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FACULTAD DE TEOLOGÍA
HISTORIA DE LA IGLESIA Y DE LA TEOLOGÍA ANTIGUA
Profesor: JOSÉ FERNANDO RUBIO
Estudiante: JOSÉ ÁNGEL VIDAL ESQUIVIA
OCTUBRE 05 DE 2022
HISTORIA ECLESIÁSTICA
ENTREGA # 9
Inicia los hechos de la segunda parte con la narración en torno a la maquinación de los
obispos Eusebio de Nicomedia y Teognio de Nicea contra el obispo de Alejandría, Atanasio.
Toda la problemática se debe a que los obispos de Nicomedia y Teognio, al ganar el favor del
emperador, pretendían que el obispo de Alejandría aceptase de nuevo entre su grey al
presbítero Arrio y como este no lo aceptaba, presentaron una serie de acusaciones en su
contra con el propósito de que fuese depuesto de su sede y exiliado. La primera de estas
acusaciones consistía en presentar objeciones a la ordenación de Atanasio (Sócrates de
Constantinopla, 2017, p.124). Alrededor de la cuestión sobre Arrio y su pensamiento
surgieron otra serie de problemas entre los obispos, como el de Eusebio de Pánfilo y Eustacio
de Antioquía. Tras estas, y otras problemáticas entre los obispos, se convocó un concilio en
Antioquía, donde es depuesto Eustacio (Sócrates de Constantinopla, 2017, p.127), razón por
la cual se desata un desorden público en la ciudad y el emperador debe intervenir para
apaciguar los ánimos.
Posteriormente explica Sócrates la manera en que Arrio se hizo afecto el emperador a través
de un presbítero amigo de Constancia, la hermana de Constantino (Sócrates de
Constantinopla, 2017, p.129). Arrio es llamado ante el emperador y al comparecer profesa
“falsamente” la fe de Nicea y pudo volver a Alejandría (Sócrates de Constantinopla, 2017,
p.132). No obstante, a su regreso a Alejandría recibió una negativa de Atanasio, y esta acción
enojó al emperador, el cual escribió al obispo amenazándolo (Sócrates de Constantinopla,
2017, p.133). Los contrarios al obispo de Alejandría continuaron sus maquinaciones en su
contra, al punto de inventar que un presbítero de Atanasio irrumpió en medio de una
celebración y de haberle cortado la mano a un obispo de los melecianos como amuleto
mágico (Sócrates de Constantinopla, 2017, p.136). Estas acusaciones llevaron a que el
emperador convocase un concilio en la ciudad de Tiro, donde Atanasio logra demostrar su
inocencia en el asunto del asesinato y la mano cortada (Sócrates de Constantinopla, 2017,
p.138). Sin embargo, sus acusadores insistían en hacerlo pagar por la irrupción en la
celebración, y Atanasio debió huir en búsqueda del emperador y fue destituido por los
conciliares en Tiro, que luego son convocados por el emperador en Jerusalén, donde
admitieron a Arrio en la comunión de las Iglesias. Luego fueron convocados a
Constantinopla y por una nueva acusación Atanasio es exiliado a las Galias. Sócrates finaliza
su libro contando la muerte de Arrio y la del emperador Constantino (Sócrates de
Constantinopla, 2017, pp.150; 152).
Antonio, monje de Mediados 356 Monje del desierto del cual Atanasio
Egipto del siglo II escribió su vida, puesto que le admiraba
profundamente
Eusebio, obispo de Hacia 280 341 Uno de los principales defensores del
Nicomedia arrianismo y detractores de Atanasio.
Los obispos a favor y Eusebio el de Pánfilo evitaba comentar el motivo real de las
en contra de discrepancias en Egipto, para evitar decir que no estaba conforme
homoousios con lo establecido en Nicea. Los obispos discutían sobre la
“expresión de la misma naturaleza” y se acusaban a unos de ir en
contra de Nicea por no decirla y por introducir el politeísmo, y a
los que la consignaban los acusaban de proponer el dictamen de
Sabelio y Montano, como es el caso de Eustasio de Antioquía.
De acuerdo con la lectura, las ideas de Arrio fueron las causantes de que el emperador mismo
se encargase de establecer un orden entre las distintas Iglesias. Todo comienza con el
Concilio de Nicea convocado por Constantino, quien en aras de mantener el orden civil
decide llamara a todos los obispos con el fin de establecer una única creencia y que no
hubiese ningún otro motivo de turbación en el imperio a causa de la fe.
No obstante, las conclusiones de Nicea acarrearon distintas diferencias entre los obispos,
principalmente entre aquellos que apoyaban el regreso de Arrio a la Iglesia bajo una supuesta
aceptación de la fe y los que argüían que su conversión era falsa y solo deseaba seguir
alterando la vida de las comunidades. A partir de ello, comienza el ciclo de deposiciones de
obispos liderado por los obispos de Nicomedia y Nicea, los cuales eran cercanos al
emperador y apelaban por la causa de Arrio.
Sin embargo, Atanasio con el convencimiento firme de que la fe profesada en Nicea era la
única y verdadera, la defendió al punto de aceptar el destierro impuesto por la autoridad civil.
Visto así, Atanasio puede ser considerado como el gran defensor del dogma, puesto que
apostó incluso su vida porque este no fuese sustituido o mancillado por doctrinas raras,
vemos que Sócrates justifica el destierro de Atanasio porque este último no quería ceder en
absolutamente nada en lo referente al Credo niceno.
Su relación con los monjes del desierto parece haber ayudado en su fortaleza para defender la
fe. Así mismo es notorio en las letras de Sócrates que el obispo Atanasio no era hábil para las
cuestiones políticas, pero al parecer tenía gran capacidad de cercanía con el pueblo, de ahí
que fuese mucho más fácil poder explicar la fe de Nicea y recibir la aprobación de muchos.
7. Mapa de las sedes episcopales
Poco antes de morir Constantino fue bautizado, este hecho, junto con la muerte de Arrio, de
acuerdo con Sócrates, parece haber acercado más al emperador al Credo de Nicea y como tal
el cristianismo iba fortaleciendo sus relaciones con el poder civil. Con su muerte deja
testados privilegios a Roma y Constantinopla, dos ciudades donde el cristianismo había
tomado un fuerte impulso, especialmente Constantinopla. Al dejar a su hijo Constancio
reinante en oriente, y a sus otros dos hijos en occidente, garantizó la continuidad del
cristianismo en el imperio, puesto que ellos habían sido formados en la fe cristiana, y ellos
fueron partícipes al igual que su padre de intervenciones en las Iglesias.
Los dos Eusebio jugaron un papel fundamental en la expansión del arrianismo. Eusebio de
Nicomedia se constituyó en el principal defensor de Arrio y de sus posturas teológicas,
aprovechando su cercanía con el emperador logro obtener el perdón para el presbítero y logró
que fuese aceptado nuevamente en la comunión de las Iglesias, también constituyó un gran
número de obispos a favor de los arrianos e hizo que estos estuviesen en contra de Atanasio
su principal oponente.
Por su parte, Eusebio de Cesárea, parece haber ayudado de forma más intelectual, puesto que
con su pluma mostraba que no se encontraba de acuerdo con algunos elementos dispuestos en
Nicea, y de forma sutil hacía que sus lectores mirasen las posturas de Arrio bajo ninguna
sospecha. Además, se dedicó a combatir la noción “de la misma naturaleza”, haciendo ver
que las cosas que Arrio decía eran razonables.
De esta manera, una política y otra intelectual, los Eusebio colaboraron en la expansión del
arrianismo.
Referencias