Giselle (2017)
Lacan planteaba que el psicoanalista tiene que estar a la altura de la subjetividad de la época “Que renuncia quien
no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”.
Esto lo plantea en la dirección de la cura. “El analista agujero no es lo mismo que el analista barrado. ¡Los analistas
tienen que despertarse un poco!”. Esto en relación a que el psicoanalista no es que no tenga que estar.
El grooming refiere a conductas y acciones deliberadas de un adulto, mediante el uso de tecnologías online, hacia un
menor de edad para ganar su confianza y poder abusar de él. Puede incluir fotografías, filmaciones (material
pornográfico) así como también concretar un abuso sexual. Se trata de una gravísima violación de los DDHH
(muchas veces hay redes de trata detrás).
Esto no es algo que no se pudo advertir sino que hay una intención deliberada. Se supone que son los adultos los
encargados de resguardar el bienestar psicofísico de las niñas, niños y adolescentes, por eso es una gravísima
violación de los DDHH.
Sabemos que las capacidades de elegir, discernir, etc., son procesos que se van construyendo: no es lo mismo a los
6, 8, 17, etc. Cuando se habla de menor de edad, no es que mágicamente a los 18 las personas ya logran algo, más
bien, se apunta a que estas capacidades ya están más construidas, están en mayor simetría con los adultos.
Hay una condena social respecto al engaño. El abuso sexual en la infancia, está condenado por el código penal de 6
meses a 10 años. Se sostiene en las teorías de la subjetividad por el impacto psíquico: desorden simbólico inusitado,
perturbando la organización defensiva y una severa desorganización de la vida psíquica.
Hay una variante a este rechazo donde habría un supuesto consentimiento de los menores que atenuarían para el
discurso corriente la gravedad del hecho. Hay algunas situaciones donde parecería que hubiera habido un
consentimiento. Otro elemento que todavía no es tipificada como delito es la tenencia de pornografía infantil, aunque
hay proyectos presentados (condena al consumidor).
Si no hubiera consumidores, se supone, que estas situaciones no se expandirían. Esto es diferente a la problemática
de adicciones, puesto que se está consumiendo un producto donde hay un abuso, no es simplemente él con su
producto sino de personas que están siendo abusadas. Ejemplo de un periodista: No es lo mismo la sexualidad
infantil a la genitalidad, no están preparados los niños, niñas y adolescentes para las prácticas sexuales como los
adultos.
También tenemos el tema del consentimiento, donde pareciera que hubieran consentido, pero si nos detenemos a
escuchar los relatos nos damos cuenta que no hubo tal consentimiento. La expresión del periodista, encarnando el
sentido común, muestra mucho sobre lo que hay que trabajar respecto a qué se está consumiendo y cuáles son las
características psicológicas de niñas, niños y adolescentes en relación a la sexualidad y la genitalidad.
La convención internacional sobre los derechos de los niños (CIDN): es una materialización de la convención acerca
de la infancia en occidente
En Argentina el acoso online está penado de 6 meses a 4 años (ley 26904 de 2013). Dilema con relación al secreto
profesional. Se hace unas preguntas Toma la película Trust (confianza) 2010. Se van a tomar tres aspectos:
1- Annie 14 años, familia preocupada por el uso de la tecnología. Se muestra la caída de los padres idealizados de la
infancia, se muestra la búsqueda del otro sexuado, la búsqueda de identidad: todo lo esperable. Después se
encuentra con un hombre que no le había dicho que tenía la edad que tenía. El movimiento del adulto es
responsabilizar a la joven, yendo hacia su narcisismo, hacia la imagen de sí: “pensé que eras lo suficientemente
madura para entender”. Esto muestra el movimiento de manipulación, de responsabilizarla a ella. Tienen un
encuentro sexual después del cual él no la contacta más, y ella se reprocha el “tal vez no le gusté”. Y a todo esto, se
ve que la está filmando, algo que claramente no fue acordado.

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2- Frente al relato de lo sucedido del padre de Annie a un compañero de trabajo, este reacciona diciendo ¡Ah, pensé
lo peor, pensé que la había violado!” Esto es confundir el forcejeo violento con el abuso, sin embargo, no había un
pleno consentimiento de Annie; se pierde el rol del adulto como cuidador. De esta manera se introduce la temática
del consentimiento, pareciera que porque no usó la fuerza no hubo abuso. La disimetría actuó a través del engaño y
la seducción. Abuso de confianza sexual.
3- El enojo del padre de Annie es desmedido, enceguecido, una ira que entorpece la investigación y lo aleja de su
hija. Esto abre una historia secundaria del filme que tiene que ver con la actividad laboral del padre quien se dedica
al marketing y la publicidad. Ha participado de una campaña muy exitosa pero la angustia empieza cuando se da
cuenta que se trataba de jóvenes muy delgadas y con muy poca ropa. Una marca de indumentaria muy exitosa que
intenta ubicarlas como objeto de consumo. Se presenta en la película como eso funcionó de engranaje para una
maquinaria que permite el abuso de niñas, niños y adolescentes.
Conclusión: Las niñas/n y adolescentes son consumidores y también consumidos, desestimados en su estatuto de
sujetos y ubicados como objetos.
Respecto de la práctica profesional es necesario asegurar la protección de los conceptos de infancia que se
desprenden del Estado del arte y las normativas vigentes.
La infancia Medicada. Alexis morales (2015). Capítulos 6 y 7
Capítulo 6: El estatuto del niño
-Feud sobre la sexualización: la sexualidad es inherente al sujeto desde que nace, cuando Freud habla de
sexualidad infantil, lo que hace es diferenciarla de la genitalización. Pero lo que se busca en el discurso de consumo
es la genitalización, un forzamiento, un querer encajar en un lugar donde no entra, porque el desarrollo de lo genital
viene con la pubertad.
El patriarcado no necesariamente siempre incluye el deseo masculino, volvemos a la diferencia entre padre y
hombre, mujer y madre. El abusador intrafamiliar se ubica al lado de su hija como un hombre no como padre, si hay
algo que queda reprimido en la relación padre o madre e hijos es la sexualidad. Al generalizarlos, pareciera que
fueran pares y es eso lo que plantea la pedofilia. Pero al menos en occidente se inhibe la sexualidad femenina por
parte del patriarcado, por eso podemos diferenciarlo del deseo de hombre. El deseo masculino puede estar o no en
relación al patriarcado, por eso la sexualidad en torno a lo familiar tendría que haber algo de incomodidad porque no
hay lugar de pares, no son iguales, un padre no puede hablar de sexualidad con su hijo como lo haría con un amigo.
: ¿Qué es un niño hoy?
Es quién en el discurso capitalista mejor representa al sujeto.
Se ama al niño porque se odia la civilización que nos cercena una porción de goce a-favor de un lazo social
en el cual ya no creemos. La diferencia entre la sociedad actual y la pedofilia sería que mientras la primera cree que
es el niño quien puede conducirla hacia un paraíso infantil, para los segundos, son ellos los guías capaces de
reconducir a la infancia a esa tierra de goce de la cual ha sido expulsada por la tiranía parental.
Lugar de la pedofilia:
La pedofilia, en cambio, se ubica en ese lugar de ser quien dirige al niño a ese paraíso bienaventurado. O
sea, hay una diferencia, pero tampoco tanto. Una cosa es pensar ese lugar genitalizado que se le da y otra respetar
su proceso evolutivo, desarrollo, educarse, etc. A veces pasa desapercibido en la publicidad actual, está naturalizado
que los padres/madres también genitalicen a sus hijes.
El deseo de hacerse mayor:
La escuela es una institución que tiene que ver con el valor que la sociedad le da al crecimiento, al poder
llegar a un mundo adulto. Pero, si estamos diciendo que los adultos no están tan seguros de querer ser adultos, que
pase el tiempo, que tenga que hacerse cargo, asumir responsabilidades, etc. Por un lado el adulto le exige al niño
normalidad, que encaje pero por otro lado él no puede mostrar al mundo adulto como algo valorado, como contento
de ser adulto. Cómo un adulto puede pedirle a un niño que crezca cuando él mismo no lo valora y quiere volver para
atrás. Es el famoso pendeviejo/a que reniega del paso del tiempo.
Dentro del coro, le da una posibilidad a cada uno dentro de sus posibilidades. A uno que desafinaba lo puso a
sostener la partitura. Él puede, en este lugar donde ubica a los niños, que es un lugar de posibilidad, encuentra algo
que les es posible para todos y que al mismo tiempo diferentes para cada uno. Es un cambio de posición que hace
que los niños se enganchen con el coro, en esto de ser ubicados en un lugar de posibilidades. Esto es lo que

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Morales llamará el lugar de una promesa a futuro, el poder ver en ese niñe una posibilidad a futuro, una promesa,
algo que se puede hacer. Desde ese lugar de promesa es que los niños empiezan a responder.
El docente tiene que tener un deseo de enseñar pero para que pueda tener ese deseo tiene que suponer en
el otro la posibilidad de aprender. Cuando hablamos de enseñanza y aprendizaje no hablamos solamente de la
escuela. Tiene que haber por parte de quien enseña la suposición de que a quien se le enseña puede aprender.
Capítulo 7: Notas sobre el niño
vamos a trabajar sobre el texto de Lacan de Dos notas sobre el niño en base a las nuevas patologías
Trae a colación, una propaganda de EEUU que promocionaba la ritalina así: para que ser padre sea más fácil:
ritalina. Es decir, no tenía que ver con el padecimiento del niñe sino que se ofrecía como una forma de que ser
padres sea más fácil. Con esa medicación tapo tanto la falta del niñe como la del padre.
Niño como falo de la madre: (explicación sobre la metáfora paterna). Quiere decir que la madre está atravesada por
el Edipo, se ha enfrentado con la castración del Otro.
La segunda instancia es la de corte, es el ingreso de la función paterna mediada por la habilitación o permiso de la
función materna. Instancia tercera, como la habilitación de ese niño para el futuro. La madre se separa del objeto y
puede buscar algo por fuera.
Trae a colación la metáfora paterna. Primera instancia de alineación, luego si el DM lo habilita puede separarla y la
instancia tercera que puede servir como separación. Se tiene que dar una habilitación de potencia a futuro, con
títulos en el bolsillo (“podrás ser”, “serás” algo en el futuro), es la promesa de un futuro, que puede tener un futuro, la
habilitación es para que salga de lo familiar, la promesa tiene que ver con algo que está afuera de la familia de
origen. En la adolescencia, esos títulos que guardaron, tienen que ver con ese momento de salida, empieza a
resignificar qué tiene y qué va a ser con eso. Es un qué tengo y qué puedo agregar (para salir de una suerte de
destino). Cada sujeto puede aportar a la situación algo distinto que el de al lado.
En la psicosis no se inscribe el significante del nombre del padre, a diferencia de la perversión donde se halla
desmentido y eso es lo que no permite la separación, por eso nos encontramos con un sujeto que funciona desde la
desmentida. Pero en la psicosis directamente no se inscribe, el sujeto quedará ubicado como objeto del deseo de la
madre pero las consecuencias subjetivas y de sufrimiento serán otras a la perversión. Hay un significante que no
permite acomodarse a la realidad, el cuerpo (desencadenando delirios por ejemplo), hay algo que no pueden
terminar de decir para calmar ese sufrimiento. Ambos quedan como objeto del deseo de la madre, pero la diferencia
la marcará el significante en tanto presentaciones subjetivas.
Neurótico: el poder salir de ese lugar de falo de la madre, implica preguntarse por el deseo del Otro (¿qué me
quiere?) y por los efectos de la represión, está sometido a la metonimia del deseo (siempre se va desplazando y no
puede terminar de ponerse en palabras). El neurótico, entonces, puede ser un sujeto de la cultura e insertarse en
ámbitos normativos como la escuela. Estos ámbitos normativos funcionan como instancia tercera, tanto para el niño
como para la madre, pone coto, separa de manera real, donde los padres tienen que retirarse.
El niño como síntoma: El síntoma puede representar la verdad de la pareja parental. Este es el caso más complejo,
pero también el más abierto a nuestras intervenciones. La articulación se reduce en mucho cuando el síntoma que
llega a dominar competente a la subjetividad de la madre (cuando lo que sucede ya no tiene tanto condimento del
niño sino que tiene que ver directamente con la madre, cuando se escucha una dificultad con la separación). Esta
vez, el niño está involucrado directamente como correlativo de un fantasma (no hay una separación acabada en el
fantasma). La pareja parental= Otro y al Nombre del Padre. Ej. p.105 Esto quiere decir que ese emergente (como
puede ser que se orine en la cama) resulta ser la verdad de la pareja parental. El niño muestra la verdad de algo que
está pasando en la pareja parental. No podemos pensar que Lacan está hablando solo de los padres, sino que
estaba hablando el Otro y la relación al significante del NP, es decir, no es la pareja parental como padre y madre.
El niño como objeto del fantasma de la madre: Definición de fantasma p. 107 en la posibilidad de que se inscriba el
significante NP, que se le dé lugar, es lo que hace que se niño pueda tener la condición de un ideal, es decir, algo
que tenga que ver con el futuro, la posibilidad de ver un futuro para ese niño (que son los títulos en el bolsillo que
habla Lacan) 73 y esto puede darse por fuera de la familia. La represión, la castración, el límite es lo que permite la
vida, lo que permite la cultura. Si no se le supone un futuro, una promesa se lo arrastra a la muerte (como en Pablo
Escobar), al no dejar pasar una instancia tercera (“no reintegrarás a tu producto”, básicamente que no se lo coma, es
el palo/falo en la boca del cocodrilo para que no se lo devore, hay un exceso de deseo que no da lugar al límite,
“todas menos tu madre”). Tiene que haber una lógica de presencia y ausencia, que la madre deje de estar pendiente,

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que pueda hacer otras cosas por fuera del niño.
Las instituciones como la escuela funcionan a modo de tercera instancia de separación, porque pone normas, reglas,
etc. Cuando el niño no es desilusión provoca agresión por parte de la madre hacia esas instituciones.
La discapacidad, la deficiencia neurológica, permiten dar respuesta, aunque terrible y atormentadora, al enigma del
deseo del Otro. La discapacidad, de la cual ningún niño parece estar exento, parece dar máximas ventajas para
ofrecerse como víctima y exigir al Otro (Estado, instituciones, profesionales) todo tipo de reivindicaciones.
CASO MARIANO: Pag.74 resumen maxi COMPLETAR
p. 111: Viñeta clínica de un niño que está tomado como objeto del fantasma de la madre. Es un niño de 8 años que
se hace encima. Le llama la atención que la madre no consulte por eso, tampoco es una preocupación para el chico,
salvo cuando se lo señalan.
El control de esfínteres requiere una maduración neurológica, una vez logrado eso, después tiene que haber un
apoyo cultural para lograrlo, es una de las grandes separaciones que tiene que realizar: “donar algo que le es propio
a la cultura”. Esto es debido a los acuerdos culturales respecto a dónde se hace caca. Cerca del año y medio, los
niños, aunque con pañales, comienzan a elegir un lugar donde hacer sus necesidades aunque no coincide con los
ideales culturales todavía, pero empieza a armar esto de que hay un lugar donde se hace. Esto se relaciona con los
tres diques de la represión, porque el asco y la vergüenza son elementos muy importantes para el control de
esfínteres. En un niño de 8 años que se hace caca encima, uno esperaría que los padres les diera asco, vergüenza,
sin embargo esto no es algo que preocupe, por tanto, hay algo de la represión que se ve comprometido.
Tiene que haber una instancia tercera, una norma que diga que no se hace caca en cualquier lugar. Después dice
que solamente se higieniza cuando otro se lo señalan. Ese lugar del ideal de la limpieza no ha sido trasmitido, parece
ser algo que no importa.
El tema de los golpes tiene que ver con la historia de la madre (la golpearon el hermano y sus parejas), tiene que ver
con su fantasma (ser golpeada es equivalente a ser cagada). El ser golpeada, tiene que ver con construir un vínculo
de mierda con el otro. Justo el síntoma que tiene el hijo. Ahí se puede ver claramente qué significa que un niño sea el
75 objeto de fantasma de la madre; no hubo un corte, una separación por parte del NP. El síntoma del niño sostiene
el fantasma materno; al contrario de la fobia que viene a llamar a la falta. El síntoma de este niño aparece como
temor a que la madre deseara otra cosa; al hacerse caca encima es como si reforzara ese lugar de mierda del
fantasma de la madre.
Ahora bien, la angustia se centraba en la violencia hacia las maestras que esto se veía como una traición a la madre.
La madre se angustiaba, porque en esto de que no había mediación en ese pegoteo, porque que Mariano le pegara
a otras maestras es como una infidelidad porque le interesaban otras; básicamente que se saliera de su lugar de
objeto. Y Mariano se hace caca porque cree que su madre puede tener otro hijo.
Cuando el padre de Mariano quería castigarlo por haberse peleado con el mediohermano, ella lo evita, no quiere
saber nada con esa instancia tercera porque se pone en juego su propio fantasma. Ella consulta porque no quiere
que las cosas cambien.
Rodríguez, M. “Un niño rico”
En la actualidad se reciben muchas consultas por niños que se presentan bajo formas sintomáticas del exceso,
enfurecidas, enloquecidas, que nos enfrentan a la imposibilidad desde un comienzo. Son casos que generan
dificultad para escuchar e intervenir, niños de la época en que la función paterna no regula ni ordena y relaciones con
las madres que no promueven la dimensión de la falta y el deseo, necesarias para que se localice un sujeto.
Ni en estos casos debemos olvidarnos del fundamento en el lenguaje que tiene el psicoanálisis, que siempre ordena
respuestas que se ajustan a sus condiciones, se trate o no de niños. Los niños en análisis nos enseñan acerca del
surgimiento del sujeto y de las modalidades de goce que se engendran a partir del encuentro del cuerpo del infans
con el enjambre de significantes del Otro, no perdiendo de vista como este Otro incide en la inclusión del ser
hablante en la estructura.
Un niño es por lo tanto un efecto, una respuesta al modo en que ha sido hablado, sabiendo que la familia conyugal
tiene la posibilidad de la transmisión de un deseo que no sea anónimo, obteniendo mejores posibilidades todos
aquellos que fueron deseados y alojados en ese deseo. Lacan agrega que cada sujeto lleva la marca del modo en
que ha sido hablado, y de eso dependerá lo que se cristalizará para ese sujeto en el inconsciente.
Sabemos que por efecto del significante se produce un sujeto barrado, alienado al Ideal del Otro. Este rasgo llena de
sentido su falta en ser, pero el sujeto lo desconoce y no alcanza a advertir su importancia. Es en la dirección de la

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cura que un niño podrá liberarse de los significantes que lo sojuzgan, para quedar reducido a su división, y para que
presentifique el objeto que fue y es para el otro.
- Familia derivada por el juzgado por brutales agresiones verbales y físicas luego de la separación de los padres
- Leandro tiene dificultades en el rendimiento escolar, es el fusible de la situación familiar
- El niño es cuidadoso y limpio, solo le interesa ir a los supermercados y ahorrar dinero. Es solitario
- Su padre gozó de una muy buena posición económica mientras participaba de los negocios con su madre. Cuando
se separaron, él en poco tiempo quiebra.
- El niño es violento con sus palabras “el hospital es un asco, la asistente social es una idiota” “Quisiera ser hijo
único, para no compartir la herencia familiar”
- “Los líos de mis papás son mis líos”, presta atención a todo, porque cree que su palabra será decisiva al determinar
la tenencia de los hijos.
- Leandro se convierte en el aval de lo que no existe: fortuna familiar.
- El desamor de las mujeres surge por falta de dinero, cree en base a lo que les sucedió a sus padres
- El analista cuestiona que la familia tenga plata, y esto lo conmueve a Leandro. De ahí menciona que no quiere ser
como ellos, que quiere ser un gran empresario.
- Leandro cree que con su avaricia va a poder recuperar todo aquello que la familia perdió, esa que hubiera hecho al
padre rico y a él le hubiese permitido tener todo aquello que lo habilitaría para poner en juego su deseo.
- Sus amigos lo invitan a fiestas
- Una mamá les rogaba que no pidan hamburguesas porque eran muy caras, y ellos tiraban lo que les sobraba por la
ventana.
- Leandro ha quedado sometido a ser una boca para alimentar, ocupando ese lugar de objeto para el Otro que no
promovió la dimensión de la falta y el deseo, necesarios para que se constituya un sujeto. Por eso se lanza a la
búsqueda de un objeto de la necesidad, transformado en una boca abierta,
desilusionándose porque ninguno puede suplir la ausencia del don de amor, que no encuentra en el Otro.
- Pero la comida pasa de ser necesidad a ser un lazo con el Otro.
- Cuando ubicó el significante “plata” tomado del Ideal del Otro, pudo ceñir algo de ese goce insensato que lo dejaba
solo y aislado.
- Leandro en la dirección de la cura pudo abandonar pensamientos neurótico abrumadores referentes a si era rico o
pobre, acosado por los fantasmas para distraer su propio deseo, para no enfrentarse a las dificultades que encuentra
un varón cuando tropieza con el otro sexo y debe elaborar alguna respuesta.
UNIDAD 3
Álvarez, A: Seminario de Psicoanálisis y salud pública. Primer encuentro organizado por La Massota. Rosario
s/d, 2012
Dice que no hay un matrimonio amoroso entre la salud pública y el psicoanálisis –bueno, esto es si es que existen
matrimonios armoniosos-. En realidad nada encaja perfectamente, el perseguir una relación ideal sería un camino
que nos lleva al penar de más.
La intervención que tiene como finalidad propiciar la salud mental como la intervención que tiene como función
acallar singularidades, adaptarlas, silenciarlas. Esto, muchas veces, está del lado de la medicación. Es necesario
poder pensar otros discursos dentro de la salud mental.
La salud mental tiene que ver con el sufrimiento psíquico, pero también hay que contemplar las cuestiones sociales y
el ámbito político.
La responsabilidad subjetiva está en pensar intervenciones en torno a buscar el menor sufrimiento posible, como por
ejemplo: que un niño víctima de abuso no tenga que repetir su relato varias veces con distintos profesionales.
El campo de la salud mental es un campo problemático y paradójico, no hay un solo campo epistémico y esto puede
ser una gran limitación pero también lo que posibilita el diálogo.
El psicoanálisis nunca dejó de ser un método de investigación, no es simplemente una terapéutica. Tampoco tiene
una respuesta para todo.
El psicoanálisis tiene una política de los seres hablantes, el principio es defender la palabra.
En los discursos que tienen una respuesta (medicamento) para todo, se termina volviendo como una religión donde
ya no hay sujetos, sino enfermedades, trastornos medicables para todos igual.
Barros, M. “El Psicoanálisis en el hospital: El tiempo del tratamiento”

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Capítulo 1-
Vamos a comenzar a pensar al psicoanálisis y la salud pública (no necesariamente hospitalaria)
Hay 2 posiciones entre los analistas: los que creen que no es posible el análisis en el hospital y los que niegan la
diferencia.
Se plantean dos elementos que ya hemos visto: el tiempo y el dinero. El condimento de gratuidad para el que se
acerca y las exigencias institucionales de acortar los tiempos en relación a la gran demanda y la escasez de
recursos. ¿Cómo se maneja un profesional dentro de una institución de salud pública?
El autor nos planteará desde los tiempos lógicos; desde ahí pensar qué significa breve para el psicoanálisis: hay una
dificultad para nombrar lo que sucede en ese tiempo, si estamos en entrevistas preliminares, lo previo a la posibilidad
o no de entrar o no en análisis, eso quedará coartado puesto que no va a haber un análisis, aunque puedan darse
aspectos de análisis. Hay una dificultad de parte de los analistas para nombrar lo que sucede allí.
La mayoría de las personas que asisten al sistema público no podrían continuar un trabajo en consultorios
particulares y algunos ni siquiera con honorarios bajos. No depende del deseo del analista ni de la emergencia de un
deseo de análisis por parte del paciente.
Lo central del texto es: centrarnos en el problema de cómo hacer el mejor uso posible de la intervención analítica en
las circunstancias en las que nos encontramos y con los recursos de que disponemos. Podemos quedarnos en la
queja, mencionado lo que no hay, la imposibilidad del trabajo sin poder crear un dispositivo posible con los recursos
que tenemos. Podemos tomar la falta como un motor o como un signo de imposibilidad e insatisfacción y quedar
pegados en esos modos de histeria y obsesión, en suma, no hacer nada.
El límite es prohibición y habilitación al mismo tiempo, como en la metáfora paterna: todas menos tu madre; esto no
pero todo el resto sí. Podemos quedarnos en el esto no, o en el todo esto sí.
Freud construye teoría a partir de la práctica, no hace encajar en la teoría lo que sucede. Primero se determina qué
es lo posible y luego se le pondrá un nombre: el movimiento es de la clínica a la teoría y no al revés.
Dejar la orientación lacaniana es dejar que los elementos imaginarios son los que hacen el encuadre y no es eso lo
que hace al análisis. Lo que hace al deseo del analista se sostiene con un elemento fundamental que es la
privacidad, podemos tener un gran espacio por mucho tiempo, pero si no podemos ubicar el deseo del analista y la
demanda de análisis no hay garantía de análisis. Lacan despega la escena analítica de lo imaginario para pensarlo
como un discurso, y como discurso se puede llevar a cualquier lado (físico).
Ahora bien, no es que todos puedan hacer con los límites que el sistema de salud ofrece, esto tiene que ver con la
cuestión del trabajo de cada uno en relación a su ética, es una posición respecto al límite que nos impone una
institución (toda institución tiene sus limitaciones). Lo que propone el psicoanálisis es pensar el límite como
habilitante y no como algo que paraliza e inhibe; el segundo paso es lo que cada analista pone: hay límites que para
mí no es habilitación; no todos podemos hacer todo, ¿puedo encontrar la habilitación en este límite para mí o no?
No se trata de vivir el límite como un problema, como se plantea en lo contemporáneo, como de suyo negativo.
Se debe tratar el problema en términos epistémicos y no pasionales. Es la posición que el psicoanálisis toma
respecto a aquello que se presenta como una dificultad y es la posición de no retroceder. El psicoanálisis no debe
retroceder a los desafíos de la época, se tiene que re-pensar con los padecimientos actuales, como el que genera el
uso y abuso de la tecnología (como el Grooming). Después se verá hasta donde se llega.
Ceccarelli - Configuraciones edípicas contemporáneas
Si tomamos a la familia tradicional como referencia de normalidad y portadora de las condiciones ideales de la
organización psíquica, cualquier forma de parentalidad que escape a ese modelo traería consigo perturbaciones
psicosexuales. Esto es como si lo que organiza la constitución subjetiva fuera únicamente la existencia de dos
personas que pudieran asumirse o nombrarse como padre/madre.
Nos habla de la erogenización del cuerpo que es un trazado afectivo, no legal. Legalmente podemos identificar a
alguien y puede reconocerse como madre con un bebé; pero esa función legal de sujeto biológico no garantiza que
pueda maternar, que pueda desempeñar su función materna respecto a esa cría.
Es el sostén afectivo lo que sostiene la vida del recién nacido y para ello no basta con ser madre o padre biológico:
insistir en la parentalidad desde lo biológico, insistir en naturalizar el vínculo entre un bebé y sus progenitores, es
criminal (y es lo que vemos desde varios discursos ideológicos en las decisiones estatales, hospitalarias, etc.).
No basta con el significante para que, en el orden simbólico, el sujeto se coloque como hombre o mujer.
La ciencia explota la ilusión neurótica de contar con otro que garantice que voy a poder obtener lo que deseo.

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Hay una cuestión ética y de clase: las mujeres que alquilan su vientre son quienes tienen bajos recursos. Son
incubadoras humanas, importa en tanto tenga el hijo, después de ello ya no interesa.
No se trata de que todos lo que asisten a la fertilización asistida reniegan de la castración sino de hacer a pesar de
los límites que se le imponen.
El lugar para ese niño/a es del uno por uno. Si no es en nombre del amor, con todos sus defectos, que se aloje la
vida, el resto es una variedad de infiernos posibles.
Lo que tenemos que ser capaz de discernir a propósito de estas demandas aún novedosas respecto a la
paternidad/maternidad, si el anhelo de hijo se desprende de un anhelo ideal o de un deseo. En las antípodas del
deseo de hijo está el ideal que responde a la trayectoria identificatoria de cada quien y respecto de lo cual hay que
trabajar para despejar el vacío donde pueda alojarse un ser por venir.
Este posicionamiento no es indiferente al lugar que el niño (con oportunidades de tornarse sujeto, es decir, que no
está garantizado) ocupa en el inconsciente de los padres desde antes de su nacimiento y de la dimensión narcisista
de ellos (es decir, la dinámica de la economía libidinal de la familia). Esa economía libidinal es si tiene lugar fálico o
no, si puede tornar sujeto o quedar reducido a la posición de desecho.
Lo esencial para que el sujeto se constituya es que sea simbólicamente reconocido por la palabra del Otro
encarnado, es decir, no se trata del Otro simbólico como tesoro de los significantes que puede encarnarse en una
persona o institución, sino de Otro encarnado que aloja en presencia (es decir, que pone en juego su existencia
corporeizada) en la recepción o bienvenida de esta vida que lleva.
Este reconocimiento es el responsable de la inscripción del sujeto en la función fálica (metáfora) que transformará al
niño, a partir de su anatomía (sexo) en ser hablante, hombre o mujer.
La inscripción de la función fálica es la metaforización de los objetos primarios por los secundarios, es decir, la
separación o apertura de lo que pudiera funcionar como signo de manera que en la articulación metonímica sea
posible un efecto metafórico, es decir: esto no es igual a esto, sino también a esto y esto otro, etc. Esto da lugar a la
subjetivación de un niño/a.
¿Qué es lo fundamental para que ocurra la subjetivación con independencia de los modos de filiación o medios de
fertilización?
Lo central en el Edipo es que el sujeto se da cuenta de que está excluido de una relación. Es poder constituirse como
sujeto deseante, no ocupar el lugar de objeto de los padres. La prohibición del incesto tiene efectos reales, tiene que
ver con el establecimiento de una posibilidad de quedarse o permanecer en el lugar de objeto de goce del otro y eso
despende de la estructuración subjetiva de quienes estén al cuidado del niño/a
El complejo de castración es un conjunto de procesos de pérdidas y de límites marcados por los movimientos
pulsionales e identificaciones.
La construcción de la subjetividad está subordinada a la organización psíquica de quienes lo cuidan, a cómo se
colocan en relación a su propia sexualidad, a la fantasía que tienen de ser padre o madre y fundamentalmente al
lugar que el niño adoptado ocupan en el universo psíquico de los padres.
Nos ocupamos de hacer un lugar a esa pregunta de qué lugar hay de alojar o no a un hijo.
Función del otro primario, encarnado inicialmente en la madre:
Es introducir al niño en el mundo de la metáfora donde los objetos secundarios sustituyen los primarios. La falta del
Otro, de alguien que encarne ese lugar, acarrea la muerte ontológica.
Lo fundamental en el inicio de la vida de que quien ocupa el lugar de Otro primordial no haga equivaler al niño/a en el
lugar de objeto, es preciso que haga circular al bebé de acuerdo a las leyes de la metáfora y la metonimia: según la
cual hay sustitución porque no hay equivalencia, es “a la manera de” objeto erótico, que luego torna en fálico. Hay
una relación al falo pero no hay una equivalencia cerrada, allí es donde se juega la articulación subjetiva,
Muchas veces, la demanda que se le hace a la ciencia es un tapón que suture la falta, pero lo que se busca es que
se pueda hacer a propósito de la castración no a pesar de la castración (donde lo que ordena es el ideal). Una vez
caído lo ideal, que emerge el no-todo, se desprende el que hay algo que
Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre - Freud (1910)
Hasta ahora la descripción de las condiciones eróticas, conforme las cuales se realiza la elección de objeto ha sido
abandonada a los poetas, ellos no pueden presentar la realidad tal como se les ofrece.
Todas las siguientes observaciones van dirigidas a una elaboración estrictamente científica de la vida erótica
humana.

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La acumulación de datos permite diferenciar tipos aislados. Uno de estos tipos de elección de objeto masculina de
objeto amoroso merece ser descrito en primer término porque se le pueden atribuir una serie de condiciones eróticas
fácilmente explicables desde el análisis.
1) La primera condición sería la del “perjuicio del tercero”, y consiste en que el sujeto no elegirá jamás como
objeto amoroso a una mujer que se halle aún libre, una muchacha soltera. Su elección recaerá en una mujer sobre
una mujer con un lazo amoroso con otro hombre, esto es a tal punto, que a veces una mujer pasa inadvertida o
rechazada por un hombre, y luego se convierte en objeto de amor cuando entabla relación con otro hombre.
La mujer se convierte en objeto de amor cuando está con otro hombre, sino es rechazada o ignorada.
2) La segunda condición, menos constante, es que la mujer casta e intachable no ejerce sobre el sujeto aquella
atracción que podría constituirla en objeto amoroso, sino que lo hacen aquellas cuya pureza y fidelidad pueden
ponerse en duda. La primera condición facilita la satisfacción de impulsos rivales y hostiles con el hombre a quien se
le roba la mujer amada, sino otras personas distintas, cuyo trato con su objeto de amor pueda provocarle alguna
sospecha. En los casos más extremos, el sujeto no se interesa en ser el único poseedor de su objeto de amor.
Convierte a la mujer en objeto de amor cuando se pone en duda pureza y fidelidad.
Los siguientes apartados se refieren a la conducta del sujeto con el objeto erótico.
3) En la vida erótica normal, el valor de la mujer es determinado por su integridad sexual y disminuye en razón
de su acercamiento a la prostitución. Parece singular que los amantes de este tipo consideren objetos valiosísimos a
aquellas mujeres de conducta sexual dudosa. En las relaciones con estas mujeres, ponen nuestros sujetos todas sus
energías psíquicas. Y en cada una de sus pasiones de esta clase se juran observar fidelidad al objeto amado,
aunque luego no lo cumplan. Estos caracteres son de tipo obsesivo. Pero de la fidelidad e intensidad de uno de estos
enamoramientos no debe deducirse que llene la vida entera del sujeto o constituya un caso único. De hecho, estos
se repiten en la vida del sujeto con idénticas singularidades.
Conducta obsesiva, ya que observa fidelidad al objeto amado aunque luego no lo cumple. Esta conducta se repite
en la vida del sujeto con idénticas singularidades.
4) Tienen una tendencia a salvar a la mujer elegida. El sujeto tiene la convicción de ser necesario a su amada,
que sin él perdería rápidamente todo apoyo moral y descendería a un nivel lamentable. La salva, pues, no
abandonándola pase lo que pase. Esta intención redentora, puede justificarse por la ligereza sexual de la mujer y por
la amenaza que pesa sobre su posición social; pero surge igualmente en los casos que no se dan esas
circunstancias.
Esta elección de objeto caracterizada por la falta de libertad, la ligereza sexual de la amada, su alta valoración, la
necesidad de sentir celos, la fidelidad y la intención redentora; tiene el mismo origen psíquico que la vida erótica del
individuo normal. Se derivan de la fijación infantil del cariño a la persona de la madre y constituye uno de los
desenlaces de tal fijación.
La vida erótica normal muestra muy pocos rasgos que delatan el carácter prototípico de dicha fijación.
Habremos de probar que los rasgos característicos de nuestro tipo pertenecen a la constelación materna. Partiendo
de la condición de “tercero perjudicado”, hace referencia al padre mismo, así también la sobrevaloración de los
objetos elegidos al sentirlos como únicos e insustituibles, es porque de esa manera ha sido la relación con su madre.

3ro perjudicado la mujer se convierte en objeto de amor porque esta con el padre (Edipo).
El psicoanálisis enseña que los elementos que actúan en el inconsciente, se exteriorizan provocando series
inacabables, puesto que ninguno de los objetos provoca la satisfacción anhelada.
La liviandad del objeto también se deriva del complejo materno. Podemos articularlo con los descubrimientos de la
sexualidad que va haciendo el niño, el complejo de Edipo, la novela familiar del neurótico y las fantasías fijadas en su
pubertad.
En cuanto a la intención redentora, se desprende del hecho de que el niño se entera que sus padres le han dado la
vida. Este hecho provoca sentimientos antagónicos en el niño de cariño y odio hacia el padre, porque quiere
reafirmar su independencia. La solución que encuentra es salvar al padre de un peligro de muerte, quedando así en
paz. Referido a la madre, a través de un cambio de sentido en el inconsciente se transforma en querer hacerle un
niño a la madre, para de esta manera corresponderle con otra vida, constituyéndose como su propio padre en esa
fantasía. Y el peligro en esta fantasía es esfuerzo que debe realizar la madre en el nacimiento. El nacimiento es el

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primer peligro de muerte, que se constituye en prototipo para todos los peligros ulteriores.
Freud 1912 “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”
Habla de la importancia psíquica en hombres, solo le sucede con una persona determinada y nunca con otras, se
trata de una acción inhibida de ciertos complejos psíquicos incc, cuyo contenido es la fijación incestuosa en la madre
o hermana.
No pueden converger las dos corrientes en una misma mujer tierna (años infantiles, hacia los familiares) y sensual
(pubertad hacia otros objetos).
 Corriente tierna: Procede de los años infantiles y se orienta hacia los familiares.
 Corriente sensual: Sobreviene con la pubertad que no ignora. No deja nunca de reconocer los cambios
anteriores, acumulando sobre los objetos de elección primaria infantil magnitudes de libido mucho más
amplias. Pero al tropezar con la barrera de la moral del incesto, tenderá a transferirse lo antes posible de
dichos objetos genitales a otros ajenos al círculo familiar del sujeto, con lo que sea posible una vida sexual real.
Estos objetos son elegidos, conforme al propósito de los infantes, en este nuevo objeto se fundan las dos
corrientes, tierna y sensual.
Dos factores pueden provocar el fracaso de la evolución progresiva de la líbido:
1) El grado de interacción real que se apoya a la nueva elección de objeto, apartando de ella al individuo.
2) El grado de atracción ejercido por los objetos infantiles que de abandonar, se trata. Grado directamente
proporcional a la carga erótica de que fueron invertidos en la infancia.
Cuando estos factores muestran suficiente energía, entra en acción el mecanismo general de la neurosis, la libido se
aparta de la realidad, es acogida por la fantasía, intensifica la imagen de los primeros objetos sexuales y se fija en
ellos. Pero el obstáculo opuesto al incesto obliga a la libido orientada hacia tales objetos a permanecer en lo incc, el
resultado es una impotencia absoluta.
 Hombre: Siente coartada casi siempre su actividad sexual por el respeto a la mujer y se lo desarrolla su plena
potencia con objetos sexuales degradados, integrando fines perversos.
 Mujer: Actividad sexual - Prohibición – Frigidez
Soler, C. La maldición sobre el sexo – El amor es otra cosa (2000)
La sexualidad humana es un hecho del discurso, pero no está performateada por el discurso.
El psicoanálisis dirá que siempre se goza solo. El goce anula la libido y aparta del lazo social en la medida en que es
autoerótica.
Decir que se goza solo, es decir que uno no goza del otro, es decir, no hay posibilidad de acceder al goce del otro
cuerpo. Cuando hablamos de goce siempre es del propio cuerpo. Esto puede representar una fuente de sufrimiento
para algunos sujetos. Es un problema para el amor, el no poder gozar del cuerpo del otro y que no haya proporción
sexual es lo que hace síntoma en la pareja.
Soler abre el sentido del término maldición ¿por qué hablar de la maldición sobre el sexo? Uno de los registros es
hablarlo en relación a lo imposible. El sexo está mal-dicho en el sentido de que no hay relación-proporción-adecuación
como pudiera haber en otras especies que se comunican, pero no hablan, por tanto, no están expuestos
irremediablemente al mal entendido.
Otra vertiente de la maldición es lo que hace al “decir mal”, en la medida en que pareciera en el testimonio de la
neurosis que cualquier programa en relación a la elección de pareja y a la búsqueda de la felicidad estuviera
condenado a fracasar y dar por resultado una infelicidad que siempre tiene un nombre propio, que suele ser el de la
pareja.
La última acepción de este término maldición, es en el sentido coloquial de la palabra como un decir operante pre-
formativo de la realidad. El que caiga sobre uno una maldición hace referencia a que hay otro que tiene el poder de
determinar mi futuro con sus dichos.
Para Freud el inconsciente no hace destino
Lacan el inconsciente lo refiere como efecto de la insistencia del deseo y también menciona una definición como “una
frase que ordena toda una vida”, lo que tiene que ver con el fantasma y la posición subjetiva respecto al objeto
perdido.
Hay análisis cuando una persona puede responsabilizarse.
Por eso decimos que el ser sexuado se autoriza como siendo hombre o mujer, no respecto a la anatomía o las
identificaciones sino en cuanto el lugar desde el cual enuncia, esa posición es femenina o masculina. Lo que se juega

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es la responsabilidad del sujeto respecto a esa posición a la cual se autoriza.
La maldición del inconsciente, entonces, es que condena a la sexualidad a ser sintomática, esto obedece a que el
inconsciente dice mal del sexo. El sexo no está en ninguna parte en el discurso del inconsciente, no está escrito
porque no es posible escribirlo, por lo tanto, se dice mal.
El significante que distribuye las funciones sexuales es el falo, no como equivalente del órgano masculino sino como
significante de la falta en el otro.
“El Banquete” Platón
Para Lacan el amor es dar lo que no se tiene. En el amor encontrará la fórmula para la transferencia.
El amante en tanto sujeto de deseo se sitúa en el lugar de la carencia. El amado es el único que tiene, lo que suscita
la pregunta sobre el deseo e introduce todas las ambivalencias en que opera el otro.
Sócrates parece ser el que sabe, esa posición del sss es el del analista. Alcibiades quiere de ese saber. Es parecida
a la posición del analista, tiene que hacer como que tiene ese semblante para el análisis y así causar el deseo
Amante - Lugar de carencia - Alcibiades - Analizado - Quiere de ese saber.
Amado - Único que tiene lo que suscita la ¿? sobre el deseo - Sócrates - Analista - Posición de sss - Tiene que
hacer como que tiene ese semblante para el análisis para causar el deseo.
La maldición se va a dar en relación a lo imposible, no hay relación. Proporción - Adecuación.
Zabalza (2005) - La hospitalidad del síntoma: Arte y clínica en el hospital de día
El afuera que incluye: A la hora 21 de la noche, en donde hace dos siglos el río de la Plata imponía sus límites a la
incipiente y pródiga ciudad puerto, se encuentra un niño quien está por empezar su sesión de malabares. Está
acompañado por una mujer y una niña desde la vereda y no tiene más de 7 años. De pronto como emergiendo de la
nada, el espacio privado de los autos parece continuar con el dibujo que el saber hacer del artista construye con sus
manos en el vacío de la noche. Al encender la luz verde del semáforo, una camioneta extiende un billete que cotiza
la performance valores mutuo intercambio. El Niño grita: “¡Mamá! ¡Cinco Pesos!”
Lo que el arte enseña al psicoanálisis: Más allá de la anécdota, verídica en su totalidad y que por muy obvios
motivos nos sigue conmoviendo, nos interesa destacar la enorme paradoja resultante de considerar, que por un
instante, el frágil pero decidido excluido alojo al consumidor, ha mostrado al fin. Perspectiva por otra parte, que no
solo denuncia el orden psicótico que pauta el síntoma de nuestra aldea global, sino que a la vez ilustra sobre la
posible función que el arte ejerce al operar sobre un elemento privado y autista que, por rechazar la diferencia
subjetiva, organiza una realidad en espejo donde afuera y adentro se excluyen mutuamente. El saber hacer de
nuestro joven artista quiebra por un instante esa lógica bipolar mortífera generando el nuevo espacio donde lo
rechazado retorna en forma de belleza. Decimos entonces, que esta posibilidad generar un lugar allí, donde antes
estaba, es lo más propio que el arte puede enseñar al psicoanálisis. En efecto, si el síntoma es ese inhóspito cuerpo
extraño, “verdadero dueño de casa que le dice al yo: A usted le toca salir de ella”, su esterilización, por el contrario,
parece brindarnos la posibilidad que algo de ajenidad se disipe. Como si la condición estética fuera condición la
hospitalidad.
Las intervenciones: La mera apertura de un espacio para que un sujeto transmita a sus pares una situación
dolorosa, puede habilitar a que la cosa quede allí, así como también la atenta recepción de un material, para
construir más caras por ejemplo, permite en este caso, que el objeto se eleve “a la dignidad de la Cosa”. Así mismo,
cuando unas. nos muestra la pintura en la que está trabajando,no se trata de interrogar por qué pintó usted eso de
rojo (formulación que refuerza la certeza del ser que aplasta al psicótico), sino por el contrario,preguntarle qué le
sugiere ese rojo que está allí. En efecto, así como el nieto de Freud nos enseñaba que el ste es algo para alguien
que tramita una pérdida, bien podemos decir nosotros,que para estos sujetos con graves carencias simbólicas, la
práctica entre varios aporta los testigos que sancionan con su presencia la cesión de un objeto.
Metáfora como objeto: Las intervenciones mencionadas tienen un punto en común: con el mismo enunciado gestar
un nuevo lugar en la realidad psíquica. Se trata de ese abordaje de la metáfora que Lacan describe como “efecto de
agujero” o “snte en bruto”, para distinguir lo de la dimensión meramente imaginaria del tropo. Se pone así el énfasis
en esa perspectiva de la condensación snte, que por hacer materia en el pensamiento, nos lleva a ese lugar “más
allá de lo simbólico”, donde la estatización del síntoma hace del objeto de arte ese “inanalizable” a partir del cual se
encubra un saber que jamás lo agota. Maniobra que supone el desplazamiento que cabalga, desde la certeza en la
esencia de la certeza en la existencia, síntoma en tanto herramienta al servicio de forcluir el sentido unívoco del
Amo.

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