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Ramón

Domínguez
Águila

LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA
DOCTRINA
Y JURISPRUDENCIA

as
EDITORIAL

JURÍDICA
DE CHILE
z Águila es profe-
rerecho Civil en la Uni-
'oncepción, donde también
.estudios de Derecho y recibió
;mio Universidad" al mejor alum
no de su promoción. Es profesor de la

misma asignatura en la Universidad del


Desarrollo en Concepción y doctor en
Derecho por la Universidad de Toulouse,
en Francia, donde recibió la máxima

distinción para su tesis sobre la "Rela


ción de causalidad en la responsabilidad
civil". Participó en ciclos sobre ense

ñanza investigación jurídica en las


e

Universidades de Stanford y Harvard;


ha sido adéltiás profesor visitante en
reiteradas oportunidades en las Univer
sidades de Miami (EE.UU.), París II y
París XII (Francia). Ha trabajado como
asesor docente en Colombia y es autor
de numerosos artículos, en revistas jurí
dicas chilenas y extrafifferis. Es autor
de una Teoría general del negocio jurí
dico, traductor de la obra El Derecho
delprofesor francés Philippe Jestaz
(1996) y coautor con su padre de
Derecho Sucesorio en tres volúmenes
(2a edición 1998), todas ellas publicadas
por Editorial Jurídica de Chile. Ex Abo
gado Integrante de la Corte de Apela
ciones de Concepción, actualmente

ejerce profesión de abogado en el


su

estudio de su padre. Es requerido fre


cuentemente para informes jurídicos.
en el país y en el extranjero, habiendo
participado en ese carácter en asuntos
profesionales ante tribunales norteame
ricanos. Es también corresponsal de la
Revue Trimestrielle de Droit Civil y de
ion Henri Capitant de Paris.
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t
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
Doctrina y Jurisprudencia
Ninguna parte de esta
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© RAMÓN DOMÍNGUEZ ÁGUILA

© EDITORIAL JURÍDICA DE CHILE


Carmen 8, 4Q piso, Santiago
Registro de Propiedad Intelectual
Inscripción NQ 140.136, año 2004
Santiago Chile
-

Se terminó de imprimir esta primera edición


de 800 ejemplares en el mes de junio de 2004

IMPRESORES: Trama Color Impresores S. A.

IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

ISBN 956-10-1552-8
RAMÓN DOMÍNGUEZ ÁGUILA

EJEMPLAR DE MUESTRA
fi+ft GENTILEZA
w-^>wEDiIOí!llLJB«OitttECIIíL£

LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA
DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Con la colaboración de Francisco Escalona Riveros


Profesor Ayudante de Derecho Civil

CORTE SUPREMA

10467
¿L ^
BIBLIOTECA

EDITORIAL

jurídica
DE CHILE
PROLOGO

La presente obra es el resultado de un


trabajo en colaboración.

Requerido quien suscribe este


prólogo por el entonces egresado
de derecho don Francisco Escalona Riveros para que dirigiera su
memoria de licenciatura en la Facultad de Derecho de la Universi
dad de Concepción, le señalé que estaba interesado en revisar una
institución sobre la que se ha escrito antes entre nosotros,
pero que
presenta permanentemente cuestiones nuevas, a la luz de la juris
laprescripción extintiva. Mi interésparticular estaba
prudencia:
a la de los últimos veinte o treinta años.
dirigido jurisprudencia
Antes, dos magníficas memorias escritas en
aquella facultad de de
recho por don Héctor Méndez Eyssautier, sobre Reglas Comunes a
Toda Prescripción, y don Luis Eguidio Contreras Aburto, De la Pres

cripción Extintiva Civil, en un tiempo en que el director del Semi


nario de Derecho Privado era, quien más tarde sería su Rector, don
David Stitchkin, constituían referencia suficiente.
La tarea encomendada al señor Escalona fue la de reunir toda
la jurisprudencia publicada en esos últimos años, clasificarla y ha
cer un estudio de la prescripción extintiva civil en torno a ella. Lo

hizo y con especial mérito, mereciendo su trabajo la distinción de


la Fundación Fernando Fueyo Laneri. A partir de esa base, podía
entonces escribirse una obra de mayor aliento.
Más tarde, la Facultad de Derecho de la Universidad del Desa
rrollo nos distinguió con su apoyo económico en su concurso de
el estudio
proyectos de investigación, lo que permitió completar
de la jurisprudencia hasta el momento de redacción de la presen
te obra, reunir además las fuentes doctrinarias y encontrar el tiem
universitaria chilena, al menos
po para escribirla. En la realidad
en nuestra disciplina,
no
hay modo de dedicarse sólo a la ense
ñanza y la investigación, de forma que el tiempo debe encontrar-

7
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

restándolo al y al que otros des


se
agobiante ejercicio profesional
tinan al descanso. Y mucho más fácil sería escribir -como por lo
de más se hace frecuentemente- sin un
previo trabajo de búsque
da de fuentes doctrinarias, que en las disminuidas bibliotecas uni
versitarias nacionales no es fácil. Pero siempre hemos pensado que
lo serio es recurrir las que puedan accederse y luego ci
a todas a

tarlas, permitiendo que quien lo desee pueda controlar lo que se


afirma. No se trata entonces de escribir al calor del autor, como es
tan común la
bibliografía jurídica nacional, porque no se trata
en

de hacer obra de literatura, sino obra de investigación, lo que im

plica dar razones y apoyarlas en la doctrina yjurisprudencia.


Tratándose de la prescripción extintiva, la jurisprudencia es co

piosa. Probablemente no exista en el derecho privado otra institu


ción que haya dado lugar a tantas decisiones, y todavía en los más
diversos sentidos, hasta el punto de llegar a dudarse si en ella es po
sible en verdad hablar de "doctrina jurisprudenciar, ,al menos en
Chile. En una sentencia extranjera, escrita con el particular estilo de
los jueces del Common Law, se dice que "sería una tarea laboriosa y
sin provecho el examinar todos los casos que han sido resueltos a

propósito de la prescripción".1 A pesar de esa advertencia, hemos tra


tado de hacerlo; pero no para un simple comentario jurispruden
cial, sentencia a sentencia, sino para comparar las soluciones de los
fallos la doctrina de los autores y las alternativas que ofrece el
con

derecho comparado, en la medida posible en esta materia. En cuanto


a las sentencias, hemosquerido seguir las advertencias que el gran
civilista español Manuel Albaladejo, da en el prólogo de su Derecho
Civil: las hemos leído personalmente y proceden de nuestra
búsque
da, "y no, como a veces ocurre, de los libros de los demás".2 Cuando
nos ha
parecido necesario, hemos recurrido a la reproducción de
los términos de las sentencias usadas. Y en cuanto a la doctrina, he
mos tenido en cuenta toda ha sido posible reunir,
aquella que nos
acudiendo para ello, en lo que respecta a la extranjera, la
a
pacien
cia y buena voluntad de algunos profesores y
amigos.

1
Fríes v. Boisselet, Pa. 1822.9 Serg. & R. 128, 130
J
(Tilghman, ( j.).
M. ALBAIADEJO, Derecho Civil, t. Io, Introducción
y Parte General, prólo
go, vol. 1, 14a edic, Barcelona, 1996. Dice el autor que "las sentencias no sólo es
tán estudiadas todas por mí antes, sino
que para evitar errores, después de haberlas
recogido, he vuelto a confrontar si, en efecto, el fallo existe y dice lo que digo
que dice". Aquí, por nuestra parte, hemos tratado de seguir ese ejemplo, aunque
habrá, aun así, errores imposibles de evitar.

8
PROLOGO

Enaquellos casos en que nos ha parecido bien tomar algún par


tido entre las opiniones que se defienden sobre cuestiones discuti
bles, la responsabilidad es de quien suscribe este prólogo, de modo
que los errores no pueden imputarse a don Francisco Escalona.
Si el resultado presta utilidad a los colegas que tengan la bon
dad de usar esta obra, desearíamos contar con sus opiniones y co
mentarios, porque en ésta, como otras materias, nada es definitivo,
sino sólo un proyecto, y con ellos, si el tiempo y Dios así lo quie
ren, podríamos volver a escribirla. Hubiésemos querido extender
el estudio a otros ámbitos, el tributario; pero en verdad la
como

prescripción en ese ámbito merece un estudio particular, por las


numerosas cuestiones que suscita.
Los agradecimientos deben ser dados a la Universidad del De
sarrollo. En el absurdo sistema universitario que se ha creado en
Chile, proliferan las así llamadas "Facultades" y "Escuelas de Dere
cho". Las más de ellas no alcanzan otro carácter que el de meros
cursos
repetitivos de lo que se viene haciendo en el
país desde hace
más de medio siglo, sin bibliotecas, sin ningún asomo de carrera
docente. Algunas, sin embargo, son el producto de un proyecto se
rio que en verdad significan un aporte al país. La Universidad del
Desarrollo de ellas. Con constancia y seriedad, ha ido for
es una

mando su identidad. Un ejemplo es el financiamiento que otorga


a
proyectos de investigación. Como ya dijimos, gracias a él pudi
mos concluir trabajo. La calidad del resultado
este es, sin embar

go, responsabilidad exclusiva de los autores.

Concepción, junio 2003

Ramón Domínguez Águila

Profesor Titular de Derecho Civil


Universidad de Concepción
Profesor de Derecho Civil
Universidad del Desarrollo

9
INTRODUCCIÓN

La prescripción institución que no ha merecido siempre el


es una

mayor interés de nuestra doctrina. Como dice un autorizado juris


ta, "a pesar de su omnipotencia, el derecho de la prescripción es a
menudo tenido como menor
y relegado al final de los manuales o

de los estudios, allí donde ya se hace sentir la fatiga tanto del au


tor como la del lector'.1 Y ello a
pesar de que se
llegó a sostener
por Bigot de Préameneu, al presentar al Cuerpo Legislativo fran
cés el Título sobre la prescripción del Código Napoleón, que "de
todas las instituciones del derecho civil, la prescripción es la más
necesaria al orden social",2 y de que otro insigne jurista afirmó: "qui
tad la prescripción y la sociedad no será más que el caos, o un es
tado de guerra permanente".3 Savigny, refiriéndose a ella, decía que
"la prescripción de las acciones es una de las instituciones más im

portantes y más saludables".4 Esta curiosa oposición entre el esca


so interés
que despierta entre los autores y su evidente utilidad
práctica y social, puede tener numerosas explicaciones. Tal vez la
más evidente radique en la circunstancia que ella presenta un di
lema no fácil de resolver: por una parte, la necesidad de aplicarla

y, por otra, una cierta repugnancia a favorecer al deudor que se


niega, en su virtud, a cumplir una prestación a la que estaba obli
gado. De este modo, no resulta un tema atractivo para quienes ven

1
A. BENAVENT, "Le chaos du droit de la prescription extintive", en

Mélauges Boyer, págs. 123 y sgts.


2
FENET, XV, pág. 573.
t.
s
F. GARCÍA GOYENA, Concordancias, Motivos y Comentarios del Código Civil Es
pañol, t. 4, nota al art. 1933, Madrid, 1852.
4
M. F. C de SAVIGNY, Sistema del Derecho Romano Actual, t. 4, pág. 180, 2a edic.
española, Madrid, s.f.

11
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

en el derecho la manera de hacer justicia, o de servir intereses su

puestamente superiores.
Pero además la lectura de los textos que la consagran parece
sugerir que ella no presenta grandes problemas y que más bien se
trata de hacer una matemática de plazos y lejana a aná
aplicación
lisis jurídicos.5 Sin embargo, un
ligero análisis de la jurisprudencia
demuestra que pocas instituciones civiles presentan en la práctica
mayoresdificultades, justamente porque en ella confluyen aquellos
dos intereses contrapuestos ya aludidos: el del acreedor amparado
frente a la opinión común en la existencia del pre\io vínculo obli
su deber de
gatorio y el del deudor que pretende eludir prestación
asilándose en el tiempo y en la falta de acción de aquél. De este
modo, frente a textos
aparentemente claros, los litigantes presen
tan a la decisión de los jueces
argumentaciones que pretenden ex
tender los plazos, hacer variar el inicio de su cómputo, extremar
los requisitos formales de la alegación y los jueces parecen, frecuen
temente, sentir la necesidad de favorecer al acreedor, a
pesar de la
común creencia que las normas sobre obligaciones han de inter
pretarse bajo el principio favor debitoris.
Por otra parte, la circunstancia de existir dos instituciones tan
diversas como la prescripción adquisitiva y la extintiva, y sin em

bargo con un
legislativo que busca asimilarlas bajo pre
tratamiento
texto de existir ciertas
reglas o principios comunes, no contribuye
al atractivo de la prescripción como tema de análisis. Y menos aún
si, además, existe una dispersión de normas sobre la prescripción
extintiva a todo lo largo de la legislación, con
plazos y aun reglas
especiales tan diversas que hacen difícil, si no imposible, su exa
men
completo y organizado, pues más bien lo que existe, según
una adecuada
expresión usada por un autorizado maestro, es un
"caos"6 en la prescripción extintiva.
Agregúese, por último, que, como lo hacía ver Savigny, estamos
en
presencia de una institución enteramente positiva7 y que, por
lo mismo, está sujeta a
permanentes cambios y normas especiales,
según parezca conveniente al legislador, lo
que aleja de su estudio
a
quienes repugnan de instituciones que no tengan un fundamen
to
ideológico o de principios, según prefiera llamársele.

5
A. BENAYENT, artículo citado, pág. 124.
u
Es el título del artículo de A. BENAYENT citado
anteriormente
7
SAVIGNY, ob. cit., t. 4, pág. 177.

12
INTRODUCCIÓN

Nuestro propósito ha sido el de realizar, a pesar de todo, un exa


men lo más completo posible del estado actual de la prescripción
extintiva el derecho nacional, con
en
apoyo del derecho compara
do en cuanto nos ha sido accesible
y se adapta a las reglas naciona
les; pero en especial con un acabado examen de la jurisprudencia.
Como observaremos, ésta es abundante en muchas cuestiones has
y
ta desconcertante
y aun contradictoria, lo que implica un mayor de
safío doctrinario porque obliga a
adoptar posiciones, lo que no
siempre hace nuestra doctrina civil, que prefiere, las más de las ve
ces, acoger sin mayores críticas lo que resuelven los tribunales. Y cabe
advertir que aquí el recurso al derecho
comparado no es
siempre
útil, pues las particularidades de cada derechomuchas
explican ve

ces las controversias las soluciones


y, por ende, adoptadas que se adap
tan mal al actual régimen chileno. Un buen
ejemplo es el caso del
derecho francés, donde la subsistencia de un
régimen general de
prescripción de treinta años, frente a prescripciones especiales de
diez años y aun de plazos inferiores, ha determinado
complejas doc
trinas para conciliar la subsistencia de acciones ordinarias allí don
de han prescrito otras particulares, lo que determina que las
soluciones aceptadas en ese
país tengan como fundamentos bases
que no se dan entre nosotros. Si esta permanente dificultad en el
uso del derecho comparado debe tenerse en cuenta en toda mate

ria, lo que lamentablemente no siempre es usual en los autores, aquí


ella es, como decimos, de mayor entidad.
Los históricos no son aquí de gran utilidad, aun
precedentes
que parece evidente que la mayor parte de las reglas de nuestro
Código tienen su fuente en el Código francés, pero siendo la re
glamentación en el nuestro más clara y simple que la de su mode
lo. Porsu
parte, las normas francesas provienen, en gran medida,
del derecho romano, del que el antiguo derecho francés había to
mado casi todas sus disposiciones;8 sin embargo, el derecho canó
nico y soluciones que se impusieron en
introdujo algunas reglas
Francia, pero que no pasaron a nuestro derecho. En efecto, en este
ámbito, como en otros, la tendencia de aquél fue de introducir la
moral y la equidad en la concepción de las instituciones, y aquí la
idea misma de que las obligaciones pudieran extinguirse por el paso

8
Sobre ello, G. BAUDRY-LACANTINERIE y A. TISSIER, "De la prescription"
en Traite Théorique et Pratique de Droit Civil, t. 28, 3a edic, N° 2, en adelante citado
como Baudry-Lacantinerie y Tissier.

13
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

del tiempo ante la inactividad del acreedor, chocaba abiertamente


con los
principios del respeto a la palabra dada, de lo que surgió
una evidente
repugnancia a la prescripción extintiva, que sólo se
admitió como una presunción de pago y no como una necesidad
del orden público y la seguridad social. De allí que en el derecho
canónico surgiera por ejemplo el principio contra non valentem agere
non currit
praescriptio,9 que aún provoca controversias en la práctica
jurídica en Francia (vid. N°67), para favorecer justamente al im
pedido por cualquiera de hacer valer la acción interruptiva, y que
nuestro Código no acogió. De allí también los privilegios acorda

dos a la Iglesia, corporaciones y comunidades religiosas, así como


a lo
que hoy conocemos como el Estado, para beneficiarlos con pla
zos tan
largos que de hecho equivalían a la imprescriptibilidad, los
que expresamente quedaron abandonados en la codificación
(art. 2497, sobre el cual, vid. Nos 21 y 22). También el derecho ca

nónico quiso exigir la noción de buena fe en el deudor para la pres


cripción de treinta años y más bien para toda prescripción; pero
ello no prevaleció en la posterior codificación francesa.10 Summer-
Maine achaca al derecho canónico la
repugnancia que se encuen
tra en la historia del derecho civil a la
aplicación de la institución
en examen.11
En nuestros tiempos, nadie está por
repudiar la existencia de
la prescripción; pero subsiste, como dijimos, en la conciencia de
muchos, la idea de no estar plenamente conforme con la equidad
y de allí la dificultad en la creación de la regla jurisprudencial.
Por otra parte, deberá tenerse en cuenta
que luego de la dic
tación del Código Civil, se ha
producido lo que para el derecho
francés un eminente doctrinador ha calificado de
"trabajo de des
integración"12 y que otro, como
ya lo hemos recordado, denomina
"caos", fenómeno común en todos los países v que consiste en mul
tiplicar las leyes sobre prescripción, de forma que la dictación de
un nuevo
cuerpo legal implica, generalmente, la inclusión de nue
vos
plazos de prescripción extintiva v a veces de nuevas normas so-

Sobre el, J. CARBONNIER, "La


regle contra non valentem agere", en Rev.
Cnt. de Lég. et 1937,
"'
Jurisp., págs. 135 v
sgts., vid. N° 67.
BAUDRY-LACANTINERIE v TISSIER, ob. cit., N° 19.
11
H.
JAMES SI MMER-MAINE, Ancient Law, traducción francesa de Courcelle-
Seneuil, pág. 2(>K.
12
J. CARBONNIER, "Notes sur la prescription extinlive", en Rev Trim de
Dr. Civ., 1952,
pág. ISO.

14
INTRODUCCIÓN

bre interrupción o Un autor recuerda que en Alema


suspensión.
nia, estudiando unareforma del derecho de las
obligaciones, se
encontraron no menos de ciento treinta
disposiciones sobre pres
cripción en
leyes diversas y lo mismo se ha dicho del
otras tantas
derecho en Italia.13 Si pudiésemos
repetir igual tarea en Chile, se
ría fácil advertir que para un
país menos desarrollado económica
mente, la conclusión no sería muy distinta, pues a las reglas del
Código Civil, que deberían ser las generales y aun con tendencia a
únicas, con fines de seguridad y simpleza, se añaden hoy en día las
del Código de Comercio, las de la
legislación laboral, en eterna
modificación, las tributarias, las del derecho administrativo en sus

múltiples leyes, decretos y reglamentos y las de toda la frondosa


legislación especial que día a día pretende regular la vida de las
personas como si nuevas leyes implicasen un paso más a la felici
dad. Claro está que esa abundancia de plazos de prescripción no
ayuda al examen de nuestro derecho y
verdad en nada justifica esa
variedad. Es verdad que si el tiempo actual, que se caracteriza por
formas de vida acelerada y por comunicaciones cada vez más
rápi
das y accesibles, exige por lo mismo plazos más breves de consoli
dación de las situaciones jurídicas, realidad que es reconocida desde
hace tiempo,14 ello no justifica destruir un sistema común de pres
cripción para instaurar una variedad de plazos inconexos, sin jus
tificación real, que sólo contribuye a crear nuevos ámbitos de
conflictos. Un ejemplo basta para anotar esa realidad: una vez que
se modificaron y acortaron los plazos de prescripción del Código

Civil por la LeyN° 16.952, nada justificaba mantener el plazo de


cuatro años del Código de Comercio (art. 822). ¿Por qué las obli

gaciones esenciales derivadas de una compraventa mercantil ha


brían de prescribir en cuatro años y las de una compraventa civil
en cinco? ¿Cuál es el fundamento de hacer prescribir las acciones

cambiarías derivadas de letras y pagarés en un año (art. 98

13
PAOLO VITUCCI, La Prescrizwne, t. 1, pág. 5, Milán, 1990.
14
SCIALOJA abogaba ya hacia 1090 por la abreviación de los plazos, en un

estudio titulado "Per l'abbreviazione della prescrizione" (1909) in


precisamente
cluido, en Studi Chmdici, t. 4, págs. 90 y sgts., Roma, 1933. La misma idea es repeti
da entre nosotros cuando se ha tratado de fundar las reducciones a los plazos del
Código Civil. .Así, para la Ley N° 6.162, R. DOMÍNGUEZ BEKWENTE, "Fundamen
tosy alcances de la Ley N° 6.162, que reduce los plazos de prescripción", en Rev.
de Der. Univ. de Concepción, N° 45 (1943), págs. 181 y sgts., y para la Ley N° 16.952,
H. TAPIA ARQUEROS, "La Ley N° 16.952, sobre reducción de los plazos de pres
en Rev. de Der. Univ. de Concepción, N° 159 (1973), págs. 320 y sgts.
cripción",

15
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V
JURISPRUDENCIA

Ley N° 18.092, sobre la cual vid. N° 90), plazo que sólo ha genera
do underroche de soluciones jurisprudenciales inciertas?
Tales son algunos de los factores
que han hecho poco atractiva
la prescripción como institución merecedora de atención doctri
naria, y sin embargo, basta examinar cualquier repertorio o revista
de jurisprudencia para concluir que existe cuestión que haga
no

surgir más controversias que ella y tal variedad de soluciones que


una sistematización es evidentemente necesaria.

16
ABREVIATURAS

An. de Der. Civ. Anuario de Derecho Civil.

Bol. de la Fac. de Der. y C. Soc. Boletín de la Facultad de Derecho y


Ciencias Sociales. Córdoba.

Bull. Civ. Bulletin des arréts de la Cour de Cas-


sation, Chambres Civiles.
C. Corte (Suprema, Apelaciones de...).
Cod. Civ. Código Civil.

D. Recueil Dalloz.

Gaz. Pal. Gazette du Palais.

J.C.P. Juris-Classeur Périodique.


Rev. Int. Droit Comp. Revue Internationale de Droit Comparé.
Riv. Dir. Civ. Rivista di Diritto Civile.

Riv. Trim. di Di. e Proc. Civ. Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura


Civile.

Rev. de Der. Priv. y Com. Revista de Derecho Privado y Comunitario.

Rev. de Der. Revista de Derecho y Jurisprudencia y


Gaceta de los Tribunales.

Rev. de Der. Priv. Revista de Derecho Privado.

Rev. de Der. U. de Concep. Revista de Derecho Universidad de Con

cepción.
Rev. Trim. Dr. Civ. Revue Trimestrielle de Droit Civil.

17
PRIMERA PARTE

DOCTRINA GENERAL
DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
CAPITULO I

CONCEPTO Y FUNDAMENTO

1. Prescripción adquisitiva y extintiva. Por el art. 2492, la prescrip


ción "es un modo de
adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las
acciones y derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no ha
berse ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de
tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales". Es la regla
primera del Título XLII del Libro IV, sobre "La Prescripción", últi
mo antes del artículo final del
Código Civil.
Conforme a lo que ha sido una tradición inaugurada por el

Código Napoleón (Tit. XXII Lib. III), aunque con precedentes en


el derecho postjustinianeo15 y el derecho canónico,16 se trata allí
en conjunto de la
prescripción adquisitiva y de la extintiva o libe
ratoria. Pero la prescripción adquisitiva o usucapión es un modo
de adquirir el dominio y otros derechos reales, salvo el de servi
dumbre que no sea continua y aparente (arts. 2512 N° 2 y 882), de
lo que resultan importantes diferencias de concepción y por lo mis
mo de estatuto legal con la prescripción extintiva, que, por otra
parte, la ley concibe como modo de extinguir las obligaciones
(art. 1567 N° 10).
Hay pues desde ya una diferencia de finalidades y de naturale
za
jurídica. Con la prescripción adquisitiva, quien la alega preten
de incorporar a su patrimonio un derecho que nace en él de modo

15
Como se recordará, la compilación justinianea trata de la praescriptio, para
referirse a lo que hoy prescripción adquisitiva de inmuebles, de la
denominamos
la recae en muebles, y además de la prescripción extintiva. El
usucapió, para que
derecho histórico posterior engloba a todas ellas en una regulación conjunta. Las
Partidas tratan en el título 29 de la Partida Tercera, tanto de las cosas
que se
pue
den ganar y perder por el tiempo.
16
Sobre ello, L. ALAS, D. DE BUEN y E. RAMOS, De la Prescripción Extintiva,
pág. 54. Madrid, 1918.

21
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

originario, pues, si bien ha existido un titular anterior, por la pres


cripción el derecho de éste se extingue, porque nace el derecho
en el
adquirente. Con la prescripción extintiva, el deudor busca
hacer desaparecer la acción del acreedor que permitiría compelerle
al deber de prestación.17 No hay con ella adquisición alguna, sino

pérdida de la acción y, como veremos, de acuerdo a la doctrina más


aceptada, sin hacer desaparecer la obligación que subsistirá como
natural (vid. N° 5). En ambas, evidentemente, hay un elemento co

mún, como es el transcurso del pero éste solo no bastaría


tiempo;
para adquirir un derecho, si no existiera por otra parte una acti
tud positiva del adquirente, en cuanto
ejerce como si fuera titular
el derecho que no tiene, de modo que el tiempo lo que hace es

consolidar, ahora en un derecho que se demanda, la situación de


hecho que constituye posesión. No le basta pues alegar la pres
la

cripción, sino que ésta ha de fundarse en un previo ejercicio de


facto de las facultades que confiere el derecho demandado. En la

prescripción extintiva, que cuenta es el


por el contrario, el tiempo
de inactividad del acreedor, que resulta así sancionada ante la ale
gación del deudor que se ampara en ella para oponerse a toda pre
tensión de cumplimiento del acreedor. Nada más se exige de él que
alegar la prescripción,18 porque él no pretende sino enervar la pre
tensión ejercitada o ejercitable por el acreedor. Bien recuerda un
autor las palabras de Bartolo,
para quien la prescripción extintiva
funciona odio negligentiae, mientras que la usucapión funciona fa-
vore
possessionis.i9
Habrá de reconocerse por ello que la prescripción adquisitiva
dice relación con los derechos reales,20 incluso cuando se trata de

17
Así, C Suprema, 9 junio 1878, F. M. 295, N° 5, pág. 117, v en el mismo sen
tido, C. Suprema, 9 septiembre 1966, F. M. 94, N° 3. pág. 209; 26 abril 1957, Rev.
de Der., t. 54, sec. Ia, pág. 68.
18
necesaria para ella posesión, ni justo título, ni buena fe, ha dicho la
No es

Corte Suprema, sentencia 9 junio 1978, citada.


19
L. DIEZ-PICAZO, Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, 3,
t.
pág. 682,
4! edic, Madrid, 1995.
20
Habrá de tenerse presente, sin embargo, que no todos aceptan que la
pres
cripción adquisitiva pueda darse respecto de los derechos reales de garantía, como
la hipoteca, desde que uno de sus caracteres es la convencionalidad, es decir, sólo
nacen de fuente contractual. Así,
por ej., E. HIGHTON, "La prescripción libera
toria y los derechos reales", en Rev. de Der. Privado y Comunitario, N° 22, sobre
Prescripción Liberatoria, pág. 43, Buenos Aires, año 2000. De la misma autora,
Derechos Reales, vol. 2-II, págs. 131 y sgts., Buenos Aires, 1983. Entre nosotros, la
Corte Suprema en una confusa sentencia señala que "no existe posesión de los

22
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

adquirir un crédito por su posesión y en los casos en que ello es


posible, al menos de acuerdo a la doctrina común;21 pero la extin
tiva sólo dice relación con los derechos personales o de crédito22 y
no se extiende a los derechos reales
principales, dominio y heren
cia, que no se extinguen, por prescripción, aunque no sea correc
to afirmar, como a veces se hace,
que todos estos derechos quedan
al margen de la prescripción, pues no ocurre así con los de garan
tía y los limitados, según se verá (vid. N° 33).
Pero habrá que recordar que en pura doctrina hay quienes han

llegado incluso hasta sostener que no existe sino una sola institu
ción, porque en definitiva toda prescripción sería adquisitiva y ex
tintiva al mismo tiempo, desde que nadie puede adquirir un

derechos personales, ya que éstos están destinados


ejercitados (cuando se
a ser

cobran), extinguiéndose por lo general en forma inmediata (cuando se


pagan).
Es por esto que la sentencia rechaza la posesión del derecho real de hipoteca,

porque el acreedor no tiene una vinculación real, constante, ostensible y pública


con el inmueble que garantiza su crédito caucionado con ella" (sentencia 4 sep
tiembre 1991, F. M. 394, N° 7, pág. 445). Pero antes se ha resuelto por el contra
rio que "el art. 2498 del Cód. Civil permite ganar por prescripción no sólo el
dominio de los bienes corporales raíces o muebles, sino que también los otros
derechos reales no
especialmente exceptuados, de lo que resulta que, siendo la
hipoteca derecho
un real, ella es susceptible de ganarse por prescripción adquisi
tiva, lo que procede cuando la misma no ha sido constituida por el dueño" (C
Suprema, 8 mayo 1990, F. M. 378, N° 14, pág. 208).

21
La doctrina no admite fácilmente la usucapión de derechos de crédito. En
los casos en que ella sería posible, particularmente en créditos documentados, hay
cosa mueble por la vía de su
que recurrir a la ficción de tener al crédito
como

incorporación, para hacer posible posesión, y aun entonces no parece posible


la
de éstos,
aceptarla para títulos nominativos o a la orden, por la propia naturaleza
al titular del documento. Cuando de título
que sólo conceden el derecho
se trata

al portador, la prescripción sería posible, pues allí el derecho se concede al que


detenta el título. Ello hace pensar a
algunos que por esa razón la ley de circula
la ley la que da la legitimación al por
ción hace imposible la usucapión, ya que es

tador. Así, por ej., L. DIEZ-PICAZO, ob. cit., 3, págs. 713 y 714. Sin embargo,
t.

nos
parece que esa ley concede
el derecho al portador legítimo, lo que implica
no lo fuere
poder concebir la adquisición por prescripción a un portador que y
ello sólo detentaría la posesión del título. La imposibilidad de adquirir
que por
ha sido alguna vez señalada por la jurisprudencia. Así,
por prescripción créditos
C. Suprema, 4 septiembre 1991, F. M. 394, N° 7, pág. 445; pero la conclusión de
la sentencia es, desde luego, discutible, ya que de allí se desprende que no pueda
adquirirse por prescripción un derecho real de hipoteca, a pesar de la regla del
art. 2498 inc. final y de lo que el mismo tribunal había resuelto en sentencia de 8
de mayo 1990, F. M. 378, N°. 14, pág. 208, como se señaló antes en nota 8.
22
Así, C. Santiago,8 enero 1923, Rev. de Der., t. 20, sec. Ia, pág. 1.

23
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

es adquisi
derecho, sino expensas de otro que lo pierde y lo que
a

tivo para uno es extintivo para otro, y si uno adquiere un dominio,


unitaria no
otro pierde la acción
para reclamar la cosa.23 Esta tesis
está desprovista de argumentación histórica, desde que en realidad
ni el derecho romano, ni el derecho hasta la codifica
posterior,
ción napoleónica, y ni
siquiera misma, diferenciaron totalmen
esta

te ambas
prescripciones,24 Domat,25 al tratar de la prescripción, no
distingue terminantemente prescripción y usucapión y la define
como "un modo de adquirir y de perder el derecho de propiedad

de una cosa v de todo otro derecho, por efecto del tiempo", y cuan
do se trata de fundarla, comienza por entender que "tiene su justi
cia y equidad fundada en el principio... que la posesión, estando
naturalmente ligada al derecho de propiedad, es justo que se pre
suma
que el dueño el que debe poseer, el que posee debe
como es

ser el dueño;
y que el antiguo propietario no ha sido privado sin
justas causas", para luego agregar que "las mismas razones que ha
cen que la larga posesión adquiera la propiedad y que despoje al

antiguo propietario, hacen también que toda especie de derechos


y de gananciales se adquieran o se pierdan por el tiempo. Así un
acreedor que ha cesado de demandar lo que le es debido, durante
el tiempo requerido por la ley, ha perdido su crédito y el deudor
queda liberado de él".26 Es sólo casi incidentalmente que señala que
"hay dos efectos de la prescripción, o más bien dos especies de pres
cripción; una que hace adquirir al poseedor el derecho de propie
dad de lo que posee, y la otra que hace adquirir o perder todas las
otras
especie de derechos, sea que haya alguna posesión, como en
el goce de una servidumbre, o que no haya ninguna, como en la

pérdida de un crédito a falta de haberlo exigido". El Código fran


cés, de acuerdo a esos antecedentes históricos, presenta la prescrip
ción de modo unitario, institución que funda en la posesión y que
produce un efecto adquisitivo y liberatorio; pero extinguiendo siem
pre una acción. Y los primeros comentaristas del Código Napoleón

23
Así,J. GIORGI, Tratado de las Obligaciones, vol. 7, pág. 321. En el mismo sen
tido, MANRESA y NAVARRO, Comentarios al Código Civil Español, t. 12, pág. 762.
24
Sobre los precedentes históricos, F. ZENATI y S. FOURNIER, "Essai d'une
théorie unitaire de la prescription", en Rev. Trim. de Dr. Civ., 1996, págs. 339 y
sgts., esp. págs. 341 y 342.
25
J. DOMAT, "Les lois civiles", Lib. III, tit. Vil, sec. III. Oeuvres de Domat, Edit.
J. Rémy, t. 2, pág. 184.

26J. DOMAT, "Les lois civiles", Lib. III, tit. VII, sec. IV, pág. 206.

24
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

tampoco llegan a una


perfecta diferenciación entre ambas prescrip
ciones. Incluso Merlin enseñaba que la prescripción extintiva re
sulta de una posesión negativa del sujeto pasivo.27 Habrían sido

Aubry y Rau quienes se debería la definitiva distinción clara en


a

tre la prescripción adquisitiva


y extintiva, en los términos en que
la
hoy conocemos, aunque ya en Pothier la cuestión se había plan
teado claramente.28 Los sabios maestros de Estrasburgo trataron de
la prescripción adquisitiva y de la extintiva en volúmenes distintos
de su Cours de Droit Civil, el relativo a los bienes para la primera y
el de obligaciones para la segunda, a pesar que la doctrina ante
rior y aun la posterior a ellos siguió estudiando ambas en conjun
to, como ocurre con Baudry-Lacantinerie y Tissier, la obra clásica
en el derecho francés. Es muy posteriormente que los autores adop

taron el método de Aubry y Rau.

La tesis unitaria ha recibido acogida aun recientemente en al

guna doctrina francesa, a partir de la constatación evidente que


toda prescripción, sea adquisitiva, sea extintiva, se funda, de parti
da, en una situación de hecho, en una apariencia que ella consoli
da: en la adquisitiva, hay un poseedor, es decir, alguien que ejercita
un derecho que no tiene sobre cosa ajena, y que así frente a los

demás aparece como su titular. En la extintiva, el deudor se com

porta como si no lo fuese frente a un acreedor, que al no ejercitar


su derecho, aparece como si no fuere su titular. La prescripción lo

consolidar situaciones de hecho, otorgando el de-


que hace es esas

27
Sobre ello, F. ZENATI y S. FOURNIER, art. citado, pág. 342 y nota 21 en la
pág. 345.
28
En efecto, POTHIER trata "De las excepciones y prescripciones de los cré
ditos" en el Cap. VIII, Part. III del Tratado de las Obligaciones, y allí señala que en
tre las causas o excepciones que impiden que el acreedor sea oído en justicia,

está "la que procede del transcurso del tiempo a que la ley ha limitado la dura
ción de la acción que nace del crédito. Esta es la que propiamente se llama pres
como continuación
cripción". De la usucapión trata en el Tratado de la Prescripción,
al Tratado de la Posesión. Al inicio de aquel, artículo preliminar, dice Pothier que
"La prescripción de que estamos tratando solo tiene de común el nombre con la
del octavo capítulo de la tercera parte de nues
que ha sido objeto de la materia
tro Tratado de las Obligaciones. En la presente tratamos de aquella por la cual uno
una cosa, durante el tiempo
adquiere en virtud de la posesión que ha tenido de
de cosas, y la exención de las
regulado por la ley, el dominio de propiedad
estas

rentas, hipotecas y otras cargas reales que sobre la misma pesaban". Agrega que
"Es también una de las maneras de adquirir en el derecho civil, como lo veremos
en nuestro Tratado del Dominio de Propiedad.
De este modo de adquirir el dominio,
se llamaba, según el derecho romano, usucapión". \

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25 / BIBLIOTECA ¡
V CHILE J
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

recho al poseedor o aquí se ha llegado a


liberando al deudor.29 De
concluir que en definitiva toda prescripción, sea adquisitiva o ex
tintiva, se funda en la posesión y ello vale tanto para la adquisición
de La pose
un derecho real como
para la liberación del deudor.
sión de un derecho incorporal es
adquisitiva o liberatoria, según
la calidad del que posee. Ello es claro para la prescripción adquisi
tiva; pero también sucedería para la extintiva, desde que ésta debe
mirarse como la posesión por el sujeto pasivo del derecho que se
tiene en su contra y que le permite adquirir su liberación. Es ver
dad que para esa tesis debe aceptarse que esa posesión no debe
ser entendida literalmente, sino como el estado de una persona que
está en aparente libertad de todo lazo jurídico frente a otra, al no
ejercitarse el derecho por su titular, de forma que de allí pueden
los terceros deducir que ese derecho se ha transferido al que era
sujeto pasivo o interpretarse como que se ha atribuido a éste. Y ello
conduce verdadera consolidación, porque una misma per
a una

sona reúne en sí la calidad de titular


aparente del derecho y el ca
rácter de obligado.30 Aun sin llegar a esos extremos, son comunes
en la doctrina actual francesa las tentativas para unificar diversos
regímenes de prescripción que se multiplican en las leves.31
Sin embargo, frente Código, es evidente que se trata
a nuestro

de un criterio extremo que no puede aceptarse sin objeciones.


Cuando se trata de la prescripción extintiva, no existe ninguna ad
quisición de derecho por parte del deudor. Este queda a cubierto
del derecho a la exigibilidad de la obligación; pero nada ingresa a
su
patrimonio y que él pudiera hacer valer contra terceros o con
tra una persona determinada, mientras
que en la adquisitiva, como
ya se ha dicho, la prescripción da lugar a nuevo derecho que pue
de incluso hacerse valer en contra del anterior titular.32 Lo que sí

29
Sobre ello, M. BANDRAC, La nature juridique de la prescription extinctive en
matiére civile, París, 1986; G. DE LA PRADELLE, Les conflits de lois en matiére de nu-
llité, págs. 81 y sgts., París, 1967, v especialmente F. ZENATI, Droit civil. Les Biens,
2a edic, París, 1997 N™ 313 y sgts., y S. FOURNIER, Essai sur la notion de
prescrip
tion en matine civile, Grenoble, 1992.
'M)
Es la tesis de F. ZENATI y S. FOURNIER, art. citado.
31
Por ejemplo recientemente y además de las obras ya citadas, MARC BRUS-
CHI, La prescription en droit de la responsabilité civile, tesis (dactílografiada), Aix en
Provence, 1995, que plantea una doctrina sobre la unidad a partir de la actual
diversidad de prescripción extintiva de las acciones de responsabilidad contrac
tual y extracontractual.
32
En ese sentido, R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, "Algunas consideraciones
sobre la prescripción", en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 58 (1946), 641 pág.

26
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

puede afirmarse
que el efecto extintivo y el adquisitivo concu
es

rren a veces en un mismo


supuesto. Es el caso de la prescripción
de las acciones reales, para las que el art. 2517 manda
que se ex
tingan "por la prescripción adquisitiva del mismo derecho", de for
ma
que aquí el efecto extintivo se produce por reunirse en el
demandado los requisitos de la usucapión, vale decir, los efectos
adquisitivos de la prescripción33 (vid. N° 33). Por otra parte, si nues
tro Código sigue al francés en cuanto a tratar ambas
prescripcio
nes al final de toda su un solo título, se
reglamentación y en

diferencia de éste en cuanto a que separa claramente la prescrip


ción adquisitiva de la extintiva, la que califica de "medio de extin
guir las acciones judiciales" (par. 3 del tit. XLII del Lib. IV). Por lo
mismo, la exigencia de una posesión para prescribir, que en el
art. 2229 del Código francés no aparece como prevista sólo para la

prescripción adquisitiva, de donde los sostenedores de la tesis uni


taria pueden deducir su presencia en toda prescripción, en el nues
tro es un claro requisito sólo de la prescripción adquisitiva, como

resulta del art. 2492 al definir la prescripción, del art. 2498 para la

adquisitiva y del 2514, que insiste en que la extintiva sólo requiere


la falta de ejercicio del acreedor durante un tiempo. Por otra par
te, la tesis unitaria reseñada requiere aceptar un concepto de po
sesión, unido a la sola idea de apariencia, más allá de una cierta
actividad exigida al poseedor, que se diferencia en mucho de la
noción admitida por nuestro Código. Habrá de reconocerse, con
todo, que la tesis unitaria presenta una cierta coherencia que per
mite explicar ciertas dificultades en el régimen de la prescripción;

pero que nuestro Código ha salvado de otro modo, según se verá


en el curso de este estudio.34

2. Críticas a la reglamentación común. Doctrina admisible. Sien


do así tan diversas, es natural que el tratamiento común de ambas

prescripciones, y aun al final del Código, haya recibido y reciba crí


ticas de la doctrina.

33
Así, L. DIEZ-PICAZO, ob., cit., t. 3, pág. 694.
Así, por ejemplo, se diferencia del derecho francés claramente
34 el
en meca

nismo de adquisición del derecho real de propiedad, o en el alcance de la máxi


ma contra non valentem agere... que no es acogida en forma amplia, o en la liberación
de la hipoteca para el dueño de la finca hipotecada, que no admite sin extinción
de la cuestiones que en el derecho francés plantean arduo deba
obligación, etc.,
te doctrinal.

27
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

Se ha sostenido que el Código debería tratar de la prescripción


adquisitiva propósito de los derechos reales y su adquisición en
a

el Libro II, mientras en el


que de la extintiva debería ocuparse
Libro IV, cuando se los modos de extinguir las obli
reglamentan
gaciones,35 hace por lo demás en los clásicos programas
tal cual se

de estudio del derecho civil en nuestras facultades y se analiza la


prescripción en la mayoría de las obras de la civilística.36 Es que, se
afirma, salvo la razón de tiempo, como se ha visto, se trata de dos
instituciones diversas. Tal la denominada tesis dualista y que se
es

sostiene en las diferencias existentes entre ambas instituciones que


hemos reseñado. Hay quien incluso se limita a señalar que la siste
matización del Código es anómala.37
Ese ha sido el criterio seguido por el Código alemán, así como

por el suizo, y precisamente, la Primera Comisión Redactora del


Código alemán se fundó, para adoptarlo, en la circunstancia de tra
tarsede dos instituciones diferentes que no admiten tratamiento
conjunto. Por ello, la usucapión es regulada en los arts. 937 y sgts.
del Libro II, sobre "Derecho de las cosas", y la prescripción extin
tiva en 194 y sgts., en la Parte General.37 bis Pero es lo cier
los arts.

to que el criterio de la diversidad es relativo,


pues, tratándose de
la primera, los arts. 939 y 941 se remiten a los arts. 206, 207, 209 a
212, 216, 219 y 220 respecto a la suspensión y a la interrupción. El
Código de Italia de 1942, inspirándose en parecidas consideracio
nes, regula la prescripción y la caducidad en el Libro VI, "De la tu
tela de los derechos", y la usucapión se trata en el Libro III, "De la
propiedad", aunque la cuestión requirió de arduos debates duran
te le redacción del Código.38 Más recientemente el Código del Perú

:r'
Así, A. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Obligaciones, pág. 473.
3(1
Al menos entre
siguiéndose por lo demás lo que ha sido tradicio
nosotros,
nal en la doctrina francesa,
que estudia la usucapión en el derecho de los bienes
y la prescripción extintiva en el derecho de las
obligaciones (así, por ej. H. L. v J.
MAZEAUD v F. C HABAS, Lecons de droit civil, t. 2, vol. 2, Les biens, Nos 1481
y sgts.,
8a edic, París, 1994 para la primera v t. 3 Obligations, Nos 1162 y
sgts., 9a edic,
París, 1998 para la segunda, y ello se repite en los demás autores). En la doctrina
española es más común tratar de la prescripción extintiva, v la caducidad en la
parte general del derecho civil, y de la adquisitiva a
propósito de los bienes.
,T
F. HINESTROSA, La Prescripción Extintiva, pág. 31, Bogotá, 2000, refirién
dose al de Colombia, que sigue fielmente al de Bello.
Código
37bi*l,as sobre prescripción extintiva de los arts. 194 y
normas
sgts. del Códi
go alemán han sido recientemente modificadas por la ley de 11 de enero de 2002.
w
F. VASSALI, "Motivi e carateri della codificazioni chile", en Studi
giuridici,
III, 2, pág. 627, Milán, 1960.

28
PRIMERA PARTE; DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

de 1984 también separa la


prescripción adquisitiva en el Libro V,
sobre "Derechos Reales", y más
precisamente a propósito de la "Ad
quisición de la propiedad", y en el Libro VIII regula la "Prescrip
ción extintiva y la caducidad". Lo mismo ocurre con el
Código del
Paraguay de 1987, pues la "Prescripción liberatoria" es un modo
de extinguir las obligaciones (Libro II)
y la usucapión va regulada
en el Libro IV, "De los derechos reales o sobre las cosas". El Códi
go del Brasil de 1916 seguía el modelo alemán y el reciente nuevo
Código de 2002 lo mantiene, puesto que de la usucapión y con ese
nombre trata la Sección I del Título III ("De la propiedad") del
Libro III ("Del derecho de las cosas") de la Parte Especial, y de la
prescripción extintiva trata el Título IV del Libro III ("De los He
chos Jurídicos") de la Parte General y conjuntamente con la deca
dencia. Sin embargo, al tratar de la usucapión, el art. 1244 prescribe
que "Extiéndese al poseedor lo dispuesto en cuanto al deudor acer
ca de las causas
que obstan, suspenden o interrumpen la prescrip
ción, las cuales también se aplican a la usucapión".
Sin embargo, otras legislaciones, incluso actuales, siguen más
bien modelo ecléctico, más cercano al francés, aunque diferen
un

ciando ambas prescripciones allí donde es necesario. Así ocurre con


el Proyecto de Código Civil de la
República Argentina, unificado
con el de Comercio, redactado por la Comisión designada por de
creto 685/95, que mantiene el tratamiento unificado, aunque no
reglas finales; pero sí en el último libro, es decir el VII, "De las Dis
posiciones Comunes a los Derechos Reales y Personales", Título I,
y ampliando la reglamentación común no sólo a ciertas disposicio
nes
generales, sino también a la suspensión, a buena parte de las
normas sobre interrupción y a las normas procesales de la alega

ción. En los Fundamentos del Proyecto, a propósito de la prescrip


ción, se afirma que "la metodología adoptada, más allá de las
controversias entre corrientes unitaria y dualista en materia de pres

cripción, rescata la existencia de importantes elementos comunes


en la prescripción adquisitiva y en la extintiva en cuanto al factor
tiempo, al exclusivo origen legal, con la consiguiente fuerte inci
dencia del orden público, a los sujetos, a los legitimados para in
vocarla y a la renuncia de los efectos de la prescripción ya
cumplida", y agrega que lo mismo resulta respecto de la suspen
sión e interrupción y los demás aspectos ya apuntados. El Código
Civil de Quebec (1991-1994) trata de la prescripción en el
Libro VIII dividido en tres títulos: "Del régimen de la prescripción";
"De la prescripción adquisitiva" y "De la prescripción extintiva".

29
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

También el Civil holandés de 1992 contiene tra


Código semejante
tamiento el Libro III, "Del derecho patrimonial en general", cuya
en

sección tercera se refiere a la "Adquisición y pérdida por prescrip


ción", el Título II arts. 310 a 324 en especial la pres
disciplina
cripción extintiva.
Parece pues más lógico un criterio pragmático que reconoce
elementos que permiten un tratamiento común y otros diferencia-
dores.39 Las tesis unitarias o dualistas son extremas y además am
bas igualmente infundadas e inútiles desde el punto de vista
práctico-legislativo. En efecto, por sus diferencias es imposible una
reglamentación única que no termine distinguiendo entre ellas;
pero además, por sus semejanzas, una reglamentación separada
obliga a referencias recíprocas y a repetir, en definitiva, lo que, bajo
el título "De la prescripción en general" (par. 1, tit. XII, Lib. IV)
trata nuestro Código y que se conocen como "reglas comunes a toda

prescripción". Más aún, estamos con el criterio propuesto en el ya


citado Proyecto argentino de hacer aun más extensivas esas reglas
comunes, para fijar criterios comunes en materia de suspensión e

interrupción. El sistema adoptado por nuestro Código y que pare


ce fundado en el
Proyecto español de 185 1,40 es pues correcto, aun
que, como se ha dicho, podría aún buscarse extender las reglas
generales a la suspensión e interrupción.

3. Fundamentos de la prescripción. Críticas a su existencia. La pres


cripción extintiva es una institución de sólidos fundamentos, y por
ello las críticas que han sido tradicionales a su existencia no revis
ten otro carácter
que anecdótico. Y debe recordarse que tales crí
ticas se han referido más precisamente a la prescripción extintiva,
ala que se ha visto a veces como una institución inmoral e injusta,
mediante la cual se ampara a personas que por ella quedan releva
das de obligación que han debido legítimamente prestar, aun
una

que la usucapión tampoco ha quedado liberada del mismo


calificativo, porque ampararía a usurpadores. Es clásico recordar
la opinión de Heine, para quien la prescripción sólo pudo haber
sido inventada en un pueblo que, como los romanos, era de ban-

39
Por lo demás han
presentado problemas prácticos de interpreta
nunca se

ción sobre las por el hecho de reglamentarse la prescripción


normas comunes,

en forma unitaria,
y no se observa cuál pudiera ser la razón para alterar lo
que
existe por meros afanes supuestamente metodológicos.
40
En ese mismo sentido, DIEZ-PICAZO, ob. cit., t. 3, págs. 692 y 693.

30
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

didos y picapleitos,41 y también se suele citar, como lo hace De Cas


tro, el dicho que reza: "la injusticia de cien años no
engendra un
año de justicia".42 En su desenvolvimiento histórico, el derecho ca
nónico la acogió; pero bajo reserva de buena fe del pres
expresa
cribiente.43
Pero es lo cierto que todas las legislaciones la
aceptan y bajo
buenas Ya hemos recordado más arriba las
razones.
palabras de Bi-
got de Préameneu y las de García Goyena, así como la doctrina de
Savigny, que ven en la prescripción una institución insustituible para
la paz social. Con todo, el criterio
reprobable que hemos referido
está siempre presente, aun entre quienes aceptan la
prescripción
extintiva, porque, al decir de Gómez Corraliza,44 ella se presenta
envuelta en una de
"complejo de culpabilidad" o de "mala
especie
conciencia". Y es así que Enneccerus-Nipperdey45 han podido afir
mar
que "con el fin de salvaguardar la seguridad general del dere
cho, y en orden a proteger contra las pretensiones ilegítimas, el
ordenamiento jurídico tiene que aceptar también que el deudor
poco escrupuloso, que sabe exactamente que él debe todavía, esté
favorecido por las reglas de la prescripción. Pero sería poco deco
roso el
protegerle ipso jure. El deudor podrá invocar la prescripción,
pero tendrá que echar sobre sí la legítima censura de conducirse
con
poco miramiento". Es esa idea, injustificada por lo demás en
numerosas ocasiones, la
que lleva con o sin conciencia, a interpre
tar en numerosas sentencias, con favor al acreedor las reglas sobre
la prescripción y en especial aquellas de la interrupción, según se
verá. Es la misma que ha permitido sostener que la prescripción
debe ser interpretada restrictivamente.46
Las críticas y objeciones morales no son aceptables. Desde lue
go, no puede ser injusto un efecto establecido de antemano por el

41
De t. 2, págs. 316 y sgts.
VAllemagne,
4-
F. DECASTRO, Temas de Derecho Civil, pág. 146, Madrid, 1972.
4:í
M. CORSALE, en Xovissimo Digesto Italiano, XIII, pág. 642, 3a edic, Torino,
1957. Bonifacio VIII prescribía que "Possessor malae fidei ullo tempore non praes-
cribit" (Reg. 2, de RJ. in 6to), norma que era aplicable también a la prescripción
extintiva.
44
B. GÓMEZ CORRALIZA, La Caducidad, pág. 133, Madrid, 1990.
45
L. ENNECCERUS, H. NIPPERDEY, Derecho Civil, Parte General, i. 2, pág. 502,
2a edic. española, Barcelona, s.f.
46
Así, el Tribunal Supremo de España ha resuelto que ella "debe merecer un
tratamiento restrictivo" por no estar fundada en una cabal justicia: sentencias 14
febrero 1989, 26 noviembre 1988, 6 noviembre 1987, 19 noviembre 1986, entre otras.

31
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

legislador para la negligencia del acreedor y que, por lo mismo,


éste y el deudor conocen al tiempo de contraer la obligación. El
titular del crédito ha tenido la oportunidad de evitar que dichos
efectos produzcan mediante los derechos de exigibilidad y de
se

prenda general que le proporciona el mismo derecho y, más gene


ralmente, mediante la interrupción de la prescripción que, por lo
demás y como acabamos de señalar, interpretada generosamen
es

te a su favor. Y si el acreedor fuere incapaz o impedido, para


un

ello las legislaciones contemplan el beneficio de la suspensión, para


no caer en la
injusticia de privar de un derecho a quien no estaba
en condiciones de
ejercitarlo. Por otra parte, la prescripción no
puede ser declarada de oficio por el tribunal y obliga al deudor a
alegarla bajo estrictas condiciones. Es por ello que ha podido afir
marse
por la Corte Suprema que "la prescripción obedece a una
consideración de orden público que no desconoce ni se aparta de
los principios de justicia que inspiran los regímenes de derecho v
de la ley".47
En definitiva, como bien lo indica un autor,48 la ventaja de la ins
titución ha de buscarse en el fondo, en si la utilidad que ella pro
porciona es
mayor o no
que los inconvenientes que acarrea, y es
eridente que la prescripción presenta, para la seguridad jurídica, uno
de los más importantes, sino el más esencial, fines del derecho, las
más grandes ventajas por sobre los supuestos inconvenientes éti
cos ya referidos y
que, en la práctica, no son sino excepcionales v
para evitar los cuales las diversas legislaciones se encargan de otor
gar las suficientes garantías a quienes pudieren resultar perjudica
dos. Los casos de inmoralidad abierta del deudor son excepcionales

y el recurso a la prescripción en la práctica no se da solamente en


tre deudores que no quieren pagar y acreedores
pacientes, sino
porque existe controversia sobre la obligación, pagos de que no hav
constancia u otras situaciones. Por ello Bigot de Préameneu decía
que "si luego la equidad se encuentra lesionada, ello no puede su
ceder sino en casos particulares. La justicia general se ha dado v
desde entonces los intereses privados que puedan ser lesionados
deben ceder ante la necesidad de mantener el orden social".49

17
C. Suprema, 7 octubre 1977, F. M. 227, sent. 1, pág. 291. R. DOMÍNGUEZ
BEN AVENTE, art. cit., N° 59, pág. 25.
,s
R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE. art. cit., N" 59, pág. 25.
49
En FENET, i. XV. pág. 575.
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

Ahora
bien, para explicar el fundamento de la prescripción, se
han propuesto diversos argumentos que pueden, clásicamente, re
sumirse en la tesis subjetiva y la tesis objetiva.

3.1. Tesis subjetiva. Para un sector de la doctrina, para que


opere la prescripción extintiva basta la inactividad o falta de ejer
cicio del derecho por parte del titular, el fundamento de ella re
sulta de una renuncia tácita oabandono del derecho por parte
de su titular. Hay además una
negligencia del acreedor que resul
ta así sancionada por la extinción de su derecho a cobrar la obli

gación. Ella supone siempre una inactividad, una omisión del


titular del derecho que hace presumir el abandono o renuncia,

porque los derechos se conceden para ser ejercitados. "Perezoso


se

yendo algún d orne treinta años continuadamente que non demandase en


juicio sus debdas, a aquellos que gelas debieren, podiendolo facer, si dende
en adelante gelas quisiesen demandar poderse y an amparar contra el por

ese tiempo, e non serían temidos gelas pagar, si non quisieren ", decían

Las Partidas (Part. 3, tit. 29, 1. 22). Se ha sostenido que el titular


de un derecho que no lo ejerce durante largo tiempo no es mere
cedor de la legal: jura vigilantibus tarde venientibus ossa.™
protección
Y aun se encuentra esta idea de sanción a la negligencia en
algu
nas fuentes romanas.51
fre
Esta tesis ha sido por alguna doctrina52 y aun es
recogida
cuente que algunas sentencias aludan a ella. Así, la Corte Suprema
ha podido afirmar que "el fundamento esencial de la prescripción
extintiva es el abandono que la ley supone al acreedor y para que
la prescripción se verifique basta solamente la subsistencia de este
abandono. De se desprende que si el acreedor deja
presunto aquí
transcurrir el tiempo marcado en la ley sin ejercer sus acciones, pier
de derecho y el deudor se libera de la obligación, no en virtud
su

de actos o hechos propios, sino a consecuencia de la pérdida sufri


da por el acreedor".5'' Y en el derecho comparado, también se alude

B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, Obligations. Régime General 5a, N° 362,


50

5a edic, París, 1997.


SAV1GNY, ob. cit., t. 4, pág. 179 y nota g.
51

de Derecho Civil Chileno


Así, entre nosotros, L. CLARO SOLAR, Explicaciones
52

y Comparado, 2a edic.
Editorial Jurídica de Chile, 1978, t. 8, pág. 32.
Rev. de Der., 18, sec. Ia, pág. 304, y en
53
C. Suprema, 23 diciembre 1919, t.

el mismo sentido las sentencia de esa Corte de 12 de marzo 1929, Rev. de Der.,
Rev. de Der., t. 27, sec. Ia, pág. 240;
t. 27, sec. Ia, pág. 183,y 10 de abril de 1929,
60, sec. 2a, pág. 130. En sentencia
C. Santiago,' 29 octubre 1963, Rev. de Der., t.

33
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

con el
a veces,
por los tribunales, a ese fundamento, como ocurre
Tribunal Supremo de España, que ha aludido a la presunción de
abandono por parte del titular.54 Se ha pretendido también fundar
la idea de sanción en consideraciones económicas, porque si al
guien no usa de su derecho es porque no lo necesita, no quiere
aprovecharse de él y el derecho privado no tendría interés en que
los bienes y derechos se inmovilicen con daño a la economía ge
neral.55
Pero el no
ejercicio de un derecho no puede identificarse como

su abandono renuncia, ni aun bajo el supuesto de una presun


o

ción, porque si así fuere, como se ha anotado justamente, bastaría


la prueba contraria del acreedor para que la prescripción no pu
diera producirse, la que la ley no admite, exigiendo que para evi
tarla se apliquen los estrictos modos de la interrupción,06 y si se
entendiere que se trata de una presunción de derecho, no se tra
taría sino de un modo encubierto de admitir que ella opera objeti
vamente. La voluntad de abandonar o no el derecho es irrelevante,
desde que por el art. 2514 lo que interesa es el hecho objetivo de
haber transcurrido un cierto lapso sin ejercicio de parte del titu
lar. Ninguna prueba relativa a la voluntad
que o
subjetividad con

operan acreedor y deudor es relevante para el efecto de la pres


cripción. No tendría por lo demás fundamento el entender que las
hipótesis de prescripción, el solo silencio del acreedor, sin otro fac
tor, pudiera tener el carácter de presunción de abandono, contra
riamente a la regla de acuerdo a la cual el silencio por sí solo no

implica manifestación de voluntad. Por otra parte, esa presunción


podría entenderse a lo más para las prescripciones de largo tiem
po; pero ya se verá que hay plazos tan breves de prescripción, que
allí no tiene sentido ese abandono supuesto.
Tampoco es admisible la idea de sanción a la negligencia del
acreedor. Este puede, de hecho, no haber sido negligente y no

de 9 de abril 1997, la G. de Santiago acepta además del fundamento objetivo


que
severá, la tesis que la prescripción "constituye una sanción para el acreedor ne
gligente que, como en este caso,
pudiendo ejercer las acciones legales correspon
dientes, no lo bate", Rev. de Der., t. 94, sec. 2a,
pág. 47.

'''
Sentencias de 27 abril 1925 y 9 noviembre 1954.
55
G. ALPA, Instituzioni di diritto prívalo, pág. 187, Torino, 1994.
56
En ese sentido, M. ALBALADEJO, Derecho Civil. Introducción y Parte General,
i. 1, vol. 2,
pág. 499, 1 Ia edic, Barcelona, 1991; L. DIEZ-PICAZO, La prescripción
en el
Código Civil, pág. 29.

34
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

obstante operar la
prescripción, si no han ocurrido las circunstan
cias objetivas que la ley
exige para la interrupción y del modo en
que éstas tengan virtud de tales. Así, por ejemplo, el acreedor que
demanda judicialmente al deudor no es
negligente; pero si la no
tificación de la demanda no ha sido rectamente efectuada, tal cual
lo exige la lev procesal, su acción no tendrá virtud
interruptiva y
de todas formas operará la 2518 y 2503 N° 1).
prescripción (arts.
Tampoco interesa, al menos en nuestro derecho, según se verá (vid.
N° 67) que el acreedor pruebe que ha sido sino que
no
negligente,
ha estado en una imposibilidad de de la acción. Y puede
ejercicio
incluso haber sido negligente y no
operar la prescripción, si el deu
dor, por su parte, reconoce su deuda (art. 2518 inc. 2o). Por lo de
más, como lo hace ver un autorizado tratadista, no se ve la razón
del porqué se tendría como acto sancionable, y por tanto ilícito, el
abstenerse de demandar un derecho en beneficio de quien ha per
severado en el incumplimiento, conducta que, a todas luces, es más

reprochable.57
Por otra parte, como bien lo hacía notar
Savigny, la negligen
cia que no
perjudica a otro no es ensancionable y lo que
general
se ve como sanción no es más el sacrificio del interés propio
que
al interés general que funda la prescripción.™

3.2. Tesis
objetiva. En realidad no puede hablarse de una sola
doctrina objetiva, sino de un conjunto de razones que ponen el
énfasis en situaciones objetivas independientes de la voluntad del
acreedor o deudor y que fundan la prescripción. Así, se pone el
acento en el carácter social y de orden público de la prescripción,

porque su fundamento está


el interés que existe en el derecho
en

en consolidar situaciones pendientes. Hay en ello un interés gene


ral de orden económico y jurídico. El tráfico de bienes y derechos

requiere de una seguridad jurídica, la que pide entonces que que


den a firme situaciones de hecho. Refiriéndose a la prescripción
adquisitiva, pero para extender luego el mismo principio a la ex
tintiva, Aubry y Rau decían que "su fin es consolidar la propiedad.
No es expoliación. Es para asegurar la estabilidad
instrumento de
de la propiedad".59 Y en términos semejantes había defendido esta

57
F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 54.
58
SAVIGNY, ob. cit., t. 4, pág. 179.
59
AUBRY y RAU, Cours de Droit Civil franjáis, t. 2, N° 210, 4a edic, París, 1869.

35
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

institución García Goyena,60 luego de recordar a Cicerón en su Ora


ción por Cecina (cap. 26) que la calificaba de finem sollicitudinis et li-
tium, siendo "éste el verdadero título que justifica la prescripción:
la pena de la negligencia y la presunción jure et de jure de que el
antiguo propietario ha cedido su derecho al poseedor de la cosa,
no
pasan de argumentos subsidiarios y sin solidez". Sirve, según
otros, la
seguridad
a del derecho y a la paz jurídica, poniendo un
límite pretensiones envejecidas.61 Se afirma también que esa cer
a

teza es requerida, porque ejercitar pretensiones antiguas hace di

fícil resolver sobre ellas, desde que se habrán perdido los medios
probatorios y defensas de que acreedor o deudor habría podido
disponer. El transcurso del tiempo impide, las más de las veces, un
juicio recto sobre hechos sucedidos en un pasado remoto: Quieta
non moveré. Y
pensando en especial en la situación del deudor, si
ella no existiera, le sería necesario conservar siempre y hasta el fin
las pruebas del pago que haya podido hacer, de forma que la pres
cripción es un modo de defenderle ante esa imposibilidad.62 Savignv
hacía ver, a ese respecto, que el demandante puede intentar su ac
ción cuando le parezca y así, prolongando su inacción en el tiem

po, aumenta las dificultades de defensa del deudor, porque los


medios de prueba tienden a desaparecer y ello sin culpa del afec
tado.63 Mucho más evidente es la cuestión para los sucesores del
deudor, que ni siquiera han podido saber de la existencia de la deu
da. Es verdad que en tiempos actuales existen medios informáti
cos que permiten guardar antecedentes de modo más
expedito v
que sería posible recurrir a los
que mantienen los bancos e institu-

m
GARCÍA GOYENA, ob. cit., nota al art. 1933.
,¡l
L. ENNEí ICERUS y H. NIPPERDEY, Derecho Civil, Parte General, t. 2, N" 211,
2'' edic. española, Barcelona, 1950.
h'¿
La mavoría de los autores que defienden estafundamentación aluden a
esu- aspecto v se
preguntan ¿quién conserva en su
poder durante un tiempo pro
longado los recibos para probar el pago efectuado? La pregunta en esos térmi
nos en A. TORRENTE v P. SCHLESINGER, Manuale di diritto prívalo, pág. 139,
Milán, 1997. Pero ya LAURENT, en términos incluso exagerados, señalando
laimposibilidad de obligar a mantener recibos por largo tiempo, decía:
¿Qué
podrían hacer los descendientes de un deudor al que se le reclamara el pago
de una deuda contraída bajo Enrique IV? Droit Civil, t. 35, N° 5. Mucho antes,
POTHIER decía que "no debe ser eterno el cuidado del deudor en conservar los
recibos que prueban el pago; v debe haber un término al cabo del cual quede
libre de presentarlos". Traite des Obligations, N° 679.
fi:í
SAVIGNY, ob. cit., t. 4, pág. ISO.

36
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

ciones crediticias, por ejemplo; pero aun éstas se ven forzadas a


mantenerlos sólo por algunos años y a destruir los más antiguos.64
De allí que la prescripción adquiera el carácter de una institu
ción de orden público, no disponible para los particulares, sino en

muy limitada medida, según veremos (vid. N° 4).


Se ha sostenido también que la prescripción es una verdadera

presunción de pago, determinada por el curso del tiempo en


que
el acreedor ha
ejercitado
no su derecho.65
Pero también esgrimen razones fundadas en el interés de res
se

guardar la autoridad de la regla jurídica, consolidando una situa


ción de hecho que hasta entonces imponía una apariencia. Una
autora, sobre ello, escribe que "la prescripción extintiva, que parti
cipa de la naturaleza de la prescripción adquisitiva, se inscribe como
ésta, en un mecanismo objetivo, establecido para restaurar, en in
terés de la autoridad de la regla, la adecuación necesaria del he
cho y del derecho, modificando éste cuando una tal adecuación
se encuentra irremediablemente comprometida por la resistencia

del hecho"66 y ya hemos referido más arriba la doctrina de Domat,


funda
que, en términos antiguos, implicaba también acoger igual
mento.
Y de advertir que todas estas razones no tienen un mero al
es

cance doctrinario. Influyen en el régimen de la prescripción. En

efecto, si el fundamento es el orden público que exige la consoli


dación de los derechos, se admitirán prescripciones de más largo
tiempo, pues el que las justifica y llevará a la pér
es ese transcurso

dida irremediable de la acción conferida al acreedor, que no po


drá de modo insistir más tarde en el cobro.67 Pero es común
ningún
brevísimos de prescripción, como en los ca-
que se adopten plazos

M
La mayoría de la doctrina nacional admite la tesis objetiva: R. MEZA
BARROS, De la prescripción extintiva civil, pág. 18, memoria, Santiago, 1936; A. ALES
SANDRI R., Teoría de las obligaciones, pág. 474, Santiago, 1988; A. BARROS ERRA-
ZURIZ, Curso de Derecho Civil, vol. 2, pág. 303, 4a edic, Santiago, 1942; R. ABELIUK,
t. 2, Nü 1220, 4a edic, Santiago, 2001.
Obligaciones,
Era una de las razones en que POTHIER fundaba la prescripción de trein
v,r'

ta años: "Se funda, Io en la presunción de pago o condonación de


la deuda, que
No un acreedor descuide por
resulta de aquel espacio de tiempo. es
regular que
tanto tiempo el pago de su crédito, y como las presunciones de
toman ex quod

in Paral. Ad tit. de Prob., por esto las leyes presumen pagada o


plerumque fit: Cuyas
condonada la deuda", Traite des Obligations, N° 679.
66
D. BRANDRAC, ob. cit., N° 5.
67
En este sentido, H. L. J. MAZEAUD y F. CHABAS, ob. cit, N° 1168.

37
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

sos de los 2521 y sgts., referidas no son ad


arts. en
que las razones
misibles y por lo mismo sólo
pueden justificarse como presuncio
nes de pago, es decir, haciendo operar la prescripción como un
medio de más que como modo de extinguir la obligación.
prueba
En otros casos de
leyes más recientes, como en de la acción cam
biaría, de un año, en la Ley N° 18.092 (art. 98), los fundamentos
relativos al efecto del tiempo aplicables. Allí sólo
son aun menos

cabe explicarlos
por la noción de presunción de pago, exigida por
el tráfico comercial y, como se trata sólo de una presunción legal,
el acreedor podrá ser admitido a probar la subsistencia de la obli
gación mediante la interposición de las acciones ordinarias del caso.
La prescripción tiene allí razones meramente probatorias, porque

siempre quedará a salvo al acreedor la obligación civil común -en


el caso de la acción cambiaría, por ejemplo, la derivada de la rela
ción fundamental- y por lo mismo, conservará siempre una acción.
Por lo tanto, el régimen de la prescripción dependerá en buena
medida de su fundamento y de los fines perseguidos con ella, que
no
siempre son los de consolidación definitiva de la situación.
Se observará entonces que es imposible encontrar un solo fun
damento a la prescripción: son todas las razones señaladas por los
autores las que, según los tiempos y necesidades sociales, van mol

deando las reglas de la prescripción. Necesidades del tráfico eco


nómico no están ausentes de ella y la certeza en las situaciones
jurídicas es esencial para las relaciones de carácter patrimonial.

3.3. Criterio jurisprudencial. La jurisprudencia nacional está


sembrada de sentencias que recuerdan estos fundamentos objeti
vos en variadas fórmulas. Así, se ha dicho que "la prescripción es

una institución de orden público y que busca consolidar las situa


ciones en el tiempo, a fin de dar seguridad y estabilidad a relacio
nes jurídicas";68que la prescripción debe ser 'justificada como
elemento estabilizador de los derechos y acciones que permite dar
certeza a las relaciones jurídicas";6'1 que en ella hay un "interés
pú-
blico,,;7° razones de "orden público";71 "razones superiores de or-

68 6 octubre 1991, Gaceta Jurídica 1991, N° 136,


C. Santiago, pág. 63.
69
C Santiago, 9 abril 1997, Rev. de Der., t. 94, sec. 2a, 47; en
pág. senti
igual
do, sentencia de 26 abril 1991, Rev. de Der., t. 88, sec 3a, pág. 38; 8 junio 1990,
Rev. de Der., t. 87, sec 2a, pág. 135.
70
C Suprema, 10 abril 1929, Rev. de Der., t. 27, sec. 1", pág. 240.
71
C. Suprema, 7 octubre 1977, F. M. 227, N° 7, pág. 291.

38
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

den y tranquilidad sociales";72 "razones de interés social de conso

lidar situaciones jurídicas entre partes".73


Pero también se da el de sentencias que acuden a argu
caso

mentos objetivos de seguridad subjetivos de sanción. Así, se


como

ha resuelto que en la prescripción hay "razones superiores de or


den y tranquilidad sociales y también una sanción al acreedor ne
gligente";74 "utilidad social y estabilidad de los derechos por una
parte, y por la otra, una presunción de renuncia del derecho del
titular";75 "interés público de dar certeza a las relaciones jurídicas,
de tal modo que un derecho subjetivo no ejercitado durante un

la convicción de que aquél no existe o


período prolongado crea

que ha sido abandonado",76 como lo han dicho varias sentencias,


o que en ella hay "estabilización de los derechos y acciones que per

mite dar certeza a las relaciones jurídicas y una sanción al acree


dor negligente".77 Y no faltan las que aluden al efecto del tiempo,
la presunción de renuncia del acreedor y el castigo al deudor ne
gligente, todo ello sumado.78

3.4. Problema de constitucionalidad.79 Siendo evidentes los be


neficios y necesidad de la prescripción, especialmente extintiva, no
es imposible, sin embargo, eludir la posible inconstitucionalidad

de las normas la establecen. En efecto, la Constitución de 1980


que
en su art. 19 N° 24 inc. 3o señala que "Nadie puede, en caso algu
no, ser privado de la propiedad, del bien sobre el cual recae, o de
de atributos o facultades esenciales del dominio, sino
alguno sus

en virtud de ley general o


especial que autorice la expropiación

183.
Suprema, 12 marzo 1929, Rev. de Der., t. 27, Ia, pág.
72 sec
C
73
C Santiago, 3 diciembre 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 2a, pág. 106; 10 abril
1989, Rev. de Den, t. 86, sec 3a, pág. 55.
74
C Suprema, 12 marzo 1929, Rev. de Der., t. 27, sec. Ia, pág. 183.
75
C Trabajo Santiago, 5 julio 1965, Rev. de Der., t. 61, sec. 3a, pág. 69.
76
C Suprema, 24 julio 1991, F. M. 392, N° 3, pág. 347; 19 mayo 1983, Rev. de
10 abril 1989,
Den, t. 80, sec. Ia, pág. 34; F. M. 294, N° 13, pág. 192; C. Santiago,
Rev. de Den, t. 86, sec 3a, pág. 56.
77
C Suprema, 22 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 78; C Concep
C Santiago, 12 agosto 1986,
ción, 1 abril 1982, Rev. de Den, t. 79, sec 3a, pág. 41;
Rev. de Den, t. 83, sec 2a, pág. 65.
78
C Suprema, 2 noviembre 1991, Rev. de Den, t. 78, sec 4a, pág. 226; 29 ju
lio 1980, Rev. de Den, t. 77, sec 4a, pág. 118.
79
Sobre ello, aunque refiriéndose a la prescripción adquisitiva, F. SEGURA
en Revista de Derecho,
R., "¿Puede el Fisco alegar la prescripción adquisitiva?",
N° 8, 2000, págs. 126 y sgts.
Universidad de la Santísima Concepción,

39
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

por causa de utilidad pública o de interés nacional, calificada por


el legislador". Y no cabe duda que el acreedor cuyo crédito pres
cribe es de su derecho o al menos de la facultad
privado personal,
de hacerlo exigible,
que es su
principal atributo, sin el cual no es
concebible. ;Es entonces la prescripción una institución que con
traría la garantía constitucional del dominio, que se extiende a las
cosas
incorporales?
Habrá de recordarse el especial cuidado que los redactores de
la Constitución pusieron en las garantías al derecho de propiedad

y en la insistencia en que el único modo de privar de ella al titular


es la
expropiación. Y no escapó de su consideración la cuestión que
se
plantea con la prescripción, tanto que en la sesión 148 de la Co
misión Redactora el consejero señor Rodríguez planteó directamen
te la cuestión, al sugerir que, además de la expropiación, se

incluyera la sentencia como forma de privar del dominio; pero se


le respondió que en definitiva la sentencia judicial en materia de

prescripción sólo declara la situación que opera por la ley y el trans


curso del
tiempo y el debate terminó remitiendo la cuestión a un
posterior tratamiento, que finalmente no se produjo, y es así que
el texto constitucional no contiene referencia a la prescripción, lo

que, ante lo planteado por dicho consejero, era necesario, desde


que la cuestión sobre el rol de la sentencia en materia de prescrip
ción no determina que por ello ésta sea constitucional. En efecto,
es indiferente si la sentencia solamente reconoce la prescripción
que ya se ha producido o si es ella
requisito esencial para que
un

se
produzca, pues en uno y otro caso lo importante es determinar
si la ley puede autorizar que se prive del dominio, sin que haya ope
rado la expropiación, sino el transcurso del tiempo, cualquiera sea
la función que además haya de cumplir la sentencia que la reco
noce o declara.
Cuando la jurisprudencia ha debido enfrentar la cuestión, aun
que jamás directamente, ha recordado que el mismo art. 19 N° 24
se remite a la lev para establecer los modos de adquirir.

Pero el argumento no es convincente, pues parte de vicio lógi


co: si la norma constitucional garantiza que nadie puede ser priva
do de lo suyo sino expropiación, no puede entenderse que luego,
con

al en i regar a la ley los modos de adquirir el dominio, le haya autori


zado para establecer alguno que permita privar al dueño sin aquel
requisito de expropiación. Por algo el art. 19 N° 26 agrega que se
garantiza "la seguridad de que los preceptos legales que por manda
to de la Constitución regulen o complementen las garantías
que és-

40
PRIMERA PARTE: IX )( TRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

tos establecen que las limiten los


que ella lo autoriza,
o en casos en

podrán afectar los derechos


en su esencia, ni
no
imponer condicio
nes, tributos o requisitos que impidan su libre
ejercicio".
Habrá pues que reconocer que la constitucionalidad de la pres
cripción, sea adquisitiva, sea extintiva, y con más razón aún ésta que
aquélla, desde que ni siquiera es modo de adquirir, es al menos

dudosa frente a lo terminante del constitucional y de las ga


texto
rantías con
que se quiso rodear al dominio y que hay allí una cues
tión que debería ser mejor elucidada en la redacción del art. 19
NÍJ 24 de la Carta Fundamental, porque si es claro el texto de la

garantía constitucional, lo es también la necesidad evidente de la


prescripción, que, hoy en día, nadie pone seriamente en dudas.
Es a esta cuestión
la que el fundamento de la prescripción
a

puede aportar argumentos para decidir sobre la constitucionalidad


de la prescripción extintiva: en efecto, el acreedor no es privado
de crédito por
su un tercero, que lo adquiere para sí, sino que pier
de la facultad de exigirlo más tarde por no haberlo hecho, creán
dose por su propio actuar una situación de hecho que debe ser

consolidada. Cuando la Constitución manda que nadie pueda ser

privado de su
propiedad sino por expropiación, está haciendo ob
via referencia que el titular no
a
pueda ser despojado por obra de
un tercero
-particular o Estado- del dominio. Pero no ocurre ello
en la prescripción propio actuar del titular el que
extintiva: es el
crea la situación de hecho que produce la duda sobre la subsisten

cia del crédito, existiendo más antecedentes de que éste haya sido

extinguido que de que subsista. En esa incertidumbre, el legisla


dor, teniendo en vista el interés general, que también la Constitu
ción manda sea uno de los principales fines de la organización

jurídica (art. Ia Constitución), decide en cumplimiento de ese fin


entender que se consolide la situación a favor del deudor.

4. La indisponibilidad de las reglas sobre prescripción. Pactos so


bre plazos de prescripción. Una de las consecuencias que tiene el
fundamento de la prescripción, en cuanto a ser de orden público,
fuera del ámbito de
es
que las normas sobre prescripción quedan
la disposición por los particulares. La cuestión se ha planteado fun
damentalmente en cuanto a la posibilidad de alterar los plazos de
prescripción; pero en verdad su alcance debe ser más amplio y por
ello parece más acertado el criterio seguido por el Código italia
no, cuyo art. 2936 prescribe que "Es
nulo todo pacto dirigido a
modificar la disciplina legal de la prescripción". En el mismo sen-

41
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIYV DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

tido, el art.
Proyecto Unificado argentino (1999), al que
2475 del
ya hemos aludido, ordena: "Origen legal. Las disposiciones legales
relativas a la prescripción no pueden ser modificadas por conven
ción", y regla semejante se contiene en el Proyecto de 1993 de la
Comisión del Poder Ejecutivo (art. 3947) y en el de 1987 (art. 3900
inc. 1Q).80 Con alcance más reducido, el art. 2475 del Código pe
ruano
dispone que "Sólo la ley puede fijar los plazos de prescrip
ción". El art. 192 del Código del Brasil ordena que "Los plazos de
prescripción no pueden ser alterados por las partes".
No ha sido así siempre en la historia de la institución. En el
derecho francés anterior a la codificación, los jueces podían alte
rar los
plazos de prescripción, tomando en cuenta las circunstan
cias particulares del acreedor o del deudor. Pero va tiene tradición
la idea que, siendo la prescripción de orden público,*1 sus reglas
no
pueden ser alteradas por pactos de las partes, aunque ellas se
dirijan a favorecer al deudor. Como dice un autor, aunque el titu
lar del interés protegido por la prescripción sea el deudor, quien
verá por lo mismo si usa o no de ella, pudiendo por tanto renun
ciarla una vez cumplida, la finalidad que informa la institución es
de orden público y por ello se confiere carácter inderogable a las
s~
normas de
prescripción.
En realidad, no parece que el fundamento de la regla sea una
cuestión de orden público. Si así fuese, ni siquiera debería admi
tirse la hipótesis de renuncia, pues va dice el art. 12 del Código que
ésta sólo puede intervenir allí donde sólo hay un interés particular
del renunciante, y si la prescripción es de orden público, no se com

prende como, no obstante, se permite su renuncia, por cumplido


que esté el plazo (art. 2494). Lo que nos parece más bien fundar
el principio es la consideración que si en razón de intereses gene
rales se derecho de liberación al deudor, éste debe que
confiere un

dar entregado sólo a su disponibilidad después que la prescripción


se ha declarado v,
por lo mismo, no puede quedar a la
entregado
voluntad del acreedor. Y por ello que la cuestión se ha plantea
es

do en torno a la imposibilidad de renuncia anticipada de la


pres-

*"
Sobre ello, F. TRICO REPRESAS, "La prescripción liberatoria en los
pro
vectos de reforma", en Rev. de Der. Privado v Comunitario, Xa 22. 2000, pág. 243.
Hi
Tal es el carácter que le reconoce la jurisprudencia: C. Suprema, 29 diciem
bre 19SN. F. M. 301, X- 12, pág. 837; 7 octubre 1977, F. M. 227 X" 1 pág. 291 . .

H-
PAOLO VITL'CCI, "La prescrizione", pág. 180, en Códice Civile. Comenta
rio, bajo la dirección de Piero Schlesinger, t. 1, Milán, 1990.

42
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

cripción y en cuanto a la inadmisibilidad de alterar los plazos de


prescripción, aunque, como dijimos antes, su alcance debería ser
mayor para concluirse que es toda la disciplina de la prescripción
la que no puede quedar entregada a la voluntad del acreedor, con
lo cual nos parece más precisado el alcance del
principio en exa
men. Si éste pudiere intervenir en las reglas sobre prescripción, el
derecho de liberación entregado al deudor sería ilusorio, pues se
rían cláusulas de estilo aquellas que implicasen, directa o las más
de las veces indirecta o simuladamente, una renuncia anticipada a
la prescripción o la estipulación de plazos absurdos que, de hecho,

implicasen hacer imprescriptible un derecho.


La doctrina ha discutido más bien la posibilidad de intervenir
sobre los plazos de prescripción y la tendencia en Chile ha sido la
de admitir aquellas cláusulas que abrevien los plazos legales, bajo
el pretexto que con ello se favorece al deudor y se logra más pron
to la estabilidad de los derechos, fuera de que el propio legislador

ha permitido a veces reducir esos plazos, como ocurre en el pacto


comisorio y en el de retroventa, casos en los que es lícito estipular
un
plazo de prescripción inferior a los cuatro años previstos por la
ley (arts. 1880 inc. Io y 1885 inc. Io). Se ha sostenido que aunque
la cuestión es discutible, parece preferible aceptar los pactos que
reducen los plazos de prescripción en virtud de la libertad contrac
tual y la falta de prohibición legal que existe al respecto.83 Pero la
posibilidad inversa, esto es, ampliar los plazos legales, no ha sido
admitida bajo el argumento de la imposibilidad de renunciar anti

cipadamente a la prescripción que se señala en el art. 2494.84


Es la misma doctrina que sigue la jurisprudencia en Francia,85
contra la doctrina actual que no acepta la distinción entre pactos

que amplíen o acorten los plazos de prescripción. Estos últimos tam-

Así, M. SOMARRJVA y R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Obligaciones y


83 con

N° 147, 104, Santiago, 1984; RENE ABE-


tratos ante la jurisprudencia, 2a edic, pág.
de C
LIUK, Obligaciones, t. 2, N° 1233. Sobre el punto, de los considerandos
Rev. de Der., t. 2, Ia, pág. 269, se desprende
Suprema, 16 septiembre 1904,
sec.

igual84doctrina.
C Suprema, 1937, Rev. de Der., t. 35, sec. Ia, pág. 259. La una
18 diciembre
nimidad de la doctrina nacional así lo entiende: R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, N° 1233;
R RAMOS R, De las Obligaciones, N° 639, Santiago, 1999, entre otros.
85
Entre otras Com. 21 marzo 1995, Bull. Civ. IV, N° 92; Civ. Ia, 6 octubre 1976,
D. 1977, 25 nota Gaury; Civ. 31 enero 1950, D. 1950, 261, nota Lerebours-Pigeon-
niére; 1950, II, 5541, nota Weill; Civ. 4 diciembre 1895, D. P. 1896,1, 241
J.C.R
nota Sarrut.

43
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

poco deben ser admitidos, desde que no es efectivo en la actuali


dad que con ello se favorezca al deudor, parte más débil de la rela
ción obligacional. En numerosos contratos, como enlos de seguro,
el deudor es una
empresa de gran poder económico frente a un
acreedor que en definitiva no es sino un consumidor de un servi
cio y, por lo mismo, más desprotegido en contratos que, incluso,
im
son de adhesión,
y entonces la voluntad del deudor será la de
poner plazos brevísimos de prescripción que hagan ilusoria la ac
ción de cumplimiento. Es por ello que ya la ley de 13 de julio de
1930 (hoy en art. L. 111-2 del Código deSeguros) prohibió tales
cláusulas en el contrato de seguro y la doctrina que llega a acep
tarlas agrega como no debe ser tal
condición que la reducción que
de hecho impida accionar al acreedor/'' La jurisprudencia ha ad
mitido que las partes puedan suspender por un
tiempo una pres
cripción en curso.87
En el derecho colombiano, ante idénticas reglas que las de nues
tro Código Civil, la doctrina es variable, pues mientras algunos sos

tienen la posibilidad sólo de reducir los plazos de prescripción,88


otros
aceptan sólo los plazos que la amplíen bajo pretexto de que
facilitan los avenimientos89 y por último no falta quienes adoptan
una
posición ecléctica, que sin declarar ilícitos los pactos en mate
ria de prescripción, dejan entregada la cuestión a la determinación
si existe o no en ellos abuso de posición dominante o finalidad de
impedir la prescripción, entregando por último mayores poderes
al juez.90 En el Código alemán, el art, 225 permitía expresamente
el acortamiento del plazo de la prescripción, porque se dice que
es una facilidad dada
para ella y no se afecta al orden público.91 El
nuevo art. 212 no
permite la reducción para el supuesto de la res
ponsabilidad por dolo, ni permite la agravación de la prescripción
por negocio jurídico si se trata de un plazo mavor a treinta años.

86
Así, MAZEAUD-CHABAS, ob. cit., N° 1192; B. STARCK, H. ROLAND v L.
BOYER, ob. cit., N° 385; J. CARBONNIER, "Notes sur la prescription exuntive",
Rev. Trim. Dr. Civ. 1952, págs. 175, 170.
87
Civ. 1\ 13 marzo 1968, J.C.P. 1909, II, 15903, nota Prieur; D. 1968, 626;
28 nov. 1865, D. 1807, 1, 225.
Req.
88
Así, A. VALENCIA ZEA, Derecho Civil, t. 3, pág. 408, 7a edic, Bogotá, 1986.
89
F. VALLEJO, "Modificación contractual del término de la prescripción", en
Revista Temas Jurídicos. Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, 1991, N° 2,
págs. 124 v sgts.
1,0
F. HINESTROSA, ob. cit., págs. 213 y sgts.
91
L. ENNECCERUS y H. NIPPERDEY, ob. cit., N° 211, pág. 503.

44
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

Por nuestra parte, entendemos que los fundamentos de la pres


cripción y sus fines, a los que ya hemos aludido, determinan dejar
todo el instituto al margen de la convención, salvo
excepción le
gal, y por lo mismo nulos los la
son tanto
plazos que amplían como
los que la reducen, desde que estando envuelto el interés
general,
la autonomía de la voluntad no puede intervenir lo mismo
y rige
para un caso como para el otro. Si la ampliación de los plazos pue
de conducir a eliminar de hecho la
prescripción, su reducción pue
de conducir a cláusulas usuales que impidan el derecho a accionar
del acreedor. Es la doctrina que siguen algunos autores en Argen
tina.92 Por lo demás, todos los proyectos de reforma del Código Ci
vil contienen regla semejante a la del Código italiano, según ya
hemos anotado, y la Ley de Seguros 17.418, art. 59,
prohibe los pac
tos de reducción. Pero nos
parece que la cuestión no puede ser
llevada sólo al examen de los pactos directos sobre plazos de pres
cripción, pues es posible que por medio de otras figuras que recai
gan sobre suspensiones o prórrogas tácitas, se llegue a los mismos
fines y, por lo mismo, todo pacto que intervenga sobre el curso de
la prescripción debe ser anulado. Y esa nulidad debe recaer tam

bién en
pactos simulados de mayor elaboración, que son frecuen
tes en la
práctica mercantil bancaria y que en definitiva dejan
entregada la prescripción a la voluntad del acreedor. Tal es el caso
de algunos pactos de renovación tácita de vencimiento de obliga
ciones a plazo con mandato al acreedor para que en nombre del
deudor los acepte. En alguna ocasión la Corte Suprema los ha ad
mitido bajo el argumento que favorecen al deudor y que éste pue
de revocar el mandato, sin que exista regla que prohiba tal pacto,

y sin que él signifique renunciar anticipadamente a la prescripción,


porque para ello habría sido menester una manifestación unilate
ral de voluntad hecha por el deudor.93 Sin embargo, como ya lo

92
Así, A. BUERES, J. MAYO, ob. cit., págs. 341, 342; A. ALTERINI, O. J.
AMEAL y R. LÓPEZ CABANA, Derecho de Obligaciones, N° 1618, 2a edic, Buenos
Aires, 1998; G. BORDA, Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, N° 1160, Buenos Ai
res, 1971; M. ARGAÑARAS, La prescripción extintiva, págs. 159 y sgts., Buenos Ai
res, 1966; H. P. FARGOSI, La ilicitud de los pactos de abreviación de los plazos de
prescripción,]. A. 1960, VI. 657; C MALAGARRIGA, Tratado Elemental de Derecho Co
mercial, t. 4, págs. 354 y sgts., 2a edic, Buenos Aires, 1958. También la jurisprudencia
es contraria a tales pactos: véanse las sentencias citadas en F. TRIGO REPRESAS,

ob. cit., nota 25 a la pág. 244.


93
C Suprema, 3 enero 2001, autos rol civil 363-2000, Banco Santander con

Agrícola Maderera Chain S.A., no publicada. En el caso, como se señala en la sen

tencia, el pagaré que contenía la deuda había sido prorrogado catorce veces.

45
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

hemos dicho, no se trata de o no al


que un pacto pueda favorecer
deudor, sino que todo el instituto de la prescripción ha de quedar,
salvo autorización fuera del ámbito de autonomía de la vo
legal,
luntad y menos entregado ala decisión del acreedor. En tal man
dato hay una autorización los
para autocontratar, no obstante que
intereses representados no son necesariamente, en todo caso, com
patibles y existiendo en especial interés del mandatario de resguar
dar su propia utilidad. Los argumentos de la Corte Suprema no
son convincentes,
pues si el deudor requiere de la prórroga, no se
observa la razón de que no la requiera cuando lo estime del caso y
por el contrario la deje entregada a la sola voluntad del acreedor,
de forma que el inicio de la prescripción liberatoria queda, en de
finitiva,entregado a éste y las más de las veces sin conocimiento
del deudor. Tampoco es propio de una recta doctrina sostener que

para que un pacto sea nulo se requiera de norma legal expresa que
lo prohiba, pues basta con que éste contraríe principios y normas
de orden público para que esa nulidad sea evidente (arts. 1461
inc. 2o y 1682). Se trata, en la mayoría de los casos, de cláusulas

impuestas, incluso preimpresas en contratos que adquieren el ca


rácter de adhesión y que, de conformidad con las actuales tenden
cias en cuanto a condiciones generales de la contratación, han de
ser examinadas con otros criterios.
Es en razón del carácter de la prescripción por lo demás, que
la jurisprudencia,
según (vid.veremos N° 13)
ha negado a acep se

tar que una gestión


preparatoria de la acción ejecutiva, como el
reconocimiento de firma, pueda hacer revivir un plazo de prescrip
ción que ya transcurrió.
Pero lo que la doctrina y la práctica ha admitido con mayor fa
cilidad es la introducción en un contrato, como en el de
seguro,
de cláusulas de caducidad convencional para el de un de
ejercicio
recho o reclamación (vid. N" 26).

46
CAPITULO II

EFECTO Y ALCANCE DE LA PRESCRIPCIÓN

5. Sobre el efecto de la prescripción extintiva. La otra cuestión que


se
plantea en torno a la prescripción extintiva es su efecto: ;Qué
se
extingue con ella, el derecho a exigirla o el crédito mismo? ¿Es
en definitiva la
prescripción extintiva una institución meramente
procesal que incide en el derecho a recurrir ante los tribunales para
hacer uso de la exigibilidad propia a la obligación, o es más bien
una institución que se refiere al fondo mismo del derecho de cré
dito? ; Afecta al derecho mismo o a la pretensión accionable?
En la respuesta a estas interrogantes se mezclan cuestiones so
bre el concepto mismo de obligación y sobre si la denominada "obli
gación natural" es
propiamente obligación jurídica o no y es
una

en definitiva la decisión sobre ellas la


que determina aquella res
puesta y de allí la dificultad que se produce para entender las co
rrientes doctrinarias al respecto, pues el verdadero problema
planteado no es finalmente el del efecto de la prescripción, sino
el del concepto de obligación. Ya ello se mezclan, como argumen
tos, la literalidad de los textos, que es diversa en las legislaciones
civiles, y a la cual se atribuye, no pocas veces, un carácter decisorio
en la
respuesta. La cuestión es particularmente enturbiada por la
circunstancia que en todos los derechos se ha previsto que uno de
los supuestos de obligación natural es aquel que sigue al caso de
una
obligación civil prescrita. Algunos Códigos, que en ello han se
guido al de Chile, lo han dicho expresamente (art. 1470 NQ 2 en
nuestro Código Civil; art. 515 inc. 2Q del de Argentina; art. 1527 N" 2

del de Colombia; art. 1513 X9 2 del de Ecuador).


Pero además, la cuestión se ve oscurecida por la vigencia, a ve
ces
aceptada, pero también ampliamente discutida, del principio
"temporal es la acción, perpetua la excepción" (sobre el cual vid.
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V
JURISPRUDENCIA

ejemplo, el art. 3947 del Código argentino se refiere


a
Así, por
la prescripción extintiva como un medio de liberarse de una obliga
el
ción por el paso del
tiempo, de lo que algunos autores derivan
de
resultado de entenderla, por mandato
legal, referida al derecho
crédito mismo y no sólo a la acción la doctrina
para exigirlo.94 En
italiana, la cuestión ha suscitadoun
permanente debate, desde que
el 2934 inc. 1Q ordena que "Todo derecho se extingue por pres
art.

cripción, cuando el titular no lo ejercita durante el tiempo deter


minado por la ley", con lo cual parecería evidente
que lo extinguido
es nosólo la acción, sino el derecho mismo; pero la admisión al
mismo tiempo del principio "quae temporalia ad agendum perpetua ad
excipiendum" no facilita la conclusión, desde que, como lo señala
un autor, no se
comprende cómo puede hacerse valer por vía de
excepción un derecho que, por haberse extinguido, no se pueda
hacer valer por la vía de la acción,95 de forma que en verdad ella
no
produce la extinción de una situación jurídica sustancial, sino
una mera eficacia preclusiva del derecho a
exigirlo. Sin embargo,
ha prevalecido allí la tesis contraria, sosteniéndose incluso más, que
por su fundamento, la prescripción, destinada a tutelar el interés
del sujeto pasivo, produce la extinción del derecho para el acree
dor y de la correlativa obligación, con lo cual resultaría más exac
to decir que la prescripción extingue toda la relación jurídica,9"

aunque conservando el sujeto pasivo la disponibilidad de dicho


efecto, al cual puede, por tanto renunciar.
El Código del Brasil en el art. 189 dice que "Violado un dere
cho, nace para el titular una pretensión, la que se extingue por la
prescripción, en los plazos a que aluden los artículos 205 v 206". De
este modo, la
prescripción extintiva aparece con un claro carácter
procesal, extintivo de la pretensión, como sinónima de acción.

íM
Por ej., A. BUERES yj. A. MAYO, "Aspectos generales de la prescripción
liberatoria", pág. 339. en Revista de Derecho Privado v Comunitario, N" 22. Bue
nos Aires. 2000.
95
G. PAN/A, 'Trcscri/ione", en Digesto, Discipline Privatistiche, Sesione Civile,
XIV, pág. 235, Torino, 199<>. Para un mayor desarrollo de la tesis que limita el efec
to de la
prescripción al ámbito procesal, del mismo autor, Contributo alio studio
della preso rJone, págs. 177 v sgts. En el mismo sentido, v entre otros, D. BARBE
RO, II sistema di diritto privato, pág. 157, Torino, 1989.
'"'
BIAGK) GRVSSO, "Prescrizione", en Enciclopedia del Diritto, t. XXXV,
pág. 57,
Várese, 1986. En el mismo sentido A. AURICCHIO, Appunti sulla prescrizione
págs. 33 v Napoli, 1971; B. TROISI,
sgts., La prescrizione come procedí mentó, págs. 100
y sgts.. Ñapóles, 1980, entre otros.

48
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

En Código, el art. 1567 N° 10 señala que la prescrip


nuestro
ción es un modo de extinguir las obligaciones, el art. 2520 se re
fiere a la prescripción "que extingue las obligaciones";
pero el
art. 1470 N° 2 señala entre las
obligaciones naturales "las obligacio
nes civiles
extinguidas por la prescripción". De aquí que la casi una
nimidad de la doctrina nacional ha concluido que la
prescripción
liberatoria sólo extingue la acción entregada al acreedor; pero no
la obligación misma, porque ésta subsiste como natural,97 y no son
pocas las sentencias que han mantenido esta tesis: "la declaración
de haber operado la prescripción no se refiere propiamente a la
extinción de las obligaciones surgidas del contrato, sino solamen
te a la acción o pretensión que podría haber permitido exigir el

cumplimiento de la obligación. La prescripción deja subsistente una


obligación natural (art. 1470 N° 2) y, en estas condiciones, no pue
de sostenerse que se haya producido una pérdida de derechos y
menos
que se haya extinguido o disuelto el contrato del que esos
derechos nacieron".98 También se ha resuelto que "prescrita la deu
da, ésta pasa a incorporarse entre las obligaciones naturales que
no confieren acción
para exigir su cumplimiento, según se despren
de del texto del art. 1470 N° 2 del Código Civil",99 aunque a veces
no se ha sido muy preciso, al decidirse que, "lo que en definitiva

se extingue con la prescripción es el derecho o acción del acree

dor".100 La Corte Suprema también ha podido sostener que "si bien


nuestro ordenamiento común contempla la prescripción como un

modo de extinguir las obligaciones, un examen más atento del to


tal de la legislación conduce a estimar que estrictamente las obli

gaciones no se extinguen por la prescripción, sólo se transforman


en naturales, y como tales no resultan exigibles".101 De este modo,
la regla del art. 1470 N° 2 ha parecido argumento decisivo a nues
tra doctrina y jurisprudencia, para conferir entonces a la prescrip

ción un carácter más bien procesal, pues ella sólo extingue el


derecho a
exigir la obligación, a demandarla ante los tribunales,

97
Así, A. ALESSANDRI R., ob. cit., pág. 474; R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE,
citado, N° 58, pág. 642; R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, N° 1219.
art.
98
C Santiago, 26 enero 1982, Rev. de Den, t. 79, sec. 2a, pág. 7.
99
C Concepción, 25 marzo 1983, Rev. de Der., t. 80, sec. 2a, pág. 23.
100
C Concepción, 1 abril 1982, Rev. de Der., t. 79. sec. 3a, pág. 41.
101
C Suprema, 29 julio 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 4a, pág. 1 18, y en el mis
mo sentido, sentencia de 2 noviembre 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 4a, pág. 26.

Adde. C. Valparaíso, 25 octubre 1937, Rev. de Der., t. 37, sec. Ia, pág. 348.

49
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

subsistente
paralizando el derecho al cumplimiento; pero dejando
la obligación misma, aunque ahora con el carácter de natural. Y
esa misma tesis es sostenida por un buen sector doctrinario en el
derecho comparado. Así gran parte de la doctrina argentina e in
cluso de reforma del
proyectos Civil, como el de 1987, han
Código
modo de
mantenido la regla que la "prescripción liberatoria es el
extinguirse una acción por el transcurso del tiempo"; el de 1999, y
que ha sido aludido más arriba, que no contiene definiciones,
man

da sin embargo (art. 2494) al tratar de la prescripción extintiva,


"Principio general. Todas las acciones personales son prescriptibles
lo contrario resulte de una
y las reales imprescriptibles, salvo que
disposición de la ley", y otros han mantenido esa doctrina.102 En
Francia, la mayoría de los autores confieren a la prescripción ex
tintiva un efecto procesal de extinción de la acción, desde que sub
siste la obligación natural que tiene la misma causa que la primitiva
obligación civil;103 efecto que llevó a considerar la posibilidad de
contener las reglas de la prescripción extintiva en el nuevo Códi

go de Procedimiento Civil; pero hay objeciones a esa tesis y se ha


sostenido que la pérdida de la acción implica perder la obligación
misma.104 Con todo, la cuestión no es tan evidente. Desde luego,
la circunstancia que, después de prescrita una obligación, subsista
una como natural que valida el pago de la misma, sin derecho a
repetición por indebido (arts. 1470 inc. 3o y 2296) no es decisiva
al tiempo de decidir el efecto de la prescripción extintiva, pues todo
depende del concepto que se tenga de la denominada obligación
natural. Es evidente que aquel argumento es fundamental si se ad
mite que las obligaciones naturales son verdaderas obligaciones y
además han nacido previamente como chiles, es decir, dotadas del
derecho a exigirlas y luego han degenerado en naturales al suce-
derles algún hecho o circunstancia que, por la lev, las priva de ac
ción; pero sin internarnos en la cuestión de la obligación natural,
que ha merecido clásicos estudios, habrá de recordarse que otra

102
Sobre ellos, V. TRIGO REPRESAS, "La prescripción liberatoria en los
pro
de reforma", en Revista de Derecho Privado y
vectos Comunitario, N° 22, 2000
págs. 22/ y sgts.
"Kl
v Cl IABAS. ob. cit., N° 1 187.
Así, MAZEAUD
"M
Así, B. STARÍ :iv H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 424,
que señalan
que si la prescripción sólo tuviese efectos procesales que sólo afectaran a la ac
ción, todos los créditos que, según el sistema francés, no tienen necesidad del
so
corro de una acción se harían imprescriptibles. En el mismo
sentido M
BANDRAC, ob. cit., N"s 44 y sgts.

50
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

corriente doctrinaria sostiene que no son propiamente obligacio


nes en el sentido jurídico, sino deberes de conciencia o morales a

los que la ley presta apoyo mediante la soluti retencio. Como lo ha


sostenido entre nosotros un eminente profesor.105
Y refiriéndoselo mismo, otros doctrinadores escriben que "la
a

llamada obligación natural no es otra cosa que un deber de con


ciencia o deber moral que produce efectos jurídicos, la soluti reten
cio. El fundamento de esa irrepetibilidad del pago radica en que el
ordenamiento considera a veces que hay una justa causa de atribu
ción legitimadora de los desplazamientos patrimoniales".106 Y en esa
óptica, es claro que el reconocimiento de esos deberes de concien
cia nada tiene que ver con una transformación de la obligación de
nominada civil, que permanece como deber, aunque sin posibilidad
de pretensión por parte del acreedor.
De aquí resulta entonces que si se concibe la obligación natu
ral como simple deber de conciencia reconocido por el derecho,
no tiene sentido sostener que la prescripción extintiva sólo extin

concebir
ga la acción y no el derecho, ya que es imposible siquiera
la existencia de una obligación privada de exigibilidad. La obliga
ción no es escindible en un pasivo o deuda y un crédito o derecho
a exigir, sino que sólo hay obligación posible cuando el acreedor

tiene poder de exigir la prestación, pues así se concibe el derecho


la
subjetivo y con poder para alcanzar incluso con la garantía de
fuerza estatal, el patrimonio del deudor,107 y por lo mismo, si por
la prescripción se retira al acreedor la posibilidad de ejecución con

imperio, es la obligación misma la que se ha extinguido y ningún


sentido tiene el entender que subsiste la obligación por el hecho
de conciencia. El deber de con
que la ley reconozca ciertos deberes
ciencia existe con o sin la prescripción.
Habrá de considerarse además que la circunstancia de que la
unáni
obligación civil pase a ser natural no es un efecto admitido
memente. entienden que siempre coexisten una obli-
Hay quienes

105
HUGO TAPIA A., Las Obligaciones Naturales, N° 98 y sgts., Concepción, 1941 .

106
A. BUERES y J. A. MAYO, art. citado, pág. 337. Lo mismo en A. BUERES,
1986.
Objeto del negocio jurídico, págs. 37 y sgts., Buenos Aires,
107
En este sentido, A. BL'ERES yj. A. MAYO, art. citado, págs. 335 y 336, apo
yándose E. BETTI, Teoría general de las obligaciones, t. 1, pág. 256, edic. españo
en
73 y 74,
la, Madrid, 1969; A. HERNÁNDEZ GIL, Derecho de Obligaciones, págs.
Madrid, 1960, y BELTRAN DE HEREDIA y P. ONIS, "La obligación (concepto,
estructura y fuentes)", en Revista de Derecho Privado, Madrid, 1989, pág.
41.
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

civil civil
gación con una natural, o
mejor dicho, toda obligación
la ex
es a vez natural, de modo que cuando opera la prescripción
tintiva, desaparece la obligación civil y sólo queda la obligación na
tural, por lo que no hay transformación alguna: desaparece la
obligación civil y por lo mismo sólo subsiste la natural.108
La cuestión así planteada no
pasaría de ser una cuestión de
mera
terminología o incluso de puro sentido lógico, si no tuviera
consecuencias prácticas que deben resolverse.
Así, si se entiende que la prescripción extintiva sólo alcanza la
acción y no al derecho, resultaría que, conforme al principio "quae
temporalia sunt ad agendum perpetua sunt ad excipiendum", extinguida
que fuere la acción, subsistiría la excepción que podría alegar el
acreedor. De este modo, si el antiguo deudor tuviera también un
crédito en contra del antiguo acreedor y le demandare, éste debe
ría poder oponerle la excepción de compensación que resulta de
la obligación, cuya sola acción prescribió. Sin entrar por ahora a
"

la cuestión del alcance del principio "quae temporalia... (vid. N° 6),


se recordará
que el art. 1656 N° 3 exige, para que opere la com
pensación, que ambas deudas sean exigibles, regla que se opone,
evidentemente, a la idea de subsistencia de la excepción en manos
del acreedor,109 Pero al menos deberá aceptarse que si el derecho
no se
extingue sino sólo la acción, éste podría ser invocado por su
titular fuera del ámbito de su efectividad.110 Por otra parte, si el
acreedor ya dedujo una acción para el cobro, obtiene sentencia y
no la
ejecuta, no habría posibilidad de prescripción posterior, pues
habiendo ya ejercitado la acción, ésta no ha podido prescribir y,
por tanto, habría que considerar imprescriptible el derecho a eje
cutar la sentencia, lo que evidentemente se opone a las normas pro
cesales del abandono del procedimiento aplicables a la
ejecución.
Por otra parte, si la prescripción
extingue el derecho y no sola
mente la acción,
tampoco podría entenderse la renuncia de la pres
cripción extintiva (art. 2494), por la cual, según se verá (vid. N° 18)
el acreedor recupera el derecho a exigir la
obligación. Si se extin-

",K
Es la tesis de A. ALTERINI, O. AMEAL y R. LÓPEZ CABANA, en Derecho
de Obligaciones, Nos 910, 91 1 y 912, T edic, Buenos Aires, 1998.
1,1,1
Así, MAZEAUD Y C HABAS, ob. cit., N° 118, y B. STARCK, H. ROLAND y
L. BOYER, ob. cit., N° 423.
110
Así, E DE CASTRO, Temas de Derecho Civil, págs. 166 y sgts., Madrid, 1972 '

y L. DIEZ-PICAZO y GULLON, Instituciones de Derecho Civil, t. 1, págs. 202 y sgts


"

Madrid, 1973.

52
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

guierael derecho, habría entonces que admitir


que el efecto de la
renuncia sería el de crear una nueva obligación
por la sola volun
tad del deudor, lo que no parece admisible.111
Se observará entonces que ambas doctrinas, tanto la que con
fiere a la prescripción sólo efectos procesales, como la que le atri
buye efectos de fondo, presentan dificultades para su plena
admisibilidad y que por lo mismo la letra de los textos no sirva de
mucha ayuda, a pesar de que los autores las usan, en las diversas
legislaciones, en apoyo de una y otra tesis. Y para mayor confusión,
nuestro Código en el art. 2492 define la
prescripción como modo
de extinguir "las acciones y derechos ajenos", con lo cual no que
da claro si en el caso de las obligaciones sólo se extingue la acción
o también el derecho de crédito mismo. Pero el
párrafo tercero
del Título 42 del Libro IV trata claramente de la prescripción como
medio de "extinguir las acciones judiciales" y para reglamentar el
cómputo de la prescripción alude siempre al plazo de las acciones;
pero el art. 1567 N° 10 concibe la prescripción como uno de los mo
dos de "extinguirse las obligaciones", sin perjuicio que ya hemos alu
dido a la subsistencia de la obligación natural. Resulta entonces, a
nuestro modo de ver, que el autor del Código simplemente siguió
la doctrina que le pareció más lógica, es decir, la de pérdida de la
acción, sin internarse por lo demás en mayores consideraciones
que, por lo demás, han sido propias de una más tardía elaboración
doctrinaria. Pero habrá de reconocerse
que no es fácil pronunciarse
por una u otra tesis.
Y es ello lo que explica que muchas veces los autores sean poco
claros al tiempo de señalar los efectos de la prescripción extintiva.
Para hemos visto, les basta que subsista la obliga
algunos, como
ción natural para decidir que el efecto es meramente procesal, sin
mayor análisis, y que es lo que ha ocurrido entre nosotros. Para
otros, ha parecido más decisivo decidirse por la tesis de la extin
ción del derecho, obviando el problema de la obligación natural
al dar a ésta otro fundamento y naturaleza que los de una obliga
ción civil imperfecta; pero sin explicar entonces el efecto de la re

nuncia en la
prescripción. Ante esas dificultades, parece lógico
entonces que la doctrina al respecto requiera una mayor elabora
ción, que habrá de hacerse mediante la reconsideración del real
efecto de la prescripción por sobre la concepción estrecha de la

1,1
Así, M. ALBALADEJO, ob. cit., págs. 497 y 498.

53
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

idea de acción el fundamen


procesal, para internarse más bien en
to consolidador de una situación de hecho a que ya hemos aludi
do y que, por lo mismo, requiere retirar al acreedor toda posibilidad
de obtener de su crédito las ventajas que lleva aparejadas y a per
mitir al deudor negarse a cumplir. Es en este sentido que un au
tor112 ha podido señalar, acertadamente a nuestro modo de ver, que
"la llamada prescripción de los mismos (derechos y acciones) con
siste sólo en que la ley faculta al sujeto pasivo para que, amparán
dose en el transcurso del tiempo, se niegue a hacer lo que debe,
cuando se le reclame pasado el plazo de prescripción" y que "al
el derecho, el or
pasar cierto tiempo inactivo e irreconocido por
denamiento lo deja a la buena voluntad del sujeto pasivo, retiran
do al titular el poder de imponerlo a aquél". La prescripción lo que
hace es transformar al derecho, dejando en pie la legitimidad de
su causa, lo
que explica que el pago voluntario del deudor sea le
gítimo y no indebido; pero impidiendo que el acreedor altere la
situación de hecho que él dejó producir y que implicaba la apa
riencia que ese derecho o no subsistía o estaba en poder del deu
dor y por ello facultan al deudor a negarse a cumplir, si lo quiere,
pues también se
entrega a su voluntad el decidir no usar de esa

facultad, por invocarla al serle demandado el crédito, sea


sea no

por su posterior renuncia. Es en razón de ello, como lo señalan


otros autores113 que cabe la calificación de "prescripción liberato
ria", el sentido que ella no extingue el derecho, sino que des
en

carga de ellos al sujeto pasivo y no de forma definitiva sin destruir


al derecho, por lo cual la "renuncia no provoca tanto la resurrec
ción del derecho difunto, sino el restablecimiento de su estructu
ra normal
que resulta del reconocimiento del sujeto pasivo de la
pertenencia del derecho al sujeto activo".
Por parte, debe considerarse que cuando se afirma que la
otra

prescripción extingue el derecho, como resulta del art. 2934 del


Código italiano, no siempre se entiende el término "derecho" en

ll-
ALBALADEJO, ob. cit., págs. 496 v 497.
M.
v Sf FOURNIER, art. citado, pág. 352.
11:1
F. ZENATI Hay quien sosteniendo
la extinción de la excepción y no del derecho, entienda que ni
siquiera hay trans
formación en obligación natural ya que, privada de acción, la
obligación subsiste
en lo demás
y en particular en su causa, inalterada: A. MESTRE, observaciones a
sentencia de cámara social de la Corte de Casación de 11 de abril 1991, Rev Trim
Dr. Civ., 1992, pág. 97, vj. [. CHEVALIER, nota a Req. 17 enero 1938 Dal
Per
1940, 1.57.

54
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

sentido literal, limitado a la idea de derecho subjetivo, sino en un


sentido más amplio, que comprende la generalidad de situaciones
jurídicas activas,114 y si así fuera, la diferencia entre las diversas con
cepciones no resulta ser tan decisiva y concluye, las más de las ve
ces, en cuestiones terminológicas, pues no se observa qué tanta
diferencia existe entre decir que lo extinguido es la acción o el de
recho a la pretensión o más bien la situación jurídica activa. De este
modo, lo definitivo es que, por fundamentos que ya hemos exami
nado, la ley entrega al sujeto pasivo el derecho a oponerse a la pre
tensión del acreedor, al que puede, por otra parte, renunciar,115 y

para ello no es
preciso traer a colación la existencia de una obliga
ción natural, cuyo nacimiento no proviene del hecho de la extin
ción de la pretensión del acreedor.
En todo caso, producida la prescripción, el art. 1470 N° 2 se
ñala que subsiste una obligación natural, que si es cumplida, auto
riza al acreedor para retener lo pagado, sin que el deudor pueda

alegar pago de lo no debido (art. 2296) Pero la existencia de una


.

antigua obligación civil ha llevado a considerar que las condicio


nes exigidas para la validez de ese pago han de ser menos estrictas

naturales. Así,
que para otras obligaciones que siempre fueron sólo
una
jurisprudencia firme de la Corte de Casación francesa ha re
suelto que el error sobre la naturaleza de la obligación sea irrele
vante, de forma que si el pago ha de ser voluntario, como lo pide
nuestro art. 1470 inc. final, en este caso ello no significa que el deu

dor haya debido tener conciencia de que pagaba una obligación


esté libre de vicios y en ra
ya prescrita, bastando con que el pago
zón de saberse obligado, conclusión aprobada por la doctrina.116
Sin embargo, entre nosotros esa doctrina vale para todas las obli
gaciones naturales.117

6. Prescriptibilidad de las excepciones. Como ya se ha señalado,


el Código define y trata la prescripción de las acciones judiciales.
Pero nada ha dicho de las excepciones, con lo cual podría simple
mente concluirse que las excepciones no prescriben.

Así, ROMEO FERRUCCI, Prescrizione extintiva. Diritto Civile, Novissimo Di


114

1966.
gesto Italiano, t. XIII, pág. 644, Torino,
115
En este sentido, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 69.
116
Com. 8 junio 1948, Gaz. Pal., 1948.2.120. MAZEAUD, CHABAS, ob. cit.,
N° 1 187; B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 422.
Así, H. TAPIA A., ob. cit., N° 248.
117

55
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

brocar-
pareciera ser la conclusión que traduce el antiguo
Tal
do "quae temporalia sunt ad
agendum, perpetua sunt ad excipiendum
.

En realidad, la regla se dice tomada del derecho romano,1 don


de habría tenido justificación en materia de nulidad, por conside
raciones procesales, desde que allí eran cosa diversa el derecho y
la acción que lo sancionaba. En materia de dolo, la excepción era

perpetua, como lo era la acción para obtener la ejecución del con


trato a la que
aquélla se
oponía. Ella ha sido aplicada en el dere
cho comparado y en especial en el francés, a proposito de la

nulidad. Allí se dice que si bien haber prescrito la acción


pueda
para demandar la declaración de un acto, los contratantes conser
van no obstante la facultad de
alegar la nulidad en el evento que,
con posterioridad al plazo de prescripción, la contraparte preten
diese exigir el cumplimiento del negocio jurídico, oponiéndole la

excepción de nulidad. Y se le ha justificado en ese ámbito, bajo la


base que de otro modo se permitiría la ejecución de actos en con
tra de reglas que protegen, sea el orden público o las personas, y

la parte que tiene interés en ello esperaría el cumplimiento de plazo


de prescripción de la acción de nulidad para exigir su ejecución.
Pero cabe advertir que ese argumento tiene especial cabida en el
derecho francés, en que la prescripción general es de treinta años
y en que, contándose la de la nulidad por regla general desde que
el acto se ha celebrado y la de la obligación desde que ella se hace
exigible, pudiera subsistir la acción de cumplimiento más allá que
el tiempo de prescripción de la nulidad. La doctrina no es unáni
me en aceptar el
principio en materia de nulidad;119 no obstante
la jurisprudencia la ha aplicado uniformemente.120 Pero fuera de
la nulidad, no es aceptada por los autores.
En otros derechos, se ha aceptado también que la excepción
de nulidad no prescribe121 v entre nosotros la cuestión es discuti-

118
Sobre laregla, DESSAUX, Larticte 1304 du Code Civil et le principe de la per-
petuité de lexception, tesis, París, 1937; M. STORCK, Lexception de nullité en droit privé,
D. 1987, chron. 67; H. ROLAND v L. BO\ER, Adages du Droit Trancáis. N° 347,
págs. 694 v 695, 4a edic, París, 1999.
"■'
A favor de ella, por ej., M. STORCK, Lexception de nullité en droit
privé, en
D. 19S7, chron.67; B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 423; pero
en contra, MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., Nos 326 y 1188, y curiosamente los mis

mos H. ROLAND
y L. BOYER la califican en otra obra, de irracional: Adages du
Droit ¡•raneáis, pág. 694.
120
Por ej., Civ. 1",julio 1982, D. 1982. 540; Civ. 3a, 1 febrero 1978, Gaz.
12
Pal. 1978, 1 somm. 174; Civ. Ia, 1 marzo 1977, D. 1977.21, nota Ver y Groutel
121
En Argentina, A. BUERES y J. MAYO, ob. cit., pág. 343.

56
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

da, en
por no existir unanimidad sobre el alcance del pla
especial
zo de diez años del art. 1683, en cuanto a determinar si se refiere

a la acción de nulidad o si allí se establece el saneamiento mismo

del vicio (vid. N° 31.8).


Pero tratándose de nuestra materia, la cuestión es saber ahora
si el principio de la de la
imprescriptibilidad excepción puede ex

tenderse más allá del de la nulidad y convertirse en regla ge


caso

neral, de forma que toda excepción, cualquiera que fuese su


naturaleza, pudiera oponerse a una demanda y en cualquier tiem
po. La doctrina comparada no es unánime al respecto. En Fran
cia, donde se ha sostenido el
principio, según se ha visto, la doctrina
se
niega a darle un alcance general, fuera del caso de la nulidad,
por entenderse que no tendría, fuera de ese ámbito, justificación;122
pero hay sentencias que lo han aplicado fuera de nulidad y se ha
llegado a resolver que "lo que está sujeto a prescripción por vía de
acción no lo está por vía de excepción",123 convirtiéndose el bro-
cardo ''quae temporalia" en aquel otro de que "tant dure Vaction tant
dure lexception ". Se agrega también que el caso en que ello pudiera
suceder es aquel en que el acreedor es demandado por su antiguo
deudor y por una obligación diversa en que éste era a su vez el
acreedor, quisiere oponerle por vía de compensación la obligación
que ya está prescrita, situación en la que tal alegación no podría
admitirse bajo el adagio "quae temporalis..." por impedirlo las reglas
de la compensación, que mandan que las obligaciones respectivas
sean
exigibles, cuestión a la que ya hemos aludido (vid. N° 5). La
doctrina argentina está dividida, pues hay quienes acogen el prin
cipio, porque en definitiva el oponer una excepción depende del
momento en que el titular del derecho pretenda exigirlo y es sólo

entonces que al demandado puede pedírsele que haga uso de la

excepción pertinente.124 Es la misma razón que se ha sostenido en


tre nosotros por alguna doctrina.125 Pero la doctrina más admitida
en el derecho
comparado es que la excepción prescribe en el mis
mo
tiempo que la acción y que no hay razones para no entenderlo

122
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1188; B. STARGK, H. ROLAND y L.
BOYER, ob. cit., N° 423; M. STORCK, art. citado.
123
Civ. Ia, 21 junio 1989, D. 1989, IR 218.
124
A. BUERES y J. A MAYO, art. citado, págs. 343 y 344; R. SAIAAT, Tratado
de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en
general, t. 3, N° 2053 a, actualizado por E.
GALLI, Buenos Aires, 1956. En contra A. BORDA, Tratado de Deiecho Civil Argentino.
Obligaciones, N° 1010, Buenos Aires, 1971.
125
R. ABELIUK, Obligaciones, t. 2, N" 1229.

57
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

expresamente: "La
ex
así. El art. 190 del Código del Brasil lo dice
cepción prescribe en el mismo plazo que la pretensión".
La jurisprudencia nacional no ha sido nutrida en esta cuestión.
Una antigua sentencia de primera instancia había resuelto que "no
puede tener cabida la prescripción alegada por el demandante
con

nula la obliga
tra la
excepción aducida por el demandado de ser
ción que contrajo su mujer, porque en derecho no hay prescripción
contra las excepciones y porque el art. 1691 del Código Civil no se

refiere a las excepciones, sino a la acción rescisoria, que sólo pue


de entablarla el que ha celebrado el acto o contrato que adolece
de nulidad relativa"; pero apelada esta sentencia, la Corte de Ape
laciones consideró que "la ley ha establecido el plazo para resci
sión en términos absolutos y generales, sin distinguir el caso que
sea
pedida por el demandante o alegada como excepción por el
demandado, y no es
por tanto lícito distinguir para concederla en

el primer caso y rechazarla en el segundo".126


En realidad, el principio "quae temporalia..." no parece poder
extenderse fuera del ámbito de la nulidad, único en el cual resul
taría y fundado; pero fuera de él, habría que suponer que
lógico
el acreedor pudiera pedir el cumplimiento de su obligación ante
una demanda del deudor a la que él pudiera oponer su crédito.
Esa situación sólo se concibe en el evento que el acreedor, ante la
demanda del deudor por otro crédito, pudiera oponer el suyo por
vía de compensación y alegando ésta como excepción; pero va se
ha dicho que ello seria imposible, porque habiendo prescri
antes

to la obligación, lo que subsiste es una obligación natural y ésta no


es
exigible por ninguna vía, ni siquiera de compensación (art. 1656
N° 3). En realidad, lo que sí es admisible es el principio "tant dure
Vaction tant dure Vexception ", en cuanto mientras el acreedor disponga
o crea
disponer del derecho a demandar su pretensión, el deudor
puede oponerle la prescripción; pero no se observa la razón de ex
tender el principio "quae temporalia..." más allá de sus inciertos orí

genes en materia de nulidad.


En cuanto a su aplicación a la nulidad, volveremos más adelante
(vid. N°33).

,ai
Gaceta 1873, N° 1289, pág. 570; en el mismo sentido, Gaceta
1875, N° 1213
pág. 545.

58
CAPITULO III

DE LAS REGLAS COMUNES


A LA PRESCRIPCIÓN

7. Reglas comunes en el Código Civil chileno. Ya hemos visto que


nuestro Código,
siguiendo en ello más un criterio práctico, contie
ne en los arts. 2492 a 2497 tres
reglas comunes a toda prescripción,
sea ella adquisitiva o extintiva. Esas reglas son: a) la prescripción

debe ser alegada y el juez no puede declararla de oficio; b) puede


ser renunciada; c) favor y contra de toda persona. Nos pa
corre a

rece
que no habría inconvenientes para ampliar esas reglas gene
rales en una futura reforma y llevar a ellas las normas sobre

interrupción y suspensión.

Sección I
LA ALEGACIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

8. La prescripción no puede ser declarada de oficio. El art. 2493


contiene un principio clásico en materia de prescripción liberato
ria: el juez no puede declararla de oficio. Igual regla viene inscrita
en otros
códigos (art. 2223 Cód. francés; art. 3964 Cód. argentino;
art. 2938 Cód. italiano; art. 1992 Cód. peruano; art. 2878 Cód. Que

bec; art. 2513 Cód. colombiano, etc.) y


332.1. Cód. holandés; art.

se mantiene en los
proyectos argentinos (por ej., art. 2492 en el de
1998) y es de antigua data, como lo son también las críticas que se
le han dirigido.127
Es ésta una característica notable de la prescripción extintiva,
porque contradice el carácter de orden público que se le recono
ce, así como su efecto extintivo del derecho. Ambos se encuentran

127 1 17 y sgts.
TROPLONG, De la prescription, t. 1, págs.

59
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y
JURISPRUDENCIA

desmentidos por que parece entonces reconocer que


esta regla,128
la prescripción no es un modo de extinción de la obligación, sino
un
poder conferido al deudor para liberarse, según lo crea del caso,
habrá
pues aun extinguido el plazo, si el deudor no la invoca, no
prescripción, ni siquiera pago de una obligación natural.129 Y, como
lo recalca un autor,130 poco importa la razón del porqué no
haya
sido opuesta por el deudor: porque le parece innoble asilarse en
ella, porque teme una pérdida de crédito al hacerlo o simplemen
te porqueignoraba que la prescripción había transcurrido. Pues
bien, como el poder extintivo se entrega entonces al solo deudor,
resulta lógico que se prohiba al juez declararla de oficio. El por
qué sea así, cuando de por medio está supuestamente el orden pú
blico que funda incluso la prohibición de pactos sobre prescripción,

según se ha visto, es cuestión difícil de explicar y proviene, en el


fondo, de lo que ya apuntáramos al inicio: la prescripción es un
modo de liberación necesario; pero visto con recelo y por lo mismo

128
Sobre ello, P. VITUCCT, ob. cit., t. 1, págs. 205 v
sgts., comentario al
art. 2938 del C italiano.
129
Entendemos así que en el caso de las obligaciones naturales, el solo trans

curso del plazo no muda laobligación de civil en natural, sino que declarada la
prescripción extintiva, desaparece la obligación civil y sigue existiendo la obliga
ción natural; por ello no basta el solo transcurso del tiempo para que subsista la
sola obligación natural. La mayoría de la doctrina nacional entiende que se pro
duce una mutación, pero sólo una vez declarada la prescripción por sentencia,
de forma que el pago hecho por el deudor transcurrido el plazo de prescripción,
pero antes de la declaración judicial, implica una renuncia a alegar ese modo de
extinción. Si no fuera así, no existiría jamás renuncia de la prescripción y menos
una tácita, contrariamentea lo
que dice en el art. 2494 inc. 2°, que entre noso
tros nos
parece resolver de ese modo la cuestión que ha sido debatida en doctri
na. En el mismo sentido, ALESSANDRI, Obligaciones, pág. 37; A. BARROS
ERRAZURIZ, Curso de Derecho Civil, t. 2, pág. 44, Santiago, 1932; F. FUEYO, Obli
gaciones, t. 1, N° 48, Santiago, 195S; D. STITCHKIN, Dercclm Civil, t. 1, N° 99, San
tiago, 1948; H. TAPIA A., ob. cit., N° 114; E. RIOSECO, La Prescripción Extintiva
ante la jurisprudencia, N° 32, Santiago, 1994; R. RAMOS R,
Obligaciones, N° 29, San
tiago, 1999. R. ABELIl'K estima más lógica la tesis de que basta el transcurso del
plazo, pero termina reconociendo que a ello se
opone el problema de la renun
cia, ob. cit., t. 1, N" 326. En contra, L. CLARO SOLAR, ob. cit., t. 1, N° 96; L.
URRUT1A, Explicaciones de Código Civil, por O. Dávila y R. Cañas, Santiago, 1907.
En el derecho extranjero la cuestión es también discutida. En
Argentina, por ejem
plo, la mavoría de la doctrina estima que es necesaria la declaración judicial de la
prescripción. Sobre ello, A. ALTERINI, O. AMEAL y R. LÓPEZ CABANA, Derecho
deObligaciones, N° 912. Buenos .Vires, 1998; pero en contra, L. MOISSET DE ES-
PANES, Las Obligaciones Naturales en el Derecho Civil Argentino, pág. 32 Córdoba
' '

1967.
' "'"
R VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 209.

60
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

encierra contradicciones en su
reglamentación y en su
aplicación.131
Es inútil el esfuerzo de doctrina que acudiendo a oscuras di
tanta

ferencias entre el efecto sustancial y la carga procesal de hacerlo


valer, pretende justificar la contradicción evidente que se da entre
el carácter de orden público que se atribuye a la prescripción y la
prohibición hecha al juez de declararla de oficio.132 Es por ello que,
si en definitiva favorece al deudor, se deja a él la decisión de opo
nerla y se impide al juez disponer de ella. De allí que en numero
sas ocasiones los tribunales, en presencia de una prescripción clara,

pero no alegada, han entendido que ella ha sido renunciada.133 En


otra oportunidad, se ha resuelto que "si bien la prescripción de pen
siones ya devengadas es procedente, como ella no ha sido alegada
ni por vía principal ni por la subsidiaria, no corresponde declarar
la"134 y que "se requiere que la prescripción sea formalmente ale
gada en sede jurisdiccional, quedando al juez vedado declararla de
oficio, salvo situaciones expresamente contempladas en la ley, como
ocurre con el art. 442 del Cód. de Proc. Civil".135 Por la misma ra

zón ha entendido que la


se prescripción declarada a favor de un

comunero no favorece a los otros que no la han


alegado, porque
ello implicaría para éstos una declaración de oficio,136 a pesar que
la conclusión en el derecho comparado, que cono
no es
aceptada
cesolución contraria. Es también por la misma razón que los tri
bunales han entendido que el juez no puede completar la alegación
imperfecta de la prescripción hecha por el deudor, y por ello "es
al demandado quien corresponde acreditar el comienzo del pla
a

zo de
prescripción, sin que pueda el juez de la causa actuar de ofi
cio, como lo ha hecho en la especie, declarando una prescripción
debe ser alegada por el
que, de acuerdo con las normas generales,

131
"La prescripción institución básica, incuestionable, pero que no se
es una

desea resaltar, por el 'conflicto moral' que lleva consigo", dice a este respecto F.
HINESTROSA, ob. cit., pág. 103.
132
Sobre esas distinciones y otras semejantes, F. HINESTROSA, ob. cit.,
págs. 102 y sgts.
133
Así, por ej., C. Suprema, 16 abril 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia, pág. 24;
1 octubre 1990, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia, pág. 24; 1 octubre 1990, Rev de Der.,
t. 87, sec.
pág. 155; 19 diciembre 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 3a, pág. 54.
Ia,
134
C Santiago, 25 septiembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3", pág. 166.
135
C Punta Arenas, 2 febrero 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 5a, pág. 52, y en
el mismo sentido, C Santiago, 29 octubre 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 135.
M. SOMAJRJRJVA y R. DOMÍNGUEZ B., Las y los contratos ante
136
obligaciones
la jurisprudencia, N° 159, 2a edic, comentando sentencia de C. Suprema 16 diciem
bre 1923, Rev. de Der., t. 22, sec. Ia, pág. 748.

61
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

demandado".137 Por ello mismo, se


exige que la ale
entre nosotros

gación de la prescripción contenga todos los elementos de la mis


ma, de modo que el juez sólo deba constatar si ellos están
acreditados, sin poder, por su parte, completarlos (vid. N° 10.1).
haría
La declaración de la por el juez de oficio
prescripción
incurrir a su sentencia en la causal de casación formal de ultra

petita, por extenderla o a un


punto no
alegado por las partes o

llevarla más allá de lo solicitado por éstas. En ese sentido se ha


resuelto que "incurre en ultra petita la sentencia que, al tratar de
la prescripción declara de oficio que ella se
de la acción penal,
extiende también a la acción civil, ya que atendida la naturaleza
de esta acción, para enervarla requeriría que la aludida excepción
de prescripción fuera alegada por la parte respectiva".138 También,
aunque esta vez erróneamente a nuestro juicio, se ha entendido
que "se incurre en el vicio de ultra petita al proceder de oficio,
cuando la parte opone la prescripción de la deuda
y se ha decla
rado además, extendiéndola a un punto no sometido, la
prescrip
ción de la acción ejecutiva".139 Si está
prescrita la deuda, es
evidente que también y a mayor abundamiento está
prescrita la
acción ejecutiva, pues si aquella ya no
puede ser reclamada por
haber operado este modo de extinción, no se observa cómo
po
dría subsistir no obstante una acción ejecutiva. Una
simple apre
ciación lógica lleva a entender que el formalismo en los términos
de una
alegación no puede llevarse a extremos que desembocan
en el absurdo.

8.1. Excepciones. Existen sin embargo, excepcionalmente, algu


nos casos en
que el juez no solo puede, sino que debe declarar la
prescripción de oficio. Tal es el caso de la prescripción en materia
penal, por el art. 102 del Cód. Penal, cuyos fundamentos y exten
sión no son materia de este estudio, dirigido a la sola
prescripción
civil.140 Pero reduciéndonos a ésta, es el caso de la acción
ejecutiva
el evidente.

137
G. Santiago, 25 octubre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec.
3a, pág. 178. En el
mismo sentido, ( :. Suprema, 13 diciembre 1979, Rev. de
138
Der., t. 76,'
sec. Ia, pág 185
C Suprema, 9 noviembre 1965, Rev. de Der., t. 62, sec 4J nao- 4QS- F M
'
*

F 8 ° r' M''

84, N° 2, pág. 290.


1311
C.
Suprema, 21 noviembre 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 14L>
1w
Sobre los fundamentos y alcances de la norma
penal, entre otros R
DOMÍNGUEZ B., Algunas consideraciones... art. citado N° 63
pág; 85- G YIJSFFF
'
u;ytLtt
' '

SOTOMAYOR, La Prescripción Penal, Santiago, 1987.

62
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

No señala directamente la ley que la prescripción de la acción

ejecutiva haya de ser declarada de oficio; pero el art. 442 del Cód.
de Proc. Civil, luego de obligar al juez a hacer un examen del títu
lo esgrimido por el demandante en el art. 441, examen de fondo y
no sólo de forma,141 agrega que "el tribunal denegará la ejecución
si el título
presentado tiene más de tres años, contados desde que
laobligación se haya hecho exigible".
La regla merece algunas precisiones, pues ha recibido amplia
aplicación jurisprudencial.
Desde luego, se aplica respecto de todos los títulos que el
art. 434 del Cód. de Proc. Civil califica de ejecutivos. Ya en la dis

cusión habida en el seno de la Comisión Legislativa que aprobó el


Proyecto de Código de Procedimiento Civil de 1902, se dejó cons
tancia que la prescripción referida en el art. 463 (hoy 442) debía
ser declarada de oficio por el juez respecto de todas las obligacio

así se ha
nes
que fueren demandadas, tanto civiles o mercantiles, y
recordado por una sentencia.142
Pero la declaración del juez tiene límites, tanto de forma como
de fondo. En cuanto a lo primero, debe hacerse al momento en
que, examinado el título en
que se funda la demanda, el juez la
provee y es entonces lugar a la petición de
que no dará despachar
mandamiento y ejecución de embargo, porque ha transcurrido el

plazo de prescripción de la acción ejecutiva. No podría entonces


hacer esta la sentencia, si por falta de examen ade
declaración en

cuado del título hubiere ordenado despachar mandamiento y se


hubiere seguido en la tramitación de la causa. Pero se trata de un
deber la le no de una mera facultad, de modo
que ley impone y
si el no la cumple, la resolución que ordena despachar el
que juez
mandamiento es susceptible de apelación, como se ha resuelto cons
tantemente.143 Más aún, se ha resuelto que si el juez no ha hecho
entonces la declaración, la Corte de conociendo de
Apelaciones,

141
Así ha resuelto, exigiendo un examen detenido el título: C. Suprema,
se

14 noviembre 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. Ia, pág. 154; 30 octubre 1939, Gaceta
C
1939, t. 2, N° 58, pág. 242; 31 marzo 1933, Rev. de Den, t. 30, sec. Ia, pág. 286;
15 3
1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 3\ pág. 133; septiembre 1936,
Concepción, julio
Gaceta 1936, t. 2, N° 159, pág. 637.
142
C Suprema, 3 de agosto 1989, F. M. 369, N° 16, pág. 476.
143
Cabe advertir que antes de la reforma sufrida por el recurso de queja por
la Ley N° 19.374, en más de alguna oportunidad por la vía de ese recurso se ata
có la orden del juez que había faltado a su deber de examinar el título.

63
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

la causa de la sentencia que acoge la deman


por vía de apelación
da, puede ella hacer la declaración de prescripción.144
reducida
En cuanto al límite de fondo, esta declaración queda
a la prescripción de la acción ejecutiva de tres años a que se refie
el art. 2515 del Cód. Civil a otras accio
re
y no puede extenderse
nes ejecutivas con plazo diverso, como ocurre con la que emana
del cheque (art. 34 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y

Cheques, texto refundido en DFL 707 de 1982) o de letras de cam


bio o pagarés respecto de la acción cambiaría (art. 98 Ley N° 18.092),
las que prescriben en un año desde que la obligación se hizo exi

gible. En realidad, no se percibe la razón de la diferencia y ella solo


se
justifica por el hecho que el art. 442 citado no pudo sino hacer
referencia a la prescripción del Código Civil, única que es de tres
años y que existía a la época de redacción del Código de Procedi
miento Civil, habiendo quedado en claro en la historia del art. 464

que la regla no podía extenderse a otra prescripción que no fuera


la de la acción ejecutiva prevista por el Código Civil. Es ésa una
cuestión que merecería reforma en el futuro para uniformar la nor
ma, desde que, como hemos dicho, las mismas razones que llevan
a esa norma en el ejecutiva de tres años, existen
caso de la acción
para otras acciones ejecutivas de plazo diverso.
El fundamento de esta excepción no resulta evidente. Se ha sos
tenido que se está en presencia de una caducidad (vid. N° 44.2.1)
y no de una prescripción v de allí la declaración de oficio; pero
hay en ello una petición de principio: la posibilidad de declararla
de oficio es una característica de la caducidad; pero aquélla no pue
de servir de fundamento para determinar la naturaleza jurídica de
esta declaración. Todavía sería menester encontrar la razón del por
qué se haría de ese caso una caducidad v no
simple prescripción.
El art. 464 N° 17 del Cód. de Proc. Civil trata la
prescripción de la
acción ejecutiva como
excepción y ello se opone a la idea de cadu
cidad y debe anotarse que esa norma diferencia la
prescripción de
la deuda de la sola prescripción de la "acción
ejecutiva", con lo que
no cabe duda que se trata de una real prescripción v no de una
caducidad. En realidad, los autores del Código de Procedimiento
Civil, alincorporar aquella obligación del tribunal para declarar
de oficio la prescripción de la acción ejecutiva no
quisieron alte
rar la naturaleza del sino solamente impedir consecuencias
plazo,

111
C. Suprema, 28 noviembre 198<S, Rev. de Der., t. <X5, sec. Ia, pág. 210

64
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

que les parecieron inoportunas de la demanda ejecutiva. En la Co


misión Revisora, sesión 25, al discutirse el texto del art. 463, luego
464, el señor Aldunate propuso que "aun cuando exista un título
que traiga aparejada ejecución, no se despache el mandamiento si
dicho título tiene diez años(hoy tres) de fecha. De esta manera se
evita un procedimiento vejatorio a virtud de obligaciones extingui
das por la prescripción". Esta propuesta fue combatida por el se
ñor Zegers precisamente porque vulneraba la regla del art. 2493
del Cód. Civil; pero el proponente y el señor Gandarillas respon
dieron que "no es contraria a la regla del Código Civil citada por
el señor Zegers, pues ésta supone en el deudor la facultad de ale
la que existe porque procede sin
gar la aquí su
prescripción, no se

audiencia". Por otra


parte, no se
extingue aquí sino un modo de
cobro de la obligación, como es la acción ejecutiva; pero no el de
recho, que es lo propio de la caducidad. Es evidente entonces que
el propósito de los autores de la regla, original por lo demás con
fue evitar per
respecto al derecho comparado, que no la conoce,
acción
juicios que puede acarrear la prosecución de una ejecutiva
"cerrar establecimiento de comercio
prescrita, como embargos, un

herir de muerte el
aunque por breves días", lo que "basta para
sea

crédito de un negociante, importa la cesación de sus pagos, y le


causa daños que ciertamente no desaparecen con la condenación

en costas", tal cual dijeron sus autores. Pero no pudo haber sido el

de alterar la naturaleza jurídica del plazo previsto en el art. 2515


del Cód. Civil para la acción ejecutiva y que es de prescripción y
menos aún si, más adelante, en elcalifica expre
art. 464 N° 17, se

samente de prescripción a la excepción que puede deducir el deu


dor y que éste puede oponer si no ha existido declaración de oficio.
Esa circunstancia es inconciliable con el funcionamiento de la ca
ducidad (vid. Nos 26 y 28). Entendemos pues que no hay aquí ca
ducidad, no obstante la doctrina que prevalece.145
de la alegación y la senten
9. Opera ipso jurepor sentencia. Rol
o

cia. De acuerdo al art. 2514, "la prescripción que extingue las ac-

145
La de los autores nacionales fundándose en la declaración de ofi
mayoría
K.
cio que prescribe el art. 442 entiende que hay una caducidad: así R. ABELIL
ob. cit., t. 2, N" 1240; P. LIRA, "El concepto jurídico de caducidad y la prescrip
ción extintiva", en Rev. de Der., t. 24, primera parte, pág. 165; R. DOMÍNGUEZ
sobre la en Rev. de Der. U. de Con
B„ "Algunas consideraciones prescripción",
La
cepción, N° 63, pág. 86, entre otras. En contra, S. ROJAS BARAHONA, pres
79 2003.
cripción de las acciones de títulos ejecutivos, págs. y sgts., Santiago,

65
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo


durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones", regla que,
en términos parecidos aunque menos categóricos, se encuentra en
códigos extranjeros (art. 2219 del Código francés: "La prescripción
es un modo de
adquirir o de liberarse por un cierto lapso de tiem
po..."; art. 2535 del Código colombiano, de idéntico texto que el
nuestro; art. 2934 del Código italiano; art. 2921 del Código de Que
bec, etc.).
De acuerdo al tenor de la prescripción debería operar
regla, la
entonces por el solo transcurso del tiempo, ipso jure. Pero por el
art. 2493, ella debe ser
alegada y, como se ha visto, salvo hipótesis
de declaración de oficio, si no hay alegación, el deudor deberá ser
condenado a satisfacer la prestación y todo sucede como si la obli

gación o el derecho no se hubiere extinguido.


Resulta entonces que obstante bastar para la extinción de
no

laobligación el transcurso del tiempo, dicho efecto depende de


que haya alegación del deudor y más aún: que ella sea reconocida
por la sentencia firme del juicio en que la alegación se produce.
Esa evidente contradicción ha tratado de ser explicada por la doc
trina en términos que jamás serán satisfactorios, pues la coheren
cia interna que debería exigirse en una institución supuestamente
de orden público, encuentra, como hemos dicho más arriba, his
tóricamente, obstáculos en otra oposición: la necesidad evidente
de la prescripción a fines sociales y económicos del tráfico con el
recelo que importa liberar al deudor que se asila en el abandono
del acreedor, aprovechándose así de su
propio incumplimiento.
¿Qué rol cumple entonces la sentencia judicial y antes de ella,
la alegación, en la prescripción extintiva?
Para algunos, ni la alegación ni la sentencia
que la declare son
requisitos de la prescripción. La labor del juez es comprobar que la
prescripción ha operado, como una consecuencia de la necesidad
que tuvo el deudor de alegarla, pero la prescripción se ha produci
do ipso jure cuando se cumplen las condiciones de la institución. El
hecho que el deudor deba alegar la
prescripción no se contrapone
con el hecho de ella de
que opere pleno derecho, sino que se expli
ca
por el carácter complejo que ella tiene, ya que pudo haber una
interrupción o una suspensión que el tribunal debe verificar.146 La

IHi
B. GÓMEZ CORRALIZA, La Caducidad,
págs. 338 y 339, Madrid, 1990 En
sentido semejante, A. ALESSANDRI, Curso de Derecho Civil. De las Obligaciones
piones,
pág. 490, Santiago, 1941.

66
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

alegación no es la que produce el efecto, sino que su función es


procesal: se requiere para que la prescripción produzca efecto en
el juicio. Se sostiene también que la necesidad de
alegación previs
ta por el art. 2493 radica en una
regla del onus probandi, que deter
mina que quien quiera aprovecharse de un hecho
jurídico, para
fundar en él la adquisición de un derecho o la extinción de una

obligación, deberá probarlo y que el juez, por consiguiente, no pue


de suplir de oficio el silencio que al respecto se guarde. Ocurre,
por lo tanto, lo que con todo hecho jurídico, como con la com
pensación, por ejemplo, que no obstante obrar de pleno derecho
(art. 1656) necesita ser alegada.147
Para otros, la coherencia entre las dos reglas debe encontrarse
en el hecho que sería inexacto atribuir al solo transcurso del tiem
po la virtud extintiva. Este sólo determina la prescriptibilidad o más
bien la "idoneidad de la relación para experimentar la vicisitud ex
tintiva sólo cuando se
oponga la correspondiente excepción".148 De
este modo, la excepción que debe oponer el demandado es un ele
mento constitutivo del
procedimiento y requisito de
no un mero

eficacia de la prescripción, porque el efecto extintivo se verificaría


luego del efecto de oposición de la excepción. Y esa tesis viene jus
tificada por el hecho que si la prescripción operase por el solo trans
curso del
tiempo, luego sobreviviría la obligación natural, a pesar
de lo cual, si no se opone la excepción de prescripción, el acree
dor obtendría el pago al deducir su acción. Se tendría una obliga
ción natural provista de acción. El único modo de evitarlo es
dotando al juez de poder para obrar de oficio, lo que la ley no per
mite. Se verá entonces, de acuerdo a esa tesis, que la proposición
de la excepción es esencial en el funcionamiento de la prescrip
ción extintiva.
A ello podido responder que, al no oponerse la excep
se ha
ción, lo que existe no es una obligación natural dotada de acción,
sino una renuncia tácita a la prescripción, con el consiguiente re
nacimiento de la obligación extinguida,149 argumento que a su vez
el he
no es decisivo,
pues también se ha sostenido que no siempre
cho de no oponerse la excepción implica una renuncia tácita a la
prescripción.

147
R. DOMÍNGUEZ B., art. cit., N° 59, págs. 26 y sgts.
148
B. TROISI, La piescrizione come procedimento, pág. 112, Ñapóles, 1980.
149
Así, B. GRASSO, ob. cit., pág. 58.

67
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Deaquí que también haya podido entenderse que si el efecto


de la prescripción se produce por el solo transcurso del tiempo, el
efecto extintivo es disponible por el deudor, y así, en cierto modo,
queda sujeto a la condición de su invocación por el deudor. En tal
sentido, el art. 306 del Cód. de Proc. Civil colombiano prescribe
que "Para que ese efecto liberatorio se produzca... basta con el solo
transcurso del
tiempo, sobre la base de que el deudor lo haga va
ler explícita y oportunamente, proponiendo la excepción corres

pondiente, porque el juez no puede declararla de oficio, como


puede hacerlo con otras excepciones de mérito".
Pero para conciliar el supuesto efecto extintivo por el solo trans
curso del tiempo con la necesidad de la alegación y en definitiva

de que ella sea


acogida por la sentencia, se ha sostenido también,
v a nuestro parecer más legítimamente, que no deben confundir
se los efectos sustanciales de la prescripción, que sí se producen
por el solo transcurso del tiempo, es decir, ipso jure, con el medio
necesario para hacer valer ese efecto en el deudor. El
juicio por
efecto extintivo que se produce en el ámbito sustancial está limita
do al derecho del acreedor que quiere demandar; porque para el
deudor éste debe hacer valer ese efecto extintivo mediante la ale
gación pertinente. Como dice un autor que así lo entiende, pro
ducida la prescripción, el deudor "se viene a encontrar ahora libre
del deber; vale decir, ya no es obligado a cumplir", lo que sólo en
un significado no técnico se
puede expresar diciendo que "tiene
el derecho a no
cumplir".130
En definitiva, la doctrina que interpreta a la letra el art. 2514,
de acuerdo al cual el solo transcurso del el dere
tiempo extingue
cho del acreedor, sólo tiene valor en el ámbito sustancial;
pero sin
trascendencia práctica, desde que se requiere la invocación
por el
deudor de efecto y su reconocimiento por la sentencia. Más cla
ese

ro es entender entonces
que el electo extintivo del tiempo, cuan
do el acreedor lo desconoce, está sujeto a la invocación
procesal
por el deudor y a la admisión de ésta por la sentencia.
Entre nosotros,
hay quienes han sostenido que la sentencia es
requisito indispensable de la prescripción y que su rol es hacer cons
tar
públicamente la concurrencia de los elementos que hacen que
ella opere y, en razón de esto, atribuir eficacia al derecho
que me
diante ella se adquiere o al estado de liberación nacido de la ex-

l;>0
S. PL'GLIATTI, Eccezione, leona genérale, págs. 164 v
sgts., Milán, 1965

68
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERA!, DE [A PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

tinción de la deuda;151 pero esa doctrina es minoritaria, atendida la


letra del art. 2514. Sin embargo, la
jurisprudencia no es constante,
desde que algunos
en casos se ha entendido que "la
prescripción
debe ser alegada en sede jurisdiccional,
quedando al juez vedado
declararla de oficio, de lo que se sigue
que la prescripción adquiere
vigencia concreta sólo una vez que ha sido declarada, dentro del pro
cedimiento judicial idóneo, mediante resolución
pasada en autori
dad de cosa juzgada",152 con lo cual se entiende
que ella no opera
ipso jure, sino ope exceptionis, como acostumbra decirlo cierta doctri
na. Pero también se ha resuelto "consumada la
que prescripción ex
tintiva, no sólo extingue los derechos y acciones judiciales del
acreedor, sino que también constituye un beneficio adquirido por
el deudor que entra a formar parte de su patrimonio desde el momen
to mismo en que se cumplen los
requisitos legales. El que, conforme al
art. 2493 del Código Civil, sea necesario
alegar la prescripción, sin
que el juez pueda declararla de oficio, son peculiaridades del insti
tuto que en nada alteran su naturaleza
jurídica. El fallo que recono
ce la
prescripción se limita a declarar la existencia de un hecho ya
,:í
producido y a deducir las consecuencias legales que le son propias".1
Yes precisamente el momento en que se produce la extinción
de la obligación o el derecho lo que interesa precisar, al efecto de
entender consolidada la situación en beneficio del deudor. Si éste
queda liberado por el solo transcurso del tiempo, es allí que esa
situación pasa a integrar su patrimonio, por más que, a efectos pro
cesales, frente a demanda del acreedor o a desconocimiento de ter
ceros, deba invocarla en
y tal nos parece ser la solución
juicio,
pertinente en nuestro derecho. La distinción entre el efecto sus
tantivo y el efecto procesal adquiere así interés y lógica.

10. Formas de prescripción. Establecido entonces que el


alegar la

juez no puede declarar de oficio la prescripción y que ella requie


re de
alegación por el deudor, queda aún por determinar cómo
puede éste alegarla, lo que plantea primero algunas cuestiones ge
nerales sobre las exigencias formales de la alegación y luego sobre
el modo en que la prescripción puede plantearse, sí como excep
ción o como acción.

HENRIQUEZ, 'Sobre la forma procesal de alegar la


151
E. RIOSECO pres
cripción", en Concepción, N° 61, págs. 295 y sgts.
Rev. de Der. U. de
152
C. Punta Arenas, 2 febrero 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 5a, pág. 49.
153
C. Suprema, 1 junio 1921, Rev. de Der., t. 20, sec. Ia, pág. 280.

69
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

10.1. Exigencias formales de la Se han discutido bas


alegación.
for
tante por los autores las
exigencias que debe tener la alegación
mal de la prescripción; pero algunas conclusiones pueden ya
entenderse firmes frente a la jurisprudencia nacional.
Desde la
luego, ha de hacerse enjuicio contradicto
alegación
rio y no en un
procedimiento de jurisdicción voluntaria, precisión
que estaría de más, por obvia, si no fuere porque en alguna opor
tunidad se pretendió obtener la cancelación de una hipoteca por
estar obligación del deudor y con la
prescrita la sola petición del
deudor, lo que fue aceptado por el tribunal de la instancia y ante
ello la Corte Pedro Aguirre Cerda hubo de precisar que "el juez

que accede a tramitar por la vía de la jurisdicción voluntaria y acepta


la petición del interesado en orden a que se declare la prescripción
de las acciones emanadas de un mutuo celebrado por escritura pú
blica, y el alzamiento y cancelación de la hipoteca y prohibiciones
constituidas por él mismo para garantizar el debido cumplimiento
de aquéllas, comete falta que debe ser enmendada, declarándose
nula la sentencia, por haberse tramitado como no contenciosas pre
tensiones que lo son".154
Substantivamente, noexisten términos sacramentales para ale
garla, bastando una manifestación de voluntad clara en tal senti
do.155 Más exactamente, la jurisprudencia italiana ha resuelto que
laexcepción esopuesta "cuando de la inequívoca aunque sintéti
ca expresión de la parte resulta clara la voluntad de la misma de
valerse de la extinción del derecho por el curso del tiempo".156
Es en razón de ello que, si bien se ha señalado por los tribunales
que no basta una vaga referencia a ella, sino que debe alegarse
en términos concretos,157 se ha
aceptado una alegación tácita, que
puede deducirse claramente de los argumentos del prescribien
te,158 doctrina que no nos parece admisible, debiendo indicarse
al juez los elementos esenciales que la
configuran,159 porque el
juez no puede declarar de oficio los elementos con que ha debi
do ser alegada para poder decidir si ella es o no
procedente. Más

154
C Pedro Aguirre Cerda, 14 abril 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 44.
155
Gaceta de 1924, 1er semestre, pág. 397, sent. N° 72; en este sentido GIOR
GI, ob. cit., pág. 487; P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 215.
'™Cass. 11 de febrero 1985, N° 1165, Giust. Civ. 1981, I,
157
p. 1416.
C. Suprema, 10 julio 1907, Rev. de Der., t.. 4, sec. Ia,
]w
pág. 355.
C. Suprema, 4 de diciembre 1923, Rev. de Der, t..
159
22, sec. Ia,
pág. 699
C. Suprema, 5 octubre 1929, Rev. de Der., t. 27, sec. Ia, 549.
pág.

70
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

exactamente, en
oportunidad se resolvió que "tanto las ac
otra
ciones como las excepciones deben plantearse formalmente en
el juicio y solicitarse un pronunciamiento del tribunal a su res
pecto, y no procede que se deduzcan sólo de los razonamientos
que se contengan en los escritos presentados por las partes".160
Claro está que una cosa es que la excepción deba ser
alegada y
otra es que pretendan exigirse términos sacramentales o forma

les, impropios de la finalidad del proceso, que no puede ser la


forma por la forma; pero también es cosa diversa entregar al juez
la facultad de interpretar el contenido de las actuaciones de las

partes para deducir de ellas las acciones y excepciones. Es el jus


to término medio el que ha de aceptarse, como resulta de lo que
acabamos de repetir, invocando la jurisprudencia y doctrina ita
lianas. Por ello creemos errado el criterio seguido por la Corte
Suprema al sostener en alguna oportunidad que "la excepción de
prescripción fue alegada oportunamente, sin que obste a esta con
clusión la circunstancia de que no se haya hecho petición con
creta al respecto. Por lo demás, así lo entendió el juez a quo, al

señalarla como hecho controvertido


la resolución que recibió
en

la causa a prueba, de tal modo que debe entenderse que ha exis


tido una formal alegación acerca de la prescripción extintiva de
la acción deducida".161 Decimos que el fallo adolece de un error,
ya que en el caso había una simple referencia en un escrito de
téngase presente, a
interpuesta estaba prescrita de
que la acción
conformidad a los artículos 1269 y 2515 del Código Civil. Por lo
mismo, debió rechazarse la excepción de prescripción, tal como
lo había hecho la sentencia de la Corte de Apelaciones que se dejó
sin efecto al acogerse el recurso de queja, y tal como lo hizo en
un caso similar la misma Corte Suprema, resolviendo que "no bas

taba decir que la acción se encontraba prescrita por no haberse


ejercitado dentro del plazo legal, sino que era necesario, además,
alegar la prescripción invocando el artículo 464 N° 17". En este
último caso, la Corte Suprema revocó la sentencia de la Corte de
Apelaciones, porque ésta "se extendió a resolver una prescripción
ni siquiera
que no era materia del recurso de apelación, y que
había sido alegada y fundada legalmente, ni se había dado a la

ejecutante la oportunidad de discutir su procedencia".162

Suprema, 7 diciembre 1981, Rev. de Der., t.. 78, sec. Ia, pág. 138.
160
C
Suprema, 10 septiembre 1986, Fallos del Mes, 334, N° 8, pág. 574.
161
C
Suprema, 2 junio 1977, Fallos del Mes, N° 223, N° 4, pág. 126.
162
C

71
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA, DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Es por esas razones


que no cabe entre nosotros una alegación
encubierta implícita,
o
aceptado
como se España por el Tri
ha en

bunal Supremo163 y por ello tampoco es admisible la doctrina sos


tenida excepcionalmente por nuestra Corte Suprema, en orden a
admitir una alegación supuesta, no obstante no existir petición con
creta del deudor, deduciéndola del hecho de haberse señalado la
prescripción como hecho substancial y controvertido por el juez del
fondo el recibir la causa a prueba.164 Más exacta es la doctrina se

gún la que "no basta decir que la acción se encuentra prescrita por
no haberse ejercitado en el plazo legal, sino que es necesario alegar
la invocando, en el juicio ejecutivo, la regla del art. 464 N° 17 del
Código de Procedimiento Civil".165 Y tratándose de la prescripción
laboral del art. 480 del Cód. del Trabajo, seha resuelto, según esos
mismos principios, que no basta con invocar esa disposición, sino

que es menester que el deudor oponga formalmente la excepción


de prescripción, indicando los antecedentes necesarios para que
el juez pueda declararla.166
Nuestra jurisprudencia se manifiesta así, en general, y hacién
dose excepción de aquellas sentencias ya referidas, más estricta que
la de otros países en los que, frente a la imposibilidad del juez de
declarar la prescripción de oficio, se adopta una posición más am

plia respecto a las formas de la alegación, reconociéndose al juez


plenos poderes para interpretar la contestación de la demanda por
el deudor e inferir de ella, según los términos empleados, la alega
ción de la prescripción, sin que puedan exigirse términos sacramen
tales.167 Más cercana a la nuestra, la jurisprudencia italiana entiende
actualmente que el juez no puede buscar de oficio el tipo de pres
cripción alegada, ni puede sustituir a la opuesta una diversa,168 doc
trina que debe ser aplicada sin duda entre nosotros. Por ello no
nos
parece aceptable sostener, como lo ha hecho una sentencia de
la Corte de Santiago, que si bien el deudor debe
alegar la prescrip
el
ción, juez puede variar sus fundamentos en base al
principio tura

lbH
Sentencia de 7 marzo 1990, que alude a las de 23 enero
y 5 julio 1987 y 10
octubre y 7 diciembre 1988.
m
C. Suprema, 10 septiembre J9S6, Fallos del Mes 334, N° 8, pág. 574.
165
C Suprema, 2 junio 1977, Fallos del Mes 223, N° 4, 126.
160
pág.
C Concepción, 1 1 julio 2001, habiendo desestimado la Corte el
25 2001 el
Suprema
septiembre recurso en su contra, Gaceta Jurídica 255, N° 4, pág. 193.
167
Además de la jurisprudencia española va referida, es así en el derecho co
lombiano, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 99.
168
Así, P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 216.

72
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

novit curia.169 Aquí no se trata de la adecuada aplicación de la re

gla jurídica, sino de que el juez no puede completar o variar una


alegación de la prescripción, porque por mandato claro de la ley
el juez no
puede sustituirse a la parte.
Pero en todo caso, esa alegación debe ser precisa, y por ello
nuestros tribunales tienen resuelto que no basta alegar la prescrip
ción en términos generales, de un modo impropio, impreciso, sino

que debe expresarse de un modo preciso el tiempo desde el cual


ha debido comenzar a contarse.170 Como dice una sentencia, "la
excepción es el medio de que dispone el demandado para defen
derse de una acción que se ha interpuesto en su contra. Ese me
dio debe estar individualizado con que la
precisión, de manera

contraparte tenga la información suficiente para establecer si la ex


cepción se
ajusta a la verdad y el juez pueda en definitiva decidir si
la acoge o la rechaza".171
Es evidente que si el juez, de oficio, entra a suplir la alegación
imperfecta y determina él cuándo comenzó la prescripción, el de
mandante quedaría en situación desventajosa, pues no se le habría
oído sobre este punto. Por tanto, tiene suma importancia consig
nar la fecha en que el deudor entiende que empieza a correr la

prescripción, ya que es muy frecuente que se oponga la excepción


de prescripción, sin indicarse desde cuándo haya de contarse su
inicio, por lo cual, en ese caso, los tribunales no podrán acogerla.
Así se ha resuelto en varias oportunidades.172
Pero seha sostenido que "el momento en que se ha cumplido
el plazo, mediante la notificación de la demanda, por ser una rea
lidad ser señalado por la Corte Suprema y, con
procesal, puede
debiendo así distin
mayor razón, por la Corte de Apelaciones",173
guirse entre la precisión del momento inicial de la prescripción,

78.
Santiago de octubre 2001, Gaceta Jurídica 256, N° 2, pág.
169
C.
en sentido
enero 1952, Rev. de Der., L 22, sec. Ia, pág. 272;
170
C.
Santiago, 9
C.
similar, C. Suprema, 26 noviembre 1991, Fallos del Mes 396, N° 13, pág. 653;
549.
Suprema, 5 octubre 1929, Rev. de Den, t. 27, sec. Ia, pág.
171
C. Suprema, 23 enero 1992, Rev. de Den, L 89, sec. Ia,
pág. 147.
172
C. Suprema, 20 julio 1993, Fallos del Mes 416, N°. 4, pág. 441, que repro
sentencia de instancia; 1 octubre 1990, Rev.
duce considerando 3o de La primera
de Der., L 87, sec. Ia, pág. 155; C. 13 diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76,
Suprema,
sec. Ia,
pág. 185; Fallos del Mes, N° 396, N° 13, pág. 653; C. Suprema, 2 septiem
bre 1943, Rev. de Der., L 41, sec. Ia, pág. 170; Rev. de Der., t. 51, sec. Ia, pág. 325;
G Suprema, 5 octubre 1929, Rev. de Der., 27,
L sec. Ia, pág. 549.
173
C. Suprema, 18 diciembre 1937, Rev. de Den, L 35, sec. Ia, pág. 528.

73
\sup» -■',
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que de cargo del que la opone, del momento en que ella se ha


es

cumplido, que es una mera cuestión de cómputo. Pero "si la sen


tencia, al acoger la prescripción alegada, no ha consignado la fe
cha desde cuándo debe empezar a contarse el respectivo plazo, es
nula, porque deja de establecer los hechos sobre que versa la cues
tión y omite además las consideraciones de derecho al respecto",
dice, con razón, otro fallo.174 Por lo mismo, "no cumple con las exi
del artículo 2493 del Código Civil la sentencia que se limi
gencias
ta a sostener que han transcurrido los plazos legales para el cobro,
razón por la cual la acción está prescrita respecto de aquellas ren
tas que están fuera del plazo pertinente".175 Si se ha alegado la pres

cripción y ella es acogida, como ocurre con cualquier excepción,


la sentencia debe cumplir las formas que pide el art. 170 del Cód.
de Proc. Civil, así como el Auto Acordado de la Excma. Corte so
bre la forma de las sentencias, y entre ellas, la de contener las con
sideraciones de hecho y de derecho que funden la decisión. Si se

acoge la prescripción, es preciso entonces que la sentencia señale


claramente desde cuándo entiende hacerla correr, cuestión que,
como vimos,
exige antes que la determine quien la alega y cuándo
se ha de forma que esa decisión pueda ser examinada
cumplido,
por el tribunal de apelación y eventualmente por el de casación,
desde que la prescripción no es una simple cuestión de hecho, ina
movible para la Corte Suprema, sino que de derecho y que ésta

puede controlar, cuestión que nunca ha sido discutida, reserván


dose siempre ese tribunal la facultad de determinar si una prescrip
ción ha sido bien o mal acogida.

10.2. Sólo como


excepción o también como acción. En mate
ria procesal, se ha debatido
doctrina, debate en el cual también
en

han tomado parte los tribunales, la forma en que procesalmente


debe alegada la prescripción.
ser

Respecto de la adquisitiva, nadie discute actualmente que sólo


puede alegarse como acción.176 Así también lo ha resuelto en nu-

174
C. Suprema, 13 agosto 1934, Rev. de Der., t. 31, sec. Ia,
I7fl
pág. 548.
C Suprema, 26 noviembre 1991, Fallos del Mes 396, N°
13, pág. 653. En
idéntico sentido, C Suprema, 2 septiembre 1943, Rev. de Der., t. 41, sec. Ia,
pág. 170.
176
Así, R. DOMÍNGUEZ B., art. cit., N° 62, pág. 463; SOMARRIVA U MANUEL
y R. DOMÍNGUEZ B., ob. cit., N° 149, pág. 106; L. CONTRERAS A.,
de la
"Algunos as
pectos prescripción extintiva", en Rev. de Der., t. 42, primera parte, págs. 65

74
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

merosas
oportunidades la jurisprudencia, señalando que "la prescrip
ción adquisitiva sólo puede hacerse valer por vía de acción y no de
excepción, puestoque mediante ella el demandado no sólo se limi
rechazar la acción dirigida en su contra, sino
ta a enervar o
que pre
tende obtener una declaración a su favor, con el
objeto de que se le
reconozca un derecho. Dada la naturaleza de la
prescripción adqui
sitiva, es necesario, para que prospere, que formulada por vía de
sea

reconvención y no como una simple excepción de la demanda".177


El problema es si se puede también
alegar
excepción. como

Quienes partidarios
son de esta tesis señalan que la excepción de
prescripción implica tanto la extinción de la acción de dominio
como la
adquisición del derecho en el poseedor. De aquí que si el
prescribiente opone la prescripción adquisitiva por vía de excep
ción y ésta es acogida, lo que el tribunal reconoce no es solamente
la circunstancia de haberse extinguido la acción, sino el derecho
mismo adquirido por el poseedor, en base a lo cual queda acepta
da la excepción y rechazada la acción; pero siempre el fallo será
declarativo de un derecho.
El punto ha sido muy discutido tanto en la doctrina178 como lo
fue en la jurisprudencia,179 hasta que ésta se ha uniformado clara-

y sgts.; C SPOTTKE, La acción de prescripción, Concepción 1955. Contra, H. MÉNDEZ,


ob. cit, págs. 54 y sgts.; E. RIOSECO, "Sobre la forma procesal de alegar la pres
cripción", en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 61, pág. 295.

177
C Suprema, 9 septiembre 1966, Rev. de Der., t. 63, sec. Ia, pág. 336; C Su
prema, 3 mayo 1957, Rev. de Den, t. 54, sec. Ia, pág. 71; G. Suprema, 26 abril 1957,
Rev. de Der, t. 54, sec. Ia, pág. 68; C Suprema, 13 mayo 1946, Rev. de Der., t. 43,
sec. Ia,
pág. 467; C Suprema, 15 noviembre 1951, Rev. de Der., t. 48, sec. Ia, pág. 553;
C Temuco, 15 abril 1994, Rev. de Der., t. 91, sec. 2a, pág. 33; C Santiago, 29 octu
bre 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 2a, pág. 1 19; y antes en sentencias de 16 julio 1952,
Rev. de Der, t. 49, sec. 2a, pág. 100; 20 septiembre 1919, Rev. de Der, t. 19, sec. Ia,
pág. 479; en igual sentido, C Pedro Aguirre Cerda, 10 junio 1985, Rev. de Der, t. 82,
sec. 2a,
pág. 67; C Concepción, 27 agosto 1971, Rev. de Der, t. 68, sec. 2", pág. 52.
178
E. RIOSECO HENRIQUEZ, La posesión inscrita ante la jurisprudencia, N° 274,
pág. 179, 2a edic, Santiago, 1996, pág. 212, en que trata de esta cuestión con abun
dante jurisprudencia; D. PEÑAILILLO AREVALO, ob. cit., pág. 275, en donde cita
jurisprudencia en ambos sentidos.
179
La admiten excepción, C Suprema, 25 septiembre 1952, Rev. de Der.,
como

t. 49, sec. Ia,


pág. 335; C Suprema, 15 diciembre 1947, Rev. de Der., t. 45, sec. Ia,
pág. 324; C. Suprema, 4 abril 1946, Rev. de Der., t. 43, sec. Ia, pág. 418; C Supre
ma, 12 enero 1944, Rev. de Der., t. 42, sec. Ia, pág. 23; C Suprema, 27 julio 1936,
Rev. de Der, t. 33, sec. Ia, pág. 406; C. Suprema, 8 septiembre 1925, Rev. de Der.,
t. 23, sec. Ia,
pág. 471; la admiten sólo como acción los fallos ya citados en nota 177.

75
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA YJL'RISPRUDENCI A

mente en el sentido que sólo cabe alegar la prescripción adquisitiva


como acción, doctrina que ya no admite entre nosotros discusión.
Respecto de la extintiva, la situación es diametral-
prescripción
mente opuesta. En efecto, lo que nadie pone en dudas es
que se

pueda oponer como excepción. En ello no hay diferencia los entre

autores ni en los tribunales y es como tal que la trata la legislación


procesal al referirse a este modo de
extinguir la acción (arts. 310 y
464 N° 17 del Cód. de Proc. Civil). La dificultad radica en deter
minar si es posible alegarla como acción, encontrándose aquí po
siciones contrapuestas. Lo normal es que sea una verdadera

excepción, porque al oponerla, el deudor no pretende discutir la


legitimidad jurídica de la pretensión del acreedor, sino que con ella
hace ver un impedimento de hecho que la hace impropia,180 o si
se quiere,
según una doctrina, no se configura como una excep
ción en el sentido substancial, sino como una simple oposición al
juicio.181 Es por ello que resulta lógico que nuestra legislación pro
cesal la haya previsto como una excepción, tanto al reglamentar el

procedimiento del juicio ordinario (art. 310 Cód. de Proc. Civil),


como al enumerar las
excepciones que son posibles en el juicio eje
cutivo (art. 464 N° 17 Cód. de Proc. Civil).
En nuestradoctrina, para algunos182 no existe inconveniente
que el deudor accione de prescripción, solicitando se le declare li
berado de su obligación. Señalan que la única diferencia entre la
acción y la excepción es la distinta posición procesal que adoptan
dos intereses controvertidos, uno de los cuales ataca y el otro ener
va el ataque. Por esto, la acción supone un derecho o interés en su
rol activo y laexcepción supone un derecho o interés en su rol pa
sivo.
Como puede observarse, el problema se centra en el concepto
de acción y excepción. Pero en cuanto a ello ha
podido resolverse
que "nuestra legislación no define lo que es una excepción que se

180
Así, ENRIQUE M. FALCON, "La prescripción como acción y como excep
ción", enRev. de Der. Priv. y Comunitario, N° 22,
pág. 15, Buenos Aires, 2000. So
bre el carácter de verdadera excepción de la
prescripción extintiva, B. TROISI,
La prescrizione como procedimento, págs. 39
y sgts., Ñapóles, 1980.
181
G. PANZA, ob. cit., N° 1 1 pág. 239. Pero la
,
mayoría de la doctrina italiana
la concibe, sin embargo, como excepción en el sentido
substancial, como el mis
mo autor lo reconoce, nota 98.
182
Así, RAMÓN DOMÍNGUEZ B., art. cit., N° 60,
pág. 187; EMILIO RIOSECO
HENRIQUEZ, art. cit., N° 61,
págs. 299 y siguientes; RENE ABELIUK ob cit t 2
' "

N° 1225.

76
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

opone la demanda, tampoco las ha señalado todas,


a ha
y no
podi
do hacerlo, dado su número y variedad".183
Como dice un autor, para la doctrina tradicional, la acción es
el derecho ejercicio cuya declaración pide el actor, y la excep
en

ción el contraderecho, cuya finalidad consiste en enervar la ac


es

ción deducida, pero no obtener la declaración de un derecho del

poseedor demandado.
En la teoría moderna, una
y otra vía procesal no son sino el
derecho a la jurisdicción, de modo que en cada acción y excep
ción hay sólo una de la parte respectiva, que, si está
"pretensión"
fundada derecho efectivo, será acogida y, por lo mismo, el
en un

derecho reconocido a nivel jurisdiccional.184


Esta
posición la ha recogido la jurisprudencia en varias opor
tunidades, expresando que la prescripción extintiva puede alegar
se, sea como acción o como excepción, ya que ningún precepto
sustantivo o procesal la ha limitado a la excepción.185 En sentido
similar, otra sentencia sostuvo que "la prescripción debe ser formal
mente
alegada en sede jurisdiccional, sea por vía de acción o por
vía de excepción...";186 y una tercera, agrega que "no existe ningún

precepto de ley que disponga que la prescripción extintiva no pue


da alegarse como acción, y declara así prescrita la obligación del
vendedor de pagar el saldo de precio de una compraventa y orde
na alzar la
hipoteca que lo caucionaba".187
También otros fallos han aceptado que se accione de pres

cripción sin que siquiera los demandados hayan objetado el pro


cedimiento, no poniendo en duda que se permita ejercer la
prescripción extintiva como acción. Dentro de este contexto, es in
teresante un fallo en que el demandante accionó de prescripción

y se aceptó la demanda en primera instancia. Luego la Corte de


Apelaciones revocó la sentencia, no por repudiarse la acción de
prescripción, sino por ser incompetente el tribunal, y finalmente
la Corte Suprema acogió un recurso de queja en contra de la reso
lución de la Corte de Apelaciones, con lo que se accedió a la soli-

183
C Suprema, 18 agosto 1964, Fallos del Mes 69, N° 6, pág. 179, que hace
un
completo análisis de lo que son las excepciones y defensas, definición, clasifi
cación y por qué la prescripción es una excepción perentoria.
184
E. RIOSECO HENRIQUEZ, La Posesión Inscrita ante lafurisprudencia, N° 274,
pág. 180.
185
C Suprema, 4 julio 1936, Rev. de Der., t. 33, sec. Ia, pág. 373.
186
C. Punta Arenas, 2 febrero 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 5a, pág. 49.
1X7
C Santiago, 9 septiembre 1947, Rev. de Der, t. 45, sec. 2a, pág. 49.

77
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

citud de declarar prescrita la acción del Fisco para el cobro del im


puesto a la herencia.188
Una sentencia más reciente acogió la demanda para que se

declarara la prescripción pagaré, a pesar que el


extintiva de un

demandado sostuviera que "la acción de prescripción debía deses


timarse, porque había operado una interrupción de ella" y la Cor
te de
Apelaciones rechazó la acción de prescripción, no por haberse
alegado como acción, sino porque aceptó que esa
prescripción ha
bía sido interrumpida.189
En otro fallo se y extinguidas las acciones
"declaran prescritas
ejecutivas y ordinarias, y los derechos del vendedor para exigir el
pago del precio insoluto, aceptando la cancelación de la inscrip
ción que lo garantizaba";190 otro declara prescrita la
hipotecaria ac

ción del Fisco para el cobro de determinados impuestos.191


Así como éstas, se encuentran innumerables otras situaciones
en
que ha accionado para que se declare la prescripción de una
se

obligación y, como consecuencia de ello, se ordene el alzamiento


de las hipotecas que la caucionaban. En todo caso, tratándose de
la acción hipotecaria, como veremos más adelante (vid. N° 44.3),
es necesario
que se pruebe primero la extinción de la obligación
principal, y luego, la extinción de la hipoteca v que se ordene su
cancelación, y no como lo han pretendido algunos litigantes que
solicitan derechamente el alzamiento de la hipoteca, sin probar
antes que se extinguió la
obligación de la cual emana.192 Por ello
en una sentencia se resolvió
que "no correspondía por la vía inci
dental accionar para obtener el alzamiento de la hipoteca confor
me lo
prescriben los artículos 2434 y 2516 del Código Civil, toda
vez
que no se ha demostrado que por el hecho de haber prescrito
la acción de un pagaré se hubiese
extinguido la obligación princi
pal, que en forma tan amplia se consigna en la escritura de hipo
teca, y que ésta acceda únicamente con la obligación
que se
demandó en los autos traídos a la vista".193

188
C
Suprema, 13 diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76, sec. Ia, pág. 1<S4.
m
C.
Santiago, 5 octubre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 2a, pág. 179.
1,4,1
G. Suprema, 27 octubre 1943, Rev. de Der, t.
191
41, sec. Ia, pág. 289.
(.. Suprema, 14 julio 1967, Rev. de Der., t. 64, sec.
Ia, pág. 236; Fallos del
Mes, 104, N°6, pág. 156, no declaró prescrita la acción del Fisco
porque había
operado interrupción de la prescripción que se había alegado como acción.
'•'"
C Suprema, 16 septiembre 1991, Fallos del Mes
193
394, N° 8, pág. 440
G. Suprema, 26 octubre 1987, Fallos del Mes 347, N°
8, pág. 49

78
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

En último caso, cuando el juicio de desposeimiento estaba


este

terminado, por haberse declarado prescrita la acción ejecutiva, la eje


cutada obtuvo el alzamiento de la hipoteca con un simple "como se
pide con citación", lo que resultaba improcedente atendida la circuns
tancia de que ya no había juicio pendiente en el cual pudiera dedu
cirse un incidente y cabía aún la posibilidad de una demanda ordinaria

para hacer efectiva la misma hipoteca por el banco acreedor.


Naturalmente que si se aceptara la tesis que permite oponerla
como acción, por esta vía no puede hacerse valer en cualquier es

tado de un
juicio, tal como lo sostuvieron unos fallos de la Corte

Suprema.194 Con ella ha de darse inicio al juicio


respectivo.
Otro sector de la doctrina rechaza la tesis de que la
prescripción
extintiva pueda alegarse como acción,195 partiendo del postulado de
que la acción supone un derecho desconocido y que puede na
no

cer mientras éste no se desconozca. Pero esta tesis criticada por


es

la mayoría de la doctrina,196 aunque también ha encontrado algún


apoyo en la jurisprudencia, aunque no en la más reciente. Así, va
rias sentencias han rechazado la idea de que pueda accionarse de
prescripción extintiva. Se argumenta que, no teniendo por efecto la
adquisición de un derecho sino la liberación de un gravamen, el deu
dor debe esperar que le demanden para excepcionarse.197
Entendemos que hoy la cuestión no admite debate y la mayo
ría de los autores reconocen que se dan numerosos supuestos en
que el deudor tiene evidente interés en la alegación de la prescrip
ción por vía de acción, por ejemplo, para levantar una hipoteca so
bre el bien entregado en garantía de una obligación, tal cual ya se
ha visto en que se acaban de
algunos supuestos jurisprudenciales
citar, o para dejar sin efecto un embargo
o
para eliminar la cali
dad de deudor de una obligación impaga en registros informáti
cos de deudores.198

Rev. de Den,
Suprema, Rev. de Der., t. 16, sec. Ia, pág. 216; C Suprema,
194
C
t. 42, sec. Ia, pág. 449; C. Santiago, 16 julio 1952, Rev. de Der, t. 49, sec. 2a,
Ia, pág. 336.
pág. 100; C Suprema, 9 septiembre 1966, Rev. de Den, 63, t. sec.

Con
195
H. MÉNDEZ EYSSAUTIER, Reglas comunes a toda prescripción, Memoria,
cepción, 1944, N° 22, pág. 54.
E. RIO-
Véase, R. DOMÍNGUEZ B., art. cit, N° 60, págs. 190 y siguientes;
196

SECO HENRIQUEZ, art. cit., pág. 299.


C Su
197
C Valparaíso, 12 agosto 1938, Rev. de Den, t. 37, sec. Ia, pág. 348, y
Rev. de Der., t. 32, sec. Ia, pág. 138.
prema, 17 noviembre 1934,
En Argentina la jurisprudencia ha impuesto la posibilidad de alegarla
198 como

la base de
acción: E. M. FALCON, ob. cit., pág. 11. En el derecho italiano, bajo

79
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

En todo caso, no parece existir armonía en las sentencias, en


cuanto al concepto de acción y excepción cuando se trata de deci

dir la cuestión para la prescripción adquisitiva, que cuando se ha


resuelto para la prescripción extintiva. Para aquélla, la negativa a

aceptar la deriva, como se ha recordado, de la diferen


excepción
cia de fines Para ésta,
por la acción y por la excepción.
perseguidos
es la nula distinción de fondo entre la acción
y la excepción la que
permite alegarla de una forma u otra. Resulta así evidente que nues
tros tribunales han atendido más a consideraciones prácticas que
a una consecuencia técnica y doctrinaria.

prescripción extintiva como excepción. Como acaba


10.3. La
mos decirlo, hay acuerdo en que la prescripción extintiva pue
de
de oponerse como excepción. Se trata de una excepción perentoria

y acogida, resulta inútil pronunciarse tanto sobre las demás incom


patibles con ella como sobre la existencia del derecho reclamado
por el acreedor,199 cuestión que precisaremos más abajo. El deu
dor que la opone reconoce
por ello mismo que tal derecho exis
tía, aunque se ha por el tiempo.
extinguido
El Código Civil omitió referirse a la oportunidad y forma de

oponer la prescripción; pero los Códigos que fueron fuente del de


Chile se referían a ello: art. 2224 del Código francés; 2130 del Cer-
deña; 3427 Louisiana, etc. De allí que el silencio del de Chile
de

puede motivado, según un autor, por el comentario


haber estado

que García Goyena hizo al art 1941 del Proyecto Español de 1851,
en cuanto a
pensar que la cuestión debía dejarse para los códigos

declaraciones de certeza, se ha aceptado también que pueda ser


alegada como
acción. Sobre ello, G. PANZA, ob. cit., N° 10, 237; PUGLIESE, La
Digesto, pág.
prescrizione estintiva, págs. 282 y sgts. Turín, 1924; AURICCHIO, ob. cit., 84; pág.
AZZARITI-SCARPELLO, "Della prescrizione e della decadenza", en Comm. Diri
gido por Scialoja y Branca, pág. 240, Bolonia, 1975; P. VITUCCI, ob. cit., t. 1,
págs. 20 y sgts., aunque PANZA es contrario a ello en Contributo alio studio della
prescrizione, Ñapóles, 1984.

199
C. Suprema, 28 agosto 1995, Rev. de Der, t. 92, sec.
Ia, pág. 77; 3 octubre
1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 180; 13 abril de 1989, Rev. de Den, t. 86,
sec. Ia,
pág. 49; 18 agosto de 1964, Fallos del Mes 69, N° 6, pág. 179, hace un que
completo análisis de lo que son las excepciones y las defensas y del porqué la ex
cepción de prescripción es perentoria; 8 junio 1961, Fallos del Mes 31, N° 65,
pág. 89. La doctrina entiende también que es una excepción perentoria- A m' "

FALCON,ob. cit., pág. 15.

80
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIV/

deprocedimiento.200 Y precisamente este silencio fue salvado por el


Código de Procedimiento Civil. El artículo 309 señala los requisitos
de la contestación de la demanda, uno de los cuales se refiere a las
excepciones que se
opongan a la demanda; pero el artículo 310
agrega que la excepción de prescripción, entre otras,
puede opo
nerse en
cualquier estado de la causa, con tal que se
alegue por
escrito antes de la citación para oír sentencia en
primera instan
cia, o de la vista de la causa en
segunda.
Esta regla, con las variantes propias del contiene
caso, un
prin
cipio admitido en otros derechos. En Italia admite
se su
proposi
ción en laapelación, aunque sea por primera vez.201 En Francia el
art. 2224 del Código Civil señala expresamente
que la prescripción
puede ser opuesta en todo estado de causa, incluso ante la Corte
de Apelación; pero no ante la Corte de Casación.202 Otros Códigos
clásicos contenían reglas parecidas (art. 2130 Cód. de Ñapóles; 2359
del de Cerdeña). El primitivo art. 3962 del Código
argentino se
guía igual regla: "La prescripción puede oponerse en cualquier ins
tancia, y en todo estado del juicio, anterior al tiempo en que las
sentencias hayan pasado en cosa juzgada; pero ante los tribunales

superiores no puede oponerse, si no resulta probada por instru


mentos presentados, o testigos recibidos en primera instancia";
pero
la Ley N° 17.71 1, que introdujo las principales reformas que se han
hecho al Código transandino, alteró la regla y por ello ese artículo
manda ahora que "la prescripción debe oponerse al contestar la
demanda o en la primera presentación en el juicio que haga quien
intente oponerla", reforma que se dijo tenía por objeto "agilizar y
moralizar el proceso", aunque no por ello la regla ha dejado de

200
"Oportunidad para hacer valer la prescripción en la
R. DOMÍNGUEZ B.,
legislación chilena", Boletín de la Fac. de Der. y Ciencias Soc, Córdoba, Ar
en

gentina, enero-diciembre, 1969. Nos 1-5, pág. 228. GARCÍA GOYENA decía: "A pe
sar del ejemplo y autoridad de todos los códigos, yo habría dejado la materia y
decisión de este artículo para el de procedimientos civiles, donde habla de la na
turaleza yespecies de las excepciones, del tiempo y forma de oponerlas: la pres
bien mixta anómala, no es más
cripción, bien se llame perentoria, o que una
excepción; y en el Código indicado tal vez se reformará o modificará la declara
ción aquí hecha".
201
Así, Cass. 28 abril 1984, N° 2676. En este sentido, P. VITUCCI, ob. cit., t. 1,
págs. 215 y 216. Pero no se admite lo mismo en el procedimiento laboral: Cass. 8
octubre 1986, N° 5916.
202
Así, Civ. Ia, 27 febrero 1973, Bull. Civ. I, N° 71; 3 de julio 1984, Bull. Civ. I,
N° 216.

81
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

presentar dificultades interpretativas, ante la imprecisión de los tér


minos "primera presentación en el juicio".203 El legislador de la re
forma para criticar la antigua regla "piensa que puede fomentarse
la mala fe del litigante, si se admite oponer la excepción de la pres

cripción en otro momento que no sea la contestación de la deman


da".204 De allí que el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
luego de la reforma de la Ley N° 22.434, haya dispuesto que "La
prescripción podrá oponerse hasta el vencimiento del plazo para
contestar la demanda o la reconvención. El rebelde sólo podrá ha

cerlo con posterioridad siempre que justifique haber incurrido en


rebeldía por causas que no hayan estado a su alcance superar. En
los casos en que la obligación de comparecer surgiere con poste
rioridad al plazo acordado al demandado o reconvenido para con
testar, podrá oponerla en su primera presentación. Si se dedujera
como excepción, se resolverá como
previa si la cuestión fuere de
puro derecho"; pero aun así el alcance de la regla admite diferen
cias.205 El art. 2493 del Proyecto 85/95 al que hemos venido refi
riéndonos, sugiere ser más terminante y limitativo: "Oportunidad
procesal para oponer la excepción. La excepción de prescripción
debe interponerse dentro del plazo para contestar la demanda en
los procesos de conocimiento, y dentro del plazo para oponer ex

cepciones en los procesos de ejecución" (inc. Io).


La cuestión de la oportunidad para alegar la prescripción es en
tonces discutible y bien
pudiera pensarse que en aras de acortar los
litigios y para evitar, como lo pretendió el legislador argentino, que
el demandado sorprenda al demandante con una alegación avanza
do el proceso, adoptó un criterio más limitativo que el del art. 31 0.206

203
Sobre ello, E. M. FALCON. artículo citado, pág. 17; R. MARTÍNEZ RUIZ,
Oportunidad para oponerla defensa de prescripción. La Ley, 147-1250; J. LLAMBIAS,
Tratado de Dei echo Civil. Obligaciones, t. 3,
pág. 478, Buenos Aires, 1973. La reforma
en cuanto a sus fundamentos fue
aceptada por la doctrina que los comparte, así
por ej., L. MOISSET DE ESPANES, "Reformas al Código Civil. Régimen de la Pres
cripción. Obligaciones", Conferencias, versión taquigráfica, pág. 47, Córdoba, 1968.
204
M( )ISSET DE ESPANES, artículo v
-m
pág. citados.
Sobre ello, RIRAS-GIMEXEZ, Alonso de Díaz Cordero, "Comentario críti
co sobre la rel'orma delCódigo Procesal Civil v Comercial de la Nación", Rev. Jur.
El Derecho 94-839.
2("'
En el sentido favorable a la
regla argentina, DOMÍNGUEZ BENAXTNTE
R., Oportunidad para hacer valer la prescripción en la
legislación chilena, citado, pág. 239.
El autor recuerda que en Chile, al discutirse el actual art. 310 del Cód.
de Proc.
Civil, en el Provecto dr 1893 se había propuesto que "Si apareciere
que se ha re
tardado maliciosamente la alegación de estas
excepciones (entre las que se en-

82
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

En todo caso, lo que parece evidente es que, opuesta la excep


ción de prescripción, junto a otras, el tribunal deberá examinar pri
mero ésta y se ha resuelto que si la acoge, no tiene sentido que se
consideren las demás,207 proposición esta última que nos parece dis
cutible, pues si el tribunal de casación invalidare la sentencia por ha
berse acogido prescripción sea con defectos formales, sea con error
la
de derecho, el demandado quedaría en situación desmedrada al no
haberse resuelto sus otras excepciones, que, no obstante, podrían con
ducir a desestimar la demanda, aunque no se acogiere la prescripción.
Volviendo derecho, de la lectura del art. 310 del Có
a nuestro

digo de Procedimiento Civil, se desprende que dos son los requisi


tos copulativos para oponer la excepción de prescripción en
cualquier estado de la causa: que se oponga por escrito y que ello
se haga antes de la citación para sentencia en primera instancia, o

antes de la vista de la causa en segunda.

En relación al primero de estos requisitos, la jurisprudencia ha


resuelto que, debiendo oponerse por escrito, no puede considerarse
la que se alegue oralmente durante la vista misma de la causa.208
Luego, la sentencia que no se pronuncia acerca de la prescripción
alegada verbalmente no viola ley alguna.209
Lo que la ley exige es que la prescripción se oponga por escri
to, y no se funde además en un antecedente escrito. Por ello
que
no creemos dicho en una oportunidad
exacto lo por la Corte de
Santiago, en el sentido que "la excepción de prescripción opuesta
lo fue en época procesal, fundándose, además, en un antecedente
escrito,como la norma
exige del artículo 310 del Código de
legal
Procedimiento Civil, que es la escritura de compraventa de la de
mandante con el demandado".210

contraba la de el tribunal imponer una multa que


prescripción), podrá
no exce

da de 500 pesos y el pago de las costas inútiles por causa del retardo".

207
Así, A. BUERES y J. MAYO, art. cit., pág. 340, nota 10, aunque nada impi
forma
de, como dicen los autores, que el deudor oponga otras excepciones en
principal.
*"
C 23 agosto 1905, Gaceta de los Tribunales, t. 2, N° 643, pág. 138;
Suprema,
de los Tri
15 junio 1908, Rev. de Der., t. 7, sec. Ia, pág. 539; 27 abril 1909, Gaceta
bunales de 1909, t. 1, N° 205, pág. 301; 13 enero 1914, Gaceta de los Tribunales,

1914, t. 1,N°7, pág. 16.


209
C 19 mayo 1932, Rev. de Der., t. 29, sec. Ia, pág. 446; Gaceta de
Suprema,
los Tribunales de 1914, t. 1, pág. 16, s. 7.
sent. 10.
210
C Santiago, 27 septiembre 1990, Fallos del Mes, N° 382, pág. 492,

83
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Obviamente que "si la excepción de prescripción se opone una


vez cerrado el procedimiento, es extemporánea", como bien lo ha
entendido una sentencia.211
Como el artículo 310 del mencionado texto legal se refiere a

la excepción de ha sostenido que "si el plazo es de


prescripción, se

caducidad, debió oponerse esta defensa en el escrito de contesta


ción de la demanda, y al hacerse después resulta extemporáneo".212
Se instituciones diversas, de forma que las reglas procesa
trata de
les de una no pueden extenderse a la otra, ya que ni siquiera se

puede aducir entonces el posible argumento analógico.


Pero también se
excepción de prescrip
ha sostenido que "la
ción opuesta en primera instancia, después de citadas las partes a
oír sentencia, y por lo tanto declarada inadmisible por extempora-
neidad, no obsta a su reproducción o renovación en segunda ins
tancia, ya que no ha habido resolución desestimatoria sobre el
fondo de la misma, y en consecuencia el Tribunal de Alzada debe
entrar a suconocimiento y fallo".213
Por lo mismo, se ha resuelto acertadamente que "omite la deci
sión del asunto controvertido y es por tanto nula la sentencia que
no se
pronuncia sobre la excepción de prescripción opuesta por el
demandado en segunda instancia, antes de la vista de la causa, y que
se refiere a la extinción de las
obligaciones que le afectarían como
administrador de bienes por un período comprendido en el lapso

que tuvo en cuenta la de primera instancia para condenarle a pagar


una cantidad de dinero
que la de segunda consideró que debía au
mentarse".2'4 También tiene dicho la Corte Suprema que esta excep
ción puede oponerse en el escrito de apelación y si la Corte no se
pronuncia sobre ella, hay falta de decisión del asunto controverti
do, que puede ser sancionada por la casación en la forma.215

10.4. Ámbito de aplicación del artículo 310 del Código de Pro


cedimiento Civil. Respecto del ámbito de aplicación del mencio
nado artículo 310, se han suscitado
algunas interrogantes: su
aplicación al juicio ejecutivo y al sumario o aun al procedimiento
laboral y también a la prescripción adquisitiva.

211
C Suprema, 20 noviembre 1969, Fallos del Mes 133, N° 4, pág. 317.
2,2
( :. Santiago, 1 3 enero 1982, t. 79, sec. 3', pág. 33.
213
C. Santiago, 28 octubre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 103.
214
C. Suprema, 31 julio 1950, Rev. de Der., t. 47, sec. Ia, pág. 313.
21 '

C. Suprema, 27 julio 1995, Fallos del Mes N° 440, pág. 777, sent. 22.

84
PRIMERA PARTE. DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

aplicable o no a la excepción de prescripción ex


10.4.1. Si es

tintiva opuesta en el juicio ejecutivo. El problema se presenta por


que, como lo recordó la Corte Suprema, en el juicio ejecutivo, "de
conformidad con lo señalado con el art. 465 del C.P.C., todas las

excepciones que oponga el ejecutado deben expresarse en un mis


mo escrito, y respecto de ellas deberá pronunciarse sentencia si se
estimaren admisibles".216
Deberá entenderse entonces que la exigencia del art. 465 del
Código de Procedimiento Civil hace inaplicable en el procedimien
to lo prescrito por el art. 310 del mismo cuerpo legal. Así
ejecutivo
lo entiende la doctrina217 y la jurisprudencia.218
En sentido similar, se ha sostenido que "la ley concede al deu
dor el derecho a oponerse a la
ejecución y al pago, con causa legal
suficiente, dentro de un término fatal de ley nos cuatro días. La
dice algo así: oponiéndose alguna de tales y cuales excepciones y
es fatal.
no otras, y siempre que eso se haga dentro de plazo, que

Es un caso preciso de caducidad: o se ejercita el derecho en tiem


se extingue, caduca; además
po y forma o el derecho desaparece,
*
"
■i. 219
ipso jure .

no se haya opuesto
Como el plazo es fatal, "la excepción que
irrelevante la
en ese
plazo no puede formularse después, siendo
circunstancia de haberse o no certificado en la causa que no se
opu-
» 990
sieron excepciones .

Relacionado con este punto, se ha afirmado reiteradamente que


de prescripción no
"el procedimiento para deducir la excepción
es otro que el ejecutivo y no es factible
hacerlo en la diligencia de
hecho
reconocimiento de firma",221 con lo que quiere reafirmar el

216
C. 1 octubre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 155; el mismo
Suprema,
fallo en Fallos del Mes 385, N° 7, pág. 737.
en el juicio ejecutivo a través ae
la
217
H SEPULVEDA TITUS, De las excepciones
N° 158, pág. 134; R. DOMÍNGUEZ B.,
jurisprudencia, Memoria, Concepción, 1944,
la prescripción en la legislación chilena, citado,
Oportunidad para hacer valer
sec. Ia, pag. 368, C.
PaS-^-
218
C. Suprema, 23 noviembre 1939, Rev. de Den, t. 36,
Gaceta de los Tribunales de 1934,
Suprema, Rev. de Den, t. 17, sec. Ia, pág. 462;
t. 2, pág. 437,s. 108. _a
OA
de Den, t. 80, sec. 2,
"9
CPedro Aguirre Cerda, 27 octubre 1983, Rev.
Rev. de Der., t. 86, sec. 1
142; en sentido similar, C. Suprema, 5 octubre 1989,
,

pág.
pág. 131. nn „a
*
CA
de Den, t. 83, sec. 2 pag. 64.
Aguirre Cerda, 8 agosto 1986, Rev.
220 ,
C Pedro
sec. 2a, pag. 47; C. Pe
221
C Punta Arenas, 29 abril 1992, Rev. de Der., t. 89,
sec. 2a, pág. 56; C. Punta Are
dro Aguirre Cerda, 24 julio 1986, Rev. de Den, t. 83,
nas, 22 junio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 2a, pág. 92.

85
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

cabe
que excepción, dentro del procedimiento ejecutivo, sólo
esa

oponerla en la oportunidad indicada en el art. 465 del Código de


Procedimiento Civil, ni antes ni después.
Conviene tener presente que "los procedimientos cognosciti
vos u ordinarios persiguen satisfacer una pretensión que consiste

en obtener el mero reconocimiento declaración de un derecho


o

o facultad, en una resolución jurisdiccional que es la sentencia de


finitiva, sentencia que normalmente tiene fuerza ejecutiva. Los pro
cedimientos ejecutivos, en cambio, están por esencia destinados a

lograr la ejecución de ese derecho ofacultad que ya consta feha


ciente e indiscutiblemente, sea en una sentencia definitiva o un ins

trumento al cual el otorgado fuerza ejecutiva". Así


legislador le ha
los definió una sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago.222
El propósito del legislador al crear el procedimiento ejecutivo fue
sólo dar al acreedor un medio más eficaz para obtener el cumpli
miento compulsivo de sus derechos, dejándose constancia, desde
luego, que las obligaciones en lo sustantivo se siguen rigiendo por
las reglas generales, lo que aparece de manifiesto en las diversas
excepciones que puede oponer el ejecutado, de acuerdo a lo dis
puesto por el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.

10.4.2. Si aplica o no el artículo 310 del C.P.C. al procedi


se

miento sumario al procedimiento sumario laboral. Un sector de


o

la jurisprudencia ha sostenido que "en lo que atañe a la oportuni


dad en que debe oponerse la excepción de prescripción en el jui
cio sumario, de seguirse literalmente la normativa de su tramitación
que disponen los artículos 681 y siguientes del Código de Procedi
miento Civil, podría concluirse que la excepción de que se trata
debe oponerse sólo y necesariamente en la audiencia a que cita el
tribunal a las partes, porque según los términos del artículo 683
de dicho texto legal, con lo que ahí exponga se resolverá la con
se

tienda o se recibirá la causa a


prueba. Sin embargo, pese a lo dis
puesto en dicha norma, lo que se prescribe en el artículo
como

690 del mismo Código es que los incidentes deben promoverse y


tramitarse en la misma audiencia aludida, se ha
llegado a sostener
que excluye la posibilidad de que
entonces no se el demandado
pueda comparecer después de la referida audiencia, tanto para pro
mover incidencias relacionadas con la validez de la relación proce
sal, como
para oponer la excepción de prescripción de que se trata.

222
C. Santiago, 12 julio 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 146.

86
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

"Lo anterior, porque no están excluidas en la tramitación del


juicio sumario las normas comunes a todo procedimiento y, ade
más, porque obstante
no
que este procedimiento es breve y con
centrado, es declarativo, lo que hace aplicable a su tramitación la
regla general del artículo 3o del Código de Procedimiento Civil,
pues, en este caso, al no legislarse sobre la forma y oportunidad
de hacer valer la excepción de prescripción, debe entenderse com
prendida entre las 'gestiones, trámites o actuaciones' a que se re
fiere ladisposición mencionada, que habilita para interponerla en
la forma y tiempo que prescribe el artículo 310 del citado Código.
En el presente caso, el demandado opuso la prescripción de la ac
ción deducida con sujeción a la referida norma, de modo que era
legalmente admisible".223
En otro fallo se había confirmado la resolución de primera ins
tancia, en el sentido de declarar inadmisible la excepción de pres
cripción, "atendido a que conforme al artículo 683 del Código de
Procedimiento Civil, con lo que se exponga en la audiencia se re
solverá la contienda o se recibirá la causa a prueba; y, de acuerdo
con lo dispuestoel artículo 690, los incidentes deben formular
en

se en la misma audiencia". Pero al interponerse el recurso de que

ja contra la resolución de segunda instancia, la Corte Suprema


declaró que hacía lugar al recurso, manteniendo la posición de que
el artículo 310 del Código de Procedimiento Civil puede aplicarse
en el por las mismas razones señaladas en
procedimiento sumario,
el fallo que transcribimos anteriormente, doctrina que es hoy co
mún en las sentencias.224
No deja de sorprender la solución jurisprudencial, pues el ca
rácter declarativo del juicio sumario no impide que se le aplique
el principio de la especialidad, el que excluye, por lo mismo, la vi

gencia de reglas generales. Si el art. 683 referido contiene una nor


ma
propia del juicio sumario, así como el art. 465 la tiene para el
ejecutivo, no se observan razones evidentes, ni de lógica, para ex
cluir la regla del art. 310 para éste y no para aquél. La norma del
art. 3o del Código de Procedimiento Civil no puede llevar a apli

car
reglas a las que se confiere el carácter de general y por ende
supletorias, por sobre una norma especial de claro tenor. La solu-

Santiago, 23 mayo 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 2a, pág. 42; en idéntico
223
C
sentido Corte Suprema, Rev. de Den, t. 84, sec. Ia, pág. 34.
224
Q Suprema, 14 abril 1987, Fallos del Mes 341, N° 10, pág. 106. En el mis
mo sentido, C. Suprema, 22 julio 1996, Fallos del Mes 452, N° 6, pág. 1354.

87
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ción en materia de juicio sumario revela que, en definitiva, la nor


ma derivada de la jurisprudencia está lejos de obedecer a criterios
pura y de armonía en el ordenamiento jurídico y
de es co
lógica
mún que se pierda en soluciones diversas que carecen de compati
bilidad. Pudiera sostenerse aquí que, en definitiva, ampliar la
aplicación del art. 310 al juicio sumario no hace sino favorecer al
deudor, existiendo razones
para ello. Sin embargo, no se
prácticas
observa el porqué no hacerlo del mismo modo para el juicio eje
cutivo, pues el carácter que las sentencias reseñadas más
procesal
arriba aducen como fundamento para excluir esta regla no es sóli
do. El no ser declarativo y en ello diferenciarse del
juicio sumario
no es razón para diferenciar, en cuanto a la excepción de prescrip

ción, uno y otro, si para ambos existe regla especial a las que no
obstante se confiere distinto alcance.
La observaciónprecedente en cuanto a lo contradictorio de las
soluciones jurisprudenciales adquiere aun mayor fuerza si se tiene
en cuenta que, en el procedimiento de los juicios del trabajo, se

ha resuelto que sólo cabe oponer la excepción de prescripción, al


contestar la demanda, porque el art. 440 del Código del Trabajo

admite únicamente que las excepciones sean opuestas en esa opor


tunidad.225 Pero resulta de toda evidencia que las mismas razones
que llevan a admitir la excepción en segunda instancia en los jui
cios sumarios debería regir aquí, más aún si la tramitación del jui
cio laboral es también declarativa y, en esencia, se trata de un
juicio
sumario especial.

10.4.3. Si aplica el art. 310 sólo a la prescripción extintiva,


se

o también a la
adquisitiva. La respuesta a esta interrogante depen
de en parte de la posición que se adopte en torno al problema que
ya planteamos respecto de si la prescripción adquisitiva puede o
no oponerse como
excepción (vid. N° 10.4.3). Naturalmente que
si se rechaza tal tesis, no se permitirá la aplicación del art. 310 del
C.P.C., y ni siquiera podría entonces admitirse que se presente el
problema, desde que la acción cabe o en un juicio nuevo, o por la
vía reconvencional.
Para los que postulan la tesis de que la
prescripción adquisitiva
también puede oponerse como excepción, la respuesta es eviden
te: dicho artículo no efectúa ninguna distinción, siendo por lo tanto

C Suprema, 16 de agosto 1995, Fallos del Mes N° 441,


pág. 1141, sent. 12.

88
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

plenamente aplicable tanto a la prescripción extintiva como a la


prescripción adquisitiva.226
Sin embargo, la doctrina hoy más que mayoritaria entiende
que
"el art. 310 se aplica sólo a la extintiva, ya que la naturaleza de la
adquisitiva hace que sea de lato conocimiento. En consecuencia,
al hablar de las excepciones que pueden oponerse en cualquier es
tado de la causa y citar entre ellas a la prescripción sin distingos,
no
puede estimarse que se incluye a la adquisitiva, sino que sólo se
contrae a la extintiva de las acciones
judiciales dimanantes de un
vínculo de obligación".227 La doctrina es, como decimos,
lógica si
se entiende
que la regla del art. 310 del Cód. de Proc. Civil no pue
de aplicarse a una prescripción que sólo es admisible si se alega
como acción.228

11. Legitimación para alegarla. A diferencia del Código francés, el


nuestro no señala quiénes puedan alegar la prescripción. No cabe

duda que las reglas se han puesto en el caso que quien lo hace es
el deudor o más ampliamente el sujeto pasivo de la relación perti
nente. Tampoco que puedan hacerlo quienes le representan, sea

legal o voluntariamente. Debe recordarse que el art. 2132 señala


entre las facultades naturales que se comprenden en el mandato

general de administración precisamente la de interrumpir la pres


cripción, situándose en el caso de un acreedor que ha conferido
mandato y vería la razón para que si el mandante es un deu
no se

dor, su mandatario no pudiera alegar la prescripción que le favo


rece, y no vemos inconveniente en que la idea de mandato tácito y

226
C Suprema, 9 Fallos del Mes 94, N° 3, pág. 209. Así lo
septiembre 1966,
pretendió el recurrente, pero la Corte Suprema rechazó el recurso de casación
en el fondo
y con ello también sus argumentaciones.
227
C Suprema, 10 marzo 1999, Fallos del Mes 484, N° 7, pág. 32; C Santia
Rev. de Der.,
go, 16julio 1952, Rev. de Den, t. 49, sec. 2a, pág. 100; 16 enero 1998,
t. 95, sec. 2a, 12. En idéntico sentido, C Suprema, 14 septiembre 1918, Rev.
pág.
de Den, t. sec. Ia, pág. 216; C Suprema, 8 abril 1922, Rev. de Der., t. 21, sec. Ia,
16,
pág. 59; C Suprema, 23 abril 1930, Rev. de Den, t. 27, sec. Ia, pág. 819; C. Supre
ma, 27 marzo 1943, Rev. de Den, t. 42, sec. Ia, pág. 449;.C. Suprema, 26 abril 1957,
Rev. de Der., t. 54, sec. Ia, pág. 58; C. Suprema, 9 septiembre 1966, Rev. de Den,
senti
t. 63, sec. Ia,
pág. 336, y Fallos del Mes N° 94, pág. 209, sent. 3. En el mismo
en la
do, R. DOMÍNGUEZ B., Oportunidad para hacer valer la prescripción legislación
chilena, citado, pág. 235.
Suprema, 10 marzo 1999, Rev. de Der. U. de Concepción, N° 205 (1999),
228
C.
pág. 189, comentario R. DOMÍNGUEZ ÁGUILA; C. Santiago, 16 enero 1998, Rev.
de Der., t. 95, sec. 2a, pág. 12.

89
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

recíproco que jurisprudencia ha reconocido a los comuneros


la

comprenda la facultad de alegar por todos la prescripción de al


de adminis
guna deuda, desde que se trata de una típica facultad
tración diligente. Tampoco habrá dudas de que el cesionario del
deudor pueda alegarla, desde que ocupa su lugar, como tampoco
que lo hagan los herederos, si éstos representan al
causante en sus

derechos y obligaciones transmisibles (art. 1097).


Pero nada más puede desprenderse de las normas del Código.
Sin embargo, el art. 2225 del Código francés prescribe que "Los
acreedores, o toda otra persona que tenga interés en
que la pres
cripción sea reconocida, pueden oponerla, aun cuando el deudor o
el propietario renuncien a ella". El Código italiano de 1865 tenía re

gla semejante (art. 21 12) y el actual, en el art. 2939 ordena que "La
,

prescripción puede ser opuesta por los acreedores y por quien ten
ga interés, aunque la parte no haga valer. Puede ser opuesta aun
que la parte la haya renunciado". El reciente Código del Brasil
también otorga el derecho a alegar la "parte a quien aprovecha"
(art. 193).
Esas reglas se justifican plenamente, porque si el sujeto pasivo
de la obligación es el primer interesado en la prescripción, no es
siempre el único, y pueden existir terceros a quienes la inercia del
deudor perjudique, de forma que resulta lógico que se les reconoz
ca
legitimación para alegarla. Y cabe observar que tanto el Código
francés como el italiano reconocen a esos terceros -entre ellos a

los acreedores- una


legitimación directa y
propia para la alegación.
No se trata entonces de una mera aplicación de la acción oblicua
o
subrogatoria que el Código de Napoleón confiere a los acreedo
res de un modo
general (art. 1166),229 sino de un derecho propio,
pues no lo ejercen por y en lugar del deudor, y tan independiente
es el derecho, que aunque el deudor hubiese renunciado a la pres
cripción, los acreedores pueden aun alegarla. Es más propiamen
te una
legitimación alternativa conferida al tercero,230 aunque el
carácter de esta acción haya sido discutido y haya quienes le den
carácter subrogatorio. Pero la norma no sólo se refiere al acree

dor del deudor negligente, sino a todo el que tenga interés en que
la prescripción opere: los terceros garantes, el vendedor
obligado
a la
garantía de la evicción, el que ha adquirido la cosa existiendo

Así, BAUDRY LACANTINER1E y TISSIER, ob. cit., Nos 1 14 y sgts.


En ese sentido, P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, págs. 223
y sgt.

90
PRIMERA PARTE: DOCTRINA CENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

antes un contrato nulo entre su vendedor y el antecesor de éste


y
otros.231 Pero la jurisprudencia en Francia ha entendido la dis
que
posición del art. 2225 no es
aplicable sino a condición que la re
nuncia del deudor haya creado o aumentado su insolvencia.232
Sin embargo, legislación
en nuestra existe
regla semejante,
no

como tampoco una acción oblicua


o
subrogatoria con carácter ge
neral. No hay pues norma que permita fundar el derecho del acree
dor a alegar la prescripción no opuesta por su deudor, ni el de otros
interesados. Pero nos parece evidente que algunos supuestos ha
brán de ser admitidos. Así, el vendedor obligado al saneamiento
de la evicción debería entenderse autorizado para alegar la pres
cripción de alguna obligación del deudor, si ella permite la ade
cuada defensa de éste a que está obligado. Del mismo modo, los
deudores accesorios por garantía pueden oponer al acreedor la

prescripción de la obligación caucionada, desde que por el art. 2516


y en especial si se tiene en cuenta el alcance que le ha dado la ju
risprudencia (sobre lo cual vid. N° 44.3), la prescripción de la ac
ción accesoria depende de la prescripción de la obligación

principal, de forma que para obtener la prescripción de la acción


hipotecaria, o de la fianza, o de la acción prendaria, el garante re
quiere alegar la prescripción de la obligación caucionada. Por lo
demás la prescripción tiene los caracteres de una excepción real,
es decir relacionada con la obligación misma y no con la calidad o

estado del deudor. El art. 2496 permite alegar la prescripción al fia


dor aunque el deudor principal la haya renunciado. En todo caso,
la existencia de una regla general, como de los Códigos francés e
italiano, es un perfeccionamiento que requiere el Código Civil.

Sección II
RENUNCIA DE LA PRESCRIPCIÓN

12. Fundamento. La prescripción está


segunda regla común a toda
"La prescripción pue
art. 2494 del Código Civil:
consagrada en el
de ser renunciada expresa o tácitamente; pero sólo después de cum
plida". Se trata de una regla común en las legislaciones: arts. 3965

231
Sobre ello, B. TROISI, La prescrizione come procedimento, pág. 194, Ñapóles,
1980; E. MINERVINI, La prescrizione ed i "terzi", Ñapóles, 1994.
232
Soc. 9 noviembre 1950, Bull. civ. III, N° 830.

91
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Código argentino; 2936 y 2937 Código italiano; 1935 Código espa


ñol; 220 Código francés; 2514 Código colombiano; 191 Código bra
sileño, etc. El Código alemán dice que la prescripción no puede
"excluirse ni dificultarse por negocio jurídico".
La posibilidad de renuncia resulta contradictoria con los fun
damentos de orden público que se atribuyen a la prescripción, se

gún hemos visto (vid. N° 3.2) y es en razón de ella, que algunos


doctrinadores no aceptan tal pertenencia al orden público233 y que
otros sólo la acepten mientras la prescripción no haya transcurri

do, de forma que una vez cumplida, pasa a tener el carácter de una
simple facultad privada, un derecho potestativo234 y por ende dis
ponible. En realidad la existencia del instituto de la prescripción
tiene como razón de ser argumentos de orden público; pero una
vez
que se ha cumplido el tiempo, como ya lo hemos dicho (vid.
N° 12.1), la ley deja entregada a la voluntad del deudor la facultad
de prevalerse del efecto extintivo y éste puede, por ello, renunciar
a él. Ese efecto está bajo la disponibilidad de quien resulta benefi

ciado con la
prescripción.235
La de los beneficios que conce
prescripción, como la mayoría
de la ley, puede renunciarse y habría bastado la regla general del
art. 12 del Código Civil, en cuanto permite la renuncia de los de

rechos que sólo miran al interés particular del renunciante. Si se


ha requerido de una norma propia en el caso de la prescripción,
es porque la cuestión matiz especial, ya que al dictarse
adopta un

una la
disposición expresa sobre materia, se ha buscado, como se
ñala un autor, sujetar la renuncia a dos limitaciones:236 el momen
to en que cabe la renuncia y la capacidad o poder del renunciante.
Pero además de esas
particularidades, la renuncia debe ser exami
nada en sus formas y en sus efectos.

233
E HINESTROSA, ob. cit., pág. 167; A. AURICCHIO, Appunti sulla prescri
zione, pág. 77, Ñapóles, 1971. Ya oíros autores habían anotado, para justificar que
la renuncia sólo cabe ya cumplida la prescripción, que "no basta con decir que la
prescripción es de orden público o
que constituye una medida de protección a
los deudores en
general, sin lo cual no podría comprenderse cómo la renuncia
puede ser lícita, si la prescripción va se ha cumplido", P. ESMEIN, J. RADOUANT
y G. (iABOLDE, en PLANIOL RIPERT, ob. cit., nota 2 al N° 1338.
234
H. L. J. MAZEAUD y F. CHABAS, ob. cit, N° 19.
a:líi
B. GRASSO, ob. cit.,
en
Enciclopedia del Diritto, pág. 67. La naturaleza de
orden público y función de
su tutela, así su función social termina con el curso
del tiempo previsto, señala R. FERRUCCI, ob. cit., N° 8, pág. 648.
236
ABELIUK, RENE: ob. cit., t. 2, N° 1226.

92
PRIMERA PARTE: DOCTRINA (.EXERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

12.1. Sólo puede renunciarse una vez


cumplida. Con natura
les variantes, todas las legislaciones insisten en
que la posibilidad
de renuncia sólo abre
se
expirado el tiempo de la pres
una vez

cripción. Se puede renunciar a la prescripción "ganada", dice el


art. 1935 inc. Io del Código
español, como también el art. 3965 del
Código argentino; se puede renunciar a la prescripción "adquiri
da", señala el art. 2220 del Código francés y el del Brasil precisa
que ella sólo puede hacerse "después que la prescripción se con
sume". Ello permitiría entender que se califique a la
prescripción,
aun antes de ser declarada, como un derecho se ha incorpo
que
rado al patrimonio del deudor y del que éste puede
disponer. Y
puede entonces surgir la natural cuestión de saber cuál es ese de
recho, pues estamos en presencia de un deudor. Lo que ocurre es
que cumplido el plazo de prescripción, el deudor queda en condi
ciones de liberarse de la deuda y de este modo puede afirmarse
que ha adquirido el derecho a la liberación, con lo cual se revela,
como lo
apunta un autor, el aspecto adquisitivo que tiene toda pres
cripción.237 Más precisamente, se le ha conceptuado como el efec
to de la situación jurídica que surge luego de terminado el lapso

de prescripción, es decir, un verdadero derecho a la liberación, que


es lo
adquirido por el obligado238 y aun como el derecho potestati
vo de
provocar la extinción de la relación obligatoria, obteniéndo
se la liberación del deudor239 y es a ello a lo que éste puede

renunciar, atendido el carácter de esa adquisición.


Pero sería imposible admitir la renuncia anticipada, es decir a
la prescripción no iniciada o en curso. El fundamento de esta pro
hibición se encuentra, por una
parte, en
que de no ser así, los acree
dores transformarían la renuncia en una cláusula de estilo de todos

los contratos, dejando sin aplicación las normas legales sobre la


materia. Por otra, no hay que olvidar que las disposiciones sobre

prescripción, antes de cumplirse, como lo hemos dicho, tienen el

carácter de normas de orden público, según lo ha reconocido la

237
p VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 189. Se recordará que algunos autores en
tienden que toda prescripción es adquisitiva, según ya se vio antes vid. N" 1, aun
que con las críticas que esa concepción absoluta admite.
23H
F. MESSINEO, ob. cit., nota 1, y Variazioni su l concetto di "nnancia alia pres-
crizione" (art. 2937, 1° co), en Riv. Trim. Proc. Civ. 1957, págs. 505 y sgis.
NICOLO, "Azione surrogatoria e azione revocatoria1', en Commenlario del
23-'

Códice Civile, bajo la dirección de Scialoja y Branca, nota al art. 2901, pág. 232,
Roma, 1953.

93
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

jurisprudencia240 y esta razón viene desde lejos. Ya Dunod, antes del


Código francés, decía que "No es solamente porque es útil a la so
ciedad de los hombres en general, sino más aún, porque las leyes
al que no se es libre
que la autorizan forman un derecho público
de renunciar antes que sea aplicado a cada hecho en particular", y
unos autores, comentando esa frase, manifestaban que "sin duda
no es exacto decir que la prescripción hace parte del derecho pú
blico; pero escierto que el interés social que hace establecer la pres

cripción se
opone a que pueda renunciarse anticipadamente a
invocarla".241 Y prohibición alcanza, evidentemente, no sola
esta

mente a actos expresos de renuncia anticipada, sino a toda cláusu

la que la implique indirectamente al dejar la prescripción entregada


a la voluntad del acreedor. Ya hemos señalado que, a nuestro jui

cio, no son admisibles, sino con claras exigencias, las cláusulas de


renovación de la deuda que la dejan entregada a la sola voluntad
del acreedor (vid. N° 4), justamente porque implican, de hecho,
una renuncia anticipada a la prescripción. Yes por ello que, según

también ha indicado (vid. N° 4), no


se se admiten los pactos que
extienden los plazos de prescripción.
Sin embargo, hay quienes admiten la renuncia a una
prescrip
ción que ya inició su curso, aunque no se haya cumplido, porque lo

que la ley quiere impedir es una renuncia previa. Al decir, como lo


hace el Código español, que la prescripción renunciada esté gana
da, no se habría querido permitir que sólo pueda renunciarse expi
rado que sea el tiempo, pues el lapso ya iniciado, aunque no
concluido, está también ganado y por ello podría renunciarse. Cla
ro está que en ese evento de lo que se renunciaría sería sólo al tiem
po ya corrido, de forma que se iniciaría de nuevo y no al derecho
de alegar la prescripción.242 Pero la doctrina enunciada no nos con
vence. Más que renuncia, entendemos que habría allí una forma de

interrupción de la prescripción y el argumento tomado sólo de una


particular interpretación del adjetivo ganado no es decisivo, porque
a lo
que la ley permite renunciar no es a una posible prescripción,
sino a aquella que ya se verificó. Esa doctrina no
podría sostenerse
con los términos de nuestro art. 2494, que refiere la
se a
prescrip-

240
C Suprema, 29 diciembre 1988, Fallos del Mes 361, N° 12,
pág. 837; en el
mismo sentido, C. Suprema, 5 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1,
M1
pág. 291.
BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit, N° 53.
242
Así, M. ALBALADEJO, ob. cit., pág. 532, nota 1 bis. el autor ter
Aunque
mina por entender que habría allí forma de
una
interrupción natural.

94
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

ción cumplida, que por lo demás la exigencia común a las legisla


es

ciones. Y ello es
lógico si se tiene presente lo que se ha dicho antes:
el prescribiente no renuncia derecho
la prescripción, sino al
a un a

efecto extintivo que ella produjo, lo


que exige que se haya comple
tado su plazo. Otros han admitido
suspensiones convencionales de
la prescripción243 cuestión que parece más lógica,
aunque no cabal
mente admisible, desde que importa una extensión del plazo legal,
que, por otra parte, no se admite, según ya ha visto
(vid. N° 4)
se .

Es en razón de ello que ha resuelto que, "cumplido el


se
plazo
de ella, es un derecho particular del prescribiente, como tal,
y per
fectamente renunciable". Por lo mismo, añade el fallo, "es
inacep
table la renuncia de la prescripción
que se basa en escrituras
extendidas antes de estar cumplida la
prescripción".244
Agregaremos a lo ya expresado que ésta es la característica que
diferencia la renuncia de la interrupción natural de la
prescripción,
ya que esta última también implica un reconocimiento expreso o
tácito de la obligación, según veremos más adelante, pero mien
tras la
interrupción opera cuando el plazo de prescripción está co
rriendo, la renuncia opera cuando el plazo ya está cumplido.243 No
es lo mismo, entonces, renuncia
que interrupción, tal como lo ha
señalado una sentencia,24" aunque formalmente un mismo acto pue
de ser una renuncia a la prescripción o una
interrupción natural
de la misma, según el momento en que él intervenga. Es por esto
que tiene suma importancia determinar el momento en que se pro
duce el reconocimiento de la obligación, ya que si éste se produce
mientras está pendiente el plazo, se trata de una interrupción na
tural (art. 2518 del Código Civil), y como tal, por ejemplo, afecta
al tercer poseedor de la finca hipotecada, como lo sostiene una sen
tencia,247 cosa que no sucedería si se hace cuando el plazo esté cum
plido, por el efecto relativo de la renuncia, según se verá.
Sosteniendo la misma tesis, otro fallo señaló que la acción de des
poseimiento iniciada después de haberse cumplido el plazo de pres
cripción de la acción personal no puede interrumpir ese plazo.248

243
Así, en Francia, la sentencia de Cass. Civ. Ia, 13 marzo 1968, D. 1968. 626;
J.C.P. 1969, II, nota PRIEUR.
244
C. Suprema, 27 octubre, Rev. de Den, t. 41, sec. Ia, pág. 289.
245
C. Suprema, 25 agosto 1943, Rev. de Den, t. 41, sec. Ia, pág. 368.
246
C. Suprema, 5 mayo 1945, Rev. de Den, t. 43, sec. Ia, pág. 2.
247
C. Suprema, 30 junio 1951, Rev. de Der., t. 49, sec. Ia, pág. 231.
248
C. Suprema, 8 junio 1945, Rev. de Den, t. 43, sec. Ia, pág. 50.

95
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Otra sentencia dice que "llamado el deudor personal a reconocer la


obligación caucionada, como gestión preparatoria de la vía ejecuti
va, la confesión que preste en ese sentido es título ejecutivo contra
el tercer poseedor de la finca hipotecada".249 Algo similar ha resuel
to una sentencia de la Corte Suprema.250

Según lo entiende un autor, "es poco concebible esta renuncia


tratándose de la prescripción adquisitiva, porque es contradictorio

imaginar a un futuro poseedor de la cosa declarar que renuncia a


ganarla por prescripción para pretender luego poseerla, tenerla con
ánimo de señor y dueño; estaría declarando que no la va a poseer.
Sólo podría tener aplicación en situaciones inusuales...";201 pero

tampoco posible concebirla en la extintiva, si se trata de una re


es

nuncia previa, porque ello equivaldría a borrar la institución en la

práctica, como se ha venido insistiendo.


Si se llegara a estipular la renuncia anticipada, la sanción sería
la nulidad absoluta. Esto se desprende de la relación de los artícu
los 2494, 1466 y 1682 del Código Civil.

13. La renuncia y el reconocimiento de firma como gestión prepa


ratoria. Acabamos de señalar que es requisito esencial de la renun
cia a la
prescripción el que ella se produzca una vez cumplida. Pero
en la
práctica acontece que, expirado ya el plazo de prescripción de
la acción ejecutiva y aun el de la ordinaria, el acreedor, valiéndose
de la facultad que confiere el art. 435 del Cód. de Proc. Civil para
aquel que carece de título ejecutivo, cita al deudor a reconocer la
firma y confesar la deuda puesta en un instrumento que contiene la
deuda. Pues bien, como el deudor citado no podrá desconocer su
firma, desde que es la suya, aunque niegue la deuda, el acreedor pre
tenderá aplicarle la consecuencia de aquel reconocimiento: que por
ella queda preparada la vía ejecutiva, de forma que ahora podrá ha
cer uso de la acción
ejecutiva que antes estaba prescrita.
La cuestión parecería tener fácil solución: es
exigencia común
a toda acción
ejecutiva no sólo que ella se funde en título que trai
ga aparejada ejecución, sino que deba en él contenerse una obli
gación líquida y actualmente exigible. El art. 437 del Cód. de Proc.
Civil es claro y no es actualmente
exigible una obligación que ya
prescribió. De allí que el art. 442 del mismo cuerpo legal ordene

-V)
C. Suprema, 30 junio 1951, Rev. de Den, t. 49. sec. 1\ pág. 231.
-™
C. Suprema, 22 julio 1933, Rev. de Den, t. 30, sec. Ia, pág. 489
251
D. PEÑAILILLO A., ob. cit., pág. 276.

96
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

que "El tribunal denegará la ejecución si el título


presentado tiene
más de tres años, contados desde que la
obligación se haya hecho
exigible; salvo que se la
compruebe subsistencia de la acción ejecutiva por
alguno de los medios que sirven para deducir esta acción en conformidad
al artículo 434", y no se hace remisión alguna al art. 435, lo
que des
de ya está indicando que para el legislador, prescrita una acción
ejecutiva, no puede renacer nuevamente, ni como obligación ni
como título ejecutivo. El art. 435 referido parte del supuesto de no
tener el acreedor título ejecutivo, único caso en que autoriza el uso del
procedimiento de gestión preparatoria de la acción ejecutiva; pero
no del caso en
que existió un título o una
obligación y operó la
sea de la acción de la ordinaria. En
prescripción, ejecutiva, sea ese

caso el acreedor carece de obligación civil y sólo así tiene sen


una

tido la regla del art. 442 de la codificación procesal.252 Por tanto,


sea en el caso de los títulos ejecutivos del art. 434 de la codifica
ción procesal civil, sea en el de los de gestión preparatoria del
art.435, debe concurrir siempre el requisito del art. 437, esto es,
que la obligación sea actualmente exigible y, por lo mismo, no pres
crita, y si prescrito la deuda, también habrá prescrito la
antes ha
acción ejecutiva, ya que la vigencia de ésta sería una inconsecuen
cia jurídica, puesto que ella carecería del substrato de una acción
válida.253
A lo anterior cabe agregar que el art. 435 del Código de Procedi
miento Civil parte del supuesto de no tener el acreedor título ejecutivo,254
pero no de que, por haber prescrito, carece además de
aquel en

obligación válida, de forma que quien tiene un título, pero que tie
ne más de tres años, ya no está en esa hipótesis, sino en la del

art. 442, que sólo así carece de sentido.


disposiciones legales citadas revela que el pro
El análisis de las
pósito del legislador al crear el procedimiento ejecutivo fue sólo
dar al acreedor un medio más eficaz para obtener el cumplimien
to
compulsivo de sus derechos, dejándose constancia, desde lue-

Así, C Santiago, 2 julio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 76; 8 marzo
252

1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 27; 8 junio 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 2\
pág. 131.
253
C Punta Arenas, 29 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2 l, pág. 47.
Así lo señala claramente la sentencia de la C. Suprema de 14 marzo 2000,
254

Rev. de Den, t. 97, sec. Ia, pág. 54, que agrega que el acreedor que tiene título,
como un
cheque protestado, debe estarse a las gestiones"*y acciones contempla
das por la ley para dicho título. , c

? _
,

97
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

go, que las obligaciones en lo sustantivo se siguen rigiendo por las


en las diversas ex
reglas generales, lo que aparece de manifiesto
acuerdo a lo dispues
cepciones que puede oponer el ejecutado, de
to por el artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.
Por ello, como ya dijimos, para que el procedimiento ejecutivo
actual
prospere, se requiere título ejecutivo, obligación líquida y
mente exigible y acción no prescrita como ejecutiva, sin que ésta

pueda hacerse revivir mediante una posterior gestión preparatoria


de la vía ejecutiva.
Pero, como lo observamos al inicio, ha sido frecuente ignorar
en la práctica aquellos principios y una vez que las obligaciones es

tán prescritas, los litigantes pretenden hacerlas renacer mediante la

gestión de reconocimiento de firma. Este problema debe ser resuelto


a la luz del Código Civil, debido a que el Código de Procedimien

to Civil no es el que reglamenta la institución de la prescripción,


"la prescripción de la
ya que, como lo ha resuelto una sentencia,
acción no es una mera cuestión procesal, sino una institución jurí
dica de carácter substantivo; el plazo y los demás requisitos exigi
dos por la ley para que opere la prescripción de una acción no

constituyen asuntos procesales, y no se determinan por el solo he


cho de que la reclamación que se haga valer esa acción deba
en

ser sometida, en su tramitación, a cierto procedimiento". Finaliza


el mismo fallo señalando que "la prescripción de la acción se rige

por los preceptos substantivos que la establecen, independiente


mente de las reglas procesales a que debe amoldarse la substancia
ción judicial del ejercicio de la misma acción".255
La conclusión anterior resulta acorde lo que se manifestara
con

en las actas 24
y 25 de la Comisión Revisora del Código de Proce
dimiento Civil: "La naturaleza de las acciones es de la incumbencia
del Código Civil, y en este proyecto sólo tiene cabida el señalamien
to de los trámites que deben observarse en su ejercicio. La Comi
sión juzgade toda evidencia que el título ejecutivo supone la
existencia de la obligación líquida exigible".
Teniendo ya claro que este problema debe resolverse de acuer
do al Código Civil, debe afirmarse categóricamente que la diligen
cia de reconocimiento de firma no tiene la virtud de hacer renacer

una
prescripción ya cumplida. Desde luego, no es una
interrupción,
porque la interrupción sólo tiene lugar, como ya veremos (vid.

,s
C Suprema, 8 julio 1964, Rev. de Den, t. 61, sec. Ia, pág. 193.

98
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

N°47), cuando el
plazo de prescripción está corriendo, pero no
cuando éste ha llegado a su término. Así lo ha entendido la
juris
prudencia, al resolver específicamente sobre este punto.256 Una vez
cumplido, sólo cabe la renuncia de la prescripción. Pero tampoco
es una renuncia a la prescripción, por más
que el deudor llamado
al reconocimiento reconozca su firma, pues es sólo eso lo que re
conoce y a lo que, por lo demás, no
puede negarse, si se trata efec

tivamente de la firma suya.


La situación tipo es que citado el deudor a reconocer su firma

y confesar la deuda, éste reconozca la firma y niegue la deuda. Lue


go el acreedor en virtud de tal reconocimiento pretende revivir la
obligación prescrita iniciando la ejecución contra el deudor en vir
tud de la resolución que tiene por reconocida la firma y errónea
mente por confeso de la deuda.

Ante esta posible considerar que haya existido


situación, no es

una renuncia de la prescripción, y por eso, el deudor, una vez lle

gada la oportunidad procesal, lo primero que podrá hacer es opo


ner la excepción de prescripción de la deuda.

La jurisprudencia ha sido mayoritaria en señalar que "el reco


nocimiento de firma sólo autoriza a tener por preparada la ejecu
ción, pero no importa un reconocimiento de la deuda. De ello se
sigue que esta actuación no puede hacer revivir una acción ya pres
crita, respecto de una deuda que se pretende renovar.257 Se ha agre
gado que la interrupción sólo procede respecto de la prescripción

256
C 6 octubre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 168, que revo
Suprema,
có sentencia de 2a instancia; C Santiago, 12 agosto 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 2a,
pág. 65; C Pedro Aguirre Cerda, 9 marzo 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 13.
257
C 14 marzo 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. Ia, pág. 54 que deses
Suprema,
tima casación en contra de sentencia de C. Copiapó que había acogido prescrip
ción a pesar de exisür reconocimiento de firma, el que es declarado improcedente
10 junio 1996, Fallos del
por no tratarse de un acreedor que carezca de título;
Mes 451, N° 9, pág. 1145; 9 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 63; 15 oc
tubre 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 67; 18 julio 1989, Rev. de Den, t. 86,
sec. Ia, pág. 80; 6 octubre 1988 Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 168; C. Santiago,
29 noviembre 2001, Gaceta Jurídica 257, N° 1, pág. 75; 9 agosto 2000, Rev. de Den,
t. 97, sec. 2a, pág. 50; 18 de mayo 1995, Rev. de Den, t. 92, sec. 2a, pág. 50; 22 abril

1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 47; 2 julio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a,
pág. 76; 8 marzo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a,
pág. 27; 8 junio 1990, Rev. de
C.
Den, t. 2a, pág. 131; 12 agosto 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 2a, pág. 65;
87, sec.

Pedro Aguirre Cerda, 9 marzo 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 13; 22 junio
1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 92; 24 julio 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 2a,
27 sep
pág. 56; Concepción, 25 marzo 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2a, pág. 23;
tiembre 1979, Fallos del Mes 253, N° 5, pág. 453 y otras.

99
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que estuviere corriendo, mas no de aquella cuyo plazo estuviere


vencido. La solución es evidente, desde que llamado el deudor a
reconocer su
puede ser obligado a negarla para evitar el
firma, no

renacimiento de la obligación ya prescrita, y llegar a la solución con


traria, significaría conceder al acreedor el derecho a forjarse un
nuevo título cuando lo estimare
procedente,258 lo que es contrario
a los
principios de la prescripción, que impiden dejarla al arbitrio
del acreedor. En suma, el reconocimiento de firma puesta por ejem

plo en una letra de cambio prescrita, no da origen a un nuevo tí


tulo ejecutivo.259 Si se siguiese la solución contraria, se obligaría al
deudor llamado firma que de evidencia es suya a
a reconocer una

negarla, es decir, a mentir, pues si no lo hace, él mismo participa


ría en el renacimiento de una acción extinguida. Es claro
que tal
solución no puede ser aceptada.
Por lo mismo, "el plazo de prescripción de la acción ejecutiva
no
puede contarse desde la fecha en que obtuvo el título median
te la gestión preparatoria del artículo 435 del
Código de Procedi
miento Civil, ya que de conformidad con lo
que dispone el artículo
2514 del Código Civil, la prescripción que
extingue las acciones se
cuenta desde la
que obligación se hizo exigible".260
La Corte de Apelaciones de
Concepción ha sido clara al res
pecto y ha resuelto que "el reconocimiento de firma no involucra
ni conforma renuncia de la ni traduce
prescripción, se en una de
jación del derecho
a utilizarla. En cambio,
hay renuncia de la pres
cripción cuando citado el deudor confiesa la deuda".261
El voto de minoría de esta sentencia señaló
que "las acciones
personales pueden ser ordinarias o ejecutivas y unas y otras tienen
diversos plazos de prescripción, más
largo el de las primeras, de
manera que
prescrita una acción ordinaria debe sobreentenderse
prescrita también la acción ejecutiva; pero
prescrita esta última sub
siste como ordinaria hasta
completarse el plazo correspondiente de

L™
C. Santiago, 18 muyo 1995, Rev. de Den, t. 92, sec. 2a, 50.
así'
pág.
C. Suprema, 10 junio 1996, Fallos del Mes 451, N°9, 1145; C Santia
pág.
go, 9 agoslo 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. 2\ pág. 50.
,J""
C. Santiago, 28
mayo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 61. En igual
sentido, Rev. de Den, t. 87, sec. 2", pág. 175; C A. Santiago, 9 diciembre 1991, Rev.
de Den, t. SS, 2\ 149.
'-'',l
sec.
pág.
( :. ( .oncepción, 25
1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2 ', pág. 23, con voto
marzo

minoritario de los Ministros señores Ortiz y Cerda. Pero el


primero no sigue la
misma tesis al suscribir sentencia C. Suprema, 14 marzo 2000, Rev. de Den, t. 97,
sec. Ia, pág. 54.

100
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

prescripción. Las acciones emanadas del cheque no hacen excep


ción a esta regla, ya que el artículo 34 de la
Ley de Cheques al re
ferirse a la prescripción de la acción ejecutiva, está
implícitamente,
además, reconociendo la existencia de una acción ordinaria que,
a falta de texto legal, se
rige en cuanto a su
prescripción por las
reglas generales.
Lo dicho permite comprender fácilmente
que el N° 17 del ar
tículo 464 contempla dos excepciones diversas. Una, la
que allí se
denomina 'prescripción de la deuda' y que no es más que la
pres
cripción de la acción ordinaria nacida de la obligación, que, como

se
dijo, lleva sobreentendida la extinción de la acción ejecutiva; y
otra, la prescripción de la acción ejecutiva únicamente, en cuyo caso
sobrevive la acción ordinaria hasta cumplirse el respectivo lapso de
prescripción.
Por tanto, añade el voto disidente, extinguida por la prescrip
ción una acción ejecutiva subsiste como ordinaria hasta completarse
el correspondiente plazo de prescripción, de manera que no se trata

aquí de que mediante la gestión de reconocimiento de firma, se


procure revivir una obligación prescrita, puesto que la obligación
se encuentra
vigente, no se ha extinguido por el transcurso del tiem
po, ni se ha transformado en natural. Extinguida por la prescrip
ción la acción ejecutiva emanada del cheque protestado, se trata
de un acreedor que carece de título ejecutivo, puesto que no es tal
título el mero instrumento privado que constituye un cheque.
El artículo 435, agrega el fallo, faculta a todo acreedor que ca
rece de título ejecutivo, sin distinguir la razón en virtud de la cual
carezca de él, para preparar la ejecución llamando a su deudor a
reconocer la firma puesta en un instrumento privado. Si un ejecu

tante está en posesión de un instrumento privado que da cuenta


de una
obligación que le adeuda el ejecutado, no se divisa por qué
se
podría encontrar impedido de hacer uso de la posibilidad que
le brinda el antes citado artículo 435.
Por otra parte, la legitimidad de lo actuado se ve corroborada
por lo dispuesto en el artículo 442 del Código de Procedimiento
Civil, que permite la subsistencia de la acción ejecutiva por alguno
de los medios que sirven para deducir la acción ejecutiva en con
formidad al artículo 434 de la misma codificación, entre los cuales
se encuentra el instrumento privado reconocido judicialmente. El

cheque, no obstante su calidad de tal, es un instrumento privado,


y si el ejecutado ha reconocido su firma estampada en él como gi
rador, debe reputarse subsistente la acción ejecutiva". No nos pa-

101
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

rece acertada esta doctrina, porque implica otorgar al cheque dos


acciones ejecutivas: una que proviene de su carácter de tal y que
se
extingue por la prescripción de un año de acuerdo a la ley res
pectiva, y otra que vendría a nacer del hecho de llamar al deudor
a reconocer su firma en el cheque ya prescrito, teniéndolo ahora

como un simple instrumento privado. La ley no autoriza a que una

misma obligación tenga dos acciones ejecutivas diversas. Sería un

procedimiento curioso el que habría adoptado nuestra ley proce


sal: declara prescrita una acción ejecutiva; pero como no ha pres
crito la acción ordinaria, el acreedor podría llamar al deudor a
reconocer firma, y como éste no puede negarla, quedaría consti

tuido un nuevo título ejecutivo, y si éste prescribiera, podría reanu


darse el procedimiento, al menos hasta que venza el plazo de
prescripción de la acción ordinaria. La doctrina referida parte de
un supuesto erróneo: que el acreedor a quien prescribió la acción

ejecutiva carece de título. En verdad tiene un título y precisamen


te
por ello es que llama al deudor a reconocer su firma puesta en
él; pero dicho título contiene una obligación para la cual prescri
bió la acción ejecutiva. Y el
435 lo que ha querido es permitir
art.

que aquel acreedor que tiene un documento con una obligación


vigente, pero que no tiene las formas de alguno de los títulos eje
cutivos que señala la ley, pueda convertirlo en ejecutivo mediante
el reconocimiento de su firma, cumpliéndose además la condición
del art. 437 de
obligación exigible como eje
en cuanto se trate una

cutiva. La doctrina de ese voto de minoría había sido


acogida an
tes por la Corte de Concepción en sentencia
que, con justas
razones, la Corte Suprema había anulado.262
Sin embargo, la situación del cheque requiere una precisión,
porque como la Ley de Cuentas Corrientes y Cheques hace pres
cribir la acción en un año (art. 34), se ha sostenido que "los referi
dos documentos (cheques) están prescritos como cheques, pero
como consecuencia de ello se han convertido en
simples instrumen
tos privados, respecto de los cuales es necesaria la gestión prepara
toria de la vía ejecutiva".263 En similar sentido, pero respecto de una

**
C Suprema, 24 agosto 1967, Rev. de Der. U. de Concepción, N° 143 (1968),
pág. 217, con comentario R. Domínguez B. y R. Domínguez A., que invalida sen
tencia de C de Concepción, 27 junio 1967, misma revista y número, pág. 234.
263
C Talca, 1 1 abril 1991, Fallos del Mes, N° 403, pág. 287, sent. 2, pero la Cor
te Suprema restableció la buena doctrina el 28 de marzo de 1990; lo mismo en sen

tencias de 15 noviembre 1990, Fallos del Mes 384, N° 12, pág. 694; 6 octubre 1988,

102
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

letra de cambio, se pronunció la Corte de


Apelaciones de Santia
señalando no están
go, que se
ejerciendo las acciones cambiarías,
sino las que emanan de un instrumento
privado judicialmente
reconocido. Sin embargo, al
igual que en los otros casos, la Corte

Suprema señaló que el reconocimiento de firma no altera la califi


cación legal del título, ni la fecha de su vencimiento, ni se modifi
can las normas
que establece el Civil sobre Código prescripción.
El reconocimiento no crea un nuevo título, ni deja sin efecto o in
terrumpe una
prescripción
ya cumplida,264 doctrina que entende
mos es la correcta, lo
por que ya se ha dicho, a pesar que la Corte
Suprema vuelva de tiempo en tiempo a la doctrina que no acepta
mos. Un
cheque es un cheque y una letra de cambio una letra de
cambio y ambos son instrumentos privados, de forma
que el he
cho de haber prescrito la acción ejecutiva aun la cambiaría ordi
y
naria, desde que la ley no distingue entre ambas a ese respecto
(art. 34 Ley de Cheques y 98 Ley N° 18.092), no puede tener la vir
tud de transformarlos en un nuevo instrumento
privado. Lo que
ocurre es
que tras ellos existe la relación fundamental o causal, su
jeta a las reglas comunes; pero ello no puede llevar al absurdo de
atribuir a tales instrumentos, con la tesis anterior, acción
una
eje
cutiva de un año, luego una
ejecutiva común de tres años más a

contar desde el reconocimiento de firma, que adquiriría así el ca

rácter de una
interrupción. Y como ese nuevo "instrumento priva
do" en
que se ha convertido el cheque o la letra daría cuenta de
una
obligación no prescrita en su acción ordinaria, el procedimien
to del art. 435
podría repetirse mientras subsista esta acción, ya que
desde ella se contaría el plazo de la acción ejecutiva, pues se trata
ría de un nuevo título, con lo que se termina por hacer que la ac
ción ejecutiva pueda subsistir mientras no
opere la prescripción de
la acción ordinaria. La tesis es pues absurda, según lo entendemos.

Fallos del Mes N° 359, pág. 670, sent. 12; 2 noviembre 1989, Fallos del Mes 372, N° 1 1,
pág. 721. Sin embargo, en sentencia de 7 octubre 1996, Rev. de Den, t. 93, sec. Ia,
pág. 134, la Corte Suprema resuelve que si se ha prescindido del cheque como tal,
puede usársele como instrumento privado y acudirse entonces a la gestión prepa
ratoria del título y no se le aplica la prescripción del cheque. En el mismo sentido,
C. Suprema, 7 octubre 1996, Rev. de Den, 93, Ia, 134.
t. sec.
pág.

264
C Suprema, 2 noviembre 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 135, con

voto en contra
que estuvo
por confirmar sentencia de 2a instancia. La misma sen

tencia en Fallos del Mes N° 372, pág. 722. En el mismo sentido, CA. Santiago, 4
septiembre 1996, Rev. de Den, t. 93, sec. 2a, pág. 111.

103
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

La Corte de Apelaciones de Concepción ha insistido, sin em


tesis de que el mérito ejecutivo que emana de la reso
bargo, en su

lución que tiene por confesa una deuda y por reconocida la firma
del ejecutado en un pagaré, se rige por las normas generales de
prescripción de las acciones ejecutivas contempladas en el artícu
lo 2515 del Código Civil, y no se aplican las normas especiales de
prescripción del artículo 98 de la Ley N° 18.092,265 tesis que no po
demos compartir. Esta posición que rechazamos -que se ha queri
do aplicar en las prescripciones de largo tiempo, en que su plazo
se divide en uno ejecutivo y otro ordinario- menos puede aplicar

se a las acciones cambiarías, que no existe tal distinción, desde


en

que el plazo de un año del art. 98 de la Ley N° 18.092 es común


para toda acción que emana de los títulos respectivos y, además,
porque el reconocimiento de firma no implica ni renuncia ni inte
rrupción de la prescripción. De este modo, el artículo 435 del Có
digo quiere decir que el reconocimiento
de Procedimiento Civil
crea el título
ejecutivo siempre que la obligación no se encuentre
prescrita.266 No es
posible sostener entonces que prescrita la acción
cambiaría ejecutiva de un pagaré, pueda volverse a conceder al
acreedor acción por el reconocimiento de su firma pos
una nueva

terior al año del vencimiento, considerándolo ahora como un sim

ple instrumentoprivado regido por las normas del Código de Proc.


Civil. Lo que sí es posible es acudir como título a la relación causal
que dio origen al pagaré o letra de cambio; pero esa cuestión es
muy diversa a la que consistiría en dar a dichos títulos un doble
carácter al efecto de atribuirse dos acciones ejecutivas: una
espe-

**
C. Santiago, 10 enero 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a,
pág. 5; En similar
sentido, C Santiago 30 noviembre 1987 Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 127; Rev.
de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 39; C Talca, Rev. de Den, t. 42, sec. Ia,
-'*
pág. 78.
C Concepción, 25 marzo 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2a,
pág. 23. En este
sentido, C. Suprema, 17 octubre 1990, Rev de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 173, resuel
ve
que el artículo 98 de la Ley N° 18.092 no
distingue entre acciones ejecutivas y
ordinarias, por lo que debe entenderse que el plazo de un año que establece es
un
plazo único de prescripción para cualquier acción cambiaria, todo de acuer
do con el de que donde la ley no distingue no es lícito al intérprete
principio
lo
distinguir, por que no puede sostenerse que transcurrido dicho plazo, el por
tador de una letra o un pagaré conserve acción cambiaria
para ejercitarla como
ordinaria por dos años más. En otro sentido, C. Suprema, 18 abril 1986, Rev. de
Den, t. 83, sec. Ia, pág. 34 señala que tras una acción ejecutiva siempre existe una
acción ordinaria referida al contrato de que se trata. Véase también, C.
Santiago,
9 agosto 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. 2", pág. 50.

104
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTI

cial regida por la ley pertinente y otra la común regida por la le


gislación procesal civil.
La posición mayoritaria es sostener
que si se está frente a un
caso de
obligación natural, la actividad judicial realizada una vez
prescrita la acción ya no puede producir los efectos del artículo 435
del Código de Procedimiento Civil y de acuerdo al numeral 10 del
artículo 1567, se ha producido la extinción de la
obligación. Estas
normas sustantivas
las de la naturaleza de las acciones de las
son

prevenciones contenidas
en las actas 24
y 25 de la Comisión Revi-
sora del Código de Procedimiento Civil a
que hicimos referencia.
Si aún no ha prescrito la acción ordinaria, pero sí la
ejecutiva, la
prescripción de ésta
definitiva y no puede constituirse una nue
es

va acción
por el reconocimiento de firma, al que se daría enton
ces el carácter de una renuncia a la misma
que no sería voluntaria,
desde que no
puede desconocer su firma.
Algunos fallos han agregado que "el procedimiento para opo
ner la
excepción de prescripción no es otro que el ejecutivo, esto
es, in limine litis, sin que pueda hacerse en la diligencia de recono
cimiento de firma, porque el artículo 459 del C.P.C. dice que "Si
el deudor es requerido de pago... tendrá el término... para opo
nerse a la ejecución", y el artículo 464
expresa: "La oposición del
ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las ex
cepciones siguientes... 17a La prescripción de la deuda o sólo de la
acción ejecutiva",267 de forma que el deudor ni siquiera puede adu
cir la prescripción al ser llamado a reconocer la firma, lo que da
mayor razón aún a la tesis que ha sido mayoritaria en la jurispru
dencia y que estimamos correcta.
Es necesario tener presente que, tal como lo sostienen algunos
autores, "prescrita la deuda está sobreentendida la prescripción de
la acción ejecutiva. tiene ya medio
El acreedor no compulsivo para
obtener el pago de la acreencia. Esto es importante tenerlo en cuen
ta, porque, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 2515 del
Código Civil y 442 del Código de Procedimiento Civil, la acción eje
cutiva prescribe en 5 (3) años; salvo que se compruebe la subsis
tencia de la acción ejecutiva por de los medios que sirven
alguno
para deducir esta acción, en conformidad al artículo 434 del C.P.C.
Es, precisamente, la última del artículo 442 ya citado la
parte
que sirve de sostén a la tesis de que, reconocida la firma, la acción

267
C. Punta Arenas, 29 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 47.

105
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ejecutiva es procedente y que, a partir de ese reconocimiento, em


pieza una prescripción que tendría la virtud de borrar la prescrip
ción de la deuda misma, ya cumplida cuando el reconocimiento
se verifica.
Se habría creado, de este modo, un nuevo título ejecutivo, des
de cuyo momento y hacia el futuro sería posible considerar la
pres
cripción de la deuda".268 Así también lo han dicho numerosas
sentencias que no admiten tal procedimiento con esos efectos.269
Esta tesis que criticamos lleva a algunos absurdos, a los cuales nos
referiremos más adelante.
Distinto es el caso en que además de reconocerse la firma se
confiesa la deuda, ya que, se ha fallado uniformemente
que "la con
fesión judicial de la persona citada en orden a reconocerse deudo
ra de otra, implica la renuncia de la de
excepción prescripción.
Significa que la persona reconoce la existencia, términos y vigen
cia de la obligación que se pretende con el objeto preciso de que
se
tenga por preparada la ejecución en su contra, a diferencia del
mero reconocimiento de firma,
ya que esto último no puede pri
varlo de su legítimo derecho
para oponer la excepción de prescrip
ción en el evento de que se inicie la
ejecución en su contra con el
mérito del documento reconocido de
y que la acción que de él de
rive realmente haya prescrito".270
Respecto de esta confesión de la deuda
ha fallado que debese
ser
expresa, y que no es suficiente para ello que se le tenga por con
feso al no concurrir a la
diligencia respectiva, según lo manda el ar
tículo 435 N° 2 del
Código de Procedimiento Civil, ya que en esta
última no puede estimarse
que ha habido una renuncia de la pres
cripción.271 Como lo señalan algunos autores, "si el deudor no con-

268
Sobre esta cuestión, DOMÍNGUEZ
BENAYENTE, RAMÓN y DOMÍNGUEZ
ÁGUILA, RAMÓN, "Comentario de
jurisprudencia", en Rev. de Den U. de Con
cepción, N° 143 (enero-marzo), págs. 217
269
v
siguientes.
C. Punta
Arenas, 29 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 47, v las
ya
citadas más arriba, citas 256, 257, 258 v 259. Más
recientemente, C. Suprema 27
agosto 2001, Rev. de Den, t. 98, sec. Ia, pág. 171. Ha insistido en
que el art. 435 se
aplica "en caso de no tener el acreedor título
27°
ejecutivo".
C. Pedro
Aguirre Cerda, 24 1986, Rev. de
julio Den,
sec. 2a, t. 83,
pág. 56.
En idéntico sentido, C. Pedro
Aguirre Cerda, 22 junio 1987,
Rev. de Den, t. 84,
sec. 2a,
pág. 92; C. Concepción, 25 marzo 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2\ pág. 23.
271
C. Concepción, 8 abril 1992, rol 38-92, nota DOMÍNGUEZ
BENAVENTE
RAMÓN y DOMÍNGUEZ ÁGUILA, RAMÓN, en Rev. de Den U.
N° 190 (1991),
de
págs. 145 y siguientes, en que comentan esta materia v la jurispru
Concepción!
dencia citada sobre el punto.

106
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

curre a una diligencia de confesión de deuda, no ha hecho mani


festación alguna que suponga reconocer la deuda, ni ha ejecutado
ningún hecho que lleve a entender que, no obstante estar
prescrita
la deuda, se reconoce deudor. Se trata solamente de una sanción es

tablecida por la ley para una abstención, lejos por lo mismo del acto
positivo voluntario que implica la voluntad de renuncia".272
13.1. Crítica a la doctrina minoritaria. La tesis
que postula que
la diligencia de reconocimiento de firma genera un nuevo título,
desde el cual arrancaría el lapso de prescripción, lleva a
algunos
absurdos que han hecho ver los tribunales.
Desde luego, con ella ejecutante que no cuenta con título eje
cutivo, en el sentido que a ello da la tesis que se critica, estaría en

mejor condición, en cuanto a plazo, para ejercer su acción que


aquel que cuenta con dicho título; en efecto, si la parte ejecutante
cuenta con una letra de cambio aceptada ante notario, no cabe

duda que dispone solamente de 1 año para la acción ejecutiva. En


cambio, si no cuenta con dicho título, resulta altamente favoreci
da, ya que al preparar la vía ejecutiva dentro del plazo de cinco
años que existen para la extinción de la
siguientes obligación cau
sal (art. 2515), dispondría de nuevos 3 años para ejercitar su ac
ción ejecutiva. Y así, la prescripción queda entregada al querer del
acreedor, cuestión que, como hemos dicho en varias oportunida
des, no es legítima si se entiende que las reglas sobre prescripción
tienen el carácter de orden público.
Por otra parte, las actuales normas sobre plazos de prescripción
que contempla el Código Civil fijan 3 años para la acción ejecutiva
y 5 para la ordinaria; con la tesis que se impugna puede ocurrir
en una obliga
que el plazo de prescripción de la acción ejecutiva,
ción que no tenga un plazo de prescripción de corto tiempo, po
dría sobrepasar los 5 años fijados para la acción ordinaria, lo que
resulta contrario a la ley.
De seguirse esta tesis y de aplicar en toda su extensión las nor
mas sobre la materia, tendríamos que concluir que nacida la ac
ción ejecutiva con la preparación del título, ésta después de 3 años

seguiría como ordinaria por 2 años más, lo que podría significar


que en esta forma se puede llegar a plazos similares a los primiti-

DOMÍNGUEZ BENAVENTE, RAMÓN y DOMÍNGUEZ ÁGUILA, RAMÓN,


272

nota citada, pág. 147.

107
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

lo que
vamente contemplados para la prescripción de las acciones,
repugna con la reducción de ellos introducida por la Ley N° 6.162
de 1938.273
Finalmente, es común señalar que el hecho que de haber es

tampado una firma podrá legalmente desconocerse y, por el


jamás
contrario, la actitud de toda persona de bien es reconocerla, bajo
pena de incurrir delito. Con esto, el acreedor de una obliga
en

ción ya prescrita podría hacer revivir su acción cuantas veces qui


siera, quedando la prescripción sujeta a su voluntad, lo que haría
prácticamente desaparecer esta institución. Esto es grave, porque,
como acabamos de manifestarlo, está claro que estamos frente a
una institución de orden público y que no puede quedar al arbi

trio del acreedor. Así lo subrayan las sentencias que se oponen a la


tesis que pretende revivir acciones ya extinguidas por la prescrip
ción mediante la gestión preparatoria de la vía.2/4
Los autores sólo admiten que puedan reducirse los plazos de
alargarlos (vid. N°5). No obstante, con el
prescripción, pero no

273
C. 28 mayo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2\ pág. 61.
Santiago,
274
DOMÍNGUEZ BENAVENTE, RAMÓN y DOMÍNGUEZ ÁGUILA RAMÓN,
nota citada, en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 190 (1991), pág. 145 v sgts; y
nota en la misma revista, N° 143 (1968), págs. 217 y sgts; F. PFERRER URQUIAGÁ,
"La prescripción de las acciones cambiarías v la revalidación de los títulos ejecuti
vos", en Gaceta Jurídica N° 85 (1987), pág. 10; SERGIO ROJAS BARAHONA, La
Prescripción de las Acciones de Títulos Ejecutivos, esp. págs. 1 1 7 y sgts., con amplio es
tudio de la cuestión, Santiago, 2003; E. ORTIZ SEPULATDA, "Algunos aspectos
procesales relacionados con la prescripción de la acción ejecutiva", en Rev. de Der.
U., de Concepción N° 183 (1988), págs. 89 y sgts., quien estima que no es admisi
ble la renovación de la prescripción en el caso del reconocimiento de firma; pero
sí en el de confesión. En contra, JORGE LÓPEZ SANTA MARÍA, "Prescripción
de las acciones cambiarías. Lev N° 18.092. Citación del deudor a reconocer firma
oconfesar deuda", en Rev. de Den, t. 82, Ia parte, págs. 13 y sgts. El autor esgri
me a favor de la admisión de la citación a reconocer firma como medio de reno

varla acción, la doctrina francesa que así lo concluye. Pero la dicha doctrina parte
de la base que los plazos fijados en ese país para las acciones cambiarías son de
en el mismo sentido
corto plazo, que entre nosotros tiene esa calificación para
los 2521 y 2522, como prescripción presuntivas de
arts.
pago, en las que la pre
sunción cede ante una prueba escrita (vid. N° 77). Pero entre nosotros, ni la
pres
cripción de la acción ejecutiva, ni la de la acción cambiaria son de esta especie
(vid. Nos 70 y 81). Ellas no son presuntivas de pago. La prescripción de la acción
ejecutiva es ordinaria y la de la acción cambiaria es una especial de corto tiempo
que no se funda en una presunción de pago. Por tanto, el razonamiento de la
doctrina francesa no puede serles trasladado. En cuanto a R. ESPINOZA E, Ma
nual de Procedimiento Civil, juicio Ejecutivo, N° 68, 8a edic,
Santiago, 1986, se limita
a afirmar la posibilidad de renovar la acción, sin otro fundamento y en base a

dos antiguas sentencias cuya doctrina, según ha visto, está


se
hoy superada.

108
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

reconocimiento de firma se descubriría forma de


impedir los
una

efectos de la prescripción y de hacer exigible una


obligación ya
transformada en natural. Esto último atentaría contra la norma con
tenida en el inciso final del artículo 1470 del
Código Civil, según
la cual el pago de una obligación natural no es repetible,
siempre
que el deudor lo haga voluntariamente.

14. No renunciar la prescripción sino el que puede


puede enaje
nar (art. 2495 del Código Civil). Al decir de un autor, "esta exigen
cia tiene mayor relieve en la adquisitiva, donde verdaderamente su
renuncia disponer del derecho ganado por prescripción.
equivale a

No lo tiene tanto en las obligaciones, pero rige por igual para toda

prescripción".275 Sin embargo, también es doctrina general en las


legislaciones entender que se trata de una norma general propia
de toda prescripción, porque incluso en la renuncia a la prescrip
ción extintiva hay una disposición del sujeto renunciante, como es
al efecto extintivo que ya ganó y que, por lo mismo, es una facul
tad que ha ingresado a su patrimonio. El aparente menor relieve
se debe al hecho de entender que se renuncia a la prescripción,

según los términos literales de la ley, cuando en verdad es a la ven


taja jurídica que ella confiere o, más exactamente, al efecto extin
tivo, o si se quiere, a una situación jurídica de ventaja, según se ha
dicho.276 Es verdad, sin embargo, que el art. 2495 está más bien re
dactado para la situación del poseedor que pretende prescribir ad
quisitivamente, es decir, para la usucapión, como las reglas similares
en otras
legislaciones. En el Código italiano de 1865 se decía, por
ejemplo, que "quien no puede enajenar, no puede renunciar a la
prescripción", regla que repetía casi textualmente lo que se man
da en el art. 2221 del Código francés. Y claro está, ese prescribien
te al renunciar enajena el derecho real que, sin la renuncia, adquiría.
Pero el deudor cuyo débito prescribe por el tiempo también con
figura su situación como una suerte de adquisición. Como dice un
autor, "el cumplimiento del término comporta que el prescribien
te pueda liberarse de un vínculo o de un peso: species adquirendi est

liberare dominum obligatione, para repetir el pasaje de Paulo o de Sa


bino"277 y desde ese ángulo, es evidente que así como el que po-

275
ABELIUK, RENE, ob. cit., pág. 1001.
276
p VITUCCI, ob. cit., pág. 187, quien la situación del deudor a la
equipara
del dueño del fundo gravado respecto del derecho real del tercero.
277
R VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 188 in fine.

109
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

dría adquirir renuncia a underecho, el que podría extinguir re


nuncia a la situación de quien habría quedado liberado, lo que tam
bién es tanto como
enajenarla al acreedor. Se justifica también la
regla en cuanto el renunciante, si bien jurídicamente no contrae
una nueva
obligación al renunciar, en el hecho su situación es idén
tica a la del que igual a la anterior que ha
asume una nueva
carga
quedado extinguida y, por lo mismo, se le pide la capacidad para
asumir esa obligación.278 Es pues lógico que la ley no haya hecho
diferencia entre ambos órdenes de prescripción y haya dispuesto
las normas sobre renuncia, entre las comunes a toda
prescripción,
así como que más que exigir una simple capacidad para ese acto,
se refiera a la
aptitud para enajenar, es decir, a un poder de dispo
sición, aunque nuestra doctrina y jurisprudencia sigan refiriéndo
se a la
capacidad de enajenar.
Los tribunales han señalado
que "la capacidad a que se refiere
el artículo 2495 la que define el artículo 1445 del mismo Códi
es

go (capacidad de ejercicio o de obrar). A nombre de los menores,


no se
podría hacer una renuncia de la prescripción",279 y si la ley
exige para la renuncia la capacidad para enajenar,no
podría un
tutor o curador renunciar la
prescripción, sino conforme a las
a

reglas que permiten la enajenación de bienes del pupilo (art. 393),


aunque por la dificultad que existe en adaptar las normas de la ad
ministración de los guardadores al caso de la renuncia de la
pres
cripción, hay quienes les han negado la posibilidad de hacerlo en
todo evento2*" y, en todo caso, como han de observarse las normas
legales de la enajenación, habrá que convenir al menos que una
renuncia tácita no les es permitida, si ocurre, serán
y responsables
ante el menor. Habría
que agregar que los mandatarios o repre
sentantes convencionales, como los administradores de sociedades
o
personas jurídicas, no pueden entonces renunciar si esa facultad
no les ha sido conferida
especialmente, sin que baste el simple po
der de administración (art. 2132 inc. 2°).

15. Es una manifestación de voluntad no


recepticia. Puede ser ex
presa o tácita. La renuncia a la
prescripción es un acto voluntario


ESMEIN R, PLANIOL y RIPERT, ob. cit., N° 1390.
en

C. 9 mayo 1911, Rev. de Den, t. 9, sec. Ia,
Suprema,
H0 pág. 139.
Era la tesis de algunos autores de la
Exégesis, como LAURENT, GILLO-
UARD, HUC, etc., según lo indica ESMEIN P, en PLANIOL Y RIPERT ob cit '
' "'

N° 1390.

110
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

emana del deudor y tiene los caracteres


que que son propios a un
acto abdicativo. Desde luego, es un negocio jurídico unilateral, aun

que en doctrina se
haya discutido ese carácter y dentro de ellos es
de los no
recepticios,281 desde que basta la manifestación de volun
tad del renunciante, sin que para producir sus efectos requiera co

municación ni aceptación del acreedor y ni siquiera es aceptable


la hipótesis de rechazo por parte de éste. Nada impide, sin embar

go, que sea convencional, en cuanto puede ser el producto de un

acuerdo las partes, por ejemplo con propósitos de transac


entre

ción.2*2 Por otra parte, es también un acto irrevocable, pues quien


renuncia no puede luego retirar su voluntad para mantener el efec
toprescriptivo. Una vez exteriorizada la voluntad de renuncia, ella
produce sus efectos y éstos son ya definitivos.283 No es susceptible
de modalidad, puesto que su efecto queda producido por el he
cho de reconocerse la obligación, de forma que una condición o
un plazo no tendría sentido en ella. Siendo una manifestación de

voluntad, queda sujeto a las reglas generales de validez, requirién-

281
Hav quienes han entendido que la renuncia, en general, es un negocio
bilateral. Sobre esta cuestión, por ej., entre nosotros, G. MARTÍNEZ BUSTOS,
Ensayo de una Teoría de la Renuncia de los Derechos, memoria, Concepción, 1940,
págs. 70, que la califica de acto unilateral y abdicativo. En el derecho argentino,
R. SALVAT y E. GALLI, Tratado de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en general,
t. 3, N° 2306. Para el de Colombia, F. HINESTROSA sostiene el carácter unilate
ral y recepticio de la renuncia a la prescripción que ni siquiera requiere ser
no
la
aceptada, ob. cit., pág. 169. En Italia el carácter unilateral y no recepticio de
renuncia a la prescripción es doctrina común. Así, R. FERRUCO, ob. cit., pág. 648;
P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 202. Sobre ello más en detalle, G. GIAMPICOLO,
La dichiarazione recettizia, págs. 87 y sgts., Milán, 1959. Sin embargo A. AURICCHIO
sostiene el carácter recepticio, de forma que sólo opera si el acreedor tiene cono
cimiento del acto de renuncia, ob. cit, págs. 86 y sgts. nota 13. En realidad la cues
tión es más bien teórica, pues en la práctica la mayoría de los actos de renuncia
serán conocidos por el acreedor, como el caso de pago de la deuda. En Francia,
es concebida como un acto unilateral y abdicativo, P. RAYNAUD, "La
renoncia-
tion á un droit. Sa nature et son domaine en droit civil", en Rev. Trim. Dr. Civ.
736 v su efecto es independiente de toda aceptación,
G. MAR-
1936, págs. sgts., y
TYy P. RAYNAUD, ob. cit., t. 1, N° 176.
G. SCAR-
atípica la califican algunos: G. AZZARITI y
282
Transacción novatoria
237, Commentano del Códi
PELLO, "Della precrizione e della decadenza", pág. en

G. BRANCA, lib. 6, pág. 237, Bolonia-Roma,


ce Civile,
dirigido por A. SCIALOJA y
1972.
F.
G. MARTÍNEZ B., ob. cit., pág. 144. En especial para la prescripción,
283

HINESTROSA, ob. cit., pág. 168. Sin embargo en Francia se ha sostenido, respecto
a la renuncia en ella ser retractada mientras no haya sido acep
general, que puede
tada. MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1194-2.

111
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

dose la capacidad y el poder de disposición a que nos hemos refe


rido (vid. N° 14), así como ausencia de vicios, de forma que puede
anulada por error. Pero resulta discutible el determinar si esta
ser

manifestación de voluntad requiera de una intención dirigida a ab


dicar del efecto extintivo de la
prescripción. Hay quienes sostienen
que exige que
no se se trate de
un acto deliberado o
intencional;284
pero esa tesis parece ser
incompatible con la exigencia que es co
múnmente reconocida de que el acto de renuncia,
particularmen
te si es tácita, debe resultar de hechos que manifiesten claramente
su voluntad de renunciar,285 de forma que del pres
una
ignorancia
cribiente en cuanto al plazo de la debería conducir a
obligación
privar al acto del efecto abdicativo que parece contener objetiva
mente.

Como toda manifestación de voluntad en


que la ley no hace exi
gencias de forma para considerarla, la renuncia puede ser expresa
o tácita. Es
expresa cuando se formula en términos formales y explí
citos, y es tácita, según el art. 2494 inc. 2o, "cuando el que puede ale
garla manifiesta por un hecho suyo que reconoce el derecho del
dueño o del acreedor; por
ejemplo, cuando cumplidas las condicio
nes
legales de prescripción, el poseedor de la cosa la toma en arrien
do, o el que debe dinero paga intereses o pide plazo".
Del artículo recién transcrito se
desprende que "la renuncia tá
cita a una prescripción
importa una manifestación inequívoca y uni
lateral de voluntad, hecha
por una persona que, en forma indirecta,
da a entender que abandona su facultad de
pedir que se declare ex
tinguido por prescripción el derecho que otro tiene a reclamarle un
bien o una deuda; esta manifestación de voluntad debe ser
hecha
sin compensación
alguna, por mera liberalidad o moralidad". Así lo
señaló textualmente una sentencia.286 Si es
tácita, debe emanar de
un acto voluntario del deudor
que implique necesariamente su vo-

284
Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 169, citando un caso de
italiana aludido por AZZARITI
jurisprudencia
y SCARPELLO, ob. cit., pág. 268, cita 1, en el cual
se tuvo como acto de renuncia
una solicitud de licencia
para enajenar un inmue
ble de un menor con el fin de obtener dinero
285
para pagar una deuda prescrita.
Así, MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1 189,
y Lectures, pág. 1227, y en re
lación a la jurisprudencia italiana, una sentencia de
Cass. de 16 octubre 1957
N° 3875, Foro Italiano,
Napoli, 1955, pág. 41, exige que el acto de renuncia tácita
debe estar "vivificado
por el elemento subjetivo del renunciante,
vocar
a dirigido pro
intencionalmente, con su
propio contenido, la perdida del derecho" So
bre ello, P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 191.
286
C. Santiago, 18 abril 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 2a, pág. 29.

112
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

luntad de renunciar, ya que tal renuncia no se


presume. Por eso,
como se ha resuelto
por tribunales franceses, el simple hecho de par
ticipar en conversaciones de transacción, a la que finalmente no se
llega, no puede entenderse como acto de renuncia y lo mismo se
entiende en el derecho italiano, doctrina que no tiene inconvenien
te en ser aceptable para nuestro derecho.-"7 Y, desde que la prescrip
ción puede oponerse como excepción, de acuerdo al art. 310 del
Cód. de Proc. Civil, aun en segunda instancia en sede de
apelación,
la sola circunstancia de no oponerla al contestar la demanda no es
un acto de renuncia, pues el no hacerlo sólo
podrá tener el mismo
efecto que una renuncia cuando haya transcurrido toda
oportuni
dad que la ley confiere para oponerla.
En todo caso, la calificación de renuncia a la pres
un acto como

cripción simple
no es cuestión de hecho y debe quedar sujeta al con
trol de la Corte Suprema por la vía de la casación en el fondo.288 Y si
el acto de renuncia es escrito, deberá exigirse que en él se
haga re

ferencia a la misma obligación prescrita, sin adiciones o modifica


ciones que pudieran implicar novación: recognitio nihil dat novi.
No es posible determinar limitativamente los actos que constitu
yen renuncia tácita a la prescripción, pues ellos son variables, según
las circunstancias del caso. Lo que sí puede afirmarse es que debe

tratarse de un acto, hecho positivo o negativo incompatible o incon


ciliable con la voluntad de hacer valer la prescripción.289 El art. 2494
inc. 2o señalaalgunos ejemplos: si "el que debe dinero paga intere
ses o
pide plazo"; pero hay otros del mismo efecto: discutir el im
porte de la deuda, un pago parcial, la constitución de una garantía.290
En Francia se ha resuelto que sería un acto de renuncia tácita el he
cho de alegar compensación de una deuda prescrita.291
la
Por ello el Código del Brasil opta por una fórmula amplia, pues
el art. 191 señala que la renuncia es tácita cuando "se presume de
hechos del interesado, incompatibles con la prescripción".

Colmar, 4 mayo 1962, J.CP. 1962, 12866, nota M. F. DURAND. Lo mismo


287

enla doctrina italiana: L. BIGLIAZZI-GERI, U. BRECCIA, D. BUSNELLI y U.


NATOLI, Diritto Civile, 1. 1, vol. 1, Norme, soggetti, relazione giuridica, pág. 503,
nota 281, Turín, 1987.
Así, MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., Lectures, pág. 1227.
•HH

289
R. FERRUCCI, ob. cit., pág. 648.
290
P. ESMEIN, ob. cit., N° 1389.
291
Civ. Ia, 26 noviembre 1996, Gaz. Pal. 1997. Pan. 195.

113
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

16. Hechos que implican renuncia de la prescripción. La jurispru


dencia ha tenido oportunidad de aplicar esta norma en varias oca
siones. Así, se ha sostenido recientemente por nuestro máximo
tribunal que "el hecho de no oponer la excepción de prescripción
da origen a una renuncia tácita de ella";292 pero recordemos que,
como la excepción de prescripción puede, generalmente, oponer

se durante todo el juicio, con los límites del art. 310 del Cód. de

Proc. Civil, no basta para que haya renuncia el que no se haya opues
to al contestar la demanda. Además, no oponer la prescripción pue
de resultar no de una voluntad de renuncia, sino de una negligencia.
Es verdad que, para el resultado final, poco importa por qué no se
haya alegado la prescripción, ya que éste implicará en todo caso la
pérdida de la prescripción ya terminada;293 pero desde el punto de
vista conceptual, habrá de distinguirse el hecho de no oponerla
como acto de renuncia, del de no
oponerla por simple negligen
cia. En el primer caso, tal como lo dice otra sentencia,
"puede esti
marse
que el deudor, enfrentado a su conciencia, renunció a

alegarla".294 También ha señalado que hay renuncia tácita cuando


el deudor, en vez de oponerla, objeta el monto de lo cobrado295 o

alega que la deuda está


pagada.296 Habría que agregar hechos como
el pago parcial, la alegación de la
compensación. En cuanto al pago,
será acto de renuncia tácita si es
parcial, porque si fuera total, se
trataría de la extinción de una
obligación natural.
Asimismo se ha fallado uniformemente
que "la confesión judi
cial de la persona citada en orden a reconocerse deudora de otra
implica la renuncia de la
excepción de prescripción. Significa que
la persona reconoce la existencia, términos
y vigencia de la obliga
ción que se pretende con el
objeto preciso de que se tenga por pre
parada laejecución en su contra".297 Pero esta doctrina, como
hemos tenido oportunidad de precisarlo, no es
aplicable al caso
del reconocimiento de firma (vid. N° 13).

292
C Suprema, 16 abril 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia,
pág. 24. En idéntico
sentido, C Suprema, 1 octubre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. Ia,
pág. 155. El mis
mo fallo en Fallos del Mes 385, N° 7, pág. 737.
293
Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 168.
294
C. Santiago, 15 julio 1980, Rev. de Der., t.
•™
77, sec. 2a, pág. 85.
Gaceta de los Tribunales 1855 N° 695,
pág. 404.
WM ¿aceta de tos Tribunales 1865 N° 1339,
1,7
pág. 558.
C. Pedro Aguirre Cerda. 24
julio 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 2\ pág. 56;
22 junio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 2\
pág. 92; C. Concepción, 25 marzo 1983,
Rev. de Den, t. 80, sec. 2 \
pág. 23.

114
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

Recordemos que respecto de esta confesión de la deuda se ha


fallado que debe ser expresa, y que no es suficiente para ello que
se le tenga por confeso al no concurrir a la
diligencia respectiva
según lo manda el artículo 435 N° 2 del Código de Procedimiento
Civil, ya que en esta última
puede estimarse que haya habido
no

una renuncia de la prescripción,298 porque allí no hay manifesta

ción de voluntad, sino la consecuencia legal que la ley atribuye a


un silencio. Incluso se ha sostenido por nuestros tribunales que "el

pagaré que se encuentra prescrito al momento de iniciar la ges


tión preparatoria de la vía ejecutiva no puede invocarse como títu
lo ejecutivo, ni aun a pretexto de que el título de la ejecución es la
"299
confesión de la deuda
También ha resuelto que "hay renuncia tácita de la prescrip
se

ción del honorario de un abogado, si se ha reconocido el derecho


de ese profesional mediante cierta gestión destinada a apreciar el
valor de los honorarios ahora demandados, aunque en dicha ges
tión no se llegara a dictar resolución".300
En otra oportunidad se afirmó que "la nota enviada por la ac-
tora alos demandados, en la que les informa que la Inspección del
incremento previ-
Trabajo había notificado que debía pagarles un

sional y les señala, además, la fecha en que daría cumplimiento a


lo ordenado en esa notificación, implica una renuncia tácita de la
prescripción .

Finalmente, ha considerado que "cualquiera que sea el tiem


se

hizo exigible, su reconoci


po transcurrido desde que el crédito se
miento, prestado en la réplica al contestar la reconvención antes
de oponer la excepción de prescripción, importa la renuncia táci
ta de la prescripción".302
17. Hechos que no implican renuncia de la prescripción. También
los tribunales han debido precisar situaciones que no implican una
renuncia de la prescripción. Así se sostuvo que "las simples con
versaciones y cambios de puntos de vista tendientes a auscultar

298
C Concepción, 8 abril 1992, rol 38-92 y el comentario de R. DOMÍNGUEZ
14o
B. y R. DOMÍNGUEZ A., Rev. de Der. U. de Concepción, N° 190 (1992), págs.
y siguientes, y la jurisprudencia referida por ellos.
694.
299
C. Suprema, 15 noviembre 1990, Fallos del Mes 384, N° 12, pág.
300
27, Ia, pág. 549.
C. Santiago, 1 septiembre 1928, Rev. de Der., t. sec.

301
C. Santiago, 3 mayo 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 3a, pág. 118.
161.
302
C. Valparaíso, 14 diciembre 1903, Rev. de Den, t. 3, sec. Ia, pág.

115
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

posibilidades arreglo no implican renuncia de la prescripción


de

por parte del Fisco",303 aplicándose la misma doctrina que se ha sos


tenido en otros derechos,304 según se ha dicho anteriormente.
En otra oportunidad, una sentencia rechazó la excepción de

prescripción alegada, "por haber renunciado tácitamente a ella la


demandada al reconocer los hechos invocados por el actor en el
comparendo de prueba". Contra dicha resolución se recurrió de

queja, y la Corte Suprema resolvió que "el artículo 2494 se refiere


al que puede alegarla y acá la prescripción ya se había alegado por
el demandado. En consecuencia, la regla referida se aplicó a un
caso no
previsto en tal norma, pues contra el claro tenor del pre
cepto la sentencia censurada estimó que la prescripción opuesta
se había renunciado tácitamente
después de alegada, cuando con
a ello sólo cabe su desistimiento, el
posterioridad que en todo caso
debe ser expreso".305
Como ya dijimos, la confesión judicial de la deuda
importa re
nuncia de la prescripción; pero no lo es el
simple reconocimiento
de firma. Por lo mismo, si al deudor no se le tiene
por confeso,
cabe aceptar la referida el
excepción, aunque demandado haya re
conocido la firma y haya dado respuestas evasivas en cuanto a la
deuda.306 En otras ocasiones al dar respuestas evasivas se le ha teni
do por confeso de la deuda,307 solución
que no compartimos, pues
no cabe la misma
aquí aplicar regla que para la confesión como
medio de prueba establece el art. 394 del Cód. de Proc. Civil. En
todo caso "no es suficiente
para tenerlo por rebelde en los térmi
nos
que señala el inciso 2o del artículo 435 del Código de Procedi
miento Civil, el hecho de que el citado concurra con 47 minutos
de retraso al tribunal".308 Incluso hacerlo antes de la fecha
puede

303
C. 18 abril 1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 2a, pág. 35.
Santiago,
En Francia,
sentencia de Colmar, 4
mayo 1962, J.C.P. 1962, nota M. F.
DURAND ya citada. En el mismo sentido, F.
HINESTROSA, ob. cit., pág. 171;
BIGLIAZZI-GER1 y otros, ob. cit, 503, nota 281.
3"*
pág.
C Suprema, 19
mayo 1987, Fallos del Mes 342, N° 1 pág. 241, con voto
minoritario de 2 ministros que estuvieron
306
por desestimar el recurso de queja.
C Suprema, 2 noviembre 1989, Rev. de
Der., t. 86, sec. Ia, pág. 135; la mis
ma sentencia en Fallos del Mes
372, pág. 722; en sentido contrario, C Suprema 2
diciembre 1974, Fallos del Mes 193, N° 1,
pág. 257, y 22 octubre 1970, Fallos del
Mes 143, N°3, 239.
307
pág.
Así, C Suprema, 2 diciembre 1974, Fallos del Mes 193, N° 1,
pág. 257, y
22 octubre 1970, Fallos del Mes 143, N°
308
3, pág. 239.
C Suprema, 8 marzo 1976, Fallos del Mes
208, N° 2, pág. 2.

116
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

señalada para la audiencia, ya que el plazo está establecido en fa


vor del deudor, pudiendo hacerlo mediante un escrito,309
aunque
en algunas oportunidades se ha rechazado que se haga por escri
to, exigiéndose una comparecencia física del deudor.310
Finalmente, seha resuelto que "la cláusula inserta en una es
critura alusiva a
que parte del precio se pagará 'cuando se alcen
los gravámenes que existieren sobre el predio, de los cuales no se
hace cargo el comprador y, en cambio queda responsable
siempre
el vendedor', no contiene ningún detalle característico de una re
nuncia expresa y formal de prescripción, ni tampoco tácita".311

18. Efectos de la renuncia. Una vez renunciada la


prescripción, ésta
no puede alegarse y desaparece,
por tanto, todo posible efecto ex
tintivo; pero ello no significa transformar la obligación en impres
criptible: se inicia el curso de una nueva prescripción, de forma
que los efectos de la renuncia se asemejan a los de la interrupción
(vid. N° 59.1).

19. Los efectos son relativos. Con ello quiere decirse que la renun

cia sólo afecta la persona del renunciante, y no a los terceros, lo


a

que confirma la regla general de la relatividad de toda renuncia.


Pero no ocurre lo mismo quienes son beneficiados con
en cuanto a

la renuncia, pues cabe distinguir diversas hipótesis: si se trata de


una obligación simplemente conjunta o mancomunada, como no

hay sino una unidad formal; pero no de fondo, en ella hay tantas
obligaciones diversas como acreedores y deudores (arts. 1511 inc. Io
y 1526 inc. Io), por lo cual la renuncia no tiene efectos sino para
el o los acreedores respecto de quienes se haya pronunciado. Pero
si la obligación es solidaria, todos los acreedores son beneficiados
lo mis
con la renuncia, desde
que existe una unidad del vínculo y
mo cabe señalar para una
obligación indivisible.312
En lo que concierne al efecto de la renuncia respecto de los
varios deudores, la regla de la relatividad de la renuncia es la que
se
impone, aunque deben analizarse algunas situaciones más com
plejas. El Proyecto argentino de Código Civil propone decirlo en
forma expresa al tratar de la renuncia en el art. 2478, agregándose

309
C Punta Arenas, 13 mayo 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 55.
310
C Suprema, 22 marzo 1977, Fallos del Mes 220, N° 4, pág. 8.
311
C Suprema, 27 octubre 1943, Rev. de Den, t. 41, sec. Ia, pág. 289.
3,2
En el mismo sentido, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 175.

117
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que "La renuncia a la por uno de los codeudores o


prescripción
no surte efecto
coposeedores respecto de los demás. El deudor re
nunciante no tiene acción de regreso contra sus codeudores libe
rados por la prescripción".

19.1. Situación del fiador. El Código Civil


preocupó expre se

samente de la situación del fiador, al señalar en el art. 2496


que
"el fiador podrá oponer al acreedor la renunciada
prescripción por
el principal deudor".
Distinto es el caso de la interrupción de la prescripción, como
se verá (vid. N° 61.2), ya que como lo tiene dicho una sentencia,
"lainterrupción natural de la
prescripción derivada del reconoci
miento de la deuda por parte del deudor directo
y principal, impi
de que el fiador hipotecario dicha
pueda alegar prescripción,
invocando algún lapso anterior a dicho reconocimiento".313

19.2. Situación del poseedor de la finca hipotecada.


tercer

Aquella misma norma, el art. 2496, o mejor dicho su principio, debe


ser
aplicado al tercer poseedor de la finca hipotecada, el cual, si es
perseguido por la obligación que grava el predio, puede oponer la
prescripción, aunque la haya renunciado el deudor personal.314 La
doctrina se explica por el efecto relativo de la renuncia. Por
ello,
si el deudor de la
obligación personal y principal prescrita renun
cia a ésta, ese acto unilateral no
perjudica a la prescripción de la
acción hipotecaria.315 Si estaba
ya extinguida la obligación caucio
nada, la obligación hipotecaria no revive. Pero es de anotar
que
esta solución, que por nuestra parte entendemos correcta, se
opo
ne al alcance que la misma
jurisprudencia nacional ha dado al
art. 2516 de la
respecto interrupción de la prescripción y que im
plica entender que no hay posibilidad de prescripción de la acción
hipotecaria mientras subsista la obligación caucionada (vid.
N° 61.2), por lo cual la
suspensión de la en contra del
prescripción
deudor personal
interrumpe la prescripción de la acción hipote
caria. La jurisprudencia nacional no es coherente en
esta cuestión,
aunque la solución dada para la renuncia nos parece la única
acep
table, por más que los mismos argumentos
que se han dado para
la extensión del efecto
interruptivo pudieran aplicarse aquí.

C Santiago, 16marzo 1989, Rev. de Der., t.


86, sec. 2a, pág. 10.
C. Suprema, 25 agosto 1943, Rev. de Den, t. 41, sec.
315
Ia, pág 368
En ese sentido, F. HINESTROSA, ob. cit., 176.
pág.

118
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

19.3. Situación del


obligado solidariamente. Los efectos relati
vos de la renuncia también alcanzan a las
obligaciones solidarias, y
la Corte Suprema ha acogido esa doctrina,
según la cual "la renun
cia del deudor principal no afecta al codeudor solidario",316 y en
otra sentencia resolvió "que si bien el fallo de
primer grado acoge
la excepción de la acción
ejecutiva opuesta por el aval y codeudor
solidario, tal alegación no puede beneficiar a la deudora principal,
pues no la opuso en su favor el deudor principal, debiendo enten
derse entonces que ha renunciado a ella".317 La doctrina
que limita
el efecto de la renuncia a la prescripción en el caso de
obligacio
nes solidarias es común en el derecho comparado.318 Extender el
efecto de la renuncia de de los codeudores solidarios a los de
uno

más exigiría entender sin límites el mandato tácito y


recíproco que
en la concepción francesa funda los efectos de la solidaridad pasi
va
y ya se sabe que desde Dumoulin representación
esa es ad con-

servandam vel perpetuandam obligationem, non ad


augendam. Pero cabe
anotar
que aquí, al igual que sucede con la situación del tercer po
seedor de la finca hipotecada, las soluciones adoptadas para la re
nuncia no son las mismas que las dispuestas para la interrupción
(vid. N° 61.2), sin que se observen razonesevidentes para la dispa
ridad. Si la representación entre los codeudores solidarios explica
los efectos secundarios de la modalidad y entre ellos la regla del
art. 2519 para la interrupción, la lógica dice que lo mismo debería

prevalecer para la renuncia, desde que incluso un mismo acto pue


de significar interrupción natural o renuncia según el momento
en
que intervenga. La única explicación aceptable podría encon
trarse en el hecho que como la renuncia interviene después de cum

plida la prescripción, una vez llegado el plazo en que ella extingue


el vínculo, cada codeudor adquiere independencia y cesa la repre
sentación.

20. Renuncia y acción revocatoria. La renuncia a la prescripción


puede afectar el interés de los demás acreedores del deudor, que
con ella ven aumentado su
pasivo que aparecía desligado de la obli-

316
C Suprema, 16 abril 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 24; C Suprema,
5 octubre 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. Ia, pág. 131.
C Suprema, 1 octubre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. Ia, pág. 155; la misma
317

sentencia en Fallos del Mes 385, N° 7, pág. 737.


ESMEIN, P. en PLANIOL y RIPERT, ob. cit., N° 1385; F. HINESTROSA,
318

ob. cit, pág. 176.

119
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

había transcurrido. De aquí que


gación cuyo plazo de prescripción
la doctrina haya considerado la posibilidad de que esos acreedo
el deudor. El
res
pudieran impugnar la renuncia hecha por
art. 2939 del italiano, como hemos visto, ha previsto expre
Código
samente la posibilidad que cualquier interesado en ello pueda opo
ner la prescripción, y entre ellos los acreedores. Y lo mismo resulta

del art. 2225 del Código francés. La jurisprudencia francesa ha en


tendido que el art. 2225 contiene una verdadera acción pauliana
que permite luego hacer efectiva la prescripción renunciada por
el deudor y por ello que para su aplicación se requiere que
exige
la renuncia del deudor sea tal que cree o aumente su insolvencia.319
Pero esas codificaciones contienen el principio general de la ac
ción 1166 Cód. francés y 2900 del de Italia).
subrogatoria (arts.
Entre nosotros, como ya se dijo, el Código no contiene ningu
na
regla semejante, ni para autorizar el ejercicio de acciones por
vía de subrogación, salvo los supuestos del art. 2466, ni para opo
ner la prescripción que el deudor no haya querido oponer o haya

renunciado. De este modo, una renuncia de la prescripción en per


juicio de los demás acreedores no parece ser atacable por éstos, ni
aun
por acción revocatoria o pauliana, pues ningún provecho ob
tendrían con la declaración, ya que al dejarse sin efecto la renun
cia, de todas formas la alegación de la prescripción extintiva queda
entregada a la voluntad del deudor. Se trata de una notoria imper
fección de nuestro Código, no explicable desde que Bello tenía el
modelo del art. 2225 del Código francés.320

Sección III
LA PRESCRIPCIÓN CORRE POR IGUAL A FAVOR
Y EN CONTRA DE TODA CLASE DE PERSONAS

21. Consagración legislativa. Esta es la tercera regla común a toda


prescripción y que el Código consagra en el artículo 2497, al seña-

3,9
Soc. 9 noviembre 1950, Bull. Civ. III, N° 830. Se trata entonces de una apli
cación de la acción pauliana: MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1189.
*t,-",
E HINESTROSA, ob. cit., págs. 74 y sgts. analizando la cuestión en el de
recho colombiano, hace notar la omisión del
Código de Chile, seguido en ello
por el de Colombia, aunque la omisión fue subsanada allí para la prescripción
el
adquisitiva por Código de Procedimiento Civil (art. 413 N° 2), pero no para la
extintiva. El autor reclama también la necesidad de subsanar la omisión.

120
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

lar que "las reglas relativas a la


prescripción se aplican igualmente
a favor y en contra del Estado, de las iglesias, de las municipalida

des, de los establecimientos y corporaciones nacionales, y de los in


dividuos particulares que tienen la libre administración de lo suyo".

22. Fundamento y excepción. El fundamento de esta regla es ter


minar con los privilegios que se establecían en los antiguos dere
chos en algunas personas e instituciones, particularmente
favor de
el Estado y las iglesias. Con esto, el legislador termina con las dis
tinciones y preferencias. Se recordará que en el derecho justinia-
neo, en beneficio de la Iglesia y de las
obras pías y de las donaciones
se estableció una prescripción de cien
para el rescate de prisioneros,
años (C. 1, 2, 23, del 530), plazo que se hizo extensivo a la Iglesia
de Occidente en el 535. Más tarde, los glosadores discutirían
am

de esos privilegios.321
pliamente en torno a la interpretación
No obstante lo anterior, el Código Civil mantiene una situación
de la pres
de privilegio respecto de algunas personas: la suspensión
Nos 63 y siguientes).
cripción en favor de los incapaces (ver
Basándose en esta disposición, la Corte Suprema ha señalado
como pú
que la prescripción
se
aplica tanto en derecho privado
vez que haya un
blico, al sostener que "la prescripción opera toda
la ley, cual
derecho que no se ejercita durante el plazo fijado por
ese derecho, ya esté regido por
el
quiera que sea la naturaleza de
el derecho públi
Código Civil, ya por el Código Procesal ya por
o

esa doctrina debe ser revisa


co o administrativo".322 Sin embargo,
la
da a la luz de la actual tendencia que hace imprescriptible
en la cir
nulidad de derecho público y que se
apoya precisamente
cunstancia de que las normas del derecho privado no pueden ex
sin embargo, en
tenderse al derecho público,9'23 a
pesar de lo cual,

del
321
Sobre ello, CAMPITELLI, "Prescrizione", en Enciclopedia djntt0<*X^
su Traite des prescnptwns, pags.
70 y 20b,
págs. 46 y sgts. Milán, 1986. DUNOD en
trataba de esta cuestión. .- ■
•_

C. A. Sant.ago, 17 junio
*
C. Suprema, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 48;
1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 69. ,
,,„
declara
323
C. Suprema 19 abril 2000, Rev. de Der., t. 97,
sec. 5,
pag. 83, que
los perjuicios F"en-
incluso imprescriptible la acción de responsabilidad por
27 1999 Rev. de Den. t 96 sec. 5
tes de dicha nulidad; en igual sentido, mayo
t. 94, sec. Ia, pag. 126;
C Santiago ¿V
pág. 69; 20 noviembre 1997, Rev. de Der, 5
entre otras. Pero C. Santiago
marzo 1998, Rev. de Der., t. 95, sec. 2\ pág. 20,
los
entiende que ello no se
aplica a

julio 2001, Gaceta jurídica 253, N° 1, pág. 94, las reglas co-
de nulidad, a los que se aplican
efectos patrimoniales derivados esa

121
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

otros ámbitos, como de la acción de respon


el de la prescripción
sabilidad por falta de servicio, se sostenga la tesis contraria, es de
cir,la de dar a las normas del Código Civil el carácter de generales
todo ámbito,324 y que respecto de multas o sanciones
y aplicables a

del derecho administrativo, se haya resuelto


apli tanto que han de
carse las generales
normas prescripción Código
de la Civil, si del
las del
no
hay regla contraria,325 como que no cabe extender reglas
derecho común al derecho público respecto de iguales situacio
nes.326 Otro viene ocurriendo para la prescripción de la ac
tanto
ción por responsabilidad del Estado (vid. N° 83.2). Recientemente,
la doctrina de la imprescriptibilidad de la acción por nulidad de
derecho público tiende a reducirse en su alcance, pues allí donde
surge de ella un aspecto patrimonial, la Corte Suprema aplica la
ello, claro está, comienza a ser seguida por las
prescripción, y en

Cortes de Apelaciones.327 Desde luego, no es materia de esta obra


el estudio de la prescripción en el derecho público; pero sin en
trar a ello, parece evidente que la prescripción, como institución
básica de la seguridad jurídica, supremo valor de todo el ordena
miento, sea
público o privado, debe regir en todo
ámbito, como
no sea en situaciones de infracción a derechos humanos, que por
su
quedar al margen de ella. Y es también ur
naturaleza han de

gente que nuestro derecho público, sea por obra de doctrina juris
prudencial, sea por obra legislativa, adquiera un estatuto firme y
claro sobre la prescripción, pues el que impera es, como se ha in

munes del derecho civil. Y la misma Corte, 4 julio 1 994, Gaceta Jurídica 194, N° 6,
pág. 68, le aplica la prescripción civil de 5 años.

3124
Así, C Suprema, 15 mayo 2001, Gaceta Jurídica 263, N° 5, pág. 29.
325
C. Santiago, 11 agosto 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. T,
326
pág. 173.
C. Santiago, 28 agosto 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. 7a, pág. 175. Con ra

zón la Revista de Derecho publica esta sentencia a continuación de la referida


en

la cita precedente. ¿Qué explicación lógica racional, que no sea


o la limitada no

ción del efecto relativo de las sentencias, podría darse al


litigante de esta última
sentencia, quien
a se
aplica la sanción administrativa, frente al del caso anterior,
«il que no se le aplica?
m
Por ej, C. Suprema, 15 mayo 2002, Gaceta
Jurídica 263, N° 5, pág. 29. La
Corte de Santiago ha resuelto que la acción
dirigida a declarar la nulidad de de
recho público de un acto expropiatorio es de
tipo patrimonial y por lo mismo
debe someterse a la prescripción común, teniendo como fundamento el art. 2497
del Cód. Civil. Sentencia de 8 agosto 2002, Gaceta
Jurídica 266, N° 1, pág. 89, y
las sentencias de 5 julio 2001, Gaceta Jurídica 253, N° 1,
pág. 94, y 4 julio 1994,
Gaceta Jurídica 194, N° 6, pág. 68.

122
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

sinuado anteriormente, caótico, y la doctrina de la


imprescriptibi-
lidad de la nulidad no nos parece tener sólidos fundamentos ser
y
contraria a todo principio de seguridad jurídica. Los argumentos
que se han dado para la imprescriptibilidad son más bien afirma
ciones que se los arts. 6o y 7" de la Constitución y
atribuyen a
que
pasan por sobre valores esenciales de todo estado de derecho, como

son el orden y la seguridad jurídica, sin los cuales ni


siquiera hay
aún paz social.328
justicia y menos
También ha sostenido que no se vulnera el artículo 2497 del
se

Código Civil por el hecho de establecer el legislador plazos espe


ciales para la prescripción de las imposiciones previsionales.329
Es lo cierto que actualmente, y a pesar de la regla del art. 2497,
se multiplican plazos y regímenes especiales de prescripción,
los
de forma que el principio dispuesto en ella adquiere el carácter
de un simple propósito, expuesto a innumerables excepciones, que

en el derecho extranjero han sido justamente denunciadas.330

328
Participamos plenamenteasí de lo que expone el profesor JOSÉ LUIS CEA,
en El Sistema Constitucional de Chile. Síntesis Crítica, pág. 198, Santiago, 2002 y que
de la Corte de Santiago de
trae a colación, en
apoyo de su decisión, la sentencia
8 agosto 2002, referida en la cita precedente.
329
Corte Suprema,9 junio 1978, Fallos del Mes, 235, N° 5, pág. 117.
330
A. BENAVENT, artículo citado.

123
CAPITULO IV

PRESCRIPCIÓN Y CADUCIDAD

23. Introducción. Tradicionalmente se hace alusión a la caducidad


cuando se trata de la prescripción extintiva y
justamente porque
sela define por contraste con ésta, a pesar que la idea de caduci
dad mantiene contornos borrosos en el derecho comparado, inclu
so
respecto a la
terminología a emplearse. Por ello, sin desconocer
que entre ambas instituciones hay similitudes, es necesario comen
zar
por determinar en qué consiste la caducidad, para luego de
terminar en qué se diferencia de la prescripción.
A modo de inicio, puede decirse que nuestra legislación no re
glamenta la caducidad en forma autónoma;331 pero se observa que
a veces se
contemplan en ella casos de derechos o facultades que
se conceden
por cierto tiempo o exigiéndose la actuación del titu
lar dentro de un lapso, de forma que por el solo transcurso de ese

tiempo esos derechos o facultades se extinguen. El plazo corre inexo


rablemente, sin que pueda ser detenido por actuación alguna, mien
tras no se ejerza el derecho o facultad y no vale para impedir la

extinción, ni la reclamación extrajudicial, ni el reconocimiento del


deudor, ni incluso el ejercicio de la acción sino en cuanto sea vic
torioso. Aquí no cabe hablar de interrupciones, ya que las accio
nes o se
ejercitan con éxito y en tiempo hábil, o se extinguen
inexorablemente. En esos casos, la única forma de conservar el de
recho es
ejercitándolo y si se deja de hacerlo, muere inexorable
mente, sin poder prolongarse.332 Es la denominada caducidad o

Y ni siquiera el uso del término "caducidad" es usado siempre en el sentido


331

técnico de extinción por no ejercicio dentro del tiempo, pues a veces es sinónimo
sólo de simple extinción: ejs., arts. 1004 N° 1, 1046, 1212, 1213, 2417 Cód. Civ.
332
Expresiones que tomamos del trabajo de don PEDRO LIRA URQUIETA,
"El
Concepto Jurídico de la Caducidad y la Prescripción Extintiva", en Rev. de
Der., t. 24, primera parte, págs. 144 y sgts., esp. N° 9.

125
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

decadencia. Códigos más modernos la tratan de modo explícito,


como ocurre con el de
Portugal (arts. 328 y sgts.); Perú (arts. 2003
y sgts.) y antes el de Italia (arts. 2964 y sgts.). El Proyecto argenti
no de 1998 la trata en los arts. 2506 y sgts. y el actual
Código del
Brasil en el Título IV del Libro III trata "De la Prescripción y de la
Decadencia".
Debe recordarse, sin embargo, que el Código Civil, sin concebir
la caducidad como institución autónoma, previo al menos la noción
de plazo fatal, en aquellos supuestos en que un acto debe ejecutarse
en o dentro de
plazo, de forma que sólo vale si se ejecuta antes de la
medianoche en que termina el último día del plazo (art. 49).
Es en ese sentido que puede afirmarse que "la caducidad
signifi
ca
que algo -generalmente una facultad o un llamado derecho po
testativo tendente a modificar una situación
jurídica- nace con un
plazo de vida y que, pasado éste, se extingue. Se trata de que la fa
cultad o el derecho que sea es de duración limitada".333 Mientras que
la prescripción significa "no que algo nazca con un
plazo de vida,
sino que, si durante determinado
tiempo está inactivo, no se puede
luego imponer. Se trata de que lo que sea, si bien es de duración
ilimitada, sólo sigue siendo exigible si no se le deja en desuso".334
La caducidad no es
parte de este trabajo, sino en cuanto seña
lar las diferencias con la
prescripción extintiva, de allí que sólo se
tratará incidentalmente, habiendo sido examinada en
profundidad
por obras recientes.335
Coincidiremos en afirmar, con Gómez-Corraliza,
que una cons
tante doctrina
jurisprudencial viene reconociendo a la caducidad
su actuación automática,
siempre apreciable de oficio, de tal modo
que opera para determinar la pérdida de un derecho o acción por

333
M. ALBALADEJO, ob. cit., 537.
■Wl
pág.
M. AL.BALADEJO, ob. cit., 538.
335
pág.
Sobre la caducidad, entre otras, GÓMEZ CORRALIZA,
BERNARDO, La
caducidad, Madrid, 1990; M. VASSEUR, "Délais préfix, délais de
delais de procédure", en Rev. Trim. Dr. Civ. 1950,
prescription,
pág. 439; Y. BUFFELAN-LANORE,
Essai surta notion de caducité des artes
juridiques en droit civil, París, 1963; B. GRASSO,
'Sulla distinzione tra
prescrizione decadenza", en Riv. Trim. di Di. e Proc. Civ.,
e

1970, págs. 866 y sgts.; R. FERRUCCI, "Della


prescrizione e della decadenza", en
Comm. Cod. Civ, t. VI, vol. 5, Turín, 1980,
págs. 389 y sgts.; ROSELLI, "Decaden
za", en Encic. Giun, t. X, Roma, 1988; PANZA, "Della
decadenza", en Comm. Cod.
Civ, pags. 696 y sgts. Entre nosotros, DOMÍNGUEZ D.
ELEONORA, De la caduci
dad y sus
principales diferencias con la prescripción extintiva, memoria, Santiago, 1960;
P. LIRA U., "El
concepto jurídico de la caducidad y la prescripción extintiva", en
Rev. de Der., t. 24, primera parte, págs. 144 y sgts.

126
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

su no ejercicio durante el
plazo señalado por la ley, sin que las par
tes y los tribunales puedan contener su actividad
y consecuencias
extintivas, que se producen por el mero transcurso del tiempo. Así
lo han resuelto nuestros tribunales cuando se enfrentan a un de
recho con aquellas características.336

24. Concepto. Se la define como "aquella figura que determina,


de modo automático e inexorable, la extinción de ciertos derechos,
poderes o facultades, si no se realiza un acto específico dentro del
plazo fijado a tal efecto por la ley".337
Por su parte, el Tribunal Supremo de España, en un concepto
bastante descriptivo señala que "hay caducidad o decadencia de un
derecho cuando la ley o la voluntad de los particulares señalan un
término fijo para el ejercicio de un derecho, de modo que trans
currido el término, el interesado queda impedido para el ejercicio
de la acción, atendiendo la caducidad sólo al hecho objetivo de la
inactividad dentro del término de rigor prefijado".338
Entre nosotros, Alessandri la define como "la extinción ipso jure
de la facultad de ejercer un derecho o celebrar un acto, por no ha
berse ejercido o realizado dentro de un plazo de carácter fatal que
la ley establece".339 Una sentencia de nuestro más alto tribunal, se
ñaló que "la caducidad es la pérdida de la facultad de hacer valer
un derecho como consecuencia de la expiración de un plazo fatal".340

Y en ese mismo sentido la concibe la doctrina comparada en gene


ral: "La pérdida de un derecho por la falta de su ejercicio dentro
del término perentorio establecido por la ley o el contrato".341
La excepción la hace el derecho francés, en el cual existe una
variedad terminológica, pues tanto se habla de plazo prefijado como
de plazo de preclusión o de decadencia342 y aun de perención; pero

336
C Suprema, 1988, Fallos del Mes 350, N° 2 pág. 1021. En el mis
28 enero

mo sentido, C
Suprema, 27 1943, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 498; C
marzo
18
Suprema, 11 diciembre 1953, Rev. de Den, t. 50, sec. Ia, pág. 498; C Suprema,
julio 1966, Rev. de Den, t. 63, sec. 3a, pág. 97.
GÓMEZ CORRALIZA, BERNARDO, La caducidad, ob. cit., pág. 52.
337

338
Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de mayo de 1990.
339
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, ARTURO, Curso de Derecho Civil, t. 3, "De las
Obligaciones", Santiago, 1941, pág. 457.
C. Suprema, 19 mayo 1983, Rev. de Der., t. 80, sec. Ia, pág. 34; la misma
340

sentencia en Fallos del Mes 294, N° 13, pág. 192. En sentido similar, C. Pedro Agui
rre Cerda, 27 octubre 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2a, pág. 142.
341
P. TRIMARCHI, Instituzioni di diritto prívalo, pág. 629, 10a edic, Milán, 1995.
342
Déla i préfix, délai de prelusión, déchéance.

127
ÍA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

siempre bajo la base que el efecto extintivo resulta de la sola llegada


del plazo, como el cuchillo de la guillotina según la expresión de
unos autores,343 aunque teniendo presente que distinguir prescrip

ción de caducidad no es siempre fácil, atendida justamente esa va


riedad terminológica. Pero aun dentro de ella, se ha dicho que la
déchéance el "nombre que se da a veces y fuera de toda sanción a
es

la extinción de un derecho a la expiración de un cierto plazo"344


Con todo, conviene recordar que la noción de caducidad sigue
siendo imprecisa, pesar de los intentos de definición, porque es
a

lo cierto que se trata, al menos entre nosotros, de una creación un


tanto artificial, sin contornos precisos, con los más variados funda
mentos y, como seha anotado, sin un apoyo científico sólido ni su
ficiente criterio dogmático.345 En ella se mezclan conceptos traídos
desde la doctrina alemana, en
partir de Grawein, a quien
especial a

se señala como institución,346 pero aplicados a situa


creador de la
ciones las más variadas, a pesar de que la doctrina germánica dis

tingue entre caducidad, preclusión y prescripción, con ese espíritu


técnico que tantos admiran; pero que en nuestro sistema no siem
pre se traduce en consecuencias prácticas, sino más bien en dis
quisiciones que califican de científicas, aunque sin objetos
se

precisos. Tal sucede con la caducidad y la preclusión, cuyos con


tornos imprecisos no convencen en la necesidad práctica de la dis
tinción. De aquí la falta de claridad en esta institución, hasta el
punto de no saberse a veces la razón de por qué y con qué fin un
plazo es calificado de caducidad y no de prescripción.

25. Fundamento de la caducidad. A diferencia de lo


que ya se seña
ló para la prescripción, no hay autores o teorías
que se opongan a
la existencia de esta o la
figura califiquen de injusta. Tampoco se dis
cute si el fundamento es
subjetivo u objetivo, ya que nadie duda que
es un criterio
objetivo el que la inspira. Así, para De Castro "el fun
damento habrá de encontrarse en la
especial naturaleza de los de
rechos afectados por ella. La casi todos los
prescripción comprende

343
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1 170.
314
Vocabulaire juridique, Association Henri
Capitant, bajo la dirección de G.
CORNU, a la voz "déchéance", tercera acepción, 5:t edic, Paris, 1996.

F. R1YERO HERNÁNDEZ,
"¿Apreciación de oficio de la caducidad en todo
caso.'' Necesidad de un diferente
régimen para las relaciones jurídicas e intereses
disponibles'',
3,6
en Revista de Derecho Privado, Madrid, 2001,
pág. 467.
La obra de GRAWEIN und Geselzliche
Verjáhrung Btjrísht ng fue editada en
Leip/ig en 18K0 y es ampliamente usada en la obra de Alas y De Buen ya citada.

128
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL, DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

derechos patrimoniales. La caducidad, en cambio, se refiere a dere


chos o facultades
dirigidas a cambiar un estado, situación o relación
jurídica. Desde su nacimiento originan una situación de duda, in
certidumbre o amenaza; contraria por ello a la seguridad
jurídica".347
De esas expresiones puede desprenderse el fundamento de la
caducidad: de derechos cuyo contenido
se trata
otorga la facultad
de optar ejercitarlo
entre o no (modificar o no una situación
jurí
dica); pero mientras esa
opción no sea ejercitada, produce incerti
dumbre y, por ende, inseguridad jurídica. Por tanto, para introducir
la necesaria certeza que requiere la vida de relación, es necesario
fijar de
antemano -en principio de modo inmutable- cuánto tiem

po han de vivir estos derechos, lo que se consigue sometiendo su


duración a un plazo extintivo y fatal (caducidad).
Es por ello que la caducidad sujeta a los derechos a un limita
do plazo de vigencia, mientras que la prescripción los somete a uno
indefinido. El plazo de ésta no es fatal o inexorable, o sea, el final
del mismo no ha de
llegar necesariamente y su duración tampoco
es
fija, sino que al admitir causas de interrupción y suspensión, será
siempre variable. En la caducidad, por el contrario, la duración de
los derechos está rígida y taxativamente señalada por la ley.
Similares argumentos son comunes en la doctrina.'4* Así tam
bién lo ha entendido la jurisprudencia española, que en innume
rables oportunidades ha resuelto que "el fundamento es dar

seguridad a las relaciones jurídicas".349


En un buen fallo de la Corte Suprema, se resolvió que "lo que
caracteriza a la caducidad es
que en ella se ha puesto al derecho
un límite y la extinción de él se produce por la propia naturaleza
del derecho; en cambio, en la prescripción extintiva el prolonga
do no
ejercicio de un derecho conduce a su extinción; luego, re

sulta fundamental para distinguir ambos institutos la existencia de


un
plazo fatal que limite en el tiempo el derecho de que se trata o
no, respectivamente.
Para ello basta examinar la clara definición que los artículos 49
del C.C. y 64 del C.P.C. hacen del término fatal y ver si el legisla
dor está señalando un plazo fatal en que 'en' o 'dentro de' deba
ejercerse un derecho para saber si es un caso de caducidad.

347
DE CASTRO, Temas de Derecho Civil, ob. cit., pág. 174.
348
ALBALADEJO, MANUEL, ob. cit., pág. 539; PUIG BRUTAU, Caducidad y
prescripción extintiva, 13, Barcelona, 1986; P. TRIMARCHI, ob. cit., pág. 452.
pág.
:t'1''
Tribunal Supremo, sentencia de 18 de diciembre de 19S4.

129
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

Corrobora esta conclusión la distinta función


práctica de la pres
cripción y la caducidad, en que por la primera se quiere evitar que
queden por largo tiempo sin ejercitar los derechos subjetivos en
general; y la de la caducidad, que es procurar que ciertos derechos
sean
ejercitados dentro de un término breve".350
Otro fallo sostuvo que, "tratándose de un plazo fatal, si trans
curre el tiempo, la
oportunidad precluye por el solo ministerio de
la ley; en cambio, si no es fatal, requiere de la actividad de la con

traparte para su extinción".351


Mas resta por esclarecer la razón por la cual ciertos derechos
se
sujetan a caducidad y otros a prescripción, siendo que ambas ins
tituciones pretenden la certeza jurídica y a ambas se unen razones

de interés común y social. Se acostumbra a señalar que los dere


chos sujetos a caducidad son los llamados potestativos; pero como
lo ha sostenido autor,
un es un
concepto muy impreciso como para
definir el objeto de la caducidad,352 de modo que lo más cierto es
recorrer
algunas situaciones en que hay caducidad o plazos preclu-
sivos, sin ahondar en la distinción, para verificar si en co hay algo
mún entre ellos, para confrontarlos con los casos de
prescripción.
Lo más probable es que se trate de casos en
que la ley ha concedi
do a los particulares facultades en unas ciertas relaciones
jurídicas
para modificarlas, particularmente en el ámbito de la familia o de
ciertas relaciones negocíales, y
que algunos califican de "situacio
nes
jurídicas activas".353 Pero más allá es imposible ir, puesto que
nadie podrá pretender una sistematización
completa y lógica en esta
materia, si se tiene en cuenta que situaciones muy disímiles están
sujetas sea al ámbito de la caducidad, como ocurre con el cobro
de un cheque, al de una situación intermedia, como es el de plazo
saneamiento de la nulidad absoluta, o al de la
prescripción, como
ocurre con
algunas acciones de nulidad matrimonial. Y aún cabe
considerar que si la caducidad, al no estar
expresamente califica
da en la ley, ha de deducirse del tenor literal de la situacio- ley, hay


C. Suprema, 19 mayo 1983, Rev. de
Der., t. 80, sec. Ia, pág. 35; Fallos del
Mes 294. N° 13, pág. 192.
351
C Suprema, 4 mayo 1990, Rev. de Den, t.
87, sec. Ia, pág. 21. Opera de
pleno derecho al extinguirse el
plazo, dice la sentencia de C Santiago, 10 abril
1995, Gaceta Jurídica 177 (1995), sent. 3, 176.
**
pág.
F. RTVERO HERNÁNDEZ, artículo
353
citado, pág.480.
Así, F. R1VEROS HERNÁNDEZ, ob. cit., pág. 481. También, ROMANO A.,
"Note in tema di decadenza", en Riv. Trim. di Di. e Proc.
Civ., 1964 págs 171 v
sgts.

130
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

nes al menos dudosas, como ocurre, por ejemplo, con el


plazo de
la acción redhibí toria (art. 1866. Vid. N° 89) o con el previsto para
la nulidad de la donación por incumplimiento de la
carga impues
ta por el donante (art. 1426) y aun para la nulidad de la donación

por ingratitud (art. 1430), casos en los que las expresiones de la


ley llevan a
pensar en una caducidad, aunque sin que pidiera en
tenderse el porqué allí
opta por se
plazo un de esas características
yno por de prescripción.
uno

Lo que entendemos más lógico y razonable es


que la caduci
dad se justifica en derechos no disponibles, mientras que el ámbi
to de la
prescripción se da en los disponibles. La caducidad debería
estar reducida y justificada en
aquellos derechos en que el titular
no está habilitado a
privarse de los mismos por su sola voluntad,
evitándose así la vulneración de la ley. Pero si el derecho es de aque
llos de que el particular puede privarse por ser estrictamente pri
vado, él mismo podrá determinar si lo ejercita o no y si se trata del
deudor, de su decisión depende usar del tiempo para la extinción
de su carga, de forma que allí la prescripción, con los caracteres

que ya hemos examinado, encuentra su claro ámbito de acción. Y


será igual criterio el que permita aceptar la existencia de una ca
ducidad convencional con caracteres propios, allí donde hay inte
reses
disponibles. Esta nos parece ser una distinción aceptable para
el objeto de la caducidad y de la prescripción.354

26. Características de la caducidad. Caducidad legal, caducidad


convencional. Del estudio que ha hecho la doctrina y de la elabo
ración jurisprudencial se pueden desprender las siguientes carac
terísticas:
La caducidad aprecia de oficio por el tribunal,355 siempre que
se

se trate de una
legal, agregamos por nuestra parte. Más aún, opera
de pleno derecho al extinguirse el plazo previsto.356 Y esta es su ca
racterística más distintiva, desde que la extinción del derecho se pro
duce por el hecho objetivo del curso del tiempo, sin consideración
por la situación subjetiva del titular.357 El art. 2512 del Proyecto ar-

354
Por ello, adherimos por entero a lo que, sobre la materia, sostiene
F. RIVERO HERNÁNDEZ, ob. cit., págs. 485 y sgts.
C Suprema, 28 enero 1988, Fallos del Mes 350, N° 2, pág. 1021. En el mis
355

mo sentido, C Suprema, 27 1943, Rev. de Den, t. 40, sec. Ia, pág. 498.
marzo

C. Santiago, 10 abril 1995, Gaceta Jurídica 1995, N° 177, sent. 3, pág. 176.
356

A. TORRENTE y P. SCHLESINGER, Manuale de diritto privato, par. 88,


357

pág. 147. _^-


—•
— -"-
.

<~C0PTE
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

debe declarada de ofi


que "La caducidad sólo
ser
gentino prescribe
cio por el tribunal cuando está establecida por la ley y es materia
sustraída disponibilidad de las partes", distinguiendo así entre
a la
la caducidad legal, que se aprecia de oficio, y la convencional, en
lo demás, la doctrina impuesta
que ello no ocurre, siguiendo así, por
el cual "La decadencia
por el art. 2969 del Código de Italia, para
no
puede ser apreciada de oficio por el juez, salvo que, tratándose
de materia sustraída a la disponibilidad de las partes, el juez debe
apreciar la causa de improponibilidad de la acción". El art. 210 del
Código del Brasil contiene una regla parecida: "Debe el juez, de ofi
cio, conocer de la decadencia cuando es establecida por ley. De allí
de oficio
que la doctrina entienda que la regla de la apreciación
sólo se refiera a la caducidad legal dispuesta en materias que no pue
35K
den ser objeto de convención". Por ello es criticable la decisión

que entiende que la caducidad de la acción por despido injustifica


do requiere que el demandado la oponga como excepción y que el
tribunal no pueda apreciarla de oficio, bajo el pretexto que de otra
forma se dejaría al demandante en la indefensión a su respecto.359
Ese argumento valdría para todo caso de caducidad legal. La doc
trina entiende que, respecto a esta característica de la caducidad,
debería distinguirse, como lo hace el Código italiano, entre casos
de caducidad indisponibles -en que resulta sin excep
en intereses
ción el hecho que el juez la deba apreciar de oficio- y casos de ca
ducidad en intereses disponibles de mero interés privado, en que
no se observa la razón de
distinguirla en ello de la prescripción. La
apreciación de oficio parece lógica en materias de estado civil de
las personas; pero no se observa por qué debería declararse oficio
en el caso de la acción redhibitoria del art. 1866 si se le califica de
caducidad o en el evento delpacto comisorio calificado del art. 1879,
pues es un principio incluso de orden constitucional la libre dispo
sición de intereses privados.360
No admite suspensión ni interrupción. Así lo han ratificado los
tribunales,361 y es cuestión admitida por la doctrina, desde que por

358
A. TRABl'CCHI, Istituzione di diritto civile, pág. 119, 33' edic, Milán, 1992;
A. TORRENTE y P. SCHLESINGER, ob. cit, pág. 148.
**■
( :. San Miguel, 3 agosto 200 1 Gaceta Jurídica 255, N° 3,
,
pág. 268, v 25 abril
200 1 Gaceta Jurídica 251 N° 1 pág. 194.
, , ,

:m
Sobre cuestión, F. RIVERO HERNÁNDEZ, ob. cit., pág. 499.
esta
:m
C. Suprema, 11 enero 1947, Gaceta de los Tribunales, 1947, t. 1, pág. 152;
27 mar/o 1943, Rev. de Den, t. 40, sec. Ia, pág. 498.

132
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

su fundamentono se trata de conferir una facultad extintiva al cri

terio del deudor, ni de sancionar una inactividad del acreedor o


reconocer una situación de hecho, como ocurre con la
prescrip
ción. Si con ella viene indicado el acto que la impide, su
ejercicio
basta para que no tendría entonces sentido
que volvie
no
opere y
ra a iniciarse o
que, por razones subjetivas, se detuviera su curso/62
El Código italiano en su art. 2964 prescribe que "Cuando un dere
cho debe ejercitarse dentro de un término dado bajo pena de ca
ducidad, no se aplican las normas relativas a la interrupción de la
prescripción. Tampoco se aplican las reglas relativas a la suspen
sión salvo que la ley disponga otra cosa" y el art. 207 del Código
del Brasil prescribe que "Salvo disposición legal en contrario, no
se
aplican a la decadencia las normas que impiden, suspenden o
interrumpen la prescripción".
Es así que ha podido afirmarse que la doctrina de los fallos que
afirman que la caducidad no admite interrupción se ajusta a la di
ferencia que existe entre la caducidad y la prescripción extintiva,
si bien ambos institutos tienen por finalidad la extinción de dere
chos. Esta pone fin a un derecho que, por su no ejercicio, se le
supone abandonado por el titular y siempre que el beneficiado con
ella lohaga presente. Aquélla, por no haberse ejercido el derecho
en
plazo prefijado por el legislador o la voluntad del hombre.
el
En ella no puede existir nada que interrumpa el lapso, pues se re
quiere perentoriamente el ejercicio mismo del derecho.363 Tampo
co
pueden las partes alterar en forma alguna la caducidad legal,
ni prorrogando el plazo, ni renovándolo o suspendiéndolo. Y me
nos
podrán renunciarla, porque no está dentro de su esfera de dis
ponibilidad.
Pero estas características son solamente aceptables en aquellos
la ley para dere
casos en
que la caducidad ha sido establecida por
chos no disponibles y no se entendería que no pudieran alterarse
si se trata de derechos e intereses disponibles. Bien dice un autor,
cuestión que a veces entre nosotros se olvida, que "lo importante,
jurídicamente, son los intereses protegidos por el Derecho, no los
instrumentos de protección (y la caducidad no
pasa de ahí), y me-

Así, P. TRIMARCHI, ob. cit., pág. 630; A. TORRENTE y P. SCHLESINGER,


362

ob. cit., pág. 147; R. GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit., págs. 256 y 280.
363
SOMARRJVA UNDURRAGA, MANUEL, Las Obligaciones y los Contratos ante
la Jurisprudencia,. 2a edic. actualizada por RAMÓN DOMÍNGUEZ BENAVENTE,

Santiago, 1984, N° 156, pág. 111.

133
ÍA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

nos sus calificaciones jurídicas, también instrumentales. No es co


rrecto empecinarse en dogmatismos excesivos centrados en lo ad
de gravedad
jetivo, lo instrumental, para desconocer que el centro
de la cuestión viene constituido por los intereses de referencia, que
es lo sustantivo".364
Con todo, es posible que la propia ley que la establece posibili
te, sin privarla de sus demás características, una suspensión. Así, por
ejemplo, el art. 64 inc. 2o del Cód. de Proc. Civil permite a las partes
suspender el procedimiento por un plazo de hasta noventa días, lo
ocurrir durante el curso de un
plazo de caducidad en el
que puede
proceso, por ejemplo,el que se establece para apelar o
para cual
quiera otro de los fatales del mismo Código. Y si, como veremos, ella

puede tener
origen contractual, nada impide tampoco que quienes
la pactaron convengan más tarde en su suspensión; pero no así en
la caducidad legal. La modificación de la caducidad legal por las par
tes no es posible, pues se ha establecido en materias que no son dis
ponibles, según acaba de decirse. Sin embargo, la imposibilidad de
suspender la caducidad no es cuestión tan evidente en el derecho
comparado. En Francia, por ejemplo, la jurisprudencia le ha aplica
do a veces el principio contra non valentem agere non currit praescriptio,
como ocurre en casos en que por falta de designación del tutor ad

litem dentro del plazo que el art. 316 inc. 2° del Cód. Civil establece

para que el padre desconozca la paternidad.365


En todo caso no es necesaria la notificación de la demanda para

que el derecho se entienda ejercitado dentro de plazo. Así lo han


entendido siempre nuestros tribunales,366 y unos autores, refirién
dose a este
aspecto, señalan que "si de la caducidad se trata, basta
el del derecho y
ejercicio no se
precisa que la demanda sea tam
bién notificada dentro del plazo prefijado, como erróneamente lo

364
F. R1VERO HERNÁNDEZ, ob. cit., pág. 492. La observación vale también
para el modo en que comúnmente entienden entre nosotros, jueces y litigantes,
el rol del derecho procesal haciendo
prevalecer las formas por las formas y no
por el fin para que son dispuestas.
365
Trib. Grand Instance Lyon, 31 enero 1973, D. 1973, 447, nota D. HUET-
WEILLER; Civ, 1 enero 1963,
**
j.C.P.
63, II, 13087, notaj. MAZEAUD.
C. Suprema, 8 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 3a, pág. 46. En idéntico
sentido, 28 enero 1988, Fallos del Mes 350, N° 2, pág. 1021; C Suprema, 19 mayo
1983, Rev. de Der., t. 80, sec. Ia, pág. 34. Si el plazo del art. 168 del Cód. del Tra
bajo es de caducidad, el del art. 480 de la misma codificación es de prescripción
y por ello éste requiere para interrumpirse de demanda notificada, dice C. Su
prema, 20 septiembre 1999, Fallos del Mes 490, N° 4, pág. 2113.

134
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

la Corte de Concepción,
sostuvo
cuya tesis fue enmendada por la
Corte Suprema, refiriéndose a una sentencia de ésta que
aplicaba
a la caducidad la misma regla que para la interrupción de la pres
cripción".367
Su origen puede ser
legal o contractual, aunque su
origen con

vencional ha sido ya más discutido.368 Sin embargo, la


mayor parte
de la doctrina hace referencia a una caducidad del origen conven
cional, si trata, naturalmente, de derechos de que pueda dispo
se

nerse y siempre que no haga imposible el


ejercicio del derecho,
por establecerse un plazo muy breve.3''9 Quienes la niegan, reco
nocen con todo la posibilidad de fijar convencionalmente plazos
preclusivos o derechos que
confieren por un plazo convencio
se

nalmente fatal, como por ejemplo la necesidad de una denuncia


dentro de cierto plazo para reclamar un seguro, aunque no acep
ten calificar tales hipótesis como caducidad stricto sensu.™ Pero en

tienden que en tales supuestos lo que opera es simplemente el plazo


extintivo como modalidad negocial. Es lo cierto, sin embargo, que
la técnica jurídica de extinción es la misma en la caducidad legal
o en tales convenciones y no se observa, salvo por razones de ex

tremada pureza terminológica, diferenciarlas. De allí que el Códi

go italiano la admita371 (art. 2965, que sanciona con nulidad el pacto


sólo si se hace excesivamente difícil el ejercicio del derecho), como
también lo hace el Proyecto argentino, al aludir a ella en los
arts. 2509, 2511 y 2512. También el Código del Brasil, en el art. 211
tratade ella y señala que "Si la decadencia fuere convencional, la
parte a quien aprovecha puede alegarla en cualquier grado de ju
risdicción, pero el juez
puede suplir
no la alegación". En la prácti
ca, se ha aceptado ampliamente que las partes, tratándose de

367
SOMARRIVA UNDURRAGA, MANUEL, Las Obligaciones y los Contratos ante
la Jurisprudencia, 2a edic. actualizada por RAMÓN DOMÍNGUEZ BENAVENTE,
cit., N° 154, pág. 111, quienes citan a C Suprema, 25 septiembre 1968, Rev. de
Den, 65, sec. Ia, pág. 286, y Rev. de Den, t. 49, sec. Ia, pág. 425, entre otros.
t.
368
GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit., págs. 170 y siguientes, desarrolla el tema.
369
Así, A. TORRENTE y P. SCHLESINGER, ob. cit., pág. 148; M. ROSA CIMMA,
"Prescrizione e decadenza", en Digesto, t. XIV, pág. 247, bajo el argumento del
art. 2965 del C italiano.
370
Así, por ej., F HINESTROSA, ob. cit., pág. 237; F. DE CASTRO, ob. cit.,
pág. 175; F. GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit., págs. 176 y sgts.
Art. 2968: "Las partes no pueden modificar la disciplina legal de la cadu
371

cidad ni pueden renunciar a la caducidad misma, si ésta está establecida por la


ley en materia sustraída a la disponibilidad de las partes".

135
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

derechos disponibles, por no ser orden público, puedan introducir


en los negocios cláusulas de caducidad convencional, más allá de las

discusiones doctrinarias sobre su naturaleza y, como ya se dijo, un


amplio sector de la doctrina admite convenirlas allí donde la ley o
no la señala o donde ha establecido un plazo de prescripción.372 Más

ciertamente se trata de cláusulas de negocios jurídicos que imponen


el ejercicio de un derecho dentro de cierto plazo, bajo sanción de
pérdida y en estricta relación con la idea de plazo preclusivo. Son
desde luego muy comunes en las pólizas de seguro.373 Las partes pue
den entonces, cuando de derechos patrimoniales y disponibles se tra
ta, fijar el inicio de la exigibilidad de un derecho, sus condiciones,
así como el plazo final de su ejercicio o reclamación. Pero esta ca
ducidad convencional tiene un régimen que se encuentra entre el
de la caducidad legal y el de la prescripción, desde que exige ser in
vocada y puede ser alterada por las partes y aun renunciada, pues si
su introducción en el negocio jurídico se funda en la autonomía pri

vada, también habrá de admitirse que ésta pueda alterarla.

27. Casos de caducidad. En nuestra legislación son numerosos los


casos de caducidad. Así, entre ellos:

En las leyes civiles, si bien no es frecuente encontrar casos de ca

ducidad, ésta se
presenta en el derecho de familia, en
que por ra

zones de paz familiar y seguridad jurídica, el legislador sujeta a ella

algunas acciones,374 como las de reclamación de filiación en el caso

372
Así, claramente, A. ALBALADEJO, Derecho Civil. Introducción, t. 1, vol. 2,
pág. 541, 11a edic, Barcelona, 1991. La ha admitido la sentencia del Tribunal Su
premo de España de 27 de mavo de 1990 y la de 20 de mayo de 1972. En el mis
mo sentido, B. GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit.,
págs. 176 y sgts.; L. DIEZ-PICAZO
y A. GULLON, Sistema de Derecho Civil, t. 1, pág. 468, 5a edic, Madrid, 1987. Para
el derecho colombiano, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 237. Para el derecho ar
gentino, A. ALTERINI, O. J. AMEAL v R. LÓPEZ CABANA, Derecho de Obligacio
nes, N° 1631, 2a edic, Buenos Aires, 1998.
373
Aceptadas por ejemplo en sentencia arbitral de 31 de octubre de 1985, en
O. CONTRERAS SCH.,
Jurisprudencia sobre Seguros, t. 2, pág. 604, Santiago, 1999.
Y sobre lo mismo, del mismo autor, Derecho de
Seguro, pág. 260, Santiago, 1982. En
España es clarísima la sentencia del Tribunal Supremo de 16 de octubre de 1901:
"Establecida en la póliza la caducidad de la acción del asegurado por el transcur
so delplazo desde el siniestro o desde las últimas actuaciones judiciales, no in
fringe el contrato la sentencia que la aplica". Sobre ello, F. DEL CAÑO, Derecho
Español de Seguros, t. 1, pág. 555, Madrid, 1983.
'm
Sobre ello y para el derecho argentino, A. KEMELMAJER DE CARLUCCI,
"Prescripción y caducidad en el derecho de familia", en Rev. de Der. Privado y

136
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

del hijo postumo o en


que el padre o madre hubiere fa
aquel en

llecido dentro de los ciento ochenta días del parto, caso en el cual
la acción se podrá dirigir contra los respectivos herederos dentro
del plazo de tres años, contados desde su muerte, o en caso de in
capacidad del hijo, desde que éste haya alcanzado la plena capaci
dad (art. 206). Si hubiere fallecido el hijo, siendo incapaz, la acción
de reclamación puede ser ejercida por sus herederos, también den
tro del plazo de tres años contados desde su muerte
(art. 207
inc. Io). También caduca la acción de impugnación de
paternidad
del hijo concebido o nacido dentro del matrimonio, pues el art. 212
manda que sólo pueda ser ejercida por el marido dentro de los cien
to ochenta días siguientes al día en que tuvo conocimiento del
par
to, o dentro del plazo de un año si prueba que a la época del parto
se encontraba separado de hecho de la
mujer. Esa misma paterni
dad puede ser impugnada por representante del hijo incapaz, en
interés de éste durante el año siguiente al nacimiento, y el hijo por
sí, dentro del año desde que alcance la plena capacidad (art. 214).
Cuando se trata de la paternidad determinada por reconocimien
to, la acción de impugnación por parte del hijo se concede por dos
años contados desde que supo del reconocimiento, como también
caduca en ese mismo plazo la acción de impugnación de la pater
nidad de los hijos nacidos antes del matrimonio de sus
padres, con

tados desde que el hijo supo del matrimonio o del reconocimiento

que la produce (art. 216). En cuanto a la maternidad, puede tam


bién ser por el marido de la supuesta madre y la mis
impugnada
ma madre
supuesta dentro del año siguiente al nacimiento del que
aparece como hijo; pero la acción de los verdaderos padre o ma
dre del hijo, el verdadero hijo o caduca, si
el que pasa por tal no

la impugnación se con la acción de reclamación de


deduce junto
la auténtica filiación (art. 217) y si el hijo no lo hiciere así, es de
cir, sólo impugnare la maternidad, esta acción caduca en un año
desde que el actor alcance la plena capacidad (art. 217 inc. 3°). La
acción de impugnación de maternidad ejercitada por toda otra per
sona a
quien ella cause perjuicio en sus derechos sucesorales res-

Comunitario, N° 22 (2000), pág. 99. En cuanto al fundamento de la caducidad


en el derecho de familia, A. CICU, Derecho de Familia, pág. 438, edic. argentina,
Buenos Aires, 1947. Y Sobre la calificación de caducidad de los plazos en tales
acciones y no de prescripción, entre otros, J. CASTAN TOBENAS, ob. cit., t. 5,
vol. 2, pág. 129; PUIG BRUTAU, ob. cit., pág. 6; LACRUZ, SANCHO REBULLIDA
y otros, Elementos de Derecho Civil, t. 4, pág. 452.

137
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

pecto de los supuestos padre madre, caduca en un año desde el


o

fallecimiento de dichos padre madre (art. 218). Se observará en


o

tonces que los supuestos de caducidad citados, que por lo demás


existen desde la vigencia de la Ley N° 19.585, que reformó las nor
mas sobre filiación del Código Civil, son numerosos. Las reglas re

feridas no califican a esos plazos de caducidad; pero en todos usa


la expresión "dentro de", que de acuerdo al art. 49, confieren al
plazo la calidad de fatal, que equivale a caducidad o decadencia y
la doctrina así lo entiende.375
Ya respecto a la antigua acción de impugnación de legitimidad,
se había resuelto
que "debe desecharse la acción de legitimidad de
un
hijo deducida fuera del plazo perentorio señalado por el ar
tículo 186 del Código Civil. Un plazo de tal naturaleza puede
no

interrumpirse natural ni civilmente. Así, no admite interrupción na


tural, porque falta una relación obligatoria que pueda ser recono
cida y, en el supuesto de existir, no podría la voluntad o el acuerdo
privado sobreponerse al mandato de la ley. En cuanto a la interrup
ción civil, el texto de los preceptos recordados se opone a la admi
sión de una demanda que no se presente dentro del plazo,
cualesquiera que sean los recursos o acciones que hayan podido
intentarse anteriormente y su suerte posterior".376 Del fallo se des
prende claramente que la caducidad admite interrupción y que
no

basta que la demanda sea presentada dentro de plazo sin necesi


dad de que también se notifique dentro de él.
Sin embargo, posteriormente otras sentencias, reconociendo
que
el artículo 185 del Código Civil establecía un de caducidad,
plazo
rechazaron las acciones porque se habían notificado fuera del
plazo
prefijado, solución que claramente es errónea por aplicar a la cadu
cidad una exigencia
propia de la interrupción de la prescripción.377
Fuera del ámbito de las acciones de estado
y del derecho de
familia, hay situaciones discutibles, como las de los arts. 1427 y 1430.
También la del art. 975 respecto de las
indignidades para suceder,
que se
purgan en cinco años de posesión de la herencia o legado,
lo que lleva a entender
que en ese
plazo se extinguen inexorable-

375
E. COURT MURASSO, \!uei>a
Ley de Filiación, pág. 93, Santiago, 1999; H.
CORRAL I, Determinación de la filiación
y acciones de estado en la reforma de la Ley
N° 19.585, pág. 31, en Documento de N° 25, Universidad de los
Trabajo, Andes,
1998.
376
( :. Suprema, 14 enero 1947, Rev. de Den, 44,
t. sec. Ia, pág. 486.
377
C. Suprema, 3 diciembre 1964, Rev. de Den, t. 61, sec. Ia,
pág. 418, y C.
Santiago, 28 noviembre 1951, Rev. de Der., t. 48, sec. 2a, pág. 93.

138
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

mente; pero entendemos que esa extinción debe ser invocada y no


cabe su apreciación de oficio.
También en
leyes especiales hay plazos de caducidad, como en el ar
tículo 79 de la Ley N° 18.092 sobre Letra de Cambio y Pagaré. Por
ello se ha decidido que "el perjuicio de los documentos
constituye
caducidad de acciones, con lo cual se liberan de responsabilidad
los llamados obligados por garantía, tales como el girador de la le
tra, sus endosantes y por regla general sus avalistas. Se mantiene la
acción en contra del aceptante de la letra, del suscriptor del paga
ré u otros obligados de igual calidad".378
Del mismo modo, se ha entendido que "el artículo 23 de la Ley
de Cheques establece un plazo de caducidad al señalar el tiempo
dentro del cual se debe proceder al cobro de un cheque",379 aun

que se ha discutido desde cuándo se cuenta dicho plazo si la fecha


escrita en él es posterior a la de algún instrumento fehaciente en

que consta su recepción anterior (vid. N° 91).


El art. 4o de la Ley N° 19.260, que establece la posibilidad de
revisión de beneficios de seguridad social por errores de cálculo o
de hecho en la liquidación o errores de aplicación de las leyes, con
tiene un plazo de caducidad, desde que ese derecho sólo puede
hacerse valer dentro del plazo de tres años contados desde el otor

gamiento del beneficio respectivo.380


En derecho del trabajo se ha resuelto que el plazo para reclamar
de una terminación injustificada del trabajo previsto por el art. 168
del Cód. del Trabajo, es de caducidad, pero no lo es el señalado
en el art. 480 inc. 2o del mismo Código, que es de prescripción.381

Por lo mismo, una demanda sobre despido ilegal sólo requiere ser
presentada dentro del plazo previsto por el art. 168, aunque se no
tifique después y esa es una antigua doctrina que ya se había soste
nido por los tribunales bajo anteriores códigos laborales.
En derecho procesal, cambio, la caducidad se presenta más a
en

menudo, ya que en él abundan los plazos fatales.382 Desde luego,

378 132. En senti


CSuprema, 7 octubre 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. Ia, pág.
do similar, C Santiago, 15 julio 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 153; C A.

Santiago, 22 julio 1980, Rev. de Der., t. 77, sec 2a, pág. 87.
C Suprema, 30julio 1991, Fallos del Mes 392, N° 11, pág. 302.
379

380
C Santiago, 25 junio 1996, Rev. de Der., t. 93, sec 2a, pág. 89.
C Suprema, 20 octubre 1999, Fallos del Mes 490, N° 4, pág. 2113.
381

ob. cit.,
Así, ALESSANDRI RODRÍGUEZ, ARTURO, Curso de Derecho Civil,
382

pág. 457.

139
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

el 64 del Cód. de Proc. Civil otorga la calidad de fatales a to


art.

dos los plazos que él señala, es decir, a los de fuente legal. Debe
señalarse, sin embargo, que existen autores que distinguen los pla
zos procedimiento ele los de caducidad. Los primeros son pla
de
zos
fijados para el ejercicio de un acto del proceso y se calculan a
partir de otro acto procesal, mientras que los de caducidad no se
insertan en el un de
proceso, sino que se confieren para ac
curso

cionar, decir, para


es dar inicio al proceso.383 Pero en definitiva am
bos están sujetos a las mismas reglas.

28. extintiva y caducidad. Comparación. Ya hemos in


Prescripción
dicado más arriba que no se tratará aquí de la caducidad extensa
mente, sino en de utilidad para diferenciarla de la
cuanto sea

prescripción. Pues bien, teniendo en cuenta los caracteres de aqué


lla, es ahora posible señalar las diferencias con la prescripción.
Las principales diferencias dicen relación con los as siguientes
pectos:
En cuanto objeto: La prescripción afecta a derechos con una
a su

duración, en principio, ilimitada, mientras que la caducidad se re


fiere a derechos con una duración limitada en el
tiempo desde su
origen. Por otra la
parte, prescripción extintiva tiene por objeto
derechos subjetivos cuyo desarrollo en el
tiempo no tiene como fi
nalidad la constitución o modificación de otro derecho, a diferen
cia de lo que ocurre con la caducidad, como
ya se observó. Se ha
dicho que la diferencia de
objeto debe estar unida a la calidad de
disponible o
indisponible de un derecho o facultad, salvo en cadu
cidad convencional.
La prescripción afecta a derechos
patrimoniales, tal como rei
teradamente lo han afirmado los tribunales. La caducidad, en cam
bio, también afecta en principio a los no patrimoniales, por
ejemplo, las acciones de estado civil. Esa ha sido una constante doc
trina en los fallos: "la
prescripción civil extingue derechos y accio
nes de índole meramente
pecuniario privado".384
Pero ésta es una
y

383
Esa distinción es común en la doctrina francesa. Por
Droit Civil, t. 4, Les
ej., J. CARBONNIER,
Obligations, N° 358, pág. 626, 22a edic, París, 2000; M. VASSEUR,
ob. cit.
384
C Santiago, 2 enero 1991, Rev. de Der., t.
88, sec. 3a, pág. 18. En idéntico
sentido, C Suprema, 23 junio 1993, Fallos del Mes 403, N° 5,
Mes 392, pág. 347, sent. 3; C.
pág. 303; Fallos del
Suprema, Rev. de Der., t. 89, sec C San
3a, pág. 83;
tiago, 10 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 3a, pág. 56.

140
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

mera afirmación
general, puesto que basta revisar casos de caduci
dad legal para verificar que ella no es seguida fielmente por el legis
lador que a veces, por fines de interés social, establece caducidades
en cuestiones puramente patrimoniales, como es el caso de las le
tras y pagarés y en el cheque, a que ya se aludió.
En cuanto a sus características'. La prescripción admite
interrup
ción, no así la caducidad, que no admite interrupción Este alguna.
principio es sostenido por toda la doctrina, como
ya se ha destaca
do más arriba.385 Según algunos autores, esta
regla no admite nin
guna excepción, así que "si el titular del derecho se viera
tanto es

absolutamente impedido, por causas que no le sean imputables,

para ejercitar el derecho o realizar el que habría impedido la


acto

caducidad... ni siquiera tal crítica situación hace quebrar la regla,


como
por ejemplo, haber sido secuestrado o estar
completamente
aislado por un terremoto, huracán u otro acontecimiento de fuer
za
mayor".386
El principio de la no
interrupción nace simultáneamente con

la noción misma de caducidad, ya que ésta se basa siempre en la


idea de plazo fijo o fatal. La Corte Suprema ha señalado que la ca
ducidad no admite
interrupción, ni suspensión.387
prescripción admite suspensión, no así la caducidad.388 En
La
cuanto a la posibilidad de suspensión, la caducidad tiene lugar aun

cuando el titular se hubiera encontrado impedido de ejercer su

385
cita 328, adde. ALBALADEJO, MANUEL, ob.
A los autores referidos en

cit., pág. 537; LACRUZ, SANCHO REBULLIDA y OTROS, ob. cit., 1. 1, pág. 304;
CASTAN TOBEÑAS, ob. cit. y t. 1, vol. 2, pág. 969; DE CASTRO, ob. cit., pág. 172;
DIEZ-PICAZO, ob. cit., 54 y siguientes; M. BANDRAC, Les tendances recentes
págs.
de la droit francais, págs. 371, 372, Rev. Int. Droit Comp., 1994;
prescription extinlive en
ABELIUK, RENE, ob. cit., pág. 999.
386
GÓMEZ CORRALIZA, BERNARDO, ob. cit., págs. 258 y 259; y entre no
sotros, ABELIUK, RENE, ob. cit., pág. 999; ALESSANDRI RODRÍGUEZ, ARTU
RO, Curso de Derecho Civil, ob. cit., pág. 458. En la doctrina italiana ello es cuestión
común desde que el art. 2966 del Cód. Civil señala que "La decadencia no puede
ser
impedida sino por el cumplimiento del hecho previsto en la ley o en el con
trato".
387
C 19 de marzo 1996, Rev. de Der., t. 93, sec. 3a, pág. 19.
Suprema,
388
ob. cit., pág. 524; ALESSANDRI RODRÍGUEZ,
ALBALADEJO MANUEL,
ARTURO, Curso de Derecho Civil, ob. cit., pág. 458; SOMARRIVA UNDURRAGA,
MANUEL, ob. cit., N° 156, pág. 112, señala que "la caducidad no admite suspen
sión. Ninguna imposibilidad para el ejercicio del derecho en el plazo prefijado
puede impedir que aquél se extinga. El ejercicio de la acción ejecutiva tiene un
plazo prefijado y por ello no se suspende, dice la sentencia de 9 octubre 1919,
Rev. de Der., t. 18, sec. Ia, pág. 23".

141
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

derecho, porque se frustraría la finalidad de regularizar las situa


ciones existentes en
plazos breves. Pero deben tenerse en cuenta

los límitesa tal doctrina


que hemos tenido oportunidad de seña
lar más arriba, pues la ley puede autorizar expresamente tal sus
pensión y tratándose de la caducidad convencional no se observa
la razón para impedirla si las partes la convienen.
El Código Civil italiano, que, como hemos dicho, es uno de los
pocos códigos, junto con el del Brasil, el portugués o el peruano,
que regula la caducidad, establece claramente la regla de la no sus
pensión ni la interrupción (art. 2966) y lo mismo vale para el Có
digo del Brasil (art. 207). Se ha dicho ya que este principio puede
tener
excepciones.389
Considerando la duración de los plazos y las situaciones de la
vida real que respectivamente se refieren, pareciera menos urgen
a

te resolver la incertidumbre en los casos de prescripción


que en
los de caducidad.
La prescripción puede renunciada por el prescribiente,
ser

mientras que en la caducidad la renuncia resulta intranscendente.


La prescripción debe sercambio la caducidad se
alegada, en

declara de oficio por el tribunal, al menos en casos de caducidad


legal y de derechos no disponibles. Esto se explica, ya que no sien
do posible ni la interrupción ni la suspensión, así como tampoco
la renuncia, basta que el juez cuente el
tiempo y compruebe si el
ejercicio del derecho o acción que se
pretende se produce dentro
del plazo o si, por haber transcurrido éste,
aquéllos han de esti
marse caducados. Pero
ya hemos señalado los límites de esta ca
racterística.
En este sentido ha resuelto que "constando en autos la ca
se

ducidad, el juez pudo y debió, aun de oficio, y en cualquiera opor


tunidad, pendiente la litis, declarar la caducidad, pues en el evento
contrario se hacía procesalmente ineficaz continuar el
procedimien
to con respecto a una
pretensión inexistente".390 Del mismo modo,
si ha al
no se
alegado contestar la demanda, ella puede hacerse va
ler durante todo el
juicio y aun en
segunda instancia, incluso en el
procedimiento laboral en que las excepciones sólo pueden oponer
seal contestar la demanda,
porque el juez debe declararla de ofi-

*"
GÓMEZ CORRALIZA, BERNARDO, ob. cit., 280
págs. v
siguientes, trata
con mucho detalle el problema.
'm
C. Suprema, 28 enero 1988, Fallos del Mes
350, pág. 1021, sent. 2.

142
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

ció cualquier oportunidad y ella opera de pleno derecho.391 Ni


en

siquiera requiere ser invocada, pues es deber del juez constatarla.392


Distinto es el caso de la prescripción, en la que el juez no pue
de declararla de oficio sin antes tener la
de que se han cum
certeza

plido todos los requisitos de la prescripción y sin tener, además, la


certeza de que al apreciarla, no está suplantando la voluntad del
interesado (que pudo preferir la renuncia) por cuyos motivos
, debe
abstenerse de dicha tarea de oficio.
El mismo fallo que transcribimos antes agregó que "la diferen
cia de la prescripción extintiva con la caducidad radica en que ésta
el derecho muere, se produce su aca
opera de pleno derecho, pues
bamiento por el solo advenimiento del último día del plazo, sin que
las partes tengan poder para prolongar su existencia más allá de
ese día fatal, lo que no ocurre con la prescripción, pues si ésta no

es
alegada, se la subsistencia de la relación obligatoria".393
permite
Más aún, para evitar la caducidad sólo basta ejercer el derecho
dentro del plazo previsto, sin necesidad de notificación ni de for
mas especiales, pues se admitirá cualquier acto judicial tendiente

a obtener el reconocimiento del derecho.394


En cuanto a su fuente: La prescripción, como lo ha dicho reite
sólo ser establecida por la ley,395
radamente la jurisprudencia, puede
en cambio la caducidad puede tener su origen legal o convencio
nal.396 Un ejemplo de caducidad convencional sería la resolución
fuente en la ley, ésta
ipso facto. Pero si la prescripción sólo tiene su
la establece en reglas generales, sin perjuicio de prescripciones es
se concibe en situa
peciales, mientras que la caducidad legal sólo
ciones en que expresamente se prescribe.


3, pág. 176.
Santiago, 10 abril 1995, Gaceta Jurídica 177,
391
C
392
C Suprema, 28 noviembre 1996, Rev. de Den, 93, sec. 3a, pag. 133.
t.

393
C. Suprema, 28 enero 1988, Fallos del Mes 350, N° 2, pág. 1021.
19. En mate
m
C. Suprema, 19 marzo 1996, Rev. de Der., t. 93, sec 3a, pág.
en la Corte de
ria laboral, basta la introducción de la demanda para designación
14 diciembre 1995, de
Apelaciones, sin necesidad de notificación: C. Suprema,
secha queja contra C. San Miguel, Fallos del Mes 444, N° 2, pág. 1739; pero ello
en el cual rige la norma
siempre que no se trate de plazos de prescripción, caso
común (vid. N° 93.2). .

., ^
_

N° 10, pág. 498; C. Supre


Suprema, 3 agosto 1988, Fallos del Mes 357,
395
C.
C. Santiago, 28 mayo 1991,
ma, 9 junio 1978, Fallos del Mes 235, N° 5, pág. 117;
Rev. de Der., t. 88, sec 2a, pág. 61. ^

396
Así, BORDA, GUILLERMO, Tratado de Derecho Civil, t. 2, pag. 114,4 edic,
Buenos Aires, 1976; ARGAÑARAS, ob. cit., pág. 318.

143
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Una sentencia señaló que "en virtud del principio de la auto


nomía de la voluntad, las partes son libres para establecer las con
diciones y modalidades que deseen, incluyendo, por cierto, causales
convencionales de caducidad de los plazos".397 Por lo demás esa ca
ducidad convencional frecuente que es cláusula usual en los
es tan

títulos de crédito que contienen pagos en cuotas. Es la denomina


da "cláusula de aceleración", que acarrea constantes conflictos en
cuanto al inicio de la prescripción a que da lugar, luego de hacer
caducar el plazo, según se verá (vid. N° 39).
Pero, como lo entiende acertadamente
sentencia, "la ex
una

cepción la caducidad, luego,


es en caso de duda, debe estimarse
que se está en presencia de una prescripción extintiva".398
En cuanto a los La
prescripción extingue sólo la acción y
efectos:.
no el derecho,
ya que la obligación subsiste como natural, como
ya tuvimos oportunidad de ver; en cambio, la caducidad extingue
el derecho mismo de modo automático y definitivo.399
Bien dice Bernardo Gómez que "nunca ha invocado la doctri
na la
obligación natural con relación a la caducidad.
Contrasta hecho vivamente con lo que ocurre en materia
este

de prescripción, donde los autores, a pesar de reconocer la impor


tancia y necesidad de dicha figura, suelen terminar
rasgándose las
vestiduras y lamentando que este instituto sirva
para liberarse de
una
obligación que en realidad no se cumplió, por lo que en 'con
ciencia9 se sigue obligado hasta
que la misma se cumpla, lo que jus
tifica inmediatamente la admisión de la
obligación natural.
Da la impresión la caducidad sana la situación y que el efec
que
to extintivo no es, a los
ojos de la doctrina, contrario a inlajusticia
trínseca. Acaso por ello nadie habla
aquí de obligación natural".400
Además, en la caducidad basta ejercer la acción en el término
legal, no siendo necesario que se notifique dentro de dicho plazo,
lo que sí es indispensable tratándose de la Ya hemos
prescripción.
tenido oportunidad de referirnos a la jurisprudencia en este punto.
En cuanto a su función
práctica: La función de la prescripción es
evitar que por
largo tiempo se dejen de ejercitar las acciones; en
cambio, la función que se atribuye a la caducidad es la de
procu-

■W7
C
Santiago, 8 junio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec 2a, pág. 48.
398
G.
Suprema, 19 mayo 1983, Rev. de Der., t. 80, sec. Ia, pág. 35; Fallos del
Mes 294, N° 13,
399
pág. 192.
BORDA, GUILLERMO, ob. cit., pág. 114.
400
GÓMEZ CORRALIZA, BERNARDO, ob. cit., pág. 499.

144
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

rarque determinados derechos se ejerciten dentro de un término


breve. Así lo ha dicho la jurisprudencia.401
En cuanto a las partes: La
extintiva supone general
prescripción
mente un vínculo
jurídico entre las
partes, no así la caducidad.402
Aquella pone frente a frente al acreedor y al deudor, de forma que
exige la inactividad de uno y la abstinencia del otro, mientras que la
caducidad no dice relación sino con aquella persona a quien la
ley
ha conferido un derecho y quien debe actuar para no perderlo, de
forma que de ella depende el que la caducidad se produzca o no.403
Desde ángulo, la prescripción extintiva
otro
produce para el
acreedor una
pérdida patrimonial, que se traduce en una
ventaja
para el deudor; la caducidad, en cambio, no ocasiona pérdida ma
terial alguna,404 pues implica simplemente la falta de ejercicio de
una facultad.
Sin embargo de estas notorias diferencias, es lo cierto que la
calificación de un
plazo como de
prescripción o de caducidad no
es
siempre fácil, atendidos los términos legales y en esta dificultad
abunda la doctrina. Por ejemplo, en el derecho italiano, una de
las cuestiones más debatidas es
precisamente el criterio que per
mita la individualización de los plazos de la caducidad,405 hasta el
punto que hay quienes señalan la imposibilidad de fijar alguno y
aun
que en definitiva hay una unidad fundamental entre ambos

conceptos.406 La cuestión se
presenta las más de las veces
porque
la ley rara vez plazo que establece y los caracteres deben
califica el
ser
precisados caso a caso, cuestión que es común en el derecho
comparado.407 Por lo demás, la tendencia debería ir hacia la sim
plicidad de las instituciones civiles y, por ende, en esta materia, ha
cia una unidad de entre caducidad y prescripción. La
régimen
razón de por qué a ciertos plazos se les da la calidad de caducidad
han
y a otros la de prescripción no es evidente y los criterios que se

401
C Suprema, 19 mayo 1983, Rev. de Den, t. 80, sec Ia, pág. 35; Fallos del
Mes 294, N° 13, pág. 192.
402
ABELIUK, RENE, ob. cit., pág. 999.
403
Sobre esa distinción, M. BANDRAC, ob. cit., Nos 166 y sgts.
404
ARGAÑARAS, ob. cit, pág. 318.
Así, M. ROSA CIMMA, ob. cit., pág. 247, y los autores citados por ella.
405

En este sentido, FERRUCCI, ob. cit., pág. 538; GRASSO, art. cit., en Riv.
406

Trim. di Di. e Proc. Civ., 1970, págs. 866 y sgts.


407
Por el derecho francés esa observación es común en la doc
ejemplo, en

trina. Así, B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 359; VASSEUR, ob.
cit., pág. 439; J. CARBONNIER, ob. cit., pág. 178.

145
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

propuesto para distinguirlos no son plenamente satisfactorios des


de que, en definitiva, se encuentran elementos de ellos en ambas
instituciones. Así, y sólo como
ejemplo, los fines de utilidad públi
ca que justificarían la caducidad no son ajenos a la prescripción y
el criterio sancionador de la prescripción, por lo demás objetable,
según ya dijo (vid. N° 3.1), tampoco es extraño a la caducidad,
se

que por algo se denomina a veces decadencia del derecho. Un buen


ejemplo de la arbitrariedad legislativa al respecto se encuentra en
algunas acciones de filiación. Así, ya hemos hecho referencia a cier
tos casos de acciones de reclamación o de impugnación en que se
establecen plazos de caducidad; pero la Ley N° 19.620, de 1999, so
bre Adopción, establece que si ésta es irrevocable, el adoptado por
sí o por curador especial puede pedir la nulidad obtenida por me
dios ilícitos o fraudulentos, acción que "prescribirá en el plazo de
cuatro años contados desde
que el adoptado, alcanzada su plena
capacidad, haya tomado conocimiento del vicio que afectaba a la
adopción". Si se concibe la caducidad como medio de asegurar el
orden público, no se ve la razón del porqué en unos casos ella se
establezca y en otros muy semejantes el plazo sea de prescripción,
existiendo iguales razones para poner límite al plazo. Del mismo
modo, salvo invocarse razones históricas, no hav razón para que la
acción de nulidad de matrimonio sea
prescriptible en
algunos ca
sos (art. 35 inc. Io Ley de Matrimonio Civil) y caduque en algún
otro (art. 34 inc. Io
Ley de Matrimonio Civil). Si se acepta que las
acciones de estado no afecten indefinidamente la certeza del mis
mo, la caducidad debería imponerse en todo evento.

146
CAPITULO V

REQUISITOS DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

29. Enunciación. Según una acertada sentencia de la Corte Supre


ma, "son requisitos indispensables para que opere la prescripción
extintiva que las acciones no sean imprescriptibles y el transcurso
de cierto espacio de tiempo durante el cual el acreedor no haya
ejercitado las acciones, esto es, se requiere la inacción del acree
dor, el silencio de la relación jurídica".408
Otro fallo, ratificando lo anterior, señaló que "la decisión de la

excepción de prescripción obliga a determinar la naturaleza jurídi


ca de la acción deducida en el presente juicio -a fin de resolver en

torno prescriptibilidad o imprescriptibilidad-, e impone


a su tam

bién la necesidad de precisar la oportunidad en que el demandante


tuvo expedito el ejercicio de dicha acción, así como aclarar si exis
tió o no de su parte inactividad durante el término exigido por la
ley para que se extinguiera la posibilidad de accionar útilmente".409
Se desprende de los fallos recién transcritos que los requisitos
o li
que deben concurrir para que opere la prescripción extintiva
beratoria son los siguientes: que la acción sea prescriptible, el trans

curso del
tiempo señalado por la ley y el silencio de la relación
jurídica o inactividad de las partes.

Sección I
PRESCRIPTIBILIDAD DE LAS ACCIONES Y DERECHOS

30. Regla general. Nadie discute, al menos en derecho privado, que


la regla general es que las acciones sean prescriptibles. Ni siquiera

149.
Suprema, 8 noviembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág.
408
C
Santiago, 8 abril 1983, Rev. de Der., t. 80, sec. 2a, pág. 38.
409
C.

147
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

es necesario que el
legislador señale expresamente su prescripción.
Por el contrario, requiere una norma legal expresa que declare
se

su imprescriptibilidad.410 Así también lo sostuvo acertadamente una

sentencia, al decir que "para que un derecho de índole personal y


de contenido patrimonial sea imprescriptible, es necesario que exis
ta en nuestra legislación disposiciones que establezcan su
impres
criptibilidad. En consecuencia, ese derecho no puede perdurar
indefinidamente en el tiempo y la negligencia en su ejercicio ex
pone al titular del mismo a sufrir su pérdida, siempre que transcu
rra el plazo para que opere la
prescripción extintiva".411
Con todo, esta regla general es aplicable en el ámbito patrimo
nial, porque los derechos extrapatrimoniales son en principio im
prescriptibles.412 Más generalmente, el art. 2934 inc. 2o del Código
italiano exceptúa de la prescripción a los derechos indisponibles,
como son los derechos de la
personalidad.413 Pero el criterio es sólo
general, pues si, por ejemplo, en el derecho de familia la prescrip
ción pareciera ausente, de hecho existen en él acciones
prescripti
bles,414 que, si bien pueden tener consecuencias patrimoniales, son
en
principio de carácter no patrimonial. Así, el art. 35 inc. Io de la
Ley de Matrimonio Civil señala que la acción de nulidad de matri
monio es imprescriptible; pero las excepciones
que agrega son nu
merosas:
prescribe la que se funda en la impubertad de alguno de
los contrayentes, o en su imposibilidad de
expresar su voluntad cla
ramente sea de palabra o
por escrito o en la demencia o en el caso
de error sobre la identidad del otro el de fuerza,
contrayente o en

en
que se establece
plazo de
prescripción de un
un año (art. 35 inc. Io
Ley de Matrimonio Civil), como también prescribe la que se conce
de en el caso de matrimonio en artículo de muerte
(art. 35 inc. fi
nal Ley de Matrimonio Civil) Y
ya hemos recordado que la acción
.

de nulidad de la
adopción que se concede al hijo adoptivo también
prescribe en un año (art. 38 Ley N° 19.620). De este modo, el simple

410
ABELIl'K, RENE, ob. cit, t. 2, N° 1229.
411
C Santiago, 8 abril 1983, Rev. de Den, t.
4,2
80, sec. 2a, pág. 38.
Ch. LARROUMET, Droit Civil, t. 1, N° 400,
París, 1998; M. ALBALADEJO,
ob. cit., pág. 501; G. MARTY
y P. RaWAUD, Droit Civil, t. 2, vol. 1, Oblimüons, S
N°858.
413
A. DE Cl'PIS, "I diritti della
personalitá", pág. 98, en Trattato di diritto chi
le e commerciale, bajo dirección de Cicu, Messineo y Mengoni, Milán, 1982.
4,4
Sobre ello, A.
KEMELMAJER DE CARLUCCI, ob. cit., con'detallado exa
men de la cuestión en el derecho argentino. En el derecho italiano,
por ei.,
P. VITUCCI, ob. cit., 1,
t.
págs. 53 y sgts.

148
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

carácterextrapatrimonial del derecho es insuficiente para dar cuenta


del ámbito de la prescripción, como tampoco lo es el señalar
que le
son ajenos los derechos indisponibles, aún
pues queda por resolver
cuándo underecho tiene tal calidad415 y conviene
por ello exami
nar algunas acciones y derechos en
particular.

31. Excepciones la
regla general. Existen, sin embargo, numero
a

sos ámbitos del derecho privado que quedan al


margen de la pres
cripción extintiva. Se acostumbra citar como excepciones a la

prescriptibilidad, incluso en el derecho


patrimonial, las siguientes:

31.1. La acción departición. El art. 1317 del Código Civil dis


pone que la partición podrá "siempre pedirse", con tal que no se haya
estipulado lo contrario. Y el empleo del adverbio "siempre" indica
la voluntad del legislador que mientras haya indivisión la acción
de partición no estará prescrita. La acción no puede ejercitarse si
existe un pacto de indivisión, que por lo demás sólo puede exten
derse por cinco años, aunque renovables o en casos de indivisibili
dad forzosa. Pero fuera de esas hipótesis, no
hay posibilidad de
impedir el ejercicio de la acción particional y ninguna prescripción
puede alegarse en contra de ella.
Es doctrina reiterada en nuestros tribunales decir que "entre
comuneros no existe la
prescripción. La partición del objeto asig
nado podrá siempre pedirse con tal que los coasignatarios no ha
yan estipulado lo contrario".416 "La oposición parcial que existe
entre los artículos 2514 y 1317 del Código Civil es manifiesta, en
cuanto según el primero hay prescripción extintiva de acciones y

derechos por el simple lapso cuando no se han ejercido y, de acuer


do con el segundo, en cuanto la partición del objeto común po
drá siempre pedirse. El artículo 1317 del Código Civil atribuye al
comunero una acción de partición que es imprescriptible mientras

subsista la comunidad y no haya pacto de indivisión. Constituye una


excepción al artículo 2514, que establece la regla general de pres
criptibilidad de todas las acciones civiles".417

415
Así, P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, págs. 52 y 53.
C Suprema, 29 julio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. Ia, pág. 93.
416

417
C Suprema, 5 noviembre 1942, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 292. En el
mismo sentido, C Suprema, 29 julio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. Ia, pág. 93; C
Pedro Aguirre Cerda, 24 junio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 2a, pág. 94; C. Pedro
Aguirre Cerda, 3 diciembre 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 2a, pág. 108; C. Suprema,

149
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Esa es una conclusión aceptada unánimemente por la doctrina


nacional.418 El fundamento es conocido: la indivisión no es acogida

por la concepción económica que está en la base del Código y que


tiene a la propiedad privada individual como la única que efectiva
mente da impulso y fomento a la actividad productiva. La indivisión

no da "vida y fomento a la industria", para usar de las palabras del

Mensaje, porque mientras la cosa es común, nadie tendrá real inte


rés en que produzca y mejore. Debe entonces ser un estado transi
torio que, en vista al bien común, debe necesariamente terminar.419

31.2. Las acciones de reclamación del estado civil. El artícu


lo 320 del Código Civil señala que "ni prescripción ni fallo alguno,
entrecualesquiera otras personas que se haya pronunciado, podrá
oponerse a quien se presente como verdadero padre o madre del
que pasa por hijo de otros, o como verdadero hijo del padre o ma
dre que le desconoce".

Respecto de estas dos primeras excepciones de imprescriptibi


lidad, un fallo señaló que "la ley ha establecido casos de acciones
imprescriptibles, como son la partición y la reclamación del esta
do de hijo legítimo".420 Luego de la reforma de la Ley N° 19.585,
la misma doctrina habrá de aplicarse a la acción de reclamación
de filiación en general, salvo los supuestos mencionados más arri
ba y contenidos en 206, 207, 212, 214, 216, 217 y 218 del
los arts.

Código, en que se produce la caducidad de la acción, puesto que


caducada ésta, no puede ejercitarse más tarde, ya que de dar otro
entendimiento al art. 320, la caducidad legislada sería inútil. Por

5 mayo 1982, Rev. de Der., t. 79, sec. Ia, pág. 40; C Concepción, 19 mayo 1952,
Rev. de Der., t. 49, sec. 2a, pág. 139; C Suprema, 15 noviembre 1951, Rev. de Der.,
t. 48, sec. Ia, pág. 553; C. 13 1941, Rev. de Der., t. 39, sec. Ia, pág. 1;
Suprema, enero

C Suprema, 14 septiembre 1928, Rev. de Der., t. 26, sec. Ia,


pág. 555; C Supre
ma, 21 julio 1925, Rev. de Der., t. 23, sec. Ia, pág. 354.

418
Así, SOMARRIVA UNDURRAGA, MANUEL, Las obligaciones y los contratos
anle la
jurisprudencia, 2l edic, por R. DOMÍNGUEZ B., ob. cit., N° 467, pág. 357,
quienes citan abundante jurisprudencia junto a su excelente comentario; SOMA
RRIVA UNDURRAGA, MANUEL, Indivisión y partición, N° 177,
págs. 148 y sgts., y
N° 250, pág. 210, 4' edic, Santiago, 1987. En sentido contrario, CLARO SOLAR,
LUIS, ob. cit., t. VI, N° 382, pág. 516, y BOTTACCI, CARLOS, La prescripción entre
comuneros. Memoria de Prueba, 1942, pág. 54.
4,9
Sobre ello, M. SOMARRIVA, indivisión y Partición, N° 85, pág. 72.
420
C Suprema, 9 junio 1978, Fallos del Mes 235, N° 5, pág. 117.

150
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

lo demás, éste se refiere a la imposibilidad de


alegar la prescrip
ción; pero ya hemos tratado de la diferencia que hay entre ésta y
la caducidad.

31.3. La acción de demarcación y cerramiento. Si bien la


ley
no declara expresamente su
imprescriptibilidad, ésta se despren
de claramente por ser una manifestación del derecho de dominio,
y por tanto, sólo se extingue cuando éste lo haga.
Un fallo señaló acertadamente que "si bien la demarcación es
tablecida en los artículos 842 y 843 del Código Civil se la comprende
entrelas servidumbres, no es tal, sino más bien como una facultad
propia e inherente al dominio. Por ello es imprescriptible, de tal
modo procede
no declarar la prescripción extintiva que se solicite
al respecto".
La resolución agrega que "la acción de demarcación prospera
únicamente si las propiedades no están delimitadas, o si estándolo
establecen que el deslinde debe ir por un
lugar diferente al que
existe, no bastando para este propósito como
prueba la mera afir
mación hecha por el vendedor en la escritura de venta".421
En otra oportunidad se resolvió que "la prescripción adquisitiva
del dominio de un terreno es absolutamente diferente de la acción
de demarcación y cerramiento, de donde resulta que cualesquiera
que sean los efectos de dicha prescripción, ni influye ni extingue
la acción indicada, ni puede aplicarse lo dispuesto en el artícu
lo 2517 del Código Civil".422
De este modo, aunque el 885 N° 5 manda que las servidum
art.

bres se
extingan por haberse dejado de gozar durante tres años,
esa
regla no es aplicable a
aquel derecho, lo que contribuye a afir
mar
que no se trata de una real servidumbre.

31.4. En materia Se ha resuelto que "la acción po


posesoria.
sesoria establecida en el artículo 941 del Código Civil, y que tiene
el dueño de una casa para que se impida que cerca de sus paredes

haya depósitos de agua o materias húmedas que puedan dañarlas,


acción que indudablemente tiene por objeto precaver un daño, no
prescribe mientras motivo de temer al referido daño de acuerdo
haya justo
a lo que dispone el artículo 950 inciso 2o del mismo Código".423

Santiago, 13 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 2a, pág. 21.
421
C
422
C Suprema, 2 julio 1984, Rev. de Den, t. 81, sec Ia, pág. 96.
423
C 12 noviembre 1984, Rev. de Den, t. 81, sec 2a, pág. 132.
Santiago,

151
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

31.5. La acción para obtener una jubilación. Si bien no es co


rriente en la doctrina señalar esta acción entre las imprescriptibles,
pensamos que debe tratarse de ella aquí por la gran aplicación prác
tica que tiene ante nuestros tribunales, los que, sistemáticamente,
han declarado la imprescriptibilidad del derecho a obtener una
pensión de jubilación. Incluso más, en varias
oportunidades han
señalado incluso que tampoco prescriben las pensiones mismas de

jubilación, aunque esta doctrina sea muy discutible y generalmen


te no aceptada, según se verá.

Imprescriptibilidad del derecho a obtener una jubila


31.5.1.
ción. Respecto de la imprescriptibilidad del derecho a jubilar, se
ha sostenido casi unánimemente que "el concepto de seguridad so
cial está garantizado por el art. 19 N° 18 de la Constitución Políti
ca como atributo de la persona y por lo tanto una garantía que,

por lo que concierne al derecho a obtener una jubilación, tiene la


índole de una prestación alimenticia que dada su peculiar caracte
rística, consecuencialmente, no es renunciable ni susceptible de
quedar sometida a las reglas de la prescripción que el Código Civil
prevé en el campo de las relaciones meramente patrimoniales en
tre los individuos. En el N° 26 de este mismo artículo 19
asegu se

ra a todas las personas que los preceptos legales que regulen este
tipo de garantías no podrán afectar los derechos en su esencia, ni

imponer condiciones o
requisitos que impidan su libre ejercicio,
lo que viene confirmar el criterio que se ha dejado expuesto en
a

cuanto se
pretende que la prescripción impediría reconocer al de
mandante su derecho a
jubilar, reunidas las condiciones específi
cas y necesarias para ello.
Además la norma de la letra b) del N° 7 del artículo 19 de la
Constitución viene también a
apoyar este punto de vista, ya que ni
siquiera como
pena en causa criminal
'podrá aplicarse como san
ción la pérdida de los derechos
previsionales'; con mayor razón
cabe sostener que este resguardo
ampara al demandante que aspi
ra a
que se le reconozca el derecho que tiene a una jubilación, fren
te a la sanción civil,
representada por la prescripción extintiva que
aduce la contraria". Esta es la doctrina de la
posición ampliamen
te mayoritaria de la
jurisprudencia,424 que insiste en el carácter so-

m
C Santiago, 2 enero 1991, Rev. de Der., t. 88, sec 3a,
pág. 18. En idéntico
sentido, fallos de la misma corte de 10 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec 3a,
pág. 56;
10 abril 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 3a,
pág. 61; 21 agosto 1987, Rev. de Der., t. 84,

152
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

cial, unido a la
garantía constitucional del derecho a la vida, im
la
plícito en facultad de jubilar. Y es constante también en la juris
prudencia el observar que la finalidad de la es prescripción
extinguir derechos y acciones de índole privada
y pecuniaria, mien
tras que el derecho a jubilar es de carácter social
y alimenticio.425
En el mismo sentido se ha sostenido que "de acuerdo con el ar
tículo 60 del D.F.L. N° 94, de 1960, los derechos del personal por sus

servicios Empresala de Ferrocarriles del Estado


a
prescriben en 6 me
ses, con excepción del derecho de solicitar desahucio y jubilación. En
consecuencia, al excluirse el derecho a obtener el beneficio de la ju
bilación, permite concluir que ha establecido la imprescriptibilidad de
dicho derecho".426 También se ha recordado que el art. 4o de la Ley
Xo 19.260, de 4 de diciembre 1993, establece la imprescriptibilidad del
derecho a pensionarse o jubilarse en los regímenes de previsión so
cial fiscalizados por la Superintendencia de Seguridad Social.427
Así como el beneficio de la jubilación es imprescriptible, dado
su carácter alimenticio
y de seguridad social, se ha sostenido que
"tampoco resultan prescriptibles las acciones encaminadas a obte
ner
reliquidaciones de pensiones de jubilación".428 Pero esta doc-

sec. 3a, pág. 116; 18 mayo 1987, Rev. de Den, t. 84, sec 3a, pág. 89; 25 septiembre
1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 165; 16 mavo 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a,
pág. 97; Rev. de Den, t. 84, sec 3a, pág. 89; 3 noviembre 1990, Rev. de Den, t. 87,
sec. 3a,
pág. 181; 5 diciembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a, pág. 190, que cita a
C. Suprema, 31 agosto 1987, Fallos del Mes 345, N° 9, pág. 477; 11 diciembre 1990,
Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 191; 24 abril 1991, Rev. de Der., t. 88, sec 3a, pág. 38;
6 enero 1994, Gaceta Jurídica N° 163, pág. 77; 14 septiembre 1994, Gaceta Jurídi
ca N° 171, sent. 5,
pág. 77; 21 marzo 1997, Rev. de Den, t. 94, sec. 3a, pág. 52; C.
Suprema, 5 octubre 1995, Rev. de Den, t. 92, sec Ia, pág. 141; 6 enero 1994, Ga
ceta Jurídica N" 163,
pág. 23; C. Suprema, 9 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 3a,
pág. 79; C. Suprema, 24 julio 1991, Fallos del Mes, 392, N° 3, pág. 347; 25 junio
1992, Fallos del Mes, 403, N° 3, pág. 291; 26 noviembre 1992, Fallos del Mes 408,
N" 7, pág. 817; Fallos del Mes 345, N° 9, pág. 477; C. Suprema, 7 agosto 1989, Rev.
de Der., t. 86, sec. 3a, pág. 150; C. Santiago, 10 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec 3a,
pág. 56; C. Santiago, 10 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 3a, pág. 61; C. Santia
go, 21 agosto 1987, Rev. de Den, t. 84, sec 3a, pág. 1 16; C. Santiago, 18 mayo 1987,
Rev. de Den, t. 84, sec. 3a, pág. 89.

6 enero 1994, Gaceta Jurídica 163, sent. 1, pág. 23; C. Santia


425
C. Suprema,
go, 21 marzo 1997, Rev. de Den, t. 94, sec 3a, pág. 52; 14 septiembre 1994, Gace
ta
Jurídica 171, sent. 5, pág. 77.
C. Santiago, 3 diciembre 1986, Rev. de Den, t. 83, sec 2a, pág. 106.
426

C. Suprema, 31 diciembre 1996, Fallos del Mes 457, N° 7, pág. 2725.


427

C. Santiago, 25 septiembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a, pág. 165; C.
428

Suprema, 31 Fallos del Mes 345, N° 9,


agosto 1987, 447; C. Santiago, 3 abril
pág.

153
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

trina no es constante otras sentencias sustentan la doctrina que


y
"la acción de reliquidación de pensiones no es imprescriptible y se
extingue por no haberla ejercitado durante un plazo de 2 años, con
tados desde la fecha del decreto de concesión del beneficio, según
lo dispuesto en el art 30 del D.F.L. N° 94 de 1960, en relación con
el art. 2492 del Código Civil.
El pago mensual de cada pensión de jubilación no interrumpe
la prescripción pretendida por la demandada, ya que, al contrario,
cada pago mensual aceptado por los actores demuestra la confor
midad de los beneficiarios que, en cada uno de ellos, no estima
ron necesarias las revisiones o liquidaciones que varios años después

solicitaron".429
Se ha sostenido entonces que el derecho a obtener la reliqui
dación de pensión ya otorgada
una
prescriptible es en dos años des
de la fecha del decreto respectivo.430 Y también que en el caso de
laspensiones en regímenes de previsión social sujetos a la fiscali
zación de la Superintendencia de Seguridad Social, la revisión es
prescriptible a los tres años de otorgarse el beneficio.431
Pero esta imprescriptibilidad se refiere sólo al derecho a jubilar y
no se extiende a otros beneficios sociales, la indemnización por
como

años de servicios, que no tiene carácter previsional y debe entonces


regirse por la normativa común de la prescripción del Código Civil.432

31.5.2. Situación de las pensiones mensuales devengadas. En


lo que concierne a las pensiones de jubilación ya devengadas, la
situación es diversa, porque, como lo sostiene
mayoritariamente la
jurisprudencia, "se trata de un
aspecto precisamente pecuniario del

1989, Rev. de Den, t. 86, sec 3a, pág. 54; C Santiago, 10 abril 1989, Rev. de Der.,
86, sec 3a, pág. 61.
t.

429
C Suprema, 8 noviembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a,
pág. 147; C. San
tiago, 16 noviembre 1995, Gaceta Jurídica 185, pág. 85; 10 abril 1989, Rev. de Der.,
t. 86, sec. 3a,
pág. 61, y C. Santiago, 28 septiembre 1989, N° 370, 562, sent. pág.
11, aceptan prescripción de la acción de revisión de la pensión cuando se funda
en un error de hecho, pero cuando se funda en un error de derecho la acción
de revisión
430
es
imprescriptible.
C. Santiago, 16 de noviembre 1995,
Gaceta Jurídica N° 185, sent. 3, pág. 85.
431
C. Suprema, 31
diciembre 1996, Fallos del Mes 457, sent. 7,
432
pág. 2725.
C. Santiago, 26
enero 1995, Gaceta
Jurídica 175, N° 3, pág. 74. Sin embar
go, a la indemnización por años de servicios se le aplica la prescripción laboral
de dos años del art. 480 del Cód. del
Trabajo. Sobre ello, vid. N° 93.2.

154
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

problema, independiente del carácter que tiene el derecho a jubi


lar, en abstracto, como garantía del individuo, una vez que se reúnen
los requisitos de antigüedad, años de imposiciones u otros, exigi
dos por la ley. La acción para reclamar estas pensiones o mensuali
dades queda sometida a las reglas comunes, y por lo tanto resulta

procedente y equitativo acoger la excepción de prescripción opues


ta, pero únicamente respecto al cobro de pensiones con sus debi
dos incrementos, que se devengaron con una anterioridad de más
de 5 años a la fecha de la notificación de la demanda".433
Por ello otras sentencias han dicho que "las sumas de dinero

correspondientes a diferencias adeudadas por concepto de pensio


nes de jubilación y de desahucio objeto de transacción
pueden ser

y renuncia, aplicándose en estas materias, por analogía, la disposi


ción del artículo 336 del Código Civil, que establece que las pen
siones alimenticias atrasadas podrán renunciarse".434
Sin embargo, algunos fallos son partidarios de la imprescripti
bilidad de las pensiones ya devengadas, ordenando que "todas las
diferencias patrimoniales que resultaren con motivo de una reli

quidación de pensión, deben ser pagadas, no procediendo siquie


ra
distinguir entre prescripción de la jubilación y de las pensiones
cuando se trate de error de derecho o de la ley, predicamento que
ha sido aceptado por la Excma. Corte Suprema acogiendo un re
curso de casaciónel fondo, el 31 de agosto de 1987".435
en

En idéntico sentido se ha sostenido que "la acción para recla


mar las diferencias insolutas de las pensiones, cuya reliquidación se
pide, tampoco se encuentra afecta a prescripción, pues ésta no pue
de operar respecto de un derecho que aún no ha sido declarado o
reconocido, cual es la existencia o no de tales diferencias, de modo

1991, Rev. de Den, t. 88, sec 3a, pág. 18. En idéntico


433
C. Santiago, 2 enero

sentido, C. Suprema, 1994, Gaceta Jurídica 163, pág. 23; C. Santiago, 21


6 enero

marzo 1997, Rev. de Den, t. 94, sec 3a, pág. 52; 11 enero 1995, Gaceta Jurídica

175, sent. 4, pág. 32; 6 enero 1994, Gaceta Jurídica N° 163, sent. 1, pág. 23; 24
abril 1991, Rev. de Den, t. 88, sec 3a, pág. 38; 16 mayo 1990, Rev. de Den, t. 87,
noviem
sec. 3a,
pág. 97; 25 septiembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 165; 3
bre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a, pág. 181; 11 diciembre 1990, Rev. de Den,
t. 87, sec 3a, pág. 191.
16 diciembre 1991, Rev. de Den, t. 88, sec 3a, pág. 135. Más
434
C. Santiago,
recientemente, C. Santiago, 21 marzo 1997, Rev. de Den, t. 94, sec 3a, pág. 52; 11
enero 1995, Gaceta
Jurídica 175, pág. 32; 14 septiembre 1994, Gaceta Jurídica 171,
pág. 77; 6 enero 1994, Gaceta Jurídica 163, pág. 23.
435
C. Santiago, 5 diciembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a, pág. 190.

155
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que, en este
aspecto, la obligación no es exigible, lo que obsta a que
pueda correr el plazo de prescripción. Además es inherente a la ju
bilación misma".436 Y también se ha dicho que "es artificiosa la dis
tinción entre prescripción del derecho a impetrar judicialmente el
beneficio de la jubilación y prescripción del derecho a cobro de pen
siones de jubilación determinadas, ya que se trata de prestaciones
de carácter eminentemente socioprevisional, de carácter alimenticio,
criterio extensible al cobro de determinadas pensiones".437
Otra resolución señaló que "la imposibilidad de concebir una

jubilación sin pensión lleva a concluir que en esta materia no cabe


hacer distingo imprescriptibilidad de la acción para recla
entre la
mar el beneficio jubilatorio y la prescriptibilidad del derecho a co

brar determinadas pensiones".438


Coincidimos con la posición mayoritaria de nuestros tribuna
les, en el sentido que la prescripción extintiva de las obligaciones
civiles no es aplicable supletoriamente al derecho a impetrar el be
neficio de jubilación, en el caso que la ley no establezca expresa
mente la
prescripción del citado derecho previsional. En tal evento,
debe concluirse que el derecho a jubilar es imprescriptible, aten
dido que, por su naturaleza, es un derecho de orden público sub

jetivo y que la pensión respectiva tiene por finalidad satisfacer un


estado de necesidad que no se soluciona sino más bien se agrava

por el transcurso del tiempo, de modo que la paz social, que es


uno de los
objetos de la institución de la prescripción, no se logra
mediante aplicación en seguridad social. Así también lo ha re
su

conocido la jurisprudencia.439 Pero no nos parece que la misma


doctrina sea aplicable a las pensiones va
devengadas y compartimos
la doctrina mayoritaria que las entiende
prescriptibles, pues ellas
adquieren el carácter de un simple crédito que no tiene razón para
ser
apartado de la regla general.

31.6. La acción para pedir alimentos. Es doctrina


antigua en
nuestro derecho440 y en el derecho
comparado el carácter impres-

436
C.
Santiago, 10 abril 1989, Rev. de Den, t. 86, sec 3a, pág. 61.
437
C Suprema, 9 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec 3a,
pág. 79. En idéntico
sentido, C Suprema, 23 junio 1992, Fallos del Mes 403, N° 5, pág. 303.
438
C Suprema, 24 julio 1991, Fallos del Mes 392, N° 3,
439
pág. 347.
C Santiago, 24 julio 1985, Rev. de Den, t. 81, sec. 3a,
440
pág. 128.
En ese sentido, M. SOMARRIVA U., Derecho de Eamilia, L 2, N°
653,Santiago,
1983; R. RAMOS R, Derecho de Eamilia, N° 689, 2a edic,
Santiago, 1998; E. ROSSEL S.,
Manual de Derecho de Eamilia, N° 468, 7'' edic,
Santiago, 1994.

Lñfi
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

criptiblede la acción para demandar alimentos,


porque es un de
recho que se renueva día a día, en tanto se mantengan las necesi
dades del alimentario441 y ello aunque no exista regla
que así lo
ordene. Se agrega además la finalidad de la acción comprendida
en la garantía constitucional del derecho a la vida del art. 19 N° 1

de la Constitución.
Un fallo señaló que se
acepta "la imprescriptibilidad del dere
cho apedir alimentos, no así respecto de las pensiones alimenti
cias devengadas, las que sí pues si bien no hay lev
prescriben,
expresa que resuelva en materia de alimento la solución
propues
ta, dicha conclusión es consecuencia de una interpretación de la
doctrina".442 Es que las pensiones devengadas tienen la naturaleza
de un
simple crédito que pierde los caracteres del derecho mismo
y pasan a adquirir los que son propios de toda obligación patrimo
nial.443 Y tratándose de varias cuotas adeudadas, la prescripción rige
independientemente para cada una (vid. N° 39).

31.7. Prescripción de las excepciones. Ya hemos tratado de esta


cuestión y nos lo expuesto (vid. N°6). Recordaremos
remitimos a

que el principio quae temporalia ad agenda m perpetua ad excipiendum


nació a propósito de la sola acción de nulidad por dolo o temor y se
extendió a la nulidad en
pero que no puede ser extendido
general;
más allá. El Código de Brasil resuelve expresamente que "La excep
ción prescribe en el mismo plazo que la pretensión" (art. 190).

32. La acción y excepción de nulidad. Respecto a la nulidad, las


soluciones del derecho comparado son disímiles. Desde luego, con
respecto a nuestro derecho, deberá cuidarse la terminología, des
de que frente a nuestra nulidad absoluta y relativa se dan en otros
derechos los de nulidad y anulabilidad.
En lo que concierne a la nulidad, entre nosotros absoluta, hay
derechos que la entienden ajena a la prescripción. Así, aunque la

441
Así, A. KEMELMAJER DE CARLUCCI, ob. cit., pág. 125, y los autores cita
dos por ella, M. ALBALADEJO,
para el derecho argentino; en España, entre otros,
ob. cit., pág. 501, alude a la sentencia del Tribunal Supremo de 7 octubre 1970.
que
442
C Santiago,10 abril 1989, Rev. de Dei., t. 86, sec. 3a, pág. 64, fallo que se
refería principalmente a la imprescriptibilidad de las pensiones de jubilación y
hacía la
comparación respecto de las pensiones alimenticias.
El carácter prescriptible de las cuotas ya vencidas es reconocido por la
443

doctrina. Así, A. KEMELMAJER DE CARLUCCI, ob. cit., pág. 124; G. BOSSERT,


Régimen jurídico de los alimentos, N° 524, Buenos Aires, 1993.

157
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

cuestión adquiere matices en cuanto a su alcance, la doctrina co


mún la de que ella es imprescriptible,
es aunque los fundamentos
no son
siempre los mismos. Se entiende por algunos que se trata
de una acción meramente declarativa y que es ello lo que la hace
imprescriptible444 y que quod nullum est, nullum habet effectum, de for
ma
que la nulidad es perpetua. Y la jurisprudencia es en ello cons
tante.445 Pero hay quienes distinguen entre la nulidad misma y sus
efectos o consecuencias, que sí serían prescriptibles.
Pero lo que concierne a la anulación -nuestra nulidad rela
en

tiva- el art. 1301 del Código español señala un plazo de cuatro años
respecto del cual la doctrina debate si se trata de una
prescripción
o de una caducidad,446 desde que la regla dice simplemente que
"la acción de nulidad sólo durará cuatro años".
En excepción de anulabilidad, también hay diferen
cuanto a la
cias doctrinarias. El Proyecto de 1851, art. 1184, decía que "La nu
lidad del contrato fundada en alguna de las causas expresadas en
las secciones II y III, Capítulo II de este título, no puede reclamar
se
por vía de acción, sino dentro del término de cuatro años" y Gar
cía Goyena, comentándolo, señalaba que como excepción podrá

oponerse cuando se quiera.447 Invocando su doctrina, y los térmi


nos de
que se vale el art. 1301 del Código español, algunos sostie
nen la imprescriptibilidad de laexcepción, en atención además a
que la extinción de la acción impide cuestionar un cumplimiento
que ha tenido lugar y asegura así el mantenimiento del statu quo.
La prescripción de la excepción lo alteraría,
pues permitiría deman-

444
M. ob. cit., pág. 463; LACRUZ, SANCHO REBULLIDA y
ALBALADEJO,
otros, Elementos de Derecho Civil, Obligaciones, t. 1, Nos 353 y 354, 3a edic, Barcelo
na, 1994. En el mismo sentido, CARMEN LÓPEZ BELTRAN DE HEREDIA, La
Nulidad Contractual. Consecuencias,
pág. 244, Valencia, 1995; F. CASTAN, Derecho es
pañol común yforal, t. 3, Obligaciones, pág. 763, 16a edic, por G. GARCÍA CANTE
RO, Madrid, 1992; ESPIN CÁNOVAS, "La nulidad absoluta del negocio jurídico y
los efectos de la prescripción extintiva
y de la usucapión", en An. de Der. Civ.,
1970, pág. 538.
,w
Entre otras, sentencias del Tribunal
Supremo de 30 septiembre 1992, 14
noviembre 1991, 16 febrero 1990, 23 octubre 1989, 26 enero 1988,13 febrero 1985,
20 noviembre 1980, 13 abril 1978, etc.
446
Por la caducidad, GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit.,
pág. 599, y los autores
citados por él en nota 817. Por la
prescripción, J. DELGADO ECHEVERRÍA, co
mentario a fallo del Tribunal Supremo de 27 marzo 1989, en Cuadernos Civitas de
jurisprudencia Civil, N° 20, 1989, pág. 522.
117
GARCÍA GOYENA, Comentarios, t. 4, comentario al art. 1184. Invoca la
Ley 5, par. 6, tit. 4, lib. 44 del Digesto y los arts. 1407 del Código Sardo y 1490 del
de Holanda.

158
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

dar el cumplimiento que no ha tenido lugar y de allí que sería ló


gico hacer imprescriptible la excepción que se opondría a esa rup
tura de la situación de hecho.448 Pero esa doctrina que se afirma
en el brocardo quas temporalia sunt ad agendum, perpetua sunt ad ex-
ápiendum no es admitida unánimemente y otros entienden que al
caducar el derecho a la anulabilidad, se extinguen la acción y la
excepción.449
En el derecho italiano también imprescriptible la nulidad
es

(nulidad absoluta) (art. 1422 Cód. italiano), aunque prescriptible


la anulabilidad (art. 1442) y surge entonces también la cuestión de
la prescripción de la excepción. Para fundar la imprescriptibilidad
se argumenta que, conservándose la perpetuidad de
en cuanto a

la excepción, se disuade del ejercicio de la acción de nulidad, que

podría ser así inútil.450


En el derecho francés, la tendencia doctrinaria, en ausencia de
norma
específica, es
aplicar a la nulidad absoluta la prescripción
común de treinta años del art. 2262,451 porque no existen razones

para hacerla imprescriptible, aunque a veces la Corte de Casación


la ha declarado tal.452 Pero la nulidad relativa prescribe en cinco
años, salvo regla especial (art. 1304 Cód. francés).
Surge prescripción de la excepción
también la cuestión de la
de nulidad y la tesis de que ella no prescribe en tanto no se de
mande la ejecución del contrato nulo, en aplicación del principio

quae temporalia...,^ que la jurisprudencia ha aplicado en esta ma-

448
LACRUZ, SANCHO REBULLIDA y otros, ob. cit, N° 353; M. ALBALADE
JO, ob. cit., pág. 475.
449
Así, J. M. MANRESA y NAVARRO, Comentarios al Código Civil Español, t. 8,
vol. 2, pág. 850, 6a edic, Madrid, 1987; C LÓPEZ BELTRAN DE HEREDIA, ob.
cit., págs. 251 y sgts.
450
P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, págs. 63 y sgts.
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 316; CH. LARROUMET, Droit Civil, t. 3,
451

Oblzgations, N° 563 y nota 2, 4a edic, París, 1998; C GUELFUCCI-THIBIERGE, Nullité,


restitutions et responsabilité, N° 590, París, 1992; MARTYy RAYNAUD, ob. cit, N° 205.
452
Por ej., en caso de ausencia de aceptación del donatario, Civ. Ia, 10 junio
1986.J.C.R, 1986, IV. 243; D. 1988, Somm. 14, obs. Robert, Rev. Trim. Dr. Civ.
obs. A. MESTRE; abril 1987, D. 1987, IR 119;
por ausencia de objeto, Com. 28
Rev. Trim. Dr. Civ. 1987, 746, obs. A. MESTRE.
453
CH. LARROUMET, ob. cit., N° 563; P. MALINVAUD, Droit des obligations,
MAR
N° 183, 6a edic, París, 1992;
J. CARBONNIER, Les Obligativas, N° 104, pág. 206;
TYy RAYNAUD, t. 2, vol. 1, Obligations y t. 1, NÜS 158 y 177; MAZEAUD y CHA
BAS, ob. cit, N° 326, y M. STORCK, Lexception de nullité en droit privé, D. 1987, chron.
67; B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 423.

159
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

teria.434 Pero la doctrina no es favorable al principio, hasta el pun


to que se le ha calificado de irracional, anacrónico e ilógico, por
que no es
posible concebir una situación en que respecto de una
misma persona cohabiten la nulidad y la validez y porque habien
do prescrito la acción, el acto no podría ser declarado nulo a peti
ción de una
parte; pero seguiría siendo nulo, sí podría
como

obtenerse esa nulidad por vía de excepción. Habría pues una nuli
dad a pesar de que el acto no podría ser objeto de ataque por ella,
lo que sería claramente una conclusión bizantina433 opuesta por lo
demás a la presunción de confirmación tácita que se reconoce a la

prescripción quinquenal de la nulidad.


El reciente Código del Brasil adopta otra solución: señala
que
"Es de cuatro años el plazo de decadencia para pedirse la nulidad
del negocio jurídico" (art. 178 inc. Io). Y si la ley dispusiera que un
acto es anulable, el
plazo de decadencia es de dos años (art. 179).
En lo que concierne a nuestro derecho, el art. 1683 ordena
que
la nulidad absoluta se sanea por un tiempo de diez años. No era la
idea primitiva de Bello. El art. 1842 del Proyecto de 1842 decía que
ella "no puede sanearse ni por el lapso de tiempo ni
por la ratifi
cación de las partes", y en el Provecto de 1853 se alteró la
regla
para ordenar que ella "no podrá, sin embargo, alegarse contra po
sesión pacífica que haya durado treinta años". No existen antece
dentes que expliquen el cambio para adoptar la regla actual. Y ha
surgido entonces la cuestión de determinar la naturaleza de ese pla
zo: ;Se trata de una
prescripción o de una especie de caducidad
que determinaría la desaparición del derecho a demandar la nuli
dad al cabo de diez años de celebrado el
negocio jurídico nulo?
Hay quienes sostienen esta tesis, en cuanto entender que al cabo
de diez años el acto se "sanea", es decir, se
extingue toda posibili
dad de alegar el vicio. Lo mismo ocurriría
para la nulidad relativa
en cuatro años, el 1684. Sobre
según art. el punto, un autor456 se
ñala que, si bien el vicio mismo no
puede desaparecer, "lo que la
ley puede hacer es
privar de efecto jurídico a ese vicio, considerarlo,

454
Civ. Ia, 10 diciembre 1995, D. 1996, somm. 328, obs.
LIBCHAVER; Civ. 1\
12 julio 1982, D. 1982. 540; Civ. 3\ 1 febrero
455
1978, Gaz. Pal. 1978, 1, somm. 174.
Asi, H. ROLAN y L. BOYER, Adages du Droit
Trancáis, pág. 694.
456
A. ALESSANDRI BESA, La Nulidad y la Rescisión en el
Derecho Civil Chileno,
M° 1086,
Santiago, 1949; P. RODRÍGUEZ GREZ, Inexistencia y Nulidad en el Código
Civil Chileno, pág. 200,
Santiago, 1995; C DUCCI CLARO, Derecho Civil, Parte Ge
neral, N° 365, 4a edic, Santiago, 1995.

160
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

después de transcurridos ciertos plazos, como que se ha purgado,


si hubiera desaparecido... No creemos, sin
como
embargo, que el
saneamiento de la nulidad simple prescripción
sea una del dere
cho a alegarla; es
algo más, puesto que influye en el acto o contra

to viciado mismo y su efecto es considerar a dicho acto como

purgado del vicio" y es así inatacable de nulidad, sea


por vía de ac
ción o de excepción.
La jurisprudencia así lo ha entendido en
algunas ocasiones.457
Pero la tesis no es unánime y se ha entendido por otros se tra
que
ta de prescripción que, por tanto, requiere ser alegada y que
una

no opera sino por declaración judicial, expirado el tiempo de diez


años. No se trata de un saneamiento automático por el tiempo, sino
de la prescripción de la acción de nulidad.
La divergencia tiene como consecuencia que en la primera te
sis, la excepción no podría sobrevivir a los diez años para la nuli
dad absoluta y cuatro para la relativa y que el principio quae

temporalia... no recibe aplicación tratándose de la nulidad entre


nosotros. Pasados diez o cuatro años, no existiría modo de obte
ner la nulidad delnegocio jurídico. Pero si
se trata de una pres

cripción, dicho
principio tendría en nuestro derecho la misma

acogida que en otros derechos


y en especial que en el derecho fran
cés, que inspiró las reglas sobre nulidad.
Cuando se trata de la nulidad relativa, el art. 1684 ha previsto
un
plazo de cuatro años para su saneamiento y la cuestión se plan
tea en los mismos términos que para la nulidad absoluta.458
En el derecho colombiano, como el Código Civil sigue al nues

tro, también se contiene el saneamiento de la nulidad absoluta por


el tiempo; pero se ha sostenido que no hay razones para la aplica
ción delprincipio quae temporalia. porque con la prescripción se
. .
,

extingue toda posibilidad de ejercicio del derecho, sea por vía de


acción, sea
por vía de excepción.459 La misma doctrina ha sido se-

457
C Suprema, 26 junio 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. Ia, pág. 205; C. Santia
3
go, agosto 1994, Rev. de Den, t. 91, sec. 2", pág. 75.
458
Así, C. Suprema, 29 junio 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. Ia, pág. 124, que
resuelve que tanto el art. 1896, como el art. 1893 contienen el mismo principio
en cuanto a
que pasados los cuatro años que la ley concede para
demandar la
rescisión, el acto queda saneado y no subsiste ya el vicio ni el derecho a reclamar

por él. En ese sentido, G. MÉNDEZ, La Prescripción, pág. 106, Santia


VASQUEZ
go, 1995.
459
Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 38.

161
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

guida por algunos en el derecho argentino, aunque la doctrina no

es unánime.460
Pero aun tratándose de plazo de prescripción, la vigencia
un

del principio quae temporalia ad


agendum perpetua ad excipiendum es
al menos discutible. Desde luego, habrá de rechazarse que
tenga
un carácter toda acción
general para que prescribe, como
ya he
mos tenido ocasión de señalarlo (vid. N° 6). El
principio tiene ori
se basa en un texto de Paulo
gen romano
y (Dig. L. 5, par. 6, tit. 4,
lib. 44) ;461 pero en ese derecho se explicaba
por razones de proce
dimiento y estaba referido a la perpetuidad de la excepción de dolo
o miedo
y no tuvo nunca carácter general. Como lo explica Ric-
ci,4í,L> el fragmento no se refería al caso en que teniendo alguien la
acción por dolo y la excepción por el mismo motivo, habiendo
pres
crito la primera conservase aún la otra, sino más bien el caso en
que del dolo alguien tuviere derecho a la sola excepción, la con
servaría aun prescrita la acción derivada de la misma causa. Así, si
un mandatario obra con dolo al
obligar al mandante, éste frente a
los terceros dispone de la acción de dolo
y si ellos le demandan,
de la excepción; pero siempre aún conserve la acción. Pero si
que
es el mandatario el demandar
que pretendiere su remuneración,
esa demanda
podrá ser rechazada por la excepción de dolo, en cual
quier tiempo en que la demanda se deduzca. En otros términos: si
se
dispone de la acción para obtener el fin perseguido, no hay ra
zón alguna para
pretender que se mantenga la excepción eterna
mente. Es sólo si se careciere de
aquella que subsiste por el tiempo
la excepción. Y por ello es absurdo
pretender que el principio ten
ga un alcance general. Fue entendido para un caso de nulidad y a
él debe reducirse, ha sido por lo demás la doctrina más ad
como
mitida bajo la
vigencia del antiguo Código italiano, al tenor del
art. 1302, concebía la prescripción
que quinquenal de la acción de
nulidad y no de la sin
excepción; pero que se extendiera más allá
con carácter
amplio.463 El derecho francés lo conservó por razones
1

Asi, R. SAI.VAT, Obligaciones, t. 3, N° 2218, 6" edic, Buenos Aires, 1956;


G. A. BORDA, Tratado de Derecho Civil
Argentino. Obligaciones, N° 1010, Buenos Aires,
1971. Contra, A. BUERES MAYO, ob. cit., págs. 343 y 344.
*'
yj.
El texto referido es del
siguiente tenor: Non sicut de dolo actio certo tempore
fimtur, ita etiam exceptio eodem
tempore danda est: nam haec perpetuo competit: cum actor
i/uidem m sua potestate habeat quando utatur jure suo: is autem cum
quo agitur, non ha-
bet potes lamen conven iatur.
4«*
quando
R RICCI, Derecho Civil, t. 12, N°
iM
147, edic. española, Madrid, s.f.
F. RICCI, ob. cit., N° 147. En el mismo
sentido, R. DE RUGGIERO, Institu
ciones de Derecho Civil, vol.
1, pág. 327, traducción de la 4S edic, Madrid, s.f.

162
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

históricas; pero hoy, como se ha sostenido acertadamente,464 su jus


tificación es muy difícil, porque equivale a sostener que un nego
cio puede ser válido si quien invoca la nulidad es el demandante y
nulo si quien lo hace es el demandado, consecuencia que rompe
toda lógica, pues un acto o es nulo o es válido y no puede tener
esas dos calidades a la vez.

33. Prescripción extintiva y derechos reales. Las acciones propie


tarias. La prescripción extintiva es concebida en el Código como
medio de extinguir "las acciones judiciales" y ya hemos tenido opor
tunidad de examinar su alcance (vid. N° 5). Aparecen allí enton
ces como ajenos a su ámbito, los derechos reales y parece reforzar

esa conclusión la regla del art. 2517, por la cual "toda acción por

la cual se reclama un derecho se extingue por la prescripción ad


quisitiva del mismo derecho".
Con todo, el art. 2514 se refiere a la prescripción de "derechos
ajenos", sin distinción entre reales y personales.
La relación entre derecho real y prescripción debe sin embar
go matizarse, porque no todos esos derechos han de recibir igual
tratamiento frente a su extinción por el tiempo.
No cabe duda que el dominio queda al margen de toda pres
cripción extintiva, desde que no se pierde por inercia de su titular.
Ni siquiera omitir actos de mera facultad confiere posesión, ni jus
tifica prescripción alguna, según el art. 2499, y menos aún permi
te sostener la
pérdida del dominio. Apenas se concibe la pérdida
del dominio por abandono (art. 624 inc. 3o), pero entonces no por
la mera inacción, sino por de dejación. En él no
un acto positivo
cabe sino la adquisición por parte de otro titular, dándose los su
puestos de la usucapión y fundándose en una posesión del adqui
rente (art. 2498). El carácter perpetuo de ese derecho afirma su

la que se justifica además porque no es un de


imprescriptibilidad,
recho que se dé en una relación entre dos sujetos y no limita tam
poco derechos de otro, de forma su prescripción extintiva no
que
aprovecharía nadie y cuando más produciría una res nullius.465 De
a

allí que sea una afirmación constante y común en la doctrina la

imprescriptibilidad del dominio.466 El art. 2510 del Código argen-


464
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 326.
465
Así, R. CAPONI, "Gli impedimenti all'esercizio dei diritti nella disciplina
della prescrizione", en Riv. Din Civ. XLII, 6, 1, 1996, pág. 729.
466
A. DE CUPIS, "Sul fondamento della imprescrittibilitá della proprietá", en
Giust. Civile, 1983, II, págs. 184 y sgts.; P. VITUCCI, ob. cit., t. 1, págs. 42 y sgts.; P.

163
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

tino contiene la doctrina común: "El dominio es


perpetuo, y sub
siste independientemente del ejercicio que se pueda hacer de él.
El propietario no deja de serlo, aunque no ejerza ningún acto
de
propiedad, aunque esté en la imposibilidad de hacerlo, y aunque
un tercero lo voluntad
ejerza con su o contra ella, a no ser que deje
de poseer la cosa por otra, durante el
tiempo requerido para que
éste pueda adquirir la propiedad por
prescripción". Y ésa es una
doctrina ya antigua en la jurisprudencia, que reconoce
que la ac
ción reivindicatoría no se el no uso, así como sucede
extingue por
con el dominio al Con
que protege.467 todo, cabe una notoria ex
cepción: tratándose de la acción reivindicatoría concedida por el
D.L. 2695, éste ha previsto que ella se
extinga en un año (art. 16)
y ésta es una
prescripción extintiva, que se interrumpe de acuerdo
a los arts. 2518
y 2503 a falta de regla especial.468
Entre nosotros, la imposibilidad de
aplicar la prescripción a la
acción reivindicatoría está no solamente
prevista por la regla ex
presa del art. 2517, sino que es constante en la doctrina4'* y la ju
risprudencia que la afirma al entender que en ese evento sólo cabe
la prescripción
adquisitiva y ésta como acción (vid. N° 10.2). Ca
bría tan solo hacer presente
que la regla del art. 2517 contiene lo

TRIMARCHI, ob. cit., pág. 624; A. TORRENTE y P. SCHLESINGER, ob. cit.,


pág. 141; G. ALPA, Isfituzioni di Diritto Prívalo, pág. 187; G. MARTYy P. RAYNAUD,
ob. cit., N° 858 y también t. II, vol. 1, Les Biens, N° 49; MAZEAUD v
CHABAS, ob.
cit., t. 2, vol. 2, N° 1349; B. STARCK, H. ROLAND v L. BOYER, ob. cit., N°356;
LLENA I. HIGHTON, "La
prescripción liberatoria v los derechos reales", N°22
(2000), en Rev. de Der. Priv. y Com., pág. 43; L. DIEZ-PICAZO, La
el Código Civil,
prescripción en
págs. 49 v 50, y Las relaciones entre usucapión v prescripción ex
tintiva y la
prescripción extintiva <\v la acción reivindicatoría", en Libro de homena
je a
Rocafuan, págs. 221 y 222, Madrid, 1989.

1f"
G. Suprema,
9 septiembre 1966, Fallos del Mes 94, sent.
3, pág. 209; 5 oc-
Fallos del Mes 35, N°. 3,
tulmJ961,
sec. ld,
pág. 203; 26 abril 1955, Rev. de t. 54, Der.,'
pag. 68, que sostiene que el art, 2517 es orden substantivo v estable
para
cer
que el tiempo para la reivindicación es de la del mis
mo derecho; 13 enero
prescripción adquisitiva
1941, Rev. de Den, t. 39, sec. 1*, pág. 1; C Temuco, 26
nmiembre 1934, Gaceta 1934, t. 2, N« 133,
1 J.>
pág. 540; C. Santiago, 26 septiembre
Rev. de Den, i. 31, sec. 2\
pág. 33; C. Valparaíso, 13 noviembre 1931, Rev.
de Dn., c 30, sec. 1 ',
pág. 206.
mC. Suprema, 2enero 2002, Gaceta
Jurídica 259, N° 2, pág. 30, lo que exi
ge notificación de la demanda dentro del año, C.
Suprema, 27 abril 2000, Rev. de
Der., t. 9/, sec. Ia, pag, 82.

R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, N" 1242; R. RAMOS R, De las Obligaciones, N° 629,
Santiago, 1999; L. CONTRERAS, ob. cit., Nos 170 v
sgts.

. 164
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

que nos impropiedad, pues señala que la acción pro


parece una

"se
extingue por la prescripción adquisitiva del mismo de
pietaria
recho", lo que podría entenderse como un efecto extintivo de la
prescripción adquisitiva. Pero lo correcto es entender no que la ac
ción reivindicatoría se extingue por la prescripción adquisitiva del
dominio, sino que lo que ha ocurrido es que el antiguo titular del
dominio lo perdió y es por ello que ninguna acción reivindicato
ría subsiste en su patrimonio. Como dice acertadamente un autor,
lo que hay es "un carecer de acción porque ya no se es dueño" y
no el efecto extintivo de la usucapión.470
Apenas si en el derecho
español y debido por lo demás a la redacción de los arts. 1962 y
1963 del Código Civil, muy diversa a la de nuestro art. 2517, que
sigue a los precedentes romanos, se ha podido sostener la extin
ción autónoma de la reivindicación por prescripción extintiva, te
sis allí minoritaria.471
Pero fuera del dominio, las acciones provenientes de los dere
chos reales de garantía, como la hipotecaria y prendaria, sí resultan
alcanzadas por la prescripción extintiva; pero ésta es consecuencial
a la prescripción extintiva del crédito garantizado (art. 2516) y
como veremos, la nacional ha entendido que no hay
jurisprudencia
prescripción extintiva autónoma de tales acciones de garantía (vid.
N°44.3).
En cuanto al derecho de usufructo, el art. 806 inc. 5o lo hace

extinguible por prescripción; pero no se dice allí si se trata de una


extintiva a
propietario, o de la adquisición del usu
favor del nudo
fructo por un tercero en una prescripción adquisitiva. La doctrina
ha entendido que se trata de una prescripción extintiva, es decir,
por el no uso del derecho, solución que se justifica porque se trata
siempre de un derecho de duración limitada y de un gravamen que
sufre el propietario que, por la falta de uso del usufructo, puede
verlo consolidado con su ello cabría agregar
nuda propiedad.472 A
que si el codificador hubiese entendido que para ese derecho sólo

470 An.
M. ALBALADEJO, "La prescripción de la acción reivindicatoría", en

de Der. Civ., 1990,


471
pág. 26.
Seguida por M. ALBALADEJO, artículo citado, An. de Der. Civ. 1990,
págs. 25 y sgts., y
J. L. LACRUZ en sus Elementos de Derecho Civil, t. 1, pág. 363,
3aedic, Barcelona, 1984. También en F. DE CASTRO y BRAVO, Temas de Derecho
Civil, pág. 154, Madrid, 1972.
472
Así, L. CLARO SOLAR, ob. cit., t. 8, N'* 1237, 1239; R. ABELIUK, ob.
cit., t. 2, N° 1244; para el derecho colombiano, art. 865 igual a nuestro art. 806,
F. HINESTROSA, ob. cit., 40.
pág.

165
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

cabe la prescripción adquisitiva, como para el dominio, le habría


bastado con el art. 2517. Si se previo para aquel una regla que no
entender que quiso referir
aparece para el dominio, no cabe sino
se a la
prescripción extintiva, solución que por lo demás es la mis
N° 5). El Código francés
ma
que rige para la servidumbre (art. 885
ha previsto expresamente que el usufructo se extinga por no ha
berse usado por treinta años (art. 617). También el Código argen
tino ordena que "El usufructo se pierde por el no uso, durante el
término de diez años" (art. 2924). De este modo, el nudo propie
tario puede obtener el cese del usufructo por la sola circunstancia
de haber hecho dejación de él el usufructuario, sin exigirse que

aquél hubiere debido, a su vez, usar y gozar de la cosa en ausencia


de éste.473 Apenas se da entre nosotros alguna opinión aislada que
sostiene que el usufructo no se extingue por el no uso y que a su

respecto rige el art. 25 17.474 Pero esa opinión es claramente con


traria al art. 806, que,hemos dicho, entendido en otro sen
como

tido sería inútil y contraria además a los precedentes de derecho


comparado, que, ante igual regla, sostienen la prescripción extin
tiva de ese derecho cuando se opone al nudo propietario.
Cuestión diversa es la de la acción del usufructuario frente a

tercero que posee su derecho, pues en tal caso sí debe aplicarse el


art. 2517 y no hay allí prescripción extintiva, sino necesidad de que
el tercero alegue la adquisición del derecho por prescripción ad
quisitiva.
Para los derechos de
uso y habitación rigen las mismas reglas,

tanto porque tienen naturaleza semejante al usufructo, cuanto por


que el art. 812 manda que a ellos se apliquen las reglas del usu
fructo en cuanto a su constitución y pérdida.
Las servidumbres se extinguen por prescripción extintiva, ya que
el art. 885 N° 5 manda que se extingan por haberse dejado de usar
por cinco años. Incluso el art. 888 manda que se pueda perder por
prescripción un modo particular de ejercer la servidumbre, del mis
mo modo como
puede perderse la servidumbre misma.475

47:1
E. I. HIGHTON, ob. cit., pág. 76.
474
Así, A. ALESSANDRI y M. SOMARRIVA A., Tratado de los Derechos Reales,
por A. VODANOV1C, t. 2, N° 1021, 5a edic, Santiago, 1993. Pero para las servi
dumbres en
hay igual regla, los autores sostienen la prescripción extintiva.
que
Véase cita siguiente.
475
La disposición es semejante al art. 706 del Cód. francés allí se ha
y podido
sostener que esta
prescripción extintiva podría ser tratada como una adquisitiva

166
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

Resta el derecho real de herencia, o más exactamente la ac

ción de petición de herencia.


Respecto de ella, el tenor del
art. 1269 permitiría sostener que dicha acción se extinga por pres
cripción, al prescribir que "el derecho de petición de herencia
expira en diez años. Pero el heredero putativo, en el caso del in
ciso final del artículo 704, podrá oponer a esta acción la prescrip
ción de cinco años". Sin embargo, entre nosotros, la opinión de
la doctrina es
que dicha regla debe ser entendida en consonan

cia con el art. 2517, pues tratándose de una acción real, ella sólo
se extingue por la prescripción adquisitiva del mismo derecho y

queda así fuera del alcance de la extinción por el solo transcurso


del tiempo, es decir, de la prescripción extintiva. Además el
art. 2498 prescribe que "Se gana por prescripción el dominio de
los bienes corporales raíces o muebles, que están en el comercio
humano, y se han poseído con las condiciones legales. Se ganan
de la misma manera los otros derechos reales que no están ex
presamente exceptuados" y el art. 2512 indica que el derecho real
de herencia se adquiere por prescripción adquisitiva.476 La juris

prudencia, mayoritariamente ha entendido también que se trata

del dominio, considerando que el propietario del predio sirviente, habiéndola


poseído libre de gravamen, ha adquirido esta libertad por prescripción; pero la
jurisprudencia mantiene la tesis que se trata de una prescripción extintiva o libe
ratoria. G. MARTY y P. RAYNAUD, ob. cit., t. 2, vol. 1, N° 170. Sobre esta pres
N° 1730; CH.
cripción, MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., t. 2, vol. 2, Les Biens,
LARROUMET, ob. cit., t. 2, N° 880. Entre nosotros, CLARO SOLAR califica a la
situación de extintiva; ha dicho hay un abandono del
prescripción pero antes que
titular de la servidumbre y el propietario prescribe la libertad de su predio, ob.
cit., t. IX, Nos 1678, 1679. También aceptan el carácter de prescripción extintiva,
A. ALESSANDRI y M. SOMARRIVA, Tratado de los Derechos Reales, por A. VODA-
NOVIC, t. 2, N° 1172, 5a edic, Santiago, 1993.

476
Así, R. DOMÍNGUEZ B. y R. DOMÍNGUEZ A., Derecho Sucesorio, t. 3,
N° 1059, 2a edic, Sanüago, 1998; M. SOMARRIVA U., Derecho Sucesorio, t. 2, Nos 685
y 686, 5a edic, por R. ABELIUK, Sanüago, 1996; L. CLARO SOLAR, ob. cit., t. XVI,
N° 1996. Este último alude a la nota de Bello al art. 1442 del Proyecto Inédito, de
la que habría
podido inferirse que la intención era dar a la prescripción del ac
tual art. 1269 el carácter de extintiva, al invocar las constituciones de los empera
dores Honorius y Theodosius que hacían referencia a que toda acción prescribiese
finalmente por treinta años; pero las referencias finales que hace esa nota a Dig.
L. 9, tit. 3, lib. 5 tit. 3, lib. 3 resulta
y a Cod. L. 4, tit. 34, lib. 7 del Cod. L. 7,
evidente que la prescripción referida es adquisitiva, es decir, la que puede opo
ner el falso heredero se la reclama, fun
que posee la herencia al heredero que
dándose precisamente en esa
posesión.

167
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

herencia que
de una prescripción adquisitiva y que la petición de
da fuera del alcance de la extintiva.477
En otros derechos la cuestión ha sido debatida. Por ejemplo,
en Francia, en se discute sobre el carácter real o personal de
que
la acción, se sostiene que ella prescribe en treinta años, con lo cual
sería alcanzada por la prescripción extintiva;478 pero habrá de re
cordarse que en ese derecho la herencia no es concebida como de
recho real. Pero en el derecho italiano, tanto bajo el antiguo Código
como en el de 1942, seha entendido que la acción de petición de
herencia es imprescriptible, salvo la usucapión de bienes singula
res, y siendo discutible aun si es
posible lausucapión de la heren
cia como universalidad.479 En el derecho español, ante ausencia de
regla expresa, se sostiene que el Código da por supuesto que ella
en base a los arts. 196 y 101 6.480
prescribe en treinta años,

Sección II
TRANSCURSO DEL TIEMPO SEÑALADO POR LA LEY

34. El transcurso del tiempo. Según una sentencia de una Corte


de Apelaciones, "el transcurso del tiempo tiene capital importan
cia, y es indispensable que el legislador haya precisado tanto el ini
cio como el término de este plazo, por las consecuencias en la

477
Así, C. Suprema, 2 abril 1997, Fallos del Mes 461, N° 13, pág. 92; 9 sep
tiembre 1966, Rev. de Den, t. 63, sec. Ia, pág. 366; 14 septiembre 1918, Rev. de

Der., t. 16, sec. Ia, pág. 216; C. Punta Arenas, 10 mayo 1990, Gaceta Jurídica 120,
N° 3, pág. 66; C. Santiago, 29 octubre 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 119.
Contra, C. Suprema, 25 septiembre 1952, Rev. de Den, t. 49, sec. Ia, pág. 335, y
27 julio 1936, Rev. de Den, t. 33, sec. Ia, pág. 406, aunque en ninguna de esas dos
sentencias la cuestión fue discutida expresamente, limitándose el tribunal a aco

ger la excepción opuesta.


478
Así, M. GRIMALDI, Droit Civil. Successions, N° 520, 4a edic, París, 1992;
MAURY y VIALLETON, en PLANIOL v RIPERT, ob. cit., t. 4, N° 331.
179
Así, V POLACCO, De las sucesiones, t. 2, pág. 175, traducción de la 2a edic,
Buenos Aires, 1950, quien se apoya además en COVIELLO; F. MESSINEO, Ma
nual de Derecho Civil y Comercial, t. 7, N° 207, edic en español, Buenos Aires, 1956;
F. AZZARITI, G. MARTÍNEZ y G. AZZARITI, Successiom per causa di morte e dona-
zioni, N° 100, 3" edic, Padua, 1959.
,s"
Así, M. ALBALADEJO, ob. cit., t. 5, Sucesiones, pág. 203; J. L. LACRUZ, F.
SANCHO REBULLIDA y otros, ob. cit., t. 5, Derecho de Sucesiones, N° 159;
J. CASTAN
TOBEÑAS, Derecho Civil Español Común y Foral, pág. 448, 9a edic, por J. M. CASTAN
V. yj. BATISTA MONTERO-RIOS, Madrid, 1989.

168
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

extinción de las obligaciones y no


dejarlo a la mera voluntad o ca

pricho de una partes".481 Y hemos recurrido a esa sentencia


de las
claramente las condiciones que deben
porque en ella se precisan
reunirse para este esencial requisito de la prescripción extintiva:
un plazo señalado por el legislador, único que puede
que exista
hacerlo en esta materia, salvo las alteraciones que pueden hacerle
convencional de los mismos
laspartes si se admitiera la alteración
N° 4) y además, que este plazo haya transcurri
por las partes (vid.
do, contándosele como también lo ha de señalar la ley, que debe
precisar el inicio del cómputo.
Tal cual ya dijo en otra ocasión, este es un requisito común
se

a ambos tipos de prescripción, adquisitiva o extintiva.


Tratándose
de la primera, que es la que interesa aquí, Claro Solar lo define
a la eje
como "el plazo que puede afectar ya al cumplimiento, ya

cución de la obligación, ya a la duración o extinción: es una limi


tación, un término colocado en el tiempo a la eficacia de la
relación".482
En laprescripción extintiva este requisito es tan importante que
el art. 2514 señala que "La prescripción que extingue las acciones y
derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo...", regla que,
con igual o diverso énfasis, es común a diversas legislaciones (así,

arts. 2219 del Cód. francés; 2934 del de Italia; 3947 del
de Argenti
seña
na). Es por esto que algunos, erróneamente a nuestro juicio,
la
lan que el transcurso del tiempo es el único requisito de
ocasiones, los
prescripción extintiva. Así lo han creído, en algunas
tribunales.483 Pero de modo más exacto, en muchas otras senten
cias se ha resuelto que si bien el transcurso del tiempo es
un re

se ha
quisito indispensable no es el único. Así, por ejemplo,
motiva
sostenido que el "el tiempo que media entre el suceso que
el derecho y el ejercicio de éste, no es el único elemento constitu
tivo de la prescripción extintiva; puede transcurrir un lapso muy
no existir la extinción de la acción;
además de
superior al legal y
necesario que durante tal de tiempo el acree-
ese
lapso, es espacio

481
Rev. de Den, t. 88, sec. 2\ pág. 61. En similar
Santiago, 28 mayo 1991,
C.
Fallos del Mes 235, N° 5 pág. 117; misma
sen
sentido, C. Suprema, 9 junio 1978,
tencia en Rev. de Den, t. 75, sec Ia, pág. 238.
482
L. CLARO SOLAR, ob. cit., t. X, N° 232.
483
C. Suprema, 8 noviembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec pag 149; C San
3 ,

tiago, 8 abril 1983, Rev. de Den, t. 80, sec 2\ pág. 38; C. Concepción. 1 abril 1982,
t. 79, sec. 3a,
pág. 41. , yH_ ^

169 ( BÍBLÍCTLCí: ,

CHILE J
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

dor no acción y derecho, pues si lo hace se interrumpe


ejercite su

la prescripción".484 Y bien lo destaca un autor: "El transcurso del


tiempo por sí solo no es la causa... de la extinción de los derechos",
la misma
pues "es necesario la agregación de otros elementos que
ley nos enuncia en otras disposiciones inmediatas"485
Siguiendo este mismo criterio, se ha sostenido que "el simple
lapso de prescripción por sí solo no hace operar esta institución,
pues para ello es necesario, según dispone el artículo 2514 del Có
digo Civil, que durante dicho lapso de tiempo no se hayan ejerci
tado dichas acciones, lo que no ocurre cuando se ha suspendido
el ejercicio de dicha acción".486
Y es que, como ya hemos señalado, hay dos instituciones que

impiden el transcurso del lapso de prescripción: la suspensión y la


interrupción de la misma. Sin perjuicio que, además, como se ha
tratado antes, se requerirá la alegación de la prescripción por el
interesado, sin la cual, aunque transcurra el plazo, no se produce
el efecto extintivo (vid. Nos 8 y sgts.) y desde luego la decisión fir
me contenida enla sentencia que al efecto se dicte. El transcurso
del tiempo aparece así como una condición para el efecto extinti
vo; pero no como un hecho que por sí solo tenga la virtud de pro
ducirlo, a diferencia de la caducidad, como ya se ha visto (vid. Nos 23
y sgts.).
En relación con este
requisito de la
prescripción, se presentan
algunas cuestiones, respecto de las cuales la jurisprudencia ha te
nido la oportunidad de pronunciarse y que son los que pasamos a
examinan

35. El plazo debe señalarse por la ley. Ya se ha dicho que el plazo


de prescripción queda fuera del alcance de la convención de las
partes, salvo excepciones (vid. N° 4). Es la ley la que debe señalar
el plazo de
prescripción, y éste no puede quedar entregado a la
mera voluntad o
capricho de las partes.487

484
C. Suprema, 10 abril 1929, Gaceta de los Trib. de 1929, 1er sem., N°21,
pág. 145. En similar sentido, C. Punta Arenas, 2 febrero
1990, t. 87, sec. 5a, pág. 49,
confirmado por C. Suprema, 12 marzo de 1990, Rev. de Den, t.
485
27, sec Ia, pág. 240.
R. SALVAT, ob. cit., N° 2045.
486
C.
Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t. 75, sec 4a, pág. 583.
487
C.
Santiago, 28 mayo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 62. En seme
jante sentido, C. Santiago, 4 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 2a, pág. 175; C.
Concepción, 1 abril 1982, Rev. de Der., t. 79, sec 3a, pág. 40.

170
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

Pero sólo las partes no pueden fijar los


no
plazos. Tampoco pue
de hacerlo una norma de rango no legal. La cuestión se discutió a
propósito del art. 31 del Reglamento del Sistema de Pronósticos
Deportivos (DS 29, de 14 enero 1976, Ministerios de Hacienda y
Defensa Nacional), que contenía plazo
prescripción para la
un de
reclamación de los premios y devoluciones, regla respecto de la que
se resolvió que carece de eficacia jurídica,
por tratarse de una ma
teria propia de ley y no de un
simple reglamento.488

36. Momento que empieza a correr el plazo de prescripción.


en

El artículo 2514 da la respuesta, aparentemente simple, al señalar

que el tiempo se cuenta desde que la obligación se haya hecho exi


gible.
Pero si "la
prescripción extintiva supone necesariamente la exi
gibilidad de la obligación, es indispensable que ésta deba determi
narse con
precisión"489
Es necesario recordar, como lo señala otro fallo, "que es indis
pensable que sea el legislador el que precise tanto el inicio como
el término de este plazo... y no dejarlo a la mera voluntad o capri
cho de una de las partes".490 Es tan claro el tenor de la ley, que a la

jurisprudencia no le ha quedado otro camino que ratificar en nu


merosas
oportunidades el momento en que comienza a correr el
plazo de prescripción.491
El fundamento del art. 2514 es claro. La prescripción supone
inactividad de las partes (ver N° 40), pero así como al acreedor no
le es posible cobrar su crédito mientras la obligación no se haga

m
C. Suprema, 3 agosto 1988, Fallos del Mes 357, N° 10, pág. 498. Véase su
comentario por E. PAILLAS PEÑA, El Recurso de Protección Ante el Derecho Compara
do, págs. 764 y sgts., Santiago, 1990.
489
C. 22
Suprema, 1992, Rev. de Den, t. 89, sec Ia, pág. 79; Rev. de Der.,
junio
t. 88, sec 2a, pág. 61.
490
C. Santiago, 28 mayo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 61. En similar
senüdo, C. Suprema, 3 agosto 1988, Fallos del Mes 357, N° 10, pág. 498; C. Su
prema 9 junio 1978, Fallos del Mes 235, N° 5, pág. 117.
491
C. Suprema, 23 julio 1992, Rev. de Der., t. 89, sec Ia, pág. 98; C. Santiago,
28 octubre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 105; C. Punta Arenas, 17 abril
1990, t. 87, sec. 2a, pág. 79; C. Santiago, 28 mayo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a,
pág. 61; C. Suprema, 6 octubre 1988, Fallos del Mes 359, N° 12, pág. 670; C. Su
prema, 20 mayo 1971, Fallos del Mes 150, N° 4, pág. 74; C. Suprema, 8 noviem
bre 1944, Rev. de Der., t. 42, sec Ia, Rev.
pág. 379; C. Suprema, 29 diciembre 1951,
de Der., t. 48, sec 3a, Rev. de Der., t. 11, sec Ia,
pág. 80; C. Suprema, 2 enero 1913,
pág. 229.

171
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

exigible, tampoco puede la prescripción correr en su contra mien


tras él no pueda demandarla. Si la obligación no es exigible, mal

podría decirse que hay inactividad suya, que es la base de la pres


cripción, según el brocardo actioni non datur non praescribuntur, des
de que siendo la prescripción inseparable de la acción, es sólo
cuando ésta pueda deducirse que tiene sentido el inicio del tiem

po liberatorio. Y con términos parecidos a los del art. 2514, las le


gislaciones extranjeras contienen la misma idea. El art. 1969 del
Código español señala que "El tiempo para la prescripción de toda
clase de acciones 'se contará desde el día en que pudieron ejerci
tarse^; el art. 2935 del Código italiano ordena que "La prescrip
ción comienza a correr desde el día en el cual el derecho puede
hacerse valer". El art. 198 del Código alemán, dispone que "La pres

cripción comienza con el nacimiento de la pretensión".


La jurisprudencia ha tenido que pronunciarse sobre el funda
mento del artículo 2514, señalando que "el plazo de prescripción

de una obligación se cuenta desde que es posible ejercitarla váli


damente, ya que no puede exigirse el uso de algo que no pueda
emplearse, ni sancionarse la inactividad en tales circunstancias, salvo
expresa disposición legal que señale una época especial para el cóm
puto del plazo".492
Es por las razones recién expuestas que "no se concibe que no

empiece a correr la prescripción contra una obligación que se ha


hecho exigible y puede cobrarse ejecutivamente", dice otro fallo.493
Pero si el inicio de la prescripción aparece claro en nuestro

Código, la cuestión no es tan evidente en la doctrina comparada,


pues no han faltado quienes entienden que ella debe correr desde
que el derecho del acreedor es vulnerado. Era en ese orden de ideas
que Savigny sostenía que toda acción tiene como uno de sus re
quisitos la lesión del derecho.494 Pero la regla de nuestro Código
no
sigue esa tesis, y tanto que no habrá de confundirse, por ejem
plo, el tiempo del vencimiento de la obligación con aquel en que
el deudor queda constituido en mora. Es verdad
que muchas ve
ces ambos coinciden (art. 1551 N° 1
por ej.); pero la mora no es
requisito de la prescripción, salvo en situaciones en que para la exi-

492
C. Santiago, 4 Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 175.
septiembre 1990,
m
C. Santiago, 25 1992, Rev. de Den, t. 89, sec 2\ pág. 26.
marzo
494
SAVIGNY, Sistema del Derecho Romano, t. 4, N° 239. En el mismo sentido,
GRASSO, ob. cit., N° 4, pág. 63; CARNELUTTI, "Appunti sulla prescrizione", en
Riv. Dir. Proc 1933, pág. 47.

172
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

gibilidad pide requerimiento del acreedor, como en el caso de


se

la cláusula penal, pues ésta no es exigible sin mora (art. 1538), o


en la acción de perjuicios en obligaciones de hacer,
que procede
si el deudor se ha constituido (art. 1553 N° 3). En las obli
en mora

gaciones alternativas, siendo la elección del acreedor, no hay pres


cripción que corra mientras éste no manifieste su voluntad.

37. Cuándo es
exigible la
obligación. El artículo 2514 señala que
el plazo se cuenta desde que la obligación se hace exigible. El pro
blema es determinar precisamente cuándo se produce la exigibili
dad, cuando llega el dies a quo.
La respuesta dependerá del de
tipo obligación que está pres
cribiendo:
Evidentemente, si la obligación es
pura y simple, es
exigible en

el mismo momento en
que se contrae
y desde ese mismo instante
inicia su curso la
prescripción extintiva.
Si la
obligación está sujeta a condición suspensiva, la exigibili
dad se produce desde que se cumple la condición (art. 1479), y si
la obligación está sujeta a plazo suspensivo, desde que se cumple
el plazo (art. 1496). Por ello, "si un sitio se dona bajo condición
de que se ha de destinar a escuela, debiendo retornar al poder del
donante en cualquier tiempo que se le dé otro destino, la prescrip
ción extintiva del derecho del clonante para pedir la restitución del
sitio con sus frutos se cuenta desde que se cumplió la condición, o
sea, desde que se dio otro destino al sitio, sin que importe que ha

yan transcurrido más de 30 años (hoy 5) desde que se hizo la do


nación".495 Si se trata de una obligación a plazo, dice una sentencia
de la Corte Suprema, "mientras está pendiente el plazo no es exi

gible, pero pasa a serlo una vez que éste se extingue, lo que en De
recho Civil puede suceder de tres maneras distintas: a) Cuando
ocurre el hecho futuro
y cierto en que consiste el plazo o, como ex
presa el artículo 1494 del C.C., llega 'la época que se fija para el cum
plimiento de la obligación'. Esta es la forma normal o natural de
extinción del plazo y se denomina 'vencimiento', expresión que el
Diccionario de la Real Academia Española define precisamente como
'cumplimiento del plazo de una deuda u obligación'; b) Cuando se
produce lo que en técnica jurídica se denomina caducidad del pla
zo, a virtud de la cual el deudor pierde el beneficio que éste signi-

C Suprema, 10 mayo 1918, Rev. de Den, t. 15, sec Ia, pág. 601.

173
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

fica para él, antes de su vencimiento. Ello sucede en los casos esta
blecidos por la Ley en el art. 1496 del C.C. y en el art. 67 de la
Ley
N° 18.175 sobre Quiebras. Y también cuando los interesados así lo
pactan, como por ejemplo en el pagaré con vencimientos sucesi
vos a
que se refiere el art. 105 de la Ley N° 18.092, en la llamada
'cláusula de aceleración'; c) Cuando, estando establecido en el solo
beneficio del deudor, éste lo renuncia, a menos
que se haya dis
puesto estipulado
o lo contrario (art. 1497 del C.C.)".496
Como se desprende del fallo recién transcrito, tratándose de
obligaciones a
plazo, la
prescripción empieza a correr en favor del
deudor desde que la obligación pasa a ser
exigible, y ello ocurre
cuando se produce cualquiera de las situaciones antes señaladas
que
acarrean la extinción del
plazo: su vencimiento, su caducidad o su
renuncia.
Respecto del plazo hay que tener presente que éste
sólo pue no
de expreso, sino que también tácito, ya que "éste es una moda
ser

lidad que importa certidumbre sobre


exigibilidad futura de una
obligación ya nacida. Lo tácito más
no es
que una fórmula sobre
medida de tiempo, que denota menos
precisión que el caso de usar
se los módulos
clásicos; pero no autoriza para calificar el plazo de
impreciso vago, como tampoco ininteligible o inexistente". En
o

esos términos lo han dicho los tribunales.497

Si la obligación es de
plazo indeterminado, no otra alter hay
nativa que contar elplazo desde el mismo momento en
que inicia
el curso la prescripción de la acción judicial que permita su fija
ción judicial, regla se contiene el art. 2499 del Proyecto ar
que en

gentino y que entre nosotros


podría fundarse en al art. 1494 inc. 2o.
Si se trata de
obligación de no hacer, la prescripción corre
una

desde que se produce la contravención


(Arg. art. 1557). Lo dice
expresamente el art. 199 inc. 5" del Cód. Alemán,
aunque la regla
es obvia.

37.1.
Reglas especiales. Aquellas reglas tienen numerosas ex
cepciones en la propia ley, que fija a veces el inicio de la prescrip
ción con reglas
especiales. Pero para ello "es necesario expresa
disposición legal que señale una época especial para el cómputo
del plazo", según lo señala una sentencia.498 Y
complementando lo
™'
C. Suprema, 10 agosto 1992, Rev. de Der., t. 89, sec Ia, pág. 123
<:- Pedio Aguirre Cerda, 29 enero 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2J, pág.
2 C. Santiago, 4 septiembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 2a, pág 175
5.

174
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

anterior, otra agrega que "en el


propio Código Civil y en leyes es
peciales se han establecido, según los casos, diferentes plazos de
prescripción. El legislador es libre para establecer el término ne
cesario de la prescripción y la fecha inicial en que éste comienza a
correr. Esta facultad no atenta contra el derecho de propiedad, ya
ni suprime por la mera circunstancia que un
que éste no se amaga
el legislador
plazo comience a contarse en otra oportunidad que
estime conveniente indicar".499
Es el caso de la acción de nulidad por fuerza, en que el cua
se inicia el día en que aquélla haya cesado
drienio para pedirla
(art. 1691 inc. 2o), en materia de derecho de familia, en que para
numerosas acciones prescriptibles la ley se encarga de señalar
el
día inicial. Por ejemplo, para casos de nulidad de matrimonio,
art. 26
art. 35 Ley de Matrimonio Civil; para la acción de divorcio,
de la misma ley, en que el plazo comienza a correr desde que se
el
tiene conocimiento del hecho mismo que lo provoca y no desde
im
último acto constitutivo de dicha causal, ya que otra conclusión
breve en la ley;500 tratándose de la
plicaría alargar el plazo previsto
años
acción de reforma del testamento, la prescripción de cuatro
corre desde el día en que los legitimarios tuvieron
conocimiento
del testamento y de su calidad de legitimarios (art. 1216 inc. Io);
de la car
en la donación, la acción rescisoria por incumplimiento

en que el día inicial es aquel en que


el
ga impuesta al donatario,
en mora (art. 1427); la acción de
sanea
donatario sido haya puesto
miento por evicción en cuanto a la restitución del precio, que se

cuenta desde la fecha de la sentencia de evicción, o desde la resti


redhi-
tución de la cosa si no hubo sentencia (art. 1856); la acción
año para los
bitoria, que dura seis meses para los muebles y un
inmuebles, contados desde la real (art. 1866); la acción de
entrega
el caso de vicios redhibitorios cuando la
cosa
rebaja del precio en
la
ha de remitirse a
lugar distante, en que el plazo se cuenta desde
consignatario (art. 1879); en el pacto comisorio, desde
en que
entrega al
según el art. 1880 el plazo de la acción resolutoria
se cuenta

la fecha del contrato, aunque debe anotarse que esa regla


se
apli
ca sólo al pacto comisorio definido en la ley (art. 1877), es decir,
de la obliga-
el previsto en la compraventa por el incumplimiento

m
Fallos del Mes 235, N° 5, pág. 116 (cons. 9);
C. Suprema, 9 junio 1978,
Rev. de Den, t. 75, sec Ia pág. 238.
500
C. 19 agosto 1985, Rev. de Den, t. 82, sec 2a, pag. 99.
Santiago,

175
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ción de pagar el precio y no rige para ese pacto por otras


obliga
ciones en la misma compraventa o en otros contratos, en que sub
siste el plazo general501 (vid. N° 84); en el pacto de retroventa, en
que también el plazo se cuenta desde la fecha del contrato
(art. 1885); la acción pauliana prescribe en un año contado desde
la fecha del acto o contrato (art. 2468 N° 3), etc.
En el art. 79 de la Ley N° 16.744, sobre seguro de accidentes
del trabajo y enfermedades profesionales, el plazo corre desde la
fecha en que se produjo el diagnóstico de la enfermedad;502
pero
ello sólo rige para esas enfermedades, pues en la acción
por acci
dente del trabajo la prescripción se cuenta desde su ocurrencia.503
Y en el caso de las acciones por daños y
perjuicios del art. 33 del
DFL 221, de 1931, sobre
navegación aérea, el plazo de prescrip
ción por las acciones por daños y perjuicios es de tres meses desde
la fecha en que tales daños se
produjeron, y la misma regla rige en
el art. 14 de la Ley N° 15.703.504 Y en la
antigua Ley Orgánica Cons
titucional de Municipalidades (D.L. 1289), el art. 63
disponía que
la acción para hacer efectiva la
responsabilidad extracontractual de
la Municipalidad prescribía en un año desde la fecha en
que se pro
dujo el daño había resuelto que este plazo
y se
regía para toda ac
ción ejercitada en contra de un
municipio, aunque se tratare de la
conducta ilícita de un chofer de ese
organismo que haya podido
dar origen a responsabilidades civiles de
aquél,505 extensión que no
podíamos compartir por tratarse de una norma especial. En el
art. 14 de la
Ley N° 15.703 las acciones para reclamar de los daños
y perjuicios por aplicación de pesticidas prescriben en seis meses,
contados desde la fecha en
que se produjeron.
Si se trata de una
obligación de capital e intereses, en principio
la prescripción del
capital corre desde que su pago es exigible y la
de los intereses debe contarse desde cada vencimiento en
que ellos
han de ser pagados. Pero si estuviese
ya vencido el plazo de pago

501
Sobre esa
prescripción, C. 2 enero 1968, Rev. de Der. U.
Concepción,
de Concepción N° 144 (1968), pág. 126, comentario R. DOMÍNGUEZ B. y R.
DOMÍNGUEZ A.
502
Sobre esa
regla, C. 18
Santiago, julio 1990, Rev. de Den, t. 87, sec 3a,
pág. 106.
503
C.
Suprema, 29 marzo 1988, Fallos del Mes 352, N° 2, pág. 72.
504
C.
Santiago, 18 abril 1980, Rev. de Den, t. 77, sec 2", pág. 31.
505
C.
Santiago, 17 diciembre 1981, Rev. de Den, t. 78, sec. 5a, pág. 317, aun
que con voto de minoría que resuelve que ese plazo es de alcance
a los casos en él
restringido sólo
previstos, rigiendo para los demás la regla general del art. 2332.

176
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

del capital y se continúan pagando los intereses, el plazo para el ca


pital no corre sino desde que se haya hecho el pago de la última
cuota de intereses, porque mientras éstos se paguen, hay renuncia o
interrupción de la prescripción del capital, según si el plazo de pres
cripciónpara el capital estaba o no vencido (art. 2494 inc. 2°).506
Pero reglas generales o especiales, quedan situaciones
aun con

de mención. Por ejemplo, la acción de rendir cuenta


que requieren
deberá prescribir a partir del día en que el obligado debió rendir
la, si se ha fijado alguno, o desde que cesó en la función respectiva
la acción para cobrar el resultado de la cuenta, desde que ella se
sentencia respectiva, como
aprueba, sea
por las partes, sea por la
se dice en el art. 3960 del Cód. argentino.
En lo que concierne a obligaciones ilíquidas, un antiguo bro-
cardo señala que in illiquidis non fit praescriptio, de acuerdo al que
la no debe correr sino cuando el crédito se liquide, a
prescripción
al acreedor,507 máxima que
menos que la iliquidez sea imputable
se fundamenta en la idea que para que corra la prescripción
es pre

ciso que el derecho a obtener la prestación tenga aptitud de ejer


cicio inmediato, lo que no ocurre si la deuda no está líquida. Así,
en el art. 439 del Cód. de Proc. Civil se exige, para
la acción ejecu
ad
tiva, que la deuda sea líquida. Pero el brocardo no nos parece
misible entre nosotros, porque habrá de distinguirse entre la
la posibili
necesidad de liquidez para proceder ejecutivamente y
dad de demandar el cumplimiento de la obligación. El acreedor
del crédito y el ejer
dispone de los medios para pedir la liquidación
tér
cicio de cualquiera de ellos implicará el inicio de su acción, en
minos de producir la interrupción del curso de la prescripción que
de
se inició con el vencimiento de la misma, independientemente

su
liquidez.508
el pla
Para la acción por daño extracontractual, el art. 2332 cuenta
zo de cuatro años, desde la "perpetración del acto", regla
de aparente

claridad, pues es lo cierto que los supuestos de hecho son variables y


la no es tan evidente, como se verá (vid.
N° 84) .

entonces regla
El caso de la acción de simulación requiere deregla especial, por
entiende que mientras no haya rebeldía del
que entre las partes se

3958 del Cod. argenti


506
Así, SALVAT, ob. cit., N° 2074, interpretando el art.

no, según el cual "En las obligaciones con intereses renta, la prescripción del
o

la renta".
capital comienza desde el último pago de los intereses o de
507
p viTUCCI, ob. cit., t. 1, pág. 84.
508
En este mismo sentido, E HINESTROSA, ob. cit., pág. 129.

177
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

contendor, la acción de forma que la prescripción


no
prescribe,
deberá contarse desde que aparezca el interés, es decir, desde
que
actuar en contradicción con el contrato secreto. En
se
pretenda
efecto, mientras ello hay un verdadero reconocimiento
no ocurra,

permanente del derecho ajeno, operando éste como una causal de


interrupción natural de la prescripción, la que cesa cuando el titu
lar simulado pasa a actuar como si fuese titular efectivo. El art. 2502
del Proyecto argentino señala para demandar la nulidad relativa
fundada en ella un
plazo de dos años, que deberá contarse "entre
partes, desde que el aparente titular del derecho intente descono
cerla'1 y si la acción es ejercida por terceros "desde
que se conoció
el vicio del acto jurídico".509
Pero la prescripción de la acción de simulación genera una

cuestión que recibe respuestas disímiles, en cuanto a su


plazo. En
efecto, hay dos aspectos que considerar en ella: por una el parte,
derecho o acción destinado
establecer la existencia de la simula
a

ción y revelar la realidad y


por otra la cuestión del efecto que esa
declaración haya de producir, como es a veces la nulidad del acto
simulado, la revocación, la reducción de liberalidades, o aun el cum
plimiento del contrato efectivamente celebrado. Se trata de
obje
tos diversos. Pues bien, si
llega a entenderse que la acción de
simulación propiamente es autónoma
y diversa a los efectos que
quieren unirse al acto real, entonces también la de prescripción
ambas acciones diversa. han sostenido que la
es
Hay quienes ac
ción de simulación propiamente tal jamás prescribe, pues no se
entendería que se extinguiera el derecho a reconocer la realidad
de lo convenido.510 Pero esta doctrina no se aviene con el carácter
prescriptible de las acciones en general, salvo excepción de la ley,
que en el caso no existe.511 Resta entonces establecer el de
plazo
prescripción y entonces resulta esencial determinar si existe ese ca
rácter autónomo frente a los efectos
que de ella han de despren
derse, pues si se le reconoce tal carácter, es claro que la
prescripción
de ella es la general de toda acción, ante una ausencia de
plazo
509
Sobre la prescripción de la acción por simulación, SALVAT, ob. cit., N°" 2220
y sgts.
510
Así, R ESMEIN, en PLANIOL y RIPERT, ob. cit., t. 6, N° 345.
511
Así, teniendo en cuenta lo dispuesto por el art. 2262 del Cód. Civil, la doc
trina francesa mayoritaria entiende
que se le aplica la prescripción de treinta años
que es la común MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 826; B. STARCK, H. ROLAND
y L. BOYER, ob. cit., N° 1143; C. MAKTYy P. RAYNAUD, ob. cit., N° 306, 2a edic;
M. DAGOT, La simulation en droit
privé, Nos 275 y sgts., París, 1967.

178
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

especial;pero si se le hace dependiente de sus efectos, la prescrip


ción será la que rige para esos efectos, de diez años para la nuli
dad absoluta (simulación absoluta por falta de consentimiento, por
ej.) de cuatro para la nulidad relativa. En doctrina, se ha sosteni
o

do la autonomía de la acción de simulación por algunos autores.512


Pero esta conclusión es dudosa, pues no tiene sentido reconocerle
un ya que lo que interesa no es que se establezca
objeto propio,
meramente que ha existido una simulación. El interés del que ac
túa en simulación está dado por los efectos que han de producirse
con ese reconocimiento y que, por tanto, es derivado de éstos,
de
forma que la de la acción dirigida obtener esos efec
prescripción a

tos simulación todo sentido e interés. Ella es pues tri


quitaría a la
butaria de la demanda principal que le acompaña y no puede
separarse de ésta,513 de cuya prescripción depende.

38. Forma de computar el plazo. No hay razón para no aplicar al


las reglas previs
cómputo del plazo de prescripción, que es legal,
tas en los arts. 48 a 50 del Título Preliminar del Código Civil.514

39. Exigibilidad de la obligación dividida en Obligaciones


cuotas.

con vencimientos sucesivos y cláusula de aceleración o de exigibi


lidad anticipada.
de ejecución sucesiva o
Cuando una obligación es periódica,515 o

incluso dividida en cuotas, es asentada históricamente que


regla
cada vencimiento debe ser tratado como una deuda independien
te. Ya Pothier sostenía que "cuando se han fijado muchos térmi
hallo dificultad en afirmar que el
para satisfacer la deuda,
nos no

tiempo empieza a correr desde el día en que ha expirado el pri


mer término con respecto la paga que vence aquel día; y con res
a

pecto a las demás pagas, desde el día en que finaliza cada uno de

Contrato en el Código
Entre nosotros, R. DIEZ DUARTE, La Simulación de
512

Civil Chileno, N° 177, 2a edic, Santiago, 1982. En el derecho francés, los autores
referidos en la nota
precedente.
ejjets, Les
sentido, J. GHESTIN, Traite de Droit Civil. Obligations.
5,3
En este
resuelto la Corte de Casación
Nos910 y sgts., 3a edic, París, 2001. Así se ha por
IR 98; J.C.P
francesa: Civ. Ia, 23 marzo 1994, Bull. Civ. I, N° 113, pág. 84; D. 1994,
interesantes observaciones de J
1994, IV 1409, Rev. Trim. Dr. Civ. 1994, 920, y las
1987, 1989
PATARIN con un resumen de la cuestión; Civ. Ia, 24 noviembre J.C.P.
II, 21214, nota TESTU; Rev. Trim. Dr. Civ. 1989. 803, obs. J. PATARIN.
sec 2a, pag. 61.
Así, C. Santiago, 28 de mayo 1991, Rev. de Den, t. 88,
514
^

en
Sobre ello, TOPOR, "La notion de créance a caractére penodique
515 ,

Rev. Trim. Dr. Civ. 1986, págs. 1 y sgts.

179
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

los términos respectivos".516 El principio resulta justificado por la


norma
general sobre el cómputo del plazo de prescripción, basa
do en la regla actio data, que hemos venido comentando, según la
cual la prescripción ha de iniciar su curso desde que el acreedor
puede perseguir el cobro de la deuda o la ejecución de su dere
cho. De este modo, pudiendo el acreedor demandar el pago de
cada fracción tan pronto ella venza, desde ese mismo momento le

queda concedida la acción de cobro de la misma, y por lo mismo,


allí se inicia el curso de la prescripción extintiva a favor del deu
dor. La regla se desprende del art. 2514 inc. 2o y es común en el
derecho comparado. Incluso, el Código francés, en al art. 2277,
modificado por la Ley N° 71-586, de 1971, ha previsto una
prescrip
ción de cinco años, precisamente para créditos
periódicos o de ven
cimientos fraccionados, como el de reembolso de un
capital, el
crédito por intereses, el de pago de arrendamientos
"y generalmen
te de todo lo que debe
pagarse por año o por términos periódicos
más cortos", y a su propósito, la doctrina517
y la jurisprudencia518
entienden que cada fracción prescribe a
partir de su vencimiento,
de forma que hay tantos plazos como vencimientos
tenga la deu
da. Sólo se excluyen de esta
regla aquellos créditos que, por volun
tad de las partes, a de su fraccionamiento,
pesar hayan de vencer
al término de una prestación o con la última de las
entregas, como
se ha resuelto, el
por ejemplo, para caso de tratamientos médicos
que suponen varias visitas al profesional, pero en que la cuenta se
devenga al término del tratamiento.519 En Argentina, la doctrina
también entiende que cuando se trata de
obligaciones pagaderas
en cuotas, el
principio que prescripción de cada una comien
es la
za con la fecha de su
respectivo vencimiento,520 como también es

sie
pqTHIERj rm¡té des
Obligations, N° 680.
517
Así, por
MARTY Y RAYNAUD, ob. cit., t. 2, vol. 2, N°
ej., 869; A. WEILL y
F. TERRE, Droit Civil, t. 3, N° 1 109;
J. CARBONNIER, Les Obligations, NÜS 355 y 357;
B. STARCK, H. ROLAND L.
y BOYER, ob. cit., N° 391.
518
Por
ejemplo, para los salarios, Soc 14 abril 1988, J.C.P. 1988, IV, 209.
5,9
Así, Civ. 20 octubre 1936, DH 1936, 538, MAZEAUD CHABAS, ob. cit.,
y
1217. Para situaciones
Lfures, pág.TrÍm' parecidas, Civ. Ia, 24 junio 1986, Bull. Civ. I,
Dr CÍV- 1987' ?64' °bS- MESTRE-
1?210'
520 R^'
Así, A. BORDA, Tratado de Derecho Civil.
ob cit., N° 2077,
Obligaciones, t. 2. N° 1015; R. SALVAT,
aunque entiende que si el espíritu de las partes es sólo dar una
facilidad al deudor, como en el
pago del precio de un predio dividido en cuotas,
el vencimiento se
produciría con el de la última cuota, tesis que es suya, sin otra
no es
1^!iACaC1°n y qUe comPartida por los demás autores. Así, BORDA, ob. cit.,
N 1015, nota 1562, y SPOTA, Derecho Civil, t. 10, N° 2190.

180
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

la solución en Colombia en su doctrina y jurisprudencia.521 Y entre


nosotros, la regla de la prescripción independiente para cada cuo
ta, desde su vencimiento, es también aceptada por la doctrina des
de antiguo522 y había sido acogida sin dudas por la jurisprudencia.523
Apenas pueden citarse algunas sentencias, cuya doctrina está ya su
perada, que entendieron que el plazo era uno solo y regía desde
el vencimiento de la última cuota, desde que la deuda es una sola
y las cuotas son facilidades otorgadas al deudor, de forma que el
acreedor podría esperar el vencimiento de la última para cobrar
su crédito,524 doctrina que no tiene, a nuestro modo de ver, funda

mentos serios, atendido el principio actio data, que dispone,


según
se ha visto, el inicio de la prescripción desde que exista el derecho
a demandar el
pago, que, en el caso, se da al vencimiento de cada
cuota. La propia Corte Suprema, que llegó a sostener esa doctrina

en
algunas sentencias, la ha desestimado expresamente.525
Pero si la cuestión precedente es de solución clara, no ocurre
lo mismo cuando a una
obligación dividida en cuotas se le añade
lo que, entre nosotros, se ha dado en llamar "cláusula de acelera
ción" y que, más propiamente, debe calificarse de cláusula de ca
ducidad convencional del plazo. Se entiende por tal "la que se pacta
en una
obligación pagadera en cuotas y que permite en determi
nadas circunstancias hacer exigible el total de ella estando pendien
te el plazo. Torna una obligación no exigible en exigible".526

La cláusula de aceleración consiste, generalmente, en agregar


se a la división de la deuda en cuotas, o en casos de obligaciones

521
Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 109, y las sentencias citadas por él.
522
Así, L. E. CONTRERAS ABURTO, ob. cit., págs. 259 y sgts.
523
C. Suprema, 5 marzo 1945, Rev. de Den, t. 43, sec Ia, pág. 2; C. Santiago,
29 agosto 1990, Gaceta Jurídica 122, pág. 38; y para una deuda previsional, 3 mayo
1985, Rev. de Den, t. 82, sec 2a, pág. 49. Para una deuda en pagaré, C. Suprema,
29 abril 1996, Rev. de Den, t. 93, sec Ia, pág. 54, y Fallos del Mes 449, N° 13,
pág. 606; 7 agosto 1989, Fallos del Mes 369, N° 15, pág. 472.
524
C. Suprema, 14 marzo 1990, Fallos del Mes 376, N°9, pág. 18; 2 agosto
1989, Fallos del Mes 369, N° 17, pág. 479; 5 diciembre 1988, Fallos del Mes 361,
N° 7,
pág. 821; 6 marzo 1989, Fallos del Mes 364, N° 7, pág. 12; C. Santiago, 15
junio 1990, Gaceta Jurídica 120, pág. 52.
525
Por ej., en sentencia de 29 abril 1996, Rev. de Der., t. 96, sec Ia, pág. 54;
Fallos del Mes 449, N° 13, pág. 606, bajo la base que la prescripción no puede
dejarse al arbitrio del acreedor, invalidándose sentencia C. Valparaíso, 30 diciem
bre 1994, que contaba la
526
prescripción desde la última cuota.
MORALES HERRERA, GONZALO, "La cláusula de aceleración en los pa
garés y sus efectos en la prescripción", Gaceta Jurídica, N° 98, págs. 3 y siguientes.

181
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

periódicas, la condición de que el no pago de una o más de las


cuotas o pagas en que se ha dividido la obligación hace exigible el
total de dicha obligación pendiente, o bien, según otra fórmula,
faculta al acreedor para hacer exigible la integridad de la deuda.
Como dice una sentencia, "convierte en obligaciones de plazo ven
cido el total del monto de la deuda, por el solo hecho de no
pa
garse oportunamente cualquier Hay, cuota".527
ya dijimos, como una

caducidad del plazo para el resto de las cuotas, por el hecho de


cumplirse la condición de no pagarse alguna o algunas de las cuo
tas
por el deudor.
La operación de esa cláusula, hoy en día de estilo enlas opera
ciones de crédito con los bancos y en los pagarés divididos en ven
cimientos sucesivos, ha dado lugar a una casuística jurisprudencial

que no se justifica, si se tienen en cuenta los principios generales


sobre caducidad del y que, en boca de un ilustre abogado,
plazo
implica tener que adivinar cuáles son los días fastos y los nefastos
para el acreedor o el deudor, como para otros propósitos lo hacían
los romanos. A esa abundancia de soluciones jurisprudenciales ha
seguido, como era natural, un tratamiento doctrinario
que preten
de extraer de ellas una cierta sistematización de soluciones.528

39.1.
Requisitos. La cláusula en comento supone la existencia
de los siguientes requisitos: 1). Que la deuda se
haya acordado pa
gar plazo, dividiendo su monto en varias cuotas sucesivas; 2) Que
a

se
pacte expresamente que el no
pago de una o más de las cuotas
faculta para exigir el total de la deuda (cláusula facultativa) o hace
exigible el total como si el plazo hubiere vencido (cláusula obliga
toria); 3) Que no hayan vencido todas las cuotas pactadas, pues si
todas hubieren vencido, evidentemente
ya no opera el pacto.
Esta cláusula tiene
consagración legal en el artículo 105 de la
Ley N° 18.092 sobre Letra de Cambio y Pagaré,
pues éste ha pre
visto: "El pagaré puede tener también vencimientos
sucesivos, y en
tal caso, para que el no
pago de una de las cuotas haga exigible el
monto total insoluto, es necesario
que así se exprese en el documen-

527
C.
Suprema, 11 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec Ia, pág. 13.
528
Sobre la cláusula de aceleración
y la prescripción, G. MORALES HERRE
RA, ob. cit., Gaceta Jurídica N° 98; R. DOMÍNGUEZ B. R. DOMÍNGUEZ
y A., "Co
mentarios de jurisprudencia sobre 'Cláusula de aceleración
y prescripción'", Rev.
de Den U. de
Concepción, N° 190 (1991), págs. 153 y sgts.; y N° 205 (1999),
págs. 190 y sgts.

181
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

to". Pero si en ese título de crédito la


regla era necesaria, fuera de
él cabe por el simple derecho que las partes tienen de regular sus
intereses si no hay norma prohibitiva
propios que lo impida.

39.2. Momento de inicio de la prescripción. El problema que


ha surgido los tribunales dice relación con el inicio del
en
plazo
de prescripción, en el caso de cumplirse la condición prevista, esto
es, que el deudor deje de pagar las cuotas adeudadas. Y es eviden
te que ha contribuido a producir la controversia el hecho de
que,
según el artículo 98 de la Ley N° 18.092, "El plazo de prescripción
de las acciones cambiarías del portador contra los obligados al pago
es de un año, contado desde el día del vencimiento del documen
to", pues aunque la cláusula posible en cualquier obligación en
es

cuotas, en el hecho, como se dijo, su uso más común es en paga


rés divididos en cuotas y que dejan constancia de operaciones de
crédito con bancos. Se trata de un plazo muy breve, que es fácil

que transcurra sin que el acreedor, es decir, el banco, logre empla


zar al deudor
interrumpiendo la prescripción.
La cuestión, en síntesis, se produce porque al dejar de pagar
el deudor alguna cuota de su obligación, de atenerse al tenor de
la cláusula, caduca el plazo para las cuotas siguientes y el acreedor

queda en condiciones de demandarle por todo el saldo adeudado


y, por ende, queda abierta la aplicación del principio actio data, a
que hemos aludido, con la consecuencia de iniciarse el curso de la
prescripción extintiva. Una cláusula prevista como sanción para el
deudor, que al pago del todo, extinguiéndose el
se ve compelido
plazo para las obliga así también a una mayor di
cuotas restantes,

ligencia alacreedor que se ve compelido a demandar el todo de


inmediato. Y es este doble efecto el que, durante algún tiempo, ha
producido dudas en la jurisprudencia, porque ha parecido a los jue
al
ces
que la sanción prevista para el deudor no puede producir
mismo tiempo perjuicio al acreedor.
Las soluciones que en los últimos años han dado las sentencias
son diversas e inciertas, ante los sucesivos cambios jurisprudencia

les; pero es posible afirmar que ya existen algunas directrices cla


ras, en la medida en que puede hablarse de certeza en materia de
jurisprudencia en nuestro país.
Del de sentencias que se han dictado en los últimos
recuento
años sobre la materia, se puede concluir que el inicio de la pres
cripción extintiva depende de si la cláusula de aceleración opera
por el solo hecho del del deudor al dejar de pa-
incumplimiento

183
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

del plazo requiere de una mani


gar una cuota, o si la caducidad
festación de voluntad del acreedor de hacerla operar. Para adop
el caso
tar
alguna de esas dos variables, los tribunales distinguen
de la cláusula redactada en forma imperativa de aquel en que está
concebida términos facultativos y, junto a ello, si ésta es una cláu
en

sula que está establecida sólo en beneficio del acreedor o no.


Si la cláusula está redactada en forma imperativa, la prescrip
ción se cuenta desde que se produce el primer incumplimiento del
deudor que deja de pagar una o más cuotas. La cláusula imperati
va es
aquella que conviene en que la falta de pago oportuno de
cualquiera de las cuotas en que se divide la obligación hará exigi
ble por esa sola circunstancia el pago de todas las demás cuotas,
las que se considerarán vencidas y exigibles, sea en esos términos
o en otros semejantes que determinen el efecto ipso facto de la ca

ducidad convenida.
La redacción imperativa obliga al acreedor a hacer efectivo el
documento tan pronto se produzca el hecho del incumplimiento de
una de sus cuotas y, por lo mismo, el día de su vencimiento es aquel

en que deja de pagarse la primera cuota, día desde el cual ha de

contarse el plazo de prescripción del artículo 98 de la Ley N° 18.092,

porque es a partir de ese instante que él está en condiciones de de


ducir su acción y se hace exigible el resto de la obligación.
Esa la doctrina actual de las sentencias que han tenido que
es

resolver sobre las cláusulas imperativas. Así, por ejemplo, se ha re


suelto que "de la expresión rectora de la norma contractual deba
tida, que es 'se hará exigible por esa sola circunstancia...' resulta
claro que entre las partes se estipuló una sanción perentoria e in
mediata para el caso de darse el evento previsto -el no pago de

cualquiera de las cuotas adeudadas-, que ipso facto opleno de


de
recho hace exigible toda la obligación originariamente a plazo, sin
que seanecesaria la manifestación expresa del acreedor en orden
a hacer efectiva dicha cláusula de aceleración, como es el caso en

que ésta queda dejada por las partes a la mera voluntad o arbitrio
del titular del crédito, decisión aquella que hará efectiva al dedu
cir demanda para el cobro de su acreencia".329 En el caso habían
transcurrido 6 años desde el primer incumplimiento, pero queda-

w"
C. Suprema, 22 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 78, que revocó
fallo de 2a instancia, que había estimado que la cláusula era facultativa para el
acreedor y que, por ende, sólo se habría hecho exigible al notificar válidamente
la demanda.

184
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE I A PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

ban otros 6 años para que venciera la última cuota. Como se


dijo,
el tribunal consideró que la cláusula obligaba al acreedor a deman
dar a contar del primer incumplimiento, comenzando inmediata
mente a correr la
prescripción de toda la deuda. El fallo añadió
que se debe considerar que la prescripción es una sanción para el
acreedor negligente, que pudiendo ejercer las acciones legales co
rrespondientes no lo hace.
Similar doctrina sostiene otra sentencia de la Corte Suprema,
al señalar que "la cláusula imperativa obliga al acreedor a hacerla
efectiva tan pronto se produzca el supuesto a que hace referencia,

y, por lo tanto, el día del vencimiento del documento es aquel en


que se dejó de pagar la primera cuota y desde entonces debe con
tarse el plazo de prescripción de toda la deuda".530

También lo han sostenido así todos aquellos fallos que distin

guen entre cláusulas imperativas o ipso facto y facultativas, imponien


do las primeras el deber de demandar el cumplimiento del saldo
de la deuda, en el caso de pagarés, dentro del año siguiente a di
cho primer incumplimiento, porque la obligación se ha transfor
mado en pura y simple.
Así, por ejemplo, se ha sostenido que "según sea la redacción
de la señalada cláusula, hay casos en que la aceleración se produ
ce
ipso facto y otros en que es facultativa para el acreedor. En los
primeros, traen como consecuencia inmediata la transformación
de la obligación a plazo en una pura y simple".531
En el mismo sentido en otra sentencia se dijo que "la cláusula
que con cualquier incumplimiento hace exigible la obligación, en
capital o intereses, la convierte ipso facto en una obligación de pla
zo vencido,
exigible en su totalidad, y como consecuencia de ello
desde ese momento empieza a correr el plazo de prescripción para
ejercer las acciones que de dicha obligación emanan".532 Y ésa es

530
C. Suprema, 16 de enero 1991, Fallos del Mes 386, N° 5, pág. 799, acoge
recurso de queja contra sentencia de C. de Apelaciones, que había considerado
la última cuota.;
que la cláusula era facultativa y
que el plazo se contaba desde
también en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 190, comentario R. DOMÍNGUEZ
B. y R. DOMÍNGUEZ A. En sentido similar, C. A. Santiago, 31 julio 1990, Gaceta
Jurídica N° 122, pág. 41.
C. Suprema, 3 octubre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 155; el mismo
531

fallo en Gaceta Jurídica N° 124, pág. 27.


532
C. Suprema, 11 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 13; el mismo
fallo en Gaceta Jurídica N° 188, pág. 17.

185
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

la doctrina predominante.533 Incluso, más recientemente, la Corte


Suprema ha entendido que hay error de derecho en la sentencia
que, en presencia de una cláusula imperativa, no la hace operar
de pleno derecho.534
Sin embargo, ha habido oportunidades en que no obstante es
tar redactada en forma imperativa, la cláusula se ha entendido en

forma facultativa por los tribunales.535 También se ha dado la situa


ción contraria, esto es, que una cláusula facultativa se ha entendi
do imperativa y nadie lo discute.536
Respecto de las cláusulas redactadas
en forma facultativa, se ha

resuelto que estando establecidas en favor del acreedor, no basta


que el deudor deje de pagar una o más cuotas para que comience
el plazo de sino que es necesario que, además, el
prescripción,
acreedor manifieste su voluntad de hacer valer la cláusula. En con
secuencia el plazo ha de contarse desde que el acreedor manifies
te su
propósito de hacerla efectiva.537
A ha sostenido que "el derecho a
veces se
exigir anticipadamen
te el cumplimiento de la está establecido
obligación en beneficio

del acreedor y, por lo tanto, sólo a él toca o


corresponde impetrar
la caducidad del plazo. El modo de hacerlo es notificar judicialmen-

533
Así, C. Suprema, 31 enero 1996, Rev. de Den, t. 93, sec. Ia, pág. 29; 22 de
agosto 1996, Fallos del Mes 453, N° 12, pág. 1632; 21 enero 1996, Fallos del Mes
446, N° 20, pág. 190; 22 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia,
pág. 78; C. Santia
go, 7 marzo 2002, Gaceta Jurídica 261, N° 2, pág. 68; 31 julio 1990, Gaceta Jurídi
ca 122, N°3,
pág. 41. Para obligaciones de mutuos regidos por Ley N° 16.807,
art. 57 de las antiguas Asociaciones de Ahorro v Préstamo, C. Sanüago, 8 septiem
bre 1994, Gaceta Jurídica 171, N° 6, pág. 80.
534
C. Suprema, 5 de julio 1999, Fallos del Mes 488, N° 13,
635 pág. 1251.
Fallos del Mes, C. Suprema, 14 marzo 1990, N° 376,
pág. 18, sent. 9, en
que uno de los dos pagarés estaba redactado en forma imperativa, pero se consi
deraron ambos facultativos para el acreedor. En sentido
similar, C. Suprema, 3
de noviembre 1988, Fallos del Mes 360, N° 761.
536
12, pág.
C. Santiago, 27 junio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec.
2a, pág. 71, En igual sen
tido, C. Santiago, 12 julio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a,
sula usaba la
pág. 62, en que la cláu
expresión verbal "podrá" y el tribunal señaló que atendida la forma
en
que las partes han entendido su sentido y aplicación, ella hizo
lidad de la obligación
exigible la tota
por el solo hecho del retardo del deudor en el pago de un
dividendo, por lo que la exigibilidad de las cuotas del mutuo a
plazo no quedó
subordinada o condicionada a la voluntad decisión de la acreedora mutuante,
y
lo que obligaba al banco a demandar las cuotas vencidas las no
y vencidas.
537
C. Suprema, 16 octubre 1990, Fallos del Mes
383, N° 4, pág. 577. En simi
lar sentido, C.
Santiago, 28 enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 4; C. San
tiago, 10 enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 1; C. Pedro Aguirre Cerda,
10 agosto 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a,
pág. 82.

186
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

te al deudor y desde ese momento, no antes, se


produce la exigibi
lidad total de la obligación a plazo".538
También en este sentido se ha dicho que "la cláusula de acelera
ción facultativa del acreedor no está establecida en favor del deu
dor ni implica caducidad delpero ello sólo ocurre mientras
plazo,
aquél no ha hecho uso de su derecho; manifestando el acreedor de
un modo fehaciente su opción de hacer uso de esa facultad -como

ocurre si se inicia ejecución por la totalidad del


precio pendiente,
invocando expresamente esa estipulación- la referida cláusula
pro
duce su efecto de hacer exigible la totalidad del precio pendiente,
como si fuera de
plazo vencido, afectando a ambas partes, ya que
comienza a correr el plazo de prescripción en beneficio del deudor
desde el momento en que se entabla judicialmente la demanda. Por
lo tanto, si al momento de notificarse estaba vencido el plazo que
establece el artículo 98, en relación con el artículo 107 de la Ley
N° 18.092, corresponde acoger la excepción de prescripción".539
Ya antes la propia Corte Suprema había resuelto que "el impulso
de la cláusula de aceleración es de exclusivo resorte del acreedor"540
y fallo había señalado que "la cláusula de aceleración, o
en otro

sea, aquella en que se pacta que el no pago de una cuota de la deu


da la hace exigible en su totalidad, opera en beneficio del acree
dor, tenedor beneficiario del documento que la contiene, toda
o

vez
que constituye una renuncia del plazo fijado para el cumpli
miento de la obligación. En otros términos, el uso de la cláusula
es facultativo para esas
personas, las que pueden cobrar todo el cré
dito ante el primer incumplimiento o
esperar el vencimiento de
otras cuotas".541 En este caso había cuotas que estaban prescritas,

538
C. Santiago, 8 junio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 48. En idéntico
sentido, C. Sanüago, 16 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2\ pág. 109; C. Santia
go, 28 enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 4; C. Suprema 16 octubre 1990,
Fallos del Mes 383, N° 4, pág. 577.
539
C. Santiago, 25 marzo 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 26. En sentido
similar, C. Santiago, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 100; C. Suprema, 28 noviem
bre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 210.
540
C. Suprema, 28 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 210. En
similar sentido, C. Santiago, 17 agosto 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 102;
C. Santiago, 5 octubre 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, pág. 115.
541
C. Suprema, 6 marzo 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 39. En similar
sentido, C. Punta Arenas, 28 julio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 71, que
señaló que es arbitrio del acreedor ejercer la acción destinada al cobro en el tiem
po que considere oportuno, mientras no prescriba aquélla, que corresponde a la
última cuota en que dividió el pago del crédito; C. Santiago, 21 diciembre 1987,

187
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

pero como se consideró la cláusula en beneficio del acreedor, se


rechazó la excepción de prescripción incluso de esas cuotas, doc
trina que luego ha sido desestimada por el propio tribunal y con

razón, puesto que la existencia de una cláusula de aceleración, aun

facultativa, no puede hacer revivir cuotas ya prescritas.542


Incluso otras sentencias han llegado más lejos, al señalar, como

hemos dicho más arriba, que como la cláusula de aceleración está


establecida
en el solo interés del acreedor, el
plazo comienza a con
tarse
para toda la deuda desde el vencimiento de la última cuota,
sin que sea posible entender que cada cuota tenga su
propio plazo
de prescripción,543 doctrina que no es ya la de la Corte
Suprema,
como se ha dicho antes.

También de
esta opinión los fallos
participan que han debido
pronunciarse respecto de deudas contraídas por personas con las
antiguas Asociaciones de Ahorro y Préstamo, en
que el mutuo para
la compra de las viviendas se cancelaba mediante dividendos men
suales por varios años. En estos casos se ha dicho
que "la cláusula
de aceleración facultativa a la acreedora en situación de
puso pri
vilegio para cobrar anticipadamente toda la obligación, sin necesi
dad de esperar su vencimiento efectivo -lo
que en el campo de la
libertad contractual era lícito colocándola en condicio
estipular-,
nes de
ejercitar las acciones para el cobro del crédito
íntegro du
rante el tiempo anterior a su vencimiento, sin
que dentro de este
tiempo pudiera afectarle la prescripción extintiva de ellas".544 En
estos casos se había pactado pagar la deuda el de 25 años,
en
plazo

Rev. de Den, t. 84, sec. 2a, 135. También, C.


pág. Santiago, 22 abril 1997, Rev. de
Den, t. 94, sec. 2a, pág. 52.

542
C. Suprema, 29 abril 1996, citada, Rev. de
Den, t. 96, sec. Ia, pág. 54, v Fa
llos del Mes 449. N" 13, 606.
543
pág.
C. Suprema, 11 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec.
Ia, pág. 13. En igual sen
tido, C. Suprema 25 junio 1992, Fallos del Mes 403, N° 3,
14 marzo 1990, Fallos del Mes
pág. 291; C. Suprema,
376, N° 9, pág. 18; C. Suprema, 5 diciembre 1988,
Fallos del Mes 361, N° 7,
pág. 821; C. Suprema, 6 marzo 1989, Fallos del Mes 364,
N°7, pájr. 12.
'"
C. Suprema, 31 enero 1989, Rev. de
Den, t. 86, sec. Ia, pág. 35. En igual
sentido, C. Suprema, 21 noviembre 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia,
rechazó prescripción incluso de cuotas
pág. 143, que
que llevaban 8 años de vencidas, porque
se encontraba
pendiente el plazo de vencimiento de la obligación total, esto es,
25 anos de celebrado el contrato. Enl'v 2a
instancia se había aceptado prescrip
ción. La misma sentencia en Fallos del Mes
372, N° 3, pág. 694.

1SS
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

cuotas vencidas con más de 5 años de anterioridad


y había a la fe
cha de notificarse la demanda y, no obstante ello, no se
aceptó la
prescripción de dichas cuotas, porque el plazo se
empieza a con
tar cuando venza la última cuota.
En otra oportunidad, respecto de este mismo tipo de deudas,
la Corte de Apelaciones de Temuco aceptó la prescripción de al
gunas cuotas, pero se rechazó el argumento del deudor en el sen
tido de pretender que por el no pago de alguna o algunas cuotas
se haya hecho
exigible la deuda por el saldo no vencido y contar
desde la prescripción. En este caso, el deudor recurrió
entonces

de casación ante la Corte Suprema, la que resohió que "cuando la


cláusula aparece establecida íntegramente en favor del acreedor
como una facultad que puede usar o no
según su criterio, la pres
a contarse sino con la mora en el
cripción no
puede empezar pago
de la última cuota". Sin embargo, no se casó la sentencia, ya que
no se podía alterar lo resuelto en razón de
que el punto en cues
tión sólo agravia al acreedor, quien no recurrió contra la senten
cia.545 En otra ocasión, se contó la prescripción desde que el deudor
hizo uso de la cláusula, momento en que se inicia la prescripción
no sólo de las cuotas futuras, sino que también de las vencidas, que
sólo entonces comenzaron a
prescribir,546 solución correcta para
aquéllas, pero para éstas, desde que
no su exigibilidad nació con

el vencimiento de cada una.


En relación a estas deudas, para un mutuo
hipotecario cobra
do por la Asociación Nacional de Ahorro y Préstamo, se ha resuel
to
que si bien la cláusula de aceleración es en beneficio del acreedor
y, por lo mismo, no opera de pleno derecho, desde que el acree
dor hace uso de ella transforma toda la deuda en pura y simple,
de forma que el plazo de prescripción ha de contarse desde que el
acreedor manifiesta inequívocamente su intención de hacerla va
ler. En este caso ello ocurrió al presentarse la demanda a designa
,47
ción en la Corte de Apelaciones.
Finalmente respecto de deudas, la Ley N° 16.807, que re
estas

gulaba las Asociaciones de Ahorro y Préstamo, contemplaba en su

M5

546
Suprema, 28 diciembre 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 153.
C.
Corte de Santiago, 19 noviembre 1990, Gaceta Jurídica, N° 126, pág. 35.
En sentido similar, ( :.
547
Santiago, 8 junio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 4<S.
Corte Suprema, 26 de noviembre de 1991, citada por DOMÍNGUEZ ÁGUI
LA, RAMÓN y DOMÍNGUEZ BENAVENTE, RAMÓN, "Cláusula de aceleración y
prescripción"! Rev. de Den U. de Concepción, N° 190 (1991), págs. 157 y siguien
tes, con abundante jurisprudencia sobre el tema, junto con su comentario.

189
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

artículo 57 una aceleraciónimperativa en caso de no


pagarse tres
cuotas mensuales consecutivas. Sin embargo, se ha estimado en to
dos los fallos que la materia relativa al atraso o retardo en el pago
de cuotas que se deben a una Asociación de Ahorro y Préstamo, si
está contemplada en el contrato, prima sobre la ley general, suple
toria de la voluntad de las partes y que no tiene el carácter de or
den público, rigiendo el principio de la autonomía de la voluntad.
Más extrema es la posición de algunos fallos, que enfrentados
ante una cláusula imperativa, la han interpretado como facultativa
y, por lo mismo, han entendido que ella está establecida en el in
terés del acreedor, quien está facultado para cobrar el total de la
deuda desde el día del primer incumplimiento hasta el vencimien
to de la última cuota, sin que pueda afectarle prescripción alguna,
ya que el plazo se cuenta desde que vence la última cuota. Así por
ejemplo, se ha sostenido que "si nos atenemos a dos principios fun
damentales que presiden la interpretación de los contratos, como
son los
que establecen que para precisar el sentido y alcance de
sus
estipulaciones debe estarse, en primer término, a la intención
de las partes, y que ellos deben ejecutarse de buena fe, resulta for
zoso
aceptar que así como elplazo para el pago de una deuda se
halla establecido en favor del deudor -quien, habiendo recibido
la prestación inherente al contrato, difiere el cumplimiento de la
contraprestación para un tiempo futuro-, la facultad de hacer exi
gible la totalidad del crédito ante una situación de incumplimien
to antes de
que venza el plazo convenido para ello, favorece al
acreedor, quien, por tal razón, no se ve privado del derecho a co
brar toda la deuda, sino una vez transcurrido el
plazo de prescrip
ción, que desde la fecha en que venció la última
entra a correr
cuota en que fraccionó el servicio de aquélla".548 En este caso la
se

cláusula estaba redactada en forma


imperativa, y habían transcu
rrido 8 años desde el
primer incumplimiento.
En similar sentido se
dijo que "el artículo 105 de la Ley
N° 18.092 no altera, en materia de
prescripción, lo dispuesto en el
artículo 98 de la misma lev
y, por lo tanto, el plazo de prescripción

;'m
( 1. Punta
Arenas, 18 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 82. En sen
tido similar, C. Suprema, 2 agosto 1989, Fallos del Mes 369, N° 17,
pág. 479, en
que no obstante estar frente a una cláusula imperativa,
se resolvió
que el plazo
de prescripción se cuenta desde la última
cuota, ya que el acreedor no está obli
gado a demandar necesariamente al deudor al primer incumplimiento,
do esperar hasta el vencimiento de la última cuota.
pudien

190
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

de la acción cambiaria derivada del pagaré con vencimientos suce


sivos se empieza a contar desde el vencimiento de la última cuota.
De no ser así, habría que entender que el artículo 105 está crean
do una especie distinta de
cuya libre circulación y poder
pagaré,
liberatorio se verían entrabados por las sucesivas acciones judicia
les que estaría obligado a entablar su tenedor, para mantener vi

gente su acción contra el suscriptor de dichos documentos, lo cual


repugna a su naturaleza".549
Por nuestra parte, ya lo hemos dicho, entendemos que es
como

insostenible argumentar que la cláusula de aceleración pueda pro


ducir el efecto de hacer exigible en una fecha el total de una obliga
ción en favor del acreedor y que tal exigibilidad no cause
simultáneamente la consecuencia de hacer correr el plazo de pres
cripción en beneficio del deudor. Lo anterior no
significa sostener

que la cláusula de aceleración esté pactada en provecho del deudor,


sino que la opción del beneficiario (acreedor) afecta a ambas par
tes, lo que se aviene con el tenor expreso del artículo 2514 del Có
no se concibe
digo Civil, conforme con el cual que no empiece a
correr la
prescripción contra una obligación que se ha hecho exigi
ble y puede cobrarse, en algunos casos, ejecutivamente. Para que haya
una
excepción al artículo 2514 del citado Código, es necesario que
una
ley señale expresa y claramente lo contrario, según veremos.
Además de lo anterior, no puede sostenerse que la prescripción
deba contarse desde el vencimiento de la última cuota de una obli

gación, puesto que, si la deuda ha sido dividida en cuotas que el


deudor debe pagar en sus respectivos vencimientos, puede el acree
dor cobrarla separadamente cada una al tiempo en que venza, lo
que significa que exigible y, por lo tanto, empieza a
se ha hecho
correr a su
respecto la prescripción extintiva.
Deberá tenerse en cuenta que es un principio general en la
prescripción que ella no puede depender del acreedor y quedar
entregada a su arbitrio, sino que de un hecho objetivo, como se
ha reconocido en algunas sentencias.550 El acreedor no podría to-

549 de
C. Sanüago, 15 julio 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 149, con voto

minoría que cuotas, ya que el plazo


por acoger la prescripción de algunas
estuvo
de las cuotas en se dividió el debe contarse a parúr de cada uno de sus
que pagaré
vencimientos, puesto que así debe entenderse el examen armónico de los artículos
98, 105 107 de la
y N° 18.092. El mismo fallo en Gaceta Jurídica N° 120, pág. 52.
Ley
22 agosto 1996, Fallos del Mes 453, N° 12, pág. 1632; 31 ene
550
C. Suprema,
ro 1996, Fallos dei Mes 446, N° 20, pág. 1990; 17 enero 1996, Rev. de Den, t. 93,
sec. Ia,
pág. 19; 31 enero 1996, Fallos del Mes 446, N° 20, pág. 1990.

191
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

mar la cláusula en cuanto le favorece y desestimarla en lo que le

perjudica.551
Por último, de seguirse esta tesis, se estaría eludiendo la nor
ma del artículo 2494, que prohibe la renuncia anticipada de la pres
es así porque, como sucedió en algunos fallos,
cripción. Esto
pueden transcurrir varios años desde que la acción cambiaria se
ha hecho exigible y no obstante ello, ni siquiera empezaría a co
rrer el plazo de prescripción. Por ejemplo, en los casos en que se

pactó pagar una obligación en el plazo de 25 años, se podría co


brar la primera cuota hasta 26 años después de celebrado el con
trato, lo que atenta abiertamente contra una institución de orden

público, como lo es la prescripción. En estos casos se están amplian


do los prescripción, cosa que, como hemos visto (vid.
plazos de
N° 4), la doctrina desde siempre ha negado, no así los que lo dis
minuyen, que son aceptados.
Las sentencias que han llegado a sostener que el plazo de pres
cripción ha de contarse desde la última cuota ya no encuentran
ningún fundamento sólido, ni ninguna regla que las funde. Se ba
san únicamente en un discutible criterio de
"favor creditons" olvi
dando que la prescripción es sobre todo institución de orden

público y de interés general, que no admite sutiles distinciones para


favorecer a una de las partes, aunque sean los bancos.552 Y si algún
criterio de favor podría existir, sería hacia el deudor.
Es por lo anterior que si el acreedor deja pasar el tiempo, sin
invocarla, cuando lo haga, el deudor podrá oponerle la prescrip
ción de las cuotas vencidas, si el plazo para ellas ya ha transcurrido
al tiempo de notificarse la demanda.
Dentro de la corriente que favorece al acreedor se ha llegado
curiosamente a distinguir, en el caso de pagarés divididos en cuo
tas, entre vencimiento del documento y el vencimiento de la obli
gación y exigibilidad de la misma.
Asíha sostenido que "la exigibilidad en forma anticipada de
se

toda la obligación por el no pago parcial de cada una de las cuo


taspactadas lo está en beneficio del acreedor, con la única limita
ción legal y contractual de demandar el pago dentro del término

r,f,i
C. 2 de agosto 1994, Gaceta Jurídica 170, N° S, pág. 79.
Santiago,
5W
DOMÍNGUEZ AGUIIA, RAMÓN v DOMÍNGUEZ BENAVENTE, RAMÓN,
art. cit., pág. 159.

192
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

de unaño contado desde el vencimiento del documento, como lo


señala el artículo 98 de la Ley N° 18.092".553
De los considerandos del fallo se
desprende que si bien el acree
dor está facultado para cobrar anticipadamente toda la deuda, el
plazo de prescripción recién se va a contar desde
que se produzca
el vencimiento del documento, el cual se origina cuando vence la
última cuota, lo que atenta contra el artículo 2514 del Código Ci
vil, según éste la prescripción se cuenta desde que la obligación se
ha hecho Incluso más, en este
exigible. caso uno de los pagarés
estaba redactado en forma imperativa.
Esta solución "no tiene asidero alguno, como no sea el uso casi
arbitrario de la redacción de la ley, desde que la propia Ley
N° 18.092 ha previsto que cada cuota sea protestada separadamen
te (artículo 105 inciso final), lo que determina
que no sea posible
entender, en el caso de pagarés en cuotas, que el vencimiento del
documento se verifique con el de la última".554 No hay diferencia
entre el documento y el contenido de él, tratándose de un crédito
documental abstracto. Cosa distinta es que exista una prescripción
diversa para el negocio que forma la relación fundamental y cuya
existencia habrá de probarse, sin que la sola suscripción del título
de crédito lo dé por establecido.555
Pero no sólo en la doctrina se critica esta distinción arbitraria.
También la propia jurisprudencia ha señalado "que tampoco resulta
atendible el intento de separar, como cosas distintas, "el vencimien
to del documento"
que menciona el artículo 98 de la Ley N° 18.092,
de la exigibilidad de la deuda, o la época en que deba solucionar
se la obligación, y fundar en esta disociación la tesis en orden a

553
C. Suprema, 14 marzo 1990, Fallos del Mes 376, N" 9, pág. 18, acoge re
curso de queja contra sentencia de C. Santiago, la cual había aceptado la pres
cripción de algunas cuotas que estaban vencidas. En similar sentido, C. Suprema,
20 enero 1988, Fallos del Mes 350, N° 12, 971, acoge recurso de queja con
pág.
ésta
tra sentencia
que había resuelto que por tratarse de una cláusula imperativa
se producía el pri
obligaba a demandar al acreedor desde el momento en
que
mer
incumplimiento; C. Suprema, 5 diciembre 1990, Fallos del Mes, 361, N" 7,
pág. 821.
554
R. DOMÍNGUEZ ÁGUILA y R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, "Cláusula de
aceleración y prescripción", Rev. de Der. U. de Concepción, N° 190 (1991),
pág. 160.
555
Así, C. Santiago, 29 mayo 1996, Rev. de Den, t. 93, sec. 2a, pág. 62. En cuanto
a la diferencia entre de
prescripción de la acción cambiaría y su independencia
la acción causal, C. 93, Ia, pág. 50,
Suprema, 25 abril 1996, Rev. de Der, t. sec.

nota S. ROSSEL.

193
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que el efecto de la cláusula de


aceleración se traduce en el hecho
sólo comienza a correr una vez "ven
que el plazo de prescripción
cido el documento o su última cuota". Para la ley son una sola y
misma cosa. Por de pronto, si bien los artículos Io y 102 de la Ley
N° 18.092 enumeran las menciones que debe contener la letra de
cambio y el pagaré -una de las cuales es la época del pago-, no
señalan en otro numerando el supuesto requisito distinto, que se
ría la fecha de vencimiento del documento. Por el contrario, jun
to con exigir esas leyes que los efectos de comercio contengan "la
época del pago", declaran que la ausencia de tal mención (que se
guidamente denominan "la fecha de vencimiento" de la letra de
cambio y del pagaré) hace que el documento se considere paga
dero a la vista, de donde resulta evidente que, en dichos dos tex
tos, la "época del pago" y "la fecha de vencimiento del documento"
son expresiones sinónimas. La misma interpretación debe darse
cuando el artículo 98 de la Ley cuenta el plazo de pres
N° 18.092
documento". El intérprete debe
cripción desde el "vencimiento del
razonar así, por mandato de los artículos 22 y 23 del Código Civil.

Los mismos fallos agregan "que, a mayor abundamiento, el sus


tantivo masculino 'vencimiento' significa 'cumplimiento del plazo
de una deuda, obligación, etc.', sentido que también otorga el ar

tículo 105 de la Ley sobre Letra de Cambio y Pagaré cuando per


mite que el pagaré tenga vencimientos sucesivos, pues con ello
significa que en el instrumento se
especifiquen cuotas exigibles en
distintas épocas, todas las cuales, en virtud de la cláusula de acele
ración y en caso de no pagarse alguna parcialidad, se hacen exigi
bles -vencen- en una misma fecha, que pasa a constituirse en la
fecha de vencimiento del documento.
La tesis que se viene exponiendo concuerda con la naturaleza
de estos títulos de crédito -autónomos respecto de los contratos
subyacentes-, que dan cuenta de una obligación literal, encontrán
dose tan indisolublemente unidos instrumento y obligación, que
resulta contrario a tal naturaleza intentar una disociación entre la
fecha de vencimiento de la deuda y la del documento. Es más, si
se
aplica en toda su extensión la tesis que se viene impugnando,
debiera aceptarse que el pagaré (y la letra de cambio, en su caso)
podría indicar una cierta fecha para el pago y otra distinta como
vencimiento del documento, siendo entonces sencillo llegar a la

imprescriptibilidad de las acciones cambiarlas, equivalente a una


renuncia anticipada y encubierta de la prescripción por parte del
obligado, mediante la sencilla argucia de señalar un vencimiento

194
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

del documento que excede largamente a la época del


pago, todo
ello con desprecio de una norma de orden público, cual es el ar
tículo 2494 inciso primero del Código Civil".
Finalmente se ha señalado que "esta tesis se conciba con una
norma básica en materia de prescripción, cual es la del artículo
2514 del Código Civil, que ordena computar el plazo de prescrip
ción desde que la obligación se haya hecho exigible".556
Dentro de este criterio de
interpretar la cláusula en favor del
acreedor, se
llegó a sostener que no importa la redacción que ten
ga la cláusula, ya que ésta por su naturaleza está siempre estableci
da el solo interés del acreedor, no importando la forma verbal
en

que las propias partes den a la cláusula. Para que se produzca la


exigibilidad anticipada de la obligación, no basta la mora o el sim
ple retardo en el cumplimiento de ella, toda vez que ésta no pro
duce sus efectos de pleno derecho, sino que requiere la voluntad
del acreedor cuyo beneficio se
en ha estipulado. El plazo comen
zará, entonces, cuando se
ejerza la cláusula o, incluso, desde el ven

cimiento de la última cuota.


En este sentido resolvió que "la cláusula de aceleración está
se

establecida en favor del acreedor, de suerte que con su estipula


ción en el pagaré, éste no tendrá que esperar al vencimiento de
cada cuota, sea
que esté concebida en términos imperativos (se hará
exigible) o sólo en forma facultativa (podrá hacerse exigible), toda
vez
que puede tornarse
no en
perjudicial para el acreedor aquella
estipulación concebida por el legislador justamente para beneficiar
le, máxime si se considera que con ello el deudor se estaría apro
vechando y beneficiando con su propio incumplimiento".557
El mismo fallo añade que "el acreedor, ante el hecho de la mora
o
simple retardo en el cumplimiento de la obligación, y a la luz de
la norma contenida en el artículo 12 del Código Civil, podrá optar
entre renunciar a su derecho, no
ejercerlo o, por el contrario, ejer
citarlo y aplicar la aceleración. Allí se agota su opción, tanto según
lo dispuesto en el artículo 105 de la Ley N° 18.092, como de acuer
do con la contenida en el pagaré. Luego de
estipulación específica

556
C. 11 marzo 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 19; C. Supre
Suprema,
ma, 23 julio1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 98, voto de minoría del Minis
tro señor Pfeiffer; Corte de
Santiago, 31 mayo 1990, Gaceta Jurídica, N° 119,
pág. 38, voto disidente del mismo Ministro.
557 idéntico
Suprema, 23 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 98. En
C.
sentido, Santiago, 11 marzo 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 19.
C.

195
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ello queda sujeto a todas las consecuencias jurídicas de su


decisión,
entre las cuales la de la
deuda, si a raíz
prescripción
se encuentra

de la aceleración se
tiempo el
retrotrae en el
vencimiento de la obli
gación por un lapso suficiente, reuniéndose los demás requisitos
legales. Corresponderá, en consecuencia, al acreedor decidir si,
producida la mora o simple retardo en el cumplimiento de la obli
gación, renuncia o no al derecho de provocar los efectos que se
derivan de la cláusula de aceleración, sin que
corresponda a los jue
ces liberarlo
después de las consecuencias negativas que acarrea su
elección, ni ampararlo sólo en aquellas que lo benefician".
Resta aún última cuestión: entendiéndose que en las cláu
una

sulas facultativas se confiere al acreedor el derecho a hacerla efec


tiva de acuerdo a su voluntad, se el de
presenta problema
determinar cuándo ello ocurre, porque ése será el momento ini
cial de la prescripción. El problema existe
porque desde un punto
de vista procesal, no basta la sola introducción de la
demanda, pues
para que ésta tenga el efecto de iniciar la litis se requiere de su no
tificación, momento desde el cual habrá juicio pendiente (art. 1603
inc. final).
En este sentido,
algunas sentencias inician el cómputo de la pres
cripción desde la notificación de la demanda, precisamente
porque
allí se inicia el juicio. Así, se ha dicho
que "la cláusula de acelera
ción facultativa del acreedor no está establecida en favor del deu
dor ni implica caducidad del
plazo, pero ello sólo ocurre mientras
aquél no ha hecho uso de su derecho; manifestando el acreedor de
un modo fehaciente su
opción de hacer uso de esa facultad -como
ocurre si se inicia
ejecución por la totalidad del precio pendiente,
invocando expresamente esa
estipulación-, la referida cláusula pro
duce su efecto de hacer la totalidad del
exigible precio pendiente,
como si fuera deplazo vencido, afectando a ambas partes, ya que
comienza a correr el plazo de
prescripción en beneficio del deudor
desde el momento en entabla
que se
judicialmente la demanda. Por
lo tanto, si al momento de
notificarse estaba vencido el plazo que es
tablece el artículo 98, en relación con el artículo 107 de la
Ley
N° 18.092,
corresponde acoger la excepción de prescripción".558 En
otras ocasiones se ha sostenido, más terminantemente, que es nece-

M
C. Santiago, 25 1992, Rev. de Der., t. S9, sec. 2a,
marzo
pág. 2b. En senüdo
lar, C. Santiago, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia,
pág. 100, que señaló que si bien es
tivo
que la llamada cláusula de aceleración está establecida en beneficio del
l (íoi
y no opera de pleno derecho, produce sin embargo sus efectos, transfor-

196
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

la notificación de dicha demanda; "el derecho a


sana
exigir antici
el cumplimiento de la obligación está establecido en be
padamente
neficio del acreedor y, por lo tanto, sólo a él toca o corresponde
impetrar la caducidad del plazo. El modo de hacerlo es notificar ju
dicialmente al deudor y desde ese momento, no antes, se
produce
la exigibilidad total de la obligación a plazo".559
Más reciente aún, otros fallos han señalado que "la facultad con
ferida en la cláusula de aceleración se entiende ejercitada con la
demanda y desde el momento en que se notifica, ya que recién ahí
se evidencia el propósito de hacerla efectiva".560 Otras sentencias

mando la deuda en vencida y exigible, desde que el mutuante manifiesta inequí


vocamente su intención de hacerla efectiva, lo que en la especie ocurrió con la

presentaciónde la demanda a la Secretaría del Tribunal para su distribución. Con


esto se revocó el fallo de Ia instancia, el cual había señalado que la voluntad se
manifestaba mediante la demanda, la que para producir sus efectos era necesario
notificarla; C. Suprema, 16 enero 1991, Fallos del Mes 386, N° 5, pág. 799, que afir
mó que de entenderse que una cláusula es facultativa para el acreedor, debe esti
el ejecutante al
marse
que la facultad de hacerla efectiva ha sido manifestada por
el documento al la demanda a distribución ante la Corte de
protestar y presentar
Apelaciones; C. Temuco, 23 agosto 1988, Gaceta Jurídica N° 118, pág. 15.

Santiago, 8 junio 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 48. En este senti
559
C.
do, C. Santiago, 22 noviembre 1990, Gaceta Jurídica N° 125, pág. 49; C. Santiago,
17 agosto 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 2\ pág. 102, pese a que señala que la fa
cultad se ejerce al presentar la demanda, considera la fecha de notificación para
Fallos
aceptar la prescripción de algunas cuotas; C. Suprema, 16 octubre 1990,
del Mes 383, N° 4, pág. 577.
560
C. Santiago, 16 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 109. En idéntico
sentido, C. Santiago, 10 enero 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 2a, pág. 1, con voto
disidente del Ministro señor González que estimó que el acreedor manifestó su
intención de hacer uso de la cláusula en el momento en que presentó a tramita
ción la demanda ejecutiva por el cobro total del saldo adeudado. En sentido si
milar, C. Santiago, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 100, que señaló que si bien es
efectivo que la llamada cláusula de aceleración está establecida en beneficio del
acreedor y no opera de pleno derecho, produce sin embargo sus efectos, trans
formando la deuda en vencida y exigible, desde que el mutuante manifiesta in
equívocamente su intención de hacerla efectiva, lo que en la especie ocurrió
con

la presentación de la demanda a la Secretaría del Tribunal para su distribución.


Con esto se revocó el fallo de Ia instancia, el cual había señalado que la voluntad
sus efectos era nece
se manifestaba mediante la demanda, la
que para producir
sario notificarla; C. Suprema, 16 enero 1991, Fallos del Mes 386, N° 5, pág. 799,
que afirmó que de entenderse que una cláusula es facultativa para el acreedor,
debe estimarse que la facultad de hacerla efectiva ha sido manifestada por el eje
distribución ante
protestar el documento y al presentar la demanda
cutante al a

la C. de Apelaciones; C. Temuco, 23 agosto 1988, Gaceta Jurídica N° 1 18, pág. 15.

197
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

señalan como argumento para desechar la sola interposición de la


demanda, que perfectamente el acreedor podría retirarla antes de
su notificación, en cuyo caso ningún efecto jurídico produciría, se
lo
gún el artículo 148 del Código de Procedimiento Civil, por que
es menester que se notifique además al deudor, con lo que se da
noticia que se optó por ejercer esa facultad".561
Sin embargo, prevalece actualmente la doctrina contraria, des
de que no habrá de confundirse el efecto procesal que significa la
notificación de la demanda, con el hecho que la cláusula facultativa
requiera de una manifestación de voluntad del acreedor de hacerla
efectiva. Es verdad que sólo hayjuicio desde la notificación de la de
manda, como lo prescribe el art. 1603 inc. 5o del
Código Civil; pero
la operatividad de la cláusula en cuestión no depende del instante
en
que se genera la relación procesal -importante a efectos proce
sales-, sino del momento en que se manifiesta la voluntad por parte
del acreedor de hacer uso de su derecho a cobrar la deuda íntegra,
haciendo vencer el plazo otorgado. Se trata entonces de saber el
momento en que el acreedor exterioriza su voluntad de hacer uso
de la cláusula y esa exteriorización puede incluso resultar de hechos
extrajudiciales, como una exigencia de pago por vía epistolar o
por
la circunstancia de hacer protestar el documento por el todo.562 La
notificación de la demanda es esencial a efectos de iniciar la acción
judicial de cobro; pero ella requiere que la deuda haya vencido, y
como en el caso de una cláusula facultativa depende de la voluntad

del acreedor de hacer de ella, basta entonces con que esa vo


uso

luntad se manifieste para que el plazo caduque y surja el derecho a

ejercitar la acción de cobro. No habrá de olvidarse que la notifica


ción de la demanda el hecho que
interrumpe la prescripción
es

(art. 100 de la Ley N° 18.092), lo que supone, lógicamente, que ésta


ya inició el curso, instante que es anterior al hecho interruptívo. No
sería lógico entender que el mismo hecho que determina el curso
del inicio de la prescripción fuera a la vez el hecho interruptívo de
la misma. Por ello ha parecido lógico a sentencias más actuales en
tender que el solo hecho de la presentación de la demanda inicia el
curso de la
prescripción en el caso de tales cláusulas facultativas. Así,

561
C. Santiago, 28 enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 4. En el mismo
sentido, aunque sin plantear la cuestión, pero contando la prescripción desde la
notificación de la demanda, C. Santiago, 21 septiembre 1995, Gaceta Jurídica 183,
sent. 13, pág. 66; C. Suprema, 25 septiembre 1995, Fallos del Mes 442, N° 5,
pág. 1172.
W2
Así en C. Sanüago, 25 de mayo 2001, Gaceta Jurídica 252, N° 1, pág. 213.

198
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE IA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIV;

se ha resuelto que "si la cláusula de aceleración da un derecho al


acreedor de una obligación que consta de un pagaré con vencimien
tos sucesivos, para exigir el pago total de la
obligación ante el in
cumplimiento de cualquiera de las se entiende
cuotas, que ha
ejercido esta prerrogativa cuando manifiesta su voluntad inequívo
ca en tal sentido, lo que ocurre cuando se presenta la demanda, sien

do notificación necesaria para la formación de la relación


su
procesal,
mas no para el ejercicio del derecho que da la citada cláusula".563 Y

más recientemente se ha entendido que el ejercicio de la facultad


prevista en la cláusula de caducidad convencional del plazo es un

acto unilateral y por ello la notificación no es requisito para que ella

produzca sus efectos564 y además una vez ejercitada la opción, ella


no seborra por la circunstancia de declararse abandonado el pro
cedimiento que así se ha iniciado, de forma que si se renueva luego
la acción, la prescripción seguirá contándose desde aquel ejercicio.565

563
Así, C. Suprema, 11 abril 2001, Gaceta Jurídica 250, sent. 9, pág. 103; 19
marzo 1997, Rev. de Den, t. 94, sec. Ia, pág. 28, que señala que sólo se exige una
manifestación de voluntad del acreedor que podría hacerse, por ejemplo, citando
a confesar deuda; 22 de agosto 1995, Fallos del Mes 422, N° 6, pág. 1 178, y Gace
ta Jurídica 183, N° 1,
pág. 13; 16 enero 1991, Fallos del Mes 386, N° 5, pág. 799,
que afirmó que de entenderse que una cláusula es facultativa para el acreedor,
debe estimarse que la facultad de hacerla efectiva ha sido manifestada por el eje
cutante al
protestar el documento y al presentar la demanda a distribución ante
la C. de Apelaciones; 28 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 210; C.
Concepción, 7 junio 1999, Rev. de Der. U. de Concepción, N° 205, pág. 190, co
mentario R. DOMÍNGUEZ A.; C. Santiago, 4 julio 1994, Gaceta Jurídica 194,
sent. 2, pág. 61; 25 marzo 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a, pág. 26; 22 noviembre

1990, Gaceta Jurídica N° 125, pág. 49; 17 agosto 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 2a,
pág. 102, pese a que señala que la facultad se ejerce al presentar la demanda,
con

sidera la fecha de notificación para aceptar la prescripción de algunas cuotas; C.


Suprema, 16 octubre 1990, Fallos del Mes 383, N° 4, pág. 577. En sentido similar,
C. Santiago, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 100, que señaló que si bien es efecti
vo
que la llamada cláusula de aceleración está establecida en beneficio del acree
dor y no opera de pleno derecho, produce sin embargo sus efectos, transformando
la deuda en vencida
y exigible, desde que el mutuante manifiesta inequívocamente
la presentación
que en la especie ocurrió con
su intención de hacerla efectiva, lo

de la demanda a la Secretaría del Tribunal para su distribución. Con esto se revo


có el fallo de Ia instancia, el cual había señalado que la voluntad se manifestaba
mediante la demanda, la que para producir sus efectos era necesario notificarla;
C Temuco, 23 agosto 1988, Gaceta Jurídica N° 1 18, pág. 15.
250, N° 9, pág. 103, y 16 enero
564
C. 11 abril 2001, Gaceta
Suprema, Jurídica
2001, Rev. de Der., t. 98, sec. Ia, pág. 24.
Esa es doctrina ya constante. Entre las últimas, C. Suprema, 1 1 julio 2001,
565

Gaceta Jurídica 253, N° 11, pág. 78; C. Santiago, 3 octubre 2001, Gaceta Jurídica
256, N° 3,
pág. 80.

199
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Hay quien ha entendido que si bien se trata de un acto unila


teral, éste es recepticio, lo que implica tener que llevarlo al cono
cimiento del deudor, lo que se verifica en el caso por la notificación
de la demanda.566 Pero entendemos por nuestra parte
que la ley
no ha exigido para el de
facultad que ella
ejercicio esa
llegue al
conocimiento del deudor para que produzca sus efectos. Habrá
que
llevarla al conocimiento del deudor para exigirle el pago; ello
pero
no determina
que su formación quede sujeta a un carác supuesto
ter cognoscitivo de la misma. Basta su exteriorización.

Sección III
LA INACTIVIDAD DEL ACREEDOR Y DEL DEUDOR

40. El silencio de la relación jurídica inactividad de las partes.


o

Este es el tercer elemento de la


prescripción extintiva, en virtud
del cual, para que opere la
prescripción, es necesaria la inactivi
dad tanto del deudor como del acreedor. Esta
pasividad puede des
aparecer mediante la interrupción de la se ha
prescripción, según
fallado.567 Generalmente va a ser la inactividad del acreedor la
que
provocará la prescripción, porque "para que haya prescripción ex
tintivanecesario que durante el
es
lapso de tiempo que señale la
ley el acreedor no
ejercite su acción, porque si lo hace interrumpe
el plazo de la
prescripción.568 Pero también tal interrupción pue
de provocarla el deudor mediante el reconocimiento de la
obliga
ción.^' Cuando la inactividad la el la
rompe acreedor, interrupción
es civil, y cuando la rompe el deudor, la
interrupción natural.
es
Estas ideas han sido
recogidas reiteradamente por la jurispru
dencia, la que ha dicho, muy correctamente, "es in
que requisito
dispensable para que opere ía prescripción
extintiva el silencio de
la relación
jurídica o inactividad de las partes, esto es, el transcur-

%"
Asi J. Baraona González, "Comentario
a sentencia de C.
ro 2001" Revista Chilena de Derecho, vol. 28, N°
en
Suprema 16 ene
1, pág. 161, v del mismo au
tor, La Exigibilidad de las
Obligaciones. Noción v Principales Presupuestos (con
especial énfasis en las cláusulas de aceleración)", misma revista vol t?4 NM
pags. 503 v sgts., esp. pág. 514.
567
C. Santiago, 29 octubre 1963, Rev. de
Den, t. 60, sec. 2a, pág 130
C" Ktv- de ^r., t. 27, sec. Ia,
* ^ 1SallPreina'
t. 29, sec. 1\
pág. 615.
pág. 240; C. Suprema,
P Rev. de Der,
569
C. Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de
Den, t. 60, sec. 2a, pág. 130.

200
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

so de cierto espacio de durante el cual el acreedor no


tiempo haya
ejercitado las acciones, y la demandada no haya ejecutado ningún
acto que signifique reconocer la existencia del derecho".570
En similar sentido se pronuncia otra sentencia al decir
que "el
plazo puede romperse mediante un hecho o un acto jurídico del deu
dor del acreedor, haciendo borrar los efectos de la
o
prescripción
hasta ese momento, situación que, al efecto, contempla el artícu
lo 2518 del Código Civil, al señalar que la prescripción que extin

gue las accionesajenas puede interrumpirse, ya natural, ya civilmente.


Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deu
dor la obligación, ya expresa, ya tácitamente. Se interrumpe civil
mente por la demanda judicial; salvos los casos enumerados en el

artículo 2503".571
Es necesario desde ya dejar establecido que para que al acree
dor se le considere inactivo, debe estar en condiciones de interrum
pir plazo, en caso contrario nos encontramos ante la institución
el
de la suspensión de la prescripción. En este sentido se ha dicho en
más de una oportunidad que "el plazo de prescripción de una ac
ción se cuenta desde que es posible ejercitarse válidamente, ya que
no
puede exigirse el uso de algo que no puede emplearse, ni san
cionarse la inacción en tales circunstancias".572
Por lo mismo, otro fallo resuelve que "no puede estimarse que
ha existido indiferencia o inactividad del actor civil, en la medida
que él haya realizado todas las gestiones tendientes a hacer efectiva
la responsabilidad, tanto del reo como del civilmente respon
tercero

sable. Por lo anterior, la demora que haya podido experimentar la


tramitación del proceso que penal, al actor civil, no
no es
imputable
es dable confundirla con la inactividad del titular de la acción, que

conlleva necesariamente un acto personal, y no la demora en la tra


mitación de proceso, hecho que no le puede ser imputable".573
un

Otra sentencia agrega que "el espacio de tiempo durante el cual


no se
haya ejercido la acción, doble que la ley exige para
requisito
la procedencia de la
prescripción extintiva, debe entenderse nece
sariamente el proceso llegue las respecti-
suspendido hasta que a

C. Suprema, 8 noviembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 149.
570

571
C. Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1, pág. 291.
572
C. Santiago, 4 septiembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 2a, pág. 175. En
similar sentido, C. Concepción, 1 abril 1982, Rev. de Den, t. 79, sec. 3a, pág. 41;
C 8 abril 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 2a, pág. 39.
Santiago,
573
C. 1
Sanüago, julio1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 4a, pág. 158.

201
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

de los deben
vas etapas procesales, que cada uno actores necesa

riamente utilizar para interponer la acción civil, por la imposibili


dad legal absoluta en que se encuentran para deducirla antes de
dichas estaciones del proceso".574
En relación a este elemento, nuestros tribunales han reiterado
extintiva se produzca, no basta la pa
que "para que la prescripción
sividad del acreedor o titular de la acción, pues hace falta, además,
también se coloque en
que el deudor haya guardado silencio; que
situación de pasividad". El mismo fallo agrega que "aunque el acree
dor permanezca inactivo durante el tiempo de la prescripción, ésta
no se producirá si el deudor ha reconocido la existencia de la obli-

gacion .

Sección TV
PRUEBA DE LA PRESCRIPCIÓN

41. Prueba de la prescripción, prueba de la interrupción y de la


suspensión de su curso. En materia de
prescripción, el onus probandi
recae en el que la invoca. Obviamente que será el deudor el inte
resado en probar que han concurrido los requisitos para que ope
re esta institución, ya que así se verá eximido del cumplimiento de

una obligación. Lo anterior se deduce además del art. 1698, al pres


cribir que incumbe probar las obligaciones o su extinción al que

alega aquéllas o ésta. Así lo ha reconocido expresamente nuestro


más alto tribunal.576
Pero una vez
probado que ha transcurrido el plazo de la pres
cripción, será el acreedor el que debe probar la interrupción577 o
la suspensión, si alega una u otra. Y así lo decide la doctrina.578
Como la interrupción debe probarla el acreedor, se ha sosteni
do que "no cabe sostener que el deudor debe probar que transcu-

r'74
C.
Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Der.. t. 75, sec. 4a, pág. 585.
575
C.
Santiago, 25 octubre 1963, Rev. de Den, t. 60, sec. 2a, pág. 130.
576
C. Suprema, 28 diciembre 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. Ia,
577
pág. 153.
C. Santiago, 18 marzo 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a,
pág. 21; C. Sanüa
go, 9 septiembre 1947, Rev. de Den, t. 45, sec. 2a, pág. 49; C. Suprema, 27 sep
tiembre 1990, Fallos del Mes 382, N° 10,
578
pág. 492.
SALVAT, ob. cit., N° 2126, pág. 481; ALBALADEJO, MANUEL, ob. cit.,
pág. 517, que se refiere a la sentencia del Trib. Supremo español de 25 de junio
de 1969.

202
PRIMERA PARTE: DOCTRINA GENERAL DE LA
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

rrió el de
prescripción unido a la circunstancia de ser durante
plazo
todo su transcurso exigible la obligación, afirmándose
que la exi
no ha de ser sino eficaz.
gibilidad temporal Esto significa imponer
al deudor el peso de una prueba que tiende a establecer una cau
sa de interrupción en favor del acreedor y
que, por ende, sólo a
éste toca producir".579
En el mismo sentido seha dicho que "no
corresponde al que opo
la excepción de prescripción acreditar, además del
ne
lapso de tiem
po necesario para la existencia de ella, el no ejercicio de acciones que
puedan haberla extinguido, porque se trataría de establecer un he
cho negativo de comprobación inadmisible natural y legalmente".580
Pero el acreedor el que debe probar la
como es
interrupción,
se le deben dar las posibilidades procesales para ello. En este sen
tido ha dicho que "incurre en falta o abuso el juez que priva a
se

una de las partes de la posibilidad de probar los hechos fundantes


de su
petición de rechazo de la
excepción de prescripción, negán
dose a incluir como punto de prueba lo relativo a hechos que acre
ditan la interrupción de la prescripción, por haber mediado

requerimiento de pago y concesión de plazo para el pago".581


Por lo mismo es errado, según nuestra opinión, lo que sostuvo
en una ocasión la Corte
Suprema, en el sentido de que "el fallo
recurrido, al estimar que las declaraciones prestadas por el deman
dante ante el Juzgado del Crimen interrumpen naturalmente la

prescripción alegada por éste, no está en otra posición que la de


analizar si tal excepción alegada se encuentra o no acreditada en
la causa, para, previo a adoptar un criterio de aceptación o recha
zo, analizar sus requisitos. Y así, al decidir que la prescripción se
ha naturalmente mediante las actuaciones ante el
interrumpido
Juez delCrimen hechas por el demandado, no está haciendo otra
cosa
que dar por no acreditada en todos sus requisitos la excep
ción que planteó el demandado, por lo que no ha habido la ultra-
petita que alega éste".582
La Corte incurre en un error,ya que el demandante no alegó
ni menos pudo probar la interrupción de la prescripción, motivo
por el cual el fallo no debió extenderse a esta alegación y, por lo
mismo, fue dado ultra petita.

C. Suprema, 24 agosto 1932, Rev. de Den, t. 29, sec. Ia, pág. 615.
C. Suprema, 23 diciembre 1919, Rev. de Den, t. 18, sec. Ia, pág. 304.
C. Santiago, 19 enero 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 3a, pág. 38.
C. Suprema, 27 junio 1991, Fallos del Mes 391, N° 3, pág. 194.

203
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ninguna de las partes ha alegado la suspensión de la


Ahora "si

prescripción, el juez no puede declararla de oficio", dice otra sen-


tencia,58* aunque también se ha resuelto que "no falla ultra petita h
sentencia que rechaza la prescripción por haber estado suspendi
da, no obstante no haberse alegado formalmente la suspensión, la
decisión que nos
que aparece de los documentos acompañados",584
parece errónea porque permite al juez suplir una alegación que la
parte no ha hecho.
Es indispensable tener presente que "para acoger la prescripción
es necesario indicar eltiempo desde el cual debe contarse el plazo;
si así no se hace, mal se puede saber si está completado el plazo le
gal y, en consecuencia, tampoco es posible acertar si hay renuncia o
no de la prescripción cumplida", recuerdan varias sentencias.585

Por esto se dijo que "la excepción de prescripción de cobro de


honorarios del art. 2521 no puede admitirse, ya que no se señala
58h
la fecha en que ellos se habrían prestado".
Otros fallos bastante frecuentes en nuestros tribunales resuel
ven
que "si el demandado alega en su defensa la excepción de pres
cripción, a él le incumbe probar la fecha en que realmente
terminaron los servicios del demandante"587 Estos fallos se refieren
a la prescripción que extingue la acción de las instituciones de pre
visión para el cobro de imposiciones, aportes y multas, que es de 5

583
C.
Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t. 75, sec. 4d, pág. 588.
584
C.
Suprema, 12 enero 1944, Rev. de Den, t. 42, sec. Ia, pág. 23.
585
C. Suprema, 5 octubre 1929, Rev. de Den, t. 27, sec. Ia, pág. 549. En senti
do similar, C. Sanüago, 9 enero 1952, Rev. de Den, t. 22, sec. Ia, pág. 272; C. Su
prema, 1 octubre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 155; C. Suprema, 13
diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76, sec. Ia, pág. 185; C. Suprema, 2 septiembre
1943, Rev. de Der, t. 41, sec. Ia, pág. 170; C. Suprema, 26 noviembre 1991, Fallos
del Mes 396, N° 13, pág. 653.
586
C. Suprema, 1 octubre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 1 \ pág. 155.
587
C. Suprema, 13 diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76, sec. Ia,
pág. 185, re
curso de
queja acogido contra sentencia de C. Trabajo de Santiago. En idéntico
sentido, C. Suprema 18 junio 1991 Fallos del Mes 391, N° 3, pág. 264, recurso de
,

queja acogido contra sentencia de C. Valparaíso; C. Suprema, 27 agosto 1991, Fa


llos del Mes 393, N° 10, pág. 380, recurso de
queja acogido contra sentencia de
C. Temuco; C. Suprema, 8 1990, Fallos del Mes 381, N° 2, pág. 450, recur
agosto
so de
queja acogido contra sentencia de C. Temuco; C. Suprema 30 octubre 1990,
Fallos del Mes 383, N° 4, pág. 643, recurso de
queja acogido contra sentencia de
C. Temuco; C. Suprema 14 julio 1988, Fallos del Mes 356, N° 4,
pág. 452, recurso
de queja acogido contra sentencia de C. Talca; C. Rev. de Den, t. 88,
Suprema,
sec. 3a, 75; C.
pág. Santiago, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 178; Rev. de Den, t. 88,
sec. 3\ 42.
pág.

204
PRIMERA PARTE: IX XTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN
EXTINTIVA

años contados desde el término de los respectivos servicios, al te


nor de lo dispuesto en el artículo 49 de la
Ley N° 15.386. Es curio
so constatar que en todos estos casos se trata
recursos de de
queja
acogidos las resoluciones
contra de las Cortes de Apelaciones, las
que sistemáticamente han seguido un criterio distinto del susten
tado por la Corte Suprema, y que ha sido mantenido por los tribu
nales de primera instancia.
También ha señalado que "la sentencia que acoge una
se
pres
cripción y no
consigna la fecha desde la cual comenzó a correr el

plazo, adolece de nulidad, porque omite establecer un hecho so


bre que versa la cuestión".588
En sentido similar, la Corte Suprema ha acogido un recurso de
casación en la forma, "cuando la sentencia no determina con toda
precisión la época en
que perpetraron los hechos constitutivos
se

del delito por el que se condenó al demandado, del cual se hace


nacer la acción civil
ejercitada, para computar el término de la pres
cripción extintiva alegada por una parte, y para el análisis de la in
terrupción de ésta esgrimida por la otra".589
Conviene tener en consideración que la excepción de prescrip
ción debe probarse totalmente, de forma que no dé lugar a dudas
que está configurada plenamente en el caso concreto. Es por esto
que en una ocasión, al no probarse cabalmente la interrupción, se
acogió la excepción de prescripción. Sedijo entonces por nuestro
más alto tribunal que "el fallo recurrido aplica correctamente la
ley, pues resuelve que los documentos que reconocen una deuda
hipotecaria no han podido interrumpir naturalmente la prescrip
ción, por sobre deudas que difieren en cuanto a su
cuanto versan

origen y monto respecto de las que se cobran en autos, de forma


tal que no puede saberse con certeza si se trata o no de una misma

obligación".590
En igual sentido ha fallado que "si hasta el momento del des
se

pacho del mandamiento de ejecución y embargo la prescripción


no
aparecía suficientemente acreditada, corresponde desecharla,
sin perjuicio de lo que pueda resolverse en definitiva".591

588
Suprema, 13 agosto 1934, Rev. de Den, t. 31, sec. Ia, pág. 548.
C.
589 la misma
Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 41;
C.
sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149.
590
C. Suprema, 13 octubre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 180.
C. Suprema, 15 julio 1986, Fallos del Mes 333, N° 1, pág. 507.
591

205
SEGUNDA PARTE

PRESCRIPCIONES
DE LARGO TIEMPO
CAPITULO I

PARTE GENERAL

42. Plazo de prescripción. Como lo señala la sentencia a que aludi


mos recién, "nuestra
legislación no contempla a este respecto una
respuesta única y categórica en materia de prescripción. Los plazos
son extraordinariamente variados, lo que no constituye un privile

gio en favor de quienes pueden beneficiarse o verse perjudicados


por un plazo más largo o más corto".592 El legislador ha dividido la
materia en dos: prescripción extintiva de largo tiempo y prescripción
extintiva de corto tiempo; pero hay además prescripciones especia
les. De la primera se ocupan los artículos 2514 a 2520 del Código
Civil, y de la segunda los artículos 2521 a 2524 del mismo texto.
Ambas clases de prescripción se distinguen no sólo por los pla
zos señalados, sino
que también por las reglas a que quedan
some

tidas y por los efectos que en ciertos casos producen, y por ello,
trataremos en partes separadas esas prescripciones, iniciando el es
tudio por las de largo tiempo.
Pero luego quedarán las prescripciones especiales, a las que
dedicaremos otra parte de este estudio.

43. Prescripciones de largo tiempo. Para un mejor estudio de ellas,


es tradicional
distinguir entre: a) Prescripción de las acciones de obli
gación propiamente tales; b) Prescripción de las acciones accesorias
o reales de
obligación; c) Prescripción de las acciones propietarias.
En cuanto a las primeras, se trata de los derechos personales

propiamente tales, de la relación entre acreedor y deudor, tal cual


resulta del art. 578. Se trata de las acciones cuya finalidad es hacer

592
N° 5, pág. 116 (C. 9,
Suprema, 9 junio 1978, Fallos del Mes 235,
C.
pág. 123); C. Suprema, Rev. de Den, t. 75, sec. Ia, pág. 238.

209
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

cumplir obligaciones. Pero no todas esas obligaciones están suje


tas, en cuanto a la prescripción, a las mismas normas, desde que
para las provenientes de hecho ilícito la regla es diversa (vid. N° 83)
y para las legales hay variedad de plazos. En cuanto a las segundas,
se trata de las cauciones reales, concebidas en nuestro derecho
como derechos reales, y también de algunas cauciones personales,

que por lo mismo revisten el carácter de accesorios del crédito. Por


último, normas especiales regulan la prescripción de las acciones
denominadas propietarias, es decir, de las destinadas a la defensa
del dominio y otros derechos reales que no sean cauciones.

44. Prescripción de las acciones de obligación propiamente tales.


Respecto de ellas, es el art. 2515 del Código Civil el que señala un
tiempo de prescripción de 5 años para las acciones ordinarias y de
3 para las acciones ejecutivas.

44.1. Prescripción de las acciones ordinarias. En relación a la


acción ordinaria, como lo señala el propio precepto, este plazo es
la regla general para la prescripción extintiva en materia de obli
gaciones. En consecuencia, para que se aplique un plazo diverso,
se
requiere norma legal expresa que señale uno distinto, como su
cede en la indemnización del hecho ilícito, en la acción
pauliana,
en la nulidad y en el pacto comisorio, entre otros (vid. N° 43).
Una sentencia resume muy bien este carácter
general del ar
tículo 2515, al decir que "el de 5 años se
plazo obviamen
aplicará,
te, en todos
aquellos que el legislador no haya establecido
casos

otro término más breve o más


prolongado para que se produzca
la extinción de las acciones
por el transcurso del tiempo unido a
la inercia del acreedor. La
propia disposición parte señalando que
el lapso referido es 'en una advertencia
general1,
o sea,
hay implí
cita sobre la existencia de plazos especiales".593
Aplicando este
principio, se puede sostener que prescribe en 5
años la acción resolutoria,594 pero no la que emana del pacto co-

599
C.
Suprema, 28 enero 1985, Fallos del Mes 316, N° 2, pág. 56. En el mis
mo sentido, sentencia de 21 de agosto 1994, Fallos del Mes 432, N° 1,
594
pág. 777.
Así, C. Santiago, 25 agosto 1944, Rev. de Den, t. 41, sec. 2a,
pág. 65; C. Val
divia, 26 agosto 1926, Rev. de Den, t. 24, sec. 2", C.
pág. 60; Suprema, 29 mayo
1922, Rev. de Der., t. 21, sec Ia, pág. 616; C. 9 diciembre 1913, Rev. de
Suprema,
Der., t. 12, sec. Ia, pág. 143. En ese sentido, E. VIO Las Con
VASQUEZ, Obligaciones
dicionales, N° 368, memoria, Concepción 1945; R. ABELIUR, ob. cit., t. 1, N° 551.

210
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

misorio, tal cual lo define la ley, es decir, el que se


pacta en la com

praventa incumplimiento de la obligación de pagar el precio,


por
él hay regla especial (art. 1880), de la que trataremos más
pues para
adelante (vid. N° 84), la acción de indemnización de perjuicios por
incumplimiento de una obligación contractual,595 la acción in rem
acción de reducción de donaciones inoficiosas (art. 1186),
verso, la
la acción para obtener el cumplimiento de un contrato civil, para
obtener la restitución en el pago de lo no debido, etc.
Los tribunales han confirmado el carácter general que tiene el
artículo 2515 de nuestro Código, señalando que "la acción porta
dora de una pretensión de naturaleza meramente patrimonial se
rige, en cuanto a su término de prescripción, por la norma gene
ral del artículo 2515 del C.C, que lo fija en 5 años".596
La doctrina de la sentencia recién transcrita no es la única al

respecto. Ya otros fallos habían resuelto que "los derechos del tra

bajador contemplados en un estatuto propio (indemnización por


años de servicio del art. 80 de la Ley N° 15.840), que no estable
ce
disposición especial en materia de prescripción, se rigen en
este aspecto por el plazo ordinario general que contemplan los ar
tículos 2514 y 2515 del Código Civil, sin que sean aplicables las dis
posiciones del Código del Trabajo, que se refiere expresamente a
los derechos regidos por el mismo Código Laboral". Esta doctrina
se ha reiterado constantemente.597
Similar tesis ha sostenido respecto de la prescripción del de
se

recho a demandar el integro de cotizaciones de previsión en las


Administradoras de Fondos de Pensiones, ya que el régimen legal
respectivo no consulta un plazo especial de prescripción ni se tra
ta de un derecho
regido por el Código del Trabajo, de manera que
sobre la mate-
no le es
aplicable la disposición que éste contempla

Suprema, 27 septiembre 1990, Fallos del Mes 382, N° 10, pág. 492.
595
C.
C. Punta Arenas, 17 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 79.
596

C. Santiago, 20 marzo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 3a, pág. 26; C. Santia
597

septiembre 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 3a, pág. 122; C. Santiago, 17
25 octu
go,
bre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 177; C. Santiago, Rev. de Der, t. 85, sec. 3a,
pág. 139; C. 19 diciembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 128; C.
Santiago,
Santiago, 11 enero 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 3a, pág. 35; C. Suprema, 27 abril
1987, Fallosdel Mes 341, N° 2, pág. 154, citando a C. Suprema, 6 septiembre 1982,
que rechazó recurso de queja contra C. A. Antofagasta; C. Suprema, 16 septiem
bre 1986, Fallos del Mes 336, N° 2, pág. 841; C. Suprema, 29 diciembre 1988, Fa
Mes 294,
llos del Mes 361, N° 1,
pág. 879; C. Suprema, 2 mayo 1983, Fallos del
N° 2, desahucio del municipal.
157,
pág. del
respecto empleado

211
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ria, sino que el plazo ordinario general que contemplan los artícu
los 2514 y 2515 del Código Civil, esto es, 5 años hacia atrás conta
dos desde que la obligación se hizo exigible".598
Pero también respecto de esta última materia hay sentencias en

contrario, que han sostenido que "la prescripción contemplada en

el Código del
Trabajo aplica se a los derechos del
trabajador regi
dos por ley complementaria
una del citado Código (Ley N° 15.840),
que no establece disposición especial sobre la materia, sin que pue
da recurrir en la especie a las disposiciones contenidas en el Códi
go Civil".599
Asimismo ha dicho que "la prescripción extintiva que extin
se

gue las acciones de los Institutos de Previsión para el cobro de im


posiciones y multas, que es de 5 años contados desde el término
de los servicios, según lo previsto en el artículo 49 de la
Ley
N° 15.386, constituye una norma especial que rige la
prescripción
ordinaria y ejecutiva, sin que sea posible concluir
que la última se
encuentra excluida y,
por lo tanto, deban aplicarse las normas pro
cesales generales que, en el artículo 442 del
Código de Procedi
miento Civil, contemplan una prescripción de la acción
ejecutiva
de 3 años. Establecido que esta
prescripción se cuenta desde el tér
mino de los respectivos servicios y no desde
que el cobro se hizo
exigible, corresponde rechazar la excepción alegada por el deman
dado, a
cuyo cargo estaba el peso de la prueba, y que no produjo
ninguna para acreditarla".600
Deberá anotarse, sin embargo,
que en materia laboral existe un
estatuto propio de
prescripciones, al que nos referiremos más ade
lante (vid. Nos93ysgts.).
Como el artículo 2515 establece la
regla general, para que él
no se
aplique se
requiere una norma
legal expresa que establezca
uno distinto, según se ha dicho por la jurisprudencia.601 Por eso,
como
muy bien señala una sentencia, "si bien es cierto que los ar-

**
C. Santiago, 12 julio 1988, Rev. de Den, t. ^, sec.
3a, pág. 128. En sentido
similar, C. Suprema, 13 septiembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a,
pág. 129; 2
septiembre 1987, Rev. de Den, t. 84, sec. 3a, pág. 119; C. Sanüago, 17 octubre 1990,
Rev. de Der., t. 87, sec. 3a,
■w'
pág. 176.
C. Santiago, 23
mayo 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 3a, pág. 182.
00
C. Temuco, 10 enero 1991, Rev. de
Den, t. 88, sec. 3a, pág. 42. En igual
sentido, C. Suprema, 27 agosto 1991, Rev. de Den, t.
88, sec. 3a, pág. 75; C. San
tiago, 25 octubre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 178.
,f)1
C. Suprema, 9 diciembre 1913, Rev. de
Den, t. 12, sec. Ia, pág. 143; C. San
1
tiago, 1 agosto 2000, Rev. de Den, t. 97, sec. 7a, pág. 173.

212
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

tículos 2514 y 2515 del Código Civil establecen un plazo genérico


de 5 años para la prescripción extintiva de las acciones ordinarias,
no lo es menos
que en la especie debe prevalecer lo en dispuesto
la virtud del artículo 13 del mismo
ley especial, en
Código".602
De este modo, las reglas que prescriban plazos más breves ad

quieren un carácter excepcional y de interpretación restrictiva, sin


poder extenderse por analogía y el plazo de cinco años sólo resul
ta derogado en presencia de aquella regla especial expresa v el
art. 2515 adquiere el carácter de una norma de clausura a la
que
debe recurrirse cada vez que no exista una norma propia que esta
blezca una prescripción más breve.
Sin embargo, ese carácter general puede resultar limitado en el
caso en
que en materias específicas exista una norma especial que
exprese un principio general al interior del sistema y pueda así ser
aplicada por analogía. Es lo que se ha sostenido por la jurispruden
cia más reciente en el derecho italiano, donde se reconoce al
art. 2946 del Código Civil que contiene el plazo general de diez años
para la prescripción ordinaria; pero sin que ello signifique que no
pueda existir una norma
especial que adquiera carácter más gene
ral por analogía dentro de la materia o materias a que ella se refie
re.603 Eso sucede prescripción de cuatro años
entre nosotros con la
del Código de Comercio, que adquiere carácter general para ese

Código, allí donde no hay reglas especiales (sobre lo cual vid. N° 91)
o con la
prescripción laboral del Código del Trabajo (vid. N° 93).
La existencia de una regla general para la prescripción de las
acciones personales es común en la legislación comparada, aunque
los plazos son variables, siendo el de nuestro Código el de los más
breves. El art. 2262 del Código francés conserva el plazo de treinta
años. El art. 2946 del Código italiano tiene uno de diez años y ex
presamente manda que se aplique "Salvo el caso en que la ley dis
ponga diversamente", es decir, otorgándole un carácter general, y
lo mismo hace el art. 1 159 del de México con igual plazo, así como el
argentino (art. 4023 luego de la modificación de las Leyes Nos 17.711
y 17.940). El de Colombia, que tan cerca sigue al nuestro, manda
un
plazo de diez años para la acción ordinaria (art. 2536), así como
el de Ecuador. El
Código portugués contiene un plazo ordinario

602
C. Santiago, 16 mayo 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág. 97. En idéntico
sentido, C. Suprema, 28 enero 1985, Fallos del Mes, 316, N° 2, pág. 56.
603
Así, Cass. 8 septiembre 1997, n. 8695, cit., en P. VITUCCI, ob. cit, t. 2,
pág. 18.

213
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

de veinte años (art 309), al que el de Brasil (art. 205). En el


igual
caso del
Código francés, único entre los clásicos en mantener un
plazo tan prolongado, los autores lo justifican atendido el funda
mento sancionatorio para la negligencia del acreedor que otorgan
a la
prescripción, lo que conduciría a un plazo muy largo,604 aun
que se estima que en la actualidad ese plazo es excesivo.605 Justa
mente, la tendencia de las legislaciones es acortar los plazos
comunes de
prescripción. Los plazos extensos se justificaban en so
ciedades esencialmente rurales; pero no encuentran justificación
cuando las facilidades de comunicación son cada vez más grandes,
hasta el punto que nuevos avances tecnológicos dejan de lado me
dios hasta hace poco novedosos. La circulación de créditos e inte
reses
requiere además de rápida certeza de las relaciones jurídicas
y toda incertidumbre significa inmovilizar medios económicos. La
necesidad de plazos más breves era ya exigida por la doctrina a co
mienzos del siglo pasado606 y sigue siéndolo en la actualidad.607 Y
esa necesidad ha determinado muchos
países, como es el caso
en

muy particular del derecho francés, que el plazo general adquiera


un alcance cada vez más reducido
por la dictación de leyes que es
tablecen plazos mucho más breves en múltiples instituciones, has
ta el punto
que casi no se dicta una nueva ley que no establezca
plazos especiales, con lo que la crítica al término general queda
sin sentido;608 pero provocando el "caos de la
prescripción extinti
va" que justamente se ha denunciado609
y generándose verdaderas
trampas legislativas, desde que la calificación, a veces discutible de
un acto, le hará
aplicable plazos diversos de prescripción.
Entre nosotros, si bien es común la dictación de normas
espe
ciales plazos diversos de
con
prescripción, la regla del art. 2515 si
gue teniendo aplicación y la progresiva disminución del plazo,
desde el Código en su redacción de 1855 hasta la norma actual,

604
Así, MAZEAUD v CUABAS, ob. cit., N° 1 166.
605
MAZEAUD y CUABAS, ob. cit., N° 1173.
fi06
Por ejemplo el gran jurista italiano VITTORIO
SCIALOJA había instado
por abreviar el plazo de treinta años del
antiguo Código italiano de 1865 en un
estudio de 1909, que precisamente llevaba
por título Per Tabbrevi azione dei termini
della prescrizione, y luego en Studi t. 4, Roma,
h07
giuridici, 90.
1933, pág.
Así A. BENAVENT, Le chaos du droit de la
prescription extintive, citado. M. BAN-
DRAC, Les tendences récenles de la prescription extintive en droit trancáis, cit., N° 7,
pág. 363.
1508
M. BANDRAC, artículo
609
y página citados.
A. BENAVENT, artículo citado.

214
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

producto de la reforma
primero de la Ley N° 6.162 de 1938, que
redujo el plazo máximo a quince años, y luego de la Ley N° 16.952,
que lo dejó en cinco años, determina que se hayan acogido aquí
desde hace ya tiempo las críticas a las reglas clásicas.
Justamente,
un recordado jurista nacional, comentando esta última
ley, decía
que "los plazos vuelven a reducirse porque, evidentemente, el asom
broso avance de las tecnologías y comunicaciones que median en
tre ambas leyes de prescripción aconsejaban una nueva reducción
de los términos, lo que era, todavía, más necesario si se considera
la disminución experimentada el mismo
en
período por las tasas
de analfabetismo".610 Ya antes, cosa semejante se había señalado al
dictarse la Ley N° 6.162, recordándose que el ha propio Código
bía acortado los plazos de lalegislación anterior y que "si podero
sas razones tuvo el legislador de 1855 para reducir muchos de los
plazos que la
legislación anterior señalaba para el ejercicio de un
derecho, en general, con mayor razón existían actualmente funda
mentos para reducir, a su vez, los que el Código Civil señaló".611 El

Mensaje con que el Ejecutivo acompañó el proyecto de la Ley


N° 6.162 al Congreso recordaba la necesidad de reducir los plazos
de prescripción atendidos los nuevos medios de comunicación y
al hecho de que "la experiencia ha demostrado que no existe nin
guna ventaja en mantener durante dilatados períodos de tiempo
situaciones inciertas o dudosas a que a veces dan origen las rela
ciones jurídicas y que, por el contrario, es conveniente procurar la
pronta consolidación de los derechos, como un medio de dismi
nuir los litigios y estimular la circulación de los bienes".

44.2. Prescripción de las acciones ejecutivas. Las acciones eje


cutivas son las que permiten exigir el cumplimiento de una obliga
ción, porque éstas constan de un título ejecutivo, es decir, de un

documento que da cuenta de un derecho indubitado, al cual la ley


atribuye la suficiencia necesaria para ello.
En relación a la prescripción de la acción ejecutiva, junto con
señalar que la regla general es que el plazo sea de tres años, el ar
tículo 2515 agrega que la acción ejecutiva se convierte en ordina-

610
H. TAPIA ARQUEROS, "La N° 16.952, sobre reducción de los plazos
Ley
de en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 159 (1973), pág. 34.
prescripción",
611
RAMÓN DOMÍNGUEZ BENAVENTE, "Fundamentos y alcance de la Ley
N°6.162, que reduce plazos de prescripción", Rev. de Der. U. de Concepción,
Nos45y46 (1943), pág. 182.

215
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ría, y convertida ordinaria durará solamente otros dos. Es por


en

esto que se ha estimado que "incurre en error el ejecutado al esti


acción ejecutiva extingue también la
mar
que la prescripción de la
obligación a que se refiere, ya que tras una acción ejecutiva siem
pre existe una acción ordinaria referida al contrato de que se tra
ta. después de señalar que la regla general
Por esto, el artículo 2515,
años y las ordina
es
que las acciones ejecutivas prescriben en tres
rias en cinco, agrega que la acción ejecutiva se convierte en ordi
naria por el lapso de tres años y, convertida en ordinaria, durará
solamente otros dos".612
En otros prescripción de la acción ejecutiva sólo
términos, la
afecta al mérito ejecutivo del título, impidiendo al acreedor utili
zar el
procedimiento de ejecución; pero no extingue la obligación
misma, de forma que el acreedor puede aun usar del procedimien
to declarativo a que da lugar la acción ordinaria, que, como pres

cribe en cinco años desde que la obligación se hizo exigible, tiene


aún dos años de vigencia, luego de prescrita la acción ejecutiva.
Obtenida la sentencia de declaración, ésta constituye un nuevo tí
tulo ejecutivo sujeto a un nuevo plazo de tres años de prescripción,
de lo que resulta que, en definitiva, el acreedor dispone de ocho
años para hacer efectivo su crédito.
Hay que tener en consideración que existen acciones ejecuti
vas a las cuales la
ley les ha fijado un plazo menor de prescripción.
Tal es el caso del cheque protestado, que prescribe en
plazo de
el
un año contado desde la fecha del protesto (art. 34 de la Ley de
Cheques) y la que surge de la letra de cambio y del pagaré, cuya
prescripción es también de un año contado desde el vencimiento
del documento (art. 98 de la Ley sobre Letra de Cambio y Paga
ré). A ellas no se aplica la supervivencia de la acción como ordina
ria, desde que en ambos casos el plazo de un año se ha establecido
para toda acción derivada del cheque, sea ordinaria o ejecutiva, así
como
para toda acción cambiaria derivada de la letra o del paga
ré, como se ha resuelto constantemente.613

612
C.
Suprema, 18 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 35.
613
C.
Suprema, 21 septiembre 1995, Fallos del Mes 442, N° 5, pág. 1172; 20
junio 1993, Fallos del Mes 416, N° 4, pág. 441. Sin embargo, C. Santiago, 11 ene
ro 2000, Rev. de Der., t.
97, sec. 2\ pág. 8, aplicó la subsistencia de la acción ordi
naria a un pagaré, la
bajo base que seria un precepto de aplicación general y que
la autonomía del
pagaré reforzaría la solución. La sentencia es evidentemente erra
da porque el art. 2515 se refiere claramente a la acción
ejecutiva de tres años y
no a otras
y nada tiene que hacer aquí la autonomía.

216
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Pero como el Código Civil establece la de tres años,


regla general
se ha dicho que "la acción ejecutiva regulada por la
Ley N° 5.687 so

bre Contrato de Prenda Industrial, a falta de especial, se


norma
rige
en materia de prescripción por el artículo 2515 inc. Io del C.C.".614

44.2.1. Características de la prescripción de la acción ejecutiva.


Es menester hacer presente que los autores, al tratar esta materia,
acostumbran señalar tres particularidades:615
La que, como ya se dijo, no es la acción la que pres
primera es

cribe, sino que su mérito ejecutivo. Así lo dispone el inciso 2o del


artículo 2515 y lo ha entendido también la jurisprudencia, ratifican
do que después de los tres años, la acción subsiste como ordinaria.616
En relación a esta materia, se ha sostenido que una vez prescri
ta la acciónejecutiva, la ordinaria que subsiste se tramita conforme
al procedimiento sumario. Así lo han afirmado algunas sentencias:
"Atendido el claro tenor de los artículos 2515 inciso 2o del Código
Civil y 680 inciso Io y N° 7 del Código de Procedimiento Civil, cuan
do la acción ejecutiva por su prescripción se transforma en ordi
naria durando dos años más, se debe tramitar conforme al

procedimiento sumario, alcance que debe darse también a la refe


rencia de juicio ordinario a que alude el artículo 759 del Código
de Procedimiento Civil".617
La que debe ser declarada de oficio por el tribu
segunda es

nal, en virtud de lo dispuesto por el art. 442 del Cód. de Proc. Ci


vil, que dispone que el tribunal denegará la ejecución si el título
presentado tiene más de tres años. Ya hemos hecho referencia a
esta regla (vid. N° 8.1). Esta norma ha sido aplicada en numerosas

oportunidades por la jurisprudencia, que ha reiterado que "el tri


bunal al estudiar la procedencia de la acción ejecutiva debe anali
zar sus entre ellos si está o no prescrita, y al haber
presupuestos,

614
Arenas, 18 abril 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 82.
C. Punta
A. ALESSANDRI R., Teoría de las Obligaciones, cit., pág. 478; H. TRONCO-
615

SO LARRONDE, ob. cit, pág. 251; R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, art. cit., N" 63,
pág. 86; H. SEPULVEDAT., Memoria cit., N° 154, pág. 132, y la jurisprudencia que
en ella se menciona; R. ABELILK, ob. cit., t. 2, N,JS 1240, 1 .

616
C. 15
Santiago, 1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 2\ pág. 85; C. Suprema,
julio
Rev.
18 abril 1986, Rev. de Der, t. 83,
pág. 35; C. Suprema, 20 abril 1989,
sec. Ia,
de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 51; C. 6 octubre 1988, Fallos del Mes 359,
Suprema,
23.
N° 12,
pág.670; C.Santiago, 12agosto 1907, Rev. de Den, t. 18, sec. Ia, pág.
C. Suprema, 20 abril 1989, Fallos del Mes 365, pág. 96, sent. 5; la misma
617

sentencia en Rev. de Den, t. 86, sec. Ia, pág. 51.

217
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

transcurrido el prescripción de la acción ejecutiva y no


plazo de
haberlo declarado el juez al proveer la demanda, el Tribunal de
Alzada está en condiciones de hacerlo procediendo de oficio".618
Se ha resuelto por otra sentencia que "en el seno de la Comi
sión Legislativa que aprobó el Proyecto del Código de Procedimien
to Civil de 1902, se dejó constancia que la prescripción que

establecía el artículo 463 de ese proyecto (actual artículo 442 del


Código del ramo) debía ser declarada de oficio por el juez respec
to de todas las obligaciones demandadas".619
Como se declara de oficio, es que "se incu
un error sostener

rre en el vicio de ultra petita al proceder de oficio, cuando la parte

demandada opone la excepción de prescripción de la deuda y se


ha declarado además, extendiéndose a un
punto no sometido, la
prescripción de la acción ejecutiva".620 Lamentablemente este pre
dicamento de la Corte Suprema ha sido sostenido en numerosas

oportunidades propósito del reconocimiento de firma, que


a le

otorga el efecto de hacer revivir una acción ya prescrita, sobre lo


cual ya nos hemos referido (vid. N° 13). Además se presenta el con
trasentido de decir que la deuda está prescrita, pero que la acción

ejecutiva sigue vigente.


Y la que, por las razones señaladas anteriormente,
tercera es

alguna doctrina ha considerado que se trata más bien de un caso


de caducidad del mérito ejecutivo que de prescripción de la acción.
Es por esto que se ha resuelto por nuestros tribunales que no ad
mite suspensión.621 Pero hay sentencias que han fallado lo contra
rio,622 doctrina que esmás exacta, atendido el claro texto del
art. 2520, que no exceptúa de la suspensión a la prescripción de la
acción ejecutiva.
En realidad, como
ya se del hecho que la
dijo (vid. N°8.1.),
ley haya previsto que el juez deba declarar de oficio la prescripción
de la acción ejecutiva no puede derivarse que se trate de una ca
ducidad y no de una excepción. El art. 464 N° 17 del Cód. de Proc.
Civil la califica expresamente de excepción y por ello permite a la

parte alegarla y sometiendo su alegación a todas las consecuencias


de una excepción, si el tribunal no la hubiere declarado de oficio.

K
C. Suprema, 28 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 1\ pág. 210.
9
C. Suprema, 3 agosto 1989, Fallos del Mes 369, N° 16, pág. 476.
!0
C. Suprema, 21 noviembre 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. Ia, pág. 142.
!1
C. Suprema, 9 octubre 1919, Rev. de Den, t. 18, sec. Ia, pág. 23.
!2
C. Santiago, 2 diciembre 1912, Rev. de Den, t. 10, sec. 2a, pág. 3.

218
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Por otraparte, jamás fue la intención del legislador transformar


en caducidad lo que es claramente una prescripción, al
entregar
al juez el deber de examinar el título y denegar la ejecución si ésta
tuviere más de tres años (diez años primitivamente). La razón de
la regla, según revelan las actas de la Comisión Revisora, en su se
sión 25, fue otra. La regla del art. 442, antes 463, fue adoptada luego
que el señor Aldunate propusiera que "aun cuando exista un títu
lo que traiga aparejada ejecución, no se
despache el mandamien
to si el título tiene diez años de fecha. De esta manera se evita un

procedimiento vejatorio a virtud de


obligaciones extinguidas por
la prescripción". Luego de un debate en que el señor Zegers se
opu
siera a la regla, precisamente porque tratándose de una prescrip
ción el juez no debe alegarla de oficio y el deudor dispone de la
pertinente excepción, la disposición se adoptó por mayoría, por
que se entendió que no hacía excepción al principio general que
entrega al deudor la alegación de la prescripción desde que aquí
se
procede sin su audiencia, y despachar el mandamiento de ese
modo, aunque se sabe que la acción está prescrita, acarrearía enor
mes
perjuicios para el deudor que aún no ha sido escuchado. No
se pretendió
pues otorgar aquí al plazo de tres años el carácter de
caducidad de la acción. Tanto es así que si el juez a pesar de todo
no
cumple con su deber y despacha el mandamiento, el deudor
podrá oponer la pertinente excepción de prescripción que por algo
se establece en el art. 464 del
Código procesal.
Respecto de la interrupción de la acción ejecutiva, se ha afir
mado por nuestros tribunales que "sólo produce interrupción na
tural de la prescripción de la acción ejecutiva el reconocimiento
que el deudor preste judicialmente en la gestión preparatoria de
la vía ejecutiva. Un reconocimiento judicial prestado en otra for
ma o uno
extrajudicial no interrumpe la prescripción, por oponerse
a ello el artículo 442 del
Código de Procedimiento Civil, que dis
pone que el juez debe negar la ejecución si el título que se presen
ta tiene más de 3 años. Por lo tanto, el reconocimiento de su firma
hecha por el demandado cuando había transcurrido en exceso el
lapso de 3 años, no puede producir el efecto de revivir una acción
ya prescrita".623 La cuestión ha sido ya examinada (vid. N° 13).

44.3. Prescripción de las acciones accesorias o reales de obli


gación. Conforme al artículo 2516 del Código Civil, "la acción hi-

C. Suprema, 16 diciembre 1979, Fallos del Mes 253, sent. 5, pág. 453.

219
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

potecaria, y las demás que proceden de una obligación accesoria,


prescriben junto con la obligación a que acceden".
Con la norma recién transcrita no hace sino que consagrar el
se

manera más completa y más


aforismo jurídico según el cual, de la
brutal, lo accesorio sigue la suerte de lo principal que lo arrastra en
su caída (accessorium sequitur principóle) En virtud de este aforismo,
.

toda obligación accesoria prescribe junto con la obligación princi

pal. Y no podría ser de otro modo, porque si se extingue el elemen


to principal, la subsistencia del accesorio no tendría sentido.624 No
se trata
aquí sino de la aplicación de la regla que se condene en los
arts. 2381 N° 3 y 2434 N° 1 para la fianza y la hipoteca, que se extin

guen por la extinción de la obligación principal. Pero el alcance de


la regla en la jurisprudencia ha sido mayor del que se desprende del
tenor de la regla, como se verá (vid. N° 61.2), hasta el punto que es

doctrina jurisprudencial entre nosotros que no puede haber pres

cripción separada o independiente de la acción hipotecaria, sino que


ella sólo se produce si prescribe la obligación caucionada.
Debido a ha señalado por nuestros Tribunales que
esto se

"mientras subsista la obligación principal subsistirán siempre las


acciones emanadas de los contratos de que estosacceden" y ésta
es las doctrina común en la jurisprudencia nacional.625
embargo, excepcionalmente se puede encontrar algún fa
Sin
llo encontrario, según el cual, puede prescribir la acción hipote
caria sin que prescriba la acción principal. .Así, se ha podido resolver
en una sentencia
que "el alcance del artículo 2516 del Código es
el de señalar igual plazo para una y otra acción, pero que tal dis

posición no puede impedir declarar la prescripción de la acción


hipotecaria sin que haya prescrito la acción principal, lo que por

h24
El elemento accesorio debe su existencia al
principal, en el sentido que
subsiste sino gracias al sostén constante del
no
principal. El elemento principal,
dice un autor, no es sólo una condición,
aunque sea determinante, de la apari
ción de lo accesorio; es también la condición de su sobrevida. G. GOUBEAUX,
La regle de Taccessoire en droit
"-',
privé. N" 22, París, 1969.
C. Santiago, 21 abril 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 2a, 46. En idéntico
pág.
sentido, C. Suprema, 28 enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 4; 16 septiem
bre 1991, Fallos del Mes 394, N° 8, pág. 449: 8 mavo 1990, Fallos del Mes 378, N" 14,
pág. 208; 26 octubre 1987, Fallos del Mes 347, N° 8, pág. 49; C. Santiago, 24 abril
1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2\ pág. 47; 16 septiembre 1991, Rev. de Den, t. 88,
sec. Ia,
pág. 64; 6 marzo 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 20; 16 marzo 1989,
Rev. de Den, t. 86, sec. 2",
pág. 10; 25 mayo 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 42.
Adde las sentencias citadas en notas a N° 921.

220
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

lo demás resulta lógico, pues en los contratos accesorios, lo mismo


que en cualquier otro, rigen no sólo las disposiciones especiales
que
la ley dicta con
respecto a cada contrato, sino también las
genera
les que le son aplicables".626
Similar doctrina la sustenta otro fallo, al expresar que "la nor
ma del art. 2516 sólo significa que tanto la
prescripción de la ac
ción personal como la de la real empiezan a correr al mismo
tiempo, pero ello no
implica que la
prescripción se produzca en el
mismo momento, puesto que respecto de alguna de tales acciones
puede haberse producido la interrupción de la prescripción y no
así respecto de la otra".627 La resolución es bastante criticable, por
que la acción accesoria puede comenzar a correr después, por ejem
plo, cuando se
constituye hipoteca con posterioridad a la obligación
principal.
Estas sentencias de la Corte de Santiago oponen a lo que ha
se

sostenido la Corte Suprema, en cuanto "la acción hipotecaria no


puede prescribir por la vía principal o directa, sino tan solo como
consecuencia de la extinción de la obligación principal".628 Por lo
mismo, "si transcurrió en su integridad el plazo de prescripción de
la obligación principal, también transcurrió el término de prescrip
ción de la acción hipotecaria, que accede a dicha obligación prin
cipal, según el artículo 2516 del Código Civil", dice otro fallo.629
Si bien dentro de las obligaciones accesorias el legislador men
ciona expresamente sólo a la hipoteca, la jurisprudencia ha aplica
do también esta norma a las demás obligaciones accesorias, como
son las
que derivan de la prenda, la fianza y la cláusula penal, en
tre otras.630 Así resulta de diversas sentencias a las que va hemos
hecho alusión y que han resuelto que "la acción hipotecaria, al igual
que las demás cauciones, prescribe junto con la obligación principal,

"-"C. Santiago, 28 junio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 75. En idéntico
sentido, C. Suprema, 25 agosto 1943, Rev. de Den, t. 41, sec. Ia, pág. 368.
*"
C. Santiago, 8 noviembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 184.
628
C. Suprema, 2N enero 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 5.
629
C. Punta Arenas, 29 agosto 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 101. Véa
se el análisis de esta sentencia que hacen R. DOMÍNGUEZ A. y R. DOMÍNGUEZ
B., "Comentarios de jurisprudencia", en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 190

(1991), págs. 160 y siguientes.


630
De este modo, la acción para demandar el pago de la pena no prescribe
en cinco años, de acuerdo a la
regla general, sino de acuerdo al plazo en que
prescriba la obligación caucionada. Así, M. SOMARRIVA, Tratado de las Cauciones,
N" 16, 1981; R. ABELIUK, Obligaeiones, t. 2, N° 1241.
reimpresión, Santiago,

221
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

lo cual está perfecta armonía con su carácter accesorio, como


en

puede advertirse de lo dispuesto en los artículos 46 y 1442 del Có


digo Civil".631
En consecuencia, "las cauciones no tienen un plazo único ni

propio de prescripción, sino que dependerá del que le afecte a la


obligación principal a que acceden", han sostenido los tribunales
en numerosas
oportunidades.632
particularidad de las acciones accesorias, es decir, su ex
Esta
tinción consecuencial al prescribir la obligación caucionada, es tam
bién regla en el derecho argentino (art. 3176 Cód. Civ.) y el
art. 2090 del Proyecto Unificado mantiene el
principio general de
la extinción por accesoriedad.
No obstante lo anterior, algunos autores discuten que no ten

gan plazo propio de prescripción.633 En jurisprudencia tam


nuestra

bién se encuentran algunos pronunciamientos aislados en apoyo


de esta tesis.634 Pensamos que esta última doctrina es errónea, y
adherimos a la opinión mayoritaria; pero sin aceptar el ilimitado
alcance que la jurisprudencia ha dado al art. 2516, como se obser
vará (vid. Nos 44.3 y 61.2).
Cabe advertir, sin embargo, que el Código se
apartó aquí del
modelo francés y desde luego del español. En el
primero, la regla
es
que la
prescripción que alcanza a la acción personal implica la
prescripción de la hipoteca (arts. 1234 y 2180 N° 4), y la prescrip
ción no puede alcanzar a la
hipoteca antes que al crédito caucio
nado; pero ello sólo ocurre si el bien está en manos del deudor
personal. En tal caso, hay una unión indisoluble entre la acción
personal y la acción hipotecaria, que se rige por el principio de ac
cesoriedad. La hipoteca entonces no
podrá sobrevivir al crédito
prescrito; pero la inversa no es exacta y puede haber extinción de

631
C. Santiago, 6 marzo 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a,
pág. 20. En idéntico
sentido, C. Sanüago, 21 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a,
pág. 46; 24 abril 1991,
Rev. de Den, t. 88, sec. 2a,
pág. 47; C. Santiago, 16 septiembre 1991, Rev. de Den,
t. 88, sec. Ia,
pág. 64; C. Suprema, 16 septiembre 1991, Fallos del Mes 394, N°8,
pág. 449.
fi:*
C. Sanüago, 21 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a,
pág. 46; C. Santiago,
21 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2",
pág. 46; C. Santiago, 16 septiembre 1991,
Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, 64; C. 6 marzo
pág. Sanüago, Rev. de
1991, Den,
t. 88,
sec. 2'\ pág. 20.
*33
Así, M. SOMARRIVA, Tratado de las Cauciones, N° 161,
pág. 165, Santiago,
1981, y R. MEZA BARROS, ob. cit., NÜS 184 y 188, 83 84.
634
págs. y
C. Sanüago, 28
junio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2a, pág. 75, y C. Sanüa
go, 8 noviembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 2a, pág. 184, ya citados.

222
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

la hipoteca por prescripción prescriba el crédito caucio


antes que
nado.635 Tal ocurre si el
poseedor prescribe la hipoteca prin-
tercer

cipaliter, aunque no
haya prescrito la obligación garantizada. Esa es
la regla que resulta del art. 2180 N° 4 del Código francés y que ha
sido criticada porque el hecho de haberse enajenado el bien hipo
tecado que pasa a manos de un tercero no hace cambiar su carácter
de accesoriedad.636 Pero se trata de una
hipótesis tan
excepcional
que sólo conejemplos muy teóricos podría darse, pues supone que
el tercer poseedor adquiere el derecho de hipoteca por prescrip
ción. De allí que la doctrina actual apenas si menciona la situación

y no entra en detalles sobre ella.637


En cuanto al derecho español, la Ley Hipotecaria, art. 128, ha
previsto que la acción hipotecaria prescriba en veinte años, conta
dos desde que pueda ser ejercitada, reproduciendo la regla del
art. 1964 del Cód. Civil, de forma que, como la acción personal co
mún tiene un plazo de quince años de prescripción extintiva, no
hay coincidencia en la extinción de ambas. Es que allí se mantuvo
la tradición romana en que según la ley Qiium notissimi65S la acción
personal contra el deudor prescribía en treinta años y la hipoteca
ria en cuarenta años.

Prescripción de las acciones propietarias. Remisión. El


44.4.
art. 2517 del Código Civil señala que "toda acción por la cual se re
clama un derecho se extingue por la prescripción adquisitiva del mis
mo derecho". Esta
disposición se aplica a los derechos y a las acciones
reales, aunque los hay también prescriptibles directamente.
Sobre ello nos remitimos a lo que ya se ha expuesto (vid.
N°308).

635
G. BAUDRY-LACANTINERIE y P. DE LOYNES, Du nantissement, des pnvile-
gesethypothéques, t. 3, N° 2254, París, 1896.
636
G. BAUDRY-LACANTINERIE y P. DE LOYNES; ob. cit., N° 2272.
Así, M. CABRILLAC y C. MOULY, Droit des süretés, N° 866, 4a edic, París,
637

1997.
638
L. 7, C. Depraescript., XXX, vel XL ann. (VII, 39).

223
CAPITULO II

DE LA INTERRUPCIÓN Y SUSPENSIÓN
DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
DE LARGO TIEMPO

45. Introducción. Al señalar los elementos de la prescripción ex

tintiva, indicó que uno de éstos era el silencio de la relación ju


se

rídica o inactividad de las partes (vid. N° 40). En esa oportunidad


se observó
que este silencio puede romperse, ya sea mediante la
institución de la interrupción de la prescripción, o bien puede de

jar de correr el plazo mediante la institución de la suspensión de


la misma.
Por medio de la interrupción, se destruyen los fundamentos
mismos que en descansa la prescripción. Así pues, como se seña
ló al de esta materia (vid. N° 3), ésta se funda, entre otros
tratar

motivos, en la negligencia del acreedor y en el desconocimiento


del deudor del derecho que tiene el acreedor. Pues bien, con la
interrupción, el acreedor que se había mostrado negligente en
la conservación de su derecho reacciona y exige su cumplimien
to, o por otra parte, es el deudor el que reconoce la obligación

por él contraída. De este modo se originan las dos clases de inte


civil y
rrupción de la
prescripción que establece el legislador: la
la natural, respectivamente, común en
y ésa es una constatación
la jurisprudencia.639

C. Su
Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de Den, t. 60, sec. 2a, pág. 130;
639
C.
10 de Ia, 240; 23 diciembre 1919,
prema abril 1929, Rev. de Den, t. 27, sec. pág.
Rev. de Der., t. 18, sec. Ia, pág. 304; 24 mavo 1919, Rev. de Den, t. 17, sec. Ia,
pág. 183; 8junio 1921, Rev. de Den, t. 20, sec. Ia, pág. 425.

225
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Sección I
LA INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

46. Concepto. Española define la interrupción


La Real Academia
como la "acción y efecto de interrumpir". A su vez, interrumpir es

"cortar la continuidad de una cosa en el lugar o en el tiempo".640


Puede decirse que es un hecho o acto jurídico emanado del
deudor o del acreedor, en virtud del cual se pierde el tiempo co
rrido de prescripción hasta ese momento. Su efecto consecuencial
es el de borrar los efectos de la prescripción que hasta entonces se

habían producido.
Los tribunales, a su vez, han afirmado que "la interrupción de
la prescripción es la paralización del curso de ella y la pérdida del

tiempo transcurrido por la realización de uno de aquellos actos a


que la ley atribuye efecto interruptor"/41
En definitiva, lo que ocurre es que se produce el decurso del

plazo por la circunstancia de intervenir un hecho que es incompa


tible con el fundamento y la función que se otorgan a la prescrip
ción. Ocurrido ese hecho, el plazo transcurrido ser borra, de forma
que la interrupción adquiere así un real efecto retroactivo.642

47. Oportunidad en que deben realizarse los actos interruptívos de


la prescripción. Tal como lo habíamos anticipado (vid. N° 45), para

que una prescripción se interrumpa es necesario que esté corrien


do el plazo exigido para producirla. Después de vencido el mismo,
no cabe
interrupción. Así se ha resuelto,643 v en ello está de acuerdo
la doctrina.644 Por lo demás, un acto del deudor que durante el cur
so de la
prescripción implica su interrupción natural, luego de ter
minado el lapso, es un actode renuncia. Por ello, aparece como un

error evidente la nota de Bello al inc. 2° del art. 2700 del Proyecto
Inédito, de acuerdo a la cual y refiriéndose a la interrupción por re-

",0
R. A. E. DICCIONARIO DE LA LENCUA ESPAÑOLA, 21a edición, 1992.
,i"
C. Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de Den, t. 60, sec. 2a,
,,,J
pág. 130.
MAZEAUD v CUABAS, ob. cit., N° 1177.
t,l:1
C. Suprema, 16 abril
1991, Rev. de Der., t. 88, sec. P, pág. 24. En igual sen
tido, C. Suprema, 5
1945, Rev. de Der., t. 43, sec. Ia, pág. 2.
inavo
"■'■■
SALVAT, ob. cit., pág. 481; M. ARGAÑARAS, ob. cit., pág. 99; R. MEZA
BARROS, ob. cit., pág. 23; F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 164; PH. LE TOURNEAL
y L. CADIET, ob. cit., N° 2267. PERO BORDA, Obligaciones, N° 696, sostiene que
como la
prescripción no opera de pleno derecho, no es absurdo hablar de inte
rrupción si el plazo ya está cumplido.

226
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

conocimiento del deudor, decía: "Habría reconocimiento tácito en

el caso de la renuncia de que habla el art. 2679 inc. T de este Pro


yecto". La renuncia tiene lugar cumplida que sea la
prescripción, se
se ha visto (vid. N° 40) mientras la
gún interrupción ocurre en una
,

en curso, de forma
prescripción que jamás una renuncia interrum
pe. Lo que puede ocurrir, acaba de decir, es que un mismo
como se

acto admita una u otra calificación según el instante en que ocurra.


La jurisprudencia ha resaltado la diferencia entre renuncia e

interrupción natural, diciendo que "no es posible interrumpir un


plazo de prescripción ya cumplido",645 "ya que es necesario que el
plazo no haya transcurrido del todo, porque de lo contrario nin
guna interrupción cabe".646
En similar sentido se ha afirmado que "la interrupción sólo pro
cede respecto del plazo que estuviere corriendo, mas no de aqué
lla cuyo plazo estuviera vencido".047 También se ha resuelto que "el
reconocimiento tácito de una obligación de pagar una deuda no
constituye elemento que permita fundar una interrupción de la
prescripción alegada, en atención a que el plazo de prescripción
había vencido con anterioridad a la fecha de presentación de los
h4H
documentos en el juicio".
Finalmente, como tuvimos oportunidad de señalarlo (vid.
N" 13), numerosos fallos han resuelto que la gestión de reconoci
miento de firma no tiene la virtud de interrumpir la prescripción
cuyo plazo estuviere vencido.649 Ahora, si el plazo está en curso, la
cuestión más controvertida, encontrándose fallos en apoyo de
es

una
y otra posición.650 Pero como la noción de demanda judicial
del art. 2518 es entendida en sentido amplio, según se verá (vid.
Nos 52.1.2 y 52.1.3), nos parece que la dicha gestión es interruptiva
de prescripción en curso.

48. Formas de interrupción de la prescripción. Con arreglo al ar


tículo 2518 del Código, la prescripción puede interrumpirse civil

645

646
Santiago, 28 junio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2\ pág. 76.
C.
C. Suprema, 16 abril 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. Ia, pág. 24.
647
C. Suprema, 6 octubre 1988, Fallos del Mes 359, N° 12, pág. 670.
C. Suprema, 27 septiembre 1990, Fallos del Mes 382, N° 10, pág. 492.
648

C. Suprema, 6 octubre 1988, Fallos del Mes 359, N° 12, pág. 670. Ver
649 sen

tencias citadas al tratar esta materia, citas N° 253 a 257.


de
Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev.
650
Acepta interrumpe
que el plazo, C.
Der., t. 60, sec. 2a, pág. 130. Por el rechazo, C. Suprema, 2 septiembre 1938, Rev.
de Der., t. 36, sec. Ia,
pág. 225.

227
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCI A

o naturalmente. Un fallo de la Corte Suprema señala claramente


las diferencias entre ambas, al decir que "el carácter de la
interrup
ción civil es diverso y contrapuesto al de la natural. La demanda

judicial, generadora de la interrupción civil, es un acto o procedi


miento compulsivo emanado del acreedor con el objeto de
lograr
del deudor el pago de la deuda aun sin su voluntad; en cambio, el
reconocimiento expreso o tácito, que da origen a la
interrupción
natural, manifiesta una voluntad más o menos espontánea y un de
seo de
pagar sin violencia, sin demanda compulsiva o ejecutiva, como
sucede en los casos de remesas de dinero abono de la deuda, las
en

excusas de palabra o
por carta, el mero anuncio de pago, etc.".651
Esta distinción entre los actos que provienen del reconocimien
to del deudor
-interrupción natural- y los que resultan del hecho
de haber ejercitado el acreedor su derecho -interrupción civil- es
común en el derecho comparado. Los arts. 3984 y 3986 del Códi

go argentino la contienen, así como el art 2539 del Código colom


biano, éste en términos similares a los del nuestro. El art. 2242 del
Código francés, del que evidentemente fue tomado el inciso pri
mero de nuestro art. 2518,
distingue ambas clases de interrupción
en términosaplicables tanto a la usucapión como a la prescripción
extintiva. ElCódigo italiano no emplea los calificativos de civil y
natural, pero los arts. 2943 y 2944 distinguen de parte del titular y
por efecto del reconocimiento del deudor, y otro tanto ocurre en
al art. 1973 del
Código español. Las diferencias del régimen de la
interrupción provienen más bien de la extensión con que se com
prenden los actos susceptibles de interrumpir la prescripción.

49. La interrupción civil. La civilmen


prescripción se interrumpe
te sólo en virtud de una demanda judicial. Así lo dice el artícu
lo 2518 y así también lo han resuelto nuestros tribunales.652 Con
mejor criterio técnico, el art. 2943 del Código italiano se refiere a
"la notificación del acto con el cual se inicia un
juicio, sea éste de
cognición, conservativo o
ejecutivo". Pero también en otras
legis
laciones, la italiana que
como en se acaba de mencionar, la inte
rrupción civil puede resultar de otros actosque signifiquen la
constitución en mora del deudor,
apartándose así de la tradición
impuesta por el Código francés, que no considera otra forma de

6M
C. Suprema, «S junio 1921, Rev. de Den, t. 20, sec. Ia, pág. 425.
552
C. Suprema, 9 diciembre 1930, Rev. de Den, t. 28, sec. Ia, pág. 404.

228
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE IARGO TIEMPO

interrupción que la judicial, y siguió más bien la canónica, que sí


los admitía.653 Esta
disposición fue evidentemente considerada por
el legislador argentino en la reforma que la Ley N° 17.711
introdujo
al art. 3986 del Código, que considera como acto interruptívo "la
constitución en mora del deudor, efectuada enforma auténtica.
Esta interrupción sólo tendrá efecto durante un año o el menor

término que pudiere corresponder a la prescripción de la acción".


El Proyecto argentino propone considerar también como acto in
terruptívo "la
interposición de reclamo administrativo, si es exigi
do por la ley como requisito previo para deducir la acción judicial"

y "el compromiso que somete el conflicto existente a proceso arbi


tral" (art. 2483, letras b y c), cuestión que ya había sido propuesta
por la doctrina.654 El Código del Brasil en el art. 202 contiene varios
modos de interrupción, como la presentación del título de crédito

enjuicio de inventario o en concurso de acreedores y en general


"por -cualquier acto judicial que constituya en mora al deudor".
En todo caso, es de advertir que la interrupción civil sólo pue
de resultar de actos formales taxativamente señalados por la ley655

y no por convención de las partes, puesto que la regulación de la


prescripción no es cuestión disponible.

49.1. No son
interruptivas las reclamaciones extrajudiciales.
Por tratarse de una demanda,niega desde ya todo efecto inte-
se

rruptivo a las reclamaciones extrajudiciales que haga el acreedor,


aunque signifiquen un propósito de hacer valer el vínculo obliga-
cional. Así, por ejemplo, se ha sostenido más de una vez que "no
interrumpe la prescripción la simple carta dirigida al deudor y la
respuesta de ella, porque la ley exige expresamente un requerimien
to
judicial".656
En similar sentido ha dicho que "la reclamación ante la Jun
se

ta de Reclamo de Ferrocarriles no
podría estimarse como interpo
sición de la acción judicial y, por lo tanto, no interrumpió civilmente

653
Así, P. VITUCCI, ob, cit., t. 2, pág. 76.
654 de la
Por ej., L. MOISSET DE ESPANES, Reformas al Código Civil. Régimen
Prescripción, págs.
,;"
57 y sgts.
MAZEAUD y CUABAS, ob. cit., N" 1178.
656
C. Santiago, 18 junio 1981, Rev. de Der, t. 78, sec. 2a, pág. 73. En idéntico
sentido, C. Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de Der., t. 60, sec. 2a, 130; C.
pág.
Suprema, 23 octubre 1968, Rev. de Den, t.65,sec. Ia, pág. 323; C. Suprema, 9 di
Rev.
ciembre 1950, Rev. de Den, t. 48, sec. Ia, pág. 409; C. Iquique, 17 mayo 1926,
de Der., t. 28, sec. Ia, 409. pág.

229
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

la Por lo mismo, "la protesta notarial de la vícti


prescripción".657
ma de un hecho ilícito no tiene la
aptitud de interrumpir la pres
cripción, porque no tiene el carácter de demanda judicial, ni fue
seguida de una acción de esa naturaleza".658
El mismo fallo dice acertadamente que "la acusación constitu
cional hecha ante el H. Senado carece de las condiciones de una
demanda judicial interrumpir la prescripción".
apta como
para
Se ha resuelto que "debemos entender por demanda judicial
cualquier gestión o medida judicial que el acreedor plantee en or
den al reconocimiento o defensa de su derecho, en oposición a los
reclamos o requerimientos extrajudiciales que, sin lugar a dudas, ca
recen de fuerza
interruptiva de acuerdo con nuestra legislación".659
Tomando las palabras de Alfredo Colmo para el derecho argen
tino, al no considerar sino una interrupción judicial, se ha consi
derado por el Código que "es tan importante la institución de la
prescripción, que la ley quiere una manifestación categórica, enér
gica, de prueba indubitable, acerca del acto del acreedor que pue
da implicar la cesación del curso de la misma".660 Esa era, como
acabamos de señalarlo, la tradición impuesta por el
Código fran
cés, que en ello siguió las normas que se imponían en las regiones
de derecho escrito donde se
exigían actos "dlnquietation", es decir,
provenientes de un tribunal. Pero la jurisprudencia francesa ha ex
tendido tales actos hasta considerar, dentro de su sistema proce
sal, algunos que no son estrictamente demandas, ni deducción
directa de acciones.661 Incluso las
negociaciones intentadas por el
acreedor que luego ha demandado con su deudor son actos inte-
rruptivos.662
La exigencia que se examina es común al derecho compara
do: ni el envío de cartas, aun notariales, ni la intervención de li
quidadores en el seguro, ni reclamaciones verbales interrumpirán

'*7
C. Santiago, 21
junio 1904, Rev. de Den, t. 2, sec. 2a, pág. 34.
im
C. 18 abril 1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 2a,
Santiago,
6S9
pág. 28.
C. Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes
227, N° 1, pág. 297, voto mi
noritario. La mayoría también descarta las reclamaciones
extrajudiciales, pero no
era
partidariade dar a la expresión un alcance tan el voto minori
amplio como
tario transcrito.
M,°
A. COLMO, Tratado de las
teórica-práctico
"
obligaciones en el Derecho Civil argen
tino, tomo 1, pág. 649, N° 932, 2 edición, Buenos Aires, 1928.
ffi'
PH. LE TOURNEAU
y L. CADIET, ob. cit., N° 2267, y la abundante juris
prudencia allí citada.
,;,iL>
Cass. Com. 2 febrero 1971, Bull. Civ. IV, N° 34.

230
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

civilmente la prescripción.663 Vélez Sarsfield, el ilustre codificador


argentino, decía en nota al primitivo art. 3986 del Código transan
dino, que "la interpelación extrajudicial... no interrumpe la pres
cripción". Tampoco las gestiones administrativas, cualquiera sea la
jerarquía de la autoridad ante la que se hagan, tienen valor inte-
rruptivos. Sin embargo, no han faltado quienes han propugnado
por conferir valor interruptívo a algunas gestiones administrativas
o extrajudiciales, como un requerimiento notarial.664 Y tanto,
que
la Ley N° 17.711, que modificara el Código argentino, introdujo en
el art. 3986 la posibilidad de conceder a la constitución en mora
hecha en forma auténtica un carácter interruptívo, luego corregi
do como efecto suspensivo y la doctrina ha entendido que se alu
de a un requerimiento extrajudicial.665
Con todo, fuera del Código Civil y tratándose de prescripcio
nes
especiales, la reclamación administrativa puede tener el efecto
de ampliar el plazo de caducidad, como ocurre con el art. 480 inc.
final del Código del Trabajo, que confiere a la reclamación ante la

Inspección del Trabajo un verdadero carácter de acto suspensivo


(vid. N° 93.1). Lo mismo ocurre en materias tributarias con la cita
ción hecha al contribuyente, pues ella alarga el plazo de prescrip
ción extintiva (art. 200 C. Tributario).
La reclamación extrajudicial del acreedor es admitida por el
art. 1973 del Código español; pero con razón se ha criticado, porque
está expuesta a inseguridades y dificultades probatorias;666 pero otros

Códigos han seguido igual parecer, como los de Panamá (art. 1711),
Puerto Rico (art. 1873), Costa Rica (art. 879) y aun el de Italia
(art. 2943). Sin embargo, bien podrían admitirse como actos de in
terrupción, reclamaciones extrajudiciales regladas, como ocurre con
la denuncia de un siniestro en el seguro, o el requerimiento a los

liquidadores. Pero hasta ahora nuestra legislación sigue exigiendo la


reclamación judicial, de modo que una reforma en la materia debe
ría comprender también estas formas más flexibles de interrupción.

Así, L. MOISSET DE ESPANES, Interrupción de la prescripción por demanda,


683

págs. 23 y 24, Córdoba, 1968.


Véanse los autores citados por L. MOISSET DE ESPANES, ob. cit, pág. 24.
664

665
L. MOISSET DE ESPANES, "El requerimiento notarial y su incidencia so
bre el curso de la
prescripciónliberatoria", en Revista del Notariado, N° 734, Bue
nosAires, 1974, págs. 3 y sgts.
666
F. CASTAN, ob. cit., pág. 965, y sobre la dificultad de precisar tales actos,
L ALAS, D. DE BUEN y R. RAMOS, ob. cit., pág. 234. y **~- *

?
; c0 ,

231
eíbuot|ca.\
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

De modo más amplio, el art. 317 del Código Civil neerlandés


prescribe que "I. La prescripción de una acción judicial para el cum
plimiento de una obligación se interrumpe por un requerimiento
comunicación por escrito la que el
por escrito o una en acree
por
dor se reserve indudablemente su derecho de cumplimiento".

50. Debe intentarse ante justicia, con fines de ejer


un tribunal de
cicio de la acción y en contra del deudor. La ley al exigir una de
manda judicial "está pidiendo cualquiera gestión que realice el
titular ante los tribunales de justicia en defensa de sus derechos",
ha dicho la Corte Suprema.667
En sentido similar se ha dicho que la expresión demanda judi
cial que emplea el artículo 2518 no se refiere forzosamente a la de

manda civil, sino cualquier gestión judicial que demuestre que el


a

acreedor pone enjuego la facultad jurisdiccional para obtener o


proteger el derecho".668
"Como se trata de una demanda, ésta debe interponerse ante

los tribunales de justicia, y no son suficientes las gestiones hechas


ante la Contraloría General de la República", como acertadamen
te señala un fallo.669
Se sostiene que "la Contraloría General de la República no pue
de ser estimada como tribunal de justicia, incorporado al régimen
del Poder Judicial, ni aun dentro de la prerrogativa que le otorga
el artículo 36 de la Ley N° 11.595 de ser tribunal administrativo.
En consecuencia, en el caso de autos carecen del alcance de de
manda judicial capaz de interrumpir la prescripción extintiva de
la acción ejercitada por el actor, las diversas gestiones o presenta
ciones que éste formuló ante aquel organismo de control adminis
trativo, como tampoco logran constituirla las diversas peticiones que
hizo ante la Jefatura de las Fuerzas Armadas, en reclamo de sus de
rechos como ex servidor de ellas".670
Por lo mismo, ni la protesta notarial ni la
presentación hecha
ante el Senado considerarse
pueden demandas, según dijimos.
Por similares motivos ha sostenido correctamente que "la
se

autoridad edilicia no está facultada para declarar la prescripción

ml
C.
Suprema, 20 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia, pág. 90.
,1,iH
C.
Suprema, 29 octubre 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 4a, pág. 219. La mis
ma sentencia en Fallos del Mes 264, N°
7, pág. 394.
m)
C. Suprema, 23 octubre 1968, Rev. de Der., t. 65, sec. Ia,
67(1
pág. 323.
C. Suprema, 23 octubre 1968, Fallos del Mes 1 19, N° 7,
pág. 221.

232
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

extintiva de un derecho que impetra un funcionario municipal, fa


cultad que está entregada exclusivamente a los tribunales de justi
cia en el juicio correspondiente".671 En este caso se trataba de
impetrar un derecho de desahucio.
Pero además habrá de tratarse no de cualquier gestión judicial,
sino de aquella que es relativa al ejercicio del derecho respectivo
sobre la acción que se trata de prescribir, como acertadamente ha
la jurisprudencia colombiana,672 de
podido precisarlo una deman
da que necesariamente implique la voluntad del acreedor de per

seguir el pago de la obligación de que se trata.673 Como dice más


técnicamente un autor, el "ejercicio del derecho ha de ser una con
ducta concluyente que exprese inequívocamente el modo de ser
del derecho, a lo menos en sus líneas fundamentales".674 No basta
entonces cualquier reclamaciónjudicial en la que se aluda al de
recho, sino que una
tenga como propósito exigirlo. Y además la
demanda debe intentarla el titular del derecho contra el deudor,
h7r'
es decir, contra el obligado y no contra un tercero. De este modo,
el activo para interrumpir es el acreedor titular del
legitimado o

derecho de que se trata, entendiéndose por tal también a


quien
tenga su
representación, sea
legal, sea convencional, y con poder
o facultad para interrumpir, aunque para ello basta un mandato
con
simples facultades administrativas (art. 2132) y no se requiere
en ese caso una facultad
especial. El legitimado pasivo es el deu
dor, aunque deberá hacerse mención especial del caso del obliga
do en garantía, como se verá más abajo (vid. N°61.2) y de la
especial situación de las obligaciones solidarias (vid. N° 61.1).

51. civilmente la prescripción. Si bien


Capacidad para interrumpir
el punto ha sido discutido en la doctrina, los tribunales han acogi
do, al menos en dos oportunidades, la tesis de que no es necesario
que el demandante sea para interrumpir la prescripción.676
capaz

671
C. Concepción, 16 agosto 1982, Rev. de Den, t. 79, sec. 5a, pág. 166.
de 2
pág. 155, que cita la sentencia de casación
672
F. HINESTROSA, ob. cit.,
noviembre 1927.
673
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1178.
A. AURICCHIO, Appunl i sulla prescnzione, pág. 16, Napoli, 1971.
674

P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 70; F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 156.
675

M. ASIAIN MADARIAGA, Interrupción de la prescripción extintiva civil, Me


676

moria de 1985,
prueba. Concepción, 47 y siguientes, y la jurisprudencia allí
págs.
mencionada.

233
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

En uno de ellos se ha sostenido la doctrina


según la cual no
obstante que se anule lo hecho por un menor enjuicio, la deman
da intentada por él conserva su efecto interruptívo. Específicamente
en tal ocasión resolvió que "la demanda deducida por la viuda
se

menor de edad
y formalmente notificada y en que cobra indemni
zación de perjuicios causados por la muerte de su marido, produ
ce la
interrupción de la prescripción, aunque se haya anulado todo
lo obrado en el juicio a que aquélla dio lugar. Esta resolución que
anula lo obrado no puede tener el efecto de acallar el ejercicio de
la acción de la que fue menor... porque ella no ha incurrido en
negligencia y ha manifestado en forma fehaciente su propósito de
cobrar lo que ha estimado que se le debe".677
No parece que la interrupción haya de hacer excepción a
nos

las exigencias comunes de la capacidad. El incapaz dispone de su


debido representante legal, a quien cabe la obligación de velar
por
la mantención de los créditos de su representado y de ello
respon
de. El art. 409 respecto de los guardadores les impone el
"especial
cuidado de interrumpir las
prescripciones que puedan correr con

tra el
pupilo. No se comprende por qué una actuación judicial in
válida, conserve no obstante un efecto para la interrupción.

52. Requisitos necesarios para que opere la interrupción civil. De


la relación de los artículos 2518
y 2503 del Código Civil pueden
desprenderse los siguientes requisitos: a) demanda judicial; b) no
tificación legal de la demanda; c) que no haya mediado desistimiento
de la demanda abandono de la instancia, y d) que el demanda
o

do no haya obtenido sentencia absolutoria.


Examinaremos estos requisitos en ese mismo orden.

52.1. Demanda judicial. Ya hemos señalado


que al exigir una
demanda judicial en el artículo 2518 del
Código Civil el legislador
ha querido quitarle efecto
interruptívo a las reclamaciones extra-
judiciales que haga el acreedor (vid. N° 49.1).
No obstante lo anterior, se ha
producido controversia en la doc
trina sobre el sentido y alcance
que debe darse a la expresión "de
manda judicial". En efecto,
puede interpretarse de una manera
restringida, refiriéndose sólo a la demanda en su sentido técnico
procesal y que funda por ejemplo al art. 254 del Cód. de Proc. Ci-

C. Suprema, 10 abril 1929, Rev. de Den, t. 27, sec. Ia, pág. 240.

234
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

vil, o de una manera amplia, refiriéndose a


cualquier gestión que
el acreedor ante los tribunales de justicia.
haga
El asunto ha sido arduamente discutido por la doctrina y los
tribunales; encontrándose ya definida la solución jurispruden
pero
cial que da un alcance amplio a la expresión, de forma que el de
bate resulta meramente histórico en la actualidad.

Interpretación restringida. Los argumentos esgrimidos


52.1.1.
a la voz "demanda judicial" debe dársele
por quienes estiman que
un alcance restringido son esencialmente
los siguientes: aplicando
el artículo 21 del Código Civil, la palabra demanda es técnica y por
lo mismo debe ser tomada en el sentido que le den los que profe
sen la ciencia del derecho procesal. Así
lo sostuvieron en un co

mienzo los tribunales.678 Por otra parte, la distinta redacción de los


artículos 2503 y 2518 demuestra la intención del legislador de so
meter a diferentes causales la interrupción civil en
la prescripción

adquisitiva y en la extintiva. Se agrega que


en la prescripción ad
mediante cualquier "recur
quisitiva se interrumpe la prescripción
se logra este efecto
so
judicial", pero que en la extintiva sólo
de 1853
mediante una "demanda" propiamente tal.679 El Proyecto
se remitía expresamente a las reglas de
la interrupción civil, pues
el art. 2700 inc. 4o decía
que "La interrupción civil de esta prescrip
ción sujeta
se del artículo 2686", lo que no se mantuvo
a las reglas
en la redacción definitiva del Código. Se esgrime
además el carác
ter condicional de la interrupción: la interrupción
civil no deriva
tanto de la demanda que la origina, como de
la sentencia que aco

la condición para que opere la inte


ge esa demanda.680 Por tanto,
favorable. Así lo
rrupción es que el acreedor obtenga sentencia
HUÍ
sostiene algún autor.1

de esta doctrina
52.1.2. Interpretación amplia. Los partidarios
referidas.
tienen argumentos para rebatir una a una las razones ya
el artículo 21 del
Así, en lo que respecta al argumento fundado en
dictarse el Código Ci-
Código Civil, se recuerda que, al tiempo de

el
678 Rev. de Den, t.36, sec. Ia, pag: 225. En
C. Suprema, 2 septiembre 1938, ob.
27; F. FUEYO LANERI, y t.
mismo sentido, R. MEZA BARROS, ob. cit., pág.
cit., pág. 257.
679
M. MEZABARROS, ob. cit., pág. 31. ,

42, 1 43£>.
680
C. Suprema, 25 noviembre 1944, Rev. de Den, t. sec. , pag.
R. MEZA BARROS, ob. cit., pág. 38.
681

235
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

vil, no Código de Procedimiento Civil, que es el que con


existía el
tendría el significado de la palabra demanda. De este modo, mal
podría haberse querido referir el legislador civil a lo que el Códi
entiende por demanda.682 Pero en ver
go de Procedimiento Civil
dad el argumento no es decisivo, desde que no por no haber aún
a esa Código procesal, dejaba de existir la noción técnica de
época
demanda.
En relación a la diferente redacción de los artículos 2518 y 2503,
se refuta sosteniéndose que la diferencia se justifica porque el re

dactor del Código no habría querido incurrir en repeticiones. Ade


más, en el artículo 2503 el legislador civil habla de "demanda",
"demandado" y "recurrente", con lo que queda de manifiesto que
en ningún caso pretendió hacer una distinción entre demanda y

recurso judicial. Esto último también ha sido confirmado por la

doctrina6^ y por la jurisprudencia en numerosas oportunidades.


Así, en uno de los considerandos de una sentencia de la Corte
Suprema se dijo: "Que el artículo 2518 dispone que la prescripción
extintiva de las acciones se interrumpe civilmente por la 'deman-

682
L. CONTRERAS ABURTO, ob. cit., págs. 128 v siguientes.
Hs:í
L. CONTRERAS ABURTO, ob. cit, pág. 128; M. SOMARRA A UNDURRAGA,
Las Obligaciones y los Contratos ante la furisprudencia, 2a edición actualizada por R.
DOMÍNGUEZ BENAVENTE, cit., N° 152, pág. 107, que señala: "Se reconoce que
la súplica, petición o solicitud no necesita ser enderezada a obtener la satisfac
ción de la prestación adeudada o de la restitución de la cosa
que posee el terce

ro, bien se trate de la prescripción extintiva o adquisitiva. Es suficiente un


pedido
judicial que importe el reclamo del derecho. Así, essuficiente demanda, para los
fines del artículo 1232 del Código Civil, cualquier requerimiento judicial del asig
natario para que acepte o repudie, resuelve la sentencia de 25 de abril de 1938,
Rev. de Den, t. 35, sec. Ia, pág. 478, y otros casos que señalan los autores. Por el
contrario, la gestión para obtener el privilegio de pobreza, que haga posible de
mandar, no interrumpe la prescripción, resuelve el fallo de 27 de julio de 1939,
Rev. de Der, t. 37, sec. Ia, pág. 179; ni la solicitud de ampliación del auto de po
sesión efectíva por el heredero excluido, que fuera denegada, cuan
presentada
do endereza contra
putativo la acción de petición de herencia, en el
el heredero
caso del inciso final del artículo 704 del
Código Civil, sostiene el fallo de 17 de
marzo de 1949, Rev. de Der., i. 49, sec. Ia,
pág. 335; ni la demanda que tiene por
objeto se reinscriba la hipoteca interrumpe la prescripción de la acción hipoteca
ria, porque aquélla no es el
ejercicio de la acción de desposeimiento, sanciona el
fallo de 28 de diciembre de 1939, Rev. de Den, t. 37, sec. Ia, pág. 489; y tampoco
interrumpe la notificación que se hace al deudor de la cesión del crédito que hace
el acreedor a un tercero, de acuerdo al fallo de 2 de noviembre de 1934, Rev. de
Der., t. 32, sec. Ia, pág. 119, lo que se reitera en el fallo de 15 de septiembre de
1944, Rev. de Den, t. 42, sec. Ia, pág. 312, que añade que tampoco la aceptación
qtie haga el deudor de esa cesión".

236
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

da judicial', salvo los casos enumerados en el artículo 2503


(que
también se refieren a demandas),
diferencia del inciso Io de este
a

último artículo, que, en relación con la interrupción civil de la


pres
cripción adquisitiva, alude a cualquier 'recurso judicial' intentado
por el que pretende verdadero dueño de la cosa, contra el po
se

seedor; sin embargo, al señalar los casos en que no obstante ellos


no se interrumpe la prescripción, se refiere a la demanda
judicial
en efecto,
precisamente; previene que no
hay interrupción si la de
manda no es notificada en forma legal; tampoco en el caso de de
sistimiento de la demanda o abandono de la instancia (originada
ésta, naturalmente, por una demanda) y en los casos
que ella no

prospere en virtud de un fallo de absolución, todo lo cual conduce


a concluir que los aludidos recursos del que se estima propietario
verdadero en contra del poseedor deben también tomar la forma
de una demanda".684
Finalmente, en lo relativo al carácter condicional de la interrup
ción, se ha entendido que, si bien es cierto que es necesario una sen
tencia judicial favorable al acreedor, no es indispensable que éste

ejerza de inmediato su derecho mediante la demanda del artículo


254 del Código de Procedimiento Civil, sino que puede ejercerlo por

algún otro "recurso judicial". Así se desprende de una sentencia.*'*'

Otro fallo añade que "en definitiva el artículo 2518 exige la ini
ciación del juicio pertinente, que evidencie la explícita voluntad del
acreedor de exigir su crédito dentro del período pertinente, lo que f,H(>
en la
especie se cumple con la notificación judicial del pro testo".
Quienes participan de esta interpretación amplia esgrimen además
otros
argumentos en apoyo de su posición:687 según el Diccionario
de la Real Academia Española -y va puede observarse que el recur
so al sentido
propio de los términos permite los más variados efec
tos-, demanda significa "petición que el litigante sustenta en un

684
C. Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 4b; la misma
sentencia en Fallos del Mes 329, N" 19, pág. 149. En sentido similar, C. Suprema,
7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1, pág. 291, que señala que la voz deman
da es tomada por el legislador en un sentido amplio, sinónimo de recurso judi
cial, toda vez que en el precepto que se comenta se utilizan como equivalentes
los términos demanda, recurso y recurrente; C. Suprema, 29 octubre 1980, Rev.
de Der., t. 77, sec. 4a,
685
pág. 219, y Fallos del Mes 264, N° 7, pág. 394.
C. Suprema, 21 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia, pág. 206.
686
C. Santiago, 16 marzo 1981, Rev. de Den, t. 78, sec. 2a, pág. 39.
R BARROS ERRAZURIZ, ob. y vol. cit., pág. 310; L. CONTRERAS ABURTO,
687

ob. cit., pág. 129; J.C. FABRES, ob. y t. cit., pág. 393.

237
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

juicio", "escrito en
que se ejercitan enjuicio una o varias acciones
civiles o se desenvuelve un recurso contencioso administrativo".688
Por parte, Joaquín Escriché, a quien en más de una vez han
su

recurrido los tribunales, señala que es "la petición que se hace al


juez para que mande pagar o hacer alguna cosa".689
Sin lugar a dudas, la voz "demanda judicial" del art. 2518 se
pue
de asimilar a la voz "recurso judicial" del art. 2503, de evidente sen
tido amplio y no
precisamente técnico. Así lo han resuelto los
tribunales.690
El artículo 2518, como tantos otros, tiene su
origen en el Códi
go Civil francés, en donde nadie discute que el texto legal se incli
na
por la interpretación amplia, según se verá.
Por otra parte, deberá tenerse en cuenta el fundamento de la
prescripción y el de la interrupción, y éste es, sin lugar a dudas, el
argumento más recurrido para defender el alcance extensivo de la
expresión "demanda judicial" y a la vez el más decisivo.
Tal señalamos al analizar los fundamentos de esta insti
como

tución, uno de éstos es la presunción de abandono o renuncia del


derecho, o negligencia por parte del acreedor. Pues bien, este fun
damento viene a quedar destruido con la
interrupción de la pres
cripción, ya que como se
dijo oportunamente, el acreedor rompe su
silencio, abandona su negligencia y exige su derecho. Para esto últi
mo sólo basta
que él de cualquier manera manifieste su intención de
hacer efectivo su crédito, con tal
que su intención la manifieste ante
los tribunales, no bastando un
requerimiento extrajudicial, como
tuvimos oportunidad de ver (vid. N° 49.1).
Por esto una sentencia más reciente
que la demanda
sostuvo

judicial "cualquier gestión que realice el titular ante los tribuna


es

les en defensa de sus derechos


y que demuestre su propósito de
no abandonarlo".691 Una definición más
la da otra sen-
completa

688
Diccionario de la Real Academia
Española, pág. 451.
ESCRICHÉ, JOAQUÍN, Diccionario Razonado de Legislación y jurisprudencia,
Bogotá, 1977, tomo II, pág. 295.
ím
C. Valparaíso. 29 octubre 1963, Rev. de Den, t. sec. 60, 2a, pág. 130. En si
milar sentido, C.
Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1, pág. 291; Pe
dro Aguirre Cerda, 12 marzo 1982. Rev. de
Den, 79,
t. sec. 4a, pág. 49.
*"
C.
Suprema, 20 julio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. Ia', pág. 90. En sentido
similar, C. Suprema, 21 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. Ia,
pág. 206; C.
Santiago, 16 marzo 1981, Rev. de Der, t. 78, sec. 2\ pág. 39; C. Suprema, 23 octu
bre 1968, Rev. de Den, t. 65, sec. 1",
pág. 323; C. Suprema, Fallos del Mes 119, N° 7,
pág. 221.

238
SEGUNDA PARTE; PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

tencia, al entender que "por demanda judicial debemos entender


a todo acto o gestión de apremio que el acreedor realice claramente
con el indiscutible de obtener del deudor determinado pago
objeto
o satisfacción, utilizando para ello el órgano jurisdiccional corres
Wl-

pondiente, y mediando conocimiento del demandado".


En el derecho comparado, la cuestión ha sido siempre enten
dida en el sentido amplio. En el derecho francés, si bien el art. 2244
emplea general de "citación en justicia", el alcance
la noción más
la jurisprudencia, teniendo en cuenta las particula
que le ha dado
ridades del derecho procesal francés, comprende no solamente la
demanda técnicamente tal.693 En el derecho español, como el
art. 1973 no señala limitativamente los actos judiciales interrupti-

vos, los tribunales le han dado un sentido amplio:


demanda pro
de
piamente tal, acciones ejecutivas o de apremio, petición
la
pobreza.694 El Código italiano emplea, según se ha dicho, expre
sión más comprensiva de "acto introductivo de un juicio" (art. 2943
inc. lo cual evidentemente se entiende tanto uno de cog
Io), con

nición, conservativo o de ejecución.69' En Argentina, desde antiguo


se expresión "demanda" judicial de modo amplio,
ha entendido la
comprendiendo por ejemplo una querella criminal pidiendo repa
ración del daño sufrido, gestiones preparatorias de la vía ejecuti
va, la petición de quiebra o la verificación
de créditos en ella, etc.**
Y ya hemos aludido al art. 202 del Código del Brasil, que otorga
efectos interruptivos a "cualquier acto judicial que constituye
en

mora al deudor".
La doctrina acoge entre nosotros la tesis amplia.697 Sin embar

go, ésta debe ser matizada en cuanto a que no basta cualquier ges
tión sino implique claramente la voluntad del
judicial, una
que

291.
692
C. Suprema, 7 octubre 1977. Fallos del Mes 227, N° 1, pág.
ob. cit., N 226/,
693
Sobre lajurisprudencia, PH. LE TOURNEAU y CADIET,
la nota 2.
y MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1 178, y
694J. CASTAN, ob. cit., pág. 964; M. ALBALADEJO, ob. cit., pag. :>22.
t. 2, pag. br>
G. PANZA, ob. cit., pág. 231, N° 5; P. VITUCCI, ob. cit.,
"k

de demanda judi
m
R. MOLTONI, Interrupción de la prescripción por interposición
N« 3-5, 19M; L. MOIS
cial, pág. 315, en Bol. de la Fac. de Der. y C. Soc, Córdoba,
de la prescripción
SET DE ESPANES, Actos judiciales que tienen efecto interruptívo
liberatoria, Rev. Tur. El Derecho, 1967, pág. 662, y también Interrupción delapmcnp-
R. LÓPEZ CA
cián por demanda, citado, págs. 35 y sgts.; A. ALTERINI, O. AMEAL y
BANA, ob. cit., N° 1627. .

R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Interrupción de la prescripción por


697
interposi
N<» 1-3, 1967,
ción de demanda judicial en Bol. de la Fac. de Der. y C. Soc, Córdoba,
pág. 82.

239
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

acreedor de obtener el pago,698 y que se refiera o corresponda al de


recho que se trata de exigir y no otra,699 de forma que actos que sólo

pretendan recordar la existencia de la deuda no tienen virtud in-

terruptiva. el reconocimiento del derecho


Han de desembocar en

del acreedor. Como lo tiene dicho el Tribunal Supremo de Espa


ña, por amplio que sea el sentido de la gestión, ésta tiene que te
ner como finalidad exigir el derecho respectivo, es decir, un acto

por el cual expresamente se reclame del deudor el cumplimiento


de la obligación y no una mera manifestación externa de la exis
tencia de un derecho.700 Y debe proceder la demanda del acree

dor, vale decir, del titular del derecho y en contra del deudor, es
decir, la persona obligada, pues, como se verá, el efecto interruptí
vo de la demanda es relativo, salvo excepciones legales (vid. N° 61).

Y, por último, cabe observar, como muy justamente lo señala un


autor, que si el acto interruptívo propiamente tal no es una deman
da en susentido técnico, esos actos deberán ser acompañados más
tarde de una verdadera demanda, pues será entonces que se dis
cutirá si los medios judiciales empleados antes han tenido o no el
efecto de interrumpir laprescripción, desde que si el demandado
obtiene sentencia de absolución, no hay interrupción, como se dice
en los arts. 2518 y 2503.™
Existe sin
embargo una situación en la que no cabe la tesis
amplia y la que la noción de demanda es la que técnicamente
en

señala el derecho procesal. Es la prevista en el art. 100 de la Ley


N° 18.092 sobre Letras de Cambio y Pagaré, pues allí el acto inte

rruptívo debe ser "la demanda judicial de cobro de la letra (o pa


garé) o la gestión judicial necesaria o conducente para deducir
dicha demanda o preparar la ejecución". Como se ha resuelto acer
tadamente, en ese evento se trata de la demanda propiamente tal
en la
que además se ejercite la acción cambiaria, sea ésta ejecutiva
u ordinaria,70- o de la
gestión de preparación de la vía ejecutiva.

**
MAZEAUD v CUABAS, ob. cit., N" 1178; COLMO, Obligaciones en General,
pág. 649.
699
Así, M. ALBALADEJO, ob. cic, pág. 519; F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 155,
que cita la clara sentencia de casación colombiana de 2 de noviembre de 1927,
de acuerdo a la que la demanda a
que se refiere la ha de ley estrecha y
"guardar
directa coi relaciónla acción que el prescribiente esquiva o con el derecho
con

que se quiere conservar por su dueño, contra el prescribiente'.


700
Sentencia de 6 diciembre 1968.
701
R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE,
Interrupción de la prescripción por interposi
ción de demanda judicial, citado, 85, N° 17.
702
pág.
C. Suprema, 29 agosto 1996, Fallos del Mes 453, N° 18, 1659.pág.

240
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

52.1.3. Jurisprudencia. Nuestros tribunales han


participado
continuamente de estedebate, y podemos concluir que ya es doc
trina firme en las sentencias, el dar un
concepto amplio a la ex
presión demanda, empleada por nuestro Código, aunque con

algunas excepciones, más bien en fallos antiguos.


Así y respecto de estos últimos, además de los ya citados más
arriba (vid. N° 52.1.3), otras sentencias han sostenido que la cita
ción judicial para que el deudor reconozca firma y confiese la deuda
es una gestión preparatoria de la vía ejecutiva y no una demanda,
y por lo tanto no interrumpe la prescripción.703 Lo mismo que la
gestión para obtener el privilegio de pobreza, que haga posible de
mandar su crédito,704 y aun el nombramiento de abogado para ha
cer la demanda de justicia gratuita.705

Otros fallos en apoyo de la tesis restrictiva se basan en el signi


ficado procesal bien claro que tiene la expresión demanda, de
modo que "toda actuación ante los tribunales que no tenga la cali
dad de tal no interrumpe la prescripción. La expresión supone un

juicio entre partes que el actor acciona con un título que da


en

prueba fehaciente de la existencia del crédito que cobra, lo que


no ocurre cuando se pide que el presunto deudor reconozca la exis
tencia de la obligación".70h
En un voto minoritario un
poco más reciente, se sostuvo que "del
contexto del artículo 2503 se
desprende con toda nitidez, que de las
normas contenidas en aplicables a la pres
el artículo 2503 sólo le son

cripción extintiva las contenidas en los 3 primeros números y no la


de sus 2 primeros incisos. En el primero de éstos, está la siguiente
regla: 'Interrupción civil es todo recurso judicial, intentado por el
que se pretende dueño de la cosa contra el poseedor'. Esta norma
rige únicamente con respecto de la usurpación, porque su interrup
ción está limitada a esta clase de prescripción adquisitiva, mas no a
la extintiva de las acciones judiciales, todo lo cual permite concluir
que, con relación a estas últimas, no todo 'recurso judicial' la inte
rrumpe, sino exclusivamente la 'demanda judicial', y debe ser debi-

703
C. Suprema, 2 septiembre 1938, Rev. de Den, t. 36, sec. Ia, pág. 225.
704
C. Suprema, 27 julio 1939, Rev. de Den, t. 37, sec. Ia, pág. 179.
703

706
Sentencia, T. Supremo, 17 marzo 1986.
C. Santiago, 8 noviembre 1976, Gaceta Jurídica N° 3, pág. 7. En el mismo
sentido, C. Suprema, 24 agosto 1932, Rev. de Den, t. 29, sec. Ia, pág. 615; C. Su
prema, 9 diciembre 1930, Rev. de Den, t. 28, sec. Ia, pág. 409.

241
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

damente notificada, como se desprende después de un análisis com

parativo entre ambos preceptos legales".707


Otro fallo sostuvo que "la petición formulada por vía inciden
tal, enjuicio seguido las mismas partes, mediante la cual el
entre
actor pretendió el pago de la indemnización
por violación del fue
ro sindical, no tiene la virtud de
interrumpir civilmente la prescrip
ción, ya que el artículo 2518 exige para ello la interposición de una

demanda judicial y no de acciones accesorias o incidentales".708


Pero la tesis que acepta la interpretación amplia es abrumado
ra en la jurisprudencia
posterior. Uno de los
primeros casos falla
dos en este sentido recayó en una preparación de la vía ejecutiva,
mediante la citación de la contraparte para el otorgamiento de una
nueva
copia de escritura pública. El máximo tribunal declaró apta
esta gestión
para interrumpir la prescripción, ya que "a la época
de promulgarse el Código Civil, no existía un
cuerpo de leyes de
enjuiciamiento confeccionado con el tecnicismo que ha precedi
do la redacción de los códigos de procedimiento en
vigencia, en
forma que hoy a los términos relacionados con el derecho
proce
sal debe dárseles el sentido que efectivamente tienen".709 Y
para
apreciar mejor hasta dónde se acepta la doctrina amplia, parece
más adecuado examinar qué actos han sido judiciales aceptados
como "demanda" para efectos interruptivos.
52.1.4. Actos judiciales que sin ser demandas del artículo 254
del C.P.C. se asimilan ellas para los efectos de
a
interrumpir la pres
cripción.
Gestiones
preparatorias de la vía ejecutiva. Como lo ha dicho la ju
risprudencia, las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva son 'aque
llas que tienen por
objeto constituir o completar alguno de los
requisitos que faltan al título para que tengan mérito ejecutivo".710
Pues bien, en numerosas
oportunidades se ha sostenido que la
"notificación judicial del protesto de cheque
interrumpe la pres
cripción, ya que es una forma de iniciar el juicio ejecutivo corres
pondiente, lo que se
desprende categóricamente de lo preceptuado

707
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t. 75, sec. 4a, pág. 587 (voto
minoritario).
'm
C. Suprema, 6 septiembre 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 3a, pág. 108; la mis
ma sentencia está en Fallos del Mes, N° 298,
70"
pág. 536, sent. 3.
C. Suprema, 3 agosto 1949, Rev. de Den, t. 46, sec. Ia,
710 pág. 647.
C. Suprema, 18 julio 1989, Fallos del Mes 368, N° 6, 339.
pág.

242
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

por el artículo 178 del Código Orgánico de Tribunales, que tex


tualmente alude las "demandas
a
enjuicio que se hayan iniciado
por medidas prejudiciales, por medidas preparatorias de la vía eje
cutiva o mediante la notificación previa del art. 758 del
Código de
Procedimiento Civil...". Añade el fallo que "la notificación judicial
del protesto es una forma de iniciar el juicio ejecutivo de
rigor, con
lo que se cumple con lo exigido por el art. 2518 del Código Civil,
esto es, iniciar el juicio pertinente mediante una gestión
que evi
dencie la explícita voluntad del acreedor de exigir su crédito den
tro del período pertinente".711 Otros fallos han resuelto
que "la
notificación del protesto de un cheque es un trámite ajeno a la
cuenta de la prescripción de la acción penal. De significar el
ejer
cicio de acción, lo sería de la civil, que no se traduce en la sus
una

pensión de la acción, sino que en su interrupción".712 Sin embargo,


otrassentencias han señalado que "la gestión de notificación del

protesto de cheque interrumpe la prescripción, tanto de la acción


ejecutiva como la de la penal".713
También se ha fallado "que la notificación a los herederos de
los títulos ejecutivos que se tenían contra el de cujus, prevista por
el art. 1377 del Código Civil, interrumpe civilmente la prescripción,

711
C. Santiago, 16 marzo 1981, Rev. de Den, i. 78, sec. 2a, pág. 39. En sentido
similar, C. Suprema, 25 de agosto 1997, Fallos del pág. 1254.Mes 465, N° 3,
712
C.
Suprema, 29 marzo 4a,
1984, Rev. de Den, pág. 26. En sentido
t. 81, sec.

similar, no aceptan que se interrumpa la prescripción de la acción penal, C. Su


prema, 7 mayo 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 4a, pág. 37; C. Suprema, 18 junio 1985,
Rev. de Der., t. 82, sec. 4a, pág. 125; C. Suprema, 16 mayo 1985, Rev. de Den, t. 82,
sec. 4a,
pág. 109; C. Suprema, 5 julio 1983, Rev. de Den, t. 80, sec. 4a, pág. 60;
C. Suprema, 18
junio 1985, Fallos del Mes 319, N° 8, pág. 343; C. Suprema, 18
noviembre 1986, Fallos del Mes 336, N° 4, 825; C. Suprema, 5 julio 1983, Fa
pág.
llos del Mes 296, N° 1, pág. 36; C. Suprema, 5 diciembre 1983, Fallos del Mes 301,
N°2, pág. 754; C. Suprema, 25 abril 1984, Fallos del Mes 305, N° 3, pág. 143;
C. Suprema, 29 noviembre 1984, Fallos del Mes 312, N" 6, pág. 643.
713
C. Pedro Aguirre Cerda, 12 marzo 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 4a, pág. 26.
En sentido similar, C. Suprema, 20 mayo 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 4a, pág. 51;
C. Suprema, Rev de Den, t. 79, sec. 4a,
pág. 7; C. Suprema, 29 diciembre 1987,
Fallos del Mes 349, N° 5, 921; C.
pág. 6 mayo 1986, Fallos del Mes 330,
Suprema,
N°8, pág. 259; C. Suprema, 23 1983, Fallos del Mes 294, N" 5, pág. 209;
mavo

C Suprema, 29 1983,
marzo Fallos del Mes 292, N° 2, pág. 55; C. Suprema, Rev.
de Der., t. 77, sec. 4a,
pág. 118; Rev. de Der., t. 77, sec. 4a, pág. 120; Rev. de Den,
t. 80, sec.
4a, pág. 31; Rev. de Den, t. 80, sec. 4a, pág. 33; Rev. de Der., t. 80, sec. 4a,
pág. 41; Rev. de Der, t. 80, sec. 4a, pág. 158; C. Pedro Aguirre Cerda, 16 enero
1980, Rev. de Der., t. 78, sec. 4a, pág. 39; Rev. de Den, t. 78, sec. 4d, pág. 182; Rev.
de Der., t. 78, sec. 4a, 225; Rev. de Den, t. 77, sec. 4a, pág. 1; Rev. de Den, t. 77,
pág.
*ec. 4a, pág. 173; Rev. de Der., t. 82, sec. 2a, pág. 204.

243
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

pues la 'demanda judicial' que según el inciso 3o del art. 2518 del
C.C. interrumpe la prescripción liberatoria, es todo recurso judi
cial interpuesto por el acreedor en resguardo del derecho que le
pertenece y al cual la prescripción que corre en su contra amena

za con extinguir, y no solamente la demanda que prevé y reglamen


ta el art. 254 del Cód. de Proc. Civil. En consecuencia, la gestión
preparatoria contemplada en el art. 1377 del C.C. tiene la virtud,
por sí misma y con independencia de la posterior demanda ejecu
tiva propiamente dicha, de interrumpir civilmente la prescripción
extintiva de 3 años que para la acción ejecutiva consagran los ar
tículos 2515 del C.C. y 44 del C.P.C".
Finalmente el fallo señala que "la indicada gestión preparatoria
es el antecedente necesario e ineludible del
juicio ejecutivo que ha
de iniciarse enseguida con la demanda correspondiente y, en buenas
cuentas, forma parte de aquel como trámite previo e imprescindible".714
Querella criminal. Se ha venido fallando casi uniformemente que
"la querella produce la
interrupción de la prescripción extintiva, ya
que para los efectos del art. 2518 del C.C. tiene el carácter de recurso
judicial que en términos amplios exige el art. 2503 del mismo cuerpo
legal".715 Pero esta doctrina no es
seguida en la nueva
legislación pro
cesalpenal y ni siquiera es mantenida en el actual texto del Código
de Procedimiento Penal, aún rigente en algunas regiones.
Por ello, al decir de otra sentencia, "se ha
aceptado que con la
querella enjuicio criminal se
suspenda el curso de la prescripción
respecto de las acciones indemnizatorias derivadas de los delitos
denunciados, pero no por ser aquélla propiamente una demanda
civil, sino porque aceptable concluir que
es con la querella se en

tiende utilizada la acción civil".7"'

711
C. Suprema, 21 noviembre 1988, Rev. de Den, t. ^, sec. Ia,
pág. 206, con
un voto en contra. En idéntico sentido, C. Suprema, 25 octubre 1963, Rev. de Der.,
t. 60, sec. 2a,
pág. 130.
71 '
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den,
t. 75, sec. 4\
pág. 584, con un
voto en contra; en similar sentido, C. Suprema, 19
julio 1990, Fallos del Mes 380,
N" 14, pág. 376, que señaló derechamente
que el curso de la prescripción se inte
rrumpió con la interposición de la querella y empezó a correr nuevamente con
la dictación del auto acusatorio,
por no haberse deducido entonces demanda ci
vil. En similar sentido, C.
Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1,
pág. 291, que acepta una
querella como
gestión hábil para interrumpir la pres
cripción; C. Suprema, 29 octubre
1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 4a, pág. 219; C. Su
prema, 29 octubre 1980, Fallos del Mes 264, N° 7, pág. 394.
7,,i
C. Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Der., t. 83, 1 \ 46; la misma
sec.
pág.
sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149.

244
SEGUNDA PARTE: PRES( iRIPCK )\ES DE LAR(.( ) TIEMPO

También ha dicho por nuestros tribunales


se
que el artícu
lo 2518 no distingue si la demanda es civil o criminal,
y que por lo
tanto una querella criminal por usurpación fundada en los mismos
términos que la civil de restitución interrumpe la prescripción de
la acción posesoria civil.717
Otra sentencia agrega que "la iniciación del proceso penal...
debe ser desestimada para interrumpir la prescripción, toda vez
que, de acuerdo con el inciso final del art. 2518 del Cód. Civil, ella
se
produce por la notificación de la demanda judicial, y en la cau
sa en referencia la demandante no fue parte ni ejerció allí ningún
derecho".718 Se desprende de este fallo que, a contrario sensu, para
las partes del proceso penal que ejercen o allí algún derecho, la
iniciación del proceso penal sí interrumpe la prescripción.
Una doctrina similar se plantea por otra sentencia, al resolver

que "habiendo terminado el proceso por absolución temporal, por


no resultar completamente justificada la penetración del delito y por
no haber indicios suficientes para acusar a determinada persona, hay

que convenir que a esta gestión le afecta el precepto del N° 3 del


art. 2503, o sea, haber obtenido la absolución el demandado y, por

lo tanto, no tiene la virtud de interrumpir la prescripción".719 Como


se deducir del fallo, la querella no interrumpió la prescrip
puede
ción, porque el proceso terminó con sentencia absolutoria, con lo
que se la situación que regula el art. 2503 en su N° 3, pero
configura
no
por tratarse de una Se constata fácilmente que si la
querella.
querella termina con sentencia condenatoria, hubiese sido suficien
te
para interrumpirla de la acción civil, pese a que la
prescripción
pero sí "re
querella no es una "demanda" propiamente tal, es otro

curso
judicial".
También ha señalado que "debe entenderse interrumpida la
se

prescripción de la acción civil con la presentación del escrito del


de Defensa del Estado en se hace parte en el juicio
Consejo que
para ejercer las facultades conferidas por su estatuto legal, ya que
con ello manifiesta su
propósito de resguardar sus derechos".720
Sin otro fallo, la querella inte
embargo, a
pese que acepta que
rrumpa la prescripción de la acción civil, señaló que "el escrito del

En el mis
Suprema, 12 mayo 1929, Rev. de Den, t. 27, sec. Ia, pág. 183.
717
C.
320.
mo sentido, C.
718
Suprema, 26 agosto 1953, Rev. de Den, t. 50, sec. Ia, pág.
C. Sanüago, 18 enero 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 1.
719
C. 18 abril 1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 2a, pág. 29.
Santiago,
1982, Rev. de Den, t. 77, sec. 4a, pág. 49.
720
C. Pedro Aguirre Cerda, 12 marzo

245
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Fisco mediante el cual manifiesta la intención de ser


parte en este

juicio interrumpe la prescripción, ya que no puede considerar


no

se una demanda judicial, ni


tampoco puede considerarse una que
rella judicial, que podría estimarse hábil para la interrupción de la

prescripción, ya que tampoco cumple con los requisitos del artícu


lo 94 del Código de Procedimiento Penal".721
Además del fundamento general de toda la interrupción, o sea,
que el acreedor rompe su negligencia y exige su derecho, en el caso
particular de la querella se ha sostenido desde hace mucho tiem
po que "por el solo hecho de ejercitar la acción penal, la ley en
tiende también usada la civil, que aparece en estado latente desde
que se puso en movimiento la acción penal".722
Esto se debe
que, como han dicho otros fallos, "la acción ci
a

vil que provenga de un delito puede


ejercitarse ante el tribunal ci
vil o también ante el tribunal que conozca del respectivo
proceso
criminal, a menos que la acción tenga por objeto la mera restitu
ción de la cosa, pues entonces deberá ser deducida
precisamente
ante el juez que conozca del Así lo
proceso. dispone el art. 5o del
Código de Procedimiento Penal".723
Uno de estos fallos añade que "si la acción indemnizatoria se
ejer
cita ante el Juez del Crimen, la
ley ha señalado expresa y determina
damente las oportunidades procesales para hacerlo, y así
dispone:
a) El querellante ofendido debe deducirla en el escrito de acusación,
como lo
dispone el art. 427 del Cód. de Proc. Penal; b) El ofendido
no
querellante que ha actuado en el juicio como actor civil, debe
deducirla en el plazo fatal de 6 días, contados desde
que se le notifi
que la acusación judicial y la del como lo or
querellante particular,
dena el art. 428 del mismo
Código; c) El actor civil que no ha
intervenido en el juicio criminal puede
interponer su acción hasta
el momento en
que confiera traslado al reo para contestar la
se acu

sación, como lo previene el art. 429 del mismo cuerpo legal.


Todas estas demandas civiles deben reunir los
requisitos exigi
dos por el inciso Io del art. 427 y por el 430 del mismo
art.
Código".724

721
C.
Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1, pág. 291.
7"
C.
Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 46; la misma
sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19,
pág. 149. En idéntico sentido, C. Supre
ma, 14 abril 1953, Rev de Den, t. 50, sec.
4a, pág. 40.

C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t.
75, sec. 4a, pág. 585. En idén
tico sentido, C. Apelaciones, 21 julio 1975, Rev. de
m
Den, t. 72, sec. 4a,
pág. 163.
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Der, t.
75, sec. 4a, pág. 585.

246
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Como habíamos anticipado, algunos discuten que con la que


rella se interrumpa la prescripción de la acción civil. Así, en la sen
tencia recién transcrita, en un interesante voto minoritario, se dijo
que "la presentación de la querella y su ampliación no tuvieron la
virtud de interrumpir la prescripción de la acción civil". Para lle
gar a esta conclusión el disidente se basa en el propósito que tuvo
en vista el legislador al derogar el inciso Io del art. 32 del Cód. de

Proc. Penal, por medio de la Ley N° 7.836, de 7 de septiembre de


1944. Esta regla disponía: "Siempre que se ejercite la acción penal,
se entenderá utilizada la acción civil, que el ofendido por
a menos

el delito renunciare o reservare expresamente para ejercitarla des

pués de terminado el juicio criminal por sentencia condenatoria


del delincuente". O sea, durante la época en que estuvo en vigen
cia el referido inciso, podía afirmarse con razones valederas que la

querella criminal tenía la eficacia de interrumpir la acción civil de


rivada de un acto delictuoso, porque, conforme a él, se entendía
también utilizada esa acción. Resulta evidente que el
legislador de
rogó deliberadamente la mencionada disposición legal con el pro
pósito determinado de que no operase la interrupción de la
prescripción civil con la presentación de la querella particular del
ofendido; y si esto es así, puede decirse con toda certeza que la que
rella no interrumpió la expresada acción. Agrega el sentenciador

que "la conclusión antes expresada adquiere mayor significado y


convicción si se toma en cuenta la dictación de la Ley sobre Abu
sos de Publicidad,
que dispuso: 'El ejercicio de la acción penal in
terrumpe el plazo de prescripción de la acción civil...'. Con la
promulgación de este precepto legal, se dilucidó cualquiera duda
que hubiese existido con anterioridad a su vigencia respecto a si el
ejercicio de la acción penal interrumpía o no las acciones civiles
provenientes de un hecho delictuoso; pero esa regla tiene alcance
determinado y se trata de una que, por ser de carácter
disposición
excepcional, rige exclusivamente para el caso en ella contempla
do, y no puede hacerse extensiva a otros similares establecidos en
las demás
leyes; es decir, en éstas, que son de carácter general y
que no tienen una
disposición especial a la señalada, la querella
no
produce el efecto de interrumpir la acción civil, como ocurre
en el caso
específico de la Ley sobre Abusos de Publicidad. Si éste
no hubiese sido el
propósito del legislador, sería inconcebible acep
el par
tar
que hubiese dictado una disposición redundante sobre
ticular, si ya existía una norma general en el mismo sentido". Por
último, agrega el voto en cuestión que "Según el art. 2518 la pres-

247
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRL'DENCIA

cripción extintiva se interrumpe en virtud de una 'demanda judi


cial' y no es suficiente un 'recurso judicial' a que alude el art. 2503,
el cual es sólo aplicable a la prescripción adquisitiva".725
La doctrina sustentada por este voto minoritario se rebate en
otra sentencia, señalándose que "pese a
que fue suprimido el anti
guo 32 del Cód. de Proc. Penal, siempre es posible entender
art.

que aun ahora el ejercicio de la acción penal supone respecto del


querellante la utilización de la acción civil indemnizatoria y con ello
la interrupción de la prescripción de esta acción, por cuanto el ac
tual art. 427 de la misma codificación permite ejercitar efectivamen
te la acción en la época de la contestación de la acusación, sea en
este escrito o en escrito especial, sin que el legislador ponga trabas
al respecto, ni haga exigencias relativas a
que no haya debido co
rrer el término de
prescripción, y con mayor razón esto debe acep
tarse en este caso en
que el querellante formuló en la estación del
sumario peticiones de orden civil".

Agrega el mismo fallo que "actualmente no necesario


ejer es

cer la acción civil al comenzar el


plenario, ni es preciso formular
reserva
alguna, como sucedía anteriormente, pues el legislador pre
ceptúa que en el caso de no formularse demanda en el juicio pe
nal, pueden los perjudicados ejercer la acción indemnizatoria
por
la vía civil separada, resultando así
completamente inútil y sin al
cance
significativo la reserva formulada".726
Como ya hemos señalado, "el
plazo de prescripción debe enten
derse necesariamente
suspendido hasta que el proceso llegue a las
respectivas etapas procesales que cada uno de los actores deben ne
cesariamente utilizar para
interponer la acción civil, por la imposi
bilidad legal absoluta en
que se encuentran para deducirla antes de
dichas estaciones del
proceso".727 Ello porque "el auto acusatorio
constituye un elemento de procesabilidad para
poder impetrar la
acción civil, de forma tal
que la demora que haya podido experimen
tar la tramitación del
proceso penal no es dable confundirla con la
inactividad del titular de la acción", nos dicen otras sentencias.728

785
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t. 75, sec. 4a, pág. 585 (voto
minoritario).
726
C. 25 abril 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. Ia,
Suprema, la misma
pág. 46;
sentencia Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149.
en
727
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t.
T2H
75, sec. 4\ pág. 585.
C. Santiago, 1 julio 1986, Rev. de Den, t. 83, sec.
4a, pág. 158. En similar
sentido, C. Apelaciones, 7 marzo 1965, Rev. de Den, t. 62, sec. 4a, pág. 167.

248
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO
TIEMPO

Por lo mismo no ha sido tanacertado sostener, como lo ha en

tendido alguna vez la Corte Suprema, "que el plazo de prescrip


ción se cuenta desde que termina el proceso criminal".729 Sin
lugar
a dudas que la buena doctrina es señalar
que el plazo se cuenta
desde la del hecho ilícito, pero que se
perpetración suspende du
rante la tramitación del juicio criminal.
Como ya lo decían antiguamente nuestros tribunales
superio
res, "es necesario que haya acusación contra el autor
para esteejer
cicio ante el juez penal".730
Por ello "si la acción civil no se la
el juicio criminal,
ejercita en

termina la supuesta utilización (de la acción civil), que es la razón


que se ha tenido para estimar que durante el sumario, desde la que
rella, existió interrupción. Ese no de la acción civil supo
ejercicio
ne entonces la terminación del efecto del acto interruptor motivado
por la querella, comenzando a correr de nuevo el término de la
prescripción extintiva".731
Más evidente nos
parece, sin
embargo, el carácter interruptívo
de la solicitud de embargo para garantizar la futura acción civil he
cha en el sumario penal.732 En efecto, la sola interposición de una
querella criminal no tiene por finalidad demandar el reconocimien
to del crédito de reparación y es por ello que nos parece acertada
la solución más reciente de la Corte Suprema, de acuerdo a la cual
la sola querella no produce la interrupción de la acción civil; pero
sí lo hace aquella que se deduce para los efectos de luego deducir
la acción civil, según lo indique el querellante,733 de forma que ella
no sólo se
dirige a obtener la condena penal, sino también para
constituir al querellante en parte civil y esta finalidad resulta clara
de la expresión del actor, como también lo haría la petición de

embargos o medidas precautorias. En otros derechos, se ha soste


nido, incluso a pesar de alguna jurisprudencia contraria, que la
querella por sí sola no es interruptiva. El argumento es que el he
cho de permitir la
ley la introducción de la acción civil en el juicio
penal no impide que ésta sea diversa a la acción penal y son inde-

729

730
Suprema, 7 mayo 1935, Rev. de Den, t. 32, sec. Ia, pág. 347.
C.
C. Suprema, 16 de mayo 1952, Rev. de Den, t. 49, sec. 4a, pág. 129.
731
C. Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 46; la misma
sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149. En idéntico sentido, C. Supre
ma, 19 julio 1990, Fallos del Mes 380, N° 14, pág. 376.
732
C. Santiago, 27 de abril 1995, Gacetajurídica 177, N° 7, pág. 140.
733
C. 15 diciembre 1997, Rev. de Den, t. 94, sec. 4a, pág. 192.
Suprema,

249
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

además la ci
pendientes por su naturaleza y objeto, dependiendo
vil de la voluntad privada de su titular.734
Sin embargo, toda la doctrina jurisprudencial precedente, debe
ser revisada desde que la Ley N° 18.857 modificó el art. 41 del Cód.

de Proc. Penal y le introdujo el art. 103 bis. De acuerdo al prime


ro, la prescripción de la acción civil se rige por el art. 2332 del Cód.
Civil, y en lo que a ella concierne, "se estará además a lo dispuesto
en los 103 bis y 450 bis. Por su parte, el primero de esos ar
arts.

tículos manda que 'El ejercicio de la acción civil durante el suma


rio, debidamente cursada, interrumpe la prescripción' y agrega que
'No obstante, si dicha acción no se formalizare en conformidad a
lo prescrito en el art. 428, continuará la prescripción como si no
se hubiese interrumpido'".
De este modo, en puede entenderse que la sim
la actualidad no

ple interposición de la querella criminal interrumpa la prescripción


de la acción civil indemnizatoria. Ello, porque precisamente la re
forma tuvo por objeto aclarar la cuestión permitiendo la interposi
ción de la acción civil durante el sumario y con el solo propósito
de interrumpir la prescripción, puesto que, para que ese efecto se
mantenga, es menester más tarde formalizarla
la acusación par en

ticular o en la adhesión a la acusación fiscal, y si así no se hiciere


"continuará la prescripción como si no se hubiese interrumpido".
Queda evidencia que ya no puede sostenerse funda
entonces en
damente que la interposición de la querella pueda tener efecto in

terruptívo civil, puesto que si así fuese, no se entendería la razón


de permitirse la acción civil en el sumario. La reforma separa pues
claramente el efecto de la querella criminal del efecto de la deman
da civil la
en cuanto a
prescripción.
Más clara parece la cuestión en el nuevo Código de Pro
nos

cedimiento Penal. El art. 67 contiene la clara independencia de


la acción civil respecto de la penal y del art. 61 inc. 3o agrega que
"la preparación de la demanda civil
interrumpe la prescripción.
No obstante, sidedujere demanda
en la
no se
oportunidad pre
vista en el artículo precedente, la
prescripción se considerará
como no
interrumpida". Es que el nuevo Código permite dedu
cir la acción civil hasta quince días antes de la fecha
fijada para
la realización de la audiencia de
preparación del juicio oral
(art. 261) y en ese momento indudablemente se
interrumpe la

L. MOISSET DE ESPANES, Reformas al Civil, citadas, 52.


Código pág.

250
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

de ella. Pero de
prescripción antes
oportunidad, desde que
esa

se haya formalizado la
investigación penal, la víctima puede pre
parar la demanda civil solicitando la práctica de algunas diligen
cias a que se refiere el art. 61 inc. Io o bien puede también pedir
medidas cautelares de la futura acción civil (art. 61 inc. 2"). En
tonces se interrumpe con esa petición la prescripción civil, inte

rrupción sujeta en todo


la condición resolutoria de
caso a
que más
tarde se deduzca oportunamente la dicha acción, pues si ello no
ocurre, la
interrupción por aquellas diligencias se tiene como no
producida. El art. 61 inc. 3o señala que es la preparación de la de
manda civil la que interrumpe la prescripción civil y no alude a
la petición de medidas cautelares de la acción; pero entendemos

que no habría razón para no dar un carácter más amplio al inc. 3o


del art. 61 que comprenda la petición de diligencias preparato
rias como también las medidas cautelares.
Queda evidencia que bajo el nuevo Código el hecho de
así en

deducirse la acción penal por la víctima u ofendido con el delito


no
interrumpe prescripción de la acción civil indemnizatoria,
la
porque ésta sólo queda interrumpida o por la petición de medidas
preparatorias o cautelares, y aun entonces bajo condición, o por
deducirse por la víctima la acción civil.
Y aún habrá que anotar que bajo el nuevo Código lo que pue

de interrumpirse dentro del proceso penal es la acción civil de la


víctima, en el sentido preciso que a ella se da en el art. 108 y no la
que pudiera caber a otros dañados por el delito.
Mención debe hacerse del proceso penal ante los tri
especial
bunales militares. Como él la posibilidad de
en no se contempla
separar el ejercicio de las acciones civiles indemnizatorias emana
das del delito que se investiga y menos aún ejercer dichas acciones
en ese
procedimiento especial,ha resuelto que para ejercerlas
se

necesariamente tiene que existir una sentencia condenatoria y que,


por ende, las actuaciones del ofendido en dicho proceso tienen el
efecto de la
interrumpir de las acciones civiles indem
prescripción
nizatorias que derivan del delito.735
Solicitud de quiebra. Se ha señalado hace muy poco por una
sentencia que "como la prescripción se interrumpe por una de
manda judicial, y la quiebra es un proceso de orden contencio
so, no cabe duda que la acción cambiaria se interrumpe por la

C. 10 de octubre 1996, Rev. de Den, 93, 5d, pág. 257.


Suprema, t. sec.

251
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

notificación al deudor de la petición de quiebra formulada por


el acreedor".736
También se ha sostenido en más de una ocasión por nuestra
jurisprudencia que "la verificación de un crédito en la quiebra tie
ne la virtud de interrumpir la prescripción".737
Sintetizando estas ideas señaló que "conforme
otra sentencia
lo dispuesto en el artículo 2518 del Código Civil, la prescripción
se
interrumpe con la notificación legal de la demanda, y según los
artículos Io y 3o de la Ley N° 18.175 sobre Quiebras, este procedi
miento concursal tiene el carácter de juicio, por lo que la verifica
ción de los créditos la
quiebra, que constituyen la demanda de
en

cada acreedor en particular, tienen la virtud de


interrumpir civil
mente la
prescripción".738
La doctrina anterior no debe merecer dudas, pero debe
preci
sarse en cuanto a la mera
petición de quiebra. Esta deberá enten
derse como demanda a efectos de la interrupción de la prescripción
civil; pero sólo respecto del o los acreedores que la solicitan. Para
los demás, la interrupción se produce sólo con la respectiva verifi
cación.
Medidas prejudiciales. Nuestros tribunales superiores han resuelto
que "por aplicación de lo
dispuesto el artículo 2518 del
en
Código
Civil, la prescripción interrumpe
se civilmente por la interposición
de una medida prejudicial". 739
Así también se desprende de otro fallo, de acuerdo al
que "el
art. 2518 al establecer la
que prescripción se interrumpe por de
manda judicial, lo que en definitiva
exige es la iniciación del jui
cio pertinente, que evidencie la
explícita voluntad del acreedor de
exigir su crédito..., y una forma de iniciar el juicio ejecutivo corres
pondiente, según lo preceptuado por el art. 178 del Código Orgá
nico de Tribunales, son las medidas
prejudiciales, ya que dicho
artículo alude a las demandas
enjuicio que se hayan iniciado por
medidas prejudiciales, por medidas
preparatorias de la vía ejecuti
va o mediante la notificación
previa del art. 758 del C.P.C.".740

736
C. Santiago, 24 abril 1991, Rev. de Den, t. 88, sec.
2a, pág. 47. En similar
sentido, C. Santiago, 8 junio, Rev. de Der., t. 41, sec. 2a, pág. 49.
737
C. Santiago, 21 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 2a,
pág. 46; C. Suprema,
28 enero 1992, Rev, de Den, t. 89, sec. Ia, 5.
7™
pág.
C. Suprema, 16 1991, Fallos del Mes 394, N° 8, pág. 449.
7:í"
septiembre
C. Santiago, 16
740
agosto 1989, Rev. de Den, t. 86, sec. 2a, pág. 82.
C. Santiago, 16 marzo 1981, Rev. de Den, t. 78, sec.
2a, pág. 39.

252
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO
TIEMPO

preparatorias de la acción ejecutiva. También es apta para


Gestiones
interrumpir la prescripción la gestión preparatoria de reconoci
miento de firma. Así lo han dicho muchas sentencias,741 y de otras
se desprende claramente al privarle de eficacia
interruptiva sólo
cuando se solicita transcurrido el lapso de la prescripción.742 Aun
que también ha habido fallos que han resuelto lo contrario.743
Se ha afirmado por nuestros tribunales que "sólo produce inte
rrupción natural de la prescripción de la acción ejecutiva el recono
cimiento que el deudor preste judicialmente en la gestión
preparatoria de la vía ejecutiva. Un reconocimiento judicial presta
do en otra forma o uno
extrajudicial
interrumpe la prescripción
no

por oponerse a ello el artículo 442 del Código de Procedimiento


Civil, que dispone que el juez debe negar la ejecución si el título
que se presenta tiene más de 3 años. Por lo tanto, el reconocimiento
de su firma hecha por el demandado cuando había transcurrido
en exceso el lapso de 3 años no pudo producir el efecto de revivir

una acción ya prescrita".744


También se ha dicho que "interrumpe la prescripción el ejer
cicio de la acción civil de embargo y otras medidas cautelares en la
forma que lo admite el artículo 2518 del Código Civil".745
Gestión previa de desposeimiento del artículo 758 del C.P.C. Se ha se
ñalado reiteradamente por nuestros tribunales superiores que "el
juicio ejecutivo de desposeimiento comienza con la medida prepa
ratoria del mismo a que se refiere el artículo 758 del Código de
Procedimiento Civil, consistente en la notificación al tercer posee
dor de la finca hipotecada para que, en el término de 10 días, pa
gue la deuda garantizada con la hipoteca o abandone la finca ante
el juzgado. Así resulta de lo
dispuesto en el artículo 178 del Códi
go Orgánico de Tribunales, que atribuye a esa notificación el ca
rácter de medida prejudicial preparatoria de dicho juicio. Por ello,
desde que se notifica dicha previa hasta que se desechó la
gestión
demanda ejecutiva de civilmente la
desposeimiento se interrumpió
prescripción".746

741

742
C. Valparaíso, Rev. de Den, t. 60, sec. 2a, pág. 130.
670. Ver
C. Suprema, 6 octubre 1988, Fallos del Mes 359, N° 12, pág. sen

tencias citadas al tratar esta materia, nota 257.


743
C. Suprema, 2 septiembre 1938, Rev. de Der, t. 36, sec. Ia, pág. 225.
744
C. Suprema, 19 diciembre 1979, Fallos del Mes 253, N" 5, pág. 453.
745
C. 5 diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76, sec. 4a, pág. 454.
Suprema,
746
C. 83, 2a, pág. 32.
Santiago, 4 junio 1986, Rev. de Den, t. sec.

253
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Similar doctrina se ha sustentado


sentencias que han
en otras

señalado expresamente que "la gestión previa de requerimiento del


artículo 758 del Código de Procedimiento Civil interrumpe la pres

cripción".747
Petición de privilegio de pobreza. No todos los autores aceptan
que
las gestiones de privilegio de pobreza interrumpan la
prescripción.
Ya hemos señalado antes que en el derecho español la
jurispruden
cia tiende a aceptar la eficacia interruptiva de esa gestión y entre
nosotros hay quienes aceptan esa misma doctrina;748 pero esa solu
ción no es unánime,749 desde que ella no
significa necesariamente
que gestión
en esa
pretenda el reconocimiento del derecho del
se

acreedor, sino sólo la petición de permitirse la entrada a un futuro


juicio sin tener que sufragar sus costos.
Nuestros tribunales tuvieron la oportunidad
para pronunciar
se sobre el punto en cuestión, y en tal ocasión la Corte de
Apela
ciones de Santiago, conociendo de una a un fallo de Ia
apelación
instancia, que aceptó interruptivas de la prescripción las ges
como

tiones para obtener el privilegio de


pobreza, revocó este fallo de
clarando que "la interrupción civil se produce con la
presentación
de la demanda judicial...
que debe cumplir los requisitos estableci
dos por el Cód. de Proc. Civil".730
Esta gestión, sin embargo, ha
perdido eficacia práctica, desde la
supresión de los impuestos que gravaban la intervención enjuicio.

52.1.5. Demanda tribunal incompetente. De


presentada ante
manda nula. Tanto la doctrina nacional751 como la
jurisprudencia752

1A'
C. Santiago, 6 marzo 1991, Rev. de
Den, t. 88, sec. 2a, pág. 20; C. Punta
Arenas, 29 agosto 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a,
pág. 101; C. Santiago, 22 di
ciembre 2000, Caceta
748
Jurídica 247, N" 1, pág. 84.
H. ESCRIBAR MANDIOLA, La Extintiva Civil,
Prescripción en FUEYO, ob.
y t. cit., pág. 257.
749
J. GIORGI, ob. y vol. cit., pág. 396; R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Inte
rrupción de la prescripción por interposición de demanda judicial, pág. 83, N° 15.

C. Santiago, 15
751
julio 1937, Rev. de Den, t. 37, sec. Ia, pág. 179.
L. CONTRERAS, ob. cit.,
pág. 131; M. SOMARRIVA, Las obligaciones y los
contratos ante la
jurisprudencia, actualizada por RAMÓN DOMÍNGUEZ cit N° 153
pág. 109; R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Interrupción de la prescripción por
interposawn de demanda judicial, pág. 79, N° 9; R. MEZA BARROS, ob. cit.,
L. BULNKS, ob. cit.,
pág. 40;
pág. 51; R. BARROS ERRAZURIZ, ob. cit., pág. 311; A.
ALESSANDRI R., Curso de Derecho Civil, cit.,
7M pág. 450.
C Suprema, 13 1980, Fallos del
mayo Mes, 258, N° 5, pág. 102; 9 septiem
bre 1944, Rev. de Der., t. 44, sec. Ia,
pág. 130; 30 abril 1925, Rev. de Den, t. 23,

254
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE IARGO TIEMPO

concuerdan en que es
apta para interrumpir la prescripción, la de
manda presentada ante un tribunal incompetente. No encontra
mos entre los autores voces disidentes en esta materia. Y en ello
hay concordancia conlas soluciones del derecho
comparado. Des
de luego el art. 2246 del Código francés contempla
expresamente
el efecto interruptívo de una citación ante lajusticia hecha incluso
ante un tribunal incompetente y allí se ha resuelto que incluso pro
duciría ese efecto una demanda ante tribunal extranjero territo-
rialmente incompetente.753 Se estima como fundamento a esa regla
que habiendo hecho el acreedor lo necesario para el resguardo de
sus derechos y en tiempo útil, no sería justo privarle de sus derechos

por haber equivocado de tribunal y debe considerarse además que


normas procesales determinan
las que el tribunal incompetente
debe señalar el tribunal ante el cual es
procedente la acción, de
forma que no habría necesidad de una nueva citación ante lajusti
cia. Esa es una cuestión que no admite dudas en la doctrina.754 Del
mismo modo el art. 3986 del previsto que la
Código argentino ha
demanda deducida por el acreedor interrumpe
contra el deudor
la prescripción aunque se haya interpuesto ante tribunal incompe
tente o fuere defectuosa y aunque el demandante haya sido inca

paz, y la doctrina comparte la solución hasta el punto que ella se


mantiene en el Proyecto Unificado (art. 2483 a)755 y entendiéndo
se la
regla del modo más amplio, aplicándose a todo tipo de in
competencia. Lo mismo acontece con el art. 2943 inc. 3o del Código
de Italia, pues la demanda ante tribunal incompetente revela, al
decir de un autor, la vitalidad del derecho y la regla es hoy inútil,

sec.Ia, pág. 23; C. Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de Der., t. 60, sec. 2a, pág. 130;
31 octubre 1950, Rev. de Den U. de Concepción, N° 75, pág. 125, con notas de R.
Domínguez Benavente; C. Santiago, 29 diciembre 1903, Rev. de Der., t. 1, sec. 2a,
pág. 283; Corte del Trabajo de Santiago, 24 mayo 1969, Rev. de Der., t. 66, sec. 3a,
pág. 78; Corte del Trabajo de Santiago, 5 julio 1965, Rev. de Der., t. 62, sec. 3d,
pág. 69.

Cass. Civ. 3a, 26 febrero 1986, Gaz. Pal. 1986, 1, pan. 104; Civ. Ia, 21 enero
753

1975, Bull. Civ. I, N°22; Civ. Ia, 5 marzo 1957, D. 1957, 334, Rev. Trim. Dr. Civ.
1957, 720, obs. HEBRAUD.
Así, B. STARCK, H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 403; R. PERROT,
754

observ. en Rev Trim. 1996, 982; MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N° 1 178; G. MARTY
y P. RAYNAUD, ob. cit., N° 871 .

755
Sobre esa
regla, Interrupción de la prescripción
L. MOISSET DE ESPANES,
por demanda, Córdoba, 1968; SALVAT, ob. cit., N° 2130; R.A. MOITONI, ob. cit.,
pág. 318.

255
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

pues no dudas que la citación judicial inicia una relación pro


hay
cesal, así no se haga ante un tribunal incompetente y las partes pue
den continuar el proceso ante el juez competente.756 Por lo demás,
la regla es
explicable, porque cuando el Código Civil de
también
termina que la prescripción se interrumpe por demanda, no lo hace

porque ésta sea la forma del ejercicio jurisdiccional del derecho,


sino porque, por su contenido, implica llevar al deudor el conoci
miento de la voluntad del acreedor de hacer valer su derecho.757
En otros términos,
como
prescripción es cuestión substantiva y
la
no lo
procesal, que interesa es
que la demanda es un medio de ex
presión de la voluntad del acreedor de salir de su pasividad y es
por ello que la ley le confiere efecto
interruptívo, de forma que la
incompetencia del tribunal tiene efectos procesales; pero no como
medio de manifestación de aquella voluntad.
Las razones que justifican la regla son aplicables a toda incom
petencia del tribunal, sea absoluta o relativa, sin que quepa distin
ción al respecto.
Es en ese mismo sentido que, habiéndose declarado
incompe
tente un tribunal de
primera instancia, lo que fue confirmado por
la Corte respectiva resolviendo rechazada la acción
que quedaba
ejecutiva, la Corte
Suprema pudo resolver que "tal rechazo, sin
embargo, no constituye la absolución que exigen los artículos 2503
N° 3, 2515 y 2518 del
Código Civil para que no la
opere interrup
ción resultante decualquier recurso judicial ejercitado por el acree
dor, porque el único efecto procesal que produce la declaración
de incompetencia del tribunal es liberar al
ejecutado de la obliga
ción de proseguir el litigio ante ese tribunal,
pero no lo libera del
cumplimiento de la obligación contraída, que en todo caso queda
sometido a la decisión del tribunal
que sea competente, a quien
exclusivamente le incumbe dar por libre al demandado civil
o no

de laobligación litigada, que es el sentido que tiene la absolución


forense. Por lo mismo, falla acorde a derecho la sentencia
que de
cide que la prescripción de la acción fueejecutiva interrumpida
por la otra ejecución".75"
Corrobora este criterio lo dicho en otra sentencia, en
que la
parte demandada alegó que la acción por despido injustificado es-


P. VITUCCI, ob. cit., t. 2,
757
pág. 75.
Así, G. PANZA, ob. cit., pág. 232. En el mismo sentido, B. GRASSO, ob.
cit., pág. 70.
758
C. Suprema, 13 mayo 1980, Fallos del Mes 258, N° 5,
pág. 102.

256
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

taba caducada, por no haber sido interpuesta oportunamente ante


un tribunal competente. En tal ocasión se desechó dicha alegación,
yaque la acción fue deducida oportunamente ante un juez del tra
bajo, siendo irrelevante que éste, en definitiva, haya sido incompe
tente en razón del territorio.759
En relación
con este
punto, el artículo 54 de la Ley N° 15.231, so
bre Juzgado de Policía Local, señala que prescriben en el plazo de
6 meses contados desde la fecha de la infracción, las acciones
per
secutorias de la responsabilidad por contravenciones, la que se in
terrumpe por el hecho de deducirse demanda, denuncia o querella
ante la autoridad policial o el tribunal
correspondiente; pero si se
paralizan por más de un año, continuará corriendo el
plazo res
pectivo. Se ha resuelto por la Corte Suprema que "debe presentar
sela demanda, denuncia o querella ante el Juzgado de Policía Local

respectivo, ya que la interposición de la denuncia policial al Tribu


nal del Crimen interrumpe dicho plazo de prescripción, por
no

cuanto éste no es el 'tribunal


correspondiente' a que se refiere la
/b"
ley para tales efectos", solución que, de acuerdo a los principios
anteriores, no esacertada, porque el hecho que exista una norma
especial en materia de tribunal competente para el conocimiento
de dichas materias permite olvidar las normas y principios ge
no

nerales de la prescripción. Para toda acción la lev señala un tribu


nal competente y la cuestión es que ese orden procesal no priva a
la demanda ante juez incompetente de su efecto interruptívo.
No debe olvidarse que uno de los fundamentos de la prescrip
ción es el abandono, la negligencia de la persona contra la cual se
prescribe, y uno de los principios de la interrupción, es que el acree
dor rompe dicha negligencia y exige su derecho, como ya vimos al
tratar esta materia. Estos
principios están presentes, como se aca
ba de indicar, en la demanda ante tribunal incompetente. En el
caso
particular planteado, se puede presentar el contrasentido y la
injusticia de que una persona presente la denuncia el mismo día
en
que se perpetró el accidente, luego que el juicio se inicie ante
el tribunal del crimen,
quien luego se declare incompetente para
abrir el proceso del Tránsi
por la contravención a las Ordenanzas
to, y al ponerlas en conocimiento del Juzgado de Policía Local haya
operado la prescripción contemplada en el artículo 54 de la Ley

C 18 1982, Fallos del Mes 280, N° 2, pág. 54.


Suprema, marzo

C 28 1989, Fallos del Mes 364, N° 8, pág. 19.


Suprema, marzo

257
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

N° 15.231, sobre Juzgado de Policía Local. Así sucedió en una opor


tunidad, y nuestro máximo tribunal declaró prescritas las acciones
contravencionales, con error según nuestro criterio.761
Debe tenerse en cuenta
que es
muy fácil que se desconozca cuál
es el tribunal competente al momento de iniciar un juicio. Circuns
tancias como la
gravedad de las lesiones o el informe de alcohole-
mia pueden influir en definitiva en cuál va a ser el tribunal que
deba el asunto, hechos que, a veces, se
conocer demoran meses en
decidirse, y mientras ello ocurre se está castigando a alguien con
hacerle correr el curso de la prescripción, bajo la base que existe
una norma
especial de competencia.
Ni nuestra
legislación, ni la doctrina, han el
contemplado caso
de la demanda nula por defectos formales. Sí lo hace
expresamente
el art. 3986 del Código argentino y la justificación de la es la regla
misma que justifica el efecto
interruptívo de la demanda ante tribu
nal incompetente. Las consecuencias
procesales de los vicios de for
ma
y aun del proceso en su curso, si de todas formas éste continúa
más tarde, subsanada que sea la nulidad, no
pueden afectar a la ma
nifestación de voluntad del acreedor.71'- Por ello, nos
parece que la
misma doctrina puede ser extendida a nuestro derecho. Una anti
gua sentencia, tratando de la incapacidad del actor, señaló que el
vicio era suficiente para anular todo lo obrado en el
juicio; "pero
no
puede tener el alcance de acallar el ejercicio de la acción de la
que fue menor. En consecuencia, esa demanda el interrumpe pla
zo... en
prescribe la acción para exigir
que
:'
que se indemnicen los
perjuicios"7'' y las doctrina ha la
aprobado solución.764

52.1.6. Interposición de un recurso de


protección. Se ha soste
nido por la Corte
Suprema que "el término 'demanda judicial' que
emplea el artículo 251S del Civil, como medio
Código apto para
interrumpir la
prescripción extintiva, debe entenderse en un sen
tido amplio, como todo recurso judicial planteado por el acreedor
tendiente al reconocimiento o defensa de un derecho, finalidad
que también tiene el recurso de protección y, en consecuencia, éste

761
C. Suprema, 30 enero 1985, Rev. de Der., t.
762
82, sec. Ia, pág. 6.
R.A. MOITOXI, ob. cit., 319,
763
pág.
C. Suprema, 10 abril 1929, Rev. de Der., t.
71,1
27, sec. Ia, pág. 240.
R. DOMINC iUEZ B., de la
Interrupción prescripción por demanda judicial, N° 18;
M. SOMARRIVA y R. DOMÍNGUEZ B., ob.
cit., comentario a sentencia N° 142;
L. CONTRERAS, ob. cit., N° 401.

258
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

ha tenido la virtud de interrumpir el plazo desde su


interposición
hasta su definitiva resolución V'5 La solución no es evidente, des
de que el recurso de protección tiene como finalidad el resguardo
de garantías constitucionales y no la reclamación de un derecho

específico, de forma que todo dependerá de las circunstancias y de


los hechos que dan lugar a la acción constitucional.

52.1.7. Reclamo de ilegalidad. Se ha sostenido por la jurispru


dencia que "de conformidad con lo que dispone el artículo 2518 del
la
Código Civil, prescripción se interrumpe civilmente por la deman-
da judicial, esto es, por la gestión que realiza el titular ante los tribu
nales de justicia en defensa de derechos. Por ello, el reclamo de
sus

ilegalidad en virtud de lo que dispone el artículo 5° transitorio del


D.L. N° 1.289, Ley Orgánica de Municipalidades, interrumpe la pres

cripción, toda que él habilita al actor para perseguir por la vía


vez

del juicio sumario los perjuicios que deban indemnizarse".

Agrega el fallo que "la interposición del reclamo de ilegalidad


constituye evidente demostración de que la afectada no sólo no aban
donó el ejercicio de sus derechos, sino que realizó ante la justicia
ordinaria la gestión que la habilitaría para perseguir la indemniza
ción de los perjuicios que experimentó".766 Tampoco la solución es
acertada a nuestro juicio. El hecho que el recurso habilite para el
ejercicio de una acción posterior no le priva de su carácter de acto
administrativo y ya hemos señalado que ellos no admiten bajo nin
gún respecto la consideración de demanda judicial, por amplio que
sea este
concepto. La administración no es un tribunal de justicia.

52.1.8. Recurso de interposición de un recurso de


queja. La

queja no tiene efectos interruptivos, desde que es un medio de per


seguir una responsabilidad personal del juez recurrido y no de re
clamar un derecho, por mucho que pudiere traducirse en otros
efectos accesorios. Así se ha resuelto.767

53. Notificación legal de la demanda. El segundo requisito para


que opere la interrupción civil de la prescripción es la notificación
legal de la demanda. Así lo ha entendido la mayoría de la doctrina

765
Suprema, 28 julio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. ;V\ pág. 217.
C.
C. Suprema, 20 julio 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. Ia, pág. 90. En idéntico
766

sentido, C. Temuco, 11 marzo 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 28.
767
C. Suprema, 7 noviembre 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. Ia, pág. 245.

259
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

nacional,768 para la que esa resulta evidente, atendido lo


exigencia
dispuesto en el art. 2503 N° 1. Si la demanda no ha sido legalmen
te notificada, no
hay interrupción, y ello determinaría entonces que,
para que se
produzca la interrupción es menester la notificación
válida de la demanda.
La notificación "el
por el cual el tribunal pone en co
es acto
nocimiento de las partes las resoluciones que se dictan en la cau
sa, y sólo cuando ella se ha practicado forma
en
legal pueden
llevarse a efecto o
cumplirse. Por el contrario, si no se notifica váli
damente, es como si no existiera, no tiene vigencia alguna".769

53.1. Es necesaria notificación de la demanda dentro del


y pla
zo de
prescripción. Doctrina disidente. Pero según la doctrina más
admitida entre nosotros, no basta la notificación de la deman legal
da, pues es
preciso además que esa notificación se practique den
tro del plazo previsto para la prescripción. Es al momento de la
notificación válida de la demanda
que se produce la interrupción
y no al tiempo de la sola presentación judicial de aquélla. Desde
antiguo tribunales han declarado que "la
nuestros
prescripción ex
tintiva sólo se
interrumpe civilmente por la demanda judicial debi
damente notificada dentro del de
lapso tiempo respectivo, pues en
el art. 2518 del Civil
Código se
expresa que la demanda judicial no
interrumpe la prescripción extintiva en los casos enumerados en
el art. 2503, entre los cuales
figura 'si la notificación de la deman
da no ha sido hecha en forma
legal', de lo que se deduce que si
no la
interrumpe prescripción demanda cuando está ilegalmen
la
te notificada, menos
puede interrumpirla cuando no está notifica
da en manera
alguna".770

R. DOMIXCl'EZ BENAVENTE.
Interrupción de la prescripción por demanda
judicial, pag. 80, y nota a sentencia C. Valparaíso, 31 octubre 1950, Rev. de Der.
U. de Concepción, N" 75 (1951), págs. 125 v sgts.; A. BARROS ERRAZURIZ, ob.
y vol. eit., pág. 311; R. MEZA BARROS, Manual de Derecho Civil, cit., pág. 416, y De
la
Interrupción de la Prescripción Extintiva Civil, N" 87, pág 4o- F FUEYO ob y t
cit., pág. 257; M. SOMARRIVA, ob. cit., N° 154,
A., oh. cit., N" 405,
pág. 110; LUIS E. CONTRERAS
pág. 133.
C. Pedro Aguirre Cerda, 24 enero 198b, Rev. de
'^
""
Den, t. 83, sec 3a pág 64.
C. Suprema, 9 de abril 2001, Rev. de Der., t.
98, sec. Ia, pág. 71; 26 noviem
bre 199 Rev. de Der., t. 88, sec. 1",
,
pág. 102. En idéntico sentido, C. Pedro Agui
rre Cerda 10 marzo
1997, Rev. de Der., t. 94, sec. 2;\ pág. 28; C. Punta Arenas, 29
agosu, 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2", pág. 101; C. La
Serena, 7 octubre 1910,
Rev. de Der., t. 9, sec. Ia, 516.
pág.

260
SEGl'NDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Esta doctrina se ha reiterado en numerosas


sentencias, que par
ten de la base de que necesaria la notificación de la demanda,771
es

desde que, "para que exista interrupción civil no basta con la mera
interposición de la demanda, sino que es necesario que ella sea de
bidamente notificada y que esta notificación se atenga a las pres
cripciones de la ley en cuanto a su validez. Además es preciso que
elplazo correspondiente no haya transcurrido del todo, porque en
caso contrario ninguna interrupción cabe".772

La notificación debe hacerse dentro del plazo, como ya señala


mos, porque según la Corte Suprema "la excepción de prescrip
ción debe acogerse, ya que la notificación de la demanda respectiva,
única forma de interrumpir la prescripción, lo fue una vez venci
do el término legal".773 La misma doctrina la mantiene otra sen

tencia al señalar que "la notificación de la demanda practicada


oportunamente a uno de varios herederos no interrumpe civilmen
te prescripción respecto de los restantes herederos que fueron
la
notificados con posterioridad a la expiración del plazo de 4 años

en
que prescribe la acción rescisoria por lesión enorme".774
Esta solución no es uniforme en el derecho comparado. Así, el

Código francés en el art. 2244, luego de la modificación de la

771
C. 26 noviembre 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia, pág. 102; 30
Suprema,
enero 1985, Rev. de Der., t. 82, sec. Ia, pág. 6; 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227,
N° 1, pág. 291; 7 noviembre 1958, Rev. de Der., t. 55, sec. 3a, pág. 17; C. Suprema,
8junio 1945, Rev. de Der., t. 43, sec. Ia, pág. 18; 27 junio 1939, Rev. de Der, t. 37,
sec. Ia,
pág. 179; 1 septiembre 1934, Rev. de Der., t. 32, sec. Ia, pág. 6; 8 agosto
1931, Rev. de Der., t. 30, 552; 10 abril 1929, Rev. de Der., t. 27, sec. Ia,
sec. Ia, pág.
pág. 240; C. Concepción, 1 abril 1982, Rev. de Der., t. 79, sec. 3a, pág. 41; C. San
tiago, 28 diciembre 1961, Rev. de Der., t. 58, sec. 4a, pág. 382; 20 diciembre 1950,
Rev. de Der, t. 48, sec. 2a, pág. 326; 14 enero 1944, Rev. de Der., t. 44, sec. Ia,
pág. 130; 3 julio 1942, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 41; 15 julio 1937; Rev. de
Der., t. 37, sec. Ia, pág. 179; 9 septiembre 1932, Rev. de Der., t. 31, sec. 2a, pág. 33;
C Talca, 18
mayo 1951, Rev. de Der., t. 48, sec. 2\ pág. 12.
772
C. Suprema, 16 abril 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia, pág. 24. Más recien
temente, C. 2 enero 2001, Gaceta 259, N° 2, pág. 30. Y en sen
Jurídica
Suprema,
tencia de 2 de enero 2002, Gaceta Jurídica 259, N° 2, pág. 30, se ha resuelto por
la misma Corte sobre la in
Suprema que como el D.L. 2695 no contiene normas
terrupción de la prescripción, han de aplicarse las reglas de los arts. 2518 y 2503,
las que
exigen notificación dentro del plazo de prescripción.
C Suprema, 19 mayo 1983, Rev. de Der., t. 80, sec. Ia, pág. 34, y Fallos del
773

sec. Ia,
Mes 294, N° 13,
pág. 192; C. Suprema, 20 julio 1938, Rev. de Der., 36,
t.
la deman
pág. 118. En el mismo sentido, entendiendo que el art. 2503 exige que
da y la notificación se C. Suprema,
produzcan dentro del plazo de prescripción,
27 del N° 9, 560.
mayo 1997, Fallos Mes 462, pág.
774
C. Suprema, 29 mayo 1952, Rev. de Der., t. 49, sec. Ia, pág. 165.

261
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Ley 85-677 de 1985, se ordena que una citación


lajusticia "noante

tificada aquel quien


a a
quiere impedir prescribir, interrumpe
se

la prescripción así como los plazos para accionar". Los términos


son, en lo esencial, los mismos de la regla primitiva en esta cues
tión. Pero la jurisprudencia no ha dado a los términos legales el
sentido que entre nosotros se ha otorgado a la notificación. Los
tribunales entienden que lo que la ley prescribe es que la deman
da debe estar referida al deudor; pero
para que la interrupción pro
duzca sus efectos, no es necesario que el acto
interruptívo sea
llevado al conocimiento del demandado antes del plazo. Este acto
produce sus efectos en su fecha, porque la notificación no es condi
ción del efecto interruptívo. Lo que no
quiere decir que no deba
existir notificación, pues ésta será
procesalmente necesaria; pero pue
de ocurrir después de transcurrido el
plazo de prescripción si la de
manda se introdujo dentro de
plazo.775 La regla es que "el
artículo 2244 del Cód. Civil no exige
que el acto interruptívo sea lle
vado al conocimiento del deudor dentro del
plazo de prescrip
ción",776 porque lo que interesa a efectos de la interrupción es la
iniciativa del acreedor y el conocimiento del por el deu
no acto
dor. Ello no significa sin de existir notifica
embargo que no haya
ción del deudor, sino
simplemente que tal notificación no requiere
hacerse dentro del plazo de
prescripción.777 Una solución pareci
da se contiene en el derecho colombiano,
porque si el Código Ci
vil contiene reglas
semejantes al nuestro, el de Procedimiento Civil
ha previsto expresamente
que la sola presentación de la demanda
interrumpe la prescripción, siempre que la resolución que la ad
mite a tramitación se
notifique al demandado dentro de los ciento
veinte días siguientes a la notificación al demandante
(art. 318,
modificado por D. 2282 de 1989). Por su
parte, el art. 2943 del Cód.
italiano manda que "La
prescripción se interrumpe con la notifi
cación del acto con el cual se inicia un
juicio...", de forma que la
sola presentación de la demanda no es bastante
para la interrup
ción, y sin embargo se ha llegado el que el
a sostener en caso
que,
proceso se inicie con un recurso, el efecto interruptívo se
produci
ría con su depósito la
y no con notificación; aunque esa tesis no

'
Asi, Civ. 1", 26 noviembre 1998,
J.C.P. 1999, IV. 1073, 10 julio 1990, Bull. Civ.
I, N° 194, pag. 137 y Civ.
Ia, 11 diciembre 1985, Rev. Trim. Dr. Civ. 1987, 142, obs.
ROGER PERROT. Véase obs. ROGER PERROT en Rev. Trim. Dr.
776
Civ. 1996 465
Civ. 2a, 29 noviembre 1995, Bull. Civ.
777
II, N° 294, pág. 173.
R. PERROT, nota en Rev. Trim. Dr. Civ. 467.
1996,

262
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

ha prevalecido, la claridad de la letra de la


ante
ley.778 Pero en el
derecho argentino, desde que el art. 3986 exige sólo una deman
da para interrumpir la prescripción, se ha sostenido que la notifi
cación no es requisito del efecto interruptívo y éste se
que produce
por la sola interposición del libelo, que es suficiente para exterio
rizar la voluntad del acreedor.779
La solución adoptada entre nosotros no es pues general en el
derecho comparado y más bien podría sostenerse que predominan
aquellas doctrinas que separan el efecto procesal del efecto subs
tantivo que tiene la demanda. El hecho que ésta, para producir efec
tos procesales y dar inicio al proceso, haya de notificarse, no tiene

por qué significar que, como acto civil que manifiesta una volun
tad, haya de depender en su eficacia interruptiva del hecho proce
sal de su notificación dentro de plazo, la que, por lo demás, no es
un acto
que pueda dirigir totalmente el acreedor solo, ya que re
quiere de la intervención de terceros y del cumplimiento de for
mas administrativas que él no necesariamente controla. Es verdad
que el art. 2503 N° 1 ordena que no haya interrupción si la notifi
cación es nula; pero ello no significa que la ley exija que la notifi
cación dentro de plazo sea el instante de la interrupción, sino la

simple constatación que la nulidad de la notificación borra el efecto


interruptívo que haya podido existir. Habrá de reconocerse, sin
embargo, que en el estado actual de la jurisprudencia ya es regla
la que obliga a notificar la demanda antes que el plazo de pres
cripción haya transcurrido; pero no porque tal sea la jurispruden
cia dominante podemos aceptar la doctrina sin otra consideración.
Ella proviene más bien de la confusión que generalmente existe
entre los efectos
procesales de la notificación y los aspectos subs
tantivos en que descansa la prescripción, y no separar unos de otros
determina aquí que se pretenda exigir que la voluntad interrupti
va se
haga depender de su conocimiento por el deudor, a pesar
que aquella no tiene por qué tener un carácter recepticio. Es ver
dad que el
Código exige luego para mantener el efecto interruptívo
que haya una notificación válida; pero no la pide para que ese efec
to se
produzca inicialmente.
Pero esta doctrina no ha sido unánime, como se verá a conti
nuación.

VITUCCI, ob. cit, t. 2, pág. 67.


Así, SALVAT, ob. cit., N° 2133, y la jurisprudencia citada por él.

263
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

No obstan
53.2. Momento que se produce la interrupción.
en

te parecer bastante obvio que, si se exige la notificación de la de


manda dentro del plazo de prescripción, la interrupción se produce
en el momento de practicarse esa notificación, ni la doctrina ni la

jurisprudencia han sido unánimes al respecto. El asunto adquiere


importancia en los casos en que la demanda se presenta dentro de
plazo, pero la notificación se efectúa una vez expirado éste. Ante
tal hipótesis la pregunta que surge es si se habrá interrumpido la
prescripción o si, por el contrario, habiendo ya vencido el plazo,
no ha
podido existir interrupción.
La de los autores780 y los fallos de nuestros tribunales
mayoría
han manifestado que no basta la presentación de la demanda, sino
que es necesaria su notificación y en la forma legal dentro de pla
zo, de forma que la interrupción se
produce no la presenta
con

ción de la demanda, sino al instante de su notificación. Así lo dicen


fallos que acabamos de citar en el número precedente y la doctri
na a la
que se aludió más arriba.781
Pero para otra corriente doctrinaria, encabezada por don José
Clemente Fabres, "la interrupción no debe contarse desde la fecha
de notificación de la demanda, sino desde la fecha en que se enta
bló el recurso o demanda. Es cierto, agrega este autor, que sin la
notificación no surte efecto la demanda, pero efectuada la notifi
cación se retrotraen sus efectos a la fecha en que se interpuso la
demanda o el De
aquí ha nacido la práctica (hoy obliga
recurso.

ción legal) de poner 'cargo1 a los escritos".782 Hemos recordado


antes, que ésa es la doctrina en algunos derechos extranjeros.
Autores como Contreras783 y Rene Abeliuk784 adhieren a esta

posición.
En nuestra existen
algunas sentencias que han
jurisprudencia
apoyado esta tesis y aun recientemente, bajo la base que para inte
rrumpir la prescripción se requiere de la notificación de la deman
da; pero no es requisito que ésta se verifique dentro del curso del

780
L. BULNES, ob. cit., pág. 59; R. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, artículo cit.,
pág. 80; R. BARROS ERRAZURIZ, ob. y vol. cit., pág. 311; R. MEZA BARROS,
MANUEL, Manual de Dei echo Civil, cit., pág. 416; F. FUEYO, ob. v t. cit., pág. 257;
M. SOMARRIVA, ob. cit., N° 154, pág. 1 10.
7HI
Nota 768, excepto L. E. CONTRERAS.
782
J.C. FABRES, Instituciones de Derecho Civil Chileno, t. X, nota 96 a la pág. 395,
Santiago, 1912.
78-1
L. CONTRERAS ABURTO, LUIS E., ob. cit., pág. 135.
784
R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, Nü 1250.

264
SECUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

plazo previsto para ella, porque los efectos de la notificación se re


trotraen a la fecha de la presentación de la demanda y porque de
otro modo la interrupción podría quedar entregada a las
maqui
naciones del deudor tendientes a evitar la notificación.785
Ya antes la Corte de Apelaciones de Valparaíso había señalado

que "la interrupción civil se cuenta desde la presentación de la de


manda, y si bien es cierto que sin su notificación ella carece de sig
nificado procesal, una vez efectuada la notificación se retrotraen

susefectos a la fecha de la presentación de aquélla. Esta es, por lo


demás, la tesis que más se aviene con el espíritu de la institución,
ya que es la
presentación de la demanda, o sea el acto de reclamar
o
perseguir su derecho enjuicio por parte del acreedor, el evento
público y ostensible que pone de manifiesto el propósito del titu
lar del derecho de instar por su resguardo poniendo en conoci
miento de lajusticia su pretensión en tal sentido. De otra parte,
confirma esta interpretación la idea de que los efectos de la inte
rrupción no pueden quedar expuestos a las artes y maniobras del
deudor, quien, una vez presentada la demanda interruptoria, po
dría dilatar o dificultar la práctica de la notificación más allá del
vencimiento de la prescripción, impidiendo de esta manera que ella
quedara interrumpida con el recurso judicial del acreedor que tien
de precisamente a impedir su curso".786
En todo caso es una posición muy minoritaria, y por el contra
rio, la solución de los tribunales casi constante ha sido la manteni
da por la Corte Suprema, de acuerdo la que "debe acogerse el
a

recurso de casación en el fondo contra la sentencia que resuelve


que la mera voluntad del acreedor de ejercitar la acción al presen
tar su escrito de demanda a la Corte de Apelaciones para su distri
bución el efecto de dicha fecha,
la notificación a
produce retrotraer

interrumpiendo así la prescripción".787 Y agrega el tribunal que "la


interrupción de la prescripción opera únicamente desde el momen
to de la notificación legal de la demanda. Este mismo principio se

785
Así, más recientemente, C. Santiago 19 octubre 2001, Gaceta Jurídica 256,
N° 1,
pág. 71, bajo la base que el efecto de la interrupción no podría quedar li
brado a las maquinaciones del deudor que dilata la notificación; 28 junio 2001,
Gaceta Jurídica 252, N° 4, pág. 199. Pero esa solución no se da en las sentencias
de
de la Corte
Suprema, sino en las más antiguas, como la de 13 julio 1938, Rev.
Der., t. 36, sec. Ia, pág. 97; C. Suprema, 26 diciembre 1910, Rev. de Den, t. 9, sec. Ia,
pág. 99.
786

787
C. Valparaíso, 29 octubre 1963, Rev. de Der., t. 60, sec. 2a, pág. 130.
C. Suprema, 26 noviembre 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. Ia, pág. 102.

265
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

aplica expresamente en los especiales de las letras de cam


casos

bio y pagarés, regulados por la Ley N° 18.092, de 14 de enero de


1982, en sus artículos 98, 100 y 107. En efecto, por ellos hace apli
cables los las relativas alas letras de cambio y,
a pagarés normas

entre ellas, las relativas a la prescripción de un año, contado desde


el día del vencimiento del documento, y que la prescripción se in

terrumpe sólo respecto del obligado a quien se notifique la deman


da judicial de cobro".
Cuandohay varios demandados en un mismo juicio, la interrup
ción sólo se produce cuando se ha notificado a todos ellos en for
ma
legal, decide una sentencia,788 solución que guarda armonía con
la doctrina ya comentada en cuanto a que la interrupción exige
notificación dentro de plazo y en forma legal. Mientras todos no
estén notificados, no hay juicio, y por lo mismo, si han de confun
dirse los aspectos procesales de la notificación con la interrupción
de la prescripción, como resulta de la doctrina que prima entre
nosotros, la solución es correcta.

53.3. La notificación nula no


interrumpe la
prescripción. Pero
si la notificación no ha sido hecha en forma legal, es decir, si es
nula, la interrupción no se
produce. La regla es expresa en el
art. 2503 N° 1 y a ella se remite el art. 2518. Está tomada del
art. 2247 del Código francés, según la nota de Bello al art. 2686 del
Proyecto Inédito. Como la notificación debe ser hecha en la for
ma legal para que sea válida e interrumpa la prescripción, se ha
sostenido por la Corte Suprema que "el hecho de que la actora haya
intentado varias veces demandar al demandado, habiéndose decla
rado nulas las notificaciones de esas demandas, no es suficiente para
acreditar que haya surtido el efecto de interrumpir la prescripción
de la acción",789 y otro tribunal ha entendido que "es necesaria la
notificación legal de la demanda, y en el presente caso no se cum
plió con este requisito, desde que la notificación, realizada en la
ciudad de Santiago, se presenta como una actuación espontánea
del receptor, no respaldada por una resolución judicial previa del
tribunal exhortado remitido por el juez de la causa, razón por la
cual el propio actor, consciente de la ineficacia de dicha notifica
ción, instó por otra nueva que se ajustase a derecho, pero una vez

788
C. Santiago, 26 septiembre 1932, Rev. de Den, t. 31, sec. 2a, pág. 33.
lw
C. Santiago, 18 marzo 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 2a,
pág. 21.

266
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO
TIEMPO

expirado el plazo de prescripción".790


En sentido similar, la Corte
Suprema ha reiterado que "declarada nula la notificación de la de
manda por sentencia ejecutoriada, no tiene ninguna eficacia para
interrumpir civilmente la prescripción".791 Pero para que cese el
efecto interruptívo se requiere que la nulidad procesal haya sido
declarada de modo inamovible y por ello "la notificación por el es
tado diario de la demanda civil ha producido efectos legales, por
que no se ha declarado su nulidad por resolución judicial, ni ha
sido atacada en forma alguna; de modo que no puede invocarse
ahora una nulidad no declarada como fundamento de la prescrip
ción que se
alega".792
Pero, conforme a los principios de la nulidad
procesal, no bas
ta para declarar nula una notificación que ésta no haya cumplido

las exigencias formales de la ley, porque "es improcedente decla


rar la nulidad
procesal de una notificación, si la demandada no ha
sufrido perjuicio alguno que solamente sea reparable con la decla
ración de aquélla"793 (art. 83 inc. Io C. de Proc. Civil), y ello ocu
rriría si en el mismo escrito en
que se deduce el incidente de
nulidad, la parte demandada contesta la demanda. Lo anterior por
que, al decir de otra sentencia, "la nulidad procesal es la sanción
de ineficacia de aquellos actos jurídicos del proceso a los que falta

alguno de los requisitos que la ley prescribe para su validez. Para

que genere nulidad, debe existir un vicio sancionado por la ley


se

con el efecto de la nulidad, siendo necesario, además, que se pro

duzca un perjuicio, ya que si en nada se alteran los resultados fina


les, no se
puede pedir nulidad, aun cuando el vicio exista".794
Deberá tenerse
presente además que conforme al art. 55 inc. 2 del
Cód. de Proc. Civil, "la parte que solicitó la nulidad de una notifi
cación tendrá por notificada de la resolución cuya notificación
se

fue declarada nula, desde que se le notifique la sentencia que de


clara tal nulidad".

53.4. Momento en materia


que se produce la interrupción
en

laboral. En el ámbito laboral la cuestión ha sido más discutida, en


parte por la variación constantemente por los tex-
experimentada

C. Punta Arenas, 29 agosto 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 101.
C Suprema, 13 octubre 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. Ia, pág. 180.
C. Suprema, 5 diciembre 1979, Rev. de Der., t. 76, sec. 4a, pág. 454.
C. Suprema, 4 octubre 1990, Fallos del Mes 385, N° 12, pág. 759.
C. Suprema, 4 mayo 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. Ia, pág. 21.

267
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

tos legales y en
parte por la insistencia en reconocer la existencia
de un principio pro operario, a pesar de la clara letra del
supuesto
art. 2497, que, siguiendo por lo demás el mismo principio de la re

gla del art. 23 en materia de interpretación de la ley, excluye toda


diferencia en las normas sobre la prescripción. Por ello ha sido co
mún sentencias que aceptan que basta la sola presenta
encontrar

ción de la demanda para interrumpir el curso de la prescripción,


aunque la notificación se
plazo. Así, la Corte de
efectúe fuera de

Apelaciones de Concepción, en sentencia ratificada luego por la Cor


te Suprema, sostuvo que "los plazos de prescripción en materia la

boral se interrumpen por la mera interposición o presentación de


la demanda, sin que sea menester su notificación al demandado".795
Las razones para tal solución se encuentran, como hemos dicho,
en el
principio pro operario que informa la legislación laboral y que
constituiría una norma básica de
interpretación, de forma que
su

ante varios sentidos posibles habrá de


preferirse el más favorable
al trabajador, y en el caso no hay lugar a dudas que es más conve
niente que no se exija la notificación legal de la demanda dentro
del plazo de prescripción. Se agrega que en los juicios laborales el
actor no tiene ninguna
injerencia en la notificación de la deman
da, obligación que queda entregada al juez o secretario, en su caso,
y a las personas designadas o encargadas por éstos. La única activi
dad procesal que corresponde al actor, en la iniciación del
juicio
del trabajo, es la presentación de la demanda ante el tribunal. Por
tanto, no cabe sancionarlo declarando extinguidos sus derechos por
prescripción, en razón de que la notificación de la demanda se prac
ticó una vez terminado el plazo
legal, toda vez que el litigante cum
plió con la única actividad procesal que le correspondía en ese
momento

Es necesario, sin embargo, dejar constancia que esa doctrina


jurisprudencial bajo la vigencia de la Ley N° 18.018, pues
se sostuvo

ésta señalaba que, en materia laboral, los


plazos de prescripción
no se
suspendían y sólo se interrumpían por demanda judicial. Di
cha ley, a diferencia de lo
que sucede actualmente, no se remitía a
las normas contenidas en el
Código Civil. Sólo decía que la pres
cripción se
interrumpía por demanda judicial, pecando de clari
dad y precisión, ya que en
ninguna parte expresaba si era o no

ws
C. Concepción, 1 abril 1982, Rev. de Der., t. 79, sec. 3a, pág. 41, queja de
sestimada por la Corte Suprema.

268
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARC.í ) TIEMPO

necesario que dicha demanda fuere notificada para producir el


efecto interruptívo y eso explica la alusión al principio pro operario,
existían "varios sentidos posibles",
ya que entonces prefiriéndose
el más favorable al trabajador.
La conclusión señalada anteriormente se ve reforzada porque
antes de la Ley N° 18.018
regía el D.L. N° 2.200, cuyo artículo 163
prescribía que "no podrán reclamarse los derechos derivados de
servicios prestados con anterioridad a los dos años que precedan a
la fecha de la presentación de la demanda, hayase o no
puesto término a

la prestación de los servicios". De forma que se pedía entonces la sola


presentación de la demanda; pero estableciéndose un plazo más
de caducidad que de prescripción, como reiteradamente lo señaló
la jurisprudencia.796
Pero en la actualidad, el art. 480 del Código del Trabajo esta

blece una clara prescripción y se remite a los arts. 2523 y 2524 del

Código Civil, que hablan de


"requerimiento" (vid. N°93.2) y por
ello las sentencias han mantenido el criterio predominante en el
ámbito civil, en cuanto a que "la interrupción de la prescripción
laboral opera por notificación de la demanda. La sola interposición
de la demanda no produce el efecto de interrumpir la prescrip
ción". 7-,? Esta doctrina es la actual de la Corte Suprema en las sen
tencias más recientes.79* Es sólo excepcionalmente que alguna
jurisprudencia de Cortes de Apelaciones mantiene la doctrina de

796
Rev. de Den, t. 78, sec. 3\ pág. 1. En idéntico sentido, Rev. de Der., t. 78,
sec.3a, pág. 33; Rev. de Der., t. 78, sec. 3a, pág. SI; C. Suprema, 19 octubre 1981,
Rev. de Der., t. 78, sec. 3a, pág. 104, que señalaba que esta caducidad opera por el
solo ministerio de la lev; Rev. de Der, t. 79, sec. 3\ pág. 33.
797
C. Santiago, 31 diciembre 1990, Rev. de Der.,87, sec. 3a, pág. 193; 5 di
t.

ciembre 1990, Rev. de Der., 87, 3a, pág. 188;


t. Rev.
sec. de Der., t. 80, sec. 3a,
pág. 110; C. 7 noviembre 1958, Rev. de Der., t. 53, sec. 3\ pág. 17.
798
Suprema,
Así, C. Suprema, 23 abril 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. 3J, pág. 75, y Gace
ta
Jurídica 250, N° 5, 213, desestima casación contra C. Rancagua, 3 de
pág. que
noviembre 2000, que la notificación; 16 de junio 1999, Fallos del Mes 487,
exige
N"3, pág. 1137; 6 de mayo 1999, Rev. de Der., t. 96, sec. 3\ pág. 78; 4 de junio
1998, Rev. de Der., t. 95, sec. 3', pág. 61. Pero no hacía mucho, en sentencia de
14 diciembre 1995, Fallos del Mes 444, N 12,
pág. 95, se había desestimado que
ja contra sentencia que se contentaba con la sola presentación de la demanda.
Sin embargo en la sentencia de 26 marzo 1993, Fallos del Mes 300, N° 2, pág. 703,
la misma Corte
Suprema desestimaba queja en contra de una sentencia de la Corte
de
Concepción que exigía la notificación. Ya sabemos que en Chile la constancia
también la
no es una de las virtudes de las soluciones
jurisprudenciales. Exigen
notificación, Corte de Santiago, 31 diciembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a,
pág. 193; 22 noviembre 1988, Rev. de Den, t. 85, sec. 3a, pág. 248.

269
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que no se necesita de notificación para la interrupción,799 bajo la


base que el art. 480 del Cód. del Trabajo se remite a los arts. 2523
y 2524 del Cód. Civil, que se refieren al requerimiento como me
dio de interrupcióny éste no necesitaría de notificación, a lo que
se une el argumento clásico del principio pro operario.
Pero la CorteSuprema, como decimos, no ha seguido la argu
mentación y exige la notificación, a nuestro modo de ver acertada
mente, pues ni el principio referido ni ninguna otra regla autorizan
la supuesta excepción. Si la tesis es que se requiere de notificación
en
tiempo para interrumpir la prescripción, ella ha de regir en todo
caso, pues así como se alude al principio pro operario, bien podría
aludirse también al supuesto pro debitoris, y de ese modo, a pesar
de la regla del art. 2497 que tiene incluso fundamentos constitu
cionales, se crearían desigualdades con
reglas excepcionales que
atenderían a la situación calidad de las personas. Pero dejamos
o

en claro que tal es la situación al momento de escribirse esta obra,


precisión necesaria cuando de exponer el estado de la ju
se trata

risprudencia chilena, desde que la Corte Suprema no ha parecido


siempre entender que su principal tarea es la de uniformar las so
luciones de las sentencias para dar certeza a las normas.
Deberá anotarse, sin embargo,que hay que distinguir esa hi
pótesis de prescripción de la acción laboral de aquella de caduci
dad de la acción por la que se reclama del
despido injustificado,
situación a la que ya hemos aludido (vid. N° 174). Sobre la
pres
cripción laboral se volverá más adelante (vid. N° 93).

54. Que no haya mediado desistimiento de la demanda o abando


no delprocedimiento. Este es el tercer requisito para que opere la
interrupción de la prescripción. En realidad lo acertado es enten
der que desaparece el efecto
interruptívo que había producido la
demanda notificada, si luego se produce el desistimiento de ella o
se decreta el abandono de
procedimiento. Así resulta evidente de
los 2518 y 2503. Y a su respecto, se ha resuelto
arts.
que "tratándo
se de una disposición de derecho estricto, no deben admitirse otros

7951
Así, ( :. Santiago, 28 junio 2001 Gaceta Jurídica 252, N° 4, pág. 199; 24 enero
,

2001, Gaceta Jurídica 247, N" 4, pág. 214; 4junio 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 3a,
pág. 133; 25 mar/o 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 3a, pág. 29, que reconoce efecto
inte eruptivo a la sola
presentación de la demanda a designación en la Corte; 21
junio 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 3\ pág. 187.

270
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

casos que los enumerados en el art. 2503 del C.C. para que la de
manda no interrumpa la prescripción".800
La norma del Código alude al abandono de la instancia; pero
esa institución se califica ahora de abandono de
ya se sabe que pro
cedimiento, luego que la Ley N° 18.705 modificara el Título XVI
del Libro I del Cód. de Proc. Civil, sin que se haya cuidado enton

ces de alterar también el N° 2 del art. 2503 del Cód. Civil.

54.1. Que el recurrente desistido expresamente de


no se
haya
la demanda. Como lo ha dicho la jurisprudencia, "si bien el
Título XV del Libro I del Código de Procedimiento Civil trata del
'desistimiento de la demanda', ni cuerpo legal ni disposición
ese

alguna de nuestro ordenamiento jurídico definen tal concepto, por


lo que, siguiendo las elementales reglas de hermenéutica conteni
das en los artículos 19 y 20 del Código Civil, ha de indagarse sobre
cuál sea, según su uso general, el sentido natural y obvio de la pa
labra desistimiento".

Agrega el fallo que, "según el Diccionario de la Real Academia


Española, 'desistimiento' significa 'acción y efecto de desistir', y 'de
sistir' es, en su acepción forense, 'hablando de un derecho, abdicar
lo o abandonarlo'. Para Escriché, en su Diccionario Razonado de

Legislación y Jurisprudencia, desistimiento quiere decir 'el apartamiento


de la acción, demanda, acusación o querella', y apartamiento es 'el
acto judicial con que alguno desiste y se aparta formalmente de la

acción o derecho que tiene deducido'. Por su parte Cabanellas, en


su Diccionario de Derecho Usual, define el 'desistimiento en derecho

procesal', como 'abandono, deserción o apartamiento de acción,


demanda, querella, apelación o recurso'. Por último, en su Dicciona
rio de uso del español, María Moliner hace consistir la voz 'desistimiento,
en los tribunales', en 'retirarse de un juicio'.
Como se ve, la doctrina tampoco aporta una noción uniforme
sobre el desistimiento, pero lo claro es que se trata, en su acepción
elemental, de una manifestación en un proceso de la voluntad de
uno o más de los demandantes de renunciar a la prosecución del

procedimiento".801
material, que es la mani
Comprende, pues, dos factores: uno

festación de voluntad de renunciar a la prosecución de un


proce-

C. Santiago, 9 enero 1928, Rev. de Der., t. 27, sec. Ia, pág. 240.
C. Suprema, 3 septiembre 1980, Fallos del Mes 2f>2, pág. 308.

271
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

dimiento, y otro formal, que esa voluntad corresponda a uno o más


demandantes y se manifieste en el mismo procedimiento al que se
renuncia.
Respectodel elemento formal, se refiere en primer término a
la calidad de demandante que debe revestir quien se desiste, y, en
segundo término, a la condición del tribunal ante el cual se mani
fiesta la voluntad de renuncia: ha de tratarse del mismo juzgado
que conoce del que la demanda desistida dio origen.
asunto a

El Código de Procedimiento Civil recogió esta condición en su

artículo 148, al exigir que el desistimiento se efectúe "ante el tri


bunal que conozca del asunto". Así lo ha dicho la sentencia a la
que acabamos de aludir.
El desistimiento es una institución propia del derecho proce
sal, reglamentada el Título XV,
en artículos 148 al 151 del Libro I
del Código de Procedimiento Civil. Claro está que no es éste el lu
gar para tratar de ella, sino en cuanto tiene como efecto el borrar
la interrupción de la prescripción que se había producido con la
demanda ya notificada.
La norma contenida en el artículo 2503 del Código Civil ha sido
criticada por algunos autores, por estimársela innecesaria en lo que

respecta al desistimiento. En efecto, el artículo 150 del Cód. de


Proc. Civil declara que "la sentencia que acepte el desistimiento,
haya o no habido oposición, extinguirá las acciones a que él se re
fiere, con relación
las partes litigantes y a todas las personas a
a

quienes habría afectado la sentencia del juicio a que se pone fin".


Si el efecto del desistimiento es extinguir las acciones, no tie
ne sentido referirse a la
interrupción de la prescripción. Este efec
to no borrado por el hecho del desistimiento, sino por la
queda
circunstancia de haberse extinguido la acción
que se había dedu
cido. Si el demandante acreedor
pretendiere más tarde volver a
demandar, el demandado requerirá oponer la excepción de
no

prescripción y hacer notar


que la demanda anterior no produjo
efecto interruptívo, sino le bastará
oponer a la nueva demanda la
cosa
juzgada proveniente de la sentencia que declara el desistimien
to, lo que resulta innecesario,
con
superfluo, cualquier debate so

bre la prescripción. Así lo señalan


algunos autores, anotan que que
una
regla como la del Código Civil tiene utilidad en otros derechos,
en los cuales el desistimiento las acciones, sino que
no
extingue
hace volver a las
partes a la situación que tenían antes de presen
tar la demanda;
pero sin que nada les impida renovar la misma ac
ción, teniendo ahí importancia determinar si ha transcurrido o no

272
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

el plazo de prescripción.802 Tal es el caso del derecho francés y del


argentino. El Código de Vélez Sarsfield en su art. 3987 ordena que
la interrupción producida por la demanda "se tiene por no suce
dida, si el demandante desiste de ella" y la doctrina entiende que
la regla no puede referirse al desistimiento de la acción, sino al del

procedimiento, pues si se refiriera al de la acción, la regla sería in


útil,*05 ya que entonces no sólo habría cesación de la interrupción,
sino extinción de toda posibilidad de reiniciar la prescripción, por
que se habría extinguido el derecho. Sin embargo, el Proyecto de
Código Civil en su art. 2487 se refiere a la privación de los efectos
de la interrupción y señala que "se tiene por no sucedida si se de
siste la acción promovida o permite la instancia". El art. 2247 del

Código francés también prescribe que la interrupción no se pro


duce si el demandante desiste de demanda y también se ha en
su

tendido que se trata del desistimiento de ésta y no de la acción.*04


No hace muchos años una sentencia se refirió exactamente a

esta situación. En aquella ocasión, el demandante había desistido


de su demanda, y posteriormente volvió a demandar basándose en

un reconocimiento de firma hecho por el demandado en el docu


mento que daba cuenta de una obligación ya prescrita. La senten

cia sentó la doctrina de que el desistimiento hacía perder las


acciones y, por lo tanto, cabía acoger la cosa juzgada, por lo que
no se
pronunció sobre la excepción de prescripción, porque esti
mó que la aceptación de la excepción de cosa juzgada era incom

patible con ello. El fallo en comento dijo expresamente que "con


arreglo al artículo 150 del Código de Procedimiento Civil, la sen
tencia que acepta extingue las acciones a que él se refiere,
el desistimiento
con relación a las
partes litigantes y a todas las personas a quienes
habría afectado la sentencia del juicio a que se pone fin. De este
modo, la resolución firme que acoge el desistimiento semeja en sus
efectos a una sentencia de término denegatorio de la demanda,
las ac
puesto que pone fin al juicio de que se trata, extinguiendo
ciones como si hubieran sido rechazadas, de forma que si el de
mandante las renueva con un nuevo juicio, el demandado estará
habilitado para oponer válidamente la excepción de cosa juzgada".

*02L. BULNES, ob. cit, pág. 67; L. CONTRERAS, ob. cit., pág. 144; GIORGI,
ob. vol. cit., pág. 400, N° 268.
y

Así, R. SALVAT, ob. cit., N° 2138; L. MOISSET DE ESPANES, Interrupción


803

de
prescripción
m
por demanda, citada, pág. 75.
BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., N° 502.

273
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Obviamente que "la excepción de cosa juzgada resultará proce


dente sólo a condición de que en la nueva demanda se haga valer la
misma acción acciones que las que se extinguieron con motivo del
o

desistimiento de la anterior, vale decir, cuando entre una y otra de


manda existe la triple identidad de que trata el artículo 177 del Có

digo de Procedimiento Civil, o sea, la identidad


legal de persona, la
identidad de cosa pedida y la identidad de causa de pedir".
Finalmente, y tal como lo habíamos adelantado, "respecto de
la excepción de prescripción no se emitió pronunciamiento, por
que la aceptación de la cosa juzgada resulta incompatible con cual
quiera determinación que pueda versar sobre la misma materia que
fue objeto de la demanda anterior".805

54.1.1. Situación del desistimiento en el juicio ejecutivo. En los


juicios de arrendamiento del Cód. de Proc. Civil. Buscando algún
sentido al art. 2503 N° 2, se ha sostenido que tendría plena aplica
ción en el juicio ejecutivo, ya que conforme al artículo 478 del Cód.
de Proc. Civil, las partes pueden desistirse de sus acciones o excep
ciones con reserva de sus derechos para hacerlos valer en un jui
cio ordinario. En tal caso, cuando se
interponga la acción ordinaria,
el demandado defenderá diciendo que la demanda ejecutiva
se no

tuvo la aptitud de
interrumpir la prescripción, basándose en el ar

tículo 2503 N° 2 del Código Civil.806


Según lo preceptuado por el artículo 4(57 del Código de Pro
cedimiento Civil, todo ejecutante podrá sólo dentro del
plazo de 4
días contados desde que se le confirió el traslado de las
excepcio
nes
opuestas, desistirse de la demanda ejecutiva, con reserva de su
derecho para entablar acción ordinaria sobre los mismos
puntos
que han sido materia de aquélla.
El inciso segundo del artículo 467
agrega que por el desistimiento
perderá el ejecutado derecho deducir nueva acción
para ejecuti
va, quedarán ipso
y facto sin valor el
embargo y demás resolucio
nes dictadas.
Responderá el ejecutante de los perjuicios que se
hayan causado la demanda ejecutiva, salvo lo
que se resuelva
con

en el ordinario.
juicio
Conforme a una sentencia, "el desistimiento
especial de la de
manda ejecutiva que este artículo, constituye un derecho
consagra

805
C.
Suprema, 19 abril 1988, Fallos del Mes 353, N° 5, pág. 93.
m'
En este sentido, L. CONTRERAS, ob. cit.,
páí>. 146; R. MEZA BARROS,
ob. cit., pág. 49.

274
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

para el ejecutante, el cual una vez ejercido, en el plazo legal, debe


ser acogido por el tribunal accediendo a la reseña solicitada, ha

ciéndose responsable el ejecutante, por mandato legal, de los per


juicios que se hayan causado con la demanda ejecutiva".
Agrega el mismo fallo "que no es posible asimilar el desistimien
to especial de la demanda ejecutiva contemplado en la
disposición
citada con el desistimiento de la demanda consagrado en el artícu
lo 148 del Código de Procedimiento Civil, ya que sus efectos son
distintos. En el primer caso, acogido éste, hace perder al ejecutan
te el derecho para deducir nueva demanda ejecutiva y le permite
iniciar acción ordinaria sobre los mismos puntos que fueron mate
ria de la demanda ejecutiva, sin que obste a ello la cosa juzgada;
en cambio, en el aceptado el desistimiento por la
segundo caso,

correspondiente resolución, se extinguen las acciones a que él se


refiera, con relación a las partes litigantes y a todas las personas a
quienes habría afectado la sentencia del juicio a que se pone fin;
por lo expuesto, tampoco es posible sostener que sea igual la ca
pacidad que se requiere para desistirse de la demanda ejecutiva en
la oportunidad referida y la capacidad que se requiere para desis
tirse de la acción deducida, ya que en el primer caso el derecho lo

puede impetrar un mandatario con facultades ordinarias, y en el


segundo, debe efectuarla, en Ia instancia, un mandatario premu
nido de la facultad especial de desistirse en Ia instancia de la ac
ción deducida".807
Como el demandante queda privado de las acciones ordi
no

narias, si ejerce dichas acciones, no se le podrá oponer la cosa juz


gada, pero tampoco podrá decir que su anterior demanda tuvo la
virtud de interrumpir la prescripción, porque en tal circunstancia
el demandado se va a defender con la norma contemplada en el
N°2 del artículo 2503 del Código Civil. De este modo, en el juicio
ejecutivo el desistimiento de la demanda tiene propiamente el ca
rácter extintivo del efecto interruptívo, de forma que si el acree
dor inicia luego la acción ordinaria, la prescripción se contará desde
que venció la obligación y no desde que haya cesado el procedi
miento de ejecución.
Otra sentencia sostiene que "tanto el actor como el demanda
do pueden formular reserva de sus acciones y excepciones confor
me a las normas del de trata el Título I del
juicio ejecutivo que

7
C. 26 noviembre 19K5, Fallos del Mes 324, N° 7, pág. 743.
Suprema,

275
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Libro III del Cód. de Proc. Civil, artículos 464 y siguientes, lo que
significa que puede solicitarse que la acción o las excepciones pue
dan discutirseenjuicio ordinario, impidiéndose así que el fallo que
se dicte en el
juicio ejecutivo produzca cosa juzgada sustancial y
que sólo produzca cosa juzgada formal".808
En relación con la reserva de acciones contemplada en el artícu
lo 478 del Código de Procedimiento Civil, el mismo fallo señaló

que "ésta tiene la naturaleza de ser una acción subsidiaria de la prin


cipal, tanto de la ejecutiva en caso de que ella se acoja, si la reser
va la
pide el ejecutante, o de que se acojan las excepciones y se
niegue lugar a la demanda, si la reserva la formula el ejecutado".
En este caso se declaró la reserva de acciones, ya que se
acoge
prescripción de acciónejecutiva opuesta, y pronuncia respec
no se

to de la prescripción de la deuda, la se resolverá


que enjuicio or
dinario. En dicho juicio ordinario, el demandado no
podrá oponer
la cosa juzgada al demandante, sí se defenderá con la norma
pero
del N° 2 del artículo 2503, esto es,
que la anterior demanda ejecu
tiva no tuvo la virtud de
interrumpir la prescripción que corría en
su favor,
pudiendo entonces oponer la excepción de prescripción.
Situación semejante a las planteadas se presenta en los
juicios
especiales del contrato de arrendamiento reglamentados en el Cód.
de Proc. Civil, en que de acuerdo a lo
que dispone el artículo 615,
las sentencias que se dicten en dichos
juicios no privarán a las par
tes del
ejercicio de las acciones ordinarias a que tengan derecho,
sobre las mismas cuestiones resueltas
por aquéllas. Por ello en una
sentencia se dijo que "en estos
juicios las sentencias producen cosa
juzgada formal y no substancial, por lo que no puede aceptarse la
excepción de cosa juzgada propiamente. La sentencia es procesal-
mente inatacable,
inimpugnable, pero en el fondo no es irrevoca
ble. Por tanto puede volver a discutirse lo
ya resuelto".80-' En este
caso se
opuso subsidiariamente a la cosa juzgada la excepción de
prescripción.
Como se desprende del fallo recién transcrito,
aquí no puede
oponerse la cosa juzgada, y respecto de la excepción de prescrip
ción, el demandado sí puede defenderse con ella, e incluso decir
que la primera demanda no tuvo la virtud de interrumpir la pres-

808
C. Santiago, 12
julio 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 2\ pág. 63. En igual sen
tido, Rev. de Der., t. 2b, sec. Ia, pág. 157; Rev. de Der., t. 21, sec.
Ia, pág. 755; Rev.
de Der., t. 12, sec. Ia, 537.
809
pág.
Corte Suprema, 26 noviembre 1991 Fallos del Mes
,
396, N° 13, pág. 653.

276
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCK )\ES DE LARGO TIEMPO

En el
planteado en la demanda, lamentablemente
capción. caso

no hubo pronunciamiento sobre la prescripción, porque ésta


un

se formuló de una manera


genérica, impropia, y no de un modo
como corresponde acorde a derecho,
preciso según tuvimos opor
tunidad de ver.

54.1.2. El desistimiento debe ser


expreso. En más de una opor
tunidad los tribunales han debido precisar que el desistimiento ad
misible sólo expreso. Así se ha dicho que "la legislación
puede ser

procesal no acepta desistimientos tácitos de la demanda".810


En sentido similar se ha sostenido que "después de alegada la

prescripción, sólo cabe el desistimiento, el que en todo caso debe


ser
expreso".811
54.2. Que no se
haya declarado el abandono del procedimien
to. La institución del abandono del procedimiento también es
pro
pia del derecho procesal, reglamentada en el Título XVI del Libro I
del Código de Procedimiento Civil, artículos 152 a 157.
El efecto del abandono está establecido en el artículo 156 del
C.P.C, al señalar que "no se entenderán extinguidas por el aban
dono las acciones o excepciones de las partes; pero éstas perderán
el derecho de continuar el procedimiento abandonado y de hacerlo
valeren juicio".
un nuevo

Confirmación de lo dispuesto por el legislador es lo dicho por


nuestros tribunales al señalar "que no puede sostenerse que haya
existido interrupción civil de la prescripción fundada en el mérito
del proceso traído a la vista, cuya instancia se declaró abandona
da, pues según el artículo 156 del C.P.C, no se entenderán extin
guidas por el abandono las acciones y excepciones de las partes;
pero éstas perderán el derecho de continuar el procedimiento
abandonado y de hacerlo valer en un nuevo juicio, de lo que se
que la notificación de la demanda -aunque
se haya
desprende prac
ticado antes de la prescripción de la acción en el juicio que se de
claró abandonado- no ha podido hacerse valer en el nuevo juicio
iniciado, como se sostiene en el recurso".812
En sentido similar se ha sostenido que "no puede entenderse

interrumpida civilmente la prescripción por la demanda dirigida

0
C. Suprema, 12 julio 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. Ia, pág. 124.
1
C. Suprema, 19 mayo 1986, Fallos del Mes 342, N° 1, pág. 241.
2
C. Suprema, 22 diciembre 1970, Rev. de Der., t. 67, sec. Ia, pág. 611.

277
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

al deudor principal, cuando en dicho juicio se declare abandona


da la instancia".813
Es tan claro el tenor de la ley, que la jurisprudencia se limita,
las más de las veces, a repetir la letra del texto, señalando más de
una vez
que "no interrumpe la prescripción la demanda de un
jui
cio que se declaró abandonado".814
Otros fallos han aplicado el artículo 156 del Cód. de Proc. Ci
vil, al sostener que "los efectos del abandono del procedimiento
se
producen únicamente en al ámbito procesal, perdiendo las par
tes el procedimiento abandonado en el actual juicio y la posibili
dad de hacerlo valer en un nuevo
juicio, pero no afectan al derecho
sustantivo comprometido en la relación
procesal".815
Pero no
por ello si se abandona
juicio se va a poder revivir
un

una acción ya
prescrita en otro juicio mediante la diligencia de re
conocimiento de firma, como lo han pretendido algunos, cuestión
a
que ya nos hemos referido (vid. N° 13).816
Sin embargo, el abandono de procedimiento en el solo cuader
no de
apremio, dentro del juicio ejecutivo, no borra lo ya resuelto
en el
procedimiento ejecutivo, si hay allí sentencia de pago, de for
ma
que la interrupción ya producida por la demanda notificada
no
queda sin efecto por el abandono de procedimiento decretado
en ese solo cuaderno de
apremio. En suma, el abandono de pro
cedimiento del art.153 inc. 2o del Cód. de Proc. Civil no es el mis
mo al que se refiere el art. 2503 N° 2 del Cód. Civil.817

55. Que el demandado no


haya obtenido sentencia absolutoria. Este
es el cuarto requisito para que opere la interrupción de la pres
cripción. Recibe consagración en nuestra legislación positiva en el
artículo 2503 N° 3 del Código Civil.
Al igual que en muchas otras cuestiones sobre la
prescripción,
los autores han discutido sobre el alcance debe darse a esta
que
expresión. La controversia en este caso es en orden a saber si toda
sentencia absolutoria del demandado la si
impide interrupción, o

8,3
C.
Santiago, 27 junio 1991, Rev. de Den, t. 88, sec. 2', pág. 71.
814
C.
Santiago, 28 junio 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 73. En igual sen
tido, C. Punta Aienas, 29 agosto 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a,
815
pág. 101.
C. Punta Arenas, 2 febrero 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 5a,
8,fi
pág. 49.
C. Suprema, 4 septiembre 1965, Fallos del Mes 82, N° 3,
817 pág. 201.
C. Suprema, 14 de noviembre 1996, Rev. de Den, t. 93, sec.
Ia, pág. 156;
Fallos del Mes 456, N° 23, pág. 2365.

278
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

solamente cuando ella se funda en motivos de fondo del juicio, o


sea, sobre la existencia o extinción de la obligación. Lo anterior

origina la teoría amplia y la restringida, respectivamente.818 Noso


tros nos limitaremos a señalar lo que han dicho nuestros tribuna

les, los cuales tampoco tienen un pronunciamiento uniforme al

respecto, encontrándose fallos en


apoyo de una
y otra solución.

55.1. Teoría restringida. Esta tesis postula que la sentencia ab


solutoria es
aquella que recae sólo en aspectos de fondo de la de
manda. Por ello, quienes la acogen sostienen que no debe aplicarse
rechazada por defectos de forma. Así,
al caso en que la demanda es

sería sentencia absolutoria la que acoge una excep


por ejemplo, no

ción de falta de requisitos para que el título tenga mérito ejecuti


vo del art. 464 N° 7, o aquella que acoja una excepción meramente

dilatoria.
Esta tesisla que tiene el apoyo de las sentencias nacionales, al
es

menos hasta fecha reciente, pues ya se dirá que la Corte Suprema

no la ha mantenido, de forma que sería un error entender que se

trata de una cuestión ya cerrada al debate. Así, se ha fallado que "el

legislador ha referirse en el artículo 2503 N° 3 a la senten


querido
cia que liberta al deudor de la obligación, porque 'absolver', según
la terminología forense, significa 'dar por libre al reo demandado,
civil o criminalmente', y además porque dentro de los principios de
derecho la institución de la extintiva se justifica por la
prescripción
inactividad o
negligencia persecución del dere
del acreedor en la
cho, de suerte que, intentados los recursos judiciales, sólo pueden
cuando el acreedor
ser ineficaces
para interrumpir la prescripción
cesa en dicha prosecución (Nos 1 y 2 del art. 2503) y cuando la
sen

tencia liberta al deudor de la obligación".819


También apoyó setesis al resolver que "el rechazo de una
esta

demanda ejecutiva por faltar al título alguno de los requisitos esta


blecidos por la ley para tener fuerza ejecutiva, no importa obtener
'sentencia de absolución' a que se refiere el art. 2503 N° 3 del C.C,
que la
impediría alegar interrupción civil de la prescripción de la

obligación que emana del mismo título".820

8,8 139.
Sobre ellas, M. ASIAIN, ob. cit., págs. 121 a
8,9 49.
Santiago, 2 junio 1943, Rev. de Der., t. 41, sec. 2a, pág.
C.
820
C. Suprema, 8 junio 1967, Rev. de Den, t. 64, sec. Ia, pág. 186. En el mis
sec. Ia, pag. 186.
Suprema, 18 noviembre 1948, Rev. de Den, 46,
mo sentido, C. t.

279
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

semejante se sustenta en otro fallo que resuelve que "no


Doctrina
nos encontramos en la situación que contempla el art. 2503 N° 3 del

C.C, porque la sentencia al acoger la excepción de ineptitud de li


belo, no se pronunció sobre el fondo o cuestión controvertida, sino
que se limitó a desechar la demanda en razón de un defecto proce
sal en el modo de formularla, por cuyo motivo la acción ejecutiva
pudo renovarse, según lo dispone el art. 477 del C.P.C".821
De este puede desprenderse que, a contrario sensu, se pro
fallo
duciría la situación prevista en el art. 2503 N° 3 cuando la senten
cia se pronuncia sobre el fondo o cuestión controvertida. Por ello
dicho fallo dio por interrumpida la prescripción entre la fecha en
que se notifica la gestión previa de desposeimiento y la fecha en
que se desecha la demanda ejecutiva de desposeimiento.
Otro tanto sucede con un fallo que resolvió que "desestimada
la petición de quiebra en las gestiones anteriores por motivos que
afectaban a la oportunidad de la acción, tales sentencias no revis
ten la calidad de absolutorias para los efectos de que se tenga por

interrumpida la prescripción, dado que no se declara que las le


tras no
representen obligaciones mercantiles a
cargo del deudor o

que éste no estuviera obligado a su pago, o sea, la quiebra no se


rechazó por la ineficacia de los títulos o la falta de acción en con
tra del deudor términos de constituir para éste una absolución.
en

En consecuencia, la gestiones en que se desechó la declaración de

quiebra por motivos que se relacionan con la oportunidad de la


acción interrumpen la prescripción". H- Y esta tesis restrictiva es la
que acoge la jurisprudencia nacional.823
Semejante solución es la que se sigue para señalar que la de
manda ante tribunal incompetente
interrumpe la prescripción (vid.
N° 52.1.5). Nos remitiremos a lo ya dicho al tratar de esa cuestión
y sólo recordaremos que en alguna oportunidad el tribunal de pri
mera instancia se declaró
incompetente para conocer la deman
da, lo que ratificó la Corte respectiva resolviendo que quedaba
rechazada la acción ejecutiva. Pero la Corte
Suprema señaló que
"tal rechazo, sin
embargo, no constituye la absolución que exigen

m
C.
Santiago, 4 junio 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. 2\ pág. 32.
822
C.
Santiago, Rev. de Den, t. 41, sec. 2a, pág. 49.

Así, más recientemente, C. Suprema, 4
septiembre 1996, Fallos del Mes
454, N° 7, pág. 1824, que cita otras en el mismo sentido; 30 enero 1996, Fallos
del Mes 446, N° 29, pág. 2042,
que hace suyo el voto disidente en sentencia de C.
Santiago, 19 de mayo 1994; 13 mayo 1980, Fallos del Mes 258, N° 5, pág. 102.

280
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

los artículos 2503 N° 3, 2515 y 2518 del Código Civil para que no
la interrupción resultante de cualquier recurso
opere judicial ejer
citado por el acreedor, porque el único efecto procesal que pro
duce la declaración de incompetencia del tribunal es liberar al
ejecutado de la obligación de proseguir el litigio ante ese tribunal,
no lo libera del cumplimiento de la
obligación contraída, que
pero
en todo queda sometido a la decisión del tribunal que sea com
caso

petente, a quien exclusivamente le incumbe dar o no por libre al


demandado civil de la obligación litigada, que es el sentido que tie
ne la absolución forense. Por lo mismo, falla acorde a derecho la
sentencia que decide que la prescripción de la acción ejecutiva fue
interrumpida por la otra ejecución".824
Alguna doctrina apoya esta tesis. Así, Abeliuk sostiene que "esta
interpretación choca un poco con la letra de la ley, que ha habla
do de notificación legal de la demanda y sentencia de absolución,
sin hacer distinciones respecto a cuál ha sido el motivo de la ilega
lidad o el motivo del rechazo de la demanda, pero se justifica si se
piensa en el fundamento de la institución: la interrupción no hace
sino manifestar la intención del acreedor de cobrar su crédito y se

mejante constatación se
produce tribunal competente
tanto ante

como ante el
que no lo es, si la actuación ha sido válida o nula. En
todos los casos resueltos, la acción misma queda indemne, y sus
ceptible de intentarse de nuevo. El acortamiento cada vez mayor
de los plazos de prescripción hace aun más perentoria la acepta
ción de esta doctrina, pues si no, puede suceder que el término de
aquélla se cumpla durante el primer pleito de cobro".825
También Meza Barros inclinó por esta doctrina.826 Entiende
se

que cuando el Código alude a sentencia "absolutoria", hace refe


rencia, el sentido
según el diccionario de la Real Academia Es
que
pañola da al substantivo absolución, a una terminación del pleito
"enteramente favorable al demandado" y absolver es "dar por libre
de algún cargo u obligación". Agrega que, en consecuencia, si el
demandado ha obtenido la demanda se rechace por la acep
que
tación de una ha existido "absolución" y por ende esa
dilatoria, no

sentencia no ha podido borrar el efecto interruptívo que produjo


tal demanda. De este modo, la interrupción producida por esa de
manda defectuosa subsistiría a de haberse rechazado la de-
pesar

C. 13 mayo 1980, Fallos del Mes 258, N° 5, pág. 102.


Suprema,
ABELIUK, RENE, ob. cit, t. 2, N° 1250.
R. MEZA BARROS R., ob. citada, Nos 122 y sgts.

281
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

manda. ¿Hasta cuándo? A la época en


que Meza Barros escribe, el
texto legal del art. 2503 N° 2 era diferente al actual. Decía que la
interrupción por demanda no se producía "Si el recurrente desis
tió expresamente la demanda o cesó en la persecución por más de
tres años", lo que permitía al autor entender que la interrupción
no
podía durar en aquel caso más de tres años. Recordaremos que
la regla no mantiene hoy sino la hipótesis de desistimiento de la
demanda, de forma que la limitación que entiende el autor no tie
ne hoy sustento.

55.2. Tesis amplia. Esta posición parte de una cuestión lógica:


de seguirse la teoría restringida, la utilidad de la norma sería nula.
En efecto, si el tribunal rechaza la demanda por motivos de fon
do, y luego el demandante intenta nuevamente demandar el cum
plimiento de la misma obligación,segunda oportunidad al
en esta
demandado le bastará oponer la cosa juzgada proveniente de la sen
tencia que declara el rechazo de la primera demanda, y no tendrá
sentido discutir si hubo o no interrupción de la
prescripción.
Es por ello que Barros Errázuriz, comentando el artículo 2503
N° 3, señala que "este último evento es de difícil
aplicación prácti
ca,pues si el demandado ha sido absuelto, es porque nada debe al
acreedor; y no se divisa entonces la razón que pueda haber para
que el acreedor conserve el derecho de iniciar nueva acción".827
En sentencia que transcribimos a propósito del mismo
una
pro
blema en relación con el desistimiento, se "la resolución
dijo que
firme que acoge el desistimiento en sus efectos a una sen
semeja
tencia de término denegatorio de la demanda,
puesto que pone
fin al juicio de que se trata,
extinguiendo las acciones como si hu
bieran sido rechazadas, de forma
que si el demandante las renue
va con un nuevo
juicio, el demandado estará habilitado para oponer
válidamente la excepción de cosa
juzgada ".
Obviamente que "la excepción de cosa
juzgada resultará proce
dente sólo a condición de en la demanda se valer la
que nueva
haga
misma acción acciones que las que se
o
extinguieron con motivo del
desistimiento de la anterior, vale decir, cuando entre una otra de
y
manda existe la
triple identidad de que trata el artículo 177 del Có
digo de Procedimiento Civil, o sea, la identidad legal de persona, la
identidad de cosa pedida e identidad de causa de
pedir".

BARROS ERRÁZURIZ, ALFREDO, ob. vol. cit., 311.


y pág.

282
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Por último, recordemos que en aquella ocasión


"respecto de
la excepción de prescripción no se emitió pronunciamiento,
por
que la aceptación de la cosa juzgada resulta
incompatiblecon cual

quiera determinación que pueda versar sobre la misma materia que


fue objeto de la demanda anterior".828
La teoría amplia postula que la sentencia absolutoria es
aque
lla que aspectos de forma como de fondo de la de
recae tanto en

manda. Entiende que no debe aplicarse sólo a la situación en


que
la demanda es rechazada por motivos de fondo, sino que también
a aquella en que su rechazo se debe a defectos formales,
y en am
bos casos la demanda no va a tener eficacia interruptiva.
De aquí que si el acreedor demanda el cumplimiento de su obli
gación y el tribunal la rechaza por defectos formales, estamos ante
una sentencia absolutoriaque hace alusión el artículo 2503 N° 3,
a

por lo que dicha acción no tiene la virtud de interrumpir la pres


cripción, desapareciendo el efecto interruptívo que se le hubiere
otorgado. Si el acreedor demanda nuevamente subsanando los efec
tosformales y pudiendo hacerlo, el deudor obviamente que no po
drá oponer la excepción de cosa juzgada, ya que en el primer juicio
no se discutió el fondo del asunto. Pero si el plazo ya había trans
currido al de notificarse la ríltima demanda, el deudor
momento

podrá oponer la excepción de prescripción, la que será acogida


aunque se hubiese notificado dentro de plazo la primitiva deman
da, por disponerlo así el artículo 2503 N° 3 del Código Civil. En
tal caso
podrá hacer valer la primera demanda como
el acreedor no

interruptiva de la prescripción. Si se entiende así la norma, resulta


de manifiesta utilidad, señalan quienes defienden esta posición.829
Por ello ha dicho que "absuelve al demandado la sentencia
se

que acoge su excepción de prescripción. Mal puede sostenerse que


la demanda
ejecutiva rechazada por prescripción interrumpe la de
la acción en forma que ésta podría intentarse nuevamente por la
vía ordinaria".830
Sin por una u otra teoría, se señaló
en otra
pronunciamiento
ab
oportunidad que "habiendo terminado el proceso criminal por
solución temporal, por no resultar justificada la
completamente
perpetración del delito y por no haber indicios suficientes para acu-

829
C.Suprema, 19 abril 1988, Fallos del Mes 353, N° 5, pág. 93.
L. BULNES, ob. cit., págs. 72 y siguientes, quien además cita a D.
STITCHKIN.
830
C. 21 abril 1970, Rev. de Der., 67, Ia, pág. 122.
Suprema, t. sec.

283
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

sar a determinada persona, hay que convenir que a esta gestión le


afecta el precepto del N° 3 del art. 2503 del C.C, de haber obteni
do la absolución el demandado, y por lo tanto, no tiene la virtud
de interrumpir la prescripción"."31
Suprema, en la sentencia más reciente que conoce
La Corte
mos, ha hecho imperar esa doctrina amplia, entendiendo que la

regla legal no hace distinción alguna y que, tanto por anteceden


tes históricos como por las razones prácticas y lógicas ya mencio

nadas, deben negarse efectos interruptivos a aquella demanda que


luego ha sido desestimada al acogerse una dilatoria.832
En el derecho comparado ésta es la doctrina común. Así, tratan
do del art. 3987 del Código argentino, que hace referencia al deman
dado que es "absuelto definitivamente",833 un autor sostiene que la

regla debería suprimirse, porque no se trata de una situación en


la que quede sin efecto la interrupción de la prescripción, pues si
la absolución fue definitiva, el derecho no existía y, por lo mismo,
mal pudo hablarse de interrupción de la prescripción,834 y otro agre
ga que si ella ha de entenderse como la que resuelve el fondo del
asunto, no tiene interés respecto de la prescripción, pues en ese
evento existe la
excepción de cosa juzgada.835 Del mismo modo, la
jurisprudencia y la doctrina francesas, ante el tenor del art. 2247
del Cód. francés, que se refiere a la demanda desestimada, entien
den que la regla es absoluta y no comprende ninguna excepción

según que la demanda searechazada por razones de fondo o de


forma o
por una razón que deje subsistente el derecho a la ac
ción,836 salvo el
caso de la
incompetencia, como se ha visto antes
H3/
(vid. 52.1. 5). En la legislación colombiana, donde la cuestión está
ahora regulada por el Código de Procedimiento Civil, reformado
además por el Decreto N° 2.282 de 1989, además de la sentencia

831
C.
Santiago, 18 abril 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 2a, pág. 34.
m
C.
Suprema. 7 noviembre 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. Ia, pág. 245.
833
Aunque inspirado en el Cód. francés, MLLEZ SARSFIELD agregó la preci
sión de que la absolución debía ser definitiva,
siguiendo en ello a Troplong. Véa
se su nota al art. 3987.
834
L. MOISSET DE ESPANES, al C Civil.
Reformas Régimen de la prescripción,
pág. 57.
m"
SAI.VAT, ob. cit., N" 2145.
*:ttí
Así, por ej., Civ. 1\ 30 marzo 1994, J.C.P., 1994, IV, 1472; Civ. 29 noviem
bre 1988, D. 1988, IR 304; D. 1989, somm. 231 Com. AUBERT, Civ. 3a, 20 diciem
bre 1983, Bull. Civ. III, N° 275; Com. 21 abril 1980, Bull. Civ. IV, N° 157.
837
Así, H. L. J. MAZEAUD v F. CHABAS, ob. cit, N° 1178; B. STARCK, H.
ROLAND y L. BOYER, ob. cit., N° 403.

284
SEGl'NDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

"desestimatoria", se reconoce como


impropia al efecto
interruptí
vo la resolución que declara
probada la excepción de ineptitud de
la demanda, sea por su irregularidad formal o por indebida acu
mulación de pretensiones.
Nos parece que ésta debe ser la doctrina correcta entre noso
tros. La sentencia que absuelve al demandado en el fondo ha de

clarado que éste no era deudor, que no existe el crédito del


demandante y por lo mismo no tiene relación con el efecto inte

rruptívo. No tendría sentido que la regla se hubiese dictado preci


samente para un caso en
que hablar de interrupción es inútil, pues
ni siquiera podría tratarse de una prescripción cuando no había
obligación. Si la sentencia resuelve que el deudor no es tal porque
no existía el vínculo obligatorio, cuando el acreedor renueve su ac

ción, oponerle la prescripción bajo el pretexto que la demanda pre


cedente no tuvo efectos interruptivos, sería un contrasentido, desde
que quien opone la prescripción reconoce que hubo obligación,
aunque extinguida por ésta. Lo lógico es que el demandado opon
ga la cosa juzgada, y la prescripción sólo se justificaría útilmente si
se
esgrimiere subsidiariamente en caso de dudas sobre la princi
pal. No se entiende entonces que nuestra jurisprudencia, en con
tra de la doctrina
que es la general en el derecho comparado, insista
en sostener la tesis
restringida.
Meza Barros, ante la objeción hecha en cuanto a la inutilidad
de la regla frente a la excepción de cosa juzgada, sostiene que se pue
dan dar supuestos en que rechazada la demanda en el fondo, el
acreedor pudiere aun deducir una nueva demanda si esgrime una
nueva causa de pedir,838 como si en el hubiere deman
primer juicio
dado la nulidad de un contrato por haber existido fuerza y en él el
demandado es absuelto. Si el demandante vuelve a demandar fun
dado ahora el dolo, el demandado oponerle la cosa
en no
podría
juzgada y por lo mismo allí tiene sentido la regla 2503 N° 3,
del art.

que entiende que la interrupción no se produce si ha existido abso


lución el fondo. Pero el argumento no es de ningún modo
en con

vincente. Si se esgrime una nueva causa de pedir, se trata de una

acción diversa y por lo mismo con su propia prescripción, para la


cual de nada serviría lo debatido en el
juicio precedente.
La tesis restrictiva tiene además otro inconveniente: si sólo una
sentencia absolutoria en el fondo borra el efecto de interrupción

R. MEZA BARROS, ob. cit., N° 12(5.

285
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

producido por la demanda notificada, quiere decir que mientras


no se
pronuncie una sentencia con tal carácter, dicho efecto no cesa
no es grave si lo
y la prescripción no podrá operar. La cuestión que
ha ocurrido es que se ha acogido una excepción dilatoria en el jui
cio ordinario, porque entonces, si el demandante no subsana el vi
cio de su demanda dentro del plazo de seis meses siguientes a la
notificación de la resolución que acogió dicha excepción, el deman
dado podrá solicitar el abandono de procedimiento de acuerdo al
art. 152 del Cód. de Proc. Civil y declarado que sea éste, habrá per
dido la demanda notificada su efecto interruptívo por mandato del
art. 2503 N° 2. Pero lo mismo no ocurrirá si la sentencia final del

juicio desestima la demanda por una razón que no es de fondo,


por ejemplo, por errores en la petición, como si se ha supuesto que
la obligación era solidaria y sólo era conjunta u otras razones pare
cidas. Otro tanto ocurrirá en el juicio ejecutivo, en el cual todas
las excepciones, incluso las referidas a cuestiones de forma, se fa
llan en la sentencia definitiva, salvo la de incompetencia (art. 465
Cód. de Proc. Civil). De acuerdo a la tesis restrictiva, no habiéndose
declarado que el demandado no es deudor, no hay sentencia abso
lutoria y por ende no ha cesado el efecto de interrupción produci
do por la demanda. ¿Por cuánto tiempo se extenderá entonces la
interrupción? Ante tal dificultad, Meza Barros sostenía que ese efec
to sólo permanecía por tres años, porque cuando él escribió su te
sis, el art. 2503 N° 2 señalaba que el efecto interruptívo de la
demanda desaparecía si el recurrente desistía de la demanda "o cesa
en la
persecución por más de tres años";,s3y pero esa disposición no
existe hoy con tal tenor luego de la Lev N° (i. 162, ya que se sustituyó
el plazo de tres años por el abandono de
procedimiento, hipótesis
que no
podría aplicarse en el caso señalado puesto que, desde que
sedictó sentencia que desestima la demanda, aunque no por razones
de fondo, el proceso ha terminado. El mismo autor
preconizaba que,
en todo caso, el efecto de más
interrupción no
podía prolongarse
allá de 20 años; pero el art. 2503 N° 3 no señala
plazo alguno y la
interrupción, a diferencia de la suspensión, no tiene un límite tem
poral mientras subsista el juicio y no haya sentencia absolutoria, de
forma que mientras no se produzca el hecho de esta sentencia ab
solutoria en el fondo, no cesaría el efecto de la deman
interruptívo
da desestimada por formales y la
razones
prescripción no
podría

mi
R. MEZA BARROS, ob. cit., N"s 113 y sgts.

286
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

operar cuando
el acreedor inicie una nueva demanda la que
en

incurra en los mismos vicios que la primera,


no
cualquiera sea el
tiempo que haya transcurrido, porque la prescripción continuaría
interrumpida. Evidentemente que tal situación resulta absurda, con
traría todos los fines de la prescripción y revela que la tesis restric
tiva no
puede mantenerse.

56. Interrupción natural. La interrupción natural encuentra su con

sagración el inciso 2o del artículo 2518, de acuerdo al cual "se


en

interrumpe naturalmente (la prescripción) por el hecho de recono


cer el deudor la obligación, ya expresa, ya tácitamente". Es lo
que el
art. Código italiano denomina "interrupción por efecto de
2944 del
reconocimiento", regla que por lo demás es común en la legislación
comparada (art. 2248 del Código francés; art. 1973 regla 3 del Códi
go español; art. 2359 inc. 2° del Código colombiano, etc.). El art. 202
regla VI del Código del Brasil manda que la prescripción se interrum
pa "Por cualquier acto inequívoco, aunque sea extrajudicial, que im
porte reconocimiento del derecho por el deudor".
De la legal recién transcrita se desprende que esta inte
norma

rrupción puede adoptar dos formas de manifestación: expresa o


tácita. Pero es siempre un acto del deudor o más ampliamente,
como dice el art. 2944 del
Código italiano, de aquel en contra del
cual puede hacerse valer el derecho, de modo de contemplar tam
bién el caso de los derechos reales limitados que pueden extinguirse

por prescripción, según hemos visto (vid. Ñ" 33). Un tercero no


podría entonces producir el acto de reconocimiento. Pero no se
requerirá que tal acto emane sólo del sujeto pasivo obrando per
sonalmente, pues puede hacerlo un representante, aunque dota
do de poder para ello, pues en definitiva, hay en él una disposición
de un interés del deudor dis
que, por lo mismo, exige poder de
posición y capacidad de obrar840 (art. 2132 inc. 2°) y en todo caso

no se trata de un acto de mera administración, sino de la confe


sión de la existencia de un derecho. No puede entonces emanar
de un tercero. El no tendrá en
pago parcial hecho por un tercero
tonces el carácter de una interrupción natural respecto del deu
dor, a menos que ese pago se haya hecho con el consentimiento
del deudor, En
pues entonces se tiene como acto suyo (art. 1572).
realidad, las reglas que se le aplican son semejantes a las que hemos

Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 159; SALVAT R., ob. cit., N° 2155.

287
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

examinado a
propósito de la renuncia de la prescripción (vid. Nos 12
y sgts.), y las más de las veces lo que diferencia la interrupción na
tural de la renuncia es el momento en que el acto de reconocimien
to se produce: si durante el curso del lapso o después de cumplido.
Se tratará siempre de un acto unilateral, aunque vaya envuelto en
alguna convención que en alguna cláusula contiene el reconoci
miento. Por lo mismo no requiere de aceptación del acreedor para
su perfeccionamiento.841 Pero debe hacerse con
respecto al acree
dor y no de un tercero.842 Y no puede fraccionarse, de modo que
un reconocimiento aun
parcial interrumpe la prescripción por toda
la obligación.843
Con todo, no siempre la jurisprudencia nacional ha reconoci
do todos esos caracteres. Una sentencia de la Corte de Concepción
ha conceptuado la interrupción natural como un acto unilateral
no
recepticio, cuyo efecto es independiente de la voluntad o acep
tación del deudor y aun sin su conocimiento y puede hacerse in
cluso en acto dirigido a un tercero,844 con lo cual tendría efecto

interruptívo un reconocimiento de deuda hecho frente a quien no


es deudor. La doctrina italiana anota
que el carácter recepticio del
acto ha sido desconocido por la
jurisprudencia que ha dado efec
to interruptívo al reconocimiento del deudor cambiario;
pero ac
tuando frente a un coobligado.s4r>
Por nuestra parte, nos parece
que el carácter recepticio no es
evidente. Desde luego, no es propio de los actos de renuncia846 y

841
Así, R. MEZA BARROS, ob. cit., Xo 134; BACDRY-LACANTINERIE v
TISSIER, ob. cit., N° 528.
K,J
En ese sentido M.
ALBALADEJO, ob. cit., pág. 521, v las referencias suyas
a la jurisprudencia española.
s13
Así lo ha resuelto la
jurisprudencia en Francia: Civ. 1', 22 mavo 1991, Bull.
Civ. I, N° 164; Rev. Trim. Dr. Civ. 1992, obs. A. MESTRE.
H44
C. Concepción, 3
agosto 1995, Rev. de Der., t. 92, sec. 3\ pág. 152, redac
ción del abogado integrante de derecho civil de la U. de
profesor Concepción,
don Daniel Peñailillo A.
84..
p vni COI, ob. cit., t. 2, 93.
84,1
pág.
Sobre el carácter recepticio de los actos de renuncia,].
o no
recepticio
MARI IN DE I A MOUTTE, Lacle unilateral. Essai sur sa notion et so techni-
juridique
(¡ue en droit civil págs. 133 v sgts., Toulousc, 1951; P. RAYNAUD, "La renonciation
á un droit. Sa nature, son doniaine en droit civil", Rev. Trim. de Dr. Civ. 1936,
págs. 703 y sgts. Entre nosotros, G. MARTÍNEZ, de una Teoría de la Renun
Ensayo
cia de los Derechos, memoria,
Concepción, 1940, págs. 70 y sgts. Pero la doctrina
no es uniforme en ello. Por ejemplo, el art. 885 del Provecto
argentino, señala
que, tratándose de créditos, la renuncia debe ser aceptada por el deudor para ser
eficaz y puede entonces ser retractada
por el acreedor mientras esa aceptación

288
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

esta interrupción natural


equipara a ellos, aunque producidos
se

durante el curso del lapso y no después de transcurrido. Es, en el


fondo, una renuncia al beneficio de la prescripción ya en curso.
Ya Pothier decía que la interrupción por reconocimiento del deu
dor se realiza "por cualquier acto en que el deudor reconozca la
deuda, este acto interrumpe la prescripción, sea que dicho acto se
haya realizado con el acreedor, sea que se haya verificado sin él".847
Pero desde el punto de vista práctico, para que la interrupción ten
acreedor deberá invocarla y, por lo mismo, conocer
ga sentido, el
la. Y debe agregarse que ese reconocimiento es irrevocable, pues
el deudor no podría pretender retirarlo o desconocerlo una vez

producido, desde que el efecto interruptívo ya se produjo. Tampo


co deberán tenerse en cuenta las posibles reservas que haga el deu
dor reconocimiento, a menos que sean de tal naturaleza que
en su

impliquen, en el fondo, negar la deuda bajo otra forma.


Pero el acto de reconocimiento deberá ser consciente, es de
cir, el deudor deberá saber que el acreedor podrá usarlo en su con
tra, o en otros términos, el deudor debe entender que está
ratificando la existencia de laobligación. Pero se ha discutido si
tal acto ha de tener como propósito dicho reconocimiento. Esta
última cuestión ha sido discutida en la doctrina italiana, prevale
ciendo la tesis que bastará que el acto sea voluntario, sin que sea
requisito que además tenga específica intención de reconocimien
to. Se sostiene
que no es posible ignorar el hecho que la eficacia

no se
produzca, manteniendo la solución del art. 868 del Código Civil actual y
del art. 875 de modo más general, aunque la doctrina discute si la renuncia es
equivalente a la remisión. Pero también es discutido si la renuncia puede produ
cir efectos aun antes de la
aceptación. Sobre ello, A. ALTERINI, O. AMEAL y R. LÓ
PEZ CABANA, ob. cit., N° 1529. En Italia, E. BETTI distingue entre la renuncia
de derechos con
sujeto pasivo determinado, en que la aceptación de éste es ne
cesaria, como ocurre en los derechos de obligación y la renuncia de un derecho
con
sujeto pasivo indeterminado, como en un derecho a una sucesión heredita
del Nego-
ria que no se concibe la cooperación del sujeto pasivo, Teoría General
en

áojurídico, págs. 213 y 214, edic. española, Madrid, s.f. En Francia se ha sostenido
que, en general, la renuncia es independiente de toda aceptación, lo que implica
que la comunicación no es imprescindible para que produzca su efecto, salvo ex
cepción, como en la remisión de la deuda en que hay norma expresa, G. MARTY
y P. RAYNAUD, Droit Civil, t. 1, vol. 1, N° 176. Pero claro que se trata de la renun
cia propiamente tal, de un negocio bilate
pues hay casos en que ella es una parte
ral, como contrapartida como ocurre en una transacción.
a otra prestación,

7
POTHIER, Traite des Obligations, N° 693.

289
\ -
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

del reconocimiento influenciada por la presencia o la ausen


no es

cia de un elemento intencional, de forma que habiendo voluntad


libre, aunque el acto haya tenido en vista una finalidad
diversa, ha
brá interrupción si en él se contiene un reconocimiento, cualquie
ra
haya sido la intención del que lo hace.*48 Pero en todo caso debe
existir, como dijimos, un claro reconocimiento del crédito y por
ello se ha entendido que no pueden tenerse como tales actos los

que se hagan durante tratativas de transacción o avenimiento so


bre la existencia de la obligación, pues en tal caso el propósito es

lograr las concesiones de la otra parte y por lo tanto han de enten


derse condicionados al éxito de ellas y el acreedor no podría pre
valerse de ellos si en definitiva la conciliación no se produce,
porque
no ha existido entonces un real reconocimiento de la deuda.849
La norma del art. 2518 es
general en cuanto se aplica a toda
obligación, cualquiera sea su fuente, delictual, cuasidelictual, con

tractual, cuasicontractual o legal.850 No requiere que el reconoci


miento se haga enjuicio, ni está sujeto a forma alguna. Pero se ha
discutido sobre lacapacidad de que debe estar dotado el deudor.
Algunos entienden que no hay en él propiamente una renuncia a
un derecho,
ya que la prescripción está en curso y no ha hecho
surgir por ende facultad alguna a favor del deudor y por ende no
es una renuncia.851 Pero entendemos que es un acto dis
nosotros

positivo de intereses del deudor y por lo mismo


requiere de capa
cidad y poder de disposición.852

56.1. Expresa. El Código dice debe entenderse por


no
qué re
conocimiento expreso, ni determina formas
especiales para que el
reconocimiento expreso del deudor
constituya interrupción natu-

*w
La jurisprudencia italiana entiende
que basta que se trate de un acto vo
luntario y que no es requisito que el acto
tenga específica intención de reconoci
miento: P. VTTU( :CI, ob. cit., t. 2,
pág. 90, y las sentencias de la Corte de Casación,
12 julio 19S0 y 1 1 octubre 1973,
por él citadas. En el mismo sentido, AZZARITI y
SCARPELO, ob. cit., pág. 611; R. FERRUCCI, ob. cit.,
*w
pág. 651.
Así, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 161. La Corte de Casación italiana en
sentencia de 26 de septiembre de 1968, N° 2322, ha
negado carácter interruptívo
a una
propuesta de transacción que no implica admisión de la deuda: P. VITUCCI,
ob. cit., t. 2, pág. 91.
850
Así, M. PLANIOL, nota a Req. 3 junio 1893, DP 1894, 1, 17.
851
R. MEZA BARROS, ob. cit., N" 148. La doctrina italiana entiende
que bas
ta la
capacidad natural y no se requiere la de actuar, porque le desconoce carác
ter negocial: .Así, AZZARITI
y SCARPELLO, ob. cit., pág. 266.
852
En este mismo sentido, F. HINESTROSA, ob.
cit., pág. 159.

290
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

ral de laprescripción extintiva, por lo mismo, cabe interpretar de


manera amplia los términos legales."53 Por ello se ha entendido
que
ser verbal o escrito, bastando se manifieste en términos
puede que
formales y explícitos, de los que resulte en forma inequívoca que
el deudor reconoce la existencia de la obligación y que no se exi
ella los requisitos que son propios de los actos confirmati
ge para
vos.834 Mencionar la deuda en un inventario, en la nómina de
acreedores en la petición de la propia quiebra, en una solicitud de
repactación de ella, en algún proceso seguido con un tercero, son
ejemplos de reconocimientos expresos de la deuda. Se ha resuelto
que "la prescripción resultó naturalmente interrumpida, en con
formidad al artículo 2518 del Código Civil, al reconocerse por la
demandada la deuda en la escritura a través de la cual adquirió los
bienes pignorados",853 y otro fallo afirmó que "configura reconoci
miento de la deuda la inclusión de ésta por parte de los herederos
del causante deudor al confeccionarse el inventario solemne de los
bienes de éste".856 También resolvió que "la solicitud de repacta
se

ción, aunque sea rechazada, tiene la virtud de interrumpir natu


ralmente la prescripción",857 pero claro está que ella debe emanar
del propio deudor o de un mandatario con poder suficiente, pues
la que haga a su nombre un tercero sin facultad de representarle
no tendrá el carácter de
interrupción natural expresa. Y si no es
un acto
para el cual la ley exija solemnidad, el hecho de incluírse
le en un negocio solemne que resulta nulo por defectos de forma,
no borra el efecto
interruptívo del reconocimiento.858 El reconoci
miento de la deuda es un negocio jurídico con caracteres propios,
para el que la lev, como hemos dicho, no exige forma especial, de
modo que la nulidad del acto solemne no se refleja en la de aquél.
En todo caso, el decidir si un acto importa o no reconocimien
to
expreso de la obligación es una cuestión que deciden los jueces

853
L. CONTRERAS, ob. cit., pág. 158.
854
En el francés el art. 1337 contiene reglas especiales sobre los actos
Código
confirmativos; pero jurisprudencia y la doctrina no lo aplican al reconocimien
la
to
expreso de la obligación como acto interruptivo de la prescripción.
855
C. Punta Arenas, 18 abril 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 2a, pág. 82.
856
C. Suprema, 8 noviembre 1944, Rev. de Der., t. 42, sec. Ia, pág. 384.
857
C. 18 marzo 1992, Rev. deDer, t. 89, sec. 2", pág.21. En el mis
Santiago,
mo
sentido, C. Concepción, 27 septiembre 1994, Rev. Der. U. de Concepción,
N° 195 (1994), B.
m
pág. 151, comentario R. Domínguez A. y R. Domínguez
Así, GENTILE F. S., // nuovo Códice Civile coimnentato, Lib. VI, pág. 268, Ñapó
les, 1958.

291
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

del fondo y no da derecho a casación, pues se trata de interpretar


lo y no de calificarlo.859

56.2. Tácita. No está definida por el legislador, pero del criterio

seguido por éste en el artículo 2494 del Código Civil, referido a la


renuncia de la prescripción, y en el artículo 1241 del mismo cuerpo
legal, referido a la aceptación tácita de la herencia, puede concluir
se que la interrupción tácita es aquella que resulta de todo acto del

deudor que implique un reconocimiento de la existencia de la obli

gación. Al decir de una sentencia, "el reconocimiento debe consis


tir en actos del deudor que manifiesten su voluntad de reconocer y
cumplir la obligación y que alteren a la vez la situación legal del acree
dor".860 Lo que dijo a propósito de la renuncia tácita de la pres
se

cripción es plenamente aplicable al caso (vid. Nos 15 y sgts.).


Como ya lo vimos, y siguiendo la doctrina de una sentencia, di
remos
que "el carácter de la interrupción civil es diverso y contra
puesto al de la natural. El reconocimiento expreso o tácito, que
da origen a la interrupción natural, manifiesta una voluntad más
o menos
espontánea y un deseo de pagar sin violencia, sin deman
da compulsiva o ejecutiva, como sucede en los casos de remesas

de dinero en abono de la deuda, las excusas de palabra o por car


ta, el mero anuncio de pago, etc. La demanda judicial, en cambio,
generadora de la interrupción civil, es un acto o procedimiento
compulsivo emanado del acreedor con el objeto de lograr del deu
dor el pago de la deuda aun sin su voluntad".861 Así se ha resuelto
en numerosas
oportunidades, según veremos.

57. Casos en
que hay interrupción natural.
Cualquier acto del deu
dor que implique el deseo de no aprovecharse de la prescripción
en curso es considerado bastante
por el legislador.862 Y reconocer ese
carácter es facultad exclusiva de los jueces del fondo, como ya se dijo
recién para los actos de reconocimiento (vid. N° 56.1.).
expreso

aw
En este sentido, B. STARCK, H. ROLAND v L. BOYER, ob. cit., N° 407;
BAl'DRY-I ACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., N° 530; ALAS DE BUEN RAMOS,
y
ob. cit., N° 153. Lo ha resuelto así la Corte de Casación en Francia. Cass. Civ. 3J,
29 abril 1986, Bull. Civ. III, N° 54.
m)
C. Suprema, 10 septiembre 1910, Rev. de Der., t. 8, sec. Ia, pág. 491.
s,nl
C. Suprema, 8 junio 1921, Rev. de Der., t. 20, sec. Ia, pág. 425.
"'*
R. MEZA BARROS, ob. cit., pág. 60.

292
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Por eso se ha afirmado


varias ocasiones que "los abonos he
en

chos a la deuda
interrumpen naturalmente la prescripción".863 Y que
"el obligado reconoció tácitamente su condición de tal, al haber
efectuado un abono a la deuda. Semejante pago tuvo la virtud de
interrumpir naturalmente la prescripción al tenor de lo estatuido
100 inciso 3o de la
por los artículos Ley N° 18.092 y 2518 inciso 2o
del C.C, circunstancia que resulta determinante para desechar la
excepción de prescripción".864 Y éste es un caso de reconocimien

to tácito común en el derecho comparado.863


Se sostuvo en otra sentencia que "hay interrupción natural si
el demandado no ha negado ni ha desconocido la existencia de la

obligación. El reconocimiento implica interrupción natural de la

prescripción".866 Pero la doctrina es discutible, porque el recono

cimiento, aun tácito, implica en todo caso una manifestación de


voluntad, aunque deducida de un comportamiento activo y no de
un mero silencio, a menos que éste estuviere rodeado de circuns

tancias que permitan entenderlo como aceptación.

Según la doctrina de otra sentencia, udebe considerarse, por


razones de equidad y justicia, que ha operado la interrupción de

la del ofrecimiento directo hecho por el ge


prescripción en virtud
rente de la demandada a los trabajadores demandantes, de pagar

les las prestaciones que reclamaban, sin necesidad de demanda


judicial, lo que no tuvo lugar debido a
que la demandada poste
riormente cambió de criterio, retractándose".867
También se ha sostenido que "la prescripción de la obligación
de rendir cuenta se interrumpió naturalmente, al reconocer el de
mandado dicha obligación ante un Juez del Crimen". En este caso,
el demandado había señalado en el otro proceso que efectivamen
te se había celebrado un contrato para la engorda de animales, daba

863 177. En
C. septiembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 2a, pág.
Santiago, 4
idéntico sentido, C. Suprema, 16 agosto 1988, Fallos del Mes 357, N° 6, pág. 490,
al estimar al Banco del Estado por
que los comprobantes de abono efectuados
distintas sumas de dinero son suficientes para interrumpir naturalmente la pres
cripción; C. Suprema, 19 noviembre 1991, Fallos del Mes 396, N° 12, pág. 649.
864
C. Santiago, 2 agosto 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 2a, pág. 78.
865
Así B. STARCK. H. ROLAND y L. BOYER, ob. cit, N" 407; R ESMEIN, en
PLANIOL y RIPERT, ob. cit., N° 1366; P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 91, que cita
las sentencias de la Corte de Casación italiana de 16 abril 1992 y 4 febrero 1996;
SALVAT,ob. cit., N° 2153.
C Santiago, 21 septiembre 1978, Rev. de Der, t. 75, sec. 2a, pág. 518.
866

867
C. Santiago, 22 junio 1983, Rev de Der., t. 80, sec. 3a, pág. 96.

293
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

mismo y ofreció pre


ciertas explicaciones sobre el poco éxito del
sentar al juez la documentación que acredita que nada debe al de
mandante.868
Pueden mencionarse otros actos: la constitución de garantías
la solicitud de repactación.869
para la deuda, el pago de intereses,
Es necesario tener presente que si la interrupción se basa en un
documento, éste debe ser acompañado al juicio en forma legal. Por
ello, no
puede admitirse el criterio de la Corte de Apelaciones de
Santiago de aceptar la interrupción de la prescripción teniendo úni
camente presente el mérito de una carta mal acompañada a los au
tos, sin dar oportunidad a la demandada para objetarla o sin haberla
tenido por incursa en el apercibimiento del artículo 346 N° 3 del

Código de Procedimiento Civil. Pero la Corte Suprema impuso la


que la buena doctrina jurídica al resolver que "si se concluye que
es

la prescripción se interrumpió al reconocerse la deuda mediante la


carta en cuestión que no fue objetada, lo que no pudo ocurrir, ya

que para ello era necesario que se le apercibiera y se declarara que


se tenía por reconocido, conforme a lo dispuesto por el artículo 346

N° 3 del Cód. de Proc. Civil, lo que no se cumplió, se incurre en la


infracción de la disposición legal antes señalada, infracción que in
fluye en lo dispositivo del fallo".870
Si se
acompaña un documento privado es necesario tener a la
vista el artículo 1703 del Código Civil, en virtud del cual la fecha
de ese instrumento no se cuenta
respecto de terceros sino desde
el día que consta haberse
en
presentado en el juicio en
que se pre
tende hacerlo valer. Por ello en una sentencia señaló que "el
se re

conocimiento tácito de obligación una de pagar una deuda


no

constituye elemento que permita fundar una interrupción a la pres


cripción alegada, en atención a que a la fecha de presentacióntde
los documentos en el juicio el plazo de prescripción había venci
do con anterioridad y por lo tanto no podía afectar a un tercero

independiente".871 Si el plazo de prescripción había vencido, se po


dría considerar una renuncia, pero ésta no afecta al tercero que se

hizo parte en el juicio, por el efecto relativo de ésta.

868

H( !
Suprema 27 junio 1991, Fallos del Mes 391, N° 3 pág. 194.
C.

Concepción, 27 septiembre 1994, Rev. de Der. U. de Concepción, N°


( ;. 195
(1994), pág. 151, comentario R. DOMÍNGUEZ A. v R. DOMÍNGUEZ B.
870
( :. Suprema, 28 junio 1991, Fallos del Mes 391, N° 7,
871
pág. 202.
C. Suprema, 27 septiembre 1990, Fallos del Mes 382, N° 10,
pág. 492.

294
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

58. Actos que no importan interrupción natural. Los actos consti


tutivos del reconocimiento deben ser de tal naturaleza que no pue
da resultar de ellos otra cosa que la intención de no aprovecharse
de los posibles beneficios de la prescripción.872 "No sirven enton
ces manifestaciones vagas o faltas de precisión. Es por esto
que se
ha fallado que no importa reconocimiento de la obligación el he
cho de que el deudor oponga a la demanda sólo la excepción de
Pero esa doctrina no es evidente: si el deudor opo
prescripción".873
ne la
prescripción es
porque reconoce la deuda, pues no se com

prendería que sin reconocerla la pretenda extinguida. Con todo,


ese reconocimiento no sirve a efectos interruptivos porque preci
samente con él se pretende la liberación de la deuda y no su sub
sistencia.
También se ha señalado que "no pueden interrumpir natural
mente la prescripción los documentos que reconocen una deuda
en favor de la demandante, pero que difiere en cuanto a su origen

y monto de la que se cobra en autos, de forma tal que no puede


saberse con certeza si se trata o no de una misma obligación".874
Es discutible este último caso, quizás hubiese sido más acepta
ble dar por interrumpida la como han señalado otros
prescripción,
fallos en situaciones similares en que se reconoce la deuda y se ob

jeta el monto.875
También resulta discutible lo sostenido por la Excma. Corte
Suprema, en el sentido que "el pago mensual de cada jubilación
no
interrumpe la sino que, por el contrario, demues
prescripción,
tra la conformidad de los beneficiarios que, en cada uno de ellos,
no estimaron necesarias las revisiones o liquidaciones que varios
años después solicitaron".876
Pero también se ha fallado que "el cumplimiento de la obliga
ción de pagar las pensiones implica interrupción de la prescripción,

872
En este sentido, R. MEZA BARROS, ob. cit., pág. 61.
873
C. Suprema, 24 agosto 1932, Rev. de Der., t. 29, sec. Ia, pág. 615, y C. San
tiago, diciembre 1930, Rev. de Der., t. 29, sec. Ia, pág. 165. En este sentido, R.
4
SALVAT, ob. cit., pág. 505, N° 2125; M. ARGAÑARAS, ob. cit., pág. 115, quienes
señalan que se pueden reconocer los hechos que sirven de fundamento a la de
manda del acreedor de la obligación,
por medio de la cual exige el cumplimiento
y oponer al mismo la de el reconocimien
tiempo excepción prescripción,
ya que
to de los hechos no recae sobre el derecho.
874
C. Suprema, 13 octubre 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. Ia, pág. 1X0.
875
Gaceta Jurídica 1985, N° 685, pág. 404.
876
C. Suprema, 8 noviembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág. 147.

295
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ya que con ello obligación, alejando la idea de pres


se reconoce su

cripción al cobro de los derechos accesorios a las pensiones".877


Como ya señalamos, la interrupción natural se distingue de la
renuncia en que ésta tiene lugar cuando el lapso de tiempo ya ha
transcurrido, mientras que la interrupción tiene lugar precisamente
cuando el plazo está corriendo. Es por esto que un mismo acto pue
de ser constitutivo de renuncia o de interrupción, dependiendo del
momento en que se verifique, precisión en la que insistimos.

Respecto de la interrupción de la acción ejecutiva, se ha afir


mado por nuestros tribunales que "sólo produce
interrupción na
tural de la prescripción de la acción ejecutiva el reconocimiento

que el deudor preste judicialmente en la gestión preparatoria de


la vía ejecutiva. Un reconocimiento judicial
prestado en otra for
ma o uno
extrajudicial no interrumpe la prescripción por oponer
se a ello el artículo 442 del
Código de Procedimiento Civil, que
dispone que el juez debe negar la ejecución si el título que se pre
senta tiene más de 3 años. Por lo tanto, el reconocimiento de su
firma hecha por el demandado cuando había transcurrido en ex
ceso el
lapso de 3 años, no pudo producir el efecto de revivir una
acción ya prescrita".*7* No pensamos que esa sea una decisión acer
tada, porque si ha existido reconocimiento, aunque no judicial, hay
interrupción y por ende el título no tiene más de tres años, ya que
con esa
expresión la ley no hace referencia a la fecha del documen
to mismo
que forma el título, sino al vencimiento de la obligación
contenida en él. La cuestión es otra: si ha existido reconocimiento
extrajudicial, el acreedor deberá invocarlo al
presentar la deman
da, porque como la ley pone de cargo del juez declarar la prescrip
ción si el título tiene más de tres años
y no existe antecedente que
acredite la interrupción de ese plazo, el
juez deberá negar la eje
cución por estar prescrita la acción Pero también
ejecutiva. podría
entenderse que la resolución del juez
que haga tal declaración es
susceptible de recurso v que éste pudiera fundarse en el reconoci
miento.

59. Efectos de la
interrupción. El efecto propio de la interrupción
es hacer
perder el tiempo ya corrido de la prescripción y permitir,
cesado que sea ese efecto, el inicio de una nueva
prescripción. La

C. Santiago, 3 abril 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 3a, pág. 54.
( :. Suprema, 19 diciembre 1979, Fallos del Mes 253, N° 5, pág. 453.

296
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

de las legislaciones señala el efecto de la


generalidad no
interrup
ción; pero todas él obvio. El alemán
en es
Código en el art. 217
señala, sin embargo, expresamente que "Cuando se
interrumpa la
contará eltiempo transcurrido hasta entonces.
prescripción no se

La nuevaprescripción comenzará cuando termine la


interrupción".
El art. 2488 delProyecto argentino contiene la regla que "Por efecto
de la interrupción se inicia un nuevo plazo de prescripción", regla
que evidentemente está tomada del art. 2945 del Código italiano,
que la contiene en su inc. Io.

59.1. Hace
perder todo el tiempo ya transcurrido, sin perjui
cio de que el plazo pueda comenzar a correr nuevamente. No lo
dice expresamente la ley, pero así lo entiende unánimemente tan
to la doctrina879 como la jurisprudencia.880
Un fallo de la Corte de
Concepción es bastante explícito al res
pecto: "La prescripción se interrumpe cuando se pierde todo el pla
zo que hubiere alcanzado a correr a raíz de
producirse un hecho
al que la ley concede tales efectos".HH1
Otra sentencia dice expresamente que "la interrupción de la

prescripción hace perder el tiempo transcurrido con anterioridad


a su realización11.882 Por lo mismo "no sepuede invocar algún lap
so anterior al reconocimiento de la deuda que provocó la interrup
SH3
ción de la prescripción", añade otra resolución. Pero "terminado
el acto interruptor, comienza a correr de nuevo el término de pres

cripción extintiva", según se desprende de otra sentencia.884

59.2. Se puede iniciar una nueva prescripción. Una vez produ


cida la interrupción, como recuerda la sentencia que se acaba de
citar, se inicia una nueva prescripción, generalmente de la misma
naturaleza que la precedente y conservando los mismos caracteres

879
J. GIORGI, ob. y vol. cit., pág. 416, N° 299; F. FUEYO LANERI, Derecho Ci
vil, ob. cit., pág. 257; SALVAT, ob. cit., pág. 480, N° 2125; MAZEAUD y CHABAS,
ob.cit, N" 1179.
880
El art. 2945 del Cód. italiano dice que "Por el efecto de la interrupción se
inicia un nuevo
período de prescripción". En el mismo sentido, art. 202 inc. final
Cód. del Brasil.
881
C. Concepción, 1 abril 89, sec. 4a, pág. 73.
1992, Rev. de Der., t.
882
C. Suprema, 7 octubre 1977, Fallos del Mes 227, N° 1, pág. 291 .

m
C. Santiago, 16 marzo 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 2a, pág. 10.
884
C. Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Den, t. 83, sec. Ia, pág. 141; la misma
sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149.

297
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que la primera.885 Por tanto tendrá su misma


duración. Apenas po
dría señalarse como excepción el caso en que la interrupción resul
ta del reconocimiento del deudor, habiéndose producido novación

de la antigua deuda, pues en este caso la nueva prescripción de


pende de la naturaleza de la obligación que se crea.886
Pero el inicio de ella depende del acto interruptívo. Si se ha
tratado de una interrupción civil por demanda judicial, el efecto
interruptívo se prolonga durante todo el juicio y mientras no haya
sentencia final ejecutoriada no inicia el deudor una nueva prescrip
ción. Mientras dure el juicio el efecto interruptívo permanece, por

que ocurre que cada acto procesal lo renueva.887 Es lo que señala


el viejo brocardo actiones quae tempore pereunt, semel inclusae judicio,
salvae permanent. El art.2945 del Cód. italiano lo dice expresamen
te, en cuanto
precisa que la prescripción en ese caso no corre sino
desde que pasa en autoridad de cosa juzgada la sentencia que da
término al juicio. El Código del Brasil ordena que "La prescripción

interrumpida recotnienza a correr en la fecha del acto que la inte


rrumpió, o del último del proceso que interrumpió" (art. 202,
acto

par. único). Claro está que habrá de tratarse de la sentencia que


condene al deudor, pues si ella lo absuelve, ya se ha dicho que no
habrá existido interrupción y los efectos interruptivos de la deman
da notificada habrán cesado. Pero si el deudor fue condenado y
aun así el acreedor no el pago, empieza a correr una nueva
exige
prescripción. Debe recordarse, sin embargo, que debido a las nor
mas
procesales de ejecución de la sentencia si el acreedor no insta
por el cumplimiento de la misma, puede producirse ya no la pres
cripción de la obligación, sino la falta de oportunidad para la eje
cución de acuerdo al procedimiento especial de ejecución (arts. 233
y 234 del Cód. de Proc. Civil). Si el juicio termina por desistimien
to de la demanda o abandono de
procedimiento, no habrá existi
do interrupción y por lo mismo no hay nueva
prescripción, según
ya se ha visto (vid. N° 54).
Si la
interrupción es natural, el acto de reconocimiento hace
perder el tiempo transcurrido; pero se inicia de inmediato el cur
so de la nueva
prescripción, de forma que el acreedor para preva-

885
BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., N° 551; P. ESMEIN, ob. cit.,
n° \\\m.
886
BAUDRY-LACANTINERIE v TISSIER, ob. cit., N° 553; R. MEZA BARROS,
ob. cit., N°231.
887
P. ESMEIN, en PLANIOL y RIPERT, ob. cit., N° 1369.

298
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

lerse de esa interrupción habrá de deducir su acción antes que


transcurra un nuevo
lapso de prescripción.
Volveremos sobre ello a
propósito de la duración del efecto in
terruptívo (vid. N°62).

60. En principio la interrupción es de efectos relativos tanto sub


jetiva objetivamente. Subjetivamente, la interrupción
como sólo
afecta al deudor que ha sido demandado o que ha reconocido su
deuda, y ello es así, puesto que si es natural, constituye un negocio
jurídico unilateral, que siempre afecta sólo a su otorgante, y si es
civil, porque las demandas y sentencias judiciales también son de
efectos relativos, en conformidad con el artículo 3o del Cód. Civil.
En la interrupción natural hay un reconocimiento de la deuda, sea

expreso o tácito; pero que, por lo mismo, tiene el carácter de un


actodispositivo, según se ha visto, y por ende, no puede afectar sino
a
quien ha dispuesto y no a otros que no lo han hecho. En la inte
rrupción civil la cuestión es aun más clara, porque el efecto pro
viene de la iniciación de proceso y por lo mismo sólo beneficia
un

al que demanda y afecta al demandado. El art. 3991 del Código ar

gentino lo dice expresamente: "La interrupción de la prescripción


causada por demanda judicial no aprovecha sino al que la ha en
tablado, y a los que de él tengan su derecho".
Pero en cuanto al beneficiado con la interrupción, cabe distin
guir entre la interrupción civil y la natural. En efecto, como la pri
mera emana de un acto procesal, por el efecto relativo del proceso,

según decir, sólo beneficia al que demandó y a quien


acabamos de
de él tenga derechos, como por ejemplo los cesionarios en la litis.
Pero en la interrupción natural la conclusión no es para todos la
misma. En efecto, alguna doctrina le reconoce, desde el punto de
vista del acreedor, efecto erga omnes, porque el acto abdicativo o de
renuncia que lleva envuelta, no es recepticio, según dijimos más
arriba, y operaría entonces
respecto de la obligación, o in rem y no
sólo respecto de un determinado acreedor. Esa ha sido una doctri
na bastante común.888 Pero entre nosotros no tiene asidero
positi
vo, desde que el art. 2519 no hace distinción y confiere efecto
relativo interrupción en cuanto a su aspecto subjetivo, sin dis
a la
tinguir entre la interrupción civil y la natural: ella no beneficia sino

888
Así, BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., N° 556; R. SALVAT, ob.
«t, N° 2164.

299
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

al coacreedor respecto de quien se ha realizado el acto de recono


cimiento. De este modo, si la obligación es simplemente conjunta
cuota de uno de los
y el deudor ha pagado el todo o parte de la
coacreedores, los demás no
pueden prevalerse de ese
pago como

actode reconocimiento para todos, más aún si en ese caso no


hay
unidad de obligación y es sólo el hecho de concurrir en una mis
ma deuda varios acreedores lo que confiere a la obligación su ca
rácter de conjunta; pero existiendo en realidad tantos vínculos

independientes como acreedores existan: concurso


partes jiunt.
El efecto relativo de la interrupción en cuanto a las personas
se explica en la norma el artículo 2519. En síntesis,
contenida en

la regla general es que la interrupción que obra en beneficio de

uno de varios coacreedores no favorece a los demás, ni la que obra


en
perjuicio de uno de los codeudores perjudica a los otros, a me
nos
que se haya pactado solidaridad. Así lo dice al artículo 2519 y
lo confirma la jurisprudencia.889 Y esa es una regla común en el de
recho comparado (arts. 3291 y 3292 Cód. argentino; art. 2540 Cód.
colombiano; art.2249 Cód. francés, art. 204 par. 1 Cód. Brasil, etc.).
Y si al fallecer un deudor, la obligación pasa a sus herederos, como
la deuda se divide entre éstos a prorrata de sus cuotas (art. 1354),
la interrupción que opera para uno no
perjudica a los otros.
Es en base principios que se ha resuelto que "la interrup
a esos

ción de la prescripción que la parte demandante pretende que se


ha producido por la iniciación del proceso penal, debe desestimar
se, toda vez que ella se produce por la notificación de la demanda

judicial, y en la causa en referencia la demandante no fue parte ni


ejerció allí algún derecho".890
En el caso en comento se desechó la petición de la demandan
te, en el sentido de entender
interrumpida la prescripción. La ra
zón que vista el tribunal para ello fue porque, si bien la
tuvo en

querella podría ser suficiente para interrumpirla, según la antigua


doctrina ya analizada (vid. N° 52.1.4), es necesario
que la persona
que invoque la interrupción haya sido parte, haya ejercitado su de
recho, porv lo tanto, no puede aprovecharse del
ejercicio de la
acción hecho por otra persona. Asimismo
para el demandado, sólo
le va a perjudicar la interrupción
respecto del acreedor que ha ejer
cido su derecho. Lo mismo se sostuvo en el caso de
prescripción

*
C. Suprema, 29 mayo 1952, Rev. de Der, t. 49, Ia, 165..
,0
sec.
pág.
C. Santiago, 12enero 1988, Rev. de Der., t. 85, 2\ 1.
sec.
pág.

300
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

de un censo respecto de las personas que no habían sido parte en

el juicio.891
Por lo mismo inaceptable sostener, como lo había hecho una
es

resolución de una Corte de


Apelaciones, que "se interrumpe la pres
cripción porque el abogado de la demandada lo fue también de
un tercero ajeno del juicio que recibió la demanda en su domici

lio y que lo devolvió al tribunal haciendo presente esta circunstan


cia, por lo que en tal situación tuvo conocimiento de la acción
entablada, y con ello interrumpió el curso de la prescripción". Pero
la Corte resolvió que "esta argumentación era inacepta
Suprema
ble, y tampoco tenía el efecto que le había señalado el tribunal,
debido a que dicha actuación se había producido cuando había ven
cido en exceso el plazo de la prescripción de la acción entablada".892
En resumen, como lo dijo otra sentencia, "no basta que la de
manda haya sido previamente notificada a un tercero para inte
rrumpir la prescripción de la acción".893
La misma doctrina la mantiene fallo al señalar que "la no
otro

tificación de la demanda practicada oportunamente a uno de va


rios herederos no
interrumpe civilmente la prescripción respecto
de los restantes herederos que fueron notificados con posteriori
dad a la expiración del plazo de 4 años en que prescribe la acción
rescisoria por lesión enorme".894
Es en razón del mismo principio, otra sentencia resolvió que
"en el caso de varios coacreedores de obligaciones divisibles, a me
nos que se
pactado solidaridad, la exigibilidad de la obli
hubiera
gación, así como la interrupción del lapso para prescribir, es
personal del deudor que se encuentre en alguna de estas situacio
nes, y no aprovecha a los otros".895
Pero el carácter relativo da respecto de las personas,
no sólo se

sino que también respecto de las acciones, en el sentido que sólo


afecta a aquellas acciones objeto de la interrupción. Objetivamente
la es también de efectos relativos en cuanto no concier
interrupción
ne sino al derecho determinado que ha sido objeto del juicio o del
reconocimiento y no se extiende a otros derechos, aunque sean co-

891

892
Santiago, Rev. de Der., t. 18, sec. Ia, pág. 304.
C.

Suprema, 7 noviembre 1983, Fallos del Mes 300, N" 2, pág. 703,
C. con un

que estuvo por desestimar el recurso de queja.


voto de minoría
893
C. Santiago, 9 mayo 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág. 95.
894
C. Suprema, 29 mayo 1952, Rev. de Der., t. 49, sec. 1\ pág. 165.
895
C. Santiago, 28 octubre 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 2a, pág. 103.
n
\

301 /
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

nexos, salvo relación indisoluble. Así, un reconocimiento parcial de


la obligación frente a un acreedor produce la interrupción por toda
la deuda que para con éste se tiene, o de toda la cuota que le cabe
en un crédito
conjunto o simplemente mancomunado; pero por ese
mismo hecho no hay interrupción de otras obligaciones que ese mis
mo deudor tenga para con ese acreedor. Y por lo mismo, la deman
da de nulidad de un contrato no
podrá producir la interrupción de
la acción reivindicatoría que procede respecto de terceros (art. 1689),
ni la de resolución de un contrato interrumpe la prescripción de la
acción reivindicatoría contra terceros (arts. 1490 y 1491).
Es esta limitación subjetiva y objetiva la que se expresaba en el
brocardo de los juristas medievales: A persona ad personara, ab actio-
ne ad actionem, a
quantitate ad quantitatem no fit interruptio nec active
nec
pasive, y que la doctrina contemporánea reproduce al enten
der que la interrupción no se extiende de un derecho a otro, aun
que fueren conexos, y no alcanza a otros sujetos diversos de aquellos
respecto de los que se dio.896

61. Excepciones al efecto relativo de la


interrupción. Con todo,
el efecto relativo de la interrupción tiene algunas excepciones, que
exigen un examen
particular.

61.1. Obligaciones solidarias. El art. 2519 señala como


excep
ción al efecto relativo de la el de las
interrupción caso
obligacio
nes solidarias, tanto en su aspecto activo como en el pasivo. En otros
términos, la demanda de un coacreedor solidario al deudor favo
rece en su
aspecto los demás acreedores que no han
interruptívo a

deducido la acción y la que el acreedor hace a uno de sus deudo


res solidarios
perjudica a los otros deudores con el mismo efecto
interruptívo, aunque éstos no hayan sido demandados.897
La excepción ha
se
justificado por la naturaleza jurídica de la
solidaridad, ya que en ella habría un solo vínculo, y por ende no
habría en realidad una
excepción propiamente a la relatividad de
la interrupción.898 Ya Pothier entendía que el derecho del acree-


Son las expresiones de AZZARITI
m%
y SCARPELLO, ob. cit., pág. 274.
La inicrrupción de a los demás, ha reconocido la C. San
uno
interrumpe
tiago, 9 agosto
1994, Gaceta Jurídica 170, N° 3, pág. 71.
WH
En sentido, G. COREA FUENZALIDA, "Algunas consideraciones
este
sobre la prescripción extintiva", en Rev. de Der., t.
15, primera parte pág. 254;
R. MEZA BARROS, ob. cit., N° 171.

302
SECUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

dor era uno solo y por ello, demandado uno de los deudores, se
ha usado del derecho por el todo y de allí que todos los demás deu
dores quedaran afectados por interrupción.899 Cuando se trata de
la solidaridad activa, se sabe que en nuestro
Código se ha seguido
la concepción romana
que ve a cada acreedor como dueño del cré
dito900 y ello justificaría allí el
art. 2519. Y cuando se trata de la so

lidaridad pasiva, aunque entienda que la doctrina seguida es la


se

francesa del mandato tácito y recíproco entre deudores,901 la con


clusión sería la misma, pues ese mandato determina que lo que ocu
rra para uno de los deudores tenga efecto
para los demás, y por
ello el reconocimiento que de la deuda hiciera un deudor solida
rio afectaría a los otros.

Las explicaciones anteriores no son satisfactorias. No es efectivo


que el vínculo solidario haga de la obligación una misma para todos
y prueba es que el art. 1512 permite modalidades distintas para cada
deudor o acreedor. La prestación es una misma; pero cada vínculo
puede ser diverso.902 De este modo, ninguna de las dos doctrinas es

satisfactoria como explicación al art. 2519. Desde luego, la del man

dato es la más discutible, porque no se observa la razón de que un


mandatario pudiera incluso reconocer una deuda en perjuicio de
su mandante. Si el art. 2132 señala entre las facultades ordinarias del
mandato la de interrumpir prescripciones, es evidente que se refie
re a las que corran contra el mandante; pero no a las que le favore
cen, desde que allí habría un acto de renuncia.903 Se recordará que
la doctrina clásica francesa debía entonces admitir una
representa
ción absoluta a la que es difícil encontrar
justificación.
En realidad, como lo señalan justamente unos autorizados doc
trinadores, parece difícil suponer que los autores del Código fran
cés, al incluir la regla del art. 2249 del que se tomó nuestro art. 2519,

899
Traite des Obligations, N° 698.
900
A partir de la nota de Bello al art. 1690 del Proyecto Inédito, nuestra doc
trina reconoce en la solidaridad activa al menos, se ha seguido esa doctrina.
que,
Así, A. ALESSANDRI, Obligaciones, pág. 221; F. FUEYO, Detecho Civil, t. 1, N° 171;
R. RAMOS R, De las
901
Obligaciones, N° 91, Santiago, 1999.
Como se sabe, es la tesis que ha prevalecido siguiéndose a M. SOMARRIVA,
Tratado de las Cauciones, N° 53, Santiago, 1943; R. RAMOS R, ob. cit., N° 91.
902
Bien lo hacía notar, en ese sentido, T. RAMÍREZ FRÍAS, en un estudio hoy
poco recordado: "Ensayo sobre la solidaridad e indivisibilidad jurídica", pág. 435,
en Revista Forense Chilena, año 15, Nos 7 y 8.
903
"Extraña representación es, sin duda, la que se atribuye a los codeudores
para perjudicarse mutuamente", escribe RAMÍREZ FRÍAS, ob. cit., pág. 435.

303
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

hayan pensado en explicaciones tan sutiles y más bien se trató de


aumentar las ventajas de la solidaridad para el acreedor dispensán
dole de intentar diversas persecuciones.904 Otras explicaciones es

tán de más, pues bastará considerar que la solidaridad es

simplemente medio técnico creado por la ley para seguridad


un

del acreedor y que, por lo mismo, ha de comprender la alteración


natural de todo obstáculo que haga más difícil la persecución o la
obtención del pago.905 De allí que la extensión que haya de darse
al efecto no emane sino de esas consideraciones y no
interruptivo
sea una conclusión que haya de resultar precisamente de
lógica
otros fundamentos. Prueba de ello es que en otras legislaciones tal
efecto no es tan extensivo. Así, el art. 1309 del Código italiano pres
cribe que "El reconocimiento de la deuda hecho por uno de los
deudores solidarios no tiene efecto respecto de los demás; si es he
cho por el deudor frente a uno de los acreedores solidarios, apro
vecha a los demás"; pero respecto a otras formas de interrupción,
el art. 1310 acoge el principio extensivo del acto de interrupción.
En alguna oportunidad se ha hecho aplicable la misma regla a
los herederos de uno solución que
de los codeudores solidarios,906
es, desde luego, excesiva, desde que la solidaridad no pasa a los
herederos (art. 1523). El Código argentino regla expresamente la
cuestión en el art. 3995, disponiendo la solución correcta: "La de
manda entablada por uno de los herederos de uno de los acree

dores solidarios, no interrumpe la prescripción a beneficio de sus

coherederos; y no la interrumpe a beneficio de los otros acreedo


res, sino por la parte que el heredero demandante tenía en el cré
dito; y recíprocamente, la demanda interpuesta contra uno de los
herederos del codeudor solidario, no interrumpe la prescripción
respecto a sus coherederos; y no la interrumpe respecto a los otros
deudores, sino la parte que el heredero demandado tenía en la
en

deuda solidaria". También el art. 2249 inc. 2o del Cód. francés con
tiene igual principio. "La interrupción operada contra uno de los
herederos del deudor solidario no
perjudica a los otros herederos
o deudores, sino cuando se trate de obligaciones y derechos indi
visibles11, prescribe el art. 204 par. 2 del Cód. del Brasil. Por lo de
más esta limitación a la regla del art. 2519 resulta del hecho que la

904
G.
MARTYy R RAYNAUD, ob. cit., N° 793.
905
En sentidosemejante, R. MEZA BARROS, ob. cit., N° 177, que recuerda
los términos de Giorgi, en su 1 enría de las Obligaciones.
906
C. Santiago, 22 julio 1994, Gaceta Jurídica 169, N° 4,
pág. 65.

304
SEOVNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

solidaridad no
pasa a los herederos,
lo señala el art. 1513.
como

Pero ella debe ser rectamente entendida, en el sentido que si el


acreedor acciona contra todos los herederos del deudor fallecido
conjuntamente, se interrumpe la prescripción los otros deu para
dores que siguen siendo solidarios, y si demanda a uno de los deu
dores sobrevivientes, la interrupción se produce aun para los
herederos del fallecido. Así entonces, lo que aquella regla implica
es que si el deudor acciona en contra de uno solo de los herede

ros del deudor fallecido y no de todos, la


interrupción sólo opera
para el demandado y no
para los demás, ni para el resto de los deu
dores no emplazados.907 La precisión aparece expresa en el art. 2249
del Cód. francés. En otros términos, la solidaridad no
pasa a los
herederos; pero subsiste entre los demás codeudores solidarios
y
la división que se
opera entre los herederos no es la de la cuota de
su causante, sino la de toda la deuda9"* y de acuerdo a ello ha de

resolverse el alcance del interruptivo. Pero habrá de tenerse


acto

en cuenta que las partes pueden estipular


que la solidaridad pase
a los herederos,
y en ese caso recobra plena vigencia la norma del
art. 2519 en cuanto a los deudores solidarios.
Tales son las soluciones claras respecto a la interrupción de la

prescripción en caso de solidaridad civil; pero subsisten problemas

respecto de la prescripción de las acciones cambiarías, en los casos

que existe solidaridad. La dificultad radica en la Ley N° 18.092 so


bre Letra de Cambio y Pagaré, cuyo artículo 100 dispone que "la
prescripción se interrumpe sólo respecto del obligado a quien se noti
fique la demanda judicial de cobro de la letra...". La extensión de
la regla ha sido discutida en los tribunales, pues si es evidente que
ella significa una
excepción al art. 2519 respecto a los deudores so
lidarios, es lo cierto que hay obligados solidarios cambiarlos, es de
cir, cuya obligación deriva del hecho de haber también suscrito el
título. Es el caso del endosante, del aval constituido en el mismo
documento y otros deudores que pueden ser solidarios por un acto
separado, como es el caso de
quien se ha constituido en deudor
solidario general de las de un tercero en una escritu-
obligaciones

907
En ese sentido, M. SOMARRIVA U., Tratado de las Cauciones. N" 82;
L. CLARO SOLAR, ob. cit., t. X, N° 487.
908
Así, MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N"* 1065-1066. Que la solidaridad per
sista entre los demás codeudores es cuestión la Corte
que ha sido aceptada por
de Casación francesa IV. 249,
expresamente: Civ. Ia, 10 de mayo 1988, J.C.P. 1988.
Rev. Trim. Dr. Civ. 1989,
pág. 77, y las observaciones de A. MESTRE.

305
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

para responder incluso de deudas contenidas


en pagarés sus
ra,
critos separadamente por éste.
La interpretación de esa regla en la jurisprudencia ha sido,
cuando menos, errática e Hay incluso sentencias que han
imprecisa.
negado que ella sea excepción al art. 2519 y que la entienden como
una
repetición de la regla general de dicho artículo sobre el efec
to relativo de la interrupción en caso de obligaciones simplemen
te conjuntas; pero no derogatoria del efecto extensivo en caso de

solidaridad. Así se ha sostenido en alguna oportunidad909 "que la


notificación de la demanda efectuada al deudor principal tiene la
virtud de interrumpir la prescripción no sólo a su respecto, sino
que también al codeudor solidario. En consecuencia, es irrelevan
te el hecho de que a éste se le haya emplazado transcurrido el re

ferido plazo".
El tribunal para llegar a esta conclusión dijo: "Cuando el legis
lador emplea la voz 'obligado', sin más, lo hace con referencia a la
regla general en materia de obligaciones, esto es, al obligado sim
plemente conjunto o mancomunado.
Por la razón recién consignada, la correcta interpretación del
precepto del artículo 100 de la Lev N° 18.092 impide hacerlo ex
tensivo al obligado solidario, cuya excepcionalidad habría requeri
do de una referencia expresa del legislador, la que omitió en la
especie". Agrega el mismo fallo "que no podría entenderse de otra
manera si se tiene en cuenta la norma
que contiene el artículo 2519
del mencionado cuerpo legal, cuyo carácter especialísimo la hace
inmune a los restringidos efectos del referido artículo 100 de la Ley
N° 18.092.
Conforme a esa la
interrupción que obra en perjuicio
norma,
de uno de varios codeudores perjudica a los otros si entre ellos se
ha pactado solidaridad. De modo que la interrupción de la pres
cripción de la obligación principal afecta también al codeudor so
lidario". Finalmente se afirmó "que la remisión que hace el artículo
101 a las reglas generales del Código de Comercio no se
opone a
la aplicación del consabido artículo 2519 del
Código Civil, atendi
do al carácter especial de este último".
En otras ocasiones en las obligaciones cambiarías se ha
aplica
do derechamente el artículo 2519 del Civil, sin ni
Código siquiera
hacer mención al artículo 100 de la N° 18.092 sobre Letra de
Ley

"■'
C. Santiago, 3 junio 1986, Rev. de Der., t. 83, 2'\ 28.
sec.
pág.

306
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

Cambio y señalando que "la notificación de la demanda


Pagaré, y
la codeudora solidaria
requerimiento a
interrumpe los plazos de
estaban corriendo respecto de la
prescripción que obligación prin
cipal y de la acción ejecutiva".910 También en un caso en que dos
codeudoras solidarias de
personas eran
pagaré se resolvió en
un

similar sentido que "la interrupción de la prescripción producida


el deudor principal hizo a la deuda,
por abonos que perjudica al
ejecutado en su calidad de aval y codeudor solidario, conforme a
lo dispuesto en el artículo 2519 del Código Civil".911 En ese juicio
no se objetaron los comprobantes de abonos a la deuda. Quizás si

se hubiese invocado el artículo 1703 del Código Civil, se habría


po
dido sostenerque los comprobantes agregados no tenían fecha cier
ta respecto del codeudor solidario, sino desde el momento en que
se
presentaron en el juicio, instante en que el plazo de prescrip
ción ya había transcurrido. Así como éste, hay otros casos similares
en
que ni el tribunal ni los codeudores solidarios de un
pagaré han
pretendido que se
aplique el artículo 100 de la Ley N° 18.092 por
sobre el artículo 2519 del Código Civil, no discutiendo que deba
darse estrictaaplicación a este último precepto legal en el caso de
solidaridad, no importando si ésta es civil o proveniente de accio
nes cambiarías.912
Pero parece evidente que tal doctrina es equivocada. La re
nos

gla del art. 100 de la Ley N° 18.092 no tendría sentido si fuese una
simple reproducción del art. 2519 del Código Civil. Ella contiene
principios reconocidos del derecho cambiario y de la independen
cia de las acciones que derivan del título. De allí que sea más co
mún la doctrina de "que el contexto del artículo 100 de la citada ley
que reglamenta la interrupción de la prescripción, pone en eviden
cia que sus forma restrictiva únicamente a la
efectos conciernen en

persona respecto de la cual concurren el hecho o circunstancia per


tinente, puesto que comienza señalando que la prescripción se inte
rrumpe 'sólorespecto del obligado' a quien se notifique la respectiva
demanda judicial o la gestión judicial necesaria o conducente; y ter
mina disponiendo que 'se interrumpe también, respecto del obliga
do que ha reconocido tal*.
expresa o tácitamente su calidad de
Que la voluntad del legislador en tal sentido, agrega el fallo, se
aprecia mejor si se tiene presente que esta norma se establece, a

"G Suprema, 5 octubre 1989, Rev. de Der., t. 86, sec. 1\ pág. IM.
11
C Suprema, 19 noviembre 1991, Fallos del Mes 396, N° 12, pág. 649.
C 16 agosto 1988, Fallos del Mes 357, N° 6, pág. 490.
-

Suprema,

307
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

pesar de que el artículo 79 de la misma ley contempla expresamente


la solidaridad en la obligación de pagar el valor de la letra respec
tode todos los que la firman, sea como libradores, aceptantes o

endosantes.
Que de todo lo expuesto se deduce que la norma legal en análi
sis tiene el carácter de especial y constituye, por lo mismo, una ex
cepción alprincipio general que contempla el artículo 2519 del
Civil de cómo opera la interrupción de la prescrip
Código respecto
ción entre deudores solidarios; lo cual debe aplicarse en el caso de
la ejecutadade autos, puesto que al constituirse en codeudora soli
daria, lo hizo sólo dentro del estatuto de las obligaciones propiamen
te cambiarías, no afectándole, por consiguiente, la interrupción de
la prescripción que operó respecto del otro obligado al pagaré".913
Pero en todo caso, la excepción contenida en dicho art. 100 de
la Ley N° 18.092 se refiere únicamente a los deudores solidarios
cambiarlos y no a los que, como dijimos antes, hayan podido cons
tituirse en documento separado, para quienes recupera vigencia la

regla del art. 2329.914 Estos no son


obligados a la letra o
pagaré, sino
terceros que siendo extraños al título de crédito, son garantes de

las deudas del obligado cambiario. Pero no siempre los tribunales


han reparado en esa diferencia y a veces
aplican la excepción del
artículo comentado a
cualquier tercero, aunque sea un garante,
doctrina que nos parece excesiva, según se ha dicho.
Distinto es el caso de la indivisibilidad, pues no atiende a una

manifestación expresa de voluntad de las partes, del testador o del

legislador, sino a la naturaleza misma de la cosa, hecho u omisión


que constituye el objeto de la prestación. Sólo podrá ser indivisi
ble la obligación que recaiga sobre objeto física o intelectualmen-
te
ajeno a cualquier posible división. .Así lo estatuye el artículo 152£
del Código Civil. El artículo 152b de dicho cuerpo legal señala los
casos de indivisibilidad, en lo que viene siendo una enumeración
taxativa. La indivisibilidad no se pacta y el solo hecho de la solida
ridad no la constituye (artículo 1525 del Código Civil).915 Por tan-

9,:*
C. Suprema, 14 noviembre 1985, Rev. de Der., t. 82, sec. Ia,
914
pág. 92.
En ese sentido, ( :. Suprema, 1 junio 1999, Fallos del Mes 487, N° 9, pág. 925;
19 noviembre 1991, Gacela Jurídica 137, N" 2,
pág. 37. Lo mismo se ha resuelto
para otros codeudores constituidos en acto separado, como el tercer poseedor.
Así, O. Suprema, sentencias de 23 septiembre 1997, Rev. de Der, t. 94, sec. Ia,
pái;. 85; 30 enero 1997, Rev. de Den, t. 94, sec. Ia, 58; 26 1996, Fallos
pág. junio
del Mes 54, N° 10, pág. 1381.
'"*
C. Santiago, 3 junio 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 2a, pág. 28.

308
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

toel art. 2519, en cuanto contiene el


de la relatividad de
principio
la interrupción, debería
aplicarse caso, ya que la única ex
en ese

contenida en él es la solidaridad. Sin


cepción embargo esta solu
ción no resulta común en el derecho comparado, vista la naturaleza

objetiva de la indivisibilidad y es por ello que otras legislaciones con


tienen regla expresa en cuanto a extender el efecto interruptívo a
todos los codeudores de una obligación indivisible. Desde luego,
el art. 3996 del Código argentino prescribe la regla expresamente:
"Siendo indivisible la obligación, o el objeto de la prescripción, la
interrupción de ésta, hecha por uno solo de los interesados, apro
vecha y puede oponerse a los otros", solución que la doctrina ex
plica basándose en que la indivisibilidad es objetiva y, por lo mismo,
la interrupción de la prescripción ha de tener igual calidad, desde

que la obligación no puede ser cumplida parcialmente.916 El


art. 2249 inc. 2o del Código francés no lo dice tan directamente;

pero precisa que "La interpelación hecha a uno de los herederos


de deudor solidario, o el reconocimiento de este heredero, no
un

interrumpe la prescripción respecto a los otros coherederos, aun


que el crédito fuese hipotecario, si la obligación no es indivisible'. De
donde la doctrina entiende que también en el caso de obligacio
nes indivisibles la
interrupción es objetiva, afectando a todos los
codeudores.917 Siguiendo esa doctrina común, el art. 1529 de nues

tro
Código ordena que "La prescripción interrumpida respecto de
uno de los deudores de la obligación indivisible, lo es igualmente
respecto de los otros". Y aplicándola, una sentencia resuelve que
la demanda deducida en contra de uno de los codeudores de la
obligación de suscribir un contrato, emanada de una promesa de
venta, interrumpe la prescripción para todos, conforme al art. 1529,
porque es una obligación indivisible.918
No ha resuelto la ley, sin embargo, la cuestión de determinar
en
qué momento se produce la interrupción en caso de deman
dar el acreedor a todos los codeudores en un mismo juicio. La re
gla del art. 2519 ha previsto la situación de la demanda dirigida
contra uno de los varios deudores solidarios y entonces, claro está,
la notificación al demandado tiene efectos
interruptivos contra los
demás no demandados si la es exigible para todos. Pero
obligación

916
Así, SALVAT y GALLI, ob. cit, N° 2172.
917
Así, MARTY y RAYNAUD, ob. cit., N° 774; MAZEAUD y CHABAS, ob. cit.,
N" 1076.
918
C Santiago, 28 diciembre 1978, Rev. de Der., t. 75, sec. 2\ pág. 538.

309
I A PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

si el acreedor decide demandarlos a todos en un mismo juicio, usan

do de la alternativa que le concede el art. 1511, puede ocurrir que


la notificación a cada uno de ellos se verifique en momentos muy
distantes, de forma que la hecha al primero quede dentro del pla
La cues
zo de pero no así la de alguno de los otros.
prescripción;
tión es importante, porque si se entendiera que con la primera
notificación de la demanda ya está interrumpida la prescripción,
el acreedor podría entonces demorar la notificación a los demás
el tiempo que estimare adecuado a sus intereses. Por nuestra par
te, en caso de litisconsorcio como ése, entendemos que el efecto

de la notificación de la demanda no se
produce mientras todos no

estén notificados, y así, si la notificación al último de los deudores


se
produce fuera del plazo de prescripción, todos podrían oponer
la respectiva excepción. Es la única solución que nos parece lógi
ca. Hay quienes entienden que si se trata de un caso de litisconsorcio
facultativo, los efectos de la notificación se surten separadamente
para cada uno de los demandados; pero si es necesario, será me

nester que todos estén emplazados para que se produzcan los efec
tos del caso.919 Tratándose de varios demandados en un mismo

juicio, ha resuelto que la


se
interrupción produce al
se notificarse
a todos ellos, solución que es evidentemente aplicable al caso de
que se trata.920

61.2. Cauciones constituidas por terceros. El Código no ha con


templado otra excepción al efecto relativo de la interrupción que
la de las obligaciones solidarias. Sin embargo, tanto en doctrina
como en la jurisprudencia, se ha discutido la situación de las cau

ciones constituidas por terceros, como la fianza o la hipoteca.


El principio ad persona ad personam ab actione ab actionem se ve

alterado aquí por otro principio: el de lo accesorio: accessorium se

quilar principale, que en materia de prescripción recoge el art. 2516,


según el cual "La acción hipotecaria, y las demás que proceden de
una
obligación accesoria, prescriben junto con la obligación a que
acceden ". Desde luego, el alcance primero de esta
disposición es
subordinar el plazo de prescripción de la acción
hipotecaria o de
la acción de la fianza al plazo de
prescripción de la obligación cau
cionada, de modo que la acción de garantía no tenga un plazo pro-

919
F. HINESTROSA, ob. cit.,
pág. 153, aludiendo a la sentencia de casación
colombiana de 31 de octubre de 1995.
920
C. Santiago, 26 septiembre 1932, Rev. de Der., 31,
t. sec. 2a, pág. 33.

310
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

pió, desde que todo dependerá del que la ley asigne a la obligación
principal. Nada hay de extraño en ello, pues se trata de una conse
cuencia lógica del principio de lo accesorio. La regla es acogida en
otras legislaciones, como en el art. 204 par. 3 del Código del Brasil,
según el cual "La interrupción producida contra el deudor princi
pal perjudica al fiador". Pero la jurisprudencia mayoritaria en nues
tro país ha extraído del art. 2516 una consecuencia más extensa y

profunda, pues ha entendido que de ella se desprende que jamás


pueda existir prescripción independiente de la hipoteca o la fian
za, sin que haya prescrito la obligación caucionada, de forma que
todo lo que interrumpe la prescripción de una acción produce in
terrupción de la otra y que, en definitiva, mientras no haya pres
cripción de la obligación principal, no puede haberla de la caución.
Más aún, el deudor hipotecario o el fiador sólo podrá obtener la

prescripción de la garantía alegando la de la obligación principal.


Tal es, en resumen, la posición de la jurisprudencia actual.
No cabe duda que la jurisprudencia, siguiendo el principio de
lo accesorio, entiende que la interrupción de la prescripción en
contra del deudor principal afecta al deudor hipotecario o al fia

dor. La doctrina mayoritaria es que se aplica el principio de lo ac


cesorio por el artículo 2516 del Código Civil. Además, se sostiene,
el artículo 2519 sólo se refiere al caso de la pluralidad de acreedo
resy deudores y no a las obligaciones de garantía.921
Nuestra jurisprudencia es así mayoritaria en señalar que "la in
terrupción de la prescripción de la acción principal afecta también
ala de la acción hipotecaria". Pero se añade que "el artículo 2519
delCódigo Civil se refiere a las obligaciones simplemente conjun
tasde varios codeudores, por lo que no cabe aplicarlo al tercer po
seedor de la finca hipotecada, sino que sólo a los codeudores". Y

que, además, "de lo preceptuado en los artículos 2434 inciso Io, y


2516 del Código Civil, la acciónhipotecaria prescribe junto con la
obligación principal, en perfecta armonía con el ca
lo cual está
rácter accesorio que tiene la hipoteca, al igual que otras cauciones,
como puede advertirse de lo
dispuesto en los artículos 46 y 1442
del mismo
Código. De ello resulta que la acción hipotecaria no tie
ne un
plazo fijo y propio de prescripción, siendo éste variable, se
gún cual sea el de la obligación principal. O sea, mientras no

921
Sobre ello, MARTA ASIAIN, ob. cit., págs. 204 y siguientes, y L. CONTRERAS,
°t>. cit.,
págs. 152 y siguientes.

311
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURJSPRUDENCI A

prescriba la acción emanada de la acción principal, tampoco pres


cribirá la acción hipotecaria".922 Esta es la doctrina de muchas sen

tencias, que agregan incluso que "mientras subsista la obligación


principal subsiste la hipoteca y por lo mismo la interrupción al deu
dor principal afecta a la hipoteca";923 así como "la prescripción del
deudor principal se interrumpe si hay demanda contra el tercer
poseedor de la finca hipotecada".924 De este modo, no hay posibili
dad de prescripción independiente de la acción
hipotecaria y de
la obligación caucionada. De allí que la
interrupción al deudor prin
cipal afecta al tercer poseedor de la finca hipotecada; pero tam
bién la interrupción hecha al tercer
poseedor interrumpe la
prescripción de la obligación principal. Así lo tiene resuelto en su
doctrina actual la Corte Suprema.925
Ya en una antigua sentencia, la Corte de Temuco había resuel
to que la
interrupción que se opera contra el tercer poseedor afec
ta al deudor
principal, aduciendo no solamente la regla del
art. 2516 en relación
con el art. 2434, sino además el art.
2429,
que confiere al tercer poseedor que paga los derechos del acree
dor, por lo cual, si la demanda que se dirigiera en su contra no
interrumpiera la prescripción en contra del deudor principal, ese
derecho a subrogación quedaría sin al
objeto la obli
prescribir
gación garantizada,926 argumento que también ha recogido la Cor
te Suprema.927 A veces se ha
llegado incluso a aludir a un supuesto

922
C. Santiago, 6 junio 1991, Rev. de Der., t. 88, sec.
2a, pág. 21. Kn igual sen
tido, C. Suprema, 24 diciembre 2001, Rev. de Den, t. 98, sec. Ia,
en contra; 1
pág. 295, con voto
junio 1999, Fallos del Mes 487, N° 9, pág. 925; 28 enero 1992, Rev.
de Der., t. 89, sec. Ia,
pág. 5; C. Suprema, 5 noviembre 1992, Rev. de Der., Y 89,
sec. 1 \ 178; 8
pág. noviembre 1991, Fallos del Mes 394, N° 8, pág. 449; 6 de mar
zo 1991, Gaceta 129, N°
Jurídica 4, pág. 50; 30 junio 1951, Rev. de Der, t. 49, sec. Ia,
pág. 231; C. Suprema, 22 julio 1933, Rev. de Der., t. 30, sec. 1\ pág. 489; C. San
tiago, 21 abril 1992, Rev. de Der, t. 89, sec. 2\ pág. 46; C. Concepción, 26 sep
tiembre 1950, Rev. de Den, t. 48, sec. Ia,
*"
pág. 231.
C. Suprima, 23
septiembre 1997, Rev. de Der., t. 94, sec. Ia, pág. 85; 30 de
enero 1997, Rev. de Den, t. 94, sec.
Ia, pág. 18; C. Santiago, 17
Rev. de Der., t. 93, sec. 2a,
septiembre 1996,
pág. 112.
92*
C. Suprema, 18
mayo 1999, Fallos del Mes 486, N° 12, pág. 615.
925
C. Suprema 18 de
mayo 1999, recién citado, v más recientemente, 24 di
ciembre 2001, Rev. de Den, t. 98, sec. Ia,
,J>
pág. 295, con voto en contra.
(, Temuco, 21 marzo 1939, Gaceta de los
Tribunales 1939 ti N° 116
pag. 58<X. En el mismo sentido, C. Concepción, 6 junio 1995, autos rol civil
19-94^
no
publicada.
1,27
C. Suprema, 18
mayo 1999, Fallos del Mes 486, N° 12, 615.
pág.

312
SECUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

poder de representación que tendría el tercer poseedor respecto


del deudor personal.928
embargo tal extensión del art. 2516 no se ha hecho sin resis
Sin
tencia de algunas sentencias y así se ha sostenido que la interrupción
de la obligación principal no afecta a los obligados por garantía,

específicamente al tercer poseedor de la finca hipotecada: "No pue


de aceptarse la argumentación de la ejecutante, en el sentido de
que habría operado la interrupción natural de la prescripción, ya
que el tercer poseedor no es deudor y como tal no resulta perti
nente la aplicación del artículo 2518 del Código Civil".929
Similar criterio se siguió en otra sentencia, por medio de la cual
se señaló que "los alcances del artículo 2516 son el de señalar
igual
plazo de prescripción para una
y otra acción,
pero que tal disposi
ción no puede impedir declarar la prescripción de la acción hipo
tecaria sin que haya prescrito la acción principal, lo que por lo
demás resulta lógico, que en los contratos accesorios, lo mismo que
en cualquier otro,
rijan no sólo las disposiciones especiales que la
ley dicta con
respecto acada contrato, sino también las generales

que le son
aplicables". Se añade en el fallo que "si conforme al ar
tículo 2519 la interrupción de la acción civil no
perjudica a los co

deudores que no han sido demandados, con mayor razón debe


concluirse que tampoco puede interrumpirse la prescripción res
pecto de los poseedores".
terceros
Finalmente dijo que "la acción principal y la acción hipote
se

caria forman parte de contratos diferentes, sujetos a normas pro


pias, y hacer extensiva la interrupción de una prescripción a quienes
no han intervenido en un
juicio altera los principios generales so
bre relatividad de los mismos, los de la inoponibilidad, como asi-

928
C. Concepción, 6 junio 1995, citada antes. Ese supuesto poder de repre
sentación aparece ya en la sentencia de la C. Suprema, 22 diciembre 1937, Gaceta
de Tribunales 1937, t. 2, N° 104,
pág. 463. Véase M. SOMARRIVA, Tratado de las
Cauciones, N° 446, Santiago, 1981.
929
C. 27 junio 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2\ pág. 71; y en ese mis
Santiago,
mo
sentido, voto de minoría
en C.
Suprema, 14 noviembre 1996, Rev. de Der.,
t93, sec. Ia, pág. 156. En sentido contrario, C. Santiago, 16 marzo 1989, Rev. de
Der., t. 86, sec. 2a, pág. 10, que señaló que la interrupción natural de la prescrip
ción derivada del reconocimiento de la deuda directo y prin
por parte del deudor
cipal impide que el fiador
hipotecario pueda alegar dicha prescripción invocando
algún lapso anterior a dicho reconocimiento, según se desprende de lo dispuesto
en los artículos 2434 mientras no
y 2516 del Código Civil, de los cuales fluye que
prescriba la obligación principal tampoco prescribe la hipoteca.

313
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

mismo los principios generales contenidos en el Código Civil y ex

presados en el artículo 2519 de ese cuerpo legal".930


Otra sentencia señaló que "según el artículo 2516 tanto la pres
cripción de la acción personal como la de la real empiezan a co
rrer al mismo tiempo, pero ello no
implica que la prescripción se

produzca el mismo momento, puesto que respecto de alguna


en

de tales acciones puede haberse producido la interrupción de la


prescripción y no así respecto de la otra".931 También se ha sosteni
do que la prescripción de la acción hipotecaria se produce junto
con la de la
obligación principal cuando ambas se confunden, esto
es, cuando el deudor de una
y otra es el mismo; pero no si la de
manda se
dirige en contra del
poseedor, que ambas ac
tercer en

ciones separan y pueden por


se
prescribir separadamente, de
tanto
forma que la interrupción producida contra el deudor
principal
no afecta al tercer
poseedor.932
Otras sentencias entienden que la
interrupción de la prescrip
ción, sea por demanda o por reconocimiento, que se produce con
tra el
obligado por garantía no interrumpe la prescripción que
corre contra el deudor
principal.933
La cuestión merece, sin embargo, un análisis más detenido,
pues las soluciones jurisprudenciales no contienen necesariamen
te fundamentaciones adecuadas.
Desde luego, el hecho que el de
prescripción de la ac
plazo
ción hipotecaria o de la fianza del plazo de prescripción
depende
de la obligación caucionada, no determina
que por ello la interrup
ción de una acción afecte a la otra
y que no pueda haber prescrip
ción separada de una y otra. No
hay allí una consecuencia que se
desprenda de la aplicación de principios lógicos y las decisiones
extremas de la jurisprudencia actual no tienen otro fundamento,
en definitiva, que el ánimo de favorecer al acreedor, porque nada

•,:í0
C.
Santiago, 28 junio 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2\ pág. 73.
931
C.
Santiago, 8 noviembre 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 2a, pág. 184. Aun
que sin decirlo expresamente, la sentencia de la C. de Concepción de 27
bre 1994 llega a la conclusión
septiem
que hav interrupciones independientes para cada
acción: Rev. de Der. U. de
Concepción, N° 195 (1994), pág. 151, y el comentario
crítico de R. DOMÍNGUEZ A. y R. DOMÍNGUEZ B.
C. Santiago, 28 noviembre 2000, Gaceta
^2
sm
L.
Jurídica 246, N° 5, pág. 90.
CONTRERAS, ob. cit., pág. 154; R. MEZA BARROS, ob. cit., N° 184,
pág. 84; M. SOMARRIVA, N° 161, pág. 165, para la fianza; N° 338, pág. 305 para
la prenda, y N° 469,
pág. 476, para la hipoteca; J. GIORGI, ob. y vol. cit., pág. 416,

314
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

hay en el art. 2516 que lleve a la conclusión jurisprudencial que


requeriría de otros argumentos y de un
mejor análisis. Un acerta
do voto disidente resume perfectamente esta cuestión.934 Desde lue
go, si la interpretación jurisprudencial extrema fuese correcta, no
se comprendería por qué el art. 2519, que contiene el de principio
la relatividad del efecto interruptívo, no exceptuó expresamente
sino el caso de la solidaridad y no hizo referencia a las acciones de
las que, sin embargo, había aludido para el el
garantía, a
plazo
art. 2516.
A nuestro modo de ver, habrá de separarse el efecto de la inte
rrupción en contra del deudor principal respecto del deudor de
garantía del caso inverso.
El Código argentino recoge esta solución expresamente para
la fianza: "La demanda interpuesta contra el deudor principal, o
el reconocimiento de su obligación, interrumpe la prescripción con
tra el fiador; pero la demanda interpuesta contra el fiador, o su re

conocimiento de la deuda, no interrumpe la prescripción de la

obligación principal" (art. 3997), disposición evidentemente inspi


rada en el art. 2250 del Código francés. La regla ya aparecía en Po-
thier. Este, a propósito del efecto de la interrupción en materia de
fianza, planteaba la cuestión de saber si la interrupción judicial del
principal obligado o la confesión de la deuda por él, interrumpía
o no la
prescripción de los fiadores935 y recordaba que algunos au
tores daban a ello una
respuesta afirmativa, bajo la misma argumen
tación que se daba para la solución adoptada en materia de
solidaridad: la obligación es la misma, tanto para el deudor princi
pal como para el fiador, y por ende la interrupción afecta a la deu
da y de allí a todos los obligados. Si el derecho de Justiniano no se
refirió en especial a la fianza es porque la cuestión se decidía a pro
pósito de la solidaridad y los diversos deudores eran comprendi
dos en el término "correi" que también debía alcanzar a los fiadores
que son codeudores, aunque accesorios.
Pero también existían quienes mantenían posición contraria,
desde que el fiador es obligado si bien a una misma cosa, por un
título diverso y por lo mismo el acreedor dispone en contra de él
de un crédito diverso al del deudor principal y por ello no es posi-

934
Ministro Sr. Kokisch, voto disidente a C. Suprema, 24 diciembre 2001, Rev.
de Den, t. 98, sec. 1\
935
pág. 295.
POTHIER, Traite des Obligations, N° 699.

315
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ble aceptar que la interpelación a uno afecte al otro. Pero Pothier

agregaba que a ello se podía replicar que la fianza es un contrato


meramente accesorio a la obligación principal y no un nuevo cré
dito: es el mismo, al quese
agrega un nuevo deudor.
La doctrina en Francia ha sido crítica a la regla del art. 2250,936
pues los argumentos de Pothier no son convincentes.
En Chile, se ha sostenido que, como la
regla del Código fran
cés no existe en nuestro
Código, el principio general de la perso
nalidad de la interrupción debe ser conservado
también en la fianza
todo caso.937 Pero también otros sostienen
que la interrupción
en

de la prescripción en contra del deudor


principal afecta al fiador,
pues se trata de la misma deuda; aunque no a la inversa, es decir,
la que afecta al fiador no afecta al deudor
principal,938 aunque sin
dar para ello mayores razones.
Cuando se trata de la hipoteca, la cuestión se
plantea en tér
minos parecidos. El Código francés no tiene esa caución re
para
gla semejante a nuestro art. 2516, ni tampoco alguna como el
art. 2250
que ese Código tiene para la fianza. Pero se entiende que
si una misma relación jurídica da nacimiento a dos acciones diver
sas, unapersonal y otra real, y se ejercitan separadamente, la inte
rrupción de una no tiene efectos sobre la prescripción de la otra.939
Por nuestra parte, entendemos
que la cuestión debe ser deci
dida de otro modo. Desde
luego, no vemos que exista fundamen
to alguno a un supuesto poder de representación que tendría el
tercer poseedor
respecto al deudor personal. Tampoco resulta co
rrecto entender
que la obligación sea la misma para ambos. En rea
lidad el único obligado es el deudor
personal y no el tercer
poseedor de la finca hipotecada. Este no es deudor de la obliga
ción, sino que resulta compelido a pagar, porque como dueño del
inmueble sobre el que pesa el derecho real de
hipoteca, tiene in
terés en liberarlo de esa Tanto así, que la doctrina y los
carga. es
autores entienden
que no puede ser requerido de pago, cuando
se usa el procedimiento ejecutivo en su contra, sino de desposei
miento940 y que contra él se
dirige un
procedimiento de desposei-

15,1
Así, BAUDRY-LACANTINERIE v TISSIER, ob. cit N° 565
Así. R. MEZA BARROS, ob. cit., N"s 1<S4
'^
*u
93H
Así, M. SOMARRIVA, Tratado de las
y sgts.
Cauciones, N° 161, Santiago 1981.
BAUDRY-LACANTINERIE v TISSIER, ob. cit., N° 573
■M"
Sobre ello, M. SOMARRIVA, Tratado de las
Cauciones, N° 446 R MERY B
Derecho Hipotecario, N" 196,
Santiago, 1958.

316
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

miento (arts. 758 y sgts. C. de Proc. Civil). Y tratándose de la fian


za, aunque el fiador es también deudor y contra él procede una
acciónpersonal, el título es diverso. De este modo, todos los argu
mentos esgrimidos sentidos por la jurisprudencia y a
en esos
que
hemos aludido antes, no parecen adecuados. Tampoco lo es el he
cho que el art. 2516 no fije un plazo de prescripción propio para
la acción hipotecaria o para la fianza y que éste dependa del que
rige para el deudor principal. El alcance de esa regla no es el que
se pretende en cuanto a unir en todo evento la suerte de los deu
dores respectivos, pues ninguna razón existe para ello, y tanto así

que la misma doctrina no se ha seguido por los tribunales respecto


de la renuncia a la prescripción, como ya se ha visto (vid. N° 19.1 y
19.2), pesar que la lógica manda que si el principio fundante del
a

art. 2516 fuera el unir la suerte de la caución a la de la obligación


caucionada, no
podría existir caso
alguno en
que pudiera darse la
prescripción para una y no para otra, aun en el caso de renuncia.941
En realidad la cuestión ha ser decidida por la simple aplicación
del principio sequitur principóle.942 De acuer
de lo accesorio: accessorium
do a éste, lo accesorio, como es la caución, sea personal o real, debe

seguir la suerte de lo principal, pues su finalidad es precisamente servir


al elemento principal y es ello lo que le justifica (arts. 2335, 2385,
2407). De allí que si la obligación caucionada no ha prescrito, por
haber operado su interrupción, tampoco podría prescribir la fianza
o la
hipoteca; pero no por tratarse de la misma obligación, sino por
aquella relación de accesoriedad. Pero ese principio también manda
que lo principal no siga la suerte de lo accesorio, de forma que no
resulta de acuerdo a la lógica que le preside, entender que la inte
rrupción que afecta a la caución haya de afectar a la obligación cau
cionada. La cohesión que existe entre el elemento principal y el
accesorio no llega hasta implicar la interdependencia de ambos. El
elemento principal siempre podrá sobrevivir luego de la desaparición
de lo accesorio.
Hay una dependencia unilateral en el sentido que lo
accesorio no puede sino seguir a lo principal; pero esa relación no
se da la inversa, porque lo accesorio no es causa de lo principal y
a

ello determina afec


que lo que ocurra a lo accesorio no tiene por qué
tar, en su extinción o en su sobrevida, a lo principal.1'43

941
Para la doctrina, el alcance del art, 2516 se limita a establecer el plazo de
la R. MERY B., Derecho Hipotecario, N° 225.
prescripción.
942
Sobre él, G. GOUBEAUX, La regle de Vaccessoire en droit privé, París, 1969.
94ÍG. GOUBEAUX. ob. cit, N" 132.

317
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

La doctrina nacional está dividida, pues si hay quien tiene la


misma solución que hemos preferido por nuestra parte,944 otros sos
tienen que ninguna relación hay entre las interrupciones recípro
cas que continúan siendo regidas por el principio del art 2519, de

forma la interrupción que afecta al deudor principal no per


que
la caución, ni la que ocurre contra éste afecta a
aquél.945
judica a

62. Duración de la interrupción. Respecto de la duración de la in

terrupción, ésta dependerá de la naturaleza del acto interruptívo.


Si se trata de una demanda o un "recurso judicial", la interrupción
se producirá al momento de su notificación, y durará hasta que se

resuelva dicho asunto por el tribunal mediante sentencia judicial


firme.946 Si se trata de una interrupción natural, ésta se producirá
al momento del reconocimiento, y desde ese instante comenzará
a correr el plazo nuevamente.947 Nos remitimos a lo que ya se se
ñaló sobre el inicio de una nueva prescripción (vid. N° 60.2).
La jurisprudencia ha ratificado estas ideas en innumerables oca

siones. Así ha dicho que "se interrumpió civilmente la prescripción


durante el tiempo transcurrido entre la notificación de la gestión
de desposeimiento del artículo 758 del Código de Procedimiento
Civil, y la fecha en
que se desecha la demanda ejecutiva de despo
seimiento por defecto procesal en el momento de formularla".948
En otra oportunidad se resolvió que "la interposición del re
curso de
protección tiene la virtud de interrumpir la prescripción
desde su
interposición hasta su definitiva resolución".949 Confirman
do doctrina, se ha resuelto por la Corte Suprema que "se dio
esa

por acreditada la interrupción desde que se tuvo


por verificado el
crédito en la quiebra hasta el término del
juicio en que recae la
demanda".950 Y que "la prescripción sólo puede contarse desde la

944
M. SOMARRIVA, Tratado de las Cauciones, N° 469,
que entiende que la in
terrupción al deudor principal afecta al tercer poseedor; pero que la interrup
ción a éste no perjudica al deudor
945
personal, y lo mismo en la fianza (N° 161).
Así, R. ME/A BARROS, ob. cit., N° 185, para la fianza, y N° 196, para la
hipoteca; R. MERY B., ob. cit., N° 225.
946
Así, M. ARGAÑARAS, ob. cit., 122; GIORGI, ob. vol. cit.,
pág. J. 417,
y pág.
N°291.
947
Así, J. GIORGI, ob. y vol. cit.,
pág. 417, N° 290; M. ALBALADEJO, ob. cit,
pág. 515.
948
C. Santiago, 4 junio 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 2a, pág. 33.
949
C. Suprema, 28 julio 1987, Rev. de Der,, t. 84, sec. 5a, pág. 217.
950
C. Suprema, 28 enero 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. Ia, pág. 5.

318
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

fecha en quedó ejecutoriada la sentencia que recae en la ges


que
tión que provocó la interrupción".951
En los casos en que se ha aceptado que sea la querella un "re
curso judicial" idóneo para interrumpir la prescripción, se ha sos

tenido que "desde el momento en que no se ejercita la acción civil


en el juicio criminal, termina la supuesta utilización de la acción

civil, que es la razón que se ha tenido para estimar que durante el


sumario, desde la querella, existe interrupción. Ese no ejercicio de
la acción civil supone entonces la terminación del efecto del acto

interruptor motivado por la querella, comenzando a correr de nue


vo el curso de la prescripción extintiva".952

Sección II
DE LA SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

63. Concepto. La suspensión de la prescripción es un beneficio que


la ley contempla en favor de ciertas personas en virtud del cual cesa
el curso del plazo de prescripción dejando subsistente todo el lap
so anteriormente transcurrido, si alguno hubo, y admitiendo que

éste se reanude hastaposible entero, una vez desaparecidas o


su

enervadas las causas que originaron el intervalo no utilizable.953


Durante ella la prescripción o no se inicia, o no corre: praescriptio
dormit, sin hacer ineficaz el tiempo que haya podido transcurrir an
tes de ella.

64. Fundamento. El fundamento de la suspensión es siempre una

por razones personales,


o
razón de equidad para con quienes, sea

morales, sea por otras circunstancias, no están en condiciones de


interrumpir la prescripción y por lo mismo se justifica su inercia
en el
ejercicio del derecho. Claro está que esa razón de equidad
es diversamente formulada
según si se sostiene que el fundamento
de la prescripción es la idea de sanción a la negligencia o si se pre
tende que él está en consideraciones objetivas, según se ha visto

(vid. N° 3). Para los sostenedores de la tesis subjetiva, no es posi-

C. Temuco, 1 1 marzo 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2\ pág. 28.


951

la
C. Suprema, 25 abril 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. Ia, pág. 41;
952 misma

sentencia en Fallos del Mes 329, N° 19, pág. 149. En idéntico sentido, C. Supre
ma, 19 julio 1990, Fallos del Mes 380, N° 14, pág. 376.
73.
1 abril 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 4a, pág.
953
C. Concepción,

319
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ble sancionar la negligencia del incapaz que no está en condicio


nes de
ejercer la respectiva acción. Lo mismo habrá de decirse si
se entiende
que en la prescripción hay un "abandono presunto"
por parte del acreedor.
Si se siguen las concepciones objetivas, deberá llegarse a la con
clusión que no existiría seguridad jurídica si se sancionara a una

persona que no está en igualdad de condiciones para ejercitar sus


derechos. Así, como la prescripción es el resultado de la inactivi
dad de las partes, puede suceder que ésta sea la consecuencia de
una
imposibilidad jurídica de accionar, y por esto el legislador toma
en cuenta esta situación y concede al acreedor el beneficio de la
suspensión.
Pero como uno de los fundamentos de la prescripción es la se

guridad jurídica y el evitar indefinidamente situaciones de incerti


dumbre, el legislador estableció en al artículo 2520 del Código Civil
que transcurridos 10 años no se tomarán en cuenta las suspensio
nes mencionadas en el inciso
primero del mismo artículo.
La jurisprudencia ha reconocido el efecto de la
suspensión, re
solviendo que "el simple plazo de prescripción
por sí solo no hace
operar esta institución, pues para ello es necesario, según lo dispo
ne el artículo 2514,
que durante dicho lapso de tiempo no se ha
yan ejercitado las acciones, lo que ocurre cuando se ha suspendido
el ejercicio de la acción".954

65. Características. De las


reglas que la rigen, es posible extraer las
características de la suspensión. En ella también se afecta el silencio
de la relación jurídica, pero no
por inacción del acreedor, sino por
disposición del legislador. Por otra parte, no se aplica, según algu
nos, a la prescripción de la acción
ejecutiva, como ya se señaló al
tratar la
prescripción de las acciones de obligación propiamente ta
les (vid. N° 44) y sobre lo cual se volverá más
abajo (vid. N° 66).
Es un beneficio personalísimo a favor del acreedor
incapaz y
por ello, si el crédito cambia de titular, sea por cesión de créditos,
subrogación, sucesión por causa de muerte, no pasa al nuevo titu
lar. En otros términos, el ámbito
subjetivo de eficacia de la suspen
sión es limitado a
quien como acreedor coincida con la causal de
suspensión prevista en la ley y por lo mismo, produce erga
no se
omnes. Y cuando se trata de relaciones
plurales, tampoco la suspen-

Í,M
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Der., t. 75, sec. 4a, pág. 583.

320
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

sión se extiende a todos los


sujetos, sino únicamente al que se en
cuentra en la hipótesis legalmente prevista. De allí que en las obliga
ciones solidarias la suspensión que favorece a uno de los acreedores
frente a todos los deudores, no se extiende
los demás que no se
a

encuentran la misma
en situación, de forma que no ocurre con la
suspensión lo que para la interrupción ha previsto el art. 2519, re
gla que en otros el italiano, se formula expresamente
códigos, como

(art. 1310 inc. 2o). Y lo mismo debe decirse del caso de la solidari
dad pasiva si la suspensión opera en la exclusiva relación entre el
acreedor y uno de los deudores y no los demás.
Por ello se ha resuelto que "la exigibilidad de la obligación y la

suspensión del
lapso para prescribir son personales del deudor que
se encuentra en alguna de estas situaciones v no aprovechan a los

otros".955 Además, "es necesario norma especial que establezca ex


presamente la suspensión del plazo de prescripción",956 pues siendo
un favor
legal, es evidentemente excepcional. Y por ser excepcio
nal, debe ser probada por quien la invoca y no puede ser declara
da de oficio. Una sentencia resolvió sobre ello que "es inaceptable
la suspensión de la prescripción extintiva de la acción civil cuando
ésta no ha sido ha resuelto, erró
deducida'1,957 aunque también se

neamente a nuestro modo de ver, que "no falla ultra petita la sen

tencia que rechaza la prescripción por haber estado suspendida,


no obstante no haberse alegado formalmente la suspensión, la que
aparece de los documentos acompañados".958
Y como las reglas sobre la suspensión están insertas dentro de
las normas generales de la prescripción extintiva, sólo se aplica a
la de cinco años y no a las prescripciones especiales de corto tiem
po,959 como se verá más adelante (vid. N° 78), ni a otras de menor
tiempo, salvo norma especial contraria.
Por último, tiene un límite de diez años, como lo prescribe el
art. 2520 inc. 2o: "Transcurridos diez años no se tomarán en cuenta

las suspensiones mencionadas en el inciso precedente", regla que

955
C. Santiago, 28 octubre 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 2a, pág. 103.
956
C. Suprema, 31 de enero 1989, Fallos del Mes 362, N" 4, pág. 893. El mis
mo fallo en Rev. de Der, t. 86, sec. Ia, pág. 31.
957
C.
Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Der, t. 75, sec. 4a, pág. 588 (voto
minoritario).
958
C. Suprema, 12 1944, Rev. de Der., t. 42, sec. Ia, pág. 23.
enero
959
C.
Santiago, 30 octubre 1995, Rev. de Der., t. 92, sec. 2a, pág. 132; 12 ene

ro
1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 2a, pág. 1.

321
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ha sido tribunales en varias oportunida-


aplicada por nuestros

des.900
No se contienen sobre las facultades del
reglas en el Código
5
juez en cuanto a la Se ha sostenido que la prohibición
suspensión.
no ale
que se le hace es para declarar de oficio una prescripción
gada, según se ha visto (vid. N° 8). Pero aquí no se trata de ello y
>

por eso, al menos en cuanto dice relación con los incapaces a quie-
'

nes la ley protege, puede el juez constatar que la prescripción ale


gada por el deudor se ha suspendido y, por lo mismo, no se ha
¡

podido producir, pues es él quien debe determinar si el plazo se


ha cumplido o no y, por lo mismo, declarar que ello no ha ocurri
do por haber existido una suspensión, aunque no alegada.961 Sin
embargo esa doctrina no parece admisible, porque la causa de la
suspensión es una situación de puro hecho, que, por lo mismo, re
quiere de prueba de parte del favorecido y no puede admitirse que
sea declarada de oficio, sino
previa alegación de parte.962

66. Suspensión y acción ejecutiva. Una antigua sentencia resuelve


que la suspensión no cabe en la acción ejecutiva, bajo la base que
el art. 463 del C. de Proc. Civil -hoy art 441- manda al juez dene
gar la ejecución si el título presentado tuviere más de diez (hoy tres)
años contados desde que la obligación se hizo exigible, lo que de
terminaría que basta ese plazo sin más
para que pueda concluirse
?
que no puede entonces caber la suspensión.96 Se ha sostenido en
apoyo de esta doctrina que en el caso de la acción ejecutiva, se ha
previsto más que una prescripción, una forma de caducidad, y ésta
no admite
suspensión.964
Pero la ley no ha hecho excepción en el art. 2520
y por tanto
nada autoriza a hacer la diferencia la acción
para ejecutiva.963 Y ya

wi"
Así, <;.
Suprema, 8 julio 1945, Rev. de Der., t. 43, sec. Ia, pág. 1«S; C. Supre
ma, 15 septiembre 1944, Rev. de Der., t. 42, sec. Ia, pág. 313; C. Suprema, 14 ene
ro 1931, Rev. de Der., t. 29, sec.
Ia, pág. 17; C. Suprema, 10 noviembre 1923, Rev.
de Der., i. 22, sec. Ia, pao. 609; (;
Suprema, 17 octubre 1918, Rev. de Der., t. 16,
sec. 1 ', 301; C.
pág. Santiago, 21 diciembre 1944, Rev. de Den, t. 42, sec. 2a, pág. 1.
961
En este sentido, SAEVAT v GALLI, ob. cit., N° 209S b.
•,"'J
En ese sentido, R VITUCCI, ob. cit., t. 2,
pág. 6, v es lo que se ha fallado
en Italia, Cass. 3 enero 1962, n.3, in Mass., 1962.
lM,:t
C. Suprema, 9 octubre 1919, Rev de Der., t. 18, sec. Ia, 23
!,,M
pág
M- SOMARRIVA v R. DOMIXGl'EZ B., ob.
cit.,' X^l 50, pág. 106;
R. ABELIUK, ob. cit., 2, N° 1252.
t.
íl,°
Así, E. RIOSECO E., La Prescripción Extintiva ante la furisbrudencia, Nns 16,
KSyMO.

322
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LAR( ;() TIEMPO

hemos señalado, por nuestra parte, que no hay razones para califi
car a la prescripción de la acción ejecutiva de caducidad (vid. Nos 44.2

de modo que la razón invocada para excluir la suspensión no


y 81),
nos parece fundada.966

67. Carácter taxativo de las causales de suspensión. El principio


contra non valentem agere. Es doctrina constante entre nosotros que
no hay otras causales de suspensión de la
prescripción que las men
cionadas en el artículo 2509. Es la consecuencia lógica de la regla

general prevista en el art. 2497. Esa fue por lo demás la doctrina


que inspiró el
precedente contenido
en el art. 2251 del
Código fran
cés, que es incluso más preciso, desde que en él se señala expresa
mente que "La prescripción corre contra todas las personas, a

menos que no estén en alguna excepción establecida por una ley",

con lo cual los redactores de esta codificación quisieron claramen

te excluir otras causas de suspensión que no fueran las legalmente

establecidas.967 El carácter taxativo de las causales de suspensión es


también admitido en otros derechos.9™
Sin embargo, antiguo derecho por la influencia de los cano
el
nistas tenía admitido el principio contra non valere agere non currit
praescriptio, que de un modo general entendía que la prescripción
no
podía correr en contra de quien por haber estado en la imposi
bilidad de accionar, no había podido interrumpirla. Se atribuye a
Bartolo el haber formulado non volenti agere non currit praescriptio,
aunque Irnerius antes que él ya tenía dicho que praescriptio non cu
rrit on his qui si velint agere non possunt.9™ De este modo, cualquier
obstáculo al ejercicio de la acción interruptiva debía conducir a la
suspensión de la prescripción. La prescripción tiene como razón
de ser, en esa tesis, la
negligencia del acreedor, de forma que si el

966 2
Admite la suspensión de la acción ejecutiva la sentencia de C. Santiago,
diciembre 1912, Rev. de Der., t. 10, sec. 2\ pág. 3.
967
PLANIOL y RIPERT, ob. cit., t. 3, por M. PICARD, N° 736; BAUDRY-
LACANTINERIE v A. TISSIER, ob. cit., N" 367.
968
Para el Código italiano, P. \TTUC( :i, ob. cit., t. 2, pág. Ib; para el derecho
español, GÓMEZ CORRALIZA, ob. cit., págs. 260 y sgts. que recuerda que el Có
digo Civil español no acepta la suspensión y sólo hay normas en leyes especiales;
para Colombia, E HINESTROSA, ob. cit., pág. 144.
969
Sobre la historia de la máxima guarda interés la obra de CLEMENT, De la
regle Contra non valentem agere, París, 1902; AI AS, DE BUEN y RAMOS, ob. cit.,
Pág. 184; BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., Nos 367 y sgts. Adde:
J. CARBONNIER, La regle Contra non valentem agere, Rev. Crit. de Lég. et Jurisp.
1 -A",
págs. 135 y sgts.

323
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

tiempo corre
porque algún obstáculo de hecho le
impide exigir el
crédito, no puede aceptarse que corra la prescripción. La antigua
jurisprudencia francesa había hecho uso amplio del principio y, en
el fondo, el curso de la prescripción quedaba entregado al arbitrio
judicial, porque de los obstáculos legales que parecieron fundar la
máxima, se pasó a cualquier dificultad de actuar, como la incapaci
dad, la condición, el plazo, la ausencia, la ignorancia y especialmen
te la fuerza mayor, aunque su extensión fue discutida y daba lugar a

amplio contencioso. Pothier, refiriéndose a esa regla, al tratar de la


prescripción adquisitiva, luego de mencionar que en ella tenía fun
damento la suspensión por causa edad o demencia, agregaba que
"Generalmente sucede lo mismo de todas las demás justas causas que
impiden al propietario intentar su acción; el tiempo de la prescrip
ción no corre, mientras subsista la causa que lo impide".970
Es contra ese estado de cosas
que los codificadores franceses
pretendieron reaccionar con la regla ya referida del art. 2251. Pero
eslo cierto que la jurisprudencia, incluso actual, no lo ha entendi
do así, restableciendo el principio,971 y la regla contra non valentem
agere subsiste en Francia, bajo el argumento que la ley lo que limi
ta son las causas de
suspensión fundadas en condiciones persona
les de aquel contra el cual corre la prescripción,desde que ella hace
referencia a
que la prescripción corre contra "toda persona, salvo

que...", decir, refiriéndose a impedimentos relativos al acreedor


es

mismo; pero no ha hecho referencia a impedimentos de hecho y


de allí que sea facultad de los jueces controlar esos hechos
que han
impedido la acción del acreedor.-'72 Así, en el caso de fuerza ma
yor,9" la ignorancia legítima de la existencia del derecho,974 obstácu
lo administrativo,975 imposibilidad
jurídica o moral de actuar976 u

970
Traite de la Prescription, art. III, N° 22.
971
Así, MARTA v RAYNAUD, ob. cit., N" 873.
972
Así, PLANIOL, RIPERT y PICARD, ob. cit., t. 3, N° 736.
973
Cass. Com. 11 1994, Bull. Civ. IV, N" 22; Rev. Trim. Dr. Civ. 1995,
enero

pág. 114, obs. J. MESTRE; 17 febrero 1964, Bull. Civ. III, N° 78; Cass. Civ. Ia, 22
diciembre 1959, J.C.P. 1960, II, 11494, nota P. E.
974
Cass. Soc. 1 abril 1997, Bull. Civ. Y, N°
130, Rev. Trim. Dr. Civ. 1997,
pág. 957, obs. P JOURDAIN; Cass. Civ. 11 diciembre 1990, Bull. Civ.
I, N" 284,
Rev. Trim. Dr. Civ., 1991, 537.
975
pág.
Cass. Civ. Ia, 27 abril 1994, Bull. Civ. I, N° 150.
a7h
Ej.: conversaciones amistosas que impedían valerse de ella, Req. 20 nov
1 938, DH 1939,
pág. 99; ignorancia de los propios derechos por causa razonable
y legítima, Civ. 25 junio 1935, S. 1936, 1, 366; Req. 27 enero 1941, S. 1941, 1, 7.

324
SECUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

otros. ejemplo sirve para aclarar la extensión del principio: si


Un
un trabajador sólo llega a saber mucho tiempo después de la ter

minación de sus servicios que su empleador no le había hecho to


das las cotizaciones previsionales, podrá demandar los perjuicios
que ello le causa, aunque ya hubiere terminado el plazo de pres
cripción de la acción ordinaria por incumplimiento de contrato.977
Sin embargo, más que causales de suspensión, lo que la jurispru
dencia francesa consagra es una extensión del plazo de prescrip
ción a favor del impedido de actuar, porque exige no sólo que haya
existido obstáculo para actuar, sino que éste se mantenga hasta que
termine el plazo legal de prescripción. La finalidad del principio
es
permitir al juez paliar, cuando la equidad lo exija imperiosamen
te, el carácter excesivo que pueda tener el efecto extintivo de la
prescripción. De este modo, si el obstáculo desapareció antes de
terminarse el plazo de prescripción, el principio no
puede ser in
vocado,978 ya que la prórroga que concede el principio no puede
ir más allá del tiempo necesario para deducir la acción.979 Y, como
dice acertadamente un autor, el adagio no es sino la manifestación
de un
principio que la ley consagra en otros ámbitos, como es el
caso
suspensión del plazo extintivo de la acción de nulidad
de la
relativa para los incapaces (entre nosotros, art. 1691 inc. 3o) y que
es tan
justificado que responde a los elementales sentidos de justi
cia permitiendo al acreedor escapar a la guillotina de la prescrip
ción, cuando estaba impedido de accionar.9*9
En otros derechos, aunque el principio contra non valentem age-
reno es admitido, las normas
legales han extendido las causales de
suspensión y han admitido entre ellas por ejemplo a la fuerza ma
yor. Así ocurre con el par. 203-2 del Código alemán, el art. 321 del
Código de Portugal. En el Código argentino, el art. 3980 inc. Io
acepta que "Cuando por razón de dificultades o imposibilidad de
hecho, se hubiere impedido temporalmente el ejercicio de una ac
ción, los jueces están autorizados a liberar al acreedor, o al propie
tario, de las consecuencias de la prescripción cumplida durante el
impedimento, si después de su cesación el acreedor o propietario

977
Cas. Soc. 1 abril 1997 citado y en especial las obs. R JOURDAIN en Rev.
Trim. Dr. Civ. 1997, pág. 957.
978
PH. LE TOURNEAUD y L. CADIET, ob. cit., N" 2269. J. MESTRE, obs. en
Rev. Trim. Dr. Civ. 1995,
979
pág. 1Í5.
D. BANDRAC, La nature juridique de la prescription extintive, N° 199.
980
P. JOURDAIN, obs. Rev. Trim. Dr. Civ. 1997, pág. 558.

325
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

hubiese hecho valer sus derechos en el término de tres meses", re

gla que se aplica por lo tanto a la fuerza mayor, entre otras situa
ciones. El inciso segundo del mismo artículo autoriza al juez a
aplicar la misma al acreedor que por maniobras dolosas del
regla
deudor no hubiere deducido la demanda interruptiva. En el dere
cho italiano se ha debatido la supuesta taxatividad de las causales
de suspensión. Bajo el Código de 1865 un sector doctrinario y aun
jurisprudencial, entendió que un obstáculo significativo al ejerci
cio del derecho y externo a la voluntad de su titular, podría ser bas
tante para inhibir el curso de la
prescripción.981 Bajo el Código
vigente, se entiende que un obstáculo que emanara de la propia
ley no impediría el curso de la prescripción bajo el argumento de
una
suspensión, sino simplemente por la imposibilidad jurídica del
ejercicio del derecho, puesto que según el art. 2935 la prescripción
corre desde el día en
que el derecho se pueda hacer valer, argu
mento
que perfectamente es admisible entre nosotros, por lo pre
venido en el art. 2514 inc. 2o. Pero fuera de esa
hipótesis se sostiene
la taxatividad de las causas de prescripción.982
No existiendo reglas semejantes en nuestra
legislación, no pa
rece
posible que los tribunales extendieran las causales de suspen
sión previstas en el Código, ante la dificultad
que experimenta
nuestro derecho de base
aplicar y razonar a de principios genera
les. Pero no cabe duda
que éstos deberían permitir considerar la
situación de la fuerza mayor que ha impedido la acción del acree
dor, o aun el hecho del propio deudor que ha determinado la in
acción de aquél. Bastaría un
poco de atrevimiento jurisprudencial
para imponer entre nosotros los mismos principios que resultan de
la regla contra non valentem
agere, otorgando a la noción de fuerza
un ámbito de acción más
mayor amplio que el de la sola causal de
exclusión de la responsabilidad,
porque ella no es sino una mani
festación del principio que a lo
imposible nadie está obligado y que
a nadie
puede exigírsele una conducta que le era imposible de te
ner, aspectos en que el derecho
penal se muestra claramente más
lógico que el derecho civil. Bastará un
ejemplo para entender la
necesidad de recoger esos
principios: ¿Podrían entenderse prescri-

wl
Sobre ello, R VITUCCI, ob. cit., t. 2,
pág. 16. N. COM ELLO no aceptaba
sin
embargo la vigencia general del principio contra non valere... sino sólo en caso
de impedimento al ejercicio
puesto por la propia lev. Doctrina General del Derecho
Civil, pág. 52b, México, 1949.
982
P. VITUCCI, ob. cit., t. 2,
págs. 18 y 19.

326
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

tos los derechos a reclamar indemnización


contra del Estado en

de los causahabientes de víctimas del


respecto propio actuar de fun
cionarios y que sólo recientemente han podido saber lo que real
mente ocurrió a éstas?

68. Diferencias entre la suspensión y la interrupción de la prescrip


ción. El efecto es diverso en la suspensión que en la
interrupción.
Una sentencia de la Corte de Concepción resume esa diferencia:
"de acuerdo las
reglas generales, la prescripción puede inte
con

rrumpirse y suspenderse. Se interrumpe cuando se pierde todo el


plazo que hubiere alcanzado a correr a raíz de producirse un he
cho al que la ley concede tales efectos, y se suspende cuando cesa
el curso del plazo de prescripción dejando subsistente todo el lap
so anteriormente transcurrido, y admitiendo que éste se reanude
hasta su
posible entero, una vez desaparecidas o enervadas las cau

sas
que originaron el intervalo no utilizable".983
Al analizar cada una de estas instituciones hemos podido cons

demás diferencias y también


tatar sus sus
semejanzas, que ahora nos

limitamos a recordar:
En cuanto al fundamento, tienen un matiz distinto. Si bien am

bas afectan al mismo elemento de la prescripción, cual es el silencio


de la relación jurídica,
suspensión es el legislador el que consi
en la
dera que hay imposibilidad de impedir tal inactividad. En cambio
en la
interrupción son las partes las que rompen dicho silencio.984
La interrupción puede operar a favor de cualquier persona; la
suspensión sólo en beneficio del acreedor incapaz a quien la ley se
la otorga. Si bien la
interrupción puede operar a favor de cualquier
persona, la que favorece a una no aprovecha a las otras, por el efec
to relativo de la
interrupción, como ya vimos. En ese sentido, como
lo manifiesta una sentencia, "la
suspensión y la interrupción del lap
so
para prescribir son personales del deudor que se encuentre en
alguna de tales situaciones y no aprovecha a los otros".9*1
Los efectos son distintos, ya que la suspensión impide que el
plazo corra, pero no hace perder el ya transcurrido, si alguno hubo.
En cambio la
interrupción hace perder el tiempo ya transcurrido,

983
Concepción, 1 abril 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 4a, pág. 73.
C.
Así también, L. MOISSET DE ESPANES, Interrupción y suspensión. Sus dis
m

tintos fundamentos, Boletín de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Uni


versidad Nacional de Córdoba, 1972,
985
págs. 199-200.
C 28 octubre 1988,
Santiago, Rev. de Den, t. 85, sec. 2a, pág. 103.

327
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

tal como acertadamente lo señaló un fallo de la Corte de Concep


ción, que ya transcribimos y al cual nos remitimos.
La interrupción, al menos la civil, no tiene más limitación de
afec
plazo que el posible abandono de procedimiento que pueda
tar al juicio que la ha producido, mientras que la suspensión no se

toma en cuenta transcurridos diez años, al tenor del artículo 2520

delCódigo Civil.
La interrupción es común a toda prescripción, mientras que la
suspensión no tiene lugar en las de corto tiempo, según veremos
más adelante. Así lo han confirmado los tribunales.98'

69. Casos de suspensión de la prescripción. Para la prescripción


extintiva la ley suspende la prescripción sólo para los incapaces,
sean absolutos o relativos, pues a ellos se refiere el 2509 N° 1, y
art.

sociedad la que señala el N° 2


para la mujer casada conyugal,
en a

de la misma regla.

69.1. Los incapaces. La ley menciona especialmente a los me

nores de edad, a los dementes, sin otra calificación, es decir, estén


o no interdictos, y a los sordomudos.
En lo que concierne a los menores, se trata de un resabio de la
restitutio in integrum del derecho romano y del antiguo derecho fran
cés. La Ley 9, tit. 9 de la Partida 6a,
suspendía la prescripción en
no

el caso de los menores; pero éstos podían demandar al juez la resti


tución del tiempo que les perjudicaba, y aunque la mayoría de las
legislaciones mantienen regla semejante, la doctrina no encuentra
razón para esta causal de suspensión. Ya García Goyena no admitía
causales de suspensión a favor de los incapaces, sino que dejaba a
salvo para éstos el recurso en contra de los responsables de la ad
ministración de sus bienes que debieron interrumpir la prescripción

y no lo hicieron, y por ello el Proyecto de 1851, art. 1991, sólo esta


blece ese principio. La suspensión en favor de los menores se dice
contraria al interés social que exige el curso de la prescripción y de
bería suprimirse, pues para protegerlos están sus
representantes le
gales."™ Es por ello que el art. 3966 del Código argentino, luego de
la reforma de la Ley 17.71 1, suprimió la suspensión a favor de inca-

986
C. Concepción, 1 abril 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 4a, pág. 73.
987
C. Valparaíso, 14 enero 1931, Rev. de Den, t. 29, sec. 2\ pág. 17.
988
En ese sentido, SALVAT v GALLI, ob. cit., N° 2094; L. CONTRERAS, ob.
cit., N" 516.

328
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

paces que tuvieren representantes legales. El


Código art. 2942 del
italiano sólo la concibe para menores no
emancipados que carez
can de representantes legales y hasta seis meses después de haberse

designado alguno; pero el nuevo Código del Brasil la mantiene a


favor de los incapaces (art. 198 par. I).
En lo que concierne a los clementes, la ley no exige
que estén
interdictos, y ya sabe que la interdicción sólo libera de la
se
prue
ba de la demencia; pero no es la que constituye la incapacidad
(art. 465).
Respecto de los sordomudos, la ley ellos sin otro
se refiere a

calificativo; pero nos parece evidente que debe tratarse de los que
no pueden darse entender por escrito, pues ellos son los
incapa
ces, ya que el hecho de la sordomudez no inhabilita a la persona

para actuar válidamente y por sí sola en vida jurídica y es solamen


te la imposibilidad de comunicarse por escrito lo
que les aparta de
la aptitud para actuar por sí mismos. Sin embargo, el argumento
de la no distinción ha sido defendido aquí para aplicar la suspen
sión a todo
sordomudo;989 pero ese argumento es de uso irregular
en los
intérpretes de la ley, pues a veces permite restringir el al
cance de una norma y en otras, sin embargo, no recibe aplicación

por contrariar algún principio general. Pues bien, aquí nos parece
más racional hacer prevalecer la coherencia de las reglas sobre in
capacidad, que sólo hacen inepto al sordomudo si tiene imposibi
lidad de comunicación escrita y no existe razón para tratarle como

inhábil en otra situación.


Agrega la ley suspende la prescripción a favor
que también se

de todos cuantos estén


bajo potestad paterna, o bajo tutela o cura
duría, de forma que también queda comprendido el disipador in
terdicto, pues tiene curador. Lo lógico sería que la suspensión
operase en este caso en las relaciones entre el incapaz y su guarda
dor, como lo hace el art 197 par. III del Código del Brasil; pero que
no se extendiera a las relaciones entre el
incapaz y los terceros, ya
que no
hay razón para la suspensión en ese evento, desde que para
conservar los derechos de ellos están los tutores y curadores. No hay
razón entonces para esta causal, que, como ya se dijo en el caso de
los menores,
desaparece en legislaciones más actuales.
69.2. Las mujeres casadas en sociedad conyugal. Entre los cón
yuges. También se suspende la prescripción extintiva a favor de la

En ese sentido, L. CONTRERAS, ob. cit., N° 519.-" n^ c


>

329 '
-3LÍÓTÉCM
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

mujer casada en sociedad conyugal, mientras dure ésta. La regla


ya estaba en el artículo primitivo; pero tal cual está actualmente,
de la reforma de la 18.802 que, curiosamente, pre
Ley N°
proviene
tendió consagrar la plena capacidad de la mujer casada en socie
dad conyugal; pero como se dejó subsistir la administración de los
bienes propios de la mujer por el marido, aunque la mujer casada
en sociedad conyugal sea plenamente capaz, se tuvo que mante

ner en su favor la suspensión de la prescripción.990 No obstante, la

no se extiende a los derechos que emanen para la mujer res


regla
pecto de bienes reservados, pues allí ella es considerada sepa
sus

rada de bienes y, por lo mismo, dotada de plena independencia


en la administración de ese patrimonio (arts. 159 y 173).

Nada dice el
aquí Código respecto de la prescripción extintiva
entre cónyuges. El art. 711 del Proyecto de 1847 decía que "La pres
cripción que extingue las obligaciones se suspende: N° 2. Entre cón
de las
yuges y entre un ascendiente y un descendiente respecto
acciones que pueda tener el uno contra el otro", y la misma regla
aparecía en el Proyecto de 1853, pues el art. 2701 se remitía al
art. 2689 éste en su N° 2 repetía la regla del Proyecto de 1847.
y
Pero enProyecto Inédito y en el Código la regla no subsistió y
el
es tratándose la prescripción adquisitiva que el art. 2509 inc. final

incluye la norma que "La prescripción se suspende siempre entre


cónyuges", aunque es evidente que su origen está en las reglas de
los proyectos anteriores para la prescripción extintiva. La razón de
ella, como se sabe, está en las relaciones que se dan entre los cón
yuges y que determinan que se produzca una falta de independen
cia y libertad en el ejercicio de las acciones interruptivas, así como
también en que la necesidad de deducir acciones entre ellos per
turbaría la relación conyugal. Pero si ella funda la regla para la pres
cripción adquisitiva, se da con tanto o mayor razón para la extintiva,
y por ello otras legislaciones, como el art. 197 par. I del Código bra
sileño, el art. 3970 del Código argentino o el art. 2253 del Código
francés, la contemplan también para la prescripción liberatoria,

990
jocia ]a doctrina nacional hace esa observación y como argumento ade
más para entender que la capacidad reconocida a la mujer casada en sociedad
conyugal es más teórica que real, pues se haya desprovista de poder efectivo para
actuar. Así, entre otros, R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, N° 1252; R. RAMOS R, Derecho
de Familia, N° 14b, 2l edic, Santiago, 199S; R. DOMÍNGUEZ A., "Reforma del Có

digo Civil sobre situación jurídica de la mujer casada. Normas generales y suceso-
rales", en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 184, págs. 7 y sgts.

330
SEGUNDA PARTE: PRESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

como ocurre también en el art. 2941 N° 1 del Código italiano. Pero


en nuestro Código, como la regla no está contemplada en los nú
meros 1 y 2 del art. 2509, a los que se remite el art. 2520 para or

denar la suspensión de la prescripción extintiva, su


aplicación a ésta
no aparece autorizada, a menos que el adverbio "siempre" que em
inc. final del 2509 permitiera entender que se ha que
plea el art.

rido dar a suspensión de la prescripción entre cónyuges un


la
carácter general, es decir, cualquiera sea el régimen de bienes que
exista entre ellos y trátese de la prescripción adquisitiva como de
la extintiva. La historia de la regla que hemos aludido más arriba,
así como sus fundamentos y fines, permiten esa interpretación, aun
común en nuestra doctrina.
que ella no sea

331
TERCERA PARTE

PRESCRIPCIONES
DE CORTO TIEMPO
CAPITULO I

PARTE GENERAL

70. Concepto. En forma negativa se acostumbra a definir las pres


cripciones de corto tiempo como aquellas que hacen excepción a
la regla general del artículo 2515; pero es lo cierto que no todas
integran una misma categoría y por ello se hace preciso examinar
los diversos supuestos a que dan lugar las prescripciones que no
son las ordinarias de
largo tiempo.
Es el párrafo 4 del Título XLII del Libro IV del Código Civil,
artículos 2521 a 2524, que trata de ellas, aunque las reglas allí con
tenidas, como se acaba de señalar, no son aplicables a todas las pres
cripciones de lapsos menores a los indicados en el art. 2515.

71. Gasificación. De acuerdo reglas indicadas, resulta común dis


a las
tinguir entre las prescripciones de corto tiempo dos especies: por una
parte, las prescripciones de corto tiempo propiamente tales, que a su
vez son de tres, dos
y un año, y por otra, las prescripciones especiales
de corto tiempo. La distinción resulta evidente desde que el art. 2523
contiene reglas aplicables sólo a las prescripciones mencionadas en
los arts. 2521 y 2522, y lo dice expresamente, pues señala que su régi
men
rige sólo para "las prescripciones mencionadas en los dos artícu
los anteriores", mientras que el art. 2524 se limita a señalar que otras
prescripciones de corto tiempo establecidas en otras reglas del Códi
go, corren en contra de toda persona, salvo excepción expresa. De
este modo resulta evidente
que las reglas de estas últimas prescripcio
nes no se encuentran en dicho
párrafo 4 del Título XLII y que la úni
ca
regla prevista aquí para ellas es que corren contra toda persona. Es
ésta una distinción comúnmente aceptada por la doctrina.991

991
Así, P. LIRA U., De la prescripción extintiva en el Derecho Civil Chileno, memo-
!
na, Santiago, 1945; G. YASQUEZ MÉNDEZ, La prescripción, pág. 74, Santiago, 1995.
Para el Código colombiano, F. HINESTROSA, ob. cit., pág. 185.

335

L
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

72. Derecho comparado. Resulta común a todos loscódigos dis


tinguir, al tratar de la
prescripción extintiva, la prescripción gene
ral u ordinaria de
reglas especiales para prescripciones más breves
a las normas
que escapan generales. La duración de ellas es varia
ble; pero su carácter particular es anotado en todos los derechos y
es corriente
distinguir además otras prescripciones diseminadas en
toda la legislación. Así entonces la clasificación que tan claramen
te contiene nuestro
Código es general en otros derechos, aunque
los códigos sólo se refieran a las ordinarias o generales y a las
espe
ciales particularmente reglamentadas. Así, el Código francés en la
sección IV del cap. IV del tit. 22, libro III, arts. 2271 y
sgts., regula
"Algunas prescripciones especiales" de seis meses, uno, dos y cin
co años y fuera de esas
reglas hay otras, forma de reglamentación
que ya Troplong criticaba por entender que había incoherencia y
que el Código habría podido hacerlo mejor que la vieja jurispru
dencia.992 La doctrina ha seguido desde entonces criticando el ré
gimen borroso de la prescripción, pues la multiplicación de plazos
y prescripciones especiales hace surgir la eterna cuestión de deter
minar las reglas que les son aplicables a falta de
regla propia para
dar o no carácter extensivo a las normas de la
prescripción ordina
ria y por ello postula simplificar el sistema
para no adoptar sino
dos o tres tipos de plazos.993 En el
Código italiano hay también pres
cripción ordinaria decenal, luego otras prescripciones diversas de
cinco años y por último las más breves de seis meses, uno
y tres
años, denominadas presuntivas de pago. Cosa semejante ocurre en
el Código argentino;
pero el Proyecto de Código contempla un sis
tema más
simple de prescripción común de cuatro años, prescrip
ciones de dos años y de un año. El nuevo
Código del Brasil señala
una variedad de
plazos de uno, dos, tres, cuatro y cinco años, fue
ra del común de diez años; pero no establece diferencias de
plazo
régimen entre ellas, de modo que las reglas sobre interrupción y
suspensión son comunes a todas.

73. Prescripciones de tres años. Son las llamadas


prescripciohes tri
butarias, y están consagradas en el artículo 2521: "Prescriben en
tres años las acciones a favor o en contra del Fisco y de las Munici
palidades provenientes de toda clase de
impuestos". Pero esa dis-

«
TROPLONG, De la prescription, t. 2, N'* 942 y sgts., 3a edic, París, 1838.
A. BENA\T:NT, Le chaos du droit de la
prescription extintive, citado; pero la
misma idea tenía R ESMEIN, en PLANIOL y RIPERT, ob. cit., N° 1327.

336
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

posición es hoy casi inaplicable, pues aparece derogada en numero


sos aspectos por las normas
especiales sobre prescripción de tribu
tos fiscales que se contienen en el Título VI del
Código Tributario.
Por tanto, la prescripción de los impuestos está hoy reglamentada
por el Código Tributario y las reglas de éste se apartan de las del
Código Civil y son especiales tanto en la duración como en el
cómputo e interrupción. Desde luego, bastará recordar aquí que
si bien en la ley tributaria hay un plazo de tres años, éste puede
extenderse a seis años como sanción cuando, tratándose de impues
tos sujetos a declaración, ésta no se haya presentado o habiéndo

se presentado sea maliciosamente falsa (art. 200 C. Tributario)


y
además esos plazos se aumentan por tres meses desde que se haya
citado por el Servicio de Impuestos Internos al contribuyente, con
forme al art. 63 del C. Tributario. En esos mismos plazos prescribe
la acción del Fisco para perseguir el pago de los impuestos, intere
ses, sanciones y demás recargos Y para el cobro del im
(art. 201).
puesto a las
asignaciones por causa de muerte y a las donaciones,
el plazo prescripción es de seis años si el contribuyente no hu
de
biere solicitado la determinación provisoria o definitiva del impues
to. En los demás casos el plazo es de tres años (art. 202). Y hay otros

plazos menores, como el de un mes para el reclamo de avalúo de


un bien raíz
(art. 149), aunque allí hay más bien caducidad del de
recho por tratarse de un plazo fatal, y de sesenta días para recla
mar de la
liquidación de un impuesto (art. 124 inc. 3o), que es
también un caso de caducidad.
Las normas de interrupción son también especiales y se con

tienen en el art. 201 del C. Tributario.


De modo, si bien el plazo ordinario para impuestos es de
este
tres años, que coincide con el del art. 2521 del Código Civil, las re
glas especiales que se han mencionado determinan que hoy en día
la prescripción tributaria se
aparte del régimen común y que haya
dado lugar a una frondosa jurisprudencia debido a las innumera
bles cuestiones que ese régimen presenta y a las cuales no se ex
tenderá este estudio limitándonos aquí a algunas precisiones.
La norma se aplica, como ella misma lo anota, al Fisco y a las
Municipalidades sólo en lo que diga relación a las acciones rela
cionadas con impuestos. Si la acción tiene otro objetivo, se aplican
las normas
generales, aunque ellas se extienden sólo a las relacio
nes
patrimoniales no tributarias, pues a las que son propias de la
responsabilidad del Estado, se aplican normas de derecho público
que forman un estatuto propio.

337
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Aplicando este criterio, la Corte de Punta Arenas ha resuelto que


"el artículo 2521 no resulta aplicable en el caso de autos, como se
pretende por la parte demandada, ya que en el juicio no se
ejercita
por parte del Fisco una acción destinada al cobro de un
impuesto,
esto es, de una suma de dinero que el Estado exige de la economía
privada en uso de su poder coercitivo para satisfacer necesidades
públicas, premisa necesaria para que opere dicho plazo de prescrip
ción -sin perjuicio de la normativa especial que sobre la misma ma
teria se contiene en el artículo 200 del Código Tributario- y que

ninguna relación guarda con la pretensión que el Fisco aduce en


esta causa, en orden a que una persona privada le reembolse una

cantidad de dinero proveniente de una bonificación o estímulo a


la labor productiva, que ingresó de manera incorrecta a su patri
monio, por carecer legalmente de derecho a impetrarla".
Por lo mismo, añade el fallo, "la presente acción del Fisco por
tadora de una
pretensión de naturaleza meramente patrimonial se
rige, en cuanto al término de prescripción, por la norma general

del artículo 2515 del Código Civil, que lo fija en 5 años".994 En suma,
una acción de restitución por pago de lo no debido ejercitada por
el Fisco sigue las reglas comunes del Código Civil, pues no se trata
del cobro de un tributo.
Conviene recalcar que el artículo 2521 se refiere a acciones a
favor o en contra del Fisco, de modo que si el particular tiene una
acción en contra del Fisco por pago indebido de
impuestos u otra
razón que afecte al impuesto, ella también
prescribe en tres años,
norma que no es sino
aplicación de lo dispuesto en el artículo 2497
del Código, que señala que las reglas relativas a la prescripción se
aplican por igual a favor o en contra del Estado y de toda otra per
sona. Por lo demás el fundamento del art. 2521 inc.
Io, que fue agre
gado por la Ley N° 10.271, fue justamente igualar la situación del
Fisco con la de los contribuyentes
que antes era notoriamente di
símil. El decano Alessandri,
principal impulsor de la Ley N° 10.271,
recuerda a este propósito que "Hasta la
vigencia de la Ley N° 10.271,
en materia de
prescripción de impuestos regía en cierto modo la
lev del embudo1: lo ancho
para el Fisco y lo angosto para los con
tribuyentes. Pocas eran las leyes tributarias que establecían plazos
cortos de
prescripción... Regía el derecho común. Consecuencial-
mente, las acciones del Fisco o de las
Municipalidades provenien-

M
C. Punta Arenas, 17 abril 1990, Rev. de Der., 87,
t. sec. 2a, pág. 79.

338
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

tes impuestos prescribían en diez o cinco años, según se tratara


de
de acciones ordinarias o ejecutivas. En cambio, en virtud del art. 7o
de la Ley N° 5.409 de 10 de febrero de 1934, los contribuyentes que
hubieran pagado un impuesto en exceso o a quienes el Fisco se
los cobraba en exceso, tenían el plazo de seis meses para reclamar
la devolución de lo indebidamente pagado o del monto que el Fis
co pretendía cobrarles... Hoy esta desigualdad ha terminado. A to

dos se les medirá con la misma vara".995


Por otra parte, la Ley N° 10.271, art. 13, ordenaba que
queda
ban derogadas todas las normas que establecieran plazos diversos
de prescripción de impuestos a los previstos en el art. 2521, salvo
el de impuestos a la renta sujeto a declaración, uniformando y sim

plificando el sistema de prescripción tributario. Pero luego vinie


ron las diversas normas especiales, que volvieron a introducir el

"caos" en la prescripción tributaria, con reglas y plazos distintos que


jamás tienen justificación, como no sea el arbitrio del legislador del
momento que no piensa en la seguridad jurídica y en la necesidad

de reglas simples, en especial en esta materia. Y por ello, como se

exceptúan de esta regla los impuestos que leyes especiales sujeten


a normas distintas de
prescripción, es acertado sostener que "si la
devolución de impuestos está sujeta al plazo de prescripción del
artículo 89 de la Ley de Renta (actual artículo 126 N° 2 del Códi
go Tributario), es inaplicable para estos efectos la prescripción que
se señala en el artículo 2521 del
Código Civil, puesto que una dis
posición especial debe prevalecer sobre otra de carácter general".996
Pero, por lo mismo, "si una petición de devolución de impues
tos no está sujeta al
plazo especial de prescripción del artículo 89
de la Ley de Renta, se
aplican las normas generales del Código Ci
vil, contenidas en el artículo 2521 de dicho cuerpo legal".997

74. Prescripciones de dos años. Están contempladas en el inciso 2"


del artículo 252 1 : dos años los honorarios de jue
"Prescriben en

ces, abogados, procuradores; los de médicos y cirujanos; los de di


rectores o profesores de colegios y escuelas; los de ingenieros y

agrimensores, y en
general, de los que ejercen cualquiera profe
sión liberar'.

995
A. ALESSANDRI R., Reformas introducidas al Código Civil y a otras leyes por la
h W.271, N° 150, Santiago, 1955.
996
C. Suprema, 14 julio 1965, Fallos del Mes 80, N° 2, pág. 135.
997
C. Suprema, 1 1 noviembre 1963, Fallos del Mes 60, N° 1, pág. 24 1 .

339
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

La fuente de esta está lo que se contenía en la


disposición en

Ley 9, tit. II, libro 10 de la Novísima Recopilación, que establecía


la prescripción de tres años para los salarios de letrados, procura
dores y solicitadores, así como para los físicos, es decir médicos y
al
cirujanos, según la denominación de ese tiempo. En nota
art.2703 del Proyecto Inédito, Bello decía que "Prescriben en tres
años los honorarios de abogados, escribanos, médicos, cirujanos,

profesores, directores de colegios o escuelas, ingenieros agrimen


y de los individuos de toda otra profesión liberal", y
esa ex
sores,
tensión resultaba de haber tomado algunas categorías de los
arts. 2271 y 2272 del Código francés y seguramente del art. 1972

del de 1851, aunque el agregado general a las pro


Proyecto español
fesiones liberales es original. Esta extensión es importante porque,
no debe darse un carácter
aunque se trata de una regla especial,
taxativo a la mención de las ocupaciones que allí se hace, desde
que la regla se aplica a toda profesión liberal,998 aunque para su
ejercicio no se exija un título otorgado por alguna institución uni
versitaria o de otro orden.999
No haprecisado, sin embargo, la norma lo que haya de enten
derse por profesión liberal, concepto que por lo demás habrá de
tomarse en el sentido que pudo tener a la época del Código y no
hacer
en el
que hoy se le da. Como se ha afirmado, se quiere allí
referencia a aquellas profesiones que, en los términos del art. 2118,
requieren largos estudios y en que, por lo mismo, predomina el
trabajo intelectual.1000 Deberán comprenderse entonces también los
honorarios de otros profesionales de la salud, como dentistas, en
fermeras, obstetras, los de arquitectos, ingenieros. También a los
profesores por la enseñanza que den en forma particular, es decir,
por lecciones, y no sujetos a contrato de trabajo, para quienes otras
legislaciones contemplan normas especiales, como ocurre con el
art. 2955 del Código italiano o el art. 2272 inc. 2o del Código fran

cés; pero que aquí se incluyen junto a los demás profesionales li


berales. Por lo mismo se aplicará también a profesores, incluso

■m
A diferencia, por ejemplo, del art. 2271 del Código francés, pues allí la
jurisprudencia tiene resuelto que las prescripciones de corto tiempo son de dere
cho estricto y no pueden extenderse a situaciones que ellas no han previsto. Civ.
2a, 1 abril 1982, Bull. Civ. II, N° 60; Com. 14 febrero 1984, Bull. Civ. V, N° 62.
y.w
por ejempi0 a ios peritos calígrafos, P. LIRA U., ob. cit., 173, y aun a los
corredores de comercio: C. Suprema, 30 octubre 1995, Fallos del Mes 443, N° 12,
pág. 1392.
1000
G. \ ASOUEX MÉNDEZ, ob. cit., pág. 162.

340
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

universitarios, que están


sujetos a contrato de trabajo, sino que
no

cobran honorarios.
Respecto de la mención que se hace a los jueces, es evidente
que se trata de los arbitros de toda especie, pues los jueces ordina
rios y especiales de los tribunales de justicia que integran la estruc
tura del Poder Judicial, así como los jueces de policía local no están

sujetos a honorarios. El art. 4032 del Código argentino se refiere


expresamente a "los jueces arbitros".
Distinta la situación de los notarios, pues si bien éstos son
es

evidentemente profesionales de largos estudios, desde que son abo


gados en nuestro derecho, no están sujetos a honorarios, sino a de
rechos previstos por un arancel, de modo que, a nuestro parecer,
quedan fuera de la regla. El art. 2956 N° 3 del Código italiano los
contempla, como también lo hace el art. 4032 del Código argenti
no; pero los regímenes notariales no son iguales en todos los paí
ses y entre nosotros no son
profesionales liberales, sino auxiliares
de la administración de justicia.

Tampoco hace mención la regla a los peritos judiciales; pero


para ellos no es posible fijar una regla general, a nuestro modo de
ver, pues las pericias son del más variado orden. De este modo, la
función pericial no constituye una profesión autónoma y su trata
miento depende de la especialidad. De acuerdo a ello, si el perito
es una
persona nombrada por desempeñarse en una profesión li
beral, la prescripción de su acción para el cobro de sus honorarios
se
rige por el art. 2521 inc. 2o. Por ello no podemos compartir el
criterio de la sentencia que resuelve que "el alcance del artículo
2521 del Código Civil debe interpretarse restrictivamente, y como
no
incluye peritos, es lícito deducir que éstos se encuentran
a los
fuera de su órbita de
aplicación. Los peritos, en cuanto tales, no
ejercen una profesión liberal propiamente dicha, que exija un tí
tulo profesional o universitario, con su característica básica de tra
tarse de un
desempeño regular, permanente, continuado; sino que
de manera accidental,
esporádica, cumplen el encargo específico
que les encomienda un tribunal. Tal encargo adquiere, hasta cier
to
punto, un carácter público, en virtud del nombramiento judi
cial".1001 Un perito lo es precisamente porque tiene una habilidad
li
que, si proviene de su carácter de profesional
o conocimiento

beral, queda en los límites del art. 2521.

1001
C. Suprema, 2 diciembre 1970, Rev. de Der., t. 67, sec. Ia, pág. 543.

341
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

sentencias entienden que los


Y por ello justamente que otras
es
se ri
honorarios de los médicos designados como peritos enjuicio
desde que su nombramiento tiene como
gen por el art. 2521 inc. 2o,
causa el ejercicio de su profesión liberal.1002

Se hace mención de los procuradores; pero no se aplica la re


Cuando el art. 2521
gla a quienes ejecuten un mandato extrajudicial.
está regulando el caso
inc. 2o hace referencia a los "procuradores",
de quienes, de acuerdo a las procesales, se desig
normas técnicas
no a otros
nan como tales, esto es, a los representantes judiciales y

mandatarios a cuyos honorarios se aplica la regla general del


hace sinónimos los
art. 25151003 y ellopesar que el art. 2116 inc. 2o
a

términos procurador y mandatario, desde que el origen del art. 2521


inc. 2o está, como se dijo antes, en la Novísima Recopilación, cuya
Ley 9, tit. 10, lib. 10 hacía referencia a los empleados curiales,
es

decir, a los procuradores judiciales. En otros derechos en que se em


plea igual término también se entiende que se aplica a los solos
man

Además, los procuradores son mencionados


datarios judiciales.1004
junto abogados y jueces, es decir, a quienes intervienen en mate
a

ria judicial.1005 Pero no habrá de limitarse a los procuradores que


lo hacen
representan enjuicio, pues también se extiende a quienes
en actos no contenciosos, aunque judiciales.

Tratándose de los abogados, quedan sujetos a la regla todos sus


honorarios, sea causados por la defensa enjuicio, por su intervención
en actos contenciosos o aun en actuaciones no judiciales propias de

su
profesión, como la redacción de contratos, la asesoría u otros.

74.1. Sólo aplica a honorarios.


se Pero no basta el ejercicio de
una
profesión liberal. Es preciso que se de la acción para el
trate

cobro de honorarios, es decir, la retribución que se debe a los pro


fesionales liberales por sus servicios.

10°-
Suprema, 19 marzo 1963, Fallos del Mes 52, N° 2, pág. 20. La Corte de
C.
Apelaciones había resuelto que el perito, por desempeñar su cargo por nombra
miento judicial, es un cargo impuesto por la lev y por lo mismo no significa el
ejercicio liberal de su profesión. La Corte Suprema anula la sentencia y sostiene,
por el contrario, que "el art. 2521 dispone en forma perentoria y sin distingos,
que prescriben en dos años los honorarios de médicos y cirujanos, entre otros,
de donde se deduce que este mandato legal rige siempre que se trate de honora
rios correspondientes a médicos cirujanos por trabajos profesionales ejecutados
en
cumplimiento de obligaciones emanadas del contrato o de la lev".
nm
C. Suprema, 8 septiembre 1933, Rev. de Der., t. 31, sec. P, pág. 11.
1001
Para el Código argentino, en su art. 4032, R. SALYAT v E. GALLI, ob. cit,
N° 2230.
um
En este sentido, G. YASQUEZ M„ ob. cit., pág. 166.

342
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

cualquiera otra acción que no tenga por objeto el co


Por ello,
bro de honorarios se sujeta a las reglas generales. Así, por ejem
plo, se excluye la situación del profesional que trabaja para otra
persona debido a un contrato de trabajo, porque en tal caso se apli
can las normas de prescripción contenidas en el
Código del Tra
no se trata de servicios
bajo, ya que que se prestan accidental e
a uno o más clientes, sin la relación de sub
independientemente
ordinación o dependencia característica entre empleado y emplea
dor, tal como se ha resuelto en más de una oportunidad por la
Corte Suprema.1006 De
modo, un médico funcionario que per
este

cibe sueldo mensual, sea en hospitales públicos o privados, no


un

queda regido por la prescripción de dos años, sino por las normas
ordinarias laborales o las que rigen a los funcionarios públicos. Y
en ese sentido debe entenderse también la regla respecto de los
directores y maestros de escuela a los que ella alude, ya que hoy
ellos están regidos por las normas laborales, a menos que se trata
se de lecciones impartidas fuera de
labor permanente.
su

Al respecto se ha fallado que "es sueldo y no honorario el pago


mensual y por igual cantidad, aunque se extienda boleta de honora
rios",1007 solución que puede aceptarse sólo en la medida que el pago
de honorarios fuese un obligaciones laborales, de
medio de evitar las
forma que todo dependerá de las circunstancias, desde que si no hay
vínculo de subordinación y dependencia, aunque el pago de honora
rios sea regular y por sumas semejantes, no hay contrato de trabajo.
Y ese honorario debe corresponder, como se ha dicho más arri
ba, al ejercicio de una profesión, por lo que "no se aplica el artícu
lo 2521 del Código Civil cuando se trata del cobro de honorarios
devengados por una persona que, aunque tenga profesión, no se
ha desempeñado en tareas propias de ésta".1008
Pero en todo caso la disposición rige para la acción ordinaria
de cobro del honorario, ya que si éste se encuentra ya regulado en
una sentencia, la
prescripción aplicable será entonces la de la ac
ción ejecutiva prevista en el art. 2515, pues la sentencia tiene el ca
rácter de título ejecutivo.1009

1006

1007
Suprema, 3 junio 1940, Rev. de Der., t. 38, sec. Ia, pág. 103.
C.
C. Santiago, 6 junio 1991, Rev. de Der, t. 88, sec. 3", pág. 84.
1008
C. Suprema, 2 diciembre 1970, Rev. de Der., t. 67, sec. Ia, pág. 543.
1009
C. Santiago, 15 julio 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 2 \ pág. 85. En idéntico
sentido, C. Suprema, 9 enero 1943, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 406; C. Supre
ma, 23 noviembre 1938, Rev. de Den, t. 36, sec. Ia, pág. 368.

343
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

75. Problemas que ha presentado la norma. En relación a la apli


cación de esta norma legal, se han presentado algunas discusiones

que han debido zanjarse por nuestros tribunales, aunque no siem


pre con un criterio uniforme: en cuanto al origen de los honora
rios, sobre el momento de inicio de la prescripción y en cuanto a

las personas a quienes se


aplica la regla.

75.1. Se ha discutido sobre el origen que deben tener los hono


rarios. Se ha fallado que no importa su origen, y en consecuencia se
aplica tanto a los que corresponden por ley o contractualmente.
Pero en otras oportunidades se ha mantenido doctrina diversa. Ya
hemos aludido a la cuestión respecto a los peritos que se nombran

por el juez y para quienes se ha sostenido por alguna sentencia que


no
quedan regidos por la norma en examen por tratarse de un car
go cuyo origen está en la ley, y hemos indicado que esta decisión
nos
parece errónea, pues la ley sólo exige que se trate de honora
rios, sin discriminar en cuanto al origen de los mismos (vid. N° 73).

75.2. Momento en
que se inicia el
cómputo de la prescripción.
Respecto del momento en
que se inicia la
prescripción, lo claro es
que se cuenta desde que la obligación se ha hecho exigible, pues
ese es el dies a
quo común, al tenor de lo dispuesto por el artículo
2514 del Código Civil. Mas la determinación de ese día es muy va
riable tratándose de los honorarios, pues son diversas las situacio
nes en
que puede encontrarse el profesional.
No existe inconveniente si se trata de servicios aislados, pues
entonces terminados los servicios en esa
gestión se devengan los
honorarios. Y aun así, pueden presentarse
problemas cuando ese
servicio, aunque aislado, prestado en un tiempo prolongado,
es

como el en la defensa de un
abogado juicio. Desde luego, prevale
cerá, para la exigibilidad, lo que se haya pactado entre las partes,
pues es usual que se haya previsto un honorario diverso por las dis
tintas etapas del juicio y entonces no
parece merecer dudas que
cada rige
para una una
prescripción diversa de dos años. Si no es
así, el honorario se devenga al terminar el
juicio o al menos la eta
pa del juicio encomendada al abogado, ya que es posible que un
mismo asunto sea
entregado a dos o más profesionales en etapas
diversas, como es el caso del que se ocupa de la defensa en prime
ra
y segunda instancia y del que sólo asume la defensa ante la Cor
te Suprema. Es
por ello que se ha resuelto que "los servicios
profesionales cuyos honorarios se cobran, han terminado al cum-

344
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

últimas
plirse las diligencias realizadas en las gestiones sobre recon
sideración del acuerdo expropiatorio".1010 Del mismo modo, es
po
sible que los servicios terminen por revocación del mandato y
entonces el plazo rige desde esa terminación. La cuestión ha sido
expresamente prevista por el art. 2957 del Código italiano, de acuer
do al cual: "Para los honorarios debidos a los abogados, procura
dores y patrocinantes legales el término comienza a correr desde
la decisión del juicio, la conciliación de las partes, o de la revoca
ción del mandato; para los asuntos no terminados, la prescripción
corre desde la última prestación", principios que son
perfectamente
nuestro derecho y han tomado, con modifi
aplicables para que se

cación para el caso de asuntos no terminados, del art. 2273 del Có


digo francés. Convendría agregar el caso de la renuncia del
abogado o de su muerte, situación en la cual el plazo corre desde
el hecho que pone término a la relación con el cliente.1011
Pero si se trata de servicios continuos, la solución no es tan ob
via. El criterio que se ha impuesto es el que sostiene que el plazo
de prescripción se cuenta desde que se prestaron los últimos servi
cios. Así se ha fallado respecto de los honorarios de abogados1012 y
médicos.1013 En especial respecto de estos últimos, porque es común

que el tratamiento de una dolencia requiera varias intervenciones


del profesional y una vigilancia prolongada de su evolución. No se
contará entonces el plazo de prescripción desde cada visita o aten
ción, sino desde el término de la atención, y lo mismo se aplicará
a los dentistas.1014 Es verdad que en los sistemas de atención médi
ca actual difícil que pueda darse una deuda por atención profe
es

sional, desde que, a diferencia de los abogados o dentistas, el


paciente hasta el médico con los honorarios pagados antici
llega
padamente y no existe entre nosotros las costumbres que han per
severado en otros
países de médicos de familia que, por lo mismo,

1010
C. Rev. de Der., t. 78, sec. 2a, pág. 73.
Santiago, 1 junio 1981,
1011 R. FE-
Ensentido,
ese G. AZZARITI y G. SCARPELLO, ob. cit, pág. 333;
RRUCCI, Della prescrizione e della decadenza, pág. 522.
1012
Así, C. Suprema, 9 agosto 1966, Rev. de Der., t. 63, sec. Ia, pág. 284;
C Santiago, julio
4 1934, Rev. de Der., t. 32, sec. Ia, pág. 494; C. Suprema, 27 oc
tubre 1907, Rev. de Den, t. 106.
5, sec. ld, pág.
1013
Así, C. Suprema, 3 diciembre 1955, Rev. de Der, t. 52, sec. Ia, pág. 390;
de
16 octubre 1953, Rev. de Der., t. 50, sec. Ia,
pág. 419; 6 diciembre 1946, Rev.
Den, 44, sec. Ia,
t. 315; C. Santiago, 7 abril 1953, Rev. de Den, t. 50, sec. 2a,
pág.
Pág- 34.
1014
G. VASQUEZ, ob. cit., pág. 169.

345
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

cobran servicios al final de cada año y para todo el grupo fami


sus

liar atendido. Una solución parecida debería regir al caso de abo


gados que atienden continuamente a un cliente con pagos pactados
al término de algún período, pues entonces la prescripción habrá
de correr desde el término de cada período, sea mensual o anual,
y no desde la finalización de cada servicio aislado. Pero habrá de
tratarsede honorarios y no de sueldos por un contrato laboral, se

gún ya se ha precisado.
Esos principios se aplicarán si hay una permanencia de servicios
diversos, con una continuidad. Pero "si los servicios profesionales
prestados por el abogado no fueron continuos, permanentes o su
cesivos, dado que sólo se acreditó la existencia de determinados ser
vicios que se realizaron en fechas diferentes, el plazo de dos años

para la prescripción de esta clase de acciones ha debido contarse des


de la fecha que ejecutaron los servicios respectivos".1015
en se

Tratándose de peritos judiciales, "cada peritaje tiene una natu


raleza jurídica propia, independiente de las otras cuyos honorarios
también se demandan. El número de pericias hechas
por la perso
na del actor
y la regularidad y la continuidad de los nombramien
tos, de influencia para desvirtuar la naturaleza de los
carecen

servicios, que han sido independientes entre sí y separados, puesto


que corresponden a casos diferentes, que no tienen conexión, y cuya
única vinculación deriva del hecho de
que los servicios fueron en
comendados por un mismo tribunal, pero decretados en distintos
procesos, y que fueron ejecutados por un mismo profesional, que
en cada
oportunidad desempeñó el cargo de perito médico legal.
Siendo cada uno de los peritajes una
operación independiente, la
acción para cobrar el honorario
respectivo se hizo exigible en la fe
cha de evacuarse cada peritaje". En ese caso, la Corte
Suprema no
siguió, y acertadamente a nuestro entender, el criterio de la Corte
de Apelaciones,
que había señalado "que el plazo se contaba desde
la fecha del último
peritaje, ya que el demandante actuaba como si
en realidad fuera el médico
legista de..., con lo que existía una rela
ción de continuidad en los senicios
prestados por el perito".1016

1015
C.
Suprema, 10 abril 1951, Rev. de Der., t. 48, sec. Ia, pág. 82.
1016
Fallos del Mes 52, N° 2, pág. 21. En el mismo
sentido, C. Suprema, sen
tencias de 19 mar/o 1963, Rev. de
Der., t. 60, sec. Ia, pág. 35; 19 noviembre 1952,
Rev. de Der., t. 49, sec. Ia,
pág. 393; 27 septiembre 1949, Rev. de Der., t. 46, sec. Ia,
pág. 759. En sentido contrario, C. Suprema, 3 diciembre 1955,
Rev de t. Der., 52,
sec. Ia, pág. 94; 4 septiembre 1951, Rev. de Den, t. 48, 1 \ 426.
sec.
pág.

346
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

75.3. Personas a las que aplica la norma legal. La norma


no se

menciona expresamente a los procuradores, o sea, a los mandata


rios judiciales, con lo que se ha entendido que se excluyen los de
más mandatarios de esta prescripción, como ya lo hemos indicado
más arriba (vid. N°73).
También se ha sostenido que no se aplica a las sociedades co
merciales. Así lo tiene resuelto la Corte Suprema: "El artículo 2521,
que establece un plazo de dos años de las acciones para el cobro
de honorarios de los que ejercen profesiones liberales, no es apli
cable en la especie, ya que la actora por un lado es una sociedad
comercial y por otro lado la acción deducida es la indemnización
de perjuicios derivada de una infracción contractual, rigiéndose en
consecuencia, en cuanto a la prescripción se refiere, por la regla
general del artículo 2515 del Código Civil".1017

76. Cuestiones de procedimiento. En materia procesal, cabe recor

dar que "el cobro de honorarios, de acuerdo con lo que dispone el


artículo 697 del Código de Procedimiento Civil, puede efectuarse por
la vía del juicio sumario o incidentalmente. En ambos procedimien
tos es posible oponer la excepción de prescripción, y si ésta no se
ejerce, precluye el derecho correspondiente, y puede estimarse que
el deudor enfrentado a su conciencia renunció a
alegarla'1.1018
Respecto del
procedimiento ha entendido por los
sumario, se

tribunales que "en el juicio sumario referente a cobro de honora


rios no procede la reconvención, de manera que deducida ella, no
cabe rechazarla, sino que declarar que no corresponde conocer de
ella en este de modo que aquí la prescripción sólo pue
juicio",1019
de oponerse como excepción.
Y recordemos que, como ya se señaló al tratarse de la alegación
de la N° 10.1), el prescribiente debe señalar la
prescripción (vid.
fecha desde la que entiende debe contarse, lo que en este caso equi
vale a indicar aquella en que se prestaron los servicios, de lo con
trario, "la excepción de prescripción de los honorarios del artículo
2521 no puede admitirse, ya que no se señala la fecha en que ellos
se habrían prestado", tal como se ha fallado en más de una opor
tunidad.1020

7C. Suprema, 11 mayo 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. Ia, pág. 50.
8C. Santiago, 15 julio 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 2\ pág. 85.
C. Santiago, 7 mavo 1987, Rev. de Der, t. 84, sec. 2", pág. 64.
9

!0C. Suprema, 1 octubre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. Ia, pág. 156.

347
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

77. Prescripción de un establecida en el artículo 2522:


año. Está
"Prescribe en un año la acción de los mercaderes, proveedores y
de los artículos que despachan al me
artesanos por el precio
nudeo".
El inciso 2o agrega que "La de toda clase de personas por el

precio de servicios que se prestan periódica o accidentalmente;


como posaderos, acarreadores, mensajeros, barberos, etc.".
La disposición tiene su fuente en las leyes 10, 11 y 12 del
Título II, libro 10 de la Novísima Recopilación, en el art. 1973 del
Proyecto español de 1851 y los arts. 2271 y 2272 del Código fran
cés. Otras legislaciones tienen reglas parecidas, como los arts. 2954
el art. 4035 del Código argentino. El
y 2955 del Código italiano o
Código del Brasil en el art. 206 contiene también prescripción se
mejante, aunque más precisa en su alcance, pues se refiere a las
"pretensiones de los hospederos o proveedores de víveres destina
dos al consumo en el propio establecimiento, para el pago del hos
pedaje o de los alimentos".

77.1. Alcance de la disposición. La aplicación de esta norma

también suscita algunas cuestiones.


Así, se los "mercaderes", expresión que evidentemen
refiere a

te ha de quedar referida, en la terminología actual, a los comer

ciantes, a pesar de que a la época de la redacción del Código había


mercaderes, tenderos, almaceneros y otros, expresiones que usa el
art. 4035 del Código argentino. Pero sólo en cuanto a la acción de
ellos por lo que se le adeude en el despacho "al menudeo". Nos

parece claro que con ello se hace referencia al comercio "al por
menor", en el sentido de ventas hechas directamente al no comer

ciante, al consumidor final, en el mismo sentido que a esa expre


sión da el art. 30 del Código de Comercio. Esa es la regla en otras

legislaciones. El art. 2272 inc. final del Código francés se refiere a

la acción de los mercaderes las mercaderías que venden a los


"por
particulares no mercaderes" y lo mismo dice el art. 2955 N° 5 del
Código de Italia. Esa ha sido también la doctrina de algunas sen
tencias,1021 y es la de la mayoría de la doctrina.1022 Pero otros fallos

1021
Así, C. Suprema, 1 junio 1909, Rev. de Der., t. 6, sec. Ia, pág. 507; 22 sep
tiembre 1950, Rev. de Der., t. 47, sec. Ia, pág. 418.
1022
En ese sentido, A. ALESSANDRI R., De la
Compraventa y la Promesa de len
ta, t. 1 N° 751; G. VASQUEZ M., ob. cit., pág. 172; F. FUEYO, ob. cit., t. 2, N° 264,
,

pág. 265; R. ABELIUK, ob. cit., pág. 1027.

348
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

han entendido que venta al menudeo la de


pequeña cuantía.1023
es

Este último criterio puede ser acogido, desde que es tan impre
no

ciso que no prestaría certeza alguna a la norma.


Respecto de este artículo también se ha dicho que no se aplica
a las expensas comunes que pagan los copropietarios,
porque la
disposición "se refiere al precio de servicios que se presten
perió
dica accidentalmente, y las expensas comunes se prestan conti
o

nua o diariamente, y por consiguiente la prescripción


que pudiera
afectarles es la del artículo 2515 del Código Civil".1"24 Otras senten
cias han resaltado que se trate de servicios que se presten periódi
ca o accidentalmente y han rechazado las demandas cuando
piden
el pago de servicios continuos y no
interrumpidos.1025
78. Fundamento de estas prescripciones. Según una sentencia, "las
prescripciones de corto tiempo contempladas en los artículos 2521
y 2522 del C.C. se limitaban al actual inciso 2o del art. 2521 y al
art. 2522. Se trataba, como lo sostiene la doctrina unánime, de pres1!

cripciones de plazo breve fundadas en una verdadera presunción de


pago inmediato, ya que deudas cuyo pago se hace, por
se refieren a

lo general, prontamente, por representar para el acreedor el pro


ducto de la profesión u oficio del cual vive y que, por lo mismo,
no constan de título
y se pagan a menudo sin exigir recibo. De ahí
que algunos las hayan llamado 'prescripciones presuntivas'. Por lo
tanto, al decidir el legislador incluir el actual inciso Io del art. 2521,
decidió darles el mismo tratamiento y señalarles iguales efectos ju
rídicos, aun cuando a su
respecto puedan no concurrir las motiva
1(,2h
ciones que recién se han recordado".
Este fundamento se encuentra ratificado en numerosas otras

sentencias y en la propia doctrina.1027

1023
Así, C. Suprema, 25 mayo 1917, Rev. de Der., t. 14, sec. Ia, pág. 583;
C. Suprema, 11 octubre 1909, Rev. de Der, t. 7, sec. Ia, pág. 287; Rev. de Der., t. 2,
sec. Ia,
1024
pág. 302.
C. Santiago, 16 enero 1991, Rev. de Der., t. 88, sec. 2a, pág. 13.
1025
Así, C. Suprema, 5 diciembre 1917, Rev. de Der., t. 15, sec. Ia, pág. 309;
C.Santiago, 11 enero 1915, Rev. de Den, t. 19, sec. Ia, pág. 514.
Fallos del Mes, 14 julio 1967, N° 104, pág. 156, sent. 6. En el mismo senti
1026

do, C. Suprema, 2 diciembre 1970, Rev. de Der, t. 67, sec. Ia, pág. 543; C. Supre
ma, 24 septiembre 1956, Rev. de Den, t. 53, sec. Ia, pág. 249; C. Suprema, 3 junio
1940, Rev. de Den, t. 38, sec. Ia, pág. 103.
Así, BARROS ERRAZURIZ, memoria cit., pág. 318; ALESSANDRI,
1027

ARTURO, ob. y t. cit., pág. 454; SOMARRIVA, MANUEL, Obligaciones y contratos


114;
ante la
jurisprudencia, 2a edic, por RAMÓN DOMÍNGUEZ, N° 161, pág.
ABELIUK, RENE, ob. cit., págs. 1029 y 1030.

349
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

principios de ellas vienen ya en el Código francés y en la Ex


Los
posición de Motivos; de acuerdo a las palabras de Bogot-Préameneuse
dice que "Esta presunción resulta de la necesidad que tienen los
acreedores de ser pagados prontamente, de la costumbre de los deu
dores de pagar esas deudas sin largo retardo y aun sin exigir recibos
de deudores y sobre todo
y por ultimo, de los ejemplos muy repetidos
de sus herederos, obligados en tales casos a pagar varias veces". Se
trata de obligaciones que las más de las veces no constan de un títu
lo y que comúnmente se pagan de inmediato, de modo que el he
cho de que el acreedor no las haya cobrado también prontamente,
hace suponer que fueron pagadas. Por ello, según la doctrina, no
habrán de aplicarse al caso de aquel que habiendo pagado por el
deudor, acciona en su contra
para el reembolso.10-8
Tampoco se aplican si hay un título escrito emanado del deu
dor y que implique reconocimiento de la obligación, porque en
ese evento se está en presencia de una común deuda impaga suje

ta a la prescripción ordinaria, como lo resuelve la jurisprudencia

francesa1029 y también la nuestra.1030


En las condiciones referidas, el deudor demandado, que no

siempre podrá oponer la excepción de pago, pues no dispondrá


de los recibos de pago, tiene a su disposición, por manda
o cartas

to legal, la facultad de alegar la prescripción de la obligación dere


chamente. En ella la deuda no se
extingue, sino que existe una
verdaderapresunción de que se ha
extinguido, de modo que el
deudor que la invoca queda liberado de la carga de la prueba de
tal extinción.11131 Por ello mismo,según se verá, el efecto de la inte
rrupción previsto en el art. 2523 será especial, porque se traduce
en una destrucción de
aquella prueba de liberación, lo que deter
mina la subsistencia de la obligación por un plazo mayor.
Pero este sistema no es común en todas las legislaciones. Así,
en el
Código del Brasil existen prescripciones de plazos breves; pero

lu-s
BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., N° 741.
,02-*
Cass. Civ. Ia, 15 enero 1991, J.C.P., 1992. II. 21863, nota DU RUSQUEC;
Rev. Trim. Dr. Civ. 1991. 746, obs. MESTRE. Lo mismo si hav una confesión del
deudor de que no ha pagado su obligación, Cass. Civ. Ia, 9 enero 1967, Bill. civ. I,
N° II; S enero 1991, Bull. Civ. I, N" 13; Rev. Trim. Dr. Civ. 1991. 745, obs. MESTRE;
21 junio 1989, Bull. Civ. I N" 251.
10 :,l)
La regla sólo se refiere a honorarios
prestados sin previo contrato escrito.
( i.
Suprema, 3 junio 1940, Rev. de Den. i. 38, sec. Ia, pág. 103.
10:11
En esos términos las justifi.au A. TORRENTE v P. SCHLESINGER, ob.
cit., pág. 154.

350
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

de ello no se siguetratamiento diverso a las de


un
plazo más lar
sólo diferencia de plazos y no de regímenes de pres
go. Hay pues
Por el sistema especial que contiene el
cripción. tanto, Código para
las prescripciones de corto tiempo y referido en los arts. 2521 y
2522, de acuerdo a la letra del art. 2523, es propio sólo a ellas y no
extensible a otras prescripciones de corto tiempo que no tienen
los mismos fundamentos que justifican ese régimen propio.
Pero en lo concerniente a la prescripción del art. 2521 en cuan

to respecta a los impuestos fiscales y municipales, el fundamento


no es el mismo, sino que se trata de una cuestión de orden
públi
co, según ya se ha dicho al tratar de ella.

79. Prescripciones presuntivas: suspensión e interrupción. Como


ya lo habíamos señalado, las prescripciones de corto tiempo no se
suspenden. Así lo deja claramente establecido el artículo 2523 del
Código Civil al decir que "las prescripciones mencionadas en los
dos artículos precedentes corren contra toda clase de personas, y
no admiten suspensión".

Respecto de la interrupción, del artículo 2523 del Código Civil


se
desprende que estas prescripciones se interrumpen civil y natu
ralmente. Pero es claro que las reglas sobre interrupción del
art. 2523 sólo se aplican a las prescripciones especiales de los
arts.2521 y 2522, tanto porque el alcance está expresamente seña
lado en el art. 2523, cuanto porque el efecto especial de esa inte
rrupción, como se verá, sólo se justifica para aquéllas, atendido el
fundamento de las mismas, es
presunción de pago y que
decir, la
no se da para las demás prescripciones especiales contenidas en la
legislación nacional.

79.1. Interrupción civil de las prescripciones de los artículos 2521


y 2522. El artículo 2523 señala que la prescripción se interrumpe des
de que interviene requerimiento; pero no ha precisado qué deba
entenderse por ello, de forma que se ha presentado la clásica cues
tión de decidir si se necesita requerimiento judicial o si basta uno
extrajudicial.1032 Otro problema que se plantea en esta materia es de
cidir si es necesario o no notificar el requerimiento.

1032
En apoyo a que el requerimiento debe ser judicial, L. CONTRERAS, ob.
cit., pág. 136; R. BARROS ERRAZURIZ, ob. y vol. cit, pág. 319; A. ALESSANDRI,
ob. v t. cit.,
pág. 455; P. LIRA, ob. cit., 213; F. FUEYO, ob. cit., t. 2, N" 79,
pág.
pág. 268, quien agrega que el requerimiento judicial es la regla general en nues-

351
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINAYJURISPRUDENCIA

Los tribunales se han mostrado vacilantes en esta cuestión, de


modo que hay sentencias en uno y otro sentido.
La historia de la regla revela que en el Proyecto de 1847, el
art. 727, que corresponde al actual 2523, en su número dos aludía
a la "demanda judicial" y lo mismo en el art. 2705
del Proyecto de
1853, y el art. 2705 del Proyecto Inédito contiene la redacción de
finitiva en que se sustituye aquella demanda por "requerimiento".
El Código francés, art. 2274 exige, "citación judicial no caducada";
el art. 1974 del de 1851 tiene la misma expresión
Proyecto español
"citación judicial que no haya sido extinguida". Códigos posterio
res contienen la misma idea. Así, el art. 4036 del Cód. argentino

señala que la prescripción corre a menos que "hubiese mediado


demanda judicial que no haya sido extinguida". El art. 2544 N° 2
del Cód. de Colombia sigue el mismo texto que nuestro art. 2523.
Pero es lo cierto que, al menos en nuestro sistema procesal, si
el requerimiento consiste en una demanda judicial notificada le
galmente, no se procedería la interversión, poique
observa cómo
esa demanda, si se hace dentro del plazo de prescripción, la inte

el juicio debe
rrumpe; pero no hay interversión posible, porque
continuar y si termina en sentencia a favor del acreedor, no hay
otra prescripción que pueda comenzar a correr, pues a éste sólo

queda ejecutar la sentencia para obtener el pago, a menos que deje


transcurrir los plazos para ello y prescriba su derecho a la ejecu
ción. Si favorece al deudor, éste habrá sido absuelto y tampoco ha}'
otra prescripción que corra a su favor. La regla estaría así de más

por no tener utilidad. Pero si se entiende que un requerimiento


extrajudicial es interruptívo, entonces ella adquiere eficacia, por
que el acreedor habrá así impedido el curso de la prescripción y a
ella se sustituye la nueva prescripción de largo tiempo, la que sí
para ser interrumpida a su vez necesita demanda judicial.
En el derecho colombiano, cuyo Código, en el art. 2544, repi
te el tenor del 2523 nuestro, se sostiene que es bastante el
art. re

querimiento privado, incluso verbal, de forma que la cuestión no

es la de si sino proba
procede uno
extrajudicial, una meramente

toria de demostrar que el deudor ha sido efectivamente requerido


para el cumplimiento y en qué momento.1033

tro Código, como lo demuestra la constitución en mora; X. BARRERA SANHL'EZA,


Estudio crítico de la jurisprudencia recaída en las prescripciones de corto tiempo del Código
Civil, pág. tiO, Memoria de Prueba, Santiago, 1962.

"""Así, F. HINESTROSA, ob. cit., págs. 157 y 1X4.

352
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

Jurisprudencia en apoyo de la tesis que sostiene que el


79.2.

requerimiento puede ser extrajudicial. Una sentencia de la Corte


Suprema recoge claramente los argumentos para sostener que el
requerimiento debe ser el extrajudicial: "La voz 'requerimiento' tie
ne dos significados forenses, según el Diccionario de la Lengua Es

pañola: 'acto judicial por el que se intima que se haga o se deje de


k

ejecutar una cosa' y aviso, manifestación, o pregunta que se hace,


generalmente bajo fe notarial, a alguna persona exigiendo o inte
resando de ella que exprese y declare su actitud o su respuesta'.
Por su parte, el Diccionario Razonado de Legislación v Jurispru
dencia, de Escriché, dice que 'requerimiento es el acto jurídico por
el cual se amonesta que se haga o se deje de ejecutar alguna cosa;
y la intimación, aviso noticia que se pasa a uno haciéndole saber
o

alguna cosa con autoridad pública'. En otras palabras, agrega el mis


mo fallo, en esencia jurídica
requerimiento es el acto judicial o ex
trajudicial por el cual se exige a una persona que haga o no haga
alguna cosa o que exprese alguna actitud o respuesta".
Por otra parte, "la interversión debe producirse mediante un
requerimiento extrajudicial, pues de otra manera no podría ope
rar el mecanismo concebido
por la lev. En efecto, si ese requeri
miento fuese la demanda judicial que exigen los artículos 2503 y
2518 del Código, carecería de sentido y de toda aplicación prácti
ca el fenómeno
reglamentado en el inciso final del artículo 2523,
llamado interversión, porque después que el acreedor haya accio
nado judicialmente en contra del deudor persiguiendo el pago de
lo debido, es imposible que pueda comenzar a correr el plazo de
la prescripción extintiva de largo tiempo, porque ésta consiste, pre
cisamente, en el modo de extinguir las acciones que no se ejercen
durante cierto lapso y concurriendo los demás requisitos legales, y
en este
supuesto ellas ya habrían sido ejercidas. De donde se sigue
que si el acreedor se apresura a instaurar acción judicial dentro de
algunos de los plazos especiales de la prescripción de corto tiem
po estatuidos del artículo 2521 del C.C, esa demanda no puede pro
ducir el efecto en análisis, sino el general que la ley atribuye al recurso
judicial en los artículos 2503 y 2518 del mismo cuerpo legal".
Se agrega que "esta conclusión se ve reforzada por la naturale
En
za
y el origen jurídico de las prescripciones de corto tiempo...
consecuencia, en cuanto desaparecen esas circunstancias extraor
dinarias a través de hechos que destruyen la presunción de pago y
terminan con la falta de antecedente escrito, el legislador les hace
aplicables las sobre claro que
normas
generales prescripción, y es

353
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

tal mutación se
produce con un requerimiento extrajudicial que
constancia de que el pago no se ha efectuado y que constitu
deja
ye un antecedente escrito".
Por último, "el Código al referirse interrupción civil de la
a la

prescripción la define como el 'recurso judicial' o como la 'deman


da judicial...' y, en cambio, en el artículo 2523 usa la voz 'requeri
miento'. Si se considera la escrupulosidad gramatical de nuestro
Código Civil, no aparece razón valedera que justifique el uso del
vocablo 'requerimiento' -que significa acto judicial como extraju
dicial- como sinónimo de 'demanda' o 'recurso judicial', si en cada

oportunidad en que, dentro del título de la prescripción, quiso el


legislador referirse al ejercicio de una acción como medio de inte
rrumpir esta institución, lo dijo en términos explícitos, que no pue
den dejar sitio a ninguna duda, máxime si se recuerda que en el

proyecto de 1847 se usaba, en el precepto correspondiente al ac


tual N° 2 del artículo 2523, la misma expresión 'demanda judicial'

y ella fue reemplazada por la de requerimiento".1034 Es de destacar


que esa sentencia fue redactada por el profesor de Derecho Civil
de la Universidad de Chile don Eugenio Yelasco Letelier.
Esta tesis es compartida por algunos autores con similares ar

gumentos los señalados por la sentencia recién transcrita.1035


a

Es por ello que se ha permitido por la jurisprudencia que "el


reclamo de un contribuyente para obtener la devolución de un im
puesto, efectuado el Director de
Impuestos Internos, interrum
ante

pe el plazo de prescripción de dicha acción, por aplicación del


artículo 2523 del Código Civil. La interrupción dura mientras se
tramite el reclamo".1036
Otro fallo señaló que "era suficiente el requerimiento extraju
dicial para interrumpir la prescripción de corto
tiempo del inciso
Io del artículo 2521,aplicable a las acciones del Fisco provenien
tes de toda clase de impuestos. Por tanto, los cargos formulados
por la Aduana y notificados al Agente General representante de la
firma que demanda, producen el efecto de
interrumpir la prescrip-

10:11
C. Suprema, Hjunio 1967, Fallos del Mes. 14julio 1967, N° 104, 156,
pág.
sent. 6. El mismo fallo Rev. de Der., t. 64, sec. Ia,
m:>
en
pág. 236.
En apoyo que el
requerimiento debe ser extrajudicial, M. SOMARRIVA,
a

ObUgaciones y contratos ante la


jurisprudencia, 2a edic, por RAMÓN DOMÍNGUEZ,
N° 161, pág. 114; R. ABELIUK, ob. cit., t. 2, N'" 1262
y siguientes; E. RIOSECO
E., La Prescripción Extintiva ante la Jurisprudencia, N" 130,
lü:íh
pág. 73.
C. Suprema, 14 julio 1965, Fallos del Mes SO, N° 2,
pág. 135. El mismo
tallo Rev. de Der., t. 62, sec. Ia,
pág. 180.

354
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

ción la forma estatuida


en el artículo 2523, vale decir,
en
que a la
de 3 años del inciso Io del artículo 2521 suceda la de
prescripción
5 años del artículo 2515".1037

79.3. Sentencias que exigen requerimiento judicial. Se ha sos


tenido que "el vocablo 'requerimiento' usado por el Código Civil
en el número 2 de su artículo 2523 involucraen moviuna acción
miento, concepto que al referirse a la interrupción de la prescrip
ción abarca dos aspectos: uno previo, de petición, y el otro,
consecuencia de aquél, que es poner en conocimiento de la parte
afectada aquel petitorio, o dicho en otras palabras: la demanda y
la notificación de la misma". Esa doctrina ha sido reiterada en otras

sentencias.1038
También seha sostenido que "la interrupción de la prescripción
se
produce desde que existe requerimiento, es decir, desde que in
terviene notificación judicial de la demanda desde que interviene
o

presentación de la misma ante la Comisión Mixta de sueldos".1039

79.4. Sobre la necesidad de notificar el requerimiento. Pero trá


tese de un
requerimiento extrajudicial o sólo judicial, subsiste la
cuestión de determinar si él debe ser llevado al conocimiento del
deudor para que así se produzca la interrupción. Indudablemen
te, cuando se sostiene que debe ser judicial, se sigue la misma doc
trina, a la que deben aplicarse las mismas observaciones que ya
hemos comentado propósito del art. 2518, esto es, que debe existir
a

notificación y dentro del plazo de prescripción (vid. N°53). Por


ello se ha resuelto que "la interrupción de la prescripción, según
el artículo 2523, opera mediante requerimiento al deudor, que im

plica la notificación de la demanda dentro del plazo previsto por


la ley",1040 argumento que se ha aplicado a una prescripción de corto

tiempo. En sentido similar, se ha fallado que "la expresión reque-

1037
Fallos del Mes, N° 104, pág. 156, sent. 6.
1038
C. Santiago, 31 diciembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág. 193; 5 di

ciembre 1990, Rev. de Der., t. 87, sec. 3a, pág. 188.


5 junio 1964, Fallos del Mes 67, N" 3, pág. 118. En el mismo
1039
C. Suprema,
sentido, C. Talca, 18 mayo 1951, Rev. de Der., i. 48, sec. 2a, pág. 12; C. Santiago,
29 diciembre 1903, Rev. de Der., t. 1, sec. 2a, pág. 283; C. Suprema, 2 mayo 1915,
Rev. de Der., t. 13, sec. Ia, pág. 449.
1040
C. Santiago, 5 diciembre 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 3a, pág. 188. En igual
18 mayo
sentido, 31 diciembre 1990, Rev. de Den, t. 87, sec. 3a, pág. 193; C. Talca,
1951, Rev. de Der., t. 48, sec. 2a, pág. 12.

355
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

rimiento refleja la exigencia de dar noticia al demandado y even


tual prescribiente de lo solicitado judicialmente. Corrobora esta afir
mación el significado que a esta expresión le otorga el Diccionario
de la Real Academia Española, según el cual 4es el acto judicial por
el que se intima que se haga o se deje de ejecutar una cosa' o lel
aviso, manifestación o pregunta que se hace, generalmente bajo fe
notarial, a alguna persona exigiendo o interesando de ella que ex
prese y declare su actitud o respuesta'. Como es evidente, sólo se
puede intimar la ejecución de algo o exigir una respuesta o acti
tud, cuando el requerimiento correspondiente ha sido puesto en
conocimiento del requerido".1041
Pero sentencias sostienen que el requerimiento no nece
otras

sita notificación. Así, se ha dicho recientemente que "la interrup


ción de la prescripción opera en virtud de la sola interposición de
la demanda, sin que se requiera su notificación, ya que el artícu
lo 2523 del Código Civil señala que basta la intervención del reque
rimiento para que se interrumpa el plazo de prescripción".1042 Ya
antiguamente había resuelto que "para operar la interrupción
se

del artículo 2523 del Código Civil no se necesita, como en la pres


cripción de largo tiempo, notificación del recurso judicial, sino el
simple requerimiento, o sea, la comprobación auténtica y fehacien
te de haberse
dirigido el acreedor al deudor cobrándole la suma
adeudada y basta la presentación hecha ante
juez competente".1043
Si el requerimiento fuese extrajudicial, entendemos que debe
llegar al conocimiento del deudor, porque no se entendería que
produjese efecto una exigencia de pago que permaneciese en la
esfera del acreedor, sin que el deudor la conozca. Por su naturale
za, ese requerimiento se hace cuando se dirige al deudor, a menos

que, siendo escrito, pudiera probarse que se envió en tiempo aun


que se recepcionó más tarde. Entendemos que aquí el requerimien
to su naturaleza claramente Todo radica
por es
recepticio. entonces
en un
problema de prueba.

80. Interrupción natural de las


prescripciones de los artícu
los 2521 y 2522. En conformidad al artículo 2523 N° 1, la
prescrip-

10,1
C. Suprema, 26 marzo 1993, Fallos del Mes, 329, N° 3, pág. 175, contra
esta sentencia se
interpuso recurso de queja, y la Corte Suprema lo desestimó.
um
C. Santiago, 4 junio 1992, Rev. de Den, t. 89, sec. 3a, pág. 133, que revocó
el fallo de Ia instancia.
umC. Santiago, 29 diciembre 1903, Rev. de Der., t. 1, sec. 2a, pág. 283.

356
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

ción interrumpe desde que interviene


se
pagaré u
obligación es

crita, o concesión de
plazo por el acreedor. Ambas formas de inte
rrupción requieren un análisis particular, porque han suscitado
divergencias en su entendimiento.

80.1. Desde que interviene pagaré u obligación escrita. El sus


tantivo "pagaré" tiene actualmente un sentido legal, desde que está
tratado como título de crédito en el artículo 102 de la Ley
N° 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré. Allí se señalan las enun
ciaciones que debe contener este título de crédito, pero sin pro
porcionar definición. De dichos elementos los autores
una

entienden que se puede definir como "un documento escrito que


contiene una promesa no sujeta a condición de pagar una canti
dad determinada o determinable de dinero al beneficiario, a su or
den o al portador, quela persona que lo suscribe, los
obliga a

endosantes y avales de unos y otros".1044 El antiguo art. 766 del Cód.


de Comercio lo definía como "un escrito por el que la persona que
lo firma se confiesa deudora a otra de cierta cantidad de dinero y
se
obliga a
pagarla a su orden dentro de un determinado
plazo".
Puede decirse entonces que el art. 2523 ha sido aquí un tanto
redundante, porque habría bastado la alusión "obligación escrita",
porque el pagaré no es sino una de las formas que aquella puede
adquirir. La obligación escrita comprende al pagaré y a otras for
mas en
que el deudor reconoce la obligación pendiente.
Los tribunales han resuelto que "aunque se trate de una acción
de cobro de honorarios, operar la prescripción de corto
no
puede
tiempo, cuando ha existido respecto de ellos un reconocimiento
escrito, conforme a lo prevenido en el artículo 2523 del Código
Civil".1045

80.2. Alcance de la noción de escrita". Respecto de


"obligación
la "obligación escrita", dos son las cuestiones que han de ser preci
sadas:
Enprimer lugar, la amplitud que debe darse a esta expresión,
ya que para algunos es necesario que se señale expresamente la
obligación,1046 como ocurre en un pagaré, en una letra de cambio,

R. SANDOVAL LÓPEZ, Manual de Derecho Comercial, Editorial Jurídica de


1044

Chile, Santiago, 1983, tomo II, pág. 248.


1045
C. Suprema, 19 abril 1982, Rev. de Der., t. 79, sec. Ia, pág. 30.
Así, F. FUEYO, ob. cit, t. 2o, N° 678, pág. 266, y P. LIRA, ob. cit., pág. 212.
1046

357
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

un
cheque, reconocimiento de deuda, y para otros basta que el
un

documento se refiera a ella, como podría ser una carta del deudor
solicitando una prórroga, una liquidación de una deuda, etc.1047 Por
nuestra parte preferimos una solución intermedia, porque ni la le
tra de la regla, ni su espíritu y fundamento permiten imponer exi
gencias formales al reconocimiento que el deudor hace de su
obligación y que es el que funda la interrupción. No hay justifica
ción para ser aquí más estricto que en el art. 2518 inc. 2o. Pero agre
debe al menos contener una
gamos que el reconocimiento escrito
mención clara de la deuda, de su cuantía. No debe olvidarse que
el fundamento de esta ha visto, es la inexis
prescripción, como se

tencia de una constancia escrita y su presunción de pago, por lo


un documento
que tampoco debería bastar para la interrupción
que hiciera una referencia vaga o imprecisa a una obligación que
de una prueba completa en sus términos. En el
luego requeriría
derecho colombiano, cuyo art. 2544 reproduce a la letra el art. 2523
nuestro, se ha mantenido igual controversia y hay sentencias de ca
sación que se han referido a la cuestión imponiendo la existencia
de un "documento en sentido estricto" sin aceptarse "cartas con
referencia accidental a la obligación";1048 pero también se ha en
tendido que la lo que trata es facilitar la interrupción, de
regla
forma que lo que hace es complementar el art. 2539 (nuestro
art. 2518), liberándola de exigencias formales.1049 El Código italia
no de 1865, cuyas reglas seguían al modelo francés, en el art. 2141
decía que estas prescripciones "no se interrumpen sino cuando exis
ta un reconocimiento de la deuda por escrito o una demanda ju
dicial que no haya perecido". El art. 2274 del Código francés se
refiere a "una
liquidación de una cuenta... recibo u obligación o
citaciónjudicial en forma". Y la jurisprudencia ha entendido que
esos términos
implican un reconocimiento escrito con fijación de
la deuda en cifras, de modo que una simple carta del cliente a su
cirujano dentista que no contiene ningún elemento cifrado de la
deuda y se limita a enviar un abono, no cumple con las exigencias
de la disposición.1050

1047
R. ABELIUK, ob. cit, pág. 1029.
104H
Sobre ello, A. VALENCIA ZEA, De las Obligaciones, pág. 478 y la nota 8,
Bogotá, 9a edic, 1998.
um
Así, F. HINESTROSA, ob. cit, pág. 158.
105(1
Civ. Ia, 5 enero 1991, Bull. civ. I, N° 52; Rev. Trim. Dr. Civ. 1991,
pág. 744,
obs. A. MESTRE.

358
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

En segundo término, si la
obligación ha constado originaria
mente por escrito, no tiene asidero la
presunción de pago en que
descansan las prescripciones de corto
tiempo. Así se entiende tan
to por la doctrina1051 como por la jurisprudencia, afirmándose
que
"el artículo 2521 se refiere a los servicios prestados sin previa con
vención designada por escrito".1052
Por esto otra sentencia ha sostenido que "el derecho que tiene
el ejecutado para cobrar ejecutivamente los honorarios que le fije
el tribunal respectivo, mediante una sentencia ejecutoriada, ema
na de dicho título, y es ejecutivo por el término de 3 años y durará
dos más como ordinario".1053
Los autores entienden que al dictarse sentencia judicial definiti
va favorable a las pretensiones del acreedor, la acción ejercitada en

juicio ha substituida por la acción de cosa juzgada deriva


quedado
da de la sentencia, acción que tiene el demandante para exigir el
cumplimiento del derecho reconocido por dicha sentencia. Comien
za de esta manera una nueva
prescripción, la de esta acción, en otras
palabras, la de la actio judicati a que ya hemos hecho referencia.
La prescripción de esta acción está sometida al plazo de la or

dinaria, aunque la acción o el derecho reclamado en la demanda


estuviera sometido a una
prescripción menor.1054

80.3. Desde que hay concesión de plazo por el acreedor. En


este caso el legislador no exige que el otorgamiento de plazo cons
te
por escrito, bastando que sea consensual,1055 aunque también se
ha sostenido lo contrario.1056 Pero esta última doctrina no nos pa
rece fundada,
porque la exigencia de formas es atributo del legis
lador y forma expresa. Distinta es la cuestión de la dificultad de
en

la prueba, si sólo se hizo verbalmente.


Obviamente que es necesario que sea el deudor el que pida
el plazo al acreedor, de lo contrario la prescripción no
operaría

X. BARRERA, ob. cit., pág. 17; VI. ASIAIN, ob. cit., pág. 243. Para el dere
1051

cho comparado, vid. nota 1021.


1052
C. Suprema, 5 junio 1940, Rev. de Der., t. 38, sec. Ia, pág. 103.
1053
C. Santiago, 15 julio 1980, Rev. de Der., t. 77, sec. 2a, pág. 85. En idéntico
sentido, C. 9 enero 1943, Rev. de Der., t. 40, sec. Ia, pág. 406; C. Supre
Suprema,
ma, 23 noviembre 1938, Rev. de Der., t 36, sec. Ia, pág. 368.
Así, SALVAT, ob. cit, pág. 515, N° 2163; J. GIORGI, ob. cit., pág. 422,
1054

N° 297.
1055
F. FUEYO, ob. y t. cit, pág. 267.
1056
R. MEZA BARROS, La interrupción de la extintiva, cit., pág. 109.
prescripción

359
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

nunca,1057 y quedaría librada a la sola voluntad del acreedor, que


siempre podría sostener que prorrogó el plazo de la obligación.
Por razones semejantes hemos sostenido que no nos
parecen vá
lidas las cláusulas que facultan al acreedor para esa prórroga (vid.
N° 5). En suma, no se trata de una concesión unilateral y gracio
sa del acreedor, sino de la respuesta que éste ha dado a la peti
ción probada del deudor. De aquí que, como acertadamente lo
señala un autor, la regla aparece como inoficiosa desde que la sola

petición del deudor ya es una forma de interrupción, si consta


por escrito, puesto que ya se ha dicho que hay interrupción si exis
te
"obligación escrita".1058
Pero como es el acreedor
quien debe probar la interrupción,
se le deben dar las
posibilidades procesales para ello. En este sen
tido se ha dicho que "incurre en falta o abuso el juez que priva a
una de las
partes de la posibilidad de probar los hechos fundantes
de su petición de rechazo de la excepción de prescripción,
negán
dose a incluir como punto de prueba lo relativo a hechos
que acre
ditan la interrupción de la prescripción, por haber mediado
requerimiento de pago y concesión de plazo para el pago".1059

81. Efectos de la interrupción de la prescripción de los artícu


los 2521 y 2522. La interversión. El artículo 2523 ordena
que pro
ducida la interrupción, sucede a la prescripción de corto
tiempo
la del artículo 2515. Es lo la doctrina conoce como la interver
que
sión de la prescripción, lo que implica que no sólo hay interrup
ción, sino que además la nueva
prescripción que en adelante podrá
correr en beneficio del deudor
es una diversa, tanto en su dura

ción demás elementos, pues será ordinaria de largo


como en sus

tiempo. Y esta solución común en las legislaciones clásicas está fun


dada en la circunstancia de que al
producirse los hechos que pro
vocan la
interrupción, quedan destruidos los fundamentos de esas
prescripciones de corto tiempo y que determinaban que la circuns-

1057
Así, L. CONTRERAS ABURTO, ob. cit,
pág. 161; X. BARRERA SANHUEZA,
<»b. cit, pág. 17; R. MEZA BARROS, La interrupción..., cit, pág. 108.
",:>H
Así, para el Código de Colombia, igual al nuestro en la materia, F.
HINESTROSA, ob. cit, pág. 159. El autor, en
opinión que compartimos, entien
de que puede seguirse así la opinión de VALENCIA ZEA, en Derecho Civil, t 3,
no

9a edic, pág. 474, que entiende que un reconocimiento tácito de la


obligación
no sine
para interrumpirla en el caso del art 2544, de idéntico tenor a nuestro
art. 2523.
1059
C. Santiago, 19 enero 1989, Rev. de Der., 86,
t sec. 3a, pág. 38.

360
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

tancia de no cobrarse la deuda implicaba una


presunción de pago,
faltando el pertinente recibo, porque no es usual
pedirlo. Pero si
el deudor reconoce la deuda en las formas previstas en el art. 2523
o hay requerimiento,
si cae la
presunción. Más aún, la ley conside
ra que hay verdadera novación de la deuda, pues la antigua
regida
por la presunción queda sustituida por la que resulta del recono
cimiento o del requerimiento y sujeta a las normas comunes.1060 El
documento de reconocimiento implica un verdadero nuevo título
de la deuda, eficaz por sí mismo, doctrina que ya es antigua en la

jurisprudencia francesa.1061 Pero esas razones no resultan tan evi


dentes si el
requerimiento ha sido judicial, y entonces lo lógico ha
bría sido mantener la solución que el acto interruptívo hace nacer
una nueva prescripción semejante a la anterior,1'"- pero no es ésta
la solución que sigue el Código, como se verá.
Estos mismos principios son recogidos por la sentencia que ya
hemos transcrito, "el efecto que produce es la interversión, consis
tente en
que al interrumpirse la prescripción de corto tiempo por
intervenir pagaré u obligación escrita, concesión de plazo o reque
rimiento del acreedor, sea ella reemplazada por la prescripción del
art 2515 del Código, puesto que se trata de hechos que destruyen
la presunción de pago inmediato y la falta de antecedente escrito,
por lo cual resulta lógico aplicar, entonces, las reglas de prescrip
ción ordinaria, ya que han desaparecido, así, los motivos que justi
fican el tratamiento diverso y excepcional de las prescripciones de
corto tiempo".1063
En consecuencia, agrega el fallo, "la interrupción de estas pres
cripciones produce un efecto muy diverso del que los artículos 2503
y 2518 del Código Civil asignan a la interrupción civil de las pres
cripciones adquisitiva, el primero, y extintiva de largo tiempo, el
segundo, y que consiste en hacer perder todo el lapso transcurri
do hasta el instante en la
que se notifica la demanda judicial que
constituye... En las de corto tiempo en vez de perderse el tiempo

1060
Así, BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit, N° 755.
1061
Clásica es la sentencia de Civ. 5 mayo 1914, D. 1917.1.105, nota de LOYNES.
1062
En Francia, como lo recuerdan BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob.
cit., N° 756, hubo quienes, como Colmet de Santerre, seguían precisamente esa
doctrina, la interver
que los autores citados no
aceptan porque entienden que
sión se
produce si hav
1063
aun requerimiento judicial.
Fallos del Mes, 14 julio 1967, N° 104, pág. 156, sent 6. En idéntico senti
do, C. Santiago, 1 junio 1981, Rev. de Der., t 78, sec. 2a, pág. 73; Fallos del Mes,
19julio 1990, N° 380, pág. 376, sent. 14.

361
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA VJl'RISPRUDENCIA

transcurrido, comienza a correr


plazo de la prescripción de lar
el
go tiempo, la cual, a su vez, puede ser objeto de interrupción civil
de acuerdo con las reglas generales, vale decir, por la interposición
de la respectiva demanda por parte del acreedor".
La interversión prevista en la ley no es una facultad concedida
al juez, ni regla de interpretación que pudiera quedar sujeta a
una

algún poder de apreciación del juez. Es una norma de fondo cuya


transgresión dará lugar a una casación en el fondo por error de
derecho.

81.1. Efectos de la
interrupción y requerimiento judicial. Pero,
como hemos señalado,
algunos fallos señalan que la interversión
sólo puede producirse cuando la interrupción es natural y, en el
caso de
que sea civil, cuando el requerimiento es extrajudicial. Esto
porque si el requerimiento es judicial, el efecto es el señalado para
las prescripciones de largo tiempo, o sea, se pierde todo el
lapso
transcurrido. En otras palabras, el artículo 2503 se aplica también
a las
prescripciones de corto tiempo,1064 admitiéndose así la solu
ción que hemos insinuado antes como más lógica.
Sin embargo, ella no parece poder admitirse ante el claro tex
to del art. 2523 inciso final, que no hace distinciones y que manda
que en todos los casos de
interrupción se produzca la interversión.
Lo que sí lógico entender
es es
que si el acreedor ha demandado
directamente el cobro de su crédito, deja de correr la prescripción.
Por ende, la
prescripción de corto tiempo sucede la de largo tiem
a

la vez se cumple el
po, y como a
requisito del artículo 2518, que
habla de la "demanda judicial", esta
prescripción ordinaria queda
así interrumpida.1065 Así es posible conciliar el art. 2523 con el 2518.
Hay interversión, pero a la vez interrupción de la prescripción de
largo tiempo.

1064
Fallos del Mes, N° 104,
pág. 156, sent 6. En idéntico sentido, C. Supre
ma, 1 junio 1909, Rev. de Der., t 6, sec. Ia,
1065
pág. 507.
En ese sentido, R. ABELIUK, ob. cit, t 2, N° 1263

362
CAPITULO II

PRESCRIPCIONES ESPECIALES
DE CORTO TIEMPO

82. Introducción. Están reconocidas en el artículo 2524,


que se li
mita señalar que "las prescripciones de corto tiempo a que están
a

sujetas las acciones especiales que nacen de ciertos actos o contra


tos, se mencionan en los títulos respectivos, y corren también con

tratoda clase de persona; salvo que expresamente se establezca otra


regla". Claro está que la norma es insuficiente, pues poco afirma
sobre las reglas que les son aplicables. Por otra parte, el artículo
hace alusión a otras
prescripciones de diversos al de la pres
plazos
cripción ordinaria, señalados en otros títulos del Código; pero es

lo cierto que han de añadirse los innumerables plazos previstos en

leyes especiales.
Es por ello que, en relación a estas
prescripciones, conviene
hacer algunas precisiones:
Como lo señala el legal, se trata de prescripciones de corto
texto

tiempo, pero resta determinar qué significa aquí esa calificación.


Una sentencia señaló que "la acción... es de corto tiempo cuan
do su duración no es la general fijada para las acciones ordinarias
en el artículo 2515 del
Código Civil, esto es, 5 años".1066 Y participa
mos de ese criterio, de forma
que todas las prescripciones especia
les de corto tiempo que no están tratadas en los arts. 2521, 2522 y
2523 caben en la regla general del art. 2524. Por lo mismo a ellas
no se les
aplica el art. 2523; cuando de su interrupción se trate, a
falta de norma
especial en el propio texto que la establezca, no que
dará sino recurrir a las
prescripciones del art. 2518.
La cuestión ha sido discutida en nuestros tribunales, debido a

que trae importantes consecuencias prácticas. Por ejemplo, una

C. Santiago, 7 julio 1988, Rev. de Der., t 85, sec. 2a, pág. 63.

363
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

prescripción de 4 años, ¿es de corto o de largo tiempo? Si se sos


tiene que es de corto tiempo, significa que no se suspende; si, por
el contrario, se concluye que es de largo tiempo, sí se suspende. El
asunto se ha presentado a menudo respecto de la prescripción por
hecho ilícito, contemplada en el artículo 2332, y del pacto comiso
en el artículo 1880 del Código Civil, como se verá
rio, contemplada
Nos 83 y 84). Y que suspendan es la conclusión que re
(vid. no se

sulta del 2524, pues éste señala que ellas corren "con
tenor del art.

tra toda persona". Con todo, la cuestión no ha sido evidente para


toda la jurisprudencia. En efecto, fundándose en que en los
arts. 2511 y 2523 se emplea la misma expresión "corren contra toda
persona", se agrega allí que "no se suspenden", precisión que no
al aludir el
aparece en el art. 2524, de lo que se concluiría que
art. 2524 a que las prescripciones especiales corren contra toda per

sona, sólo habría querido excluir de ellas la distinción entre ausen


tes y presentes que existía al tiempo de la dictación del Código y
se contenía en el art. 2508 inc. 2o en su antigua redacción.1"1'7
que
Pero esa doctrinaprevalecido y es doctrina común la que
no ha
entiende que ellas no se suspenden.1068
Además, a estas prescripciones no les son aplicables las reglas con
tenidas en el artículo 2523, debiendo sujetarse, en cuanto concier
ne a la
interrupción y su efecto, a las reglas generales de los arts. 2518
y 2519, salvo que expresamente se establezca otra regla. Así lo han
entendido los autores1069 y es la doctrina de la jurisprudencia.1070
En consecuencia, no se les aplican las normas sobre interver
sión de la prescripción, ni tampoco admiten suspensión.

83. Algunas prescripciones especiales. Sería larga tarea el examen


de todos los casos en que la legislación contiene prescripciones es
peciales, de forma que nos limitaremos a algunos casos de los más
importantes y que quedan sujetos al artículo 2524 del C.C.1071

io67
£j art 2508 hasta la modificación de la Ley N° 16.952 distinguía para el
cómputo de la prescripción entre presentes v ausentes.
1068
VASQUEZ MÉNDEZ, ob. cit, pág. 75; P. LIRA URQUIETA, De la prescrip
ción extintiva en el Derecho Civil chileno, pág. 112, Santiago, 1945.
1069
Así, R. MEZA BARROS, Interrupción..., cit., pág. 119; X. BARRERA
SANHUEZA, ob. cit, pág. 11; F. FUEYO, ob. y t. cit, pág. 271.
1(170
C. Suprema, 19 agosto 1907, Rev. de Der., t. 4, sec. Ia,
pág. 421; 17 junio
1911, Rev. de Der., t. 9, sec. Ia, pág. 516.
1071
Véase X. BARRERA SANHUEZA, ob. cit, y R LIRA, ob. cit., en
que desa
rrollan endetalle esta materia, basándose en abundante jurisprudencia.

364
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

84. Acción por hecho ilícito. Como lo ha dicho un autor reciente


mente, aquí la prescripción extintiva de derechos personales encuen
tra un dominio de predilección.1072 Curiosamente, las legislaciones
en general,y por tanto la nuestra, distinguen la prescripción por
delitos o cuasidelitos civiles, que es de la que trataremos, de la que
resulta de la llamada responsabilidad contractual, sujeta a las nor
mas comunes de prescripción, siendo siempre para la primera el

lapso más breve que para la segunda, sin que existan razones evi
dentes del porqué de la diferencia, como no sea una mera tradi
ción que viene desde el derecho romano. Se ha pretendido fundar
esa
prescripción especial en el hecho que, en la generalidad de los
casos, la prueba esencial en materia de delitos y cuasidelitos sería
la testimonial, por tratarse de situaciones observables. Ello exigiría

que la acción se deduzca en plazos breves, porque uno más largo


afectaría la credibilidad de testimoniales lejanas al día de ocurren
cia de tales hechos.1073 Algunas legislaciones, como el Código de
Quebec, contienen sin embargo una unificación y es lo que pro
pone también el Proyecto Argentino.
Respecto de la acción de indemnización por hecho ilícito, el
artículo 2332 del Código Civil señala que "las acciones que conce
de este título (XXXV) por daño o dolo, prescriben en 4 años con
tados desde la perpetración del acto".
Tal no era la primitiva idea del autor del Código. En el art. 2496
del Proyecto de 1853 y del Proyecto Inédito, la regla habría previs
to
que la acción por hecho ilícito prescribiera "en dos años conta
dos desde el día en que la persona a quien conciernen tuvo
conocimiento del daño o dolo". De acuerdo a la nota a ese artícu
lo, en
Proyecto de 1853, Bello entendía así modificar la Ley 6, tit.
el
16 de la Partida 7,
pues ésta recogía el breve plazo de la actio injurae
del derecho romano. Pero mantenía la tradición de contar el plazo
desde que se tuvo conocimiento del hecho dañoso, tal cual lo seña
laba también el art. 1976 del Proyecto español de 1851, que señala
ba el plazo de un año "desde
que lo supo el agraviado". Era ésa la
solución de las legislaciones al tiempo de la redacción del Código.
Así, el art. 1677 del Código Civil del Cantón de Vaud hacía partir el

1072
M. BRUSCHI, La prescription en droit de la responsabilité civile, pág. 15, París,
1997.
1073
Es la R VITUCCI,
explicación que para el derecho italiano da ROSELLI, en

ob. cit, 2, pág. 451, y COLOMBINI, "Prescrizione del diritto al risarcimento del
t.

danno", en Arch. Civ. 1995, pág. 641.

365
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

plazo "desde que tuvo noticia del perjuicio" el afectado y lo mismo


hacía el art. 1490 del Código Austríaco, y García Goyena, en nota al
art.1976 del ya citado Proyecto español de 1851, decía que "ésta es

la opinión más común fundada en el derecho romano y patrio". Es

esa la solución que se mantiene en el art. 1968 del Código espa


ñol.1074 El Código francés no tenía regla especial y se aplicaba en
tonces la regla general de la prescripción decenal y a contar

normalmente desde que el daño se producía; pero la jurispruden


cia había aplicado aquí la regla contra non valere agere non currit praes
criptio (vid. N° 67) y entendía que el plazo estaba suspendido hasta
que el daño no se manifestara o hiciera conocido de la víctima.1075
La Ley 85-677, de 1985, introdujo el nuevo art. 2270-1, de acuerdo
al cual la prescripción de diez años se cuenta "desde la manifesta
ción del daño o de su agravación", entendiendo la jurisprudencia

que ello implica contarlo desde que el daño ha sido conocido por
la víctima, si ésta prueba que antes no supo de él.1076 Y la doctrina

propone que, tratándose de daños provocados por productos defec


tuosos, el cómputo se haga desde que la víctima haya tenido cono
cimiento del daño, del defecto y de la identidad del
productor,
siguiéndose por lo demás la regla del art. 10 de la Directiva Euro
pea de 25 de julio de 1985 sobre seguridad de productos.1077 El
art. 2947 del Código italiano se
aparta de esos principios y fija un
plazo de cinco años "desde el día en que el hecho se ha verificado",
regla que ha requerido de interpretación en variadas hipótesis, pues
sugiere idénticas cuestiones que la norma de nuestro art. 2332.
La regla del art. 2332 es así diferente a la doctrina
comparada,
tanto que presenta variadas cuestiones a resolver: la naturaleza de
esa
prescripción, su alcance y el cómputo del plazo.

84.1. La naturaleza de la
prescripción. Como ya se ha tenido
oportunidad de indicar, las
prescripciones especiales de corto tiem-

10/1
Lo que, según un autor, hace
que la cuestión de la prescripción de la ac
ción por daños tenga en el derecho
español especial relevancia y dificultades. So
bre ello, L. FERNANDEZ REGLERO, "La
prescripción de la acción de reclamación
de daños", en Tratado de
Responsabilidad Civil, bajo su coordinación, págs. 519 y
sgts., Madrid, 2002.
um
Sobre ello, H.L. MAZEAUD, Traite
théorique et pratique de la responsnbilité
avile délictuelle et contracluelle, t. 3, N" 21 19, 6a edic,
por F. Chabas v I. Ma/eaud,
París, 1978.
,n7,i
Soc. 1S noviembre 1991, Bull. Civ. V, N° 598.
,n"
M. BRUSCHI, La
presenpt ion en droit de la
responsabilité civile, París, 1997.

366
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

tratadas en los arts. 2521 y 2522 no se rigen


no
po por las reglas
del art. 2523, sino por las
particulares especiales que para ellas
pueda señalar el legislador al establecerlas, salvo la
regla general
el art. 2524 admiten suspensión.
prevista en en cuanto a
que no

Pero aun esa característica ha sido discutida para la


prescripción
de la acción indemnizatoria por delito o cuasidelito civil
prevista
en el art. 2332. En efecto, es evidente que en tal caso no se está

frente a un "acto o contrato", de lo que alguna jurisprudencia ha


entendido que no le es aplicable el art. 2524, pues éste se refiere

precisamente a las prescripciones de corto plazo que nacen de


ciertos "actos o contratos", con lo cual tendría alcance sólo para
prescripciones relativas
a actos de voluntad lícitos, es decir, nego
cios jurídicos, y no para actos ilícitos. Y como no existe regla es
pecial para éstos que determine su suspensión, deberían
aplicárseles las reglas del art. 2520, que tendrían el carácter de
generales y que mandan que la prescripción se suspenda a favor
de las personas enumeradas enlos números 1 y 2 del art. 2509.
Así, la Corte de Santiago ha resuelto que ia expresión actos o con
tratos' que utiliza el Código Civil se refiere normalmente a los
hechos jurídicos voluntarios realizados con la intención de pro
ducir efectos jurídicos o a los acuerdos de voluntades destinados
al mismo objeto. Así lo confirman, entre otros, los artículos 146,
150, 161, 412, 697, 706, 1454, 1469, 1681, 1682, 1683, 1685, 1687,
1691, 1692, 1694, 1706, 1709, 2032, 2051, 2468, etc., del Código
citado". Añade el fallo que "al emplear el artículo 2332 del seña
lado Código el vocablo 'acto', lo refiere únicamente al hecho ju
rídico voluntario realizado sin la intención de producir efectos
de derecho, en este caso, delito o cuasidelito. Lo demuestra, sin
lugar a dudas, tanto la ubicación de la disposición como el uso
que hace del verbo perpetrar (perpetración) para señalar el mo
mento de la
ejecución del 'acto', verbo que, conforme al Diccio
nario de la Real Academia, significa 'cometer' o 'consumar', y se
aplica sólo a los delitos en general". Por ello, el fallo concluye que
"la referencia del artículo 2524 del mismo cuerpo de leves a 'cier
tos actos o contratos' no
comprende a los delitos y cuasidelitos,
pues, para incluirlos, debió hacerlo en forma inequívoca; al no
hacerlo, no cabe considerar la prescripción establecida en el ar
tículo 2332 antes indicado, entre las de corto tiempo a que se re
fiere aquel artículo, sino reconocer que ella se rige por las reglas
generales de la prescripción ordinaria, siéndole aplicable el ar

tículo 2509 y, en consecuencia, se


suspenda en favor de las perso-

367
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ñas
que enumera ese
precepto".1078 La Corte Suprema, conociendo
del recurso de casación en el fondo deducido en contra de ese fa
llo, lo desestimó, bajo la misma base de la sentencia recurrida: "De
lo dicho anteriormente, resulta que los delitos o cuasidelitos son he
chos voluntarios y que pueden causar efectos jurídicos y obligacio
nes, pero cuya finalidad está dirigida a una meta distinta, por cuya
razón jurídicos. Así, por ejemplo, el conductor de un
no son actos

vehículo que se dirige a visitar a un amigo y, por violar su deber de


cuidado, atropella a otro vehículo, realiza un hecho jurídico que ge
nera una
obligación de indemnizar, pero el cual no constituye un
acto jurídico, ya que no está dirigido a esos efectos finales".
De allí entonces que "la sentencia recurrida no infringió las dis

posiciones del artículo 2509 N° 1 del Código Civil, y consecuencial-


mente la del artículo 2520, al declarar
que la prescripción extintiva
de la obligación de indemnizar se encontraba suspendida en favor
del demandante, ya que la prescripción de 4 años contemplada en
el artículo 2332 no es una prescripción de corto tiempo a que alu
de el art. 2524, ambos del mismo cuerpo legal".1079
Pero esa doctrina no ha sido uniforme y la propia Corte de San
tiago, en sentencia de algunos meses posteriores a la fecha de la
que se acaba de citar, entendió que éste es un caso preciso de pres
cripción especial de corto tiempo y, por lo tanto, al estar incluida
en el artículo 2524 del
Código Civil, corre contra toda clase de per
sonas y no admite
suspensión, y esa doctrina es la de otras senten
cias, incluso recientes.1080
Otros fallos han entendido que la
prescripción de la acción ci
vil derivada de los delitos y cuasidelitos no se
suspende, porque el
artículo 2520 dispuso expresamente que "la
prescripción, que ex
tingue las obligaciones, se
suspende en favor de las personas indica
das en el N° 1 del artículo 2509". De este modo, se usa una vez más
el argumento exegético fundado en la
expresión literal de la ley y
sirve ahora para desestimar la suspensión,
porque es la prescrip
ción de las "obligaciones" la
que puede suspenderse, mas no el he-

1078
C.
Santiago, 12 enero 1988, Rev. de Der., t. 85, sec. 2a, pág. 1.
1079
C.
Suprema, 13 de abril 1989, Fallos del Mes 365, N° 11, pág. 120. El mis
mo fallo en Rev. Der., t. 86, sec. Ia,
"""
pág. 49.
C. Santiago, 7 julio 1988, Rev. de Der., t. 85, sec.
2a, pág. 63, con voto en
contra. En idéntico sentido, C. 13 abril
Suprema, 1989, Fallos del Mes 362, N° 4,
pág. 893; 25 mayo 1948, Rev. de Der., t. 45, sec. Ia, pág. 181. Más recientemente,
una extensa
argumentación en este sentido, en C. Suprema, 7 noviembre 2001,
Rev. de Der., t. 98, sec. Ia,
pág. 2245.

368
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

cho ilícito. Además "no hay una norma especial que permita la sus
del plazo de prescripción de la acción nacida de aquellos
pensión
hechos delictivos".1081 La verdad es que el argumento no dice mu
cho, pues si bien el art. 2332 alude a las acciones por hecho ilícito,
es bien sabido que éste genera la obligación de indemnizar, de for

ma
que es ésta la que prescribe.
En verdad la cuestión no nos parece que pueda ser resuelta sólo
con aquellos argumentos fundados en la letra de la
ley. Si el
art. 2524 alude a "actos y contratos", no puede de allí derivarse la
conclusión de que, porque los delitos y cuasidelitos no lo son, su
prescripción deba suspenderse por recuperar imperio el art. 2520
en relación con el art. 2509 N° 1. La
suspensión es un favor que la
ley concede y requiere de norma especial. El art. 2520 no es una
regla general para toda prescripción, sino para la tratada en el pá
rrafo 2 del Título XLII del Libro IV, esto es, la ordinaria de cinco
años y la ejecutiva de tres, y si no hay regla especial que ordene la

suspensión, no es
posible aplicar una
regla que no se ha dispuesto
este caso.
para
En cuanto a la doctrina, Alessandri Rodríguez entiende que la pres
cripción de la acción civil derivada de un delito o cuasidelito no se sus
pende y corre contra toda clase de persona, pero salvo citar el art. 2524,
no da otro
argumento.1082 Es la misma opinión de Rioseco E.1083

84.2. Alcance del artículo 2332 del Código Civil. Responsabili


dad del Estado. De los términos del art. 2332, evidente que la
es

prescripción de cuatro años se refiere a la acción indemnizatoria


derivada de delitos y cuasidelitos civiles. Ella también debe alcan
zar ala acción civil para la reparación del daño a consecuencia de
un hecho que revista los caracteres de delito o cuasidelito penal,
porque en ese caso, como se sabe, la acción reparatoria no deriva
del delito o cuasidelito penal, como lo decía el anterior texto del
art. 10 del
antiguo Cód. de Proc. Penal,1084 sino de los mismos he-

1081
Fallos del Mes, 31 enero 1989, N° 362, pág. 893, sent. 4. El mismo fallo
en Rev. de Der., t. 86, sec. Ia, pág. 31. En sentido similar, C. Suprema, 25 mayo
1948, Rev. de Der, t. 45, sec. Ia, pág. 581.
1082
C. Suprema, 10 octubre 1978, Rev. de Den, t. 75, sec. 4a, pág. 586.
um
E. RIOSECO E., La Prescripción Extintiva ante la jurisprudencia, N° 155.
1084
Se recordará que esa disposición, que fue el art. 30, en el texto inicial de
dicho Código, decía que "De todo delito nace acción penal para el castigo del
culpable; y puede nacer acción civil para obtener la restitución de la cosa o su valor
y la indemnización establecida por la ley a favor del perjudicado". A su vez el art. 5",

369
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

la
penalmente admiten esa calificación; pero que
a vez
chos que
lue
constituyen el delito y cuasidelito civil. Esa regla, modificada
se trata de la acción civil
go por la Ley N° 18.857, precisó bien que
reparatoria de los efectos civiles "del hecho punible", es decir, de
los mismos hechos que penalmente son sancionados. El nuevo Có
términos
digo de Procedimiento Penal, art. 59, utiliza semejantes
"acciones que tuvieren por objeto perseguir las responsabilidades
derivadas del hecho punible". De este modo, como la acción civil
indemnizatoria "deriva del delito", sino que surge de los hechos
no

que causan daño y a la vez son sancionados penalmente, hay ple


entre la acción civil y la penal respecto de la pres
na
independencia
cripción. Por ello se ha resuelto que "el artículo 41 del Código de
Procedimiento Penal preceptúa que la extinción de la responsabi
lidad penal, la prescripción de la acción civil y de la penal, y la pres
cripción de la se
regirán respectivamente por las reglas
pena,
establecidas en el artículo 2332 del y en el Título V
Código Civil,
del Libro I del Código Penal; y el artículo 105 inciso 2o de este Có
en este título, dispone que la prescripción de
digo, comprendido
la responsabilidad civil proveniente de delito rige por el Código
se

Civil".1085 Y por ende, corre desde la perpetración del hecho, sin


importar el momento del inicio de la prescripción penal, pues son
independientes.1086
Es menester entonces que la fuente de la acción sea el delito o
cuasidelito, civil, como lo entiende la doctrina. No se aplica el
art. 2332, por tanto, acciones que puedan corresponder a
a otras

la víctima contra el autor del delito o cuasidelito, por ejemplo en


relación al dominio u otro derecho que la víctima tenga sobre la
cosa
objeto del delito o cuasidelito y desde luego no a la acción de
indemnización de perjuicios contractual.1087 Y se trata de una cues-

antes 24, establecía que "Puede ejercitarse separadamente ante el tribunal civil
correspondiente, la acción civil que proven ga del delito...".

um
C. Suprema, 5 diciembre 1979, Rev. de Den, t. 76, sec. 4l, pág. 454. En
idéntico sentido, C. Suprema, 10 octubre 197cX, Rev. de Der, t. 75, sec. 4\ pág. 583;
Fallos del Mes, 31 enero 19S9, N" 362, pág. 893, sent. 4; Rev. de Der., t. 86, sec. Ia,
pág. 31; C. Suprema, 25 abril 19X6, Rev. de Der., t. 83, sec. Ia, pág. 41; la misma
sentencia en Fallos del Mes, N° 329, pág. 149, sent. 19.
xmi
C. Suprema, 31 enero 1995, Rev. de Der., t. 92, sec. 4a, pág. 11.
1087
A. ALESSANDRI R., De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil
Chileno, cit., Nu 433, pág. 523, quien también señala excepciones a la regla gene
ral enunciada.

370
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

tión de derecho sustantivo que compete al fondo de la acción de


ducida.1088
En otros legales existen también acciones reparatorias.
textos

Así, por ejemplo, la Ley N° 16.744 sobre Seguro Social contra Ries
gos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, pres
cribe en el art. 69 la existencia de
acción para obtener la
una

indemnización complementaria para daños no cubiertos por el sis


tema de seguridad, en especial el daño moral, las que se
rigen, se
gún lo manda regla, por el "derecho común". La Corte Suprema
esa

ha entendido que la prescripción en ese caso se rige por el art. 79


de la ley, esto es, se trata de la prescripción de cinco años que con
tiene específicamente dicha norma y no la dispuesta en el art. 480
del Código del Trabajo, que es de dos años,1089 y ello aunque quie
nes demanden la reparación no sean las víctimas directas, sino ter

ceros
por repercusión.1090
Se había resuelto que la prescripción de la acción por daño en
contra de la Municipalidad, regida por el art. 63 del D.L. N° 1.289,
se cuenta desde
que se produce el daño a consecuencia de un sis
mo
y no desde la recepción del edificio,1091 porque se trataba de
una
regla especial. Pero hoy esa regla no existe en la actual Ley
Orgánica Constitucional de Municipalidades.
Según alguna jurisprudencia, tampoco se aplica el art. 2332 a
la responsabilidad del Estado y sus órganos administrativos por su
acción u omisión, desde que ella no emana de un delito o cuaside
lito civil, sino de las prescripciones constitucionales y de las leyes

1088

1089
C. Suprema, 28 agosto 1995, Rev. de Der., t. 92, sec. 1J, pág. 77.
C. Suprema, K agosto 2000, Rev. de Der., t. 97, sec. 3a, pág. 152. En el mis
mo sentido, C.
1090
Santiago, 10 julio 1995, Gaceta Jurídica 181, N° 4, pág. 138.
Respecto a éstos, la doctrina de la Corte Suprema tiene una novedad, por
que de acuerdo a los principios comunes, la acción es contractual si se deduce
por el trabajador como víctima o por alguno de sus herederos invocando la ac
ción de aquél. Pero también podría corresponder a terceros no ligados por el
vínculo contractual, en virtud de un daño propio y como víctimas por repercu
sión, caso en el cual la calificación extracontractual se impone. Sin embargo en
sentencias recientes la Corte Suprema ha calificado incluso a éstas como contrac
tuales, bajo el pretexto que se invoca el contrato que ligaba al trabajador con su
empleador. Sobre ello, vid. N° 93.3. Es esa una conclusión que no podemos com
partir, pues el efecto del contrato no puede alcanzar a quienes no son partes de
él, y en ello hay unanimidad doctrinaria. Pero en todo caso, la prescripción será
siempre la de cinco años de la Lev de Accidentes del Trabajo y no la del art. 2332
del Cód. Civil.
1091
C. Suprema, 19 julio 1995, Rev. de Der., t. 92, sec. Ia, pág. 53, y 18 diciem
bre 1995, Gaceta 186, N° 1,
pág. 21.

371
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

que de ella derivan. Así se ha resuelto: "La responsabilidad extracon

tractual del Estado por los daños que produzca su actividad no ema

na de las
disposiciones del Título XXXV del Libro IV del Código
Civil, sobre delitos y cuasidelitos, sino de la propia Constitución Po
lítica de la República; en consecuencia, el plazo de prescripción
de las acciones para perseguirla no es el que establece el art. 2332
de dicho Código".1092 Pero esa doctrina no ha prevalecido, pues lue

go la propiaSuprema, que la sostuvo, ha entendido que en


Corte
ausencia de regla que la haga imprescriptible y tratándose además
de intereses patrimoniales del afectado, reciben aplicación las re
glas del derecho común que contiene el Código Civil y por lo mis
mo, no cabe sino aplicar los arts. 2332, 2514 y 2515 del Código Civil.
Se ha sostenido que la imprescriptibilidad es excepcional, en el sen
tido que requiere de regla que la establezca, más aún si el art. 2497
determina que las reglas sobre prescripción corran a favor o en con
tra del Estado. Por otra
parte, la circunstancia que esa responsabi
lidad emane de la Constitución y de normas de derecho público
no es obstáculo
para la prescripción, puesto que en cuestiones que
claramente son de derecho público, se han creado incluso
prescrip
ciones especiales, como la que rige en materia tributaria por im
perio del art. 252L1093 Es doctrina jurisprudencial ahora, que "la
naturaleza especial de la responsabilidad extracontractual del Es
tado y el hecho de estar sujeta a
reglas y principios pertenecientes
al derecho público, no
impide que ciertos aspectos de esta respon
sabilidad, como son los relativos indemnización de daños causa
a

dos injustamente irrogados por la actividad estatal, queden


sometidos a las
disposiciones del derecho común, a falta de una
normativa propia del derecho público", y
que "la indemnización
de los daños efectivos o morales
que sufren los afectados por la ac
ción de los órganos del Estado es asunto de índole
patrimonial, en
que por mandato legal expreso impartido por el art. 2497 del Có
digo Civil, tienen cabal aplicación las normas de este Código rela
tivas a la prescripción, en ausencia de
preceptos especiales", de
forma que debe aplicarse a esa indemnización el art. 2332 del mis-

1092
C.
Suprema, 28 julio 1987, Rev. de Der., t. 84, sec. 5a, pág. 217.
lü9:í
Sobre ello, la interesante sentencia de la C.
Suprema, 15 de mayo 2002,
Gaceta Jurídica 263, N° 5, pág. 29, con citas de
Sayagués Lazo, García de Enterría
y Tomás Ramón Fernández. La sentencia de primera instancia sostenía
que no
existiendo norma especial, no cabía
aplicar las reglas del Código Civil. Adde las
sentencias de las notas 323, 324, 325, 326 v 327.

372
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

mo Código.1094 También ha resuelto que la acción indemnizato


se

ria fundada en falta de servicio, de acuerdo a la Ley N° 18.575, no


por tener su fuente en el derecho público deja de estar ajena a la
prescripción, por mandato del art. 2497 del Cód. Civil y por las ne
cesidades de certeza y seguridad jurídicas, de forma que debe
apli
cársele la prescripción de cuatro años del art. 2332 del
Código
Civil.1095
Por nuestra parte adherimos a estaúltima doctrina, porque la
circunstancia de que una acción provenga de normas de derecho
público no les hace tener tal
particularidad que escapen a las ne
cesidades de certeza y consolidación que es de la esencia al orde
namiento jurídico. Los fines de la regla jurídica
y en especial los
de seguridad jurídica son propios a todo el derecho y el derecho
público la requiere incluso más. Ya hemos tenido oportunidad de
señalarlo respecto de la nulidad de derecho público, a la que de
berían aplicarse los mismos principios de estas últimas sentencias

respecto de la responsabilidad del Estado.


La Ley N° 19.496 sobre Protección de los Derechos de los Con
sumidores ofrece una complejidad en cuanto a la prescripción de
las acciones de responsabilidad. Por el art. 20 se establece un pla
zo de caducidad para la indemnización que se une a los derechos
alternativos contemplados en el art. 20, que es de siete días a tres
meses, según los casos. Cuando se trata de la responsabilidad por
daños producidos por productos peligrosos, el art. 47 no señala pla
zo
alguno, de modo que habrá que concluir que se aplica la regla
del art. 2332 del Código Civil, la que se aplica en todo su conteni
do. Y si se trata de la responsabilidad derivada de las infracciones
tipificadas en la ley, el art. 26 contiene un plazo de seis meses para
perseguir la contravención. De este modo, si la responsabilidad ci
vil se
persigue ante el Juzgado de Policía Local, ese plazo se aplica
también a esa acción, pues ese tribunal sólo tiene competencia para
conocer de ella si va anexa a la
persecución contravencional. Para
aplicar a la acción civil el plazo común del art. 2332 del Código Ci
1000
vil, la acción deberá entregarse a los tribunales ordinarios.1

1094
C.
Suprema, 15 de abril 2003, autos Pisan Burdiles y otra con Fisco, rol
civil 1234-02, no publicado a la redacción de este texto.
1095
C. Santiago, 30 agosto 2002, Gaceta Jurídica 266, N° 2, pág. 92.
1096
En ese sentido, H. CORRAL TALCIANI, "Ley de protección al consumi
dor y responsabilidad civil servicios defectuosos", en Derecho del
por productos y
Consumo y Protección al Consumidor, Cuadernos de Extensión, Universidad de los

373
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

El 36 del D.L. N° 3.557 sobre Aplicación de Pesticidas, consa


art.
año contado desde que el afectado
gra un plazo de caducidad de un
demandar la indemnización de
detecte los daños para judicialmente
causados terceros, ya sea en forma accidental o como
perjuicios a

aplicación de pesticidas. La norma agre


consecuencia inevitable de la
ga que "en todo caso,
no
podrán ejercerse estas acciones una vez que
del pesticida".
hayan transcurrido dos años desde la aplicación
El art. 51 de la Ley N° 19.300 sobre Bases Generales del Medio
Ambiente manda que reglas las del Título XXXV del Libro IV del
Civil son supletorias de ella en caso de daño al medio am
Código
biente, con lo cual el art. 2332 sobre prescripción queda aplicable
en ese ámbito

lo señalamos, el art. 2332


84.3. Cómputo del plazo. Como ya
cuenta el plazo de cuatro años desde la perpetración del
fecha de la
acto. De acuerdo a ello, se ha entendido que ese cómputo se hace
"desde la fecha en que se cometió el acto ilícito generador de los
perjuicios y no cuando éstos se producen. Desde la perpetración
del hecho culposo o doloso, nace la acción civil para obtener la
reparación de los daños, condicionada a que estos realmente se pro
duzcan".1097 Como ya lo indicamos (vid. N° 83), la regla es particu
lar al Código chileno1098 y algún autor ha entendido que su

propósito es justamente contar la prescripción desde el acto y no


desde la producción del daño si ambos no son coetáneos y ello se
ría así porque el Código habría pretendido poner fin a las discu
siones suscitadas sobre el particular en el derecho francés. Esa es

Andes, N° 3, 1999, págs. 288 y 289. El autor señala que de la historia de la ley se
desprende la voluntad de dejar entregado este plazo a las normas comunes y en
trega esos antecedentes.

1097
C. Santiago, 18 abril 1980, Rev. de Den, t. 77, sec. 2a, pág. 29. En idéntico
sentido, C. Santiago, 1 julio 1986, Rev. de Der., t. 83, sec. 4a, pág. 157; C. Supre
ma, 23 septiembre 1935, Rev. de Der, t. 32, sec. Io, pág. 358; 9 enero 1922, Rev.
de Der., t. 21, sec. Ia, pág. 501; C. Suprema, Rev. de Der., t. 45, sec. Ia, pág. 581.
imw
£i art yyy> <\q\
Código del Uruguay en su inc. Io sigue la misma regla y
fue tomado del Código chileno, con el agregado que allí el plazo se cuenta "des
de la perpetración del hecho ilícito", siendo ese Código uno de los que separada
mente de la culpa agrega como elemento la ilicitud, cuestión que ha dado lugar
a un
amplio debate doctrinario. Sobre ello J. PEIRANO FACIÓ, Responsabilidad
Extracontractual, N° 11 10 y 131, Montevideo, 1954. Sin embargo eso no lleva a en
tender que la prescripción se cuente independientemente de la
producción del
daño.

374
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

la explicación del Decano Alessandri han


a
quien
seguido las sen
tencias.1099 Pero la
explicación satisfactoria. A la época de la
no es

redacción del Código Civil chileno, ninguna controversia existía en


la doctrina francesa sobre el inicio de la prescripción en materia
de responsabilidad civil. Esta apenas si se interesaba en la
respon
sabilidad civil y las cuestiones suscitadas en materia de
prescripción
decían relación con los casos en que un mismo hecho era consti
tutivo de delito penal y civil, pues entonces se dudaba si, extingui
da laprescripción señalada por el Código de Instrucción Criminal,
podría aun la víctima deducir su acción bajo las reglas civiles, es
decir la prescripción de treinta años.1100 Pero nunca se dudó que
la prescripción civil se contara desde otro momento que el de la
producción del daño.1101 Por lo tanto no es efectivo que el elemen
to histórico sirva aquí para interpretar la regla. La Corte
Suprema,
sin embargo, siguiendo a Alessandri, ha insistido en esa doctrina,
al entender que en el caso de detención arbitraria de una
persona
y posterior
su
desaparición, no
impide contar el plazo de prescrip
ción desde el momento mismo de la detención, aunque el efecto
lesivo se
prolongue en el tiempo, porque el art. 2332 manda con
tar la prescripción desde la el caso, el
perpetración del acto, y en

hecho de la detención ocurrió en un día cierto, aunque el daño se


prolongue en el tiempo.1102 En esa situación nos parece que se ha
olvidado que el acto no se perpetra con la sola detención, sino que
continúa perpetrándose mientras el detenido no queda libre y el
daño se sigue produciendo, manteniéndose la ilicitud. Más aún, el

1099
ALESSANDRI, De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil
A.
Chileno, N°
432, Santiago, pág. 1943.
1100
BAUDRY-LACANTINERIE y TISSIER, ob. cit., Nos 628 y sgts., recuerda el
debate suscitado ya en la doctrina anterior al Código.
1101
Los mismos autores que cita Alessandri, así lo entendían: PLANIOL y
RIPERT, ob. cit., t. 6, N° 670; j.
y H. MAZEAUD, incluso en la T edic.
del Traite
N° 2078, por F. CHABAS, son cla
Théorique Pratique
et de la Responsabilüé avile, t. 3,
ros: "La acción de
responsabilidad, y por tanto la posibilidad de ejercerla ante la
jurisdicción competente, nace, por regla general, en el día en que la víctima su
frió el daño. Una culpa no basta para accionar. El perjuicio es uno de los tres
elementos esenciales de la responsabilidad" (7a edic, Paris, 1978).
1102
Corte Suprema, 15 de abril 2003, autos rol civil 1234-02, Pisani Burdiles y
otra con Fisco, no
publicado a la fecha de redacción de esta obra. La doctrina es
curiosa, porque en materia penal, por el contrario, la tesis que ha prevalecido es
que siendo el delito de efectos permanentes, no hay prescripción que le alcance,
hasta que no C. Penal entien
aparezca el desaparecido, a pesar que el art. 95 del
de que la cometido el delito,
prescripción penal se cuenta desde que se hubiere
términos que en nada difieren de la "perpetración del acto" del Código Üvil. (

375
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

del Estado ocultado a los deudos lo que ocu


que órganos hayan
rriócon el detenido, es un nuevo hecho dañoso, pues
ha impedi

do a ellos ejercitar la acción resarcitoria por la muerte evidente del


desaparecido.
Pero esa doctrina nos más que discutible, por no
parece que es

decir absurda.1103 El acto es ilícito porque daña, de forma que el


la
perjuicio es elemento o más bien condición de responsabilidad
de ilícito un acto, aunque en él con
y no tendría sentido calificar
o dolo, si no daño producido, al menos desde el
hay
curra culpa
entendemos que lo que el
punto de vista civil. De esta forma,
art. 2332 pretende es contar la prescripción desde que se produce

el daño ilícito y ése es el sentido que tiene la "perpetración del


acto", solución que defiende también la doctrina reciente.1104 No
existe un "acto" separado de su "ilicitud" y ésta sólo existe si hay
daño, de modo que una conducta podrá ser peligrosa; pero si el
daño no se produce, no se ha "perpetrado" ningún acto ilícito, ya
al no existir el elemento
que en materia de responsabilidad civil,
de la del delito penal, sólo se da el hecho ilícito
tipicidad, propio
desde que éste sea dañoso.
La cuestión se ha discutido en el derecho italiano a propósito
del art. 2947 del
Código itálico, que, en términos similares
a nues

tro art. 2332, cuenta el plazo desde "el día en que el hecho se ha

verificado". Y si la regla general para el inicio de toda prescripción


ha de ser el día en que pueda hacerse valer el respectivo derecho,
es decir desde
que exista un interés actualmente protegido, en este

11{W
J. MOSSET ITURRASPE recuerda una sentencia de la Corte Suprema ar
gentina: "Se cae necesariamente en el absurdo cuando se considera prescrito el
reclamo de los daños y perjuicios antes de que estos se hubieren producido", ob.
cit., en Rev. de Der. Priv. v Comunit, N° 22, pág. 36.
1104
Así, R RODRÍGUEZ GREZ, Responsabilidad Extracontractual, pág. 483, San
tiago, 1999. Para el autor, "El plazo de prescripción se cuenta desde la perpetra
ción del acto. Como se ha señalado en las páginas precedentes, ello ocurre cuando
concurren todos v
presupuestos que conforman el ilícito civil (un
cada
uno de los

hecho activo odel hombre, que sea imputable, antijurídico, que cause daño
pasivo
y siempre que exista relación de causalidad entre el hecho y el daño). No cabe
dudas de que así debe interpretarse la lev, si se considera que ella se refiere al
derecho a ser indemnizado, y éste sólo surge cuando el ilícito se ha consumado,

no antes". En el mismo sentido, G. MJSEFF SOTOMAYOR, La Prescripción Penal,


págs. 144 y sgts.; R. ABELIUK, Obligaciones, t. 1, N° 296. "No hav resarcimiento si
el daño es inexistente", dice MOSSET ITURRASPE, ob. cit., Rev. de Der. Privado
y Comunitario, pág. 33, para justificar que el cómputo de la prescripción se ini
cia con el daño.

376
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

caso, ello la producción del daño. El derecho a deman


ocurre con

dar surge el nacimiento


con de la obligación del autor del daño, es
decir, con la realización del hecho lesivo, en el cual la realización
del daño es esencial,1105 y por ello si hay un lapso entre la realiza
ción material del hecho y la producción del daño, la jurisprudencia
italiana entiende que el plazo se inicia con el día de la verificación
del daño.1106 Y si el daño ha permanecido oculto, se ha entendido
que el cómputo se inicia con el día de su exteriorización.1107 Una
sentencia de la Corte de Casación italiana ha resuelto que "el pla
de del derecho al resarcimiento del daño
prescripción
zo
por he
cho ilícito comienza a correr no desde el momento en que el hecho
del tercero determina la modificación que produce el daño al de
recho ajeno, sino desde el momento en
que la
producción del daño
se manifiesta al exterior, haciéndose objetivamente perceptible y
reconocible".1108
Por nuestra parte entendemos que esas mismas soluciones han
de acogerse entre nosotros. No es posible calificar un acto como
delito o cuasidelito, es decir, como acto "perpetrado", sino desde
que el daño se ha producido y éste requiere ser exteriorizado para
tenérsele como tal. El acto ilícito, como hemos dicho, no compren
de la sola acción u omisión, sino la actividad o la abstención daño
sa, siendo el daño esencial para que haya "acto ilícito". Y es
por

1105
Así, P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 173. En ese mismo sentido, J. MOS
SET ITURRASPE, "Problemática de la prescripción liberatoria en derecho de da
ños", en Rev, de Der. Priv. y Comunitario, N° 22, pág. 32, Buenos Aires, 2000, y
del mismo autor, independientes para etapas nuevas y no previsibles del
Prescripciones
perjuicio, La 1988-C-21 1 y De nuevo sobre la prescripción de los daños sobrevinientes
Ley
V de bs continuados, La Ley 1988-D-102 y sgts.
1106
Cass. 4 enero 1993, N" 13, Giur. Ital., 1993, 1, 1, 1686; 5 julio 1989, N° 3206,
Arch. Civile 1989, 1168; 5 de agosto 1964, Giust. Civ. 1964, 124. En ese mismo
sentido, P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 175. En contra sin embargo, MONATERI,
"La responsabilitá civile", en Trattato di diritto civile, bajo la dirección de R. Sacco,
t- 3,
págs. 374 y sgts., Torino, 1998.
1,07
VENTRELLA, Danno "oculto" e illecito permanente: questioni di deco-
rrenza del termine di del diritto al resarcimento, nota a Cass. 6 fe
prescrizione
brero 1982, N° 685, en Giust Civ. 1982, 1, 2781.
1108
Cass. Civ. Sez III, 12 agosto 1995, N° 8845 y lo mismo en sentencia de Cass.
Civ. II 18 de Unida de la Cor
mayo de 1987, N. 5432. La sentencia de la Cámara
te de Casación, 5 noviembre de 1973, n. 2855, con toda claridad el caso
distingue
que el daño es instantáneo agente de aquel en que esa
en la conducta del con
a
ducta y la producción del daño continua causando daño, en
que el plazo
perdura y
comienza a correr al término de la duración del daño y de la conducta que lo
produce.

377
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ello que ha podido resolverse acertadamente que si se trata de un


conjunto de actos complejos que causan daño, el plazo se cuenta
desde que cesa el ilícito.1109 Es por lo mismo que si el propio autor
del hecho impide que el daño se exteriorice, no sepodría enten
der que la sola ocurrencia del hecho hizo correr la prescripción, si
el daño no se ha manifestado de modo cierto. La ilicitud está pro
ducida en el derecho civil por el daño y no por la sola actividad u
omisión, por dolosa que pueda entenderse, y es por la
culpable o

exteriorización del daño que se afectan los intereses de la víctima.


Es entonces que surge el derecho a la acción, momento inicial de
toda prescripción.
La cuestión precedente tiene especial relevancia cuando se trata
de daños diferidos, es decir, de aquellos que vienen a manifestarse
tiempo después de acaecido el evento que los produce, porque es
entonces que se da claramente la distinción entre la acción y su

efecto dañoso. Así ocurre, por ejemplo, con aquellas situaciones


en
que por la ingestión de productos dañinos, se producen más
tarde efectos nocivos la salud, como enfermedades o tumores. Es
a

verdad que en algunos casos la cuestión aparece solucionada ex

presamente por la legislación especial y en el sentido antes expues


to, es decir, no contando la prescripción del hecho causal, sino
desde la producción o más bien el diagnóstico de la enfermedad.
Es lo que sucede con las enfermedades profesionales en la Ley
N° 16.744, cuyo art. 79 señala que las acciones para reclamar por
las enfermedades profesionales prescriben en cinco años contados
"desde el diagnóstico de la enfermedad", salvo el evento de neu-

mocomiosis, en
que el plazo es de quince años desde la fecha del
diagnóstico. El art. 36 del D.L. N° 3.557, de 1980, establece un
pla
zo de
prescripción año contado desde que se detecten los
de un

daños para reclamar de aquellos causados por la aplicación de pla

guicidas, aunque las acciones no pueden deducirse más allá de dos


años desde la aplicación de la substancia. Pero
espe esas normas

ciales recogen de modo evidente el principio de que es desde la


manifestación del daño que ha de contarse la prescripción y no des
de la ocurrencia del hecho causal, principio de general aplicación,
porque es el modo correcto de entender la letra del art. 2332, en
que la perpetración del hecho implica tener en cuenta el momen-

""H
C. Suprema, 4 de enero 1996, Fallos del Mes 446, N° 2, pág. 1899, confir
mando sentencia de C. Iquique, 17 de mayo 1995.

378
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

to de la producción del daño. De otro modo, resultaría que en mu

chos casos, como el daño


manifiesta años después, cuando la víc
se

tima sufriera del daño, acción ya estaría prescrita, sin


su
que nunca
haya tenido la posibilidad de accionar. La tesis contraria, que se
el hecho causal del daño, contar la
para para prescripción desde
el primero, resultaría además en un absurdo, porque exigiría de
ducir la acción sin que se tenga constancia del daño, acción que
de ese modo sería desestimada por falta de daño cierto. La propia
Corte Suprema que, como se ha dicho más arriba, sigue la tesis dis
tinta, había sin embargo resuelto del modo como
propugnamos
aquí en una sentencia
en
que hacía un excelente análisis de la cues
tión y esa erala doctrina que había dispuesto la Corte de Concep
ción en la sentencia que la Corte Suprema anula en los autos
citados más arriba propósito de la responsabilidad del Estado.1110
a

Pero la agravación del daño que ya comenzó a producirse no


hará que la prescripción no corra. Esa agravación no opera como
causal de suspensión, ni determina el inicio del plazo de prescrip
ción.1111 Sin embargo, debe distinguirse la agravación de la produc
ción de un nuevo daño o lesión, aunque tenga como causa iguales
hechos que el daño precedente. Si esa agravación se constituye en
un nuevo daño, la víctima tendrá también una nueva acción para
obtener reparación, con una prescripción diversa, que se conta
su

rá desde la producción de ese daño diverso. Claro está que no siem

pre será fácil la distinción entre nuevos daños y agravamiento de


los ya producidos, en especial cuando se trata del daño corporal; y
será en esos eventos esencial la opinión de expertos para hacer la
diferencia en eventos dudosos.
Cabe recordar que la prueba de los elementos de la prescrip
ción recae sobre quien la alega (vid. N° 41), de modo que quien
invoca la liberatoria en el caso de acción de daños será
prescripción
quien deba probar la fecha de la ocurrencia del daño o de su ter
minación en caso de daños continuados. Sobre el punto la juris-

1110
C. Suprema, 1 agosto 1967, Rev. de Den, t. 64, sec. 11a, pág. 265, cons. 12.
La sentencia de la Corte de
Concepción, 31 enero 2002, autos Pisan con Fisco,
rol 1871-99, del Primer
Juzgado Civil de Concepción que la Corte Suprema anu
ló, en sentencia ya referida, no publicadas aún a la fecha de la redacción de esta
obra.
1111
Así, P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 174. Pero la doctrina francesa en
tiende que la agravación debe considerarse como un nuevo daño. Así, H. L. J.
MAZEAUD y CHABAS, ob. cit., N" 614.

379
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

prudencia del Tribunal Supremo de España ha sido constante y esas

soluciones caben entre nosotros.1112


Otra situación que requiere también de solución propia es el
caso del ilícito que se mantiene en el tiempo con el consiguiente

daño continuado. En tal caso entendemos que la prescripción no


la
podrá contarse sino desde que ese hecho haya cesado, pues "per
petración" del acto no es en tal caso instantánea y que se agote en
un momento. La perpetración se extiende en el tiempo y no ter

mina sino cuando el ilícito y lo mismo se entiende de un he


cesa

cho instantáneo, pero con daño continuado. El comportamiento


dañoso no está limitado entonces, como ya se ha dicho antes, a la
mera actividad u omisión, sino que prolonga mientras dura el
se

daño, desde que no es posible la separación entre el hecho causal


dentro de la idea que
y su resultado, que conforman una unidad,
hemos aceptado de "perpetración del acto". El ilícito se renueva

de instante en instante y por lo mismo no se extingue el plazo de

prescripción del derecho a la reparación.1113 La jurisprudencia na


cional ha aplicado principios
esos comúnmente aceptados en el
derecho comparado.1114 El Tribunal Supremo de España tiene re
suelto en esos casos que la prescripción se cuenta "desde la pro
ducción del definitivo resultado".1115 Y si el daño es futuro, el plazo
se iniciará cuando sea cierto, pues entonces adquiere los caracte

res de resarcible.

1112
Por ejemplo, las de 24 de octubre de 1988 (RJ 1988, 7636); de 27 de abril
de 1992 1992, 3414) y la de 20 sepüembre 2001 (RJ 2001, 8144).
(RJ
1113
Así, P. VITUCCI, ob. cit., t. 2, pág. 176, y la jurisprudencia italiana citada
en notas 140 v 141;
para el derecho argentino, G. STIGLITZ, "Prescripción de la
acción resarcitoria. Reglas", en J. MOSSET ITURRASPE y A. KEMELMAJER DE
CARLUCCI, Responsabilidad civil, pág. 546, Buenos .Aires, 1996. En España, según
lo señala M. YZQl'IERDO TOLSADA, Sistema de Responsabilidad Civil Contractual y
se ha resuelto
Extracontractual, pág. 453, Madrid, 2001, que "si realmente persiste
el daño y es claro que sí persiste, no se ha producido inactividad del derecho ni
ha comenzado el tiempo de prescripción (la acción "sigue viva") y, por tanto, no
puede estimar ésta" (sentencia 12 noviembre 1999 Tribunal Supremo).
1114
C. Suprema, 4 enero 1996, Fallos del Mes 446, N° 2, pág. 1899, que deses
tima casación Iquique, 17 mayo 1995, que así lo decidía en un caso de
contra C.
daño producido por conjunto de actos complejos. Sin embargo, la tesis dife
un

rente es la de C. Suprema, 15 abril de 2003, Pisan Burdiles y otra con Fisco, rol

1234-02, va aludida y aún no publicada.


,l,r>
Sentencias de 29 noviembre 1982, 19 septiembre 1986 y 8 de julio 1987.
Sobre ello, F. PANTALEON, "Comentarios a sentencias de S de julio 1983 y 6 de
mayo 1985", en Cuadernos Civitas de Jurisprudencia Civil, Nos 3 y 8, págs. 837 y
sgts. y 2609 y sgts.

380
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPí )

Sin
embargo, en cuestiones habrá de tenerse en cuenta
estas

que caben múltiples distinciones. Así, hemos hecho referencia al


daño continuado. Por tal habrá de entenderse aquellos que, aun
que existe un acto único perpetrado, se producen luego día a día.
Pero no hay que confundirlos con los daños permanentes, en que
existe productor y un daño que se produjo con él; pero
un acto

que no desaparecerá con el tiempo. Es en el caso de daños conti


nuados que la prescripción no puede contarse sino desde la pro
ducción final, desde que se produzca el resultado definitivo; pero
no así en los daños permanentes, en que la prescripción debe con

tarse desde que se produce el hecho dañoso, tal como lo hemos

entendido antes.1116 Claro está que mayor precisión no puede ha


cerse, porque el resultado definitivo puede no quedar determina
do claramente y entonces habrá de considerarse como día final de
su
producción aquel en
que, de acuerdo a la experiencia normal,
no es
previsible la producción de nuevos daños.
Pero en el considera el conocimiento que haya
art. 2332 no se

tenido la víctima del daño. Como se dijo antes, se innovó aquí res

pecto de los precedentes hispánicos y no creemos que la innova


ciónhaya sido acertada. Pero la falta de conocimiento del daño

puede deberse del hechor y por ende constituir en sí mis


a acto

mo un ilícito diverso al impedirse por éste la acción resarcitoria.

Por otra parte, parece lógico entender que el daño requiere de co


nocimiento por la víctima, porque es entonces que se produce para
ésta la alteración del interés protegido. La doctrina en Francia ha
entendido que la prescripción se cuenta desde que el daño se re
vela a la víctima en virtud del principio contra non valentem agere.nu
En cuanto a la situación de la prescripción de la acción civil
por daño resultante de hechos que son constitutivos a la vez de de
lito o cuasidelito penal, nos remitimos a lo ya señalado a propósito

11,6
La distinción es muv clara en la sentencia del Tribunal Supremo de Espa
ña de 7 de febrero 1997 (RJ 1997, 892). En ella se dice que habrá de distinguirse
"aquellos supuestos en que la manifestación del efecto lesivo, aun cuando éste
sea
permanente, sea inmediata con el hecho causal, y de otra a aquellos casos en
que los daños se producen día a día de manera continuada... En estos casos de
daños continuados no puede sostenerse que el dies a quo es el primero en que se
manifiesta el efecto lesivo, pues ello sería válido en los supuestos en que tal efec
to se
produce en un solo momento con de su permanencia inal
independencia
terable en el
tiempo no...".
o
1117
H.L. y J. MAZEAUD y F. CHABAS, Traite Théorique et Pratique de la Respon-
sabilité Civile, t. 3, N° 21 19, 6a edic, París, 1978.

381
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

de la interrupción de la prescripción y la querella criminal (vid.


civil de la penal en el
N° 52.1.4). La tendencia a separar la acción
nuevo procedimiento penal contribuye a aclarar la cuestión tan di
fusa en otros derechos, pues de ese modo se confiere a cada acción
sus propias reglas de prescripción, de forma que las actuaciones
en la prescripción ci
en el
proceso penal tienen escasa influencia
vil, como ya se dijo.

85. Pacto comisorio. Por el 1880, el pacto comisorio "prescri


art.

be al plazo prefijado por las partes, si no pasare de cuatro años,


contados desde la fecha del contrato".
'Transcurridos estos cuatro años, prescribe necesariamente, sea

que se
haya estipulado un plazo más largo o
ninguno".
La regla es la final del párrafo 10 del Título XXIII del Libro
Cuarto, que "Del pacto Comisorio", situación que debe tenerse
trata

en cuenta, porque implica que, habiendo definido el art. 1877 el


pacto comisorio como una estipulación propia del contrato de com

praventa y sólo respecto de la obligación del pago del precio que


cabe al comprador, la norma de prescripción tiene ese límite y no
se extiende a la misma
estipulación en otros contratos que la com
praventa.
Es que el concepto doctrinario del pacto comisorio no coinci
de, en nuestro derecho, con el legal. En aquel, por pacto comiso
rio se entiende la estipulación expresa de la condición resolutoria
tácita prevista en el art. 1489, sea en forma simple, sea con alguna
modificación que lo haga más terminante, en cuvo caso se tratará
de un pacto comisorio calificado, estipulación que cabe en cual
quier contrato. En ello la doctrina nacional es unánime.1118 Pero
la definición legal está reducida al solo contrato de compraventa y
sólo por la obligación de pagar el precio. De allí que las normas
que rijan en este contrato ese
pacto no sean
aplicables a otros con

tratosy ni siquiera a la propia compraventa por otras obligaciones


que las de pagar el precio. Es ésa una cuestión que actualmente
no merece discusión entre nosotros.1119

1,18
Sobre ello en
especial la clásica memoria de don EFRAIN VIO VASQUEZ,
Las N° 39, Concepción, 1945; R. ABELIUK, Obligaciones, t. 1,
Obligaciones Condicionales,
N° 538; R. RAMOS R, Obligaciones, N° 196; L. CLARO SOLAR, ob. cit., t.
111,1
N° 173. Í0,
Guarda interés, en ese sentido, la nota de VÍCTOR SANTA CRUZ S. a
sentencia de C. Suprema, 2 de julio 1948, Rev. de Der., t. 46, sec. Ia, 109 y págs.
sgts., esp. N° 9.

382
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

De allí que la regla de prescripción del art. 1880 no


entonces

pueda extenderse más allá de la compraventa y por aquella obliga


ción de pagar el precio. Fuera de la compraventa y aun en ésta
por
otra obligación que no sea la relativa al precio, la acción resoluto

ria que proviene del pacto comisorio simple o la restitutoria


que
resulte del pacto comisorio calificado, prescriben conforme a la re
gla general del
2515, es decir, en cinco años contados desde
art.

que ella sea


susceptible de deducirse, o sea, desde que se produce
el incumplimiento de la condición envuelta en el pacto comisorio.
Sin embargo, no siempre la jurisprudencia ha seguido esta regla y
se ha
aplicado esa prescripción especial a un pacto comisorio fue
ra de la
obligación relativa al precio en la compraventa;1120 pero
esta doctrina no es aceptada por los autores que entienden
que la
regla del art. 1880 tiene el límite referido.1121 Por nuestra parte, en
tendemos que las normas sobre prescripción requieren de texto

expreso y no pueden aplicarse por analogía, porque es sólo el le


gislador el que puede fijar sus plazos y no el intérprete.
Reducido entonces el ámbito de esa prescripción especial, que
da ahora por señalar sus caracteres. La ley, excepcionalmente, como

ya se ha dicho (vid. N° 5), permite aquí que las partes fijen con-
vencionalmente el plazo de prescripción; pero en todo caso, el pla
zo no
puede exceder de cuatro años contados desde la fecha de
celebración del contrato.
El inicio del plazo de prescripción es así irregular, porque no
se cuenta desde que "la obligación se haya hecho exigible", como
es la regla del art. 2514, sino desde la fecha del contrato de com

praventa. De aquí que la doctrina insista en que las partes han de


cuidar, al introducir en una compraventa el pacto comisorio, sea sim
que el plazo de pago previsto para el pago del pre
ple o calificado,
cio exceda de cuatro años desde la fecha del contrato, pues de
no

otro modo sucederá


que la acción resolutoria proveniente del pac
to comisorio
prescribirá antes que se haga exigible la obligación por
la que éste se ha convenido, de forma
que el pacto perjudicará al

1120
Por ejemplo, para una obligación de construir impuesta al comprador,
C.Concepción, 2 enero 1968, Rev. de Der. U. de Concepción, N° 164 (1968),
págs. 126 y sgts., DOMÍNGUEZ ÁGUILA y R. DOMÍNGUEZ B.
nota R.
1121
Así, R. ABELIUK, Obligaciones, t. 1, N"551; R. RAMOS P, Obligaciones,
Nü 204. Pero E. VIO
VASQUEZ, sin aludir expresamente a esa cuestión, entiende
que al pacto comisorio en otros contratos se le aplican las mismas reglas que en
la ob. cit., N° 350.
compraventa,

383
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA YJURISPRUDENCIA

vendedor, en
lugar de favorecerle haciendo más drástica la sanción
a la falta de pago. Dice el Decano Alessandri sobre la materia que
"no se puede convenir que el precio se pague bajo la sanción de
un
pacto comisorio en una fecha que venza con posterioridad a los
cuatro años
siguientes a la fecha del contrato, porque entonces la
acción prescribiría antes que pudiera ejercitarse".1122
Pero lo que prescribe en el plazo máximo de cuatro
años es la
acción resolutoria que emana del pacto comisorio, no la acción de
pago del precio, la que sigue la regla general del art. 2515. El
art. 1880 no se refiere a la acción de
cumplimiento, ya que al defi
nirse el pacto comisorio en el art. 1877, sólo se alude al efecto re
solutorio. En ello también hay unanimidad doctrinaria.1123
La Corte Suprema en sentencia que es única ha resuelto
una

el art. 1873 prescribe que por el


que, como
pacto comisorio no se
priva al vendedor de la elección de acciones
que le concede el
art. 1873, esto es, el
exigir precio o pedir la resolución del contra
to, prescrita la acción resolutoria que emana de dicho sub pacto,
sistiría la acción resolutoria del 1873, que, siendo la común,
art.

prescribe en cinco años contados desde que la obligación se haya


hecho exigible.1124 En otros términos, el vendedor, habiéndose es
tipulado un
pacto comisorio,
dispondría de dos acciones resoluto
rias: la que emana de dicho
pacto y la que proviene de la condición
resolutoria tácita del art. 1873. Para
llegar a esa solución, la Corte
Suprema invoca la doctrina del Decano Alessandri, sostendría que
en su Teoría de las Obligaciones.
Desde
luego, por valioso que pueda ser el argumento de auto
ridad en algunas oportunidades, no
puede superar, sin embargo,
el obstáculo de la lógica. Sería absurdo
que el entendimiento del
art. 1878 llevara a sostener la existencia de dos acciones resoluto
rias, porque entonces habría que concluir que el
Código reglamen
tó el pacto comisorio inútilmente, desde
que no implicaría una
modificación de la condición resolutoria ordinaria, sino
agregar al
contrato otra acción resolutoria, la que sería ineficaz, porque pres-

1 '-"-'
A. AI TSSANDRI R., De la
Compraventa y de la Promesa de Venta, t. 2, N° 1871,
Santiago, 1918. Otros autores insisten en esa misma cuestión advirtiendo
que el
vendedor debe cuidar, si conviene un
pacto comisorio, que el precio deba pagar
se dentro de los cuatro años contados
desde la fecha del contrato Así E VIO
YASOUEZ, ob. cit., N° 348; R. ABELIUK,
Obligaciones., t. 1, Nü 551 R RAMOS
R, Obligaciones, N° 204.
1,23
Los autores ya citados insisten en ello. Vid. las obras
,m y números citados.
C. Suprema, 6 julio 1993, Rev. de Der., t. 90, sec.
Ia, 72.pág.

384
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

crita, subsiste sin embargo otra acción de la misma especie. Se con


cluirá que tal no ha podido ser la interpretación recta del art. 1878.
Cuando éste dice que por el pacto comisorio no se
priva al vende
dor de la elección de acciones que señala el art. 1873, no hace sino
señalar que por el solo hecho de no pagarse el precio en el tiem
habiendo pacto comisorio, el vendedor tiene de todas
po debido,
formas dos acciones: la de resolución y la de cumplimiento. Pero
la resolutoria la misma que la del art. 1873, aunque con una pres
es

cripción diversa, subsistiendo la de cumplimiento por cinco años


desde el vencimiento de la obligación, como se ha dicho. "Trans
curridos los cuatro años, la acción resolutoria se
extingue irreme
diablemente, sin que pueda aducirse que todavía le queda al
vendedor, por ejercitar, la que nace de todo contrato bilateral, esto
es, la de la condición resolutoria tácita", dice un autor.112'1 La doc
trina de la Corte Suprema viene a
tergiversar la letra del art. 1880,
pues esclaro que al referirse a la prescripción de la acción resolu
toria se refiere a la que emana del pacto comisorio, que es la que
le concede el art. 1873, como lo dice el art. 1878. Agreguemos que
la supuesta doctrina del Decano Alessandri se extrae de una obra
de la que él no fue autor, sino que es una versión atribuida a sus
clases, aunque jamás reconocida por el ilustre Decano. Por el con
trario, cuando se refirió a la cuestión en una obra que sí es suya,

escribió que "Lo expuesto nos lleva a la conclusión de que una vez
transcurridos los cuatro años de que habla el artículo 1880 se ex
tingue la acción resolutoria y el vendedor no puede pedir la reso
lución del contrato, sino únicamente el pago del precio. Y no
creemos que
pueda sostenerse que después del vencimiento de ese
plazo pueda el vendedor la resolución con arreglo al artículo
pedir
1873, porque si así fuera, el artículo 1880 sería ilusorio, ya que la
acción a
que se refiere es
precisamente la resolutoria y no otra".1126
Sostener que existirían dos acciones resolutorias, por la letra del
art. 1878,
implica incurrir "en el otro error de olvidar que el pacto
comisorio no es sino la misma condición resolutoria tácita que se
ha expresado. Pactándose, toma el nombre de pacto comisorio,
pero es la condición resolutoria tácita que produce, en este
siempre
caso, los efectos que el legislador le señala y entre los cuales está,

1,25
E. VIO ob. cit., N° 348. En el mismo sentido, R. RAMOS P,
VASQUEZ,
Obligaciones, N° 205; R. ABELIUK, Obligaciones, t. 1, N° 551; R. DOMÍNGUEZ B. y
R- DOMÍNGUEZ A., nota citada, N° X
1126
pág. 135.
A. ALESSANDRI, De la Compraventa y de la Promesa de Venta, t. 2, N° 1874.

385
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

de
precisamente, la reducción de su
plazo ordinario
prescrip
ción".1127 Transcurrido el plazo, la acción de resolución extingue se

necesariamente, dice el art. 1880, lo que importa imponer al ven


dedor una carga de accionar dentro del plazo prefijado, pasado el
cual la acción se extingue. De allí que se haya querido ver en ese
plazo más bien una situación de caducidad que de prescripción pro
piamente tal, atendidas sus características.1128
Tratándose de una prescripción especial, ésta no se suspende.
Pero su interrupción se rige por las reglas generales y no por las del
art. 2523, como se ha sostenido erróneamente a nuestro juicio.1129
El art. 2523, como ya se ha dicho (vid. N° 78) sólo se aplica a las ,

prescripciones de los arts. 2521 y 2522, como lo dice expresamente.

86. Acción de retroventa. El artículo 1885 del Código Civil señala


acción de retroventa no
que "el tiempo en que se podrá intentar la
podrá pasar de cuatro años contados desde la fecha del contrato".
Elplazo breve se justifica plenamente porque la situación in
cierta del comprador va en contra de los principios económicos que

exigen certeza en el dueño, para hacer producir los bienes e in


vertir en ellos. De allí que este pacto, en la mayoría de las veces,
encubre más bien figuras de crédito garantizadas con la cosa1130 u

1127
D. STITCHKIN B., Derecho Civil, t. 1, pág. 171, Santiago, 1952. Debe re

cordarse el origen del art. 1878, que, de acuerdo a la nota de Bello al Proyecto
de 1853, art. 2057, hoy 1878, la regla fue inspirada en Delvincourt, al comentar
el art. 1656 del Código francés, casi igual al art. 1878 nuestro. Pues bien, el co
mentarista del Código Napoleón recuerda que bajo el Antiguo Derecho, existiendo
pacto comisorio, la sola llegada del plazo pactado sin que el comprador hubiese
pagado el precio, era suficiente para resolver el contrato sin más y como ello pa
recía demasiado drástico, se cambió la norma, exigiéndose, aunque haya pacto
comisorio, que el vendedor coloque en mora al comprador, de forma que el pac
to comisorio calificado no
opera de pleno derecho, debiendo el vendedor optar
por pedir la resolución o el cumplimiento. M. DELVINCOURT, Cours de Code C/~
vil. t. 3, págs. 156 v 157, París, 1834.
,I2H
R. DOMÍNGUEZ B. v R. DOMÍNGUEZ A., nota citada, N" 13, y en cuan

to a las caraclerísticas del


pla/o, N"s 8 a 10.
"-"
A. ALESSANDRI, De la Compraventa de la Promesa de Venta, t. 2, N° 1870;
y
E. VIO YASOUEZ, ob. cit., N° 348. Pero en contra, R. ABELIUK, Obligaeiones, t. 1,
Nü551.
11:10
En el derecho trances, la
jurisprudencia ha anulado contratos de venta
con
pació de retroventa que encubren un contrato de prenda prohibido y con
trario al art. 2078 del C. francés, nuestro art. 2397 inc. 2°. Así, J. HUET, "Les prin-
cipaux conirats spéciaux", en Traite de Droit Civil, bajo la dirección de J. Ghestin,
N" 11450, París, 1990. Por nuestra parte no vemos obstáculo a
que las partes, en
uso del
principio de la autonomía, que tiene rango constitucional, no puedan usar

386
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

otrasoperaciones especiales, como la venta de muebles por antici


pación, como en el caso de compraventa de inmuebles con bos
ques para luego recobrar el suelo sin ellos.
En una ocasión se pretendió un recurrente
que el
por plazo
de prescripción de dicho artículo de
no era corto tiempo, por lo
que no debía
aplicársele el artículo 2524, sino que el artículo 2520,
y por consiguiente también el artículo 2509 N° 1, del que se des
prende que la prescripción se suspende en favor de los dementes.
No se trataría de una prescripción de corto tiempo. Estimaba la
parte que sólo serían prescripciones de corto tiempo las de tres años
o menos, y se fundaba para ello en las disposiciones de los artícu
los 2521 y 2523 del Código Civil.
Con razón la Corte Suprema desestimó esa doctrina, pues "ta
les artículos se refieren
a ciertas acciones
que prescriben en cor
to tiempo y todas ellas, pues
no a del artículo 2524 se desprende
la como la del plazo para ejercitar la acción de
que prescripción,
retroventa, es de corto tiempo. Por lo demás, el Código Civil no
ha fijado, como lo pretende deducir la recurrente, un plazo de
terminado para considerar que una prescripción es de corto tiem
po, y tal afirmación carece de toda base en las disposiciones legales
pertinentes".
Termina afirmando el fallo que "el artículo 2524 ha sido aplica
do correctamente por la sentencia recurrida, y cuya aplicación ex
cluye la de los artículos 2509 y 2520 del citado Código".1131 Es pues
una
prescripción de corto tiempo; pero especial, que no se suspen
de y que queda sujeta al imperio del art. 2524. Su interrupción no
se
rige por el art. 2523, sino por las reglas generales del art. 2518.
Respecto de la acción de retroventa, se ha resuelto que "el re
querimiento del vendedor para ejercitar el derecho de recomprar
la cosa debe ser judicial, no bastando el extrajudicial. El artículo 1885
habla de 'intentar', lo que significa deducir una acción enjuicio.
Nada importa que se haya exigido el derecho privadamente, ya que
sin acudir a lajusticia no hay acción o gestión intentada".1132

de la
compraventa con pacto de retroventa como forma de garantía real. El argu
mento del art. 2397 se
opondría también a las operaciones de "léase back" que la
práctica crediticia ha hecho usual en Chile.

1131
C. 3 diciembre 1964, Fallos del Mes 7?>, N° 7, pág. 392. La mis
Suprema,
ma sentencia en Rev. de Der., t. 61, sec. Ia, pág. 418.
"■"*
C. Suprema, 23 noviembre 1916, Rev. de Der, t. 14, sec. Ia, pág. 445.

387
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

embargo, también hay fallos que han señalado que es sufi


Sin
ciente un requerimiento extrajudicial,1133 los que han olvidado que
el art. 1885 se refiere al plazo para intentar "la acción" de retro-
venta y no para un mero ejercicio extrajudicial de un derecho. Así

lo entiende la doctrina, que insiste además en que no basta inten


tar la acción dentro del plazo de
prescripción para que ésta se in
terrumpa, sino que es menester que sea acompañada de la oferta
de reembolso del precio y que la notificación se haga dentro del
plazo, poique el art. 1885 exige que se dé noticia al comprador del
ejercicio de la facultad de recobrar la cosa.1134 No se trata entonces
de un plazo de caducidad, en que bastaría que la acción se dedu
jera en tiempo, porque se exige esa notificación. Y la oferta de re
embolso del precio es preciso también hacerla en el plazo, porque
es la condición necesaria
para el ejercicio del derecho de recobrar
la cosa y es la que la justifica.

87. Acción de nulidad relativa. De conformidad con el art. 1691,


el plazo para pedir la rescisión durará
cuatro años, que se cuenta,
en el caso de error o dolo, desde el día de la celebración del con
trato, en el caso de incapacidad, desde que ésta haya cesado, y lo
mismo si se trata de la violencia. Pero se ha entendido que la regla
para la incapacidad no se aplica a las denominadas incapacidades
especiales, porque aquí el beneficiado con ellas no es el incapaz,
sino terceras personas, de forma que allí
rige la regla general que
cuenta el plazo desde la celebración del contrato nulo.1135
Esta prescripción no se
suspende sino en los supuestos del
art. 1692. Por ello se ha resuelto que "si bien el artículo 2524 del

Código Civil habla de


prescripciones de corto tiempo a que están
sujetas las acciones especiales que nacen de ciertos actos o contratos,
y siendo la rescisoria una acción ordinaria, como la de nulidad, po
dría estimarse que dicha acción no se encuentra
comprendida en
el precepto de aquel artículo; sin
embargo, es preciso considerar
otros elementos: el sistema de la lev, sólo admite la que suspensión
en la prescripción de largo tiempo; la clasificación que el mismo

1133
C. La Serena, 11 junio 190K, Rev. de Der., t. 7, 2*', 22, y 7 mayo
sec.
pág.
1946, Rev. de Der., l. 44, sec. 2a, pág. 38.
im
A. ALESSANDRI, De la de la Promesa de Venta,
Compraventa y t. 2, Nm 1924 y
1925.
1135
Así, A. ALESSANDRI BESA, La Nulidad y la Rescisión en el Derecho Civil Chi
leno, N° 1118, Santiago, 1949.

388
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO I IEMP( )

hace en
prescripción extintiva de
largo y de corto tiempo, y el plazo
señalado a la rescisión
el artículo 1691, muy distinto del de 10 y
en

20 años (hoy 3 y 5, respectivamente) del artículo 2515 e idéntico al


de la acción de reforma del testamento (art. 1216), del de re pacto
troventa (art. 1885), del pacto comisorio (art. 1880), del saneamien
topor evicción (art. 1856), de la lesión enorme (art. 1896), etc.
Todo esto pone de manifiesto que el cuadrienio de la acción resci-
soria (art. 1691) suspende en favor de ninguna persona, sino
no se

en los casos expresamente previstos por la ley, como son los del in
ciso 2o del artículo 1216, y los del inciso 2o del artículo 1692, para
los herederos menores de edad".1136 Por lo demás sería absurdo que
a pesar de existir
regla especial para la suspensión en el art. 191,
todavía guardaran aplicación además las normas de suspensión de
la prescripción de largo tiempo.
Se recordará que la doctrina y la jurisprudencia entienden que
el plazo del art. 1691 no es de prescripción de la acción de nuli
dad relativa, sino de saneamiento del vicio (vid. N° 33). Pero no es
de caducidad, porque requiere alegarse y el juez no la podrá de
clarar de oficio.
En todo caso el inicio del plazo es variable. Por regla general,
será desde el día de la celebración del contrato; pero en caso de
violencia será desde el día en que ésta haya cesado, y en caso de

incapacidad, desde que ella haya cesado. En otras situaciones se ha


previsto un día inicial especial, como en el art. 1782, para la resci
sión de la renuncia a los gananciales por parte de la mujer casada
en sociedad
conyugal, pues entonces el plazo corre desde la diso
lución de dicha sociedad, aunque la nulidad se funde en error o
dolo. Otro tanto acontece para la acción rescisoria que confiere en
el caso de sociedad conyugal a la mujer casada, sus herederos y ce
sionarios, el art. 1757 para la invalidación de los actos ejecutados
sin darse consenti
cumplimiento a los requisitos de autorización o

miento previstos en los arts. 1749, 1754 y 1755. También el cuadrie


nio corredesde la disolución de la sociedad conyugal, o desde que
cese la
incapacidad de la mujer o de sus herederos. Evidentemen
te la
ley hace alusión al caso en que la mujer al tiempo de disolver
se la sociedad conyugal fuere aun incapaz por causa de demencia,
edad u otra
general, porque luego de la reforma de la Ley N° 18.802,
cesó la incapacidad por causa del régimen de sociedad conyugal.

1136
C. Valparaíso, 14 enero 1931, Rev. de Der., t. 29, sec. 2ar'pag. 17 i

389 Í'íqIO'JS )
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

88. Acción rescisoria por lesión enorme. El artículo 1896 del Có


digo Civil señala que "la acción rescisoria por lesión enorme expi
ra en cuatro años contados desde la fecha del contrato".

El artículo recién transcrito se encuentra ubicado en el párra


fo 13 del Título XXIII del Libro IV del Código Civil, titulado "De
la rescisión de la venta por lesión enorme". En consecuencia, esta
blece una
prescripción especial de corto
tiempo aplicable sólo a la
acción rescisoria por lesión enorme en la compraventa. Los otros
casos en
que la ley autoriza que se rescinda un acto o contrato por
lesión enorme, están sujetos a la acción rescisoria común, o sea, a

aquella que rige el artículo 1691 del Código Civil. Es el caso de la


lesión en la partición (art. 1348 inc. 2o) o en la aceptación de una

asignación hereditaria (art. 1234).


La importancia práctica de determinar cuál de las dos accio
nes se
ejercita está en que la acción rescisoria del artículo 1691 ad
mite suspensión en el caso de incapacidad, en cambio la del artículo
1896 corre contra toda persona, porque el
legislador no ha dicta
do una disposición de excepción. Así se ha resuelto.1137
En la compraventa, como resulta claro del art. 1896, el
plazo
corre desde la fecha del y ello aunque la compraventa esté
contrato

sujeta condición, pues


a la regla no contiene excepción y es clara
sobre el inicio del plazo.1138 En otros términos, corre desde la fe
cha en
otorgó la escritura
que se
que contiene el contrato,
pública
puesto que sólo la compraventa de inmuebles es rescindible por
lesión (art. 1891). Lo mismo debe decirse del caso en
que el con
trato de fue de de promesa.
compraventa precedido uno
Pero aunque la ley no lo dice
expresamente, parece evidente
que el mismo plazo se aplica a la acción del art. 1893 para obtener
el exceso de lo pagado al
comprador que ha enajenado la cosa ven
dida, pues ésa es también una consecuencia de la acción rescisoria
por lesión.1139
Los términos empleados por la ley dejan en duda que se trate
de una
prescripción, pues el art. 1896 no habla de prescripción,
sino que hace expirar la acción a los cuatro años, lo que permiti-

1,37
Así, Rev. de Der., t. 4\), sec. 1 ', pág. 165; Gaceta de 1931, 1er sem., sent. 62,
pág. 271; Gacela de 1913, sent. 1057, pág. 3065; Gaceta de 1879, sent. 1925,
pág. 1346.
1IW
A. .ALESSANDRI R., De la de la Promesa de Venta,
Compraventa y t. 2, N° 2055,
Santiago, 1918.
,,:w
En ese sentido, A. ALESSANDRI R., ob. cit., t. 2, N"1 2060.

390
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

ría entender que se trata más bien de una caducidad, aunque la


doctrina nacional ha puesto en duda que se trate de
no una
pres
cripción. No habría razón para ser aquí más drástico.

89. Acción de saneamiento por evicción. De conformidad con el


art. 1856, "la acción de saneamiento por evicción prescribe en cua
tro años; mas por lo tocante a la sola restitución del
precio, pres
cribe según las reglas generales".
"Se contará el tiempo desde la fecha de la sentencia de evic
ción; o si ésta no hubiere llegado a pronunciarse, desde la restitu
ción de la cosa".
regla requiere un breve comentario, pues debe precisarse.
La
La obligación del vendedor de sanear la evicción comprende, pri
mero, concurrir a la defensa del comprador, cuando sea citado por
éste ante la demanda de un tercero que pretende algún derecho
sobre la cosa con causa anterior a la compraventa (art. 1843) y lue ,

go, si la evicción produce,se indemnizar al comprador. Es eviden


te
primera obligación, es decir, la de defensa, no está sujeta
que la
a
prescripción extintiva. Depende de una demanda del tercero y
ésta puede producirse en cualquier tiempo. Expira solamente si el
il4(1
vendedor no es citado de evicción. Es pues imprescriptible. Tam

poco se aplicará la prescripción a la obligación negativa que pesa


sobre el vendedor de no perturbar él al comprador, la que no tie
ne
plazo de extinción.1141
De este modo, cuando el art. 1856 aplica una
prescripción espe
cial a la acción de saneamiento por evicción, se refiere a las indem
nizaciones prestaciones patrimoniales que debe el vendedor una
o

vez
producida la evicción y que se regulan en el art. 1847, con ex
cepción de la restitución del precio prevista en el número 1 de esa
regla, pues en ese caso rige la prescripción de cinco años del
art. 2515. La
separación entre ambas acciones es lógica, ya que la res
titución del precio tiene como fundamento la circunstancia que, al
perderse la cosa comprada por causa de evicción, el precio pagado
ya no tiene causa y por ende es un verdadero pago de lo no debido.
Es interesante anotar que el plazo de prescripción de cuatro
años se cuenta desde la fecha de la sentencia que produjo la evic
ción, si alguna existe, y no desde la fecha de la notificación de ese

1140
Así, A. ALESSANDRI, De la Compraventa y la Promesa de Venía, t. 2, N° 1407.
1141
Sobre ella, A. ALESSANDRI. De la Compraventa y la Promesa de Venta, t. 2,
Nos 1201
y sgts.

391
IA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

fallo. En los Proyectos de 1842 (art. 36, Tit. XXII) y de 1847


hacía contar desde la notificación. Pero en la redac
(art. 359) se

ción definitiva alteró la solución que, desde luego, no guarda


se

armonía con los principios procesales que mandan que los efectos
de las resoluciones se
produzcan con la notificación.
judiciales
1856 suspende, le
En todo caso, elplazo del art. no se pues se

aplica la regla del art. 2524.

90. Acción de saneamiento de los vicios redhibitorios. Por el


art. 1866, la acción redhibitoria dura seis meses respecto de las co

sas muebles y un año para los bienes raíces, salvo norma diversa
de ley especial o de estipulación contractual, pues aquí la ley auto
riza las partes a ampliar o a restringir ese plazo (vid. N° 5). Pero
a

habiendo prescrito la acción redhibitoria, el comprador podrá aun

pedir rebaja del precio y la indemnización de perjuicios "según las


reglas precedentes", agrega el art. 1867.
De acuerdo al tenor de aquellas reglas, lo que prescribe enton
ces en seis meses o un año es la acción redhibitoria misma, es decir,
la que autoriza a
pedir la rescisión de la venta (art. 1860) y contado
ese
plazo no desde la fecha del contrato, sino desde la entrega real
de la vendida (art. 1866), aunque se trate de un inmueble, pre
cosa

cisión necesaria desde que en éstos la tradición se verifica por la ins

cripción del contrato en el Registro de Propiedad del Conservatorio


de Bienes Raíces (art. 686) y su fecha no necesariamente corresponde
a la de la entrega material, que es la que determina el curso de la

prescripción. No se comprende aquí la prescripción de la acción des


tinada pedir la sola rebaja del precio. De aquí que, como se haya
a

dicho justamente, la definición que de la acción redhibitoria se con


tiene en el art. 1857 es inexacta, pues no forma parte de ella la des
tinada a
pedir rebaja del precio o
quanti minoris.lu"2 El plazo de seis
meses
para las ventas de cosas muebles coincide con el establecido
para las ventas mercantiles (art. 154 inc. 2° Cód. de Comercio).
Se trata de prescripción, como la califica el art. 1867, y no
una

de una caducidad, como pareciera desprenderse de los términos


del art. 1866, de acuerdo al cual la acción dura seis meses o un año.
La ley ha
querido conceder la acción por cierto plazo, pasado
no

el cual ella se extinga inexorablemente, sino


que establecer una
prescripción, sujeta por ende la obligación de alegarla por el
a

11 4a
Así, A. ALESSANDRI, De la Compraventa y la Promesa de Venta, t. 2, N° 1496.

392
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

vendedor que quiera aprovecharse de ella. Pero la conclusión no


resulta evidente, atendidos los términos del art. 1866, lo que reve
la lo difícil y arbitraria que resulta a veces la calificación de un pla
zo, si hubiere de estarse a los solos términos del texto. Estos dan a

pensar plazo por el cual se concede la acción y no en una


en un

real prescripción; pero si así fuese, no se entendería que más ade


lante el art. 1868 califique expresamente de prescripción la acción
pedir la sola rebaja del precio.1143
para
En cuanto la acción para la rebaja del precio, el art. 1867 man
a

da que ella sobreviva a la prescripción de la acción redhibitoria,

porque habiendo prescrito ésta, el comprador tiene todavía dere


cho pedir la rebaja del precio y la indemnización de perjuicios
a

"según las reglas precedentes".


Con ello lo que la ley quiere establecer es que si el comprador
no hubiere ejercitado la acción redhibitoria y ésta
llegare a prescri
bir, puede aun demandar, en virtud de los vicios redhibitorios, la re
baja del precio y la indemnización de perjuicios, ya que los artículos
anteriores separan claramente ambas acciones y es a ello que se re
fiere el art. 1867 cuando hace referencia a las "reglas precedentes".
Más adelante, el art. 1869 señala que toda acción para pedir la reba

ja del precio, sea si los vicios eran redhibitorios, o si no tenían tal


entidad, en que no
procede la acción redhibitoria sino sólo la de
rebaja del precio (art. 1868), prescribe en un año para las ventas de
bienes muebles y en dieciocho meses para la de bienes inmuebles.
Siguió entonces el Código la tradición de las Leyes de Partidas, que
establecían para ella un plazo diferente al de la acción redhibitoria;
pero no señaló desde cuándo habrá de contarse el plazo, aunque es
lógico entender que lo es desde la entrega real, como en el art. 1866,
porque es desde entonces que el comprador ha podido conocer la
existencia de los vicios que hasta entonces le eran ocultos ignora o

dos y surge la acción. Esa era además la tradición en los preceden


tes romanos
y de la Ley de Partidas que siguió el Código. Es la
solución que adopta la doctrina1144 y la jurisprudencia.1143

1143
Ante semejante imprecisión de los términos en elCódigo español, la ju
risprudencia allí ha sido cambiante en cuanto a la calificación del plazo de las
acciones de saneamiento y de vicios ocultos, siendo la calificación de caducidad
la que
parece prevalecer en la última jurisprudencia del Tribunal Supremo. So
bre ello, F. RTVERO HERNÁNDEZ, ob. cit., 468.
1,44
pág.
Así, J.C. FABRES, Instituciones de Derecho Civil Chileno, i. X, N° 270; A. ALES
SANDRI, De laCompraventa, citada, t. 2, N° 1501.
1,45
En ese sentido, C. Suprema, 13 enero 1944, Rev. de Der., t. 42, sec. Ia,
pág. 25.

393
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

El art. 1870 agrega que si la compra se ha hecho para remitir


la cosa a un lugar distante, la acción para rebaja del precio pres
cribe en un año desde la al más el término
consignatario,
entrega
de la distancia. El plazo de un
emplazamiento que corresponda a

año coincide conel del art. 1869, desde que se trata indudablemen
te de venta de bienes muebles.
Pero si el comprador la acción redhibitoria y
hubiera ejercitado
la sentencia hubiere establecido que los vicios alegados no tienen el
carácter de redhibitorios, de acuerdo al art. 1858, la acción para la
rebaja del precio no subsiste, a pesar que la letra del art. 1867 pare
ciera permitir otra solución. En efecto, en tal caso ya está resuelto
lo mismo,
por sentencia final, que no hay vicios redhibitorios y, por
no
puede pedirse la rebaja del precio por tales vicios, porque ello
implicaría poder pedir que se vuelva sobre un fundamento de la ac
ción que ya está resuelto.1146 La excepción se encuentra en el
art. 1868, porque aquí se trata de vicios diversos a los redhibitorios.

En cuanto a la acción para indemnización de perjuicios, se ha


resuelto que ella es accesoria a la acción redhibitoria o a la de re
baja del precio. Es también consecuencia de afectar a la cosa ven
dida vicios de los que el vendedor debe responder. Por ello, dicha
acción prescribe de acuerdo a los plazos de las acciones principa
les y no puede sobrevivirles1147 y así lo entiende la doctrina.1148 La
solución no nos parece tan evidente desde que el carácter acceso
rio de la acción de perjuicios no
aparece en la ley, ni tampoco es
plenamente justificado desde el punto de vista lógico. Que un vi
cio redhibitorio afecte a la cosa comprada da derecho a pedir la
rescisión o la rebaja del precio. Ese es el efecto de la obligación
impuesta al vendedor. Pero además esos vicios pueden producir
perjuicios y éstos no son accesorios de nada, sino constituyen otro
posible efecto de tales vicios, y por lo mismo, la acción para pedir
su
reparación no tiene por qué depender de las otras. Ocurre aquí
algo semejante al caso en que la nulidad de un contrato pueda aca
rrear también
perjuicios para una parte y no es posible ver en ello
una
dependencia de las acciones.1149
Los plazos de los arts. 1866, 1869 y 1870 no se
suspenden, de
acuerdo al art. 2524.

INli
En sentido, A. ALESSANDRI, De la Compraventa, t. 2, N° 1505.
ese
11,7
C. 13 enero 1944, Rev. de Den, t. 42, sec. Ia, pág. 25.
Suprema,
1,48
A. ALESSANDRI, De la Compraventa, t. 2, N° 1508.
1,49
Sobre ello, R. DOMÍNGUEZ A. y R. DOMÍNGUEZ B., "Nota de
jurispru
dencia" en Rev. de Der. U. de Concepción, N° 197 (1995),
pág. 217.

394
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

Por último, es necesario tener en cuenta que la Ley sobre Pro


tección de los Derechos de los Consumidores, N° 19.496, de 1997,
art. 21, contempla un de caducidad de tres
plazo desde la fe meses

cha en que se haya recibido el producto, para


ejercitar los dere
chos que la misma ley confiere en caso de defecto de los
productos
adquiridos y para pedir la indemnización de perjuicios consiguien
te, a menos que las cláusulas de garantía con las que se vendió el

producto contengan un
plazo mayor. De este modo, esta regla, para
los casos en que ella debe aplicarse (art. 2°), prevalece sobre las
normas civiles de vicios redhibitorios.

91. Prescripciones especiales en derecho de familia. En su


opor
tunidad indicó que el derecho de familia es lugar de predilec
se

ción de la caducidad (vid. Nos 26 y 27). Con todo, existen en él

algunos plazos de
prescripción que son especiales.
Entre ellos, los propios de algunos supuestos de nulidad de
matrimonio. El art. 35 de la Ley de Matrimonio Civil ordena que
prescriba en un año la acción de nulidad matrimonial fundada en
la existencia de alguno de los impedimentos del art. 4, números 2,
4 ó 5, esto es, la impubertad de alguno de los contrayentes, el he
cho de estar imposibilitado para expresar la voluntad claramente
de palabra o por escrito al tiempo del matrimonio, o la demencia,
así como en la existencia de error en cuanto a la identidad de la
persona del otro contrayente o haber existido fuerza al momento
de la celebración (art. 33 Nus 1 y 2). El año se cuenta desde que los
contrayentes lleguen a la edad de pubertad en el primer supuesto
y en los otros, desde que desaparezca el hecho que origina la nuli
dad (art. 35) y en los casos de matrimonio en artículo de muerte,
la nulidad por error o fuerza que cabe a los herederos del cónyu
ge difunto prescribe en un año contado desde la muerte del cón-
vuge enfermo (arts. 35 inc. final y 34 inc. 3o).
También prescribe en un año la acción de divorcio, contado
desde que se tuvo que se funda (art. 26
conocimiento del hecho en

Ley de Matrimonio Civil). Si la causal está fundada en malos trata


mientos de obra y de palabra, se ha resuelto que el plazo debe con
tarsedesde el último hecho, cuando ha existido continuidad de los
mismos.1150 Pero la solución no es uniforme, pues también se ha

1150
C. Santiago, 10 de abril 1958, Rev. de Der., t. 57, sec. 2", pág. 217; 14 mar
zo1951, Rev. de Der., t. 48, sec. 2a, pág. 15, y C. Suprema, Hjunio 1920, Rev. de

Der.,t. 19, sec. Ia, pág. 87.

395
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

resuelto que se cuenta desde que el hecho ocurrió y no desde el


último hecho, si hay una continuidad de ellos.1151 Pero es evidente
que si cada hecho de agresión por sí solo permite fundar
una ac

ción de divorcio, no parece posible sostener que el plazo se cuen


te desde el primero. Cada hecho origina un nuevo plazo.1152 En el
caso de adulterio ha resuelto que el plazo se cuenta desde que
se

se tiene conocimiento del hecho y no desde el último acto consti

tutivo,1153 aunque también han existido sentencias que entienden


que el plazo se reinicia con cada acto.1154 En todo caso, la prescrip
ción no se suspende en caso
alguno, de forma que no recibe aplica
ción aquí la regla del art. 2509, de acuerdo a la cual la prescripción
se
suspende siempre entre cónyuges, pues si así fuere, resultaría que
el plazo de un año sería inútil.
En la sociedad conyugal, cuando el marido requiere autoriza
ción de su mujer para ciertos actos, como en los arts. 1749, 1754 y
1755, se ha previsto también una nulidad relativa en favor de la
mujer si no se obtiene tal autorización. El art. 1754 manda que el
cuadrienio para pedirla se cuente desde la disolución del régimen
o desde
que cese la incapacidad de la mujer o de sus herederos.
Y siempre en sociedad conyugal, el art. 1768 manda que "aquel
de los cónyuges o sus herederos que dolosamente hubieren ocul
tado o distraído alguna cosa de la sociedad, perderá su porción en
la misma cosa y se verá obligado a restituirla doblada". Se trata de
un delito civil, de forma
que la prescripción aplicable no puede
1155
ser otra
que la prevista en el art. 2332, aunque se ha sostenido
que no existiendo plazo especial, debe aplicarse la regla general
del art. 2515,115b solución que no nos
parece ajustada a la naturale
za
jurídica de la acción, puesto que claramente se trata de un deli
to civil, se acaba de manifestar.
según

1151
C.
Santiago, 27 junio 1944, Rev. de Den, t. 43, sec. Ia, pág. 247 (sentencia
de apelación).
,IM
Así, M. SOMARRIVA U., Derecho de Familia, N° US, Santiago, 1983.
1153
C. Santiago, 19 agosto 1985, Rev. de Der., t. 82, sec. 2\
1,54
pág. 99.
C. Valparaíso, 4 junio 1959, Rev. de Der., t. 57, sec. Ia,
pág. 29, y C. Talca
31 mayo 194(), Rev. de Der., t. 45, sec. Ia, 712.
ILW
pág.
Así, M. SOMARRIVA V., Derecho de Familia, N° 309; R. RAMOS P, Derecho
de Familia, t. 1, N° 340, 4A edic,
1,56
Santiago, 2003.
A. ALESSANDRI, Tratado Práctico de las
Capitulaciones Matrimoniales, de la
Sociedad Conyugal y de los Bienes Resentidos de la Mujer Casada, N° 854, Santiago, 1935.
Pero el propio autor ha entendido que se está en presencia de un delito civil
(N°S52).

396
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

La ley no ha previsto
plazo especial para demandar el cré
un

dito de participación, disuelto el régimen de


una vez
participación
en los gananciales, de forma que regirá aquí la regla general del
art. 2515.

92. La prescripción en el derecho comercial. Cheques. Transpor


te. Seguro. El art. 822 del Código de Comercio ordena
que "Las
acciones que procedan de las obligaciones de que trata el presen
te Libro y que no tengan señalado un plazo especial de
prescrip
ción durarán cuatro años". La disposición hace referencia al
Libro II, De los Contratos y Obligaciones Mercantiles en General.
Pero los tribunales han resuelto que no se aplica esa prescripción
a los actos mixtos en cuanto concierne al deudor que no es comer

ciante, para el que continúa aplicándose el Código Civil.1157 Se tra


ta aplicación de la
de la regla que en esos actos rige, la ley
del
obligado. Así entonces, a una
compraventa mercantil y a las accio
nes
que de ella derivan se
aplicará la prescripción de cuatro años
si el obligado es comerciante; y la prescripción civil para el que no
lo es. Pero si se trata de un acto mercantil para quien quiera lo
celebre, es decir comerciales por su naturaleza u objetivos, o si am
bas partes son comerciantes, a falta de prescripción especial regirá
la del art. 822.1158
La
prescripción del art. 882 del C. de Comercio no admite sus
pensión, pues a ella no le es aplicable la regla del art. 2520 del C.
Civil prevista sólo para la prescripción ordinaria, según ya se ha visto
(vid.N°65).1159
Esta prescripción es general, lo que determina que prevalecen
sobre ella las especiales que hayan de aplicarse a ciertos actos mer
cantiles. Así, la prevista en el art. 214 N° 4 del C. de Comercio para
la responsabilidad del porteador por pérdidas, desfalcos y averías,
que es de seis meses en las expediciones dentro del país y de un
año para las dirigidas a territorio extranjero. Y no habrá de olvi
darse que la legislación mercantil también contiene casos de cadu
cidad, como en el art. 230 del Cód. de Comercio para reclamar los

1157
C.
Suprema, 11 octubre 1995, Gaceta 184, N° 1, pág. 37, y Rev. de Der.,
t. 92, Ia, pág. 104; C. Santiago 15 mavo 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. 2", pág. 44;
sec.
22 de abril 1996, Rev. de Der., t. 93, sec. 2a,
pág. 43; 5 de octubre 1990, Gaceta
Jurídica 124, pág. 44.
1158
C. Suprema, 29 mavo 1996, Rev. de Der., t. 93, sec. 2a, pág. 62.
1159
C. Santiago, 30 noviembre 1995, Rev de Der., t. 92, sec. 2a, pág. 132.

397
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

objetos porteados por los pasajeros o consignatarios, que dispone


para ello de un plazo fatal de seis meses.
Pero el contrato de transporte tiene reglas distintas, según si
del transporte terrestre, del marítimo o del aéreo. Para el
se trata

primero, con excepción de las normas ya indicadas de los arts. 214


N° 4 y 230, habrá de regir la regla general del art. 822, desde que
ese contrato, careciendo de otras especiales, está reglamentado en

el Libro II del Código de Comercio. Para el transporte marítimo,


los arts. 1246, 1247 y 1248 de
Código contienen plazos especia
ese

les de seis meses para el cobro del pasaje y del flete desde que la

obligación se hubiere hecho exigible, de seis meses desde la fecha


de entrega de la mercadería o desde que se pone término al viaje
en la acción para que se declare una avería común, de seis meses
también para el cobro de la contribución contados desde que se
hubiere comunicado la emisión de la liquidación de la avería co

mún o desde que


haya terminado el juicio si ésta ha sidoimpug
nada legitimidad. Las demás acciones que
en su no
tengan plazo
especial prescriben en dos años, con distinto día inicial que se se

ñala, para cada acción, en el art. 1249.


Para el transporte aéreo el Código Aeronáutico (Ley N° 18.916 de
1990) ha previsto un plazo de un año para las acciones por respon
sabilidad aeronáutica previstas en el Título IX (art. 175), contado
desde el día de los hechos, desde que la aeronave llegó a destino o
desde que el transporte fue interrumpido, según los casos. Pero no

hay norma para la prescripción de otras acciones. ( Conociendo de


la prescripción de la acción para el cobro de pasajes, la Corte Su
prema ha entendido que debe aplicarse la regla del art. 822 del
Código de Comercio, por ser ésta la de carácter general en mate
ria mercantil, y el art. 6o del Código Aeronáutico manda
aplicar las
normas del derecho común si no
hay regla especial.1160 Pero el voto
disidente en esa sentencia entiende ser aplicable la
regla del
art. 2522 inc. 2° del Civil, ésta refiere
Código ya que se claramente
a las acciones de los acarreadores, siendo el
Código Civil el que
contiene el derecho común, ya que el art. 822 del
Código de Co
mercio señala claramente que se aplica como
regla general de los
contratos previstos en el libro II de dicha codificación
y el trans
porte aéreo no está regulado allí. Por nuestra consideramos
parte
correcta la doctrina disidente. El art. 2021 confiere carácter espe-

C. Suprema, 3 octubre 2001, Rev. de Der., t. 98, Ia, 197.


sec.
pág.

398
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

cial las normas de transporte del Código de Comercio


a
y por lo
mismo las reglas de derecho común a que se refiere el art. 6o del
Código Aeronáutico no
pueden ser sino las civiles, y entre ellas las
del art. 2522.
La sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques (DFL
Ley
N° 707 de 1982), art. 23, establece el plazo de caducidad de sesen
ta días para presentar un cheque al cobro, contados desde su fe

cha, si el librado estuviere en la misma plaza de su emisión, y dentro


de noventa días si estuviere en otra, y de tres meses
para los che
ques girados desde el extranjero. La regla ha producido una con

troversia reciente en la
jurisprudencia, porque mientras desde
siempre se entendió que, siendo el cheque un título literal, su fe
cha es la que se indica en el documento mismo, en algunas sen
tencias recientes se ha sostenido que la fecha puede ser aquella que
aparezca en instrumento diverso, como en una escritura pública,
en el que se deje constancia de la emisión del cheque en fecha an

terior, aunque literalmente éste tenga vencimiento posterior, pues


se trataría de un cheque post-datado.1161 Pero ésa es la doctrina sur

gida de la Sala Criminal de la Corte Suprema, pues la Sala Civil ha


mantenido la doctrina tradicional.1162
El art.568 del Cód. de Comercio contiene una prescripción de
cuatro años para las acciones derivadas de los seguros terrestres,
salvo para el de transporte, y si la prima fuere pagada por cuotas

acción
en
y periódicas, cada cuota da derecho a una
épocas fijas
distinta y por lo mismo prescribe en cuatro años desde el momen

to en
que sea
exigible.
No ha señalado la regla, sin embargo, desde cuándo habría de
contarse plazo de cuatro años antes
el referido, y por lo mismo no
queda sino aplicar el principio general del art. 2514 inc. 2" del Cód.
Civil, esto es, desde que la obligación se haga exigible. Ese plazo
corre tanto para las acciones del asegurador como para las del ase

gurado o contrayente.

Así, C. Suprema, 1 abril 2001, Gaceta Jurídica 256, N" 5, pág. 140. que
1161

cuenta la fecha desde que la firma fue autorizada por un notario; 26 julio 199S,
Gaceta Jurídica 217, N° 1, pág. 97; 14 junio 1999, Gaceta Jurídica 22H, N° 2, pág. SI;
10 noviembre 1999, Gaceta
Jurídica 233, \™ 3, pág. 85; 29 julio 199S, Gaceta Jurí
dica 217, X" 1, pág. 97. Contra, C. Arica, 22 junio 1999, Rev. de Der., t. 96, sec. 4a,
pág. 190, confirmada por la C. Suprema; pero con voto en contra Sr. ( airy.
1162
Q Suprema, 27 diciembre 2001, Gaceta Jurídica 258, N" 3, pág. 34; 30 abril
2001, Gaceta Jurídica 250, N" 7, pág. 159.

399
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Pero resta determinar cuándo ello ocurre para la acción del ase

indemnización
gurado en contra
para el pago de la
del asegurador
por ocurrencia del siniestro. Las soluciones que se han dado en
otros derechos son variadas; pero predomina la idea que el plazo

se iniciael hecho que da lugar a la acción y que normalmente


con

será el hecho mismo que, realizando el riesgo cubierto, es suscep


tible de poner enjuego la garantía prevista por el asegurador. Ese
hecho es el siniestro mismo.1163 Pero no bastará la ocurrencia del
siniestro, sino que será necesario que lo haya sabido el asegurado,
de acuerdo al principio contra non valentem... (vid. N° 67), deciden
la doctrina y jurisprudencia francesas111'4 y en la actualidad, bajo la
vigencia de los arts. 114-1 y 114-2 del Código de Seguros, se tiene
resuelto que el plazo puede ser interrumpido por la designación
de los peritos evaluadores en la liquidación1165 y cosa semejante se
decide en otros derechos.1166
Pero si se trata de seguro de
responsabilidad civil, el plazo
un

se cuenta desde que exista condena firme


contra el
asegurado, ya
que ése es
precisamente el hecho asegurado.1167
Entre nosotros, se ha resuelto que el plazo se cuenta desde la
ocurrencia del siniestro.1168 Pero la respuesta no puede ser única y
concluyente. En efecto, es evidente que al verificarse el riesgo pre
visto y asegurado nace la obligación de indemnizar, y entonces pa
recería natural entender, si no hay previsión especial de las partes,
que es al ocurrir el siniestro que la obligación de la aseguradora se
hace exigible y comienza por tanto el curso de la prescripción de
la acción del asegurado para demandar la indemnización. Pero en
definitiva, siguiendo los principios generales de la prescripción de

1163
Para el derecho francés, M. PICARD y A. BESSON, Les assurances terrestres
droit t. 1, N" 54, 4a edic, París, 1975;
[raneáis, para el derecho español, E DEL
en

CAÑO ESCUDERO, Derecho español de seguros, t. 1, pág. 557, 3'1 edic, Madrid, 1983.
1,64
Así, M. PICARD v A. BESSON, ob. y pág. cit.; C. ELIASBERG, F. COUIL-
BAUT y M. I ATRASSE, Les grands de l'assurance,
a

109, 3 edic, París,


principes pág.
1998; Y. LAVIBERT-FAIYRE, Droit des Assurances, N° 298, 9a edic, París, 1995.
Ilfi5
Y. L\MBERT-FAIYRE, ob. cit., N° 300; Assurances des
Risques d'Entreprise,
edic F. Leíebre, N,,s 2465 v sgts., París, 1994.
1,66
Por ej., en Argentina, I.
HALPERIN, Contrato de Seguro, pág. 550, Buenos
Aires, 1940; G. R. MEILIJ, Manual de Seguros,
pág. 104, 2a edic, Buenos Aires, 1994.
'"'7
GUSTAYO RAÚL MEILIJ, Manual de Seguros,
pág. 105, 2a edic, Buenos
Aires, 1994.
1,68
C. Punta Arenas, 14 mar/o 1990, Gaceta
Jurídica 1 17, N° 4, pág. 63, y an
tes, C.
Suprema, 2 enero 1913, Rev. de Der., t. 11, sec. Ia, pág. 229, que agrega
que las cartas intercambiadas entre las partes no son actos interruptivos.

400
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

la acción, el habrá de contarse "desde que es posible


plazo ejerci
tarla válidamente, ya que no puede exigirse el uso de algo que no
puede emplearse, ni sancionarse la inactividad en tales circunstan
cias".1169 Por ello, si la obligación de pago no es
exigible a la asegu
radora, de acuerdo a los términos de la póliza, por haberse pactado
de liquidación, mientras éste no haya conclui
un
procedimiento
do, la prescripción no comienza su curso. El art. 61 del DFL N° 251
señala que "La liquidación de los siniestros amparados por un se
las compañías directamente o encomen
guro podrán practicarla
darla a un liquidador registrado en la Superintendencia, salvo las
excepciones legales. Sin embargo, el asegurado o beneficiario del
seguro podrá exigir, en la forma y plazo que establezca el Reglamen
to, que la liquidación la realice un liquidador registrado" y la finali
dad de esa liquidación es "determinar la ocurrencia del siniestro, si
el riesgo está bajo cobertura... y el monto de la indemnización".
De este modo, si existe un procedimiento de liquidación pac
tado o en curso de acuerdo a la norma legal prevista, mientras éste
no
concluya, la aseguradora no puede ser compelida a pagar y, por
lo mismo, el asegurado no puede demandar el pago y la prescrip
ción no ha iniciado lo que resulta aun más evidente si se
su curso,
tiene en cuenta lo que se previene en el DS N° 863, de 1989, dicta
do en expresa delegación del art. 61 inc. 2o del DFL N° 251. El
art. 18 de ese DS N° 863 confiere a la aseguradora la alternativa de

disponer el pago con la sola ocurrencia del siniestro o de dispo


ner su
liquidación y, en definitiva, si ésta se lleva a cabo, la asegu
radora comunicará al asegurado su decisión de pagar o no, y en
caso de no hacerlo,
para que éste recurra al procedimiento previs
to en la
póliza. Queda así en evidencia que, existiendo tal procedi
miento de liquidación, el curso de la prescripción no queda
habilitado por la sola ocurrencia del siniestro, sino que se inicia
cuando el asegurado puede deducir su acción, terminado que sea
ese
procedimiento y notificada que sea también la decisión de la
aseguradora de pagar o de no hacerlo. Sólo así puede entenderse
aplicable al caso el principio envuelto en el art. 2514 inc. 2o del Cód.
Civil en cuanto a que la prescripción se cuenta desde que sea le
galmente posible hacer valer el derecho, es decir, desde que esté
abierto el ejercicio de la acción, porque la regla es que actioni non
datur non praescribuntur.

C. Santiago, 4 septiembre 1990, Rev. de Der, t. 87, sec. 2a, pág. 175.

401
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

las del
Para la interrupción de esta prescripción regirán normas

Código Civil del art. 2518. En cuanto al reconocimiento de la obli


gación por parte de la aseguradora, todo dependerá del conteni
do de las pólizas para hacer valer como tal, por ejemplo, el llamado
a intervención de los
liquidadores si ese procedimiento está pre
visto, aunque las conclusiones de éstos no sean obligatorias. En el
derecho francés la designación del perito que debe informar so
bre el siniestro y la evaluación del daño es un acto interruptivo
(art. L. 114-2, Código de Seguros), sea que esa designación se haga
por vía judicial o convencionalmente1170 y en el derecho argentino
los actos establecidos por la ley o el contrato para la liquidación
del seguro tienen el mismo efecto (arts. 58 y 59 Ley de Seguros).1171
Recordaremos que, no obstante las normas de prescripción, es
usual el pacto de una cláusula de caducidad convencional (vid.
N° 26), a pesar que es justamente a propósito de los seguros que
la doctrina comparada hace inflexibles los plazos de prescripción
legales (vid. N°5).

93. Prescripción de la acción cambiaria. Por el art. 98 de la Lev


N° 18.092: "El plazo de prescripción de las acciones cambiarías del
portador contra los obligados al pago es de un año, contado des
de el día del vencimiento del documento". La
regla prevista para
las letras de cambio es también aplicable a los pagarés de acuerdo
al art. 107 de la citada ley.1172
La prescripción es independiente de la de la acción
que emana
del que contenga la relación fundamental o causal. De este
contrato

modo, la prescripción de la acción cambiaria que emana de un pa


garé es diversa a la que corre en contra de la acción emanada del
mutuo de que tales títulos dan cuenta. Esta última es una
prescrip
ción civil o comercial, dependiendo de la calidad del deudor, de for
ma
que si para él se trata de una obligación civil, la prescripción será
de cinco años. Esta es una doctrina
que no admite dudas.1173 Pero

1,70
Y. I
AMKERT-FAIVRE, ob. cit., N'" 300 v sgts.
1171
GUSTAVO RAIL MEILIJ, ob. cit., pág. K)4.
1172
Así, C. Suprema, 11 abril 2001, Gaceta Jurídica 250, N" 9,
pág. 103, que
rechaza casación deducida en contra de la sentencia de la C.
Concepción. El re
currente
pretendía que la norma sobre prescripción no se aplicaba al pagaré pol
la diferencia que tiene con la letra de cambio.
1,73
C. Suprema, 25 julio 2002, autos rol 250S-2001, no
publicado a la fecha
de redacción de esta obra; 7 mavo 2001 Rev. de Der., t. 98, sec Ia,
,
pág. 94; 25 de
abril 1996, Rev. de Der., t. 93, sec. Ia, 50, S.
pág. nota Rossel; 14 de julio 1986,

402
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORK) TIEMPO

ello no que la sola suscripción de un pagaré pruebe nece


significa
sariamente la existencia del mutuo, de forma que si ese título está
prescrito, no por ello queda acreditado el préstamo.1174
Se recordará que el inicio de la prescripción suscita controver
sia en los vencimientos sucesivos que contengan cláu
pagarés con

sula de caducidad o aceleración (vid. N° 39.2). Y además, que la


prescripción cambiaria tiene regla especial sobre el alcance relati
vo y personal de la interrupción (vid. N° 61.1). Se recordará
que
el art. 100 de la Ley N° 18.092 manda que la interrupción se pro
duzca sólo respecto del obligado a quien se notifique la demanda

judicial de cobro de la letra o pagaré o la gestión preparatoria para


deducir demanda, por mucho que haya solidaridad entre los
esa

varios obligados por ser sus firmantes, haciendo así excepción a la


reglaque para los codeudores solidarios se contiene en el art. 2519
del Cód. Civil.
Como prescripción de un año es para la acción cambiaria
esta

sin otra calificación, poco importa si se trata de la acción ejecutiva


o de la ordinaria, desde
que no hay distinción en la ley. Por lo mis
mo, no cabe aquí la interversión de la prescripción, según la regla
del art. 2523 del Cód. Civil.1175
Ya se ha examinado la cuestión de determinar si una vez pres
crita la acción cambiaria pudiere no obstante usarse el título para
obtener un reconocimiento de firma y de deuda a efectos de cons
tituir un nuevo título
ejecutivo (vid. N° 13).

94. Prescripción en materia laboral. Tratándose de


prescripciones
establecidas legislación especial y
en una plazos diversos a los
con

de la prescripción civil ordinaria, se requiere un examen particu


lar. Más aún si la jurisprudencia reciente en la materia es muchas
veces desconcertante, frente a los principios generales comúnmente

admitidos.
La
prescripción laboral está reglamentada en el art. 480 del

Código del Trabajo; pero se trata entonces de la norma general,


pues respecto de los accidentes del trabajo y las enfermedades pro-

Gaceta 73, N° 2, pág. 41; C. Santiago, 9 octubre 2001, Gaceta Jurídica 256, N° 2,
pág. 78.

1174

1175
Santiago, 29 mayo 1996, Rev. de Der., t. 93, sec. 2", pág. 62.
C.

Suprema, 21 septiembre 1995, Fallos del Mes 442, N° 5, pág.


C. 1172;
20 junio 1993, Fallos del Mes 416, N° 4, pág. 441 .

403
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

fesionales existen diversas. Además el art. 168 contiene una


reglas
reclamaciones por despido injustificado. Son
caducidad propia a las
esas tres cuestiones las que se analizarán aquí.

94.1. Caducidad reclamaciones por despido. El art. 168 del


en

Código del Trabajo concede al trabajador que ha sido despedido


por alguna de las causales previstas en los arts. 159, 160 y 161 del
mismo Código y que considere que la causal es injustificada, inde
bida o improcedente, o en caso en que no se haya invocado causal
alguna, el derecho a reclamar de ese despido "dentro del plazo de se
senta días hábiles, contados desde la separación". La finalidad del
reclamo es que el tribunal resuelva precisamente que el despido
tiene tal calidad y "en este caso", agrega la norma, el juez ordena
rá el pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo equiva
lente a la última remuneración mensual devengada (art. 162 inc. 4o)
o colec
y la que corresponde a años servidos convenida individual
tivamente o prevista en la ley, en su caso (art. 163 incs. Io y 2°), más
los aumentos legales previstos en el mismo art. 168.
No cabe duda que el plazo previsto para la reclamación es uno
de caducidad. Se trata de un plazo fatal y ha sido doctrina juris

prudencial entender que esa es su naturaleza legal, incluso bajo tex


tos anteriores que establecían, sin embargo, el mismo derecho a
reclamo1176 (vid. N° 27). De este modo, se le aplicarán los princi
pios de la caducidad y, entre ellos, el que determina que basta la
interposición del reclamo ante el tribunal pertinente para que el
derecho se entienda válidamente ejercitado, aunque la notificación
al demandado se haga después de transcurrido ese plazo. Pero al

guna sentencia no ha aplicado cabalmente los principios de la ca


ducidad exigiendo que el demandado oponga la pertinente
excepción, sin que el tribunal pueda declararla de oficio, doctrina
que no puede aceptarse, pues esa exigencia es propia de la pres
cripción; pero no de la caducidad.1177
Desde luego que, deducida la reclamación, se entiende que ella

comprende no solamente la declaración judicial del carácter injus


tificado del despido, sino que su consecuencia, que es la del pago

"7,i
Así, (J. Suprema, 8 de noviembre 1999, Fallos del Mes 492, N° 8, pág. 2684;
20 de septiembre 1999, Fallos del Mes 490, N° 4, pág. 2113. Pero el carácter de
caducidad es antigua doctrina
1177
C. San Miguel, 3 agosto 2001, Gaceta Jurídica 255, N° 3, pág. 268, v 25
abril 2001, Gaceta Jurídica 251, N° 1, pág. 194.

404
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

de las indemnizaciones ya referidas. Ningún sentido tendría


sepa
rar esa declaración del derecho a obtener el de la indemni pago
zación, pues si así no fuere, aquella se transformaría
simple en una

calificación teórica sinsignificado práctico.


Sin embargo, la jurisprudencia reciente no lo ha entendido así
y ha resuelto en varias oportunidades que el derecho a reclamar la
indemnización por años de servicios y aun la sustitutiva de aviso
previo prescribe de acuerdo al art. 480 del Código del Trabajo,
como se verá más
abajo, aunque la reclamación por despido injus
tificado esté sujeta a la caducidad ya indicada, con lo cual resultan
dos consecuencias: que para estas indemnizaciones no basta que
la reclamación se presente dentro de plazo, sino que se requiere
notificación; pero además, que aunque haya caducado el derecho
a reclamar por el despido, se mantiene el derecho al pago de las
indemnizaciones. No nos parece justificada la doctrina jurispruden
cial, porque esa separación no el texto del art. 168 y
aparece en

deja así laareclamación por despido injustificado sin contenido


práctico y no se entiende cómo pueda ordenarse el pago de aque
llas indemnizaciones si hubiere ya caducado el derecho a reclamar

por eldespido. Más lógica nos


parece la solución, también juris
prudencial y de la misma Corte Suprema, en cuanto a
que elplazo
del art. 168 caduca el derecho a reclamar por el despido injustifi
cado y, por lo mismo, el derecho a indemnización por años de ser
vicios legal; pero prescribe en el plazo de seis meses desde la
terminación el cobro de otras
prestaciones, como el bono de ne

gociación y otros contractuales, porque éstos no son la consecuen


cia de la declaración de ilicitud del despido.1178 La prescripción y
no la caducidad sólo serían admisibles en aquellos casos en que la

ley laboral confiere derecho reclamar las indemnizaciones refe


a

ridas aunque la causal de despido sea justificada, como en la pre


vista en el inc. Io del art. 161 del Código del Trabajo, esto es, las
necesidades de la empresa, de acuerdo a lo prevenido en el art. 163.
En todo caso y contrariamente a los principios generales que
determinan que la caducidad no se suspenda (vid. N°26), la ley
ha previsto en el art. 168 inc. final que la reclamación hecha por
el trabajador ante la Inspección Trabajo y en razón a las causa
del
les de terminación del contrato previstas en esa regla, suspende el
plazo para deducir la demandante ante el tribunal laboral; pero

Así, C. Suprema, 8 noviembre 1999, Fallos del Mes 492, N° 8, pág. 2684.

405
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

en
plazo para la acción no puede exceder de noven
todo caso, el
ta días de la separación. En definitiva, la reclamación administrati
va lleva a
alargar el plazo para la demanda judicial a noventa días
desde el despido.
Pero también ha previsto la ley laboral un plazo de caducidad
para demandar el pago de las indemnizaciones pertinentes para
el trabajador con poder de representación del empleador, o en car
gos de exclusiva confianza de éste o trabajadores de casa particu
lar, cuyo termine por desahucio. La demanda para el pago
contrato

deberá deducirse "dentro de los sesenta días hábiles contados des


de la fecha de la separación" y entendemos que, tratándose de un
plazo fatal, no es
requisito que la notificación de la demanda se
haga dentro del plazo.
Iguales características tiene la reclamación para el pago de la
indemnización pertinente en el caso de la invocación indebida de
la causal de terminación del contrato
por necesidades de la em
presa del art. 161 inc. Io, la que deberá deducirse también dentro
del plazo de sesenta días desde la separación (arts. 169 inc. final y
168 inc. Io).
Por último, y siempre en el plazo de caducidad, el art. 171
per
mite al trabajador poner término al contrato y recurrir al
respectivo
tribunal para que éste ordene el pago de las indemnizaciones
por
años de servicios y la sustitutiva de ariso
previo si es el empleador el
que ha incurrido en las causales 1, 5 ó 7 del art. 160, en ese caso la
y
demanda deberá deducirse dentro del de sesenta días hábiles
plazo
contados desde la terminación.
Tales son los
de caducidad por despido luego de la refor
casos

ma de la
Ley N° 19.759. Pero además se ha establecido una acción
de nulidad del despido sujeta a
prescripción y no a caducidad,
como se verá.

94.2.
Prescripción laboral común. El art. 480 del Código del
Trabajo contiene dos plazos de prescripción generales: "Los dere
chos regidos por este
Código prescribirán en el plazo de dos años con
tados desde la fecha en
que se hicieron exigibles".
"En todo caso, las acciones
provenientes de los actos y contra
tos a que se refiere este
Código prescribirán en seis meses contados
desde la terminación de los servicios".
"Asimismo, la acción para reclamar la nulidad del
despido, por
aplicación de lo dispuesto en el artículo 162, prescribirá también en
el plazo de seis meses contados desde la
suspensión de los servicios".

406
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

"El derecho al cobro de horas extraordinarias


prescribirá en seis
meses contados desde la fecha en que debieron ser
pagadas".
"Los
plazos de
prescripción establecidos en este Código no se
suspenderán, y se
interrumpirán en conformidad a las normas de
los artículos 2523 y 2524 del Código Civil".
"Con todo, la interposición de un reclamo administrativo de
bidamente notificado ante la Inspección del Trabajo respectiva,
dentro de los plazos indicados en los incisos primero, segundo, ter
cero y cuarto suspenderá también la prescripción, cuando la
pre
tensión manifestada en dicho reclamo sea igual a la que se deduzca
en la acción judicial correspondiente, emane de los mismos hechos

y esté referida a las mismas personas. En estos casos, el plazo de


prescripción seguirá corriendo concluido que sea el trámite ante
dicha Inspección y en ningún caso podrá exceder de un año conta
do desde el término de los servicios".
Sobre esta regla, cabe primero precisar la forma de interrupción
de los plazos establecidos de dos años seis
Se señala que
o meses.

ella se hará del mismo modo que para las prescripciones de corto

plazo del Código Civil y que ya hemos tratado (vid. Nos 78 y sgts.).
De este modo, lo que se ha dicho allí vale para el caso; pero respec
to de la
interrupción civil por requerimiento judicial, es doctrina fir
me de la Corte Suprema, que se ha impuesto a sentencias disidentes
de algunas Cortes de Apelaciones y aun anteriores de la propia Cor
te
Suprema,1179 que se trata de una demanda judicial y que para que
ésta tenga efecto interruptívo ha debido notificarse dentro del pla
zo de
prescripción. Es así como se ha resuelto que si la demanda
por despido injustificado se presenta dentro del plazo de caduci
dad del art. 168; pero se ha notificado pasados los seis meses pre
vistos en el art. 480, habrá prescrito el derecho a la indemnización
por años de servicios, desde que el plazo de este artículo sólo se
interrumpe por requerimiento en el sentido del art. 2523 N° 2 del

1179
Por ej., C. Suprema, 14 diciembre 1995, Fallos del Mes 444, N° 2, pág. 1739,
que desestima queja contra Corte de Santiago que se contentaba para la interrup
ción con la sola presentación de la demanda. En el mismo sentido, C. Santiago,
29 diciembre 1992, Gaceta Jurídica 150, N° 6, pág. 93; 28 octubre 1992, Rev. de
Der., t. 89, sec. 3a, pág. 246; 4 junio 1992, Rev. de Der., t. 89, sec. 3a, pág. 133, y las
citadas en la nota siguiente. En sentencia de 16 de mayo de 2002, Gaceta Jurídica
266, N° 1, pág. 185, vuelve sobre la misma doctrina. La Corte Suprema desestima
la casación, de la de
pero porque aun contándose el plazo hasta la notificación
manda, ya había transcurrido el plazo de dos años.

407
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

en cuan
Cód. Civil.1180 Ya señalamos (vid. N° 89.1) nuestro parecer
de la
to a separar el derecho a reclamo por el despido injustificado
acción para reclamar el pago de la indemnización; pero aquí las sen
tencias interesan en cuanto mantienen la solución de exigir una de
manda notificada dentro de plazo. La doctrina laboral está dividida
al respecto, pues hay quienes sostienen que basta la presentación de
la demanda, porque el procedimiento laboral sería inquisitivo y por
que así lo el principio pro operario?1*1 Pero tales argumentos
exigiría
no han la jurisprudencia reciente de la Corte Supre
prevalecido en

ma
y la remisión que se hace al Código Civil
determina que hayan
de seguirse aquí las mismas soluciones que se han dado allí y de que
ya hemos tratado (vid. N° 78.4). El principio pro operario
no
aparece
se opone claramente a la regla del
amparado en
regla alguna
y
art. 2497 y a la másgeneral del art. obligaría, por
23, y su admisión
las mismas razones, principio pro
a reconocer un debitoris que deter
minaría volver a las reglas que determinaron justamente la del
art. 2497, a que, en su oportunidad aludimos (vid. Nos 21 y 22). Al

guna doctrina laboral apoya la solución actual de la Corte Supre


ma.1182 En todo caso, la remisión hecha a los arts. 2523 y 2524 del

,180
C. Suprema, 23 abril 2001, Gaceta Jurídica 250, N" 5, pág. 213; 20 septiem
bre 1999, Fallos del Mes 490, N° 4, pág. 2113; 6 de mavo 1999, Fallos del Mes 486,
N° 4, pág. 832; 16 de junio 1999, Fallos del Mes 487, N" 3, pág. 1136. También la
sentencia de 8 noviembre 1999, Fallos del Mes 492, N° 8, pág. 2684, referida en nota
precedente, condene la exigencia de demanda notificada dentro del plazo; pero
separa, correctamente, como se dijo, el derecho a reclamar la indemnización por
despido, sujeta al plazo de caducidad del art. 168 y para el cual basta la deman
que
da dentro de plazo, del derecho a reclamar otras prestaciones laborales que no son
consecuencia de la ilegalidad del despido. La sentencia se dicta invalidando la de
la C. de Valparaíso de 27 enero 1999, para la que bastaba para la interrupción el
requerimiento aun sin notificación. La sentencia de C. Santiago, 29 noviembre 2001,
Gaceta Jurídica 257, N° 3, pág. 174, entiende que basta la demanda y no se requie
re notificación dentro de
plazo. Lo mismo en sentencia de 2 enero 2002, autos rol
laboral 290-01 y la Corte Suprema desestimó casación por falta de fundamentos (no
publicada). Pero la de 10 agosto 1995, Gaceta Jurídica 182, N° 4, pág. 175, exige
demanda notificada dentro de plazo. Es difícil hablar de doctrina jurisprudencial
si una misma corte mantiene doctrinas opuestas. La de C.
Concepción, 3 agosto
1995, Rev. de Den, t. 92, sec. 2 ', pág. 152, exige también notificación.
1,81
Así, E. MARTÍNEZ ESTRADA, "La Prescripción Extintiva Laboral. Breve
Análisis Jurisprudencial", en Anuario de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, N° 2,
págs. 97 y 9S, Santiago, 2001; S. GAMONAL CONTRERAS, Introducción al Derecho
del Trabajo, pág. 197, Santiago, 1998.
1182
W. ARTEAGA y A. RODRÍGUEZ A., Código del Trabajo y
Legislación Social,
t. 1, pág. 596, 1988; G. MACCHIAVELLO,
Santiago, Derecho del Trabajo, t. 1,
pág. 440, Santiago, 1986.

408
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO
TIEMPO

Cód. Civil sólo dice relación con las formas de


interrupción; pero
no con la interversión, es decir, con el reemplazo de la
prescripción
especial por una de largo tiempo.1183
La prescripción laboral
suspende, según lo señala expre
no se

samente el art. 480. Pero hay una excepción que se contiene en el


inciso final. En cuanto a esta forma especial de suspensión, se tra
ta de la reforma introducida en el art. 480 por la Ley N° 19.631.
Con ella se da valor suspensivo al reclamo administrativo hecho ante
la Inspección del Trabajo dentro del plazo de prescripción, como
es propio a toda suspensión; pero siempre que haya relación entre

dicho reclamo y la acción judicial posterior, de modo que haya iden


tidad de personas, de hecho y pretensión. Se ha tratado entonces
de hacer general una regla que ya estaba prevista en el inc. final
del art. 168 para la reclamación por despido injustificado. Pero el

plazo total para la prescripción, incluido el tiempo de suspensión


por el reclamo administrativo, no
podrá exceder de un año desde
el término de los servicios.
Queda por precisar cuándo habrá de regir el plazo de seis me
ses o el de dos años contenido en la regla. La regla ha merecido
una
interpretación disímil por los autores y los tribunales. La doc
trina jurisprudencial entiende que el art. 480 distingue entre los
derechos laborales concedidos por la ley, es decir, cuya fuente está
en los
preceptos legales, de aquellos que emanan directamente del
contrato, sea individual o colectivo. Los primeros prescriben en dos
años desde que se hicieron exigibles y los segundos en seis meses
desde la terminación de los servicios. Pero cuáles son unos y otros
no es cuestión evidente. Así, por ejemplo, en algún caso se ha en
tendido que la indemnización por despido y la sustitutiva de aviso
previo tiene carácter y, por lo mismo, prescribe en dos años,1184
legal
los que han de contarse desde la fecha en que se hicieron exigi
bles, lo que ocurriría a la fecha de término de los servicios de los
trabajadores; pero en otro se ha resuelto que esas indemnizacio
nes caducan
junto con el derecho a reclamar por el despido y que
de nego-
el plazo de seis meses es
para derechos tales como bono

1183
C. Suprema, 1997, Rev. de Der, t. 94, sec. 3a, pág. 160.
1 octubre
1184
C. Suprema, 29 2002, Gaceta Jurídica 259, N° 3, pág. 161 ; 5 diciem
enero

bre 2001, Rev. de Den, t. 98, sec. 3a, pág. 238; 17 abril 2001, Rev. de Der., t. 98,
sec. 3a,
pág. 72; 30 noviembre 2000, Gaceta Jurídica 245, N° 4, pág. 220; 7 septiem
bre 2000, Rev. de Der., t. 97, sec. 3a, pág. 129; 27 enero 2000, Gaceta Jurídica 238
N° 6,
pág. 168.

409
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

ciación semejantes que emanan del contrato y el de seis


u otros

meses
para derechos legales, como el pago de feriados.1185
La distinción requiere de precisión. En efecto, según el crite
rio que se siga en cuanto a las fuentes de los derechos y obligacio
nes, todos los derechos laborales emanan de la ley, ya que es ésta
la que da fuerza obligatoria a los contratos y además precisa el con
tenido obligacional que éstos tienen o pueden tener. Como se sabe,
ésa ha sido la doctrina positivista del fundamento de la fuerza obli

gatoria del contrato.1186 Pero excluida esa vieja tesis,1187 es lo cierto


que no puede haber derechos y obligaciones laborales sin la exis
tencia de una relación laboral, de forma que
ésta la que es fuente es

inmediata de aquéllos. Lo que ocurre es que una vez creada esa


relación y, por lo mismo, una vez nacido el contrato a la vida jurí
dica, hay efectos de él, derechos y obligaciones que están prede
terminados por la ley y a los que éste no puede escapar. En otros
términos, el contrato hace aquí las veces de conditio juris para su
vigencia pero ellos están determinados en la ley, de
y aplicación;
forma que son contenidos legales del contrato. Es a ellos a que se
aplicaría, según la jurisprudencia, el plazo de prescripción de dos

1185
C. Suprema, 29 enero 2002, Gaceta
Jurídica 249, N" 3, pág. 161, ya cita
da; 30 noviembre 2002, Gaceta Jurídica 245, N0.4, pág. 220; 27 enero 2000, Gace
ta Jurídica 238, N°6,
pág. 168; 8 noviembre 1999, Fallos del Mes 492, N° 8,
pág. 2684, ya citada.
1186
Se recordará, desde luego, la concepción de KELSEN,
para quien la fuer
za obligatoria del contrato es delegada por la ley, por ej., en "La théorie juridi-
que de la convention", en Archives de Philosophie du Droit, 1940, págs. 47 y sgts. Pero
además debe tenerse en cuenta toda la doctrina
que atribuye el efecto creador
del negocio jurídico al orden jurídico Ya DUGUIT
positivo. de droit consti-
(Traite
tutionnel, t. 1,
págs. 224 y sgts., 2:i edic, sostenía que la fuerza del contrato no era
sino la aplicación del derecho objetivo. Sobre ello, A. RIEG, "Le role de la volun
té dans la formation de Pacte
juridique d'aprés les doctrines allemades du XIX
siécle", en Archives de Philosophie du Droit, 1958, págs. 125 y sgts., y el clásico estu
dio de R. SALEILLES, De la déclaration de volante, París, 1902;
J. HAUSER, Objecti-
7 os m e et s
ubjectivis me da ns l acte ju ridiq u e, Pa rís 1 9 7 1
, .

1187
Decimos "vieja tesis",
porque la doctrina actual, sin recoger en sus térmi
nos absolutos el dogma de la autonomía de la voluntad, reconoce el indudable
rol de la voluntad en la
obligatoriedad del contrato. .Así, por ej. CH. LARROUMET,
Droit Civil, t. 3, NÜS 134 v
sgts., 4'1 edic, París, 1998; J. FLOUR vJ.L. AUBERT, Les
obligations. Vacie juridique, Nos 94 y sgts. y N° 16-1, 5a edic, París, 1991; L. DIEZ-
PICAZO, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, t. 1, NÜS 13 v 5a edic, Ma
sgts.,
drid, 1996, quien recuerda incluso los fundamentos constitucionales de la
autonomía privada y que entre nosotros ha sido destacada
por la Comisión Reso
lutiva de la Fiscalía Nacional Económica, N° 336, 31 enero
1990, Rev de Der t 87
sec. 6a,
pág. 37.

410
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

años del inciso primero del art. 489. Pero la ley permite también a
las partes convenir otros derechos y obligaciones sujetos entonces
a la autonomía de ellas son éstos los que quedan
y sujetos a la pres
cripción de seis meses del inciso
segundo de la citada regla legal.
Son de estos últimos, por ejemplo, los pagos que se convengan
como bono por término de una negociación colectiva.

La doctrina no ha seguido esa misma tesis. Para


algunos, la dis
tinción que ha de hacerse las acciones deducidas durante
es entre

la vigencia del contrato o después de la terminación de la relación


laboral. En el primer caso
rige la prescripción de dos años, que se
ríageneral; pero una vez extinguido el contrato, las acciones y de
IS|S
rechos prescriben en seis meses contados desde la terminación.1
Otros entienden que la prescripción de dos años, siendo la regla
general, ha de aplicarse para todos los derechos laborales que no
tengan un plazo especial a contar desde que se hicieron exigibles;
pero si al término del contrato hubiere algún derecho ya devenga
do y que sólo viene a reclamarse una vez terminado el contrato,
mi
rige la prescripción de seis meses.1
Es lo cierto que la regla del art. 480 no tiene entendimiento
cierto. La solución que ha dado la jurisprudencia reciente no nos
parece desafortunada, siempre que se tenga claridad sobre cuáles
son los derechos
que emanan de la ley y cuáles del solo contrato.
Pero es evidente que la disposición requiere de una urgente refor
ma, para hacerla clara y eficiente. Tal vez una vía sería entender
que, atendida la naturaleza de los derechos laborales, ellos no pres
criban -salvo disposición especial en contrario- mientras dure la
relación laboral y lo hagan dentro del plazo de seis meses después
de la terminación del contrato, o bien optar por mantener sólo la

regla del inciso primero del art. 480. Pero alguna debe tomarse en
una
próxima reforma.
Sin embargo el cobro de las imposiciones previsionales no se rige
por la regla del art. 480, pues al respecto prevalecen las normas de
la Ley N° 15.386 o del D.L. N° 3.500 y no se trata de derechos "regi
dos" por el Código del Trabajo. Así se ha resuelto acertadamente.1190

1188
Por ej., es lo que Código del Trabajo, editado por Comisión de
se señala en

Estudios Laborales, t. 480, Valparaíso, 1999. Esta ha sido además


2, nota al art.
una clásica distinción contenida en dictámenes de la Dirección del Trabajo. Así,

E. MARTÍNEZ ESTRADA, ob. cit.,


pág. 90, notas 123 y 124.
1,89
Así, MARTÍNEZ ESTRADA, ob. cit., pág. 95.
1190
C. Suprema, 19 mavo 1999, Fallos del Mes 486, N° 1, pág. 815.

411
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

Pero también ha ha de
se
agregado que, como la prescripción con

tarse desde el término de las funciones, el que la alega debe acre


ditar la fecha en que ello se produce, pues de otro modo el contrato
de trabajo habrá de entenderse y la prescripción no podrá
vigente
iniciar su curso.1191 La solución está de acuerdo con las exigencias
que han de hacerse a la alegación de la prescripción y de que ya
hemos tratado (vid. N° 10.1). En ese caso rige la prescripción de
cinco años contados desde el término del respectivo servicio y ése
es también el plazo de los interesados para demandar a sus
emplea
dores para el integro de la deuda previsional, lo que se hace en

juicio ordinario del trabajo.1192


Por último, una referencia a la prescripción de la acción de nu
lidad del despido. Se trata de una regla introducida por la Ley
N° 19.631 y referida al caso del despido por las causales señaladas
en el art. 161 o referidas en el art. 162. Para
proceder al despido
el empleador"deberá informar por escrito (al trabajador) el esta
do de pago de las cotizaciones previsionales devengadas hasta el
último día del mes anterior al del despido, adjuntando los com

probantes que lo justifiquen. Si el empleador no hubiere efectua


do el integro de dichas cotizaciones previsionales al momento del
despido, éste no producirá el efecto de poner término al contrato
de trabajo".
Es a la sanción prevista en esa regla por el hecho de no haber
se
integrado las cotizaciones que el art. 480 inc. 3o califica de nuli
dad. El trabajador dispone entonces de una acción
para demandar
la nulidad del despido por esa razón es ella la
y que prescribe en
seis contados desde la terminación de los servicios. Se trata,
meses

según lo ha precisado la Corte Suprema, de una nulidad especial,


con efectos diversos a los de una nulidad común.1193

94.3. La acción por accidentes del


trabajo o enfermedades pro
fesionales. Como es de común conocimiento, el art. 69 de la
Ley
N° 16.744 sobre Accidentes del Enfermedades Profesio
y Trabajo
nales concede acción para demandar el pago de indemniza
una

ciones por daños causados por un accidente del


trabajo o una

1191
C.
Suprema 25 marzo 2002, Gaceta Jurídica 261, N° 1, pág. 131.
im
C.
Suprema, 25 julio 2000, Fallos del Mes 500, N" 4, pág. 1787.
ll":i
C. Suprema, 22 enero 2001, Rev. de Der., t. 98, sec. 3a,
pág. 10. Yes espe
cial porque deja subsistente la
obligación de pagar la remuneración hasta que el
despido se convalide por el reintegro de las imposiciones.

412
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

enfermedad profesional debidos a


culpa dolo y
cubiertos por
o no

el sistema de seguro.
Es doctrina jurisprudencial firme que la
prescripción de esa ac
ción rige por el 480 del
no se art.
Código del Trabajo, sino por la
norma del art. 79 de aquella lev, que contiene un
plazo de cinco
años contados desde la fecha del accidente o desde el
diagnóstico
de la enfermedad.1194 El art. 69 señala además que esa indemniza
ción se rige por las normas del derecho común, que, en el caso,
son las propias de la responsabilidad contractual.

De esa solución
hay dudas cuando la acción indemnizatoria
no

es la
que corresponde al trabajador en contra de su empleador y aun
de éste en contra de aquél, si procede. Pero no resulta evidente si
quienes accionan son terceros, como los padres de la víctima direc
ta, por el daño por repercusión que el accidente les causa personal
mente. Esta acción, de seguirse los principios comunes de la

responsabilidad civil, no es contractual: esas víctimas indirectas no


tienen relación contractual alguna con el empleador y el daño que
sufren es así extracontractual. A ellos no es posible extenderles el
efecto del contrato de trabajo.1195 De este modo, si su acción no es
contractual, ni es de la competencia del juez laboral, ni puede tener
sino una prescripción de cuatro años desde el hecho dañoso de
acuerdo al art. 2332 del Cód. Civil. Sin embargo, alguna doctrina re
ciente de la Corte Suprema no seguía esos evidentes criterios del de
recho común y por el contrario sostenía que como los terceros, para
deducir su acción, invocan la relación contractual que existió con la
víctima directa, la responsabilidad sigue siendo contractual1196 y por

1194
Así,entre otras, C. Suprema, 8 agosto 2000, Rev. de Der., t. 97, sec. 3a,

pág. 152; 16 de junio 1997, Rev. de Der., t. 94, sec. 3d, pág. 94; C. Concepción, 28
agosto 2002, Gaceta Jurídica 266, N° 2, pág. 210; 20 mayo 2002, autos rol 887-2002,
Opazo con Empresa Nacional de Pesca, no publicada; C. Santiago, 10 julio 1995,
Gaceta Jurídica 181, N° 4, pág. 138.
1195
En el sentido que la acción de terceros por daño propio derivado del que
sufre la víctima de un incumplimiento contractual es extracontractual, entre no
sotros A. .ALESSANDRI, De la
Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chi
leno, Nos34 y 38, Santiago, 1943. Para el derecho comparado, M. YZQUIERDO
TOLSADA, ob. cit., pág. 92, Madrid, 2001; G. YINEY, "Introduction á la respon-
sabilité", N° 210, en Traite de Droit Civil, bajo la dirección de J. Ghestin, 2'1 edic,
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bilité Civile Délictuelle el Contractuelle, t. 1, N° 141, 6a edic, París, 1965.
1196
Así, C. Suprema, 8 agosto 2000, Rev. de Der., t. 97, sec 3a, pág. 1542; 25
marzo 1999, Rev. de Der., t. 96, sec. 3a,
pág. 63; C. Santiago, 6 mayo 2002, Gaceta
Jurídica 263, N° 3, pág. 194.

413
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

lo mismo es de la laboral y habrá de concluirse que


competencia
su
prescripción es la de cinco años ya referida. Se agrega que sien
do la obligación de seguridad prevista en los arts. 184 y sgts. del
Código del Trabajo dispuesta por la ley, ella se incorpora al con
trato de trabajo y adquiere así su vulneración índole contractual.
La solución no esdoctrinariamente correcta. El hecho de que
se
invoque la existencia de un contrato entre la víctima directa y el

empleador para justificar el daño de esas víctimas indirectas no de


termina que por ello toda responsabilidad sea contractual. El con
trato sólo liga a las partes y no a los terceros. Los padres de la
víctima que fallece a raíz de un accidente del tránsito causado por

incumplimiento del contrato de transporte entre el demandado y


esa víctima directa no
pueden aducir
responsabilidad
una contrac

tual. Su daño es extracontractual y aquí sucede igual cosa. Invocan


su
propio daño y no accionan como herederos por el daño causa
do a la víctima directa. No son partes del contrato y los efectos de
éste, por el principio de la relatividad contractual, no les alcanzan
ni a favor ni contra. El art. 420 letra f) del Cód. del
en
Trabajo,
que invocado por aquellas sentencias como otro de sus argumen
es

tos, no soluciona la cuestión. En efecto, si bien da competencia al


tribunal laboral para conocer de los juicios en
que se tienda a ha
cer efectiva la del derivada de acciden
responsabilidad empleador
tes del trabajo,
agrega que "con excepción de la responsabilidad
extracontractual a la cual le será aplicable lo dispuesto en el art. 69
de la Ley N°
16.744", y es evidente que esa responsabilidad sólo pue
de ser extracontractual si afecta a terceros por un daño propio. Y
más evidente es la conclusión si
tiene presente la remisión al
se

art. 69 de la
Ley N° 16.744, porque éste señala que la víctima -es
decir el trabajador- y las demás personas a
quienes el accidente cau
se daño -es decir las víctimas indirectas-
pueden reclamar la repa
ración complementaria "con a las del
arreglo prescripciones
derecho común", v éste puede ser sino
el derecho civil, que dis
no

tingue entre la acción contractual para las partes y la extracontrac


tual para terceros, según se ha dicho antes.
Que en su origen hava
un
significa que todos los efectos que resulten sean con
contrato no

tractuales, porque el contrato, incluso el de


trabajo, es una ley para
los contratantes (art. 1545), pero para los terceros. Sentencias
no

recientes de la Corte Suprema han vuelto a la doctrina correcta.1197

111,7
C. Suprema, 2 octubre 2003, La Semana
Jurídica, Nü 154 (2003),
pág. 7; 19 agosto 2003, La Semana Jurídica, N° 148 (2003),
pág. 9. Sobre ello,

414
TERCERA PARTE: PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

Pero la doctrina jurisprudencial tiene tal vez explicación en el


hecho que la solución de acuerdo a los principios de derecho co
mún -alos que por lo demás manda recurrir el art. 69 de la
Ley
N° 16.744-, puede llevar a soluciones inadecuadas. En efecto, como
la acción de las víctimas indir ectas es extracontractual, su compe
tencia es de los tribunales civiles y la de la víctima directa es con
tractual de competencia laboral. Podría resultar que
perfectamente
concurriendo ambas acciones, las sentencias fueren contradictorias.
Y resulta un tanto paradojal que, de acuerdo a esa solución, las ac
ciones de las víctimas indirectas tengan un plazo de prescripción
diverso al de la víctima directa, tratándose de un mismo hecho pro
ductor. Lo recto sería volver a modificar el art. 420 del Cód. del

Trabajo, desde que la modificación de la Ley N° 19.447 no fue en

modo alguno clarificadora, para unificar expresamente, en una ac


ción laboral, todas las demandas por accidentes del trabajo, sea para
las víctimas directas como las indirectas, y someterlas a la misma
prescripción.1198

R. DOMÍNGUEZ A., "Comentario sobre competencia civil para el conocimiento


de la acción indemnizatoria del daño moral sufrido por causahabientes del tra
bajador", La Semana Jurídica, N" 151 (2003), pág. 15.

1198
Sobre ello, R. DOMÍNGUEZ A., "Responsabilidad Civil del Empresario
por el Daño Moral Causado a sus Trabajadores", págs. 30 y sgts., en Responsabili
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427
ÍNDICE

Prólogo 7
Introducción \\
Abmnaturas 17

PRIMERA PARTE

DOCTRINA GENERAL DE LA PRESCRIPCIÓN


EXTINTIVA

CAPITULO I

CONCEPTO Y FUNDAMENTO

1. Prescripción adquisitiva y extintiva 21


2. Criticas a la reglamentación común. Doctrina admisible 27
3. Fundamentos de la prescripción. Críticas a su existencia 30
3.1. Tesis
subjetiva 33
3.2. Tesis
objetiva 35
3.3. Criterio jurisprudencial 38
3.4. Problema de constitucionalidad 39
4. La indisponibilidad de las sobre prescripción. Pactos sobre
reglas pla
zos de prescripción 41

CAPITULO II

EFECTO Y ALCANCE DE LA PRESCRIPCIÓN

5. Sobre el efecto de la prescripción extintiva 47


6. Prescriptibilidad de las excepciones 55

429
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

CAPITULO III

DE LAS REGLAS COMUNES A LA PRESCRIPCIÓN

7. Reglas comunes en el Código Civil chileno 59

Sección I
LA ALEGACIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

8. La prescripción no puede ser declarada de oficio 59


8.1.Excepciones 62
9. Opera ipso jure o por sentencia. Rol de la alegación y la sentencia . . 65

10. Formas de alegar la prescripción 69


10.1. Exigencias formales de la alegación 70
10.2. Sólo como excepción o también como acción 74
10.3. La prescripción extintiva como excepción 80
10.4. Ámbito de aplicación del art. 310 del Código de Procedimien
to Civil 84
10.4.1. Si es aplicable o no a la
excepción de prescripción ex
tintiva opuesta en el juicio ejecutivo 85
10.4.2. Si se aplica o no el art. 310 del C.P.C. al procedimiento
sumario o al procedimiento sumario laboral 86
10.4.3. Si se aplica el art. 310 sólo a la prescripción extintiva,
o también a la
adquisitiva 88
11. Legitimación para alegarla 89

Sección II
RENUNCIA DE LA PRESCRIPCIÓN

12. Fundamento 91
12.1. Sólo puede renunciarse una vez
cumplida 93
13. La renuncia y el reconocimiento de firma como
gestión prepara
toria 96
13.1. Crítica a la doctrina minoritaria 107
14. No puede renunciar la prescripción sino el que puede enajenar . . . 109
15. Es manifestación de voluntad
una no
recepticia. Puede ser expresa
o tácita no
16. Hechos que implican renuncia de la prescripción 114
17. Hechos que no
implican renuncia de la prescripción 115
1<S. Efectos de la renuncia U7
19. Los efectos son relativos i\y
19.1. Situación del fiador 1 jg
19,2. Situación del tercerposeedor de la finca hipotecada 118
19.3. Situación del obligado solidariamente 119
20. Renuncia y acción revocatoria 119

430
ÍNDICE

Sección III
LA PRESCRIPCIÓN CORRE POR IGUAL A FAVOR
Y EN CONTRA DE TODA CLASE DE PERSONAS

21. Consagración legislativa 120


22. Fundamento y excepción 121

CAPITULO IV

PRESCRIPCIÓN Y CADUCIDAD

23. Introducción 125


24. Concepto 127
25. Fundamento de la caducidad 128
26. Características de la caducidad. Caducidad legal, caducidad conven
cional 131
27. Casos de caducidad 136
28. Prescripción extintiva y caducidad. Comparación 140

CAPITULO V

REQUISITOS DE LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA

29. Enunciación 147

Sección I
PRESCRIPTIBILIDAD DE LAS ACCIONES Y DERECHOS

30. Regla general 147


31. Excepciones a la regla general 149
31.1. La acción de partición 149
31.2. Las acciones de reclamación del estado civil 150
31.3. La acción de demarcación y cerramiento 151
31.4. En materia posesoria 151
31.5. La acción para obtener una jubilación 152
31.5.1. Imprescriptibilidad del derecho a obtener una
jubila
ción 152
31.5.2. Situación de las pensiones mensuales devengadas .... 154
31.6. La acción para pedir alimentos 156
31.7. Prescripción de las excepciones 157
32. La acción y excepción de nulidad 157
33. Prescripción extintiva y derechos reales. Las acciones propietarias . 163

Sección II
TRANSCURSO DEL TIEMPO SEÑALADO POR LA LEY

34. El transcurso del tiempo 168

431
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA

35. El plazo debe señalarse por la ley 170


36. Momento 171
en
empieza a correr el plazo de prescripción
que
37. Cuándo exigible la obligación
es 173
37.1. Reglas especiales 174
38. Forma de computar el plazo 179
39. Exigibilidad de la obligación dividida en cuotas. Obligaciones con
vencimientos sucesivos y cláusula de aceleración o de exigibilidad
anticipada 179
39.1. Requisitos 182
39.2. Momento de inicio de la prescripción 183

Sección III
LA INACTIVIDAD DEL ACREEDOR Y DEL DEUDOR

40. El silencio de la relación jurídica o inactividad de las partes 200

Sección L\r
PRUEBA DE LA PRESCRIPCIÓN

41. Prueba de la prescripción, prueba de la interrupción y de la suspen


sión de su curso 202

SEGUNDA PARTE

PFIESCRIPCIONES DE LARGO TIEMPO

CAPITULO I

PARTE GENERAL

42. Plazo de prescripción 209


43. Prescripciones de largo tiempo 209
44. Prescripción de las acciones de obligación propiamente tales 210
44.1. Prescripción de las acciones ordinarias 210
44.2. Prescripción de las acciones ejecutivas 215
44.2.1. Características de la prescripción de la acción ejecu
tiva 217
44.3. Prescripción de las acciones accesorias o reales de obligación . . 219
44.4. Prescripción de las acciones propietarias. Remisión 223

CAPITULO II

DE LA INTERRUPCIÓN Y SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN


EXTINTIVA DE LARGO TIEMPO

45. Introducción 225

432
ÍNDICE

Sección I
LA INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

46. Concepto 226


47. Oportunidad en
que deben realizarse los actos interruptivos de la
prescripción 226
48. Formas de interrupción de la prescripción 227
49. La interrupción civil 228
49.1. No son
interruptivas las reclamaciones extrajudiciales 229
50. Debe intentarse ante un tribunal de justicia, con fines de ejercicio
de la acción y en contra del deudor 232
51. Capacidad para interrumpir civilmente la prescripción 233
52. Requisitos necesarios para que opere la interrupción civil 234
52.1. Demanda judicial 234
52.1.1. Interpretación restringida 235
52.1.2. Interpretación amplia 235
52.1.3. Jurisprudencia 241
52.1.4. Actos judiciales que sin ser demandas del art. 254 del
C.P.C. se asimilan a ellas para los efectos de interrum

pir la prescripción 242


52.1.5. Demanda presentada ante tribunal incompetente. De
manda nula 254
52.1.6. Interposición de un recurso de protección 258
52.1.7. Reclamo de ilegalidad 259
52.1.8. Recurso de queja 259
53. Notificación legal de la demanda 259
53.1. Es necesaria notificación de la demanda y dentro del plazo de

prescripción. Doctrina disidente 260


53.2. Momento que se
en
produce la interrupción 264
53.3. La notificación nula no
interrumpe la prescripción 266
53.4. Momento en
que se
produce la interrupción en materia la
boral 267
54. Que no haya mediado desistimiento de la demanda o abandono del
procedimiento 270
54.1. Que el recurrente no se haya desistido expresamente de la de
manda 271
54.1.1. Situación del desistimiento en el juicio ejecutivo. En los

juicios de arrendamiento del Cód. de Proc. Civil 274


54.1.2. El desistimiento debe ser
expreso 277
54,2. Que no se
haya declarado el abandono del procedimiento . . . 277
55. Que el demandado haya
no obtenido sentencia absolutoria 278
55.1. Teoría restringida 279
55.2. Tesisamplia 282
56. Interrupción natural 287
56.1. Expresa 290
56.2. Tácita 292

433
LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA. DOCTRINA V JURISPRUDENCIA

57. Casos que hay interrupción natural


en 292
58. Actos que no importan 295
interrupción natural
59. Efectos de la interrupción 296
59.1. Hace perder todo el tiempo ya transcurrido, sin perjuicio de
que el plazo pueda comenzar a correr nuevamente 297
59.2. Se puede iniciar una nueva prescripción 297
60. En principio la interrupción es de efectos relativos tanto subjetiva
como
objetivamente 299
61. Excepciones al efecto relativo de la interrupción 302
61.1. Obligaciones solidarias 302
61.2. Cauciones constituidas por terceros 310
62. Duración de la interrupción 31<S

Sección II
DE LA SUSPENSIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN

63. Concepto 319


64. Fundamento 319
65. Características 320
66. Suspensión y acción ejecutiva 322
67. Carácter taxativo de las causales de suspensión. El principio contra
non valentem agere 323
68. Diferencias entre la
suspensión y la interrupción de la 327
prescripción .

69. Casos de suspensión de la prescripción 328


69. 1 . Los incapaces 328
69.2. Las mujeres casadas en sociedad Entre los
conyugal. cónyuges . 329

TERCERA PARTE

PRESCRIPCIONES DE CORTO TIEMPO

CAPITULO I

PARTE GENERAL

70. Concepto ooe

71. Clasificación oot

72. Derecho comparado ooc

73. Prescripciones de tres años 335


74. Prescripciones de dos años 330
74.1. Sólo se aplica a honorarios
342
75. Problemas que ha presentado la norma 344
75.1. Se ha discutido sobre el
origen que deben tener los hono-
ranos
344

434
ÍNDICE

75.2. Momento en que se inicia el cómputo de la prescripción .... 344


75.3. Personas a las que no se aplica la norma legal 347
76. Cuestiones de procedimiento 347
77. de un año 348
Prescripción
77.1. Alcance de la disposición 348

78. Fundamento de prescripciones


estas 349

79. Prescripciones presuntivas: suspensión e interrupción 351


79.1. Interrupción civil de las prescripciones de los arts. 2521 y 2522 . . 351
79.2. Jurisprudencia en apoyo de la tesis que sostiene que el reque
rimiento puede ser extrajudicial 353
79.3. Sentencias que exigen requerimiento judicial 355
79.4. Sobre la necesidad de notificar el requerimiento 355

80. Interrupción natural de las prescripciones de los arts. 2521 y 2522 . 356
80. 1 Desde que interviene pagaré u obligación escrita
.
357
80.2. Alcance de la noción de "obligación escrita" 357
80.3. Desde que hay concesión de plazo por el acreedor 359

81. Efectos de la interrupción de la prescripción de los arts. 2521 y 2522.


La interversión 360
81.1. Efectos de la interrupción y requerimiento judicial 362

CAPITULO II

PRESCRIPCIONES ESPECIALES DE CORTO TIEMPO

82. Introducción 363

83. 364
Algunas prescripciones especiales
84. Acción por hecho ilícito 365
84.1. La naturaleza de la prescripción 366
84.2. Alcance del artículo 2332 del Código Civil 369
84.3. del 374
Cómputo plazo
85. Pacto comisorio 382
86. Acción de retroventa 386

87. Acción de nulidad relativa 388


88. Acción rescisoria por lesión enorme 390
89. Acción de saneamiento por evicción 391

90. Acción de saneamiento de los vicios redhibitorios 392


395
91. Prescripciones especiales en derecho de familia
92. La prescripción en el Derecho Comercial. Cheques. Transporte. Se
397
guro
93. de la acción cambiaria 402
Prescripción
94. materia laboral 403
Prescripción en

94.1. Caducidad reclamaciones por 404


en despido
94.2. Prescripción laboral común 406
94.3. La acción por accidentes del trabajo o enfermedades profesio
nales 412
417
Bibliografía

435
OTROS TÍTULOS
LA JURISPRUDENCIA DE LOS TRIBUNALES
COMO FUENTE DEL DERECHO
Alejandro Romero S.
LECCIONES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL
Hernán Corral T.
TRATADO DE DERECHO CONSTITUCIONAL.
Tomo IX
Alejandro Silva Bascuñán
Segunda edición actualizada
TEXTO Y COMENTARIO DEL CÓDIGO
DEL TRABAJO
William Thayer A.
Primera edición
COMERCIO ELECTRÓNICO, FIRMA DIGITAL
Y DERECHO
Renato Jijena L.
Primera edición
LA BOLETA BANCARIA DE GARANTÍA
Una garantía a primer requerimiento
Bruno Caprile B.
Primera edición
TRAMITACIONES EN LAS CORTES
DE APELACIONES
Alberto Chaigneau del C.
Quinta edición actualizada con la normativa
de la Reforma Procesal Penal
INDIVISIÓN Y PARTICIÓN
Manuel Somarriua U.
Quinta edición actualizada
EL RECURSO DE PROTECCIÓN ANTE
EL DERECHO COMPARADO
Enrique Paillas
Tercera edición actualizada
INSTITUCIONES DE DERECHO SUCESORIO
Pablo Rodríguez G.
Segunda edición actualizada
MANUAL PRACTICO DE OPERACIONES
DE CAMBIO Y DE COMERCIO EXTERIOR
Gustavo Plott W.
Quinta edición actualizada
LA COSA JUZGADA EN EL PROCESO
CIVIL CHILENO
Alejandro Romero Seguel
RÉGIMEN DE GOBIERNO EN CHILE
Enrique Brahm G. Raúl Bertelsen R.
-
-

Andrés Amunátegui E.
GÉNESIS Y VIGENCIA DE LOS TEXTOS
CONSTITUCIONALES CHILENOS
Sergio Carrasco D.
DERECHO PROCESAL PENAL CHILENO. Tomo I
María Inés Horvitz L. Julián López M.
-

TEXTO Y COMENTARIO DEL CÓDIGO PENAL


CHILENO. Tomo I
Varios autores
Dirección: Sergio Politoff L y Lux Ortiz Q.
Coordinación: deán Pierre Matas
9

La presente obra es el resultado de una ardua y profunda


investigación de la prescripción extintiva civil, basada
principalmente en el estudio de la copiosa, y no pocas veces
cambiante, jurisprudencia de nuestros tribunales respecto
de esta institución.

En efecto, como señala autor de este libro,


"probablemente no existí ;n el de cho privado
otra institución que haya dado lugar a Santas decisiones

y todavía en los más diversos sentidos, hasta el punto


de llegar a dudarse si en ella e¿ posible en verdad hablar
de doctrina jurisprudencial".

La obra recoge las directrices de más de veinte años


de jurisprudencia, hasta los últimos fallos dictados
antes de esta publicación.
También reúne las fuentes doctrinarias de los autores
y las diversas alternativas que ofrece el derecho
comparado. Así, el autor va estableciendo
interesantes comparaciones entre las soluciones
que ofrecen las sentencias, la doctrina y el derecho
comparado.
Es una obra de enorme interés jurídico,
novedosa, excelentemente documentada y cuyasP
observaciones están fundadas con rigor científicoj
en la doctrina y la jurisprudencia.

CORTE SUPREMA

10467

BIBLIOTECA

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