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PRESENTACION

UNIVERSIDAD AUTONOMADE SANTO DOMINGO


(UASD)

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

NOMBRES:

• Paty D. Feliz Matos 100-429406


• Abril I. Robles González 91-6540
• Brenda Carolina Mejía 100-307232
• Katherine Martinez Evangelista 100-511518

MATERIA: INTRODUCCION A LA EDUCACION TEG-1110-Y08

PROFESORA: LIC. PATRICIA MEDINA

TEMA: UNIDAD II LA EDUCACION

FECHA DE ENTREGA: 15/09/2022


Introducción

Este trabajo de la asignatura Introducción A La Educación, consiste en elaborar un


reporte de lectura de la unidad III: La escuela y sus crisis, en donde trabajaremos
específicamente tres puntos, -concepto, origen y evolución de la escuela; sus funciones,
limitaciones y su relación con la familia y la comunidad, -la educación como problema:
la posibilidad, la legitimidad y la libertad de educación, -problemas antropológicos,
teleológicos, mesológicos y su incidencia en la escuela y la educación.
En este trabajo nos hemos propuesto como objetivo, sacar de cada una de nuestras
lecturas los mayores conflictos que afronta la educación, así como también, traer las
voces de varios autores que hayan trabajados aspectos relacionados al tema en
discusión, revisar teorías que hayan surgido en torno al tema, pronunciar todas y cada
unas de las soluciones que se plantean los autores para la solución de los conflictos de la
educación.
La escuela se encuentra actualmente sumida en batallas ideológicas antagónicas sobre lo
que es, lo que debería ser y cuál es su utilidad. Esta circunstancia pone de manifiesto la
situación de crisis en la que está inmersa al no ser capaz de dar respuesta a las demandas
de una sociedad cada vez más compleja. A partir de una aproximación sobre la génesis
de la institución escolar, se analizan algunas de las razones que podrían explicar esta
situación de crisis y se argumenta la necesidad de un pacto de Estado en materia
educativa. Se concluye con unas breves reflexiones sobre el papel de las políticas
educativas y la importancia de lograr dicho pacto en educación. -Rubén Martinez
Por otro lado, la historia de la educación se remota a tiempos muy antiguos, en el siglo
XVIII y comienzos del XIX, comienzan a constituirse los sistemas educativos en los
países occidentales ante la inexcusable necesidad del Estado de constituir un conjunto
de instituciones dedicadas a la educación reglada que respondiera a sus intereses En
origen, nacieron con el objetivo de desarrollar una labor de instrucción pero
progresivamente -y a causa de diversos factores– su labor se hizo cada vez más
compleja (Peña y Fernández, 2010).
Algunas de las bibliografías consultadas:
Barrio, J., 1998. La problemática de la antropología filosófica en la educación. Revista
de Educación, (316), pp.111-132.
Martinez, 2014. El problema teleológico. [Blog] Individuo-Sociedad-Cultura-Espacio,
<http://cienciashumanasysociales.blogspot.com/2014/04/el-problema-teleologico.html>
Puente, I., 2013. “Ontología, teleología y mesología pedagógica.
Hernández, G., 2020. Reflexión acerca de las debilidades filosófica y metodológicas de
los estudios doctorales. Metrópolis
Brenda Mejía

2.1 ¿Qué es una escuela?


Llamamos escuela, en términos muy amplios, a cualquier establecimiento o
institución de enseñanza, es decir, en la que se imparte cierto tipo de instrucción, ya sea
a niños, jóvenes o adultos. Sin embargo, en muchos países el término suele reservarse
para la educación de los primeros, es decir, para referirse a la escuela primaria.
Cuando hablamos de escuela, al mismo tiempo, podemos estarnos refiriendo a
la institución educativa, al procedimiento educativo (o sea, la escolarización) o a la
enseñanza impartida propiamente en la escuela.
La palabra escuela, en todo caso, proviene del latín schola y éste del griego
scholé, que podría traducirse como “ocio” o “tiempo libre”. Para entender este sentido
debemos remontarnos a la organización de la sociedad griega según Aristóteles (384-
322 a. C.), que diferenciaba el tiempo de descanso (anapausis), tiempo de trabajo
(ascholía) y tiempo de ocio (scholé), este último dedicado al engrandecimiento del
espíritu.
Así, mientras los dos primeros tiempos (descanso y trabajo) se dedicaban a la
supervivencia del cuerpo, el último era enteramente libre, y podía invertirse en perseguir
los saberes que fueran de interés para el individuo. Esto cambió cuando surgieron las
primeras escuelas filosóficas en la antigüedad griega, y la palabra escuela pasó a ser
sinónimo de “centro de estudio” o “centro de saberes”.
“La escuela es el lugar donde se hacen amigos, no se trata sólo de edificios, aulas, salas,
pizarras, programas, horarios, conceptos… Escuela es, sobre todo, gente, gente que
trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima. El director es gente, el
coordinador es gente, el profesor es gente, el alumno es gente, cada funcionario es
gente. Y la escuela será cada vez mejor, en la medida en que cada uno se comporte
como compañero, amigo, hermano. Nada de convivir las personas y que después
descubras que no existe amistad con nadie. ... Importante en la escuela no es sólo
estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de
camaradería, es convivir, es unirse. Ahora bien, es lógico… que en una escuela así sea
fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer amigos, educarse, ser feliz” (Freire, 1962)
Origen y evolución de la escuela.
La escuela como institución surge como consecuencia de la
alfabetización. "El desarrollo de las escuelas como lugares alejados de los procesos
productivos primarios de la sociedad está estrechamente conectado con el desarrollo de
la escritura" (Bosco, 1995, pág. 31). Las primeras escuelas conocidas datan de 2.000
años a. de C., en Sumeria. Su objetivo era enseñar la escritura cuneiforme a una clase
social privilegiada, a unos "especialistas": los escribas. Un uso político-económico del
lenguaje escrito que también puede hallarse en China o Egipto. En las culturas orales, el
aprendizaje era fruto de la experiencia en las actividades de la vida cotidiana. La
aparición de la escritura impone la descontextualización o disociación entre las
actividades de enseñanza/aprendizaje y las actividades de la vida diaria. Aprender a leer
y escribir requería el uso de medios extraordinarios: no era ya posible hacerlo mediante
la observación y la repetición de los actos de los adultos, muchas veces en forma de
juego, que eran la forma natural de socialización. La palabra, escrita y hablada, tomaba
el relevo de la experiencia directa con las cosas. En la civilización occidental contamos
con el momento en el cual, la "peña" del saber se constituyó en "academia". Tal evento
ocurrió en la antigua Grecia, cuando Platón le dio ese nombre a la reunión en la cual se
impartía conocimientos de matemática, filosofía, medicina, derecho y letras. Aunque
hoy en día la veamos como una institución rudimentaria, nos preguntaríamos ¿cuántas
universidades hoy en día pudieran abordar los diálogos socráticos, y las leyes de Dracón
y Solón, como lo hacía la célebre Escuela de Atenas?
El fenómeno de la escolaridad en la sociedad no se circunscribía, en forma
alguna, a la geografía histórica de occidente; simultáneamente, la sabiduría de Confucio,
Buda y Lao Tsé se abrían paso en China y La India y el sureste asiático, generando el
surgimiento de los monasterios, donde los frailes observaban una vida contemplativa en
la cual se transferían el conocimiento grabado por los escribas en los textos manuscritos
en papiros y pergaminos de antigua data, y en donde de igual forma y utilizando
tecnologías artesanales , resguardaban el conocimiento para las futuras generaciones.

Evolución de la escuela.
Durante la Edad Media, la educación se hallaba bajo la tutela de la Iglesia y se
caracterizaba por la presencia del latín como vehículo para la transmisión del saber. La
modernidad, implica una ruptura cuya raíz se halla en el cambio de cosmovisión: el
proceso de secularización ha comenzado. En este sentido Didáctica Magna de Comenio
es una obra fundamental que representa a los vientos de cambio. Con la modernidad
llega la imprenta, la traducción de la biblia, la educación simultánea (en oposición al
sistema "tutorial”) ... y más tarde, tal vez a partir de Rousseau, se inicia la
pedagogización de la infancia. La escuela, tal como la entendemos en la actualidad,
surge efectivamente a partir de la modernidad, proceso junto al cual se da el surgimiento
de la infancia como categoría social. La escuela, se transformará a partir de entonces, en
un problema de estado. La Escuela Moderna fue un centro de enseñanza que existió al
comenzar el siglo XX en Cataluña. Fue fundada en1901 en Barcelona por el pedagogo y
librepensador Francisco Ferrer Guardia. El objetivo esencial de la escuela era «educar a
la clase trabajadora de una manera racionalista, secular y no coercitiva». En la práctica
los precios de las cuotas de tutoría restringieron el público de la escuela a elementos
estudiantiles de las clases medias, sobre todo durante los primeros años, por lo que se
esperaba por parte de los organizadores (de forma privada) que los alumnos en su
debido momento se motivaran a unirse y respaldar la causa del movimiento obrero. La
escuela contaba con una imprenta en la que se realizaba un boletín, un laboratorio, un
museo natural, una biblioteca y buscaba instalaciones en las que hubiese gran
iluminación. Entre otras cosas tuvieron que buscar maestros que entendieran que su
papel no era coercitivo sino de apoyo. Este centro educativo era de enseñanza mixta,
secular y anticlerical, y favorable a las reivindicaciones obreristas. Al ser la primera
escuela mixta y laica de Barcelona, en un país católico, obtuvo una amplia antipatía
entre el clero y los devotos. Sol Ferrer definió la enseñanza de la Escuela Moderna: «La
enseñanza de la Escuela Moderna no será una fe sino una confianza en el futuro fundada
en sólidos conocimientos». Cerróen1906. Poco después Ferrer fue ejecutado por
sedición por su supuesta participación en los hechos de la Semana Trágica, lo cual
llevaría a la realización de una campaña internacional en contra de la sentencia.
Actualmente los únicos archivos de la escuela son mantenidos en el departamento de
colecciones especiales de la Universidad de California, San Diego.

Limitaciones
La escuela es un gran instrumento de progreso y de logro de justicia
social, pero no puede hacer milagros. Hay problemas subyacentes, sobre todo familiares
y económicos que no puede resolver, a pesar de todos los esfuerzos. Una escuela por
más inclusiva que sea no puede evitar que los niños en sus casas sufran hambre o
maltrato, y esas situaciones inciden enormemente en la motivación, la atención y por
ende en el rendimiento escolar. Las condiciones coyunturales adversas como las crisis
morales y económicas dañan también mucho las posibilidades de la escuela de revertir
situaciones de inequidad y brindar a todos igualdad de oportunidades. La escuela fue
tradicionalmente concebida como el medio de cambiar la moralidad, los hábitos y la
capacidad industrial de una sociedad. Por ejemplo, el educador argentino, Domingo
Faustino Sarmiento sostuvo que la educación permitiría la adaptación de los niños y
docilitarlos, y aunque aprendieran poco, no serían seres dañinos, ayudando la escuela a
controlar sus instintos. Pero el mismo Sarmiento reconocía que la influencia de la
escuela sería parcial frente a ciertas realidades sociales marginales, con niños
abandonados o hambrientos, a los que no llegaría la influencia cultural a través de la
escolarización. Para Sarmiento esos niños no aceptarían la autoridad de un maestro, ya
que habían crecido demasiado rápido. Para ellos, él destinaba las escuelas de oficios o
los reformatorios. Lejos de estas obsoletas ideas sarmiéntenos, hoy se avanza por suerte
en la inclusión escolar, tratando de no discriminar entre los niños y reconociendo que
todos ellos tienen la aptitud y el derecho de educarse, y que el Estado debe contribuir a
brindarles escuelas de calidad y el apoyo suficiente a través de becas y comedores
escolares, para que puedan desarrollarse en plenitud. Sin embargo, sabemos que muchas
veces y a pesar de que el trabajo infantil está prohibido y la escolarización es
obligatoria, esto no se cumple en la práctica, y muchos niños deben trabajar desde
edades tempranas y ayudar en la economía familiar. Muchos otros, asisten a la escuela,
pero no tienen tiempo en sus casas de hacer las tareas, pues deben colaborar cuidando
hermanitos o en los quehaceres. No tienen tampoco acompañamiento familiar, por lo
cual no pueden estar a la altura de otros niños que reciben la atención necesaria. (Freire
P., 1967)
Abril Robles
Triada escuela, familia y comunidad, unidad 1.

La labor de los centros educativos es servir y prestar apoyo a la familia en la


socialización de los niños, adolescentes y jóvenes, ya que el rol de la educación es tan
importante para dejarla sola en manos de los maestros por lo que debe existir un nexo
con la familia y la comunidad.

Relación de la escuela con la familia.


Los padres deben ser agentes participativos en el proceso educativo de sus hijos y
comprender que la educación nos incluye a todos, es una actividad permanente que
involucra a los hijos, maestros, padres y a la comunidad en general.
Hablar de la familia y la escuela es hablar, en primer lugar, de la responsabilidad de los
padres en la educación de sus hijos, y, en segundo lugar, de la necesidad de una
colaboración estrecha entre los padres y los educadores, pues bien, los padres en la
educación se consideran el pilar fundamental, pues ellos marcan el inicio hacia el futuro
de cada ser humano.

Apoyo de las familias


Una experiencia en el cuidado y desarrollo de sus hijos e hijas que son muy importantes
para construir una visión compartida de las necesidades de estos, así como de las formas
mejores para apoyarles (DfES, 2001; Turnbul, Turnbul y Kyzar, 2012).
¿En qué sentido decimos, entonces, que las familias son un apoyo? Los padres, madres,
o tutores, así como otros miembros relevantes de la familia, disponen de información y
recursos que son de gran utilidad para que el centro educativo alcance el objetivo común
de optimizar el aprendizaje y la participación de cualquier alumno o alumna. Para ello
disponen, por lo general algunas fortalezas que seguramente los profesionales no tienen
(empezando por su vinculación afectiva y emocional con sus hijos o hijas que les harán
estar ahí siempre); también tienen un conocimiento (implícito la más de las veces)

Apoyo de la escuela y profesores


Turnbull, Turnbull, Erwin y Soodack (2006), en la medida que el profesor establece una
relación de colaboración con las familias puede convertirse en agente de
empoderamiento ayudándole a emprender acciones que promuevan el desarrollo de su
hijo o hija
A veces el profesorado tiende a evitar aquellas acciones que considera que no va a tener
éxito; creer en las propias capacidades es un componente clave de la autoeficacia (Hoy
y Miskel, 2001). Los profesores que tienen un alto sentimiento de autoeficacia tienden a
ayudar a las familias a incrementar la confianza en sí mismas, en que van a poder
enfrentarse con éxito a los retos asociados a la educación de sus hijos e hijas.
La fundamentación del enfoque centrado en la familia es doble. En primer lugar, la
familia es vista como el entorno básico para lograr mejores resultados en los niños. En
consecuencia, ayudando a las familias a incrementar sus recursos y capacidades
(empoderándolas), se puede proporcionar un ambiente familiar que satisfaga las
necesidades de los niños y apoyar su desarrollo, por lo que un principio del enfoque
centrado en la familia es la importancia de forjar alianzas significativas con las familias
(Bruder, 2000; Powell, Batsche, Ferro, Fox y Dunlap, 1997). En todo caso,
promoviendo capacidades se mejora el bienestar y la calidad de vida de estas.
Así mismo el docente debe educar valiéndose del medio circundante, en donde las
instituciones escolares actúen como centro de la comunidad encargadas de organizar su
labor educativa, abiertos a dicha comunidad, donde el niño sea el objetivo de la
influencia de todos y el sujeto de su propio aprendizaje. Es así, como la misión de la
escuela es la formación de generaciones futuras, logrando dirigir acertadamente a todos
los elementos que intervienen en la educación de los niños, jóvenes, familia y
comunidad.
Empoderar a alguien significa que este adquiere el control sobre su vida, que toma la
decisión que desea. Proponemos entonces que la colaboración de los profesores con los
padres debe perseguir, como último fin, promover el empoderamiento de las familias,
proporcionarles recursos que les permitan llevar a cabo con éxito sus obligaciones y
mejorar su calidad de vida (Giné, et al., 2013). De acuerdo con

Apoyo de la comunidad
Art. 19.- Corresponde a la comunidad contribuir al desarrollo y mejoramiento de la
educación y velar por que sus miembros desplieguen sus capacidades para alcanzar el
desarrollo integral, individual y social.
Art. 21.- En todos los centros escolares se fomentará la participación de la comunidad
educativa en la gestión de la escuela y en la solución de los problemas, tanto de la
escuela como de la comunidad a la que sirve.

Para pasar de la teoría a la práctica


Hay cuatro pasos que sería recomendable realizar en cada centro para pasar de los
discursos teóricos a prácticas efectivas en materia de una mejor colaboración escuelas
— familias-comunidad:
• Identificar las fortalezas del centro en general y de los diferentes miembros de la
comunidad educativa en particular y asumir el compromiso de revisar las barreras que
dificultan la participación.
• Estar dispuestos a escuchar las voces de las familias para conocer sus necesidades y
preocupaciones.
• Repensar los espacios de participación e implicación de las familias y la comunidad
y valorar si estos realmente están contribuyendo al empoderamiento de las mismas para
que puedan llevar a cabo sus funciones y mejorar su calidad de vida ( Giné et al, 2013).
• Ponernos en marcha a partir de una buena planificación de los cambios que
queremos introducir, evaluando los procesos y celebrando los progresos.
Así mismo el docente debe educar valiéndose del medio circundante, en donde las
instituciones escolares actúen como centro de la comunidad encargadas de organizar su
labor educativa, abiertos a dicha comunidad, donde el niño sea el objetivo de la
influencia de todos y el sujeto de su propio aprendizaje. Es así, como la misión de la
escuela es la formación de generaciones futuras, logrando dirigir acertadamente a todos
los elementos que intervienen en la educación de los niños, jóvenes, familia y
comunidad. Es importante señalar que cada familia posee una cultura digna de ser
valorada en los escenarios de aprendizaje, en los cuales se puede certificar como válida
para los efectos de la diversidad y diferencias culturales, es por esto que la atención del
estado y de la escuela a la familia se convierte en un triángulo, asistiendo al niño en su
proceso de aprendizaje logrando así desarrollarlo integralmente como un ser bio-
psicosocial.
De hecho, las familias, a partir del análisis de las preocupaciones de para la
construcción de centros cada vez más inclusivos, demandan actuaciones encaminadas,
tanto a la atención que se proporciona a sus hijos e hijas, como a las propias familias.
Así, en relación con el primer aspecto, destacan la necesidad de centros abiertos a todos
los alumnos sin exclusiones, que respondan al derecho de todos los niños y niñas a ser
educados en las instrucciones de su localidad, en igualdad de condiciones que el resto
de sus compañeros (O’Connor, 2007; Rogers, 2007
El apoyo que necesita el profesorado es donde queremos enmarcar el sentido que
queremos dar a la participación de las familias y, por extensión, a la comunidad. Para
nosotros, unas y otra son elementos insustituibles de una red de apoyos que debe ayudar
al profesorado en su tarea y, lo que es muy importante y necesario: sostenerle cuando
las dificultades o el desaliento se apodera de ellos o ellas (Echeita y Simón, 2013).
Simón, Cecilia, Giner, Climent, & Echeita, Gerardo. (2016). Escuela, Familia y
Comunidad: Construyendo Alianzas para Promover la Inclusión. Revista
latinoamericana de educación inclusiva, 10(1), 25-42. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
73782016000100003
Katherine Martínez

2.2 la educación como problema: la posibilidad, la legitimidad, y la libertad de


educación.

La educación como problema.


La educación es un hecho, un fenómeno o realidad dinámica en la vida de los pueblos.
Pero la educación es algo más que un hecho condicionado sociológicamente. Es
también una aspiración, una continua tendencia hacia el perfeccionamiento espiritual
del hombre. La educación no puede ser entendida como una solución definitiva. Por su
esencia, es un problema ere complejo que reclama constantemente soluciones. Ya lo
dijo Kant, la educación es el problema mayor, porque está ligado a todos los aspectos
fundamentales de la existencia del hombre, considerado como individuo y como
miembro de la comunidad; tiene la complejidad de la vida misma, en su indivisible
unidad de naturaleza y espíritu.
Un problema educativo es aquella circunstancia que obstaculiza el cumplimiento de los
objetivos y metas planteados, a corto, mediano o largo plazo en las instituciones
educativas en particular y en el sistema educativo.
Muchas son las dificultades a las que se enfrenta la educación en México, entre las
cuales se encuentran la mala calidad educativa, los planes y programas obsoletos, la
falta de acceso (cobertura- inequidad), problemas económicos, infraestructura, poca
capacitación de los docentes, entre otros.
Teniendo conocimiento de dichas problemáticas, se decidió hacer un estudio que
permitiera conocer la opinión de la comunidad universitaria de la Universidad
Tecnológica de Tecámac respecto a este tema, para saber cuáles consideran son los
principales problemas educativos del país y si éstos generan consecuencias sociales y de
qué tipo. Para lograrlo, se diseñó un instrumento tipo encuesta compuesto de preguntas
cerradas, abiertas y mixtas que fue aplicado a docentes y alumnos.
Los resultados arrojaron un panorama general de la percepción de los involucrados
respecto a los problemas educativos y su impacto en el medio, considerando como
principales la mala distribución del recurso, la falta de planteles, la poca calidad
educativa y la falta de compromiso y capacitación docente, de igual forma, entre las
consecuencias sociales se encuentran el incremento de la delincuencia y de los
denominados “ninis”.
Esta investigación permitió conocer a grandes rasgos la percepción de una parte de la
comunidad universitaria, dando pie a que posteriormente se realice el mismo estudio a
gran escala y que los resultados sean tomados en cuenta por la alta dirección para que
generen estrategias que ayuden a disminuir los de problemas detectados y con ello
coadyuvar a un mejoramiento institucional y una formación integral de los educandos.
La posibilidad de educación
en la historia como posibilidad es reconocer la educación como posibilidad. Es
reconocer que, si la educación no puede hacerlo todo, puede conseguir algunas
cosas…Uno de nuestros retos como educadores es descubrir qué es posible
históricamente en el sentido de contribuir a la transformación del mundo, dando lugar a
un mundo que sea más redondo, menos anguloso, más humano.
La escuela, para Jan Maschelein, sería una particular “organización de personas, tiempo,
espacio e intereses que constituye un medio en el que las personas — jóvenes— son
llevadas en compañía de otros y en compañía de algo del mundo de una manera
particular, para que el mundo se abra y para que uno empiece a pertenecer al mundo”
(Masschelein, 2019). Educar, es qué narrativas produciremos que permitan al
estudiante ampliar sus perspectivas sobre el mundo y sobre la relación con los otros y
consigo mismo. Para Marina Herramientas para leer el propio tiempo y ponerlo en
relación con los que ya han sido y con los que están por venir.
Educar es establecer qué narrativas produciremos que permitan al estudiante ampliar sus
perspectivas sobre el mundo y sobre la relación con los otros y consigo mismo. Henry
Giroux
En la escuela el concepto fundamental no sería tanto el del aprendizaje como el de
estudio. Estudiar, a diferencia de aprender, no tiene que ver tanto (o solo) con la
adquisición de conocimientos, competencias o habilidades, como con “la formación del
sujeto y con la transformación de su relación con el mundo, es decir, con hacerla más
atenta, cuidadosa, densa y profunda”. La tarea de esta escuela sería entonces convertir a
los alumnos en estudiantes, y no tanto en aprendices. “Fomentar y cultivar una
disposición estudiosa en relación al mundo, concretamente a través de esa porción de
mundo escolarizado que llamamos materias de estudio que, desde luego, no tienen nada
que ver con contenidos a ser asimilados, con saberes o conocimientos a ser aprendidos
ni con habilidades a ser desarrolladas” (Larrosa, 2019). En esta escuela, la atención, y
no tanto la motivación, sería el tema crucial. La escuela nos hace atentos. Es a través de
la forma escolar y de la escuela que infundimos atención hacia el mundo a las nuevas
generaciones. A través de la forma escolar y sus operaciones “las cosas empiezan a
hablar(nos)” (Masschelein, 2019). Ir a la escuela es, o debería ser, aprender a prestar
atención. Y los maestros serían, ante todo, maestros de la atención. Su tarea sería
llamar, sostener, mejorar y disciplinar la atención de los estudiantes (Larrosa, 2019).
Para Rocío Rueda, una parte del desencanto de los jóvenes proviene precisamente de
“una excesiva fuerza de todo ese discurso que tiene que ver con la producción, con ser
productivo, eficiente, eficaz, con la profesionalización del docente, en el sentido
capitalista más duro (producir y publicar para que te reconozcan títulos, para estar en los
rankings y que la universidad se mantenga en el ranking como la mejor universidad de
excelencia), y con todo lo que eso significa. Estamos tan volcados en figurar en esos
rankings de excelencia y de calidad educativa que cada vez estamos más lejos de
nuestros estudiantes.” Hemos dejado de prestarles atención. De alguna manera el
discurso de la performatividad, la eficacia, la eficiencia, el aprendizaje y la mejora de
los rendimientos escolares, no ha hecho más que ahondar en la brecha de sentido.
La escuela, también escribía Rocío Rueda en la línea de la pedagogía crítica, sería el
lugar donde además de negociar significados y sentidos, “se ejercita a los estudiantes en
el cuestionamiento de los modos de producción de conocimiento vigentes, incluidos los
de la propia institución educativa, y específicamente, de los mecanismos de
certificación social de los conocimientos producidos y las relaciones de poder imbuidas
en ellos (Pascual Barrio y Rueda Ortiz).” La educación escolar tendría sentido en tanto
que nos ayude para elaborar representaciones alternativas a las hegemónicas. “No basta
con formar generaciones competentes en un entorno cultural y tecnológico cambiante”,
debe también “estar orientada a la generación de un pensamiento crítico capaz de tomar
decisiones y de hacer resistencia propositiva ante las imposiciones.
La legitimidad de la educación.
La acción educadora no hace al hombre; lo ayuda y estimula para que él mismo sea
agente de su propia formación. La educación, por lo tanto, no tiene como misión
“hacer” personas libres, sino “despertar” seres humanos capaces de vivir con libertad.
El derecho a la educación se inscribe tanto en el marco de la ley que rige en que cada
país, como así también en los objetivos planteados por las convenciones
internacionales: todos los niños y niñas tienen derecho a la educación libre, gratuita y de
calidad adecuada, y los Estados son responsables de garantizarlo a lo largo de todas las
etapas de la vida de ellos.
La educación, entonces, es una herramienta esencial para el desarrollo de las personas,
tanto en el aspecto individual como en el social. Las personas que no reciben educación
pierden la posibilidad de insertarse en la sociedad y de participar activamente.
Consideramos que es lícito porque la educación es inherente a toda la humanidad para la
supervivencia de todo orden social, y por lo tanto imprescindible para formar al
individuo y transformarlo en un sujeto activo para la sociedad. Entonces, antes de
determinar si tenemos derecho, es necesario saber si podemos educar.
El deber de educar no solo tiene que ver con quien se propone hacerlo sino también que
tiene alcances más amplios que llegan hasta lo jurídico, dónde el problema del deber se
convierte en el del derecho a educar.
Wyneken plantea al educador:
“La acción educadora consciente y sistemática es necesaria para ayudar al ser humano a
desenvolver su naturaleza originaria y elevarse al plano espiritual auténticamente
humano que trata de realizar.
La libertad de educación
La libertad de educación consiste en el derecho que poseen los padres y, por extensión,
las comunidades locales, culturales o religiosas, de educar a los miembros de las nuevas
generaciones en función de sus propias convicciones. Esto se relaciona con la llamada
libertad de enseñanza» entendida como la libertad de satisfacer las exigencias
educativas impuestas por el estados prefiriendo las formas que resulten más acordes a
las propias convicciones. La libertad de educación puede ser limitada cola para proteger
derechos presentes de los niños y adolescentes, como su integridad física, o para
proteger derechos futuros, como la autonomía moral, evitando la mantención en estados
de total ignorancia o procedimientos de manipulación psicología.
La libertad de educación es una manifestación de la libertad, es decir, de un ámbito o
espacio históricamente privado de libertad. La libertad de educación, como derecho
fundamental, supone la garantía de una educación en libertad. La libertad, como un
valor superior de ordenamiento jurídico, se proyecta en nuestras constituciones la
configuración de una serie de libertades especializadas reconocidas en el Capítulo
segundo, Sección 1ª, bajo la rúbrica: De los derechos fundamentales y de las libertades
públicas.
Precisamente, el artículo 27 dispone que:” todos tienen el derecho a la educación. Se
reconoce la libertad de enseñanza». La distinción establecida en este precepto entre
derecho y libertad, entre educación y enseñanza constituye «ab inicio» una cuestión
compleja, que parece necesario analizar. ¿Qué se entiende por derecho a la educación y
qué significado tiene la libertad de enseñanza? Se ha advertido que «llama la atención
esta poco cuidada terminología constitucional, según la cual los términos educación y
enseñanza parecen haber cruzado sus significados. Enseñar es instruir, transmitir
conocimientos. Educar (del latín e-ducere) significa conducir, formar con una
orientación»1La cuestión no es baladí, porque en el Anteproyecto de la Constitución,
elaborado por la Ponencia, elegida en el seno de la Comisión Constitucional del
Congreso de los Diputados, figuraba únicamente la expresión derecho a la educación.
En el dictamen de la Ponencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades
Públicas se amplía en el siguiente sentido: «Todos tienen el derecho y el deber a la
educación». Sin embargo, en el Dictamen de la Comisión aparece un nuevo texto:
«Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza». Es,
decir, el texto que sería, finalmente, aprobado como el artículo 27 de la Constitución.
Ciertamente, al comenzar el debate en Comisión, los Grupos Parlamentarios: ereUnión
de Centro Democrático, Grupo Parlamentario Socialista del Congreso, Grupo Mixto,
Grupo Comunista, Grupos Socialista de Cataluña y Minoría Catalana, presentaron
conjuntamente un nuevo texto del entonces artículo 26, que incluía la expresión «Se
reconoce la libertad de enseñanza».
Esta puesta en escena no reflejaba la tensión producida por esta modificación que
supuso, en su momento, la ruptura del consenso por parte del Grupo Socialista y que
sería recompuesto extramuros del Parlamento. Como recordaba el Prof. Garrido Falla,
«el miembro de la Ponencia constitucional señor Peces-Barba, representante del PSOE,
abandonó su asistencia a las sesiones. Lo fue por haberse roto el consenso en la
discusión de los artículos 15, 26 y 34 (según la numeración del Informe)»2. Estos
artículos, en la versión final de la Constitución, vienen a ser el 16 (libertad religiosa), el
27 (libertad de educación) y el 39 (la familia).
En consecuencia, el derecho a la educación y la libertad de enseñanza tienen un
contenido paralelo: enseñanza pública y enseñanza privada, es decir, organización de la
enseñanza y creación de puestos escolares. ¿Se puede identificar la libertad de
enseñanza con la libertad de educación? La respuesta, en nuestra opinión, es negativa.
No parece participar de esta postura el TC. al interpretar el derecho a la educación en
los siguientes términos: «El derecho de todos a la educación… incorpora, así, sin duda,
junto a su contenido primario de derecho de libertad, una dimensión prestacional, en
cuya virtud los poderes públicos habrá.
Paty Feliz Matos

2.3 Problemas antropológicos, teleológicos, mesológicos y su incidencia en la


escuela y la
educación.
En el texto “La problemática de la antropología filosófica en la educación” de José
María Barrio se nos ofrecen varios puntos en torno a la antropología y la relación que
guarda con la educación.
En este primer apartado el autor habla de la importancia de contar con una
precompresión antropológica, que incluya un concepto, más o menos explícito, de lo
que el hombre es y de lo que puede «dar de sí» a la hora de afrontar la tarea de su
educación, nos viene dada, en primer lugar, por el hecho obvio de que el hombre es el
eje central y la justificación de la educación. Puesto que, no podemos ponernos a educar
sin tener una idea de lo que, en último término, pretendemos conseguir con ello, y así
hemos de plantearnos cuál es la esencia de una persona, qué dimensiones de ella
debernos desarrollar, qué actitudes y valores hemos de promover para su más perfecto
desenvolvimiento individual y social. Ya decía B. Suchoclolski (1977, pp. 27- 28) que
la pedagogía es la ciencia de lo que es posible hacer con el hombre y de lo que el
hombre es capaz de hacer consigo mismo —autoeducación--. El hombre, efectivamente,
se realiza y se transforma perfectivamente gracias a la educación.
En este apartado barrio cita varios autores que señalan a el asunto del inacabamiento
tiene consecuencias antropológico-educativas cuya relevancia es interesante reseñar. En
general, señala Sacristán, el inacabamiento aparece como «la condición más radical de
posibilidad del aprendizaje» (1982, p. 37). Si la conducta humana estuviera determinada
a uno por pautas biológicas, no tendría sentido alguno el aprendizaje. Puesto que la
biología no le da resuelta la vida al hombre, este último necesita fijar su conducta en
una dirección concreta.
De la índole dialógica y social humana se desprenden, a su vez, importantes
consecuencias que han de orientar todo un sector importante de la tarea educativa. La
educación cívica —y también política— debe procurar a las personas rasgos y
competencias sociales que les ayuden en el encuentro comunicativo, en el respeto a la
reciprocidad dialógica, que afirma al otro por sí mismo, en el aprecio de los ideales de
justicia social, cooperación, solidaridad y bien común. Por último, la reflexividad, el
ansia de plenitud, el horizonte mundano —en el sentido de Heidegger—, la libertad, la
responsabilidad, la capacidad de libre decisión, la interpersonaliciad y la
compenetración psicosomática —determinada por el modo humano de ser en el mundo,
que permite interiorizar lo exterior y manifestar lo interior— son dimensiones
antropológicas que han de ser tenidas muy en cuenta en la educación intelectual, moral,
afectiva y física. Y, a su vez, todos estos aspectos educativos han de coordinarse —y no
meramente yuxtaponerse— en la estimulación global del desarrollo humano. Tal
desarrollo es permanente, a lo largo de toda la vida, justo porque el inacabarniento
humano no es fáctico sino apodíctico: el hombre es perfectible no de hecho, sino
siempre por definición (Castillejo, 1981b, pp. 32-33). Por este motivo la educación,
como afirma Fullat, no es un lujo, sino algo esencial para el hombre, que sólo termina
con la muerte (Barrio,1998, p. 111-132).

El problema teleológico en la educación. (Individuo-Sociedad-Cultura y Espacio, 2014).


Importancia de los fines de la acción educativa
El problema del fin es, indiscutiblemente, el más importante dentro de la teoría
educativa. De este problema esencial derivan los problemas de contenido, de método y
de organización escolar. La acción educativa supone, pues, un sistema organizado de
medios para lograr un fin determinado.
La concepción del mundo y la finalidad de la educación
La idea del hombre varia con las épocas y los pueblos, por consiguiente, varia también
el concepto de la educación. Por ello, no puede ser dado en conceptos universalmente
válidos. Los ideales educativos están vivos, aparecen y desaparecen a través del tiempo,
en relación con los ideales de vida de la generación que educa.
El fin general humano y los fines particulares de la educación
Al hablar de fines educativos hay que distinguir entre el fin general, último de la
educación, y los numerosísimos fines particulares.
El fin general de la educación es la conquista del ser espiritual que se alcanza en el
mundo de la cultura. La educación no puede ser sino un proceso de humanización. Debe
preparar al ser para que cumpla su destino de hombre según sus posibilidades y
exigencias.
Los fines particulares de la educación son innumerables: fines cívicos, políticos,
económicos, éticos, estéticos, utilitarios; fines que tienden al individuo como miembro
de una determinada clase social o profesión, fines que conciernen a la vida práctica, etc.
Pero todos estos fines particulares han de estar subordinados siempre al fin general de la
educación.
Los fines de la educación pueden dividirse además en dos clases: los fines inmanentes
son aquellos que se dirigen al desarrollo individual (aptitudes, vocación, capacidad), y
los fines trascendentes que se imponen desde fuera y están más allá de la individualidad
del sujeto (Dios, justicia, verdad, belleza).
Algunas doctrinas pedagógicas (por ejemplo, Rousseau), identifican el fin con el
desarrollo: la educación no puede crear nada, no puede imponer ninguna finalidad desde
fuera. El fin de la educación no puede buscarse sino en el desarrollo de la vida misma.
Otros pedagogos contemporáneos (por ejemplo, Natorp) postulan fines que miren más
allá del mero desarrollo natural y espontáneo. Estos fines deben ser buscados en el
mundo de la cultura, en un orden de valores sociales y espirituales superiores al
individuo mismo.
El fin general, según Jonas Cohn
Para Jonas Cohn, los fines de la educación dependen de la concepción de la vida, del
sentido de la existencia humana, de la opinión que se tenga acerca de los valores. Y
entre todos los valores, propone los valores morales, por lo que plantea que la finalidad
general de la educación es la moralidad.
El problema mesológico. (Ontología, teleología y mesología
Pedagógica, 2013).
La pedagogía mesológica, comúnmente llamada Didáctica, proporciona los medios:
Técnicas, Procedimientos y Formas. La didáctica ha de responder al estilo educativo
marcado por la teoría educativa (ontológica y teleológica) (Ferrini, 1998,12) Inicia
Santo Tomás diciéndonos que la didáctica es arte y debe imitar a la naturaleza.
Antonio Arboledas, nos da a conocer los siguientes:
Nuestro Mundo: “El legado del siglo XX. Las dos guerras mundiales podrían simbolizar
a la humanidad embrutecida. Representan la antítesis de la escuela y de una sociedad
educada. Son una lección magistral, que aprendemos a la primera”
La economía: Galeano (1998} citado por Arboledas, decía que "la economía está
rompiendo los lazos de solidaridad [..]". Ello supone que hoy en día es imposible educar
en un ambiente agresivo y poco amable.
El planeta; Este es nuestro hogar, por ello es necesario que el ser humano se eduque
para salvaguardar su especie y toda la diversidad que lo compone.
La Familia "No educan los contextos, sino lo que se haga en ellos"
Esto significa que no es tan importante el escenario como lo son los valores que se
muestran en él.
La racionalidad: libros suelen presentar la información como absoluta y total, pero eso
es contraproducente a la historia de la ciencia, pues todo es progreso.

El medio educativo también es adaptable al fin educativo, sobre la base de una realidad
concreta y especifica, que es determinada anteadamente por los objetivos educativos
generales, terminales y singulares. Así, por ejemplo, sucede en las diferentes asignaturas
(matemáticas, lenguaje, etc.), y en los diferentes niveles educativos (inicial, primaria,
secundaria y superior) con los contenidos y los métodos.
A su vez, el contenido y el método conforman otra unidad dialéctica en la que el
papel determinante lo ocupa el contenido, en mayor o menor grado según sea el nivel
educativo (en inicial, menor grado de determinación y, en el nivel superior mayor grado
de determinación).
Conclusiones

Conclusion- Abril Robles

Para enfrentarse a las inequidades experimentadas por tantos niños y niñas, el


desarrollo de nuestras instituciones educativas debe estar ligado a los
esfuerzos de la comunidad en la que se inserta. Esto requiere que seamos
capaces de vincular el trabajo de las escuelas con los de otras agencias,
organizaciones y grupos comunitarios relacionados con la promoción del
bienestar económico y social de la localidad y que puedan concretarse en el
desarrollo conjunto de proyectos.

Una escuela implicada con su entorno sería entonces aquella que participa
activamente en la comunidad en la que está inserta pero salvaguardando, al
mismo tiempo, una mirada introspectiva que le permite estar en contacto con
sus propias necesidades. La implicación de una escuela en su comunidad
amplía los márgenes de la mejora escolar. Más que una estrategia de cambio
es una forma diferente de pensar la mejora educativa: es un proceso que se
teje en el interior de la escuela pero que dialoga con su contexto más
inmediato.

Conclusión- Brenda Mejía


La escuela es el entorno privilegiado donde las relaciones interpersonales son
inevitables, es un lugar de encuentro e interacción constante en el día a día, entre
familias, profesorado y criaturas.
La relación creada y establecida entre la escuela y la familia es de enorme importancia
para la pequeña infancia y la influencia que esta relación puede ejercer en su desarrollo
es más significativa y trascendental de lo que se suele creer.
Sabemos que la familia es el primer contexto de socialización, donde niños participan y
se desarrollan activamente. También sabemos que, además, en un determinado
momento la familia decide que ya puede abrirse a un nuevo contexto: la escuela,
confiando la complementación de su educación a su profesorado.

Conclusión- Katherine Martínez Evangelista.


Como podemos ver la educación no tiene como misión hacer persona libre, sino
despertar seres humanos capaces de vivir con libertad. La educación te despierta para
que pueda vivir con libertad, nos abre la mente y no ase mejor persona.
Al igual un problema educativo es aquellas circunstancias que obstaculiza el
cumplimiento de lo objetivo y meta. La educación habla del gran desafío que es educar
en nuestra época y de la problemática que conviva no tener lo conocimiento y la
herramienta necesaria para poder brindar una educación completa y saludable a la nueva
generación. legitimidad de un acto se da cuando es razonable, justo y genuino; basado
en hechos reales, que sean válidos y confiables, de manera tal que haya credibilidad. La
toma de decisiones, para ser democrática, debe cumplir con el principio de la
legitimidad. La educación es posible desde el punto de vista social, porque se ha
reconocido como un derecho social, es decir, como una tarea cuyo éxito dopen de la
cooperación positiva de los demás, incluido el Estado, que asigna buena parte del erario
público para esa toréalo más importante es quesea capaz de adquirir conocimientos,
habilidades y actitudes que le faciliten enfrentarse a situaciones de la vida real y de su
actividad profesional más importante es quesea capaz de adquirir conocimientos,
habilidades y actitudes que le faciliten enfrentarse a situaciones de la vida real y de su
actividad profesional.

Conclusión- Paty Feliz Matos


Con la unidad que estuvimos trabajando “La escuela y sus crisis” he podido profundizar
en aspectos tan importantes como lo son el concepto, la evolución y las funciones de la
escuela, además, ver desde otra perspectiva la relación que esta guarda con la
comunidad y la familia. Por otro lado, esta unidad muestra un punto del que no se habla
con tanta frecuencia como lo es “La educación como problema”. Y, por último, el tema
de los problemas antropológicos, teleológicos, mesológicos y su incidencia en la escuela
y la educación, en el que especialmente me enfoqué, en este tema pude aprender las
diferentes perspectivas de algunos filósofos respecto a la pedagogía, por ejemplo, B.
Suchoclolski (1977, pp. 27- 28) que la pedagogía es la ciencia de lo que es posible hacer
con el hombre y de lo que el hombre es capaz de hacer consigo mismo —
autoeducación--. El hombre, efectivamente, se realiza y se transforma perfectivamente
gracias a la educación. También los fines particulares de la educación son innumerables:
fines cívicos, políticos, económicos, éticos, estéticos, utilitarios; fines que tienden al
individuo como miembro de una determinada clase social o profesión, fines que
conciernen a la vida práctica, etc. Pero todos estos fines particulares han de estar
subordinados siempre al fin general de la educación, que se plantea dentro de los
problemas teleológicos, y para finalizar, la pedagogía mesológica, comúnmente llamada
Didáctica, proporciona los medios: Técnicas, Procedimientos y Formas. El estudio de
esta unidad me pareció fundamental para la comprensión de los estudios respecto a la
educación.

Bibliografía

Barrio, J., 1998. La problemática de la antropología filosófica en la educación. Revista


de Educación, (316), pp.111-132.
Martinez, 2014. El problema teleológico. [Blog] Individuo-Sociedad-Cultura-Espacio,
<http://cienciashumanasysociales.blogspot.com/2014/04/el-problema-teleologico.html>
Puente, I., 2013. “Ontología, teleología y mesología pedagógica.
Hernández, G., 2020. Reflexión acerca de las debilidades filosófica y metodológicas de
los estudios doctorales. Metrópolis,
Simón, Cecilia, Giné, Climent, & Echeita, Gerardo. (2016). Escuela, Familia y
Comunidad: Construyendo Alianzas para Promover la Inclusión. Revista
latinoamericana de educación inclusiva, 10(1), 25-42. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
73782016000100003

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