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Atanasio de Alejandría (296 – 373)

Atanasio de Alejandría,
fue obispo de Alejandría, nacido
alrededor del año 296 y fallecido el 2 de
mayo del año 373. Se considera santo en
la Iglesia copta, en la Iglesia católica, en
la Iglesia ortodoxa, en la Iglesia
luterana y en la Iglesia anglicana,
además de doctor de la Iglesia
católica y padre de la Iglesia Oriental.

Nació en el ambiente cosmopolita de


Alejandría, donde recibió su formación
filosófica y teológica. No se sabe nada de
los primeros treinta años de su vida salvo
que en el año 320, con veinticuatro años,
fue ordenado diácono. Este cargo le
permitió acompañar a su obispo, Alejandro de Alejandría, al concilio de Nicea I en 325.
Desde esa fecha se convirtió en defensor a ultranza del símbolo niceano, y enemigo
acérrimo de los arrianos.

En el año 328, contando con treinta y cinco años, fue elegido obispo de Alejandría,
siendo el vigésimo Patriarca de Alejandría título que precede al de papa de la Iglesia
copta o Patriarca de la Iglesia ortodoxa previo al cisma del año 451 (tras el desacuerdo
del Concilio de Calcedonia).

En su cargo como obispo de Alejandría, sufrió el acoso de los arrianos, cuando el


emperador se dejaba influir por estos. Fue detenido y desterrado hasta cinco veces, en
las siguientes fechas:

 335-337, a Tréveris, bajo Constantino I;


 339-345, a Roma, bajo Constancio II;
 356-361, al desierto egipcio, bajo Constancio II;
 362-363, bajo Juliano el Apóstata;
 365, bajo Valente.

Entre sus prioridades destacó la evangelización del sur de Egipto, donde designó como
primer obispo de Filé al antiguo inspector de tropas Macedonio, extendiendo su
actividad fuera de las fronteras egipcias, hasta Etiopía, donde nombró a Frumencio,
obispo de Axum.

De su etapa de destierro entre los monjes del desierto egipcio, adquirió un gran interés
por el monacato, influyendo en el acceso de los monjes al sacerdocio, y convirtiéndose
en biógrafo de Antonio Abad, de quien escribió la Vida de Antonio.
En su lucha contra las herejías de su tiempo usó, según diversas fuentes, métodos
discutibles: El obispo Arsenio, seguidor del melecianismo, murió quemado vivo por
orden suya; y fue acusado de asesinato en el concilio de Tiro en 335. Llegó a falsificar
una carta de Constantino a la muerte de este, supuestamente dirigida a este mismo
concilio, donde se decía que había que condenar a muerte a quien tuviera en su poder
escritos de Arrio. El historiador Amiano acusó a Atanasio de haberse entregado a
persecuciones impropias de su carácter de sacerdote.

La labor de Atanasio, tanto en el I Concilio de Nicea como en toda su lucha contra el


arrianismo, fue de gran importancia, con repercusiones que incluso llegan a la
actualidad. A los pocos años de fallecer Atanasio el emperador Teodosio I tomó la
decisión de hacer del cristianismo niceno la religión oficial del Imperio mediante
el Edicto de Tesalónica de 380.

Padre y doctor de la Iglesia, también llamado San Atanasio el Grande o Atanasio de


Alejandría. Acudió a Nicea como compañero y diácono del entonces patriarca de
Alejandría y contribuyó a definir la consustancialidad del Padre y del Hijo divinos y la
condenación de Arrio (325). Elegido patriarca (328), mantuvo contra viento y marea la
fidelidad a las decisiones del concilio, lo cual le valió ser condenado, depuesto y
desterrado cinco veces a lo largo de su vida, tras ser reintegrado a su sede otras
tantas, siguiendo los avatares de tiempos y emperadores, favorables o no al
arrianismo. Al fin, logró residir en su sede hasta morir en ella.

Autor capital y admirado en la historia del dogma, San Atanasio escribió numerosas
obras sobre las controversias arrianas, como su Discurso sobre la Encarnación del
Verbo; es autor también del documento más importante del cristianismo primitivo
sobre el monacato, la Vida de San Antonio. Hombre de carácter impetuoso y tenaz,
tuvo amigos entusiastas y enemigos encarnizados; en su fe, alimentada por un
misticismo fervoroso y por una rígida moral, se preocupó ante todo de defender la
realidad de la Redención por la encarnación de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
hombre, y la independencia de la Iglesia de la autoridad política. Fue el duro y tenaz
luchador que requerían el tiempo y las circunstancias.

Brioso y hábil polemista, Atanasio se mostró muy firme en la defensa de la


consubstancialidad del Verbo encarnado en Dios Padre, uniéndose a una naturaleza
humana completa en Jesucristo. Por ello se separó tanto de Marcelo como de Apolinar
de Laodicea apenas vio el carácter heterodoxo de sus doctrinas, pese a que
defendieran también el término "consubstancial"; y, alrededor del 362, se acercó a San
Basilio, San Gregorio Niceno y San Gregorio Nacianceno, admitiendo que podían usarse
otros términos además de aquel que se discutía, con tal de que quedara claramente
establecida la identidad de esencia. Admitió también el uso, en el sentido de
"persona", de la palabra "hipóstasis" (en latín "substancia"), empleada por él hasta
entonces como sinónimo de "usia" ("esencia"), y sostuvo contra los macedonianos la
consubstancialidad del Espíritu Santo con las otras dos Personas divinas.
Ambrosio de Milán (340 – 397 d.C.)

Ambrosio de Milán, de nombre original Aurelio


Ambrosio (en latín Aurelios
Ambrosius; Tréveris, c. 340-Milán, 4 de
abril del 397) fue un destacado obispo de Milán
y un importante teólogo y orador. Hermano de
santa Marcelina, es uno de los cuatro Padres de
la Iglesia latina o de Occidente y uno de los
36 doctores de la Iglesia católica.

Padre y doctor de la Iglesia Católica. Junto


con San Jerónimo de Estridón y San Agustín de
Hipona, San Ambrosio de Milán conforma el
grupo de Padres de la Iglesia que constituyen la «edad de oro» de la patrística. Fue
funcionario del Imperio romano, gobernador de Liguria y Emilia (370) y arzobispo de
Milán. Recibió el bautismo, la ordenación y la consagración en 374 y se dedicó al
estudio de la teología y de las humanidades; sus obras tienen un marcado carácter
pastoral. Creó nuevas formas litúrgicas, promovió el culto a las reliquias en Occidente
y convirtió y bautizó a San Agustín.

De familia cristiana que se vanagloriaba de tener entre sus miembros a la virgen y


mártir Sotera, Ambrosio pasó su juventud, después de la muerte de su padre, en
Roma, en un ambiente saturado de ideal cristiano, y vio a su hermana Marcelina hacer
profesión de virginidad ante el papa Liberio. Asistió con su hermano mayor Sátiro a los
cursos de gramática y retórica y fue al principio encaminado a la carrera forense, de la
cual pasó, gracias a Sexto Petronio, a la administrativa, sobresaliendo en ella
inmediatamente por sus dotes, hasta el punto de ser enviado como consularis a
gobernar las provincias de Liguria y Emilia.

Hacia el 370 se estableció en Milán, donde se granjeó la estimación y afecto de todos


en una situación difícil, no sólo por las luchas entre paganos y cristianos, sino por las
divisiones en el seno del cristianismo entre los ortodoxos y los seguidores de Arrio, que
postulaban una naturaleza creada y finita para Jesucristo. A la muerte del obispo
arriano Ausencio, las dificultades para la elección de sucesor fueron resueltas con el
nombramiento de Ambrosio, que de esta manera pasó de magistrado a obispo. Fue
ordenado el 7 de diciembre del 374, ocho días después de haber recibido el bautismo,
retardado según el uso de entonces, a pesar de que Ambrosio era de familia cristiana.

Repartida su hacienda entera entre la Iglesia y los pobres, San Ambrosio se entregó
totalmente al ejercicio de su alta misión. Y en el cuidado de su grey, así como en la
defensa de la Iglesia contra los paganos y los herejes, demostró una energía, una
voluntad y un valor insospechables en su débil constitución física. Luchó contra los
paganos para impedir la restauración de sus cultos idolátricos; es famosa su disputa
con Símaco, que quería restablecer en el Senado el Ara de la Victoria (384).
Escribió contra los arrianos De la encarnación del Señor, y desarrolló, a través de
concilios y con una densa red de relaciones con otros obispos, una acción tendente a
truncar su actividad desintegradora; cuando un decreto de Valentiniano III ordenó que
se entregaran a los herejes algunas basílicas católicas, San Ambrosio se opuso con
firmeza, apoyado por el pueblo, que ocupó los edificios disputados (386).

Por una lucha u otra, San Ambrosio de Milán hubo de entrar al fin en relación con los
emperadores, cerca de los cuales, desde Valentiniano I hasta Teodosio I el Grande,
supo ejercer decisiva influencia; dedicó al joven emperador Graciano dos obras
teológicas: De la fe y Del Espíritu Santo. Con él se fueron elaborando los principios
fundamentales para regular las relaciones entre la Iglesia y el Estado, después de la
situación creada por Constantino.

A su celo pastoral se debe la mayor parte de sus obras, que son, por lo general,
predicaciones, revisadas y publicadas. Así, el famoso Hexamerón, las exégesis sobre
figuras del Antiguo Testamento o sobre el Evangelio de San Lucas, los escritos
morales Los deberes de los ministros de Dios, los escritos ascéticos como el De las
vírgenes y los dogmáticos De los misterios y De los Sacramentos. San Ambrosio de
Milán dejó, además, noventa y una cartas y algunos himnos incluidos en el Breviario.

Su incansable actividad, su ilimitada disponibilidad para cuantos necesitaban de él,


causaron admiración en hombres como Agustín de Hipona, quien recibió de él un gran
apoyo en su conversión; pero tal ardor apostólico acabó consumiéndolo. Su cuerpo se
conserva en la basílica ambrosiana, juntamente con los de los mártires Gervasio y
Protasio, encontrados por él.
Juan Crisóstomo (345 – 407 d. C.)
(También llamado San Juan de Antioquía;
Antioquía, c. 347 - cerca de Cumano Pontica, 407)
Padre de la Iglesia de Oriente. Su apodo,
Crisóstomo (que significa «boca de oro»), alude a
su excepcional elocuencia, por la que es
considerado el máximo orador de la Iglesia antigua.
Sacerdote de Antioquía, fue nombrado patriarca de
Constantinopla, considerado por la Iglesia
católica uno de los cuatro grandes Padres de la
Iglesia del Oriente. La Iglesia ortodoxa griega lo
valora como uno de los más grandes teólogos y uno
de los tres pilares de esa Iglesia, juntamente
con Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno. Por su
formación intelectual y su origen, es el único de los
grandes Padres orientales que procede de la Escuela de Antioquía. Su rigor y su celo
reformista le crearon una serie de oposiciones políticas y le granjearon la hostilidad de
la poderosa emperatriz Eudoxia; depuesto por un sínodo, fue desterrado a la
Capadocia, donde murió.

San Juan Crisóstomo nació en Antioquía, Asia Menor, hacia el año 347. Hijo de un
destacado militar, estudió filosofía y retórica y a los dieciocho años decidió entregarse
al servicio de la iglesia. Después de ser bautizado, se retiró a la meditación en las
montañas de las afueras de la ciudad, donde pasó seis años, pero ante su delicada
salud se vio obligado a regresar a Antioquía.

En el 386 fue ordenado sacerdote. Durante doce años realizó una gran labor pastoral
como predicador, ya que su exposición y sus enseñanzas morales resultaban siempre
aplicables a la vida cristiana. El año 398, pese a su resistencia a ello, se le consagró
arzobispo de Constantinopla. Los grandes conflictos que sacudían al Imperio Romano
de Oriente y a la iglesia repercutieron dolorosamente en la vida de San Juan
Crisóstomo, que fue atacado tanto por sus propios hermanos en el episcopado como
por el poder civil debido a su firme actitud en defensa de la austeridad y de la moral.

Sus enemigos, apoyados en que había criticado a la emperatriz Eudoxia, consiguieron


deponerlo y en el 403 fue deportado a Armenia. Dado que las cartas que desde allí
escribía continuaban proporcionándole apoyo popular, se le ordenó establecerse aún
más lejos, en una localidad del extremo oriental del mar Negro. Incapaz de soportar
las penalidades del camino, San Juan Crisóstomo falleció en Cumano Pontica,
Capadocia, el 14 de septiembre del año 407. Rehabilitado pocos años después, sus
cenizas fueron llevadas a Constantinopla.
San Jerónimo (340 – 420 d.C.)

(Eusebio Hierónimo, también llamado San


Jerónimo de Estridón; Estridón, actual Croacia,
hacia 374 - Belén, 420) Padre y doctor de la Iglesia
especialmente recordado como autor de la Vulgata,
una célebre traducción al latín de las Sagradas
Escrituras destinada a tener una amplísima
difusión más allá incluso de la Edad Media.

Perteneciente a una familia acomodada, Eusebio


Hierónimo cursó estudios en Roma, donde fue
discípulo de Elio Donato y se apasionó por la cultura clásica. Posiblemente hacia el año
366 fue bautizado por el papa Liberio. En los años siguientes San Jerónimo realizó
numerosos viajes por Europa y se sintió profundamente atraído por la vida monástica.
Hacia el año 373 decidió marchar a Oriente y pasó algún tiempo en Antioquía. Fue
entonces cuando, tras una crisis espiritual, se prometió no volver a leer ni a poseer
literatura pagana.

Poco después inició un período que duró dos años como eremita en el desierto de
Calcis, en busca de paz interior. Entregado a la oración y al ayuno, estudió también
griego y hebreo. Como consecuencia del cisma de Antioquía, San Jerónimo dejó el
desierto para trasladarse a aquella ciudad. Allí fue ordenado presbítero y el año 382
regresó a Roma como secretario del papa Dámaso I. Durante este período inició la
revisión de la versión latina del Antiguo Testamento, obra en la que trabajaría toda su
vida.

Tras la muerte del papa en el 385 marchó a Belén, en Palestina, donde fundó un
monasterio en el que permanecería más de treinta años hasta su muerte. Por la
indiscutida autoridad de que gozaría durante siglos en el seno de la Iglesia, su
traducción al latín de la Biblia, la Vulgata, es considerada una de las obras cruciales de
la historia del cristianismo. De entre sus tratados religiosos cabe destacar sus
numerosos escritos en torno a temas bíblicos y el De viris illustribus (Sobre los
varones ilustres), colección de vidas de autores cristianos. Combatió las herejías
de Orígenes y Pelagio, y mantuvo también una extensa correspondencia en la que
defendió los ideales de la vida ascética. Su festividad se celebra el 30 de septiembre.
San Agustín de Hipona (354-430
d.C.)

Agustín de Hipona o Aurelio Agustín de


Hipona (en latín, Aurelius Augustinus
Hipponensis), conocido también como san
Agustín (Tagaste, 13 de noviembre del 354-
Hipona, 28 de agosto del 430), fue
un escritor, teólogo y filósofo cristiano. Después
de su conversión, fue obispo de Hipona, al norte
de África y dirigió una serie de luchas contra
las herejías de los maniqueos, los donatistas y
el pelagianismo.

Es considerado el «Doctor de la Gracia», fue el


máximo pensador del cristianismo del primer
milenio y, según Antonio Livi, uno de los más
grandes genios de la humanidad. Autor
prolífico, dedicó gran parte de su vida a
escribir sobre filosofía y teología, siendo Confesiones y La ciudad de Dios sus obras
más destacadas.
Es venerado como santo por varias comunidades cristianas, como la Iglesia católica,
ortodoxa, oriental y anglicana. La Iglesia católica lo considera Padre de la Iglesia
latina o de Occidente y el 20 de septiembre de 1295 el papa Bonifacio VIII lo
proclamó Doctor de la Iglesia por sus aportes a la doctrina católica, junto con Gregorio
Magno, Ambrosio de Milán y Jerónimo de Estridón. Su fiesta litúrgica se celebra el 15
de junio y el 28 de agosto.

Santo, filósofo católico

–La medida del amor, es amar sin medida–

 El primer doctor de la iglesia cristiana.


 Obras: La ciudad de Dios, Confesiones, Soliloquios, La fe y las obras...
 Patronazgo: Teología
 Hijos: Adeodato
 Nombre: San Agustín - Aurelius Augustinus Hipponensis - Aurelio Agustín

Aparece frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor por Dios.

"Señor, que todo mi corazón se inflame con amor por ti;

Haz que nada en mí me pertenezca y que no piense en mí;

Que yo queme y sea totalmente consumido en Ti;

Que te ame con todo mi ser, como incendiado por ti".


San Agustín nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pueblo que hoy se conoce
por Souk-Ahras, Argelia.

Padres

Hijo del pagano Patricio y de la cristiana Mónica. Fue educado en la fe de su madre.

Estudios

Hasta los once años permaneció en Tagaste y asistió a la escuela del pueblo. Cursó
estudios en Madaura, más tarde se trasladó a Cartago para concluir su preparación
académica. A los veinte años regresó a Tagaste, como profesor de Gramática.

Fue un excelente maestro y también un comprometido proselitista maniqueo.


Cuando su madre supo que se había alejado del cristianismo, le prohibió comer en su
mesa y dormir en su casa.

Filósofo

Agustín regresó de nuevo a Cartago y decidió enseñar Retórica. Le acompañaron


algunos de sus alumnos de Tagaste. Durante estos años se dedicó a la lectura y
escribió poemas logrando ser laureado en los certámenes literarios que tienen lugar en
la ciudad. Con veintiséis años publicó su primer libro "De pucrho et apto".

En Roma consiguió abrir una escuela, al año siguiente marchó a Milán. Se presentó a


concurso de oposición y ganó la cátedra Imperial de Retórica de esa ciudad. Llamado el
"profesor africano" comenzó a visitar asiduamente la catedral atraído por la fama
del Obispo Ambrosio, gran orador.

Conversión al cristianismo

Por fin, la paz de un jardín y las palabras de la Biblia: "Andemos decorosamente como
en pleno día, no en comilonas ni borracheras, no en fornicaciones ni desenfrenos, no
en rivalidades ni envidias, sino revestíos del Señor Jesucristo" (Rom. 13,13) dieron a
Agustín el empujón que necesitaba para convertirse en un "hombre nuevo". Él mismo
ilustró esta profunda experiencia de conversión: "No quise leer más. Al terminar de
leer esa frase sentí en mi corazón como una luz de serenidad que disipó todas las
tinieblas de mi vacilación.

Decidió abandonar la enseñanza y se retiró con sus amigos a una hacienda


en Casiciaco. Allí descansó, reflexionó, escribió y compartió su preparación para
el bautismo, que recibió al llegar la Pascua del año 387 de manos de Ambrosio.

Después de la muerte de su madre, acaecida en el puerto de Ostia (Roma) en el año


388, se dirigió a su pueblo natal, Tagaste, repartió su herencia entre los necesitados y
fundó un monasterio donde convivió con los amigos que le acompañaron.
Su plan de vida está cifrado en la oración y la convivencia. Sin embargo, su fama de
hombre sabio se extiende y se convierte en el "consejero" de muchas personas,
inclusive de otros países del mundo romano. Este mismo año, 388, murió Adeodato, su
hijo, que vivía con él.

Sacerdote y Obispo

En el año 391 viajó a Hipona para visitar a un amigo. Estando en la Iglesia de la


ciudad, los fieles le reconocen, lo aclaman y piden al Obispo Valerio que le haga
sacerdote. Cinco años después fue ordenado Obispo, dirigió la diócesis de Hipona
durante treinta y cuatro años. Su fama se extendió por todo el Imperio Romano.

Obras

La influencia de su acción pastoral a favor de los necesitados, el brillo de su


predicación y la sabiduría de sus escritos marcan un camino que la Iglesia siguió
durante más de dieciséis siglos. Sus escritos le convierten en uno de los más
importantes filósofos de la Antigüedad, especialmente las Confesiones, el De
Civitate De¡, la correspondencia y los sermones. Fue un autor prolífico que dejó una
gran cantidad de obras de diferentes temáticas, elaboradas entre el 386 y el 419.

Muerte

San Agustín falleció en Hipona el 28 de agosto de 430.

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