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POR: CAMPÉONA
Fue así que Marco entre dolor y dolor se puso de pie y comenzó
a seguir una luz, que parecía tener una silueta de una niña. Esa
silueta lo guiaba para poder salir de los arbustos y trozos que se
encontraban a su alrededor. Fue así como caminó junto a la
silueta. Se encontraba muy confundido, porque la silueta tenía
el tamaño y una voz muy parecida a la de su hija. Siguieron
caminando y pasaron por un camino rodeado de gran naturaleza
donde se encontraban los espíritus, pues estaban muy cerca al
pueblo. En eso sintió presencias que miraban y seguían a Marco.
Él se asustaba, y le preguntó a
la silueta ¿dónde estamos? La silueta solo susurró algo inentendible.
-Camina un poco más y llegarás a la entrada del arcano pueblo.
Entre una confusión y pestañeos la silueta desapareció. Marco un
poco asustado siguió caminando y encontró la entrada al pueblo y
miro en dirección al sol y pudo presenciar un hermoso atardecer.
Fue allí que Marco se preguntó ¿fue acaso mi hija quien me guio?
Al llegar a la entrada varias personas amables le preguntaron si se
encontraba bien, pues Marco llevaba heridas leves que mientras
caminaba no habría sentido ningún dolor. Una vez más pudo
presenciar un atardecer, esta vez sin la presencia de su esposa ni
de su hija.