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[ ARTICULO DE OPINION ]

Minutos antes de comenzar a atender por primera vez a una niña a través de una
plataforma virtual noté que me sentía tensa y exigida. ¿Cómo continuar a través de
este dispositivo el trabajo que venimos sosteniendo en las sesiones? Luego entendí
que estaba pretendiendo continuar el mismo trabajo cuando se trataba de algo nuevo
ya que la realidad que estamos viviendo así lo es.
En la escuela pasó algo parecido, se intentó trasladar la tarea educativa a la
modalidad virtual como si el contexto no hubiera cambiado.
En este momento de cuarentena el primer impulso consistió en continuar lo mismo
pero a través de otro medio, luego nos encontramos con obstáculos que no provienen
del recurso virtual sino de la realidad brutal que nos atraviesa.

Hay niñas y niños que se enfrentan a mayores dificultades para sostener la


educación en estas condiciones. Me refiero a los chicos y las chicas que presentan
dificultades en el aprendizaje o en el trabajo aúlico por diferentes razones y a
quienes se encuentran en situaciones de desigualdad económica y educativa.
En muchos casos los niños y niñas que se encuentran con proyecto de inclusión
escolar quedan a la deriva solo sostenidos por los equipos de apoyo a la
integración. El sistema educativo se encuentra con dificultades para alojarlos en
las propuestas actuales. Necesitamos repensar cómo hacer lugar a la educación
inclusiva en tiempos de cuarentena.
Son muchas las preguntas que interpelan a cada miembro del sistema educativo.
Demos lugar a los conocimientos de la mano de las maestras y los maestros. Sus
palabras permitirán cargar de afecto y sentido a los aprendizajes.
Demos lugar a la palabra de las y los docentes, ¿Cómo están atravesando este
proceso acelerado de su trabajo? ¿Qué propondrían?
Hoy la realidad nos desafía a todas y a todos.
Desde el lugar de cada uno y cada una podemos propiciar encuentros.
Psicopedagogas, madres, padres, profesionales de la salud, equipos vinculados a la
educación y a la inclusión escolar, maestras, maestros, directivos, podemos generar
encuentros. Los chicos pueden escribir un mail a su maestra, a su maestro
preguntándole cómo está, pueden escribir cartas, mandar dibujos, le pueden contar
como están, qué hacen en sus casas. Tenemos la posibilidad de buscar encuentros
entre el grupo y proponer la realización de producciones conjuntas. Podemos generar
charlas por teléfono, videollamadas y plataformas. Los padres y las madres pueden
llevar cartas para que se adjunten a los cuadernillos que se reparten en las
escuelas, cartas que se escriban entre compañeras y compañeros. Podemos tratar de
evitar que el aislamiento social, preventivo y obligatorio se convierta en un
aislamiento afectivo.

No permitamos que la cuarentena nos quite estar juntos y juntas.


Y cuando todo esto termine tendremos la posibilidad de valorar cuáles fueron los
aprendizajes más significativos que construimos.

SHEYLA ARANDA FERNANDEZ


5°"A"

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