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Medieval
Hasta el siglo XIII no existe
prosa literaria en castellano. El
romance había sido
considerado una lengua
apropiada para la
comunicación oral y el verso,
pero no para la composición de
obras científicas, filosóficas y
literarias, que se escribían en
latín o árabe. Con la decisión
de Alfonso X de convertir el
castellano en la lengua oficial
de la cancillería y de traducir
textos latinos y árabes al castellano comienza un proceso de
dignificación de la prosa romance. Este proceso culminará con la
creación en el siglo XIV de la prosa de ficción, cuyo máximo
exponente es don Juan Manuel.
Alfonso X el Sabio
La gran aportación de la obra alfonsí fue hacer del castellano una
lengua de cultura, capaz de transmitir información sobre materias que
hasta entonces habían quedado reservadas al latín o al árabe.
OBRA DE ALFONSO X
Según los temas que tratan las obras, la producción alfonsí se puede
dividir en varios apartados:
Obras históricas: son las más importantes desde un punto de
vista literario. La Crónica General o Estoria de España,
pretendía ofrecer la historia de la península Ibérica y la Grande
e General Estoria fue concebida como una historia universal,
desde los orígenes del mundo hasta los tiempos de Alfonso X.
Ambas quedaron incompletas.
Obras jurídicas: Alfonso X trató de dotar a sus reinos de un
código legal común, del que carecían. Las Siete Partidas es la
recopilación de leyes más importante de la Castilla medieval.
Obras de entretenimiento: su objetivo era proporcionar normas
para el ocio. El Libro de ajedrez, dados y tablas es el título más
importante.
Obras científicas: son básicamente traducciones de tratados
astronómicos y astrológicos árabes. Destacan Los libros del
saber de astronomía, el Lapidario y las Tablas alfonsíes.
Algunos de éstos gozaron de una gran difusión en Europa.
Los orígenes de la prosa de ficción
A diferencia de lo ocurrido en los siglos anteriores, a partir del siglo
XIV proliferan las obras en prosa, y entre ellas sobresale el cuento.
EL CUENTO MEDIEVAL
Ya desde el siglo XIII se traducen varias colecciones de cuentos de
procedencia oriental (ver t54). Estos cuentos o fábulas tenían un
propósito didáctico: servían para ilustrar o ejemplificar un
comportamiento, una regla, etcétera. Por esto reciben el nombre de
«ejemplos» o, en castellano medieval, «exemplos».
Don Juan Manuel
La novedad más evidente de la obra de don Juan Manuel respecto a
Alfonso X es que en sus libros introduce la ficción, esto es, que los
hechos que cuenta no son históricos, sino puramente literarios.
Don Juan Manuel es el primer escritor que muestra una
clarísima conciencia de autor. Se preocupó de que sus obras fueran
correctamente transmitidas, a la vez que demuestra su
conocimiento de los recursos estilísticos y del lenguaje.
Además, don Juan Manuel no duda en entremeterse en las páginas de
sus obras, así como en la cita de las obras o los autores de los que ha
tomado sus relatos.
El conde Lucanor
Con sus obras, don Juan Manuel pretende instruir a un público amplio
y para ello se sirve de elementos amenos, como la narración de
hechos ficticios.
El conde Lucanor está dividido en cinco libros, que se pueden agrupar
en tres partes:
Una colección de cincuenta y un ejemplos, que es la parte más
extensa y central del libro. Un conde, Lucanor, expone a su
tutor, Petronio, diversas dudas relacionadas con problemas de
tipo práctico. Petronio responde contándole un ejemplo o
cuento con alguna enseñanza.
Un conjunto de cien proverbios, que tienen un contenido moral y
filosófico.
Un tratado sobre la salvación del alma.
Los dos personajes principales, el conde Lucanor y su consejero,
aparecen en las tres partes, dotándolas de unidad.
El tema constante de la obra es cómo salvar el alma dentro del
estamento al que pertenece cada uno.
Todos los ejemplos tienen una estructura fija:
Diálogo inicial en el que Lucanor expone a Petronio su
problema, y que sirve como marco para el ejemplo.
Ejemplo o relato de Petronio como respuesta a las dudas de
Lucanor.
Aplicación que hace Petronio de la enseñanza general que se
desprende del relato al problema concreto planteado por el
conde.
Intervención de don Juan Manuel, que incluye una moraleja.
El estilo de cada una de las tres partes es diferente: en los ejemplos
es claro y sencillo, mientras que en los proverbios es conciso y a
veces oscuro. En la tercera parte vuelve a ser claro, pero el contenido
doctrinal dificulta su comprensión.
1. Un joven señor feudal, el conde Lucanor, consulta a su ayo ante los muy diversos
problemas que se le plantean en el gobierno de sus estados.
3. Se dice que el conde la aplica y que le va bien. Don Juan Manuel resume la moraleja en
un pareado que remata el enxiemplo.
Temas
Los temas de los diferentes temas que aparecen a lo largo de toda la obra so muy variados y
todos los estados y estratos sociales - ricos y pobres, nobles y plebeyos, mercaderes, frailes,
burgueses y prelados - están presentes en ella. Con ello don Juan Manuel nos muestra la
realidad española de la época en toda su riqueza y complejidad .
Lengua y Estilo
El empleo de una lengua tan selecta es el resultado de la búsqueda constante de un estilo
personal por parte de don Juan Manuel. La selección del vocabulario, la claridad de la
expresión y la concisión nos revelan el gran afán didáctico del autor. A parte de esto se
distingue la presencia de un léxico abundante y selecto, la adjetivación precisa y las frases
cargadas de intención.
La mayor parte de los ejemplos procede en primer lugar de cuentos y fábulas orientales.
Además, también provienen de fuentes clásicas, de la tradición española - el cuento de la
lechera - y de la eclesiástica - la Biblia.
Propósito de la obra
El propósito de la obra es expresado claramente en el primer prólogo de la obra: se pretende
el provecho para aumentar la fama, la honra y la hacienda - preocupaciones típicas del
noble castellano - y además conseguir la salvación del alma. De este hecho se puede deducir
el gran afán didáctico y moralizador de todas las obras de don Juan Manuel. La enseñanza
moral, religiosa y filosófica que pretende el autor y su intento de defender su clase social y la
honra se puede entrever también en el apólogo de origen oriental.
X: Restos de altramuces
Tipo test: en las siguientes cuestiones, rodea con un círculo la opción correcta.
a) si aquel lino nacía, los hombres podrían envenenar a los pájaros con él.
3. En “El oro del pícaro”, el pícaro, para hacerse rico, se hace pasar por…
a) alquimista.
b) vasallo.
c) rey.
d) boticario.
4. En “El traje invisible”, los pícaros tratan de convencer al rey de tejer una tela con
una característica que consiste en…
a) que solo puede verla quien es en verdad hijo de aquel a quien cree su padre.
b) que solo pueden verla aquellos cuyos bienes formen una riqueza.
5. En “Las dos vidas del zorro”, un zorro se hace el muerto en medio de la calle para
salvar su vida tras atacar gallinas de un corral. Sin embargo, sale mal parado porque...
b) las gentes, que creen que está muerto, lo trasquilan y le sacan las uñas y los
colmillos.
d) es apaleado por el dueño del corral al darse cuenta de que está vivo y se ha comido
sus gallinas.
b) un racimo de uvas.
c) unos altramuces.
d) un puñado de ciruelas.
II. Respuestas desarrolladas. Ahora contesta a las cuestiones propuestas para cada uno
de los ejemplos seleccionados. Ejemplo V (“El canto del cuervo”) 1. ¿Qué problema le
plantea Lucanor a Patronio en este relato? 2. ¿Qué estrategia usó el zorro para conseguir
el queso que el cuervo llevaba en el pico? ¿Con qué animales compara el zorro al
cuervo y en qué aspectos? 3. A juzgar por el comportamiento de los personajes, ¿cuál es
el principal defecto del cuervo? ¿y cuál la principal virtud del zorro? Ejemplo VII (“La
golondrina y el lino”) 1. Cómo es recibido el consejo de la golondrina por el resto de las
aves. ¿Te parece sensata la actitud de las aves? Argumenta tu respuesta. 2. Explica en
qué consiste el pacto entre la golondrina y los hombres. ¿Te parece egoísta el
comportamiento de la golondrina? Razona tu respuesta. Ejemplo VII (“Doña Truhana
sueña despierta”) 1. ¿En qué iba pensando la protagonista cuando se dirigía al mercado?
2. Reescribe el argumento del cuento partiendo de una situación actual, por ejemplo, un
deportista, un político, un empresario. Ejemplo X (“Restos de altramuces”) 1. Expresa
con tus propias palabras la enseñanza que se puede extraer de este cuento. ¿Crees que
esta enseñanza es útil actualmente? Justifica tu respuesta. 2. Patronio hace ver a don
Juan Manuel que, aunque alguna vez le falte el dinero, debe agradecerle a Dios el tener
otros bienes. ¿De cuáles se trata? 3. Copia todas las expresiones que aparezcan en el
relato que muestren la importancia de la religión en la sociedad medieval. Ejemplo XX
(“El oro del pícaro”) 1. ¿Qué lección final le da el pícaro al rey a través del mensaje
encerrado en el arca? ¿Cómo aplica Patronio esa lección al caso concreto que le ha
planteado el conde Lucanor? Ejemplo XXX (“La nieve de los almendros”) 1. ¿Qué hace
el rey para llenar de nieve la sierra de Córdoba? ¿Y qué para que su esposa Rumaiquiya
pise el lodo digno de una reina? 2. ¿Qué le contesta el monarca a su esposa cuando se
cansa de sus caprichos? Por consiguiente, ¿qué nos enseña el relato? Ejemplo XXXII
(“El traje invisible”) 1. Explica los elementos de la narración en este relato: acción,
personajes, espacio, tiempo, tipo de narrador. IES HIPATIA /Dpto. LCL / 3º ESO
Actividades sobre los ejemplos de El Conde Lucanor 3 2. Los tejedores del cuento, unos
auténticos timadores, se aprovechan de las debilidades de los demás. ¿Qué teme perder
el rey? ¿Y el alguacil y los demás súbditos del rey? ¿Quién hace público el engaño y por
qué se atreve a decir la verdad? III. Cuestiones de relacionar. 1. Relaciona las siguientes
situaciones y personajes con el lugar donde sucede la acción e indica en la última
columna a qué cuento pertenecen. Cuento (exemplo) 1. Un rey es timado por unos
estafadores… a. …en su propio palacio. 2. Un mendigo que come altramuces se
sorprende de que otro se alimente de las cáscaras que él va tirando… b. … al camino. 3.
Las flores de los almendros parecen cubrir de nieve… c. … las sierras de Córdoba. 2.
Relaciona las características negativas enumeradas con los cuentos en cuyos personajes
se aprecian. Codiciosa El traje invisible (XXXII) Caprichosa La nieve de los almendros
(XXX) Farsantes El canto del cuervo (V) Acosadores Las dos vidas del zorro (XXIX)
Hipócritas, aduladores Doña Truhana sueña despierta (VIIC
Juan Manuel
Juan Manuel
Juan Manuel
Lo que sucedió a un hombre que por pobreza y falta de otra cosa comía altramuces
Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, de este modo:
-Patronio, bien sé que Dios me ha dado mucho más de lo que me merezco y que en
todas las demás cosas sólo tengo motivos para estar muy satisfecho, pero a veces me
encuentro tan necesitado de dinero que no me importaría dejar esta vida. Os pido que
me deis algún consejo para remediar esta aflicción mía.
-Señor conde Lucanor -dijo Patronio-, para que vos os consoléis cuando os pase esto os
convendría saber lo que pasó a dos hombres que fueron muy ricos.
El conde le rogó que lo contara.
-Señor conde -comenzó Patronio-, uno de estos hombres llegó a tal extremo de pobreza
que no le quedaba en el mundo nada que comer. Habiéndose esforzado por encontrar
algo, no pudo más que encontrar una escudilla de altramuces. Al recordar cuán rico
había sido y pensar que ahora estaba hambriento y no tenía más que los altramuces, que
son tan amargos y saben tan mal, empezó a llorar, aunque sin dejar de comer los
altramuces, por la mucha hambre, y de echar las cáscaras hacia atrás. En medio de esta
congoja y este pesar, notó que detrás de él había otra persona y , volviendo la cabeza,
vio que un hombre comía las cáscaras de altramuces que él tiraba al suelo. Este era el
otro de quien os dije también había sido rico.
Cuando aquello vio el de los altramuces, preguntó al otro por qué comía las cáscaras.
Respondiole que, aunque había sido más rico que él, había ahora llegado a tal extremo
de pobreza y tenía tanta hambre que se alegraba mucho de encontrar aquellas cáscaras
que él arrojaba. Cuando esto oyó el de los altramuces se consoló, viendo que había otro
más pobre que él y que tenía menos motivo para serlo. Con este consuelo se esforzó por
salir de pobreza, lo consiguió con ayuda de Dios y volvió otra vez a ser rico.
Vos, señor conde Lucanor, debéis saber que, por permisión de Dios, nadie en el mundo
lo logra todo. Pero, pues en todas las demás cosas os hace Dios señalada merced y salís
con lo que vos queréis, si alguna vez os falta dinero y pasáis estrecheces, no os
entristezcáis, sino tened por cierto que otros más ricos y de más elevada condición las
estarán pasando y que se tendrían por felices si pudieran dar a sus gentes aunque fuera
menos de lo que vos les dais a los vuestros.
Al conde agradó mucho lo que dijo Patronio, se consoló y, esforzándose, logró salir,
con ayuda de Dios, de la penuria en que se encontraba. Viendo don Juan que este cuento
era bueno, lo hizo poner en este libro y escribió unos versos que dicen:
Por pobreza nunca desmayéis,
pues otros más pobres que vos veréis.
Juan Manuel
Lo que sucedió a un rey con un hombre que le dijo que sabía hacer oro
Juan Manuel
Hablando otro día el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo así:
-Patronio, un pariente mío vive en un lugar donde le hacen frecuentes atropellos, que no
puede impedir por falta de poder, y los nobles de allí querrían que hiciese alguna cosa
que les sirviera de pretexto para juntarse contra él. A mi pariente le resulta muy penoso
sufrir cuantas afrentas le hacen y está dispuesto a arriesgarlo todo antes que seguir
viviendo de ese modo. Como yo quisiera que él hiciera lo más conveniente, os ruego
que me digáis qué debo aconsejarle para que viva como mejor pueda en aquellas tierras.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, para que le podáis aconsejar lo que debe hacer,
me gustaría que supierais lo sucedido a una zorra que se hizo la muerta.
El conde le preguntó cómo había pasado eso.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, una zorra entró una noche en un corral donde
había gallinas y tanto se entretuvo en comerlas que, cuando pensó marcharse, ya era de
día y las gentes estaban en las calles. Cuando comprobó que no se podía esconder, salió
sin hacer ruido a la calle y se echó en el suelo como si estuviese muerta. Al verla, la
gente pensó que lo estaba y nadie le hizo caso.
»Al cabo de un rato pasó por allí un hombre que dijo que los cabellos de la frente de la
zorra eran buenos para evitar el mal de ojo a los niños, y, así, le trasquiló con unas
tijeras los pelos de la frente.
»Después se acercó otro, que dijo lo mismo sobre los pelos del lomo; después otro, que
le cortó los de la ijada; y tantos le cortaron el pelo que la dejaron repelada. A pesar de
todo, la zorra no se movió, porque pensaba que perder el pelo no era un daño muy
grave.
»Después se acercó otro hombre, que dijo que la uña del pulgar de la zorra era muy
buena para los tumores; y se la quitó. La zorra seguía sin moverse.
»Después llegó otro que dijo que los dientes de zorra eran buenos para el dolor de
muelas. Le quitó uno, y la zorra tampoco se movió esta vez.
»Por último, pasado un rato, llegó uno que dijo que el corazón de la zorra era bueno
para el dolor del corazón, y echó mano al cuchillo para sacárselo. Viendo la zorra que le
querían quitar el corazón, y que si se lo quitaban no era algo de lo que pudiera
prescindir, y que por ello moriría, pensó que era mejor arriesgarlo todo antes que perder
ciertamente su vida. Y así se esforzó por escapar y salvó la vida.
»Y vos, señor conde, aconsejad a vuestro pariente que dé a entender que no le
preocupan esas ofensas y que las tolere, si Dios lo puso en una tierra donde no puede
evitarlas ni tampoco vengarlas como corresponde, mientras esas ofensas y agravios los
pueda soportar sin gran daño para él y sin pérdida de la honra; pues cuando uno no se
tiene por ofendido, aunque le afrenten, no sentirá humillación. Pero, en cuanto los
demás sepan que se siente humillado, si desde ese momento no hace cuanto debe para
recuperar su honor, será cada vez más afrentado y ofendido. Y por ello es mejor
soportar las ofensas leves, pues no pueden ser evitadas; pero si los ofensores cometieren
agravios o faltas a la honra, será preciso arriesgarlo todo y no soportar tales afrentas,
porque es mejor morir en defensa de la honra o de los derechos de su estado, antes que
vivir aguantando indignidades y humillaciones.
El conde pensó que este era un buen consejo.
Y don Juan lo mandó poner en este libro e hizo estos versos que dicen así:
Soporta las cosas mientras pudieras,
y véngate sólo cuando debieras.
FIN
Juan Manuel
Juan Manuel