Está en la página 1de 23

MARY CASSATT, LA PINTORA DE LA VIDA MODERNA

Agustina Atrio

1. Introducción

En este trabajo se analizará la obra de la artista Mary Cassatt en el contexto de su época


vinculando su trabajo como artista a los condicionamientos sociales vividos por ser mujer. Se
pondrá especial atención a las restricciones de género que condicionaban la presencia de las
mujeres en el espacio público y la referían al espacio privado y a las tareas de cuidado, y el
reflejo de esta situación en la obra de la artista.

Históricamente se ha asignado al hombre el lugar en el espacio público, espacio de la


producción, del reconocimiento, donde se lleva a cabo el trabajo remunerado; mientras que a
la mujer se le ha asignado el lugar en el ámbito privado, espacio de la reproducción, del
cuidado de los otros y del trabajo no remunerado, invisible y poco valorado socialmente.
Como sostiene la filósofa y ensayista Celia Amorós en ​"Espacio público, espacio privado y
definiciones ideológicas de 'lo masculino' y 'lo femenino' "​, si bien el espacio público y el
privado han tenido diversas connotaciones a lo largo de distintos tipos de sociedades, han
mantenido una

“invariante estructural que articula las sociedades jerarquizando los espacios: el espacio que se adjudica al
hombre y el que se adjudica a la mujer. A pesar de sus evidentes diferencias históricas esta distribución tiene
unas características recurrentes: las actividades socialmente más valoradas, las que tienen un mayor prestigio,
las realizan prácticamente en todas las sociedades conocidas los varones.”1

Estas actividades reconocidas como prestigiosas son realizadas por hombres en el espacio
público, mientras que las actividades realizadas en el espacio privado, delegadas a las
mujeres, son las menos valoradas y visibilizadas socialmente.
Al respecto de esta jerarquización sostiene​ ​Virginia Woolf en ​“Una habitación propia”​:

1
Celia, Amorós, "​Espacio público, espacio privado y definiciones ideológicas de 'lo
masculino' y 'lo femenino'"​, en Amorós, Celia, Feminismo, igualdad y diferencia,
México, UNAM, PUEG, 1994, p.1.

1
“muy a menudo, es evidente, los valores de las mujeres difieren de los que ha implantado el otro sexo; es
natural que sea así. No obstante, son los valores masculinos los que prevalecen. Hablando crudamente, el fútbol
y el deporte son ‘importantes’; la adoración de la moda, la compra de vestidos, ‘triviales’ ”.2

En la historia del arte la desigualdad de género también ha tenido como efecto esta
posibilidad y reconocimiento de lo masculino ante las dificultades y mayor invisibilidad de
las mujeres artistas. El doctor Álvaro Molina en su artículo ​“Visualizando el género en la
Historia del Arte. El siglo XVIII español como caso de estudio” ​refiere que ​“cuestiones como
las desigualdades en su formación con respecto a los alumnos varones, las estrategias que
debieron adoptar para hacer circular su trabajo, la vinculación de determinados tipos de
géneros pictóricos supuestamente adecuados a su feminidad”3, fueron algunas de las barreras
impuestas a las mujeres para desarrollar su trabajo artístico.
Con respecto a la jerarquización de temas y la vinculación de ciertos géneros pictóricos a la
“feminidad” de las mujeres, cabe dar el ejemplo de El Renacimiento, en el que los hombres
pintaban escenas de historia, religión o de mitología, mientras que las mujeres, por su parte,
pintaban retratos, ya que la educación artística para pintar escenas históricas les estaba vedada
por motivos de decoro. El prestigio y el reconocimiento artístico lo tenía el primer tipo de
pintura, quedando las mujeres que lograban ser artistas, excluidas de este reconocimiento.
Retornando a la separación de las esferas pública y privada, y a la división sexual en estos
espacios, es preciso analizar cómo estas separaciones influyeron en las obras de las artistas
mujeres.
Al respecto, Amparo Serrano de Haro en su libro ​“Mujeres en el Arte” sostiene que “en el
caso de las pintoras es difícil trazar la raya entre la esfera de lo público y de lo privado porque
tradicionalmente su arte, su oficio, se ha desenvuelto en la esfera privada, su taller estaba en
su casa, su inspiración en las vivencias más inmediatas”.4
Esto puede verse en el caso de la artista elegida para desarrollar esta investigación, Mary
Cassatt, quien pinta a partir de la presencia de su familia, del observar a su madre, hermana y
sobrinos, del estar y observar lo doméstico. Los sucesos de su vida influyeron en su pintura,
como analiza la doctora María Francisca Liaño en su tesis “​Mary Cassatt y Los Espacios de

2
Virginia Woolf, “​Una habitación propia​”, España, Austral Singular, 2018, p. 101.
3
​Álvaro Molina, ​“Visualizando el género en la Historia del Arte. El siglo XVIII español como caso de estudio”,
Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, vol. 24, 2012, p. 80.
4
Amparo Serrano de Haro, “​Mujeres en el arte”,​ España, Plaza y Janés, 2000, p. 42.

2
la Feminidad​”5, al mencionar que a partir de la enfermedad de su hermana, Cassatt estará más
presente en el interior, en su casa, volcada a su familia, reflejándose esta situación en su obra,
la cual se vuelve más meditativa e interiorizada.
Citando nuevamente a Amparo Serrano de Haro:

“La creación artística es el producto del trabajo y, por lo tanto, debe pertenecer a la esfera pública; pero, dado
que las mujeres, en términos generales, se hallan consagradas a la esfera privada, al universo de lo doméstico,
esta situación ha hecho que se encuentren más cercanas al mundo de los sentimientos, de las emociones, del
cuerpo, de lo que se ha dado en llamar la vida.”6

Para analizar el tema de la mujer artista en el espacio público y privado, su presencia y


representación en su obra, hemos elegido la obra de la artista Mary Cassatt sobre la que
realizaremos esta investigación. Para ello, en un primer lugar, comenzaremos refiriéndonos a
la época en la que la artista se desarrolla, enmarcando en el contexto la presencia de las
mujeres en los distintos tipos de espacios y sus posibilidades en ellos. Posteriormente, nos
referiremos a la obra de Mary Cassatt en relación a esta división de los espacios.

2. París a mediados del siglo XIX

Mary Cassatt (1844-1926) se trasladó a París en 1866 por ser esta la capital mundial del arte.
En esta ciudad residió la gran parte de su vida adulta.
Su decisión estuvo basada en considerar que la sociedad francesa del momento era menos
restrictiva que la estadounidense con las mujeres, y que en la primera, “una mujer podía ser
quien quería ser”.7
¿Cómo era el París de mediados y finales del siglo XIX para los hombres y para las mujeres?
¿Cómo esto determinaría las pinturas de los y las artistas?
La ciudad de París en esa época está marcada por la modernidad; por el gran crecimiento
poblacional, el comercio, la cultura de masas, la moda y el consumo.
Una figura clave de esta época y ciudad es el ​flâneur. La escritora Lauren Elkin lo describe en
su libro “​Flâneuse. Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres​” como

5
​María Francisca Liaño Bascuñana, “​Mary Cassatt y Los Espacios de la Feminidad​”, España, Universidad de
Murcia, 2015, p. 311.
6
​Amparo Serrano de Haro, “​Mujeres en el arte”,​ España, Plaza y Janés, 2000, p. 44.
7
​Video “A brush with independence” en ​https://www.youtube.com/watch?v=_W-uXflfA9g

3
“imagen del ocio y del privilegio masculino, con tiempo y dinero, y sin responsabilidades
inmediatas que reclamaran su atención, el flâneur entiende la ciudad como pocos de sus
habitantes, porque él la ha memorizado con los pies.”8
Baudelaire, poeta y testigo de la época y de la modernidad, reconoce al flâneur como “el
pintor de la vida moderna”, hombre y caminante aficionado al espectáculo urbano, observador
perdido entre la multitud. El flâneur no es sólo una figura libre de caminar y observar, sino
también es el artista que se inspira en lo que ve en la ciudad y que a partir de estas
experiencias, crea su arte, transmitiendo de esta forma su visión de esta.
¿Podía ser el pintor de la vida moderna una mujer?
El flâneur era masculino, y no se habla de su equivalente “flâneuse” mujer, figura estudiada
posteriormente por investigadoras como Griselda Pollock, Janet Woolf y Lauren Elkin.
La escritora Anna María Iglesia en su recientemente publicado libro ​“La revolución de las
flâneuses”​, sostiene que esta figura existía, pero sin nombre ni relato; eran invisibles, “no
porque no existieran, sino porque nadie se detenía en ellas o, mejor dicho, porque el control y
la vigilancia sobre la mujer que caminaba sola por la calle la volvía invisible, la borraba del
mapa.”9 La autora sostiene que a la hora de pensar y buscar a las flâneuses, debemos
preguntarnos por las observadoras, las críticas, las artistas, las poetas de la ciudad,
considerando las flâneuses como creadoras de una experiencia y relato urbano.
Pero la visibilidad que presentaba la mujer al caminar contrastaba con la necesidad del flâneur
de ser invisible para observar. Las mujeres no podían perderse en la multitud al caminar ya
que esa multitud las observa y juzga. Son los hombres los que caminan y observan libremente
la ciudad. Las mujeres de la época no contaban con esta libertad de moverse y de perderse en
sus paseos sin ser notadas, no pueden observar libremente ya que ellas ya son observadas.
Sostiene Liaño Bascuñana que la movilidad de las mujeres de la “buena sociedad” en el París
de finales del siglo XIX, es decir las mujeres burguesas, estaba totalmente limitada; a
diferencia de lo que sucedía con los hombres, se veían restringidas predominantemente a
ámbitos interiores.10

8
​Lauren Elkin, “​Flâneuse. Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres​”, España, Malpaso,
2017, p.11.
9
​Anna María Iglesia, “La revolución de las flâneuses”, España, WunderKammer, 2019, p.25.
10
​María Francisca Liaño Bascuñana, “​Mary Cassatt y Los Espacios de la Feminidad​”, España, Universidad de
Murcia, 2015, p. 50.

4
Es necesario aclarar la diferencia no sólo de género sino también de clase, ya que, como
sostiene Lauren Elkin “hasta finales del siglo XIX las mujeres de las clases medias y baja
tenían muchas razones para estar en la calle y salían por ocio o para trabajar como
dependientas, voluntarias de una organización benéfica, empleadas domésticas, costureras,
lavanderas, entre otras labores.”11 Sin embargo, aún si las mujeres de clases más bajas tenían
mayor presencia en las calles, no contaban con las libertades de los hombres para estar en el
espacio público. Tampoco las prostitutas, las mujeres que mayor presencia tenían en las
calles, ya que estaban restringidas por normas y controles.
En relación a las mujeres de clase acomodada, como explica la historiadora de arte Griselda
Pollock en su texto “​Modernidad y espacios de la femineidad​”:

“Para ellas, los espacios públicos así construidos representaban un riesgo constante de perder la propia virtud,
de ensuciarse. Mostrarse en público y la idea de la desgracia estaban particularmente unidas. Para ellos [los
hombres], salir significaba perderse en la multitud y demandar respeto.”12

Las mujeres que estaban en la calle podían ser consideradas prostitutas callejeras, manchando
de esta forma su reputación social.
Como describe la historiadora:

“Para las mujeres burguesas, ir al centro de la ciudad y mezclarse con multitudes


de composición social heterogénea resultaba amenazante, no sólo porque se convertía en algo cada vez más
alejado de lo familiar, sino porque era moralmente peligroso.
Se ha argumentado que para mantener la respetabilidad, estrechamente identificada
con la femineidad, era necesario no exponerse en público. El espacio público
era oficialmente un terreno de y para los hombres; el que una mujer entrara en
sus fronteras, suponía riesgos inusitados.”13

Con la finalización del siglo se iría normalizando el uso del espacio público por parte de las
mujeres de todas clases sociales. El surgimiento de los grandes almacenes, por ejemplo,
contribuyó a la mayor presencia y normalización de las mujeres en público.

11
​Lauren Elkin, “​Flâneuse. Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres​”, España, Malpaso,
2017, p.22.
12
Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 264.
13
​Idem, p. 263.

5
Mientras tanto, las mujeres artistas de la época vivieron estos condicionamientos sociales y de
género, por lo que su experiencia en la ciudad y su relato artístico y urbano diferirá del de sus
compañeros hombres.

3. El impresionismo

El impresionismo, movimiento artístico que se desarrolló a partir de mediados del siglo XIX
en Europa, principalmente en Francia, retrata la vida cotidiana y el mundo de ocio, placer y
consumo que gustaba a la nueva clase social, la burguesía.
El acercamiento a la vida cotidiana será distinto entre pintores y pintoras. Como afirma
Griselda Pollock:

“hay una asimetría histórica —una diferencia social, económica, subjetiva entre ser mujer y ser hombre en el
París de fines del siglo XIX. Esta diferencia—el producto de la articulación social de la diferencia sexual y no
una imaginaria distinción biológica— determinó la manera en que pintaron hombres y mujeres.”14

No sólo las mujeres no tenían las libertades de los hombres de caminar y moverse en el
espacio público como mencionamos anteriormente, sino que también tenían vedado el acceso
a ciertos espacios concurridos por los hombres, como los cafés, ciertos espectáculos, ciertas
áreas de los teatros, y por supuesto, los burdeles. Los pintores y las pintoras del
impresionismo no compartían los mismos espacios, por lo que esto marcará una diferencia en
los temas que reflejan sus obras.
Los espacios más sexualizados de la vida pública estaban vetados a las mujeres. Estos
espacios eran frecuentemente concurridos por sus compañeros artistas masculinos, los cuales
plasmaron esta sexualización masculina en representaciones del cuerpo de la mujer, desnudo
o semidesnudo.
En cuanto al desnudo, era un tema que quedaba fuera de las posibilidades de las artistas
mujeres, por un motivo de decoro pero también por la imposibilidad de aprender a realizarlos.
Tenían, en palabras de la historiadora del arte Linda Nochlin,

14
Idem, p.254.

6
“una absoluta falta de disponibilidad para la mujer aspirante a ser artista de cualquier modelo desnudo, fuera
este masculino o femenino. Tan tardíamente como en 1893, las ‘damas’ estudiantes no eran admitidas a la clase
de dibujo de desnudo en la Real Academia de Londres y, en los casos posteriores a esa fecha en que se les
admitió, el modelo debía estar ‘parcialmente cubierto’​.​”15

En cuanto a la relación de las artistas mujeres con el impresionismo, la investigadora Laura


Triviño Cabrera afirma en su trabajo “​Cómo abordar la enseñanza de la historia del arte
desde una perspectiva de género: el movimiento impresionista como ejemplo​” que “El
Impresionismo se centraba en plasmar la vida cotidiana. Y si la vida cotidiana de la mujer se
centraba en ejercer como ángel del hogar y presentar como fin vital existencial llegar a
convertirse en un ser-para-los-demás, los lienzos debían recoger esa realidad.”16
A través de este movimiento, las mujeres artistas representarán el mundo que las rodea y su
vida cotidiana.
Al respecto, sostiene Griselda Pollock que:

“el compromiso con el grupo de los impresionistas fue atractivo para varias mujeres, precisamente porque se
enfocaba en asuntos relacionados con la vida doméstica que hasta entonces habían sido relegados a la pintura
de género y que finalmente fueron legitimados como elementos centrales de esta práctica artística.”17

La condición de género determinó las actividades y espacios que las artistas podían o no
frecuentar, influyendo en el contenido y foco de su obra. Los espacios -públicos y privados-
que las mujeres burguesas de la época, como Mary Cassatt, frecuentaban son los que aparecen
en su obra. De esta manera la artista refleja la vida moderna de las mujeres modernas.

4. Mary Cassatt

Mary Cassatt nace en 1844 en Pensilvania en el seno de una familia acomodada. Cuando tiene
7 años, sus padres viajan junto a sus hijos a Europa durante 4 años para mostrarles el arte y la
cultura, difícil de encontrar en los Estados Unidos en aquel entonces. Al regresar, Mary sabrá

15
Linda Nochlin, “​¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?​” en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 29.
16
Laura Triviño Cabrera, “​Cómo abordar la enseñanza de la historia del arte desde una perspectiva de género:
el movimiento impresionista como ejemplo​”, Dossiers Feministes, 19, 2014, p. 207.
17
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 257.

7
que quiere ser artista y su conexión con Europa la llevará a establecer su residencia allí años
más tarde.
A los 15 años entra en la Prestigious Pennsylvania Academy of Fine Arts, una de las pocas
escuelas en EEUU que admitían mujeres. Posteriormente, las posibilidades artísticas
disponibles en su país le quedarán cortas, por lo que decide trasladarse a Europa. Sentía,
además de atracción por París, la capital del arte de aquel entonces, que Francia tenía una
sociedad menos restrictiva para las mujeres que la de Estados Unidos.
En ese tiempo, las mujeres no podían ingresar a la École de Beaux Arts, la academia más
importante de Francia. Para formarse, Cassatt tomó clases particulares y se ejercitó copiando
las pinturas del Museo del Louvre.
Mary Cassatt fue una de las mujeres que activamente desarrollaron su obra en la comunidad
impresionista de París a fines del siglo XIX, como la artista Berthe Morisot, y que fue
reconocida por sus contemporáneos como una importante miembro de este movimiento.
Su obra tendrá por objeto el mundo a su alrededor, inspirada, como sus compañeros
impresionistas, en las actividades diarias de la vida moderna. Mary Cassatt retratará la vida
moderna de las mujeres que ve a su alrededor pero de manera diferente a como lo hacían sus
colegas hombres. Cassatt no pinta desnudos ni escenas provocadoras del deseo y la
observación masculina, sino que retrata la vida cotidiana de las mujeres. La artista es
particularmente recordada por sus reconocidas obras de madres y niños.
Es necesario reconocer a Mary Cassatt como artista individual pero también como mujer que
trabajó desde experiencias distintas a las de sus compañeros artistas masculinos y considerar
la cuestión de género a la hora de analizar sus obras de arte.

5. El espacio público en la obra de Mary Cassatt

La condición de género determina la presencia de la artista en distintos espacios pero a su vez


determina cómo aparecen o no estos espacios en su obra. Griselda Pollock se pregunta: ¿Qué
espacio es el que está representado en las pinturas de Mary Cassatt? ¿Qué espacios no son
representados?, y se responde con una lista que incluye los siguientes espacios: comedores,
cuartos de dibujo, recámaras, balcones, jardines privados, espacios reconocidos como

8
privados o domésticos.18 Pero la historiadora encuentra también pinturas que representan
espacios públicos: caminatas, paseos por el parque, en los teatros o a bordo de una
embarcación.
El ​teatro ​era el espacio social de ocio donde la clase burguesa podía mostrarse ante los
demás. Era el lugar de encuentro, donde la gente se conocía y donde se alardeaba del status
social y del poder económico mediante la vestimenta y los adornos. En este espacio también
se concertaban muchos matrimonios. Por estas razones, no se apagaban las luces sino que una
vez comenzado el espectáculo se mantenían luces tenues. El teatro era un espacio en el que la
mujer era observada y analizada por la mirada
masculina.
Laura Triviño ​afirma que en la obra ​“In the loge”19,
“Cassatt se niega a mostrarnos a la mujer como objeto
de la mirada masculina y representa de perfil a una
dama que no objetualiza a nadie; simplemente está
contemplando el escenario. Pero he aquí el dilema.
Está siendo objetualizada por un caballero que la
observa desde otro palco.”20
En los lugares públicos que las mujeres podían
frecuentar, tampoco podían pasar desapercibidas. La
mirada de los hombres se posaba en ellas, como
muestra esta obra de Mary Cassatt. Sobre ella, Griselda Pollock afirma “El hecho de que la
mujer esté representada en la actitud de ver activamente, se debe en gran parte a que sus ojos
están velados por los lentes de ópera, protegiéndola de ser objetualizada; aparece como el
objeto de su propia mirada.”21
La artista no ignora las miradas masculinas que reciben las mujeres en este espacio, pero
decide poner en primer plano las miradas de las mujeres como sujetos que observan.

18
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 256.
19
​Mary Cassat,​”In the loge”, 1879. ​La autora del trabajo decide escribir los títulos en inglés para evitar las
variaciones que su traducción en español genera en los nombres de las obras.
20
​ Laura Triviño Cabrera, “​Cómo abordar la enseñanza de la historia del arte desde una perspectiva de género:
el movimiento impresionista como ejemplo​”, Dossiers Feministes, 19, 2014, p. 216.
21
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 269.

9
Para Anna María Iglesia, “Cassatt enfrenta en su cuadro dos miradas: reivindica la mirada
autónoma de la mujer y, a la vez, denuncia aquella del hombre.”22 La escritora sostiene que de
esta forma, la artista des-objetualiza a la mujer de su obra convirtiéndola en sujeto que mira ,
pero sin ignorar que, como mujer, la protagonista es objeto de la mirada de otro, un hombre.
De esta forma, sostiene, Cassatt no obvia ni su condición de mujer ni las dinámicas sociales.
Ante el hecho de sentirse observadas como bien de
consumo en un espacio donde los matrimonios se
conciertan como intercambios y negocios, se puede
identificar la incomodidad de las dos jóvenes
protagonistas de la obra “The loge”23 en las
expresiones y en el gesto de una de ellas de esconderse
detrás de un abanico. Tanto la mujer protagonista de
“In the loge” como las dos jóvenes de “The loge”
ejercen una mirada activa, son sujetos que observan,
aún si son vulnerables al mismo tiempo a la mirada
masculina.
Las protagonistas de las obras de Cassatt están
observando. Como sostiene María Francisca Liaño:

“​el principal recurso de la artista es el de evitar que sus retratadas miren a los ojos al espectador, que,
(...), se presume masculino. En efecto, las mujeres de los cuadros de Cassatt no miran al espectador,
sino que escudriñan el escenario, los objetos y gentes que se pueden ver al fondo del lienzo, o
simplemente desvían su mirada hacia un lado.”24

Las mujeres son retratadas por el pintor masculino como figuras que parecen estar allí para
deleitar al espectador, masculino también. En las obras de Mary Cassatt, las mujeres no
participan de este juego; no miran al espectador, cómplices de esta mirada masculina, sino
que están ocupadas en su propio espacio.

22
​Anna María Iglesia, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer, 2019, p.42.
23
​Mary Cassatt, ​“The loge”​, 1882.
24
​María Francisca Liaño Bascuñana, “​Mary Cassatt y Los Espacios de la Feminidad​”, España, Universidad de
Murcia, 2015, p. 295.

10
Para Anna María Iglesia, el interés de Cassatt por representar el espacio social teatral debe
comprenderse como “ejercicio de resistencia y, sobre todo, de contestación a la estructura
social que circunscribía a la mujer dentro de un determinado rol social, un rol pasivo, un rol
de objeto.”25
En otra de las obras de la pintora en las que
aparece una mujer en el teatro, ​“Lydia Leaning on
Her Arms (in a theatre box)”26, se utiliza un espejo
para reflejar su figura, elemento que cobra
importancia en las composiciones de la época.
Cassatt comenzó a utilizar los espejos como un
medio para reflejar la vida interna de las mujeres.27
A través de la pintura de este objeto, exploró las
luces y los reflejos.
En las obras en teatros y óperas también aparecen
binoculares. Las mujeres haciendo uso de estos se
abrogan el derecho a observar, aun si al mismo
tiempo ellas son observadas, como en la obra ​“In the loge”,​ pero en un lugar secundario.
A su vez, en la obra de la artista se ven otros espacios públicos, como escenas en un bote, en
el ómnibus, al aire libre.
Este salir al ​aire libre en el impresionismo es un quiebre en el contexto en el que se
desarrolla la actividad artística de las mujeres.
En estas escenas, las mujeres aparecen realizando también tareas de cuidado como el cuidado
de sus hijos, como en ​“The Boating Party” o tareas asociadas a la feminidad, como la
costura.
Para Iglesia:

“El jardín es un espacio de transición, a medio camino entre lo público y lo privado, en cuanto su carácter
público (...) no ofrece otro rol a la mujer que no sea el mismo que desempeña dentro del ámbito privado y/o
doméstico: el cuidado de los niños, la atención al marido, la conversación entre mujeres, la costura.”28

25
​Anna María Iglesia, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer, 2019, p.48.
26
Mary Cassatt, ​“Lydia Leaning on Her Arms (in a theatre box)”​, 1879.
27
​Video “A brush with independence” en ​https://www.youtube.com/watch?v=_W-uXflfA9g
28
​Anna María Iglesia, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer, 2019, p.61.

11
Las tareas de cuidado se trasladan de esta forma del espacio privado al público, volviendo
borrosa la línea de separación de estos espacios en relación a las mujeres.

6. El espacio privado en la obra de Mary Cassatt

Gran parte de los trabajos de Cassatt representan espacios domésticos.


Como sostiene Pollock, Cassatt no sólo creaba sus obras, sino que se veía implicada ella
misma en estas, ya que era su mundo el que representaba.29 Es esta raya difícil de trazar en la
obra de las artistas, según Amparo Serrano de Haro, entre lo público y lo privado, entre el
trabajo y la vida privada, su fuente de inspiración.
Pollock explica que “estos cuadros han sido pintados con la seguridad que da el conocimiento
de la rutina y los rituales de la vida cotidiana, que no solamente constituyen los espacios de la
femineidad, sino que trazan colectivamente su
construcción en los escenarios de la vida de las
mujeres.”30 Para Pollock, la obra de Mary Cassatt
representa la feminidad inducida y adquirida desde
la juventud a la madurez.
Una de sus obras más reconocidas, ​“Reading Le
Figaro”31, tiene que ver con la ​lectura de las
mujeres​, actividad desarrollada sobre todo en la
esfera privada.
El acto de la lectura le fue vedado a las mujeres
durante mucho tiempo. En la historia de su
reivindicación, el acceso a la lectura y al
conocimiento fue una de las primeras prerrogativas, por lo que la imagen de la mujer leyendo
se fue convirtiendo en reflejo y reivindicación de su deseo de libertad y conocimiento.

29
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 276.
30
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 274.
31
​Mary Cassatt, ​“Reading Le Figaro”​, 1878.

12
En el siglo XIX, aparece en las pinturas el tema de la mujer que lee. En un primer momento,
la mujer será retratada leyendo novelas, género literario menospreciado y con connotaciones
negativas en la pintura, considerado superficial y femenino.
El movimiento impresionista se sale de las imágenes convencionales hasta el momento y
retrata a la mujer que piensa. Entonces, se naturalizarán las figuras de la mujer que lee y la
mujer pintora.32
Las artistas impresionistas retratan a las personas más próximas a ellas. Pintarán a sus
hermanas y familiares, quienes como debían estar mucho tiempo quietas para dejarse retratar,
muchas veces leían. Lydia, la hermana de Mary Cassatt, así como su madre, son un ejemplo.
En su obra ​“Reading Le Figaro”​, la artista retrata a su madre leyendo un periódico. En la
tradicional representación, la mujer leyendo novelas se contraponía al hombre, lector racional,
leyendo el periódico. Cassatt, al hacer a su protagonista lectora del periódico Le Figaro,
refleja a la mujer moderna, interesada en lo que está sucediendo a su alrededor, en las
noticias.
Otro de los temas recurrentes en la obra de Cassatt, presente
tanto, como mencionamos, en las escenas al aire libre como en
las escenas en el ámbito doméstico, son las mujeres y los niños,
es decir los cuidados y la crianza.
Cassatt refleja en sus obras las nuevas ideas sobre la crianza de
los hijos. Se había instalado la idea moderna en la que la
infancia se consideraba otra etapa de la vida, en vez de
considerarlos pequeños adultos.
En sus obras las mujeres tienen en general a sus hijos en
brazos, dando este cuidado y protección a los niños, como por
ejemplo en la obra ​“The child’s bath”33.
El trabajo de una vida en estas escenas refleja la importancia atribuida por la artista al lazo
que une a madres e hijos. La artista les atribuye autoridad moral a las mujeres por estas
labores de crianza.
A pesar de su talento y la fuerza de sus obras con la temática de mujeres y niños, hubo voces
que la desacreditaron por retratar esta temática sin haber sido la artista misma madre. Este es

32
Video ​“Retrato de mujer leyendo”​ en ​https://canal.uned.es/video/5a6f3838b1111fbd3a8b4640​.
33
Mary Cassatt, ​“The child’s bath”, ​1893.

13
otro ejemplo de cómo se ha juzgado la obra de las mujeres artistas no por su valía sino por ser
mujeres y los condicionamientos sociales que el género implica. Es probable que este tipo de
reparo no se le habría hecho a un pintor hombre.
Aún si no fue madre, la artista no se vio privada de una vida familiar, estando rodeada por sus
padres, su hermana, sus hermanos y sus sobrinos, estando de esta forma inspirada por todos
los momentos familiares compartidos por ellos, quienes muchas veces fueron sus modelos.

7. Reflexiones finales

La obra de Mary Cassatt es importante no solo por su valor artístico, sino también como
relato de la vida de las mujeres de su tiempo. Lauren Elkin afirma en su texto que “las fuentes
más accesibles sobre el aspecto que tenía el paisaje urbano en el siglo XIX proceden de
hombres, y ellos ven la ciudad a su manera. No podemos tomar su testimonio como una
verdad”34. Ante este hecho, es importante valorizar la obra de Mary Cassatt, como de otras
artistas, ya que nos cuentan cómo se vivía en la ciudad y en su sociedad siendo mujeres de
cierta clase social. Lauren Elkin añade: “las mujeres estaban allí, hemos de procurar entender
lo que significaba para ellas pasear por la ciudad”35. A través de la obra de Cassatt nos
acercamos a las vivencias de las mujeres de clase burguesa en el París del siglo XIX.
Mary Cassatt es “una pintora de la vida moderna”, ya que en su obra refleja la vida diaria de
las mujeres modernas de su tiempo. Gracias a su obra, podemos comprender mejor la vida de
estas mujeres así como su presencia no sólo en el ámbito privado sino también en el público,
y lo hacemos desde la óptica de una mujer, que no sexualiza a sus protagonistas sino que les
otorga el lugar de personajes autónomos, de sujetos.
La artista basa su obra en las mujeres que observa, mujeres fuertes, a quienes trata con
respeto. Son figuras que hoy nos conmueven. Estas mujeres son retratadas en distintas etapas
de su vida, dando cuenta de las tareas y actividades que realizan en ellas.
A partir de lo que observa, la artista crea su obra, retratando su tiempo y siendo una pintora de
la vida moderna.

34
​Lauren Elkin, “​Flâneuse. Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres​”, España, Malpaso,
2017, p.17.
35
​Idem, p.19.

14
Las mujeres de Cassatt no se limitan a ser objeto de las miradas, sobre todo masculinas, sino
que son sujetos con mirada propia y no son cómplices de ese observador externo que busca
objetivarlas. Como dice Anna María Iglesia “ella propone, al lado de la mujer cuya vida está
circunscrita en el ámbito familiar, a otro tipo de mujeres, las que observan, las que se
reivindican como sujeto de la acción, las que, con sus gestos, rompen con los códigos
establecidos.”36
Las mujeres de Cassatt, así como la artista, tienen su propio relato, y Cassatt con su obra lo
crea y expresa, convirtiéndose es una pintora de la vida moderna.

36
​Anna María Iglesia, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer, 2019, p.50.

15
Ficha de la artista Mary Cassatt

Mary Cassatt, “​Little Girl in a Blue Armchair”​, 1878, óleo sobre lienzo, 88 cm × 128.5
cm, Galería Nacional de Arte, Washington.
En esta obra la artista pinta la escena desde un punto de vista bajo. Los sillones parecen
gigantes en relación a la figura de la niña pequeña.
En palabras de Griselda Pollock: “esta pintura, por lo tanto, no se limita a retratar a una niña
pequeña en una habitación, sino que evoca la percepción que esa niña tiene del espacio.”37
Cassatt representa el espacio como lo experimenta su protagonista.

37
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 260.

16
Mary Cassatt, “The tea”, 1880, Óleo sobre lienzo, 64.77 x 92.07 cm, Museum of Fine
Arts.
En esta obra, dos mujeres toman té en el interior de una casa. Podemos ver en ella un
momento de intimidad en el espacio doméstico entre dos mujeres. La mujer que está tomando
de la taza, podría ser la visitante por los guantes que trae.
A una de ellas se la ve de perfil mientras que la otra tapa su rostro con la taza de té.

Mary Cassatt, ​“A Woman and a Girl Driving”​, 1881, Óleo sobre lienzo, 89.7 × 130.5 cm,
Museo de Arte de Filadelfia.
La hermana de la pintora, Lydia, conduce su carruaje por el Bois de Boulogne. A su lado está
la sobrina de Degas. Detrás de ellas, un hombre con chistera que parece el chofer. Sobre la
misma, Anna Maria Iglesia sostiene “Cassatt, una vez más, plantea una dialéctica entre las
miradas y los roles: la asunción del rol de sujeto activo por parte de ella frente al control
ejercido por parte de él. Lydia conduce el carruaje, pero tras de sí la presencia masculina
legitima su gesto y lo ‘permite’. (...) El joven con chistera, con su presencia, mantiene bajo
control a la mujer, cuya toma de riendas es más una ilusión que una realidad.”38

38
​Anna María Iglesia, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer, 2019, p. 50.

17
En esta obra, como en otras, Cassatt elige no poner el foco en la figura masculina, sino
centrarla en las protagonistas femeninas, como lo hace en “Paseo en bote”, pero quien
conduce en esta ocasión es la mujer.

Mary Cassatt, “Portrait of Madame J”​, 1883, Oil on canvas, 80 × 63.5 cm, Baltimore
Museum of Art.

En esta obra, la protagonista se encuentra en el lugar central de la composición. En palabras


de Griselda Pollock: “El espectador está obligado a una confrontación o conversación con la
figura representada, cuya dominación y familiaridad se encuentran negadas por la manera en
que aparta la cabeza de quien observa la pintura y se concentra en una actividad
determinada.” Si bien hay una cercanía en la distancia a la figura, esta nos esquiva y aparta la
mirada. La protagonista no se hace cómplice de nuestra observación.

18
Mary Cassatt, “Woman bathing (La toilette)”, 1890-91, Punta seca y aguatinta, 43.2 x
29.8cm, Met.
En esta obra, la artista retrata a una mujer lavándose que está de espaldas. En la misma,
Cassatt realiza un semidesnudo.
Griselda Pollock habla de que si bien existe una relación de clase en la que Cassatt le pide a
una mujer que trabaja en su casa que pose para ella semidesnuda, ejerciendo mediante este
pedido un poder de clase, la artista escapa de las representaciones sexualizadas del cuerpo de
la mujer y representa un espacio íntimo en el que una mujer de clase trabajadora se está
lavando.39 Mediante este pedido, a su vez, la artista logra pintar un desnudo de una forma que
no confronte las reglas sociales del decoro para las mujeres.
Por otro lado, en 1890 la Escuela de Bellas Artes de París recibe la exhibición de impresiones
japonesas, que será una gran fuente de inspiración para Cassatt a partir de ese momento. Estas
obras también representaban escenas de las tareas cotidianas. A partir de entonces Cassatt
comienza a trabajar con este tipo de arte y técnica, que incorpora en sus obras.

39
​Griselda Pollock, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero Reiman e Inda Sáenz,
“​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 282.

19
Mary Cassatt, “​In the omnibus”​, 1891, Punta seca y aguatinta, 38.3 x 29.8 cm, Met.
Grabado que muestra otro espacio de la vida moderna: el omnibus. Este espacio público era
un lugar de encuentro entre diversas clases sociales.
En un primer momento, el boceto tenía la figura de un hombre al lado de la sirvienta que tiene
al pequeño. Posteriormente, el hombre fue suprimido, decidiendo centrar la imagen en las
mujeres.
Esta es otra obra en la que se aprecia la influencia de las técnicas japonesas en la artista.

20
Mary Cassatt, ​“The Boating Party”​, 1893, Óleo sobre lienzo, 90 cm × 117.3 cm, Galería
Nacional de Arte, Washington.
En la obra de Cassatt el hombre está de espaldas, en un papel secundario, mientras que la
mujer y el niño son la figura central y principal. En ella vemos como en el espacio público, al
aire libre, la mujer continúa con las tareas de cuidado con su hijo en brazos.

Mary Cassatt, “Modern woman”, 1893, to the Women's Building for the World's
Columbian Exposition.

21
Cassatt recibió el encargo de representar a “la mujer moderna” para la​ ​World's Columbian
Exposition de 1893 en Chicago. En esta obra, la artista muestra mujeres jóvenes persiguiendo
las ciencias y el conocimiento y mujeres mayores pasando la fruta del conocimiento de los
árboles a las niñas.40

40
​Video “A brush with independence” en ​https://www.youtube.com/watch?v=_W-uXflfA9g

22
BIBLIOGRAFÍA
- “A brush with independence” en ​https://www.youtube.com/watch?v=_W-uXflfA9g
- Amorós, Celia, ​"Espacio público, espacio privado y definiciones ideológicas de 'lo
masculino' y 'lo femenino'"​, en Amorós, Celia, Feminismo, igualdad y diferencia,
México, UNAM, PUEG, 1994, pp. 23-52.
- Elkin, Lauren, “​Flâneuse. Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y
Londres​”, España, Malpaso, 2017.
- Iglesia, Anna María, “​La revolución de las flâneuses​”, España, WunderKammer,
2019, p. 50.
- Liaño Bascuñana,María Francisca , “​Mary Cassatt y Los Espacios de la Feminidad​”,
España, Universidad de Murcia, 2015,
- Molina, Álvaro, ​“Visualizando el género en la Historia del Arte. El siglo XVIII
español como caso de estudio”, ​Anuario del Departamento de Historia y Teoría del
Arte, vol. 24, 2012, pp. 79-92
- Nochlin, Linda, ​“​¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres?​” en Karen
Cordero Reiman e Inda Sáenz, “​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​,
México, Universidad Iberoamericana, 2007, pp. 27-43.
- Pollock, Griselda, “​Modernidad y espacios de la femineidad​”, en Karen Cordero
Reiman e Inda Sáenz, “​Crítica feminista en la teoría e historia del arte”​, México,
Universidad Iberoamericana, 2007, pp. 249-282.
- “Retrato de mujer leyendo” en
https://canal.uned.es/video/5a6f3838b1111fbd3a8b4640​.
- Serrano de Haro, Amparo, “​Mujeres en el arte”,​ España, Plaza y Janés, 2000.
- Triviño Cabrera, Laura, “​Cómo abordar la enseñanza de la historia del arte desde
una perspectiva de género: el movimiento impresionista como ejemplo​”, Dossiers
Feministes, 19, 2014, 205-220.
- Woolf, Virginia, “​Una habitación propia​”, España, Austral Singular, 2018

23

También podría gustarte