Está en la página 1de 54

INTRODUCCIÓN A LA ARQUITECTURA

UNIDAD I:
ARQUITECTURA, NATURALEZA, CULTURA, ESTÉTICA Y ARTE.
CONTENIDO:
• CONCEPTO E INTRODUCCIÓN A LA ARQUITECTURA

• LOS ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA NATURALEZA EN SU INTERRELACIÓN CON LA


ARQUITECTÓNICO Y URBANO.

DOCENTE: ARQ. SARAI RODRIGUEZ ORTIZ


I. Concepto e Introducción a la
Arquitectura
1. INTRODUCCIÓN:
Hablar de arquitectura es un tema muy amplio. Y antes de conocer
siquiera la palabra Arquitectura, todos ya la hemos vivido. Las raíces de
nuestra comprensión de la arquitectura residen en nuestras primeras
experiencias arquitectónicas: nuestra habitación, nuestra casa, nuestra
calle, nuestra barrio, nuestra ciudad y nuestro paisaje. Las raíces de
nuestro entendimiento de la arquitectura están en nuestra infancia, en
nuestra juventud: residen en nuestra biografía.

Dentro de la naturaleza misma, los estilos, corrientes y


movimientos que se encuentran hoy en día, hay una
pregunta que se impone sobre todas las demás: ¿qué es
la arquitectura?
A lo largo de los años, la
arquitectura ha tenido muchas
definiciones. La mayoría de los
teóricos de la arquitectura se han
puesto de acuerdo en que la
arquitectura engloba los conceptos
de ciencia, de técnica y de arte.

"Steampunk Pavilion" por el arquitecto londinense Yael Reisner

Un factor constante en todas estas definiciones es que la arquitectura es la


proyección, diseño y construcción de espacios habitables por el ser
humano; espacios que han de cumplir una función. Una obra
arquitectónica que no sea habitable o que no tenga función alguna no
puede considerarse arquitectura; pasará entonces a convertirse en una
escultura, la cual es otra forma de arte.
2. DEFINICIONES:
• VITRUVIO

En el siglo I antes de Cristo, durante el


imperio de Augusto, un arquitecto
romano llamado Marco Polibio Vitruvio,
escribió el primer tratado de
arquitectura llamado: “Los diez libros de
Arquitectura”, que se basa en textos
anteriores, grecohelenísticos, de
procedencia diversa.

Son tratados muy prácticos de


construcción o de materiales, pero
también ideas y especulaciones
estéticas sobre los grandes principios de
la armonía y la simetría.
La definición de la arquitectura y del arquitecto que da Vitruvio,
especialmente en el libro segundo de su tratado considera el origen.

Es decir que a partir de una descripción mítica, Vitruvio analiza cómo nace
la arquitectura: en los bosques y en las montañas, los hombres diferentes
de los animales por su posición erguida y por el hecho de disponer del
fuego y de la palabra, a medida que se convierten en sedentarios,
construyen refugios: cavernas excavadas en la tierra o cabañas construidas
con troncos y hojas, y con piedra o barro. La cabaña primitiva es según
Vitruvio el referente originario para entender qué es la arquitectura.

El hecho de que la cabaña sea el lugar permanente donde se reúnen los


seres humanos, alrededor de los hechos artificiales primigenios como son el
fuego y la palabra, llevará a Vitruvio a pensar que la arquitectura nace
cuando el hecho de habitar se establece en un lugar y con unas condiciones
artificiales determinadas a través de unos conocimientos que
denominaríamos arquitectura.
Cabaña Primitiva
La casa, como el lugar primordial del habitar, estaría en el origen de la
arquitectura. Con el tiempo y la evolución de las cosas, el arquitecto sería
aquel individuo capaz de hacer estas casas, consistentes y duraderas, pero
también significativas.

Es por ello que Vitruvio inaugura la manera de entender al arquitecto como


un técnico de la edificación, pero también como un artista capaz de
entender el significado de aquello que construye. Para Vitruvio el arquitecto
debe conocer de Filosofía, Matemática, Poesía, Música y muchas otras
disciplinas para ser capaz de dar respuesta a todo aquello que estas
disciplinas enseñan del significado de la cultura humana.

La arquitectura, para Vitruvio, es teórica y es práctica. Ciertamente la


actividad del arquitecto acaba resolviéndose en la práctica de la edificación.
Pero esto no es posible de una forma correcta y plena si esta actividad
práctica no se fundamenta en conocimientos teóricos prestados por otras
fuentes de conocimiento.
• MORRIS

En 1881, en Londres, el arquitecto,


polifacético artista, pensador y político
William Morris (1834-1896), considerado por
un importante sector de arquitectos, teóricos
e historiadores de los tiempos modernos
como uno de los pioneros de la Arquitectura
Moderna, imparte una conferencia con el
título The prospects of Architecture in
Civilization.

En esta conferencia, Morris aporta una


definición de la arquitectura productos de
sus vivencias y conocimientos.
Según Morris:

“La arquitectura abarca toda consideración del ambiente físico que rodea
la vida humana; no podemos quedarnos al margen en tanto que formamos
parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de
modificaciones y alteraciones producidas en la superficie de la tierra para
satisfacer cualquier necesidad humana, exceptuando el desierto”.

En otras palabras: para Morris la arquitectura va desde el paisaje, cuando


éste es el resultado de la intervención de la mano humana, hasta las
ciudades y sus edificios pero también todo aquello que hay en estas
ciudades y edificios: mobiliario, máquinas, herramientas, escritura,
información: todo esto constituye finalmente el ámbito de la arquitectura.
• LOOS

Adolf Loos (1870-1933) arquitecto


austriaco, pionero del movimiento
moderno que preconizaba
la desornamentación y la ruptura con
el historicismo, considerado uno de los
precursores del racionalismo arquitectónico,
definió la arquitectura como algo que sólo se
produce cuando es capaz de despertar
estados anímicos, experiencias precisas del
espíritu. En el momento en que ponemos en
relación lo que la obra arquitectónica
expresa pequeña o grande, doméstica o
monumental con los valores que soporta
nuestra conducta, entonces estamos frente a
un hecho realmente arquitectónico.
La conclusión a la que pretende llegar Loos, es que el mundo de las cosas
cotidianas, las casas, los vestidos, los zapatos, etc., no necesita para nada la
arquitectura.

Este mundo es el resultado de un lento proceso de definición que configura


un oficio. Son los oficios los que han ido ensalzando la buena manera de
hacer las cosas de cada día que nos rodean, con pretensiones mucho más
modestas que las de hacer una obra de arte o aplicar metodologías o
repertorios formales universales.

La arquitectura, extendida por todas partes, es un peligro para la civilización,


es un retroceso cultural.
De las tres definiciones analizadas, Vitruvio, Morris y Loos, podemos deducir
tres arquetipos:

La arquitectura esencial se encuentra según Vitruvio en la casa como hecho


fundacional.

Para Morris la arquitectura es omnipresente, lo ocupa todo y no hay otro


arquetipo más que el método del diseño racional y creativo.

Finalmente, según Loos, la arquitectura sólo aparece en un momento en


que la forma y la memoria se dan la mano para apelar a valores
trascendentales: es el monumento o también el templo lo que constituye el
arquetipo de esta manera de entender la arquitectura.
¿ENTONCES QUÉ ES LA ARQUITECTURA?
Para contestar esta pregunta con mayor
profundidad tenemos el siguiente cuadro que
nos muestra de manera gráfica cuáles han
sido los principales enfoques que ha tenido la
teoría de la arquitectura, mostrando con una
X los campos tratados con mayor detalle y con
una O los que tan sólo son mencionados por
el autor:
3. CONCEPTO:
Analizando el cuadro anterior se observa que la tendencia es clara: la
arquitectura es un arte. Por otro lado, también vemos una fuerte tendencia
a considerar los aspectos de la arquitectura como modo de construcción, lo
cual indica, claramente, una tendencia técnica. Son pocos los arquitectos
que consideran el aspecto científico de la arquitectura, pero no por ello ha
de descartarse este enfoque de la misma. Respecto a los campos de lo
social y lo habitacional, se refieren a funciones de la arquitectura más que a
enfoques de la misma.

Una definición comúnmente aceptada de arquitectura, y que en cierto modo


engloba todos los aspectos que debemos tener en cuenta para saber que:

“La arquitectura es el arte, la ciencia y la técnica de construir,


diseñar y proyectar espacios habitables para el ser humano.”
¿QUÉ ES EL ARQUITECTO?
Etimológicamente, la palabra arquitectura procede del griego. Es la
conjunción de dos palabras: arjé, el principal, el que manda, el principio, el
primero, y tekton, que significa construir, edificar.

El arquitecto es, por tanto, el primero de entre aquellos que realizan


la tarea de construir.

Por un lado, es el que define las bases, los principios. Por otro, es el que
dirige, el que manda en la actividad constructiva. La arquitectura, como
actividad, como oficio, es el conocimiento y la práctica que permiten llevar a
término estas funciones: determinar aquello que es básico para construir un
edificio y también tener la responsabilidad de llevar a término algo
determinado.
II. LOS ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA
NATURALEZA EN SU INTERRELACIÓN CON
LA ARQUITECTÓNICO Y URBANO
1. LA ARQUITECTURA Y LA NATURALEZA
Desde los inicios y a lo largo de la evolución de
la arquitectura, la naturaleza ha actuado como
modelo. De hecho, la arquitectura se ha
entendido como imitación de la naturaleza.

En la evolución de la relación entre arquitectura


y naturaleza el momento clave se produce con
la ciencia moderna y la cultura del Barroco,
entre los siglos XVI y XVIII, donde se inicia una
revolución científica en la que la ciencia
moderna intenta conocer el universo.
Consciente de la inmensidad de este y de la
incapacidad para abarcarlo todo, el hombre del
Renacimiento y del Barroco se entregó al
disfrute hedonista de la naturaleza. Durante el
Renacimiento, el arte empieza a convertirse en
Palacio Real de la Granja de San Ildefonso by
Teodoro Ardemans el vehículo de una relación diferente entre los
hombres y la naturaleza.
La evolución que va del
jardín italiano al inglés es la
expresión de esta búsqueda
de la conciliación con la
naturaleza.

Hacia mediados del siglo


XVIII, el empirismo
aproxima aún más la
arquitectura a la naturaleza
y los arquitectos se
esfuerzan en imitar la “bella
naturaleza” Jardín italiano en una macía de Verona

El jardín italiano sintetiza buena parte de los significados históricos que los
jardines con sus árboles, plantas, objetos, arquitecturas e instalaciones de
agua han adoptado a lo largo de los tiempos.
Durante el siglo XVI y XVII, el jardín francés, que parte del Renacimiento
italiano, va configurando sus propios métodos de composición basados en
la perspectiva, con avenidas axiales y en diagonal que culminan en la
masa potente y simétrica del palacio o castillo.

El racionalismo cartesiano y el dominio de la monarquía absoluta


encuentran su plasmación en la geometría, como la obra magna del rey
Luis XIV, un palacio con un inmenso jardín, que es la máxima
manifestación de un poder absoluto que se expresa mediante los recursos
de la geometría y la perspectiva.

El jardín adquiere más un sentido estético y de ostentación del poder que


un fin climático. Son espacios utilizados por la corte para pasear, saludarse
y desfilar ante los reyes. La realización cumbre de este tipo de jardines es
Versalles, cerca de París.
Jardines del Palacio de Versalles
Durante esta época los jardines franceses
tienen el protagonismo absoluto, pasan a ser
entonces obras arquitectónicas, apareciendo
como consecuencia el trazado regular apoyado
en la geometría. Se acentúa la búsqueda de
perspectivas y la concepción escenográfica.

Algo bueno que dejó esta época, fue la


introducción, en las ciudades, de plazas
ajardinadas, avenidas arboladas y bulevares,
como reflejo de los jardines de la corte. De
cualquier manera éstos proporcionaban un
lugar de paseo a los habitantes de las
ciudades al mismo tiempo que se introducía la
vegetación en los espacios públicos urbanos,
elemento casi inexistente hasta entonces.
Sin embargo, con la revolución industrial, que surgió precisamente en
Inglaterra, donde se desarrolló la estética de lo pintoresco: parques como Stowe
intentaron imitar paulatinamente una naturaleza virgen que empezaba a ser un
bien escaso.

Por lo tanto, el paisajismo y los parques surgieron a partir de la revolución


industrial y de la conciencia de la pérdida de los valores sagrados de la
naturaleza. La superación de las tradiciones italiana y francesa se produce en
unos jardines pintoresquistas en Holanda e Inglaterra que adoptan la referencia
de la misma naturaleza como obra perfecta.
Fue a finales del siglo XVIII que el jardín clásico comienza a transformarse
en parque natural, se empezaron a trazar en las ciudades europeas las
primeras avenidas y paseos a partir de un acto fundacional. La vuelta a la
naturaleza irá imponiéndose a las avenidas arboladas de perfecto trazado
geométrico.

Es por ello que a partir de mediados del siglo XIX, con la consolidación de
la revolución industrial, los papeles cambian totalmente: la naturaleza es
idealizada y la ciudad industrial altamente criticada, como un foco de males
sociales y enfermedades. Ya que inicia el fenómeno de la urbanización, que
se agudizará con la primera etapa de la revolución industrial, impulsando el
crecimiento brusco de las ciudades. El aumento de población y la creciente
inhabitabilidad de los núcleos urbanos, despierta el sentimiento de
necesidad de espacios verdes urbanos y su eficiencia para resolver o al
menos atenuar el deterioro ambiental que se estaba dando en la ciudades,
primero en Inglaterra y después en Alemania y Francia. Debido a esta
desmesura de los flujos residuales de las actividades industriales admitieron
la nostalgia de un campo sano y limpio.
Central Park New York

En los planes de desarrollo urbano desde inicios del siglo XIX ya se preveía la
existencia de grandes zonas verdes para uso público, donde se desarrollan un
gran número de parques de propiedad municipal, de los cuales cabe
mencionar el Hyde Park, Regent’s Park, St. James Park, en Londres, el
Central Park en Nueva York, el parque de la Tete d’Or en Lyon y el Bois de la
Chambre en Bruselas.
En la arquitectura y el urbanismo del siglo XX las aportaciones del
pensamiento antiurbano no fueron nada triviales. Frank Lloyd Wright, Lewis
Mumford, Heinrich Tessenow, Erik Gunnar Asplund, Alvar Aalto, Luis
Barragán, y muchos otros, defendieron la integración de la arquitectura en
la naturaleza y demandaron la vida en las pequeñas ciudades y la
planificación regional frente a la realidad mercantilista y masificada de las
megalópolis.

Sin duda, la aportación de mayor peso dentro de dicha tradición ha sido la


de Frank Lloyd Wright. En sus obras y en sus libros -como Por una
arquitectura orgánica (1939)- defendió una arquitectura y una ciudad
vivientes, proyectadas desde un funcionalismo orgánico.

Wright manifestaba su creencia en que la ciudad contemporánea estaría


muerta y en el futuro deberían surgir nuevos modelos a partir de las formas
del organicismo y las estructuras territoriales agrarias. Y obras como la casa
Kaufmann o de la Cascada (1936-1937) son prueba de ello.
Casa de la Cascada por Frank Lloyd Wright
Casa de la Cascada por Frank Lloyd Wright
En los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, la superación y pervivencia de
la arquitectura moderna se consigue precisamente integrando las propuestas
del organicismo.

Las formas de la Ópera de Sydney (1957-1974) de Jörn Utzon y de la Capilla


de Ronchamp (1950-1955) de Le Corbusier provienen de la energía del
organicismo. Lo orgánico sirve para ultrapasar los límites de lo mecánico.

Ópera de Sydney Capilla de Ronchamp


Hoy en día, a la luz de las críticas contemporáneas se comprueba cómo el
urbanismo moderno, basado en criterios básicamente racionalistas,
subdivide las ciudades en zonas, realizando un desmembramiento y
monofuncionarización.

La fragmentación y subdivisión del territorio ha producido el


empobrecimiento de los sistemas ecológicos y la disminución de la
diversidad biológica.

El urbanismo y la arquitectura moderna han generado casos extremos


contra el funcionamiento sabio de la naturaleza. Nada hay más antiecológico
y absurdo que pensar unos núcleos urbanos cerrados y autosuficientes, sin
ningún contacto con los ciclos de la naturaleza.

Hay ejemplos emblemáticos de la utilización de estos elementos tipológicos


en la arquitectura contemporánea para poder adaptarse al lugar
aprovechando el ambiente natural, como las formas de invernadero del
Lucille Halsey Conservatory en Texas (1984-1990) de Emilio Ambasz:
Lucille Halsey Conservatory
Otras obras muestran su capacidad para crear pequeños microclimas dentro
de las grandes ciudades, como el gran patio de la Ford Foundation en Nueva
York (1963-1968) de Kevin Roche y John Dinkeloo:
Además de estos ejemplos de arquitecturas ecológicas existen los casos
de ciudades americanas que como Curitiba (Brasil), Córdoba (Argentina)
y Seattle (Estados Unidos) son modélicas por sus políticas
medioambientales, por la creación de nuevos espacios públicos, por las
posibilidades de comunicación y de participación de sus habitantes, por
la conservación de los centros históricos y por sus sistemas de
transporte colectivo.

Córdoba, la ciudad argentina con más habitantes luego de Buenos Aires,


se caracteriza dentro de éste paradigma siendo una de las ciudades con
tejido urbano más grandes del mundo, de 576 km2 (además de su área
metropolitana). tiene 1.200 hectáreas de espacios verdes que se
reparten en 641 hectáreas para parques, 110 en plazas, 56 en ciclovías y
393 para otros usos. La ciudad tiene un promedio de 8,9 m² de espacios
verdes por habitante.
Ciudad de Córdoba, Argentina
En definitiva, actualmente en el campo de los proyectos de arquitectura,
urbanismo y territorio, una nueva sensibilidad atenta a la deseable
sostenibilidad, a proyectar unos edificios relacionados con el medio y con
el entorno inmediato, a practicar un urbanismo del reciclaje, y a buscar
unas intervenciones a gran escala que sepan interpretar las leyes
geométricas, estructurales y ecológicas del paisaje.

Tras siglos de arquitectura y ciudad, sus relaciones con el medio


ambiente y la naturaleza siguen siendo claves y polémicas, y siguen
estando en continua evolución y redefinición.
III. LAS ESTRUCTURAS DEL MEDIO SOCIAL EN SU
INTERRELACIÓN CON LA ARQUITECTÓNICO Y
URBANO.
INTRODUCCIÓN
Se entiende por Estructura social una población con una organización,
que vive y se desarrolla en un medio ambiente, que interactúan a través
de su cultura como lenguaje, arte, religión, y tienen valores como
gobierno, propiedad, estratificación, familia, grupos, etc; completando
así su identificación e identidad y mejorando su entendimiento.

La estructura social tiene diferentes matices o tendencias en cada


comunidad, que la caracteriza y permite entender de qué forma se
organiza, la cual puede ser vista desde diversos ángulos:

a) Dimensión cultural, referida a los valores, usos y normas de una


sociedad.
b) Dimensión de la sociedad, relacionada con las personas y grupos que
componen la estructura.
c) Dimensión motivacional o de la personalidad psicológica, que estudia
la personalidad básica del conjunto de sus miembros.
Dentro del contexto de la Arquitectura, la estructura social ha tenido
mucha interrelación con la parte cultural y religiosa, a través de los
siglos, el cual será el tema a tocar en esta sesión.

Se define la cultura como “el complejo de logros distintivos, creencias,


tradiciones [que constituyen] el trasfondo de un grupo racial, religioso o
social”.

Por lo tanto, debe entenderse que la cultura implica más que los valores
y necesidades de un grupo de personas, sino toda la “forma de vida” de
esa sociedad. Es decir, la cultura se preocupa por algo más que una
colección de valores, es un sistema o complejo de logros y tradiciones
distintivos. El lenguaje de una cultura difiere en aspectos fundamentales
de la de otra cultura. Cada uno con sus propias reglas y lógica interna,
valores y creencias, cada uno ofreciendo una interpretación bastante
diferente de la realidad. Las diferentes tradiciones arquitectónicas tienen
un lenguaje y significado diferentes.
CULTURA EN LA ARQUITECTURA
Comenzando desde las pirámides en
Egipto construídas en 4000 A.C o el
sistema de castas que gobierna los
tipos de casas en India hasta las
influencias culturales coloniales en
Carolina del Sur y la interpretación de
una forma simple con un patio en
diferentes partes del mundo son solo
algunos ejemplos que indican que la
cultura es la base de casi todas las
formas arquitectónicas.

La arquitectura es una manifestación del contexto cultural en el que reside.


Los tiempos cambiantes provocan
un cambio en la cultura y la mentalidad de
las personas, pero la base se establece
desde las raíces. No es solo la
construcción que se ha derivado de
referencias culturales, incluso el diseño de
las calles ha sido pensado desde una
mentalidad cultural e histórica.

Las calles juegan un papel importante en el enlace de las unidades y su


diseño también juega un papel importante en la interacción en el nivel del
vecindario. Las transformaciones de los espacios de mercado se han
estudiado en un contexto general, que ayudan a identificar el aspecto
sostenible de la cultura y su viabilidad en las formas de diseño y entornos
de construcción.
La Historia Universal entrega serios fundamentos a este respecto. Con la
aplicación de la energía del vapor a la máquina terminó de transformarse
integralmente la sociedad agraria, feudal, dando paso al capitalismo
industrial. Este hecho constituyó una "Revolución Industrial", y se estima así
porque indiscutiblemente gestó hechos históricos que alteraron a toda la
estructura social.

Con esta revolución reaparece la urbe en total decadencia durante el


medioevo, produciéndose el fenómeno de la urbanización del campo:
Primando la gran ciudad fabril y comercial. Aunque el fenómeno es
demasiado conocido, es menester puntualizar que este proceso, al igual que
todos los acontecimientos históricos tuvo un prolongado período de
gestación. Lo que queremos afirmar en última instancia es que la Revolución
Industrial aceleró los hechos produciendo el cambio definitivo.
Al mismo tiempo que la población está
creciendo también se está urbanizando.
Este proceso es un reto enorme para la
humanidad y el medio ambiente. Sin
embargo, también se presenta como una
gran oportunidad para una mayor
sostenibilidad. La arquitectura tiene un
papel fundamental en la forma de las
casas y por tanto en la vida de todas las
poblaciones. Si se diseñan bien ciudades
se reduciría la necesidad de viajes largos.
Diseñar nuevos edificios, de manera que
proporcionen energía en lugar de
consumirla, sería más sostenible y
mantendríamos abiertas las opciones para
un futuro menos dañino.
CONCLUSIÓN
Como conclusión la arquitectura y diseño urbano tienen un impacto directo en
nuestra sociedad. En primer lugar afecta a nuestra actividad física. Las
personas pueden ser animadas a ir a pie o bien en bicicleta, como medio de
transporte habitual, siempre y cuando el diseño de la ciudad permita que esto
sea posible de manera segura y conveniente. La buena arquitectura también
puede reducir los problemas de salud laborales. El estrés puede ser reducido
y la salud mental mejora al asegurar que, cuando sea posible, los usuarios de
un espacio de trabajo puedan tener un control directo sobre el lugar. Por
ejemplo el simple hecho de permitir a la gente abrir ventanas y ajustar la
iluminación contribuye a un espacio de trabajo más armonioso.

Uno de los mejores ejemplos del mundo está en Australia, donde la Ópera de
Sydney, que es inmediatamente reconocible en todo el mundo, representa a
la ciudad y al país, y nos transmite en seguida sus valores: una metrópolis, al
lado del mar, que adora la vida al aire libre y la cultura.
Ópera de Sydney
“Un arquitecto es un dibujante de sueños”
Grace McGarvie, arquitecta norteamericana
ENSAYO #1

También podría gustarte