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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

UNIVERSIDAD PRIVADA
MARIA SERRANA

TERCER SEMESTRE - LIC.EN ENFERMERIA

FARMACOLOGIA GENERAL

ANTIBIOTICOS BETALACTAMICOS

INTEGRANTES:
 LIZ GIMENEZ
 ADELAIDA PAIVA
 NELLY ESTIGARRIBIA

PROF: LIDIA LOPEZ

AÑO:2022
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 3
ANTIBIÓTICOS BETALACTÁMICOS...................................................................................................... 4
MECANISMO DE ACCIÓN DE BETALACTÁMICOS............................................................................. 4
BETALACTÁMICOS ............................................................................................................................... 5
FARMACOCINETICA ............................................................................................................................. 5
EFECTOS ADVERSOS DE BETALACTÁMICOS ........................................................................................ 5
INDICACIONES CLÍNICAS DE BETALACTÁMICOS.............................................................................. 6
Penicilinas ........................................................................................................................................... 7
MECANISMO DE ACCIÓN .................................................................................................................... 8
ANTIBIOTICOS QUE ACTUAN INHIBIENDO LA SISNTESIS PROTEICA ................................................... 9
AMINOGLUCÓSIDOS ........................................................................................................................... 9
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA ....................................................................................... 10
Mecanismos de resistencia ....................................................................................................... 13
Farmacocinética ........................................................................................................................... 14
A. Penicilina ...................................................................................................................................... 16
CONCLUSIÓN ................................................................................................................................ 20
Bibliografía ........................................................................................................................................ 21
INTRODUCCIÓN
Los antimicrobianos son sustancias químicas que matan o impiden el crecimiento
de ciertas clases de microorganismos sensibles y que, por tanto, permiten un
tratamiento etiológico por excelencia en aquellos pacientes que sufren procesos
infecciosos. Sin embargo, para conseguir esta eficacia se requiere que su utilización
venga amparada por una concatenación de criterios clínico-epidemiológicos,
microbiológicos (sensibilidad in vitro), farmacocinéticos y farmacodinámicos, y por
una duración apropiada según tipo de infección, gravedad y enfermedad de base
del paciente.
Por todo ello hemos realizado una actualización de los diferentes grupos de
antimicrobianos, comenzando por los betalactámicos, intentando hacerlo desde un
enfoque integral.
FARMACOLOGIA GENERAL

ANTIBIÓTICOS BETALACTÁMICOS.
DEFINICIÓN
Los betalactámicos son un grupo de antibióticos de origen natural o semisintético,
que se caracterizan por poseer en su estructura un anillo betalactámico.
Actúan inhibiendo la última etapa de la síntesis de la pared celular bacteriana.
Constituyen la familia más numerosa de antimicrobianos y la más utilizada en la
práctica clínica. Se trata de compuestos de acción bactericida lenta, relativamente
independiente de la concentración plasmática, que presentan escasa toxicidad y
poseen un amplio margen terapéutico.

MECANISMO DE ACCIÓN DE BETALACTÁMICOS


Los antibióticos betalactámicos son agentes bactericidas que inhiben la síntesis
de la pared celular bacteriana.
La destrucción de la pared celular bacteriana se produce como consecuencia de la
inhibición de la última etapa de la síntesis del peptidoglicano.
El peptidoglicano está constituido por largas cadenas de glúcidos, formadas por la
repetición de moléculas de ácido N-acetilmurámico y N-acetilglucosamina. El ácido
murámico fija cadenas de tetrapéptidos que se unen entre sí para formar una
malla, directamente (Gram negativos) o mediante un pentapéptido (Gram
positivos).
Los betalactámicos inhiben precisamente esta unión o transpeptidación, última
etapa de la síntesis de la pared celular. De este modo, la pared queda debilitada y
puede romperse por la presión osmótica intracelular. Para que actúen los
betalactámicos es necesario que la bacteria se halle en fase de multiplicación, ya
que es cuando se sintetiza la pared celular.
Los antibióticos betalactamicos son agentes bactericidas que producen su efecto
principalmente a través de 2 mecanismos:
Inhibición de la síntesis de la pared bacteriana e inducción de la autolisis
bacteriana. La pared bacteriana es una estructura que envuelve las bacterias de
todos los géneros, excepto el mico-plasma; se sitúa por fuera de la membrana
citoplasmica y está compuesta principalmente por una proteína llamada
peptidoglucano. En las bacterias Gram positivas, la pared celular es gruesa y su
componente principal es esa proteína. Las bacterias Gram negativas tienen una
pared más fina y compleja que consta de una membrana externa formada por
lípidos y proteínas, y de una capa interna delgada de peptidoglucano.
BETALACTÁMICOS
El anillo betalactámico forma parte
de la estructura de varias familias de
antibióticos; consiste en un anillo
heterocíclico de cuatro átomos, tres
de carbono y uno de nitrógeno y
según la naturaleza de los radicales
se diferencian las distintas
moléculas, siendo las cadenas
laterales complementarias las más
relacionadas con su actividad
antimicrobiana, farmacocinética y
toxicidad.

FARMACOCINETICA
Los betalactámicos son antibióticos de actividad bactericida lenta, relativamente
independiente de la concentración plasmática alcanzada, siempre que esta exceda
la CIM del agente causal.
La actividad bactericida y probablemente la eficacia clínica, se relacionan mejor con
el tiempo durante el cual dicha concentración excede la CIM (T por encima de CIM).
En este sentido, se ha reportado evidencia en favor de la administración de
betalactámicos por infusión continua en caso de infecciones graves.
El efecto postantibiótico (EPA) consiste en la acción residual del antibiótico sobre la
bacteria, después de descender las concentraciones terapéuticas en la sangre y los
tejidos por debajo de la CIM. En el caso de los antibióticos betalactámicos, el EPA
es de corta duración, con la excepción de los carbapenemes, que presentan un EPA
apreciable, tanto sobre Gram positivos como sobre Gram negativos.

EFECTOS ADVERSOS DE BETALACTÁMICOS


Poseen una cierta acción irritativa directa a nivel local, dependiendo de la vía de
administración sobre el aparato digestivo, músculo o vena, pudiendo causar flebitis
o miositis.
Además su estructura favorece la aparición de manifestaciones de
hipersensibilidad: exantemas, edemas, hemólisis y con muy baja frecuencia pueden
producir shock anafiláctico.
Pueden causar acciones adversas por disbacteriosis, con colonización y
superinfección por bacterias endógenas resistentes u hongos. Las disbacteriosis
están en relación directa con la amplitud del espectro antibiótico, con la dosis y con
la concentración del antibiótico en las mucosas y la piel, colonizadas por flora
normal. Por ejemplo, está muy bien estudiado que el uso de cefalosporinas de
tercera generación favorece la colonización intestinal por Enterococcus y
enterobacterias multirresistentes. Pueden aparecer convulsiones y crisis
mioclónicas si se utilizan dosis elevadas, sobre todo en pacientes con alteración de
la función renal. En este sentido, el imipenem posee una mayor capacidad irritativa
sobre el sistema nervioso central que el resto de los betalactámicos.

INDICACIONES CLÍNICAS DE BETALACTÁMICOS


Nos centraremos en las indicaciones de este tipo de antibióticos en infecciones
comunitarias. Infección de piel y partes blandas. La penicilina V y amoxicilina
pueden ser una opción para las infecciones producidas por S. pyogenes (celulitis,
erisipela, impétigo).
En infecciones invasivas debe utilizarse penicilina G, y en presencia de un
síndrome de sepsis o shock tóxico debe añadirse clindamicina por el mecanismo de
acción que tiene esta droga frente a poblaciones no replicativas, inhibiendo además
la síntesis proteica y por lo tanto la síntesis de toxinas.
En el caso de las celulitis estafilocócicas pueden tratarse con una cefalosporina de
primera generación o una penicilina antiestafilocócica
Infecciones de las vías respiratorias.
La penicilina G o la amoxicilina por vía oral son los antibióticos de elección para el
tratamiento de la neumonía neumocócica
La penicilina es el antibiótico de elección en la endocarditis causada por
Streptococcus viridans.
En la actualidad, la ceftriaxona y el cefotaxime son los antibióticos de elección en el
tratamiento de la mayoría de pacientes con meningitis bacteriana de origen
comunitario.
Infección intraabdominal. El cefotaxime es una buena opción para el tratamiento de
la peritonitis bacteriana espontánea, que suele presentarse en pacientes cirróticos
con ascitis.
Infección urinaria.
Ampicilina-sulbactam es una buena opción para el tratamiento de infecciones
urinarias bajas no complicadas; los betalactámicos son los fármacos de primera
línea para pacientes embarazadas.
También se puede usar cefalosporinas de segunda y tercera generación para el
tratamiento empírico de los casos de pielonefritis.
Infecciones osteoarticulares
Así, la oxacilina o las cefalosporinas de primera generación eran el tratamiento de
elección en la osteomielitis estafilocócica.
Se pueden clasificar en cuatro grupos diferentes: penicilinas, cefalosporinas,
monobactámicos y carbapenemes.

Penicilinas
Son un grupo de
antibióticos de origen
natural y semisintético que
contienen el núcleo de
ácido 6-aminopenicilánico,
que consiste en un anillo
betalactámico unido a un
anillo tiazolidínico. Los
compuestos de origen
natural son producidos por
diferentes especies del
hongo Penicillium spp. Las
penicilinas difieren unas de otras por sustituciones en la posición 6 del anillo,
donde cambios en la cadena lateral pueden inducir modificaciones en la actividad
antibacteriana y en las propiedades farmacocinéticas.
De acuerdo a su origen y espectro de acción pueden clasificarse en penicilinas
naturales (G y V), penicilinas resistentes a las penicilinasas estafilocócicas
(oxacilina, meticilina, dicloxacilina), aminopenicilinas (ampicilina, amoxicilina),
carboxipenicilinas (carbenicilina, ticarcilina), ureidopenicilinas (piperacilina). El
espectro antimicrobiano de la penicilina G abarca cocos Gram positivos, cocos
Gramm negativos (Neisseria meningitidis) y bacilos Gram positivos, tanto
facultativos como anaerobios, así como espiroquetas y algunos bacilos Gram
negativos anaerobios.
Cefalosporinas
Son productos de origen natural derivados de productos de la fermentación del
hongo Cephalosporium acremonium.
Se definen cuatro generaciones de cefalosporinas.
Las cefalosporinas de primera generación son muy activas frente a los cocos
Gram positivos;
Monobactámicos
Aztreonam, el único monoatómico disponible para uso clínico, posee una
excelente actividad sobre bacterias Gram negativas aerobias y facultativas. Por el
contrario, carece de actividad frente a Gram positivos y bacterias anaerobias.
Carbapenemes
Son una clase única de betalactámicos que presentan el mayor espectro de
actividad conocido dentro de este grupo de antibióticos.
Imipenem es el primer carbapenem desarrollado para uso clínico.
Es un derivado semisintético producido por Streptomyces spp.
Otros compuestos más nuevos son meropenem y ertapenem.
Su actividad bactericida se extiende a cocos Gram positivos incluyendo
Staphylococcus spp. sensibles a meticilina, Streptococcus pneumoniae y otros
estreptococos.
Solo carecen de actividad frente a los estafilococos resistentes a meticilina,
enterococos resistentes a betalactámicos, algunas especies de Pseudomonas y
Stenotrophomonas maltophilia.
Glicopéptidos
Se trata de antibióticos que actúan sobre la pared bacteriana. Actualmente hay
dos drogas en uso clínico: vancomicina y teicoplanina. La vancomicina es un
antibiótico bactericida de espectro reducido (solo actúa sobre bacterias Gram
positivas), que se obtiene de Streptomyces orientalis.

MECANISMO DE ACCIÓN Los glicopéptidos inhiben la última etapa de síntesis


y ensamblado del peptidoglicano de la pared celular, mediante la formación de un
complejo con la porción D-alanina-Dalanina del pentapéptido precursor (ver
capítulo Mecanismos de Resistencia). Además daña los protoplastos alterando la
permeabilidad de la membrana citoplasmática, y altera la síntesis de RNA. Sus
múltiples mecanismos de acción contribuyen a la baja frecuencia de desarrollo de
resistencia. Se une rápida y firmemente a las bacterias y ejerce su efecto
bactericida sin un período de inducción, pero solo sobre microorganismos en
multiplicación activa.
EFECTOS COLATERALES La infusión rápida de vancomicina puede dar lugar a
una reacción caracterizada por eritema y prurito en cuello y parte alta del tronco.
Esto puede evitarse administrando la droga por perfusión lenta. La aparición de
flebitis es frecuente cuando se administra por vía periférica. La nefrotoxidad de la
vancomicina ha disminuido debido al uso de preparados más purificados y a la
monitorización del tratamiento. La vancomicina puede producir trombopenia o
neutropenia que desaparece al suspender el tratamiento. La teicoplanina tiene
efectos colaterales similares a la vancomicina pero de frecuencia mucho menor
ANTIBIOTICOS QUE ACTUAN INHIBIENDO LA SISNTESIS PROTEICA

AMINOGLUCÓSIDOS

Se caracterizan por la
presencia de dos o más
aminoazúcares unidos
por enlaces glucosídicos
a un anillo aminociclitol.
En nuestro país los
aminoglucósidos
disponibles son:
gentamicina, amikacina y
estreptomicina para uso
parenteral. La
tobramicina se encuentra disponible en presentación tópica para uso
oftalmológico. La espectinomicina no tiene aminoazúcares, y a pesar de ser
considerada muchas veces en el grupo, no es un verdadero aminoglucósido. Son
altamente polares, policationes solubles en agua y generalmente estables al calor
y cambios de pH entre 5 y 8.
MECANISMO DE ACCIÓN Los aminoglucósidos se unen de forma irreversible a
la subunidad 30S del ribosoma, interfiriendo con la lectura correcta del código
genético con el consiguiente bloqueo de la síntesis proteica de la bacteria.
FARMACOCINETICA
Los aminoglucósidos presentan una escasa absorción oral y necesitan
administrarse por vía parenteral. En general, se administran por vía intravenosa en
perfusión durante 30 minutos. Cuando se emplea la vía intramuscular, la
concentración plasmática máxima tarda más tiempo en alcanzarse y depende de
la zona de inyección.
La vida media es de aproximadamente dos horas, pero puede sobrepasar las 24
horas en caso de alteración de la función renal. Debido a su estructura polar, los
aminoglucósidos penetran en pequeña cantidad en el interior de las células,
excepto en las del túbulo proximal renal, donde estos antibióticos alcanzan una
concentración superior a la plasmática.
EFECTOS ADVERSOS
Los aminoglucósidos pueden causar nefrotoxicidad, ototoxicidad y bloqueo
neuromuscular, y en menor medida exantemas cutáneos
fiebre por antibióticos depresión medular, anemia hemolítica y antagonismo del
factor V de la coagulación.
La ototoxicidad
El bloqueo neuromuscular cursa con parálisis flácida, debilidad de la musculatura
respiratoria y midriasis. Es una complicación rara, pero supone un riesgo
MACROLIDOS
Los macrólidos (eritromicina, claritromicina, azitromicina son antibióticos
semisintéticos, derivados de la eritromicina producida por Streptomyces eritreus.
Éstos se clasifican de acuerdo al número de carbonos: 14 carbonos (eritromicina y
claritromicina), 15 carbonos (azitromicina) y 16 carbonos (espiramicina).
MECANISMO DE ACCIÓN
Se unen a la subunidad 50S del RNA ribosómico (rRNA) en forma reversible. La
unión se realiza mediante la formación de puentes de hidrógeno entre diferentes
radicales hidroxilo del macrólido y determinadas bases del rRNA. Esto provoca un
bloqueo en las reacciones de transpeptidación y traslocación del ribosoma
bacteriano.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA
La absorción intestinal de eritromicina y azitromicina se ve disminuida en
presencia de comida, por lo que su administración debe ser alejada de las
mismas. Con excepción de azitromicina, todos se metabolizan en el hígado y
sufren un efecto de primer paso que puede disminuir de manera significativa su
biodisponibilidad.
Los macrólidos con anillo de 14 átomos, pero no los de 15 y 16 átomos, emplean
la vía metabólica del sistema enzimático del citocromo P450, cuya actividad
inhiben en mayor o menor grado.
• En general pasan a la saliva, a las secreciones bronquiales y a la leche
materna, donde alcanzan concentraciones superiores al 50% de la sérica,
pero no difunden a los tejidos fetales.
• La concentración biliar es superior a la sérica. Se eliminan por vía biliar en
forma de metabolitos y de producto activo. Al no ser eliminados por vía
renal no son adecuados para infecciones urinarias.

EFECTOS ADVERSOS
• Son las molestias gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas y vómitos)

La administración de eritromicina a recién nacidos puede producir
estenosis hipertrófica del píloro (revierte al retirar la medicación)
• Se han descrito casos de pancreatitis con el empleo de eritromicina y se
ha sugerido una posible relación con la producción de un espasmo del
esfínter de Oddi.
• Eritromicina por vía intravenosa puede producir flebitis
• Una complicación rara del uso de eritromicina es la hepatotoxicidad.
• Se ha observado ototoxicidad en forma de sordera y acufenos con el
empleo de dosis altas de eritromicina, especialmente en la población
anciana o con insuficiencia renal o hepática, o con la administración
concomitante de otros fármacos potencialmente ototóxicos
LINCOSAMIDAS
• La clindamicina pertenece junto a la lincomicina, al grupo de las
lincosaminas. La primera es un derivado sintético de la segunda, con mayor
actividad, absorción gastrointestinal y espectro, por lo que tiene mayor uso
en la práctica clínica.
MECANISMO DE ACCIÓN
• Actúa inhibiendo la síntesis proteica bacteriana al unirse a la subunidad
50S, impidiendo la iniciación de la cadena peptídica.
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA
• La clindamicina se absorbe un 90% por vía digestiva. Su volumen de
distribución es amplio, alcanzando concentraciones clínicamente útiles en
muchos tejidos y fluidos corporales, como hueso, líquido sinovial, pleura y
peritoneo. Atraviesa con facilidad la barrera placentaria, pero no atraviesa la
barrera hematoencefálica, aun con las meninges inflamadas. Es
metabolizada en el hígado, y sus metabolitos se eliminan por vía biliar y en
menor grado por vía renal
EFECTOS ADVERSOS
• Las más comunes son diarrea y manifestaciones de hipersensibilidad.
• Su principal efecto adverso es la colitis seudomembranosa que puede ser
mortal. Otros efectos secundarios son anorexia, vómitos, flatulencia,
distensión abdominal y en raras ocasiones aumento del nivel de
transaminasas. No se recomienda su uso en la embarazada.
ESTREPTOGRAMINAS
• Es un grupo de antibióticos formados por dos componentes:
estreptogramina A y estreptogramina B. Un antibiótico a destacar de éste
grupo es el Quinupristin-dalfopristin (Q-D). Quinupristin es el componente
estreptogramina B y dalfopristin es el componente A.
• MECANISMO DE ACCIÓN
• Ejercen su actividad a nivel del ribosoma bacteriano, donde el componente
A se une al peptidil tRNA y bloquea la unión de nuevos aminoácidos, y el
componente B impide la elongación de la cadena peptídica. El componente
A aumenta la afinidad del componente B por la subunidad 50S ribosomal,
siendo la combinación de A+B bactericida.
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA
• una vida media muy corta (menos de 1 hora), La metabolización ocurre a
nivel hepático, con la producción de metabolitos con actividad
antimicrobiana, La eliminación es por las heces, y solo parcialmente en
orina.
• Se concentra bien en hígado y riñones.
• A nivel hepático, inhibe el sistema enzimático de la citocromo P–450,
incrementando de este modo el nivel sanguíneo de otras drogas que son
metabolizadas por este sistema.
. EFECTOS ADVERSOS
• Para evitar la irritación en el sitio de inyección (que ocurre en un 30% de los
casos) debe administrarse diluido en suero glucosado al 5% y en infusión
lenta. La administración de Q-D puede producir artromialgias. Otros efectos
secundarios son nauseas, vómito, diarrea, erupción cutánea, prurito,
cefalea y astenia.
OXAZOLIDINONAS
Es una clase de antibióticos enteramente sintéticos, en la cual el linezolid es el
único disponible para uso clínico en humanos.
MECANISMO DE ACCIÓN
Linezolid es un antibiótico bacteriostático. Inhibe los primeros pasos de la síntesis
proteica mediante la unión a la subunidad ribosomal 50S en la zona de contacto
con la subunidad 30S, impidiendo de este modo la formación del complejo de
iniciación 70S.
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA
La forma de administración puede ser oral o intravenosa. Presenta una rápida
absorción, con una biodisponibilidad cercana al 100%. El linezolid se metaboliza
por oxidación a nivel hepático sin interaccionar con la enzima citocromo P450. La
unión a proteínas es del 31%. Presenta eliminación por vía urinaria (85%) y fecal
(25%).
EFECTOS ADVERSOS
Los efectos adversos más frecuentes son a nivel digestivo causando diarrea,
náuseas y vómitos. A nivel hematológico pueden producir mielosupresión, lo que
se observa en tratamientos mayores a dos semanas, siendo reversible con la
supresión de la administración del fármaco.

Mecanismos de resistencia

Las bacterias pueden


desarrollar resistencia a los
betalactamicos básicamente
mediante 3 mecanismos
diferentes que, en ocasiones,
pueden ir asociados a otros
mecanismos causantes de la
resistencia a otras familias de
antibióticos. Los principales
mecanismos implicados en la
resistencia son los siguientes:
Producción de enzimas (betalactamasas).
Representa el principal mecanismo de resistencia frente a los betalactamicos,
especialmente en gramnegativos (aunque también pueden producirlas Gram
positivos y anaerobios). Las betalactamasas son enzimas que hidrolizan el anillo
betalactamico y que, por tanto, inactivan el antibiótico antes de su unión con las
PBP. Su producción puede estar mediada por plasmidos o puede estar
cromosómicamente codificada. En el primer caso, pueden ser transferibles y los
inhibidores de las betalactamasas suelen inactivarlas; algunos ejemplos son las
producidas por S. aureus sensible a la meticilina, Haemophilus influenzae,
Moraxella catarrhalis, E. coli, K. pneumoniae, algunas enterobacterias y anaerobios,
como Bacteroides fragilis. En el caso de los microorganismos con betalactamasas
de origen cromosomico (como Enterobacter spp., Pseudomonas spp., Citrobacter
spp., Morganella spp. y Serratia spp.) estos son a menudo inducibles (aumenta su
producción tras la exposición a betalactamicos, especialmente cefalosporinas) y no
son sustrato de los inhibidores de las betalactamasas27. Hay muchos tipos de
betalactamasas en función de los betalactamicos que hidrolizan. El uso (y abuso)
de los antibióticos durante decadas ha favorecido la evolución de estas enzimas
hacia una nueva generación, las llamadas BLEE, que son capaces de hidrolizar las
cefalosporinas de tercera generación y el monobactamico aztreonam.
Modificación de la diana en las PBP. Diferentes alteraciones en las PBP
(mutaciones, hiperexpresion y modificación de la afinidad) pueden dificultar la unión
del betalactamico a la proteína, lo que disminuye su actividad. Este es el mecanismo
principal de resistencia a betalactamicos de los microrganismos Gram positivos,
como S. pneumoniae, S. aureus resistente a meticilina y Enterococcus faecium.
Alteraciones en la permeabilidad y bombas de expulsión. Ante la barrera que
supone la presencia de una membrana celular (como en el caso de los
microorganismos gramnegativos) las sustancias poco lipofılicas (como los
betalactamicos) precisan proteínas (poros) que les faciliten la entrada al espacio
periplasmico para poder unirse a las PBP. Este es uno de los motivos por los que,
con algunas excepciones, los microorganismos gramnegativos son generalmente
más resistentes a los antibióticos que los Gram positivos. Algunos microorganismos
más sofisticados, como P. aeruginosa, presentan adema´ s sistemas de bombeo de
antibióticos muy eficaces, que determinan su resistencia intrínseca a muchos
antibióticos, incluidos algunos de los betalactamicos.

Farmacocinética
La absorción del fármaco administrado por vía oral difiere en gran medida para las
penicilinas individuales, dependiendo en parte de su estabilidad ácida y unión a
proteínas. La absorción gastrointestinal de la nafcilina es errática, por lo que no es
adecuada para la administración oral.
La dicloxacilina, ampicilina y amoxicilina son estables en ácido y relativamente bien
absorbidas, produciendo concentraciones séricas en el rango de 4–8 mcg/mL
después de una dosis oral de 500 mg. La absorción de la mayoría de las penicilinas
orales (la amoxicilina es una excepción) se altera por los alimentos, y los
medicamentos deben administrarse al menos 1-2 horas antes o después de una
comida. La administración intravenosa de penicilina G es preferible a la vía
intramuscular debido a la irritación y el dolor local por la inyección de grandes dosis
intramuscular. Las concentraciones séricas 30 minutos después de una inyección
intravenosa de 1 g de penicilina G (equivalente a aproximadamente 1.6 millones de
unidades) son 20–50 mcg/mL. Sólo una fracción del fármaco total en suero está
presente como fármaco libre, cuya concentración está determinada por la unión a
proteínas.
Las penicilinas altamente unidas a proteínas (p. ej., nafcilina) generalmente
alcanzan concentraciones más bajas de fármaco libre en el suero que las penicilinas
menos unidas a proteínas (p. ej., penicilina G o ampicilina). Las penicilinas se
distribuyen ampliamente en los fluidos corporales y en los tejidos con algunas
excepciones.
Son moléculas polares, por lo que las concentraciones intracelulares son muy
inferiores a las que se encuentran en los fluidos extracelulares. Las penicilinas
benzatínicas y procaínicas están formuladas para retrasar la absorción, lo que
da como resultado concentraciones prolongadas en la sangre y los tejidos. Una sola
inyección intramuscular de 1.2 millones de unidades de penicilina benzatínica
mantiene los niveles séricos por encima de 0.02 mcg/mL durante 10 días, suficiente
para tratar las infecciones por estreptococos betahemolíticos. Después de 3
semanas, los niveles aún superan los 0.003 mcg/mL, lo cual es suficiente para
prevenir la mayoría de las infecciones estreptocócicas betahemolíticas. Una dosis
de 600 000 unidades de penicilina procaína produce concentraciones máximas de
1–2 mcg/mL y concentraciones clínicamente útiles durante 12–24 horas después de
una única inyección intramuscular. Las concentraciones de penicilina en la mayoría
de los tejidos son iguales a las del suero. La penicilina también se excreta en el
esputo y la leche materna a niveles de 3–15% de las del suero. La penetración en
el ojo, la próstata y el sistema nervioso central es pobre. Sin embargo, con la
inflamación activa de las meninges, como en la meningitis bacteriana, se pueden
lograr concentraciones de penicilina de 1–5 mcg/mL con una dosis parenteral diaria
de 18–24 millones de unidades. Estas concentraciones son suficientes para matar
las cepas susceptibles de neumococos y meningococos.
La penicilina se excreta de manera rápida por los riñones; pequeñas cantidades
son excretadas por otras vías. La secreción tubular representa aproximadamente
90% de la excreción renal, y la filtración glomerular representa el resto. La semivida
normal de la penicilina G es de aproximadamente 30 minutos, pero, en la
insuficiencia renal, puede ser de hasta 10 horas.
La ampicilina y las penicilinas de amplio espectro se secretan más lentamente que
la penicilina G y tienen semividas de 1 hora. Para las penicilinas que se eliminan
por el riñón, la dosis debe ajustarse de acuerdo con la función renal,
administrándose alrededor de un cuarto y un tercio de la dosis normal si la
eliminación de creatinina es de 10 mL/min o menos.

Usos clínicos

A excepción de la
amoxicilina, las
penicilinas orales deben
administrarse 1–2 horas
antes o después de una
comida; no deben
administrarse con
alimentos para minimizar
la unión a las proteínas
de los alimentos y la
inactivación ácida. La
amoxicilina puede
administrarse independientemente de las comidas. Los niveles sanguíneos de todas
las penicilinas pueden aumentarse mediante la administración simultánea de
probenecid, 0.5 g (10 mg/kg en niños) cada 6 horas por vía oral, lo que afecta la
secreción tubular renal de ácidos débiles como los compuestos betalactámicos. Las
penicilinas, como todos los antibióticos antibacterianos, nunca deben usarse para
infecciones virales y deben prescribirse sólo cuando existe una sospecha razonable
de, o una infección documentada con, organismos susceptibles.

A. Penicilina
La penicilina G es un fármaco de elección para las infecciones causadas por
estreptococos, meningococos, algunos enterococos, neumococos
susceptibles a la penicilina, estafilococos que no producen betalactamasas,
Treponema pallidum y algunas otras espiroquetas, algunas especies de
Clostridium, Actinomyces y algunos otros bacilos grampositivos y organismos
gramnegativos anaerobios no productores de betalactamasa.
Dependiendo del organismo, el sitio y la gravedad de la infección, las dosis efectivas
oscilan entre 4 y 24 millones de unidades por día administradas por vía intravenosa
en cuatro a seis dosis divididas. Las dosis altas de penicilina G también se pueden
administrar como infusión intravenosa continua.
La penicilina V, la forma oral de la penicilina, está indicada sólo en infecciones
menores debido a su biodisponibilidad relativamente baja, la necesidad de
dosificación cuatro veces al día y su estrecho espectro antibacteriano. La
amoxicilina (véase más abajo) a menudo se usa en su lugar.
La penicilina benzatínica y la penicilina G procaínica para la inyección intramuscular
producen niveles bajos pero prolongados del fármaco. Una sola inyección
intramuscular de penicilina benzatínica, 1.2 millones de unidades, es un tratamiento
eficaz para la faringitis estreptocócica betahemolítica.
Dada por vía intramuscular una vez cada 3–4 semanas, previene la reinfección. La
penicilina G benzatínica, 2.4 millones de unidades por vía intramuscular una vez por
semana durante 1–3 semanas, es efectiva en el tratamiento de la sífilis. La penicilina
procaína G fue una vez un tratamiento de uso común para la neumonía
neumocócica y la gonorrea; sin embargo, rara vez se usa ahora porque muchas
cepas gonocócicas son resistentes a la penicilina, y muchos neumococos requieren
dosis más altas de penicilina G o el uso de betalactámicos más potentes.
B. Penicilinas resistentes a la betalactamasa estafilocócica (meticilina, nafcilina e
isoxazolil penicilinas)
Estas penicilinas semisintéticas están indicadas para las infecciones causadas por
estafilococos productores de betalactamasa, aunque las cepas de estreptococos y
neumococos susceptibles a la penicilina también son susceptibles a estos agentes.
La Listeria monocytogenes, enterococos y cepas de estafilococos resistentes a la
meticilina son resistentes. En los últimos años, el uso empírico de estos fármacos
ha disminuido sustancialmente debido a las crecientes tasas de resistencia a la
meticilina en los estafilococos. Sin embargo, para las infecciones causadas por
cepas de estafilococos susceptibles a la meticilina y resistentes a la penicilina, se
consideran fármacos de elección.
Una isoxazolil penicilina como dicloxacilina, 0.25–0.5 g por vía oral cada 4–6 horas
(15–25 mg/kg/d para niños), es adecuada para el tratamiento de infecciones
estafilocócicas localizadas de leves a moderadas. Estos medicamentos son
relativamente estables en ácido y tienen una biodisponibilidad razonable. Sin
embargo, los alimentos interfieren con la absorción y los medicamentos deben
administrarse 1 hora antes o después de las comidas.
La meticilina, la primera penicilina antiestafilocócica que se desarrolló, ya no se usa
clínicamente debido a las altas tasas de efectos adversos. La oxacilina y la nafcilina,
8–12 g/d, administrados por infusión intravenosa intermitente de 1–2 g cada 4–6
horas (50–200 mg/kg/d para niños), se consideran medicamentos de elección para
infecciones estafilocócicas graves como la endocarditis.
C. Penicilinas de amplio espectro (aminopenicilinas, carboxipenicilinas y
ureidopenicilinas)
Estos fármacos tienen una actividad mayor que la penicilina frente a las bacterias
gramnegativas debido a su capacidad mejorada para penetrar en la membrana
externa gramnegativa. Al igual que la penicilina G, muchas betalactamasas los
inactivan.
Las aminopenicilinas, la ampicilina y la amoxicilina tienen espectros de actividad
muy similares, pero la amoxicilina se absorbe mejor por vía oral. La amoxicilina,
250–500 mg tres veces al día, es equivalente a la misma cantidad de ampicilina
administrada cuatro veces al día. La amoxicilina se administra por vía oral para tratar
la sinusitis bacteriana, la otitis y las infecciones del tracto respiratorio inferior. La
ampicilina y la amoxicilina son los antibióticos betalactámicos orales más activos
contra los neumococos con MIC elevadas a la penicilina y son los antibióticos
betalactámicos preferidos para tratar las infecciones que se sospecha son causadas
por estas cepas. La ampicilina (pero no la amoxicilina) es efectiva para la shigelosis.
La ampicilina, en dosis de 4–12 g/d por vía intravenosa, es útil para tratar
infecciones graves causadas por organismos susceptibles, incluidos anaerobios,
enterococos, L. monocytogenes y cepas betalactamasas negativas de cocos
gramnegativos y bacilos como E. coli, y Salmonella sp. Las cepas de H. influenzae
que no producen betalactamasa son generalmente susceptibles, pero están
surgiendo cepas que son resistentes debido a las
PBP alteradas. Debido a la producción de betalactamasas por bacilos
gramnegativos, la ampicilina ya no puede utilizarse para el tratamiento empírico de
las infecciones del tracto urinario y la fiebre tifoidea. La ampicilina no es activa contra
Klebsiella sp., Enterobacter sp., P. aeruginosa, Citrobacter
sp., Serratia marcescens, especies de Proteus indol positivas y otros aerobios
gramnegativos que se encuentran comúnmente en las infecciones adquiridas en el
hospital. Estos organismos producen intrínsecamente betalactamasas que inactivan
la ampicilina.
Las carboxilpenicilinas, carbenicilina y ticarcilina, se desarrollaron para ampliar el
espectro de las penicilinas frente a patógenos gramnegativos, incluyendo P.
aeruginosa; sin embargo, ninguno de los agentes está disponible en Estados
Unidos. La ureidopenicilina piperacilina también es activa contra muchos bacilos
gramnegativos, como Klebsiella pneumoniae y P. aeruginosa. La piperacilina está
disponible sólo como una coformulación con el tazobactam inhibidor de la
betalactamasa. Debido a la propensión de P. aeruginosa a desarrollar resistencia
durante la terapia, un betalactámico (Tripathi)antipseudomonal a veces se usa en
combinación con un aminoglucósido o fluoroquinolona, particularmente en
infecciones fuera del tracto urinario, a pesar de la falta de datos que apoyen la
terapia combinada sobre la terapia con un solo fármaco.
La ampicilina, la amoxicilina, la piperacilina y también, históricamente, la ticarcilina,
están disponibles en combinación con uno de varios inhibidores de la
betalactamasa: ácido clavulánico, sulbactam o tazobactam. La adición de un
inhibidor de betalactamasa extiende la actividad de estas penicilinas para incluir
cepas productoras de betalactamasa de S. aureus, así como también algunas
bacterias gramnegativas productoras de betalactamasa .

Reacciones adversas
Las penicilinas por lo general son bien toleradas y, desafortunadamente, esto puede
alentar su uso inadecuado. La mayoría de los efectos adversos graves se deben a
la hipersensibilidad. Los determinantes antigénicos son productos de degradación
de las penicilinas, particularmente el ácido peniciloico y productos de hidrólisis
alcalina unidos a proteínas del hospedador. Un historial de una reacción de
penicilina no es confiable. Alrededor de 5–8% de las personas afirman tener ese
historial, pero sólo un pequeño número de ellos tendrá una reacción grave cuando
se les administre penicilina. Menos de 1% de las personas que anteriormente
recibieron penicilina sin incidentes tendrán una reacción alérgica cuando se les
administre penicilina. Sin embargo, debido al potencial de anafilaxia, la penicilina
debe administrarse con precaución o debe administrarse un medicamento
sustitutivo si la persona tiene antecedentes de alergia grave a este fármaco. La
prueba de la piel con penicilina también se puede usar para evaluar la
hipersensibilidad de tipo I. Si la prueba cutánea es negativa, la mayoría de los
pacientes puede recibir penicilina de forma segura.
Las reacciones alérgicas incluyen choque anafiláctico (muy raro: 0.05% de los
receptores); reacciones del tipo de la enfermedad del suero (ahora raro: urticaria,
fiebre, hinchazón de las articulaciones, angioedema, prurito y compromiso
respiratorio que ocurre 7–12 días después de la exposición), y una variedad de
erupciones en la piel. También pueden ocurrir lesiones orales, fiebre, nefritis
intersticial (una reacción autoinmune a un complejo de penicilina y proteína),
eosinofilia, anemia hemolítica y otras alteraciones hematológicas, y vasculitis. La
mayoría de los pacientes alérgicos a las penicilinas se pueden tratar con
medicamentos alternativos. Sin embargo, si es necesario (p. ej., tratamiento de
endocarditis enterocócica o neurosífilis en un paciente con alergia grave a la
penicilina), la desensibilización se puede lograr con el aumento gradual de las dosis
de penicilina.
En pacientes con insuficiencia renal, la penicilina en dosis altas puede causar
convulsiones. La nafcilina se asocia con neutropenia y nefritis intersticial; la oxacilina
puede causar hepatitis, y la meticilina comúnmente causa nefritis intersticial (y ya
no se usa por este motivo). Las dosis grandes de penicilinas administradas por vía
oral pueden provocar malestar gastrointestinal, especialmente náuseas, vómitos y
diarrea. La ampicilina se ha asociado con colitis pseudomembranosa. Las
infecciones secundarias como la candidiasis vaginal pueden ocurrir. La ampicilina y
la amoxicilina pueden asociarse con erupciones cutáneas cuando se prescriben en
el contexto de enfermedades virales, particularmente durante la infección aguda
por el virus de Epstein-Barr, pero la incidencia de erupción cutánea puede ser
inferior a la informada originalmente. La piperacilina y el tazobactam, cuando se
combina con vancomicina, se han asociado con una mayor incidencia de lesión
renal aguda en comparación con agentes betalactámicos alternativos.
CONCLUSIÓN
En conclusión la dosificación adecuada de los antibióticos betalactámicos continúa
siendo un reto en los pacientes críticos, que poseen un elevado riesgo de mortalidad
debido a la sepsis y al shock séptico. Estos pacientes suelen ser tratados en la UCI,
donde son frecuentes las infecciones por patógenos resistentes, especialmente por
microorganismos gramnegativos. Esto hace que la consecución del objetivo Pk/Pd
en este grupo sea aún más difícil. Por lo tanto, deben considerarse estrategias de
dosificación alternativas para los antibióticos betalactámicos en estos pacientes, y
eso puede incluir el uso de la administración con IP o IC.
La dosificación personalizada guiada por la monitorización farmacoterapéutica
también puede mejorar el objetivo Pk/Pd en un paciente individual, y serán
necesarios los datos de los ensayos aleatorizados en curso para respaldar la
práctica global de la monitorización farmacoterapéutica de los antibióticos
betalactámicos en pacientes críticos.
Bibliografía
Fleming A. On the antibacterial action of cultures of penicillium, w. s. (s.f.).

Tripathi, F. e. (s.f.).
ANEXOS

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