Proverbios de Salomón es el nombre oficial de este libro. Fue redactado en hebreo clásico. No posee un carácter mayoritariamente teológico y esto facilitó la comisión de errores. Con respecto a su canonicidad, forma parte de la tercera parte del canon judío, los ketubim (escritos), no obstante, no fue fácil su ingreso en el canon, fue justificado por la supuesta paternidad salomónico. La fecha probable de composición es el II milenio a.C. En su dimensión literaria, el libro se comporta de manera variopinta desde el punto de vista formal. La autoría única del libro es puesta en duda, en tanto que, se presentan algunos duplicados, salvando variantes lexemáticas, se repite el mismo proverbio. La variedad y riqueza de sus formas literarias saltan a la vista. Cada proverbio, generalmente independiente de sus vecinos, constituye una unidad en sí mismo. Esta muy presente el paralelismo, en todas sus variantes (sinonímico, antonímico, sintético o progresivo). El género instrucción aparece en los nueve primeros capítulos; en el c. 2 faltan los imperativos, que han cedido terreno al uso de series de prótasis y apódosis. El macarismo que abre la sección 3,13-20 da paso a una unidad de carácter hímnico. En los demás ejemplos se confía más en el valor de la descripción y en el enfoque didáctico que en el carácter imperativo propiamente dicho. En Proverbios sobresalen la sentencia simple, de un estico (o la compuesta por varios esticos), y la instrucción, como géneros literarios más comunes. Aparece también el proverbio numérico, para cultivar el poder de observación de hombre mediante la comparación de fenómenos enigmáticos sometidos a un esquema numérico. El relato autobiográfico, cobra importancia en este texto puesto que busca presentar un hecho de vida que supuestamente ha experimentado para así comunicar una enseñanza. Finalmente, también encontramos en Proverbios el acróstico alfabético, en el poema de la mujer de valía, el cual contiene tantos esticos como letras el alfabeto griego. En cuanto a su estructura, gracias a las cabeceras de algunas partes del libro, al análisis interno y a la pluralidad de estilos y las formas literarias es posible afirmar que el libro es una especie de simposio. Los proverbios tienen como propósito invitar a poner la confianza en las posibilidades del conocimiento, alcanzar la sabiduría, pero unida al temor de Dios. Propone un proceso evolutivo que va de la sabiduría práctica a la sabiduría teológica, pasando por la dimensión ética. La adquisición de la sabiduría no es fruto tanto de un esfuerzo disciplinado cuanto de una disposición interior; incluso pertenece a la categoría de don. Como manual de sabiduría práctica, los Proverbios enseña al hombre el modo más «racional» de superar los escollos de la vida para llegar a una armonía interior y a una integración social sin traumas; a una vida feliz y a una existencia provechosa. El hombre es educado en la percepción de los órdenes cósmico y social, y en el esfuerzo por integrarse en dichos órdenes. Todo apunta a la realización personal, individual y social. Como sabiduría ética, en tanto que la conducta posee una repercusión en el orden social. Como sabiduría teológica, el temor del Señor, es decir la disposición interior de la creatura ante el Creador, es decir una actitud religiosa, puesto que, solo así es posible alcanzar una sabiduría genuina. Los órdenes cósmicos y sociales están sostenidos por Dios. Con respecto a la influencia extranjera en este libro, es innegable su parecido con la obra egipcia Instrucción de Amenemope, incluso gracias a eso es posible comprender algunos proverbios de los cuales desconocemos su traducción. No es tan cierto que los Proverbios posean un carácter ahistórico, una disposición anímica análoga en el plano religioso acompañaba las graves crisis políticas. Por otro lado, es importante no olvidar que la revelación se refracta a través de los avatares del espíritu humano en busca de su identidad y su autorrealización, en esa medida, hay presencia teológica en este libro. La personificación de la sabiduría es primordial, y parece adoptada de la cultura egipcia, así mismo, ha constituido un punto de discusión en cuanto a su relación con Dios, si contiene esencia hipostática o no. Cosmología, antropología y teología, constituyen la triada presente en el contenido del libro y se encuentran íntimamente unidas.