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INTRODUCCIÓN

Esta obra forma parte de una colección que edita Thomson Reuters con el
objeto de entregar a la comunidad jurídica nacional los criterios de aplicación y
solución de casos de instituciones que tienen una masiva litigiosidad en
tribunales y Cortes del país.

La institución que hemos seleccionado en este texto es el título ejecutivo.

Estimamos conveniente, para una mejor comprensión de la obra, desarrollar


brevemente algunas líneas acerca del fenómeno de la jurisprudencia en nuestro
sistema jurídico.

1. LAS NOCIONES DE JURISPRUDENCIA

La expresión jurisprudencia puede ser analizada desde distintas perspectivas,


centrando la nuestra en lo que dicha expresión significa para la comunidad
jurídica. En dicho contexto, en Chile la jurisprudencia es posible concebirla de
tres formas muy diversas, aclarando que no nos referiremos al concepto de
"precedente" propio de los sistemas jurídicos de raíz anglosajona.

En una primera acepción, la jurisprudencia se entiende como el conjunto de


criterios interpretativos acerca de una norma legal; esto es, las diversas formas
de aplicación que los tribunales le dan a la ley.

A partir de la reforma del año 1995 a la Corte Suprema, este tribunal ha ido
paulatinamente fijando criterios unificados de cómo se deben interpretar y aplicar
las normas. Así surge una segunda acepción que tiende a la uniformidad y que
es posible advertir en algunos fallos. En efecto, advertimos hoy que las
sentencias del Máximo Tribunal y de las Cortes de Apelaciones utilizan frases
como las siguientes: "...Como lo ha señalado reiteradamente la jurisprudencia
de esta Corte...", "...Según la jurisprudencia de este tribunal..." o "siguiendo la
sana doctrina de esta Corte". ¿Son sólo semántica dichas frases o evidencian
una tendencia unificadora? A nuestro parecer ello refleja más bien el interés de
la Corte Suprema, e incluso de algunas Cortes de Apelaciones, de sostener en
el tiempo el criterio fijado sin un propósito evidente de uniformar, sino de
establecer soluciones de casos en forma previa.

Una tercera noción ha ampliado el concepto de jurisprudencia a todas las


sentencias dictadas por las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema,

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propuesta respecto de la cual no estamos de acuerdo. Autores nacionales que
han realizado investigaciones empíricas en este punto, han logrado constatar
que un número importante de los fallos que se dictan por dichos tribunales poco
aportan en cuanto a su argumentación jurídica. La jurisprudencia, en esta tercera
vertiente, se plantea como una propuesta argumentativa para la casuística,
dotada de autoridad, ya que al provenir de los Tribunales Superiores de Justicia,
justifica la pretensión de una de las partes de la controversia.

2. LOS CRITERIOS DE SOLUCIÓN DE CASOS

Sin perjuicio de lo anterior, la observación del fenómeno de soluciones


judiciales a los casos que llegan a las Cortes de Apelaciones y a la Corte
Suprema permite sostener que el sistema judicial chileno se inclina a la creación
inorgánica de soluciones de casos que se justifican en las más diversas fuentes
jurídicas y que se mantienen en el tiempo por el mismo tribunal que las creó.

Se trata, en la especie, de una producción permanente de soluciones


casuísticas, que se transforman en un modelo preestablecido que se aplicará a
cada controversia similar que se presente en que la o las normas jurídicas
(instituciones), cuyo sentido y aplicación se litigue, sean las mismas.

Hay, por lo expuesto, dos condiciones para que la "solución casuística" que
se construye por la Corte, la Sala o la integración de ésta, se aplique:

a) Identidad de caso, esto es que la controversia que se somete a


conocimiento de la Corte, ya sea mediante el recurso de apelación, de casación
o nulidad, sea similar a una que anteriormente se llevó a estrados y respecto de
la cual se fijó un criterio de solución.

b) Identidad de normas jurídicas en conflicto, lo que implica que la o las normas


que las partes invocan como aplicables al caso sean las mismas que se
invocaron en casos anteriores.

Dándose los dos supuestos expuestos, la Corte o la Sala de ella procede a


aplicar la "solución de caso" ya diseñada.

El análisis de las sentencias y sus respectivos holdings y argumentos que las


sustentan permite plantear que estamos en un proceso de desarrollo sostenido
de soluciones de casos que se mantienen en el tiempo y que las Cortes van
explicitando en los respectivos fallos como "criterios de solución".

La observación de este fenómeno permite sostener que las soluciones de


casos que las Cortes construyen y se van manteniendo en el tiempo, pueden
ser:

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a) Uniformes en el sistema judicial

Se trata de soluciones de casos que las Cortes han desarrollado, en forma


vertical o espontánea, y es la misma que se aplica en todo el sistema judicial,
independiente de la Corte, la Sala o la integración de la misma, siendo idénticos
las soluciones y los argumentos (holdings) que las sustentan.

b) Dispersas

Son las soluciones de casos que dependerán de cada Corte, Sala o


integración y que es posible observar en criterios dispares respecto de un mismo
tipo de casos con argumentos (holdings) similares para cada solución creada.

Cabe tener presente que la tendencia en el sistema judicial chileno es la


dispersión, la que se advierte entre Cortes, o entre Salas de la misma e, incluso,
en una misma Sala cuando se da la relación en Cortes de Apelaciones de 2 a 1
o 1 a 2 y en las Salas de la Corte Suprema 3 a 2 o 2 a 3.

En este último caso, el voto de mayoría sustenta una solución y criterio que se
mantiene en el tiempo, hasta que el voto de minoría pase a ser de mayoría,
quedando reflejadas ambas posiciones en las sentencias en los votos disidentes.

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CAPÍTULO I AUTONOMÍA DEL TÍTULO EJECUTIVO

1. GESTIONES PREPARATORIAS DE LA VÍA EJECUTIVA NO LIBERAN AL


TÍTULO DE LA OBLIGACIÓN DE SER AUTOSUFICIENTE

SUMARIO: Por medio de las gestiones de reconocimiento de firma o la


confesión judicial, ambas preparatorias de la vía ejecutiva, se busca dotar de
mérito ejecutivo a una obligación preexistente que, por lo mismo, aunque ha
nacido a la vida jurídica no tiene aparejada dicha cualidad, de tal suerte que
en virtud de la gestión previa no se la crea o establece, sino únicamente se le
otorga mérito ejecutivo, constituyéndose en el título que contiene la gestión
respectiva. La circunstancia de haber quedado preparada la vía ejecutiva, en
los términos del artículo 436 del Código de Procedimiento Civil, no libera al
título así obtenido de la exigencia general en orden a que ha de ser
autosuficiente, esto es, debe dar cuenta, por sí sólo, de una obligación de dar,
de hacer o de no hacer y, además, de una que sea líquida y actualmente
exigible (considerandos 3º y 4º de la sentencia de reemplazo). El solo hecho
de haber reconocido su firma, no transforma al ejecutado en obligado al
cumplimiento de una deuda a todas luces debitada (considerandos 9º de la
sentencia de casación y 5º de la sentencia de reemplazo).

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo

Rol: 7296-2012

Fecha: 20/05/2013

Cita online: CL/JUR/1069/2013; 65131

Partes: Víctor Espinoza Vera con Aurora Espinoza Vera

Magistrado s : Segura Peña, Nibaldo; Araya Elizalde, Juan; Silva Gundelach,


Guillermo Enrique

Redactor: Pfeffer Urquiaga, Emilio

Abogado integrante: Pfeffer Urquiaga, Emilio; Lecaros Zegers, Raúl

Voces : acción ejecutiva - acción judicial - casación - casación en el fondo -


confesión ficta - derecho comercial - derecho procesal - excepciones -

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inhabilidad del título - instrumento mercantil - juicio ejecutivo - mérito ejecutivo
- obligación de dar - preparación de la vía ejecutiva - reconocimiento de firma
- título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 436 - Código de Procedimiento Civil

Hechos: Una persona acciona ejecutivamente en contra de otra, la que opone


excepciones, siendo éstas rechazadas por el tribunal de primera instancia. El
ejecutado apela, pero el tribunal de segundo grado confirma la sentencia. Este
veredicto es impugnado mediante recursos de casación, pero el Máximo
Tribunal anula de oficio la sentencia, dictando una de reemplazo que acoge la
excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil y rechaza
la ejecución

TEXTO COMPLETO:

I. Sentencia de casación

Santiago, veinte de mayo de dos mil trece.

Visto:

En estos autos Rol Nº 1.001-2009, seguidos en procedimiento ejecutivo ante


el Segundo Juzgado Civil de Rancagua, don Víctor Espinoza Vera interpuso
demanda en contra de doña Aurora Espinoza Vera, solicitando que se
despachara mandamiento de ejecución y embargo a objeto de requerir a esta
última para que suscribiera el traspaso de 4.997 acciones, dentro de tercero día
o el que dispusiera el tribunal, bajo apercibimiento de que si así no lo hiciere, la
escritura sería suscrita por el juez en representación de la deudora.

El actor basó su pretensión en que, citada a la presencia judicial en gestión


preparatoria previamente realizada, la contraria reconoció su firma puesta en
documento que se le exhibió, habiendo quedado establecido que esta última le
adeuda el traspaso de 4.997 acciones de las cuales ella es titular.

Haciendo presente que se trata de una obligación determinada, actualmente


exigible y no prescrita, solicitó lo reseñado en un comienzo.

La demandada, en su defensa, planteó las excepciones de los numerales 2,


4, 7 y 14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil. Sobre las que
incumben a la presente sede procesal, esto es, la falta de requisitos o
condiciones legales para que el título tenga fuerza ejecutiva y, en subsidio de
ésta, la nulidad de la obligación, la demandada argumentó que, tras seis meses
en que la causa estuvo paralizada, se dictó una resolución que no fue notificada
conforme a lo dispuesto en el artículo 52 de la compilación procesal del ramo,
por lo que la sentencia interlocutoria de 4 de mayo de 2011 —que tuvo por
preparada la vía ejecutiva— no le empece, al haber sido dictada al margen de
las normas procesales y sin haber sido notificada en forma legal. En subsidio de
lo anterior, expresó que si la obligación y la consiguiente acción persecutoria

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nacen o se generan a partir del éxito o consumación de la gestión preparatoria y
ésta carece de los requisitos legales, tal obligación y su respectiva acción son
nulas.

Al evacuar el traslado correspondiente a esas excepciones, el actor expuso


que la ejecución se encuentra debidamente preparada, porque, si bien el citado
artículo 52 contempla la notificación en casos específicos, el artículo 55 expresa
que aun cuando no se haya verificado notificación alguna, se tendrá por
notificada una resolución desde que la parte a quien afecte haga en el juicio
cualquier gestión que suponga conocimiento de ella, sin haber antes reclamado
la falta de notificación que alega, circunstancia que ocurrió en la especie. Añadió
que en el presente caso, la ejecutada una vez notificada la demanda y requerida
de pago debió reclamar la falta de notificación de la resolución aludida, y
posteriormente, en forma subsidiaria oponer las excepciones que estimaba
convenientes.

Por sentencia de catorce de enero de dos mil doce, escrita a fojas 70, dictada
por la señora juez subrogante del tribunal mencionado en el primer párrafo, se
rechazaron todas las excepciones opuestas por la ejecutada y se hizo lugar a la
demanda, ordenando suscribir el documento de traspaso de 4.997 acciones por
la ejecutada, de las cuales ella es titular en Agrícola y Ganadera San Sebastián
S.A., dentro de décimo día de ejecutoriado el fallo, bajo apercibimiento de
suscribirse por el juez en representación de la deudora.

Recurrido de casación en la forma y apelado ese fallo por la ejecutada, la Corte


de Apelaciones de Rancagua, en sentencia de veinte de agosto pasado, escrita
a fojas 187, rechazó el primero de esos arbitrios y confirmó la sentencia en
alzada.

En contra de esta última decisión, la ejecutada ha deducido recursos de


casación en la forma y en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que según se ha reproducido en lo expositivo de este fallo, la parte


ejecutante encaminó su libelo de fojas 22 en el ejercicio de la acción ejecutiva
de una obligación de hacer, concretamente, que la ejecutada fuera apremiada
para que suscribiera el documento de traspaso de acciones que mencionó;
pretensión que esta última enfrentó por medio de cuatro excepciones de la
nómina estatuida en el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil,
puntualmente, las excepciones 2ª, 4ª, 7ª y 14ª de la norma en mención;

Segundo: Que, del mismo modo, ya se dejó expresado que los jueces de la
instancia desestimaron todas las excepciones formuladas por la ejecutada e
hicieron lugar a la demanda, ordenando a esa litigante suscribir el documento de
traspaso de 4.997 acciones de las que es titular en la sociedad anónima Agrícola
y Ganadera San Sebastián, dentro de décimo día de ejecutoriado el fallo, bajo
apercibimiento de ser suscrito en su representación por el juez de la causa;

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Tercero : Que la sentencia objeto del recurso, junto con determinar que en
autos, con lo actuado por la ejecutada, se configuró lo dispuesto en el artículo 55
del Código de Procedimiento Civil en cuanto a la falta de notificación por cédula
de la resolución que tuvo por preparada la vía ejecutiva, pese a que se dictó
luego de seis meses de haber estado paralizado el juicio, resalta el tenor y mérito
del documento denominado "acuerdo", fechado el "27.03.07", respecto del cual
se llevó a efecto la gestión preparatoria de la vía ejecutiva.

En efecto, la Corte de Apelaciones de Rancagua destaca que ese documento,


más allá de no constituir propiamente el título —porque lo es el reconocimiento
judicial de la rúbrica puesta por la ejecutada en el mismo—, resulta un
antecedente clave para la resolución del pleito. Los sentenciadores observan
que por medio del instrumento en mención, la ejecutada "traspasa acciones a
Jorge Espinoza mediante adjudicación de bienes de Agrícola y Ganadera San
Sebastián S.A. por el equivalente al número de acciones: 4.997", estipulándose,
además, que "Las partes determinarán los bienes equivalentes a adjudicaciones
por las 4.997 de Jorge Espinoza Vera".

Sin duda —considera la Corte—, el citado documento denominado "Acuerdo"


por los firmantes, constituye un contrato bilateral, dado que se trata de una
convención destinada a crear obligaciones para ambas partes, y conmutativo,
porque las obligaciones se miraban como equivalentes, según se colige de la
voz "tal" que en la cláusula segunda se confiere al precio en bienes de la
sociedad, a cambio de las acciones.

La sentencia define que, si hubiese sido planteado oportunamente, es


indudable que la obligación equivalente por el traspaso de las acciones
pretendidas no se encontraba determinada, ni al momento del contrato, ni lo ha
sido después, antes de presentarse la demanda, lo que se concluye no sólo por
la voz futura "determinarán" empleada en el documento en mención, sino que,
especialmente, por el tenor de las alegaciones efectuadas al respecto, que no
mencionan su cumplimiento, el que tampoco parecía fácil de satisfacer, por la
falta de elementos de juicio que exhibe el acuerdo en cuestión, y teniendo en
cuenta, en particular, que el precio del traspaso de las acciones se hace
equivalente a la "adjudicación" en bienes de la sociedad y, como se sabe, los
bienes de una sociedad sólo pueden adjudicarse una vez desaparecida ésta,
caso en que las acciones dejan de tener un contenido patrimonial.

Se agrega que, dentro de esa hipótesis, no podría haberse perdido de vista lo


dispuesto en el artículo 1552 del Código Civil, en conformidad con el cual, la
ejecutada pudo haber alegado que al título de marras le faltaban requisitos para
tener fuerza ejecutiva, en virtud de una obligación a la sazón inexigible.

Sin embargo, para los magistrados de segunda instancia lo determinante es


que no fue en base a dicho argumento —recién introducido en la litis a propósito
del recurso de apelación— que la ejecutada sustentó dicha excepción, sino en
relación a una supuesta falta de notificación de la resolución constitutiva de la
vía; condiciones en que la Corte de Apelaciones entiende que se carece de
facultades para obrar de oficio y, por consiguiente, no obstante lo expresado,

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termina por concluir que no le es posible resolver dicha excepción sino en la
forma en que lo hizo el juez a quo.

Finalmente, en cuanto a la nulidad de la obligación, el tribunal de apelación


destaca que ella requiere, tal como lo admite la propia ejecutada, de una
declaración judicial que no se ha formulado en la especie, de modo que tampoco
podía haberse acogido la excepción con dicho fundamento;

Que, según se sabe, el procedimiento ejecutivo exige, para ser tal, de la


concurrencia de un título con el mismo apelativo, "ejecutivo", y que para ser tal
precisa de una serie de requisitos legales que, justamente, le asignan la fuerza
necesaria para sostener la ejecución. Es claro, también, que esos requisitos
deben reunirse al inicio de la causa, esto es, han de constar al momento de
despachar el correspondiente mandamiento de ejecución y embargo. Esta
constatación se encuentra a cargo del tribunal ante quien se impetra la ejecución.

De entre esos requisitos del título sobre el que descansa el procedimiento


ejecutivo, las razones del fallo de la Corte de Apelaciones de Rancagua ponen
de relieve el primordial: el título debe contener una obligación de dar, hacer o no
hacer. Esa es la deuda que habrá de ejecutarse en la causa y, sin ella no cabe
apremio ni ejecución posible.

Pues bien, los sentenciadores de alzada advirtieron que en el caso sub lite la
obligación que subyace al título originado en la gestión preparatoria de la vía
ejecutiva no da cuenta de una obligación exigible, sin embargo, determinaron la
inocuidad de esa constatación debido a que la parte ejecutada no la había
incorporado a la controversia;

Quinto: Que no debe perderse de vista que esta Corte Suprema ha resuelto
que el tribunal sentenciador tiene autorizado pronunciar su fallo sobre la base
de consideraciones diversas de aquellas que hubieran invocado las partes. Tal
proceder no acarrea el vicio de ultra petita, en la medida que la sentencia se
dedique a tratar y decidir la cuestión o cuestiones propuestas por las partes;

Sexto: Que en lo que atañe a la presente causa cobra relevancia el deber que
el artículo 441 del Código de Procedimiento Civil impone al tribunal que haya de
proveer una demanda ejecutiva. Esta norma le manda examinar el título y
despachar o denegar la ejecución, sin audiencia ni notificación del demandado.

Ese trascendente mandato legal al juez es sin duda directo, no requiere que
ninguno de los litigantes inste por el mismo, sin perjuicio, claro está, de la gama
de excepciones con las que más adelante contará el ejecutado, en caso que la
ejecución sea admitida y siga su curso;

Séptimo: Que según se anotó en el motivo cuarto, el requisito esencial que


habrá de aparecer del título que se pretende ejecutivo es la deuda, la obligación
cuyo cumplimiento se persigue por el ejecutante.

Luego, los efectos de una deficiente observancia de ese deber legal del juez
de la causa, en orden a verificar que la ejecución incoada exhibía ese primer

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requisito básico, trascienden al momento procesal al que era inherente,
permitiendo que, incluso, sea abordado por el tribunal superior que lo suceda en
el conocimiento y fallo de la litis, tal como sucedió en la especie.

En el contexto que se viene describiendo y dadas las reflexiones de los jueces


de segunda instancia que conocieron de esta causa, se hace innegable que
éstos debieron proseguir en su raciocinio, en lugar de abandonarlo, abordando
lo atinente a la efectiva existencia de una obligación susceptible de ser ejecutada
como requisito insoslayable de todo título que se pretenda con el carácter de
ejecutivo, obteniendo las conclusiones jurídicas que de ello provinieran para
efectos de zanjar adecuadamente el presente pleito;

Octavo: Que el Código de Procedimiento Civil, en sus artículos 169, 170 y 171,
regula las formas de las sentencias.

A su vez, el artículo 5º transitorio de la Ley Nº 3.390, de 15 de julio de 1918,


dispuso: "La Corte Suprema establecerá, por medio de un auto acordado, la
forma en que deben ser redactadas las sentencias definitivas para dar
cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 170 y 785 del Código de
Procedimiento Civil", ante lo cual este Tribunal dictó el Auto Acordado sobre la
Forma de las Sentencias, de 30 de septiembre de 1920, expresando que las
definitivas de primera o de única instancia y las que revoquen o modifiquen las
de otros tribunales, contendrán: "5º Las consideraciones de hecho que sirvan de
fundamento al fallo. Se establecerán con precisión los hechos sobre que versa
la cuestión que deba fallarse, con distinción de los que hayan sido aceptados o
reconocidos por las partes y de aquellos respecto de los cuales haya versado la
discusión; 6º En seguida, si no hubiere discusión acerca de la procedencia legal
de la prueba, los hechos que se encuentren justificados con arreglo a la ley y los
fundamentos que sirvan para estimarlos comprobados, haciéndose, en caso
necesario, la apreciación correspondiente de la prueba de autos conforme a las
reglas legales; 7º Si se suscitare cuestión acerca de la procedencia de la prueba
producida, la exposición de los fundamentos que deben servir para aceptarla o
rechazarla, sin perjuicio del establecimiento de los hechos en la forma expuesta
en los párrafos precedentes para los fines consiguientes...".

En diferentes ocasiones —entre las que destaca la sentencia publicada en la


Revista de Derecho y Jurisprudencia Tomo XXV, secc. 1ª; pág. 156, año 1928—
, esta Corte Suprema ha resaltado la importancia de cumplir con tales
disposiciones, tanto por la claridad, congruencia, armonía y por la lógica en los
razonamientos que deben observar los fallos;

Noveno: Que, con arreglo a lo preceptuado en el ya citado artículo 170 de la


compilación procesal del ramo, las sentencias de primera o única instancia y las
de segunda que modifiquen en su parte dispositiva las de otros tribunales,
contendrán las consideraciones de hecho y derecho que le sirven de
fundamento.

En la especie, el fallo que se examina no cumple de manera satisfactoria con


ese requisito, pues omitió la debida fundamentación del fallo sobre la base de
los antecedentes que, si bien encaminaron a los sentenciadores en las

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exigencias de la vía ejecutiva, quedaron truncos, al faltar las consideraciones
que ligaban dicho examen con el deber primero del tribunal que proveyó la
demanda. Por ello, en lugar de acoger la excepción número 7 del artículo 464
del Código de Procedimiento Civil, ésta fue desestimada;

Décimo: Que el defecto de forma que ha quedado evidenciado, importa que


los jueces del grado han incurrido en la quinta causal de nulidad prevista en el
artículo 768 del Código de enjuiciamiento del ramo, relacionado al cuarto
numeral del artículo 170 del mismo ordenamiento, vicio que ha tenido influencia
substancial en lo dispositivo de la sentencia cuestionada, al faltar el análisis
referente a la existencia de una obligación susceptible de ejecutar, requisito
elemental del título producido en la gestión previa preparatoria de la vía ejecutiva
y que el tribunal debió aquilatar;

Undécimo: Que los tribunales, conociendo de un proceso por la vía de la


casación, pueden invalidar de oficio las sentencias, cuando los antecedentes del
recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en
la forma, oyendo a los abogados de las partes, según lo autoriza el artículo 775
del Código de Procedimiento Civil, exigencia esta última que no fue satisfecha,
por haberse advertido el defecto en el estado de acuerdo.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en las


normas legales y en los artículos 766, 768, 775 y 806 del Código de
Procedimiento Civil, se casa en la forma de oficio y en consecuencia se invalida
la sentencia de veinte de agosto de dos mil doce, que se lee a fojas 187 —en
cuanto se pronuncia sobre la apelación deducida en el primer otrosí de fojas 80—
, la que se reemplaza por la que se dicta acto continuo, sin nueva vista y en forma
separada.

En razón de lo antes resuelto, ténganse por no interpuestos los recursos de


casación en la forma y en el fondo deducidos a fojas 220 por el abogado don
Alvin Saldaña Muñoz, en representación de la parte demandada.

Regístrese.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Emilio Pfeffer U.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Nibaldo Segura P., Juan Araya E., Guillermo Silva G., y Abogados Integrantes
Sres. Emilio Pfeffer U. y Raúl Lecaros Z. No firman los Ministros Sres. Segura y
Silva, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por
estar ambos con permiso.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

Nº 7.296-2012.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, veinte de mayo de dos mil trece.

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En conformidad a lo dispuesto en el inciso primero del artículo 786 del Código
de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo:

Visto:

Se reproduce el fallo apelado, incorporando en sus citas legales lo dispuesto


en el artículo 441 del Código de Procedimiento Civil.

De igual modo, se reproducen los motivos cuarto, quinto y sexto de la


sentencia de casación que antecede.

Y se tiene, además, presente:

1º.- Que para la adecuada resolución en los antecedentes, cabe resaltar


algunas consideraciones útiles al efecto, las que, incluso, resultan ser
independientes y previas a abordar las alegaciones y defensas específicas de
los litigantes.

En ese sentido, se ha de tener en cuenta que el título ejecutivo constituye


aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable, al cual la ley atribuye
la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de la obligación en él
contenida;

2º.- Que del análisis de los diversos títulos ejecutivos que contempla el artículo
434 del Código de Procedimiento Civil, es posible concluir que existen títulos
perfectos e imperfectos, dentro de ésta última categoría encontramos la
confesión de deuda y el reconocimiento de firma. Dichos títulos se caracterizan
porque, para poder iniciar la ejecución por medio de ellos, es preciso cumplir con
ciertas gestiones previas, llamadas preparatorias de la vía ejecutiva,
consistentes en un procedimiento judicial anterior, que puede iniciar el acreedor
en contra del deudor, destinado a perfeccionar o completar un título con el cual
pretende iniciar una ejecución ulterior;

3º.- Que por medio de las gestiones de reconocimiento de firma o la confesión


judicial, ambas preparatorias de la vía ejecutiva, se busca dotar de mérito
ejecutivo a una obligación preexistente que, por lo mismo, aunque ha nacido a
la vida jurídica no tiene aparejada dicha cualidad, de tal suerte que en virtud de
la gestión previa en referencia no se la crea o establece, sino que únicamente
se le otorga mérito ejecutivo, constituyéndose en el título que contiene la gestión
respectiva;

4º.- Que, ahora bien, la circunstancia de que en este caso haya quedado
preparada la vía ejecutiva, en los términos que prevé el artículo 436 del Código
de Procedimiento Civil, no libera al título así obtenido de la exigencia general en
orden a que ha de ser autosuficiente, esto es, debe dar cuenta, por sí solo, de
una obligación de dar, de hacer o de no hacer y, además, de una que sea líquida
y actualmente exigible;

5º.- Que, centrada la atención en el documento exhibido a doña Aurora


Espinoza Vera en la fase preparatoria de la vía ejecutiva y respecto del cual

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aquélla reconoció su rúbrica, resulta ostensible que el mismo no da cuenta de
una obligación posible de ser exigida por medio del procedimiento compulsivo.
En efecto, no se advierte en los pasajes del instrumento privado en referencia la
existencia de un deber de prestación palmario a cargo de la ahora ejecutada con
suficiencia jurídica tal que satisfaga los presupuestos anotados en el acápite
precedente, los que ineludiblemente deben concurrir para entender que el título
que se supone perfecto tiene, en realidad, la fuerza ejecutiva de rigor.

Huelga decir que el solo hecho de haber reconocido su firma, no transforma a


la citada en obligada al cumplimiento de una deuda a todas luces dubitada.

Y en conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes,


464 Nº 7 y 471 del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada
de catorce de enero de dos mil doce, escrita a fojas 70, en cuanto rechazó la
excepción de faltar alguno de los requisitos o condiciones establecidas por las
leyes para que el título fundante de autos tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado y, en su lugar, se declara que la
referida excepción queda acogida.

En consecuencia, se declara que la ejecutada doña Aurora Ester Espinoza


Vera queda absuelta de la ejecución iniciada en su contra.

En razón de lo antes decidido, se omite pronunciamiento acerca de las demás


excepciones reiteradas por el apelante —2ª y 14ª del citado artículo 464—, ya
por resultar innecesario en relación a la primera de ellas, ya por haber sido
formulada de modo subsidiario la última.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Emilio Pfeffer U.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Nibaldo Segura P., Juan Araya E., Guillermo Silva G., y Abogados Integrantes
Sres. Emilio Pfeffer U. y Raúl Lecaros Z. No firman los Ministros Sres. Segura y
Silva, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por
estar ambos con permiso.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

Rol Nº 7.296-2012.

2. TÍTULO EJECUTIVO NO NECESARIAMENTE DEBE CONSTAR EN UN


SOLO DOCUMENTO

SUMARIO: La ley no exige que todos los requisitos que deben dar mérito
ejecutivo a un título deban constar en él, por lo que el título ejecutivo puede
estar integrado por dos o más instrumentos que sumados contienen los
requisitos de la acción ejecutiva, sin que por ello se desvirtúe la exigencia que

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el título ejecutivo debe bastarse a sí mismo. Así, el título puede constar
materialmente en dos o más documentos, siempre y cuando todos ellos
tengan el carácter de títulos ejecutivos apreciados individualmente. No puede
soslayarse que las obligaciones que contrae el fiador y deudor solidario se
hallan debidamente subordinadas a la naturaleza y características de las
obligaciones de que debe responder el deudor principal.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2428-2004

Fecha: 04/07/2006

Cita online: CL/JUR/2158/2006

Partes: Distribuidora Adelco Concepción con Comercial Súper Cinco Limitada

Magistrados: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Redactor: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 2413 - Código Civil; Artículo 434 - Código


de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Concepción, 4 de julio de 2006.

Visto:

I. En cuanto a los recursos de casación en la forma interpuestos a fojas 56,


127 y 198 en contra de las sentencias definitivas de fechas 12 de julio de 2004,
escritas, respectivamente, a fojas 50, 121 y 192 y siguientes.

1. Que el abogado Luis Rodríguez Orellana en representación de don Alberto


Floridor Ortiz Lagos, por lo principal de los escritos de fojas 56, 127 y 198 dedujo
sendos recursos de casación en la forma en contra de las sentencias definitivas
todas de fecha 12 de julio de 2004, escritas a fojas 50, 121 y 192 y siguientes,
los que funda en las causales del Nº 5 del artículo 768 en relación al artículo 170
Nºs. 4 y 6 del Código de Procedimiento Civil y en la del Nº 4 del artículo 768 y
artículo 170 Nº 6 del mismo Código.

2. Que la primera causal del recurso la funda, en cada caso, en el Nº 5 del


artículo 768, en relación al artículo 170 Nºs. 4 y 6 del Código de Procedimiento
Civil; esto es, haber sido dictadas las sentencias recurridas con omisión de las

14
consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento a las
sentencias y haber omitido resolver la cuestión controvertida, pues éstas no han
considerado ni fallado todas las excepciones opuestas a la ejecución.

Esta causal la funda en dos infracciones:

La primera, en que su representado, en cada caso, opuso a la ejecución como


primera excepción la de incompetencia del tribunal ante quien se presentó la
demanda, contemplada en el artículo 464 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil,
la que fundó en dos hechos distintos:

a) Que el domicilio del ejecutado es Sotomayor Nº 258, Coronel, y

b) Que en el contrato que rola a fojas 2, 71 y 140 se pactó como domicilio la


ciudad de Concepción.

Las sentencias, dice, omiten toda consideración sobre estas excepciones,


también si los cheques son o no títulos ejecutivos en contra del ejecutado y
porqué no rige en este juicio el pacto sobre el domicilio convenido en la escritura.

La segunda infracción, en que su representado, en cada caso, opuso como


segunda excepción la falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado, prevista en el Nº 7 del artículo
464 del Código de Procedimiento Civil, la que dedujo bajo dos aspectos: la
inexistencia de título ejecutivo en contra del ejecutado y la inexistencia de título
ejecutivo que dé cuenta de una obligación líquida y actualmente exigible, no
conteniendo las sentencias reflexión alguna ni consideraciones jurídicas de
ninguna especie para rechazar la excepción de su representado, lo que era
necesario porque se ha dado mérito ejecutivo a cheques en contra de Ortiz
Lagos sin que de ellos emane obligación alguna en su contra, de manera que no
existe título ejecutivo, y porque se le ha dado mérito ejecutivo a una escritura
pública que conforme con la ley no lo tiene.

3. Que el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil en su numeral 4


dispone que toda sentencia debe contener las consideraciones de hecho o de
derecho que sirven de fundamento a la sentencia.

La sentencia debe contener las consideraciones, esto es los razonamientos


jurídicos en base de los hechos que se encuentran establecidos en el proceso,
pero la exigencia legal no llega al extremo de que el tribunal deba consignar en
ella todas las consideraciones de hecho y de derecho ni que refute en sus
atestados todas las razones dadas por las partes y que el tribunal no acepta.

Tampoco exige que mencione, analice y pondere en sus fundamentos cada


una de las alegaciones de las partes, pues basta que dé razones que determinen
la sentencia, que contenga aquellos requisitos en cuanto el tribunal los estime
suficientes para fundarla.

15
Por lo demás, el juez al razonar no está obligado a refutar los argumentos de
las partes.

4. Que en todas las ejecuciones la recurrente opuso las excepciones


contempladas en los Nºs. 1 y 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil, esto es la incompetencia del tribunal y la falta de alguno de los requisitos o
condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado, entregando en
cada situación los argumentos de rigor.

Examinadas cada una de las sentencias recurridas rolantes a fojas 50, 121 y
192 y siguientes, aparece que el juez a quo en los motivos 3º, 4º, 5º, 6º y 7º
realizó las consideraciones respectivas que contienen las razones que le
permiten fundar su sentencia.

Tales razonamientos puede o no compartirlos el recurrente, pero no importa


en ningún caso omisión de consideraciones, como lo sostiene en el recurso,
debiendo consignarse que los tribunales no se encuentran atados a las tesis
jurídicas de las partes.

5. Que el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil en su numeral 6


establece que toda sentencia definitiva debe contener la decisión del asunto
controvertido.

En el juicio ejecutivo la oposición genera una fase de conocimiento inserta en


el procedimiento que por ello adquiere el carácter de juicio y no de pura
ejecución.

Al evacuar el traslado, el actor contestará las excepciones deducidas por el


ejecutado en su escrito de oposición, quedando así fijado el asunto controvertido
que, en su momento, determinará los hechos substanciales pertinentes
controvertidos y que fallará la sentencia definitiva de primer grado.

En las situaciones en estudio el asunto controvertido quedó fijado por los


escritos de oposición del ejecutado rolantes a fojas 15, 85 y 158 y siguientes y
de respuesta del actor a la oposición que rolan a fojas 36, 106 y 177 y siguientes,
lo que determinó que se recibiera, en cada caso, la causa a prueba a fojas 47,
117 y 189, respectivamente.

Como es sabido, la decisión del asunto controvertido se contiene en la parte


resolutiva de la sentencia.

6. Que examinada la parte resolutiva de cada una de las sentencias recurridas


escritas a fojas 50, 121 y 192 y siguientes, el tribunal en cada situación resolvió:
Que se rechazan, con costas, las excepciones opuestas a la ejecución por el
ejecutado Alberto Floridor Ortiz Lagos, por lo que debe proseguirse la ejecución
a su respecto, hasta que la ejecutante obtenga el entero y cumplido pago de las
sumas que cobra en su demanda, con los intereses respectivos.

16
Es necesario tener presente que la sentencia definitiva, que en su parte
resolutiva declara que se rechazan las excepciones opuestas y ordena seguir
adelante la ejecución, resuelve la controversia respectiva.

En las situaciones que nos convocan, no exigiendo la ley procesal que se


cumpla con la exigencia mediante el uso de alguna frase sacramental, no cabe
duda alguna que las sentencias recurridas cumplen con el requisito de contener
la decisión del asunto controvertido al decidirse que se rechazan las excepciones
opuestas a la ejecución por el ejecutado y se ordena seguir adelante con la
ejecución.

7. Que la segunda causal del recurso la funda el recurrente en el Nº 4 del


artículo 768 del Código de Procedimiento Civil y artículo 170 Nº 6 del mismo
Código; vale decir, en haber sido dada la sentencia ultra petita, esto es otorgando
más de lo pedido por las partes o extendiéndola a puntos no sometidos a la
decisión del tribunal. La funda en que las sentencias se extienden a cuestiones
o puntos no sometidos a la decisión del tribunal, porque consta de las demandas
que el único título ejecutivo en que se apoyan son los cheques singularizados en
ellas, los que hace valer en contra del ejecutado, y como no se ha hecho valer
como título ejecutivo la escritura pública de fojas 2, 71 y 140 por el ejecutante,
tampoco es título contra su representado, de manera que las sentencias se
extienden a puntos no sometidos a la decisión del tribunal al complementar los
cheques con esa escritura pública.

8. Que también es sabido que la ultra petita se produce solamente en la parte


resolutiva del fallo, pero no se extiende a las simples consideraciones que sirven
de fundamento a las resoluciones del tribunal.

En todo caso, una sentencia puede ser anulada si no se conforma con el


mérito del proceso.

9. Que examinadas las demandas ejecutivas rolantes a fojas 4, 73 y 142


respectivamente, fluye que en ellas se hace mención expresa a los cheques
suscritos por don Víctor Herrera Campanine en representación de la demandada
Comercial Súper Cinco Limitada y a la escritura pública de fecha 25 de abril de
2003 por la cual don Alberto Floridor Ortiz Lagos se constituyó en fiador y
codeudor solidario de la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada,
enderezándose las demandas en contra de la sociedad Comercial Súper Cinco
Limitada y en contra de Alberto Floridor Ortiz Lagos, en su calidad de fiador y
codeudor solidario de la primera.

Lo anterior significa que en las demandas se hace referencia a dos títulos


ejecutivos: los cheques suscritos a través de su representante por la sociedad
Comercial Súper Cinco Limitada y la escritura pública por la que se constituyó
fiador y codeudor solidario el ejecutado Alberto Ortiz Lagos.

10. Que así las cosas, la escritura pública a que hace mención la ejecutante
en sus demandas y que rolan a fojas 2, 71 y 140, forman parte del mérito del
proceso y así también lo entendió el recurrente al hacer caudal de ellas en sus
escritos de oposición a la ejecución, como consta de la simple lectura de tales

17
escritos de fojas 15, 85 y 158, por lo que las sentencias recurridas no han sido
dadas ultra petita.

Por lo demás, al rechazar las sentencias las excepciones opuestas por el


ejecutado Alberto Ortiz Lagos y ordenar seguir adelante con la ejecución hasta
que la ejecutante obtenga el entero y cumplido pago de lo cobrado en las
demandas, no otorgan más de lo pedido ni se extienden a puntos no sometidos
a su decisión y, por consiguiente, no fallan ultra petita.

11. Que, por último, sin perjuicio de lo expuesto, aunque los eventuales vicios
reclamados por la parte recurrente existieren, ellos pueden ser subsanados por
esta Corte conociendo de los recursos de apelación que también dedujo.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 170 Nºs. 4 y 6, 766


y 768 Nºs. 4 y 5 del Código de Procedimiento Civil, SE RECHAZAN, con costas,
los recursos de casación en la forma interpuestos en lo principal de fojas 56, 127
y 198 y siguientes por el abogado Luis Rodríguez Orellana, en representación
de Alberto Floridor Ortiz Lagos, en contra de las sentencias definitivas todas de
fecha doce de julio de dos mil cuatro, escritas, respectivamente, a fojas 50, 121
y 192 y siguientes.

II. En lo relativo a los recursos de apelación interpuestos en el primer otrosí de


fojas 56, 127 y 198 en contra de las sentencias definitivas de fechas 12 de julio
de 2004, escritas, respectivamente, a fojas 50, 121 y 192 y siguientes.

Se reproducen las sentencias apeladas, y

Teniendo, además, presente:

12. Que para que proceda la acción ejecutiva es necesario que la obligación
consista en un título ejecutivo, que la obligación sea líquida y actualmente
exigible y que la acción ejecutiva no esté prescrita.

Conforme al artículo 434 Nºs. 2 y 4 del Código de Procedimiento Civil, son


títulos ejecutivos la copia autorizada de escritura pública y los cheques, cuando
puesto el protesto en conocimiento del obligado por notificación judicial, no
alegue en ese mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad.

13. Que entre las características del título ejecutivo está la que es autónomo,
lo que significa que se basta a sí mismo y que, por tanto, los elementos o
presupuestos que la ley le exige a la acción ejecutiva deben contenerse en el
título.

Sin embargo, puede presentarse la situación que un título individualmente


considerado es insuficiente, pero si se le agrega otro título que considerado
aisladamente es igualmente insuficiente, pero que sumados reúnen las
condiciones que la ley exige al título ejecutivo, se está cumpliendo con las
exigencias para dar curso a la ejecución.

18
Así, la autonomía del título puede plantearse en un solo título o en varios
instrumentos que coinciden en su presentación (Juan Colombo Campbell: El
Título Ejecutivo. En Juicio Ejecutivo Panorama Actual. Editorial Jurídica ConoSur
Ltda., 1995, página 11).

14. Que el ex profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Concepción,


don René Vergara Vergara, manifiesta que existe opinión mayoritaria en la
doctrina procesal que el título ejecutivo no necesariamente debe constar en un
solo documento, sino que puede estar integrado por varios documentos y otros
elementos que tengan entre sí conexiones jurídicas concurrentes e incluso
posteriores a la formación del título documental, sin que por ello se desvirtúe la
exigencia que el título ejecutivo debe bastarse a sí mismo porque del conjunto
de los documentos relacionados y vinculados con el acto o negocio de que se
trata (título ejecutivo sustancial) fluye la exigibilidad del título para los obligados
al cumplimiento de la prestación que nace de dicho acto o negocio (en
Consideraciones sobre el problema de la unidad o multiplicidad del título
ejecutivo. Revista de Derecho. Universidad de Concepción, año 1983, página
56).

En el mismo orden de ideas, el profesor Juan Colombo Campbell opina que el


título ejecutivo compuesto es perfectamente aceptable, siempre y cuando sea
reconocido por el Art. 434, que contenga una deuda líquida, actualmente exigible
y no prescrita en todas sus versiones; o sea, todos los títulos coincidentes deben
ir a la concurrencia para que el título ejecutivo perfecto calce al Art. 434 (obra
citada, página 37).

Nuestro Máximo Tribunal ha sostenido que: La complementación o integración


de títulos ejecutivos no la prohíbe la ley, la que no exige que todos los requisitos
que deben dar mérito ejecutivo a un título deben constar en él, exigencia que de
existir haría perder finalidad y eficacia jurídica en este ámbito, a instituciones
reconocidas en nuestra legislación, como por ejemplo, las hipotecas constituidas
para garantizar obligaciones de terceros o las otorgadas antes de los contratos
a que acceden y que permite el artículo 2413 del Código Civil o el de aquellas
hipotecas que contienen la cláusula de garantía general hipotecaria ya aceptada
en la doctrina y jurisprudencia de nuestros tribunales de justicia (sentencia de 27
de diciembre de 2000, Rol Nº 806-2000. En Gaceta Jurídica Nº 246, diciembre
2000, páginas 71 y 72).

15. Que de conformidad a lo expuesto es dable concluir que la ley no exige


que todos los requisitos que deben dar mérito ejecutivo a un título deban constar
en él, por lo que el título ejecutivo puede estar integrado por dos o más
instrumentos que sumados contienen los requisitos de la acción ejecutiva, sin
que por ello se desvirtúe la exigencia que el título ejecutivo debe bastarse a sí
mismo.

Así, el título puede constar materialmente en dos o más documentos, siempre


y cuando todos ellos tengan el carácter de títulos ejecutivos apreciados
individualmente.

19
16. Que del tenor de las demandas ejecutivas de fojas 4, 73 y 142 consta que
éstas se fundan en los cheques suscritos a través de su representante por la
sociedad Comercial Súper Cinco Limitada que en cada escrito se individualizan
y en la escritura pública de 25 de abril de 2003 ante Notario Público, por la que
don Alberto Ortiz Lagos se constituyó en fiador y codeudor solidario de la
deudora Comercial Súper Cinco Limitada. También consta en ellas que la acción
se dirige en calidad de demandados en contra de la sociedad Comercial Súper
Cinco Limitada representada por Víctor Herrera Campanine y en contra de
Alberto Ortiz Lagos en su calidad de aval [debió decir fiador] y codeudor solidario
de Comercial Súper Cinco Limitada.

17. Que de la escritura pública de fecha 25 de abril de 2003, que en cada caso
rola a fojas 2, 71 y 140, otorgada ante la Notario Público de Coronel doña Claudia
Sepúlveda Constanzo, suplente de la titular Miriam Sánchez Sepúlveda, consta
que don Alberto Floridor Ortiz Lagos se constituyó en fiador y codeudor solidario
de la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada representada por Víctor Herrera
Campanine respecto de todas y cada una de las obligaciones que en el pasado,
presente o futuro Comercial Súper Cinco Limitada contraiga con Adelco
Concepción Limitada, Abastecedora del Comercio Limitada o Distribuidora
Adelco Concepción Limitada.

También en dicho contrato se fija como domicilio la ciudad de Concepción.

18. Que es necesario tener presente que la solidaridad pasiva es una garantía
para el acreedor, en cuanto puede dirigir su acción en contra del deudor que le
parezca más solvente; el codeudor solidario tiene el carácter de principal y
directo, mientras que en la fianza el fiador es un deudor subsidiario, y el codeudor
solidario respecto del acreedor se encuentra obligado al pago total de la deuda
sin que éste le pueda oponer el beneficio de división.

19. Que de los escritos de oposición a la ejecución que en cada caso rolan a
fojas 15, 85 y 158 y siguientes, fluye que el abogado Luis Rodríguez Orellana,
en representación de Alberto Floridor Ortiz Lagos, opuso como primera
excepción la prevista en el Nº 1 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil, esto es la incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la
demanda.

La apoya en dos aspectos.

Primeramente, en que el ejecutado tiene domicilio en calle Sotomayor Nº 285


en Coronel, que los cheques no son título ejecutivo en contra de su
representado, que no está obligado al pago de los cheques, que el protesto no
le fue notificado a éste y que no hay título ejecutivo en su contra.

El segundo aspecto lo basa sin perjuicio de los aspectos ya mencionados, en


que por escritura pública de 25 de abril de 2003 las partes fijaron como domicilio
la ciudad de Concepción, por lo que el juez competente sería el Juez en lo Civil
de Coronel o el de Concepción.

20
20. Que conforme a las demandas ejecutivas rolantes a fojas 4, 73 y 142, los
demandados son dos; esto es, Comercial Súper Cinco Limitada representada
por Víctor Herrera Campanine, domiciliada en calle Bilbao 486 en Talcahuano, y
Alberto Ortiz Lagos, domiciliado en calle Sotomayor 285 en Coronel y/o la ciudad
de Concepción.

En atención a que el artículo 41 inciso 2º de la Ley sobre Cuentas Corrientes


Bancarias y Cheques dispone que el domicilio que el librador tenga registrado
en el Banco será lugar hábil para notificarlo del protesto del cheque, consta en
las respectivas gestiones de notificación de protesto de cheque, tenidas a la
vista, que la demandada la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada como
libradora de los cheques fue notificada en calle Bilbao 486, Talcahuano, cuyo es
el domicilio registrado en el Banco.

21. Que el Código Orgánico de Tribunales en su artículo 134 establece que,


en general, es juez competente para conocer de una demanda civil el del
domicilio del demandado.

En el artículo 141 estatuye que si los demandados fueren dos o más y cada
uno de ellos tuviere su domicilio en diferente lugar, podrá el demandante entablar
su acción ante el juez de cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los
demandados, y en tal caso quedarán los demás sujetos a la jurisdicción del
mismo juez.

22. Que en las situaciones en estudio, teniendo la demandada sociedad


Comercial Súper Cinco Limitada domicilio en la ciudad de Talcahuano,
atendiendo las normas legales citadas precedentemente, es perfectamente
competente para conocer de las acciones ejecutivas el Juez en lo Civil de
Talcahuano, siendo facultad del demandante elegir el juez de cualquier lugar
donde esté domiciliado uno de los demandados.

En tal virtud no cabe sino concluir que las demandas ejecutivas fueron
deducidas ante Tribunal competente, no obligando al acreedor el domicilio
convencional que hubiere pactado uno de los varios demandados, atendida la
facultad privativa de elegir el juez que le otorga la ley procesal.

23. Que, asimismo, de los escritos de oposición a la ejecución que en cada


caso rolan a fojas 15, 85 y 158 y siguientes, fluye que el abogado Luis Rodríguez
Orellana, en representación de Alberto Ortiz Lagos, opuso como segunda
excepción la contemplada en el Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, esto es la falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado.

La excepción la funda en dos extremos:

Primero, en la inexistencia de título ejecutivo en contra del ejecutado, la cual


basa en que los cheques singularizados en las demandas no son título ejecutivo
en su contra, que su representado no es obligado al pago de tales cheques que

21
fundan las ejecuciones, que el protesto de los cheques no le fue notificado a él y
que no hay título ejecutivo en contra del señor Ortiz Lagos.

El segundo aspecto lo sustenta en la inexistencia de título ejecutivo que dé


cuenta de una obligación líquida y actualmente exigible, la cual apoya, sin
perjuicio de los hechos señalados precedentemente, en que la escritura pública
de 25 de abril de 2003 por la que se constituyó en codeudor solidario de la
ejecutada principal no da cuenta de una obligación líquida ni actualmente
exigible, ni tampoco que pueda liquidarse mediante simples operaciones
aritméticas con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre, por lo que
tal escritura pública tampoco es título ejecutivo en contra del señor Ortiz Lagos.

24. Que es necesario destacar que es un principio de derecho que los


contratos deben celebrarse y cumplirse de buena fe, por lo que debe entenderse
que el suscrito entre el señor Alberto Floridor Ortiz Lagos con la sociedad
Distribuidora Adelco Concepción Limitada, que rola a fojas 2, 71 y 140,
respectivamente, importa que éste debe asumir todas las obligaciones
contraídas por la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada, cualquiera sea el
motivo o calidad en que dicha sociedad hubiera contraído tales compromisos,
según se estipuló en las cláusulas segunda y tercera del contrato referido.

25. Que si los requisitos para deducir la acción ejecutiva se reúnen en un solo
instrumento, se está ante un título perfecto o completo, porque se basta a sí
mismo para deducir la acción, pero también existen otros títulos ejecutivos
denominados incompletos o imperfectos, porque para hacerlos efectivos
requiere de gestiones judiciales previas o de una complementación vinculante
especial directa con el título incompleto, sea para determinar la persona del
deudor, sea para fijar el monto de lo debido o para determinar la liquidez de la
obligación (Rol Nº 806-2000 antes citado).

26. Que como ya se dijo, es título ejecutivo la copia autorizada de una escritura
pública que da cuenta de la existencia de una obligación y también lo son los
cheques cuyo protesto fue notificado judicialmente al librador y no opuso tacha
de falsedad dentro de plazo legal, de modo que si es indudable que el
demandado Alberto Ortiz Lagos se obligó en cuanto fiador y codeudor solidario
de la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada y respecto de esta última se ha
intentado una ejecución fundada en una obligación también indubitable,
constando ambas obligaciones en títulos ejecutivos, no existe ley que prohíba
integrar ambos títulos, si en lo sustantivo o material la coincidencia vinculante
respecto de ambos codeudores para con el acreedor es notoria e ineludible.

27. Que, por otra parte, si el codeudor solidario señor Alberto Ortiz Lagos
estipuló la fianza y solidaridad pasiva por todas y cada una de las obligaciones
contraídas por la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada a favor de la
sociedad acreedora Distribuidora Adelco Concepción Limitada, debe
entenderse, sin lugar a dudas, que también quedó sujeto el codeudor que lo es
a título de cauciones personales, al procedimiento que la acción destinada al
cumplimiento de la obligación se intente por la acreedora, mayormente si se
considera que dentro del procedimiento ejecutivo la defensa del deudor solidario
es muy amplia y extensa, lo que impide su desprotección procesal.

22
28. Que de acuerdo con lo razonado, no cabe sino concluir que en las
situaciones en estudio el título ejecutivo lo conforman los cheques que en cada
demanda se individualizan, suscritos a través de su representante por la
sociedad Comercial Súper Cinco Limitada, y el instrumento vinculante o
complementario del título, que determina la persona del deudor, que es la
escritura pública por la que, en cada caso, el señor Alberto Ortiz Lagos se
constituyó personalmente en fiador y codeudor solidario de la referida sociedad
con el objeto de garantizar a la sociedad Distribuidora Adelco Concepción
Limitada las obligaciones de aquélla, de manera que sumados los dos
instrumentos reúnen las condiciones que la ley exige al título ejecutivo, sin que
por ello se desvirtúe la exigencia que el título ejecutivo debe bastarse por sí
mismo, cumpliéndose así con los presupuestos para dar curso a la ejecución.

29. Que por los razonamientos que anteceden, no obstante la tesis de la parte
apelante, tanto los cheques suscritos a través de su representante por la deudora
Comercial Súper Cinco Limitada como la escritura pública de fecha 25 de abril
de 2003, son títulos ejecutivos en contra del deudor solidario Alberto Ortiz Lagos.

El profesor René Ramos Pazos en su libro De Las Obligaciones, señalando


los efectos de la solidaridad pasiva entre el acreedor con los deudores, dice que:
El título ejecutivo contra el deudor principal, lo es también en contra del fiador y
codeudor solidario.

Así lo estima Somarriva.

La Corte de Apelaciones de Santiago ha sostenido que resulta fuera de toda


duda que respecto del fiador y codeudor solidario, el título en el cual se
fundamenta la demanda deducida a fojas 13 tiene también la misma fuerza
ejecutiva que el fallo apelado reconoce en relación con el deudor principal
(sentencia de 2 de agosto de 1996. En Revista de Derecho y Jurisprudencia,
tomo XCIII, año 1996, segunda parte, sección segunda, página 98).

30. Que no puede soslayarse que las obligaciones que contrae el fiador y
deudor solidario se hallan debidamente subordinadas a la naturaleza y
características de las obligaciones de que debe responder el deudor principal,
en estos casos Comercial Súper Cinco Limitada.

31. Que, como ya se dijo en los fundamentos precedentes, en las ejecuciones


en estudio el título ejecutivo está conformado por los dos instrumentos
acompañados con las demandas respectivas, esto es con los cheques suscritos
a través de su representante por la deudora Comercial Súper Cinco Limitada,
que se singularizan en cada demanda, y con la escritura pública de 25 de abril
de 2003, por la que se constituyó fiador y codeudor solidario el señor Alberto
Ortiz Lagos, de manera que no cabe sino concluir que el título ejecutivo en que
se fundan las ejecuciones respectivas da cuenta de una obligación líquida y
actualmente exigible.

En efecto, la liquidez y exigibilidad de la obligación que se demanda en cada


uno de los juicios en relación con ambos ejecutados, fluye de los cheques
suscritos a través de su representante por la deudora Comercial Súper Cinco

23
Limitada, que se singularizan en cada demanda, y de los cuales también debe
responder el señor Alberto Ortiz Lagos en su carácter de fiador y codeudor
solidario, considerando los claros términos de las estipulaciones contenidas en
la escritura pública que en copia autorizada corre a fojas 2, 71 y 140 de los autos,
respectivamente.

32. Que por todo lo razonado, como bien lo decidió el juez de primer grado,
procede desestimar las excepciones opuestas en los escritos de fojas 15, 85 y
158 y siguientes, por el abogado Luis Rodríguez Orellana en representación de
Alberto Floridor Ortiz Lagos.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 134 y 141 del Código
Orgánico de Tribunales, 434 Nºs. 2 y 4 del Código de Procedimiento Civil y 41
inciso 2º de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, SE
CONFIRMAN, con costas del recurso, las sentencias apeladas, todas de fecha
doce de julio de dos mil cuatro, escritas, respectivamente, a fojas 50, 121 y 192
y siguientes.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redactó el Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza.

Roles Nºs. 2.428-2004, 2.429-2004 y 2.430-2004.

3. TÍTULO QUE NECESITA SER CONCORDADO CON OTRO INSTRUMENTO


CARECE DE MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: No sólo el instrumento que sustenta el juicio aparece insuficiente


como testimonio de una obligación clara, determinada y actualmente exigible
y, por ende, carente de las cualidades que lo habilitan como título ejecutivo,
sino que, además, en la necesidad de concordarlo con un segundo
instrumento que contiene la intención de las partes de afectarlo en varios
posibles sentidos, discutidos por cierto, se genera una controversia que no se
condice con la naturaleza restrictiva y compulsiva del presente procedimiento
y que obedece, precisamente, a la certeza en torno a lo debido y cobrado en
el juicio.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 1977-2007

Fecha: 12/12/2007

Cita online : CL/JUR/2964/2007; 38032

24
Partes: Sindicato Nacional Grupo Santander Central Hispano con Banco
Santander Chile S.A.

Magistrados: Pérez Paredes, Gabriela; Marín Vallejo, Urbano; Valdés


Aldunate, Patricio; Libedinsky Tschorne, Marcos; Álvarez Hernández, Orlando

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


excepción perentoria - excepciones - inhabilidad del título - juicio ejecutivo -
obligación de dar - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de casación

Santiago, 12 de diciembre de 2007.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 2039-04, del Octavo Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago, el Sindicato Nacional Grupo Santander Central Hispano, representado
por don Jaime Ramírez Maldonado, don Joaquín Abarzúa León, don Luis
Mesina Martín y don José Osses Opazo, deduce demanda ejecutiva en contra
del Banco Santander Chile S.A., representado por don Óscar Von Chrismar
Carvajal, a fin que se despache mandamiento de ejecución y embargo en contra
del ejecutado, por la suma que indica, más reajustes, intereses y costas, fundado
en el incumplimiento de una serie de prestaciones establecidas en el Convenio
Colectivo suscrito entre las partes con fecha 17 de octubre de 2001, por el lapso
de octubre de 2003 hasta abril de 2004.

El demandado, evacuando el traslado conferido, dedujo las excepciones


previstas en los números 2, 7, 9 y 13 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil; es decir, falta de personería, ausencia de un requisito legal
para que el título tenga mérito ejecutivo, pago de la deuda, compensación y
novación.

El tribunal de primer grado, en sentencia de dieciséis de mayo de dos mil seis,


escrita a fojas 232 y siguientes, rechazó, con costas, las excepciones opuestas
y ordenó seguir adelante con la ejecución.

Se alzó el ejecutado y la Corte de Apelaciones de Santiago, por fallo de dos


de marzo de dos mil siete, que se lee a fojas 280, confirmó la decisión de primer
grado.

En contra de esta última resolución, la parte empleadora deduce recurso de


casación en el fondo, por estimar que en ella se ha incurrido en los errores de
derecho que indica y que influyeron en su parte dispositiva, pidiendo que se la
invalide y se dicte la sentencia de reemplazo que describe.

25
Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente invoca la infracción de los artículos 464 Nº 7, 9 y


12 del Código de Procedimiento Civil, 311 y 348 inciso 1º del Código del Trabajo,
fundado en que el convenio colectivo celebrado en octubre de 2001 y utilizado
en autos como título ejecutivo, contiene las obligaciones cuyo pago se demanda,
pero ellas carecen de fuerza ejecutiva debido a que fueron modificadas o
sustituidas por una nueva obligación de la que da cuenta otro instrumento
colectivo posterior, suscrito por todos los sindicatos del Banco, incluido el
demandante, el 14 de agosto de 2003.

En virtud de este último pacto, se elevaron las remuneraciones por la


incorporación del 80% del monto de las obligaciones originales, al sueldo base y
el 20% restante, a través del incremento natural del 25% de dicho sueldo base,
correspondiente a la gratificación legal garantizada.

Dado lo anterior, al aplicar los sentenciadores el citado artículo 311 del Código
del ramo, lo vulneraron, por cuanto no se cumple la condición de que los
trabajadores hayan suscrito, materialmente una modificación de sus contratos
individuales de trabajo en que se reestructuraran sus estipendios.

Habiéndose estipulado ello en otro instrumento colectivo posterior y cuya


existencia las partes no discuten, resulta procedente al efecto aplicar la regla del
artículo 348 del mismo cuerpo legal.

El demandado sostiene que la errada decisión de los jueces de la instancia de


aplicar un precepto y no el otro ya mencionados, los llevó a vulnerar, también,
las normas de los Nº 7, 9 y 12 del artículo 464 del Código de Enjuiciamiento Civil,
desechando las excepciones respectivas, al reconocer plena vigencia a las
estipulaciones del pacto colectivo de 2001, entre los meses de octubre de 2004
y abril de 2004, no obstante la sustitución de sus estipulaciones en la forma
expuesta y que priva a las obligaciones contempladas en él de la liquidez y
exigibilidad necesarias para ser título ejecutivo.

Por la misma razón, el ejecutado, refiriéndose específicamente a la segunda


excepción, sostiene que la nueva obligación contraída por el banco extinguió las
anteriores fruto de la novación, estableciéndose que debe pagarse la suma total
de cada una de las remuneraciones y beneficios que se extinguían, mediante su
incorporación en el sueldo base y gratificación de la manera ya reseñada, acorde
con el tenor del preámbulo del instrumento colectivo de agosto de 2003.

Destaca, con ocasión del mismo vicio, la constancia dejada por las partes en
el referido documento para la eventualidad que fuera aplicable el artículo 311 del
Código del Trabajo, en orden a que la obligación novada constituye un
mejoramiento de sus remuneraciones y no una disminución de ellas.

Así, el tribunal niega la existencia de una novación, no obstante que las partes
están acordes en la sustitución de la estructura remuneracional, esto es del

26
monto equivalente, así como tampoco se desconoce el pago de los sueldos base
y gratificaciones incrementadas a partir de octubre de 2003, en el monto
equivalente a las obligaciones estipuladas en el instrumento del 2001.

Desde ese punto de vista, afirma el Banco empleador que el tribunal estaría
ordenando que se pague una determinada suma de dinero sin que exista causa
y por segunda vez.

Finalmente, el recurrente explica la forma cómo los errores o vicios


denunciados influyeron en lo dispositivo del fallo.

Segundo: Que para resolver el recurso planteado, se hace necesario recordar


algunos conceptos básicos relacionados tanto con la naturaleza del
procedimiento ejecutivo, como con la definición y características del título
ejecutivo.

Tercero: Que, primeramente, cabe anotar que a pesar de que el juicio


ejecutivo es de índole contenciosa, son sus caracteres de procedimiento
extraordinario, especial y compulsivo, que lo identifican y diferencian de otros,
por cuanto persigue el cumplimiento de ciertas obligaciones, sean declaradas
por las partes en forma fehaciente, como por la justicia, en los casos y con las
solemnidades que la ley señala.

Tal resultado, por cierto, se obtiene legal y válidamente por la vía del apremio,
es decir autorizando la utilización de medios compulsivos como son el embargo
y el remate.

Cuarto: Que los calificativos indicados dan cuenta del contraste entre el
procedimiento ordinario y el ejecutivo, desde que el primero persigue la
declaración de un derecho controvertido y el segundo configura un mecanismo
de cobro de una obligación indubitada, es decir cuya existencia se encuentra
fuera de toda discusión, pues a ello obedece la especial estructura que esta sede
presta a los intereses del acreedor.

Así, en virtud de los mencionados principios, el legislador contempla un breve


período de discusión entre los litigantes, restringido a las excepciones previstas
en el ordenamiento y aun cuando se geste alguna de estas limitadas
controversias, la vía del apremio a favor del ejecutante opera desde el inicio del
juicio.

De este modo, antes de que transcurra el plazo para que el deudor pueda
excepcionarse alegando el pago, la extinción por novación, etc., ya está siendo
apremiado, pues la primera providencia del tribunal corresponde a la que ordena
requerir de pago y, en su caso, despachar el mandamiento de ejecución y
embargo con el que principia la sustanciación del cuaderno correspondiente.

Quinto: Que, dadas las cualidades del procedimiento en estudio, lo anterior,


lejos de importar una vulneración al debido proceso y un desconocimiento del
derecho a defensa, es congruente con la certeza y claridad del derecho que se

27
cobra; es decir, con la validez del título que lo contiene y sobre cuyo mérito el
demandante impetra un enjuiciamiento rápido y casi sin discusión.

Dichos títulos, también especificados por el legislador, deben dar cuenta,


entonces, de una obligación líquida, actualmente exigible y que no se encuentre
prescrita.

Sexto: Que el derecho que se cobra sea determinable, liquidable o convertible,


alude, en el caso de las obligaciones de dar —como la de autos—, a que sea
líquida desde el inicio o que pueda liquidarse por medio de simples operaciones
aritméticas con sólo los datos que el título suministre.

Séptimo: Que la acreencia sea actualmente exigible dice relación, en un


primer orden, a que no esté sujeta, en su nacimiento o ejercicio, a alguna
modalidad, es decir a una condición o plazo suspensivo.

Por otra parte, según lo destaca la doctrina, el calificativo actual conlleva la


exigencia de que el derecho exista al momento de interponerse la demanda,
pues es al inicio de la ejecución cuando deben concurrir todos los requisitos que
hacen procedente la acción.

En la señalada instancia, en consecuencia, el título respectivo debe cumplir


todas las exigencias y llevar aparejados todos los antecedentes, en sí, para que
tenga fuerza ejecutiva, pues si ello se produce con posterioridad a la traba de la
litis, aquél carecería de un requisito de procedencia, situación imposible de
sanear por la vía probatoria en la etapa respectiva.

Octavo: Que, en la especie, el título en el que se sustenta la ejecución en


contra del Banco Santander Chile, según lo explicado en el propio libelo, consiste
en el convenio colectivo de fecha 17 de octubre de 2001, con vigencia entre el 1
de octubre de 2003 y el 30 de septiembre de 2007, cuyas cláusulas cuarta,
quinta, séptima y octava dan cuenta de los beneficios monetarios que se acusan
como incumplidos entre los meses de octubre de 2003 y abril de 2004, a saber:

1) asignación de zona equivalente a un porcentaje del sueldo base, entre el


15% y el 105%;

2) gratificación extraordinaria mensual, ascendente al 8,34% del sueldo base;

3) gratificación voluntaria de 6,25% del respectivo sueldo base, según grados


7 al 9 de la escala de remuneraciones;

4) gratificación voluntaria en diciembre de 2003 equivalente a medio sueldo


base;

5) asignación mensual de responsabilidad, ascendente a un porcentaje del


sueldo base y calculada de acuerdo a un anexo;

6) bono mensual de bienestar de $17.037, reajustado a la época del cobro.

28
Todos derechos convertibles a montos de dinero determinados, según cuadro
explicativo.

Noveno: Que frente a la pretensión descrita, el ejecutado opuso las


excepciones contempladas en los números 2, 7, 9 y 13 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil, es decir falta de personería del demandante, falta
de un requisito legal para que el título tenga fuerza ejecutiva, pago de la deuda,
compensación y novación, de las cuales el recurso en estudio se refiere a las
últimas cuatro.

Tal como se explicó a propósito de la nulidad impetrada, el Banco demandado


fundó la insuficiencia legal del convenio colectivo de octubre de 2001 como título
ejecutivo en que las obligaciones en él contenidas y cuyo pago se
demanda, fueron modificadas o sustituidas por otras de las que da cuenta un
instrumento colectivo posterior, suscrito por todos los sindicatos del Banco,
incluido el demandante, el 14 de agosto de 2003.

Lo anterior como consecuencia del mejoramiento o alza de remuneraciones


que este último pacto estableció, a través de la incorporación del 80% del valor
de aquellos derechos originales al sueldo base y el 20% restante, a través del
incremento natural del 25% del mismo, correspondiente a la gratificación legal
garantizada.

La sustitución de las estipulaciones en que se funda el procedimiento, de la


forma expuesta, a juicio del deudor, privaría a las obligaciones contempladas en
el de la liquidez y exigibilidad necesarias para ser título ejecutivo.

Asimismo, en relación al resto de las excepciones deducidas, la operación


explicada importaría la extinción del crédito que se cobra por la vía del pago, la
novación o la compensación.

Décimo: Que del tenor de los descargos del deudor, tal como destaca el juez
de primera instancia en su decisión, confirmada por la sentencia impugnada, es
posible deducir un planteamiento básico consistente en que durante el período
que va desde la entrada en vigor del instrumento colectivo del año 2001, esto es
octubre de 2003 y la vigencia del convenio del año 2003, es decir mayo de 2004,
que es precisamente el lapso en que se acusa el incumplimiento que genera el
presente juicio —las obligaciones arriba mencionadas—, no obstante ser aún
eficaz el pacto que las contiene, ya no existen como tales, por cuanto fueron
reestructuradas y absorbidas, con ocasión del nuevo acuerdo, por las
remuneraciones que han sido puntualmente pagadas.

Presupuesto, el anterior, que reduce la controversia, según el parecer del


tribunal de primer grado, a una cuestión probatoria finalmente no satisfecha,
pues de ser como lo afirma el demandado debió acreditarse el mejoramiento de
las remuneraciones de los dependientes.

Undécimo: Que la resolución atacada, en la óptica aludida, plantea una


cuestión muy anterior a cualquier problema probatorio, que deriva de la propia

29
naturaleza ejecutiva del presente juicio y que dice relación con la suficiencia,
exigibilidad y, por ende, eficacia del título invocado por los demandantes.

En efecto, no cumple tales presupuestos el instrumento que no se basta a sí


mismo, desde que, como ocurre en la especie, para la determinación de la
existencia del crédito se requiere el estudio e interpretación de un pacto
celebrado en forma posterior por las mismas partes y que incide en su eficacia
en la medida que plantea una posible extinción o modificación del derecho
respectivo, tornándolo dubitado.

De esta manera, aun cuando la cláusula decimoséptima del acuerdo del año
2003 extingue el anterior sólo desde la fecha que entra en vigencia, dejando a
salvo el lapso reclamado por los trabajadores demandantes, el prefacio del
documento en estudio, después de identificar a los contratantes, da cuenta de la
decisión del empleador de integrar los bonos y beneficios pretendidos en la
remuneración, en forma que ella se ve aumentada en el valor total que ellos
significan, a partir del mes de octubre de 2003, cambio que es conocido y
aceptado por todos los comparecientes y que califican, desde ya, como
beneficioso.

Duodécimo: Que, por lo señalado, no sólo el instrumento que sustenta el juicio


aparece insuficiente como testimonio de una obligación clara, determinada y
actualmente exigible y, por ende, carente de las cualidades que lo habilitan como
título ejecutivo, sino que, además, en la necesidad de concordarlo con un
segundo instrumento que contiene la intención de las partes de afectarlo en
varios posibles sentidos, discutidos por cierto, se genera una controversia que
no condice con la naturaleza restrictiva y compulsiva del presente procedimiento
y que obedece, precisamente, a la certeza en torno a lo debido y cobrado en el
juicio.

Decimotercero: Que todo lo razonado conduce a esta Corte, a rechazar la


posibilidad de zanjar el fondo de lo discutido, por la presente vía, pues tal
declaración debe ser precedida de un juicio declarativo y a concluir, en cambio,
que procede acoger la excepción 7ª del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil, deducida en su oportunidad por el ejecutado y erróneamente desestimada
por los sentenciadores.

Éstos infringieron la citada norma en su interpretación y aplicación al estimar


eficaz y actualmente exigible una obligación discutible en dichos ámbitos y que
se contiene en un título que, por ende, no aparece suficiente en sí mismo y que,
en consecuencia, carece de una de las condiciones básicas necesarias para que
origine, idóneamente, un procedimiento de apremio.

Decimocuarto: Que como el yerro descrito ha influido sustancialmente en lo


dispositivo del fallo, por cuanto la recta interpretación y aplicación del precepto
vulnerado debió llevar a acoger la aludida excepción y rechazar la demanda,
procede hacer lugar al recurso de casación en el fondo interpuesto por el Banco
Santander Chile y anular aquella resolución.

30
Y en conformidad con lo dispuesto en los artículos 767, 772, 782 y 785 del
Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo
deducido por el demandado a fojas 283, contra la sentencia de fecha dos de
marzo de dos mil siete, escrita a fojas 280 y siguientes, la que se invalida y
reemplaza por la que se dicta a continuación separadamente y sin nueva vista.

Regístrese.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los


Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V.,
Patricio Valdés A. y señora Gabriela Pérez P.

Santiago, 12 de diciembre de 2007.

Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

Rol Nº 1.977-2007.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, doce de diciembre de dos mil siete.

En conformidad con el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se dicta


la siguiente sentencia de reemplazo:

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los motivos tercero a


octavo, los que se eliminan.

Y teniendo, en su lugar y además presente, los fundamentos tercero a


decimotercero del fallo de casación que antecede, los que para estos efectos se
tienen también por reproducidos y de conformidad, además, con lo dispuesto en
los artículos 468 del Código del Trabajo, 186 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, se revoca la sentencia de dieciséis de mayo de dos mil seis,
escrita a fojas 232 y siguientes y en su lugar, se declara que se acoge la
excepción prevista en el Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil
interpuesta por el demandado, rechazándose, en consecuencia, la demanda
deducida por el Sindicato Nacional Grupo Santander Central Hispano,
representado por don Jaime Ramírez Maldonado, don Joaquín Abarzúa León,
don Luis Mesina Martín y don José Osses Opazo, en contra del Banco Santander
Chile S.A.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los


Ministros señores Marcos Libedinsky T., Orlando Álvarez H., Urbano Marín V.,
Patricio Valdés A., y señora Gabriela Pérez P. Santiago, 12 de diciembre de
2007.

31
Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos Meneses Pizarro.

Rol Nº 1.977-07.

4. VICIO EN TÍTULO EJECUTIVO NO PUEDE SUBSANARSE MEDIANTE


DECLARACIÓN O ACTO POSTERIOR DEL ACTOR

SUMARIO: En la especie se ha dado lugar al juicio ejecutivo basándose en un


título que no corresponde, y esta defección no puede subsanarse por una
declaración o acto posterior del ejecutante en que acompaña el verdadero
título, ya que la litis está trabada con las excepciones opuestas y en el evento
de acogerse la pretensión del actor de agregar a la causa el real título, se
estaría dejando al ejecutado en condiciones desfavorables de no poder
deducir nuevas excepciones a este nuevo antecedente. Como corolario de los
razonamientos precedentes, las apelaciones interpuestas por la parte
ejecutada deben ser acogidas.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 924-2009

Fecha: 06/10/2009

Cita online: CL/JUR/1885/2009

Partes: Troncoso Jerez Mario Rimsky con García Correa Jorge Elías

Magistrados: Vásquez Zavala, Freddy; Ascencio Molina, Hadolff Gabriel;


Sepúlveda, Flora

Redactor: Vásquez Zavala, Freddy

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


derecho procesal penal - excepciones - juicio ejecutivo - nulidad procesal -
sistema acusatorio - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 84 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Concepción, 6 de octubre de 2009.

Visto:

Se eliminan las reflexiones de la resolución de 11 de junio pasado, escrita a


fojas 46, en compulsas, y se tiene además presente:

32
1) Que se ha elevado esta causa en apelación deducida por la parte
demandada en contra de tres resoluciones: a) La de fojas 46, antes aludida,
mediante la cual el tribunal de oficio procedió a anular todo lo obrado en esta
causa, con las excepciones que señala, retrotrayéndola al estado de proveer
nuevamente la demanda ejecutiva; b) Resolución de 10 de junio pasado, escrita
a fojas 45, que suspendió la audiencia de absolución de posiciones, ordenando
el retiro de las preguntas del pliego de posiciones; c) Resolución de 12 de junio
pasado, que proveyó nuevamente la demanda ejecutiva.

2) Que para la debida comprensión del problema, procede consignar que la


demanda ejecutiva de fojas 1 fue proveída teniendo a la vista un pagaré que no
correspondía a la cobranza, motivo por el cual el ejecutante a fojas 22, primer
otrosí, y después de estar proveído el libelo, incluso requerido de pago el
demandado con las excepciones opuestas a fojas 10 y recibida la causa a
prueba, procedió a acompañar al proceso el verdadero título ejecutivo.

Y durante la audiencia de absolución de posiciones del actor, percatándose


de tal circunstancia el tribunal, procedió de oficio a suspender la audiencia
ordenando el retiro del pliego de posiciones. Al día siguiente anuló todo lo obrado
y, dos días después, proveyó nuevamente la demanda, resoluciones todas que
fueron recurridas.

3 ) Que, como puede verse, la demanda ejecutiva fue proveída con el


correspondiente "despáchese" (fs. 4), sobre la base de un pagaré distinto, y tal
resolución quedó firme pese a su contenido erróneo, de modo que, y
contrariamente a los asertos de la resolución de invalidación, no hay ningún vicio
de nulidad procesal ya que la irregularidad afecta al título en sí, al no dar cuenta
de la obligación cobrada ejecutivamente, lo que amerita acoger alguna
excepción que se hubiere hecho valer, fundándose en tal circunstancia, pero no
según el procedimiento adoptado por la Juez de primer grado.

4) Que, en la especie se ha dado lugar al juicio ejecutivo basándose en un


título que no corresponde, y esta defección no puede subsanarse por una
declaración o acto posterior del ejecutante en que acompaña el verdadero título,
ya que la litis está trabada con las excepciones opuestas y en el evento de
acogerse la pretensión del actor de agregar a la causa el real título, se estaría
dejando al ejecutado en condiciones desfavorables de no poder deducir nuevas
excepciones a este nuevo antecedente (Raúl Espinoza Fuentes, Juicio Ejecutivo,
Nº 8, Edición 2004).

5) Que, como corolario de los razonamientos precedentes, las apelaciones


interpuestas por la parte ejecutada deben ser acogidas.

Por estas consideraciones, se revocan las resoluciones de 20 de junio de


2009, escrita en el párrafo penúltimo del acta de absolución de fojas 45 de estas
compulsas; de 11 de junio de 2009, escrita a fojas 46 y nuevo proveído de la
demanda ejecutiva de 12 de junio de 2009, escrita a fojas 47, declarándose en
su lugar que la nulidad resuelta de oficio por el tribunal a fojas 46 de estas
compulsas, es improcedente y que, consecuencialmente, debe continuarse con
la diligencia de absolución de posiciones de que da cuenta el acta de fojas 45,

33
manteniéndose la vigencia y validez de la providencia de fojas 4 y de lo obrado
en este pleito.

Agréguese fotocopia autorizada de esta resolución al cuaderno de queja


disciplinaria.

Se deja constancia que se hizo uso del artículo 82 del Código Orgánico de
Tribunales.

Devuélvase con su custodia.

Redacción del Ministro señor Freddy Vásquez Zavala.

Rol Nº 924-2009.

5. TÍTULO EJECUTIVO PUEDE ESTAR INTEGRADO POR VARIOS


DOCUMENTOS SI EXISTEN ENTRE ELLOS CONEXIONES JURÍDICAS
CONCURRENTES

SUMARIO: No existe impedimento jurídico alguno para aceptar que, en un


mismo procedimiento, concurra más de un título dotado de fuerza o mérito
ejecutivo. En efecto, el título ejecutivo no necesariamente debe constar en un
solo documento, sino que puede estar integrado por varios, siempre que entre
ellos existan conexiones jurídicas concurrentes e incluso posteriores a la
formación del título documental, sin que con ello se desvirtúe la exigencia de
que el título ejecutivo debe bastarse a sí mismo. De este modo se ha sostenido
que la complementación o integración de títulos ejecutivos no la prohíbe la ley,
la que no exige que todos los requisitos que deban dar mérito ejecutivo a un
título deban constar en él, exigencia que de existir haría perder finalidad y
eficacia jurídica en este ámbito a instituciones reconocidas en nuestra
legislación, como por ejemplo las hipotecas constituidas para garantizar
obligaciones de terceros, o las otorgadas antes de los contratos a que acceden
y que permite el artículo 2413 del Código Civil, o el de aquellas hipotecas que
contienen la cláusula de garantía general hipotecaria ya aceptada en la
doctrina y jurisprudencia de nuestros tribunales de justicia.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5203-2006

Fecha: 11/12/2007

Cita online: CL/JUR/2952/2007; 37990

Partes: B.B.V.A. Banco Bhif con Rosa Elena Carrasco Guerrero

34
Magistrados: Juica Arancibia, Milton; Araya Elizalde, Juan; Muñoz Gajardo,
Sergio; Künsemüller Loebenfelder, Carlos; Herreros Martínez, Margarita

Redactor: Herreros Martínez, Margarita; Araya Elizalde, Juan

Abogado integrante: Herrera Valdivia, Óscar; Künsemüller Loebenfelder,


Carlos

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


excepciones - juicio ejecutivo - obligación de dar - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 2411 - Código Civil; Artículo 2413 - Código


Civil; Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 11 de diciembre de 2007.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 10.544-2003 del P rimer Juzgado de Letras de Linares,


sobre juicio ejecutivo de desposeimiento caratulado B.B.V.A. Banco Bhif con
Carrasco Guerrero Rosa, por sentencia de dieciocho de diciembre de dos mil
tres, de fojas 32 y siguientes de autos, rechazó, en lo que interesa al presente
recurso, la excepción contemplada en el numeral 7 del artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil y acogió parcialmente la excepción de prescripción
deducida, sólo en lo que respecta a la tercera cuota pactada en el pagaré
acompañado en autos, rechazándose en lo demás solicitado; por lo que se hizo
lugar a la demanda de desposeimiento y dispuso seguir adelante con la
ejecución de las restantes siete cuotas adeudadas.

Apelada esta sentencia por la ejecutada, una Sala de la Corte de Apelaciones


de Talca la confirmó.

En su contra, la parte ejecutada interpuso el recurso de casación en el fondo


que se lee a fojas 68.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que en el referido recurso se plantean errores de derecho e


infracciones de ley que pueden resumirse en los términos siguientes:

a) Se han vulnerado los siguientes preceptos 434 Nº 4 inc. 2º y 464 Nº 7 del


Código de Procedimiento Civil, 1445 Nº 2, 1437 y 1545 del Código Civil, artículos
79, 102 numerales 2 y 6 de la Ley Nº 18.092.

Refiere que de acuerdo con el inciso segundo del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, se le otorga mérito ejecutivo a un pagaré única y

35
exclusivamente en contra del obligado cuya firma aparezca autorizada por un
notario o, en su caso, por un oficial de Registro Civil.

Ese obligado no es otro que el suscriptor del pagaré, conforme el artículo 106
de la Ley Nº 18.092 en relación con el Nº 6 del artículo 102.

En la especie procedía que se aplicara el artículo 1537 del Código Civil y


considerar lo señalado en el artículo 1445 Nº 2.

Transcribe dichas normas y los artículos 102 Nº 6, 106 y 79 de la Ley


Nº 18.092 para luego concluir que conforme a dichos preceptos sólo puede
quedar obligado por un pagaré el suscriptor del mismo y jamás una persona que
no tiene ese carácter; o sea, sólo queda obligado el que firmó la promesa no
sujeta a condición hecha en el título de crédito.

Sin embargo, la sentencia impugnada convierte en obligada al pagaré a una


persona que jamás lo firmó: la recurrente.

Además, refiere que el artículo 464 Nº 4 también infringido establece con


claridad que el título de crédito que tiene mérito ejecutivo es el pagaré, que no
puede ser sino el original y no una fotocopia autorizada.

Sólo se permite que no sea el documento original en el caso que se trate de


un título de crédito extraviado, situación regulada en los artículos 88 y siguientes
de la Ley Nº 18.092, aplicable al pagaré por el artículo 107 de dicha ley y, en la
especie, no ha existido extravío por lo que esta norma no es aplicable.

Estima infringido el numeral 7º del artículo 464 del Código Adjetivo, porque la
sentencia rechaza la excepción opuesta por su parte, no obstante que el título
fundante de la acción no tiene ni ha tenido jamás mérito ejecutivo, tanto
absolutamente como con relación a su parte en razón que el título no es más
que una fotocopia autorizada de un pagaré suscrito por terceras personas
distintas e independientes de la recurrente.

Al respecto, señala que la actora reconoce, en el segundo otrosí de la


demanda, haber acompañado una copia autorizada del pagaré, por lo que estima
que ello constituye una confesión judicial espontánea que produce plena prueba
de acuerdo con lo que dispone el artículo 1713 del Código Civil.

Por ende, los sentenciadores no pueden mejorar la calidad del título en que
se funda la acción.

b) En segundo lugar estima infringidos los artículos 98, 105 inciso 2º y 107 de
la misma Ley Nº 1.545 y 2434 inciso primero del Código Civil.

Explica que el vencimiento del pagaré se produjo con el vencimiento de la


tercera cuota de ese documento, esto es el 26 de junio de 2001, provocándose
la exigibilidad inmediata de las restantes cuotas atendido el claro tenor de la
cláusula de aceleración en él contenida, la que conforme a su redacción y a la
única interpretación que le cabe de acuerdo al mandato de los artículos 1545 y

36
1560 del Código Civil y del artículo 105 inciso 2º de la ley señalada, tienen un
carácter obligatorio y no facultativo como erróneamente le ha sido atribuido por
el sentenciador, quien además declaró lo contrario al expreso mandato de las
normas mencionadas y al texto de la mencionada cláusula.

Así, existiendo en la especie una cláusula de aceleración obligatoria por el no


pago oportuno de la tercera cuota cuyo vencimiento se produjo el día 26 de junio
de 2001, la falta de ejercicio de la demandante de la acción cambiaria con
anterioridad a esta fecha, provocó que su acción prescribiera respecto de esa
cuota y asimismo de las restantes cuotas.

Entonces, añade, la actora al haber notificado su demanda recién el día 26 de


septiembre de 2003, lo hizo 1 año y 3 meses después de cumplida la prescripción
de la acción cambiaria; prescripción que fue oportunamente alegada por su parte
y, por tanto, no fue renunciada, por lo que corresponde que se declare la
prescripción del total de la obligación que fue demandada en autos y no sólo
aquella que la limita a la tercera cuota.

De acuerdo a esto también estima que la sentencia infringió el artículo 2434


del Código Civil, en razón de que la obligación hipotecaria, que es accesoria,
sigue la suerte de la obligación principal, en este caso del pagaré, que no es tal,
según señaló, extinguiéndose junto con la obligación principal por expresa
disposición de la norma citada.

Por ende, si la acción cambiaria se encuentra extinguida por la prescripción,


también lo está por la acción hipotecaria que le es accesoria, por aplicación de
los artículos 1442, 2434 y 2492 del Código Civil en relación con los artículos 98,
105 inc. 2º y 107 de la Ley Nº 18.092.

Así, la sentencia impugnada incurre en un grave vicio al rechazar la excepción


opuesta prevista en el Nº 17 del artículo 464 del Código de Enjuiciamiento Civil
y no declarar prescrita la acción respecto de toda la obligación demandada y
consecuencialmente al no declarar también extinguida por la prescripción la
acción que emanó de la garantía hipotecaria que hizo valer en este proceso la
demandante.

Segundo: Que, para un adecuado análisis de los errores de derecho que se


denuncian, útil resulta tener presentes los siguientes antecedentes y hechos
establecidos por los jueces de la instancia:

a) Que conforme lo establece el pagaré Nº 12.501.19711-2, doña Sandra


Mellado Carrasco se obligó a pagar al Banco ejecutante la cantidad en moneda
nacional equivalente, al momento en su pago efectivo, a la suma de 1.320
unidades de fomento.

La deuda se dividió en 10 cuotas, pagaderas en forma semestral, siendo


exigible la primera de ellas el 23 de junio de 2000;

b) Que por escritura pública de hipoteca de 16 de septiembre de 1999 la


ejecutada, doña Rosa Carrasco Guerrero, para garantizar las obligaciones

37
presentes o futuras, directas o indirectas que doña Sandra Mellado Carrasco
tenga o contraiga en el futuro con el B.B.V.A. Banco Bhif, hipotecó el resto de la
Parcela Nº 19 del proyecto de parcelación Flor del Llano de la comuna de San
Clemente, y que corresponde al Lote A, comuna de Linares.

c) Que en el pagaré antes aludido se pactó expresamente la siguiente cláusula


de aceleración: el no pago íntegro y oportuno de una o más cuotas de capital y/o
intereses del presente pagaré dará derecho al BBV banco Bhif para exigir de
inmediato, como si fuere de plazo vencido, el total de la obligación que estuviere
pendiente.

d) Que doña Sandra Mellado Carrasco no pagó la cuota con vencimiento 25


de junio de 2001, por lo que la ejecutante hizo uso de la cláusula de aceleración
pactada en él, demandando el total de lo adeudado, haciendo exigible la
obligación contenida en dicho documento.

e) Que el banco ejecutante notificó la gestión de desposeimiento a la tercera


poseedora de la finca hipotecada el 26 de septiembre de 2002.

f) Que el pagaré que se encuentra en custodia, es original y la firma de la


suscriptora se encuentra autorizada ante notario, y

g) Que la demandada no ha suscrito pagaré a favor del banco ejecutante.

Tercero: Que como se expusiera precedentemente, a juicio de la recurrente,


el primer error de derecho en que incurre la sentencia impugnada consiste en
haber le dado mérito ejecutivo a una fotocopia de un pagaré y en un título que
carece de dicho mérito respecto de la demandada por no haberlo suscrito.

Cuarto: Que en la especie y tal como se dejó establecido por la sentencia


impugnada, el ejecutante acompañó un pagaré original, no obstante haber
señalado tanto en la gestión de notificación de desposeimiento como en la
demanda misma que se aparejaba una fotocopia autorizada del mismo, por lo
que la sentencia —en lo que atañe a este reproche— no ha incurrido en
infracción de ley alguna.

Quinto: Que no existe controversia acerca de que la ejecutada señora


Carrasco Guerrero no firmó el pagaré que se invoca como título ejecutivo
respecto del banco ejecutante; tampoco, de que por escritura pública de hipoteca
de 16 de septiembre de 1999 —para garantizar las obligaciones presentes o
futuras, directas o indirectas que doña Sandra Mellado Carrasco tenga o
contraiga en el futuro con el B.B.V.A. Banco Bhif— hipotecó el resto de la Parcela
Nº 19 del proyecto de parcelación Flor del L lano de la comuna de San Clemente,
y que corresponde al Lote A, comuna de Linares (considerando 2º letra b).

Sexto: Que la hipoteca constituye una garantía real que se rige por el principio
de la accesoriedad y sigue la suerte de lo principal.

Dicha caución está constituida por un título ejecutivo —escritura pública—, por
lo que para iniciar la acción de desposeimiento a través de un juicio ordinario o

38
ejecutivo hay que estarse al título donde se constituyó la obligación a la que
accede.

Esta es la única forma de interpretar armónicamente el artículo 759 inciso


segundo del Código de Procedimiento Civil, que establece cuándo un
desposeimiento se somete a las normas del juicio ordinario o ejecutivo según
sea la calidad del título, puesto que el tercer poseedor nunca concurre a la
suscripción del acto o contrato que genera la obligación.

Así lo recoge el mencionado precepto. Esta acción se someterá a las reglas


del juicio ordinario o a las del ejecutivo, según sea la calidad del título en que se
funde, procediéndose contra el poseedor en los mismos términos en que podría
hacerse en contra del deudor personal.

Séptimo: Que respecto de la ejecutada Rosa Carrasco Guerrero, es evidente


que su obligación de pagar las sumas de dinero no emana directamente del
pagaré en cuestión —que por lo demás no ha suscrito en calidad alguna— sino
que de la escritura pública de hipoteca de 16 de septiembre de 1999, puesto que
sólo ese documento da cuenta de su obligación de garante hipotecario.

En síntesis, es en virtud de la hipoteca y no del pagaré, que se ve compelido


a solucionar el crédito.

Ahora bien, no puede pretenderse que, a los efectos de esta ejecución, la


hipoteca, en cuanto caución real y, por ende, esencialmente accesoria, dé cuenta
en sí misma de la obligación cuyo pago se exige.

Esta última, por cierto, consta del pagaré suscrito por el deudor principal,
aparejado a la ejecución.

Empero, cabe enfatizar que la demanda ejecutiva de autos se ha dirigido en


contra de la mencionada señora Carrasco Guerrero, conforme a la ya referida
escritura pública de fecha 16 de septiembre de 1999.

Subsecuentemente, no puede sino concluirse que es este último documento


el que, en definitiva, se hace valer directamente como título ejecutivo para el
demandado de que se trata.

Octavo: Que, acerca de lo anterior, no existe impedimento jurídico alguno para


aceptar que, en un mismo procedimiento, concurra más de un título dotado de
fuerza o mérito ejecutivo.

En efecto, el título ejecutivo no necesariamente debe constar en un solo


documento, sino que puede estar integrado por varios, siempre que entre ellos
existan conexiones jurídicas concurrentes e incluso posteriores a la formación
del título documental, sin que con ello se desvirtúe la exigencia de que el título
ejecutivo debe bastarse a sí mismo.

De este modo se ha sostenido que la complementación o integración de títulos


ejecutivos no la prohíbe la ley, la que no exige que todos los requisitos que deban

39
dar mérito ejecutivo a un título deban constar en él, exigencia que de existir haría
perder finalidad y eficacia jurídica en este ámbito a instituciones reconocidas en
nuestra legislación, como por ejemplo las hipotecas constituidas para garantizar
obligaciones de terceros, o las otorgadas antes de los contratos a que acceden
y que permite el artículo 2413 del Código Civil, o el de aquellas hipotecas que
contienen la cláusula de garantía general hipotecaria ya aceptada en la doctrina
y jurisprudencia de nuestros tribunales de justicia (sentencia 27 de diciembre de
2000, Rol Nº 806-2000, Gaceta Jurídica Nº 246, diciembre 2000, páginas 71 y
72.)

Noveno: Que, en tales condiciones, la sentencia impugnada no incurre en el


error de derecho que se pretende y, por el contrario, al desestimar la excepción
analizada, hace una correcta aplicación de las normas legales que se suponen
infringidas.

Décimo: Que en relación al segundo grupo de preceptos que la recurrente


denuncia como infringidos y que dicen relación con la prescripción, el pagaré de
autos contempla vencimientos sucesivos, pactándose una cláusula de
aceleración en términos facultativos para el acreedor, lo que se colige de su tenor
y terminología, desprendiéndose de su contenido que el no pago íntegro y
oportuno de una o más cuotas de capital y/o intereses del presente pagaré dará
derecho al B.B.V.A. Banco Bhif para exigir de inmediato, como si fuere de plazo
vencido, el total de la obligación que estuviere pendiente.

Como puede fácilmente advertirse, al contrario de lo que sostiene el


recurrente, los términos de la estipulación son claros en el sentido que el hecho
del no pago confería al acreedor la facultad o prerrogativa de exigir el total de las
cuotas adeudadas y aún no devengadas, como si se encontraran efectivamente
vencidas.

Undécimo: Que, así las cosas, cuando la cláusula de aceleración se concibe


en términos facultativos, la exigibilidad de las obligaciones o cuotas no vencidas
se producirá cuando el acreedor manifieste su intención inequívoca de ejercer el
derecho que le confiere la estipulación y cobrar las aludidas cuotas; en el caso
que nos ocupa, esa manifestación de voluntad inequívoca se produjo al momento
de presentarse por el acreedor la gestión preparatoria de notificación de
desposeimiento el 10 de agosto de 2002, y desde esa oportunidad ha de
principiar a computarse el término de la prescripción de la acción cambiaria a
que se refiere el artículo 98 de la Ley Nº 18.092, respecto de las cuotas aún no
devengadas; al contrario de las ya devengadas, en las que se cuenta desde que
las mismas se hicieron exigibles.

Duodécimo: Que, tal como lo establece el fallo atacado, en lo que respecta a


las cuotas ya devengadas, entre el vencimiento de la tercera cuota del pagaré
que motiva el presente recurso el día 25 de junio de 2001 y la notificación de la
acción de desposeimiento a la demandada el 26 de septiembre de 2002,
transcurrió en exceso el plazo de prescripción de la acción intentada, según
establece el artículo 98 de la Ley Nº 18.092, motivo que condujo a los jueces del
fondo a acoger la excepción de prescripción parcial de la acción ejecutiva
respecto de dicha cuota y no respecto de toda la obligación como pretende el

40
recurrente, puesto que respecto de las restantes no transcurrió el plazo a que se
refiere la señalada disposición legal.

Decimotercero: Que no habiendo prescrito la obligación del deudor personal


caucionada con la hipoteca, el derecho para perseguir la finca hipotecada
mediante el ejercicio de la acción de desposeimiento que otorga la hipoteca al
acreedor se ha mantenido en todo momento expedito para él, por lo que carece
de fundamento la excepción de prescripción opuesta por el tercer poseedor para
tratar de enervar la acción deducida en su contra.

Decimocuarto: Que por las razones expresadas no se han configurado los


errores de derecho denunciados, y el recurso intentado deberá rechazarse.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en el


artículo 767 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación
en el fondo deducido a fojas 68, por doña Rosa Elena Carrasco Guerrero, en
contra de la sentencia de fecha veintiocho de julio de dos mil seis, escrita a fojas
61.

Acordada con el voto en contra del ministro señor Araya, quien fue de parecer
de acoger el recurso de casación en el fondo, anular el fallo de segundo grado y
dictar sentencia de reemplazo en la que se acoja la excepción de prescripción
interpuesta, sobre la base de las siguientes consideraciones:

1º. Que el inciso 2º del artículo 105 de la Ley Nº 18.092 preceptúa que el
pagaré puede tener vencimientos sucesivos y, en tal caso, para que el no pago
de una de las cuotas haga exigible el monto total insoluto es necesario que así
se exprese en el documento.

Esta norma está relacionada con uno de los requisitos que deben contener
estos títulos de crédito, cual es la época del pago, según lo dispone el Nº 3 del
artículo 102 de la aludida ley.

De este modo, la excepcionalidad prevista por la primera norma citada está


relacionada únicamente con el plazo fijado para la solución del crédito y en el
sólo evento que se haya pactado su pago en cuotas, las que, como señala el
inciso final del mismo artículo 105, sin este pacto habrían de ser protestadas
separadamente.

En síntesis, el sentido de la cláusula de aceleración es hacer exigible una


obligación que se paga en parcialidades, por el solo hecho de la mora de una de
ellas, como si todo el crédito fuere exigible, aunque no se haya producido la mora
de las restantes.

Y este es el derecho que le asiste al acreedor, el de poder cobrar un total o un


saldo insoluto de una obligación, en el solo evento de la mora de una de las
cuotas en que se dividió el crédito, cualquiera sea el sentido imperativo o
facultativo en que se haya redactado la cláusula en cuestión.

41
2º. Que, en razón de lo anterior, cualesquiera hubieran sido las palabras
utilizadas por el banco al deducir la demanda o empleadas por el suscriptor al
extender la cláusula de aceleración, en opinión del disidente de todos modos
habría debido afirmarse la actual exigibilidad de la obligación cobrada al
momento de deducirse la demanda ejecutiva, pues ella se produjo al incurrir el
deudor en mora en el pago de una de las cuotas en que se dividió el crédito,
independientemente de las manifestaciones de voluntad del acreedor en tal
sentido.

Redacción a cargo de la Ministra señora Margarita Herreros y del voto


disidente, su autor.

Regístrese y devuélvase.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sr.
Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., Sres. Juan Araya E. y Carlos
Kunsemüller L. y Abogado Integrante Sr. Óscar Herrera V.

No firman la Ministra Sra. Herreros y el Abogado Integrante Sr. Herrera, no


obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar en
comisión de servicio la primera y ausente el segundo.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 5.203-2006.

42
CAPÍTULO II CERTEZA DEL TÍTULO EJECUTIVO

1. REQUISITOS DEL TÍTULO EJECUTIVO. CERTEZA DE OBLIGACIÓN.


EXCEPCIÓN DEL ARTÍCULO 464 N° 7 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO
CIVIL

SUMARIO: La obligación contenida en el título ejecutivo de dar, hacer o no


hacer, debe estar presente al momento de entablar la demanda —toda vez
que ésta es la oportunidad procesal que tiene el juez para examinar el título y
despachar o negar lugar a la ejecución—, el que debe reunir, además, los
siguientes requisitos para que tenga fuerza ejecutiva, a saber: que sea válida,
cierta, actualmente exigible, líquida o liquidable y que no esté prescrita, todo
ello no debe dejar duda acerca de la existencia del derecho contenido en él.
En el caso particular a tratar, se encuentra ausente el supuesto de la
certeza. E n efecto, la ejecutante acompaña un contrato de construcción en la
que se obliga a construir quince pozos y la ejecutada a cancelar el precio en
dinero efectivo en el plazo de cinco años, contados desde la fecha de
suscripción del mismo, de modo tal que aquél debió presentar ante el Tribunal
un título que, de una manera fehaciente e indubitada, consignara su derecho
para poder exigir compulsivamente el crédito, es decir que no merezca duda,
o por lo menos que se encuentre llano a cumplir en forma y tiempo debido, en
la oportunidad que presentó la demanda ejecutiva y no una vez que se ha
trabado la litis, que es lo que ha acontecido en la especie, por ende no es
procedente que luego de iniciado el juicio ejecutivo se pruebe la existencia del
derecho para exigir el cumplimiento, tomando además en consideración que,
en el caso de marras, se trata de un juicio no declarativo de derechos.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valparaíso

Tipo de recurso: Apelación

Rol : 1895-2005

Fecha: 03/05/2006

Cita online: CL/JUR/1295/2006; 34530

Partes: Miguel Brajovic Escalona; con Juana Rosa Jorquera Vergara; Juan
José Fernández Jonquera; María Inés Fernández Jonquera

Magistrados: Gómez Montoya, Mario; Letelier Ferrada, Inés María

43
Redactor: Letelier Ferrada, Inés

Abogado integrante: Luhrs Antoncich, Germán

Voces: acreedor hipotecario - alzamiento de la hipoteca - bien hipotecado -


ejecución hipotecaria - extinción de la hipoteca - garantía hipotecaria - hipoteca
- hipoteca convencional - hipoteca legal - inscripción de la hipoteca - mérito
ejecutivo - purga de la hipoteca - requisitos de la hipoteca - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 464 Nº 7 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 438 Nº 3 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Valparaíso, 3 de mayo del año 2006.

Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada con las siguientes enmiendas, se


eliminan los motivos decimotercero, decimosexto, decimoséptimo, decimoctavo,
decimonoveno, vigésimo, vigésimo tercero y el vigésimo cuarto.

En el fundamento tercero se sustituye el número Nº 5 por el Nº 6.

En el considerando vigésimo primero se elimina a continuación de la coma, a


la que antecede la expresión referida la frase que constituye el título ejecutivo.

En las citas legales se suprime la referencia al artículo 384 del Código de


Procedimiento Civil.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

Primero: Que la copia autorizada de escritura pública de fecha 13 de abril de


1998, otorgada ante el notario público de Valparaíso don Luis Hernán Fischer
Yávar, sobre construcción de pozo e hipoteca en la que la ejecutante fundamenta
su ejecución, es un contrato bilateral, de manera tal que aquélla acompaña al
tribunal un documento que según sus dichos acredita el reconocimiento de un
derecho y su correlativa obligación.

Segundo: Que, cabe tener presente, que tanto la doctrina como la


jurisprudencia de nuestros tribunales han definido al título ejecutivo como un
documento escrito que debe contener de manera indubitada y fehaciente el
reconocimiento o declaración de un derecho y su correlativa obligación, que
puede ser de dar, hacer o no hacer.

Tercero: Que, con lo relacionado en el motivo anterior, se infiere que no es


suficiente para calificar al título de ejecutivo que éste conste en un documento,
en este caso escritura pública, sino que, además, se requiere que su contenido
comprenda un acto que consigne un crédito y su correlativa obligación que se

44
trata de ejecutar; esto es, el primero sólo acredita la materialidad de la obligación
contenida en éste.

Cuarto: Que lo consignado en los párrafos precedentes no es sino a lo que se


refiere el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, al señalar que el juicio
ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su
cumplimiento se hace valer algunos de los siguientes títulos y enumera a
continuación cuáles son los títulos, entre ellos copia autorizada de escritura
pública, cual es el caso de autos.

Quinto: Que la obligación contenida en el título ejecutivo de dar, hacer o no


hacer, debe estar presente al momento de entablar la demanda —toda vez que
ésta es la oportunidad procesal que tiene el juez para examinar el título y
despachar o negar lugar a la ejecución—, el que debe reunir, además, los
siguientes requisitos para que tenga fuerza ejecutiva, a saber: que sea válida,
cierta, actualmente exigible, líquida o liquidable y que no esté prescrita, todo ello
no debe dejar duda acerca de la existencia del derecho contenido en él.

Sexto: Que, en el caso particular a tratar, se encuentra ausente el supuesto


de la certeza. E n efecto, la ejecutante acompaña un contrato de construcción en
la que se obliga a construir quince pozos y la ejecutada a cancelar el precio en
dinero efectivo en el plazo de cinco años, contados desde la fecha de suscripción
del mismo, de modo tal que aquél debió presentar ante el Tribunal un título que,
de una manera fehaciente e indubitada, consignara su derecho para poder exigir
compulsivamente el crédito, es decir que no merezca duda, o por lo menos que
se encuentre llano a cumplir en forma y tiempo debido, en la oportunidad que
presentó la demanda ejecutiva y no una vez que se ha trabado la litis, que es lo
que ha acontecido en la especie, por ende, no es procedente que luego de
iniciado el juicio ejecutivo se pruebe la existencia del derecho para exigir el
cumplimiento, tomando además en consideración que, en el caso de marras, se
trata de un juicio no declarativo de derechos.

Séptimo: Que en este estado, la excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil, opuesta por los ejecutados, esto es faltar al título alguno de
los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga
fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado y
tratándose el título en que funda su ejecución de un contrato bilateral, que
establece derechos y obligaciones recíprocas para las partes contratantes, ella
es procedente y deberá acogerse en atención a que el título invocado no reunía
las exigencias de contener una deuda cierta, por lo que éste carece de mérito
ejecutivo, ya que, por el contrario, es materia de prueba que necesariamente
debe resolverse previamente en una sentencia declarativa, por lo que mal pudo
el Juez de primer grado, al momento de su examen, haber despachado el
mandamiento de ejecución y embargo.

Octavo: Que, a mayor abundamiento en la cláusula sexta del contrato de


construcción se estipuló que en el evento que se pactaren modificaciones o
ampliaciones en la construcción de los pozos, se considera como valor de cada
pozo el de quinientas Unidades de Fomento, cuyos montos se agregarán o
descontarán a la suma originalmente indicada, o sea a la suma única y total de

45
siete mil quinientas Unidades de Fomento más IVA, estipulación en que la
ejecutante funda su demanda sólo por la construcción de diez pozos y no de
quince como señala haberse convenido originalmente.

Noveno: Que en relación a lo señalado precedentemente los requisitos que


establece la ley para demandar en juicio ejecutivo, tal como se consignó en el
fundamento quinto de esta sentencia, figura el consignado en el artículo 438 del
Código de Procedimiento Civil, el que en Nº 3 dispone que la deuda debe ser
líquida, la que se entiende como tal no sólo lo que actualmente tenga esa calidad,
sino también la que pueda liquidarse mediante simples operaciones aritméticas,
con sólo los datos que el mismo título suministra.

Décimo: Que de lo reseñado en el motivo anterior, aparece de manifiesto que


el título invocado no reunía las exigencias de contener una deuda líquida de
dinero, puesto que tanto la ejecutante manifiesta que construyó menos pozos de
los originalmente convenidos, como asimismo, la ejecutada controvierte la
existencia de los pozos, sosteniendo que no se había construido ninguno con las
características de la profundidad que se había acordado, de forma que la rebaja
en el precio por la construcción de los mismos, establecida en la cláusula sexta,
es también materia de prueba que necesariamente debe resolverse previamente
en una sentencia declarativa, no reuniendo el título el mérito ejecutivo, por cuanto
la obligación no era líquida ni fácilmente liquidable mediante operación
aritmética, por lo que se procederá a acoger dicha excepción.

Undécimo: Que no obsta a la dictación del presente fallo la circunstancia que


da fe la certificación de fojas 383, por cuanto a fojas 369 y siguientes rola copia
autorizada del contrato acompañada en la forma legal por la propia ejecutante,
no objetada, sin perjuicio de que se continúen realizando las búsquedas
pertinentes por la Secretaria de esta Corte.

Por estos fundamentos y visto, además, lo dispuesto en las disposiciones


legales citadas y en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, se revoca la sentencia apelada de treinta de mayo del año dos mil cinco,
escrita de fojas 303 a 329, sólo en cuanto se acoge la excepción deducida por
los demandados Juana Rosa Jorquera Vergara, Juan José Fernández Jorquera
y María Inés Fernández Jorquera a fojas 20 y 27 respectivamente, contenida en
el artículo 464 Nº 7 del Código citado; esto es, la falta de algunos de los requisitos
o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado y en aquella parte
que condena en costas a los ejecutados y, en su lugar, se declara que no se
hace lugar a la demanda ejecutiva deducida a fojas 1, por Miguel Brajovic
Escalona con costas de la primera instancia.

Se confirma, en lo demás apelado, la aludida sentencia.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro señora Inés María Letelier Ferrada.

Rol Nº 1.895-2005.

46
2. CERTEZA EXIGIDA COMO REQUISITO DE TODO TÍTULO EJECUTIVO

SUMARIO: Las exigencias de la ley, al establecer los requisitos para dar fuerza
ejecutiva a un título, radican en la certeza que el título debe dar acerca de la
existencia de la obligación, su exigibilidad, su cuantía y su liquidez, y, como
ha quedado demostrado, tal certeza no fluye de los que precisamente invocó
el ejecutante, debido a la pluralidad de documentos en que se pretendió fundar
la acción ejecutiva, así como a la sustancial inconsistencia que existe entre
todos ellos; de modo que, además de los fundamentos rigurosamente
procesales de carácter formal que emanan de lo dispuesto en el artículo 434
del Código de Procedimiento Civil, que han servido de fundamento para
acoger la oposición de la ejecutada, existe dicha falta de certeza que priva
necesariamente de mérito ejecutivo a los instrumentos en que se fundó la
demanda ejecutiva.

Órgano Jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación y casación en la forma

Rol: 4901-2000

Fecha: 10/03/2006

Cita online: CL/JUR/4600/2006; 34137

Partes : Inversiones El Aromo contra Aboid Verdugo, Andrea

Magistrados: Provoste Bachmann, Humberto; Valdovinos Jeldes, Amanda

Redactor: Provoste Bachmann, Humberto

Abogado integrante: Orlandini Molina, Luis

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 10 de marzo de 2006.

Vistos:

En los autos ante el Primer Juzgado de Letras en lo Civil de Santiago,


caratulados Inversiones El Aromo Limitada con Aboid Verdugo, Andrea del Pilar

47
Rol Nº 1.645-1998, sobre demanda en juicio ejecutivo interpuesta por don Luis
René Yáñez Torreblanca, gerente general de la sociedad Inversiones El Aromo
S.A. y en su representación, ambos domiciliados en Reñaca Nº 1976, en contra
de Andrea del Pilar Aboid Verdugo, casada con don Luis René Yáñez
Torreblanca, y totalmente separada de bienes, de este domicilio, Avda.
Irarrázaval Nº 5665, Ñuñoa, en que se persigue el pago de la suma equivalente
a tres mil doscientas sesenta y nueve y treinta y un centésimos, de unidades de
fomento, se dictó sentencia definitiva con fecha veintiocho de abril de dos mil,
escrita a fojas ciento una y siguientes, en la que se resolvió acoger la excepción
de falta de alguno de los requisitos o condiciones para que el título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea en relación al demandado, opuesta por la
ejecutada, y se dispuso el alzamiento del embargo decretado en autos; se
rechazaron las demás excepciones opuestas, y se resolvió que el ejecutante
debería soportar el 60% de las costas del proceso, y la ejecutada, el 40%
restante. En lo principal de fojas 112, la parte demandante recurrió de casación
en la forma en contra de dicha sentencia, y en el primer otrosí, apeló.

Considerando:

A) En cuanto al recurso de casación en la forma:

1º. Que fundó este recurso en lo que dispone en el artículo 766 del Código de
Procedimiento Civil, y en las causas 4 y 5 previstas en el artículo 768 del mismo
Código, afirmando:

a) Respecto de la 4 que la sentencia de primer grado incurrió en el vicio de


ultra petita debido a que otorgó más de lo pedido por las partes y se extendió a
puntos no sometidos a su decisión; porque corrigió la cita del número que, con
referencia al correspondiente artículo del Código del ramo, hizo equívocamente
la parte ejecutada, al oponer la excepción de falta de los requisitos para que
el título tenga fuerza ejecutiva, y, además, porque al acoger esta excepción
habría fundado su decisión en materias contractuales propias del contrato de
compraventa efectuado por la escritura pública de 14 de marzo de 1995, lo que,
según el recurrente, no se puede hacer porque ello importaría convertir el juicio
ejecutivo en un juicio declarativo de derechos, y

b) Respecto de la 5, porque el Tribunal no dio en la sentencia los fundamentos


de derecho para acoger la excepción de que se trata, lo que importa una
infracción al artículo 170 del Código del ramo;

2º. Que el perjuicio que la recurrente dice haber sufrido a causa del vicio que
motiva el recurso no es sólo reparable con la invalidación del fallo, sino que,
también, por la vía de la apelación deducida por el actor en el primer otrosí de
fojas ciento doce;

3º. Que, conforme con lo razonado precedentemente y con lo que dispone el


tercer inciso del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esta Corte
desestimará el recurso de casación en la forma interpuesto por la sociedad
demandante.

48
B) En cuanto al recurso de apelación: Se reproduce la sentencia en alzada,
con las modificaciones que se indican a continuación:

a) En el motivo tercero, fs. 104, se reemplaza la expresión concucena, por la


frase concurren a,

b) En el motivo noveno, se reemplaza el adverbio así por la preposición a y la


forma reflexiva del pronombre personal de tercera persona sí, escrito en su frase
final, y

c) Se suprimen los fundamentos décimo y undécimo.

Y se tiene, en su lugar y además, presente:

1º. Que en su demanda de fojas 22, el actor invoca tres títulos:

a) La escritura pública de fecha 14 de marzo de 1995 (fs. 3 de autos) ante el


Notario Público suplente de la Tercera Notaría de Santiago, de compraventa del
predio agrícola de calle El Rodeo Nº 13454, de Lo Barnechea, de propiedad de
la sociedad Inversiones El Aromo S.A. —cuyos únicos socios, según los
antecedentes, son su gerente general, don Luis René Yáñez Torreblanca, cuya
personería emana del artículo segundo transitorio de la escritura social
acompañada a fojas 7 y siguientes, y la cónyuge de éste, doña Andrea del Pilar
Aboid Verdugo—, en cuya virtud dicha sociedad vendió, cedió y transfirió a doña
Andrea del Pilar Aboid Verdugo el referido predio, en el precio de ochenta
millones de pesos, que, según su cláusula tercera, se pagó al contado, en dinero
efectivo, y a entera satisfacción de la sociedad vendedora;

b) El documento privado de reconocimiento de deuda, de fojas una, de fecha


31 de julio de 1995, firmado por don Luis René Yáñez Torreblanca, en
representación de dicha sociedad, y por doña Andrea del Pilar Aboid Verdugo,
en cuya cláusula primera ésta dice adeudar la suma de U.F. 3.269,31 como
deuda directa a la fecha del presente instrumento, en su equivalente en moneda
de curso legal al momento del pago, que corresponde al saldo de precio insoluto
quedando (sic) en la compra del inmueble ubicado en Avenida El Rodeo
Nº 13454, comuna de Lo Barnechea, compra efectuada por escritura pública ya
indicada, de 14 de marzo de 1995, ante el Notario Aliro Veloso Muñoz; en la
cláusula segunda del mismo documento el señor Yáñez en representación de la
sociedad indicada acepta dicho reconocimiento de deuda; en la cláusula tercera,
la señora Aboid se obliga a pagar la suma indicada en ciento veinte cuotas,
mensuales y sucesivas, correspondiente la primera de ellas al mes de marzo de
1997; se agrega que esas cuotas se pagarán en su equivalente en moneda de
curso legal, según el valor de dicha unidad al momento del pago, cuotas que
llevarán inserto el interés pactado entre las partes (interés que —dicho sea de
paso— no se encuentra indicado en el citado documento, ni referido en la
escritura de compraventa que le sirve de fundamento, toda vez que en ésta el
precio se pagó al contado, en dinero efectivo y fue recibido a su satisfacción por
la sociedad vendedora); en la cláusula cuarta se dice que el no pago oportuno
de cualesquiera de las cuotas dará derecho al acreedor para hacer exigible, en
forma inmediata, las cuotas restantes, como si fueran de plazo vencido, para

49
cuyo efecto la señora Aboid hace entrega al señor Yáñez del cheque Nº 0502523
del Banco BHIF por la suma de $ 44.135.685, documento que se irá
reemplazando mensualmente por otro girado por el valor residual adeudado. Las
firmas de la señora Aboid y del señor Yáñez, aparecen autorizadas por el notario
señor Veloso, con fecha 31 de julio de 1995, y

c) La escritura pública de fecha 14 de agosto de 1996, (fojas 20) ante el mismo


Notario indicado precedentemente, en que la sociedad referida, representada
por el señor Luis René Yáñez Torreblanca, y doña Pilar Aboid Verdugo, declaran
que por la escritura pública de 14 de marzo de 1995 se celebró el contrato de
compraventa antes referido, que el precio fue de ochenta millones de pesos
cancelados al contado, y que por el presente instrumento los comparecientes
vienen en aclarar la referida escritura, en lo que respecta a la forma de pago del
precio, el cual no fue al contado, sino que a plazo; con $ 42.832.795 pagados en
dinero efectivo el 15 de julio de 1995, y el saldo de $ 37.167.205 en la forma y
en el plazo que da cuenta el reconocimiento de deuda suscrito por la compradora
durante el mes de julio de mil novecientos noventa y cinco;

2º. Que sobre esos fundamentos, el ejecutante afirma en su demanda que


hasta la fecha la deudora señora Andrea del Pilar Aboid Verdugo no ha
cancelado ninguna cuota, por lo que adeuda el total equivalente a UF. 3.269,31,
que a esta fecha, mayo de 1998, asciende a $ 46.590.381 y, basándose en ello,
agrega que la deuda es líquida, actualmente exigible, y no prescrita, y que, por
tanto, conforme con los artículos 434 y ss. del C. de P.C. pide que se tenga por
deducida la demanda ejecutiva en contra de la ya individualizada señora Aboid,
y se despache mandamiento de ejecución y embargo por la suma ya indicada,
más intereses corrientes y costas, hasta el entero pago a mi representada de su
crédito expresado en U.F. a la fecha de cancelación;

3º. Como se ve, la suma que la sociedad demandante pretende cobrar en este
procedimiento ejecutivo es la que se indica en el documento privado de fojas
una, que no ha sido reconocido judicialmente por la deudora o mandado a tener
por reconocido para los efectos de proceder a la cobranza ejecutiva de dicha
deuda, conforme con lo que previene el artículo 434 número 4º del Código de
Procedimiento Civil, y que, por ende, no tiene mérito ejecutivo; que, además, el
mismo instrumento privado establece que las cuotas a que se refiere llevarán
inserto el interés pactado entre las partes, en circunstancia que en dicho
instrumento no consta que se haya pactado algún interés, ni, menos, cuál pueda
ser éste; de manera que, además de su falta de mérito ejecutivo, la deuda de
que daría fe no es líquida ni contiene los elementos necesarios para liquidarla;

4º. Que puede entenderse la demanda de autos, como lo ha hecho el juez a


quo, en el sentido que el título invocado por el acreedor como fuente de la
obligación es la escritura pública de 14 de agosto de 1996, que corre a fojas 20;
pero, tal como razona dicho Tribunal en su sentencia, dicho título no se basta a
sí mismo, porque en su propio texto se invocan otras fuentes de la obligación
que se pretende ejecutar; así, su cláusula primera se refiere al contrato de
compraventa acordado mediante la escritura pública de 14 de marzo de 1995;
su cláusula segunda, a que el precio de esa compraventa igual a $ 80.000.000
se pagó al contado; en su cláusula tercera se dice que los comparecientes vienen

50
en aclarar la de compraventa en lo relativo a la forma de pago del precio, en el
sentido que el pago no fue totalmente en dinero efectivo y al contado como
dijeron en la de compraventa—; sino que a plazo, cancelándose el precio: con la
suma de $ 42.832.795 en dinero efectivo, el día 15 de julio de 1995, y el saldo
de $ 37.167.205, en la forma y el plazo de que da cuenta el reconocimiento de
deuda suscrito por la compradora durante el mes de julio de 1995;

5º. Que, de acuerdo con el claro tenor de la escritura pública de fojas 20, es
evidente que el título ejecutivo consistente en la escritura llamada de aclaración
de la compraventa del predio de la comuna de Lo Barnechea, se basa en el
documento privado de fojas una, que no tiene mérito ejecutivo, y que, además,
no es consistente con la escritura de aclaración, ya que ésta afirma que lo
adeudado es igual a $ 37.167.205 y el documento privado referido, emitido antes
de la escritura de aclaración, afirma que la suma adeudada por concepto de
saldo de precio de la compraventa del predio en cuestión asciende a U.F.
3.269,31, que equivaldrían a $ 44.135.685, según aparece del cheque dado en
garantía de pago de dicha deuda directa, en el mismo documento;

6º. Que, en consecuencia, la sentencia en alzada ha resuelto conforme con el


mérito de los antecedentes que obran en el proceso, especialmente, con el de
los títulos de fojas una y veinte, que ha hecho valer el ejecutante, según se acaba
de demostrar; porque, como bien se razona en la sentencia en alzada, el título
ejecutivo en que se funda la ejecución ha de ser suficiente por sí solo para dar
mérito a la ejecución forzada de una deuda; lo que, como se ha visto, no ocurrió
en el caso de autos, porque el fundamento de la acción ejecutiva intentada por
el ejecutante fue radicado en la escritura pública de fojas 20 y en la escritura
privada de fojas una, lo que no se ajusta a la definición del título ejecutivo que,
conforme con el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, puede ser
invocado para la ejecución forzada de una obligación de dar;

7º. Que, sin perjuicio de lo anterior, cabe tener presente que las exigencias de
la ley, al establecer los requisitos para dar fuerza ejecutiva a un título, radican en
la certeza que el título debe dar acerca de la existencia de la obligación, su
exigibilidad, su cuantía y su liquidez, y, como ha quedado demostrado, tal certeza
no fluye de los que precisamente invocó el ejecutante, debido a la pluralidad de
documentos en que se pretendió fundar la acción ejecutiva, así como a la
sustancial inconsistencia que existe entre todos ellos; de modo que, además de
los fundamentos rigurosamente procesales de carácter formal que emanan de lo
dispuesto en el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, que han servido
de fundamento para acoger la oposición de la ejecutada, existe dicha falta de
certeza que priva necesariamente de mérito ejecutivo a los instrumentos en que
se fundó la demanda ejecutiva;

8º. Que esta Corte ha tenido presente la argumentación del ejecutante al


recurrir contra la sentencia en alzada, en orden a que la ejecutada habría
formulado indebidamente su excepción de falta de alguno de los requisitos o
condiciones establecidas por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva,
porque al formularla en dichos términos indicó que era la prevista en el número
8º del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil; pero no dará lugar a dicha
argumentación, porque el tenor de la excepción es claro y preciso en lo que

51
concierne a los fundamentos de hecho y de derecho en que ella se funda; motivo
por el que resulta irrelevante para los efectos de calificar la oposición del
ejecutado, el mero error de referencia al número que en artículo 464 del
citado Código se da a la referida excepción;

9º. Que las declaraciones de los testigos presentados por la ejecutada


contenidas en acta de la audiencia de 15 de noviembre de 1999, que corre a
fojas 81, en cuanto ellos afirman que el contrato de compraventa entre la
sociedad Inversiones El Aromo S.A. y doña Andrea del Pilar Aboid Verdugo de
que da cuenta la escritura pública de fecha 14 de marzo de 1995, sería simulado
y que no habría existido tal compraventa, se refieren a la verdad de las
declaraciones contenidas en dicha escritura, y miran al fondo de una cuestión
que es propia de un juicio declarativo de lato conocimiento, y que en nada alteran
o influyen en el razonamiento antedicho, y

10º. Que, de igual modo, las posiciones absueltas por la ejecutada, doña
Andrea del Pilar Aboid Verdugo, ante esta Corte, a fojas 128, carecen de mérito
para modificar lo considerado precedentemente.

Por estas consideraciones y conforme, además, con lo dispuesto en los


artículos 170, 186, 187, 189, 764, 766, y 768, del Código de Procedimiento Civil,
se resuelve:

1º. Que se declara sin lugar el recurso de casación en la forma deducido por
la parte demandante en lo principal de fojas 112;

2º. Que se confirma la sentencia apelada, de fecha veintiocho de abril de dos


mil, escrita a fojas ciento uno y siguientes.

Regístrese y devuélvase, junto con los documentos en custodia.

No obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa no firma el


Abogado Integrante señor Luis Orlandini Molina, por encontrarse con licencia
médica.

Pronunciada en la Quinta Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por


los Ministros señores Amanda Valdovinos Jeldes, Humberto Provoste
Bachmann, y el Abogado Integrante Luis Orlandini Molina.

Rol Nº 4.901-2000.

3. AL DIVIDIRSE EN CUOTAS LA OBLIGACIÓN CADA UNA DE ELLAS TIENE


VENCIMIENTO PROPIO Y SE HACE EXIGIBLE A ESA FECHA. TIENEN
MÉRITO EJECUTIVO LOS DOCUMENTOS CUYO IMPUESTO SE PAGA
POR INGRESO EN TESORERÍA. COBRAR CAPITAL ADEUDADO MÁS LOS
INTERESES PENALES NO AFECTA LA CALIDAD DEL TÍTULO Y LA FUERZA
EJECUTIVA DEL MISMO

52
SUMARIO: La excepción de falta de requisitos o condiciones establecidas por
las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva, se fundó en la falta de pago
o de acreditación del impuesto de timbres y estampillas, lo que
corresponde rechazar sin más, por cuanto el artículo 26 del D.L. Nº 3.475, en
virtud del inciso agregado por el D.L. Nº 3.581, dispuso que lo dispuesto en el
presente artículo no será aplicable respecto de los documentos cuyo impuesto
se paga por ingreso en Tesorería y que cumplan con los requisitos que
establece esta ley y el Servicio de Impuestos Internos. De este modo, no tiene
aplicación el precepto de que no puedan hacerse valor ante las autoridades
judiciales, entre otros, los documentos que no hubieren pagado los tributos o
que no tendrán merito ejecutivo mientras no se acredite el pago del impuesto.
El último fundamento esgrimido para restar fuerza ejecutiva al título es que no
se habría dado cumplimiento a normas de la Ley Nº 18.010, en cuanto solo
procede el cobro de interés sobre interés si se ha estipulado, lo que no es del
caso, en tanto el actor habría establecido la suma adeudada y la dividió en
cuotas a la que añadió el interés pactado el cual no se aplica en caso de hacer
efectiva la cláusula de aceleración, pero lo cierto es que lo que se cobra es el
capital adeudado más los intereses penales, y ello no afecta la calidad del
título y la fuerza ejecutiva del mismo, sin perjuicio de las liquidaciones que
tengan lugar al momento del pago, como reza el artículo 30 en que se apoya
el ejecutado.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3794-2011

Fecha: 11/10/2012

Cita online: CL/JUR/2281/2012; 62930

Partes: Banco Santander Chile con Baeza Errázuriz, Ricardo

Magistrados: González Quiroz, Patricia; Silva Cancino, Mauricio

Redactor: Silva Cancino, Mauricio

Abogado integrante: Álvarez Bulacio, Teresa

Voces : acción judicial - cláusula de aceleración - derecho comercial - derecho


procesal - derecho tributario - excepciones - instrumento de crédito -
instrumento mercantil - juicio ejecutivo - pagaré - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 205 - Ley Nº 18.092; Artículo 464 - Código


de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

Santiago, once de octubre de dos mil doce.

53
Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los fundamentos el


sexto hasta el decimotercero inclusive, que se eliminan;

Y teniendo en su lugar y además presente:

1º) Que el pagaré de autos fue suscrito el 30 de enero de 2007, pagadero en


59 cuotas que van desde el 1 de marzo de 2007 al 2 de enero de 2012, habiendo
el deudor dejado de pagar la cuota mensual correspondiente al mes de julio de
2008.

A su turno, la demanda ejecutiva fue presentada a distribución con fecha 9 de


noviembre de 2009, en tanto la notificación de la demanda tuvo lugar el 30 de
abril de 2010, conforme el atestado de fojas 16 del Receptor Judicial encargado
de la diligencia;

2º) Que, con arreglo al pagaré en la cláusula sobre exigibilidad anticipada se


lee que "El Banco podrá hacer exigible el pago total de la suma de la deuda o
del saldo a que ésta se halle reducida, considerando la presente obligación como
de plazo vencido, en caso de mora o simple retardo en el pago de una cualquiera
de las cuotas en que se divide esta obligación, sea de capital y/o intereses, sean
consecutivas o no, sin perjuicio de los demás derechos del acreedor";

3º) Que de acuerdo al artículo 205 de la Ley Nº 18.092 el pagaré puede tener
también vencimientos sucesivos cuyo es el caso y en tal evento "para que el no
pago de una de las cuotas haga exigible el monto total insoluto, es necesario que
así se exprese en el documento".

A ello obedece la cláusula antedicha convenida por las partes;

4º) Que, la cláusula así acordada está concebida en términos facultativos, lo


que significa que la exigibilidad anticipada de la obligación de las cuotas por
vencer en este caso no se produce ipso facto por el solo hecho del retardo o de
la mora en el pago de cualquiera de las cuotas en que se dividió la obligación,
sino que para ello es necesario que el titular del crédito que se contiene en el
documentos manifieste su voluntad en el sentido preciso de anticipar la referida
exigibilidad, caso en el cual deberá emplazar a la parte contraria, dentro del
término de un año que es el plazo de prescripción contenido en el artículo 98 de
la mencionada ley;

5º) Que en autos el Banco Santander Chile manifestó su voluntad inequívoca


en la demanda ejecutiva que presentó a distribución ante esta Iltma. Corte de
Apelaciones de Santiago, el 9 de noviembre de 2009, de suerte que en relación
con las cuotas pendientes hasta el vencimiento íntegro del pagaré, el plazo de
prescripción no transcurrió porque ya el 30 de abril de 2010 el libelo fue notificado
al ejecutado;

6º) Que, no obstante, al dividirse en cuotas la obligación cada una de ellas


tiene vencimiento propio y se hace exigible a esa fecha, razón por la cual es

54
posible que haya cuotas que hayan prescrito contadas desde la fecha de su
vencimiento a la de notificación de la demanda.

Este es el caso de las cuotas de 1 de julio de 2008 en adelante hasta la cuota


que venció el 1 de abril de 2009;

7º) Que el ejecutado opuso, también, y como subsidiarias, las excepciones del
Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil y del Nº 8 del mismo
artículo.

Al respecto, la interlocutoria de prueba fijó como punto el de "requisitos y/o


condiciones de que carece el título invocado para tener fuerza ejecutiva", no
considerándose para este efecto el punto agregado con posterioridad por
referirse al tema de la prescripción ya resuelta;

8º) Que la excepción de falta de requisitos o condiciones establecidas por las


leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva, se fundó en la falta de pago o de
acreditación del impuesto de timbres y estampillas, lo que corresponde rechazar
sin más, por cuanto el artículo 26 del D.L. Nº 3.475, en virtud del inciso agregado
por el D.L. Nº 3.581, dispuso que lo dispuesto en el presente artículo no será
aplicable respecto de los documentos cuyo impuesto se paga por ingreso en
Tesorería y que cumplan con los requisitos que establece esta ley y el Servicio
de Impuestos Internos.

De este modo, no tiene aplicación el precepto de que no puedan hacerse valor


ante las autoridades judiciales, entre otros, los documentos que no hubieren
pagado los tributos o que no tendrán merito ejecutivo mientras no se acredite el
pago del impuesto.

9º) Que, el segundo fundamento de esta excepción es que la autorización del


notario no cumpliría con las normas que indica el Código Orgánico de Tribunales,
lo que cabe desestimar sobre la base de que en el documento se autoriza la
firma de Ricardo Baeza Errázuriz con fecha 30 de enero de 2007, que
corresponde a la fecha de suscripción del pagaré, y porque para la ley no es
necesaria la presencia del deudor en el acto de otorgarse el documento,
bastando con la autorización que en él se da cuenta, conforme lo dispone el
artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil;

10º) Que el último fundamento esgrimido para restar fuerza ejecutiva al título
es que no se habría dado cumplimiento a normas de la Ley Nº 18.010, en cuanto
solo procede el cobro de interés sobre interés si se ha estipulado, lo que no es
del caso, en tanto el actor habría establecido la suma adeudada y la dividió en
cuotas a la que añadió el interés pactado el cual no se aplica en caso de hacer
efectiva la cláusula de aceleración, pero lo cierto es que lo que se cobra es el
capital adeudado más los intereses penales, y ello no afecta la calidad del título
y la fuerza ejecutiva del mismo, sin perjuicio de las liquidaciones que tengan lugar
al momento del pago, como reza el artículo 30 en que se apoya el ejecutado:

11º) Que, por último, se opuso la excepción de exceso de avalúo, y en cuanto


a esta, basta con lo dicho en el número anterior;

55
Por estos fundamentos, se revoca la sentencia apelada de veintiséis de enero
de dos mil once, escrita a fojas 132 y siguientes, y en su lugar se declara que:

I. se rechaza la excepción de prescripción total planteada en lo principal de


fojas 17;

II. se acoge, no obstante, la de prescripción parcial de las cuotas señaladas


en el considerando 6º;

III. se rechazan las demás excepciones opuestas subsidiariamente en el


mencionado escrito, y

IV. en materia de costas, se imponen al ejecutado en su integridad, acorde


con lo preceptuado en el artículo 671 inciso tercero del Código de Procedimiento
Civil, por estimar que existe motivo fundado para hacerlo en el hecho que el
ejecutado en la totalidad de las excepciones opuestas, salva la subsidiaria
acogida, careció de todo fundamento, atendida la larga jurisprudencia existente
en la materia.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro señor Silva.

Pronunciada por la Tercera Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago,


presidida por el Ministro señor Mauricio Silva Cancino, conformada por la
Ministra señora Patricia González Quiroz y la Abogada Integrante señora Teresa
Álvarez Bulacio.

Civil Nº 3.794 2011.

56
CAPÍTULO III TÍTULO EJECUTIVO SENTENCIA FIRME

1. SÓLO CONSTITUYEN TÍTULO EJECUTIVO LAS SENTENCIAS FIRMES DE


CONDENA

SUMARIO: El artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, en su Nº 1,


establece que constituye título ejecutivo la sentencia firme, bien sea definitiva
o interlocutoria. Pero es menester tener presente, que tanto la doctrina como
la jurisprudencia están contestes, en que las sentencias aludidas que
constituyen título ejecutivo son únicamente las de condena, vale decir aquellas
que prescriben que una de las partes debe satisfacer a otra una prestación de
dar, hacer o no hacer alguna cosa. Consecuentemente, no resulta procedente
mediante la vía ejecutiva exigir el cumplimiento de las sentencias meramente
declarativas y constitutivas, por satisfacerse ellas con el solo hecho de su
dictación; ni las cautelares, porque están destinadas a producir sus efectos y
a ser cumplidas dentro del proceso en el que se dictaron.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo

Rol: 4475-2005

Fecha: 11/07/2007

Cita online: CL/JUR/1361/2007

Partes: Corporación de Adelanto y Desarrollo Reñaca con Empresa de Obras


Sanitarias de Valparaíso

Magistrados: Araya Elizalde, Juan; Juica Arancibia, Milton; Herreros


Martínez, Margarita; Muñoz Gajardo, Sergio

Redactor: Herreros Martínez, Margarita

Abogado integrante: Fernández Richard, José

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - sentencia firme - título ejecutivo

Legislación relacionada: artículo 1698 - Código Civil; artículo 464 Nº 7 -


Código de Procedimiento Civil

57
TEXTO COMPLETO

Santiago, 11 de julio de 2007.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 1525-1999, seguidos ante el Tercer Juzgado Civil de


Valparaíso, sobre juicio ejecutivo en obligación de hacer, caratulado Corporación
de Adelanto y Desarrollo de Reñaca con Empresa de Obras Sanitarias de
Valparaíso ESVAL S.A., se dedujo demanda por la nombrada Corporación en
contra de ESVAL a fin de que esta empresa cumpla la obligación que le asiste
de rendir cuenta debidamente documentada de todos los dineros que ha
percibido de parte de los vecinos de Reñaca, sector de Viña del Mar, por el uso
de la red de alcantarillado de propiedad de la Corporación, durante todo el tiempo
que se han efectuado esos cobros en las cuentas de agua potable a los usuarios
para evacuar las aguas servidas del sector, por concepto de cargo fijo y variable
de alcantarillado.

Acompañó, como título fundante de la ejecución, las sentencias dictadas tanto


en primera como en segunda instancia en los autos arbitrales sobre rendición de
cuentas seguidas ante el Juez Árbitro don Álvaro Quintanilla, y posteriormente
ante el Juez Árbitro don Mauricio Perucci quien dictó sentencia de primera
instancia, y finalmente ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que conoció
de la apelación deducida contra ella.

Expone que la obligación de rendir cuenta por el concepto referido, tiene como
fuente la voluntad de las partes que aceptaron someterse a arbitraje para estos
efectos ante el Juez del Séptimo (hoy Quinto) Juzgado Civil de Valparaíso, en
los autos Rol Nº 3228-1992, sobre designación de árbitro para conocer de juicio
de cuentas sobre dos puntos concretos:

a) Los dineros percibidos por ESVAL S.A. de la Corporación de Adelanto y


Desarrollo de Reñaca, para la construcción de la red de alcantarillado del sector
ya urbanizado con fosas sépticas, según convenio de 14 de mayo de 1980, y

b) Los dineros que ha percibido ESVAL S.A. por los cobros de cargo fijo y
variable por el uso de la red de alcantarillado construida por la Corporación de
Adelanto y Desarrollo de Reñaca a los vecinos del sector de Reñaca de Viña del
Mar, en la cuenta de agua potable, desde la fecha de construcción de la
mencionada red hasta el momento del cumplimiento de la obligación.

Añade que el juicio en cuestión terminó por sentencia de segunda instancia,


dictada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que confirmó el fallo del
árbitro que tuvo por rendida parcialmente y aprobada la cuenta de ESVAL por
los dineros que recibió de la Corporación para la construcción de la red de
alcantarillado, y lo revocó en la parte en que tuvo por rendida la cuenta formulada
sustitutivamente por la Corporación, de conformidad al artículo 695 del Código
de Procedimiento Civil, en relación con los dineros percibidos por ESVAL de
parte de los vecinos de Reñaca, por cobros de cargo fijo y variable en las cuentas
de agua potable, por el uso de la red de alcantarillado de propiedad de la

58
Corporación, y la rechazó por no haberse acreditado los elementos fácticos
necesarios para determinar los valores a pagar por aquel concepto.

Expresa que en dichos términos ha quedado vigente la obligación de ESVAL


de rendir la mencionada cuenta, que es lo que demanda en este juicio ejecutivo
por obligación de hacer.

La demandada se opuso oportunamente a la ejecución mediante las


excepciones de los números 4, 7, y 18, y subsidiariamente la del número 9, todas
del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, vale decir: ineptitud del libelo,
falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para
que el título tenga fuerza ejecutiva, cosa juzgada, y en subsidio pago de la deuda.

Por sentencia de veinte de julio de dos mil uno, que se lee de fojas 296 a 313,
la Jueza Subrogante del referido tribunal acogió la excepción de cosa juzgada
opuesta por el ejecutado, excusándose de pronunciarse acerca de las restantes
excepciones formuladas, por estimarlas incompatibles con la acogida,
rechazando consecuencialmente la demanda ejecutiva, con costas.

Apelado este fallo por la ejecutante, la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones


de Valparaíso, por sentencia de dos de agosto de dos mil cinco, que corre de
fojas 410 a 415, lo revocó en cuanto acoge la excepción de cosa juzgada opuesta
por el ejecutado, declarando en su lugar que se la rechaza.

Pero a renglón seguido, en virtud, según expresa, de las atribuciones


consagradas en el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil, entró a
analizar las restantes excepciones opuestas por la ejecutada excepto la de pago
de la deuda, en razón de haberlo sido en carácter de subsidiaria, sobre las que
la sentenciadora de primera instancia había omitido pronunciarse por estimarlas
incompatibles con la acogida.

Así, rechazó la ineptitud del libelo, argumentando que de la sola lectura de la


demanda se puede apreciar que cumple con todos los requisitos formales que
exige el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, y que no es vaga,
ininteligible ni susceptible de ser aplicada a diversos casos o actuaciones.

En cambio, acogió la excepción de falta de requisitos para que el título tenga


fuerza ejecutiva, porque la sentencia en cuestión, al rechazar la cuenta rendida
por la Corporación de Adelanto y Desarrollo de Reñaca en sustitución de la que
debió rendir pero no lo hizo ESVAL S.A., no estableció el deber de la ejecutada
de rendirla nuevamente.

De esta manera, la sentencia de segunda instancia no revocó sino que


mantuvo la decisión de la de primer grado, de rechazo de la demanda ejecutiva,
pero fundándose en el acogimiento de una excepción diversa.

En contra de esta última sentencia, la parte ejecutante ha deducido recursos


de casación en la forma y en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

59
Considerando:

En cuanto al recurso de casación en la forma:

Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia que impugna ha incurrido


en el vicio de que trata la causal cuarta del artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil; es decir, en haber sido dada ultra petita, por haberse
extendido en sus considerandos octavo y noveno a materias que jamás fueron
discutidas en la causa, ni fueron objeto de controversia alguna, ni menos fueron
fundamento de la excepción que fue acogida por los sentenciadores.

Explica que en el considerando octavo, el fallo recurrido, a fin de fundar su


decisión que acoge la excepción del artículo 464 Nº 7 opuesta, dice que la
obligación cuya ejecución reclama su parte, emana de la cláusula séptima del
convenio suscrito entre la Corporación y ESVAL S.A. el día 14 de mayo de 1980;
también se refiere a un juicio de cuentas cuyo objeto es sólo declararla, cuando
ella es impuesta por la ley o el contrato, y concluyen que aquí no ha habido
necesidad de un juicio previo declarativo de cuentas, ya que la obligación emana
del convenio de las partes.

Por otro lado, el recurrente expresa que en el considerando noveno, el


sentenciador de segunda instancia concluye que no existe un saldo a favor a
cobrar ejecutivamente por quien corresponda, porque la cuenta sustitutiva
rendida por la Corporación fue rechazada sin establecer ningún saldo a beneficio
de la ejecutante ni el deber de la ejecutada de rendirla nuevamente.

Dice que ESVAL S.A. no fundó su oposición en tales razonamientos,


limitándose a argumentar que la sentencia que sirve de título a la ejecución,
dictada por la Corte de Apelaciones de Valparaíso en los autos arbitrales
seguidos ante el Juez Árbitro Mauricio Perucci, con fecha 18 de marzo de 1998,
a pesar de encontrarse firme y ejecutoriada, no ha concedido a su representada
un derecho que pueda ser exigido compulsivamente mediante un procedimiento
de apremio ni por ninguna otra vía procesal.

Segundo: Que debe rechazarse el recurso de casación en la forma impetrado


por la demandante, toda vez que de la simple lectura de la sentencia impugnada
se advierte que no ha sido dada ultra petita, vale decir, no ha otorgado más de
lo pedido por las partes ni se ha extendido a puntos no sometidos a la decisión
del tribunal.

En efecto, se puede constatar que el fallo se limita a resolver lo solicitado,


acogiendo una de las excepciones opuestas en tiempo y forma por el ejecutado,
no advirtiéndose pronunciamiento alguno que pudiera corresponder a una
excepción o defensa no alegada por las partes.

Así, los hechos señalados por la recurrente no configuran la causal invocada,


porque consisten en meras reflexiones a mayor abundamiento de los
sentenciadores, pero la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil la acogen precisamente por las razones que invocó el
ejecutado al interponerla, esto es que la sentencia que ha servido de título a la

60
ejecución carece de mérito ejecutivo, porque no concede a la actora ningún
derecho que pueda ser exigido compulsivamente en un procedimiento de
apremio.

Tercero : Que por las razones expuestas, el recurso de casación en la forma


fundado en la causal Nº 4 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil,
debe ser desestimado.

En cuanto al recurso de casación en el fondo:

Cuarto: Que la recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado, no


obstante que revoca el fallo apelado por su parte, haciendo uso de lo dispuesto
en el artículo 208 del Código de Procedimiento Civil, procedió a pronunciarse
sobre las demás excepciones opuestas por el ejecutado que no habían sido
falladas en la sentencia de primera instancia, por haber estimado la Jueza que
eran incompatibles con lo decidido por ella y acogiendo la excepción del artículo
464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, mantuvo el rechazo de la demanda
ejecutiva interpuesta en contra de ESVAL S.A.

Dice que la sentencia en cuestión ha sido dictada con infracción de los


artículos 464 Nº 1 (evidentemente quiso decir Nº 7), 170, 175, 176, 693 y 696 del
Código de Procedimiento Civil; 1545, 1546, 1564, 1568 y 1698 del Código Civil
y 10 del Código Orgánico de Tribunales.

Señala que el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil fue


infringido, al negar los sentenciadores mérito ejecutivo a una sentencia firme y
ejecutoriada que rechaza la cuenta que la Corporación de Adelanto y
Desarrollo de Reñaca rindió en sustitución de ESVAL S.A., en cuyo
considerando trigésimo segundo del fallo de primera instancia, reproducido por
el de segunda, concluye que la cuenta presentada por ESVAL S.A. no tuvo el
carácter de ser completa, suficiente y liberadora de la obligación a que estaba
sujeta.

Agrega el recurrente que, de esta manera, no cabe duda que conforme a lo


resuelto en la sentencia que sirve de título a la ejecución, se ha declarado que
ESVAL S.A. tiene la obligación de rendir cuenta por los dineros percibidos por
esta empresa, de parte de los vecinos de Reñaca, por el uso de la red de
alcantarillado de propiedad de la Corporación, cobrados como cargo fijo y
variable de alcantarillado en las cuentas de agua potable.

Que tal obligación no ha sido cumplida por ESVAL S.A. hasta la dictación del
fallo; es más, se negó a cumplirla.

En lo que atañe a la infracción de los artículos 1545, 1546 y 1564, todos del
Código Civil, expresa que ello ocurre al ignorar el fallo recurrido que el título
ejecutivo acompañado contiene la declaración de la existencia de una obligación
cuyo cumplimiento se persigue en estos autos por vía ejecutiva en contra de
ESVAL S.A., por cuanto las partes en el juicio arbitral sobre el cual recayó la
sentencia que sirve de título a la ejecución, convinieron expresamente en
someter estas materias a conocimiento del Juez Árbitro, por lo que tal

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convención es ley para las mismas y el fallo dictado produce plenos efectos tanto
en su favor como en su contra, debiendo interpretar tal convención a la luz de lo
dispuesto en el artículo 1564 de ese cuerpo legal, también infringido por el
tribunal a quo en el fallo objeto de este recurso.

En cuanto a la infracción que acusa a los artículos 170 del Código de


Procedimiento Civil, 8º y 10 del Código Orgánico de Tribunales, la fundamenta
el recurso exactamente en las mismas presuntas irregularidades en que fundó la
casación en la forma, motivo que es suficiente para desestimarlo desde ya, al
igual que aquél.

Señala que el artículo 1698 ha sido transgredido, porque habiendo el


ejecutante justificado la existencia de la obligación cuyo cumplimiento forzado
persigue, mediante el título ejecutivo consistente en copia autorizada de una
sentencia firme y ejecutoriada que la contiene, correspondía al ejecutado probar
sus excepciones, no obstante lo cual los sentenciadores acogen la oposición con
fundamentos de propia creación y sin que la ejecutada haya rendido prueba
alguna sobre los hechos en que funda su excepción, como es el que se haya
extinguido su obligación por cumplimiento o la ejecución de actos liberadores de
la misma, con lo cual invirtieron el peso de la prueba, atropellando la norma legal
invocada.

Respecto de la infracción de los artículos 175 y 176 del Código de


Procedimiento Civil que acusa en su recurso, la actora expresa que la sentencia
impugnada ha cometido el error de restar al título ejecutivo acompañado la fuerza
de cosa juzgada que dichos artículos establecen, al llegar a las conclusiones que
le permitieron acoger la excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil.

Dice que en el caso sub lite estaba muy claro que dentro de la cuestión
controvertida en el juicio arbitral, estaba la de determinar si le asistía a ESVAL
S.A. la obligación de rendir cuenta por los dineros percibidos de los vecinos de
Reñaca por concepto de cargo fijo y variable por el uso de la red de alcantarillado,
y que así se declaró en el fallo respectivo, el que una vez firme autorizaba exigir
ejecutivamente la rendición de cuentas por parte de ESVAL S.A.; que al fallar lo
contrario, los sentenciadores de segunda instancia, además de atentar contra
los artículos 175 y 176 del Código de Procedimiento Civil, infringieron lo
dispuesto en los artículos 693 y 696 del mismo texto legal.

No explica la recurrente en qué consistiría el error de derecho de que


adolecería la sentencia que impugna, en relación con el artículo 1568 del Código
Civil, que también ha mencionado en su recurso.

Quinto: Que son hechos de la causa, que los sentenciadores de segunda


instancia dieron por establecidos en el fallo recurrido, los siguientes:

a) Que la obligación originaria de rendir cuenta materia de estos autos, por


parte de la Empresa de Obras Sanitarias de la V Región, hoy ESVAL S.A., a la
Corporación de Adelanto y Desarrollo de Reñaca, fluye del convenio suscrito
entre la primera con la Asamblea de Vecinos de Reñaca, de la cual la segunda

62
es continuadora, suscrito por instrumento privado de 14 de mayo de 1980, en
cuya cláusula séptima la misma empresa contrajo el deber de rendir cuenta
periódica y documentada de los ingresos y egresos que demande el Programa
de Construcción de una red de alcantarillado en Reñaca por encargo de la
Asamblea de Vecinos, que está empeñada en mejorar las condiciones sanitarias
del sector.

Así, concluyen que en la especie no ha habido necesidad de un juicio previo


declarativo de cuentas y la obligación de rendirla emana del convenio de las
partes.

b) Que como el juicio de cuentas es de arbitraje forzoso, las partes accedieron


ante un árbitro de conformidad a las normas establecidas en los artículo 693 a
696 del Código de Procedimiento Civil, juicio en el que la Corporación
demandante terminó rindiendo ella la cuenta a que estaba obligada ESVAL S.A.,
ante la omisión de ésta, por concepto de dineros percibidos por los ítems de
cargos fijo y variable cobrados en la cuenta de agua potable a los usuarios de la
red de alcantarillado de propiedad de la Corporación y administrada por ESVAL
S.A.

El árbitro, en su sentencia, tuvo por aprobada esta cuenta sustitutiva, pero una
vez apelada por la demandada, la Corte de Apelaciones la revocó en esta parte
y rechazó la aludida cuenta sustitutiva, por no haberse acreditado los elementos
de hecho necesarios para fijar los valores a pagar.

En cambio, tratándose de la cuenta por los dineros que la Corporación entregó


a ESVAL S.A. para la construcción de la red, y que esta última rindió
efectivamente en el juicio, el árbitro en primera instancia la tuvo por aprobada y
la Corte de Apelaciones la aprobó sin modificaciones.

Por eso concluye que, al quedar ejecutoriada, esta sentencia tiene autoridad
de cosa juzgada, lo que da acción a la Corporación para demandar
ejecutivamente la cuantía comprendida en la cuenta rendida y aprobada, pero
no para exigir por esta vía la obligación de presentar una cuenta que fue
rechazada por sentencia firme.

c) Que la sentencia firme presentada en esta causa, como título fundante de


la ejecución, no establece el deber de la ejecutada de rendir nuevamente la
cuenta en cuestión.

Sexto: Que el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, en su Nº 1,


establece que constituye título ejecutivo la sentencia firme, bien sea definitiva o
interlocutoria.

Pero es menester tener presente, que tanto la doctrina como la jurisprudencia


están contestes en que las sentencias aludidas que constituyen título ejecutivo
son únicamente las de condena; vale decir, aquellas que prescriben que una de
las partes debe satisfacer a otra, una prestación de dar, hacer o no hacer alguna
cosa.

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Consecuentemente, no resulta procedente mediante la vía ejecutiva exigir el
cumplimiento de las sentencias meramente declarativas y constitutivas, por
satisfacerse ellas con el solo hecho de su dictación; ni las cautelares, porque
están destinadas a producir sus efectos y a ser cumplidas dentro del proceso en
el que se dictaron.

Séptimo: Que en el caso que nos ocupa, la sentencia que sirvió de título a la
demanda ejecutiva de autos contiene tres decisiones:

a) Se revoca la sentencia del árbitro en la parte que tuvo por rendida y


aprobada la cuenta sustitutiva presentada por la Corporación de Adelanto y
Desarrollo de Reñaca de todos los dineros percibidos por ESVAL S.A. de parte
de los vecinos de Reñaca, por concepto de cargo fijo y variable, cobrados en la
cuenta de agua potable, por el uso de la red de alcantarillado de propiedad de la
Corporación, y en su lugar la rechazó, por no haber acreditado los elementos
fácticos necesarios para determinar los valores a pagar;

b) Se confirma el aludido fallo en cuanto por él se tiene por rendida y aprobada


la cuenta rendida por ESVAL S.A., respecto de los dineros que recibió de la
Corporación de Adelanto y Desarrollo de Reñaca para la construcción de una
red de recepción de aguas servidas, y

c) Se confirma además la sentencia en cuestión, en cuanto rechaza la


excepción parcial de incompetencia impetrada por ESVAL S.A.

Octavo: Que de las tres decisiones precedentemente señaladas, sólo interesa,


para los efectos del presente recurso de casación en el fondo, la primera de ellas,
por ser la única en que la recurrente ha fundado su agravio.

Ahora bien, de la simple lectura de la aludida decisión se puede advertir que


es de naturaleza meramente declarativa, toda vez que se limita a rechazar la
pretensión de la actora, sin condenar a la demandada a ninguna prestación de
dar, hacer o no hacer.

Así, por lo demás, lo establece como un hecho de la causa, como se tiene


dicho, el fallo recurrido en su considerando noveno, donde dijo expresamente
que la sentencia firme presentada en esta causa, como título fundante de la
ejecución, no establece el deber de la ejecutada de rendir nuevamente la cuenta
en cuestión.

Este hecho, así fijado por los jueces de la instancia, resulta inamovible para
esta Corte, puesto que la única ley reguladora de la prueba impugnada por el
recurso que nos ocupa, ha sido el artículo 1698 del Código Civil, y la errada
interpretación del mismo se hace consistir en que los sentenciadores de segunda
instancia, al acoger la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, sin que la ejecutada haya rendido prueba alguna sobre los
hechos en que funda su excepción, tales como que se haya extinguido la
obligación de que se trata por cumplimiento de la misma o la ejecución de actos
liberadores de ella, han invertido el peso de la prueba, atropellando todas las
normas legales al respecto.

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Pero no hay tal infracción a la norma reguladora de la prueba aludida, porque
los sentenciadores se han limitado a examinar el título fundante de la ejecución
en virtud de la competencia que les otorgó para ello la interposición de la
excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, y la
facultad que establece el artículo 208 del mismo texto legal, y arribaron a la
conclusión que nos ocupa, sin necesidad de analizar prueba alguna, salvo el
título ejecutivo mismo.

Noveno: Que en virtud de lo razonado precedentemente, el recurso de


casación en el fondo interpuesto en estos autos debe también ser rechazado.

Por estas consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los artículos


764, 765, 766, 767 y 768 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los
recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos en lo principal y primer
otrosí del escrito de fojas 416 y siguientes, por la abogada María Verónica Wulff
Munita, en representación de la Corporación de Adelanto y Desarrollo de
Reñaca, en contra de la sentencia de dos de agosto de dos mil cinco, que se lee
de fojas 410 a 415.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción de la Ministra Señora Margarita Herreros Martínez.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya
E. y Abogado Integrante Sr. José Fernández R.

No firman el Ministro Sr. Araya y el Abogado Integrante Sr. Fernández, no


obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con
permiso el primero y ausente el segundo.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera B.

Rol Nº 4.475-2005.

2. SENTENCIA EXTRANJERA RECONOCIDA POR EXEQUÁTUR


CONSTITUYE UN TÍTULO EJECUTIVO PERFECTO

SUMARIO: Si bien el principio general que orienta esta materia es que la


jurisdicción de los tribunales chilenos sólo abarca el territorio nación, la
continua interrelación entre Estados y los habitantes de los mismos ha hecho
que se haga necesario que se reconozca valor a las resoluciones
pronunciadas por los tribunales extranjeros, siempre que se cumplan con los
requisitos que para estos efectos exige la ley chilena, que es la observancia
al procedimiento del exequátur, tratado en los artículos 242 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil para que éste sea acogido.

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En el caso de autos, se cumplió con todas y cada una de las exigencias allí
dispuestas, especialmente lo ordenado por el artículo 247 del Código de
Procedimiento Civil, y no sólo con él, sino que también con la disposición del
artículo 248 que ordena una serie de obligaciones para quien intenta hacer
valer una sentencia extranjera en Chile.

Así las cosas, el exequátur concedido a la sentencia del Tribunal del Distrito
Sur de Nueva York, Estados Unidos, por la Excma. Corte Suprema mediante
sentencia definitiva de única instancia, hace que dicha sentencia constituya un
título ejecutivo perfecto en los términos que exige el artículo 434 Nº 1 del
Código de Procedimiento Civil, razón por la cual el juez a quo es competente
para conocer de la acción de desposeimiento; por estas consideraciones esta
causal debe ser desestimada, toda vez que como se ha manifestado
reiteradamente el título ejecutivo que se invoca en este procedimiento
compulsivo es la sentencia que concedió el exequátur solicitado y no un
pagaré como lo manifiesta la recurrente.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación y casación en la forma

Rol: 11606-2005

Fecha: 30/11/2007

Cita online: CL/JUR/2728/2007

Partes: American Express Bank Ltda. con Inmobiliaria El Sauzal Ltda.

Magistrados: Zepeda Arancibia, Jorge; Carroza Espinosa, Mario

Redactor: Herrera Fuenzalida, Paola

Abogado integrante: Herrera Fuenzalida, Paola

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - casación - casación en la forma -


derecho civil - derecho procesal - exequátur - juicio ejecutivo - recursos - título
ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 242 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 795 - Código de
Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 30 de noviembre de 2007.

I. En cuanto a los incidentes Ingreso Corte Nº 11.606-2005, Nº 451-2006 y


Nº 854-2007.

66
Vistos:

Se confirman las resoluciones apeladas de veintidós de noviembre de dos mil


cinco, de fojas 242 originales, del Tomo II, Ingreso Corte Nº 11.606-2005; de
veinte de diciembre de dos mil cinco, de fojas 274 originales, del Tomo II, Ingreso
Corte Nº 451-2006; de nueve de enero de dos mil siete, de fojas 44 originales,
del Tomo III, Ingreso Corte Nº 854-2007.

II. En cuanto a la sentencia definitiva Ingreso Corte Nº 6.036-2006.

En cuanto al recurso de casación:

1º) Que don Luis Vidal Hamilton-Toovey, abogado, por la ejecutada, en juicio
de acción de desposeimiento, dedujo recurso de casación en la forma en contra
de la sentencia de veinte de junio de dos mil seis, escrita de fojas 313 a 371, del
Tomo II, Ingreso Corte Nº 6.036-2006, fundándolo en las causales establecidas
en los números 1, 5 y 9 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil; esto
es, afirma que se pronunció por un tribunal incompetente, con omisión de
cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170 del mismo cuerpo
legal, y en que se faltó a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la
ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes prevengan
expresamente que hay nulidad.

En relación con la causal Nº 1 del artículo 768 del Código de Procedimiento


Civil.

2º) Que el recurrente señala, respecto de la primera causal de nulidad formal,


que se incurrió en ella al rechazar el sentenciador la excepción de
incompetencia, según lo dispuesto en el artículo 768 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil, y continuar conociendo el juez a quo de la acción de
desposeimiento impetrada por American Express Bank Ltd. basado en una
sentencia extranjera.

Sobre este punto, hay que tener presente que el título ejecutivo que sirve de
antecedente para accionar de desposeimiento por parte de la ejecutante es una
sentencia dictada por un tribunal extranjero, esto es la sentencia dictada por el
Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos, de fecha 17 de junio de
2003, que condena a don Mario Paredes Paredes a pagar la suma equivalente
a US$ 5.500.000 dólares americanos por capital y a US$ 501.645 dólares
americanos por concepto de intereses, en total la suma de US$ 6.001.645
dólares americanos.

3º) Que nuestro Código de Procedimiento Civil, en su Libro Primero, Título


XIX, que trata de la ejecución de las resoluciones, en su apartado 2, atiende
precisamente el caso que nos ocupa, esto es el cumplimiento de las resoluciones
pronunciadas por tribunales extranjeros, y así en su artículo 242 del citado texto
legal, dice: Las resoluciones pronunciadas en el país extranjero tendrán en Chile
la fuerza que le confieran los tratados respectivos y para su ejecución se
seguirán los procedimientos que establezca la ley chilena, en cuanto no
aparezcan modificaciones de dichos tratados y a su vez el artículo 247, agrega:

67
la resolución que se trate de ejecutar se presentará a la Corte Suprema en copia
legalizada.

4º) Que, si bien el principio general que orienta esta materia es que la
jurisdicción de los tribunales chilenos sólo abarca el territorio nación, la continua
interrelación entre Estados y los habitantes de los mismos ha hecho que se
haga necesario que se reconozca valor a las resoluciones pronunciadas por los
tribunales extranjeros, siempre que se cumplan con los requisitos que para estos
efectos exige la ley chilena, que es la observancia al procedimiento del
exequátur, tratado en los artículos 242 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, para que éste sea acogido.

5º) Que, en el caso de autos, se cumplió con todas y cada una de las
exigencias allí dispuestas, especialmente lo ordenado por el artículo 247 del
Código de Procedimiento Civil, más arriba citado, y no sólo con él, sino que
también con la disposición del artículo 248 que ordena una serie de obligaciones
para quien intenta hacer valer una sentencia extranjera en Chile, a saber.

En los casos de jurisdicción contenciosa, se dará conocimiento de la solicitud


a la parte contra quien se pide la ejecución, la cual tendrá para exponer lo que
estime conveniente un término igual al emplazamiento para contestar demandas.

6º) Que, así las cosas, el exequátur concedido a la sentencia del Tribunal del
Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos, de fecha 17 de junio de 2003, por
la Excma. Corte Suprema mediante sentencia definitiva de única instancia, de
fecha 24 de enero de 2005, hace que dicha sentencia constituya un título
ejecutivo perfecto en los términos que exige el artículo 434 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil, razón por la cual el juez a quo es competente para conocer
de la acción de desposeimiento intentada a fojas 50 y siguientes; por estas
consideraciones esta causal debe ser desestimada, toda vez que como se ha
manifestado reiteradamente el título ejecutivo que se invoca en este
procedimiento compulsivo es la sentencia que concedió el exequátur solicitado
y no un pagaré, como lo manifiesta la recurrente.

En relación con la causal Nº 5 del artículo 768 del Código de Procedimiento


Civil.

7º) Esto es: En haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los
requisitos enumerados en el artículo 170, en relación con los Nºs. 4, 5 y 6 del
artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, ya que en su concepto la
sentencia recurrida se limita a señalar que dado que la ejecución se cumple con
una presunta sentencia y no con el pagaré, desestima la excepción del artículo
464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

Sobre este particular, la sentencia sí se hace cargo de los argumentos


alegados por la recurrente de casación respecto de la excepción del artículo 464
Nº 7 del Código de Procedimiento Civil; esto es, la falta de alguno de los
requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga
fuerza ejecutiva, en forma absoluta.

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La recurrente señala que el título invocado en autos carece de mérito ejecutivo
pues no es un título ejecutivo.

La sentencia desestima tal excepción, porque la citada excepción no tiene


ninguna justificación en estos autos, pues la Excma. Corte Suprema le reconoció
plena validez a la sentencia dictada por el Tribunal de Nueva York, al declarar
que ella se puede cumplir en Chile, motivo suficiente para desechar esta
excepción, pues el título ejecutivo es la sentencia y no el pagaré.

8º) Respecto de esta misma causal, expresa como otro motivo de nulidad la
falta de pago del impuesto de timbres y estampillas que ordena el D.L. Nº 3.475,
razón por la cual el pagaré carecería de fuerza ejecutiva.

Esta alegación también debe ser desechada, por cuanto el título ejecutivo en
el cual se funda la demanda ejecutiva de desposeimiento es una sentencia
dictada por un tribunal extranjero, la que no debe pagar impuesto alguno.

9º) Posteriormente, en virtud de idéntica causa, el representante del ejecutado


manifiesta que el título invocado por la demandante no es ejecutivo, en virtud del
numeral 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, y además que, por
la causal del Nº 12 de la disposición legal antes aludida, la deuda habría sido
novada y que aquélla no estaría garantizada con hipoteca de garantía general
sobre la propiedad embargada.

Señala que las obligaciones garantizadas con dicha hipoteca se extinguieron,


por las siguientes razones: porque Inversiones Marga Marga Limitada aportó en
dominio a la sociedad Inmobiliaria El Sauzal Limitada, la propiedad en cuestión,
inscrita a nombre de esta última a fojas 5441, Nº 4.492 del Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces de Santiago, del año 1998, y porque la deuda
que consta en el pagaré en el que se funda el título ejecutivo de la actora fue
novada en varias oportunidades.

Agrega que originalmente la deuda fue suscrita en pagarés que se firmaron en


la República Argentina, los que posteriormente fueron sustituidos, incorporando
nuevas condiciones de pago, tasas de interés, nuevas cláusulas, hasta llegar al
documento en que se basó la sentencia de autos.

En relación con esta alegación, fundada en que las obligaciones constarían en


un pagaré y éstas habrían sido novadas, no cabe sino que desestimar tales
alegaciones, por lo ya expresado, en el sentido de que se está ejecutando una
deuda que consta en un título ejecutivo que es una sentencia, la cual tiene mérito
ejecutivo en virtud de lo dispuesto en el artículo 434 Nº 1 del Código de
Procedimiento Civil, deuda que no ha sido novada y que está garantizada con
hipoteca de garantía general sobre la propiedad embargada.

En relación con la causal Nº 9 del artículo 768 del Código de Procedimiento


Civil.

10º) En cuanto a la tercera causal, expresa que se configuró porque la


sentenciadora omitió de conformidad con el artículo 768 Nº 9 del Código de

69
Procedimiento Civil en relación con el artículo 795 Nº 4 del mismo cuerpo legal;
esto es, el haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por
la ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes prevengan
expresamente que hay nulidad, alega la recurrente que el juez a quo negó lugar
sistemáticamente a una serie de diligencias probatorias de carácter esencial, las
cuales tenían por objeto acreditar las excepciones que fueron opuestas.

Del análisis de los antecedentes, ningún trámite esencial se ha omitido en la


presente causa, porque no existe norma que obligue a la designación de un
perito y la citación a absolver posiciones a un tercero extraño a esta causa en el
caso indicado por el recurrente, de lo que se deduce que no ha podido darse la
omisión que denuncia en su escrito de impugnación, menos aún tratándose del
título ejecutivo que se invoca por la ejecutante, que es la sentencia dictada por
el tribunal del Distrito Sur de Nueva York, cuyo cumplimiento en Chile fue
autorizado por la Excma. Corte Suprema, mediante el trámite del exequátur.

11º) Que, además, debe rechazarse la casación, porque se ha presentado en


primer lugar recurso de apelación y luego el de casación, lo que importa una
alteración de la lógica procesal aplicable al sistema de impugnaciones, pues el
primero supone la validez de la sentencia, mientras que el segundo discurre
sobre la base de su nulidad, lo que obliga a que la petición de reforma sea
necesariamente posterior a la de nulidad.

12º) Que los argumentos vertidos en el escrito de apelación no logran alterar


lo ya razonado y concluido por el tribunal de primera instancia.

Sin perjuicio de lo expresado, en cuanto a la excepción de prescripción del


artículo 464 Nº 17 del Código de Procedimiento Civil, alegada en el escrito de
apelación, que dice relación con la de la prescripción de la deuda o sólo de la
acción ejecutiva, ésta se encontraría prescrita de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 2415 del Código Civil, que establece que la acción ejecutiva se
transforma en ordinaria en el plazo de tres años y, convertida en ordinaria, durará
solamente otros dos.

Este plazo se cuenta desde que la obligación se haya hecho exigible.

Atendido a que en concepto del apelante el presunto título ejecutivo de la


actora de autos sería un pagaré y el mencionado pagaré se hizo exigible con
fecha 26 de octubre de 2000, la acción ejecutiva se encontraría prescrita, por
haber transcurrido más de tres años desde que la obligación se hizo exigible por
parte del acreedor y debiera intentarse el cobro de la supuesta deuda a través
de un juicio ordinario.

Sobre este punto no cabe sino que remitirse a lo expresado, reiteradamente,


por el juez a quo, quien en primer lugar determinó que el título ejecutivo fundante
de esta acción de desposeimiento de la finca hipotecada es una sentencia y no
un pagaré, y que así las cosas, respecto de esta excepción manifestó que la
prescripción comienza a correr desde que el título ejecutivo de autos, esto es la
sentencia dictada por el tribunal del Distrito Sur del Estado de Nueva York, con

70
fecha 17 de junio de 2003, fue aprobada en la Corte Suprema por exequátur, por
lo que no se encuentra prescrita.

Por estos argumentos, esta Corte estima improcedente la alegación de


prescripción de la acción ejecutiva y ella debe desestimarse, debido a que el
pagaré no es el título que motiva la ejecución.

Y vistos, además, lo dispuesto por los artículos 768 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, se resuelve:

a) Que se rechaza el recurso de casación deducido en lo principal de fojas 377


y siguientes, en contra de la sentencia definitiva de primera instancia;

b) Que se rechaza el recurso de apelación interpuesto en el primer otrosí de


fojas 377 y siguientes, en contra de la sentencia definitiva de primera instancia,
y

c) Se confirma la sentencia en alzada que es de veinte de junio de dos mil


seis, escrita de fojas 313 a 371, del Tomo II, Nº 6.036-2006, con costas del
recurso.

Regístrese y devuélvase, con sus tomos.

Redacción de la Abogado Integrante señora Paola Herrera Fuenzalida.

Pronunciada por la Tercera Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de


Santiago, presidida por el Ministro don Jorge Zepeda Arancibia, y conformada
por el Ministro don Mario Carroza Espinosa y por la Abogado Integrante señora
Paola Herrera Fuenzalida.

Rol Nº 11.606-2005 (acum. 451-2006; 6.036-2006; 854-2007).

3. MÉRITO DE SENTENCIA JUDICIAL PUEDE SER IMPUGNADO POR MEDIO


DE NULIDAD DE DERECHO PÚBLICO

SUMARIO: El título ejecutivo invocado por el actor consiste en una sentencia


interlocutoria ejecutoriada, circunstancia que trae como única consecuencia
que, al igual que cualquiera de los enumerados en el artículo 434 del Código
de Procedimiento Civil o en leyes especiales, la obligación que en ella se
contiene puede ser perseguida en forma compulsiva y sin la necesidad de un
juicio declarativo previo, pues la ley ha estimado que goza de mérito ejecutivo.
Sin embargo, el hecho que el título consista en una resolución judicial no lo
exime, al igual que cualquier otro, de la posibilidad que pueda alegarse a su
respecto la existencia de algún vicio de nulidad, pues la ley no ha establecido
excepción alguna a su respecto, precisándose que, en este caso, al no tratarse
de un negocio jurídico sino que de un acto emanado de un órgano del E stado,
la nulidad que puede afectarle es la de derecho público consagrada en los
artículos 6º y 7º de la Constitución, como lo ha pedido el ejecutado, ya que no

71
se trata de revisar una sentencia judicial ejecutoriada, sino que de apreciar el
título ejecutivo en cuanto a su mérito, en relación a los derechos y obligaciones
de las personas según sus propios fundamentos, por las razones que se
expondrán.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Temuco

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1634-2007

Fecha: 05/11/2008

Cita online: CL/JUR/3981/2008

Partes: Oyarce Pisan Claudio con Banco de Chile

Magistrados: Reyes Hernández, Víctor; Román Beltramín, Tatiana

Redactor: Álamos Vera, Eduardo

Abogado integrante: Álamos Vera, Eduardo

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Temuco, 5 de noviembre de 2008.

Visto:

Se reproduce la sentencia apelada, con excepción del considerando quinto y


sexto, que se eliminan y en su lugar se tiene presente:

1º Que el título ejecutivo invocado por el actor consiste en una sentencia


interlocutoria ejecutoriada, circunstancia que trae como única consecuencia que,
al igual que cualquiera de los enumerados en el artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil o en leyes especiales, la obligación que en ella se contiene
puede ser perseguida en forma compulsiva y sin la necesidad de un juicio
declarativo previo, pues la ley ha estimado que goza de mérito ejecutivo.

Sin embargo, el hecho que el título consista en una resolución judicial no lo


exime, al igual que cualquier otro, de la posibilidad que pueda alegarse a su
respecto la existencia de algún vicio de nulidad, pues la ley no ha establecido
excepción alguna a su respecto, precisándose que en este caso, al no tratarse
de un negocio jurídico sino que de un acto emanado de un órgano del E stado,
la nulidad que puede afectarle es la de derecho público consagrada en los

72
artículos 6º y 7º de la Constitución, como lo ha pedido el ejecutado, ya que no se
trata de revisar una sentencia judicial ejecutoriada, sino que de apreciar el título
ejecutivo en cuanto a su mérito, en relación a los derechos y obligaciones de las
personas según sus propios fundamentos, por las razones que se expondrán;

2º Que en este sentido, la resolución del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco,


al regular las costas de la acción penal a la que fue condenado tanto el ejecutado
como el Ministerio Público en un juicio oral y luego disponer que tal suma debía
ser pagada en forma solidaria, excedió sus facultades legales, pues el artículo
49 del Código Procesal Penal sólo lo autorizaba a fijar la proporción en que
debían ser soportada las costas, cuestión que en ningún caso permite fijarlas en
forma solidaria, especialmente si se tiene en cuenta que las fuentes de la
solidaridad están expresamente establecidas en la ley, no figurando las
resoluciones judiciales dentro de ellas.

En consecuencia, la obligación impuesta y en cuanto se refiere a su carácter


solidario, es nula por haberse extralimitado el tribunal oral en el ejercicio de sus
facultades, infringiendo los artículos 6º y 7º de la Constitución, por lo que la
excepción de nulidad será acogida, toda vez que esta corte cuenta con
facultades para declarar la nulidad de derecho público, máxime cuando ella ha
sido alegada oportunamente y además pedida en estrado por la parte que viene
revocando, al tratarse de un vicio que se relaciona con la validez de una
resolución de carácter jurisdiccional, dictada dentro de un procedimiento que
debe apegarse en forma estricta a las exigencias y estándares de validez, no
sólo de fondo, sino que también de forma, y con mayor razón de las exigencias
de los requisitos de legalidad de las actuaciones de las entidades públicas,
dentro de las cuales caben los órganos jurisdiccionales, máxime cuando lo
actuado afecta los derechos de las personas ante una resolución que viene
otorgando más allá de lo que la propia ley contempla, ya que ello extralimita la
función jurisdiccional.

3º Por último, y desde otro punto de vista, al constituir la solidaridad una


verdadera modalidad de las obligaciones, desde que la regla general es que ellas
sean simplemente conjuntas o mancomunadas, al declararse la nulidad de
aquella parte de la resolución que impone la solidaridad, se producirá como
consecuencia que la obligación deberá cumplirse de acuerdo a la referida regla
general; esto es, como simplemente conjunta, lo que para el caso de autos
significa que al Banco de Chile sólo puede perseguirse por la mitad de la deuda
a la que fue condenado solidariamente con el Ministerio Público, como bien lo ha
alegado el ejecutado.

Y visto lo previsto en los artículos 6º y 7º de la Constitución Política del Estado,


artículo 464 del Código de Procedimiento Civil y 1511 del Código Civil, SE
REVOCA, con costas, la sentencia apelada y en su lugar se resuelve que se
acoge la excepción de nulidad de la obligación, debiendo seguirse la ejecución
sólo por la suma de 17.500.000.

Redacción del Abogado I ntegrante Sr. Eduardo Álamos Vera.

Regístrese y devuélvase.

73
Pronunciada por la Tercera Sala, Presidente Ministro Sr. Víctor Reyes
Hernández, Fiscal Judicial Sra. Tatiana Román Beltramín y Abogado Integrante
Sr. Eduardo Álamos Vera.

Se hace presente que no firma la Fiscal Judicial Sra. Tatiana Román


Beltramín, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo de la presente
causa, por encontrarse con permiso.

En Temuco, a cinco de noviembre de dos mil ocho, se notificó por el estado


diario la resolución que precede.

Rol Nº 1.634-2007.

4. SENTENCIA JUDICIAL QUE RECHAZA UNA RECLAMACIÓN NO


CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO. CONCEPTO DE SENTENCIA
DECLARATIVA Y DE CONDENA

SUMARIO: La sentencia judicial antes referida (que rechaza la reclamación


interpuesta contra Dirección General de Aguas) es de aquellas que la doctrina
llama declarativas o de mera declaración; es decir, que se limitan a declarar
pura y simplemente la voluntad de la ley, o la existencia de un derecho y que
el moderno procesalismo habla de declaración de certeza. Por ello, no
contiene la orden de cumplir obligación alguna. La sentencia judicial que el
artículo 434 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil le da la calidad de título
ejecutivo es de aquéllas llamadas sentencia de condena, que según Couture
son todas aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación, ya sea en
sentido positivo (dar, hacer), ya sea en sentido negativo (no hacer,
abstenerse). La que solamente se limita a rechazar una reclamación, como es
la de autos, no contiene una obligación de dar, hacer o no hacer. En
consecuencia, ella (no) puede configurar un título ejecutivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2469-2003

Fecha: 22/11/2004

Cita online: CL/JUR/271/2004

Partes: Braulio Vera Hernández contra Gastón Meynet Stagno

Magistrados: Sanhueza Ojeda, María Leonor; Aldana Fuentes, Carlos

Redactor: Aldana Fuentes, Carlos

74
Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -
juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 137 - Código de Aguas; Artículo 434 Nº 1 -


Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Concepción, 22 de noviembre de 2004.

Vistos y teniendo presente:

1º. Que en el Juzgado de Letras de Nacimiento, en causa Rol Nº 14.951, don


Braulio Hugo Vera Hernández deduce demanda ejecutiva en contra de la
Asociación de Canalistas del Canal Bío Bío-Negrete, representada por su
Presidente don Gastón Meynet Stagno, a fin de que se despache mandamiento
de ejecución en su contra y requerirlo para que cumpla lo ordenado en la
Resolución D.G.A. Nº 791 de 17 de abril de 1995, referido al Informe Técnico
Nº 6 de 1995, cuyas obras fueron detalladas en el cuerpo de la demanda, para
que dé comienzo a los trabajos, dentro del plazo de diez días o en el plazo que
el Tribunal señale, bajo apercibimiento legal, con costas.

Agrega que es título ejecutivo la sentencia de tres de julio de mil novecientos


noventa y ocho, dictada por la I. Corte de Apelaciones de Concepción,
ejecutoriada, no prescrito.

Sostiene que se trata de una obligación de hacer, cual es cumplir con lo


ordenado en la Resolución D.G.A. Nº 791 de 17 de abril de 1995, determinada y
actualmente exigible, puesto que el plazo para corregir las irregularidades
comprobadas precluyó el 13 de enero de 1999.

2º. Que a fs. 172, el juez de la causa proveyó la demanda el 13 de septiembre


de 2001, ordenando despáchese, confeccionándose el mandamiento con igual
fecha, disponiendo que la Asociación de Canalistas de Bío Bío cumpla con las
obligaciones ordenadas en la Resolución D.G.A. Nº 791 de 17 de abril de 1995,
referido en el informe técnico Nº 6 de 1995, que detalla, siendo notificado el
deudor del requerimiento, con fecha 21 de ese mes y año.

3º. Que el 28 de septiembre de 2001, a fs. 178, el ejecutado contesta la


demanda y pide rechazarla en todas sus partes, por carecer actualmente de todo
fundamento jurídico, técnico y de hecho, con costas, indicando que su parte
cumplió las obligaciones que reclama el ejecutante.

A fs. 182 se tuvo por contestada la demanda. A fs. 184, el Secretario del
Juzgado certifica, el 5 de octubre de 2001, que no se opusieron excepciones y,
a fs. 188, no da lugar a declarar admisible la excepción de pago.

Posteriormente, resolviendo un incidente de nulidad promovido por el


ejecutado, a fs. 219, repone la resolución que tuvo por contestada la demanda y

75
en su lugar dio traslado de la excepción opuesta y declaró nula la resolución que
declaró admisible la excepción.

Luego de evacuado el traslado, declara admisible la excepción de pago y la


recibe a prueba, dictando sentencia definitiva el 27 de mayo de 2003, escrita de
fs. 136 a 142 vta., rechazando la demanda ejecutiva porque la sentencia judicial
en que se funda no es título ejecutivo y, asimismo, acoge la excepción de pago,
con costas.

4º. Que el inciso 1º del artículo 441 del Código de Procedimiento Civil,
establece que (presentada la demanda) el Tribunal examinará el título y
despachará o denegará la ejecución, sin audiencia ni notificación del
demandado, aun cuando se haya éste apersonado en el juicio.

5º. Que en atención a la norma transcrita, el tribunal que conoce de una acción
ejecutiva posee la facultad de analizar el título que sirve de base, la cual debe
ser ejercida a priori, es decir en la oportunidad procesal que corresponda dar
curso o desestimar el mandamiento de ejecución y embargo que se le solicita
por el compareciente o demandante ejecutivo.

6º. Que, por consiguiente, el juez a quo, en el ejercicio de su jurisdicción, una


vez presentada la demanda ejecutiva debió analizar el título ejecutivo en que se
sostenía la acción; esto es, si la sentencia judicial de 3 de julio de 1998 reunía
los requisitos de tal.

7º. Que, al efecto, cabe señalar que la aludida resolución judicial se dictó en
los autos Rol Nº 3-96 de esta Corte, que resolviendo una reclamación (artículo
137 Código de Aguas) de la Asociación de Canalistas del Canal Bío Bío-Negrete
en contra de la Resolución Exenta Nº 260 de 26 de enero de 1996, de la
Dirección General de Aguas, que dispone la fiscalización de dicho canal, a fin de
que se la deje sin efecto, dejando igualmente sin efecto la Resolución Nº 2.034
de 2 de septiembre de 1994 y 791 de 18 de abril de 1995, dictadas también por
el Director General de Aguas y que inciden en la fiscalización anotada, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 137 del Código de Aguas, declarando:
que se rechaza la reclamación interpuesta a fs. 60, por el abogado Franklin
Mellado Villagra, en representación de la Asociación de Canalistas del Canal Bío
Bío-Negrete, sin costas.

8º. Que la sentencia judicial antes referida es de aquellas que la doctrina llama
declarativas o de mera declaración; es decir, que se limitan a declarar pura y
simplemente la voluntad de la ley, o la existencia de un derecho y que el moderno
procesalismo habla de declaración de certeza. Por ello, no contiene la orden de
cumplir obligación alguna.

La sentencia judicial que el artículo 434 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil


le da la calidad de título ejecutivo es de aquéllas llamadas sentencia de condena,
que según Couture, citado por Guillermo Gruss Mayers, en su obra Juicio
ejecutivo, pág. 139, son todas aquellas que imponen el cumplimiento de una
prestación, ya sea en sentido positivo (dar, hacer), ya sea en sentido negativo
(no hacer, abstenerse).

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Como se ha reflexionado precedentemente, la que solamente se limita a
rechazar una reclamación, como es la de autos, no contiene una obligación de
dar, hacer o no hacer. En consecuencia, ella puede configurar un título ejecutivo.

9º. Que, para el caso que se estimare que las resoluciones Nºs. 2.034 de 2 de
septiembre de 1994 y 791 de 18 de abril de 1995, dictadas por la Dirección
General de Aguas, son el o los títulos ejecutivos, cuyo no es el caso, pues en la
demanda se señala expresamente a la sentencia judicial como título ejecutivo;
tampoco tienen tal calidad, pues no están incluidas en las referidas en el artículo
434 del Código de Enjuiciamiento o en otra ley especial y sabido es que sólo la
ley crea los títulos ejecutivos.

Es más, la legitimación activa para exigir el cumplimiento de lo dispuesto en


las aludidas resoluciones corresponde a la Dirección General de Aguas, a través
de un procedimiento especial, señalado en el artículo 293 del Código de Aguas,
al señalar que: Si continuaren los errores, faltas o abusos denunciados, la
Dirección de Aguas podrá solicitar a la justicia ordinaria que se decrete la
intervención por dicho organismo en la distribución de las aguas, por períodos
que no excedan de 90 días, con todas las facultades de los respectivos
directorios o administradores.

10º. Que es un hecho de la esencia del procedimiento ejecutivo que la


demanda se funde en un título ejecutivo, sin el cual no se puede formar una
relación procesal válida, tiñendo de nulidad todo lo obrado hacia adelante, por el
efecto expansivo del vicio indicado, situación que no sólo mira a los fines de las
partes, sino al interés público. C orresponde hacer uso de las facultades
correctivas que concede el artículo 84, inciso 4º del Código de Procedimiento
Civil, para tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos del
procedimiento.

11º. Que, en ejercicio de la facultad otorgada en la citada norma legal, y no


existiendo sentencia de término en autos, esta Corte, actuando de oficio,
declarará la nulidad de las actuaciones, presentaciones, resoluciones y
notificaciones que se señalarán en lo resolutivo del fallo.

Por estas consideraciones y normas legales citadas, se invalida de oficio


desde la resolución de trece de septiembre de dos mil uno, escrita a fs. 4 vta. de
estas compulsas, en cuanto provee a lo principal de fs. 1 de las mismas
compulsas con su correspondiente notificación y todas las demás actuaciones,
diligencias y resoluciones dictadas en este proceso, incluidas la sentencia
interlocutoria de fs. 219 y sentencia definitiva de fs. 136 a 145 vta. y sus
notificaciones y se retrotrae la causa al estado de proveerse la demanda
ejecutiva de fs. 1, por juez no inhabilitado que corresponda, conforme a derecho.

Atendido lo resuelto, se omite pronunciamiento sobre los recursos de


apelación y adhesión en contra de la resolución de fs. 219, y de apelación en
contra de la de fs. 136 a 145 vta.

Redactada por el Ministro don Carlos Aldana Fuentes.

77
Regístrese y devuélvase.

No firma la Ministro señora María Leonor Sanhueza Ojeda, no obstante haber


concurrido a la vista y acuerdo de la causa, por encontrarse con permiso.

Rol Nº 2.469-2003 y acumulada Rol Nº 3.205-2004.

5. ACOMPAÑAR LIQUIDACIÓN DE CRÉDITO A TÍTULO EJECUTIVO NO LO


CONSTITUYE EN TÍTULO COMPUESTO

SUMARIO: La demanda de autos se ha fundado en título ejecutivo, cual es una


sentencia firme en juicio declarativo laboral, aspecto que reconoce la
sentencia apelada, y no es efectivo que se haya fundado en un título
compuesto, pues esto no ha sido así, sino sólo acompañó una liquidación del
crédito a modo de referencia para accionar por los reajustes e intereses que
se consagran en el título ejecutivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Temuco

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1704-2005

Fecha: 27/09/2005

Cita online: CL/JUR/2265/2005

Partes: Luna Ganga Hernán Ramón con Díaz Carrasco Mario Alberto

Magistrados: Carreño Ortega, Fernando; Reyes Hernández, Víctor

Redactor: Reyes Hernández, Víctor

Abogado integrante: Contreras Eddinger, Roberto

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - cumplimiento de sentencia - derecho


civil - derecho del trabajo - derecho procesal - excepciones - juicio ejecutivo -
procedimiento laboral - sentencia - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Temuco, 27 de septiembre de 2005.

Vistos:

78
Se reproduce la sentencia apelada en su parte expositiva, considerandos y
citas legales, con excepción de los considerandos 5, 6 y 7, que se eliminan.

En su lugar, y además, se tiene presente:

1. Que la demanda de autos se ha fundado en título ejecutivo, cual es una


sentencia firme en juicio declarativo laboral, aspecto que reconoce la sentencia
apelada, y no es efectivo que se haya fundado en un título compuesto, pues esto
no ha sido así, sino sólo acompañó una liquidación del crédito a modo de
referencia para accionar por los reajustes e intereses que se consagran en el
título ejecutivo;

2. Que por lo anteriormente razonado, en la especie no se dan los


presupuestos de la excepción del numerando 7 del artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil en relación a la fuerza ejecutiva del título, pues la tiene.
Cualquier diferencia en cuanto al monto de lo debido que exista, será materia de
la liquidación del crédito.

3. Que por las anteriores razones, se negará lugar a la excepción referida.

Y visto, además, lo prevenido en los artículos 160, 170 y 186 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, se REVOCA la sentencia apelada de fecha 30 de
enero de 2004, escrita de fojas 20 a fojas 21 vuelta y en su lugar se declara que
no ha lugar a la excepción del numerando 7 del artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil. Se condena en costas a la parte ejecutada vencida.

Por consiguiente, debe seguir adelante la ejecución hasta el total pago de la


deuda, reajustes, intereses y costas. Se confirma en lo demás el fallo, con costas
del recurso.

Redacción del P residente de S ala, don Víctor Reyes Hernández.

Pronunciada por el Presidente de la Segunda Sala don Víctor Reyes


Hernández, Ministro don Fernando Carreño Ortega y Abogado Integrante don
Roberto Contreras Eddinger.

En Temuco, a veintisiete de septiembre de dos mil cinco, notifiqué por el


estado diario la resolución que antecede y la de fs. 30.

Rol Nº 1.704-2005.

79
CAPÍTULO IV TÍTULO EJECUTIVO COPIA AUTORIZADA DE ESCRITURA
PÚBLICA

1. ESCRITURA PÚBLICA NO CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO SI


OBLIGACIÓN DE QUE DA CUENTA ES CONDICIONAL

SUMARIO: Si se observa con atención lo pactado en la escritura pública que se


invoca como título ejecutivo, se advierte que la sociedad, actora en estos
autos, para obtener el pago del precio convenido debía presentar estados de
pago a las propietarias o mandantes, correspondientes a obras ejecutadas,
pues así claramente está expresado. Entonces, tales estados de pago
significaban para el propietario únicamente las cantidades de las obras
ejecutadas que debía pagar conforme al precio convenido. Es evidente que la
escritura pública no ha podido considerarse suficiente, por sí sola, para estimar
exigible la cantidad anotada, pues estaba condicionada a la existencia de obra
ejecutada por igual valor, que debía ser acreditada.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2356-2005

Fecha: 26/03/2007

Cita online: CL/JUR/767/2007; 36110

Partes: Constructora Modular Bío-Bío Ltda. con Espinoza Quiroz, Orieta

Magistrados: Herreros Martínez, Margarita; Rodríguez Ariztía, Jorge; Muñoz


Gajardo, Sergio; Araya Elizalde, Juan

Redactor: Rodríguez Ariztía, Jorge

Abogado integrante: Herrera Valdivia, Óscar

Voces : acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - obligación condicional - obligaciones - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 1494 - Código Civil; Artículo 437 - Código


de Procedimiento Civil

80
TEXTO COMPLETO

Santiago, 26 de marzo de 2007.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 1.026-2002, del Segundo Juzgado Civil de Concepción,


caratulados "Construcción Modular Bío Bío Limitada con Espinoza Quiroz Orietta
y otras", juicio ejecutivo de cumplimiento de obligación de dar, su juez titular, por
sentencia de nueve de Septiembre de dos mil dos, que se lee de fojas 138 a 140,
acogió con costas la excepción de falta de alguno de los requisitos o condiciones
exigidos por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva y rechazó la
demanda. Apelada por la parte demandante, una Sala de la Corte de
Apelaciones de Concepción la confirmó por sentencia de diecinueve de abril de
dos mil cinco, escrita a fojas 260.

En contra de este último fallo la parte demandante ha deducido recurso de


casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que la recurrente sostiene que el fallo impugnado ha incurrido en los


siguientes errores de derecho, según se pasa a explicar:

Se ha infringido el artículo 437 del Código de Procedimiento Civil al aplicarlo


de una manera que dicha disposición no establece; esto es, como si ella exigiera
únicamente la ausencia de modalidad en las obligaciones, en circunstancias que
dicha norma también se aplica cuando las obligaciones se encuentran con la
modalidad cumplida, como en el caso de un plazo suspensivo que está cumplido,
lo que hace exigible la obligación.

Así ha ocurrido al desconocer la sentencia recurrida la exigibilidad de la cuota


número "Tres" del precio del contrato de construcción a suma alzada contenido
en la escritura pública que sirve de título ejecutivo, cuya forma de pago consta
de la cláusula sexta del mismo instrumento.

Dicha cuota, por la cantidad de $ 50.000.000, vencía el 28 de abril de 2000.


Como a la fecha de iniciarse la ejecución este plazo suspensivo ya se encontraba
cumplido, la obligación anotada se hizo exigible a contar desde igual fecha.

En relación con el desconocimiento de la exigibilidad de la referida cuota


número "Tres", la sentencia recurrida también ha infringido, al dejarlos de aplicar,
los artículos 1438, 1545, 1560 y 1494 del Código Civil, disposiciones que
reconocen la fuerza obligatoria de los contratos, la forma en que han de
interpretarse otorgando pleno valor a la voluntad real de las partes por sobre la
voluntad declarada y la definición de plazo, así como los casos en que está
prohibido al Juez interpretar los plazos pactados por las partes.

81
Así se ha infringido el artículo 1545 del Código Civil, al imponer requisitos de
exigibilidad para el cumplimiento de la obligación de pago de la cuota Nº "Tres"
del precio, requisitos que no fueron pactados por las partes.

Se ha vulnerado el artículo 1560 del Código Civil, al exigir los antecedentes


anexos al contrato, en circunstancias que éstos no dicen relación alguna con la
obligación de pago de la referida cuota Nº "Tres".

Se ha infringido asimismo el artículo 1494 del Código Civil, al privar al plazo


suspensivo cumplido de sus efectos propios, que no son otros que permitir al
acreedor exigir su cumplimiento una vez llegada la fecha establecida por las
partes en el contrato.

Y finalmente el artículo 19 inciso 1º del Código Civil, toda vez que el fallo
recurrido debió interpretar las antes citadas disposiciones del Código Civil,
aplicando esta norma de interpretación.

Segundo: Que es útil para la resolución del recurso consignar los siguientes
antecedentes del proceso:

a) Que la actora demandó ejecutivamente a las demandadas a fin de obtener


el pago de $ 85.000.000, que éstas le adeudarían en virtud de encontrarse
impago un saldo de precio pactado en la escritura pública que sirve de título a la
ejecución y que contiene un contrato de construcción de obra material por suma
alzada, suscrita entre las partes el 23 de marzo de 2000, ante el Notario de
Concepción Enrique Herrera Silva.

En la cláusula segunda de este instrumento se establece que los trabajos se


ejecutarán en conformidad a los antecedentes que se indican y detallan, tales
como especificaciones técnicas de la obra, juego de planos generales de
arquitectura y diseño, plano de ingeniería, plano de instalaciones de agua,
electricidad y alcantarillado y presupuesto definitivo presentado por el
constructor, que es la sociedad demandante de autos, los que forman parte de
tal contrato, son conocidos por las partes y el total de los documentos referidos
tiene fuerza obligatoria entre los contratantes.

Para la ejecución de la obra se fijó como plazo el día 30 de abril de 2000 y se


estipularon pormenorizadamente las obligaciones de la sociedad constructora,
garantías para su cumplimiento, régimen de inspección técnica y de recepción
de la obra por sus propietarios.

b) Se convino que el precio que las propietarias debían pagar a la sociedad


constructora por la ejecución de la obra contratada, era la suma alzada de
7.760,638 Unidades de Fomento, incluido el I mpuesto al V alor A gregado,
cantidad no afecta a intereses.

En la cláusula sexta de la escritura pública antedicha se estipuló textualmente


lo siguiente:

82
"El precio convenido será pagado por el mandante al constructor, en la
siguiente forma: Uno) Con la suma de un millón doscientos mil pesos,
equivalentes a 79,36 Unidades de Fomento; Dos) Con la suma de cinco millones
de pesos, equivalentes a 331, 8 Unidades de Fomento. Las sumas referidas en
este número y en el anterior se encuentran pagadas según factura Nº 0047, de
fecha 23 de marzo de 2000, emitida por CM Bío Bío Limitada, cuya copia se
agrega al final de la presente escritura; Tres) Con la suma de $ 50.000.000, que
será equivalente a la cantidad de Unidades de Fomento de acuerdo al valor que
ésta tenga al momento del pago, esto es el día 28 de abril de 2000 o la fecha en
que efectivamente se pague. Para garantizar el pago se entrega en este acto
cheque Nº 190169, serie AD del Banco del Estado de Chile, oficina Concepción,
de la cuenta corriente Nº 53100012436, para ser cobrado el día 28 de abril de
2000; Cuatro) Con la suma de $ 35.000.000, que se pagarán al momento de la
entrega de los módulos en calle Membrillar Nº 656 de la ciudad de Penco, suma
que será equivalente a la cantidad de Unidades de Fomento de acuerdo al valor
que ésta tenga al momento de su pago. Para proceder a este pago, sólo se debe
cumplir con las medidas y cantidades especificadas, las que deberán ser
comprobadas inmediatamente después de la llegada de los módulos al lugar de
instalación; Cinco) El saldo de precio, esto es la cantidad de Unidades de
Fomento que sumadas a las Unidades de Fomento pagadas conforme a los
números uno), dos), tres) y cuatro), completen la cantidad 7.760,638 Unidades
de Fomento, se pagarán, en su equivalente en moneda nacional, al momento de
emitirse la factura por el total de lo adeudado.

El visto bueno y cancelación de los estados de pago por parte del propietario
no significará la aprobación de los trabajos ejecutados ni de los materiales
incluidos en ellos, sino solamente las cantidades de las obras ejecutadas que
debe pagar el propietario, conforme con el precio convenido en este contrato".

c) Fundándose en que las demandadas no le habían pagado las cuotas Tres)


y Cuatro) antes relacionadas, la sociedad actora presentó la demanda ejecutiva
de autos, invocando como título ejecutivo una copia autorizada de la escritura
pública arriba citada, por la suma de $ 85.000.000, más las multas estipuladas a
razón de 9,5 Unidades de Fomento por cada día de retraso en el pago, pidiendo
se ordenara despachar mandamiento de ejecución y embargo por dichas sumas.

d) Que las ejecutadas opusieron a la ejecución las excepciones de los


números 4, 7, 9 y 14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil. Las
excepciones de los números 4, 9 y 14 del artículo 464 del referido cuerpo legal,
esto es ineptitud de libelo, pago de la deuda y nulidad de la obligación, fueron
rechazadas. En cuanto a la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, esto es falta de algunos de los requisitos o condiciones
exigidos por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva, fue acogida.

Respecto de esta última excepción, al confirmar el fallo apelado, la sentencia


de segundo grado estimó que al momento mismo en que se inicia la ejecución
deben concurrir todos los requisitos que hacen procedente la acción ejecutiva,
entre los cuales está que la obligación sea actualmente exigible, conforme al
artículo 437 del Código de Procedimiento Civil; vale decir, que tal obligación, en
su nacimiento o ejercicio, no se halle sujeta a ninguna condición, plazo o modo.

83
Además, el sentenciador de segundo grado agregó que al título ejecutivo
invocado le faltaba el requisito de ser la obligación actualmente exigible,
careciendo de fuerza ejecutiva, pues la ejecutante no había cumplido con la
obligación de acompañar las especificaciones técnicas, planos de arquitectura,
instalaciones de servicios básicos y presupuesto definitivo, que formaban parte
del contrato invocado como título ejecutivo, integrando el título mismo, el cual
debe bastarse a sí mismo, sin tener que recurrir a otros documentos o
antecedentes para verificar sus atributos, al momento de iniciarse la ejecución,
agregando que las especificaciones técnicas y planos eran de la esencia de lo
pactado, pues eran elementales para comprobar el cumplimiento de la
obligación, otorgando fundamento a la exigibilidad del pago.

Tercero: Que el recurso de casación en el fondo interpuesto, al impugnar la


sentencia recurrida, se funda únicamente en la exigibilidad que, en su concepto,
tendría la cuota "Tres" de la cláusula sexta de la escritura que se invoca como
título ejecutivo, por la suma de $ 50.000.000, porque dice que dicha cantidad
debía ser pagada el 28 de abril de 2000 y a la fecha de presentación de la
demanda tal plazo se encontraba vencido y la obligación impaga. Pero nada dice
acerca de la cuota "Cuatro)", por $ 35.000.000, también cobrada en la demanda,
pues la ejecución es por $ 85.000.000 y las sentencias de primer y segundo
grado se han referido a la exigibilidad de toda la obligación demandada.

Cuarto: Que si se observa con atención lo pactado en la cláusula sexta de la


escritura pública que se invoca como título ejecutivo, se advierte que la sociedad
constructora, actora en estos autos, para obtener el pago del precio convenido,
debía presentar estados de pago a las propietarias o mandantes,
correspondientes a obras ejecutadas, pues así claramente está expresado al
estipularse lo siguiente, en la misma cláusula sexta: "El visto bueno y cancelación
de los estados de pago por parte del propietario no significará la aprobación de
los trabajos ejecutados ni de los materiales incluidos en ellos, sino solamente las
cantidades de las obras ejecutadas que debe pagar el propietario, conforme con
el precio convenido en este contrato".

Entonces, tales estados de pago significaban para el propietario únicamente


las cantidades de las obras ejecutadas que debía pagar conforme al precio
convenido que, como sabemos, se pagaba según las cuotas estipuladas en la
misma cláusula.

De ello se obtiene que para el devengamiento de la antes referida cuota


número "Tres", por $ 50.000.000, debía presentarse un estado de pago que
comprendiera obras ejecutadas por igual valor, por lo que no bastaba la sola
llegada del día 28 de abril de 2000.

Y es evidente que la escritura pública acompañada como título ejecutivo no ha


podido considerarse suficiente, por sí sola, para estimar exigible la cantidad
anotada, pues estaba condicionada a la existencia de obra ejecutada por igual
valor, que debía ser acreditada.

Quinto: Que esta Corte Suprema, en los fallos que se indicarán a continuación,
ha sostenido, resumidamente, lo siguiente:

84
a) Aun cuando un contrato bilateral se haya celebrado por escritura pública,
carece este título de mérito ejecutivo, a no ser que de la misma escritura
aparezca que el ejecutante ha cumplido con todas sus obligaciones y que, en
consecuencia, las correlativas del deudor son actualmente exigibles (C.
Suprema, 27 septiembre 1922, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 21,
Sección 1ª, pág. 859).

b) El título en el cual uno de los contratantes se obliga a pagar cierta suma


como indemnización a determinado compromiso contraído por el otro, carece por
sí solo de mérito ejecutivo para cobrar dicha suma, aunque en el curso del juicio
se pruebe haberse cumplido con la obligación contraída. Para que, en este caso,
la escritura pública tenga mérito ejecutivo, debe acompañársela de los
antecedentes que declaren cumplida la obligación, de manera que la escritura y
antecedentes formen en conjunto el título ejecutivo (C. Suprema, 27 de abril de
1939, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 37, Sección 1ª, pág. 18).

Sexto: Que, según lo razonado, la sentencia recurrida no ha incurrido en los


errores de derecho que le reprocha el recurso, pues del solo título ejecutivo
aparejado a estos autos no aparecía evidente la exigibilidad de las cuotas del
precio cobradas, inclusive aquélla en que se ha fundado tal recurso.

Séptimo: Que, consecuentemente, al no haber incurrido el fallo de alzada en


errores de derecho que hayan influido en lo dispositivo del mismo, el recurso en
examen ha de ser desestimado.

Por estas consideraciones, normas citadas y visto, además, lo preceptuado en


los artículos 764 y 767 del Código de Procedimiento Civil, SE RECHAZA el
recurso de casación en el fondo interpuesto por don José Tomás Fabres Borden,
en representación de "Construcción Modular Bío Bío Limitada", en lo principal de
fojas 262, en contra de la sentencia de diecinueve de abril de dos mil cinco,
escrita a fojas 260.

Regístrese y devuélvanse estos autos con los documentos acompañados.

Redacción del Ministro señor Jorge Rodríguez Ariztía.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., Sr. Juan
Araya E. y Abogado Integrante Sr. Óscar Herrera V.

No firma el Abogado Integrante Sr. Herrera, no obstante haber concurrido a la


vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 2.356-2005.

85
2. ESCRITURA PÚBLICA POR LA CUAL SE CONSTITUYE UNA PERSONA EN
CODEUDOR SOLIDARIO NO REQUIERE ESPECIFICAR LA OBLIGACIÓN
PARA TENER MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: Del análisis de jure, no resulta ni indispensable ni necesario que la


escritura pública por la cual el recurrente se constituyó en codeudor solidario
dé cuenta circunstanciadamente de la obligación específica y particular
respecto de la cual debe responder —como de contrario lo pretende y alega
el recurrente—, toda vez que el mérito literal de dicho instrumento público da
cuenta que el recurrente se constituye como fiador y codeudor solidario del
deudor y de la sociedad, respecto de todas las obligaciones que en el pasado,
presente o futuro el deudor contraiga con el acreedor o alguna otra empresa
relacionada por el capital, la administración, control o razón social, en
cualquier parte del territorio nacional, por un monto máximo de cien millones
de pesos. En atención del mérito de la convención sub lite, no es posible
concluir que los sentenciadores del fondo han creado una suerte de título
nuevo, ya que éstos sólo se han limitado a examinar los requisitos dispuestos
por el legislador concluyendo que, en la especie, existe mérito ejecutivo, de
conformidad con lo que disponen los artículos 434, 437, y 438 del Código de
Procedimiento Civil, motivo por el cual se concluye que tales preceptos han
sido pertinentemente interpretados y aplicados.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 4280-2006

Fecha: 28/01/2008

Cita online: CL/JUR/1457/2008; 38350

Partes: Distribuidora Adelco Concepción con Comercial Súper Cinco Ltda.

Magistrados: Muñoz Gajardo, Sergio; Kunsemüller Loebenfelder,


Carlos; Juica Arancibia, Milton; Herreros Martínez, Margarita

Redactor: Cárcamo Olmos, Juan Carlos

Abogado integrante: Cárcamo Olmos, Juan Carlos

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


escritura pública - excepciones - inhabilidad del título - juicio ejecutivo -
recursos - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 437 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 438 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 434 - Código de
Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

86
Santiago, 28 de enero de 2008.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 2.626-2003, del Primer Juzgado de Letras en lo Civil de


Talcahuano, en procedimiento ejecutivo caratulado Distribuidora Adelco
Concepción con Comercial Súper Cinco Ltda., a los cuales se acumularon las
causas roles Nºs. 2.631-2003, y 2.608-2003, respectivamente, todas del mismo
tribunal, se han dictado las sentencias definitivas de primera instancia que rolan
a fojas 50, y demás pertinentes; 121 y siguientes correspondientes, y 187, y las
otras consecuentes, por las cuales se rechazaron, con costas, las excepciones
opuestas a la ejecución por el demandado D. Alberto Floridor Ortiz Lagos y se
ordenó proseguir la ejecución a su respecto, hasta que el actor obtenga el entero
y cumplido pago de las sumas que cobra en sus demandas, con los intereses
respectivos.

En contra de dichos fallos el demandado Ortiz Lagos dedujo sendos recursos


de casación en la forma y de apelación, según se lee a fojas 56, 127, y 193,
respectivamente, y una de las salas de la Corte de Apelaciones de Concepción,
por resolución de fojas 230, a fojas 237, con fecha del cuatro de julio de dos mil
seis, rechazó las nulidades intentadas y confirmó las sentencias apeladas.

En contra de esta última decisión, el referido ejecutado interpuso a fojas 238,


y siguientes, recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación como consta de fojas 246.

Considerando:

Primero: Que, el recurso sub lite sostiene que el fallo impugnado ha infringido
los artículos 434, numerales dos, cuatro y siete, 437 y 438, del Código de
Procedimiento Civil, y los artículos 19 y 20, del Código Civil.

Afinca el recurrente las transgresiones que denuncia, en la circunstancia de


haberse desechado la excepción prevista en el numeral séptimo del artículo 464,
del Código de Procedimiento Civil, por haberse dado mérito ejecutivo a cheques,
en contra de un tercero ajeno a esos documentos de crédito, el que no intervino
en esos títulos ni fue notificado del protesto de los respectivos documentos,
agregando a la ejecución una escritura p. 705. Afinca el recurrente las
transgresiones que denuncia en la circunstancia de haberse desechado la
excepción prevista en el numeral séptimo del artículo 464, del Código de
Procedimiento Civil, por haberse dado mérito ejecutivo a cheques, en contra de
un tercero ajeno a esos documentos de crédito, el que no intervino en esos títulos
ni fue notificado del protesto de los respectivos documentos, agregando a la
ejecución una escritura pública de fianza y codeudoría solidaria que no contiene
una obligación líquida y actualmente exigible, con infracción de lo previsto en el
artículo 438, del mismo cuerpo legal.

87
Estima el ejecutado que, en la especie, el título ejecutivo —cheque
protestado— en su calidad de tal le es inoponible porque aquél no es obligado
cambiario a su pago al no haber intervenido en él de manera alguna.

Añade que tampoco la escritura pública, de 25 de abril del año 2003, tiene
mérito ejecutivo en su contra, por cuanto no da cuenta de una obligación liquida
y actualmente exigible en los términos del artículo 438 del Código de
Procedimiento Civil.

Agrega que los jueces del fondo procedieron a crear un título ejecutivo que no
está reconocido en la ley como tal, violando el artículo 434, Nº 7, del Código de
Enjuiciamiento Civil, que reserva exclusivamente a la ley el derecho a crear
títulos ejecutivos.

Este nuevo título es la complementación de los cheques con la escritura de


fianza y codeudoría solidaria.

Sostiene el recurrente que así, en la sentencia que se impugna, se ha


establecido que carecen de mérito ejecutivo en su contra tanto los cheques como
la escritura pública sindicada; sin embargo, con infracción a los artículos 434,
Nºs. 2, 4, y 7, y 438, del Código de Enjuiciamiento Civil, complementa dos títulos
que carecen de valor ejecutivo por sí solos, los primeros por no intervenir el
ejecutado y la segunda por no dar cuenta de una obligación líquida y actualmente
exigible, como se ha dicho.

Concluye señalando que las trasgresiones señaladas influyen


sustancialmente en lo dispositivo del fallo por cuanto como consecuencia de
aplicar erróneamente tales preceptos, se rechazó la excepción prevista en el
numeral séptimo del artículo 464, del Código de Procedimiento Civil, en
circunstancias que procedía fuera acogida.

Segundo: Que resulta útil para la resolución del recurso tener presentes los
siguientes antecedentes del proceso:

A) Que, Distribuidora Adelco Concepción Limitada dedujo tres demandas


ejecutivas —las que se acumularon— en contra de la sociedad Comercial Súper
Cinco Ltda. y en contra de D. Alberto Floridor Ortiz Lagos en su calidad de aval
y codeudor solidario de la primera, por las sumas de $ 60.872.107, $ 8.266.209
y $ 9.173.051, respectivamente, más reajustes e intereses.

Funda sus acciones señalando ser dueña de un total de cuarenta y cuatro


cheques, los que individualiza, girados por el representante de la sociedad
demandada, los cuales al ser presentados a cobro fueron protestados por el
Banco librado contra el cual fueron girados.

Los protestos fueron notificados judicialmente a su girador y éste no consignó


en la cuenta corriente del tribunal suma alguna de dinero ni tachó de falsa su
firma en el plazo que la ley le confiere.

88
A su vez, por escritura pública fechada en Coronel el 25 de abril de 2003, D.
Alberto Floridor Ortiz Lagos se constituyó en fiador y codeudor solidario de la
Sociedad Súper Cinco Ltda., respecto de todas y cada una de las obligaciones
que en el pasado, presente o futuro la deudora tenga con la demandante.

B) Que, las acciones señaladas en el acápite anterior, fueron precedidas por


las correspondientes gestiones preparatorias de notificación de protesto de
cheques en virtud de las cuales se dispuso y se cumplió en cada caso, con la
pertinente notificación a D. Víctor Herrera Campanine, girador de los cheques,
por sí y en representación de Comercial Súper Cinco Limitada.

C) Que, por su parte, notificados ambos demandados en los juicios ejecutivos


—la Sociedad Súper Cinco Ltda. y D. Alberto Floridor Ortiz Lagos— sólo este
último opuso, en todos ellos, entre otras, la excepción prevista en el numeral
séptimo del artículo 464, del Código de Procedimiento Civil, sosteniendo que los
únicos obligados al pago de los cheques en que se funda la ejecución son el
girador o librador de los mismos y los endosantes, y que él no ha suscrito ninguno
de aquellos documentos en ninguna calidad, careciendo éstos, por ende, de
mérito ejecutivo en su contra.

Sostiene, además que no ha sido notificado de los protestos de los


instrumentos indicados por lo que éstos tampoco tienen la calidad que les
atribuye el artículo 434, numeral cuarto del mismo cuerpo legal y, en todo caso,
no tiene la calidad de aval de la sociedad demandada por no haberse cumplido
con las exigencias del artículo 46, de la Ley Nº 18.092.

Por último indica que no se hizo valer la escritura pública invocada como título
ejecutivo en los términos del Nº 2, del artículo 434, del Código de Procedimiento
Civil.

D) Que, por su parte, el ejecutante al evacuar los traslados conferidos ha


sustentado que los instrumentos mercantiles fueron notificados a su girador sin
que éste alegara falsedad; que no han sido objetados los documentos ni sus
actas de protesto; que por escritura pública de 25 de abril de 2003, el demandado
Ortiz se constituyó como fiador y codeudor solidario, y que los cheques dan
cuenta de una obligación líquida, actualmente exigible, no prescrita que consta
en un título ejecutivo, obligación de la cual Ortiz es codeudor solidario y fiador,
no existiendo razón alguna para no poder integrar ambos títulos.

E) Que el Juez de primer grado, en las sentencias respectivas, rechazó la


excepción opuesta por el ejecutado consistente en la falta de requisitos o
condiciones establecidas para que el título tenga fuerza ejecutiva sea
absolutamente sea en relación con el demandado, por estimar que los hechos
en que se fundamentó dicha excepción no tienen cabida frente a la constitución
que el demandado ejecutivo hiciera por escritura pública de 25 de abril de 2003,
en calidad de fiador y codeudor solidario de Víctor Herrera Campanine y de la
Sociedad Comercial Súper Cinco Ltda., por todas y cada una de las obligaciones
que en el pasado, presente o futuro el deudor contraiga con Adelco Concepción
Limitada, demandante de autos.

89
Añade el sentenciador que los títulos ejecutivos hechos valer se
complementan unos con otros, estando vinculados directamente, lo que está
permitido en nuestra legislación, quedando perfectamente limitado a las
personas deudoras del crédito perseguido en la causa.

F) Que, apelado el fallo por el ejecutado, la Corte de Apelaciones de


Concepción lo confirmó, teniendo además presente en la motivación vigésimo
sexta que es título ejecutivo la copia autorizada de una escritura pública que da
cuenta de la existencia de una obligación y también lo son los cheques cuyo
protesto fue notificado judicialmente al librador y no opuso tacha de falsedad
dentro de plazo legal, de modo que si es indudable que el demandado Alberto
Ortiz Lagos se obligó en cuanto fiador y codeudor solidario de la sociedad
Comercial Súper Cinco Limitada y respecto de esta última se ha intentado una
ejecución fundada en una obligación también indubitable, constando ambas
obligaciones en títulos ejecutivos, no existe ley que prohíba integrar ambos
títulos, si en lo sustantivo o material la coincidencia vinculante respecto de ambos
codeudores para con el acreedor es notoria e ineludible.

Añade en el raciocinio vigésimo séptimo que, si el codeudor solidario señor


Alberto Ortiz Lagos estipuló la fianza y solidaridad pasiva por todas y cada una
de las obligaciones contraídas por la sociedad Comercial Súper Cinco Limitada
a favor de la sociedad acreedora Distribuidora Adelco Concepción Limitada,
debe entenderse, sin lugar a dudas, que también quedó sujeto el codeudor —
que lo es a título de cauciones personales— al procedimiento que la acción
destinada al cumplimiento de la obligación se intente por la acreedora,
mayormente si se considera que dentro del procedimiento ejecutivo la defensa
del deudor solidario es muy amplia y extensa, lo que impide su desprotección
procesal.

Finalmente, el fallo definitivo de segundo grado determina, según reza su


considerando vigésimo noveno, que tanto los cheques suscritos a través de su
representante por la deudora Comercial Súper Cinco Limitada como la escritura
pública de fecha 25 de abril de 2003, son títulos ejecutivos en contra del deudor
solidario Alberto Ortiz Lagos, para luego, en la motivación trigésimo primera
apuntar que, en el caso de autos, el título ejecutivo está conformado por los dos
instrumentos acompañados con las demandas respectivas, esto es con los
cheques suscritos a través de su representante por la deudora Comercial Súper
Cinco Limitada, que se singularizan en cada demanda, y con la escritura pública
de 25 de abril de 2003, por la que se constituyó fiador y codeudor solidario el
señor Alberto Ortiz Lagos, de manera que no cabe sino concluir que el título
ejecutivo en que se fundan las ejecuciones respectivas da cuenta de una
obligación líquida y actualmente exigible.

Tercero: Que, como ha quedado relatado, los errores de derecho denunciados


por el recurrente en su libelo de casación se hacen consistir, en su núcleo, en la
circunstancia de carecer de mérito ejecutivo, a su respecto, aquellos títulos que
han servido de sustento a la ejecución materia de autos.

El ejecutado afinca tales alegaciones en dos fundamentos estructurales: por


una parte, a) en la inexistencia de título ejecutivo en contra del ejecutado, y, por

90
la otra, b) en la inexistencia de título ejecutivo que dé cuenta de una obligación
líquida y actualmente exigible.

En cuanto al primer aspecto —signado con la letra a)— sostiene que los
cheques en que se basan las demandas no son título ejecutivo en su contra por
cuanto él no es obligado al pago de los mismos y el protesto de aquéllos no le
fue notificado.

En relación con el segundo acápite —signado con la letra b)— plantea que la
escritura pública de 25 de abril de 2003, por la que se constituyó en codeudor
solidario de la ejecutada principal, no cumple con los presupuestos de liquidez y
exigibilidad actual de la obligación, no resultando tampoco posible liquidar
aquélla mediante simples operaciones aritméticas con sólo los datos que el
mismo título ejecutivo suministre.

Cuarto: Que, en relación al cheque, como título ejecutivo, el numeral cuarto


del artículo 434, del Código de E njuiciamiento C ivil contempla dos situaciones
que permiten otorgarle tal mérito.

Así, primero, si habiendo sido puesto el protesto del instrumento en


conocimiento del obligado, por notificación judicial, éste no opone tacha de
falsedad a su firma en el acto de la notificación o dentro de tercero día de
notificado, y, segundo, si la firma del obligado aparece autorizada por un notario
o por el oficial de Registro Civil en las comunas donde no tenga su asiento un
notario.

El caso que nos ocupa dice relación con la primera hipótesis antes señalada,
desde que las acciones intentadas en estos autos han sido precedidas de la
gestión previa de notificación judicial de los protestos recaídos en todos y cada
uno de los cheques que han servido de basamento para la ejecución posterior.

Notificaciones que han sido realizadas a la persona de su girador, en la


especie, al representante de la Sociedad Súper Cinco Ltda., entidad ésta que
resulta ser uno de los dos demandados de estos autos.

Quinto: Que, en consecuencia, del mérito que fluye de la legislación aplicable


en la especie, los cheques referidos tienen la calidad de título ejecutivo en
relación con la persona jurídica mencionada, en contra de quien, en
consecuencia, corresponde el cumplimiento forzado de la obligación en ellos
contenida.

Y en cuanto al cómo y por qué resulta obligado al pago de dicha obligación el


demandado D. Alberto Floridor Ortiz Lagos, ello emana de la circunstancia de
encontrarse en la especie, constituido en codeudor solidario según consta del
mérito de la escritura pública acompañada a los autos sub lite, documento éste
suscrito ante Notario Público por el propio demandado recurrente con fecha del
25 de abril de 2003, en que se constituyó en fiador y codeudor solidario de D.
Víctor Herrera Campanine y de la Sociedad Comercial Súper Cinco Ltda., por
todas y cada una de las obligaciones que en el pasado, presente o futuro
contraiga el deudor con la demandante de autos Adelco Concepción Limitada.

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Sexto: Que, así, respecto del recurrente la obligación de solucionar el crédito
emana del nexo existente entre los cheques impagos que constituyen la deuda
insoluta y la escritura pública a que se hace referencia en los acápites
precedentes, en cuanto por este documento celebra el contrato de fianza y se
constituye en codeudor solidario, quedando obligado a cumplir íntegramente el
pago como si fuere el único deudor.

En este sentido, uno de los deudores puede ser constreñido a pagar la


totalidad de la deuda, entendiéndose extinguida la relación obligatoria, una vez
pagada, también respecto de todos los demás deudores, los cuales internamente
ajustarán cuentas con el que ejecutó la prestación (Tratado de las Obligaciones.
Arturo Alessandri, Manuel Somarriva y Antonio Vodanovic. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago de Chile, segunda edición, 2001, página 121).

A su turno, y sólo a título de mayor ilustración, a fin de determinar el alcance


de la solidaridad objeto de análisis, si ésta se ha pactado y el acreedor obtiene
sólo un pago parcial de la deuda, por el remanente de aquélla, subsiste con el
resto de los deudores la solidaridad. endose a esta problemática, el Prof. D
Manuel Somarriva ha dicho que la solidaridad pasiva constituye
indiscutiblemente la más eficaz de todas las garantías personales, ya que el
acreedor va a poder hacer efectivo el derecho de prenda general en tantos
patrimonios cuantos sean los deudores solidarios, sin que a éstos les sea lícito
oponer los beneficios de excusión o de división. El carácter de garantía de la
solidaridad aparece más claramente cuando la obligación se contrae por
personas que no tienen interés en la deuda, sino que concurren a ella para
garantizar su pago (Tratado de las Cauciones, Manuel Somarriva U., Contable
Chilena Editores. Santiago de Chile, 1981, página 39).

En la especie, como ha quedado establecido, el ejecutado señor Ortiz Lagos


se obligó también respecto de las deudas futuras del otro demandado para con
la actora y, en tales condiciones, el primero debe responder por la solución de
los cheques que, girados por la sociedad ejecutada con posterioridad a la
constitución de la solidaridad, han servido de sustento a las presentes acciones,
por cuanto dan cuenta de una creencia a favor del ejecutante.

Séptimo: Que, del análisis de jure, no resulta ni indispensable ni necesario que


la escritura pública antes individualizada, por la cual el recurrente se constituyó
en codeudor solidario dé cuenta circunstanciadamente de la obligación
específica y particular respecto de la cual debe responder —como de contrario
lo pretende y alega el recurrente—, toda vez que el mérito literal de dicho
instrumento público da cuenta que el recurrente señor Ortiz Lagos se constituye
como fiador y codeudor solidario de D. Víctor Herrera Campanine y de la
Sociedad Comercial Súper Cinco Limitada, respecto de todas las obligaciones
que en el pasado, presente o futuro el deudor contraiga con Adelco Concepción
Limitada, Abastecedora del Comercio Limitada, Distribuidora Adelco Concepción
Limitada o alguna otra empresa relacionada por el capital, la administración,
control o razón social, en cualquier parte del territorio nacional, por un monto
máximo de cien millones de pesos.

92
Octavo: Que, en atención del mérito de la convención sublite, no es posible
concluir que los sentenciadores del fondo han creado una suerte de título
nuevo, ya que éstos sólo se han limitado a examinar los requisitos dispuestos
por el legislador concluyendo que en la especie existe mérito ejecutivo, de
conformidad con lo que disponen los artículos 434, 437 y 438 del Código de
Procedimiento Civil, motivo por el cual se concluye que tales preceptos han sido
pertinentemente interpretados y aplicados.

Noveno: Que, conforme a lo señalado precedentemente, al no existir los


errores de derecho que se le imputan a la sentencia impugnada, deberá ser
desestimado el recurso en estudio.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 767 y


805 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el
fondo, deducido de fojas 238, a fojas 240, por el abogado D. Luis Rodríguez
Orellana, en representación del ejecutado D. Alberto Floridor Ortiz Lagos, en
contra de la sentencia fechada en Concepción el cuatro de Julio de dos mil seis,
escrita de fojas 230, a fojas 242.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción de cargo del Abogado Integrante señor Juan Carlos Cárcamo


Olmos.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Carlos
Kunsemüller L. y Abogado Integrante Sr. Juan Cárcamo O.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera Brümmer.

Rol Nº 4.280-2006.

3. ESCRITURA PÚBLICA NO CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO PARA


EFECTOS LABORALES

SUMARIO: En el evento que la relación laboral sea finiquitada fuera de la esfera


jurisdiccional, se establecen determinados resguardos, como lo es la
ratificación por parte del trabajador, la que debe ser, en tal evento, realizada
ante los ministros de fe pertinentes. En otros términos, se garantiza al
dependiente el amparo necesario, en orden a que ha confirmado su voluntad,
dándola por cierta, ante un ministro de fe que asegura tal hecho. Ello no ocurre
en la escritura pública que se hace valer en estos autos y no podría así
considerarse porque en ella no se presentan los requisitos previstos por el
legislador para hacerla título a ejecutarse ante un juzgado de naturaleza
laboral. Es por eso que los títulos se han especificado y sólo para ellos se
otorga competencia a los tribunales del trabajo. Por consiguiente, no puede
estimarse que una escritura pública constituya un título ejecutivo creado por
ley laboral o de seguridad social, aun cuando en ella se reconozca la

93
existencia de obligaciones de esa índole, pues no existe norma expresa en tal
sentido.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5634-2005

Fecha: 10/04/2007

Cita online: CL/JUR/528/2007; 36299

Partes: Arros García Rodrigo con Arias Hermanos Ltda.

Magistrados: Valdés Aldunate, Patricio; Libedinsky Tschorne, Marcos; Marín


Vallejo, Urbano; Álvarez Hernández, Orlando

Abogado integrante : Jacob Chocair, Mauricio Roberto

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - cumplimiento de sentencia - derecho


civil - derecho del trabajo - derecho procesal - juicio ejecutivo - procedimiento
laboral - sentencia - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 420 - Código del Trabajo; Artículo 426 -


Código del Trabajo

TEXTO COMPLETO

Santiago, 10 de abril de 2007.

Vistos:

Ante el Segundo Juzgado del Trabajo de Puerto Montt, causa Rol Nº 858-04,
don Rodrigo Arros García deduce demanda ejecutiva en contra de Arias
Hermanos Limitada, representada por don Iván Arias Echaiz, y en contra de este
último, en calidad de codeudor solidario, a fin que se despache mandamiento de
ejecución y embargo en su contra, por la suma que indica, debiendo proseguirse
la misma hasta hacerse entero y cumplido pago del capital, intereses y costas,
esgrimiendo como título ejecutivo la escritura pública de 24 de octubre de 2002,
donde se reconoce adeudar la cantidad solicitada, por concepto de prestaciones
laborales.

La ejecutada, evacuando el traslado conferido, opuso las excepciones


previstas en el artículo 464 Nºs. 1, 7, 14 y 9 del Código de Procedimiento Civil,
esto es la incompetencia absoluta, la falta de alguno de los requisitos o
condiciones establecidas por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva,
la nulidad de la obligación y el pago de la deuda.

94
El tribunal de primera instancia, en fallo de treinta de noviembre de dos mil
cuatro, escrito a fojas 48, acogió la excepción de incompetencia absoluta
opuesta por los ejecutados, omitió pronunciamiento sobre las restantes, sin
costas.

Se alzó el ejecutante y la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, en sentencia


de treinta de septiembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 66, confirmó la de
primer grado, sin modificaciones.

En contra de esta última sentencia, la ejecutante recurre de casación en el


fondo pidiendo que esta Corte la anule y dicte la de reemplazo que describe.

Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que en la sentencia impugnada se han


infringido los artículos 177, 420 d), 461 y 462 del Código del Trabajo y 434 Nº 2
del Código de Procedimiento Civil.

Argumenta que el artículo 420 d) citado otorga competencia a los juzgados


laborales para conocer de los juicios en que se demanda el cumplimiento de
obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión
o seguridad social otorguen mérito ejecutivo.

Agrega que el artículo 461 del Código del ramo hace aplicables al juicio
ejecutivo laboral las normas de los Títulos I y II del Libro III del Código de
Procedimiento Civil, con las excepciones allí contenidas, y el artículo 434 Nº 2
de este último texto legal indica como título ejecutivo a la escritura pública; por
lo tanto, para la ley laboral ese instrumento constituye título ejecutivo.

Por otra parte, el recurrente señala que los artículos 462 y 177 del Código del
Trabajo otorgan mérito ejecutivo a los finiquitos y actas firmadas y/o ratificadas
ante Inspector del Trabajo o Notario Público, lo cual no significa que no existan
otros títulos ejecutivos.

Finaliza describiendo la influencia que los errores de derecho que denuncia


habrían tenido en lo dispositivo del fallo.

Segundo: Que, en la sentencia de que se trata, se fijaron como hechos los que
siguen:

a) el demandante hace valer como título ejecutivo una escritura pública de 24


de octubre de 2002, por la cual la demandada reconoce adeudar la suma de
$ 7.088.603, por concepto de finiquito laboral al 15 de agosto de 2002, el cual se
desglosa en la forma que allí se consigna, pagaderos en veinte cuotas iguales y
sucesivas, instrumento en el que el demandado Arias se transforma en codeudor
solidario de la sociedad demandada.

95
b) los ejecutados oponen, entre otras, la excepción de incompetencia absoluta
del tribunal, fundada en que la escritura pública no es título al que la ley laboral
le conceda mérito ejecutivo, ya que no está previsto en el artículo 462 del Código
del Trabajo y, en que, a mayor abundamiento, no existen antecedentes que
acrediten la existencia de la relación laboral.

c) el ejecutante argumenta que la escritura pública constituye un título


ejecutivo laboral, por disposición del artículo 461 del Código del Trabajo, el que
se remite al Libro III, Títulos I y II del Código de Procedimiento Civil, el que incluye
en el artículo 434 Nº 2 a la copia autorizada de escritura pública, cuyo es el caso.

Agrega que basta leer el instrumento para determinar que se trata de


prestaciones laborales adeudadas.

Tercero: Que sobre la base de los hechos descritos en el motivo anterior, los
jueces del fondo concluyeron que no existe norma en el Código del Trabajo que
le dé mérito ejecutivo a una escritura pública que da cuenta de obligaciones de
origen laboral, títulos —los laborales— que están incluidos en el Nº 7 del artículo
434 del Código de Procedimiento Civil, por estar contenidos en leyes especiales.

Por tales razones negaron lugar a la ejecución y acogieron la excepción


prevista en el artículo 464 Nº 1 del Código de Procedimiento Civil.

Cuarto: Que para dilucidar la controversia, preciso es determinar el ámbito de


competencia de un juzgado laboral en materia de juicios ejecutivos, definidos
éstos como "un procedimiento contencioso especial, que tiene por objeto
obtener, por vía de apremio, el cumplimiento de una obligación convenida o
declarada fehacientemente, que el deudor no cumplió en su oportunidad"
(Manual de Procedimiento Civil. El Juicio Ejecutivo. Raúl Espinosa Fuentes. Edit.
Jurídica de Chile, 1977). Y conceptualizada la competencia, conforme al artículo
108 del Código Orgánico de Tribunales como "la facultad que tiene cada juez o
tribunal de conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera
de sus atribuciones".

Quinto: Que, atinente con la discusión, resulta anotar que la legislación


especial del trabajo reconoce sus orígenes ya en la época de la Corona de
Castilla, la que se ocupó de dictar normas especiales para conocer de los pleitos
entre indígenas o entre éstos y los españoles.

Así también en Europa, durante los siglos XIII a XIV, surge la institución
denominada Consejo de Hombres Buenos, cuya finalidad primordial era la de
resolver los conflictos suscitados con motivo de la producción industrial y con
una función principalmente conciliadora, no jurisdiccional, primeramente
integrados por mayoría empresarial y, finalmente, con una composición paritaria,
pasando, además, a resolver todas las controversias entre trabajadores y
empleadores, no solamente las del sector obrero, como ocurría en principio.

Así lo comentan los autores William Thayer A. y Patricio Novoa F. en su


Manual de Derecho del Trabajo, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, 1998.

96
Sexto: Que los mencionados autores citan varias razones que han hecho
surgir a los juzgados del trabajo, entre ellas la necesidad de la justicia social y la
trascendencia que ella tiene para la vida en comunidad, a la que agregan un
motivo de índole práctica, cual es la ventaja común de toda especialización.

Ciertamente todas motivaciones atendibles, destacando indudablemente esta


última.

Séptimo: Que, en esta línea de deducciones, útil es consignar el contenido del


artículo 420 del Código del Trabajo, el que dispone "Serán de competencia de
los juzgados de letras del trabajo:... d) los juicios en que se demande el
cumplimiento de obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes
laborales y de previsión o seguridad social otorguen mérito ejecutivo...".

Los instrumentos con tal calidad, los que sólo pueden ser creados por ley,
deben indudablemente derivar su naturaleza de ejecutivos, es decir la posibilidad
de cumplimiento compulsivo, de la legislación específica en la materia y, en el
caso, puede citarse el artículo 462 del Código del Trabajo, el que dispone:
"Tendrán mérito ejecutivo ante los Juzgados de Letras del Trabajo las actas que
den constancia de acuerdos producidos ante los inspectores del trabajo,
firmadas por las partes y autorizadas por éstos y que contengan la existencia de
una obligación laboral o sus copias certificadas por la respectiva Inspección del
Trabajo".

Por su parte, el artículo 349 del mismo texto legal otorga mérito ejecutivo al
original y a las copias auténticas autorizadas por la Inspección del Trabajo, de
los contratos colectivos y el artículo 177, del mismo cuerpo normativo, hace lo
propio con el finiquito ratificado por el trabajador ante alguno de los ministros de
fe que la misma disposición señala.

También existen otros títulos ejecutivos, creados por la ley especial de


seguridad social, como por ejemplo, las resoluciones dictadas por los
organismos previsionales y de salud, etc.

Octavo: Que, es del caso señalar, además, que el legislador laboral se ha


encargado de precisar a aquellos instrumentos que poseen mérito ejecutivo para
hacerlos efectivos ante la judicatura especial, precisión que se explica por el
carácter tuitivo del derecho del trabajo, el cual tiende a la protección del
contratante más débil, a fin de asegurarle expedición y certeza, conjuntamente
con la seguridad que, ante un especialista, como lo es el juez laboral, serán
plenamente reconocidos sus derechos de esa índole.

Por otra parte, en el evento que la relación laboral sea finiquitada fuera de la
esfera jurisdiccional, se establecen determinados resguardos, como lo es la
ratificación por parte del trabajador, la que debe ser, en tal evento, realizada ante
los ministros de fe pertinentes.

En otros términos, se garantiza al dependiente el amparo necesario, en orden


a que ha confirmado su voluntad, dándola por cierta, ante un ministro de fe que
asegura tal hecho.

97
Ello no ocurre en la escritura pública que se hace valer en estos autos y no
podría así considerarse porque en ella no se presentan los requisitos previstos
por el legislador para hacerla título a ejecutarse ante un juzgado de naturaleza
laboral.

Es por eso que los títulos se han especificado y sólo para ellos se otorga
competencia a los tribunales del trabajo.

Por consiguiente, no puede estimarse que una escritura pública constituya un


título ejecutivo creado por ley laboral o de seguridad social, aun cuando en ella
se reconozca la existencia de obligaciones de esa índole, pues no existe norma
expresa en tal sentido.

Noveno: Que, haciéndose cargo de la alegación del recurrente en el sentido


que existe una remisión expresa del Código del Trabajo, en su artículo 461, al
juicio ejecutivo regulado en el Código de Procedimiento Civil, dicha remisión lo
es sólo al procedimiento aplicable, pero en caso alguno modifica las reglas de
competencia establecidas en el transcrito artículo 420 del Código del ramo, de
modo que el ejecutante podrá hacer valer los derechos que entiende le asisten
en la forma en que legalmente sea procedente, pero no vía juzgado del trabajo,
como se ha pretendido en la especie.

Décimo: Que, conforme a lo razonado, sólo cabe concluir que en la sentencia


impugnada no se han cometido los errores de derecho denunciados por el
ejecutante y, en consecuencia, el recurso de casación en el fondo en estudio
debe ser rechazado.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y
764, 765, 767, 770, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se
rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el
ejecutante a fojas 67, contra la sentencia de treinta de septiembre de dos mil
cinco, que figura a fojas 66.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los


Ministros señores Marcos Libedinsky T, Orlando Álvarez H., Urbano Marín V. y
Patricio Valdés A. y el Abogado Integrante señor Roberto Jacob Ch.

No firma el señor Jacob, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo del


fallo de la causa, por estar ausente.

Autoriza el Secretario de la Corte Suprema, señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 5.634-2005.

98
CAPÍTULO V ACTA DE AVENIMIENTO

1. VALIDEZ DEL ACTA DE AVENIMIENTO COMO TÍTULO EJECUTIVO.


FORMALIDADES QUE DEBE CUMPLIR. REQUISITOS QUE DEBE
CUMPLIR UN ACTA DE AVENIMIENTO PARA SER CONSIDERADA TÍTULO
EJECUTIVO

SUMARIO: El título ejecutivo en que se basa la presente ejecución es el que


contempla el Nº 3 del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, esto es
acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación. Se trata de un documento
generado en un proceso judicial en el que se deja constancia del acuerdo de
las partes en orden a poner término total o parcial a una controversia. Como
él tiene su origen durante el procedimiento, es un acto jurídico procesal e
indudablemente que, como lo señala la ley y en el lenguaje de la misma pasa
ante el tribunal y repitiendo la regla general del artículo 61 del Código de
Procedimiento Civil, para su validez debe ser autorizada por un ministro de fe.
La ley no exige que el acuerdo de voluntades de las partes sea aprobado por
el juez, puesto que el mismo ya fue admitido, aceptado por el tribunal, pues no
otra cosa significa "pasado ante". Tal aprobación es exigida por el legislador
tratándose de una transacción producida en un juicio de alimentos,
precisamente por ser la transacción siempre un acuerdo extrajudicial. Ahora
bien, para que constituya un avenimiento en el sentido que se ha indicado, él
sólo puede producirse entre las partes y en la especie, como se deja
constancia por los sentenciadores, el que ha sido denominado avenimiento y
que consta en un acta que se presenta como título ejecutivo, ha sido creado
entre la alimentaría de un juicio sobre alimentos y una persona —un tercero
ajeno a la litis—. Al haberse impugnado tal presunto título ejecutivo, porque no
es avenimiento, como se dice literalmente en el escrito de oposición, los jueces
debieron razonar y analizar por qué lo consideraron como tal y al que sólo le
habría faltado un requisito, como lo sería su aprobación por el juez. Los jueces
de fondo no se detuvieron en este análisis esencial en este tipo de
procedimientos y, al no hacerlo, el fallo no contiene las consideraciones
necesarias para una adecuada decisión, habiendo incurrido, por ende, en el
vicio de casación formal. El artículo 434 del Código de Procedimiento Civil
establece cuáles son los títulos ejecutivos y en su numeral 3º señala que tiene
ese carácter: Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y
autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación. Como se
analizó en el fallo de casación, cuyos argumentos se han repetido en esta
sentencia, la norma recién transcrita exige, para que el avenimiento sea tal y
su acta devengue en título ejecutivo, que el acuerdo de voluntades debe
haberse producido en el proceso correspondiente entre las partes y como ello

99
no sucede en la especie, deba acogerse la excepción opuesta y por tanto
negarse seguir adelante con la ejecución.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5480-2003

Fecha: 30/08/2005

Cita online: CL/JUR/1032/2005; 32742

Partes: Carrasco Rojo, Rosemarie con Carrasco Díaz, Isabel

Magistrados: Rodríguez Ariztía, Jorge; Tapia Witting, Enrique; Álvarez


García, Hernán

Redactor: Tapia Witting, Enrique

Abogado integrante: Barros Bourie, Enrique; Carrasco Acuña, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


inhabilidad del título - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 768 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de casación

Santiago, 30 de agosto de 2005.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 592-2002 del Segundo Juzgado Civil de Arica,


caratulados Carrasco Rojo, Rosemarie Waleska con Carrasco Díaz, Isabel
Beatriz, sobre juicio ejecutivo, el juez titular de dicho tribunal, por sentencia de
dos de junio de dos mil tres, escrita a fojas 57, acogió la excepción del artículo
464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

En contra de este último fallo, la actora apeló y una Sala de la Corte de


Apelaciones de Arica, por sentencia de trece de noviembre de dos mil tres,
escrita a fojas 73, lo confirmó.

La misma ejecutante interpone ahora recurso de casación en el fondo, para


obtener la anulación de esta segunda sentencia.

Se ordenó traer los autos en relación.

100
En la vista de la causa se advirtió la existencia de un vicio de casación en la
forma, no pudiendo invitarse a los abogados de las partes a alegar sobre el
particular, por no haber comparecido a estrados.

Considerando:

Primero: Que en estos autos doña Rosemarie Waleska Carrasco Rojo deduce
acción ejecutiva en contra de doña Isabel Carrasco Díaz, a fin de que se
despache mandamiento de ejecución y embargo en su contra hasta por la suma
de $ 3.335.192, invocando como título ejecutivo un avenimiento suscrito por las
partes, en causa seguida ante el Juzgado de Letras de Menores de Arica,
caratulada Menores Carrasco Rojo, con fecha 16 de diciembre de 1998;

Segundo: Que la ejecutada, al contestar la acción, opuso la excepción del


artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, puesto que estima le falta al
título alguno de los requisitos o condiciones establecidas por las leyes para que
tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado.

En este caso, señala que el título no es ejecutivo toda vez que no es un


avenimiento.

Agrega que se requiere la intervención del juez que se concreta con el decreto
de aprobación, que en la especie no existe;

Tercero: Que el tribunal de primer grado estimó que la cuestión controvertida


se centra en la falta de aprobación judicial del avenimiento acompañado y
consecuentemente su falta de aptitud para ser considerado como título ejecutivo
(considerando 3º).

Agrega el sentenciador de primer grado, en el fundamento 4º, que el


avenimiento, por su naturaleza, constituye un acuerdo de voluntades que
participa de la transacción y constituye uno de aquéllos equivalentes
jurisdiccionales o procesales, que una vez aprobado por el tribunal produce los
mismos efectos de una sentencia.

El proceso, en consecuencia, termina mediante el avenimiento, sin la dictación


de una sentencia, cuando ha sido reconocido expresamente mediante
la correspondiente resolución judicial que lo aprueba, lo que aparece
expresamente reconocido y aceptado por quienes lo suscribieron, ya que
pidieron formalmente su aprobación, como consta de las copias de fojas 1 y 22,
por lo que se acogerá la excepción alegada.

Esta decisión fue mantenida por la Corte de Apelaciones de Arica, la que


confirmó el fallo apelado.

Cuarto: Que el título ejecutivo en que se basa la presente ejecución es el que


contempla el Nº 3º del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, esto es
acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación. Se trata de un documento
generado en un proceso judicial en el que se deja constancia del acuerdo de las

101
partes en orden a poner término total o parcial a una controversia. Como él tiene
su origen durante el procedimiento, es un acto jurídico procesal e
indudablemente que, como lo señala la ley y en el lenguaje de la misma, pasa
ante el tribunal y repitiendo la regla general del artículo 61 del Código de
Procedimiento Civil, para su validez debe ser autorizada por un ministro de fe.
La ley no exige que el acuerdo de voluntades de las partes sea aprobado por el
juez, puesto que el mismo ya fue admitido, aceptado por el tribunal, pues no otra
cosa significa "pasado ante". Tal aprobación es exigida por el legislador
tratándose de una transacción producida en un juicio de alimentos, precisamente
por ser la transacción siempre un acuerdo extrajudicial.

Quinto: Que ahora bien, para que constituya un avenimiento en el sentido que
se ha indicado, él sólo puede producirse entre las partes y en la especie, como
se deja constancia por los sentenciadores, el que ha sido denominado
avenimiento y que consta en un acta que se presenta como título ejecutivo, ha
sido creado entre la alimentaria de un juicio sobre alimentos y una persona —un
tercero ajeno a la litis—.

Sexto: Que al haberse impugnado tal presunto título ejecutivo porque no es


avenimiento, como se dice literalmente en el escrito de oposición, los jueces
debieron razonar y analizar por qué lo consideraron como tal y al que sólo le
habría faltado un requisito, como lo sería su aprobación por el juez. Los jueces
de fondo no se detuvieron en este análisis, esencial en este tipo de
procedimientos.

Séptimo: Que al no hacerlo de la manera que se ha dicho, el fallo no contiene


las consideraciones necesarias para una adecuada decisión, habiendo incurrido,
por ende, en el vicio de casación formal que contempla el artículo 768 Nº 5 en
relación con el artículo 170 Nº 4, ambos del Código de Procedimiento Civil y que,
a su vez, el artículo 775 de la misma codificación autoriza a esta Corte para
invalidar de oficio el fallo de que se trata.

Por estas consideraciones y de conformidad con lo que disponen los artículos


764, 766, 767, 768 y 775 del Código de Procedimiento Civil, se invalida de oficio
la sentencia de trece de noviembre de dos mil tres, escrita a fojas 73.

Díctese a continuación y sin nueva vista, pero separadamente, la sentencia


que corresponda conforme a la ley.

Atendido lo resuelto precedentemente, se tiene por no interpuesto el recurso


de casación en el fondo deducido en lo principal de fojas 75.

Regístrese.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Tapia.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, Integrada por los


Ministros Sres. Hernán Álvarez G., Enrique Tapia W., y Jorge Rodríguez A. y
Abogados Integrantes Sres. Óscar Carrasco A. y Enrique Barros B.

102
No firman el Ministro Sr. Álvarez G. y el Abogado Integrante Sr. Barros, no
obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haberse
acogido a jubilación el primero y estar ausente el segundo.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Marcela P. Urrutia Cornejo.

Rol Nº 5.480-2003.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, 30 de agosto de 2005.

En cumplimiento a lo resuelto y lo que dispone en el artículo 785 del Código


de Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que corresponde
conforme a la ley.

Vistos:

Se eliminan de la sentencia en alzada, sus fundamentos 3º y 4º, se reproduce


el motivo 1º de la sentencia de segunda instancia anulada, con lo razonado,
también, en la sentencia de casación que antecede.

Y teniendo, además, presente:

Primero: Que la ejecutada ha opuesto a la ejecución la excepción del artículo


464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, puesto que estima que al título le
falta alguno de los requisitos o condiciones establecidas por las leyes para que
tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado.

Segundo: Que el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil establece


cuáles son los títulos ejecutivos y en su numeral 3º señala que tiene ese carácter:
Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación.

Tercero: Que, como se analizó en el fallo de casación, cuyos argumentos se


han repetido en esta sentencia, la norma recién transcrita exige, para que el
avenimiento sea tal y su acta devengue en título ejecutivo, que el acuerdo de
voluntades debe haberse producido en el proceso correspondiente entre las
partes y como ello no sucede en la especie, deba acogerse la excepción opuesta
y por tanto negarse seguir adelante con la ejecución.

Cuarto: Que de conformidad a lo que dispone el artículo 471 inciso 2º del


Código de Procedimiento Civil, se impondrán las costas al ejecutante.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 189 y siguiente, 434


Nº 3, y 464 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se confirma la
sentencia de dos de junio de dos mil tres, escrita a fojas 57.

Se condena en costas a la ejecutante.

103
Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Tapia.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, Integrada por los


Ministros Sres. Hernán Álvarez G., Enrique Tapia W., y Jorge Rodríguez A. y
Abogados Integrantes Sres. Óscar Carrasco A. y Enrique Barros B.

No firman el Ministro Sr. Álvarez G. y el Abogado Integrante Sr. Barros, no


obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haberse
acogido a jubilación el primero y estar ausente el segundo

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Marcela P. Urrutia Cornejo.

Rol Nº 5.480-03.

2. AVENIMIENTO. NO PAGO OPORTUNO DE LAS CUOTAS DEBE UTILIZAR


COMO TÍTULO EJECUTIVO YA SEA LA COPIA AUTORIZADA DEL
AVENIMIENTO O EL PAGARÉ MATERIA DE LA DEMANDA

SUMARIO: La causa referida terminó por el avenimiento de que da cuenta el


libelo que fuere aprobado por resolución en la que se resuelve que ha de
tenerse como sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales. Dicho
avenimiento dice que en caso de no pago oportuno de una de las cuotas se
hará exigible el saldo insoluto, siendo de elección del ejecutante si utiliza como
título ejecutivo una copia autorizada de dicho avenimiento o el mismo pagaré
materia de la demanda. Se entiende que un solo título a la vez, no los dos
simultáneamente, como aparece de la sola lectura de la sentencia.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de La Serena

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1261-2005

Fecha: 23/01/2006

Cita online: CL/JUR/4356/2006

Partes: Corpbanca contra María Susana Huerta Miranda

Magistrados: Schneider Salas, María Angélica

Redactor : Schneider Salas, María Angélica

Voces: derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo

104
Legislación relacionada: Artículo 254 - Código de Procedimiento Civil;
Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

La Serena, 23 de enero de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, parte expositiva, citas legales y


considerandos, a excepción de los considerandos octavo a decimoséptimo que
se eliminan.

Y se tiene en su lugar y además presente:

Primero: Que la ejecutada en el primer otrosí de la presentación de fs. 36


opone a la ejecución entre otras excepciones, la del Nº 4 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil, fundado en que el artículo 254 Nº 4 exige la
exposición clara de los hechos y los fundamentos de derecho en que se apoya,
y en que debe haber una concordancia mínima entre los títulos mercantiles y la
redacción de la demanda, lo que en la especie no ocurriría ya que se menciona
la existencia de un avenimiento en el Tercer Juzgado de Letras de Ovalle en los
autos Nº 496-2003 y la demanda usa los mismos pagarés que dieron causa a tal
avenimiento, por lo que se han emplazado en un título equivocado y ante un
tribunal incompetente.

Segundo: Que la ejecutante a fs. 59 contestando el traslado conferido expresa


que no son efectivos los hechos en que se funda la excepción de ineptitud
del libelo, por cuanto la demanda es perfectamente inteligible en base a su propio
texto y en el pagaré y fotocopia autorizada de avenimiento judicial en que se
basa la ejecución.

Tercero: Que del tenor del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil se
desprende que se puede hacer valer un solo título ejecutivo, y de la lectura de la
demanda no está claro cuál es el título ejecutivo que ha hecho valer el actor, si
es el avenimiento en causa Rol Nº 496-03 del Tercer Juzgado de Letras de
Ovalle, o es el pagaré que originó dicho juicio ejecutivo, o son ambos.

Cuarto: Que la causa Rol Nº 496-03 referida —que se encuentra a la vista—


terminó por el avenimiento de que da cuenta el libelo de fs. 28, que fuere
aprobado por resolución que rola a fs. 29, en la que se resuelve que ha de
tenerse como sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales.

Quinto: Que si bien es cierto que en dicho avenimiento en su cláusula 6º se


dice que en caso de no pago oportuno de una de las cuotas se hará exigible el
saldo insoluto, siendo de elección del ejecutante si utiliza como título ejecutivo
una copia autorizada de dicho avenimiento o el mismo pagaré materia de la
demanda.

105
Se entiende que un solo título a la vez, no los dos simultáneamente, como
aparece de la sola lectura de la sentencia.

Sexto: Que en estas condiciones no se ha cumplido con la exigencia del Nº 4


del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, esto es la exposición clara de
los hechos y los fundamentos de derecho en que se apoya, razón por la cual
habrá de acogerse tal excepción.

Séptimo: Que la declaración de ineptitud del libelo en razón de que no cumple


las exigencias del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, implica que
ese libelo no permite su necesaria comprensión e inteligencia y que no existe
demanda legalmente tramitada, razón por la cual no están dadas las condiciones
para emitir un pronunciamiento sustantivo y, al haberse resuelto otras
excepciones que, precisamente, atañen al fondo del asunto, habrá de dejarse
sin efecto lo resuelto (Corte Suprema, sentencia del 17 de julio de 2001, Rol
Nº 2.407-93).

Octavo: Que al acogerse la excepción de ineptitud del libelo, no se puede


emitir un pronunciamiento sobre las demás excepciones opuestas que se
refieren al fondo de la cuestión debatida, desde que para ello se requiere la
existencia de un juicio, y legalmente no puede estimarse que hay juicio que
habilite al tribunal para resolver, si la demanda que es la base del litigio se
declara inepta, o sea que no ha podido legalmente ser tramitada (El Juicio
Ejecutivo. Raúl Espinoza Fuentes).

Noveno: Que por lo demás se hace innecesario un pronunciamiento sobre las


demás excepciones opuestas por ser incompatible con lo resuelto, conforme lo
dispuesto en el Nº 6 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil.

Y visto lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de


Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de veintiséis de Julio del año
pasado, escrita de fs. 165 a 179, y se declara que se acoge la excepción del Nº 4
del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, con costas del recurso, y se
hace innecesario un pronunciamiento sobre las demás excepciones opuestas
por ser incompatibles con la acogida, con costas de primera y segunda instancia.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de doña María Angélica Schneider Salas, Ministro titular.

Rol Nº 1.261-2005.

106
CAPÍTULO VI CHEQUE

1. IMPROCEDENCIA DE GENERACIÓN DE UN NUEVO TÍTULO EJECUTIVO


POR CHEQUE CADUCADO

SUMARIO: El acreedor puede renunciar a dotar de mérito ejecutivo a un cheque


protestado, pues mira al solo interés de su beneficiario, sin embargo y no
obstante esta renuncia, igual se habilita a los obligados para oponer la
prescripción especial de un año, circunstancia que es del todo procedente, sin
que se permita al titular del documento mercantil protestado originar un título
ejecutivo por un procedimiento no contemplado para el instrumento en tales
circunstancias, por cuanto produce el efecto de generar un nuevo plazo de
prescripción que el legislador no ha contemplado, llevando, de hecho, a hacer
revivir una acción ejecutiva ya prescrita, consecuencia que no puede ser
amparada por la naturaleza de orden público que se reconoce a la institución
de la prescripción, todo lo cual ha tenido ocasión de ser declarado por esta
Corte.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5562-2004

Fecha: 11/09/2006

Cita online: CL/JUR/2974/2006; 35086

Partes: Sociedad Juan Lagos y Cía. Ltda. con Castro Torres, Silvia

Magistrados: Muñoz Gajardo, Sergio; Rodríguez Ariztía, Jorge; Torres Allú,


Julio

Redactor: Muñoz Gajardo, Sergio

Abogado integrante: Carrasco Acuña, Óscar; Herrera Valdivia, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - acta de protesto - caducidad -


cheque - cuenta corriente bancaria - derecho civil - derecho comercial -
derecho procesal - entidad financiera - instrumento mercantil - juicio ejecutivo
- título ejecutivo

107
Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;
Artículo 34 - D.F.L. Nº 707

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de reemplazo

Santiago, 11 de septiembre de 2006.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 23.195, sobre juicio ejecutivo seguido ante el Juzgado
de Letras de La Calera, caratulados "Sociedad Juan Lagos y Cía. Ltda. con
Castro Torres, Silvia", por sentencia de primer grado, dictada por su juez titular,
el veintidós de abril de dos mil tres, según se lee a fojas 14, se rechazaron las
excepciones opuestas por el ejecutado de falta de alguno de los requisitos o
condiciones establecidas por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva,
la de transacción, y la de prescripción de la acción ejecutiva; en consecuencia,
se ordenó seguir adelante con la ejecución hasta obtener entero y cumplido pago
de las sumas adeudadas en capital, intereses y costas.

Apelado este fallo por el ejecutado, una Sala de la Corte de Apelaciones de


Valparaíso, por sentencia de veintinueve de octubre de dos mil cuatro, que se
lee a fojas 41, la confirmó.

En contra de la resolución antedicha, el demandado dedujo recurso de


casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que la demandada estima que la sentencia impugnada ha sido


dictada con infracción de ley, toda vez que se han infringido el artículo 34 del
D.F.L. Nº 707 sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el inciso 1º del
artículo 435 y el artículo 464 Nº 17, del Código de Procedimiento Civil, según
pasa a explicar:

Don Jorge Sánchez Fuentes, en representación de la Sociedad Juan Lagos y


Cía. Limitada, citó judicialmente a doña Silvia del Carmen Castro Torres para
que confesara la deuda y reconociera la firma estampada en dos cheques, por
la suma de $ 1.056.000, el primero, y $ 1.070.000, el segundo.

La señora Castro reconoció su firma y negó la deuda, porque ella estaba


prescrita de conformidad a lo dispuesto en el artículo 34 del D.F.L. Nº 707.

Ambos cheques, agrega el recurrente, habían sido protestados y había


pasado más de un año de dicho protesto.

108
Luego la sentencia recurrida infringió las normas denunciadas, puesto que no
aplicó el artículo 34, ni el 464 Nº 17 citados debiendo hacerlo, pues la acción
ejecutiva contra la demandada se encontraba prescrita, había pasado más de un
año desde la fecha de los protestos en relación a aquélla en que se dedujo la
acción.

Por otra parte, aplicó el artículo 435 citado no debiendo hacerlo, porque creó
un título ejecutivo respecto de alguien en contra de quien ya existía uno, en
circunstancias que la disposición se refiere a la creación de un título ejecutivo
cuando el acreedor carece del mismo para perseguir ejecutivamente su crédito.

Finalmente, señala el recurrente que no se puede hacer revivir una acción ya


prescrita y respecto de una deuda que se pretende renovar;

Segundo: Que la sociedad demandante deduce su acción, previa gestión


preparatoria de citación a confesar deuda y reconocer firma, fundada en que la
demandada le adeuda la suma de $ 2.126.000, más reajustes e intereses, de
que dan cuenta los documentos mercantiles consistentes en cheque serie CF
0196816, fechado el 15 de mayo de 2001, y el serie CE 1063209, fechado el 15
de abril de 2001, girados por la demandada, y respecto de los que aceptó como
suya la firma estampada en ellos, pero desconoció la deuda.

Agrega que el Tribunal tuvo por reconocida la firma y, en consecuencia, por


preparada la vía ejecutiva, resolución que se encuentra ejecutoriada;

Tercero: Que el ejecutado opuso a la ejecución, entre otras, la excepción del


artículo 464 Nº 17 del Código de Procedimiento Civil, y argumentó para fundarla
la circunstancia que la deuda que se cobra y la acción ejecutiva se encuentran
prescritas, toda vez que se trata de cheques girados el 15 de abril y el 15 de
mayo de 2001, protestados por orden de no pago el 18 de abril y el 17 de mayo
de 2001, respectivamente, habiendo transcurrido en exceso el plazo de un año
que contempla el artículo 34 de la Ley de Cuentas Corrientes y Cheques al
momento de citarla a confesar deuda;

Cuarto: Que en el fallo de primer grado se desestimaron todas las excepciones


opuestas por la sociedad ejecutada, teniendo en consideración, y en lo que atañe
a la excepción de prescripción de la acción ejecutiva, que las acciones han
emanado de formularios cheques, que tiene un principio obvio de obligaciones
y no de instrumentos mercantiles denominados cheques como tales, por ende
no ha operado la prescripción impetrada, decisión que fue confirmada por la
Corte de Apelaciones de Valparaíso;

Quinto: Que en lo relacionado con el cheque el legislador distingue en el


artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, tres sistemas:

a) Le otorga título ejecutivo directamente "respecto del obligado cuya firma


aparezca autorizada por un notario o por el oficial del Registro Civil en las
comunas donde no tenga su asiento un notario";

109
b) El cheque protestado, para constituir título ejecutivo, respecto de cualquiera
de los obligados al pago, requiere necesariamente que el protesto sea puesto en
conocimiento de tales personas por notificación judicial y que no se alegue tacha
de falsedad, dentro de tercero día, y

c) El cheque, que no haya sido protestado, por su carácter de instrumento


privado mercantil, para que pueda constituir título ejecutivo, debe ser reconocido
o mandado tener por reconocido en la pertinente gestión preparatoria, a la luz de
lo dispuesto en el artículo 435 del referido Código;

Sexto: Que el cheque protestado, además del beneficio indicado, se relaciona


con la prescripción de la acción ejecutiva de un año, cuyo inicio del plazo se
cuenta desde la fecha del protesto, según lo dispone el artículo 34 de la Ley
sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques;

Séptimo: Que el acreedor puede renunciar a dotar de mérito ejecutivo a un


cheque protestado, pues mira al solo interés de su beneficiario, sin embargo y
no obstante esta renuncia, igual se habilita a los obligados para oponer la
prescripción especial de un año, circunstancia que es del todo procedente, sin
que se permita al titular del documento mercantil protestado originar un título
ejecutivo por un procedimiento no contemplado para el instrumento en tales
circunstancias, por cuanto produce el efecto de generar un nuevo plazo de
prescripción que el legislador no ha contemplado, llevando, de hecho, a hacer
revivir una acción ejecutiva ya prescrita, consecuencia que no puede ser
amparada por la naturaleza de orden público que se reconoce a la institución de
la prescripción, todo lo cual ha tenido ocasión de ser declarado por esta Corte
en la causa, ingreso Corte Suprema Nº 3.779-04, sin que se adviertan motivos
que lleven a modificar este criterio;

Octavo: Que, en el caso que nos ocupa, los cheques materia de la gestión
preparatoria fueron protestados con fecha 18 de abril y 17 de mayo de 2001 y
la gestión de citación a confesar deuda y reconocer firma fue presentada ante
los tribunales el 13 de noviembre de 2002, habiendo transcurrido en exceso el
plazo de un año contemplado en el artículo 34 de la Ley de Cuentas Corrientes
Bancarias y Cheques, por lo que se ha configurado la prescripción de la acción
ejecutiva, derivada de los cheques protestados;

Noveno: Que atendidas las consideraciones anotadas, los jueces del fondo
han infringido la norma señalada al negar lugar a la excepción de prescripción
opuesta, por lo que se impone el acogimiento del recurso en estudio.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 767 del
Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo
interpuesto por la abogada Silvia Manzor Pérez-Cotapos, en representación de
la demandada, en lo principal de fojas 42, en contra de la sentencia de
veintinueve de octubre de dos mil cuatro, que se lee a fojas 41, la que se invalida
y se reemplaza por la que se dicta a continuación, sin nueva vista.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Muñoz.

110
Regístrese.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G., y Sr. Julio Torres A. y Abogados
Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Óscar Carrasco A.

No firma el Ministro Sr. Torres y el Abogado Integrante Sr. Herrera no obstante


haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber terminado
su suplencia el primero y estar ausente el segundo.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 5.562-2004.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, once de septiembre de dos mil seis.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 785 del Código de


Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo.

Vistos:

Se reproduce la sentencia de primera instancia, con excepción de sus


fundamentos tercero, cuarto y quinto que se eliminan,

Y se tiene en su lugar, y además, presente:

Primero: Que la ejecutada opuso a la ejecución, las excepciones consignadas


en el artículo 464 Nº 7, Nº 16 y Nº 17, esto es la falta de alguno de los requisitos
o condiciones establecidos por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva,
la de transacción y la de prescripción de la acción ejecutiva respecto de la deuda
contenida en los cheques que se mencionan en la demanda, respectivamente;

Segundo: Que la excepción de falta de alguno de los requisitos o condiciones


establecidos por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva será
desestimada, en atención al hecho que las motivaciones esgrimidas para
sustentarla no miran al título mismo que se ha esgrimido para la ejecución, esto
es el consignado en el 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, sino que parte
del supuesto que el título invocado lo constituyen los cheques, documentos
respecto de los que las acciones mercantiles que de ellos emanaban se
encontraban extinguidas;

Tercero: Que respecto de la excepción del artículo 464 Nº 16, debe ser
también desestimada, toda vez que la ejecutada no ha acreditado su
fundamento;

Cuarto: Que, respecto de la excepción de prescripción, ella debe ser acogida,


puesto que la prescripción especial de un año opuesta por la ejecutada, fundada
en el artículo 34 de la Ley de Cheques, resulta procedente, ello en concordancia

111
con lo referido en el fundamento quinto, sexto, séptimo y octavo del fallo de
casación que antecede, los que se dan por expresamente reproducidos.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 434 y 436 del Código
de Procedimiento Civil y artículo 34 de la Ley de Cuentas Corrientes Bancarias
y Cheques, se revoca la sentencia de veintidós de abril de dos mil tres, escrita a
fojas 14, en cuanto por ella se rechazan todas las excepciones opuestas por el
ejecutado, y en su lugar se declara que se acoge la excepción de prescripción
de la acción ejecutiva, y, en consecuencia, se desestima la demanda ejecutiva
de lo principal de fojas 1 en todas sus partes, con costas.

Redacción a cargo del Ministro señor Muñoz.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G., y Sr. Julio Torres A. y Abogados
Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Óscar Carrasco A.

No firma el Ministro Sr. Torres y el Abogado Integrante Sr. Herrera no obstante


haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber terminado
su suplencia el primero y estar ausente el segundo.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 5.562-04.

2. CHEQUE EN GARANTÍA QUE SE LLENA CON POSTERIORIDAD A SU


EMISIÓN NO ES TÍTULO EJECUTIVO

SUMARIO: Si el cheque es un documento de pago, el legislador considera que


el respectivo girador lo hace sobre una suma de dinero depositada ante el
librado y sobre esa base entrega las órdenes de pago, las que no se pueden
extender en el tiempo más allá del plazo entregado por la ley para su cobro,
con el objeto de mantener la certeza necesaria y la obligación del cuenta
correntista de contar con fondos suficientes para responder a las órdenes de
pago ya dadas, de manera que se atenta contra la fe pública cuando este
documento es utilizado como un soporte que garantiza, porque genera
obligaciones no contenidas en el título y por lo mismo deja de tener la fuerza
ejecutiva necesaria para un cobro compulsivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1234-2005

Fecha: 06/04/2006

112
Cita online: CL/JUR/1396/2006

Partes: A.B. Arriendos S.A. contra Barrios Cortez, José

Magistrados: Clavería Guzmán, Óscar; Soto Chandía, Gabriela; Padilla


Buzada, Rodrigo

Redactor: Clavería Guzmán, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - cheque - cheque en garantía -


cuenta corriente bancaria - derecho civil - derecho comercial - derecho
procesal - entidad financiera - excepciones - instrumento mercantil - juicio
ejecutivo - obligación de dar - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 471 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Antofagasta, 6 de abril de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada y se tiene además presente:

Primero: Que el hecho de haberse efectuado el lleno del formulario del cheque
en una fecha muy posterior a la firma y haberse comprobado que se entregó en
garantía de otras obligaciones distintas a las que representa el documento,
el portador del mismo y ejecutante en esta causa, ha desnaturalizado dicho
documento; circunstancia que no lo habilita como título ejecutivo porque carece
de los presupuestos legales mínimos y necesarios que se exigen para este
efecto de comercio.

Segundo: Que si el cheque es un documento de pago, el legislador considera


que el respectivo girador lo hace sobre una suma de dinero depositada ante el
librado y sobre esa base entrega las órdenes de pago, las que no se pueden
extender en el tiempo más allá del plazo entregado por la ley para su cobro, con
el objeto de mantener la certeza necesaria y la obligación del cuenta correntista
de contar con fondos suficientes para responder a las órdenes de pago ya dadas,
de manera que se atenta contra la fe pública y con los intereses privados que
emanan del cheque, cuando este documento es utilizado como un soporte que
garantiza el pago de otras obligaciones en un tiempo indeterminado muy superior
al plazo legal para su cobro, porque genera obligaciones no contenidas en el
título y por lo mismo deja de tener la fuerza ejecutiva necesaria para un cobro
compulsivo.

Tercero: Que por lo expuesto la juez a quo acierta al acoger la excepción


séptima del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, debiendo en
consecuencia rechazarse la apelación, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
471 del Código de Procedimiento Civil, porque no ha sido materia del recurso.

113
Por estas consideraciones, y visto lo dispuesto en los artículos 186 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, SE CONFIRMA, con costas del
recurso, la sentencia de fecha dieciséis de noviembre de dos mil cinco, escrita a
fojas 81 y siguientes.

La juez a quo se hará cargo de la observación que en sobre separado se


remite.

Regístrese y devuélvanse, con todos los cuadernos tenidos a la vista.

Redactó el Ministro Titular Sr. Óscar Clavería Guzmán.

No firma la Ministro Titular Sra. Gabriela Soto Chandía, no obstante haber


concurrido a la vista y acuerdo de la causa por encontrarse en comisión de
servicio.

Rol Nº 1.234-2005.

3. CHEQUE NO PAGADO POR CIRCUNSTANCIA DE TENER FECHA


INEXISTENTE NO TIENE MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: La Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques en su


artículo 33 manda que "los cheques solo podrán protestarse por falta de
pago", de forma que la circunstancia de no pagarse por el Banco el cheque
por la circunstancia de "fecha giro inexistente", no constituye legalmente un
protesto. El cheque en cuestión carece de mérito ejecutivo. En esas
condiciones, no pudo ordenarse despachar mandamiento de ejecución y
embargo por el cheque en cuestión.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3736-2006

Fecha: 27/11/2006

Cita online: CL/JUR/3755/2006

Partes: Muñoz Schwerter, Gerardo con Montoya Díaz, Edith

Magistrados: Carlos Aldana Fuentes

Redactor: Domínguez Águila, Ramón

Abogado integrante: Domínguez Águila, Ramón

114
Voces: acción ejecutiva - acción judicial - cheque - cuenta corriente bancaria
- derecho civil - derecho comercial - derecho procesal - entidad financiera -
instrumento mercantil - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 33 - D.F.L. Nº 707

TEXTO COMPLETO

Concepción, 27 de noviembre de 2006.

Visto:

Se han elevado los autos en apelación por la demandada, de la resolución de


7 de junio de 2006, escrita a fojas 21 de las presentes compulsas, y que ordenó
despachar mandamiento de ejecución y embargo en contra de doña Edith
Montoya Díaz, por la suma de $ 3.000.000.

Considerando:

1. Que la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques en su artículo


33 manda que "los cheques solo podrán protestarse por falta de pago", de forma
que la circunstancia de no pagarse por el Banco Santander el cheque serie HBG
000079855, por la circunstancia de "fecha giro inexistente", no constituye
legalmente un protesto;

2. Que el artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil confiere la


calidad de título ejecutivo a un cheque protestado siempre que el protesto se
ponga en conocimiento del girador y éste no alegue en el acto de la notificación
o dentro de tercero tacha de falsedad; pero ello es bajo la base que se trate de
un protesto tal cual lo define la ley especial, pues así deben entenderse los
términos legales, como lo manda el artículo 20 del Código Civil;

3. Que, por esas razones, el cheque en cuestión girado por doña Edith
Montoya Díaz carece de mérito ejecutivo, circunstancia que el juez de la causa
estaba en medida de apreciar con el solo examen material del documento
agregado por la demandante en su solicitud de notificación del protesto de los
cheques que rola a fojas 3 de las presentes compulsas, como lo ordena por lo
demás el artículo 441 inciso primero del Código de Procedimiento Civil;

4. Que, en esas condiciones, no pudo ordenarse despachar mandamiento de


ejecución y embargo por el cheque en cuestión, al no constituir éste título
ejecutivo; pero siendo ese documento sólo uno de los protestados y por los
cuales se ordenó ese mandamiento, dicha resolución es nula parcialmente por
la suma a que asciende el documento ya referido, esto es $ 500.000, debiendo
subsistir por el saldo de los demás cheques;

Por esas consideraciones, SE CONFIRMA la resolución de fecha siete de junio


de dos mil seis, escrita a fojas 21, en cuanto ordena despachar mandamiento de
ejecución y embargo en contra de la demandada, pero CON DECLARACIÓN

115
que esa orden queda limitada a $ 2.500.000, excluyéndose de ella el cheque
referido en la presente resolución.

Devuélvase con su custodia.

Redacción del Abogado Integrante señor Ramón Domínguez Águila.

No firma el Ministro señor Carlos Aldana Fuentes, aunque participó en la vista


y acuerdo de la causa, por estar con feriado.

Rol Nº 3.736-2006.

4. CHEQUE CADUCADO NO CONSTITUYE UN TÍTULO EJECUTIVO

SUMARIO: El legislador conceptualiza el cheque como una orden de pago dada


a un banco. Ahora bien, lo que caracteriza a una orden es que la persona a
quien va dirigida debe cumplir lo que en ella se le requiere; esto es, la autoridad
de la persona o institución de la que emana la orden compele al destinatario
de ella a ejecutarla. Resulta pertinente para la decisión del caso de autos la
regla del artículo 24 del Decreto con Fuerza de Ley Nº 707. De acuerdo a este
precepto, el librado —esto es, el banco— no está obligado a pagar los cheques
que se le presenten fuera de los plazos señalados en el artículo 23, pero podrá
hacerlo con el consentimiento escrito del librador; actuación, esta última, que
se conoce como revalidación. Pues bien, si la ley establece que el banco no
está obligado a pagar el cheque caducado, es porque éste ha dejado de ser
una orden de pago y como es de la esencia del cheque, según se dijo más
arriba, que éste sea una orden de pago, si deja de serlo, el documento por
consiguiente deja de ser cheque; es decir, pierde la naturaleza de tal. Y
consecuencia necesaria de lo anterior es que ese instrumento, en esas
precisas condiciones, no constituye un título ejecutivo.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 372-2007

Fecha: 06/05/2008

Cita online: CL/JUR/2249/2008

Partes: Patricio Izquierdo Izquierdo con Carolina Madina Padilla

Magistrados: Muñoz Gajardo, Sergio; Juica Arancibia, Milton; Araya Elizalde,


Juan

Redactor: Juica Arancibia, Milton

116
Abogado integrante: Carrasco Acuña, Óscar; Álvarez García, Hernán

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - acta de protesto - caducidad -


cheque - cuenta corriente bancaria - derecho civil - derecho comercial -
derecho procesal - entidad financiera - instrumento mercantil - juicio ejecutivo
- título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 23 - D.F.L. Nº 707; Artículo 10 - D.F.L.


Nº 707; Artículo 24 - D.F.L. Nº 707; Artículo 434 - Código de Procedimiento
Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 6 de mayo de 2008.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 2.500—2005 del Tercer Juzgado Civil de Coquimbo,


sobre juicio ejecutivo de cobro de cheque, caratulado Patricio Izquierdo Izquierdo
con Carolina Madina Padilla, por sentencia de veinticinco de agosto de dos mil
seis, escrita a fojas 49, la señora Juez Titular del referido tribunal acogió la
excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil opuesta
por la ejecutada y la absolvió de la ejecución.

Apelado este fallo por el ejecutante, una de las Salas de la Corte de


Apelaciones de La Serena, en sentencia de cinco de diciembre del mismo año,
que se lee a fojas 78, lo confirmó sin modificaciones.

En contra de esta última resolución el ejecutante ha deducido recurso de


casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se denuncian infringidos


los artículos 23 inciso 3º, 33 y 34 del Decreto con Fuerza de Ley Nº 707 y 434
Nº 4 del Código de Procedimiento Civil.

Argumenta el recurrente que la afirmación en orden a que el protesto por


caducidad no puede dar origen a un título ejecutivo por cuanto no corresponde
a alguna de las causales señaladas en el artículo 22 de la Ley sobre Cuentas
Corrientes Bancarias y Cheques, conforme señala la sentencia recurrida,
constituye un doble error de derecho.

En primer lugar, explica, el fallo cita una norma del todo impertinente, pues el
artículo 22 aludido describe el tipo penal del delito de giro fraudulento de cheque,
en circunstancias que en el caso de autos se está frente a una acción civil, a un
juicio civil de cobro de cheque, por lo que la norma citada en la sentencia no
resulta aplicable en la especie.

117
En segundo lugar, agrega el recurrente, la conclusión relativa a que los
protestos por caducidad no pueden dar origen a un título ejecutivo carece de
sustento legal, es errada e infringe el artículo 33 del citado decreto con fuerza de
ley.

En efecto, explica, los protestos fueron estampados por el banco librado


cumpliendo con esta última norma, que dispone que los cheques sólo pueden
ser protestados por falta de pago, que fue precisamente lo que hizo la institución
financiera.

Es un hecho de la causa y así está certificado, sigue el recurrente, que el


obligado al pago no opuso tacha de falsedad a su firma; luego, de conformidad
al Nº 4 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, el cheque protestado
por caducado que se cobra en este juicio tiene necesariamente mérito ejecutivo.

Por otra parte, se sostiene en el recurso, la afirmación que el cheque caducado


hace perder la acción ejecutiva constituye también un error de derecho por
infracción al inciso 3º del artículo 23 del Decreto con Fuerza de Ley Nº 707, por
cuanto esta norma prescribe que el portador de un cheque que no reclame su
pago dentro de los plazos señalados perderá su acción en contra de los
endosantes.

Por lo tanto, concluye el recurrente, la única sanción que establece el


legislador a quien deja caducar un cheque es ésta y no otra, conservando intacta
el beneficiario del documento su acción en contra del girador.

Por último, termina el recurso, la afirmación de la sentencia que el cheque


protestado por caducado no es actualmente exigible es incorrecta, por infracción
al artículo 34 del mismo decreto con fuerza de ley, toda vez que una acción es
actualmente exigible cuando no está sujeta a una modalidad suspensiva en el
momento de la ejecución y el documento objeto del presente juicio es exigible
desde la fecha puesta en el mismo y su pago no está sujeto a plazo o condición.

Segundo: Que la sentencia objeto del recurso establece que, de acuerdo a lo


dispuesto en el artículo 1º del Decreto con Fuerza de Ley Nº 707, mediante el
contrato de cuenta corriente bancaria el banco librado se obliga a cumplir las
órdenes de pago del librador, hasta concurrencia de las cantidades de dinero
que hubiere depositado en ella o del crédito que se hubiere estipulado.

Pero el portador del cheque, agrega el fallo, debe presentarlo a cobro dentro
de los plazos establecidos en el artículo 23 de dicha ley, y si así no lo hace, el
librador, por expreso mandato del artículo 24, no está obligado pagarlo, salvo
consentimiento escrito del librador, lo que en la especie no ha ocurrido.

En estas condiciones, razonan los magistrados de la instancia, si el librado no


tiene la obligación de pagar el cheque que ha incurrido en caducidad, ha de
analizarse si este protesto, expresión escrita del rechazo del pago, podrá dar
origen a un título ejecutivo (realizada que sea la respectiva notificación del
protesto) y a las acciones ejecutivas y/o penales que correspondan,

118
considerando desde ya que este protesto por caducidad no corresponde a
aquellas causales de protesto señaladas en el artículo 22 de la ley mencionada.

Doctrinariamente, continúan los jueces, se ha definido al juicio ejecutivo como


un procedimiento contencioso por cuyo medio se persigue el cumplimiento
forzado de una obligación que consta de un título fehaciente e indubitado.

En concepto de los sentenciadores un cheque que se ha dejado caducar por


no haber sido presentado a cobro dentro de los plazos que la ley establece —
hecho atribuible al propio portador— trae necesariamente aparejada la pérdida
de la acción ejecutiva, desde que no aparece conciliable el procedimiento
ejecutivo (que tiene como preciso fundamento una obligación cuya existencia se
halla establecida de manera indubitada), con un título que ha dejado de ser
indubitado, desde que el derecho que acredita no aparece como actualmente
exigible.

Tercero: Que el inciso 1º del artículo 10 del Decreto con Fuerza de Ley Nº 707
define el cheque como una orden de pago escrita y girada contra un banco para
que éste pague, a su presentación, el todo o parte de los fondos que el librador
pueda disponer en cuenta corriente.

Como puede advertirse, el legislador conceptualiza el cheque como una orden


de pago dada a un banco.

Ahora bien, lo que caracteriza a una orden es que la persona a quien va


dirigida debe cumplir lo que en ella se le requiere; esto es, la autoridad de la
persona o institución de la que emana la orden compele al destinatario de ella a
ejecutarla.

Esto último es lo que diferencia a la orden de una recomendación, un consejo,


una solicitud o una sugerencia.

Por lo demás, el inciso 1º del artículo 1º de la misma ley dispone que la cuenta
corriente bancaria es un contrato a virtud del cual un banco se obliga a cumplir
las órdenes de pago de otra persona —entre ellas el cheque— hasta
concurrencia de las cantidades de dinero que hubiere depositado en ella o del
crédito que se haya estipulado.

En este contexto, resulta pertinente para la decisión del caso de autos la regla
del artículo 24 del citado decreto con fuerza de ley.

De acuerdo a este precepto, el librado —esto es, el banco— no está obligado


a pagar los cheques que se le presenten fuera de los plazos señalados en el
artículo 23, pero podrá hacerlo con el consentimiento escrito del librador;
actuación, esta última, que se conoce como revalidación.

Pues bien, si la ley establece que el banco no está obligado a pagar el cheque
caducado, es porque éste ha dejado de ser una orden de pago y como es de la
esencia del cheque, según se dijo más arriba, que éste sea una orden de pago,

119
si deja de serlo, el documento por consiguiente deja de ser cheque; es decir,
pierde la naturaleza de tal.

Y consecuencia necesaria de lo anterior es que ese instrumento, en esas


precisas condiciones, no constituye un título ejecutivo.

Cuarto: Que la situación del inciso 3º del artículo 23 del Decreto con Fuerza
de Ley Nº 707, a que se refiere el recurso, regula una materia distinta a la que
en este último se plantea.

En efecto, esta norma debe necesariamente relacionarse con la del artículo


24 ya citado, específicamente con el inciso 2º, en conformidad al cual el banco
librado puede pagar un cheque presentado a cobro vencidos los plazos indicados
en el artículo 23 únicamente con el consentimiento escrito del librador.

Ahora bien, el aludido inciso 3º del artículo 23 prescribe, en lo que interesa,


que el portador de un cheque que no reclame su pago dentro de los plazos
señalados perderá su acción contra los endosantes.

Pues bien, lo que la norma quiere decir es que, naturalmente, si el cheque ha


sido endosado la revalidación de éste no produce efecto respecto de los
obligados al pago distintos del propio librador, a cuyo respecto caducan las
acciones a no ser que consientan en forma expresa en la revalidación.

Quinto: Que, en consecuencia, el eventual error de derecho en que pudo


haber incurrido la sentencia impugnada al haber estimado configurados los
presupuestos de hecho de la causal del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, en razón de no dar cuenta el cheque invocado como título
de una obligación actualmente exigible, carece de influencia sustancial en lo
dispositivo de la decisión, pues esos presupuestos se encuentran de todas
formas cumplidos atendido lo dicho en el motivo tercero de esta sentencia; esto
es, por no ser el documento en que el ejecutante pretendió sustentar la ejecución
uno de aquellos títulos a que se refiere el artículo 434 del mismo cuerpo legal,
de forma tal que el recurso de casación en el fondo deducido debe ser
necesariamente desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil,
se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la parte ejecutante
en lo principal de la presentación de fojas 79, contra la sentencia de cinco de
diciembre de dos mil seis, escrita a fojas 78.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro señor Juica.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G. y Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres.
Hernán Álvarez G. y Óscar Carrasco A.

120
No firma el Ministro Sr. Araya, no obstante haber concurrido a la vista del
recurso y acuerdo del fallo, por estar con feriado legal.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera B.

Rol Nº 372-2007.

5. CHEQUE QUE TIENE MÉRITO EJECUTIVO. PROTESTO EL MISMO DÍA DE


FALLECIMIENTO DEL GIRADOR. INAPLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 1377
DEL CÓDIGO CIVIL

SUMARIO: De conformidad al Nº 4 del artículo 434 del Código de Procedimiento


Civil, el cheque tiene mérito ejecutivo únicamente cuando puesto el protesto
en conocimiento del girador por notificación judicial, no se alegue en ese
mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad. De conformidad al
precepto citado se desprende que el cheque en cuanto tal, e incluso el cheque
protestado, no tienen mérito ejecutivo en tanto no se cumpla con la gestión
preparatoria que lo perfecciona y que consiste en la notificación judicial del
protesto, más el transcurso del plazo de tres días sin que se oponga tacha de
falsedad. De este modo, no cabe sino concluir que el documento de autos,
protestado el mismo día del fallecimiento de su girador, nunca tuvo mérito
ejecutivo respecto de éste, sino que adquirió tal calidad al momento de
notificarse el protesto a los sucesores del girador y transcurridos tres días
desde este hecho, pues éstos no opusieron tacha de falsedad. De este modo,
si el título jamás fue ejecutivo contra el difunto, no ha podido aplicarse el
artículo 1377 del Código Civil, cuyo presupuesto de hecho es, precisamente,
esta circunstancia.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 1190-2005

Fecha: 30/11/2006

Cita online: CL/JUR/3827/2006; 35701

Partes: Loyola Rodas, Carmen con Siegel Stormezan, Sandra

Magistrados: Dolmetsch Urra, Hugo; Muñoz Gajardo, Sergio; Herreros


Martínez, Margarita

Redactor : Carrasco Acuña, Óscar

Abogado integrante: Carrasco Acuña, Óscar; Álvarez García, Hernán

121
Voces: acción ejecutiva - acción judicial - acta de protesto - cheque - cuenta
corriente bancaria - derecho civil - derecho comercial - derecho procesal -
entidad financiera - instrumento mercantil - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 1377 - Código Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 30 de noviembre de 2006.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 42.243—2004 sobre juicio ejecutivo de cobro de cheque


seguido ante el Juzgado Civil de La Unión, caratulado "Loyola Rodas, Carmen
Cecilia con Siegel Stormezan, Sandra Beatriz y otros", por sentencia de
diecinueve de octubre de dos mil cuatro, escrita a fojas 236, su jueza titular
rechazó las excepciones opuestas y ordenó seguir adelante con la ejecución.

Apelado este fallo por los ejecutados, una de las Salas de la Corte de
Apelaciones de Valdivia lo confirmó por sentencia de trece de enero de dos mil
cinco, que se lee a fojas 275.

En contra de esta última decisión la parte ejecutada ha deducido recurso de


casación en el fondo.

Encontrándose los autos en estado, se ordenó traerlos en relación.

Considerando:

Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se sostiene que la


sentencia impugnada ha infringido el artículo 1377 del Código Civil, en relación
con el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

Argumentan los recurrentes que los sentenciadores han contabilizado


erróneamente el plazo establecido en la primera de las disposiciones citadas,
pues la demanda ejecutiva contra la sucesión se entabló con fecha 3 de abril de
2004, en circunstancias que la notificación del título a los herederos del deudor
se había verificado tan sólo el 25 de marzo del mismo año. Esto es, antes de
cumplirse el plazo perentorio de ocho días establecido en la aludida norma.

Concluyen manifestando que la sentencia dio mérito ejecutivo a un título que


nunca lo tuvo y, en consecuencia, dejó de acoger la excepción del Nº 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, incurriendo en error de derecho
que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Segundo: Que la sentencia objeto del recurso estableció que para la oposición
(que los herederos pueden formular respecto de la notificación del título que tenía
mérito ejecutivo respecto del causante) debe estarse a la época de notificación

122
de la gestión preparatoria, que en el caso de autos corresponde al 25 de marzo
de 2004.

En este contexto, continúa el fallo, la demanda fue deducida con fecha 2 de


abril de 2004 y proveída el 5 del mismo mes y año, por lo que siendo el plazo de
la norma sustantiva del artículo 1377 del Código Civil de días corridos, al
momento de interponerse la demanda, notificarla y requerirse de pago a los
ejecutados, el título se encontraba perfecto.

Tercero: Que en estos autos la ejecutante invocó como título un cheque girado
por $ 12.000.000, que presentado a cobro el 15 de abril de 2003, fue protestado
por falta de fondos con esa misma fecha.

En razón de haber fallecido el girador ese mismo día 15 de abril de 2003 y


para los efectos de preparar la vía ejecutiva, se solicitó la notificación del protesto
a quienes lo sucedieron.

Dicha notificación se verificó el 10 de marzo de 2004 y el día 19 del mismo


mes, la ejecutante pidió se notificara a los herederos para los efectos del artículo
1377 del Código Civil, lo que se verificó el 25 de marzo de 2004. Finalmente, la
demanda se interpuso el 2 de abril del mismo año.

Cuarto: Que el artículo 1377 citado dispone que los títulos ejecutivos contra el
difunto lo serán igualmente contra los herederos; pero los acreedores no podrán
entablar o llevar adelante la ejecución, sino pasados ocho días después de la
notificación judicial de sus títulos.

Ahora bien, como se señaló en el fundamento precedente, la notificación


judicial del título se verificó el 25 de marzo de 2004 y la demanda se entabló el
2 de abril de dicho año; esto es, cuando aún se encontraba transcurriendo el
octavo día contado desde la notificación y no después de éste, como manda el
precepto citado.

En consecuencia, incurre en error el fallo recurrido al estimar, sobre esta base


de razonamientos, que el título se encontraba perfecto.

Quinto: Que, sin perjuicio de lo antes expuesto, se debe tener presente que
de conformidad al Nº 4 del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, el
cheque tiene mérito ejecutivo únicamente cuando puesto el protesto en
conocimiento del girador por notificación judicial, no se alegue en ese mismo acto
o dentro de tercero día tacha de falsedad.

De conformidad al precepto citado se desprende que el cheque en cuanto tal,


e incluso el cheque protestado, no tienen mérito ejecutivo en tanto no se cumpla
con la gestión preparatoria que lo perfecciona y que consiste en la notificación
judicial del protesto, más el transcurso del plazo de tres días sin que se oponga
tacha de falsedad.

De este modo, no cabe sino concluir que el documento de autos, protestado


el mismo día del fallecimiento de su girador, nunca tuvo mérito ejecutivo respecto

123
de éste, sino que adquirió tal calidad al momento de notificarse el protesto a los
sucesores del girador y transcurridos tres días desde este hecho, pues éstos no
opusieron tacha de falsedad.

Sexto: Que, de este modo, si el título jamás fue ejecutivo contra el difunto, no
ha podido aplicarse el artículo 1377 del Código Civil, cuyo presupuesto de hecho
es, precisamente, esta circunstancia. Así las cosas, el error en que incurre la
sentencia recurrida no tiene influencia sustancial en su parte dispositiva,
requisito indispensable para que el recurso de casación en el fondo pueda
prosperar, al tenor de lo prescrito en la parte final del artículo 767 del Código de
Procedimiento Civil.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en el artículo 805 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el
recurso de casación en el fondo deducido por la parte ejecutada en lo principal
de fojas 279, contra la sentencia de trece de enero de dos mil cinco, escrita a
fojas 275.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Carrasco.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Hugo Dolmestch U.
y Abogados Integrantes Sres. Hernán Álvarez G. y Óscar Carrasco A.

No firma la ministra Sra. Margarita Herreros M. y el Abogado Integrante S r.


Álvarez G. no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo,
por estar en comisión de servicios la primera y ausente el segundo.

Autorizado por el secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 1.190-2005.

124
CAPÍTULO VII PAGARÉ

1. NO TIENE IMPORTANCIA ESPACIO EN PAGARÉ DONDE NOTARIO


PONGA SU FIRMA DE AUTORIZACIÓN

SUMARIO: Basta la lectura de los pagarés fundantes de la demanda ejecutiva,


para constatar que la firma del Notario, autorizando las firmas del deudor, se
ubica al lado derecho de éstas, sin que, por lo demás, tenga ninguna
importancia el lugar físico donde efectivamente suscriba el señor Notario, pues
lo relevante y lo que le da el carácter de título ejecutivo perfecto al pagaré es
que dicho Ministro de Fe autorice la firma del deudor, lo que efectivamente
ocurre en la especie.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 5069-2001

Fecha: 14/07/2006

Cita online: CL/JUR/2189/2006

Partes: Banco Security con Rivera Harpman, Mario

Magistrados: Fuentes Belmar, Juan; Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Redactor: Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Abogado integrante: Mauriz Aymerich, Benito

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - casación - casación en la forma -


derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo - recursos - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 14 de julio de 2006.

Vistos:

125
En estos autos ejecutivos Rol Nº 4686—2000 del 16º Juzgado Civil de
Santiago, caratulados Banco Security con Rivera Harpman, Mario, por sentencia
definitiva de primera instancia de veintidós de mayo de dos mil uno, la juez
subrogante de dicho tribunal rechazó la excepción opuesta por el ejecutado, esto
es la del Nº 7º del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

En contra de dicha resolución, el demandado dedujo los recursos de casación


en la forma y apelación.

Se trajeron los autos en relación.

En cuanto al recurso de casación en la forma.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia ha incurrido en el vicio


del Nº 5º del artículo 768, en relación con el Nº 4º del artículo 170, ambas
disposiciones del Código de Procedimiento Civil, por cuanto, en su concepto, no
se refirió el fallo al argumento fundante de su excepción del Nº 7º del artículo 464
del mismo cuerpo de leyes.

En efecto, sostiene, dicha defensa la basó en que los pagarés acompañados


por el ejecutante no cumplen con la exigencia del inciso segundo del Nº 4º del
artículo 434 del Código de Enjuiciamiento Civil, pues el Notario estampó su firma
y timbre antes de la firma del suscriptor, razón por la cual resulta ineficaz. El fallo,
empero, se limitó a rechazar la excepción sin pronunciarse sobre su argumento.

Segundo: Que la sentencia, de acuerdo con el artículo 170 Nº 4º del Código


de Procedimiento Civil, en relación con los números 5º y 6º del Auto Acordado
de la Excma. Corte Suprema de Justicia de 30 de septiembre de 1920, debe
contener las consideraciones de hecho o de derecho que le sirven de
fundamento, exigencia que, como se ha sostenido por ese alto tribunal, tiende a
asegurar la justicia y la legalidad de los fallos y a proporcionar a los litigantes los
antecedentes que les permitan conocer los motivos que determinaron la decisión
del litigio para la interposición de los recursos por medio de los cuales fuere
posible la modificación o invalidación de los mismos.

Tercero: Que, en la especie, la sentencia impugnada cumple a cabalidad con


el requisito que el recurrente echa en falta, desde que en su motivación quinta
señala que la firma del suscriptor de los pagarés fundantes de la demanda se
encuentra autorizada por Notario Público, a saber, don Jaime Morandé Orrego;
esto es, se señala que se rechaza la excepción por cuanto, al contrario de lo
sostenido por el ejecutado, basta la sola inspección de los títulos ejecutivos
aludidos para comprobar que la firma del suscriptor sí está autorizada ante
N otario.

Cuarto: Que, en todo caso, de entenderse que efectivamente la sentencia no


se hizo cargo del argumento esgrimido por el recurrente, ello se subsanará al
conocer del recurso de apelación, razón por la cual, de acuerdo con el inciso
tercero del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, tampoco podría

126
prosperar el recurso de nulidad formal desde que el perjuicio es reparable de una
manera distinta a la invalidación del fallo.

En cuanto al recurso de apelación:

Y teniendo, además, presente:

Quinto: Que basta la lectura de los pagarés fundantes de la demanda


ejecutiva, para constatar que la firma del Notario señor Jaime Morandé Orrego,
puestas el 22 de marzo de 2000 y el 14 de julio del mismo año, respectivamente,
autorizando las firmas del deudor señor Mario Rivera Harpman, se ubica al lado
derecho de éstas, y no en la parte superior del documento, como lo sostiene el
demandado, sin que, por lo demás, tenga ninguna importancia el lugar físico
donde efectivamente suscriba el señor Notario, pues lo relevante y lo que le da
el carácter de título ejecutivo perfecto al pagaré, de acuerdo al inciso segundo
del Nº 4º del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, es que dicho Ministro
de Fe autorice la firma del deudor, lo que efectivamente ocurre en la especie.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 186 y 768 del Código de


Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en la forma deducido a
fojas 54 por la abogado María Angélica Durán Dollenz, en representación del
demandado señor Mario Rivera Harpman, en contra de la sentencia de veintidós
de mayo de dos mil uno, escrita de fojas 48 a 52.

Se confirma la misma sentencia, con costas del recurso.

Redacción del Ministro señor Mera.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Dictada por la Primera Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,


presidida por el Ministro don Juan Eduardo Fuentes Belmar e integrada, además,
por el Ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz y por el Abogado Integrante
don Benito Mauriz Aymerich.

Rol Nº 5.069-01.

2. PAGARÉ CARECE DE MÉRITO EJECUTIVO SI NO ES OPONIBLE A


EJECUTADO

SUMARIO: El fallo definitivo firme, recaído en el proceso ejecutivo de cobro de


pagaré, determinó acoger la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil que este último había opuesto a la ejecución; esto es,
declaró que ese título —el pagaré— no tiene fuerza ejecutiva respecto de este
demandado. En estas condiciones, la sentencia que estima que el referido
fallo constituye título ejecutivo contra el ahora ejecutado, incurre en error de
derecho, pues infringe los artículos 434 Nº 1 y 464 Nº 7, ambos del Código de

127
Procedimiento Civil, toda vez que el título invocado para la ejecución, según
se demostró, no es de aquéllos a los cuales la ley confiere fuerza ejecutiva.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 1331-2007

Fecha: 27/05/2008

Cita online: CL/JUR/2476/2008; 38973

Partes: SOCOFAR S.A. con Sergio Carvajal, Edmundo

Magistrados: Juica Arancibia, Milton; Dolmetsch Urra, Hugo; Herreros


Martínez, Margarita

Redactor: Álvarez García, Hernán

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán; Herrera Valdivia, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho comercial -


derecho procesal - instrumento de crédito - instrumento mercantil - juicio
ejecutivo - pagaré - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de casación

Santiago, 27 de mayo de 2008.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 26.313 del Tercer Juzgado Civil de Iquique sobre juicio
ejecutivo de desposeimiento, caratulados SOCOFAR S.A. con Sergio Carvajal,
Edmundo, por sentencia de doce de mayo de dos mil cinco, escrita a fojas 42, el
señor Juez Titular del referido tribunal rechazó las excepciones opuestas y
ordenó seguir adelante la ejecución hasta hacer entero pago al acreedor de la
deuda en capital, intereses y costas.

Apelado este fallo por el ejecutado, una de las Salas de la Corte de


Apelaciones de Iquique, en sentencia de doce de enero de dos mil siete, que se
lee a fojas 105, lo confirmó.

En contra de esta última decisión una de las herederas del ejecutado, fallecido
durante el curso del juicio, ha deducido recurso de casación en el fondo.

128
Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se denuncian vulnerados


los artículos 434 Nº 1, 464 Nº 7 y 759 del Código de Procedimiento Civil.

Argumenta la recurrente que para que el presente juicio se tramite de


conformidad a las normas del procedimiento ejecutivo, es necesario que se funde
en un título ejecutivo y procede analizar, entonces, si los títulos invocados como
fundantes de la demanda de autos tienen o no tal calidad.

El primero, explica el recurso, es la escritura pública de hipoteca y prohibición


suscrita el 14 de febrero de 1997, en la cual consta la referida garantía
hipotecaria, mas no da cuenta de obligación alguna.

Esta escritura, en consecuencia, no sirve por sí sola para iniciar una ejecución,
concluye la recurrente, por cuanto no contiene obligación líquida ni actualmente
exigible alguna que se pueda hacer cumplir.

Este documento, termina sobre el punto, sólo sirve para acreditar la


constitución de la garantía, no obstante encontrarse enumerada en el Nº 2 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil.

El segundo, continúa la recurrente, es la liquidación del crédito practicada por


el Tercer Juzgado Civil de Iquique en la causa Rol Nº 15.946, instrumento que a
todas luces no tiene la calidad de título ejecutivo, pues no se encuentra en la
enumeración del artículo 434 citado, ni tampoco existe otro cuerpo legal que le
dé ese carácter.

El tercero y último, termina sobre el punto el recurso, es la sentencia definitiva


firme dictada en la causa antes mencionada, seguida por SOCOFAR S.A. en
contra de Zhukoff Urqueta Carvajal y Edmundo Sergio Carvajal.

Éste es precisamente el documento al que la sentencia le confiere mérito


ejecutivo, señala el recurrente, incurriendo con ello en error de derecho.

En efecto, explica, esa sentencia se dictó en un juicio de naturaleza ejecutiva


y la jurisprudencia de la Corte Suprema ha sentado que el juicio ejecutivo no es
declarativo de derechos.

Para que una sentencia judicial sirva para iniciar una ejecución forzada, razona
la recurrente, es necesario que se trate de una sentencia de condena que
favorezca al actor y empezca al demandado; es decir, que condene a este último
a una prestación determinada de dar.

Por consiguiente, concluye, no sólo por el hecho de tratarse de una sentencia


definitiva firme se estará frente a un título ejecutivo.

129
De acuerdo al artículo 434, sostiene el recurso, el título —en este caso la
sentencia— debe hacer constar una obligación de dar cuyo cumplimiento se
reclama y la sentencia definitiva pronunciada en un juicio ejecutivo claramente
no cumple con este requisito, puesto que sólo se limita a reconocer la existencia
de la obligación que consta en el título fundante de la acción respectiva y
rechaza, en consecuencia, las excepciones deducidas, ordenando que se siga
adelante con la ejecución.

A juicio de la recurrente, queda en evidencia que el fallo impugnado ha


infringido el Nº 1 del artículo 434, al reconocerle el carácter de título ejecutivo a
una sentencia definitiva firme pronunciada en un juicio ejecutivo.

En concepto de la parte que recurre, los magistrados de la instancia también


han vulnerado el Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil al
rechazar la excepción a la ejecución prevista en este precepto, pues, según se
ha expresado, la sentencia recaída en un juicio ejecutivo no tiene mérito
ejecutivo, ni menos lo tiene en el caso de autos contra el actual ejecutado, a
quien después en concepto de la parte que recurre, los magistrados de la
instancia también han vulnerado el Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil al rechazar la excepción a la ejecución prevista en este
precepto, pues, según se ha expresado, la sentencia recaída en un juicio
ejecutivo no tiene mérito ejecutivo, ni menos lo tiene en el caso de autos contra
el actual ejecutado, a quien después de lo resuelto por la Corte Suprema no le
empece el fallo pronunciado en el proceso Rol Nº 15.946 del Tercer Juzgado
Civil de Iquique —que lo absolvió de la ejecución al acoger la misma excepción
del Nº 7º del artículo 464 citado opuesta en ese procedimiento—, por lo que, al
menos a su respecto, no puede sino concluirse que el título invocado no era apto
para iniciar una ejecución.

Por último, termina el recurso, se contraviene el inciso 2º del artículo 759 del
mismo Código de Procedimiento Civil, toda vez que esta disposición exige que
para tramitar el juicio de desposeimiento según las reglas del juicio ejecutivo, se
cuente con un título de esa naturaleza.

Como la ejecutante, finaliza, no contaba con un auténtico título ejecutivo,


resultaba necesario que el juicio de autos se tramitara de conformidad a las
reglas del procedimiento ordinario y no según las del juicio ejecutivo.

Segundo: Que el fallo objeto del recurso establece que la sentencia en que se
basa la interposición de la demanda de autos es un título ejecutivo, conforme a
lo establecido en el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, razón por la
cual corresponde rechazar la excepción del Nº 7 del artículo 464 del mismo
cuerpo legal.

Estiman los sentenciadores que para resolver adecuadamente el pleito debe


tenerse presente, primero, que la acción intentada es la de desposeimiento de la
finca hipotecada, cuyo fundamento o título emana de un contrato de hipoteca y
que el rasgo de accesoriedad de este derecho real, en el caso de que se trata,
guarda relación con el título ejecutivo que se invocó respecto del obligado a ese
pago, que resultó condenado en procedimiento de naturaleza ejecutiva,

130
ordenándose seguir adelante la ejecución hasta el entero y cumplido pago de lo
debido.

El razonamiento anterior, termina la sentencia, es suficiente para decidir el


rechazo de la excepción, desde luego, porque tanto la liquidación del crédito
como la sentencia antes mencionada, sólo son citados como antecedentes
ilustrativos de la presente acción y no como títulos fundantes.

Además, agrega, porque esa decisión contiene el rechazo de las defensas de


ese ejecutado y la orden de proseguir su ejecución hasta el pago total de lo
debido; es decir, el resuelvo posee características, particularidades y naturaleza
de título ejecutivo.

Tercero: Que para que el título ejecutivo sea tal, es menester la reunión de
dos elementos: por un lado, la declaración de la existencia de una obligación que
la ejecución tiende a satisfacer; por otro, la orden de ejecución.

Ahora bien, las formas de la ejecución dependen del título con que se
promueva aquélla.

Cada especie de título tiene, normalmente, una forma propia de proceso y, en


consecuencia, la multiplicidad de títulos apareja la multiplicidad de procesos de
ejecución.

En otros términos, cada título tiene su forma particular de llegar hasta el fin
propuesto y, así, no es idéntica la vía ejecutiva que emana de la sentencia que
condena al pago de una suma de dinero, a la que nace de una sentencia que
dispone el lanzamiento del arrendatario, declarado que sea el término de este
contrato.

No obstante estas diferencias, lo que todos los títulos ejecutivos —entre ellos
la sentencia definitiva firme— deben contener para ser tales, es la condena al
deudor-demandado a la satisfacción de una determinada prestación en favor del
acreedor-demandante.

Cuarto: Que, en este contexto, la sentencia que se pronuncia sobre las


excepciones opuestas a la ejecución, recaída en un juicio ejecutivo, no condena
al demandado a la satisfacción de prestación alguna, sino que, en el evento de
serle desfavorable, se limita a rechazar esas excepciones.

La condena al cumplimiento de la obligación sigue siempre conteniéndose en


el título y, por lo mismo, sólo es exigible respecto de la persona a quien ese título
es oponible.

Ahora bien, el fallo definitivo firme recaído en el proceso ejecutivo de cobro de


pagaré, Rol Nº 15.946 del Tercer Juzgado Civil de Iquique, seguida por
SOCOFAR S.A. contra Zhukoff Urqueta Carvajal y Edmundo Sergio Carvajal —
ejecutado de autos—, determinó, como ya se adelantó, acoger la excepción del
Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil que este último había

131
opuesto a la ejecución; esto es, declaró que ese título —el pagaré— no tiene
fuerza ejecutiva respecto de este demandado.

En estas condiciones, la sentencia que estima que el referido fallo constituye


título ejecutivo contra el ahora ejecutado, el mismo Edmundo Sergio Carvajal,
incurre en error de derecho, pues infringe los artículos 434 Nº 1 y 464 Nº 7,
ambos del Código de Procedimiento Civil, toda vez que el título invocado para la
ejecución, según se demostró, no es de aquéllos a los cuales la ley confiere
fuerza ejecutiva.

En razón de lo anterior, y al haber este yerro influido sustancialmente en lo


dispositivo del fallo, el recurso de casación en el fondo debe ser acogido.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil,
se acoge el recurso de casación en el fondo deducido por la parte ejecutada en
lo principal de la presentación de fojas 108, contra la sentencia de doce de enero
de dos mil siete, escrita a fojas 105, la que se invalida y se reemplaza por la que
se dicta acto continuo, sin nueva vista, pero separadamente.

Regístrese.

Redacción del A bogado I ntegrante señor Hernán Álvarez García.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Milton Juica A., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Hugo Dolmestch U. y Abogados
Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Hernán Álvarez G.

Autorizado por la Secretaria Suplente Sra. Beatriz Pedrals García de Cortázar.

Rol Nº 1.331-2007.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, veintisiete de mayo de dos mil ocho.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento


Civil, se dicta el siguiente fallo de reemplazo.

Vistos:

Se reproduce la sentencia de primera instancia, con excepción de sus


fundamentos cuarto y quinto, que se eliminan.

Y teniendo en su lugar presente las consideraciones contenidas en los motivos


tercero y cuarto del fallo de casación que antecede, se revoca la sentencia de
doce de mayo de dos mil cinco, escrita a fojas 42, en la parte que rechaza la
excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, y se
declara en su lugar que tal excepción queda acogida, absolviéndose al ejecutado
de la ejecución, con costas.

132
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Hernán Álvarez García.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Milton Juica A., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Hugo Dolmestch U. y Abogados
Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Hernán Álvarez G.

Autorizado por la Secretaria Suplente Sra. Beatriz Pedrals García de Cortázar.

Rol Nº 1.331-07.

3. COPIAS FOTOSTÁTICAS AUTORIZADAS DE PAGARÉS NO


CONSTITUYEN TÍTULOS EJECUTIVOS

SUMARIO: Las copias fotostáticas autorizadas de pagarés no constituyen títulos


ejecutivos, puesto que el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil,
cuando ha permitido que la copia autorizada de un documento tenga mérito
ejecutivo, lo ha señalado en forma expresa, como lo hace en el Nº 2 respecto
de la escritura pública, lo que no ocurre en el caso de los pagarés aludidos en
el Nº 4 de la misma disposición, por lo que consecuentemente el título carece
de los requisitos exigidos por el legislador para que tenga mérito ejecutivo, por
lo que la excepción debe ser acogida.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 562-2006

Fecha: 05/11/2007

Cita online: CL/JUR/2419/2007; 38434

Partes: Banco Santander Chile con Gabriela Elba Rojas Stagno

Magistrados: Juica Arancibia, Milton; Herreros Martínez, Margarita;


Künsemüller Loebenfelder, Carlos; Muñoz Gajardo, Sergio

Redactor: Muñoz Gajardo, Sergio

Voto Disidente: Herreros Martínez, Margarita

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - ley general de bancos - título ejecutiv o

133
Legislación relacionada: Artículo 441 - Código de Procedimiento Civil;
Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 5 de noviembre de 2007.

Visto:

En estos autos Rol Nº 1.516-2001, del Quinto Juzgado Civil de Valparaíso,


juicio en procedimiento ejecutivo de desposeimiento, caratulado Banco Santiago
c/ Stagno Rojas, Gabriela, doña Paola Barbagelata García, abogado, en
representación del Banco Santander-Chile, dedujo demanda ejecutiva de
desposeimiento en contra de doña Gabriela Elba Rojas Stagno.

Expresa que en estos autos se ha requerido de pago, de conformidad a los


artículos 758 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, a la demandada
para que en el plazo de diez días contados desde la notificación del
requerimiento pagase al Banco la suma de $ 128.063.320, más intereses
convencionales y moratorios pactados, reajustes convenidos y costas o hiciera
abandono de los inmuebles hipotecados, no habiéndose verificado ni lo uno ni lo
otro.

Indica que el deudor principal sociedad Agro Jardines Ener S.A. adeuda a la
institución bancaria la suma antes referida, la que corresponde a las obligaciones
contenidas en seis pagarés —cuyo tenor y estipulaciones detalla—, las que se
encuentran incumplidas y que la demandada, para garantizar el pago y
cumplimiento de todas las obligaciones presentes o futuras que el deudor
principal pudiere contraer con el Banco, constituyó primera hipoteca sobre cuatro
inmuebles de su propiedad, inscribiéndose los correspondientes gravámenes en
el Registro de Propiedades del Conservador de Bienes Raíces de Villa Alemana
del año 2001.

Agrega que las fincas hipotecadas se encuentran en posesión de la


demandada, por lo que de conformidad a los artículos 434 y siguientes y 758 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil interpone la presente demanda
ejecutiva de desposeimiento en contra de ella, a fin de que se despache
mandamiento de desposeimiento y embargo en su contra, con el objeto de
proceder a la venta de los inmuebles hipotecados y de pagar a la actora con su
producto las referidas deudas de Agro Jardines Ener S.A., ascendentes a la
suma de $128.063.320, más intereses convencionales y moratorios pactados,
reajustes convenidos y costas.

A fojas 38, la demandada opone a la acción ejecutiva de desposeimiento la


excepción contemplada en el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento
Civil; esto es, falta de algún requisito o condición establecido por la ley para que
el título tenga fuerza ejecutiva.

Funda su excepción señalando que a la gestión preparatoria se acompañaron


copias autorizadas de la escritura pública por la que se constituyeron las

134
hipotecas sobre los inmuebles y de los pagarés individualizados en el cuerpo del
escrito.

Expone que en la demanda ejecutiva de desposeimiento no se acompañan


nuevos documentos, por lo que concluye que la presente acción se sustenta en
fotocopias autorizadas de pagarés.

Sostiene que en relación al título ejecutivo debemos atender también a su


materialidad, la que debe encontrarse contemplada en alguno de los
numerandos del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil y que las
fotocopias no gozan de mérito ejecutivo.

Afirma, además, que los títulos ejecutivos deben encontrarse en poder del
tribunal al momento de interponerse la demanda, por lo que no podrían ser
acompañados con posterioridad.

Concluye que, en su materialidad, los instrumentos acompañados no son


títulos ejecutivos, es decir no cumplen con los requisitos y condiciones
establecidas en las leyes para gozar del mérito que se les pretende asignar.

Evacuando traslado a este respecto, la demandante a fojas 46 solicita su


rechazo, pues alega que la confusión de la contraria, real o aparente, está en
pretender considerar a la acción deducida en autos como personal y fundada en
el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, cuando lo cierto es que se trata
de una acción real fundada en el Título XVIII, de la acción de desposeimiento
contra terceros poseedores de la finca hipotecada o acensuada, artículos 758 y
siguientes del aludido estatuto legal, toda vez que lo que se demanda y
ejecuta es la hipoteca propiamente tal, como consecuencia de las deudas que
posee un tercero al cual se ha garantizado con dicho contrato real.

Expresa que el sometimiento a las reglas del juicio ejecutivo depende


exclusivamente de la existencia de la garantía real y de la obligación propiamente
tal, no negada ni en la gestión preparatoria ni al momento del requerimiento de
pago.

Señala que en caso del ejercicio de una acción real no se despacha el


mandamiento de ejecución y embargo a que se refiere el artículo 442 del Código
de Procedimiento Civil, sino que un mandamiento de desposeimiento que no es
de ejecución y que sólo tiene por objeto desposeer al tercero garante hipotecario,
toda vez que ya fue requerido de pago en la gestión preparatoria.

Por sentencia de catorce de enero de dos mil cuatro, escrita a fojas 200, el
juez suplente del referido tribunal rechazó las excepciones opuestas por la
demandada y acogió la demanda de autos, ordenando en consecuencia la
continuación de la ejecución hasta desposeer a la ejecutada de la propiedad
hipotecada a favor del ejecutante y condenó en costas a la ejecutada.

Recurrido de casación en la forma y apelado el fallo por la demandada, una


de las Salas de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, por sentencia de
veintinueve de noviembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 247, rechazó la

135
casación en la forma y en cuanto a la apelación revocó la sentencia en cuanto
rechazaba las excepciones opuestas y declaró en su lugar que se acoge la
excepción de falta de algún requisito o condición establecido por la ley para que
el título tenga fuerza ejecutiva y, en consecuencia, negó lugar a la demanda de
desposeimiento deducida a fs. 30, debiendo cada parte pagar sus costas por
haberse acogido sólo una de las cinco excepciones opuestas por la demandada.

En contra de esta última decisión el demandante ha deducido recurso de


casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado, que


revocó la de primera instancia y dispuso acoger la excepción de falta de algún
requisito o condición establecido por la ley para que el título tenga fuerza
ejecutiva, ha sido dictada con infracción de los artículos 19, 20, 21, 22, 23, 24,
1545 y siguientes, 1698, 2397 y 2424 del Código Civil y 341, 342, 758 y
siguientes, 434 y 530 del Código de Procedimiento Civil, según pasa a explicar:

Afirma que la sentencia recurrida prescindió de la ley aplicable, que era


principalmente la normativa sobre acción de desposeimiento, otorgándole un
sentido distinto y un alcance diverso a la que en derecho correspondía.

Expone que su parte se encuentra asistida por el derecho real de hipoteca, ya


que la demandada hipotecó un inmueble de su propiedad para efectos de
garantizar al banco el cumplimiento de ciertas obligaciones que contrajo el
deudor directo, lo que en definitiva determinó que se le hiciera un préstamo de
dinero y al no cumplirse con el pago de éste, su parte debió ejercer el derecho
real de persecución.

En este sentido, afirma que el título que se invocó fue la escritura pública de
hipoteca, ya que la acción deducida no es una acción personal, fundada en el
artículo 434 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, sino que es la acción
real fundada en los artículos 758 y siguientes del mismo estatuto legal.

En consecuencia, sostiene, no procede confundir la acción personal ejecutiva


que se deduce en contra del deudor personal y la acción real deducida en contra
del deudor hipotecario.

Alega que se infringió el artículo 1698 del Código Civil, pues el demandado no
rindió ninguna prueba que avalara sus pretensiones en orden a justificar los
presupuestos de la excepción que en definitiva se acogió.

Asevera que la demandada pudo deducir objeción u oposición a la ejecución


en la gestión preparatoria, lo que no hizo; que podría también haber ejercido sus
derechos al ser requerida de pago, lo que no efectuó; que tuvo la posibilidad de
deducir recurso de apelación en contra de la resolución que dispuso despachar

136
el mandamiento, lo que no realizó, y que tampoco objetó las copias autorizadas
de los pagarés acompañados a los autos.

Afirma que por tratarse del ejercicio de una acción real, no se despacha en
este procedimiento el mandamiento a que se refiere el artículo 442 del Código
de Procedimiento Civil, sino un mandamiento de desposeimiento que no es de
ejecución y que sólo tiene por objeto desposeer al tercero garante e hipotecario.

Sostiene que la escritura de hipoteca y los pagarés en relación a ella no


adolecen de vicio alguno y cumplen con todos los requisitos legales, que se
tuvieron a la vista en original en el probatorio de las excepciones a la ejecución
y que son títulos perfectos, actualmente exigibles, en los que consta una
obligación líquida y actualmente exigible, por lo que en consecuencia resulta
improcedente que no se dé lugar a la ejecución.

Asegura que se encuentra acreditado por su parte que el título traía aparejada
ejecución y que no se probó por la demandada lo contrario, en relación a la
escritura de hipoteca ni a los pagarés suscritos por el deudor principal
caucionado;

Segundo: Que para una adecuada inteligencia del asunto, cabe tener
presentes las siguientes circunstancias del proceso:

a) La demandante interpuso su demanda ejecutiva de desposeimiento con


fecha 6 de noviembre de 2001, haciendo presente que las copias autorizadas de
los pagarés impagos, suscritos por el deudor principal, se acompañaron a la
presentación que dio origen a la gestión preparatoria de notificación de
desposeimiento de 20 de agosto de 2001, a lo que el tribunal proveyó con fecha
7 de noviembre de ese mismo año. A lo principal: Despáchese; Al primer otrosí:
Como se pide, notifíquese por cédula; Al segundo otrosí: Téngase presente; Al
tercer otrosí: Como se pide.

b) En el cuaderno de apremio se despachó el correspondiente mandamiento


de ejecución y embargo el 14 de noviembre de 2001.

c) Con fecha 23 del mismo mes y año, la demandada compareció a los autos
y opuso excepciones a la demanda, haciendo presente que las copias
autorizadas de los pagarés acompañados al proceso, adolecían de falta de
requisitos o condiciones establecidas por la ley para gozar de fuerza ejecutiva,
sosteniendo que la materialidad del título ejecutivo debe encontrarse
contemplada en alguno de los numerandos del artículo 434 del Código de
Procedimiento Civil y que las aludidas copias carecían de mérito ejecutivo.

d) El 14 de mayo de 2002, a petición del actor formalizada mediante


presentación de 13 de mayo de ese año, el tribunal solicitó traer a la vista los
autos Rol Nº 30.170, juicio ejecutivo caratulado Banco Santander-Chile c/Agro
Jardines Ener S.A., seguido ante el Juzgado de Letras de Villa Alemana,
expediente que fue recepcionado en el tribunal el 12 de agosto de 2002, con sus
documentos;

137
Tercero: Que del mérito de los antecedentes de autos se desprende que los
jueces del tribunal de alzada resolvieron acoger la excepción de falta de algún
requisito o condición establecido por la ley para que el título tenga fuerza
ejecutiva, razonando previamente sobre el particular respecto de la circunstancia
que la ejecutante inició una acción de desposeimiento mediante las reglas del
juicio ejecutivo ordinario, porque en su concepto disponía de un título ejecutivo
que la autorizaba para hacer uso de dicho procedimiento, acompañando al efecto
escritura pública de constitución de hipoteca y copias fotostáticas autorizadas de
cinco pagarés, todos los cuales se encuentran agregados de fojas 1 a 19.

Que al optar por el procedimiento ejecutivo debe, necesariamente, cumplir con


todas las exigencias que se recogen en las disposiciones que regulan el juicio
ejecutivo de las obligaciones de dar, contenidas en el Título I del Libro Tercero,
artículos 434 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.

Así la obligación de dar debe constar de un título al que la ley le otorgue mérito
ejecutivo, debe ser líquida, actualmente exigible y la acción no debe estar
prescrita.

Requisitos que deben existir al momento de la presentación de la demanda,


siendo obligación del juez examinar el título respectivo previo proveer la
demanda a fin de constatar la concurrencia de aquéllos.

Que la escritura de hipoteca que garantiza al Banco el cumplimiento de las


obligaciones de la deudora principal no contiene ninguna obligación liquida ni
siquiera en parte y actualmente exigible, y el ejecutante la complementa
acompañando las cinco copias fotostáticas autorizadas de pagarés que dan
cuenta de créditos otorgados en abril, julio y agosto de 2000.

Se trataría, en consecuencia, de un título compuesto.

Que las copias fotostáticas autorizadas de pagarés no constituyen títulos


ejecutivos, puesto que el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, cuando
ha permitido que la copia autorizada de un documento tenga mérito ejecutivo, lo
ha señalado en forma expresa, como lo hace en el Nº 2 respecto de la escritura
pública, lo que no ocurre en el caso de los pagarés aludidos en el Nº 4 de la
misma disposición, por lo que consecuentemente el título carece de los requisitos
exigidos por el legislador para que tenga mérito ejecutivo, por lo que la excepción
debe ser acogida;

Cuarto: Que para un adecuado análisis de los errores de derecho invocados


por el recurrente de casación, cabe tener presente que las múltiples citas de
disposiciones legales denunciadas, expuestas previamente en el motivo primero,
tienen por objeto sustentar fundamentalmente dos argumentos destinados a
rebatir las conclusiones de los jueces de segunda instancia, sosteniendo que
al razonar de la manera en que lo hicieron y al acoger la excepción contemplada
en el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, habrían incurrido en
infracción de ley.

Así, el recurso de casación en el fondo arguye:

138
1. Que el título que invocó su parte en este procedimiento fue la escritura
pública de hipoteca, ya que la acción deducida no es una acción personal,
fundada en los artículos 434 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, sino
una acción real que se sustenta en los artículos 758 y siguientes del mismo
estatuto legal, y

2. Que la escritura pública de hipoteca y los pagarés que dan cuenta de la


deuda impaga contraída por el deudor principal, la que se encuentra caucio nada
con la garantía real que se pretende hacer efectiva en autos, no adolecen de
vicio alguno y cumplen con todos los requisitos legales, agregando que los
documentos originales se tuvieron a la vista durante el probatorio de las
excepciones a la ejecución;

Quinto: Que sobre el particular el inciso segundo del artículo 759 del Código
de Procedimiento Civil establece que esta acción se someterá a las reglas del
juicio ordinario o a las del ejecutivo, según sea la calidad del título en que se
funde, procediéndose contra el poseedor en los mismos términos en que podría
hacerse contra el deudor personal.

Que por su parte el artículo 441 del aludido cuerpo legal dispone que: El
tribunal examinará el título y despachará o denegará la ejecución, sin audiencia
ni notificación del demandado, aun cuando se haya éste apersonado en el juicio.

La jurisprudencia ha señalado reiteradamente que el título con que se apareja


una ejecución debe llevar en sí mismo todos los requisitos necesarios para que
tenga fuerza ejecutiva en el momento de despacharse el mandamiento de
ejecución, sin que una vez trabada la litis puedan ser remediados los defectos
que tuviere en la oportunidad señalada (Repertorio del Código de Procedimiento
Civil, artículo 441, T. III, pág. 76);

Sexto: Que el artículo 441 del Código de Procedimiento Civil dispone que el
tribunal examinará el título, en atención a que es éste el que goza del privilegio
legal y debe ser tenido a la vista al momento de proveer la demanda ejecutiva
ordenando el despacho del mandamiento de desposeimiento y embargo.

Este análisis difiere del que corresponde efectuar en un juicio declarativo, pues
en éste los requisitos de una decisión favorable y por lo tanto de la pretensión se
resuelven en la sentencia, aspecto en que se diferencian ambos procedimientos.

Tal diferencia tiene una explicación sustancial, pues tiende a permitir el


ejercicio del derecho de defensa del ejecutado, al oponerse a la ejecución
mediante la interposición de las excepciones respectivas, lo que demandará
ordinariamente un examen del título;

Que no obsta al cumplimiento de tales exigencias el hecho de encontrarse el


título en otro tribunal, el cual puede ser solicitado para tenerlo a la vista en el
juzgado en que se encuentra para efectuar su análisis como lo dispone el
legislador;

139
Séptimo: Que no altera lo concluido precedentemente, la circunstancia de
haberse traído a la vista el título fundante de la demanda de autos con
posterioridad a la fecha en que fueron opuestas las excepciones por el
demandado, toda vez que el título debe cumplir los requisitos que la ley exige al
momento de interponer la acción ejecutiva.

Si así no fuera, el ejecutado quedaría en la indefensión, pues no tendría


oportunidad procesal para oponer alguna excepción, ya que sin duda éstas sólo
pueden decir relación con el título que ha servido de base a la ejecución dirigida
en su contra y que debe ser agregado a la demanda.

Es, por lo demás, el único antecedente que el juez ha estado en condiciones


de analizar para despachar el mandamiento, resolución de tal trascendencia que
permite invadir la esfera privada del ejecutado mediante el embargo de sus
bienes;

Octavo: Que luego de lo dicho, al acoger la excepción contemplada en el


artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por la demandada
en contra de la demanda ejecutiva de desposeimiento interpuesta en su contra,
de la manera como se expresó en los razonamientos anteriores, los jueces del
mérito no han incurrido en error de derecho y, antes al contrario, a la luz de lo
prevenido en los artículos 19, 20, 21, 22, 23, 24 del Código Civil, han dado
correcta aplicación a lo que disponen los artículos 758 y 434 del Código de
Procedimiento Civil que se denuncian infraccionados;

Noveno: Que cabe agregar que el citado artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil no puede servir de base a un recurso de casación en el
fondo, pues dicha norma es meramente ordenatoria litis , siendo condición
fundamental del recurso en estudio que la infracción invocada influya
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, exigencia que no puede producirse
sin que se hayan vulnerado una o más normas legales en que propiamente
descansa el fallo; es decir, que tengan el carácter de decisorias de la litis;

Décimo: Que debe desestimarse el recurso en cuanto está fundado en la


infracción del artículo 1698 del Código Civil, por cuanto esta norma se infringe
cuando la sentencia obliga a una de las partes a probar un hecho que
corresponde acreditar a su contraparte, esto es si se altera el onus probandi , lo
que a la luz de los antecedentes se observa no ha ocurrido, por lo que debe ser
rechazado el recurso en este sentido.

Además, cabe consignar que la circunstancia que el recurrente mencione que


se han infringido también las normas siguientes a una norma legal determinada,
torna inadmisible la casación a su respecto, por cuanto, tratándose de un recurso
de derecho estricto, no es procedente denunciar en forma genérica el título
completo de un estatuto legal;

Undécimo: Que, bastaría para rechazar la infracción denunciada respecto de


los artículos 1545, 2397 y 2424 del Código Civil y 342 y 530 del Código de
Procedimiento Civil, la circunstancia de no haber explicado en el recurso el error
de derecho en la aplicación o no aplicación de las referidas normas legales; sin

140
embargo, cabe agregar que, a la luz de los hechos y alegaciones de la
ejecutante, no se vislumbra la pertinencia de tales disposiciones legales en la
resolución del conflicto de autos, ya que de su tenor se desprende que ellas
regulan situaciones diversas a las alegadas por el recurrente;

Duodécimo: Que, consecuentemente, los errores de derecho que se hacen


consistir en las infracciones legales denunciadas no se han cometido, por lo que
el recurso en estudio debe ser desestimado.

Por estas consideraciones y lo preceptuado en los artículos 765 y 767 del


Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo,
deducido en la petición principal de la presentación de fojas 250, por el abogado
don Ezio Coda Castillo, en representación de la parte demandante, en contra de
la sentencia de veintinueve de noviembre de dos mil cinco, escrita a fojas 247.

Acordada con el voto en contra de la Ministro señora Margarita Herreros


Martínez, quien fue de parecer de acoger el recurso de casación en el fondo
interpuesto por la parte demandante en contra de la sentencia de segunda
instancia, que revocando el fallo del tribunal a quo acogió la excepción opuesta
por el ejecutado a la demanda ejecutiva de desposeimiento, y estuvo por dictar
acto continuo, pero separadamente, la sentencia de reemplazo respectiva,
confirmando la decisión de primera instancia.

Funda su opinión en las siguientes consideraciones:

1º. Que como antecedentes del recurso, se debe indicar que al libelo de fojas
20 —en que se requería la gestión previa de notificación de desposeimiento—,
se acompañaron con citación y bajo apercibimiento legal copias autorizadas de
la escritura pública por la que se constituyeron las hipotecas sobre los inmuebles
de propiedad de la demandada y de los pagarés individualizados en el cuerpo
del escrito.

Al proveer la demanda el 30 de agosto de 2001, según se lee a fojas 25, se


dispuso respecto de la precedente solicitud: Al primer otrosí: por acompañados
en la forma indicada.

El 6 de noviembre de 2001 se interpuso demanda ejecutiva de


desposeimiento, se solicitó despachar el mandamiento respectivo y se señaló
que los documentos en virtud de los cuales se demanda se acompañaron a la
gestión preparatoria.

El tribunal despachó el mandamiento y tuvo presente lo expuesto.

La sentencia del tribunal a quo en su motivo sexto —reproducida en esta parte


por la sentencia en alzada—, dejó constancia de haberse traído a la vista el
expediente caratulado Banco Santander con Agrojardines Ener S.A., Rol C-
30.170-2001 del Juzgado de Letras de Villa Alemana, lo que se advierte además
de la resolución de 12 de agosto de 2002, a fojas 99, que da cuenta de la
recepción de dicho proceso con sus documentos, desprendiéndose del mérito

141
de los antecedentes anotados que el título ejecutivo, materia de la acción
deducida reúne todos y cada uno de los requisitos que exige la ley.

2º. Que el inciso segundo del artículo 759 del Código de Procedimiento Civil,
refiriéndose a la acción de desposeimiento contra terceros poseedores de la
finca hipotecada o acensuada, dispone que esta acción se someterá a las reglas
del juicio ordinario o a las del ejecutivo, según sea la calidad del título en que se
funde, procediéndose contra el poseedor en los mismos términos en que podría
hacerse contra el deudor personal.

Del examen que señalan haber efectuado los jueces del tribunal a quo a la
causa Rol Nº C-30.170-2001 del Juzgado de Letras de Villa Alemana, caratulada
Banco Santander con Agrojardines Ener S.A., se desprende que el deudor
personal está demandado y, ya se dijo, el acreedor puede seguir su acción contra
el tercer poseedor de la finca hipotecada en los mismos términos en que podría
hacerlo contra aquél.

En la especie se trata de determinar si el Banco tiene o no título ejecutivo y,


en este caso, la respuesta no puede ser sino afirmativa desde que, como se dijo,
es un presupuesto fáctico que esa entidad financiera tiene dicho título contra el
deudor personal, específicamente seis pagarés, y que en su virtud lo ejecuta en
la causa mencionada.

3º. Que no se trata el presente juicio, de uno ejecutivo corriente en que el


acreedor debe exhibir necesariamente su título en contra del demandado, sino
que de uno con características especiales desde que el ejecutante no tiene título
ejecutivo en contra del demandado sino que su título lo es contra un tercero ajeno
al pleito, que es el deudor personal.

Es por ello que el citado inciso segundo del artículo 759 del Código de
Procedimiento Civil establece que el acreedor puede seguir su acción contra el
tercer poseedor de la finca hipotecada en los mismos términos en que podría
hacerse contra aquél de modo tal que si, como sucede en la especie, es un hecho
que el Banco tiene título ejecutivo en contra del deudor personal, pues no se ha
puesto en duda la existencia de los pagarés mencionados, dicha entidad
finan ciera está facultada para accionar por esta vía de desposeimiento
hipotecario en contra de doña Gabriela Stagno Rojas, que no es su deudora sino
la dueña de los inmuebles hipotecados para caucionar todas las obligaciones de
la sociedad Agro Jardines Ener S.A., en favor del Banco;

4º. Que a mayor abundamiento, resulta atendible resaltar que el contenido de


la excepción opuesta, esto es la falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado, carece de concordancia y
correspondencia con el mérito de la alegación efectuada como sustento de su
invocación.

Así, del hecho alegado por el demandado de no haberse acompañado a la


causa el título ejecutivo en original —los pagarés—, mal podría desprenderse la
falta de algún requisito o condición legal para que el mismo tenga fuerza

142
ejecutiva, ya que resulta contradictorio efectuar dicha alegación en el evento de
que el título sea acompañado mediante copia autorizada del mismo, no sea
acompañado o inclusive no exista, debiendo puntualizarse además que no es
aceptable la excepción de faltar al título los requisitos para que tenga fuerza
ejecutiva fundada en un hecho que no mira al título mismo, sino a la forma como
se requirió al ejecutado.

5º Que de conformidad a lo expuesto y previo examen de los antecedentes


del proceso, de los que se colige sin lugar a dudas el hecho de que a la gestión
previa de notificación de desposeimiento se acompañó por la demandante copia
autorizada de la escritura pública de constitución de las hipotecas sobre los
inmuebles de propiedad de la demandada, encontrándose además acreditado
que la entidad financiera dispone de título ejecutivo contra el deudor personal,
específicamente seis pagarés, y que en su virtud lo ejecuta en la causa Rol Nº C-
30.170-2001 del Juzgado de Letras de Villa Alemana, previamente
individualizada, ha de tenerse por cierto que la acción de autos se funda en
títulos que según el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, traen
aparejada ejecución, y que, en consecuencia, constituye un error de derecho
declarar, como se hace en el fallo impugnado, que los documentos fundantes de
este juicio no reúnen los requisitos de idoneidad necesarios para dar curso a la
acción.

6º Que el error señalado es bastante para anular la sentencia que lo contiene,


pues aquél ha tenido influencia en lo decisorio de la misma, en la medida que ha
determinado en definitiva el que se haya acogido la excepción de falta de algún
requisito o condición establecido por la ley para que el título tenga fuerza
ejecutiva, la que debió ser desestimada.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Sergio Muñoz Gajardo y del voto disidente,
Ministro Sra. Margarita Herreros Martínez.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., y Sr. Carlos
Künsemüller L. y Abogado Integrante Sr. Hernán Álvarez G.

No firma el Ministro Sr. Künsemüller, no obstante haber concurrido a la vista


del recurso y acuerdo del fallo, por estar en comisión de servicios.

Autorizado por la Secretaria Subrogante, Sra. Carola A. Herrera B.

Rol Nº 562-2006.

4. CONCEPTO DE FIRMA. COLOCAR FIRMA EN DOCUMENTO SIGNIFICA


QUE SUBSCRIPTOR ACEPTA SU CONTENIDO

143
SUMARIO: Puede definirse la firma como la forma gráfica que escoge una
persona para identificarse ante los demás, siendo una de sus características
que se considera sinónimo de consentimiento, de aceptación, de conformidad,
de presencia física de su titular con respecto del texto que la precede.

También, puede decirse que es el signo gráfico hecho de proyecciones muy


particulares, que escoge una persona para ser reconocida e identificada en
documentos; el titular de la firma es su dueño absoluto y la ley le protege como
tal.

Colocar la firma en un documento significa que el subscriptor acepta su


contenido.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 374-2008

Fecha: 04/06/2009

Cita online: CL/JUR/166/2009

Partes: BankBoston N. A. C con Freddy Roll Carratala y otra

Magistrados: Sr. Villa; Sr. Rubilar; Sra. Lagos

Redactor: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

Hechos: Partes suscribieron pagaré; acreedor demanda en juicio ejecutivo


cumplimiento de la obligación contenida en él, ejecutado opone excepción de
falsedad del título. Tribunal de primera instancia acoge la excepción y rechaza
la demanda. Apelado el fallo, la Corte de Apelaciones lo confirma.

TEXTO COMPLETO

Concepción, 4 de junio de 2009.

Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada y se tiene, además, presente:

1. Que el abogado Francisco Javier Hurtado Peñaloza, en representación de


don Freddy Miguel Roll Carratala y de doña Marcela Allue Nualart, opone a la

144
ejecución, entre otras, la excepción prevista en el artículo 464 Nº 6 del Código
de Procedimiento Civil; esto es, la falsedad del título.

2. Que el título ejecutivo que sirve de fundamento a la demanda ejecutiva lo


constituye el Pagaré Nº 0138949, de fecha 13 de diciembre de 2005 por
$ 28.000.000, cuya firma del obligado aparece autorizada por un notario público.

En el documento figura don Freddy Roll Carratala como deudor principal y


doña Marcela Allue Nualart como aval y codeudor solidario del suscriptor.

3. Que el artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil establece que


tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, el pagaré,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario.

El artículo 102 de la Ley Nº 18.092, sobre Letras de Cambio y Pagaré, señala


que el pagaré debe contener las siguientes enunciaciones: Nº 6º "la firma del
suscriptor".

A su turno, el artículo 103 de la ley citada establece que el documento que no


cumpla con las exigencias enunciadas, no valdrá como pagaré.

4. Que puede definirse la firma como la forma gráfica que escoge una persona
para identificarse ante los demás, siendo una de sus características que se
considera sinónimo de consentimiento, de aceptación, de conformidad, de
presencia física de su titular con respecto del texto que la precede.

También, puede decirse que es el signo gráfico hecho de proyecciones muy


particulares, que escoge una persona para ser reconocida e identificada en
documentos, el titular de la firma es su dueño absoluto y la ley le protege como
tal.

Colocar la firma en un documento significa que el subscriptor acepta su


contenido.

5. Que la excepción de falsedad del título se fundamenta en la ineficacia del


título ejecutivo a consecuencia de ciertos hechos realizados con anterioridad a
la presentación de la demanda ejecutiva que le han quitado todo su valor. En la
falsedad el hecho consiste en la existencia de un fraude para crearse un título
ejecutivo.

La falsedad del título no implica la falsedad de la deuda, sino la falta de


autenticidad de aquél. Al oponerse esta excepción no se impugna la existencia
de la obligación, sino que se rechaza la acción ejecutiva por fundarse en un título
sin autenticidad.

6. Que la excepción de falsedad del título tiene lugar cuando se han hecho
adulteraciones en el título que cambian su naturaleza, o cuando no ha sido
realmente otorgado por la o las personas que aparecen subscribiéndolo.

145
El legislador en el Código Civil ha señalado el concepto de falsedad en dos
ocasiones: en el inciso 2º del artículo 17 al decir que "la forma se refiere a las
solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido realmente
otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en tales
instrumentos se exprese" y en el artículo 704 Nº 1 al señalar que no es justo
título "el falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que se
pretende".

7. Que la falsedad del título a que se refiere el artículo 464 Nº 6 del Código de
Procedimiento Civil es la falsedad criminal y no la civil (Corte de Apelaciones de
Concepción. 18.06.1920. En Gaceta de los Tribunales. Segundo Semestre.
Sentencia Nº 281, página 1144). Ella existe cuando el documento se ha
falsificado en todo o en parte, o contiene algunas de las falsedades que se
califican como delitos.

El título es falso cuando no ha sido realmente otorgado por las personas que
aparecen interviniendo en él, o cuando se le han hecho adulteraciones que
hagan cambiar su naturaleza (en Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo I,
segunda parte, sección primera, página 20).

La falsedad debe referirse a hechos que digan relación con la veracidad o


au tenticidad del título. La falsedad dice relación con la materialidad del
documento mismo, a la forma externa de él, y tiene la virtud de enervar la acción
ejecutiva.

Así, el título es falso cuando contiene declaraciones inexactas; aquéllos cuyas


firmas han sido falsificadas, los que han sido adulterados y aquéllos en que
figuran personas que no concurrieron a su otorgamiento.

8. Que la excepción de falsedad del título para ejecutar se establece por la


comprobación de algunos de los hechos o circunstancias que la ley determina
como constitutivos de la falsedad, y la apreciación de la prueba, que para
acreditar la existencia de esos hechos o circunstancias se produzca,
corresponde al Tribunal sentenciador, el cual ejerciendo esta facultad que le es
privativa puede decidir que se ha o no comprobado dicha excepción (Corte
Suprema. 25.04.1904. En Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo I, sección
primera, página 345).

Son títulos falsos, como se dijo, aquéllos cuyas firmas han sido falsificadas.

En la situación en estudio, el deudor principal en el escrito de oposición


sostiene que "jamás ha firmado el pagaré que da cuenta la obligación de este
proceso".

9. Que en el caso sub lite la juez de primer grado en los motivos sexto y
séptimo detalla y analiza la prueba producida en autos para acreditar las
alegaciones del deudor principal, los que se tienen por íntegramente
reproducidos.

146
En el considerando octavo la juez a quo concluye que corresponde acoger la
excepción de falsedad del título y rechazar la ejecución en contra de ambos
demandados, dado que el aval y codeudor responde en los mismos términos que
el deudor principal, quien no ha firmado el pagaré de autos, resultando en que
éste es falso".

No está de más tener presente que el plazo establecido por la juez a quo a
fojas 116 es de carácter judicial.

10. Que estos sentenciadores comparten la conclusión de la juez de primer


grado, por cuanto con los elementos de prueba allegados al proceso se ha
comprobado fehacientemente que la firma del deudor principal Freddy Roll
Carratala puesta en el pagaré dubitado es falsa y constituye una imitación de las
firmas genuinas.

En tal escenario, siendo falsa la firma del deudor principal estampada en el


pagaré que sirve de base a la ejecución, cabe concluir que el título ejecutivo es
falso y, por ende, carece de mérito ejecutivo.

11. Que, en la situación en estudio, el título ejecutivo fundamento de la acción


ejecutiva es falso no solamente para el deudor principal sino también respecto
del aval y codeudor solidario.

En efecto, porque como lo ha dicho la jurisprudencia de nuestros tribunales


"las obligaciones que contrae el fiador y codeudor solidario se hallan
forzosamente subordinadas a la naturaleza y características de aquéllas de que
debe responder el deudor principal" (En Revista de Derecho y Jurisprudencia,
tomo 93, sección segunda, página 98). El título ejecutivo contra el deudor
principal lo es también en contra del aval y codeudor solidario. A contrario sensu,
si el título ejecutivo no lo es contra el deudor principal, tampoco lo es en contra
del aval y codeudor solidario.

Por otra parte, la solidaridad pasiva es una garantía y, por consiguiente, es


accesoria, porque su objeto es asegurar el cumplimiento de una obligación
principal. Y siendo accesoria sigue la suerte de lo principal, y así, extinguida la
obligación principal, igualmente se extingue la accesoria que la garantiza. No
puede permanecer lo accesorio si se desvanece lo principal. No habiendo
obligación principal, desaparece la garantía, que es accesoria.

Refuerza lo anterior el hecho que el título pierde la calidad de título ejecutivo,


sin perjuicio de que pueda existir la obligación principal que puede ser
demandada por otras vías. El título es uno solo, el pagaré, de manera que si
dicho título es falso por falsificación de la firma del subscriptor del pagaré, los
efectos de la falsedad criminal se extienden también al aval y codeudor solidario,
de manera que el título es falso para el deudor principal y también para su aval
y codeudor solidario.

12. Que en cuanto a la gestión del notario en el asunto en análisis, es


necesario tener presente, que resulta indudable que el vocablo "autorizar" no
supone necesariamente la presencia de aquél cuya rúbrica autentifica, por lo que

147
la correcta interpretación del artículo 434 Nº 4, inciso segundo del Código de
Procedimiento Civil, ni siquiera lleva a exigir la comparecencia "ante el notario
del obligado que firma un instrumento mercantil, sea pagaré o letra de cambio;
basta, al efecto, la sola actuación de ese ministro de fe (Corte de Apelaciones de
Santiago. 15.04.1987. En Gaceta Jurídica Nº 82, páginas 53-54).

13. Que conforme a lo razonado, cabe concluir que si el título ejecutivo


acompañado por el ejecutante, pagaré cuya firma del obligado aparece
autorizada por un notario, resulta falso por falsificación de la firma del subscriptor,
dicho título desaparece como título ejecutivo tanto para el deudor principal como
para su aval y codeudor solidario.

Lo anterior importa acoger la excepción de falsedad del título respecto de


ambos ejecutados de autos, como bien lo resolvió la juez a quo en lo resolutivo
de la sentencia en estudio.

14. Que los sentenciadores en nada modificarán lo resuelto por la juez de


primer grado en cuanto a las costas, por encontrarse ajustado a lo dispuesto en
el artículo 144 y 471 del Código de Procedimiento Civil.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1698 del Código Civil;
144, 464 Nº 6 y 471 del Código de Procedimiento Civil y 102 Nº 6 de la Ley
Nº 18.092, se declara que SE CONFIRMA, con costas del recurso, en su parte
apelada la sentencia de diecisiete de enero de dos mil ocho, escrita de fojas 136
a 139 de autos.

Regístrese y devuélvase con su custodia.

Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza.

No firma Fiscal Judicial señora Gladys Lagos Carrasco, aunque concurrió a la


vista y al acuerdo de la causa, por estar constituida en Visita.

Rol Nº 374-2008.

5. AUTORIZACIÓN NOTARIAL DE LA FIRMA PUESTA EN UN PAGARÉ. NO


ES NECESARIA LA PRESENCIA DE LA PERSONA CUYA FIRMA SE
AUTENTIFICA

SUMARIO: De acuerdo al artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil,


tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de
cambio, pagaré o cheque, respecto del obligado cuya firma aparezca
autorizada por un notario o por el oficial del Registro Civil en la comuna donde
no tenga su asiento un notario. Este requerimiento de la ley no va más allá de
su texto, cuyo sentido es claro: exige que la firma sea autorizada por notario.
La "autorización notarial" denota la legalización que pone el escribano, en
alguna escritura o instrumento, de forma que haga fe pública, esto es,
atestando la verdad de las firmas puestas en él. El vocablo "autorizar" no

148
supone necesariamente la presencia de la persona cuya rúbrica autentifica y,
por consiguiente, la disposición precitada no exige la comparecencia ante el
notario del obligado que firma un instrumento mercantil, bastando al efecto la
sola actuación del ministro de fe autorizante y la circunstancia de que a este
último le conste la autenticidad de la firma que autoriza, interpretación
corroborada por el artículo 401 Nº 10 del Código Orgánico de Tribunales. En
suma, la autenticidad de la firma en el documento que comprueba y certifica
el notario bajo fórmula no sacramental, que suscribe con su propia rúbrica y
título, constituye la autorización notarial que hace fe pública y que es de
responsabilidad exclusiva del notario. El funcionario responde de ello y si
alguien quiere disputar la fe o la verdad de la aseveración que hay tras la
autorización, deberá probarlo (considerandos 12º a 14º de la sentencia de la
Corte Suprema).

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo

Rol: 6200-2012

Fecha: 02/10/2012

Cita online: CL/JUR/2161/2012; 62831

Partes: Corpbanca con Exportadora Macao Chile Limitada y otro

Magistrados: Fuentes Belmar, Juan Eduardo; Segura Peña, Nibaldo; Silva


Gundelach, Guillermo; Araya Elizalde, Juan

Abogado integrante: Lecaros Zegers, Raúl

Voces : acción ejecutiva - derecho comercial - derecho procesal - excepción


de cosa juzgada - excepciones - instrumento de crédito - instrumento mercantil
- juicio ejecutivo - pagaré - requisitos del pagaré - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 464 Nº 7 - Código Procedimiento Civil;


Artículo 425 inciso 1º - Código Orgánico de Tribunales; Artículo 11 - ley
Nº 18.092

Hechos: El ejecutado, cuyas excepciones fueron rechazadas y, por ende,


condenado a pagar el pagaré por los jueces del fondo, recurre de casación en
la forma y en el fondo. Alega que el instrumento fue entregado en blanco y
llenado unilateralmente por el banco acreedor y cuestiona la autorización de
la firma efectuada por el notario. Sin embargo, sus defensas son desechadas
por el Máximo Tribunal, que declara inadmisible la casación en la forma y
rechaza la casación en el fondo.

TEXTO COMPLETO:

Santiago, dos de octubre de dos mil doce.

149
Visto y teniendo presente:

1º) Que en este juicio ejecutivo por obligación de dar, Rol Nº 7.643-2011,
seguido ante el 28º Juzgado Civil de Santiago, caratulado "Corpbanca con
Exportadora Macao Chile Ltda. y Errázuriz Errázuriz, Raimundo", recurre la
demandada de casación en la forma y en el fondo en contra de la resolución
dictada por una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, que rechazó el
recurso de casación en la forma y confirmó la de primera instancia en la parte
que rechaza las excepciones opuestas por la demandada, condenando a la
recurrente a pagar a la actora $ 87.098.575, más los intereses y reajustes que
indica el fallo que se impugna;

En cuanto al recurso de casación en la forma:

2º) Que en el recurso de nulidad formal el recurrente, en un primer nivel,


argumenta que se incurrió en el vicio contemplado en el Nº 5 del artículo 768 del
Código de Procedimiento Civil, en relación con lo dispuesto en su artículo 170
números 3 y 6, lo que habría tenido lugar al omitir los sentenciadores tanto el
análisis de todas las excepciones o defensas alegadas, como la decisión del
asunto controvertido. El antecedente en que ampara su alegación consiste en
que la sentencia de segunda instancia, al rechazar el recurso de casación en la
forma, no se pronunció respecto a un hecho puntual representado por el
ejecutado, específicamente a la falta de prueba respecto de la existencia del
crédito de los pagarés referidos a las operaciones Nºs. 32733042 y 33193947,
que se cobran en esta ejecución. En efecto, en su entender no se encuentra
debidamente fundada la circunstancia de haberse otorgado los referidos
créditos, ni la cantidad que se cobra, por carecer de liquidación una y otra cosa.
Dicho vicio no puede subsanarse —a su juicio— vía recurso de apelación, como
lo considera el fallo que se impugna.

En una segunda oportunidad hace lo propio también con lo que en su concepto


es la omisión de un trámite esencial dentro del juicio, vicio expresamente previsto
en este caso por el artículo 768 Nº 9 del mismo cuerpo legal. Sobre el particular
denuncia haber solicitado dentro del término probatorio de 10 días contados
desde la notificación de la interlocutoria de prueba tanto la exhibición de
documentos como una absolución de posiciones, haciendo presente que bajo la
interpretación de los jueces del fondo las diligencias probatorias se deberían
siempre solicitar los primeros días de dicho plazo con el objeto de que pudieren
ser rendidas dentro del respectivo término, mientras que la ley exclusivamente
se limita a disponer que la prueba sólo sea solicitada dentro de plazo, lo cual su
parte cumplió. Con lo decidido, incluye que se le ha dejado en la más absoluta
indefensión, perjuicio que es reparable sólo con la anulación del fallo al no poder
acreditar suficientemente las excepciones opuestas;

3º) Que sobre el primer yerro formal que se invoca procede tener en
consideración que aquel arbitrio sólo concurre cuando la sentencia carece de las
consideraciones de hecho o de derecho que le sirven de fundamento, pero no
tiene lugar cuando aquéllas existen pero no se ajustan a la tesis sustentada por
el reclamante, como ocurre en la especie, lo que una somera lectura del fallo
impugnado evidencia. Este contiene los razonamientos de hecho y de derecho

150
que llevaron a los sentenciadores a decidir de la forma como lo hicieron, decisión
que ha de ajustarse a derecho y no necesariamente a la pretensión del
agraviado, en cuanto no se ciña a él.

4º) Que en cuanto al segundo de los denuncios que plantea el recurso, se dirá
que siendo el recurso de casación en la forma un medio de impugnación de
derecho estricto, sólo lo permite la ley por las causales que taxativamente ésta
contempla, referidas en particular a la omisión de algún trámite declarado
esencial dentro del procedimiento. En la especie, el recurrente reclama porque
el tribunal no permitió la rendición de prueba que solicitó dentro del término
respectivo, impidiendo con ello en definitiva el adecuado derecho a su defensa,
lo que el fallo cuya nulidad se reclama no enmendó.

5º) Que en lo que a este último asunto se refiere, el artículo 468 del Código de
Procedimiento Civil dispone en su inciso primero: "Cuando haya de recibirse a
prueba la causa, el término para rendirla será de diez días".

En el caso que nos ocupa, el ejecutado fue notificado de la interlocutoria de


prueba con fecha 28 de junio de 2011, contra la que dedujo reposición con
apelación subsidiaria, presentando luego por sistema de escritos de plazos, al
vencimiento del mismo y después de transcurrido un mes desde la notificación
de la interlocutoria de prueba, la solicitud de diligencias que necesariamente
debieron rendirse dentro del plazo legal, por lo que en lo resuelto por la Corte no
se advierte vicio alguno que deba enmendarse por esta vía, para cuya
procedencia se requiere la existencia de hechos de gravedad e importancia que
en verdad se correspondan con las causales por las cuales la ley autoriza la
invalidación de la sentencia, que ameriten una sanción procesal de la relevancia
de la que se demanda.

6º) Que, por lo razonado con antelación, la casación en la forma deducida por
la parte demandada resulta inviable, en todos sus extremos;

En cuanto al recurso de casación en el fondo:

7º) Que la nulidad sustancial se ampara en la infracción a lo dispuesto en los


artículos 11, 102 y 103 de la Ley Nº 18.092, en relación con los artículos 1445
del Código Civil, y 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil. Enfatiza el
agraviado que la excepción opuesta apuntó a la nulidad absoluta de la
obligación, al sostener que conforme a los artículos 102 y 103 de la Ley
Nº 18.092, no vale como pagaré el título ejecutivo invocado en este juicio, al no
cumplir los requisitos del mencionado artículo 102. Detalla que alegó falta de
consentimiento toda vez que el pagaré cobrado en este proceso ejecutivo fue
firmado en blanco y llenado unilateralmente por la ejecutante, al margen de
eventuales instrucciones dadas por el obligado para ello, que a mayor
abundamiento nunca fueron otorgadas.

Denuncia una segunda infracción respecto de la disposición del artículo 464


Nº 7 del Código del ramo, a partir de la misma falta de instrucciones mencionada,
arguyendo que si bien el artículo 11 de la ley respectiva resuelve la situación,
exige la existencia de instrucciones dadas por los obligados al pago del

151
instrumento para incorporar los elementos faltantes en él, y que las referidas
instrucciones no fueron acreditadas por el ejecutante. Concluye alegando que en
ausencia de ellas su parte está exenta del pago de dichos pagarés, por haber
sido llenados sin sujeción a instrucción alguna. Destaca la importancia que el
legislador asigna a la facultad del artículo 11 de la Ley Nº 18.092, sobre la base
de la existencia de un delito especial, cual es el abuso de firma en blanco.

En otro orden, cuestiona del fallo la infracción de los artículos 79 inciso 2º de


la misma Ley Nº 18.092, en relación al artículo 425 inciso 1º del Código
Orgánico de Tribunales, y artículo 434 Nº 4 del Código de Enjuiciamiento Civil.
Lo anterior se materializa en el considerando decimocuarto del fallo recurrido, el
que, a su juicio, es contrario a derecho ya que el juez presume que la fecha de
autorización de la firma del suscriptor es la misma que la de la suscripción de los
documentos, no teniendo medio alguno para arribar a dicha conclusión. Su parte
cuestiona no que la autorización no sea auténtica, sino que la forma en que se
ha realizado no ha cumplido con las exigencias legales. Sobre el particular invoca
lo prescrito por el artículo 425 inciso 1º del Código Orgánico de Tribunales, y 434
Nº 4 del Código del ramo, ambos en relación al artículo 79 inciso 2º de la ley que
regula estos documentos, manifestando que para que la autorización sea válida
es necesario que el Notario dé fe del conocimiento o de la identidad de los
firmantes y que deje constancia de la fecha en que se firman, lo que no se hizo
en la especie, pues simplemente el ministro de fe dio cuenta de la fecha en la
cual se habría autorizado las firmas sin dejar constancia de aquella en que se
habría suscrito el instrumento.

Otro capítulo de nulidad dice relación con la vulneración de normas


reguladoras de prueba, específicamente los artículo 346 Nº 3, 384, y 426 del
Código de Procedimiento Civil, al no reconocerle valor probatorio a instrumentos
presentados en juicio, en particular, a un conjunto de correos electrónicos, como
asimismo a la declaración de un testigo, antecedentes que eran suficientes para
acreditar las conversaciones habidas entre Ricardo Baeza Errázuriz en calidad
de representante legal de la demandada, y el ejecutivo de Corpbanca.

Por último, denuncia infracción al artículo 144 del Código referido


precedentemente, y sobre ella reclama no correspondía haber sido condenado
en costas desde el momento en que no resultó completamente vencido. Los
errores denunciados han permitido que la sentencia de segunda instancia
confirme la de primer grado, desechando las excepciones, lo que pide modificar
por medio de este recurso de invalidación, dictando la correspondiente sentencia
de reemplazo, acogiendo las excepciones.

8º) Que, previamente conviene tener presente que la Ley Nº 18.092, sobre
Letras de Cambio y Pagarés, no define el concepto de pagaré, sino que se limita
a señalar el contenido formal del documento en el cual se emite, y sus requisitos
de fondo. Una definición de dicha institución es la que establece que "es un
documento escrito que contiene una promesa, no sujeta a condición, de pagar
una cantidad determinada o determinable de dinero al beneficiario, a su orden o
al portador, que obliga a la persona que lo suscribe, a los endosantes y avales
de una u otros" (Ricardo Sandoval López, Derecho Comercial, Teoría general de
los títulos de crédito, letra de cambio, pagaré, cheque y títulos electrónicos o

152
desincorporados, Tomo II, Quinta Edición, Editorial Jurídica de Chile, página
206).

9º) Que, en cuanto al primer grupo de normas que se denuncia infringidas —


artículos 102, 103 y 107 de la Ley Nº 18.092, en relación al artículo 11 del mismo
cuerpo legal, y en lo que corresponda también al artículo 464 Nº 14, del Código
de Enjuiciamiento Civil—, al faltar el consentimiento por haber sido firmado en
blanco, lo que sería motivo de nulidad, de la lectura del recurso se puede
constatar que éste no reúne los requisitos formales que exige el artículo 772 del
Código de Procedimiento Civil para ese propósito. Así, si bien el libelo invoca las
normas que resultarían vulneradas según entender de quien intenta el recurso,
éste no explica ni desarrolla en qué consisten los supuestos errores de derecho
que afectan a la sentencia, como tampoco de forma clara y precisa cómo habría
influido el error en su parte dispositiva. Más allá de precisar que se intentó la
nulidad absoluta en la excepción deducida en primera instancia, nada explicita
sobre el particular. Evidentemente que una exposición de ese tenor no es
compatible con un recurso de invalidación de derecho estricto, pues no ha
cumplido con los requisitos que perentoriamente el artículo 772 del Código del
ramo exige para aplicar una consecuencia tan trascendente como la es la
invalidación del fallo. Más aún, la presentación ni siquiera menciona las normas
sustantivas que serian atingentes en la supuesta nulidad absoluta que reclama,
nulidad que por cierto no probó en juicio. Es indiscutible que el artículo 772 del
Código de Enjuiciamiento Civil impone la obligación de precisar en el respectivo
escrito en qué consiste el error de derecho que denuncia y el modo en ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia que se trata de invalidar.

Atento a lo expresado, resulta inconcuso que el recurso que se examina, en


atención a la generalidad con que aparecen citados los preceptos que se dice
vulnerados, carece de razonamientos concretos y precisos dirigidos a demostrar
el error de derecho en que habrían incurrido los sentenciadores, constriñendo su
exposición a planteamientos generales, los que por su amplitud y falta de
precisión adolecen de vaguedad y evidencian confusión, una y otra cosa que no
se condice con las perentorias exigencias impuestas por el legislador a quien
pretende impugnar una sentencia a través de este medio.

10º) Que por otra parte, con relación a los errores de derecho invocados por
el recurrente de casación, al no acogerse su alegación referente a que los
documen tos no tienen merito ejecutivo, al ser firmados en blanco, sin
instrucciones y sin constancia de autorización de las firmas ante funcionario
público, debe tenerse presente que la cita de las disposiciones legales
denunciadas —expuesta previamente en el considerando séptimo— y los
argumentos esgrimidos en apoyo de sus afirmaciones, tienen por objeto
sustentar la denuncia que se formula en el recurso en contra de los jueces del
fondo, en términos que no habrían tenido presente que en el caso de autos se
estaría frente a un pagaré firmado en blanco por el suscriptor, en una fecha
anterior a aquella que se estampó en el documento por la insti tución bancaria
ejecutante, que no da cuenta del pago de determinada cantidad de dinero,
tampoco del lugar de dicho pago, ni la fecha en que la obligación vence, sin que
se haya acreditado la existencia de instrucciones para proceder a su llenado,
incurriéndose de ese modo en infracción de ley al otorgarle mérito ejecutivo.

153
11º) Que de lo anteriormente expuesto se evidencia que las infracciones que
el recurrente estima se han cometido por los jueces del fondo, persiguen
desvirtuar los supuestos fácticos fundamentales asentados por aquéllos, esto es,
que el pagaré que sirve de título ejecutivo a la demanda de autos cumple con
todos los requisitos establecidos en el artículo 102 de ley Nº 18.092, lo que
resulta ser un hecho inamovible para este tribunal, conforme a lo previsto en el
artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, desde que ha sido establecido
con sujeción al mérito de los antecedentes, probanzas aportadas por las partes,
interpretación y aplicación de normas atinentes al caso en estudio;

12º) Que sin perjuicio de lo anterior, resulta adecuado recordar que de


conformidad con el Nº 4 del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil,
"tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de
cambio, pagaré o cheque, respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada
por un notario o por el oficial del Registro Civil en la comuna donde no tenga su
asiento un notario".

El aludido requerimiento de la ley no va más allá de la letra de su texto, cuyo


sentido es perfectamente claro: exige que la firma sea autorizada por notario.
Ello se refiere a la autenticidad de la firma del que lo suscribe, en los términos
que indica el artículo 17 inciso segundo del Código Civil, esto es, el hecho de
haber sido realmente suscrito por quien el instrumento mercantil individualiza
haciéndole, y de la manera que en él se indica, vale decir, que ese es el nombre
y apellido, con rúbrica o sin ella, que una persona pone en un escrito.

13º) Que el concepto "autorización notarial" debe entenderse en su sentido


procesal, como palabra técnica, conforme al artículo 21 del Código Civil, y desde
este punto de vista la expresión denota la legalización que pone el escribano, en
alguna escritura o instrumento, de forma que haga fe pública, esto es, atestando
la verdad de las firmas puestas en él.

El vocablo "autorizar" no supone necesariamente la presencia de la persona


cuya rúbrica autentifica y, por consiguiente, la correcta interpretación del artículo
434 Nº 4 inciso segundo del citado ordenamiento, ni siquiera lleva a exigir la
comparecencia ante el notario del obligado que firma un instrumento mercantil,
sea pagaré, cheque o letra de cambio, bastando al efecto la sola actuación del
ministro de fe autorizante y la circunstancia de que a este último le conste la
autenticidad de la firma que autoriza. Dicha interpretación, además, resulta
coherente con lo prescrito en el Nº 10 del artículo 401 del Código Orgánico de
Tribunales, de acuerdo con el cual esta es una de las funciones de los notarios,
autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sean en su
presencia o cuya autenticidad le conste.

Así por lo demás lo ha entendido reiteradamente la jurisprudencia de nuestros


tribunales (Revista de Derecho y Jurisprudencia Tomo LXXVII, sección 1ª,
página 59; Tomo LXXXIV, sección 2ª, página 47; Tomo LXXXV, sección 2ª,
página 54, y Tomo LXXXVIII, sección 2ª, página 129).

14º) Que, en consecuencia, la autenticidad de la firma en el documento que


comprueba y certifica el notario bajo fórmula no sacramental, que suscribe con

154
su propia rúbrica y título, constituye la autorización notarial que hace fe pública
y que es de responsabilidad exclusiva del notario. El funcionario responde de ello
y si alguien quiere disputar la fe o la verdad de la aseveración que hay tras la
autorización, deberá probarlo.

15º) Que en la presente causa ejecutiva no se ha desvirtuado que quien


suscribe el pagaré sea una persona distinta de aquel que el escribano certificó
que lo firmó.

Por lo demás, debe tenerse presente que el reconocimiento hecho por el


ejecutado en orden a que firmó en blanco el documento cuestionado, acredita
que fue él —realmente— quien lo suscribió. En efecto, el ejecutado señor
Raimundo Errázuriz Errázuriz no ha cuestionado su firma puesta en el
instrumento fundante de la ejecución, tampoco su calidad de deudor de la parte
ejecutante; por el contrario, acepta ambos supuestos y simplemente afinca su
excepción en que firmó en blanco y en que su rúbrica no fue refrendada, a la
sazón, por el notario que aparece autorizándola. Reconoce incluso
negociaciones con el Banco, por supuestas prórrogas a la época del vencimiento
del plazo para su pago. Estas alegaciones no son compatibles con la defensa
que plantea.

16º) Que la sola circunstancia de haber sido firmado en blanco el título no lleva
necesariamente a concluir que el lleno hecho con posterioridad no corresponden
a la realidad de lo acordado por las partes, puesto que si el deudor se limitó a
suscribir el pagaré, debe entenderse que tácitamente autorizó al acreedor para
llenar los blancos.

17º) Abona dicha conclusión lo que dispone el artículo 11 de la Ley Nº 18.092,


sobre Letras de Cambio y Pagarés, cuando establece que sin perjuicio de lo
dispuesto en su artículo 2º, cualquier tenedor legítimo puede incorporar las
menciones de que trata el artículo 1º, antes del cobro del documento, cuando la
letra de cambio no las contiene, sujetándose en todo ello a las instrucciones que
haya recibido de los obligados al pago, agregándose que si el docu mento se
llenare en contravención a esas instrucciones, el respectivo obligado podrá
eximirse de su pago probando tal circunstancia. Lo antes dicho, que está
establecido respecto de la letra de cambio, debe aplicarse también respecto del
pagaré, de acuerdo con lo que dispone el artículo 107 de la mencionada ley, que
expresa que en lo que no sean contrarios a su naturaleza y a las disposiciones
especiales que rigen para esta clase de títulos de crédito, se le aplican las
normas establecidas para las letras de cambio.

No hay prueba alguna en el proceso que el Banco ejecutante haya procedido


a llenar el pagaré faltando a las instrucciones, o a los acuerdos de las partes
interesadas, o que el documento se haya llenado abusando de la confianza del
obligado al pago. En estas circunstancias, debe entenderse que el ejecutado, al
entregar el pagaré al Banco solamente firmado y faltando en él algunas
menciones legales o datos sobre programación del pago, facultó a la institución
acreedora para colocar en ese instrumento los datos previamente convenidos;
ello es legalmente posible y la entrega voluntaria del documento firmado en

155
blanco importa instrucción tácita para llenarlo e implica un acto de confianza que
se equipara al otorgamiento de un mandato.

18º) Que de conformidad con lo reseñado en el motivo que precede, se


observa que los sentenciadores han hecho una correcta aplicación de la
normativa atinente al caso de que se trata.

En efecto, habiéndose excepcionado el ejecutado argumentando, en lo


pertinente al presente arbitrio, la excepción de falta de alguno de los requisitos o
condiciones establecidos por las leyes para que el título esgrimido gozare de
fuerza ejecutiva, pertinente parece recordar que ha sido este mismo tribunal el
que sistemáticamente ha sostenido que para que prospere la oposición a la
ejecución por esta excepción, ella ha de sustentarse en situaciones fácticas que
se orienten a mermar el valor o las propiedades del título ejecutivo, de forma tal
que como consecuencia de aquello carece de la fuerza de la que, al menos,
inicialmente aparece dotado, resultando, en consecuencia, absolutamente
impertinentes las alegaciones que pretenden basar tal defensa en circunstancias
que son ajenas al instrumento en que el ejecutante respalda su acción y
conforme al cual se instruyó el procedimiento ejecutivo propiamente tal;

19º) Que, con relación a los artículos 346 Nº 3, 384 y 426 del Código de
Procedimiento Civil, debe consignarse que las leyes reguladoras de la prueba,
como lo ha reconocido reiteradamente esta Corte, se entienden vulneradas,
fundamentalmente, cuando los sentenciadores invierten el onus probandi,
rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley rechaza,
desconocen el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso cuando
la ley les asigna un determinado de carácter obligatorio, o alteran el orden de
precedencia que la ley les diere.

Se ha repetido que ellas constituyen normas básicas de juzgamiento, que


contienen deberes, limitaciones o prohibiciones a que deben sujetarse los
sentenciadores. Luego, los jueces del fondo son soberanos para apreciar las
pruebas, dentro del marco establecido por las normas pertinentes. Por ello, no
son susceptibles de ser revisadas por la vía de la de casación las decisiones de
los sentenciadores basadas en disposiciones que entreguen libremente la
justipreciación de los diversos elementos probatorios.

20º) Por último, en lo que dice relación con la infracción de ley referida esta
vez a las disposiciones que regulan las costas, la alegación no merece mayor
análisis pues esta Corte Suprema reiteradamente ha sostenido que las costas
procesales no son motivo de recurso de casación, por lo que será desestimada
la alegación en orden a la contravención al artículo 144 del Código de
Procedimiento Civil.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, a lo que dispone en el


artículo 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se declara inadmisible el
recurso de casación en la forma y se rechaza el de fondo interpuestos en lo
principal y primer otrosí de fojas 245, en contra de la resolución de veintinueve
de mayo del presente año, escrita a fojas 243.

156
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Nibaldo Segura P., Juan Araya E., Guillermo Silva G., Juan Fuentes B. y
Abogado Integrante Sr. Raúl Lecaros Z.

Autorizado por la Ministra de fe de la Corte Suprema.

Rol Nº 6.200-2012.

6. PAGARÉ NO CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO EN TÉRMINOS DEL ART.


434 Nº 4 SI NO FUE FIRMADO POR EL EJECUTADO

SUMARIO: Al no haber sido firmado el instrumento que sirve de título ejecutivo


a la demanda de autos por el ejecutado, ni como representante de la sociedad
ejecutada ni como aval, lo cierto es que por expresa disposición del
artículo 103 de la Ley Nº 18.092, tal instrumento carece de valor como pagaré
y, por tanto, no constituye un título ejecutivo en los términos previstos en el
numeral 4º del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, situación por la
cual, al haberse acreditado la concurrencia de uno de los supuestos fácticos
de procedencia de la excepción prevenida en el artículo 464 Nº 7 del mismo
cuerpo legal, su aplicación por los jueces del mérito no ha podido constituir
error de derecho.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5042-2008

Fecha: 08/09/2009

Cita online : CL/JUR/818/2009; 42716

Partes: Banco de Crédito e Inversiones contra Arquitectura y Construcción


Impronta Limitada

Magistrados: Silva Gundelach, Guillermo; Muñoz Gajardo, Sergio; Herreros


Martínez, Margarita

Redactor: Herreros Martínez, Margarita

Abogado integrante: Mauriz Aymerich, Benito

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - casación - casación en el fondo -


derecho civil - derecho comercial - derecho procesal - excepción perentoria -
excepciones - instrumento de crédito - instrumento mercantil - juicio ejecutivo
- obligación de dar - pagaré - recursos - requisitos del pagaré - título ejecutivo

157
Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;
Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 103 - Ley Nº 18.092;
Artículo 767 - Código de Procedimiento Civil

Hechos: Empresa suscribió pagaré con banco, el deudor no cumplió con su


obligación, constituyéndose en mora. Banco acreedor dedujo demanda de
cobro de pagaré en procedimiento ejecutivo, ejecutados opusieron a
excepciones, el tribunal de primer grado rechazó la excepción de nulidad de
la obligación; acogió la excepción de falta de requisitos para que el título tenga
fuerza ejecutiva. Apelado el fallo por ejecutante, la Corte de Apelaciones lo
confirmó. En contra de esta última decisión la aludida parte dedujo recurso de
casación en el fondo, la Corte Suprema lo rechazó.

TEXTO COMPLETO

Santiago, 8 de septiembre de 2009.

Visto:

En estos autos Rol Nº 6.178-2002, del 3 er Juzgado Civil de Santiago, juicio en


procedimiento ejecutivo, caratulado "Banco de Crédito e Inversiones
c/ Arquitectura y Construcción Impronta Limitada y otros", don Miguel Luis Vial
Larraín, abogado, en representación del Banco de Crédito e Inversiones, dedujo
demanda de cobro de pagaré en contra de Arquitectura y Construcción Impronta
Limitada, representada por don Cristián Oliva Munizaga y por don Cristián
Donoso Santana y, en contra de ambos, en carácter de avales de la deudora
principal.

Funda su pretensión señalando que el demandado adeuda al banco


ejecutante la suma de $ 9.702.165, más los intereses pactados y penales
devengados y por devengar hasta el día del pago efectivo, en virtud de un pagaré
a plazo a la orden, suscrito el 12 de octubre de 2001, por la cantidad antes
indicada, el que debía pagarse en su totalidad el día 25 de septiembre de 2002.

Manifiesta que el deudor no cumplió con su obligación en su fecha de


vencimiento, constituyéndose en mora a partir de esa data.

Señala que se pactó que las obligaciones derivadas del pagaré serían
solidarias para la suscriptora y avalistas y tendrían el carácter de indivisible,
pudiendo el Banco cobrarlas íntegramente a cada uno de los herederos o
sucesores a cualquier título, en los términos que establecen los artículos 1526
Nº 4 y 1528 del Código Civil.

Indica que la firma de los suscriptores se encuentra autorizada ante Notario


Público, por lo que el pagaré tiene mérito ejecutivo de conformidad a lo dispuesto
en el artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil.

Añade que la deuda es líquida, actualmente exigible y que la acción ejecutiva


no se halla prescrita.

158
Solicita, por tanto, tener por interpuesta la demanda ejecutiva y ordenar se
despache mandamiento de ejecución y embargo en contra de los demandados
por la suma de $ 9.702.165, más los intereses pactados y penales devengados
y por devengar hasta el día del pago efectivo, más las costas de la causa,
disponiendo que se siga adelante la ejecución hasta el entero y cumplido pago
a la entidad bancaria de la suma adeudada.

Los ejecutados Arquitectura y Construcción Impronta Limitada y don Cristián


Humberto Donoso Santana opusieron a la ejecución las siguientes excepciones:

a) La prevista en el Nº 14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil,


esto es la nulidad de la obligación.

Argumentan al efecto que el pagaré es nulo, de conformidad a lo dispuesto en


los artículos 1681 y siguientes del Código Civil, 7º de la Ley Nº 18.092, en
rela ción con los artículos 107 y 102 Nº 6 del mismo estatuto legal y numeral 8º
inciso segundo del artículo 1567 del Código Civil, toda vez que jamás fue firmado
por don Cristián Donoso Santana en carácter de representante legal de la
deudora principal ni en calidad de aval, tal como ofrecen acreditar. Sostienen
que alguien imitó o contra hizo las mencionadas firmas, por lo que las supuestas
rúbricas son total y absolutamente falsas.

b) La contemplada en el Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento


Civil, esto es la falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por
la ley para que el título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea en
relación al demandado.

Afirman que el supuesto título fundante de la acción carece de un requisito o


condición estatuido por la ley para tener fuerza ejecutiva, según previenen los
artículos 7º, 102 Nº 6 y 107 de la Ley Nº 18.092, cual es que sea suscrito por la
persona que se obliga o en su caso por su representante, situación que en tal
documento no ocurrió, al haberse falsificado reiteradamente la firma de don
Cristián Donoso Santana.

El ejecutante, evacuando el traslado respectivo, solicitó el rechazo de las


excepciones opuestas a la ejecución, con costas.

Por sentencia de doce de mayo de dos mil cuatro, escrita a fojas 64, la juez
titular del tribunal de primer grado rechazó la excepción de nulidad de la
obligación; acogió la excepción de falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por la ley para que el título tenga fuerza ejecutiva y, en
consecuencia, ordenó alzar la ejecución, y condenó en costas al vencido.

Apelado el fallo por el ejecutante, una de las Salas de la Corte de Apelaciones


de Santiago, por sentencia de doce de junio de dos mil ocho, que se lee a fojas
102, lo confirmó.

En contra de esta última decisión la aludida parte dedujo recurso de casación


en el fondo.

159
Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado que,


en lo pertinente a este recurso, confirmó el fallo del tribunal a quo, que a su vez
acogió la excepción prevista en el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento
Civil, rechazando, en definitiva, la demanda ejecutiva de autos, ha sido dictada
con infracción a los artículos 434 Nº 4, 441 y 464 Nºs. 6 y 7 del Código de
Procedimiento Civil; 102 de la Ley Nº 18.092, y 19 del Código Civil, según pasa
a explicar:

Alega que en la especie el pagaré base de la ejecución aparece firmado por


los representantes legales de la suscriptora y por cada uno de los avalistas,
encontrándose su firma autorizada por el Notario Público don Pedro Sadá Azar,
cumpliéndose, a su juicio, el requisito previsto en el inciso segundo del Nº 4 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil.

Añade que, por su parte, el pagaré en cuestión cumple con los requisitos
contemplados en el artículo 102 de la Ley Nº 18.092, ya que el citado instrumento
se encuentra suscrito por las personas que en él se indican, por lo que se
verifican todos los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva, situación que
en su oportunidad motivó que el tribunal despachara el correspondiente
mandamiento de ejecución y embargo en contra de los demandados, tal como
se prevé en el artículo 441 del Código de Procedimiento Civil.

Sostiene que la excepción de falta de alguno de los requisitos o condiciones


previstos por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva, puede oponerse
cada vez que falte alguno de los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva,
sea porque el título no reúne todas las condiciones determinadas por la ley para
que se le considere como ejecutivo, porque la deuda no es líquida, o porque no
es actualmente exigible, y que dicha excepción debe relacionarse con todos
aquellos preceptos legales que consagran exigencias para que el título tenga
fuerza ejecutiva.

De este modo, afirma, la eventual falsedad de la rúbrica estampada en el


pagaré nada tiene que ver con la excepción de falta de requisitos del título, sino
que ello es materia de otra excepción; esto es, de aquélla señalada en el Nº 6
del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

Manifiesta que un título es falso cuando no es auténtico, es decir cuando no


ha sido realmente otorgado y autorizado por las personas y de la manera que en
él se expresa, por lo que subsiguientemente, para que pueda calificarse de falso
un título, es menester que haya habido suplantación de personas o que se hayan
hecho adulteraciones que hagan cambiar la naturaleza del documento.

En consecuencia, expresa que el fallo impugnado se encuentra viciado por


haber incurrido en una errónea aplicación del artículo 464 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil, al no haberse aplicado el precepto que en derecho
correspondía, cuál era el numeral 6º del aludido artículo 464;

160
Segundo: Que la sentencia recurrida que reprodujo y confirmó el fallo de
primer grado, en cuanto acogió la excepción prevista en el artículo 464 Nº 7 del
Código de Procedimiento Civil, rechazando, en definitiva, la demanda ejecutiva
de autos, señala al efecto que "a objeto de acreditar sus dichos el
ejecutado solicitó y obtuvo se efectuara peritaje caligráfico, el que con
posterioridad fue reiterado como medida para mejor resolver" y que "la perito
designada en autos evacuó su informe pericial documental, concluyendo que
presume que las firmas del pagaré fundante de la presente acción, a la orden del
Banco de Crédito e Inversiones, son falsas, resultado de una imitación servil (sic)
de las firmas auténticas de don Cristián Donoso Santana", razonando, a
continuación, que "el informe pericial antes aludido, conforme a las normas de la
sana crítica, resulta suficiente para acreditar la falsificación de firmas que alega
el ejecutado Sr. Donoso por sí y en la representación que inviste", concluyendo,
en consecuencia, que "en estas condiciones sólo cabe concluir que el pagaré no
fue firmado por el ejecutado Cristián Donoso Santana, ni como representante de
la sociedad ejecutada ni como aval, por lo mismo el documento no cumple con
lo exigido por el Nº 6 del artículo 102 de la Ley Nº 18.092 y no vale como pagaré"
y que "por último, no reuniendo el pagaré los requisitos para ser considerado
título ejecutivo, toda vez que la firma autorizada por notario no es la del suscriptor
sino una imitación de la misma, procede acoger la excepción en comento.";

Tercero: Que la cita de las disposiciones legales denunciadas por el


recurrente, expuestas previamente en el motivo primero y los argumentos
esgrimidos en apoyo de sus afirmaciones en tal sentido, tienen por objeto
sustentar fundamentalmente: 1. que el pagaré sub lite poseería todos los
requisitos establecidos en el artículo 102 de la Ley Nº 18.092, al encontrarse
efectivamente suscrito por las personas que en él se indican, y 2. la errónea
aplicación de la excepción prevista en el artículo 464 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil, por no corresponder la situación fáctica alegada por los
ejecutados a alguno de los presupuestos que harían procedente la mentada
defensa;

Cuarto: Que luego de lo dicho, resulta que la primera transgresión que el


recurrente estima se ha cometido por los jueces del fondo, persigue desvirtuar el
supuesto fáctico fundamental asentado por ellos; esto es, que el documento que
sirve de título ejecutivo a la demanda de autos no fue firmado por el ejecutado
don Cristián Donoso Santana, ni como representante de la sociedad ejecutada
ni como aval; hecho que resulta inamovible para este tribunal, conforme a lo
previsto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, desde que ha sido
establecido con sujeción al mérito de los antecedentes, probanzas aportadas por
las partes, interpretación y aplicación de normas atinentes al caso en estudio, no
siendo posible impugnarlo por la vía de la nulidad que se revisa, al no haberse
objetado el fallo recurrido denunciando infracción a leyes reguladoras de la
prueba;

Quinto: Que el artículo 102 de la Ley Nº 18.092, que refiere las enunciaciones
que debe contener el pagaré, señala en su numeral 6º "la firma del suscriptor".

161
A su turno, el artículo 103 del mismo estatuto legal dispone que: "El documento
que no cumpla con las exigencias del artículo precedente, no valdrá como
pagaré".

Por su parte, el artículo 434 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil establece:


"El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar
su cumplimiento se hace valer alguno de los siguientes títulos:

4º. Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por


reconocido. Sin embargo, no será necesario este reconocimiento respecto del
aceptante de una letra de cambio o subscriptor de un pagaré que no hayan
puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse el documento por
falta de pago, siempre que el protesto haya sido personal, ni respecto de
cualquiera de los obligados al pago de una letra de cambio, pagaré o cheque,
cuando, puesto el protesto en su conocimiento por notificación judicial, no alegue
tampoco en ese mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad.

Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de


cambio, pagaré o cheque, respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada
por un notario o por el oficial del Registro Civil en las comunas donde no tenga
su asiento un notario".

A su vez, el artículo 464 Nº 7 del referido cuerpo legal previene que: "La
oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las
excepciones siguientes:

7ª. La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes
para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación
al demandado";

Sexto: Que según han señalado los autores constituye título ejecutivo el
documento que da cuenta de un derecho y una obligación indubitada y al cual la
ley otorga la suficiencia necesaria para obtener el cumplimiento de la obligación
que allí aparece" (Cristián Maturana Miquel, Separata "Los incidentes", Facultad
de Derecho Universidad de Chile, 2007, pág. 152).

Se ha dicho también que título ejecutivo "es la declaración solemne a la cual


la ley le otorga específicamente la fuerza indispensable para ser el antecedente
de una ejecución" (op. cit., pág. 152).

Por su parte, la jurisprudencia de nuestros tribunales ha definido el título


ejecutivo como "aquel que da cuenta de un derecho indubitable al cual la ley
otorga suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de una
obligación de dar, hacer o no hacer en él contenida, obligación que debe además
tener las características de ser líquida, actualmente exigible y de no hallarse
prescrita (C.S., 11.08.97, R.D.J., Tomo XCIV, Nº 2 mayo-agosto 1997, 2ª parte
2ª, sec. 1ª, págs. 64 y sgtes.).

De acuerdo a lo señalado, los títulos ejecutivos sólo pueden ser creados por
la ley; tienen siempre el carácter de solemnes, y en ellos debe constar la

162
existencia de una obligación de dar, hacer o no hacer, líquida, actualmente
exigible y no prescrita;

Séptimo: Que tal como reflexionaron los jueces del mérito, en el caso sub lite,
al haber sido establecida la falsedad de la firma de don Cristián Donoso Santana,
es menester concluir que el documento en que se apoya la ejecución de autos
no fue firmado por la persona jurídica que aparentemente comparecía a obligarse
como deudora principal, al ser falsa la rúbrica de su representante legal, ya que
según planteó el propio ejecutante, la empresa Arquitectura y Construcción
Impronta Limitada se encontraba representada por don Cristián Oliva Munizaga
y por don Cristián Donoso Santana, sustentando, al emplear la conjunción "y",
una representación copulativa, circunstancia que al no haber sido contradicha
por la contraparte resultó determinada como un hecho de la causa.

De este modo, al no haber sido firmado el instrumento que sirve de título


ejecutivo a la demanda de autos por el ejecutado don Cristián Donoso Santana,
ni como representante de la sociedad ejecutada ni como aval, lo cierto es que
por expresa disposición del artículo 103 de la Ley Nº 18.092, tal instrumento
carece de valor como pagaré y, por tanto, no constituye un título ejecutivo en los
términos previstos en el numeral 4º del artículo 464 (sic) del Código de
Procedimiento Civil, situación por la cual, al haberse acreditado la concurrencia
de uno de los supuestos fácticos de procedencia de la excepción prevenida en
el artículo 464 Nº 7 del mismo cuerpo legal, su aplicación por los jueces del
mérito no ha podido constituir error de derecho.

"Se opondrá esta excepción cada vez que falte alguno de los requisitos para
que proceda la acción ejecutiva, sea porque el título no reúne todas las
condiciones establecidas por la ley para que se le considere como ejecutivo, o
porque no es actualmente exigible. Esta excepción debe relacionarse, pues, con
todos aquellos preceptos legales que consagran exigencias para que un título
tenga fuerza ejecutiva. Estos preceptos legales, como se comprenderá, son
innumerables, dada la diversidad de títulos ejecutivos que la ley crea, como
también la diversidad de condiciones que establece para cada uno de ellos"
(Raúl Espinosa Fuentes, "Manual de Procedimiento Civil. El Juicio Ejecutivo",
Edición actualizada por Cristián Maturana Miquel, Editorial Jurídica, 2003, págs.
113 y 114);

Octavo: Que sin perjuicio de lo señalado y sólo a mayor abundamiento, cabe,


además, señalar que las argumentaciones del recurrente destinadas a sostener
que los hechos fácticos en que se funda la causal esgrimida por los ejecutados
configurarían una excepción diversa, cual es la de falsedad del título, deben ser
asimismo rechazadas, toda vez que lo alegado en esencia por dicha parte no es
sino la ausencia absoluta de consentimiento para concurrir a obligarse en los
términos que indica el documento en que se sustentó la pretensión del ejecutante
y su consecuente inoponibilidad a los ejecutados Arquitectura y Construcción
Impronta Limitada y don Cristián Humberto Donoso Santana, situación que bien
pudo ser alegada mediante la oposición de varias de las excepciones previstas
en el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil;

163
Noveno: Que consecuentemente, los errores de derecho en que se hacen
consistir las infracciones legales denunciadas, no se han cometido, por lo que el
recurso en estudio debe ser desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 765 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza
el recurso de casación en el fondo interpuesto en la petición principal contenida
en la presentación de fojas 103, por el abogado don Luis Aróstegui Puerta de
Vera, en representación del ejecutante, Banco de Crédito e Inversiones, en
contra de la sentencia de doce de junio de dos mil ocho, escrita a fojas 102.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo de la Ministro Sra. Margarita Herreros Martínez.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sr.
Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Guillermo Silva G. y Abogados
Integrantes Sres. Benito Mauriz A. y Jorge Medina C.

No firman el Ministro Sr. Silva y el Abogado Integrante Sr. Medina, no obstante


haber concurrido ambos a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar en
comisión de servicios el primero y ausente el segundo.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera B.

En Santiago, a ocho de septiembre de dos mil nueve, notifiqué en Secretaría


por el Estado Diario la resolución precedente.

Rol Nº 5.042-2008.

7. MÉRITO EJECUTIVO DE PAGARÉS. NO CONCURRE SI NO SE PAGÓ


IMPUESTO DE TIMBRES

SUMARIO: La norma del artículo 26, de aplicación general, no entra en conflicto


con la del artículo 10, ambos del D.L. Nº 3.475, toda vez que en conformidad
a lo dispuesto en su artículo 3º el impuesto único de timbres y estampillas de
cargo del importador en las operaciones de importación, está referido a todos
los documentos necesarios para la operación. Consecuentemente, el control
que ejerce la autoridad judicial, al estudiar la admisibilidad del título ejecutivo,
se debe ejercer prescindiendo de quien tenga la carga tributaria; pretendiendo
valerse del título el acreedor, le corresponde asumir la carga procesal de
acreditar la substitución del tributo, tal como lo exige la Circular Nº 39 del 25
de julio de 1991, del Servicio de Impuestos Internos, que en sus Comentarios,
Nº 2 a) párrafo final, dispone: Por su parte y para los efectos de hacer valer
ante las autoridades judiciales, administrativas y municipales aquellos títulos
de crédito que se emitan o suscriban, amparados por el nuevo impuesto
sustitutivo del artículo 3º, los contribuyentes deberán estampar la siguiente
leyenda en tales documentos: El tributo que afecta a este documento se

164
sustituye por el establecido en el artículo 3º del D.L. Nº 3.475. Dicha leyenda
reemplazará la obligación de acreditar el pago del impuesto establecida en el
artículo 26 del cuerpo legal modificado. En el caso de autos los pagarés que
no contaban con la leyenda respectiva, no permitían tener por reemplazada la
obligación de que se trata.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2944-2002

Fecha: 23/10/2003

Cita online: CL/JUR/135/2003; 28746

Partes: Bco. del Estado de Chile con Rasmesh Uttamchandani Hardasani

Magistrados: Ortiz Sepúlveda, Eleodoro; Gálvez Blanco, Ricardo; Kokisch


Mourgues, Domingo; Rodríguez Ariztía, Jorge

Redactor: Rodríguez Ariztía, Jorge

Abogado integrante : Carrasco Acuña, Óscar

Voces: acción ejecutiva - excepciones - instrumento de crédito - instrumento


mercantil - juicio ejecutivo - obligación de dar - pagaré - recursos - requisitos
del pagaré - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 10 - D.L. Nº 3.475; Artículo 26 - D.L.


Nº 3.475; Artículo 3º - D.L. Nº 3.475

TEXTO COMPLETO

Santiago, 23 de octubre de 2003.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 19.296 del Cuarto Juzgado Civil de Iquique, el Banco
del Estado de Chile demandó en juicio ejecutivo a la sociedad PREM
Internacional (Iquique) S.A. representada por Ramesh Uttamchandani
Hardasani, como deudora principal y a este último en su calidad de fiador y
codeudor solidario, cobrándoles US$ 264.915,19 equivalentes en moneda
nacional a $ 141.464.711,46 de acuerdo al tipo de cambio vigente al 8 de octubre
de 1999, más intereses, reajustes que correspondan y costas.

Fundamenta su acción en tres pagarés constitutivos de títulos ejecutivos


suscritos por diferentes sumas, que no fueron pagadas en la forma pactada,
adeudando el saldo que demanda. La demandada opuso, entre otras
excepciones, la de falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos

165
por las leyes para que el título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea
con relación al demandado, 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil,
fundada en el hecho que los pagarés no cumplen lo dispuesto en la Circular
Nº 72 del Servicio de Impuestos Internos, de 8 de octubre de 1980, en cuanto a
que debe llevar la leyenda relativa a que el pago del impuesto de Timbres y
Estampillas que grava al documento se paga por ingresos mensuales de dinero
en Tesorería, toda vez que se encuentran gravados con el impuesto que
establece el D.L. Nº 3.475, de acuerdo a su artículo 1º, Nº 3, por lo cual quedan
sujetos a la disposición del artículo 26 del referido cuerpo legal.

Agregó, además, que los referidos pagarés no se bastan para cumplir con el
requisito de liquidez de la obligación, toda vez que está recargada en 2,10
puntos, a contar de la fecha de pago en el exterior y en ellos no aparece este
dato.

Hace presente que tampoco se verificó pago alguno en el exterior, de manera


que no resulta posible liquidar dicha obligación.

Por sentencia de primera instancia de dieciséis de noviembre de dos mil uno,


escrita a fojas 42, se acogió la excepción anteriormente referida, disponiendo
además que cada parte pagara sus costas.

Apelada por la parte ejecutante y adherida al recurso la parte ejecutada, en lo


tocante a las costas, la Corte de Apelaciones de Iquique la confirmó por
sentencia de veintiséis de junio de dos mil dos, escrita a fojas 67, en fallo dividido.

Contra esta sentencia, la parte demandante interpuso recurso de casación en


el fondo, para cuyo conocimiento se han traído los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que los Jueces recurridos han incurrido
en infracción legal al aplicar los artículos 464 Nº 7 del Código de Procedimiento
Civil y 26 de la Ley de Impuesto de Timbres y Estampillas, que fueron decisorio
litis, en vez del artículo 10 de esta última normativa, entre otras infracciones
legales que también denuncia.

Explica que entre las partes se contrató un mutuo que otorgó el Banco a la
ejecutada para financiar una operación de importación, documentada con los
pagarés de autos, operación que debía pagarse por la deudora con recursos
propios o con divisas adquiridas en el mercado informal, de acuerdo a lo pactado,
lo que la obligaba a pagar el impuesto que grava los pagarés, establecido en el
artículo 3º de la citada ley tributaria. La sentencia estimó irrelevante determinar
la persona que estaba obligada al pago del impuesto, en circunstancias que
cuando el importador o quien ingresa la mercadería a zona franca paga la
importación con recursos propios o con divisas adquiridas en el mercado informal
es el único obligado al pago del impuesto y no el dueño de los títulos, situación
que describe el artículo 10 del D.L. Nº 3.475 de 1980, norma que constituye una
excepción al artículo 26.

166
La errónea aplicación de la norma general de dicho artículo 26 condujo a los
sentenciadores a restarle el mérito ejecutivo a los documentos fundantes de la
acción, dando lugar a la excepción establecida en el artículo 464 Nº 7 del Código
del Ramo. Sostiene el recurrente que también ha sido vulnerado el artículo 466
del Código de Procedimiento Civil ya que la excepción debió declararse
inadmisible por falta de legitimidad activa para oponerla, desde que el deudor
era, a su vez, el obligado al impuesto y la errónea aplicación de dicha norma le
otorgó la legitimidad de la cual adolecía.

En seguida, da por infringidas las reglas de interpretación establecidas en los


artículos 19 inciso 2º, 22 y 24 del Código Civil, pues debió establecer el sentido
de los artículos 10 y 26 de la Ley de Timbres y Estampillas, recurriendo a la
historia fidedigna de sus disposiciones, concordarlas y armonizarlas,
entendiéndolas del modo más conforme al espíritu general de la legislación y
equidad natural, debiendo aplicar el principio de que nadie puede excusarse en
su propia negligencia que habría conducido al sentenciador a desestimar la
oposición de quien no era titular de la excepción.

Segundo: Que el recurrente denuncia, además, infracción al artículo 438 del


Código de Procedimiento Civil, el cual se ha dejado de aplicar desde el momento
que se ha acogido la excepción del artículo 464 Nº 7 de ese cuerpo de leyes
también por el capítulo de falta de liquidez de la obligación, en circunstancias
que el capital está absolutamente determinado y los intereses pueden liquidarse
mediante simples operaciones aritméticas con los datos que los mismos pagarés
suministran y ello ocurrirá en la etapa de cumplimiento de la sentencia.

Agrega que el banco emisor puede renunciar a ellos, pues su cobro es facultad
suya exclusiva, ya que están establecidos a su favor, por lo cual en esa etapa
decidirá la entrega del certificado que permitiría aplicar el recargo a la tasa
LIBOR.

Tercero: Que, en el fallo de primera instancia, que el de segunda hizo suyo, el


Juez hace referencia al texto del artículo 26 del D.L. Nº 3.475 y a la circunstancia
que los títulos en que se funda la ejecución se esgrimen como pagarés, para
luego razonar sobre la base del hecho que el impuesto de que se trata no se ha
pagado y por ello, según expresa en el considerando sexto, aun de ser válida la
estipulación pactada en orden a que sería el aceptante del Pagaré quien debería
pagar este impuesto, el hecho es que no consta en autos que se haya pagado
de manera alguna, refiriéndose a los documentos de fojas 33, 34 y 35 (estos 2
últimos, sendas declaraciones juradas de la persona natural demandada, de
fecha 17 de febrero de 1998, en cuanto a que se encuentra tramitando una
operación de ingreso a Zona Franca de Iquique que se pagará con posterioridad
a la fecha del ingreso de las mercancías a dicho recinto, por lo que el crédito
obtenido en el Banco del Estado de Chile, oficina Zofri Iquique mediante Carta
de Crédito Nº 2344/IQQ para efectuar dicho ingreso se solucionará después de
la fecha de la presente declaración) considera el Juez que indican lo mismo
razonado, pero en caso alguno acreditan el pago del impuesto.

167
En mérito de tales razonamientos así sintetizados, concluye que los pagarés
carecen de mérito ejecutivo, según lo dispone categóricamente el artículo 26 y
por ello es que acoge la excepción en análisis.

Cuarto: Que, el interés en razón del cual está establecido el tributo es el del
Fisco y no el interés particular de alguna de las partes otorgantes del acto jurídico
gravado.

Quinto: Que la norma del artículo 26, de aplicación general, no entra en


conflicto con la del artículo 10, ambos del D.L. que se ha venido citando, toda
vez que en conformidad a lo dispuesto en su artículo 3º el impuesto único de
timbres y estampillas, de cargo del importador en las operaciones de
importación, está referido a todos los documentos necesarios para la operación.

Consecuentemente, el control que ejerce la autoridad judicial, al estudiar la


admisibilidad del título ejecutivo, se debe ejercer prescindiendo de quien tenga
la carga tributaria; pretendiendo valerse del título el acreedor, le corresponde
asumir la carga procesal de acreditar la sustitución del tributo, tal como lo exige
la circular Nº 39 del 25 de julio de 1991, del Servicio de Impuestos Internos que
en sus Comentarios, Nº 2 a) párrafo final, dispone: Por su parte y para los efectos
de hacer valer ante las autoridades judiciales, administrativas y municipales
aquellos títulos de crédito que se emitan o suscriban, amparados por el nuevo
impuesto sustitutivo del artículo 3º, los contribuyentes deberán estampar la
siguiente leyenda en tales documentos: El tributo que afecta a este documento
se sustituye por el establecido en el artículo 3º del D.L. Nº 3.475. Dicha leyenda
reemplazará la obligación de acreditar el pago del impuesto establecida en el
artículo 26 del cuerpo legal modificado.

En el caso de autos, los pagarés que no contaban con la leyenda respectiva


no permitían tener por reemplazada la obligación de que se trata.

Sexto: Que, en cuanto al segundo capítulo del recurso de casación en estudio,


el sentenciador de primera instancia razonó que el pagaré en cuestión indica que
para acreditar la fecha de negociación, la de vencimiento del plazo rogado por el
proveedor o la paridad a que se hubiera recurrido (erróneamente se escribió
recorrido) para el arbitraje, en su caso, será concluyente un certificado emitido
por un Ministro de Fe del propio Banco acreedor, designado con arreglo al
artículo 21 del Decreto Ley Nº 2.079 de 1977;

Y dado el hecho negativo de no haber sido acompañado el referido certificado


del Ministro de Fe del propio Banco acreedor, estimó que no se había acreditado
la fecha desde la cual procedía aplicar el recargo de 2,10 puntos, de manera que
no era líquida ni liquidable la obligación demandada.

Séptimo: Que sobre este particular la demandada se abstuvo de contestar en


el período de discusión del pleito, de forma tal que su alegación, introducida
como argumento de la apelación, no fue una cuestión ventilada en la primera
instancia.

168
Esta actitud de la ejecutante también trae como consecuencia que, sobre el
hecho alegado por el ejecutado, de no haberse verificado pago alguno en el
exterior, no hubo discusión, quedando establecido como tal, implícitamente.
Pero, además, los requisitos del título en este punto —las bases para la
liquidación oportuna del crédito— deben aparecer con suficiencia para
despachar la ejecución y remitiéndose el título a un documento externo a él,
como prueba de un hecho desde el cual ha de calcularse el monto definitivo de
la obligación, aun cuando emanado del mismo acreedor debe acreditarse
conjuntamente con dicho instrumento.

La posibilidad de renunciar al recargo demandado no puede esgrimirse para


justificar la falta de certeza de que adolece el título.

Octavo: Que, por consiguiente, los sentenciadores de las instancias han


procedido a calificar la situación de hecho y aplicar el derecho, correctamente,
de manera que no han incurrido en las infracciones de ley que les atribuye el
recurrente.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de


Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto
por la parte demandante a fojas 69 y siguientes en contra de la sentencia de
veintiséis de junio de dos mil dos, escrita a fojas 67 y siguientes.

Acordada con el voto en contra del Ministro Sr. Rodríguez y Abogado


Integrante Sr. Carrasco, quienes estuvieron por acoger el recurso de casación
de que se trata teniendo en consideración los siguientes fundamentos:

Primero: Que la Ley Nº 19.065, publicada en el Diario Oficial de 25 de junio de


1991, introdujo una serie de innovaciones en la ley sobre impuesto de timbres y
estampillas, contenida en el Decreto Ley Nº 3.475, de 1980, entre las que cabe
destacar los nuevos artículos 3 y 10 incorporados a su texto.

El nuevo artículo 3º dispuso que en reemplazo de los impuestos establecidos


en las demás disposiciones de la referida ley de timbres y estampillas, la
documentación necesaria para efectuar una importación o para el ingreso de
mercaderías desde el exterior a zonas francas bajo cualquier sistema en que el
pago de la operación o de los créditos obtenidos para realizarla se efectuara con
posterioridad a la fecha de aceptación del respectivo documento de destinación
aduanera o de ingreso de la mercadería a zona franca, estaría afecta al impuesto
único que tal artículo 3º estableció, agregándose en esta misma norma que entre
los documentos necesarios para efectuar una importación o para el ingreso a
zona franca, se incluirían todos aquellos que se emitieren o suscribieren con
ocasión del pago o de la constitución de garantías a favor del exportador
extranjero o de los bancos que intervinieren en la operación.

Por su parte, el nuevo artículo 10 incorporado por la misma Ley Nº 19.065,


dispuso que tratándose del impuesto del artículo 3º correspondería al banco o a
la entidad que vendiere las divisas recargar en el valor de la operación el
impuesto e ingresarlo en arcas fiscales, debiendo para dicho efecto solicitar la
documentación que señale el Servicio de Impuestos Internos. Pero agregó que,

169
en los demás casos, el pago del impuesto será efectuado por el importador o por
quien ingrese la mercadería a zona franca.

Segundo: Que se ha establecido en la sentencia de primera instancia el hecho


introducido por la parte ejecutante, indiscutido, cual es la estipulación pactada
en orden a que era el suscriptor del pagaré quien debía pagar el tributo, hecho
éste relevante para calificar la situación fáctica que prevé la norma de excepción
del artículo 10 del D.L. Nº 3.475, parte final.

Tercero: Que los términos de la estipulación contenida en los pagarés no dejan


lugar a dudas sobre la carga asumida por el importador, puesto que después de
efectuar la misma declaración a que se refieren los documentos de fojas 33, 34
y 35, citados por el juez de primer grado, finaliza: Me obligo a enterar todo otro
impuesto que se devengue con ocasión de tal operación, para el caso de que no
operare el impuesto sustitutivo del artículo 3º de la Ley de Impuestos de Timbres
y Estampillas.

Cuarto: Que esta declaración formulada en los pagarés, en los términos


exigidos por la Circular Nº 39, de 25 de julio de 1991, del señor Director de
Impuestos Internos, que impartió instrucciones sobre las modificaciones
introducidas por la Ley Nº 19.065 al D.L. Nº 3.475, de 1980, hace recaer en el
importador la obligación de enterar los impuestos del aludido artículo 3º,
reemplazándose así la obligación de acreditar su pago establecida en el artículo
26 de la ley modificada.

Quinto: Que, de acuerdo a lo razonado, no corresponde exigir al acreedor, ni


que acredite el pago del tributo, el cual no es de su cargo, ni que los pagarés que
presenta a cobro lleven la leyenda que pretende el deudor, referida en la Circular
Nº 72, de 8 de octubre de 1980, del Servicio de Impuestos Internos, inaplicable
en el caso de autos.

Sexto: Que al haber sometido a los pagarés a la regla general del artículo 26
del D.L. Nº 3.475, exigiendo a los títulos el cumplimiento de un requisito
improcedente, que al faltar hizo posible la aplicación de la excepción 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, los sentenciadores han incurrido
en infracción de ley como se denuncia por el recurrente en primer lugar.

Séptimo: Que, en cuanto a la argumentación para sostener la misma


excepción, pero ahora por el capítulo de falta de liquidez, es un hecho
establecido que las partes estipularon en los mismos pagarés las reglas que
permiten recargar la tasa LIBOR de intereses en 2,10 puntos a contar desde la
fecha de pago del crédito documentario en el exterior y hasta la fecha de
requerimiento de pago al deudor del pagaré. Por ende, son los títulos los que
suministran los datos necesarios para el cálculo, tal como lo exige el artículo 438
Nº 3º, inciso segundo, del Código de Procedimiento Civil.

Al efecto, pactaron la siguiente última cláusula: Faculto irrevocablemente al


Banco del Estado de Chile, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 11 de
la Ley Nº 18.092 y por el artículo 241 del Código de Comercio, para completar la

170
mención referida al número del Crédito Documentario y a la fecha de vencimiento
de este pagaré.

El número del Crédito Documentario se completará con aquel que el Banco


asigne a dicho instrumento y la fecha de vencimiento corresponderá a la fecha
de pago en el exterior del mismo Crédito Documentario u otra posterior.

Esta cláusula debe relacionársela con otra anterior, del tenor siguiente: Si el
suscriptor o cualquiera de sus avales u obligados al pago discutieren la tasa de
interés que en definitiva resulte aplicable, pagaré intereses a la tasa máxima
convencional vigente a la fecha de suscripción de este pagaré.

Autorizado como lo fue, el Banco llenó la fecha de vencimiento de los pagarés


al 27 de junio de 1999, de modo que es ésta la fecha relevante para el cálculo
del recargo estipulado sobre la tasa LIBOR de intereses.

Octavo: Que, en la forma como razonó el Juez a quo aplicando derechamente


a esta situación contractual el artículo 464 Nº 7, sin atender lo dispuesto en el
artículo 438 Nº 3 inciso segundo, normas del cuerpo legal ya referido, ha
incurrido también en infracción de ley como se ha reclamado.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Rodríguez.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Eleodoro Ortiz S., Ricardo Gálvez B., Jorge Rodríguez A., Domingo Kokisch M.
y Abogado Integrante Sr. Óscar Carrasco A.

No firma el Abogado Integrante Sr. Carrasco, no obstante haber concurrido a


la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Rol Nº 2.944-2002.

8. NO ES POSIBLE REVIVIR PAGARÉ EXTINGUIDO POR PRESCRIPCIÓN


MEDIANTE GESTIÓN PREPARATORIA

SUMARIO: La gestión preparatoria de la vía ejecutiva es un procedimiento


establecido para dotar al acreedor de un título del que carece, cuyo no es el
caso de autos, toda vez que el Banco tenía un título ejecutivo, cual es el pagaré
fundante de su acción, como lo reconoce expresamente en la solicitud de
citación a confesar deuda y reconocer firma. Las acciones en contra del
obligado al pago del pagaré suscrito el 27 de julio de 1992, cuya última cuota
venció el 10 de abril de 1993, al iniciar la gestión preparatoria, se encontraban
prescritas, pues había transcurrido en exceso el plazo de un año contemplado
en el artículo 98 de la Ley Nº 18.092, aplicable en conformidad a lo dispuesto
en el artículo 107 de la referida ley. Luego, de lo dicho resulta que en la
práctica se está tratando de revivir una acción prescrita emanada de un pagaré

171
y de esta forma originar un título ejecutivo por un procedimiento no
contemplado para el instrumento de autos en tales circunstancias, por cuanto
se produce el efecto de generar un nuevo plazo de prescripción que el
legislador no ha considerado, llevando, de hecho, a hacer revivir una acción
ejecutiva ya prescrita, consecuencia que no puede ser amparada por la
naturaleza de orden público que se reconoce a la institución de la
prescripción .

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 5968-2004

Fecha : 28/11/2006

Cita online: CL/JUR/3826/2006

Partes: Banco del Estado de Chile contra Pedro Enrique Gómez Araos

Magistrados: Muñoz Gajardo, Sergio; Herreros Martínez, Margarita;


Rodríguez Ariztía, Jorge

Redactor: Rodríguez Ariztía, Jorge

Abogado integrante: Peralta Valenzuela, Ricardo; Carrasco Acuña, Óscar

Voces: derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo - preparación de la


vía ejecutiva - prescripción - pagaré

Legislación relacionada: Artículo 98 - Ley Nº 18.092; Artículo 107 - Ley


Nº 18.092

TEXTO COMPLETO

Santiago, 28 de noviembre de 2006.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 4.224-96, sobre juicio ejecutivo seguido ante el


Vigésimo Primer Juzgado Civil de Santiago, caratulados "Banco del Estado de
Chile con Gómez Araos, Pedro Enrique", por sentencia de primer grado, dictada
por su juez titular, el ocho de junio de mil novecientos noventa y nueve, según
se lee a fojas 62, se rechazó la excepción de falta de personería del
compareciente y se acogió la de prescripción de la acción ejecutiva, opuestas
por el ejecutado; en consecuencia se desestimó la demanda y se condenó al
Banco demandante al pago del 50% de las costas de la causa, y en el otro 50%
al demandado.

172
Apelado este fallo por el ejecutante, una Sala de la Corte de Apelaciones de
Santiago, por sentencia de veintiuno de octubre de dos mil cuatro, que se lee a
fojas 102, lo confirmó.

En contra de la resolución antedicha, el Banco ejecutante dedujo recurso de


casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el Banco recurrente estima que la sentencia impugnada ha sido


dictada con infracción de ley, toda vez que se han vulnerado los artículos 98, 100
y 107 de la Ley Nº 18.092 y el artículo 2515 del Código Civil, según pasa a
explicar:

La demanda ejecutiva no se fundó en el instrumento acompañado para efectos


de preparar la vía ejecutiva, sino que en la resolución judicial ejecutoriada que
tuvo por reconocida la firma y por preparada la vía ejecutiva.

En este contexto, agrega el recurrente, el plazo de prescripción comienza a


computarse desde el día que quedó firme y ejecutoriada la resolución que tuvo
por reconocida la firma y/o por confesada la deuda.

No resulta aplicable, en la especie, el plazo de prescripción a que se refieren


los artículos 98, 100 y 107 de la Ley Nº 18.092, pues no es la acción cambiaria
emanada del pagaré la que ha ejercido el Banco ejecutante en esta causa, sino
que la acción ejecutiva que emana de la sentencia firme que tuvo por reconocida
la firma puesta en el documento, la que se rige por las reglas generales de
prescripción establecidas en el artículo 2515 del Código Civil que no se
encuentra prescrita, pues no transcurrió el plazo de tres años exigido por la
referida norma entre la fecha en que la resolución que tuvo por reconocida la
firma quedó ejecutoriada y el día de la notificación válida de la demanda
ejecutiva.

Luego, la sentencia recurrida infringió las normas denunciadas, infracción que


ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, puesto que de haberse
aplicado correctamente las disposiciones legales que reglamentan esta materia,
habría concluido que la acción ejecutiva que emana de la sentencia firme que
tuvo por reconocida la firma puesta por el señor Gómez en el documento
acompañado para tales efectos, no se encuentra prescrita de conformidad con
el artículo 2515 del Código Civil, pues al momento de la notificación válida de la
demanda ejecutiva no había transcurrido el plazo de tres años exigidos por la
norma, contados desde que la sentencia que tuvo por preparada la vía ejecutiva
quedó firme, y en definitiva se habría rechazado la excepción de prescripción de
la acción ejecutiva emanada del pagaré suscrito por el demandado;

Segundo: Que para la resolución del presente recurso, útil resulta tener en
consideración los siguientes antecedentes del proceso:

173
a) Con fecha 5 de diciembre de 1996, el abogado don Luis Merino Soto, en
representación del Banco del Estado de Chile, solicita al Vigésimo Primer
Juzgado Civil de Santiago, con el objeto de preparar la vía ejecutiva y de acuerdo
con lo prescrito en los artículos 435 y 436 del Código de Procedimiento Civil, se
cite a don Pedro Gómez Araos a la presencia judicial, a fin de que reconozca su
firma puesta en el documento que acompaña y que confiese adeudar al Banco
la suma de UF 636,228881, equivalentes a $8.368.364 más intereses pactados;

b) El fundamento de la solicitud de citación a reconocer firma y confesar deuda


lo hace consistir la institución ejecutante en que "es dueña del pagaré reajustable
que acompaña", que fue suscrito el 27 de julio de 1992 por don Pedro Gómez
Araos, en calidad de deudor directo, por la suma que detalla, el que se obligó a
pagarlo en 3 cuotas mensuales y sucesivas, y no cumplió con el pago de ninguna
de las cuotas señaladas;

c) El demandado fue notificado el 30 de octubre de 1997;

d) Con fecha 6 de noviembre de 1997 comparece por escrito el citado, según


consta a fojas 27, reconoce su firma puesta en el documento que sirve de
fundamento a la gestión, pero no así la deuda de que da cuenta, toda vez que
ella se encuentra prescrita;

e) El tribunal de primer grado, con fecha 21 de noviembre de 1997, tuvo por


preparada la ejecución y reconocida la firma;

f) El 23 de diciembre de 1997, el Banco ejecutante presentó demanda


ejecutiva, invocando como fundamento de su acción los artículos 434, 435 y 436
del Código de Procedimiento Civil;

g) El ejecutado, a fojas 36, se opuso a la ejecución fundado en las excepciones


del artículo 464 Nº 2 y Nº 17. Tratándose de la excepción de prescripción,
sostuvo que la acción ejecutiva estaba prescrita porque el pagaré de autos fue
suscrito el 27 de julio de 1992, era pagadero en tres cuotas, con vencimiento la
primera el 10 de febrero de 1993 y la última, el 10 de abril del mismo año, y como
el plazo de prescripción conforme a los artículos 98 y 107 de la Ley Nº 18.092 es
de un año contado desde el día del vencimiento del documento, en la especie
había transcurrido en exceso al momento de presentar la gestión preparatoria de
la vía ejecutiva;

h) El Banco ejecutado no evacuó el traslado conferido, y el tribunal de primer


grado rechazó la excepción del artículo 464 Nº 2 y acogió la del Nº 17 del mismo
artículo, esto es la prescripción de la acción ejecutiva emanada del pagaré
suscrito por el demandado, teniendo presente para ello "que al preparar la vía
ejecutiva, encontrándose prescrito el documento en que se funda la demanda, la
parte demandante ha pretendido revivir la acción ejecutiva ya fenecida, citando
al deudor a reconocer firma y confesar deuda, respecto de él";

i) Apelado el fallo por el banco ejecutante, fue confirmado por la Corte de


Apelaciones de Santiago, según se lee a fojas 102;

174
Tercero: Que el Banco ejecutante ha invocado en su gestión preparatoria que
es dueño del pagaré que acompaña, autorizado ante notario, que constituye un
título ejecutivo, que se basta a sí mismo, por lo que las acciones en contra de los
obligados a su pago tienen un plazo de prescripción establecido en la ley,
artículos 98 y 107 de la Ley Nº 18.092, esto es un año, contado desde el
vencimiento del mismo;

Cuarto: Que el artículo 434 Nº 4º del Código de Procedimiento Civil contempla


al pagaré como título ejecutivo. Por su parte el artículo 435 del Código de
Procedimiento Civil establece: "Si, en caso de no tener el acreedor título
ejecutivo, quiere preparar la ejecución por el reconocimiento de firma o por la
confesión de la deuda, podrá pedir que se cite al deudor a la presencia judicial,
a fin de que practique la que corresponda de estas diligencias.

Y si el citado no comparece, o sólo da respuestas evasivas, se dará por


reconocida la firma o por confesada la deuda";

Quinto: Que el recurrente ha sostenido que no es la acción cambiaria


emanada del pagaré la que ha ejercido el Banco del Estado de Chile en esta
causa, sino que la acción ejecutiva que emana de la resolución firme que tuvo
por reconocida la firma puesta en el documento, que se rige por las reglas
generales de prescripción establecidas en el artículo 2515 del Código Civil, y que
no se encuentra prescrita;

Sexto: Que la gestión preparatoria de la vía ejecutiva es un procedimiento


establecido para dotar al acreedor de un título del que carece, cuyo no es el caso
de autos, toda vez que el Banco del Estado de Chile tenía un título ejecutivo,
cual es el pagaré fundante de su acción, como lo reconoce expresamente en la
solicitud de citación a confesar deuda y reconocer firma;

Séptimo: Que las acciones en contra del obligado al pago del pagaré suscrito
el 27 de julio de 1992, cuya última cuota venció el 10 de abril de 1993, al iniciar
la gestión preparatoria, se encontraban prescritas, pues había transcurrido en
exceso el plazo de un año contemplado en el artículo 98 de la Ley Nº 18.092,
aplicable en conformidad a lo dispuesto en el artículo 107 de la referida ley.

Luego, de lo dicho resulta que en la práctica se está tratando de revivir una


acción prescrita emanada de un pagaré y de esta forma originar un título
ejecutivo por un procedimiento no contemplado para el instrumento de autos en
tales circunstancias, por cuanto se produce el efecto de generar un nuevo plazo
de prescripción que el legislador no ha considerado, llevando, de hecho, a hacer
revivir una acción ejecutiva ya prescrita, consecuencia que no puede ser
amparada por la naturaleza de orden público que se reconoce a la institución de
la prescripción;

Octavo: Que atendidas las consideraciones anotadas, los jueces del fondo
han resuelto acertadamente al acoger la excepción de prescripción opuesta, por
lo que no han infringido las normas que se denuncian, lo que lleva a rechazar el
recurso en estudio.

175
Por estas consideraciones, y lo dispuesto en los artículos 764, 765 y 767 del
Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el
fondo interpuesto por el abogado don Luis Navarro Egaña, en representación del
Banco del Estado de Chile, en lo principal de fojas 103, en contra de la sentencia
de veintiuno de octubre de dos mil cuatro, que se lee a fojas 102.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Rodríguez Ariztía.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G. y Sra. Margarita Herreros M. y Abogados
Integrantes Sres. Ricardo Peralta V. y Óscar Carrasco A.

No firma el Abogado Integrante S r. Carrasco, no obstante haber concurrido a


la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 5.968-2004.

9. PAGARÉ BANCARIO ADQUIERE MÉRITO EJECUTIVO CON ANOTACIÓN


EN LIBROS DEL SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS E
IDENTIFICACIÓN DEL BANCO SUJETO O PRIMER RESPONSABLE DEL
IMPUESTO

SUMARIO: El Decreto Ley Nº 3.475, en sus artículos 1º Nº 3, 15 Nº 3 y 17 Nº 1,


estatuye que el impuesto que grava, entre otros, a los pagarés emitidos por
los Bancos, debe ser pagado por ingreso de dinero en Tesorería y, como
reiteradamente se ha resuelto, los pagarés emitidos por ellos, para tener
mérito ejecutivo, solamente deben cumplir con el requisito del penúltimo inciso
del título II de la Circular Nº 72, de 1980; esto es, su anotación en los libros
que se determinan y la identificación del Banco sujeto o primer responsable
del impuesto.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3015-2001

Fecha: 20/08/2007

Cita online: CL/JUR/1712/2007

Partes: Banco del Desarrollo con Chávez de la Vega

Magistrados: Silva Gundelach, Guillermo Enrique

176
Redactor: Silva Gundelach, Guillermo Enrique

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


excepciones - impuesto de timbres y estampillas - juicio ejecutivo - obligación
de dar - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículos 1º Nº 3, 15 Nº 3 y 17 Nº 1 - Decreto Ley


Nº 3.475

TEXTO COMPLETO

Concepción, 20 de agosto de 2007.

Visto:

Se eliminan las consideraciones del fallo de primer grado; se le reproduce en


lo demás y se tiene también presente:

1. Que la ejecutada ha opuesto a la ejecución las excepciones de los números


1, 6, 7, 9 y 17 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil;

2. Que la primera de ellas, o sea la incompetencia del tribunal, la funda en que


tiene domicilio en Concepción y no en Talcahuano.

Dicha excepción no puede tener acogida.

En efecto, en el pagaré materia de la causa, se estableció que para todos los


efectos legales derivados de él, el suscriptor constituía domicilio en Talcahuano,
sometiéndose a la jurisdicción y competencia de los tribunales de dicho puerto;

3. Que la segunda excepción, esto es la falsedad del título, la apoya en que el


valor que señala el pagaré no concuerda con la realidad, ya que su deuda es
menor a la cobrada.

Un título es falso cuando no es auténtico, es decir cuando no ha sido realmente


otorgado y autorizado por las personas y de la manera que en el título se
expresa.

En consecuencia, para que pueda calificarse de falso un título, es menester


que haya habido suplantación de personas o que se hayan hecho adulteraciones
que hagan cambiar la naturaleza del título.

Nada de esto ha probado la demandada.

Por lo anotado, esta excepción tampoco puede tener acogida;

4. Que la tercera excepción, es decir la falta de requisitos o condiciones para


que el título tenga mérito ejecutivo, la basa en tres aspectos:

177
a) Que no se encuentran pagados los impuestos de la Ley de Timbres, en lo
relativo al pagaré cobrado, como lo exige el artículo 26 de ella;

b) Que el pagaré carece de causa lícita, ya que el valor por el cual aparece
extendido es superior a lo que en verdad debe, cobrándose intereses excesivos,
y

c) Que el notario autorizó el pagaré sin que ella estuviera presente;

5. Que el Decreto Ley Nº 3.475, en sus artículos 1º Nº 3, 15 Nº 3 y 17 Nº 1,


estatuye que el impuesto que grava, entre otros, a los pagarés emitidos por los
Bancos, debe ser pagado por ingreso de dinero en Tesorería y, como
reiteradamente se ha resuelto, los pagarés emitidos por ellos, para tener mérito
ejecutivo, solamente deben cumplir con el requisito del penúltimo inciso del título
II de la Circular Nº 72, de 1980; esto es, su anotación en los libros que se
determinan y la identificación del Banco sujeto o primer responsable del
impuesto.

De otro lado, del documento acompañado en el segundo otrosí de fs. 55,


consta el pago del impuesto en mención;

6. Que no hay antecedente alguno en los autos que demuestre que el pagaré
tenga causa ilícita.

La ejecutada debía acreditar lo que afirma sobre esto, y no rindió probanza


alguna para hacerlo;

7. Que invariablemente se ha resuelto que la expresión autorizar no supone


necesariamente la presencia de aquél cuya firma se autentifica y, por ende, la
interpretación de dicha norma legal no puede llevar a exigir la comparecencia
ante el notario del obligado que firma un pagaré, bastando al efecto la sola
actuación del referido ministro de fe (Fallos del Mes Nº 261, sentencia Nº 4, pág.
236);

8. Que, por lo que se ha venido reseñando, la excepción del artículo 464 Nº 7


del Código de Enjuiciamiento Civil, formulada a la ejecución, debe rechazarse;

9. Que también debe desestimarse la excepción de pago parcial de la deuda.

La ejecutada expone que la deuda se encontraría pagada parcialmente, a


través del pago de algunas cuotas como el mismo ejecutante lo reconoce en su
demanda: Como se aprecia, la demandada ni siquiera señala a cuánto
alcanzaría lo que habría pagado de la deuda perseguida.

De otro lado, tampoco puede soslayarse que el ejecutante no cobra la totalidad


del pagaré, que es por $ 615.415, sino que solamente una parte de él, ya que la
demanda es por $ 356.517;

10. Que la última excepción, o sea, la de prescripción de la acción ejecutiva,


la esgrime la ejecutada expresando que entre la fecha de vencimiento del

178
pagaré, 9 de marzo de 1999, y la notificación de la demanda, 14 de julio de 2000,
transcurrió el plazo contemplado en el artículo 98 de la Ley Nº 18.092;

11. Que la cláusula de aceleración, estampada en el pagaré, expone que el


Banco, en caso de incumplimiento, queda facultado para el cobro anticipado, lo
que demuestra que ella está establecida en beneficio suyo, para el cual es
simplemente facultativo —no obligatorio— hacer uso de ella.

Por otra parte, en la demanda se cobran las cuotas impagas, vale decir las
debidas a partir del 9 de marzo de 2000, y la demandada aparece oponiendo
excepciones a la ejecución en julio de tal año, por lo que mal puede darse lugar
a la excepción en comento;

12. Que la absolución de posiciones ficta de la demandada no altera lo que


anteriormente se ha concluido en este fallo; por el contrario, no hace más que
corroborar lo que se ha determinado;

Por estas reflexiones, se confirma la sentencia de 29 de agosto de 2001,


escrita de fs. 72 a 75.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redactó el Ministro Guillermo Silva Gundelach.

Rol Nº 3.015-2001.

10. QUIEN INVOCA PAGARÉ DEBE PROBAR ESTAR AMPARADO POR


IMPUESTO SUSTITUTIVO DEL ARTÍCULO 3º DEL D.L. Nº 3.475

SUMARIO: El control que ejerce la autoridad judicial, al estudiar la admisibilidad


del título ejecutivo (pagaré), se debe ejercer prescindiendo de quien tenga la
carga tributaria; pretendiendo valerse del título el acreedor, le corresponde
asumir la carga procesal de acreditar la substitución del tributo, tal como lo
exige la Circular Nº 39 del 25 de julio de 1991, del Servicio de Impuestos
Internos, que en sus Comentarios, Nº 2 a) párrafo final, dispone: Por su parte
y para los efectos de hacer valer ante las autoridades judiciales,
administrativas y municipales aquellos títulos de crédito que se emitan o
suscriban, amparados por el nuevo impuesto sustitutivo del artículo 3º, los
contribuyentes deberán estampar la siguiente leyenda en tales documentos:
El tributo que afecta a este documento se sustituye por el establecido en el
artículo 3º del D.L. Nº 3.475. Dicha leyenda reemplazará la obligación de
acreditar el pago del impuesto establecida en el artículo 26 del decreto ley
cuerpo legal modificado. En el caso de autos, los pagarés que no contaban
con la leyenda respectiva no permitían tener por reemplazada la obligación de
que se trata.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

179
Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2944-2002

Fecha: 23/10/2003

Cita online: CL/JUR/496/2003; 28746

Partes: Banco del Estado de Chile contra Ramesh Uttamchandani Hardasani

Magistrados: Rodríguez Ariztía, Jorge; Kokisch Mourgues, Domingo; Gálvez


Blanco, Ricardo; Ortiz Sepúlveda, Eleodoro

Redactor: Rodríguez Ariztía, Jorge

Abogado integrante: Carrasco Acuña, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 26 - D.L. Nº 3.475; Artículo 3º -


D.L. Nº 3.475; Artículo 10 - D.L. Nº 3.475

TEXTO COMPLETO

Santiago, 23 de octubre de 2003.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 19.296, del Cuarto Juzgado Civil de Iquique, el Banco
del Estado de Chile demandó en juicio ejecutivo a la sociedad
Prem I nternacional (Iquique) S.A. representada por Ramesh Uttamchandani
Hardasani, como deudora principal y a este último en su calidad de fiador y
codeudor solidario, cobrándoles US$ 264.915,19 equivalentes en moneda
nacional a $ 141.464.711,46 de acuerdo al tipo de cambio vigente al 8 de octubre
de 1999, más intereses, reajustes que correspondan y costas.

Fundamenta su acción en tres pagarés constitutivos de títulos ejecutivos


suscritos por diferentes sumas, que no fueron pagadas en la forma pactada,
adeudando el saldo que demanda.

La demandada opuso, entre otras excepciones, la de falta de alguno de los


requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que el título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado, del artículo 464
del Código de Procedimiento Civil, fundada en el hecho que los pagarés no
cumplen lo dispuesto en la Circular Nº 72 del Servicio de Impuestos Internos, de
8 de octubre de 1980, en cuanto a que debe llevar la leyenda relativa a que el
pago del impuesto de Timbres y Estampillas que grava al documento se paga
por ingresos mensuales de dinero en Tesorería, toda vez que se encuentran
gravados con el impuesto que establece el D.L. Nº 3.475, de acuerdo a su

180
artículo 1º, Nº 3, por lo cual quedan sujetos a la disposición del artículo 26 del
referido cuerpo legal.

Agregó, además, que los referidos pagarés no se bastan para cumplir con el
requisito de liquidez de la obligación, toda vez que está recargada en 2,10
puntos, a contar de la fecha de pago en el exterior y en ellos no aparece este
dato.

Hace presente que tampoco se verificó pago alguno en el exterior, de manera


que no resulta posible liquidar dicha obligación. Por sentencia de primera
instancia de dieciséis de noviembre de dos mil uno, escrita a fojas 42, se acogió
la excepción anteriormente referida, disponiendo además que cada parte pagara
sus costas.

Apelada por la parte ejecutante y adherida al recurso la parte ejecutada, en lo


tocante a las costas, la Corte de Apelaciones de Iquique la confirmó por
sentencia de veintiséis de junio de dos mil dos, escrita a fojas 67, en fallo dividido.

Contra esta sentencia, la parte demandante interpuso recurso de casación en


el fondo, para cuyo conocimiento se han traído los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que los Jueces recurridos han incurrido
en infracción legal al aplicar los artículos 464 Nº 7 del Código de Procedimiento
Civil y 26 de la Ley de Impuesto de Timbres y Estampillas, que fueron decisorio
litis, en vez del artículo 10 de esta última normativa, entre otras infracciones
legales que también denuncia.

Explica que entre las partes se contrató un mutuo que otorgó el Banco a la
ejecutada para financiar una operación de importación, documentada con los
pagarés de autos, operación que debía pagarse por la deudora con recursos
propios o con divisas adquiridas en el mercado informal, de acuerdo a lo pactado,
lo que la obligaba a pagar el impuesto que grava los pagarés, establecido en el
artículo 3º de la citada ley tributaria.

La sentencia estimó irrelevante determinar la persona que estaba obligada al


pago del impuesto, en circunstancias que cuando el importador o quien ingresa
la mercadería a zona franca paga la importación con recursos propios o con
divisas adquiridas en el mercado informal es el único obligado al pago del
impuesto y no el dueño de los títulos, situación que describe el artículo 10 del
D.L. Nº 3.475 de 1980, norma que constituye una excepción al artículo 26.

La errónea aplicación de la norma general de dicho artículo 26 condujo a los


sentenciadores a restarle el mérito ejecutivo a los documentos fundantes de la
acción, dando lugar a la excepción establecida en el artículo 464 Nº 7 del Código
del ramo.

Sostiene el recurrente que también ha sido vulnerado el artículo 466 del


Código de Procedimiento Civil, ya que la excepción debió declararse inadmisible

181
por falta de legitimidad activa para oponerla, desde que el deudor era, a su vez,
el obligado al impuesto y la errónea aplicación de dicha norma le otorgó la
legitimidad de la cual adolecía.

Enseguida, da por infringidas las reglas de interpretación establecidas en los


artículos 19 inciso 2º, 22 y 24 del Código Civil, pues debió establecer el sentido
de los artículos 10 y 26 de la Ley de Timbres y Estampillas recurriendo a la
historia fidedigna de sus disposiciones, concordarlas y armonizarlas,
entendiéndolas del modo más conforme al espíritu general de la legislación y
equidad natural, debiendo aplicar el principio de que nadie puede excusarse en
su propia negligencia que habría conducido al sentenciador a desestimar la
oposición de quien no era titular de la excepción.

Segundo: Que el recurrente denuncia, además, infracción al artículo 438 del


Código de Procedimiento Civil, el cual se ha dejado de aplicar desde el momento
que se ha acogido la excepción del artículo 464 Nº 7 de ese cuerpo de leyes
también por el capítulo de falta de liquidez de la obligación, en circunstancias
que el capital está absolutamente determinado y los intereses pueden liquidarse
mediante simples operaciones aritméticas con los datos que los mismos pagarés
suministran y ello ocurrirá en la etapa de cumplimiento de la sentencia.

Agrega que el banco emisor puede renunciar a ellos, pues su cobro es facultad
suya exclusiva, ya que están establecidos a su favor, por lo cual en esa etapa
decidirá la entrega del certificado que permitiría aplicar el recargo a la tasa
LIBOR.

Tercero: Que, en el fallo de primera instancia, que el de segunda hizo suyo, el


Juez hace referencia al texto del artículo 26 del D.L. Nº 3.475 y a la circunstancia
que los títulos en que se funda la ejecución se esgrimen como pagarés, para
luego razonar sobre la base del hecho que el impuesto de que se trata no se ha
pagado y por ello, según expresa en el considerando sexto, aun de ser válida la
estipulación pactada en orden a que sería el aceptante del Pagaré quien debería
pagar este impuesto, el hecho es que no consta en autos que se haya pagado
de manera alguna.

Refiriéndose a los documentos de fojas 33, 34 y 35 (estos 2 últimos, sendas


declaraciones juradas de la persona natural demandada, de fecha 17 de febrero
de 1998, en cuanto a que se encuentra tramitando una operación de ingreso a
Zona Franca de Iquique que se pagará con posterioridad a la fecha del ingreso
de las mercancías a dicho recinto, por lo que el crédito obtenido en el Banco del
Estado de Chile, oficina Zofri Iquique mediante Carta de Crédito Nº 2344/IQQ
para efectuar dicho ingreso se solucionará después de la fecha de la presente
declaración) considera el Juez que indican lo mismo razonado, pero en caso
alguno acreditan el pago del impuesto.

En mérito de tales razonamientos, así sintetizados, concluye que los pagarés


carecen de mérito ejecutivo, según lo dispone categóricamente el artículo 26 y
por ello es que acoge la excepción en análisis.

182
Cuarto: Que el interés en razón del cual está establecido el tributo es el del
Fisco y no el interés particular de alguna de las partes otorgantes del acto jurídico
gravado.

Quinto: Que la norma del artículo 26, de aplicación general, no entra en


conflicto con la del artículo 10, ambos del D.L. que se ha venido citando, toda
vez que en conformidad a lo dispuesto en su artículo 3º el impuesto único de
timbres y estampillas de cargo del importador en las operaciones de importación,
está referido a todos los documentos necesarios para la operación.

Consecuentemente, el control que ejerce la autoridad judicial, al estudiar la


admisibilidad del título ejecutivo, se debe ejercer prescindiendo de quien tenga
la carga tributaria; pretendiendo valerse del título el acreedor, le corresponde
asumir la carga procesal de acreditar la substitución del tributo, tal como lo exige
la circular Nº 39 del 25 de julio de 1991, del Servicio de Impuestos Internos, que
en sus Comentarios, Nº 2 a) párrafo final, dispone: Por su parte y para los efectos
de hacer valer ante las autoridades judiciales, administrativas y municipales
aquellos títulos de crédito que se emitan o suscriban, amparados por el nuevo
impuesto sustitutivo del artículo 3º, los contribuyentes deberán estampar la
siguiente leyenda en tales documentos: El Tributo que afecta a este documento
se sustituye por el establecido en el artículo 3º del D.L. Nº 3.475.

Dicha leyenda reemplazará la obligación de acreditar el pago del impuesto


establecida en el artículo 26 del cuerpo legal modificado.

En el caso de autos, los pagarés que no contaban con la leyenda respectiva


no permitían tener por reemplazada la obligación de que se trata.

Sexto: Que, en cuanto al segundo capítulo del recurso de casación en estudio,


el sentenciador de primera instancia razonó que el pagaré en cuestión indica que
para acreditar la fecha de negociación, la de vencimiento del plazo rogado por el
proveedor o la paridad a que se hubiera recurrido (erróneamente se escribió
recorrido) para el arbitraje, en su caso, será concluyente un certificado emitido
por un Ministro de Fe del propio Banco acreedor, designado con arreglo al
artículo 21 del Decreto Ley Nº 2.079 de 1977, y dado el hecho negativo, de no
haber sido acompañado el referido certificado del Ministro de Fe del propio
Banco acreedor, estimó que no se había acreditado la fecha desde la cual
procedía aplicar el recargo de 2,10 puntos, de manera que no era líquida ni
liquidable la obligación demandada.

Séptimo: Que sobre este particular la demandada se abstuvo de contestar en


el período de discusión del pleito, de forma tal que su alegación, introducida
como argumento de la apelación, no fue una cuestión ventilada en la primera
instancia.

Esta actitud de la ejecutante también trae como consecuencia que, sobre el


hecho alegado por el ejecutado, de no haberse verificado pago alguno en el
exterior, no hubo discusión, quedando establecido como tal, implícitamente.

183
Pero, además, los requisitos del título en este punto —las bases para la
liquidación oportuna del crédito— deben aparecer con suficiencia para
despachar la ejecución y remitiéndose el título a un documento externo a él,
como prueba de un hecho desde el cual ha de calcularse el monto definitivo de
la obligación, aun cuando emanado del mismo acreedor, debe acreditarse
conjuntamente con dicho instrumento.

La posibilidad de renunciar al recargo demandado no puede esgrimirse para


justificar la falta de certeza de que adolece el título.

Octavo: Que, por consiguiente, los sentenciadores de las instancias, han


procedido a calificar la situación de hecho y aplicar el derecho, correctamente,
de manera que no han incurrido en las infracciones de ley que les atribuye el
recurrente.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del Código de


Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo interpuesto
por la parte demandante a fojas 69 y siguientes en contra de la sentencia de
veintiséis de junio de dos mil dos, escrita a fojas 67 y siguientes.

Acordada con el voto en contra del Ministro Sr. Rodríguez y Abogado


Integrante Sr. Carrasco, quienes estuvieron por acoger el recurso de casación
de que se trata teniendo en consideración los siguientes fundamentos:

Primero: Que la Ley Nº 19.065, publicada en el Diario Oficial de 25 de junio de


1991, introdujo una serie de innovaciones en la ley sobre impuesto de timbres y
estampillas, contenida en el Decreto Ley Nº 3.475, de 1980, entre las que cabe
destacar los nuevos artículos 3º y 10 incorporados a su texto.

El nuevo artículo 3º dispuso que en reemplazo de los impuestos establecidos


en las demás disposiciones de la referida ley de timbres y estampillas, la
documentación necesaria para efectuar una importación o para el ingreso de
mercaderías desde el exterior a zonas francas bajo cualquier sistema en que el
pago de la operación o de los créditos obtenidos para realizarla se efectuara con
posterioridad a la fecha de aceptación del respectivo documento de destinación
aduanera o de ingreso de la mercadería a zona franca, estaría afecta al impuesto
único que tal artículo 3º estableció, agregándose en esta misma norma que entre
los documentos necesarios para efectuar una importación o para el ingreso a
zona franca, se incluirían todos aquellos que se emitieren o suscribieren con
ocasión del pago o de la constitución de garantías a favor del exportador
extranjero o de los bancos que intervinieren en la operación.

Por su parte, el nuevo artículo 10 incorporado por la misma Ley Nº 19.065,


dispuso que tratándose del impuesto del artículo 3º correspondería al banco o a
la entidad que vendiere las divisas recargar en el valor de la operación el
impuesto e ingresarlo en arcas fiscales, debiendo para dicho efecto solicitar la
documentación que señale el Servicio de Impuestos Internos.

Pero agregó que, en los demás casos, el pago del impuesto será efectuado
por el importador o por quien ingrese la mercadería a la zona franca.

184
Segundo: Que se ha establecido en la sentencia de primera instancia el hecho
introducido por la parte ejecutante, indiscutido, cual es la estipulación pactada
en orden a que era el suscriptor del pagaré quien debía pagar el tributo, hecho
éste relevante para calificar la situación fáctica que prevé la norma de excepción
del artículo 10 del D.L. Nº 3.475, parte final.

Tercero: Que los términos de la estipulación contenida en los pagarés no dejan


lugar a dudas sobre la carga asumida por el importador, puesto que después de
efectuar la misma declaración a que se refieren los documentos de fojas 33, 34
y 35, citados por el juez de primer grado, finaliza: Me obligo a enterar todo otro
impuesto que se devengue con ocasión de tal operación, para el caso de que no
operare el impuesto sustitutivo del artículo 3º de la Ley de Impuestos de Timbres
y Estampillas.

Cuarto: Que esta declaración formulada en los pagarés, en los términos


exigidos por la Circular Nº 39, del 25 de julio de 1991 del señor Director de
Impuestos Internos, que impartió instrucciones sobre las modificaciones
introducidas por la Ley Nº 19.065 al D.L. Nº 3.475, de 1980, hace recaer en el
importador la obligación de enterar los impuestos del aludido artículo 3º,
reemplazándose así la obligación de acreditar su pago establecida en el artículo
26 de la ley modificada.

Quinto: Que, de acuerdo a lo razonado, no corresponde exigir al acreedor, ni


que acredite el pago del tributo, el cual no es de su cargo, ni que los pagarés que
presenta a cobro lleven la leyenda que pretende el deudor, referida en la Circular
Nº 72, de 8 de octubre de 1980, del Servicio de Impuestos Internos, inaplicable
en el caso de autos.

Sexto: Que al haber sometido a los pagarés a la regla general del artículo 26
del D.L. Nº 3.475, exigiendo a los títulos el cumplimiento de un requisito
improcedente, que al faltar hizo posible la aplicación de la excepción 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, los sentenciadores han incurrido
en infracción de ley como se denuncia por el recurrente en primer lugar.

Séptimo: Que, en cuanto a la argumentación para sostener la misma


excepción, pero ahora por el capítulo de falta de liquidez, es un hecho
establecido que las partes estipularon en los mismos pagarés las reglas que
permiten recargar la tasa LIBOR de intereses en 2,10 puntos, a contar desde la
fecha de pago del crédito documentario en el exterior y hasta la fecha de
requerimiento de pago al deudor del pagaré.

Por ende, son los títulos los que suministran los datos necesarios para el
cálculo, tal como lo exige el artículo 438 Nº 3º, inciso segundo, del Código de
Procedimiento Civil.

Al efecto, pactaron la siguiente última cláusula: Faculto irrevocablemente al


Banco del Estado de Chile, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 11 de
la Ley Nº 18.092 y por el artículo 241 del Código de Comercio, para completar la
mención referida al número del Crédito Documentario y a la fecha de vencimiento
de este pagaré.

185
El número del Crédito Documentario se completará con aquel que el Banco
asigne a dicho instrumento y la fecha de vencimiento corresponderá a la fecha
de pago en el exterior del mismo Crédito Documentario u otra posterior.

Esta cláusula debe relacionársela con otra anterior, del tenor siguiente: Si el
suscriptor o cualquiera de sus avales u obligados al pago discutieren la tasa de
interés que en definitiva resulte aplicable, pagará intereses a la tasa máxima
convencional vigente a la fecha de suscripción de este pagaré.

Autorizado como lo fue, el Banco llenó la fecha de vencimiento de los pagarés


al 27 de junio de 1999, de modo que es ésta la fecha relevante para el cálculo
del recargo estipulado sobre la tasa LIBOR de intereses.

Octavo: Que, en la forma como razonó el Juez a quo aplicando derechamente


a esta situación contractual el artículo 464 Nº 7, sin atender lo dispuesto en el
artículo 438 Nº 3 inciso segundo, normas del cuerpo legal ya referido, ha
incurrido también en infracción de ley como se ha reclamado.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Rodríguez.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Eleodoro Ortiz S., Ricardo Gálvez B., Jorge Rodríguez A., Domingo Kokisch M.
y Abogado Integrante Sr. Óscar Carrasco A.

No firma el Abogado Integrante Sr. Carrasco, no obstante haber concurrido a


la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Rol Nº 2.944-02.

186
CAPÍTULO VIII LETRA DE CAMBIO

1. TÍTULO EJECUTIVO. LETRA DE CAMBIO SIN FIRMA DEL LIBRADOR

SUMARIO: El reclamante estima que las letras de cambio no pueden servir de


título ejecutivo por carecer de firma del librador; sin embargo, ni la doctrina ni
la jurisprudencia discuten que el librador de las letras puede ser la misma
persona del librado; en consecuencia, al haberse rechazado la excepción del
Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil por ser el ejecutado de
autos quien libró las referidas letras de cambio y, a su vez, aceptó pagarlas a
la fecha de vencimiento, los sentenciadores han hecho una correcta aplicación
de las disposiciones legales atinentes al caso de que se trata.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Tipo de recurso: Casación en la forma y en el fondo

Rol: 1333-2005

Fecha: 27/03/2006

Cita online: CL/JUR/7413/2006; 34216

Partes: Sociedad Hermanos Lisboa Limitada con Herminia del Carmen Reyes
Paillalef

Magistrados: Herreros Martínez, Margarita; Rodríguez Ariztía, Jorge

Redactor: Álvarez García, Hernán

Abogado integrante : Rodríguez Espoz, Jaime; Herrera Valdivia, Óscar

Voces: letra de cambio - pagaré - pagaré a la vista - pagaré a plazo - requisitos


del pagaré

Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 27 de marzo de 2006.

Vistos y teniendo presente:

187
1º. Que en este juicio ejecutivo, la parte demandada recurre de casación en la
forma y en el fondo en contra de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones
de Arica que confirma la de primer grado donde se rechazan las excepciones
opuestas y se ordena seguir adelante la ejecución de la deuda que consta en
dos letras de cambio, que sirven de título a la ejecución;

2º. Que el recurso de nulidad formal, fundado en la causal novena del artículo
768 del Código de Procedimiento Civil, deberá ser declarado inadmisible puesto
que no fue preparado en los términos que exige el artículo 769 del mismo texto
legal. En efecto, consta en autos que el recurrente no reclamó oportunamente y
en todos sus grados del vicio que ahora invoca, ya que, no obstante recurrió por
idénticas causales de casación formal en contra del fallo de primer grado, lo
cierto es que no planteó incidente al ser requerido con el mandamiento que ahora
impugna, omitiendo, a su vez, dicho argumento al momento de deducir las
excepciones pertinentes;

3º. Que, por otra parte, como se aprecia del contenido del recurso de casación
en el fondo, el reclamante estima que las letras de cambio no pueden servir de
título ejecutivo por carecer de firma del librador; sin embargo, ni la doctrina ni la
jurisprudencia discuten que el librador de las letras puede ser la misma persona
del librado; en consecuencia, al haberse rechazado la excepción del Nº 7 del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil por ser el ejecutado de autos
quien libró las referidas letras de cambio y, a su vez, aceptó pagarlas a la fecha
de vencimiento, los sentenciadores han hecho una correcta aplicación de las
disposiciones legales atinentes al caso de que se trata; por ello, la casación en
estudio adolece de manifiesta falta de fundamento.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, a lo dispuesto en los


artículos 781 y 782 del Código de Procedimiento Civil, se declara inadmisible el
recurso de casación en la forma y se rechaza el de fondo deducido en lo principal
de fojas 48, en contra de la sentencia de veintisiete de enero del año pasado,
escrita a fojas 44.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Jaime Rodríguez E. y Sra. Margarita Herreros M. y
Abogados Integrantes Sres. Óscar Herrera V. y Hernán Álvarez G.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola Herrera B.

Rol Nº 1.333-2005.

2. SI PORTADOR NO PROTESTA LETRA DE CAMBIO POR FALTA DE PAGO


SE EXTINGUE LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA

SUMARIO: La ley contempla el cumplimiento de un requisito indispensable para


ejercer la acción cambiara indirecta (derivada de la letra de cambio), cual es

188
efectuar el protesto por falta de pago oportuna y formalmente, con el objeto de
dejar testimonio que el aceptante, como deudor directo, no pagó la letra
cuando correspondía. La omisión en el cumplimiento de esta exigencia legal
impuesta al portador, contenida en el artículo 69 de la Ley Nº 18.092, trae
aparejada como consecuencia la caducidad de la acción indirecta en contra
del librador, los endosantes o los avalistas de ambos, situación que se conoce
también como perjuicio de la letra y que consagra el inciso 2º del artículo 79
de la Ley Nº 18.092. El perjuicio, en consecuencia, implica que el librador, los
endosantes y los avalistas de ambos quedan exonerados de la
responsabilidad solidaria al pago de la letra que les había impuesto el inciso
1º del artículo 79 de la Ley Nº 18.092, como resultado de la inobservancia por
el portador de las cargas que legalmente se le imponen de protestar oportuna
y formalmente el documento para conservar sus acciones indirectas.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 754-2007

Fecha : 03/07/2008

Cita online: CL/JUR/2827/2008; 39366

Partes: Compañía Agropecuaria COPEVAL con Neira Vásquez

Magistrados: Juica Arancibia, Milton; Araya Elizalde, Juan; Muñoz Gajardo,


Sergio

Redactor: Muñoz Gajardo, Sergio

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán; Carrasco Acuña, Óscar

Voces: avalista - codeudor solidario - derecho comercial - instrumento de


crédito - instrumento mercantil - letra de cambio

Legislación relacionada: Artículo 79 - Ley Nº 18.092; Artículo 69 - Ley


Nº 18.092

TEXTO COMPLETO

Santiago, 3 de julio de 2008.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 4.260-2004 del Primer Juzgado Civil de Rancagua,


sobre juicio ejecutivo de cobro de obligación de dar, caratulado
Compañía Agropecuaria COPEVAL con Neira Vásquez, Cristián Marcelo,
compareció la sociedad anónima Compañía Agropecuaria COPEVAL y dedujo
demanda ejecutiva de cobro de letra de cambio, cumplida que fue la gestión

189
preparatoria, contra Cristián Marcelo Neira Vásquez y Etelvina del Carmen
Vásquez Guerra, fundada en que con fecha 15 de julio de 2003 se libró por Neira
Vásquez la letra de cambio Nº 82758 por la suma de $ 5.693.268, con
vencimiento el 28 de febrero de 2004, la que fue aceptada por éste y avalada por
Vásquez Guerra.

Llegado el día del vencimiento, agrega la demanda, la letra no fue pagada, lo


que motivó su protesto notarial por falta de pago el 14 de junio de 2004.

La avalista Etelvina del Carmen Vásquez Guerra, única deudora a quien se


notificó la demanda, opuso la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, fundada en que de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 79 de la Ley Nº 18.092, al no haberse verificado el protesto en forma
oportuna, han caducado las acciones en su contra.

Por sentencia de treinta de noviembre de dos mil cinco, escrita a fojas 31, la
señora Juez Titular del aludido tribunal acogió la excepción opuesta por la
avalista ejecutada y la absolvió de la ejecución.

Apelado este fallo por la parte ejecutante, una de las Salas de la Corte de
Apelaciones de Rancagua, en sentencia de catorce de diciembre de dos mil seis,
que se lee a fojas 48, lo revocó y declaró en su lugar que la excepción quedaba
rechazada, ordenando seguir adelante con la ejecución hasta hacer entero pago
a la acreedora de lo adeudado, en capital, intereses y costas.

En contra de esta última decisión la ejecutada ha deducido recurso de


casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se argumenta que la


ejecución que dio origen a este procedimiento se fundamenta en el inciso 1º,
parte final, del Nº 4 del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, por lo que
la letra de cambio de autos, protestada y notificado dicho protesto sin que se
haya tachado de falsa la firma en los plazos legales, es el título ejecutivo que se
hace valer para el cobro de la obligación.

Así, sigue la parte recurrente, se formó un título ejecutivo, de tal forma que
éste es el objeto del análisis jurídico aun cuando la letra en sí misma lo haya
constituido.

De este modo, se expone en el recurso, al haber la sociedad ejecutante optado


por invocar ese título, los sentenciadores cometen error de derecho al establecer
que el solo hecho que la letra de cambio haya estado aceptada ante notario la
convierte en un título perfecto, acorde lo prevenido en el inciso 2º del Nº 4 del
artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto, como se indicó, el
título invocado no es ése, sino el previsto en la parte final del inciso 1º de la
misma norma.

190
El error de derecho es evidente, a juicio de la parte que recurre, cuando la
norma legal aplicable es distinta a la invocada en el fallo y máxime cuando el
artículo 160 del citado cuerpo legal obliga a pronunciar las sentencias conforme
al mérito del proceso; esto es, de acuerdo a la litis trabada.

Y tan importante es lo resuelto en cuanto a variar el título ejecutivo esgrimido,


termina el recurso, que de ser como se señala en el fallo impugnado, una de las
consecuencias es que la acción ejecutiva estaría prescrita al presentarse la
demanda el 9 de mayo de 2005, en circunstancias que la fecha de vencimiento
de la letra era el 28 de febrero de 2004, provocándose de esta manera una
inobservancia del artículo 442 del Código de Procedimiento Civil, pues el tribunal
de primera instancia debió haber denegado la ejecución.

Segundo: Que el fallo objeto del recurso establece que, ante todo, la letra que
se cobra está aceptada ante notario, lo cual la constituye en un título ejecutivo
perfecto, acorde lo prevenido en el inciso 2º del Nº 4 del artículo 434 del Código
de Procedimiento Civil.

El apelado sostuvo en estrados, siguen los sentenciadores, que en este caso


el título invocado es el constituido mediante la gestión de notificación del protesto
y, por ende, a él hubo de atenerse el deudor y debe hacerlo el tribunal.

Ello es un error, sin embargo —razonan los jueces de la instancia—, porque


el título es en cualquier caso la letra; si ésta no estuviera firmada ante notario lo
sería igualmente, en cuanto ese título se perfecciona con la notificación judicial
del protesto, pero esa gestión no constituye un título distinto, sino que
perfecciona el existente, que como se dijo es el documento.

En el caso sub lite, continúan, ese título era perfecto y, por tanto, lo que ocurre
es que la gestión preparatoria resultaba innecesaria y, por cierto, inocua.

Los defectos que el protesto o su notificación pudieran presentar, termina el


argumento, no afectan al título, justamente porque éste era perfecto en sí mismo
y el deudor no queda en lo absoluto en la indefensión porque se diga tal, ya que
se le ha ejecutado para el pago de la letra, en virtud del mérito de ella.

Así pues, agrega el fallo, tratándose de una letra aceptada ante notario, su
protesto no añade nada a su valor y la extemporaneidad de éste, como
consecuencia obvia, no quita nada al mismo, lo que basta para desechar la
excepción.

A todo evento, culmina la sentencia, interesante resulta reparar en que el


artículo 79 de la Ley Nº 18.092 dispone caducar las acciones cambiarias cuando
el protesto no es oportuno, pero sólo aquellas que el portador tenga contra el
librado, los endosantes o los avalistas de ambos.

En la especie, concluyen los jueces, los avalistas no lo son del librador —que
al no existir contrato de cambio se confunde con el beneficiario porque la letra
se giró a la orden del primero—, sino del librado, que es el deudor; luego, en todo
caso, no se habría producido la caducidad que alega el ejecutado.

191
Tercero: Que, por definición, el recurso de casación en el fondo tiene lugar
contra las sentencias a que se refiere el artículo 767 del Código de Procedimiento
Civil cuando se han pronunciado con infracción de ley y esta infracción ha influido
en lo dispositivo del fallo.

Como se destaca en el párrafo precedente, para que el error de derecho que


eventualmente contenga una sentencia justifique su anulación por la vía de la
casación en el fondo es indispensable que éste haya tenido una injerencia tal
que, de no haberse producido, el pleito se hubiera decidido de manera diversa a
la que se hizo.

Cuarto: Que en el caso de autos la recurrente atribuye infracción de ley al fallo


al haber los magistrados extendido su análisis jurídico —y, por lo tanto, al de la
excepción deducida— a un título distinto al invocado por la sociedad ejecutante
en su demanda.

Sin embargo, la misma sentencia contiene también consideraciones respecto


de la defensa esgrimida por la avalista en su escrito de fojas 20 y que le permite
concluir que, a todo evento, la excepción debe ser desestimada y que la
ejecutada no controvirtió.

De este modo, aun en el evento de haberse incurrido en error de derecho por


los sentenciadores al estimar que el título en que se sustenta la ejecución es la
letra de cambio autorizada ante notario a que se refiere el inciso 2º del artículo
434 del Código de Procedimiento Civil y no, como se invocó en la demanda
ejecutiva, la letra de cambio protestada aludida en el inciso 1º de ese mismo
precepto, lo cierto es que igualmente el fallo habría debido rechazar la excepción
opuesta y ordenar seguir adelante la ejecución, pues no se configuraban en la
especie los presupuestos para declarar el perjuicio de la letra.

Así debería resolverse en un eventual fallo de reemplazo.

Quinto: Que, en efecto, en tanto título de crédito que contiene una prestación
consistente en pagar una suma de dinero, la ley ha revestido a la letra de cambio
de determinados mecanismos para asegurar su cumplimiento, como lo son las
acciones que pueden intentarse por el portador contra los obligados al pago, a
fin de hacer éste efectivo.

Las referidas acciones, en cuanto emanan directamente de la letra de cambio,


se denominan acciones cambiarias y se las regula en la Ley Nº 18.092,
distinguiéndose entre acciones cambiarias directas, indirectas y de reembolso.

Las primeras son aquellas que tiene el portador legítimo del título de crédito
en contra del aceptante y de su avalista; las segundas, las que el mismo portador
legítimo tiene contra el librador, el o los endosantes y los avalistas de ambos, y
las terceras son las que sólo pueden ejercerse por alguno de los firmantes de la
letra, que no sea el librador ni el aceptante, cuando ha debido efectuar el pago.

Lo antes dicho obliga a distinguir a las distintas personas que pueden


intervenir, principalmente, en una letra de cambio.

192
El librador o girador es la persona natural o jurídica que emite o crea el título,
en tanto que el librado o girado es aquél a quien se ordena que pague la cantidad
girada; esto es, la persona a cuyo cargo se gira la letra.

El tomador o beneficiario, por su parte, es la persona designada o a cuya orden


debe pagarse la suma de dinero y el aceptante es el librado que admite el
encargo de pagar la letra, perfeccionándose la aceptación por la firma del
documento.

Finalmente, endosante es el que trasmite a otro (endosatario) el documento


en virtud del endoso; avalista es el que afianza el pago del documento por alguno
de los obligados y, finalmente, portador o tenedor es quien adquiere el título
según su ley de circulación y que tiene derecho a exigir la prestación convenida.

En este contexto, debe tenerse presente que la ejecutante Compañía


Agropecuaria COPEVAL S.A. tiene la doble calidad de tomador o beneficiario y
de portador o tenedor de la letra y la ejecutada Vásquez Guerra la de avalista
del aceptante.

Sexto: Que, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 79 de


la Ley Nº 18.092, todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores,
aceptantes o endosantes, quedan solidariamente obligados a pagar al portador
el valor de la letra, más los reajustes e intereses, en su caso.

A la enumeración anterior corresponde agregar, además, al avalista, en los


términos dispuestos en los artículos 46 y 47 de la misma ley.

Ahora bien, como se señaló precedentemente, la acción cambiaria indirecta


es aquella que la ley confiere al portador legítimo de la letra de cambio en contra
del librador, de los aceptantes y de los avalistas de ambos.

Ante el hecho del no pago por el aceptante en la época del vencimiento, el


portador legítimo del título puede dirigirse contra el librador, quien responde del
pago por ser el emisor del documento, o contra los endosantes, quienes
responden por haber hecho circular el documento, o bien contra los avalistas de
ambos, por haberlos caucionado.

En razón de lo anterior es que en doctrina la acción indirecta se conoce


también como acción de regreso o de recambio.

Séptimo: Que, sin perjuicio de lo anterior, la ley contempla el cumplimiento de


un requisito indispensable para ejercer la acción indirecta, cual es efectuar el
protesto por falta de pago oportuna y formalmente, con el objeto de dejar
testimonio que el aceptante, como deudor directo, no pagó la letra cuando
correspondía.

La omisión en el cumplimiento de esta exigencia legal impuesta al portador,


contenida en el artículo 69 de la Ley Nº 18.092, trae aparejada como
consecuencia la caducidad de la acción indirecta en contra del librador, los

193
endosantes o los avalistas de ambos, situación que se conoce también como
perjuicio de la letra y que consagra el inciso 2º del artículo 79 de la ley aludida.

El perjuicio, en consecuencia, implica que el librador, los endosantes y los


avalistas de ambos quedan exonerados de la responsabilidad solidaria al pago
de la letra que les había impuesto el inciso 1º del artículo 79 antes citado, como
resultado de la inobservancia por el portador de las cargas que legalmente se le
imponen de protestar oportuna y formalmente el documento para conservar sus
acciones indirectas.

De este modo, el perjuicio de la letra favorece a los mencionados deudores


por garantía de la letra, pero nunca al aceptante, por ser deudor directo del título,
ni tampoco a su avalista.

Octavo: Que, en efecto, el aceptante es sujeto pasivo de una acción directa


por ser el único deudor también directo del título, y el avalista, tanto el que limita
su garantía a la persona del aceptante como el que lo confiere en términos
generales, responde como si fuera el aceptante mismo.

Pese a la solidaridad que, como se dijo más arriba, establece la ley como
norma general para aquellos que firman una letra de cambio, todos ellos, menos
el aceptante y su avalista, sólo garantizan la aceptación y el pago.

Así lo señala la Ley Nº 18.092, en su artículo 10, respecto del girador o librador
y en el inciso 1º del artículo 25 en relación a los endosantes.

El aceptante, en cambio, nada garantiza, pues por el solo hecho de detentar


tal calidad es directa y personalmente responsable del pago de la letra, como se
desprende con claridad del artículo 45 de la ley citada, en cuanto señala que el
"librado que acepta se obliga al pago de la letra".

Como es fácil advertir, no se expresa en este precepto, como en los casos de


los mencionados artículos 10 y 25 inciso 1º, que el aceptante garantice el pago.

En razón de todo lo dicho, cuando los sentenciadores estiman inaplicable la


regla del inciso 2º del artículo 79 a la avalista del aceptante de la letra de cambio,
no incurren en error de derecho, pues este precepto no regula la situación de un
deudor de esta especie.

Noveno: Que, en las condiciones descritas y por los fundamentos contenidos


en los motivos precedentes de este fallo, el recurso de casación en el fondo debe
ser necesariamente desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil,
se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la parte ejecutada
en lo principal de la presentación de fojas 49, contra la sentencia de catorce de
diciembre de dos mil seis, escrita a fojas 48.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

194
Redacción a cargo del Ministro señor Muñoz.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G. y Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres.
Hernán Álvarez G. y Óscar Carrasco A.

Autorizado por la Secretaria Suplente Sra. Beatriz Pedrals García de Cortázar.

Rol Nº 754-2007.

3. NULIDAD DE LETRA DE CAMBIO NO IMPIDE SU COBRO EJECUTIVO

SUMARIO: La excepción (al cobro ejecutivo de la letra de cambio) opuesta de


nulidad de obligación debe desestimarse por cuanto la letra de cambio es
expresión de un acto cambiario, en especial el giro y la aceptación, cuya
naturaleza es de acto jurídico unilateral, en el sentido de que, para su
perfeccionamiento, sólo requieren de la voluntad del obligado manifestada en
la forma determinada por la ley, que consiste generalmente en la mera firma
del obligado, estampado en el documento. Además, estos actos
cambiarios son independientes y abstractos y de los cuales se deduce
doctrinariamente que ellos son jurídicamente independientes del negocio
causal que les dio origen, principio que se justifica por las necesidades de
circulación y pago del documento, pues obstan a ellos que la validez y el
cumplimiento de los actos cambiarios se subordinen o dependan del
cumplimiento o validez del negocio causal que le dio origen.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valparaíso

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 449-2008

Fecha: 10/11/2008

Cita online: CL/JUR/4029/2008

Partes: Inmobiliaria Madero S.A. con Cid Campillay Elías

Magistrados: Gómez Montoya, Mario; Repetto García, María Angélica

Redactor: Gómez Montoya, Mario

Abogado integrante: Ricardo Abuauad Dagach

Voces: derecho civil - derecho comercial - derecho procesal - excepciones -


instrumento de crédito - instrumento mercantil - juicio ejecutivo - letra de
cambio - obligación de dar - título ejecutivo

195
Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Valparaíso, 10 de noviembre de 2008.

Visto:

Se reproduce el fallo en alzada con las siguientes enmiendas:

En los considerandos primero y segundo, se eliminan sus respectivos párrafos


segundos.

Asimismo, en el razonamiento tercero, se suprimen los apartados segundo y


tercero.

Y se tiene, en su lugar y, además, presente:

Primero: Que la letra de cambio que sirve de título al presente juicio ejecutivo,
reúne los requisitos legales contenidos en el artículo 1º de la Ley Nº 18.092, toda
vez que se indica que es tal, contiene la orden, no sujeta a condición, de pagar
una cantidad determinada de dinero ($ 101.700.000); el nombre y apellido de la
persona a quien debe hacerse el pago, en la especie, Inmobiliaria Madeiro S.A.;
el nombre, apellido y domicilio del librado, esto es, Elías Segundo Cid Campillay,
domiciliado en Los Mayas 340 Quilpué, quien además, firmó como aceptante, y
la firma del librador (o girador, pues son términos sinónimos).

Segundo: Que es cierto que el instrumento mercantil que se analiza no


contiene el lugar y fecha de su emisión ni el lugar y época del pago; pero el
legislador ha suplido estas omisiones y señala que se entenderá girada en el
domicilio del librador y el pago deberá hacerse en el domicilio del librado
señalado en el documento, y como no contiene la fecha de su vencimiento, se
considerará pagadera a la vista.

Tercero: Que la firma puesta por el aceptante en la letra de cambio, fue


tachada de falsa y efectuada la pericia respectiva se rechazó dicha objeción, por
lo que el protesto, por falta de pago, practicado el 25 de julio de 2006, surte
efectos jurídicos tanto procesales como sustantivos.

En efecto, notificado dicho protesto y rechazada, como se dijo, la aludida tacha


de falseada, quedó preparada la vía ejecutiva.

En el segundo aspecto, debe valorarse el instrumento mercantil por su


naturaleza jurídica, como se dirá a continuación.

Cuarto: Que, la excepción opuesta de nulidad de obligación debe


desestimarse por cuanto la letra de cambio es expresión de un acto cambiario,
en especial el giro y la aceptación, cuya naturaleza es de acto jurídico unilateral,
en el sentido de que, para su perfeccionamiento, sólo requieren de la voluntad
del obligado manifestada en la forma determinada por la ley, que consiste

196
generalmente en la mera firma del obligado, estampado en el documento (Letra
de Cambio y Pagaré. Ley Nº 18.092. Álvaro Puelma Accorsi. Editorial Jurídica
de Chile. 2006, pág. 20).

Además, estos actos cambiarios son independientes y abstractos y de los


cuales se deduce doctrinariamente que ellos son jurídicamente independientes
del negocio causal que les dio origen, principio que se justifica por las
necesidades de circulación y pago del documento, pues obstan a ellos que la
validez y el cumplimiento de los actos cambiarios se subordinen o dependan del
cumplimiento o validez del negocio causal que les dio origen.

El pago de una letra emitida, aceptada o endosada para facilitar el cobro de


una obligación o para garantizarla, la extingue hasta la concurrencia de lo
pagado.

Pero esta independencia, entre el negocio causal y el cambiario, no es


absoluta.

En el inciso segundo del Art. 12, el legislador señaló que el pago del
documento dado para facilitar el cobro de una obligación, o para garantizarla, la
extingue hasta la concurrencia de lo pagado.

La comisión redactora estimó no conveniente establecer más reglas, por


estimar suficientes las del derecho común.

Quinto: Que, sin perjuicio de lo razonado precedentemente, de conformidad a


lo prevenido en el artículo 1698 del Código Civil, incumbe probar las obligaciones
o su extinción al que alega aquéllas o ésta y el ejecutado no rindió prueba alguna
destinada a demostrar la inexistencia de la obligación principal de la cual
procedería la letra de cambio, cuyo cobro se pretende por esta vía ejecutivo; por
el contrario, la ejecutante aportó a fojas 130 antecedentes, no objetados, que
sustentan el ejecutivo (Art. 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil) y que se
sustenta en que no se habría enterado, en Arcas Fiscales, el impuesto de sobres
y estampillas; es lo cierto que con el documento que se encuentra en custodia,
acompañado por la ejecutante, se comprueba que el 25 de julio de 2006, (el
mismo día del protesto de la letra de cambio) se enteró el impuesto respectivo
que ascendió a $ 681.390 que corresponde al 0,67% de $ 101.700.000.

Corolario, debe desestimarse, también, esta excepción.

Sexto: Que, en cuanto a la excepción de falsedad del título, cabe sostener que
demostrado está que la firma vinculante del ejecutado puesta en la letra de
cambio es verdadera, por lo que ha de rechazarse.

Séptimo: Que, en lo relativo a la excepción de falta de algunas de las


condiciones para que el título tenga fuerza, negocio principal del cual derivó la
letra de cambio cuyo cobro se pretende.

Por lo expuesto, y lo prevenido en los artículos 186, 471 y 475 del Código de
Procedimiento Civil, SE REVOCA la sentencia apelada de trece de diciembre

197
pasado, escrita de fojas 149 a 151 en cuanto acoge la excepción contenida en
el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por el ejecutado,
don Elías Segundo Díaz Campillay, y, en su lugar, SE LA RECHAZA, debiendo
proseguir la ejecución hasta el pago íntegro de lo adeudado, con costas.

SE CONFIRMA, en lo demás, el impugnado fallo.

Regístrese y devuélvase con los documentos, en su oportunidad.

Redacción del Ministro Sr. Mario Gómez Montoya.

Rol Nº 449-2008.

198
CAPÍTULO IX CONFESIÓN DE DEUDA

1. TÍTULO EJECUTIVO PERFECCIONADO POR MEDIO DE CONFESIÓN


SÓLO ES OPONIBLE AL EJECUTADO

SUMARIO: Si la pretensión que se solicita de manera forzada no tiene dichas


cualidades, corresponde deducir oposición, mediante la respectiva excepción,
circunstancia que se ha dado en autos, acogiéndose las previstas en el artículo
464 del Código de Procedimiento Civil en sus numerales séptimo y
decimocuarto, decisión en la que no se han infringido las disposiciones legales
indicadas por el recurrente, puesto que la gestión preparatoria de la vía
ejecutiva de confesión tiene por objeto reconocer una obligación ya existente;
por lo mismo, no se la crea o establece, sino que se le otorga mérito ejecutivo,
constituyéndose en el título que la contiene la gestión respectiva.

Teniendo presente tales particularidades la confesión no es un título ex novo,


sino que derivado de una relación jurídica preexistente, la que puede ser
revisada y analizada al decidir la oposición del ejecutado al interponer las
correspondientes excepciones, labor que han realizado los jueces de la
instancia.

En el análisis y resolución de las excepciones los magistrados han aplicado


correctamente las disposiciones que regulan la materia, puesto que, al revisar
los antecedentes que generaron la obligación, pudieron precisar la naturaleza
de la prestación, determinando que era la entrega de dos ejemplares de
animales vacunos de ciertas características la que fue reducida al pago de una
determinada cantidad de dinero que no establecieron, debido a lo cual no se
encuentra precisada la obligación respecto de una cantidad líquida o liquidable
de dinero, por lo que el título carece de fuerza ejecutiva absolutamente, puesto
que al tratarse de una confesión judicial sólo se está en condiciones de
oponerse al ejecutado.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso : Casación en el fondo

Rol: 2926-2006

Fecha: 28/11/2007

Cita online: CL/JUR/2679/2007; 37716

199
Partes: Farías Farías, Clorindo con Álvarez Farías, José

Magistrados: Künsemüller Loebenfelder, Carlos; Muñoz Gajardo, Sergio;


Araya Elizalde, Juan; Juica Arancibia, Milton; Herreros Martínez, Margarita

Redactor: Muñoz Gajardo, Sergio

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión ficta - derecho civil -


derecho procesal - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 28 de noviembre de 2007.

Vistos:

Estos autos ejecutivos Rol Nº 57.087 del Primer Juzgado de Letras en lo Civil
de Melipilla se iniciaron mediante gestión preparatoria de la vía ejecutiva, por la
que Clorindo del Carmen Farías Farías, por intermedio de su abogada Adelita
Mendoza Serrano, pide que se cite a confesar deuda a José Hugo Álvarez
Farías, consistente en que le pasaba dos vacas grandes de engorda para
matadero, de más o menos 485 kilos cada una de ellas y él, a su vez y como
contraprestación, le entregaba dos vacas cubiertas (preñadas) o paridas,
devolviéndole la misma cantidad de kilos, convención que fue cumplida por
Clorindo Farías y José Álvarez procedió a vender los animales, sin cumplir con
la obligación de entregarle los respectivos animales a que se comprometió,
adeudándole $ 700.000, correspondiente a $ 400.000 por concepto de los kilos
de animal que le fueron entregados y $ 300.000 por las crías, todo más intereses,
reajustes y costas.

Agrega que, en la causa criminal instruida con motivo de la querella que


presentara por su parte, José Álvarez Farías reconoció el contrato celebrado y
la deuda que tenía con motivo del mismo.

El Tribunal dispuso la citación del requerido, para lo cual se fijó día y hora,
siendo notificado personalmente de la resolución pertinente, sin que
compareciera, por lo que a solicitud de la parte interesada, de conformidad a lo
dispuesto en el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil, se accedió a tener
por confeso al demandado José Hugo Álvarez Farías de adeudar al demandante,
Clorindo del Carmen Farías Farías, la suma de $ 700.000, más costas.

Teniendo por fundamento la gestión preparatoria indicada, se presentó


demanda ejecutiva por la suma de $ 700.000, más reajuste, intereses y costas,
despachándose mandamiento de ejecución y embargo.

El ejecutado opuso las siguientes excepciones:

200
a) Prescripción de la acción ejecutiva, del artículo 464 Nº 17 del Código del
ramo, por haber pasado más de tres años desde la celebración del contrato,
puesto que se indica es de noviembre de 1997 y la demanda es de 2 de enero
de 2001;

b) Falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidas por las leyes


para que el título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al
demandado, prevista en el Nº 7 de la norma legal referida, puesto que si bien es
efectivo que celebró el contrato de permuta de animales vacunos, el que no
puede derivar en otro contrato distinto como sería el de compraventa, ya que la
confesión de deuda debe estar sujeta a una causa, por lo que no puede bastarse
a sí misma, como tampoco puede alterar la obligación, declarando otra diversa
a la convenida, como sería el pago de la suma de una cantidad determinada de
dinero, ya que la obligación de su parte es de entregar dos vacas cubiertas o
paridas, esto es dar dos ejemplares de mediana calidad, que corresponde a una
obligación de género, con la particularidad de ser animales vacunos preñados o
paridos, y

c) Nulidad de la obligación, del Nº 14 del artículo 464 antes referido, dado que
la obligación que se cobra no existe a la luz de lo dispuesto en el artículo 1467
del Código Civil, al celebrar un contrato de permuta y no otro distinto, el que
generó una obligación específica y no otra.

Contestando las excepciones, se solicita el rechazo de las mismas; la primera,


pues el carácter ejecutivo de la obligación se le otorgó por la gestión de
reconocimiento de la deuda, ocasión en que, además, se inició la causa.

Respecto de la segunda excepción, se expresa que efectivamente celebró un


contrato de permuta de animales, pero luego, con motivo de la causa criminal, el
demandado reconoció adeudar una suma de dinero, sin estar de acuerdo
solamente en el monto, por lo cual se recurrió a la gestión preparatoria a la que
no asistió.

En relación a la última, indica que por la forma en que se desarrollaron los


hechos se transformó el título.

Se recibió la causa a prueba, rindiéndose la que rola en autos.

La sentencia de primera instancia acoge las excepciones de los números 7 y


14 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil y rechaza la del Nº 17 del
mismo artículo.

La argumentación se sustenta en que, si bien el ejecutado en la causa criminal


reconoció devolver en dinero el equivalente a 1.000 kilos de carne, a precio de
mercado en feria de los animales, el demandante en forma unilateral estableció
que el precio era de $ 700.000.

En segundo término se sostiene, por el magistrado de primer grado, que el


demandado no manifestó su consentimiento en orden a pagar dinero por los

201
animales entregados en permuta y no existe causa o motivo para cumplir con la
obligación de pagar una cantidad de dinero.

Apelada la sentencia, debe entenderse que la Corte de Apelaciones de San


Miguel la confirmó en todas sus partes.

En contra de la decisión de segunda instancia la abogado Adelaida Mendoza


Serrano, por el ejecutante, deduce recurso de casación en el fondo, el que se
declaró admisible y se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurso de casación en el fondo señala como infringidas las


siguientes normas:

1. Artículos 514 y 527 del Código de Procedimiento Penal, normas que se


estiman inaplicables en la especie, y ello ni aún si se pensara que la referencia
corresponde al Código de Procedimiento Civil, puesto que en dicho caso las
normas corresponderían a las de los depositarios;

2. Artículos 114, 434 Nº 5, 435, 464 Nº 7 y 14, y 471 del Código de


Procedimiento Civil, el primero de los cuales no corresponde a la situación de
autos por referirse a implicancias y recusaciones; el segundo de ellos importa
una falsa y errónea aplicación de la ley puesto que en los considerandos 12º, 13º
y 14º el tribunal discurre como si se tratase de un juicio declarativo y no uno
ejecutivo como el de la especie, ello porque razona en torno a la obligación y no
al título; el tercero, al haber sido mal aplicado y erróneamente interpretado, ya
que al no comparecer el demandado a la audiencia de confesión de deuda se le
tuvo por confeso de adeudar, cerrándose así el debate conforme la norma en
estudio en cuanto señala que se dará por confesada la deuda; la cuarta, por
tratarse de una norma mal aplicada, pues ella se refiere a la falta de alguno de
los requisitos o condiciones para que el título tenga fuerza ejecutiva, empero los
considerandos 9º, 10º, 12º y 13º discurren en relación con antecedentes y
fundamentos que no dicen relación con el título sino con un contrato previo y
celebrado entre las partes, el que no ha sido invocado como título.

Aun más, el considerando 14º reemplaza en el artículo 434 Nº 5 la voz título


por obligación, en circunstancias que la obligación que da cuenta el título
confesión judicial está suficientemente determinada para ser reclamada toda vez
que está determinada y es actualmente exigible; la quinta de las disposiciones
citadas, al haber sido mal aplicada, ello desde que la obligación no es nula, no
obstante lo cual el considerando 13º discurre sobre la base de antecedentes que
no dicen relación con el título confesión judicial sino que con un contrato previo
que no ha sido invocado como título para la ejecución; la sexta norma, mal
aplicada también pues distribuye costas entre ejecutante y ejecutado; mas, en la
especie, se las impone todas al ejecutante, en circunstancias que sólo una
excepción fue acogida;

3. Artículos 1445, 1467, 1560, 1566, 1681, 1682 y 1698 del Código Civil, mal
aplicados los cuatro primeros, ya que la sentencia los considera a propósito de

202
un contrato primitivamente celebrado entre las partes y no en relación al título
ejecutivo invocado, sin que en este juicio tuvieren aplicación práctica alguna; los
dos siguientes, también mal aplicados, ya que los razonamientos dados para su
aplicación no dicen relación con la nulidad del título en que se fundamenta la
ejecución sino que en hechos ajenos a éste; el quinto, mal aplicado pues,
confundiendo el procedimiento de que se trataba, hubo una alteración en el peso
de la prueba, y

4. Artículo 357 del Código de Procedimiento Civil, omitido en la sentencia no


obstante que una tacha de testigo fue resuelta en el juicio.

En concepto del recurrente la infracción que denuncia influyó


substancialmente en lo dispositivo del fallo, por cuanto de no haberse producido
aquélla se habría tenido que llegar a la necesaria conclusión de que el ejecutante
tenía un título ejecutivo válido, tanto así que no fue atacado en sí mismo, por lo
que debió negarse lugar a las excepciones opuestas.

Pide se invalide la sentencia impugnada, se dicte sentencia de reemplazo en


la que revoque el fallo impugnado, rechazando las excepciones, con costas,
ordenando seguir adelante la ejecución, y subsidiariamente no se le condene en
costas conforme al artículo 471 inciso tercero.

Segundo: Que en relación a los hechos de la causa, los jueces de la instancia


expresan que debiendo razonar respecto de las causas de la obligación que
motiva la ejecución, en autos se ha acreditado suficientemente que tiene su
origen en un contrato verbal de permuta de animales, donde el actor se obligaba
a entregar dos vacas grandes y a su vez el demandado se comprometía a
entregar dos vacas más jóvenes, preñadas o paridas.

El actor cumplió debidamente su obligación, en cambio el demandado al ir a


entregar sus animales al actor, éste los rechazó por ser muy delgados, por lo
cual no pudo cumplir con su obligación, estando en mora al respecto.

Nada se acordó o se conversó respecto del incumplimiento del demandado, si


debía entregar las vacas que llevó, entregar otras vacas de gusto del actor o bien
pagar una cantidad de dinero, en una forma determinada y precisa.

De aquí surgió el conflicto, puesto que no se determinó en forma clara y


precisa la manera de cumplir en forma supletoria la obligación de entregar lo
prometido.

El demandado reconoció ante este mismo Tribunal, en los autos criminales


Rol Nº 57.879 esta permuta y como alternativa del cumplimiento de entregar
estos animales, y como vía de solución de ese proceso, aceptó devolver en
dinero el equivalente a 1.000 kilos de carne, pero a un precio de mercado en
feria de animales, sin establecer cuánto, no existiendo prueba alguna que lo
determine.

El demandante en forma unilateral estableció que el precio era de $ 700.000.

203
Tercero: Que el juicio ejecutivo tiene aplicación respecto de obligaciones
líquidas o liquidables, actualmente exigibles y no prescritas.

Si la pretensión que se solicita de manera forzada no tiene dichas cualidades,


corresponde deducir oposición, mediante la respectiva excepción, circunstancia
que se ha dado en autos, acogiéndose las previstas en el artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil en sus numerales séptimo y décimo cuarto, decisión en
la que no se han infringido las disposiciones legales indicadas por el recurrente,
puesto que la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de confesión, tiene por
objeto reconocer una obligación ya existente, por lo mismo, no se la crea o
establece, sino que se le otorga mérito ejecutivo, constituyéndose en el título que
la contiene la gestión respectiva.

Teniendo presente tales particularidades la confesión no es un título ex novo,


sino que derivado de una relación jurídica preexistente, la que puede ser
revisada y analizada al decidir la oposición del ejecutado al interponer las
correspondientes excepciones, labor que han realizado los jueces de la
instancia.

En el análisis y resolución de las excepciones, los magistrados han aplicado


correctamente las disposiciones que regulan la materia, puesto que al revisar los
antecedentes que generaron la obligación pudieron precisar la naturaleza de la
prestación, determinando que era la entrega de dos ejemplares de animales
vacunos de ciertas características, la que fue reducida al pago de una
determinada cantidad de dinero que no establecieron, debido a lo cual no se
encuentra precisada la obligación respecto de una cantidad líquida o liquidable
de dinero, por lo que el título carece de fuerza ejecutiva absolutamente, puesto
que al tratarse de una confesión judicial sólo se está en condiciones de oponerse
al ejecutado.

Del mismo modo, y resolviendo concretamente respecto de la prestación en


dinero que se cobra ejecutivamente, esto es $ 700.000, ella carece de causa por
las razones ya expresadas, puesto que no tiene un antecedente en la voluntad
de las partes, sino que en la cuantificación que efectúa sólo una de ellas, de lo
que se sigue que la infracción a las normas que regulan la nulidad de las
obligaciones tampoco se ha producido.

Cuarto: Que razonando sobre el fondo de la cuestión debatida, no se puede


desconocer el sustento contractual que tiene la pretensión del ejecutante; sin
embargo, no corresponde que por medio de la preparación de la vía ejecutiva se
omita la declaración de derechos resultante del incumplimiento del contrato,
puesto que constituye un efecto de las obligaciones, precisamente ante el
incumplimiento, determinando que se cobre en naturaleza o por equivalencia,
caso en este último que resulta indispensable que para su cobro ejecutivo se
precise su naturaleza y monto, labor que corresponde realizar a las partes o los
tribunales, pero en este evento es necesario recurrir al juicio ordinario.

En efecto, el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil dispone que en el


evento que el acreedor quisiere preparar la ejecución y careciere de título

204
ejecutivo, podrá citar a la presencia judicial al deudor, para que confiese su
obligación.

Se distingue así entre la existencia de la obligación y el mérito ejecutivo de la


misma.

En forma similar resuelve el tema el legislador respecto de los documentos


privados, puesto que existiendo aquéllos en que conste la obligación, se permite
dotarles de mérito ejecutivo por medio de su reconocimiento.

Quinto: Que la historia fidedigna del establecimiento de la norma antes citada


hace luces sobre el sentido y alcance de la disposición arribando a la conclusión
ya expresada.

El Proyecto de Código de Procedimiento del señor Lira, en su artículo 405


disponía: Para preparar la acción ejecutiva puede pedirse el reconocimiento de
la firma de un instrumento privado o la confesión de la deuda.

Estas diligencias se practicarán en la forma prevenida en el Nº 3 del título De


los medios de prueba en particular. Y, si el citado no compareciere o sólo diere
respuestas evasivas, se estará también a lo dispuesto en dicho párrafo.

En la sesión vigésimo cuarta de la Comisión Revisora, el señor Gandarillas


encuentra ambigua la norma del inciso primero porque, aun cuando no haya
sido ésta la mente de la disposición, los términos en que está concebida podrían
dar lugar a creer que en todos los casos es necesaria la preparación de la acción
ejecutiva por reconocimiento de firma o confesión de deuda.

Hace indicación para que se modifique dicho inciso, sustituyéndole por otro
que contenga más o menos las ideas que con tanta claridad expresa el artículo
10 de la ley vigente, indicación que es aceptada, al igual que dos indicaciones
más, aprobándose la norma en los actuales términos del artículo 435.

En uno de los decretos leyes dictados por el Presidente Prieto y su ministro


Diego Portales, con fecha 8 de febrero de 1837, se reglamentó el Juicio
Ejecutivo, que en su artículo 10 en referencia establecía: Si se hubiere de
preparar la vía ejecutiva por la confesión judicial o el reconocimiento de la firma
del deudor en documento que sin este requisito no sea ejecutivo, se pedirá por
escrito ante el mismo juez que practique la que corresponda de estas diligencias,
y se hará comparecer al deudor para que responda o reconozca, lo cual se
vincula con el artículo 2º, que disponía que traen aparejada la ejecución, la
confesión judicial de la parte, por lo que al cumplir con el examen del título que
le impone el artículo 5º el juez librará mandamiento de ejecución y embargo.

De lo anterior se deduce que el espíritu de la norma es obtener que mediante


la confesión judicial preparatoria de la vía ejecutiva, se dote de mérito ejecutivo
a una obligación preexistente que, por lo mismo, no tiene aparejada dicha
cualidad.

205
Sexto: Que el error en que incurrieron los sentenciadores de segunda
instancia, al citar las normas de los artículos 514 y 527 del Código de
Procedimiento Penal, sólo evidencia falta de prolijidad en la redacción del fallo,
pero no influye substancialmente en lo dispositivo del mismo.

Séptimo: Que por las consideraciones vertidas y al no producirse las


infracciones de ley denunciadas, el recurso de casación en el fondo será
desestimado.

De conformidad a lo expuesto y lo normado en los artículos 767, 785 y 805 del


Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo
interpuesto por la abogada Adelaida Mendoza Serrano, en representación del
ejecutante Clorindo del Carmen Farías Farías, en contra de la sentencia dictada
por la Corte de Apelaciones de San Miguel el diez de mayo de dos mil seis, que
se lee a fojas 60 y 61.

Acordada con el voto en contra del ministro señor Muñoz, quien fue de parecer
de acoger el recurso de casación interpuesto, anular la decisión de segundo
grado y dictar la correspondiente sentencia de reemplazo por la que se revoca
el fallo apelado de primera instancia y, en su lugar, rechazar las excepciones
opuestas, por las siguientes consideraciones:

1º. Que las partes están acordes en los hechos fundamentales, los que se
dieron por establecidos por los magistrados del fondo, debiendo determinar los
tribunales si existe infracción de ley en desestimar el mérito de la gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, que mediante la citación a confesar una
obligación, ante la falta de acuerdo de las partes y a petición del acreedor, se
precisó que aquella que primitivamente consistía en la entrega de dos vacas
cubiertas o preñadas y sustituida por la de pagar una cantidad de dinero
equivalente a 1.000 kilos de carne de vacuno, a precio de feria, queda reducida
a $ 700.000.

Mérito ejecutivo que adquiere la obligación en atención a la inconcurrencia del


deudor a la diligencia a la cual se le citó personalmente, por lo que el título
imperfecto adquirió mérito ejecutivo al quedar preparada la acción destinada a
requerir el cumplimiento forzado de la prestación.

2º. Que no existe duda en torno a la naturaleza de dar de la prestación que se


reclama y que está referida a la entrega de una cantidad de dinero, ya no de dos
especies de un género determinado, por lo que cualquier alegación en contrario
no puede ser atendida.

La diferencia estriba en que el actor la cuantifica en $ 700.000 y el ejecutado


pretende que corresponda a 1.000 kilos de carne de vacuno a precio de feria.

3º. Que clarificados estos puntos, resulta indispensable determinar los


alcances de la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de confesión judicial,
puesto que las partes, según se ha dicho, están contestes en que se adeuda por
el ejecutado una obligación de dar una suma de dinero.

206
En estas circunstancias el acreedor puede precisar unilateralmente el
quantum de la obligación, que de estimarse infundado o desproporcionado podrá
ser negado por el deudor en la respectiva gestión, pero al no hacerlo el título
imperfecto adquiere mérito ejecutivo.

Como alternativas de defensa en tales circunstancias, surge el derecho de


solicitar se cumpla con la regulación pericial en los términos previstos en el
artículo 438 Nº 3º del Código de Procedimiento Civil o requerir se determine cuál
es el precio de feria de los 1.000 kilos de carne, evento, este último, que puede
ocasionar que se acepte parcialmente la demanda conforme a lo prevenido por
el artículo 439 del citado Código.

Al no requerir lo anterior el ejecutado sus excepciones han debido ser


rechazadas, pues el título imperfecto del contrato verbal adquirió mérito ejecutivo
y la obligación así dispuesta tiene causa real y lícita, es más el negocio jurídico
que la genera y la naturaleza de la prestación han sido determinadas por la
sentencia de la instancia, de forma tal que no puede declararse la nulidad por
falta de causa, como tampoco restarle mérito ejecutivo, ya que en el peor de los
casos se trataría de una obligación liquidable, en torno a la cual como se ha dicho
específicamente no se promovió controversia.

4º. Que en conformidad a estos fundamentos se han infringido por


contravención formal y falsa aplicación los artículos 434 Nº 5, 435, 464 Nºs. 7 y
14 del Código de Procedimiento Civil y artículos 1445, 1467 y 1682 del Código
Civil, por lo que en concepto del disidente corresponde acoger el recurso
interpuesto.

Las sentenciadoras de segundo grado tendrán presente lo consignado en el


fundamento quinto de esta sentencia de casación.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción del Ministro señor Muñoz.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M., Sres. Juan Araya
E. y Carlos Künsemüller L.

No firman los Ministros Sr. Juica y Sra. Herreros, no obstante haber concurrido
a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ambos en comisión de
servicios.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 2.926-2006.

207
2. CONFESIÓN DE DEUDA DEBE SER REALIZADA POR LA PERSONA DEL
DEUDOR REAL PARA PERFECCIONAR EL TÍTULO EJECUTIVO. NO CABE
CONTRA REPRESENTANTE LEGAL

SUMARIO: El Tribunal de Alzada considera, además, lo dispuesto en la


(escritura de) constitución de Fondo de Indemnización (financiado con
propinas recolectadas por trabajadores del Casino), no objetado, en cuanto
dispuso que el responsable civil y penal de los dineros recolectados por el
Fondo, estaría a cargo del Director respectivo; esto es, persona distinta al
deudor de autos; lo anterior, tiene relación con lo dispuesto en el artículo 435
del Código de Procedimiento Civil respecto de que la preparación de la vía
ejecutiva lo es en relación a la persona del deudor, situación que no puede
encuadrarse con el Presidente del Sindicato para la diligencia aludida. Por lo
demás, la circunstancia de reconocimiento de los documentos privados —
base de la preparación del juicio ejecutivo— por el citado, no conlleva la
formalidad de la persona del deudor real, máxime su ausencia a la diligencia;
así, el título consecuencial pierde fuerza y eficacia precisando que la firma
estipulada por el ejecutado en dichos documentos lo fue en representación del
Sindicato de T rabajadores del Casino Arica y no a título personal. Entonces,
el título ejecutivo que nace de la gestión preparatoria de confesión de deuda
queda susceptible a excepciones durante el juicio ejecutivo, cuestionando el
título y, en definitiva, la obligación que eventualmente emane de aquél.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Arica

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 69-2006

Fecha: 20/03/2006

Cita online: CL/JUR/1169/2006

Partes: Beyzaga Zepeda, Adolfo José con Carreño Cisternas, Alejandro

Redactor: Poblete Seguel, Armando

Abogado integrante: Poblete Seguel, Armando

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión ficta - derecho civil -


derecho procesal - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Arica, 20 de marzo de 2006.

Visto:

208
Se reproduce la sentencia en alzada.

Y se tiene, además, presente:

1º. Que tal cual se concluye en el motivo decimonoveno de la sentencia en


alzada, la eventual deuda que se cobra por la ejecutante al deudor, no
corresponde y, por ende, no obliga al actual demandado sino al fondo de
indemnizaciones financiado con propinas recolectadas por un sistema de control
y a cuyo cargo estaba René Opazo Antezana; persona ésta diversa al actual
demandado, precisando que tal fondo fue dejado sin efecto atento las normas
administrativas de actual concesionario del Casino.

2º. Que, el Tribunal de Alzada considera, además, lo dispuesto en la cláusula


decimosexta de la escritura pública adjunta al primer otrosí de la presentación
de fojas 50 esto es, la constitución de Fondo de Indemnización, de primero de
marzo de 1988, no objetado, en cuanto dispuso que el responsable civil y penal
de los dineros recolectados por el Fondo estaría a cargo del Director respectivo,
esto es el señor Opazo Antezana; lo anterior tiene relación con lo dispuesto en
el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil respecto de que la preparación
de la vía ejecutiva lo es en relación a la persona del deudor, situación que no
puede encuadrarse con el Presidente del Sindicato citado para la diligencia
aludida.

3º. Que, por lo demás, la circunstancia de reconocimiento de los documentos


privados —base de la preparación del juicio ejecutivo— por el citado, no conlleva
la formalidad de la persona del deudor real, máxime su ausencia a la diligencia;
así, el título consecuencial pierde fuerza y eficacia precisando que la firma
estipulada por el ejecutado en dichos documentos lo fue en representación del
Sindicato de T rabajadores del Casino Arica y no a título personal.

4º. Que, entonces, el título ejecutivo que nace de la gestión preparatoria de


confesión de deuda, queda susceptible a excepciones durante el juicio ejecutivo,
cuestionando el título y, en definitiva, la obligación que eventualmente emane de
aquél.

Por estas consideraciones, cita legal enunciada y lo dispuesto en los artículo


186, 187 y 227 del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia
apelada de fecha veintiuno de diciembre de dos mil cinco, escrita a fojas 112 a
123.

Redacción del Abogado Integrante D. Armando Poblete Seguel.

Regístrese y revuélvase.

Rol Nº 69-2006.

209
3. LLAMAMIENTO A CONFESAR DEUDA Y RECONOCER FIRMA ES
IMPROCEDENTE CUANDO ACREEDOR TUVO TÍTULO EJECUTIVO Y
ÉSTE PERDIÓ SU EFICACIA JURÍDICA

SUMARIO: El llamamiento a confesar deuda y reconocer firma contenida en el


artículo precedentemente transcrito tiene lugar, como expresamente lo
determina la norma citada (artículo 435 del Código de Procedimiento Civil),
cuando un acreedor no tiene título ejecutivo, por lo que dicha diligencia resulta
del todo improcedente en aquellos casos cuando el acreedor tuvo un título
ejecutivo que, como tal, perdió su eficacia jurídica.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 5091-2009

Fecha: 03/05/2010

Cita online: CL/JUR/2484/2010

Partes: Pacheco González, Arturo Enrique contra Opazo Fischer, Mauricio

Magistrados: Melo Labra, Soledad; Fuentes Belmar, Juan

Redactor: Melo Labra, María Soledad

Abogado integrante: Cruchaga Gandarillas, Ángel

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


excepciones - inhabilidad del título - juicio ejecutivo - obligación de dar -
preparación de la vía ejecutiva - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 3 de mayo de 2010.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los considerandos


tercero en adelante, que se eliminan.

Y se tiene en su lugar y además presente:

Primero: Que en estos autos el actor citó a don Arturo Enrique Pacheco
González, a reconocer su firma puesta en el documento cheque serie HCF-81
Nº 1314772, del Banco Santander, girado con fecha 30 de septiembre de 2007,

210
por la suma de $ 27.867.000 y confiese adeudar la cantidad señalada a don
Mauricio Opazo Fischer;

Segundo: Que el cheque en cuestión ya singularizado fue protestado el 3 de


octubre de 2007 por "documento enmendado", instrumento mercantil que no fue
presentado a cobro dentro del plazo de prescripción de un año establecido en el
artículo 34 de la Ley de Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques;

Tercero: Que mediante la presente acción se ha pretendido renovar una


acreencia primitiva mediante una gestión preparatoria de reconocimiento de
firma y confesión de deuda;

Cuarto: Que por su parte el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil
prescribe: "Art. 435 (457). Si, en caso de no tener el acreedor título ejecutivo,
quiere preparar la ejecución por el reconocimiento de firma o por la confesión de
la deuda, podrá pedir que se cite al deudor a la presencia judicial, a fin de que
practique la que corresponda de estas diligencias. Y, si el citado no comparece,
o sólo da respuestas evasivas, se dará por reconocida la firma o por confesada
la deuda";

Quinto: Que el llamamiento a confesar deuda y reconocer firma contenida en


el artículo precedentemente transcrito, tiene lugar, como expresamente lo
determina la norma citada, cuando un acreedor no tiene título ejecutivo, por lo
que dicha diligencia resulta del todo improcedente en aquellos casos cuando el
acreedor tuvo un título ejecutivo que, como tal, perdió su eficacia jurídica;

Sexto: Que nuestros Tribunales Superiores de Justicia han señalado


reiteradamente que resulta del todo improcedente la aplicación de la gestión
establecida en el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil para el caso del
poseedor de un documento al que la ley le reconoce la calidad de título ejecutivo,
pero cuya acción ejecutiva se encuentra extinguida por haber transcurrido el
plazo de prescripción respectiva, esto es uno o tres años, dependiendo de la
calidad de acción cambiaria o ejecutiva propiamente tal que posea el acreedor
(Ingreso Nº 4282-2007, de 27 de agosto de 2008, Primera Sala, Corte Suprema);

Séptimo: Que de lo dicho resulta que el plazo de prescripción para el cobro de


la acreencia ha de contarse necesariamente desde que se hizo exigible la deuda
contenida en el cheque, debiendo aplicarse a su respecto el artículo 34 de la Ley
de Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, ya que en ningún caso es factible
el mejoramiento de un título o instrumento que ya ha sido afectado o ha perdido
eficacia jurídica al efecto.

Por estas consideraciones, se revoca la sentencia de trece de julio del año


pasado, escrita a fojas 45, en cuanto por ella desestima con costas las
excepciones opuestas por el ejecutado contenidas en el artículo 464 Nºs. 7 y 17,
esto es falta de requisitos para que el título tenga fuerza ejecutiva y de
prescripción de la acción ejecutiva y ordena seguir adelante la ejecución y, en su
lugar, se declara que se acoge la excepción de prescripción de la acción
ejecutiva y, consecuencialmente, se niega lugar a la ejecución, con costas.

211
Atendido lo resuelto precedentemente, se omite pronunciamiento respecto de
la excepción del artículo 434 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción de la Ministra señora María Soledad Melo Labra.

Pronunciada por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por


el Ministro señor Juan Eduardo Fuentes Belmar e integrada por la Ministra
señora María Soledad Melo Labra y el Abogado Integrante señor Ángel
Cruchaga Gandarillas.

Rol Nº 5.091-2009.

4. CONFESIÓN DE DEUDA NO PUEDE SER UTILIZADA PARA REVIVIR


TÍTULO EJECUTIVO PRESCRITO

SUMARIO: Como se ha señalado reiteradamente por esta Corte de Casación,


resulta del todo improcedente la aplicación de la gestión establecida en el
artículo 435 del Código de Procedimiento Civil para el caso del poseedor de
un documento al que la ley reconoce la calidad de título ejecutivo, pero cuya
acción ejecutiva se encuentra extinguida por haber transcurrido el plazo de
prescripción respectiva, esto, es uno o tres años, dependiendo de la calidad
de acción cambiaria o ejecutiva propiamente tal que posea el acreedor. En
relación a este supuesto es dable señalar que la prescripción de la acción no
es una mera cuestión procesal, sino una institución jurídica de carácter
sustantivo; el plazo y los demás requisitos exigidos por la ley para que opere
la prescripción de una acción no constituyen asuntos procesales, y no se
determinan por el solo hecho de que la reclamación en que se haga valer esa
acción deba ser sometida, en su tramitación, a cierto procedimiento; la
prescripción de la acción se rige por los preceptos sustantivos que la
establecen, independientemente de las reglas procesales a que debe
amoldarse la substanciación judicial del ejercicio de la misma acción.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol : 4282-2007

Fecha: 27/08/2008

Cita online: CL/JUR/3303/2008

Partes: Pontificia Universidad Católica de Chile con Quintela Castañeda José


Antonio

212
Magistrados: Araya Elizalde, Juan; Juica Arancibia, Milton; Herreros
Martínez, Margarita

Redactor: Álvarez García, Hernán

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán; Peralta Valenzuela, Ricardo

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión - derecho civil - derecho


procesal - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 27 de agosto de 2008.

Visto:

En estos autos Rol Nº 4.869-2002, del 30º Juzgado Civil de Santiago, juicio
ejecutivo, caratulado Pontificia Universidad Católica de Chile c/ Quintela
Castañeda, José Antonio, don Juan Guillermo Novoa Molina, en su calidad de
Administrador General del Fondo de Crédito Universitario de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, dedujo demanda ejecutiva en contra de don José
Antonio Quintela Castañeda.

Funda su demanda señalando que en gestión preparatoria de la vía ejecutiva


el demandado fue citado a confesar deuda y que mediante resolución judicial de
fecha 19 de noviembre de 2002 se le tuvo por confeso —en forma ficta— de
adeudar a la demandante de autos la suma de 12,66 unidades tributarias
mensuales, obligación que se originó en el crédito universitario que le fue
otorgado en su calidad de alumno de la referida casa de estudios.

Solicita se despache mandamiento de ejecución y embargo en contra del


ejecutado por la suma de 12,66 unidades tributarias mensuales y se siga
adelante la ejecución hasta hacer íntegro y cumplido pago a la actora de lo
adeudado en capital, intereses y costas.

La parte demandada, por su parte, opuso a la ejecución la excepción prevista


en el Nº 17 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, alegando al efecto
la prescripción de la deuda y de las acciones ejecutiva y ordinaria.

Explica que fue alumno de la Pontificia Universidad Católica de Chile en la


carrera de Pedagogía en Matemáticas y Física, señalando que para terminar sus
estudios se vio en la necesidad de solicitar crédito universitario, el que a causa
de sus dificultades económicas no pudo terminar de pagar en forma oportuna.

Invoca en su favor el transcurso del tiempo, manifestando que al haberse


producido su egreso de la universidad en el año 1985, se encontraría vencido en
exceso el tiempo durante el cual pudo cobrársele judicialmente lo adeudado.

213
Por sentencia de diecinueve de mayo de dos mil tres, escrita a fojas 34, la juez
titular del referido tribunal de primer grado acogió la excepción opuesta por el
ejecutado, liberándolo, en consecuencia, de la ejecución seguida en su contra y
condenó en costas a la ejecutante.

Apelado el fallo por el demandante, una de las Salas de la Corte de


Apelaciones de Santiago, por sentencia de veinte de junio de dos mil siete, que
se lee a fojas 51, lo revocó, sólo en cuanto condenaba en costas a la parte
ejecutante, y en su lugar declaró que se exime a dicha parte del pago de la
referida carga y lo confirmó en lo demás apelado.

En contra de esta última decisión la aludida parte dedujo recurso de casación


en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia de segundo grado que,


en lo pertinente, confirmó el fallo del tribunal a quo, que a su vez rechazó la
demanda de autos en la forma señalada en la parte expositiva de este fallo, ha
sido dictada con infracción a los artículos 434 Nº 5 y 435 del Código de
Procedimiento Civil, en relación con los artículos 441 y 442 del mismo texto legal
y del artículo 12 inciso segundo del D.F.L. Nº 4/81 del Ministerio de Educación,
según pasa a explicar:

Señala que se infringió el artículo 434 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil,


pues se invocó un título imperfecto producto de un crédito de estudios otorgado
al demandado y que en razón de ello se solicitó la debida citación a confesar
deuda, conforme lo dispone la ley para este tipo de casos, a fin de hacer nacer
a la vida del derecho un título ejecutivo completo.

Sostiene que se transgredió, asimismo, el artículo 435 del mismo estatuto


normativo dado que ante la existencia de un título ejecutivo imperfecto o
incompleto, la ley exige la práctica de gestiones preparatorias de la vía ejecutiva
destinadas a perfeccionar y/o completar el título con el cual se pretende iniciar
una ejecución, por lo que en autos se aplicó la citada disposición legal, dictando
el 30º Juzgado Civil de Santiago una resolución por la cual se tuvo por
reconocida la deuda en rebeldía del ejecutado.

Añade que se vulneró, además, el inciso segundo del artículo 12 del D.F.L.
Nº 4 del Ministerio de Educación del año 1981, toda vez que el sentenciador, en
forma errónea y contraria a la real aplicación de la norma descrita, estableció
que la deuda se hizo exigible dos años después del egreso, es decir a partir del
31 de diciembre de 1987, y que a la fecha de la notificación, 11 de enero de
2003, el plazo de prescripción se encontraba prescrito en exceso, sin siquiera
establecer la fecha de cuándo se habría cumplido supuestamente dicho plazo.

Sostiene que al no pagar de contado el ejecutado de autos su deuda de crédito


de estudios, vencido el plazo de gracia de dos años, por el solo ministerio de la

214
ley dicha obligación se transformó en un pago a plazo, en virtud de lo cual el
deudor pudo haber satisfecho su deuda en diez cuotas anuales, iguales y
sucesivas, pago que en la práctica no se produjo, situación que no fue
impugnada ni objetada por el ejecutado.

De esta forma, afirma, su período de gracia correspondió a los años 1986 y


1987, correspondiendo su último día al 31 de diciembre de 1987, y que al no
haber sido solucionada la deuda de contado al vencimiento de dicho plazo, la
propia ley le facultó a pagar su obligación en el término de diez años, por lo que
el tiempo de prescripción debió comenzar a contarse a partir del día 31 de
diciembre de 1997;

Segundo: Que la sentencia recurrida, para confirmar —en lo pertinente a este


recurso— el fallo de primer grado, que rechazó la demanda de autos en la forma
señalada en la parte expositiva de este fallo, concluye que en lo que se refiere a
la prescripción la jurisprudencia, en este tipo de situaciones, ha sido de la opinión
que no tiene aplicación la norma del artículo 435 del Código de Procedimiento
Civil, por cuanto no puede el ejecutante hacer renacer mediante la interposición
de esa gestión un título ejecutivo que estaba fenecido, estima que la norma antes
citada sólo tiene aplicación para aquéllas en las que no se cuenta con un título
perfecto razonando, en consecuencia, que se acogerá la prescripción de la
deuda al haber transcurrido el tiempo exigido por la ley para que ésta se
encuentre prescrita, la obligación se hizo exigible a partir del 31 de diciembre de
1987 y desde esa fecha a la de la notificación, 11 de enero de 2003, el plazo ha
transcurrido en exceso.

Lo anteriormente consignado corresponde, en síntesis, a lo razonado en los


fundamentos cuarto y quinto del fallo de primer grado y reproducidos
íntegramente por la sentencia impugnada;

Tercero: Que de lo examinado en el fundamento anterior aparece que el fallo


recurrido desestimó que en el caso de autos tuviesen aplicación los artículos 434
Nº 5 y 435 del Código de Procedimiento Civil y 12 inciso segundo del D.F.L.
Nº 4/81 del Ministerio de Educación, denunciados como vulnerados,
entendiendo que los referidos preceptos legales que establecen la confesión
judicial como título ejecutivo; la posibilidad del acreedor que no posee título
ejecutivo de preparar la ejecución mediante el reconocimiento de firma o la
confesión de deuda, y las modalidades de pago del crédito universitario, no
alcanzan a la situación que se ha discutido en estos autos;

Cuarto: Que a lo anterior cabe destacar que la sentencia objeto del recurso en
estudio, para acoger la tesis esgrimida por el ejecutado, en cuanto a haberse
verificado en la especie la prescripción de la deuda y de la acción impetrada en
autos, se sustenta, en esencia, en el artículo 464 Nº 17 del Código de
Procedimiento Civil, que establece, como se sabe, la factibilidad de que el
demandado se oponga a la ejecución en razón precisamente de la referida
excepción legal, infiriendo los sentenciadores que la interpretación armónica de
esta disposición legal, conforme al mérito del proceso y a las fechas en que
eventualmente se habría hecho exigible la obligación y de notificación de la

215
demanda, comporta tener por establecida la prescripción de la deuda y de la
acción ejecutiva;

Quinto: Que, ahora bien, de todo lo que se ha expuesto queda en evidencia


que el recurso en estudio no ha pretendido, como debió hacerlo, que la sentencia
que impugna haya incurrido en errores de derecho por infracción a la preceptiva
legal señalada en el motivo anterior, la cual constituye, como se ha visto, el
fundamento jurídico para resolver la controversia en la forma que lo hizo, la cual
no se ha denunciado como vulnerada.

De lo dicho se sigue que siendo la casación de fondo un recurso de derecho


estricto, en el cual debe expresarse en qué consisten los errores de derecho de
que adolece el fallo recurrido y de qué modo esos errores de derecho o
infracciones de ley influyen sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia —
artículos 767 y 772 del Código de Procedimiento Civil—, esta Corte Suprema se
encuentra impedida de entrar a pronunciarse acerca de si la sentencia recurrida
aplicó acertadamente o no la preceptiva decisoria litis comentada, cuya
vulneración el recurso no invoca, aun cuando pudieren ser efectivos los errores
o infracciones de ley que el recurso se limitó a denunciar, lo que lleva a concluir
que este recurso no puede prosperar;

Sexto: Que sin perjuicio de lo dicho, y sólo a mayor abundamiento, cabe


reparar que, como se ha señalado reiteradamente por esta Corte de Casación,
resulta del todo improcedente la aplicación de la gestión establecida en el artículo
435 del Código de Procedimiento Civil para el caso del poseedor de un
documento al que la ley reconoce la calidad de título ejecutivo, pero cuya acción
ejecutiva se encuentra extinguida por haber transcurrido el plazo de prescripción
respectiva, esto es uno o tres años, dependiendo de la calidad de acción
cambiaria o ejecutiva propiamente tal que posea el acreedor.

En relación a este supuesto es dable señalar que la prescripción de la acción


no es una mera cuestión procesal, sino una institución jurídica de carácter
sustantivo; el plazo y los demás requisitos exigidos por la ley para que opere la
prescripción de una acción no constituyen asuntos procesales, y no se
determinan por el solo hecho de que la reclamación en que se haga valer esa
acción deba ser sometida, en su tramitación, a cierto procedimiento la
prescripción de la acción se rige por los preceptos sustantivos que la establecen,
independientemente de las reglas procesales a que debe amoldarse la
substanciación judicial del ejercicio de la misma acción (C. Suprema, 8 de julio
de 1964, Rev. de Der, t. 61, sec. 1ª, pág. 193).

Lo señalado precedentemente resulta concordante con lo que se manifestara


en las actas Nº 24 y Nº 25 de la Comisión Revisora del Código de Procedimiento
Civil: La naturaleza de las acciones es de incumbencia del Código Civil, y en este
proyecto sólo tiene cabida el señalamiento de los trámites que deben observarse
en su ejercicio.

La Comisión juzga de toda evidencia que el título ejecutivo supone la


existencia de la obligación líquida exigible.

216
Sobre el particular cabe subrayar que el artículo 435 del Código de
Procedimiento Civil parte del supuesto de no tener el acreedor título ejecutivo,
pero no del caso en que existió un título o una obligación y operó la prescripción,
sea de la acción ejecutiva o de la ordinaria, ya que la diligencia de
reconocimiento de firma y confesión de deuda no tiene la virtud de hacer renacer
una prescripción ya cumplida.

Atendido lo razonado sólo cabe concluir que extinguida por prescripción una
acción ejecutiva propiamente tal, subsistirá la acción para obtener el
cumplimiento de la obligación como ordinaria, hasta completarse el
correspondiente plazo de prescripción, según se trate en el particular de una
obligación de tipo civil o mercantil.

A lo anterior cabe agregar que en el caso de las acciones cambiarias,


transcurrido el plazo de prescripción de corto tiempo emanado del documento
que da cuenta de la deuda, deberá el acreedor intentar la acción que se deriva
del negocio causal o fundamental, la que se sujetará a las reglas comunes sobre
la materia;

Séptimo: Que, consecuentemente, el presente recurso de casación en el


fondo necesariamente debe ser rechazado.

Por estos fundamentos y visto, además, lo dispuesto en los artículos 765, 767
y 772 inciso primero del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de
casación en el fondo deducido en la petición principal contenida en la
presentación de fojas 52, por el abogado don Gonzalo Hernán Trabucco
González, en representación de la parte demandante, en contra de la sentencia
de veinte de junio de dos mil siete, que se lee a fojas 51.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr. Hernán Álvarez García.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sr.
Milton Juica A., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y Abogados
Integrantes Sres. Ricardo Peralta V. y Hernán Álvarez G.

No firman el Ministro Sr. Araya y el Abogado Integrante Sr. Álvarez G., no


obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar en
comisión de servicios el primero y ausente el segundo.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera B.

Rol Nº 4.282-2007.

5. CONFESIÓN FICTA NO PERMITE CONFIGURAR TÍTULO EJECUTIVO SI


ES DIRIGIDA CONTRA TERCERO

217
SUMARIO: El título ejecutivo, fundamento del presente proceso y que
contempla el artículo 434 Nºs. 4 y 5 del Código de Procedimiento Civil, no
puede tener fuerza de tal en contra del ejecutado, puesto que la confesión
ficta, obtenida como se ha dicho conforme al procedimiento del artículo 435
del mismo Código, sólo tiene por finalidad el dar fuerza ejecutiva a una
obligación preexistente que sólo se puede exigir en contra el deudor y no
respecto de un tercero ajeno a la relación de las partes.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2009-2006

Fecha : 24/03/2008

Cita online: CL/JUR/1878/2008

Partes: Beyzaga Zepeda Adolfo José con Carreño Cisternas Alejandro

Magistrados: Araya Elizalde, Juan; Herreros Martínez, Margarita; Muñoz


Gajardo, Sergio

Redactor: Araya Elizalde, Juan

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán; Carrasco Acuña, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión ficta - derecho civil -


derecho procesal - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 24 de marzo de 2008.

Visto:

En estos autos Rol Nº 827-2005, del 4º Juzgado Civil de Arica, juicio ejecutivo,
caratulado Beyzaga Zepeda, Adolfo José con Carreño Cisternas, Alejandro, don
Rodrigo Fuentes Garcés, en representación de don Adolfo José Beyzaga
Zepeda, dedujo demanda ejecutiva en contra de don Alejandro Segundo Carreño
Cisternas.

Señala que en los autos sobre citación a confesar deuda y reconocer firma,
caratulados Beyzaga con Carreño, habiendo sido citada la demandada a
confesar deuda y reconocer firma, respecto de su representada por la suma de
$ 2.819.578, ésta no concurrió quedando en consecuencia preparada la vía
ejecutiva.

218
Afirma que la obligación es líquida, actualmente exigible y que la acción
ejecutiva no se encuentra prescrita.

Solicita, por tanto, que se despache mandamiento de ejecución y embargo por


la citada cantidad y que se siga adelante con la ejecución hasta hacer entero y
cumplido pago de dichas sumas, con costas.

La ejecutada, por su parte, opuso las siguientes excepciones:

1. La del Nº 2 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, esto es la


falta de capacidad del demandante o de personería o de representación legal del
que comparezca a su nombre.

2. La contemplada en el artículo 464 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil,


ineptitud del libelo.

3. La establecida en el Nº 7 del artículo 464 del mismo estatuto jurídico, esto


es falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por la ley para
que el título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, o sea en relación al
demandado.

La sustenta en que su representado, don Alejandro Carreño Cisternas, es


Presidente del Sindicato Profesional de Empleados Particulares del Casino de
Arica, entidad que se estableció en 1988 y de acuerdo a la Ley Nº 17.312 un
fondo de indemnización, en cuya virtud se establece mediante un cálculo de una
cantidad de puntos, se entregaban sumas de dinero de acuerdo a los años de
servicio y con relación a la causa de salida de la empresa.

Señala que dicho fondo se financia mediante las propinas que recibían los
trabajadores durante los diferentes juegos y los que recolectaban mediante un
riguroso sistema de control.

Afirma que el encargado del fondo no era el ejecutado, sino don René Opazo
Antezana y que el fondo dejó de existir.

Refiere que el ejecutado no es el deudor de ninguna obligación, puesto que


se eliminó el fondo y el artículo 16 de la escritura pública en que consta la
constitución del fondo señala: El director del presente fondo será responsable
civil y penalmente de los dineros a su cargo. A grega que dicho director no es ni
ha sido el ejecutado, quien detenta el cargo de Presidente del sindicato y no del
fondo.

El director del fondo lo fue don René Opazo Antezana, por lo que no debió
citarse a su representado a reconocer ninguna deuda o firma, puesto que él
nunca ha sido deudor, tampoco corresponde que responda con sus propios
bienes de una deuda que no es de él.

Finalmente, afirma que el derecho que el artículo 435 del Código de


Procedimiento Civil entrega a todo acreedor dice relación con el deudor y no con
un tercero.

219
Por sentencia de veintiuno de diciembre de dos mil cinco, que se lee a fojas
112, el juez subrogante del mencionado Tribunal desestimó las excepciones de
los números 2 y 4 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil y acogió la
del numeral 7º del mismo precepto, por lo que rechazó la demanda en todas sus
partes, con costas.

Apelado el fallo por la ejecutante, una de las Salas de la Corte de Apelaciones


de Arica, por sentencia que se lee a fojas 146, lo confirmó.

En contra de esta última decisión la ejecutante dedujo recurso de casación en


el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que en la sentencia impugnada se incurrió


en errores de derecho según se pasa a explicar:

1. Infracción al artículo 435 del Código de Procedimiento Civil, en relación con


la excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

Sostiene que la infracción al artículo 435 del Código de Procedimiento Civil se


manifiesta en el sentido que los sentenciadores de segunda instancia, al
confirmar en todas sus partes el fallo de primera instancia, aceptaron la
interpretación en cuanto a que la responsabilidad civil corresponde a otra
persona distinta de la natural a la que se ha demandado en este juicio.

Esa interpretación es errada y no se ajusta a derecho, pues consta de los


documentos aparejados por su parte fojas 12 y 13 —liquidación del crédito y
comprobante de pago— y de la reducción de escritura pública de fojas 45,
acompañada por la contraria que establece el fondo de indemnización para el
Casino de Arica, que tendrá un directorio propio distinto del Sindicato de
Trabajadores del Casino financiado con propinas.

Consta que el fondo dejó de existir por cuestiones de índole administrativa, no


concretándose dicho fin por escritura pública.

Estima que de dicha situación se desprende el error de los sentenciadores,


pues existe una notable contradicción con lo expresado por éstos en su
considerando segundo del fallo de fojas 146, al decir que en lo relativo a la
persona del deudor, no puede encuadrarse lo dispuesto en el artículo 435 del
Código de Procedimiento Civil, en la persona o Presidente del Sindicato citado
para la diligencia de citación a confesar deuda y reconocimiento de firma, en
circunstancias que se expresó a lo largo de este proceso que se demandaba a
don Alejandro Carreño, como persona natural, pues éste al no formar parte del
directorio del fondo de indemnización sino del Sindicato del Casino de Arica,
firmó los documentos en una calidad distinta a la de Presidente.

220
Refiere que en cuanto al artículo 435 del Código de Procedimiento Civil, la
infracción se produce a consecuencia de la interpretación errada que tuvieron
los sentenciadores de segundo grado al confirmar el fallo de primera en todas
sus partes, admitiendo que era aplicable la excepción del artículo 464 Nº 7 del
estatuto citado.

La sentencia señala que la firma estipulada por el ejecutado en los


documentos lo fue en representación del S indicato de Trabajadores del Casino
de Arica y no a título personal.

2. Infracción a las normas reguladoras de la prueba: El recurrente sostiene


que se ha vulnerado el artículo 1445 en armonía con el 1450, ambos del Código
Civil, en relación al artículo 345 (sic) del Código de Procedimiento Civil.

La sentencia estimó insuficiente como medio de prueba la citación a confesar


deuda y reconocer firma, los comprobantes de pago y la testimonial de la
contraria, lo que implicó que el título perdiera fuerza y eficacia, precisando que
la firma estampada por el ejecutado en dichos documentos lo fue en
representación del sindicato y no a título personal.

Dicha interpretación, indica, vulnera el artículo 1445 del Código de


Procedimiento Civil, en el sentido de que para que una persona se obligue a otra
por un acto o declaración de voluntad es necesario que consienta en dicho acto
o declaración y que su consentimiento no adolezca de vicio.

La demandada se obligó, pues aparece suscribiendo un documento, esto es


comprobante de pago en favor de la ejecutante.

Afirma que se ha transgredido el artículo 1450 del Código Civil, toda vez que
se comprometió, a que por una tercera persona respecto de la cual no es legítimo
representante, ha de darse una cantidad de dinero a otro; en especial si se tiene
en cuenta que esa tercera persona, en ninguna parte de este proceso ha
ratificado lo obrado por el demandado, es decir cuando la contraria argumenta
que el responsable de dicho fondo es René Opazo, quien en ningún caso ha
ratificado lo obrado por el demandado y, más aun, en su oportunidad renunció a
dicho fondo.

Refiere que todo ello trae aparejado la infracción al artículo 1698 del Código
Civil, pues los sentenciadores no tomaron en consideración los medios de
prueba de su parte, no dando lugar a la obligación que de ella emana, respecto
del demandado, siendo que su parte probó la existencia de la misma.

También se infringe el artículo 1712 inciso segundo del Código Civil, pues el
Tribunal aplicó el medio de prueba presunción judicial, específicamente cuando
expresa el juez que lo que pretende obtener el demandante son una parte de las
cuotas de retiro que a su padre correspondían en dicho fondo y no una deuda
que haya asumido personalmente el demandado para con el causante.

Dicha infracción se produce, pues no existen elementos suficientes para


otorgar gravedad, precisión y concordancia a antecedentes que permitan arribar

221
a la conclusión de no aceptar la existencia de la obligación demandada, en
circunstancias que a fs. 45 específicamente en el artículo tercero de la escritura
pública del acta Nº 16, de 1º de marzo de 1998, que modifica el reglamento del
fondo de indemnización, se establece que control y distribución de esos fondos
será llevado por un socio beneficiario autónomo, el cual será elegido por simple
mayoría y en votación secreta.

De tal forma no se explica cómo el demandado firmó los recibos de fojas 12 y


13 si no es ni ha sido el encargado del fondo.

Pide que se invalide la sentencia, se dicte una de reemplazo que rechace la


excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil a fin de
continuar con la ejecución.

Segundo: Que para un adecuado análisis de los errores de derecho que se


denuncian, útil resulta tener presente los siguientes:

a) Mediante gestión preparatoria de la vía ejecutiva, se citó a reconocer firma


y confesar deuda a Alejandro Carreño Cisternas, en su calidad de persona
natural.

b) El mencionado Carreño Cisternas fue notificado personalmente de la


gestión y no compareció, por lo cual se le tuvo por confeso de adeudar a don
Adolfo Beyzaga Zepeda, la cantidad de $ 2.819.578.

c) Se dedujo demanda ejecutiva y el ejecutado se opuso a la ejecución


mediante la interposición de las excepciones que se señalaron en lo expositivo
de este fallo.

d) Con fecha 1 de marzo de 1988 se redujo a escritura pública el acta Nº 16


de reunión extraordinaria del Sindicato Nº 1 de la Empresa Casino Municipal de
Arica, en la que consta se aprobó el Reglamento del Fondo de Indemnización.

En el artículo Decimosexto se expresa: El Director del presente fondo será


responsable, civil y penalmente de los dineros a su cargo.

Tercero: Que los jueces del grado establecieron como hecho de la causa que
la deuda por la que se sigue ejecución en contra del demandado no le empece;
es decir, este juez ha adquirido convicción de que la deuda que se pretende
cobrar ejecutivamente contra el deudor, corresponde a una persona distinta de
él, la que podría ser o el Sindicato Profesional de Empleados del Casino de Arica
o el denominado Fondo de Solidaridad y Retiro de dicho Sindicato, si es que
dicho fondo tuviere personalidad jurídica distinta de la del sindicato.

Cuarto: Que para una mejor resolución del asunto que viene propuesto,
conviene tener presentes ciertas consideraciones en relación al título ejecutivo.

Éste puede ser definido como aquel documento que da cuenta de un derecho
indubitable, al cual la ley atribuye la suficiencia necesaria para exigir el
cumplimiento forzado de la obligación en él contenida.

222
Del análisis de los diversos títulos ejecutivos que contempla el artículo 434 del
Código de Procedimiento Civil, es posible concluir que existen títulos perfectos
e imperfectos; dentro de esta última categoría encontramos la confesión de
deuda.

Dichos títulos se caracterizan porque, para poder iniciar la ejecución por medio
de ellos, es preciso cumplir con ciertas gestiones previas, llamadas preparatorias
de la vía ejecutiva.

La gestión preparatoria de la vía ejecutiva es un procedimiento judicial previo,


que puede iniciar el acreedor en contra del deudor, destinado a perfeccionar o
completar un título con el cual pretende iniciar una ejecución posterior.

En principio, un instrumento privado carece de mérito ejecutivo, porque en su


otorgamiento no ha intervenido funcionario público alguno que le confiera
presunción de autenticidad.

Sin embargo, dicho instrumento puede llegar a tener mérito ejecutivo previas
gestiones reguladas en los artículos 435 y 436 del Código de Procedimiento Civil.

El primero de los preceptos citados reza: Si, en caso de no tener el acreedor


título ejecutivo, quiere preparar la ejecución por el reconocimiento de firma o
confesión de la deuda, podrá pedir que se cite al deudor a la presencia judicial,
a fin que se practique la que corresponda a estas diligencias, habilitación legal
que lleva a enumerar entre los títulos ejecutivos de obligaciones de dar en el
artículo 434 del mismo Código, el instrumento privado, reconocido judicialmente
o mandado tener por reconocido y la confesión judicial.

Quinto: Que tanto del tenor del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil
como de las definiciones que se han trascrito precedentemente, aparece
meridianamente claro que la gestión preparatoria de que se trata debe dirigirse
contra el deudor y, en la especie, el ejecutante pretende a través de la presente
vía exigir compulsivamente, a una persona natural, una deuda del Fondo de
Indemnización de Funcionarios del Casino Municipal de Arica.

En efecto, tanto del cuaderno sobre gestión preparatoria de la vía ejecutiva


como de la demanda ejecutiva consta que la acción se inició en contra de don
Alejandro Carreño Cisternas, sin atribuirle la calidad de representante del
mencionado fondo ni del Sindicato de Trabajadores.

Sexto: Que, entonces, el título ejecutivo, fundamento del presente proceso y


que contempla el artículo 434 Nº 4 y 5 del Código de Procedimiento Civil, no
puede tener fuerza de tal en contra del ejecutado, puesto que la confesión ficta,
obtenida, como se ha dicho conforme al procedimiento del artículo 435 del mismo
Código, sólo tiene por finalidad el dar fuerza ejecutiva a una obligación
preexistente que sólo se puede exigir en contra el deudor y no respecto de un
tercero ajeno a la relación de las partes.

Séptimo: Que de este modo y tal como lo han resuelto los sentenciadores,
procedía acoger la excepción opuesta a la ejecución que contempla el Nº 7 del

223
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto el título ejecutivo
fundamento de la ejecución carece, en la especie, del mérito de tal en contra del
demandado.

Octavo: Que, consecuentemente, los errores de derecho en que se hacen


consistir las infracciones legales denunciadas no se han cometido, por lo que el
recurso en estudio debe ser desestimado.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 765 y 767 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza
el recurso de casación en el fondo interpuesto en la petición principal contenida
en la presentación de fojas 150, por el abogado don Rodrigo Fuentes Garcés, en
representación de la parte ejecutante, en contra de la sentencia de veinte de
marzo de dos mil seis, escrita a fojas 146.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Juan Araya Elizalde.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y Abogados
Integrantes Sres. Hernán Álvarez G. y Óscar Carrasco A.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 2.009-2006.

224
CAPÍTULO X RECONOCIMIENTO DE FIRMA

1. CUANDO TÍTULO EJECUTIVO INVOCADO ES RECONOCIMIENTO DE


FIRMA PLAZO DE PRESCRIPCIÓN DE ACCIÓN EJECUTIVA SE CUENTA
DESDE TAL RECONOCIMIENTO

SUMARIO: Del tenor de la demanda ejecutiva aparece que el título ejecutivo


fundante de la acción es el reconocimiento de la firma del obligado. Ahora
bien, cuando el título que se invoca es el reconocimiento de firma del deudor,
el plazo de prescripción de la acción ejecutiva se cuenta desde la realización
de esa diligencia y no desde la suscripción o la fecha del documento respecto
del cual fueron practicadas. De otra parte, es útil tener presente que la
preparación de la vía ejecutiva es aquélla tendente a crear un título ejecutivo,
ya sea en forma indirecta constituyendo el título mismo, o complementando
determinados antecedentes, o bien supliendo las imperfecciones de un título
con existencia incompleta. En el caso de autos, el documento privado por sí
solo carece de mérito ejecutivo, de suerte tal que no es posible argumentar,
como lo hace el ejecutado, que desde la fecha del documento y hasta el día
en que el deudor compareció al tribunal a reconocer su firma, ha transcurrido
con creces el plazo de tres años establecido por la ley para que opere la
prescripción extintiva de la acción ejecutiva.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Chillán

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 902-2005

Fecha : 20/03/2006

Cita online: CL/JUR/1145/2006

Partes: Vera Placencia, Regina con Fuentes Soto, Gregorio

Magistrados: Hansen Kaulen, Bernardo Christian

Redactor: Hansen Kaulen, Bernardo Christian

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión ficta - derecho civil -


derecho procesal - excepciones - juicio ejecutivo - obligación de dar - plazo de
prescripción - preparación de la vía ejecutiva - prescripción - título ejecutivo

225
Legislación relacionada: artículo 464 Nº 7 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Chillán, 20 de marzo de 2006.

Se designa para la redacción del fallo acordado, con conocimiento de las


partes, al Ministro señor Christian Hansen Kaulen. Chillán, veinte de marzo de
dos mil seis.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada de trece de septiembre de dos mil cinco,


escrita a fojas 55 y siguientes, con excepción de su fundamento 4º que se
elimina; en el fundamento 5º, se extrae la frase que comienza con las palabras
sin perjuicio y concluye con el término antecede, escrita entre los vocablos Que
y consta, precedido este último de una coma (,) que también se elimina, y en su
lugar se tiene, además, presente:

1º) Que, fundando la ejecutada la excepción de prescripción extintiva opuesta


a fojas 24, sostiene que procede acoger la citada excepción de prescripción de
la acción ejecutiva, si desde la fecha en que el ejecutado suscribió el contrato de
compraventa de bosque con la ejecutante, esto es el día 23 de marzo del año
2000, hasta el día en que compareció al tribunal a reconocer su firma, transcurrió
con exceso el plazo de tres años establecido en la ley para que opere la
prescripción extintiva de dicha acción.

A mayor abundamiento, sostiene más adelante que la suma de $ 1.000.000


que se demanda en este juicio y que corresponde al saldo de precio mencionado
en el número 2 de la cláusula tercera del contrato de compraventa ya señalado,
tenía como fecha de vencimiento el día 2 de mayo del año 2000.

2º) Que, del tenor de la demanda ejecutiva de fojas 17 y siguientes, aparece


que el título ejecutivo fundante de la acción es el reconocimiento de la firma del
obligado efectuado por éste el día 4 de marzo de 2004, según consta a fojas 5.

Ahora bien, cuando el título que se invoca es el reconocimiento de firma del


deudor, el plazo de prescripción de la acción ejecutiva se cuenta desde la
realización de esa diligencia y no desde la suscripción o la fecha del documento
respecto del cual fueron practicadas.

3º) Que, de otra parte, es útil tener presente que la preparación de la vía
ejecutiva es aquélla tendente a crear un título ejecutivo, ya sea en forma indirecta
constituyendo el título mismo, o complementando determinados antecedentes, o
bien supliendo las imperfecciones de un título con existencia incompleta.

En el caso de autos, el documento privado de fecha 23 de marzo de 2000 por


sí solo carece de mérito ejecutivo, de suerte tal que no es posible argumentar,
como lo hace el ejecutado a fojas 24, que desde esa fecha o desde el 2 de mayo
de 2000 y hasta el día en que el deudor compareció al tribunal a reconocer su

226
firma, ha transcurrido con creces el plazo de tres años establecido por la ley para
que opere la prescripción extintiva de la acción ejecutiva.

Finalmente, la excepción de prescripción invocada por el ejecutado no puede


analizarse en relación con un documento que no puede estimarse como fundante
de la acción intentada (como pretende el demandado) toda vez que el actor inició
la ejecución mediante la preparación de ella con la diligencia de fojas 5 de estos
autos ejecutivos.

Por estos fundamentos, y lo dispuesto en los artículos 186 y 227 del Código
de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia apelada de trece de septiembre
último, escrita de fojas 55 a 58 vuelta, con costas del recurso. Regístrese y
devuélvase.

Redacción del Ministro señor Christian Hansen Kaulen.

Rol Nº 902-2005.

2. OBJETIVO DE GESTIÓN PREPARATORIA DE RECONOCIMIENTO DE


FIRMA

SUMARIO: La gestión de citación a reconocer firma se concede por el legislador


para conferir mérito ejecutivo a documentos que no lo tienen por su propia
naturaleza; pero no para hacer recuperar tal mérito a los que lo han perdido
por prescripción, como por lo demás reiterada y uniformemente lo ha señalado
la jurisprudencia. Aceptar que se pueda citar a reconocer firma de un pagaré
que no pagó sus impuestos, para así obtener mérito para ejecutar, equivale a
burlar la norma del artículo 26 inciso primero de la Ley de Timbres, pues claro
está que ella pierde todo su sentido, ya que bastaría, para no pagar los
impuestos, citar siempre al deudor a reconocer una firma que éste no podrá
negar lícitamente. Es obvio, también por esta razón, entonces, que la gestión
señalada es útil en cuanto tenga por destino conceder mérito ejecutivo a un
documento que por su propia naturaleza no lo tiene; pero no cuando,
tratándose de documentos a los que en principio sí correspondería mérito
ejecutivo, se pretenda revivir un título fenecido o burlar una obligación que sea
inherente al mismo y que suponga condición previa para su fuerza, como es
el caso de la prueba del pago de impuesto, respecto de los pagarés.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Rancagua

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 221-2006

Fecha: 20/06/2006

Cita online: CL/JUR/1893/2006

227
Partes: Salas Parraguez, María Olga con Catalán Mayor, Gerardo Jovino

Magistrados: Mera Muñoz, Raúl

Redactor: Mera Muñoz, Raúl

Voces: derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo - preparación de la


vía ejecutiva - reconocimiento de firma

Legislación relacionada: Artículo 26 - D.L. Nº 3.475

TEXTO COMPLETO

Rancagua, 20 de junio de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia apelada, con excepción de su fundamento quinto,


que se elimina.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

1. Que aunque las excepciones se han opuesto invirtiendo el orden lógico, es


claro que no habiéndose interpuesto una en subsidio de la otra, debe analizarse
en primer término la de prescripción, puesto que sólo si la acción está vigente
cabe determinar si el título es o no perfecto.

2. Que el documento en que se sustenta la acción ejecutiva constituye en


verdad un pagaré y en tal calidad está prescrito, puesto que su vencimiento se
pacta para el 30 de diciembre de 2002 y la demanda se interpone en abril de
2005; esto es, sobradamente cumplido el término de un año que el legislador
contempla como límite de la acción de cobro pertinente.

3. Que aunque el ejecutante pretenda lo contrario, el sustento de la acción


aquí es ese pagaré y no la citación a reconocer firma, dado que los títulos
fenecidos no pueden revivirse bajo el expediente de citar a sus suscriptores a
reconocer sus firmas en ellos estampadas.

Con semejante criterio, la prescripción dispuesta por el legislador respecto de


los títulos de crédito sería letra muerta, porque pasen los años que se quiera, la
firma puesta por el suscriptor en el pagaré jamás dejará de ser suya y como no
puede negarla al ser citado al efecto, claro está que se podría cobrar siempre,
así hubiere vencido el documento hace cinco, diez, veinte o más años.

En suma, pues, tales títulos no prescribirían jamás y ello no puede ser.

Lo cierto es que la gestión de citación a reconocer firma se concede por el


legislador para conferir mérito ejecutivo a documentos que no lo tienen por su
propia naturaleza; pero no para hacer recuperar tal mérito a los que lo han

228
perdido por prescripción, como por lo demás reiterada y uniformemente lo ha
señalado la jurisprudencia.

4. Que en todo caso y si el título no hubiera tenido la antigüedad que tiene,


tampoco cumple con las exigencias para tener fuerza ejecutiva, ya que
tratándose de un pagaré emitido por un particular no ha acreditado el pago del
impuesto correspondiente.

De nuevo y por la misma razón antes enunciada, no es admisible pretender


que el título sea aquí independiente del pagaré, puesto que así como antes se
dijo que aceptar tal cosa equivaldría a admitir que se burle la prescripción,
aceptar ahora que se pueda citar a reconocer firma de un pagaré que no pagó
sus impuestos, para así obtener mérito para ejecutar, equivale a burlar la norma
del artículo 26 inciso primero de la Ley de Timbres, pues claro está que ella
pierde todo su sentido, ya que bastaría, para no pagar los impuestos, citar
siempre al deudor a reconocer una firma que éste no podrá negar lícitamente.

Es obvio, también por esta razón, entonces, que la gestión señalada es útil en
cuanto tenga por destino conceder mérito ejecutivo a un documento que por su
propia naturaleza no lo tiene; pero no cuando, tratándose de documentos a los
que en principio sí correspondería mérito ejecutivo, se pretenda revivir un título
fenecido o burlar una obligación que sea inherente al mismo y que suponga
condición previa para su fuerza, como es el caso de la prueba del pago de
impuesto, respecto de los pagarés.

Y visto además lo dispuesto por los artículos 170, 186 y siguientes, 464 Nº 7
y 17, y 471 del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de
veintiuno de noviembre de dos mil cinco, escrita de fs. 33 a 37, y en su lugar se
declara que se acogen las excepciones opuestas a fs. 7 y en consecuencia se
rechaza, con costas, la ejecución.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro Sr. Mera.

Rol Nº 221-2006.

3. TÍTULO EJECUTIVO. PERFECCIONAMIENTO NO SE PRODUCE POR


RECONOCIMIENTO DE FIRMA SI TÍTULO NO ES AUTOSUFICIENTE

SUMARIO: La circunstancia que en este caso haya quedado preparada la vía


ejecutiva por haber la ejecutada reconocido su firma en el documento
denominado Contrato de Obra vendida, no libera al título así obtenido de la
exigencia general en orden a ser autosuficiente; esto es, debe dar cuenta de
una obligación líquida, actualmente exigible y no prescrita. Y si bien es cierto
que la ejecutada reconoció su firma, no es menos cierto que no es el contrato
de obra vendida, el documento en que se fundan las pretensiones del actor,
ya que lo que éste cobra en autos es la suma de las cantidades que se

229
encuentran en otros dos documentos. Es del caso que en ninguno de ellos
obra la firma de la ejecutada y además ésta negó la deuda contenida en ellos.
La sola circunstancia que se deba recurrir al contrato de obra vendida para
fundamentar los otros dos documentos presentados, es una demostración
evidente de la insuficiencia del título esgrimido en la causa. Para que estos
títulos fueran ejecutivos o susceptibles de convertirse en uno, por la vía que
se analiza, han de ser de aquellos que traen aparejada la ejecución sin
necesidad de otros documentos que los refuercen o complementen o que les
confieran mérito o fuerza ejecutiva.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 7045-2000

Fecha: 16/12/2005

Cita online: CL/JUR/2039/2005

Partes: Soc. Constructora Charrier Chacón Ltda. con Huera Mariqueo,


Amantina

Magistrados: Dahm Oyarzún, Jorge; Cerda Fernández, Carlos

Redactor: Valencia Mercaido, María Victoria

Abogado integrante: Valencia Mercaido, María Victoria

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - confesión ficta - derecho civil -


derecho procesal - juicio ejecutivo - preparación de la vía ejecutiva -
reconocimiento de firma - título ejecutivo

Legislación relacionada : Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 435 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 16 de diciembre de 2005.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, pero eliminando del fundamento 4º


desde la frase que comienza y las argumentaciones hasta el final, como
asimismo los fundamentos 6º, 7º, 11º 12º y 13º y teniendo, en su lugar y, además,
presente:

1) Que en estos autos, Rol Nº 5111-1996, la Sociedad Constructora Charrier


Chacón Ltda. inició este juicio mediante la preparación de la vía ejecutiva,

230
citando para tales efectos a doña Amantina Huera Mariqueo a una audiencia, a
llevarse a efecto al 5º día después de ser notificada de la gestión, a fin de que:

a) Reconociera su firma contenida en el documento denominado Contrato de


obra vendida, celebrado entre las partes con fecha 15 de junio de 1998;

b) Confesara una deuda de $ 3.256.757.

Para los efectos de acreditar la deuda, la actora presentó tres documentos:

Uno. Copia del contrato celebrado el 15 de junio de 1998.

Dos. Copia del presupuesto de reparaciones en la propiedad de la


demandada;

Tres. Copia del presupuesto de trabajos extraordinarios en la propiedad de la


demandada. Estos dos últimos documentos no tienen la firma de la ejecutada.

2) Que en la audiencia que rola a fs. 10 de autos doña Amantina Huera


Mariqueo, reconoció su firma contenida en el Contrato de obra vendida de 15 de
junio de 1998 y negó la deuda de $ 3.256.757 de la que presuntivamente daban
cuenta los otros 2 documentos.

3) Que con estos antecedentes se consideró a fs. 18 que se encontraba


preparada la vía ejecutiva en contra de la demandada por la suma de
$ 3.256.757 más intereses y costas.

4) A fs. 28 la ejecutada opuso, en primer término, la excepción del Nº 7 del Art.


464 del Código de Procedimiento Civil, alegando que no existía título ejecutivo
alguno, y la excepción de pago.

5) Que a fs. 135 y siguientes, con fecha 31 de mayo de dos mil, la juez a
quo dictó sentencia rechazando las excepciones opuestas y ordenando que se
siguiera adelante la ejecución hasta hacerse la actora pago entero y cumplido de
su crédito en capital, intereses y costas.

6) Que a fs. 151 de autos, la ejecutada apela, por ser la resolución de fecha
31 de mayo de dos mil, agraviante para su parte.

7) Que, conforme fluye de los arts. 435 y 436 del Código de Procedimiento
Civil, las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva se encaminan a procurarle
un título ejecutivo a un acreedor que no lo tiene respecto de su deudor o que
contando con uno, requiere perfeccionarlo.

Ergo, para que haya lugar a tal clase de procedimiento, es siempre prioritario
e indispensable la existencia previa de una obligación; esto es, de una acreencia
y que ésta no consta documental e indubitadamente, por lo que se hace
necesaria la preparación de la vía ejecutiva.

231
8) Que la circunstancia que en este caso haya quedado preparada la vía
ejecutiva por haber la ejecutada reconocido su firma en el documento
denominado Contrato de Obra vendida, de fecha 15 de junio de 1998, no libera
al título así obtenido de la exigencia general en orden a ser autosuficiente; esto
es, debe dar cuenta de una obligación líquida, actualmente exigible y no
prescrita, más aún si ese preciso aspecto fue materia y fundamento de la
excepción opuesta.

Y si bien es cierto que la ejecutada reconoció su firma, no es menos cierto que


no es el contrato de obra vendida el documento en que se fundan las
pretensiones del actor, ya que lo que éste cobra en autos es la suma de las
cantidades que se encuentran en los otros dos documentos: trabajos
extraordinarios e I VA de trabajos extraordinarios.

Es del caso que en ninguno de ellos obra la firma de la ejecutada y además


ésta negó la deuda contenida en ellos.

La sola circunstancia que se deba recurrir al contrato de obra vendida para


fundamentar los otros dos documentos presentados, es una demostración
evidente de la insuficiencia del título esgrimido en la causa.

Para que estos títulos fueran ejecutivos o susceptibles de convertirse en uno,


por la vía que se analiza, han de ser de aquellos que traen aparejada la ejecución
sin necesidad de otros documentos que los refuercen o complementen o que les
confieran mérito o fuerza ejecutiva.

9) Que en el caso que se analiza, los títulos en que se funda la demanda


ejecutiva, no se bastan a sí mismos, porque no emanan de ambas partes sino
sólo de la parte demandante, por lo que negada la deuda y no existiendo firma
por parte de la ejecutada, si ésta negó la deuda, no se le pudo dar mérito
ejecutivo.

Por estas consideraciones, se declara:

a) Que se revoca la sentencia de treinta y uno de mayo de dos mil, escrita a


fojas 135 y siguientes, en cuanto rechaza la excepción Nº 7 del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil opuesta a fojas 26, y en su lugar se decide que
ella se acoge, debiendo cesar la ejecución.

b) Que se confirma el referido fallo, en cuanto rechaza la excepción del Nº 9


del precepto señalado precedentemente.

c) Que no se condena en costas a la ejecutante, por no haber sido totalmente


vencida.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Abogada Integrante señora María Victoria Valencia Mercaido.

232
Pronunciada por la Séptima Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por
los Ministros señor Carlos Cerda Fernández, señor Jorge Dahm Oyarzún
y Abogada Integrante señora María Victoria Valencia Mercaido.

Rol Nº 7.045-2000.

233
CAPÍTULO XI TÍTULOS ESPECIALES

1. REQUISITOS QUE DEBE REUNIR CERTIFICADO DEL ARTÍCULO 47 DE


LEY DE RENTAS MUNICIPALES PARA SER TÍTULO EJECUTIVO

SUMARIO: No cabe duda que, cuando el legislador crea el título ejecutivo que
indica el artículo 47 de la Ley sobre Rentas Municipales, establece tres
requisitos: que se trate de un certificado, que lo suscriba el Secretario
Municipal y que acredite una deuda por patentes, derechos y tasas
municipales; en consecuencia, los jueces del fondo no incurren en el error de
derecho que se denuncia en el recurso, cuando afirman que el requisito de
acreditar una deuda importa que tal documento no sólo debe mencionar una
supuesta cantidad de dinero adeudada en términos genéricos, sino que
tratándose de derechos municipales como los que menciona la norma en
cuestión, tendrá que constar su origen, el período que se cobra y los
antecedentes necesarios que permitan concluir la suma que el documento
afirma como debida. Tal interpretación se ve reafirmada con la jurisprudencia
reiterada de este tribunal cuando ha señalado que el título con que se apareja
una ejecución debe llevar en sí mismo todos los requisitos necesarios para
que tenga fuerza ejecutiva y no es posible que, una vez trabada la litis, se
prueben la existencia de ellos: El título ejecutivo debe bastarse a sí mismo.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 6362-2005

Fecha: 05/07/2007

Cita online: CL/JUR/1294/2007; 36607

Partes: Ilustre Municipalidad de Arica c. Embotelladora Carnaval S.A.

Magistrados: Juica Arancibia, Milton; Muñoz Gajardo, Sergio; Herreros


Martínez, Margarita; Araya Elizalde, Juan

Redactor: Araya Elizalde, Juan

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán

234
Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho municipal -
derecho procesal - juicio ejecutivo - municipalidad - rentas municipales - título
ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 5 de julio del año 2007.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 92-2005, seguidos ante el Primer Juzgado Civil de Arica
sobre juicio ejecutivo, caratulados Ilustre Municipalidad de Arica con
Embotelladora Carnaval S.A., la juez titular de dicho tribunal por sentencia escrita
a fojas 105, de treinta de junio de dos mil cuatro, rechazó las excepciones de
falta de alguno de los requisitos para que el título tenga fuerza ejecutiva y nulidad
de la obligación, opuestas por la ejecutada, y ordenó seguir adelante con la
ejecución hasta el entero y cumplido pago de lo demandado.

La ejecutada interpuso recurso de apelación en contra de dicho fallo y una


Sala de la Corte de Apelaciones de Arica por resolución de cuatro de noviembre
de dos mil cinco, escrita a fojas 148, revocó aquél de primer grado y declaró que
acogía la excepción del numeral 7º del artículo 434 del Código de Procedimiento
Civil y no dio lugar a la demanda ejecutiva.

En contra de esta última sentencia, el ejecutante deduce recurso de casación


en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Y teniendo en consideración:

Primero: Que el recurrente denuncia la infracción a los artículos 47 del Decreto


Ley Nº 3.063 sobre Rentas Municipales, 434 Nº 7, 441 y 464 Nº 7, todos del
Código de Procedimiento Civil, al decidir los jueces de segunda instancia revocar
el fallo de primer grado, que otorgó mérito ejecutivo al certificado emitido por el
Secretario Municipal que acredita la deuda que el documento da cuenta, y
resolver, en cambio, que este título carece de tal calidad, pese a que el artículo
47 de la Ley Sobre Rentas Municipales prescribe que el certificado referido tiene
mérito o fuerza ejecutiva, otorgándole, en consecuencia, la calidad de título
ejecutivo al mencionado instrumento, haciendo además aplicables las normas
del Código de Procedimiento Civil respecto del procedimiento.

Sostiene el actor que el artículo 47 de la ley del ramo ha sido infringido desde
el momento en que se ha prescindido de su texto y equivocado la interpretación
que debiere hacerse de aquél, toda vez que los sentenciadores le introdujeron al
certificado del Secretario Municipal exigencias formales que el precepto
vulnerado no ha considerado ni expresa ni tácitamente para el ejercicio de la
acción ejecutiva, esto es la especificación, detalle o pormenores, de cómo se

235
habría arribado y determinado la obligación contenida en el título, en
circunstancia que la norma referida sólo requiere que la suma demandada
corresponda a una obligación líquida o liquidable y, en la especie, se ha
demandado una cantidad cierta.

Añade el recurrente que la infracción al Nº 7 del artículo 434 del Código de


Procedimiento Civil se ha producido por cuanto los sentenciadores han creado
nuevos títulos ejecutivos que no se encuentran previstos ni individualizados en
el precepto mencionado y al incorporar nuevos elementos y exigencias a dichos
títulos que la ley no ha indicado, lo que sólo podría hacerse mediante la dictación
de las leyes pertinentes.

Asimismo el ejecutante estima vulnerado el artículo 441 del Código de


Procedimiento Civil por cuanto el fallo recurrido desconoce la ejecutividad del
título so pretexto de faltar requisitos y hechos no alegados por la contraria.

Por último, agrega que el artículo 464 Nº 7 del mismo cuerpo de leyes
reseñado ha sido infringido por cuanto el título aludido es perfecto y completo y,
por ende, no adolece de falta de requisito alguno, toda vez que contiene la
identificación del deudor y del acreedor y la prestación debida determinada de
manera cierta, lo que hace que la deuda de autos sea líquida, actualmente
exigible y no prescrita, restringiendo su cobro a las tasas, derechos y patentes.

Explicando cómo esta infracción influye en lo dispositivo de la sentencia,


advierte el recurrente que, de no haberse producido la infracción, esto es
aplicando correctamente la ley en la forma expuesta con antelación, se habría
tenido que llegar, necesariamente, a la conclusión que debía confirmarse la
sentencia de primera instancia dictada por el Primer Juzgado de Letras de Arica,
rechazando en consecuencia la excepción alegada.

Segundo: Que se dejó establecido en el fallo que se impugna que el título


fundante de la acción ejecutiva lo constituye el certificado emitido por el
Secretario Municipal de Arica en el que se registran deudas de la ejecutada
(Embotelladora Carnaval S.A.) con el Municipio, al 28 de enero de 2005, por la
suma de $15.987.638, más reajustes e intereses; se señala, también, que el
certificado se otorga en virtud del artículo 47 del D.L Nº 3.063 sobre Rentas
Municipales para ser presentado ante los Tribunales de Justicia y llevar a cabo
la cobranza judicial por el valor indicado.

Tercero: Que los jueces del fondo señalaron como fundamento de su decisión,
por la que acogen la excepción prevista en el artículo 464 Nº 7 del Código
de Procedimiento Civil, que efectivamente el artículo 48 del Decreto Ley
Nº 3.063, sobre Rentas Municipales, otorga mérito ejecutivo al certificado emitido
por el Secretario Municipal.

Sin embargo, continúan dichos magistrados, esta situación no exime a dicho


funcionario de cumplir con los requisitos generales que la ley exige para que
dicho título tenga fuerza ejecutiva, entre los cuales se contemplan los datos
necesarios para que el acreedor conozca la naturaleza del cobro, lo que no se
presenta en la especie debiendo haberse desglosado el monto de los derechos

236
a cobrar por cada valor particular, correspondientes a los períodos que se cobra
y la fecha en que se infringió la norma cuyos derechos se cobran.

Cuarto: Que para determinar si se configuran las infracciones de ley que


denuncia el recurrente, se analizará en primer lugar si se ha producido la
infracción al artículo 47 de la Ley sobre Rentas Municipales que al efecto
prescribe:

Para efectos del cobro judicial de las patentes, derechos y tasas municipales,
tendrá mérito ejecutivo el certificado que acredite la deuda emitido por el
secretario municipal. La acción se deducirá ante el tribunal ordinario competente
y se someterá a las normas del juicio ejecutivo establecidas en el Código de
Procedimiento Civil.

Lo dispuesto en el inciso precedente es sin perjuicio de las sanciones que


correspondan aplicarse por el juez de policía local correspondiente. La cobranza
administrativa y judicial del impuesto territorial se regirá por las normas
contenidas en el Título V del Libro III del Código Tributario.

Quinto: Que efectuando un análisis de la norma en referencia, ésta emplea la


expresión acreditar, que según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española se le atribuye como significado el hacer digno de crédito algo, probar
su certeza o realidad; dar seguridad de que algo es lo que representa o parece,
por lo que los jueces de la instancia están en lo cierto cuando exigen una
autosuficiencia del título, con el propósito que represente una obligación que esté
determinada en cuanto a su causa o fundamento, pues a ella está asociada su
liquidez.

Esta conclusión se desprende de la disposición legal en referencia la que,


como se ha trascrito, no se refiere a cualquier deuda y para cualquier efecto, sino
que con toda precisión señala: Para efectos del cobro judicial y agrega, de las
patentes, derechos y tasas municipales.

Esta interpretación se corrobora al tener en consideración el artículo 48 de la


Ley sobre Rentas Municipales, en cuanto obliga al pago de reajuste e intereses
al contribuyente moroso de pagar las prestaciones señaladas en el artículo
anterior.

Sexto: Que, en relación al argumento anterior, cabe agregar que título


ejecutivo es aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable, al cual
la ley le atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de
la obligación en él contenida.

Dicho mérito ejecutivo lo es en atención al carácter de autenticidad que ellos


revisten, por tal razón sólo la ley puede crear títulos ejecutivos y establecer sus
requisitos; elementos que miran no sólo al interés personal de los contratantes,
sino también al interés público que existe en reservar el procedimiento ejecutivo
a aquellos asuntos en que se persiga el cumplimiento de obligaciones cuya
existencia y exigibilidad se haya reconocido o declarado por algún medio legal.

237
El título ejecutivo presenta una naturaleza análoga a la de una prueba
privilegiada en términos tales que el acreedor dotado de él goza de la garantía
jurisdiccional de solicitar el embargo de bienes suficientes del deudor, quien debe
desvanecer la presunción de autenticidad y veracidad que el título supone.

Es por esto que el legislador ha circunscrito las posibilidades de defensa de la


persona contra quien se invoca, la que sólo puede discutir la validez de la
obligación, su subsistencia, su exigibilidad o si el título que la contiene tiene o no
naturaleza ejecutiva.

Séptimo: Que siguiendo el razonamiento anterior, no cabe duda que, cuando


el legislador crea el título ejecutivo que indica el artículo 47 de la Ley sobre
Rentas Municipales, establece tres requisitos: que se trate de un certificado, que
lo suscriba el Secretario Municipal y que acredite una deuda por patentes,
derechos y tasas municipales; en consecuencia, los jueces del fondo no incurren
en el error de derecho que se denuncia en el recurso, cuando afirman que el
requisito de acreditar una deuda importa que tal documento no sólo debe
mencionar una supuesta cantidad de dinero adeudada en términos genéricos,
sino que, tratándose de derechos municipales como los que menciona la norma
en cuestión, tendrá que constar su origen, el período que se cobra y los
antecedentes necesarios que permitan concluir la suma que el documento afirma
como debida.

Tal interpretación se ve reafirmada con la jurisprudencia reiterada de este


tribunal cuando ha señalado que el título con que se apareja una ejecución debe
llevar en sí mismo todos los requisitos necesarios para que tenga fuerza
ejecutiva y no es posible que, una vez trabada la litis, se pruebe la existencia de
ellos: el título ejecutivo debe bastarse a sí mismo.

Por consiguiente no es tal, por su vaguedad y porque no contiene


determinadamente una obligación de dar, el acuerdo tomado en un juicio arbitral
que tiene por aprobadas unas cuentas con las observaciones y aclaraciones
que constan a fojas 59 y demás piezas de autos (Corte Suprema, 8 de enero de
1966, Repertorio Código de Procedimiento Civil Tomo III, pág. 19, tercera
edición, 1999).

Octavo: Que los sentenciadores de segundo grado dejaron establecido que en


el certificado emitido por el Secretario Municipal de la I. Municipalidad de Arica,
se contiene un valor determinado por concepto de propaganda, sin especificar
ningún otro concepto en cuanto a su origen u otra explicación comprensible al
ejecutado, tales como período de tiempo por el que se cobran los derechos,
lugares y ubicación de la propaganda, etc.

En consecuencia la deuda no puede ser liquidada ni es actualmente exigible


si no se ha determinado con claridad y exactitud cuáles son los períodos por los
cuales se cobran los derechos de propaganda, el origen de la misma y los
cálculos previos para determinar el valor final.

Noveno: Que a partir de los hechos establecidos en la sentencia impugnada y


que se han reproducido, los que son inamovibles para este Tribunal de Casación,

238
los jueces del fondo resolvieron que la obligación que se pretende cobrar
ejecutivamente carece de liquidez.

Esta afirmación encuentra su sustento en la norma del artículo 438 del Código
Procesal Civil, que dispone que se entenderá cantidad líquida, no sólo la que
actualmente tenga esta calidad, sino también la que pueda liquidarse mediante
simples operaciones aritméticas con sólo los datos que el mismo título ejecutivo
suministre.

Esta disposición cautela la exigencia que se desprende de una interpretación


a contrario sensu de la misma, cual es que el título debe indicar la forma cómo
se llega a determinar la cantidad que se cobra ejecutivamente.

Esta conclusión se refuerza si se considera la interpretación auténtica dada


por el legislador, conforme al artículo 6º del Decreto Ley Nº 1.533, en el sentido
que se considerarán líquidas las obligaciones de dinero en que se hubiere
estipulado reajustabilidad o intereses, cuando el título respectivo o la ley
señalaren la forma en que se procederá para la determinación del reajuste, la
tasa de interés o ambas cosas a la vez, de lo que se sigue que además de
señalar numéricamente el monto de la obligación, corresponde precisar sus
conceptos, para permitir precisar la forma en que se calculó.

Exigencia que tiene su explicación desde el momento que el título da origen a


medidas de apremio real inmediato, requiriendo de plazos reducidos para ejercer
el derecho de defensa, por lo que la claridad y precisión no deben estar ausentes
del título.

Décimo: Que, por lo razonado, se debe descartar cualquier error de derecho


en la interpretación de las disposiciones legales señaladas como infringidas en
el recurso, pues en el documento que funda la ejecución se ha indicado una
obligación de manera genérica y sin las especificaciones mínimas dispuestas por
el legislador.

De conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y 767 del


Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en el fondo
interpuesto por el abogado Juan Antonio Barraza Barrella, en lo principal de fojas
153, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Arica, de fecha
cuatro de noviembre de dos mil cinco, que se lee de fojas 148 a 152.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción a cargo del M inistro señor Araya.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros y Sr. Juan Araya E. y
Abogado Integrante Sr. Hernán Álvarez G.

No firma el Abogado Integrante Sr. Álvarez G., no obstante haber concurrido


a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

239
Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 6.362-2005.

2. CERTIFICADO DE SECRETARIO MUNICIPAL QUE ACREDITA DEUDA DE


DERECHOS Y TASAS MUNICIPALES POSEE MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: Esta Corte no comparte ese razonamiento del juez a quo, porque
impone al certificado (emitido por Secretario Municipal) exigencias que la ley
no formula, extremo hasta el que el proceso de interpretación no debe llegar.
En efecto, el texto legal (artículo 47 de la Ley de Rentas Municipales)
únicamente expresa que tendrá mérito ejecutivo el certificado que acredite la
deuda, debiendo, en consecuencia, bastar al juez la certificación de la
existencia de la obligación por el competente funcionario para entender que
está frente a un título ejecutivo. Esto no es extraño al sistema de títulos
ejecutivos, en el que prima, fundamentalmente, la forma del acto de lenguaje
en que consisten. Un pagaré, por ejemplo, es tal pagaré en la medida en que
deje constancia de la promesa incondicionada de pago de una cierta suma,
sin que sea necesario explicar nada sobre el origen u otros detalles de la
deuda. De modo, pues, que el certificado, a juicio de esta Corte, constituye
positivamente un título ejecutivo. Entonces, y sin dudas, el título invocado por
la parte ejecutante constituye y conforma el establecido perentoriamente en el
artículo 47 de la Ley de Rentas Municipales, por tratarse de un certificado
emitido por el Secretario Municipal que acredita deudas por derechos y tasas
municipales, por lo tanto tiene pleno mérito ejecutivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 554-2007

Fecha: 25/10/2007

Cita online: CL/JUR/2316/2007; 37552

Partes: I. Municipalidad de Mariquina con Francisco Luzzi y Cía. Limitada

Magistrados: Kompatzki Contreras, Mario; Abrego Diamantti, Rodolfo

Redactor: Varas Braun, Juan Andrés

Abogado integrante: Varas Braun, Juan Andrés

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho municipal -


derecho procesal - funciones de la municipalidad - juicio ejecutivo -
municipalidad - rentas municipales - título ejecutivo

240
Legislación relacionada: Artículo 47 - Ley de Rentas Municipales; Artículo
464 - Código de Procedimiento Civil.

TEXTO COMPLETO

Valdivia, veinticinco de octubre de dos mil siete.

Vistos:

A fs. 53 se ha deducido por la parte de la I. Municipalidad de San José de la


Mariquina un recurso de apelación en contra de la sentencia definitiva de fs. 45
y siguientes, fundando el recurso en la circunstancia de haber esa sentencia
acogido dos de las excepciones opuestas por la empresa demandada a la
demanda ejecutiva de autos, razón por la que solicita que esta Corte la revoque,
y rechace las referidas excepciones, permitiendo así la prosecución de la
ejecución, con expresa condena en costas.

Se reproduce la parte expositiva de la sentencia en alzada, así como sus


considerandos, con excepción de los fundamentos sexto y noveno que se
eliminan, eliminándose asimismo su parte resolutiva;

Y teniendo en su lugar y, además, en consideración:

Primero: Que la controversia jurídica sometida a conocimiento de esta Corte


dice relación con la posibilidad de dar lugar a la ejecución de la demandada a
partir de un certificado emitido por la Secretaria Municipal Suplente de la
Municipalidad demandante, en aplicación del inciso primero del artículo 47 de la
Ley de Rentas Municipales (Decreto Nº 2.385, de 20 de noviembre de 1996, que
fija el texto refundido y sistematizado del D.L. Nº 3.063), que estatuye que: Para
efectos del cobro judicial de las patentes, derechos y tasas municipales, tendrá
mérito ejecutivo el certificado que acredite la deuda, emitido por
el S ecretario M unicipal.

La acción se deducirá ante el tribunal ordinario competente y se someterá a


las normas del juicio ejecutivo establecidas en el Código de Procedimiento Civil.

El referido certificado literalmente reza: la Secretaria Municipal Suplente de la


Municipalidad de Mariquina, que suscribe, CERTIFICA: Que en virtud de los
antecedentes que se me han entregado, consistentes en un convenio de pago,
un informe del asesor jurídico y un boletín de ingresos municipales, cuyas copias
son parte integrante del presente certificado, Francisco Luzzi y Cía. Ltda.
mantiene actualmente una deuda con la Municipalidad de Mariquina por
concepto de patentes municipales, por un monto que asciende a $ 15.991.761,
seguido del nombre y firma de la funcionaria.

Segundo: Frente al texto de ese certificado, la sentencia en alzada razona


desde la premisa de que para que un título ejecutivo sea tal debe dar cuenta de
un derecho indubitable, y debe bastarse a sí mismo, de modo que el deudor ante
su solo examen se encuentre en situación de ejercer las alegaciones que le
parezcan pertinentes.

241
Contrasta luego el título transcrito antes con el texto legal pertinente, y
concluye que en la especie esas condiciones no se presentan, por la necesidad
de recurrir a otros documentos; en mérito de la cual conclusión acoge finalmente
la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

Tercero: Que el razonamiento antes aludido hace sinónimas, en buenas


cuentas, las expresiones verbales acreditar que usa la ley para referirse al
certificado de deuda municipal, con explicar la procedencia exacta de la
obligación, esto es a referenciar determinadamente el objeto, la causa y los
demás extremos que conformaron la obligación original.

Esta Corte no comparte ese razonamiento del juez a quo, porque impone al
certificado exigencias que la ley no formula, extremo hasta el que el proceso de
interpretación no debe llegar.

En efecto, el texto legal únicamente expresa que tendrá mérito ejecutivo el


certificado que acredite la deuda, debiendo, en consecuencia, bastar al juez la
certificación de la existencia de la obligación por el competente funcionario para
entender que está frente a un título ejecutivo.

Esto no es extraño al sistema de títulos ejecutivos, en el que prima,


fundamentalmente, la forma del acto de lenguaje en que consisten.

Un pagaré, por ejemplo, es tal pagaré en la medida en que deje constancia de


la promesa incondicionada de pago de una cierta suma, sin que sea necesario
explicar nada sobre el origen u otros detalles de la deuda.

De modo, pues, que el certificado que rola a fs. 1, a juicio de esta Corte,
constituye positivamente un título ejecutivo.

Cuarto: Que entonces, y sin dudas, el título invocado por la parte ejecutante
constituye y conforma el establecido perentoriamente en el artículo 47 de la Ley
de Rentas Municipales, por tratarse de un certificado emitido por el Secretario
Municipal que acredita deudas por derechos y tasas municipales, por lo tanto
tiene pleno mérito ejecutivo.

Quinto: Que de las circunstancias antes anotadas deviene que es procedente


no sólo rechazar la excepción de ineptitud del libelo planteada por la contraria,
sino también la del artículo 464 Nº 7 del Código Procedimental Civil, por concurrir
a su respecto todas las exigencias legales.

En efecto, del instrumento probatorio agregado por la ejecutante aparece que


constituye título ejecutivo, la deuda no está prescrita y la obligación es líquida y
actualmente exigible.

Sexto: Que lo anterior dimana del certificado de fojas 1, que expresamente


señala: Que en virtud de los antecedentes que se me han entregado consistentes
en un convenio de pago, un informe del asesor jurídico, y un boletín de ingresos
municipales, cuyas copias son integrantes del presente certificado, Francisco
Luzzi y Cía. Ltda. mantiene actualmente una deuda con la Municipalidad de

242
Mariquina por concepto de patentes municipales, por un monto que asciende a
$ 15.991.761.

Dicho certificado es el Nº 206 de 18 de agosto de 2006 y está firmado por doña


Mariángel Cabrera Rabie, Secretaria Municipal Suplente.

Séptimo: Que de lo explicitado, aparece con meridiana claridad que la


obligación es líquida, o liquidable, a lo más, ya que puede determinarse por
simples operaciones aritméticas; no está prescrita por no haber transcurrido el
tiempo exigible por la normativa legal, y es actualmente exigible, porque así
emana del propio documento con título ejecutivo, y no ha podido alterar tal
situación el convenio de pago celebrado por las partes, pues no se refleja en él
la intención o ánimo de los interesados de persistir en sus efectos ni la ejecutante
renunció a ejercer las acciones que ahora deduce ni que la ejecutada hubiere
solucionado la deuda a través del convenio aludido.

En mérito de lo considerado, disposiciones legales citadas, y visto, además, lo


dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil:

I. SE REVOCA la sentencia apelada en cuanto acoge las excepciones de los


números 4º y 7º del Código de Procedimiento Civil opuestas por la ejecutada en
lo principal de fs. 21, y en su lugar SE DECLARA que se rechazan también las
citadas excepciones, debiendo seguirse adelante con la ejecución hasta el
entero y cumplido pago de lo adeudado.

II. Que cada parte pagará sus costas, respecto de las generadas en esta
instancia.

Acordada contra el parecer del Abogado Integrante don Juan Andrés Varas
Braun, quien concordando en rechazar la excepción del Nº 4º, estuvo sin
embargo por acoger la del artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil,
atendido que del hecho que el título sea ejecutivo en abstracto no se sigue
necesariamente que deba proseguirse con la ejecución, puesto que el
demandado ha invocado como impedimento para ello la falta de exigibilidad de
la obligación, excepción acerca de la que la juez no estimó necesario
pronunciarse, en el entendido de que el título ejecutivo no podía considerarse
tal, según se ha explicado.

Fundamenta el demandado esa falta de exigibilidad en el hecho de que el


convenio de pago, en el que se basa el certificado, contiene un acuerdo de pago
en 12 cuotas iguales de $ 1.332.647 con vencimiento la primera el 30 de enero
de 2006, sin indicarse la fecha de vencimiento de las cuotas restantes, ni
tampoco el período (anual, semestral, trimestral, bimensual o mensual) de sus
vencimientos.

Tampoco se pactó en dicho convenio una cláusula de aceleración que permita


el cobro de la totalidad de la deuda por el no pago de alguna de las cuotas.

Ahora bien, el antedicho convenio de pago no puede entenderse en caso


alguno como una novación, conforme lo dispone el artículo 1649 del Código Civil,

243
de manera que lo que se sigue adeudando son patentes municipales impagas, y
por ello resulta perfectamente admisible que su cobro se persiga por la vía
ejecutiva, utilizando como título el correspondiente certificado municipal.

Sin embargo, para que ello sea procedente, es necesario también que la
deuda sea actualmente exigible, y ocurre que el convenio de pago, al conceder
al deudor la posibilidad de pagar en cuotas, y a plazo (aunque no se sepa
exactamente cuál sea ese plazo) justamente suspende la exigibilidad de la
obligación hasta el vencimiento del plazo.

En el caso de autos, y aun suponiendo que el vencimiento de las cuotas


sucesivas fuere mensual (cosa que, como se dijo, no estableció el citado
convenio) resulta que a la fecha que se emitió el certificado municipal (18 de
agosto de 2006) la obligación no podía considerarse exigible, o al menos no por
su total.

Por lo mismo, se estima por este disidente que no resulta procedente el cobro
de las cantidades adeudadas con el mérito del certificado municipal acompañado
en autos, puesto que, al no ser exigible la obligación, careció el título respectivo
de la imprescindible fuerza ejecutiva.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante señor Juan Andrés Varas Braun, con
excepción de los considerandos cuarto a séptimo, de autoría del Ministro don
Mario Julio Kompatzki Contreras.

No firma el Ministro don Rodolfo Patricio Abrego Diamantti, no obstante haber


asistido a la vista de la causa y acuerdo del fallo, por encontrarse en comisión
de servicios.

Rol Nº 554-2007.

3. CARÁCTER DE TÍTULO EJECUTIVO QUE SE OTORGA A LA CARTA DE


DESPIDO POR LA CAUSAL DEL ART. 161 DEL CÓDIGO DEL TRABAJO ES
MANIFESTACIÓN DEL PRINCIPIO DE CELERIDAD Y CONCENTRACIÓN

SUMARIO: El carácter de título ejecutivo que se otorga a la carta de despido por


la causal del artículo 161 del Código del Trabajo, no viene a ser sino una
manifestación del principio de celeridad y concentración, presente en todos los
procedimientos laborales, de manera que si el empleador invoca la causal de
necesidades de la empresa, que lo obliga a pagar las indemnizaciones por
término de contrato, tiene perfecta conciencia acerca de cuál es el momento
en que debe pagarlas, por lo que estimar que la época de proceder a su pago
sería aquélla en que se firma el finiquito, va en contra de esta nueva modalidad
prevista por la ley, de otorgar mérito ejecutivo a este instrumento, por cuanto
la firma del finiquito se realiza con posterioridad al despido e implica un
acuerdo de voluntades, que muchas veces no concurre. En ese sentido,

244
bastaría para el empleador señalar en la carta de despido el monto de las
indemnizaciones por término de contrato y allí mismo señalar que no
corresponde su pago porque el trabajador le adeuda otras sumas, para con
ello neutralizar los efectos del título ejecutivo, en circunstancias que se trata
de obligaciones de categorías diferentes, pues unas son aquéllas contenidas
en el título ejecutivo, referidas a las indemnizaciones por término de contrato,
en tanto que las otras son obligaciones que, para los fines pretendidos por el
legislador en cuanto al mérito ejecutivo que se ha otorgado a la carta de
despido en estas particulares circunstancias, no tienen certeza, es decir no
son indubitadas, pudiendo incluso ser inexistentes.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Iquique

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 8-2010

Fecha: 07/05/2010

Cita online: CL/JUR/2546/2010

Partes: Claudia Silva con Compañía de Seguros Corpvida S.A.

Magistrados: Gatica Muñoz, Erico; Guiza Gutiérrez, Pedro; Chamorro Pinto,


Mirta

Redactor: Güiza Gutiérrez, Pedro

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - carta de aviso - derecho civil -


derecho del trabajo - derecho procesal - despido - extinción del contrato de
trabajo - finiquito - indemnización - juicio ejecutivo - título ejecutivo - trabajador

Legislación relacionada: Artículo 162 - Código del Trabajo; Artículo 470 -


Código del Trabajo; Artículo 13 - Ley Nº 19.728

TEXTO COMPLETO

Iquique, 7 de mayo de 2010.

Visto:

Se reproduce la resolución en alzada de ocho de marzo del presente año, con


excepción del párrafo escrito bajo el título "En cuanto a la excepción de pago",
que se elimina.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Que el artículo 169 del Código del Trabajo, en su letra a), señala que
si el contrato de trabajo termina por aplicación de la causal del inciso primero del
artículo 161 de dicho texto legal, la comunicación que el empleador dirija al

245
trabajador, de acuerdo al inciso cuarto del artículo 162, supone "una oferta
irrevocable de pago de la indemnización por años de servicios y de la sustitutiva
de aviso previo", para el caso que éste no se haya dado, añadiendo que "Si tales
indemnizaciones no se pagaren al trabajador, éste podrá recurrir al tribunal que
corresponda, para que en procedimiento ejecutivo se cumpla dicho pago,
pudiendo el juez en este caso incrementarlas hasta en un 150%, sirviendo
para tal efecto de correspondiente título la carta aviso a que alude el inciso cuarto
del artículo 162".

Segundo: Que de lo expuesto, no cabe duda alguna acerca del carácter de


título ejecutivo que, en tales circunstancias, representa la carta de despido,
cumpliéndose en el caso de autos los requisitos necesarios para así estimarlo, a
pesar de indicar en su texto que conforme a la liquidación realizada por el
empleador, nada se adeudaría a la trabajadora, más aun si no existe discusión
en cuanto a las cantidades a que ascienden tanto la indemnización por años de
servicios como la sustitutiva de aviso previo, es decir, $ 1.874.814 y $ 937.407,
respectivamente, y que totalizan precisamente el monto demandado en la
presente acción, de $ 2.812.221.

Por lo mismo, serán rechazadas las alegaciones planteadas por la ejecutada,


en torno a la nulidad de la resolución que acogió a tramitación la demanda y
ordenó el correspondiente mandamiento de ejecución y embargo, por cuanto ella
se ajusta a derecho, dado que se cumplen los requisitos para proceder
ejecutivamente, al tratarse de una obligación que consta en un título ejecutivo,
actualmente exigible, líquida y no prescrita.

Tercero: Que, de acuerdo a lo establecido en el artículo 470 del Código del


Trabajo, en esta clase de procedimiento la parte ejecutada sólo está habilitada
para oponer las excepciones de pago de la deuda, remisión, novación y
transacción, debiendo acompañar antecedentes escritos que le otorguen debida
consistencia.

Cuarto: Que, en el presente juicio, la ejecutada dedujo la excepción de pago,


la que justificó en tres rubros o conceptos, a saber, aporte del empleador al
Seguro de Cesantía, préstamo solicitado por la trabajadora a una Caja de
Compensación y Anticipo por Bono de Gestión.

En cuanto a los dos primeros, la actora señaló expresamente, al momento de


contestar el traslado de rigor, no tener inconvenientes para que se deduzcan del
monto de la obligación ejecutiva, las cantidades correspondientes a dichos
rubros, no así el restante concepto, por considerar improcedente a su respecto
la excepción de pago.

Quinto: Que al margen de haberse allanado la ejecutante a la pretensión de la


contraria, esto es de rebajar del monto demandado las sumas correspondientes
al aporte del empleador al Seguro de Cesantía y a un préstamo solicitado por la
trabajadora a la Caja de Compensación Los Andes, lo cierto es que por
imperativo legal, dado que así lo establece el artículo 13 de la Ley Nº 19.728,
habrá de imputarse a la obligación ejecutiva, constituida por las indemnizaciones
por años de servicios y sustitutiva del aviso previo, las cotizaciones efectuadas

246
por el em pleador a la cuenta individual de cesantía de la trabajadora, que en
total ascienden a la suma de $ 248.701.

A su vez, en lo que dice relación con el pago del crédito entregado por la Caja
de Compensación Los Andes a la actora, en virtud de lo previsto en el artículo
1577 del Código Civil, ella ratificó expresamente el pago que hiciera su
empleador a dicha entidad por $ 109.898, suma que también se rebajará de la
obligación ejecutiva.

Sexto: Que sin embargo, no ocurre lo mismo respecto del otro rubro en que
se asienta la excepción de pago, esto es el denominado "anticipo por bono de
gestión", ya que se trata de una prestación totalmente ajena a aquéllas derivadas
del término de contrato, que en caso alguno puede considerarse un pago de tales
indemnizaciones. Tiene en consecuencia un carácter discutible, que bien podría
debatirse en otro procedimiento, como es aquel que las mismas partes citaron
en sus alegatos verbales, relativo a un procedimiento ordinario tramitado en el
Juzgado de Letras del Trabajo de esta ciudad, en que se ha cuestionado la
procedencia del despido y donde se reclama el recargo que correspondería para
el caso de ser improcedente tal despido.

En suma, no estamos en presencia de un pago propiamente dicho, sino que


podría dársele el carácter de compensación, pero ella no está contemplada entre
las excepciones que permite y autoriza el artículo 470 del Código del Trabajo.

Séptimo: Que, finalmente, el carácter de título ejecutivo que se otorga a la


carta de despido por la causal del artículo 161 del Código del Trabajo, no viene
a ser sino una manifestación del principio de celeridad y concentración, presente
en todos los procedimientos laborales, de manera que si el empleador invoca la
causal de necesidades de la empresa, que lo obliga a pagar las indemnizaciones
por término de contrato, tiene perfecta conciencia acerca de cuál es el momento
en que debe pagarlas, por lo que estimar que la época de proceder a su pago
sería aquélla en que se firma el finiquito va en contra de esta nueva modalidad
prevista por la ley, de otorgar mérito ejecutivo a este instrumento, por cuanto la
firma del finiquito se realiza con posterioridad al despido e implica un acuerdo de
voluntades, que muchas veces no concurre. En ese sentido, bastaría para el
empleador señalar en la carta de despido el monto de las indemnizaciones por
término de contrato y allí mismo señalar que no corresponde su pago porque el
trabajador le adeuda otras sumas, para con ello neutralizar los efectos del título
ejecutivo, en circunstancias que se trata de obligaciones de categorías
diferentes, pues unas son aquéllas contenidas en el título ejecutivo, referidas a
las indemnizaciones por término de contrato, en tanto que las otras son
obligaciones que, para los fines pretendidos por el legislador en cuanto al mérito
ejecutivo que se ha otorgado a la carta de despido en estas particulares
circunstancias, no tienen certeza, es decir no son indubitadas, pudiendo incluso
ser inexistentes.

Octavo: Que por las consideraciones expuestas, habrá de acogerse la


excepción de pago opuesta por la ejecutada, pero sólo respecto de los pagos
efectuados por ella al Fondo de Cesantía y a la Caja de Compensación Los
Andes, y rechazarse en lo tocante al denominado "anticipo por bono de gestión".

247
Y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 470 y siguientes
del Código del Trabajo, se resuelve:

I. Que SE REVOCA la resolución apelada de ocho de marzo del año en curso,


en cuanto rechazó la excepción de pago formulada por el ejecutado,
decidiéndose en cambio que se la acoge, pero sólo respecto de los montos
correspondientes a pagos efectuados por el empleador al Fondo de Cesantía,
por la suma de $ 248.701, y a la Caja de Compensación Los Andes, por la suma
de $ 109.898, montos que deberán ser descontados de la suma pretendida en
autos, debiéndose seguir la ejecución hasta el entero y cumplido pago de la
suma adeudada, más reajustes e intereses.

II. Que SE CONFIRMA, en lo demás apelado, la referida resolución.

III. Que cada parte pagará sus costas.

Regístrese y devuélvanse.

Redacción del Ministro señor Pedro Güiza Gutiérrez.

Pronunciada por los Ministros Titulares Sr. Erico Gatica Muñoz, Srta. Mirta
Chamorro Pinto y Sr. Pedro Güiza Gutiérrez. Autoriza don Pedro Urdanivia
Porcel, Secretario Subrogante. Oficial Primero Titular.

En Iquique, a siete de mayo de dos mil diez, notifiqué por el estado diario la
sentencia que antecede.

Se recurre de apelación contra la resolución que rechazó la excepción de pago


formulada por el ejecutado. La Corte de Apelaciones revoca la resolución
impugnada.

Rol I. Corte Nº 8-2010.

4. ORIGINAL Y COPIAS AUTORIZADAS ANTE NOTARIO DE CONTRATO


COLECTIVO TIENEN MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: El artículo 349 inciso 1º del Código del Trabajo establece que el
original del contrato colectivo, así como las copias auténticas de este
instrumento autorizadas por la Inspección del Trabajo, tendrán mérito
ejecutivo y los Juzgados del Trabajo conocerán de estas ejecuciones,
conforme al procedimiento señalado en el artículo 461 del Código del Trabajo.

El título ejecutivo constituido por el contrato colectivo debe contener una


obligación cierta, de dar, líquida, actualmente exigible y no prescrita.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación y casación en la forma

248
Rol: 208-2007

Fecha: 09/08/2007

Cita online: CL/JUR/1610/2007; 36853

Partes: María del Pilar Blanco Valenzia con Sociedad Educacional Técnico
Profesional Arauco Limitada

Magistrados: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Redactor: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Abogado integrante: Lanata Fuenzalida, Gabriela

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - contrato colectivo de trabajo -


derecho civil - derecho del trabajo - derecho procesal - efectos del contrato
colectivo - excepciones - inhabilidad del título - juicio ejecutivo - negociación
colectiva - obligación de dar - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 461 - Código del Trabajo;
Artículo 349 - Código del Trabajo

TEXTO COMPLETO

Concepción, 9 de agosto de 2007.

Visto:

I. En cuanto al recurso de casación en la forma interpuesto en la presentación


de fojas 122 en contra de la sentencia definitiva de fecha 19 de diciembre de
2006, escrita a fojas 108 y siguientes.

1. Que el abogado Rodrigo Jara Lara, por la parte ejecutada, por lo principal
del escrito de fojas 122 deduce recurso de casación en la forma en contra de la
sentencia definitiva de fecha 19 de diciembre de 2006, escrita de fojas 108 a 115,
el que funda en la causal del Nº 9 del artículo 768 del Código de Procedimiento
Civil en relación con el artículo 463 del Código del Trabajo.

2. Que la causal la apoya en el Nº 9 del artículo 768 del Código de


Procedimiento Civil, esto es en haberse faltado a algún trámite o diligencia
declarados esenciales por la ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las
leyes prevengan expresamente que hay nulidad.

La causal la basa en dos infracciones: la primera, por cuanto el juez al


momento de la interposición de la demanda ejecutiva debió haber examinado
que la obligación fuera líquida en conformidad a lo prevenido en el artículo 438
del Código de Procedimiento Civil.

249
Indica que se está dando lugar al cobro de una cantidad de dinero sin que sea
posible determinar, de acuerdo a los datos que arroja el título, el monto de dicha
obligación.

El juez, dice, conforme al artículo 441 del Código de Procedimiento Civil debió
examinar el título para despachar o denegar la ejecución y, además, verificar si
el título que se invocaba encuadraba o no dentro de los previstos en el artículo
434 del Código citado.

La segunda infracción la apoya en que no existe título ejecutivo.

En el fallo, dice, jamás el sentenciador hizo referencia al supuesto título, y ello


porque el demandante no menciona el título ejecutivo y sólo hace una referencia
al artículo 462 del Código del Trabajo.

La ejecutante, agrega, pretende crearse un título ejecutivo cuando en realidad


no hay disposición que lo establezca y él tampoco la menciona.

Sostiene que el ejecutante no dispone de título ejecutivo y el juez se ha


equivocado al considerar que lo tenía sin verificar si de verdad gozaba de un
título y en base a qué disposición lo tenía.

Es obligación del juez, conforme al artículo 441 del Código de Procedimiento


Civil, el examen del título para despachar o denegar la ejecución y, en cambio,
se ha proseguido adelante con una ejecución sin que previamente se examine
si es que hay título ejecutivo.

Señala que debió haberse denegado la ejecución por ausencia de título,


produciéndose un hecho curioso, ya que el demandante solicita el cobro
ejecutivo de una obligación sin disponer de título ejecutivo.

Los vicios indicados, dice, han influido sustancialmente en lo dispositivo del


fallo, pues se dio lugar a la ejecución sin la existencia de un título ejecutivo y sin
que la obligación fuera líquida o liquidable de acuerdo a los datos que arroja el
título.

3. Que el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil en su inciso penúltimo


dispone que la Corte podrá desestimar el recurso de casación en la forma, si de
los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido
un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo; o sea, cuando el vicio es
reparable por vía que evite la invalidación del fallo.

4. Que en razón de las consideraciones que se efectuarán en la sede de


apelación, esta Corte entiende que se repararán las deficiencias que el
recurrente echa de menos, sin por ello significar, en caso alguno, que el fallo
haya incurrido en vicios que hagan exigible su invalidación.

II. En relación al recurso de apelación interpuesto en el primer otrosí del escrito


de fojas 122 en contra de la sentencia definitiva de fecha 19 de diciembre de
2006, escrita a fojas 108 y siguientes.

250
Se reproduce la sentencia apelada con excepción de los fundamentos
séptimo, octavo y noveno que se eliminan y se le introduce la siguiente
modificación:

En las citas legales se elimina la referencia al artículo 437 del Código de


Procedimiento Civil.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

5. Que el tratadista Fernando Alessandri Rodríguez señala que el Código de


Procedimiento Civil autoriza al acreedor para que obtenga el cumplimiento de su
obligación por medio del procedimiento ejecutivo, si concurren las siguientes
condiciones:

a) que exista un título ejecutivo;

b) que la obligación sea líquida y exigible, y

c) que la obligación no esté prescrita (Explicaciones de los Códigos de


Procedimiento Civil y Penal. Editorial Nascimento T II. 1935, páginas 9-10).

A su vez, el profesor Darío Benavente Gorroño indica que, para que pueda
exigirse ejecutivamente el cumplimiento de una obligación de dar, se requiere de
la concurrencia de los siguientes requisitos:

a) que la obligación conste de un título ejecutivo;

b) que la obligación sea líquida y actualmente exigible, y

c) que la acción ejecutiva no esté prescrita (Derecho Procesal. Juicio


Ejecutivo. Editorial Universitaria. 1949, página 10).

6. Que el artículo 461 del Código del Trabajo dispone que el juicio ejecutivo
derivado de asuntos laborales se regirá, en lo pertinente, por las disposiciones
de los Títulos I y II del Libro III del Código de Procedimiento Civil, con las
modificaciones que establece.

La ejecutada ha opuesto a la demanda ejecutiva la excepción contemplada en


el artículo 464 Nº 7 del Código citado prevista en el Título I, párrafo 1 del Libro
III de dicho Código, la que funda en que no existe título ejecutivo y en que la
obligación no es actualmente exigible.

7. Que ahora bien, la excepción consagrada en el artículo 464 Nº 7 del Código


de Enjuiciamiento Civil se refiere al título que sirve de base a la ejecución y, por
tanto, sólo puede hacerse valer contra dicho título determinadamente.

La excepción debe fundarse en un hecho que mire al título mismo, ha de


limitarse al título que se esgrime en su contra y no a otro.

251
Se trata de una excepción que se opone a la acción ejecutiva, mediante la
impugnación de la ejecutividad del título en que dicha acción se apoya (Gruss
Mayers, Guillermo: Juicio Ejecutivo. Teoría General de la Ejecución y del Remate
Judicial de Inmuebles. Ediciones La Ley. 1992. Tomo I, página 59).

8. Que en el escrito de apelación la parte ejecutada solicita que se revoque la


sentencia de primera instancia y en su lugar se declare que se rechaza la
demanda ejecutiva, con costas, fundado en que el juez de primer grado no hizo
un análisis del título, pues debió rechazar la demanda ejecutiva de plano al
momento de su interposición por cuanto el ejecutante no dispone de título
ejecutivo.

El juez, dice, se ha equivocado al considerar que disponía de él sin verificar si


de verdad gozaba de un título y en base a qué disposición lo tenía.

También sostiene que la obligación no es líquida y que la obligación no es


actualmente exigible.

9. Que se torna necesario destacar que el inciso 1º del artículo 441 del Código
de Procedimiento Civil estatuye que el tribunal debe examinar el título y
despachará o denegará la ejecución, sin audiencia ni notificación del
demandado, aun cuando se haya éste apersonado en el juicio.

Es obligación del juez ante quien se inicia una ejecución examinar el título en
que se funda y resolver si reúne o no los requisitos legales para que tenga fuerza
ejecutiva.

Este es el trámite esencial con que se inicia el juicio ejecutivo.

En síntesis, lo primero que debe examinar el juez es si hay título; luego si él


está contemplado como título ejecutivo y, finalmente, si el acto que contiene
cumple con las exigencias de procesabilidad, o sea que contenga una deuda
líquida, actualmente exigible, no prescrita y que sea una obligación de dar, hacer
o no hacer (Juan Colombo Campbell: El Título Ejecutivo. En Juicio Ejecutivo.
Panorama Actual. Editorial Jurídica ConoSur Ltda., 1995, página 9).

10. Que el elemento básico que requiere toda obligación para que pueda
perseguirse ejecutivamente, es su constancia indubitable, o sea, el título
ejecutivo que dé cuenta de su existencia legal.

El artículo 434 del Código de Procedimiento Civil consagra expresamente la


necesidad sine qua non del título ejecutivo para interponer la acción ejecutiva,
como un elemento de la misma acción.

El fundamento de la ejecución es el título ejecutivo.

Este título reviste el carácter de fundante del juicio ejecutivo y probatorio de la


pretensión deducida en él y autoriza para acceder derechamente al empleo del
procedimiento ejecutivo.

252
Es título ejecutivo aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable,
al cual la ley atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado
de la obligación en él contenida (Benavente Gorroño, Darío: obra citada, página
10).

También se ha dicho que es el instrumento que autoriza el empleo del


procedimiento ejecutivo para la tramitación de un proceso en que deba
resolverse su exigibilidad jurisdiccional (Colombo Campbell, Juan: obra citada,
página 9).

11. Que es importante considerar que sólo la ley puede dar carácter de título
ejecutivo a los instrumentos, de manera que la voluntad de los sujetos sólo tiene
aplicación en el contenido del acto que contemplan ciertos títulos que se generan
en virtud de ella, pero los particulares no pueden crear títulos ejecutivos.

Así, el artículo 434 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil señala que son
títulos ejecutivos cualquiera otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva.

12. Que el artículo 344 del Código del Trabajo indica que contrato colectivo es
el celebrado por uno o más empleadores con una o más organizaciones
sindicales o con trabajadores que se unan para negociar colectivamente, o con
unos y otros, con el objeto de establecer condiciones comunes de trabajo y de
remuneraciones por un tiempo determinado.

El término normal de la negociación colectiva es mediante la suscripción real


del contrato colectivo, al cual puede arribarse directamente luego de
conversaciones y acuerdos hasta llegar al documento final que contiene el
acuerdo de las partes relativo a las condiciones comunes de trabajo y
remuneraciones por un tiempo determinado.

Sin embargo, existen situaciones en que no necesariamente se procederá a


la suscripción real del instrumento colectivo, en atención a que se entiende
que existe contrato colectivo aun sin la suscripción del instrumento respectivo, lo
que ocurre cuando el empleador no da respuesta al proyecto de contrato
colectivo llegado el vigésimo día contado desde la presentación de éste,
oportunidad en la cual se entiende que aceptó el proyecto, y por lo tanto el
proyecto presentado por los trabajadores será el contrato colectivo (artículos 332
inciso final del Código del Trabajo).

13. Que, de acuerdo con lo reseñado, el artículo 349 inciso 1º del Código del
Trabajo establece que el original de dicho contrato colectivo, así como las copias
auténticas de este instrumento autorizadas por la Inspección del Trabajo,
tendrán mérito ejecutivo y los Juzgados del Trabajo conocerán de estas
ejecuciones, conforme al procedimiento señalado en el artículo 461 de este
Código.

El título ejecutivo constituido por el contrato colectivo debe contener una


obligación cierta, de dar, líquida, actualmente exigible y no prescrita.

253
Conforme a la demanda ejecutiva que rola a fojas 15, el título ejecutivo
invocado por los ejecutantes es el Contrato Colectivo de Trabajo, ratificado por
la resolución 105 de agosto de 2005 de la Inspección del Trabajo de esta ciudad.

14. Que el título ejecutivo que sirve de base a la ejecución promovida por los
ejecutantes consiste en el Proyecto de Contrato Colectivo entre Sociedad
Sostenedora Arauco Limitada y los trabajadores afiliados al Sindicato de
Trabajadores Liceo Politécnico Curanilahue, de fecha 18 de mayo de 2005, y la
resolución Nº 105 de 8 de agosto de 2005 de la Inspección Comunal del Trabajo
de Curanilahue, por la que se resolvió tener por aprobado el Proyecto de
Contrato Colectivo presentado por la Comisión Negociadora del Sindicato de
Trabajadores del Liceo Politécnico de Curanilahue, con fecha 18 de mayo de
2005 y válidamente notificado, debiendo contarse la vigencia y duración de éste
desde la fecha antes señalada para todos los efectos legales, resolución suscrita
por doña Gloria Oportus Villagrán, Inspectora Comunal del Trabajo de
Curanilahue (fojas 1 y 11).

15. Que la empleadora Sociedad Educacional Arauco Limitada dedujo un


recurso de reconsideración en contra de la resolución Nº 105, de 8 de agosto de
2005, de la Inspección Comunal del Trabajo de Curanilahue, el que fue resuelto
por resolución Nº 180, de 19 de diciembre de 2005 de la misma Inspección
Comunal, por la que se decidió rechazar la reconsideración formulada por la
Sociedad Educacional Técnico Profesional Arauco Ltda., con fecha 12 de agosto
de 2005, y ratificar la resolución Nº 105 de 8 de agosto de 2005, en todas sus
partes (fojas 14).

16. Que de la causa Rol Nº 7.444 del Juzgado del Trabajo de Curanilahue,
seguida entre Rodríguez Fajardo Marcos y Otro con Dirección del Trabajo
Co munal Curanilahue, sobre juicio ordinario, iniciada con fecha 26 de diciembre
de 2005, tenida a la vista, consta:

a) que don Marcos Rodríguez Fajardo y Alberto Palma Tapia, en


representación de la Sociedad Educacional Arauco Limitada, interpusieron
reclamo, en contra de la resolución Nº 180 de 19 de diciembre de 2005, que
confirmó la resolución Nº 105 de 8 de agosto de 2005, de la Inspección Comunal
del Trabajo de Curanilahue, que aplicó la sanción de tener por aprobado proyecto
de contrato colectivo, y que interpretando la ley de la manera correcta tenga a
bien dejarla sin efecto y solicitan que en su reemplazo se resuelva lo siguiente:
en primer lugar tener por no presentado el proyecto de negociación colectiva,
ello a fin de que el sindicato subsane los vicios del proyecto; en subsidio, que se
considere la respuesta a las objeciones, formuladas dentro de plazo en razón de
la suspensión del plazo y de lo preceptuado en los artículos 330 y 324 inciso 2º
del Código del Trabajo; en tercer lugar, en subsidio, que se considere la
respuesta a las objeciones, formuladas dentro de plazo en razón de la ampliación
del plazo, y en cuarto lugar, en subsidio de las anteriores peticiones, que se
aplique la sanción que corresponde, esto es multa, dejando sin efecto la sanción
de tener por aprobado el proyecto por ser improcedente (fojas 25), y

254
b) que a la fecha de interposición de la demanda ejecutiva, esto es al 04 de
mayo de 2006, e incluso a la fecha de la presente sentencia, aún no se ha dictado
fallo de primer grado en la causa precedentemente individualizada (fojas 257).

17. Que de los antecedentes relacionados fluye claramente que la resolución


administrativa Nº 105 de 8 de agosto de 2005, de la Inspección Comunal del
Trabajo de Curanilahue, que tuvo por aprobado el Proyecto de Contrato
Colectivo presentado por la Comisión Negociadora del Sindicato de
Trabajadores del Liceo Politécnico de Curanilahue, de fecha 18 de mayo de
2005, no se encuentra firme, toda vez que fue impugnada conforme lo dispuesto
en el artículo 391 del Código del Trabajo, dando origen a la causa Rol Nº 7.444
del Juzgado de Letras del Trabajo de Curanilahue, que a la fecha se encuentra
pendiente de resolución definitiva, y en la que uno de los aspectos controvertidos
es la legalidad de la sanción impuesta a la parte empleadora de tener por
aprobado el Proyecto de Contrato Colectivo.

18. Que, como ya se dijo, la legislación procesal consagra la necesidad del


título ejecutivo para interponer la acción ejecutiva.

Ahora bien, el título con que se apareja una ejecución debe llevar en sí mismo
todos los requisitos necesarios para que tenga fuerza ejecutiva, los que deben
concurrir en el momento de despacharse el mandamiento de ejecución.

En la situación en análisis, al momento de despacharse el mandamiento de


ejecución el título acompañado por los ejecutantes no tenía el carácter de título
ejecutivo, por cuanto el Proyecto de Contrato Colectivo no era un contrato
colectivo, ya que correspondiendo a una suscripción ficta del contrato colectivo,
la resolución administrativa que le otorgaba la existencia de contrato colectivo se
encontraba impugnada ante los tribunales de justicia y pendiente de resolución
definitiva, precisamente en cuanto a la legalidad de tener por aprobado el
Proyecto de Contrato Colectivo como contrato colectivo.

En armonía con la materia en análisis se ha fallado: Si está pendiente ante un


tribunal la reclamación deducida en contra de la resolución del Director General
del Servicio de Seguro Social que ordenó efectuar imposiciones por cierta suma
de dinero, más intereses y multas, el juez del trabajo no ha debido dar curso a la
demanda ejecutiva deducida por el Servicio mencionado cobrando esas mismas
cantidades, mientras no se resuelva la reclamación aludida, que afecta
precisamente al título que va a servir de base a la ejecución, sin que obste la
consideración de que el reclamo se habría interpuesto extemporáneamente, si
en el cuaderno respectivo no se ha dictado ninguna resolución que ponga
término a tal reclamo (Corte Suprema. 9 de agosto de 1963. En Revista de
Derecho y Jurisprudencia. Tomo 60, segunda parte, sección tercera, página 21.
En igual sentido, Corte Suprema. 6 de septiembre de 1962. Revista citada. Tomo
59, segunda parte, sección tercera, página 93).

19. Que la prueba rendida por la parte ejecutante, analizada por el juez a quo
en los fundamentos cuarto y sexto de la sentencia en alzada, no resulta idónea
para acreditar que el Proyecto de Contrato Colectivo que rola a fojas 1 tenga el

255
carácter de Contrato Colectivo al tenor de lo dispuesto en el artículo 332 inciso
final del Código del Trabajo.

Es así, porque correspondiendo la situación a la suscripción ficta del contrato


colectivo la resolución administrativa que le otorgaba la calidad de contrato
colectivo se encuentra impugnada ante los tribunales de justicia, como consta
fehacientemente de la causa Rol Nº 7.444 del Juzgado de Letras del Trabajo de
Curanilahue, tenida a la vista.

20. Que, de otro lado, la alegación de la parte ejecutada de que la obligación


contenida en el título no es actualmente exigible no puede tener acogida, ya que
tratándose de una exigencia de procesabilidad dicha alegación procede cuando
el título es ejecutivo y no cuando éste carezca de tal carácter.

En cuanto a la alegación de que la obligación no es líquida, no corresponde


efectuar ningún análisis a su respecto por cuanto la parte ejecutada no alegó tal
situación en el escrito de oposición de excepción a la demanda ejecutiva, como
consta a fojas 26.

21. Que en conclusión, no siendo título ejecutivo el Proyecto de Contrato


Colectivo acompañado por los ejecutantes en razón de no ser éste Contrato
Colectivo, corresponde acoger la excepción opuesta a la demanda ejecutiva por
la ejecutada fundada en el artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil.

En nada altera la conclusión expuesta el documento acompañado por la


ejecutante que rola a fojas 10 sobre Deuda Total.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 332 inciso 1º, 344,
349, 391 y 461 del Código del Trabajo, 434 Nº 7, 464 Nº 7, 466, 471, y 768 del
Código de Procedimiento Civil, se declara:

a) Que se desestima el recurso de casación en la forma deducido en lo


principal de la presentación de fojas 122, y

b) Que SE REVOCA la sentencia apelada de diecinueve de diciembre de dos


mil seis, escrita de fojas 108 a 115, en cuanto niega lugar a la excepción de falta
de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que
dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al
demandado, opuesta por la ejecutada, y a que se refiere el artículo 464 Nº 7 del
Código de Procedimiento Civil y condena en costas a la ejecutada, y se declara,
en cambio, que se la acoge, y en consecuencia se decide que no ha lugar a la
demanda ejecutiva interpuesta en lo principal de fojas 15, con costas a la parte
ejecutante.

Regístrese y devuélvase con su custodia.

Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza.

256
No firma la Abogado Integrante doña Ruth Gabriela Lanata Fuenzalida, no
obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar ausente
de la ciudad.

Rol Nº 208-2007.

5. CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO ACTA DE COMPARENDO EMITIDA


POR LA INSPECCIÓN DEL TRABAJO FIRMADA POR LAS PARTES

SUMARIO: Basta la simple observación de los documentos (actas de


comparendos celebrados ante la Inspección del Trabajo) acompañados a la
demanda intentada en este proceso para advertir que ellos se encuadran en
el concepto contenido en el artículo 462 del Código del Trabajo; esto es, se
trata de relaciones escritas de lo sucedido o tratado ante la Inspección del
Trabajo en el comparendo citado para tales efectos; están firmadas por las
partes, es decir suscritas por los involucrados o interesados en el asunto y se
encuentran autorizadas por un inspector del trabajo, o sea oficializadas por el
ministro de fe respectivo. En tales condiciones, aparece con claridad que las
actas acompañadas por la trabajadora constituyen títulos ejecutivos en los
términos del artículo 462 del Código del Trabajo, de manera que al no
decidirse así en el fallo impugnado se ha infringido la norma citada por una
errada interpretación de la misma, quebrantamiento denunciado en el recurso
en examen y que justifica la invalidación de esa decisión, ya que condujo a
rechazar la demanda ejecutiva intentada por la trabajadora.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 3209-2001

Fecha: 25/09/2001

Cita online: CL/JUR/114/2001

Partes: Marcela Molina Concha contra Bernardo Gordon y Cía. Ltda.

Voces : cumplimiento de sentencia - derecho del trabajo - juicio ejecutivo -


procedimiento laboral - sentencia

Legislación relacionada: Artículo 462 - Código del Trabajo

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de casación

Santiago, 25 de septiembre de 2001.

257
Vistos:

Ante el Primer Juzgado del Trabajo de Concepción, causa Rol Nº 5.458-00,


doña Alejandra Molina Concha deduce demanda ejecutiva en contra de
Bernardo Gordon y Compañía Limitada, representada por don Miguel Gresa
García, a fin que se despache mandamiento de ejecución y embargo en su
contra, por la suma que indica, debiendo proseguirse la misma hasta hacerse
entero y cumplido pago, con reajustes, intereses y costas.

La ejecutada, evacuando el traslado conferido, opuso la excepción


contemplada en el artículo 464 N º 7 del Código de Procedimiento Civil, esto es
la falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidas por las leyes para
que el título tenga fuerza ejecutiva.

El tribunal de primera instancia, en fallo de veinte de noviembre de dos mil,


escrito a fojas 13, rechazó la excepción opuesta y ordenó seguir adelante con la
ejecución hasta el entero pago de la suma adeudada.

Se alzó la ejecutada y la Corte de Apelaciones de Concepción, en sentencia


de seis de julio del presente año, que se lee a fojas 26, revocó la de primer grado
y en su lugar declaró que se acoge, con costas, la excepción opuesta. E n
consecuencia, no se hace lugar a la ejecución.

En contra de esta última sentencia, la ejecutante recurre de casación en el


fondo pidiendo que esta Corte la anule y dicte una de reemplazo que confirme la
de primer grado.

Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurrente sostiene que en la sentencia impugnada se ha


infringido el artículo 462 del Código del Trabajo, señalando que esa norma no ha
sido aplicada, la que transcribe e indica que el ejemplar del acta suscrita por las
partes y por el Inspector del Trabajo, con el timbre y sello sobre la firma del
fiscalizador y en la cual se expresa que la misma tiene mérito ejecutivo, no pudo
desconocerse como tal y estimar que es una mera copia no firmada por las
partes ni autorizada por el inspector.

Tampoco pudo decidirse acoger la excepción opuesta por la ejecutada.

Agrega que, de haberse aplicado correctamente la norma pertinente del


Código del Trabajo, no pudo concluirse que no se hace lugar a la ejecución.

Finaliza indicando la influencia que los errores de derecho que denuncia


habrían tenido en lo dispositivo del fallo, a su entender.

Segundo: Que en la sentencia de que se trata se fijó como presupuesto


fáctico, en lo pertinente, que los documentos de fojas 1 y 2 son copias de actas
de comparendo ante la Inspección del Trabajo, cuyos originales fueron firmados

258
por ejecutante, ejecutado y fiscalizador, en los que se colocó un timbre o sello
de la Dirección Regional del Trabajo y la de fojas 2, además, tiene la leyenda
"copia fiel del original tenido a la vista".

Tercero: Que sobre la base de los hechos descritos en el motivo anterior, los
jueces del fondo estimaron que las actas acompañadas por la ejecutante son
simples copias, sin firmas, sin autorización y sin certificación, motivo por el cual
no tienen mérito ejecutivo y, por ende, acogieron la excepción contemplada en
el artículo 464 N º 7 del Código de Procedimiento Civil, opuesta por la ejecutada,
negando lugar a la ejecución.

Cuarto: Que para dilucidar la controversia, preciso es determinar si las actas


acompañadas por la ejecutante reúnen o no los requisitos legales para
estimarlas títulos ejecutivos, a cuyo efecto deberá considerarse la disposición
contenida en el artículo 462 del Código del Trabajo.

Quinto: Que el artículo 462 del texto legal que rige la materia, en forma
especial y, por ende, prioritaria, dispone: Tendrán mérito ejecutivo ante los
Juzgados de Letras del Trabajo las actas que den constancia de acuerdos
producidos ante los inspectores del trabajo, firmadas por las partes y autorizadas
por éstos y que contengan la existencia de una obligación laboral o sus copias
certificadas por la respectiva Inspección del Trabajo.

Sexto: Que de la norma en examen se desprenden los requisitos, formales y


sustantivos, que debe reunir un título ejecutivo de naturaleza laboral.

En efecto, desde el punto de vista formal, debe tratarse de un acta —relación


escrita de lo sucedido o tratado—; debe estar firmada por las partes —suscrita
por los involucrados o interesados en el asunto—, y debe ser autorizada por un
inspector del trabajo —oficializada por ministro de fe—.

A dichas formalidades se agregan exigencias de naturaleza sustantiva, esto


es que en tales actas han de constar acuerdos de las partes y, además, dichos
acuerdos deben contener la existencia de una obligación laboral.

Séptimo: Que en lo que respecta a los primeros requisitos es que se ha


suscitado debate en estos autos, por cuanto el recurrente alega que se trata de
ejemplares con mérito ejecutivo y el ejecutado sostuvo que son copias no
extendidas en conformidad a la normativa precedentemente transcrita.

Octavo: Que al respecto cabe precisar que basta la simple observación de los
documentos acompañados a la demanda intentada en este proceso para advertir
que ellos se encuadran en el concepto contenido en el artículo 462 del Código
del ramo; esto es, se trata de relaciones escritas de lo sucedido o tratado ante la
Inspección del Trabajo en el comparendo citado para tales efectos; están
firmadas por las partes, es decir suscritas por los involucrados o interesados en
el asunto y se encuentran autorizadas por un inspector del trabajo, o sea
oficializadas por el ministro de fe respectivo.

259
Noveno: Que en tales condiciones, aparece con claridad que las actas
acompañadas por la trabajadora constituyen títulos ejecutivos en los términos
del artículo 462 del Código del Trabajo, de manera que al no decidirse así en el
fallo impugnado se ha infringido la norma citada por una errada interpretación de
la misma, quebrantamiento denunciado en el recurso en examen y que justifica
la invalidación de esa decisión, ya que condujo a rechazar la demanda ejecutiva
intentada por la trabajadora.

Décimo: Que conforme a lo razonado sólo cabe concluir que el recurso de


casación en el fondo en estudio debe ser acogido.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y
764, 765, 767, 770, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se acoge,
sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por la ejecutante a fojas
28, contra la sentencia de seis de julio del año en curso, que se lee a fojas 26,
la que, en consecuencia, se invalida y se la reemplaza por la que se dicta a
continuación, sin nueva vista, separadamente.

Regístrese.

Rol Nº 3.209-2001.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, veinticinco de septiembre de dos mil uno.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento


Civil, se dicta la sentencia de reemplazo que sigue.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con la siguiente modificación:

En el motivo quinto se elimina el guarismo "5" y se sustituye la frase


"certificadas por la misma Inspección del Trabajo" por "acordes con lo dispuesto
en el artículo 462 del Código del Trabajo".

Y teniendo, además, presente:

Los fundamentos segundo a octavo del fallo de nulidad que precede, los que
para estos efectos se entienden expresamente reproducidos.

Y visto lo dispuesto en los artículo 463 y siguientes del Código del Trabajo, se
confirma, sin costas del recurso, la sentencia apelada de veinte de noviembre de
dos mil, escrita a fojas 13.

Regístrese y devuélvase.

Rol Nº 3.209-01.

260
6. FINIQUITO CONSTITUYE TÍTULO EJECUTIVO RESPECTO DE
OBLIGACIONES PENDIENTES QUE SE HUBIEREN CONSIGNADO EN ÉL

SUMARIO: A la luz de lo preceptuado por el artículo 177 del Código del Trabajo,
esta Corte tiene presente lo señalado sobre él, por la sentenciadora en el
motivo sexto letra b) del fallo que se impugna, criterio que comparte
indubitadamente, y señala además que, el finiquito constituye título ejecutivo
respecto de las obligaciones pendientes que se hubieren consignado en él,
según se señala claramente en el artículo 470 del Código Laboral y por lo
mismo, no puede compartir lo aseverado por el recurrente respecto de esta
norma legal.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Nulidad laboral

Rol: 1169-2012

Fecha: 17/10/2012

Cita online: CL/JUR/2319/2012; 62971

Partes: Oyanedel con SMU S.A.

Magistrados: Ravanales Arriagada, Adelita

Redactor: Llanos Sagristá, Leopoldo

Abogado integrante: Schmidt Hott, Claudia

Voces: apreciación de la prueba - derecho del trabajo - derecho penal -


derecho procesal - derecho procesal penal - extinción del contrato de trabajo
- finiquito - prueba - recurso de nulidad - sistema acusatorio

Legislación relacionada: Artículo 177 - Código del Trabajo; Artículo 470 -


Código del Trabajo; Artículo 477 inciso primero - Código del Trabajo; Artículo
507 - Código del Trabajo

TEXTO COMPLETO:

Santiago, diecisiete de octubre de dos mil doce.

Vistos y teniendo presente:

1º) Que, don Claudio Andrés Palavecino Cáceres, abogado, por la parte
demandante, en autos sobre subterfugio del artículo 507 y cobro de
prestaciones, RIT: O-1332-2012, caratulados "Oyanedel con SMU S.A.",
interpone recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva dictada en estos
autos, con fecha veinte tres de julio de dos mil doce, por doña Alondra Valentina

261
Castro Jiménez, Jueza Titular del Primer Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.

Funda el recurso en las dos causales contenidas en el artículo 477 inciso


primero del Código del Trabajo, deduciendo la segunda de ellas, en subsidio de
la primera, a saber el haberse infringido sustancialmente derechos o garantías
constitucionales en la tramitación del procedimiento, y haberse dictado la
sentencia con infracción de ley que, influyó sustancialmente en lo dispositivo del
fallo.

2º) Esgrime en relación a la primer a causal que invoca, que en la audiencia


preparatoria se vulneró el derecho a la prueba, la garantía a la defensa jurídica
y, en definitiva, al debido proceso como consecuencia, de lo que llama el
"cercenamiento probatorio", del cual reclamó oportunamente, según detalla por:
a) Reposición contra el rechazo por impertinente de la incorporación de la
documental de set de 11 formatos por bono trienal y nómina de equivalencias
relativos a varios trabajadores donde se pacta el bono trienal; b) Reposición
contra el rechazo por sobreabundante de la exhibición de correos electrónicos
entre Juan Pablo Vega, Pilar Dañogoítia y el demandante con motivo de la
implementación del bono de retención; c) Reposición contra el rechazo por
sobreabundante, de la exhibición de contrato de ejecutivos de segundo nivel a
partir del año 2011 en que, se incluye bono de contratación más el bono trienal
e indemnización voluntaria; d) Reposición contra el rechazo por sobreabundante,
de la exhibición de contrato del ejecutivo Horacio Montalva Jerez, de abril del
2011, en que se incluye un bono de contratación, bono trienal e indemnización
voluntaria; e) Reposición contra el rechazo por sobreabundante, de la exhibición
de carta de oferta del señor Andrés Munita, de fecha 25 de noviembre del año
2011, ofreciéndole el cargo de administración y finanzas, bono de contratación y
bono de retención, que firma Juan Pablo Vega, Javier Oyanedel y Andrés Munita;
f) Reposición contra exclusión probatoria por ilicitud, de la prueba de informe de
resultados trimestrales, libro de remuneraciones y set de 11 formatos por bono
trienal con nómina de equivalencias del bono trienal; g) Reposición contra
exclusión probatoria por impertinencia, de la contraria sobre encuesta de
remuneraciones de ejecutivos de similar cargo, y h) Reposición contra reducción
ilegal del número de testigos.

Relata que, en la audiencia preparatoria que se llevó a efecto con fecha 30 de


mayo de 2012, se infringió la garantía constitucional del "racional y justo
procedimiento" y el de la "defensa jurídica" del artículo 19 Nº 3 de la Constitución
Política de la República.

Argumenta que, conforme quedó señalado en las sesiones 101 y 103 de la


Comisión de Estudios para la nueva Constitución, por el profesor señor José
Bernales, los elementos que constituyen un "racional y justo procedimiento" son:
1) La notificación y audiencia del afectado, pudiendo proceder en su rebeldía si
no comparece una vez notificado; 2) La presentación de pruebas, recepción de
ellas y su examen; 3) La sentencia dictada en un plazo razonable; 4) Una
sentencia dictada por un tribunal u órgano imparcial y objetivo, y 5) La posibilidad
de revisión de lo fallado por una instancia superior igualmente imparcial y
objetiva.

262
Esgrime que, como se ha dicho, "el reconocimiento del derecho a la prueba
debe considerarse producido en nuestro país como consecuencia del
establecimiento del derecho a la defensa, sobre el cual, no existen dudas que se
encuentra reconocido en el artículo 19 Nº 3 inc. 3º de la Constitución Política de
la República, además de ser una garantía constitutiva del debido proceso,
también consagrada en el mismo precepto de la Carta Constitucional" y, que,
coincidente con los principios constitucionales enunciados, el artículo 453 Nº 4
del Código del Trabajo, consagra el derecho de las partes a valerse de cualquier
medio probatorio regulado por la ley y/o, de "cualquier otro elemento de
convicción que, a juicio del tribunal, fuese pertinente".

Estima que, el sistema de garantías procesales de la Constitución y de la


legislación procesal laboral imponen, la admisibilidad de la prueba como regla,
y, que a partir de ello, se colige que la facultad legal conferida al juez para repeler
la prueba ofrecida por las partes, debe interpretarse y ejercerse como cualificada
excepción, conclusión a la que se llega además, desde el artículo 453 Nº 4 del
Código del Trabajo, que establece los límites del derecho a la prueba, que son
la impertinencia, la inutilidad y la ilicitud, por lo que, las únicas causas que
permitirían rechazar la admisión de la prueba ofrecida serían las siguientes: 1º)
que no tenga relación directa con el asunto sometido a la decisión del tribunal
(impertinencia); 2º) que no fuere necesaria para la resolución de dicho asunto
(inutilidad), y 3º) que el medio probatorio haya sido obtenido por medios ilícitos
o a través de actos que impliquen violación de derechos fundamentales (ilicitud).

Argumenta que, no existe ningún otro motivo que pueda justificar la inadmisión
de los medios probatorios propuestos por las partes, pero, que, la magistrado
que condujo la audiencia preparatoria, habría impedido, a su parte rendir prueba
pertinente, útil y lícita, con lo cual, habría infringido el derecho a probar sus
alegaciones.

Funda lo aseverado, al relatar que, en la audiencia preparatoria la magistrada


rechazó por impertinente, la incorporación de prueba documental consistente en
un set de 11 formatos por bono trienal y nómina de equivalencias relativos a
varios trabajadores donde se pacta el bono trienal cuya existencia se discutía en
autos, prueba que en su parecer no era impertinente, pues decía relación directa
con el cuarto punto de prueba, a saber, "si la demandada incurrió en infracción
del artículo 507 del Código del Trabajo, al efectuar aumento de patrimonio en los
meses de marzo y octubre de 2010", sirviendo para ilustrar que efectivamente la
maniobra de alteración del capital significaba un ahorro en término de no pago
de bonos, porque el monto no se refería exclusivamente al actor, sino a un
conjunto de ejecutivos.

Agrega que, dentro de las razones que invocara la demandada, para señalar
que la intención no era perjudicar al trabajador, dijo que el monto del bono
asignado al señor Oyanedel era ínfimo en relación a la operación y que si bien,
la reposición fue acogida, más tarde ante las objeciones de la demandada, se le
declaró prueba ilícita, impidiendo su incorporación.

Así también, relata que, la sentenciadora rechazó por sobreabundante la


exhibición de correos electrónicos entre Juan Pablo Vega, Pilar Dañogoítia y el

263
demandante, con motivo de la implementación del bono de retención, no
expresando respecto de qué otra prueba estos documentos serían reiterativos o
superabundantes y, por la misma razón, rechazó la exhibición de contratos de
ejecutivos de segundo nivel a partir del año 2011, en que se incluye bono de
contratación más el bono trienal e indemnización voluntaria, por lo cual, refiere
que la magistrado habría cercenado prueba que era útil y pertinente para
acreditar la existencia del bono que negare la demandada.

En este mismo orden de ideas, refiere que: a) Se rechazó la exhibición de


contrato del ejecutivo Horacio Montalva Jerez, de abril del 2011, en que se
incluye un bono de contratación, bono trienal e indemnización voluntaria; b) El
tribunal rechazó la exhibición de carta de oferta del señor Andrés Munita, de
fecha 25 de noviembre del año 2011, ofreciéndole el cargo de administración y
finanzas, bono de contratación y bono de retención, que firmaran Juan Pablo
Vega, Javier Oyanedel y Andrés Munita a lo cual se repuso; c) El tribunal acogió
la objeción de documentos sobre informe de resultados trimestrales, libro de
remuneraciones y set de 11 formatos por bono trienal con nómina de
equivalencias del bono trienal ofrecido por su parte, en tanto los calificó como
prueba ilícita, por lo que concluye que, el tribunal no se condice con el
fundamento legal que permite la exclusión, esto es que es excepcional, por lo
que, debió ajustarse exactamente a los límites que establece la norma que se
refiere a pruebas que hubieren sido obtenidas, directa o indirectamente por
medios ilícitos o por actos, que impliquen la violación de derechos
fundamentales, las cuales en su parecer, no fueron obtenidas por medios ilícitos,
pues por el cargo que detentaba en la empresa el demandante, "gerente de
recursos humanos", tenía acceso legítimo a tales documentos al momento de su
obtención; d) El tribunal acogió la objeción de impertinencia de la contraria sobre
encuesta de remuneraciones de ejecutivos de similar cargo, por lo que, según
reseña, la magistrado habría cercenado la prueba que, era útil y pertinente para
acreditar la existencia del bono cuya existencia niega la demandada; e) El
tribunal limitó el derecho a presentar prueba testimonial sólo a dos testigos,
siendo tal limitación, según aduce, una actuación insólita y absolutamente ilegal
del tribunal, ya que la facultad de reducir la testimonial tiene señalada por el
legislador, una oportunidad procesal precisa, que es la audiencia de juicio,
cuando rendida parcialmente la prueba, el juez estima que, las manifestaciones
de los testigos pudieren constituir inútil reiteración sobre hechos suficientemente
esclarecidos.

Concluye que, la infracción que denuncia, influyó sustancialmente en lo


dispositivo del fallo, pues lo que denomina "cercenamiento probatorio", tuvo
incidencia directa sobre la sentencia como puede apreciarse del considerando
sexto, letra g) de la misma y, en concreto pide, se anule todo lo obrado hasta la
audiencia preparatoria inclusive, y, se le practique nuevamente, por juez no
implicado.

3º) Que, la infracción denunciada por la demandante recurrente, presupone


un actuar de buena fe de éste, para poder invocarla, y en atención al cargo que
desempeñaba para la demandada recurrida, éste utilizó probanzas que obraban
en su poder, que dado el cargo de confianza que detentaba, en supuesto alguno
pudo haber utilizado en beneficio propio, lo que hiciere efectivamente.

264
Particularmente esta Corte tiene presente, las referidas en el numeral 7 del
cuarto motivo de esta sentencia, esto es, contratos de ejecutivos de segundo
nivel que ingresaron a partir del mes de abril de 2011, que incluye bono de
contratación a favor del señor Carlos Hurman Figueroa y otro, extendido a favor
de don Horacio Montalva Jerez, también con bono de contratación, pues, los
referidos documentos no atañen al actor, pues él no forma parte de esos
contratos, es un tercero, por lo cual, no pudo haberlos adjuntado a esta causa.

Así mismo, esta Corte tiene presente que, el artículo 453 Nº 4 del Código del
Trabajo, referido a las reglas de aplicación en la audiencia preparatoria,
prescribe, en cuanto a lo que en autos se ha cuestionado que: "El juez resolverá
fundadamente en el acto sobre la pertinencia de la prueba ofrecida por las partes,
pudiendo valerse de todas aquellas reguladas en la ley.

Las partes podrán también ofrecer cualquier otro elemento de convicción que,
a juicio del tribunal, fuese pertinente.

Sólo se admitirán las pruebas que tengan relación directa con el asunto
sometido al conocimiento del tribunal y siempre que sean necesarias para su
resolución.

Con todo, carecerán de valor probatorio y en consecuencia, no podrán ser


apreciadas por el tribunal las pruebas que las partes aporten y que se hubieren
obtenido directa o indirectamente por medios ilícitos o a través de actos que
impliquen violación de derechos fundamentales." De la norma transcrita, se
concluye indubitadamente que, no se excluye medio probatorio alguno, por lo
que, se entiende incorporada la prueba testimonial.

En consecuencia, sólo podría estarse frente a la trasgresión de las garantías


fundamentales referidas por el recurrente, en la especie el derecho a la defensa
jurídica y en definitiva, el derecho al debido proceso conforme a lo prescrito por
el artículo 19 Nº 3 de la Carta Fundamental, cuando quien alega dicha
vulneración actúa con la rectitud debida, no así, a través de pruebas obtenidas
en forma ilícita, por lo que, se desestimará en lo resolutivo esta primera causal
invocada por la recurrente.

4º) Que el recurrente, invoca como segunda causal y en forma subsidiaria de


la anterior, el haberse pronunciado la sentencia con infracción de ley, la
que habría influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, conforme lo
dispuesto por el artículo 477 inciso primero, segunda parte del Código del
Trabajo.

Señala como infringida, la norma del artículo 177 del Código del Trabajo, dado
que el tribunal a quo, acogió la excepción de finiquito que fuera opuesta por la
demandada, pues en su opinión esta excepción no existiría, opinión que
compartiría según concluye del recurrente, el profesor Alfredo Gaete Berríos
(Tratado de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, tomo II, Editorial Jurídica
de Chile, 1967, p. 127), quien señala que, "Se entiende por finiquito el
documento que suscriben empleado y empleador al terminar los servicios y en

265
el que se deja constancia de los pagos que se efectuaron por tal motivo, como
ser el desahucio, sueldos, comisiones, etc.

Por lo general, el expresado documento contiene una cláusula que dice que
el empleado declara no tener cargo ni reclamación que hacer en contra de su
empleador por concepto de las obligaciones que imponen a éste el Código del
Trabajo y demás leyes sociales", discurriendo con posterioridad según refiere a
fojas 18 vuelta, acerca de su naturaleza jurídica, concluyendo que, se trata de
un instrumento, esto es, de un escrito en que se consigna un hecho o se deja
constancia de una manifestación de voluntad que produce efectos jurídicos.

En esta misma línea, refiere que el artículo 470 del Código Laboral, referido a
las excepciones que puede oponer la parte ejecutada, no haría referencia al
finiquito, sino que a las excepciones como el pago y la transacción en la especie,
que debieron haber sido opuestas por las demandada, y no el finiquito, que en
su entender sería un simple escrito.

Refiere además, como conculcada por la sentencia recurrida, el artículo 507


del Código del Trabajo al hacer extensivos los efectos del finiquito a las acciones
emanadas de la misma, pues como expresara al evacuar el traslado de la
excepción, el artículo 507 del Código del Trabajo tipifica ilícitos laborales que
perjudican a los trabajadores, que sanciona con multas a beneficio fiscal.

Se trata claramente de normas de orden público, no susceptibles de


disposición por parte del trabajador ni aun terminado el contrato de trabajo, ni
extinguibles por la vía transaccional.

Añade que, la sentencia que impugna, interpreta erróneamente las normas


contenidas en los incisos segundo y tercero del artículo 507, al entender que,
para que se configure el "subterfugio" sancionado y tipificado en ellos, se
requiere una suerte de dolo directo del empleador, esto, que el empresario
busque el resultado lesivo que acaecerá por su acción, lo que no comparte, pues
según relata, desde la eliminación del sintagma "maliciosamente" por la Ley
Nº 19.759, basta con que el agente se represente el resultado como probable, y
aún así continúa con su acción, aunque busque una finalidad distinta e incluso,
legítima.

Concluye que, de lo que expone aparecería, nítidamente que si el tribunal


hubiera interpretado correctamente los artículos 177 y 507 del Código del
Trabajo, debió rechazar la excepción opuesta, por inexistente o erradamente
planteada, tener por configurado el subterfugio laboral y acoger las pretensiones
formuladas por su parte que en materia de prestaciones ascendieron a la suma
de $ 37.360.000, suma que se aumentara en los alegatos a $ 60.000.000, sin
justificación alguna.

Concretamente solicita que, como consecuencia de la declaración anterior se


anule la sentencia y, atendido lo dispuesto en el artículo 478 inciso segundo del
Código del Trabajo se remitan los antecedentes al tribunal a quo, para que dicte
sentencia un juez no implicado.

266
5º) Que, a la luz de lo preceptuado por el artículo 177 del Código del Trabajo,
esta Corte tiene presente lo señalado sobre él, por la sentenciadora en los motivo
sexto letra b) del fallo que se impugna, criterio que comparte indubitadamente, y
señala además que, el finiquito constituye título ejecutivo respecto de las
obligaciones pendientes que se hubieren consignado en él, según se señala
claramente en el artículo 470 del Código Laboral y por lo mismo, no puedo
compartir lo aseverado por el recurrente respecto de esta norma legal.

6º) Hace especial hincapié, que es el acto jurídico liberatorio el que consta en
el finiquito, y que, cumpliendo éste con todas las formalidades legales, es un
instrumento que obviamente no hace nacer obligaciones, pero que consigna el
acto jurídico liberatorio, desconocer aquello, es desconocer las finalidades de las
formalidades de los actos jurídicos, ya sea para que generen efectos jurídicos,
sean oponibles a terceros o, constituyan medios de prueba.

De seguir el razonamiento del recurrente, se llegaría al absurdo jurídico, del


todo descartable, que el contrato de trabajo que, siendo consensual, si constare
por escrito, no existiría, lo que no se enmarca dentro de un acertado
razonamiento jurídico conforme lo preceptúa el artículo 9º del Código del
Trabajo, por lo que desechará esta infracción denunciada.

7º) Que, en lo que tocante a la infracción del artículo 507 que denuncia el
recurrente, esta Corte tiene presente que, la empresa SMU S.A. es la
continuadora legal de la empresa Rendic Hermanos S.A., habiendo cumplido el
actor impugnador del fallo, funciones de gerente corporativo de recursos
humanos, primero para la última y con posterioridad, para SMU S.A., y que, dado
lo sentenciado en el motivo sexto letra d) del fallo impugnado, lo que esta Corte
comparte en plenitud, hablar en la especie de simulación, se aleja
definitivamente de lo que ella implica, por lo cual, avala ciertamente el criterio de
la jueza recurrida a lo luz de las letras e) y f) del mentado considerando, por lo
que desestimará en lo resolutivo, esta supuesta infracción denunciada, por no
influir en lo sustancial de lo dispositivo del fallo.

En mérito de lo razonado, de las normas legales citadas y de lo expuesto por


los artículos 474 y siguientes del Código del Trabajo, se RECHAZA con expresa
condenación en costas, el recurso de nulidad interpuesto por el abogado, señor
Claudio Andrés Palavecino Cáceres, en contra de la sentencia de veintitrés de
julio de dos mil doce, pronunciada por la Jueza Titular del Primer Juzgado de
Letras del Trabajo de Santiago, señora Alondra Valentina Castro Jiménez.

Regístrese, comuníquese y archívese, en su oportunidad.

Redacción: Abogada Integrante, señora Claudia Schmidt Hott.

Pronunciada por la Octava Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago


presidida por el Ministro señor Leopoldo Llanos Sagristá e integrada por la
Ministro señora Adelita Ravanales Arriagada y por la abogada Integrante señora
Claudia Schmidt Hott.

Reforma Laboral Nº 1.169-2012.

267
7. DEMANDA EJECUTIVA SOBRE PRENDA SIN DESPLAZAMIENTO. PLAZO
DE PRESCRIPCIÓN. COMPLEMENTACIÓN DE TÍTULO

SUMARIO: Se ha deducido demanda ejecutiva de acuerdo con la Ley Nº 18.112


sobre prenda sin desplazamiento, o sea se está ejerciendo la acción prendaria
emanada del contrato de prenda sin desplazamiento y no la acción cambiaria
de los pagarés mencionados en el fallo de casación. En consecuencia, el plazo
de prescripción es de tres años contados desde que el deudor se constituyó
en mora, por lo que la acción ejecutiva prendaria no está prescrita. En efecto,
la Ley Nº 18.112 permite la complementación de títulos, de modo que,
entendiendo a la escritura pública de prenda como el título ejecutivo, éste se
complementa, en la especie, con los pagarés donde consta la obligación de la
demandada, sin que por ello deba entenderse que se está ejercitando la
acción cambiaria emanada de estos documentos: se ejerce, sin duda, la
acción prendaria y, por lo tanto, la excepción del artículo 464 Nº 17 del Código
de Procedimiento Civil debe ser desestimada.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2823-2002

Fecha: 08/10/2003

Cita online: CL/JUR/489/2003; 52210

Partes: Financiera Conosur S.A. contra Ana María Valdebenito Higueras

Magistrados: Kokisch Mourgues, Domingo; Rodríguez Ariztía, Jorge; Ortiz


Sepúlveda, Eleodoro; Tapia Witting, Enrique

Redactor: Ortiz Sepúlveda, Eleodoro

Abogado integrante: Abeliuk Manasevich, René

Voces: bien jurídico - contrato - derecho civil - derechos reales - garantía -


prenda - prenda sin desplazamiento - prendas especiales

Legislación relacionada: Artículo 464 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 775 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 768 - Código de
Procedimiento Civil; Artículo 98 - Ley Nº 18.092; Artículo 107 - Ley Nº 18.092

TEXTO COMPLETO

I. Sentencia de casación

Santiago, ocho de octubre de dos mil tres.

Vistos:

268
En estos autos ejecutivos Rol Nº 16.156 del Tercer Juzgado de Letras de Los
Ángeles, caratulados "Financiera Conosur S.A. con Valdebenito Higueras, Ana
María", sobre realización de la prenda sin desplazamiento, por sentencia de siete
de mayo de mil novecientos noventa y nueve, la juez subrogante de dicho
tribunal, doña Erika Arellano Muñoz, rechazó las excepciones opuestas por la
demandada y ordenó seguir con la ejecución. Apelada esta resolución por la
ejecutada, una Sala de la Corte de Apelaciones de Concepción, el veinticuatro
de mayo de dos mil dos, la revocó y en su lugar acogió la excepción de
prescripción opuesta por dicha parte. En contra de esta última sentencia,
Financiera Conosur S.A. dedujo recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que deben tenerse presente las siguientes circunstancias del


proceso:

a) El 29 de diciembre de 1997 Financiera Conosur S.A. dedujo demanda


ejecutiva de prenda sin desplazamiento en contra de Ana María Valdebenito
Higueras por la suma de $ 8.122.205;

b) La actora acompañó escritura pública de 25 de marzo de 1997, donde


consta que la demandada constituyó prenda sin desplazamiento con cláusula de
garantía general a favor de aquella Financiera, sobre un furgón de su propiedad
marca Renault modelo Express, patente RD-5367;

c) Asimismo, la Financiera acompañó dos pagarés: uno suscrito el 24 de


marzo de 1997 por $ 4.376.208 pagadero en 48 cuotas mensuales de $ 169.253
cada una, las que vencían los días 26 de cada mes, principiando el mes de junio
del mismo año, con cláusula de aceleración obligatoria, pagaré respecto del cual
la de mandada no pagó ninguna de las cuotas. Y un segundo pagaré, a la vista,
datado el 22 de diciembre, firmado ante Notario el 27 de marzo, ambas fechas
del año 1997, por la suma de $ 505.820;

d) La demanda fue notificada el 4 de noviembre de 1998 y requerida de pago


la deudora el 6 del mismo mes y año, embargándose únicamente el bien
pignorado.

e) La demandada opuso las excepciones de los números 7 y 17 del artículo


464 del Código de Procedimiento Civil; y

f) La sentencia de primer grado declaró inadmisible la primera excepción y


rechazó la segunda. El tribunal de alzada de Concepción, conociendo del recurso
de apelación deducido por la demandada, revocó la decisión de primer grado y
acogió la excepción del Nº 17 del nombrado artículo 464 del Código de
Enjuiciamiento Civil.

Segundo: Que la sentencia, de acuerdo con el artículo 170 Nº 4 del Código de


Procedimiento Civil, en relación con los números 5 y 6 del Auto Acordado de esta

269
Corte de 30 de septiembre de 1920, debe contener las consideraciones de hecho
o de derecho que le sirven de fundamento, exigencia que, como se ha dicho por
este tribunal, tiende a asegurar la justicia y la legalidad de los fallos y a
proporcionar a los litigantes los antecedentes que les permitan conocer los
motivos que determinaron la decisión del litigio para la interposición de los
recursos por medio de los cuales fuere posible la modificación o invalidación de
los mismos.

Tercero: Que, en la especie, el fallo recurrido no cumple con este requisito


pues omitió toda consideración y análisis sobre el hecho que la demanda está
entablada de acuerdo con la Ley Nº 18.112 sobre prenda sin desplazamiento, en
que el título ejecutivo es la escritura pública de prenda, conforme al artículo 20
de dicha ley, permitiendo dicha normativa la complementación de títulos, de
modo que la excepción de prescripción opuesta debió resolverse bajo esta
premisa, lo que no sucedió, pues el fallo se abocó a analizar dicha defensa en
relación a la acción cambiaria de los descritos pagarés.

Cuarto: Que la omisión anotada constituye el vicio de casación formal


establecido en el artículo 768 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil y, en virtud
de lo dispuesto en el artículo 775 del mismo texto legal, se anulará de oficio la
sentencia recurrida.

Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 808 del Código de Procedimiento


Civil, actuando de oficio esta Corte, se invalida la sentencia de veinticuatro de
mayo de dos mil dos, escrita de fs. 73 a 74, la que se reemplaza por la que se
dicta, separadamente, a continuación.

Téngase por no interpuesto el recurso de casación en el fondo de fs. 75.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Ortiz.

Regístrese.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, integrada por los


Ministros Sres. Eleodoro Ortiz S., Enrique Tapia W., Jorge Rodríguez A.,
Domingo Kokisch M. y Abogado Integrante Sr. René Abeliuk M.

No firman los Ministros Sres. Tapia y Kokisch, no obstante haber concurrido a


la vista del recurso y acuerdo del fallo, por encontrarse con permiso el primero y
en comisión de servicios el segundo.

Rol Nº 2.823-02.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, 8 de octubre de 2003.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 786 del Código de


Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo.

270
Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su fundamento quinto,


que se elimina.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

1. Que en autos se ha deducido demanda ejecutiva de acuerdo con la Ley


Nº 18.112 sobre prenda sin desplazamiento, o sea, se está ejerciendo la acción
prendaria emanada del contrato de prenda sin desplazamiento y no la acción
cambiaria de los pagarés mencionados en el fallo de casación.

2. Que, en consecuencia, el plazo de prescripción es de tres años contados


desde que el deudor se constituyó en mora, o sea desde el 26 de junio de 1997,
según se infiere de lo señalado en la letra c) del motivo primero de la sentencia
de casación y, habiéndose notificado la demanda el 4 de noviembre de 1998 y
requerida de pago a la deudora el 6 del mismo mes y año, la acción ejecutiva
prendaria no está prescrita.

3. Que, en efecto, la Ley Nº 18.112 permite la complementación de títulos, de


modo que, entendiendo a la escritura pública de prenda como el título ejecutivo,
éste se complementa, en la especie, con los pagarés donde consta la obligación
de la demandada, sin que por ello deba entenderse que se está ejercitando la
acción cambiaria emanada de estos documentos; se ejerce, sin duda, la acción
prendaria y, por lo tanto, la excepción del Nº 17 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil debe ser desestimada.

4. Que, sin embargo, la actora ha demandado la suma de $ 8.122.205 en


circunstancias que el monto de los pagarés asciende a $ 4.882.028 ($ 4.376.208
+ $ 505.820), no correspondiéndole efectuar una liquidación anticipada del
crédito, razón por la cual se ordenará seguir con la ejecución hasta por la última
suma dicha.

Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 186 del Código de Procedimiento


Civil, se confirma la sentencia de siete de mayo de mil novecientos noventa y
nueve, escrita de fs. 55 a 59, con declaración que la ejecución debe continuar
por la suma de $ 4.882.028, más los intereses pactados.

Redacción a cargo del Ministro Sr. Ortiz.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, Integrada por los


Ministros Sres. Eleodoro Ortiz S., Enrique Tapia W., Jorge Rodríguez A.,
Domingo Kokisch M. y Abogado Integrante Sr. René Abeliuk M.

No firman los Ministros Sres. Tapia y Kokisch, no obstante haber concurrido a


la vista del recurso y acuerdo del fallo, por encontrarse con permiso el primero y
en comisión de servicios el segundo.

271
Rol Nº 2.823-2002.

8. COPIA ÚNICA DE ESCRITURA DE MUTUO HIPOTECARIO CON


CLÁUSULA A LA ORDEN. COPIA CERTIFICADA NO ES TÍTULO
EJECUTIVO. ARTÍCULO 69 Nº 7 LEY GENERAL DE BANCOS

SUMARIO: La escritura pública acompañada por el ejecutante es una copia


certificada por la Secretaria del Juzgado, como fiel del documento original que
tuvo a la vista. En conformidad a lo estatuido en el artículo 69 Nº 7 de la Ley
General de Bancos, los créditos que otorguen las instituciones bancarias,
amparados con garantía hipotecaria, se extenderán por escritura pública que
lleve la cláusula a la orden, de la cual se otorgará una sola copia autorizada
que se entregará al acreedor, la que será transferible por endoso colocado a
continuación, al margen o al dorso del documento, con indicación del nombre
del cesionario. Queda claro, entonces, que sólo puede existir con el carácter
de endosable una copia única de la escritura pública de mutuo hipotecario y
es sólo ella la que puede transferirse mediante endoso, el que debe
estamparse en el mismo documento. Sin duda la implementación de ese
mecanismo tuvo por objeto impedir que el crédito pudiese ser cobrado dos
veces, esto es tanto por el acreedor original como por el cesionario. Así las
cosas, puede apreciarse perfectamente que la presente ejecución se ha
llevado adelante, mediante el procedimiento establecido en la Ley General de
Bancos, sin que el demandante haya acompañado a su demanda el
correspondiente título ejecutivo, lo que viene a significar que el actor equivocó
el camino procesal para cobrar su crédito, pues el título acompañado a la
demanda carece de los requisitos necesarios para conferirle mérito ejecutivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3817-2005

Fecha: 25/05/2006

Cita online: CL/JUR/1724/2006

Partes: del Banco Security S.A. con Inmobiliaria e Inversiones La Cabaña


Limitada

Redactor: Troncoso, Álvaro

Abogado integrante: Troncoso, Álvaro

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - contrato - derecho civil - derecho


procesal - juicio ejecutivo - ley general de bancos - mutuo - operaciones de
préstamo de dinero - préstamo - título ejecutivo

272
Legislación relacionada: Artículo 69 Nº 7 - Ley General de Bancos; Artículo
107 - Ley General de Bancos; Artículo 758 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Concepción, 25 de mayo de 2006.

Visto:

De la resolución apelada sólo se mantienen los considerandos 1º y 2º,


eliminándose los demás, entre ellos el signado por segunda vez 2º.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

1) Que en estos autos don Alberto Apel Olmedo, en representación del Banco
Security S.A., interpuso demanda de requerimiento especial hipotecario re glado
en la Ley General de Bancos en contra de Inmobiliaria e Inversiones La Cabaña
Limitada, representada por don Ricardo Enrique Santana Villagra, pidiendo se
requiera a la deudora para que pague en su equivalente en moneda nacional la
cantidad de 3.964,0605 unidades de fomento dentro del plazo de 10 días de
efectuado el requerimiento, o abandone la finca hipotecada dentro del mismo
plazo, bajo los apercibimientos señalados en el D.F.L. Nº 3, de 1997, y sus
modificaciones.

Esgrimió como título ejecutivo copia de la escritura pública de 9 de noviembre


de 1998, otorgada ante el Notario Públic o de Concepción don Mario Aburto
Contardo, que da cuenta del mutuo hipotecario, dejando las partes expresa
constancia (cláusula quinta) que el crédito otorgado por el Banco es con cláusula
a la orden, debiendo el Notario otorgar tan sólo una copia autorizada de la
misma, la que será entregada al acreedor.

Copia de esa escritura pública se acompañó a fs. 6 de este cuaderno de


compulsas.

2) Que como medida para mejor resolver se solicitó el expediente original en


que inciden estas compulsas, pudiendo constatarse que la escritura pública
acompañada por el ejecutante es una copia certificada por la Secretaria del
Tercer Juzgado Civil de Concepción, como fiel del documento original que tuvo
a la vista.

3) Que en conformidad a lo estatuido en el artículo 69 Nº 7 de la Ley General


de Bancos, los créditos que otorguen las instituciones bancarias, amparados con
garantía hipotecaria, se extenderán por escritura pública que lleve la cláusula a
la orden, de la cual se otorgará una sola copia autorizada que se entregará al
acreedor, la que será transferible por endoso colocado a continuación, al margen
o al dorso del documento, con indicación del nombre del cesionario.

Queda claro, entonces, que sólo puede existir con el carácter de endosable
una copia única de la escritura pública de mutuo hipotecario y es sólo ella la que

273
puede transferirse mediante endoso, el que debe estamparse en el mismo
documento.

Sin duda la implementación de ese mecanismo tuvo por objeto impedir que el
crédito pudiese ser cobrado dos veces, esto es tanto por el acreedor original
como por el cesionario.

4) Que, así las cosas, puede apreciarse perfectamente que la presente


ejecución se ha llevado adelante mediante el procedimiento establecido en la
Ley General de Bancos, sin que el demandante haya acompañado a su demanda
el correspondiente título ejecutivo, lo que viene a significar que el actor equivocó
el camino procesal para cobrar su crédito, pues el título acompañado a la
demanda carece de los requisitos necesarios para conferirle mérito ejecutivo.

En tales condiciones, todo lo obrado en autos carece de eficacia y validez al


faltar el elemento que es propio a toda ejecución, o al menos de la reglada en la
Ley General de Bancos, como es el título ejecutivo apto para llevarla adelante.

5) Que si bien todo incidente de nulidad procesal debe promoverse dentro de


cierto plazo o antes de efectuar la parte afectada cualquiera gestión principal en
el pleito, no lo es menos que esas reglas reconocen como excepción, según los
artículos 83 y 84 del Código de Procedimiento Civil, el que se trate de un vicio
que anule el proceso o de una circunstancia esencial para la ritualidad o marcha
del juicio, situación en la cual la nulidad puede y debe ser declarada, de oficio o
a petición de parte, sin importar si los plazos para promover la incidencia se
encuentran vencidos.

Es ostensible que éste es el caso que ha ocurrido en la especie, en que se ha


iniciado y llevado adelante un procedimiento compulsivo contra el deudor, sin
contar con un título legalmente apto que lleve aparejado ejecución.

Por consiguiente, la incidencia de nulidad procesal impetrada por la parte


ejecutada debe ser acogida.

6) Que, en atención a lo concluido, estos sentenciadores estiman innecesario


adoptar partido respecto de la discusión sobre la interpretación que debe darse
al artículo 107 de la Ley General de Bancos, en el sentido de si es o no requisito
para proceder al cobro del crédito la gestión preparatoria de notificación previa
al tercer poseedor de la finca hipotecada que establece el artículo 758 del Código
de Procedimiento Civil.

Por estos fundamentos y disposiciones legales citadas, se revoca la resolución


de ocho de septiembre de dos mil cinco, escrita de fs. 108 a 109 de estas
compulsas, y, por consiguiente, se acoge la incidencia de nulidad promovida por
la parte ejecutiva en lo principal de fs. 103, sin costas.

Devuélvase con su custodia.

Se deja constancia que el fallo se expide con esta fecha por haber estado el
redactor ausente de la ciudad por enfermedad.

274
Rol Nº 3.817-2005.

9. FACTURA QUE NO CONSIGNA DATOS SOBRE LA RECEPCIÓN DE LAS


MERCADERÍAS. EXCEPCIÓN DE FALTA DE ALGUNO DE LOS
REQUISITOS PARA QUE EL TÍTULO TENGA MÉRITO EJECUTIVO,
ACOGIDA

SUMARIO: El procedimiento para el cobro ejecutivo de una factura contempla


dos fases: la gestión preparatoria de notificación de cobro de factura y el
procedimiento ejecutivo, según las reglas generales. Es decir, tras haber
operado un mecanismo de verificación de condiciones mínimas habilitantes
para proceder ejecutivamente, el ejecutante queda facultado para proceder
compulsivamente respecto de lo reconocido, lo que no obsta a que el
ejecutado pueda, dentro del contradictorio del juicio ejecutivo, oponer el
amplísimo repertorio de las excepciones del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil. De lo antedicho se colige que resulta improcedente
rechazar las excepciones opuestas por la ejecutada por el solo hecho de no
haber alegado en la gestión preparatoria, en el mismo acto o dentro de tercero
día de notificado, la falsificación material de la factura o la falta de entrega de
la mercadería en la forma establecida en la Ley Nº 19.983 (considerando 10º
de la sentencia de casación). Conforme al artículo 5º letra c) de la Ley
Nº 19.983, la copia de la factura tiene mérito ejecutivo para su cobro si en la
misma consta el recibo de las mercaderías entregadas o del servicio prestado,
con indicación del recinto y fecha de la entrega de las mercaderías o de la
prestación del servicio e identificación de la persona que recibe las
mercaderías o el servicio, más la firma de este último. La firma del comprador
o beneficiario es una exigencia por vía de solemnidad. Sin embargo, en las
facturas de autos no se consigna ningún dato acerca de la recepción de las
mercaderías, como tampoco en las guías de despacho, razón por la cual
corresponde acoger la excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de
Procedimiento Civil, puesto que el título carece de fuerza ejecutiva al no
contener uno de los requisitos exigidos por la ley para tener mérito ejecutivo
en relación al demandado (considerandos 11º de la sentencia de casación y
1º a 3º de la sentencia de reemplazo).

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 3111-2011

Fecha: 08/01/2013

Cita online: CL/JUR/40/2013; 63605

Partes: Chile Factor Consortio S.A. con Corporación Nacional del Cobre de
Chile

275
Magistrados: Carreño Seaman, Héctor; Pierry Arrau, Pedro; Muñoz Gajardo,
Sergio; Sandoval Gouet, María Eugenia

Redactor: Lagos Gatica, Jorge

Abogado integrante: Lagos Gatica, Jorge

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho procesal - excepciones -


factura - inhabilidad del título - juicio ejecutivo - obligación de dar - preparación
de la vía ejecutiva - título ejecutivo

Legislación relacionada: artículo 464 Nº 7 - Código de Procedimiento Civil;


artículo 4º letra b) - Ley Nº 19.983

Hechos: En el juicio ejecutivo de cobro de facturas, la ejecutada, luego de no


haberlas objetado en las instancias contempladas por la Ley Nº 19.983, opone
varias excepciones, siendo acogidas por el tribunal de primer grado sólo
respecto de algunas de las facturas cuyo pago persigue el ejecutante. El
tribunal de alzada confirma la sentencia. Contra este veredicto, la ejecutada
recurre de casación en el fondo, arbitrio procesal que será acogido por la Corte
Suprema, que anula el fallo y dicta sentencia de reemplazo acogiendo la
excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

I. Sentencia de casación

Santiago, ocho de enero de dos mil trece.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 10.192-2006 seguidos ante el Vigésimo Primer Juzgado


Civil de Santiago, Chile Factor Consortio S.A. dedujo demanda ejecutiva en
contra de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, fundado en que el
ejecutado le adeuda la suma de $62.198.862 (sesenta y dos millones ciento
noventa y ocho mil ochocientos sesenta y dos pesos) según dan cuenta las
facturas Nºs. 01437, 01438, 01439, 01440 y 01441, todas emitidas el 3 de marzo
de 2006. Agregó que notificado judicialmente su cobro al deudor, éste no alegó
dentro de plazo la falsificación material de la factura o la falta de entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio. Concluyó que ha quedado preparada
la vía ejecutiva, siendo la obligación actualmente exigible y la acción ejecutiva
no se encuentra prescrita. Solicitó tener por presentada la referida demanda por
la suma indicada, ordenar que se despache mandamiento de ejecución y
embargo en contra del demandado y disponer se siga adelante la ejecución
hasta hacerle entero y cumplido pago de la cantidad adeudada, con costas.

La ejecutada opuso a la ejecución las siguientes excepciones:

a) La del artículo 464 Nº 7 del Código de Procedimiento Civil. Fundamentó la


excepción en que las facturas no fueron presentadas a cobro a su parte en

276
ninguna de sus divisiones por la empresa "Elementos de Protección Personal
S.A., emisora de las mismas. Expresó que las facturas no corresponden a
operaciones comerciales con su parte, esto es, carecen de causa. Indica
además, que los documentos no contienen la mención requerida por el artículo
4º letra b) de la Ley Nº 19.983 que exige, para que su cesión se ajuste a dicha
ley, que en las facturas materia de la cesión conste el recibo de las mercaderías
entregadas, con indicación del recinto y fecha de la entrega y del nombre
completo, rol único tributario y domicilio del comprador e identificación de la
persona que recibe, más la firma de este último. Por otra parte, el artículo 5º del
mismo cuerpo legal señala que la misma copia referida en el artículo anterior
tendrá mérito ejecutivo para su cobro, si cumple los siguientes requisitos,
expresando la letra c) "Que en la misma conste el recibo de las mercaderías
entregadas o del servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la
entrega de las mercaderías o de la prestación del servicio, del nombre completo,
rol único tributario y domicilio del comprador o beneficiario del servicio e
identificación de la persona que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma
de este último. Concluye que la ausencia de tal mención estampada por algún
personero de la empresa demandada hace que las facturas cobradas no reúnan
los requisitos señalados por dicha Ley Nº 19.983 para dar mérito ejecutivo a
ellas.

b) La del artículo 464 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la


falsedad del título. Funda la excepción en que las facturas que se cobran no
corresponden a ninguna obligación de su parte para con la empresa "Elementos
de Protección Personal S.A., o bien, pudieron corresponder a órdenes de
compras que fueron pagadas en otras facturas, existiendo un posible caso de
duplicidad de facturas. Indica que las especies referidas en las facturas fueron
objeto de las facturas Nº 1380, 1382 y 1384, entre otras, emitidas por la
mencionada empresa y ya pagadas o a la empresa emisora de las mismas o a
las empresas de factoring a las que fueron cedidas. Concluye que estas facturas
son falsas ideológicamente, pues si bien fueron emitidas por la sociedad aludida,
no corresponden a una operación comercial, esto es, a adquisiciones reales.

c) La del artículo 464 Nº 9 del Código de Procedimiento Civil, esto es, el pago
de la deuda. Manifiesta que las especies a las que se refieren las facturas
Nº 01437, 01438, 01439, 01440 y 01441 fueron pagadas por las facturas
Nº 1380, 1382 y 1384, entre otras, facturas todas emitidas por la mencionada
empresa "Elementos de Protección Personal S.A.".

A fojas 172 se ordenó acumular la causa Rol Nº 21.656-2006 a la Rol


Nº 10.192-2006, ambas del mismo tribunal.

A fojas 125 consta la demanda ejecutiva presentada por Chile Factor


Consortio S.A. en contra de la Corporación Nacional del Cobre de Chile —que
dio origen a los primitivos autos Rol Nº 21.656-2006— fundada en que la
demandada le adeuda la suma de $ 62.198.862 según dan cuenta las facturas
Nºs. 1389, 1390, 1391, 1392 y 1393, todas emitidas el 23 de enero de 2006.
Agregó que notificado judicialmente su cobro al deudor, éste no alegó dentro de
plazo la falsificación material de la factura o la falta de entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio. Concluyó que ha quedado preparada

277
la vía ejecutiva, siendo la obligación líquida, actualmente exigible y la acción
ejecutiva no está prescrita. Solicitó tener por presentada la demanda ejecutiva
por la suma indicada, y disponer se despache mandamiento de ejecución y
embargo por la cantidad adeudada, hasta hacerle entero y cumplido pago de
dichas cantidades con costas.

La ejecutada opuso respecto de esta última demanda las siguientes


excepciones:

a) La del artículo 464 Nºs. 7 y 9 del Código de Procedimiento Civil, fundada en


idénticas alegaciones que las expresadas en la misma excepción opuesta a la
primera demanda.

b) La del artículo 464 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil. Se fundamenta


en que las facturas que se pretende cobrar fueron anuladas por su emisor y
reemplazadas por otras que son las que cobran en los autos Rol Nº 10.192.

c) La del artículo 464 Nº 14 del Código de Procedimiento Civil, esto es, la


nulidad de la obligación. La basa en que la no recepción de las facturas, la
duplicidad de las mismas, la inexistencia comercial de las facturas, el pago de la
deuda y especialmente la falsedad del título, determinan que la supuesta
obligación que pudiese emanar del título es total y absolutamente nula.

Por sentencia de doce de noviembre de dos mil nueve, escrita a fojas 250, se
rechazan las excepciones de falsedad del título y la falta de alguno de los
requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga
fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado; se acoge
la excepción de nulidad de la obligación (en lo relativo a las facturas Nº 1389,
1390, 1391, 1392 y 1393), y se acoge parcialmente la excepción de pago
respecto de la factura Nº 1439 por la suma de $ 17.136.000, debiendo seguirse
adelante con la ejecución hasta hacerse al ejecutante entero y cumplido pago
del saldo insoluto.

Conociendo del recurso de apelación interpuesto por la ejecutada, una Sala


de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó el referido fallo.

En contra de esta última decisión, la misma parte dedujo recurso de casación


en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurso de nulidad sustancial denuncia que la sentencia


impugnada cometió error de derecho al rechazar las excepciones opuestas a la
ejecución. En ese error de derecho aduce que se infringieron dos grupos de
disposiciones legales:

a) Los artículos 3º y 5º de la Ley Nº 19.983 en relación con los artículos 162


del Código de Comercio y 4º del Código Civil.

278
b) El artículo 1713 del Código Civil en relación con el artículo 464 Nº 6 del
Código de Procedimiento Civil.

En cuanto a la contravención de los artículos 3º y 5º de la Ley Nº 19.983


expresa que el tribunal sentenciador no consideró el hecho de que si las facturas
no se recepcionan de acuerdo a la ley, mal se puede reclamar de su contenido.
A juicio del recurrente, prevalece por sobre el artículo 162 del Código de
Comercio el artículo 5º de la Ley Nº 19.983 que señala que la misma copia
referida en el artículo anterior tendrá mérito ejecutivo para su cobro, si cumple
con los requisitos copulativos que ahí se indican. Plantea que en el caso de autos
no consta la recepción de la factura en los términos exigidos por la letra c) de
dicho precepto, por lo que mal pudo su parte haber incumplido el artículo 3º del
mismo cuerpo legal, ya que sólo se considerará irrevocablemente aceptada "si
no se reclamara de su contenido y es de toda lógica que no se puede reclamar
de su contenido si no se ha recibido.

Refiere, en cuanto a la transgresión del segundo grupo de disposiciones


legales que estima infringidas, que se ha establecido que el representante legal
de la empresa emisora de las facturas reconoció expresamente en la causa
penal RIT 7202-2007 seguida ante el 7º Juzgado de Garantía de Santiago que
éstas son falsas.

Segundo: Que la sentencia de primera instancia —confirmada sin


modificaciones por la de segundo grado— estableció la siguiente circunstancia
fáctica:

— La factura Nº 1437 reemplazó la factura Nº 1392.

— La factura Nº 1438 reemplazó la factura Nº 1393.

— La factura Nº 1439 reemplazó la factura Nº 1391.

— La factura Nº 1440 reemplazó la factura Nº 1390.

— La factura Nº 1441 reemplazó la factura Nº 1389.

Es pertinente recapitular que las facturas 1437, 1438, 1439, 1440 y 1441 son
las cobradas en la causa Rol Nº 10.192-2006, mientras que las facturas 1392,
1393, 1391, 1390 y 1389 son las cobradas en la causa acumulada a la primera
Rol Nº 21656-2006. Es así que la sentencia de primera instancia, atendida la
situación fáctica apuntada, acogió la excepción de nulidad respecto de estas
últimas facturas.

Tercero: Que en lo referente a la excepción de falsedad del título, el juez de la


causa la desestimó, en virtud de lo prescrito en la Ley Nº 19.983 que dispone:
"puesta en conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial,
aquel no alegare en el mismo acto o dentro de tercero día la falsificación material
de la factura o guía o guías de despacho respectivas, o del recibo a que se refiere
el literal precedente, o la falta de entrega de la mercadería o de la prestación del
servicio, según el caso . Expresa que el demandado debió alegar dicha

279
excepción en la oportunidad procesal que la ley establece para dicho
procedimiento.

En cuanto a la excepción de falta de alguno de los requisitos o condiciones


establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente, sea con relación al demandado, señala el sentenciador que el
artículo 160 del Código de Comercio dispone que no reclamándose contra el
contenido de la factura dentro de los ocho días siguientes a la entrega de ella,
se tendrá por irrevocablemente aceptada y que no habiéndose llevado a efecto
dicha alegación en la oportunidad procesal corresponde desestimar la
excepción.

En lo relativo a la excepción de pago, el tribunal estableció que se ha logrado


determinar que la factura Nº 1439 se encuentra pagada. Respecto a la excepción
de pago relativa a las demás facturas, el fallo la desestima por falta de prueba.

Cuarto: Que, por lo tanto, el asunto se centra en dilucidar si existe error de


derecho en la decisión de desestimar las excepciones a la ejecución promovida
para el cobro de las facturas 1437, 1438, 1440 y 1441.

Quinto: Que como resulta claro de la síntesis del fallo impugnado, reseñada
en el fundamento tercero, el motivo por el cual las excepciones señaladas fueron
desestimadas radicó en que el ejecutado no hizo reclamación alguna de la
factura en los términos indicados en el artículo 3º de la Ley Nº 19.983 ni en la
oportunidad que prevé la letra d) del artículo 5º de la citada ley, esto es, en la
gestión previa de notificación judicial de la copia de la factura.

Luego, corresponde determinar en primer término si el ejecutado, no obstante


su inactividad en la etapa antes dicha, podía deducir las excepciones que prevé
el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil. Dilucidado lo anterior concierne
comprobar si el título tiene mérito ejecutivo o por el contrario si era procedente
acoger alguna de las excepciones opuestas a la ejecución.

Sexto: Que antes de entrar en análisis de los errores de derecho denunciados,


resulta útil hacer ciertas consideraciones en torno a la factura, que actualmente
adquiere una doble calidad. Por una parte, es un documento con evidente
naturaleza tributaria y, por otra, el legislador le ha asignado un carácter de
verdadero título de crédito. La cuestión de la factura como título ejecutivo no es
extraña a nuestro ordenamiento jurídico. Ya el "decreto lei de 8 de febrero de
1837, que reguló el procedimiento ejecutivo hasta la entrada en vigencia del
Código de Procedimiento Civil en 1902, anticipaba, en su artículo 2º, que traen
aparejada ejecución: 8º Las facturas, cuentas corrientes i liquidaciones
aprobadas por el deudor, siempre que haya reconocido judicialmente la firma".
(Ricardo Anguita, Leyes Promulgadas en Chile desde 1810 hasta el 1º de junio
de 1912, Santiago de Chile, Imprenta, Litografía y Encuadernación Barcelona,
1912, pág. 285). "De manera que hasta la entrada en vigencia del Código, al
menos en la letra de la ley, la factura constituyó título ejecutivo. Y no es un detalle
que, ya vigente el Código de Procedimiento Civil, sus primeros exégetas
entendieran comprendida la factura en el Nº 4 del artículo 434 del mismo Código,
eso sí, siempre que medie reconocimiento con fines ejecutivos, argumentando

280
que el codificador comprendió en el Nº 4 todos los instrumentos privados a que
se refería el decreto ley de 1837, pues el instrumento privado reconocido o
mandado tener por reconocido tiene valor de escritura pública, razón ésta de su
calidad ejecutiva". (David Toro Melo y Aníbal Echeverría Reyes, Código de
Procedimiento Civil Anotado, Santiago de Chile, Imprenta, Litografía y
Encuadernación Barcelona, 1902, pág. 420). Ahora bien, desde sus inicios la
factura comenzó a ser transada comercialmente, pues los empresarios requerían
liquidez a corto plazo, para lo cual vendían los créditos contenidos en una factura
a un precio que correspondía a un porcentaje de la obligación total y las
empresas que compraban el crédito, llamadas Factoring, iniciaban el cobro de la
obligación.

Antes de la dictación de la ley Nº 19.983, el cobro judicial de la obligación se


podía iniciar con una gestión preparatoria de la vía ejecutiva— reconocimiento
de firma o confesión de deuda—, pero si el citado negaba la firma o la deuda, se
debía iniciar un juicio ordinario. A su vez, el procedimiento para la cesión del
crédito que da cuenta la factura contenida en el Código Civil, como las
contenidas en el Código de Comercio para la transferencia de títulos endosables
o títulos al portador que provienen de actos de comercio, como las formas de
transferencia de letras de cambio y pagarés de la Ley Nº 18.092, no responden
a la particular naturaleza de la factura y a las características que este documento
ha adquirido a lo largo de años de uso en las relaciones entre vendedores o
prestadores de servicios con compradores o beneficiarios de ellos. A fin de
sortear tales problemas se dictó la Ley Nº 19.983, publicada en el Diario Oficial
el 15 de diciembre de 2004, con el objeto de fijar un procedimiento expedito para
transferir el crédito expresado en una factura y otorgar mérito ejecutivo a la
misma, para facilitar su cobro. Si se revisa la historia fidedigna del
establecimiento de la ley, encontramos el Mensaje del Presidente de la
República con el que se inicia el proyecto de ley que regula la transferencia y
otorga mérito ejecutivo a una copia de la factura, de 22 de mayo de 2003, en el
que se indica: "Los fundamentos de la iniciativa se basan en que el concepto y
la naturaleza de la factura, desarrollados en párrafos anteriores, resultan
incompatibles con la necesidad de que el documento pueda convertirse en un
título de amplia circulación entre los partícipes del tráfico comercial, incluyendo
en este concepto a los agentes financieros . "No obstante la importancia que
reviste la factura en el tráfico comercial, nuestro ordenamiento jurídico no
consagra un procedimiento expedito para el cobro del importe consignado en la
misma, a diferencia de lo que ocurre con otros documentos similares, como es
el recibo otorgado por el consignatario en la guía de despacho que debe entregar
el cargador al porteador en el contrato de transporte, que se regula en el artículo
166 y siguientes del Código de Comercio". "La ausencia de un procedimiento
adecuado al efecto trae consigo, entre otras consecuencia, que el deudor de la
factura carezca de incentivos adicionales para pagarla de conformidad con lo
pactado y, que por su parte el acreedor se vea en la necesidad de buscar
alternativas de liquidez diversas al pago del crédito por parte del deudor original,
cediendo el documento a un precio bastante inferior al que aparece en el mismo,
o al que podría obtener si la factura tuviese un medio más expedito de cobro".
Por otro lado, el primer informe de la Comisión de Economía, durante el segundo
trámite constitucional del proyecto, señala como objetivos fundamentales del
mismo, "establecer un sistema general de cesión de créditos contenidos en

281
facturas y allanar el cobro de los mismos mediante el otorgamiento de mérito
ejecutivo a una copia de la factura". Explica como antecedentes de hecho: "El
tráfico comercial y su ingente desarrollo han impulsado a empresarios y
comerciantes a realizar actos y contratos para vender, ceder y transferir toda
clase de créditos. Es así como, con el fin de obtener liquidez, el acreedor puede
ceder sus cuentas por cobrar, a cambio de un precio determinado,
presumiblemente menor que el señalado en el título". Se trata pues, con esta ley,
de facilitar el tráfico de créditos que consten de una factura. Luego, fiel al sistema
del Código de Procedimiento Civil, la Ley Nº 19.983 ha conferido mérito
ejecutivo a un documento, debiendo recordar que en nuestro ordenamiento
procesal, aparte de los títulos perfectos, que están dotados de todas las
condiciones que le autorizan para provocar la ejecución, existen los
denominados títulos imperfectos, que devienen en ejecutivos como
consecuencia de haberse verificado alguna de las actuaciones previstas por la
ley que puede iniciar el acreedor para perfeccionar el título. Se trata de la gestión
preparatoria de la vía ejecutiva. De esta forma la factura se encuentra regida por
el Código de Comercio, el Código Tributario y la Ley Nº 19.983.

Para los efectos del análisis el legislador ha distinguido: a) el mérito tributario


representativo de un acto de comercio, ya sea prestación de un servicio o de una
compraventa; b) título de crédito que justifica derechos personales que pueden
ser cedidos, y c) carácter ejecutivo del crédito del cual da cuenta, cumplidos los
trámites dispuestos por el legislador. No obstante lo anterior, éste
estimó pertinente dotar al obligado de diferentes instancias para expresar lo
pertinente a sus intereses. Es así que en el artículo 160 del Código de Comercio
el legislador dispuso: "El comprador tiene derecho a exigir del vendedor que
forme y le entregue una factura de las mercaderías vendidas, y que ponga al pie
de ellas el recibo del precio total o de la parte que se le hubiere entregado. No
reclamándose contra el contenido de la factura dentro de los ocho días siguientes
a la entrega de ella, se tendrá por irrevocablemente aceptada".

Luego la Ley Nº 19.983 reguló la cesión de la factura y además el


procedimiento por el cual adquiere el carácter de título ejecutivo. Estas materias
pueden estar vinculadas, pero son evidentemente de naturaleza diversa.

Séptimo: Que precisando el contexto legal en que se desenvuelve la


controversia sub lite, corresponde desde ya puntualizar respecto de las copias
de las facturas que, al tenor del artículo 4º de la Ley Nº 19.983, la copia de la
factura señalada en el artículo 1º de la citada ley quedará apta para su cesión al
reunir las siguientes condiciones:

"a) Que haya sido emitida de conformidad a las normas que rijan la emisión
de la factura original, incluyendo en su cuerpo en forma destacada la mención
'cedible', y b) Que en la misma conste el recibo de las mercaderías entregadas
o del servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega o de la
prestación del servicio y del nombre completo, rol único tributario y domicilio del
comprador o beneficiario del servicio e identificación de la persona que recibe,
más la firma de este último.

282
"En caso de que en la copia de la factura no conste el recibo mencionado, sólo
será cedible cuando se acompañe una copia de la guía o guías de despacho
emitida o emitidas de conformidad a la ley, en las que conste el recibo
correspondiente. Para estos efectos, el emisor de la guía o guías de despacho
deberá extender una copia adicional a las que la ley exige, con la mención
'cedible con su factura'.

"Para los fines previstos en la letra b) y en el inciso anterior, se presume que


representa al comprador o beneficiario del servicio la persona adulta que reciba
a su nombre los bienes adquiridos o los servicios prestados. Toda estipulación
que limite, restrinja o prohíba la libre circulación de un crédito que conste en una
factura se tendrá por no escrita".

Por su parte, en relación con el mérito ejecutivo de las copias de la facturas


en que se sustenta la pretensión incoada en autos, el artículo 5º del cuerpo
normativo en examen dispone que la factura tendrán dicha virtud reuniendo los
siguientes presupuestos: a) si no ha sido reclamada de conformidad al artículo
3º; b) si su pago es actualmente exigible y la acción de cobro no se encuentra
prescrita; c) siempre que en ella conste el recibo de las mercaderías entregadas
o del ser vicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio e identificación de la persona que
recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de este último, o de no constar
el recibo, cuando se la acompañe de una copia de la guía de despacho emitida
de conformidad a la ley en que conste dicho recibo, y d) cuando puesta en
conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial, aquél no
alegare en el mismo acto, o dentro de tercero día, la falsificación material de la
factura o guía de despacho respectiva, o del recibo correspondiente, o la falta de
entrega de la mercadería o la prestación del servicio cuyo cobro se pretende, o
cuando efectuada dicha alegación ella fuere rechazada por resolución judicial.

Octavo: Que esclarecido, entonces, el contexto legal o marco jurídico que


debe ser consultado en relación a la factura en que se sustenta la pretensión del
demandante de autos, cabe señalar que, a pesar de que el artículo 3º de la citada
ley dispone que se tendrá por irrevocablemente aceptada la factura si no se
reclama en contra de su contenido dentro de los 8 días siguientes a su recepción,
o en el plazo que las partes hayan acordado, el que no puede exceder de 30
días, es lo cierto que luego de haber sido recibida conforme y de no haber sido
reclamada o devuelta según el procedimiento que determine la ley, de acuerdo
con lo que dispone el artículo 5º letra d), en la etapa de notificación de cobro es
factible desconocer la entrega de la mercadería o la prestación del servicio. En
efecto, dicho precepto permite que puesta en conocimiento del obligado a su
pago mediante notificación judicial, éste oponga en el procedimiento de
notificación de cobro dos incidentes, a saber: i) falsificación material de la factura,
o guía de despacho o del recibo de que se han recibido las mercaderías o el
servicio prestado; ii) Falta de entrega de mercadería o prestación de servicio. El
legislador ha calificado precisamente las posibilidades de la actividad
impugnadora del deudor, dejándola circunscrita a las referidas alegaciones de
falsificación material o falta de entrega o prestación.

283
Reiterando lo ya expresado, corresponde establecer que el legislador permite
objetar en diferentes ocasiones y con diversos alcances la presentación de una
factura. La primera, a su presentación o dentro de los 8 días siguientes o en el
plazo fijado por las partes, el cual no podrá exceder de 30 días. En el evento que
no se efectúe observación alguna se tendrá por irrevocablemente aceptada. En
caso contrario, esto es, objetada que sea no tendrá el mérito de representar un
crédito en contra del obligado. La segunda oportunidad que se tiene para objetar
la factura se produce al pretender dotarla de mérito ejecutivo, en que precisando
las alegaciones que pueden deducirse, el deudor desconoce su contenido y
acreditado el hecho que la sustenta, priva de la posibilidad que el instrumento
alcance el carácter de título ejecutivo. En caso contrario, si no se deduce el
incidente respectivo o éste es desestimado, el acreedor podrá iniciar la ejecución
fundado en la factura como título. La factura respecto de la cual el tribunal acoja
la incidencia de oposición podrá ser cobrada por la vía ordinaria correspondiente,
justificando el crédito por los medios de prueba legales.

Noveno: Que de acuerdo con lo que se viene reseñando, el procedimiento


para el cobro ejecutivo de una factura contempla entonces dos fases:

a) La primera, llamada "gestión preparatoria de notificación de cobro de


factura, y b) la segunda: el procedimiento ejecutivo, según las reglas generales,
del Título I del Libro III del Código de Procedimiento Civil. En efecto, tras haber
operado un mecanismo de reconocimiento o verificación de condiciones mínimas
habilitantes para proceder ejecutivamente, el ejecutante queda facultado para
proceder compulsivamente respecto de lo reconocido, lo que no obsta a que el
ejecutado pueda, dentro del contradictorio del juicio ejecutivo, oponer el
amplísimo repertorio de las excepciones a que se refiere el artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil.

Dicha conclusión se ve reforzada por el hecho de que la finalidad de la gestión


preparatoria difiere del juicio ejecutivo, ya que las excepciones que aquélla
contempla tienen por fin impugnar la copia de la factura para que ésta no tenga
la suficiencia necesaria que permita el pago perentorio de la obligación que
contiene; en cambio, las excepciones del juicio ejecutivo tendrán un objeto
distinto, pudiendo oponer el abanico de aquellas a que se refiere el artículo 464
del citado estatuto jurídico.

Décimo: Que de este modo, era improcedente y contrario a derecho que los
jueces de segundo grado rechazaran la excepciones por el solo hecho de no
haber alegado el ejecutado en la gestión preparatoria, en el mismo acto o dentro
de tercero día de notificado, la falsificación material de la factura ni porque
tampoco haya reclamado de la falta de entrega de la mercadería en la forma
establecida en la Ley Nº 19.983.

Empero, este Tribunal debe establecer, antes de anular la sentencia, si al


dictar el fallo de reemplazo concluiría de modo distinto al que lo hicieron los
jueces de la instancia, esto es, si resulta procedente acoger alguna de las
excepciones opuestas, aun cuando los sentenciadores hayan incurrido en el
error de derecho constatado.

284
Undécimo: Que corresponde entonces determinar si procede aceptar alguna
de las excepciones opuesta a la ejecución.

Tal como se señaló precedentemente, de acuerdo con lo previsto en el artículo


5º letra c) de la citada ley, una copia de la factura tendrá mérito ejecutivo para su
cobro si en la misma consta el recibo de las mercaderías entregadas o del
servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las
merca derías o de la prestación del servicio e identificación de la persona que
recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de este último. Esta exigencia,
no obstante, contrasta con la vida comercial diaria debido que regularmente se
despachan las mercaderías con guías de entrega y la ley ha preceptuado que si
en la copia de la factura no consta el recibo, ella podrá tener mérito ejecutivo
cuando se la acompañe de una copia de la guía de despacho emitida en la que
conste el recibo correspondiente. En este caso el título ejecutivo va a estar
constituido por los dos documentos. Es trascendente que la persona que da el
recibo de la mercadería estampe su firma, pues la ley perentoriamente ha exigido
la firma del comprador o beneficiario de la persona que recibe. Es una exigencia
por vía de solemnidad. En efecto, antes de la Ley Nº 19.983, la factura era más
bien un documento que emanaba exclusivamente del vendedor o prestador del
servicio y que no estaba relacionada con la recepción; actualmente, si se desea
que la copia de la factura posea mérito ejecutivo, es preciso que en ella conste
la recepción de la mercadería con la firma y nombre de la persona que la recibe,
puesto que ello constituye el hecho que fue puesta en conocimiento del deudor
y aceptó en principio pagar el crédito o, por lo menos, que no lo objetó.

En la especie, no es un hecho controvertido que en el detalle de las facturas


Nºs. 1437, 1438, 1440 y 1441 emitidas por Elementos de Protección Personal
S.A. con fecha 3 de marzo de 2006, aparece que corresponde a la compraventa
de diversos artículos de seguridad y se lee en todas ellas un timbre que dice: "El
crédito representado por la presente factura ha sido cedido a CFC Capital S.A."...
No se consigna ningún dato acerca de la recepción de las mercaderías. Y en las
guías de despacho acompañadas a la causa sólo consta un timbre que dice:
"Lancourier. Recepción bultos sin revisar", agregándose la fecha de la recepción.

Luego, correspondía acoger la excepción deducida por el ejecutado prevista


en el número 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, puesto que el
título carece de fuerza ejecutiva al no contener uno de los requisitos exigidos por
la ley para tener mérito ejecutivo.

Duodécimo: Que, consecuentemente, era contrario a lo que la ley dispone que


los jueces de segundo grado rechazaran la excepción de falta de requisitos o
condiciones para que el título tenga fuerza ejecutiva, puesto que el título carecía
de fuerza ejecutiva en relación al demandado y, en consecuencia, al no razonar
el fallo impugnado de la forma indicada, ha cometido error de derecho
precisamente por infracción al artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

De acuerdo con lo expuesto procede que se acoja el recurso de casación


interpuesto, en cuanto funda la declaración de nulidad que solicita en que la
sentencia recurrida ha dado lugar a una demanda ejecutiva que había sido
preparada a través de una gestión en la que el título carece de mérito ejecutivo,

285
con decisiva influencia en lo dispositivo del fallo, lo que justifica que el recurso
de casación en el fondo sea acogido.

Decimotercero: Que al hacerse lugar al presente arbitrio por la infracción


señalada precedentemente, resulta innecesario entrar al análisis de los demás
capítulos de impugnación formulados en el recurso.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los


artículos 764, 765, 767 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el
recurso de casación en el fondo deducido en lo principal de la presentación de
fojas 284 por el abogado Carlos Koch Salazar, en representación de la
ejecutada, Corporación Nacional del Cobre de Chile S.A. y, en consecuencia, se
invalida la sentencia de doce de noviembre de dos mil nueve, escrita a fojas 250
y acto continuo y sin nueva vista, pero separadamente, se dicta la sentencia que
corresponde conforme a la ley.

Regístrese.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Lagos.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema integrada por los
Ministros Sr. Sergio Muñoz G., Sr. Héctor Carreño S., Sr. Pedro Pierry A., Sra.
María Eugenia Sandoval G. y el Abogado Integrantes Sr. Jorge Lagos G. No
firma, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, el Ministro
señor Muñoz por estar con permiso. Santiago, 8 de enero de 2013.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

Rol Nº 3.111-2011.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, ocho de enero de dos mil trece.

En cumplimiento a lo resuelto y atendido lo dispuesto en el artículo 785 del


Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que corresponde
conforme a la ley.

Vistos:

Se reproduce el fallo en alzada con excepción de los considerandos noveno,


décimo, undécimo y duodécimo, que se eliminan.

Corresponde, asimismo, tener en consideración del fallo de casación que


antecede sus razonamientos sexto a undécimo.

Y teniendo además presente:

1º. Que de acuerdo con lo previsto en el artículo 5º letra c) de la citada ley,


una copia de la factura tendrá mérito ejecutivo para su cobro si en la

286
misma consta el recibo de las mercaderías entregadas o del servicio prestado,
con indicación del recinto y fecha de la entrega de las mercaderías o de la
prestación del servicio e identificación de la persona que recibe las mercaderías
o el servicio, más la firma de este último.

2º. Que en la especie, en el detalle de las facturas Nºs. 1437, 1438, 1440 y
1441 emitidas por Elementos de Protección Personal S.A. con fecha 3 de marzo
de 2006, aparece que corresponden a la compraventa de diversos artículos de
seguridad y se lee en todas ellas un timbre que dice: "El crédito representado
por la presente factura ha sido cedido a CFC Capital S.A.". No se consigna
ningún dato acerca de la recepción de las mercaderías. Y en las guías de
despacho acompañadas a la causa sólo consta un timbre que dice: "Lancourier.
Recepción bultos sin revisar", agregándose la fecha de la recepción.

3º. Que, en consecuencia, corresponde acoger la excepción del artículo 464


Nº 7 del Código de Procedimiento Civil, en atención al hecho que al título le falta
alguno de los requisitos establecidos por las leyes para tener fuerza ejecutiva en
relación al demandado.

Y visto además lo dispuesto en los artículos 186 y 471 del Código de


Procedimiento Civil, se revoca en lo apelado la sentencia de doce de noviembre
de dos mil nueve, escrita a fojas 250, en cuanto por ésta se había desestimado
la excepción prevista en el Nº 7 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil planteada por el ejecutado respecto al cobro de las facturas números 1437,
1438, 1440 y 1441 y en su lugar se declara que se acoge dicha excepción y, en
consecuencia, se desestima la demanda ejecutiva dirigida al cobro de las
referidas facturas, con costas.

Se confirma la mencionada sentencia en cuanto por ésta se acogió la


excepción de nulidad de la obligación opuesta por el ejecutado respecto del
cobro de las facturas Nºs. 1389, 1390, 1391, 1392 y 1393 y en cuanto se dio
lugar a la excepción de pago respecto de la factura Nº 1439.

Se estima innecesario emitir pronunciamiento sobre la excepción prevista en


el artículo 464 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil por resultar incompatible
con la acogida.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Lagos.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema integrada por los
Ministros Sr. Sergio Muñoz G., Sr. Héctor Carreño S., Sr. Pedro Pierry A.,
Sra. María Eugenia Sandoval G. y el Abogado Integrantes Sr. Jorge Lagos G.
No firma, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, el
Ministro señor Muñoz por estar con permiso. Santiago, 8 de enero de 2013.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

Rol Nº 3.111-2011.

287
10. FACTURA. REQUISITOS PARA QUE POSEA MÉRITO EJECUTIVO PARA
SU COBRO

SUMARIO: La norma de la letra d) del artículo 5º de la Ley Nº 19.983 permite


transformar un título imperfecto en ejecutivo perfecto mediante la gestión
preparatoria que regula dicho precepto y tiene un sentido preciso, cual es
otorgarle a la factura mérito ejecutivo para su cobro, o sea, para obtener su
pago mediante el procedimiento compulsivo general del juicio ejecutivo. De
acuerdo a este precepto, en lo que interesa, la copia que se refiere el artículo
4º de esa ley tendrá mérito ejecutivo para su cobro, si puesta en conocimiento
del obligado a su pago mediante notificación judicial, aquél no alegare en el
mismo acto, o dentro de tercero día, la falsificación material de la factura o
guía o guías de despacho respectivas, o del recibo a que se refiere la letra c)
del mismo artículo, o la falta de entrega de la mercadería o de la prestación
del servicio, según el caso, o que, efectuada dicha alegación, ella fuere
rechazada por resolución judicial.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 2594-2007

Fecha: 21/07/2008

Cita online: CL/JUR/2964/2008; 39498

Partes: APRO Ltda. contra Corte de Apelaciones de Antofagasta

Magistrados: Muñoz Gajardo, Sergio; Juica Arancibia, Milton; Araya Elizalde,


Juan

Redactor: Herrera Valdivia, Óscar

Abogado integrante: Álvarez García, Hernán; Herrera Valdivia, Óscar

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


factura - inhabilidad del título - juicio ejecutivo - recursos - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 4º - Ley Nº 19.983; Artículo 5º - Ley


Nº 19.983; Artículo 464 Nº 7 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 21 de julio de 2008.

Vistos:

En estos autos Rol Nº 1661-2006 del Cuarto Juzgado Civil de Antofagasta


sobre juicio ejecutivo de cobro de obligación de dar, caratulados Comercial

288
Transporte e Industrial Marc Ltda. con APRO Ltda., compareció el abogado don
Guillermo Núñez González en representación de la primera de las compañías
nombradas y dedujo demanda ejecutiva contra APRO Ltda., invocando como
títulos cuatro facturas por un total de $ 3.156.602.

La sociedad ejecutada opuso la excepción del Nº 7 del artículo 464 del Código
de Procedimiento Civil, fundada en que la notificación judicial de la factura se
realizó a una persona que no se encuentra facultada para ser emplazada en
juicio en representación de APRO Ltda., toda vez que no es su representante
legal.

Al evacuar el traslado conferido, la ejecutante expuso que la persona


notificada no es un simple empleado de la deudora, sino que su gerente para la
zona norte y, en cuanto tal, tiene aplicación lo dispuesto en el artículo 8º del
Código de Procedimiento Civil, de manera que representa a la sociedad no
obstante cualquier limitación estatutaria de contrario.

Asimismo, sostuvo que los fundamentos de la excepción son los del Nº 4 del
artículo 434, en relación al artículo 245, ambos del mismo Código de
Procedimiento Civil, y no los del citado Nº 7 del artículo 464.

Por sentencia de treinta de octubre de dos mil seis, escrita a fojas 40, la señora
Juez Titular del referido tribunal rechazó la excepción opuesta y ordenó seguir
adelante con la ejecución hasta hacer entero pago del crédito al acreedor en
capital, intereses y costas.

Apelado este fallo por la parte ejecutada, una de las Salas de la Corte de
Apelaciones de Antofagasta, en sentencia de dieciocho de abril de dos mil siete,
que se lee a fojas 53, lo confirmó.

En contra de esta última decisión la sociedad ejecutada ha deducido recurso


de casación en el fondo.

Se ordenó traer los autos en relación.

Considerando.

Primero: Que en el recurso de casación en el fondo se denuncian infringidos


los artículos 1698, 1700 y 1701 del Código Civil, 5º letra d) de la Ley
Nº 19.983, 434 y 435 del Código de Procedimiento Civil y 385, 386, 392, 395,
398 del Código de Comercio.

Argumenta la recurrente que la vulneración al artículo 1698 del Código Civil


se configura porque la sentencia puso de cargo de las partes la circunstancia de
acreditar la efectividad de faltar algún requisito para que el título tenga fuerza
ejecutiva respecto del demandado y como los hechos negativos no se prueban,
no correspondía que se exigiera acreditar, como lo hace el fallo, el hecho que el
señor Brücher Hermosilla no fuera el gerente de la empresa; sino que la prueba
a rendir en este caso debió recaer en quien efectivamente es en la especie el
representante de la sociedad ejecutada, lo que se cumplió por esta última al

289
acompañar la escritura pública de modificación de la sociedad APRO Ltda., de
24 de mayo de 1983, en que consta en su cláusula 6ª, letra c), quiénes son sus
representantes.

Asimismo, sigue el recurso, esta norma pone de cargo de quien invoque una
obligación la prueba de su existencia, prueba que debe abarcar todos y cada uno
de los elementos que la conforman; en el caso de autos, señalar el representante
legal de la sociedad ejecutada.

Por último, termina la recurrente sobre este punto, se vulnera también el


precepto porque el fallo rechazó un medio de prueba admitido por la ley, cual es
la escritura pública de modificación ya aludida.

En cuanto a la contravención de los artículos 1700 y 1701 del mismo Código


Civil, en el recurso se sostiene que es sabido que la falta de instrumento público
no puede suplirse por otra prueba en los actos o contratos en que la ley requiere
esta solemnidad y en el caso de autos se trata de la situación de los
representantes legales de la sociedad, cuya calidad debe ser acreditada
mediante la escritura pública de constitución de la sociedad o en acto posterior
que también debe constar por instrumento auténtico.

Sin embargo, agrega la recurrente, a pesar del claro tenor literal de las normas
citadas, los sentenciadores, en relación a la calidad del señor Brücher
Hermosilla, le otorgan pleno valor para establecer la de representante legal a
una copia ampliada de una tarjeta de presentación, lo que contraviene en forma
sustancial lo prescrito en la ley.

A continuación el recurso argumenta sobre la infracción a la letra d) del artículo


5º de la Ley Nº 19.983 y, al efecto, expresa que la gestión preparatoria prevista
en esta disposición no permite alegar la falta de legitimación pasiva, como le
reprocha la sentencia no haber hecho a la ejecutada, sino únicamente la falsedad
de la factura o la falta de entrega de la mercadería.

En cuanto a la trasgresión de los artículos 434 y 435 del Código de


Procedimiento Civil se expone por la recurrente que de la exposición efectuada
por la deudora queda de manifiesto que la ejecutante no posee título ejecutivo
que legitime la acción, toda vez que la gestión preparatoria es nula, pues se
notificó a un tercero que no tiene la representación de APRO Ltda. Así las cosas,
concluye, el procedimiento ejecutivo carece de todo valor, por cuanto no se ha
dado cumplimiento a un requisito esencial para su validez, cual es la existencia
de un título ejecutivo que sirva de base a la acción.

Por último, termina el recurso, se vulneran de los artículos 385, 386, 392, 395
y 398 del Código de Comercio, los que señalan que los representantes de las
sociedades son los administradores designados en el acto de constitución de la
compañía o en actos posteriores, los que deben otorgarse por escritura pública
a fin que puedan ser oponibles a terceros.

290
La sociedad demandada, finaliza, tiene designado desde 1983 a la persona
de su representante legal y no fue a ésta a quien se notificó la gestión
preparatoria ni la demanda ejecutiva.

Segundo: Que la sentencia objeto del recurso establece que los fundamentos
de la excepción invocada, esto es la del Nº 7 del artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil, no la configuran, sino que obstan a una válida constitución
de la relación procesal, lo que no fue alegado en su oportunidad por el recurrente.

Más aún, agregan los magistrados, no se encuentra acreditado en autos que


el absolvente Alfredo Bernardo Brücher Hermosilla trabaje para la sociedad
ejecutada a otro título que no sea el de gerente.

Tercero: Que, en primer término, esta Corte estima procedente hacerse cargo
de la imputación que se contiene en el recurso, relativa a que el fallo impugnado
habría contravenido los artículos 1700 y 1701 del Código Civil.

Al efecto, cabe señalar que la casación en el fondo se construye sobre la base


de una premisa errónea, pues afirma la sociedad recurrente que a pesar del claro
tenor literal de las normas citadas, los sentenciadores, en relación a la calidad
del señor Brücher Hermosilla, le otorgan pleno valor para establecer la de
representante legal de la sociedad ejecutada a una copia ampliada de una tarjeta
de presentación, lo que infringiría en forma sustancial lo prescrito en la ley.

Ahora bien, el razonamiento anterior, transcrito por APRO Ltda. en el recurso,


se contenía en el fundamento octavo del fallo de primera instancia, que aquel
que es objeto de la casación suprimió, de manera tal que no forma parte de los
argumentos que los magistrados han tenido en consideración para desestimar la
excepción opuesta.

Cuarto: Que, por otra parte, la norma de la letra d) del artículo 5º de la Ley
Nº 19.983 —cuya vulneración también se denuncia en el recurso— permite
transformar un título imperfecto en ejecutivo perfecto mediante la gestión
preparatoria que regula dicho precepto y tiene un sentido preciso, cual es
otorgarle a la factura mérito ejecutivo para su cobro, o sea para obtener su pago
mediante el procedimiento compulsivo general del juicio ejecutivo.

De acuerdo a este precepto, en lo que interesa, la copia a que se refiere el


artículo 4º de esa ley tendrá mérito ejecutivo para su cobro, si puesta en
conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial aquél no
alegare en el mismo acto, o dentro de tercero día, la falsificación material de la
factura o guía o guías de despacho respectivas, o del recibo a que se refiere la
letra c) del mismo artículo, o la falta de entrega de la mercadería o de la
prestación del servicio, según el caso, o que, efectuada dicha alegación, ella
fuere rechazada por resolución judicial.

Ahora bien, ninguna de las facultades que este precepto confiere fue ejercida
por la ahora recurrente, de manera tal que malamente pudieron los
sentenciadores haberlo infringido.

291
Quinto: Que según prescribe el inciso 1º del artículo 1698 del Código Civil,
norma cuya vulneración se denuncia en el recurso, incumbe probar las
obligaciones o su extinción al que alega aquélla o ésta.

Conforme lo ha resuelto de manera reiterada esta Corte Suprema, la infracción


a este precepto se configurará cuando la sentencia altere esta regla, exigiendo
acreditar la existencia de la obligación o su extinción a persona distinta de quien
alega aquélla o ésta.

Pues bien, en tanto el juicio ejecutivo supone la invocación de un título que


tiene carácter de indubitado —en el cual consta la obligación de dar, hacer o no
hacer cuyo cobro se pretende—, será siempre de cargo del ejecutado probar los
fundamentos de hecho de la excepción que opone a la ejecución y que tiene por
objetivo desvirtuar esa calidad que la ley supone al título.

Esta última, la de ejecutada, es la calidad que ostenta la ahora recurrente, de


forma tal que siempre y en todo momento recayó en ella el peso de probar que
la persona que suscribió las facturas que sirven de título a la ejecución no
detentaba, al momento de hacerlo, la calidad de representante de APRO Ltda.,
cuestión que, de acuerdo a lo concluido por los sentenciadores, no hizo.

Sexto: Que esta afirmación contenida en el fallo recurrido, en orden a que no


se encuentra acreditado en autos que Alfredo Bernardo Brücher Hermosilla
trabaje para la sociedad ejecutada a otro título que no sea el de gerente, permite,
asimismo, descartar la comisión de los otros errores de derecho que se atribuyen
a la sentencia.

En efecto, en las manifestaciones de la vida jurídica, al igual que en otros


dominios, no siempre la realidad concuerda con las apariencias y es por ello que,
frente a la dualidad entre apariencia y realidad, surge la necesidad de proteger
a los terceros.

Las apariencias merecen fe, por cuanto resulta difícil precisar si ellas
corresponden o no a la realidad.

Es así que cuando el interés de los terceros de buena fe lo hace necesario,


los jueces no deben considerar totalmente ineficaz un acto ejecutado por quien
se ha comportado como titular verdadero del derecho y lo hace oponible al titular
real.

En consecuencia, la apariencia de personalidad, de titularidad o de


legitimación equivale a la personalidad, titularidad o legitimación mismas.

Existen, por consiguiente, situaciones en las cuales quienes han confiado


razonablemente en una manifestación jurídica dada ante una apariencia
determinada, y se han comportado de acuerdo con tal manifestación o
apariencia, tienen derecho a contar con ellas, aunque no correspondan a la
realidad.

292
Extrapolando estos principios de la llamada teoría de la apariencia a la del
consentimiento aparente, se puede decir que siendo la voluntad, por definición,
el motor de los actos jurídicos —pues sin consentimiento no existe contrato; esto
es, no se generan obligaciones—, aun en los casos en que a una apariencia de
voluntad no pueda atribuírsele el rol de generar un contrato, puede tener
significación como fuente de responsabilidad.

Por otra parte, y siempre dentro del derecho privado, se encuentran causas
de apariencia en aquellas relaciones en que han intervenido sujetos con
titularidad, capacidad o cualidades aparentes, que le dan legitimidad a sus
actuaciones.

Séptimo: Que, como se ha dejado esbozado anteriormente, la apariencia


persigue proteger a los terceros, es decir a aquellos que razonablemente han
confiado en la apariencia de los hechos.

Por otra parte, la realidad busca la protección del interés del titular real.

Si se atiende al primer supuesto, se habrá obtenido el reconocimiento del acto


aparente; si se atiende al segundo, se privará al tercero del derecho que él había
considerado adquirir.

También se ha señalado anteriormente que al darle valor a la apariencia surge


como fundamentación de la misma la responsabilidad objetiva o subjetiva en la
relación jurídica.

Mirado desde el ángulo objetivo, esto es, aplicando la teoría de los riegos a la
apariencia, tendría que señalarse que todo aquel que con su actividad
voluntaria dé lugar a la génesis de situaciones aparentes, debe soportar las
consecuencias de dicha apariencia.

De este modo, sentados los principios fundamentales de la teoría de la


apariencia jurídica, debe dilucidarse si ellos tienen cabida en el caso sub lite .

A este respecto, cabe señalar que la ejecutante y recurrente ha sostenido que


Alfredo Bernardo Brücher Hermosilla es un empleado más de APRO Ltda. y que,
en cuanto tal, no posee la calidad de representante de esta compañía.

Ahora bien, como establecieron los jueces del fondo y se dijo más arriba, no
se probó por la ejecutada —a quien correspondía hacerlo— que el nombrado
Brücher Hermosilla trabaje para APRO Ltda. a otro título que no sea el de
gerente; conclusión que conduce necesariamente a colegir, contrario sensu, que
esta persona actuó, en los hechos, como apoderado de esta sociedad, validando
con ello una apariencia jurídica que responsabiliza a esta última subjetiva y
objetivamente de los efectos del contrato de compraventa de que dan cuenta las
facturas que se cobran.

Octavo: Que la conclusión anterior se impone igualmente si se considera que


el principio de la buena fe, en su fase objetiva, está constituido por la conducta
que se puede esperar de un hombre correcto.

293
Es un estándar que debe ser apreciado en abstracto, contrariamente a lo que
ocurre con la buena fe subjetiva, la cual es ponderada en concreto.

Ésta es empleada como sinónimo de probidad, lealtad, confianza, seguridad y


honorabilidad, y es por ello que ha tenido su mayor desarrollo en el negocio
jurídico, orbitando todo el iter contractual, desde los tratos preliminares, la
celebración del contrato preparatorio y/o definitivo, el cumplimiento del contrato
e, incluso, en las relaciones post contractuales.

Es así como el artículo 1546 del Código Civil señala que los contratos deben
ejecutarse de buena fe y agrega, incluso, que, por consiguiente, obligan no sólo
a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente
de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a
ella.

Noveno: Que en razón de todo lo dicho, debe afirmarse que el fallo objeto del
recurso no ha incurrido en los errores de derecho que se le atribuyen en el
recurso, de manera tal que la casación en el fondo intentada debe ser
necesariamente desestimada.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales


citadas y en los artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil,
se rechaza el recurso de casación en el fondo deducido por la parte ejecutada
en loprincipal de la presentación de fojas 55, contra la sentencia de dieciocho de
abril de dos mil siete, escrita a fojas 53.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Redacción del Abogado Integrante señor Herrera.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Juan Araya E. y Abogados Integrantes Sres.
Óscar Herrera V. y Hernán Álvarez G.

No firma el Abogado Integrante Sr. Herrera, no obstante haber concurrido a la


vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra. Carola A. Herrera B.

Rol Nº 2.594-2007.

11. REQUISITOS SEÑALADOS POR LA LEY PARA QUE COPIA DE FACTURA


TENGA MÉRITO EJECUTIVO

SUMARIO: La Ley Nº 19.983, que regula la transferencia y otorga mérito


ejecutivo a copia de la factura, establece en su artículo 5º, las condiciones que
debe reunir la copia de una factura para tener mérito ejecutivo, a saber: a) que
la factura no haya sido reclamada de conformidad al artículo 3º de esta ley; b)

294
que su pago sea actualmente exigible y la acción para su cobro no esté
prescrita; c) que en ella consta el recibo de las mercaderías entregadas o del
servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las
mercaderías o de la prestación de los servicios, del nombre completo, rol único
tributario, y domicilio del comprador, beneficiario del servicio e identificación
de la persona que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de esta
última, y d) que puesta en conocimiento del obligado a su pago mediante
notificación judicial, aquél no alegare en el mismo acto o dentro de tercero día,
la falsificación material de la factura o guía o guías de despacho respectivas o
del recibo a que se refiere el literal precedente, o la falta de entrega de la
mercadería o de la prestación del servicio, según el caso, o que efectuada
dicha alegación ella fuera rechazada por resolución judicial.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Puerto Montt

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 598-2007

Fecha: 03/12/2007

Cita online: CL/JUR/2779/2007

Partes: Salmones Caleta Bay S.A. con Ventisqueros S.A.

Magistrados: Jorge Ebensperger Brito; Sylvia Aguayo Vicencio

Redactor : Aguayo Vicencio, Sylvia

Abogado integrante: Mauricio Cárdenas García

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


factura - inhabilidad del título - juicio ejecutivo - recursos - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 4º - Ley Nº 19.983; Artículo 5º - Ley


Nº 19.983; Artículo 464 Nº 7 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Puerto Montt, 3 de diciembre de 2007.

Vistos:

Se reproduce la sentencia apelada de dos de agosto de dos mil siete, escrita


a fojas 31 y siguientes, con excepción de los considerandos quinto y sexto, que
se eliminan.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

En cuanto excepción de prescripción.

295
Primero: Que la confesión efectuada por el representante de la ejecutada, en
la que reconoce que la factura cuyo saldo se cobra en estos autos fue emitida el
23 de junio de 2005, y que con fechas 13 de octubre de 2005 y 23 de marzo de
2006 se realizaron abonos a dicha factura, es suficiente para dar por establecido
que se produjo la interrupción de la prescripción en la primera de estas fechas,
13 de octubre de 2005, por lo que, en conformidad a lo dispuesto en los artículos
2514 y 2518 del Código Civil, se rechazará la excepción de prescripción opuesta.

En cuanto a la excepción de falta de requisitos para que el título tenga fuerza


ejecutiva.

Segundo: Que yerra la demandada al exigir que, para tener mérito ejecutivo la
factura acompañada a estos autos, deba contener en forma destacada la
mención cedible, ya que ello lo exige la Ley Nº 19.983 en su artículo 4º para que
dicha factura quede apta para su cesión.

Dicha exigencia tiene por objeto permitir la libre circulación de un crédito que
conste en una factura.

Tercero: Que la Ley Nº 19.983, que regula la transferencia y otorga mérito


ejecutivo a copia de la factura, establece en su artículo 5º las condiciones que
debe reunir la copia de una factura para tener mérito ejecutivo, a saber:

a) que la factura no haya sido reclamada de conformidad al artículo 3º de esta


ley;

b) que su pago sea actualmente exigible y la acción para su cobro no esté


prescrita;

c) que en ella consta el recibo de las mercaderías entregadas o del servicio


prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las mercaderías o
de la prestación de los servicios, del nombre completo, rol único tributario, y
domicilio del comprador, beneficiario del servicio e identificación de la persona
que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de esta última, y

d) que puesta en conocimiento del obligado a su pago mediante notificación


judicial, aquél no alegare en el mismo acto, o dentro de tercero día, la falsificación
material de la factura o guía o guías de despacho respectivas o del recibo a que
se refiere el literal precedente, o la falta de entrega de la mercadería o de la
prestación del servicio, según el caso, o que efectuada dicha alegación, ella fuera
rechazada por resolución judicial.

Cuarto: Que la copia de la factura acompañada a la demanda ejecutiva es


aquella que rola a fojas 62, que fue agregada en la diligencia confesional
realizada en esta instancia como consta a fojas 63.

Dicha factura carece de los requisitos señalados en las letras c) y d) del citado
artículo 5º de la Ley Nº 19.983, por lo que ella carece de mérito ejecutivo.

296
Y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 1º, 4º y 5º de la Ley Nº 19.983,
2514 y 2518 del Código Civil y artículos 186 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, se declara:

I. Que se rechaza la excepción de prescripción opuesta por la ejecutada;

II. Que se acoge la excepción del artículo 464 Nº 7 del Código de


Procedimiento Civil;

III. Que, en consecuencia, se confirma la sentencia de fecha dos de agosto de


dos mil siete escrita a fojas 31 y siguientes en cuanto se rechaza la demanda
ejecutiva interpuesta a fojas 8, con declaración que el fundamento de este
rechazo lo es por cuanto el título fundante de la acción carece de mérito
ejecutivo;

IV. Cada parte pagará sus costas.

Regístrese, notifíquese y devuélvase en su oportunidad.

Redactada por la Ministro doña Sylvia Aguayo Vicencio.

Pronunciada por los Ministros don Jorge Ebensperger Brito, doña Sylvia
Aguayo Vicencio y el Abogado Integrante don Mauricio Cárdenas García.

Rol Nº 598-2007.

12. SI NO SE ACREDITA ENTREGA Y RECEPCIÓN DE MERCADERÍAS LA


EXISTENCIA DE FACTURA NO PRUEBA LA COMPRAVENTA

SUMARIO: Si bien la factura constituye en sí una prueba preestablecida y el


título de crédito por excelencia, que son propios de la naturaleza de toda
compraventa mercantil, como ha señalado la jurisprudencia, y que de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 160 del Código de Comercio, el
comprador tiene derecho a exigir del vendedor que forme y le entregue una
factura de las mercaderías vendidas y que ponga al pie de ellas el recibo del
precio total o de la parte que se le hubiere entregado, agregando en su inciso
2º que no reclamándose contra su contenido dentro de los ocho días
siguientes a la entrega de ella, se tendrá por irrevocablemente aceptada, este
precepto discurre, obviamente, para tener por aceptada una factura en los
términos que se señalan, que se haya efectuado, efectivamente, la entrega
del documento. Pues bien, en el caso sub lite, el demandante,
correspondiéndole, no ha rendido prueba útil alguna tendente a establecer la
entrega y recepción de las mercaderías que habría vendido a la demandada y
que corresponderían a las consignadas en las facturas, ni tampoco ha
acreditado la entrega de dichas facturas, por lo que la sola existencia de tales
documentos impide tener por acreditada la existencia de las compraventas
comerciales de que dan cuenta.

297
Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de La Serena

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1445-2005

Fecha: 02/08/2006

Cita online: CL/JUR/2497/2006

Partes: Sepúlveda y Mora Ltda. con Molina Vásquez, Andrea

Magistrados: Ramírez Infante, Fernando

Redactor: Ramírez Infante, Fernando

Voces: compraventa - derecho comercial - acción ejecutiva - acción judicial -


derecho civil - derecho procesal - factura - inhabilidad del título - juicio ejecutivo
- recursos - título ejecutivo

Legislación relacionada: Artículo 160 - Código de Comercio; Artículo 464


Nº 7 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

La Serena, 2 de agosto de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con las siguientes modificaciones:

a) En el considerando quinto, se elimina la palabra sólo que antecede al


vocablo comete.

b) Se suprimen los motivos decimoquinto al vigésimo segundo.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Que con el mérito de la factura Nº 818765, que rola a fojas 15 en


fotocopia y a fojas 44 en duplicado, emitida con fecha 26 de octubre de 1999,
por Alimentos Golondrina S.A, a nombre de doña Andrea Molina Vásquez y con
la confesional de la demandada, de fojas 140, en que expresamente reconoce
dicho documento, señalando, al responder las posiciones 2 y 3 del pliego de fojas
139, que es efectivo que se emitió la referida factura por compras efectuadas a
la demandante y que las mercaderías que en ella se consignan fueron recibidas
estando en su oficina, a su entera satisfacción, se encuentra acreditado que la
actora procedió a vender a la demandada las mercaderías singularizadas en el
aludido instrumento, las que fueron entregadas y recepcionadas en la fecha
indicada, en el domicilio de la nombrada Andrea Molina, ubicado en Costanera

298
3150, Guanaqueros, comuna de Coquimbo y que el precio convenido en tal
compraventa ascendía a la suma de $ 25.837.613.

Segundo: Que la demandada ha sostenido, asimismo, en la mencionada


diligencia de absolución de posiciones, que nada adeuda en relación a la factura
Nº 818765, agregando que todas las facturas emitidas por adquisición de
mercaderías efectuadas a la demandante, fueron canceladas.

Tercero: Que, además, en esta instancia, a fojas 269, la demandada procedió


a oponer la excepción de pago parcial de la deuda demandada, fundada en la
factura antes citada, afirmando que la suma de $ 25.837.613 fue pagada y que
por ello fue cancelada por la actora, como aparece en el documento, antecedente
escrito que, según agrega, es prueba suficiente de la liberación de la deuda, de
conformidad con lo previsto en el artículo 119 del Código de Comercio.

Cuarto: Que no obstante lo aseverado por la demandada, su parte no ha


rendido probanza suficiente destinada a demostrar el pago efectivo del precio de
la compraventa referida en la factura Nº 818765, esto es la suma de
$ 25.837.613, toda vez que en la confesional de fojas 225 y siguientes, si bien
ha negado que el pago lo haya realizado con cheques del Banco Santander,
señalando que nunca ha tenido cuenta en dicho Banco, documentos que según
lo sostenido por la demandante, no pudieron ser cobrados por haber sido
sustraídos; sin embargo, al responder la posición Nº 15, afirma que el valor de la
mercadería la pagó con cheques, el mismo día 26 de octubre de 1999 y que el
recaudador de la vendedora consignó la cancelación en la misma factura; no
obstante, no indicó de modo alguno la individualización de los documentos, ni
sus valores, el número de la cuenta corriente, ni el Banco contra el cual los
habría girado, y teniendo presente que la mención cancelado que se lee en la
copia autorizada del original de la factura, que se agrega a fojas 170 y en el
documento original que se mantiene en custodia, seguido de una firma ilegible,
no aparece en los duplicados del mismo instrumento acompañados por la actora;
que, tampoco, se consigna en la factura original los datos relativos a los cheques
que habría entregado para el pago del precio, y que en los libros de compra y
venta de la demandada, exhibidos en el Tribunal, según acta de fojas 98, no se
registra la compra de la mercadería que da cuenta tal instrumento, a pesar de
haber reconocido la existencia del acto de comercio, no resulta posible concluir,
a juicio de estos sentenciadores, que efectivamente se haya solucionado la
obligación mediante la simple entrega de los cheques, puesto que la demandada,
además, pudo fácilmente comprobar el cobro por parte de la demandante, con
la sola exhibición de la cartola bancaria respectiva que revela el movimiento de
la cuenta corriente, lo que no hizo, siendo necesario, asimismo, tener en
consideración, en primer término, que de acuerdo a lo prescrito en el artículo 37
de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, el cheque girado en
pago de obligaciones no produce la novación de éstas si no es pagado; en
segundo lugar, que la pericia caligráfica evacuada en la incidencia de objeción
documental, que rola a fojas 246, consigna que la expresión cancelado
manuscrita en la aludida factura, no guarda relación con la grafía de las restantes
menciones de la misma, y finalmente, que aunque la absolución de posiciones y
el informe pericial mencionados en este motivo fueron medios de prueba
allegados a una incidencia de la causa, nada impide a este Tribunal analizarlos,

299
atendida la unidad del procedimiento y más aun, cuando la buena fe de los actos
procesales permite ponderar probanzas producidas en el curso del juicio y que
resultan indispensables para la acertada decisión de la litis, sobre todo cuando
del mérito del proceso se advierte una actitud evasiva de la demandada, en
orden a precisar la forma como, efectivamente, realizó el pago que alega,
circunstancia esta última que sólo funda, como se ha dicho, en una mención
manuscrita puesta en la factura acompañada por su parte, lo que, por lo demás,
ha sido negado por la contraria.

Quinto: Que, en consecuencia, no habiendo la demandada acreditado el pago


del precio de venta de las mercaderías singularizadas en la factura Nº 818765,
la excepción de pago parcial de la deuda cobrada en autos deberá ser
desestimada.

Sexto: Que, en cambio, si bien, la factura constituye en sí una prueba


preestablecida y el título de crédito por excelencia, que son propios de la
naturaleza de toda compraventa mercantil, como ha señalado la jurisprudencia,
y que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 160 del Código de Comercio,
el compra dor tiene derecho a exigir del vendedor que forme y le entregue una
factura de las mercaderías vendidas y que ponga al pie de ellas el recibo del
precio total o de la parte que se le hubiere entregado, agregando en su inciso 2º
que no reclamándose contra su contenido dentro de los ocho días siguientes a
la entrega de ella, se tendrá por irrevocablemente aceptada, este precepto
discurre, obviamente, para tener por aceptada una factura en los términos que
se señalan, que se haya efectuado, efectivamente, la entrega del documento.

Pues bien, en el caso sub lite , el demandante, correspondiéndole, no ha


rendido prueba útil alguna tendente a establecer la entrega y recepción de las
mercaderías que habría vendido a la demandada y que corresponderían a las
consignadas en las facturas Nºs. 844067, 843118 y 843311, ni tampoco ha
acreditado la entrega de dichas facturas, por lo que la sola existencia de tales
documentos que se acompañan a los autos impiden tener por acreditada la
existencia de las compraventas comerciales de que dan cuenta, las que,
asimismo, han sido negadas por doña Andrea Molina Vásquez; por lo tanto, sólo
cabe rechazar la demanda en cuanto pretende, además, el pago de la suma de
$ 3.323.712.

Séptimo: Que la prueba, no ponderada expresamente, en nada altera lo


concluido en los motivos precedentes.

Por estas consideraciones y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 1713


del Código Civil; 3º Nº 1, 144 y 149 Nº 1 del Código de Comercio; 186, 399 y 425
del Código de Procedimiento Civil, se resuelve:

1º. Que se rechaza la excepción de pago parcial de la deuda formulada en el


otrosí de fojas 269.

2º. Que se revoca la sentencia apelada de fecha veintidós de agosto de dos


mil cinco, escrita de fojas 253 a 261, sólo en cuanto por ella se acoge la demanda

300
y se ordena el pago de la suma de $ 3.323.712 y en su lugar se decide que no
ha lugar a la demanda, respecto del pago de la suma indicada.

3º. Que se confirma en lo demás apelado la expresada sentencia,


precisándose que el monto que la demandada deberá pagar a la actora asciende
a la suma de $ 25.837.613.

4º. Cada parte pagará las costas de esta instancia.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro titular, don Fernando Ramírez Infante.

Rol Nº 1.445-2005.

13. FACTURA CUMPLE REQUISITO DE SEÑALAR DIRECCIÓN DE EMISOR


CON SEÑALAR LUGAR FÍSICO DONDE SE PRESTARON LOS SERVICIOS

SUMARIO: El Reglamento de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios


consigna, en su artículo 69, los requisitos que deben cumplir las facturas y
refiriéndose al contribuyente emisor se refiere a la dirección del
establecimiento, comuna o nombre del lugar, sin exigir otras especificaciones,
por lo que al exigir la ley que se mencione el recinto se cumple éste señalando
un lugar físico donde se prestaron los servicios.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 7-2007

Fecha: 09/04/2007

Cita online: CL/JUR/512/2007

Partes: Garrido T. Nelson con Agr. Forest. Los Lirios Ltda.

Magistrados: Carretta Navea, Darío Ildemaro; Díaz Yévenes, Emma;


Kompatzki Contreras, Mario

Redactor: Carretta Navea, Darío Ildemaro

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


factura - juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada : Artículo 3º - Ley Nº 19.983; Artículo 5º - Ley


Nº 19.983

301
TEXTO COMPLETO

Valdivia, 9 de abril de 2007.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada.

Y teniendo, además, presente:

Primero: Que la parte ejecutada dedujo recurso de apelación en contra de la


sentencia de primera instancia, en la parte que no acogió la excepción de falta
de requisitos o condiciones para que el título tenga fuerza ejecutiva, sea
absolutamente o con relación al demandado, respecto de la copia de la factura
que aparece agregada a fojas 2 y respecto de las excepciones de pago y pago
parcial opuestas respecto de la factura de fojas 2 que también fueron
desestimadas por el juez a quo y que, consecuencialmente, se rechace la
demanda.

Segundo: Que los títulos que sirvieron de base a la ejecución son las facturas
Nºs. 000617 (fs. 1) y 000640 (fs. 2) las que fueron entregadas por la sociedad
"Agrícola y Forestal Los Lirios Ltda.", representada por don Félix Petutschnig
Werginz, a favor de don Nelson Garrido Tapia, por arriendo de maquinarias.

Tercero: Que la parte ejecutada opuso en primer término la excepción del Nº 7


del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, la que fundó en que la Ley
Nº 19.983 señaló en su artículo 5º que la copia de la factura tendrá mérito
ejecutivo para su cobro, si cumple determinados requisitos y en su letra c)
precisó que en ella debe constar el recibo de las mercaderías entregadas o del
servicio prestado, con indicación del recinto y la fecha de entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio, del nombre completo, rol único
tributario del comprador o beneficiario del servicio de identificación de la persona
que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de este último.

Sostiene la ejecutada que no concurre respecto de las copias de las facturas


el requisito de la letra c) antes mencionado, al no contener en el recibo el recinto
en el cual se prestaron los servicios.

Cuarto: Que en cuanto a la factura agregada a fojas 1 la excepción fue


acogida; la ejecutante no se alzó en contra de lo resuelto por lo que la sentencia
en esta parte queda a firme.

Sin embargo, respecto de la factura de fojas 2 la excepción antes mencionada


fue rechazada por las razones que se indican en el motivo décimo de la sentencia
en alzada.

Quinto: Que interesa puntualizar que el artículo 1º de la Ley Nº 19.983 señaló


que "en toda operación de compraventa, de prestación de servicios, o en
aquellas que la ley asimile a tales operaciones, en que el vendedor o prestador
del servicio esté sujeto a la obligación de emitir factura, deberá emitir una copia,

302
sin valor tributario, de la factura original, para los efectos de su transferencia a
terceros o cobro ejecutivo, según lo dispuesto en esta ley".

El artículo 3 a su turno dispone que "para los efectos de esta ley, se tendrá
por irrevocablemente aceptada la factura si no se reclamara en contra de su
contenido mediante alguno de los siguientes procedimientos".

El artículo 4º indica que la "copia de la factura señalada en el artículo 1º


quedará apta para su cesión al reunir las siguientes condiciones" y por su parte
el artículo 5º señala que "la misma copia referida en el artículo anterior tendrá
mérito ejecutivo para su cobro, si cumple los siguientes requisitos" y menciona
cuatro de ellos.

La parte ejecutada sostiene que la factura cuestionada cumple todos los


requisitos salvo el que se menciona en la letra c) que es del tenor siguiente: "que
en la misma (factura) conste el recibo de las mercaderías entregadas o del
servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las
mercaderías o de la prestación del servicio, del nombre completo, rol único
tributario y domicilio del comprador o beneficiario del servicio e identificación de
la persona que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma de este último".

Sexto: Que en la parte inferior izquierda de la factura de fojas 2 se lee el


nombre "Félix Petutschnig W", el rol único, la firma, la fecha, y el rubro "recinto"
aparece la leyenda "Osorno", que en opinión de la ejecutada es insuficiente, por
cuanto debió precisarse si los servicios se prestaron en la comuna o provincia
de Osorno o en algún sector urbano o rural de alguna de estas áreas geográficas
y se apoyó en lo que señala el Diccionario de la Real Academia Española en
cuanto la palabra "recinto" es un "espacio comprendido dentro de ciertos límites".

Séptimo: Que el Reglamento de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y


Servicios, consigna en su artículo 69 los requisitos que deben cumplir las
facturas y refiriéndose al contribuyente emisor se refiere a la dirección del
establecimiento, comuna o nombre del lugar, sin exigir otras especificaciones,
por lo que al exigir la ley que se mencione el recinto se cumple éste señalando
un lugar físico donde se prestaron los servicios, como ocurrió en el caso de autos
al mencionar la ciudad de Osorno.

Octavo: Que sin perjuicio de lo que afirma el juez a quo en el motivo décimo
del fallo para rechazar la excepción cabe tener presente que la Ley Nº 19.983
considera como irrevocablemente aceptada una factura si no se reclama en
contra de su contenido mediante los procedimientos que indica el artículo 3º de
dicho cuerpo legal, lo que ocurrió en la especie, y tanto es así que la ley le otorga
mérito ejecutivo a la copia de la factura cumpliéndose los requisitos del artículo
5º y uno de ellos es precisamente la situación en que habiéndose, puesto en
conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial, no alega en
el mismo acto o dentro de tercero día la falsificación material de la factura o guía
o guías de despacho respectiva o del recibo a que se refiere el literal precedente
(letra c) del artículo 5º) y es precisamente lo que ocurrió, ya que a fojas 3 consta
que se inició gestión de notificación de la obligación de pago de la factura
pertinente y notificado personalmente el 21 de septiembre de 2004, nada dijo en

303
el plazo legal, que es precisamente lo que expuso el juez de primera instancia
en el motivo décimo de la sentencia en alzada.

En atención a todo lo expresado precedentemente y fundamentos de la


sentencia procede confirmar la sentencia en cuanto al rechazo de la excepción
del Nº 4 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

Noveno: Que las razones expuestas por el juez de primer grado en los
fundamentos duodécimo, decimotercero y decimocuarto de la sentencia
apelada, permiten desestimar, como lo hizo, las excepciones de pago y pago
parcial de la deuda.

Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 3º, 4º, 5º de la Ley


Nº 19.983, que regula la transferencia y otorga mérito ejecutivo a copia de la
factura, y artículo 471 del Código de Procedimiento Civil, se CONFIRMA, en lo
apelado, la sentencia de veintiséis de septiembre del año dos mil seis, escrita de
fojas 81 a fojas 88, con costas del recurso.

Regístrese, devuélvanse con sus agregados.

Redacción del Ministro don Darío Ildemaro Carretta Navea.

Rol Nº 7-2007.

304
CAPÍTULO XII TÍTULO EJECUTIVO CONTRA HEREDEROS

1. JUICIO EJECUTIVO NOTIFICADO A DIFUNTO PUEDE SER SEGUIDO


CONTRA HEREDEROS

SUMARIO: Hay que consignar que el artículo 1377 distingue dos situaciones
diversas: una, relativa al caso en que se quiera entablar la ejecución, y la otra,
referida al caso en que lo señalado ya se hizo y se desee llevar adelante la
ejecución. En ambos casos se produce ipso jure la interrupción procesal por
motivo del fallecimiento. Lo expresado resulta evidente, ya que, de otro modo,
se llegaría al absurdo de dejar a los herederos, con los cuales debe seguirse
el pleito, en mejor situación que la de la persona a la cual suceden. Al no estar
establecido que P haya carecido de un real emplazamiento, queda
demostrado que la incidencia relacionada con la nulidad del embargo
realizado se ha interpuesto en forma abiertamente extemporánea, dado lo
actuado de ahí en adelante en la causa, hasta su fallecimiento.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 4016-2005

Fecha: 20/09/2006

Cita online: CL/JUR/3107/2006

Partes: Banco de Chile contra Juan Sebastián Penrroz Berrocal

Magistrados: Silva Gundelach, Guillermo Enrique; Villa Sanhueza, Juan


Clodomiro

Redactor: Silva Gundelach, Guillermo Enrique

Voces: derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo - notificación

Legislación relacionada: Artículo 54 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 1377 - Código Civil

TEXTO COMPLETO

Concepción, 20 de septiembre de 2006.

305
Visto y teniendo presente:

En cuanto a la apelación deducida a fs. 46 (fs. 97) y concedida a fs. 47 (fs.


98):

Atendido el mérito de autos y lo dispuesto en el inciso final del artículo 90 del


Código de Procedimiento Civil, se declara:

Inadmisible la apelación referida.

En cuanto a las apelaciones interpuestas a fs. 150 y otorgadas a fs. 156:

Se eliminan los razonamientos 18º y 24º de la resolución en alzada; en el 2º,


se reemplaza "faltos" por "falsos"; en el 19º, se cambia "crece" por "carece"; se
la reproduce en lo demás y se tiene también presente:

Primero: Que la articulista basa su incidencia de nulidad de todo lo obrado en


el artículo 80 del Código de Procedimiento Civil, manifestando que al haberse
cambiado de domicilio el ejecutado, no llegaron a manos de éste las copias a las
que esa disposición alude, por lo que no tuvo conocimiento del juicio.

En la misma presentación, al plantear una incidencia subsidiaria, señala que


sólo fortuitamente tomó conocimiento de una publicación efectuada en el Diario
La Tribuna, de Los Ángeles, el 23 de agosto de 2005, relativa al juicio.

Posteriormente, en su apelación, manifiesta que de ese simple aviso no se


desprende, sin embargo, que haya tomado conocimiento de él;

Segundo: Que son hechos de la causa, que conviene dejar anotados para la
resolución del asunto, los que siguen:

a) Que el 22 de agosto de 2003, el Banco de Chile dedujo demanda ejecutiva


en contra de Juan Sebastián Penrroz Berrocal, cobrando diversos pagarés;

b) Que la notificación de la demanda y requerimiento se realizaron a Penrroz,


luego de cumplirse con las exigencias para ello, en conformidad a lo dispuesto
en los artículos 40 y 44 del Código de Procedimiento Civil, en el domicilio que
éste indicó en los pagarés, esto es O'Higgins Nº 418, Los Ángeles, en el mes de
septiembre de 2003;

c) Que en el mes de octubre de ese año se embargaron diversas especies al


ejecutado;

d) Que el demandado no opuso excepciones a la ejecución;

e) Que en el mes de julio de 2004 se solicitó la ampliación del embargo, a lo


que se accedió, embargándose una propiedad del ejecutado;

f) Que el 30 de noviembre de 2004 se presentó por el demandante el


certificado de avalúos de la propiedad, pidiendo se tuviera como tasación del

306
inmueble para el remate, a lo que se dio lugar por resolución de uno de diciembre
de ese año;

g) Que el 13 de mayo de 2005, el ejecutante indicó al tribunal que el


demandado había fallecido el 25 de diciembre de 2004, acompañando el
certificado de defunción correspondiente, y pidiendo se notificara a sus
herederos por avisos, por haber quedado suspendido el procedimiento;

h) Que el tribunal accedió a ello y ordenó hacer dicha notificación;

i) Que Penrroz Berrocal nunca compareció a los autos, y

j) Que el incidente de nulidad de todo lo obrado que se resuelve, se intentó el


09 de septiembre de 2005, por Claudia Luz Penrroz Bascur, hija del demandado;

Tercero: Que el inciso 2º del artículo 80, antes referido, señala que el derecho
indicado en el inciso 1º "no podrá reclamarse sino dentro de cinco días, contados
desde que aparezca o se acredite que el litigante tuvo conocimiento personal del
juicio".

El emplazamiento cuestionado, efectuado al demandado Juan Sebastián


Penrroz Berrocal, se realizó en el mes de septiembre de 2003; éste falleció el 25
de diciembre de 2004, y la incidencia la formula su hija Claudia Penrroz Bascur,
el 9 de septiembre de 2005;

Cuarto: Que la incidentista ha pretendido probar que a la época del


emplazamiento, el ejecutado tenía otro domicilio; pero no ha producido
probanzas tendientes a justificar que, realmente, las copias mencionadas en el
artículo 80 nunca llegaron a poder de su padre;

Quinto: Que, de otro lado, ella tampoco ha acreditado, como tenía el deber de
hacerlo, si su padre tuvo o no, entre la fecha de ese emplazamiento y la de su
muerte, conocimiento del juicio y, si aconteció esto último, cuándo;

Sexto: Que el artículo 1377 del Código Civil previene que "los títulos ejecutivos
contra el difunto lo serán igualmente contra los herederos; pero los acreedores
no podrán entablar o llevar adelante la ejecución, sino pasados ocho días
después de la notificación judicial de sus títulos".

A su vez, el artículo 5º del Código de Procedimiento Civil estatuye que: "Si


durante el juicio fallece alguna de las partes que obre por sí misma,
quedará suspendido por este hecho el procedimiento, y se pondrá su estado en
noticia de los herederos para que comparezcan a hacer uso de su derecho en
un plazo igual al de emplazamiento para contestar demandas, que conceden los
artículos 258 y 259";

Séptimo: Que, antes que todo, hay que consignar que el artículo 1377
distingue dos situaciones diversas: una, relativa al caso en que se quiera entablar
la ejecución, y la otra, referida al caso en que lo señalado ya se hizo y se desee

307
llevar adelante la ejecución. Esta última situación es la que está en estrecha
vinculación con lo preceptuado en el artículo 5º antes citado.

En ambos casos se produce "ipso jure" la interrupción procesal por motivo del
fallecimiento.

Consecuencialmente con lo afirmado, en lo concerniente al juicio ejecutivo, si


se produce el fallecimiento del ejecutado será suficiente entonces cumplir con
igual artículo de la ley; es decir, poner en conocimiento de los herederos el
estado de la ejecución sin necesidad de notificar también a éstos el título
ejecutivo, según lo prevenido en el artículo 1377 del Código Civil, ya que este
último trámite resultaría redundante.

Así lo sostiene la doctrina (Anabalón Sanderson, Tratado Práctico de


Derecho P rocesal Civil Chileno, Nº 1139) y lo ha resuelto la jurisprudencia
(Gaceta 1931, primer semestre, páginas 506 y 508).

Lo expresado resulta evidente, ya que, de otro modo, se llegaría al absurdo


de dejar a los herederos, con los cuales debe seguirse el pleito, en mejor
situación que la de la persona a la cual suceden;

Octavo: Que, por lo que se dice, y lo reseñado en las reflexiones cuarta y


quinta de este fallo, la incidencia de nulidad de todo lo obrado, formulada por la
articulista, no puede tener acogida;

Noveno: Que, por lo mismo, al no estar establecido que Penrroz Berrocal haya
carecido de un real emplazamiento, queda demostrado que la incidencia
relacionada con la nulidad del embargo, realizado el 26 de octubre de 2004, se
ha interpuesto en forma abiertamente extemporánea, dado lo actuado de ahí en
adelante en la causa, hasta su fallecimiento, que ocurrió, como ya se acotó, el
25 de diciembre de dicho año;

Décimo: Que el 13 de mayo de 2005, la parte ejecutante solicitó notificar a los


herederos del estado del juicio, en la forma dispuesta en el artículo 54 del Código
de Enjuiciamiento Civil, por desconocer la individualidad y residencia de los
herederos del ejecutado.

Pidió que los avisos se publicaran "en los diarios del lugar en que se sigue el
juicio", a lo que el tribunal dio lugar por resolución de 16 de ese mes y año;

Undécimo: Que la notificación por avisos procede respecto de personas cuya


individualidad o residencia sea difícil determinar, o que por su número dificulten
considerablemente la práctica de la diligencia de la notificación personal o por
cédula.

Esas personas pueden ser partes o terceros en el proceso.

El artículo 54 precedentemente mencionado, en su inciso 2º, dispone que:


"Para autorizar esta forma de notificación, y para determinar los diarios en que
haya de hacerse la publicación y el número de veces que deba repetirse, el cual

308
no podrá bajar de tres, procederá el tribunal con conocimiento de causa". El
inciso 3º agrega que cuando la notificación hecha por este medio sea la primera
de una gestión judicial, será necesario, además, para su validez, que se inserte
el aviso en el Diario Oficial;

Duodécimo: Que de lo estatuido en el artículo 54 queda en evidencia que, para


que se pueda ordenar la manera de notificación en comento, es necesario que
el tribunal proceda con conocimiento de causa al ordenarla, ya que de dicho
modo podrá, además de autorizarla, determinar los diarios en que debe hacerse
la publicación, y determinar el número de veces que debe repetirse.

Sin embargo, en la especie, procedió sin ese conocimiento de causa y, en la


resolución que la autorizó —no habiéndose dado cumplimiento a ese requisito
esencial—, se limitó a ello, o sea a autorizarla, sin añadir nada más;

Decimotercero: Que, en consecuencia, lo obrado en los autos a partir de la


resolución de 16 de mayo de 2005, escrita a fs. 21, en la parte que resuelve lo
principal de la presentación de fs. 20, es nulo, carente de validez, en lo referente
al eventual emplazamiento de los herederos de Penrroz, para comparecer al
pleito, por lo que debe acogerse la nulidad solicitada en el segundo otrosí de fs.
27 (fs. 78);

Decimocuarto: Que, a juicio de los sentenciadores, la incidentista tuvo motivo


plausible para interponer las incidencias contenidas en lo principal y primer otrosí
de su presentación de fs. 27 (fs. 78), por lo que no cabe su condena en costas;

Por estas reflexiones, se declara:

Que se revoca la resolución de 31 de enero de este año, que se lee a fs. 144
de estos antecedentes, en la parte que impone las costas de los incidentes
deducidos en lo principal y primer otrosí de fs. 27 (fs. 78), a la articulista, y en su
lugar se decide que no se le aplica esa carga procesal en ellos.

Se confirma tal resolución, en cuanto desestima esos incidentes, y

Que se revoca la resolución en comento, en la parte que no hace lugar a la


incidencia promovida en el segundo otrosí de fs. 27 (fs. 78), y en su lugar se
determina que ella queda, en lo que se dice, acogida, sin costas, retrotrayéndose
los autos al estado de que el juez proceda a resolver la petición de la parte
ejecutante, contenida en lo principal de fs. 20, con conocimiento de causa, en lo
que respecta a posibles otros herederos del ejecutado fallecido.

De lo obrado en el juicio, se tendrá a la articulista por notificada, a partir de la


notificación que se haga, por el estado diario, del cúmplase de esta resolución,
acorde con lo previsto en el artículo 55 del Código de Enjuiciamiento Civil.

Devuélvase, con sus agregados.

Redactó el Ministro don Guillermo Silva Gundelach.

309
No firma el Ministro señor Villa, quien concurrió a la vista y al acuerdo, por
estar ausente.

Rol Nº 4.016-2005 (acumulado 874-2006).

2. TÍTULO EJECUTIVO CONTRA HEREDERO RESPECTO DE UN BIEN


HIPOTECADO A FAVOR DE UN BANCO

SUMARIO: En la especie, se dio estricto cumplimiento al artículo 1377 del


Código Civil, por lo que el título en cuestión tiene fuerza ejecutiva contra los
herederos del causante, respeto del bien hipotecado a favor del banco
demandante, ya que el demandado fue notificado de la demanda ejecutiva, en
su carácter de continuador legal del causante, por lo que dicha excepción fue
desechada. No procede, a su vez, la excepción de prescripción interpuesta,
en virtud de que la hipoteca es un derecho real accesorio y en estos autos la
obligación principal no se encuentre prescrita, por lo que el derecho real que
accede a ella tampoco lo estará prescrita.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Primera Sala (Civil)

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 3352-2004

Fecha: 20/09/2005

Cita online: CL/JUR/1038/2005

Partes: Citibank N A contra Domingo Yutronic Zuanic

Magistrados: Tapia Witting, Enrique; Rodríguez Ariztía, Jorge; Kokisch


Mourgues, Domingo

Abogado integrante: Daniel Argandoña, Manuel; Abeliuk Manasevich, René

Voces: acción ejecutiva - acción judicial - derecho civil - derecho procesal -


juicio ejecutivo - título ejecutivo

Legislación relacionada : Artículo 1377 - Código Civil; Artículo 464 - Código


de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 20 de septiembre de 2005.

Vistos:

310
1º. Que en este juicio ejecutivo, la parte demandada recurre de casación en el
fondo en contra de la sentencia pronunciada por la Corte de Apelaciones de
Punta Arenas, que confirma la de primer grado, donde se rechazan las
excepciones de los números 7 y 17 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil.

Sostiene que se han infringido las disposiciones legales que indica, puesto
que de lo contrario se habrían acogido las excepciones opuestas.

2º. Que el primer capítulo de casación en el fondo, referido a la falta de


requisitos para que el título tenga fuerza ejecutiva, fundado en que no se dio
cumplimiento al artículo 1377 del Código Civil, respecto del tercer poseedor del
inmueble hipotecado, los sentenciadores al rechazar la referida excepción, han
hecho una correcta aplicación de las normas atinentes al caso de que se trata,
puesto que el demandado fue notificado de la demanda ejecutiva, en su carácter
de continuador legal del causante, que fue quien constituyó la hipoteca a favor
del Banco ejecutante, mas no en su carácter de deudor principal.

Lo mismo sucede en cuanto al segundo capítulo de casación, en el que los


jueces del fondo han rechazado la excepción de prescripción deducida,
señalando que la hipoteca es un derecho real accesorio, y en tanto la obligación
principal no se encuentre prescrita, el derecho real que accede a ella tampoco lo
estarán; por ello el recurso de casación en estudio adolece de manifiesta falta de
fundamento.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en el


artículo 782 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación
en el fondo deducido en lo principal de fojas 388, en contra de la sentencia de
cinco de julio de dos mil cuatro, escrita a fojas 384.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres.
Enrique Tapia W., Jorge Rodríguez A. y Domingo Kokisch M. y Abogados
Integrantes Sres. Manuel Daniel A. y René Abeliuk M.

Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.

Rol Nº 3.352-2004.

3. NO PROCEDE NOTIFICACIÓN DE PROTESTO DE LETRA PAGARÉ O


CHEQUE A HEREDEROS DEL DIFUNTO. LÍMITE A ARTÍCULO 1377 DEL
CÓDIGO CIVIL

SUMARIO: El artículo 1377 del Código Civil se limita a establecer que los títulos
ejecutivos contra el difunto lo serán igualmente contra los herederos, pero
nada dice respecto de la notificación de los protestos de letra, pagaré o cheque
en caso de fallecimiento del deudor, por lo que puede concluirse que, la ley,

311
al no considerar esta última posibilidad, es porque precisamente entiende que
no es procedente notificar el protesto de los referidos documentos a los
herederos del causante librador o endosante, pues sólo éste pudo tachar de
falsa la firma puesta en ellos.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 183-2001

Fecha: 30/01/2006

Cita online: CL/JUR/4404/2006

Partes: Importadora Santa Elena Ltda. contra Andrés Avelino Ovalle Suárez

Magistrados: Provoste Bachmann, Humberto; Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Redactor: Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Abogado integrante: Pozo Silva, Nelson

Voces: derecho civil - derecho procesal - juicio ejecutivo - obligación de dar

Legislación relacionada: Artículo 434 - Código de Procedimiento Civil;


Artículo 768 - Código de Procedimiento Civil; Artículo 1377 - Código Civil

TEXTO COMPLETO

Santiago, 30 de enero de 2006.

Vistos:

En estos autos Rol ejecutivos 3692-97 del 9º Juzgado Civil de Santiago,


caratulados Importadora Santa Elena Limitada con Ovalle Suárez, Andrés
Avelino, por sentencia de veinticinco de octubre de dos mil, escrita de fojas 120
a 144, el juez titular de dicho tribunal rechazó la ejecución en contra de
determinados herederos del deudor.

El ejecutante impugnó esta resolución mediante la interposición de los


recursos de casación en la forma y apelación.

Se trajeron los autos en relación y, advirtiendo la existencia de un posible vicio


de casación en la forma, no se invitó a los abogados de las partes a alegar sobre
el particular por no haber éstos concurrido a estrados.

Considerando:

312
Primero: Que deben tenerse presente las siguientes circunstancias y
antecedentes que constan en el proceso:

a) la Importadora Santa Elena Limitada dedujo demanda ejecutiva en contra


de ciertos herederos de don Andrés Ovalle Suárez, a saber, doña Elena Castro
Moreno, doña Julia Baeza Vilches, doña Janina Verónica Ovalle Castro y las
menores Sylvana Angélica y Claudia Andrea, ambas de apellidos Ovalle Baeza.

Se solicitó que se despachara mandamiento de ejecución y embargo por un


total de $ 24.288.446, cantidad de dinero que constaría de dieciséis letras de
cambio aceptadas por el causante de los demandados, el referido señor Andrés
Ovalle Suárez;

b) como gestión preparatoria se pidió notificar a todos los herederos del


causante el protesto de las letras de cambio aludidas, lo que finalmente se hizo
sólo respecto de los mencionados en la letra anterior.

c) sólo opusieron excepciones las señoras Elena Castro Moreno y Janina


Verónica Ovalle Castro.

Dichas excepciones fueron las de los números 7º y 17º del artículo 464 del
Código de Procedimiento Civil.

d) el tribunal, dictando sentencia definitiva, acogió la excepción de prescripción


respecto de tres letras de cambio y ordenó seguir la ejecución en contra de doña
Elena Castro Caro y Julia Baeza Vilches, por $ 3.328.164 y $ 6.072.112,
respectivamente, rechazando la ejecución respecto del resto de los herederos
por no haberse demostrado en el proceso que hayan aceptado la herencia.

Segundo: Que las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las


de segunda que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros
tribunales, de acuerdo con el artículo 170 Nº 4º del Código de Procedimiento
Civil, en relación con los números 5º y 6º del Auto Acordado de la Excma. Corte
Suprema de 30 de septiembre de 1920, deben contener las consideraciones de
hecho o de derecho que les sirven de fundamento, exigencia que, como se ha
dicho por aquel alto tribunal, tiende a obtener la legalidad de dicha resolución y
a fijar los antecedentes en que se la fundamentó, con el fin de dejar a las partes
en situación de promover los recursos que resultaren ser conducentes.

Tercero: Que, en la especie, el fallo recurrido no cumple con este requisito


toda vez que el tribunal a quo, al analizar las excepciones opuestas y admitir
implícitamente con ello la ejecución, no expresa razón alguna que diga relación
con el hecho que pueda hacerse a los herederos la notificación de un protesto
de letras de cambio aceptadas por su causante.

Cuarto: Que, en efecto, el inciso primero del Nº 4º del artículo 434 del Código
de Procedimiento Civil expresa que es título ejecutivo el instrumento privado,
reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido, agregando que, sin
embargo, no será necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una
letra de cambio o suscriptor de un pagaré que no hayan puesto tacha de falsedad

313
a su firma al tiempo de protestarse el documento por falta de pago siempre que
el protesto haya sido personal, ni respecto de cualquiera de los obligados al pago
de una letra de cambio, pagaré o cheque, cuando, puesto el protesto en su
conocimiento por notificación judicial, no alegue tampoco en mismo acto o dentro
de tercero día tacha de falsedad.

Quinto: Que la expresión obligados al pago que emplea la norma transcrita en


el motivo anterior está referida, en concepto de esta Corte, únicamente a
aquellos que señalan los artículos 47, 79 y 106 de la Ley Nº 18.092 y 11 inciso
3º del D.F.L. Nº 707 (Justicia) de 1982, o sea el librador, aceptante, endosante o
avalista de una letra de cambio, el suscriptor, endosante o avalista de un pagaré
o el librador o endosante de un cheque y no a los herederos de éstos, por cuanto
el reconocimiento de que trata la norma es un acto personal del deudor y ello
elimina la posibilidad que se cite a los herederos del causante a reconocer la
firma puesta por éste.

Así lo sostiene, por lo demás, el profesor Mario Casarino Viterbo en su obra


Manual de Derecho Procesal, Editorial Jurídica, 1995, Tomo IV, página 99.

Sexto: Que de otro lado, el artículo 1377 del Código Civil se limita a establecer
que los títulos ejecutivos contra el difunto lo serán igualmente contra los
herederos, agregando que los acreedores no podrán entablar o llevar adelante
la ejecución sino pasados ocho días después de la notificación judicial de sus
títulos, pero nada dice respecto de la notificación de los protestos de letra, pagaré
o cheque en caso de fallecimiento del deudor, por lo que puede concluirse que
la ley, al no considerar esta última posibilidad, es porque precisamente entiende
que no es procedente notificar el protesto de los referidos documentos a los
herederos del causante librador o endosante, pues sólo éste pudo tachar de falsa
la firma puesta en ellos.

Séptimo: Que la omisión anotada, esto es el no contener reflexión alguna


sobre la imposibilidad de notificar el protesto de una letra a los herederos de
aquel que la aceptó, vulnerándose así las disposiciones señaladas en el motivo
segundo de este fallo, constituye el vicio de casación formal establecido en el
artículo 768 Nº 5º del Código de Procedimiento Civil y, en virtud de lo dispuesto
en el artículo 775 del mismo texto legal, se anulará de oficio la sentencia
recurrida.

Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 766 y 768 del Código de


Procedimiento Civil, actuando de oficio esta Corte, se invalida la sentencia de
veinticinco de octubre de dos mil, escrita de fojas 120 a 144, la que se reemplaza
por la que se dicta, separadamente, a continuación.

Atendido lo resuelto, no se emite pronunciamiento sobre el recurso de


casación en la forma deducido por el ejecutante en lo principal de su
presentación de fojas 146.

Redacción del Ministro señor Mera.

Regístrese y devuélvase.

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Dictada por la Primera Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por el Ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada por el
Ministro Suplente don Humberto Provoste Bachmann y el Abogado Integrante
señor Nelson Pozo Silva. Santiago, treinta de enero de dos mil seis.

Rol Nº 183-2001.

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