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SEGUNDO PARCIAL

1)-Relacionar los siguientes conceptos o términos en un texto: síntoma-trauma-pulsión-


fantasía- Sírvase del caso Dora como referente clínico para la elaboración de su
respuesta
2)-A partir de la afirmación freudiana que el propósito de la represión es evitar el displacer
desarrolle la relación entre los conceptos de angustia y represión a partir de los textos de
1915
3)-a) - Diferencie narcisismo primario de narcisismo secundario.
b)-Articule con lo que Freud denomina neurosis de transferencia

1-Luego de su libro “La interpretación de los sueños”, Freud desarrolla una teoría de la
sexualidad, siendo esta la sucesora del libro de los sueños. Si bien él mismo siempre le
dio importancia y la sexualidad tuvo siempre un lugar primordial, necesitaba de un
abordaje de la sexualidad formal que acompañara lo que su experiencia psicoanalista
demostraba. Así en busca de una teorización no intuitiva, introdujo el concepto pulsión, de
manera de abordar de una manera particular la sexualidad que fuera en consonancia con
su práctica, otorgándole así un estatuto conceptual. Las pulsiones, son estímulos cuya
procedencia es el interior del individuo, siendo representantes psíquicos de una fuente de
estímulos intrasomaticos en continuo fluir. Diferenciada de los estímulos fisiológicos, que
provienen del exterior y que en consecuencia por medio de una acción motriz se puede
huir de estos estímulos, en este caso las pulsiones al ser interiores, su fuga es ineficiente,
en este caso no vale la huida, es por eso que la pulsión es una exigencia de trabajo
impuesta a los psíquico por su trabazón con lo corporal, ya que no se resuelve en el
campo somático, y tiene que resolverlo. Podemos decir que es un concepto que marca
la relación problemática y compleja entre lo anímico y lo somático, un concepto fronterizo
entre lo anímico y somático. Siendo así que una de sus características más importantes
es su fuerza constante, no cesante, ya que no hay una acción específica que pueda
cancelar estos estimulos,no hay fuga que valga y por eso requiere una fuerza no
momentánea, ya que el aparato en su naturaleza biológica, busca mantenerse exento de
estímulos, rebajarlos.

Con la implementación de la pulsión, la sexualidad fue ampliada, ya no solo se trataba de


una cuestión genital, así es que Freud habla de una sexualidad infantil, que se caracteriza
por ser autoerotica, se satisface en el propio cuerpo, tratándose de una pulsión parcial, ya
que no implica todo el cuerpo, sino partes del el, lo que llamas zonas erógenas, órganos
libidinizados. En un principio se apuntalan en funciones de conservación, como la
alimentación, aunque después se independiza de ellas, y ya el niño no lo hace por una
necesidad de alimento, sino por placer. Estas sexualidad pulsional de la infancia,
polimorfa, perversa, autoerotica, parcial, marca de la dirección que va a tomar la vida
sexual adulta.

Introducidas estas nuevas concepciones de la sexualidad, esa vivencia que antes


mencionaba como traumática y que provocaba el síntoma, esa seducción sexual infantil
que devenía traumática, cae por tierra, y el factor constitucional y de herencia toma
fuerza. Hay un pasaje en la sexualidad de lo accidental a lo constitucional. Y es que el
trauma ocasionada por esas vivencias accidentales, de seducción no fueron ocurridas, o
no es eso lo que le interesa a Freud sino más bien que se tratan de una realidad psíquica,
de invenciones de recuerdos, que actúan como defensa frente a la propia práctica sexual
autoerotica, infantil.”… No sabía distinguir con certeza entre los espejismos mnémicos de
los histéricos acerca de su infancia y las huellas de los hechos reales, desde entonces he
aprendido, en cambio, a resolver muchas fantasías de seducción considerándolas como
unos intentos por defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual …” (Freud,1906);
(pag,266). Y es que en la medida en que el sujeto se va desarrollando, estas prácticas
infantiles, se topan con diques pulsionales, asco, vergüenza, moral, estética, que llevan a
un conflicto entre las pulsiones sexuales y el yo. Por lo cual el sujeto se va construyendo
fantasías, estas invenciones de recuerdos involuntarias con fines defensivos ante la
propia práctica sexual, y producidas en los años de la pubertad, construidas con material
genuino, propio , en el que se atesora infantiles formas de satisfacción , que por su
conflicto con el yo, y han sido atesoradas en estas fantasías, que están al servicio de
placer frente una insatisfactoria realidad, en que el aparato busca defenderse esas
prácticas pulsionales propias infantiles, tapona al autoerotismo. Ya entonces no se trata
de traumas de la vivencia sexual prematura, sino más bien del infantilismo de la
sexualidad. Ahora bien estas se encuentran entre medio de las impresiones infantiles y el
síntoma, son previas a los síntomas. Estos síntomas se los puede ubicar como la práctica
sexual de los enfermos, son las figuraciones convertidas de las fantasías sexuales. El
síntoma cabe mencionar es una formación de compromiso entre la libido, exteriorización
de la pulsión sexual y el yo, de manera que estas dos fuerza que llevan al conflicto
psíquico, se reconcilian en el síntoma, que es así sostenido desde ambas partes, del
deseo inconsciente, de aspiraciones cuya fuerza provienen de las pulsiones sexuales, y el
deseo conciente, que actúa como castigo, ya que el síntoma si bien es una exteriorización
práctica sexual infantil del enfermo, es de manera simbólica, irreconocible, desfigurada.
Así que se puede ver como las prácticas sexuales infantiles, el infantilismo de la
sexualidad, cuyo despertar ocurre si o si, marca la dirección que seguirá la vida sexual
tras la maduración, dependiendo de cómo se reaccione frente a ella, es decir si se actúa
con represión o no frente a las excitaciones sexuales infantiles, no siendo más esa esa
vivencia accidental, sino como se actúa frente a las situaciones infantiles.

El caso de Dora, es un caso que se puede articular con las ideas precedentes. Dora
presentaba varios síntomas tanto somáticos como psíquicos, cuadros febriles, desazón,
alteración de carácter, disnea, entre otros tanto, pero había un síntoma que persistía, que
era su ataque de tos nerviosa, que perduraron todo el tiempo. Síntoma que por su
perduración se podrá decir que insiste en algo, sin embargo parece haber borrado la
coincidencia entre el ataque y la marca se significado originario. Y es que todo síntoma
requiere de dos partes, su significado psíquico , su valor, intencionalidad, que le es
prestado, soldado y la solicitación somática, en que el cuerpo se presta , colabora en el
síntoma, luego de que el proceso psíquico inconsciente, su significado haya tenido una
salida corporal. El síntoma de Dora tenía un significado relacionado con su padre. Uno de
sus significados, ya que el síntoma es multideterminado, tiene que ver con carácter de lo
sexual, en este caso se debía de una figuración convertida de una fantasía sexual, su
tos se debía a una situación sexual fantaseada, la felatio entre su padre y su novia, la Sra.
K. Esto lo pudo vislumbrar, cuando noto que había cierta incoherencia en lo que decía
Dora, que mencionaba que la Sra. K estaba sacando partido de la relación con su padre,
sin embargo este era un hombre sin recursos, era impotente, sin embargo ella le
menciono que hay distintas maneras de satisfacción sexual, no solo mediante los órganos
genitales, la sexualidad es amplia, justamente mediante esos órganos, en que en ella
estaban irritados. Estos síntomas se pueden decir que surgen por una predisposición
somática, que creo sus fantasías, y es que de niña era una gran chupeteadora, una
práctica sexual infantil que por defensa frente a esta, se atesoro en fantasia, y luego llevo
a síntoma.

2- La represión, tiene por propósito evitar el displacer, sin embargo hay situaciones en las
que fracasa. Para empezar la represión es un modo de inscripción en el aparato de un
representante psíquico, que articula pulsión con lo inconsciente, siendo el destino de las
mociones pulsionales, cuyo el propósito de evitar displacer, cuando una moción genera
más displacer que placer, su esencia consiste en rechazar contenidos de la conciencia, y
mantenerlo alejado de ella. La represión se da en tres tiempo , esto sucede por un
antecedente lógico, para separar algo de la conciencia primero tiene que haber una
separación nítida de la conciencia y de la inconciencia , no es un mecanismo de defensa
presente desde el origen, tiene que haber un momento anterior, y es lo que se llama
represión primaria, un antecedente lógico de construcción del aparato , un momento
fundante, en que a la representante psíquica de la pulsión se le deniega la admisión
conciencia, habiendo una fijación en que dicha representante queda inmutable y la
pulsión queda ligada a ella, lo que permite la posibilidad de la inscripción de la pulsión
como represéntate ,constituyéndose allí la pulsión, además de su articulación con lo
inconsciente, y en consecuente el aparato psíquico. Esta nunca devendrá conciente no es
susceptible de conciencia, es permanentemente inconsciente, de manera que sin ella no
habría la represión propiamente Es la primera marca que no remite a anteriores marcas
y su fijación como signo vacío, es su mayor valor. Lo que la hace no interpretable,
irreductible. Es su inscripción como no representación, condición de la cadena de
representaciones , instalando el campo de las representaciones, a través de su
mecanismo de atracción, que atrae sobre si a la representaciones vinculadas La segunda
fase es el de la represión propiamente dicha, la secundaria, que recae sobre retoños
psíquicos del representante primordial , así como pensamientos asociados con el mismo,
que tendrá su mismo destino, en este caso no solo actúa la repulsión por parte de la
conciencia, que se interpone en que aquello inconsciente devenga conciente sino que
también ejerce fuerza la atracción por parte de lo reprimido primordial. Su objetivo es
evitar el displacer. Sin embargo hay un tercer tiempo, en que lo reprimido retorna, a través
de formaciones sustitutivas. Cabe mencionar que junto con la representación de la moción
pulsional hay algo diverso, cuyo destino de representación es distinto del de la
representación, que desaparece de la conciencia o sigue coartada de la misma, ese algo
diverso que representa a la pulsión es el monto de afecto, su factor cuantitativo, que tiene
tres destinos posibles, uno de los cuales es la angustia, la histeria de angustia, fobia. Este
destino del facto cualitativo, seria sin embargo, contrario a su propósito de evitar el
displacer, por más que la representación hay sido reprimida , no se impidió que nazcan
sensaciones displacenteras , por lo que el propósito de la represión fracasa radicalmente
lo que da cuenta de la importancias del destino de monto de afecto, de que en él esta lo
decisivo La angustia, como efecto de una represión, que fracaso en su propósito así tiene
un trabajo incesante desde el comienzo, que intenta volver a ligar psíquicamente la
angustia liberada, aunque no consigue reversión de la angustia a la pulsión, lo único que
le queda es bloquear las ocasiones de desarrollo de angustia , a través de parapetos
psíquicos, como prohibición, precaución, inhibición, construcciones proteccionistas, que
conllevan a la fobia

3. El narcisismo es la colocación de la libido en el yo. Cabe mencionar que la colocación


de la libido puede ser tanto en un objeto como en la persona misma, lo que se llama
narcisismo. , donde el cuerpo mismo es tomado como objeto sexual. Freud considera que
el narcisismo no es perverso, más bien le da un radio más vasto, el lugar de un estado
universal y originario necesario para el desarrollo sexual regular. Considera así dos
tiempos del narcisismo. Por un lado el narcisismo primario, que consiste en el proceso de
libidinización del yo por parte de otro, el otro de los cuidados ajenos, siendo asi que
consiste en la constitución del yo, porque para que se constituya tiene que primero poder
ser libidinizados y así el niño empezara con sus prácticas pulsionales autoeroticas y con
su constitución. Para que haya una vuelta del libido del objeto a uno mismo, narcisismo
secundario, primero tiene que libidinizarse el yo, y una vez así se libidinizará objetos, y
después podrá retornar. El proceso de libidinizacion, empieza con el otro de los cuidados
ajenos, es aquel que no solo le brinda asistencia al cachorro humano sino que le brinda
amor, caricias, mimos, así que ese cachorro humano , se va libidinizando, en la medida
en que los otros le van colocando libido al niño, proceso necesario para el desarrollo del
yo, para la construcción de su identidad, pero como todavía no esta construida, el niño
todavía es un sujeto fragmentado, fusionado con el cuerpo de la madre. Se caracteriza así
por el autoerotismo, estado temprano de la libido, por su parcialidad, al obtener placer en
diferentes partes del cuerpo, pero no en el cuerpo total, por ser primordial. Esta libido
nunca se cede al objeto, siendo la originaria investidura de la libido en el yo, y no solo que
no se cede sino que persiste, en libido más bien irreversible, también llamado viscosidad
de la libido. Cabe mencionar que libidinacion por parte de los otros, su colocación de
libido en ellos es narcisista, siendo esta elección de objeto, el hijo, una elección en que
desvían su narcicismo, y que los lleva al pleno amor de objeto, aman a la persona que
fue parte de sí mismo y por ende hay un engrandecimiento por partes de los padres al
niño

En un segunda memento, se da el narcisismo secundario, o narcisismo propiamente


dicho, aquí el yo ya está constituido, integrado, es una unidad , hay un sujeto singular y
distinto a la demás, que lo logro por su comparación y por su identificación con los otros,
se caracteriza a si por su totalidad oponiéndose a la parcialidad del narcisismo primario,
por ende hay una síntesis de las pulsiones parciales autoeroticas en una unidad del yo,
además ya puede investir el objeto, hay un objeto unificado y volver la libido hacia uno
mismo, por lo que se puede hablar de una libido reversible, fluctuante y diferente de la
irreversibilidad del narcisismo primario.

b- Freud denomina neurosis de transferencia con contraposición con las neurosis


narcisistas, considerando que en las neurosis de transferencias, si bien se resigna la
vinculación con la realidad, no se cancela el vínculo erótico con las personas y las cosas,
ya que lo conserva en las fantasías. Hay un sustitución del objeto real por el objeto
imaginario, pero no deja de estar puesta en el objeto, esto se le llama introversión de la
libido, diferencia con las neurosis narcisista que este toda la libido esta puesta en el yo.
Entonces se puede decir que mientras en uno la libido esta en el objeto, que puede ser
tanto imaginario como real, pero que no ha renunciado a investir a un objeto, se podría
hablar entonces de una libido objetal así como también libido yoico, ya que una parte de
libido también está en el yo, hay una duplicación de cargas, se trataría de una libido
mientras que la libido narcisista es un libido en el yo, yoica, no ha intentado sustituir los
objetos por la fantasía. Por lo que pierde su carga objetal. Dentro de las neurosis de
transferencia se encuentra la histeria de conversión, las neurosis obsesivas, la angustia,
fobia, y la narcisista, se encuentra la paranoia, la esquizofrenia o demencia precoz,
parafrenia.
Bibliografía

Freud, S. (1915) “Pulsiones y destinos de pulsión”. En Obras completas, Buenos Aires,


Amorrortu editores, 1976, XIV, 113-22

Freud, S. (1906) “Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis”.
En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, VII, 263-71.

Freud, S. (1905) “Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora)”. En Obras


completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, VII, 21-22, 36-38, 42-43 y 46

Freud, S. (1915) “La represión”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores,
1976, XIV, 141-52 [Hay traducción crítica de la cátedra en la página web].

Freud, S. (1917) “25º Conferencia: La angustia”. En Obras completas, Buenos Aires,


Amorrortu editores, 1976, XVI, 365-368, 372-374.

Freud, S. (1914) “Introducción del narcisismo”. En Obras completas, Buenos Aires,


Amorrortu editores, 1976, XIV, 71-98.

Freud, S. (1917) “26º Conferencia: La teoría de la libido y el narcisismo”. En Obras


completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, XVI, 375-391.

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