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Universidad central de nicaragua

SOCIOLOGIA

VII unidad RAMAS DEL CONOCIMIENT0 SOCIOLOGICO

Grupo # 2 objeto del conocimiento

Integrante:
 Ivette del socorro Aburto
 Helmin Guietirrez
 Maria Esther Garcia
 David cordero

05/10/2022
 Objetivos

Estudiar los conocimientos socioló gicos se centra en las relaciones


sociales. -Interacciones sociales. -Cultura que rodea al día a día. -Clases
sociales. -Estratificació n social. -Movilidad social. -Religió n. -
Secularizació n. -La ley y el crimen. -Sociología econó mica: trabajo, empleo
e industria.

 Objetivo específico

El objeto de estudio del conocimiento la sociología es la sociedad humana,


individual y colectivamente, mediante la aplicació n del método científico
a sus estructuras, formas de organizació n y conductas. La sociología
aborda al hombre como un ser social y busca cubrir todas las aristas que
parten de ahí. Formalmente se conoce como la ciencia.

Sociología del conocimiento es el estudio de los efectos que tiene la


comprensió n de la informació n valiosa para la sociedad. Es decir, la
sociología del conocimiento analiza las relaciones entre el saber y la
cognició n, en la vida de los individuos comunidad.

Introducción
Sociología del conocimiento, esta es una rama emergente de la
sociología que da indicios de que nuestro conocimiento es producto
del fenó meno social. Su estudio se centra en la influencia de la
cultura y de las normas políticas y sociales en el pensamiento y
có mo influencia el pensamiento en la sociedad.

El hilo conductor del artículo es el aná lisis de las determinantes


sociales para la construcció n socioló gica del conocimiento a partir
de procesos articuladores tales como las instituciones científicas, el
papel de las políticas científicas, los espacios socializadores de
conocimiento y las publicaciones gestadas en las ú ltimas 3 décadas.

La sociología es la ciencia social dirigida al conocimiento individual,


social y que tiene su atenció n al hecho humano de vivir en
sociedad; su objeto central de estudio son las mutuas relaciones
humanas. Todo lo que los hombres hacen o dejan de hacer con
relació n a otros hombres es materia de estudio de la sociología.

El conocimiento es un fenó meno vital para el hombre en virtud del


cual logra aprehender lo que las cosas son; mediante el establece las
bases para entenderse a sí mismo y relacionarse con el mundo, con
ese universo material y espiritual que le rodea, es decir, con
realidad.

Desarrollo
Concepto de conocimiento

El conocimiento es un fenó meno vital para el hombre en virtud del cual


logra aprehender lo que las cosas son; mediante el establece las bases para
entenderse a sí mismo y relacionarse con el mundo, con ese universo
material y espiritual que le rodea, es decir, con realidad. También el
conocimiento se presenta como un proceso neuro psicofisioló gico en el
cual interviene, entre otros elementos, sensaciones, percepciones,
conceptos, juicios, razonamientos, sentimientos y emociones no se limita a
ser simple reflejo de la realidad. El conocimiento involucra pensamientos
previos y el uso de la inteligencia a fin de caracterizarse como una relació n
entre un sujeto que conoce y el objeto

Sus principios:

Son Conocer y comprender la realidad como praxis Unir teoría y práctica


(conocimiento, acció n y valores) Orientar el conocimiento a emancipar y
liberar al hombre

Principios ideológicos:

Tienen como finalidad la transformació n de la estructura de las relaciones


sociales para dar soluciones a estas.

Características y propiedades del conocimiento.

El conocimiento es siempre cultural, es decir, conforma cultura. El


conocimiento suele ser susceptible de expresarse y transmitirse a través
del lenguaje. En tal sentido, el conocimiento es codificado, es decir,
requiere de un có digo o lenguaje para su comunicació n.
Objeto del conocimiento. Sin duda se antoja en realidad una enorme
empresa querer comprender o entender a la sociedad actual en su
conjunto, bien se dice que CADA CABEZA ES UN MUNDO, los
conocimientos adecuados de manera, que de forma positiva la educació n,
sirva para poder insertarnos en la sociedad de una manera eficaz,
contribuir a la formació n del INDIVIDUO.

“EXTENDER LA EDUCACION A TODOS LOS CIUDADANOS ES LA


FORMA MAS EFICAZ, AUNQUE SEA SILENCIOSA, DE EVOLUCIONAR
LAS SOCIEDADES PARA HACERLAS JUSTAS E IGUALITARIAS”

El conocimiento durante el proceso multidireccional el cual se trasmite,


con los valores, costumbres, actitud, acciones, sentimientos, moral, ideas,
proceso de vinculació n y concienciació n cultural.

 La Teoría Del Conocimiento y la Ciencia El conocimiento es un fenó meno


vital para el hombre en virtud del cual logra aprehender lo que las cosas
son; mediante el establece las bases para entenderse a sí mismo y
relacionarse con el mundo, con ese universo material y espiritual que le
rodea, es decir, con realidad.También el conocimiento se presenta como
un proceso neuropsicofisiologico en el cual interviene, entre otros
elementos, sensaciones, percepciones, conceptos, juicios, razonamientos,
sentimientos y emociones no se limita a ser simple reflejo de la realidad.

El conocimiento involucra pensamientos previos y el uso de la inteligencia


a fin de caracterizarse como una relació n entre un sujeto que conoce y el
objeto 

La sociología del conocimiento es el estudio de los efectos que tiene la


comprensión de la información valiosa para la sociedad. Es decir, la
sociología del conocimiento analiza las relaciones entre el saber y la
cognició n, en la vida de los individuos comunidad

La existencia de estas sistematizaciones, má s allá de intenciones y


pretextos, o sus ausencias, decididas aun cuando sobraban razones para
su sostenimiento, colman una accidentada historia en la que casi siempre
al comenzar el interés por un tema se tiene la sensació n de reiniciar el
viejo y transitado camino del conocimiento, cuando ya pareciera que la
construcció n de consensos en torno a sus virtudes hace innecesaria la
regresió n.

 En torno al aná lisis y comprensió n de las condicionantes estructurales


para la construcció n de un conocimiento socioló gico que cargue, -casi en
condició n de cordó n umbilical- el sentido má s hondo de su ser: la
cultura, considerando las sobradas razones que tenemos para
visibilizarlo, en tanto sustento de reflexió n en torno a lo social.

 Explican la construcció n del conocimiento podemos identificarlos con


tres á reas complementarias, perfectamente torneadas y diferenciadas
entre si: la epistemología, la metodología y la sociología del conocimiento.
Esta ú ltima, se esmera en explicar las condicionantes sociales para la
construcció n del conocimiento en la denominada también sociología de la
sociología

Objeto de estudio, se suelen superponer epistemologías que pueden ser


diversas segú n regiones, países, trayectorias, antigü edad y
reconocimiento social. con suficiente claridad modos de discursar en
cuanto a métodos, actores o aparato conceptual -segú n usos y
costumbres en algunos espacios académicos-, o una trayectoria temporal
que avale su sostenimiento, supone un esfuerzo doble toda vez que nos
lleva a la bú squeda de su argumentació n desde otras geografías.

Conocimiento, por su parte, aporta;

a) La naturaleza y cará cter de las instituciones: sus objetivos,


principios, funciones y alcance;
b) El papel regulador de las políticas científicas en tanto sustento de lo
que necesita ser investigado de forma prioritaria, a lo que es
necesario dar respuesta y, ante todo, orienta la reflexió n en sentido
propositivo; esto es, portadora de soluciones funcionales y viables a
introducir en la prá ctica social en razó n de ciencia con
responsabilidad social.
c) Todo el soporte material del conocimiento, entiéndase el texto en
tanto objeto en sí y para sí, como cristalizació n de un saber que es
cuanto tal si es recuperada la realidad
d) El valor que otorgamos a los procesos y espacios socializadores de
dicho conocimiento, no solo visto como resultante, sino la propia
vía crucis de su construcció n, las formas de obtener y/o garantizar
el consenso.

El tipo de conocimiento

La certeza es una convicció n del sujeto, mientras que la verdad es un


conocimiento objetivo y compartible, intersubjetivo. Ahora bien, la noció n
de verdad es problemá tica.

se trata, solamente, de có mo se establece la objetividad, sino que el


avance del conocimiento hace variar la referencia de la objetividad, al
menos en su interpretació n, que enmarca a la verdad, conforme se van
desvelando incó gnitas y el grado de conocimiento aumenta. Esto nos lleva
a considerar si la verdad es una hipó tesis o conjunto de ellas que no ha/n
sido refutada/s. Pero si estos enunciados son vá lidos en un marco clá sico,
la Mecá nica Cuá ntica introduce una matizació n con la incertidumbre, que
incorpora extrañ eza sobre que algo pueda ser, en ú ltima instancia,
verdadero. La ló gica atraviesa momentos de incertidumbre, como ha
dejado patente Gödel, por si ya fuera poca la incidencia del Principio de
incertidumbre de Heisemberg. Pero, en todo caso, no es posible pensar
que se conoce algo de cuya verdad no estamos seguros. Lo primero que
requiere el conocimiento es “verdad”, adecuació n entre el entendimiento
y la cosa, de forma que lo que como sujetos afirmamos se corresponde
con lo que las cosas son en realidad. Finalmente, requerimos, también, la
evidencia, que garantice de forma inequívoca la verdad que se instala en
nuestra mente. Es de esta forma que la realidad objetiva se puede
imponer en nuestro pensamiento. Por ú ltimo, y como actitud o
sentimiento implicados en la mente que asiente el contenido de un juicio,
surge la certeza, siendo, pues, una actitud de la mente al aceptar un
pensamiento, excluyendo cualquier temor a que sea falso o lo contrario.

1. Abusos y desusos de la sociología del conocimiento.

El conocimiento es una construcció n social y cultural, como el arte, la


religió n o el derecho. La sociología del conocimiento es una disciplina
apasionante que estudia los vínculos entre el contexto social y los
productos conceptuales, pero se ha convertido también en un pretexto
para fundamentar flojas posiciones relativistas y escépticas.
En realidad, el origen de la vinculació n histó rica entre la sociología del
conocimiento y el relativismo se remonta por lo menos al primer decenio
del siglo XX, cuando Jerusalén propuso llamar Wissenssoziologie al campo
de estudio que seguía las líneas trazadas por el historicismo alemá n, la
crítica marxista de la ideología y el estudio de los fundamentos del
pensamiento no racional, irracional o metarracional. Por el contrario,
autores anteriores que fueron conscientes del condicionamiento social de
las ideas no eran necesariamente relativistas; los «ídolos del
pensamiento» de Francis Bacon, aunque son creencias heredadas por las
circunstancias de los hombres y las comunidades, no por ello son
verdaderas frente a la comunidad que las sufre (todo lo contrario, desde
Bacon la ciencia ha sido entendida como una especie de saber liberado de
esos ídolos).

Incluso, muchos de los principales autores de sociología del conocimiento


en este siglo han temido recibir el calificativo de relativistas. El
condicionamiento social del saber no supone renunciar necesariamente a
la pretensió n de objetividad. Para Mannheim, por ejemplo, la objetividad
consiste en que diversos sujetos situados en la misma circunstancia
adoptará n perspectivas semejantes y en la posibilidad de identificar el
«error»; ademá s, él creía que la inteligencia (los intelectuales) era el
grupo social má s consciente de los condicionamientos sociales de su
pensamiento y, por lo tanto, el má s capaz de superarlos y sintetizar las
diferentes concepciones del mundo7 .

El hecho de que exista una orientació n histó rica de ciertos autores de


sociología del conocimiento hacia el relativismo epistemoló gico y
axioló gico, no significa que haya un nexo teó rico necesario -aparte del
histó rico- entre la visió n del conocimiento como bien social y la negació n
de la noció n de objetividad. Paradó jicamente, obras radicalmente
relativistas de la sociología del conocimiento, como La construcció n social
de la realidad de Peter L. Berger y Thomas Luckmann, son también las
má s dogmá ticamente fundadas en un funcionalismo que confía en
grandes líneas estructurales de la sociedad. El relativismo epistemoló gico
que se ha atribuido a Kuhn se debe a sus reservas hacia el concepto de
«verdad» y a la insuficiencia que postula su teoría para usar criterios
ló gicos para la elecció n entre diferentes paradigmas científicos, esto es, la
«inconmensurabilidad» de éstos. En efecto, los «paradigmas»
(posteriormente «teorías») que describe Kuhn son instrumentos para la
resolució n de enigmas y mientras que hay cierta facilidad para conciliar
los hechos con ellos, hay dificultades para traducirlos entre sí.

la ciencia es determinante el juego de intereses humanos para la


construcció n del conocimiento y que el consenso entre los interesados es
fundamental para la clausura de controversias científicas. Es a partir de
los enfoques de estos soció logos del conocimiento científico que la ciencia
ha llegado a ser definida como un conjunto de prá cticas.

2. Sociología del conocimiento y prácticas jurídicas.

Las prá cticas de los abogados y de los jueces son un á mbito de estudio de
la sociología del conocimiento jurídico, tal como lo son las prá cticas
experimentales en el conocimiento de sociología de las ciencias naturales.
Operando con cierta independencia respecto de la dogmá tica, las
prá cticas jurídicas son una cara poco explorada. Estas prá cticas no
siempre son fenó menos aparte de la ciencia jurídica, ni expresiones
contingentes y residuales sino constitutivas de ésta. Es difícil entender lo
anterior porque el pensamiento jurídico ha luchado tradicionalmente por
delimitar, por un lado, la costumbre y las convenciones (modos
institucionalizados de interacció n humana), del derecho como un
producto conceptual (plasmado en leyes o sentencias antes que en
comportamientos).

Así cualquier autonomía de las prá cticas jurídicas con respecto al


producto conceptual llamado derecho es escasamente aceptada entre los
juristas (quizá con la excepció n de escuelas como los realismos jurídicos
escandinavo y americano que apelan a la prá ctica efectiva del derecho y a
lo que los tribunales identifican como tal). Pero hay que observar que los
entes ideales llamados «normas jurídicas» siempre actú an en la realidad
por intermediació n de prá cticas. La ley física y la tesis judicial que
permite el anatocismo o capitalizació n de intereses en los contratos de
crédito, serían -en una terminología kuhniana- «generalizaciones
simbó licas» de prá cticas reales de físicos y juristas. Así como los físicos
experimentales son científicos de igual importancia que los físicos
teó ricos, con habilidades y metodologías propias, los jueces y abogados y
algunos de sus conocimientos tá citos y realizativos producto de la
prá ctica en los juzgados será n o no científicos en el mismo grado en que
aceptemos que lo son o no otros juristas (legisladores y dogmá ticos del
derecho).

¿Por qué darles este estatus científico a las prácticas jurídicas?


Porque lo que llamamos «científico» se relaciona con la racionalidad de
los saberes, su justificació n racional, y algunas prá cticas jurídicas son
susceptibles de justificació n racional del mismo modo que el
conocimiento teó rico jurídico. Un asunto má s complejo consiste en
distinguir entre prá cticas legítimamente científicas y otras sin ese estatus
racional, pero en todo caso este problema es comú n a todas las ciencias.
Contra lo que pensaría un relativista, existen criterios de demarcació n
entre ciencias y no ciencias, de modo que mientras podría considerarse
una prá ctica científica el diá logo entre paciente y psicoanalista, no así el
há bito tradicional y casi esotérico de usar un divá n para recostar al
primero; de igual manera, mientras son racionales algunos có digos
simbó licos y usos en los tribunales, no todos podrían tener tal cará cter.

Es verdad que má s allá de la razó n instrumental y cientificista que se


enfocaría en evaluar la eficiencia y eficacia de las normas, el problema de
la justificació n racional del derecho se hunde en profundidades
relacionadas con la legitimidad política del legislador, los vínculos entre la
moral y el derecho, entre otros. Las prá cticas jurídicas, sin embargo, no
siempre son el resultado de un proceso legislativo o de un procedimiento
dialó gico; ¿cómo entonces podemos decir que hay prácticas
racionalmente justificadas?, ¿de dónde decir que forman parte
constitutiva de un saber científico? De modo semejante a las prá cticas
experimentales en las ciencias naturales, la tradició n, la experiencia
acumulada y los procedimientos de ensayo y error pueden justificar la
racionalidad de las prá cticas jurídicas y, en ú ltima instancia, de las
normas. Veamos un ejemplo de caso sobre la racionalidad de una prá ctica
jurídica sumamente polémica.
Sabemos que a los tribunales les está prohibido abstenerse de decidir una
controversia, incluso ante ausencia de evidencia, ante ausencia de
elementos de prueba en favor o en contra. Esta norma fue producto de la
aceptació n de la prá ctica judicial de decidir a pesar de la falta de
elementos probatorios y del rechazo a la prá ctica contraria de abstenerse
de juzgar.

Los estudios socioló gicos de la ciencia, sin embargo, nos muestran que en
las ciencias empíricas, como la física, los científicos también suelen estar
obligados a decidir aun bajo ausencia de evidencia y eso no
necesariamente conduce a la conclusió n relativista de que cualquier
decisió n está racionalmente justificada. Partamos de comparar la
estructura de los siguientes dos enunciados caracterizados por ser la
conclusió n de una cadena no deductiva de razonamientos y que, ademá s
de tener cará cter proposicional o descriptivo, expresan una voluntad, es
decir, son también la decisió n de un sujeto o de un conjunto de sujetos. La
construcció n social de la ciencia no socava las verdades científicas. Las
redes intelectuales son parte del mundo físico espaciotemporal; decir que
las redes sociales producen ciencia es só lo decir que el mundo natural
origina el conocimiento del mundo natural13.

3. Lenguaje, realidad y derecho.

Ahora bien, ademá s de las prá cticas, la sociología del conocimiento se


interesa por el mundo de los conceptos y de los entes teó ricos.

Al eludir explicaciones externa listas que apelen a condiciones de


dominació n o juegos de intereses políticos y econó micos, explora el
impacto de las revoluciones semá nticas en la construcció n de visiones
acerca de la realidad.

Las categorías conceptuales inadecuadas tienen efectos negativos en la


sociedad y viceversa. A veces, las estructuras taxonó micas se hacen
obsoletas. Por ejemplo, a finales del siglo XX el estado nació n se está
transformando y las viejas categorías políticas dejan de explicar
adecuadamente la realidad, o ya no lo hacen de forma completa.

Soberanía, representació n política, divisió n de poderes, el concepto de


ley, el de Constitució n, la igualdad, la libertad, el mismo Estado social de
derecho, son fó rmulas que, tal como se explican en la mayor parte de los
manuales de derecho constitucional al uso, poco o nada enseñ an de lo que
sucede en la prá ctica, y lo que es peor, las perspectivas inmediatas
(fundadas sobre todo en el pobre desempeñ o de nuestra enseñ anza
universitaria cuidadosamente fomentado desde el poder pú blico) no
ofrecen posibilidades de mejora... Parafraseando a Ortega se podría decir
que estamos en crisis porque no sabemos explicar lo que nos pasa, pero lo
que nos pasa es precisamente eso: que no sabemos explicá rnoslo

Conclusión

Damos por entendido que esta rama de la sociología es emergente de la


sociología que da indicios de que nuestro conocimiento es producto del
fenó meno social, siendo la ciencia social dirigida al conocimiento
individual, social y que tiene su atenció n al hecho humano de vivir en
sociedad; su objeto central de estudio son las mutuas relaciones humanas.
La cual esta estrechamente relacionada con el conocimiento de ella
misma el cual significa es un fenó meno vital para el hombre en virtud del
cual logra aprehender lo que las cosas son; mediante el establece las bases
para entenderse a sí mismo y relacionarse con el mundo, con ese universo
material y espiritual que le rodea, es decir, con realidad. De esta misma
manera dando a conocer sus principios el cual Son Conocer y comprender
la realidad como praxis y Principios ideoló gicos que tienen como finalidad
la transformació n de la estructura de las relaciones sociales para dar
soluciones a estas.

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