Libertad y destino en psicoterapia

En esta lectura el autor comienza a explicarnos los conceptos de libertad y destino por medio de un paciente que tiene, Felipe.
Felipe está metido en una relación que le hace sufrir, pero no sabe cómo salir de ella (ni siqueira sabe si quiere hacerlo en un principio), lo que sabe es que le ata.
Conforme va pasando la terapia, al enfrentarse a su destino libremente por medio de la cólera, Felipe se da cuenta de que está atado a la relación actual con Nicole por su
propio pasado (la relación que tuvo con su madre y su hermana), esto le da paz y lo tranquiliza para darse cuenta de que puede cambiar su situación actual . Esto lo libera.

Somos dueños de la libertad y esta la podemos dejar a un lado por motivos

psicológicos, como en el caso de Felipe, que se siente atado a Nicole. El sabe que ella
no le conviene, pero no puede dejarla, así, de esta manera vive en agonía una relación
donde lo celos lo paralizan, estos celos comenzaron desde su más tierna infancia, antes
de tener desarrollada la conciencia.

La madre de él, era esquizoide y su hermana mayor era esquizofrénica, el padre los
abandonó cuando Felipe era aún muy pequeño, así que aprendió a vérselas con dos
mujeres extremadamente imprevisibles en sus reacciones, también aprendió el deber
de rescatar a las mujeres, su vida no podría ser libre, pues siempre tenía que estar al
pie del deber, además que debía de estar a la expectativa de las reacciones
emocionales de ambas mujeres, así como de sus futuras parejas, donde buscó
relaciones con mujeres muy parecidas a sus modelos de la infancia. A Felipe le atraían
este tipo de mujeres, a ratos muy cálidas y tiernas con él, otros ratos crueles e
indiferentes. Sus dos matrimonios anteriores fracasaron y su actual relación con Nicole
era una agonía. Felipe desarrollo un fuerte sentido de la responsabilidad por la mujer.

El problema de Felipe es una extraordinaria oportunidad para resolver el problema

residual que tuvo con su madre y su hermana, es necesario para que él consiga su
libertad personal. Desde este punto de vista, los problemas psicológicos son
bendiciones disfrazadas, no son casualidades, sino por un interior destino que
emergen de las necesidades de la persona misma.

La relación de "Imprimirse" en los seres humanos es el apego primitivo de los bebés a

su madre con una inclinación ciega, es el primer modo de comportamiento, de este
modo, Felipe aún busca una buena madre para compensarse de la mala que tuvo,
añoraba un amor que llenara aquel vacío interior. El primer y fundamental desafío, es
que la persona afronte este hecho tal como es, reconciliarse con el hecho y aceptarlo,
darse cuenta que no vale la pena y que no puede exigir justicia, ya que nadie vendrá a
compensar esa carencia y triste decirlo, no hay remedio ni compensación, pero sí
puede cambiar su actitud hacia los hechos.

 
Gracias a que Felipe desarrollo la capacidad compensatoria de ocultar sus verdaderos
pensamientos y siendo encantador, logró sobrevivir al ambiente trastornado de su
niñez. Por otro lado, también desarrollo otra capacidad compensatoria, la creatividad,
como expresó Alfred Adler, "La creatividad es la compensación a semejante trauma
primitivo".

La cólera, camino a la libertad, es aquella que energetiza, integra el yo, conserva todo
el ser vivo, la cólera sana nos hace sentir la propia estima y el propio valer, nos hace
posible la libertad y despojarnos del bagaje inútil de la vida. Nuestra libertad viene de
afrontar nuestro destino así, la cólera constructiva es una vía para el encuentro con el
destino.

La desesperación puede llevar a una profunda intuición y cambio. La desesperación es

esencial para que la persona descubra capacidades y cualidades básicas ocultas,
cuando siente que no tiene ya nada qué perder, entonces puede estar a punto para
cualquier acción que sea necesaria llevar a cabo para solucionar una situación.

La libertad y el determinismo van siempre juntos, ya que uno nace del otro. Creando
una paradoja, ya que podemos decidir seguir nuestra libertad o llevar una vida apática
apegándonos a ideas gastadas que no inquietan a nadie, o la libertad de tener ideas
nuevas, con la consecuente angustia que siempre la acompaña, este es, nuestro
destino.