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Ireneo de Lyon

Ireneo de Lyon, conocido como san Ireneo (en


griego: Εἰρηναῖος) (Esmirna, Asia Menor, c. 140 -
Lyon, c. 202), fue obispo de la ciudad de Lyon
San Ireneo de Lyon
desde 189. Considerado como el más importante
adversario del gnosticismo del siglo  ii. Su obra
principal es Contra las herejías. Recientemente, el
Papa Francisco lo declaró Doctor de la Iglesia, con
el título de "Doctor unitatis" ("Doctor de la
unidad").2 3​ ​

Índice
Ministerio cristiano
Obra
Teología de Ireneo de Lyon
Cristología de Ireneo de Lyon
Mariología de Ireneo de Lyon
Doctor de la Iglesia
Escatología de Ireneo de Lyon
proclamado el 21 de enero de 2022 por el papa
Contra el Evangelio de Judas
Francisco
Festividad
Referencias Información personal
Bibliografía Nombre en
Εἰρηναῖος Λουγδούνου
Enlaces externos griego antiguo
Apodo Doctor de la Unidad (Doctor
Unitatis)
Ministerio cristiano Nacimiento c. 140
Esmirna, Imperio Romano
Nacido en Esmirna, Anatolia (actual Turquía), Fallecimiento c. 2021 ​
Ireneo fue uno de los discípulos —considerado el Lugdunum, Imperio Romano
mejor de todos— del obispo de Esmirna, Policarpo, Educación
discípulo, a su vez, del apóstol san Juan. Policarpo Policarpo de Esmirna
Alumno de
lo envió a las Galias (157). En Lugdunum (actual
Lyon), capital de la Galia Lugdunense, donde se Información profesional
registró una cruel persecución que causó numerosos Ocupación Teólogo, presbítero y filósofo
mártires entre los cristianos, fue ordenado sacerdote Información religiosa
y desde el año 177 ejerció allí como presbítero. Fue
Canonización Culto inmemorial
enviado al Obispo de Roma Eleuterio para rogarle,
mediante «la más piadosa y ortodoxa de las cartas», Festividad 28 de junio Occidente
en nombre de la unidad y de la paz de la Iglesia, que 23 de agosto Oriente
tratase con suavidad a los hermanos montanistas de Venerado en Iglesia católica
Frigia. Iglesia ortodoxa
Explicó que al rechazar a los falsos profetas había Iglesias ortodoxas orientales
que acoger el verdadero don de profecía. Pese a Luteranismo
rechazar los «excesos carismáticos» y apocalípticos Comunión anglicana
del montanismo, consideró que no se podían Títulos y               
prohibir las manifestaciones del Espíritu Santo reconocimientos
dentro de las iglesias romanas. Obispo, Padre y Doctor de la Iglesia
Sucedió a Potino en la sede episcopal de Lyon desde
el 189 e intervino ante el obispo romano Víctor (190) para que no separara de la comunión a los cristianos
orientales que celebraban la Pascua el mismo día que los judíos. No se tiene certeza sobre la fecha de su
muerte, pero se estima que ocurrió entre el año 202 y el 207. Fue sepultado en la iglesia de San Juan en
Lyon y su tumba fue profanada por hugonotes (protestantes calvinistas) en 1562.3 ​

El nombre de San Ireneo está vinculado, sobre todo, a la polémica contra los gnósticos.3 ​

Obra
Escribió el tratado Contra las herejías en cinco tomos (Ver: Ireneo de Lyon. Contra las herejías (https://we
b.archive.org/web/20060616082038/http://www.multimedios.org/docs/d001092/). Archivado desde el
original (http://www.multimedios.org/docs/d001092/) el 16 de junio de 2006. «En latín: Adversus haereses,
AH  ».), cuyo título completo es Desenmascarar y refutar la falsamente llamada Ciencia (Gnosis en
griego, idioma en el que fue escrito).

Explicó que no existe un Pléroma sobre el Dios Creador. La Regla de la Verdad se resume en lo siguiente:
hay un solo Dios Soberano universal que creó todas las cosas por medio de su Verbo, que ha organizado y
hecho de la nada todas las cosas para que existan. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo y único
Dios del Nuevo Testamento, al contrario de lo que afirmó Marción.

Ireneo confrontó las concepciones según las cuales habría almas malas destinadas a condenarse o tres
clases de humanos: materiales que no pueden salvarse, psíquicos que pueden salvarse y espirituales que se
salvan. Dios ha encerrado a todos en la incredulidad, para tener compasión de todos (Romanos 11:32 (htt
ps://www.biblegateway.com/passage/?search=Romanos+11%3A32&version=DHH)). Rechazó
especialmente la versión gnóstica de Cristo, que lo hacía un hombre espiritual al que le fue administrado un
cuerpo formado con substancia psíquica, pero dispuesto con un arte inefable para que pudiera ser visto,
palpado y sufrir y del que se libró al morir, y que en cambio nunca tomó nada del hombre material, porque
éste nada tiene que pueda salvarse. Mostró cómo, según los argumentos que ellos proponen, el Verbo no se
habría hecho carne. El libro V expone su escatología milenarista, heredada de los apóstoles: el Anticristo,
la Resurrección de los justos y el Milenio.

Ireneo también habría escrito la Demostración de la predicación apostólica encontrada en 1904 en el idioma
armenio, es una instrucción cristiana dirigida a su amigo Marciano.

La Demostración de la predicación apostólica ofrece la mejor visión de Ireneo. Aquí vincula la predicación
de los apóstoles (los escritores del Nuevo Testamento) con la Ley, los Salmos y los Profetas.

En primer lugar, esboza la fe transmitida por los ancianos, que habían conocido a los apóstoles,
personificada en los tres artículos del "canon de la fe": el único Dios y Padre; el único Señor, Jesucristo
crucificado y resucitado; y el único Espíritu Santo. A continuación, relata, a la manera de los grandes
discursos apostólicos de los Hechos, la narración bíblica de la obra de salvación de Dios que culmina en
Cristo. Por último, demuestra que lo que los apóstoles proclamaron se cumplió en Cristo, conformado como
está por la Escritura.
Ireneo subraya el modo en que los propios apóstoles utilizaron la Escritura: tras la proclamación de Pablo
de que Cristo murió y resucitó según las Escrituras (1 Cor. 15:3-5), los cuatro Evangelios canónicos centran
sus relatos de Jesús en la Pasión, y siempre cuentan la historia con referencias a la Escritura hebrea. Ni
Marción ni los escritos gnósticos, como el Evangelio de Tomás, utilizan la Escritura de este modo al
proclamar a Cristo. Ireneo critica a los herejes sobre la base de que han "despreciado el orden y la conexión
de las Escrituras". Acusa a los herejes de haber reorganizado los miembros del cuerpo de la verdad, como
hacen los que toman un mosaico de un rey y reorganizan las piedras para formar una imagen de un perro o
un zorro, afirmando que ésta es la imagen original. Aquellos que conocen el "canon de la verdad",
entregado en el bautismo, serán capaces de restaurar los pasajes a su orden correcto, revelando así la
imagen del Rey.

El "canon de la verdad" funciona de forma muy parecida al "modelo de palabras sanas" al que Pablo instó
a Timoteo a mantenerse firme (2 Tim. 1:13). Al mantener este canon, los cristianos pueden proclamar, en un
contexto continuamente cambiante, el mismo evangelio: la "tradición" conservada en la Iglesia. De este
modo, Cristo es, para Ireneo, el sujeto de la Escritura en todo momento. Los apóstoles lo anunciaron por
referencia a las Escrituras. Los profetas vieron "al Hijo de Dios como hombre conversando con los
hombres; profetizaron lo que iba a suceder... declarando que el que estaba en los cielos había descendido al
'polvo de la muerte'" (Sal. 21.16; Septuaginta). Cristo aún no estaba presente, pero su Pasión salvadora ya
era objeto de las palabras y visiones de los profetas.

Jesús lo escribió todo: Jesucristo no solo es el sujeto de la Escritura, de principio a fin, sino que también es
su autor último: Ireneo toma la declaración de Jesús de que "Moisés escribió de mí" (Juan 5.46) para
significar que "los escritos de Moisés son sus palabras", y luego extiende esto para incluir "las palabras de
los otros profetas". Así pues, Ireneo insta a Marciano, "lee con atención el Evangelio que nos han dado los
apóstoles, y lee con atención los profetas, y encontrarás que toda la conducta, y toda la doctrina y todos los
sufrimientos de nuestro Señor, fueron predichos a través de ellos." "Si alguien lee las Escrituras de esta
manera", argumenta Ireneo, "encontrará en ellas la Palabra relativa a Cristo y una prefiguración de la nueva
vocación". Utilizando la imagen de Cristo de un tesoro escondido en un campo (Mateo 13:44), donde los
discípulos son enviados a cosechar lo que otros han sembrado (Juan 4:35-8), Ireneo sugiere que Cristo
mismo es el tesoro, escondido en las Escrituras, en los tipos y parábolas, las palabras y acciones de los
patriarcas y profetas, que prefiguran lo que iba a suceder en y a través de Cristo en su advenimiento
humano, tal como está contenido en el Evangelio. Con sus escritos, los patriarcas y los profetas han
preparado el mundo para el advenimiento de Cristo, de modo que el campo está listo para la cosecha.

Antes de su consumación en el advenimiento de Cristo, estos tipos y profecías no podían entenderse. Pero
ahora la cruz arroja luz sobre estos escritos, revelando lo que de hecho significan y cómo son, por tanto, la
Palabra de Dios. Para los que leen la Escritura sin conocer la "explicación" (literalmente "exégesis") de las
cosas que pertenecen a Cristo, las Escrituras siguen siendo solo fábulas. Sin embargo, los que leen la
Escritura con entendimiento serán iluminados y brillarán como las estrellas del cielo.

Teología de Ireneo de Lyon


En su obra Hitos de la Teología, Ireneo considera a la Escritura como la fuente primordial de la fe. Es
preciso comparar los distintos pasajes para que, iluminándose unos a otros, pueda entenderse su significado
en el contexto (cf. AH II, 10,1; 27,1; III, 12,9).4 5​ ​Con humildad debemos aceptar que no conocemos todo
y debemos acercarnos a la Palabra con espíritu humilde y dejarnos enseñar por ella.

Ireneo defiende el principio de la tradición. El libro segundo del AH desarrolla o funda el principio de la
tradición, que ya inicia Hegesipo, y formula este principio contra el gnosticismo, que admite revelaciones
privadas, propias de sus escuelas, y también contra ellos exige la coherencia con las Escrituras, ya que los
gnósticos pretendían eliminar determinados aspectos de ellas arguyendo una tradición secreta. Dice que la
verdadera tradición hay que buscarla en la Iglesia fundada por los apóstoles, donde sus sucesores han
enseñado la doctrina auténtica.

Ireneo está fuertemente convencido de que la doctrina de los apóstoles sigue manteniéndose sin alteración.
Esta tradición es la fuente y la norma de la fe (regula fidei o regula veritatis). Para Ireneo este canon de la
verdad parece ser el credo bautismal, porque dice que lo recibimos en el bautismo. Solo las iglesias
fundadas por los apóstoles pueden servir de apoyo para la enseñanza auténtica de la fe y como testigos de
la verdad, pues la sucesión ininterrumpida de los obispos en estas iglesias garantiza la verdad de su
doctrina. A propósito de esto dice que sería largo recurrir a todas las iglesias, por ello reduce a la de Roma,
gracias a lo cual tenemos toda la lista de los obispos romanos (cf. AH III, 3,3).5 ​

Ireneo es ante todo un gran exegeta,6 ​especialmente de San Pablo y de San Juan, de tal modo que cuando
él explica a San Pablo o a San Juan es casi como si estos se explicasen a sí mismos. Ireneo es el
representante de la escuela de Asia Menor. La teología de la carne no viene de San Juan.

La batalla en torno a los gnósticos se hace con San Pablo. El tema central de la teología ireniana gira en
torno al Salus Hominis (antropología), es decir, la salvación del hombre. En la antropología confluye todo
lo demás, trinidad, eclesiología, escatología, etc. El punto de partida de su antropología lo constituyen los
dos textos bíblicos del Génesis que hablan de la creación del hombre: el Génesis 1:1-26 (https://www.bible
gateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1%3A1-26&version=DHH) y el Génesis 2:7 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+2%3A7&version=DHH). Frente a los gnósticos
que distinguían tres clases de hombre, el hombre material o hiliaco, el hombre psíquico o animal (porque su
sustancia es la psijé o alma), y tercero el hombre espiritual o neumático (constituido de pneuma o espíritu).

Hay un solo hombre, carnal, espiritual y animal. Repetidamente dice que el hombre es una mezcla de
cuerpo, alma y espíritu, en esto usa una terminología paulina, Pablo en 1Tesalonicenses 5:23 (https://www.
biblegateway.com/passage/?search=1Tesalonicenses+5%3A23&version=DHH). Los gnósticos daban a
estos tres elementos la categoría de sustancia, y decían que los tres hombres eran de tres sustancias distintas,
aunque teóricamente cada uno de estos tres podría vivir independientemente, o quizás unidos. El espíritu
está revestido del hombre psíquico y este a su vez del hombre material. El ideal de ese espíritu es librarse de
los otros dos, lo cual ocurrirá con la muerte. La sustancia espiritual es la sustancia de Dios, por ello el
hombre es consustancial al Padre. La salvación para los hombres espirituales es debida a su propia
sustancia, por ser de materia divina. La sustancia de los siete cielos es el mundo del demiurgo, Dios inferior
al Dios uno, tiene naturaleza psíquica, es el que crea al hombre material, pero el hombre espiritual es de
sustancia divina.

San Ireneo dice que solo hay un hombre, que asume las sustancias, así hay un tanto a favor de las cosas. El
hombre es cuerpo, es carne, el alma es el principio de la vida racional y animal por el plasma (barro). El
alma es principio racional, el principio que al barro comunica la vida sensitiva y racional. El espíritu es
principio de vida espiritual del plasma. El hombre por el pecado pierde el espíritu. El hombre es una mezcla
de cuerpo, alma y espíritu. Son cualidades inherentes al cuerpo. Sarcología: el hombre es carne, así
antropología es filosofía de la carne. Car Capax Salutis: carne capaz de salvación. Aquí es donde se juega
la batalla, para los gnósticos la carne no es capaz de salvación, para San Ireneo sí. Salvación significa
divinización de la carne, por eso el Hijo de Dios se encarna para divinizar la carne. La carne, por ser
materia, para los gnósticos, es corruptible, y acabará con la aniquilación. Por eso la carne de Dios no es
real, sino aparente (docetismo), perdiéndose así los misterios de Jesucristo. La carne es esencial para San
Ireneo, el hombre per se es carne, pero una carne destinada a la salvación.

En Génesis 2:7 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+2%3A7&version=DH


H)a. «Tomó Yahveh barro de la tierra», hallamos el origen del cuerpo, es barro de la tierra, ahora bien, ¿de
qué tierra? De esta visible que tenemos ante nosotros, y el misterio de la curación del ciego de nacimiento
lo pone esto de manifiesto. El hombre es un ser en construcción, idea de progreso, el hombre no acaba de
ser hecho hasta que el hombre sea igual a la carne gloriosa de Cristo, entonces el hombre será
perfectamente lo que Dios quiere, imagen y semejanza de Dios.

Por otro lado, subraya que ese barro tomado de la tierra, no fue plasmado por ángeles, sino por las manos
de Dios, directamente, las manos de Dios son el Hijo y el Espíritu Santo. El Hijo es el que comunica al
barro la imagen, y el Espíritu Santo es el que le comunica la semejanza divina. Cada una de las tres divinas
personas en la creación, actúa a tenor de sus cualidades personales. El Padre crea la materia ex nihilo, el
Hijo le da forma, y el Espíritu Santo lo llena de vida. Génesis 2:7 (https://www.biblegateway.com/passage/?
search=G%C3%A9nesis+2%3A7&version=DHH)b. Este aliento de vida se identifica con el alma,
infundida en el plasma, y adopta la forma del plasma, a la manera como el contenido adopta la forma del
contenedor, y se sujeta a la misma causalidad de las manos de Dios.

El hombre es un microcosmos, en el mismo ser del hombre hay como un resumen de toda la creación, del
mundo material por ser material, y del racional por ser racional. San Ireneo dice que Dios hizo al hombre
rey no solo de este mundo, sino también del de los ángeles. El hombre mismo es resumen de la creación.
Según Génesis 1:26 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+1%3A26&version
=DHH) hay que distinguir imagen de semejanza. Imagen es similitud con la forma, figura, lineamentos, y
se da entre naturalezas iguales, se da necesariamente entre dos naturalezas iguales, tenemos por tanto la
misma naturaleza de Dios, posible por Cristo, que tiene naturaleza humana. Aquí se introduce la teología
trinitaria. El Padre no tiene forma, no es posible conocer al Padre sin el Hijo, el cual sí tiene forma. Así
pues, el hombre, que es material, corporal, carnal, es imagen de Dios en su sentido horizontal, es decir
imagen de Cristo Dios que ha de venir, se ha de encarnar, es el paradigma.

En Cristo cabe distinguir varios estadios. El paradigma de Adán es Cristo, que es anterior al primer Adán,
puesto que el primer Adán es solo anterior en el tiempo, no en la mente de Dios. En Cristo cabe distinguir
distintos estadios (cuando nació, como niño, etc.) ¿En cuál de estos estadios es el paradigma del que fue
creado Adán?. En la resurrección, ese es el paradigma o modelo que Dios tuvo presente. Será imagen de
Dios cuando su carne sea glorificada. El hombre pues está destinado por Dios a ser glorificado en su carne,
mientras tanto estamos en período de construcción. Al ser una economía carnal, es precisa una historia, si
hubiese sido una economía angelical no hubiese hecho falta.

La semejanza significa asimilación del hombre con Dios, que hay que distinguir otra semejanza,
asimilación del hombre con Dios, es decir, el hombre se hace Dios, la semejanza consiste en que el hombre
sea divinizado, deificado, el hombre está destinado a hacerse Dios. Esta semejanza es progresiva, ya el
«kata» (partícula segunda) tiene de suyo un dinamismo. Indica un proceso que tiene que desarrollarse hasta
la perfección de la carne de Cristo, pero nunca barrerá la distancia física, sino la distancia cualitativa. Una
cosa es la «ousía» (sustancia) o ser de Dios, y otra es la «ousía» humana, que es carnal, la distancia está
entre el ser de Dios y el del hombre, nunca se borrará, la divinización del hombre se dará en el terreno de la
cualidad, el terreno cualitativo, quiere decir esto que la sustancia divina tiene unas propiedades congénitas
(poiotes), la sustancia divina de suyo es impasible, inmortal, incorruptible, y la sustancia humana de suyo es
corruptible, mortal, y pasible. La divinización del hombre viene de que la sustancia humana se olvide de
sus facultades y asuma las cualidades divinas. Cristo resucitado es el modelo que Dios tuvo delante al
modelar a Adán. Por tanto Cristo es el objetivo al que ha de llegar la carne humana.

El hombre es un ser in fieri, en construcción, que se está haciendo, llegará a ser perfecto hombre solo
después de la resurrección, cuando su carne halla adquirido la incorruptibilidad y la inmortalidad. Mientras
tanto, está sometido al trabajo de las manos divinas, Dios ¿por qué no hizo al hombre perfecto desde un
principio? Porque si bien según los gnósticos la explicación está en el demiurgo, Dios creador, imperfecto,
para San Ireneo el hombre es incapaz de recibir la perfección de golpe por ser carnal, le hacía falta una
historia. Dios es capaz de dar la perfección al hombre, pero el hombre es incapaz de recibir esta perfección.
Toda la cuestión está en que Dios ha establecido una economía carnal, material. Por eso el Hijo de Dios se
encarnó (por la economía carnal) y no se angelizó. La tarea de asimilación del hombre a Dios va unida al
alma, nosotros somos un cuerpo tomado de la tierra, y un alma, el alma es mediadora entre este cuerpo y el
espíritu. Así como la perfección de la imagen está virtualmente vinculada al cuerpo, el alma toma la misma
imagen del cuerpo, el cuerpo comunica al alma la imagen del cuerpo, y así Dios comunica al alma la
imagen del alma, para que lo comunique al cuerpo, actúa así de intermediación. La semejanza pues iría
especialmente vinculada al alma.

Cristología de Ireneo de Lyon


La cristología de San Ireneo de Lyon está en íntima conexión con la antropología, Cristo, el verbo
encarnado es el hombre ideal, es decir, el paradigma de Adán, el modelo del cual se hizo a Adán. Cristo
estaba presente en la mente de Dios en el plasmado del hombre, «opera dei plasmatio hominis» («la obra de
Dios es el plasmado del hombre»). Dios empieza a modelar al hombre según un boceto, el segundo Adán
(Cristo) que es la obra perfecta y acabada. El primer Adán es anterior al segundo solamente en el tiempo.

Todas las teofanías del Antiguo Testamento desde Adán son manifestaciones del verbo. Hay que señalar la
gran importancia de la encarnación, por tanto la realidad de la pasión, muerte y resurrección, contra los
gnósticos (apariencia). La recapitulación, término griego (anakefalaiosis), significa resumen, Cristo resume
en su propia carne toda la historia de la salvación de la carne que se ha dado y de principio a fin, de modo
pleno en la carne de Cristo glorificado. En Cristo se ha dado el resumen. Cristo recapitula a Adán, a toda la
humanidad, recapitulando lo pasado y lo futuro, desde la creación hasta la glorificación.

Respecto al pecado original señalar que San Ireneo constituye un testimonio a favor de la doctrina del
pecado original. Difunde esta tesis San Agustín por lo que fue acusado de maniqueo mal convertido, a lo
que él rescata la referencia de San Ireneo. Según San Ireneo nuestros primeros padres, creados a imagen y
semejanza de Dios perdieron la semejanza, pero conservaron la imagen, aunque ofuscada. Cristo hizo
brillar la imagen y le devolvió la semejanza. Destacar la ubicación del paraíso en el 4.º cielo (el de en
medio). El hombre, hecho de barro de la tierra es elevado al paraíso pero después por el pecado es
expulsado a la tierra de nuevo. Así, en el paraíso estuvo equidistante de la tierra y del cielo sumo,
explicando así el reinado del hombre sobre la tierra. El paraíso no admite al pecador, por eso fueron
expulsados.

Mariología de Ireneo de Lyon


En su mariología desarrolla mucho el paralelismo entre Eva y María de San Justino. Según Ireneo, María
reparó la desobediencia de Eva, con lo que contrarió las corrientes gnósticas que sostenían que Jesús no era
Dios y hombre. Ireneo aseveraba que Jesús debía tener la naturaleza humana para poder redimirla, pero al
mismo tiempo la santidad de Dios para poder presentarse sin mancha.

Ireneo garantiza contra los gnósticos la realidad de la carne de Jesús, sin la cual es imposible la vida
histórica de Cristo, y su muerte y resurrección reales:

«Yerran quienes afirman que Él nada recibió de la Virgen... De otro modo habría sido inútil
su descenso a María: ¿para qué descendía a ella, si nada había de tomar de ella?»
San Ireneo de Lyon (AH III, 22,1-2).5 ​
Dice que el Hijo, al hacerse carne, al nacer «realmente» de María, es la prenda de que él es descendiente de
Adán,7 ​ cuya simiente había de asumir para poder transformarla en lo que él es como Dios. Por eso su
carne es la misma carne de María, hija de Adán (cf. AH III, 21,10, V, 1,2).5 ​Por medio de ella Jesús se liga
también a la generación de Abraham y de David, y solo por tal motivo el Hijo de María puede llegar a ser
el cumplimiento de las promesas hechas a los Padres (cf. AH III, 16,2-3; D 35-36, 40, 59).5 ​

Escatología de Ireneo de Lyon


Es necesario distinguir la escatología católica, la intermedia y la final. La intermedia es la situación del
hombre desde la muerte a la resurrección, cada individuo, ¿en qué situación se encuentra?. Respecto a ello
San Ireneo enseña las siguientes cosas sacadas de la exégesis del rico Epulón y el pobre Lázaro Lucas
16:19 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+16%3A19&version=DHH). Este texto para
él no es parábola, sino historia real que nos cuenta el señor. Mediante la parábola nos muestra los siguientes
puntos: 1.º perseverancia de las almas, es decir, las almas, tras la muerte perseveran en el ser, no se
deshacen; 2.º la no-transmigración de las almas, se mantiene con una subsistencia propia, aquí interviene la
omnipotencia de Dios; 3.º, las almas retienen la figura del cuerpo, que las hace reconocibles, por eso el rico
Epulón reconoce a Lázaro, por tener la misma figura que en vida. Las almas retienen la memoria de su obra
pecadora y también el mérito, Abraham retiene el don profético y reconoce las obras del rico y del pobre;
4.º, en el más allá hay un lugar de descanso y de pena, las almas buenas descansaban en el seno de
Abraham, las malas, como la del rico, están en un lugar de dolor; 5.º, también ve San Ireneo confirmadas
una de sus tesis favoritas, la unidad de los dos testamentos, que nos permite ver en ley y profetas las
palabras de Cristo, lo que ellos dijeron según la palabra de Cristo.

En la teología ireniana lo importante es siempre la salus carni, porque la historia salutis consiste en la
deificación de la carne, el gozo del alma durante la escatología intermedia es un gozo relativo, intermedio,
no solo no ve al Padre, sino que ni al Hijo resucitado. ('A Dios nadie le ha visto jamás': 1Jn 4,12; Jn 5, 37;
Jn 6, 46)

En la escatología final, la verdadera bienaventuranza, para que el hombre la adquiera es necesaria la


resurrección del Verbo, la gente resucitada con la resurrección iniciará el milenio, mil años durante los
cuales no se verá al Padre, sino solo al Hijo resucitado acostumbrándose a la carne (Cristo) para luego pasar
al Padre, además este milenio sucederá en la tierra, pero en un cielo nuevo y una tierra nueva. No se da en
el milenio la visión del Padre, sino una preparación de la gente a la visión del Padre pero secundum
carnem. Se da por tanto un proceso gradual, que lo inicia el Espíritu Santo, lo continúa el Hijo y lo
consuma el Padre. Distingue así tres puntos en la historia de la salvación: Espíritu Santo, etapa del Antiguo
Testamento; la 2.ª es la del Hijo, la cual a su vez se subdivide en dos, se inicia en la encarnación, y dura
hasta la parusía; para luego continuarse la etapa del Hijo durante mil años, tras el séptimo milenio llegará el
Padre. Así, en la ley del Antiguo Testamento hemos recibido un espíritu profético, luego, con Cristo, un
espíritu adoptivo, y al final el espíritu paterno. Hay pues un proceso de adaptación.

Contra el Evangelio de Judas


Su extensa y completa refutación de las diferentes doctrinas gnósticas ha sido recordada con ocasión del
redescubrimiento del texto seudoepigráfico llamado Evangelio de Judas. Ireneo dice que es un libro
utilizado por un grupo gnóstico al que denomina cainitas, los cuales:

«dicen que Caín nació de una Potestad superior, y se profesan hermanos de Esaú, Coré, los
sodomitas y todos sus semejantes. Por eso el Hacedor los atacó, pero a ninguno de ellos pudo
hacerles mal. Pues la Sabiduría tomaba para sí misma lo que de ellos había nacido de ella. Y
dicen que Judas el traidor fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque solo
él entre todos conoció la verdad para llevar a cabo el “misterio de la traición”... Para ello
muestran un libro de su invención, que llaman el Evangelio de Judas.»

Ireneo en varias partes de su obra se refiere a la oposición entre Caín y Abel.

«Dios puso los ojos sobre las oblaciones de Abel, porque las ofrecía con sencillez y justicia; en
cambio no miró el sacrificio de Caín, porque su corazón estaba dividido por celos y malas
intenciones contra su hermano, según Dios mismo le dijo al reprenderlo por lo que ocultaba:
“¿Acaso no pecas aunque ofrezcas tu sacrificio rectamente, si no compartes con justicia?
Tranquilízate”.»
Génesis 4:7 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis+4%3A7&versi
on=DHH) LLX: οὐκ ἐὰν ὀρθῶς προσενέγκῃς ὀρθῶς δὲ μὴ διέλῃς ἥμαρτες ἡσύχασον
πρὸς σὲ ἡ ἀποστροφὴ αὐτοῦ καὶ σὺ ἄρξεις αὐτοῦ

«Caín, cuando Dios le aconsejó calmarse, pues no había compartido de modo justo con su
hermano los deberes de fraternidad, sino que con envidia y maldad imaginó poder dominar
sobre él, no solo no se puso en paz, sino que añadió pecado a pecado, mostrando su intención
con las obras. Llevó a cabo lo que había planeado (Génesis (https://www.biblegateway.com/pa
ssage/?search=Genesis+4%3A7-8&version=DHH)): se impuso sobre él y lo mató.»

El sacrificio de Abel es un símbolo del sacrificio de Jesús:

«Dios sometió el justo al injusto, a fin de que el primero mediante su sufrimiento se


manifestase como justo, en cambio el segundo mediante sus actos desenmascarase su
injusticia... el Dios que los desenmascara no es culpable de ellos ni obra el mal.»

«No son los sacrificios los que purifican al ser humano, pues Dios no los necesita; sino la
conciencia pura de quien lo ofrece es lo que santifica el sacrificio.»

Jesús dio su vida no para «liberarse del cuerpo», sino para que todo el que crea en él no perezca, sino que
tenga vida eterna... para que el mundo se salve por él; el que cree en él no es condenado (Juan 3:16-18 (ht
tps://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan+3%3A16-18&version=DHH)) ; y la condenación está
en que vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz... para que no sean
censuradas sus obras (Juan 3:19-20,12:4-6 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=Juan+3%3A1
9-20%2C12%3A4-6&version=DHH)).

Festividad
Los cristianos orientales celebran la fiesta de San Ireneo el 23 de agosto. La Iglesia católica la celebra el 28
de junio. Su nombre también está incluido en el Calendario de Santos Luterano.

Referencias
Iglesia... y tiene un rap» (https://www.religio
1. Granado Bellido, 1988, p. 33. nenlibertad.com/noticias/934278501/confir
2. «San Ireneo de Lyon declarado por el Papa mado-francisco-ireneo-lyon-38-doctor-igles
Francisco como Doctor de la Iglesia» (http ia-rap.html). Religión en libertad. 21 de
s://www.vaticannews.va/es/papa/news/202 enero de 2022.
2-01/san-ireneo-proclamado-por-el-papa-d 4. San Ireneo de Lyon. «Libro II: denuncia y
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Bibliografía
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Enlaces externos
Los Mártires de Lyon (https://www.cristianismo-primitivo.org/siglo-ii/los-martires-de-lyon)
Un defensor de la ortodoxia y del Evangelio (https://www.cristianismo-primitivo.org/siglo-ii/ir
eneo-de-lyon)
Benedicto XVI presenta a San Ireneo de Lyon (https://web.archive.org/web/2007093018452
7/http://www.zenit.org/article-23144?l=spanish)
Texto íntegro de la Epideixis de Ireneo (https://www.cristianismo-primitivo.org/siglo-ii/epideix
is)
Textos de Ireneo de Lyon (http://remacle.org/bloodwolf/eglise/irenee/table.htm) en francés,
con introducción y anotaciones en este idioma, en el sitio (http://remacle.org/) de Philippe
Remacle (1944 - 2011).

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