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Resumen

LECTURA DE CASOS
Unidad I
La dirección de la cura

Freud, S. (1917). 28° Conferencia. La terapia analítica


En este texto Freud sostiene que la terapia psicoanalítica se basa en la transferencia para
influenciar al paciente. ¡Pero no influencia de cualquier modo! Él diferencia la sugestión
directa (la terapia con hipnosis) de la sugestión de la que se sirve la terapia psicoanalítica.

Describe a la sugestión directa como “una sugestión dirigida contra la exteriorización de los
síntomas, una lucha de autoridad entre ustedes y los motivos de la enfermedad; solo que
exigen al enfermo que sofoque su exteriorización en síntomas”. [Como ya se sabe, la
terapia que usa como técnica este tipo de sugestión no ayuda realmente al paciente, ya que
levanta el síntoma por un tiempo determinado, pero sin tener en cuenta los mecanismos
psicodinámicos del sujeto.]

La hipnosis es en sí misma el resultado de la sugestión, es un estado sugerido. Él se da


cuenta que no hace ninguna diferencia al enfermo si lo hipnotizan. Si bien admite que el
tratamiento hipnótico era más rápido, generaba menos fatiga, ni tenía resultados
desagradables; NO ERA CIENTÍFICO, “no era confiable en ningún sentido”. Además:
★ No a todos los pacientes se le puede aplicar la técnica de la hipnosis.
★ Poca durabilidad de los resultados.
★ La dolencia volvía sucesivas veces de forma sustitutiva.
★ Si se repetía mucho la hipnosis, el paciente podría perder su autonomía.

Entonces, diferencia entre la sugestion hipnotica y la psicoanalítica:


Sugestión hipnótica Sugestión psicoanalítica

Busca encubrir y tapar algo de la vida anímica. Busca sacar a la luz y remover algo.

Utiliza la sugestión para prohibir los síntomas y Se preocupa por cómo nacen esos síntomas, va hacia
refuerza las represiones dejando intacto los la raíz de los mismos y se sirve de la sugestión para
procesos que llevan a la formación del síntoma. modificar el desenlace de los conflictos.

Deja a los pacientes inactivos e inmodificados, sin Impone al médico y al enfermo un trabajo difícil: se
capacidad de resistir a un nuevo ocasionamiento de debe cancelar las resistencias internas y mediante
la enfermedad la superación de estas la vida anímica del enfermo se
modifica, permanece protegido frente a la
posibilidad de enfermar.
EL TRABAJO DE SUPERACIÓN CONSTITUYE UN LOGRO
EN LA CURA PSICOANALÍTICA, EL MÉDICO ES QUIEN
LO POSIBILITA MEDIANTE EL USO DE LA SUGESTIÓN.

Por lo tanto, aplicar la sugestión en el tratamiento psicoanalítico es diferente a como se


usaba en la terapia hipnótica. Por último se entiende que se ha reconducido la sugestión
a la transferencia, mientras que en la hipnosis depende del estado en que se encuentra la
capacidad de transferencia del enfermo (si puede o no ser hipnotizado según la capacidad
transferencia), “en el psicoanálisis trabajamos con la transferencia misma”, resolvemos
cómo se contrapone y utilizamos el instrumento con el que queremos intervenir. De esta
manera, guiamos su sugestión hasta la que pueda alcanzar a influenciar.

Definición de transferencia/sugestión: (según S. Freud): “Es la fuerza impulsora de


nuestro análisis, persiste de todos modos el peligro de que la influencia ejercida sobre el
paciente se vuelve dudosa la certeza objetiva.”

Diferencia entre otros tratamientos sugestivos y el psicoanalítico:


LA TRANSFERENCIA en otros tratamientos se deja intacta, se cuida; en el psicoanálisis
es destruida, “como está es objeto de tratamiento, luego (al finalizar el tratamiento
analítico) es descompuesta en cada una de sus formas de manifestación. Para la
finalización de una cura analítica, la transferencia misma debe ser desmontada”(...) “No se
basa en la sugestión, sino en la superación de las resistencias ejecutadas con su ayuda y
en la transformación interior promovida en el enfermo” (pág 112 ) Asimismo agrega que
DURANTE LA CURA tenemos una lucha incesante contra las resistencias porque se
mudan a transferencias hostiles.

Mecanismo de la curación según Freud = Desde la Teoría de la libido.

Freud, S. (1919). Nuevos caminos de la terapia analítica


Freud dice que la tarea del analista es llevar al enfermo a tomar noticia de las mociones
reprimidas, poniendo para ello en descubierto resistencias que en su interior se oponen a
tales ampliaciones de su saber sobre su propia persona.

Para lograr esa meta nos valemos de la transferencia del paciente sobre la persona del
médico, para que se convenza de que los procesos represivos son inadecuados. El
psicoanálisis es llevar a la conciencia algo reprimido en el sujeto.

Se busca un análisis de los síntomas y las exteriorizaciones patológicas del sujeto ya que
estos son compuestos a des-integrar. Los elementos de esta composición están
constituidos por mociones pulsionales; el enfermo no sabe nada sobre estas. Debemos
reconducir los síntomas a las mociones pulsionales que los motivan y que son
desconocidos para el paciente.
El neurótico nos ofrece una vida desgarrada, segmentada. Y al eliminar las resistencias se
van integrando en torno al Yo todas las mociones pulsionales que estaban escindidas de
este.

La psicosíntesis se produce sin la intervención del analista, se da de manera automática; se


crearon sus condiciones con el análisis y la descomposición de los síntomas y la
cancelación de las resistencias. Por ello, nuestra terapia emprenderá otros caminos, los de
la “Actividad del analista”: hacer consciente lo reprimido y poner en descubierto las
resistencias.

La cura analítica debe realizarse, en la medida de lo posible, en estado de privación, de


abstinencia. No debe entenderse por esto una privación de una necesidad cualquiera, ni
tampoco la abstención del comercio sexual. Se relaciona más con la dinámica de la
contracción de la enfermedad y el restablecimiento. Toda mejoría del padecer aminora el
tiempo del restablecimiento y reduce la fuerza pulsional que esfuerza hacia la curación.
Debemos cuidar que el padecer del enfermo no termine prematuramente, sino corremos el
riesgo de solo conseguir mejorías modestas y no duraderas.

El paciente se empeña con esfuerzo en procurarse satisfacciones sustitutivas: se vale de


actividades, preferencias y hábitos, elevándolos a la condición de satisfacciones
sustitutivas. La tarea es pesquisarlos uno por uno y pedirle que renuncie a ellos, por
inocente que resulte esa actividad productora de satisfacción.

El psicoanalista realiza, entonces, una intervención contra estas satisfacciones sustitutivas.


El enfermo suele buscar la satisfacción en la cura misma, dentro de la relación de
transferencia con el médico; no es bueno consentirle demasiado, sino cometemos un error
económico de hacer que todo le sea los más grato posible al paciente, solo para que se
sienta a gusto, y en otras ocasiones de su vida corra a refugiarse allí. Lo adecuado al fin es
denegarle aquellas satisfacciones que más intensamente desea y que exterioriza con mayor
urgencia.

En la cura es preciso mantener el estado privación. (Lo siguiente tiene que ver más con la
neutralidad:) Nos negamos de manera terminante a hacer del paciente un patrimonio
personal, a plasmar por él su destino, a imponerle nuestros ideales, y a complacernos luego
de haberlo formado a nuestra imagen y semejanza. No se debe educar al enfermo para que
se asemeje a nosotros, sino para que se libere y consume su propio ser (objetivo).

Lacan, J. (1987). La dirección de la cura y los principios de su poder.


Capítulo 1
Punto 2:
El psicoanalista no dirige al paciente sino que dirige la cura.
La dirección a la cura consiste en hacer aplicar la regla analitica o sea las directivas en la
situación analitica, en lo mejor de los casos el sujeto las aplicará sin pensar en ellas.

Punto 3: el analista también debe pagar


El analista paga:
★ Paga con su palabra, con su interpretación.
★ Con su persona, porque se presta como soporte: (Se puede relacionar con el texto de más
adelante de dirección de la cura que dice que se considera a algo como interpretación por sus efectos, por los
efectos que tiene la respuesta del analista sobre el cuerpo y el goce del analizante)
★ Paga con su juicio, con su ser.

Punto 4: “poner al analista en el banquillo” (él también se incluye) para observar qué tanto
está seguro de su accionar. Si está más interesado en su ser, si se cree el oráculo (dirigir al
paciente) y lo articula a su capricho.
No es que se pretenda medir el efecto de la palabra. (lacan habla en primera persona, pero
habla en general sobre los analistas) “lejos de poder medir todo el efecto de mis palabras” “
libre siempre del momento, de la elección de mis intervenciones”.

Punto 5:
En el manejo de la trasferencia “mi libertad se encuentra enajenada por el desdoblamiento
que sufre mi persona”

Lacan plantea que el psicoanálisis debe ser estudiado como una situación entre dos.
Pero la relación entre dos, es con otro (no con la figura del analista) bajo la experiencia de
la transferencia. En esta los sentimientos del analista quedan por fuera, “muertos” (metáfora de
lacan de un juego que nadie conoce), no tienen lugar posible. Si esto sucede se quedan sin quien
“conduzca”/guíe la dirección de la cura “por eso el analista es menos libre en su estrategia
que en su táctica”:

+ libre en las intervenciones - libre en el manejo de la transferencia.

Punto 6:
El analista es aún menos libre en aquello que domina estrategia y táctica: a saber, su
política, en la cual haría mejor en ubicarse por su carencia de ser que por su ser. Para decir
las cosas de otra manera: su acción sobre el paciente se le escapa junto con la idea que se
hace de ella, si no vuelve a tomar su punto de partida en aquello por lo cual ésta es posible,
si no retiene la paradoja en lo que tiene de desmembrado, para revisar en el principio la
estructura por donde toda acción interviene en la realidad.
Critica a los psicólogos “de hoy” de su época. Menciona que son analistas educadores, que
atienden desde su ego, el sujeto es más bien inactivo. Ofrecen guiarlos a la felicidad.

Capítulo 5
Punto 18:
Henos aquí pues en el principio maligno de ese poder siempre abierto a una dirección
ciega. Es el poder de hacer el bien, ningún poder tiene otro fin, y por eso el poder no tiene
fin, pero aquí se trata de otra cosa, se trata de la verdad, de la única, de la verdad sobre los
efectos de la verdad.
¿A dónde va la dirección de la cura? Tal vez baste con interrogar a sus medios para definirla en su
rectitud.
1. Que la palabra tiene en ella todos los poderes, los poderes especiales de la cura;
2. Que estamos bien lejos por la regla [fundamental] de dirigir al sujeto hacia la palabra
plena, ni hacia el discurso coherente, pero que lo dejamos libre de intentarlo;
3. Que esa libertad es lo que más le cuesta tolerar;
4. Que la demanda se pone entre paréntesis en el análisis, puesto que está excluido
que el analista satisfaga ninguna de ellas;
5. Que puesto que no se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo, es hacia eso
hacia donde el sujeto es dirigido e incluso canalizado;
6. Que la resistencia a esa confesión, en último análisis, no puede consistir aquí en
nada sino en la incompatibilidad del deseo con la palabra.
Proposiciones que tal vez todavía haya algunos, e incluso en mi auditorio ordinario, que se
asombre de encontrar en mi discurso. Se siente aquí la ardiente tentación que debe ser
para el analista responder por poco que sea a la demanda.

Lacan, J. Definición de la clínica psicoanalítica


"La clínica psicoanalítica, es lo real en tanto que (él) es lo imposible de soportar. El
inconsciente es a la vez la huella y el camino por el saber que constituye: haciéndose un
deber repudiar todo lo que implica la idea de conocimiento."

Unidad II
Formas de presentación del padecimiento subjetivo

Freud, S. (1926). Inhibición, síntoma y angustia.


Capítulo 1
Diferencia síntoma de Inhibición. Menciona que no han crecido los dos en el mismo suelo.
«Inhibición» tiene un nexo particular con la función y no necesariamente designa algo
patológico: se puede dar ese nombre a una limitación normal de una función. En la
inhibición donde está presente una simple rebaja de la función y puede llegar a ser un
síntoma. La nombra también "limitación funcional del yo", sea por precaución o por
consecuencia de un empobrecimiento de energía.
En cambio, «síntoma» equivale a indicio de un proceso patológico. Se trata de una
desacostumbrada variación de una función de una nueva operación.
Freud describe perturbaciones en la función sexual, la alimentación, la locomoción y el
trabajo profesional.
a. La función sexual sufre muy diversas perturbaciones, la mayoría de carácter de
inhibiciones simples. Son resumidas como impotencia psíquica. El logro de la operación
sexual normal presupone un decurso muy complicado, y la perturbación puede intervenir en
cualquier punto de él.
b. La perturbación más frecuente de la función nutricia es el displacer frente al alimento por
quite de la libido. Tampoco es raro un incremento del placer de comer; se ha investigado
poco una compulsión a comer que tuviera por motivo la angustia de morirse de hambre.
Como defensa histérica frente al acto de comer conocemos el síntoma del vómito. El
rehusamiento de la comida a consecuencia de angustia es propio de algunos estados
psicóticos (delirio de envenenamiento).
c. La locomoción es inhibida en muchos estados neuróticos por un displacer y una flojera en
la marcha; la traba histérica se sirve de la paralización del aparato del movimiento o le
produce una cancelación especializada de esa sola función (abasia). Particularmente
característicos son los obstáculos puestos a la locomoción interpolando determinadas
condiciones, cuyo incumplimiento provoca angustia (fobia).
d. La inhibición del trabajo muestra un placer disminuido, torpeza en la ejecución, o
manifestaciones reactivas como fatiga (vértigos, vómitos) cuando se es compelido a
proseguir el trabajo.
➔ La histeria fuerza la interrupción del trabajo produciendo parálisis de órgano y
funciones, cuya presencia es inconciliable con la ejecución de aquel.
➔ La neurosis obsesiva lo perturba mediante una distracción continua y la pérdida de
tiempo que suponen las demoras y repeticiones interpoladas.

Capítulo 2
El síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es un resultado
del proceso represivo.
La represión parte del yo, quien, eventualmente por encargo del superyó, no quiere acatar
una investidura pulsional incitada en el ello. Mediante la represión, el yo consigue coartar el
devenir consciente de la representación que era la portadora de la moción desagradable
(una representación inconciliable). Por obra del proceso represivo, el placer de satisfacción
se muda en displacer. La represión, por ende, equivale a un intento de huída. El yo quita la
investidura (preconciente) de la agencia representante de pulsión que es preciso reprimir
(desalojar), y la emplea para el desprendimiento de displacer (de angustia).
Es un intento de solución fallida por parte del mecanismo represivo; por ello se dice que el
síntoma es una formación inconsciente.

Síntoma Inhibición Angustia


Designa algo patológico. No designa algo patológico. El yo utiliza la angustia para llevar a
Sin embargo, puede ser cabo la represión; se reproduce
sintomático. como estado afectivo siguiendo una
imagen mnémica preexistente que
se despierta y funciona
sedimentaciones de vivencias
traumáticas.

Es extraterritorial al yo (un Inhibición tiene que ver con El yo es almácigo de la angustia;


cuerpo extraño). Es un el yo. renuncia para evitar el desarrollo
sustituto de una satisfacción de angustia.
pulsional interceptada por el
proceso represivo.
● Sustituto mutilado,
desplazado de la
moción pulsional.
● No se le permite
descargarse por la
motilidad ni
desbordarse sobre el
mundo exterior. Por
ende, es obligado a
agotarse en la
alteración del cuerpo
propio.

Se engendra a partir de una Limitación/perturbación de La energía de la moción pulsional


moción pulsional reprimida: las funciones yoicas por no se convierte en angustia.
el yo recurre a la señal de precaución o
displacer angustia y sofoca la empobrecimiento del yo.
moción. ● Perturbación de la
función sexual.
● Perturbación de la
función nutricia.
● Perturbación de la
locomoción.
● Perturbación del
trabajo.

Es el motor del análisis. Hace tope a la intervención,


al análisis.
Requiere de una nueva
operación: la represión.
No es reconocida como Se producen para:
satisfactoria, ésta cobra el ● Evitar conflicto con el
carácter de compulsión. SUPERYÓ, al servicio de
la autopunición y la
prohibición.
● Evitar conflictos con el
ELLO.
● Cuando se necesita el
yo para una tarea
psíquica gravosa, se
empobrece tanto en su
energía que se ve
limitado en su gasto.

Iuale, L. (2013) El síntoma en la psicosis


La autora retoma lo mencionado en varios escritos de lacan sobre el síntoma en la
psicosis, siendo para este definido en primer lugar como “lo analizable”. A si mismo la
autora rescata que diferencia el síntoma psicoanalizables de otros que funcionan como
indicio de diagnóstico +.

Los síntomas que dan indicios de un diagnóstico pueden entenderse como (esto ya lo
dice la autora) a lo que Freud llamaba en la conferencia 17. “síntomas típicos”, siendo
síntomas semejantes en todos los cuadros clínicos. De esta manera Freud aclara que
“mediante estos síntomas típicos nos orientamos para formular un diagnóstico”. Sin
embargo, ¡y a tener en cuenta! la autora precisa que si bien estos síntomas nos orientan no
necesariamente son analizables (por eso la distinción que hace lacan).
Lo que llamamos analizable en la psicosis incluiría el manejo de la transferencia, los
modos en que operamos y las particularidades que cobra la posición del analista.

sumado aportado por Lacan en el seminario 3, respecto de otra distinción que hace entre la
creencia y la certeza, mencionando que “el psicótico no cree en la realidad de la
alucinación, pero no tiene duda de que esta le concierne” [¡Eso que le concierne es la certeza!]
De esta manera, la certeza constituye eso “típico” de la psicosis, y por ende no
analizable, es eso incurable. Entonces puede decirse que, puede variar la forma de
presentación del fenómeno psicótico (...) pero lo que no cede es la certeza de que eso le
está dirigido. El hombre del grito tenía la CERTEZA de que él había matado a su mujer con sus gritos.; también de
que un familiar lo había maldecido y que los extranjeros sedujeron a sus hijas.

Hay una “doble dimensión del síntoma” presente en los distintos cuadros clínicos: el
síntoma analizable y el síntoma incurable.

Lacan, J. (1962-1963) El Seminario 10. La angustia. Clase 9 (acting out y


pasaje al ‘acto)
El síntoma es parecido al acting out: ambos se muestran como distintos de lo que son. El
síntoma no puede ser interpretado directamente, sino que se necesita la transferencia, o
sea, la introducción del Otro. No llama a la interpretación como lo hace el acting out.

En el síntoma la interpretación es posible, pero con una determinada condición añadida:


que la transferencia esté establecida. PERO el síntoma no es llamado al Otro, no es lo que
muestra al Otro. El síntoma, en su naturaleza, es goce; goce revestido sin duda, que no nos
necesita a nosotros como el acting out, sino que se basta a sí mismo.

A diferencia del síntoma, el acting out es el esbozo de la transferencia. Es una transferencia


salvaje. No hay necesidad de análisis para que haya transferencia. Pero la transferencia sin
análisis es el acting out.

Apuntes de clase sobre acting out y pasaje al acto: Tanto acting como pasaje al acto son respuestas subjetivas posibles. 
En el acting out se está dirigiendo a otro, hay escena. Hay un valor de verdad que sube a
escena en esa modalidad de actuación, hay algo del orden del deseo que se le impide. Es
más, hay una direccionalidad al otro. Como fue mencionado, se parece al síntoma porque
se muestra distinto por lo que es (no hay que dejarse obnubilar). ¡Es una alerta para el
analista que significa que el deseo está siendo impedido! Si bien el “acting out” llama a la
interpretación (a diferencia del síntoma que no llama a la interpretación), no hay que
interpretarlo porque no sirve para nada; tampoco sirve prohibirlo. Lacan dice que hay que
meter el caballo en el picadero para “domarlo”; el acto del analista es activo: el jinete que
meterá al caballo en el picadero. Aparece cierto manejo de la transferencia, domeñarlo y
meterlo ahí para que el paciente pueda decir algo de eso que muestra; es decir, que ha ya
articulación significante. El paciente debe poder decir algo de eso que muestra en escena.
En el pasaje al acto no hay otro (el Otro no está), así que el sujeto queda reducido al objeto
–hay una destitución subjetiva, donde el sujeto queda reducido a ese resto al identificarse al
objeto–; es un dejarse caer de la escena del otro. La imagen gráfica es el arrojarse por la
ventana: dejarse caer, reducido a eso.  Esto constituye el máximo borramiento del sujeto
(aparece borrado por la barra; no es barrado, es borrado). Lacan pone como ejemplo a
Dora, dando una bofetada, caída a un objeto porque es “nada”. Es importante ubicar las
estructuras. Aquí, como no está dirigido a nadie, no hay puesta en escena.

Lombardi, G, (2011). Tres formas de la angustia: una contribución de la


clínica a la ética del psicoanálisis
La angustia: es la sensación del ser hablante ante lo real, frente a lo cual aún no se decide
intervenir.
En el neurótico clásico, la angustia es el umbral que desencadena la crisis, el pánico y
siempre retrocede. Este experimenta esa angustia como angustia de castración
sintomatizada que requiere elaboración. (¡Hay 3 formas de la angustia!)

★ 1° La angustia sin derivación psíquica


Lombardi retoma lo dicho por Freud en 1895 sobre lo que él llamó Neurosis de angustia, (y
hoy en día se lo llama con el nombre de trastorno de angustia en el DSM o ataque de
pánico (entre otras nomenclaturas). Entonces, para Freud, las neurosis de angustia se
producen cuando la angustia no encuentra derivación psíquica. Al faltar la preparación
subjetiva, el paciente queda afectado por un padecimiento que parece puramente mecánico,
es una angustia automática.

ANGUSTIA LA ANGUSTIA ES SIN OBJETO, ni significación alguna


El angustiado no sabe nada de su génesis, ni tampoco ante qué se angustia.
Freud señala que “ni siquiera lo sabe de forma inconsciente”
Por esto es que no hay posibilidad actual de elaboración psíquica.
La causa específica de la neurosis de Angustia para este autor, es un mal hábito sexual.
(ejemplo la interrupción del coito) por lo tanto la angustia es resultado de un
comportamiento equivocado que ocasiona el cuadro clínico.
La neurosis de angustia para Freud es una neurosis “actual”. No se basa en un trauma
previo, se desconoce sus antecedentes, (no están reprimidos).

¿Cómo tratarlo? Lombardi retoma lo descubierto por otro autor que esta angustia puede no
tener ninguna significación psíquica, ningún sentido elaborable, entonces no tiene sentido
recurrir a solucionarlo por medios analíticos.
Desde Freud, esta angustia es exterior a lo psíquico y las publicidades pueden tentar al
angustiado a hacer uso de una pastilla, ser tratada mediante una pastilla/fármaco.

★ 2° La angustia, efecto de lo real


Es una perspectiva (filosófica) de la angustia que entiende a estas como la sensación
específica de este ante coordenadas en las que su acción es requerida (es decir una
angustia que le indicaría que tiene que realizar una acción)
● Se responsabiliza al ser hablante,
● La angustia, es señal de una configuración real que le concierne
● desde esta: El ser hablante es convocado a un cambio de posición que consiste
en perder algo para ganar algo.

LA ANGUSTIA COMO OTRA SALIDA QUE NO ES LA HUIDA, ni el pánico.


Convoca a una elección
ES UNA OPORTUNIDAD DE ACCIÓN una disposición a la acción, un pre-acto
(la angustia es previa al acto) y es una señal percibida en el cuerpo
Retomando lo que dice Freud [en este caso] “la angustia es una modalidad de tránsito de la
pasividad a la actividad”.
Lombardi hace hincapié en lo que decían estos filósofos respecto de que “puede advertir
que hay una tormenta en el aire y no necesariamente sobreviene una catástrofe”
El objeto de angustia es el mundo como tal (su relación con él) Es una angustia
realista, que señala (displacenteramente) pero el ser hablante se sirve de esta como
referencia. Por eso menciona que es una angustia que no engaña, sino que ofrece una
certeza en un mundo engañoso. Por lo tanto la angustia está para señalar un nuevo
estado.

★ 3° La degradación neurótica de la angustia en miedo


LA ANGUSTIA ES UN DISPLACER CORPORAL QUE SEÑALA UN REAL,
………………………….que podría tener un valor ético, de orientación para la acción
Indica una posibilidad de elección, pero el neurótico la ve como
una elección forzada. Por lo tanto, la evita lo más que puede. ¿Cómo? Con una solución
de compromiso, en términos Freudianos, REEMPLAZA LA ANGUSTIA CON UN
SÍNTOMA. QUE OBSTACULIZA EL ACTO. Esta solución esconde un desgarramiento del
ser moral, encubre una escisión ética, que es fuente de un sentimiento icc de culpa.
➔ Ejemplo : El síntoma fóbico es equivalente a esta angustia. Caso Hans
Hay una degradación de la angustia en miedo “miedo del caballo”
Sin embargo, las personas no saben decir ante qué se angustian y mediante una
elaboración secundaria lo enlazan a una fobia (Freud)

El psicoanálisis, desde el método propuesto por freud (asociación libre) invita al sujeto a
que hable, no actúa (por ahora), de esta manera no “corres ningún peligro”.
El trabajo analítico será entonces el uso de este síntoma como una brújula para que se
despliegue en lo simbólico, hasta finalmente haya un pasaje de lo simbólico a lo real.
“El miedo va a ir tomando, en análisis, la forma de una angustia degradada” (que
quede a la vista la división subjetiva del sujeto - ejemplo “ le da asco pero le gusta”) EL
ANALISTA (al final) acompañó al analizante a que este pueda realizar el acto el cual ya
no representa angustia para este. Para la cura psicoanalítica hay que hacer una
elaboración de las coordenadas de la angustia, cuyo designio es acompañar al sujeto
al acto.
Unidad III
Iniciación del tratamiento e instauración de la transferencia

Freud, S. (1914). Recordar, repetir y reelaborar


La técnica psicoanalítica ha pasado por diversas alteraciones desde el comienzo (método
catártico que buscaba la abreacción, ocurrencias libres del analizado con presión en la
frente) hasta llegar a la actual: en términos descriptivos "llenar las lagunas del recuerdo", en
términos dinámicos "vencer las resistencias de represión".
El olvido de las impresiones, escenas, vivencias, se reduce generalmente a un bloqueo de
ella; el paciente suele decir que lo ha sabido siempre, solo que no se le pasaba por la
cabeza.
Para un tipo particular de importantísimas vivencias, sobrevenidas en épocas muy
tempranas de la infancia y que en su tiempo no fueron entendidas, pero han hallado
inteligencia e interpretación con efecto retardado, Après-coup. Se llega a tomar noticia de
ellas a través de sueños.
El signo distintivo de la técnica actual (es decir, en 1914, luego de abandonar la hipnosis y tomar la regla
fundamental y la asociación libre como bandera) respecto de la época hipnótica breueriana, se puede
decir que: el paciente no recuerda nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo
“Actúa/agieren”; no lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite sin saber que lo
hace. Por ejemplo: el paciente no refiere acordarse de haber sido desafiante e incrédulo
frente a los padres; en cambio, se comporta de esa manera frente al analista. No se
acuerda de haber sentido intensa vergüenza por ciertos quehaceres sexuales, ni de haber
temido que lo descubrieran, pero manifiesta avergonzarse del tratamiento a que ahora se
somete y procura mantenerlo en secreto frente a todos.
Esta compulsión a la repetición es su manera de recordar. Por supuesto que lo que más nos
interesa es la relación de esta compulsión a repetir con la transferencia y la resistencia.
Pronto advertimos que la transferencia misma es solo una pieza de repetición del pasado
olvidado.
Por eso tenemos (los analistas) que estar preparados para que el analizado se entregue a
la compulsión de repetir, que le sustituye ahora el impulso de recordar, no solo en la relación
personal con el analista, sino en todas las otras actividades y vínculos de la vida (por
ejemplo: si durante la cura elige un objeto de amor, toma a su cargo una tarea, inicia una
empresa).
Tampoco es difícil discernir la participación de la resistencia. Mientras mayor sea esta, tanto
más será sustituido el recordar por el actuar (repetir). Si la cura empieza bajo el patronazgo
de una transferencia suave, positiva, esto permite una profundización en el recuerdo; pero si
en el ulterior trayecto esa transferencia se vuelve hostil o hiperintensa, el recordar deja sitio
enseguida al actuar. Y a partir de ese punto las resistencias comandan la secuencia de lo
que se repetirá.
¿Qué es lo que repite o actúa? Repite todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se
ha abierto paso hasta su ser manifiesto: sus inhibiciones, y actitudes inviables, sus rasgos
patológicos de carácter. Y además: repite todos los síntomas.
El trabajo terapéutico consiste en la reconducción al pasado. El paciente debe tener el
coraje de ocupar su atención en los fenómenos de su enfermedad, tomándola como un
digno oponente. Así es preparada desde el comienzo la reconciliación con eso reprimido
que se exterioriza en los síntomas, pero también se concede cierta tolerancia a la condición
de enfermo.
La táctica y meta que el analista seguirá es siempre el reproducir eso en un ámbito
psíquico. Se dispone a librar una permanente lucha con el paciente a fin de retener en un
ámbito psíquico todos los impulsos que él querría guiar hacia lo motor. Cuando la ligazón
transferencial se ha vuelto viable, el tratamiento logra impedir al enfermo todas las acciones
de repetición más significativas y utilizar el designio de ellas como un material para el
trabajo terapéutico.
El principio recurso para domeñar la compulsión de repetición del paciente, y transformarla
en un motivo para el recordar, reside en el manejo de la transferencia. Le abrimos la
transferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con una libertad casi total,
y donde se le ordena que escenifique para nosotros todo pulsionar patógeno que
permanezca escondido en la vida anímica del analizado. Conseguimos dar a todos los
síntomas de la enfermedad un nuevo significado transferencial, sustituir su Neurosis
ordinaria por una Neurosis de Transferencia, de la que puede ser curado en virtud del
trabajo analítico. Constituye una enfermedad artificial asequible a nuestra intervención. Es
preciso dar tiempo al enfermo para enfrascarse en la resistencia, no consabida para él; para
re-elaborarla, vencerla prosiguiendo el trabajo en desafío a ella y obedeciendo a la regla
analítica fundamental. En la práctica, esta reelaboración de las resistencias puede
convertirse en una ardua tarea para el paciente, y en una prueba de paciencia para el
analista. No obstante, es la pieza del trabajo que produce el máximo efecto alterador sobre
el paciente y que distingue al tratamiento analítico de todo influjo sugestivo.

Apuntes sobre Recordar, repetir y reelaborar:

Repetir es una manera de recordar lo que está encubierto. Se presentifica algo por fuera del
orden del recuerdo, no vehiculizado por la palabra. Freud nos dice que no es del orden del
recuerdo, sino del agieren1.

La transferencia puede producir mecanismos que logren hacer consciente lo reprimido, lo


inconsciente. En Elisabeth busca la causalidad, la determinación del síntoma, que es un
saber no sabido. Presta atención a esos eslabones de causación, a esos nexos, a esos
fallidos y lagunas, esperando que el inconsciente “escupa” ese significante reprimido que dé
cuenta de la causa del determinismo. Presta atención a eso que, particularmente, no tiene
que ver con el recuerdo, sino con el olvido: es el agujero. Todo recuerdo es encubridor en la
medida que es el agujero traumático imposible de decir, y esto es porque sobre lo reprimido
original (lo cual es irrecordable) se monta todo lo demás.

El agieren se actualiza en el análisis. Repite sin saber que lo repite, sus inhibiciones,
síntomas, actitudes inviables y rasgos patológicos de carácter. La resistencia para Freud es

1
No confundir con un acting out,.aunque esto es una mostración de algo que no se está pudiendo escuchar
todo lo que obstaculiza la regla fundamental. Cuanto más agieren, más recuerdo. Es un
fragmento real y actual, no sabido por el sujeto, no hay intencionalidad de actuar nada:
surge en lugar del recuerdo porque la resistencia opera para que no aparezca el recuerdo
de algo. Es con-el-analista. Ya no es igual, es nuevo, aunque actúe díscola como se
comportaba con los padres, no es lo mismo: se opera como semblante desde ese lugar.

Hay que conducir la cura en el sentido de la reducción de la repetición, a sostener la regla


fundamental. La resistencia es del tipo “no hay nada para decir”. Y el agieren involucra otro
registro: hay algo en la mirada, en la forma de moverse, una postura, etc. Es la puesta en
acto de la realidad sexual del inconsciente.

“Él no recuerda haber sido desafiante con sus padres; actúa con el analista”. Eso es una
interpretación, ahí necesita un psicoanalista para que interprete mediante asociaciones. Eso
se construye para poder ubicarse en el lugar del otro de la transferencia. Agieren: actúa,
pero también actualiza: se presentifica algo de lo real.

Agieren NO ES acting out:

El acting out va más allá de la actitud correctiva, es hint al analista, le indica que tiene que
corregir su posición. Hay algo que excede, algo más estructural al acting out.

La maniobra del analista es insatisfacer, pero primero hay que alojar: dejarse hacerse,
dejarse atrapar, hasta que la transferencia instalada propicia que haya otra manera, otra
modalidad, que objetar el acto analítico y la interpretación.

El agieren es el modo de transferencia resistencial, una de las caras de la transferencia que


le aporta al analista algo invaluable. La nueva técnica, que actualiza, parece en primera
instancia agravar la sintomatología porque la reactualiza, la trata de actual. Se le ofrece al
paciente el tratamiento como una palestra donde se le da lugar, siempre que se respeten las
condiciones del tratamiento: la regla fundamental.

Se debe tomar al síntoma del paciente como un digno oponente, mostrarle lo adaptado que
está e su síntoma. No se trata de que no haya síntoma, se trata entonces de que el síntoma
reduce su cara sufriente (por ejemplo, detrás de cada reproche hay autorreproche). Se debe
buscar la ajenidad respecto del yo, quitándole de su sistema, rompiendo su homeostasis.

Freud, S. (1916). 27° conferencia: La transferencia


En este texto Freud comienza introduciendo que “el conflicto patógeno de los neuróticos es
una disputa entre poderes de los cuales uno alcanzó el estadio de lo preconsciente y
consciente, mientras que el otro fue contenido en el estadio de lo inconsciente. Por eso no
puede lograrse un acuerdo. Solo se puede (lograr un acuerdo) si los dos se encuentran en
el mismo terreno. Pienso que la única tarea de la terapia consiste en posibilitar esto”.

Más adelante hace una mención de que no debemos educar ni ser mentores: “Sólo en
ciertas personas muy jóvenes o totalmente inermes e inestables. En ellas nos vemos
obligados a combinar la función del médico con la del educador; pero entonces tenemos
plena conciencia de nuestra responsabilidad, y nos comportamos con la necesaria cautela”.

Luego retoma que “aquello de lo cual nos valemos no puede ser sino la sustitución de lo
inconsciente por lo consciente, la traducción de lo inconsciente a lo consciente. Justo, eso
es. Al hacer que lo inconsciente prosiga hasta lo consciente, cancelamos las represiones,
eliminamos las condiciones para la formación del síntoma y mudamos el conflicto patógeno
en un conflicto normal que tiene que hallar de alguna manera su solución”.

Freud menciona que “la resistencia, en efecto, brota de una represión. La resistencia es
producida por la contrainvestidura que se erigió para reprimir la moción chocante. Por tanto,
ahora hacemos lo mismo que ya al comienzo quisimos hacer: interpretar, colegir y
comunicarlo; pero ahora lo hacemos en el lugar correcto. La contrainvestidura, o resistencia,
no pertenece al inconsciente, sino al yo”.

Con relación a las Neurosis de Transferencia y Neurosis Narcisistas comienza diciendo que
“en toda una serie de formas de neurosis, en las histerias, estados de angustia,
neurosis obsesiva, nuestra premisa se verifica. Realmente, se logra resolver la tarea,
vale decir, superar las resistencias, cancelar la represión y mudar lo inconsciente en
consciente. El éxito nos da en principio la razón. Pero existen otras formas de enfermedad
en las que, no obstante ser idénticas las condiciones, nuestro procedimiento terapéutico
nunca alcanza el éxito. Estos pacientes, los paranoicos, los melancólicos,los aquejados
de dementia praecox, permanecen totalmente incólumes e inmunes a la terapia
psicoanalítica”.

Hacia el final de este texto el autor se explaya en las Neurosis Narcisistas, dice “Los que
adolecen de neurosis narcisistas no tienen ninguna capacidad de transferencia o solo
unos restos insuficientes de ella. Rechazan al médico, no con hostilidad sino con
indiferencia. Por eso este no puede influirlos, lo que dice los deja fríos, no les causa ninguna
impresión y entonces no puede establecerse en ellos el mecanismo de curación que
implantamos en los otros, a saber, la renovación del conflicto patógeno y la superación de la
resistencia de la represión”.

Luego comienza a describir la transferencia diciendo “Si seguimos ocupándonos de


nuestros histéricos y neuróticos obsesivos, pronto no sale al paso un segundo hecho para el
cual no estamos preparados. Pasado un tiempo en efecto no podemos dejar de notar que
estos enfermos se comportan hacia nosotros de una manera muy particular. Notamos que
el paciente, al que no le interesaría sino encontrar una salida para sus conflictos
patológicos, desarrolla un interés particular hacia la persona del médico. Por eso el trato con
el paciente resulta durante un tiempo muy agradable, es particularmente obsequioso,
procura mostrarse agradecido en cuanta ocasión se le presenta. En estas condiciones el
análisis hace brillantes progresos, el paciente comprende lo que se le apunta, profundiza en
las tareas que la cura le plantea.”
Siguiendo, el autor marca la transferencia como obstáculo y cara de la resistencia. Dice
“Pero un tiempo tan bueno no puede durar siempre. Un buen día se estropea. Aparecen
dificultades en el tratamiento, el paciente asevera que nada más se le ocurre. Se tiene la
definida impresión de que pasa por alto, a la ligera, la prescripción que se le dio: la de decir
todo cuanto se le pase por la cabeza y abstenerse de toda crítica. Como si nunca hubiera
establecido aquel pacto con el médico. He aquí una peligrosa situación para el tratamiento.
Se está frente a una violenta resistencia". Continúa diciendo que “Si uno es capaz de
aclarar de nuevo la situación, reconocerá como la causa de la perturbación el hecho de que
el paciente ha transferido sobre el médico intensos sentimientos de ternura que ni la
conducta de este ni la relación nacida de la cura justifican. Pero si ese vínculo tierno del
paciente con el médico se repite de manera regular, con cada nuevo caso, tenemos que
abandonar sin duda la idea de una contingencia perturbadora y reconocer que se trata de
un fenómeno que está en la más íntima relación con la naturaleza de la enfermedad
misma”.

Luego define la transferencia y su fuente: “Llamamos transferencia a este nuevo hecho que
tan a regañadientes admitimos. Creemos que se trata de una transferencia de sentimientos
sobre la persona del médico. Más bien conjeturamos que toda esa proclividad del afecto
viene de otra parte, estaba ya preparada en la enferma y con oportunidad del tratamiento
analitico se transfirió sobre la persona del médico. La transferencia puede presentarse
como un tormentoso reclamo de amor”.

Continúa haciendo una pequeña mención de la transferencia negativa: “En los pacientes
masculinos, el médico observa, más a menudo que en el caso de las mujeres, una forma de
manifestación de la transferencia que, a primera vista, parece contradecir todo lo descrito
hasta aquí: la transferencia hostil o negativa”.

El autor luego hace mención de la transferencia como motor: “Aclaremosnos, primero,


que la transferencia surge en el paciente desde el comienzo del tratamiento y durante un
tiempo constituye el más poderoso resorte impulsor del trabajo”.

Con relación a la Transferencia positiva y negativa, Freud dice que si la transferencia se


muda en resistencia “Es preciso prestarle atención y reconocer que modifica su relación con
la cura bajo dos condiciones diferentes y contrapuestas: en primer lugar, cuando en calidad
de inclinación tierna se ha hecho tan fuerte, ha dejado ver tan claramente los signos de su
procedencia de la necesidad sexual que no puede menos que suscitar una resistencia
interior contra ella y en segundo lugar, cuando consiste en mociones hostiles. En su
simultánea presencia resultan un buen reflejo de la ambivalencia de sentimientos que rige
en la mayoría de nuestros vínculos íntimos con otros seres humanos”.
Más adelante explicará que “En la medida en que su transferencia es de signo positivo,
reviste al médico de autoridad y presta creencia a sus comunicaciones y concepciones. Sin
esta transferencia, o si ella es negativa, ni siquiera prestaría oídos al médico o a sus
argumentos”.

Regla de abstinencia: Más adelante el autor hace una mención con respecto a los
sentimientos del analista que no direccionan la cura y dice “Queda excluido ceder a las
demandas del paciente derivadas de su transferencia y sería absurdo rechazarlas
inamistosamente o con indignación. Luego continúa con la importancia de mudar el
sentimiento en recuerdo: “superamos la transferencia cuando demostramos al enfermo que
sus sentimientos no provienen de la situación presente y no valen para la persona del
médico, sino que repiten lo que a él le ocurrió una vez, con anterioridad. De tal manera lo
forzamos a mudar su repetición en recuerdo. Y retoma con esta idea la transferencia como
motor: “Y entonces la transferencia que, tierna u hostil, en cualquier caso parecía significar
la más poderosa amenaza para la cura, se convierte en el mejor instrumento de ella, con
cuya ayuda pueden desplegarse los más cerrados abanicos de la vida anímica.

Se abre una nueva posibilidad en el análisis, una nueva significación que incluye al
analista, Freud dice: “Todos los síntomas del enfermo han abandonado su significado
originario y se han incorporado un sentido nuevo, que consiste en un vínculo con la
transferencia”.

Lacan, J. (1965). La dirección de la cura y los principios de su poder


Capítulo 2: punto 8
La dirección de la cura se ordena según un proceso que va de la rectificación de las
relaciones del sujeto con lo real, hasta el desarrollo de la transferencia y luego a la
interpretación.
Profe: "el ordenamiento lógico de la dirección de la cura va desde:
● La rectificación subjetiva: ubicar la posición del sujeto en relación a su síntoma, tiene
que ver con la realidad psíquica, con eliminar la política de avestruz (dejar de
escondernos del síntoma, no quedar en la queja), el síntoma como oponente (–ya visto
en Repetir, Recordar y Reelaborar– reconciliarse con eso reprimido).
● Desarrollo de transferencia
● Hasta la interpretación: tiene que ver con la realidad psíquica, es una verdad no
exacta porque toca un punto de verdad del sujeto.

Son momentos lógicos porque, por ejemplo poder ubicar la rectificación subjetiva implica
que la transferencia ya esté instalada: el analista ocupa lugar en la transferencia

Pero también para localizar la posición subjetiva, dividir al sujeto se necesita de la


interpretación.

Punto 9 (NO ENTRA EN EL PARCIAL PERO LA PROFE MENCIONÓ ALGO DE ESTO)


El amor es dar lo que no se tiene. Por lo tanto el sujeto puede esperar que se le dé ya que
el psicoanalista no tiene otra cosa que darle. Pero incluso esa nada no se la dan. Y por esa
nada se la pagan para mostrar que de otra manera no tendría mucho calor.
Esa demanda por ser vacía es la más pura. El analista da sin embargo su presencia, pero
ésta es la implicación de su acción de escuchar y ésta es la condición de la palabra.
El sentimiento más agudo de su presencia está ligado a un momento en que el sujeto se
calla, es decir, retrocede incluso ante la sombra de la demanda.
El analista es aquel que apoya la demanda no para frustrar al sujeto sino para que
aparezcan los significantes en que su frustración está detenida

Capítulo 4: puntos 7 y 8
El analista es a quien se habla y a quien se habla libremente. Está para eso. Pero el sujeto
invitado a hablar en el análisis no muestra una gran libertad. No es que esté encadenado
por el rigor de sus asociaciones aunque le oprimen sino que desembocan en una palabra
libre, palabra plena que le sería penosa. Lo más temible es decir algo que podría ser verdad
porque podría llegar a serlo del todo si lo fuese.
Nuestra acción de escuchar se acomoda más allá del discurso. Tomo el camino de oír no de
auscultar (explotar, sondear el corazón, averiguar) la resistencia, la tensión, la palidez, la
descarga adrenalínica en la que se forma un yo más fuerte: lo que escucho es de
entendimiento.
El entendimiento no obliga a comprender.
Profe: comprender cómo ponerse en lugar del otro, empatizar, dar por sentado un sentido o
significación.
El entendimiento no deja de ser un discurso aunque fuese poco discursivo.
A lo que oigo no tengo nada que replicar si no comprendo nada de ello o si comprendo algo
estoy seguro de equivocarme. Eso no impide responder. Me callo. Frustro al hablante y a mí
mismo.
Si lo frustro es que me pide algo: que le responda. No son más que palabras, las que puede
obtener de quién quiera.
Me pide por el hecho de que habla: su demanda es intransitiva, no supone ningún objeto
("definición de Internet" demanda intransitiva: no es demanda de sujeto alguno, que no tiene objeto directo, ya que el único
objeto que el sujeto posee es aquel que lo constituye en su fantasma; entonces cuando pide, pide otra cosa que ese objeto.
Ser intransitiva supone la ilusión de que cualquier objeto es posible, pero justamente es porque hay un solo objeto que el
sujeto repite (el que él es en su fantasma))
Su petición se despliega en el campo de la demanda implícita (que es por la cual está ahí):
la de cura, revelarlo a sí mismo, hacerlo conocer el psicoanálisis, hacerlo calificar como
analista. Pero esa demanda puede esperar. Su demanda presente no tiene nada que ver
con eso, incluso no es la suya porque después de todo es el analista quien le ofreció hablar
—el sujeto aquí solo es transitivo— ("definición de Internet" sujeto transitivo: es producto de un artificio del
dispositivo, el sujeto es lo que transita a lo largo de la cadena significante).
Con oferta he creado demanda
Profe: el analista con la oferta (con su escucha, su presencia, su respuesta sostenida del
deseo del analista) crea demanda.
Pero es una demanda radical. Por el intermediario de la demanda, todo el pasado de
entreabre hasta el fondo de la primera infancia. Demandar: el sujeto no ha hecho nunca otra
cosa, vive por eso.
Es por esa vía como puede realizarse la regresión analítica y como se presenta. La
regresión muestra el retorno al presente de significantes usuales en demandas para las
cuales hay prescripción.

Lacan, J. (2003). El Seminario 8. La transferencia. Crítica de la


contratransferencia. Clase 13
El analista debe tener en cuenta los sentimientos que experimenta en el análisis, su
contratransferencia, pero no debe responder desde ahí.

1
Lo no analizado del analista hace obstáculo: “Muy pronto, desde el comienzo de la
elaboración de la noción de transferencia, todo lo que en el analista representa su
inconsciente en cuanto, diremos nosotros, no analizado, ha sido considerado nocivo para su
función y su operar como analista” “Porque, como está escrito en alguna parte, si se
descuidara cierto rincón del inconsciente del analista, de ello resultarían verdaderas
manchas ciegas. De ello resultaría eventualmente en la práctica ciertos hechos más o
menos graves o molestos - no reconocimiento, intervención fallida, inoportunidad de
alguna otra intervención, incluso error. Éste es un discurso que efectivamente se
sostiene, que yo pongo en condicional, entre comillas, pero que es un discurso
admitido.”
“Si se llevan las cosas hasta el extremo, se puede concebir un inconsciente - reserva. Debe
admitirse que en nadie se da una elucidación exhaustiva del inconsciente, por lejos que se
lleve un análisis.” “ De todas formas no se trata en su caso de un inconsciente en bruto, sino
de un inconsciente suavizado” “Toda experiencia del inconsciente se lleva a cabo en primer
lugar como inconsciente del Otro” “Y para cada uno de nosotros, la idea de que un aparato
semejante pueda existir se abre en primer lugar como inconsciente del Otro, aunque esté
elidido. Todo descubrimiento del inconsciente de uno mismo se presenta como una especie
de traducción en curso de un inconsciente que es primero inconsciente del Otro.”
“Pero una vez admitida la función del Otro, todavía es preciso que encontremos allí el
mismo obstáculo que encontramos en nosotros mismo en nuestro análisis, cuando se trata
del inconsciente - el poder positivo de desconocimiento que hay en los prestigios del yo, en
el sentido más amplio, en la captura imaginaria. Es importante advertir aquí que este
dominio, que está completamente mezclado con el desciframiento del inconsciente en
nuestra experiencia de análisis personal, tiene una posición que, preciso es reconocerlo, es
distinta cuando se trata de nuestra relación con el Otro. Aquí se pone de manifiesto lo que
llamaré el ideal estoico que se hace del análisis.”
“La vía de la apatía estoica exige que el sujeto permanezca insensible tanto a las
seducciones como a las sevicias” “ Si el analista se aparta de esta vía, ¿sería esto
imputable solamente a alguna insuficiencia de la preparación del analista en cuanto tal?
Absolutamente no, en principio”
“En cuanto al inconsciente, no tenemos forma de plantear que por sí mismo deje al analista
fuera del alcance de las pasiones. Esto sería suponer que es siempre y esencialmente, del
inconsciente de donde proviene el efecto tal” “ Son las tendencias del instinto de vida las
que se ofrecen de esta forma a esa relación con el inconsciente”
¿Por qué un analista, con el pretexto de que está bien analizado, sería insensible al
surgimiento de cierto pensamiento hostil que puede percibir en una presencia que se
encuentra ahí? y hay que suponer, por supuesto, para que algo de este orden se produzca,
que no está ahí como presencia de un enfermo, sino como presencia de un ser que ocupa
lugar.” Dice Lacan - “Podrán producirse en su presencia toda las clases posibles de
reacción” “¿Por qué descalificaría al analista en su función?”

2
“Si el analista realiza algo así como la imagen popular, o también la imagen deontológica,
de la apatía, es en la medida en que está poseído por un deseo más fuerte que aquellos
deseos de los que pudiera tratarse” “En él se ha producido una mutación en la economía de
su deseo”
“Sócrates emite en algún lugar el pensamiento de que el deseo más fuerte de entre todos
los deseo ha de ser sin duda el deseo de muerte” “Aquí adquiere un valor ilustrativo de la
dirección en la que les indiqué que se podía concebir la reorganización, la reestructuración
del deseo en el analista” “¿Juega o no con la muerte? Como yo mismo he escrito en otra
parte, en la partida que es el análisis, que seguramente no es estructurable en términos de
partida entre dos, el analista juega con un muerto” “El analista tiene un partenaire” “el
analista debe ayudar al sujeto a encontrar qué hay en el jeugo de su partenaire. Y para
llevar a cabo ese juego, el analista, por su parte, en principio no debe tener que complicarse
la vida con un partenaire. Por esta razón se dice que el a del analista tiene que comportarse
como un muerto” “Por desgracia, no cuela” “Desde algún tiempo, se admite efectivamente
en la práctica que el analista ha de tener en cuenta, en su información y en su maniobra, los
sentimientos, no que él inspira, sino que experimenta en el análisis, es decir, lo que se llama
su contratransferencia”

3
“Aparentemente la contratransferencia es exactamente de la misma naturaleza que
aquella otra fase de la transferencia, la transferencia en tanto que la llaman positiva o
negativa, y que todo el mundo entiende como los sentimientos experimentados por el
analizado respecto al analista. Pues bien, la contratransferencia en cuestión - y se admite
que debemos tenerla en cuenta, aunque sigue en discución que se debe hacer con ella,
está hecha de los sentimientos experimentados por el analista en el análisis”
“En mi opinión no es posible comprenderlo fuera del registro de lo que he señalado como el
lugar de a, el objeto parcial, el ágalma, en la relación de deseo, en tanto ella misma está
determinada en el interior de una relación más amplia, la de la exigencia de amor. Sólo
dentro de esta topología podemos comprender una forma de proceder semejante. Esta
topología nos permite en efecto decir que aunque el sujeto no lo sepa - sólo a través de la
suposición, diría yo, objetiva de la situación analitíca - donde a minuscula funciona es ya en
el otro” “Aquí se trata tan sólo de un efecto irreductible de la situación de transferencia” “ Por
el solo hecho de que hay transferencia, estamos implicados en la posición de ser aquel que
contiene el agalma” “ Ciertamente, sólo en la medida en que sabe qué es el deseo, pero no
sabe lo que desea ese sujeto - con el cual está embarcado en la aventura analítica - está en
posición de tener en él, el objeto de dicho deseo. Esto es lo único capaz de explicar algunos
de esos efectos todavía tan singularmente pavorosos, al parecer”
“Para nosotros, si nos dejamos guiar por las categorías que hemos producido, el sujeto es
introducido como digno de interés y de amor en el comienzo mismo de la situación. Es por
él por quien estamos ahí. Éste es el efecto, por así decir, manifiesto. Pero hay un efecto
latente, que está vinculado a su no-ciencia, a su insciencia. ¿Insciencia de qué? - de
aquello que es precisamente el objeto de su deseo de un modo latente, quiero decir objetivo
o estructural. Este objeto está ya en el Otro, y en la medida en que esto es así, está, lo sepa
él o no”
“Lo que pongo en tela de juicio no es la absurdidad de semejante temática sino por el
contrario, qué la justifica”
Lombardi, G. (2004). La clínica del psicoanálisis 3: Las Psicosis. Capítulo V:
Lombardi en el texto intenta rescatar lo más importante del escrito de Lacan “cuestiones
preeliminares a todo tratamiento posible de la psicosis” de 1959
➔ Allí introduce el concepto de la Forclusión del significante del nombre
del padre
➔ Elabora qué pueden hacer los analistas en las psicosis, cómo
abordarlas,
➔ introduce que Los efectos de la forclusión son el déficit metaforico, los
trastornos del lenguaje, ausencia de significación fálica en el decir del
psicótico , pero sobre todo se caracteriza por el significante que viene
(en el lugar de la metáfora).
➔ El síntoma en la psicosis entonces seria un significante en lo real, que
no remite a nada, que queda afuera de lo simbólico.
➔ Introduce el termino de “formarse de la maniobra de transferencia
en la psicosis”

En el Capítulo iv Lacan, en relación al desencadenamiento de la psicosis, habla


sobre “entrar en la subjetividad del delirio” desencadena o agrava la psicosis. A
esto el autor propone “una sumisión completa a las posiciones propiamente
subjetivas del enfermo”
➔ esto implica NO CONTAR COMO SUJETO.

A su vez en este capítulo introduce la fórmula de la metáfora paterna, “al llamado nombre
del padre responde con la carencia del mismo” “responde con un agujero”, un agujero en lo
simbólico determinado por la forclusión. El agujero deja al sujeto en la situación clínica
llamada prepsicosis, acá entra en perplejidad, no puede responder, aparecen los
fenómenos de franja. ¡PERO EN LA PSICOSIS PROPIAMENTE DICHA DEBE DARSE
OTRO SUCESO QUE ES (EN TÉRMINOS DE LACAN) LA PRESENCIA DE UN PADRE
EN LO REAL, UN PADRE QUE ES RECHAZADO A LO REAL!
Esto además no sucede en cualquier momento, ocurre cuando el mismo se ve
comprometido por su deseo en un acto, un acto sexual con el partenaire amado.
(en la esquizo ni siquiera requiere un acto)
la fantasía (para el neurótico) permite que todo sea posible. En cambio en la psicosis está la
confrontación con lo imposible.
El neurótico reprime y el psicótico rechaza. (por lo que entendi)
En CUESTIÓN PRELIMINAR de Lacan, habla sobre la transferencia en la psicosis. La
sugestión es el uso del poder que le confiere la transferencia a la palabra del Otro.
La maniobra de la transferencia que hay que evitar es la intervención desde el nombre del
padre, desde la instalación de la ley del padre, porque eso va en contra de “la sumisión
completa a las posiciones subjetivas del enfermo” que menciona Lacan.
El texto habla sobre el peligro de tomar prepsicoticos por que una mala intervención podría
desencadenarlos.

Sobre la posición del analista:


● Es necesario no ser sujeto, no se debe desalojar al psicótico de su posición como
sujeto porque eso deriva en EROTOMANIA (deseo sexual exacerbado
● EL ANALISTA TAMPOCO DEBE SER SUJETO SUPUESTO A SABER (en los casos
de psicosis, ni tomar ese papel fielmente en la neurosis)
● La mejor posición, es posicionarse “como semblante de objeto a” porque permite
hacer sumisión completa.
● EL ANALISTA SUELE PRESTAR “SU PRESENCIA” “SER DEPÓSITO DE LOS
GARABATOS DEL PSICÓTICO QUE DICEN ESTÉ SER POEMAS” “SER OREJA U
OJO, SER TESTIGO DE LO QUE TRAE EL PSICÓTICO” O TAMBIÉN PUEDE SER
“SECRETARIO DEL ALIENADO” todo causa algo en el sujeto.
● No olvidar, que también el analista es quien a veces causa el deseo,
● es quien sostiene, por que es al único que el psicótico cuenta sus elaboraciones
delirantes.
Como se sabe, en la psicosis no hay nada que desifrar, no hay goce reprimido, he
interpretar en la psicosis no tiene sentido para el sujeto.
Lo importante es lo que Lacan llamó “el acto analitico” que es más que ser intérprete (esa
es solo una función en algunos casos como por ejemplo en la neurosis)
El acto analítico da soporte. Es para el psicótico una garantía contra el acto nocivo, dañino
para el sujeto por que su estructura lo rechaza/no lo tolera.
En análisis: El acto queda del lado del analista en posición de a, y el analizado en posición
de sujeto. Solo en el fin de análisis el psicótico se responsabiliza, y queda de lado suyo el
acto y ya no del analizante.
Por último RETOMA lo dicho por Soler sobre las posiciones del analista (como testigo,
como orientador del goce)

Soler, C. (2008). Estudios sobre las psicosis. Capítulo: Clínica de las psicosis.
El sujeto psicótico en el psicoanálisis
La autora comienza haciendo una introducción: “Cuando hablamos de “hechos de la
psicosis”, consideramos, junto con Lacan, que difieren de los hechos de la neurosis"
"esencialmente por su estructura" "la estructura es el efecto de lenguaje".
La autora continúa hablando sobre la represión en la neurosis y la forclusión en la psicosis:
“El mecanismo que Freud individualiza respecto de la neurosis es la represión, qué implica
una sustracción de satisfacción pulsional.” “Lacan supo reconocer aquí un mecanismo
significante de sustitución metafórica: un significante expulsa a otro, y esta es la estructura
de la represión. Este otro no es un significante cualquiera, sino, digamos, el del trauma
sexual, sea el que fuere; expulsado, de todos modos sigue estando presente -latente- en la
metonimia de las asociaciones del paciente.”
“Desde aquí, la forclusión se define diferencialmente. No es la presencia en otra parte del
significante reprimido, sino la falta radical de un significante; no una sustitución, sino una
falla, un simple agujero. Tampoco recae sobre un significante cualquiera, sino electiva
mente sobre el significante del Nombre Del Padre”
Continuando con la psicosis menciona: “los mismos sujetos no dejan de padecer fenómenos
de exceso de goce. Exceso significa aquí, a la vez, un demasiado en el sentido de un
insoportable, y una atipia en las formas o en la localización del goce” y lo contrapone con el
caso de la neurosis “Por contraste aparecen gracias a la mediación paterna, el menos de-
goce de la castración y la posibilidad de una compensación de goce hallada en la llamada
“relación de objeto” qué se articulan en forma conjunta”.

Efectos de la forclusión: Mortificación (constatación de un sentimiento de la muerte) y goce


desenfrenados.

Transferencia en la Neurosis
Grafo de las relaciones del sujeto con el Otro de la palabra:
Interpretación

S ⇆ Otro

Amor de transferencia

“El vector de la interpretación va del Otro intérprete, al sujeto analizante, mientras que el
vector del amor de transferencia va del sujeto al Otro”

Transferencia en la Psicosis
Grafo de las relaciones del sujeto con el Otro de la palabra :
Amor (Persecutorio/ erotomania)

S ⇆ Otro S ⟲ amor (repliegue)


Interpretación
“Pues bien, en la psicosis no se realiza esta condición. ¿Qué es de la flecha de la libido
transferencial en este caso? se repliega autísticamente sobre el sujeto, poniendo término
a la relación, o bien la certeza psicótica la supone procediendo del Otro y yendo hacia el
sujeto.”
La tesis de Freud es que, fundamentalmente, el psicoanalista no puede hacer nada por el
sujeto psicótico. ¿Por qué ? En resumen, su respuesta es la siguiente: el psicoanálisis
supone la transferencia, el amor de transferencia y, o bien el sujeto psicótico no tiene otro
objeto que el mismo -colocación narcisista de la libido- decía Freud”. “”No amo más
que a mí mismo”, qué vacía al mundo de sus objetos y no deja ningún espacio para el
psicoanalista-, o bien, cuando hay una restauración de la relación de objeto, está se efectúa
según el modo de la persecución”.
“En este aspecto la estructura de la erotomanía es la misma que la de la persecución. En la
erotomanía, el sujeto está seguro de que el Otro lo ama, mientras que en la persecución
está seguro de que lo odia. El rasgo común es la presuposición de que la libido viene del
Otro y qué el sujeto ocupa el lugar del objeto al que se dirige la voluntad de goce de
este Otro. Así pues, primera inversión de la estructura de la transferencia ``'' ¿Quién
interpreta? Schreber. “Reaparece aquí la solidaridad entre “ser intérprete” y “ser objeto”,
pero en una estructura invertida dónde quién descifra es el sujeto y el interpretado es el
Otro.
La autora entonces se pregunta por el lugar posible para el analista: “¿Qué lugar le queda
entonces al analista, dado que su lugar no depende de su mero querer y ni siquiera de su
exclusiva maniobra, sino de puestos ofrecidos como posibles por la estructura?”
“Distingo tres de estas posibilidades:
★ O bien el analista será el Otro de la voluntad de goce que toma al sujeto por
objeto, en forma de persecución o de erotomanía.
★ O bien quedará ubicado bajo el significante del Ideal. “El Dios de Schreber” “El
Ideal ocupa entonces el lugar de la ley inconsciente qué falla” “Hay que agregar
qué el sujeto mismo es el primero qué se postula como garante del orden, que se
aloja bajo este significante del ideal, y en este aspecto el analista idealizado no será
sino su doblete simbólico, en una suerte de identificación al revés.” (Suplencia de la ley que
no hay).
★ “Queda un tercer lugar, el del semejante, el del testigo, el del que escucha, qué
toma nota, que supuestamente comprende y se apiada”. Lo que modifica al sujeto es
la interpretación, ahora bien, está emana de él. Schreber -que reinterpreta el
Otro-, alcanza durante un tiempo la estabilización, deteniendo una nueva
significación delirante. Pasar de “perseguidor de Dios” a “mujer de Dios” es
cabalmente una tentativa lograda de curación.”
“¿Qué es un delirio sino el proceso de significantización mediante el cual el sujeto logra
elaborar y fijar una forma de goce aceptable para él? “
“Así, pues, finalmente, ¿Qué puede hacer el psicoanalista?” “El psicoanalista presta su
significante, su nombre de psicoanalista, y también su presencia, o sea su capacidad para
soportar la transferencia delirante. Pero esto no es todo: de él se espera una maniobra” “El
analista no puede operar esta maniobra si no desde el lugar del Otro” “Siguiendo el hilo de
la problemática singular del sujeto, a veces podrá maniobrar a fin de orientar la construcción
persecutoria o las exigencias erotomaniacas por las sendas de lo soportable”
“Volvamos a la maniobra analítica. Cuándo es posible ¿A qué apunta?” ”Si el sujeto
psicótico es presa de fenómenos de goce que surgen por fuera del desfiladero de la cadena
significante, a “cielo abierto”, dice Freud, “en lo real”, dice Lacan, se tratara más bien de
obtener un influjo de lo simbólico sobre este real” “El goce no va a ser revelado en la
arquitectura significante del síntoma, pues es patente; tendrá que ser, más bien, refrenado.
El movimiento irá entonces de lo real en exceso hacia el símbolo.”

Unidad IV
Interpretación, construcción y acto

Lacan, J. (1965). La dirección de la cura y los principios de su poder


Capítulo 2: puntos 2 y 3

[En el Capítulo 2 Lacan abre la pregunta de: ¿cuál es el lugar de la interpretación?]


En el punto 2 habla sobre la interpretación, donde para descifrar la evolución de las
repeticiones inconscientes, debe introducir en la sincronía de los significantes que allí se
componen algo que haga posible su traducción.
La interpretación, a su vez, no se define por su forma sino por sus efectos. Parte de los
decires del sujeto (que es lo que se repite) para volver a sus decires.
En el punto 3 cuenta que para que la interpretación pueda producir algo nuevo, hay que
permitir la sustitución de un significante por otro y experimentar la división.
En la teoría de Lacan hay un momento en la vida del sujeto que (a través de una operación
de sustitución) algo se introduce en el lugar del Otro que se llama el falo, que es un
significante que no se encadena a los otros, sino que es articulador:
★ permite el encadenamiento de los significantes para el sujeto
★ permite el nacimiento del significado para el significante
★ permite que se estabilice el sujeto con el significante
★ permite que se establezca y sostenga la estructura del lugar del Otro
★ permite al sujeto niño orientarse en la cadena generacional: quién es el padre, el
abuelo, el tío …(en lo imaginario se sostiene por ese flujo vital que falta en la clínica
de la psicosis).
La cadena de la vida tiene que pasar por el significante.
¿Cuál es la función de lo Simbólico? Lacan se sostiene en Freud, en el juego del fort-da, es
en ese juego de la alternancia que se introduce la diferencia. Y ese orden simbólico
preexiste al sujeto infantil y él tiene que hacerse su lugar en eso que le preexiste, que es el
deseo del Otro… y el falo se inscribe en esa historia. «Aparece allí al mismo tiempo el valor
del objeto en cuanto insignificante», referido a la bobina del juego del nieto de Freud es la
primera aproximación al objeto a, que está fuera del significante, pero no del significado.

Casos y pensar la articulación con lo teórico.

Madre, ¿no ves que estoy saliendo?

( lo que voy a anotar son articulaciones mias/mel no de clase. por lo tanto no se si


esten bien )

Presentacion del caso:


¿Cómo llega a la consulta ?

● se describe como “bulímica”, pero refiere que “ la bulimia es problema de mis


padres, siempre consulte porque ellos querían”
● presenta las siguientes INHIBICIONES : “no puede ejercer su profesión, no ha
estado nunca de novia, no tiene amigos” presenta su padecer en nuevos términos
aunque no deja de lado la bulimia..
● la analista al preguntarle si la bulimia es problema de tus padres entonces cuales
son tus problemas? Se posiciona como semblante en el lugar de objeto causa de
deseo que está sostenido por el deseo de analista, produciendo una falta en ser, que
es se justifica por la perplejidad que sigue a ese momento en el cual la paciente
queda asombrada.
se le abre una pregunta a ella
despliega en el dispositivo analítico,
● Otra posible inhibición, en relación a no poder elegir su ropa de manera
independiente para ir a trabajar o eventos. Refiere recurrir a su madre.
● Menciona que le sucede algo que no le había pasado antes “ no puede parar de
hablar” “es como si vomitara palabras”

El sueño

Trae un sueño por escrito a la entrevista, consulta si lo puede leer y cuando le dice que sí la
analista está “ se levanta, sale del consultorio dirigiéndose a la sala de espera y retira un
papel todo arrugado del cesto de la basura”.
A partir de eso el analista pregunta “ por que tiras a la basura tus sueños”. Esta
intervención analítica demostraría el lugar que está ocupando el analista, el lugar
comprendido desde Soler (..)
operando como causa de deseo y haciendo emerger al sujeto del inconsciente (G luego
lleva un sueño a la sesión)
El sueño en el que la analista le muestra la salida a G, da cuenta que se instaló la
transferencia entre analista y analizante ya que en ese sueño está incluida la analista como
la que le muestra la salida. A partir de dicha intervención, G también comienza a traer un
café el cual bebe durante la sesión y el cual deja vacío sobre el escritorio.

+La relación con su madre.

toma el significante de la madre “ser linda” el cual está asociado determinantemente con
“ser flaca”.
La madre podría ocupar el lugar del Gran Otro. Y cuando ella se cuestiona ¿ qué quiere el
Otro? una posible respuesta, a ese interrogante que vendría acompañado de angustia,
es “ser linda”, pero para eso debo “ser flaca” y ¿ como logro eso? ella menciona que en la
escuela veia a una amiga vomitar en el baño, esa amiga era “gorda” y luego bajo 11 kilos.

Hay un sentimiento de culpa en estos atracones que la llevarían a interpretarse como”ser


horrible” y por eso se queda en su casa sin salir los fines de semana (lo cual esto le
dificultaria poder hacer amigos algo que expresaba ser una preocupación para ella)
En relacion a interrogante antes mencionado

Ella en las últimas sesiones del análisis refiere explícitamente ¿ qué quiere mi madre?
¿que esté enferma?
G le pregunta a la madre si está bien vestida y si le dice que no vuelve para cambiarse
de ropa. De esta manera, se repite el lugar de la madre como el gran Otro que le da
los significantes que la determinan. Al preguntarse si va a ir vestida con un vestido
de ella o uno de su madre, se encuentra ante un conflicto: irá vestida como su mamá,
vestida con los significantes que ella da o como ella misma.

Intervenciones de la analista

➔ (en los últimos momentos su análisi ) trae una conversación con su madre : esta “le
preocupa por que ya no va seguido para su casa” y ella le responde que “ no voy
por que estoy saliendo”
La intervención que hace el analista es decir : “ por que estas saliendo, no vas”.
Posicionando sus deseos (los de g) por encima de posibles los deseos de la madre.
ayudándole a que se posicione como sujeto de deseo.

➔ Luego de varias entrevistas G le pregunta a la analista sobre su relación con la


comida “ya no se como llamarlo ¿ que es? ¿ bulimia? ¿trastorno alimenticio? ya no
se”.
Al producirse esta pregunta la analista da por finalizado el tratamiento y menciona que
la próxima será la última entrevista.
Es importante rescatar como ella llego al análisis haciendo mención de que “no duró
mucho en los tratamientos, hablamos de mi bulimia y eso es todo: terminó sabiendo
lo que ya sé, que soy bulimica”.
Lo cual a partir de estas dudas que le surgen en análisis daría cuenta que ya no es igual
que en sus anteriores análisis. no solo no se habló únicamente de “su bulimia” sino que
ahora se va con más dudas que certezas. hay no habría una fuerte identificación con ese
significante.

Avances en la dirección de la cura , indicios de mejora

● Ella tenía un casamiento y estaba entre ponerse un vestido de la madre y uno suyo.
Elige ponerse uno suyo, lo cual comunica que hace mucho tiempo que no se
sentía tan mal con su cuerpo sumado a que no le pregunto a su madre si estaba
bien vestida. (comenzaría a poder elegir su vestimenta y no depender
determinantemente de la opinión de su madre)
● Refiere que los atracones han aminorado, ella comienza a salir con amigos del
trabajo y con uno en particular. Menciona estar contenta por que le costaba
vincularse con el grupo de trabajo

Intervención de la psicóloga Efecto terapéutico en el paciente

si la bulimia es problema de tus padres, le produce una falta en ser, la división


contame cuales son los tuyos. subjetiva
pasa a relatar sus problemas

La paciente le pregunta a la analista si le A la sesión siguiente G dice que volvió a


puede leer un sueño. La analista dice que soñar, en este sueño está incluida la
si y G sale del consultorio a la sala de analista.
espera y saca todo un papel arrugado del A partir de este sueño Y empieza a venir
cesto de basura. Lee el sueño a la analista, con un café que bebe durante algún tiempo
G se pone a asociar y luego la analista con en la sesión.
semblante de preocupación le pregunta
“por que tiras a la basura tu sueño?”

la de si ha estado con sus padres, por que


ha estado sola será una intervención?

ANGUSTIA Y ESTE CASO: Las inhibiciones son una forma de salir de la angustia; ante la
pregunta de “¿qué me quiere el otro?” que genera angustia, se generó la inhibición
posiblemente de no poder elegir sobre la ropa que usar.

ELLA DEJA DE SER RESTO.


Porque estás saliendo no vas -> Posicion de analista: La ubica como sujeto, la analista
se pone como semblante de objeto causa de deseo. El síntoma viene cerrado, obstruido.

El hombre del grito

Presentación:
Hombre de 58 años que pide hospitalizarse "porque no quiere perjudicar a sus hijas". Ya
había sido hospitalizado anteriormente dos años antes, tras ausentarse del trabajo por un
dolor corporal muy grande (un "difuso malestar digestivo").

Historia de padecimiento:
Sus hijas se han ido al exterior y su esposa ha fallecido; él cree que a sus hijas las
sedujeron los extranjeros y a su esposa la mató él con gritos. También piensa que un
familiar le hizo una brujería. "Tiene grito" que se le imponen y salen de su boca, solo
frenados por el cansancio. Luego adquirieron una significación: "perdí la casa, perdí a mis
hijas, no tengo nada, me tengo que matar, estoy arruinado, es por mi culpa". También grita
lo que él llama un deseo: 12 años más de felicidad, llegar a los 70, para tener una jubilación.
Luego de eso, su esposa muere. Los gritos parecen aplacarse, pero comienza a escuchar
zumbidos, un caminar sin detención y un movimiento que lo lleva a tocarse los genitales a la
vista de todos. Siente que la muerte de su mujer lo ha paralizado de por vida, no puede
llorar, no siente nada, su cobardía le impide ir al cementerio y todo eso aumenta su culpa.
Cae en el mutismo, que sólo es interrumpido por los gritos impuestos. Su cabeza es
parasitada por pensamientos automáticos que se le imponen, y autorreproches que repiten
la fórmula de su culpabilidad y su deseo de vivir 12 años más para obtener su jubilación.
Síntoma:
Presenta apatía por la vida, no come, no duerme ni se levanta de la cama. Se piensa "la
ruina de su familia". Tiene ideas suicidas (tuvo tres intentos antes de su primera
internación). Estaba desvitalizado, enlentecido, petrificado, con la mirada muerta. Todo
giraba en torno a su certeza de culpabilidad y a la muerte de su mujer, a la enumeración de
lo que había perdido y no podría recuperar. Cae en un mutismo, que sólo es interrumpido
por los gritos impuestos. Su cabeza es parasitada por pensamientos automáticos que se le
imponen, y autorreproches que repiten la fórmula de su culpabilidad y su deseo de vivir 12
años más para obtener su jubilación

Intervención de la psicóloga Efecto terapéutico en el paciente

La psicóloga realiza preguntas orientadas a Él va reconstruyendo su historia y su


ubicar los inicios y las coordenadas de su posición frente a otras pérdidas anteriores
malestar. que le parecieron siempre naturales, ya que
"se nace, se vive, se muere'', así gana la
escena de a poco y donde él comienza a
ubicarse como alguien que recupera su
"buen hablar". Sin embargo, se sigue
sintiendo culpable por la muerte de la
esposa

Ante el paciente notar que su psicóloga Ese comentario produjo una activación en
tenía las raíces crecidas (y se veía su pelo su subjetividad. A partir de ese momento
lacio), ésta le dice "su savoir faire de pude constatar après-coup que la relación
peluquero lo que le había permitido tomó un tono más humorístico y
percatarse de ello". "charlatán". Apareció cierta preocupación
por su imagen: él quería saber cómo lo
veía, hablaba de cómo se veía en el
pasado, trajo fotos, comenzó a abandonar
sus vestimentas de enfermo psiquiátrico,
dijo que quería "cambiar de sponsor". Al
mismo tiempo se ocupaba de mejorar la
imagen de los demás al cortar el pelo a los
enfermeros y luego a otros pacientes de la
sala.

Efecto de la transferencia en el dispositivo:


Cierto lazo transferencial comenzó a fundarse, no sin pagar con mi persona presentándome
a ocupar un lugar sumamente rígido. A pesar de mis llegadas tardes y mis cambios, para él
yo era siempre puntual, siempre sería, siempre disciplinada, siempre muy profesional. Me
convertí en la única persona con la que hablaba y fui para él quien logró sacarlo de su
mutismo: "agarré confianza por la forma en que me pregunta, veo que rescata palabras
anteriores".
En la transferencia se actualizaban los rasgos que caracterizaban la relación con su mujer:
ella había sido su guía, su reloj, "la que hizo del desierto un paraíso, me conducía,
controlaba todo, era charlatana, charlábamos mucho, hacía todo a horario, no dejaba nada
librado al azar, tenía todo programado".

Posición del analista y pagos del analista


La analista paga con su persona en el caso porque “era difícil mantener el diálogo y
soportar corporalmente su tono monótono y mortificante”; en ese sentido, también paga con
su cuerpo. (Pag. 136). Al principio dice que va a aceptar hacer la terapia, pero siempre que
ella haga las preguntas; a partir de que se va estableciendo la transferencia, “el hombre del
grito” va pudiendo hablar por su cuenta, pero no sin pagar con su persona.
El analista en principio
Lacan menciona en La Dirección de la Cura que “el analista es menos libre en su estrategia
que en su táctica”, y es aún menos libre en aquello que domina la estrategia y táctica, su
política, esto que quiere decir, que en las intervenciones es más libre que en el manejo de la
transferencia, esto en este caso se puede observar esto en el momento en el que él exige
que sea ella quien sea la que haga las preguntas y la ubica en un “Lugar Rígido”

Posición de analista: Orientación del goce, una de las maneras de intervención en la


psicosis. Esto se observa en el caso en donde ella le celebra su posición de charlatan.

Transferencia en psicosis, el paciente interpreta las intervenciones que hace el analista, las
preguntas, etc. La transferencia en EHDG puede verse que empieza a establecerse desde
que el momento en el que el paciente dice que el apellido de la psi le da confianza. También
se puede ver la transferencia en los comentarios que el paciente le hace a su psicóloga:
“me gusta que vos recuperes las palabras dichas”.
el va reconstruyendo su historia a partir de sus preguntas (acá aparece la sumisión del
paciente). Ve a su analista, además, como quien pudo rescatarlo de su mutismo.

Sumisión a las posiciones subjetivas del paciente se ve cuando él le pide que ella
haga las preguntas y ella ocupa ese lugar.
Ella sostiene esa rigidez de las sesiones, de la orden de hierro,

La señorita Elisabeth

Presentación:
Joven de 24 años que acude a Freud por haber llegado a tope con las explicaciones que su
médico podía dar de su padecer.
Se presenta con ciertos dolores en las piernas y caminaba con la parte superior del cuerpo
inclinada.

Síntomas:
La paciente se queja de dolores al caminar y fatiga al hacerlo y al estar de pie. La
descripción que da la paciente de sus dolores es imprecisa, distinto al decir de los pacientes
que padezca dolores orgánicos, por lo que Freud colige que su pensamiento estaba
ocupado en un trabajo intelectual distinto, en pensamientos y sensaciones que se
entramaban con los dolores. Además Freud nota que la reacción de Elisabeth a los pellizcos
u opresión en la piel era distinta a la de dolor, "más de placer que de dolor", de lo que Freud
colige que el gesto concordaría con los pensamientos escondidos tras ese dolor.
También Elisabeth presentaba como síntomas ciertas inhibiciones: la abasia.

Posición subjetiva respecto a sus síntomas:

Intervención de Freud Efecto terapéutico en el paciente


Freud ofrece pseudo-terapia con electrodos La paciente, luego de un silencio
con el fin de mantener una relación con la prolongado, le comenta haber recordado
paciente y preparar el terreno para el cierto atardecer en que un joven la
tratamiento psíquico (Para la transferencia). acompaño a su casa despues de una
Luego le ofreció tratamiento psíquico y reunión social, en dicha caminata disfruto y
comenzó a aplicar el método de la presión llegó con sensaciones positivas a la casa
en la frente. Hace la exigencia de la regla donde encontró que su padre habia
fundamental, solicita a la enferma que le empeorado. Ese momento recordado por
comunique todo cuanto pasa por su Elisabeth coincide con el estallido de la
recuerdo al momento de la presión. enfermedad, la aparición de los dolores.

Elisabeth estaba casi siempre libre de dolor Elisabeth llegó a pasar mayor parte del
cuando comenzaban a hablar. Cuando tiempo sin dolores, accedio a caminar
Freud hacía alguna pregunta o ejercía la mucho y abandonar el aislamiento
presión para convocar un recuerdo se mantenido.
despertaba un dolor en las piernas que
continuaba mientras durara el recuerdo.
Freud utilizó estos dolores como brújula;
mientras el dolor se sostenía Elisabeth no
lo había dicho todo, la instaba entonces a
continuar la confesión hasta que el dolor
fuera removido por la palabra.

¿De donde vienen los dolores al andar, Elisabeth agrupo las escenas conectadas
estar de pie, yacer?" con impresiones dolorosas según hubiera
estado de pie, sentada, o acostada. Al estar
parada: relacionado al padre enfermo y la
hermana muerta. Al caminar: relacionada al
atardecer con amigos y el joven del
recuerdo. Al estar sentada: pensamientos
relacionados a su soledad y al deseo de ser
tan feliz como su hermana.

En ocasiones Elisabeth decia que no se le Elisabeth continuó relatando recuerdos.


ocurria nada, Freud insistía con el
cumplimiento de la regla fundamental,
indicandole que nunca se liberaria de sus
dolores mientras mantuviera algo en
secreto.

Posición del analista: Cuando Elisabeth decía no ocurrírsele nada, Freud le insiste en que
algo se le había ocurrido y que estaba obligada a decir lo que se le pasara por la cabeza
ubicándose como objeto causa de deseo, no respondiendo a la queja
También paga con su persona cuando afirma que si uno se situara en la vida anímica de la
muchacha no podría denegarle una simpatía humana pero él dice que esa historia no
iluminaba la causación ni la determinación de la historia, sigue con el tratamiento,
insistiendo y buscando cuál fue la causa de los síntomas.
Posicion subjetiva frente al padecimiento:
Transferencia: es el sujeto el que interpreta todo lo que hace el analista y sus palabras,
entonces la libido viene del Otro. En el caso del hombre del grito a pesar de las llegadas
tarde, él considera a la analista como puntual, disciplinada, seria y profesional

Meet
Caso Elisabeth

Caso de histeria
desde que posic se paa, no hay ser hay posicion
Posición subjetiva en relación al deseo: deseo de ser feliz como la hermana,
En Elisabeth su dolor de piernas con el que llegó se convierte en dolor de soledad.

acto del analista:

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