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LECTURA DE CASOS
Unidad I
La dirección de la cura
Describe a la sugestión directa como “una sugestión dirigida contra la exteriorización de los
síntomas, una lucha de autoridad entre ustedes y los motivos de la enfermedad; solo que
exigen al enfermo que sofoque su exteriorización en síntomas”. [Como ya se sabe, la
terapia que usa como técnica este tipo de sugestión no ayuda realmente al paciente, ya que
levanta el síntoma por un tiempo determinado, pero sin tener en cuenta los mecanismos
psicodinámicos del sujeto.]
Busca encubrir y tapar algo de la vida anímica. Busca sacar a la luz y remover algo.
Utiliza la sugestión para prohibir los síntomas y Se preocupa por cómo nacen esos síntomas, va hacia
refuerza las represiones dejando intacto los la raíz de los mismos y se sirve de la sugestión para
procesos que llevan a la formación del síntoma. modificar el desenlace de los conflictos.
Deja a los pacientes inactivos e inmodificados, sin Impone al médico y al enfermo un trabajo difícil: se
capacidad de resistir a un nuevo ocasionamiento de debe cancelar las resistencias internas y mediante
la enfermedad la superación de estas la vida anímica del enfermo se
modifica, permanece protegido frente a la
posibilidad de enfermar.
EL TRABAJO DE SUPERACIÓN CONSTITUYE UN LOGRO
EN LA CURA PSICOANALÍTICA, EL MÉDICO ES QUIEN
LO POSIBILITA MEDIANTE EL USO DE LA SUGESTIÓN.
Para lograr esa meta nos valemos de la transferencia del paciente sobre la persona del
médico, para que se convenza de que los procesos represivos son inadecuados. El
psicoanálisis es llevar a la conciencia algo reprimido en el sujeto.
Se busca un análisis de los síntomas y las exteriorizaciones patológicas del sujeto ya que
estos son compuestos a des-integrar. Los elementos de esta composición están
constituidos por mociones pulsionales; el enfermo no sabe nada sobre estas. Debemos
reconducir los síntomas a las mociones pulsionales que los motivan y que son
desconocidos para el paciente.
El neurótico nos ofrece una vida desgarrada, segmentada. Y al eliminar las resistencias se
van integrando en torno al Yo todas las mociones pulsionales que estaban escindidas de
este.
En la cura es preciso mantener el estado privación. (Lo siguiente tiene que ver más con la
neutralidad:) Nos negamos de manera terminante a hacer del paciente un patrimonio
personal, a plasmar por él su destino, a imponerle nuestros ideales, y a complacernos luego
de haberlo formado a nuestra imagen y semejanza. No se debe educar al enfermo para que
se asemeje a nosotros, sino para que se libere y consume su propio ser (objetivo).
Punto 4: “poner al analista en el banquillo” (él también se incluye) para observar qué tanto
está seguro de su accionar. Si está más interesado en su ser, si se cree el oráculo (dirigir al
paciente) y lo articula a su capricho.
No es que se pretenda medir el efecto de la palabra. (lacan habla en primera persona, pero
habla en general sobre los analistas) “lejos de poder medir todo el efecto de mis palabras” “
libre siempre del momento, de la elección de mis intervenciones”.
Punto 5:
En el manejo de la trasferencia “mi libertad se encuentra enajenada por el desdoblamiento
que sufre mi persona”
Lacan plantea que el psicoanálisis debe ser estudiado como una situación entre dos.
Pero la relación entre dos, es con otro (no con la figura del analista) bajo la experiencia de
la transferencia. En esta los sentimientos del analista quedan por fuera, “muertos” (metáfora de
lacan de un juego que nadie conoce), no tienen lugar posible. Si esto sucede se quedan sin quien
“conduzca”/guíe la dirección de la cura “por eso el analista es menos libre en su estrategia
que en su táctica”:
Punto 6:
El analista es aún menos libre en aquello que domina estrategia y táctica: a saber, su
política, en la cual haría mejor en ubicarse por su carencia de ser que por su ser. Para decir
las cosas de otra manera: su acción sobre el paciente se le escapa junto con la idea que se
hace de ella, si no vuelve a tomar su punto de partida en aquello por lo cual ésta es posible,
si no retiene la paradoja en lo que tiene de desmembrado, para revisar en el principio la
estructura por donde toda acción interviene en la realidad.
Critica a los psicólogos “de hoy” de su época. Menciona que son analistas educadores, que
atienden desde su ego, el sujeto es más bien inactivo. Ofrecen guiarlos a la felicidad.
Capítulo 5
Punto 18:
Henos aquí pues en el principio maligno de ese poder siempre abierto a una dirección
ciega. Es el poder de hacer el bien, ningún poder tiene otro fin, y por eso el poder no tiene
fin, pero aquí se trata de otra cosa, se trata de la verdad, de la única, de la verdad sobre los
efectos de la verdad.
¿A dónde va la dirección de la cura? Tal vez baste con interrogar a sus medios para definirla en su
rectitud.
1. Que la palabra tiene en ella todos los poderes, los poderes especiales de la cura;
2. Que estamos bien lejos por la regla [fundamental] de dirigir al sujeto hacia la palabra
plena, ni hacia el discurso coherente, pero que lo dejamos libre de intentarlo;
3. Que esa libertad es lo que más le cuesta tolerar;
4. Que la demanda se pone entre paréntesis en el análisis, puesto que está excluido
que el analista satisfaga ninguna de ellas;
5. Que puesto que no se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo, es hacia eso
hacia donde el sujeto es dirigido e incluso canalizado;
6. Que la resistencia a esa confesión, en último análisis, no puede consistir aquí en
nada sino en la incompatibilidad del deseo con la palabra.
Proposiciones que tal vez todavía haya algunos, e incluso en mi auditorio ordinario, que se
asombre de encontrar en mi discurso. Se siente aquí la ardiente tentación que debe ser
para el analista responder por poco que sea a la demanda.
Unidad II
Formas de presentación del padecimiento subjetivo
Capítulo 2
El síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es un resultado
del proceso represivo.
La represión parte del yo, quien, eventualmente por encargo del superyó, no quiere acatar
una investidura pulsional incitada en el ello. Mediante la represión, el yo consigue coartar el
devenir consciente de la representación que era la portadora de la moción desagradable
(una representación inconciliable). Por obra del proceso represivo, el placer de satisfacción
se muda en displacer. La represión, por ende, equivale a un intento de huída. El yo quita la
investidura (preconciente) de la agencia representante de pulsión que es preciso reprimir
(desalojar), y la emplea para el desprendimiento de displacer (de angustia).
Es un intento de solución fallida por parte del mecanismo represivo; por ello se dice que el
síntoma es una formación inconsciente.
Los síntomas que dan indicios de un diagnóstico pueden entenderse como (esto ya lo
dice la autora) a lo que Freud llamaba en la conferencia 17. “síntomas típicos”, siendo
síntomas semejantes en todos los cuadros clínicos. De esta manera Freud aclara que
“mediante estos síntomas típicos nos orientamos para formular un diagnóstico”. Sin
embargo, ¡y a tener en cuenta! la autora precisa que si bien estos síntomas nos orientan no
necesariamente son analizables (por eso la distinción que hace lacan).
Lo que llamamos analizable en la psicosis incluiría el manejo de la transferencia, los
modos en que operamos y las particularidades que cobra la posición del analista.
sumado aportado por Lacan en el seminario 3, respecto de otra distinción que hace entre la
creencia y la certeza, mencionando que “el psicótico no cree en la realidad de la
alucinación, pero no tiene duda de que esta le concierne” [¡Eso que le concierne es la certeza!]
De esta manera, la certeza constituye eso “típico” de la psicosis, y por ende no
analizable, es eso incurable. Entonces puede decirse que, puede variar la forma de
presentación del fenómeno psicótico (...) pero lo que no cede es la certeza de que eso le
está dirigido. El hombre del grito tenía la CERTEZA de que él había matado a su mujer con sus gritos.; también de
que un familiar lo había maldecido y que los extranjeros sedujeron a sus hijas.
Hay una “doble dimensión del síntoma” presente en los distintos cuadros clínicos: el
síntoma analizable y el síntoma incurable.
Apuntes de clase sobre acting out y pasaje al acto: Tanto acting como pasaje al acto son respuestas subjetivas posibles.
En el acting out se está dirigiendo a otro, hay escena. Hay un valor de verdad que sube a
escena en esa modalidad de actuación, hay algo del orden del deseo que se le impide. Es
más, hay una direccionalidad al otro. Como fue mencionado, se parece al síntoma porque
se muestra distinto por lo que es (no hay que dejarse obnubilar). ¡Es una alerta para el
analista que significa que el deseo está siendo impedido! Si bien el “acting out” llama a la
interpretación (a diferencia del síntoma que no llama a la interpretación), no hay que
interpretarlo porque no sirve para nada; tampoco sirve prohibirlo. Lacan dice que hay que
meter el caballo en el picadero para “domarlo”; el acto del analista es activo: el jinete que
meterá al caballo en el picadero. Aparece cierto manejo de la transferencia, domeñarlo y
meterlo ahí para que el paciente pueda decir algo de eso que muestra; es decir, que ha ya
articulación significante. El paciente debe poder decir algo de eso que muestra en escena.
En el pasaje al acto no hay otro (el Otro no está), así que el sujeto queda reducido al objeto
–hay una destitución subjetiva, donde el sujeto queda reducido a ese resto al identificarse al
objeto–; es un dejarse caer de la escena del otro. La imagen gráfica es el arrojarse por la
ventana: dejarse caer, reducido a eso. Esto constituye el máximo borramiento del sujeto
(aparece borrado por la barra; no es barrado, es borrado). Lacan pone como ejemplo a
Dora, dando una bofetada, caída a un objeto porque es “nada”. Es importante ubicar las
estructuras. Aquí, como no está dirigido a nadie, no hay puesta en escena.
¿Cómo tratarlo? Lombardi retoma lo descubierto por otro autor que esta angustia puede no
tener ninguna significación psíquica, ningún sentido elaborable, entonces no tiene sentido
recurrir a solucionarlo por medios analíticos.
Desde Freud, esta angustia es exterior a lo psíquico y las publicidades pueden tentar al
angustiado a hacer uso de una pastilla, ser tratada mediante una pastilla/fármaco.
El psicoanálisis, desde el método propuesto por freud (asociación libre) invita al sujeto a
que hable, no actúa (por ahora), de esta manera no “corres ningún peligro”.
El trabajo analítico será entonces el uso de este síntoma como una brújula para que se
despliegue en lo simbólico, hasta finalmente haya un pasaje de lo simbólico a lo real.
“El miedo va a ir tomando, en análisis, la forma de una angustia degradada” (que
quede a la vista la división subjetiva del sujeto - ejemplo “ le da asco pero le gusta”) EL
ANALISTA (al final) acompañó al analizante a que este pueda realizar el acto el cual ya
no representa angustia para este. Para la cura psicoanalítica hay que hacer una
elaboración de las coordenadas de la angustia, cuyo designio es acompañar al sujeto
al acto.
Unidad III
Iniciación del tratamiento e instauración de la transferencia
Repetir es una manera de recordar lo que está encubierto. Se presentifica algo por fuera del
orden del recuerdo, no vehiculizado por la palabra. Freud nos dice que no es del orden del
recuerdo, sino del agieren1.
El agieren se actualiza en el análisis. Repite sin saber que lo repite, sus inhibiciones,
síntomas, actitudes inviables y rasgos patológicos de carácter. La resistencia para Freud es
1
No confundir con un acting out,.aunque esto es una mostración de algo que no se está pudiendo escuchar
todo lo que obstaculiza la regla fundamental. Cuanto más agieren, más recuerdo. Es un
fragmento real y actual, no sabido por el sujeto, no hay intencionalidad de actuar nada:
surge en lugar del recuerdo porque la resistencia opera para que no aparezca el recuerdo
de algo. Es con-el-analista. Ya no es igual, es nuevo, aunque actúe díscola como se
comportaba con los padres, no es lo mismo: se opera como semblante desde ese lugar.
“Él no recuerda haber sido desafiante con sus padres; actúa con el analista”. Eso es una
interpretación, ahí necesita un psicoanalista para que interprete mediante asociaciones. Eso
se construye para poder ubicarse en el lugar del otro de la transferencia. Agieren: actúa,
pero también actualiza: se presentifica algo de lo real.
El acting out va más allá de la actitud correctiva, es hint al analista, le indica que tiene que
corregir su posición. Hay algo que excede, algo más estructural al acting out.
La maniobra del analista es insatisfacer, pero primero hay que alojar: dejarse hacerse,
dejarse atrapar, hasta que la transferencia instalada propicia que haya otra manera, otra
modalidad, que objetar el acto analítico y la interpretación.
Se debe tomar al síntoma del paciente como un digno oponente, mostrarle lo adaptado que
está e su síntoma. No se trata de que no haya síntoma, se trata entonces de que el síntoma
reduce su cara sufriente (por ejemplo, detrás de cada reproche hay autorreproche). Se debe
buscar la ajenidad respecto del yo, quitándole de su sistema, rompiendo su homeostasis.
Más adelante hace una mención de que no debemos educar ni ser mentores: “Sólo en
ciertas personas muy jóvenes o totalmente inermes e inestables. En ellas nos vemos
obligados a combinar la función del médico con la del educador; pero entonces tenemos
plena conciencia de nuestra responsabilidad, y nos comportamos con la necesaria cautela”.
Luego retoma que “aquello de lo cual nos valemos no puede ser sino la sustitución de lo
inconsciente por lo consciente, la traducción de lo inconsciente a lo consciente. Justo, eso
es. Al hacer que lo inconsciente prosiga hasta lo consciente, cancelamos las represiones,
eliminamos las condiciones para la formación del síntoma y mudamos el conflicto patógeno
en un conflicto normal que tiene que hallar de alguna manera su solución”.
Freud menciona que “la resistencia, en efecto, brota de una represión. La resistencia es
producida por la contrainvestidura que se erigió para reprimir la moción chocante. Por tanto,
ahora hacemos lo mismo que ya al comienzo quisimos hacer: interpretar, colegir y
comunicarlo; pero ahora lo hacemos en el lugar correcto. La contrainvestidura, o resistencia,
no pertenece al inconsciente, sino al yo”.
Con relación a las Neurosis de Transferencia y Neurosis Narcisistas comienza diciendo que
“en toda una serie de formas de neurosis, en las histerias, estados de angustia,
neurosis obsesiva, nuestra premisa se verifica. Realmente, se logra resolver la tarea,
vale decir, superar las resistencias, cancelar la represión y mudar lo inconsciente en
consciente. El éxito nos da en principio la razón. Pero existen otras formas de enfermedad
en las que, no obstante ser idénticas las condiciones, nuestro procedimiento terapéutico
nunca alcanza el éxito. Estos pacientes, los paranoicos, los melancólicos,los aquejados
de dementia praecox, permanecen totalmente incólumes e inmunes a la terapia
psicoanalítica”.
Hacia el final de este texto el autor se explaya en las Neurosis Narcisistas, dice “Los que
adolecen de neurosis narcisistas no tienen ninguna capacidad de transferencia o solo
unos restos insuficientes de ella. Rechazan al médico, no con hostilidad sino con
indiferencia. Por eso este no puede influirlos, lo que dice los deja fríos, no les causa ninguna
impresión y entonces no puede establecerse en ellos el mecanismo de curación que
implantamos en los otros, a saber, la renovación del conflicto patógeno y la superación de la
resistencia de la represión”.
Luego define la transferencia y su fuente: “Llamamos transferencia a este nuevo hecho que
tan a regañadientes admitimos. Creemos que se trata de una transferencia de sentimientos
sobre la persona del médico. Más bien conjeturamos que toda esa proclividad del afecto
viene de otra parte, estaba ya preparada en la enferma y con oportunidad del tratamiento
analitico se transfirió sobre la persona del médico. La transferencia puede presentarse
como un tormentoso reclamo de amor”.
Continúa haciendo una pequeña mención de la transferencia negativa: “En los pacientes
masculinos, el médico observa, más a menudo que en el caso de las mujeres, una forma de
manifestación de la transferencia que, a primera vista, parece contradecir todo lo descrito
hasta aquí: la transferencia hostil o negativa”.
Regla de abstinencia: Más adelante el autor hace una mención con respecto a los
sentimientos del analista que no direccionan la cura y dice “Queda excluido ceder a las
demandas del paciente derivadas de su transferencia y sería absurdo rechazarlas
inamistosamente o con indignación. Luego continúa con la importancia de mudar el
sentimiento en recuerdo: “superamos la transferencia cuando demostramos al enfermo que
sus sentimientos no provienen de la situación presente y no valen para la persona del
médico, sino que repiten lo que a él le ocurrió una vez, con anterioridad. De tal manera lo
forzamos a mudar su repetición en recuerdo. Y retoma con esta idea la transferencia como
motor: “Y entonces la transferencia que, tierna u hostil, en cualquier caso parecía significar
la más poderosa amenaza para la cura, se convierte en el mejor instrumento de ella, con
cuya ayuda pueden desplegarse los más cerrados abanicos de la vida anímica.
Se abre una nueva posibilidad en el análisis, una nueva significación que incluye al
analista, Freud dice: “Todos los síntomas del enfermo han abandonado su significado
originario y se han incorporado un sentido nuevo, que consiste en un vínculo con la
transferencia”.
Son momentos lógicos porque, por ejemplo poder ubicar la rectificación subjetiva implica
que la transferencia ya esté instalada: el analista ocupa lugar en la transferencia
Capítulo 4: puntos 7 y 8
El analista es a quien se habla y a quien se habla libremente. Está para eso. Pero el sujeto
invitado a hablar en el análisis no muestra una gran libertad. No es que esté encadenado
por el rigor de sus asociaciones aunque le oprimen sino que desembocan en una palabra
libre, palabra plena que le sería penosa. Lo más temible es decir algo que podría ser verdad
porque podría llegar a serlo del todo si lo fuese.
Nuestra acción de escuchar se acomoda más allá del discurso. Tomo el camino de oír no de
auscultar (explotar, sondear el corazón, averiguar) la resistencia, la tensión, la palidez, la
descarga adrenalínica en la que se forma un yo más fuerte: lo que escucho es de
entendimiento.
El entendimiento no obliga a comprender.
Profe: comprender cómo ponerse en lugar del otro, empatizar, dar por sentado un sentido o
significación.
El entendimiento no deja de ser un discurso aunque fuese poco discursivo.
A lo que oigo no tengo nada que replicar si no comprendo nada de ello o si comprendo algo
estoy seguro de equivocarme. Eso no impide responder. Me callo. Frustro al hablante y a mí
mismo.
Si lo frustro es que me pide algo: que le responda. No son más que palabras, las que puede
obtener de quién quiera.
Me pide por el hecho de que habla: su demanda es intransitiva, no supone ningún objeto
("definición de Internet" demanda intransitiva: no es demanda de sujeto alguno, que no tiene objeto directo, ya que el único
objeto que el sujeto posee es aquel que lo constituye en su fantasma; entonces cuando pide, pide otra cosa que ese objeto.
Ser intransitiva supone la ilusión de que cualquier objeto es posible, pero justamente es porque hay un solo objeto que el
sujeto repite (el que él es en su fantasma))
Su petición se despliega en el campo de la demanda implícita (que es por la cual está ahí):
la de cura, revelarlo a sí mismo, hacerlo conocer el psicoanálisis, hacerlo calificar como
analista. Pero esa demanda puede esperar. Su demanda presente no tiene nada que ver
con eso, incluso no es la suya porque después de todo es el analista quien le ofreció hablar
—el sujeto aquí solo es transitivo— ("definición de Internet" sujeto transitivo: es producto de un artificio del
dispositivo, el sujeto es lo que transita a lo largo de la cadena significante).
Con oferta he creado demanda
Profe: el analista con la oferta (con su escucha, su presencia, su respuesta sostenida del
deseo del analista) crea demanda.
Pero es una demanda radical. Por el intermediario de la demanda, todo el pasado de
entreabre hasta el fondo de la primera infancia. Demandar: el sujeto no ha hecho nunca otra
cosa, vive por eso.
Es por esa vía como puede realizarse la regresión analítica y como se presenta. La
regresión muestra el retorno al presente de significantes usuales en demandas para las
cuales hay prescripción.
1
Lo no analizado del analista hace obstáculo: “Muy pronto, desde el comienzo de la
elaboración de la noción de transferencia, todo lo que en el analista representa su
inconsciente en cuanto, diremos nosotros, no analizado, ha sido considerado nocivo para su
función y su operar como analista” “Porque, como está escrito en alguna parte, si se
descuidara cierto rincón del inconsciente del analista, de ello resultarían verdaderas
manchas ciegas. De ello resultaría eventualmente en la práctica ciertos hechos más o
menos graves o molestos - no reconocimiento, intervención fallida, inoportunidad de
alguna otra intervención, incluso error. Éste es un discurso que efectivamente se
sostiene, que yo pongo en condicional, entre comillas, pero que es un discurso
admitido.”
“Si se llevan las cosas hasta el extremo, se puede concebir un inconsciente - reserva. Debe
admitirse que en nadie se da una elucidación exhaustiva del inconsciente, por lejos que se
lleve un análisis.” “ De todas formas no se trata en su caso de un inconsciente en bruto, sino
de un inconsciente suavizado” “Toda experiencia del inconsciente se lleva a cabo en primer
lugar como inconsciente del Otro” “Y para cada uno de nosotros, la idea de que un aparato
semejante pueda existir se abre en primer lugar como inconsciente del Otro, aunque esté
elidido. Todo descubrimiento del inconsciente de uno mismo se presenta como una especie
de traducción en curso de un inconsciente que es primero inconsciente del Otro.”
“Pero una vez admitida la función del Otro, todavía es preciso que encontremos allí el
mismo obstáculo que encontramos en nosotros mismo en nuestro análisis, cuando se trata
del inconsciente - el poder positivo de desconocimiento que hay en los prestigios del yo, en
el sentido más amplio, en la captura imaginaria. Es importante advertir aquí que este
dominio, que está completamente mezclado con el desciframiento del inconsciente en
nuestra experiencia de análisis personal, tiene una posición que, preciso es reconocerlo, es
distinta cuando se trata de nuestra relación con el Otro. Aquí se pone de manifiesto lo que
llamaré el ideal estoico que se hace del análisis.”
“La vía de la apatía estoica exige que el sujeto permanezca insensible tanto a las
seducciones como a las sevicias” “ Si el analista se aparta de esta vía, ¿sería esto
imputable solamente a alguna insuficiencia de la preparación del analista en cuanto tal?
Absolutamente no, en principio”
“En cuanto al inconsciente, no tenemos forma de plantear que por sí mismo deje al analista
fuera del alcance de las pasiones. Esto sería suponer que es siempre y esencialmente, del
inconsciente de donde proviene el efecto tal” “ Son las tendencias del instinto de vida las
que se ofrecen de esta forma a esa relación con el inconsciente”
¿Por qué un analista, con el pretexto de que está bien analizado, sería insensible al
surgimiento de cierto pensamiento hostil que puede percibir en una presencia que se
encuentra ahí? y hay que suponer, por supuesto, para que algo de este orden se produzca,
que no está ahí como presencia de un enfermo, sino como presencia de un ser que ocupa
lugar.” Dice Lacan - “Podrán producirse en su presencia toda las clases posibles de
reacción” “¿Por qué descalificaría al analista en su función?”
2
“Si el analista realiza algo así como la imagen popular, o también la imagen deontológica,
de la apatía, es en la medida en que está poseído por un deseo más fuerte que aquellos
deseos de los que pudiera tratarse” “En él se ha producido una mutación en la economía de
su deseo”
“Sócrates emite en algún lugar el pensamiento de que el deseo más fuerte de entre todos
los deseo ha de ser sin duda el deseo de muerte” “Aquí adquiere un valor ilustrativo de la
dirección en la que les indiqué que se podía concebir la reorganización, la reestructuración
del deseo en el analista” “¿Juega o no con la muerte? Como yo mismo he escrito en otra
parte, en la partida que es el análisis, que seguramente no es estructurable en términos de
partida entre dos, el analista juega con un muerto” “El analista tiene un partenaire” “el
analista debe ayudar al sujeto a encontrar qué hay en el jeugo de su partenaire. Y para
llevar a cabo ese juego, el analista, por su parte, en principio no debe tener que complicarse
la vida con un partenaire. Por esta razón se dice que el a del analista tiene que comportarse
como un muerto” “Por desgracia, no cuela” “Desde algún tiempo, se admite efectivamente
en la práctica que el analista ha de tener en cuenta, en su información y en su maniobra, los
sentimientos, no que él inspira, sino que experimenta en el análisis, es decir, lo que se llama
su contratransferencia”
3
“Aparentemente la contratransferencia es exactamente de la misma naturaleza que
aquella otra fase de la transferencia, la transferencia en tanto que la llaman positiva o
negativa, y que todo el mundo entiende como los sentimientos experimentados por el
analizado respecto al analista. Pues bien, la contratransferencia en cuestión - y se admite
que debemos tenerla en cuenta, aunque sigue en discución que se debe hacer con ella,
está hecha de los sentimientos experimentados por el analista en el análisis”
“En mi opinión no es posible comprenderlo fuera del registro de lo que he señalado como el
lugar de a, el objeto parcial, el ágalma, en la relación de deseo, en tanto ella misma está
determinada en el interior de una relación más amplia, la de la exigencia de amor. Sólo
dentro de esta topología podemos comprender una forma de proceder semejante. Esta
topología nos permite en efecto decir que aunque el sujeto no lo sepa - sólo a través de la
suposición, diría yo, objetiva de la situación analitíca - donde a minuscula funciona es ya en
el otro” “Aquí se trata tan sólo de un efecto irreductible de la situación de transferencia” “ Por
el solo hecho de que hay transferencia, estamos implicados en la posición de ser aquel que
contiene el agalma” “ Ciertamente, sólo en la medida en que sabe qué es el deseo, pero no
sabe lo que desea ese sujeto - con el cual está embarcado en la aventura analítica - está en
posición de tener en él, el objeto de dicho deseo. Esto es lo único capaz de explicar algunos
de esos efectos todavía tan singularmente pavorosos, al parecer”
“Para nosotros, si nos dejamos guiar por las categorías que hemos producido, el sujeto es
introducido como digno de interés y de amor en el comienzo mismo de la situación. Es por
él por quien estamos ahí. Éste es el efecto, por así decir, manifiesto. Pero hay un efecto
latente, que está vinculado a su no-ciencia, a su insciencia. ¿Insciencia de qué? - de
aquello que es precisamente el objeto de su deseo de un modo latente, quiero decir objetivo
o estructural. Este objeto está ya en el Otro, y en la medida en que esto es así, está, lo sepa
él o no”
“Lo que pongo en tela de juicio no es la absurdidad de semejante temática sino por el
contrario, qué la justifica”
Lombardi, G. (2004). La clínica del psicoanálisis 3: Las Psicosis. Capítulo V:
Lombardi en el texto intenta rescatar lo más importante del escrito de Lacan “cuestiones
preeliminares a todo tratamiento posible de la psicosis” de 1959
➔ Allí introduce el concepto de la Forclusión del significante del nombre
del padre
➔ Elabora qué pueden hacer los analistas en las psicosis, cómo
abordarlas,
➔ introduce que Los efectos de la forclusión son el déficit metaforico, los
trastornos del lenguaje, ausencia de significación fálica en el decir del
psicótico , pero sobre todo se caracteriza por el significante que viene
(en el lugar de la metáfora).
➔ El síntoma en la psicosis entonces seria un significante en lo real, que
no remite a nada, que queda afuera de lo simbólico.
➔ Introduce el termino de “formarse de la maniobra de transferencia
en la psicosis”
A su vez en este capítulo introduce la fórmula de la metáfora paterna, “al llamado nombre
del padre responde con la carencia del mismo” “responde con un agujero”, un agujero en lo
simbólico determinado por la forclusión. El agujero deja al sujeto en la situación clínica
llamada prepsicosis, acá entra en perplejidad, no puede responder, aparecen los
fenómenos de franja. ¡PERO EN LA PSICOSIS PROPIAMENTE DICHA DEBE DARSE
OTRO SUCESO QUE ES (EN TÉRMINOS DE LACAN) LA PRESENCIA DE UN PADRE
EN LO REAL, UN PADRE QUE ES RECHAZADO A LO REAL!
Esto además no sucede en cualquier momento, ocurre cuando el mismo se ve
comprometido por su deseo en un acto, un acto sexual con el partenaire amado.
(en la esquizo ni siquiera requiere un acto)
la fantasía (para el neurótico) permite que todo sea posible. En cambio en la psicosis está la
confrontación con lo imposible.
El neurótico reprime y el psicótico rechaza. (por lo que entendi)
En CUESTIÓN PRELIMINAR de Lacan, habla sobre la transferencia en la psicosis. La
sugestión es el uso del poder que le confiere la transferencia a la palabra del Otro.
La maniobra de la transferencia que hay que evitar es la intervención desde el nombre del
padre, desde la instalación de la ley del padre, porque eso va en contra de “la sumisión
completa a las posiciones subjetivas del enfermo” que menciona Lacan.
El texto habla sobre el peligro de tomar prepsicoticos por que una mala intervención podría
desencadenarlos.
Soler, C. (2008). Estudios sobre las psicosis. Capítulo: Clínica de las psicosis.
El sujeto psicótico en el psicoanálisis
La autora comienza haciendo una introducción: “Cuando hablamos de “hechos de la
psicosis”, consideramos, junto con Lacan, que difieren de los hechos de la neurosis"
"esencialmente por su estructura" "la estructura es el efecto de lenguaje".
La autora continúa hablando sobre la represión en la neurosis y la forclusión en la psicosis:
“El mecanismo que Freud individualiza respecto de la neurosis es la represión, qué implica
una sustracción de satisfacción pulsional.” “Lacan supo reconocer aquí un mecanismo
significante de sustitución metafórica: un significante expulsa a otro, y esta es la estructura
de la represión. Este otro no es un significante cualquiera, sino, digamos, el del trauma
sexual, sea el que fuere; expulsado, de todos modos sigue estando presente -latente- en la
metonimia de las asociaciones del paciente.”
“Desde aquí, la forclusión se define diferencialmente. No es la presencia en otra parte del
significante reprimido, sino la falta radical de un significante; no una sustitución, sino una
falla, un simple agujero. Tampoco recae sobre un significante cualquiera, sino electiva
mente sobre el significante del Nombre Del Padre”
Continuando con la psicosis menciona: “los mismos sujetos no dejan de padecer fenómenos
de exceso de goce. Exceso significa aquí, a la vez, un demasiado en el sentido de un
insoportable, y una atipia en las formas o en la localización del goce” y lo contrapone con el
caso de la neurosis “Por contraste aparecen gracias a la mediación paterna, el menos de-
goce de la castración y la posibilidad de una compensación de goce hallada en la llamada
“relación de objeto” qué se articulan en forma conjunta”.
Transferencia en la Neurosis
Grafo de las relaciones del sujeto con el Otro de la palabra:
Interpretación
S ⇆ Otro
Amor de transferencia
“El vector de la interpretación va del Otro intérprete, al sujeto analizante, mientras que el
vector del amor de transferencia va del sujeto al Otro”
≠
Transferencia en la Psicosis
Grafo de las relaciones del sujeto con el Otro de la palabra :
Amor (Persecutorio/ erotomania)
Unidad IV
Interpretación, construcción y acto
El sueño
Trae un sueño por escrito a la entrevista, consulta si lo puede leer y cuando le dice que sí la
analista está “ se levanta, sale del consultorio dirigiéndose a la sala de espera y retira un
papel todo arrugado del cesto de la basura”.
A partir de eso el analista pregunta “ por que tiras a la basura tus sueños”. Esta
intervención analítica demostraría el lugar que está ocupando el analista, el lugar
comprendido desde Soler (..)
operando como causa de deseo y haciendo emerger al sujeto del inconsciente (G luego
lleva un sueño a la sesión)
El sueño en el que la analista le muestra la salida a G, da cuenta que se instaló la
transferencia entre analista y analizante ya que en ese sueño está incluida la analista como
la que le muestra la salida. A partir de dicha intervención, G también comienza a traer un
café el cual bebe durante la sesión y el cual deja vacío sobre el escritorio.
toma el significante de la madre “ser linda” el cual está asociado determinantemente con
“ser flaca”.
La madre podría ocupar el lugar del Gran Otro. Y cuando ella se cuestiona ¿ qué quiere el
Otro? una posible respuesta, a ese interrogante que vendría acompañado de angustia,
es “ser linda”, pero para eso debo “ser flaca” y ¿ como logro eso? ella menciona que en la
escuela veia a una amiga vomitar en el baño, esa amiga era “gorda” y luego bajo 11 kilos.
Ella en las últimas sesiones del análisis refiere explícitamente ¿ qué quiere mi madre?
¿que esté enferma?
G le pregunta a la madre si está bien vestida y si le dice que no vuelve para cambiarse
de ropa. De esta manera, se repite el lugar de la madre como el gran Otro que le da
los significantes que la determinan. Al preguntarse si va a ir vestida con un vestido
de ella o uno de su madre, se encuentra ante un conflicto: irá vestida como su mamá,
vestida con los significantes que ella da o como ella misma.
Intervenciones de la analista
➔ (en los últimos momentos su análisi ) trae una conversación con su madre : esta “le
preocupa por que ya no va seguido para su casa” y ella le responde que “ no voy
por que estoy saliendo”
La intervención que hace el analista es decir : “ por que estas saliendo, no vas”.
Posicionando sus deseos (los de g) por encima de posibles los deseos de la madre.
ayudándole a que se posicione como sujeto de deseo.
● Ella tenía un casamiento y estaba entre ponerse un vestido de la madre y uno suyo.
Elige ponerse uno suyo, lo cual comunica que hace mucho tiempo que no se
sentía tan mal con su cuerpo sumado a que no le pregunto a su madre si estaba
bien vestida. (comenzaría a poder elegir su vestimenta y no depender
determinantemente de la opinión de su madre)
● Refiere que los atracones han aminorado, ella comienza a salir con amigos del
trabajo y con uno en particular. Menciona estar contenta por que le costaba
vincularse con el grupo de trabajo
ANGUSTIA Y ESTE CASO: Las inhibiciones son una forma de salir de la angustia; ante la
pregunta de “¿qué me quiere el otro?” que genera angustia, se generó la inhibición
posiblemente de no poder elegir sobre la ropa que usar.
Presentación:
Hombre de 58 años que pide hospitalizarse "porque no quiere perjudicar a sus hijas". Ya
había sido hospitalizado anteriormente dos años antes, tras ausentarse del trabajo por un
dolor corporal muy grande (un "difuso malestar digestivo").
Historia de padecimiento:
Sus hijas se han ido al exterior y su esposa ha fallecido; él cree que a sus hijas las
sedujeron los extranjeros y a su esposa la mató él con gritos. También piensa que un
familiar le hizo una brujería. "Tiene grito" que se le imponen y salen de su boca, solo
frenados por el cansancio. Luego adquirieron una significación: "perdí la casa, perdí a mis
hijas, no tengo nada, me tengo que matar, estoy arruinado, es por mi culpa". También grita
lo que él llama un deseo: 12 años más de felicidad, llegar a los 70, para tener una jubilación.
Luego de eso, su esposa muere. Los gritos parecen aplacarse, pero comienza a escuchar
zumbidos, un caminar sin detención y un movimiento que lo lleva a tocarse los genitales a la
vista de todos. Siente que la muerte de su mujer lo ha paralizado de por vida, no puede
llorar, no siente nada, su cobardía le impide ir al cementerio y todo eso aumenta su culpa.
Cae en el mutismo, que sólo es interrumpido por los gritos impuestos. Su cabeza es
parasitada por pensamientos automáticos que se le imponen, y autorreproches que repiten
la fórmula de su culpabilidad y su deseo de vivir 12 años más para obtener su jubilación.
Síntoma:
Presenta apatía por la vida, no come, no duerme ni se levanta de la cama. Se piensa "la
ruina de su familia". Tiene ideas suicidas (tuvo tres intentos antes de su primera
internación). Estaba desvitalizado, enlentecido, petrificado, con la mirada muerta. Todo
giraba en torno a su certeza de culpabilidad y a la muerte de su mujer, a la enumeración de
lo que había perdido y no podría recuperar. Cae en un mutismo, que sólo es interrumpido
por los gritos impuestos. Su cabeza es parasitada por pensamientos automáticos que se le
imponen, y autorreproches que repiten la fórmula de su culpabilidad y su deseo de vivir 12
años más para obtener su jubilación
Ante el paciente notar que su psicóloga Ese comentario produjo una activación en
tenía las raíces crecidas (y se veía su pelo su subjetividad. A partir de ese momento
lacio), ésta le dice "su savoir faire de pude constatar après-coup que la relación
peluquero lo que le había permitido tomó un tono más humorístico y
percatarse de ello". "charlatán". Apareció cierta preocupación
por su imagen: él quería saber cómo lo
veía, hablaba de cómo se veía en el
pasado, trajo fotos, comenzó a abandonar
sus vestimentas de enfermo psiquiátrico,
dijo que quería "cambiar de sponsor". Al
mismo tiempo se ocupaba de mejorar la
imagen de los demás al cortar el pelo a los
enfermeros y luego a otros pacientes de la
sala.
Transferencia en psicosis, el paciente interpreta las intervenciones que hace el analista, las
preguntas, etc. La transferencia en EHDG puede verse que empieza a establecerse desde
que el momento en el que el paciente dice que el apellido de la psi le da confianza. También
se puede ver la transferencia en los comentarios que el paciente le hace a su psicóloga:
“me gusta que vos recuperes las palabras dichas”.
el va reconstruyendo su historia a partir de sus preguntas (acá aparece la sumisión del
paciente). Ve a su analista, además, como quien pudo rescatarlo de su mutismo.
Sumisión a las posiciones subjetivas del paciente se ve cuando él le pide que ella
haga las preguntas y ella ocupa ese lugar.
Ella sostiene esa rigidez de las sesiones, de la orden de hierro,
La señorita Elisabeth
Presentación:
Joven de 24 años que acude a Freud por haber llegado a tope con las explicaciones que su
médico podía dar de su padecer.
Se presenta con ciertos dolores en las piernas y caminaba con la parte superior del cuerpo
inclinada.
Síntomas:
La paciente se queja de dolores al caminar y fatiga al hacerlo y al estar de pie. La
descripción que da la paciente de sus dolores es imprecisa, distinto al decir de los pacientes
que padezca dolores orgánicos, por lo que Freud colige que su pensamiento estaba
ocupado en un trabajo intelectual distinto, en pensamientos y sensaciones que se
entramaban con los dolores. Además Freud nota que la reacción de Elisabeth a los pellizcos
u opresión en la piel era distinta a la de dolor, "más de placer que de dolor", de lo que Freud
colige que el gesto concordaría con los pensamientos escondidos tras ese dolor.
También Elisabeth presentaba como síntomas ciertas inhibiciones: la abasia.
Elisabeth estaba casi siempre libre de dolor Elisabeth llegó a pasar mayor parte del
cuando comenzaban a hablar. Cuando tiempo sin dolores, accedio a caminar
Freud hacía alguna pregunta o ejercía la mucho y abandonar el aislamiento
presión para convocar un recuerdo se mantenido.
despertaba un dolor en las piernas que
continuaba mientras durara el recuerdo.
Freud utilizó estos dolores como brújula;
mientras el dolor se sostenía Elisabeth no
lo había dicho todo, la instaba entonces a
continuar la confesión hasta que el dolor
fuera removido por la palabra.
¿De donde vienen los dolores al andar, Elisabeth agrupo las escenas conectadas
estar de pie, yacer?" con impresiones dolorosas según hubiera
estado de pie, sentada, o acostada. Al estar
parada: relacionado al padre enfermo y la
hermana muerta. Al caminar: relacionada al
atardecer con amigos y el joven del
recuerdo. Al estar sentada: pensamientos
relacionados a su soledad y al deseo de ser
tan feliz como su hermana.
Posición del analista: Cuando Elisabeth decía no ocurrírsele nada, Freud le insiste en que
algo se le había ocurrido y que estaba obligada a decir lo que se le pasara por la cabeza
ubicándose como objeto causa de deseo, no respondiendo a la queja
También paga con su persona cuando afirma que si uno se situara en la vida anímica de la
muchacha no podría denegarle una simpatía humana pero él dice que esa historia no
iluminaba la causación ni la determinación de la historia, sigue con el tratamiento,
insistiendo y buscando cuál fue la causa de los síntomas.
Posicion subjetiva frente al padecimiento:
Transferencia: es el sujeto el que interpreta todo lo que hace el analista y sus palabras,
entonces la libido viene del Otro. En el caso del hombre del grito a pesar de las llegadas
tarde, él considera a la analista como puntual, disciplinada, seria y profesional
Meet
Caso Elisabeth
Caso de histeria
desde que posic se paa, no hay ser hay posicion
Posición subjetiva en relación al deseo: deseo de ser feliz como la hermana,
En Elisabeth su dolor de piernas con el que llegó se convierte en dolor de soledad.