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Mentalización.

Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 14; Octubre 2020 1

El fracaso de la mentalización y el trabajo de lo negativo


Peter Fonagy

Psicoanalista. Jefe de la División de Psicología y Ciencias del Lenguaje de la UCL; Jefe Ejecutivo del Centro Nacional
Anna Freud para Niños y Familias, Londres; Consultor del Programa para Niños y Familias del Departamento de
Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento Menninger del Baylor College of Medicine; profesor visitante en las
facultades de medicina de Yale y Harvard. Director de Programa del Programa Integrado de Salud Mental de
UCLPartners, Asesor Clínico Nacional Superior del programa de Salud Mental para Niños y Jóvenes del Servicio
Nacional de Salud de Inglaterra, Líder del tema de Salud Mental en el CLAHRC del Támesis Norte e Investigador
Superior del Instituto Nacional de Investigación sobre la Salud.

horrorosa. Sus padres eran devotos seguido-


Luchando con lo negativo res de un grupo de culto, ahora afortunada-
Este artículo es la historia del Sr. K. Y mente casi olvidado, que incorporaba una
también es (quizás inevitablemente dado el ética cristiana fundamentalista, con una auto-
tema) mi propia historia. Al conocerlo, me vi privación profundamente deliberada.
obligado, principalmente por mi propio sen- Las emociones en sí mismas se conside-
tido de futilidad, a revisar mis ideas más apre- raban una desviación inaceptable del “recto
ciadas y a replantearme mi actitud hacia algu- camino". El Sr. K no era psicótico, y de hecho
nas otras ideas, fundamentales para la teoría era muy inteligente, y en ciertos aspectos no-
psicoanalítica en su conjunto. Es una historia tablemente perceptivo. Realizaba un trabajo
en busca de un final. Tal vez en nuestra discu- extremadamente exigente, respecto del cual
sión, siguiendo mi trabajo, el lector comple- siempre se había sentido en menos para lle-
tará la narración. varlo a cabo. Había una sensación de extrema
El Sr. K era un hombre muy inusual. En la fragilidad en él, que estaba perpetuamente al
superficie algunos podrían describirlo, a los borde de un colapso catastrófico.
40 años, como un producto del proceso de Experimentaba la vida consistentemente
desarrollo de la resiliencia. como una persecución. Había un trasfondo de
Recordaba una infancia de abandono y violencia, no tanto en sus acciones hacia otras
privación, que sólo puede ser descrita como personas sino en su reacción a la más mínima

Este artículo fue traducido desde la versión inglesa del Fonagy, P., & Allison, E. (2016). Psychic reality and the
capítulo “Das Versagen der Mentalisierung und die nature of consciousness. The International Journal of
Arbeit des Negativen”, publicado originalmente en Psychoanalysis, 97(1), 5-24.
alemán en Rohde-Dachser, C., & Wellendorf, F. (Eds. Agredecemos al Professor Peter Fonagy por su permiso
2005). Inszenierungen des Unmoglichen. Theorie und para traducir y reproducir este articulo, y a su equipo en
Therapie schwerer Personlichkeitsstorungen. Stuttgart: University College London, por facilitarnos manuscritos
Klett-Cotta. de las distinas versiones de este trabajo.
Una versión similar de este artículo, pero más acotada y
con distinto énfasis teorico ha sido publicada en inglés: Traducción: Gustavo Lanza Castelli y Nicolás Lorenzini.

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frustración. Sus fantasías en respuesta a mis dramáticamente aún, contemplaba tratar sus
vacaciones o ausencias, particularmente problemas sexuales mutilando sus órganos se-
cuando esto estaba relacionado con el tiempo xuales. Una vez más, no se percibía el deseo
que podría pasar con mi familia, eran de ex- de autocastigo en esto que decía, o el deseo de
trema violencia. Quería a mi familia muerta, llenar un vacío en el self, lo que habitualmente
no por venganza, sino como la única solución puede marcar el comienzo de una autolesión
razonable y lógica a la incomodidad que le ha- en una organización límite de la personalidad.
cían sentir. Estaba preocupado por su cuerpo, Las acciones, aunque violentas, eran solu-
pero no de una manera productiva que pu- ciones a los problemas. La violencia dirigida
diera llevar a una persona a buscar ayuda mé- hacia sí mismo o hacia los demás, parecía ser
dica o a tomar medidas preventivas (como el la forma que tenía de lidiar con la tensión, ya
ejercicio), sino más bien, por un sentido ge- sea que la fuente de la perturbación fuera la
neral de su desintegración, que revelaba una ansiedad, la ira, la tristeza, la vergüenza o la
clara preocupación subyacente sobre la conti- culpa. Los ataques contra sí mismo eran de-
nuidad de su propia existencia mental. masiado reales en el sentido de que causaban
Pero la violencia hacia el exterior era in- un deterioro físico real, incluyendo su obesi-
significante comparada con la violencia diri- dad, las migrañas, los problemas intestinales
gida hacia el interior. El Sr. K era extremada- perpetuos, su impotencia y una profunda an-
mente suicida. Su ambición central era termi- siedad relacionada con todas estas manifesta-
nar con su vida. Durante muchos años tuvo ciones físicas.
acceso a los barbitúricos. Al comienzo de su Lo que no se puede transmitir con pala-
tratamiento relató cómo succionaba grandes bras es la falta de vida, que era el sello de las
cantidades de la droga, escupiéndola a tiempo sesiones analíticas con el Sr. K. Permítaseme
para evitar la absorción de una dosis letal. dar un breve ejemplo, que espero que dé una
Debo señalar que el Sr. K. se diferenciaba de idea de la sensación de desesperanza que ex-
la mayoría de los individuos con un grave perimentaba al trabajar con el Sr. K. Llega a
trastorno límite de la personalidad que he una sesión del lunes, rebosante de lo innom-
visto a lo largo de los años, en que rara vez brable e intolerable. En pocas palabras alude
experimenté su suicidio como una manipula- al fin de semana insoportable que acaba de te-
ción. Parecía que realmente consideraba su ner. No pudo hacer nada más que llorar, acos-
vida como un desafío imposible, y el suicidio tarse en la cama y atiborrarse de comida. Su
como la única decisión razonable. Sentía que descripción sonaría como una exageración,
no se le podía culpar por no esforzarse lo su- sólo que yo sabía que era verdad. Por centé-
ficiente y que ahora debía ser liberado de la sima vez declaró que era irrazonable que el
vida. Esta solución dramática atravesaba to- mundo esperase que él fuera capaz de funcio-
dos los aspectos de sus intentos por resolver nar. Ciertamente no sin su analista. Yo digo,
sus problemas personales. La solución apro- “Tengo la sensación de que te sientes muy
piada para el dolor parecía ser para él desha- solo con los recuerdos del fin de semana, in-
cerse de lo que sea que le hubiera dolido, ya cluso cuando estamos aquí juntos”. Él asiente,
sea una extremidad, o incluso su cabeza. Más pero al mismo tiempo ignora mi comentario,

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y relata un sueño que considera como nada Lo atormenta la idea de una próxima rup-
especial, y que difícilmente vale la pena con- tura en el análisis. Me tomo unas vacaciones
tar. y él está convencido de que mi verdadero ob-
jetivo es estar "lejos de él". Ninguna persona
Está buscando a alguien en un gran edifi- puede tolerar la cercanía con él. Hay algo agri-
cio, abriendo muchas puertas pero encuen- dulce en cómo se identifica a sí mismo como
tra las habitaciones vacías. una víctima. El ser alguien tratado cruelmente
por un objeto indiferente, que está demasiado
No tiene asociaciones con el sueño ex-
ansioso por librarse de una carga intolerable y
cepto para afirmar lo obvias que son sus im-
exigente, parece ser una identidad, un
plicaciones. Menciona que está seguro de que
ALGUIEN que puede ser conocido, en con-
mis otros pacientes son capaces de aportar
traposición a la vacuidad que normalmente
material mucho más interesante. Comento
trae, que es simplemente negra e incognosci-
que parece soñar su sueño para convencerme
ble. Intento una confrontación suave. “Parece
de su vacío, porque sólo en ese vacío es capaz
que te sientes muy reconfortado por algo en
de sentirse especial. Habla de su necesidad de
el sentimiento de ser rechazado. Encontrar
mí, pero también, y de manera explícita, de lo
una habitación aquí que no esté desnuda
inadecuado de lo que tengo para ofrecer. Es
como las de tu sueño, sino que tenga a alguien
realmente demasiado tarde para él y debo ser
vivo y dispuesto a escucharte después del te-
capaz de ver esto. Se describe a sí mismo como
rrible fin de semana, no ofrece casi nada en
un agujero negro que puede absorber cual-
comparación”. Reconoce mi interés, pero
quier cantidad de compromiso. Me impre-
luego se niega a participar. Sólo hay silencio.
siona la claridad con la que veo la imagen del
Me siento en mi silla y me pregunto,
Sr. K como un oscuro y misterioso remolino.
como suelo hacer con los pacientes, ¿para qué
Parece capaz de hacerme sentir patético, im-
sentimientos se me pide que sea un vehículo?
potente, totalmente sin recursos, esperando
¿Qué me está pidiendo el Sr. K que posea de
pasivamente mi destino. Me quedo en silen-
su conjunto de fermentos mentales? Caigo en
cio, aplastado bajo el peso de la desesperanza
la cuenta entonces, lentamente, lentamente
de nuestra situación. Se queja de que no digo
del terrible pensamiento, que la respuesta a
nada. Respondo, tratando de hacer uso de mi
mi pregunta retórica es: NADA. Para el Sr. K,
identificación contratransferencial, que se
a diferencia de mis otros pacientes, no soy al-
siente succionado en el agujero negro donde
guien más o menos dispuesto para poner en
puede dejar de existir. Añado que quizás tam-
acto una parte intolerable de una fantasía in-
bién se siente preocupado de conseguir que
consciente. La identificación proyectiva es
me absorba el agujero negro y tiene miedo de
sólo de una ausencia, y cualquier frustración
que sea demasiado tarde. Llora y aprecia mo-
que yo pueda sentir es sólo mi reacción no
mentáneamente que parecería ser que yo lo
empática a esta frustración, no una exteriori-
entiendo, pero el alivio en el despacho es efí-
zación o comunicación de mi paciente, no es
mero. La monumental carga de su futilidad
el papel que me está pidiendo que desempeñe.
regresa.
Ha conseguido crear otra habitación estéril en

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el edificio que es su vida, y con el deseo de su su vez puede llevar a tres cambios importan-
sueño cumplido, ahora podemos sentarnos en tes:
silencio. a) Un repudio casi completo de la mentali-
zación en un contexto de apego y la nece-
Una teoría se va por la borda. sidad de percibir que tanto el self como el
otro funcionan a nivel teleológico, funda-
Creía que entendía a los pacientes como
mentalmente como si no hubiera mentes
el Sr. K. En el caso de un trato insensible o que
b) Supresión de la ilusión de coherencia del
desatiende de manera crónica, se crea una fa-
self que normalmente se logra a través de
lla en la construcción del self, por la cual el
la mentalización, y aumento de la promi-
niño es forzado a internalizar la representa-
nencia de las experiencias no-self (ajeno)
ción del estado mental del objeto como una
dentro del self, que conduce a la expe-
parte central de sí mismo. En el desarrollo
riencia frecuente de identidades frag-
temprano, este "self ajeno" se maneja me-
mentadas
diante la externalización; a medida que se
c) La externalización de las partes no con-
desarrolla la mentalización, la comprensión
gruentes del self se vuelve esencial para la
de sí mismo y de los demás en términos de es-
continuidad de la experiencia del self y
tados mentales (pensamientos, sentimientos,
esto crea una dependencia vital de la pre-
creencias y deseos) se puede ir tejiendo cada
sencia física próxima del otro, para que
vez más en el self, creando una ilusión de
actúe como un vehículo para la externali-
cohesión. La desorganización del self desor-
zación.
ganiza las relaciones de apego en la medida en
La brutalidad en el contexto de las rela-
que crea una necesidad constante de realizar
ciones de apego genera una intensa ver-
una identificación proyectiva (para la exterio-
güenza. Cuando se combina con una historia
rización del “self ajeno”) y, por lo tanto, so-
de abandono en la infancia y una consecuente
cava aún más el desarrollo de las capacidades
debilidad en la capacidad de mentalización, se
basadas en las relaciones de apego, como la
convierte en un potente detonante de violen-
regulación de los afectos y la mentalización.
cia, debido a la intensidad de la humillación
El “self ajeno” está presente en todos noso-
experimentada cuando el trauma no puede
tros, porque la negligencia transitoria es parte
ser atenuado a través de la mentalización. La
del cuidado habitual; es pernicioso cuando las
vergüenza no mentalizada se experimenta en-
experiencias posteriores de trauma en la fami-
tonces como la destrucción del self; la hemos
lia o en el grupo de compañeros, obligan al
llamado "vergüenza destructiva del self". El
niño a disociarse del dolor utilizando el “self
acto de violencia está enraizado en el deseo de
ajeno” defensivamente para la identificación
destruir las partes externalizadas (proyecta-
con el agresor. En tales casos el self vacío
das) del self en el otro y así asegurar la cohe-
viene a ser colonizado por la imagen del agre-
rencia (supervivencia) del self.
sor, y el niño llega a experimentarse a sí
Creo que la violencia tanto contra el otro
mismo como malvado y monstruoso. Esto a
como contra el self está en parte enraizada en
la necesidad de crear una experiencia

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emocional fuera del self, que corresponde a que se hallaba escindida de otra parte de su
una experiencia intolerable dentro de él y mente (sentida) constitucionalmente cohe-
luego destruir esa experiencia para asegurar la rente. Donde la teoría parecía proporcionar
supervivencia del self. Por supuesto que esto un consejo que inducía al error, referido a la
es una gran simplificación. En particular, la técnica, era en relación con la situación clí-
persona cuyas capacidades mentalizadoras se nica. El estar con el Sr. K me daba poco insight
ven limitadas por una combinación de vulne- de su estado mental inconsciente. No tenía la
rabilidad constitucional, privación precoz e experiencia familiar de ser presionado, empu-
inhibición ante la amenaza, está en una pobre jado o inducido a vivir la experiencia que mi
posición para juzgar el estado del "otro" en un paciente necesitaba desterrar. De hecho, me
intercambio social. Por lo tanto, es difícil para encontraba experimentando exactamente el
él saber si el "otro" posee la combinación mismo estado mental que el Sr. K. reportaba
exacta de estados emocionales y disposiciona- conscientemente: una sensación de quietud,
les que causaría el mayor reaseguro en cuanto torpe y totalmente soporífera. Normalmente
a la exitosa expulsión de la parte ajena (the trataría de presentar a mis pacientes lo que
alien part) dentro del self. Pero esta posición, percibo que es su estado mental tras la exter-
aunque cruel, autodestructiva y antisocial, nalización de las partes no congruentes, “aje-
está orientada hacia la ininterrumpida super- nas”, del self. Pero cuando dije que el Sr. K. se
vivencia del self. Es en este sentido que uno había quedado con una preocupación ge-
puede llamarla "una señal de vida" 1. Para que nuina por mí después de que externalizó su
sea eficaz, depende de la experiencia de haber sentido de muerte, esto claramente dejó al Sr.
creado un estado intencional en la víctima, K. sin ningún sentido de auto-reconoci-
que incrementa la fuerza y la coherencia del miento. Traté de aplicar el principio general
self por medio de la externalización. de que el mecanismo terapéutico del psicoa-
Al sentarme con el Sr. K. me desconcertó nálisis consistía en el reconocimiento -por
lo mal que nuestra (hermosa) teoría (Fonagy, parte del paciente- de su propia mente en la
1996; Fonagy, 2000; Target, 1996) encajaba mente del terapeuta, pero en el caso del Sr. K,
con el material clínico que él me presentaba. o bien éste no quería ver o no quería mirar, o
No es que no hubiera suficientes evidencias lo que veía estaba demasiado vivo para que se
de sus fallos en la mentalización. Las demás viera a sí mismo allí.
personas, así como sus propias reacciones,
eran profundamente desconcertantes para él; El instinto de muerte
la casa llena de habitaciones vacías era, estoy
En la descripción clásica de Bibring
seguro, un retrato exacto de su experiencia de
(1969) del desarrollo por parte de Freud de
su propia mente. La parte vacía, ajena, del self
sus teorías de los instintos, el instinto de
del Sr. K. era un visitante diario de mi diván,

1
Para Winnicott (1959) incluso en la pura destructivi- la base de las relaciones de objeto que el paciente
dad "se conserva una línea de vida, la cual consiste en siente como reales " (p. 127)

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destructividad primaria es el cuarto y último impermeabilidad del Sr. K a la intervención


paso de esta evolución. En la nueva teoría analítica lo que me llevó a repensar algunas de
Freud ya no consideraba las tendencias agre- mis ideas. Quizás, sin embargo, deberíamos
sivas como atributos primarios de los instin- reconsiderar la articulación que Freud realiza
tos del yo, sino como instintos de destrucción de la destructividad con la resistencia de la
existentes independientemente, que coexisten mente al cambio. Como Lear (1996) señaló,
con los instintos sexuales en los estratos vita- fue fácil para Freud conectar las repeticiones
les de la mente. Bibring considera que (la teo- de las que se ocupaba con la violencia, mien-
ría de) la pulsión de muerte se desarrolló a tras las repeticiones implicaban a las neurosis
partir de la investigación de Freud sobre los traumáticas y a las neurosis de guerra en las
fenómenos sadomasoquistas y el aumento de que los pacientes revivían con feroz intensi-
los conocimientos sobre la estructura del apa- dad horrorosas experiencias de salvaje bruta-
rato mental. La explicación del propio Freud, lidad. Claramente no eran simplemente in-
como sabemos, era la compulsión de repeti- tentos disfrazados y conflictivos de gratifica-
ción. Se encontró con la necesidad clínica de ción, y él consideraba que su explicación es-
proponer una fase primordial para el instinto taba más allá de los límites del "principio del
destructivo. La necesidad de castigar el deseo placer". Al mismo tiempo, las repeticiones
de placer no explicaba suficientemente el que le ocupaban eran también resistentes al
grado de rigidez anquilosada del carácter au- cambio. La pulsión de muerte marca así los lí-
todestructivo. El placer no parece ser la moti- mites de lo no propiamente humano, pero
vación principal de una personalidad como el también los límites aparentes de las formas
Sr. K. El Sr. K parece estar impulsado por el psicológicas de terapia. Un poder dentro de la
displacer. Ha sido la pulsión de muerte o el mente que está más allá de las palabras, una
principio del displacer lo que Freud ha visto pulsión que "trabaja en silencio".
como aquello que daba tamaña fuerza a la El instinto de muerte que busca anular las
culpa y al castigo. La existencia de una ten- tensiones es un instinto agresivo indepen-
dencia autodestructiva, que de alguna manera diente. Este punto de vista define a la huma-
operaba desde el interior del self, análoga al nidad como agresiva por naturaleza "no como
narcisismo primario, podría explicar fácil- a criaturas gentiles que desean ser amadas"
mente las fluctuaciones que observaba en el (Freud, 1930, p.111). Pero lo más importante
Sr. K entre la agresividad y la autodestruc- es que Freud define una negatividad inhe-
ción. rente al carácter humano, haciendo que la
Pero tanto la agresividad como la auto- culpa acerca de la vida y la reacción terapéu-
destrucción encuentran en la teoría psicoana- tica negativa sean normativas, así como los
lítica suficiente explicación sin necesidad de trabajos anteriores hicieron de la sexualidad y
hacer referencia al concepto de la pulsión de sus perversiones parte de la vida cotidiana. A
muerte y, por otra parte, no es la violencia del lo largo de la mayor parte de su carrera Freud
Sr. K la que me ha llevado a reconsiderar mi vio tales retrocesos respecto de la vida, como
actitud hacia el concepto de pulsión de prohibiciones reactivas contra las pulsiones
muerte de Freud. Ha sido más bien la libidinales. En la última fase de su vida

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admitió esta oscura y primaria fuerza auto- proceso, paradoja, y no falta de vitalidad. La
destructiva, con raíces en "lugares no especi- controversia relativa a la viabilidad del con-
ficados". La fuerza primaria más oscura era cepto de instinto de muerte es bien conocida
anti-vida, pero construida en la vida: "el ins- (Compton, 1981; 1983; Sternbach, 1975) pero,
tinto de muerte original de la materia viva" a pesar de las numerosas e incisivas críticas,
(Freud, 1937, p. 243). De este modo, Freud muchos enfoques psicoanalíticos influyentes
utilizó la pulsión de muerte para explicar tres se adhieren a la formulación de Freud sobre el
tipos muy diferentes de fenómenos: la agre- instinto de muerte. Tal vez el Sr. K no sea tan
sión, la inanalizabilidad y la entropía psicoló- único después de todo.
gica (Lear, 1996).
La reformulación de Freud de la teoría de El instinto de muerte y el Sr. K
los instintos en términos de los instintos pri-
Si bien es muy probable que algunos as-
marios de vida y muerte, preparó de forma in-
pectos de los recuerdos de su infancia del Sr.
directa la construcción teórica psicoanalítica
K fueran exagerados, había suficiente verdad
para los avances de la segunda mitad del siglo
histórica verificable en su relato como para
XX: creó espacio para la teoría de las relacio-
considerarlo un niño gravemente desaten-
nes de objetos. En la nueva teoría de los ins-
dido, como así también abusado, al menos
tintos, el instinto ya no era una tensión de
desde el punto de vista psicológico, si no fí-
energía que afectaba a la esfera mental ha-
sico. El Sr. K estuvo solo la mayor parte de su
biendo surgido de una fuente orgánica y que
infancia. No tenía amigos y sus padres lo ig-
tenía por objetivo eliminar el estado de exci-
noraban en un grado extremo. Se convirtió en
tación en el órgano en el que se había origi-
un niño ornitólogo. Era imposible saber si el
nado. Los instintos eran vistos ahora como di-
abandono de sus padres era parte de su evi-
rectrices, que dirigían el propio proceso de la
dente profunda patología, o si su reacción era
vida en direcciones particulares. Es a partir
comprensible ante el rechazo del Sr. K.
del carácter intencional del segundo modelo
Pero, más interesante que los aconteci-
de pulsión que Melanie Klein y sus colegas
mientos del pasado del Sr. K era su experien-
pudieron desarrollar un modelo relacional
cia de su historia, que proporcionaba una
rudimentario de psicología psicoanalítica (Ei-
continuidad desde la primera niñez hasta el
gen, 1995). Sin embargo, en general, los teóri-
día de hoy. Sus descripciones de los objetos fí-
cos de las relaciones de objeto tendían a re-
sicos que lo rodeaban de tanto en tanto, eran
chazar, o a aceptar sólo de palabra, la pulsión
de cosas que poseían una cualidad amena-
de muerte. Se ha dicho que Winnicott, por
zante y aterradora. Experimentaba el mundo
ejemplo, ha combatido la idea de la pulsión de
como desprovisto de elementos de interés y lo
muerte en sus escritos y ha subestimado la
sentía como un lugar peligroso e inseguro. El
destructividad primaria (Rodman, 1987, p.
mundo en sí mismo, no el Sr. K, parecía no ser
42). Quería que su obra -y a través de ella su
bueno, y ser hostil e injusto. En los últimos
imagen del hombre- estuviera viva, que se
años, los psicoanalistas y otros teóricos han
moviera. Decía explícitamente que quería que
tendido a poner énfasis en los aspectos de la
sus conceptos transmitieran movimiento,

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experiencia emocional centrados en la per- estaba rodeado de muerte. La muerte impreg-


sona: los afectos experimentados en el con- naba toda su experiencia de la realidad física.
texto de las relaciones self-otro (Kernberg, Cuán omnipresente era esto puede ilus-
1976 por ejemplo, reserva el concepto de trarse con este breve fragmento -casi literal-
afecto para lo que se liga a las representacio- del segundo año de su análisis.
nes de las interacciones entre el self y el ob- Sr. K.: Las luces estaban apagadas a lo
jeto). Por cierto, los sentimientos del Sr. K en largo del pasillo cuando llegué a su des-
relación con él mismo y con los demás, esta- pacho. Usted las apagó deliberadamente,
ban, como era de esperar, coloreados por un para que yo no encontrara el camino
sentimiento de falta de valor y desesperación. hasta aquí. (silencio...).
Pero más llamativa era la forma en que perci- El analista: Una vez más siente que nadie
bía su mundo externo como árido, vacío, puede hacer frente a la magnitud de su
poco acogedor, odioso, sin preocupación ni maldad.
simpatía. Mi comprensión de su tendencia Sr. K.: Se siente oscuro aquí. Creo que ha
suicida era cada vez más que estaba enraizada cambiado las bombillas a un voltaje más
en su experiencia del mundo entero, más que bajo. Necesita ahorrar dinero. (silen-
en cualquier relación específica. En otras pa- cio...). Va a haber un ataque terrorista en
labras, era en vano que hubiera intentado si- Londres. Nos matarán a todos si no cum-
tuar su desesperación en representaciones fa- plimos con sus demandas. Usarán armas
llidas y distorsionadas de las relaciones self- biológicas. No discriminan, los niños, las
otro, ya sea en el análisis o fuera de él. mujeres, los discapacitados, todos mori-
Se me hizo evidente que el Sr. K y yo ex- rán. Los pacientes de los hospitales irán
perimentábamos nuestro entorno físico y las primero. (silencio...). El subterráneo es-
personas que había en él, de manera comple- tuvo bloqueado en el túnel durante horas.
tamente diferente. Cada vez que mirábamos el Pensé que íbamos a estar atrapados allí
mismo objeto físico, él veía algo completa- para siempre. (silencio...)
mente distinto a lo que yo veía, sin importar El analista (consciente de que debido al
cuál fuera el objeto. Las simples sillas de ofi- trabajo del Sr. K podría haber tenido al-
cina de mi consultorio le recordaban en dife- gún conocimiento interno sobre los pla-
rentes momentos a sillas eléctricas, marcos de nes antiterroristas): No siente ninguna
Zimmer para los ancianos enfermos, cepos esperanza de comprensión aquí. Necesita
medievales o la silla del cuadro de Van Gogh hacer que el mundo exterior se ajuste a
en el asilo. Freud hablaba del súper yo del in- cómo se experimenta a si mismo en su in-
dividuo depresivo como pura cultura del ins- terior, pero entonces se siente atrapado
tinto de muerte y en “El malestar en la cul- en la oscuridad y la desolación de su crea-
tura” afirmaba que toda culpa surge a través ción.
de su pacto con el instinto de muerte. Parece Sr. K: (Después de unos minutos de silen-
una afirmación obvia que el Sr. K no sentía cio): Estoy escuchando mi respiración.
que su vida valiera la pena, porque en vida Estoy pensando que podría dejar de res-
pirar. Sólo olvidar tomar el siguiente

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respiro. Me debilitaría y entonces no sería la mayor parte de los dos primeros años del
capaz de respirar aunque quisiera. Nada análisis del Sr. K. Lo que experimentaba en la
me gustaría más que quedarme dormido contratransferencia era la impregnación con
hasta la muerte. (silencio...). Esta habita- la muerte que el Sr. K llevaba a cabo en mi
ción es como una tumba. (silencio...). consultorio.
Cuando alguien es ejecutado en los Pero, ¿cómo es que la muerte impregnaba
EE.UU., siempre hay oficiales para pre- tan exitosamente el sentido de la realidad ex-
senciar la ejecución. terna del Sr. K? En otros lugares, hemos suge-
El analista (desesperadamente, tratando rido que la realidad externa se construye a tra-
inconscientemente de encontrar un lugar vés de intentos de identificación proyectiva
para sí mismo en este escenario de evacuadora (Fonagy, 2007). Como bebés, ex-
muerte): Le gustaría que fuera testigo de ploramos en parte el mundo proyectando par-
su muerte. Necesita alguien que observe tes de nosotros mismos en él, y aprendemos
su sufrimiento, de lo contrario no puede sobre él por la forma en que nos responde.
percibirlo como real, ni siquiera para us- Esto, como Bion (1963) señaló, es un proceso
ted. normal. Se convierte en una formidable
Sr. K (silencio... entonces con gran tris- fuerza de enfermedad cuando la muerte, en
teza): No puedo tener a nadie en mi vida. lugar de la vida, constituye el material de la
Usted está ahí, pero es sólo una voz. No identificación proyectiva. ¿Cómo puede un
lo conozco y no puedo conocerlo. Le niño explorar psíquicamente un mundo que
agradezco que me vea y lo considero un es mortífero, lleno de una ausencia de preo-
hombre amable, pero ello no puede hacer cupación, si no es a través de la proyección en
diferencia respecto a dónde terminaré. él de lo mortífero que siente en su interior? El
El analista: Hmmm… niño desatendido puede crear en el mundo
exterior la ausencia de self a la que fue ex-
Y estaba bastante orgulloso de mí mismo puesto al no ponerse a sí mismo en él, fallando
por poder crear un "hmmm", porque en reali- deliberadamente en mentalizarlo, llevando su
dad, en ese momento no sentía que tuviera ni mundo vivo como si estuviera muerto. Pero
siquiera un "hmmm" en mí. La capacidad de en última instancia, ninguno de nosotros
la mente para mantenerse activa y funcio- puede soportar este círculo vicioso de des-
nando en presencia de la muerte puede estar tructividad que se amplifica en la reverbera-
estrictamente limitada por la selección natu- ción que regularmente se produce entre lo
ral. Una parte importante de lo que podría lo- que está dentro y lo que está fuera, y se renun-
grar para el Sr. K en ese momento era com- cia entonces a la exploración del mundo y la
partir con él la experiencia que lo había aplas- esperanza es abandonada. Como todas las
tado. La comprensión de nuestra relación de anomalías profundas de la personalidad, creo
roles (Sandler, 1976) o la situación de transfe- que la presentación del Sr. K también tiene
rencia total (Joseph, 1985), o incluso el com- sus raíces en el desarrollo.
prenderle a él (Kohut, 1977), parecía un buen
camino más allá de donde estábamos durante

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El self que se ausenta: dos formas en que la devuelve. Si lo que regresa se siente completa-
mentalización puede fallar mente inmanejable, estas sondas explorato-
rias ya no se enviarán en absoluto, ya que al
Para ayudarme a entender al Sr. K me vi
niño le parece que esto es lo que causa su sen-
obligado a considerar dos tipos de mentaliza-
sación de estar abrumado. Los estados inter-
ción fallida. La mentalización fallida de los
nos se experimentan como desesperadamente
pacientes fronterizos lleva a la creación del
fuera del alcance de la propia capacidad de re-
mundo mental en lo físico. Sus acciones ma-
gulación, una perturbación en la que la pro-
nipuladoras, incluso cuando son abierta-
yección del self en el objeto se percibe en sí
mente agresivas o destructivas, implican la
misma como una fuente de perturbación.
creación de un estado afectivo en el objeto por
Como consecuencia, el mundo externo en su
medio de la manipulación (a veces violenta),
conjunto pierde su sentido.
incluso si ese estado sólo se crea para que
Deseo reconocer que las ideas que estoy
pueda ser destruido. Por el contrario, creo
planteando, deben mucho al trabajo de André
que la destrucción de la esperanza y la energía
Green (1999) y particularmente a su teoría de
del Sr. K en su analista, en sí mismo y en todo
la función desobjetalizadora propuesta en el
lo que le rodeaba, era el remanente de una
contexto más amplio de su trabajo sobre lo
función reguladora destinada a la eliminación
negativo. Green defiende la existencia de una
de la activación y la excitación. Esto se activa
función objetalizadora, transformadora de las
para "fisicalizar" el mundo exterior, para eli-
funciones psíquicas de los objetos, que pro-
minar de él la intencionalidad que la mentali-
duce objetos funcionales que sostienen la vida
zación coloca allí. Implica más que la ausencia
o las pulsiones amorosas; y su antagonista,
de una función mental, implica la creación ac-
una función desobjetalizadora, "que expresa
tiva de un mundo sin mentes. El Sr. K perma-
la desligazón descrito por Freud como carac-
nece impenetrable porque ha abandonado la
terístico de las pulsiones destructivas o de
esperanza de proyectar su estado interno en
muerte, que roba a los objetos de su especifi-
su objeto. Esto contrasta con la impenetrabi-
cidad al quitarles sus características singula-
lidad típica del paciente fronterizo, que puede
res y únicas, como aparecen en el amor"
ser difícil de entender porque exterioriza es-
(Green, 1986; p.137-8). Creo que la elimina-
tados mentales en el objeto que a menudo os-
ción de las características singulares, el des-
curecen la percepción exacta del estado men-
pojo de significado, la eliminación de los
tal residual del paciente. La experiencia de la
vínculos entre los objetos es la raíz de la auto-
muerte generalizada que surge como parte del
destructividad del Sr. K. En el artículo de "The
segundo tipo de fracaso de la mentalización se
work of the negative", Green deja claro que
ve quizás más fácilmente como el remanente
esta función desobjetalizadora es el núcleo del
de un método de autorregulación primitivo
narcisismo negativo o "narcisismo de
que conlleva el deseo de destruir cualquier es-
muerte", una tendencia hacia el cero, sobre el
tado interno. Normalmente, el niño se entera
que había escrito extensamente en "Narcis-
de lo que hay en su propia mente proyectando
sisme de vie, narcissisme de mort" (1980).
aspectos de ella en otros y viendo lo que se le

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En su artículo "Sobre la intuición de lo ne- para obtener un grado de control ilusorio so-
gativo en el juego y la realidad", Green (1997) bre el perpetrador mental. Las maniobras de-
resumió esta idea así: "… lo que se ha llamado, fensivas de este tipo son comunes en el apego
probablemente de manera impropia, instinto desorganizado asociado con el maltrato y re-
de muerte, se basa en una función desobjeta- flejan lo que Green denominó la función de
lizadora, es decir, el proceso por el cual un ob- objetalización. En este caso, la mentalización
jeto pierde su individualidad específica, su en el self se subvierte, escindiendo el self y
singularidad para nosotros, y se convierte en permitiendo que parte de él represente el es-
cualquier objeto, o en ningún objeto en abso- tado mental del objeto abusivo. Creo que esta
luto. ...La función desobjetalizadora implica es la explicación para muchos aspectos de la
una desinvestidura (negativa) de los objetos presentación clínica de los pacientes con TLP.
externos, internos o incluso transcisionales. Sin embargo, no explica mi experiencia con el
El llamado instinto de muerte se convierte en Sr. K., ni con otros pacientes en los que la pre-
una inclinación a la autodesaparición" (p. sentación es más negativa y posiblemente me-
1083). La desobjetalización se caracteriza por nos susceptible de cambio que en el caso de
la desligadura: "Desvincularse de lo erótico, las organizaciones fronterizas.
desvincularse de lo objetal y, finalmente, des- Creo que el predicamento del Sr. K es el
vincularse incluso de los aspectos positivos resultado del segundo dispositivo disponible
del narcisismo. Es una desligadura más ani- para el niño enfrentado a la maldad social,
quiladora que anárquica o caótica." (p.157). que hace uso de la función de desobjetaliza-
"Por lo tanto, se vincula menos con la agre- ción 2. En personalidades límite, se siente
sión que con la nada". (p.220 en la versión im- como que un objeto coloniza el self para per-
presa en “La Madre Muerta” de Kohon). seguirlo, pero luego se proyecta en el otro y
Me gustaría adaptar la formulación de frecuentemente se experimenta así como des-
Green como base para una exploración de truido en ese otro. Podemos entender los ata-
este, al menos para mí, nuevo aspecto de un ques físicos tanto al self como al otro de esta
fracaso de la mentalización. Creo que el fra- manera. Por muy perturbador y destructivo
caso de la mentalización está asociado a una que sea para la precisión de la percepción y el
inhibición defensiva vinculada a los malos pensamiento, este mecanismo hace uso de la
tratos y a la resistencia a concebir el estado creación de estados mentales, puede ser una
mental de un adulto poderoso que alberga distorsión de la mentalización, pero es parte
malevolencia hacia el niño. En esta situación de la función de objetalización tal y como
el niño tendrá a su disposición uno de los dos Green lo concibe. En marcado contraste con
dispositivos. Puede permitir que las partes estos fenómenos están los casos como el del
ajenas de la auto-representación sean "coloni- Sr. K, que hacen sentir la fuerza de la pulsión
zadas" por los estados mentales del abusador de muerte de Freud. El Sr. K es un símbolo y

2
Reconozco que la exploración de los aspectos adapta- poco más allá del uso original que André Green preten-
tivos de la desobjetalización extiende el concepto un día darle.

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la encarnación de la muerte. Al trabajar con él segundo al significante, pero ambos están di-
uno no puede evitar sentir la muerte traba- señados para evitar la posibilidad de la signi-
jando. Uno siente una fuerza oscura que lo ficación.
saca cada vez más de la vida, chupando la vida La segunda forma de anormalidad, en
hasta dejarla seca. Uno siente que un proceso realidad bastante común, creo que tiene sus
negativo funciona incluso después de que la raíces en el mal funcionamiento de lo que
vida pierde la batalla. Parece entonces que si Green describió como desobjetalización, que
se experimenta al otro como demasiado cer- puede ser un proceso normal que, por simpli-
cano, se siente como una amenaza, como una cidad, podríamos considerar como una con-
representación perturbadora, tiene que ser trapartida de la mentalización. Mientras que
destruido para proteger la mente. En el pri- la mentalización genera una imagen mental
mer caso, el vehículo de un estado mental verdadera o ilusoria del objeto como vivo, po-
proyectado es atacado con la esperanza de li- seedor de sentimientos, pensamientos y
brar para siempre al individuo de una idea creencias, la desobjetalización normalmente
persecutoria. En el segundo, la destructividad realiza la función igualmente necesaria de
puede considerarse "preventiva": tiene por desapego al servicio de un cambio de relación
objeto anular el objeto que amenaza con crear y alejamiento del objeto. Es una función que
una representación en la mente que se cree debemos utilizar para evitar un impacto per-
que la mente no tiene capacidad para regular turbador por la mera presencia de ideas en la
o controlar. El objetivo no es destruir una mente. Creo que la experiencia subjetiva que
imagen intolerable que se ha proyectado en el corresponde a esto es algo parecido a una sen-
mundo exterior, sino más bien adelantarse a sación de persecución, una sensación de ser
la posibilidad de tal proyección eliminando al controlado, vaciado, victimizado -experien-
otro como un potencial vehículo. Socava la cias que son a menudo sellos de ruptura psi-
posibilidad de una dialéctica entre el self y el cótica. Esta fue la experiencia de vulnerabili-
objeto en la que el self podría haber sido des- dad que el Sr. K. trajo a la sala de consulta to-
cubierto. En lugar de apropiarse del signifi- dos los días. La mera presencia de una idea
cado e incorporarlo dentro del self (aunque puede ser experimentada como una horrible
sea ajeno), el niño despoja tanto al objeto persecución. La respuesta normal de la mente
como al self del significado, niega la existencia puede ser despojar al objeto de los pensa-
de estados internos, busca refugio en una mientos y sentimientos que se convirtieron en
quietud donde las creencias, los deseos y las una amenaza simplemente por el hecho de
ganas ya no existen. En el primer caso, la evi- existir, no necesariamente por su contenido o
tación de la mentalización se logra mediante por los vínculos con otros pensamientos 3.
un ataque dirigido al significado, en el

3
Esta es básicamente la afirmación de Freud en "Más acceso al medio ambiente externo como los estímulos
allá del principio del placer". Allí Freud imagina un orga- que se encuentran allí. Este organismo originario tiene
nismo originario que requiere tanto la protección y el una "corteza" o escudo contra los estímulos externos

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Desobjetalización y el balance entre apego y que el yo está compuesto, y que su integridad


separación y continuidad se mantienen gracias a la gestalt
de relaciones interpersonales pasadas y pre-
Sydney Blatt y Rachel Blass (Blatt, 1990;
sentes. Se considera que el individuo es pre-
Blass, 1992; Blass, 1996) fueron, en mi opi-
dominantemente un buscador de objetos; el
nión, los primeros en llamar la atención sobre
desarrollo se define como un proceso en el
la dialéctica fundamental del desarrollo del
que la maduración se produce no en el indivi-
self: señalaron que los objetivos complemen-
duo en sí mismo, sino en la calidad de sus re-
tarios de apego y de separación, y sus contra-
laciones. El surgimiento de la intimidad, la
partes experienciales guían al individuo a lo
dependencia, el cuidado y el afecto es objeto
largo del ciclo vital. Varias teorías del desa-
de estudio. Se hace hincapié en la percepción
rrollo psicológico se centran principalmente
y la experiencia del individuo con respecto al
en uno de los dos aspectos de este proceso: la
otro, más que en el propio individuo. Las
separación o el apego. Las teorías que se cen-
múltiples formas de relación permiten al in-
tran en la separación tratan de comprender el
dividuo establecer y consolidar un sentido de
desarrollo del individuo como una unidad au-
sí mismo como entidad cohesiva y autónoma
tónoma, esforzándose por lograr la individua-
y como inherentemente unido a los demás
ción, la diferenciación, la autonomía y la
mediante relaciones amorosas. Blatt y Blass
identidad. El desarrollo se considera un pro-
propusieron un modelo de desarrollo que
ceso por el cual las capacidades innatas en-
considera que la identidad del self emerge a
cuentran una expresión óptima en el logro se-
través de una interacción dialéctica de las dos
cuencial de diversos niveles de funciona-
principales líneas de desarrollo de apego y se-
miento del self y del yo. Se hace hincapié en la
paración. Dado que el self emerge dialéctica-
experiencia del self como separado e indepen-
mente de una percepción de sí mismo en la
diente y en su evolución en el curso del ciclo
mente del objeto como un individuo que cla-
de vida. A diferencia de las teorías que hacen
ramente no es el mismo que el objeto, una
hincapié en la separación, otras teorías se cen-
comprensión plena del desarrollo psicológico
tran principalmente en el apego e intentan
requiere una integración de las teorías del
comprender el desarrollo del individuo como
apego y la separación.
una unidad en la interacción. Se considera

para que no se vea abrumado. Contra las fuentes inter- en el sentido psíquico, para que puedan ser eliminados"
nas de estimulación no hay, especula Freud, ninguna de- (págs. 29-30).
fensa de este tipo (pp. 28-9). El trauma se produce Desde la perspectiva de la neurociencia, la
cuando el escudo/barrera protectora se rompe por estí- desobjetalización se consideraría un mecanismo de re-
mulos externos (o internos). En este caso, "el principio gulación, que se hace cada vez más esencial con el desa-
del placer es por el momento puesto fuera de acción. Ya rrollo neuronal a medida que las redes neuronales se es-
no hay posibilidad de evitar que el aparato mental se pecializan cada vez más y la inhibición de la excitación
inunde con grandes cantidades de estímulos, y en su lu- afecta a lugares cada vez más claramente demarcados
gar surge otro problema: el problema de dominar las en el cerebro. Se podría especular que la desconexión o
cantidades de estímulos que han irrumpido y de ligarlos, la pérdida de conexión entre las redes neuronales es el
equivalente físico de la desobjetalización.

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Yo diría que la desobjetalización es un la función desobjetalizadora y esto es lo que


proceso normal del desarrollo que ayuda al explica la repetición interminable que Freud
establecimiento de la identidad propia me- y muchos otros han observado en relación
diante la separación, mientras que la mentali- con estos fenómenos. Como en el caso del Sr.
zación sirve al desarrollo mediante la promo- K., estos individuos tienden en el análisis a ge-
ción de la experiencia del otro como similar a nerar ideas sólo para ser destruidas inmedia-
uno mismo y por lo tanto comprensible para tamente, ya sea por mecanismos de defensa
uno. La desobjetalización sirve a la función de primitivos o incluso por estrategias más pri-
separar el self o de desligar a éste de sus obje- mitivas orientadas a la acción física (teleoló-
tos. La desobjetalización puede convertirse en gica). El carácter compulsivo así como la sen-
patológica cuando ya no está equilibrada por sación de muerte que rodea a estos fenómenos
la mentalización, cuando la dialéctica entre el mentales surgen del efecto perturbador de
apego y la separación se inclina demasiado aquello que ha sido parcialmente desobjetali-
hacia esta última. Si esto sucede, se hace im- zado y por lo tanto sigue regresando, y que
posible ver al otro como poseedor de pensa- sólo puede ser "controlado" por eliminación
mientos y sentimientos similares pero dife- total. En la mayoría de los casos, ese fracaso
rentes de los propios, y si el otro no puede ser parcial no desencadena en una acción física.
percibido de esta manera, no se pueden sentar Más bien desencadena un vaciamiento mental
las bases para la experiencia del self como que es tal vez el precursor del desarrollo de la
apegado pero separado. Un caso como el del desobjetalización, pero que sólo puede fun-
Sr. K. ilustra el fracaso simultáneo de la men- cionar como una medida temporal. El aspecto
talización y la función desobjetalizadora. La del proceso que crea un ciclo característico
separación (o desligazón) del objeto toma la que llevó a Freud a vincular el instinto de
forma de obliterar la presencia del objeto muerte con la compulsión de repetición es el
vivo, potencialmente relacionado, aniqui- resurgimiento espontáneo y natural de la idea
lando la imagen del otro y su significado. En de que una y otra vez hay que eliminar o des-
ausencia de una función desobjetalizadora, la armar.
única forma que tiene el individuo de cambiar Si no podemos hacer que una persona sea
la relación con el otro dentro de su mente es insignificante mentalmente, tenemos que
haciendo que no exista en absoluto en el destruirla físicamente. La desobjetalización,
mundo. como cualquier capacidad psicológica, creo
El fracaso de la desobjetalización puede que se obtiene en el desarrollo. Su aparición
ocurrir en numerosos contextos sociales que gradual, creo, señala la disminución de la vio-
luego se concretan en "la búsqueda de la quie- lencia a lo largo de los años de la infancia.
tud" que se encarna en la idea del instinto de Como capacidad psíquica nos protege de la
muerte. Un caso evidente señalado por Freud necesidad de regular el contenido mental por
(1921) y posteriormente por Bion (1961) se medio de la fuerza física. La violencia dismi-
refiere a las experiencias en grupos. El predo- nuye con la edad, no con el aumento de la ca-
minio del "instinto de muerte" en el material pacidad de regulación sobre el cuerpo del
analítico a menudo señala el fracaso parcial de niño, como se supone comúnmente, sino

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como consecuencia de la mejora del control las que no pueden evitar ser confrontados con
sobre la mente que proporcionan las funcio- la forma en que respiran la muerte en todo lo
nes de mentalización y desobjetalización. que les rodea. Desarrollar este tipo de reflexi-
Como con todas las capacidades mentales, el vidad y adquirir lo que erróneamente se
avance en el desarrollo va acompañado de re- puede tomar como una postura algo más dis-
gresiones periódicas. tante es lo que hemos llamado afectividad
mentalizada, una modulación de la atención
Superando lo negativo que convierte las experiencias emocionales en
pensamientos. Un episodio del análisis del Sr.
¿Cómo se puede "reparar" la desobjetali-
K podría ilustrar lo que quiero decir.
zación disfuncional? La interacción diádica, el
El Sr. K, a través de su trabajo, estaba muy
intercambio intersubjetivo, es quizás una vía
preocupado por el crimen. En una sesión que
para la recuperación de esta capacidad. La
fue sólo un par de días antes de una interrup-
comprensión de la ausencia de regulación pa-
ción, comenzó quejándose de su pasividad.
rece hacer poco para crearla. Sin embargo, a
Quería ir a una reunión en la que las iniciati-
menudo incluso los aspectos relacionales de la
vas de prevención del delito se debatirían a un
terapia pueden no ser suficientes y puede ser
nivel bastante alto. Afirmó que realmente se
necesario mucho tiempo de análisis antes de
preocupaba por este tema, pero una vez más
que el individuo sea capaz de aceptar el con-
no pudo motivarse para ir. La reunión era so-
tenido simbólico de las ideas sin despojarlas
bre la legislación para reducir el acceso a las
de su investidura. No abogo por el abandono
armas de fuego en el Reino Unido tras un in-
del trabajo psicoanalítico para ayudar a estos
cidente particularmente espantoso en el que
individuos, pero sí creo que nos corresponde
se habían utilizado armas de fuego. Habló con
ser realistas sobre lo que incluso una interven-
rabia sobre el lobby americano de las armas
ción psicoterapéutica intensiva puede lograr
que afirmó erróneamente que la persona que
con las perturbaciones que implican profun-
aprieta el gatillo es la única persona a la que
dos fracasos tanto de mentalización como de
se puede culpar por el mal uso de las armas.
desobjetalización. Independientemente de la
Reprendió al actor de cine Charlton Heston,
causa de la disfunción, de la genética, del en-
presidente del lobby pro armas, la Asociación
torno inicial o de una interacción de ambos,
Nacional del Rifle Americana. Sintió que po-
una intervención que se base en lo simbólico
dría haber marcado la diferencia si hubiera
no tiene más que un impacto limitado en el
ido y hecho lo correcto.
individuo cuya mente no siempre puede per-
La búsqueda introspectiva del por qué no
mitir que la experiencia simbólica surja es-
fue, fue en sí misma mortal e inútil - una per-
pontáneamente. No existe una panacea para
sona que el Sr. K sintió que pensaba mal de él
estos casos y la cautela sobre el proceso es qui-
presidiría la reunión. Habría mucha gente allí
zás el consejo más sabio.
que él sospechaba o pensaba que sospechaba
La mayoría de los pacientes como el Sr. K
de él. Había una sensación penetrante de per-
permanecen notablemente ajenos a cómo tra-
secución en la sala. Todos sus objetos tenían
tan al mundo. Sin embargo, hay sesiones en
la culpa y él quería culpar a todos. Ya no había

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espacio para pensar y, como era a menudo el junto con todos los demás en un ataque terro-
caso del Sr. K, parecía inútil perseguir los ele- rista en un avión, o mejor aún en una guerra.
mentos individuales específicos de proyec- La muerte fue inmediatamente idealizada y el
ción y persecución. Señalé que en ese mo- único riesgo era sobrevivir en un estado de in-
mento parecía sentirse incapaz de enfrentarse capacidad. Dije que me parecía que eso era
a algo que desaprobaba totalmente y que al exactamente lo que estaba haciendo. Que pri-
mismo tiempo era incapaz de enfrentarse a la mero roció todo su mundo con balas pero
interrupción que se avecinaba. Añadí que tal luego vivió con las secuelas, habiéndose inca-
vez el sentimiento general de persecución sur- pacitado a sí mismo de innumerables mane-
gió de sus intensos sentimientos sobre la inte- ras. Sin embargo, se experimentó a sí mismo
rrupción. viviendo como diminutos fragmentos mi-
Reaccionó violentamente, levantando la croscópicos en el mundo de los demás.
voz y maldiciéndome. Su diatriba era difícil Pensó en lo que dije, y para mi gran sor-
de comprender pero entendí que su principal presa añadió luego: "Si hablara de mí mismo
objeción era que yo cobrara por la última se- aquí contigo, quiero decir hablar de verdad,
sión antes de un descanso, lo cual debía saber podría conocerme a mí mismo, y entonces
que era efectivamente un robo. Esto lo llevó a podría odiarme aún más". Dije: "Al contrario,
desarrollar pensamientos violentos acerca de creo que te aterroriza saber quién eres e in-
erradicar no sólo a mí, sino a toda la profesión cluso tener que gustarte a ti mismo, que te
de psicoanalista. Se le recordaban dos pelícu- apegues a lo que eres y que no puedas sopor-
las que vio de joven. Una imagen de la película tar más la muerte". Pensó durante algún
"If” con Michael York le vino primero a la tiempo y dijo: "No puedo matarme si pienso
mente, donde todo el personal y todos los así".
alumnos de una escuela pública fueron acri- El episodio ilustra cómo el trabajo de la
billados por un grupo de alumnos terroristas reflexividad analítica convierte experiencias
que se colocaron en el techo de la escuela. La en pensamientos. Sólo en la reflexión me di
imagen fue seguida rápidamente por el re- cuenta de cómo las películas corrieron a tra-
cuerdo de otra película que vio más o menos vés de toda esta sesión. El paciente luchaba
al mismo tiempo, llamada “The body”, donde por desarrollar una experiencia emocional de
se insertaron pequeñas cámaras en el cuerpo segundo orden, de tomar conciencia de sí
para mostrar el movimiento de las células, el mismo como odioso y del mundo como vacío,
interior del pulmón y los espermatozoides, así deprimente y aburrido, en lugar de experi-
como el funcionamiento de las bacterias, los mentar el mundo como si fuera simplemente
virus y las células cancerígenas. tal y como es. Al proyectarse en el mundo, el
Primero enlacé con sus pensamientos so- Sr. K se experimentó a sí mismo como el
bre la propaganda de la Asociación Nacional mundo, mortal en todos los sentidos de la pa-
del Rifle Americana y sus imágenes violentas. labra. Al ser capaz de tomar una postura re-
Fue la persona detrás del arma la responsable, flexiva sobre sus experiencias emocionales, ya
no el arma. Inmediatamente se calmó y co- no estaba simplemente en el mundo, sino
menzó a hablar de su propio deseo de morir también en sí mismo. Es en este sentido, creo,

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que nuestra capacidad de reflexión es sólo una Epílogo


reafirmación de la noción kleiniana de la po-
No hace falta decir que el Sr. K no está cu-
sición depresiva. Para traer de vuelta a noso-
rado. Está en el cuarto año de su análisis y sus
tros mismos y poseer, tomar responsabilidad
pensamientos suicidas nunca están lejos. Para
sobre nuestra destructividad.
ser franco, no estoy seguro de si se suicidará o
si nuestro trabajo conjunto podrá permitirle
crear una representación de sí mismo, una
identidad que pueda investir suficientemente
como para querer preservarla, lo verá durante
los años que le quedan. La experiencia clínica
diaria está repleta de casos de individuos que
atacan y se alejan de relaciones potencial-
mente vitales y positivas. Estos individuos pa-
recen querer eliminar toda conciencia del de-
seo relacional que es percibido como afec-
tando su estado mental estático y aparente-
mente autosuficiente. Herbert Rosenfeld des-
cribió la silenciosa atracción del instinto de
muerte (siguiendo a Freud) que prometía li-
bertad del deseo, perturbación e independen-
cia (Rosenfeld, 1987). Pero de nuevo, lo que
es más claro y obvio en casos como el del Sr.
K. no es el contenido fenoménico de la idea-
ción agresiva y enojada, el odio o el sadismo,
sino la persistencia y la aparente inmutabili-
dad de la destructividad aniquiladora total. La
mortandad del pensamiento irreflexivo o el
vacío que deja la idea de lo no presente es una
falta de equilibrio entre la mentalización y su
complemento sin vida.

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