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LA NARRATIVA DESDE 1940 HASTA LOS AÑOS 70

INTRODUCCIÓN

Tras el golpe de estado de 1936 se inicia la Guerra Civil en España que enfrenta a dos
bandos: los nacionales, que se alzan contra la Segunda República, y los republicanos, que la
defienden. Con la victoria del bando nacional en 1939 da comienzo la dictadura de Franco, que se
prolonga hasta su muerte en 1975. A nivel social, la población no exiliada sufre una severa
posguerra con escasez de alimentos. Estas duras condiciones comienzan a desaparecer en los años
60 con la llegada del Plan Marshall y los tratados para situar bases estadounidenses en España, lo
que produce la apertura del régimen al exterior.

 AÑOS 40

En los años 40, al acabar la guerra un grupo de autores marchan al exilio. En esta línea se
encuentra la literatura de Ramón J. Sender con Réquiem por un campesino español, Max Aub con
Juego de cartas,  Francisco Ayala con El fondo del vaso y  Rosa Chacel con Teresa. En 1939 muchos
autores se han exiliado y la literatura se encuentra determinada por la presión de la censura. En la
década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como Torrente Ballester, Camilo José Cela,
Carmen Laforet y Miguel Delibes.

Estos autores encarnan dos tendencias narrativas:

NOVELA EXISTENCIAL: se convierte en uno de los temas fundamentales de la narrativa. La


desorientación, la hostilidad de la vida y la angustia marcan los motivos de la novela de estos años. 
1944: Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal): la trama recoge hechos cotidianos de su vida,
inmersa en la incomunicación y el desencanto.  Su protagonista, Andrea, es una joven que llega
ilusionada  a Barcelona para estudiar en la universidad; pero el tenso ambiente que encuentra en la
casa familiar, y el choque con el falso  e hipócrita mundo universitario la llevan a una crisis
existencial  y a un pesimismo que refleja el estado de ánimo de muchos  jóvenes. 
1948: La sombra del ciprés es alargada, Miguel Delibes: novela impregnada de preocupaciones
existencialistas.

EL TREMENDISMO: reflejan los aspectos más desagradables y brutales de la realidad para efectuar
una reflexión profunda sobre la condición humana.
1942, La familia de Pascual Duarte, Camilo José Cela: Narra un cúmulo de crímenes y de
atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como un nuevo
pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un
condenado a muerte.

Estos tres jóvenes novelistas evolucionaron desde la angustia existencial hacia una conciencia social
y crítica.

AÑOS 50

Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos
organismos internacionales. El incipiente desarrollo del turismo y la industria trae cierta
recuperación económica y cambios en los estilos de vida. Al mismo tiempo, los jóvenes que han
vivido la guerra como niños o adolescentes empiezan a manifestar actitudes críticas respecto al
poder y a la división social entre vencedores y vencidos.

Destacan autores como Rafael Sánchez Ferlosio, fallecido recientemente en 2019,  con  El
Jarama, Carmen Martín Gaite Entre visillos e Ignacio Aldecoa. Pero, sin duda, quienes destacarán
en esta corriente serán Camilo José Cela y Miguel Delibes. Para muchos, La colmena de Cela,
publicada en 1951, es un precedente de la novela social. La obra denuncia la realidad de la sociedad
española del momento. Se enmarca en el realismo crítico ya que además de mostrar la realidad, la
explica y la denuncia. El protagonista es colectivo; hay unos trescientos personajes. Le siguen a esta
renovación Miguel Delibes con El camino  y Las ratas que se desarrollan en el ámbito rural.

A finales de los 50 Gonzalo Torrente Ballester comienza su trilogía de ambiente gallego Los gozos y
las sombras. El tema de la novela es la propia sociedad española. El estilo de la novela realista es
sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a un amplio público.
Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

AÑOS 60

En los años sesenta se produjo una profunda renovación en la narrativa española, que se
alejó progresivamente de las fórmulas propias del realismo, en busca de nuevas soluciones
expresivas y técnicas. Esto tuvo mucho que ver con la influencia de los modelos europeos y
norteamericanos de los años 20,  como Kafka, Proust, Joyce o Faulkner, así como la novela
hispanoamericana con Vargas Llosa, La ciudad y los perros y Cortázar, Rayuela, fundamentalmente.
Entre los autores cuya obra tuvo mayor repercusión destacan Luis Martín Santos, cuya prosa se
caracteriza por la mezcla de discursos y de registros lingüísticos, y por una minuciosa disección de la
realidad.  Su   única   obra   acabada,   Tiempo   de   silencio   (1961),   es paradigmática  de  los 
rasgos  narrativos  de  este  período  experimental. El protagonista de la novela es Pedro, un joven
médico que investiga sobre el cáncer pero que, a causa de la escasez de fondos, se ve obligado a
transitar núcleos de chabolas de Madrid para proveerse de ratones. Allí se ve implicado en la
muerte de la hija del Muecas, el hombre que le consigue los ratones y es detenido. Cuando Pedro
sale de prisión, el novio de la hija del Muecas asesina a su novia. Pedro acaba renunciando a su
vocación investigadora y se resigna a llevar una existencia gris y desencantada. Su autor comenzó
una segunda parte, Tiempo de destrucción, que quedó inacabada con la muerte de este en un
accidente.

Debemos destacar en este apartado a dos autores anteriormente citados como Camilo José
Cela con San Camilo 1936 de 1969; Oficio de tinieblas 5 y Cristo versus Arizona de 1988 con la
redacción de una novela en un solo párrafo con unos 600 personajes. Por otro lado, Miguel Delibes
con Cinco horas con Mario, Los santos inocentes, y El hereje (1999). Otros nombres son  Volverás  
a   Región  de Juan Benet; Últimas tardes con Teresa y Si te dicen que caí de Juan Marsé; y Señas
de identidad de Juan Goytisolo.

AÑOS 70

A partir de 1975 se inicia un proceso de transición que supuso la recuperación de la obra de


muchos autores exiliados y un mayor conocimiento de nuestra narrativa en otros países, y
viceversa. La publicación de La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, supuso un giro
de la narrativa. Cabe destacar en la línea de la novela policíaca a Manuel Vázquez Montalbán con
Los mares del sur, a Antonio Muñoz Molina en El invierno en Lisboa o a Juan José Millás en  Visión
del ahogado.  

            A partir de este momento,  aparecen una serie de tendencias que se caracterizan por
recuperar el papel de la trama, se atenúa el experimentalismo y la búsqueda de un lector modelo
influenciable y heterogéneo. Las novelas policiales, fantásticas y de aventuras están en auge. Estos
géneros logran gran éxito con, Carlos Ruiz Zafón con La sombra del viento y María Dueñas con El
tiempo entre costuras.

Almudena Grandes obtuvo el reconocimiento del público con su ópera prima, Las edades de
Lulú que pasó al cine de la mano del director de cine Bigas Luna y protagonizada por Javier
Bardem.  Tres años más tarde, la escritora publicó Malena es un nombre de tango (1994). Desde
diciembre de 1996 estuvo casada con el poeta granadino Luis García Montero quien con su “Hasta
siempre Almudena” se despedía de ella el 27 de noviembre de 2021.

El  caso de Arturo Pérez Reverte es de un corresponsal de guerra y por eso, en sus relatos integra
una exhaustiva documentación histórica y cultural como en El capitán Alatriste, El maestro de
esgrima o la Tabla de Flandes. También cuenta con numerosas citas como ``Nadie debería irse sin
dejar una Troya ardiendo a sus espaldas´´ que hace referencia a las injusticias y a que es mejor dejar
las cosas claras e irse.
 

En definitiva, tras aquellos penosos y problemáticos años de la posguerra en los que muchos
autores se tuvieron que marchar al exilio y el panorama era desolador, la novela experimenta una
eclosión en las últimas décadas del XX y las primeras del XXI consolidando la primacía del género.

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