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LA NOVELA ESPAÑOLA DESDE 1975 HASTA HOY.

Con la muerte de Franco en 1975, la censura desaparece y abre paso a mucha variedad
temática y estilística en la narrativa. No es fácil trazar unas líneas maestras de la literatura desde
el año 75, dada la diversidad de tendencias, subgéneros, modas literarias y autores.

En estos años, conviven cuatro generaciones de novelistas:


- La Generación del 36: Gonzalo Torrente Ballester o Miguel Delibes.
- La Generación de Medio Siglo: Juan Goytisolo, Juan Benet o Juan Marsé.
- La Generación del 68: Eduardo Mendoza o Vázquez Montalbán.
- La nueva promoción de los años 80: Julio Llamazares o Arturo Pérez Reverte.
El más notable de los rasgos: parece ser la recuperación de la trama argumental, el
interés por contar una historia. Las novelas se entienden como una ficción de unos hechos y no
como una prueba de sucesos mínimos que servían de soporte a las novelas experimentales.

La ambientación novelística sirve tendrá por objeto servir de marco verosímil de las
preocupaciones estrictamente individuales de los personajes, que rara vez se proyectan más allá
del límite de su entorno familiar o círculo de amistades. Se puede hablar de novela
posmoderna: los novelistas renuncian a cualquier interpretación totalizante del mundo y sus
problemas no trascienden la individualidad de sus protagonistas.

La confluencia de diferentes generaciones impulsa el cultivo de gran cantidad de


tendencias novelísticas y temas, lo que se traduce en dos características: el carácter
aglutinador (acoge todas la tendencias, modalidades, temas, etc.) y la individualidad, ya que
cada autor elegirá un estilo propio con el que expresar su mundo personal y su visión de la vida
Estas son las tendencias más importantes:
- La metanovela: a la vez junta una historia y el proceso seguido en la narración de la
misma. José María Merino: La orilla oscura; Juan José Millás: El desorden de tu
nombre.
- Novela lírica, que centra su interés en la forma en la calidad poética. Luis Llamazares:
La lluvia amarilla; Javier Marías: Corazón tan blanco. Dentro de los temas de la novela
lírica podemos hablar del relato de aprendizaje, en el que se desarrolla el proceso de
un individuo en formación, y la autobiografía (real o ficticia).
- Novela histórica, con recreaciones verdaderas o fantasías. Eduardo Mendoza; La
ciudad de los prodigios (recrea la historia de Barcelona en el periodo comprendido entre
las dos exposiciones universales), Madrid 1936. Miguel Delibes, El hereje, así como la
saga protagonizada por el Capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte.
Los santos inocentes, de Miguel Delibes (1981), que fue llevada al cine, se centra en un
cortijo de Extremadura de los años 60, donde los campesinos trabajan a las órdenes de

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sus amos, reflejando refleja las grandes diferencias económicas, culturas y de poder
entre las clases sociales. Constituye una denuncia moral y social contra el latifundio,
que impide la realización vital de una serie de personajes de clase baja, sometidos a sus
amos.
En la actualidad, la Edad Media: se ha convertido en fuente para gran cantidad de
novelas históricas, como La Catedral del Mar o Herederos de la Tierra, de Ildedonso
Falcones; o El Castillo, de Luis Zueco. Todas ellas combinan el relato histórico con
historias de intriga.
- Crónicas y novelas generacionales, donde se lleva a cabo una revisión crítica de la
historia reciente de España.
- Novela de intriga y novela policíaca: Vázquez Montalbán escribe varias obras de tema
policíaco, como Los mares del sur o El pianista. Además, Arturo Pérez Reverte (La
tabla de Flandes) o Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta practican
este género.
La verdad sobre el caso Savolta: Una obra con una estructura compleja que está al
servicio de una trama policiaca, ambientada en la Barcelona de las primeras décadas del
siglo XX. Esta novela fue el arranque de una nueva orientación y la reivindicación de
algunos subgéneros poco valorados como la novela negra.

Sin noticias de Gurb, El laberinto de las aceitunas y El misterio de la cripta embrujada,


de Eduardo Mendoza tratan de forma irónica y también con humor los tópicos de las
novelas de misterio, policíacas y de ciencia ficción.

Ya en el siglo XXI Julia Navarro, con obras como La hermandad de la Sábana Santa,
Dime quién soy o Dispara, yo ya estoy muerto; y Matilde Asensi, con El último Catón o
Todo bajo el cielo, son dos escritores actuales de éxito centradas en novelas que
combinan tramas de misterio relacionadas con hechos o lugares históricos relevantes.
También Dolores Redondo se ha consagrado dentro del género policíaco y de misterio
con la Trilogía del Batzán (El guardián invisible, El legado en los huesos y Ofrenda a la
tormenta), historias de asesinatos ocurridos en Navarra).

- Novela de personaje y de introspección psicológica: Javier García Sánchez, con su


obra El mecanógrafo; Javier Marías, Mañana en la batalla piensa en mí; o Soledad
Puértolas con Queda la noche.
Cabe mencionar también a José Luis Sampedro, quien cobró notoriedad especial a partir
de la publicación en 1981 de Octubre, octubre y, más tarde, con una composición más
sencilla: La sonrisa etrusca

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Uno de los novelistas más actuales, Antonio Muñoz Molina, ha publicado novelas como
Beatus Ille, El jinete polaco o La noche de los tiempos. En muchas de ellas, parte de recuerdos
para crear sus novelas.

Rosa Montero construye ficciones de ambiente urbano que ahondan en las relaciones y
los sentimientos humanos y se acercan a los problemas sociales como Te trataré como una
reina o Bella y oscura. Almudena Grandes es heredera del espíritu de la famosa movida
madrileña, un movimiento cultural que pretendía la liberación de las artes y que se desarrolló
fundamentalmente durante los años 80. Combina un modelo realista tradicional y unos
personajes de gran profundidad psicológica. Es autora de un conjunto de novelas de
protagonista femenino, ambientadas en la posguerra, entre las que se encuentra Inés y la alegría.

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