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LA PROSA EN LA EDAD MEDIA

Las primeras manifestaciones de la prosa castellana Tuvieron lugar durante el siglo XIII:
Alfonso X el Sabio fue su impulsor, al poner todo su empeño en elevar el castellano al
rango de lengua oficial y de cultura, de modo que fuera empleado en documentos
oficiales (que hasta entonces se redactaban en latín y obras de carácter científica.

Alfonso X el Sabio reinó en Castilla entre 1252 y 128 Su gran tarea fue reunir clasificar y traducir
toda la ciencia conocida de su tiempo con un criterio de tolerancia y universalidad Asumió la
dirección de la Escuela de Traductores de Toledo con un equipo de expertos de las tres culturas,
que traducía textos históricos, científicos y legales. Su papel era supervisar, poner en "buen
castellano", aquello que se traducía y componía.

Escribió dos obras históricas de particular importancia la Estonia de España y la General Estoria,
que pretendía ser una historia universal. También escribió obras de carácter científico, como los
Libros del saber de astronomía y el Lapidario. En entretenimiento se encuentran obras como el
Libra de los juegos, también conocido como Libro de ajedrez, dados y tablas.

El CUENTO
Durante el reinado de Alfonso X aparecen, con intención didáctica, colecciones de cuentos como el
Libro de Calila e Dimna y el Sendebar.

El primero es una colección de apólogos que enseña una moral basada en la prudencia y la
astucia. Por su parte, los veintiséis relatos de los que consta el Sendebar buscan demostrar las
malas artes de las mujeres. Es tas colecciones de cuentos, apólogos y enxiemplos continúan
durante casi todo el siglo XIV.

Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, escribe El conde Lucanor, un con junto de cincuenta
enxiemplos enlazados entre si con el mismo artificio el joven conde Lucanor consulta a su ayo
Patronio sobre diversos temas Patronio, en vez de darle una respuesta directa, le narra un cuento
apropiado para el caso que acaba en pareado y encierra una moraleja

La mayoría de estos relatos eran cuentos populares que todo el mundo conocía, pero don Juan
Manuel los elaboró personalmente, creando el ambiente, dando carácter a los personajes y
organizando la estructura.

Hice este libro compuesto de las más apuestas palabras que yo pude, y entre las palabras
entremeti algunos enxiemplos de los que se podrían aprovechar los que oyeren. Y esto hice según
la manera que hacen los físicos, que cuando quieren hacer alguna medicina que aproveché al
hígado, por razón que naturalmente el hígado se paga de las cosas dulces, mezclan con aquella
medicina que quieren medicinar el hígado, azúcar o miel o alguna cosa dulce
Los libros de caballerías

En el siglo XIV apareció un tipo de relatos que prescindió de la finalidad moralizante para centrarse
en la creación de un universo ficticio: el libro de caballerías

Este género, que tanto desarrollo tuvo posteriormente en España, exaltó los ideales caballerescos
en un momento en que la nobleza abandonó sus antiguas costumbres guerreras y se hizo más
refinada y cortesana. Surgió así el héroe galante, cuyo único móvil fue la defensa de la justicia y el
ser vicio a su dama. La combinación de aventuras fantásticas y lirismo dio a estas obras una
extraordinaria popularidad

La primera novela de caballerías española fue el Libro del caballero Zifar, de principios del siglo
XIV. Pero la más importante, considerada el punto de partida del género, es Amadís de Gaula. La
edición más antigua de la que se tiene noticia fue preparada por Garci Rodríguez de Montalvo en
1508.

Dice el cuento que este caballero Zifar fue buen caballero de armas y de muy sano consejo a quien
se lo demandaba [...]. Y siempre decía verdad y no mentira cuando alguna demanda le hacían, y
esto hacía con buen seso natural que Dios pusiera en él. Y porque todas estas condiciones que en
él había, amábale el rey de aquella tierra, cuyo vasallo era y de quien tenía gran soldada y
bienfecho de cada día. Mas tan gran desventura era la suya que nunca le duraba caballo ni otra
bestia ninguna de diez días arriba, que no se le muriese, y aunque la dejase o la diese antes de los
diez días. Y por esta razón y esta desventura era él siempre su buena dueña y sus hijos en gran
pobreza.

La novela sentimental

En la narrativa castellana del siglo XV hubo una serie de relatos, como Siervo libre de amor, de
Rodríguez del Padrón, y Cárcel de amor de Diego de San Pedro, que presentaron una exaltación
sentimental Estas novelas, por medio de una serie de aventuras, describieron las emociones y
sentimientos de una pareja de enamorados

Alguna parte del corazón quisiera tener libre de sentimiento, por dolerme de ti según yo debiera y
tu merecías. Pero ya ves tú en mi tribulación que no tengo poder para seguir otro mal sino el mío.

ACTIVIDADES
1. Menciona los factores que condicionaron la literatura medieval.

2. Explica el hecho de que los cuentos de don Juan Manuel sean de origen popular.

3. En grupo, preparen una exposición sobre la presencia judía, árabe y cristiana en la literatura
medieval española.
1.

*Carácter anónimo: El autor no firma su obra porque sabe que esta pertenece a una colectividad.
No había conciencia de propiedad.

*Oralidad: Eran difundidas oralmente por los juglares, ya que la gente no sabía leer. . Una
literatura de carácter popular, de la que son buena muestra las jarchas, los cantares de gesta
(siglos XII y XIII) o los romances (siglo XV). Una literatura de carácter culto, escrita con frecuencia
con ánimo de enseñar, como las obras del llamado mester de clerecia (siglos XIII-XIV). los cuentos
del infante don Juan Manuel (siglo XIV) o la producción de los poetas mayores del siglo XV: Jorge
Manrique, Juan de Mena y el marqués de Santillana.

2.

El propósito de la obra es expresado claramente en el primer prólogo de la obra: se pretende el


provecho para aumentar la fama, la honra y la hacienda - preocupaciones típicas del noble
castellano - y además conseguir la salvación del alma.

3.

Aunque los contactos entre judíos y árabes se iniciaron ya en la época preislámica, y las relaciones
culturales entre ambos pueblos datan de esas tempranas fechas, no fue hasta la Edad Media
cuando tuvo lugar el encuentro entre judíos y árabes musulmanes que estaba destinado a
producir resultados interesantes, fructíferos y duraderos. En España, donde llevaban muchos años
de residencia, la suerte de los judíos no había sido precisamente fácil; los reyes visigodos cristianos
fueron duros y crueles con ellos. Cuando llegaron los musulmanes a la Península Ibérica a
principios del siglo VIII, no sólo supusieron para los judíos un respiro de sus opresores sino que,
según Isidore Epstein, "también estimularon en ellos la creación de una cultura que es equiparable
en riqueza y profundidad, a lo mejor que cualquier pueblo haya podido producir en cualquier
época".

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