Algunas calas en la novela de la España democrática.
Un aspecto que debe llamar la atención en los años 80 fue la
caída del experimentalismo vivido en la mejor narrativa de la década anterior. La trama, el argumento, el narrador y la configuración del personaje se convierten en elementos imprescindibles para un público que demanda entretenimiento. El periodismo, con llegada la democracia en el 78, se atribuye el papel de denuncia que se le suponía a la narrativa de los 60. A este rasgo democratizador de la sociedad española se le suma la falta de doctrinas que convulsionan el deseo social hacia el futuro, como ocurría con el comunismo en los 60, y por consiguiente una mayor proyección de lo individual sobre el pensamiento colectivo.
En algunos manuales se considera que inicia una nueva etapa
la novela de Eduardo Mondeza , La verdad sobre el caso Savolta, 1975 como una forma de novelar más preocupada de la trama, aunque todavía tiene muchas técnicas de novela experimental, como la que marca una nueva época, pero también podría ser Cerbero son las sombras de Juanjosé Millás larga carta de un adolescente dirigida a su padre. Millás es uno de los escritores más representativos desde la transición, que creó un género representativo de la época el articuento, en el que una historia cotidiana se transforma por obra de la fantasía en una perspectiva crítica de la realidad. El juego intelectual intelectual con ficción narrativa aparece en otros autores como José María Merino con La orilla oscura (1985), Vila Matas, un autor muy original en sus planteamientos narrativos, pues mezcla en la misma obra el ensayo cultural y literario, ficción y metanovela; destacaríamos dos de sus novelas: El mal de Montano (2002) y Doctor Pasavento (2005). También ha sido una técnica empleada por uno de los escritores más representativos de la época en su primera novela Beatus ille. Pero en el 75 escribió Umbral una novela intimista Mortal y Rosa, que también podría marcar un cambio de tendencia. Novelas intimistas son las de la aragonesa Soledad Puértolas y las de escritores muy reconocidos como Javier Marías, Depués de la batalla piensa en mi o Luis Landero con Juegos de la Edad Tardía o El balcón de Invierno En los años 80 Se asientan las grandes editoriales (Círculo de Lectores, Random House) Se crean premios literarios. Aparecen los suplementos literarios en grandes periódicos como ABC, El Mundo, Heraldo. Surgen géneros exitosos novela policiaca, intimista, juvenil, histórica…) y obras “best sellers”. La literatura es ya un negocio. Autores que ganaron premios Almudena Grandes con Las edades de Lulú, ejemplo de novela erótica y premio Sonrisa Vertical. La novela policiaca tendrá figuras como Vázquez Montalbán con su policía Carvalho y muy interesante El invierno en Lisboa de Muñoz Molina, novela que relata la historia de un pianista de jazz que inicia una relación sentimental con una mujer casada con un peligroso contrabandista de obras de arte. La desaparición sospechosa de un cuadro de Paul Cézanne pone en peligro la vida del protagonista. A esta tendencia pertenecen del mismo autor Beltenebrós y Plenilunio.
La defensa de la mujer aparece en la novela de Rosa Montero
Te trataré como una reina. Los pueblos abandonados en Lluvia amarilla de Llamazares. De los problemas de la juventud urbana se han ocupado Mañas con historias de Kronen, Lucía Etxebarría en Sexo, prozac y dudas), Cercas con Las leyes de la frontera. En la orilla de Rafael Chirbes trata de la especulación urbanística. De los años de ETA Aramburu ha escrito Patria. Al 23-F dedicó Cercas su novela Anatomía de un instante
En los últimos años son frecuentes las novelas históricas
contextualizadas en épocas cercanas, especialmente en la Guerra Civil, como Soldados de Salamina (2001), de Javier Cercas; La voz dormida (2002), de Dulce Chacón, o los relatos breves que componen Los girasoles ciegos de Alberto Méndez, pero es obligado escribir en este año de Almudena Grandes con sus novelas-episodios sobre la Guerra Civil, Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García, la madre de Frankestein
Almudena Grandes escribió sobre sagas familiares como
Malena es nombre de Tango, Corazón helado, pero quien más ha tratado este tema de sagas familiares Martínez de Pisón con Carreteras secundarias, Historia de tres mujeres, La Buena Reputación, María Bonita, El día de Mañana, Derecho natural de Martínez de Pisón.
La novela histórica tiene muchos seguidores en esta época.
Torrente Ballester, que ha recorrido todos los modelos de narrativa desde 1939, escribiría La isla de Los Jacintos cortados, Crónica del rey pasmado en la corte de Felipe IV. Se pueden citar Las cruzadas medievales en Mansura de Felix de Azúa; Cleopatra en No digas que fue un Sueño de Terenci Moix, la conquista de América en El oro de los Sueños de José María Merino, la España protestante de Carlos V en El Hereje de Delibes. Ejemplo de un soldado en época de los Austrias, el capitán Alatriste de Pérez Reverte. Y la historia fantástica, al estilo de las sagas de Tolkien, en Olvidado rey gudú de Ana María Matute.