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6.2. Se debe tener muy en cuenta y presente que de los medios probatorios
ofrecidos por la agraviada, es evidente que la persona que ejercía el derecho de
posesión es la señora Alicia Gutiérrez Quiliano de Pinto, , quien incluso obtuvo un
certificado de posesión del Juzgado de Paz de segunda nominación del distrito de
Orcotuna, a su favor como bien lo describe en la denuncia del fecha 12.11.2018
no habiendo actuado en calidad de representante o apoderada de la señora
Mónica Beatriz Pinto de Gutiérrez, quien tiene la calidad de propietaria y con
respecto de esta última no se ha evidenciado ningún acto material del ejercicio de
derecho de posesión sino solo el reconocimiento como propietaria del predio
“YUICHOS” plasmado e inscrito, tal como se advierte de diferentes documentos
presentados. Por lo que no ha quedado demostrado el derecho de posesión de la
agraviada Mónica Beatriz Pinto de Gutiérrez, es más la testigo señora Alicia
Gutiérrez Quiliano de Pinto, no ha presentado ni ha acreditado haber actuado en
calidad de apoderada de la agraviada, no habiendo acreditado medio probatorio
alguno en el desarrollo del proceso.
Pero sin embargo se tiene del dictamen pericial emitido por el perito oficial Rony
Paolo Vejarano Pérez, (Ing. Civil) que el área usurpada del camino y canal de
regadío seria de 154.50 m2 y en el predio de la agraviada existe una afectación
de 30.14 m2
mientras que el perito agrónomo Tito Miguel Pérez Torres, perito de parte de la
señora, Alicia Gutiérrez Quiliano de Pinto señala que existe una afectación al
colindante lado este con montículos de tierra en un área de 174.83 m2. Así
mismo se ha determinado que en el predio “YUICHOS” se encontraba con
cultivo de maíz el cual fue enterrado con el montículo de tierra en un área de
174.83 m2
no existe una prueba pericial consolidada o informe perimetral que sobre esas
bases y demás aportes técnicos contribuya a establecer con certeza los límites de
propiedad respectivos y la titularidad de la pared medianera destruida; que por
resolución de fojas ochenta del veinticinco de noviembre de dos mil cinco, el
juzgado ordenó se realice la pericia correspondiente, la cual sin embargo no se
concretó, sin que exista constancia de la imposibilidad fáctica o técnica para su
ejecución, por lo que la investigación judicial culminó y se decidió la causa sin la
presencia de un elemento de convicción esencial para la determinación de los
hechos imputados, lo que importó la inobservancia del artículo setenta y dos del
Código de Procedimientos Penales que fija el objeto de la instrucción.
Usurpación agravada: Imputación concreta y elementos subjetivos distintos
del dolo [Exp. 04534-2015-57-0401-JR-PE-01]
Fundamentos destacados: 5.2.2.1. Tal como se ha precisado en el análisis
dogmático de la conducta imputada, el tipo penal de usurpación en la modalidad
de alteración o destrucción de linderos, exige un componente subjetivo distinto del
dolo; es decir exige un elemento de tendencia interna trascendente o sobrante,
que se ve materializado en el elemento subjetivo “para apropiarse de todo o en
parte de un inmueble”. No es suficiente con que se altere los linderos
objetivamente (realización del tipo objetivo), tampoco es suficiente que el sujeto
obre con dolo de alterar los linderos; es además necesaria la ultra intención o
tendencia interna transcendente de querer apropiarse total o parcialmente de un
inmueble. Es importante precisar que la exigencia del artículo 202.1 del Código
Penal, de “para apropiarse de todo o en parte de un inmueble”, no solo debe ser
afirmada sino probada con prueba directa o indirecta para atribuir esa ultra
intención.
5.2.2.2. La imputación concreta exige que las proposiciones fácticas realicen cada
uno de los elementos del tipo objetivos y subjetivos; en el caso, la imputación
concreta ha descrito las proposiciones fácticas de cada componente normativo.
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EXPEDIENTE: 04534-2015-57-0401-JR-PE-01
IMPUTADO: TORRES CRUZ, NESTOR ALEJANDRO
DELITO: USURPACIÓN AGRAVADA
AGRAVIADO: ESPINOZA ALBA, RICARDO ANTONIO
SEGUNDO JUZGADO PENAL UNIPERSONAL DE CERRO COLORADO:
DOCTOR ALBERTO FERNANDO ARENAS NEYRA
SENTENCIA DE VISTA 157-2018
RESOLUCIÓN N° 09
I. PARTE EXPOSITIVA
B. Objeto de la alzada
3.3. El artículo 202 incisos 1° concordante con el artículo 204 inciso 2° del Código
Penal vigente en el momento de la comisión del hecho delictivo, que a la letra
establece: Artículo 202. “Será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de dos ni mayor de cinco años: (inciso 1) El que, para apropiarse de todo o en
parte de un inmueble, destruye o altera los linderos del mismo (…)”; concordante
con el Artículo 204. “La pena privativa de libertad será no menor de cuatro ni
mayor de ocho años e inhabilitación, según corresponda, cuando la usurpación se
comete: (inciso 2). Con la intervención de dos o más personas.”
4.1. Hay tipos penales que guardan una simetría objetiva y subjetiva, esto es, que
el conocimiento y la voluntad abarca lo señalado por el tipo objetivo (simetría).
Sin embargo, en otros tipos hay una hipertrofia del tipo subjetivo, o sea que se
requiere algo más que el resultado típico; esta hipertrofia del tipo subjetivo
(asimetría) son los denominados elementos subjetivos distintos del dolo.
4.2. Los elementos subjetivos distintos del dolo son de dos clases: a) unos son
claras ultrafinalidades, es decir, tipos en los que se exige que la finalidad tenga
una particular dirección que exceda el tipo objetivo. Son los tipos que exigen un
para, con el fin de, con el propósito de, etc.; y, b) otros son los elementos del
ánimo, o sea, actitudes o expectativas de la gente que acompañan su acción y
que se manifiestan objetivamente de alguna manera, o que, al menos son
incompatibles con la ausencia de ciertos datos objetivos[3].
5.1.2. Tampoco está en cuestión que Néstor Alejandro Torres Cruz (imputado) es
propietario del terreno ubicado en el sector de Zamácola a la altura de la vía de
Yura kilómetro 9 de Cerro Colorado, lote 1, con un área de 1 299.50 mt2; cuya
adquisición data de agosto del 2013 y sus anteriores propietarios fueron Alberto
Martin Álvarez Núñez y Emilia Selestina Santos Huarca; así aparece de: i) la
Copia de Partida Registral N°11208062, ii) Copia Certificada del Legajo Registral
N° 2011-118193, donde se indica que el terreno ubicado en el sector de
Zamácola, a la altura de la vía de Yura, kilómetro 9 de Cerro Colorado, el lote 1,
tiene un área de 1,299.50 mt2, cuyos propietarios primigenios son Alberto Martin
Álvarez Núñez y Selestina Santos Huarca.
Ricardo Antonio Espinoza Alba, quien manifestó que: “el 29 de octubre del 2013
aproximadamente siendo 7 de la mañana (…) al ingresar [a su propiedad] observó
alrededor 8 hombres tal como se ve en la fotografía dirigidos por una persona
extraña que luego se identificó, estaban ya cavando las zanjas para levantar el
muro había material de sillar, bolsas de cemento inclusive ya estaban poniendo la
primera hilera, (…) y que el señor que dirigía tal situación se identificó como
Néstor y es ahí cuando lo conoce”.
Cosme Cornejo Flores, quien señaló que: “el señor Néstor en el mes de octubre
más antes venia constantemente con su carro y de un momento a otra apreció
con sus tareas de sillar (…) que empezó a las 6 de la mañana, había como 8 a 10
personas desesperados botando el sillar (…) y con eso cercaron y el señor
Espinoza no se encontraba y pensaba que el señor Espinoza estaba cercando”.
Ofelia Alicia Castro Echevarria de Espinoza, esposa del agraviado que señaló
que: “acompañó a su esposo porque Ángela lo llamó y le dijo que estaban
poniendo material en su terreno de sillar y si lo vio; que era entre las 7 cuando
llamó, siendo que llegó y vio bastantes personas y que no conoce ninguna”.
Leoncio Ríos Gutiérrez, quien expresó que: “trabajó para Néstor, siendo que hizo
muro de sillar de 4 filas, con 7 personas, que levantó el muro en la parte de atrás
(colindante con el lado izquierdo del terreno del agraviado) más o menos 37
metros, en línea recta que había una pendiente de 1.30 metros (…) que no había
ningún cerco era libre (…) que cuando vino policía iban 4 filas y paralizó obra y no
terminaron la obra”.
Néstor Alejandro Torres Cruz (imputado) quien refirió que: “dejó a las personas
encargadas para que construyan el cerco, hasta que lo llamaron y dijeron que
había policía y recién conoció al vecino y le habló tranquilamente y le dijo que
estaban construyendo en su terreno y es lo que el señor Espinoza le comentó
tranquilamente”.
5.1.4. En conclusión, conforme a los considerandos anteriores, la acción del
imputado realiza los elementos del tipo objetivo, conforme al artículo 202.1 del
Código Penal, esto es, se ha probado la alteración de los linderos existentes al
momento de los hechos, a través de la construcción de un muro sin cimientos ni
columnas con cuatro hileras de sillar y cemento con arena, entre ambos predios.
5.2.2.2. La imputación concreta exige que las proposiciones fácticas realicen cada
uno de los elementos del tipo objetivos y subjetivos; en el caso, la imputación
concreta ha descrito las proposiciones fácticas de cada componente normativo;
así con relación a la proposición fáctica del elemento subjetivo distinto del dolo
(tendencia interna trascendente) se ha sido descrito en el factico de la acusación
como: “con la finalidad de lograr apropiarse de un área de 1.50 metros de ancho
por 32 metros de largo aproximadamente, posteriormente determinado en 128.70
metros cuadrados del predio denunciante”. Sin embargo, no basta la imputación
concreta de los elementos subjetivos, sino que afirmados estos deben ser
probados; y en el caso materia de análisis se tiene que el Ministerio Público no ha
probado la ultra intención (tendencia transcendente) del imputado de pretender
apropiarse en todo o en parte del terreno de propiedad del agraviado, y por el
contrario, se verifica que siempre existió una disputa histórica sobre la real
delimitación de los linderos entre ambos predios que determinó la intervención del
imputado. Así, se tiene lo siguiente:
La declaración de Alberto Martín Álvarez Núñez (primigenio titular del lote
adquirido por el imputado Néstor Alejandro Torres Cruz), quien señaló que: “el
señor Espinoza se había metido para su sitio; que se habrán metido hace 7
metros ó 8 metros, (…) que en el año 2013 el señor Espinoza tenía su cerco,
adelante un portón, y que el resto del perímetro estaba vacío, que nunca hubo
conflictos judiciales con terceros ni con Espinoza”. Esta declaracion permite
verificar que desde antes del contrato de compra venta entre el imputado y el
señor Alvarez, ya existía recelo por la delimitación de linderos entre las
propiedades contiguas.
La memoria descriptiva de terreno urbano, de fecha julio 2013, donde se consigna
que el área ocupada por Ricardo Antonio Espinoza Alba (agraviado) es de
1003.81 m2; sin embargo, esta memoria descriptiva no corresponde con la Copia
de Partida Registral N° 06155862 del terreno de agraviado, donde aparece que
Antonio Espinoza Alba, tienen un área registrada de 857.39 mt2. Por ende, ambos
documentos no se corresponden entre sí, dejando duda respecto al área que
excede al terreno del agraviado.
Memoria descriptiva para Prescripción Adquisitiva de fecha enero 2013, donde se
constata que el terreno a prescribir es un área de 146.42 m2, y se indica que: “se
encuentra delimitado claramente por sus cuatro lados siendo que por el lado
izquierdo se encuentra definido y enmarcado por un desnivel de aprox. 3 o 4
metros, por el fondo y lado derecho se encuentra delimitado por los cercos
perimétricos de los colindantes y por el frente cuenta con un cerco perimétrico de
propiedad de los solicitantes, (…) terreno nivelado”. En juicio oral se ha señalado
que está de por medio un proceso de prescripcion adquisitiva seguido por el
agraviado, respecto a un area de 146.42 m2, que modificaría los linderos de
terrenos contiguos; no obstante en la actualidad no existe un documento oficial
que especifique la delimitación de linderos del predio.
5.2.2.3. En consecuencia, de los elementos probatorios antes descritos no existe
prueba suficiente para atribuir esa ultra intención (tendencia interna trascedente)
para apropiarse por parte del acusado. Estos indicios, por lo contrario, permiten
concluir que históricamente existió imprecisión sobre los linderos de los terrenos
colindantes; por tanto, no se le puede reconstruir respecto del imputado la ultra
intención de pretender apropiarse de parte del inmueble del agraviado; pues entre
ambas partes subsistía un problema de delimitación a raíz de las discrepancias
entre la información registral y los trabajos de hecho realizados en el área por el
agraviado. Es claro, entonces, que la intención del imputado fue pretender
delimitar de facto su área; por consiguiente, la proposición fáctica del elemento
subjetivo distinto del dolo propuesta en la imputación concreta no ha sido
probada.