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Este documento presenta un análisis teórico de los significados de la supervisión educativa en el contexto de los cambios sociales en Venezuela. Examina cómo la supervisión debe adaptarse a las nuevas demandas sociales y educativas para mejorar la calidad de la educación. Plantea interrogantes sobre si los supervisores comprenden bien sus funciones actuales y si están preparados para cumplirlas de acuerdo a la transformación social en curso. Concluye que es necesario reflexionar sobre la gestión de la supervisión educativa para asegurar que cumpl
Este documento presenta un análisis teórico de los significados de la supervisión educativa en el contexto de los cambios sociales en Venezuela. Examina cómo la supervisión debe adaptarse a las nuevas demandas sociales y educativas para mejorar la calidad de la educación. Plantea interrogantes sobre si los supervisores comprenden bien sus funciones actuales y si están preparados para cumplirlas de acuerdo a la transformación social en curso. Concluye que es necesario reflexionar sobre la gestión de la supervisión educativa para asegurar que cumpl
Este documento presenta un análisis teórico de los significados de la supervisión educativa en el contexto de los cambios sociales en Venezuela. Examina cómo la supervisión debe adaptarse a las nuevas demandas sociales y educativas para mejorar la calidad de la educación. Plantea interrogantes sobre si los supervisores comprenden bien sus funciones actuales y si están preparados para cumplirlas de acuerdo a la transformación social en curso. Concluye que es necesario reflexionar sobre la gestión de la supervisión educativa para asegurar que cumpl
UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÓGICO “RAFAEL ALBERTO ESCOBAR LARA” SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO COORDINACION DEL DOCTORADO DOCTORADO EN EDUCACIÓN
La sociedad en su desarrollo complejo y cambio constante, exige del
sistema educativo una transformación continua, modernización y adaptaciones que entraman su organización y funcionamiento. En la actualidad, ello es congruente, con los planteamientos que emite el Informe Mundial de la Educación para Todos en el Mundo 2005, entre los que destacan alcanzar la calidad educativa, llevar a cabo procesos de innovación, establecer vínculos entre la educación y sociedad, así como el fortalecimiento de los aspectos morales, éticos, políticos, cognitivos y epistemológicos que hacen posible el abordaje de diferentes problemáticas educativas. La posición del investigador es que la supervisión educativa es el recurso institucional para responder y mediatizar en dichas problemáticas, permitiendo fortalecer de manera oportuna, coordinando y estimulando los elementos interrelacionados, ejecutando y haciendo efectivo los procesos requeridos para lograr la calidad educativa. Argumentando lo expresado, García (2015), plantea al respecto que “la supervisión educativa tiene una gran relevancia dentro del sistema ya que sirve de agente que impulsa el dinamismo, la interactividad y retroalimentación constante dentro de la educación” (p.132), es precisamente dicho dinamismo que lo ubica en el entorno y actuar conforme a sus exigencias y necesidades. A lo que manifiesta López en Ocando (2017), al definirla como:
Un proceso continuo y dinámico, cuyo objetivo primordial es
contribuir al mejoramiento de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje de una organización educativa, por medio de un plan de acción desarrollado mediante el establecimiento de unas buenas relaciones humanas (p. 3) Este término, en su conceptualización coindice con otros autores, que sitúan la supervisión educativa como uno de los pilares que llevan a resignificar su rol dentro del sistema escolar. Siendo sus propósitos, de acuerdo Morán (2007), a) Ayudar a los directores a entender los objetivos reales de la educación y el papel de la supervisión en el logro de tales objetivos. b) Analizar y comprender los problemas y las necesidades de los docentes, para, en la medida de lo posible, atenderlos y resolverlos. c) Promover el perfeccionamiento profesional de los directores mediante el estímulo permanente y el ofrecimiento de oportunidades para tal fin. d) Establecer lazos morales entre los directores, procurando las relaciones de cooperación para lograr los propósitos establecidos. e) Apoyar a los directores a adquirir mayor competencia didáctica, especialmente a los que recién se inician. En este orden, también le corresponde f) Diagnosticar las dificultades de los docentes en su aprendizaje y a elaborar planes especiales de aprendizaje para la superación de los mismos. g) Ayudar a los padres de familia a interpretar el programa educativo, de modo que puedan valorar los esfuerzos que hace la supervisión educativa para cumplir su tarea educativa, y se hagan sensibles para la colaboración. h) Evaluar los resultados del trabajo de cada director, de acuerdo con el desarrollo del conocimiento de los docentes, la adquisición de destrezas y habilidades y el mejoramiento de los patrones de conducta. Dichas funciones llevaron consigo los cambios que se suscitaron en el ámbito mundial de la supervisión educativa. A título ilustrativo, la experiencia actual en otros países tanto a nivel europeo, americano y latinoamericano fomentaron transformaciones profundas para impulsar resultados satisfactorios. Por ejemplo, en Mogollón (2006), se cita a México, cuya experiencia hacia el perfeccionamiento del proceso de enseñanza y aprendizaje llevaron a reorientar su misión, direccionándola en guiar a la comunidad en las actividades que generen resultados positivos. Otra experiencia referida, es en Chile, donde las funciones de supervisión más importantes son la técnico-pedagógica y de control las cuales abarcan las destrezas para investigar, experimentar y evaluar; así como las administrativas para dirigir, aplicar y organizar el trabajo, aunado a las sociales cuyas destrezas sirven para integrar el trabajo de la comunidad. Praxis que también resulta interesante acotar, citada en Mogollón (2006) es en la Unión Soviética, donde funciones básicas están clasificadas en pedagógicas y administrativas; y entre ellas se citan: elevar el nivel de enseñanza, organizar y participar en cursos y conferencias, estimular la participación de los padres en la escuela y orientar a los maestros a fin de obtener una supervisión de calidad. En el caso específico de la supervisión educativa en Venezuela, en una retrospectiva se puede percibir que a través de la historia, ha sido el eje rector del desarrollo y transformación social, ante los cambios suscitados las políticas del Estado han orientado las directrices de la misma, siempre respondiendo en lo teleológico a la transmisión de los principales valores y la preservación de la identidad cultural y ciudadana; así como constituir la base fundamental para la formación de los recursos humanos necesarios para el desarrollo social, económico y tecnológico de la nación. En esta dirección, los fines de la educación venezolana reflejan determinadas filosofías educativas que, a su vez, responden a momentos históricos y políticos de la vida del país; siguiendo esta posición, durante las últimas décadas Venezuela inició un proceso sistemático de cambios, transformaciones y modificaciones del sistema educativo, tendentes a optimizar la calidad educativa, como también, lograr que el proceso supervisión, sea un garante eficaz de la ejecución de las políticas educativas emanadas del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE). Lo que se sustenta en lo expresado por López (2012); quien parafraseado sus planteamientos indica, que dicho proceso es responsable de conducir, orientar, asesorar, controlar y evaluar, a través de una acción participativa, cooperativa y creativa, los cambios y transformaciones necesarias, para el mejoramiento de la calidad de la educación, la gerencia educativa y salvaguardar la equidad del servicio educativo. De acuerdo a lo dicho, la supervisión educativa debe ubicarse a la altura de las nuevas exigencias en todos los niveles y modalidades del sistema educativo, para orientar, encauzar, evaluar y garantizar la eficacia del hecho pedagógico de la organización para elevar la calidad de la educación. Por ello, la educación, debe contar con supervisores debidamente dispuestos y preparados con herramientas pertinentes para garantizar el éxito del hecho educativo, tanto, en lo administrativo, como pedagógico a fin de que aplique efectivamente los procesos inherentes a la supervisión, tales como: planificación, control, supervisión, evaluación, coordinación, orientación, asesoramiento, liderazgo, motivación, comunicación y toma de decisiones. La inquietud emergente de estos planteamientos es que la experiencia del investigador, lleva a visualizar la incongruencia entre el modelo implementado vía resoluciones para adecuarse a los cambios sociales que se ha generado con resultado de la construcción de un nuevo modelo económico social (Socialista) y la realidad de los significados de quienes ejercen la supervisión educativa, al observar que esta última aún mantiene las raíces tradicionales de fiscalización, control e inquisitiva con rasgos traumáticos. Esto, ya es expuesto por Velásquez (2011), quien afirma: “La supervisión educativa no ha podido librarse de la ansiedad de modelar, producto de la concepción de formación heredada; tal vez, por encasillar actividades humanas afectadas por lo coyuntural, lo contingente y lo limitado” (p. 3). Lo expresado, supone que a través de la práctica el funcionario debe ir desarrollando las competencias asignadas, y paralelamente, acompañado por procedimientos donde se destaquen incidencias, reflexiones, anotaciones, conclusiones, recomendaciones, con la intencionalidad de contribuir al mejoramiento progresivo de la calidad educativa, sin traumas de situaciones difíciles dentro del proceso educativo. Como elementos constructivos se formulan como interrogantes ¿Cuál es el significado para quienes ejercen la función de supervisor bajo el modelo actual de supervisión educativa?, ¿Conocen el sentido hacia el cual están encaminadas sus funciones dentro de la transformación social?, ¿Se encuentran preparados para el cumplimiento de estas funciones?, ¿Una interpretación teórica del significado de sus funciones lleva a reflexionar acerca de la gestión de la supervisión educativa en el marco de la transformación social?. Siguiendo el hilo conductor que llevan a estas formulaciones, obedece a dos aspectos fundamentales observados a través de la experiencia, uno de ellos es la falta de seguimiento e implementación de la política de selección y formación de supervisores por parte del MPPE, quienes deben cumplir, entre otros requisitos la aprobación del curso de Cuarto nivel, permitiéndoles alcanzar las competencias cognitivas para ejercer las funciones y atribuciones que exige el cargo. En este sentido, el proceso que se está llevando a cabo consiste en la asignación de los funcionarios estratégicos que son los garantes de políticas públicas, modelo social, pensamiento pedagógico de lineamientos educativos nacionales, siendo designados bajo lineamientos políticos, cuyos resultados no han alcanzado las metas propuestas en el ámbito cualitativo. El otro aspecto concierne, a la acción supervisora que se instituye como el medio para indagar soluciones a los problemas educativos, en forma oportuna donde se coordine y estimule elementos interrelacionados para ejecutar la toma de decisiones, liderazgo y hacer efectivos los procesos administrativos. Desde esta óptica, los supervisores deben ser capaces no sólo de la ejecución de la normativa legal establecida, sino también de acciones directas y conjuntas para dar respuesta satisfactoria en cada uno de los escenarios en los cuales participa; pero en la realidad se observa con frecuencia un desfase, desmejorando significativamente la calidad del sistema educativo. Así se observa que en la realidad, sigue mermando la matrícula escolar, falencias en las condiciones del acto educativo, infraestructuras inadecuadas, y entornos con problemáticas sociales atípicas; entre otras. En este escenario, y sustentado en Mogollón (2008), se debe “reconocer las habilidades, capacidades y aptitudes del nuevo supervisor, donde predomine su talento, empatía y éxito, fundamentado en los verdaderos principios éticos-morales establecidos en la estructura del sistema de supervisión escolar vigente” (p.8), por lo que se hace necesario propiciar el proceso de formación permanente, ampliar su acción pedagógica e implementar actuales técnicas metodológicas que garanticen una educación de calidad, y que fortalezca la comunicación entre los niveles gerenciales, directivos, docentes, administrativos, padres, representantes, obreros, estudiantes y comunidad en general. Una mirada a esta coexistencia de prácticas tradicionales y la implementación de un nuevo modelo de supervisión educativa socialista, cuyos agentes llamados a ser garantes de la calidad educativa no han logrado alcanzar los fines para los cuales fungen; desde la óptica del investigador conlleva a la indagación de las perspectivas de estos actores, asumir su visión de la realidad que subyace en el ámbito educativo que refleja una ruptura del sistema, así como el significado de dicha realidad. Siendo así, el investigador se vincula de manera espontánea y se identifica con el proceso de supervisión educativa actual, para develar los hechos implícitos en su práctica e interpretar su realidad en el contexto actual, en el cual aún no consolidan las acciones que enrumban la educación venezolana hacia los fines propuestos en la normativa legal. Desde esta perspectiva, en el ámbito axiológico del estudio supone su relevancia en cuanto a la realidad expuesta, existiendo múltiples razones por las cuales se hace necesario repensar la supervisión educativa en función de una aproximación teórica de los significados que tiene para los supervisores, entre las cuales cabe mencionar consolidar el proceso de reapropiación del conocimiento hacia la solución de los problemas más apremiantes de la educación en Venezuela; reconocer las dimensiones cualitativas, subjetivas y sistémicas que alimentan las distintas formas de supervisar para comprender y abordar la complejidad de la realidad educativa ante la transformación social. De igual manera, el cuestionar el significado de la supervisión educativa, inclinado hacia una interpretación teórica de la concepción actual de la misma, sus fines y sus estrategias en el marco de la transformación social del país, persigue transfigurar este actor educativo en un verdadero constructor de su quehacer cotidiano y de su práctica educativa en las instituciones escolares. En este sentido, la investigación se encamina a indagar en el significado que tiene la supervisión educativa para hacerle reflexionar de manera participativa y crítica de su sistema permitiéndole hacer seguimiento (orientación, acompañamiento, sistematización, investigación, organización y evaluación permanente) de los logros, avances y retos, alcanzando su propósito, como lo es garantizar los fines de la educación bajo los principios, criterios y procedimientos que respondan a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En lo epistemológico, se presenta una revisión de retrospectiva de la supervisión educativa en Venezuela, modelos y teorías de las cuales se ha sustentado y el modelo actual, la interpretación de este contexto pretenderá contribuir con la búsqueda de rupturas o fisuras en el discurso actual en la cual de prefigura la nueva tendencia de la supervisión educativa, no sólo como producto de la indagación documental, sino también desde la significación que tiene para estos funcionarios, de tal manera, que se expongan nuevas opciones tanto en la conceptualización de la noción de supervisión, como en la actividad práctica que ésta despliega en la transformación social que se lleva a cabo. El estudio de la supervisión educativa como hecho que contribuye a mejorar el funcionamiento de las instituciones escolares, se basa en que el supervisor actual debe perfilarse con herramientas que influyan en las decisiones, calidad y eficiencia durante el desarrollo de sus funciones, por lo que MPPE debe proporcionarle información actualizada, espacio físico y recursos que permitan llevar a cabo con éxito y visión compartida la acción supervisora a nivel institucional, regional, local y comunitario en concordancia con las resoluciones emanadas del ente centralizador. En esta línea discursiva, la investigación tiene la intención de: Develar el significado para quienes ejercen la función de supervisor bajo el modelo actual de supervisión educativa. Indagar el sentido hacia el cual están encaminadas sus funciones dentro de la transformación social. Precisar la preparación del supervisor educativo para el cumplimiento de estas funciones. Interpretar el significado de la supervisión educativa en el marco de la transformación social. Esto lleva a realizar una aproximación teórica de los significados de la supervisión educativa en el marco de la transformación social. Asumiendo una postura metodológica, para aprehender mi sujeto de estudio desde las intenciones descritas anteriormente, se hará desde lo cualitativo, argumentando que este paradigma alterno, permite la flexibilidad y apreciar al significado de la supervisión educativa desde lo antropológico, permite así mismo una interrelación dialógica dinámica desde su contexto natural, derivando sus hallazgos desde la subyacencia y el descubrimiento siguiendo los pasos de la posición crítica por la cual existe. El paradigma cualitativo, desde la visión de Badilla (2006), en la investigación educativa “significa en primera instancia acercarnos a sus posibilidades ontológicas, epistemológicas, metodológicas y pedagógicas” (p. 1), esto referido a la naturaleza de la realidad que se estudia, es una realidad social, que tiene particularidades históricas, dinámicas y compleja, articulada bajo una multidimensionalidad que le imprime una construcción propia, reinterpretándola. Así este paradigma, permitirá al investigador comprender el contexto en el cual subyace su particularidad sobre el significado de la supervisión educativa en el marco de la transformación social. Tal como lo argumenta Badilla (2006), “busca situarse en las relaciones cotidianas, ya sea entrando en los espacios comunicativos o reconstruyendo dinámicas interpersonales de las acciones, con esto se crean y recrean las realidades sociales” (p. 3). Expresado el paradigma y abriendo el camino hacia el método a utilizar, fenomenológico-hermenéutico, es oportuno disertar en la esencia de la comprensión y la interpretación desde la perspectiva Martín Heidegger, cuya posición es la base para abordar el fenómeno y que emerja de su esencia. Para iniciar, se toma una idea muy cercana a la intención del investigador “la fenomenología no es un simple método; es el modo como se pone en marcha la ontología. La fenomenología en este sentido es una hermenéutica. La verdad fenomenológica equivale a la apertura del ser y es, por ello, verdad trascendental” (Heidegger en León, 2009, p. 1). Es decir, los pensamientos de la persona emergen sus ideas y actuación como un ser para quien las cosas tienen significado. La manera fundamental de vivir las personas en el mundo es a través de la actividad práctica. Heidegger describe dos modos en los cuales los seres humanos están involucrados en el mundo. El primero es aquel en el cual las personas están completamente involucradas o sumergidas en la actividad diaria sin notar su existencia, en éste las personas están comprometidas con cosas que tienen significado y valor de acuerdo con su mundo. En contraste, el segundo modo, es aquel en el cual las personas son conscientes de su existencia. Alineando con esta percepción, los seres humanos son seres autointerpretativos pero en una forma no teórica, esta afirmación del filósofo es razonada, porque las cosas tienen importancia para ellos. Cuando los seres humanos expresan y actúan frente a lo que ellos están comprometidos o les interesa, toman una posición sobre lo que son. Los intereses o inquietudes de la persona ilustran lo que es importante y preocupante de una situación específica. Conocer y comprender lo que rodea al ser humano es una manera fundamental de ser en el mundo. Para sacar a luz el sentido del ser, es necesario partir de la caracterización del ser, en tanto que hay que ser abierto a su comprensión. La hermenéutica, para explicitar esa existencia, plantea que, en primer lugar hay que destruir los diferentes estratos de esa ocultación, y a su vez sacar a luz los significados que pueden tener para sí mismo sus pensamientos. De igual forma, sostiene que las personas se encuentran fácticamente arrojadas en el mundo de tal o cual modo no dependiendo de nosotros su disposición de ánimo o modo de encontrarse. En este orden, al discurrir sobre la existencia, se encuentran aquellos escenarios que pueden ser escogidos libremente, pues están disponibles o abiertos a la proyección que se haga. Estos últimos son las que definen la comprensión como modo de ser del Dasein (Ser humano en relación esencial con las cosas y con el mundo) desde el cual las cosas adquieren significado para el sujeto. Siguiendo los planteamientos de Heidegger como fundamento metodológico para el estudio, en el mundo circundante y cotidiano todas las cosas están relacionadas entre sí y tienen una función y un significado comprensible, que depende del modo como los hombres proyectan su existencia. Las cosas no tienen un significado en sí mismas, pues significan algo distinto para cada quien. Expresado de esta forma, Heidegger llama interpretación a un desarrollo ulterior de la comprensión, la que se apropia de lo comprendido, haciéndolo expreso o explícito. Una forma elemental de interpretación que se da en la vida cotidiana es designada por Heidegger como ver entorno o circunspección. Profundizando acerca del significado, como protagonista de la investigación, el teórico antes mencionado, indica que las personas entienden y captan significados de lo que les rodea mediante el lenguaje. Los seres humanos son y están constituidos por el conocimiento y comprensión del mundo. Estos dos aspectos, pueden ser diferentes según el lenguaje que articula las distinciones cualitativas. Por tanto, el lenguaje sirve para representarse a sí mismo y al mundo, pero también constituye la vida. Ciertas maneras de ser, sentir y de relacionarse con los demás son solamente posibles con ciertos recursos lingüísticos. El lenguaje representa, articula y hace que las cosas se manifiesten y al hacerlo moldea nuestras vidas. Así pues, la fenomenología hermenéutica que es analítica existencial termina por ser una ontología fundamental. Desde esta posición metodológica, se orientan los pasos a través de la estructura general del proceso de investigación bajo el enfoque fenomenológico hermenéutico propuesto y desarrollado por Morán (2007), quien realizó un replanteamiento epistemológico de De Castro, Amedeo Giorgi, Heidegger y Gadamer así como de y Martínez entre otros. Por consiguiente, comprende los siguientes andamios: Descriptivo: En este se clarifican los supuestos ante el tema de investigación, con la intención de buscar el reconocimiento por parte del investigador de las ideas, preconcepciones, presupuestos o prejuicios ante el tema a estudiar, de modo que no impidan el acercamiento y la clarificación de la vivencia del otro. En este andamio, también corresponde a la definición de las preguntas orientadoras o guías iniciales, de tal forma que permitan un claro o mejor acercamiento a la vivencia subjetiva del co-investigador. A nivel general, las preguntas orientadores iniciales se refieren al hecho de indagar acerca de la forma en que el sujeto participante en la investigación vivencia una determinada experiencia, el sentido de dicha vivencia para la persona y como enfrenta, asume o se relaciona con la situación en la cual le ocurre la vivencia mencionada De igual manera, se escogen las técnicas y procedimientos que resultaran útiles para realizar la observación del fenómeno en estudio repetidas veces, sin que perturben, deformen o distorsionen con su presencia la auténtica realidad. Este proceso, de acuerdo a lo propuesto por Morán (2007), servirá para recoger datos sobre los cuales se hará luego la descripción protocolar. Generalmente se realizan entrevistas individuales semi-estructuradas o en profundidad. Puede implicar procesos de observación participante o no participante, así como grupos focales. A continuación, se lleva a cabo el procedimiento respectivo de aplicación de los instrumentos donde se observa y registra la realidad en una profunda concentración y de manera disciplinada; para culminar con la Descripción Protocolar de forma escrita, teniendo en cuenta ambiente, espacio y tiempo en relación a la totalidad del objeto de estudio. Andamio Estructural. En este punto, el investigador se encuentra en el momento de la Familiarización, es decir, aprehende con el sentido de totalidad de la experiencia desde los significados que los sujetos le atribuyen. Así mismo implica que el investigador escoja y defina un marco de referencia desde el cual va a orientar el análisis, teniendo en cuenta el contexto y fundamentos teóricos; focalizándose en los intereses investigativos desde la preocupación por la comprensión de los significados de los sujetos que participan en el estudio. No se pretende aquí delimitar el texto o experiencia en partes, solo captar y entender el sentido general de la experiencia. En esta secuencia accionar, luego de leer el protocolo y de captar el sentido total de la experiencia, se discriminan las diferentes unidades que expresan el sentido implicado en la experiencia del sujeto en estudio, es lo denomina Moran (2007) como Delimitación de Unidades de Sentido, las mismas se construyen desde los valores, expresiones, intenciones o actitudes del sujeto, y permiten describir e identificar, los cambios de tema y significados en la descripción. Se espera que estas unidades de sentido sean la mínima expresión de una situación y una experiencia implicada y relacionada con dicha situación. Así se continua al peldaño de la Tematización, en el cual, una vez definidas las unidades de análisis, se da paso a la etapa de categorización, que comenzó con un “fraccionamiento” del universo de análisis en subconjuntos de datos ordenados por temas. Así mismo, se determina el tema central y se realiza una categorización y subcategorización de las unidades de sentido. El investigador demarca los momentos temáticos de manera empática, tomando como base los datos obtenidos en la familiarización, atendiendo a aquellos que muestran un significado importante del fenómeno investigado. Posteriormente, en este camino, se ubica la Transformación, donde se realiza desde la descripción dada por el sujeto participante o co-investigador en primera persona del singular, hasta el lenguaje psicológico dado en tercera persona del singular. Con esto se busca la captación de la intencionalidad del otro y pasar la descripción hecha por el sujeto a un lenguaje psicológico sin pretender tergiversar significativamente el sentido original de la experiencia del sujeto. Al realizar la transformación, el investigador, puede clarificar si están tergiversando o no el sentido de la experiencia del sujeto participante en la investigación, mediante la comparación y contrastación de las transformaciones con las descripciones originales. Con la información obtenida, se elabora el cuadro de análisis de cada entrevista, sugiriendo sistematizar, colocando, primeramente, la categoría, segundo la subcategoría, de tercero las unidades de sentido, cuarto, las transformaciones y quinto las reacciones o prejuicios del investigador apunta a la practicidad, debido a que de esta forma, el mismo investigador tiene la información dada por el co-investigador y el análisis de las experiencias del co-investigador realizadas de manera integrada y/o no dispersa. Posteriormente, se clarifican las propias reacciones, prejuicios o interpretaciones mediante un análisis de las propias impresiones, ideas y/o reacciones afectivas o sentimientos ante cada unidad de sentido que ha sido previamente transformada. Además de lo anterior, se clarifican reacciones e interpretaciones propias del investigador respecto a cada unidad de sentido con el propósito de clarificar la propia postura ante la experiencia estudiada y así poder percibir más claramente las emociones, ideas, acciones, gestos, silencios, sentimientos o pensamientos en referencia a la experiencia del otro. Andamio Exponencial. En éste, se realiza la Integración de la Experiencia (equivalente a la Estructura Situada para la fenomenología). Se elabora una integración de las diferentes unidades de sentido categorizadas y transformadas, con el fin de construir una estructura que refleje tanto el qué de la experiencia (el valor defendido o pretendido por el co-investigador) como el cómo de su experiencia (la forma en que el co-investigador vivencia su experiencia a partir de los valores que trata o pretende afirmar o proteger). En este paso, expone Morán (2007), adicionalmente, se sustentan las descripciones hechas por los investigadores acerca de la experiencias del investigador con citas textuales de lo que este último ha comentado de forma tal que sustenten la descripción/interpretación realizada por los investigadores. También en este andamio, se ubica la Detección de Convergencias y Divergencias. Lo que corresponde, cuando la investigación implica dos o más sujetos participantes o co-investigadores, después de finalizar la estructura particular de cada co-investigador se analizan las similitudes y diferencias entre ellos, para hallar una estructura general de sentido. Este proceso es importante porque ofrece una aproximación más profunda de cada uno de los co-investigadores permitiendo develar aspectos manifiestos que correspondan a una similitud o diferencia básica en la forma cómo los co-investigadores asumen y dotan de sentido sus experiencias. A continuación, se efectúa la Estructura General de Sentido, cuando se han realizado varios estudios sobre un mismo tema con distintos co- investigadores y no se encuentran ninguna nuevas o distintas formas de vivenciar la experiencia estudiada. Seguidamente, se ubica el investigador, en la Retroalimentación, la cual permite que la estructura situada pueda ser validada desde el conocimiento y experiencia de los sujetos participantes, y no solo desde el consenso entre investigadores en relación a la clarificación de las propias reacciones e intencionalidad, sino también desde la experiencia misma del sujeto investigador. De esta manera, el saber construido desde las validaciones de las interpretaciones sobre la experiencia hechas por los co-investigadores así como por el consenso entre investigadores, permite que la estructura situada resultante del estudio sea enriquecida al eliminar las disonancias e interpretaciones que deformen el sentido de la experiencia del co- investigador. Por último, emergen las Reflexiones, lo que implica una construcción a raíz de los hallazgos del proceso investigativo a la luz de la teoría, en relación a la comprensión de sentido, las intenciones y la forma como los individuos en estudio confrontan las experiencias desde su realidad. La finalidad de este punto no es descubrir una única verdad o falsear una hipótesis, sino enriquecer la comprensión de una experiencia. En lo que respecta a los co-investigadores, comprenden aquellos sujetos significantes, que de acuerdo a Glaser y Straus en Bravo y Méndez (2015), pueden considerarse como “aquellas personas que cuentan con un conocimiento acerca del medio o problema sobre el que se va a realizar el estudio” (p. 37). En este sentido, se consideran como actores sociales siendo representados por los supervisores educativos que laboran en el Municipio Sucre del estado Aragua; a quienes se les invita a participar en el estudio hasta comprender un grupo de tres funcionarios, considerando cómo fue asignado su cargo, las funciones que cumple y el significado que tiene para él su vivencia como supervisor educativo. Como medios para el acopio de información, el investigador aprehenderá la realidad contextualizada a través de la observación directa y participante la cual permitirá establecer la empatía y la inserción al investigador, tal como lo refiere Valles (2010), “Es una de las actividades comunes de la vida diaria. Esta observación común y generalizada puede transformarse en una poderosa herramienta de la investigación social” (p. 143), ya que implica la interacción entre el investigador y actores sociales teniendo como objetivo recoger información de forma sistemática directamente de los co-investigadores fundamentado en el principio de la convivencia personal del investigador con éstos. En este sentido, la observación se plasmará en un cuaderno de notas efectuando las anotaciones del entorno, de igual manera se realizarán grabaciones, registros fotográficos a través de los cual se testificará y caracterizará el ambiente de aprendizaje, así como de las acciones de intervención. Así mismo, el investigador se apoyará con la entrevista Semiestructurada, que según Valles (2010), “es una técnica basada en el juego conversacional, supone una conversación con fines orientados a los objetivos de una investigación social” (p.144). Estas entrevistas serán efectuadas con la previa autorización de los entrevistados, utilizando una grabadora, para obtener una mejor comprensión sobre los relatos y todos sus detalles, como el silencio, interpretaciones y pausas que fueron significativos para reconstruir el objeto de estudio. Siguiendo los pasos metodológicos, prosigue el procesamiento de la información recabada, la cual seguirá la estructura descrita en el método de Morán (2007). Acotando a que se persigue realizar una aproximación teórica de los significados de la supervisión educativa en el marco de la transformación social, se culmina con la teorización. A lo que Martínez (2006) expresa que: "la generación de teorías es el fin principal de la ciencia" (p.1). La realización de teorías es el paso final del proceso del análisis cualitativo; y denota un trabajo que implica, además de intuir y concebir ideas y conceptos, el proceso de, haciendo uso para ello de esquemas lógicos, sistemáticos y explicativos, formularlas, siendo inherente la interacción entre hacer inducciones y deducciones. La teorización elaborada en esta fase interpretativa permite al docente investigador dar respuestas a sus observaciones particulares, a sus acciones y a su práctica educativa. REFERENCIAS
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