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Los seres humanos y las actividades organizadas han sido una dupla inseparable durante
miles de años, sin embargo, es en el siglo XIX (finales) donde se encuentran las raíces del
pensamiento organizacional.
LA ESCUELA CLÁSICA
La época clásica abarcó el periodo de alrededor de 1900 a mediados de los años 30. Fue
durante este tiempo cuando comenzaron a evolucionar las primeras teorías generales de la
administración. Los autores clásicos pusieron los cimientos para las prácticas administrativas
contemporáneas.
Pasó más de dos décadas persiguiendo con pasión la “única forma mejor” para realizar cada
trabajo. Es importante entender lo que Taylor vio en Midvale Steel, que estimuló su determinación
para mejorar la forma como se hacían las cosas en la planta:
Taylor trató de crear una revolución mental tanto entre los trabajadores como en la
administración al definir lineamientos claros para mejorar la eficacia en la producción. Definió
cuatro principios de administración:
1. Desarrollar una ciencia de medición del trabajo de las personas. (Antes, los trabajadores
utilizaban el método de “ojo de buen cubero”).
2. Seleccionar a los trabajadores de manera científica y después capacitar, enseñar y
desarrollar al trabajador. (Antes, los trabajadores escogían su propio trabajo y se
capacitaban a sí mismos de la mejor manera que podían.)
3. Cooperar muy de cerca con los trabajadores, de modo que se asegure que todo el trabajo
se hace de acuerdo con los principios de la ciencia que se ha desarrollado. (Antes, la
administración y los trabajadores estaban en conflicto continuo.)
4. Dividir el trabajo y la responsabilidad entre la administración y los trabajadores. La
administración debe asumir el trabajo para el cual esta mejor equipada que los trabajadores
(Antes, casi todo el trabajo y la mayor parte de la responsabilidad se arrojaban sobre los
trabajadores.)
Según Taylor, si se seguían estos principios se tendría como resultado la prosperidad tanto de
la administración como de los trabajadores. Los obreros obtendrían mayores salarios y la
administración mayores utilidades. Es probable que el ejemplo más ampliamente citado de la
administración científica sea el experimento de los lingotes de hierro forjado de Taylor.
Taylor comenzó su experimento buscando un sujeto físicamente fuerte que le daba un gran
valor al dinero. El individuo que Taylor escogió era un inmigrante holandés, fuerte, grande, de
nombre Schmidt. Al igual que los otros cargadores, Schmidt ganaba $1.15 al día, lo que incluso a
principios de siglo apenas bastaba para la supervivencia de una persona.
Taylor utilizó el dinero (la oportunidad de ganar $1.85 al día) para motivar a Schmidt y consiguió
que cargara los lingotes, alternando varios factores en el trabajo para ver qué impacto tenían los
cambios en la producción diaria de Schmidt. Por ejemplo, algunos días Schmidt levantaba los
lingotes doblando sus rodillas, mientras que otros días mantenía sus piernas rectas y utilizaba su
espalda. Experimentó con periodos de descanso, velocidad al caminar, posiciones de acarreo y otras
variables. Después de un largo periodo de experimentar con diversas combinaciones de
procedimientos, técnicas y herramientas científicas, Taylor logró obtener el nivel de productividad
que creía posible.
Al colocar a la persona correcta en el puesto con las herramientas y equipo correctos, al hacer
que el trabajador siguiera sus instrucciones con exactitud, y al motivar al obrero por medio del
incentivo de un salario diario considerablemente mayor, Taylor pudo alcanzar su objetivo de 48
toneladas.
Al usar procedimientos similares en otros puestos, Taylor pudo definir la única forma mejor de
trabajar en ese puesto. Después de seleccionar las personas correctas para el puesto, trataba
entonces de capacitarías para que trabajaran precisamente en esta única forma mejor. Para motivar
a los trabajadores favoreció planes de salarios con incentivos. En forma global, Taylor alcanzó
mejoras consistentes en la productividad en el ámbito de 200% ó más. Reafirmó el papel de los
administradores de planear y controlar, y el de los trabajadores de desempeñarse según se les
instruía.
Su libro, The Principies of Scientific Management, así como artículos que escribió y presentó,
extendieron sus ideas no sólo en Estados Unidos, sino también en Francia, Alemania, Rusia y Japón.
La pronta aceptación de las técnicas de administración científica por las compañías industriales
estadounidenses les dio una ventaja comparativa sobre las empresas extranjeras, que hizo que la
eficiencia industrial de Estados Unidos fuera la envidia del mundo por lo menos durante unos 50
años.
La teoría administrativa describe los esfuerzos para definir las funciones universales que
desarrollan los administradores y los principios que constituyen una buena práctica administrativa.
Quien hizo mayores aportes a la teoría administrativa fue un industrial francés llamado Henri Fayol.
Fayol propuso que todos los administradores desarrollaran cinco funciones administrativas:
planear, organizar, ordenar, coordinar y controlar. En la actualidad, casi todos los libros de texto de
introducción a la administración utilizan las mismas cinco funciones, o una variación muy cercana,
como marco básico para describir lo que hacen los administradores.
Fayol describía la práctica administrativa como algo distinto de la contabilidad, las finanzas, la
producción, la distribución y otras funciones típicas de los negocios. Planteó que la administración
era una actividad común a todas las empresas humanas en los negocios, en el gobierno y hasta en
el hogar. Luego procedió a señalar 14 principios de administración que se podían enseñar en las
escuelas y universidades. Estos principios son los siguientes:
Weber reconoció que esta “burocracia ideal” no existía en realidad, sino que más bien representaba
una reconstrucción selectiva del mundo real. Él deseaba que se le tomara como una base para la
teorización acerca del trabajo y cómo éste se puede realizar en grandes grupos. Su teoría se convirtió
en el prototipo de diseño para las grandes organizaciones.
Los rasgos detallados de la estructura burocrática ideal de Weber son los siguientes:
1. Especialización del puesto: Los puestas se desagregan en tareas simples, rutinarias y bien
definidas.
2. Jerarquía de la autoridad: Las oficinas y puestas se organizan en una jerarquía, en que cada
escalón es controlado y supervisado par un superior.
3. Selección formal: Todos los miembros organizacionales han de seleccionarse sobre la base
de sus calificaciones técnicas, y demostradas por su capacitación, educación o exámenes
formales.
4. Reglas y reglamentos formales: Para asegurar la uniformidad y regular las acciones de los
empleados, los administradores deben apoyarse fuertemente en las reglas formales de la
organización.
5. Impersonalidad: Las reglas y controles se aplicarán de manera uniforme, evitando
implicarse con las personalidades y las preferencias personales de las empleados.
6. Orientación de la Carrera: Los administradores son funcionarios profesionales más que
propietarios de las unidades que manejan. Trabajan por un sueldo fijo y pretenden
desarrollar una carrera dentro de la organización.
Esta escuela se desarrolló en un amplio lapso de tiempo, entre 1920 y 1966. Empezó con los
experimentos de Elton Mayo en la empresa Western Electric Company. Fue básicamente un
movimiento de reacción y oposición a la época clásica de la organización. Mejoró la perspectiva
clásica que considera a la producción como un asunto casi exclusivamente de ingeniería y se interesó
en la gente como parte del proceso. La esencia del movimiento de las relaciones humanas era el
concepto de que la clave para que las organizaciones tuvieran mayor productividad estaba en
aumentar la satisfacción de los empleados.
Sin duda la contribución más importante al movimiento de relaciones humanas dentro del
comportamiento organizacional surgió de los estudios de Hawthorne, que se llevaron a cabo en la
planta de Hawthorne de Western Electric Company, en Cicero, Illinois (1920-1932). Estos estudios
fueron diseñados originalmente por los ingenieros industriales de Western Electric para examinar
el efecto de diversos niveles de iluminación sobre la productividad de los obreros. Los ingenieros
llegaron a la conclusión de que la intensidad de la iluminación no estaba relacionada directamente
con la productividad del grupo, pero no pudieron explicarse el comportamiento del que habían sido
testigos.
En sus conclusiones afirmaba Mayo que el comportamiento y los sentimientos tienen una
relación muy cercana, que la influencia del grupo afecta considerablemente el comportamiento
individual, que las normas del grupo establecen la producción del trabajador individual y que el
dinero es un factor de menor importancia para determinar la producción que las normas y los
sentimientos del grupo y la seguridad.
Mary Parket Follet destacó en su obra la importancia que tiene la coordinación de los
esfuerzos de grupo en el cumplimiento eficiente de una tarea. La tarea de un administrador, según
Follet, es descubrir las motivaciones de los individuos y los grupos. Las ideas humanistas de Follett
han influido en la forma como vemos la motivación, el liderazgo, el poder y la autoridad hoy en día.
De hecho, los estilos de administración y organización japonesas, que se pusieron de moda en
América del Norte y Europa a fines de los años 70, se deben a Follett. Ponen un fuerte énfasis en un
sentimiento de compañerismo de grupo y esfuerzo de equipo.
Chester Barnard, influenciado por el trabajo de Weber, pero con un punto de vista
diferente, presentó una nueva teoría organizacional que concebía a las organizaciones como
sistemas cooperativos, y no como productos mecánicos de diseños de ingenieros de la eficiencia.
Según Barnard, para alcanzar los objetivos, las personas no actúan solas, sino que se
relacionan. Las organizaciones surgen mediante la cooperación y la participación de las personas.
Cuando las organizaciones son pequeñas, como es el caso de las empresas familiares, los objetivos
coinciden con los de las personas y por lo tanto la cooperación está asegurada. A medida que las
organizaciones crecen, el conflicto aparece. Para evitar el conflicto hay que dar incentivos, y la tarea
del ejecutivo, por tanto, es promover la participación. Barnard considera que una persona debe ser
eficaz para cumplir los objetivos de la empresa, y eficiente para satisfacer sus propios objetivos.
En resumen, las tres funciones que debe realizar cualquier directivo son:
La Escuela Neoclásica se caracteriza por hacer gran énfasis en los aspectos prácticos de la
administración, la reafirmación relativa de los principios clásicos, énfasis en los objetivos y en los
resultados; y eclecticismo que toma contenidos de casi todas las teorías administrativas.
Esta escuela incorpora la idea de que las organizaciones son sistemas abiertos que están
constituidos por subsistemas relacionados con el medio ambiente, es decir, las organizaciones no
operan en forma aislada. Su supervivencia depende de la interacción correcta con el entorno, el cual
abarca la situación económica, los mercados globales, las actividades políticas, los avances
tecnológicos, las costumbres sociales y el trato con los grupos de interés de la organización.
El resumen del postulado de esta escuela es: la
mejor forma de organización es
la que coordina armónicamente los diferentes subsistemas que definen el
sistema organizacional.
ESCUELA MATEMÁTICA O CUANTITATIVA
Al igual que la escuela sistémica, es una consecuencia de la teoría general de sistemas. Surge
a partir de la Segunda Guerra Mundial. Incluye todas las disciplinas que emplean las matemáticas
como instrumento de resolución de problemas cuantitativos, con exclusión de la teoría de los
sistemas.
Las teorías de esta escuela se basan en la existencia de un decisor racional, por lo que se
puede llegar a una solución óptima. Para alcanzar estas decisiones óptimas se construyen unos
modelos matemáticos que ofrecen al directivo una guía en el proceso de toma de decisiones porque:
Nace a final de los años cincuenta, y surge de investigaciones empíricas aisladas, realizadas
con el objetivo de encontrar los modelos organizativos más eficaces. Hay dos corrientes de la teoría
de la contingencia: la escuela de los sistemas socio-técnicos y la corriente contingencial.
Referencias Consultadas