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Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu (pronunciación en

francés: /mɔ̃tɛskjø/; Castillo de la Brède, 18 de enero de 1689-París, 10 de febrero de 1755) fue


un filósofo y jurista francés cuya obra se desarrolla en el contexto del movimiento intelectual y
cultural conocido como la Ilustración.

Su pensamiento debe ser enmarcado dentro del espíritu crítico de la Ilustración francesa,
patente en rasgos como la tolerancia religiosa, la aspiración de libertad y su concepto de la
felicidad en el sentido cívico, si bien se desmarcará de otros autores de la época por su
búsqueda de un conocimiento más concreto y empírico en oposición a la abstracción y método
deductivo dominantes. Podemos decir que como difusor de la Constitución inglesa y teórico de
la separación de poderes se encuentra muy cercano al pensamiento de Locke, en tanto que
como autor de las Cartas persas podría situarse próximo a Saint-Simon. Sin embargo, el
pensamiento del señor de La Brède es complejo y tiene esa personalidad propia que le
convierte en uno de los pensadores más influyentes en el seno de la historia de las doctrinas
políticas.

Nació el 18 de enero de 1689 en el castillo de la Brede, a pocos kilómetros de Burdeos, Francia.


Hijo de Jacques de Secondat y Marie-Francoise de Pesnel, su familia pertenecía a la llamada
nobleza de toga. Su madre, murió cuando Charles de Secondat tenía siete años de edad, era la
heredera de una importante fortuna que aportó el baronazgo de La Brède a la familia
Secondat. En ese mismo año, el parlamento inglés, a través de Bill of Rights impone
definitivamente una monarquía constitucional en Inglaterra, mientras que en Francia el largo
reinado de Luis XIV parece asegurar el poder absoluto del rey, pese a la crisis y el descontento
que se manifiesta a su muerte en 1715 a los 76 años.

CARTAS PERSAS

Durante el siglo XVII la curiosidad de los franceses se extendió a las culturas de Levante.
Turquía y Persia, entre otras naciones, fueron recorridas por viajeros galos. En reciprocidad,
Siam y Persia instalaron embajadas en París. Además de la crónica de viaje, hacia finales del
siglo XVII y principios del XVIII surgió en Francia un profundo interés por el conocimiento de la
religión y la historia musulmanas. Aprovechando el gusto por esta moda, Montesquieu
(Charles-Louis de Sécondat, 1689-1755) publicó en forma anónima las Cartas persas
(1721).Novela que entreteje diversos géneros -crónica política, diario de viajes y ensayos
morales, así como los recursos del monólogo, la disertación y el cuento- las Cartas persas
poseen además la complejidad de un sinnúmero de personajes y asuntos, entre los que
sobresale la vertiente anecdótica del harén. Desde París, entre 1711 y 1720, Usbek y Rica
intercambian correspondencia con diversos amigos para contarles sus impresiones de Europa;
a su vez, reciben noticias de Persia, en particular del serrallo de Usbek, ubicado en Ispahan,
donde reina el desorden. Sin embargo, el interés primordial de Monterquieu no era el Oriente;
pudo haber escrito unas cartas chinas, rusas o mexicanas. Su propósito fue elaborar la crónica
de un periodo de transición entre dos épocas, dos sistemas de valores y dos estilos de vida. Por
una parte, la sombra declinante de Luis XIV; por la otra, una sociedad liberada de sus
obligaciones con la realeza. Lo paradójico fue que esta obra propiciara el ingreso del autor de
El espíritu de las leyes (1748) a los círculos más prestigiosos de París, no obstante sus críticas a
las instituciones y costumbres francesas.

ESPIRITU DE LAS LEYES

El espíritu de las leyes (en francés: De l'esprit des lois, originalmente De l'esprit des loix)n 1 es
un tratado de teoría política y derecho comparado publicado en 1748 por el filósofo y
ensayista ilustrado Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu. En él recrea el modelo
político inglés —tomado, a su vez, de los germanos— el sistema de separación de poderes y
monarquía constitucional, que considera el mejor en su especie como garantía contra el
despotismo.

Según el autor francés, los poderes ejecutivo, legislativo y judicial no deben concentrarse en
las mismas manos. Se trata de una teoría de contrapesos, donde cada poder contrarresta y
equilibra a los otros. Hay quien quiere ver en esta teoría una relación entre ideas políticas e
ideas sociales: su imagen de la sociedad sería la de tres fuerzas sociales –rey, pueblo y
aristocracia–, a la que les corresponden tres fuerzas políticas. El modelo es tomado del sistema
político de Reino Unido, donde hay monarquía (el Rey es la cabeza del Poder ejecutivo), hay
aristocracia (en la Cámara de los Lores, que es legislativa) y hay representación popular (en la
Cámara de los Comunes, que también es legislativa). Si bien es un paradigma de
representación, no lo es de separación de poderes ya que, en ocasiones, la Cámara de los
Lores funciona como Tribunal Supremo.

Según él, en la monarquía, los poderes intermedios —nobleza, clero, parlamentos— actúan
como equilibradores natos que impiden excesos del poder del monarca como también del
poder del pueblo. A su vez, esos poderes intermedios se equilibran entre sí. Es notable el
modo en que la idea de combinación equilibrada se relaciona con la imagen del universo de
Newton, donde los elementos se atraen sin perder su identidad.

El libro sufrió la condena formal de la Santa Sede, materializada el 29 de noviembre de 1751 en


un decreto de la Congregación del Índice mediante el que quedaba anotado en el Index
librorum prohibitorum.1

Teoría política[editar]
La teoría política de Montesquieu no se limita a la separación de poderes, sino que su
pensamiento político es más amplio y profundo. Cada tipo de gobierno surge a causa de la
naturaleza propia de su organización social, y se fortalece en virtud del cumplimiento de sus
respectivos Principios de gobierno.
Los hombres tienen a su disposición las herramientas políticas necesarias (creación de leyes
positivas) para poder generar mayor prosperidad individual y social con sólo considerar los
aspectos particulares y universales de cada organización social.
Montesquieu inició su loable trabajo desarrollando su teoría política. Tomó la concepción
clásica de tipos de gobierno (aristocracia, democracia y monarquía). Separó y clasificó los
gobiernos en tres clases: los republicanos (aristocracia y democracia), los monárquicos y los
despóticos.
El criterio de clasificación de los tipos de gobierno se basó inicialmente en dos aspectos que
definían la naturaleza de cada gobierno:

 ¿Quién detenta el poder?


 ¿Cómo lo hace?
En el gobierno republicano el pueblo o una parte conserva el poder soberano (ya sea
democracia o aristocracia, respectivamente) y éste es responsable de hacer las leyes.
En el gobierno monárquico es el rey quien posee el poder y lo hace bajo una estructura de
leyes fijas y establecidas.
En el gobierno despótico existe una persona que detenta el poder y lo ejerce sin leyes fijas
imponiendo sus caprichos personales.
A esta altura, Montesquieu incorpora un criterio adicional para poder seguir con el esquema
de tipos. Es lo que se llama los principios de gobierno.
Mientras que la naturaleza es la estructura particular de cada gobierno es lo que le hace ser
tal. Es decir, los principios son las pasiones humanas que impulsan dichos gobiernos.
Montesquieu definió a la virtud política como el principio íntimo de la república,
el honor como principio esencial para la monarquía y el temor como principio vital para el
despotismo. Por lo tanto, cada tipo de gobierno necesita actuar acorde a sus principios para
poder conservar su autoridad.

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