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595345
Artículo de investigación2015
CDPXXX10.1177/0963721415595345Golinkoff et al.El contexto social del habla dirigida a bebés

Direcciones actuales en la ciencia

(Bebé) Háblame: el contexto social del habla

psicológica
2015, vol. 24(5) 339–344 © The Author(s)
2015 Reimpresiones y permisos:
dirigida por bebés y sus efectos en la sagepub.com/journalsPermissions.nav
DOI: 10.1177/0963721415595345

adquisición temprana del lenguaje cdps.sagepub.com

Roberta Micnick Golinkoff1, Dilara Deniz Can2,

Melanie Söderstrom3y Kathy Hirsh-Pasek4
1Escuela de Educación, Universidad de Delaware;2Instituto para el Aprendizaje y las Ciencias del Cerebro, Universidad de
Washington;3Departamento de Psicología, Universidad de Manitoba; y4Departamento de Psicología, Universidad de Temple

Resumen
Desde mediados del siglo XX, los científicos han observado características únicas en el habla, la expresión facial y el contenido dirigido
a bebés y niños pequeños en comparación con el habla dirigida a adultos. Mientras que mucha investigación ha estudiado las
características del llamado discurso dirigido por bebés y ha especulado sobre su importancia para el aprendizaje del lenguaje, la
investigación que prueba directamente estas ideas ha sido más limitada hasta hace poco. Los estudios ahora sugieren que el habla
dirigida por bebés (a) promueve la atención del bebé al lenguaje, (b) fomenta la interacción social entre los bebés y los cuidadores, y (c)
informa a los bebés sobre varios aspectos de su lengua materna al resaltar las distinciones relativas al discurso dirigido a adultos Los
nuevos desarrollos que se centran en el papel social de las interacciones conversacionales dirigidas por bebés destacan la importancia
de la capacidad de respuesta del cuidador hacia el bebé. Construir una base comunicativa incluso antes de que surja el lenguaje es
crucial para fomentar el desarrollo del lenguaje.

Palabras clave
desarrollo del lenguaje, infancia, interacción madre-bebé, habla dirigida al infante

Durante mucho tiempo se ha reconocido que los cuidadores raíces biológicas en el deseo de un padre de consolar a un niño a
les hablan a los niños de manera diferente que a otros distancia. Esto está respaldado por las características emocionales de
adultos, y esto tiene implicaciones importantes para el los SDI que también se encuentran en el habla con otras personas a
desarrollo infantil (Saint-Georges et al., 2013; Soderstrom, las que mostramos afecto, como los ancianos o incluso las mascotas
2007). Este registro de habla especializado (en adelante, domésticas (Soderstrom, 2007).
habla dirigida por bebés o IDS) se contrasta con el habla La mayor parte de la evidencia del papel causal que podría desempeñar el
dirigida por adultos (ADS) por una variedad de propiedades IDS en el aprendizaje de idiomas ha sido indirecta y correlacional. Sin embargo,
que incluyen un tono más alto y más variable, vocabulario ahora hay suficiente investigación para apoyar el uso de IDS por parte de los
limitado, expresiones verbales más cortas y alteraciones de bebés como una herramienta de aprendizaje de idiomas.
vocales (p. ej., Fernald et al. al., 1989). Recientemente, ha
habido un enfoque creciente en los otros comportamientos
Cantidad frente a calidad: ¿Por qué es
que acompañan al SID, como la capacidad de respuesta del
cuidador (Goldstein & Schwade, 2008; Kuhl, 2007). El IDS se importante el habla dirigida a bebés?
encuentra en muchas culturas (p. ej., Fernald et al., 1989; Un cuerpo de investigación ha demostrado que la cantidad total de
Soderstrom, 2007), aunque no en todas (p. ej., Schieffelin & habla que escucha un bebé está altamente correlacionada con
Ochs, 1983), y en lenguajes de señas (Reilly & Bellugi, 1996).

Autor correspondiente:
Su uso generalizado ha llevado a los investigadores a postular Roberta Michnick Golinkoff, Escuela de Educación, Universidad de
que IDS juega un papel fundamental en el proceso de desarrollo Delaware, Newark, DE 19716
del lenguaje. Fernald (1992) argumentó que este registro ha Correo electrónico: roberta@udel.edu
340
resultados del lenguaje. Los niños cuyos padres les hablan menos, y existe una gran
variabilidad, tienden a tener un vocabulario más reducido a los 3 años. Esta diferencia está
altamente relacionada con el nivel socioeconómico y el rendimiento académico (p. ej., Hart &
Risley, 1995; Rowe, 2012). Conocida como la “brecha de 30 millones de palabras”, ha sido el
impulso detrás de las iniciativas de programación social (p. ej., Providence Talks; http://
www.providencetalks.org) e incluso una nueva tecnología (el sistema LENA; Greenwood,
Thiemeann-Bourque , Walker, Buzhardt, & Gilkerson, 2011) se centró en medir la cantidad de
entrada de lenguaje. Sin embargo, si todo lo que importara fuera escuchar el lenguaje, se
podría poner a los niños frente a un televisor o una radio para que aprendieran su lengua
materna. Igualmente contradictorio con el enfoque cuantitativo es el hallazgo de que los niños
bilingües escuchan aproximadamente la mitad de la entrada en cada uno de sus idiomas en
comparación con los monolingües y, no obstante, se convierten en hablantes fluidos (Gauthier
& Genesee, 2011). Argumentamos, en cambio, que la calidad de la entrada del lenguaje es de
primordial importancia. Por calidad, nos referimos no solo a las características estructurales
del registro de IDS, sino también a la forma en que el adulto y el niño participan en “dúos
conversacionales” (Hirsh-Pasek et al., 2015) que se basan en los intereses del niño. Primero
discutimos los efectos perceptuales-atencionales y lingüísticos del IDS y luego el contexto
social en el que a menudo ocurre. Por calidad, nos referimos no solo a las características
estructurales del registro de IDS, sino también a la forma en que el adulto y el niño participan
en “dúos conversacionales” (Hirsh-Pasek et al., 2015) que se basan en los intereses del niño.
Primero discutimos los efectos perceptuales-atencionales y lingüísticos del IDS y luego el
contexto social en el que a menudo ocurre. Por calidad, nos referimos no solo a las
características estructurales del registro de IDS, sino también a la forma en que el adulto y el
niño participan en “dúos conversacionales” (Hirsh-Pasek et al., 2015) que se basan en los
intereses del niño. Primero discutimos los efectos perceptuales-atencionales y lingüísticos del
IDS y luego el contexto social en el que a menudo ocurre.
Efectos perceptuales-atencionales de IDS
Antes de que los bebés puedan aprender el lenguaje,
deben atenderlo y discriminarlo de otros sonidos
ambientales. Desde el nacimiento, los bebés prefieren
escuchar IDS sobre ADS (Soderstrom, 2007). IDS
aumenta la prominencia de la entrada del lenguaje,
probablemente debido a su variabilidad en relación
con el habla dirigida por adultos y porque refleja
emociones positivas ("charlas felices" y expresiones
faciales exageradas; Singh, Morgan, & Best, 2002;
Tamis-LeMonda, Kuchirko, & Canción, 2014). Cuando el
IDS no refleja emociones positivas, como en el habla
de las madres deprimidas, es menos probable que los
bebés participen en el aprendizaje asociativo necesario
para el desarrollo del lenguaje (Kaplan, Bachorowski,
Smoski y Hudenko, 2002). La emoción positiva
transmitida por IDS también se refleja en la evitación
de expresiones faciales negativas en el lenguaje de
señas dirigido a bebés (Reilly & Bellugi,
Estos hallazgos atencionales están respaldados por investigaciones
que utilizan métodos neurológicos y de imágenes cerebrales que
muestran que el IDS da como resultado una mayor activación cerebral que
el ADS, por ejemplo, en las áreas temporales izquierda y derecha de los
bebés (Naoi et al., 2012) y lóbulos frontales (Saito et al. ., 2007). IDS
provoca una mayor actividad neuronal (es decir, respuestas potenciales
relacionadas con eventos más grandes) de niños de 6 y 13 meses
Golinkoff et al.
entre 600 y 800 milisegundos (N600-800), que se relaciona con el
procesamiento atencional (Zangl & Mills, 2007). Para los niños de 6
meses, esto ocurrió principalmente con palabras familiares, mientras
que para el grupo mayor, las palabras familiares o desconocidas
desencadenaron una mayor actividad. Además, las respuestas
potenciales relacionadas con eventos a IDS de 200 a 400
milisegundos (N200–400), vinculadas al significado de la palabra,
fueron más grandes que a ADS solo para las palabras familiares en
las regiones parietal y temporal izquierda de los bebés de 13 meses. .
Esto sugiere que el efecto del IDS sobre la función cerebral puede
cambiar con la edad y la experiencia.
Efectos lingüísticos de IDS
IDS también afecta el aprendizaje de idiomas de manera
estructural. Una de las características más citadas del habla
IDS es el “triángulo vocálico” ampliado (ver Fig. 1). Cuando se
trazan en el espacio perceptivo, las vocales en IDS están más
separadas que las mismas vocales en ADS. Se ha
argumentado que esta mayor diferencia acústica simplifica la
tarea de los bebés de construir categorías de vocales (Kuhl et
al., 1997; aunque cf. McMurray, Kovack-Lesh, Goodwin y
McEchron, 2013). Un trabajo reciente ha sugerido que IDS
también puede ayudar con la claridad de las consonantes.
Los niños de 5 y 13 meses cuyos cuidadores producían
sonidos /s/ claros e hiperarticulados discriminaban mejor la /
s/ de otro sonido (Cristia, 2011).
Las características de entonación exagerada de IDS
resaltan las propiedades estructurales de los
enunciados y brindan información sobre cómo se
“fragmenta” el habla. Estas propiedades afectan la
organización del habla y la memoria de los bebés. Por
ejemplo, los niños de 9 meses prefieren escuchar
pausas artificiales en los límites gramaticales a las
inserciones de pausas en los no límites, pero solo para
estímulos del habla IDS y no ADS (Kemler Nelson,
Hirsh-Pasek, Jusczyk y Cassidy, 1989). De manera
similar, los bebés pueden segmentar el habla artificial
con características de IDS, pero no cuando los
estímulos se producen en ADS (Thiessen, Hill y Saffran,
2005). Otras propiedades lingüísticas de IDS, como la
preponderancia de preguntas, también pueden servir
para resaltar estos fragmentos y regularidades
sintácticas en el idioma (Soderstrom, Blossom, Foygel y
Morgan, 2008). Finalmente, la cantidad de IDS,
IDS también permite que niños de 21 meses (y adultos; Golinkoff y
Alioto, 1995) aprendan nuevas palabras que no podrían aprender en
ADS (Ma, Golinkoff, Houston y Hirsh-Pasek, 2011), y los bebés más
pequeños recuerdan mejor palabras que han escuchado hablar en
IDS (Singh, Nestor, Parikh, & Yull, 2009). Cuando se manipulan por
separado, estos efectos parecen estar impulsados por una velocidad
de habla más lenta y características de las vocales, pero no por las
propiedades melódicas de la entonación (Song, Demuth y Morgan,
2010).
El contexto social del habla dirigida a bebés
Figura 1.Un ejemplo de “triángulo vocálico” en el que suena la vocal (la /i/ enver,
la /a/ ensierra, y la /u/ endemandar) se articulan más claramente a través del
habla dirigida al bebé. El “estiramiento acústico” de los formantes F1 y F2
(bandas de frecuencias acústicas de alta energía) crea un triángulo vocálico más
grande para el habla dirigida a bebés que para el habla dirigida a adultos, y los
bebés pueden beneficiarse de esta exageración.
IDS no se utiliza de forma aislada sino en un
contexto social
Los bebés experimentan el lenguaje en un contexto social. Las
madres de clase media se esfuerzan por mantener y reparar el flujo
conversacional cuando conversan con sus bebés (Golinkoff, 1986;
Snow, 1977). Kuhl (2007) acuñó el términopuertas socialesdescribir
cómo las interacciones sociales en las que se encuentra el lenguaje
alimentan la adquisición de conocimientos específicos del lenguaje
por parte de los bebés. Por ejemplo, los bebés que aprenden inglés
mantuvieron la sensibilidad a los fonemas chinos cuando
interactuaban directamente con un hablante de chino, pero no
cuando la misma información se presentaba a través de una pantalla
de televisión, lo que interrumpía la contingencia social (Kuhl, Tsao y
Liu, 2003).
La interacción social contingente también afecta la calidad de las
vocalizaciones que producen los bebés. Los niños de nueve meses
producen vocalizaciones lingüísticamente más maduras cuando las
madres responden de forma contingente a sus balbuceos que
cuando los investigadores les indican que incluyan un retraso
(Goldstein y Schwade, 2008). En estudios con grabaciones del mundo
real, las vocalizaciones de los bebés se aproximaron más al habla
después de las respuestas de sus cuidadores (Warlaumont, Richards,
Gilkerson y Oller, 2014). Los bebés y las madres responden
dinámicamente a las características del habla de los demás (Ko, Seidl,
Cristia, Reimchen y Soderstrom, 2015); en las díadas de madre e hijo,
sus características de tono mostraron una mayor similitud dentro de
una conversación que a través de ella. Incluso los bebés prematuros
son
341
sensible al contexto social y vocalizará significativamente más en
la unidad de cuidados intensivos neonatales cuando un padre
esté presente (Caskey, Stephens, Tucker y Vohr, 2011). Estos
estudios sugieren que los comportamientos asociados con el SID,
como una mayor capacidad de respuesta del cuidador, bien
pueden influir en el fomento del conocimiento del lenguaje de los
bebés (Bornstein, Tamis-LeMonda y Haynes, 1999; Weisleder y
Fernald, 2013).
Una nueva investigación ha sugerido que los bebés no
son solo receptores pasivos de IDS, sino agentes en su
propio aprendizaje del idioma. Ko et al. (2015)
encontraron que las propias expresiones de los bebés son
más maduras (más largas en duración y con latencias de
respuesta más cortas) en las conversaciones iniciadas por
el bebé que en las iniciadas por la madre. Además, los
bebés reclutan activamente la participación de sus parejas
(Begus, Gliga y Southgate, 2014). Cuando un adulto
responde al señalamiento de un bebé y demuestra una
función para ese objeto de referencia, es más probable
que los bebés aprendan la función que cuando el adulto
demuestra la función de otro objeto que el bebé no
señaló. Estos hallazgos han comenzado a identificar el
mecanismo detrás del vínculo establecido entre el señalar
infantil y la adquisición de vocabulario (Rowe & Goldin-
Meadow, 2009):
Cuando el comportamiento de los padres está vinculado en el
tiempo al comportamiento de los bebés (contiguo), cuando es
contingente o depende de la contribución de los bebés a la
"conversación" y cuando implica la entrada multimodal (señales
verbales, emocionales y físicas) asociado con IDS , promueve el
aprendizaje de idiomas en una variedad de formas (Tamis-LeMonda
et al., 2014). De hecho, si es contingente y significativo, los niños
pequeños pueden incluso aprender nuevas palabras de
conversaciones de video a través de Skype. No aprenden de
conversaciones de video coincidentes y no contingentes (Roseberry,
Hirsh-Pasek y Golinkoff, 2014).
Un estudio reciente que examina la relación entre la
calidad de la entrada del lenguaje, medida por la fluidez y la
conectividad de las conversaciones entre madre e hijo, y los
resultados del lenguaje destaca la importancia del contexto
social. Hirsh-Pasek et al. (2015) codificaron la interacción
comunicativa coconstruida entre padre e hijo en una muestra
de bajos ingresos a los 24 meses. La calidad representó una
mayor parte de la variación en los resultados del lenguaje un
año después que la cantidad de lenguaje que escucharon los
niños. Por lo tanto, incluso entre esta muestra de bajos
ingresos, había niños que sobresalían en lenguaje si
participaban en dúos conversacionales con los cuidadores.
Por lo tanto, el aprendizaje del lenguaje está impulsado por la
relación social compartida entre los bebés y los cuidadores,
siendo la participación activa de los bebés en la conversación y la
receptividad materna a esa participación elementos clave en el
proceso de adquisición.
342 Golinkoff et al.

Prominencia perceptiva

Contigüidad Temporal Gramática

Niño
Aprendiz

La mirada Morfología

Contexto social

Figura 2.Una representación gráfica del modelo de coalición emergente de aprendizaje de palabras (Hollich, Hirsh-Pasek y
Golinkoff, 2000). Varias señales están siempre disponibles para los niños en la entrada; sin embargo, los niños no pueden
acceder a todas estas señales al comienzo del aprendizaje de palabras. A medida que aparecen más pistas en línea, tienen el
efecto de cambiar el proceso de aprendizaje de palabras.

El uso de los IDS por parte de los bebés cambia a lo
largo del desarrollo
La capacidad del bebé para usar la información social que acompaña
a los cambios de IDS a lo largo del desarrollo. Hollich, Hirsh-Pasek y
Golinkoff (2000) y Pruden, Hirsh-Pasek, Golinkoff y Hennon (2006)
mostraron cómo los bebés de 10 meses inicialmente no logran
apreciar que las señales como la mirada fija y la retención de objetos
señalan la intención de un adulto de nombrar uno de dos objetos
particulares. Por lo tanto, aunque el IDS esté disponible, los bebés no
pueden aprovecharlo ni sus propiedades asociadas para el
aprendizaje de palabras hasta por lo menos los 12 meses.
Hace treinta años, Bohannon y Hirsh-Pasek (1984)
argumentaron que IDS cumplió una serie de funciones no
lineales en su importancia para el aprendizaje de idiomas de los
bebés. Es decir, lo que es útil para los bebés en un punto de su
trayectoria de aprendizaje del idioma cambia a medida que
descifran progresivamente más código. Esta perspectiva se
refleja en el modelo de coalición emergentista de aprendizaje de
palabras (Hollich et al., 2000, ver Fig. 2): aunque los bebés tienen
muchas señales disponibles, acceden a diferentes señales en
diferentes puntos de desarrollo. Rowe (2012) esencialmente
validó esta perspectiva en un estudio longitudinal sobre el
desarrollo del vocabulario. Rowe descubrió que la cantidad y la
calidad (medida en este caso como diversidad de palabras) de los
comentarios del cuidador, controlando el SES, tienen una
importancia diferente durante los primeros 3 años de vida. La
cantidad de insumos fue más importante durante el segundo
año,
En resumen, IDS cumple una serie de funciones importantes.
Dadas sus cualidades perceptivas exageradas, es un atractivo
para la atención de los bebés, lo que influye en el tiempo que
dedican a escuchar el lenguaje. De hecho, el hecho de no preferir
los IDS a los análogos que no son del habla (como se ve en el
autismo) predice que el desarrollo del lenguaje se verá
gravemente afectado (Kuhl, Coffey-Corina, Padden y Dawson,
2005). Como su uso está integrado en las relaciones sociales, el
IDS puede asociarse con interacciones positivas que fomentan
las relaciones florecientes entre adultos y bebés y promueven el
análisis de la corriente lingüística por parte de los bebés.
Finalmente, las propiedades acústicas de IDS, en el contexto de
sus características exageradas y su papel como portador de
información social, aumentan la capacidad de los bebés para
extraer regularidades lingüísticas.
Implicaciones del uso de IDS y su
contexto social: Direcciones futuras
La evidencia que muestra vínculos entre el uso de IDS y los resultados
del lenguaje infantil respalda décadas de investigación que muestran
que el IDS tiene un significado perceptivo, social y lingüístico para los
bebés que aprenden el lenguaje. La pregunta ahora no es si IDS tiene
un papel en el desarrollo del lenguaje, sino cómo y cuándo sus
propiedades influyen en el aprendizaje del lenguaje. Las respuestas a
estas preguntas serán matizadas. Por ejemplo, a medida que los
bebés pasan a utilizar la información lingüística, el IDS parece perder
prominencia y probablemente la dependencia de los bebés hacia él.
Trabajo reciente
El contexto social del habla dirigida a bebés
sobre el papel de la capacidad de respuesta del cuidador también
ha destacado la importancia del contexto conversacional en el
que se escucha el IDS. Una pregunta importante es hasta qué
punto estos roles pueden separarse: ¿Es el IDS o el contexto
social que rodea su uso lo que influye en la adquisición del
lenguaje? ¿Y cuán mutuamente dependientes son estas
propiedades de la comunicación adulto-bebé?
Se debe prestar más atención a la comprensión de la
relación entre la calidad y la cantidad de la entrada del
idioma, así como las diferentes formas de entrada, como el
habla de hablantes no nativos. Del mismo modo, la relación
entre el estatus socioeconómico y el uso de IDS no ha sido
suficientemente explorada.
Para concluir, la investigación sugiere que los padres que
participan en IDS promueven el aprendizaje del lenguaje de
sus hijos. Si bien los mecanismos precisos detrás del efecto
facilitador de IDS deben explorarse más a fondo, está claro
que IDS apoya la atención de los bebés en el flujo del habla y
ayuda a resaltar algunos de los elementos lingüísticos que los
niños necesitan descubrir en el idioma que escuchan.
Además, el contexto social en el que se inserta el SID, así
como el papel de los bebés en solicitarlo, requieren una
mayor consideración.
Lectura recomendada
Hart, B. y Risley, TR (1995). (Ver Referencias). sacudió el
mundo en desarrollo al mostrar grandes diferencias en el
lenguaje dirigido a niños de ingresos medios y bajos. Kuhl,
PK (2007). (Ver Referencias). demuestra que el lenguaje es
fundamentalmente sociales.
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Mahdhaoui, A., Muratori, F., . . . Cohen, D. (2013). (Ver
Referencias). Revisó 144 estudios sobre la prevalencia de SID.
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Muestra que los bebés prefieren hablar alegremente, una propiedad típica
del habla dirigida a bebés.
Soderstrom, M. (2007). (Ver Referencias). Una revisión extensa
de estudios sobre el habla dirigida al infante y sus funciones.
Tamis-LeMonda, C., Kuchirko, Y. y Song, L. (2014). (Ver
Referencias). Muestra la importancia de las respuestas contingentes para
el aprendizaje de idiomas.
Declaración de Conflicto de Intereses
Los autores declararon no tener conflictos de interés con
respecto a su autoría o la publicación de este artículo.
Fondos
La participación de RM Golinkoff y K. Hirsh-Pasek en este proyecto fue
apoyada por el Instituto de Ciencias de la Educación Grant
R305A090525.
Referencias
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