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Equipos defectuosos
Errores de configuración, instalación y puesta en marcha
Defectos de diseño o fabricación
Desconocimiento del equipo mantenedor
Operación deficiente
La fase de Madurez representa el periodo de vida útil del activo más prolongado de los tres.
Durante este lapso de tiempo, la tasa de averías se reduce y estabiliza. Esto es debido a que
ya se
conoce
el equipo y
se opera
correctamente, se han corregido los problemas de diseño e instalación, y se han realizado
las adaptaciones necesarias para optimizar su funcionamiento respecto al resto de la
instalación.
En este periodo las averías son fortuitas y son debidas a causas aleatorias externas al
equipo.
Por último, durante el Envejecimiento o Fase de Desgaste, la tasa de averías aumenta
rápidamente. Los fallos se producen por el desgaste natural del activo debido al transcurso
del tiempo.
Juventud
Las bases para realizar un buen mantenimiento sobre un equipo son la experiencia previa y
la información del fabricante.
Si contamos con un profesional que ya ha instalado y mantenido el mismo activo
anteriormente, puede que conozca muchos de los errores de diseño, configuraciones y
puestas a punto, que nos permitirán reducir las averías durante la fase de mortalidad
infantil.
Por otra parte, el fabricante pone a nuestra disposición las distintas gamas de
mantenimiento a realizar a lo largo del tiempo. Es verdad que el seguimiento estricto de las
recomendaciones del fabricante aumenta el coste de mantenimiento, tanto en horas
hombre como en repuestos, pero es el mejor punto de partida que podemos adoptar.
Madurez
Según avancemos a la fase de madurez, las averías se reducirán, tendremos más
conocimiento sobre el equipamiento y podremos realizar análisis para intentar optimizar los
trabajos de mantenimiento implementado estrategias predictivas o CBM y analizando el
mantenimiento en base al coste de reposición del equipo y la dificultad de realizar
mantenimiento.
El mantenimiento Predictivo, CBM, o basado en la condición de máquina consiste en
monitorizar, mediante sensores automáticos o lecturas manuales, los parámetros
principales de una máquina, para conocer su estado real y realizar mantenimiento
únicamente cuando sea estrictamente necesario. Este tipo de mantenimiento implica
conocimiento técnico y costes en materia de sensores, por lo que en muchas ocasiones se
aplica en equipos críticos.
Por otro lado, establecer una gráfica que compare el coste de reposición de un equipo vs la
dificultad de mantener, nos permitirá clasificar los activos en:
Equipos que no mantendremos ya que el coste del equipo es inferior a la dificultad y coste
de mantenimiento. Podemos tener equipos de este tipo en stock y sustituirlos cuando se
averíen.
Equipos en los que seguiremos realizando un mantenimiento preventivo, ya que son fáciles
de mantener y el coste reposición es alto.
Equipos a los que aplicaremos mantenimiento predictivo, ya que el coste de reposición es
alto y son difíciles de mantener.
Envejecimiento
En esta fase el mantenimiento suele estar muy optimizado. En muchos casos se puede
retrasar esta fase monitorizando los equipos y sustituyendo las piezas más desgastadas.
No obstante, llegará el momento en el que el coste de mantenimiento sea superior al de
sustitución, y este será el momento más apropiado para remplazar el equipo.
En sistemas muy grandes o caros se suelen realizar procedimientos de Overhaul, en los que
se cambian gran parte de sus componentes.
Una vez que se ha realizado un Overhaul a un equipo, este debe ser tratado como un activo
nuevo, que pasará necesariamente por las tres etapas de la curva de la bañera referidas
anteriormente.